La Revolución de Iquitos

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SAMUEL TORRES VIDELA

Ex-Diretor del diario “La Mañana”, de Iquitos

LA REVOLUCIÓN DE IQUITOS
(Loreto-Perú)

Estado Político y Económico del Perú antes y después del l4 de


Julio de 1919. – Loreto y sus Crisis. – La Revolución del 5 de
Agosto de 1921 y Justificación de los Actos de los Revolucionarios.
– Acciones de Armas. – La Represión. Ordenación Documentada de los
Sucesos.

TIP. ESPAñA – PARÁ - BRASIL

Rua da Indústria nº 1
LA REVOLUCIÓN DE IQUITOS - (Loreto-Perú)
DOS PALABRAS

Un concepto de dignidad personal y de lealtad para con mis


compañeros del movimiento revolucionario de Loreto del año de 1921,
me obligan a reunir en un volumen cada uno de los procedimientos y
actitudes del grupo dirigente de la revolución, como una
justificación ante la opinión pública del Perú; y en razón de que,
fracasada la acción armada, ha sido tergiversada en su esencia, con
críticas y comentarios, más o menos, desprovistos de fundamento
racional y lógico, y de la grandiosa finalidad patriótica que
informaron su concepto y desarrollo durante los cinco meses que
mantuvieron una situación de fuerza, fuera de la férula de los
hombres que se han declarado amos y señores de la República
apartándose absolutamente de la Ley y sin más finalidad que procurar
sus privados intereses.
Claro está que si el movimiento armado de Loreto hubiera
triunfado de nada servirían las siguientes páginas, porque cada uno
de los revolucionarios habrían sido proclamados como los campeones
reivindicacionistas de los derechos ciudadanos y de las públicas
libertades, y a cuyo triunfal carro estarían adheridos todos los que
hoy – delante del fracaso – los vilipendian y apenas si los
consideran peruanos...
Pero por sobre estas pequeñeces de espíritu, producto fatal de
la inconsistencia moral que caracteriza a los hombres de la época y
que los hace actuar utilitariamente en todos los aspectos de la vida
nacional, los revolucionarios de Loreto, trataron – como lo verá
en seguida el lector asiduo – de señalar a los hombres de gobierno y
legisladores, la política que deben desarrollar con relación a
Loreto y se den cuenta del papel que en el futuro desempeñará la
hermosa región de los bosques orientales del Perú. Y actuando
decidida y honradamente, imponiendo las bases fundamentales en que
debe sustentarse el desasrrollo económico, industrial y agrícola del
departamento, intervinieron en todos lo ramos donde precisaba una
acción directriz, más en armonía con la situación de miseria actual,
(en la región más rica del mundo!) producto precisamente, de la
desastrada administración y legislación que ha sufrido Loreto desde
que entrara a formar parte de la división política del país con el
carácter de departamento.
Para alcanzar el veredicto público en la labor que nos hemos
impuesto, no nos han detenido consideraciones de segunda categoría,
como sea tratar las cuestiones al margen de la verdadera causalidad
originaria de la crisis oriental, por más que en ellas hallamos
tenido que referirnos a personas e instituciones, que ante el
concepto general loretano pasan como los responsables de aquella
situación. Esta conducta, bien lo sabemos, nos malquistará con
determinados elementos preponderantes en el régimen actual y nos
concitará enemistades personales; pero nada nos ha detenido ante la
necesidad imperiosa de que se haga luz sobre los sucesos de Loreto,
del año de 1921 y que el nombre de cada uno de sus actores –
militares y civiles – no continúe empañado por la calumnia artera de
los que, a sus espaldas, han tratado de colocarlos en el más bajo
nivel cuidadano.
Para esos, por su falta de hombría de bien, nuestra vehemente
condenación: y para el lector imparcial un apelo a su hidalguía al
analizar y juzgar el contenido de nuestro libro, que no precisamos
decir encierra la verdad histórica de los sucesos desarrolados en
Loreto antes y después de la revolución, porque todos nuestros
conceptos y comentarios reposan en las inamovibles bases de una
documentación oficial y periodística, pacientemente recopilada.
DEDICADO a los miembros de
la Corte Suprema de Justicia de
la República, que deben fallar,
en última instancia, sobre los
procesos instaurados a los
revolucionarios de Loreto; y a
los Representantes a Congreso
que, dentro de la situación
caótica actual del País,
mantienen su independencia
política, llamados a dictar las
leyes que reclama Loreto para su
progreso, que es también del
Perú.
PROLOGO

“El Perú tuvo que sufrir en los albores de su vida


independiente, como casi todas las democracias latino-americanas, la
anarquía de un militarismo que, con la honrosa y única excepción del
Mariscal Ramon Castilla, no tuvo concepto alguno de los deberes que
suponía la función política ni conciencia de su responsabilidad como
poder directivo de la República".
“Es innecesario detenerse a hacer la crítica de ese funesto
período de nuestra vida independiente, en el cual, con la facilidad
asombrosa que para ello presta la desorganización y la incultura de
un pueblo, se improvisaba hoy un presidente, el que meses después
era derribado por otro tan incapaz y autoritario como el anterior.
Bástenos decir que del retardo en nuetro desenvolvimiento político
social y económico son en gran parte responsables esos caudillos
iletrados y audaces que esterilizaron con sus ambiciones y sus
luchas de medio siglo, la obra fecunda de progreso y estabilidad
democrática que el Perú debió haber consumado durante tan extenso
lapso de su Historia. Y ellos sólo son responsables, en parte, del
estancamiento experimentado por el país, porque el resto de esa
culpable responsabilidad es de esos otros mandatarios que degradaron
la función pública con métodos políticos indignos de un pueblo
civilizado, métodos de los cuales la actual Dictadura es la más
genuina y odiosa personificación".
“Fué con el patriótico propósito de devolverle al pueblo el
derecho soberano de elegir a sus representantes, derecho que hacía
tiempo le había sido arrebatado; de crear las verdaderas
instituciones democráticas y desarrollar un amplio programa de
educación cívica y de Administración Nacional que surgió a la vida
pública el Partido Civil, el que fué símbolo y depositario de estos
anhelos de mejora política y social".
“Los hombres del Partido Civil, Ilegaron, pues, al gobierno
como una salvación para el porvenir de la República y como una
concretación del vehemente anhelo de liquidar para siempre con un
pasado que no dejaba sino una experiencia muy amarga y un Perú
raquítico que había perdido en cincuenta años de militarismo
revolucionario, el puesto predominante que tuviera entre los pueblos
de América".
“En esa agrupación que era de espíritu eminentemente
democrático, porque restaurar la verdadera democracia fué su lema y
porque cuando dirigió la gestión pública, luchó por darle al pueblo
todos los elementos posibles de cultura, estaban reunidos hombres
de todas clases y condiciones sociales; del capitalista al obrero,
del académico al más modesto ciudadano. Esta unión hizo su fuerza y
esa fuerza armónica de voluntades y aspiraciones fué la que
constituyó su triunfo".
“Al frente de esta reacción nacional y vivificándola con sus
múltiples energías y su acendrado patriotismo, se hallaba Manuel
Pardo, uno de los más vibrantes espíritus que ha producido la
República y una de las grandes e indiscutidas figuras de la política
americana".
“Estamos firmemente convencidos de que al referirnos a Manuel
Pardo y a la creación y tendencias del partido civil, nadie va a
cometer el sacrilegio político de imaginar que pueda hallarse
comprendido dentro del alto espíritu cívico que caracteriza a
aquella organización política, el gobierno que de 1908 a 1912,
presidiera D. Augusto B. Leguía".
“D. Augusto B. Leguía, es la antítesis del pardismo: es la
negacíón de sus puros principios políticos y la apostasía de sus
enseñanzas de desinterés, de patriotismo y honestidade. D. Augusto
B. Leguía sólo pudo ser candidato del partido civil a la presidencia
de la República en 1908, porque hasta ese instante había ocultado
diestramente todas esas tendencias al autoritarismo despótico y a
las combinaciones financieras, que después desatara sin control y
sin límite para perdurable desgracia del país. D. Augusto B. Leguía
perdió, desde el instante en que quiso convertir la función
presidencial en motivo de provecho personal y en agente de
arbitrariedad, toda conexión y similitud con el partido que lo
llevara al poder. D. Augusto B. Leguía renegó con el proceso de sus
gobiernos de fuerza y de concupiscencia la obra y el ejemplo dejados
por los gobiernos civilistas de Manuel Pardo. Francisco García
Calderón, Manuel Candamo y José Pardo".
“Las tradiciones del civilismo histórico, eso que es defensa de
la integridad territorial; respeto a la Constitución y a las leyes;
honradez en el manejo de los fondos públicos; abnegada dedicación al
progreso nacional; seriedad en el desempeño de la función pública;
sincero y profundo patriotismo y hombría de bien, fueron ultrajadas
y befadas por quien en su vida pública se exhibió como la
encarnación del desenfreno, del peculado y el antipatriotismo".
“D. Augusto B. Leguía dejó de pertencer al civilismo histórico,
desde la misma hora en que despreció la herencia dignísima de las
enseñanzas morales y límpidas tradiciones del partido civil. D.
Augusto B. Leguía ha sustituído esos principios de moral y de bien
por las explosiones tiránicas del jefe del clan y la devoción al
peculado del aventurero político. D. Augusto B. Leguía ha proclamado
un credo: el del silencio forzoso ante sus atentados; ha fundado una
teoría política internacional: la del reparto del territorio; ha
creado una escuela política: la del servilismo absoluto; ha
instaurado un sistema; el del soborno y la defraudación comanditaría
del tesoro nacional. D. Augusto B. Leguía fue un traidor del
civilismo histórico. Inició su primer gobierno traicionando el
espiritu y las orientaciones del que fué su partido y ha terminado
traicionando al país”. (1)
_____

D. Augusto B. Leguía, en su primer período de gobierno hizo una


administración detestable. En materia económica elevó la dueda
pública a más de seiscientas mil libras esterlinas sin provecho para
el país. En relaciones exteriores, celebró con la República de los
Estados Unidos del Brasil un trado de Límites y por el cuál quedaron
segregados del país centenares de miles de kilómetros cuadrados de
territorio entre los ríos Juruá y Purús; permitió la ocupación de la
margen derecha del rio Caquetá, sobre los cadáveres de los soldados
de la Patria, que acudieron hasta esas lejanas regiones orientales a
desalojar al invasor colombiano; y pactó con la República de Bolivia
un Tratado igualmente oneroso para los intereses del Perú en la
región de los rios Acre y Madre de Dios. En instrucción, rebajó su
presupuesto a la mitad y clausuró infinidad de escuelas. En el ramo
de guerra, relajó la disciplina de nuestro floresciente Ejército con
ascensos otorgados por favor; en el de marina, pretendió
adquisiciones navales como el famoso “Elias Aguirre” que era un
vergonzoso peculado. En el de gobierno, dió creación a una
institución: el “Comité de Salud Pública”, que tenía por misión
vapulear a sus enemigos políticos y rebajó la dignidad
administrativa con nombramientos de autoridades subalternas, sacadas
de los más bajos fondos sociales. Anarquizó a los partidos
políticos, dividiéndolos y echándolos unos a otros para el logro de
sus aspiraciones. Salió del poder en medio de una lluvia de piedras
y abandonó el país, librándose de las iras populares, que recién se
daba cuenta exacta de su perniciosa administración.
Para ser lógicos, los peruanos, D. Augusto B. Leguía no debió
ocupar nuevamente la presidencia de la República; y como sabía éste
que legalmente no podía alcanzarla, soliviantó a la opinión pública
contra el Partido Civil. Mas tarde, con la anuencia de sus parciales
del Ejército, que en su anterior administración recibieron
prebendas, y los de la gendarmería, asaltó el poder, en la madrugada
del 4 de julio de 1919, sin esperar la decisión del Congreso,
Ilamado a proclamar la legalidad de las elecciones practicadas en el
país, en el mes de mayo de ese año. El Presidente Dr. José Pardo fué
depuesto, el Parlamento Nacional declarado en receso y la
Constitución vigente en desuso; quedando constituída lo que dieron
en llamar la PATRIA NUEVA a la que se afiliaron los caídos de
regímenes anteriores, los que por su participación en el asalto
esperaban una pitanza y algunos bien intencionados, que creyeron de
buena fé en el programa leguista.

(1) El civilismo Histórico. "La República". Organo de los peruanos


deportados en el extranjero por la dictadura Leguía. - Octubre 1922.
Bien pronto el país se dió cuenta de que las promesas hechas
por D. Augusto B. Leguía habían sido una farsa y que se había
cambiado un gobierno legal por una camarilla ávida de dinero, venal
y desenfrenada que se creía con todos los derechos “por haber
contribuido al triunfo de la causa regeneradora”.
Disuelto el Congreso y reemplazados sus miembros por indivíduos
elegidos por el propio Augusto B. Leguía, mediante un decreto
dictatorial, que es la negación del derecho del sufragio, dictó una
Carta Politica, por la que debía regirse el gobierno de la Patria
Nueva y al que entró a formar parte como Ministro de Gobierno y
Presidente del Gabinele, D. Germán Leguía y Martinez, primo de D.
Augusto, bautizado con el nombre de “El Tigre”, pretendiendo
compararlo con el gran Clemenceau.
Este “Tigre”, de uñas largas y arbitrario proceder, fué el
primero en desgarrar la flamante Constitución, convirtiéndose en un
tiranuelo de la peor especie. No respetó a nada ni a nadie. El Poder
Judicial fué ultrajado; la Ley de Habeas Corpus quedó convertída en
un mito; las garantías individuales fueron totalmente suspendidas;
la Universidad Mayor de San Marcos fué clausurada; los más
prestigiosos miembros de la política, el foro y el ejército fueron
deportados al extranjero o encarcelados; los diarios de oposición
fueron expropriados ilegalmente y suplantados, y los periodistas
independientes desterrados; y, por último, no quedó institución
pública o privada que no sufriera los desmanes de “El Tigre” que
contaba con fervorosos colaboradores, como que de esa colaboración
obtenían los mejores resultados pecuniarios.
Y a la par que con los métodos puestos en práctica
desaparecían del escenario político nacional los hombres que servían
de estorbo a la Dictadura, la Hacienda Pública se declaraba
impotente para satisfacer las necesidades del régimen y sus
satélites y se producía la más grande crisis fiscal que registra
nuestra Historia, cuya base sustantiva está en que la “rebusca” ha
quedado elevada a la categoría de institución nacional.
El mal puede continuar, y empeorarse, si el Perú no se sacude a
tiempo de tan odiosa tiranía, amenazado como se encuentra, de la
entronización de los Leguía – Augusto y Germán – que no obstante su
parentesco, no están dispuestos a ceder un palmo en la próxima
contíenda eleccionaria. Cualquiera de ellos es un mal para el país:
ambos están dando el espectáculo triste de sus impúdicas ambiciones.
Adormeciendo y engañando a la opinión pública, pretenden declarar a
D. Germán Leguía y Martínez víctima propiciatoria del Dictador, sin
meditar que el Perú no olvida, ni olvidará, que estos dos aciagos
personajes de acuerdo y mancomunadamente, han desequiciado y
destruído todas las bases de la organización social, política y
económica de la República. Están demás, por lo mismo, las
lamentaciones y los lloriqueos, que bastante han sufrido y sufren
los que se opusieron y se oponen a los desmanes del Dictador.
Y hay que convenir que dentro de la crisis de los partidos
políticos, del caos nacional, no todo se encuentra perdido y que
hay hombres que pueden asumir la patriótica aunque ingrata tarea de
depurar el ambiente. A éstos corresponde la nobilísima labor
interviniendo decididamente en la función pública, que así se habrá
salvado a los buenos no contaminados con la podre común, o enseñado
al país, en último término, las profundidades alcanzadas por el
cáncer social, para que por sí mismo se aplique, una vez por todas,
remedio heroico.
Es necesario, hoy más que nunca, que el Partido Civil y las
demás agrupaciones políticas del país, consignen como base
fundamental en sus estatutos el principio de la responsablidad en
sus afiliados, y que éstos no vayan a vivir de aquellos y sin
voluntad de servir sus ideales hasta el sacrificio si necesario
fuere. Queremos decir que debe haber sanción. Porque si sacrificio
“irrestringido y contínuo es el bagaje del afiliado típico a un
partido, y si deber suyo es aceptar las obligaciones y
responsabilidades de allí deribadas, necesario y justo es también
que tenga derechos y será el menor, ciertamente, pero el más
honroso, la justa sanción de su conducta discernida por quienes como
directores tienen facultad para otorgarla.
Por no haber procedido así los partidos políticos nacionales,
y por que jamás ha habido sanción entre sus miembros, es que hoy
muchos de sus hombres se debaten entre claudicaciones e infidencias
y los han llevado al estado caótico en que se encuentran y a la
crisis total de todos sus principios, más o menos doctrinarios. Es
la razón del imperio de una Dictadura, que el país repudia, y es la
negación rotunda de la existencia de agrupaciones políticas. Y ante
la situación de hoy y ante la Historia mañana, desaparecidos los
hombres, no habrá la única entidad que en toda democracía efectiva
es la responsable: el Partido.
La reacción política se hace, pues, indispensable, sinó
queremos que el segundo centenário de nuestra Independencia
política, encuentre al Perú en la misma condición de rebaño,
dirigido por tigres de uñas largas y felinas actitudes...

__________________

Motivo para detenido estudio sería remontarse a los


antecedentes históricos de la crisis económico-financiera que
aflige al Perú en el momento actual. Corresponde esta labor a los
que han hecho culto de la ciencia económica; y por lo mismo nos
referiremos a ella muy someramente sin entrar en las profundidades
generadoras del estado pavoroso de la economia nacional y la
consecuente crisis de todos los factores que en una colectividad
organizada contribuyen al malestar social, “aún los más lejanos y de
más elevada jerarquía, como los de orden público, moral, religioso
y estético”.
La organización incaica durante el Im perio, y el coloniaje
durante la dominación española; los primeros formando una raza sin
ambiciones y los segundos que aprovechando del envilecimiento de
ella monopolizaron los consumos y limitaron los capitales,
desalentaron el trabajo y estancaron o paralizaron la producción,
dieron como resultado – como no podía ser de otra manera – a la
crisis económica de los primeros años de la República en que variara
la forma de gobierno; pero quedara el sistema social y económico.
Las rentas nacionales fueron insuficientes para gastos meramente
administrativos y conservar en el poder a los que por asalto lo
tomaban, hasta que se descubrió el guano y se iniciara con él el
festín de los millones, como tan gráficamente alguien denominara a
aquella época de derroche y de malversaciones, que culminó en las
hogueras del 22 de julio de 1872, el billete fiscal, la bancarrota
y la guerra nacional...
Entregado a Chile, como indemnización, las islas guaneras y
la región productora del salitre, el Perú, continuando por la
escabrosa senda de las ambiciones personalistas, de las
malversaciones y la anarquía política, de bien poco aprovechó la
experiencia; y en supremo esfuerzo que podría considerarse
heroico, se creyo, de buena fé, sin duda, en que el Patrón de Oro en
un país empobrecido salvaría la nacionalidad y la llevaría hacia la
restauración de sus maltrechas finanzas puestas tan a dura prueba.
Y en vez de estimular y alentar la producción; con una moneda cara
que debia importarse costosamente; nuestros governantes
encastillados en el viejo caserón de Pizarro, día a día se
encargaron de empobrecer más al Perú, porque lo que hacia hoy un
gobierno, lo deshacía mañana el que le seguÍa.
AsÍ llegamos a la época actual en que teniendo como vehículo
de circulación monetaria el cheque circular, representativo de
oro, se produce el fenómeno del cambio bajo con relación a otros
países que tienen el papel fiscal como moneda circulante. Lo que
demuestra que no es la acumulación de oro lo que determina la
riqueza de los países, pues que el oro y la plata, que no son otra
cosa que mercaderías están sujetas a la ley de la oferta y
demanda y sólo pueden servir para pagos internacionales o suplir
necesidades de origen interno o crisis locales. En los países de
régimen fiduciario y siguiéndose una ley universal las deudas
extranjeras se pagan con la producción y las crisis locales se
salvan con la emisión fiscal.
No seremos nosotros, por cierto, los que aboguemos, ahora, por
el régimen fiduciario y no lo hacemos sencillamente porque “el Perú
padece una crisis económica intensa; no tiene un solo centavo en sus
arcas; debe sin saber cómo va a pagar los millones de soles en
mandatos y deuda flotante; el orden interno no está asegurado; la
anarquía ha invadido a los partidos; el desborde administrativo es
inmenso; el clamor contra la inmoralidad y las violenncias del
funcionalismo atolondra; la falta de administración, de cordura, de
prudencia, de orden, lo vé todo el mundo; ya no hay nada en su
sitio ni moral, ni justicia, ni decoro, ni respeto a las leyes, ni
libertad, ni garantías, ni prerrogativas, ni nada. Lo único que se
palpa es el desgobierno, la anarquía, la miseria, la podredumbre y
el influjo de toda clase de elementos malsanos. Tenemos al frente y
al lado problemas internacionales que no ofrecen espectativas
favorables de ninguna especie; sufrimos las angustias de un estado
de agitación interna que una ofuscación increíble mantiene o
impulsa; vemos poco a poco estancada la actividad industrial y
mercantil del país; cruzan sobre el escenario de esta democracia
indecisa las más cálidas corrientes de odio político; cunde la
desmoralización en las cosas y en los hombres; de una hora para
otra surgen en las agrupaciones y en los individuos, en las idéas y
en las acciones, la más honda anarquía; vivimos, en una palabra,
dentro de una situación de congoja, de lucha, de peligro, y de
cólera...!”
Este estado del Perú que “La Prensa”, de Lima, divulgaba el año
de 1910 encontrándose en la presidencia de la República el mismo
hombre que hoy se ha declarado Dictador y que amenaza estar
dispuesto a entronizarse en el poder, es el mismo y peor al de
ahora, con tendencias a agravarse; y no es, por cierto, el más a
propósito para intentar semejante reforma, debiéndonos conformar con
señalar una de las causas de nuestra crisis económica, pero no el
remedio nacional que reclama la postración del Perú.
Conceptuado el Patrón de Oro como determinante del
estancamiento nacional en orden al desasrrollo económico que ha
debido imprimir en el país, en los veinticinco años de su adopción,
no habrá, sin embargo, que atribuirle la mayor proporcionalidad en
la crisis, porque este sistema en dirigentes de distinta índole y
tendencias a los que han gobernado el Perú habría obtenido todo el
partido posible de la circunstancia excepcional de disponer de
cuantiosas sumas en oro físico, para haber desarrollado, en todo
caso, el crédito nacional, y que alcanzado una vez no ha sabido
conservarse.
Para no referirnos a regímenes muy remotos bastará que
digamos que a consecuencia de los altos precios a que se vendían
los productos nacionales durante el período de la Gran Guerra y dos
años después: algodones, azúcar, minerales etc. el presupuesto
nacional fué balanceado mediante la imposición de derechos de
exportación que cobraron las aduanas y que permitieron al gobierno
de D. José Pardo, durante su 2º período, sanear las rentas fiscales
disminuyendo las deudas en cerca de treinta millones de soles y
consolidándolas en forma altamente provechosa para el país. Llegó
D. Augusto B. Leguía al poder en 1919, en la forma por todos
conocida, y se encontró con que al finalizar ese año el comercio
exterior fué superior a todos los transcurridos desde la
independencia; las entradas fiscales fueron, por consiguiente, como
jamás se viera en el Perú y ese mismo año obtuvo el fisco un
superavit de sobre lo calculado de unos treinta millones. Este
superavit debió, si había honradez en el régimen, que en su programa
político se declaraba proteccionista invertirse en el desarrollo
material del país o en disminuír en último término las deudas de la
nación, como lo había hecho su antecesor, el señor Pardo.
Al año siguiente las rentas fiscales no continuaron en el
mismo progreso ascendente: los productos de exportación fueron
desvalorizados o sufrieron una cotización muy baja, produciendo en
la balanza económica del fisco un déficit cuantioso, que al haber
habido previsión y honradez no se habría producido. Y es que el
señor Leguía que en su anterior periodo – 1908-1912 – derrochara a
discreción las rentas fiscales se entregó a la misma política de
malversaciones, favoritismos y peculados; había elevado en ese año
el Presupuesto Nacional a una suma excesivamente exagerada, pues que
dio participación en el festín a millares de sus satélites, que
resultaron pocas las entradas naturales para cubrir tan
dispendiosos obsequios, ocasionando la agudísima crisis fiscal del
dia, que se deja sentir ya no sólo en las provincias que fueron
entregadas a sua propia suerte sino em la propia Lima.

(FOTO)
D. Augusto B. Leguía
Sus palabras... Y sus hechos...
"Los partidos políticos que asumen la El 4 de julio de 1919, con la policía y
responsabilidad de la fiscalización, algunos militares asaltó el poder,
deben tener un respeto leal y sincero a destruyendo por la fuerza, el régimen
la legalidad. Los que quieren destruir legal que presidia don José Pardo, desde
por la fuerza un régimen no tienen cuya fecha desapareció precisamente; la
derecho a ser escuchados por los que fiscalización de los partidos políticos,
tienen la obligación de conservarlo." pues sus principales miembros han sido
(Palabras pronunciadas en el Congreso al deportados, e impera el terror, producto
entregar el mando, el año de 1912) de la Dictadura que lo impulsa y dirige.

Naturalmente los paniaguados del régimen dirán o dicen, que


el gobierno Leguía se caracteriza de los demás por el empuje que
pretende dar al país bacia su industrialización, mediante
enérgicas obras de aliento. Pero hasta el momento presente las
decantadas obras se reducen a simples bluffs, como lo demuestra la
pavimentación de veintiún ciudades y su canalización, de las que
ninguna ha sido iniciada; el contrato Marconi, que ha tenido que
rescindirse porque el servicio de correos y telégrafos se hizo
imposible; las obras de las pampas de “El Imperial” y el
ferrocarril de Tambo del Sol al Pachitea, que constituyen los más
indecentes negociados, como han sido denunciados em el Parlamento;
y el famosísimo contrato Dunsmir, que por encontrarnos tan lejos de
la Patria y sin los medios de información consiguientes no
conocemos su final. Pero si podemos a priori preconizar que el tal
contrato no pasará de la esfera de los anteriores. Y nos apoyamos
para tal afirmación em que el contrato presentado a la Cámara de
Diputados se lee una cláusula, la del artículo 40: “Queda entendido
que cualquiera compañía o compañías que organice el concesionario
para los fines de este contrato, pueden formarse sin manifestar en
la minuta del contrato de constitución, el montaje de su capital; y
sus acciones pueden otorgarse sin valor nominal”.
Lo que equivale a decir que la empresa no dispone de un centavo
para cumplir tan vastas obligaciones ni en el doble del tiempo
señalado en el contrato, y que buscará los capitales para iniciar
sus trabajos o no los buscará, girando el negociado alrededor de la
prima de Lp. 1.245,000, que entregarán los contratistas al
gobierno seis meses después de la aprobación del contrato (art. 16)
“para pago del empréstito de la Compañia Recaudadora de Impruestos
de modo de disponer libremente, sin afectación ni gravemen de la
renta del tabaco que garantiza dicho empréstito”.
Y en el improbable caso de que el concesionario Dunsmuir
consiguiera los capitales o empresas que precisa para cumplir las
obligaciones que contrae, hay que meditar sobre el futuro económico
del país, que quedará materialmente hipotecado a dichas empresas o
concesionario, tal es el monto del capital e intereses a que el
gobierno del Perú se hace responsable, siempre que a aquellos les
plazca rescindir el contrato...
Sin embargo, esto que tan a la vista resalta, aún del más
neófito, es el motivo para que se haga campaña política a favor
del señor Leguía en el sentido de su reelección y para lo cual su
Congreso ha reformado su Carta Política al respecto, pretextándose
para tal reelección, como se patentizara en las discusiones
parlamentarias, el deseo natural de que “tan egregio ciudadano”
disponga del tiempo suficiente para que pueda coronar las
iniciativas cuya realización ha comenzado, como si eN las
democracias representativas el gobierno fuera determinado individuo.
Más en su papel de lacayos habrían estado los miembros del Congreso
leguista dictando una ley de Presidencia Vitalicia, que así se
habría salvado el antecedente, que fatalmente perdurará y sólo
habría habido un trabajo: derrocar al tirano...

________________

Esta disgresión nos ha apartado del fin que perseguimos:


demonstrar la desastrada gestión del régimen en materia económica y
la crisis fiscal del Perú para deducir sus consecuencias,
especialmente en la región de Loreto, donde alcanzara proporciones
verdaderamente pavorosas.
Pero no será necesario emplear muchas frases para tal
demostración, por que todos lo actos financieros de la dictadura
han constituído sonados fracasos o soberanas malversaciones.
El señor Augusto B. Leguía ordeno la deportación al
extranjero del Gerente de la Compañía Recaudadora de Impuestos, para
que esta institución con un Gerente dócil, le entregara adelantos
de dinero, que según contrato no podía efectuar.
El señor Augusto B. Leguía en su afán de agenciarse medios
para la subsistencia de su régimen dictatorial, y sin seguir un plan
razonado, expidió los más inconsultos decretos, limitando o poniendo
trabas al desarrollo natural de los negocios bancarios, con la
única finalidad de obtener empréstitos de estas casas de negocios;
lo que dió por resultado que emigraran del país fuertes sumas de
dinero.
El señor Augusto B. Leguía intervino en la Caja de Depósitos
y Consignaciones, que es una institución creada para recibir y
garantizar depósitos judiciales y administrativos, según leyes
especiales, y obtuvo centenares de libras esterlinas de tan sagrados
depósitos.
El señor Augusto B. Leguía ha hipotecado, casi, las
accíones del gobierno en la Compañía Nacional de Vapores y Dique
del Callao a una empresa extranjera, lo que determinará, al no
rescatarse esas acciones en su oportunidad, que esa empresa naviera
nacional, constituída con fondos perfectamente peruanos, su cambio
de bandera.
El señor Augusto B. Leguia ha hecho cambiar la garantía del
cheque circular nacional, que era oro físico, en papel moneda
inglés, obteniendo en semejante operación algunos centenares de
libras esterlinas, que han sido dilapidadas.
El señor Augusto B. Leguía ha cobrado los intereses del oro
depositado en garantía de los cheques circulares, que se encontraba
en Londres y Nueva York, contra los mandatos expresos de la Ley
respectiva, y también ha dilapidado ese dinero.
El señor Augusto B. Leguía ha hecho crear el Banco de la
Nación, que gira como cualquiera institución bancaria, vendiendo el
dinero de la garantía del cheque circular.
El señor Augusto B. LeguÏa ha explotado a su antojo con la
Deuda interna; y no ha dejado, en fin, reducto favorable para la
reconstrucción económico-financiera del país que no haya violado y
dilapidado sus bases sustantivas.
Se podría pasar por alto estas “operaciones” si se viera que
el afán del señor Augusto B. Leguía es dejar al país imperecederas
obras de aliento, para el progreso nacional y que el dinero fiscal
se invierte en algo reproductivo o en la protección de la
industria; pero como hasta se acaba de dictar una ley autorizando al
Ejecutivo para disponer de los fondos destinados a obras públicas –
fondos que han sido gastados con anterioridad a la ley, que trata
de sancionar la malversación – para aplicarlos a gastos de la
administración y se coloca un empréstito externo por UN MILLON
DOCIENTAS MIL LIBRAS ESTERLINAS para los mismos gastos de
administración, fácil es deducir que toda la economía fiscal ha
sido comida y dilapidada por el señor Augusto B. Leguía y sus
admiradores, desde un puesto burocrático, en una curul
parlamentaria o en alguna comisión del servicio...
Tal es el estado político del Perú bajo la férula de una
Dictadura “que surgió de la violencia; que fué creación de la
anarquía; que vive para la anarquía y el desgobierno; y que
perecerá, fatalmente ahogada, por los excesos del desgobierno y la
anarquía...!

Belém do Pará, (Brasil), diciembre de 1922.

