Loreto 1883

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HIJTOAICR XXIII.

2 (1999): 393-462

Política regional y gobierno de la Amazonia


peruana. Loreto (1883-1914) 1

Ascensión Martínez Riaza


Universidad Complutense de Madrid

"Larga es, como se ve, la historia de los proyectos de ocupa-


ción de la Amazonia, diversa es también la forma como se ha
encarado en diferentes momentos de la Historia del Perú"
(Pease 1993: 37). Así terminaba Franklin Pease el recorrido por
la realidad de una región cuyo mejor conocimiento reivindica-
ba y alentaba. Recordándolo y recordándole se ha elaborado este
trabajo.

1. Introducción
La Guerra del Pacífico provocó una fuerte crisis en el país, y a
distintos niveles se suscitó una reflexión sobre la conformación
histórica del Perú, las causas de la derrota y las alternativas de
futuro. Si bien no puede soslayarse que los grupos que toma-
ron las riendas priorizaron la incorporación al sistema interna-

1 Esta propuesta se inscribe en el Proyecto de Investigación PB-94/1568,


Orde11ación del territorio y desarrollo regional en la Amazonia andina (1850-1960),
financiado por la Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología de Es-
pafia. Una versión preliminar del primer apartado (Los prefectos de Loreto.
Notas sobre una institución centralista en un territorio de frontera) se presen-
tó al Congreso de AHILA celebrado en Oporto en septiembre de 1999. Para
elaborarla se han consultado fondos del Archivo General de la Nación del
Perú, la Biblioteca Nacional del Perú (ha sido fundamental la colaboración de
Nancy Herrera, excelente profesional y amiga), el Archivo de Límites del
Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú y el Instituto Riva-Agüero de
Lima. Sin la ayuda de las personas que eh ellos encontré este y otros trabajos
no hubieran sido posibles.
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cional potenciando ciertos sectores de la economía como las ex-


plotaciones agrícolas de la costa y los recursos mineros y gana-
deros de la sierra, la coincidencia de la demanda del caucho en
los mercados internacionales y el surgimiento de "puntos
calientes" en zonas limítrofes hicieron que los gobiernos del
Segundo Militarismo (1886-1895) y de la República Aristocrá-
tica (1895-1919) volvieran la mirada hacia el Oriente. La expan-
sión del aparato estatal, con la creación de instituciones, la
multiplicación de cargos públicos, la profusa legislación, y en
definitiva la puesta en marcha de toda una batería de medidas
que fueron utilizadas por los grupos de poder en pugna para
asentar su dominio sobre espacios, población y recursos, inclu-
yó a los inmensos territorios amazónicos. 2
Desde otra perspectiva, la de lo simbólico, la Amazonia se
vislumbró en el horizonte de sectores de la elite como una po-
sibilidad para la regeneración y afirmación del Perú. El que los
más conspicuos representantes de la intelectualidad (Generación
del 900) no le prestaran especial atención 3 no quiere decir que
no estuviera presente en el discurso modernizador de muchos
hombres públicos que advertían la necesidad de convertir en
reales unos espacios de recursos ilimitados pero todavía en
buena medida desconocidos y marginales.
En anteriores trabajos se atendió a dos instituciones vincula-
das al poder central y que fueron instrumentos clave en la
incorporación de la Amazonia. Una de ellas, la Sociedad Geográ-
fica de Lima, constituida por decreto firmado por Cáceres el 22
de febrero de 1888 y que fue un escenario excepcional de pre-

2
Comparativamente, la Amazonia no ha recibido por parte de la histo-
riografía sobre este período de la República lo que la costa y la sierra. Dos
cuestiones han polarizado la atención: el caucho y los problemas limítrofes
que han generado un número ingente de publicaciones. Ejemplo de reperto-
rios bibliográficos son Pennano (1978) y Bákula (1992).
3 El trabajo de Walker (1987) sigue siendo referencia a la hora de analizar
los límites de cierto tipo de discurso elaborado sobre la selva peruana. Du-
rante el gobierno civilista de Manuel Pardo (1872-1876) se impulsaron asocia-
ciones de ingenieros y arquitectos, y se abrieron espacio hombres con una
formación técnica y posiciones más pragmáticas sobre el desarrollo del país.
Algunos de ellos ocuparían la cartera de Fomento y 1o serían prefectos de
Lo reto.

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Martínez Riaza • Política regional y gobierno de la Amazonia peruana

sentación de proyectos y de actividades que contribuyeron de-


cisivamente al desarrollo del país (Martínez Riaza 1998a). La
otra fue el Ministerio de Fomento, creación de la República Aris-
tocrática por ley del gobierno de Piérola de 22 de enero de 1896,
que aglutinó competencias tan decisivas como las obras públi-
cas, inmigración y explotación de recursos (Martínez Riaza
1998b). Para estudiarlas se recurrió básicamente a documenta-
ción generada por las propias instituciones, sobre todo, los Bo-
letines de la Sociedad Geográfica de Lima y las Memorias de los Mi-
nistros de Fomento.
En la línea de tratar con una cierta sistematicidad a los
agentes que se ocuparon de la integración de Loreto al Estado
peruano, este trabajo se ocupa de otra institución, los prefectos,
máxima autoridad política en los departamentos, dependientes
del Superior Gobierno pero que actuaban desde la región. Su
información es fundamental para entender los temas y las lí-
neas de actuación que preocupaban a las elites centrales cuyas
directrices habían de seguir. También para conocer muy diver-
sos aspectos de la vida departamental. Las memorias administra-
tivas que debían elaborar han servido de base para la recons-
trucción de un modelo de política regional. En una primera
parte se tratará de caracterizar a los prefectos de Loreto, situán-
dolos en el organigrama político administrativo de la República
y ofreciendo una serie de notas sociobiográficas. En la segunda
se analizará la evolución de una serie de temas relativos al
gobierno y colonización del Departamento a partir de la docu-
mentación generada por los prefectos.
El marco cronológico seleccionado tiene que ver con las
secuencias documentales manejadas, que a su vez responden a
la dinámica de la evolución del país y del Departamento. Lo-
reto reflejó la descomposición política del Perú durante la gue-
rra con Chile; así en 1882 había dos prefectos que obedecían a
autoridades distintas: Francisco del Aguila en Moyobamba (ca-
pital del Departamento) y Tadeo Terry establecido en !quitos y
leal al contralmirante Lizardo Montero. Esta propuesta parte
del 21 de diciembre de 1883 cuando, tres meses después de la
firma del Tratado de Ancón, el prefecto Benjamín Medina de-
rrocaba a Terry, mediante un levantamiento gestado en !quitos,

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consiguiendo que en las cinco provincias que componían el De-


partamento se reconociera la autoridad única del presidente
Iglesias. El final se sitúa en 1914 cuando el coronel Osear Be-
navides asumía la presidencia de la Junta de Gobierno, abrien-
do un paréntesis en la secuencia de gobiernos civiles, mientras
en Loreto se sentían con fuerza los efectos de la crisis del cau-
cho que lo sumirían en una decadencia anunciada. El prefecto,
coronel Benjamín Puente, se enfrentaba abiertamente a las fuer-
zas vivas de la región, provocándose una situación que alcanzó
repercusión nacional y que reflejaba los desajustes de la cons-
trucción política loretana. En el intervalo, los prefectos fueron
testigos y actores privilegiados de las transformaciones que
tuvieron lugar en un departamento en el que los cambios acele-
rados no produjeron un desarrollo sostenido y equilibrado.

2. Los prefectos de Loreto. Notas sobre una institución


centralista en un territorio de frontera
Desde los inicios de la historia independiente del Perú el pre-
fecto se perfiló como la máxima autoridad destacada por el
gobierno central en los departamentos. Dada su importancia
como pieza maestra del funcionamiento político de la Repú-
blica cabría esperar que hubiera recabado una mayor atención
por parte de la historiografía. Varias hipótesis podrían apuntar-
se para explicar la infrautilización de una fuente de semejante
magnitud, y entre las de mayor peso está el problema de su
localización y levantamiento. Los prefectos, ya se ha señalado,
dependían directamente del Ministerio de Gobierno y Policía
del que recibían instrucciones y al que remitían sus memorias. 4
Desde la Ley de Organización Interna de la Repríblica promulgada
el 5 de enero de 1857 por el gobierno de Castilla, existía la
norma de que los prefectos remitieran memorias administrati-
vas al ministro de Gobierno y Policía. En 1893, el responsable

4 La denominación del Ministerio varió en estos años. Desde 1871 fue


Ministerio de Gobierno v Obras Públicas. Al crearse el Ministerio de Fo-
mento en 1896 las competencias de Obras Públicas le fueron adjudicadas.
Desde 1903 a 1912 pasó a ser Ministerio de Gobierno, Policía, Correos y
Telégrafos para retomar después la denominación de 1871.

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Martínez Riaza • Política regional y gobierno de la Amazonia peruana

del ramo planteaba la necesidad de reformar una ley "de data


antigua que adolece de notables deficiencias", y los prefectos
debían ser objetivo principal de la nueva ley (Zavala 1893; VII-
VIII). Al crearse en 1896 el Ministerio de Fomento, el prefecto
pasó a asumir competencias relacionadas con temas de coloni-
zación. Y para complicar aun más las cosas, en el caso de Lo-
reto se vinculaba en temas de límites con el Ministerio de
Relaciones Exteriores. Es decir, la documentación de las Prefec-
turas parte de y va a esos tres ministerios. 5
La reconstrucción de la secuencia de los prefectos que ejer-
cieron en Loreto entre 1883 y 1914 y de la documentación que
generaban, especialmente las memorias administrativas, han
corrido paralelas. Para lo primero se han cruzado tres fuentes a
las que se ha añadido información adicional: en primer lugar la
obra de Hildebrando Fuentes, Loreto. Apuntes geográficos e histó~
ricos, estadísticos, políticos y sociales, que llega hasta 1906, año en
que Fuentes termina su gestión al frente de Loreto; en segundo
lugar la Guía de !quitos 1940 que proporciona una relación des-
de 1861 hasta 1940, y por último las Memorias de los Ministros de
Gobierno y Policía donde con asiduidad se incluyen los nombres
de los prefectos y subprefectos de las distintas provincias.
Ninguna de las tres proporciona referencias cronológicas preci-
sas, solo los años de desempeño del cargo. 6

5 Pocas investigaciones recientes sobre Loreto utilizan la documentación


de los prefectos. De la Flor Fernández, cuando en su estudio sobre las gomas
se refiere al ordenamiento del aparato burocrático, no los menciona (De la
Flor 1989: 15-16). Roux, en su trabajo sobre la aparición del petróleo como
recurso económico, solo hace referencia a la memoria de Hildebrando
Fuentes (1905), que consulta en Larrabure y Correa (Roux 1995: 19-20).
Barclay incide en Fuentes, y añade a Palacios Mendiburu en su trabajo sobre
el espacio cauchero ecuatoriano de la cuenca del río Napo (Barclay 1998).
García Jordán, desde la perspectiva de la actuación de las autoridades ecle-
siásticas, vuelve sobre el escándalo del Putumayo, y sí hace referencia a algu-
nos documentos de la Prefectura de Loreto (García Jordán 1994). Otro tanto
podría decirse de Lausent, que en sus trabajos sobre la colonia china en
!quitos cita puntualmente a Palacios Mendiburu y Quirós (Lausent 1996).
6 Fuentes (1908, I: 241-245) especifica en su relación si son civiles o milita-
res, y en ese caso su rango; además añade el nombre del secretario de la
Prefectura y la lista de prefectos interinos o accidentales. La Guía de Loreto
(1940: 29-30), prosigue la relación hasta 1940. Las memorias de los Ministros

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En cuanto a las memorias, el Archivo General de la Nación


del Perú sería un fondo al que acudir en primera instancia para
indagar sobre lo relacionado con el Ministerio de Gobierno y
Policía. Efectivamente hay una sección Prefecturas 1872-1956,
pero las series son incompletas y aleatorias. Algunas memorias
de los ministros de Gobierno y Policía incluyen a su vez me-
morias de prefectos de distintos departamentos, pero la ma-
yoría se han encontrado sueltas, algunas manuscritas. La do-
cumentación del Ministerio de Fomento se halla dispersa,
distribuida en parte en los distintos ministerios que absorbie-
ron las competencias de Fomento al desaparecer este? ¿Y qué
decir de la documentación sobre prefectos conservada en el
Ministerio de Relaciones Exteriores? La consulta del Archivo de
Límites dependiente de la Cancillería es imprescindible, y no
solo comprende lo relativo a esos asuntos, sino a otros que
deberían haber sido remitidos a otras dependencias guberna-
mentales. La obra recopilatoria de Carlos Larrabure i Correa
(1905-1909?) sigue siendo referencia ineludible. 8

2.1. Caracterización y competencias


Los prefectos eran agentes del poder central y conexión política
entre los departamentos y el Superior Gobierno. Su misión era
afirmar la autoridad gubernamental, velar por el funciona-

de Gobierno y Policía se han consultado en la Biblioteca Nacional. Pu-


blicaciones Oficiales 0.353. 1 /M (año). En una de ellas, la Memoria que el
Mi11istro de Gobiemo y Policía prcse11ta al Co11greso Ordi11ario de 1917. Fdo. E.F
Muñoz, aparece también una lista de prefectos. Al final del trabajo se incluye
la secuencia de prefectos así como las memorias, informes y otros documen-
tos utilizados.
7 La obra oficialista de Eduardo G. Lara (1936), proporciona una infor-
mación inestimable sobre la organización del Ministerio desde su creación
hasta 1936 y ofrece, además de un listado completo de ministros, notas sobre
su biografía y su gestión.
8 No se han encontrado reproducidas memorias de prefectos, excepto la
de Hildebrando Fuentes, y las de los Comisionados Especiales, y también
prefectos, Samuel Palacios Mendiburu, Rafael Quirós y Joaquín Capelo. Pero
la gran cantidad de documentos vinculados a la gestión de los prefectos son
un filón para reconstruir la historia del Departamento.

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Martínez Riaza • Política regional y gobierno de la Amazonia peruana

miento de las instituciones y promover el desarrollo integral,


responsabilizándose de la coordinación de las distintas instan-
cias involucradas. Es difícil perfilar sus competencias porque la
normativa que las regulaba cambiaba al pairo de la inestabili-
dad política de la República y porque Loreto hubo de someter-
se a situaciones excepcionales en coyunturas determinadas.
Además en el gobierno de los departamentos entraron en juego
otros elementos que representaban intereses regionales y con
los que el prefecto mantuvo una relación desigual. Pertene-
cieron a las elites regionales los subprefectos (autoridad provin-
cial) y los gobernadores (en los distritos), que en el organigra-
ma político administrativo dependían de los prefectos; también
los integrantes de las Juntas Departamentales, que el prefecto
solía presidir, y las Municipalidades. En cualquier caso los
comportamientos reales siguieron dinámicas propias, que solo
son analizables en la escala de lo regional-local, y rastreando su
evolución paso a paso. 9
Los prefectos dan cuenta del proceso de organización políti-
ca de Loreto, desmantelado al principio por falta de hombres
preparados para ocupar los cargos, y con éstos cubiertos en
1914 por elites asentadas que están en condiciones de contestar
la autoridad del prefecto. La falta de continuidad y claridad de
la política del gobierno central no propició la delimitación de
competencias. Baste recordar que, en líneas generales, el Se-
gundo Militarismo planteó una política de desconcentración
mediante la potenciación de las Juntas Departamentales y la
descentralización fiscal. En un movimiento pendular, tras la
guerra civil de 1894-1895 Nicolás de Piérola se propuso refor-
zar el centralismo del Estado mediante, entre otras medidas, la
supresión (fallida) de las Juntas Departamentales y la abroga-

9 La Memoria del ministro Zavala sintetizaba la evolución de la organiza-


ción regional y proponía la actualización de todo lo relativo a los funciona-
rios públicos. El prefecto era "de vital importancia para el progreso de los
Departamentos porque depende de su inteligencia y de su entusiasmo el
bien de su gobernación [.. .)". De ahí el acierto con el que se había de proce-
der en su designación y la necesidad de regular sus ingresos y tareas (Zavala
1893: VIII).

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ción de las contribuciones personales, su principal fuente de


financiación (Basadre 1980; Chiaramonti 1995; McEvoy 1997). A
pesar del aislamiento, estas medidas se proyectaron en Loreto
con los reajustes consiguientes en el ejercicio del poder.
Para introducir nuevos elementos a la complejidad, las le-
yes generales se cruzaron con medidas específicas que aten-
dían a la "excepcionalidad" del departamento. El Consejo de
Ministros aprobó la constitución de una Junta Informadora
sobre Loreto (24.2.1886) que emitió un Dictamen sobre la Re:~ión
Fluvial del Loreto (30.6.1886) 10 que sirvió de base a la Le.11 de
Reorga11ización de los Servicios Administrativos en Loreto, firmada
por Cáceres el 4 de noviembre de 1887, para atender a las con-
diciones especiales del Departamento. 11 La ley disponía la for-
mación de una Comisión de Estudios que elaboró un Informe
presentado al Superior Gobierno por el Presidente de la Comisión
Especial al Departamento de Loreto, coronel Samuel Palacios M.en-
diburu (1890-1891).
En el caso de Loreto los prefectos no se ajustan al perfil que
diseña Carmen Mc.Evoy para otros departamentos, en el sen-
tido de que "en la organización política nacional jugó un rol
importante la red de prefectos y subprefectos civilistas, que se
enlazaron, vía correo y telégrafo, con Lima y entre ellos"
(McEvoy 1997: 140). Tampoco se cumple el que los prefectos
tuvieran cierto arraigo en la zona encomendada; de hecho solo
hay constancia de que uno, Reyes Guerra, hubiera nacido en la
región (Moyobamba), y de que otro, Alejandro Rivera, se hu-
biera asentado allí tiempo atrás. Sí eran hombres cercanos al
presidente, de su confianza, en algunos casos amigos persona-
les (Palacios Mendiburu y Cáceres o Alayza y Paz Soldán y
Leguía). De los seleccionados ostentaron rango militar de coro-
nel Palacios Mendiburu, Emilio Vizcarra, Teobaldo González,
Pedro Portillo, Hildebrando Fuentes y Benjamín Puente; otra

10 Dictame:z de la Comisió11 Informadora sobre la Región Fluvial de Loreto.

Lima, Imp. de El Comercio por José R. Sánchez, 1886. Lo firman Melitón


Carvajal, J. Patricio Iriarte, Emilio Delboy y M. Amat y León. Aunque conocí-
an la realidad de la Amazonia, elaboraron el Dictamen desde Lima, y ningu-
no llegó a la Prefectura de Loreto.
11 El Peruano, año 45, tomo II, n. 0 64, p. 595.

