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Grohmann
HISTORIA DE LA REPÚBLICA DEL PERÚ [1822-1933]
2
Jorge Basadre
Grohmann [ 17]
HISTORIA DE LA REPÚBLICA DEL PERÚ [1822-1933]
Historia de la República del Perú [1822-1933]
Tomo 17
Elaboración de contenidos
Dirección general: Bernardo Roca Rey Miró Quesada
Planeamiento y desarrollo: Raúl Castro Pérez
Realización ejecutiva: Jorge Cornejo Calle
Redacción e investigación: Jenny Varillas Paz
Asistencia: Francisco Izquierdo Quea, Ana Paola Durand Schinkel,
María Jesús Geiser Reyes
Diseño: Veruzka Noriega Ruiz, Claudia Burga-Cisneros Pizarro
Diagramación: Gerardo Cristóbal Pacheco
Infografías: Raúl Rodriguez Rodríguez Grafitti
Fotografía: Cecilia Durand Torres, Paola Nalvarte Abad
Investigación fotográfica: Erick Devoto Bazán
Coordinación fotográfica: Carolina Cáceres Cáceres
Reproducción y fotografía: Jaime Gianella Malca
Corrección: Ana Loli Chau, Rosella Di Paolo Ferrarini
Asesoría histórica: Héctor López Martínez
Coordinación de actualizaciones historiográficas: Carlos
Contreras Carranza
Redacción e investigación de actualizaciones historiográficas
para este tomo: Ricardo Portocarrero Grados (páginas 26, 48, 84,
108, 122, 164, 206, 220, 238, 262)
[ INDICE ] TOMO I7 5
[ VII ] CAPÍTULO 13
65 El observatorio Unanue NOTAS SOBRE LA MÚSICA ENTRE 1895-1930
[ VIII ]
65 Los estudios sismológicos de Scipión E. Llona [I]
[ IX ] 92 La armonización del Himno Nacional y el ensayo de cambiar
Antonio Lorena sus estrofas
[X] 93 La intangibilidad del Himno Nacional
67 La enseñanza de la química: Velásquez Morales, Pozzi-Escot, [ II ]
García, Noriega del Águila 93 Los principales aspectos del desarrollo de la cultura musical
[ XI ] entre fines del siglo XIX y la primera parte del siglo XX
69 La homeopatía [ III ]
[ XII ] 94 Los esfuerzos por la educación musical del público
69 Las ciencias médicas y la Facultad de Medicina 94 La Sociedad Filarmónica y la Academia de Música
69 Ricardo L. Flórez 96 Federico Gerdes
70 Ernesto Odriozola 96 Mercedes Padrosa y Héctor Cabral
71 Maximiliano González Olaechea 97 Vicente Stea, Enrique Favaninci y Virgilio Laghi.
71 Los estudios sobre la enfermedad de Carrión. Alberto L. El instituto Bach
Barton. [ IV ]
La teoría peruana sobre la verruga 97 Los comienzos de la reivindicación artística de la música
72 Juan M. Byron. El dispensario antituberculoso y Anibal aborigen. José Maria Valle Riestra y la ópera Ollanta
Corvetto 99 Los estudios y folclore musical indígena. Alomía Robles
74 Manuel O. Tamayo, Oswaldo Hercellesdulio César Gastiaburú 100 El concierto incaico, de Alomía Robles
y Guillermo Almenara 100 La obra de los D’harcourt
75 Edmundo Escomel 101 Rosa Mercedes Ayarza
75 Ramón E. Ribeyro [V]
75 La Medicina Social 101 Luis Duncker Lavalle y el grupo de Arequipa
77 La peste bubónica 101 Teodoro Valcárcel
78 Los notables progresos de la cirugía 103 Pablo Chávez Aguilar
79 Enrique Febres Odriozola y la obstetricia 103 Ernesto López Mindreau
80 Juan Voto Bernales 103 Alfonso de Silva
80 La construcción del local de la Morgue de Lima. Leonidas [ VI ]
Avendaño y la enseñanza de la Medicina Legal 104 La música popular de carácter nacional
82 La asistencia de los alienados 104 Los compositores para el teatro nacional
82 El asilo-colonia de Magdalena. Víctor Larco Herrera, Baltazar 104 José Benigno Ugarte
Caravedo y Hermilio Valdizán 106 Carlos Valderrama
83 Otros aspectos de la obra de Hermilio Valdizán 106 Música peruana, de Alejandro Ayarza
83 Ángel Maldonado. La medicina popular peruana 106 La primera recopilación de la música popular costeña en el
83 Honorio Delgado siglo XX. Montes y Manrique
85 Los estudios de Carlos Monge Medrano y Alberto Hurtado
106 El período crítico de la canción criolla
sobre patología de altura
Carlos Enrique Paz Soldán 107 Felipe Pinglo Alva
86 Luis D. Espejo 107 La generación de Felipe Pinglo
86 Américo Garibaldi 107 Los concursos de música y bailes nacionales
86 Fortunato Quesada
86 Estanislao Pardo Figueroa y la ley N° 5604 ADICIÓN AL CAPÍTULO 13
87 Las tres generaciones que actuaron entre 1895-1930 NOTAS SOBRE LA PINTURA PERUANA ENTRE 1895-1930
87 El “606” en Lima 112 Por Juan M. Ugarte Eléspuru
88 La Escuela de Enfermeras
[ XIII ]
88 La odontología
[ XIV ]
88 La investigación agronómica
89 La estación experimental agrícola
6 TOMO I7 [ INDICE ]
CAPÍTULO 14 [V]
NOTAS SOBRE EL TEATRO Y OTROS ESPECTÁCULOS 158 Las carreras de caballos
ENTRE 1895-1930 161 La caída del Oncenio y sus repercusiones sobre la hípica
162 Las carreras de caballos, el hipódromo de Santa Beatriz y la
[I] historia social
126 La ópera entre 1896 y 1905 162 Haras y studs
126 La opereta entre 1896 y 1908 163 El turf en Arequipa. El hipódromo de Porongoche
127 La zarzuela y el género chico hasta 1908 [ VI ]
128 El género dramático hasta 1907 163 Las bicicletas y el ciclismo. El Club Ciclista Lima
128 El teatro nacional entre 1895 y 1908 165 El cricket y el fútbol hasta 1908
130 Fernando Soria 166 La primera liga y la primera temporada de fútbol
130 Manuel Moncloa y Covarrubias 166 Los campeonatos de competencia de 1912 a 1921
130 Lima por dentro 166 Los primeros Juegos Olímpicos de Lima
132 Los comienzos de Yerovi 166 Los Juegos Olímpicos de Lima de 1917 y la primera
132 Artistas nacionales a fines del siglo XIX y comienzos del XX federación deportiva oficial
132 La compañía infantil Baronti 167 El incremento en la afición popular de los deportes.
133 Carlos Rodrigo La organización deportiva
133 Otros espectáculos 167 Las competencias futbolísticas entre 1926 y 1930
133 La llegada del fonógrafo y del cinema 168 Atletismo. Otros deportes
[ II ] 169 La Asociación Cristiana de Jóvenes
134 El estreno del Teatro Municipal 169 El deporte, el atletismo y la educación
134 Drama y comedia entre 1908 y 1918
137 El teatro nacional. Alejandro Ayarza. Música peruana.
138 Alejandro Ayarza
140 Zarzuela, opereta y tonadilla entre 1908 y 1918
APÉNDICE GENERAL
LOS RESULTADOS DE LA EXPERIENCIA
140 El renacimiento de la afición por la ópera HISTÓRICA PERUANA Y LAS PERSPECTIVAS
141 El baile escénico y el ballet en Lima ABIERTAS EN EL SIGLO XX
144 Algunas obras nacionales entre 1908 y 1918
145 El redescubrimiento de Segura y Pardo
CAPÍTULO 1
LA POBLACIÓN
145 Felipe Sassone
145 Luis Góngora [I]
146 La fase final del teatro de Leonidas Yerovi 174 La población del Perú y su crecimiento
146 El cóndor pasa 178 La inmigración y la emigración
146 Los niños faites 180 Las razas
146 La temporada nacional en el Teatro Mazzi en 1918 181 Los idiomas
146 Ollanta 182 El desarrollo de la población urbana
148 Apreciación sobre el teatro nacional entre 1895 y 1918 186 Los servicios fundamentales en las ciudades
148 Los actores nacionales 186 Los pequeños pueblos
149 Los comienzos de la boga del cinema 186 Esbozos de colonización interna
151 Los comienzos del cinema nacional
[ III ] CAPÍTULO 2
151 El estreno del Teatro Forero LA ESTRUCTURA SOCIAL
151 Alejandro Granda
152 La evolución del cinema [I]
152 La industria cinematográfica en el Perú 190 La aristocracia
154 Los intelectuales peruanos y el cinema [ II ]
[ IV ] 194 Las clases medias
154 Ángel Valdez 194 Los empleados públicos
155 El Chancayano 196 Médicos, abogados e ingenieros
155 La afición a los toros [ III ]
156 La evolución estética en el toreo 198 Los institutos armados
158 La suerte nacional [ IV ]
202 El clero
[V]
205 El artesano y el proletariado industrial
[ INDICE ] TOMO I7 7
207 El campesinado ÍNDICE DEL CONTENIDO ADICIONAL
[ VI ]
209 El aumento de las tensiones internas RECUADROS
210 La historia republicana 26 El Perú contemporáneo según Sánchez
48 Las Lecciones de Derecho Constitucional, de Villarán
84 La biología andina y la fisiología de altura
APÉNDICE AL CAPÍTULO II
108 La influencia extranjera en los ritmos criollos
NOTAS PARA LA HISTORIA DE LAS IDEAS EN EL PERÚ
122 La fundación de la ENBA
214 Un esquema histórico sobre el catolicismo ultramoderno, 164 La introducción de los deportes y la modernidad
liberal y social y el democratismo cristiano 206 Identidades sociales en la Lima de 1900
220 La Iglesia militante
238 La introducción del patrón de oro y su impacto
CAPÍTULO 3 262 Las condiciones previas para un desarrollo autónomo
EL DINERO Y LA PROPIEDAD
INFOGRAFÍAS
[I] 68 Los viajes de Augusto Weberbauer
228 La moneda 102 Pinglo y los inicios de la música criolla
229 Los precios 118 La escena pictórica en el Perú
230 El poder adquisitivo de la moneda y la estructura social 142 La hípica peruana
231 La moneda boliviana, las monedas locales (fichas y señas de
haciendas), la subsistencia del trueque PERSONAJES
232 La evolución de la propiedad 66 Hermilio Valdizán
232 La gran propiedad colonial y republicana y las comunidades 96 Daniel Alomía Robles
de indígenas 116 José Sabogal
239 La grande, pequeña y mediana propiedad agrícola 136 César Miró
239 Los tipos de propiedad inmueble
ANEXOS
269 Jorge Basadre: su legado histórico y ético
CAPÍTULO 4 285 Índice onomástico seleccionado
LA TIERRA, LAS INDUSTRIAS, EL NIVEL DE VIDA, LA
PRODUCTIVIDAD, EL DESARROLLO
[I]
244 El cultivo de la tierra
245 La revolución agrícola en la costa
246 Las irrigaciones de la costa
248 El anacronismo en la agricultura de la sierra
249 La ganadería
[ II ]
255 El problema de la alimentación
[III]
256 La minería
[IV]
258 La industria manufacturera
260 El desequilibrio en el crecimiento nacional
261 La influencia del factor geográfico en la economía nacional
[V]
261 La diversidad de la economía peruana
263 Las exportaciones
263 La historia anterior a 1933 como “prehistoria”
264 El progreso del país y el nivel de vida
264 Las tendencias del desarrollo económico
265 La integración regional y las perspectivas mundiales
265 La idea de desarrollo
266 Algunos problemas del Perú en la segunda mitad del siglo XX
267 Los humos de La Oroya
8 TOMO I7 [ INDICE ]
[ TOMO 17 ]
[ adenda:
adenda:breves
brevesnotas
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conla
laeducación,
educación,la
laciencia
cienciayyla
lacultura
culturaentre 895-1933 ] ]
entre1895-1933
*El capítulo 13 en el séptimo período ("El Oncenio"), en muchos de sus párrafos, puede ser considerado como una parte de este.
CAPÍTULO
10
[ ]
e
[I]
l dIscurso de Manuel VIcente VIllarán sobre las profesIones lIberales
y sus tesIs sobre la educacIón nacIonal.- En 1900 pronunció Manuel Vicente
Villarán el discurso de apertura del año universitario. Nacido en Lima el 18 de octubre de 1873,
era Villarán un profesor y abogado de 26 años, el cuarto de una dinastía jurídica, cuyo talento
habíase delineado desde la primera juventud con los rasgos seguros de una ponderada madu-
rez. Al lado de su padre, decano y luego rector de la Universidad supo llevar con sencillez ele-
gante el peso de aquella herencia, destacarse por méritos propios, avanzar por su ruta sin arro-
gancia y sin estridencias, sin temor y sin sorpresa, subir sin embriagarse, no dejar nunca las
huellas delatoras de los encumbramientos inmerecidos y prematuros.
El discurso mencionado versó sobre las profesiones liberales en el Perú. Lejos de la erudición
decorativa y del alarde retórico, hizo allí Villarán el planteamiento concreto de la desviación de
las surgentes clases medias orientadas ciegamente hacia la inflación de grados y de títulos uni-
versitarios; y entró en el análisis franco, a veces pesimista, del sentido decorativo, intelectualista
y aristocrático de la enseñanza.
Pocos años más tarde, en la tesis para su grado en la Facultad de Ciencias Políticas y
Administrativas, tituladas El factor económico en la educación nacional (1907) y La educación
nacional y la influencia extranjera (1908), Villarán reafirmó sus ideas. Su primera premisa fue la de
que el desarrollo económico del país era la condición para el mejor desenvolvimiento de su
capacidad educacional. Al mismo tiempo sostuvo que la acción de la escuela tomada en sentido
amplio debía promover el progreso material para, a su vez, el progreso material hiciera posible y
preparase la cultura. Hubo en esta tesis también una enérgica defensa del indio, al que conside-
ró sano y fuerte, sobrio y prolífico. Su planteamiento del problema educacional fue hecho desde
el punto de vista de las clases medias y populares, para vincular al progreso económico el surgi-
miento de una clase dirigente capacitada y patriota. Aquí polemizó con las ideas pedagógicas
de Alejandro O. Deustua (1).
Es interesante la similitud de las doctrinas de Villarán con los modernos conceptos acerca de
la educación para el desarrollo económico.
En el estudio de 1908 Villarán se extendió más en la exposición de sus ideas y sostuvo que
era necesario buscar una educación sobria y sana basada en la idea de combatir el ocio y el
apocamiento del carácter y con el objetivo de obtener, cuando menos, hombres rudos pero
eficaces, sencillos y sin desbastar, pero útiles a sí mismos y a la Patria, una educación democráti-
ca, científica, común, tendente a despertar energías físicas y mentales, estimular el trabajo y
formar en la profesión de ser hombres. Para este propósito, propuso la venida al Perú de educa-
dores norteamericanos.
Parecería hoy como si Villarán, cuando publicó estos escritos breves y enfáticos, hubiese
visto entonces los tiempos distintos que llegaban, la necesidad de crear otro estado de
12 ADENDA [ CAPÍTULO 10 ]
cultura para la creciente riqueza que debía extenderse a nuevas capas. Su actitud no implica- socIoloGía de lIMa
ba, por cierto, una profesión de fe cerradamente materialista como lo demuestra su discurso
sobre la misión de la universidad leída en 1912, en el que propugnó, bajo ciertas condiciones,
los estudios de cultura auténticamente desinteresada y humana.
Tal fue el ideario educativo de Villarán: enseñanza realista apropiada al ambiente, que
llegue hasta las clases medias y populares, capacitándolas para la lucha económica; supera-
ción de la arraigada tendencia a convertir el colegio en antesala de la universidad; facilitación
de las carreras prácticas y técnicas de acuerdo con la situación y las necesidades del país;
enseñanza teórica y especializada para los hombres selectos cualquiera que fuese su origen
social. Y en ambos casos, contacto con el medio; sentido de la historia, amor a la tierra, bús-
queda de la ayuda técnica del extranjero para importar de allí, únicamente, como lo dijo en
ocasión solemne, lo que aquí se puede sembrar; incitación a la vida simple y honrada; apre-
cio de las tareas sencillas y útiles; culto al trabajo sin precipitaciones ni concupiscencias y al
pensamiento metódico, claro, concreto y directo.
Lo que Villarán predicó, en suma, fue un credo educativo genuina y sobriamente democrá-
tico, frente a los reaccionarios con nostalgias coloniales, frente a las crudas teorías o a las en 1895 se publicó el
vacías fórmulas surgidas por las importaciones de recetas extranjeras y frente a la negación primero de los cuatro
violenta de los radicalismos iconoclastas. Fue el suyo un programa para una burguesía progre- volúmenes de la obra del
sista y emprendedora, con raíces y savia populares, que debía tener la mirada crítica o analíti- ingeniero y sociólogo
ca ante el pasado sin renegar de la tradición liberal, social y humana que en él alienta y debía limeño Joaquín capelo
conjugarlo con la esperanza de un porvenir mejor que era menester crear únicamente por (1852-1925). este estudio
medio del esfuerzo y la perseverancia. Este programa no fue llevado a la práctica si bien se ha se divide en tres partes.
dicho lo contrario. la primera trataba sobre
la geografía de la capital.
la segunda sobre la
[ II ] población y la
la socIoloGía de lIMa, de Joaquín capelo.- Joaquín Capelo publicó en 1895 el distribución de la
primer volumen de su libro Sociología de Lima, cuyo cuarto y último tomo apareció en 1902. Se riqueza. y la última parte
trata de un estudio que pretende semejarse al examen que hiciera un médico con un organismo describía la vida cultural,
medio enfermo analizando los males que es preciso circunscribir o curar. Divídese en tres partes. industrial, social, política
La primera trata de “La entidad orgánica” y se ocupa del valle de Lima, el sistema de la ciudad (su y económica de lima, el
fundación, situación, edificios, calles, alamedas y plazuelas), los fenómenos de transmisión y primer libro, que vemos
abastos (canales de desagüe, agua potable, alumbrado, tranvía, teléfono, ferrocarriles, carreteras aquí, se titula la entidad
y tierras de cultivo) y el elemento vivo (razas, población, ocupaciones y mortalidad). La segunda orgánica de lima.
se titula “La vida nutritiva”, con secciones acerca de “la nutrición primitiva” (agricultores, industria-
les, transportadores, comerciantes, transeúntes), “la nutrición derivada” (oficinistas y funcionarios,
militares, contratistas y rematistas, rentistas y parásitos) y el problema de la naturaleza, la apro-
piación y la distribución de la riqueza. La última parte, bajo el rubro de “La vida relacional e
intelectiva”, tiene capítulos sobre la opinión pública, la industria, las instituciones religiosas,
políticas y sociales y la vida cultural, con páginas especiales sobre el libro, el periodismo y la
enseñanza primaria, media y universitaria.
A veces árido e interferido frecuentemente por digresiones abstractas, el libro suministra
también datos curiosos sobre su época y observaciones interesantes e independientes sobre la
capital y sobre el país.
[ CAPÍTULO 10 ] ADENDA 13
producción de la riqueza a través de una enseñanza elemental accesible a todos los habitantes
los MenGuados
del país sin distinción alguna.
14 ADENDA [ CAPÍTULO 10 ]
[1]
[2]
COSTUMBRES LIMEÑAS. De 1895 a 1902, Joaquín Capelo publicó la obra Sociología de Lima, en la cual se
refiere a la vida en la capital, a su gente y a los nuevos medios de transporte. En las imágenes vemos a
vecinos de Lima celebrando los carnavales con baldazos de agua, como se estila hoy. En las imágenes
se ven un automóvil (los primeros llegaron a inicios de siglo) (1) y un tranvía de la ruta de los
Descalzos (2). Ambas fueron publicadas por la revista Variedades en 1915.
[ capítulo 10 ] adenda 15
la creacIón de Gabriel Seallies, profesor de la Sorbona. Se dividió esta otra en una introducción geográfica e
de un contInente histórica y en siete capítulos el remamiento peruano, la evolución de las ideas y de los hechos en
el Perú republicano, las fuerzas económicas actuales, las fuerzas políticas, las fuerzas educativas,
la situación internacional, el porvenir.
En Le Pérou contemporain la información obtenida en libros, folletos y artículos periodísticos
se junta con el personal don de análisis y de síntesis, el examen de las ideas y de los hechos y la
aptitud de la teoría, y trata de responder a estas preguntas: “¿Qué somos?, ¿De dónde venimos?
y¿A dónde vamos como país?”. Dentro de tan ambicioso propósito García Calderón, con sencillez
y minuciosidad, a los 24 años, rompe la valla tubular de los especialismos, interroga a la geografía
y a la historia, se fija en el acontecer político y también en la evolución económica y jurídica,
filosófica y literaria, en la estructura de la religión, de la educación y de la familia y llega a trazar
un bosquejo de la sicología nacional y una pauta para el futuro del país.
Su posición no representó el punto de vista de la aristocracia feudal, como ha sostenido José
Carlos Mariátegui. Menos aún estuvo vinculado a la plutocracia, entonces en su etapa de surgi-
miento, contra la cual tuvo palabras admonitorias. Lo que trató de articular en este libro juvenil
el escritor y diplomático fue un llamamiento a una burguesía moderna, progresista, ilustrada. No se debía arrepentir ella
francisco García ciertamente de la Independencia ni creer que el sistema monárquico hubiese sudo una panacea;
calderón rey (1883-1953) García Calderón hizo por eso, una ardorosa defensa de la forma republicana de gobierno. Al
publicó esta obra en la mismo tiempo, se apartó del radicalismo y del negativismo de González Prada para asumir una
ciudad de parís (francia), actitud de valoración frente al pasado y afirmar, por encima de todo, su fe en el porvenir del país,
en 1913. se trata de un que la reconstrucción nacional después de la catástrofe de la guerra con Chile parecía confirmar.
ensayo político escrito Algunos creen que García Calderón representó a la aristocracia plutocrática que entonces
durante su gestión como gobernaba el Perú. No fue así. No hubo entidad, grupo o persona que tradujera su libro al español.
primer secretario de la García Calderón no era, por cierto, marxista; pero tampoco quería el mantenimiento del statu quo.
legación peruana en La indiferencia ante su obra tuvo un contenido simbólico. Su idea de que gobernaran quienes eran
parís. como tal, capaces y preparados tuvo para muchos señores respetables, el valor de una extravagancia.
representó al perú en Las fallas y ligerezas que, en su apresurada síntesis de la evolución del país son hoy palmarias
1919 durante la y revelan el notable progreso obtenido por la mestización y el pensamiento acerca de esa trayec-
conferencia de Versalles, toria. Sobre el Perú prehispánico con sus etapas preínca (entonces nebulosa) e inca ofreció una
en la que se firmó el versión no solo deficiente sino incomprensiva. En su libro, en conjunto, no dio idea acerca de la
tratado que puso fin a la enorme importancia que tienen los factores indígenas o los elementos derivados de ellos en la
primera Guerra Mundial. auténtica vida peruana. Acerca de la Conquista y el Virreinato, su juicio se acercó al de la leyenda
negra. Para la República asumió una actitud civilista en el sentido gramatical y político peruano
de esta palabra. Al ocuparse de las existencias o posibles influencias extranjeras, se dejó llevar por
consideraciones de la política internacional anterior a la guerra de 1914. Con Estados Unidos fue
totalmente injusto. El problema de la necesidad de elevar el nivel de vida de la mayoría de la
población peruana no lo angustió tanto como debió angustiarlo.
No obstante los graves defectos y las visibles limitaciones de la edad, de la lejanía geográfica,
de la clase a la que perteneció y de la época que en escribió, García Calderón tuvo en este libro
el afán de ir objetivamente a las cuestiones palpitantes, de conocer la naturaleza y la mentalidad
de la comunidad nacional en la que creció y a la que se sentía ligado por vínculos indelebles de
sangre y afecto, a pesar de vivir muchos, demasiados años lejos de ella. En suma, a pesar de todo,
abrió una trocha fecunda.
Después de Le Pérou contemporain ya García Calderón no escribió libros sobre su país. En
1912 apareció Les democraties latines de l’Amérique con prólogo de Raymond Poincaré. Esta obra
llegó a ser traducida del francés al inglés y al alemán en forma simultánea, cosa que no ha ocu-
rrido jamás con un escritor hispanoamericano fuera del campo literario propiamente dicho. La
creación de un continente apareció en 1913. Fue el más bello libro que escribió en castellano
García Calderón.
16 ADENDA [ CAPÍTULO 10 ]
La guerra de 1914 a 1918 creó un drama tremendo de orden espiritual a los cuatro hermanos.
La obra de Francisco El dilema de la gran guerra, aparecida en 1919 en francés y en castellano,
tuvo, no obstante su andamiaje erudito, una intención propagandística. En 1920 editó el folleto
El wilsonismo en el que expresó su admiración y su fe en el presidente norteamericano. Gran parte en [Francisco
de su producción se dedicó, por otra parte, a dar “ideas e impresiones” o “testimonios y comenta-
rios” (para emplear los títulos de algunos de sus libros) acerca de figuras y aspectos, doctrinas y
GarcÍa calderón]
hechos de la vida europea en artículos de carácter periodístico dispersos en varios diarios del cualesQuiera
continente. García Calderón aparece aquí como embajador de la cultura europea ante América. Que sean los
Quien revise esta producción se encontrará ante un tipo muy refinado de élite sudamericana o,
mejor dicho, “euroamericana” del primero cuarto de siglo XX. Hallará, al mismo tiempo, una revis-
deFectos o
ta ágil y enterada de corrientes e inquietudes, ilusiones y desesperanzas, personas, obras y cosas liMitaciones Que
en el mundo de las letras, la filosofía y la política vistas de cerca, sobre el terreno mismo, después se le atribuyan,
de conversar con muchos de los hombres representativos y no solo de leer o escuchar sus con-
ferencias. Cuando se la toma en conjunto, se halla un itinerario ideológico, la observación ocasio- surGe a Menudo
nal de doctrinas y acontecimientos con la mente siempre hospitalaria, ávida de captar toda el aFÁn de ir
figura prestante, toda fecunda corriente intelectual, toda doctrina destinada a durable influencia,
en un constante afán por evitar dogmatismos y la unilateralidad. Sintió la seducción de Francia,
obJetivaMente a
perteneció al grupo de hispanoamericanos que hicieron su hogar en París; pero admiró, al mismo las cuestiones
tiempo a Inglaterra y llegó a poseer un extraordinario conocimiento sobre la vida y la cultura PalPitantes, de
alemanas y tuvo para ellas a veces la alarma y la censura y en otras ocasiones la admiración más
profunda; a “el espíritu de la nueva Alemania” dedicó un libro hacia 1924 o 1925. En suma, reveló conocer la
ser un gran “europeo”. Cultivó un tipo de ensayo internacional, para informar sobre las tendencias naturaleZa de la
o características de su hora o las condiciones de receptividad de su autor pero inexorablemente
condenado a marchitarse por su mismo carácter circunscrito, pasajero o temporal y ante la apa-
sociedad, o su
rición de nuevas figuras, de nuevos problemas y de nuevas inquietudes. Mentalidad, o la
Algún día podrán estudiarse las características de la mente sudamericana, para constatar de sus HoMbres
entonces que no es exactamente lo mismo que la mente española. Algunas facetas típicas de
aquella se muestran, a veces, en García Calderón la agilidad mental, la rapidez en asimilación, la
rePresentativos.
amplitud cosmopolita de la curiosidad, el gusto por las ideas nuevas. Es difícil ser un sudamericano
porque no hay, hasta hoy, código, gramática, decálogo para orientarlo como tal; aunque él siga, en
otros planos de su personalidad, las leyes de su país, el diccionario de la Real Academia de la
Lengua, o el Evangelio. Los sudamericanos nos hallamos todavía ocupados en decidir qué cosa es
ser sudamericano. Nuestra historia no está ya hecha; está haciéndose. Cualquier corriente cultural
que tenga vigencia puede ser sentida por nosotros. Sin que por eso necesitemos dejar de ser
quienes somos, sabemos absorber con facilidad ideas ajenas, nos inspiramos en las fuentes más
variadas, improvisamos admirablemente y a todo eso solemos darle un aire de elegancia y, en
cierto sentido, hasta de originalidad por la mezcla de elementos tan contradictorios. Todo ello
suele concretarse en una actitud “colonial”; pero, de otro lado, ofrece enormes virtualidades en un
mundo que se va uniformando, mientras nosotros podemos ver desde nuestro atalaya un amplio
panorama y, a la vez, no somos un todo sino un uno más uno, más uno, más uno…
García Calderón representó, además, como ya se ha visto, desde el principio hasta el fin de su
actividad intelectual, lo contrario del especialista, o perito, o técnico, o erudito que, como el burócrata
administrativo, a veces pierde de vista la trama de fondo de su acción y de su meta. Ellas, en su caso,
fueron el presente, o sea el “aquí” y el “ahora” temporal en sus variadas y a veces contradictorias mani-
festaciones, en su patria, en América o en Europa. Hay escritores muy capaces, algunos hasta geniales
o semigeniales, que frente al tiempo presente solo reaccionar a través de percepciones emotivas. En
García Calderón, cualesquiera que sean los defectos o limitaciones que se le atribuyan, surge a menu-
do el afán de ir objetivamente a las cuestiones palpitantes, de conocer la naturaleza de la sociedad, o
su mentalidad, o la de sus hombres representativos.
[ CAPÍTULO 10 ] ADENDA 17
las deMocracIas Y en sus inquietudes, a pesar de su tesis a favor de una oligarquía ilustrada y benéfica para el
de aMÉrIca latIna Perú y a pesar de sus contemporizaciones con el “cesarismo democrático” americano, fue, funda-
mentalmente, un liberal. Pero esta palabra es preciso entenderla aquí no en el estrecho sentido
político y económico de los “partidos” liberales del siglo XIX, sino en la acepción que le da el
Oxford English Dictionary: liberal es el que tiene una actitud favorable a cambios y reformas orien-
tadas en dirección de la democracia.
Por último, podría estudiarse a García Calderón como un exponente genuino de esa capa
social oscilante y sui géneris y que tan curioso papel desempeña en el mundo moderno: la
intelligentsia.
Esa capa de la intelligentsia, dispersa y varia como es, nunca se encuentra firmemente situada
en el orden social, se recluta, por lo general, entre los rentistas, cuyos ingresos derívanse directa
o indirectamente de sueldos y de intereses sobre determinadas inversiones y no participan en el
engranaje de la producción económica. Además, la multiplicidad en los elementos de su educa-
ción cultural la somete a la órbita de tendencias opuestas aunque no falte la huella de personales
intereses de clase; mientras que, quienes pertenecen a los grupos participantes en dicho proce-
el libro les democraties so, tienden a absorber la concepción del mundo de su grupo particular y a actuar sola y exclusi-
latines de I’amérique, vamente bajo el peso de las condiciones impuestas por su situación económica-social inmedia-
de francisco García ta. Y, cosa esencial, a través de todos esos elementos culturales, la intelligentsia genuina, que
calderón, fue publicado acepta el legado del Renacimiento, de la Revolución Científica del siglo XVIII, de la Revolución
en 1912 y reeditado en Industrial iniciada a fines del siglo XVIII y de las revoluciones políticas, artísticas y literarias de los
1914 y 1920. este ensayo siglos XVIII, XIX, XX, desarrolla una cultura dinámica, elástica, en flujo constante; su mentalidad
político de las tiene un carácter esencialmente deliberado.
democracias en La intelligentsia puede ir, frente a la vida social, al éxtasis ahistórico, o al éxtasis histórico, o a la
américa fue además fanática adopción de teorías que combaten en la realidad inmediata. Pero (aunque tenga simpa-
traducido en 1913 al tías o preferencias o prejuicios) puede intentar otra actitud: una mediación dinámica en esa
alemán y al inglés, y lucha. Tratan de cumplir sus personeros entonces una misión a fuera de abogados predestinados
contaba con un de los intereses intelectuales del todo; elévanse, en lo posible, hacia el ideal de imparcialidad que
prefacio escrito por es de tan antigua tradición democrática porque para poder elegir son necesarias ciertas condi-
raymond poincaré, ciones de libertad; desempañan el papel de centinelas en lo que, sin ellos, sería acaso una noche
presidente del consejo de impenetrables tinieblas.
de ministros francés y García Calderón no perteneció, ni por su tipo de mentalidad ni porque tuviera intereses per-
miembro de la sonales que defender, al radicalismo de derecha o de izquierda. Tampoco cabe clasificarlo dentro
academia francesa. del grupo de los que se apartan del mundo y renuncian deliberadamente a participar en el
proceso contemporáneo o a conocerlo, cayendo en un éxtasis ahistórico; ni en el grupo de los
que se refugian en el paso e intentan allí una época, o sociedad o personaje a través de los cua-
les una forma de vida difunta dominó el mundo.
Lo mejor de la obra de García Calderón es, dentro de sus limitaciones, precisamente, una serie
de conatos de mediación dinámica en el choque de las ideas, de las doctrinas, de los intereses,
de los partidos, de los países; si bien claro está que fue durante su juventud cuando pudo cumplir
con más nitidez su función dentro de lo que se llama por Alfred Weber, la “inteligencia socialmen-
te desvinculada” (Freischwebene Intelligenz). Y eso, por cierto, explica cómo no lo consideraron un
adlátere, en realidad, en sus últimos patéticos años y a su muerte, los grandes o pequeños dog-
matismos que hoy luchan por capturar nuestras almas, ni los poderosos intereses particulares de
arriba o de abajo rugientes o agazapados. Aun cuando había querido “comprometerse”, o identi-
ficarse, en tal o cual gesto, sobre todo, en su etapa media y final, no llegó a perder su peculiar
matiz que lo hacía “distinto”; y esos titubeos son precisamente característicos en la especie a la
que perteneció. Al margen del hecho en sí, independiente, de que se enfermara en plena madu-
rez, pagó su precio; pero, a su modo, y a pesar de todo, reveló una tendencia a ir a un punto de
vista más amplio que el sectario o el particularista; y, al fin y al cabo, solo si ofreciera la
18 ADENDA [ CAPÍTULO 10 ]
[1] LOS MENgUADOS. Esta
obra de Joaquín Capelo
trata, entre otros temas,
las migraciones internas
en el Perú y la
educación de los niños
andinos. En el primer
capítulo del libro (1), el
autor plantea el caso de
tres hermanos
campesinos que son
enviados a estudiar a la
capital, en contra de lo
que las autoridades
locales sugieren. Por
entonces, la educación
infantil en los pueblos
de la sierra. Aquí la
fotografía de una
familia campesina de
Picoy, captada a inicios
del siglo XX (2).
[2]
[ capítulo 10 ] adenda 19
LOS APORTES DE LOS VIAJEROS EXTRANJEROS. El indigenismo se manifestó de muchas y variadas formas. Una de ellas fue
la revaloración de las culturas preincaicas, gracias en gran medida al trabajo de estudiosos e investigadores que
recorrieron nuestro territorio rescatando del olvido sus manifestaciones. Uno de ellos fue el viajero A. Stubel, quien
estudió la cultura Tiahuanaco junto con el alemán Max Uhle. Producto de sus investigaciones, ambos publicaron la obra
Tiahuanaco, en la que incluyeron esta fotografía tomada durante un visita a la Portada del Sol, en el altiplano boliviano.
20 adenda [ capítulo 10 ]
oportunidad de dar un hogar en el futuro, aunque sea sin premio a aquel punto de vista libérrimo
o que aspira a serlo, cabría decir que seguirá existiendo la cultura occidental.
director de
[ IV ] la lucHa en
Víctor andrÉs belaunde.- Víctor Andrés Belaunde, nació en Arequipa el 15 de diciembre
de 1883, hijo de Mariano Belaunde, el ministro de Romaña, y nieto del general Pedro Diez areQuiPa y de
Canseco, Presidente del Perú. Estudió en el Colegio San Vicente de Paul de Arequipa, que dirigía ilustración
el sacerdote Hipólito Duhamel y luego pasó a las universidades de esa ciudad y de Lima. Director
de La Lucha en Arequipa y de Ilustración Peruana y colaborador de diversos diarios, hizo siempre
Peruana y
periodismo de ideas y aprendió en esta tarea el contacto con el gran público, la accesibilidad en colaborador
el lenguaje y el tratamiento de una diversidad de temas. Su vocación fue, desde los años iniciales, de diversos
jurídica, dentro del campo del Derecho Internacional, pero también al mismo tiempo, histórica y
filosófica. Su extraordinaria aptitud oratoria le dio bien pronto vasto prestigio. Sus tesis El Perú diarios
antiguo y los modernos sociólogos (1908) y Los mitos amazónicos del imperio incaico parecieron [vÍctor
anunciar una preocupación hacia el pasado precolombino visto a la luz de los puntos de vista
más modernos. Pero, funcionario del Archivo de Límites desde 1904, secretario de la misión para
andrÉs
el alegato en la cuestión con Bolivia, vivió en la vida cotidiana y en el estudio intenso del drama belaunde]
patético de las fronteras peruanas y en 1919 publicó Nuestra cuestión con Chile y en 1922 un HiZo sieMPre
estudio en inglés sobre la nulidad del Tratado de Ancón.
En la apertura del año universitario de 1914, Belaunde pronunció un notable discurso sobre PeriodisMo de
la crisis peruana. Antes que él, desde la misma tribuna y con análogo motivo, había disertado ideas y
Javier Prado sobre las clases sociales en la Colonia, Manuel Vicente Villarán sobre las profesiones
liberales, José Matías Manzanilla sobre el Poder Legislativo, Pedro M. Oliveira y Luis Miró Quesada
aPrendió en
sobre la misión de la universidad, Francisco Tudela y Francisco Graña sobre la población, esta tarea el
Leonidas Avendaño sobre temas médicos, Víctor Maúrtua sobre el progreso del país. contacto con
Belaunde comenzó por declarar que el cuadro optimista trazado por Francisco García
Calderón en El Perú contemporáneo se había oscurecido. Se ocupó luego de las facetas más
el Gran
importantes de las crisis nacionales. Una de ellas era la de carácter económico evidenciada, según PÚblico, la
dijo, de acuerdo a los argumentos de Billinghurst, por el excesivo y desordenado aumento de los accesibilidad
gastos fiscales y el endeudamiento progresivo de la Hacienda pública. Pero mucha más minucio-
sidad dedicó a la crisis política. Empezó por señalar la acentuación del régimen personal de la en el lenGuaJe
presidencia de la República, algunas de cuyas manifestaciones eran la omnipresencia financiera y el
y la desaparición efectiva del Gabinete en su función colaboradora y controladora. Hizo un para-
lelo ente el virrey y el presidente, demostrando la mayor autoridad de este. Impugnó, al mismo
trataMiento
tiempo, la tesis de la elección del jefe de Estado por el Parlamento que Mariano H. Cornejo seguía en una
defendiendo. diversidad de
Con mayor lujo de detalles pasó a ocuparse Belaunde de la crisis parlamentaria. Dentro de ella
señaló la exclusión de las oposiciones, la exagerada devoción de las mayorías, el origen provincial teMas.
de los representantes, el trique de funciones por el cual el Ejecutivo legislaba y ellos administraban
mediante los nombramientos de los funcionarios en las distintas zonas del país, la anarquía de los
partidos, la tendencia presidencial a impedir toda renovación saludable en las Cámaras y a dirigir
el proceso eleccionario con escasa aptitud para captar o reflejar los movimientos de la opinión
pública. Estudió, en seguida, el problema de la renovación del Congreso que podía ser por tercios
o íntegro y el exceso de provincialismo en la base electoral y, con motivo de este último asunto,
entró en un análisis histórico sobre el sufragio republicano. No había relación, según los datos que
suministró, pues predominaba una mayoría de los que habían sido elegidos por pequeñas provin-
cias. Era preciso hacer gravitar el sufragio sobre los departamentos y las ciudades y otorgar al
Senado otra fuente de elección.
[ CAPÍTULO 10 ] ADENDA 21
Disertó, en seguida, sobre la crisis de la clase media y señaló su falta de independencia económica,
su tendencia a la burocratización y las malas orientaciones de la educación secundaria entendida como
[ 1917 agosto 5 ] antesala de la universidad. Para la clase dirigente, tuvo palabras severas por no haber sido elemento de
impulsión política y social, ya que fueron sus características el descuido de los deberes cívicos, la falta
los defectos de sentimiento del sacrificio y el conformismo político. Con este motivo trató de la crisis ética que
nacIonales. el 5 de acompañaba a la crisis económica y a la crisis política. Señaló la decadencia del ideal de reforma nacio-
agosto de 1917, el nal interna y de superación exterior y propugnó una nueva orientación espiritual con objetivos nacio-
comercio publicó un nalistas y democráticos asentados en el predominio de la clase media y de los hombres superiores.
extracto del libro la Terminó con elocuentes párrafos en nombre de la generación nueva. Ella (dijo) “invocando las sombras
realidad nacional, de ilustres, ante este ritmo trágico de la salvación y del abismo, de la esperanza y de la desolación, lanza
Víctor andrés belaunde, por mis labios indignos, este grito lleno de imprecación y de conjuro: ¡Queremos patria!”.
donde el intelectual se En el mismo año de su discurso académico Belaunde viajó a Alemania como secretario de la
refería a la situación del legación en Berlín y encargado de negocios. En esta oportunidad vivió en las universidades de
perú en aquel entonces. Oxford y Cambridge y siguió algunos cursos en el verano de 1914, principalmente de Historia,
la nota se iniciaba de la Derecho Constitucional y Literatura inglesa. La guerra mundial apresuró su regreso al Perú en
siguiente manera: “al setiembre de aquel año. Fue nombrado poco después encargado de Negocios en Bolivia. La
aproximarse el ilusión de entrar en la política lo trajo nuevamente a la patria en 1915. Miembro fundador y del
centenario de la comité directivo del Partido Nacional-Democrático, estuvo entonces en Arequipa y pronunció
independencia debemos una notable conferencia sobre la cuestión social en aquella región. Allí trató con franqueza y
examinar si la obra de la nitidez sobre el problema del indio, sobre la situación de las clases media y popular y sobre las
república ha anomalías del régimen tributario en el país. Ese fue el tipo de lenguaje que debió usar el flaman-
correspondido a su te “futurista” para las grandes cuestiones nacionales y de haberlo hecho habría ganado la simpa-
programa de cambio tía y el fervor de la juventud y de las masas populares conscientes. La elección por Arequipa fue
fundamental en la vida postergada por el presidente Pardo, acaso en una jugada de carácter político, y Belaunde regresó
del perú respecto de la a Lima con la certeza de que se le había arrebatado la credencial de diputado.
colonia, o si por Se reencargó entonces de sus clases de colegio y de la cátedra de Filosofía Moderna en la
desgracia persistiendo Universidad de San Marcos, que ya antes había ejercido. Su método docente en el aula fue lec-
las fuerzas del pasado, tura directa de los textos de grandes pensadores. Pascal, Spinoza, Kant y otras figuras cumbres
se han mantenido entre fueron así estudiados. Entonces comenzó su redescubrimiento del catolicismo.
nosotros, con distintos Para las elecciones parlamentarias de 1917 Belaunde optó por lanzar su candidatura no por
nombres, las perniciosas Arequipa sino por la provincia de Castilla. El gobierno de Pardo apoyó la de Perochena, persona-
instituciones de la je que más tarde se volvió leguiista. Perochena, bajo ese amparo y el de sus conexiones lugare-
dominación española. ñas, logró la mayoría entre los mayores contribuyentes de la capital de la provincia y con ella forjó
(…) si no hemos una reunión apócrifa para la designación de las juntas electorales con prescindencia de los
consolidado las demás mayores contribuyentes entre los que Belaunde tenía muchos partidarios.
instituciones El frustrado representante por Castilla volvió a sus tareas intelectuales. En 1912, al hacerse
democráticas, si no es cargo de la dirección de Ilustración Peruana, había auspiciado la publicación de una serie de artí-
una verdad la libertad culos por distintos autores sobre temas nacionales y había suscrito otros sobre nuestros defectos
individual, si el colectivos. En 1917 prosiguió y ahondó estas meditaciones en el diario El Perú bajo el rubro “La
parlamento no refleja la realidad nacional”. Dentro de la misma serie puede ser ubicado el estudio sobre el impuesto al
voluntad popular, si alcohol que apareció en El Comercio del 28 de julio de 1917. Allí firmó que la República había
nada hemos hecho para gravado al indígena con un sucedáneo del tributo colonial y que estimulaba al envenenamiento
fundir a la raza indígena progresivo del alcoholismo. Belaunde señalaba el interés de los sectores plutocráticos o caciquiles
en la nacionalidad; en la producción alcohólica y el del Estado en mantener el alto rendimiento de la nueva renta
podría proclamarse, sin fiscal. A la misma época pertenece el trabajo en que Belaunde señaló como fuerzas directivas en
exageración, la quiebra la vida política peruana contemporánea a la plutocracia costeña, la burocracia militar y el caciquis-
de la república”. mo parlamentario.
Dentro de idéntico espíritu, dictó también en 1917 una conferencia en la Federación de
Estudiantes sobre la crisis universitaria. Censuró allí la orientación filosófica en la Facultad de
22 ADENDA [ CAPÍTULO 10 ]
Letras con descuido de la historia y la geografía y el internacionalismo en la de Ciencias
Políticas en desmedro de la especialidad económica; llamó a la universidad “institución
moralmente emigrada” por su prescindencia de los problemas nacionales; y propugnó una
ayuda a la dedicación seria de la docencia en vez de multiplicar cátedras para crear situacio- en Julio de 1918
nes burocráticas.
En julio de 1918 fundó Belaunde, secundado por varios amigos y compañeros de generación,
Fundó
la revista Mercurio Peruano. En unas crónicas políticas hizo allí el comentario amargo y clarividen- belaunde,
te de los días que precedieron al derrumbe de la República aristocrática en 1919. secundado Por
Después de una aplaudida conferencia que pronunció con motivo de la llegada al Perú del
estadista uruguayo Baltasar Brum, el presidente Pardo, con olvido de pequeños resentimientos,
varios aMiGos
nombró a Belaunde ministro de Montevideo. Su labor en esta capital fue memorable. Gran éxito y coMPaÑeros
alcanzaron sus disertaciones sobre Pascal, Spinoza y Amado Nervo (este falleció en Montevideo de Generación,
en aquellos días y Belaunde lo acompañó en sus momentos finales).
El pronunciamiento del 4 de julio de 1919 y, sobre todo, los asaltos a las imprentas el 10 de la revista
setiembre del mismo año, pusieron fin a la misión diplomática de Belaunde en Uruguay por la Mercurio
altiva entereza que adoptó al renunciar sin poseer una fortuna privada. Pocos después, propuso al
rector Javier Prado que lo enviara como profesor visitante a diversas universidades de Estados
Peruano. en
Unidos bajo los auspicios del Instituto de Educación Internacional de Nueva York. Este episodio, unas crónicas
breve en el tiempo, tuvo gran importancia en la vida de Belaunde, pues le permitió mediante el PolÍticas HiZo
autodidactismo obtener el dominio en el idioma inglés para disertar en él y le hizo descubrir el
mundo tranquilo y fecundo de aquellos grandes centros de estudio e investigación, verdaderos allÍ el
oasis en la vida del país. Belaunde fue el primer profesor peruano que llevó a cabo la docencia coMentario
universitaria interamericana, tan trajinada en tiempos posteriores.
En 1921, cuando se trató de erguir una trinchera cívica contra Leguía y convocar a los estu-
aMarGo y
diantes y al pueblo a acudir a ella, la tentativa más entusiasta para levantarla no partió en algún clarividente
prohombre de la República aristocrática ni de Riva-Agüero, indiscutido jefe de la oposición de los dÍas Que
juvenil contra aquel gobernante en 1911, sino de Belaunde, a quien el régimen depuesto el 4 de
julio de 1919 había puesto en las orillas de la acción política, lo mismo que a sus compañeros de
Precedieron al
inquietudes y de generación. El joven maestro, que de la cátedra de Filosofía Moderna había derruMbe de
pasado a las de Derecho Constitucional y de Historia de la Cultura, defendió entonces, en 1921, la rePÚblica
una tesis democrática y liberal: el respeto al Poder Judicial, el acatamiento a las garantías indivi-
duales. Partió luego al destierro y lo vivió, no como Riva-Agüero en Madrid y Roma sino, en su aristocrÁtica
mayor parte, en universidades norteamericanas, y en esta etapa volvió al catolicismo en un en 1919.
sentido integral.
Años más tarde, Mariátegui planteó en sus ensayos de crítica histórica la tesis de la revolu-
ción que, según él creía desde su sillón de impedido, estaban haciendo los obreros en Europa
y debían hacer, sobre todo los campesinos indígenas en el Perú. Fue también esta vez
Belaunde y no Riva-Agüero quien le salió al frente desde el exilio con los artículos que envió
al Mercurio Peruano para refutar los Siete Ensayos y que luego integraron el libro La realidad
nacional. Enarboló, como su adversario, un historicismo-decoración, un historicismo-concep-
to que hállase por encima del historicismo-dato aunque debe basarse en él. Y Belaunde ya no
se inspiró en el liberalismo laico sino en el fermento dinámico y social que palpita en el interior
del cristianismo, muy lejos del prurito conservador a machamartillo que en el Congreso de
1915 había representado el sacerdote Sánchez Díaz y en la Asamblea Nacional de 1919 el
sacerdote García. Refutó, con el aval de sus estudios antiguos y recientes, históricos y filosófi-
cos, su humanismo cristiano y su múltiple talento, con la energía, agilidad y documentación
de un diestro abogado, pero a la vez, con la altura y cortesía de un gran señor, el marxismo
que Mariátegui había intentado aplicar a la realidad histórica y social peruana; y planteó los
fundamentos de una nueva actitud para los católicos inteligentes en este país, que era no solo
[ CAPÍTULO 10 ] ADENDA 23
nuestra la “defensiva” de conservar o procurar conservar sino la “ofensiva” de buscar la transformación
coMunIdad y cauces propios. Reunió estos escritos y otros de crítica a Leguía y su régimen y de examen
IndíGena de la vida peruana en el libro La realidad nacional.