LIBLO PRIMERO
EL DEPARTAMENTO DE LORETO

ANTECEDENTES GEOGRÁFICOS E HISTÓRICOS

El departamento de Loreto, geológicamente, está situado em la


región de la montaña, que comprende una parte de las faldas de la
Cordillera de los Andes y la llanura amazónica, abarcando una
superficie de más o menos 500,000 kilómetros cuadrados. Su punto
mas oriental está en la caída del rio Apaporis, en el Caquetá o
Yapurá.
No consignamos su posición geográfica debido a su arbitraria
configuración y a que aún no está determinada la frontera con los
países extranjeros que lo limitan.
La hoya del rio Amazonas, en la que está situado Loreto,
constituye un sistema hidrográfico que supera a los demás del mundo
por la cantidad de sus aguas, la extensión de sus corrientes y su
variedad. Existen tres arterias principales: Marañon, Huallaga y
Ucayali. Cada una de estas arterias recibe las aguas de millares de
ríos, cuyo caudal es mayor a medida que se acercan al sistema
principal, el río Amazonas, que conduce una masa de aguas al salir
del territorio peruano, en Leticia, de mas de 20,00 metros cúbicos.
Este hermoso río, monarca de los ríos, tiene un largo de 4,400
kilómetros, de los cuales 680 se encuentram em territorio peruano, y
está formado por la confluencia de los ríos Marañon y Ucayali, que
se unen cerca del pueblo de Nauta, donde tiene un ancho de unos
cuatro kilómetros. Su profundidad, en el Perú, varía de 10 a 30
metros y en ciertos lugares llega a 150. Es navegable en todo tiempo
por vapores de gran calado.
Como es sabido la principal producción de Loreto es la goma
elástica y el caucho, que a causa de las plantaciones inglesas y
holandesas de la India, ha disminuido de valor dejando de ser el
oro negro de otros tiempos; la tagua o marfil vegetal, cuyo precio
también ha decaído por consideraciones que se apuntarán más
adelante; las maderas preciosas, que se explotan en muy relativa
proporción; la balata, la gutapercha y el chicle; y finalmente el
algodón, que si no se toman medidas proteccionistas para garantizar
su desarrollo y cultura sumirá a la región en la mas grande miseria.
Aparte de estos productos ya explotados y en explotación existen
infinidad de materias primas para toda clase de industrias,
pudiéndose decir, sin ponderación, que es la región más rica del
mundo. Ultiamente se han descubierto ricos yacimientos petrolíferos
en los ríos Santiago, Putumayo, Marañon y Huallaga. La Agricultura
es floreciente.
Se puede considerar como descubridor de la región amazónica al
conquistador español Francisco Orellana, que bajando por el río
Napo, procedente de Quito, llegó a la desembocadura del majestuoso
río, que el audaz aventurero bautizó con nombre de Las Amazonas y
que la tradición conserva, aparejándolo con las más arbitrarias
leyendas.
Se cree - y es presumible que así fuera – que sus primitivos
habitantes de la región de la sierra peruana huyendo de la
autocracia de los emperadores indígenas que se habían dedicado a
conquistar el territorio de toda la parte occidental de Sud América;
y por lo mismo, fuera del contacto civilizador de los Incas,
desarrollaron su existencia en el primitivo estado salvaje que hasta
hoy conservan algunas tribus diseminadas em el interior de los
bosques.
Durante el Coloniaje y en la República, misioneros,
especialmente, y hombres de ciencia y de trabajo penetraron a la
selva; los primeros a catequizar infieles y los segundos en busca de
lo desconocido.
Interminable y pesado sería apuntar el nombre de cada uno de
estos campeones de la civilización de nuestro oriente, cuyo punto de
partida, sin duda, nadie ignora; pero cuyo final nadie puedo
pintar, sino evocando el recuerdo de los que se internaron en las
espesas y vírgenes selvas muchos de ellos para no regresar jamás;
abrumando el espíritu con finales trágicos y cuadros aterradores en
que se verían a salvajes y civilizados sosteniendo desigual lucha en
medio del tupido bosque y en que siempre aquellos triunfaban;
hombres que sufren todos los horrores de la sed y del hambre, de la
desesperación y del miedo sin saber con qué aplacarles, ni tener
fuerzas para vencerlas y luego... la muerte, unos cuantos despojos
humanos que algún tiempo resisten a la acción del clima y después el
misterio, la nada impenetrable y triste...! Millares de hombres de
buena voluntad se esfumaron allí; la gratitud nacional no sabría
donde exhalaron su último aliento, no tiene donde depositar la
sagrada ofrenda de respeto, de admiración y de cariño que todos los
peruanos les debemos: legaron al Perú la más hermosa y rica de sus
regiones.

EL GRAN MARISCAL DON RAMON CASTILLA

Para nuestro objeto conceptuamos innecesario remontarnos a la


vida política de Loreto cuando formaba parte del hoy departamento de
Amazonas. Hacen apenas cinco escasos años que Iquitos celebró con
extraordinaria suntuosidad el primer cincuentenario de la creación
del departamento y aún perdura el recuerdo de los esfuerzos y
entusiasmos desplegados por el entonces prefecto señor Coronel
Emilio Soyer y Cavero y el primer jefe del regimiento Nº 13, señor
Teniente Coronel Jorge A. Esponda, que como Presidente de la
comisión de fiestas del Concejo Provincial se mostrara incansable a
fin de, dentro de la crisis económica ya existente, demostrar al
Perú el grado cultural de la población de nuestro primer puerto
oriental.
Se celebró en esa ocasión la fecha que conmemoraba los primeros
cincuenta años de vida política de Loreto, recordándose las
imponderables dotes administrativas y la clarísima visión de uno de
los pocos buenos gobernantes que ha tenido el Perú: el Gran Marical
don Ramon Castilla, que ostenta en la rotonda del Malecón de Iquitos
una estatua erigida con el óbolo del pueblo loretano como gratitud
imperecedera a los beneficios alcanzados por la región con la nueva
organización, que el Gran Mariscal le dió.
Ese preclaro hombre público que decía: “cuando Chile construya
un buque de guerra, el Perú debe construir dos”, demostrándonos su
clarividencia extraordinaria en los inteses patrios confiados a su
dirección; se preocupaba de sentar en las inconmovibles bases de la
posesión efectiva, la soberanía de nuestra región oriental, dictando
al efecto atinadas disposiciones supremas o provocando leyes
tendientes a hacer de Loreto, y especialemnte de Iquitos, el
baluarte de la defensa oriental del Perú y un gran centro comercial
e industrial. Ahí está como protesta muda del abandono de regímenes
posteriores la hermosa chimenea que se levanta en lo que fué
Factoría del Estado, la primera oficina industrial de importancia
estabelecida en el Amazonas peruano-brasileña y tal vez la primera
del Perú, para la reparación y construcción de embarcaciones y que
por descuido, ignorancia o concupiscencias criminales, apenas si
existe ese conducto de escape de humo, que por ser de ladrillos no
ha podido ser conducida a los lugares donde han ido a parar las
maquinarias y demás enseres de tan costosa instalación.
Ocioso sería pedir la sanción correspondiente porque viniendo
la podredumbre moral que corroe el organismo nacional, desde
arriba, no se puede exigir responsabilidades a los de abajo. Pero
ahí está, repetimos, la hermosa chimenea desafiando tormentas y
tempestades y contemplando el pavoroso abatimiento de la antes
floreciente región amazónica peruana... y subsistirá a través de los
siglos si alguna sacrílega mano no la echa a tierra para aprovechar
sus desmontes – los pobres despojos de la primera y última obra de
utilidad pública levantada por la acción oficial del Estado en
Loreto!

EL CORONEL PORTILLO
Cuando el Coronel Pedro Portillo asumiera la prefectura del
departamento de Loreto, le habían sucedido una decena de autoridades
de igual categoría que no podríamos precisar cuáles fueron sus
preocupaciones, porque nada dejaron en beneficio del departamento
durante su paso por las oficinas prefecturales. A este respecto,
Enrique S. Llosa, senador por Loreto, en el año de 1901, en un
Manifiesto a sus mandantes decía: “Loreto tiene amargos recuerdos de
los Prefectos y Subprefectos y probablemente no es sólo en la
República en experiencias de esta naturaleza. Desde luego no me
refiero sino a quienes han practicado actos verdaderamente
delictuosos, cuando bajo el pretexto de las obras públicas
despilfarraron los dineros fiscales en obras inútiles o
dispendiosamente ejecutadas, o convirtieron a los ciudadanos en
víctimas del poder que investian exigiendo el pago de impuestos
ilegítimos o la prestación de sercicios gratuitos, cosas que la
Constitución prohibe y castigan nuestras leyes penales”.
Y continuaba: “A fin de que las autoridades polÏticas se
dediquen por entero a las funciones que la Ley les encomienda y se
aparten de la dañosa corruptela de iniciar y ejecutar obras por
nadie autorizadas, presenté un proyecto del cual, al ser aprobado,
en la próxima legislatura, aguardo los más benéficos resultados”.
Lo que quiere decir que los prefectos invertían los dineros
fiscales en “obras públicas” que infelizmente no existen en la
actualidad. La palabra autorizada del senador Llosa, sacrificado en
aras de las públicas libertades loretanas, es insospechable y digna
de todo crédito.
Esa actitud de los prefectos dió lugar, sin duda, a los
movimientos armados encabezados por los señores Madueño y Seminario
primero, y el del Coronel Vizcarra después. Porque se precisa no
tener sangre en las venas para contemplar el robo desenfrenado, el
abuso y la mentira como sistema de gobierno; y permanecer impasibles
y acatar sumisos los imperativos y arbitrarios mandatos de
dictadorzuelos sin escrúpulos ni conciencia, ignorantes y
presuntuosos.
El Coronel Portillo asumió la Prefectura cuando todavía se
recordaba en Loreto las andadas infructuosas y desgraciadas del
Coronel Vizcarra y se dedicó a una obra de reconstrucción y de
patriotismo. Los peruanos, y especialmente los nacidos en Loreto,
deben recordar con gratitud la memoria de este soldado de la Patria
que dedicara sus energías explorando y recorriendo los inmensos ríos
de nuestra vasta hoya amazónica, colocando la Bandera Nacional en
los legítimos linderos que tratados internacionales y disposiciones
de la Corona de España, señalan al Perú por su región oriental y que
más tarde ha tenido que ser arriada, obedeciéndose a combinaciones
diplomáticas excesivamente perjudiciales al Perú.
En verdad que el Perú precisa de hombres de acendrado
patriotismo para impedir que tan vastas y ricas extensiones de
territorio nacional pasen a poder de naciones extranjeras; pero ante
todo es menester que los gobiernos que se sucedan se den cuenta
exacta de la importancia que para el futuro del Perú representa la
integridad territorial de Loreto. Esta importancia no puede ser
conocida y apreciada mientras a tontas y a locas, por satisfacer,
muchas veces, caprichos pueriles o complacencias vanales de
política local, la administración del departamento de Loreto sea
encargada a analfabetos sin nociones del papel que van a desempeñar
o a los que aceptan el cargo por meros fines especulativos. La
administración de Loreto debería ser encomendada a personas que
unieran a su honradez a prueba , comprobada competencia
administrativa y clara visión de su porvenir; y en este caso
tendrían labor para muchos años porque en Loreto no hay un solo
problema económico, industrial, social ni político que hasta la
fecha haya sido resuelto, pero ni siquiera debidamente estudiado.
Aquello ha ido desenvolviéndose por su propio impulso, y así
marcha sin ideas directrices, sin orientaciones definidas, hacia la
ruina, a la quiebra de todos sus valores...
Por esto es que el pueblo de Loreto prestara su asentimiento
pasivo y otorgara sus simpatías al grupo revolucionario de 1921;
porque apartándose de toda cuestión de política casera, del caos
nacional de hoy, se da cuenta de que toda la desgracia de Loreto,
toda la crisis que le agobia, se encuentra em la acción gubernativa
que sólo se ha dejado sentir para locupletar las arcas fiscales y
las particulares de sus administradores subalternos; o que en todo
caso, si la ha habido, ha sido para empeorar las cosas, ignorante
como se encuentra de las verdaderas necesidades loretanas. El grupo
revolucionario contemplando el cuadro tristísimo de la situación de
Loreto de 1921, no vaciló en tomar las armas para exigir con ellas
lo que en tantas ocasiones el pueblo ha solicitado; y si no se han
conseguido po el momento las ventajas apetecidas la acción fracasada
servirá de estímulo e incentivo en las altas esferas oficiales y día
llegará que Loreto alcanzará el auge a que sus naturales riquezas le
dan derecho.

LA SITUACIÓN POLÍTICA DE LORETO EN 1918-1919

Ejercía la prefectura del departamento el Coronel Emilio Soyer


y Cavero. Desde su llegada a la capital oriental el grupo que por
parodia denominaremos oligárquico, se la dió – como lo había hecho
siempre – de mentor de los actos prefecturales. A este grupo, que el
pueblo habia bautizado con el sugestivo nombre de La Cueva,
pertenecían los senadores y diputados, los alcaldes y los
concejales, los presidentes y miembros de la extinguida Junta
Departamental y Sociedad de Beneficencia, y ocupaban todos los
puestos de la administración inclusive la policía y el servicio de
baja policía del Municipio: era un acaparamiento odioso que tenía
por finalidad sustraer en lo posible de la función pública o
administrativa a todo nacido en Loreto, pretextándose para tamaña
arbitrariedad las ideas separatistas, federalistas o regionalistas
de los loretanos; cuando en realidad de lo que e trataba era
mantener una situación falsa, que les permitiera conservar las
granjerías adquiridas en el presupuesto fiscal y las rentas
comunales. Sin embargo, en las filas de los cuevistas figuraban
algunos loretanos dóciles a los mandatos de los directores y no
todos los forasteros, costeños o serranos, participaban de las ideas
absorbentes del grupo que se declaraba el dirigente de los destinos
de Loreto.
Semejante brutalidad que rebajaba a los loretanos al mismo
nivel de los negros en los Estados Unidos de Norte Americana, o al
de los irlandeses en su propia patria, tuvo que provocar conflictos
y crear cierta animosidad contra los peruanos de la costa o la
sierra y dió nacimiento a una institución popular que contrarrestara
la influencia perniciosa de los de la Cueva, fundándose la LIGA
LORETANA, que tuvo su estreno trágido en el año de 1913, en que fué
abaleado el pueblo de Iquitos, y asesinado en las calles de la
ciudad el candidato popular a la senaduria, señor Enrique S. Llosa,
en momentos que dirigía la palabra a una compacta muchedumbre,
alentádola para que reconquiste sus derechos ciudadanos que
pretendían ser conculcados una vez más con la imposición oficial. Y
desde esa fecha, la Liga Loretana, bautizada con sangre inocente,
siguió su curso ascendente ganando todas las voluntades:
pacíficamente o por tumultos, sobre cadáveres y persecuciones, la
marcha de la liga regionalista siguió adelante; los débiles
esfuerzos de la minoría dominadora se perdían y desaparecían ante el
impulso impreso por las huestes populares: los que creían dirigir a
esta muchedumbre, en realidad, eran empujados delante de ella y los
que, mas tarde, trataron de resistirla, fueron derríbados y
aplastados...
Por no estudiar nuestreos políticos las etapas de esta clase
de movimientos evolutivos, es por lo que calculan mal su fuerza, es
por lo que llegan a desconocer su ley, y por lo que tantas
revoluciones violentas se producen y llegan, muchas veces, a cambiar
la faz de la sociedad. Y es que la parte de una sociedad, que no ha
tenido importancia, crece y se hace fuerte. Demanda entonces el
acatamiento a sus prerrogativas en relación no a su anterior
debilidad, sino a su fuerza presente. Si se le concede, todo marcha
bien; si se le niega, sobreviene la lucha entre la joven energía y
los antiguos métodos.
Esto es lo que sucedió en Loreto el año de 1918-1919 entre
cuevistas y liguistas y es lo que acontecerá siempre que se trate
de mantener a cien corrompidos en un sitio, posponiendo a los que
con derecho pueden y deben ser.
Bajo el imperio de La Cueva, en Loreto, los loretanos no podían
alcanzar nada; si querían figurar en cualquier cargo administrativo
podían salir a la costa o la sierra, en su tierra les era
imposible.
Después de los sucesos políticos del 4 de marzo de 1919, en
Iquitos, el Prefecto, señor Soyer y Cavero, se dirigió a la capital
de la república, satisfecho de su actuación, porque no permitió el
derramamiento de sangre popular; y fué nombrado para desempeñar las
mismas funciones el señor Enrique Zegarra, que llegó a Iquitos,
precisamente, el último día de las elecciones políticas,
manifestándose neutral; esa neutralidad que en lenguaje vulgar
denominamos camarón. Poco tiempo después, el 4 de julio, el
inalámbrico anunciaba el derrocamiento de don José Pardo, y el señor
Zegarra (1) se apresuraba a ponerse a las órdenes del nuevo
régimen; pero suponiendo que se produciría una reacción en Lima
apresó a los leguistas de Iquitos Y adelantándose a los
procedimientos de don Germán Leguía y Martínez, los encerró en una
bodega de un navio de guerra y los despachó con rumbo desconocido.
Días después se vió precisado a declarar sin efecto su orden de
deportación al extranjero.

(FALTA RODA PÉ)

El PREFECTO RUIZ Y PASTOR

Hemos estimado necesaría la divulgación de los anteriores


antecedentes para demostrar que la revolución de Loreto del año de
1921 ha tenido un período de larga gestación, esperándose el
momento propicio para que estallara y faltando tan sólo hombres
dispuestos a asumir la responsabilidad de sus actos y dirigir el
movimiento hacia la finalidad perseguida. La crisis económica, el
nombramiento de D. César Ruiz y Pastor y los atropellos a la ley y a
los ciudadanos de la Dictadura, aceleraron la fecha que fatalmente
tenía que venir.
El primer enunciado es fácil probarlo. Todos saben los efectos
que la misería produce aún en gente de mayor cultura que la gran
masa de analfabetos. Se sabe que aún el hombre de condición mansa –
de la que es tipico el loretano y por lo que ha sido explotado
vilmente – lo hace irritable, irracional, crédulo, ávido de rápida
mejora, indiferente a las consecuencias futuras. “No hay remedio
absurdo en medicina, religión o política que no pueda enseñorearse
aún de una inteligencia poderosa, si ha sido trastornada por el
sufrimiento y el dolor”. Y Loreto atravesaba una dolorosa crisis
económica y el fisco nacional no pagaba a nadie un centavo. No es,
pues, desdoroso para los habitantes de Loreto y los revolucionarios
señalar como una de las causas del movimiento armado aquella crisis
que aún pesa sobre el departamento; y con respecto a la acción
desquiciadora de la dictadura como determinante de los mismos
sucesos, ya nos hemos ocupado de ello y nos ocuparemos mas adelante.
Nos queda por demostrar la participación del señor César Ruiz y
Pastor.
Instalado D. Augusto B. Leguía en el solio presidencial por
obra y gracia de sus actividades revolucionarias, que culminara con
el asalto del poder, hizo el respectivo nombramiento de autoridades
subalternas para las diversas secciones territoriales del país; a
Loreto le tocó el señor Ruiz y Pastor, una excelente persona,
posiblemente; pero sin ninguna de las condiciones que se requieren
para administrar un pueblo, ni mucho menos el de la importancia de
Loreto. Y el señor Ruiz y Pastor desconociendo el principio que no
deben olvidar los que aceptan esta clase de encargos, que no es el
mal gobierno absoluto sino el mal gobierno relativo lo que suele
producir en las colectividades las exaltaciones populares, y que no
deben descuidar de analizar el estado del espiritu público cuando se
pretende dirigirle o encausarle por determinadas orientaciones, se
entregó a una política de intrigas y de chismes y de corruptoras
complacencias, que desde el primer momento se conquistó la
animosidad popular.
El señor Ruiz y Pastor fué uno de los que en la Liga Loretana
combatió a los de La Cueva; en sus discursos y en sus conversaciones
condenaba la actitud de ese grupo intransigente; y agraciado con el
nombramiento de primera autoridad del departamento era lógico
esperar que los miembros de la Liga, que habían luchado a brazo
partido y regado su sangre en las plazas públicas defendiendo su
ideal, por lo menos fueran considerados y cesara la persecución a
que les habían tenido sometidos el grupo anterior que tan
ruidosamente había sido derrotado en toda la línea. Pero el
Prefecto, convertido en vaca se olvidó de que había sido ternera. Y
aqui cabe decir: pobres fortunas que caen en manos de individuos que
jamás conocieron el valor del dinero ni la manera de ganarlo! Es lo
que sucedió al flamante Prefecto, olvidando sus antiguas
“convicciones”, olvidando que había actuado con los loretanos hasta
encumbrarse y tergiversando completamente el carácter de su
investidura, se convirtió en el más terrible y encarnizado enemigo
del pueblo de Loreto, es decir de los nacidos en él y trató de
formar una absurda Liga, contra la Liga Loretana y en la que sólo
ingresarían costeños y serranos, “amenazados éstos de ser
proscriptos con la preponderancia que habían alcanzado los loretanos
en las últimas elecciones políticas;la que se enfrentaría a ella".
Es decir un proceso igual al del grupo caído y por abatir el cual
se había luchado.
Naturalmente no encontró elementos para llevar adelante su
plan, limitándose a hostilizarlos encubiertamente, transcurriendo
así algunos meses hasta que fué promulgada la flamante
Constitución de la Patria Nueva y en que la Liga Loretana, como para
demostrar su fuerza a los ojos del Prefecto, que se obstinaba en
considerarla insignificante, convocó a sus adherentes a una
manifestación pública, en homenaje a la nueva Constitución.
Publicada la invitación respectiva en los diarios locales el señor
Ruiz y Pastor se consideró agraviado porque no se le había pedido
permiso y trató de impedir la manifestación, que en realidad era el
régimen que representaba. La manifestación se llevó a efecto y la
autoridad fué burlada, esperándose únicamente que su intransigencia
fuera al extremo de abalear al pueblo que desafiaba su poder.
El 29 de enero los diputados González Zúñiga y Raygada dirigían
desde Lima el sigiente despacho radiográfico:

Prefecto – Iquitos. – Periódicos aquí publican telegrama


firmado Juan Olórtegui, oposición suya, subprefecto, manifestación
patriótica motivo promulgación constitución, expresando llevóse a
cabo propiciaba él. (firmado) Raygada Zúñiga._

(Falta rodapé)

Ignoramos lo que contestaría el Prefecto, pero es una muestra


del “talento administrativo” de que hacía gala. Y esta acusación le
sirvió de incentívo mordaz para sus ataques a la Liga y sus
miembros.
El documento que transcribimos enseguida es una demostraciön de
lo que decimos y dará una idea de la excitación pública que
provocaran los atentados de Ruiz y Pastor, que su persecución no
quedó limitada a los hombres, sino que la hizo extensiva a las
mujeres, acusándolas de delitos contra “el orden público”.

(Copia de un recurso de Habeas Corpus)

“Señor Presidente de la Corte Superior de Loreto.

“Los suscritos y suscritas, vecinos de esta ciudad, a Ud. Con


todo respeto decimos: que, de conformidad con el artículo 7º de la
Ley Nº 2.223 sobre liquidación de prisiones preventivas y de
acuerdo con las disposiciones contenidas en la nueva Constitución
Política del Estado sobre garantías individuales, interponemos
recurso de Habeas Corpus contra el Prefecto de este Departamento,
el Sub-prefecto del Cercado, el Mayor de Guardias, el Alcalde o
Presidentee de la Junta de Notables de esta provincia, el inspector
de policía de la Municipalidad y el jefe de la cuadrilla municipal.
Aprovechando del incidente personal ocurrido en el vapor
“Estefita” entre el señor Emilio Wesche y el Abogado don Rosendo
Badani en la tarde del 27 de este mes, los expresados funcionaríos y
empleados están consumando desde ese día los atentados más
inconcebibles contra los pacíficos y laboriosos habitantes de esta
ciudad, especialmente contra el elemento loretano sin distinción de
sexo ni de edad. Unidos y de común acuerdos, los inspectores de
policía y los peones de la cuadrilla municipal penetran a cualquier
hora en los domicilios y después de maltratar a las personas que en
ellos habitan los toman y conducen presos a la Subprefectura donde
sin darles explicación alguna se les sume en los calabozos,
incomunicándolos y privándolos en lo absoluto de todo alimento por
veinticuatro o más horas, y anegando previamente de agua tales
calabozos. Así se ha procedido con don José Cruz Hidalgo, don
Mamerto Ramírez, don Juan Rojas Torres, don Trinidad Amasifuén, el
menor Julio Teco, Pedro Macedo, don Julio Ríos, don Jorge Jarame,
don Simón Ramírez, don José Navarro, don Andrés Panduro, don
Augustín M. Teixeira, don Resurrección Díaz, don Alfonso Navarro
Cáuper, don Vicente Cornejo, don José Saboya, don José Reyes
Flores, don Jorge Navarro, don Zacarías Fernández, don Miguel
Puerta, don Manuel Ríos, don Ernesto Bernales; doña Dolores Noriega
por dos veces, doña Francisca de Pezo, Rosalía Jiménez, Dolores
Sánchez, Margarita Pérez, Matilde Chumbe y su madre; y otras muchas
personas de cuyo nombre no nos acordamos por el momento; y, además,
se encuentran en la condición de perseguidos don Juan Olórtegui
Villacorta, don César Alván, don Manuel Ríos, don Pedro Gardín, don
Estanislao Nauparí y otros.
“Contra las citadas personas no ha existido, ni existe, motivo
alguno legal para que se les haya estraído violando sus domicilios y
se les haya privado de su libertad en forma tan atentatoria, así
como tambíen no hay causa para que se persiga a las otras
mencionadas al final, pues el articulo 6º de la expresada Ley Nº
2,223, dice a la letra: “Salvo casos de flagrante delito, nadie
podrá ser privado de su libertad, sino por causa de juzgamiento o de
aplicación de pena. En razón de la primera de estas causas las
autoridadese encargadas de cuidar el eorden público podrán arrestar,
con el objeto de conducirlo ante el Juez respectivo”.
“Desde la noche del 27 de este mes están al corriente y son
sabedores el señor Prefecto y el señor Alcalde o Presidente de la
Junta de Notables de todos los atentados que se han cometido y se
cometen contra el pueblo pacífico e indefenso por los inspectores y
soldados del cuerpo de policía y por la cuadrilla municipal de la
baja policía, a las órdenes de su jefe; y muy lejos de impedir tales
atentados, día a día los estimulan en forma más odiosa y grave. –
Por tanto:
A Ud. Suplicamos, se sirva admitir el presente recurso,
sustanciarlo y oportunamente declararlo fundado imponiendo a los
culpables las penas a que e han hecho acreedores.
Otro sí decimos: que, por no existir ya en esta ciudad mas de
cuatro abogados, que son los doctores Velazco, Ramírez del Villar,
Morey y Burga Cisneros, no lleva este escrito autorización o firma
de letrado, de conformidad con el artículo 140 de la Ley Orgánica
del Poder Judicial.
Otro sí decimos: que se ha de servir Ud. Señor Presidente,
ordenar que el Subprefecto de esta provincia eleve al Superior
Tribunal copia certificada de la lista de las personas contra las
que ha dictado orden de detención y la cual se encuentra pegada en
la puerta de la prevención de la Sub-prefectura.

Iquitos, 30 de enero de 1920.

(Firmado) F.E. Reátegui. – Neptalí López. – Vicente Cornejo. –


P.A. Gardín. – Israel Vela Dávila. – David A. Mestanza. – Pedro
Villacorta. – César Alván. – Enrique G. Villacorta. – Felipe B.
Arbildo. – Manuel A. Pinedo. – E. L. Zumaeta. – M. Puerta. – B.
Ríos. – Antonio D. Bardales. – Manuel Octavio Villamar. – S. Vela.

Depués de la lectura del documento precedente cabría


preguntarse: cómo es posíble que los propíos elementos del Prefecto
se encontraran hostilizados de tan brutal manera, a los cinco meses
escasos de alcanzadas las ventajas políticas que habían aspirado¿
Qué es lo que había sucedido?
Lo que había sucedido es que los caudillos políticos de Loreto
habiendo gustado con exceso los placeres de la popularídad habían
olvidado sus promesas; y el pueblo, que había gustado los placeres
de la excitación, se había tornado exigente ante el incumplimiento
de lo prometido, habiendo, por lo demás, en una colectividad que
todo está por hacer, motivos suficientes para servir de pávulo a la
agitación. Los que se encontraban arriba, pesando ahora sobre ellos
las responsabilidades, se diereon cuenta de que no todo podía
alcanzarse, sin duda, con la celeridad y eficacia que pregonaron; o
demostraban que su verborrea habia llenado su objeto: llegar al
poder y todo estaba terminado. Pero como en su impaciencia para
llegar al poder llamaron al diablo de la intolerancia política,
resultó que no fué tan fácil despedirlo como evocarlo. En su
oportunidad hizo lo que le pidieron y se tornó, enseguida, amo
exigente y duro, reclamando, con sobrada razón, el pago de sus
servicios. Sin duda alguna es muy agradable verse presentado como
campeones del derecho y de las publicas libertades; será muy
agradable oir llamar a los enemigos políticos: asesinos, corruptos
miserables... Pero cuando toda esta palabrería los llevó al poder,
cuando se encontraron que tenían que hacer lo que los otros no
habían hecho y que tenían que conservar el orden público, que
habían desquiciado, y gobernar a los constantemente difamados y
humillados se encontraron con que no lo querían hacer, o no lo
podían, con la sagacidad y tino preconizadas; y mareándose en las
alturas no supieron resistir las tentaciones del poder... y Loreto
se encontró con una camarilla peor que la anterior, arriba, y una
muchedumbre enfurecida, abajo. De un lado vicios engendrados por el
poder; de otro lado vicios engendrados por la injusticia y la
deslealtad. Unos declarandose impotentes a todo adelanto político,
social y económico; y otros clamando por la destrucción de los que
antes habían encumbrado.
Y el señor Ruiz y Pastor, cada día que transcurria, daba
nuevas pruebas de su falta de cordura, de su poca consistencia
moral, ahondaba la crisis con sus procedimientos arbitrarios,
convirtiendo a Iquitos y al departamento en un vasto campo de
Agramante. El pueblo pretendía imponerse a la policía
contrarrestando su fuerzas; y la policía, abusando de la fuerza que
tenía en sus manos, pretendía dominar al pueblo: el desenlace tenía
que ser inevitable.
Claro está que no aceptamos, en defensa del Prefecto, la
circunstancia, muchas veces enunciada, de que era manejado por
terceras personas que abusaban de su ceguera, porque la aceptación
del cargo que le habían confiado implicaba que se responsabilizaba a
todos sus actos, por más que se encontrara físicamente incapacitado
hasta para mover los pies a sitio seguro.
Persona allegada al señor Ruiz y Pastor nos manifestó al
respecto, que en el mes de enero del año de 1921 recibió éste, una
carta del diputado señor Julio Abel Raygada, en la que le decía con
respecto al secretario de la prefectura, mas o menos lo siguiente:
“Tengo malas referencias de su secretario, sé que está vendido
a Israel, de quien recibe una subvención mensual; creo que sus
antecedentes son malos, cámbielo, porque ese puesto es la llave de
la administración: haga Ud. Que su mujer le lea bien claro todo lo
que debe firmar; muy malos datos son los que tengo del secretario a
quien no conozco ni sé cómo fué a dar por allá”.
Estas palabras demuestran que el señor Raygada, que
influenciaba en el gobierno, sabía que el señor Ruiz y Pastor
firmada lo que otro le leía; y en vez de gestionar su retiro, como
hubiera sido el procedimiento honrado y lógico, le insinuaba la
conveniencia de que cambiara al secretario, como si el que asumiera
el puesto en su reemplazo podría tener patente de honradez, en el
caso de que fuera cierto lo aseverado de que el actual estaba
vendido a Israel! Y aún cuando así hubiera sido no podría
considerarse culpable de cualquer reparo al secretario, sino al que
firmaba lo que no leía. Su única salvación, en verdad, estaba en
llamar a su mujer...!
Siendo, pues, materialmente ciego el señor Ruiz y Pastor no
podía esperarse de él acción propia, limitando su actividad a
intrigar a los loretanos, a los dispersos de las filas cuevistas,
que recibieron sóferas palizas en las calles de la ciudad, y a los
que de alguna manera hacían ver sus continuos desaciertos; a la vez
era dócil a todas las insinuaciones de sus “amigos” que conociendo
el partido que podían sacar de él, aprovechándose de su ceguera, le
adulaban cordialmente. Ruiz y Pastor olvidaba en esos momentos las
miserias pasadas, olvidaba las decepciones sufridas con los
acaudalados comerciantes que se decían ahora sus “parientes” y se
entregaba en cuerpo y alma a las falaces iniciativas de éstos.
Como estaría de sugestionado este buen señor, que se atrevió a
proponer al gobierno lo que se verá enseguida. Son copias de dos
radiogramas hechos fuera de la prefectura y discutidos a voluntad
entre los comerciantes interesados, que se los presentaron a Ruiz y
Pastor, y éste los trasmitió a Lima.

“Iquitos, 13 diciembre 1920. – Presidente República. – Lima.