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Martínez Riaza • Política regional y gobierno de la Amazonia peruana

cuestión es que también llegaran a asumir la comandancia ge-


neral como atributo inherente al cargo.
La designación de los prefectos no siguió un criterio unifor-
me. En líneas generales durante la República Aristocrática ocu-
paron el destino hombres de mayor importancia pública que
durante el Segundo Militarismo (cabría sefí.alar como excepción
a Benigno Samanez Ocampo y Samuel Palacios Mendiburu).
De hecho su cotización económica fue en ascenso: mientras en
1893 el gobierno de Morales Bermúdez reconocía que para que
el puesto fuera ocupado por hombres profesionales era necesa-
rio dignificar su remuneración (a cargo de los presupuestos
departamentales) (Zavala 1893: VIII-IX), la administración de
José Pardo aprobaba la Ley de 28 de diciembre de 1905 que es-
tablecía los sueldos de las autoridades regionales y especificaba
que el prefecto de Loreto era el que percibía mayores haberes
con unos ingresos mensuales de 100 libras, por encima de las
40 que cobraban los de Lima, Callao, Arequipa, Ancash, Caja-
marca, Cuzco, Junín, La Libertad, Piura y Puno. Por detrás, con
35 libras, estaban los prefectos de Ayacucho, Moquegua, Tacna
y Tumbes (Romero 1906: 25).
Algunos habían desempefí.ado o desempefí.arían después el
puesto de prefecto en otros departamentos: Samanez Ocampo,
Palacios Mendiburu, Portillo y Alayza Paz Soldán. Los hubo
que llegaron hasta las más altas cotas del poder: Capelo,
Portillo y Alayza Paz Soldán ocuparon carteras o direcciones
ministeriales. Capelo, Palacios Mendiburu y Portillo continua-
ron conectados a la historia del departamento y protagonizaron
el proceso que llevaría a la nueva demarcación de Loreto y a la
creación del Departamento de San Martín. Varios reincidieron
en el cargo: Rivera, Reyes Guerra y González. Rivera alternó
entre 1890 y 1895 la Prefectura con la representación en el Con-
greso de los Diputados por el Bajo Amazonas, y Joaquín
Capelo fue senador por Loreto.
La reconstrucción de la institución se ve limitada por la
carencia de estudios que atiendan a los perfiles sociobiográficos
de los prefectos, individuos que, a distintos niveles, formaron
parte de la trama de poder del Perú republicano. El conoci-
miento de su adscripción familiar, formación, inserción en de-

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terminadas redes sociales, recursos económicos, filiación políti-


ca y planteamientos sobre el desarrollo del Perú, podría arrojar
luz sobre las motivaciones que les llevaron a ese destino espe-
cífico, el lugar que ocupó el puesto en una carrera más ambi-
ciosa hacia la cúpula del poder y la cobertura que encontraron
en el gobierno para adoptar y aplicar medidas.
El discurso de los prefectos de Loreto, del que las memorias
administrativas son la manifestación secuencial más completa y
uniforme, es fundamental para reconstruir la realidad del De-
partamento. Se trata de un mensaje oficial, elaborado por agen-
tes del gobierno, por tanto es sesgado y ha de ser contrastado
con otras fuentes. Las memorias, que no todos elaboraron,
debían seguir unas normas estipuladas por el Ministerio de
Gobierno y Policía y atenerse a unos epígrafes temáticos que se
fueron modificando al tiempo que se ampliaban o variaban sus
competencias. Teóricamente en su elaboración debían contar
con las que a su vez les remitieran los subprefectos de las pro-
vincias, aunque era habitual que tuvieran que redactarlas sin
contar con esa información. 12 El hilo conductor de todas ellas
era la defensa de la peruanidad de Loreto, aun reconociendo su
situación marginal que, como hombres leales al gobierno de
turno, achacaban a políticas anteriores.

12 De hecho el ministro Zavala reconocía que en los últimos años los pre-
fectos raramente habían cumplido con la legislación vigente. En su opinión,
una memoria administrativa, para ser útil y operativa, debía incluir hasta
diecinueve variables: descripción del departamento, provincias y distritos;
población actual y su distribución tomando por base los municipios; estado
económico de cada circunscripción territorial y desarrollo de la agricultura,
ganadería y minería; industria manufacturera y comercial; estado financiero;
progreso de la civilización por la capacidad intelectual de los ciudadanos;
proporción de la raza indígena, comparada con la formada por la raza espa-
ñola; estudio del régimen escolar; acción civilizadora de los párrocos; ins-
trucción pública; administración departamental, juntas del mismo nombre;
rentas, bienes e instituciones que puedan servir de base para afianzar la auto-
nomía administrativa del departamento; administración fiscal; administra-
ción territorial, que incluye proyectos de nueva demarcación; inventario y
valorización de los bienes pertenecientes al Estado, a las juntas y a los muni-
cipios; terrenos colonizables; irrigación; navegación fluvial; reseña histórica
del departamento (Zavala 1893: XV-XVI).

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Martínez Riaza • Política regional y gobierno de la Amazonia peruana

2.2. Los prefectos del Segundo Militarismo (1886-1895)


El período, también llamado de la Reconstrucción Nacional, se
sustentó en pactos entre facciones civiles y militares de la costa
y la sierra en un país en que el peso relativo del Oriente era
todavía escaso. Aun así, y a pesar de la escasa ayuda del poder
central, el gobierno del Departamento corrió a cargo de hom-
bres atentos y preocupados por construir en Loreto un espacio
político atendiendo a lo institucional y al desarrollo socioeco-
nómico.
A finales de 1883 Benjamín Medina, hombre de Miguel
Iglesias, se atribuía el restablecimiento del orden tras la situa-
ción anormal provocada por la Guerra del Pacífico. El panora-
ma que describía en la memoria de 1885 era desolador: no
había Corte de Justicia (hasta 1906 dependió de Cajamarca), las
comunicaciones eran precarias y el Estado no contaba con me-
dios propios ni hombres idóneos para ocupar las instituciones.
José Reyes Guerra, nacido en Moyobamba, capital del De-
partamento desde la que gobernó, fue prefecto en dos ocasio-
nes (1886 y 1891-1892). Su cumplimiento del deber puede con-
siderarse modélico. Nada más incorporarse realizó una visita
por el Bajo Amazonas y pudo observar los efectos fulgurantes
del cautclwc, sobre cuya explotación adelantaba una opinión
que sería ampliamente compartida por otros prefectos posterio-
res: los grandes beneficios que proporcionaría se verían ensom-
brecidos por mayores desgracias a no ser que el Estado tomara
medidas (Reyes Guerra 1886b). A pesar de que su segundo
gobierno se vio trabado por sectores de la elite regional agru-
pados en torno a la Junta Departamental, consiguió llevar a
buen término sus objetivos (Reyes Guerra 1892).
Entre sus dos gestiones ocuparon la Prefectura dos caceris-
tas confesos, José Benigno Samanez Ocampo (8.8.1886-15.11.
1887) y José Gregorio Basagoitia (1888-1889). El primero, que
murió en el ejercicio del cargo y de cuya memoria no hay
constancia, pertenecía a la elite regional de Apurímac con
intereses en la producción de caña y alcohol. Había sido sub-
prefecto de Andahuaylas, prefecto de Ayacucho, y diputado
por Andahuaylas y la Convención (Sala 1998) y fue uno de

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NVTORICfl XXIII.2

los grandes exploradores de los ríos amazónicos (Samanez


Ocampo 1980).13
José Gregario Basagoitia estableció sus reales en !quitos, re-
conociendo su rango de capital de hecho. Llegaba desde Lima
y estaba al final de su vida pública, lo que unido a su amistad
con Cáceres, le daban en su opinión licencia para aconsejar
sobre el mejor gobierno del Departamento. Fue minucioso en
su información y elaboró un discurso muy oficialista y naciona-
lista volcado en la imperiosa necesidad de vincular a Loreto
con Lima a través de un sistema de comunicaciones que rom-
piera el aislamiento de una región arrancada del resto de la
República (Basagoitia 1888a). Su labor administrativa se con-
centró en cumplir la Ley de Reorganización de 1887. Presentó su
renuncia voluntaria por razones de edad (Basagoitia 1889).
Para apuntalar las reformas fue nombrada una Comisión Es-
pecial presidida por el coronel Samuel Palacios Mendiburu,
prefecto y comandante del Departamento entre 1890 y 1891,
que presentó un informe en dos partes sobre su misión (Pa-
lacios Mendiburu 1891). Era también cacerista, pertenecía al
círculo de Carlos Larrabure i Correa y Francisco Alayza Paz
Soldán y era dirigente del Partido Constitucional. Había sido
prefecto de Huánuco y de Amazonas. Su carácter de enviado
extraordinario define su misión, muy centrada en la adopción
de medidas puntuales que antepone a propuestas globales y
maximalistas.
La guerra civil que asoló el país entre 1894 y 1895 y que
llevó al triunfo a La Coalición liderada por Nicolás de Piérola no
alcanzó a Loreto. Alejandro Rivera, prefecto entre 1892 y 1895,
alardeaba de que fue el único departamento que permaneció
tranquilo. 14 No era loretano, aunque revela que en 1894 llevaba

13 Raúl Palacios Rodríguez en el prólogo a la edición de la obra hace una


breve reseii.a biográfica. Aquí interesa la descripción pormenorizada del viaje
que hizo desde el Callao a !quitos (133-137). Su hijo David Samanez Ocampo
apoyaría a Nicolás de Piérola y en 1931 sería presidente de la Junta de Go-
bierno Nacional que se hizo cargo tras el derrocamiento de Leguía.
14 Aleja11dro Riuera al Sr.Director de Gobiemo. Paní 111ayo 20 de 1895. Es un
documento que añade a la memoria y en el que revela que estaba enfermo
de beriberi en !quitos cuando se inició el conflicto, y que a pesar de que ne-

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Martínez Riaza • Política regional y gobierno de la Amazonia peruana

veinticuatro años viviendo en la región fluvial, y había sido


inspector fiscal para vigilar el cumplimiento del contrato con la
Compañía Fluvial cuando en 1877 se suprimió el Apostadero
Fluvial de Loreto, administrador de la Aduana de !quitos en
1883 y diputado por Bajo Amazonas (Echegaray 1965: 628-637).
Su memoria es una de las más extensas y prolijas y refleja el
comportamiento de un funcionario del gobierno central que se
quejaba de no poder hacer más, ya que su misión se limitaba a
vigilar el cumplimiento de las leyes (Rivera 1895). Por eso, y
ateniéndose a la normativa vigente informaba en los apartados
de gobierno, policía, obras públicas, correos, administración lo-
cal, administración política, inmigración, demarcación territo-
rial, justicia, culto, instrucción, beneficencia, Junta Departamen-
tal, Aduana, comercio, moneda, cambio de capital, contrabando
y fronteras. ¿Cómo no recuperar este tipo de documentación en
la construcción de historias regionales?

2.3. Los prefectos de la República Aristocrática


(1895-1914) 15

Entre 1895 y 1914 ocuparon la Prefectura de Loreto hombres


notables, actores destacados de la vida pública peruana en dis-
tintos ámbitos. Pueden avanzarse dos explicaciones de carácter
general: la primera, la mayor preocupación de los gobiernos
por modernizar el aparato del Estado, seleccionando a elemen-
tos preparados para ocupar puestos de responsabilidad en un
sistema político administrativo que se ampliaba y profesionali-
zaba;16 la segunda se relacionaría con la voluntad por parte de

cesitaba un cambio de clima se mantuvo en su puesto para conservar el


orden público. El 24 de abril de 1895 entregó el mando a Vizcarra y marchó a
Europa. Sin embargo la incidencia de la guerra era inevitable; Rivera envió
una primera memoria que no llegó a su destino debido a la inestabilidad del
pode! central y al corte de las comunicaciones.
b Se sigue el marco cronológico de Jorge Basadre a la hora de hacer refe-
rencia a la República Aristocrática. El que esta propuesta se detenga en 1914
obedece a los criterios de selección explicados anteriormente.
16 En la línea del trabajo de Herbold (1974), creemos que hay pruebas de
ese proceso de modernización del aparato del Estado. Estudios sobre distin-

405
HVTORICR XXIII.2

ese poder central de controlar los procesos internos de Loreto,


que había ganado peso relativo en el conjunto del país, reajus-
tando alianzas y neutralizando disidencias. Desde luego Cape-
lo, Portillo, Fuentes y Alayza Paz Soldán tuvieron una trayecto-
ria relevante, y al tiempo que elaboraron proyectos para el
desarrollo general, regional o sectorial del país, fueron ejecuto-
res de acciones específicas en la línea de sus intereses.
El orden que vivió Loreto durante la guerra civil de 1894
y 1895 se vio pronto alterado por dos levantamientos muy
seguidos en 1896 y 1898 que alertaron al Superior Gobierno
y llevaron a la adopción de medidas excepcionales. Cuando
se inició el movimiento federalista (que no separatista) de
1896 era prefecto interino David Arévalo que desde Mo-
yobamba informó de la extensión de la rebelión desde !qui-
tos a Yurimaguas (provincia del Alto Amazonas). Piérola
tomó decisiones drásticas y encargó la dirección militar del
sometimiento al ministro de Guerra, Juan !barra, que llegó a
!quitos en octubre cuando la situación estaba controlada. 17
Dos prefectos se sucedieron en los meses de alteraciones,
Carlos López Larrañaga y Emilio Vizcarra, que informó en
varias notas a !barra del funcionamiento irregular de las ins-
tituciones departamentales y le dio pistas para una actua-
ción más eficaz. El 22 de abril de 1897 el ministro de Go-
bierno y Policía, con acuerdo del Consejo de Ministros y la
anuencia del Presidente, nombró a Rafael Quirós Comisio-
nado Especial dependiente de los Ministerios de Gobierno y
Policía y de Hacienda. 18 Durante un tenso período de tiem-
po, se simultanearon en Loreto dos autoridades, Quirós y
Vizcarra, que había sido ratificado en el cargo de prefecto el
16 de agosto de 1896 en reconocimiento a su lealtad. El con-
flicto no se haría esperar y la balanza se movería del lado de

tas instituciones de ámbito central corroborarían, con todas las limitaciones


derivadas de una sociedad en que se mantienen muchos patrones tradiciona-
les, la construcción de un armazón que extiende su radio de acción, incorpo-
rando espacios y competencias.
17 Con documentos de la Biblioteca Nacional del Perú, Raúl Palacios
Rodríguez elabora una síntesis del intento federalista (1990: XII, I, 411-441).
IH Varios documentos que se intercambian Ibarra y Vizcarra se incluyen
en la memoria del ministro Arrieta (1897: 119-134).

406
Martínez Riaza • Política regional y gobierno de la Amazonia peruana

Quirós que depondría a Vizcarra el 17 de enero de 1898 asu-


miendo sus funciones. Sería el arranque del segundo levanta-
miento, más radical y duradero que el anterior; aunque menos
conocido. El ex prefecto no se plegaría y en mayo de 1898, con
apoyos en !quitos y Moyobamba, encabezaría una reacción
radical y separatista contra el gobierno de Eduardo López de
Romaña, proclamándose Jefe Supremo de la Nación Selvática y
muriendo en el intento el 27 de febrero de 1900.
No se han localizado, ni hay constancia de que existan,
memorias de la Prefectura de Quirós; sí una serie de documen-
tos que cruzó con el ministro de Gobierno y Policía entre el 26
de octubre de 1897 y el 28 de mayo de 1898 y que de alguna
manera expresan el cambio de orientación que los gobiernos de
la República Aristocrática pretendieron dar a la política hacia
Loreto para avanzar en el proceso de nacionalización (Quirós
1897-1899).
El testigo de Quirós fue recogido por Joaquín Capelo, desig-
nado Comisionado Especial por decreto de 6 de octubre de
1899 y que ejerció desde el 20 de noviembre al 30 de abril de
1900. Era buen conocedor del Oriente y sintetizó su aportación
al conocimiento y gobierno regional en su Memoria y en el Re-
gistro Oficial del Departamento de Loreto (Capelo 1900). 19 Se ocu-
pó de aspectos fácticos y reglamentarios. Entre sus cometidos
cabría destacar, además de poner término al levantamiento de
Vizcarra, la visita de cuarenta días que realizó por el Depar-

19 Joaquín Capelo (Lima 1852-París 1928) fue un hombre multidisciplinar.


Ingeniero y sociólogo, fue el primer director de Fomento en febrero de 1896,
tras la creación del Ministerio, cuya cartera ocuparía entre el 16 de mayo y el
21 de agosto de 1914. Los repertorios biográficos ponderan su aportación a
las Ciencias Sociales, como por ejemplo la publicación de Sociología de Lima
(1895-1902), El Problema de la Educación Pública (1902), o La Despoblación del
Perú (1912) en que defiende la necesidad de aumentar lo que considera la
riqueza social, incompatible con la servidumbre y esclavitud. En 1912 se
editó en Madrid su novela Los Menguados, fuerte crítica al sistema de cliente-
lismo que dominaba la política peruana (Basadre 1988: 20-23). Pero fue tam-
bién un hombre cuyos proyectos y actuaciones fueron decisivos en el proceso
de vinculación de Loreto con la capital del Perú. Trabajó por la construcción
del camino de Chanchamayo (1889) y por la apertura de la Vía Central o ruta
del Pichis (1891-1899), ambos en la selva central.

407
HIJTORICR XXIII.2

tamento, la reorganización del gobierno regional manteniendo


a las autoridades sentenciadas por Quirós y cubriendo vacan-
tes, especialmente comisionados de los ríos, la inauguración
del muelle de !quitos dando cumplimiento al contrato firmado
con Von Hassel el 2 de marzo de 1899, la potenciación de los
ingresos del Departamento (estanco del tabaco y Aduana), la
aplicación de la legislación vigente sobre Terrenos de Montaña
(Ley de 1898), y la defensa de las conexiones de Lima con !qui-
tos potenciando su gran proyecto, la Vía Central.
Quirós y Capelo actuaron como agentes especiales del Su-
perior Gobierno. Después se abrió una etapa de gobiernos "re-
gulares", que no de estabilidad, porque para entonces los gru-
pos regionales estaban lo suficientemente organizados -no
solo a través de escenarios políticos, sino también de medios
de comunicación y asociaciones científicas y culturales-, como
para adoptar posiciones cada vez más firmes en defensa de
unos intereses que no siempre coincidían con los del poder
central. La administración del coronel Teobaldo González, de
julio de 1900 a enero de 1901, fue eficaz y llama la atención su
diagnóstico pesimista sobre el estado de la administración del
Departamento, con lo que parece no reconocer la labor de Qui-
rós y Capelo (González 1901).20
No es posible tratar la realidad de la Amazonia peruana sin
toparse con Pedro Portillo, uno de los agentes más activos en el
proceso de reconocimiento e incorporación del Oriente, que
ocupó la Prefectura desde junio de 1901 a agosto de 1904. 21 Las

20 González había sido subprefecto del Bajo Amazonas y también prefec-


to interino de Loreto del 11 de octubre al 20 de noviembre de 1899. Durante
la gestión de Joaquín Capelo tomó Moyobamba el 26 de febrero de 1900
derrotando a Vizcarra y el 16 de marzo recibió la orden de realizar una visita
por las provincias de Huallaga, San Martín y Moyobamba.
21 Sin embargo, la historiografía todavía le debe una investigación en

profundidad. La falta de documentación no sería en este caso una excusa


-Portillo fue un escritor prolífico-; sí su dispersión, que llega al punto de
que en la Biblioteca Nacional y el Ministerio de Asuntos Exteriores de Es-
paña se encuentran manuscritos de Portillo. Nació y murió en la costa
(Huacho 1856-Lima 1916). Participó en la Guerra del Pacífico. Fue prefecto de
Ayacucho (18.1.1896-1900). Realizó varias exploraciones por la Amazonia
comprobando la navegabilidad de los ríos y fundando puestos fronterizos.
Fue ministro de Guerra (2.10.1900 a 19.3.1901) y de Fomento (en tres ocasio-

408
Martínez Riaza • Política regional y gobierno de la Amazonia peruana

memorias de 1902 y 1903 siguen una estructura interna seme-


jante, con escasas variaciones en cuanto a los temas y su orga-
nización y repitiendo epígrafes que permiten establecer puntos
de comparación entre sus dos períodos de gestión. Va directa-
mente a los asuntos sin detenerse en cual era su percepción
general sobre Loreto (Portillo 1902 y 1903). En la agenda de sus
actuaciones habría que destacar: largas visitas por el Depar-
tamento y elaboración cartográfica, confección de un censo ur-
bano de !quitos; traslado y reordenación de los archivos de la
Tesorería Fiscal de Iquitos; constitución del Centro Geográfico
de !quitos (1902); reorganización de la Sociedad de Beneficen-
cia fundada en 1898 (22.2.1902); supervisión de elecciones a tres
senadores propietarios y tres suplentes a través de la Junta
Departamental (7.8.1901); y defensa de la soberanía frente a
injerencia de países vecinos, especialmente con el Ecuador (in-
cidentes de Angoteros y Torres Causana territorios que preser-
vó para el Perú).
Antes de ocupar la Prefectura de Loreto, bajo el gobierno
del civilista José Pardo, Hildebrando Fuentes había sido prefec-
to de Lambayeque (1894), Lima (1902) y el Cuzco (1903). Fue
nombrado el 24 de junio de 1904 y llegó a Iquitos a finales de
octubre. Renunció el28 de marzo de 1906. Su experiencia en ac-
tividades políticas y científicas no había incluido el Oriente y su
compromiso con Loreto era a priori un encargo del gobierno;

nes: 9.3.1906 a 23.11.1908, 4.8 a 13.9.1913 y 31.12.1913 a 3.2.1914). Su último


cargo público fue el de senador por Loreto de 1913 a 1916. Recogieron su
labor en pro de la peruanidad de la Amazonia Luis Alayza Paz Soldán (1960:
VIII, 190-192); Víctor Andrés Belaunde, que le consideró "progresista admi-
nistrador" y "[ ... ] el Requena del siglo XX, por el mismo sentido imperial,
semejante talento ejecutivo e idéntica visión certera sobre los destinos de
Maynas [... ]" (1961: 19); y Raúl·Porras Barrenechea, para quien fue "el verda-
dero creador de nuestra soberanía en los más remotos afluentes del Ama-
zonas y un gran peruano de garra y corazón" (1961: 33). Jorge Basadre le
incluye en la galería de hombres importantes del siglo XX; "[ ... ] con Portillo
en Loreto el cerebro y la mano del Perú parecieron llegar a distantes e inhós-
pitos lugares de la selva: un cerebro lúcido y una mano suave y fuerte que
implicaban el acierto y la eficacia [... ]" (1988: 109).

