2 Sindrome Vertiliginoso PDF
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RESUMEN
ABSTRACT
INTRODUCCIÓN
DESARROLLO
En el caso de las mujeres existen riesgos propios del sexo, como es específicamente
la menopausia, con la consecuente aparición de la osteoporosis y los trastornos de
la columna vertebral por la falta de ejercicios y malos hábitos posturales, también
son frecuentes los daños cervicales ya que llevan a la disminución del riego
sanguíneo por compresión de la arteria vértebro-basilar. Los malos hábitos
alimenticios y la obesidad son otros factores importantes en la aparición del vértigo
asociado a otras enfermedades como la diabetes, hipertensión, hipertiroidismo y
diarreas crónicas.
El sistema vestibular traduce la aceleración que llega a la cabeza y envía la señal al
cerebro para su interpretación. Esta información se usa por el sistema nervioso
central (SNC) para la estabilización de la mirada hacia la retina y el control de la
postura. La transducción se realiza para el movimiento giratorio por los canales
semicirculares y para el movimiento lineal por los órganos otolíticos. Una cantidad
de descargas espontáneas presentes en las fibras nerviosas ascienden por la
excitación de estos órganos sensoriales en forma de rotación o desplazamiento en
esa dirección en forma inhibitoria; o en dirección opuesta. Cualquier diferencia
entre las descargas del aparato vestibular simétrica y bilateral es percibida como
movimiento.
Los síntomas causados por movimientos dinámicos de la cabeza, toman más tiempo
para compensarse al igual que el aparato oculomotor y el somato sensorial que
garantizan el mantenimiento de la postura y el equilibrio. En la mayoría de los casos
por compensación del SNC, se produce la adaptación a la pérdida unilateral y el
enfermo muestra una función aparentemente normal, que permite una calidad de
vida adecuada. (I, ÁlvarezII, & Álvarez, 2014)
El vértigo es una manifestación cortical que sólo puede ser producida por una
alteración laberíntica o bien de la vía vestibular, mientras que las alteraciones
visuales y de la sensibilidad propioceptiva producen trastornos objetivos del
equilibrio, pero no sensaciones vertiginosas propiamente dichas. Solamente las
alteraciones laberínticas que producen cambios en las aferencias vestibulares dan
sensaciones vertiginosas. Contrariamente a lo que ocurre con la audición, en la que
una lesión coclear (laberinto anterior) definitiva produce una hipoacusia
irreversible, en el laberinto posterior, si es estable, se compensa por los centros
vestibulares al cabo de un tiempo y el paciente deja de tener conciencia de que haya
un desequilibrio y cede la sensación vertiginosa. Este mecanismo de compensación
requiere que los centros del tronco cerebral estén bien conservados y se va
estableciendo de un modo progresivo, tanto por inhibición del laberinto sano como
por un nuevo funcionamiento de los centros vestibulares que aprenden a mantener
el equilibrio con la información de un solo laberinto; por ello, los ejercicios de
rehabilitación en los pacientes que sufren la anulación de un laberinto van
encaminados a la estimulación de estos mecanismos de compensación.
La pérdida de la aferencia vestibular puede ocurrir bien de forma aguda bien
crónica. Una lesión vestibular aguda produce vértigo y síntomas vegetativos debido
a que se produce una interrupción brusca en el lado dañado y una mayor respuesta
en el lado sano. Durante las horas o los días siguientes, el tono del lado sano se va
reduciendo por los mecanismos de compensación centrales, y así se reducen los
síntomas agudos, por lo que el sistema vestibular está funcionando a un nivel más
bajo y es menos sensible a los estímulos. En esta etapa, los síntomas son menos
marcados y el paciente refiere vértigo moderado en los cambios de posición,
desorientación espacial, desequilibrio o inestabilidad. Para la mayoría de los
pacientes la recuperación suele ser completa, y los síntomas llegan a desaparecer.
La desorientación espacial es el primer indicador de una mala compensación
vestibular y conlleva una descoordinación cabeza/ojo y una disfunción postural.