“Comercio Iquitos encuéntrase situación desesperada debido
imposibilidad verificar exportación productos región; única manera
salvarlo aguda crisis, redundaría perjuicio general, sería que
gobierno gestione Congreso o decrete con cargo darle cuenta,
moratoría por dos años. Ruégole bien intereses departamento tomar
sería consideración este punto. (Firmado) Ruiz Pastor, Prefecto”.

Como pasaran los días y el gobierno no contestara y se hicieran


insinuaciones de cierto género, volvieron los comerciantes
interesados en no pagar a sus acreedores, a llevar al Prefecto otro
radiograma, que igualmente paso y que dice:
“Iquitos, 7 enero 1921. – Presidente República, Ministro
Hacienda.
“Compulsada delicadísima situación económica departamento,
agravada con fuertes sumas arroja defícit presupuesto y oída
opinión principales casas comerciales aquí, estímase como medida
salvadora dicha situación que gobierno gestione Congreso declare
moratoria por seis meses, autorizando ejecutivo prorrogarla caso
necesario. (Firmado) Ruiz y Pastor, Prefecto”.
Claro está que el gobierno no podía hacer caso a semejante
insinuación, por más que la patrocinaran las “principales casas
comerciales” de Iquitos, porque si legítimos son los intereses de
los comerciantes establecidos en Loreto también lo son los demás
comerciantes del resto de la República y mucho más dignos de
protección, siquiera por la forma cómo trabajan y que sufruían
también los efectos de la crisis mundial; y en todo caso, no
imaginaba el señor Ruiz y Pastor que al llevarse a efecto su
proposición, el crédito del Perú en el extranjero habría sufrido el
más formidable golpe y declarados los comerciantes del Perú unos
ladrones? Y de otro lado quedaba patentizada la bancarrota del fisco
peruano y su desorganización, que la Dictadura, por propio interés
tenía que ocultarla.
Pero es que el señor Ruiz y Pastor así cómo no veía, tampoco
ejercitaba su intelectualidad con el raciocinio ponderado que
corresponde a una autoridad. Y sinó véase outra demostración que
puede dar lugar a todos los comentarios.
En el mes de Abril del año de 1921 algunos comerciantes de
Iquitos, presentaron a la Prefectura, no sabemos si a solicitud de
ésta, diversas propuestas ofreciendo la venta de sus embarcaciones a
vapor señalando precios excesivamente subidos; y hubo una que para
el menos conocedor de Loreto le sorprenderá pueda producirse
semejantes proposiciones. Se trataba no de vender al Estado una
embarcación, sino alquilársela y nada menos que por Lp. 100
mensuales. El contrato, ajustado ya, fué impedido por el estallido
del movimiento revolucionario, y es el siguiente:
“FLETAMIENTO. – Conste por el presente documento el contrato de
fletamiento que se celebra entre la Prefectura del Departamento de
Loreto y los señores Barcia Hermanos, comerciantes de este puerto
bajo las estipulaciones siguientes:
“Los señores Barcia Hermanos, dueños de la lancha a vapor
“Hercules” de la matrícula del puerto de Iquitos, la dán en
fletamiento por tiempo indefinido a la Prefectura del Departamento.
“La merced conductiva o flete que debe abonar la Prefectura
es la cantidad de CIEN LIBRAS mensuales, empezando a correr el
flete desde el día en que sea firmado este contrato.
“Todos los gastos, pago de tripulación, licencias y demás
correrán por cuenta de la Prefectura, excepción hecha del primer
maquinista cuyos sueldos serán abonados por Barcia Hermanos, quienes
lo designarán y fijarán dichos sueldos.
“La Prefectura se obliga a asegurar la embarcación fletada
contra todo riesgo ante cualquiera Compañía aseguradora de la que
sean agentes los señores Kahn & Cia., y por la cantidad de DOS MIL
LIBRAS ORO, estipulando que el contrato de seguro comience a surtir
sus efectos desde el día en que se haga cargo de la embarcación la
parte fletadora hasta que sea devuelta en este puerto, a los
fletantes. – Iquitos, a 18 de mayo de 1921”. (1)

Por el estilo era toda la administración del señor Ruiz y


Pastor, sin que nadie atinara a comprender las poderosas razones que
obligaban al Dictador a mantenerlo en el puesto contra los anhelos
generales de que tan mala autoridad fuera despedida y nombrada una
que tratara de aminorar los efectos de la aguda crisis que día a día
se hacía mas grave. El dictador se contentaba, y en esto puede
encontrarse el secreto, con atender las denuncias de Ruiz y Pastor,
que diariamente llegaban al Palacio de Gobierno de Lima, en
radiogramas cifrados indicándole las versiones que corrían sobre
"alteración del orden público”; lo que hacían los hermanos Echaíz,
en Chachapoyas; que se bacía “tráfico de armas” por puerto Meléndez
para la “revolución”; que el Prefecto Arciniega era enemigo del
regimen y arbitraria autoridad; y en fín ejercía, con lujo de
detalles, las funciones que en Lima se encomiendan a las gentes de
la mas baja ralea; pero no se ocupaba de las incumbencias de su
cargo y el Dictador le estaba agradecido. Y como la prensa local
ponía los puntos sobre las íes, agitando los ánimos, solicitó para
uno de los diaríos una subvención, al mismo tiempo que hostilizaba a
los que se les habían declarado censores de sus actos. Pocos tiempo
después se recibía en Iquitos las siguientes comunicaciones que
fueron entregadas a sus destinatarios:

(FALTA RODAPÉ)

“Un sello de la Prefectura del departamento de Loreto. – Señor


Director de “La Razón”. – El señor Director de Gobierno en oficio
Nº 446, me dice lo siguiente: – “Lima 24 de enero de 1921. – Señor
Prefecto del Departamento de Loreto. – Adjunto al presente el oficio
de fecha 12 del actual, trascriptorio de la resolución suprema que
autoriza a esa prefectura para que mensualmente invierta la suma de
QUINCE LIBRAS para que atienda a los gastos reservados de ese
despacho. – Dispone el señor Ministro, que esa cantidad, la entregue
Ud. Al Director de “La Razón”, de Iquitos, mensualmente. – Dios
guarde a Ud. (Firmado) Ricardo A. Espinoza. – Um sello de la
Dirección de Gobierno”. Lo que transcribo a Ud. Para su
conocimiento. – (Firmado) Ruiz y Pastor”.
Esta comunicación llegada a Iquitos por correo coincidió con un
despacho de distinta índole, muy gráfico:

“Depositado en Lima el 4 de Marzo, recibido el 7.


“Jefe Radio. – Iquitos. – Sírvase decir director “La Mañana”,
que en vista de su artículo 22 de enero, completamente injusto y
malévolo, queda suspendido servicio informativo. (Firmado) Jefe
Informaciones Palacio”. (1)

Pero como no hay amor sin interés, el Ministro de Gobierno, “El


Tigre”, consideró una vanalidad del Prefecto aquello de disponer
de un órgano de publicidad que le sobara la pantorrilla y decidió
sacar partido de las quince libras del fisco ordenando al Jefe de
Informaciones de Palacio, algo más.
Esa oficina de propaganda de la Dictadura expidió el siguiente
despacho:
Efectivo.
“Prefecto, Iquitos: – Conviene que “La Razón” escriba
articulos favor Dr. Leguía Martínez, justo, enalteciendo
personalidad, honradez, lealtad, intelectualidad, superior energía,
Ministro irremplazable. – (Firmado) Jefe de Informaciones”.

(FALTA RODAPÉ)

Y pueblo chico, infierno grande. Por obra de la ceguera del


Prefecto, que tenía que hacer leer todo; todo el mundo en Iquitos
sabía que los artículos de “La Razón” a favor de “El Tigre” eran
producto de las “quince libras”, y naturalmente nadie les hacía
caso, hasta que se dedicó a publicar, casi diariamente, el
fotograbado del “Ministro irremplazable” sin duda por la
consideración aquella de que no hay expresión más enérgica que la
gráfica...

Volviendo a la actuación del Prefecto Ruiz y Pastor, puede


decirse, en síntesis que todo lo prostituyó desde su oficina
prefectural, soliviantando los ánimos y provocando cada día
conflictos con las autoridades militares y subalternas políticas y
las instituciones locales, hasta que tanto desacierto y tanta
arbitrariedad encontró eco en el Congreso Regional del Norte, que
solicitó del Ejecutivo su separación. Pero una vez más prevalecieron
en los salones ministeriales la influencias políticas que se
interponían siempre que se trataba de separar del puesto a tan
desgraciada autoridad, y en esta vez primaron cuestiones de mínima
importancia.
El senador señor Juan Manuel García, que dejara tan amargos
recuerdos de su actuación como juez en Loreto, se puso de por medio
entre lo que pedía el Congreso Regional del Norte y lo que anhelaba
el departamento; véase porqué:

“Lima, 16 junio 1921. – Prefecto Ruiz Pastor. – Iquitos.

“Congreso Regional Norte, acordó insistir separación Prefecto


Loreto; conociendo móviles políticos y por ausencia representantes
esa jurisdicción interésome ante Presidente República, hacerle
presente improcedencia peticíon, toda vez que su labor
administrativa política, encarna buen sentir pueblo loretano (!!!)
Ofrecimiento gobierno fué conservarlo hasta donde fuese posible.
– Recomiéndole manera especial acepto Ud. Nombramiento Horacio
García como secretario Prefectura; ofreciéndole inmediatamente
pasar joven Delgado otra colocación. – Urgente. – Saludos. (Firmado)
senador García. – Vo. Bo. Portal.” (1)

(FALTA RODAPÉ)

El Prefecto se puso en guardia y paró el golpe así:

“Iquitos, 16 junio – Presidente Repúblicaa – Lima.

“Senador García díceme al insistir Congreso Regional Norte mi


separación debido a sus gestiones, Ud. Ofrecióle mantenerme hasta
donde fuese posible; pídeme a la vez acepte Horacio García como
secretario prefectura, proposición que me es muy sensible no poder
aceptar. – Ruégole decirme lo que haya sobre particular. (Firmado)
Ruiz Pastor, Prefecto”.

Y así continuó en la Prefectura hasta que la fuerza de las


armas le obligó a dejar el sitial desde donde todo lo maleó y donde
jamás se viera tanta incompetencia, maldad e intrigas. Su
permanencia en ese cargo podría servir a un psicólogo de gran
material de estudio, para llegar a la conclusión de que se trataba
del verdadero tipo del burócrata ignorante y altanero con los de
abajo; servil con los de arriba y los poderosos; y dócil a la
sugestión que produce la adulación. Con gran apego al puesto público
suponía que su salida de la Prefectura era la desgracia, el
ostracismo, la muerte: sólo pensaba en el sueldo de Lp. 200.0,00,
que nunca podría alcanzar en cualquiera otra ocupación, ni mucho
menos... si es ciego.
Habrán personas que encuentren apasionamiento en nuestras
palabras y que consideren de que se trata de un anciano achacoso,
incapacitado físicamente para todo y que por último es una buena
persona como amigo... A los que piensen así les repetiremos lo que
ya hemos dicho: que la aceptación del cargo prefectural implicaba,
por parte de él, su asentimiento tácito a las consecuencias de sus
actitudes, por más que estuviera físicamente impedido para darse
cuenta de lo que hacía. Y como, además, se esforzaba en mantenerse
en el cargo que no podía o no sabía desempeñar, toda atenuante le
está negada.
Se dirá, entonces, que los responsables son los que le
sostenían en el empleo. Nada más arbitrario. Los hombres
inteligentes o pícaros, que no desean hacer lo que les está vedado
por la moral social, buscan, generalmente, terceras personas para
sus planes y que carguen con las responsabilidades. D. Augusto B.
Leguía tiene esa característica y dispone de toda una cohorte de
ejemplares a lo Ruiz y Pastor, que son resignados instrumentos de
sus arbitrariedades y que se contentan con las migajas del gran
banquete fiscal.
Y sinó porqué D. Augusto B. Leguía ha hecho deportar del país a
sus hombres independientes? Porqué ha hecho clausurar o ha
suplantado los principales órganos de publicidad, en Lima y las
provincias?...

LA CRISIS ECONÓMICA EN LORETO


SUS CAUSAS Y SUS EFECTOS

Sin los datos estadísticos indispensables para hacer una


exacta demostración de la crisis económica de Loreto, vamos a
procurar señalar en párrafos sucesivos la determinante de la
pavorosa situación de miseria, desaliento y desconfianza que se ha
apoderado de los hombres de la mas vasta y rica región del Perú.
Conceptuamos esta labor bastante difícil porque son múltiples y
variados los problemas que habría que tratar e investigar y
posiblemente no diremos mas de lo que otros han dicho al respecto,
con la diferencia única que para nuestras apreciaciones no nos
impedirán consideraciones personales, para así lograr una mayor
comprensión del complejo problema loretano, señalando en su origen y
esencia el cáncer que corroe la savia de nuestra región oriental.
No nos detendremos a recordar con minuciosidad de datos
históricos y técnicos desde cuándo data el descubrimiento e
importancia que en el comercio e industrias alcanzara la goma
elástica y el caucho, conocidos en el mercado mundial con el nombre
genérico de hevea brasilensis, aunque en realidad son dos grandes
clases diferentes por su calidad, origen botánico y sistema de
beneficio, que tienen otras tantas subdivisiones, y que para
nuestro objeto, siempre que tratemos de gomas diremos hevea o goma
simplesmente. Lo importante es saber que la región amazónica es la
más rica productora de gomas tanto por su cantidad como por la
calidad y que al Perú corresponde gran parte de esta riqueza
natural, dejada de la mano, y que los ingleses, con su sentido
práctico de siempre transplantaron en sus colonias de oriente para
hacernos la competencia de hoy, matando nuestra industria de hevea
silvestre, que hasta el presente se limitó a extraer el latex sin
observar ninguna regla científica ni económica.
Revisasndo la estadística nacional se ve que la industria
gomera en el Perú producía desde el año de 1887 fuertes sumas en
concepto de derechos de exportación, que aumentaron a medida que fué
aumentando la producción y el valor del producto y que en el trienio
1910-13, alcanzara su apogeo para caer violentamente al año
siguiente en que las plantaciones inglesas comenzaron a producir;
acentuandose desde esta fecha, año tras año , la baja en el precio
basta dejar de constituir negocio lucrativo, ni mucho menos, em el
momento actual.
Para no remontarmos a muy antiguos períodos bastará con el
cuadro que enseguida insertamos, demostrativo de la producción y
valores alcanzados desde el año de 1902 basta el de 1920 en que dejó
de trabajarse gomas en Loreto.

Años_Productos
exportados en
toneladas_Valor
declarado
en Lp._Años_Productos
exportados en
toneladas_Valor
declarado
en Lp.__1902
1903
1904
1905
1906
1907
1908
1909
1910
1911_1,702.541
2,107.917
2,221.050
2,539.567
2,575.660
3,028.681
2,516.316
2,801.881
2,650.630
2,158.423_368,814
441,577
670,137
913,990
954,148
954,623
608.828
1,137,658_
1,278,674
1,612,194_1912
1913
1914
1915
1916
1917
1918
1919
1920_3,192,961
2,780,872
2,272,084
3,4 0,450
2,810,988
3,294,524
1,736,339
2,693,100
795.333__1,308,026
815,998
445,792
595,944
696,899
598,507
323,363
353,924
90,022__
El cuadro precedente demuestra mejor que cualquiera retórica el
estado de crisis a que se llegara en Loreto el año de 1920,
desequilibrando todo: productores, compradores y Estado. Los
primeros abandonaron el trabajo; los segundos suspendieron las
importaciones y las exportaciones; y el último no tuvo como atender
sus obligaciones administrativas. En estos tres elementos del
desarrollo de los pueblos han habido imperdonablés faltas y errores
sólo admisibles en países desorganizados, que trataremos de
demostrar; pero antes daremos las cantidades que el Estado percibió
por derechos de exportación (incluyendo todos los productos
nacionales e importación durante el período 1908-1919, quedando
entendido que en los siguientes de 1920-1921, fueron casi nulos para
atender un presupuesto de egresos que día a día era elevado,
aumentándose así el malestar social y económico, que culmiinara con
el estallido del movimiento revolucionario del 5 de agosto.
He aquí los datos en referencia:

Años_Derec. percibidos_Años_Derec. percibidos__1908


1909
1910
1911
1912
1913_Lp. 116,181,3,72
146,181,3,72
251,046,9,00
236,605,7,61
213,433,2,05
161,328,0,08_1914
1915
1916
1917
1918
1919_Lp. 60,910.4.88
73.332.8.03
89,373,9,60
92,105,9,25
59,528,0,00
53,044,8,00__
Desde el año de 1914 hasta el de 1919 los déficit del
presupuesto departamental fueron cubiertos con remesas de dinero que
remitía la Dirección del Tesoro, aunque no con la celeridad y
eficacia que reclamaban los servicios públicos y no sufrieran las
consecuencias de un estado anormal. El año de 1920 estas remesas
dejaron de llegar a Loreto y en el de 1921, se suspendieron
totalmente: el gobierno no pagó un centavo a nadie.

La desorganización en la producción de gomas


Antes de que se dictara la Ley de Terrenos de Montaña, la
riqueza florestal de la región amazónica peruana pertenecía al
individuo que se encontraba con el coraje suficiente para afrontar
las penalidades de una vida que por fuerza de las circunstancias y
las luchas que había que sostener con elementos naturales, tenía que
ser azarosa y casi siempre preñada de las más espeluznantes
aventuras que su divulgación retraía a los que no se consideraban
con la energía necesaria para dominar a la Naturaleza y sus salvajes
habitantes.
Propagada en el Amazonas la estimación que en Europa se tenía
por las gomas y alentados los hombres por los buenos precios a que
se vendían las bolas de caucho o jebe, no tardaron los retraídos en
penetrar a la selva en busca de los árboles productores, que a
medida que transcurría el tiempo su número fué aumentando
considerablemente hasta el extremo de que en los lugares poblados
fué imposible encontrar una persona para ocuparla en algo que no
fuera gomas: todos se internaban en la selva tras del oro negro,
nombre con que fué bautizado el producto de los árboles gomeros; y
desde Chachapoyas y San Martín, desde la costa del país y de su
sierra, desde el Brasil, Ecuador, Colombia y Bolivia, la romería
hacía “el caucho” fué constante.
“Al principio comenzó la explotación de las gomas en los
riquísimos jebales de la delta del bajo Amazonas; mas tarde,
conforme iban agotándose por causas comunes a toda explotación
silvestre, y sobre todo por el sistema de derribar el árbol para
sacar el latex y por el descuido de hacer las insiciones y sangrías
de la shiringuera, fueron progresivamente avanzando en todas
direcciones hacia las arterias del gran río. Al fin remontaron los
últimos afluentes de cabecera y penetraron en el corazón de la
floresta a una cierta altura y distancia de las riberas a tal
extremo, que actualmente emplean meses enteros en peligrosísimos
viajes de surcada en canoas y practican largas trochas en la selva,
en medio de tribus salvajes para poder encontrar el árbol
codiciado”.(1)
Este resumen de cómo ha sido explotada la industria gomera en
el Perú podría servir de base para una reconstrucción de los
sucesos acaecidos en el largo período transcurrido desde la
“iniciación de la industria” hasta que desaparecieran los árboles
gomeros de las riberas de tan inmenso sistema hidrográfico; empero
el material es vastísimo y no cabría en las páginas de un sólo
libro: crímenes a granel; robos, asaltos a mano armada, asesinatos y
la más despiedada explotación del cauchero aviado, o peón,
erizarian los pelos y apenas si podría convenirse en que semejante
estado de barbarie pueda haberse producido en la época civilizada
presente. Sin embargo sucedió y la consecuencia la estamos
palpando: miseria y ruina por doquier.
La explotación de las gomas se efectuaba así: se presentaba un
individuo a una casa comercial, llevando unos diez hombres, digamos;
y después de algunos preámbulos terminaba solicitando aviamento
para “su gente”. El aviamento consistía en mercaderías de un valor
exhorbitante: telas de diversas clases, víveres, jabón, velas,
fósforos, kerosene, abundantes licores finos, pasajes y en general
todo lo que se pedía, recibiendo, algunas veces cierta cantidad de
dinero en efectivo. El aviado no se preocupaba de los precios de los
artículos que recibía; lo que le importaba era disponer de los
medios suficientes para penetrar a la selva, y a ella se dirigía.
Por su parte el aviador o comerciante tampoco averiguaba la clase de
individuo a quien abría crédito: si era bueno tenía que volver y si
no, nada perdía; a lo sumo el 10% de lo que había entregado, que lo
pagaría un tercero.
En el monte y obtenida lo que impropiamente se llama una
estrada, comenzaba la explotación. El aviado, generalmente un
holgazán, hacía su tambo al centro de la estrada o en la ribera del
río escogido para la explotación y esperaba a que llegaran los
peones con las bolas de jebe que eran pesadas arbitrariamente. Así
reunían la cantidad que consideraban suficiente para la safra del
año y regresaba a Iquitos con el producto. La casa aviadora lo
recibía, “hacía su cuenta” al aviado, que jamás protestaba de ella,
recibía su “saldo”, pagaba o no, a sus peones y se iniciaba el
derroche del dinero tan fácilmente obtenido; y cuando se le acababa,
uno o dos meses después, volvía a la casa aviadora, solicitaba más
dinero y mercaderías y se reiniciaba la destrucción de los árboles
generadores de la riqueza.

(FALTA RODAPÉ PÁG. 36)


Esta manera de explotar las gomas dió por resultado: primero,
que los caucheros, en su afán de regresar a Iquitos lo más pronto
posible no les importaba que los árboles de jebe sufrieran o no con
la forma en que los peones daban los golpes en la corteza para
sangrarlo, resultando que el árbol moría, generalmente, en el primer
año de la explotación; segundo que desaparecieron los árboles de
caucho, que eran derribados para extraer el latex; tercero, que se
cometieron infinidad de crímenes: unas veces entre caucheros para
tomarse el producto; otras para no pagar a los peones; las mas, los
salvajes fueron cazados como animles feroces para que dejaran libre
el terreno o quitarles el producto que habían recolectado; y cuarto,
que cada día se hizo más imposible conseguir árboles gomeros
precisándose internarse en el corazón de la selva para encontrarlos,
encareciendo su valor.

La especulación de los exportadores y causas que originó

Al comercio exportador le importaba lo mismo que las bolas de


jebe fueran mal o bien beneficiadas. Lo que a éste le importaba era
exportar más y más a fin de vender la mayor cantidad posible. Los
compradores de Europa se quejaban de la manera cómo iban las bolas,
muchas veces con materias extrañas, y amenazaron con no comprar más
el producto peruano. Los exportadores, para evitar se cumpliera
esta amenaza recurrieron al sistema de embalar las gomas en cajas
idénticas a las que se usaban en el Pará (Brasil) y venderlas así,
como procedentes de este último puerto, engañando a los
consumidores.
Se cuenta el caso de que la maquinaria de uma fábrica europea
de artefactos de jebee fué destruida por una bola de caucho de
Iquitos, que contenía una hacha. El secreto de esta hacha en la bola
de jebe, estaba en que fué bañada con el latex a fin de que hiciera
más peso. Tal era la avaricia de todos. La broma costó algunos
millares de libras eseterlinas a la casa exportadora.
Otras veces se introducía piedras u objetos pesados con el
mismo fin, y es que los aviados se vengaban así de los comerciantes
que los explotaban.
Sobrevino la crisis, la baja de los precios, y el comercio se
vió apurado para cobrar a los aviados; algunos no estuvieron
dispuestos a trabajar sin las mismas utilidades de antes y
abandonaron el trabajo y emigraron; otros, pensando en el alza y que
tenían muchos peones que les adeudaban, continuaron sus faenas y
siguieron sacando mercadorias y pagando en productos, hasta que la
realidad les convenció de que no era económico trabajar gomas.
Unas casas comerciales se retiraron, otras se sostienen y
algunas cobran sus cuentas con otros productos de la región; pero
que no rinden en la proporción geométrica que les permitía el
aviamiento a los caucheros. Actualmente no dan a nadie un centavo
para nada: todas las transacciones son a cambio de mercaderías y
siguiendo el sistema de la industria extractiva, extraen todo el
dinero que pueden y los envian a Europa o el Africa en giros sobre
Londres.

La desastendencia del gobierno


El gobierno jamás se preocupó de otra cosa en Loreto, cuando
producía las ingentes sumas de derechos de exportación e importación
que colocó a Iquitos como el segundo puerto del Perú, que en
solicitar los “saldos” de la Aduana, uma vez que se habían
satisfecho las necesidades del departamento. Sus autoridades no
hicieron nada en beneficio de la región, ni mucho menos señalaron o
adoptaron una fórmula para proteger la industria extractiva. Cuando
se hablaba de la futura crisis y se sabía que los ingleses hacían
plantaciones de jebe en la India, se trató de hacer algo; pero todo
fué ineficaz. Y dictada la Ley de Terrenos de Montaña se impulsieron
en ella una serie de articulos para reglamentar la propiedad de las
tierras, la manera de adquirirlas y la explotación de sus productos
naturales; pero no se consignó la disposición salvadora, la única
que habría evitado la crisis actual: que todo el que obtuviera por
compra, o denuncio una extensión de terrenos de montaña, estaba
obligado a sembrar y cultivar tantos árboles de caucho y jebe,
cuantas hectáreas solicitara y obtuviera. Mas tarde se pretendió
estimular el plantio dictandose una Ley de Primas de Gomales, pero
cuando alcanzara regular suma el depósito de los derechos cobrados
para tal concepto y que se encontraban en la Caja de Depósitos y
Consignaciones, fué invertido en objeto distinto a la ley, quedando
virtualmente terminada la explotación, y el cultivo iniciado, de
gomas en Loreto, con su consecuente paralización de todo el
movimiento que había impreso durante los treinta años en que
enriqueció a millares de individuos que se encuentran disfrutándola
en Tanger y Europa, dejando al resto em la más espantosa miseria,
muy merecida, por cierto, por su imprevisión.

Otros productos
Es de tal naturaleza rica la región amazónica nacional que
además de sus árboles gomeros contiene infinidad de productos primos
para multitud de industrias.
La tagua o marfil vegetal ha constituído renglón apreciable en
el cuadro de la exportación. Este producto, como las gomas, ha sido
desvalorizado exclusivamente por el afan inmoderado de lucro de los
extractores y comerciantes; los primeros con el fin de cancelar
cuentas recolectan el fruto antes del tiempo preciso originando su
pudrición, otras veces es ensacada con piedras para aumentar su peso
y en la mayoría de los caso no es escogida, en el momento de
embarcarse, operación ya de la incumbencia del exportador.
La piasaba, material para la fabricación de escobas,
escobillas y escobillones ha dejado de exportarse por la misma
consideración anterior.
El algodón, que se da de inmejorable calidad y en la mitad del
tiempo requerido en otras regiones, fué empiricamente cultivado,
sin seleccionarse las semillas, pudiendo a duras penas mantenerse en
el mercado, bajo la clasificación de semiáspero. Este artículo fue
sembrado con el objeto de que supliera a las gomas en el reglón de
exportaciones; pero tal cómo se trabaja va camino a la ruina.
La balata, la gutapercha y el chicle, resinas de considerable
valor en los mercados extranjeros han sufrido y sufren la misma
terrible explotación de las gomas. Su depreciación no obstante la
gran demanda, ha sido mucho más rápida que su similar., debido
únicamente a la forma de explotarlas y pronto no habrá un solo
árbol productor porque todos son despiadadamente derribados.
Las maderas preciosas: cedro, caoba, nogal, huacapú, itahuba y
mil clases más, para ebanistería, construcción y durmientes, son
explotadas en la forma más rudimentaria que imaginarse pueda. El que
quiere echa a tierra un palo, si lo puede conducir a la orilla del
río para de allí bajarlo a Iquitos lo hace; el que no, lo deja en el
suelo para que el comejen acabe con él; destruyéndose así la mas
rica región florestal del mundo, sin beneficio para nadie.
Y por el estilo sería inacabable el comentario si quisiéramos
hacer un estudio detallado de las causas y efectos de la crisis
económica de Loreto, a la que todos deben considerarse solidarios:
el productor o extractor porque no ha sabido conservar la riqueza ni
mantener em alto el prestigio del producto; el comerciante
exportador, porque con su sistema de negocio de cambiar mercadereías
por productos, recargar el precio de las primeras en proporción más
que considerable y pagar las cotizaciones mas inferiores, y el abuso
del crédito que implantaron han destruido los hábitos de trabajo,
quitado todo estímulo y originado la parte mas desastrosa de la
crisis; el gobierno, porque ignorante de lo que es Loreto y de su
riqueza, con autoridades las mas de las veces que han ido a explotar
la situación, entregándose en cuerpo y alma a los especuladores para
obtener ventajas personales y dilapidar las rentas fiscales sujetas
a su custodia e inversión, provocaron una situación de hostilidad
hacía la administración central, no porque se considere que tal o
cual forma de gobierno es mala o buena y que anhelen otra especial,
como tan sin pudor se dice constantemente; sino porque se palpa que
gran parte de la crisis loretana estriba en la mala administración,
en la falta de equidad y justicia que no imponen sus autoridades
políticas, aduaneras o militares; en la desatendencia lamentable,
ahora más que nunca, tan sólo porque su aduana no produce las
ingentes rentas de otrora. Es un resentimiento que tiene como base
justificadas recriminaciones, que el gobierno no ha querido oir
jamás, hostilizando, en cambio, a los que se han atrevido a
increparle su conducta.
La acción oficial frente a la crisis de loreto
Las autoridades políticas y militares y las de hacienda que
llegaron a Loreto cuando el departamento fué creado y las que se han
sucedido en el trascurso de cincuenta años, invariablemente
informaron al gobierno que la vida en Loreto era carísima. No
dudamos que lo fuera en la época em que, como hemos dicho, la
fiebre cauchera abarcaba todas las actividades; no existían
plantaciones agrícolas en la más mínima escala, ni industrias de
ninguna clase: todo lo que se consumia era procedente de Europa y
los Estados Unidos de Norte América Pero la carestía estaba
compensada con la abundancia de trabajo lucrativo y el Estado podía
abonar los crecidos sueldos que año tras año fueron aumentándose
hasta constituir pesada carga para el Erario Nacional.
La crisis que se iniciara con la baja del precio de las gomas,
la abundancía de gentes sin trabajo y que se habían habituado a la
vida selvática, operó un cambio saludable, que fué estimulado con
las necesidades insatisfechas originadas por la gran guerra de 1914:
muchos artículos que venían del extranjero, arroz, frijoles, café,
cacao y otros comenzaron a producirse en la extensa zona ribereña
del Amazonas y sus afluentes, plantados y cultivados por los que no
quisieron emigrar, alcanzando esta producción para el consumo
interno y sobrando muchas veces para la exportación. Así mismo, se
establecieron entre otras industrias, la de fabricación de azúcar,
manteca de cerdo, jabonería, muebles, zapatería, farinha (harína de
yuca), que obligaron a la competencia al similar extranjero, por más
que su desarrollo no recibiera la más mínima protección del Estado
ni de la Cámara de Comercio y Agricultura, que en Loreto desempeña
“el papel decorativo de una institución cuya vida no se deja sentir
en lo absoluto y que en vez de responder a las necesidades que
determinaron su fundación, sirve solo de obstáculo al movimiento
comercial de la región, sin propender, em lo más mínimo a su
progreso y desarrollo. (1)

La vida en Loreto, dejó, pues, de ser lo carísima de otras


épocas; y el gobierno debió, por lo menos, rebajar los haberes de
los funcionarios y empleados públicos, estimular la producción
mediante una tarifa arancelaria especial y suprimir todos los gastos
extraordinarios: pero no fué así: los sueldos fueron elevados, se
crearon nuevas plazas civiles y militares y los derechos de
importación de artículos de primera necesidad, cuyos similares
extranjeros, se producen en Loreto, fueron rebajados unos y
suprimidos otros, al igual que los de exportación.
Ante estas aberraciones parece realmente, que el gobierno
hibiera sido, o es, el más interesado en matar de una vez todo
estímulo en Loreto y hacerlo volver a su primitivo estado salvaje; y
es que el gobierno, por regla general, para la provisión de los
empleos jamás hace los nombramientos consultando los intereses de la
circunscripción que sus empleados van a administrar, sino
obedeciendo a influencias políticas o sugestiones particulares; y
tratándose de Loreto pocas han sido las veces en que las autoridades
no han ido alentadas con “las rebuscas” probables; así no ha habido
negociado imposible, porque con “pasar la mano” a la autoridad
respectiva iban a Lima, con informes favorables, los mas
escandalosos peculados, que el gobierno sancionaba...