409
HVTORICR XXIII.2

por eso se comportó como un funcionario apegado a las nor-


mas.22 Su memoria de 1905 es telegráfica y poco crítica, porque
se proponía presentar los hechos (Fuentes 1905). Fueron aii.os
de expansión de los negocios del gran cauchero Julio César
Arana, con quien mantuvo buenas relaciones. Siguen después
cuatro prefectos (Arturo Aservi, Carlos Zapata, Estanislao
Castaii.eda y José León y León) de los que no se han localizado
memorias. Tres de ellos ocuparon el cargo apenas unos meses;
no así Zapata, que fue prefecto en dos ocasiones (1906-1907 y
1908-1909) en pleno auge de los negocios caucheros. 23
En la decisión del presidente Augusto B. Leguía de nombrar
prefecto a Francisco Alayza Paz Soldán (diciembre 1909 a junio
1912) sí contaron razones de índole personal. Eran amigos y
Alayza había formado parte de su primer gabinete. Era inge-
niero civil y de minas, lo que le hizo un gobernante con capaci-
dad de adoptar medidas prácticas. Generó una gran cantidad
de documentos que permiten reconstruir aspectos fundamenta-
les de su gestión (Alayza Paz Soldán 1960: VIII, 85-198). 24 Lo-
reto se encontraba convulsionado por los "escándalos del Pu-
tumayo", y el prefecto tuvo que habérselas con las exigencias
de grupos regionales organizados en la Liga Loretana liderada

22 Había nacido en Lima en 1860 y murió en Nueva York en 1917. Estuvo


con Cáceres durante la campaña de La Breña y fue su secretario personal.
Durante la República Aristocrática ocuparía puestos de confianza del Eje-
cutivo. Desarrolló una intensa actividad diplomática (fue ministro plenipo-
tenciario en Francia e Inglaterra) y política.
23 Sí se han consultado documentos relativos a la Prefectura de Zapata
reproducidos por Larrabure i Correa (1909: XVIII, 193 y ss.).
24 Luis Alayza, su hermano, incluye correspondencia con Leguía iniciada
el 6 de marzo de 1910, amén de otros documentos que él conservaba y
advierte que no se publicaron las memorias administrativas, pero menciona
el perió¡jico El Oric11te de Iquitos corno espacio utilizado por el prefecto para
dar a conocer aspectos de su gestión. Los Alayza Paz Soldán pertenecían a
una saga de notables del Perú. Francisco Alayza nació y murió en Lima
(1873-1946). Estudio en la Escuela de Ingenieros y formó parte de un grupo
de hombres cuya trayectoria es poco conocida, pero que contribuyeron a
modernizar al país con un trabajo práctico basado en la aplicación de nuevas
tecnologías. Fue ministro de Fomento durante la primera administración de
Leguía (24.9.1908 a 15.6.1909) y bajo los gobiernos de Billinghurst y Bena-
vides (26.9 a 19.10.1913 y 22.8.1914 a 22.8.1915). Para una reseña sociobiográ-
fica y bibliográfica, véase Carlos Moreyra Paz Soldán (1974: 99-108).

410
Martínez Riaza • Política regional y gobierno de la Amazonia peruana

por Julio César Arana y que maniobraban desde la Junta De-


partamental y el Concejo Municipal de !quitos; de ahí su cons-
tante petición al gobierno para que aumentara su potestad para
tomar decisiones. Sin embargo Alayza se propuso evitar cho-
ques frontales diseñando una política de pactos. Su percepción
no fue la de un funcionario que cumplía meramente una tarea
administrativa; le preocupaba profundamente la peruanidad del
Departamento puesta en riesgo por el abandono de los gobier-
nos centrales. A efectos prácticos tuvo que aplicar la Ley de
Terrenos de Montaña de 31 de diciembre de 1909, que le daba
amplias competencias, y se preocupó por la situación de los
pueblos indígenas. Recuperó la Factoría del Estado al acabar el
período de arriendo de Von Hassel y consiguió fondos para el
saneamiento de !quitos. Defendió la soberanía del espacio lore-
tano frente a las aspiraciones ecuatorianas y se enfrentó militar-
mente a los colombianos (La Pedrera).
El coronel Benjamín Puente (1912-1914) heredó un departa-
mento sacudido por la crisis del caucho y en el que las elites
regionales, ya estructuradas y copando las instituciones, levan-
taron la voz exigiendo medidas drásticas para reconducir la
situación. Comenzó con buen pie su gestión: ordenó levantar
un nuevo censo de !quitos y elaboró un Reglamento Especial pa-
ra las Colonias para fomentar las actividades agrícolas. Terminó
abandonando de manera irregular el país tras enfrentarse a sec-
tores del poder por un tema relacionado con abusos de auto-
ridad que llegó a tener repercusión nacional (Apuntes 1918).

3. Desde la región. Los prefectos y el gobierno de Loreto


El peso económico que ganó Loreto durante el auge del caucho
no se correspondió con una presencia semejante de sus grupos
dominantes en los órganos del gobierno central (representación
parlamentaria), pero el Departamento avanzó en el proceso de
organización interna e incorporación al Estado y en él los pre-
fectos fueron piezas fundamentales. 25

25 Las lagunas historiográficas sobre la Amazonia peruana ocultan la


dinámica de unas realidades regionales en cambio desde el período de Re-

411
HVTORICR XXIII.2

Las prioridades de su agenda variaron en función de la co-


yuntura, y desde luego de consideraciones que tienen que ver
con el talante y los intereses de las personas que ejercieron el
cargo. Pero pueden advertirse una serie de preocupaciones que
dan continuidad a la institución. A pesar de la diferenciación
temática que recogen las memorias, expresada formalmente en
los epígrafes que las estructuran, su relevancia está en su glo-
balidad, en el cuadro de conjunto que ofrecen y en el contraste
con el contexto en que se realizan. Y esa consideración se ha
tenido en cuenta en la elaboración de esta propuesta. La distin-
ción entre Segundo Militarismo y República Aristocrática res-
ponde, además de las razones historiográficas de carácter gene-
ral, a que a partir de 1896 la entrada en escena del Ministerio
de Fomento y de otros mecanismos de actuación del poder
central dieron un impulso notable a la colonización de Loreto y
a que desde la región se advierte la conformación de grupos
regionales, organizados en torno a !quitos, que plantean de-
mandas y llegan a enfrentarse a la autoridad que representaba
al poder central. Pero la política de modernización emprendida
por los gobiernos de la República Aristocrática se construyó, y
es una de las conclusiones del trabajo, sobre los cimientos sen-
tados por los prefectos del Segundo Militarismo.
Para una aproximación a lo que fue un caso de política
departamental, la información proporcionada por los prefectos
se ha estructurado en torno a tres grandes temas: el reconoci-
miento y apropiación del territorio, el poblamiento y la explo-
tación de recursos y la relación entre el prefecto y las elites
regionales. Son lo suficientemente amplios y flexibles como
para poder advertir cambios y persistencias, avances y estanca-
mientos en el proceso de construcción de Loreto como espacio
político.

construcción hasta el final de la República Aristocrática. La dificultad que


entraña la localización y consulta de los documentos sobre los que construir
su historia hacen más valiosos los trabajos sobre Ayacucho (Sala i Vila 1995 y
Gamarra 1996) o el Cuzco (Sala i Vila 1998).

412
Martínez Riaza • Política regional y gobierno de la Amazonia peruana

3.1. Tanto por hacer... Buenas intenciones y precariedad


de medios durante el Segundo Militarismo
La lealtad debida no fue obstáculo para que los prefectos del
Segundo Militarismo denunciaran el abandono en que se halla-
ba sumido el Departamento, la falta de atención por parte del
poder central, más preocupado por afianzarse en espacios polí-
ticos más comprometidos. Si su autoridad no se vio cuestiona-
da fue porque no se conformaron otras alternativas con pujan-
za para hacerlo, y por ello su gestión transcurrió sin grandes
sobresaltos y la sucesión se produjo sin alteraciones. Dejados
prácticamente a sus propias fuerzas, sin medios y a veces sin
directrices, los hubo que sin embargo desarrollaron líneas de
actuación acordes con las tareas derivadas de su cargo.

3.1.1. Reconocimiento y apropiación del territorio: fronteras


internas y vías de comunicación
Con cobertura política sobre un departamento constituido y
demarcado desde 1868, los prefectos coincidieron en el desco-
nocimiento sobre un territorio tan extenso como escasamente
poblado, aislado tanto del resto del país como interiormente. 26
Tres de ellos se ocuparon específicamente de los cambios nece-
sarios en la demarcación de Loreto, de los ajustes en las fronte-
ras internas en aras de su gobernabilidad. Basagoitia lo hizo
basándose en un criterio que antepuso a otros, la conexión con
el Pacífico a través de los ríos. La división existente, basada en
la "armonía topográfica", debía ser sustituida por otra que
atendiera a las facilidades de comunicaciones y relaciones de
los pueblos que formaban las provincias con los centros respec-
tivos, y "[ ... ] el curso de las principales arterias fluviales del
Marañón continuado por el Amazonas, el Huallaga y el Javarí
es la única base posible para una demarcación política racional

26 Desde 1886, la Sociedad Geográfica de Lima trabajó por encargo de suce-


sivos gobiernos en tareas de exploración, cartografía y nuevos proyectos de
demarcación. Algunos de sus miembros activos fueron prefectos de Loreto.
Dos de ellos, Samanez Ocampo y Palacios Mendiburu, durante este período.

413
HVTORICR XXIII.2

del Departamento [... ]" (Basagoitia 1889). Palacios Mendiburu


cumplió con las instrucciones recibidas al hacerse cargo de la
Comisión Especial y argumentó la conveniencia de remodelar
la ordenación del territorio fronterizo con Brasil, trasladando la
capital del distrito de Loreto a Caballococha, población a la que
dedicó un exhaustivo y modélico estudio (Palacios Mendiburu
1891a: 12-21). La propuesta de Rivera atendía a los cambios
reales que se habían producido en la distribución de la pobla-
ción en los últimos años (Rivera 1895: 36-39). En cuanto a los
límites con los vecinos, las relaciones no fueron formuladas en
términos de fricción. Las memorias denotan su preocupación
por la negociación de acuerdos comerciales con Brasil (en 1895
se ratificó y canjeó el Tratado de Comercio y Navegación) para
regular situaciones de hecho, y ejerciendo su autoridad, devol-
ver a Loreto recursos que le correspondían.
Porque el desarrollo del Departamento -insistían- no re-
vertía como debiera en el de la República, y los intercambios
humanos y económicos se producían a través de los puertos
amazónicos de Manaos y Pará. 27 Los prefectos advirtieron al
gobierno de las consecuencias que a distintos niveles se deriva-
ban de la consolidación de este eje que conducía a Europa y a
los Estados Unidos y daba la espalda a Lima. ¿Cómo romper el
aislamiento que incluso ponía en cuestión la peruanidad de Lo-
reto? Sin duda mediante las comunicaciones. Siguiendo las co-
rrientes dominantes sobre la incorporación de territorios de
frontera, los prefectos establecieron una relación estrecha entre
la peruanidad de la Amazonia y la vinculación con Lima. Algu-
nos como Basagoitia y Rivera cimentaron su discurso y su polí-
tica sobre esta necesidad imperiosa. El primero consideraba
perentorio, "[. .. ] estrechar los lazos de unión nacional con la
capital y los centros de la República por medio de una o más
vías de comunicación que pongan en un rápido contacto a los
peruanos del Amazonas con los del Pacífico, a efectos de que la

27 De hecho la ruta más habitual para llegar desde Lima a !quitos pasaba
por Panamá, Barbados, Pará y Manaos con variaciones que llevaban a Nueva
York. Samanez Ocampo y Basagoitia ofrecen dos minuciosas crónicas del
viaje.

414
Martínez Riaza • Política regional y gobierno de la Amazonia peruana

autoridad general pueda hacer extensiva hasta aquí, con pron-


titud, su influencia paternal y progresiva para que el senti-
miento de la común nacionalidad sea más íntimo y solidario
[... ]" (Basagoitia 1888a: f. 5); mientras, Rivera justificaba accio-
nes concretas con un discurso genérico: "[ ... ] Las vías de comu-
nicación son sin duda las arterias de vida por las cuales los
pueblos cambian la savia de su existencia, que los robustece y
vigoriza; sin ellas viven estancados y privados de los benéficos
resultados de la ley del progreso [... ]" (Rivera 1895: 17).
Pero, en lo que a la Amazonia se refería, los términos de
comparación con otros casos como el de Argentina o los Es-
tados Unidos eran difíciles de establecer. No era semejante la
relación entre espacios vacíos y población autóctona, y en el
Oriente la utilización y tendido de redes de transporte estaban
supeditados a un medio físico difícil de doblegar. Los prefec-
tos fueron conscientes de que sus posibilidades eran limitadas
y dependían de la financiación de las Municipalidades y de
la Junta Departamental. Por eso, lejos de aventurar proyectos
irrealizables, sus propuestas se concretaron en la vialidad flu-
vial y en la puesta a punto de caminos ya existentes junto al
trazado de otros nuevos. El mayor avance de este período fue
el de la construcción de un camino que uniera Yurimaguas y
Moyobamba auspiciado por Palacios Mendiburu en 1890 (Pala-
cios Mendiburu 1891a: 33-35) y cuya ejecución impulsó Rivera
con el concurso de fondos de las Municipalidades (Rivera 1895:
16-19). Era el modo de potenciar la vía del norte y la conexión
de Loreto con los departamentos de Amazonas (Chachapoyas)
y Cajamarca. La otra alternativa fue defendida por Basagoitia,
que apostó por la vía central mediante la utilización de un
triángulo con vértices en Huancabamba, Cerro de Paseo y Chi-
cla (ya en el Departamento de Lima), pero la conexión final con
!quitos pasaba inexorablemente por el curso de los ríos (Ba-
sagoitia 1889: s. f).
La utilización de las vías fluviales, de mayor envergadura,
entraba en la esfera de las competencias del gobierno central, y
pasaba por la introducción de una línea de vapores nacionales.
En 1885, "el Estado no tiene en esta región un solo buque de su
propiedad", atestiguaba Benjamín Medina (1885: f. 12), ya que

415
HVTOAICR XXIII.2

desde 1877 la navegación corría a cargo de la Compañía Flu-


vial Peruana, de carácter privado, que hasta 1883 controló tam-
bién la Factoría Fluvial. Las cosas no habían cambiado mucho
en 1889. Basagoitia informaba que los ríos, las únicas vías de
comunicación verdaderamente practicables que cruzaban el
Departamento, estaban servidos por compañías brasileñas y
por el vapor nacional Huallaga, perteneciente a la firma Linares,
Arévalo y Co. establecida en !quitos (Basagoitia 1889: s. f). El
ferrocarril no se atisbaba aún en el horizonte.

