Gaddis - Estrategias de La Contencion
Gaddis - Estrategias de La Contencion
Gaddis - Estrategias de La Contencion
ESTRATEGIAS
DE LA CONTENCION
Una evaluacin crtica de la
poltica de seguridad norteamericana
de posguerra
GEL
GRUPO EDITOR LATINOAMERICANO
Coleccin ESTUDIOS INTERNACIONALES
1~
Coleccin
ESTUDIOS INTERNACIONALES
212.145
ISBN 95()..694-044-4
A
Wendell P. C. Morgenthaler, Jr.
Coronel, USMC (Ret.)
Y
Alan T. Isaacson
Capitn, USN
PREFACIO
Se ha sugerido que los historiadores pueden dividirse en dos grupos:
"masivos" y "fragmentadores".1 Los "masivos" procuran imponer un
orden al pasado: elaboran avasallantes generalizaciones que pretenden extraer sentido de pocas enteras; procuran sistematizar la complejidad, reducir el caos, el desorden y la absoluta desprol~jidad de
la historia a estructuras ordenadas que encajen perfectamente en los
confines simtricos de los captulos de los libros, usualmente destinados a ser fanzados sobre los inocentes estudiantes. Los "fragmentadores", por otro lado, escriben en general para ellos mismos y para
sus indefensos estudiantes graduados. Les agrada sealar las excepciones, las calificaciones, las incongruencias, las paradojas; en resumen, elevan las minucias al nivel del arte historiogrfico. Ambos enfoques son necesarios, incluso indispensables, para la escritura histrica, pero no siempre se presentan en la misma proporcin, al mismo
tiempo y con referencia al mismo tpico. El hecho de establecer un
equilibrio entre "masivos" y "fragmentadores" no es nada fcil.
Esto ha sido especialmente cierto en un campo que algunas personas an no logran considerar como parte de la historia: el registro
de la participacin de Estados Unidos en la Guerra Fra. Las versiones iniciales, escritas durante la dcada de 1950 y principios de la
de 1960, tendan a lo particular -narraciones extensas pero no muy
analticas de lo que ocurri, usualmente basadas en material de memoria y en fuentes publicadas, y tambin, a veces, en informacin interna. Uno se sumerga en ellas fascinado al principio, pero rpidamente desalentado por los detalles: la pregunta "qu significa todo
esto?" permaneca sin respuesta. Una especie de respuesta se present a fines de la dcada de 1960 y principios de la de 1970 con la aparicin de la "masividad" conocida como revisionismo: sus hallazgos
eran generales, analticos, asombrosos a veces, pero solan recordar a
las cabriolas de un artista del trapecio, ya que saltaban de una a otra
conclusin sin medios de apoyo visibles. Inevitablemente, apareci la
"reaccin": llegaron los "fragmentadores" a roer los cimientos del
renisionismo hasta que muchas de sus estructuras ms impresion~mtes
-aunque no todas- se derrumbaron. No ha surgido ninguna otra
sntesis de amplitud comparable como para tomar su lugar. Los estudios de la Guerra Fra de aos recientes han tenido mucho trabajo
monogrfico muy cuidadoso, basado en gran cantidad de nuevas
fuentes, pero de l no ha emergido ninguna pauta generalizadora- Eso
es desafortunado, porque a pesar de la importancia que tiene la absor9
10
1 11
PREFACIO
12 1 JOHN
1 13
LEWIS GADDIS
.
de este libro. Algunas breves partes de l ha1:1 aparecido, ~ajo
eramente diferente en Foreign Affairs, lnternational
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decimientos familiares llegan al fmal, pero no son los
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Los i:igr~rtantes. Michael y David demostraron una poco .usual
men~s . , p 1 desbaratar ( 0 al menos no frecuentemente) la pila de
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papel~s, cm 1 'gustan los reconocimientos sentimentales) me proporno e
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darse tranquila estudiando glaciares y c1enagas, o escuc. an o a