(FALTA RODAPÉ PÁG. 41)

Como fuera imposible em sostenimiento de tanto empleo con las


rentas naturales que desde el año de 1914 no alcanzaron ni al 50% de
las sumas recaudadas anteriormente, el gobierno, atendiendo a las
solicitaciones que le hacían desde Iquitos, enviaba algunas sumas
que casi siempre era insuficientes, hasta que entramos al período de
la Patria Nueva en que desde el 4 de julio de 1919, hasta el 5 de
agosto de 1921, si envió una diez mil libras oro, que sepamos, no
remitió un centavo más; suprimió totalmente los derechos de
exportación y elevó el presupuesto del departamento a mas de Lp.
144,000 al año, fuera de extraordinarios. La crisis fué agudísina.
El cuadro que trascribimos demuestra el estado de la deuda del
fisco al 30 de junio de 1920, es decir al año, precisamente, en que
D. Augusto B. Leguía, asaltara el poder.

CUENTAS POR PAGAR DE LA TESORERIA FISCAL DE LORETO,


EN 30 DE JUNIO DE 1920

Gobierno. – Subpref. – Alt. Am. – Abril a junio_ Lp.


2,468.0.00
Id. de Ucayali. – Mayo y junio 84.0.00

Policia – Comisarias. – Alt. Am. – Abril a junio 60.0.00


Alto Marañón. – Marzo a junio 80.0.00
Alto Ucayali. – Abril a junio 60.0.00
Putumayo. – Mayo y junio 40.0.00
Napo. – Junio 20.0.00
Yuruá. – Mayo y junio 40.0.00
Purús. – Junio 45.0.00

Justicia. – Juzgado de Alto Amaz. – Mayo-junio 131.6.00


Agencia Fiscal. – Mayo y junio 101.6.00
Escribano Crimen. – Junio 25.8.00
Alguacil Córdova. – Abril a junio 4.3.20
Escribano Alto Amazonas. – Abril a junio 18.0.00

Culto. – Prefectura Apostólica. – Abril a junio 47.2.50

Instrucción. – Sueldos Bajo Amazonas 2,468.0.00


Id. Alto Amazonas 466.0.00
Id. Ucayali 677.5.00
Hacienda. – Pensión Semira Márquez – Junio 2.0.00
Id. Matilde Fau. – Junio 2.0.00

Guerra. – Regimiento Cazadores Nº 17. – Marzo 632.0.00


Id. id. – Abril 1,955.8.75
Id. Id. – Mayo 3.018.0.35
Id. id. – Junio 3.018.0.35
Sub. Intendencia. – Mayo y junio 217.9.00
Hospital Militar. – Marzo a junio 369.7.80
Jefaturas Provinciales. – Bajo Amz. – Junio 62.0.00
Id. id. – Ucayali. – Mayo-junio 69.0.00
Id. id. – Alto Amazonas – Junio 54.8.52
Comandancia de Armas. – Marzo a junio 62.0.00
Pensiones. – Arturo Eyzaguirre. – Mayo y junio
18.0.00
Pensiones. – Gustavo B. Angulo. – Junio 8.7.00
Pensiones. – Luis M. Ghiorzo. – Junio 9.0.00

Marina. – Flotilla fluvial. – Abril a junio 1,548.9.75


Capitanía del Puerto. – Marzo a junio 362.1.00
Pensión Julio Abel Raygada – Mayo y junio 40.0.00

Fomento. – Escuela Industrial, por 1919 1,410.4.12


Id. id. – Enero a junio 2,729.9.96
Salubridad pública. – Dr. Irujo. – Abril a junio
339.0.00

Suman Lp. 20,380.1.20

Son: VEINTE MIL TRECIENTAS OCHENTA LIBRAS y CIENTO VEINTE


MILESIMOS oro.

Iquitos, 30 de junio de 1920.

(Firmado) A. Venegas. Un sello de la Contaduría de la Aduana.


Visto Bueno. – (Firmado) Alvis. – Un sello de la Administración
de Aduana.

En conocimiento del gobierno los datos numéricos que anteceden


y que no admiten réplica; habiéndose suprimido las importaciones y
exportaciones por la Aduana de Iquitos; y habiéndose declarado el
Tesoro Público insolvente, ya que a nadie pagaba em Lima ni remitía
a Loreto las cantidades de dinero necesarias para cubrir el
presupuesto de éste, continuó la Dictadura en su loco afán de
desquiciarlo todo, y mientras daba oídos a ciertos representantes a
Congreso que habían dicho: “en Loreto nadie se muere de hambre
porque existe en abundancia plátanos y yuca”, daba creación a una
absurda Comisaría en la boca del río Unini, con un Comisario y 60
gendarmes, y elevaba el efectivo del Regimiento Cazadores del
Oriente Nº 17 a 75- hombres, cuyo racionamiento fué contratado a
razón de un sol y cuarentaicinco centavos diarios.
El resultado no podía ser outro, en poco tiempo, que el que se
verá enseguida.

Deudas de la Tesorería Fiscal de Loreto en 31 de enero de 1921

Gobierno Lp. 1,043.0.00


Policía 3,395.0.10
Justicia 1,980.1.90
Instrucción 6,180.9.50
Hacienda 53.9.08
Guerra 38.868.4.95
Marina 3,872.4.08
Fomento 4,581.4.46
Suman Lp. 59,975.4.07
Iquitos, 10 de febrero de 1921.
(Firmado) Ramón N. Alvis, Contador.

Por estos datos se deduce que en 31 de enero de 1921 todo el


funcionalismo, el poder judicial, el ejército, la marina, la
policía y el magisterio, se encontraban impagos de sus haberes por
algunas mensualidades. En siete meses había aumentado la deuda
fiscal de Loreto a cerca de Lp. 40.000.0.00, mas sobre las 20,000,
que debía en junio del año anterior, y se vé claramente que el
gobierno – desgobierno propriamente – ni tomaba ninguna resolución
ni pretendía tomarla para evitar la completa desmoralización que se
apoderó de todos los hombres. Cada uno hacía lo que bien le venía en
gana; desapareció la disciplina social, las autoridades políticas
no eran respetadas por nadie y se entronizó el más canallesco
peculado de que eran víctimas los más modestos servidores del
Estado: vendían al comercio o a los agiotistas, sus libramientos
vencidos con un descuento de 75%.
El Prefecto no era ageno a estos peculados. Tenía cuenta
corriente en algunas casas comerciales de sus simpatías y a éstas
iban con una orden prefectural los infelices que a ella recurrían en
demanda de una pequeña cantidad de dinero; porque como nunca había
dinero, tenía que aceptar, como un gran favor, de don César Ruiz y
Pastor, una orden concebida en los siguientes términos:
“Un sello de la Prefectura de Loreto. – Iquitos, 15 de
noviembre de 1920. Señores_..........Presente. – Muy señores míos:
– Estimaré se sirvan proporcionar al portador señor_......... hasta
la suma de Lp. 10.0.00 (DIEZ LIBRAS PERUANAS) en mercaderías,
cargando su valor a la cuenta corriente de su Atto. Y SS.
(Firmado) César Ruiz y Pastor”.
El “interesado” o la víctima, diremos, entregaba al Prefecto
por la orden, su libramiento firmado como recibida su importancia y
la fecha de la cancelación en blanco, para llenarla en su
oportunidad. Inmediatamente que la Tesorería Fiscal Recibía de la
Aduana o de Lima, cualquera cantidad de dinero el libramiento era
abonado sin más trámites. Si había saldo para su dueño, outra orden
de mercaderías terminaba la cuestión.
Tal vez el señor Ruiz y Pastor perdió en esta forma de abonar a
los empleados públicos, porque em la carpeta de la Prefectura,
cuando estallara la revolución, fueron encontrados libramientos
cancelados por valor de Lp. 1,000..0.00, más o menos, que fueron
devueltos a sus dueños, para que hicieran con ellos lo que mejor les
conviniera. Y cuando se divulgó en Iquitos esta actividad
prefectural muchos encontraron en ello las razones poderosas que
obligaban al Prefecto a tartar e de mantenerse en el puesto a todo
evento y contra todas las voluntades.
La desmoralización, como hemos dicho, invadía a todos los
hombres, patentizando la gravedad de la situación. Un maestro que
fué requerido por su superior al cumplimiento de sus deberes
escolares, señalándoselos mediante un oficio, contestó al
requerimiento así:

“Iquitos, 28 de octubre de 1920. – Of. Nº 5. – Señor Inspector


Municipal de Instrucción. – En contestación a su oficio Nº 59 de
ayer, cúmpleme manifestarle que tanto en la mañana con en la tarde
no he concurrido a la Dirección del plantel_ por tener que hacer las
gestiones necesarias para conseguir lo necesario```````````` para
cubrir mis gastos del presente mes, razón que creo por demás
suficiente toda vez que NO SE PUEDE EXIGIR EL EXTRICTO CUMPLIMIENTO
DE UNA OBLIGACIÓN SI ELLA NO ESTÁ EXTRICTAMENTE REMUNERA. – Dios
Guarde a Ud. (Firmado) Pelayo Herbozo”.

(FALTA RODAPÉ PÁG. 45)

El Inspector puso esta comunicación en conocimiento del Alcalde


y éste en la del Prefecto; y el Prefecto contestó que el maestro
tenía razón!
En el ramo de guerra la desmoralización no era menor. Inflado
el presupuesto en proporciones solo superadas durante el conflicto
con el Ecuador, el aumento del efectivo del Regimiento Cazadores del
Orientee Nº 17, no tenía más justificación que la pueril vanidad de
poder decirse que esa unidad tenía un efectivo de 750 hombres; no
hay duda, necesarios para el resguardo de nuestras dilatadas
fronteras e impedir la incuresión de los salvajes; pero ante la
situación a que se llegara de no poderse abonar a los jefes y
oficiales sus haberes y a la tropa sus propinas, ni aún a los de la
guarnición de Iquitos, lo cuerdo habría sido licenciare la mitad, lo
menos del número total.
He aquí el detalle de la deuda del ramo de guerra:
Iquitos, 10 de febrero de 1921. – Señor Prefecto del
departamento:
Contestando su oficio Nº 3, fecha de hoy, tengo a bien detallar
a continuación las cantidades que la oficina de mi cargo adeuda,
por los conceptos siguientes:
Haberes y gratificaciones de Jefes y oficiales
De los cuerpos y sercicios, inclusive propinas
De tropas, desde el mes de julio de 1920 a enero de 1921
(inclusive) Lp.

Dios guarde a Ud.


El Teniente Coronel Subintendente de Guerra
(Firmado) Amaro La Rosa,

(FALTA TABELA PÁG. 46)

Si solo de haberes y propinas de torpa se debía la enorme suma


de ciento sesenta mil novecientas cuarentaisiete libras oro y otro
tanta, más o menos, al contratista del rancho, que se resistía a
seguir proporcionándolo, por falta de pago; con la teoría sustentada
por el Preceptor Herbozo y refrendada por el Prefecto, de que “no se
puede exigir el extricto cumplimento del deber sino está
extrictamente remunerado”, los oficiales y la tropa, no tenían
porqué estar más en los cuarteles ni en las guarniciones y nada de
extraño tenía, entonces que se sublevaram el día menos pensado...
Pero la comandancia del Regimiento se las entendía como podía y
hacía milagros para conseguir dinero, aun de los particulares, como
se verá en la copia del siguiente documento:
“Vale a favor del señor José Periz por la cantidad de
CIENTOCUARENTA LIBRAS PERUANAS ORO (Lp. 140.0.00) que ha facilitado
para el pago de propinas y que le serán devueltas en primera
oportunidad, bajo mi garantía personal: –
Iquitos, 23 de abril de 1921. – (Firmado) Ricardo Guzman
Marquina._

El Teniente Guzmán Marquina era pagador del Regimiento, y sin


duda, con conocimiento del 1er. Jefe, se agenciaba de esta manera
dinero para darle a la tropa, que puede ser bueno o malo; pero que
demuestra, de todos modos, la inmoralidad de que se hacía gala, como
consecuencia de la desatendencia gubernativa.
Oportunamente nos ocuparemos del rancho de la tropa y su
negociado.

la crisis del numerario

Paralela a la crisis de las gomas se desarrolló en Loreto la


crisis del numerario.
Antes de que se establecieran en Iquitos instituciones
bancarias, el comercio exportador traía oro de Europa para
satisfacer sus necesidades. con el estabelecimiento de los bancos,
las casas más importantes siguieron importándolo, de vez en cuando,
para no caer en manos de esas casas de crédito, que aprovechando de
la falta de numerario, querían especulare con ello, para obtener
giros sobre Europa a tipos inconvenientes.
Tampoco existía escasez de moneda fraccionaria porque los
mismos comerciantes importaban toda clase de moneda feble, que
circulaba a la par con la nuestra de plata. Al lado del peso chileno
se encontraban los dez tostão, brasileños; y con el Sucre
ecuatoriano, el Peso boliviano, para no referirnos sino a monedas
sudamericanas. Un prefecto acabó con el abuso de este cosmopolitismo
monetario, exigiendo la circulación de nuestra moneda de plata y
cobre, exclusivamente. Bien se comprende que la importación de
moneda feble, de igual valor cancelatorio que la nuestra de plata,
no por ser un abuso dejaba de ser un negocio del comercio de
Iquitos.

(FALTA RODAPÉ
PÁG. 47)

Loreto, pues, antes de la gran guerra, tuvo suficiente


numerario para satisfacer sus necesidades. En los años 1913-1914,
la dificultad no estaba en conseguir dinero, sino buenas letras
sobre Europa con las que el importador pudiera pagar sus cuentas en
el extranjero. Los que estuvieron en condición de girar, pidieron un
premio mayor que el costo de exportar oro, y por consecuencia,
muchas casas lo exportaron, alcanzando a £ 62,200, contra £ 1,858,
que importaron, según estadística oficial.
Y durante los primeros meses de la guerra mundial tampoco se
dejó sentir la escasez de numerario, al contrario de lo que pasó en
las otras regiones del país, porque los negocios en Loreto quedaron
casi paralizados como consecuencia de la baja del precio de las
gomas y la casi extinción de los créditos, pues los comerciantes,
como ya se ha dicho, habían restringido sus operaciones a la
cobranza de deudas. Más tarde y poco a poco la situación fué
normalizándose dentro de la nueva situación creada y ayudados por
una mejoría en el valor de las gomas, el comercio ensanchó su
movimiento. En el año de 1915 recién se notó la escasez de
circulante monetario, tanto por la abultada exportación de oro que
se había hecho, como por la ocultación, debido a la desconfianza del
primer momento al cheque circular. A fines de este año la escasez
fué tan grande que se tomó la resolución de hacer una emisión
regional, como se hizo, garantizada con el 100% en oro en la Junta
de Vigilancia de los cheques circulares y con la que se suplió las
necesidades del momento, hasta el mes de diciembre de 1916 en que se
ordenó de Lima el retiro inmediato de los cheques provisionales.
Esta prdem de; Ejecutivo dió lugar a la solicitación sui
generis que se verá en seguida:

“ Camara de Comercio y de Agricultura del departamento de


Loreto. – Iquitos, 7 de diciembre de 1916. – Nº 193. – Señor
Prefecto del Departamento.

“La necesidad que hay de dotar de numerario a esta plaza,


indujo al Commercial Bank of Spanish América Limited a pedir, a su
casa principal en Londres, el envío de una suma en moneda de oro;
más ocurre que, el telegrama en que se bacía ese pedido se ha
cruzado con el que comunicaba la declaración del gobierno inglés,
reputando, contrabando de guerra el oro, y, por lo mismo, era
imposible hacer importación de esa moneda.
“Dada la dificultad que tiene el comercio para importar cheques
circulares, trayéndolos de la capital, pues no tiene relaciones
Comerciales ni retorno posible de valores con la ciudad de Lima,
tampoco se puede recurrir a este medio, que de otro lado resulta
onerosísimo y demanda un tiempo muy lato aumentando demasiado el
coste por razón de intereses.
“Ante esta situación y siendo indispensable el traer moneda
que supla la que día a día va desapareciendo de esta plaza y
concluirá por no tener con que llenar las exigencias del movimiento
mercantil, ni como cubrir los derechos aduaneros y demás
contribuciones, pues bien sabe US que para ese fin no puede contarse
con la moneda de plata que es muy escasa, el Comercial Bank, está
dispuesto a hacer venir la suma necesaria para esas exigencias
siempre que en las oficinas del Estado se reciban los billetes
ingleses, como moneda corriente. (...!)
Mas, para emplear este procedimiento se requiere la declaración
oficial de que se trata, o sea de que los billetes ingleses tendrán
aceptación en las oficinas del Estado y en las de recaudación de
rentas sean fiscales, municipales o departamentales. Para alcanzar
tal declaración me dirijo a US. Rogándole, en nombre de los
intereses comerciales del departamento, se digne adoptar las medidas
que crea necesarias a obtener esa declaración gubernativa, que
tanbién tiende a facilitar ele recaudo de las rentas públicas. –
Dios Guarde a Ud. – S.P.: (Firmado) P. Zumaeta”.

Dejando a un lado el gracioso ofrecimiento del Comercial Bank,


tendiente a aminorar los efectos de la creisis del circulante, el
gobierno, con un acuerdo excelente, manifestó a la Cámara de
Comercio que proporcionaría todas las facilidades necesarias para
que se condujeran a Iquitos las cantidades de cheques circulares
que el comercio precisara, ofreciéndole, como seguro conductor, al
señor Coronel Emilio Soyer y Cavero, que acababa de ser nombrado
Prefecto de Loreto, salvándose así que el departamento, a estas
horas estuviera convertido en una semi-colonia inglesa; por más que
la Cámara de Comercio alegara para tamaño despropósito, “la
dificultad que tiene el comercio para importar cheto, “la dificultad
que tiene el comercio para importar cheques circulares trayéndolos
de la capital, pues no tiene relaciones comerciales ni retorno
posible en la ciudad de Lima”.
Precisamente, esta falta de relaciones entre Loreto y Lima es
la originaria de muchos de los males loretanos. El desconocimiento
de Loreto en la Capital de la República es lo que permite tantísimas
arbitrariedades y peculados. Y es la causa de la entronización de
tanto elemento malsano en su vida comercial, agrícola e industrial,
que lo paralizan o destruyen, según sus propias conveniencias.
La Cámara de Comercio de Iquitos si es una institución nacional
debe procurar el intercambio comercial con la metrópoli, por más
esforzados que sean los medios, porque solo así realizará una obra
de bien y patriótica y ante las cuales quedan a un lado todos los
conceptos especulativos o utilitarios y mercantiles.
Nuestra Historia, a este respecto, es bien triste. Por no
haberse procurado el intercambio comercial entre Lima y nuestro
departamento de Tarapacá, dejándose a las compañías chilenas de
Santiago y Valparaíso la explotación de sus salitreras, nos vimos
envueltos en una odiosa guerra nacional que culminara con la
derrota y la ocupación de tan riquísima región, y que posiblemente,
al actual régimen, le cabrá el honor de liquidar aquel litigio,
sancionando la conquista de Tarapacá, como se desprende del
resultado de las famosas conferencias de Washington.(1)
Por esa falta de relación comercial entre Lima e Iquitos el
mismo gobierno de D. Augusto B. Leguía cedió a los Estados Unidos
del Brasil, centenares de miles de kilómetros cuadrados de
territorio loretano, sin saber, tal vez lo que hacía.
Por esa escasa relación entre Loreto y la costa se permitió a
Colombia la ocupación del río Caquetá y casi es un hecho la cesión a
ese mismo país de nuestra región del río Putumayo...

(FALTA PÁG. 50)


TEXTO OFICIAL DEL PROTOCOLO DE ARBITRAJE

El deber de las instituciones públicas y de los peruanos,


particularmente, es dedicarse a una campaña esencialmente
nacionalista, a efecto de imponer su comercio, su tradición su
cultura en las zonas más apartadas del territorio nacional sin que
importen los medios y los esfuerzos que se hagan, porque es una de
las manifestaciones principales del patriotismo. Y Loreto, de
vastísina extensión, precisa mas que ninguna otra circunscripción de
esta campaña, para terminar de una vez por todas con las
pretenciones de sus vecinos extranjeros, que tratan de conquistarlo.

(FALTA TEXTO 51)


La crisis del numerario fué combatida en relación al movimiento
comercial del momento. En el período 1916-17, los comerciantes
importaron £ 44,280, y cheques circulares por valor de Lp. 17,325.
Posteriormente el gobierno remitió sin gravamen alguno hasta Puerto
Bermúdez Lp. 40,000. De 1918 a 1920, el Banco del Perú y Londres
recibió diversas remesas que fueron conducidas por oficiales del
Ejército, y que sumadas todas desde 1916, llegan a mas de um millón
de soles.

(FALTA TEXTO 52)

Sin embargo la escasez de circulante siguió acentuándose hasta


que desapareció totalmente, sin que se encuentre razón económica
justificativa; la que sólo se puede encontrar en la ocultación
premeditada para obligar a los productores a recibir mercaderías a
cambio de sus productos, procedimiento que se vino adoptando desde
cuando se iniciara las crisis de las gomas, y desde cuando data
también la inmoral costumbre de aceptar como pago de derechos
fiscales, libramientos cancelados de empleados públicos, que a todo
el mundo consta son adquiridos por el comercio con un descuento
hasta del 75% y en mercaderías centuplicadas en su valor.
Así, la crisis no era de monedas: era una escandalosa
explotación, que la ocultación del dinero manteenía latente
provocando la ira y el dolor, la míseria y la resignación porque no
se podía esperar nada de la acción oficial que era de los
especuladores, de los negociantes del hambre del pueblo resignado y
de la clase media indiferente y tímida. Al fin tenía que producirse
la catastrofe y se produjo y con qué empuje!...

(FALTA TEXTO 53)

De las instituciones bancarias de Iquitos la que sufría con


estas especulaciones era el Commercial Bank; sin dinero en sus
arcas, su actividad estaba cinscunscripta a cobrar a sus deudores,
que no pagaban atribuyendo la falta de cumplimiento a la crisis, a
la “escasez de circulante”. Este banco, a efecto de contrarrestar el
nocivo procedimiento que se seguía, o sea la ocultación de moneda,
propuso al gobierno la emisión de un millón de soles en cheques
regionales, con la garantía de la firma del “Anglo South Américan
Bank”y la del propio Comercial, comprometiéndose a que los cheques
qwue emitiera serían retirados de la cireculación inmediatamente
después de terminada la Gran Guerra. El gobierno, de hecho, denegó
esta fórmula salvadora que habría permitido a Loreto capitalizar
gran parte de sus riquezas, y se asevera que esas negativa estuvo
fundada en que el Commercial Bank no estuvo dispuesto a regalar MIL
LIBRAS ORO al senador, o senadores, que debían gestionar ante el
gobierno la presentación del respectivo proyecto de ley al Congreso.
Y no se hizo la emisión. Y la ocultación de la moneda, la absoluta
falta de dinero, y la desatendencia oficial para imperdirla y
remediarla, provocaron la explosión.

La Compañia Booth

El día 22 de junio de 1901 se expidió un decreto supremo en el


que se aprobó el contrato celebrado entre el gobierno del Perú y la
empresa inglesa Booth y Cía., y por el cual esta compañía se
comprometió a construir un muelle fijo y otro flotante, y almacenes
de depósito para servir en toda su amplitud y con la rapidez y
seguridad que el comercio exija, todo el movimiento de carga y
descarga y almacenaje en el Puerto de Iquitos, durante un período de
veinticinco años, que comenzaron a contarse el 1º de enero del año
de 1905, debiendo terminar el 1º de enero de 1930, fecha en que el
gobierno entrará en posesión de todas las obras ejecutadas, en
perfecto estado de seguridad y servicio.

(FALTA TEXTO 54)

Y como es público y notorio que la empresa Booth y Cía no ha


cumplido las cláusulas de su contrato y seguramente no podrá cumplir
la obligación de entregar las obras del muelle de Iquitos, vencido
el contrato, en el perfecto estado de conservación pactado; y como,
de otro lado, esa empresa durante el período más álgido de las
crisis loretana ha tratado tan solo de consultar sus intereses,
vamos a hacer una demonstración de la participación que ella y el
gobierno, tuvieron en la consecución del movimento revolucionario de
Loreto; y para lo cual insertamos previamente el decreto respectivo
y que es el siguiente:

“Lima, 22 de junio de 1901.


“Visto este expediente iniciado por don Reginald C. Sanceau,
como apoderado de “Booth y Compañía”, comerciantes y armadores de
Iquitos y agentes en la misma plaza de “The Booth Steamship Ca.
Limitada” y de “The Red Cross Iquitos Steamship Cía. Limitada”,
compañías de navegación en el Amazonas, proponiendo Sanceau, en
nombre de sus representados, la construcción de un muelle y almacén
en el mencionado puerto, con el propósito de dar permanente y
suficiente facilidad al tráfico; y – teniendo en consideración:
“Que el servicio actual de carga y descarga en Iquitos, no
satisface suficientemente las necesidades del comercio e industrias,
ni presta seguridad de ser estable, ni está organizado en
condiciones de seguir el incremento del tráfico: – De conformidad
con lo informado por la dirección del ramo y la opinión fiscal” – SE
RESUELVE:
Acéptase la propuesta bajo las siguientes condiciones:
1ª – Booth y Cía. Se comprometen a servir en toda su amplitud y
con la rapidez y seguridad que el comercio exija, todo el movimiento
de carga, descarga y almacenaje en el puerto de Iquitos durante el
término de la concesión, y construirán y servirán el muelle y
almacén proyectados, según la memoria descriptiva, presupuesto y
planos que han presentado y corren en este expediente; contrayendo
al efecto las siguientes obligaciones:
“A. – Construir un muelle fijo al nivel del barranco, en el
punto marcado en el plano señalado por muelle, de la calle de
Loreto, con vigas de acero laminado y pilotes del mismo material, de
diecisiete metros de largo y siete metros de ancho.
“B. – Construir un muelle flotante de acero, de cien metros de
largo y nueve de ancho con capacidad bastante para cómodo descarga
de dos vapores que atraquen al muelle adheridos a pilotes fijos, y
conexión que le permita subir y bajar automáticamente.
“C. – Construir dos pescantes a vapor, mínimo poder cinco
toneladas cada uno, para suspender cómodamente la carga del segundo
al primer muelle.
“D. – Construir doble línea férrea, con tornamesas y carros
suficientes para transportar carga en el muelle flotante, en el fijo
y de éste al almacén, y una vía angosta para comunicar con éste los
almacenes en actual servicio.
“E. – Construir muro de albañilería para proteger el barranco.
“F. – Construir escala unida al muelle fijo, para cómodo
tráfico de pasajeros.
“G. – Construir dos boyas para seguridad de los vapores que
atraquen al muelle y cuya situación determinará el Capitán de
Puerto.
“H. – Construir un almacén de ladrillos y fierro, techo de
calamina, piso de madera y elevado, capacidad interior no menor de
mil cuatrocientos metros cuadrados, y balanzas para pesar la carga.
Dicho almacén estará bajo la dependencia de la Aduana.
“I. – Adquirir a su costa el terreno de particulares que
nelesitaren y determinadamente, toda la manzana en que se construirá
el almacén, que pasarán al dominio del Estado con las
construcciones.
“J. – Ejecutar cualesquiera obras accesorias, no especificadas,
pero necesarias para el cómodo servicio, siendo entendido que todo
el material que se emplee será de primera calidad y que los pilotes
de los muelles no tendrán menos de cinco pulgadas de diámetro.
“L. – Aumentar las dimensiones de estas obras si llegasen a ser
insuficientes por incremento del tráfico, de modo que siempre basten
a la rápida y segura descarga y almacenaje.
“M. – Conservar las obras en perfecto estado de seguridad y
servicio durante la concesión y entregarlas en la misma condición al
gobierno al vencimiento de los veinticinco años, con todos sus
accesoríos, terrenos y cuanto les pertenezca.
“N. – Ceder al gobierno, si a éste le conviniera tomarlas antes
del plazo, todas las obras y accesoríos, despues de trascurridos
cinco años de explotación. En este caso, el gobierno quedaría
obligado a pagar previamente lo cedido por sus justiprecio, el cual
no sería mayor que el costo, con rebaja de mil libras por cada año
de servicio.
“O. – Comenzar los trabajos en seis meses y terminarlos en
dieciocho meses, contados desde la fecha de la escritura.
“P. – Presentar antes de firmar la escritura el certificado de
depósito en un banco a la orden del gobierno por sesenta mil soles
de deuda interna consolidada para responder por la exacta ejecución
de los trabajos; depósito que será devuelto con la constancia de que
las obras se han comenzado y entregado al servicio público, como
queda estipulado.
“2º. – El Gobierno concede a Booth y Cía.:
“A. – El uso gratuito de los terrenos fiscales necesarios para
la construción y explotación, y su cooperación, para que adquieran
los que necesiten de propiedad particular por los medios legales, a
costa de ellos.
“B. – La libre introducción de maquinarias y materiales
destinadas a la construcción de estas obras, en cuanto la ley lo
permita.
“C. – La exclusiva para descargar y cargar los buques a vapor
que llegaren a Iquitos, durante veinticinco años, contados después
de dieciocho meses de firmada la escritura.
“D. – El derecho de cobrar por esta descarga y conducción al
almacén, durante el mismo plazo, la siguiente tarifa:
“Carga y descarga de productos del interior y de cabotaje. –
Bultos de 1 a 499 kilos, 2 soles por tonelada; id. De 500 a 999
kilos, 4b soles por tonelada; id. De 1000 a 2000 kilos, 8 soles por
tonelada.
“Mercaderías del extranjero. – Bultos de uno a 499 kilos, 4
soles por tonelada; id. de 500 a 999 kilos 8 soles por tonelada; id.
de 1000 a 2000 kilos, 16 soles por tonelada.
“Bultos pesando mas de 2000 kilos serán descargados según una
tarifa especial.
“Especial. – Bueyes, 2 soles por cabeza; carneros y cabras 50
centavos por id.; mulas y caballos un sol por id..
“Esta tarifa será revisada cada cinco años, con acuerdo del
gobierno y rebajada en cada quinquenio no menos de 5%; ella fija
también el único cobro que los concesionarios podrán hacer.
“El gobierno podrá cobrar derechos de muellaje y almacenaje
como al presente.
“3º – Booth y Cía. Entregarán al gobierno cinco mil soles al
año, desde que principien a hacer el servicio de carga y descarga
hasta que concluyan los ocho años del contrato celebrado con G. M.
von Hassel en 8 de marzo de 1900, debiendo hacer esta entrega en
acciones de la empresa a que dá origen este contrato, si así lo
exigiese el gobierno.
4º – Si el gobierno lo encuentra conveniente entregará a Booth
y Cía. El muelle en actual uso, para que comiencen a hacer el
servicio de carga y descarga. En tal caso Booth y Cía. Abonarán al
fisco mil docientos soles anuales como arrendamiento de dicho
muelle, aunque hubiese comenzado a hacer uso del muelle que van a
construir y durante el tiempo de su concesión.
“Lo estipulado en esta cláusula no afecta a la anterior.
“5º – Estos contratos son transferibles; pero ha de preceder el
consentimiento del gobierno.
“6º – Si se suscitasen cuestiones que no deben ser resueltas
administrativamente, serán sometidas a los tribunales de la
República.
“Póngase esta resolución en conocimiento de don Reginald C.
Sanceau, y una vez que se haya allanada a ella, a nombre de sus
representados; celébrese la respectiva escritura pública, que será
firmada por el director de Obras Públicas, en representación del
gobierno.
“Regístrese, comuníquese y publíquese. – Rúbrica de S. E. –
(Firmado) Torre González”.