3.1.2. Poblamiento y explotación de recursos. Las veleidades


del caucho. Indígenas e inmigrantes
La relación desequilibrada entre población y recursos, en la que
coincidían los principales analistas y a la que achacaban en
buena medida la ralentización del progreso del Perú se hacía
notar, aun con más crudeza, en las regiones amazónicas, y las
autoridades de Loreto así lo percibieron. Para entender en sus
dimensiones la complejidad del problema habría que manejar
al menos cuatro elementos estrechamente relacionados: la ex-
plotación del caucho y sus secuelas, la falta de población que
se dedicara a la actividad agrícola y ganadera, la consideración
económica y política de la población indígena, y por fin la con-
vocatoria a la inmigración como factor indispensable para
avanzar por el camino de la modernización. Será en la siguien-
te etapa cuando se produzcan los cambios más notables, pero
aquí, como en las otras variables que se vienen rastreando, los
prefectos fueron ya conscientes del profundo calado del asunto.
En 1885 Medina atribuía a la falta de brazos el escaso desa-
rrollo de la agricultura y ganadería en Loreto. Apenas dos pro-
ductos, el tabaco (que se exportaba al Brasil) y la caña de
azúcar, le eran dignos de mención, amén del caucho, al que se
refería, antes que por su valor económico, como factor distor-
sionador de la vida de la población indígena: "[ ... ] el número
considerable de indios útiles constituidos de pueblos y caseríos
florecientes, hoy no son ni sombra de lo que fueron porque se
han ido diseminando, huyendo a los lagos y afluentes de los

416
Martínez Riaza • Política regional y gobierno de la Amazonia peruana

diversos ríos [... ] y emigrado al Brasil donde son contratados


como esclavos [... ]" (Medina 1885: f. 12).
Sus sucesores incorporarían nuevos argumentos. El caucho
producía sin duda riqueza, pero ésta debía ser ordenada y con-
trolada. Su explotación, en un efecto dominó, estancaba o dis-
paraba a otros sectores de la economía. El conocimiento cerca-
no y largo en el tiempo que Reyes Guerra tenía de la región le
concedía una especial credibilidad. El Informe de su visita por
el Bajo Amazonas dejaba poco margen a la especulación. El
cautchuc estaba suponiendo un poderoso elemento de progreso,
y había llevado la vida a la selva atrayendo hacia !quitos
población y actividad comercial. Pero junto á los indudables
beneficios que producía había originado perjuicios de índole
variada, había monopolizado el sector exportador y se explota-
ba de una manera devastadora, no como en la India donde se
cultivaba. Pero sobre todo resaltaba los efectos sobre los indíge-
nas, que se veían desplazados a la fuerza de su hábitat, someti-
dos al cruel sistema de la habilitación, que describía en detalle.
Adoptó una actitud paternalista y siguió, aunque moderada-
mente, las tendencias positivistas dominantes al atribuirles ig-
norancia, sumisión, y docilidad.
[... ] la servidumbre de los indígenas, es la más punzante enfer-
medad de estas regiones; víctimas de la más deplorable igno-
rancia, sin conocer de la civilización otra cosa que los excesos de
los que de ella disfrutan, no gozan de esa soberanía inalienable
en el hombre, de disponer de su persona[ ... ]. El indígena [... ]no
tiene nada en este mundo, sino obediencia pasiva, resignación
absoluta [... ]. (Reyes Guerra 1886b: f. 2)

Cinco años más tarde retornaba al gobierno, y para rodear a


los indígenas "[ ... ] de las garantías a que tiene legítimo derecho
con medidas protectoras y benévolas [... ]", mediante una
Resolución de 25 de marzo de 1891 ordenaba a los subprefectos
que organizaran una policía especial, "conforme a la índole de
las distintas agrupaciones indígenas" porque
Importa mucho al bien del país y a la cultura nacional que la
autoridad se preocupe seriamente, con enérgica voluntad, cora-

417
HVTORICA XXIII.2

zón elevado e incansable perseverancia de la suerte, hoy bastan-


te desventurada de nuestras poblaciones indígenas, como asun-
to de orden interno, de humanidad, de interés social, de conve-
niencia política y de buen gobierno. (Reyes Guerra 1892: f. 21) 28

La expansión del caucho contrastaba con la escasa produc-


ción agrícola, limitada a unas cuantas haciendas azucareras,
además de los cultivos que servían de subsistencia a los indios.
Faltaba una "clase media" (es su expresión) productiva que se
arraigara a la tierra y la trabajara. Por eso, y al margen de los
inmigrantes que sin control se asentaban en !quitos, era indis-
pensable que "La República, si ha de contribuir al engrandeci-
miento de estos lugares provoque la inmigración espontánea
de familias extranjeras, proporcionándoles todas esas facilida-
des que los pueblos cultos les acordaron siempre [. .. ]" (Reyes
Guerra 1886b: 17).
La función dinamizadora de la inmigración fue no solo asu-
mida sino también llevada al terreno de lo práctico por
Palacios Mendiburu que, tras una exhaustiva labor de reconoci-
miento, decidió que el pueblo de Caballococha reunía las con-
diciones idóneas para el establecimiento de colonias agrícolas.
Era un decidido partidario de que llegara a Loreto una gran
corriente, dirigida y selecta, que a la vez que inyectara "nueva
y poderosa savia" y "aprovechase los innumerables veneros de
riqueza", coadyuvase a convertir a las tribus "[ ... ] en agrupa-
ciones humanas, que tengan los mismos derechos y obligacio-
nes que todos los peruanos [... ]" (Palacios Mendiburu 1891a:
14-15).
Tras dejar la Prefectura, continuó preocupado por el futuro
de Loreto. En julio de 1892 pronunciaba una conferencia en la
Sociedad Geográfica de Lima, sobre la Colonización de Loreto (que
El Comercio publicaría el 16 de noviembre) rica en referencias
geográficas y con descripciones sobresalientes acerca de la
sociedad y la economía del Departamento. Particularmente sen-

28 Los prefectos no hacen referencia a un marco legal para el gobierno de


los indígenas. De nuevo será una cuestión que planeará en la etapa posterior
y que se tratará en la legislación sobre terrenos de montaña.

418
Martínez Riaza • Política regional y gobierno de la Amazonia peruana

sible a los problemas de la población se extendía en considera-


ciones sobre los salvajes, una de las tres categorías que distin-
guía en la sociedad loretana (las otras serían los i11dios cate-
quizados y que vivían en pueblos, y la clase directora compuesta
por el cruzamiento de los españoles con extranjeros de todas
las nacionalidades) (Palacios Mendiburu 1892: 274-275). Los
salvajes constituían una raza i11jerior, vivían en el interior de los
bosques, independientes de la civilización y ",aún más atrasa-
dos que las tribus más atrasadas de Asia y Africa" (Palacios
Mendiburu 1982: 287). Atribuía a la explotación de caucho un
papel muy particular en la civilización del indígena plantean-
do una tesis cuanto menos controvertida: los salvajes no eran
aptos para la agricultura, pero sí muy cotizados por los cau-
cheros que los utilizaban mediante la correría, procedimiento
cruel "[ ... ] que hiere todas las fibras de nuestra sensibilidad;
pero hay que reconocer el auxilio poderoso y rápido que
presta a la civilización [... ]" (Palacios Mendiburu 1982: 389).
Cosa bien distinta era la colonización, para la que era in-
dispensable el concurso de la inmigración. Para atraerla hacía
una singular propuesta: utilizar como señuelo, no el caucho,
sino el oro que abundaba en el lecho de los ríos amazónicos. El
Estado podía contribuir al fomento de una poderosa corriente
de inmigración espontánea dando facilidades para que se crea-
ra una Sociedad que se aventurara por ese camino, autorizando
a los cónsules para dar pasaje gratis -hasta determinada suma
anual- a todas las familias que lo solicitaran, organizando en
!quitos una comisión que recibiera a los inmigrantes, y por fin
disponiendo que se derivaran rentas que generaba Loreto para
tal fin. Palacios adjuntaba un plan concreto y minucioso de
gastos, deduciendo que la introducción y asentamiento de mil
inmigrantes ascendería a un total de 54.200 soles (Palacios
Mendiburu 1982: 295-304).
Habría que recordar que el debate que se generó en el Perú
en torno a la conveniencia de la inmigración extranjera, su
modalidad (espontánea o dirigida) y su procedencia, se mate-
rializó en una legislación que después los gobiernos no tuvie-
ron capacidad para ejecutar. La Ley de 28 de abril de 1873 sir-
vió de cobertura a la política inmigratoria de la República, pero

419
HVTORICA XXIII.2

no atendía a las condiciones específicas de la montaña. La pro-


mulgada el 14 de octubre de 1893 por el gobierno de Remigio
Morales Bermúdez trataba de ajustarse a los nuevos tiempos al
declarar inmigrantes a los extranjeros de raza blanca, menores
de sesenta años y mayores de diez, en posesión de un certifica-
do consular expedido en sus lugares de origen por los repre-
sentantes peruanos. El gobierno se hacía cargo de una tercera
parte del pasaje hasta el destino final, tanto del inmigrante
como de su familia, y se ocupaba de su manutención durante
tres meses en el lugar de asentamiento, proporcionándole
herramientas y semillas para el cultivo de la tierra (Bonfiglio
1986: 98-127; Contreras 1994: 16-17). Rivera se hizo eco de la
buena voluntad de los altos poderes al tomar en cuenta el caso
de Loreto, pero contra lo que la ley disponía, reivindicó gestio-
nar, en lugar de la Junta Departamental, todo lo relacionado
con la inmigración, y más específicamente, la suma de 10 000
soles aprobada para el Departamento (Rivera 1895: 36).

3.1.3. Gobierno y elites regionales: no hay hombres


preparados. La centralidad de !quitos
La conformación de elites regionales en un departamento que
se transformaba acelerada y desequilibradamente, se conoce
solo parcialmente. Iquitos capitalizó su situación privilegiada
convirtiéndose en el centro de poder aún antes de ser designa-
da capital política (9.11.1897). Según los recuentos de los pre-
fectos, encargados de elaborar los censos, en el crecimiento
demográfico de Iquitos la población llegada desde otros luga-
res del país fue siempre superior a la no peruana. 29 Esto lleva a
concluir que los oriundos de largo arraigo constituían un por-

29 Genaro Herrera proporciona una secuencia histórica utilizando los


censos de los prefectos. El Censo General del Perú de 1876 daba al puerto
1.474 habitantes; el prefecto José Reyes Guerra "en su memoria administrati-
va de 13 de mayo de 1886" (se refiere en realidad al Informe de la Visita por
el Bajo Amazonas; la memoria es de 26.6.1886) le adjudicaba más de 4 000
habitantes. Su sucesor Benigno Samanez Ocampo hacía una valoración glo-
bal atribuyendo a !quitos un total de entre 6 y 7.000 habitantes de todas las
nacionalidades, en su mayoría peruanos. El prefecto Samuel Palacios Men-

420
Martínez Riaza • Política regional y gobierno de la Amazonia peruana

centaje pequeño en comparación a lo que, refiriéndose a la


selva central, Santos y Barclay han denominado colonos pioneros
(Santos y Barclay 1995: 331-341). Gentes de otras procedencias
(sobre todo de La Rioja, Chachapoyas, Cajamarca, Tarapoto y la
capital originaria, Moyobamba) se asentaron en !quitos y su
hinterland y asumieron la causa de Loreto, porque en ello les
iba su suerte. 30
Cualquier aproximación al conocimiento de los cambios por
los que pasó !quitos quedaría incompleta sin la información
proporcionada por los prefectos. Desde su atalaya fueron testi-
gos de la febril actividad que se apoderó de la ciudad, de su
conversión en una Babel en la que se concentraron gentes de
las más variadas procedencias, del surgimiento de fortunas que
establecieron negocios y construyeron grandes mansiones, de
la conformación de una sociedad más comprometida con inte-
reses inmediatos que con una filiación patriótica. Los prefectos
se toparon con una realidad que ellos contribuyeron a consoli-
dar: la centralidad de !quitos. De todos ellos solo Reyes Guerra
sentó sus bases en Moyobamba, su ciudad natal, aunque su
primera actuación tras asumir el puesto fue realizar una visita
por el Bajo Amazonas, reconociendo así su preeminencia (Re-
yes Guerra 1886b).
El perjuicio para Moyobamba fue irreversible. Las quejas de
la Junta Departamental fueron recogidas en 1891 por el subpre-

diburu mandó levantar un censo del puerto (4.2.1890), muy imperfecto


porque no considera la población flotante, que resulta en una población total
de 3 023 habitantes, 2 821 peruanos y 202 extranjeros (Herrera 1903: 182-183).
30 Santos y Barclay analizan la constitución de la selva central en espacio

regional señalando cómo la identificación con la región es especialmente


notable entre los colonos pioneros, descendientes de los inmigrantes euro-
peos del siglo XIX que consiguieron un lugar preeminente en la sociedad y
economía del espacio en que se afincaron y que han mantenido el orgullo de
descender de esos colonos pioneros. En el análisis, aún limitado, de la socie-
dad loretana, son aportaciones estimables los trabajos de Barclay (1998) y
Lausent (1996). El modelo que elabora Haring (1986) para caracterizar a la
burguesía regional de la Amazonia peruana entre 1880 y 1980 a partir de una
tipología de familias, adolece de la falta de fuentes documentales que lo sus-
tenten.

421
HVTORICR XXIII.2

fecto Madueño, que presentaba al prefecto Reyes Guerra el pa-


norama desolador de una capital que no contaba con médico,
ni juez de primera instancia, ni edificios públicos, ni alumbra-
do, ni un registro que permitiera conocer el movimiento comer-
cial y en la que desde la guerra con Chile había descendido la
actividad Rroductiva que giraba en torno a la producción de
sombreros. 31 Demandaba la conexión mediante un camino con
Chachapoyas en el departamento de Cajamarca. Al final del
período Rivera, que llevaba más de veinte años operando en
!quitos, defendía sin ambages que se le adjudicara la capitali-
dad. Según reportaba, Moyobamba era una ciudad en decaden-
cia y lejana mientras !quitos

[... ] concentra las fuerzas de policía y gendarmería, es la ciudad


más populosa, centro de comercio e industrias, fuente de rentas
departamentales y lugar de residencia de las principales oficinas
[... ] yo no puedo subordinar a intereses muy pequeilos, los gran-
des intereses de la nación, cuya vigilancia únicamente puedo
ejercer en !quitos [... ]. (Rivera 1895: 66)

Las instituciones se convirtieron en escenario de pactos y 1o


conflictos en la medida en que al irse implantando y arraigan-
do fueron ocupadas por elementos asentados en el Departa-
mento, y básicamente en !quitos, que se sirvieron de ellas para
apoyar o contestar la política del Superior Gobierno que el pre-
fecto había de aplicar. La documentación disponible no siem-
pre permite discernir si algunas medidas llegaron desde Lima
o fueron arrancadas por exigencia de las elites. Con la creación
de la Aduana de !quitos en 1882, el gobierno central había da-
do un paso de gigante en el intento de regular el comercio que

31 La situación le afectaba personalmente porque su sueldo no se corres-


pondía con el que recibían los subprefectos del Cercado de otros depar-
tamentos. Madueño presentaba su informe en un documento sín título y
fechado en Moyobamba el 9 de julio de 1891, que aparece como anexo a la
Memoria del Prefecto de Loreto a la Direcció11 Ccllcml del Ramo. Lima: Imprenta
El Diario, 1891, 1-7. El interés, además de por los contenidos reivindicativos,
está en relación con la travectoria de Mariano José Madueño, un hombre con-
testatario que más tarde Úderaría el movimiento federalista de 1896.

422
Martínez Riaza • Política regional y gobierno de la Amazonia peruana

salía a través del Brasil y de instaurar un sistema elemental de


contribuciones. Desde entonces apareció como uno de los epí-
grafes repetidos en las memorias de los prefectos,32 y fue punto
de fricción entre los intereses del gobierno y de los grupos
regionales, generado en torno a la cuantía de los derechos y su
destino.
Durante el Segundo Militarismo leyes generales se ocupa-
ron del funcionamiento de las instancias regionales y locales.
En 1886 el gobierno de Cáceres aumentó las competencias de
las Juntas Departamentales en cuestiones esenciales como la
promoción de la instrucción primaria, las Sociedades de Bene-
ficencia y la formación de matrículas de contribuyentes. Debían
estar formadas por un delegado de cada provincia y presididas
por el prefecto. Las Municipalidades pasaron por una doble
reforma: la Ley de 14 de octubre de 1892 que establecía el su-
fragio directo para cargos municipales fue derogada por la de
11 de septiembre de 1893 que recortaba sus atribuciones en un
intento del Congreso, que la aprobó sin contar con el Ejecutivo,
de cooptar el poder municipal. A pesar de la distancia y el con-
siguiente aislamiento, los prefectos de Loreto trataron de seguir
y aplicar la legislación vigente, pero se toparon con dificultades
derivadas del poco control que tenían sobre los mecanismos de
poder en un departamento enorme y poco comunicado.
Las condiciones que encontró Medina en 1883 no podían ser
más precarias. Las instituciones no funcionaban, en buena
medida por la falta de hombres capacitados para ocuparlas, y
las pocas fuerzas de orden existentes eran más que suficientes
dada la "índole pasiva de los hijos y vecinos del departamen-
to". Dos decisiones políticas le concitaron el apoyo de las elites
de !quitos: la aplicación de la ley de marzo de 1883 dictada por
la Asamblea de Cajamarca que restablecía las Municipalidades

32 En algunas memorias aparecen datos pormenorizados de productos y


cuantía de los aranceles por lo que no deben ser despreciadas si se pretende
elaborar una historia económica del Departamento que no solo se ocupe del
caucho. De la Flor en su estimable estudio sitúa la preocupación del gobierno
peruano por el caucho en la década de 1890 (1989: 15-25). Las memorias de
los prefectos, que no utiliza, la adelantan a la década de 1880.

423
HVTORICfl XXIII.2

a las que su predecesor Terry se había opuesto por considerar-


las "un poder, además de inútil, invasor de lo que él llamaba
sus facultades", y la reducción de las tasas por derechos de
exportación establecidas en 1882 y que habían provocado el re-
sentimiento de quienes hasta entonces no habían pagado al fis-
co contribución alguna (Medina 1885: f. 10).
El contrapunto que ofrecen los dos gobiernos de Reyes Gue-
rra permite la comparación. Fue un firme promotor de la acti-
vidad institucional y en su primera gestión avanzó en varias
líneas. A pesar de gobernar desde Moyobamba entendió la ne-
cesidad de reformar la Aduana de !quitos, cuyos ingresos no
cubrían siquiera las nóminas de los funcionarios y empleados
públicos, y también propuso el arrendamiento de la Factoría
Naval que estaba en estado calamitoso (Reyes Guerra 1886b:
13); fomentó las tareas de la Municipalidad constituida por
"hombres de consideración" y le concedió, con el beneplácito
de los vecinos pero no de otros Concejos Provinciales, la admi-
nistración del impuesto sobre la goma elástica para dedicarlo
a gastos de instrucción (Reyes Guerra 1886b: 16). En una pers-
pectiva más general, en su memoria de 1886 apuntaba que los
subprefectos llevaban bien los asuntos, y el mayor problema
estaba en los gobernadores de los distritos, que no estaban ren-
tados y que, fuera de control, utilizaban el cargo en beneficio
propio. En 1892 constataba que se había avanzado en varios ra-
mos como el de justicia, ya que el Departamento contaba con
dos jueces de primera instancia (uno de ellos Genaro Herrera,
que se desempeñaba en las provincias de Moyobamba, San
Martín y Huallaga). Más que desear dejaba la organización
municipal; los Concejos Municipales no estaban constituidos, a
pesar de que se habían celebrado elecciones con libertad y ga-
rantías porque "[ ... ] faltan ciudadanos de algún discernimiento
y aptos por voluntad y corazón para ejercer en cada localidad
las funciones comunales [... ]". Tuvo que intervenir en un con-
flicto interno que supo entender en lo que tenía de juego de
intereses regionales. Se produjo tras el nombramiento como
subprefecto del Bajo Amazonas del Sr. Benavides, qu2 resultó
ser jefe de un grupo que se proponía "trastornar el orden pú-
blico" propagando "ideas disociadoras", por lo que el Concejo

424
Martínez Riaza • Política regional y gobierno de la Amazonia peruana

Provincial intervino sustituyéndolo por el sargento mayor Pe-


dro Ignacio Rossel, que expulsó a Benavides. Todo ello sin con-
tar con el prefecto que tomó cartas y designó a un tercer hom-
bre, el teniente coronel Emilio Vizcarra, dejando en evidencia
quién tenía la máxima autoridad (Reyes Guerra 1892: ff. 20-
32).33
Había precedentes. Basagoitia, que no contaba con la expe-
riencia de Reyes Guerra, había expuesto los obstáculos encon-
trados en la consecución de sus objetivos generales, que eran
síntoma de los desajustes propios de un departamento en el
que los cambios se producían más deprisa de le que el orden
administrativo podía asimilar. Uno de ellos era la actuación de
los gobernadores que funcionaban de forma autonómica y casi
independiente de la autoridad de cada subprefecto. En cumpli-
miento de la Ley de 4 de noviembre de 1887, se propuso depo-
ner a todos aquellos sobre los que hubiera quejas fundadas
(Basagoitia 1889: s.f.). En segundo lugar, trababa su gestión el
predominio absorbente que trataba de ejercer la provincia de
Moyobamba (que en realidad defendía su capitalidad no reco-
nocida de hecho por el prefecto que se asentó en !quitos) (Ba-
sagoitia 1888a: f. 2). Además tuvo que actuar enérgicamente
con un caso de corrupción que salpicaba al Concejo Municipal
de !quitos, algunos de cuyos miembros se estaban beneficiando
del contrabando de mercancías transportadas por el vapor bra-
sileño Araguay, castigando con severidad a los responsables
(Basagoitia 1888b).
Rivera añadía a casi toda una vida de residencia en la re-
gión la pericia en la gestión de asuntos públicos. Su larga per-
manencia al frente de la Prefectura coincidió con cambios muy
seguidos en la normativa que regía a los departamentos a dis-
tintos niveles. Tuvo que encargarse de aplicar la Ley de Mu-
nicipalidades de 1892 y dio cuenta de haber renovado los con-

33 Es importante destacar que estaban ya en el escenario político dos indi-


viduos que tendrían una actuación destacada en el movimiento federalista de
1896: Emilio Vizcarra, hombre de confianza de Reyes Guerra y que luego
sería prefecto del Departamento, y Mariano José Madueño, ahora subprefec-
to, luego uno de los líderes de la sublevación.