El paso de los años había producido un “lavado en los cerebros” y la inmensa mayoría de
la juventud en 1930 se había olvidado del fervor que los estudiantes tuvieron hasta 1921 ante
la palabra de Belaunde.
En 1930 surgió lo que él ha llamado en sus memorias “el drama del retorno”, muy semejante
al de los demás proscritos desde 1919 que volvieron al país. Sobre su desgarrada actuación
entonces, tanto en las universidades de San Marcos y Católica como en el Congreso
Constituyente entre 1931 y 1933, se ha tratado en el capítulo final de la parte sobre historia
educacional y en los capítulos sobre la política de dicha época. Entonces publicó dos libros más:
Meditaciones peruanas con ensayos antes dispersos y El debate constitucional con sus memora-
bles discursos en el Congreso, pronunciados casi siempre en tensa polémica. Así, con tres libros
casi simultáneos, dio muestras de una insólita fecundidad intelectual.
El resto de la vasta obra de él desborda el límite del presente trabajo. A diferencia de Riva-
Agüero, no publicó libros clásicos en su primera mocedad; son los de la prolongada madurez sus
esta obra del sociólogo obras más importantes.
Hildebrando castro Belaunde albergó la aptitud para las ideas generales que provenía de su preparación filosófi-
pozo (1890-1945) fue ca, y la agudeza realista para aprehender los hechos concretos; la capacidad para entusiasmarse
publicada en 1924 por y el sentido analítico; el fervor místico que acabó por hacerlo volver a la religión católica y el
la editorial el lucero. gusto para extraer enseñanzas y estímulos de la lectura de los grandes libros y de la experiencia
allí castro pozo realizó de la vida nacional e internacional; la nobleza de un espíritu que no supo de envidias o maldades
un estudio sobre la y la privilegiada robustez de su salud física y mental.
sociedad indígena, que,
según él, se encontraba
ligada a las [V]
supervivencias de la HIldebrando castro pozo y nuestra coMunIdad IndíGena.- En 1924 apareció el
cultura tradicional. libro de Hildebrando Castro Pozo Nuestra comunidad indígena. Castro Pozo perteneció a la genera-
uno de los temas ción universitaria que se agrupó alrededor de Leguía en 1919 en el periódico Germinal. Nombrado
tocados con jefe de la sección Asuntos Indígenas en el Ministerio de Fomento, pudo adquirir, acerca de las comu-
profundidad fue el nidades indígenas, datos que completaron, de un lado, los que había estado reuniendo desde 1917
papel de la mujer en la y, por otra parte, las experiencias de su infancia en pueblos de la sierra y de la costa del norte de la
sociedad indígena. República. Partidario de Germán Leguía y Martínez, fue apresado y desterrado en 1923.
El libro de Castro Pozo no fue un estudio histórico. Examinó con cariño y conocimiento la
comunidad indígena en su estado actual y analizó sus caracteres y funciones, la condición de la
mujer, las prácticas y supervivencias matrimoniales, el régimen de los bienes conyugales, la reli-
gión, las actividades de brujos y curanderos, las expresiones estéticas y la producción industrial.
Documentado y minucioso, incluyó en el texto la versión de creencias, tradiciones, cuentos,
versos y cantares indígenas. Tiene en cierto sentido, un valor similar al de Adolfo Vienrich. Influyó
sobre el indigenismo de Mariátegui.
el IndIGenIsMo.- El interés y la simpatía hacia los indios, hacia las culturas de la época prein-
ca, hacia el imperio del Tahuantinsuyo y hacia sus supervivencias culturales, sociales y económi-
cas ha sido estimulado en el Perú, entre otros factores, por corrientes credos durante varios siglos,
a saber:
Antes de la Independencia:
a) Los testimonios de Garcilaso y de quienes pertenecieron a su escuela y a la de Las Casas
durante la Conquista y el período colonial, origen de la “leyenda negra”.
24 ADENDA [ CAPÍTULO 10 ]
[1] EL INDIGENISMO.
Entre 1920 y 1930,
intelectuales
peruanos de diversos
campos se dedicaron
a revalorizar la
cultura indígena del
país. El movimiento
no fue solo de
carácter literario o
pictórico, sino
también sociológico,
antropológico,
arqueológico,
etcétera. Uno de sus
objetivos fue cambiar
la imagen de los
pueblos nativos del
Perú, que por los
siglos habían sido
percibidos como
atrasados. En estas
imágenes se aprecia a
una familia de
indígenas capas (1) y a
un grupo de varayocs
cuzqueños (2), a
inicios del siglo XX.
[2]
[ capítulo 10 ] adenda 25
EL PERÚ CONTEMPORÁNEO SEGÚN SÁNCHEZ
EL PERÚ
CONTEMPORÁNEO, DE
FRANCISCO GARCÍA
CALDERÓN, ES UN
" El Perú contemporáneo se escribe en
una época esperanzada, cuando
empezaba la belle époque latinoa-
mericana. Bajo la tutela ideológica y
financiera de Inglaterra, Francia, y la
prácticamente en su propia patria, sir-
vió empero de acicate para atraer volun-
tades europeas (…).
26 adenda [ capítulo 10 ]
b) El “indigenismo hispanista” de doctrineros, misioneros, lingüistas, etc., que se acercaron al
ande
aborigen para “redimirlo” de sus pecados –la idolatría, la superstición- y trataron de conocerlo
estudiando su idioma y sus formas de vida.
c) El movimiento europeo, iniciado con Montaigne, que exaltó la bondad del hombre en
estado de naturaleza y que, después de una curiosa trayectoria filosófica y jurídica, desembocó
en el campo político con las ideas de Rousseau.
d) La reacción europea y americana en contra de la tesis de De Pauw y de otros autores acer-
ca de la inferioridad y degeneración irremediables de los habitantes del llamado Nuevo Mundo.
Durante el siglo XIX y los primeros años del siglo XX:
e) Los grupos liberales en el momento de la Emancipación que buscaron afirmar a los nuevos
Estados sobre la tradición indígena.
f ) Los exponentes del romanticismo a principios del siglo XIX que no solo trataron a los indios
y a los Incas dentro de un plano literario sino también tuvieron representantes científicos como,
en un campo de interés especial en ese momento, el campo lingüístico, Tschudi.
g) Los autores protestantes, sobre todo los anglosajones, que estudiaron con severidad la obra este poemario del puneño
de España en América y con simpatía a los indios. alejandro peralta (1899-
h) Los positivistas que, ya a fines del siglo XIX, hicieron la vivisección del sistema y de las insti- 1973) fue publicado en
tuciones coloniales con una mentalidad, sobre todo, liberal y, directa o indirectamente, pudieron 1926 en su ciudad natal
ayudar a una actitud de reivindicación de la época anterior. por la editorial titicaca.
i) Los sociólogos marxistas alemanes como Cunow de esa época y primeros años del siglo XX, la obra estuvo
cuyo interés particular fue el problema de la economía colectiva en el Perú antiguo. complementada por
j) Exploradores interesados, ante todo, en las ciencias naturales, como Reiss y Stübel que, de grabados de manera del
hecho, contribuyeron al mayor conocimiento de la civilización aborigen. pintor domingo
k) Los defensores morales o legales del indio, simbolizados, a mediados del siglo XIX, por Juan pantigoso. peralta publicó
Bustamante y la Sociedad Amiga de los Indios y agrupados, en la primera parte del siglo XX, en la además el Kollao (1934),
Asociación Pro Indígena y otras entidades. poesía de entretiempo
l) Los arqueólogos que empezando con Max Uhle, hicieron, desde fines del siglo XIX y princi- (1968), tierra-aire (1971) y
pios del XX descubrimientos sensacionales de yacimientos antes no sospechados, ahondaron en al filo de tránsito (1974)
el tiempo y en el espacio el horizonte de las culturas preíncas e hicieron resaltar la variedad y la que apareció de manera
importancia de sus remanentes; y los etnólogos, antropólogos y sociólogos europeos y america- póstuma.
nos que estudiaron científicamente en este último siglo al Perú, a los Incas y sus antecesores y a
los indios.
m) En un plano literario e ideológico, Manuel González Prada al afirmar que los indios consti-
tuyen el verdadero Perú, que “nuestra forma de gobierno se reduce a una gran mentira porque
no merece llamarse República democrática un Estado en que dos o tres millones de individuos
viven fuera de la ley” y, por último, que la cuestión del indio “más que pedagógica, es económica,
es social por lo que hay que predicarle rebeldía pues “todo blanco es, más o menos, un Pizarro,
un Valverde, o un Areche”.
n) Los marxistas, sobre todo los comunistas, que ahondaron y sistematizaron muchos años
más tarde las palabras de González Prada e insistieron en que la base de la revolución social tenía
que ser agraria y racial.
o) Los intelectuales y artistas regionalistas, andinistas y serranistas con hostilidad a Lima, a la
costa y a los blancos y mestizos.
[ CAPÍTULO 10 ] ADENDA 27
en cambio, los moldes tradicionales imperaron en El pueblo del Sol (1927) de Augusto Aguirre
Morales, ensayo ambicioso de hacer una evocación realista del suntuoso y rígido imperio inca.
En el género del cuento entre 1920 y 1930 viose desfilar en distintos planos a los indios señe-
en conJunto, se ros de Enrique López Albújar, César Vallejo, Ventura García Calderón y Emilio Romero.
La obra arqueológica de Julio C. Tello, de la que trata en detalle otro capítulo (1), tuvo en uno
Puede aFirMar de sus aspectos una militancia indigenista porque, de un lado, llamó la atención acerca de la
Que la dÉcada antigüedad del Perú y, a la vez, destacó la magnificencia irrebatible de algunas de sus expresio-
de 1920 a 1930 nes más originales o más remotas. Al mismo tiempo, Tello en sus esfuerzos interpretativos ahon-
dó en la autenticidad y en la raigambre de las expresiones culturales aborígenes dentro de la vida
rePresentó un peruana, exhibió a la Conquista española en sus aspectos más desfavorables y no prestó aten-
considerable ción al proceso histórico del Virreinato, la Independencia y la República. Hubo también quien
increMento de negó originalidad y sustantividad a las culturas de la costa. La lucha entre serranos y costeños a
propósito de remotas tesis arqueológicas halló paradojal asidero en algunos voceros curiosa-
la iMaGen del mente representativos de una virtual guerra civil en los espíritus.
indio en la Con Tempestad en los Andes de Luis E. Valcárcel, el relato que presentó al indio como a un
mujik apareció unido a la encendida prédica de una próxima revolución agraria, serrana y racial
conciencia que debía barrer a Lima, la costa, los mestizos y los blancos. Valcárcel presentó, por otra parte en
de la sus serios y tenaces estudios históricos, una reivindicación del imperio de los incas y sobre el
intelectualidad supuesto comunismo de su sistema económico y social. J. Uriel García refutó la tesis de Tempestad
en los Andes en El nuevo indio, y declaró que carecían de vigencia en el Perú las pugnas racistas y,
Peruana. JosÉ a la vez, afirmó que nuevo indio es todo aquel, recién llegado o con una estirpe de siglos en el
ÁnGel escalante mismo suelo, cualquiera que sea el color de su piel, que se enlaza con el paisaje y que extrae de
él esencias de cultura peruana. Sin embargo, el marco de este libro se limitó a la región del sur y
contribuyó a hubo en él pasajes pocos gratos para la costa y para el norte.
Que este Punto El libro de Abelardo Solís Ante el programa agrario peruano representó la búsqueda de la
de vista formulación social y jurídica concreta de problemas seculares para propugnar soluciones inspi-
radas en el ejemplo mexicano y en el de algunos países de Europa central y oriental después de
Pareciera la Primera Gran Guerra, en una posición reformista y anticomunista pero mucho más avanzada
Hallar acoGida que las de las tesis universitarias anteriores a 1919.
en la retórica El nombre Amauta escogido para la revista que fundó José Carlos Mariátegui, la figura que la
simbolizó, dibujada por José Sabogal y la reafirmación de la dimensión indígena en la vida perua-
oFicial del na insistentemente hecha en los Siete ensayos, actuaron entre las más influyentes tendencias
Presidente sobre las nuevas generaciones intelectuales y estudiantiles de aquella época. A Mariátegui se
debió la difusión de la tesis de que el problema indígena no debía tener una solución educativa
leGuÍa y de su sino predominantemente social y económica.
rÉGiMen. No debe omitirse una referencia al indigenismo pictórico de José Sabogal y al indigenismo musical.
En conjunto, se puede afirmar que la década de 1920 a 1930 representó un considerable
incremento de la imagen del indio en la conciencia de la intelectualidad peruana. José Ángel
Escalante contribuyó a que este punto de vista pareciera hallar acogida en la retórica oficial del
presidente Leguía y de su régimen.
Correspondió al período entre 1931 y 1941 una etapa de reafirmación hispánica. Este período
tuvo sus momentos culminantes al surgir la guerra española, al producirse la victoria de Franco
y al celebrarse el cuarto centenario del descubrimiento del Amazonas y de la muerte de
Francisco Pizarro. La superación de la lucha entre hispanistas y indigenistas a través del recono-
cimiento de la experiencia histórica peruana en su totalidad y la negativa para que ella actúe
como lastre ante el porvenir, fue divulgándose después de 1942. La exhumación insistente de los
28 ADENDA [ CAPÍTULO 10 ]
equilibrados trabajos de la juventud y de la primera madurez de Riva-Agüero y la restauración de teMpestad
un clima democrático en el mundo occidental después del colapso nacionalsocialista y fascista, en los andes
han “apaciguado” a la derecha intelectual. Sin embargo, algunos de los que propugnaron una
concepción “integralista” de la historia peruana tendieron al estatismo, al conservadurismo (1), y,
en los últimos tiempos nótase un beligerante renacimiento indigenista como anuncio o prepara-
ción de una ola radical.
El hispanismo franco o vergonzante, en sus posiciones extremas, pecó porque soslayó o silenció
lo que hubo de cruento y de trágico entre nuestros siglos XVI y XIX y lo que hubo y hay de notable
en los desniveles sociales, económicos o culturales de la realidad americana; y porque suscribió
todo el vasto y complejo fenómeno de la incorporación de América a la cultura occidental y de la
recepción por esta de la riquezas y de los sueños que el Descubrimiento produjo, a un vocear de
gratitud y de pleitesía a España. En cambio, cumplió una tarea esencial al recordar y reiterar la per-
durable vinculación histórica de la vida del Nuevo Mundo con el mundo de ultramar.
El indigenismo, en análogos sectores irreconciliables, resultó negativo y ello fue natural, dado
su ímpetu definido o potencialmente revolucionario. Y así resultó un convidado de piedra que
vino a sentarse en el banquete de los historiadores y literatos y diplomáticos hispanistas, a ahu- en 1927 el antropólogo e
yentar complacencias e ilusiones, a abrir ojos y conciencias, a desenmascarar la nota amarga de historiador moqueguano
la verdad profunda del hinterland americano. El uno exaltó al pasado colonial como proeza y el luis e. Valcárcel (1891-
otro denostó a ese mismo pasado como tara para refugiarse en la idealización del pasado más 1987) publicó este ensayo
remoto que el adversario a veces calificó despectivamente como bárbaro. El uno hizo la enume- indigenista. en él, tocó el
ración de lo que se construyó; el otro la de lo que se destruyó y de lo que permaneció como tema de la reforma
problema irresuelto. El peligro del indigenismo estuvo en que se quedara en lo local, lo aldeano, agraria, que según el
lo provinciano, aunque lo utilicen fuerzas internacionales; el peligro del hispanismo radicó en que autor debía surgir en la
pudo terminar en una actitud de evasión hacia la metrópoli física o espiritualmente, realizada en sierra. Valcárcel
forma parcial o total. incursionó además en la
Si no hubiera ahora mismo vastos sectores de población aislados que no se conjugan en el política. en 1915 fue
quehacer nacional; si no existiesen analfabetismo, escaso índice de producción, bajo nivel de elegido diputado por la
vida, el clamor, el rencor, la rebelión indigenista no serían graves, peligrosos, patéticos. Pero esa provincia de chumbivilcas
desarticulación, esa ignorancia, esa subproducción, ese subconsumo pueden abarcar también a (cuzco), aunque luego el
sectores mestizos, criollos, negros blancos, etc. Por ello el indigenismo puedes disolverse dentro proceso electoral fue
de una conciencia lúdica acerca de los problemas sociales del país y de otros países en análogo anulado. también se
nivel. Así como el hispanismo puede resolverse dentro de una conciencia lúdica acerca de nues- desempeñó como
tro necesario ligamen con el mundo occidental, aunque no seamos, por la existencia de aquellos catedrático de Historia
problemas, una mera provincia de él. Lo peruano es, primariamente, una comunicación, unidad del perú e Historia del
sustancial de elementos heterogéneos, conciencia simultánea de lo diverso y uno. arte peruano en la
facultad de letras de la
universidad nacional del
cuzco.
(1) El autor del presente libro con sus ideas sobre Perú: problema y posibilidad y La promesa de la vida peruana ha procurado difundir una
concepción dinámica de la historia nacional.
[ CAPÍTULO 10 ] ADENDA 29
[ TOMO 17 ]
[ adenda: breves notas relacionadas con la educación, la ciencia y la cultura entre 1895-1933 ]
capítulo II ● I Santiago Figueredo ● II El Internacional en las guerras civiles y los indigenismo jurídico universitario ● La
Nuevo diccionario de la legislación plebiscitos ● El Derecho Internacional obra polémica de Manuel Santos Pasapera
peruana y el Diccionario de la legislación Público, de Alberto Ulloa Sotomayor ● La sobre Derecho Minero ● El Tratado de
criminal del Perú, de Leguía y Martínez ● Exposición comentada y comparada del Derecho Internacional Privado, de Morote
Los estudios de filosofía del Derecho. La Código Penal, de José Viterbo Arias ● La ● El Derecho internacional Privado, de
influencia de Vanni ● Los estudios de antropología criminal ● El Comentario al Carlos Garcia Gastañeta ● V Los Estudios de
historia del Derecho ● III Luis Felipe Villarán nuevo Código Penal, de Ángel Gustavo legislación procesal, de Julián Guillermo
y el Derecho Constitucional e internacional Cornejo y otros estudios sobre esta materia Romero ● Los Dictámenes fiscales, de
● Manuel Vicente Villarán y la enseñanza ● La polémica alrededor del jurado ● Guillermo Seoane, las Vistas fiscales, de
del Derecho Constitucional ● El Tratado de IV El Derecho Civil Común, de Cesáreo Juan José Calle y Algunas ejecutorias, de
Derecho Administrativo, de León y León ● Chacaltana ● El Tratado de Derecho Civil Óscar C. Barros ● Las vistas fiscales y la
Las contribuciones de Dávalos y Lissón y Peruano, de Ricardo Ortiz de Zevallos y preocupación indigenista de José
de Alayza y Paz Soldán sobre Derecho Vidaurre ● Los Comentarios al Código Civil Frisancho ● La jurisprudencia de los
Administrativo ● El Derecho internacional de 1852, de Ángel Gustavo Cornejo ● El tribunales como fuente para la literatura
Público, de Ramón Ribeyro ● Las obras de ambiente jurídico a favor del divorcio y el jurídica ● VI La enseñanza del Derecho ● La
Carlos Wiesse sobre el Derecho matrimonio civil ● Los comienzos del magistratura ● La oratoria forense.
NOTAS SOBRE LAs ciencias jurídicas
en el período 1895-1930
CAPÍTULO
11
[ ]
s
[I]
antIaGo fIGueredo.- El 13 de setiembre de 1910 falleció Santiago Figueredo, vocal de la
Corte Superior de Lima.
He aquí una figura que debe inspirar veneración y afecto a la historia. La luz que ella emane
debería compensar con creces las obras que otros proyectan.
Magistrado, inició su carrera como vocal fundador de la Corte de Junín. En época en que los suel-
dos judiciales eran ínfimos y en que la vida en Cerro de Pasco tenía notoria carestía, Figueredo no
trepidó en cumplir con sus deberes y lo hizo con tal austeridad que se vio en el caso de renunciar para
evitar el peligro de cualquier acto que lastimase su dignidad de hombre probo. Prefirió así ejercer de
nuevo la profesión de abogado, abrió su bufete en aquella ciudad y su competencia y honradez pro-
fesionales fueron bastantes para que pudiera vivir con más holgura que cuando era magistrado.
Después de estableció en Lima. En 1872, por un acto de justicia, fue designado, sin preten-
derlo, vocal de la Corte Superior de Lima. En el desempeño de este cargo pasó gran parte de su
vida. Nombrado varias veces, como homenaje a sus merecimientos, vocal interino de la Corte
Suprema, nunca llegó a la propiedad de esta función porque su modestia se opuso a ello. Fue
propenso numerosas veces; jamás solicitó un voto, ni siquiera de sus amigos más íntimos. Ni
pedía ni permitía que lo hicieran quienes estaban cerca de él. Decía que la gloria que ambicio-
naba era que se le hiciera justicia sin solicitarlo; no se le hizo. Sus últimas palabras fueron estas:
“Dejo por única fortuna la modesta medalla de vocal de la Ilustrísima Corte Superior de Lima”.
Figueredo, no obstante su precaria condición económica, fue uno de los pocos ciudadanos
que se negó a solicitar de los podes públicos el pago de sueldos devengados durante la ocupa-
ción chilena. Creía que no tenía derecho a cobrar esos haberes porque no los había ganado, pues
su actividad en aquella época se desarrolló en el orden patriótico y no en el judicial.
Figueredo fue el presidente y el símbolo de la Junta Patriótica erigida para ofrendarle al país
la reconstitución de sus fuerzas navales. No se limitó a conservar los fondos de esta patriótica
entidad: los defendió contra poderosas asechanzas en 1894, 1899 y en 1906. Él quería que ese
dinero se invirtiera única y exclusivamente en la compra de una nave de guerra buena y útil para
el país, nada ni nadie logró hacerle ceder ni por un momento.
Ejemplo límpido de probidad y de patriotismo, Santiago Figueredo ha sido olvidado por las gene-
raciones nuevas. Solo un malecón en el Callao y una calle perdida en Miraflores recuerdan su nombre;
y si se hiciera una consulta pública, la mayor parte de las respuestas no atinaría a identificarlo.
[ II ]
el nueVo dIccIonarIo de la leGIslacIón peruana y el dIccIonarIo de la
leGIslacIón crIMInal del perú, de leGuía y Martínez.- Germán Leguía y
Martínez, magistrado durante algún tiempo en la Corte Superior de Arequipa y luego vocal de la
Corte Suprema, comenzó a publicar fascículos en 1914 su Nuevo diccionario de la legislación
peruana. Debido a las circunstancias políticas la obra quedó interrumpida en 1921 en el segundo
tomo y solo llegó de la sílaba Ab a la Al. Se trataba de una empresa gigantesca que hubiera
32 ADENDA [ CAPÍTULO 11 ]
necesitado unos 60 tomos o más. La ambiciosa finalidad de Leguía y Martínez fue la de reempla- santIaGo
zar el diccionario de García Calderón en una época en que la legislación había cambiado casi fIGueredo (¿?-1910)
totalmente, pero, al mismo tiempo, se había vuelto más profusa y detallada.
Leguía y Martínez procuró dar a las voces por él estudiadas sus distintas acepciones de carácter
etimológico, jurídico y dentro de la legislación patria. Al tratar, por ejemplo, de “abandonar” y “aban-
dono”, después de la interpretación gramatical, enumeró cuarenta y seis casos de abandono de
derechos, acciones, cargos y otras cosas consideradas en las distintas ramas de la legislación civil,
criminal, administrativa, fiscal, minera, etc., con referencia a la ley o al reglamento con la norma perti-
nente. A veces transcribió literalmente leyes, decretos o jurisprudencia de los tribunales. Con motivo
de la palabra “alcabala” hizo un estudio muy interesante. Pero, a pesar de todo, su esfuerzo, se quedó
muy a comienzos de su vasta empresa y esta circunstancia impide que pueda ser emitido un juicio
conjunto. Más le hubiera valido quizás completar su Nuevo diccionario y su Historia del Protectorado
que lanzarse a los altibajos de la política.
Exiliado en Panamá entre 1924 y 1927, Leguía y Martínez acometió la preparación del
Diccionario de legislación criminal del Perú que su hijo Jorge Guillermo Leguía editó en 1931. Este
libro se halla completo. Sea debido a la carencia y material de consulta o por otras circunstancias, el magistrado santiago
Leguía y Martínez se limitó aquí a ordenar el Código de 1924 y el de Procedimientos de 1920 figueredo, aquí en una
desde un punto de vista lexicográfico y legalista, sin hacer referencia a la doctrina, a la historia o fotografía de 1907, fue
a la jurisprudencia. uno de los juristas más
respetados de su tiempo,
inició su carrera como
los estudIos de fIlosofía del derecHo. la InfluencIa de VannI.- Los estudios lla- vocal de la corte superior
mados de Derecho Natural que a fines del siglo XIX estuvieron a cargo de Luis Felipe Villarán y luego de Junin. luego, ejerció la
de su hijo Manuel Vicente Villarán evolucionaron con este hacia tendencias sociológicas positivistas e abogacía en las zonas
historicistas. Tiene importancia luego para la historia de las ideas la tesis presentada por Juan Bautista rurales de dicho
de Lavalle en 1911 sobre La crisis contemporánea en la filosofía del Derecho. El mismo Lavalle tradujo departamento. tras la
en 1909, en colaboración con Adrián Cáceres Olazo, el texto del maestro italiano Icilio Vanni Filosofía guerra del pacífico, se
del Derecho que alcanzó varias ediciones y que durante largos años fue obra de consulta obligada estableció en lima, donde
para los estudiantes. Puede decirse que en las aulas universitarias Vanni fue la deidad suprema sobre fue nombrado vocal
esta disciplina. Tan solo hacia 1922 Humberto Borja García Urrutia orientó su cátedra hacia las teorías superior y luego
de Stammler, Kohler y otros juristas alemanes, sin haber dejado al respecto obra escrita. presidente de la Junta
patriótica, que se encargó
de vigilar el dinero
los estudIos de HIstorIa del derecHo.- El texto de Román Alzamora sobre la historia obtenido en la colecta
del Derecho peruano publicado en 1876 continuó siendo utilizado. Eleodoro Romero editó una pública para la
segunda parte en 1901. Retirado Romero, que fue un encomiable catedrático, esta asignatura adquisición de los
siguió un curso azaroso. No se llegó a una depuración conceptual de su método ni de su conte- cruceros Grau y
nido y tampoco hubo relación orgánica con la renovación que, dentro del campo de la historia bolognesi, en 1907.
del Derecho en general significaron los maestros alemanes, dentro del Derecho Castellano hizo
Eduardo de Hinojosa o dentro del Derecho Indiano inició Ricardo Levene.
Anuncio de mejores días fueron la tesis de José Manuel Osores sobre El medio y la legislación
(1918) y la de Alfonso Benavides Loredo titulada Bosquejo sobre una evolución política y jurídica de
la época republicana del Perú (1918).
[ III ]
luIs felIpe VIllarán y el derecHo constItucIonal e InternacIonal.- En
1868 Luis Felipe Villarán fue nombrado catedrático de Derecho Natural, Constitucional e
Internacional en la Universidad de San Marcos, en reemplazo de Luciano Benjamín Cisneros. Al
[ CAPÍTULO 11 ] ADENDA 33
la constItucIón crearse la Facultad de Ciencias Políticas y Administrativas, se estableció la asignatura de Derecho
peruana Constitucional, y Villarán la regentó a partir de 1875. Fue, así, el primero profesor de esta materia
entendida como una unidad independiente. Se trataba, en su concepto, de una rama del
Derecho Público interno y en ella había que hacer el examen de sus principios y un estudio his-
tórico para ir luego al conocimiento de la normas vigente en el país.
Del largo ejercicio de Villarán en la docencia quedaron dos exponentes escritos; su Curso de
Derecho Constitucional Filosófico aparecido en 1875 con una segunda edición en 1882 y La
Constitución peruana comentada correspondiente a 1889.
En cuanto al primer aspecto, Villarán estudió los problemas y principios básicos, el orden del
Estado, la soberanía y la teoría de la Constitución escrita, la organización social (los derechos
individuales), la organización política (la nacionalidad, el sufragio, el gobierno, la estructura de los
Poderes públicos). En la enseñanza de las ideas constitucionales en San Marcos, el ilustre Rodrigo
de Mendoza había implantado, revolucionariamente, directivas liberales. Luego Herrera, sobre la
base de Pinheiro Ferreira, marcó un viraje total, negó la soberanía popular y afirmó la soberanía
de la inteligencia. Felipe Masías fue su discípulo vacilante, Antonio Arenas su sucesor moderado
esta obra del jurista y la reacción liberal se expresó en el difundido manual de José Silva Santisteban y en las lecciones
limeño luis felipe elocuentes de Luciano Benjamín Cisneros. Luis Felipe Villarán pertenece a otra generación en la
Villarán (1845-1920) fue que ya carecía de objeto la polémica sobre la esencia de la soberanía. La marca inexorable de la
publicada en 1899. en historia había cancelado los sueños reaccionarios, la democracia no parecía oscilar sobre el abis-
ella, Villarán, mo de la anarquía y, antes bien, para el desarrollo del país creíase ver dos obstáculos eventuales
catedrático de derecho que era el militarismo y la dictadura. Lo que predominó entonces en la naciente burguesía que
constitucional y decano constituía sector dirigente de la vida nacional fue un liberalismo mitigado, sin los excesos de los
de la facultad de hombres de 1823, 1856 y 1867, escéptico ante la teoría del pacto social, igualitario en principio
ciencias políticas y si se le comparaba con Herrera, formalmente constitucionalista, buscando la estabilidad de las
administrativas de la instituciones políticas y de los gobiernos en el ejercicio de la soberanía popular limitada por la
universidad san justicia y los derechos individuales. Este pensamiento teórico, de tipo netamente político y sin
Marcos, hacía un gran desarrollo de la sensibilidad social, debía llevar a impugnar el intervencionismo del Estado
comentario profundo a en la vida económica y elevar a un dogma el concepto de que las limitaciones de la libertad se
la carta Magna hallan en el derecho ajeno. Estas fueron, precisamente, las ideas que divulgó Luis Felipe Villarán.
peruana. el texto fue Pero el maestro de San Marcos no solo se limitó a las elucubraciones teóricas ni gustó mucho
originalmente parte del de ellas. Libro notable fue su La Constitución peruana comentada. Hubo en él una introducción
material de lectura de histórica en que, brevemente, se refirió a la Independencia nacional, al territorio entonces ace-
su cátedra. fue chado por múltiples cuestiones de límites y a los cambios de Cartas políticas. A su juicio, las más
reeditado en 1920. notables dictaduras en el Perú fueron la de 1839 y 1856. Aunque inspiradas en doctrinas opues-
tas, ambas contenían, según afirmó, sabias disposiciones, corregidos los defectos, provenientes
del exagerado espíritu de reacción con que fueron dictados, había en los dos documentos las
bases suficientes para una Constitución progresista y acomodada a nuestro Estado.
En relación con los puntos específicos de su materia, los trató uno a uno con minuciosidad y
discreción. Después de haber censurado los “ociosos debates alardeando de liberalismo” en 1856
y 1867, no sorprende que evite entrar en polémicas sobre las reacciones de la Iglesia y el Estado,
por más que considere inherente al derecho de religión la libertad de conciencia y la libertad de
cultos. Por otra parte, afirma: “La religión con la idea infinita de Dios y sus misteriosas enseñanzas
engrandece el espíritu, despierta y alimenta todos los afectos benévolos, corrige las injusticias y
los odios, es la más sólida base de la moral y el más dulce lazo de la fraternidad humana. Si no
hubieran Dios y religión serían necesarios inventarlos”.
El dilema, a veces tan patético en el Perú, entre la normal ideal y la cruda realidad no parece
haber escapado a la mirada de Luis Felipe Villarán. “La inferioridad de la raza indígena respecto de
las demás la mantiene sometida a estas (escribió en el capítulo sobre la igualdad civil) y las leyes
y los esfuerzos de los gobiernos han luchado con poco éxito contra el inconsiderado predominio
34 ADENDA [ CAPÍTULO 11 ]
y duras exacciones de las autoridades subalternas, del cura, del hacendado y del cacique. La
revolución, tan frecuente en el Perú, ha encontrado en el indio, arrancado brutalmente de la
choza, su instrumento de guerra, y el candidato político el elemento de acción y el voto incons-
ciente. Esta profunda desigualdad es y será el principal obstáculo con que tropieza la República Manuel vicente
en el camino del progreso social”. Por otra parte, atribuyó a circunstancias históricas diversas
prácticas viciosas. La Carta del 23 no debió expedirse; y al ser ella promulgada surgió un doble y
villarÁn
monstruoso engendro de constitucionalidad y dictadura, que sembró en el espíritu nacional el reeMPlaZó a su
escepticismo político y preparó a los peruanos a soportar con indolencia el autoritarismo militar. Padre, luis
La intimidación y el fraude siguieron a la victoria de Ayacucho y así se consiguió el objeto de
comprimir y adormecer el sentimiento de la realidad nacional y crear un pueblo pasivo mediante
FeliPe villarÁn,
el descreimiento y la indolencia del mayor número y la abyección de los otros. Luego afirma en en la cÁtedra
una típica interpretación civilista de la historia republicana: “Medio siglo vivió el Perú agitado por de derecHo
partidos personas, regido por gobiernos militares nacidos en los motines de cuartel o el fraude
electoral y generalmente faltos de ilustración y de moralidad política y administrativa. Esa penosa constitucional
época ha pasado ya (agrega contagiado con el optimismo desarrollado después de 1895) rezagos Hasta 1923, no
quedan que dificultan la obra der la regeneración, pero estamos en el recto sendero”. La solución
de Villarán a los problemas peruanos no está en el terreno social o económico o pedagógico, sino
deJó, coMo Él,
se halla íntimamente unida a su formación legalista y a la cátedra enseñada. “Retemplado el espí- un libro
ritu nacional con el recuerdo de grandes infortunios (afirma) consolidaremos la constitucionali- orGÁnico; Pero
dad, condición de todo progreso”.
Hizo Luis Felipe Villarán un importante aporte en el campo del Derecho Internacional. Como su acción
abogado plenipotenciario ad hoc del Perú para negociar en 1894 un arreglo de límites con los docente Fue
representantes de Colombia y Ecuador, utilizó el principio de la libre voluntad de la nación que
en su cátedra de Derecho Constitucional consideraba como básico de todo Gobierno, a la cons-
enÉrGica.
titución inicial de las Repúblicas hispanoamericanas. Reafirmó, por cierto, el valor de los títulos
coloniales, representados en aquel litigio por la cédula de 1802; pero habló de la existencia de un
derecho más radical en que apoyar la soberanía territorial de cada una de las zonas emancipadas
del continente. Ese derecho era el que tenían los pueblos al independizarse, para formar entida-
des soberanas, respetando o alterando libremente las antiguas divisiones administrativas existen-
tes dentro del imperio español. La doctrina que Villarán planteó no hizo sino exhumar la tesis que
Bernardo Monteagudo había formulado al discutir con el plenipotenciario colombiano Joaquín
Mosquera y que reprodujeron Matías León en 1841 a propósito del litigio con el Ecuador, Agustín
Guillermo Charún en 1842 y Juan C. Cavero en 1858 el mismo problema. Pero Villarán la liberó del
olvido o del abandono al segundo plano, la desarrolló vigorosamente y la aplicó a todos los terri-
torios coloniales, lo mismo a los Virreinatos, Capitanías Generales o Presidencias, como a las
pequeñas comarcas. Estableció, al mismo tiempo, la relación entre ese principio de la libre deter-
minación y el del uti possidetis o de los títulos coloniales, con primacía para aquel.
[ CAPÍTULO 11 ] ADENDA 35
la obra de distintas Cartas y de algunos de los temas básicos como del sufragio inspirándose no solo en
león y león consideraciones dogmáticas sino tomando en cuento las circunstancias históricas y sociales. El
mejor documento que queda de esta fase de la enseñanza de Villarán es la versión taquigráfica
de sus clases de Derecho Constitucional Peruano tomada hacia 1915 por el alumno Luis Bullen
Pardo que se conserva en la Biblioteca Nacional.
Al retirarse de la enseñanza Villarán, por circunstancias políticas en 1924 y al no continuar
tampoco en esta cátedra su auxiliar César Antonio Ugarte, el estudio del Derecho Constitucional
entró (después del período en que los reemplazó Lizardo Alzamora Silva) en decadencia. Por lo
demás, la vida pública del país, con su clima de violencia, no fue favorable al cultivo de él.
36 ADENDA [ CAPÍTULO 11 ]
LA ENSEÑANZA DE DERECHO. De 1895 a 1930, algunos de los mejores magistrados de la capital estuvieron a cargo de la
enseñanza de las leyes. Como consecuencia de ello, sus alumnos formaron también una de las más reconocidas
generaciones de abogados del siglo XX. En esta fotografía de 1907, captada durante una reunión por el cumpleaños del
profesor Miguel A. de la Lama, vemos el agasajado (al centro, sentado) y a su lado (a la izquierda de la imagen, sentado)
a un bisoño Víctor Andrés Belaunde, entre otros alumnos de segundo curso de Derecho Procesal, que llevaban los
alumnos de quinto año de la Facultad de Derecho de San Marcos.
[ capítulo 11 ] adenda 37
derecHo con materias pertenecientes a la administración pública. Estudio los distintos ramos del Poder
InternacIonal Ejecutivo y dedica capítulos a temas de finanzas, aduanas, agricultura, vías de comunicación,
públIco salud pública y otros con transcripciones de diversas opiniones sobre estos temas.
En 1927 apareció el curso de Derecho Administrativo General y del Perú por Toribio Alayza y
Paz Soldán, catedrático de esta asignatura en la Universidad de San Marcos. Claro y preciso,
tuvo un carácter exegético. La necesidad de una obra de esta especie se había hecho notoria
por los muchos años transcurridos desde la aparición del manual de León y León y por la
transformación notable que había tenido lugar a lo largo de esos veinte años en las funciones
del Estado.
(1) Más sobre Carlos Wiesse en los capítulos 8 y 9 de la presente sección de Historia de la República del Perú.
38 ADENDA [ CAPÍTULO 11 ]
posteriores, la última de ellas en Madrid, muy ampliada y corregida y que, por lo tanto, escapa a
los límites del presente esbozo. Solo cabe anotar que Ulloa ha escrito una de las mejores contri-
buciones que la bibliografía latinoamericana aporta a esta materia, al reunir con método y escru-
pulosidad los aspectos doctrinarios, técnicos, históricos y prácticos de la ciencia en que se ha los ensayos de
especializado. En las páginas de su libro abundan las alusiones a personas y hechos peruanos; así
resultan, cosa insospechada para algunos, una fuente utilísima para el estudio del Derecho y de
Paulino Fuentes
la historia nacional (1) . castro sobre
criMinoloGÍa
la eXposIcIón coMentada y coMparada del códIGo penal, de JosÉ nacional
VIterbo arIas.- José Viterbo Arias, juez del Crimen, publicó entre 1898 y 1902 en tres volú- estudiando
menes su Exposición comentada y comparada del Código Penal de 1863. El primero de ellos versó casos de
sobre la parte general del Código, el segundo acerca de los delitos contra la cosa pública y el
último comprendió los delitos contra las personas, la honestidad, el honor, el estado civil, la liber- delincuentes
tad y la seguridad personal, la inviolabilidad del domicilio y otras garantías constitucionales, la indÍGenas
propiedad particular y las faltas.
Arias empleó en sus comentarios algo del método comparativo. Aludió sistemáticamente al
colocaron a
Código francés, tipo de las legislaciones penales de principios del siglo XIX, al belga y al sardo este autor (…)
que, influidos por este introdujeron algunas reformas y sobre todo, al español; agregó, además, coMo el
algunos americanos como el argentino, de influencia española-belga-francesa y el chileno,
derivado del español. Especial cuidado tuvo en demostrar que el Código peruano de 1863 era PriMero Que
una copia de este último, si bien halló que en él había algunas notas originales y que en más de realiZó en el
un punto se adelantó a la reforma hecha en España en 1870 del texto promulgado en 1850. La
gran novedad en aquella época era el Código italiano en 1880; Arias logró, a última hora, incor-
PerÚ estudios
porarlo a su obra. sobre
El método seguido por el juez peruano fue analizar uno a uno los artículos del Código, hacer antroPoloGÍa
observaciones sobre ellos, insertar la legislación que los complementaba o modificaba y referirse
a la legislación comparada copiando los textos aludidos. Arias no sólo es minucioso sino también
criMinal y
ponderado; se declara, por ejemplo, opuesto a la pena de muerte. Asimismo, se define como un Motivaron la
adversario del positivismo y del evolucionismo. Felicitación de
También fue Arias autor de una Exposición de procedimientos en materia penal del Perú (1894). Glosó
así la legislación en este campo, tanto en su aspecto sustantivo como en el procesal. loMbroso de
GarólaFo.
la antropoloGía crIMInal.- La huella de Enrique Ferri precedió en la Universidad de
San Marcos a la de Spencer. Los ensayos de Paulino Fuentes Castro sobre criminología nacional
estudiando casos de delincuentes indígenas colocaron a este autor, según ya se ha dicho, como
el primero que realizó en el Perú estudios sobre antropología criminal y motivaron la felicitación
de Lombroso y de Garófalo. En otro campo, la tesis de Enrique Martinelli titulada Antropología
criminal. No existe delincuente orgánico, presentada en 1896, que el catedrático Ricardo Heredia
se negó a aceptar, señala otro documento interesante. El trabajo de Mariano Ignacio Prado y
Ugarteche sobre el tipo criminal, aparecido en 1899 anunció también la recepción de las ideas
de Lombroso. Pero, catedrático de la asignatura de Derecho Penal desde 1898, publicó Prado un
largo programa razonado y se colocó en una posición ecléctica, equidistante del positivismo
resuelto de la escuela italiana y de la escuela clásica. Sus actividades políticas, industriales y socia-
les no le permitieron consagrarse exclusivamente a la cátedra.
(1) Véase sobre Alberto Ulloa Sotomayor el capítulo 9 de la presente sección de Historia de la República del Perú.
[ CAPÍTULO 11 ] ADENDA 39
[1] EL QUEHACER DE LOS
ABOGADOS. A inicios del
siglo XX, se formó en el
país una junta Patriótica
(1) cuya finalidad era
fortalecer las fuerzas
navales peruanas. Estaba
presidida por el conocido
jurista y vocal de la Corte
Suprema Santiago
Figueroa (segundo desde
la derecha). Otro
destacado abogado de
este período fue Ángel
Gustavo Cornejo, autor
de la obra Comentario al
nuevo Código Penal,
quien además estuvo al
mando de la delegación
plebiscitaria ante el
Gobierno chileno para la
devolución de Tacna y
Arica. En esta imagen de
1926 se aprecia a Cornejo
(al centro, con bigote),
despidiéndose antes de
partir rumbo a Arica (2).
[2]
40 adenda [ capítulo 11 ]
el coMentarIo al nueVo códIGo penal, de ánGel GustaVo corneJo y otros ánGel GustaVo
estudIos sobre esta MaterIa.- Dos años después de que se promulgó el nuevo Código corneJo (1875-1943)
Penal, en 1926, Ángel Gustavo Cornejo publicó su libro Comentario al nuevo Código Penal. Entonces
no ejercía la docencia. Años más tarde, en 1936 y 1937, fortalecida su información con las obras que
asiduamente consultó en la biblioteca en la Universidad de San Marcos, editó estudios más extensos
sobre la misma materia. Su contribución debe ser examinada en conjunto. En el libro de 1926 mere-
ce referencia especial el prólogo de Julián Guillermo Romero con un aporte, que vale por sí solo,
sobre Derecho Comparado.
La Revista de Criminología, Psiquiatría y Medicina Legal de Buenos Aires editó en 1924 en una
separata el trabajo de Leonidas Avendaño sobre La reforma de la legislación penal. Más extenso y
especializado fue el comentario del penalista español Luis Jiménez de Asúa sobre El Derecho Penal
en la República del Perú (Valladolidad, 1926).
(1) Véase sobre Mariano H. Cornejo el capítulo 8 de la presente sección de Historia de la República del Perú.
[ CAPÍTULO 11 ] ADENDA 41
tratado de casos y ejemplos de la historia europea para demostrar la aptitud de esta institución para
derecHo cIVIl propagarse y para subsistir, en contradicción con la tesis de Villarán. Afirmó que encarnaba la
peruano solidaridad social, la reacción del a conciencia colectiva, por encima de la justicia profesional
que no podía, ni en su constitución ni en su función, aislarse fácilmente ni de las jerarquías, ni
de las desigualdades, ni del horror a la responsabilidad, ni de los acomodos, ni de las maniobras
inevitables en los organismos burocráticos. Frente a la burocracia servil, concupiscente y
desmoralizada era preciso confiar en la vitalidad del país, nacionalizar la justicia y así estimular
las energías de la magistratura al ponerlas en contacto con la pila poderosa del sentimiento
nacional. La campaña contra el jurado se inspiraba, en gran parte, en los prejuicios, intereses y
pequeñas pasiones que frustran en el Perú todos los anhelos de regeneración y reforma.
A pesar de su brillante dialéctica y de su frondosa elocuencia, Cornejo no convenció a la
mayoría de la opinión jurídica del país. El gesto de Villarán ayudó a paralizar la reforma procesal
penal durante varios años, hasta que, en 1920, Cornejo, al amparo de la fuerza política por él
entonces conquistada, logró llevarla al debate parlamentario sin conseguir ni aun entonces que
el jurado fuese implantado.
el abogado ricardo
ortiz de zevallos [ IV ]
publicó en 1906 el el derecHo cIVIl coMún, de cesáreo cHacaltana.- En 1897 los estudiantes
tratado de derecho Leopoldo Cortés y Manuel C. Rodríguez publicaron los apuntes que el año anterior habían toma-
civil peruano teórico do de las lecciones del primero curso de Derecho Civil dictado en la Facultad de Jurisprudencia
y práctico. en él, por Cesáreo Chacaltana. Estas lecciones abarcaban las nociones generales, la ley y la codificación
intentó esclarecer civil, las personas en general, los derechos del hombre en su estado individual, el estado de fami-
dudas surgidas sobre lia, la propiedad y sus modificaciones, los modos de adquirir el dominio. La obra editada vino a
contratos y las leyes ser un arreglo de las copias “teniendo a la vista algunos libros de sabios profesores en la ciencia
relacionados a estos. del Derecho Civil”. Chacaltana o sus editores utilizaron, en efecto, el pensamiento de algunos
su obra estuvo autores en boga en aquella época como Gabriel Tarde, Aguanno, Ihering, Rene Worms, Fouillee,
influida por autores y Letourneau. Entre los tratadistas de Derecho Civil más frecuentemente glosados estuvo Baudry
leyes franceses. el Lacantinerie. De los autores nacionales citó a Toribio Pacheco y García Calderón.
tratado incluía El curso de Derecho Civil de Chacaltana tiene una neta filiación liberal. Combate a las manos
además el texto del muertas. Se opone a los efectos civiles de los votos religiosos. Destaca el carácter esencialmente
código napoleónico, jurídico del matrimonio cuyas formas deben ser civiles, refutando la doctrina de que es una ins-
redactado a principios titución esencialmente religiosa, aunque acepta la utilidad de su consagración con ese carácter.
del siglo XIX. aquí Cree, como solución remota, en la necesidad de establecer en el futuro en la República como
vemos una imagen de único matrimonio válido, el civil; aunque, para el presente, propugna coexistencia de ambas
ortiz de zevallos, formas. Se declara partidario del divorcio absoluto, por considerar (después de un minucioso
captada en 1906. análisis) que se conforma con la ley natural, la defiende y es su más fiel interpretación; al mismo
tiempo que opina que no es prudente ni oportuno implantarlo de inmediato en el Perú.
Sin llegar a la altura y la profundidad jurídica del Patronato Nacional Argentino, la gran obra
de Chacaltana, sus copias de Derecho Civil superaran, dentro de la relatividad de la diferencia de
épocas, algunas que, sobre distintas ciencias jurídicas, suelen publicar en mimeógrafo ciertos
catedráticos actualmente.
42 ADENDA [ CAPÍTULO 11 ]
El ámbito del trabajo de Ortiz de Zevallos no había sido tocado por el único comentario orgánico
del Código Civil peruano entonces conocido, el de Toribio Pacheco. De acuerdo con la escuela de la
exégesis entonces en boga (a la que se adhirió), sigue el orden del Código en su materia. En algunos
puntos, principalmente al tratar de la naturaleza de las diversas obligaciones, salva las deficiencias de las tiene (…) [ÁnGel
leyes peruanas y transcribe el texto del Código Napoleónico cuya comparación con el nacional no
abandona durante todo el desarrollo de la obra; con mucha frecuencia cita la doctrina de la Corte de
Gustavo]
Casación y de otros tribunales franceses y de los principales autores de ese país, especialmente Baudry corneJo el
Lacantinerie que es su preferido. Ortiz de Zevallos se había licenciado en Derecho en París y era antiguo MÉrito de Haber
juez de primera instancia. Al final de la obra hay dos índices analíticos: uno, de los artículos del Código
en ella tratados, y otro por asuntos.
elaborado un
El autor se declara vulgarizador de ideas aceptadas y no el inventor de ideas nuevas, o sea derecHo
reconoce hidalgamente el carácter “fungible” que generalmente tiene la personalidad del autor doctrinario
de libros de Derecho. “A cada jurisconsulto, peruano o francés (escribe), le tomo un pedazo de su
vestido y con estos pedazos hago un vestido de Arlequín; si aquellos a quienes tomo sus ideas civil a base de
hallan en mi libro su expresión, les pido perdón de antemano; mi trabajo es un trabajo de abeja los dos códiGos
y la miel tiene que tener algo de aroma de la flor de que se compone”. Sin embargo, declara en
seguida, ha tenido que ser original cuando el legislador peruano lo había sido (y ello ocurría en
Que Han reGido
muchos puntos) necesitando entonces crear la doctrina sin poderse inspirar en una jurispruden- en el PerÚ,
cia que entonces no había sido publicada. Además, para interpretar el Código Napoleón suele PriMero en la
seguir un criterio personal, desarrollado en París.