De las condiciones de que consta el contrato la compañia Booth


no ha cumplido ni cumple las siguientes:
Condición 1ª – Letra E. – NO ha cumplido con construir el muro
de albañilería para proteger el barranco, lo que ha dado lugar a su
desmoronamiento y a que el muelle fijo se derrumbe, quedando en la
actualidad en menos de diez metros, de los diecisiete estipulados; y
estos diez metros, sin las seguridades convenientes para el servicio
perfecto de la carga y descarga, constituyendo un verdadero peligro
para todos.
Letra G. – No ha construido las dos boyas para seguridad de los
vapores que atraquen al muelle.
Letra H. – No ha construido el almacén de ladrillos y fierro
con techo de calamina, y con piso elevado; sino uno provisional de
calaminas, totalmente, sin piso de ninguna clase y que por su
ubicación, no habiéndose construido el ya mencionado muro protector
del barranco, amenaza derrumbarse.
Letra I. – No ha adquirido terrenos para la construcción del
almacén, que debe pasar al dominio del Estado, sino que los
existentes, ruinosos, de calamina, serán los que entregue en su
oportunidad, es decir si resisten algunos años más en pié.
Letra J. – No ha ejecutado ninguna de las obras accesorias, no
especificadas en el contrato; pero necesarias para el cómodo
servicio, ni mucho menos, ha empleado los materiales de primera
calidad estipulados.
Letra M. – NO ha conservado las obras en perfecto estado de
seguridad y servicio durante la concesión por lo mismo no las podrá
entregar al gobierno en esa condición al vencimiento del contrato,
pues ya se ha dicho que la mitad del muelle fijo ha desaparecido,
llevándose la corriente sus escombros y amenazando su completa
destrucción, en la primera creciente fuerte del río Amazonas.
Por su parte, el gobierno, y mucho menos las autoridades
políticas de Loreto han cumplido con obligar a la empresa la fiel
ejecución del contrato ni la revisión de la tarifa de carga y
descarga, cada cinco años, como se estipulara, originando esta
condescendencia incalculables perjuicios a los que tienen que
aprovecharse de los servicios del muelle y almacenes de la Booth;
especialmente en el período de la crisis de los productos en que se
precisaba, y se precisa, proteger los intereses de los productores.
Pero no es en la rebaja de la tarifa, ni en la falta de
cumplimiento del contrato respecto a almacenes y estado del muelle
donde se debe buscar la animosidad del pueblo de Iquitos contra la
empresa Booth; sino en la arbitrariedad de la cobranza de la tarifa:
unas veces, según sus intereses, cobra por peso y otras por metro
cúbico; cuando bien claro se dice en el contrato: bultos de uno a
499 kilos, 2 soles tonelada, entendiéndose por tal el peso del bulto
y no sus dimensiones; sin embargo este abuso subsiste y se tolera, y
la empresa, hasta publica avisos en tal sentido, ante la
indiferencia de las autoridades.
Antes de ahora, es decir, antes de la crisis loretana, no se
cobrada por el equipaje de los pasajeros porque no hay derecho; y
ahora se hace. Antiguamente no se cobrada por pequeños bultos o
encomiendas del interior, o por animales domésticos: gallinas,
pavos, patos, charapas, etc.; ahora se cobra. Antes no se cobraba
por racimos de plátanos que conducían los pasajeros, canastas de
huevos o paneros de farinha, que son propiedad del pasajero y que él
mismo conduce a tierra; ahora se paga. Resultando que este
procedimiento ha impedido a los viajantes de los ríos aceptar
encomiendas para Iquitos, o simplemente encargos de cualquier
naturaleza, porque mas cuesta sacarlos del muelle que comprarlos en
la ciudad; y si el portador no tiene dinero para efectuar ese ilegal
pago se vé obligado a venderlo, regalarlo o abandonarlo...
Nada hay que justifique estas arbitrariedades de la empresa
Booth, ni nada hay que oblique a las autoridades de Loreto a
permitirlas.
En los veintitres años de explotación del muelle de Iquitos, la
empresa ha cobrado por carga y descarga al comercio de este puerto,
sin incluir el cabotaje, la suma de Lp. 150,000, cantidad promediada
,más o menos, según los incompletos datos estadísticos del
movimiento de Iquitos. Por cabotaje el monto llega a Lp. 100,000, o
sea en total la suma de Lp. 250,000. Y la empresa gastó en la
construcción del muelle la suma de Lp. 25,216, según declaración del
presupuesto presentado al gobierno para la ejecución de los
trabajos; y adjudicándole Lp. 125,000 en gastos de conservación,
personal, combustible, tendremos que la empresa ha obtenido una
utilidad liquida bastante considerable y salvado el capital e
intereses. Por lo mismo, nada justifica la extorsión al pueblo en
los momentos actuales que se hace más necesario que nunca, darle
facilidades para que viva.
Desde luego, no nos queremos referir a los crescidos ingresos
de la empresa con el monopolio de la navegación fluvial de Iquitos a
Manaos, Pará, Estados Unidos de Norte América y Europa, que daría
lugar a que se demonstrara los millones de libras esterlinas que
Loreto ha pagado por fletes y pasajes excesivamente subidos, gozando
de una exclusiva difícil de destruir, en tanto se encuentre el
muelle en manos de la podereosa empresa; consideración que ha debido
tenerse en cuenta por los directores de la Booth para no permitir
que sus empleados subalternos desciendan hasta el cobro de derechos
por desembarque de una gallina que quizás va a saciar el hambre de
algún desgraciado...
Y como el gobierno y las autoridades loretanas no han hecho
caso a estos abusos ni han tratado de ponerles coto, he allí otro de
los motivos de la revolución de Loreto del año de 1921.

la aduana y la camara de comercio

Desde que el gobierno nacional, cautelando los intereses


fiscales, diera a Iquitos la organización aduanera de los puertos
mayores de la República, se iniciaron los eternos conflictos entre
los administradores de Aduana y los comerciantes establecidos en
loreto, que consideraron a esa institución como algo exótico e
innecesario y perjudicial a “sus intereses”, acostumbrados como
habían estado a exportar e importar los artículos y productos
regionales que mejor les venía en gana en sus pesados batelones a
remo, que era el medio de navegación empleado cuando la de vapor no
había alcanzado el impulso de los últimos cincuenta años. Los
comerciantes de ese entonces, que no eran otra cosa que los actuales
“regatones”, hacían sus interminables peregrinaciones a lo largo del
inmenso Amazonas y sus grandes afluentes, con la conformación
musulmana de los hijos de Islan: vendían sus productos en los
centros poblados del Brasil y compraban mercaderías, con las que se
hacía el retorno a la Patria. Así, no hay duda, vivían en paz con
las autoridades políticas y eran felices...
Por como se ha dado en decir que es necesasrio para que no se
considere salvajes a los pueblos, darles organización, nuestra
región oriental no podía sustraerse a ese imperativo mandato de la
civilización y en el mejor de los días aparecieron en Iquitos una
serie de individuos dizque a organizarlos servicios aduaneros: a
cobrar lo que legítimamente pertenecía al Estado de las grandes
utilidades de tan lucrativo comercio y explotación como el de las
gomas, que realmente eran para entusiasmar a los más refractarios a
las tentaciones de la fortuna. El gobierno quiso tomar su parte y
sobrevinieron los primeros conflictos.
Andando el tiempo e incrementado el comercio con los elementos
que lo constituyeron, pensaron éstos que era necesario crear una
institución semejante a las ya establecidas en otros lugares de la
República, que cautelando los intereses de los comerciantes,
sirviera de dique a los desmanes del gobierno, que todo lo quería
para sí “sin trabajar nada”; mas que todo, “Sin haber contribuído a
la formación de la riqueza”, que la de Loreto es producto de la
Naturaleza, que es de todos... menos del gobierno.
Fundada la Cámara de Comercio, que después fué también de
Agricultura su labor en “pró de los intereses del departamento”, fué
tomada en el sentido de la defensa personal de los intereses de los
comerciantes, subsistiendo este concepto hasta el momento actual en
que dificilmente podría convencerse a sus miembros que esa
institución fué creada precisamente para evitar el abuso de los
comerciantes, que con su espíritu inmoderado de lucro, “matando a la
gallina de los huevos de oro”, defraudan los intereses de los
habitantes de toda la circunscripción, es decir, de la colectividad,
aunque no sean comerciantes.
Unas veces los administradores, personeros del Ministerio de
Hacienda, en la Aduana de Iquitos, transigieron con las “justas
espectativas” de los comerciantes agremiados mediante una módica
transacción que les permitía, después, retirarse a la cesantía libre
de preocupaciones; y otras, el administrador se paraba en sus treces
y no cejaba por todo el oro del mundo (han sido los menos)
produciéndose el desacuerdo que daba lugar a sendas epístolas
oficiales, a las que el gobierno no sabía que responder ni a quien
dar la razón, ignorante de la realidad. Así, en constante lucha, han
transcurrido los años sin que hasta la fecha el país ni el gobierno,
tengan ciencia cierta de lo que es la recaudación de las rentas
fiscales en Loreto. De un lado la Cámara de Comercio, que como
institución oficial merece crédito; y de otro, el Administrador de
la Aduana, que a su vez, exige se le crea no que él dice: ambos
reclaman recíprocos intereses y ambos se adjudican la razón.
La Cámara de Comercio, desde luego, casi siempre ha llevado la
mejor parte, porque como dispone de la riqueza, fácil le ha sido
sobornar autoridades y empleados subalternos, y, así, conseguido lo
que ni siquiera se atreverían a solicitar los comerciantes de las
otras regiones del país, pues que sólo su enunciación daría lugar a
burlas en las esferaes oficiales. Pero tratándose de Loreto, la cosa
es distinta: hay que creer en los informes oficiales, y, entre
éstos, echarlos en una ánfora, y buscar la solución en la suerte. En
realidad, si se hubiera seguido este procedimiento, se habrían
evitado muchos males en Loreto y el Estado habría percibido tres
veces más de lo que ha recaudado por diferentes conceptos.
Entre los administradores que, en los últimos tiempos, han
batallado y que no cejara, se encuentra el señor Octavio de los
Heros, que ocioso es decirlo, si llega a caer en manos de los
comerciantes de Iquitos, después de fracasada la revolución, no
comen vivo, no dejando ni rastros de su persona. El delito de este
señor consistía en decir las cosas como son y no como le conviene a
los comerciantes que sean.
El documento que en seguida trascribimos demuestra nuestra
aseveración:
“Iquitos, 14 de junio de 1921. – Señores Superintendente de
Aduanas y director General de Contribuciones. – Señores:
“Confirmo mi radio del 7 del presente y debiendo dar algunas
explicaciones sobre la doctrina industrialista de mi información,
voy a valerme, en favor de ella, al final de este oficio, de los
argumentos “libre cambistas” aducidos por la Cámara de Comercio de
Iquitos el año de 1911. Pidiendo rebajas arancelarias. Y deben Uds.
Tomar nota que el año de 1911 está comprendido en el período de
mayor riqueza de loreto, que fueron los de 1910, 1911, 1912. Si en
plena fiebre de dinero dicha Cámara clamaba pidiendo gangas a su
favor, qué no pediría, como pide hoy, que la ruina del departamento
“legaliza” tales clamores? Pero esta ruina no podrá salvarse
liberando de contribuciones a todo el mundo, pues tal recurso no
salvo el mal general, y, en cambio aruina al fisco.
Aquí se produce todo: lo que falta es trabajo y organización;
aquí se puede producir y se produce tanto o más barato que en el
Brasil: arroz, azúcar, café, plátanos, yucas, y carne de vaca y
puerco, con facilidad admirable. De la yuca se hace la famosa
farinha, que se trae del Brasil, quitando, con tal importación,
trabajo y dinero al pueblo loretano.
“La carne de vaca vale un sol el kilo; la de puerco setenta
centavos; una gallina uno a uno veinte, un patoa un sol cincuenta;
un pavo tres soles o tres cincuenta; frijoles 20 a 25 centavos el
kilo; maíz 15 centavos; arroz 30 a 40 centavos. La yuca , el plátano
y pescados muy barato, y así los demás productos regionales. Lo
caro, lo carísimo, es lo importado y la principal razón de ello es
que aquí no se contentan con ganar 10 a 20%: quieren 100%, y en los
ríos mucho más, porque así lo han acostumbrado durante veinticinco
años de riqueza y explotación a un pueblo que solo con la miseria
actual, ha venido a darse cuenta del valor del dinero, y que ha
perdido el amor al trabajo porque jamás encontró aliciente en él,
dado los métodos que han regido por muchos años.
“Muerta la industria de las gomas, bajo el precio del algodón,
bajando el de las maderas, todas las industrias extractivas se han
convertido en negocios peligrosos o de pura especulacíon y la
situación interna y el mercado exterior exigen un cambio radical de
la vida y negocio de esta región. La psicología formada por los
antiguos hábitos de comercio tiene que cambiar, y este cambio ya se
inicia, como se deja ver en el aviso de las casas comerciales
ofreciendo pagar el trabajo en dinero, cosa que en otros tiempos no
existió o lo hubo en pequeñisima escala. El aviso citado obedece al
deseo de la extracción de la balata que vale, en Europa, al rededor
de cinco soles el kilo. Y cualquiera creerá que ese aviso obtuvo
éxito, pero no ha sido así: pocos se han presentado, pues no le
prestan fé.
La Compañía Salinera vende el saco de 50 kg. De sal a $ 7.80,
perdiendo dinero. Este artículo lo venden las lanchas que surcan los
ríos a 14 y 16 soles. La leche condensada llegó a venderse a 48
soles la caja, cuando su valor era de 24 soles. El comercio de Lima
vende este artículo ganando un sol por caja, término medio. La tela
Palm-beach, casi no se conoce aquí apesar de ser la mejor para este
clima; razón: aquí piden quince soles por el metro, cuando en Lima
se vende a seis. Y no se achaque tan grandes diferencias a los
fletes que aunque caros no son tanto. Y qué flete pagan para vender
la sal, que compran puesto en Iquitos, con 100% de utilidad?
Desgraciadamente aquí impera el comercio judió, y los peruanos y
extranjeros se contagian admirablemente”.
Comunicaciones de esta naturaleza es claro que tenían que
provocar las iras de los señores de la Cámara de Comercio; pero no
es todo. De la misma comunicación extractamos los pasajes
siguientes:_
“Memorial da 1911 de la Cámara de Comercio. – He aquí – dice el
señor Octavio de los Heros – los párrafos de peso con que reclaman
la reducción de los derechos y a los cuales me permito agregar
pequeñas notas:
C.C. – “Como dejamos dicho, en los pueblos del litoral y en no
pocos de la sierra, existen establecidas en condiciones prósperas
las industrias agrícola, pecuaria, harinera, y otras muchas fabriles
y manufactureras, como son la fabricación de velas, calzado,
muebles, fósforos, manteca, tejidos, de algodón, y tantos otros
artículos cuya enumeración sería larguísino, a parte de la
producción petrolera y sus derivados”.

(FALTA RODAPÉ)

O.H. – “En Loreto se pueden fabricar todos los artículos


enumerados, tan bien, o mejor, que en el Brasil, menos fósforos,
cuyo consumo no correspondería a la instalación de una fábrica, ni
la harina de trigo, pues el trigo no se produce aquí”.
C.C. – En Loreeto no tenemos nada de esto: cuanto se consume es
traído del extranjero y alcanza a un precio elevadísimo, que con los
actuales derechos específicos, calculados sin estudio previo de las
condiciones especiales de esta región, y aplicados sin distinción, a
todas las Aduanas de la República llegan a ser prohibitivos, y, no
pueden ser conseguidos por la clase popular, por el bracero, por el
empleado, por los no favorecidos de la fortuna”.
O.H. – “No es cierto. – En Loreto se produce jabón ordinario;
calzado, más barato que en Lima, pues lucha con el de contrabando
brasileño; muebles de magníficas maderas; manteca, pues los cerdos
se crían muy bien; y para tejidos ordinarios hay algodón y solo
faltan unos cuantos telares. Además hay herrerías, astilleros
pequeños, fábrica de fideos, aserraderos, aguas gaseosas,
hojalaterías, e imprentas; las mujeres cosen bien toda clase de
ropa; desmotadoras de algodón atendidas por mujeres; y la farinha no
se hace en grandes cantidades porque existe el hábito de consumir la
brasileña”.
C.C. – “Una pequeña comparación de lo que esos artículos
pagaban como derechos, con los que abonan hoy, llevará al ánimo de
cualquiera, el convencimiento de la exigencia que hay de modificar
esas tarifas, y si se tiene en cuenta que somos limítrofes con el
Brasil, país agrícola y manufacturero, cuyas industrias son objeto
de una cuidadosa protección de parte de los poderes públicos de
aquel país, se verá el peligro de que de allí se introduzca al río
Yavary, los artículos de su producción, para traerlos, después de
pasarlos a la margen peruana del citado río, como cabotaje”.
O.H. – Curioso argumento, que más vale pedir al gobierno
peruano que proteja a las industrias nacionales, al igual del Brasil
y haga la riqueza pública de Loreto, en vez de aplicarlo para pedir
el libre cambio... Y el recuerdo delo que temen que pase en el
Yavari es gráfico: siempre se hizo ese contrabando sin beneficio
alguno para el pueblo y con pérdida de miles de miles para el Perú.
– Cuando yo me hice cargo de la Aduana una lancha hacía viajes
mensuales al Yavarí. Revisando los manifiestos, noté que su carga no
podía dar para sostener ese viaje de más de seiscientas millas, ida
y vuelta. Los armadores se quejaban del mal tiempo etc. Para salir
de la curiosidad y saber qué negocio hacían ordené que en cada viaje
acompañara la lancha un Inspector del Resguardo y los viajes se
suspendieron.”...
C.C. – “Bien sabéis que, los más triviales principios
económicos en una zona limítrofe con otro país, aconsejan quitar
todo aliciente al contrabando y más si se considera que en dicha
zona es casi imposible ejercer una vigilancia tan severa como la que
sería necesaria para evitar la introducción clandestina de
mercaderías, defraudando la renda fiscal, extremo al cual no
faltarán personas, poco escrupulosas, que se lancen movidas por el
interés del lucro ilegal que ese procedimiento les daría,
perjudicando además al comercio honrado: en suma: los artículos de
producción brasileña, dadas las actuales tarifas arancelarias, están
llamadas a ser objeto de un activísimo contrabando, pues no debe
olvidarse que en relación con los similares extranjeros que se
importan por esta Aduana, son baratísimos al extremo que en el
Brasil el desarrollo que han alcanzado las industrias de aquella
nacion, ponen a los similares en condición de no ser necesarios su
importación para sastisfacer el consumo”.
O.H. – “Si los artículos brasileños son tan baratísimos como
dicen, porqué no los importan de ese país y así evitar nos fletes
desde Europa? Lo cierto es que hoy, después de diez años esa
situación es igual y sin embargo, muy poco es lo que se trae del
Brasil, según las estadísticas de Aduana. Pero en el comercio se vé
a venta calzado, géneros de algodón, manteca, especificos, sombreros
de paja etc. cuyos stoks están muy lejos de corresponder a las
pequeñas importaciones de que dá cuenta la estadística...”.
“ Al respecto ya he informado a la Superintendencia y aprovecho
esta oportunidad para recordar que es necesario acabar con el
tráfico clandestino el que, si hoy es pequeño debido a la crisis, en
tiempos normales representaría de mil a dos mil libras de pérdida
mensual”.
C.C. – “Ahora, si se fija la atención en la enorme alza que han
sufrido los asrtículos de primera necesidad o sean los
indispensables para la vida se comprenderá la inminencia del
peligro; imposibilitar la subsistencia de las clases trabajadoras,
de los empleados y de los que carecen de fortuna”.
O.H. – “Los alimentos nacionales son baratos y valen mucho
menos que en Lima. Lo caro, ya lo he dicho, es lo importado, y esa
carestía obedece en grandísima parte al recargo que sufre al pasar
de manos del importador al consumidor”.
C.C. – “Para que se pueda formar un concepto claro de la
situación, enumeramos a conntinuación, algunos de los muchos
artículos que soportan un derecho exajerado para esta región, en la
cual no hay mas industria que la extractiva”.
O.H. – “Las industrias extractivas a que se refieren son el
jebe y caucho, hoy muertas y hay que hacer la vida nueva por medio
de industrias fabriles, agrícola y ganadería, para lo que existe
aquí un campo inmenso maravillosamente dotado por la natureleza”.
C.C. – “Derecho que es racional se cobre en el litoral, como un
medio de protejer el desarrollo de las industrias nacionales y
proporcionar honrado y lucrativo trabajo a la clase obrera y a los
braceros, facilitándoles la subsistencia y el sostenimiento de los
miembros de su familia, eliminando, por esta vía, la vagancia y
restando la criminalidad que ésta origina”.
O.H. – “Este final es un himno en favor de la producción
nacional y Dios quíera que él impresione a Uds. Si lo oyen, en tres
o cuatro años será Loreto un emporio de vida y la miseria actual se
recordará como algo que jamás tuvo razón de ser, pues nunca se podrá
explicar porqué, desde mucho antes, no se dieron a estos pueblos los
medios “de proteger el desarrollo de las industrias nacionales y
proporcionar trabajo honrado y lucrativo a la clase obrera y a los
braceros facilitándoles la subsistencia y el sostenimiento de los
miembros de su famila, eliminando, por esa vía, la vagancia y
restando la criminalidad que ésta origina”.
Bravo! Y porqué los hombres que tal escribieron creyéndolo
bueno al resto del Perú, no lo juzgaron así para la grande y
magnífica zona que les daba la fortuna? La razón es de puro egoismo
mercantil, entonces existia lucha por obtener trabajadores para la
recolección de las gomas y nada querían que significara quitarles un
perón, y hasta hoy siguen con esos malditos prejuicios: entonces,
hasta los cajones para embalar las gomas los traían del extranjero
siendo ésta la región maderera más grande del mundo; qué horror! Y
así fué todo; pero los tiempos han cambiado y hoy hay que dar
trabajo al pueblo masculino y femenino, que es numeroso y protección
a millares de niños que semi desnudos y sus vientrecitos hinchados
por la mala alimentación, tanto en Iquitos como en los ríos
impresionan tristemente a los que saben sentir los dolores y
miserias que sufre esta parte del pueblo peruano, tan aislado del
mundo, agobiada año tras año por la ambición de negociantes y
buscadores de oro negro, que no supieron enseñarles las virtudes del
trabajo, ni hacerles comprender que son dignos hijos de la Patria.
Como el espiritu mercantil impera en los hombres de comercio que
siguen aferrados a la esperanza del alza de las gomas y a sus
caducos sistemas de trabajo, a qué fin consultar sobre el arancel a
su Cámara de Comercio?”
“Nos harían oir la misma grita del año de 1911, como lo hacen
continuamente pidiendo alivio para el momento y para sus intereses,
sin beneficio general. Toca a los señores legisladores estudiar y
resolver la situación; y mi mayor esperanza para el bien positivo
está cifrada en el saber de Uds. Y en la altura con que siempre han
servido a la Nación... Dios guarde a Uds. – (Firmado) O. de los
Heros”.
Para el que no ha estado en Iquitos en la fecha, junio de 1921,
del envío de la comunicación que hemos trascrito, y que su autor
tuviera la amabilidad de proporcionarnos con otros documentos de
igual índole, su lectura bastará para formarse concepto del estado
tirantísimo de las relaciones entre la Aduana y la Cámara de
Comercio de ese puerto, cuyo punto de partida en estos entredichos
siempre hay que buscarlo en la insistencia de los comerciantes para
eludir el pago de legales contribuciones, con prejuicio de las
rentas fiscales.
Y a riesgo de hacernos cansados, otros documentos comprobarán
nuestra aseveración.
“Cámara de Comercio y Agricultura de Loreto. – Iquitos. 17 de
junio de 1921. – Señor Administrador de la Aduana. – Nº 415.
“La comandancia del resguardo ha notificado al señor Comandante
de la lancha “San Pablo”, que para sus próximos viajes al río
Yavarí, manifieste, detalladamente, todas las existencias de
mercadería suelta que conduzca en la embarcación de su mando.
“Tal exigencia, señor Administrador, es una traba que se crea
al comercio, sin objeto alguno, pues que, viajando las embarcaciones
que van al Yavarí, con un empleado del resguardo a bordo de las
citadas que ejerce la vigilancia fiscal en ellas, y, por lo mismo,
el interés fiscal está perfectamente salvaguardado.
“Pretender que se haga un manifiesto detallado de la mercadería
suelta en la tienda, es obligar al buque a hacer inventario a la
salida de Nazareth, para su despacho allí, y renovarlo en Leticia
para hacer nuevo manifiesto detallado, toda vez que en el trayecto
hasta ese puerto de la frontera se han realizado ventas; despachado
allí aquel manifiesto queda ya inutilizado por razón de las ventas
que se realizan en todo el trayecto hasta llegar a este puerto,
donde hay que presentar nuevo manifiesto detallado de esa mercadería
suelta, que como digo carece de objeto, pues que el resguardo ejerce
su vigilancia en las embarcaciones desde que salen de la frontera en
Leticia, hasta su regreso del Yavarí, y por lo mismo, no cabiendo
lesión a los intereses fiscales, esa exigencia tan sólo va a crear
una nueva dificultad al comercio en los ríos, lejos de darle la
mayor suma de facilidades, muy particularmente en esta época en que
por falta de aliciente para los negocios y de las dificultades que
ellos presentan, la navegación al río Yavarí, se está haciendo rara.
“Abandonar a nuestros trabajadores en esa región a su propria
suerte sería no solo perjudicial a los intereses nacionales, pues
emigrarían por carecer de elementos de vida, que no se les podrá
llevar por las dificultades que se les crea, sino tambien
perjudicaría al interés fiscal toda vez que esos brazos que emigran
dejan de ser consumidores y no producen nada para el intercambio
comercial con el extranjero, aparte de lo inhumano que sería el
dejarlos abandonados.
“Como no creo que la Comandancia del Resguardo tenga ninguna
facultad para hacer innovaciones en el servicio de fiscalización,
que solo tienden a dificultar la navegación y el comercio fluvial,
me dirijo a Ud. A efecto de solicitar, como lo hago, se digne
suspender los efectos de esa notificación del señor comandante del
Resguardo y dejar las cosas como están, pues, repito, el interés
fiscal está perfectamente resguardado con la presencia a bordo,
durante el viaje, de un empleado del Resguardo.
“Estando este pedido fundado en las conveniencias nacionales,
en las fiscales y en las del comercio, no dudo se servirá acogerlo
con la atención que reclama y deferir a él”.

“Dios guarde a Ud. (Firmado) D. Hernández”.

Este oficio de la Cámara de Comercio es la más grosera


impostura respecto a la afirmación de que en el río Yavarí hay
trabajadores por cuenta de los comerciantes de Iquitos. Los hubo, es
verdad; pero esto es distinto. Es la más grosera impostura de que
los habitantes del Yavarí se provean de Iquitos, en artículos de
primera necesidad y otros de consumo indispensable. Es una grosera
impostura, por ultimo, que los trabajadores del Yavarí se verán
obligados a emigrar al extranjero em busca de mejor campo para sus
actividades.
Lo primero porque desde mucho antes de que se declarara la baja
en el valor de las gomas, dejaron éstas de explotarse, sencillamente
porque desapareció con los métodos implantados en la extracción, y
los pocos shiringales que hay no se trabajan. Las gomas del Yavarí,
para las que la Cámara de Comercio consiguiera tarifa diferencial en
los derechos de exportación alegando falsedades bien organizadas,
era goma brasileña que se pasaba a la margen peruana de ese río,
contrabandeándola de la del Brasil, con el fin de no abonar a las
aduanas brasileñas los fuertes derechos que allí se cobran y que
apesar de la crisis subsisten: 15% ad valoren, la que menos;
mientras que los nuestros del Yavarí son apenas de 2%. Las lanchas
que salían de Iquitos a Nazareth (río Yavarí) y a las cuales no se
les practicaba visita de fondeo, iban conduciendo gomas procedentes
del Ucayali, Huallaga o cualquier otro río interior y al regresar se
manifestaban como producidas en el Yavarí. De esta manera los
comerciantes de Iquitos y los brasileños que en esa forma “trabajan”
han defraudado a los respectivos países en fuertes sumas. Esta es la
verdad, que en Iquitos todos conocen, pero que se ignora en Lima.
Y es tan evidente esto, que más de una casa comercial
establecida en Iquitos tiene sucursal en Nazareth (Perú) y en Remate
de Males (Brasil). Que sirven de depósito para las mercaderías y
productos que deben pagar según las conveniencias, o no pagar nada,
sencillamente.
Lo segundo, porque siendo los artículos de uso indispensable
para la vida y de primerea necesidad mas baratos en el Brasil –
según propia declaración de la Cámara de Comercio – a nadie se le
puede ocurrir que los ribereños habitantes de la margen peruana del
río Yavarí, prefieran comprarlos a las lanchas peruana de Iquitos,
que forzosamente tienen que venderlos a precios mas elevados que en
Remate de Males, o sea la amrgen brasileña y que se salva con una
canoa en dos minutos.
Y lo último porque en el Brasil, precisamente, se encuentran
millares de peruanos, muriéndose de hambre o viviendo de la caridad
pública, desde que bajaron los precios de las gomas, y que fueron
sacados de sus hogares y vendidos, muchos de ellos, como mercaderías
cuando se necesitaban braceros para la extracción de gomas. Hoy, el
infeliz que consigue un pasaje de gracia para retornar a la Patria,
se considera como el hombre más afortunado... y siendo esto así, no
van, pues, los peruanos del Yavarí, a emigrar al extranjero!
La administración de la Aduana o el Resguardo, exigiendo un
manifiesto detallado de las mercaderías que conducen las lanchas en
sus tiendas – que para el contrabando estas tiendas hacen el papel
de auténticas “celestinas” – cumplen con un deber elemental de
cautelar elos intereses fiscales y para cuyo objeto poco importan
las disposiciones escritas, desde que tieden a ese fin: cautelar los
intereses fiscales, pudiendo en caso necesario hasta hacer uso de la
fuerza.
Las tiendas de las lanchas, sea el río para el que fuera, salen
de Iquitos vacías de mercaderías y regresan llenas. A que se debe
este fenómeno? A que las mercaderías han, caído como el maná del
cielo? Las del Yavarí, principalmente no es cierto que ofrecen este
frecuente fenómeno? Y las procedentes del Napo, muchas veces no han
conducido millares de sombreros ecuatorianos que con el sistema
establecido han burlado la aduana peruana y se han introducido
clandestinamente al Brasil, obteniendo los que tales negocios han
hecho crecidas utilidades?
Está muy bien que el comercio detenga el abuso de malas
autoridades y se queje de ellas; pero tratándose de esta cuestión ni
siquiera debería mencionarla, porque se demuestra muy poco pudor.
Millares de libras esterlinas son defraudadas anualmente a las
aduanas del Brasil y el Perú, con ese pernicioso contrabando al que
debe ponerse coto en el día: y en el día aumentarán las rentas
naturales.
Una demostración concluente de lo que pasa em Iquitos con el
contrabando de mercaderías brasileñas la podríamos encontrar en el
monto a que ascienden las facturas consulares de Pará y Manaos y
entonces se vería que la mercadería manifestada no dá para sostener
viajes mensuales de tres o cuatro vapores brasileños, cuyo gasto es
muy superior al negocio legal que pueden hacer o hacen. Y de otro
lado, si en todos los tonos se dice qué Loreto atraviesa aguda
crisis cómo es que la navegación internacional no se suspende sino
que al contrario se aumenta y tiende a aumentarse más? De los
vapores que llegan a Iquitos sólo los de la Amazon River de Pará,
conducen mercaderías de Europa y Norte América y sacan el retorno,
por cuenta de la Booth; los demás hacen el comercio perú-brasileño.
Ultimamente se ha dado un caso bastante sugestivo. Uno de estos
vapores embarcó un centenar de toneladas de tagua o marfil vegetal,
manifestando conducirlas a Caballo-Cocha. En Iquitos, desde luego,
se admiraron que en Caballo-Cocha hubieran comerciantes que
compraran ese artículo; y fué desembarcada en una fábrica de botones
situada en el río Amazonas y, desde luego, “burlada” la Aduana de
Iquitos y las Recebidurias de Rentas brasileñas, pues a ninguna
fueron abonados los derechos pertinentes.