425
HVTOIUCR XXIII.2

cejos de las cinco provincias y sus respectivos distritos sin en-


contrar obstáculos dignos de mención. Pero, "[ ... ] cuando co-
menzaban a hacerse sentir los benéficos efectos de la ley men-
cionada se dictó la de 11 de septiembre de 1893 que derogaba
la anterior [... ]" (Rivera 1895: 27). Se produjo entonces una
situación de acefalía que le obligó a nombrar el 5 de enero de
1894 una Junta de Notables, es decir de hombres leales, en la
provincia del Bajo Amazonas.

3.2. En pos de la modernización. Proyectos y líneas de


actuación durante la República Aristocrática
Mientras Piérola sentaba las bases del nuevo orden,:>-! el levan-
tamiento autodenominado federalista en 1896 trastocó la relati-
va estabilidad política de Loreto durante el Segundo
Militarismo y la paz mantenida a lo largo de la guerra civil.
Entre abril de 1895 y agosto de 1898 cinco prefectos se sucedie-
ron -incluso se solaparon- en el puesto, sin tiempo ni condi-
ciones para desarrollar y consolidar líneas de actuación. El
Comisionado Especial y prefecto Rafael Quirós, una vez pacifi-
cado el Departamento, establecía el punto de inflexión entre la
antigua y nueva política amazónica al liquidar el tiempo pa-
sado con una dura crítica de la labor de sus antecesores y
avanzar para el futuro la adopción de fuertes medidas centra-
listas para un departamento excepcional,

[... ] no solo por sus condiciones locales que lo hacen muy diver-
so a todo lo que es costa y a todo lo que sea la sierra, sino por
su singular organización política, su primitiva organización

3 ~ La victoria de La Coaliciá11 sería pronto capitalizada por el civilismo. El

régimen centralista de Piérola a\'anzó en la institucionalización del Estado,


pero no pudo evitar que el civilismo ganara terreno a partir de 1899 y que en
1903 su candidato Manuel Candamo -y al año siguiente José Pardo- llega-
ra a la Presidencia (Manrique 1995: 202-203). El segundo civilismo supuso el
triunfo de un republicanismo conservador, de privatización de espacios polí-
ticos. La incapacidad para incorporar los cambios que se producían en el país
y la fragmentación interna favorecieron la transitoria experiencia de frente
multiclasista liderada por Billinghurst entre 1912 y 1914 (Me Evoy 1997: 376).

426
Martínez Riaza • Política regional y gobierno de la Amazonia peruana

administrativa, su sistema tributario absurdo y pésimamente


aplicado, y por último, sobre todo, por la funesta herencia que
ha recibido del pasado en que las autoridades eran dueñas ab-
solutas de esta localidad, sin que el Gobierno Supremo de la
República maliciase siquiera lo 3~e aquí se hacía diaria e impu-
nemente[ ... ]. (Quirós 1897-1899)"

Era un discurso eminentemente político que respondía por


una parte a la situación especial que acababa de superarse, y
por otra al giro que Piérola se proponía dar a los asuntos
públicos en el futuro. Sin embargo, en cuanto a lo que fue la
actuación de los prefectos en esta etapa, hay que resaltar que
de sus memorias se desprende que antepusieron a la mano
dura una preocupación real por mejorar las condiciones del
Departamento y que, sin relegar sus obligaciones como repre-
sentantes del Superior Gobierno, se dedicaron con intensidad
al desarrollo y progreso de Loreto.

3.2.1. Los avances en el reconocimiento y apropiación del


territorio. Fronteras internas y exteriores.
Las comunicaciones: el ferrocarril entra en escena
La República Aristocrática partía de un mejor conocimiento de
los espacios amazónicos gracias, en buena medida, a la acción
conjunta de instituciones públicas y privadas (Sociedad Geográ-
fica de Lima, prefectos e incluso caucheros). Pero sin duda, ésta
fue una etapa de avances, en la que el interés por la geografía
se vinculaba a las tesis positivistas que consideraban que la
nacionalidad se asentaba sobre el conocimiento, ordenación y
apropiación del territorio. Los prefectos no fueron hombres de
despacho; algunos -los más representativos- contaban con
experiencia adquirida en la gestión de otros departamentos y
con una bien ganada fama de exploradores de regiones amazó-
nicas. Fue constante su labor en pro de la consolidación de las
rutas peruanas que la mayoría utilizó para acceder al Depar-

33 Es un Informe fechado en Iquitos el 18 de diciembre de 1897 y dirigido


al ministro de Estado en el Despacho de Gobierno.

427
HVTORICR XXIII.2

tamento, postergando la vía por Panamá y Brasil. Para Capelo,


Portillo o Alayza Paz Soldán, ciencia y política habían de con-
verger en la consecución de una meta final: la transformación
de Loreto en un espacio político reconocido como tal dentro y
fuera de sus fronteras. 36
Los cambios de demarcación que afectaron a Loreto, supusie-
ron reajustes en el alcance de la autoridad del prefecto y una
recomposición de las fuerzas políticas regionales. 37 Por Ley de
13 de octubre de 1900 se creaba la provincia de Ucayali, aten-
diendo a "[ ... ] la gran extensión del departamento de Loreto y
el incremento de las poblaciones a orillas de los ríos orientales
[... ]" (Cavero Egúsquiza 1943: 39) y el prefecto Teobaldo Gon-
zález daba cuenta de la llegada del primer subprefecto Elizar
Portal. 38 Pero el cambio de mayor envergadura fue la creación
del Departamento de San Martín por Ley de 4 de noviembre
de 1906 a expensas de territorios loretanos (lo integraron las
provincias de Moyobamba, Huallaga y San Martín) y después
de un prolongado debate en el Congreso. Loreto quedó for-
mado por tres provincias: Alto Amazonas (Yurimaguas), Bajo
Amazonas (!quitos) y Ucayali (Contamana). Junto a argumen-

36 Se considera operativa la caracterización de espacio político como la


apropiación de un territorio por parte de una formación social organizada
para modelarlo en función de unos objetivos globales, obtener mediante
la explotación de sus recursos valores de uso y cambio, y detentar la sobera-
nía mediante el reconocimiento de la autoridad del Estado. Otra cuestión es
la utilización del concepto de regió11, más amplio, y en el que intervienen fac-
tores de origen natural además de Jos debidos a la acción del hombre. Loreto
forma parte de la región amazónica, en la que se diferencia la selva alta
(montaña) de la selva baja. La legislación no establecería esta distinción al
referirse a Jos terrenos de montaña, que eran aquellos bañados por el Ama-
zonas y sus tributarios.
37
En 1897 una comisión de la Sociedad Geográfica de Lima formada por
Melitón Carvajal, Pablo Patrón y Eulogio Delgado recibía el encargo de hacer
una nueva demarcación. El proyecto que presentaron al Superior Gobierno el
14 de septiembre de 1897 (y que no llegó ni a debatirse en el Congreso) divi-
día al país en dos grandes zonas: la oriental o no poblada y la occidental o
poblada. Boletí11 de la Sociedad Geográfica de Lima, VIII, nn. 0 4, 5, 6. Lima, vier-
nes 30 de septiembre de 1898, 193-237.
38 Fechado en Iquitos el 9 de abril de 1901. Al Director de Gobierno.
AGN. Prefecturas 1872-1956, n. 408.
0

428
Martínez Riaza • Política regional y gobierno de la Amazonia peruana

tos de carácter geográfico (excesiva extensión del Departamen-


to), pesaron razones de carácter político (la división permitiría
un mejor control y gobierno), y las presiones de las elites de
Moyobamba que habían perdido en 1897 las ventajas que lleva-
ba aparejada la capitalidad.
¿Cómo se manifestaron los prefectos al respecto? Mientras
las tendencias dominantes basculaban hacia la partición, Qui-
rós sustentaba en criterios económicos y políticos la convenien-
cia de unificar los departamentos de Loreto y Amazonas. Me-
diante esa fórmula se avanzaría en la incorporación de esos
territorios, ya que al actuar conjuntamente los gobiernos cen-
tral y departamental se acometería la construcción de rutas de
las que no podían hacerse cargo intereses privados. Abierta la
posibilidad de una comunicación regular entre !quitos y Cha-
chapoyas, sería ésta la que abastecería a la capital de productos
que en el momento llegaban del Brasil y de Europa (Quirós
1899: 308-309). Capelo esperó a terminar su misión para enar-
bolar la causa de la división de Loreto, presentando el 2 de agos-
to de 1901 un proyecto que se mantuvo durante años en el
alero, sometido a debates y a informes de expertos entre los
que estuvieron varios ex prefectos de Loreto (División 1904).39
Uno de ellos fue Pedro Portillo que, sobre el terreno, aducía
que antes que ocuparse de la frontera interna había que defi-
nir los límites con Brasil, Colombia y Ecuador. En cualquier
caso la insuficiente población, la ausencia de comunicaciones y
el nulo adelanto industrial de las provincias de San Martín,
Huallaga y Moyobamba desaconsejaban su desgajamiento (Por-
tillo 1902: 3).
A pesar de que estaba a punto de aprobarse la constitución
de San Martín, Hildebrando Fuentes no hacía ninguna referen-
cia en la memoria de 1905,40 lo que resulta aun más llamativo

39 Además de Capelo firmaba el Proyecto Juan M. Loli, senador por


Ancash. En los informes mencionados participaron Melitón Carvajal y los ex
prefectos Samuel Mendiburu, Alejandro Rivera (por la Sociedad Geográfica de
Lima) y Pedro Portillo.
-lO Las referencias concretas a la memoria de Hildebrando Fuentes (1905)
remiten a la copia de Larrabure i Correa, no a la que se conserva en la
Biblioteca Nacional del Perú.

429
HVTORICR XXIII.2

si se tiene en cuenta que tenía información de primera mano


remitida desde Tarapoto por Jorge Tola, subprefecto de la pro-
vincia (Larrabure i Correa XV, ¿1909?: 560-568). Por fin, Alayza
Paz Soldán, cuando se le pidió opinión sobre la posibilidad de
que se creara una nueva provincia, la del Yavarí, con los distri-
tos de Caballococha, Nazareth, Loreto, Yaquerana y Putumayo,
en un informe detallado firmado en !quitos el 26 de septiembre
de 1910, respondía que era más eficaz reforzar la administra-
ción y defensa de las ya existentes (Alayza 1960: 109-112).
Lejos de debilitarse, durante la República Aristocrática se
consolidó la ruta del Atlántico. El Amazonas era un contrincan-
te demasiado poderoso, Manaos y Pará eslabones demasiado
fuertes, la Compañía británica Booth una empresa bien asenta-
da. Los prefectos se esforzaron en abrir alternativas que no lle-
garían a cristalizar. Capelo era un hombre curtido en esas lides.
Su formación como ingeniero y la experiencia reciente en la
selva central se tradujeron en una intensa dedicación a todo lo
que tuviera que ver con la integración territorial. Empleó cin-
cuenta días de los cinco meses de su Prefectura en navegar por
los ríos del Departamento, y complementariamente encargó a
Pablo Villanueva una visita por la región fluvial y a Teobaldo
González otra por las provincias de Huallaga, San Martín y
Moyobamba (Capelo 1900a: 21). 41 El éxito obtenido por su pro-
yecto sobre la Vía Central le llevó a propiciada para conectar
!quitos y la costa del Pacífico. 42 En sus planes entraba de lleno
el ferrocarril y contaba con el apoyo del ministro de Fomento
Enrique Coronel Zegarra (15.12.1899 a 7.8.1900) que más tarde
defendería el ferrocarril de Paita al Marañón (Martínez Riaza
1998b: 119-123). Se trataba de:

41
Pablo Villanueva residía en !quitos y era socio correspondiente de la
Sociedad Geognífica de Lima. Publicó "Fronteras de Loreto" en el Boletín de la
Sociedad Geográfica de Lima, XII, trimestre 4. Lima, miércoles 31 de diciembre
de 1902,361-479, y XIII, trimestre l. Lima, martes 31 de marzo de 1903,30-54.
42
Joaquín Capelo. Memoria sobre el camino del Pichis m el a~io 1892. Pre-
sentada a la Direcció11 de Obras Públicas por el lngelliero Inspector_ _ . Lima:
Imprenta Liberal de Francisco Masías y Cía., 1893; y Memoria sobre los estudios
definitivos del camino del Pichis prese11tada a la Direcció11 de Obras Públicas por el
lngelliero __ . Lima: Imprenta del Estado, 1983.

430
Martínez Riaza • Política regional y gobierno de la Amazonia peruana

[... ] completar la viabilidad de este Departamento, darle el servi-


cio fluvial de vapores del que carece; hacer habitables sus pobla-
ciones, colonizar ampliamente sus montañas que ocupan dos
terceras partes del Perú; y por fin garantizar el capital que de-
mande la construcción de un ferrocarril que debe venir de Puer-
to Bermúdez a buscar el empalme con el del Callao a La Oroya,
y que solo demandaría construir línea en 350 kilómetros de difí-
cil ejecución[ ... ]. (Capelo 1900a: 18)

Fue además un hombre práctico que hizo cuentas y desglo-


só los presupuestos departamentales para destinar al proyecto
un porcentaje de las rentas de la Aduana provenientes de los
derechos de exportación de gomas. Entre tanto estableció la
conexión telegráfica a Puerto Bermúdez y estudió las distintas
posibilidades de un servicio de correos eficaz, teniendo en
cuenta que la vía de Yurimaguas a Moyobamba era la más co-
rriente pero estaba sometida a irregularidades, la vía central
quedaba reservada a las comunicaciones oficiales por ser la
más segura y la de Panamá era la más lenta pero la más barata
y confiable. (Capelo 1900a: 11).
Teobaldo González accedió al cargo en Moyobamba y en el
camino a !quitos visitó las provincias de San Martín y Alto
Amazonas. Consiguió regularizar el servicio de correos entre
Chachapoyas y Moyobamba, de ahí a Yurimaguas (que se reali-
zaba "a espaldas" cada diez días) y finalmente a !quitos (en
lanchas particulares) (González 1901: 13). Le preocupaba la
suerte de los territorios lejanos de Yavarí y lo que sobre su
futuro pudieran tramar Brasil y Bolivia, pero sobre todo la pe-
netración de los ecuatorianos, "[ ... ] pues aun cuando esta na-
ción no hace nada por la fuerza ni tampoco con descaro, viene
por nuestros ríos limítrofes invadiendo el territorio nacional,
valiéndose para ello del paso lento, pero firme del ministerio
jesuita [... ]" (González 1901: 15).
La contribución de Pedro Portillo a la incorporación de la
Amazonia tuvo dos escenarios preferentes, Ayacucho y Lo-
reto.43 Viajó desde Lima a !quitos por la vía del Pichis y en

43 Pedro Portillo. Las montaiias de Ayacucho y los ríos de Apurimac, Mmztaro,

Ené, Percné, Tambo y Alto Ucayali. Lima: Imprenta del Estado, 1901.

431
HVTORICA XXIII.2

diferentes momentos surcó los ríos Marañón, Amazonas, Ya-


varí, Putumayo, Napo, parte baja de los ríos Tigris, Morona,
Pastaza, Cangaza, Apaca, Potro y Cahuapanas, Bajo Ucayali,
Tamaya, Alto Yurúa, Pachitea y Pichis. Consideraba que el pro-
greso de una región dependía de su conocimiento y utilizó los
resultados de sus expediciones para avanzar en la cartografía y
tratar adecuadamente los problemas de gobierno y fronteri-
zos.44 Contó con la colaboración del Centro Geográfico de !quitos
instalado el 26 de julio de 1902 con el objetivo inmediato de
elaborar un mapa y una monografía sobre el Departamento
que se editó en 1906.45
Desde su posición privilegiada, presentó a la aprobación del
gobierno un plan general de comunicaciones indicando tres vías
posibles de conexión entre !quitos y el Pacífico: la del norte por
el Pongo de Manseriche que uniría Loreto con Piura, Caja-
marca y Amazonas; la del centro por el Mairo, conservando la
vía central o del Pichis; y la del sur o Perené (Portillo 1902: 18-
19). Atrapado por el sueño del ferrocarril, en 1903 se unía a las
peticiones de una vía que uniera Piura con Puerto Meléndez en
el Alto Marañón; "[ ... ] tendríamos fácil salida para nuestros
productos, sin necesidad de verificarlo por el Brasil, y se im-
pondría nuestro comercio, independizándonos de la especie de

+1 En un despacho al director de Fomento firmado en Iquitos el 20 de


octubre de 1901 daba cuenta de sus actuaciones en este campo que entraban
de lleno en su deber de propender al adelanto y progreso de esa sección
territorial. AGN Prefecturas 1872-1956, n.o 52.
45 Dependía de la Sociedad Geográfica de Lima y entre sus miembros funda-
dores había funcionarios del Estado (Enrique Espinar y Eduardo Raygada) y
hombres notables de la sociedad de Iquitos (Benito Lores y Genaro Herrera).
Su fundación suponía el reconocimiento de la importancia de la región que
debía ser atendida in situ. Así lo expresaba el presidente de la Sociedad Geo-
gráfica de Lima Eulogio Delgado en la memoria de 1902. Boletín de la Sociedad
Geográfica de Lima, XII, trimestre 1, martes 31 marzo 1902, p. 23. Los resulta-
dos de la empresa cartográfica de Portillo se dieron a conocer en el Mapa de
Loreto corregido y aume11tado con los estudios de los Sres. Espinar, Buenmio, Ma-
vila, Zamla, Donayre, Von Hasse/ y otros. Mandado verificar por D. Pedro Portillo
durante su administración e11 los mios 1901 a 1904. Trazo y dibujo de los cartógrafos
Hoemper, Baluarte y Vallejos. Lima: Litografía y Tipografía Carlos Fabri, 1906.
BNE. SG. M. 26v.