Después de una parte general (dedicada a las reglas de interpretación de los Códigos, la defi- Provincia y
nición y fuentes de las obligaciones y los contratos en conjunto) Ortiz de Zevallos estudia: la antes de lleGar
compra-venta, la permuta, la locación y conducción, la sociedad, la transacción, los contratos
aleatorios, el mutuo, el comodato, el depósito, el censo, el mandato, la libranza, la prenda, la anti-
a la cÁtedra, y
cresis, la hipoteca, la fianza, las obligaciones nacidas del consentimiento presunto y el modo de 16 aÑos MÁs
acabarse las obligaciones. tarde en liMa y
desde la
los coMentarIos al códIGo cIVIl de 1852, de ánGel GustaVo corneJo.- En universidad de
1921 se dio el caso singular de que una imprenta de Chiclayo publicase una erudita obra jurídica: san Marcos.
Comentarios al Código Civil de 1852. De las personas y sus derechos por Ángel Gustavo Cornejo. El
texto de los artículos aparecía en tipo especial y hallábase acompañado por sus antecedentes
históricos y legales, el Derecho Comparado, las glosas del autor y un selecto grupo de ejecutorias,
o sea de jurisprudencia de los tribunales. A pesar de sus meritorios esfuerzos, Cornejo sufrió en
este primero intento, de graves limitaciones bibliográficas que más tarde superó. No llegó a com-
pletar su proyecto. Pero cuando se promulgó el Código de 1936, lo comentó en tres enjundiosos
volúmenes (1937-1939). Tiene, pues, Cornejo el mérito de haber elaborado un Derecho
Doctrinario Civil a base de los dos Códigos que han regido en el Perú, primero en la provincia y
antes de llegar a la cátedra, y 16 años más tarde en Lima y dese la Universidad de San Marcos.
[ CAPÍTULO 11 ] ADENDA 43
santos pasapera y partida estuvo en un artículo de Manuel Vicente Villarán en la Revista Universitaria de 1907 en
el derecHo MInero defensa de las comunidades agrarias como reducto frente al feudalismo de los gamonales. La
tesis de Luis Antonio Eguiguren sobre la condición jurídica del ayllu presentada en 1914 no solo
entró en consideraciones históricas y legales sino que intentó una estadística de las comunida-
des. En 1918 Ricardo Bustamante Cisneros presentó otra tesis sobre ellas con una encuesta que
reveló el pensamiento de diversos catedráticos y magistrados. Las dos tesis de José Antonio
Encinas, sobre criminalidad indígena y sobre necesidad de una legislación tutelar indígena,
ambas publicadas en la Revista Universitaria, deben ser consideradas como otras importantes
contribuciones en el mismo campo. La de Carlos Valdez de la Torre sobre la condición legal de
las comunidades indígenas es un estudio histórico-jurídico escrito cuando ellas habían sido ya
reconocidas en la Constitución (1921). Otra tesis notable fue la de César Antonio Ugarte sobre los
antecedentes del régimen agrario peruano (1918).
En las universidades de provincias hubo también expresiones de indigenismo jurídico. Entre
ellas debe ser citado el trabajo que Manuel A. Quiroga presentó para el doctorado en
Jurisprudencia en Arequipa sobre la evolución jurídica de la propiedad rural en Puno.
el abogado limeño Este movimiento puede ser considerado precursor del reconocimiento de las comunidades
Manuel santos indígenas en la Carta política de 1920.
pasapera, aquí en una
fotografía publicada en
1898, realizó la obra polÉMIca de Manuel santos pasapera sobre derecHo MInero.-
importantes estudios Manuel Santos Pasapera fue un abogado de Lima y catedrático de Derecho Civil, de Agricultura,
jurídicos sobre minería, Minería y Comercio en la Universidad de San Marcos a quien se encomendaron diversos trabajos
agricultura y comercio. legislativos desde 1861 que resultaron frustrados por diversas causas. Sobre su participación en
estos temas fueron la comisión que fue nombrada en 1884 para elaborar un proyecto de Código Civil dio cuenta en
tratados como parte de la obra polémica titulada La ley de aguas y sus antecedentes que versó sobre un aspecto especial
su labor como de dicho documento. En 1905 publicó en dos volúmenes su libro La novísima legislación perua-
catedrático de la na de minas. Fue el primero de los trabajos sobre Derecho Minero en el Perú republicano; no ha
universidad Mayor de tenido muchos continuadores.
san Marcos. en 1905, Pasapera dedicó su trabajo a Nicolás de Piérola. Expresó que el Perú le debía al caudillo demó-
publicó la novísima crata el haberle dado la moneda de oro y no haberle dado el Código de Minería. Razones de
legislación peruana de prudencia influyeron en el gobernante de 1895-1899 para decidirse a no hacer uso de la autori-
mina, el primer libro zación legislativa para promulgarlo. La sanción oficial se efectuó solo en 1901. Según Pasapera
sobre derecho minero no había sido un acto feliz.
del perú republicano. En su libro no hay definiciones, exposición de doctrinas contrapuestas, sistemático estudio
de la legislación comparada. En actitud quisquillosa y con demoledora dialéctica, analiza el
Código título por título para discutir su mismo nombre y hacer con frecuencia el examen cuida-
dosamente hasta de las palabras en él empleadas y presentar una nueva redacción de varios
artículos. Puede objetársele que entra en nimiedades. Pero él responde: “Por desatender seme-
jantes nimiedades las leyes suelen salir de las oficinas del legislador llenas de asperezas que las-
timan las manos de los que las manejan; y por eso son inaplicables o se aplican mal”.
Tiene una finalidad concreta; que se elabore otro Código, a pesar de que han transcurrido
apenas cuatro años de su vigencia. Para ello quiere personas competentes cuyos requisitos enu-
mera así como las condiciones para su trabajo, entre las que incluye una buena remuneración.
Fundamenta sus puntos de vista con un recuento de todas las comisiones codificadoras que
habían sido nombradas en el Perú y en esa parte aprovecha para hacer una severísima crítica de
los dos Códigos de Comercio, el de 1853 y el vigente. Especial interés ostenta su resumen histó-
rico de los esfuerzos hechos para preparar un Código de Minería desde 1858 y de la influencia
que, en artículos específicos, pudieron haber tenido los distintos proyectos sobre el que fue
objeto de la promulgación en 1901.
44 ADENDA [ CAPÍTULO 11 ]
[1]
[2]
LA DENUNCIA DE FRISANCHO. En su libro Algunas vistas concernientes al problema indígena, el agente fiscal de
Azángaro, José Frisancho, reportó varios casos de abusos contra indígenas puneños. Sus denuncias condujeron
a una investigación de la Corte Superior de Puno. Este departamento del sur del país era escenario de notorios
contrastes. Aquí, se aprecia a un balsero en el lago Titicaca (1), a inicios del siglo XX, y al orgulloso propietario
de un automóvil en un camino puneño, en la década de 1920 (2).
[ capítulo 11 ] adenda 45
Una de sus más constantes críticas a este fue la de que había sido redactado en forma tal que
inevitablemente iban a proliferar las normas administrativas reglamentándolo. El tomo II de su
obra está dedicado a los principales dispositivos de este carácter que habían sido expedidos
coMo ocurre en hasta entonces con la cooperación del Consejo Superior de Minería.
Como ocurre en el Perú casi inevitablemente con las sugerencias de los escritores aislados. El
el PerÚ casi vehemente alegato de Pasapera para que se cambiase el Código de Minería no fue escuchado y
inevitableMente dicha reforma solo se produjo después de 1950.
con las También ha quedado de Pasapera la obra titulada Derecho Civil de Minería. Resumen de las
explicaciones dictadas en la Universidad de San Marcos (Lima, 1899). Se trata de una edición
suGerencias de hecha por sus alumnos.
los escritores
aislados, el
el tratado de derecHo InternacIonal prIVado, de Morote.- La literatura
veHeMente publicada en el Perú sobre Derecho Internacional Privado que tan promisorio comienzo tuviera
aleGato de con el libro de Félix Cipriano Coronel Zegarra sobre la condición jurídica de los extranjeros en
el Perú y con la traducción hecha por Manuel Atanasio Fuentes del curso de Paul Pradier Foderé,
[Manuel santos] se incrementó en 1896 con la publicación del Tratado de Derecho Internacional Privado de
PasaPera Para Manuel V. Morote.
Que se caMbiase Se trata solo de un manual universitario, mucho más modesto que la obra de León y León
sobre Derecho Administrativo editada más o menos en la misma época. Destaca el aporte de los
el códiGo de países de América para el desenvolvimiento de esta disciplina. Reivindica el carácter científico de
MinerÍa no Fue ella. Cita no solo los códigos sino las convenciones suscritas por el Perú, algunas normas del
Congreso de Lima en 1878, algunos tratadistas extranjeros como Fiore, Savigny y Story. Se exhibe
escucHado y como anticlerical a propósito de la administración de los cementerios. Parece mirar con simpatía
dicHa reForMa el matrimonio civil y el divorcio aunque se muestra aquí una vez más, prudente en sus juicios.
solo se ProduJo Solo se ocupa el Derecho Civil Internacional y del régimen de las sentencias.
desPuÉs de 1950.
el derecHo InternacIonal prIVado, de carlos García GastaÑeta.- En el
Derecho Internacional Privado, como en otras disciplinas jurídicas, la obra de los autores de
la segunda década del siglo XX superó a la de los del siglo XIX. El Derecho Internacional Privado
de Carlos García Gastañeta, cuya segunda edición apareció en 1930 en 333 páginas, no fue
sino un texto para los estudiantes, como el de Morote; pero este queda muy debajo en rigor
metodológico, doctrina, contenido, información bibliográfica. He aquí un manual ejemplar
dentro de su género.
[V]
los estudIos de leGIslacIón procesal, de JulIán GuIllerMo roMero.-
En 1914 comenzó a aparecer la obra de Julián Guillermo romero titulada Estudios de legislación
procesal. Se publicó el primero con una panorámica introducción histórica sobre las leyes y códi-
gos de procesamiento civil en Perú (que fue luego profundizada en el análisis de temas específi-
cos) y el estudio sistemático del Código de 1912 en cuanto a las innovaciones que él aportó en
la legislación vigente, la comparecencia ante el juez, la competencia de jueces, la recusación y
excusa, las actuaciones del proceso, los términos y requerimientos, la tramitación de incidentes,
las diligencias preparatorias, el embargo preventivo, las acumulaciones, el desestimiento y el
abandono, el beneficio de pobreza. En 1916 fue editado el segundo tomo que versa sobre las
acciones y su cuantía, la demanda ordinaria, las excepciones dilatorias, la contestación y la recon-
vención, la prueba en general, la confesión judicial, el juramento decisorio, las inspecciones y
46 ADENDA [ CAPÍTULO 11 ]
peritajes, los instrumentos públicos y los documentos como prueba. Al año siguiente, 1917, dIctáMenes
siguió el tercer tomo con capítulos sobre los testigos en juicio, la conclusión para sentencia, las fIscales
resoluciones, los recursos de ley, la segunda instancia, la Corte Suprema, la ejecución de senten-
cias y las sentencias extranjeras. Solo en 1924 pudo imprimirse el cuarto tomo referente al juicio
de cuentas, la partición devienes, el deslinde judicial, el juicio arbitral, las causas matrimoniales y
el juicio ejecutivo. Estimulado por un voto de aplauso de la junta de catedráticos de la Facultad
de Jurisprudencia, a la que amó hondamente, Romero publicó el quinto tomo en 1925. Allí siguió
tratando del juicio ejecutivo y, a continuación se ocupó de las tercerías y de las primeras diligen-
cias del concurso de acreedores. Falleció el 19 de diciembre de 1925. La casa F. y E. Rosa y editó
en 1928 el sexto tomo referente también a dicho concurso en seis capítulos y, luego a los concor-
datos, la suspensión de pagos, los juicios de quiebra y los juicios de menos cuantía. Quedaron
inéditos dos volúmenes de Derecho Romano y otro de Derecho Comercial. La Facultad de
Jurisprudencia no se preocupó de editarlos.
La débil literatura jurídica peruana proviene, casi siempre, de contribuciones efectuadas, de
una manera u otra, en relación con la enseñanza universitaria. Romero escribió un vigoroso trata-
do para profesionales o magistrados al mismo nivel que celebrados escritores de otros países. Fue este libro del
la suya una empresa espontánea, sin enlace con las obligaciones o los compromisos propios de diplomático limeño
una función. Cuando inició su labor no ejercía la docencia y no pasaba de ser fiscal suplente de Guillermo seoane (1848-
la Corte Suprema. Solo lo impulsó el amor al saber y a la justicia, indemne a las adversidades de 1924) fue publicado en
la vida y a las deficiencias del medio. 1920. fue el segundo
Romero fue el instaurador de una ciencia procesal peruana al estudiar con sentido moderno volumen de su obra y
una rama del Derecho generalmente preterida y en cuyo cultivo solo se tenía en cuenta (según abarca el período 1914-
sus palabras) “la memoria de los artículos, el arte de formularlos, el cálculo de los términos, el 1920. el primer volumen
hábito de practicar los actos, la tradición de los usos y la jerga del foro”. había aparecido un año
Su estudio sobre el Código de 1912 fue muy minucioso. Tuvo simultáneamente carácter his- antes en la ciudad de
tórico, dogmático, y analítico, este último sobre el alcance de disposiciones específicas en rela- lima. en dictámenes
ción con el fin al que tienden. Históricamente, se refirió al Derecho Romano, al Castellano y al de fiscales, seoane, que
diversos países de Europa y América Latina, así como el nacional. Este fue mencionado no solo en había tenido una
sus Códigos y proyectos de ley sino a través de opiniones en la cátedra, en el foro, en la literatura importante actividad
jurídica y en los documentos judiciales. En el terreno dogmático, se basó en obras de autores política desde 1865,
clásicos y modernos, los últimos sobre todo españoles, franceses, italianos, argentinos, brasileños analiza casos civiles,
y uruguayos. La biblioteca particular de Romero debió ser muy rica, caso raro en aquella época. especialmente
Por encima de la erudición, se yergue su criterio propio. Ella no fue sino uno de los instrumentos los eclesiásticos,
que usó, al servicio de su talento, de su buena fe y de su experiencia como jurista. Su actitud administrativos y
frente al Código de 1912 es serena y sana, con frecuentes elogios que no le vedan la lamentación penales.
ante el hecho de que fuera promulgado precipitadamente y las sugerencias para que sea aclara-
do y corregido en diversos aspectos. Es así como tiene altura doctrinaria y utilidad práctica.
Para el Código de Enjuiciamiento en lo Civil que el de 1912 derogó, guarda benevolencia;
considera que, a pesar de sus graves defectos, no fue despedido con la gratitud y honores por él
merecedores y agrega que los leguleyos convirtieron a sus preceptos en fuente de inagotables
maniobras. En cambio, su animadversión al Código Santa Cruz es manifiesta. No solo la considera
como exponente de una época en que se destruyó falazmente la nacionalidad peruana y surgió
el peligro inmenso de que el país se bifurcara en dos Estados a la larga antagónicos, sino, además,
le prodiga muchas censuras desde el punto de vista técnico.
En el prólogo de varios volúmenes salta de los límites de su obra para entrar en otras materias de
interés jurídico. Condena severamente la aprobación del Código de Procedimientos Personales en
1920 y la del Código Penal de 1924, sin el debido estudio, sin la calma necesaria, sin concatenar aquel
con este. Aprueba, en cambio, la forma como comenzó a ser elaborado el anteproyecto del Código
Civil. Se muestra en desacuerdo con las primeras leyes de inquilinato. Tiene entusiasmo ante la forma
[ CAPÍTULO 11 ] ADENDA 47
LAS LECCIONES DE DERECHO
CONSTITUCIONAL, DE VILLARÁN
MANUEL VICENTE
VILLARÁN FUE
ESCRITOR,
PARLAMENTARIO Y,
" Por las indicaciones de las copias, se
sabe que estas corresponden al
período lectivo de 1915-1916, y
ambas en el segundo semestre de aque-
llos años. Esto se confirma cuando lee-
la nueva Facultas de Ciencias
Económicas, que con el tiempo sería la
Facultad de Ciencias Económicas y
Comerciales. De esta manera, Villarán y
otros profesores, dejaron la Facultad de
SOBRE TODO, mos estos datos en la Revista Ciencias Políticas y Económicas y empe-
ABOGADO. SU Universitaria de la época, en donde se zaron a dictar sus cursos en la Facultad
da cuenta de las clases dictadas con de Derecho, que en 1931 (Ley 7083)
IMPORTANTE OBRA, toda puntualidad por Villarán, en el cambió su nombre por el de Facultad de
LECCIONES DE único curso de Derecho Constitucional Derecho y Ciencias Políticas, que hasta
DERECHO General entonces existente. En la misma ahora conserva. Por cierto, el concepto
CONSTITUCIONAL, FUE revista figura Luis Bullen Pardo, como de Ciencias Políticas que se manejaba
alumno premiado tanto en Derecho en aquel entonces, era el que primaba
RESCATADA
Constitucional como en Derecho en la comunidad científica europea, en
RECIENTEMENTE DEL Administrativo. Recordemos que las cla- especial en Francia, de donde se tomó
OLVIDO POR OTRO ses de Derecho Constitucional se dicta- el modelo a través del Profeso Paul
ABOGADO, DOMINGO ban en la Facultad de Ciencias Políticas Pradier Fodoré quien, contratado para
GARCÍA BELAUNDE. y Administrativas, fundada en 1875, y venir a Perú, organizó dicha facultad y
en la cual se impartía una serie de cur- fue su primer Decano. Desde ese punto
ESTE TEXTO PROVIENE sos que también seguían los alumnos de vista, el Derecho Constitucional era
DEL PRÓLOGO DE LA de jurisprudencia (o de Derecho), y por una de las Ciencias Políticas, y era natu-
EDICIÓN DE 1997, tanto, era frecuente que los que seguían ral que las clases de Villarán partiesen
DONDE SE UBICA AL estudios de abogacía, terminasen sus de ese supuesto que, por cierto, hoy se
estudios en ambas facultades y obtu- encuentra superado”.
LIBRO EN EL CONTEXTO viesen títulos en las dos. La Facultad de
DE LA HISTORIA DEL Ciencias Políticas y Económicas, fue De: García Belaunde, Domingo.
DERECHO PERUANO DE suprimida en 1928 y sus cursos se distri- “Prólogo”. En: Villarán, Manuel Vicente.
PRINCIPIOS DEL buyeron en dos instancias: los jurídicos Lecciones de Derecho Constitucional.
fueron a la renovada Facultad de Lima: Pontificia Universidad Católica
SIGLO XX.
Derecho y casi todo el resto dio lugar a del Perú, 1998. pp. XIX-XX.
48 adenda [ capítulo 11 ]
como, hasta 1924, la universidad defendió las libertades públicas y como la Facultad de
Jurisprudencia cumplía su tarea. Le conmueve la indignación ante el problema con Chile y, asi-
mismo, al encontrar que, entre nosotros, son “generalmente impuras las fuentes de la justicia”. En
varias oportunidades clama contra el sistema de los empeños, de las presiones políticas y de los en 1919 y 1920 Fue
favores inmerecidos en la provisión de los cargos judiciales (p. IX, XII a XIV, 206 y siguientes y 350
y siguientes en el tomo III, p. 141 en el tomo IV, p. 551 en el tomo VI). Cuida, sin embargo, de ser
Publicada en
elogioso ante algunos magistrados capaces e integérrimos, como Francisco J. Eguiguren. No dos volÚMenes
olvida las injusticias y los abusos que suelen cometer los escribanos (p. 14 del tomo V). una selección
Lejos de colocar esta obra a su autor en un sitial de honor, no fue recibida con la atención y
la deferencia que merecía. El Perú no supo aprovechar suficientemente el talento, con la aten-
de dictÁMenes
ción y espíritu de trabajo de Julián Guillermo Romero. Jamás alcanzó él un puesto en la política Fiscales de
activa ni desempeñó cargos públicos, salvo la secretaría del Ministerio de Gobierno, que muy GuillerMo
joven ocupó durante corto tiempo por amistad con Pedro Alejandrino del Solar y la del
Municipio de Lima por análogo vínculo con el general César Canevaro. Llevado tardíamente a la seoane. se
cátedra en la Universidad San Marcos, no desempeñó (por lo menos durante un período consi- reanudó asÍ la
derable) la de Derecho Procesal que legítimamente le correspondía y que en aquella época vivía
dentro de la limitada exposición del Código que su obra superó; sino, sobre todo, las de Derecho
tradición de
Comercial y Derecho Romano. Decano del Colegio de Abogados en 1920 y 1921, hubo de dejar incorPorar a la
este cargo en julio de 1921 después de haber sufrido una inmotivada prisión política, sin duda biblioGraFÍa
por su actitud de solidaridad con el Poder Judicial en el conflicto entre este y el Poder Ejecutivo.
JurÍdica
nacional estos
los dIctáMenes fIscales, de GuIllerMo seoane, las VIstas fIscales, de Juan docuMentos,
JosÉ calle, y alGunas eJecutorIas, de óscar c. barros.- En 1919 y 1920 fue publi-
cada en dos volúmenes una selección de dictámenes fiscales de Guillermo Seoane. Se reanudó así coMo antes
la tradición de incorporar a la bibliografía jurídica nacional estos documentos, como antes había HabÍa ocurrido,
ocurrido, con prestancia no mayor, con los de José Gregorio Paz Soldán y Manuel Toribio Ureta.
Seoane aparece aquí dilucidando casos civiles, administrativos y penales sin que falten entre ellos
con Prestancia
los relacionados a la vida política. Es visible su simpatía al fuero civil ante el eclesiástico, a los dere- no Mayor, con
chos del Estado frente a la Iglesia, a la jurisdicción común contra la especial autonomía para conte- los de JosÉ
ner el centralismo, a las garantías ciudadanas amenazadas por las extralimitaciones del poder. Entre
los documentos producidos aquí se halla uno, del 28 de junio de 1907, para invocar la ley de 20 de GreGorio PaZ
noviembre de 1855 que prohibió el restablecimiento en el Perú de la Compañía de Jesús; el Poder soldÁn y
Ejecutivo no le dio curso. En varios de los dictámenes aboga por el cumplimiento de los dispositi-
vos del Código Penal entonces vigente sobre la pena de muerte en determinado delitos; esta tesis,
Manuel toribio
basada en la mera existencia legal de aquellos preceptos, no fue aceptada por la lenidad de los ureta.
tribunales. Otro dictamen interesante es el que sostiene que no se debe dar cumplimiento a las
resoluciones del Gobierno donde se concede recompensas pecuniarias no incluidas en el
Presupuesto general de la República. En una ruidosa causa entre un médico y su paciente, afirmó
que en los casos extraordinarios a falta de convenio valedero, el honorario profesional debe regu-
larse atendiendo al prestigio del facultativo, a la intensidad del esfuerzo y, prudencialmente, a la
situación económica del paciente. Notable es, asimismo, su dictamen a propósito de la deporta-
ción de Luis Pardo y Barreda en 1920, en el que sostiene que las leyes anticonstitucionales carecen
de aplicación en la administración de la justicia. En sus apéndices, Dictámenes fiscales de Seoane
reproduce dos notas de este autor cuando ejerció la representación diplomática del país: una sobre
las condiciones del plebiscito de Tacna y Arica y otra sobre límites con el Brasil, así como un estudio
sosteniendo la conveniencia de implantar el divorcio.
Cuando se les compara con documentos análogos y fechas posteriores, demasiado breves
y esquemáticos y sin aportes de doctrina, los dictámenes fiscales de Seoane y los magistrados
[ CAPÍTULO 11 ] ADENDA 49
el IndIGenIsMo como él aumentan su importancia. Son como estrellas que pareciesen más altas y más brillantes
JurídIco porque se les ve desde una hondonada.
Interés similar al de la edición de Seoane tienen las obras de Juan José Calle Vistas fiscales
1891-1902 (Lima, 1906-1918, 3 Vols.) y de Óscar C. Barros Algunas ejecutorias en el ejercicio de mi
profesión (1901-1924) (Lima, 1927-37, 2 Vols.).
50 ADENDA [ CAPÍTULO 11 ]
las decisiones de los tribunales, en las que conjugase el Derecho vivo y cotidiano y la literatura la labor
jurídica en uno de sus veneros más vitales, más ricos, más fecundos y menos frecuentados. de dIfusIón
Hubo diversos esfuerzos para ordenar y aglutinar estos textos. El más antiguo en el Perú fue de fuentes
acaso el Repertorio judicial de Toribio Pacheco (1864). Mucho más extensa fue la obra, con el
mismo título de Manuel Atanasio Fuentes (1875 4 Vols.). No deben ser omitidos, además, los
siguientes valiosos aportes: Manuel Pío Portugal, Jurisprudencia de los tribunales de justicia del Perú
(Lima 1902-1904, 2 Vols.); José Salvador Cavero, Jurisprudencia penal. Recopilación de ejecutorias
(1892-1901) (Lima 1904); Francisco J. Eguiguren, Prontuario de ejecutorias, circulares y acuerdos
de la Excma. Corte Suprema de Justicia (Lima 1915); J.J. del Pino, Casos de jurisprudencia práctica
(Lima 1921); Carlos Aurelio León, Código de Jurisprudencia de los tribunales del Perú (Lima, 1928).
Julián Guillermo Romero, en el prólogo al tomo IV de sus Estudios de legislación procesal, mencio-
na los estudios sobre la jurisprudencia de los tribunales o Derecho Judicial publicados en La
Gaceta Judicial, órgano del Colegio de Abogados entre 1891 y 1983, los trabajos analíticos de
Manuel Pío Portugal y Germán y Paz Soldán, las colaboraciones en El Diario Judicial que editara
Paulino Fuentes Castro y en La Revista del Foro.
Hay dos contribuciones que cabe singularizar por lo que representan como una tendencia
que debió ser más amplia y más continuamente cultivada. Una es la tesis de Humberto Borja el abogado paulino
García y Urrutia sobre La obra de jurisprudencia peruana y el Código Civil (Lima, 1918) y otra es la fuentes castro, a quien
conferencia de carácter histórico-jurídico de Carlos Arenas y Loayza sobre la jurisprudencia perua- vemos aquí en una
na aparecida en La Revista del Foro en 1924. fotografía de 1888, fue
editor del importante
medio el diario Judicial.
[ VI ] en esta publicación
la enseÑanza del derecHo.- La lista de los profesores de Derecho entre 1895 y 1930 aparecieron valiosos
estaba a la altura de la mejor que en Lima podía presentarse entonces en el campo jurídico. estudios sobre
Formaban parte de ella magistrados prestigiosos que enseñaban lo que constituía la tarea de su legislación procesal y
vida y si no todos, por lo menos algunos de los más notables abogados de Lima. No eran ni derecho Judicial.
demasiado jóvenes ni demasiado viejos. Los estudios de las disciplinas correspondientes a las destacaron, entre otros,
Ciencias políticas no habían entrado en la decadencia que después sufrieron por la primacía los trabajos de Germán
otorgada a los de orden profesional. El número de alumnos distaba de ser excesivo. El fenómeno rada y paz soldán y los
de la proletarización de la vida universitaria en su secuela, el tremendo crecimiento de la pobla- de Manuel pío portugal.
ción estudiantil, tan importante al final de la década de 1930 y más visible durante las de 1940,
1950 y 1960, apenas si se vislumbraba. Parecía que la Facultad cumplía, dentro de las circunstan-
cias propias del medio en que vivía, una misión estricta de formación profesional. Cabe observar,
sin embargo, que había, por lo general un predominio del método exegético; que no se prestaba
sistemática atención a los aspecto científicos, sociales, económicos o culturales del Derecho; que
no se hacía la cantidad suficiente de trabajos de investigación; que los estudiantes leían poco a
los tratadistas de las distintas materias; que casi no eran editadas obras jurídicas nacionales, que
no funcionaba una biblioteca de la Facultad y que la Biblioteca Centra, rica en tratados clásicos
del siglo XIX gracias a la donación Olaechea, no era muy abundante en la producción más nove-
dosa; que no había seminarios ni cursos de práctica.
[ CAPÍTULO 11 ] ADENDA 51
estudIos de Contra los empeños, las injusticias y las arbitrariedades en estos nombramientos hubo diver-
leGIslacIón sas voces de protesta. Una de las más claras fue la de Manuel Vicente Villarán en su memoria
procesal como decano del Colegio de Abogados en 1915. “Nuestros Presidentes y Ministros (manifestó
entonces) o se satisfacen con nombrar a los propuestos, quieren compeler a las Cortes a que
venga propuesto el que se halla predestinado al nombramiento. Las Cortes—lo reconocemos y
aplaudimos— se defienden valientemente; pero la presión de Palacio no cede, antes crece, rein-
cide, es cada vez más exigente, tal vez acabará por hacerse invencible”. “La injerencia del Poder
Ejecutivo –agregó– es incompatible con la independencia del juez o del vocal. Tiene en sus
manos el Gobierno además de la potestad enorme del nombramiento, el privilegio exorbitante
del ascenso. No se teme del Gobierno la destitución al amparo de la inamovilidad; pero se teme
la postergación injusta, la retardación inmerecida de la carrera. Del Presidente depende cada vez
más hacer vocal al juez, supremo al superior, propietario al interino; él en represalia de su altivez
o en agravio a su modestia, puede dejar al magistrado digno languideciendo año tras año en los
empleos oscuros de los pueblos y poner de un golpe en las posiciones brillantes de las capitales
a abogados o jueves incógnitos y noveles. La carrera no existe, las expectativas mejor fundadas
se desvanecen, el desaliento se generaliza, las más altas competencias se retraen”. “Nuestros
Julián Guillermo Presidentes –agregó también Villarán– viven casi siempre dominados por engranajes políticos
romero, doctor en invencibles debatiéndose bajo la tiranía del diputado o senador adicto, del orador parlamentario
jurisprudencia, peligroso, del amigo con cuenta abierta de servicios inamovibles, del cacique provinciano insa-
miembro de los ciable y amenazador, del director político columna del ministerio que necesita recompensar a
colegios de abogados sus adherentes y a los amigos y servidores de sus adherentes, recomendando, pidiendo, exigien-
de lima y arequipa y do, aprovechando angustiosos instantes para obtener nombramientos buenos a veces, otros
fiscal suplente de la desacertados o injustos, en cabio de votos, influencia, discursos y silencios”.
corte suprema, publicó A pesar de todo, hubo no pocos magistrados capaces de integérrimos. Y la Corte Suprema
esta obra a partir de gozó de gran prestigio en el país por su capacidad e independencia. No faltó quien la llamara la
1914. se trataba de un única institución nacional que podía inspirar respeto y orgullo. Hubo quienes a sus estrado llega-
profundo estudio sobre ron por el conducto de esos favores políticos que tanto estigmatizaban los espíritus no contami-
las leyes y los códigos nados; pero se producía como una palingenesia en ellos bajo el influjo del cargo que ejercían. Si
de procedimientos bien después de 1921 aumentó la subordinación ante el Poder Ejecutivo, quedaron destellos del
civiles del perú. aquí pasado esplendor.
vemos la portada del
segundo tomo,
aparecido en 1916. la oratorIa forense.- He aquí lo que expresó a cerca de este asunto Julián Guillermo
Romero en el tomo III de su libro Estudios de legislación procesal (1917): “Nuestro procedimien-
to judicial no se presta al desarrollo de la elocuencia forense, decía hace pocos años uno de los
más inteligentes abogados del foro nacional: La médula espinal de nuestra profesión la consti-
tuyen los alegatos escritos que hacen crecer rápidamente el volumen de los expedientes y su
número. El informe oral es un accidente de la defensa y aunque algunas veces el éxito de la
causa depende de la frase nutrida y convincente de un bien orador nadie parece preocuparse
de la mayor o menor facilidad de expresión de un letrado para entregarle la defensa de sus
intereses, y por este y otros motivos la vida profesional que hacemos no nos brinda ocasiones
de formarnos hombres de palabra, ni nos facilita el ambiente adecuado al perfeccionamiento
de nuestras aptitudes oratorias” (Emilio Castelar y Cobián, discurso necrológico de Emilio Forero,
pronunciado en el Ilustre Colegio de Abogados el 22 de setiembre de 1908 e inserto en El
Derecho, año XVIII, N° 364).
“La importancia de los temas debería –agregaba Romero después de su cita de Castelar y
Cobián– dar vida a los debates estimulando la elocuencia de los defensores, muchos de los
cuales se exhiben con aptitudes sobresalientes en la oratoria política; pero la soledad que casi
siempre acompaña a las audiencias, la forma descarnada y árida con que se realizan, el hastía
52 ADENDA [ CAPÍTULO 11 ]
o el cansancio manifestado con frecuencia por jueces que dormitan o revelan en su fisonomía
el deseo de acabar pronto, la poca o ninguna importancia que se viene dando a los debates
orales, el prurito de exigir que los abogados sinteticen sus defensas lo más que sea posible, la
poca o ninguna simpatía con que se mira la invocación de otras autoridades jurídicas y el deseo la costuMbre
exagerado de abreviarlo todo, quitan a la palabra sus recurso y al defensor su libertad, aunque ella
le esté garantizada por un precepto de la ley escrita”.
Que tenÍan
“Audiencias hay donde solo concurren dos o tres desocupados, de esos que van a pasar el estudiantes y
tiempo, esperando el momento de hacer algo; y sin auditorio en la galería ni acogida simpática aboGados
en los jueces, es imposible que exista verdadera elocuencia forense por mucho que a ella se
preste la cuestión controvertida”.
Jóvenes de
“En otra época probablemente no pasaba de ese modo y entonces Paulino Gómez Roldán, acudir al
Manuel Ortiz de Zevallos, José Manuel de la Puente, Antonio Arenas, Fernando Casós y muchos Palacio de
otros tuvieron ocasión de lucir sus dotes oratorias, arrancando por virtud de su palabra fallos des-
tinados no solo a que imperara la justicia sino a consolidar el prestigio merecido del foro peruano”. Justicia de liMa
“Por ese camino siguieron después Luciano Benjamín Cisneros, Juan Francisco Pazos, Emilio Para escucHar y
Forero, Isaac Alzamora, Cipriano Coronel Zegarra, Mariano Nicolás Válcarcel, Manuel Pablo
Olaechea y varios más que aún conservaban en alto la reputación de la tribuna forense, pero en
adMirar los
seguida y como si un soplo de desaliento hubiera invadido el espíritu de los defensores, el interés inForMes de los
de los debates va languideciendo cada día y solo se ven concurridos y animados con rara inter- Juristas
mitencia cuando van a defender a su clientela: Eleodoro Romero con su vasta erudición y sus
abrumadores argumentos, J. Matías Manzanilla con su florido lenguaje y la incomparable seduc- PrestiGiosos, se
ción de sus imágenes, Carlos Espinoza con sus arrogancias de estilo y sus convicciones arraigadas, eXtinGuió
Manuel Vicente Villarán con esa mezcla de moderación ene l tono y solidez en el concepto que
hacen de él un argumentador formidable, J. Matías León con su temible espíritu analítico, Manuel
lentaMente
Augusto Olaechea con los entusiasmos de su noble carácter y su tendencia a la minuciosa ana- desPuÉs de 1930.
tomía del proceso, Javier Prado Ugarteche con sus hábitos de literato por instinto y de profesor
por vocación, y algunos otros también; aunque no muchos, porque casi todos se retraen desalen-
tados de una función que debería tener estímulos mayores y constituir para la vida profesional
uno de sus más grandes atractivos”.
El Código de 1920 prescribió el procedimiento oral para los juicios criminales; pero ello no
hizo mejorar la oratoria forense tanto como hubiera sido deseable.
La costumbre que tenían estudiantes y abogados jóvenes de acudir al Palacio de Justicia de
Lima para escuchar y admirar los informes de los juristas prestigiosos, se extinguió lentamente
después de 1930.
[ CAPÍTULO 11 ] ADENDA 53
[ TOMO 17 ]
[ adenda: breves notas relacionadas con la educación, la ciencia y la cultura entre 1895-1933
895-1933 ] ]
capítulo 12 ● I La obra de Federico Maximiliano González Olaechea ● Los colonia de Magdalena. Víctor Larco
Villarreal ● El sepelio de Sebastian estudios sobre la enfermedad de Carrión. Herrera, Baltazar Caravedo y Hermilio
Barranca ● II Pedro E. Paulet ● III La Alberto L. Barton. La teoría peruana Valdizán ● Otros aspectos de la obra de
Sociedad de Ingenieros ● IV Carlos I. sobre la verruga ● Juan M. Byron. El Hermilio Valdizán ● Ángel Maldonado.
Lissón y el surgimiento de la escuela dispensario antituberculoso y Anibal La medicina popular peruana ● Honorio
geológica peruana ● V La obra de Corvetto ● Manuel O. Tamayo, Oswaldo Delgado ● Los estudios de Carlos Monge
Augusto Weberbauer sobre botánica Hercelles, Julio César Gastiaburú y Medrano y Alberto Hurtado sobre pato-
peruana ● VI Los Andes del sur del Perú, de Guillermo Almenara ● Edmundo Escomel logía de altura ● Carlos Enrique Paz
lsaiah Bowman ● VII El observatorio ● Ramón E. Ribeyro ● La Medicina Social Soldán ● Luis D. Espejo ● Américo
Unanue ● VIII Los estudios sismológicos ● La peste bubónica ● Los notables pro- Garibaldi ● Fortunato Quesada ●
de Scipión E. Llona ● IX Antonio Lorena ● gresos de la cirugía ● Enrique Febres Estanislao Pardo Figueroa y la ley N°
X La enseñanza de la química: Velásquez Odriozola y la obstetricia ● Juan Voto 5604 ● Las tres generaciones que actua-
Morales, Pozzi-Escot, García, Noriega del Bernales ● La construcción del local de la ron entre 1895-1930 ● El “606” en Lima ●
Águila ● XI La homeopatía ● XII Las cien- Morgue de Lima. Leonidas Avendaño y La Escuela de Enfermeras ● XIII La odon-
cias médicas y la Facultad de Medicina ● la enseñanza de la Medicina Legal ● La tología ● XIV La investigación agronómi-
Ricardo L. Flórez ● Ernesto Odriozola ● asistencia de los alienados ● El asilo- ca ● La estación experimental agrícola
SOMEROS APUNTES SOBRE LAS ACTIVIDADES
CIENTÍFICAS Y MÉDICAS ENTRE 1895-1930
CAPÍTULO
12
[ ]
l
[I]
a obra de federIco VIllarreal.- Después de la guerra con Chile, la producción de
Villarreal apareció primero en la Gaceta Científica y luego, sobre todo, en la Revista de Ciencias.
Ostenta los caracteres de un gran acontecimiento su memoria concerniente al cálculo de los
momentos de flexión en una viga empotrada en sus dos extremos que apareció en 1899 en los
Anales de la Sociedad Científica Argentina. Sobre un análogo tema de Resistencia de Materiales, la
deformación de las vigas que trabajaba a la flexión, versó la memoria presentada en 1908 al
Congreso Científico Latinoamericano de Santiago de Chile. La memoria sobre la resistencia de las
columnas inserta en varios números de la Revista de Ciencias de 1904 y 1905 es también, junto
con muchos otros trabajos, parte de una obra cuantiosa, dispersa y desigual.
Villarreal no fue un sabio pacífico e inofensivo. Muchas veces refutó a presuntos expertos e
inventores, y polemizó con ellos implacablemente, sin desdeñar su poca jerarquía intelectual.
Tuvo también veleidades lingüísticas. Publicó una gramática y un vocabulario de la lengua yunga
o mochica. Pero sus entusiasmos mayores en este campo no fueron por un idioma indígena y
muerto, sino por un idioma nuevo y universal, el esperanto. Al servicio de él prodigó
lastimosamente tiempo, dinero y energía. Llegó a dirigir y a redactar como colaborador único la
revista Antanen Esperantistoj.
En su bibliografía figuran unos 550 trabajos distintos, desde el artículo de vulgarización hasta
el texto universitario y la contribución personal a la obra de creación de la ciencia. Ya se ha men-
cionado antes su procedimiento para elevar un binomio y un polinomio cualquiera a una poten-
cia cualquiera. Villarreal consideraba que esta regla era su obra maestra. Análoga importancia
otorga Cristóbal de Losada y Puga (en un artículo aparecido en la revista Variedades de 9 de junio
de 1923) a su portentoso descubrimiento de los teoremas sobre los momentos de empotra-
miento. “En Resistencia de Materiales, vasta y difícil ciencia de importancia capital para el ingenie-
ro -afirma Losada- se estudian la resistencia y el modo de trabajo de las vidas en todos los casos
posibles, estando simplemente apoyadas por sus dos extremos o empotradas en ambos lados o
empotradas en un extremo y libres en el otro, etc. Esto da lugar a una serie de problemas que en
los casos de vigas empotradas presentaban dificultades insalvables, pues en dichos casos se
presentan en los cálculos dos términos, los ‘momentos de empotramiento’ que complican la
cuestión de un modo extraordinario y cuyo valor no había cómo determinar. Solo en algunos
casos particulares y mediante grandes esfuerzos se había llegado a resolver la cuestión. La mag-
nitud del problema excita el interés de Villarreal y el coloso, con una intuición genial, descubre
las propiedades de estos ‘momentos’ y enuncia varios teoremas que, expresados en ecuaciones,
permitan resolver la cuestión de un modo más completo. La demostración dada por Villarreal de
estos teoremas es de una ingeniosidad y de una elegancia maravillosas”.
“La resistencia de las columnas era otro punto flaco de la Resistencia de Materiales -prosigue
diciendo Losada-. Existían fórmulas empíricas más o menos satisfactorias debidas a eminentes
sabios e ingenieros. Villarreal identifica la flexión lateral de las columnas con la flexión simple de
las vigas y aplicando las teorías generales que él mismo había contribuido a perfeccionar en
puntos esenciales, halla las fórmulas racionales del trabajo de las columnas. Así puede dar a las
56 ADENDA [ CAPÍTULO 12 ]
fórmulas empíricas que habían probado su utilidad práctica, una justificación teórica perfecta.
Collignon, eminente sabio francés que había realizado investigaciones en el mismo sentido, hizo
justicia al descubrimiento del sabio peruano”.
Después de expresar que estos trabajos están expuestos por Villarreal en su Tratado de resis- [Federico]
tencia de materiales, Losada menciona en él otro rasgo genial: “El problema en la flexión es redu-
cido a una ecuación diferencial de cuarto orden y sus integrales sucesivas da: la primera, el
villarreal no Fue
esfuerzo constante; la segunda, los momentos de flexión; la tercera, la deflexión de la viga; y la un sabio PaciFÍco
cuarta y última, la ecuación del eje deformado”. e inoFensivo.
A pesar de su genio, Villarreal no tuvo brillo como escritor. En sus lecciones, su gran dificultad de
expresión levantó un muro ante los alumnos, dando lugar, de un lado, a monólogos acompañados
MucHas veces
por complicados cálculos en la pizarra y, de otro, a escenas cómicas o grotescas. Hombre apasiona- reFutó a
do, como decano de la Facultad de Ciencias ejerció una verdadera dictadura. A pesar de humanas Presuntos
debilidades y de deficiencias ahondadas por la falta de una educación adecuada o por las limitacio-
nes del ambiente, Villarreal fue un peruano de valor universal. eXPertos e
Por algún tiempo, al iniciarse el siglo XX, apareció como figura destacada del Partido Liberal. inventores, y
Nuevamente senador por Lambayeque, actuó en las legislaturas de 1912, 1913 y 1914 y alcanza-
ron especial significación sus discursos sobre la ley de enfiteusis (de la que publicó una tabla para
PoleMiZó con
su aplicación) y sobre la ley relativa a los bancos hipotecarios. Fue uno de los iniciadores de la ley ellos
que estableció el examen de ingreso a la universidad. iMPlacableMente,
En junio de 1921, con motivo del fallecimiento de Javier Prado, se hizo cargo del Rectorado
de la Universidad de San Marcos. sin desdeÑar su
Falleció en Barranco el 3 de junio de 1923. Poca JerarQuÍa
intelectual. tuvo
el sepelIo de sebastIán barranca.- En la Maison de Santé falleció en diciembre de taMbiÉn
1909, a la edad de 86 años, José Sebastián Barranca. Antiguo catedrático de Botánica en la veleidades
Facultad de Ciencias, filólogo, naturalista, Barranca vivió para sus estudios e investigaciones. Su
sepelio fue modestísimo. El Estado y la Universidad estuvieron en él ausentes. No estuvo repre-
linGÜÍsticas.
sentada la juventud estudiantil. El mayor porcentaje de oyentes que tuvo Federico Villarreal Publicó una
cuando pronunció su discurso fúnebre fue el de unos cuarenta morenos que habían asistido a GraMÁtica y un
otro entierro. Según se dijo, la Beneficencia negó un nicho perpetuo al sabio por no haber sido
abonado el precio respectivo. vocabulario de la
lenGua yunGa o
[ II ]
MocHica.
pedro e. paulet.- Cuando se escriba la historia de las ciencias en el Perú a fines del siglo XIX
y comienzos del XX, habrá que dedicar suma atención al ingeniero arequipeño Pedro E. Paulet. Al
sostener y probar en 1895 el principio fundamental de que “la propulsión vence a la atracción”
apareció Paulet como el autor indiscutible de la retropropulsión. Inventó entonces el motor a
reacción.
En 1900 hizo el primer diseño del motor industrial con tres cohetes, como consta en el
manuscrito publicado en El Comercio de Lima el 10 de marzo de 1965.
En 1902 diseñó un avión torpedo sobre la base del motor a reacción por él creado en 1895.
La cabina era cilíndrica, montada sobre un trípode con su correspondiente protector. Estaba
completamente aislada y permitía el vuelo estratosférico o una inmersión. Anticipó Paulet la
propulsión aérea o cohete en fecha que precede a la del sabio ruso Constantin Tziolkovsky (1903).
Según su concepción, los cohetes propulsores estaban instalados en los alerones que eran movi-
bles, bien para despegar o para mantener el vuelo horizontal. La aeronave era capaz de aterrizar,
amarizar y sumergirse en el mar.
[ CAPÍTULO 12 ] ADENDA 57
balta y La revista Scientific Monthly de noviembre de 1950 en un trabajo con el título de “Early History
la socIedad of Rocket Research” y la revista Outer-Space citan a este visionario ingeniero peruano como inven-
de InGenIeros tor y precursor de la propulsión a reacción.
Paulet aplicó los principios mecánicos que en tiempos posteriores han hecho posibles los
vuelos espaciales.
Fue notable su labor como director de la Escuela de Artes y Oficios y organizador del
Departamento de Comercio Exterior en el Ministerio de Relaciones Exteriores.
[ III ]
la socIedad de InGenIeros.- El 27 de octubre de 1897 se fundó en Lima La Sociedad de
Ingenieros. Este hecho señaló que dicha profesión había logrado ya su madurez. La iniciativa
partió de José Balta y el primer presidente de la nueva entidad fue Felipe Arancibia. “Desde el año
1880 (ha dicho Mario Samamé Boggio en un discurso pronunciado con motivo del 75° aniversa-
rio de la fundación de la que es hoy Universidad Nacional de Ingeniería) que podemos llamar el
período de la preparación egresan de la Escuela 53 ingenieros de minas y 11 ingenieros civiles;
el ingeniero José balta, son ellos los que van a realizar la obra de ingeniería peruana; ellos van a estudiar el país y comen-
aquí en una fotografía zar a reconstruirlo; a esta generación pertenecen Pedro F. Remy, Darío Valdizán, Enrique Silgado,
publicada en marzo de Mauro Valderrama, Federico Villarreal, Carlos Basadre Forero, Antenor Rizo Patrón, José Balta,
1906, fue quien tuvo la Felipe de Lucio, Michel Fort, Catalino Miranda, Felipe Coz, Marco Aurelio Denegri, Antonio Graña,
iniciativa de crear la Manuel G. Masías, Alberto Noriega, Fernando Fuchs, José J. Bravo, Fermín Málaga Santolala, Carlos
sociedad de Ingenieros I. Lissón, Nicanor García y Lastres, Francisco Alayza y Paz Soldán, Juan Velásquez Jiménez y Ricardo
de lima, fundada Ramos. La sola enunciación de sus nombres nos hace evocar toda una obra multiforme, polifa-
oficialmente en 1897. cética que comprende la investigación científica, la docencia, la tarea del estadista y del funcio-
su primer presidente nario, la obra del economisa, del financista, del publicista y del parlamentario, la realización de
fue el ingeniero José importantes obras públicas y la dirección de prósperas empresas privadas, la investigación del
arancibia, y contó suelo y del subsuelo patrios. La cátedra, la tribuna, la prensa, el informe, el folleto, el libro, la mina,
entre sus miembros a el taller, la fábrica, el laboratorio, el gabinete son testigos de la obra de esta generación a la que
destacadas tanto debe el Perú y los instrumentos de que ella se vale para consolidar la estructura de la Patria”.
personalidades como
federico Villareal,
catalino Miranda, [ IV ]
Marco aurelio denegri carlos I. lIssón y el surGIMIento de la escuela GeolóGIca peruana.- Carlos
y carlos I. lissón, Ismael Lissón Beingolea nació en Lima el 17 de setiembre de 1868. Su padre fue el escritor y maestro
entre otros. Carlos Lissón. Hizo sus primeros estudios en los colegios Whilar y de Nuestra Señora de Guadalupe. En
1894 recibió el título de ingeniero de minas y en 1897 empezó a enseñar en la Escuela de Ingenieros.