Este fraude se habría evitado, indudablemente, si el personal


de la Aduana de Iquitos o de su Resguardo hubieran vigilado los
intereses fiscales; y como no fué así, hay derecho a suponer que
estuvieron sobornadas; como se puede suponer lo mismo al contemplar
que la mercadería que llega a Iquitos es desembarcada sin la
fiscalización del Resguardo, que queda encomendada a la palabra de
honor de la Booth, que es la que la recibe y la conduce a los
almacenes fiscales, si quiere...
Después del incidente a que nos hemos referido sobre la
exigencia, del Resguardo, respecto a manifiesto de mercaderías en
las lanchas que van al Yavarí, se produjo un nuevo incidente; se
trataba ahora del río Napo, y en el que se vera que los
comerciantes, a todo trance, pretendían “manos libres”.
El señor Demetrio Hernández, Presidente de la Cámara de
Comercio, propietario de la lancha “San Miguel”, se dirigió con
carácter oficial al Administrador de la Aduana, en ofício de fecha
15 de julio de 1921, maniféstándole que el Comandante del Resguardo
exigía al patrón de su lancha solicitara una visita de fondeo; y
alegando numerosas razones de apariencia legal, quería que el
Administrador impidiera esa visita. Este funcionario envió el oficio
referido a informe del Comandante del Resguardo, que contestó en los
siguientes términos:_
“Iquitos, 19 de julio de 1921. – Señor Administrador de la
Aduana. – S.A.
“Una visita de fondeo a la lancha “San Miguel”, que regresara
de su viaje al río Napo, y el haberse embarcado a bordo de ella, en
servicio de la Aduana, el Inspector del Resguardo, señor Artemio
Jiménez, han motivado una Segunda carta protesia del armador y
comerciante de este puerto, señor Demetrio Hernández, quien no
obstante representar un interés propio y enteramente personal en
este asunto, toma el nombre de la Cámara de Comercio y Agricultura
del departamento; a la que hace aparecer enfrentándose
sistemáticamente a cuantas órdenes o disposiciones emanan de este
despacho y entregada, además, a ciertos subterráneos ajetreos
tendientes a remover determinado personal de empleados de la aduana,
cuya opinión y actitudes, en resguardo de los intereses fiscales y
del cumplimiento de la ley, no marchan de acuerdo con los privados
intereses del señor Hernández y de sus colegas, ni con la teoría,
demasiado innovadora y revolucionaria, que estos señores persiguen:
COMERCIO Y PUERTO, LIBRES.
“Seguramente encaminados a este fín, comerciantes y armadores
pretenden por conducto del señor Hernández, tachar de arbitrarios e
ilegales todos los actos del Resguardo fluvial. Hace pocos días,
este mismo señor protestaba, en términos airados ante esa
Administración de que el suscrito hubiese ordenado se manifestara,
por los comandantes de las embarcaciones que viajan al Yavarí, la
existencia de artículos en tienda, o sea mercadería suelta, con la
que se hace un estupendo negocio, y que ciertamente, debería merecer
todo género de protección – la de ceguera de los empleados del
Resguardo inclusive – si no mediaran los para mí sagrados intereses
del fisco; y en esta vez, en actitud mas corajuda y olímpica, la
protesta arremete contra hechos admitidos por la práctica
consuetudinaria en materia de tráfico fluvial, registrados desde la
época en que ingresó a Iquitos la primera lancha a vapor, abonados
por la necesidad y la experiencia y consagrados por expresa facultad
que la naturaleza misma de su creación, el Código y supremas
resoluciones, dan o atribuyen a los Resguardos y a las Aduanas, en
general, cuales son las visitas de fondeo a las naves surtas en el
puerto. Negare este derecho, como potestativo de esta dependencia,
equivaldría a negarle toda autoridad y toda intervención al
Resguardo, a declarar innecesaria e inútil su existencia; debería
suprimírsele mejor, y así se daría el primer paso hacia el PUERTO
LIBRE...

(FALTA RODAPÉ PÁG. 71)

Si todas estas embarcaciones al ingresar al puerto presentan a


la aduana sus respectivos manifiestos, porque siquiera para los
efectos de la confrontación, de la existencia a bordo con lo
expresado en el manifiesto, no se ha de verificar la visita de
fondeo? O es que la aduana y sus dependencias están obligadas a
creer como verdad evangélica lo que los comandantes aseveran portar
em su embarcación? No habrán jamás excesos de carga?; no habrá error
voluntario o involuntario?; el documento en cuestión será
intangible, y sagrado el recinto de las lanchas iquitenses?; hay
arbitrariedad, violación de la ley en practicar tales visitas? El
hecho mismo de manifestarse la carga indica la necesidad de la
presencia a bordo de la autoridad aduanera.
“Reclama también el señor Hernández del viaje realizado por el
inspector señor Jiménez en la lancha de su propiedad “San Miguel”,
fundándose en que esta embarcación solo llegó a Tarapoto, a tres
días de la frontera provisional del río Napo, y que solo sería
explicable esta vigilancia, en embarcaciones que van a la frontera.
Esta Comandancia, contrariamente al señor Presidente de la Cámara de
Comercio y Agricultura, sostiene la conveniencia de que a bordo de
las lanchas que hacen la navegación de nuestros ríos fronterizos,
toquen o no en territorio extranjero, deben encontrase los
representantes de las autoridades aduaneras. Si el exceso de
economía de los armadores llega al extremo de fijarse en el consumo
que representa un inspector en estos viajes de vigilancia, antes que
suprimirlas – lo que daría lugar a multiples combinaciones e
irregularidades a espalda de la ley – preferible sería que el
gobierno reconociese y abonara estos menudos gastos. Si es esto lo
que se persigue, en buena hora. Haya más hidalguía y claridad en las
solicitudes.
“Se alarma el señor Hernández por estas medidas sin tener en
cuenta que el suscrito, nada ha innovado, y que estos viajes de
inspección se vienen efectuando hacen meses; y su alarma crece, a la
suposición de que, cualquiera otro día el Comandante del Resguardo
pudiese ordenar que uno de los inspectores se embarcase con rumbo a
Yurimaguas o al Ucayali.
“Bien sabe el señor Presidente de la Cámara de Comercio y
Agricultura que tales no se hacen sino a los ríos fronterizos; pero
como la jurisdicción de la Aduana de Iquitos, no se circunscribe a
este puerto, si las necesidades del servicio no exigieran, nada de
extraño ni de novedoso tendría que se enviase un inspector en
cualquiera de las lanchas que hacen el tráfico con esos ríos, por
mucho que, este hecho, tuviera que ocasíonar un pequeño consumo de
víveres en ellas._
El señor Hernández, en el oficio que motiva el presenta afirma
que la lancha “San Miguel” tuvo que solicitar por escrito se le
practicase la visita de fondeo, por exigencia de esta comandancia.
No es esto verdad, señor Administrador, el suscrito no impartió
orden alguna al respecto y si el Comandante de ella procedió en esta
forma fué, indudablemente, porque así se lo dictaba su deber y
porque siempre había hecho lo propio.
“Tres son, pues, hasta hoy los puntos de las protestas del
señor Hernández: la orden para que las lanchas que hacen el tráfico
con los ríos fronterizos manifiesten la mercadería suelta que llevan
en su tienda, la visita de fondeo a éstas, y la presencia de un
inspector del Resguardo en cada viaje. El suscrito cree firmemente,
en la imprescindible necesidad de estas medidas que en nada
dificultan el comercio, como se asevera, sino que, más bien tienden
a garantizar los honestos y legítimos intereses de éste a la par que
los del Estado, a cuyo servicio debemos dedicar, los empleados de
aduana todas nuestras energías, sin amendrentarnos por falsas
alarmas ni suspicacias agenas a la circunspección y seriedad de que
deben revestirse siempre los actos públicos. Dios guarde a Ud.
(Firmado) José Gonzáles Zúñiga”._
Demostración más gráfica de lo que es la Cámara de Comercio de
Iquitos y la actitud de la Aduana, hasta antes del estallido
revolucionario, creemos no puede hacerse mejor, y estimamos que su
divulgación, mediante este libro, servirá para que los hombres
dirigentes del país se den cuenta de la realidad loretana en este
orden de su actividad.
Y hay que tener en cuenta que esa institución comercial no
está constituída por la totalidad de los comerciantes establecidos
en Iquitos, cuya mayoría, cuando se dió cuenta de lo que era la
cámara pretenciones se apartó de ella procediendo por su propia
cuenta, pues que “sus acuerdos – decía la ya citada “Revista
Comercial” de Israel y Cia, del mes de enero de 1919 – y decisiones
no son tendientes sino a favorecer el lucro de un diminuto número de
sus miembros, que se han apoderado de su mecanismo y jamás puede
encontrarse en su oficina no digamos el menor apoyo, pero ni el más
simple dato que permita formarse cabal concepto sobre el más
insignificante punto de consulta”.

(FALTA RODAPÉ PÁG. 73)

Y si estos conceptos nos emitía no un funcionario oficial,


sino un comerciante que podría obtener de la Cámara los mayores
beneficios, hay que convenir en que “solo sirve para favorecer el
lucro de un diminuto número de sus miembros” y no como sucede en las
verdaderas instituciones protectoras de la industria, comercio y
agricultura nacionales, que consultando sus intereses, procuran no
sean defraudadas las rentas fiscales.
Y si el estado de la Aduana de Iquitos era el que hemos
descrito; si con los métodos empleados se defraudaban al erario
cuantiosas sumas, cómo era posible que los que tal cosa veían
permanecieran impasibles ante la quiebra de la única entidad oficial
capaz de proporcionar los recursos que el gobierno precisaba para el
pago de sus obligaciones?
He aqui, pues, otro de los motivos de la revolución loretana.

las fronteras extranjeras de loreto y su abandono

Mientras se producían estos y los otros incidentes y


trasgresiones a la ley, apuntados hasta ahora en este libro, el
Prefecto D. César Ruiz y Pastor permanecía como en la Luna: no veía
ninguno de los intereses confiados a su dirección y supervigilancia.
Entregando, como tantas veces se ha dicho, a urdir mezquinas
rencillas entre los componentes de la sociedad loretana; servil
instrumento de los abusos del régimen y fiel cumplidor de los
mandatos de sus amigos políticos que le sostenían en el puesto y de
los comerciantes, que lucraban con él; descuidaba nos más valiosos
intereses patrios, que seguramente le serían de segunda categoría, o
tal vez no se daba cuenta de las responsabilidades inherentes al
cargo que desempeñaba. Y lo peor del caso era que todo lo que
sucedía en la Prefectura, se conocía en la calle, porque ese señor,
con una ingenuidad despampanante, contaba las cuestiones oficiales a
sus allegados, encareciéndoles “secreto”, que equivalía decir:
publíquendo.
Uno de estos secretos a voces fué la reprimenda que recibió de
El Tigre en el mes de mayo de 1920, por no haber dado cuenta
oportunamente del avance de los colombianos en nuestra región del
río Putumayo, sobre el río Caucaya, y se le recomendaba mayor
interés en la vigilancia y cuidado de los intereses internacionales
del Perú.
Había sucedido que el Comisario de ese río se había dirigido a
la Prefectura manifestándole que en la orilla izquierda del Alto
Putumayo, a unos dos kilómetros abajo de la boca del río Caucaya,
habían los colombianos establecido una COLONIA PENAL, al mando de un
comisario, que era nada menos que el Dr. Hermógenes Erazo. Esta
“colonia penal” en el momento de la comunicación, ya había
construído cuatro grandes casas de chonta y estaba preparando la
construcción de una de madera aserrada. Los directores de la
“colonia penal” eran unos frayles capuchinos, que tenían como
superior al padre Estanislao de las Casas; habían buen número de
peones y recibían sus provisiones de Puerto Asis. Al parecer
trataban de organizar una población.
La extrañeza del gobierno hacia en poco celo del Prefecto Ruiz
y Pastor debió traducirse en su separación, pero los intereses
políticos se interpusieron y quedó en Loreto para el desquiciamiento
de lo poco que había logrado mantenerse en pié, apesar de la
crisis.
Y traemos a colación este incidente porque nos vamos a ocupar
en este capítulo del intrincado problema de nuestras fronteras
orientales tratando de hacer un estudio no más minucioso posible
dentro de la insignificancia de datos que tenemos a la mano; pero
que en todo caso contribuirán a impedir se produzcan nuevas
desmembraciones territoriales, y que al producirse dejarán al Perú
reducido a sus regiones de la costa y la sierra, tal es la
pretensión de nuestros vecinos y tal es la complacencia criminal de
la Dictadura que rige nuestros destinos...
El pueblo de Loreto justamente alarmado de verse a la hora
menos pensada con que ha cambiado de nacionalidad y el Perú todo,
reclaman mayor seriedad, cordura y patriotismo, en las esferas
oficiales cuando de limites se trate: no por pudriles
manifestaciones de confraternidad que no pueden existir si no están
respaldadas o estimuladas por recíprocas conveniencias de orden
económico y político se vaya a estar obsequiando centenares de miles
de kilómetros cuadrados de territorio nacional.
Y al tratar de esta cuestión lo hacemos con mayor conocimiento
de la realidad por haber recorrido gran parte de los extremos
limites de Loreto y su zona disputada, que nos permiten emitir
exactos conceptos sobre aquel problema; y por lo mismo, señalar
orientaciones para su solución.

NUESTRAS FRONTERAS CON EL BRASIL


Ratificado el Tratado de Petrópolis de 1909 entre el Perú y el
Brasil, no hay entre los dos países nada que pueda alterar las
buenas relaciones que siempre han conservado. Las comisiones de
límites perú-brasileña, anualmentee se encargan de determinar la
línea limítrofe que corresponde a los dos países según ese Tratado;
y cuando esté terminada la demarcación, o antes si fuere posible,
hay la conveniencia de la estipulación de un tratado de navegación y
comercio, que proporcionando recíprocas ventajas, ponga término al
escandaloso contrabando que se hace en la frontera del Yavarí, con
fuertes perjuicios al fisco de los dos países.
El croquis que se encuentra en este libro dá una idea de cómo
debe quedar la frontera perú-brasileña, según el Tratado del año de
1909.
En toda la zona limítrofe no existen actualmente autoridades
peruanas, a excepción de Leticia, sobre el Amazonas, donde reside
una guarnición militar, funcionarios del Resguardo, y el personal de
una torre inalámbrica y una escuela mixta.
Leticia es un pequeño pueblo, que como puerta de entrada al
Perú, por el río Amazonas, debería haber constituído preocupación
constante de las autoridades de Loreto y del gobierno.
Desgraciadamente se nota el descuido más lamentable; el Resguardo ni
siquiera dispone de una embarcación para recibir a los vapores
extranjeros que constantemente llegan al puerto, debiendo éstos
enviarlas a la autoridad respectiva, si así no quieren. No existe
ningún edificio público ni mucho menos; las construcciones son de
chonta y naturalmente no ofrecen ni comodidad ni decencia como sería
de desearse tratándose de oficinas públicas.
Durante la administración del señor Coronel Emilio Soyer y
Cavero, se hizo algo para dotar a Leticia de algunas comodidades; y
más tarde el señor Teniente Coronel Jorge A . Esponda, que tantas
pruebas de actividad, iniciativa y patriotismo diera durante su
estadía en Loreto, continuó los trabajos iniciados, comisionando al
efecto a un oficial del Regimiento, al Teniente señor César A.
Velarde, que llevó las instrucciones precisas para la construcción
de un local para la tropa de la guarnición, otro para la comandancia
de la misma, casa para la escuela y para el resguardo. Pero como ese
digno jefe fuera promovido por el gobierno, dichos trabajos fueron
abandonados.
En el río Putumayo, en un lugar que denominan Tarapacá, existía
una guarnición, comandada por un oficial; pero desde que se
estableció hasta la fecha no hay ni siquiera una casa; las que
periódicamente se construían eran de chonta y estaban en relación
con la actividad y energía del jefe del destacamento militar.
Para el patriotismo es verdaderamente doloroso la contemplación
de nuestras guarniciones y las brasileñas vecinas ellas. Estas
ocupan magníficas casas con su mobiliario correspondiente, la tropa
se encuentra invariablemente bien vestida y disponen de
embarcaciones a vapor para su servicio. Las nuestras ni tienen casa,
ni mobliario, ni la tropa está bien vestida y ni disponen de
embarciones, pero ni a remo que en todo caso es de propriedad del
jefe de la guarnición el que se ve precisado a conseguirla para
poder moverse.
Al respecto de la guarnición de Tarapacá, trascribimos
literalmente un oficio que su comandante enviara al Capitán
Guillermo Cervantes, poco después de estallada la revolución y que
es concluyente:
“Tarapacá, 22 de Agosto de 1921. – Sr. CAPITÁN, COMANDANTE DEL
REGIMENTO “CAZADORES DEL ORIENTE Nº 17”.
“Mi capitán: – Me es grato el comunicar a Ud, que en la fecha
me hice cargo de esta Guarnición comandada por el Sargento 2º
Gregorio López Alván, cuyo estado de personal, armamento y prendas,
como también el inventario de herramientas y útiles que me entregó
dicho Sargento le adjunto para su mejor conocimiento.
“Me es bastante doloroso, mi Capitán, el tener que comunicarle
que encontré la Guarnición en estado de abandono. La tropa de ésta
sin víveres desde hace tres meses y medio que se les agotó por haber
sido racionados hasta el 30 de Abril del presente año como consta en
el Oficio Nº 32 de este archivo, de fecha 19 de Abril del presente
año, de la Comandancia de Armas, desde cuya fecha la tropa por
necesidad ha tenido que buscar sus sustento trabajando en puestos
vecinos a esta Guarnición tan solo por la comida. Sin munición ni
vestuario como verá Ud. Por el estado. La munición que tuvieron de
dotación la gastaron por necesidad en el mitayo (caza). Vestuario
que carecen por que hace dos períodos que no se les mandó.
“Utiles de cocina: la Guarnición solo dispone de una olla
mediana en regulares condiciones; existen dos más pero inservibles
por no tener fondo. El servicio de rancho se hace imposible cuando
no se cuenta con útiles necesarios.
“Desde hace tiempo también según me comunica el Sargento, se
pidió a esa Comandancia una Bandera y herramientas de trabajo que
también carece la Guarnición como sables, hachas, palas, etc.,
motivo por el cual el Sargento no ha determinado algunos trabajos
de chácaras para plantaciones de maíz, fríjol, plátanos, yucas,
etc., lo único que pudo hacer hasta hoy prestando sables a algunos
vecinos por un corto tiempo es una chácara de unos 80 metros
cuadrados máximun en la que sembraremos dentro de poco maíz,
plátanos, yucas, etc.
“Es la única chácara que dispone la Guarnición.
“El campamento que se encuentra hoy, con bosque, se puede decir
no se pudo hacer una limpeza por falta de herramientas.
“ He recibido las 500 raciones de tropa remitidas por la
Subintendencia hasta la vuelta de vapor, mas, en una caja, varios en
vez de carne conservada tres libras pólvora, dos millares
fulminantes, cuatro sacos munición y veinte libras soga para pescar
para proveernos de carne, pero para esto nos falta una escopeta que
carece la Guarnición por lo que suplico a esa Comandancia se nos
remita una a vuelta de vapor.
“En caso de enfermedad como fiebres tercianas, etc., el
Botiquín de la Guarnición carece de los medicamentos y de más útiles
como quinina, tintura de yodo, creosota para dolor de muelas y otros
medicamentos más de grande urgencia.
“Es cuanto pongo en conocimiento de usted a fin de que se nos
provea en primera oportunidad por ser de justicia. – Dios guarde a
usted. – EL COMANDANTE DE LA GUARNICIÓN. – (Firmado) Sargento 1º,
MAX LOZANO M.
En la zona del Purús y del Yuruá existián comisarías civiles
con una guarnición de gendarmes, dependientes del Ministerio de
Gobierno; pero la primera, para los efectos administrativos, del de
Relaciones Exteriores, que comisionaba al consulado del Perú en
Manaos, para todo lo relacionado a ella; tal ingerencia ha servido
para negociados sin cuento. El ministerio enviaba el dinero para
sueldos de los gendarmes y comisario, en giros sobre Londres, que
eran descontados en moneda corriente brasileña: si el cambio estaba
alto esperaban a que baje, para de esta manera, obtener algunos
contos de réis, pues el Consulado entregaba al Comisario cada libra
peruana a razón de 20,000 réis, mientras que el cambio, con respecto
a Londres, por ejemplo, estaba a 30,000, por libra inglesa, que era
lo que el gobierno había enviado. Ahora, para esperar que el cambio
bajara, demoraba muchas veces algunos meses que los soldados hacían
lo que los de la guarnición de Tarapacá trabajar para ganarse el
sustento...
Comisarios y soldados para hacerse cargo de sus puestos tenían
que hacer un rodeo costosísimo. Si venían de Lima empleaban la via
Panamá, Nueva York, Pará, Manaos, o la de Buenos Aires; y si salían
de Iquitos, se dirigían a Manaos para de allí continuar al lugar de
su destino, siempre con gran gasto para el fisco. Si hubiera habido
administración, no habría sido, o no es, racional mandar abrir un
camino o varadero por el ío Ucayali, siguiendo la trocha de los
caucheros, para evitarse la aberración de que fuerzas nacionales
tengan que atravesar territorio extranjero para llegar a un lugar
del territorio nacional?...
Pero nos es esto todo. Las comisarías del Purús y del Yuruá han
servido también para los más escandalosos fraudes en perjuicio de
las rentas fiscales. Gomas salidas del río Purús pasaban como
brasileñas y al Consulado de Manaos llegaban noticias inciertas
sobre el “negocio”; y la guarnición que determiinaba el presupuesto
era groseramente suplantada. Pocas veces esas comisarías tuvieron su
efectivo completo y siempre se cobraban las planilas. Unas veces
intervenía el Cónsul, otras la “rebusca” era de solo el Comisario. Y
como demostración diremos que comisarios con Lp. 40 de sueldo,
después de uno o dos años, regresaban a Lima con Lp. 4 ó 5 mil,
líquidas, y habían gastado en el viaje algunos centenares...
Indubablemente son los prodigios de la exhuberancia de Loreto!
Desaparecido del escenario amozónico el negocio de las gomas,
la miseria llegó hasta esos ríos, y por lo mismo todo el mundo
abandonó tan rica región gomera. Las guarniciones fueron rebajadas
en su personal, y si no se pagaba a las de Iquitos es de imaginarse
cómo sería en tan apartadas regiones. El radiograma quecopiamos es
más claro:
“Senna Madureira (Brasil), 22 de octubre de 1921. – Prefecto
Loreto. – Iquitos. – con fecha 9 presente pasé radio ese despacho
pidiendo dinero pagamento gente compone guarnición Purús, solicitud
comisario, sin recibir respuesta. Situación ésta alférez Zúñiga y
Comisario dificilísima igualmente personal impago DIECINUEVE MESES.
Suplícanle enviar mas pronto posible algo dinero poderse mover y
llevar víveres gente. – (Firmado) Telegrafista Camino”.

Meses después tuvimos ocasión de hablar en Manaos con parte del


personal de esa comisaría, relatándonos los más vergonzosos hechos a
que se vieron obligados a recurrir para no perecer de hambre. Las
casas comerciales de Senna Madureirea se negaron a proporcionarles
más crédito, viéndose, entonces, en los más duros trances.
Y el gobierno declarado impotente para estos gastos en las
fronteras nacionales, demostrando su desprecio por tales intereses,
ha cortado por lo sano, después de la revolución de Loreto; ha
procedido como el sargento del cuento, que no teniendo viveres para
sostener a los prisioneros que le entregaron en custodia, los
mató... así, el gobierno, ha suprimido las comisarías del Purús y
Yuruá, precisamente las que por su situación no han debido
suprimirse, especialmente la del primer río. Ahora nuestras
fronteras de ese lado del Perú, están desguarnecidas, bajo la
palabra de honor de los brasileños.

Decididamente la Dictadura de D. Augusto B. Leguía es el mejor


Gobierno que ha tenido el Perú...

NUESTRAS FRONTERAS CON EL ECUADOR

A raíz de la iniciaciación de las negociaciones entre los


gobiernos del Perú y el Ecuador para llegar a un acuerdo respecto a
los límites entre ambos países y a iniciativa del Comisario Regio
español, señor Menéndez Pidal, comisionado por el Rey de España,
nombrado árbitro, se determinó, por acta protocolizada en enero de
1905, un statu quo, que obligaba a los dos países a no avanzar más
allá de los lugares actualmente ocupados; lo que tácitamente quedó
constituído como un pacto de frontera provisional. Desechado por el
Ecuador, sin haberse dictado, el laudo del Rey Alfonso XIII, en
1910, la política de la cancillería peruana ha sido el de mantener
la misma línea, sosteniendo en los diversos ríos afluentes del
Amazonas y Marañon, guarniciónes con el objecto de impedir las
incursiones de las tribus salvajes.
Estas guarniciones, como las de la frontera del Brasil, jamás
han merecido las atenciones de las autoridades, siquiera para
demostrar que el Perú puede mantener su soberanía en la región
disputada y acallar así las exigencias del Ecuador; nada de esto:
casas de chonta, que el tiempo destruye, mobiliario rústico
construído por los soldados y en general el más grande abandono. Los
oficiales que con el carácter de comisarios ejercen autoridad en las
guarniciónes no disponen sino de su sueldo para todos los menesteres
y conservación de ellas, dependiendo su progreso, de la mayor o
menor actividad que les impriman; muchas veces basta agenciándose
los medios para vivir, mediante plantaciones de legumbres y
hortalizas, que expenden, y con la caza y la pesca.
La provisión de víveres para estos destacamentos ha
constituído peculados cuya sola enunciación causan vergüenza:
cajones conteniendo latas de carnes conservadas, del tipo de
racionamiento iban y regresaban a Iquitos, para volver nuevamente al
mismo lugar, en nueva remesa. Y es que proscrito, por higiene, el
consumo de carnes conservadas en la selva, no son comidas,
proveyéndose de la del monte que es abundante y sana, y de la de
puerco o de la pesca. Como esto ha sido un “buen negocio”, por el
que se han provocado infinidad de incidentes, entre prefectos, jefes
de cuerpo, oficiales y contratistas, que todos pretendían una parte,
jamás quitaron del tipo de ración, semejante artículo, de antemano
declarado inservible.
Algunos jefes, sin embargo, conocedores de esta “costumbre”,
permitían el regreso de la carne conservada; pero a condición de que
con su valor se enviaran a los destacamentos escopetas, pólvora,
munición anzuelos, sal y algunos otros artículos para el uso de los
mismos. Estos jefes han sido la excepción..
Las guarniciones así establecidas y desarrollando una vida
lánguida pudiendo desaparecer inmediatamente después que se retiren
sus elementos, de nada han servido y de nada sirven, apenas si para
detener de vez en cuando el avance de los vecinos, que no se
descuidan y que procuran bajar no más posible, ganando terreno._
En cambio, el Ecuador procura por todos los medios formar
centros poblados en la zona ocupada encargando estas labor a
comunidades religiosas que con espíritu evangélico y patriotismo
procuran atraer y reunir a los habitantes salvajes inculcándoles el
amor a la Patria y diciéndoles sobre su dominio en el territorio,
que deben conservar a toda costa. Aparte de esto la Dirección
General de Oriente, en el Ministerio de Relaciones Exteriores de
Quíto, se encarga del nombramiento de autoridades y de proveerlas de
lo necesario para toda la región disputada, que ocupan. Ordena la
apertura de caminos, establece colonias y trabaja, en una palabra,
por sentar su soberanía en la circumscripción en litigio y que tiene
la denominación de ORIENTE. Su labor es lenta, pero segura y día
llegará por nuestra desidia, a que coronen sus esfuerzos, siguiendo
el lema impreso en grandes caracteres y colocados en todos los
tambos y casas de la región, al lado del escudo de amas del Ecuador:
“EL MARAÑON ES Y SERA ECUATORIANO”.
En el río Napo, nuestra guarnición se encuentra en la boca del
río Aguarico, y al lado, la ecuatoriana, siguiendo una vida, mas o
menos, de intercambio mutuo y de reciprocas ventajas. Si los jefes
de ellas son personas ecuánimes y sobre todo si son inteligentes, no
sobrevienen rozamientos de especie alguna; al contrario si son
impulsivos y “demasiado patriotas” los incidentes son a diario y,
alarman a las cancillerías, que sueñan con las invasiones armadas.
Los líos sobrevienen, generalmente cuando se trata de pasar
contrabandos al Perú: sombreros especialmente y tabaco, para cuyo
efecto “se toman las disposiciones del caso”, que si no sastifacen a
las partes interesadas revientan. No sabemos las razones que existan
para impedir el libre tráfico de embarcaciones a vapor hasta la
parte navegable del río Napo y permitir el comercio libremente. Si
el Aguarico es, en el hecho, la frontera provisional y si ambos
gobiernos están de acuerdo en sostenerla, lo racional, por parte del
Perú, sería permitir el tráfico de embarcaciones, que proveyeran a
los habitantes ecuatorianos de lo indispensable que precisam y los
atrajeran hacia Iquitos, impidiéndose, de otro lado, el activo
contrabando que actualmente se hace. La conveniencia de ambos
gobiernos estaría en esetablecer aduanillas para el resguardo de sus
respectivos intereses fiscales, que no tendría la peruana, para su
norma, las que rigen para Iquitos o la costa; y así se evitarían
muchos rozamientos inoficiosos, los habitantes del alto Napo
tendrían asegurada su subsistencia sin tener que recurrir a los
mercados de Baños, Pelileo y Ambato y se habria dado un gran paso
hacia la solución del problema de límites.

(FALTA RODAPÉ 81)

En el río Nashiño, afluente del Curaray, hay outra guarnición


que no puede considerarse para los efectos que preconizamos, como la
de cabo Pantoja; apenas sirve de garantía para los escasos moradores
contra la incursión salvaje.
En el río Tigre, nuestra guarnición se encuentra en la boca de
río Pucacuro, necesaria también para evitar las incurciones salvajes
a la parte baja de ese río. Los ecuatorianos no tenían guarnición
hasta el año de 1917 en que enviaron un oficial con varios soldados.
Hoy trabajan para unir el Tigre y el Pastaza, por medio de un
varadero.
En el río Pastaza, nuestra guarnición se encuentra en la
desembocadura del río Huazaga. Los ecuatorianos, según el statu
quo¸deberían ocupar Andoas, en la boca del río Bombonaza; pero han
bajado hasta un lugar denominado Huachi. Donde se encuentra el
Teniente Político con cinco hombres, a seis horas de bajada del río
Huazaga.
En el Morona, el Perú ocupa la boca del río Cangaime y los
ecuatorianos deberían ocupar Macas; pero así mismo han bajado, a
unas cuantas horas de nuestra guarnición.
El croquis, ya mencionado, da una idea de las pretenciones
máximas del Ecuador en nuestra región oriental; y además la
comprendida entre la costa y la sierra: Tumbes, Jaen y el norte del
departamento de Amazonas, con una extensión aproximada, en total de:
Entre Tumbes y Zarumilla 1,330 Km2
Jaen 8,400 "
En Amazonas y Loreto 386,500 "
396,230 Km2

En el croquis se ve la región ocupada actualmente por el Perú,


quedando entendido que el resto no está por el Ecuador, que
suponemos serán las mínimas pretenciones de esta nación.
No hacemos historia para demostrar la innconsistencia de los
argumentos en que reposan los pretendidos derechos ecuatorianos
sobre tan vastos territorios, pues ya ha sido bastante discutido y
aclarado el punto; pero desearíamos que, dentro de la situación
actual, dentro de los límites provisionales de ambos países, se
buscara la fórmula que tuviera la virtualidad de satisfacer las
espectativas de los dos y poner término a la enojosa cuestión que
detiene el desarrollo y progreso en tan rica región. Y el interés
del Perú debe ser tener de amigo a un país como el Ecuador, llamado
a un gran porvenir, pues que sus riquezas son bastante
considerables, y es a la vez campo fecundo para un amplísimo
desarrollo comercial peruano.

NUESTRAS FRONTERAS CON COLOMBIA

La República de Colom bia después de hacer de la cuestión de


Panamá un asunto de más o menos dóllares y recibidos o admitidos los
que ha creído suficientes en pago de la conquista de su territorio
– con lo que ha demostrado a la faz del mundo la falta de
conciencia civil de las pseudos democracias sudamericanas y su
servilismo a la Gran República del Norte, que cual inmenso pulpo
extiende sus tentáculos hacia cada uno de los países de Hispano-
América – pretende, sin duda, la compensación en territorios del
Perú, y para lo cual desarrolla una política por demás hipócrita que
fatalmente nuestros hombres públicos creen, tiende a una solución
amistosa del problema de límites con el Perú. Y reducidas sus
pretenciones, en principio, en la hoya amazónica peruana a lo
pactado en el statu quo de 19 de julio, de 1911_, en que el Perú
convino en dejar a Colombia una parte del río Caquetá, hoy se
extienden a todo el río Putumayo y sus afluentes y a una margen del
río Napo hasta su desembocadura en el Amazonas.
Estas pretenciones colombianas divulgadas en el departamento de
Loreto agriaron sobremanera a la opinión pública que con sobrado
fundamento, dados los antecedentes funestos y antipatrióticos del
Dictador en materia internacional, consideraba y considera que de un
momento a otro aquella rica región pasará a poder de Colombia, pues
se aseguraba desde el año de 1920 que las cancillerías peruana y
colombiana habian pactado un convenio en el sentido propuesto por
Colombia y que esta nación, a título de indemnización personal,
abonaría a los gobernantes peruanos una fuerte suma. Y como D.
Augusto B. Leguía, desde el alto sitial en que se ha colocado ha
dado todas las muestras de la más inmoral ambición, nada hacía ni
hace dudar de que semejante convenio se lleve a efecto, con la
circunstancia agravante de que el Congreso Nacional no es una
entidad representativa de los pueblos del Perú, sino una agrupación
dispuesta a todos los latrocinios que don Augusto B. Leguía le
encomienda. No de otra manera se explican las innumerables
violaciones a la Ley Fundamental que ellos mismos dictaron, la
deportación de los miembros independientes de ese mismo Congreso y
todos los atentados de la Dictadura, que se efectúan a luz del día y
que se producen sin la más mínima protesta del Poder Legislativo,
que en las democracias efectivas es el controlador de los actos del
Ejecutivo.