432
Martínez Riaza • Política regional y gobierno de la Amazonia peruana

tutela que ejerce este país con nosotros [... ]" (Portillo 1903:
20). 46 A pesar de las instrucciones que recibió antes de viajar a
!quitos de no suscitar problemas con los vecinos y tratar de
respetar la situación de hecho, se vio involucrado de lleno en el
conflicto con Ecuador. Tras retirarse del río Aguarico y reple-
garse al Curaray, tuvo que combatir en Angoteros (1903) y
Torres Causana (1904) para contrarrestar incursiones ecuato-
rianas.47
El gobierno de Fuentes apuntaló logros anteriores, y avanzó
con la instalación de una oficina de cartografía para actualizar
el mapa del Departamento, y la reparación y puesta a punto de
la Flotilla del Estado que seguía compuesta por las mismas
cuatro unidades que venían operando en el Purús (Cahuapa-
nas), Yurúa (!quitos), Putumayo (Veloz) y Masisea-Puerto Ber-
múdez (Pizarra) (Fuentes 1905: 57-58). Afianzó igualmente la
presencia del Perú en zonas fronterizas aprovisionando las
comisarías de los ríos (creó las de Tigre y Pastaza) y reforzando
el poblamiento del caserío de Leticia en la frontera con Brasil
(Fuentes 1905: 47). En lo referente a los caminos apoyó los tra-
bajos en curso del ingeniero Samuel Young para transformar en
ruta de cabalgadura el camino de cabras entre Moyobamba y
Balsapuerto; más allá de eso, y en la tónica realista que siguió
en sus actuaciones, emprendió la construcción de una trocha de

46 Como sus predecesores, Portillo hacía notar que el comercio de !quitos


con el exterior se hallaba monopolizado por la línea de vapores británica
Booth que hacía el servicio hasta Liverpool. El 23 de septiembre de 1903
inauguró el muelle flotante de !quitos que la Booth había construido.
47 Pero fue el Ministerio de Relaciones Exteriores su interlocutor en estas
materias que apenas trató en las memorias administrativas. Es por tanto el
Archivo de Limites el que conserva la documentación al respecto. Los por-
menores de los incidentes fueron relatados por Portillo en Acontecimientos rea-
lizados col! los ecuatoriaHos, colombianos y brasileíios el! los Ríos Napa, Putumayo,
Yurúa y Purús e11 los mios de 1901 a 1904 sie11do prefecto del Departame11to de
Loreto el coro11el _ . Lima: Imprenta Tipográfica Panóptico, 1909. Eran años
del Arbitraje de la Corona española en el conflicto y eso explica la razón por
la que se encuentra en el Archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores de
España un documento manuscrito firmado por Portillo el 6 de abril de 1905,
Dista11cia de !quitos a las cabeceras del Putumayo. Serie Tratados Arbitrajes. Leg.
474.

433
HVTORICR XXIII.2

50 a 60 kilómetros para unir Puerto Meléndez y el Nieva


(Fuentes 1905: 46). Consiguió un funcionamiento regular del
servicio de correos a Moyobamba, pero no pudo hacer otro
tanto con el de telegrafía inalámbrica que dependía de la llega-
da de materiales desde Europa.
Alayza Paz Soldán alteró la tradición establecida y llegó a
!quitos a través del Brasil (se tomó su tiempo y residió un mes
en los estados brasileños de Pará y Amazonas). Una vez cada
año entre 1910 y 1912 recorrió ríos y visitó centros vitales. En
más de una ocasión enmendó la plana a Portillo con quien
mantenía una relación difícil. Así decidió actualizar el mapa de
Loreto tomando como referencia el de Raimondi y con las mo-
dificaciones introducidas en 1906. Debía constar de dos hojas,
la primera con los ríos y territorios de la margen izquierda de
los ríos Marañón y Amazonas -incluyendo las zonas fronteri-
zas-, y la segunda con los situados en la orilla derecha hasta
encontrar los otros departamentos y países colindantes (!quitos
5.2.1910. Alayza 1960: 114-115). El 3 de octubre de 1910 reinsta-
laba el Centro Geográfico de Loreto con un discurso en el que pro-
movía el conocimiento geográfico para la resolución de proble-
mas concretos: se evitarían disquisiciones estériles sobre las
mejores rutas para construir caminos y ferrocarriles, se deste-
rrarían de los mapas inscripciones como "Zona desconocida" o
"Región habitada por salvajes", la demarcación del departa-
mento sería racional y las reclamaciones sobre la soberanía
legítima de espacios fronterizos no sería discutida 48 (Alayza
1960: 174-178).
Dado que el intercambio de personas, productos e ideas era
la base de la creación de "un solo espíritu nacional", para Alay-
za las comunicaciones eran "obras de unidad, de nacionalidad,
civilización y eminentemente políticas y estratégicas" (Carta a
Leguía, !quitos 12.3.1910. Alayza 1960: 91). En la vanguardia de
los avances de la ingeniería apostaba por el ferrocarril del

48 Como se ha visto, El Centro Geográfico de !quitos (ahora de Loreto) se


había fundado en 1902, precisamente durante la Prefectura de Portillo, pero
su funcionamiento había sido irregular. Ahora Francisco Alayza se atribuía
su inauguración sin hacer referencia a la historia anterior.

434
Martínez Riaza • Política regional y gobierno de la Amazonia peruana

norte, el de Paita al Marañón, que se construiría dedicando un


tanto por ciento -un 5%- de los ingresos del Departamento
(Alayza 1960: 124).49
Las circunstancias le llevaron a atender a todos los frentes
limítrofes, adoptando posiciones diferentes según los casos. En
el del Ecuador manifestó su desacuerdo y el de los loretanos
con cualquier cesión de territorios, añadiendo a los derechos
históricos la inferioridad del contendiente, al que se refería co-
mo "[ ... ] pueblo débil, cuyo apoyo es insignificante y que ca-
rece hasta del brutal pero eficaz argumento de la posesión
efectiva, desde el momento en que los territorios son, y han
sido siempre, peruanos de hecho y de derecho [... ]" y mostró
satisfacción ante la retirada del laudo de la Corona española
(Carta a Leguía, !quitos 6.3.1910. Alayza 1960: 87). Por lo que
respecta al Brasil, la relación se establecía en términos bien
distintos: solo el estado de Amazonas (Manaos) tenía un pre-
supuesto igual al de todo el Perú, y los colonos brasileños
avanzaban más eficazmente de lo que podían hacerlo los ejér-
citos, al punto de que los territorios del Yavarí, Yurúa y Purús
eran explotados íntegramente por ellos. Se imponía por tanto
una aproximación más flexible, más diplomática, para alcan-
zar acuerdos definitivos y ventajosos (carta a Leguía, !quitos
12.3.1910. Alayza 1960: 98-100). El mayor problema se presentó
con Colombia y el éxito coronó la defensa de las aspirac~ones
peruanas. La colaboración entre el prefecto, el coronel Osear
Benavides, y el cauchero Julio César Arana fue decisiva para
desalojar a los colombianos tras la victoria de La Pedrera en la
margen derecha del Caquetá (julio 1911) .

.¡9 La propuesta se incluye en una carta que escribía a Leguía el 28 de


enero de 1911 desde el río Pachitea, después de que ambos hubieran inte-
rrumpido correspondencia (en septiembre 1910) al atravesar el gobierno por
problemas de orden interno. Desde el Ministerio de Fomento Portillo había
avalado un estudio sobre este ferrocarril del que se encargó la casa Koppel.

435
HVTORICfl XXIII.2

3.2.2. Población y recursos. Las secuelas del caucho.


Despoblamiento y colonias agrícolas. La legislación de
Tierras de Montaña
Apropiación del territorio, organización social y desarrollo eco-
nómico formaban las coordenadas que habrían de vertebrar el
espacio político loretano. Así lo entendieron los prefectos, in-
mersos en una encrucijada en la que las iniciativas y las si-
tuaciones de hecho se cruzaban a la hora de planificar el go-
bierno departamental. La llamada del caucho intensificó la
llegada desordenada y discontinua de gentes que configuraron
un patrón de poblamiento polarizado y no reticular. La atrac-
ción ejercida por !quitos fue tal que muchos identificaron a la
capital con todo el Departamento. En dos ocasiones los prefec-
tos trataron de poner orden administrativo mediante la elabo-
ración de censos. En 1903 el recuento de Portillo situaba la po-
blación de las seis provincias entre los 14 y 16 000 habitantes.
Más precisos eran los datos que a su requerimiento proporcio-
nó el subprefecto de la provincia de Bajo Amazonas Benito B.
Lores (20.1.1903) y que daban a !quitos una población de 9 438
habitantes, de ellos 8 916 peruanos y 522 extranjeros. El coronel
Puente encargó al sargento mayor Alberto Paulsen un nuevo
censo dado a conocer el 20 de julio de 1913, según el cual la
población urbana de !quitos ascendería a 12 498 habitantes,
11 468 peruanos y 1 030 extranjeros (Herrera 1914: 47-48). En
ningún caso se incluía a los salvajes, sobre cuyo declive coinci-
dían todos los testimonios, diezmados "[ ... ] tanto por sus
luchas de exterminio y guerras que se hacen entre ellos, cuanto
por las enfermedades que en ellos se ceban [... ]" (Portillo 1903:
f. 2), aunque la principal causa del despoblamiento del Bajo
Amazonas había que atribuirla al traslado que hacían los co-
merciantes del caucho de mano de obra hacia el Brasil.
Los prefectos del Oriente pudieron contar con un mecanis-
mo legal para ordenar el poblamiento y el acceso a la tierra y
contrarrestar de alguna manera los desajustes provocados por
la expansión cauchera. Dos leyes y sus correspondientes regla-
mentos servirían a tal efecto. La Ley de Terrenos de Montaña
de 21 de diciembre de 1898, complementada por el Reglamento
de 6 de mayo de 1899, centralizaba las adjudicaciones en el Mi-
nisterio de Fomento, que destacaba a un perito oficial que de-

436
Martínez Riaza • Política regional y gobierno de la Amazonia peruana

bía cooperar con el prefecto (Perú. Ministerio de Fomento 1928:


°
141-154). 5 Considerando que era necesario reformar la legisla-
ción "[ ... ] como medio para promover la colonización y progre-
so de las zonas orientales y ofrecer en ellas garantías de estabi-
lidad a las industrias agrícolas y en especial a la industria
gomera [... ]", el presidente Leguía firmó la Ley de Terrenos de
Montaña de 31 de diciembre de 1909, desarrollada en el Regla-
mento de 11 de marzo de 1910, que en sus 286 artículos atendía
pormenorizadamente a todas las contingencias que pudieran
presentarse. El prefecto adquiría protagonismo al ser el encar-
gado de recibir y tramitar las solicitudes de compra, denuncia,
adjudicación gratuita y contratos de colonización. Los peritos
agrícolas quedaban sujetos a su autoridad (Perú. Ministerio de
Fomento 1928: 7-75). Estas leyes regulaban también la inmigra-
ción a la Amazonia. Las colonias agrícolas eran potenciadas co-
mo la solución más adecuada, y se favorecían aquellas que se
establecieran en zonas fronterizas.
La estructura productiva no se diversificó en estos años, los
ingresos gomeros no generaron la actividad sostenida de otros
sectores y la economía continuó dependiendo del mercado ex-
terior para su subsistencia. La política inicial de incrementar los
impuestos, tanto sobre las importaciones como sobre las gomas
para aumentar las rentas fiscales se modificó cuando durante la
administración de Portillo se aprobó una ley de 18 de noviem-
bre de 1903 por la que se declaraban libres de derechos de im-
portación por la Aduana de !quitos ciertos bienes de consumo
(manteca, arroz, azúcar, papas y harinas, entre otros) y de ca-
pital (herramientas y maquinaria para la agricultura), y se in-
troducía una tarifa fija para las gomas según sus calidades
(jebe débil, caucho, sernamby de jebe, sernamby de caucho,

50 El presidente Nicolás de Piérola y el ministro de Fomento Francisco de


Almenara ponen su firma en ambos documentos. La adquisición de dominio
de las tierras de montaña podía hacerse por compra, concesión, contrato de
adjudicación y adjudicación gratuita. Los fondos provenientes de la adquisi-
ción se destinarían a caminos y otras mejoras. Ni en la Ley ni en el Re-
glamento aparece explícitamente el prefecto, que sin embargo podía aprobar
resoluciones para hacer frente a problemas concretos. Samuel Young fue el
ingeniero adscrito a la Prefectura de Loreto para la revisión de expedientes.

437
HVTOfUCR XXIII.2

jebe fino o shiringa). Más adelante, por Ley de 24 de enero de


1906 se pasaba a una tasa fija para todas las gomas, y los ingre-
sos de la Aduana de !quitos subieron ese año en un 24% con
relación a 1905. En un tercer estadio, la Ley de 10 de enero de
1911 estableció impuestos del 8% ad valorem (tomando como
referencia los precios del mercado de Liverpool) sobre la expor-
tación de todas las gomas; en cuanto a las importaciones, se
decidió suprimir las leyes protectoras para equiparar a Loreto
con el resto del país, lo que fue considerado por los comercian-
tes (Cámara de Comercio de !quitos) como una muestra de in-
sensibilidad. Con la Primera Guerra Mundial se suspendió la
exportación de gomas a los mercados ingleses y los precios pa-
saron a ser fijados en Nueva York (De la Flor 1989: 18-19).
Quirós, en el momento crítico en que tuvo que hacerse
cargo del Departamento, y en el marco de los cambios profun-
dos que anunciaba, relacionó expresamente la apropiación del
territorio con su administración económica. Cuestionó la vigen-
cia de la Ley de 4 de noviembre de 1887 que exoneraba al De-
partamento del pago de contribuciones, pues si en su momento
había sido "proteccionista y oportuna", era ahora "extemporá-
nea y perjudicial" (Quirós 1899: 303). Se arriesgó a promulgar
un decreto de 20 de octubre de 1897, que incrementaba los de-
rechos sobre el caucho y jebe, pero el Superior Gobierno le des-
autorizó derogándola el 7 de enero de 1898 por entender que
se había excedido en sus atribuciones. Capelo sí contó con el
respaldo de la Ley de 1898. Cuando asumió la Prefectura los
terrenos de montaña eran otorgados por el juez de primera ins-
tancia, sin ninguna intervención del gobierno. Algunas conce-
siones llegaban a las 600 000 hectáreas, por encima de lo que
estipulaba la ley, que reservaba al Congreso los lotes superiores
a 1 500 hectáreas. Consiguió regularizar la tramitación y que
las tierras de montaña comenzaran a ser fuente de renta fiscal
(Capelo 1900a: 11-12). En lo relativo a otras partidas, los ingre-
sos provenientes de los estancos del tabaco (14.12.1899) y la sal
(24.2.1900), ayudaban a enjugar el saldo negativo que ofrecía la
Aduana de !quitos (del 22.11.1899 al 30.4.1900 el total por in-
gresos ascendía a 318 465 soles, mientras los gastos sumaban
340 745 soles).
Portillo diseñó un plan global de planificación económica
que regulaba la adjudicación de estradas gomeras por Reso-

438
Martínez Riaza • Política regional y gobierno de la Amazonia peruana

lución de 21 de enero de 1901 (Portillo 1903: f. 28) 51 y aplicaba


medidas concretas para potenciar la producción ganadera con
el propósito de disminuir el abastecimiento de carne que llega-
ba cada quince días desde Yurimaguas (Portillo 1903: f. 5). Su
celo por poblar y garantizar la soberanía peruana hizo que los
ríos de Loreto se puntearan de comisarías, algunas con nom-
bres de lugares de la Guerra del Pacífico: comisaría de Tara-
pacá, subcomisaría de Arica o caserío de Tacna. La contrapar-
tida fue el fuerte incremento del déficit fiscal. Portillo solicitó el
envío de 80 000 soles de plata (desde el 21.6.1901 el Perú se
había adherido al patrón oro), el control sobre las compañías
recaudadoras y la supresión del estanco de la sal (Portillo 1903:
f. 25). Fuentes se había implicado en los debates generados en
torno al papel de la inmigración en la modernización del
Perú. 52 Sin embargo en su memoria de 1905 casi no daba cuen-
ta de acciones concretas; apenas dedicaba unas líneas para,
bajo el encabezamiento de formación de pueblos, informar de la
reconstrucción de asentamientos en ruinas y de la fundación
del caserío de Leticia en la frontera con el Brasil. Saludó con
beneplácito los pasos dados por Arana para implantar una
colonia de negros de Barbados en Nanai (Fuentes 1905: 47). 53

51 Según datos del Ministerio de Fomento, entre el 1 de julio de 1901 y el


30 de junio de 1902 el Congreso solo había adjudicado con fecha 4 de octubre
de 1901 un lote de 5.000 hectáreas de tierras de montaña en Loreto a favor
del Sr. Rehder. Es decir, las concesiones que hizo Portillo se enmarcaron en
las cantidades que la ley confería al prefecto. Memoria que el Mi11istro de
Fome11fo Sr. Euge11io Larrabure y Una11ue prese11ta a la Legislatura Ordi11aria de
1902. Lima: Tipografía Casa de la Pescadería, 1902, XXX.
52 Véase La illmigracióll el! el Perú: proyectos de ley y colecciól! de artículos
publicados en El Comercio. Lima, 1892. En 1891 había sido autor de un proyec-
to enviado al Congreso en el que se mostraba sumamente crítico con los asiá-
ticos y con el elemento indígena al que consideraba débil por su ignorancia y
sin aliento para ascender por el camino del progreso. Proponía la formación
de colonias de blancos europeos, que eran fuertes, trabajadores y progresistas
(García Jordán 1992: 961-975).
53 Desde 1904 el barón del caucho compartía con socios colombianos la
propiedad de la Arana, Vega y Cía., y el volumen alcanzado por su negocio
mereció la atención de Superior Gobierno que dio instrucciones a Fuentes
para que estableciera una guarnición militar en el enclave de La Chorrera,
que fue abastecida por la Casa Arana (García Jordán 1994: 258).

439
HVTORICR XXIII.2

Por lo demás, los impuestos se cobraban con regularidad a


través de las Sociedades de Recaudación Nacional y Salitrera y
solo San Martín (a punto de disgregarse de Loreto) se resistía a
cumplir con su obligación tributaria.
En este capítulo Alayza coincidía con las aspiraciones de
Portillo en lo referente a lograr una distribución más equilibra-
da de los recursos humanos "[ ... ] Loreto necesita poblaciones,
pues solo cuenta cinco que merezcan el nombre de tales en una
inmensa extensión de territorio. Mientras no se creen otras
diseminadas en su extensa área, será muy difícil la administra-
ción política, militar y judicial [... ]". También sintonizaba con
los efectos nefastos de la conducción al Brasil de centenares de
peones loretanos que nunca regresaban y que, explotados como
"carne humana", incrementaban la riqueza de aquella Repú-
blica en detrimento de la del Perú, y con la alternativa de fo-
mentar el establecimiento de colonias de peruanos cerca de las
fronteras (Río Pachitea, 28.1.1911. Alayza 1960: 129-130). En un
discurso retórico pronunciado en el banquete de despedida que
le ofreció el cuerpo consular en !quitos, apostaba por la llegada
de colonos europeos que se dedicaran a la agricultura y que
abatieran la selva con el hacha y el arado; entonces desa-
parecería "[ ... ] el mendigo de que nos habla Humboldt, susti-
tuido por el poderoso industrial, verdadero árbitro de la civili-
zación moderna [... ]" (5.1912. Alayza 1960: 183). 54 Más pegadas
a la realidad fueron las medidas que tomó para tratar con otro
de los problemas centrales: la situación de los indígenas. El 12
de febrero de 1910 expidió un Decreto contra la explotación de los
indios que en realidad pretendía cortar su salida irregular del

54 El fragmento reproduce casi literalmente los términos de la memoria


del primer ministro de Fomento, López de Romaña que avistaba una Ama-
zonia en la que los espesos bosques, surcados por el arado y comunicados
incluso por la locomotora, "[ ... ] llegarían a ser opulentos centros de activi-
dad industrial y comercial, devolviendo al Perú su perdida riqueza [.. .]".
Véase Memoria del Ministro de Fomnzto López de Romaiia al Congreso Ordinario
de 1896. Lima: Imprenta del Estado, 1896, 9. Era el "sueño de la selva", que
nunca llegaría a hacerse realidad en Loreto. La mayoría de las colonias
que llegaron a establecerse en la Amazonia tuvieron como destino la selva
central.