En este establecimiento fue profesor de cálculo Infinitesimal, Micropetrografía (Microlitología) y
Geología y Paleontología y luego profesor honorario. Optó el grado de doctor en Ciencias en 1908 y
desde 1918 tuvo en la Facultad respectiva también la cátedra de Geología y Paleontología.
Lissón inició los estudios microlitológicos en el Perú y acaso en América Latina. Comenzó a tra-
bajar dentro del campo de la geología de nuestro país sobre el terreno y en forma experimental a
fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX sin contar con los elementos adecuados de trabajo, ni
con equipos, colecciones de comparación o bibliotecas especializadas. Carecía de precedentes aquí
la investigación geológica considerando a un tiempo de una manera armónica los aspectos paleon-
tológico, estratigráfico y petrográfico. Lissón los abarcó y en cada uno de estos campos hizo contri-
buciones valiosas, si bien tuvo predilección por el primero de ellos. Introdujo, además, en América
Latina los estudios microlitológicos. Sin desmedro de los múltiples méritos propios que lo enaltecen,
él reconoció como maestro, por su obra y por el material que acumulara, a Antonio Raimondi por
cuyo museo hiciera campaña y en cuyo homenaje leyó un conceptuoso discurso cuando se
58 ADENDA [ CAPÍTULO 12 ]
[1] EL AVIÓN TORPEDO DE
PAULET. El arequipeño
Pedro E. Paulet (1874-
1945) fue uno de los
investigadores más
importantes de las
primeras décadas del
siglo XX. Entre sus
proyectos, el más
importante fue el avión
torpedo (1), máquina
voladora a propulsión a
chorro, precursora de los
cohetes espaciales y de
los jets. Su motor pesaba
2,5 kilogramos y realizaba
300 explosiones por
minuto. Este modelo se
encuentra en el Museo
Aeronáutico del Perú.
Aquí se aprecia, además
un artículo que reconoce
el genio de Paulet (2),
apareció en el diario El
Comercio en 1965. A la
derecha se ven algunos
dibujos realizados por el
propio inventor.
[2]
[ capítulo 12 ] adenda 59
auGusto inauguró el monumento de la Plaza de Italia el 15 de agosto de 1910. También consagró afectuoso
Weberbauer recuerdo al minero y geólogo Leonardo Pflucker y Rico de quien hiciera emocionado elogio en un
(1871-1948) artículo publicado en El Comercio del 28 de julio de 1920; y a Joaquín Capelo, por cuya gestión la
Escuela de Ingenieros importó de Alemania una colección de fósiles y también los primeros libros
para la formación de una biblioteca geológica. Mucho estímulo ejerció en su vocación, asimismo, el
ejemplo que le diera el sabio alemán Gustavo Steinmann, con quien viajó en la región andina y a
quien vio ejecutar el primer perfil de la cordillera occidental. Lissón colaboró con Steinmann en el
plano de las formaciones geológicas que figuran en la monumental Geología del Perú de este autor.
El libro de Lissón Contribución a la geología de Lima y sus alrededores (Lima, 1907) sigue
siendo una fuente de consulta para los geólogos. Otras producciones suyas fueron: Edad de los
fósiles peruanos y distribución de sus depósitos en la República, que alcanzó cuatro ediciones, cada
una de las cuales corrigió a la anterior (Lima, 1913; Lima, 1917; Lima, 1924; Lima, 1942); Ensayo
teórico sobre el levantamiento de los Andes peruanos (Lima, 1918); “Cómo se generó el suelo perua-
no” (en Boletín de la Sociedad Geológica del Perú, 1925). Publicó también numerosos artículos que
han quedado dispersos en periódicos y revistas, y cursos y programas de su especialidad en el
nivel universitario y escolar. Junto con otro destacado hombre de ciencia, Jorge Broggi, logró
el botánico alemán llegó fundar en 1925 la Sociedad Geológica del Perú.
al perú en 1901, como Atesoró Lissón un alma límpida, una ejemplar honradez científica, una vida sencilla y modes-
parte de una comisión de ta y una rara e infatigable continuidad en sus estudios e investigaciones. Una honradez científica
la real academia de que le permitió tan solo hacer afirmaciones basadas en un examen a fondo de los documentos
ciencias de berlín paleontológicos y litológicos y de los hechos observados sobre el terreno. Desdeñó los aspectos
(alemania). tras cuatro prácticos o utilitarios de su profesión; pero sus aportes geológicos sirvieron para una mejor
años de investigación explotación minera y para el aprovechamiento de la riqueza metalúrgica del país.
científica regresó a su En 1930 llegó a ser, como profesor más antiguo, rector accidental de la Universidad de San Marcos.
tierra natal con su Falleció el 18 de marzo de 1947. Cuando, el 22 de noviembre de 1955, se inauguró el Primer Congreso
herbario que contenía Nacional de Geología, uno de sus primeros actos fue honrar la memoria de Lissón. La Facultad de
más de 5.200 especies. Ciencias erigió el 11 de setiembre de 1957 un busto recordatorio en homenaje a su memoria.
Más adelante, el
Gobierno peruano
auspició sus [V]
investigaciones y lo la obra de auGusto Weberbauer sobre botánIca peruana.- Augusto
nombró director del Weberbauer, nacido en Breslau en 1871, doctor en la Universidad de Berlín en 1894, asistente del
parque zoológico y el Real Museo Botánico de aquella ciudad y profesor auxiliar en su universidad, llegó al Perú el 11
Jardín botánico (1908). de noviembre de 1901 llevado por su afán de realizar en nuestro país investigaciones fitogeográ-
en 1922 recibió el grado ficas. La Real Academia Prusiana de Ciencias cubrió parte de sus gastos y la universidad a la que
de doctor en ciencias pertenecía le dio licencia por cuatro años.
por la universidad de Viajó primero por los alrededores de Lima, comarca donde trabajó después varias veces en
san Marcos, donde dictó las vertientes occidentales de los Andes. Se incorporó a una expedición enviada por el Gobierno
las cátedras de química a Sandia de marzo a julio de 1902 y así tomó contacto con esa zona y con las de Puno y
farmacéutica y botánica. Arequipa. Recorrió luego La Oroya, Tarma, La Merced y los lugares aledaños, pasó a los departa-
mentos de Áncash y Huánuco (fue entonces cuando encontró varias veces la gigantesca planta
denominada Puya Raimondi) y, después de fructífero contacto con la Cordillera Blanca y la
Cordillera Negra, se trasladó al oriente por el valle del Marañón. Sobre este episodio de su vida
ha escrito él mismo: “Uno de los más hermosos recuerdos de mis viajes hechos por el Perú son
aquellas cuatro semanas de campamento, las que pasé lejos de los parajes poblados, en una
choca abierta y construida delante de mí, estando rodeado de una fauna y flora intactas hasta
entonces y favorecido por la estación de poca lluvia. Aquí me dediqué nuevamente a explorar
la vegetación de la Hylaea”. Más tarde trabajó nuevamente en la ruta entre Lima y La Oroya para
emprender un estudio especial de la zona altoandina y en seguida entró en un nuevo y amplio
60 ADENDA [ CAPÍTULO 12 ]
campo de trabajo: el norte del Perú, entonces (abril de 1904) amagado por la peste bubónica. El
valle de Chicama y luego un ancho radio en Cajamarca formaron parte de las estaciones de su
ruta, para rastrear la parte occidental de los Andes, a lo cual siguieron Chachapoyas, Moyobamba
y otros lugares para terminar en Iquitos, Yurimaguas y Tarapoto. El tiempo disponible estaba casi en setieMbre de
agotado y lo invirtió dedicándole nuevamente a la vegetación altoandina en la cordillera cruza-
da por el ferrocarril que va de Lima a La Oroya y luego a un nuevo viaje al sur, esta vez al Cuzco.
1908 lleGó
En setiembre de 1905 se embarcó para Alemania a proseguir dentro de otra etapa sus investi- [auGusto]
gaciones, secundado por diversos especialistas que le ayudaron en la descripción técnica de Weberbauer Por
cada una de las plantas integrantes de su valioso herbario que pasó a formar parte del Museo
Botánico de Berlín.
seGunda veZ al
Antes de dejar el Perú publicó algunos trabajos. Entre ellos: en el Boletín de la Sociedad PerÚ. HabÍa sido
Geográfica en 1904 sobre la planta indígena del departamento de Ancash llamada vulgarmente contratado Por
cjuncju; en la misma publicación unos apuntes sobre la flora de la región montañosa de Sandía y
en el Boletín del Ministerio de Fomento un informe sobre las plantas útiles de los departamentos el Gobierno y
de Cajamarca, Amazonas y Loreto, de acuerdo con las investigaciones que efectuara en dichas tenÍa el carGo
áreas. Además, en ese último año entregó al Ministerio de Fomento, en siete cajones, la colección
de plantas preparadas y catalogadas por él mismo de las especies duplicadas que recogiera en
de director del
sus numerosos viajes por el territorio nacional. ParQue
En Alemania editó en 1905 unos estudios anatómicos y biológicos sobre la vegetación andi- ZoolóGico y
na; en 1906 una contribución sobre el clima y la distribución de las plantas en los Andes peruanos,
en la que tomó como base las investigaciones geográficas llevadas a cabo por su compatriota botÁnico de
Alfredo Hettner y publicadas en 1888, 1889, 1890 y 1893, y finalmente, con la colaboración de liMa. en 1910
notables especialistas europeos apareció en 1906 la obra titulada Plantae novae andinae imprimis
Weberbauerianae. Fueron cuatro fascículos hasta 1908 y cuatro entre 1911 y 1916.
obtuvo una
En setiembre de 1908 llegó Weberbauer por segunda vez al Perú. Había sido contratado por licencia y Pudo
el Gobierno y tenía el cargo de director del Parque Zoológico y Botánico de Lima. En 1910 viaJar Por los
obtuvo una licencia y pudo viajar por los departamentos de Ica, Huancavelica, Ayacucho y
Junín. El año 1911 fue el de la publicación en Leipzig de la primera edición de su monumental
dePartaMentos
libro El mundo vegetal de los Andes peruanos. No por ello dio por concluida su tarea. Lejos de eso, de ica,
siguió con bríos de principiante. Ese mismo año, en los meses de mayo y junio, recorrió una Huancavelica,
parte del sur que no había visto antes. Quería hallar en las vertientes occidentales el límite
donde se tocan la vegetación del centro y la meridional, entrar después en los profundos valles ayacucHo y
del Apurímac y de sus afluentes para examinar su vegetación y compararla con la del valle del JunÍn.
Marañón, ya por él conocida, y buscar en las alturas próximas al Apurímac, el límite interior de
la flora meso térmica que caracteriza las vertientes orientales de los Andes peruanos. Al norte
del grado 6° esta cordillera la era desconocida. En 1912 logró llenar gran parte de este vacío.
Los fines principales de los Andes la transición que se realiza entre los tipos de vegetación
peruano y ecuatoriano y explorar la vegetación xerofítica del Marañón en un lugar próximo al
área donde el río entra en la selva amazónica. Así pasó por Paita, Piura, Chulucanas, Morropón,
Huancabamba, Jaén, Bellavisa, Ayabaca y otros lugares. En 1913 el Gobierno peruano le otorgó
una subvención destinada a efectuar viajes seguidos y dejó a su criterio que escogiera los luga-
res; fue algo así como una beca. Su programa comprendió 3 regiones: la del Bajo Mantaro con
base en Huancayo, la del Pangoa y la de Huánuco. Así pasaron los meses de marzo a setiembre.
En noviembre ya estaba viajando otra vez por la costa de Piura y la de Lambayeque. Los prime-
ros meses de 1914 los dedicó al departamento de Arequipa, a la provincia de Paucartambo en
el departamento del Cuzco y al departamento de La Libertad.
La noticia de que había estallado la guerra europea lo sorprendió en Tayabamba y trastornó
su propósito de regresar a Alemania. Vino una época dura de su vida, sin cargo alguno. Empezó
entonces a dibujar su mapa fitogeográfico de los Andes peruanos y, conciente de que sus
[ CAPÍTULO 12 ] ADENDA 61
el Mundo VeGetal viajes debían seguir, resolvió emplear sus pequeñas economías en nuevas expediciones. En
de los andes abril de 1915 estaba en el departamento de Lambayeque. Ni un fuerte ataque de malaria que
peruanos contrajo a orillas del Huancabamba pudo detenerlo. Llegó hasta Luya, Lamud y Cutervo. En
octubre, desde Chala emprendió otra penosa travesía. A fines de noviembre se propuso cono-
cer mejor que antes el departamento de Ica y la sierra adyacente.
1916 fue para él un año económicamente muy difícil. Se dedicó a hacer exploraciones mine-
ras por cuenta de algunas empresas, con poco tiempo para las labores botánicas. En 1917 estuvo
como empleado de la compañía alemana Wolfram en un lugar perdido que se llamaba Pasto
Bueno. En 1919 recibió el encargo de buscar el camino que unía Pataz con un afluente navegable
del Huallaga y que había sido olvidado con el tiempo. Las “listas negras”, la baja del tungsteno y
el agotamiento de las minas acabaron por arruinar a la empresa Wolfram las labores se suspen-
dieron y Weberbauer regresó a Lima en mayo de 1920.
Entre agosto y octubre de aquel año volvió a su afición favorita, al ser incorporado a una
expedición universitaria sueco-peruana que le permitió trabajar, sobre todo, en el valle de Perené
y el del Bajo Pangoa que particularmente le interesaban.
La vida de Weberbauer tomó un nuevo sentido en 1921 cuando fue primero nombrado
esta obra de augusto profesor del Instituto Lima, plantel de educación secundaria (que, al año siguiente, cambió por
Weberbauer fue el Colegio Alemán) y también catedrático de Botánica Farmacéutica en el Instituto de Farmacia
publicada en 1945. se de la Universidad de San Marcos. Con sus propios recursos hizo posible la publicación en
trataba de una nueva Alemania en 1922 y en Lima en 1923, de su mapa fitogeográfico de los Andes peruanos. En 1922
edición, ampliada y aptó el grado de doctor en la Facultad de Ciencias con un trabajo sobre las relaciones entre la
revisada, de su obra en estructura anatómica de las hojas y la altura sobre el nivel del mar.
alemán die pflanzenwelt Desde 1921 la escasez de fondos le había impedido emprender excursiones mayores. Esta
der peruanischen anden situación cambió en 1925. Celebró entonces un convenio según el cual debía coleccionar plan-
in ihren Grundzügen tas para el Field Museum of Natural History de Chicago, que se obligó a pagarle los gastos y a
dargestellt, publicada en entregarle los ejemplares duplicados. Fue así como logró efectuar cuatro recorridos principales y
la ciudad alemana de algunos otros de tipo menor: aquellos fueron a Moquegua, Huanta, Tumbes y Cuzco entre 1925
leipzig en 1911. una de y 1927. Desde 1925 fue catedrático de Botánica Sistemática en la Facultad de Ciencias.
las obras más El oculista y catedrático Esteban Campodónico le invitó en 1928 a un viaje de recreo por el
importantes del sur del Perú, Bolivia y Argentina. Fueron unas vacaciones bien ganadas con trabajos en Tacna, La
botánico, contaba Paz, Puno y Cuzco.
además con 43 láminas, En diciembre de 1929 se dirigió Weberbauer a Europa. Gran parte del tiempo que pasó allí le
63 figuras y un mapa. sirvió para realizar en el Museo Botánico de Berlín-Dahlem estudios sobre las plantas por él colec-
cionadas en el Perú y para consultar la biblioteca de dicha institución que poseería libros inexis-
tentes en Lima. Arribó al Callao en junio de 1930.
Solo en 1945 apareció en Lima la nueva edición, revisada y ampliada, de El mundo vegetal de
los Andes peruanos. Se inicia esta obra con una historia de las expediciones botánicas en el Perú
y con una exhaustiva bibliografía. La primera parte es un resumen de la geografía física del Perú
andino. La segunda parte versa sobre las unidades sistemáticas escogidas de la flora peruana, la
distribución general de la vegetación y la síntesis de las formaciones principales. La tercera parte,
la más extensa lleva como título “Vegetación y flora como bases de la división fitogeográfica de
los Andes peruanos” con dos secciones, la primera sobre la vegetación y flora espontánea en
cada una de las zonas y otra sobre las planas cultivadas en el Perú y su relación con la distribución
de los habitantes. La cuarta y última parte se ocupa de la génesis de la flora peruana. La obra
tiene en total 667 páginas de texto. Por su contenido, interesa fundamentalmente a los especia-
listas, geógrafos o botánicos. El proceso de su elaboración y el símbolo que implica, debe apasio-
nar a quienes sienten respeto por la aptitud y el trabajo humanos.
Su paciencia de hormiga llevó a Weberbauer a construir, fragmento tras fragmento, una obra
de gigante. Por su cuidado y escrupulosidad en los detalles de ella, parece que hizo suyas las
62 ADENDA [ CAPÍTULO 12 ]
[1]
[2]
LAS EXPlorACIONES DE WEBERBAUER. El viajero alemán Augusto Weberbauer (1871-1948) recorrió gran
parte de la cordillera de los Andes y realizó diversos estudios sobre la vegetación encontrada en sus
viajes. En 1945 publicó El mundo vegetal de los Andes peruanos, que incluía fotografías tomadas durante
sus travesías, entre ellas esta del lago Titicaca (1), y una del propio Weberbauer, rodeado por cactus (2).
[ capítulo 12 ] adenda 63
los andes del palabras de Goethe: “Que cada paso sea una meta sin dejar de ser un paso”. Resulta profundo por
sur del perú la importancia para ser superficial. No irradia deslumbradora luz sino precisa claridad. Servidor fiel
de la inteligencia, separa lógicamente, distingue, clasifica y luego junta su labor a la que da genial
unidad. Es, por encima de los méritos que le corresponden en su propio campo científico, lo con-
trario de quienes confunden con vehemencia, de quienes citan sin precisión, de quienes se apuran,
de quienes se dispersan. En un plano que cabe llamar filosófico se debe ensalzar su fundamental
eficacia. No lo empequeñecen ni siquiera la aspereza polémica o el egoísmo científico. Este hombre
menudo y tímido, con pocos amigos y discípulos, que muchas veces conoció la soledad y a veces
el hambre, realizó una de las contribuciones más formidables en el Perú del siglo XX.
[ VI ]
los andes del sur del perú, de IsaIaH boWMan.- Entre 1907 y 1911 se realizaron,
bajo la dirección de Hiram Bingham, expediciones de la Universidad de Yale en el Perú, Chile y
Bolivia. Consistieron, esencialmente, en un reconocimiento de los Andes a lo largo del meridiano
esta obra del geólogo 73°. Su ruta fue la del sur, desde las llanuras tropicales del Bajo Urubamba, por los altos pasos
canadiense Isaiah cubiertos de nieve, hasta Camaná, situado en el desierto costanero. La sección a cargo de Isaiah
bowman (1878-1950) se Bowman se ocupó de hacer un mapa en curvas de nivel de las 200 millas del terreno montañoso
publicó por primera vez comprendidas entre Abancay y la costa del Pacífico.
en español en la ciudad El libro de Bowman Los Andes del sur del Perú, las más notable contribución sobre la geografía
de arequipa en 1938. el nacional en este periodo, se publicó en 1916 en Estados Unidos y en 1920 en Inglaterra, pero solo
científico, graduado en fue traducido al castellano por Carlos Nicholson en 1938 y editado en Arequipa. Tiene dos partes:
la universidad de una de geografía humana, y otra acerca de la fisiografía de los Andes peruanos. La primera reúne
Harvard en 1905, llegó al capítulos sobre las regiones del Perú, los rápidos cañones de Urubamba; la selva; los indios de la
perú hacia 1907, como selva; la región de los pastores; los valles marginales de los Andes Orientales; las bases geográfi-
parte de una expedición cas de las revoluciones y del carácter humano en los Andes peruanos; el desierto costanero; la
por los andes centrales. climatología de los Andes peruanos; la documentación meteorológica sobre la misma zona. La
luego realizaría dos segunda se ocupa de lo siguiente: el paisaje peruano; los Andes occidentales (la Cordillera
expediciones más, en 1911 Marítima o Cordillera Occidental); los Andes orientales (la Cordillera de Vilcapampa); las terrazas
y 1913. el libro recoge el costaneras; el desarrollo fisiográfico y geológico; caracteres glaciales.
fruto de los estudios Bowman estudió el juego de las numerosas fuerzas naturales en las regiones por él escogidas.
geográficos de bowman a Explicó distintos problemas relativos al clima y a los fenómenos meteorológicos y trató, además,
lo largo del meridiano de la estructura geológica y topográfica de la cadena principal andina, de los valles costeños e
63, en el sur del país. interandinos y de las gargantas profundas situadas en la zona de la selva virgen. En suma, exami-
nó todas las características físicas principales del sur del Perú. Como complemento muy valioso
del texto por él escrito, acompañó mapas topográficos y esquemas geológicos de la región que
le sirven de aval.
Los Andes del sur del Perú contienen, a la vez que un tratado científico, fragmentos de un diario
de viajes con el relato de exploraciones y observaciones. Hay allí páginas que interesan grande-
mente al historiador social como las que consagra a los puntos de vista del habitante de la selva,
el plantador de los valles d los Andes orientales y el plantador de la costa en la región de Majes
acerca de su país; las que describen el peonaje, “sistema de trabajo más insidioso que la esclavi-
tud pero no menos repugnante en sus detalles e infinitamente más difícil de desterrar”; las que
tratan del negocio del caucho; las que pintan la vida de los machiguengas y la de los pastores de
las regiones altas; las que destacan la importancia de la fabricación del aguardiente de caña en
los valles remotos y sin medios de transporte para el azúcar como el Urubamba; las que aclaran
la relación entre las distintas razas en las zonas que visitó; las que inciden sobre el fenómeno del
alcoholismo indígena. Llegan a entrar en el terreno político-social al describir con rasgos vívidos
la guerra civil de 1911 en Abancay. Quienes se lanzaron a ella buscaron la reducción
64 ADENDA [ CAPÍTULO 12 ]
de impuestos locales, o quisieron manifestar su protesta por los “derroches” del Gobierno, o se scIpIón e. llona
dejaron llevar, simplemente, por el afán de aventura. Los hacendados los ayudaron. Querían des-
hacerse de las gabelas sobre el azúcar y el aguardiente de caña y se ilusionaron con tener ferro-
carriles y carreteras. Como el Gobierno envió para combatir a los facciosos, a soldados indios,
estos resultaron matando o derrotando a buena cantidad de mestizos o blancos, por lo cual no
dejó de emerger el resentimiento.
De resultas de sus viajes y exploraciones en la costa chilena, publicó Bowman más tarde
su libro Los senderos del desierto de Atacama cuya traducción española fue hecha por Emilia
Romero de Valle.
Entre 1915 y 1925 la American Geographical Society, bajo la dirección del mismo eminente
hombre de ciencia, publicó un mapa de toda América del Sur al 1.000.000 que constituye una
parte del mapa internacional del mundo a escala indicada.
[ VII ]
el obserVatorIo unanue.- José Casimiro Ulloa, Manuel C. Barrios y Manuel Artola presen- el cosmólogo y sismólogo
taron a la Academia de Medicina el 17 de diciembre de 1884 la iniciativa de establecer un centro limeño inició sus estudios
de observación científica de los fenómenos meteorológicos. El nuevo observatorio debía llevar el en la ciudad de parís
nombre de Unanue. (francia) y los prosiguió
Al homenaje rendido al ilustre autor del estudio sobre el clima de Lima se unió la circunstan- luego en el Instituto
cia de que José Unanue, su hijo, contribuyó con dinero para la instalación del observatorio. Por científico de lima y en la
fin, después de no pocas dificultades, se inauguró solemnemente ese centro científico el 30 de escuela de Ingenieros. en
julio de 1892. Era un sencillo edificio todo de madera, situado a la derecha de la nueva Escuela su educación fue
de Medicina. importante la figura de
Con el transcurso del tiempo y habiéndose producido gran adelanto en las observaciones, se federico Villareal, quien
hizo necesaria la construcción de otro local más en armonía con los objetivos perseguidos. La le impartió clases de
Municipalidad cedió un área de terreno apropiado en la plaza de la Exposición, y el edificio que matemática y física. en
debía formar parte del local de la Academia de Medicina comenzó a ser construido a principios 1904, llona organizó el
de 1909. Estos aparatos podían observar el magnetismo terrestre, la humedad, la presión, la observatorio de
electricidad, el estado isométrico del aire, la temperatura, la dirección y velocidad del viento y sismológico y el
otros fenómenos a la intemperie y a la sombra. El director del observatorio en 1909 era Julián Arce observatorio
y el jefe observador Ernesto G. Victoria. Mareográfico del callao.
dos años más tarde,
instaló los primeros
[ VIII ] sismógrafos en el perú. en
los estudIos sIsMolóGIcos de scIpIón e. llona.- En 1906 se instalaron en el Parque 1918 publicó la obra
de la Exposición de Lima, por obra de la Sociedad Geográfica los dos primeros sismógrafos que teoría cosmológica
tuvo el Perú: Wiechert y Milne. Fue una iniciativa del cosmólogo y sismólogo Scipión E. Llona. cicloidal.
Inútilmente trataron de obtener el registro de estos instrumentos diversos miembros de la direc-
tiva de dicha entidad y un grupo de ingenieros ingleses llegados en un barco de la armada britá-
nica; pero Llona llegó a ponerlos en perfecto funcionamiento. Poco después en 1908, se hizo él
cargo del Observatorio Sismográfico. A través de los años prosiguió sus estudios y de ellos apare-
ció en 1918 el primer tomo de su . Cuando en 1924 se fundó el Servicio Sismológico Nacional,
Scipión E. Llona fue nombrado director del mismo. Fallecido el 21 de noviembre de 1946, trabajó
durante cuarenta años incansablemente al servicio de la Sismología.
En un comentario periodístico se lee: “Adoptando, como base cinemática indiscutible de su
teoría, las conocidas propiedades de las curvas cicloidales, el autor, Llona, hace notar que los
puntos aislados o masas locales de los astros y aun estos mismos, vienen a describir muy aproxi-
madamente en sus movimientos absolutos curvas de esa naturaleza; lo que permite aplicar, en el
[ CAPÍTULO 12 ] ADENDA 65
desarrollo de la obra, dichas propiedades a la solución general de los más vastos problemas
astronómicos y geodinámicos. Podemos citar, al efecto, en cuanto a los primeros y en concepto
de ejemplos notables que la obra ofrece de una sencilla y clara explicación cicloidal: el del pro-
coMo tantos blema de la distribución del sistema planetario, el de la generación de los satélites y planetas, el
de la formación única del sistema anular de Saturno y anillo de los asteroides, o el de la causa de
otros HoMbres la aceleración ecuatorial del Sol y de los planetas mayores, etc; y debiendo citarse, por igual
eMinentes motivo, entre los segundos, el de la distribución diametralmente opuesta de los continentes y
dentro del océanos en la superficie del globo, o el de la formación de los geosinclinales y el de la acumula-
ción de las tierras emergidas en el hemisferio continental, etc”.
caMPo de las El autor del presente libro se encuentra ante la imposibilidad de viajar a las distancias a las
ciencias en el que llega esta obra.
PerÚ, antonio
lorena Merece [ IX ]
un estudio antonIo lorena.- Como tantos otros hombres eminentes dentro del campo de las ciencias
en el Perú, Antonio Lorena merece un estudio detenido en relación con sus ideas y con su época.
detenido en Natural del Cuzco, obtuvo el título de médico en Lima en 1884. Siendo estudiante, enseñó
relación con Gramática y Economía Política y dio cursos de extensión universitaria a los obreros. Profesional,
sus ideas y con no solo se consagró a su consultorio sino reveló una tenaz predilección por la docencia primero
en el Colegio de Ciencias y luego en la universidad de su tierra natal y sus discípulos se honraron
su ÉPoca. al darle el título de maestro. Enseñó primero Química Analítica y más tarde Zoología, Botánica
General, Anatomía, Fisiología, Antropología y Medicina Legal y Técnica Policial. Profunda impre-
sión causó en el Cuzco cuando desde la tribuna del Colegio de Ciencias disertó en 1898 sobre
los principios básicos de la Biología y desarrolló la teoría de la evolución de los seres para exaltar
la obra de Lamarck y Darwin, afirmar su filiación determinista y plantear la necesidad de proceder
a la revisión de los códigos a la luz de esta doctrina. Pero su materia predilecta fue la Antropología.
Sobre ella hizo estudios especiales en París. En 1899 gestionó y obtuvo la creación de un curso
especial para divulgarla en la universidad cuzqueña, mucho antes que en San Marcos. Discípulo
de Bertillón, a quien lo unía un lazo de amistad, desarrolló sus lecciones conforme a los puntos
de vista de Tropinard y señalando la posición del hombre en la escala zoológica. Al primer
Congreso Científico Panamericano reunido en Chile en 1908 presentó un trabajo sobre
66 ADENDA [ CAPÍTULO 12 ]
materiales para la antropología del Cuzco. Entre otras de sus contribuciones científicas estuvieron francIsco
la que dedicó a las “nevadas” de Arequipa, publicada en Crónica Médica en 1896, otra referente a alMenara butler
la medicina y trepanación incaicas aparecida en Gaceta Científica, varias monografías sobre geo- (1849-1930)
grafía médica y los ensayos geológicos en que polemizó con algunos de los miembros de la
expedición Bingham.
Falleció en el Cuzco en 1932.
[X]
la enseÑanza de la quíMIca: Velásquez Morales, pozzI-escot, García,
norIeGa del áGuIla.- Manuel A Velásquez Morales nació en Lima el 10 de junio de 1863 y
falleció el 9 de setiembre de 1932. Graduado en la Facultad de Medicina en 1890 fue, pocos años
más tarde, catedrático en ella. Introdujo las especialidades de Química Biológica, Química
Farmacológica, Química Bromatológica y Química Toxicológica, antes desconocidas en el país.
Realizó, además, varios trabajos científicos sobre materia médica y química en colaboración con en 1873 optó por el grado de
Hermilio Valdizán, Ángel Maldonado y Edmundo Escomel. Impulsó la docencia farmacéutica y bachiller de Medicina, por la
odontológica creando en 1915 las secciones respectivas. Trabajó en la Comisión Inspectora de universidad de san Marcos.
Farmacia e integró la Junta Central de Sanidad establecida en 1884 por el régimen de Iglesias y dos años después el médico
que fue la precursora de la Dirección de Salubridad. Ejerció, pues, una triple acción a través de la moqueguano fue incorporado
enseñanza universitaria, la investigación científica y la labor pública en aspectos sanitarios. como cirujano en la sanidad
Otra figura que deberá ser estudiada cuando se haga la historia de la química en el Perú militar. como parte de sus
durante el siglo XX (con un significado similar al de Eboli y Raimondi durante el siglo XIX) ha de labores fue enviado al frente
ser Emmanuel Pozzi-Escot. Oriundo de Nancy (Francia) donde nació en 1887, llegó al Perú en de batalla durante la guerra
1907 para dictar una serie de conferencias de físico-química en las Facultades de Ciencias y de del pacífico. en 1896 fundó la
Medicina, cuando ya había publicado diversos trabajos de su especialidad y obtenido varias cátedra de pediatría en la
patentes de invención. Perteneció a la Escuela de Artes y Oficios, a la Escuela de Agricultura y a la facultad de Medicina de san
Facultad de Ciencias y renovó el estudio de la química y de la bacteriología. Marcos. fue ministro de
Carlos Alberto García, nacido en 1872, fue catedrático titular de Química Biológica en la fomento en 1898 y 1899,
Facultad de Medicina por varios lustros y también jefe del laboratorio del hospital de Santa Ana, período en el cual se
jefe del laboratorio químico municipal y jefe de la Sección Química del Instituto Nacional de realizaron varias obras
Higiene. Fue el inventor del “ureómetro”. sanitarias. fue elegido
senador suplente por el
departamento de loreto de
1901 a 1906.
por el Gobierno peruano a Europa, donde residió entre tales en el Hospital Dos de Mayo y fundó la cátedra de
1911 y 1914. En la ciudad de Boloña (Italia), asistió a la Enfermedades Nerviosas y Mentales en la Universidad
Escuela Italiana de Enfermedades Mentales y del de San Marcos.
Sistema Nervioso; y en París (Francia), estudió en el En 1917, publicó, junto con Honorio Delgado, el primer
Instituto de Psicología de la Universidad de París y en la número de la Revista de Psiquiatría y Enfermedades
Sorbona. Conexas. Dos años más tarde, también junto a Delgado,
De regreso en el Perú, alcanzó el grados de doctor en fundó el Seminario Psicopedagógico. Desde 1921 diri-
Medicina en 1915, gracias a la tesis La alineación men- gió el asilo-colonia Víctor Larco Herrera, en Magdalena,
tal entre los primero peruanos. Creó asimismo el primer y posteriormente fue nombrado director del Hospital
consultorio externo de enfermedades nerviosas y men- Víctor Larco Herrera.
[ CAPÍTULO 12 ] ADENDA 67
LOS VIAJES DE AUGUSTO WEBERBAUER
El trabajo de este científico alemán permitió un mejor conocimiento de la geografía y flora peruanas.
Un completo estudio
Augusto Weberbauer (1871-1948) recorrió casi todo nuestro territorio en seis viajes realizados durante más de veinte años. En ellos,
adquirió un cabal conocimiento de la realidad geográfica peruana y además clasificó las variedades de vegetación en pisos altitudinales.
EL RECORRIDO EN IMÁGENES (tomadas del libro El mundo vegetal de los Andes peruanos)
Amancaes, Lima. Aija, Áncash. Chiquibamba, Valle del Marañón. Huaraz, Áncash. Calzada, San Martín.
Estudió el fenómeno de las Puya de Raimondi, Paisaje dominado por el agave, el A 3.080 m.s.n.m, con los nevados Casa de nativos con
lomas en toda la costa peruana. a 4.000 m.s.n.m. pacae y el molle, a 2.700 m.s.n.m. de la Cordillera Blanca al fondo. pijuayos atrás.
LA RUTA
LA CANTUTA
Nombre científico: Cantua buxifolia Ramas arqueadas
Familia: Polemoniáceas
Hábitat: los Andes, entre Hojas de limbo
los 1.800 y los duro y espeso
3.000 m.s.n.m.
SU LIBRO
En 1911 se pu
blica en
Leipzig, Alem
ania, la
primera edició
n de
El mundo vege
tal de los
Andes peruan
os,
resultado de
una década
dedicada a la
exploración bo
tánica del
Perú. La prim
era edición
en español qu
e llegó a
Lima se public
Fuente: Augusto Weberbauer, El mundo vegetal de los Andes peruanos / Infografía: ó en 1945.
Jorge Basadre, Historia de la República del Perú, tomo XVII. Raúl Rodríguez
68 adenda [ capítulo 12 ]
En la docencia escolar y universitaria descolló, asimismo, Miguel Noriega del Águila quien hizo tam- rIcardo l. flores
bién trabajos sobre Parasitología. Además tuvo a su cargo el Instituto Nacional de Vacuna. (1854-1939)
[ XI ]
la HoMeopatía.- La ley de 13 de noviembre de 1890 autorizó a la Facultad de Medicina para
que permitiera el ejercicio de la profesión sin exigir los requisitos prescritos por la ley, o sea la ren-
dición de exámenes, a todo médico que, a su juicio, fuese una notabilidad científica. Se relacionó
este permiso con el caso del notable oftalmólogo italiano Ernesto Massei. Jorge Deacon gestionó
privilegio tan singular a partir de 1886. La Facultad se opuso a dispensarle de las pruebas de efi-
ciencia. Deacon era un homeópata con diploma emanado de una institución en el estado de Ohio,
Estados Unidos. El Congreso debatió el asunto ardorosamente en 1895. Hubo diputados que
hablaron de que existían, con caracteres equiparables, dos medicinas: la alópata y la homeópata.
El Congreso otorgó a Deacon la autorización que tanto había ansiado, por resolución legislativa
promulgada en 21 de octubre de 1897. El gobierno de Piérola sostuvo que el asunto no dependía
de los Poderes del Estado sino de los cuerpos académicos. de muy joven, el médico
y político limeño
participó en los
[ XII ] combates de 1866 y en
las cIencIas MÉdIcas y la facultad de MedIcIna .- Durante el decanato de (1) el levantamiento de
Leonardo Villar (1891-1895) fue iniciada la reforma de los estudios de Odontología y se creó la Mariano Ignacio prado
cátedra de Clínica Ginecológica, mencionada en otros párrafos. En el breve tiempo en que reem- (1867). cursó estudios en
plazó a Villar Francisco Rosas (1895-1896) se estableció la cátedra de Pediatría y Clínica Pediátrica parís, donde se recibió
encomendada a Francisco Almenara Butler. Sucedió a Rosas, Armando Vélez (1899-1903) y durante de médico cirujano en
este periodo fueron establecidos los cargos de jefes de laboratorio y se adaptaron también dispo- 1878. al volver, atendió
siciones para mejorar la enseñanza de la Farmacia y de la Odontología. Al decanato de Belisario a los heridos de las
Sosa (1903-1907) correspondió la inauguración del local de la Facultad. Notables fueron en esta batallas de san Juan y
época la lucha contra la peste bubónica (1903) y la reforma en el plan de estudios y en la organi- Miraflores (1881). en
zación de los laboratorios anexos a las clínicas. Entre 1907 y 1911 el decano fue Manuel C. Barrios. 1889 fundó la cátedra de
De 1911 a 1921, Ernesto Odriozola a quien reemplazó Guillermo Gastañeta. técnica Microscópica y
bacteriología en la
facultad de Medicina en
rIcardo l. flórez.- Nació en Lima el 10 de agosto de 1854. Niño aún, tomó parte activa, san Marcos. también
como voluntario, en el combate del 2 de mayo de 1866, en la batería Ayacucho bajo el mando de ocupo diversos cargos
políticos: senador por el
(1) Los hombres de ciencia en general y, especialmente los médicos se quejan de que cuando se trata de la cultura en el Perú otórgase prefe- callao (1895), ministro
rencia a la de carácter literario, artístico, histórico, filosófico, arqueológico y folclórico. No ha sido esa, por cierto, la actitud de la Historia de de fomento y obras
la República del Perú en los tomos precedentes ni podía serlo a tratar del periodo 1895-1933. Pero la preparación de los apuntes que apa- públicas (1897), senador
recen en el presente capítulo ha sido muy laboriosa. Los médicos mismos no han hecho hasta hace poco el estudio organizado ni de las por Huánuco (1907) y
hermosas batallas que ha ganado en esa época y en los años siguientes su profesión ni de las nobles figuras que las han dirigido. El libro de
ministro de justicia e
Juan B. Lastres se detiene a finales del siglo XIX. Carlos Enrique Paz Soldán ha hecho algunas semblanzas fervorosas; pero no una historia
orgánica. El Diccionario, de Hermilio Valdizán, obra monumental, no pasa de los primeros años de la década de 1920 y es, después del
Instrucción (1917).
segundo tomo, demasiado esquemático. En los últimos años el Dr. Jorge Arias Schreiber Pezet ha publicado valiosos estudios sobre historia
de la Medicina.
El autor del presente libro ha consultado esas y otras fuentes y ha perdido y obtenido el consejo generoso y docto de varios amigos especia-
lizados. Mención especial debe hacer, entre ellos, a los doctores Oswaldo Hercelles García y Matías Enrique Ferradas. Ayuda fundamental y
minuciosa le dio Honorio F. Delgado bajo la condición de que no mencionara su nombre. De los errores y omisiones asume, por cierto, plena
responsabilidad, si bien advierte que, de acuerdo con los objetivos del libro, se detiene en 1933 y que ha hecho tan solo una síntesis provisoria
exhibiendo algunos nombres como muestras sin que haya podido consignar todos los que merecen recuerdo. De ello se encargará, sin
duda, la historia de las ciencias médicas peruanas en el siglo XX que se exhibirán algún día en un trabajo de equipo de distintos especialistas.
Aquí solo se ha querido hacer unos cuantos apuntes sobre el notable aporte que ellas han traído siempre en el ámbito de los años de 1895
a 1933, dentro del vasto cuadro de la cultura nacional.
[ CAPÍTULO 12 ] ADENDA 69
Francisco Bolognesi. Comenzó los estudios de Medicina en el Perú y los terminó en Francia. De
regreso de Europa inmediatamente antes de la guerra con Chile, participó en esta como cirujano
mayor y jefe de ambulancia de la división volante en las batallas de San Juan y Miraflores.
tanto Por su Fue profesor de Oftalmología en la Facultad de Medicina desde 1895 hasta 1924. Trajo el
primer microscopio a Lima y con él introdujo la técnica microscópica y bacteriológica y dictó el
ForMación curso de la materia en dicha Facultad en 1889. En el ejercicio de esta disciplina, fue él quien hizo
ProFesional y la numeración globular en la sangre de Daniel Alcides Carrión, comprobando los estragos
cientÍFica coMo (hemolisis) producidos por la inoculación de la verruga. Asimismo, difundió el uso del termóme-
tro clínico, de la jeringa de inyecciones y del transfusor de sangre Oré. Trajo también el primer
Por sus fonógrafo y en 1903 el primer automóvil. Fundador del Foto Club en 1889, llegó a ser una auto-
coneXiones ridad en materia de fotografía y sus aplicaciones de todo orden, especialmente las concernientes
PerManentes a la microscopía.
A Flórez se debe la creación en Lima del Laboratorio Municipal de Higiene, y la construcción
con Grandes del edificio de la Facultad de Medicina en la avenida Grau.
FiGuras Intervino en la política a lo largo de muchos años, primero en el Partido Demócrata, al lado
de Piérola y luego en el Partido Liberal del cual fue uno de los fundadores y el último de sus jefes.
MÉdicas, entre Fue senador tres veces y ministro de Estado en dos oportunidades, la primera con Piérola y la
las Que se segunda con José Pardo en su segunda administración.
destaca la de
Maurice letulle, ernesto odrIozola.- Ernesto Odriozola nació en Lima el 6 de mayo de 1862, hijo del emi-
Fue [ernesto] nente médico Manuel Odriozola. Enviado a París en 1884, ingresó allí a la Facultad de Medicina.
Tuvo grandes maestros y grandes condiscípulos y se graduó en 1888 con una tesis sobre el
odrioZola el corazón senil tan interesante y original que fue laureada y premiada con medalla de oro y es
autÉntico todavía considerada como obra clásica. Regresó aquel año al Perú. Fue catedrático de Anatomía
sÍMbolo de la Topográfica, Medicina Operatoria y Clínica Médica. Notable maestro por su galana dicción, su
crítica clínica severa aleccionadora, fácil, su gimnasia propedéutica. A las lecciones por él dictadas
vinculación acudieron alumnos de todos los años y médicos de provincias. “La finura de sus disecciones (ha
entre la escrito Carlos Enrique Paz Soldán) y su elegancia manual al ejecutar las técnicas operatorias y al
Medicina discutir sus indicaciones terapéuticas, deslumbraban a cuantos les veían ejecutar y escuchaban
sus lecciones. En realidad, era un mago que asombraba nuestros ojos, allá en nuestros días de
Peruana y la iniciación anatómica en la desnuda sala que le estaba reservada en el Anfiteatro de Anatomía
Francesa Por donde cumplía sus labores docentes... Años vivió en esta cumbre docente”.
En 1898 publicó su obra en francés La maladie du Carrión, acaso la más notable producción
cerca de un de la ciencia peruana en el siglo XIX. Allí describió los síntomas de esta enfermedad desde su
cuarto de siGlo. comienzo hasta la erupción y muerte, con aguda precisión y lógico criterio. Este libro es una
lección viva sobre la manera de analizar los síntomas y sobre cómo se debe orientar la investiga-
ción médica. “Por la claridad y el detalle de sus descripciones que han quedado clásicas (ha
expresado Raúl Rebagliati) y sus puntos de vista doctrinarios, es el estudio monográfico más
completo que se haya producido sobre la enfermedad de Carrión”. Es algo más: es no tanto el
producto de su cerebro, como la proyección de un espíritu. Es un ejemplo de voluptuosidad en
la clara comprensión, un ejemplo de esa rica creación, fuente del más delicado de los placeres,
que no solo aparece en las obras científicas sino también suele mostrarse en algunos libros de
Derecho y en algunos de Filosofía y de Historia.
La producción bibliográfica de Odriozola fue muy vasta. Hermilio Valdizán publicó en el
número de Anales de la Facultad de Medicina correspondiente a marzo-abril de 1921 una rela-
ción de 227 trabajos suyos.
Relieve también excepcional alcanzó la labor de Odriozola como “médico familiar” en Lima,
dentro del campo de la medicina general. Su “ojo clínico”, que no necesitaba muchas veces de las
70 ADENDA [ CAPÍTULO 12 ]
pruebas que hoy parecen esenciales, suministradas por el laboratorio o el aparato mecánico MaXIMIlIano
lo llevó a constantes diagnósticos certeros que se hicieron proverbiales. En las juntas con sus González olaecHea
colegas tuvo su palabra un valor muy apreciado. Fue considerado el médico ideal para los (1867- ¿?)
casos difíciles. Hasta el final de su vida conservó los dones más altos que un hombre cabal
puede albergar: la dignidad personal, el amor al oficio y la sencillez.
Elegido decano de la Facultad de Medicina en 1911, falleció en el ejercicio de este cargo
súbitamente el 16 de marzo de 1921.
Tanto por su formación profesional y científica como por sus conexiones permanentes
con grandes figuras médicas, entre las que se destaca la de Maurice Letulle, fue Odriozola el
auténtico símbolo de la vinculación entre la medicina peruana y la francesa por cerca de un
cuarto de siglo.
[ CAPÍTULO 12 ] ADENDA 71
osWaldo Quien cultivó por primera vez en el mundo en el año 1927 la Bartonella bacilliformis fue
Hercelles (1874- ¿?) Oswaldo Hercelles.
Una comisión norteamericana presidida por Strong afirmó que la fiebre de La Oroya (o
verruga maligna) y la verruga eruptiva eran entidades nosológicas distintas, a pesar de su igual
ubicación geográfica. Esta tesis de la Universidad de Harvard halló plena aceptación en las
publicaciones extranjeras. Correspondió a los investigadores peruanos Telémaco Battisini (naci-
do en 1895), Daniel Mackehenie y Pedro Weiss (nacido en 1893) entre otros, probar experimen-
talmente la unidad de la verruga. En el Congreso Médico de La Habana en 1928, Edmundo
Escomel sustentó la teoría peruana y ella fue unánimemente aprobada por la asamblea.
En abril de 1930 la Facultad de Medicina de Lima confirió el grado de doctor honorario a
Daniel Mackehenie, médico desde 1902. Fue leído entonces su trabajo “Mesénquina y enferme-
dad de Carrión”.
Enrique León García recordó en esta oportunidad que varios años atrás, había él expresado
que la historia del periodo científico en el estudio de la verruga peruana debía dividirse en cuatro
etapas. La primera correspondía a la época de Daniel A. Carrión. La segunda estaba dominada
este médico limeño fue por la aparición de la obra de Ernesto Odriozola con el cuadro clínico de la enfermedad. La ter-
uno de los más cera debía ser la del descubrimiento del germen de la infección verrucosa que llevó a cabo
importantes estudiosos Alberto Barton. La cuarta correspondía a quienes hicieron la patogenia de ella, llave para su
de la verruga peruana. curación. Daniel Mackehenie y Pedro Weiss (expresó en seguida León García) han atacado valien-
en 1900 sustentó se tesis te y esclarecidamente en la solución de este problema colocándose en puntos de vista netamen-
de bachillerato, titulada te fundamentales, embriológicos, anatómicos y fisiopatológicos que venían a ser los asientos
Historia patológica de la para las soluciones definitivas.
verruga peruana, Daniel Mackehenie fue una personalidad original. Huraño y modesto, no apreciado debida-
publicada luego en la mente, de indudable honradez científica, laborioso y constante, se caracterizaba, además, por su
colección anales bondad y por su sencillez. Su cultura era extraordinaria y abarcaba inclusive la literatura clásica y
universitarios, Hercelles moderna. Con una inquietud mental ilimitada, llegó a aprender a solas varios idiomas, incluyen-
fue, además, fundador de do el alemán, el ruso y, en parte, el japonés. A través de su vida desempeñó cargos en la Oficina
uno de los primeros de Sanidad del Callao, la Compañía de Seguros Sud América y el Hospital Arzobispo Loayza. En
laboratorios clínicos en este establecimiento fue jefe de los laboratorios.
el perú. aquí lo vemos La reciente incorporación (1980) de Pedro Weiss como miembro honorario de los institutos
en una fotografía Nacionales de Salud fue un merecido homenaje a quien en algunos han considerado “Padre de
publicada en 1903 en la la Patología en el Perú”.
revista actualidades.
72 ADENDA [ CAPÍTULO 12 ]
EL MAL DE LA VERRUGA. Daniel Alcides Carrión (1875-1885) estudió la sintomatología y la naturaleza del mal de
la verruga a finales del siglo XIX. Tras su muerte, el doctor Ricardo L. Flórez retomó dichos estudios y
comprobó la reacción del cuerpo humano frente a esta enfermedad. En esta fotografía de 1858 se aprecia a
Aniceto de la Cruz, el primer paciente afectado por la verruga estudiado en el Perú.