(FALTA RODAPÉ PÁG. 83)

Aparte de esto, en Loreto se tiene ciencia cierta de las


actividades colombianas en la región del Putumayo y Caquetá.
Retiradas sin que se conozcan las razones, nuestras guarniciones de
Las Delicias y Puerto Pizarro, en el Alto Caquetá, el gobierno de
Colombia comisionó a una Misión religiosa de frayles capuchinos la
construcción de un camino hacia el río Orteguaza, que les ha
permitido bajar en Caquetá y por varaderos penetrar al río Putumayo,
hasta Puerto Asís, habiendo avanzado ahora hasta mas abajo de la
boca del río Caucaya, cerca de nuestra guarnición del río Yubineto y
a unas cuantas horas de El Encanto.
Y para que el lector se dé cuenta de estas actividades a
continuación hacemos el desarrollo de los trabajos efectuados por la
Misión de capuchinos, los cuales constituyen actualmente un
verdadero peligro para Iquitos, que en cualquier momento puede ser
ocupado por fuerzas invasoras colombianas; y nuestro gobierno no
podrá hacer absolutamente nada, porque no podrá enviar desde Lima
los recursos y hombres indispensables con la celeridad que reclamen
los acontecimientos.
Desde la salida de Pasto, capital del departamento de Nariño,
el camino que lo comunica con Puerto Asís, se encuentra bastante
poblado y está sembrado de casitas y chácaras en las que existe
abundante ganado vacuno, caballar y mular. Después de seis horas de
marcha se llega a Cocha del Encano y cuatro horas depués al pueblo
de Santiago, que tiene cerca de tres mil habitantes, indígenas en su
mayoría, un convento de capuchinos y otro de misioneras
franciscanas, que corren con la educación e instrucción de la niñez,
un hospital para hombres y otro para mujeres, a cargo de un médico y
varios aserraderos, ingenios de arroz y de azúcar y algunos
edificios públicos.
En la parte oriental del valle de Santiago, donde se encuentra
situado el pueblo de su nombre, hay otros pueblos de más o menos
importancia, como Sibundoy con unos 600 habitantes blancos y a media
legua de este lugar, se encuentra el pueblo Sucre, en el cual
existen tres convenios mas, de ambos sexos, otro aserradero y la
gran hacienda de la misión que tiene cultivadas más de 1,200
hectareas de terreno, 2,000 cabezas de ganado, una magnífica yeguada
de 80 a 100 animales y una población de 3,000 indígenas. Las
sementeras están calculadas para sostener a 20,000 hombres por algún
tiempo. Después hay el pueblo de San Francisco en la cabecera del
Putumayo, con 600 habitantes y numerosas haciendas ganaderas.
De San Francisco se pasa al pueblo de Mocoa, capital del
territorio, situado a doce leguas del primeiro y únido por un
excelente camino, que ha sido construido preveyéndose la
posibilidad de una invasión.
En el lugar denominado La Tortuga tiene la forma de caracol y
puede interceptarse a voluntad o servir de punto defensivo sin que
sea necesario una fuerte guarnición.
Mocoa es una población de 700 habitantes, blancos e indígenas;
díspone de escuelas de ambos sexos y está rodeada por pequeñas
haciendas en las que abundan el ganado caballar y mular. La misión,
solamente, dispone de unas 150 para carga. De este pueblo parten
varios caminos: el del interior por el departamento de Tolina (via
Pitalito) y que atraviesa el rio Caquetá, por Condagua. En este
camino se estableció en junio de 1915 una colonia de 120
antioqueños, y en 1917 outra más de 150 hombres. La región es rica
en minas de oro, plata y petróleo; es fértil en su vegetación y
llano en algunas partes a orillas del Caquetá. Estos antioqueños
están a cuatro leguas de Mocoa, a dos del río Caquetá y a once del
Putumayo.
De Mocoa a Puerto Umbría hay nueve leguas. Tiene unos 150
habitantes y estación telegráfica. Se aprovecha el puerto para la
comunicación con Puerto Asís en pleno Putumayo, haciéndose el viaje
en diez horas de bajada en canoa.
Puerto Asís fué fundado en el año de 1912, por fray Estanislao
de las Casas. Tiene una centrífuga para la fabricación de azúcar que
costó 180,000 pesos; abundante cultivo de caña de azúcar; ganadería
y sementeras. Su población es de 3,000 habitantes, mas o menos,
entre blancos e indígenas, aparte de una guarnición de 150 hombres
de ejército, con cuatro piezas de artillería y una sección de
ametralladoras. Ultimamente esa fuerza ha tomado la denominación de
Policia de Frontera, pero en principio tiene la mísma organización
que si fuera de línea. Existe un orfelinato, un hospital civil y
otro militar y escuelas para ambos sexos.
El gobierno de Colombia al dar a la Misión la tarea no de
catequizar a los indios sino de colonizar los ríos Caquetá y
Putumayo, ha tenido presente que era preciso darle atribuciones y
aunque el Territorio tiene un Comisario especial, éste es un oficial
del ejército, subordinado a la Misión en todo sentido. La misión
tiene por finalidad trazar y construir caminos, administrar
justicia, conquistar territorios en la zona disputada por el Perú y
el Ecuador. Cada uno de los frayles es práctico en ingeniería, pues
ha sido una de las exigencias del gobierno colombiano, a efecto de
que puedan levantar planos y croquis de toda la zona sujeta a su
gobierno y dirección. En compensación tienen el cargo de Comisarios
de Policía según resolución suprema Nº 1,482, de 1914, y en cuyo
decreto se señalan las atribuciones de cada una de los elementos
constitutivos de la Misión. Y éstas son:
1º – Levantamiento de planos del Territorio, a cargo del padre
Estanislao de las Casas y fray Andrés de Cardona; 2º – educación de
los indígenas y de los blancos, a cargo de todos los misioneros; 3º
– exploración de las regiones ocupadas por el Perú y Ecuador, a
cargo de freay Anselmo Olot (ex-abogado) y fray Paulino de
Barcelona; 4º – construcción de trochas, alternándose unos frayles
con otros y colonización.
Cada misionero tiene un sueldo de 30 pesos oro mensuales y el
Prefecto Apóstolico 125 pesos oro y una prima de los derechos de
arancel. La misión goza de granquicia postal y telegráfica; así como
puede importar y exportar libre de todo gravamen fiscal mercaderías
o productos.
Puerto Asís dispone de una oficina telegráfica y el fuerte
militar está unido con la casa de la Prefectura Apostólica por una
linea telefónica, que se extiende hasta los puestos avanzados del
río Caucaya, que es donde se ha establecido la colonia penal. La
guarnición está armada con rifles Máuser, modelo 1912 y 1913 y la
artillería es toda Scheneider Canet y las asmetralladoras Maxin;
disponiendo además de abundantes fusiles “Grass”, para armar a las
indiadas en caso necesario.
Las colonias fundadas quedan bajo la inmediata dirección del
Misionero quien tiene como ayudante a oficiales del ejército, con el
título de Jefe de Colonia.
En la centrífuga de Puerto de Asís y en las que existen sobre
el río San Miguel, en las factorías y aserraderos, se dá trabajo a
centenares de hombres blancos e indígenas y todos están sujetos a la
disciplina militar, debiendo efectuar ejercicios de este orden una
vez al día.
Todos los misioneros son frayles españoles.
Tal es a grandes rasgos la actividad colombiana en nuestra
región de los ríos Caquetá y Putumayo, que data desde el año de
1912, en que D. Augusto B. Leguía permitió la ocupación de la margen
derecha del primero de los mencionados ríos, alentando la
pretenciones de aquella nación y estímulándolas con la decidia que
en todo momento ha dado pruebas respecto a cuestiones
internacionales. Y Colombia que no desperdicia las excelentes
oportunidades que le dá la desorganización del Perú, de los momentos
actuales, a la vez que acreditaba un Ministro Plenipotenciario en
Lima, que se encargara de adormecer la conciencia nacional con
palabrerías de confraternidad y amistad, un colombiano escritor y
periodista recorría toda la República, con el aplauso y apoyo de las
autoridades de la Dictadura, dictando conferencias públicas que
tendían a la desmoralización de los peruanos en orden a sus sagrados
deberes de mantener incólume el territorio que nuestros mayores nos
legaron; y llegaba a Iquitos un funcionario consular colombiano en
misión confidencial, – pues no hay ni ciudadanos de ese país en
Loreto ni existe ninguún comercio con esa nación – tratando de
captarse las simpatías del pueblo, que lo repudia, encontrando
infelizmente en el elemento oficial toda clase de consideraciones,
para que persista en su labor de espionaje contra la Patria, que
generosamente le dá albergue. Véase sinó la insolencia que
representa el que en su sello oficial, se lea sencilamente:
Consulado de Colombia, Iquitos. Y esta ciudad a qué nación
pertenece?...
El pueblo de Loreto, como todas las colectividades, se formó
desde el primer momento el más triste concepto de aquel funcionario
consular y lo repudió, y cuando estallara la revolución que tenía
como uno de sus lemas protestar por los arreglos que se pretenden
con Colombia, trató de inmiscuirse en su desarrollo, por lo que
estuvo a punto de ser agredido y expulsado, si a tiempo no se
refugia en lugar seguro. Y ahora en represalia a esa actitud
patriótica, ha tratado de formar un club social, al que solo pueden
pertenecer extranjeros, inclusive chinos y no los peruanos,
provocando tal actitud la protesta general de la sociedad de
Iquitos.

Para aquellos desgraciados que apoyan al Cónsul de Colombia,


enemigo del Perú, vaya nuestra mas vehemente condenación. El día que
las fuerzas de esa nacionalidad ocupen nuestro punto avanzado de El
Encanto, por efectos de un pacto internacional que siempre repudiará
el Perú, o por una invasión armada, será cuestión de linchar a todos
aquellos que hoy prestan su apoyo y sus simpatías a aquel
funcionario...

La región pretendida por Colombia

Los límites tradicionales y jurídicos del Perú con Colombia


tienen por línea divisoria natural el río Caquetá o Yapurá hasta la
desembocadura del río Apaporis, en que una línea recta e imaginaria,
que corta el Putumayo en el Cotuhé (Tarapacá) lo divide del Brasil,
en esa zona. El Perú apoya este argumento de su suberania en la Real
Cédula de 1802, por la cual la Corona de España, después de oír a su
enviado especial don Francisco de Requena, mandó que el territorio
de Maynas quedara en lo político y esclesiástico dentro del
Virreynato del Perú. Dicha Cédula determinó que los ríos Caquetá o
Yapurá en el norte y línea setentrional de limites con el Virreynato
de Santa Fé (Colombia) quedara bajo la jurisdicción del territorio
de Maynas, hasta los parajes en que por sus saltos o raudales
dejaran de ser navegables. Estos mismos límites son los que las
antiguas colonias de España (Virreynatos y Capitanías) adoptaron al
independizarse, según el uti possidetis lógico entre las repúblicas
de Hispano. America.
Sin embargo de estos inalienables derechos ya se ha visto que
el gobierno de D. Augusto B. Leguía en 1911 pactó con el de Colombia
un modus vivendi permitiendo la posesión, por parte de Colombia, de
la margen derecha del Alto Caquetá o Yapurá, dando lugar a la
pacífica invasión de hoy en que como se ha dicho, esa concesión ha
determinado la ocupación de las cabeceras del Alto Putumayo y que no
se detiene alli sino que tiende a extenderse a nuestros ríos
Carapaná e Igara Paraná, donde se encuentran establecidas y en
desarrollo, importantes industrias, con población netamente nacional
como se verá en seguida. Y obtenidas estas extensiones de
territorios, 100,0000 kilométros cuadrados, más o menos aún pretende
llegar al Amazonas por el río Napo... ya que no podría hacerlo por
el Brasil, que a este respecto y dentro de la paz, dándonos
ejemplos admirables de patriotismo, lejos de ceder a cualquiera
demanda, ha conseguido una mayor extensión de territorios, cuya
soberanía sobre ellos reposa hoy en sólidas bases suscritas en
tratados internacionales.

Cálculos aproximados de “Peruvian Amazon” (Casa Julio C. Arana)


hacen alcanzar la población del Putumayo a 15,000 habitantes
indígenas y un millar de blancos. La mayor parte de los indígenas
hablan el Castellano y se encuentran reducidos a la civilización,
trabajando en la extracción de gomas, balata, gutapercha, chicle; en
la agricultura, habiendo plantaciones de algodón y sementeras
diversas para el consumo; millares de cabezas de ganado vacuno,
porcino y caballar.
Todo el territorio pertenece a la casa Julio C. Arana, y por lo
mismo todas las obras allí ejecutadas son de su propiedad:
aserraderos, factorías, caminos carreteros y varaderos que unen las
diversas secciones en que está dividida la negociación.
En el río Igara Paraná la gerencia está situada en la Chorerra,
magnífica y bella posición, de la que parten vareios caminos hacia
Oriente, Occidente, Sur, Sabana, Andoques, Abisinia, Santa Catalina,
Entre Ríos, Ultimo Retiro, Aymenes y Mensaje. La extensión de estos
caminos es considerable, habiendo algunos de mas de 180 kilómetros.
La gerencia de El Encanto, donde existe una oficina de
radiografía, está situada sobre el río Caraparaná y se une con La
Chorrera por una camino de 90 kilómetros de largo, que se salva en
auto-camión. Además tiene otros caminos hacia Liberia, Esmeralda,
Argelia, Florida y Sombra.
En total la entensión de caminos construidos, con sólidos
puentes y obras de albañilería, es de más de 1,000 kilómetros.
Para formarse un concepto de la importancia de esta región
bastará decir que desde el mes de agosto del año de 1901 en que
llegaron a Iquitos las primeras remesas de gomas, hasta el de 1920,
la Aduana de este puerto ha percibido por derechos de exportación
al rededor de Lp. 120,000 y Lp. 200,000 por derechos de
importación. Estas sumas demuestran por si solas el interés que debe
tener el Perú y que tiene Loreto, para no deshacerse de tan
importante zona del territorio nacional, por más que la actual
crisis de las gomas haya paralizado todo movimiento, pues la riqueza
del Putumayo y de sus afluentes, como la de todos los ríos de la
hoya amazónica peruana, no está únicamente en sus gomas silvestres,
sino en la variedad de materias primas para toda clase de
industrias, en el desarrollo de su agricultura, en la explotación de
sus riquísimos yacimientos de petróleo, hulla y hierro, en la
extracción de sus maderas preciosas, y, en fin, en las diversas y
enormes fuentes de riqueza que sería largo enumerar y que la fiebre
de las gomas han mantenido estacionarias. Hoy mismo siendo
necesario compensar la baja de los precios de las gomas, se trabaja
balata (Standar Peruvian) que es la mejor entre las mejores de las
Guayanas y Centro América chicle y gutapercha, y se hacen
plantaciones de algodón, caña de azúcar, café, cacao y otros
cultivos, con excelentes resultados.
Ahora bien toda esta riqueza en explotación atraviesa aguda
crisis, la misma que atraviesa toda la región, que no ha merecido
ni merece la más mínima protección del Estado. Mientras Colombia
señala en su presupuesto la suma de 300,000 pesos oro, para la
colonización del Caquetá y Putumayo, el Perú, por economía retira
sus guarniciones de esos ríos fronterizos, dejando manos libres al
vecino codicioso; y la empresa Julio C. Arana, que es la sostenedora
de nuestra soberanía en esa región, se ve imposibilitada de
continuar adelante su patriótica tarea.
Ya en el año de 1920 la prefectura del departamento de Loreto
se dirigía al Dictador y a su Ministro de Fomento, manifestandoles
la desesperante situación de esa negociación y les pedía la
socorriese. Qué medidas adoptaron aquellos funcionarios dirigentes
del Perú? Ofrecer a Colombia los territorios y pactar en secreto una
indemnización personal? Al menos es lo que se dice y es a lo que
se resiste la pluma consignar, porque es imposible concebir que a
tan grave extremo haya llegado la venalidad administrativa en el
Perú, que acabará por desmoralizar todo y a todos. En interés de la
Dictadurae está desmentir tan categóricas afirmaciones que se
propagan con la velocidad del rayo y hieren en lo más profundo el
sentimiento patriótico nacional.
Si aquella empresa se muestra impotente para continuar su
labor, porqué no se trata de unir los ríos Putumayo y Napo,
siguiendo la obra iniciada por el Comandante señor Jorge A .
Esponda, que construyó un varadero entre los dos ríos y se
estímula la colonización de ellos aprovechando esa via magnifica,
que el patriotismo de un hombre trazara? El interés de la casa Arana
está en proteger esa colonización, llevar a aquellas regiones los
mayores elementos nacionales que más tarde impedirán contra lo que
la Dictadurea haga, la desmembración de esa parte del territorio
nacional y la consecuente pérdida de los capitales invertidos y la
energía desarrolada. Afortunadamente se encuentra en el Parlamento
Nacional, el señor Julio C. Arana, el propio dueño de la empresa, y
estimamos que ello es una garantía contra los avances criminales de
D. Augusto B. Leguía.
Y si no se siguen los dictados de la opinión pública loretana a
este respecto, si se le sigue cantaleteando de que el Putumayo
pasará a poder de Colombia, nada de extraño tiene una nueva
manifestación armada a la que tienen que solidarizarse, como en la
última, todos los elementos nacionales, sea cual fuere el lugar de
su nacimiento. Porque el Putumayo es del departamento de Loreto y
Loreto pertenece al Perú, por la tradición, por los títulos que
posee y por haber sido el que ha desarrollado su riqueza...

Recapitulacion

Estudiando con detenimiento el Prólogo y cada uno de los


capítulos que le siguen de este libro y en que están analizados el
estado político y económico de la Republica y la situación de
Loreto, bajo el imperio de la Dictadura Leguía; traídos y tratados
los principales problemas loretanos, como determinantes de un
malestar social intenso, digase honradamente si con lo dicho había
o nó motivos suficientes para la protesta armada. Dígase si no era
conveniente tratar de poner término al encanallecimiento que se
había apoderado de los dirigentes de Loreto, estimulado con los
abusos del régimen y las trasgresiones a la Ley, que hacian creer a
aquellos que podían actuar impunemente, aprovechándose de la
desorganización reinante en las altas esferas oficiales de Lima.
Por eso es que la revolución de Loreto, dentro de la
anormalidad administrativa se iba inculcando en todos los ánimos,
con muchos gestores y muchas tendencias: se había sugestionado de
tal manera la colectividad hacia esa protesta enérgica, que habría
sido muy difícil hacerla retroceder. Veamos los principales y
últimos motivos.
Los primeros en alistarse en las filas revolucionarias o
provocarla apelando a medios indirectos, fueron algunos comerciantes
en quiebra, que paralizadas sus transacciones de todo orden, sus
cajas vacías y su crédito suspendido, supusieron que la mejor manera
de salir a flote y ponerse a salvo de sus obligacianes extranjeras,
era provocar un asalto al comercio que les permitiría cobrar al
Estado por daños y perjuicios considerables sumas. Para llevar
adelante este macabro plan se aseguraron contra todo riesgo,
inclusive saqueo, (se podía asegurar este temor dada la falencia
fisfcal, que no pagaba a nadie y el pueblo no tenía trabajo) se
ordenaba un juego doble de libros de caja y se proporcionaba a
conocidos elementos populares armas de fuego, que mantuvieron en
constante alarma a la población de Iquitos. Los que estas maniobras
hacían y que lean este libro deben temblar al ver que consignamos
este detalle, máxime si ahora disfrutan de toda clase de
prebendas...
El Prefecto no sabía de donde venían los “tiritos” y creía que
eran de los miembros de la Liga Loretana, empeñada según él en
hacerle pasar malos ratos; y cuando alguien le ponía al corriente
de tan criminales manejos, protestaba de semejantes afirmaciones.
Las casas principales de Europa estaban avisadas del estado anormal
de Iquitos, cuyas casas comerciales, “podían ser asaltadas por el
pueblo hambriento y justificaban el “seguro” que habían hecho.
Revísese sinó los libros de las agencias de seguros de Iquitos, y
nuestra aseveración será confirmada, a menos que esos libros sean
también dobles.
Mas tarde esta política económica varió con el cambio político
que se operara y por cuyo motivo no se pensó en “asaltos populares”.
Sin éstos se podía conseguir mucho...

EL COMANDANTE ESPONDA

Para la ejecución de los planes que hemos enunciado, la


presencia del Comandante Jorge A Esponda, primer jefe del Regimiento
Cazadores del Oriente Nº 17, era un obstáculo. D. César Ruiz y
Pastor, ciego completamente, o como dijera el Dr. Alcibiades
Velazco, de “ceguera física e intelectual” acabada, no se daba
cuenta de nada y aceptando chismes acusó al Comandante de que estaba
haciendo campaña política a su favor, es decir que pretendía hacer
méritos, para presentarse más tarde como candidato a una de las
senadurías por el Departamento. Y, claro, si ésto se realizaba y
sobre todo si salía elegido, era un peligro para todos, pues que
conocía a fondo las maniobras de los elementos leguistas de Iquitos;
y esto no les convenía.
La campaña política de ese distinguido jefe de nuestro
ejército, viendo la indiferencia reinante y el chanchullo como
norma, se reducía a trabajar por el bien de Iquitos y del
departamento, saliendo muchas veces de sus atribuciones, pero que
eran disculpables, tratándose del bien general, y más que todo, sin
originar al fisco mayores desembolsos. Y es que cuando existe
iniciativa, actividad y patriotismo, no se precisa dinero.
El Comandante Esponda, organizó el grupo de movilizables de
Iquitos, reuniendo hasta un millar de jóvenes, con el que había
formado un Regimiento de Infantería, que todos los domingos después
de la instrucción, desfilaba por las calles de la ciudad al son de
alegre trompetería. Trató de uniformar a la mayor parte de la gente,
recurriendo al óbolo patriótico y dió instrucción cívica a cada uno
de los jóvenes movilizables, haciéndoles ver sus obligaciones y
derechos ciudadanos.
El Comandante Esponda, militarizó las escuelas fiscales de
ambos sexos y desarrolló con eficacia la cultura física en los
niños, dirigiendo personalmente todos los detalles de tan saludable
instrucción; y en la época de la fiesta de la Patria, llevaba a la
juventud escolar al pié de la Bandera Nacional a rendirle su
homenaje de admiración y cariño.
El comandante Esponda, sin recursos de ninguna especie, mandó
construir en Leticia, casas para el cuartel de la guarnición y
comandancia de ella; para el resguardo y para la escuela fiscal; y
un malecón.
El Comandante Esponda, sin el apoyo oficial, mando construir un
camino entre Cabo Pantoja, en el río Napo y la guarnición del
Yubineto, en el río Putumayo, con el patriótico propósito de
libertar al Perú de la tutela del Brasil, en el caso de que fuera
necesario enviar tropas a ese río, que sin ese camino, tienen que
atravesar este país extranjero.
El Comandante Esponda, construyó en el Casino Militar de
Iquitos un amplio y hermoso salón de baile, dotándole de elegante
mobiliario y organizó una biblioteca para los oficiales del
Regimiento; invirtiendo en estas obras el dinero de las economías
del rancho de las guarniciones.
El Comandante Esponda, con este mismo dinero, refaccionó el
derruuido cuartel de la Factoría, haciéndolo habitable y mandó
construir las tarimas de madera indispensables para el descanso de
la tropa.
El Comandante Esponda, con la intención de establecer la
navegación aérea entre Iquitos y la costa, inició una suscrición
popular para la compra de un aeroplano, y para cuyo efecto reunió la
sum de Lp. 1,200; cantidad que, desaparecido el Comandante del
escenario de Iquitos, pasó al Concejo Provincial, para invertirse en
la nivelación de la Plaza 28 de julio...
El Comandante Esponda, puso la primera piedra para un
homenaje a la Raza y construyó una columna para tal efecto.
El Comandante Esponda, de acuerdo con el Ingeniero señor
Guillermo Sologuren y como para demostrar que cuando se quiere se
puede, organizó la fabricación de ladrillos, en la fábrica del
Estado, para la pavimentación y canalización de Iquitos, en cuyo
caso solo precisaba mano de obra y cemento.
El Comandante Esponda, en fin, durante su permanencia en
Loreto, no sólo se dedicó a las labores de su ministerio que eran
atendidas con eficacia y laboriosidad, sino que intervino en todos
los aspectos de la vida loretana, donde quiera que una iniciativa
saludable se tratara de llevar a efecto, como la construcción de un
Lazareto para Leprosos, que actualmente es el único local de
aislamiento para los atacados de tan terrible mal.
Por esta actividad y desinterés es que el Comandante Esponda
ganó todas las voluntades y su nombre fué propagado en todos los
ámbitos del departamento, como modelo de hombre de acción y de
patriotismo, que no obstante la crisis fiscal y económica, de todo
sacaba partido y trabajaba por el bienestar general. Esta
popularidad en un medio donde todos estaban a la suya, y donde se
tramaban maquiavélicos planes de destrucción y de ruina, provocó la
emulación de los dirigentes departamentales y sus mentores y para
separarlo del puesto desde donde derramaba tantos beneficios, le
atribuyeron intenciones políticas, lo indispusieron a su antojo y lo
sacaron de Iquitos. El pueblo conmovido y triste acudió en masa a
despedir a su benefactor. Hoy se escuentra en el ostracismo, como
todos los hombres que no se avienen a las impúdicas actitudes de la
Dictadura imperante...
Y desaparecido el Comandante de Iquitos, desapareció todo
respeto a la autoridad.

EL REEMPLAZO

Como Jefe de Zona, Comandante de Armas y primer Jefe del


Regimiento Nº 17, llegó a Iquitos el Teniente Coronel señor Luis F.
Escudero. El Prefecto pretendió atraerlo a su círculo; pero como no
se precisaba de gran golpe de vista para darse cuenta de la clase
de individuo que era esa autoridad y de los elementos que le
rodeaban, el nuevo jefe se entregó a manos del Auditor de Guerra,
del Dr. Alcibiades Velazco, que también tenía su círculo. Y como
consecuencia, resultaron los primeros rozamientos, porque Velazco
era enemigo de D. César Ruiz y Pastor, y por lo mismo, no podía éste
ver con buenos ojos que la primera autoridad militar del
departamento estuviera de parte de su enemigo irreconciliable. Así,
todo lo que provenía del Comandante Escudero tenía, ante el
Prefecto, el prejuicio de que había sido consultado con el Dr.
Velazco. Y lo mejor del caso era que ni uno ni otro trataban de
remediar el entredicho, sino que al contrario, no estimulaban,
entregándose a un torneio de fuerza política, del cual uno de los
dos tenía que salir vencedor. A la postre todos fueron derrotados,
como se verá más adelante.
Los mayores rozamientos provenían de la repartición del escaso
dinero que venía de la Dirección del Tesoro, porque del proveniente
de la Aduana no daba cuenta el Prefecto, invirtiéndole por sí y ante
sí. El gobierno pasaba un radiograma al Comandante Escudero
diciéndole: “se ha ordenado la remisión de tantos miles de
libras”, y Escudero creía que eran para cubrir el presupuesto de
guerra; pero como al mismo tiempo el Prefecto recibía idéntica
comunicación, éste también creía que ese dinero era para pagar a los
empleados públicos y otras obligaciones. Y después del cambio de
palabras pertinente en cada noticia de envío de dinero, llegaban a
la Prefectura y a la Comandancia, los respectivos oficios que
demostraban lo que sus autores pretendían, para “salvar su
responsabilidad”, oficios cuyo tenor aumentaba de punto, según los
términos empleados por uno y otro.
Claro está que estas comunicaciones sea cual fuere el tenor que
en ellas se empleara no podían tener la virtualidad de contentar a
nadie, porque de lo que se trataba era conseguir dinero y no era con
oficios más o menos retóricos, con los que se iba a contentar a los
servidores públicos, los soldados y la policía. El descontento era
general.
Un buen día del mes de abril de 1921 se produjo un intento de
sublevación en el Regimiento. El Teniente Leonidas Chariarse había
tratado de comprometer a la oficialidad del Regimiento para un
movimiento de protesta contra los jefes y no consiguiendo adeptos,
pues ese oficial pretendía una venganza, solibiantó a la trópa.
Parece que después se arrepintió de su obra y cuando se sintieron
los primeros disparos de los amotinados, él, en persona, corrió a
disuadirlos de “su loco intento”. Cuando llegó el Comandante
Escudero al cuartel, ya había sido sofocada la insurreción.
El Comandante reunió a la tropa y les manifesto la extrañeza
que tal actitud le había causado y esperaba que no se repetiría,
pues el gobierno en conocimiento de la grave situación de las
tropas, había comunicado que pronto la resolvería. Y se limitó a
incomunicar a los que consideró promotores del intento de motín.
El gobierno ordenó el licenciamiento de la mitad del efectivo
del Regimiento, pero no mandó ni un centavo para pagar a los
soldados: éstos eran licenciados y abonados con una “liquidación” de
sus propinas y gratificaciones, con las que se hicieron los mismos
negociados que con los libramientos de los empleados públicos.
El Prefecto por su parte, quedó encantado de que la tropa se
hubiera sublevado, pues se le presentaba una contundente arma contra
su enemigo el Comandante y acto seguido se dirigía a Lima
radiográficamente manifestando que la única garantía de Iquitos
estaba en la policía, apesar de encontrarse impaga y de no tener.
Como los soldados, rancho diariamente: que era conveniente disolver
el Regimiento y que le encargara a él (a Ruiz y Pastor) la
organización de un cuerpo de policía a efecto de conservar la
adhesión de Loreto al “patriótico gobierno”; y otros absurdos
proyectos, producto de sus mentores.

LAS HABILIDADES DEL “TIGRE”

El Ministro de Gobierno, el célebre D. Germán Leguía y


Martinez, en conocimiento de lo que pasaba en Loreto y en vista de
que no podía remediar na situación que se reducía a más o menos
libras oro, que no tenía el Tesoro Público o no quería invertirlas
en Loreto, pensó que la mejor manera de poner término a los
incidentes provocados por el hambre de la tropa era sacarla de
Iquitos y enviarla a la selva; pero para ello precisaba un motivo
justificado, que no tardó en idearlo y ponerlo en practica: la
invasión del río Napo, por fuerzas ecuatorianas.

Al efecto, con fecha 17 de mayo, decía al Prefecto:

“ Avisan de Quito que varios grupos sucesivos de colonos


militares y policías, que ascienden en total 160 hombres, han salido
sobre el Napo. Refuerze guarniciones sin demora ni observación, bajo
estricta responsabilidad. – (Firmado) Leguía Martínez”.

Esta noticia, como es natural, propalada en Iquitos y comentada


por los diarios locales surtió los efectos apetecidos. El pueblo
excitado, las tropas de línea insubordinadas, la policía exigente y
las autoridades en entredicho, acallaron sus griterías y olvidaron
momentáneamente sus rencores y todos trataron de que cuando antes
acudiera el refuerzo a nuestras guarniciones de aquella frontera. Y
cuando el Prefecto y el comandante solicitaron dinero para los
indispensables gastos de la expedición, les contestaron nuevamente
que “quedaba bajo su responsabilidad la salida inmediata de las
tropas, pudiendo agenciarse dinero de donde quisieran”; y así fué;
pidiendo de aquí y de más allá reunieron las cantidades necesarias y
salieron de Iquitos 150 hombres, al mando del 2º jefe del Regimiento
señor Mayor Enrique Vargas Mazén, y a bordo de dos avisos de guerra.
Bien pronto autoridades, policía, tropa y pueblo se dieron
cuenta de que habían sido engañados. Ni había ninguna actividad en
la frontera, ni se tenía conocimiento de que estuvieran bajando las
fuerzas anunciadas por el Ministro de Gobierno. Cundió nuevamente el
desaliento y la decepción en todos y se reiniciaron las luchas
personales: el hambre general, la miseria ambiente, hacía a los
hombres huraños y díscolos. La desmoralización era completa.
Y nuevamente se presenta en escena “El Tigre”. Bien sabía que
los efectos de su estratagema tenía que durar bien poco y calculando
el desenlace se apresuró a anunciar una remesa de dinero.