440
Martínez Riaza • Política regional y gobierno de la Amazonia peruana

país, antes que mejorar sus condiciones de vida. Se les conside-


raba ante todo mano de obra que debía rentar en el Perú, y su
articulado especificaba que el patrón o "enganchador" debía
pagar a la Prefectura una fianza por cada peón a su cargo, que
a este se le facilitaría un pasaporte gratuito si manifestaba que
viajaba voluntari~mente, y que los que contravinieran la dispo-
sición serían penados con la pérdida de su embarcación y mer-
caderías y sometidos al poder judicial (Alayza 1960: 115-117).
La segunda Ley sobre Terrenos de Montaña de 1909 se de-
batió en el Congreso cuando Francisco Alayza era ministro de
Fomento, se aprobó durante el ejercicio de su amigo Carlos
Larrabure y Correa (21.12.1909), y se aplicó cuando detentaba
la cartera el abogado de Arana, Julio Ego-Aguirre. A sus efectos
se consideraban sujetas a la Ley aquellas tierras que "[ ... ] estan-
do situadas en la zona fluvial de la República constituyen la
región de los bosques" (Perú. Ministerio de Fomento 1928: 4).
Leguía firmó a solicitud de Alayza varios decretos que mejora-
ban los términos de las concesiones a pequeños propietarios
(descenso de tarifas de peritaje y plazos de tramitación),55 y al
tiempo aprobó la concesión de 85 000 hectáreas de terreno en
las márgenes del río Tamboryacu a favor de la Loreto American
Syndicate que debía establecer 35 familias de colonos. 56 Como
las gomas pasaban por un momento de declive, el prefecto
trató de rentabilizar su explotación a través de dos fórmulas:
primero recuperando el jebe fino que se producía en el Yavarí
peruano, explotado por brasileños y transportado de contra-
bando a Manaos; y en segundo lugar, y siguiendo el ejemplo
del Brasil, proponiendo la aplicación de derechos de exporta-
ción ad valorem con la consiguiente distinción entre las varieda-
des englobadas bajo el nombre genérico de "goma elástica", a
las que se aplicaría una tasa diferenciada entre el 8 y 10%. La
medida, en su opinión, no sería mal recibida por la sociedad de
Iquitos, siempre que parte de los beneficios se emplearan en el

55 Memoria del Ministerio de Fomento a la Legislatura Ordinaria de 1912 por


José María García. Lima: La Opinión Nacional, 1912, 19-24.
56 Memoria del Ministerio de Fomento, presentada al Congreso Ordinario de
1911. Julio Ego-Aguirre. Lima: Imprenta Nacional, 1911, 25-26.

441
HVTORICR XXIII.2

saneamiento de la ciudad (12.3.1910. Alayza 1960: 94-96). Cuan-


do en junio de 1912 abandonaba el departamento anunciaba
"[ ... ] una crisis económica violenta, con caracteres permanentes,
la más formidable sin duda, de las que han afligido nuestro
Oriente[ ... ]". ¿La solución?: la promoción de la agricultura, y la
sustitución del jebe silvestre por el cultivado "como en la costa
se cultiva la caña de azúcar y algodón" (2.6.1912. Alayza 1960:
187-188).
El coronel Benjamín Puente asumió la Prefectura en tiempos
difíciles. En julio de 1913 resumía en un comunicado al Mi-
nisterio de Relaciones Exteriores el estado caótico del Departa-
mento, debido al fracaso de la política de colonización. En las
regiones fronterizas del Napo, Morona, Pastaza, Tigre, Pu-
tumayo, Purús y Yurúa los vecinos seguían explotando los
recursos peruanos y la legislación sobre terrenos de montaña
era papel mojado. Las concesiones se habían convertido en
objeto de especulación, al punto de que "No se puede citar un
solo caso en que un concesionario haya cumplido con las obli-
gaciones que contraía al aceptar la concesión, a pesar de que
hay algunos centenares de favorecidos con concesiones de más
de un millón de hectáreas [... )".57
La respuesta de Puente se concretó en el Reglamento Especial
para las colonias que se establezcan en el Departamento, dado en
!quitos el 5 de junio de 1913 y que concentraba en el prefecto
los principales resortes sobre la adjudicación y explotación de
tierras: se beneficiaban solo los colonos libres, es decir, aquellos
que de una manera espontánea solicitaran directamente a la
Prefectura un lote de terreno; éstos solo podían ser peruanos y
europeos; la Prefectura proporcionaba las herramientas, semi-
llas, víveres y armas y facilitaba la movilidad hasta el lugar
que se les designara (art. 4º); ningún colono podía enajenar el
lote que se le adjudicara sin permiso de la Prefectura (art. 5º); y
ninguna persona podía incorporarse a una colonia sin su con-
sentimiento (art. 40º) (Guía de !quitos 1914: 71-76). 58

5i Benjamín Puente al Ministerio de Relaciones Exteriores. Iquitos, 14.7.1913.


Archivo de Límites. LEK-9-38, caja 170.
58 Una copia manuscrita se encuentra en ellegajó anterior. Al margen de

442
Martínez Riaza • Política regional y gobierno de la Amazonia peruana

3.2.3. Gobierno y elites regionales. Las confrontaciones


inevitables
El estado de la investigación no permite hacer referencia a una
colectividad loretana consolidada, adscrita a un territorio y con
una historia compartida, sino sobre todo a pequeñas comuni-
dades (judíos, chinos, españoles, turcos, etc.) con señas de iden-
tidad propias y a individuos de muy variadas procedencia que
se sumaron a las poblaciones originarias. Sin embargo la activi-
dad económica y política fue generando intereses en torno a los
cuales se movieron y articularon sectores que se manifestaron
progresivamente como loretanos/iquiteños en relación al resto
del Perú. Al compás de la implantación de instancias del Es-
tado surgieron instituciones y organismos de carácter diverso
que fueron escenarios de encuentro y cohesión. La prensa con-
tribuyó a formar y expresar un estad6 de opinión diferencia-
do: menudearon en sus páginas las semblanzas de hombres
notables, la conmemoración de hitos patrióticos (participación
de loretanos en la Guerra del Pacífico), notas sobre la recons-
trucción de los orígenes (historia de !quitos o peruanidad de
Maynas). Algunos de los autores de estas manifestaciones no
habían nacido en Loreto, eran colonos pioneros, pero hicieron
pública su voluntad de arraigo en el territorio en el que se
establecieron. A comienzos de la década de 1910 se produjo un
alineamiento en torno a La Cueva que incluía a militares y bu-
rócratas al servicio de Lima, y La Liga Loretana que defendía
intereses regionales. Pronto el llamado "escándalo del Putu-
mayo" serviría para medir fuerzas (Tafur 1995: 119-125).
La actividad de la Compañía de Vapores, el Muelle, la Fac-
toría del Estado, la Tesorería Fiscal y el establecimiento del Re-
gistro de la Propiedad (20.10.1902) eran señales inequívocas de
que los brazos del Estado se iban alargando en torno a !quitos.
En el Departamento se advertía una mayor presencia militar en

su carácter centralista, el Reglamento contemplaba en el articulado medidas


como la construcción de obras de infraestructura en las colonias y para
comunicarlas, la supervisión sanitaria, y la prohibición del trabajo de mujeres
y niños.

443
HVTORICA XXIII.2

las fronteras, se multiplicaban las comisarías de los ríos, y se


creaban pueblos. La instalación de la Corte Superior de Justicia
(Ley de 6.10.1906), que terminaba con la dependencia de Ca-
jamarca, suponía un paso de gigante en la consideración de
Loreto como espacio político. En 1914 y 1915 la Guía de !quitos
ofrecía un panorama muy diferente al que presentaba la ciudad
en 1885. El gobierno departamental contaba con un cuadro de
autoridades completo en lo referente a la Prefectura, Junta De-
partamental y Concejo Provinciai. 59
Al hilo de la ampliación y creciente complejidad de la co-
bertura de la autoridad de los prefectos, las memorias dejan
constancia de la aparición de nuevos cargos, y de los problemas
que causaba su manipulación para fines personales. Por eso la
insistencia ante el Superior Gobierno para que definiera y afian-
zara sus competencias, Y. sobre todo para que las aumentara, al
tiempo que reivindicaban la profesionalización de gobernado-
res, comisarios y subcomisarios de los ríos a través de la salari-
zación y de otras medidas que los convirtieran en auténticos
servidores públicos.
El levantamiento federalista de 1896 destapó la confusión en
que se movían las diversas instituciones, al margen de la nor-
mativa vigente. La experiencia truncada dio pábulo a Quirós
para proponer que los cargos públicos de Loreto no pudieran
ser detentados por hombres de la región, con intereses arraiga-
dos en ella, "[ ... ) porque de ello se derivan ineludiblemente afi-
nidades y vinculaciones que les quitan energías en unos casos,
la libertad de juicio en otros y la independencia para proceder

59
Consta el personal de la Prefectura de Loreto y de la Subprefectura del
Bajo Amazonas, los miembros del poder judicial, de las fuerzas militares, de
la Junta Departamental (presidida por Manuel Pinedo), del Concejo Pro-
vincial de Bajo Amazonas (del que es concejal Pablo Zumaeta, cuñado de
Arana), el personal de la Aduana, de la administración de correos, los encar-
gados del Colegio Departamental de !quitos, los jueces de paz, los síndicos
de quiebras, las autoridades eclesiásticas, el personal de la Beneficencia
Pública, los componentes del consejo de administración de la Cámara de
Comercio y el cuerpo consular (Guín !quitos 1914: 6-19).

444
Martínez Riaza • Política regional y gobierno de la Amazonia peruana

en todos [... ]" (Quirós 1897-1899).60 De otro lado favoreció la


aparición de dos organizaciones regionales de gran incidencia
en la vida social del Departamento. La primera, la Sociedad de
Beneficencia Pública de !quitos que promovió personalmente
(13.11.1898) y cuya plana mayor integraron Genaro Herrera,
Eduardo Raygada, Ezequiel Burga, Luis Felipe Morey y Enri-
que Espinar, todos ellos elementos prominentes de la ciudad; la
otra, La Unión Loretana (31.10.1897) que según los Estatutos
(elaborados por Genaro Herrera),

Es una asociación política, beneficiente e ilustrativa que se pro-


pone establecer en !quitos un centro especial, con ramificaciones
en las otras cuatro provincias, y estimular en todo el Departa-
mento por la armonía y unión de sus hijos, el mayor desarrollo
del espíritu público, la participación activa en el ejercicio de los
derechos políticos que le conciernen, y el engrandecimiento de
Loreto por medio del trabajo, de la conservación del orden pú-
blico, el cumplimiento de la ley e ilustración de sus miembros
[ ... ].61

°
6 Fechado en Iquitos el 18 de diciembre de 1897 y dirigido al ministro de
Estado en el despacho de Gobierno. Precisamente el ideólogo del movimien-
to federalista, Mariano José Madueño, no era loretano (había nacido en el
Cuzco en 1854 y murió, exiliado tras la derrota, en Alicante en mayo de
1908), pero, como se ha visto, había sido subprefecto de Moyobamba en 1891.
En 1898 publicó en Barcelona Asuntos Hispanoamericanos. Dos proyectos de
actualidad donde explicaba que el levantamiento fue necesario para que el
poder central se ocupara de Loreto marginado hasta el punto de que se abas-
tecía de papa portuguesa en lugar de la que se producía en el Perú. En el
Estado de Loreto de la República Federal fue ministro de Gobierno Cecilio Her-
nández, miembro de una importante familia de !quitos vinculada a la ex-
plotación y comercialización de maderas. En 1923 la Casa Cecilio Hernández
e Hijos fue denunciada por contrabando de balata y resinas. Arana los defen-
t;
dió por eso apoyaron su reelección como senador.
1 Estatutos de la Unión Lorctana. Por Genaro Herrera, !quitos, 31 de octubre
0
de 1897. AGN. Prefecturas 1872-1956, n. 57. No es difícil apreciar su coinci-
dencia con los principios generales de una sociedad masónica. Constaba de
64 artículos en los que se especificaba que tomarían parte activa en las elec-
ciones municipales y generales de la República (art. 4), y que para ser miem-
bro había que ser natural del Departamento o tener domicilio en él.

445
HVTORICR XXIII.2

Capelo instruyó a los subprefectos (orden de 15.3.1900) para


que enviaran el informe reglamentario (solo lo hizo el de San
Martín), mantuvo a las autoridades existentes e incrementó el
número de puestos rentados: comisarios de río en el Napo,
Putumayo, Yavarí, Yurúa, Purús; gobernadores en Masisea y
Puerto Victoria; y agentes aduaneros e inspectores de resguar-
do (Capelo 1900a: 6). González repasaba el estado de las sub-
prefecturas,, la más conflictiva la de San Martín servida por
Aníbal del Aguila, un hijo del lugar (González 1901: 12-13); de
las milicias navales comandadas por el capitán de navío
Eduardo Raygada; y de las cinco capitanías, que funcionaban
normalmente (la de !quitos, las de Yurimaguas y Contamana
servidas por los subprefectos, la de Leticia a cargo del teniente
de resguardo y la del Putumayo al frente de un sargento
mayor) (González 1901: 7-8). La fragilidad de la trama institu-
cional, sin embargo, quedaba reflejada en el comportamiento
de las Municipalidades que "[ ... ] casi nunca logran su cometido
y se encuentran en pugna con las autoridades políticas [... ]" y
de la Junta Departamental que desviaba los fondos destinados
a obras públicas "a el sueldo de algún favorecido" y cuyo pre-
sidente Luis G. Morey se quejaba de las dificultades para com-
pletarla reglamentariamente, "[ ... ] por cuanto la población de
esta capital es casi siempre flotante, dedicados como están los
individuos a los trabajos de explotación y extracción de gomas
elásticas[ ... ]" (González 1901: 10). En esta tesitura se celebraron
las primeras elecciones al Congreso desde que se creó el De-
partamento, en las que intervinieron agentes llegados de Lima
para viciar los resultados e impedir que Loreto contara con
representantes legítimos. 62
Portillo refrendó los logros a los que se refería González en
la memoria de 1901 y sobre ellos amplió su radio de actuación
y apuntaló su autoridad. Revisó el comportamiento de instan-
cias fundamentales y consiguió por fin el cumplimiento de la

62 Teobaldo González al Ministro de Gobiemo y Policía. Iquitos 20.1.1901 y


15.7. 1900. Ambos documentos en AGN. Prefecturas 1872-1956, nn. 0 41 y 76.

446
Martínez Riaza • Política regional y gobierno de la Amazonia peruana

normativa, reuniendo entre finales de 1902 y agosto de 1903 las


memorias de los distintos subprefectos. Cuestionó la idoneidad
de la Junta Departamental -"[ ... ] comprobada está hasta la
evidencia, lo innecesaria que es para la administración pública
esa rueda que se llama Juntas Departamentales, que nada
hacen, que no sea interrumpir lo bueno que se desee para la
localidad [... ]"-, solicitando que se derogara la Resolución
Suprema de 1895 que impedía que los prefectos la presidieran
(Portillo 1903: f. 17). Menos margen dio a la Municipalidad del
Cercado que sustituyó (decreto de 1.1.1902) por una Junta de
Notables en tanto se celebraban nuevas elecciones y la forma-
ban "los favorecidos por el voto popular" (Portillo 1902: 11).
Por lo demás, sus memorias no descubrían ningún conflicto
específico con los miembros de la elite regional; bien al contra-
rio, interpretó positivamente varias iniciativas como la ya men-
cionada reactivación del Centro Geográfico, la reorganización de
la Sociedad de Beneficencia (decreto de 22.2.1902) y la actividad
de la sociedad anónima Loreto Comercial fundada el 24 de mayo
de 1900, que en el momento se hallaba presidida por Enrique
Llosa y en cuya dirección estaban Genaro Herrera, Julio Ego-
Aguirre y Julio César Arana. 63
Fuentes presentaba un panorama optimista en la memoria
de 1905. Daba la impresión de que en todos los campos se
avanzaba, de que las autoridades cumplían sus deberes con
patriotismo y se plegaban a su autoridad. Llenó algunos vacíos
importantes contando, ahora sí, con la inestimable colaboración
de la Junta Departamental, que facilitó la ejecución de su pro-
grama de obras públicas en distintas ciudades (Rioja, Mo-
yobamba, Lamas, Tarapoto, Yurimaguas, Nauta, !quitos, Ca-
ballococha y Contamana). Lo más positivo fue la puesta en
funcionamiento d~ hasta 52 escuelas, para lo que se contrató a
varios preceptores de Chachapoyas y Moyobamba (Fuentes
1905: 51-52). Los puntos débiles de la administración tenían

63 Pedro Portillo al Director de Gobierno. [quitos 5 de julio de 1901. lbid.


n. 0 52.

447
HVTOfUCR XXIII.2

que ver con la ausencia de una Corte de Justicia (algo en lo que


insistieron reiteradamente los prefectos) y con los cuerpos de
seguridad formados por forasteros que buscaban fortuna y
desertaban en cualquier momento (Fuentes 1905: 47). En 1908
reverdecían las buenas relaciones que mantuvo con la sociedad
loretana, de la que elogiaba su patriotismo: "¡Pobres montañe-
ses, buenos amigos míos, suponerles ideas contrarias a la inte-
gridad de la patria, a su cohesión y poderío¡ No encuentro más
grande error que este al juzgar a esa sección de la República
[... ]" (Fuentes 1908: 240). Tampoco era cierto que las autorida-
des fueran corruptas:

[. .. ] ésa es la mentira más generalizada y más peligrosa de todas,


porque afecta a la honorabilidad de muchos y muy buenos ciu-
dadanos [. .. ]. En Loreto hay la misma honradez que en cual-
quier otra parte del Perú. Y esa honradez se mantiene con el
buen personal de los empleados públicos, con la vigilancia de
unos sobre los otros, del superior sobre el inferior y de la prensa
y la opinión pública sobre todos [... ].(Fuentes 1908: 243)

Era la reelaboración de una realidad que era ya diferente.