[ capítulo 12 ] adenda 73
edMundo escoMel Manuel o. taMayo, osWaldo Hercelles, JulIo cÉsar GastIaburú y GuIllerMo
(1880-1959) alMenara.- Demasiado joven falleció en 1909 Manuel O. Tamayo, nacido en Arequipa en 1878,
médico en 1901, doctor en 1903, con estudios en Europa, autor de trabajos sobre la hematología de la
verruga peruana ya citados y sobre la uta y la rabia Tamayo, hasta poco antes de morir, soñaba con
lograr una prominente figuración social y política y no solo científica.
Larga y fecunda vida alcanzó, en cambio, Oswaldo Hercelles. Nacido en Lima, en 1874 y matri-
culado en la Facultad de Medicina en 1894, para optar el grado de bachiller sustentó en 1900 una
tesis titulada Historia patológica de la verruga peruana que obtuvo las felicitaciones del jurado y
la publicación en Anales Universitarios. Doctor en la misma Facultad en 1903, sus tesis sobre la
pinta o cara señala otro hito. Fundador del pequeño laboratorio de Química, Hematología,
Anatomía Patológica y Bacteriología instalado en el Hospital Dos de Mayo en 1901, le dio una
importancia tan grande que ha quedado como un símbolo y logró dotarlo de un rico Museo
Anatomo-Patológico que se convirtió en obligado lugar de visita para los hombres de ciencia
que llegaban a Lima. Fue así por obra de Hercelles (y también por la de Alberto Barton y Manuel
Tamayo en el Hospital de Guadalupe en el Callao y en el Instituto Municipal de Higiene de Lima)
el médico arequipeño se que se establecieron los tres primeros laboratorios clínicos en el Perú. En 1910 Hercelles resultó
graduó en lima en 1902, victorioso en el concurso suscitado para proveer la cátedra de Anatomía Patológica y la dictó con
con la tesis anatomía entusiasmo y competencia. Enseñó, además, Higiene en la Escuela Normal de Preceptores. Actuó
patológica del verrucoma como consejero de José Matías Manzanilla en relación con la noción de los accidentes de traba-
de carrión. luego viajó a jo y con las incapacidades de él provenientes.
europa donde obtuvo Julio César Gastiaburú nació en Lima en 1881 y obtuvo el título de médico en 1907. Ayudante
experiencias de Biffi, hizo, siendo estudiante, trabajos bacteriológicos sobre verruga peruana, sobre los tripa-
profesionales en clínicas nosomas y después sobre el paludismo y también sobre la peste bubónica en 1903. Fue uno de
de parís (francia), berlín los primeros que efectuó en el Perú el diagnóstico bacteriológico de dicha enfermedad y tam-
(alemania) y londres bién el primero que hizo la vacuna contra la bubónica y el primero que llegó a realizar la prepa-
(Inglaterra). de vuelta en ración de la vacuna contra el “carbón” de ganado bovino. Asimismo, llevó a cabo estudios bacte-
el país, recibió los riológicos sobre el agua de Lima, estudios sobre la leucemia y, en colaboración con Manuel O.
grados de doctor en Tamayo, llegó a preparar la vacuna contra la rabia.
ciencias biológicas por la Subdirector del Instituto Municipal de Higiene durante algún tiempo, al fallecer Tamayo en
universidad Mayor de 1909 ocupó Gastiaburú la dirección hasta 1930, con un total de veintinueve años de ininterrum-
san Marcos. de 1928 a pidos servicios. También perteneció al Instituto Nacional de Vacuna y a los laboratorios de la
1930 fue rector de la Facultad de Medicina.
universidad de arequipa Entre los aportes en la segunda etapa de su actividad estuvieron los que, en el orden clínico,
y al trasladarse a lima bacteriológico y patológico, hizo sobre verruga; el comienzo de la potabilización del agua de
en 1934, asumió la Lima por medio del cloro en 1917 y de la vacunación antitífica en la capital; la identificación de
cátedra de bacterología y la uta con la enfermedad conocida con el nombre de “botón de Oriente” producida por un pará-
parasitología en sito llamado “Leishmania tropical”; la participación en la campaña contra la epidemia de neumo-
san Marcos. nía pestosa en Huancayo.
Guillermo Almenara Irigoyen nacido en 1890, estuvo entre quienes iniciaron sus prácticas de
laboratorio en el establecido en el Hospital Dos de Mayo por Oswaldo Hercelles y siguió cultivan-
do esta especialidad. En 1917 hizo, gracias a un premio universitario que recibió, un viaje de
perfeccionamiento profesional a la República Argentina y al Brasil, jefe del laboratorio de investi-
gaciones biológicas de la Asistencia Pública de Lima, fue luego fundador del laboratorio anato-
mopatológico del Asilo Víctor Larco Herrera y, más tarde, jefe de la Sección Sueros en el Instituto
Nacional cargado por la Dirección de Salubridad Pública de combatir la epidemia de fiebre
amarilla desarrollada entonces en Sullana. La misma entidad administrativa le encomendó en
1926 el estudio epidemiológico del paludismo en el departamento de Lima. Su tesis para el
doctorado en Medicina fue un estudio fármaco-botánico, fármaco-químico y fármaco-dinámico
e histórico sobre el “chamico” (1927).
74 ADENDA [ CAPÍTULO 12 ]
edMundo escoMel.- Nacido en Arequipa en 1877, se graduó de médico en Lima en
1902 y se perfeccionó en Europa en dos oportunidades. Tuvo, por esta razón y por diversas
comisiones que desempeñó, vastas vinculaciones con entidades internacionales. Su colabo-
ración en revistas médicas y científicas nacionales y extranjeras fue muy prolífica. Estudió, [raMón e.
entre otros muchos temas, las disenterías, particularmente la tricomoniasis intestinal cuya
nosografía hizo entrar en el cuadro de las afecciones intestinales humanas y cuyo tratamien-
ribeyro] Fue
to enunció; le leishmaniosis y blastomicosis con hallazgo, por primera vez en el cuerpo enviado
humano, de la leishmania flagelada; los balnearios medicinales de Jesús, Yura, Socosani, del eXPresaMente a
Negro y de la Aguadita; la flora y la fauna de aquella región particularmente los pseudo miloi-
des de los que descubrió varias especies y las arañas venenosas; los instrumentos nuevos de
euroPa, Para
cirugía. Parte de la obra científica de Escomel fue publicada, por cuenta del Estado, en dos Que se
gruesos volúmenes. esPecialiZase en
MicroboloGÍa
raMón e. rIbeyro.- Nació en Lima en 1876 y murió el 13 de julio de 1933. Ingresó a la y en
Universidad en 1893 y dos años después a la Facultad de Medicina. Obtuvo la contenta de
Bachiller y de Doctor.
orGaniZación de
Su tesis de Bachiller versó sobre “El análisis bacteriológico de las aguas. Estudio de las de estableciMientos
Lima”. El Dr. Raúl Rebagliati dice que este “es trabajo notable por la intensidad de labor que mani- vaccinales, y se
fiesta y la importancia de sus conclusiones, revelándose ya Ribeyro como investigador serio y
honesto: el mismo carácter que siempre había de reconocérsela en todas sus actividades profe- le encarGó a su
sionales”. reGreso, en 1905,
Su tesis de Doctor tuvo como título “Observaciones sobre la degeneración de la vacuna
antivirólica e investigaciones sobre su agente etiológico” (1913).
la dirección del
Fue enviado expresamente a Europa, para que se especialice en Microbiología y en organi- instituto
zación de establecimientos vacunales, y se le encargó a su regreso, en 1905, la Dirección del nacional de
Instituto Nacional de Vacuna, hasta 1919. Ahí elaboró su tesis doctoral, que contiene conceptos
originales, que posteriormente fueron confirmados. Ahí también se convirtió en nuestro espe-
la vacuna,
cialista más versado en Protozoología, Helmintología y Micología. A este respecto son muy Hasta 1919.
importantes sus estudios sobre diversos hongos tripanosomas, critidias, leishmanias, amebas,
grahamelas, bartonellas, espiroquetes... En colaboración con Arce y Mackehenie, logró transmitir
experimentalmente la verruga peruana a monos, conejos y otros mamíferos. Inició las tentativas
de inmunización contra la enfermedad de Carrión (Raúl Rebagliati).
Fue catedrático titular de Parasitología, por concurso, desde 1914, después de ser jefe de
laboratorio de esa disciplina. Excelente expositor y hombre de una amplia cultura general.
Ejercía la presidencia de la Academia Nacional de Medicina, cuando murió en 1933. Desde
1919 fue Miembro de la Sociedad de Patología Exótica de París.
la MedIcIna socIal.- Algunos estudios médicos incidieron con objetividad y sin prejuicios
doctrinarios en los problemas sociales. Entre ellos estuvieron los de Enrique León García sobre la
natalidad en Lima (1900) y sobre la mortalidad en esta misma ciudad por la fiebre tifoidea (1901).
Al señalar la virulencia endémica y epidémica de esta última dolencia, León García, nacido en
1871, se refirió a las deficiencias de botaderos, letrinas, cloacas, aguas potables, cañerías, albaña-
les y acequias. En su tesis doctoral sobre las razas en Lima (1909) León García constató la existen-
cia y el desarrollo del mestizaje, se manifestó favorable a él y utilizó los aportes de Rómulo
Eyzaguirre sobre la influencia de las habitaciones de Lima y sobre las causas de su mortalidad
(1903) y de Leonidas Avendaño en el informe acerca de las casas de vecindad (1908). A su cargo
estuvo el censo de la capital en 1908. Años más tarde creó la escuela pediátrica peruana.
[ CAPÍTULO 12 ] ADENDA 75
[1] ALJOVÍN FRENTE A
DENEGRI. En 1906,
dos reputados
cirujanos limeños,
Miguel Aljovín y
Juvenal Denegri,
realizaron una
competencia para
disputarse una plaza
de trabajo en el
Hospital Santa Ana.
El hecho fue
recogido por la
revista Prisma, como
se aprecia en estas
fotografías sin
identificación (1 y 2).
Cabe resaltar que el
doctor Aljovín fue el
primer médico
peruano en realizar
una operación de
apendicitis en Lima,
en el año 1902.
[2]
76 adenda [ capítulo 12 ]
Eyzaguirre, nacido en 1865, estudió además las epidemias en Lima y la tuberculosis pulmonar
en la misma ciudad.
Felipe Merkel fue autor, en 1902, de una monografía sobre la tuberculosis en el ejército y en [ 1903 mayo 8 ]
1908 de un estudio sobre la reglamentación de la prostitución en Lima.
Otro médico, Julián Arce, nacido en 1863, fue premiado en un concurso promovido por la la peste bubónIca. en
Sociedad Nacional de Agricultura en 1902 por su trabajo acerca de la provisión de brazos para el su edición del 8 mayo
trabajo rural de la costa. A cargo de la clínica de Enfermedades Tropicales en la Facultad de de 1903, el diario el
Medicina, hizo Arce estudios sanitarios del agua potable de Lima y estudios epidemiológicos de comercio informó
la malaria, la fiebre amarilla y otras enfermedades similares. Fue el fundador de la Medicina tropi- sobre algunos casos de
cal en el Perú. Primer director de Salubridad en el Ministerio de Fomento desde 1904 hasta 1911, peste bubónica
aunque tuvo enemigos acerbos, efectuó una labor notable. Renunció cuando el gobierno, violan- descubiertos en el
do los reglamentos sanitarios, impuso pena de cuarentena al Canova, buque que conducía al callao. en ese sentido,
Callao a tres diputados de oposición. señaló: “(…) no son
Daniel Eduardo Lavorería desempeñó con capacidad y honradez la subdirección de muy tranquilizadoras
Salubridad Pública por cerca de treinta años y dejó su utilísimo prontuario de la legislación sani- las noticias que hoy
taria en el Perú. Fue catedrático de Histología Normal en la Facultad de Medicina y jefe de servicio tenemos que dar:
en el hospital Dos de Mayo. aunque no
Abel S. Olaechea, nacido en 1875, doctor en Medicina en 1908, presentó para ese grado una complemente
tesis sobre “el estado actual de los conocimientos relativos a la tuberculosis” en la que se ocupó comprobado el hecho
también de esa enfermedad en Lima, con un mapa de las zonas urbanas más amagadas arriban- hasta ahora, los
do a conclusiones de interés social y científico a base de datos estadísticos minuciosos. Director estudios practicados en
de Salubridad en 1914, permaneció en el cargo hasta 1919. En esta época se aprobaron la ley de el callao justifican el
profilaxis del paludismo y la ley de declaración de las enfermedades infectocontagiosas; y, al temor de que los casos
finalizar sus funciones, mediante iniciativa suya, fueron contratados los servicios de la misión de que se trata sean de
Rockefeller para la lucha contra la fiebre amarilla, y se le dio intervención en la campaña iniciada fiebre bubónica; pero,
para extirpar dicha enfermedad aparecida en Piura. Fue médico director del Hospital Dos de Mayo aun cuando fuese así,
desde 1923. no hay motivo para
alarmarse hasta el
punto de dejarse
la peste bubónIca.- El Comercio en su edición de la tarde del 7 de mayo de 1903 bajo el poseer por el pánico.
rubro “Enfermedad sospechosa” hizo pública la existencia de algunos casos de peste bubónica en la bubónica no es más
el Callao. Ellos se habían iniciado en los últimos días del mes de abril. Cuando se discutía este mortífera que
asunto se hizo pública una carta del médico de Pisco Enrique Mestanza a Ernesto Odriozola, cualquier otra
anterior a la alarma entonces suscitada, sobre sus sospechas de haber asistido a un pestoso en epidemia, y tenemos
aquel puerto. La enfermedad había sido traída, según se supone por el barco Amasis procedente pruebas de actualidad
de Calcuta. Pasó en Lima en octubre del mismo año. de lo fácil que es,
El agente causal fue identificado por el médico italiano Ugo Biffi y los peruanos Manuel O. relativamente, impedir
Tamayo y Julio César Gastiaburú en el laboratorio municipal de Lima. Al año siguiente se produjo que se propague”.
la primera epidemia de esta enfermedad en la capital, con un foco central en el barrio de
Monserrate. Biffi había llegado en 1902. Contribuyó a la formación de un núcleo de importantes
investigadores peruanos en el que estuvieron Tamayo, Gastiaburú y Raúl Rebagliati. Encabezó la
lucha contra la bubónica, antes desconocida por la población, poco preparada desde el punto
sanitario y cultural. Gran figura fue también en esta batalla Juan Bautista Agnoli, médico del
Hospital Italiano, inspector de Higiene de la Municipalidad. Entre los profesionales peruanos se
destacó entonces, entre otros, Juan Voto Bernales, médico interno en el Lazareto de Guía. Según
datos oficiales, en 1904 hubo 377 casos de bubónica y hasta 1911 ascendieron ellos a 1.330. De
este número 670 correspondieron a curados y 660 a muertos. De los apestados 1070 fueron de
la ciudad y 260 del campo. Curados de la ciudad: 533 y del campo: 137. Muertos de la ciudad: 557
y del campo: 123.
[ CAPÍTULO 12 ] ADENDA 77
constantIno t. Tanto Biffi como Agnoli volvieron a Italia, el primero en diciembre de 1904, cuando el gran
carVallo peligro había pasado, el segundo en 1910.
(1853-1919)
78 ADENDA [ CAPÍTULO 12 ]
modernas orientaciones. “He sido asistido, pues, a la transformación completa de la cirugía”, afirmó en
los mencionados apuntes. Permaneció más de treinta y seis años en el Hospital de Santa Ana y sirvió,
además, en el Dos de Mayo, en el Italiano, en el Arzobispo Loayza y en la Maison de Santé. Tuvo a su
cargo la cátedra de Medicina Operatoria a partir de 1911. Llegó a presidir la Academia Nacional de Muy brillante
Medicina, la Sociedad Peruana de Cirugía y la Unión Fernandina. Durante más de veinte años costeó
la publicación de La Crónica Médica. Dejó inédita una historia de la ginecología en el Perú.
Fue el GruPo de
Guillermo Gastañeta fue discípulo aventajado de Alarco y de Carvallo y tuvo a su cargo las los ciruJanos
cátedras de Anatomía y de Cirugía en la Facultad de Medicina. Inventó originales procedimientos notables en las
operatorios de las hernias, tema que ya tratara en su tesis doctoral (1901). De su experiencia en
las clínicas norteamericanas trajo la técnica y el instrumental especializado para iniciar en el Perú
ProMociones
la neurocirugía. Efectuó las primeras operaciones para extirpar el ganglio de Gasser en la neural- surGidas entre
gia del trigémino y los tumores cerebrales. Asimismo hizo las primeras operaciones en la columna Fines del siGlo
vertebral y extirpó tumores medulares, previo diagnóstico de localización con inyección de sus-
tancias opacas dentro de la columna. Con Constantino T. Carvallo, fue uno de los primeros en XiX. entre
importar radio para el tratamiento del cáncer. Igualmente puede considerársele como introduc- otros
tor e innovador de técnicas en el campo de la cirugía del tórax, del abdomen y de los huesos,
después de visitar las clínicas de los grandes maestros alemanes y traer el instrumental apropiado.
estuvieron, (…)
De él ha dicho su discípulo Daniel Becerra de la Flor: “Todos los nuevos conocimientos eran rápi- constantino J.
damente incorporados a su práctica y todos los nuevos derroteros eran ensayados como si sin- carvallo,
tiera la responsabilidad directiva de mantener el tono y la jerarquía de la cirugía peruana en el
concierto de la cirugía universal”. A su saber y a su capacidad profesional unió un hondo sentido Juvenal
humano. Gastañeta sucedió a Ernesto Odriozola en el Decanato de la Facultad de Medicina. deneGri,
El busto de Miguel C. Aljovín ha sido colocado en una plazuela frente al Ministerio de Salud Pública.
Nacido en 1872, médico en 1901, representa a sus colegas y discípulos y simboliza los progresos de la
Francisco
cirugía en las primeras décadas del siglo XX. Viajero, cuando era muy joven, en la expedición del GraÑa reyes,
Constitución de 1896 (de cuya época dejó escritos sus recuerdos de Lima, Pisagua, Montevideo y Pará, carlos
publicados en las Actas del Conversatorio Clínico Miguel C. Aljovín de 1951-1952) fue quien hizo una
operación de apendicitis en Lima en 1902 cuando todavía se dudaba de las afecciones apendiculares;
villarÁn,
efectuó también otras hazañas quirúrgicas como la que en relación con un riñón descolgado (nefropec- ricardo PaZos
sia) ejecutó con todo éxito en el domicilio de Wenceslao Molina; se especializó en la cirugía de la mujer; varela.
fue hombre bondadoso y sencillo, muy útil en la vida social e institucional y dejó leales discípulos. Gran
importancia ostenta la Gaceta de los Hospitales que editó entre 1903 y 1910.
Luis de la Puente fue otro de los grandes cirujanos peruanos. Formado en la clínica francesa
de Pauchet, introdujo gran proceso en las técnicas quirúrgicas del aparato digestivo. Desempeñó
la jefatura de un servicio en el Hospital Dos de Mayo durante cerca de treinta años y fue director
y cirujano de la Maison de Santé, establecimiento en el que se destacaron también los médicos
franceses Félix Larré y René de Guermarquer.
Muy brillante fue el grupo de los cirujanos notables en las promociones surgidas entre fines
del siglo XIX y comienzos del XX. Entre otros estuvieron, aparte de los nombrados, Constantino J.
Carvallo, Juvenal Denegri, Francisco Graña Reyes, Carlos Villarán, Ricardo Pazos Varela. Este último
fundó la enseñanza y la escuela de Urología, siendo quizás su discípulo más destacado Enrique
Manchego, contemporáneo de otro muy prestigioso urólogo, Marcos Nicolini. Graña se distin-
guió además como catedrático de Higiene y estudió las epidemias en el antiguo Perú y la pobla-
ción de este país.
[ CAPÍTULO 12 ] ADENDA 79
Juan Voto Febres Odriozola director de la Maternidad hizo en ella una reforma completa erigiendo el
bernales (1877-¿?) Instituto Obstétrico y Ginecológico y separándola del Hospital de Santa Ana.
Nacido en Lima en 1875, Febres Odriozola había dedicado sus actividades como médico a la
Tocología, materia acerca de la cual versaron sus dos tesis universitarias. Viajó a Europa a especia-
lizarse primero en 1904 y 1905 y luego en 1910 y 1911. En 1905 presentó a la Sociedad de
Obstetricia de París el nuevo instrumento ideado por él para la dilatación del útero en los partos
difíciles. Correspondieron a 1911 dos comunicaciones por él presentadas a la misma Sociedad,
una sobre la técnica de la anestesia del útero y otra sobre sus indicaciones. Fue catedrático de
Obstetricia a partir de 1917 y de Patología e intervenciones obstétricas a partir de 1922. Estableció
en 1913 una famosa clínica particular para su especialidad y llegó a tener una fórmula personal
para el parto sin dolor.
Juan Voto bernales.- Juan Voto Bernales, nacido en 1877, obtuvo el título profesional de
médico en 1903. Fue alumno predilecto de Enrique Febres Odriozola y le sucedió en la jefatura
recibido como médico de su servicio en el Hospital Dos de Mayo. Cultivó la práctica fisioterápica primero en el Instituto
en 1903, fue discípulo de esta especialidad que dirigió en Lima César Sánchez Aizcorbe hacia 1907 y después en un
del doctor enrique gabinete electroterápico de que fue propietario, y como médico encargado del servicio electro-
febres odriozola y lo terápico y electrodiagnóstico en el Hospital Dos de Mayo. Fue catedrático principal de Física
sucedió tras su retiro Biológica y publicó varios trabajos de patología nacional. Presidió la Academia Nacional de
de la jefatura del Medicina y al incorporarse a ella en 1924 leyó un trabajo sobre “La diatermia, nuevos métodos
Hospital dos de Mayo, terapéuticos”. Profesor de Higiene Industrial en la Escuela de Artes y Oficios desde 1914, escribió
en lima. Voto bernales un texto sobre esta materia.
se especializó en
fisioterapia y
electroterapia. también la construccIón del local de la MorGue de lIMa. leonIdas aVendaÑo y
dictó cátedra de física la enseÑanza de la MedIcIna leGal.- El 15 de febrero de 1918 se inauguró el local de
biológica e Higiene la Morgue de Lima.
Industrial, y realizó En una época inicial las autopsias y los reconocimientos médico-legales de los cadáveres de
diversos trabajos de hacían en Lima en los mortuorios de los hospitales pertenecientes a la Sociedad de Beneficencia
investigación sobre Pública de Lima, sobre todo el Hospital Dos de Mayo. A partir de 1891 la Facultad de Medicina
patología. en 1924 se proporcionó un salón del Anfiteatro Anatómico que sirvió como morgue provisional. Su admi-
incorporó a la nistración dependía de la Intendencia de Policía y los médicos de esta actuaban como los únicos
academia nacional de peritos con exclusión de cualquier otro. En 1897, la Facultad solicitó la desocupación de este
Medicina, que más lugar porque significaba un tropiezo para la enseñanza que se impartía en el Anfiteatro. Fue
tarde presidiría. construido entonces un pequeño local adyacente en los jardines que lo rodeaban, el cual fue
utilizado hasta 1918.
La inauguración de la morgue abrió una nueva etapa en la enseñanza de la Medicina forense,
ya que allí se dictaron las lecciones de esa cátedra y se permitió la intervención de los alumnos
del curso en la práctica de las autopsias, la redacción de protocolos e informes y otros trabajos.
Tenía a su cargo esta asignatura, como titular, desde 1913, el profesor Leonidas Avendaño,
después de haber sido adjunto de ella desde 1892. Nacido en Lima el 22 de abril de 1860, fue el
verdadero renovador y orientador de la enseñanza de la Medicina Legal en el país.
Al establecerse, en febrero de 1882, el servicio de Antropometría y Estadística de la
Intendencia de Policía de Lima antecedente del actual Gabinete de Identificación, Avendaño fue
su director hasta 1895. Utilizó el sistema de Bertillón. Lo reemplazó Max González Olaechea,
quien implantó el sistema dactiloscópico de Vucetich.
Avendaño fue autor de numerosos trabajos entre los que se cuentan los concernientes a la
responsabilidad del médico en el ejercicio profesional, ejecución de las penas en los casos de
80 ADENDA [ CAPÍTULO 12 ]
[1] [2]
[3]
la lucHa contra la sífIlIs. en 1911 llegó a lima un remedio llamado “606” o “salvarsán”, que se utilizó para combatir
la sífilis. las primeras inyecciones experimentales de este medicamento se aplicaron en el Hospital dos de Mayo, aquí
en una imagen de inicios de siglo XX (3). también se aprecia la aplicación del medicamento por el doctor eguren, en
una fotografía de 1911 (1), y el primer paciente en recibir la inyección en el país (2).
[ CAPÍTULO 12 ] ADENDA 81
enfermedad sobreviniente, moral profesional, despoblación nacional, delitos contra la honesti-
dad, heridas contusas, ejercicio de la profesión médica, responsabilidad de los alcohólicos, secre-
[ 1918 febrero 15 ] to médico, la dactiloscopia como procedimiento de identidad, legislación del infanticidio en
América y consideraciones sobre la represión del mismo, necesidad de uniformar la legislación
la nueVa MorGue. el penal en los países de América, contusiones del abdomen, ruptura traumática de las vísceras, la
viernes 15 de febrero epilepsia en los seguros de vida, la legislación de los enajenados y su internacionalización en
de 1918, el día de la América, el paludismo como accidente de trabajo, nulidad del matrimonio por impotencia e
inauguración de la interdicción civil por incapacidad mental.
nueva morgue de la Se retiró Avendaño de la docencia en 1929 y fue reemplazado por Guillermo Fernández
ciudad lima, el diario Dávila.
el comercio informó:
“Ha sido nombrado
director de la nueva la asIstencIa de los alIenados.- En el mes de noviembre de 1913 se realizó en Lima el V
morgue el doctor Congreso Médico Latinoamericano. Entre los hombres de ciencia que vinieron con ese motivo
leonidas avendaño, estuvo Domingo Cabred, reformador de la asistencia de los alienados en la Argentina. Una mañana
catedrático de la visitó Cabred la vieja “loquería” del Cercado que constituía un anacronismo. Ante el espectáculo que
facultad de Medicina encontró en ese local, el famoso alienista quemó en el patio del asilo una de las jaulas que servían
de la universidad para contener a los enfermos, en una actitud que causó asombro en los guardianes y en las “her-
Mayor de san Marcos”. manas”, regocijo en los pacientes y palabras de felicitación del presidente Billinghurst.
la morgue abrió Este episodio avivó la campaña que un grupo de médicos jóvenes, entre los que se destaca-
nuevas posibilidades ban Baltazar Caravedo y Sebastián Lorente Patrón, hacían para la reforma de la asistencia psiquiá-
para los estudios trica. En realidad, dentro de una serena perspectiva histórica, habría que comparar la situación
forenses de aquel entonces existente en Lima en este campo con la de los otros países en América y Europa en
entonces. desde 1913. aquella época.
avendaño tenía a su
cargo la cátedra de
Medicina forense en el asIlo-colonIa de MaGdalena. Víctor larco Herrera, baltazar caraVedo
la mencionada y HerMIlIo ValdIzán.- El gobierno provisorio de Benavides ordenó que prosiguieran en los
universidad. terrenos de Magdalena del Mar, adquiridos años antes, los trabajos para un nuevo manicomio, que
fue llamado “Hospital Nacional de Insanos”. Baltazar Caravedo inició entonces la campaña para la
reforma en la asistencia de los alienados. Su relación con Víctor Larco Herrera, derivada de la circuns-
tancia de haber sido médico en la hacienda Roma, lo llevó a instarlo en 1919 para que aceptase ser
el inspector del nuevo asilo-colonia concluido en 1918 y al que se trasladó no solo la población del
Cercado sino también la que no tenía dónde ser asistida en Lima. La munificencia de Larco Herrera
otorgó una cuantiosa ayuda al asilo-colonia de la Magdalena.
Empezó a entrar este establecimiento en funciones en 1918. Notable fue el esfuerzo por
introducir en él los métodos más modernos empleados en los hospitales similares. Desaparecieron
las crueles prácticas así como los demás aspectos antihigiénicos o anticientíficos en el tratamien-
to. Al mismo tiempo que se cambiaba de régimen se transformaban el local, las habitaciones, el
mobiliario, el equipo, los servicios. Caravedo, con notable desinterés, dejó que ocupara la direc-
ción del asilo desde 1921 Hermilio Valdizán, becado de la Facultad de Medicina en Europa para
que se especializara en Psiquiatría, asignatura que entonces no era enseñada y de la que llegó a
ser el primer catedrático. Hermilio Valdizán inició así, en la acción misma, el camino hacia una
escuela psiquiátrica y neurológica peruana que tuvo primeramente entre sus personeros, ade-
más de Baltazar Caravedo, a Sebastián Lorente Patrón y poco después a Honorio Delgado. Una
entre las muchas reformas efectuadas en el asilo-colonia fue el reemplazo de las hermanas de
caridad por un personal de enfermeras técnicamente preparado en la escuela erigida por la
Sociedad de Beneficencia en 1915. Al morir Valdizán en 1929 lo reemplazó Caravedo en la direc-
ción del establecimiento que entonces recibió el nombre de “Hospital Víctor Larco Herrera”.
82 ADENDA [ CAPÍTULO 12 ]
otros aspectos de la obra de HerMIlIo ValdIzán.- Hermilio Valdizán nació en ánGel Maldonado
Huánuco el 20 de noviembre de 1885 y murió el 25 de diciembre de 1929. Además de su impor- (1890-1955)
tante labor antes mencionada, se dedicó al estudio de la historia de la medicina peruana y del
folclore médico. Hizo, también, labor de periodista desde la juventud acechada por la pobreza y
ennoblecida por la vocación científica. Fue cronista en El Tiempo y en La Prensa bajo el seudónimo
de “Juan Serrano”. Después de su tesis sobre la alienación mental entre los antiguos peruanos, su
primer libro de La Facultad de Medicina de Lima, 1811-1911, más tarde rectificado y ampliado.
Pensionado en Europa, se dedicó a la psiquiatría en la Universidad de Bolonia. Entre los libros que
publicó, después de su regreso al Perú, estuvieron el Diccionario de Medicina peruana, del que
aparecieron entonces solo dos volúmenes y quedaron seis inéditos hasta su publicación en
Anales de la Facultad de Medicina a partir de 1956; La medicina peruana, en colaboración con
Ángel Maldonado; Apuntes para la bibliografía médica peruana; Biobliografía de Unanue; Los médi-
cos italianos en el Perú; Historia de enfermos; Locos de la Colonia y A ti que eres padre. No deben ser
olvidadas sus lecciones en la cátedra de Jurisprudencia Médica de la Facultad de Derecho de la
Universidad de San Marcos, su actividad en el periodismo especializado al fundar en 1906, todavía
muy mozo, la revista Higiene, anticipo de lo que se llamó más tarde la extensión universitaria y, en el químico arequipeño
su periodo de madurez, los Anales de la Facultad de Medicina, la Revista de Psiquiatría y Disciplinas fue ayudante del doctor
Conexas, con Honorio Delgado, Unanue y Anales Hospitalarios. Asimismo, es justo recordar la alta edmundo escomel de
jerarquía que dio al cargo de secretario de la Facultad de Medicina cuando lo desempeñó a lo 1906 a 1915. en 1912, se
largo de varios años. graduó como
Fue hombre sabio, bueno, modesto, trabajador y disciplinado. Gran médico, supo ser, al mismo farmacéutico en la
tiempo, escritor limpio, fácil y ameno, e investigador serio y seguro. Murió dejando trunca su obra. universidad Mayor de
san Marcos. tres años
más tarde, se asimiló al
ánGel Maldonado. la MedIcIna popular peruana.- Al lado de sus trabajos de ejército, donde asumió
laboratorio con Escomel y Velásquez, Ángel Maldonado, nacido en los alrededores de Arequipa la dirección de la
el 21 de enero de 1890, presenta el mérito de haber colaborado en forma decisiva en la implan- farmacia general de
tación de la Sección de Farmacia en la Facultad de Medicina y de haber iniciado la enseñanza dicho cuerpo. de 1928 a
de la Farmacología moderna de una manera práctica, en el laboratorio. Publicó numerosos 1930 encabezó el
trabajos sobre materia médica, especializándose en el estudio de múltiples especies de nuestro Instituto de farmacia y
país. Su libro sobre medicina popular peruana (Lima, 1922, 3 Vols.), escrito en colaboración con luego dictó la cátedra
Hermilio Valdizán, es una verdadera enciclopedia sobre esta rica veta del folclore nacional. Ella de bioquímica en la
no había sido anteriormente objeto de un cateo prolijo. “Ha sido propósito de los autores facultad de farmacia de
(manifestaron en el prólogo) estudiar, con la mayor amplitud, todas aquellas prácticas médicas san Marcos.
que existen incorporadas en la conciencia sanitaria de la multitud y que representan supervi-
vencia admirable de doctrinas, de conceptos y de prácticas empíricas que formaron parte de
la conciencia sanitaria de nuestros remotos antepasados”. De resultas de su laborioso trabajo
hallaron reviviscencias incaicas e hispanas en la medicina popular, a través de una variada gama
de curanderos profesionales y de ocasión y del empleo de remedios caseros. La medicina popu-
lar peruana fue uno de los libros más originales, valioso y fascinantes publicados en Lima duran-
te la década de 1920.
[ CAPÍTULO 12 ] ADENDA 83
LA BIOLÓGÍA ANDINA Y
LA FISIOLOGÍA DE ALTURA
LA HISTORIA DE LA
CIENCIA EN EL PERÚ
ES UNO DE LOS
ASPECTOS MENOS
" Hace aproximadamente unos diez
a trece mil años, los habitantes de
los Andes Sudamericanos apren-
dieron a vivir a una altura de 3.000
metros sobre el nivel del mar. La pri-
nes nacionalistas y donde un pequeño
grupo de investigadores realizó un
trabajo original en un país cuya tradi-
ción científica era periférica a los cen-
tros mundiales de conocimiento.
ESTUDIADOS DE mera explicación científica de este
NUESTRA fenómeno peculiar la hicieron médi- Es una historia interesante porque la
cos franceses y anglosajones, quienes escuela fisiológica peruana tuvo dos
HISTORIOGRAFÍA, desde mediados del siglo diecinueve características poco comunes entre
MARCOS CUETO investigaron en las sierras de México y las comunidades científicas latinoa-
RESCATA DEL OLVIDO Perú. La mayoría de ellos pensó que mericanas: continuidad institucional y
EL ORIGEN Y los indígenas nativos de estas zonas eponimia, es decir, el nombre de un
eran seres fisiológicamente inferiores peruano estuvo asociado a un descu-
DESARROLLO DE UNA
debido a que era imposible la realiza- brimiento científico. La descripción de
ESPECIALIDAD ción normal de las funciones fisiológi- la pérdida de aclimatación a la altura
CIENTÍFICA MUY cas en altitudes donde el oxígeno fue reconocida internacionalmente
PARTICULAR: LA estaba enrarecido. Pero para los doc- como una entidad clínica autónoma, y
BIOLOGÍA ANDINA Y tores peruanos el concepto de ‘norma- desde 1928 lleva el nombre de un
lidad’ podía tener otros significados. peruano: la Enfermedad de Monge. El
LA FISIOLOGÍA DE Uno de ellos, Carlos Monge Medrano, Instituto de Biología andina, creado
ALTURA. NOS organizó una expedición a los Andes en 1931 como parte de la Facultad de
PRESENTA, ASIMISMO, en la que demostró la existencia de Medicina de la universidad Peruana
EL CONTEXTO QUE LE mecanismos físicos y fisiológicos que Cayetano Heredia, continúan la inves-
durante siglos había desarrollado el tigación en la altura”.
DIO ORIGEN Y LOS hombre andino para aclimatarse a la
ACTORES baja presión de oxígeno de la altura. De: Cueto, Marcos. Excelencia científi-
INVOLUCRADOS. Este fue el comienzo de una escuela ca en la periferia. Actividades científi-
moderna de fisiología en el Perú. Esta cas e investigación biomédica en el
fue una historia donde las ideas cien- Perú (1890-1950). Lima: Grade, 1989.
tíficas se entrelazaron con motivacio- pp. 153-154.
84 adenda [ capítulo 12 ]
Publicó en 1918 la Revista de Neuro-Psiquiatría y Disciplinas Conexas. Puede ser considerado alberto Hurtado
como uno de los fundadores de la Psiquiatría y la Psicología en América y en el mundo de habla (1901-1983)
castellana. Contribuyó entre 1915 y 1919 a la introducción de las teorías y métodos de Sigmund
Freud a quien trató personalmente desde 1923 y con quien mantuvo constante corresponden-
cia. Aunque reconoció y utilizó los aportes del gran médico vienés al conocimiento biográfico
del enfermo y a la práctica del consultorio, nunca se convirtió en un adepto suyo. Fue uno de
los primeros en introducir en América, hacia 1922, la curación de la parálisis progresiva por la
inoculación de la malaria; en utilizar el cardiazol, la insulina, el electrochoque; y en hacer desde
1922, antes que lo llevara a cabo Jung, de la pintura un medio no solo de exploración sino de
curación de los desórdenes psíquicos.
Clínico, investigador, consejero, maestro, fue también desde los comienzos un humanista de
acuerdo con la tradición que en la Medicina peruana encarna Hipólito Unanue. Filósofo, ensayis-
ta, literato se nutrió directamente y sin intermediarios, de la cultura clásica griega y de las grandes
expresiones de la mentalidad europea moderna y contemporánea, singularmente la alemana. En
su vastísima producción de libros, folletos y artículos hay al lado de contribuciones científicas,
ensayos, escritos con estilo impecable, preciso, nítido y riguroso, sobre antropología filosófica, tras haber realizado
sicología, filosofía de los valores, historia de las ciencias y también sobre figuras fundamentales de estudios en la universidad
la literatura antigua, moderna y contemporánea. En él no funcionan los atributos que suele adju- Mayor de san Marcos y en
dicarse a la mente criolla: la simulación, la improvisación, la ligereza, el apresuramiento, la inau- la de Harvard (estados
tenticidad, la frivolidad, la impresionabilidad, el arribismo, el afán de figuración, la retórica, la falta unidos), regresó al perú
de método, la inconstancia y otros defectos similares. Dignidad y mesura, serenidad y energía, hacia 1937. aquí, asumió
entusiasmo y madurez, robustez y finura, depuración y sencillez, austeridad y cordialidad, señorío la cátedra de
y limpieza caracterizan la personalidad de Honorio Delgado. fisiopatología de san
Marcos y la dirección del
Instituto de biología
los estudIos de carlos MonGe Medrano y alberto Hurtado sobre andina. en 1940 fue
patoloGía de altura.- A partir de 1923 Carlos Monge Medrano nacido en 1884, médico designado director de
desde 1911, comenzó a publicar trabajos sobre la llamada enfermedad de los Andes o eritremia salud pública y luego
de la altura para llegar, entre otras conclusiones, a la de que el hombre de esa zona correspon- ejerció dicho ministerio.
de a un tipo antropológico que no se encuentra en ninguna otra raza. Sus trabajos tuvieron, uno de sus grandes
entre varios méritos, el de haber demostrado por vez primera que existe una patología crónica estudios se centró en la
de desadaptación a la vida en la altura y que esta afecta aun al habitante ancestral de las altas patología de altura,
regiones. auspiciado por la fuerza
Fundamental significado tuvieron, además, los estudios de Alberto Hurtado (nacido en 1901) aérea estadounidense. de
sobre el mismo problema. Hurtado recibió el doctorado en Medicina en la Universidad de 1956 a 1961 fue decano de
Harvard en 1924. La cátedra de Patología General de la Facultad de Medicina estableció un labo- la facultad de Medicina
ratorio de Investigación científica sobre las condiciones de la vida en la altura, ubicándola en de san Marcos. además,
Morococha (a 4.538 metros sobre el nivel del mar) gracias a la filantropía de Severino Marcionelli. estuvo entre los
En 1929 apareció en París, con prólogo de G. C. Roger, Decano de la Facultad de Medicina de fundadores de la
la Universidad de La Sorbona, la obra de Carlos Monge Les erythrémies de l’atitude, leurs rapports universidad cayetano
avec la maladie de Vaquez, Etude physiologique et thérapeutique. Heredia.
carlos enrIque paz soldán.- Carlos Enrique Paz Soldán, nacido en 1885, médico desde
1911, tuvo una labor periodística excepcional no solo desde El Comercio, La Crónica, La Nación, El
Tiempo, El Mundo y otros diarios, sino desde diversas publicaciones especializadas, entre las que se
cuenta la Reforma Médica por él fundada en 1915. Orador de fácil palabra, sus conferencias y discur-
sos fueron también muy numerosos, del mismo modo como su actuación en certámenes y organis-
mos internacionales. Realizó una valiosa labor en el estudio de problemas sanitarios, así como en el
[ CAPÍTULO 12 ] ADENDA 85
aMÉrIco GarIbaldI de múltiples facetas de su profesión, incluyendo la historia de la medicina. Su bibliografía es vastísi-
(1893-¿?) ma. Fue secretario perpetuo de la Academia Nacional de Medicina y catedrático de Fisiología
Humana en 1919 y de Higiene en 1920. Se destacó como uno de los precursores del movimiento de
reforma universitaria y como uno de sus más entusiastas colaboradores cuando él surgió.
estanIslao pardo fIGueroa y la ley n±o± 5604.- Pardo Figueroa nació en Lima el 27 de
mayo de 1868, obtuvo el título de médico en 1894, fue profesor de Nosografía Médica de 1898 a
1919 cuando pasó a enseñar Clínica Médica de Mujeres, hasta 1930 en que se jubiló. Además de
86 ADENDA [ CAPÍTULO 12 ]
ejercer la enseñanza, en la que se distinguió por sus conocimientos y experiencia -como que fue
en Lima uno de los médicos generales de mayor clientela y autoridad- desempeñó diversos car-
gos. Entre ellos estuvo el jefe de Pensionado de Mujeres en el Hospital Víctor Larco Herrera, des-
pués de ejercer función semejante en el antiguo Hospital de Insanos, donde fue precursores de la las transForMa-
reforma de la asistencia psiquiátrica, apoyando a Cabred en la quema de las “jaulas” que se men-
ciona en otro párrafo del presente capítulo. Presidió la Academia Nacional de Medicina.
ciones Que
Pero lo que otorga mayor significado histórico a Pardo Figueroa es su gestión para mejorar Fueron
las condiciones de la enseñanza médica en el Perú. Senador de la República en 1924, puso oPerÁndose en la
esforzado empeño en un antiguo proyecto suyo: la creación de una renta especial con el
impuesto del 6% ad valórem sobre las especialidades farmacéuticas importadas del extranjero
teraPeÚtica y en
que se consumen en el país, para la construcción de un hospital de clínicas destinado a la la FarMacoloGÍa
Facultad de Medicina. Por fin llegó a ser promulgada esta ley el 22 de diciembre de 1926, con rePercutieron en
el N° 5604. No se ha conseguido la construcción del policlínico; pero la renta, que aumenta
progresivamente, sirve para dotar cada vez mejor de personal, de locales y de medios técnicos liMa con variable
a la Facultad de Medicina. Por eso se ha dicho que esta ley “representa la iniciativa más gran- raPideZ. uno de
diosa y eficaz en la vida de la institución desde Heredia”.
los esPisodios
MÁs
las tres GeneracIones que actuaron entre 1895 y 1930.- Si se hace una división sensacionales de
de, más o menos, quince años ente las generaciones médicas que actuaron entre 1895 y 1930, se
obtiene el siguiente cuadro con algunos de los nombres mencionados en la presente, asaz este Proceso
incompleta, reseña: (oPerado, Por lo
De 1854 a 1869: Precursores: Lino Alarco (1835) y Néstor J. Corpancho (1894). Miembros:
Constantino T. Carvallo (1853), Ricardo L. Flórez (1854), Leonidas Avendaño (1860), Juan M. Byron
General,
(1860), Ernesto Odriozola (1862), Julián Arce (1863), Rómulo Eyzaguirre (1865), Max González silenciosaMente)
Olaechea (1867), Estanislao Pardo Figueroa (1868). Fue la lleGada
De 1870 a 1883 (aquí se hace una disminución de dos años): Eduardo Bello (1870), Alberto L.
Barton (1871), Enrique León García (1871), Miguel C. Aljovín (1872), Felipe Merkel (1873), Oswaldo
del reMedio
Hercelles (1874), Enrique Febres Odriozola (1875), Abel S. Olaechea (1875), Ramón Ribeyro (1876), llaMado ‘666’ o
Edmundo Escomel (1877), Juan Voto Bernales (1877), Manuel O. Tamayo (1878), Ricardo Pazos ‘salvarsÁn’
Varela (1879), Julio César Gastiaburú (1881). A este grupo debieron pertenecer Guillermo
Gastañeta, Carlos Villarán, Daniel Mackehenie. contra la sÍFilis.
De 1884 a 1901: Carlos Monge (1884), Constantino J. Carvallo (1884), Baltazar Caravedo (1884),
Carlos Enrique Paz Soldán (1885), Raúl Rebagliati (1885), Hermilio Valdizán (1885), Ángel
Maldonado (1890), Guillermo Almenara (1890), Luis D. Espejo (1891), Honorio Delgado (1892),
Pedro Weiss (1893), Américo Garibaldi (1893), Telémaco Battistini (1895), Alberto Hurtado (1901).
A este mismo grupo pertenece Fortunato Quesada.
[ CAPÍTULO 12 ] ADENDA 87
la clínIca la escuela de enferMeras.- La primera Escuela de Enfermeras abierta en el Perú fue la de la
de febres entonces llamada “Casa Nacional de Salud” de Bellavista que formaba parte de una “Sociedad de
Institutos Médicos”. Se inauguró en 1907 y continúo funcionando por un largo periodo de tiempo.
En 1908, al reorganizarse la asistencia médica en el Hospicio de Huérfanos Lactantes a cargo
de la Beneficencia de Lima, fue organizada allí una Escuela de Enfermeras. La oposición de las
religiosas de San Vicente de Paul logro clausurarla al poco tiempo.
En el año de 1915 merced a los esfuerzos de Wenceslao Molina, la misma sociedad de bene-
ficencia estableció una Escuela Mixta de Enfermeros y Enfermeras bajo la dirección de Maud
Carner. Pero se creó alrededor de esta entidad, a base de episodios galantes, un ambiente adverso.
La Escuela fue entregada en 1923 a la dirección de las religiosas antedichas.
[ XIII ]
la odontoloGía.- En 1868 se estableció en la Facultad de Medicina de Lima la Sección de
Odontología. El plan de estudios comprendía dos años; en 1881 fueron aumentados a tres. No
el doctor ernesto había sala de Clínica Operatoria. Los alumnos hacían el aprendizaje al lado de algún dentista en
febres odriozola, a ejercicio. El primero que obtuvo el título de esta Sección de la Facultad de Medicina fue Aurelio
quien vemos aquí en Márquez en 1870. Márquez realizó su práctica al lado del francés Julio Pebaque.
una fotografía En 1895 abrió su consultorio en Lima Ricardo Salazar Salcedo que había hecho estudios en el
publicada en la revista Chicago College of Dental Surgery desde 1892.
actualidades en 1905, La Ley de 8 de febrero de 1898 exigió únicamente los certificados de instrucción secundaria
fue pionero de los para ser admitido a los estudios para la profesión de dentista.
estudios odontológicos Solo en 1911 hubo ensayos para dictar en Lima la clase de Operatoria dental. Los alumnos,
en el perú. en 1915 que ya desde 1910 habían protestado contra su condición inferior en la Facultad de Medicina,
inauguró en la calle obtuvieron en 1915 del decano Ernesto Odriozola, la organización de la primera clínica especia-
lechugal una clínica de lizada. Ella de instaló en la calle Lechugal y estuvo a cargo de Ernesto Febres Odriozola. En 1919
este rubro, que se se trasladó a un local mejor en la Plaza de la Inquisición.
convirtió en el primer Se hizo conciencia en el estudiantado la idea de que la Facultad no tenía interés en el progre-
centro especializado so odontológico. Recogió sus aspiraciones la ley de 1920 al crear el Instituto de Odontología. El
para el ejercicio de los primer director de él fue Marcelo Obando a quien reemplazaron en 1922 Alberto Protzel y en
odontólogos. cuatro 1923 Herman de Castro. Con este vino el comienzo de una era de progreso. Protzel como De
años más tarde, la Castro y otros, estudiaron en Estados Unidos de donde regresaron hacia 1910.
clínica fue trasladada a Una comisión integrada por Eleazar Falconí, Ricardo Vergara Solari y Augusto Taiman elaboró,
otro local, en la plaza por encargo oficial, un reglamento para la reglamentación y control del ejercicio de la profesión
de la Inquisición. odontológica en la República que fue aprobado el 5 de enero de 1923. Esa misma comisión
quedó como un órgano de supervigilancia.
Después de algunos momentos tormentosos, el Instituto fue dirigido entre 1924 y 1929 por
C. B. Worthy, de grata recordación. Reemplazó a Worthy, Federico Schuetz. Los estudios, que
antes habían sido ampliados a tres años, fueron de cuatro a partir de 1924; y en 1927 se implan-
tó, además, un año preparatorio de Ciencias.
La Academia de Estomatología del Perú fue fundada el 15 de noviembre de 1929 bajo la
presidencia de Ricardo Salazar Southwell, graduado en Estados Unidos; y reconocida oficialmen-
te el 30 de noviembre de 1930. Auspició ella conferencias charlas, premios y certámenes y editó
una revista desde junio de 1931.