Cinco mil libras que alborotan el cotarro

La noticia de que el gobierno enviaba cinco mil libras oro fué


comentada por todo el mundo y recibida con las mayores
manifestaciones de regocijo. Y es que una inyección de dinero, por
insignificante que fuera, en una plaza donde desde hacian algunos
meses no se veía un cheque circular ni de muestra, tenía la
perspectiva de mejorar la triste condición de todos, pues todos,
con o sin fundamento, esperaban recibir una cantidad con qué pasar
las fiestas del Centenario Nacional y el único que podía
proporcionarla era el gobierno, se decir, la Tesorería Fiscal a
donde acudían los servidores públicos y los habilitados militares y
de las diversas reparticiones. Fatalmente eran solo promesas. El
gobierno había comunicado que enviaba, pero el Banco decía que no se
había hecho el depósito respectivo. “En todo caso, se decía en la
Prefectura, así llegara dinero, todo será para la Comandancia de
Armas”, propaganda que tenía por objeto malquistar a las tropas y
sus jefes con la opinión pública y la policía.
El Comandante Escudero con el referido aviso se apersonó donde
D. César Ruiz y Pastor para saber que cantidad era la que el
Prefecto había determinado para los ajustamientos atrazados de su
unidad, teniendo entendido de que como al Regimiento se le debía
mayor cantidad, a éste se le debía entregar más.
El Prefecto dejó hablar al Comandante y después de pensar un
rato le contestó que aún no había llegado el dinero, pero que cuando
llegara no distribuiría entre los funcionarios y empleados públicos
y la policía, que no tenían rancho, como los soldados; y por lo
mismo no podían esperar como podían hacerlo los soldados y los
oficiales.
Y el Comandante, conociendo el carácter del Prefecto, y como
para asustarlo le respondió que no respondía de la plaza.
Sucedió que los dos estaban jugando con fuego. El Comandante
quiso amendrentar al Prefecto, y el Prefecto se decidió amedrentar
al Comandante. Encendieron la hoguera y las llamas envolvió a los
dos.
El Domingo 3 de julio la ciudad de Iquitos amanecio sorprendida
con que el Comandante de Armas no tenía ninguna autoridad militar en
la plazas. El Coronel inglés Woodroff jefe de la Comisión Peruana de
Límites con el Brasil que se encontraba en Iquitos con el personal
de la Comisión esperando dinero para salir a llenare su cometido en
la frontera brasileña, había asumido el mando de la plaza, y los
oficiales de marina con marineros de la flotilla y soldados de la
policía patrullaban la población. La cañonera “América”, encendidas
sus calderas, había abandonado su fondeadero y se había situado a
medio río, frente a la Prefectura, con sus cañones bala en boca. La
Prefectura y la casa del Prefecto estaban resguardadas por pelotones
de marineros al mando de oficiales de policía y en toda la ciudad se
notaba una desusada manifestación de fuerza. Nadie sabía lo que
ocurría ni nadie se imaginaba que se estaba en un momento álgido,
que podía traducirse de una hora para otra en una hecatombe.
Estas medidas se habían dictado por la Prefectura, desde la
noche anterior, en que el guardiamarina Salaverry, haciendo el papel
de las rondas mayores, se había presentado en el Cuartel del
Regimiento, para constatar que no había novedad en la tropa.
Cuando el Comandante Escudero no había abandonado el lecho,
recibió las primeras noticias del desafuero que cometía el Prefecto,
e inmediatamente se dirigió a la Prefectura, para averiguar las
razones de ese alarde de fuerza, a la vez que recordarle al Prefecto
que nadie sino él (él Comandante de Armas) tenía facultad para
establecer centinelas en la plaza que estaba bajo su comando. Pero
el Comandante no pudo hablar con el Prefecto, porque el centinela de
la puerta de la Prefectura le dió la voz de – atrás! Y el oficial de
guardia, muy cortesmente, le manifestó que esas eran elas órdenes
que había recibido del Prefecto, y que no podia entrar.
En la calle los comentarios eran variados y suculentos: unos
creían que el Prefecto había procedido muy bien, y otros nó; pero
todos esperaban grandes acontecimientos y se preparaban a no perder
los detalles. Los militares, por su parte, daban muestras de su
indignación sin atreverse a nada basta ver la resolución que tomara
su jefe; y la policía se hacia ascuas...
En la tarde de ese vergonzoso día el Comandante reunió a la
oficialidad del Regimiento y les manifestó los incidentes que se
habían producido. Pedía una opinión colectiva, cuya ejecución sería
de la responsabilidad de todos. Y todos, comenzando por el menos
antiguo, opinaron de que se participara oficialmente al señor César
Ruiz y Pastor de que según los reglamentos militares solo al
Comandante de Armas le era potestativo colocar centinelas en una
ciudad donde había fuerzas del ejército, y que al haber procedido de
la manerea que lo había hecho el señor Ruiz y Pastor, no solo había
violado los reglamentos militares sino que había inferido una ofensa
al Regimiento, que no estaba dispuesto a soportarla. Y se acordó,
además, protestar ante el Presidente de la República y el Ministro
de Guerra por las actitudes desdorosas del Prefecto, aparte de que
si el Prefecto no retiraba inmediatamente los centinelas que había
colocado y cesaba la manifestación de fuerza contra el Regimiento,
se procedería a mano armada.
Ese mismo día, al caer de la tarde, D. César Ruiz y Pastor, el
Coronel Woodroff y el Comandante Escudero, ocupaban una mesa de uno
de los bares de la Plaza Principal de Iquitos; celebraban las paces
después de las explícaciones pertinentes.
Ruiz y Pastor había dicho que habiendo creído en la amenaza del
Comandante de que “no respondía de la plaza” y en vista de la
denuncia que había recibido del Subprefecto, de que el Regimiento
conspiraba, creyó de su deber tomar las disposiciones de fuerza que
tomó. Pero que habiéndose efectuado las averiguaciones del caso,
todo quedaba en nada. A lo que aceptó el Comandante Escudero.

LA SUPUESTA CONSPIRACIÓN DEL DOS DE JULIO

Que hubo conspiración en Iquitos y por parte del Regimiento Nº


17, no cabe duda. Solo que ella fué tramada por el propio Prefecto
señor Ruiz y Pastor que así como el Comandante Esponda le había
hecho sombra, el Comandante Escudero se llevaba el dinero; y como en
Lima ya se daban cuenta de que era imposible sostenerlo por más
tiempo, y el Congreso Regional del Norte, como lo hemos demostrado,
había solicitado su separación, precisaba de una arma para
sostenerse por más tiempo al frente de la Prefectura, y el propio
Comandante le había sugerido la idea con su imprudente declaración
de que “no respondía de la plaza”. Y como lo pensó lo hizo,
valiéndose de un policía para fraguar la “conspiración” y poder
eliminar al Comandante Escudero, con tan terrible arma, tan en boga
en el Perú, bajo la Dictadura imperante.
El subprefecto se prestó a los deseos de D. César Ruiz y Pastor
y el mismo día del incidente con el Comandante por la cuestión
dinero le remitió el siguiente oficio, cuya copia literal es como
sigue:
Un sello de la Subprefectura de Bajo Amazonas. – Iquitos, 2 de
juli ode 1921. – Señor Prefecto del Departamento.
“Desde hace algunos días corrían por la población con
insistencia rumores de prepararse un movimiento subversivo por una
parte de las tropas del Regimiento Cazadores del Oriente Nº 17, en
convinación con los eternos descontentos del actual Régimen;
haciendose eco de esos rumores, el infrascrito intendente seguia sus
pesquizas inquiridoras para hacer luz a la verdad, teniendo en
cuenta el cumplimiento del deber y el alto interes nacional,
llegando en el momento que dirijo el pte 6 hs. P.m. a formarse
convicción clara y definida de la verdad del acto subversivo que se
pretende poner en practica, la noche de hoy bajo la dirección de los
Capitanes Curiel y Cervantes, debiendo actuar segun toda
probabilidad al lado de estos, los oficiales, Azcárate, Alvarado y
algunos otros, sin poder afirmar que tenga participación o
conocimiento el Sr. Comandante de Armas de la Region.
“A lo dicho debo agregar señor Prefecto, la siguiente
información: que al encontrarse de manera casual el oficial de
policía de mi mando don Manuel Lagunas con el Capitan don Manuel
Curiel a las 2 pm. En el crucero de las calles Malecon y Factoria
esquina de esta Intendencia, le manifesto que tenia urgente
necesidad de hablar con el, por asunto que le interesaría
grandemente, que al contestarle que no podia disponer de tiempo sino
a las 5 pm. Quedo convencido que a aquella hora se encontrarian en
el domicilio de Lagunas, ubicado en la calle del Tambo. Que en
efecto a la hora indicada encontró a Curiel de visita en una de las
casas del trayecto de su domicilio y quien al verlo pasar salio
inmediatamente y le manifesto, que tratandose de un asunto sobre el
cual queria hablarle sin testigos, seria conveniente se dirigieran
al poligono de tiro que esta en la prolongación de la calle del
Putumayo, que al efecto se dirigieron a dicho lugar, hecho que puede
comprobar don Julio Abel Zorrilla, que de la puerta de su casa los
vio pasar en esa direccion. Que una vez que se encontraron en las
afueras de la población y después de sercionarse de que se
hallaban completamente solos le dijo: que habiendo acordado llevar a
cabo un movimiento subversivo y teniendo datos de que era un oficial
arriesgado, necesitaba de su concurso para llevar a cabo su
proyecto, que para el fin estaban perfectamente de acuerdo con el
Capitán Cervantes y muchos compañeros suyos a excepción de los
capitanes Marquina y Zamora que eran unos cobardes y que estaban
maleando al Comandante Escudero, pero que su concurso no hacia
falta, pues aun el mismo jefe el comandante Escudero, los apoyaria
de manera discreta, que al preguntarle el resultado que perseguian
con tam movimiento, le manifesto que se castigaria a tantos ladrones
que disponian de todo el dinero que mandaba el gobierno de Lima,
explotando el hambre y sumiendo en la miseria a los servidores de la
patria; que de preferencia se castigaria a las autoridades politicas
que son las directamente responsables; que no habia nada que temer
desde el momento que no habia resistencia, que del resultado depende
paraque haya dinero bastante para cubrir todos los haberes que se
adeudan a los servidores. Que ademas le manifesto que ya estaba de
acuerdo con el subinspector Carlos Pastor, quien en la guardia de
prevención y el declarante en la guardia de carcel con sus 10
hombres servirian de gran apoyo. Que despues de oirle todo lo
espuesto, le manifesto que de ninguna manera, podia traicionar la
causa manifestandole Curiel, en vista de que no podia convencerle
que entonces muy pronto se verian, que no obstante al despedirse en
el crucero de la calle de Lagunas y Putumayo, donde se quedó con el
inspector de policia don Miguel Paz del Castillo, le volvio a
repetir que meditara acerca de lo propuesto. Mas o menos se hizo la
misma proposición por el Capitan Cerbantes al oficial de policia
Pastor.
“Dada la gravedad del atentado que se pretende cometer esta
intendencia ha dictado, dentro el limite de sus atribuciones
legales, las medidas necesarias y de caracter urgente para que el
orden no sea alterado; hecho que pongo en conocimiento de esa
Prefectura a fin de que tome a su vez, las probidencias que
conceptue necesarias y que reclama la dignidad del país y del
patriota gobierno que hoi rige los destinos del Perú.”– Dios
Guarde a Ud. – (Firmado) Alcibiades del Aguila.
Decreto. – Un sello de la Prefectura de Loreto, – Iquitos, 2
de julio de 1921. – Diríjase el radiograma acordado al señor
Presidente de la Republica y ofíciese al Coronel Woodroff, Jefe de
la Comisión de Limites con el Brasil, y al Teniente Coronel
Comandante de Armas y archívese. – (Firmado) Ruiz Pastor.
Con aquel oficio en carpeta fué que D. César Ruiz y Pastor tomó
sus disposiciones defensivas, calculando con sobrado fundamento, que
el Dictador en conocimiento del “ plan” abortado, gracias a la
“actividad” de su Prefecto, reventaría al Comandante Escudero y él
quedaría como el aceite sobre el agua, con el antecedente de muy
magnífica y celosa autoridad; pero como los militares no estuvieron
dispuestos a aguantar la impostura y pararan el golpe a tiempo,
retrocedió, ajustándose de su obra.
El Comandante Escudero exigió que en presencía de él se
efectuara un careo entre los capitanes Curiel y Cervantes y los
oficiales de policía Pastor y Lagunas, acto al que además asistieron
los señores Coronel Woodroff, Dr. Gustavo Laurie, Juez de 1ª
Instancia y otros caballeros, cuyos nombres no recordamos.
Interrogado Pastor manifestó que jamás había recibido insinuaciones
de ningún género, ni por el Capitan Cervantes ni por ningún otro
oficial del Regimiento;_ medio desmoralizado Lagunas, con esta
declaración, muy débilmente se afirmó en la denuncia, pero salió
corriendo de la sala prefectural imposibilitado de resistir las
furiosas miradas del Capitán Curiel, que en un momento de
nerviosidad, trató de abalanzarse sobre él.
Así quedó terminado el incidente y la “conspiración”. El
Prefecto no volvió a ocuparse del asunto. Y no llegaron las 5,000
libras oro, que habían sido uno de los tantos bluff del Dictador...!
D.C. Ruiz y Pastor para evitarse cuestiones en el futuro y no
verse obligado a recurrir a “medidas extremas”, pasó a Lima el
siguiente despacho radiográfico:
“Presidente República. – Lima. – Por lo expuesto mi radio 68
fin evitar rozamientos inconvenientes ruégole ordenar Tesoro que
cuando envié dinero hágalo señalando suma debe entregarse tropas. –
(Firmado) Ruiz Pastor”.

SE AGRAVA LA SITUACION
Los bochornosos sucesos que tenían como teatro a Iquitos y como
actores a las primeras figuras de la administración y del ejército,
eran comentados por los diarios locales según sus tendencias y se
mantenía latente el entredicho que día a día asumía mayores
proporciones, dando lugar a que se inventaran las más variadas
“bolas”, que rodaban extendiéndose a todo el departamento, donde
naturalmente se daban como hechos ciertos. Los rumores llegaron
hasta el río Napo, donde el tedio invadía a los expedicionarios, que
no se explicaban la razón que existiera para que los tuvieran
desterrados, cuando deberían estar al lado de su jefe, para impedir
los avances del Prefecto, que como se había dicho en la selva, había
depuesto al Comandante de Armas después de un combate entre el
Regimiento y la policía. El Mayor Vargas Mazén justamente alarmado
decidió trasladarse a Iquitos, como lo hizo, presentándose al puerto
a la hora menos pensada. Desembarcó y se encaminó a la Comandancia
de Armas, habiendo ordenado a sus oficiales de a bordo, que si no
regresaba en el término de una hora, bombardearan la prefectura. El
aviso “Iquitos”, al efecto, se situó frente a la prefectura y los
cañones fueron dispuestos para el tiro, faltando solo
desembarcarlos. Afortunadamente nada había pasado y la expedición
desembarcó pacíficamente.
Pero, como “ni comida calentada ni amistad reconciliada” es de
gente de buen tono y de dignidad, la hostilidad mutua se acentuaba,
esperándose de un momento a otro el desenlace. Se deseaba la acción
del gobierno para finiquitar la cuestión, y éste no resolvía nada
sino que daba la razón a todos.
Los radiogramas de protesta del Comandante Escudero, dieron por
consecuencia el cambio de despachos radiográficos siguientes:

7 de julio. – Prefecto. – Iquitos.

“Comandante Escudero protesta alarma derramada con ofensa


honorabilidad de su cuerpo, por desconfianza y temores propalados
por esa misma prefectura. Sirvase proceder con menos precipitación y
más sagacidad para no concitar prevenciones y resistencias”. –
(Firmado) Leguía y Martínez.
El tenor de este radiograma, en boca general, fue considerado
como un triunfo para el Comandante, recibiéndo éste las más
entusiastas felicitaciones de sus amigos, y se presentía que el
señor Escudero sería nombrado Prefecto; pero el señor Ruiz y Pastor,
que si es ciego no era manco ni tampoco hacía caso de dignidades,
ante la censura del Ministro, dirigió a Lima el despacho siguiente:

8 de julio. – Ministro Gobierno Lima.

“Respuesta su radiograma subprefecto avisome tramábase complot


cuya fecha señalome coincidió con incendio palacio y como mismo
Comandante Escudero abrigaba desconfianza de sus tropas, según
manifestómelo mas una ocasión verbal, escrito, como probarélo correo
documentos, servirán desvanecer, señor Ministro, mal concepto
formado sobre mi actuación; procedí tomar medidas seguridad con mas
razón aun, cuando apesar temor dicho comandante, tropas que hasta un
día antes del indicado para golpe permanecieron desarmadas,
resultaron intempestivamente armadas reglamentariamente. Porque?
Alarma no habido, solo cumplido mi deber como prefecto, ante amenaza
Comandante mismo habíame informado de parte sus tropas por falta
pago.”– (Firmado) Prefecto Ruiz Pastor.

Sin duda esta súplica enternecería al impetuoso Ministro de


Gobierno y de haría vacilar, sobre todo habiéndole tocado en la
noble para sus planes en Lima: claro!... el complot de Iquitos había
sido de acuerdo con los incendiarios del Palacio de Gobierno...!
Evidentemente Ruiz Pastor era un Prefecto irremplazable: tenía mucha
ingeniosidade... Pero así y todo no resolvió el problema de Loreto.
La cuestión estaba ahora, en quién tendría más fuerza en
Lima...

UN INCIDENTE QUE PUDO SER DE FATALES CONSECUENCIAS

Declarada la guerra sorda entre las primeras autoridades, la


civil y militar, los subalternos a semejanza de los criados de casa
grande, se enseñaban los dientes y se iban a las manos: un día un
capitán del Regimiento fué insultado en plena calle por el Ayudante
de la prefectura, se dieron algunos mojicones sin que llegara la
sangre al río, y hubieron las consiguientes felicitaciones y
protestas, según los bandos. Otro día regresaban al cuartel soldados
cachiporreados por la polícia; y uno último se produjo un verdadero
combate y hubieron tiros a granel, alarmas y cierra puertas.
Varios soldados se encontraban en una casa divirtiéndo-se; de
pronto se presenta un policía intimándoles a que se retiren “por
estar fomentando escándalos en la vía pública a altas horas de la
noche” (eran las 9 pm). Los soldados cerraron las puertas de la casa
como medio de evitar una reyerta con los polizontes. Puesto el hecho
en conocimiento del Subprefecto, salió de la Intendencia de Policia
un retén de 25 custodios al mando del propio Subprefecto a “hacer
respetar los mandatos de la autoridad”; llegaron los policías y
naturalmente hubo la debacle: tiros de fusil por un lado, piedras,
garrotazos y mojicones por otro; en resumen, varios heridos por
ambas partes.
En presencia de estos hechos de suyo graves, el Comandante
Escudero dirigió al Prefecto el siguiente oficio:
“Un sello de la Jefatura de Zona de Loreto. – Iquitos a 13 de
julio de 1921. – Señor Prefecto del Departamento.
“Tengo a honra dirigirme a Ud., para manifestarle en guarda de
mi responsabilidad y como a la primera autoridad política del
Departamento, que hace varios días existe una corriente bien marcada
de hostilidad de las fuerzas de policía contra las que componen el
Regimiento Cazadores del Oriente No. 17.
“Esas hostilidades han culminado en la noche de hoy habiendo
sido atacados en la vía pública seis soldados, por 25 guardias de
polícia y cuatro oficiales de la misma institución”. – Dios guarde a
Ud. – El Teniente Coronel Jefe de Zona. – (Firmado) Luis F.
Escudero. (...)
Nuevos radiogramas a Lima y nuevas protestas.
Pero llegó en esos días una orden de Lima por Lp. 3,000, que
hicieron olvidar resentimientos y sobre esa cantidad se lanzaron
“todos”, El Prefecto las distribuyó de la manera más equitativa
posible y con un talento admirable. Así:
Para el Regimiento Cazadores y servicios, Lp. 1,000
Para la policía y subprefectura 200
Para la Prefectura 300
Para la casa Strassberger y Cía. 700
Para el Commercial Banck 800
Suman 3,000

El Prefecto, como justificación del reparto que había hecho y


ante la protesta que había originado la arbitrariedad que cometía en
una situación tan difícil,, se disculpó con la necesidad en que se
encontraba de mantener el crédito con las casas comerciales arriba
mencionadas. La primera había proporcionado alguns adelantos y el
Comercial, había prestado dinero para adelanto de sueldos de un
norteamericano, un señor Vossler, que dijeron había llegado a
Iquitos como Director de un Colegio Nacional que se iba a crear;
pero llegó y se fué con las Lp. 800.0,00 y nadie supo más de él. Los
demás, es decir los empleados y funcionarios públicos, se quedaron
tocando flauta, y era el 24 de julio de 1921...! Faltaban apenas
unos días para la celebración del más grande acontecimiento de la
Historia Nacional: el Primer Centenario de nuestra Independencia...
Y así lo pasaron!

LA AVIACIÓN DE POR MEDIO

El aviador, señor Lecca, tuvo el propósito muy laudable, por


cierto, de intentar un vuelo desde Lima hasta Iquitos. Pretendía
obtener por semejante hazaña las Lp. 1,200, que con tanto celo y
entusiasmo reuniera el Comandante Esponda, y que como ya se ha
dicho, fueron invertidas en la “nivelación” de la Plaza 28 de julio
de esa ciudad. Y salió de Lima, llegó a Chiclayo y salió para
Cajamarca. En esta histórica ciudad sufrió un accidente y regresó a
Lima.
Este hecho que en nada tendría que ver con los sucesos de
Iquitos, ejerció decisiva influencia para la terminación del
bochornoso espectáculo en que estaban empeñadas las autoridades y
entró como figura principal el Teniente Alcalde del Concejo
Provincial, que tenía a su cargo la Alcaldía de esa institución.
Antes de salir el aviador Lecca de Lima, comunicó al prefecto y
al Alcalde la necesidad de que le prepararan un campo de aterrizaje,
calculando que llegaría a Iquitos al día siguiente de salir de Lima.
El Alcalde sin pérdida de tiempo dispuso que se habilitara para tal
objeto la amplia plaza 28 de julio y para lo cual una cuadrilla de
peones municipales se encargó de desaparecer los únicos obstáculos
existentes: unos cuantos postes del alumbrado público.
El Prefecto, sin saber lo que hacia el Alcade, dispuso a la vez
que el campo de aterrizaje fuera el polígono de tiro, y dictó sus
providencias en este sentido: se precisaba echar a tierra algunos
centenares de corpulento árboles y nivelar el terreno y seguramente
en quince días estaría listo el trabajo y el campo.
En conocimiento del Prefecto las disposiciones del Alcalde,
montó en cólera e hizo que se presentara delante de él el propio
Alcade, que tan “insolentemente se inmiscuía en lo que no le
convenía”; y cuando le avisaron su proximidad y sintió sus pasos,
desde lo alto de la escalera de su casa particular, le increpó
duramente su conducta. El Alcalde que no tenía trapitos en la
lengua, escandalizado con la conducta del que hasta el día anterior
había sido su gran amigo, no se contuvo, y preso de la misma
indignación, puso de oro y azul al Prefecto. En resumen quedó
notificado el Alcalde para apagar las fogatas señales que había
encendido en “su campo’ y si no lo hacía la policía se encargaría de
ello.
El Alcalde corrió donde el Comandante de Armas y más tarde el
Concejo en persona, a efecto de que le prestara las garantias
suficientes para impedir las amenazas del Prefecto; y el Comandante
envió una compañía de 100 hombres a la plaza 28 de julio con el fin
de impedir cualquiera manifestación de fuerza. Los soldados
desembocaron en esa plaza cuando los policías comenzaban su labor.
Felizmente tuvieron el buen tino de retirarse, sinó habría terminado
la fiesta a balazo limpio, en una batalla campal, pues el pueblo y
la tropa estaban sumamente indignados con la policía.
En esta ocasión el incidente revistió proporciones
verdaderamente terribles. Fueron a Lima multitud de telegramas por
ambas partes y en pocos días más se supo quién había sido el
victorioso. El radiograma que copiamos lo dice:

27 de julio. – Prefecto Iquitos.

“Presidente y Ministro Guerra quienes leí su telegrama pondrán


pronto remedio entredicho militar administrativo. A la fecha debe ya
haber expedido órdenes. – (Firmado) Leguía Martínez”.
Bien se puede deducir por el radiograma trascrito que el
Comandante Escudero había sido separado, como en efecto fué llamado
a Lima; pero como estaban de por medio los festejos centenarios, no
pudo salir de Iquitos inmediatamente. D. César Ruiz y Pastor y sus
amigos celebraron la victoria con marcadas manifestaciones de
alegría, el champagne corrió a discreción...
Y separado ese jefe que se oponía tan derechamente a los
dictados de la Prefectura, pensó el señor Ruiz y Pastor, que había
que acabar con el Teniente Alcalde que también se le declaraba
enemigo.

EXPULSIÓN DEL ALCALDE Y DE CONSEJALES

La maldita resurrección de las Juntas de Notables en la vida


comunal de la República, por obra y gracia de D. Augusto B. Leguía,
fue considerada por D. César Ruiz y Pastor como un excelente medio
de deshacerse del Teniente Alcalde, que había desafiado su “poder”
contariando las disposiciones, de su autoridad y concibió el plan de
expulsar del seno del Concejo al Teniente Alcalde y a los concejales
que no eran sus amigos, y para lo cual encontró el personal ad hoc,
necesario para llevarlo a efecto. El día 5 de agosto debería
provocarse una “manifestación popular” que después de recorrer la
ciudad iría a la Prefectura a solicitar el cambio del Alcalde. El
Prefecto atendería el pedido del “pueblo” y nombraría como tal a
Mario Tejada, ex-presidiario, que estaría en la manifestación con
los concejales electos por el Prefecto y que integrarían el Concejo,
los que inmediatamente asumirían sus funciones, quedando la
responsabilidad de este atentado a cargo del señor Ruiz Pastor, que
él sabría como entendérselas, demostrado como quedaría que el
Concejo expulsado estaba “conspirando”, santa palabra que en el
Ministerio de Gobierno se le rinde culto, cuando se trata de violar
las garantías individuales.
Pero el Teniente Alcalde que venía actuando en estas rencillas
lugareñas y en la política local, desde antiguo; que conocía los
secretos del Concejo al dedillo y al personal que lo componía; que
sabía los débiles de D. César Ruiz y Pastor, toda vez que siempre no
tuvo en su casa como huésped, y que, por último, tenía tambíen sus
amigos que le apoyaban, decidió oponerse a los planes del Prefecto,
poniéndose al habla con el Comandante Escudero y el Dr. Alcibiades
Velazco, que en todos estos líos tenía su participación, aunque
oculta como es su costumbre; y quedo resuelto que cuando Marío
Tejada se presentara a la Municipalidad a ocuparla, el Teniente
Alcalde solicitaria garantías al Comandante de Armas. El Comandante
de Armas acudiría con su tropa a la Plaza Principal a impedir el
atentado, y después, restablecida la calma por ese lado, seguiría a
la Prefectura, donde el Dr. Velazco asumiría las funciones de
Prefecto, acto para el cual ya habían señalados los “vecinos
notables” que le iban a hacer la solicitación, en vista de la grave
crisis administrativa de que era autor y único responsable D. César
Ruiz y Pastor. En seguida se pondría este hecho en conocimiento del
Dictador.
Pero el hombre propone y Dios dispone.
Con tan terrible amenaza para la pública tranquilidad eran de
esperarse momentos angustiosos. Si en la madrugada del 5 de agosto
no estalla el movimiento revolucionario – adelantándose a aquello
acontecimentos – se habrían producido horas de dolor y de luto y se
habría llegado a un estado difícil de imaginar...
El Prefecto, señor Ruiz y Pastor, con la intransigencia que
hacía gala hasta en los más mínimos detalles, habría pretendido
imponer con su policía al alcalde que se había buscado; y el
Alcalde despojado, lo habría impedido con la tropa del Regimiento:
ambas tropas se odiaban cordialmente; parece que la sed de sangre
hubiera atrofiado su entendimiento y solo esperaban el momento
propicio para lanzarse una sobre otra y aniquilarse. Y es que aparte
de la influencia que sobre la policía ejercía el Prefecto,
alentándola contra el regimiento, que, según él, se llevaba todo el
dinero, esta columna estaba formada por serranos escogidos
especialmente para vapulear a los loteranos; y toda la tropa era
loretana... De allí que no era improbable la catástrofe.

CONCLUSION

A estos extremos llegó la situación de Iquitos el día 4 de


agosto de 1921. Y contemplándose el caos que presentaba Loreto en
esta fecha, viéndose tanta inmoralidad y ambiciones en Iquitos, con
la miseria y el hambre por doquier; la intriga y el fraude como
norma administrativa, el desascierto y la complacencia en las
esferas oficiales; desmoralizado el Comandante de Armas con su
llamada a Lima; y por último los desmanes del Poder Ejecutivo en el
resto de la República, habían motivos más que suficientes para tomar
las armas y exigir con ellas el término de tanta iniquidad y
oprobio, que tendían a la desaparición de lo que aun podía
sostenerse en pié, en medio de tanta podredumbre.
Emplazamos a los que han estado en Iquitos antes del 5 de
agosto de 1921, para que nos desmientan cada una de las afirmaciones
que hasta el presente llevamos hechas como precursoras del
movimiento revolucionario.
Emplazamos a quienes quieran quitarse por un momento el velo
del apasionamiento, que no les dejaría juzgar con calma, si no era
la situación que hemos descrito la tristísima que ofrecía Iquitos en
la fecha indicada; dejando constancia de que no nos referimos a
todos sus aspectos porque sería materialmente imposible reunir en un
volumen tanta vileza, tanta maldad, tanto egoísmo, tanta mentira,
tanta intriga, tantas ambiciones insatisfechas; tanta ineptitud,
tanta ignorancia, tanta miseria, tanta ruina, tanto dolor...!
Emplazamos a todos los que después de la revolución han
denigrado a sus autores, para que nos digan si ellos también no
respiraron tranquilos en la alborada del 5 de agosto, cuando
supieron que había cesado tan anormal estado de cosas...
Emplazamos a las autoridades políticas y militares de la
Dictadura; emplazamos al propio D. Augusto B. Leguía, a su primo D.
Germán, Ministro de Gobierno del Dictador, para que en conocimiento
de los antecedentes de la situación de Loreto, digan si ellos,
encontrándose abajo y ante cuadro tan pavoroso no se habrían
revelado. Y que quede constancia que D. Augusto B. Leguía asaltó el
poder con la bandera de la reivindicación de los derechos ciudadanos
y encontró al país pletórico de riquezas y las arcas fiscales
bastante llenas...
Emplazamos a la gente honrada del país, a aquella que no lucra
con las simpatías de la Dictadura y que no esperan nada de ella,
sino hubieran hecho lo mismo que ese grupo diminuto de militares y
civiles que tomaron las riendas del gobierno de Loreto y procedieron
de hecho a hacer lo que debió y debe hacerse para que esa importante
circunscripción territorial alcance en desarrollo a que tiene
derecho.
Emplazamos, en fin, a todo el mundo que lea este libro para que
nos dé la razón y estamos seguros, que, aparte de los que provocaron
aquella situación, el Perú entero está con los revolucionarios de
Loreto, como lo estuvieron íntegramente los habitantes del
departamento, en esa fecha, que al fin veían vengados sus agravios,
y con alborozado júbilo bendecían la iniciación de la nueva era.
Y si el epílogo de ese alborozo fué contrario a las
espectativas, no es cuestión que debe darse importancia, porque
sobre los hombres que intervinieron en la revolución; por sobre los
verdugos del pueblo que envió la Dictadura; por sobre los cadáveres
de víctimas inocentes que dejaron, ha quedado el gran principio de
que un movimiento de la opinión pública, grande, fuerte y
continuado, no puede tratarse como un motín callejero, y debe oirse
sus clamores; y que así como el movimiento fué dominado con la
espada, con la espada también pudo extenderse a todo el país, si los
elementos politicos del Perú que debieron intervenir se hubieran
dado cuenta de la importancia de él, sus finalidades y sus nobles
propósitos.
Ahora, que para iniciar la reacción nacional contra la
Dictadura, se hayan sacrificado algunos hombres, no importa; que
permanezcan proscritos, tampoco importa; que sean vilipendiados,
después de haber sido bendecidos, mucho menos. Lo importante es que
se hizo ver a la Dictadurae que el Perú no está satisfecho con los
métodos de desgobierno que ha implantado en el país y que el
Departamento de Loreto no estaba dispuesto a seguir tolerándolo,
como tampoco quería perecer por hambre, cuando los millones del
Tesoro Público eran dilapidados entre unos cuantos favoritos.
Esto fué todo!

FIN DEL LIBRO I

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