Historia clínica
o Circunstancia de aparición.
o Contexto dentro de la actividad del niño.
o Permanente o paroxístico.
o Nivel de conciencia durante y después.
o Actividad motora.
o Relajación de esfínteres.
o Síntomas asociados.
o Antecedentes de traumatismos o ingesta de medicamentos.
o Relaciones del niño y su situación familiar y escolar.
En la exploración física es necesario tener en cuenta que los resultados normales
deben ser considerados de acuerdo a:
o Vértigo de la infancia
A. Vértigos periféricos
Neuronitis vestibular
Es una infección viral producida por virus del grupo Herpes. También puede
aparecer en el curso de enfermedades virales tales como el sarampión o la
parotiditis. Es más frecuentes en adolescentes y adultos jóvenes.
Aparece un vértigo que progresa hasta hacerse muy intenso e incapacitante para el
paciente, junto con náuseas, vómitos, desequilibrio y nistagmo. Suele mejorar al
cabo de unas semanas (2 a 4 semanas). El tratamiento es sintomático (es decir, del
vértigo y no de la causa que lo origina) en la fase aguda.
Enfermedad de Menière
El tratamiento por un lado debe ser sintomático, con antivertiginosos, a los que se
añaden fármacos encargados de eliminar líquidos (diuréticos) y restricción de sal.
En pacientes con elevada recurrencia de los ataques se puede realizar intervención
quirúrgica en forma de sección del nervio ("neurectomía") vestibular o mediante la
extirpación del laberinto.
B. Vértigos centrales
Se diferencian de los periféricos por tener un comienzo y un curso insidioso, con una
duración más prolongada. Los más frecuentes son (Paradinas, 2017 ):
Causa vascular.
La falta de riego sanguíneo en las zonas del cerebro científicamente conocidas como
el troncoencéfalo y el cerebelo, irrigados por las arterias vertebrales y la arteria
basilar ("isquemia o infarto vertebrobasilar") se produce por alteración de las
arterias citadas. La sintomatología consiste en un vértigo acompañado de otros
síntomas que demuestran un déficit del sistema nervioso central, bien sea por
afectación de nervios craneales, déficits motores o sensitivos, o disfunciones del
cerebelo. Si existe alguno de los síntomas descritos, se debe acudir al hospital para
ser valorado por un neurólogo. Sin embargo, un vértigo sin otra alteración clínica
que implique directamente al sistema nervioso central no debe ser considerado
infarto vertebrobasilar.
Esclerosis múltiple.
Enfermedad autoinmune, que afecta sobre todo a adultos jóvenes y que puede llevar
asociados vértigos típicos de origen central. El tratamiento del vértigo será
sintomático y el propio de la enfermedad subyacente.
Existen otras causas menos comunes, como los tumores troncoencefálicos o del
cerebelo y las hemorragias cerebelosas causadas por hipertensión, malformaciones
vasculares o la toma de anticoagulantes orales.
TRATAMIENTO
CONCLUSIONES
Una buena historia clínica nos aporta las claves para diferenciar un vértigo
periférico de uno de origen central, la exploración física corrobora, por regla
general, los hallazgos de la anamnesis.
Los vértigos de origen central deben ser remitidos al neurólogo para que complete
el estudio.
Todo vértigo periférico que con tratamiento adecuado dure más de 6 semanas,
deberá ser estudiado por el neurólogo.
El tratamiento de vértigo pasa por una primera fase en la que el objetivo es tratar la
sensación vertiginosa, con estabilizadores laberínticos y antieméticos, para pasar a
una segunda en la que lo que predomina es la sensación de inestabilidad. En esta
fase es bueno combinar el tratamiento farmacológico con vasodilatadores, con los
ejercicios de rehabilitación vestibular.
Hay ciertos vértigos que además tienen un tratamiento algo más específico, como es
el caso de dieta sin sal, diuréticos, o corticoides en la enf. de Ménière, la maniobra de
Epley en el vértigo posicional paroxístico benigno o la cirugía cuando el origen es
tumoral.
BIBLIOGRAFÍA