[ XIV ]
la InVestIGacIón aGronóMIca.- En 1909 se creó el Instituto Nacional de Microbiología
Agrícola, Sueros y Vacunas. Años después la Sección de Zootecnia de la Escuela de Agricultura,
88 ADENDA [ CAPÍTULO 12 ]
creada el 20 de enero de 1999, fue organizada bajo la dirección del médico veterinario Luis
Maccagno, contratado algún tiempo antes en Italia como zootecnista asesor del Ministerio de
Fomento, siendo su primer asistente Casimiro Gutiérrez Madueño. La Sección de Silvicultura fue
creada por decreto supremo de 3 de diciembre de 1909 bajo la dirección del ingeniero F. la acadeMia de
Pasquet, procedente de la Escuela de Agricultura de Montpellier (Francia) cuyo sucesor fue
Enrique Jacob a partir de 1910.
estoMatoloGÍa
El Instituto Nacional de Microbiología Agrícola, Sueros y Vacunas fue oficialmente creado el del PerÚ Fue
29 de diciembre de 1911, y se designó como director de él a Marino E. Tabusso, médico veteri- Fundada el 15 de
nario contratado en Italia años antes. Este Instituto surgió de la fusión ente el laboratorio de
Microbiología Agrícola creado a propuesta de M. Pozzi Escot en 1909 que contó como anexo
novieMbre de
otro especial para la elaboración de sueros y vacunas; y el laboratorio de Patología Animal anexo 1929 baJo la
a la cátedra de Zootecnia. Presidencia de
El decreto del 3 de diciembre de 1909 dispuso la creación de un gran centro de experimen-
tación y consulta a base de la Escuela Nacional de Agricultura y Veterinaria. A fines de aquel año ricardo salaZar
existían en Santa Beatriz, sede de este plantel, trece estaciones y secciones de experimentación: soutHWell,
ocho bajo dependencia de él (Agricultura, Botánica, Entomología, Microbiología, Física y
Química Agrícola, Ingeniería, Ingeniería Rural, Tecnología y Silvicultura) y cinco independientes
Graduado en
de ella (Enología, Caña de Azúcar, Algodón, Zootecnia y Sericultura). Esta situación implicó una estados unidos;
notoria falta de unidad. Hubo algunas supresiones y cambios en 1911; y el decreto de 19 de y reconocida
enero de 1912 creó la Estación Central Agronómica del Peru que comprendía once secciones
Agricultura General; Botánica Aplicada, y Fisiología Vegetal; Microbiología Agrícola Sueros y oFicialMente el
Vacunas; Física y Química Agrícolas; Zootecnia; Tecnología Aplicada; Sección Vitícola y Enología; 30 de novieMbre
Zoología Aplicada y Entomología; Silvicultura y Arboricultura; Ingeniería Rural y Propaganda
Agrícola. El director de la Estación Central Agronómica debía ser el director de la Escuela de
de 1930. ausPició
Agricultura y Veterinaria. Al establecerse en 1918 en el Ministerio de Fomento la Dirección ella
Técnica de Agricultura y Ganadería, la Estación Agronómica fue considerada como dependencia conFerencias
de ella.
Fue dicha Estación el primer órgano de investigación y consulta para agricultores que se
cHarlas,
estableció en el Perú y uno de los primeros y mejor equipados que existieron en América del Sur. PreMios y
Subsistió, con diversas modificaciones, hasta 1928. Las estaciones experimentales en provincias, certÁMenes y
de él dependientes, funcionaron con variadas alternativas.
editó una
revista desde
la estacIón eXperIMental aGrícola.- La ley N° 5556 de 16 de noviembre de 1926
aumentó el impuesto establecido por la ley N° 5049 a los alcoholes y bebidas alcohólicas y des-
Junio de 1931.
tinó el producto de esta sobre tasa a cubrir los gastos de fundación y sostenimiento de una
estación experimental agrícola bajo la dirección técnica y administrativa de la Sociedad Nacional
Agraria. Dicha estación fue instalada en 1929 en La Molina. Director de ella fue Gerardo Klinge,
autor de la idea y propagandista principal de su cumplimiento.
[ CAPÍTULO 12 ] ADENDA 89
[ TOMO 17 ]
[ adenda: breves notas relacionadas con la educación, la ciencia y la cultura entre 1895-1933
895-1933 ] ]
● III Los esfuerzos por la educación musical de carácter nacional ● Los compositores
del público ● La Sociedad Filarmónica y la para el teatro nacional ● José Benigno
Academia de Música ● Federico Gerdes ● Ugarte ● Carlos Valderrama ● Música
Mercedes Padrosa y Héctor Cabral ● peruana, de Alejandro Ayarza ● La primera
Vicente Stea, Enrique Favaninci y Virgilio recopilación de la música popular costeña
Laghi. El instituto Bach ● IV Los comienzos en el siglo XX. Montes y Manrique ● El
de la reivindicación artística de la música período crítico de la canción criolla ● Felipe
aborigen. José Maria Valle Riestra y la ópera Pinglo Alva ● La generación de Felipe
Ollanta ● Los estudios y folclore musical Pinglo ● Los concursos de música y bailes
indígena, Alomía Robles ● El concierto nacionales.
NOTAS SOBRE LA MÚSICA ENTRE 1895-1930
CAPÍTULO
13
[ ]
l
[I]
a arMonIzacIón del HIMno nacIonal y el ensayo de caMbIar sus
estrofas.- En 1900 José María Valle Riestra dirigió una carta a Claudio Rebagliati. Después
de referirse a las ejecuciones escandalosas que caprichosamente se hacían del Himno
Nacional, le propuso que preparase una edición correcta para lo cual él tenía como títulos su
larga e íntima amistad con Bernardo Alcedo y el encargo y autorización que de él recibiera.
Rebagliati, al contestar, expresó también su disgusto ante las deformaciones que la canción
sufría y narró que, de acuerdo con Alcedo, la había armonizado para darle interés, vigor, acen-
tuación adecuada y variedad de ritmos al acompañamiento y habíales agregado una corta
introducción. “La obra que usted pide hace tiempo, está concluida” agregaba Rebagliati;
Alcedo no solo la había aprobado sino autorizado su publicación. Se produjo entonces una
vía polémica. Hubo quienes opinaron por la conservación de la obra de Alcedo en su forma
original. El Gobierno, en vista de la solicitud de Rebagliati, nombró una comisión presidida por
Valle Riestra y ella inició búsqueda en el archivo municipal donde nada se encontró e hizo un
llamamiento a los particulares para que entregaran los originales de Alcedo. Entre los docu-
mentos presentados no halló uno solo de carácter auténtico que fuera suficiente para objetar
su anuencia a la obra reivindicadora de Rebagliati. Diez meses después, por suprema resolu-
ción de 8 de mayo de 1901, la armonización de Rebagliati quedó aprobada oficialmente y se
ordenó otra canción nacional.
La misma resolución convocó a un concurso literario para variar la parte literaria del himno
“por ser de gusto anticuado y por las inconveniencias que contiene no propias ya de esta época
en que el Perú se encuentra en paz con todas las naciones”.
Un jurado compuesto por Ricardo Palma, Guillermo Seoane y Andrés Avelino Aramburú, falló
en el sentido en que la letra del coro fuese mantenida y entre veinte composiciones presentadas,
premió a la de José Santos Chocano (12 de diciembre de 1901). Pero ningún documento ema-
nado del Poder Ejecutivo o del Poder Legislativo oficializó este galardón. Las estrofas de Chocano
fueron utilizadas durante algún tiempo en actuaciones escolares y populares; pero luego pasa-
ron al olvido. Su texto era el siguiente:
92 ADENDA [ CAPÍTULO 13 ]
y ensalcemos, no en vanas palabras, carlos rayGada
sino en hechos la Paz y la Unión. (1898-1953)
¡Trabajemos! Las manos sangrientas
se depuran en esa labor;
que la guerra es el filo que corta
y el trabajo es el nudo de amor.
[ II ]
los prIncIpales aspectos del desarrollo de la cultura MusIcal entre
fInes del sIGlo XIX y la prIMera parte del sIGlo XX.- Gracias a los esfuerzos de
Carlos Raygada en su utilísima Guía musical del Perú y a los de Rodolfo Barbacci y de Rodolfo
Holzmann también muy importantes, existen datos de información básica que permiten recor-
dar, en gran parte, los nombres de las figuras más valiosas en el proceso de la cultura musical
[ CAPÍTULO 13 ] ADENDA 93
álVarez calderón entre fines del siglo XIX y comienzos del XX. En una interpretación de esos materiales, puede ser
y la socIedad destacada la significación de los siguientes aspectos:
fIlarMónIca
a) La formación de un público con cultura musical.
b) Los intentos para elaborar técnicamente una música nacional estilizando los motivos fol-
clóricos indígenas o criollos y para estudiar directamente dichos motivos.
c) La búsqueda de una música puramente estética.
d) El cultivo y la divulgación de la música popular de inspiración nacional, a pesar de la pre-
sión intensa de las modas llegadas del extranjero.
En relación con el primer aspecto aquí mencionado, no es posible omitir la significación de
la Sociedad Filarmónica, la Academia de Música (convertida después en Conservatorio Naional
de Música Bernardo Alcedo), Federico Gerdes, Mercedes Padrosa, Héctor Cabral, Vicente Stea y
otros organismos, maestros y propagandistas. Dentro del segundo grupo pueden ser ubicados
José María Valle Riestra, Daniel Alomía Robles, Leandro Alviña, José Castro, Luis Duncker Lavalle,
Teodoro Valcárcel, Pablo Chávez Aguilar y otros. Como símbolo de la tercera tendencia dentro de
este periodo cabe dar nombre de Alfonso de Silva. El grupo mencionado en cuarto lugar osten-
ta muchos representativos; bastará aquí citar al genial Felipe Pinglo Alva.
Manuel álvarez calderón,
a quien vemos aquí en la
fotografía publicada en [ III ]
1905 por la revista los esfuerzos por la educacIón MusIcal del públIco.- Se ha hecho mención
prisma, tuvo a su cargo anteriormente a la encomiable obra de promoción iniciada a partir de 1867, más o menos, por
la organización en 1907 Federico Guzmán, Claudio y Reynaldo Rebagliati, Francisco de Paula Francia y otros. Después de
de la sociedad la guerra con Chile, tomaron a su cargo la educación musical de la sociedad limeña Claudio
filarmónica de lima. sus Rebagliati y Francia, principalmente, y también el gran pianista y profesor limeño Benjamín
miembros se reunían a Castañeda (formado en Europa, uno de los primeros en divulgar en Lima la música de Chopin),
tocar en una casa de la José I. Cárdenas, José Benigno Ugarte, José María Valle Riestra y otros. Toda esta obra tuvo una
quinta Heeren, lo que les repercusión circunscrita. La fundación de la Sociedad Filarmónica y de la Academia de Música
valió el apelativo señaló la apertura de mayores perspectivas.
“Manicomio Musical de
la quinta Heeren”. a
partir del 27 de octubre la socIedad fIlarMónIca y la acadeMIa de MúsIca.- El 15 de agosto de 1907
de 1907, el grupo tuvo se organizó la Sociedad Filarmónica bajo la presidencia de Manuel Álvarez Calderón, como
una serie de resultado del entusiasmo de los aficionados que reuníanse quincenalmente en casa de Carlos
presentaciones en Einfeldt para ejecutar primero música de cámara y luego música de orquesta. Este grupo
diversos lugares de la recibió el jocoso nombre “Manicomio musical de la Quinta Heeren”. Entre sus animadores
capital, entre ellos el principales estuvieron, aparte de Einfeldt, Enrique Domingo Barreda y Luis González del
parque de la exposición. Riego. El primer concierto de la Filarmónica tuvo lugar el 26 de octubre de 1907 en el Palacio
al año siguiente se de la Exposición bajo la dirección de José Kuapil. La orquesta tocó la obertura de Don Juan de
estableció un contrato Mozart, la sexta sinfonía de Haydn y el concierto en sol menor de Mendelssohn. Director de
para fundar en lima una la Filarmónica por corto tiempo, Kuapil presentó un acto completo de Lohengrin con elemen-
academia musical tos locales.
supervisada por la La resolución suprema de 9 de mayo de 1908 aprobó el contrato con la Sociedad Filarmónica
sociedad filarmónica. para establecer en Lima una academia musical bajo los auspicios de esta institución.
Con la finalidad de regentar aquel establecimiento docente, fue contratado en Alemania
Federico Gerdes.
En agosto de 1912 el ministro Agustín G. Ganoza envió al Parlamento un proyecto para la
legalización de la Academia de Música. En él se confirió al Poder Ejecutivo la facultad para que la
organizara y reglamentase, consignando en el Presupuesto de la República una partida para su
sostenimiento. Este proyecto se convirtió en la ley N° 1725 de 5 de diciembre de 1912.
94 ADENDA [ CAPÍTULO 13 ]
EL APORTE DE STEA.
[1] El compositor
italiano Vicente Stea
llegó a Lima hacia
1917. Une vez en
nuestra capital,
estableció su propia
academia de música,
con la cual llegó a
presentar varios
espectáculos, entre
ellos tres óperas.
También organizó la
Sociedad de
Cuarteto, con
músicos peruanos, e
inauguró y clausuró
el ciclo sinfónico de
1926, auspiciado por
la Municipalidad de
Lima. Aquí vemos
una fotografía de
Stea en la década de
1920 (1) y de sus
alumnos luego de
una presentación (2)
(Stea es la tercera
persona sentada, de
izquierda a derecha).
[2]
[ capítulo 13 ] adenda 95
fererIco Gerdes federIco Gerdes.- Federico Gerdes nació en Tacna el 19 de mayo de 1873. Su padre, omo
(1873-¿?) el de Carlos Wiesse, fue uno de los más acreditados comerciantes de esa plaza y de Oruro y La
Paz. Su madre Clara Virginia Muñoz Cabrera de Gerdes, era tacneña y peruana.
En 1883 se trasladó con toda su familia a Alemania. Finalizada la etapa escolar, Federico
Gerdes decidió consagrarse por completo a la música e ingresó en 1894 al Conservatorio Real de
Leipzig. Cinco años siguió allí arduos trabajos. Se dedicó con preferencia al estudio superior del
piano, al de “partitura” y al de “dirección” bajo reputados maestros. Hizo más tarde una gira de
conciertos por las principales ciudades de Rusia y acompañó a cantantes, violinistas y celistas en
sus audiciones. En 1906-1908 llegó a ser subdirector de la escuela cantora (institución adjunta de
la Opera Imperial de Berlín) y de allí obtuvo un contrato para los festivales wagnerianos de
Bayreuth como director de coros y asistente musical.
Llamado al Perú en 1908, Gerdes dirigió su primer concierto sinfónico el 30 de enero de 1909 y
fue durante muchos años el alma de la Sociedad Filarmónica. Ella constituyó, a pesar de eventuales
desmayos y de inevitables deficiencias, el centro no solo para el cultivo de la música en Lima sino
para la renovación del gusto y la sensibilidad del público y la formación de artistas y críticos. Efectuó
el músico tacneño, la ejecución periódica de sinfonías de los grandes autores clásicos, divulgó el lied, llevó a cabo la
residió en alemania organización artística y técnica de conjuntos corales y propició innumerables conciertos de cámara.
desde los 10 años de
edad. en 1908, fue
requerido por la Mercedes padrosa y HÉctor cabral.- A fines de 1914 llegó a Lima la pianista espa-
sociedad filarmónica ñola, nacida en Gerona, Cataluña, Mercedes Padrosa. Efectuó su primera presentación en la
de lima para dirigir su Filarmónica el 5 de diciembre de aquel año con obras de Bach, Beethoven, Chopin y Liszt y sus-
academia musical. citó elogios y entusiasmo. En 1916 contrajo matrimonio en España con Héctor Cabral, violinista
Gerdes estudió durante y profesor peruano, nacido en el Callao en 1889. Cabral habíase destacado en su arte desde muy
cinco años en el niño. Juntos emprendieron giras por España, Marruecos y otros países en su ruta de regreso al
conservatorio de la Perú. En Lima, contribuyeron al desarrollo y a la intensificación de la cultura musical con los lla-
ciudad de leipzig. mados “conciertos Padrosa-Cabral” y otros ciclos bajo denominaciones diversas y también cuan-
luego. de 1906 a 1908 do fundaron la “Asociación de conciertos” los “conciertos íntimos” y los conciertos de cámara con
asumió la subdirección la participación de los violinistas Andrés Sas y Virgilio Laghi, los violonchelistas Amilcare Mateucci
de la escuela cantora y Erich Schubert y otros artistas. Mercedes Padrosa fue nombrada profesora de la Academia de
adjunta de la ópera
Imperial de berlín.
96 ADENDA [ CAPÍTULO 13 ]
Música y tuvo también clases privadas en el “Conservatorio Padrosa”. La actividad de ambos espo-
sos se prolongó hasta más allá del año 1930.
[la sociedad
VIcente stea, enrIque faVanIncI y VIrGIlIo laGHI. el InstItuto bacH.- No fueron FilarMónica]
las actividades de Mercedes Padrosa y Héctor Cabral las únicas que complementaron la obra de la
Filarmónica y a veces la sustituyeron. Hubo otros esfuerzos particulares de significación. Entre ellos constituyó, a
cabe mencionar los de tres italianos: el compositor, director de orquesta y profesor Vicente Stea, el Pesar de
compositor y maestro Enrique Favaninci y el profesor y concertista Virgilio Laghi. Stea llegó a Lima
hacia 1917 y estableció su propia academia de música que presentó varios espectáculos con su propio
eventuales
personal, llegando a poner con él en escena tres óperas (Zanet-to, Sonámbula y La Traviata) con sus desMayos y de
coros, intérpretes, orquesta y solistas. Organizó la Sociedad del Cuarteto con instrumentalistas locales inevitables
y nacionales y con ella dio conciertos de cámara en forma sistemática. También ofreció conciertos
sinfónicos; tocole inaugurar y clausurar el ciclo sinfónico de 1926 organizado por la Municipalidad. deFiciencias, el
Enrique Favininci llegó a Lima en 1909 y fue profesor, director de orquestas, director de ópera, compo- centro no solo
sitor (llegó a escribir la ópera Nuncia no representada), flautista y crítico musical. Virgilio Laghi vino al
Perú invitado por Stea para integrar el cuerpo de profesores de su academia y se distinguió como
Para el cultivo
profesor en ella y en otros establecimientos así como también por la formación de diversos cuartetos de la MÚsica en
de cuerdas y así realizó también a través de muchos años una vasta labor de difusión artística. liMa sino Para
El Instituto Bach fue fundado en 1929 y tuvo como director a Alberto Mejía, profesor de músi-
ca y canto escolar. la renovación
del Gusto y la
[ IV ]
sensibilidad del
los coMIenzos de la reIVIndIcacIón artístIca de la MúsIca aborIGen. PÚblico y la
JosÉ María Valle rIestra y la ópera ollanta.- José María Valle Riestra nació en ForMación de
Lima el 9 de noviembre de 1858. Llevado por sus padres cuando era niño a Londres, comen-
zó allí sus estudios musicales. De regreso al Perú, los prosiguió con Benjamín Castañeda. De
artistas y
vuelta a Europa en 1893, fue en París discípulo de Gédalge, el maestro de Ravel. Durante los crÍticos.
días de la ocupación chilena había procurado buscar en la música un lenitivo y comenzó a
el estudio del material recogido durantes sus jefe de la sección de Bellas Artes del Ministerio
años de viaje. Llegó así a la conclusión de que la de Educación, en Lima. Buena parte de la obra
música andina es pentafónica, es decir que solo de Alomía quedó inédita o inconclusa a su
tiene cinco notas musicales, en lugar de siete. muerte, ocurrida en 1942. Por ejemplo, la
En 1913 presentó la zarzuela El cóndor pasa, incompleta ópera Illa Ccori, cuyo tema era la
que se estrenó con gran éxito en el Teatro captura de Quito por el inca Huayna Cápac.
Mazzi. Trataba sobre la explotación indígena en Entre sus composiciones, destacan los poemas
la minas. En 1919 dejó el país para establecerse sinfónicas. El indio y Amanecer andino; la zar-
en los Estados Unidos, donde residió durante zuela Alcedo y Ballet inca; e innumerables pie-
14 años. Cuando volvió al Perú fue nombrado zas de inspiraciones populares.
[ CAPÍTULO 13 ] ADENDA 97
[1] [2] LA ACTIVIDAD MUSICAL.
Los inicios del siglo XX
fueron prolíficos en el
campo de la música
clásica, gracias a la
labor de numerosos
compositores e
intérpretes, tanto
peruanos como
extranjeros. Entre estos
últimos, figuró el
violinista de origen
belga Andrés Sas (1); y
entre los nacionales, el
pianista Ernesto López
Mindreau (2), autor de
las óperas Pizarro y
Cajamarca. También se
aprecia en esta página
al pianista Federico
Gerdes y a José María
Valle Riestra,
compositor de la
conocida ópera Ollanta,
es una fotografía de
1912 (3).
[3]
98 adenda [ capítulo 13 ]
escribir la ópera Ollanta. De ella se cantó en Lima una romanza por el tenor A. Sormani el 6
de marzo de 1883.
El estreno de Ollanta tuco lugar el 26 de diciembre de 1900 por la compañía Lombardi. El [ 1900 Diciembre 26 ]
libreto fue de Federico Blume, inspirado en la obra de Constantino Carrasco. El vestuario y el deco-
rado siguieron los figurines, modelos y dibujos presentados por el autor de la música. No hubo sino estreno de ollanta.
cuatro representaciones. Más feliz fue el caso de la zarzuela El comisario del barrio que Blume y Valle en la edición del 26 de
Riestra escribieron, se estrenó el 3 de setiembre de 1900 y subió catorce noches a escena. diciembre de 1900, el
Según unas declaraciones que hizo el compositor en Mundial el 18 de abril de 1924, él descu- comercio anunció el
brió la primera versión de Ollanta excesivas reminiscencias de Aída. Había coros, entradas triunfa- estreno de la ópera
les, marcha y motivos melódicos demasiado italianos. Varió entonces los dos primeros actos y ollanta, del poeta
encontró la colaboración de Luis Fernán Cisneros para completar la parte literaria. Después de federico blume (letra) y
muchas peripecias y dificultades, Ollanta fue presentada al público el 22 de setiembre de 1920 en el compositor José
el Teatro Forero. Cantaron los artistas María Luisa Escobar, soprano mexicana, Pasquini Fabri, María Valle riestra
Ricardo Sracchiari, Marta Klingsor y otros. Los decorados, que pintó el escenógrafo Infante, (música). la
basáronse en bocetos de José Sabogal. información provista
Ollanta provocó en 1920 un entusiasmo intenso, a diferencia de lo que ocurriera en 1900, por la compañía se
con lo que se reveló la creciente maduración de una conciencia artística nacional. Nunca había refería, entre otras, al
ocurrido antes un caso similar. El presidente Leguía estuvo presente la primera noche entre el cuidado que se había
auditorio. Valle Riestra, anciano ya, recibió entusiastas ovaciones. Su música fue calificada como puesto para la
noble, elevada, selecta, sobria, a la vez que poseedora de vigoroso colorido. Se elogiaron, sobre representación. decía
todo, su capacidad de orquestación, el yaraví del segundo acto, el aria del barítono al iniciarse el el comunicado: “lo (…)
primero y el dúo final de Cusi y Ollanta. Hubo críticas, en cambio, para los bailarines, los coros, el que la empresa ha
vestuario y el mobiliario. Concebida según el modelo italiano (a pesar de las afirmaciones de su tratado de hacer, es
autor) Ollanta implicó, dentro de su prudencia ortodoxia, un intento de elaboración artística de que la ejecución sea lo
la música indígena amestizada, el segundo después del que hiciera el italiano Carlos Enrique más esmerada posible,
Pasta con su ópera Atahualpa. Señaló a pesar de sus deficiencias, un punto de partida hacia la para que todas las
búsqueda sincera de un arte musical de filiación peruana con grandes proporciones de partitu- exigencias del drama
ra y espectáculo. queden satisfechas y las
Los últimos años de Valle Riestra fueron muy tristes. Tuvo un modesto cargo docente en la bellezas de la
Academia de Música y esta tarea le robó tiempo para crear y producir. Quedó sólo en el primer composición tengan su
acto de su ópera Atahualpa, referente a la victoria de este inca sobre Huáscar. No pasó de un más justa expresión. la
proyecto la comedia con música costeña sobre la tradición de Ricardo Palma, El cigarrero de interpretación se ha
Huacho. Con una elegía muy celebrada en ocasión de inhumarse los restos de Grau y Bolognesi hecho conforme a las
en la Cripta de los Héroes, Valle Riestra consideró como su obra mejor una misa de réquiem que instrucciones del autor,
solo fue tocada en parte en un concierto religioso de la Sociedad Filarmónica en 1924. Ciego, quien ha asistido a los
viajó a Estados Unidos, en abril de 1924, después de un concierto en su honor y beneficio orga- ensayos, y todo el
nizado por el Conservatorio de Stea. No pudo ser curado. Falleció en Lima el 25 de enero de 1925. vestuario y decorado ha
sido confeccionado y
pintado expresamente,
los estudIos de folclore MusIcal IndíGena. aloMía robles.- No se sabe si según los figurines,
Valle Riestra conoció los estudios que desde fines del siglo XIX efectuaron hombres como José modelos y dibujos
Castro, Leandro Alviña y Daniel Alomía Robles para descubrir la gama pentáfona carente de semi- presentados por el
tonos en las melodías indígenas. Probablemente los ignoró. mismo autor”.
El pianista e investigador cuzqueño José Castro hizo el hallazgo de la gama pentafónica de la
música indígena en un estudio publicado periodísticamente en su ciudad natal el 24 de junio de
1897 por el que recibió medalla y diploma el 28 de julio del mismo año. Reiteró sus conclusiones
en otro trabajo que fue premiado por el Municipio en setiembre de 1908. En noviembre del
mismo año presentó el maestro, violinista y musicólogo Leandro Alviña su tesis como bachiller en
la Facultad de Letras de la Universidad del Cuzco sobre la música incaica. Allí sostuvo idéntica
[ CAPÍTULO 13 ] ADENDA 99
rosa Mercedes conclusión. Su tesis figuró como anexo a la memoria del rector correspondiente a aquel año. En
ayarza (1881-1969) 1919 completó Alviña sus investigaciones en la tesis para el doctorado y afirmó ser el primero
que trató el asunto y haber comunicado su contenido a Castro en 1908.
Parecería, pues, según la investigación dilucidatoria que llevó a cabo Carlos Raygada, que
José Castro fue el primero en plantear públicamente la pentafonía de la música indígena y
que, independientemente o bajo su influencia, arribó a Alviña a la misma tesis. ¡La erudición
siempre es relativa y perfectible por más genial que sea el esfuerzo para acumularla! Paul
Rivet en su monumental bibliografía de los idiomas quechuas y aymara no menciona el nom-
bre de José Castro.
Pero simultáneamente con los trabajos ce Castro y Alviña se realizaba un esfuerzo más nota-
ble en el mismo campo.
Daniel Alomía (o Alomías) Robles, nacido en Huánuco en 1871 y fallecido en 1942, hizo estu-
dios musicales con Claudio Rebagliati y otros, intentó seguir la carrera de Medicina y se dirigió a
la montaña donde conoció al sacerdote Gabriel Sala en 1896. Sala lo inició en la recopilación
folclórica y le entregó algunos temas musicales de los campas. En 1897 se casó con Sebastiana
la compositora limeña Godoy, excelente colaboradora en sus trabajos. Fue subprefecto y juez de paz en Jauja luego
inició sus estudios ocupó la alcaldía de Huacho y viajó por gran parte del Perú, y también por tierras del Ecuador y
musicales a muy Bolivia, recogiendo temas populares. Gracias a la confrontación reiterada de los motivos que
temprana edad. a los 8 poco a poco halló en las distintas regiones andinas, hizo el descubrimiento del pentafonismo de
años ya había debutado la música incaica. Todo ello llegó al público solo después de 1908. La obra de Alomía Robles fue
en el teatro politeama. la de un heroico precursor, fervoroso y fecundo, sin estímulo oficial; quienes la prosigan serán
en 1901, prosiguió sus más felices si cuentan con las facilidades de que él no disfrutó y que se derivan de la técnica y
estudios bajo la del método depurados y de los instrumentos de trabajo que faciliten esta captación del alma
supervisión de claudio popular y de su sumergido patrimonio cultural.
rebagliati. uno de sus Robles afirmó que había sido plagiado por Raúl y Margarita D'Harcourt en el libro que escri-
recitales más recordados bieron en francés sobre la música de los incas y sus supervivencias. Al lado de su vasta labor de
fue al lado de federico recopilador, Robles fue a la creación propia muy variada que incluyó poemas sinfónicos, ópera,
Gerdes, en 1908. años ballet, zarzuelas y otras composiciones. Gran parte de su labor quedó inédita. Resulta irónico que
después, empezó a dictar su consagración internacional en estos tiempos se base exclusivamente en uno de los números
lecciones de canto y musicales El cóndor pasa.
música. entre sus
composiciones más
importantes se el concIerto IncaIco, de aloMía robles.- El 2 de enero de 1912 Daniel Alomía
encuentran: antiguos Robles presentó en el Teatro Municipal un concierto de música indígena en el que incluyó melo-
pregones limeños (1939), días por él recolectadas y otras que había compuesto incluyendo huaynos, una danza guerrera y
estampas limeñas, el fragmentos de la ópera Illa Cori que nunca llegó a representarse, entre los que estuvo el muy
picaflor, la marinera, celebrado Himno al Sol. Hubo en esta actuación, además, una conferencia de Abraham
Viva castilla y toro mata. Valdelomar.
la obra de los d'Harcourt.- Como se ha expresado ya, Robles fue el primero en recoger
los aires musicales de los Andes peruanos. Raúl y Margarita D’Harcourt empezaron a hacer análo-
gas investigaciones en 1912 y Robles (según ellos confiesan) les dio a conocer algunos de sus
viajes a la sierra y tuvieron la sorpresa de incrementar su acervo en Lima. En 1919 publicaron en
París su libro La musique des Inas et ses survivanes con casi doscientas melodías, casi todas inédi-
tas, de las cuales, afirmaron, las tres cuartas partes habían sido tomadas por ellos directamente.
Los D’Harcourt estudiaron en esa obra, en primer lugar, los instrumentos aborígenes. En la
segunda parte se ocuparon de las fiestas y las danzas. Dedicaron la tercera al folclore musical en
el que diferenciaron las monodias indígenas puras, la música amestizada, los ritmos, las formas y
teodoro Valcárcel.- Teodoro Valcárcel nació en Puno el 19 de octubre de 1902. Hizo sus
primeros estudios musicales dirigido por su madre e a los 11 años se presentó en un concierto
dado en el Municipio de sus ciudad natal. A los catorce años fue enviado a Milán. Regresó en 1916
y en su lucha por formarse una técnica la intuición valió en él más que la ciencia. Atraído hacia la
Pioneros
Pinglo captura el espíritu popular de
la Lima urbana y obrera de su
del criollismo
tiempo.
Composiciones
de Pinglo El cajón
peruano
Caja de
madera
Algunas se han convertido en La música criolla Instrumento de
verdaderos himnos populares. percusión de origen
Entre ellas: Se llama así a la música mestiza costeña con afroperuano.
El plebeyo características peculiares que la diferencian Fue declarado
El huerto de mi amada notablemente de la música de la sierra. Patrimonio Cultural
de la Nación en
El espejo de mi vida el año 2001.
Mendicidad Es de ritmo más vivo, sin la melancolía Orificio posterior
La oración del labriego y tristeza de los aires serranos. Entre sus
Sueños de opio géneros están: el festejo, la marinera,
El canillita el vals, el tondero, la polca, etcétera.
Pobre obrerita
Pasión y odio Los músicos utilizan solamente
un par de guitarras y un cajón,
a veces acompañados por
castañuelas.
Cuerdas
graves
DIESTROS: posición
normal de las cuerdas
Cuerdas
agudas
Pinglo tocaba la
Cuerdas
guitarra a la inversa,
agudas
porque era zurdo.
No invertía la posición de
Cuerdas
las cuerdas, lo que le permitió
graves
descubrir nuevas tonalidades.
[ VII ]
la MusIca popular de carácter nacIonal.- Dentro de este sector cabe diferenciar
la música culta que capta a las minorías y la que puede ser denominada “popular”, compuesta a
base de intuición. La primera no estuvo demasiado distante de algunas de las expresiones del
grupo dentro del que se ha ubicado ya a Duncker Lavalle, Valcárcel, Chávez Aguilar, López
José benigno ugarte, Mindreau y otros. La segunda encontró su vocero fiel a lo largo de muchos años en el periódico
aquí en una fotografía denominado El cancionero de Lima, muy buscado en los barrios proletarios y desdeñado por los
publicada en 1905 por círculos intelectuales y que nadie se preocupó de coleccionar en la Biblioteca Nacional; y exhibió,
la revista prisma, fue entre diversos exponentes en la capital, una vena jaranera y criollísima que va desde Alejandro
autor de numerosas Ayarza hasta Felipe Pinglo y sus contemporáneos, para llegar por primera vez el disco fonográfi-
sinfonías, coros, co con las voces de Montes y Manrique y recibir atención oficial en las fiestas de Amancaes.
pasodobles, valses, Atención especial merece la música anónima y folclórica. Por lo menos en su raíz, en ese
polcas, zarzuela e campo estuvieron, dentro de otra área geográfica y racial, los hallazgos de Ros Mercedes Ayarza
himnos, entre otras de Morales. Y los discos de Montes y Manrique y, sobre todo, los concursos organizados por la
piezas musicales. Municipalidad del Rímac sacaron unos cuantos trozos del mismo tesoro oculto.
Muchas fueron
inspiradas por los
obreros peruanos y los coMposItores para el teatro nacIonal.- Los compositores que colaboraron
dedicadas a ellos. entre en los esfuerzos para el teatro intentaron un tipo de música accesible al gran público que
ellas, destacan: Himno buscó reiteradamente una inspiración nacional cuando no se desvió por la influencia extran-
primero de Mayo, Hijos jera, sobre todo la española. Entre estos autores estuvieron Ventura Morales, Reynaldo La Rosa,
del pueblo y Marsellesa Américo Bracesco, Andrés Cordero, Pedro E. López, Román Ayllón de la Torre Ugarte, Héctor
revolucionaria. Rivera, Alberto Ferreyros Kollmann. Dentro del mismo género ligero alcanzó éxito fuera del
país Rafael Palacios.
JosÉ benIGno uGarte.- Personalidad difícil de clasificar fue la de José Benigno Ugarte.
Compuso sinfonías, coros, pasodobles, valses, polcas, marineras, marchas, zarzuelas, himnos. En
su marcha descriptiva El incendio, estrenada en 1898, hizo intervenir silbatos, sirenas y campanas.
En una velada en el Teatro Mazzi, el Orfeón Popular ejecutó el 1º de mayo de 1918 su poema
descriptivo para coros y orquesta, El trabajo, en el que se escucharon de pronto los acordes de la
canción La Internacional. Enseño a algunos de sus discípulos el Himno Primero de Mayo, que
tiene letra de un anarquista italiano residente en la Argentina y música tomada de la canción de
los esclavos perteneciente a la ópera de Verdi Nabuco; así como también Hijos del Pueblo,
Marsella Revolucionaria y el Himno del Trabajo, de Felipe Turati. Cuando Ugarte dirigía la orquesta
del Centro Musical Obrero agregaba como instrumento el yunque y según Arturo Sabroso
Montoya en su folleto Primero De Mayo (Lima, 1967) el martillo de esta herramienta “denotaba
con sujeción a la partitura con superior tonalidad a la del triángulo”.
Ugarte falleció el 29 de diciembre de 1919.
UN MITO DE
NUESTRA
IDENTIDAD ES LA
TESIS QUE SOSTIENE
" Debió ser muy difícil para los jóve-
nes intérpretes y compositores
populares limeños de los años de
1920 el sustraerse de la creciente
influencia de los ritmos foráneos, más
en esos años, también ejecutaba ‘con
singular maestría los tangos y fox-trots
de moda. Se dice incluso que Pinglo se
hizo conocido primero como ejecutan-
te de fox-trots y después como compo-
LA EXISTENCIA DE aún si estos ganaban las preferencias sitor de música criolla, mientras otros
UNA CULTURA del cambiante gusto de su propia sostienen que ya en su niñez se entre-
audiencia solicitando que fueran ejecu- tenía ‘tocando en un rondín la música
PERUANA tados en las fiestas y reuniones socia- de moda: ‘El chavarán’, especie de zapa-
NETAMENTE les. Se ven así forzados a aprender y teo americano’. Otros contemporáneos
AUTÓCONA Y NO ejecutar los nuevos ritmos, incluso en de Pinglo, como Pedro Espinel Torres,
INFLUENCIADA POR las jaranas de callejón, pues de lo con- Samuel Joya Nerí, Víctor Correa
trario perderían oyentes y polaridad. Se Márquez, Máximo Bravo y varios más,
OTRAS CULTURAS.
puede entender por ellos que muchos que luego se dedicarían a la creación
SE NIEGA ASÍ LA de los que recién empezaban su trayec- de valses y polcas criollos, igualmente
HETEROGENEIDAD toria artística en esos años y que des- practicaban el tango, el one-step, el
Y DIVERSIDAD DE pués serían figuras muy conocidas de la pasodoble y la mayoría de géneros
NUESTRAS RAÍCES. canción criolla interpretaran estos foráneos de moda en los años de 1920
géneros internacionales (…) y 1930 (…)
JOSÉ ANTONIO
LLoRéNS, Alcides Carreño Blas por otra parte, Se puede decir, según todo lo que
ANTROPÓLOGO quien posteriormente se dedicaría a la hemos visto, que los compositores
PERUANO, NOS composición de música criolla populares limeños llegaron en poco
(Quisiera) y costeña en general tiempo a familiarizarse tanto con la
MUESTRA, EN ESTE (Malabrigo, En Trujillo nació Dios), música foránea del momento, que la
TEXTO COMO LA comenzó como intérprete de tangos en pudieron dominar hasta el punto de
MÚSICA CRIOLLA Lima. Fue su primera presentación producir temas en estos géneros. No
CONTEMPORÁNEA pública, acompañado con su hermano, hubo, pues, una separación tajante
en un teatro popular de la capital entre ambas vertientes o culturas musi-
TIENE SU ORIGEN
durante los años de 1920. Poco tiempo cales, tampoco una audiencia local ais-
EN UNA FUSIÓN después fue contratado por Teresita lada y puramente criolla (…)
CREATIVA DE Arce para formar una ‘típica argentina’,
DIVERSOS GÉNEROS una orquesta al estilo popular argenti- De: Lloréns, José Antonio. “De la
MUSICALES. no, en la que aparecía vestido como Guardia Vieja a la generación de Pinglo:
gaucho. música criolla y cambio social en Lima,
1900-1940”, En: Stein, Steve (comp.).
El mismo Felipe Pinglo Alva, quizá el Lima obrera (1900-1930). Tomo II. Lima:
más famoso de los autores que surgió Ediciones El Virrey, 1987, pp. 267-269.
[ adenda: breves notas relacionadas con la educación, la ciencia y la cultura entre 1895-1933 ]
notas sobre la pintura peruana entre 1890-1930
Por Juan M. Ugarte Eléspuru*
* El autor del presente libro agradece vívamente a Juan Manuel Ugarte Eléspuru su valioso trabajo, escrito,
por cierto, dentro de una independencia que aquí ha sido respetada sin ir a señalar desacuerdos eventuales
o a hacer aclaraciones o adiciones que pudieran parecer pertinentes.
adición al CAPÍTULO
13
[ ]
E
l sino de nuestro arte nacional parece ser la discontinuidad. Desde el pasado incaico bruscamen-
te interrumpido por la interpolación de la Conquista, resulta condenado a quebrar su curso,
perdiendo el nexo necesario para el lógico proceso de evolución.
El arte colonial logró salvar su ambiguo origen superando la negación intrínseca de los ele-
mentos que lo constituyeron, por la fusión del mestizaje. En las madréporas de piedra tallada de
los frontispicios que adornan las barrocas fábricas coloniales; en la policromada imaginería reli-
giosa y en la pintura cuzqueña, sobreviven las condiciones creativas del aborigen, es verdad que
bajo normas estéticas importadas; pero convincente en su presencia, como potente y represen-
tativa voz de un alma colectiva; imagen de una sociedad que se siente reflejada en ella, le nutre
de sus ideas y le aporta su apoyo material.
Al advertir la Emancipación, las nuevas ideas que le formaron cauce sustituyen a aquellas
otras que constituían la cerrada estructura cultural del Virreinato y se produce la difusión. ¡Curiosa
paradoja! En tanto que nos iniciamos en la historia como ciudadanos independientes, vamos
perdiendo nuestra unidad espiritual. El centralismo costeño que la República acentuó, impone la
vocación europeoide que relega con desdén las manifestaciones artísticas vernaculares, sustitu-
yéndolas por el acatamiento de estéticas foráneas, representadas entre nosotros generalmente
por piezas de dudosa calidad, pero conformes al nuevo ideal.
La flamante República careció de artistas. Apenas un retratista mediocre; el mulato Gil de Castro,
de mayor interés histórico que mérito plástico. Un suceso de tal magnitud, que se prestaba a la
representación del gran estilo, como fue la guerra de la Independencia, no tuvo quien lo pintara.
Las obras que se le refieren son apenas modestos trabajos de ingenua técnica y autores anónimos.
Cuando aparecen Merino y Laso, no son el resultado de una Escuela nacional, dándole al término
el significado de movimiento afín en el estilo y el espíritu. Son ambos alumnos de academia; pro-
ductos de una enseñanza formulista, no el brote natural de una expresión telúrica. Tampoco alcan-
zan a formar vínculo que los agrupe como continuadores una del otro, menos aún presentarán
ideales comunes. ¡Al contrario!, estarán en campos mentales antagónicos en las respectivas
concepciones de su finalidad como creadores. Ambos marcarán los hitos de partida en las sendas
divergentes de nuestro devenir cultural. En adelante, la ruta de Merino llevará al ausentismo
esteticista, nostálgico de ajenas realidades culturales; cultivador de lo foráneo; ansioso de exilio. La
ruta de Laso será la de aquellos que se deciden a vivir en su obra y su existencia el apasionante
drama de nuestra reintegración, los que luchen por superarlo encarnándolo. Pero en aquel tiempo
impresiona más actitud de Merino y mucha agua tendrá todavía que correr bajo los puentes del
“Río Hablador” para que el mensaje espiritual de Laso se escuche.
Duras son las realidades y el ambiente resulta insuficiente para las vocaciones artísticas en ese
pasado siglo. Este es un factor decisivo que empuja las esperanzas de los jóvenes hacia la cultura
y el medio europeos. Tal caminos lo toman a fines del ochocientos, Calos Baca Flor y Daniel
Hernández, los dos valores representativos de nuestros pasado inmediato, De Baca Flor, nacido en
1867 en Islay, muerto en Francia en 1941, la crítica nacional ha expresado desmesurados elogios,
aquilatando su alta cotización como retratista del mundo financiero norteamericano. Fue
[2]
en 1920 fue nombrado profesor de la Escuela A partir de 1922, Sabogal inició una serie de viajes
Nacional de Bellas Artes. En 1932, a la muerte de para presentar sus obras. La primera ciudad que
Daniel Hernández, director de la Escuela, Sabogal visitó fue México D.F., de donde pasó a Argentina,
asumió su dirección. Durante su gestión apoyó y en 1928, y luego a Estados Unidos, en 1942. En
difundió el indigenismo. Se rodeó de intelectuales 1943 se alejó de la Escuela de Bellas Artes y asumió
que seguían la misma corriente, como José Carlos la dirección del Instituto de Arte Peruano en el
Mariátegui, y contrató como profesores para la Museo Nacional. Asimismo, publicó libros sobre el
ENBA a un grupo de artistas indigenistas, entre arte popular peruano, entre ellos: Mates burilados
ellos Camilo Blas, Julia Codesido, Teresa Carvallo y (1945), El toro en las artes populares del Perú (1949)
Enrique Camino Brent. y El desván de la imaginaria peruana (1956) .
Fachada de la ENBA
JULIA CODESIDO (1883-1979) CAMILO BLAS (1903-1985) J. VINATEA REINOSO (1900-1931) ELENA IZCUE (1889-1970)
Tapadas limeñas (1945) Familia serrana Interior de una iglesia (1930) El arte peruano en la escuela (1926)
Infografía: Raúl Rodríguez Fuentes: Mirko Lauer, Introducción a la pintura peruana del siglo XX / Empresa Editora El Comercio, Enciclopedia Temática del Perú, tomo XV.
[2]
LA ESCUELA
NACIONAL DE
BELLAS ARTES FUE
CREADA EN EL
" La crítica es unánime en reconocer
en la fundación de la Escuela
Nacional de Bellas Artes el momen-
to de efectivo nacimiento de la plástica
contemporánea en el Perú (…)
ausencia no le habían permitido olvi-
dar el gusto limeño por la búsqueda del
justo medio: agresión a los extremos y
conciliación al centro (…)
[ adenda: breves notas relacionadas con la educación, la ciencia y la cultura entre 1895-1933 ]
capítulo 14 ● I La ópera entre 1896 y Algunas obras nacionales entre 1908 y Oncenio y sus repercusiones sobre la
1905 La opereta entre 1896 y 1908 La
● ● 1918 ● El redescubrimiento de Segura y hípica ● Las carreras de caballos, el
zarzuela y el género chico hasta 1908 ● El Pardo ● Felipe Sassone ● Luis Góngora ● hipódromo de Santa Beatriz y la historia
género dramático hasta 1907 ● El teatro La fase final del teatro de Leonidas Yerovi social ● Haras y studs ● El turf en Arequipa.
nacional entre 1895 y 1908 ● Fernando ● El cóndor pasa ● Los niños faites ● La El hipódromo de Porongoche ● VI Las
Soria ● Manuel Moncloa y Covarrubias ● temporada nacional en el Teatro Mazzi bicicletas y el ciclismo. El Club Ciclista
Lima por dentro ● Los comienzos de en 1918 ● Ollanta ● Apreciación sobre el Lima ● El cricket y el fútbol hasta 1908 ●
Yerovi ● Artistas nacionales a fines del teatro nacional entre 1895 y 1918 ● Los La primera liga y la primera temporada
siglo XIX y comienzos del XX ● La actores nacionales ● Los comienzos de la de fútbol ● Los campeonatos de
compañía infantil Baronti ● Carlos boga del cinema ● Los comienzos del competencia de 1912 a 1921 ● Los
Rodrigo ● Otros espectáculos ● La cinema nacional ● III El estreno del primeros Juegos Olímpicos de Lima ●
llegada del fonógrafo y del cinema ● II El Teatro Forero ● Alejandro Granda ● La Los Juegos Olímpicos de Lima de 1917 y
estreno del Teatro Municipal ● Drama y evolución del cinema ● La industria la primera federación deportiva oficial ●
comedia entre 1908 y 1918 ● El teatro cinematográfica en el Perú ● Los El incremento en la afición popular de
nacional. Alejandro Ayarza. Música intelectuales peruanos y el cinema ● IV los deportes. La organización deportiva
peruana. ● Alejandro Ayarza ● Zarzuela, Ángel Valdez ● El Chancayano ● La ● Las competencias futbolísticas entre
opereta y tonadilla entre 1908 y 1918 ● El afición a los toros ● La evolución estética 1926 y 1930 ● Atletismo. Otros deportes
renacimiento de la afición por la ópera ● en el toreo ● La suerte nacional ● V Las ● La Asociación Cristiana de Jóvenes ● El
El baile escénico y el ballet en Lima ● carreras de caballos ● La caída del deporte, el atletismo y la educación
NOTAS SOBRE EL TEATRO
Y OTROS ESPECTÁCULOS ENTRE 1895-1930*
*Al lado de este capítulo debería haber otro sobre la vivienda y la indumentaria. En él habría que considerar los diferentes tipos
de casas la transformación surgida en su estructura por adelantos como el de la electricidad; la historia del mobiliario y de los
gustos con él relacionados. Sería importante hacer una referencia a los “callejones” y otros hogares de la gente pobre. En seguida
debería venir una sección sobre las comidas, tanto locales como regionales o de influencia extranjera. La moda del vestir necesi-
ta, asimismo, cuidadoso tratamiento tanto la femenina como la masculina, sin excluir peinado y sombreros y con la debida
atención para el traje regional. También debe hacerse la historia de la vida cotidiana. Por desgracia, la carencia de informaciones
14
suficientes impide cumplir por ahora propósitos tan interesantes.
CAPÍTULO
[ ]
l
[i]
a OPeRa enTRe 1896 Y 1905.- A fines del siglo XIX y comienzos del XX los aficionados al
teatro continuaban divididos en cuanto a sus aficiones a la ópera italiana o francesa, la comedia
o el drama, sobre todo españoles o franceses y, con proyecciones multitudinarias, la zarzuela
española del género chico.
La ópera ejercía un seducción única porque, para muchos, asistir a sus funciones era muestra
de señorío social, ocasión para exhibir elegancias y joyas y ver a amigos y conocidos, a la vez que
fuente inextinguible en un deleite estético basado en un estilo melodramático, delicadas o sono-
ras melodías, escenas exóticas, argumentos románticos. Empresarios de acción internacional tra-
jeron al Perú y a otros países del Pacífico compañías extranjeras. Mario Lombardi, por ejemplo,
tuvo a su cargo las temporadas de 1897, 1898, 1900 (en que se representó Ollanta) (1), 1903 y 1904.