Los cambios económicos y el incremento de la población ha-
bían convocado alianzas con las que Alayza tuvo que contem-
porizar. En una carta de 12 de marzo de 1910 informaba por
extenso a su interlocutor, Leguía, acerca de las ideas y tenden-
cias políticas del Departamento. Muy lejos de la visión ofrecida
por Fuentes, consideraba que el Superior Gobierno no debía
ser indiferente a los movimientos de descontento. Los loretanos
se preguntaban por qué se derivaban a Lima los millones que
el Departamento proporcionaba al fisco, cuando allí se carecía
de lo elemental: "Somos una colonia cuya metrópoli es la capi-
tal de la República, única que aprovecha de nuestro esfuerzo
[... ]" (Alayza 1960: 90). La respuesta del prefecto fue contun-
dente: su nombramiento obedecía a la voluntad del gobierno
de cambiar las cosas destacando a un hombre cercano al poder.
Fue un éxito el lograr la colaboración de los exportadores de
gomas reunidos en torno a la Cámara de Comercio, que decidió
por unanimidad entregar a la Prefectura un centavo por cada
kilogramo de gomas que se exportara durante un año para así
reunir un fondo con el que atender los gastos de saneamiento y

448
Martínez Riaza • Política regional y gobierno de la Amazonia peruana

obras de Iquitos. 64 Pronto la realidad impondría sus pautas;


"todo está por hacer en el Departamento" -escribiría a Leguía
el 1 de abril de 1910-: las Municipalidades, dominadas por
relaciones d~ clientelismo y compadrazgo, no cumplían su co-
metido, la Beneficencia era una institución muerta, las comisa-
rías de los ríos estaban en manos de hombres sin escrúpulos (el
comisario del Purús había abandonado su puesto, los de Le-
ticia y Pastaza eran "ebrios consuetudinarios", el del Uro-
bamba utilizaba las prebendas derivadas de ser hijo de un
vocal de la Corte de Justicia, y el del Tigre se dedicaba al co-
mercio). Todo ello le obligaba a "[ ... ] proceder en condiciones
especiales, que no pueden ser excusables tratándose de otros
departamentos [... ]" y pedía la venia para actuar sin la autori-
zación de Lima en casos específicos (Alayza 1960: 101-103).
Alayza era prefecto de Loreto cuando el juez Paredes publi-
có su informe (30.9.1911) sobre los posibles crímenes cometidos
por Arana, propietario de la Peruvian Amazon Co., contra indí-
genas peruanos. 65 La Liga Loretana se pronunció a favor del
cauchero, defensor de la patria frente a los colombianos. Por lo
que respecta a la actitud de Alayza, en su momento no apoyó
la detención de Pablo Zumaeta, 66 gerente de la Compañía y
cuñado de Arana, decretada por el juez el 5 de agosto de 1911.
La sentencia dictada por la justicia sería anulada por la Corte
de Loreto y los principales acusados continuaron formando

64 La Cámara de Comercio tuvo su origen en El Comité Mercalltil de !quitos

(22.2.1890) creado para establecer la navegación marítimo fluvial con Europa


y se constituyó corno tal en 1896.
65 La publicación en 1909 en la revista británica Truth de una serie de ar-
tículos firmados por el ingeniero norteamericano Hardenburg movilizó co-
rrientes de opinión y obligó a Leguía a nombrar una comisión judicial. La
historiografía se ha ocupado del caso desde diferentes perspectivas. Al pro-
blema derivado del exterminio de indígenas había que sumar el conflicto con
Colombia por la soberanía sobre territorios del Puturnayo y la implicación
británica debido a la presión social, al ser varios de los accionistas ingleses y
haber contratado Arana capataces de su colonia de Barbados. El trasfondo
judicial, político y hasta religioso del escándalo ha sido estudiado reciente-
mente por García Jordán (1994).
66 Zumaeta fue alcalde del Concejo Provincial del Bajo Amazonas en 1915
y miembro de la Beneficencia Pública. Significativamente en 1917, al tiempo

449
HVTORICA XXIII.2

parte de la cúpula de la sociedad iquiteña. Los hilos se movían


a distintos niveles: el presidente Leguía mantenía estrecha
amistad con Alayza y con Julio Ego-Aguirre, su ministro de
Fomento (entre diciembre de 1909 y agosto de 1911) y a su vez
amigo y abogado de Arana, del que dependía el prefecto en
cuestiones tan importantes como la concesión de terrenos de
montaña, los asuntos indígenas y la explotación de caucho.
¿Podía Alayza actuar con independencia en medio de esta
compleja trama de clientelismo?; en cualquier caso ¿cuál era su
posición personal al respecto? En la documentación consultada
de Alayza no aparece ninguna referencia explícita a un asunto
de tal alcance; solo una descripción de La Chorrera y El Encanto,
propiedad de la Peruvian Amazon Co. en la que trabajaban
casi 21.000 personas (Alayza 1960: 110). Sí se preocupó de su
imagen, y su despedida estuvo rodeada de muestras de adhe-
sión y agasajos organizados, entre otros, por el alcalde, que era
el Sr. Strassberger, "súbdito extranjero, respetable jefe de una
de las más sólidas y prestigiosas firmas del comercio loretano"
(Alayza 1960: 182), por el Centro Geográfico y por la representa-
ción consular en !quitos.
Otro escándalo, expresión de las tensiones entre autoridad
central y elites regionales, sacudió a Loreto en 1914. Sus secue-
las se prolongaron hasta 1917, y llegaron a Lima, donde los
periódicos El Tiempo y El Comercio fueron campo de batalla y
desvelaron la malla de la red de intereses que se tejía en
!quitos en los tiempos de ocaso de la era del caucho. Un su-
ceso, aparentemente puntual, sirvió para abrir la caja de los
truenos y sacar a la luz indicios de corrupción y clientelismo
que salpicaban a las instancias más altas del poder regional
(Apuntes 1918). El detonante fue un levantamiento de soldados
el2 de marzo de 1914 en demanda de la paga que se les adeu-
daba. El prefecto Puente reaccionó con energía deportando a

que presidía la Cámara de Comercio de !quitos, formaría parte de una comi-


sión consultiva sobre la Ley de Terrenos de Montaña que presentó un
Informe el 20 de marzo de 1918. En 1920 fue de nuevo alcalde y en 1923
formó par,te de una Junta de Notables que se encaró con el entonces prefecto
Gerardo Alvarez. Su relación con Arana se remonta a 1880 cuando ambos
establecieron un puesto comercial en Tarapoto (Arana 1923).

450
Martínez Riaza • Política regional y gobierno de la Amazonia peruana

varios de ellos a la conflictiva zona del Napo y, según sus


detractores, torturando y ejecutando a algunos en una acción
desmesurada. El médico Luis González Zúñiga67 encabezó la
oposición contra el prefecto, a la que se sumaron, entre otros, el
fiscal de la Corte Superior de Justicia de !quitos Francisco
Cavero, el repres-;ntante en el Congreso Ulises Reátegui, y más
tarde el coronel Osear Benavides. Puente justificó su actuación
aduciendo que los soldados se habían sublevado, y fue secun-
dado por miembros de la Municipalidad, el subprefecto del
Bajo Amazonas Carlos Gamarra y el comerciante judío Israel
(supuestamente beneficiario de la política de Puente). La espita
no se cerraría tras la partida irregular del prefecto de !quitos
vía Brasil llevándose, según agentes de la Booth, tres maletas
de oro sellado. Lejos de caer en desgracia, Puente haría carrera
política. Durante el segundo gobierno de José Pardo fue minis-
tro de Guerra y Marina y se le nombró presidente del Consejo
de Oficiales Generales contra la opinión de la propia institu-
ción que exigía revisar el expediente por los acontecimientos de
marzo de 1914.68 Como había sucedido en 1896, durante meses

67 González Zúñiga era propietario de La Razón (que también editaba la


Guía de Iquitos), y en Apuntes sobre la tragedia del Napa ... reunió 18 documen-
tos firmados por distintas personalidades y publicados, casi todos, en El
Tiempo (que le defendió) y El Comercio (favorable a Puente). Según los datos
que proporciona la Guía de !quitos de 1914, Luis González Zúñiga era además
director del Hospital de Beneficencia de la Sociedad Italiana, miembro de la
directiva del Centro Cultural de Iquitos y profesor de Ciencias Naturales del
Colegio Departamental de Iquitos, fundado por la Junta Departamental el 25
de diciembre de 1909. Fue diputado por el Bajo Amazonas en el periodo le-
gislativo comprendido entre diciembre de 1919 y octubre de 1924 (EcJ:tegaray
1965: 683). En 1923 se enfrentó, aliado esta vez al prefecto Gerardo Alvarez,
al senador Julio César Arana.
68 Puente hab~a apoyado a Billinghurst, pero aun así gozó de la confianza
del gobierno de Osear Benavides. Rompieron cuando el prefecto le hizo res-
ponsable de su actuación con los soldados del Napo, y desde entonces
fueron enemigos acérrimos. Según González Zúñiga los cambios de conve-
niencia de Puente se habían iniciado en 1895 cuando traicionó a Cáceres para
pasarse a La Coalició11 consiguiendo el ascenso a sargento mayor. Con Piérola
llegó a comandante, y cuando José Pardo llegó a la Presidencia en 1904
obtuvo el grado de coronel, "por el parentesco que le liga con él" (Apu11tes
1918: 45).

451
HVTORICR XXIII.2

un asunto que afectaba al gobierno de Loreto estuvo en primer


plano de la atención de los círculos de poder en Lima.
Años más tarde Julio César Arana y Luis González Zúñiga
se encontrarían de nuevo implicados en un conflicto entre go-
bierno y elites regionales. En 1923 Arana, convertido en probo
senador por Loreto, continuaba tratando de manejar desde
Lima l9s destinos de !quitos. Se lo impedían el prefecto Ge-
rardo Alvarez y su aliado, el ahora diputado por Bajo Ama-
zonas Luis González Zúñiga. En una "conversión patriótica"
digna de un análisis más profundo, Arana reinterpretaba su
pasado: había sido un próspero comerciante que proporcionó a
la Hacienda grandes ingresos y siempre antepuso los intereses
generales a los suyos propios. Frente a las "mani,obras reelecto-
ralistas" de González Zúñiga y los excesos de Alvarez propo-
nía la candidatura al Congreso de Toribio Hernández (de la
firma Cecilia Hernández) y la preeminencia en el gobierno de
Loreto de la Junta de Notables, que le era afecta. Contaba con
dos poderosos aliados: el ministro de Gobierno y Policía Pedro
José Rada y Gamio y el de Justicia, Instrucción, Culto y Be-
neficencia, y además presidente del Consejo de Ministros y se-
nador por Loreto, que no era otro que Julio Ego-Aguirre (Ara-
na 1923).
Los prefectos, máximos representantes del poder central en
los departamentos, son piezas fundamentales en la organiza-
ción de la República peruana. A partir de su gestión es posible
reconstruir aspectos fundamentales de la dinámica regional. En
el caso de Loreto, las memorias administrativas que remitieron
al Ministerio de Gobierno y Policía, y otros informes que tuvie-
ron como destino el Ministerio de Fomento y el de Relaciones
Exteriores muestran la complejidad de una realidad que no
puede interpretarse únicamente en función de la economía del
caucho o de los conflictos de límites con los países vecinos. En
el ejercicio de sus funciones los prefectos atendieron a la explo-
ración y reconocimiento del territorio; al poblamiento, requisito
imprescindible para su desarrollo, que pasaba por el levanta-
miento de censos y el recurso a la inmigración, tanto interna
como del extranjero; a la regulación del acceso y explotación
de tierras y a la actuación sobre los grupos indígenas; al fo-

452
Martínez Riaza • Política regional y gobierno de la Amazonia peruana

mento de vías de comunicación que desbloquearan espacios y


facilitaran la movilidad de individuos y mercancías, además de
permitir un mayor control político; a la definición de la estruc-
tura administrativa y la implantación de instituciones del Esta-
do; y a la sumisión de los poderes regionales a la autoridad del
Superior Gobierno.
Este trabajo pretende hacer un seguimiento de cómo los pre-
fectos diagnosticaron, proyectaron y actuaron con el propósito
compartido de peruanizar Loreto. La precariedad de medios y
el aislamiento condicionaron las posibilidades de actuación de
los prefectos del Segundo Militarismo que, sin embargo, en te-
mas fundamentales, establecieron las bases sobre las que se
moverían sus sucesores. Durante la República Aristocrática es-
tuvieron al frente del Departamento hombres de gran capaci-
dad que mostraron un interés real por el desarrollo y el progre-
so de Loreto y por su incorporación al resto del país.
Sin duda ofrecen una perspectiva oficial, mediatizada por la
lealtad debida al Superior Gobierno, que debe ser cruzada con
otras, como la de los grupos regionales con intereses propios,
con los que los prefectos mantuvieron una compleja relación
de pactos y 1o enfrentamientos. Pero sin contar con ellos que-
daría incompleto cualquier intento de análisis de política re-
gional.
Apéndice
Secuencia de prefectos de Loreto y documentos consultados·
Benjamín Medina (1883-1886)
1885 Memoria elevada ni Ministerio de Gobierno, Policía y Obras
Públicas por el Prefecto del Departamento de Loreto Benjamín
Medinn. !quitos, marzo 31 de 1885. Biblioteca Nacional
del Perú (BNP). Manuscritos República (Ms. Rep). 04556.
14 ff.
José Reyes Guerra (febrero-agosto 1886)
1886a Memoria de In Prefectura del Depnrtmne~~to de Loreto. Mo-
yobnmbn, junio 26 1886. Al Sr.Ministro de Estado en el despn-

• Se incluyen las memorias, informes y otros documentos generados por


los prefectos que se han utilizado en la elaboración del trabajo.

453
HVTORICR XXIII.2

clw de Gobiemo, Justicia y Obras Públicas. BNP. Ms. Rep.


04555. 7 ff.

1886b Informe que el Prefecto del Departamento de Loreto dirige al


Seiior Director de Gobiemo, acerca de la visita que ha practicado
en el Bajo Amazonas. Moyobamba, mayo 13 de 1886. BNP.
1886c Memoria elevada a la Dirección de Gobiemo por el Prefecto del
Departamento de Loreto Sr. Reyes Guerra. Moyobamba octubre
4, 1886. BNP. Ms. Rep. 04550. 17 ff.

José Beningno Samanez Ocampo (agosto 1886-noviembre 1887)


1980 Exploración de los ríos peruanos Apurimac, Eni, Tambo,
Ucayali y Urubamba hecha por... en 1883 y 1884. Diario de
la expedición y anexos. Lima: Imprenta Sesator.

José Gregario Basagoitia (1888-1889)


1888a Documentos relativos a la toma de posesión de la Prefectura del
Departamento de Loreto por O.José Basagoitia. !quitos abril 16
de 1888. Al Director General del Ministerio de Gobernación.
BNP. Ms. Rep. 06961. 5 ff.
1888b Notas relativas al Informe evacuado por el Prefecto de Loreto D.
José Gregario Basagoitia sobre la enérgica actitud asumida
durante la suscitación de graves incidentes en el territorio de su
mando. !quitos, julio 10, 1888. BNP. Ms. Rep. 08442. 32 ff.
1889 Memoria del Prefecto comandante general del Departamento de
Loreto O. José Basagoitia elevada al Ministro de Gobierno,
Policía y Obras Públicas. !quitos, marzo 10 de 1889. BNP. Ms.
Rep. 04541. 40 ff.

Coronel Samuel Palacios Mendiburu (1889-1890)


1891a Informe que presenta al Supremo Gobiemo el presidente de la
Comisión Especial al departamento de Loreto coronel, prefecto y
comandante general D. Samue/ Palacios sobre los estudios reali-
zados por la expresada, de conformidad con la ley de 4 de no-
viembre 1887, desde su instalación 22 octubre 1889 hasta el 31
marzo 1890. Lima: Torres Aguirre.
1891b Segunda Parte del Informe que presenta al Supremo Gobierno el
presidente de la Comisión Especial al Departammto de Loreto
sobre los estudios realizados por la expresada comisión de cmzfor-
midad con la ley de 4 de noviembre 1887. Parte Final. Lima:
Torres Aguirre.

454
Martínez Riaza • Política regional y gobierno de la Amazonia peruana

1892 "Región Amazónica. Conferencia dada en la Sociedad Geo-


gráfica de Lima sobre la colonización de Loreto Sr. Coronel
D. Samuel Palacios Mendiburu" Boletín de la Sociedad Geo-
gráfica de Lima, t. II, nn. 0 7, 8, 9. Lima, sábado 31 de diciem-
bre, 267-321.

José Reyes Guerra (1891-1892)


1892 Memoria que el Prefecto del Departamento de Loreto fosé Reyes
Guerra presenta al Sr. Director de Gobierno. Moyobamba mayo
21 1892. BNP. Ms. Rep. D4554. 41 ff.
Alejandro Rivera (1892-1895)
1895 Memoria administrativa que presenta al Superior Gobierno el
Prefecto del departamento de Loreto Alejandro Rivera. !quitos,
junio 18 de 1894. Vigo: Imprenta el Independiente.
Coronel Emilio Vizcarra (abril 1895- octubre 1896)

Carlos López Larrañaga (15 agosto- 16 octubre 1896). Interino.


1896 Documentos sobre la administración del Prefecto de Loreto D.
Carlos López Larraiiaga. !quitos, septiembre 3, 1896. BNP.
Ms. Rep. D8620. 3 ff.

Coronel Juan lbarra (16 octubre 1896- enero 1897)

Alejandro Rivera (1 enero-julio 1897)


Coronel Emilio Vizcarra (16 agosto 1897- 17 enero 1898)
Rafael Quirós (12 agosto 1897- 22 mayo 1899)
1897-1899 Comisionado Esfecial del Supremo Gobierno en el Departamento
de Loreto Rafae Quirós. !quitos, diciembre 18 de 1897. Sr. Mi-
nistro de Estado en el Despacho de Gobierno. Archivo General
de la Nación (AGN). Ministerio del Interior. Prefecturas
1872-1956, n. 0 57.
1899 "El Departamento de Loreto. Conferencia dada en la So-
ciedad Geográfica de Lima, el 30 de diciembre de 1899, por el
Sr----' ex delegado especial del Gobierno en el Depar-
tamento flu viaf". Boletín de la Sociedad Geográfica de Lima,
XI, nn. 7, 8, 9. Lima, domingo 31 de diciembre, 290-313.
0

Coronel Teobaldo González (15 octubre 20 noviembre 1899)

455
HVTORICft XXIII.2

Joaquín Capelo (20 noviembre 1899-5 mayo 1900)


1900a Memoria del Comisionado Especial de Loreto dirigida al Di-
rector de Gobiemo. Río Pichis, a bordo del "Amazonas". Mayo
30 de 1900. BNP. 0/353.1/1900M

1900b Registro Oficial del Departamento de Loreto. Administración del


Comisionado Especial del Superior Gobierno Sr._. Lima: Im-
prenta Escuela de Ingenieros J. Mesinas.

Coronel Teobaldo González (19 julio 1900- marzo 1901)


1901 Memoria administrativa del Departamento de Loreto que pre-
senta al Sr.Prefecto coronel Pedro Portillo el prefecto cesante
coronel Teobaldo Gonzáles. !quitos, 8 de junio de 1901. Lima:
Imprenta Nacional.

Coronel Pedro Portillo (marzo 1901 a agosto 1904)


1902 "Memoria del Prefecto de Loreto Pedro Portillo. Loreto 31
de abril de 1902". En Memoria que el Ministro de Gobierno y
Policía Sr. Leónidas Cárdenas presenta al Congreso Ordinario de
1902. Lima: Imprenta del Estado.
1903 Memoria del Prefecto de Loreto Pedro Portillo. !quitos, junio 10
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de los Srs. Espinar, Buenaiio, Mavila, Zavala, Donayre, Von
Hassel y otros. Mandado verificar por D. Pedro Portillo durante
su administración en los mios 1901 a 1904. Trazo y dibujo de los
cartógrafos Hoemper, Baluarte y Vallejos. Lima: Litografía y
Tipología Carlos Fabri. Biblioteca Nacional de España, SG,
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agosto de 1905. BNP Ms.Rep. E699. Reproducida por Carlos
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1908 Loreto: apuntes geográficos, históricos, estadísticos y sociales.


Lima, Imprenta La Revista, 2t.
Coronel Arturo Aservi (1905-1906)

Carlos Zapata (1906-1907)


Coronel Estanislao Castañeda (1907-1908)

456
Martínez Riaza • Política regional y gobierno de la Amazonia peruana

José León y León (1908)

Carlos Zapata (1908-1909)

Francisco Alayza Paz Soldán (diciembre 1909- 3 junio 1912)


Juan José Calle (1912)
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" Las notas a pie de página a lo largo del texto incluyen algunas referen-
cias bibliográficas que no aparecen en esta lista, por no haber sido utilizadas
específicamente en la elaboración del trabajo.

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