En 1896 la compañía de opereta Bernini estrenó I Pagliacci, de Leoncavallo. La figura y la voz de
Cesira Ravasio Prandi se hicieron inolvidables para los melómanos en 1897. Pero en 1898 hubo un
acontecimiento más importante: el regreso de Adalgisa Gabbi, la soprano que Lima aplaudiera en
1886. Con su estatura imponente, la opulencia de su busto, su perfil romano imperial, la Gabbi
soportaba impávida el paso de los años y no había perdido el antiguo volumen extraordinario de
su voz pastosa con matices sicológicos y sonoros de efecto notable. Otra gran figura de 1898 fue
Estefanía Collamarini, de quien se dijo que había sido la mejor Carmen vista o escuchada hasta
entonces en Lima. En la compañía de la Gabbi figuró, además, como bajo, Andrés Perllo de
Segurola convertido más tarde, cuando perdió su voz, en actor del cine mudo. Malograda su vista
en un accidente, abrió en Hollywood una academia de canto y allí estudió Diana Durbin.
La Tosca de Puccini fue una de las novedades de la temporada de 1902 y en ella actuó la tiple
española Juanita Many, en la compañía de Scognamiglio. A la de Lambardi se incorporó, avanzando
ya el año teatral de 1903, la soprano de la mismo nacionalidad Josefina Sins, que fue muy aplaudida.
En dicho año se estrenó en Lima, Fedora, del maestro Humberto Giordano, adaptación de un drama
de Sardou que introducía el ambiente de Rusia y hacía aparecer a personajes nihilistas.
1905 fue el año de la soprano ligera Adlina Padovani, una de las más notables intérpretes del
arte italiano, gran favorita del público.
la OPeReTa enTRe 1896 Y 1908.- Presentaron operetas las compañías Bernini en 1896,
Tomba en 1900, Scognamiglio en 1904 y las alternaron a veces con óperas. Alegraron la tempo-
rada de 1900 obras como La hija de madame Angot, D’Artagnan, Don Pedro Medina y, sobre todo,
La Poupée. María Lauri, italiana, fue la primera tiple de la compañía Scognamiglio en 1904 y en su
repertorio estuvieron incluidos I satimbanchi, Tosca y otras obras.
el TeaTRO naciOnal enTRe 1895 Y 1908.- El teatro nacional encontró durante este
tiempo, como en anteriores, múltiples obstáculos. Ellos se derivaron de la falta de interés de las
empresas, casi siempre poco deseosas de intervenir dinero en él; la escasa voluntad de muchos
actores y actrices, españoles casi todos ellos, conscientes de que tales obras no les iban a servir
luego para su repertorio; la frialdad del público; la falta de orientación de la crítica y las dificulta-
des propias de la iniciación artística a base de modelos no siempre recomendables.
Entre quienes ensayaron el teatro dramático a fines del siglo XIX y comienzos del XX se des-
tacaron Carlos Germán Amézaga y José Santos Chocano. Amézaga, que también tentó la
zarzuela, fue autor, además, de los dramas La comedia del honor, Juez del crimen, que estrenó
Antonio Vico en 1900; El suplicio de Antequera, puesto en escena por Leopoldo Burón en 1902; y
Sofía Perwskaia, de ambiente ruso aristocrático, cuya presentación en la Habana, efectuada por el
Emilio Castelar y Cobián estrenó en 1906 su ensayo dramático titulado Un conflicto y lo publi-
có en edición particular con una autocrítica en la que fustigó duramente a quienes, según él, por
mezquindad o por envidia, lo habían atacado.
liMa POR denTRO.- Manuel Moncloa y Covarrubias y su hijo Manuel Moncloa y Ordóñez
repitieron y superaron en julio de 1906 el éxito de La gran calle, La ontonera y Mentiras y candideces
al poner en escena en el Teatro Olimpo la revista Lima por dentro. Gustó mucho esta obra por su
vivacidad y por sus punzantes alusiones a cosas actuales. El público se identificó con los tipos allí
exhibidos por su verdad intrínseca y por la manera graciosa como se exhibían sin necesidad de
remedar a chulos y manolas. La música de Lima por dentro fue de Ventura Morales.
[2]
LIMA POR DENTRO. Escrita por Manuel Moncloa y Covarrubias y su hijo Manuel Moncloa y Ordóñez, esta revista se
estrenó en el Teatro Olimpo en 1906. De inmediato se convirtió en un rotundo éxito, debido a su humor y vivacidad.
Aquí, vemos la escena final de la obra (2), titulada “Fiesta Veneciana”, y la boletería del mencionado teatro (1).
[ ii ]
el eSTRenO del TeaTRO MUniciPal.- En febrero de 1909 se estrenó el nuevo Teatro
Municipal en la Plazuela del Teatro. Fue la modernización del llamado Principal, emprendida por
el alcalde Federico Elguera. La obra fue hecha según los planos y bajo la dirección del arquitecto
Julio E. Lattini. La capacidad total era de 1.412 espectadores, descompuesta así: 20 palcos, 6 rejas,
232 asientos de palco, 360 butacas, 320 galerías, 500 asientos de cazuela.
dRaMa Y cOMedia enTRe 1908 Y 1918.- En 1908 actuó en Lima la compañía dramática
a principios del siglo de Miguel Muñoz con repertorio de Rusiñol, los hermanos Quintero, Echegaray, Ibsen, Benavente
XX, llegaron a nuestra y otros autores.
capital varios actores Estrenó el Teatro Municipal en 1909 María Guerrero. Su llegada y su actuación así como las de
españoles. Uno de ellos su esposo Fernando Díaz de Mendoza, marqués de Fontanar, constituyeron un gran aconteci-
fue emilio Thuillier, miento social y artístico. Entonces, por primera vez, damas de la aristocracia, fueron a platea. El
que arribó a lima en la público, bajo la influencia predominante de José Echegaray y del liviano teatro moderno francés,
primera década del no apreció al principio, como era debido, a la gran actriz que se presentó con La dama boba. Se
siglo y participó en produjo una amable polémica entre los críticos de La prensa y El Diario, José María de la Jara y
diversas obras. Una de Ureta y Enrique Carrillo respectivamente, sobre el teatro de Echegaray, defendiéndolo aquel y
ellas fue Mujeres de atacándole este. La insuperable intérprete del teatro español se lució también en Amores y amo-
teatro, de Manuel ríos de Serafín y Joaquín Álvarez Quintero, que dio a conocer por primera vez en Lima, El genio
Moncloa y covarrubias, alegre de los mismos autores, Tierra baja, Locura de amor y otras obras. Ocasionalmente presentó,
donde actuó junto a la además piezas del teatro francés como El ladrón de Bernstein. La alta sociedad rindió homenaje a
actriz ana Ferri. aquí los esposos Díaz de Mendoza-Guerrero.
vemos a ambos en una La llegada de María Guerrero y su regreso en dos oportunidades ratificó el privilegio que el
fotografía de la época. público de Lima tenía de poder ver y admirar a las grandes figuras del teatro español. Antes de
ella, Leopoldo Burón, José Valero, Emilio Thuillier, Enrique Borrás y otros, y después de ella, Rosario
Pino, Catalina Bárcena, Margarita Xirgú y otras crearon una costumbre que, lamentablemente, en
nuestro tiempo casi se ha olvidado.
En agosto de 1909 trabajó con obras modernas españolas y francesas (éxito especial tuvo Las
de Caín, de los hermanos Álvarez Quintero) la compañía de Miguel Muñoz y de la señora Olona en
el viejo teatro Politeama, por estar ocupados por compañías de zarzuela los teatros Principal y
Olimpo. Gran sensación causó en octubre de aquel mismo año José Tallaví, actor desigual y discu-
tido, de originales creaciones. Uno de sus éxitos fue el de La loca de la casa, de Benito Pérez Galdós.
En marzo de 1910 tuvieron los aficionados al arte dramático nueva oportunidad para entu-
siasmarse con motivo de la llegada de Rosario Pino y Emilio Thuillier, este último por segunda vez.
La crítica encontró que aquella gran actriz tenía mayores dones para la adaptación a la sicología
social moderna que la Guerrero. Entre las obras inolvidables de esta temporada estuvieron El
adversario, Matrimonio interino, Juan José, Las flores. No habían pasado muchos meses y llegó en
octubre la compañía Díaz de la Haza con Concepción González. Esta compañía puso en escena
varias piezas de autores franceses como Fiers y Cavaillet, Capus y Mirabeau.
Miguel Muñoz volvió a Lima con su compañía en agosto de 1911, aureolado por las simpatías
que había manifestado por el Perú en sus conflictos internacionales. Su variado repertorio inclu-
yó a nombres como los de Bernstein y Bourget al lado de los de Enrique Gaspar y Dicenta; y, a la
[2]
LOS ESPECTÁCULOS MUSICALES. Muchos y variados fueron los espectáculos presentados en Lima
durante las primeras décadas del siglo XX. En aquella época, las grandes compañías europeas solían
llegar a la capital a ofrecer lo mejor de su repertorio. Tal fue el caso de Las damas vienesas (1), que
arribaron en 1914 para participar en la inauguración del Teatro Excelsior. Entre los espectáculos
nacionales, destacó la revista de Música peruana (2), creada por Alejandra Ayarza, que llegó a
superar las cien representaciones en el Teatro Victoria. La imagen que vemos aquí es del año 1912.
de la libertad (1948) y en los largometrajes: Cómo do embajador de nuestro país ante la UNESCO, en
atropellas Cachafaz (1947) y Una apuesta con Francia. A su regreso, dirigió el diario Ojo (1976-
Satanás (1948). En 1954 viajó a los Estados Unidos, 1979) y la sección editorial del diario El Observador
donde trabajó como traductor de la Columbia (1981).
Pictures y como asesor de la Paramount. De vuelta Durante su larga vida, Miró escribió y publicó gran
en el Perú, desempeñó diversos cargos públicos, cantidad de poemas, novelas, ensayos biográficos
entre ellos el de director de Cultura, Arqueología e y crónicas, así como la opereta La Mariscala (1942).
Historia del Ministerio de Educación (1956-1958). En sus últimos años, se desempeñó como presiden-
Además, mantuvo una relación laboral con diver- te de la Asociación Peruana de Autores y
sos medios de comunicación. En 1963 fue nombra- Compositores (APDAYC)
(1) José Carlos Mariátegui escribió en La Prensa del 27 de julio de 1914: “Han sido escasos, en los últimos tiempos, los intentos más o menos felices,
de distintos escritores para trasladar esas escenas (con que buscan la pintura de las cosas genuinamente limeñas) al teatro. Entre los más recientes
merece mención el significado por la obra de Alejandro Ayarza Música peruana en que el autor ha reunido varios cuadros movidos y ligeros,
copiados con bastante precisión. Faltan en ellos a la verdad, cierta ilación o cohesión imprescindibles con que se habría logrado dar a la obra
unidad y carácter y quitarle todo aspecto de amontonamiento forzado e inconexo de tipos y costumbres. Esto no quita que, rindiendo justicia al
autor, digamos de Música peruana que ha sido un atinado ensayo digno de los aplausos que ha merecido".
[2]
Ornamentación de
1 Las primeras carreras
estilo morisco
En la Cancha de la Mar Brava, Callao
Tribunas (29 de febrero de 1864).
Paddock: recinto
reservado en el
hipódromo
para actividades
preparatorias y
Cabeza:
posteriores a una de las
cada carrera. medidas
empleadas para
Stud: expresar la
distancia por la
denominación
que un caballo
a la que puede ganar
pertenecen los Caballo pura sangre: una carrera.
caballos que raza desarrollada en
defienden los el siglo XVIII en
Inglaterra, al cruzar
colores de un yeguas inglesas con
propietario. sementales árabes
para crear corredores
de distancia.
Fuentes: http://www.jcp.org.pe, http://www.wikipedia.org,
http://www.cuartodemilla.cl/glosario Infografía: Grafitti
Siguiendo de la música
el movimiento armónico
de las ideales Sílfides
de la condición elástica
anímase al unísono
bajo el poder sinfónico
en floración cromática
como visión fantástica.
No existe en lo pictórico estudió en la escuela
un cuadro más poético imperial de Ballet del
ni habrá un ensueño célico Teatro Mariinsky, en San
que encierre mejor mímica. Petersburgo. Se unió al
La persuasión es gráfica Ballet imperial en 1899 y
el lineamiento estético en 1906 se convirtió en
la advocación histórica prima ballerina. en 1913,
la volición anímica. luego de éxitos
A veces tiene un vértice continuados en las
de emocional patético principales capitales
que con intuición rítmica europeas y en los estados
en una acción délfica Unidos, abandonó el
traduce su alma típica ballet imperial. al año
y adquiere un fin sintético. siguiente, emprendió una
Tal es entre su cátedra gira mundial con su
selvática esotérica, propia compañía. llegó al
Pavlova la Terpsícore Perú para una serie de
psicóloga, melífica presentaciones en 1917.
en su papel de alígera
libélula quimérica. (1)
Hallamos en una entusiasta crónica de José Carlos Mariátegui citada en otra parte de este capí-
tulo (La Prensa 27 de julio de 1914) referencias a los que fue la simple técnica de Carlos Guzmán y
Vera en su sainete La gente del barrio. Menciona los tres cuadros de la obra. El primero se desarrolla
“en el patio vasto y animado de todas las casas de vecindad”...” El diálogo es ágil y sencillo, desbor-
dante de gracia, de picardía y de intención”. El segundo cuadro corresponde a una picantería donde
“Ña Cata” y “Ña Clara”“dialogan sobre el inagotable tema de la pobreza de los tiempos que corren y
se lamentan por las costumbres que desaparecen y pierden”. Finalmente “el tercer cuadro constituye
solo una escena callejera en razón a las necesidades del desarrollo final de la obra”. Podría llegarse a
la conclusión de que Guzmán y Vera se queda en el ámbito de lo que ha sido llamado “el cuadro de
costumbres” sin mayor profundidad psicológica ni mayor capacidad de creación literaria.
(1) Estos versos han sido tomados de La Prensa del 29 de noviembre de 1952.
(1) Constituye un ejemplo digno de imitar en el Perú la excelente obra de Julio Durán Cerda Repertorio del teatro chileno, bibliografías, obras
inéditas y estrenadas que, con 247 páginas, publicó el Instituto de Literatura Chilena en 1962.
lUiS GónGORa.- En agosto de 1916 estrenó Luis Góngora la comedia Lafuente diputado. El
éxito de esta obra fue enorme. Como su texto no ha sido nunca publicado, es imposible cons-
tatar si en la predilección el público hubo el reconocimiento a una genuina calidad literaria o
un interés circunstancial. La trama de Lafuente diputado giraba alrededor de un contrato con
una empresa extranjera, oneroso para el paso que hallábase en vías de consumarse y que un
anciano, sobreviviente de lo más heroico del pasado, estigmatizaba. En julio de 1917 estrenó
Góngora su segunda obra, La rueda invisible, ensayo de llevar a una ráfaga trágica a la vida de
provincia.
el cóndOR PaSa.- En diciembre de 1913 fue estrenado en el Teatro Mazzi el boceto dramático
en un acto y dos cuadros El cóndor pasa escrito en prosa por Julio Baudouin que había popularizado
el seudónimo de “Julio de la Paz” y música de Daniel Alomía Robles. Esta obra significó un esfuerzo
por llevar al teatro el ambiente aborigen y serrano; pero el que yacía dormido en sus tradiciones sino
el de la zona minera explotada por el capital norteamericano. El argumento versa sobre la venganza
de un marido ofendido por un patrón extranjero y prepotente a la que sigue la rebelión del joven
indio de pelo rubio que anhela poseer la libertad, la tierra, el aire que respira, el metal arrancado a
las entrañas de la tierra y acaba por ahorcar al amo. La música contribuyó en gran parte al éxito
singular de El cóndor pasa… El coro inicial, el yaraví, el dúo amoroso, una danza alegre impresionaron
Proveniente de la favorablemente al auditorio. El yaraví de El cóndor pasa ha llegado a tener una irradiación mundial a
zarzuela, el género del través del disco y de la radio.
sainete fue promovido
y cultivado en nuestro
país a inicios del siglo lOS niÑOS FaiTeS.- El sainete, degeneración de la antigua zarzuela, género en boga en España,
XX por carlos Guzmán Chile y Argentina por los días de la Primera Guerra Mundial, había sido cultivado (acaso bajo la
y Vera, entre otros. influencia argentina) hasta 1918 en el Perú por Carlos Guzmán y Vera y algún otro autor. Julio
Una de las obras de Baudouin lo intentó con gran éxito en Los niños faites, estrenado en el Teatro Municipal en 1918 por
sainete más la compañía de Manolo Montero.
representativas En Los niños faites aparecieron, según consignó un comentario de la revista Sudamérica: el italia-
presentadas en el Perú no pulpero que hablaba una mezcla de italiano, español y criollo, estaba enterado de la vida íntima
fue los niños faites, de de los vecinos y, con la burla de la ley, hacía ingresar al parroquiano a la trastienda o detrás del mos-
Julio Baudouin y Vera. trador para venderle una copa de pisco; el risible celador de la esquina; los niños faites, terror del
Se estrenó en 1918 en el barrio, que constituían la “tira” y no consentían que ningún extraño enamorase a las muchachas de
Teatro Municipal. aquí esa zona; el vejete que, cuando se embriagaba, poníase a recordar la época de los Gutiérrez y la
vemos una fotografía rebelión gloriosa de 1895 y el peluquero japonés solo desde hacía muy pocos años incorporado a
de Guzmán, publicada la vida limeña. La música de Los niños faites fue del maestro Reynaldo La Rosa también autor de la
por la revista partitura de Las tapadas y El último Inca.
Variedades en 1925.
OllanTa.- Este drama incaico fue exhumado por una compañía autóctona en el Teatro Municipal
a principios de 1917. Lo presentó Abraham Valdelomar el 3 de marzo de aquel año.
(1) Por ser demasiado incompletos los datos acumulados, el autor no incluye una referencia al teatro entre 1919 y 1933.
[2]
NUEVAS SALAS DE TEATRO. A principios del siglo XX, el teatro cobró gran importancia en Lima.
Muchos artistas europeos, huyendo de la guerra, realizaron giras por Sudamérica e incluyeron a
nuestro país, lo que mejoró el nivel de los espectáculos. Varias salas fueron abiertas para dar cabida
a los nuevos espectadores. En la primera imagen de esta página se aprecia el Teatro Colón en la
década de 1930 (I). En él, además, se inició la proyección de cine sonoro en el país. También vemos
el interior del Teatro Forero (2), inaugurado en 1920, que fue escenario de grandes obras y
conciertos. Luego fue nombrado Teatro Municipal. Se incendió a fines del siglo XX.
lOS cOMienZOS del cineMa naciOnal.- Entre los primeros y aislados esfuerzos para
hacer cine nacional se cuentan, hacia 1911, un documental titulado Los centauros italianos; y
posteriormente, las comedias Negocio al agua con argumento de Federico Blume (1913) y Del
manicomio al matrimonio con argumento de María Isabel Sánchez Concha. En estas últimas pelí-
culas actuaron jóvenes de la aristocracia limeña. Negocio al agua tuvo escenas tomadas en las
lujosas casas de las familias Osma, Aspíllaga y Sousa en Barranco y en el parque de este lugar, la
estación del tranvía eléctrico y la playa de la Herradura.
[ iii ]
el eSTRenO del TeaTRO FOReRO.- Manuel María Forero, propietario del antiguo Teatro este tenor chalaco
Olimpo, con un notable esfuerzo económico, reconstruyó el local y le dio el nombre de Teatro trabajaba como marino
Forero. Se inauguró en las Fiestas Patrias de 1920 con una temporada de ópera. Fue puesta en mercante en el puerto del
escena Aída. El precio cobrado por cada asiento de platea -30 soles- fue considerado elevadísimo. callao. Fue descubierto
Todas las obras extranjeras presentadas en esta temporada pertenecieron al repertorio antiguo: mientras cantaba sobre la
Carmen, con Gabriela Besanzoni, alcanzó el mayor número de representaciones, seguida de Ballo cubierta de un barco por el
in Maschera, Gioconda y Hernani. capitán Manuel Torrico,
En una segunda temporada en el Teatro Forero, durante el mes de noviembre de 1920, la quien le presentó a la
compañía Salvati presentó Lohengrin de Ricardo Wagner En diciembre estrenó Parsifal recibido compositora Rosa Mercedes
con frialdad por el público. ayarza. esta, a su vez, le
Adquirido más tarde por el Consejo Provincial de la ciudad, el Teatro Forero fue llamado presentó al presidente
Municipal y recibió el nombre de “Manuel Ascencio Segura” el antiguo Principal o Municipal. leguía, quien tras
escucharlo cantar le otorgó
una beca para estudiar en
aleJandRO GRanda.- El 26 de noviembre de 1898 nació en el Callao Alejandro Granda. italia. en 1924 inició sus
Efectuó sus primeros estudios en el Instituto Chalaco y en mayo de 1920 ingresó a la marina estudios en el
mercante nacional. Trabajó en el vapor de cabotaje Elena y posteriormente, en noviembre de ese conservatorio Giuseppe
año, pasó al Mantaro como mecánico ayudante. Ascendió en junio de 1921 a quinto maquinista, Verdi, de Milán. Tres años
debido a su capacidad y buen comportamiento; y en octubre de 1922 pasó a ser cuarto maqui- más tarde, debutó en el
nista, cargo con el que sirvió en el Huallaga. Teatro Sociale di como con
La casualidad lo condujo hacia la fama. En el mismo barco en el que él servía, hacía un viaje la ópera iris de Mascagni.
a Sama el capitán del ejército Manuel Torrico Cavero y le oyó cantar. Hízole subir a cubierta y le al año siguiente, cantó en
ofreció traerlo a Lima en el viaje de regreso. Cumplió su promesa y logró ponerlo en relación la Scala de Milán bajo la
con Rosa Mercedes Ayarza de Morales y su esposo Benjamín del Solar, quienes lo apoyaron dirección de arturo
decididamente. Toscanini. Trabajó en ese
El 29 de setiembre de 1924 logró presentarse Granda en un recital en el Palacio de Gobierno. renombrado escenario
El presidente Leguía le concedió una beca para que estudiase en Italia. Antes de viajar, dio dos hasta mediados de la
recitales más, uno en el Teatro Municipal y otro en el Callao. década de 1940.
Perfeccionó sus conocimientos musicales en Milán. El 27 de febrero de 1927 debutó en el
Teatro Social de Como, en el papel del tenor de Iris, ópera de Pietro Mascagni. En la Scala de Milán
se presentó el 27 de marzo de aquel año con Tosca. Después viajó a Europa y el Medio Oriente
como cantante. En 1932 volvió a Lima y ofreció algunos recitales.
Actuó otra vez en la Scala en 1939. Nuevamente estuvo en el Perú en julio de 1946 y en esta
oportunidad divulgó su voz por la radio. Comenzó entonces a sentir los efectos de la sordera que
[3]
LA TAUROMAQUIA. Las corridas de toros, vieja tradición limeña, mantuvo su acogida entre el público aficionado de la
capital. Muchos toreros extranjeros llegaron a la Plaza de Acho. Uno de los más conocidos fue Francisco Bonar
Bonarillo (3), quien llegó por primera vez a nuestro país en 1901. Años después también destacó Juan Belmonte, quien
hizo su debut en 1917 y logró un gran reconocimiento y fervor popular en los años siguientes. Aquí lo vemos en una
corrida de 1921 (1). También se aprecia un afiche que anunciaba las corridas de la temporada 1917-1918 (2).
[2]
LOS NUEVOS DEPORTES. A inicios del siglo XX, se popularizaron en el Perú nuevas actividades
deportivas, entre ellas las pruebas de atletismo. En diciembre de 1914 tuvieron lugar los
primeros Juegos Olímpicos de Lima, en los que el deportista Carlos Olavegoya ganó tres
medallas. Aquí lo vemos durante la competencia de salto alto sin vuelo (1). También en este
siglo llegó a Lima la afición por el polo. En la imagen un grupo de jugadores (2) en la cancha
del actual club de golf de San Isidro.
[2]
PASIÓN POR EL FÚTBOL. En 1912 se constituyó la Liga Peruana de Fútbol, conformada por 17 equipos. El
club Alianza Lima, fundado en 1901, fue muy popular desde sus inicios; aquí vemos una imagen del
equipo en 1930 (I), en la que aparece el crack Alejandro Villanueva (arrodillado, a la extrema izquierda
de la imagen). Otro equipo importante fue el club Universitario de Deportes, fundado en 1924. En esta
fotografía se aprecia su barra (2) durante un encuentro futbolístico.
[ Vi ]
laS BicicleTaS Y el cicliSMO. el clUB cicliSTa liMa.- Las primeras bicicletas moder-
nas fueron traídas a Lima en 1890 desde Europa por jóvenes de la aristocracia. Pronto aumentó su
número. En unos juegos atléticos realizados en la Cancha Meiggs el 23 de setiembre de 1895 bajo
la dirección y organización del Club de Regatas Lima y de la compañía de bomberos del mismo
EL DEPORTE Y LAS
DIVERSIONES
PÚBLICAS FUERON
EXPRESIONES DE LA
" La llegada del deporte a fines del
siglo XIX y su rápida difusión en las
primeras décadas del siglo XX, tuvo
una fuerte repercusión en la forma de
vida, costumbres y comportamientos
Al igual que todos los entretenimien-
tos, se le asignó una función educati-
va; asumió los mismos propósitos que
tuvo en Inglaterra, Alemania y Francia:
desarrollar un cuerpo autónomo y
LLEGADA DE LA de la población limeña. Si bien al inicio dinámico, a la vez de infundir la disci-
MODERNIDAD AL la práctica del deporte fue promovida plina y el control. En el Perú también
y difundida por la comunidad extran- se le adjudicó la función de regenerar
PERÚ, DIFUNDIDAS jera –hecho que casi no había sido la raza la función de regenerar la raza,
A PRINCIPIOS DEL estudiado–, muy pronto el Estado y la papel que también le atribuyeron los
SIGLO XX, NO elite comprendieron la utilidad del franceses y argentinos. (…)
ESTUVIERON deporte en la formación del hombre
viril, con voluntad y capacidad de El deporte estuvo asociado a la noción
EXENTOS DE
acción, que el Perú necesitaba. En este de ejercicio físico, factor indispensable
BUSCAR sentido, la práctica del deporte en el para el progreso que, como había sido
ESTABLECER Perú no puede ser vista solo en térmi- reconocido por la ciencia moderna era
PATRONES DE nos de imitación y de búsqueda de una fuerza moralizadora que formaba
CONDUCTA Y status por parte de la elite (…) el carácter de las personas. Los ejerci-
cios elevaban los sentimientos, pro-
CONCEPCIONES QUE Al principio, el deporte fue visto como fundizaban la inteligencia y fomenta-
REFORZARÁN EL un nuevo entretenimiento, asociado a la ban el espíritu, el esfuerzo, la voluntad
ORDEN SOCIAL idea de ser moderno, pues proponía un y la disciplina que a la larga reforzaban
IMPERANTE, COMO conjunto de actividades que suponían el la lucha por la vida."
uso de medios y libertad de movimien-
NOS LO MUESTRA to, para organizar el tiempo de descan- De: Muñoz Cabrejo, Fanni. Diversiones
FANNI MUÑOZ EN so. Una recreación muy saludable que, al públicas en Lima (1890-1920). La expe-
EL SIGUIENTE mismo tiempo, permitía que las perso- riencia de la modernidad. Lima: Red
TEXTO, DE SU LIBRO nas se mantuviesen alejadas de vicios o para el Desarrollo de las Ciencias
pasatiempos poco educativos, activida- Sociales en el Perú, 2001, pp.
DIVERSIONES
des muy comunes en Lima. 199-201.
PÚBLICAS DE LIMA
(1890-1920).
el cRicKeT Y el FÚTBOl HaSTa 1908. - Existía, por lo menos, desde 1865, el Lima Cricket
and Lawn Tennis Club, formado por súbditos ingleses y más tarde llamado Lima Cricket and
Football Club. Esta institución poseía un campo deportivo llamado Santa Sofía en un terreno con-
tiguo al del actual Politécnico José Pardo. El 20 y el 30 de setiembre de 1887 se realizó un campeo-
nato atlético en Santa Sofía, el primero en su género en el Perú. Hubo carreras y cricket. Participaron
solamente ingleses. Poco a poco, jóvenes peruanos llegaron a inscribirse en los registros de Lima
Cricket. Uno de los más antiguos partidos de fútbol fue el de los limeños contra los chalacos el 6
de agosto de 1892, en el citado campo, con mayoría de ingleses. Otro partido similar tuvo lugar el este club deportivo fue
23 de junio de 1894. Poco después jugaron peruanos contra ingleses. El 20 y el 30 de setiembre de fundado en 1865 por
1894 realizáronse juegos atléticos en la Cancha Meiggs dirigidos y organizados por Ricardo Ortiz residentes británicos en
de Zevallos y Vidaurre que había sido campeón de 100 y 400 metros en Francia. Disputáronse nuestro país. en su
carreras de distintas distancias y una carrera infantil que ganó Luis Miró Quesada. cancha deportiva,
El primer club peruano fundado para jugar cricket y tennis fue el Unión Cricket fundado en llamada Santa Sofía, se
1893. Al año siguiente incorporó el fútbol que desplazó a los otros dos deportes en tal forma que llevó a cabo el primer
esta institución es considerada como la verdadera iniciadora del balompié en el Perú. La presidió partido de fútbol del
en la directiva fundadora Carlos A. Baella y el secretario fue Miguel Grau. Perú, el 6 de agosto de
En 1896, cuando Pedro de Osma presidía el Unión Cricket obtuvo de la Municipalidad un 1892. en el lima cricket
terreno de propiedad municipal en el fundo Santa Beatriz. se practicó además el
El 18 de junio de 1897 se inauguró este primer estadio peruano con un programa en el que atletismo, el cricket y el
figuraron competencias de fútbol, cricket, salto alto, carrera de 100 metros planos y nudo de guerra. tenis, entre otros. en
El primer campeonato atlético nacional e interescolar se realizó del 4 de setiembre al 2 de esta fotografía vemos al
octubre de 1898. Hubo allí pruebas de atletismo, ciclismo, natación, equitación, regatas, tiro, cric- equipo de fútbol del
ket y fútbol. Tomaron parte los siguientes clubes: Regatas Lima, Unión Cricket, Lima Cricket, club de 1904.
Ciclista, Revólver, Lawn Tennis de la Exposición y Lima de Tiro. En el torneo estudiantil intervinie-
ron los siguientes planteles: Colegio Nacional de Guadalupe, Colegio de Lima, Colegio Whilar,
Instituto Científico y Colegio de la Inmaculada. Descollaron en los juegos atléticos Fernando Ortiz
de Zevallos Vidaurre, Manuel Zavala y Luis Santa María. En el fútbol escolar, incluido a pesar de la
oposición de muchos padres de familia, triunfó el Colegio de Guadalupe.
Los juegos atléticos se repitieron en 1899. En el partido de fútbol jugado, como parte de ellos,
el 29 de julio, participaron el Lima Cricket y el Unión Cricket, es decir ingleses y peruanos. Siempre
a partir de 1894, habían ganado aquellos. En esta oportunidad se produjo la primera victoria inter-
nacional de un equipo nacional. El capitán del equipo vencedor fue Alfredo Benavides Canseco.
El primer equipo visitante fue el de un barco de guerra inglés, el Amphion que jugó el 11 de
enero de 1899 con un combinado Unión Cricket-Lima Cricket que ganó. Poco después los mari-
nos del Leander, perteneciente a una división que arribó al Callao en agosto del mismo año,
jugaron el 13 de agosto con el conjunto nacional vencedor pocos días antes, y este perdió por
cinco goles a causa del excesivo juego ‘de flores’. Luego los marinos británicos obtuvieron una
nueva victoria ante el combinado Unión Cricket-Lima Cricket.
Los marinos peruanos iniciaron sus actividades físicas al enfrentarse en un partido de fútbol al
equipo del Unión Cricket el 28 de setiembre de 1907. El resultado fue un empate. Presidía aquel
año este club Luis Miró Quesada, como lo había hecho en 1903 y 1905.
(1) Sobre la obra anterior de Joseph Byrne Lockey en relación con el basquetbol escolar, veáse el capítulo 2 de esta sección de Historia de la
República del Perú.
colonización interna
la población
1[ ]
CAPÍTULO
l
[i]
a POBlación del PeRÚ Y SU cReciMienTO.- Los datos sobre la población del Perú
elaborados por Melitón Carvajal en 1896 fueron objetados por Joaquín Capelo (1911) y Alberto
de Rivero (1937) por considerarlos excesivos. El censo de 1940, a los sesenta y cuatro años del
censo anterior (1876) presentó la cifra total de 7.023.111 habitantes para la República con inclu-
sión de los no censados y los selváticos. El censo nacional de junio de 1961 dio, según los
resultados publicados en abril de 1964, una población total de 10.420.357 habitantes. Los nomi-
nalmente censados fueron en 1940, 6.207.967; en 1961, 9.906.746. Comparada dicha cifra total
con la del censo de 1940, veintiún años atrás, señala un crecimiento de 48,8%, uno de los por-
centajes más elevados del mundo. Este fenómeno, surgido, al parecer, desde comienzos del
siglo XX, señala un contraste con el estancamiento o desarrollo pausado a lo largo del siglo XIX.
Se ha producido, pues, una revolución demográfica superior a la revolución industrial y a la
revolución agrícola.
Hay aquí, en realidad, un hecho universal, especialmente notorio en los llamados países sub-
desarrollados o sea, aparte del continente latinoamericano, en Asia y África. Hasta fines del siglo
XVIII la población del mundo se caracterizó, a la vez, por la elevada fecundidad y por la elevada
mortalidad. La vida media en Europa no alcanzaba los 30 años y un niño de cada cinco moría en
el primer año, un hombre de cada dos moría niño. Las guerras, el hambre, las enfermedades
habituales, las epidemias hacían estragos. La agricultura era rudimentaria y, además de dar esca-
sa producción a la tierra, exigía el descanso permanente de una parte del suelo arable. La medi-
cina no llegaba a ser todavía una ciencia. La introducción de nuevos cultivos y nuevas técnicas
agrícolas, el descubrimiento de la inoculación que redujo la malignidad de las enfermedades
infecciosas unido a otros importantes adelantos de la medicina, la difusión de prácticas higiéni-
cas y sanitarias, el alza del nivel de vida dentro de algunos sectores de la población han contri-
buido, a través de un largo proceso, en forma creciente, a la revolución demográfica. No ha sido
un fenómeno súbito ni fácil. Pertenece a un tiempo histórico que se mueve mucho más lenta-
mente que los acontecimientos y los personajes y actúa debajo de ellos; pero ejerce, a la larga,
una influencia más poderosa. Alfred Sauvy, el maestro de la escuela demográfica francesa con-
temporánea, ha escrito en su libro L’Europe et sa population (París, 1955) y su afirmación tiene valor
general: “En una época en que la medicina y aun la investigación científica eran comerciales, el
proceso de las técnicas médicas y su difusión solo eran posibles en cuanto fueran aparejados con
el progreso técnico en general y con el ensanchamiento del soporte económico”.
Ya al avanzar el siglo XX la característica más resaltante de la “explosión demográfica” surgida en
los países subdesarrollados ha sido el alto índice de natalidad como el número crecientemente
mayor de victorias en la lucha contra la muerte (1). Con estos niveles y con la elevada mortalidad
infantil, la duración probable de la vida en países como el nuestro ha sido en promedio corta, acaso
(1) Los estudios realizados han llegado a determinar que la mortalidad ha descendido notablemente en los últimos veinte años en el Perú.
La tasa bruta de mortalidad, probablemente superior al 30% en 1940, ha sido estimada entre el 17% y el 19% a la fecha del censo de 1961.
(1) Se ha calculado que la esperanza de vida al nacimiento, esto es, los años de vida que, en promedio, tendrían por vivir cada uno de los
miembros de una generación de nacimientos, ha sido en el Perú para la década 1940-1950 de 34 años; y de 47 años para el período 1950-1960.
En 1961, fecha del censo, la esperanza de vida habría sido del orden de 52,5 años.
(2) En el cálculo que se ha hecho oficialmente, con cifras corregidas del censo de 1961, la población con menos de 15 años correspondía al
44,6%; la de 15 a 64, al 51,8%, y la de 65 y más al 3,6%. La población económicamente activa solo representa un poco más de la mitad de la
población total. La edad media de la población de ambos sexos es de 22,8 años.
(1) Sobre la peste bubónica en 1903 véase el capítulo sobre ciencias médicas durante el período allí estudiado.
Estos datos resultaron al estimar los índices de natalidad en 43,0 por mil y el decrecimiento de
los índices de mortalidad en 24,5 por mil durante el período de 1940-1945, y en 17,4 por mil
durante el período 1955-1960. Son menores que los efectuados por el Servicio Cooperativo
Interamericano de Salud Pública, pues en estos aparecen un índice de natalidad entre 45 y 50 por
mil y un índice de mortalidad de 15 por mil que sigue bajando.
Según la CEPAL la población del Perú crece en la actualidad en una proporción de 2,6% al año
(suficiente para duplicarse en 27 años) mientras que el Servicio calcula que ese crecimiento anual
es de 3,4%. Investigaciones más recientes señalan un promedio anual de 2,7%. La CEPAL calculó
(1) Sobre la verruga véase en Historia de la República del Perú, el capítulo sobre las ciencias médicas en el período aquí estudiado.
[2]
LOS NUEVOS INMIGRANTEs. Los japoneses fueron los únicos inmigrantes a gran escala durante el siglo
XX. Llegaron a partir de 1899 con contratos de trabajo en las haciendas de la costa. Aquí vemos a un
grupo de japoneses recién desembarcados en el puerto del Callao (1) y un colegio de niños japoneses
en el Perú (2), probablemente ubicado dentro de una hacienda.
Aparece, pues de estas cifras aunque ellas sean inseguras: 1°) Que los que solo manejaban en
1940 los idiomas indígenas eran un grupo importante pero menor que los considerados racial-
mente como aborígenes; 2°) Que quienes hablaban únicamente castellano llegaban a una cifra
inferior a la de la mayoría nacional aunque superior al sector anteriormente mencionado; 3°) Que
esa mayoría hallábase integrada en proporción pequeña, por quienes hablaban castellano y tam-
bién este idioma y uno indígena (1).
Los porcentajes antedichos varían en los departamentos de la sierra del sur, favorablemente a
quienes siguen aferrados a la tradición aborigen y constituyen un problema. En la sierra del centro,
en gran parte, y sobre todo en la sierra del norte los indios se han ‘castellanizado’.
Desde el punto de vista educacional, la persistencia exclusiva del quechua y del aymara en las
zonas donde los índices de analfabetismo son más altos, corresponde al proceso histórico de difu-
sión desigual de la cultura aportada por España al Perú en el siglo XVI. Según cálculos hechos en el
Ministerio de Educación Pública con relación al 30 de junio de 1957, había entonces en el Perú, entre
los 7 y 16 años, una población alfabeta de 1.257.253 y una población analfabeta de 943.575; y entre
los 17 y más años una población alfabeta de 2.310.673 y una analfabeta de 2.401.905. Es decir, la
cantidad de analfabetos superaba en el país la cifra de 3 millones y 345 mil personas (2).
Los idiomas indígenas (incluyendo los de la selva) no pueden ser ignorados por el legislador, el
político, el educador, el funcionario en este país.
La tarea de enseñar a leer y a escribir a los niños y adolescentes y de impartirles al mismo tiem-
po otros conocimientos básicos necesita urgentemente tener el complemento y el paralelo
(1) Entre 1940 y 1961, la población que habla castellano se incrementó con el 13,1% de la población de habla quechua, el 3,6% de la que habla
aymara y el 1% de la que usaba los dialectos aborígenes e idiomas extranjeros. Actualmente, según el censo, habla castellano el 65% de la población
peruana, correspondiendo el 33% al quechua y el resto a los demás idiomas. Estas cifras son también inseguras.
(2) Las cifras del censo de 1961 son: 5.423.000 personas con 17 años o más, de los cuales 2.162.300, o sea el 39,87% no sabía leer ni escribir. Este
porcentaje fue de 57,60% en el censo de 1940.
(1) En la zona Lima-Callao se concentra ¾ de los establecimientos fabriles, 2/3 del personal que trabaja en la industria registra-
da y cerca de 2/3 del valor total de la industria manufacturera (Fernando Romero, Educación y Desarrollo económico. Lima,
1963, p.194)
(1) El Perú construye. Mensaje del presidente Fernando Belaunde Terry. Lima, 1964, p.169.
(2) He aquí como pintó Riva-Agüero a una típica población serrana después de su viaje en 1912: “Está oculta en el repecho de una quebrada repuesta,
con riachuelos cascajosos, huertos floridos y potreros que declinan en lomadas y andenes; cercada por el verde vivo de los cebadales y los alfalfares y el
verde plata de los quishuares, los mangueyes y los recientes alcanfores. Es capital de distrito y tal vez de provincia aunque no lo parezca por la ruindad
y sordidez de su caserío. Las más de las viviendas, blanqueadas de cal; otras presentan al desnudo sus adobes parduzcos, a veces de color ocre y como
dorado; y nunca faltan en buen número las destechadas y arruinadas. Al lado de las tejas y las coberturas de paja, se elevan las horrendas planchas de
calamina, que son allí el signo de la renovación y el progreso. Si ha sido villa de vecindario español, habrá de seguro casas de sillar y abovedadas. Las
pocas de dos pisos tienen barandas y balcones desiertos de madera; casi todas, ventanas escasas y estrechas, de balaustres torneados y crucecitas en
2
[]
CAPÍTULO
l
[i]
a aRiSTOcRacia.- Después de la Conquista española la clase aristocrática en el Perú (volve-
mos a repetirlo) estuvo formada por tres grupos: 1) los conquistadores y encomenderos y algu-
nos de sus descendientes; 2) los miembros de la aristocracia peninsular que, en buena parte,
llegaron dentro de la alta burocracia virreinal y se radicaron en el país; 3) el grupo de familias
enriquecidas en el comercio o en la minería que recibió títulos y blasones, sobre todo en el siglo
XVIII.
La revolución de la independencia y las guerras que inmediatamente siguieron (1821-1845)
crearon como un vacío social, cosa que no ocurrió en otro países como Chile donde hubo una
esencial continuidad. La revolución en el Perú se escapó de las manos de la nobleza colonial. El
militarismo, con parte de una clase media ilustrada perteneciente a algunos profesionales libe-
rales (sobre todo, abogados y sacerdotes) y solo una pequeña fracción de la clase dirigente
asumieron desordenadamente el comando del país. Los antiguos aristócratas se empobrecieron
de modo notorio. La abolición de las vinculaciones laicales, sobre todo de los mayorazgos, con-
tribuyó mucho a este proceso inexorable. Por lo demás, debajo de las turbulencias políticas se
mantuvo el estatismo social.
El dinero proveniente del guano comenzó a crear una nueva alta clase. El primer exponente
visible de ella estuvo en quienes, entre los aspavientos de muchos, fueron beneficiados con la
consolidación y la conversión de la deuda interna entre 1851 y 1853. La pingüe renta que el
Estado disfrutó entonces permitió no solo estos pagos a los “consolidados” sino también los de
la manumisión a partir de 1855. Así fueron surgiendo los capitales que empezaron a desarrollar
la propiedad urbana y la agricultura de la costa. En el progreso de esta (después de largos años
de estancamiento) fue un factor decisivo la mano de obra servil china. Pero el guano enriqueció
además a algunos de los que comerciaban con este fertilizante. Después de 1860 empezaron
los negocios de los consignatarios nacionales. Aparecieron también y se desarrollaron luego los
bancos que intervenían en las operaciones de ellos. El algodón, que se sembró para la exporta-
ción en los días de la guerra civil en Estados Unidos, y el azúcar, dieron origen, al mismo tiempo,
a otros enriquecidos. Estas fortunas basadas en la tierra no alcanzaron la prominencia política
obtenida por los consignatarios. Contra ellos se inició una campaña enconada, que se convirtió
en hecho oficial entre 1869 y 1872. La euforia económica y los grandes empréstitos de este
mismo período, crearon, a su vez, a “nuevos ricos”. Por tan diversos conductos el país resultó
dominado socialmente por una burguesía que, en parte, tenía sus raíces en negocios bursátiles
y con el Estado y, en parte, en la agricultura que empezaba a orientarse hacia la exportación.
Consignatarios reunidos y “juramentados” según la palabra de Gonzáles Prada para reaccionar
contra Dreyfus, su competidor en ese negocio, banqueros cuyas emisiones excesivas de billetes
contribuyeron a depreciarlo y cañaveleros dueños de coolíes formaron la más alta capa social en
la década de los 1870. La depresión económica y la bancarrota fiscal diseñadas hacia 1872 agu-
dizaron las virulencias políticas y les dieron un incipiente carácter de lucha social y fue en esta
etapa en que se comenzó a emplear la palabra “oligarquía” equivalente a “argolla”. También hubo
un tímido comienzo de desarrollo industrial.
(1) “Por bajo de la ignara y revoltosa oligarquía militar, alimentándose de sus concupiscencias y dispendios, y junto a la menguada turba
abogadil de sus cómplices y acólitos fue creciendo una nueva clase directora, que correspondió y pretendió reproducir a la gran burguesía europea.
¡Cuán endeble y relajado se mostró el sentimiento patriótico en la mayoría de sus burgueses criollos! En el alma de tales negociantes enriquecidos
¡qué incomprensión de las seculares tradiciones peruanas, qué estúpido y qué suicida desdén por todo lo coterráneo, qué sórdido y fenicio egoísmo!
Para ellos nuestro país fue, más que nación factoría productiva; e, incapaces de apreciar la majestad de la idea de patria, se avergonzaban luego
en Europa, con el más vil rastacuerismo, de su condición de peruanos a la que debieron todo cuanto eran y tenían. Con semejantes clases superio-
res nos halló la guerra de Chile; y, en la confusión de la derrota, acabó el festín de Baltasar. Después el negro silencio, la convalecencia pálida, el
anonimismo escéptico, las ínfimas rencillas, el marasmo, la triste procesión de las larvas grises…” (José de la Riva-Agüero. Paisajes peruanos, p.118)
[2]
(1) Sobre la “politización” de los inspectores apenas se iniciaron y el debate alrededor de la supresión o la permanencia de ellos, véanse los capítulos
relativos a la historia educacional.
[ iii ]
lOS inSTiTUTOS aRMadOS.- El ejército en el Perú impuso la independencia nacional. Pasó
luego a formar la típica clase social republicana, un grupo dirigente heterogéneo y movedizo en
una sociedad en trance de profundo reajuste estructural. Se convirtió en un rápido vehículo para
el ascenso político y social de mestizos e indígenas. A través de Ramón Castilla, favoreció la supre-
sión de los mayorazgos de la esclavitud y del tributo. Integrado por gente de todas las clases y
de todas las regiones y con capacidad para llegar a todos los rincones del territorio, tuvo carácter
auténticamente representativo nacional. Aunque se notó su proclividad hacia una burocracia
el siglo XX estuvo con una posición de predominio dentro del Presupuesto, no fueron muchos los jefes que se
marcado por la fuerte enriquecieron con el guano; hubo, por el contrario, casos de probidad personal como la de los
influencia de los Gutiérrez en una época de despilfarro aunque se haya dicho lo contrario. Castilla, Salaverry,
militares en la vida Gamarra no fueron latifundistas y quienes tenían tierras como Riva-Agüero, Orbegoso, Vivanco,
política del Perú. Tras la Echenique, Diez Canseco, no las aumentaron mediante el poder político. El militarismo de la
guerra de independencia, primera época republicana no participó directamente, pues, en el crecimiento del neolatifundis-
varios caudillos llegaron mo, por lo demás, innegable en aquel período. Predominaron la improvisación y el empirismo;
al poder, principalmente pero surgieron también tendencias técnicas sobre todo en la artillería que dio a los militares más
a través de golpes de profesionalización y en la marina. La lucha contra el militarismo en nombre de la civilidad, que
estado que quebraron el habían auspiciado en vano los ideólogos liberales, fue iniciada en 1844 y en 1872 por los ricos, Y
orden constitucional. en aunque nuevamente los hombres uniformados predominaron en la dirección del Estado duran-
esta imagen de inicios te los diez años que siguieron a la paz con Chile, la guerra civil de 1895 fue un golpe para el
del siglo XX vemos a un ejército profesional, derrotado por los montoneros. Pero la llegada de la Misión Francesa y la
grupo de soldados con apertura de la Escuela Militar de Chorrillos, casi inmediatamente después, abrieron una nueva y
fusiles al hombro promisora etapa para él. Al amparo de la paz pública afianzada de hecho entre 1895 y 1914, el
desfilando por las calles ejército se “despolitizó”, fue dócil al poder civil y se dedicó a sus tareas profesionales. Por vez pri-
de lima, frente al mera en su historia, se tecnificó e institucionalizó metódicamente. A los jefes de antaño, a veces
Palacio de Gobierno. pintorescos y ostentosos, con bravura y entusiasmo como cualidades dominantes dentro de su
profesión, reemplazó con frecuencia el jefe sobrio, disciplinado, formado en una educación seve-
ra, casi espartana. La aristocracia, con muy contadas excepciones, desdeñó la carrera militar, a
diferencia de lo que ocurriera después de la Emancipación, salvo en el eventual y fugaz entusias-
mo de las maniobras de 1908 y con motivo del conflicto con el Ecuador. No faltaron las actitudes
de desprecio al uniforme en una sociedad que pensaba, ante todo, en el enriquecimiento a tra-
vés de los negocios, o por la influencia de algunas de las ideas europeas imperantes a principios
del siglo XX. Pero la vocación castrense no quedó del todo arrinconada en la vida nacional por el
conflicto pertinaz en el sur, el enmarañamiento de los demás problemas de límites y la necesi-
dad, cada vez más apremiante, a partir de 1909, de mantener el orden público.
En 1914, los dispersos grupos del Parlamento, momentáneamente unificados, llamaron al ejér-
cito a arbitrar el conflicto creado que los partidos no resolvían. Fue así aquél incitado y azuzado por
los políticos para actuar en la vida pública. No ocurrió como después de 1822, que los caudillos
militares se lanzaron a diputarse el poder ante el vacío dejado por la aristocracia nobiliaria. Los
civiles que visitaron los cuarteles para buscar una solución a su crisis interna irreparable, tuvieron
una actitud opuesta o antagónica a los que enarbolaron una bandera antimilitarista en 1844, 1872
y 1895. Surgió entonces, ante jefes y oficiales, el conflicto entre la obligación de obedecer a la
[2]
LA POLICÍA. La organización de esta fuerza del orden público fue fruto de la misión policial española que
llegó al Perú en la década de 1920. Aquí vemos el interior de la Escuela de la Guardia Civil y Policía de la
República, fundada en 1922 con el lema “El honor es su divisa”. Sus alumnos eran instruidos en lecciones de
equitación, tiro y defensa personal, entre otras asignaturas. En estas imágenes se aprecia una práctica de
caballería (1) y al equipo de tiro ganador del trofeo “Ministerio de Marina y Educación” (2).
(1) La única excepción fue Manuel Prado en su primera administración de 1939 a 1945.
(1) Stanley J. Stein, “Latin American Historiography” en Charles Wgaley, ed. Social Science Research on Latin America Columbia University Press,
New York, 1964, p.94-96.
[ Vi ]
el aUMenTO de laS TenSiOneS inTeRnaS.- No cabe hablar, en verdad, de una sociedad
peruana sino de varias articulaciones sociales, en función, en parte, de circunstancias geográficas y,
sobre todo, de la variabilidad del impacto producido por los fenómenos históricos desde la
Conquista española hasta la introducción del industrialismo. Puede observarse en la vida nacional
de los últimos cincuenta años a partir de 1919 más o menos el incremento de las tensiones sociales
y político-ideológicas. Acontecimientos internacionales y fuerzas desatadas en la evolución interna
las han azuzado. La presión obrera halló un estímulo en las crisis cíclicas de la economía liberal que
apéndice al CAPÍTULO
2
[]
l
as siguientes notas aparecen dentro de un contenido muy sumario por razones obvias. Versan
sobre la trayectoria histórica del catolicismo tradicional, el catolicismo liberal y el democratismo
cristiano en el Perú.
La Iglesia española en el siglo XVIII se halló ante el enfrentamiento del Estado borbónico, conver-
tido en defensor de sus derechos contra ella, es decir de las regalías, materia de interminables polé-
micas a través de muchos siglos; y vio como en ese país tan católico llegó a efectuarse drásticamen-
te la expulsión de los jesuitas. Los llamados escritores “ilustrados” como Jovellanos no ocultaron sus
prejuicios anticlericales. No tanto corno fruto de esa prédica sino como influencia de la Revolución
Francesa vinieron, a principios del siglo XIX, en la llamada época josefina, o de José Bonaparte, decre-
tos u órdenes sobre reducción de los conventos, secularización de los frailes y otros.
La mentalidad de la élite del clero hispanoamericano ganado a la causa de la Independencia
se impregnó con ideas originadas, directa o indirectamente, en el galicanismo y en el jansenismo,
a través de la influencia ejercida desde la cátedra, aun en el mismo Seminario de Santo Toribio,
por el texto de Honorato Tournely.
El padre Jerónimo Diego Cisneros fue, en las postrimerías del siglo XVIII limeño, censor y
visitador de librerías; pero Riva-Agüero y Osma lo califica como “insigne volteriano” y agrega que,
precisamente, él, introducía y distribuía en gran escala libros prohibidos. Así es como afirma que
dicho nombramiento fue resultado de “una idea irrisoria o traidora” (1).
Dentro de ese ambiente se formó la mentalidad de Vigil como la de otros personajes de la
etapa republicana inicial. Muchos diputados sacerdotes entre ellos Luna Pizarro, Rodríguez de
Mendoza, Arce y Andueza, suscribieron en el Primer Congreso Constituyente la propuesta para
que en el Perú hubiese tolerancia de cultos.
Toribio Rodríguez de Mendoza, el antiguo rector del Convictorio Carolino, suscribió el Acta
que aprobara las “Bases de la Constitución” el I7 de diciembre de I822: “Convengo en todo y solo
no admito la intolerancia religiosa”. Sin embargo, no debe ser exagerado el análisis del criterio
que sustentaba este grupo.
Como anota Fernando Romero en un excelente estudio, de acuerdo con el ideario de don
Toribio, el Estado debía vivir de acuerdo con las doctrinas de la Iglesia católica que imponen un
fin a la existencia terrenal; el ciudadano se hallaba bajo la ineludible exigencia de colocarse den-
tro del amparo de ella; y el clero estaba llamado a participar en el cuerpo legislativo. A petición
del mismo Rodríguez de Mendoza un artículo constitucional declaro que se consideraba indigno
de ser peruano a quien no fuese religioso (2).
Aquel grupo clerical de liberales gravitó sobre la orientación de diversos Gobiernos sucesivos en lo
que atañe a las regalías. Son numerosos los civiles que, dentro de matices diversos, optaron por las mis-
mas polémicas ideas u otras similares todavía más audaces; entre ellos estuvieron Francisco Javier
(1)José de la Riva Agüero y Osma, “Sociedad y literatura limeñas en el siglo XVIII”. En Obras completas. Lima: Pontificia Universidad Católica, ed.,
1962, Vol. II, pp. 331-333.
(2) Fernando Romero, Rodríguez de Mendoza, hombre de lucha. Lima: Edit. Arica, Colección Perú Historia, 1973, pp. 375-382. Es desalentadora
la constatación de que este libro tan notable no haya tenido la acogida que merece.
(1) Véase Escritos políticos de Francisco Javier de Luna Pizarro. Lima: P. L. Villanueva, 1959, con interesante prólogo y notas de Alberto Tauro.
(2) Memorias y documentos para la historia de la Independencia del Perú y causas del mal éxito que ha tenido esta. Obra póstuma de P.
Pruvonena. París: Garnier hermanos, 1858. 2V. Este reaccionarismo de Arce en su vejez no ha sido visto por sus biógrafos.
(3) Documento omitido en los Escritos y discursos de Bartolomé Herrera, edición de Jorge Guillermo Leguía. Lima: F. y E. Rosay, 1929. Véase la p.
XXXIII de dicha obra.
(4) Escritos y discursos, cit. P. 53-58. Algunas de las polémicas subsiguientes en las pp. 104.122.
(5) Sermón predicado en la Iglesia Catedral el día del aniversario de la Independencia del Perú por el señor Dr. D. Agustín Guillermo Charún,
Dignidad de Chantre, en esta Santa Iglesia Metropolitana. Lima: Imprenta de El Comercio, 1847.
(1) Ob. cit. 6° edición, Lima: Editorial Universitaria, 1968, Vol. III, pp. 223-230. (2) “Biografía de don Bartolomé Herrera” por Gonzalo y Rodrigo Herrera
en Escritos y discursos cit valioso trabajo no solo para los hechos sino para las ideas en la vida del gran pensador católico. Véanse especialmente
las pp. LIX-LXVII. Los autores no ocultan su admiración a don Bartolomé. (3) Lima, 1856, Imprenta del Pueblo por Pedro R. Rodríguez. (4) París,
Imprenta d’Aubusson y Kugelmann, 1856. (5) Basadre, J. "La nueva actualidad de Vigil" en Fénix, Lima Nº 21, 1971. Este artículo es un fertilizante
para otros estudios hoy en preparación. (6) El escrito de Vigil fue Defensa de la Iglesia Católica contra la Bula dogmática de Pío IX el 8 de
diciembre de 1854. Por un Americano. Al Congreso de la Alianza Evangélica. Bruselas: Imprenta de C. Vanderanwera, 1858. La Refutación:
Triunfo del catolicismo en la definición dogmática del augusto misterio de la Santísima Virgen María. Lima María Masías, 1859.
[3]
GONZÁLEz VIGIL Y LA UNIFICACIÓN ITALIANA. En 1871, Francisco de Paula González Vigil, uno de los principales
sacerdotes liberales peruanos del siglo XIX, publicó la obra Roma (1), en la que declaró su apoyo a la causa por la
unificación italiana, uno de cuyos artífices fue Víctor Manuel II (1829-1878) (2), rey de Cerdeña-Piamonte y el
primer rey de la Italia unida. Aquí se aprecia además un fresco que muestra la entrada a Turín de la delegación
de Lombardía-Venetto portando su voto plebiscitario sobre la unificación (3).
(1) Rodrigo Gonzalo Herrera, Biografía, cit. pp. LXXVII-LXXVIII y XCII. Un grupo de disidentes publicó entonces El Católico Cristiano. (2) El opúscu-
lo sobre la pena de muerte por Francisco de Paula González Vigil a la juventud americana es incontestable. Lima: Imprenta de José María
Masías, 1862. El trabajo del polígrafo tacneño con 170 páginas se titulaba Opúsculo sobre la pena de muerte: a la juventud americana. Lima:
Tipografía Tipografía Nacional, poro Manuel S. Cortés, 1862. (3) Escándalo dado al mundo en el asunto Mortara. Lima: Tipografía Nacional,
1859.fue seguiirdo por Apéndice al opúsculo sobre Mortara. Lima: Tipografía Nacional, 1859. (4) El Progreso Católico, periódico religioso y social.
Lima: Imprenta de José Daniel Huerta, tomo II, N°64, 9 de junio de 1861, pp. 505-514. Manuel Tovar e Ignacio Roca y Boloña fueron autores de un
opúsculo titulado Ejercicio del Mes de María, que se editó en 1864.
LA IGLESIA CATÓLICA
ES CONSIDERADA
UNA DE LAS
INSTITUCIONES
" (…) el obispo de Huánuco expresó
el pesimismo generalizado en la
Iglesia frente a una sociedad cada
vez más influida por el liberalismo y la
indiferencia religiosa. (…) puso de
décadas de la República, por un lado, y
de otro, toda la historia posterior.
(1) Manuel Tovar. Obras. Vol. III, Lima, 1904, pp. 319-327. (2) Francisco de Paula G. Vigil, Roma. Opúsculo sobre el principado político del
Romano Pontífice. Lima, El Comercio, 1871. (3) Uno de los miembros del Concilio fue Manuel Teodoro del Valle, obispo de Huánuco en 1864. Su
biografía y un estudio de los problemas doctrinarios de su tiempo en Adolfo Bravo Guzmán, El Arzobispo de Bérito. Lima: Editora Médica Peruana,
1949. (4) La tercera carta polémica de Vigil a Pío IX fue seguida por un largo trabajo bajo el nombre “¡El dogma de la infalibilidad!” Las tres cartas
y este trabajo en Cartas al Papa Pío IX con varios documentos al caso. Lima: Imprenta de El Comercio, 1871. (5) Manuel Tovar, Cartas al Señor
Dr, D. Francisco de Paula G. Vigil. Lima: Imprenta La Sociedad, 1871. Otro sacerdote que siguió la misma táctica fue el obispo de Arequipa, Juan
Ambrosio Huerta en una Cartas... a Vigil, editadas en aquella ciudad en 1873.
(1) Ob. cit. pp. 75-78. (2) Una síntesis acerca de la significación de León XIII desde una perspectiva general, en Maurice Baumont, L’essor industriel
et Limperialisme colonial. París: Presses Universitaires de France, 1949, pp. 509-525. Sobre la relación de este papa con el movimiento social, p. 478
y ss., El libro de Baumont es el tomo XVIII de la colección Peuples et Civilisations.
(1)F. B. González. Páginas Razonables en oposición a la Páginas Libres. Folleto primero. Lima: imprenta Católica, 1895. (2) Historia de la
República del Perú cit., 6ta. edición, Vol. XI, pp. 269-273; y Vol. XII, pp. 171-773. Cabe mencionar las leyes sobre matrimonio de los no católicos; libre
disposición de los bienes de las comunidades religiosas; ventas de bienes de cofradías; consolidación de enfiteusis; bienes o rentas afectadas al
pago de dotes y otras responsabilidades del Patronato nacional. (3) Ob. cit. Vol. XII, pp. 459-461.
(1) J.Vicent Vives, Historia Social y económica de España y América. Tomo IV. “Burguesía, Industrialización, obrerismo”. Vol. II. Barcelona: Editorial
Teide, 1959, p.290. (2) Gerald Brenan. The Spanish Labyrinth. Cambridge University Press, 2a edición, 1950, p.290. (3) El libro de G. Gutierrez,
Teología de la Liberacion, ha sido traducida a varios idiomas. La versión alemana: G. Gutiérrez, Theologie der Befreiung, Kaiser, Grunewald, 1973.
El instituto Alemán para la Solidaridad Internacional ha publicado una historia de los partidos demócratas cristianos de América del Sur con un
análisis sobre las probabilidades en relación con su futuro: Christliche Demokratie in Latinamerika, Hase u. Kohler, 1970.
CAPÍTULO
3
[]
l
[i]
a MOneda.- Ocioso sería repetir lo ya expresado sobre la historia de la moneda republicana.
Cabe distinguir en ella las siguientes ocho etapas: 1) el período de subsistencia del régimen
colonial de la moneda, alterado a partir de 1836, más o menos, por la infiltración del feble boli-
viano; 2) el período que se inicia con la ley de 14 de febrero de 1863 sobre bimetalismo y está
acompañado por la presencia de los billetes bancarios; 3) el período del billete fiscal que se
anuncia con el decreto de 1° de agosto de 1875 sobre inconvertibilidad del billete y se define
con el decreto de 17 de agosto de 1877 y las leyes de 27 de enero, 4 de febrero y 28 de octubre
de 1879; 4) el período de regreso al sistema de la plata que se inicia con el repudio del billete
fiscal el 18 de noviembre de 1887; 5) el período de la vigencia del patrón de oro iniciado en 1897
y sancionado por la ley de 14 de diciembre de 1901, cuyo lapso se extiende hasta 1914; 6) el
período de los billetes bancarios o cheques circulares desde 1914 hasta mayo de 1922 en que
se creó el Banco de la Reserva; 7) el primer período del Banco de la Reserva como organismo
centralizador de la moneda de papel desde 1922 hasta 1931; 8) el período en que se oficializa-
ron tres de los proyectos de la misión Kemmerer sobre moneda y bancos y los efectos inmedia-
tos de ellos (1931 y 1932). Por razones cronológicas queda comprendida dentro de la sétima
etapa la devaluación de la moneda efectuada por la ley de 11 de febrero de 1930 que creó el
sol oro en reemplazo de la libra peruana.
El problema de la circulación de la moneda hallábase íntimamente vinculado al funciona-
miento de los bancos y a su sistema de préstamos. Cuando estas instituciones de crédito se
desarrollaron entre 1863 y la década de 1870, no buscaron ni tuvieron clientela entre los agricul-
tores de todas las regiones por la sencilla razón de que la tasa de interés del préstamo era mayor
que la renta de la tierra. Esta imposibilidad de dirigir los grandes flujos de moneda hacia zonas
agrícolas poco rentables ayudó a frustrar el desarrollo de una dinámica circulación monetaria en
estas regiones, lo que permitió la reproducción y aun la intensificación de los intercambios natu-
rales (trueque) y la utilización de relaciones de tipo servil o semiservil (Manuel Burga, “La hacien-
da en el Perú, 1850-1930: evidencias y método” en Tierra y Sociedad. Revista del Archivo del Fuero
Agrario. Lima N° 1, abril de 1978).
Las subvenciones de los primeros bancos fueron dedicadas, sobre todo, al sector comercial.
El interés que cobraban era demasiado alto, 1% mensual. El Banco Territorial Hipotecario, que
funcionó en la década de 1870, benefició con sus préstamos fundamentalmente a la agricultura
del azúcar y muy poco a los otros tipos de cultivo, debido al incremento en la rentabilidad de
dicho sector económico. Ello fue lo que hizo posible el desarrollo de esta relación (Pablo Macera.
Las plantaciones azucareras en el Perú. Lima, 1974).
Aquí conviene señalar la importancia que tendría un estudio acerca de los préstamos mone-
tarios efectuados por los distintos bancos regionales que proliferaron hasta el surgimiento de la
guerra con Chile. También habría que iniciar estudios sobre la política crediticia seguida por el
Banco del Perú y Londres y las demás instituciones de crédito surgidas y desarrolladas durante el
período de la Reconstrucción.
lOS preciOS.- Sobre esta importante materia existe elaborado un material demasiado escaso.
No se han hecho estudios monográficos.
Cabe distinguir, dentro del período de 1895 a 1933, tres grandes ciclos separados por la
Primera Guerra Mundial (1914) y el comienzo de la Depresión (1929) que, en su curva, reflejan, en
general, las grandes corrientes de la coyuntura internacional.
Al comienzo de aquel período hay la continuación de un signo descendente cuyo punto
de partida estuvo, sin duda ubicado antes de la guerra con Chile, hacia 1872 para acentuarse
con la invasión, las contiendas externas y civiles y el empobrecimiento generaL. Ya en 1898
comienzan a escucharse voces que claman contra la carestía en el costo de la vida, sobre todo
en relación con la carne, el arroz, el trigo, las menestras y la sal. Existe al respecto el informe de
una comisión de la Cámara de Comercio de Lima expedido el 25 de abril de 1898. Similares
(1) Sobre el agudo problema que para ellos surgió, sin embargo ,en 1918, véase el capítulo respectivo.
[2]
(1) En su libro Del jesuitismo al indianismo, José Frisancho atribuye este proceso a la administración de Piérola entre 1895 y 1899. Probablemente
había empezado mucho antes y siguió después. Con Piérola se acentuó en las provincias donde hubo represión. (2) El Código de Enjuiciamientos de
1852 trató de la misión en posesión, el amparo de posesión y la restitución del despojo. (3) Este proceso no fue exclusivo del Perú. Se realizó también en
otros países americanos. Ello prueba que fue el producto natural de una serie dada de circunstancias históricas y sociales semejantes. Guillermo
Hernández Rodríguez lo ha estudiado en relación con Colombia en el libro De los Chibchas a la Colonia y a la República (Del clan a la encomienda
y al latifundio, Bogotá). Compárese con “El Caciquismo y el problema indígena”, por José Frisancho en Algunas vistas fiscales. Lima, 1916.
alFonso W. QuiroZ
ha escrito libros
claves para la
coMprensión de
" La ley que estableció formalmente
el patrón de oro en el Perú se decre-
tó el 14 de diciembre de 1901.
Desde octubre de 1900 la equivalencia
entre la libra peruana de oro y el sol de
El patrón oro benefició principalmente a
los importadores, financistas y propieta-
rios de bienes raíces, mientras que el alto
y estable tipo de cambio elevó los costos
internos para los sectores exportadores.
nuestra evolución plata se estableció en la proporción de No sorprende que los representantes del
econóMica. el 1:10. Los bancos locales acordaron grupo agroexportador en el Congreso se
presente texto, entre ellos no llevar sus cuentas en oro mantuvieran aún en contra del patrón
sino hasta mayo de 1903, fecha en que oro. Algunos críticos señalaban que la
extraÍdo de su libro el régimen monetario oficial habría alta equivalencia legal de la moneda de
banQueros en tenido suficiente tiempo para estimular oro sobre la plata implicaba, en la prácti-
conFlicto, nos a los depositantes a que aumentasen ca, un premio dirigido a atraer un flujo de
habla del iMpacto los fondos de oro en los bancos. (…) los oro del extranjero. Sin embargo, en 1906
depósitos totales crecieron continua- cuando el precio de la plata se elevó sor-
de una de las
mente desde fines de 1901 hasta su presivamente, las monedas de plata
Medidas MÁs caída en 1908-1909. Las importaciones desaparecieron de las transacciones al
iMportantes en crecieron significativamente como menudeo, convirtiéndose en una amena-
nuestra resultado de la adopción del patrón de za al premio adscrito al oro”.
incorporación a la oro y de la reducción de los aranceles
aduaneros. En consecuencia, la balanza De: Quiroz, Alfonso W. Banqueros en
econoMÍa Mundial: comercial peruana que había sido conflicto. Estructura financiera y econo-
la introducción del superavitaria hasta entonces, alcanzó mía peruana, 1884-1930. Lima: Centro
patrón de oro. la cifra negativa de 280.689 libras de Investigación de la Universidad del
peruanas en 1904. (…). Pacífico, 1989, pp. 127-128.
lOS TipOS de prOpiedad inMUeBle.- Entre los tipos de propiedad raíz cabe señalar:
1) la propiedad agrícola industrial y de cultivo para la exportación en la costa que se inicia en
sus características modernas a consecuencia de la guerra de Secesión en Estados Unidos y
llega, con altibajos, hasta las vísperas de la guerra con Chile para tomar considerable impulso
a fines del siglo XIX y sobre todo a lo largo del siglo XX; 2) la propiedad agrícola no industrial
en áreas marginales de la costa con inferiores condiciones de suelo y de abastecimiento de
agua así como deficientes infraestructuras básicas; 3) la propiedad agraria en la sierra que
funciona muchas veces anacrónicamente dentro de una economía de subsistencia; 4) la pro-
piedad agraria en la selva para la que legalmente ha sido creado un régimen altamente
(1) Sobre la simulación republicana de las leyes indianas, véase J. Basadre, Los fundamentos de la historia del Derecho. Lima, 1956, pp. 27,29.
Saturnino Vara Castillo, en la sesión del Congreso Constituyente del 31 de agosto de 1932, narró el caso de Melitón Irribarren, mestizo español de
Caramarca, provincia de Dos de Mayo, que, en 1865, inició el negocio de los llamados “títulos Cadarcio”, papeles falsificados a favor de las comuni-
dades. Según afirmó, se seguía traficando entonces con dichos títulos y había otros casos similares.
CAPÍTULO
4
[]
E
[i]
l cUlTiVO de la Tierra.- La estadística agropecuaria publicada oficialmente en 1929 dio
las siguientes cifras para todo el Perú:
Según estos cálculos aproximadamente el 6,9% del área total estaba dedicada a la agricultu-
ra y la ganadería; pero solo una pequeña proporción (1,2%) hallábase efectivamente trabajada.
La posibilidad de utilizar los 7 millones de hectáreas correspondientes a pastizales venía a encon-
trarse limitada por la circunstancia de que ellos, en su mayor parte, hállanse situados en áridas
mesetas a gran altura y tienen muy baja capacidad productiva. En Puno, Huancavelica y Junín,
principales departamentos ganaderos, estas zonas no pueden sostener como promedio más de
1,5 a 2 cabezas de ganado ovejuno por hectárea, según un cálculo de Rómulo Ferrero en su
estudio Tierra y población en el Perú (Lima, 1938).
Si bien en el cuadro citado aparecieron más de 4 millones de hectáreas como cultivables,
existían enormes dificultades para la accesibilidad de una parte de ellas. A pesar del fuerte incre-
mento de la población, desde 1929 no se ha producido una notable ganancia en el área bajo
cultivo. Este problema quedó aplazado en sus grandes aspectos hasta que fueran formulados con
recursos suficientes, imaginación vigorosa y técnica eficaz, vastos planes de carácter nacional.
Un estudio hecho por Luis Rose Ugarte en 1945 indicó que estaban bajo cultivo no ya
1.463.867 hectáreas como en 1929 sino 1.486.000 hectáreas. El promedio venía a ser muy bajo:
0,28 hectáreas en 1929 y 0,24 hectáreas en 1943 por habitante. Oswaldo B. González Tafur en su
libro Perú, población y agricultura (Lima, 1952) estima, sin embargo, que no se debe dividir simple-
mente la población del país entre el área actual de tierras productivas, sino tomar en cuenta,
(1) Ministerio de Fomento. Estadística general agropecuaria del Perú del año 1929. Lima, 1932. Otras cifras distintas en: Resumen estadístico
de la producción agropecuaria del Perú, publicado por el Ministerio de Agricultura en 1958; La situación agropecuaria del Perú 1946-1956, obra
de la División de Estudios Económicos del SCIPA; Carlos Derteano Urrutia, La potencialidad agropecuaria del Perú. Lima, 1951; Oswaldo B.
González Tafur, La agricultura peruana: problemas y posibilidades. Lima, 1964 (p. 114); y El Comercio del 24 de noviembre de 1963
(Declaraciones de Luis J. Paz, Director de Economía Agraria del Ministerio de Agricultura). Según este el área cultivada del país asciende a 2.099.082
hectáreas considerándose en este total 304.000 hectáreas de pastos cultivados.
la reVOlUciÓn agrÍcOla en la cOSTa.- El incremento en el cultivo del azúcar y del aÑO prOMediO pOr
algodón en la costa a lo largo del siglo XX tuvo vastas consecuencias de orden económico, téc- HaBiTanTe
nico, hacendario y político. Hubo en esta región del país: a) expansión en el área cultivada a través 1929 0,28 ha
de la explotación de tierras antes no utilizadas; b) mejor aprovechamiento de las aguas de riego; 1945 0,24 ha
c) empleo sistemático del guano; d) introducción de maquinaria moderna; e) decadencia del
contrato de enganche y alza de jornales que atrajo a braceros serranos y liquidó el problema de
la escasez de mano de obra; f ) crecimiento de la producción por hectárea; g) posibilidad para los
propietarios de obtener dinero en gran cantidad y emplearlo luego en las industrias, en la mejora
urbana y en otros usos, mientras ayudaban al país a disponer de una apreciable proporción de las
divisas extranjeras que requiere y contribuían, al mismo tiempo, con limitaciones, al alza de
Presupuesto nacional a través de los impuestos de exportación. Desde el punto de vista técnico,
lo que se ha hecho en la costa peruana en el siglo XX enorgullecería a cualquier país.
La producción de azúcar presenta problemas que no tiene la del algodón o la del arroz y por
ello grandes unidades de cultivo son necesarias para un cultivo remunerativo. En un plano
comercial, el azúcar aparece en solo siete valles de la costa, especialmente en el norte y en el
centro. Desde principios del siglo la tendencia aquí ha sido consolidar haciendas separadas den-
tro de un número más limitado y más extenso de unidades. El número de los ingenios se redujo
de 33 en 1922 a 15 en 1950, aunque el área de cultivo del azúcar disminuyó solo en alrededor de
2% dentro del mismo período. He aquí uno de los fenómenos típicos de la reciente historia eco-
nómica republicana. La concentración de la propiedad en este caso se relaciona con la finalidad
de llevar a cabo el uso más conveniente de los recursos productivos: tierra, agua, capital, maqui-
naria, trabajo y se halla vinculada a la competencia en los mercados extranjeros. No podría de otro
modo efectuarse la explotación intensiva con inversiones considerables en equipos, implemen-
tos y mejoramiento de la tierra y con organización y capacidad administrativa excelentes. Todo lo
cual no debe impedir que una legislación previsora imponga adecuadas cargas tributarias, vigile
las condiciones de trabajo no solo en cuanto al salario, sino en relación con la vivienda, la educa-
ción y la higiene, fomente el desarrollo comunal y cívico, ampare la organización sindical y la
autonomía de los núcleos poblados dentro de las haciendas, vaya, cuando sea necesario y
tomando en cuenta los legítimos derechos de cada sector y sin trastornar la organización de la
producción, a la reforma de la empresa.
El fenómeno de la concentración de la propiedad fue particularmente notable en el valle de
Chicama donde en 1950, había solo cuatro centros, cada uno de los cuales había adquirido
[2]
LAS GRANDES HACIENDAS AZUCARERAS. El aumento de la producción de caña de azúcar en las haciendas de
la costa peruana trajo riqueza a sus propietarios y también algunos beneficios para los obreros, cuyos
jornales aumentaron considerablemente. Aquí vemos a los obreros de la hacienda Casagrande dando la
bienvenida a su dueño, Juan Gildemeister (1), y una fotografía aérea de la hacienda (2). Ambas imágenes
fueron publicadas en el libro El Perú en el mundo, de E. Centurión Herrera (1939).
andina en el
siglo xx, la el anacrOniSMO en la agricUlTUra de la Sierra.- Al llegar el siglo XX a la prime-
ra década de su segunda mitad había sido roto el contraste entre el dinamismo de una agricul-
palabra tura moderna industrializada o de exportación en la costa y el sentido estático de la agricultura
‘gaMonal’ de subsistencia (o de semisubsistencia) con gran retraso tecnológico en buena parte de la sierra.
designa a La mayoría de la población radicada en zonas rurales originaba un reducido porcentaje del ingre-
so nacional, a consecuencia de los métodos primitivos de trabajo y de una productividad noto-
Quienes riamente corta con gravitación solo sobre el consumo local.
doMinan la El nivel de ingreso medio por habitantes es demasiado bajo, aun en comparación con otros
países latinoamericanos (3). Esta falta de poder adquisitivo tiene múltiples consecuencias; una de
tierra en ellas es que recorta considerablemente el mercado interno para la producción industrial y crea
aQuella región “un cuello de botella” para el desarrollo de todos los demás sectores de la vida del país.
y doMinan Por lo general, no han sido aplicadas intensivamente en la agricultura de la sierra técnicas
modernas. Todavía suele ser empleada la chaquitaclla, un palo para excavar que proviene de una
taMbiÉn a los época anterior al arado y que desde 1532 ha sido mejorado solamente con el agregado de una
hoMbres Que la punta de fierro (4). En la alta sierra, donde los pastos naturales son escasos y el cultivo muy difícil o
trabaJan. casi imposible, se practica, en grandes extensiones de terreno, una ganadería que en muchos
casos sigue siendo primitiva. Vastas haciendas solían abarcar considerables extensiones de tierra
no cultivada. Esta situación que incidió sobre su baja productividad, pudo depender de la topo-
grafía, el suelo o el clima y también, en otros casos, de los defectos propios del régimen del lati-
fundio. Aquí la concentración de la propiedad agraria resultó de un origen distinto de lo que
ocurrió en la costa. En esta provino del proceso de expansión de la empresa capitalista; en la sierra
se derivó del mantenimiento o la expansión o el remedo del latifundio colonial. Con frecuencia
funcionó este sistema a través del ausentismo del propietario. El contraste apareció en el
(1) Tiene acaso un valor simbólico que se diga de las personas adineradas que tienen “agua”. “Agua” o “agüilla”, son popularmente en el Perú, sinóni-
mo de dinero. (2) Deficiencias de fertilización y pérdidas por erosión disminuyen la productividad del suelo en la costa, la sierra y la selva en propor-
ción desigual. Anualmente se estima, según cálculos de Virgilio Roel Pineda en su importante libro La economía agraria peruana (Lima, 2V.) que
solo por las lluvias se escurren al amor alrededor de 945 millones de toneladas de tierras muy ricas, provenientes principalmente de la sierra. Esta
cantidad tan grande equivaldría más o menos a 200 mil hectáreas de suelos muy buenos que se pierden definitivamente cada año. También requie-
re especial atención la mala calidad de gran parte de las semillas empleadas en la agricultura. (3) Las cifras estadísticas acusan rentas anuales
estacionarias, y en ciertos casos, con tendencias regresivas del orden de S/. 2.500 en la sierra y de S/. 1.100 en la selva, regiones donde está concen-
trada la mayor proporción de campesinos. (4) Según una estadística publicada por el Ministerio de Agricultura, en 1958, que reproduce y comenta
Virgilio Roel Pineda en su libro La economía agraria peruana, la sierra solo absorbió el 16% de los tractores existentes pese a que cubre el 62,8% del
área nacional cultivada; la selva ocupó el 2% de esos mismos instrumentos con un 8,5% de dicha área; mientras que las cifras para la costa fueron
82% y 28% respectivamente. Sin embargo, la sierra es la que, en los últimos años, ha tenido el incremento relativo más importante de los tractores
existentes.
(1) El autor del presente libro planteó la tesis de la feudalidad económica en la sierra en su discurso de 1929 sobre la multitud, la ciudad y el campo
en la historia del Perú, y en el primer tomo del libro La iniciación de la República. Fue refutado por Arturo García Salazar en el N°1 de Nuestra
Revista Peruana (agosto de 1929) y entabló una polémica sobre este asunto en el N°2 de la misma publicación (octubre de 1929) con el artículo
“Comentario de un comentario”.
Laive-Igahuasi 33.045,8 ha
Runatullo 120.031,4 ha
Punto-Callanca 13.948.0 ha
Acopalca-Suitocancha 40.064,8 ha
Huari-Acocra 23.574,9 ha
Total 230.664,9 ha
(1) Tierra y Sociedad, revista del Archivo del Fuero Agrario, Lima, N° 1, abril de 1978.
[ ii ]
el prOBleMa de la aliMenTaciÓn.- El Perú, a lo largo del siglo XIX y más allá de la pri-
mera mitad del siglo XX, descuidó el problema de la alimentación. Continuó y se ahondó el
olvido de las grandes realizaciones del pasado. A diferencia del continente europeo y asiático, en
los Andes, los pobladores precolombinos desarrollaron un sistema de alimentación que se adap-
taba muy bien a las difíciles condiciones ecológicas existentes. Dicho sistema estaba dirigido
hacia el aprovechamiento de proteínas y vegetales. Mediante el cultivo intensivo, semejante a la
horticultura, fue posible el abastecimiento de alimentos de alto nivel nutritivo a una población
con una densidad que solo ha sido alcanzada nuevamente en este siglo. Los violentos cambios
sociales y estructurales que trajo consigo la conquista española destruyeron el sistema de alimen- durante el Virreinato,
tación vigente; y a ello contribuyeron el desarrollo de la producción animal, así como también la los alimentos
utilización extensiva e ineficiente de las tierras. Los efectos resultantes -cambio de las costumbres importados por los
alimenticias y pérdida de eficacia en la producción de proteínas- son visibles en los problemas españoles de europa
nutricionales de la actualidad. Los españoles trajeron muchos productos útiles o agradables para reemplazaron a muchos
comer o beber; y estas novedades continuaron después de la Independencia. Pero faltaron el productos andinos,
interés o la capacidad o el conocimiento para reactivar los sistemas tradicionales de producción algunos de ellos con
de alimentos teniendo en cuenta las condiciones sociales y ecológicas del ande peruano. Se mayor valor proteico. la
olvidó o despreció salvo en casos como el de la papa, la amplia oferta alimenticia de la cultura revolución alimenticia
andina, en el aspecto fisiológico-nutricional y en el agrícola. Cultivos como el del lupino, el del impuesta desde fuera
tarwi, talhui, tauri o chocho fueron dejados de lado aunque su semilla muestra alto contenido de desplazó de las mesas
proteínas y aceite, como en el caso del frijol de soya y aunque se trata de un acumulador de peruanas a alimentos
nitrógeno y liberador de fosfato que favorece a los cultivos subsiguientes; además, los troncos, como el tarwi, lupino o
cuando termina la cosecha y trillado pueden ser utilizados como combustible. Hay otros notables chocho. la disminución
productos como la quinua que solo empiezan a ser aceptadas en el menú familiar; algunos como en el consumo de
la cañihua siguen siendo, por lo general, desconocidos. Los anteriores son, apenas, unos cuantos calorías y proteínas
ejemplos. afectó principalmente a
La población no está aun debidamente alimentada ni equilibradamente nutrida. La subali- la población infantil de
mentación se ha debido no solo a un fenómeno de deficiencia en la producción sino también a la sierra peruana,
la falta de poder adquisitivo del consumidor mayoritario, agudizada en las ciudades por la infla- dentro de la cual se
ción de los últimos años. Entre 1939 y 1949 el valor de las importaciones de productos alimenti- presentaron casos de
cios aumentó en un 75%, con una proporción mayor que todas las demás. Según un estudio desnutrición. la
publicado en Anales de la Facultad de Medicina en 1960, el consumo por persona de calorías y fotografía de niños que
proteínas ha empeorado de 1947 a 1966. El área dedicada en la costa a los cultivos que suminis- vemos aquí fue tomada
tran aquellos productos no es muy considerable. Esta región es, en general, insuficiente en carnes, en la década de 1920 en
leche y derivados, aves y huevos, grasas y aceites, papa, trigo, frutas y artículos alimenticios diver- la Oroya.
sos de menor consumo con fallas en alimentos protectores. La sierra, con deficiencias alimenti-
cias, se abastece a sí misma en papa y otros tubérculos, maíz, cebada, quinua, cañihua, centeno,
haba y otros granos leguminosos y casi en su integridad de trigo. A la vez, envía a la costa, por
una necesidad de orden económico, pues es como una despensa de ella, papa, maíz, trigo, ceba-
da, haba, quinua principalmente y también frutas y pastos. En cambio, recibe de la costa azúcar,
algodón, arroz, grasas y aceites, productos industriales y algunas importaciones. Pero el abasteci-
miento más valioso con que la sierra contribuye a la alimentación de la costa y también de la selva
consiste en carne de ganado vacuno, de carnero, de cabra, de chancho, e incluye, asimismo, aves,
[ iii ]
la MinerÍa.- La minería peruana tuvo sus grandes propulsores a veces heroicos como Eulogio
Fernandini, Antenor Rizo Patrón, Lizandro Proaño, Manuel Mujica y Carassa, Ricardo Bentín, Pedro
de Osma, Severino Marcionelli, Fermín Málaga Santolalla; pero se desarrolló a lo largo de las tres
primeras décadas del siglo XX casi siempre en sus grandes explotaciones bajo el predominio del
capital extranjero. En la región central, la Cerro de Pasco Copper Corporation resultó la dueña de
la propiedad minera e hizo valiosas inversiones no solo en minas sino también en ferrocarriles,
haciendas ganaderas e infraestructura vial, cambiando la fisonomía de la región.
Un contrato de transporte entre la Peruvian Corporation propietaria del ferrocarril central y la
Cerro de Pasco suscrito en 1909, benefició a la empresa minera pero no a otros productores o a
la agricultura y la ganadería, especialmente los pequeños propietarios, con daño para el mercado
interno, ante la pasividad del Estado.
Comprendió no solo la extracción de los minerales sino también su beneficio, la fundición, la
refinación, el transporte y hasta la venta de los mismos. El cobre, el plomo, el oro, la plata y el petró-
leo fueron sus productos principales. La catástrofe financiera de 1929-1930 creó una aguda depre-
sión en la industria minera mundial y, por ende en la peruana. El promedio anual del valor de la
producción mundial en el quinquenio 1925-1929 fue de 14 mil millones de dólares americanos,
(1) Dentro de la distribución de la población activa del Perú correspondió a la industria el 15,5 % en 1940 y el 16, 6 % en 1955. En 1959, esa cifra
subió al 18,7 % (Fernando Romero, Educación y desarrollo económico. Lima, 1963, p.66).
[2]
(1) La situación de la industria, fenómeno básico para el desarrollo del Perú del presente y del futuro, ha sido presentada por Fernando Romero no
solo en el libro ya citado, que es una guía indispensable, sino también en La industria manufacturera y su mano de obra en 1962 (SENATI, Lima,
1963 y en La Industria peruana y sus obreros (Lima, 1958). Véase, asimismo Análisis y proyecciones del desarrollo económico VI. El desarrollo
industrial del Perú (México, 1959) preparado por la Secretaria de la Comisión Económica para América Latina, de Naciones Unidas; y Programa
de desarrollo industrial y regional pera el Perú. Un informe al Gobierno del Perú por Arthur D. Little, Inc., Lima, 1960.
[V]
la diVerSidad de la ecOnOMÍa perUana.- Se ha dicho que el Perú y Bolivia son “pueblos
gemelos”. Sin embargo, la realidad del siglo XX ha acentuado las diferencias entre ambos países
que eran mucho más parecidos en los tiempos de Santa Cruz. La economía boliviana se orientó,
durante las primeras décadas de este siglo, predominantemente, hacia la producción del estaño y
tuvo como consecuencias la construcción de ferrocarriles para impulsarla y la acumulación de
inmensas fortunas en el exterior que contrastó con el cuadro de los presupuestos deficitarios. Sin
que surgieran en el Perú transformaciones espectaculares de orden social, antes bien, con una
(1) Esta reseña de Carl Herbold en Histórica, Universidad Católica. Lima, Vol. II, N°1, julio de 1978.
EN LA DÉCADA DE
1970, LOS
INVESTIGADORES
ESTADOUNIDENSES
" (…) el Perú, en la década de 1890
alcanzó por lo menos un cierto
grado de ‘desarrollo autónomo’
caracterizado por una expansión diná-
mica, controlada internamente y de
orientados a la exportación, impidien-
do así el uso desmedido de los recursos
de dichos sectores en la producción
para exportación o para fines impro-
ductivos. Si tales incentivos a la manu-
ROSEMARY THORP Y base amplia, lo cual estableció las bases factura nacional y a la agricultura no
GEOFREY BERTRAM para una economía más diversificada, orientada a la exportación hubieran
con mayor capacidad tecnológica y con resultado difíciles en un ambiente de
ASUMIERON EL RETO mayor capacidad tecnológico y con un laissez-faire, se habría requerido enton-
DE TRATAR SOBRE EL sector de bienes de capital. Sin embar- ces algún tipo de intervención estatal.
TEMA DEL go, durante los primeros treinta años
DESARROLLO DEL del siglo XX, la economía cambió de Evidentemente, esto nos lleva a un tercer
dirección y regresó a los patrones más requisito, que es la existencia de algún
PERÚ. SU LIBRO
familiares de un sistema dependiente grupo políticamente poderoso interesa-
CRECIMIENTO Y orientado a las exportaciones. (…) Para do en la imposición de ciertas medidas de
POLÍTICAS EN UNA concluir nuestro análisis del corto expe- política por parte del Gobierno (y capaz
ECONOMÍA ABIERTA, rimento de crecimiento autónomo, de resistir a las pr4esiones de otros gru-
ES TODAVÍA HOY, intentaremos enumerar las condiciones pos que intentaban imponer políticas ina-
que hubieran podido levar a un mayor propiadas). Ejemplos de tales grupos
INDISPENSABLE crecimiento, como el que ocurrió duran- podrían ser: una clase industrial decidida
REFERENTE PARA ESTE te el período 1895-1907. a sostener la industria nacional, una clase
DEBATE. DE ALLÍ trabajadora fuertemente organizada e
EXTRAEMOS EL El primer requisito habría sido, obvia- interesada en ciertos objetivos como el
mente, un mayor estímulo a la activi- del empleo industrial, o un poderoso
PRESENTE TEXTO QUE dad económica derivado tanto de las grupo agrícola no exportador e interesa-
REALIZA UN BALANCE exportaciones como de la inversión o el do en obtener más incentivos para la
DE LAS CONDICIONES gasto fiscal. En el caso peruano, tal estí- agricultura no orientada a la exportación”.
QUE EL PERÚ mulo hubiera tenido que depender
principalmente de las crecientes expor- De: Thorp, Rosemary y Bertram,
CONTABA A
taciones. (…) Geoffrey. Perú: 1890-19774. Crecimiento
PRINCIPIOS DEL SIGLO y políticas en una economía abierta.
XX PARA ALCANZAR Un segundo requisito sería la existencia Lima: Mosca Azul Editores-Fundación
UN DESARROLLO de precios relativos que sustentaban la Friedrich Ebert-Universidad del Pacífico,
AUTÓNOMO. viabilidad económica de los sectores no 1985. pp. 51-52.
mineros 49 37 48 45 48 45 50 47 43 46 46
No metálicos 19 13 15 16 16 14 13 11 8 8 8
Metálicos 30 24 33 32 32 31 31 36 35 38
Productos
manufactureros 3 3 2 2 3 4 6 6 4 5 6
lOS HUMOS de la OrOYa.- A principios de 1922 comenzaron a trabajar los poderosos hor-
nos de la fundición de La Oroya de la Cerro de Pasco Copper Corporation para procesar los mine-
rales de Cerro de Pasco, Casapalca y Morococha. Los humos de esos hornos tuvieron una acción
nociva por dos factores: el anhídrido sulfuroso y las sustancias sólidas que con él escapaban de
las chimeneas y que estaban constituidas por plomo, cobre, azufre y otros elementos finamente
pulverizados. Estas sustancias sólidas fueron la causa principal del daño, pues el anhídrido se
diluía en el aire y su acción vino a ser de relativa peligrosidad. Ellas, al ser expelidas por las chime-
neas, fueron cubriendo los campos que atravesaban, destruyendo tanto los cultivos como los
pastos naturales y originaron así el envenenamiento del ganado que, al ingerir estos pastos,
acumularon en su organismo considerables proporciones de minerales y otras sustancias tóxicas, esta compañía minera,
causa única de la enfermedad llamada renguera. propietaria de la
La intensidad de los daños no fue continua. En los primeros años del trabajo de la fundición fundición de la Oroya,
ella trabajó con su capacidad íntegra (3.200 toneladas diarias aproximadamente); pero después inició en 1922 el
debido a la sobreproducción, se llegó hasta el extremo de reducirla en 1930 a 2.000 toneladas y procesamiento de los
en 1932 de 1.000 a 800 toneladas. minerales extraídos de las
Vino la desolación para los ganaderos y agricultores del valle del Mantaro y también para los minas de cerro de pasco,
de otras extensas y ricas zonas del departamento de Junín. La compañía celebró pactos de tran- casapalca y Morococha. el
sacción con los damnificados; el representante Domingo Sotil afirmó en la sesión del Congreso humo de los hornos de
Constituyente del 7 de enero de 1933 que muchos de esos arreglos fueron desproporcionados fundición, sin embargo,
como el que suscribió la comunidad de Huari para recibir 18 mil soles cuando sus pérdidas en produjo la pérdida de los
sembríos y en ganados sumaban más de 200 mil. En cambio, sociedades ganaderas o ricos pro- cultivos aledaños, el
pietarios de fundos que no pudieron ser intimidados, engañados o sobornados y que tenían envenenamiento de
influencia política, recibieron jugosas sumas, según Sotil. ganado y la enfermedad
La compañía estudió durante varios años los males que producían los humos emanados de de la renguera. esto
la fundición de La Oroya con el objeto de aliviarlos, cuando menos. Se implantaron los llamados obligo a que la compañía
contrells para reducir y purificar los humos; pero no fueron obtenidos todos los benéficos resulta- se hiciera cargo de los
dos que se esperaba porque las circunstancias locales, la altura, la falta de presión y la tempera- damnificados,
tura influyeron. Solo a fines de 1932 se pudo hallar la manera de purificar íntegramente los humos indemnizándolos.
y de eliminar o reducir los desastrosos efectos ocasionados por ellos. en esta fotografía,
Hasta 1932 la compañía había pagado cerca de 9 millones de soles por concepto de indem- podemos apreciar el
nizaciones; pero, como ya se ha anotado fue evidente el hecho de que, en muchos casos, ellas no asiento minero esperanza,
fueron equitativas. El representante Luis Ruiloba Muñoz dejó constancia en la misma sesión men- de propiedad de la
cionada antes de que en el Ministerio de Fomento estaban sin despachar los reclamos de las mencionada compañía,
comunidades de Saco, Huamacancha, Pachachaca, Yauli, Pomacocha, Humi, Huay-Huay, hacia 1905.
Suitucancha, Oroya Antigua, Chacapalpa, Canchayllo, Llocllapampa, Mata Grande, Mata Chico,
Esperanza, Curicaca, Pomacancha, Huayhuash, Tarmatambo, Huaricolca, Limacpuquio, Collao,
Paccha, Marcapomacocha, Acaya, Pacte, Parco, Santa Ana, Acolla y Huaripampa.
[3]
LOS PRIMEROS AÑOS. Jorge Basadre nació en Tacna en 1903. En aquel entonces, esa ciudad era un baluarte de
peruanidad. Aquí lo vemos en su primera infancia (l), a los dos años y medio, todavía muy pequeño para comprender el
drama de la tierra que lo vio nacer. En seguida, a los seis años, con uniforme de soldado y un diminuto fusil (2),
mostrando que ya se había encendido en el niño el deseo ardiente de luchar por su patria. Finalmente, la casa solariega
de la familia Basadre (3), donde se guardaron recuerdos, añoranzas, alegrías y tristezas.
[2]
LA ÉPOCA UNIVERSITARIA. En estas imágenes de juventud vemos a Jorge Basadre (l) en su hábitat:
los libros, que marcaron su vida y su vocación desde temprana edad; y como parte del famoso
Conversatorio Universitario de 1919 (2). Fue una generación brillante que impulsó la reforma de
los anquilosados sistemas académicos de San Marcos. De pie, de izquierda a derecha: Jorge
Basadre, Manuel G. Abastos, Ricardo Vegas García, Raúl Porras Barrenechea y Luis Alberto
Sánchez. Sentados: Guillermo Luna Cartland, Carlos Moreyra y Jorge Guillermo Leguía.
[3]
[2]
LA BIBLIOTECA NACIONAL. La dirección de esta institución fue una de las etapas más difíciles y
fecundas en la vida de Basadre. En ella debió enfrentar jornadas interminables de trabajo y superar
constantes dificultades (1). Su esforzada labor tuvo como recompensa el nuevo edificio de la Biblioteca
Nacional. Aquí se aprecia una fotografía captada el día de la colocación de la primera piedra, en un
acto que contó con la presencia del presidente Manuel Prado, Basadre y otras personalidades (2), el 18
de enero de 1944.
[1]
EL HOMBRE PÚBLICO. Una de las ideas que tuvo Basadre para llevar la cultura a los diversos barrios de Lima fue el
Bibliobús, una "biblioteca ambulante". En la fotografía aparece el historiador junto a representantes del Ministerio de
Educación, en la ceremonia de bendición de una de estas unidades (1). En 1945 juramentó al cargo de ministro de
Educación del primer Gabinete de José Luis Bustamante y Rivero (2). Por razones políticas, su gestión fue corta.
[2]
ADENDA
Tomo 18 Historia de la República del Perú [1933-2000]