Uie Nelson. _
J. L. G.
Helsinski, Finlandia
Enero de 1981
ABREVIATURAS
Misil antibalstico
Agencia Central de Inteligencia
CIA
Papeles Pblicos Carter
CPP
Boletn del Departamento de Estado
DSB
Papeles Pblicos Eisenhower
EPP
Comit
de Correlacin de Ayuda Exterior
TPP
Relaciones Exteriores de Estados Unidos
FACC
House Armed Services Committee
FR
House Foreign Affairs Committee
HASC
Intercontinental Ballistic Missile
HFAC
Joint Chiefs of Staff
ICBM
Comit Conjunto de Inteligencia
JCS
Papeles Pblicos J ohnson
JIC
Papeles Pblicos Kennedy
JPP
Multiple lndependently Targeted Re-Entry Vehicle
KPP
Papeles Pblicos Nixon
MIRV
National Security Council
NPP
National War College
NSC
Office of Strategic Services
NWC
Policy Planning Staff
oss
Strategic Arms Limitation Talks
PPS
SALT
Senate Foreign Relations Committee
SFRC
Submarine-Launched Ballistic Missile
SLBM
Special National Intelligence Estmate
SNIE
State-War-Navy Coordinating Committee
SWNCC Papeles Pblicos Truman
ABM
15
Captulo I
PROLOGO
La contencin antes de Kennan
"Hijos mos, se os permite en un momento de grave peligro caminar
junto al diablo hasta haber cruzado el puente." sa fue la versin
de Franklin D. Roosevelt de un viejo proverbio balcnico (sancionado, nada menos, por la Iglesia Ortodoxa), y le gustaba citarlo de
tanto en tanto durante la Segunda Guerra Mundial para explicar el
uso de aliados cuestionables con el objeto de lograr objetivos incuestionables.1 En una guerra total, crea l, la finalidad ltima -la victoria- justifica una cierta amplitud mental en lo referido a los medios, y en ningn punto ms que en el hecho de confiar en la Rusia
de Stalin para vencer a Alemania y Japn. Durante el verano de
1941, los aliados de cualquier clase eran bien recibidos en Londres
y en Washington; no obstante, la aparicin de la Unin Sovitica en
ese rubro no pudo haber evitado cavilaciones fusticas en ambas
capitales. La voluntad de Churchill de extender medidas prebendas
parlamentarias al Diablo si Hitler invadiera el infierno es bien conocida; * menos familiar es la parfrasis que Roosevelt hiciera del proverbio a un viejo amigo suyo, Joseph Davies: "No puedo aceptar el
comunismo, y t tampoco, pero para cruzar este puente le daria
la mano al diablo".2
La imagen, como lo revelaran los acontecimientos, result singularmente apta. La colaboracin del Mefistfeles sovitico ayud
a que Estados Unidos y Gran Bretaa lograran la victoria sobre sus
enemigos en un tiempo notablemente corto y con prdidas notablemente reducidas, dado t>l grado de combate involucrado. El precio,
sin embargo, fue el ase nso de un Estado totalitario ms poderoso
y ms insondable y, como consecuencia, una aparentemente perpetua
condicin de precaria incertidumbre que ahora ya ha superado muchas veces la breve e incmoda alianza que lo origin.
"Contencin", el trmino generalmente utilizado para caracterizar la poltica norteamericana para la Unin Sovitica durante la era
"Si Hitler invadiera el infierno, yo hara al menos una referencia favorable
al diablo en la Cmara de los Comunes". (Winston Churchill, The Grand Alliance
[Boston, 1950], pp. 370-71).
17
18
de posguerra, puede considerarse como una serie de intentos destinados a enfrentar las consecuencias de la negociacin fustica de la
Segunda Guerra Mundial: la idea ha sido la de impedir a la Unin Sovitica que utilice el poder y la posicin que gan como resultado
de ese conflicto para remodelar el orden internacional de posguerra,
perspectiva que ha parecido, en Occidente, no menos peligrosa que
lo que hubieran hecho Alemania o Japn de haber tenido esa oportunidad. George Kennan acu el trmino en julio de 1947, cuando
reclam pblicamente "una contencin a largo plazo, paciente pero
firme, de las tendencias expansionistas rusas'',3 * pero sera una
injusticia para con los creadores de polticas de la poca de la guerra
suponer, como se ha hecho con tanta frecuencia, que se hallaban
totalmente ajenos al problema En realidad, la "contencin" ocupaba
las mentes de los funcionarios det Washington a partir de 1941; la dificultad era fundir esa preocupacin a largo plazo con el imperativo
ms inmediato de derrotar al Eje. Lo que Roosevelt, Truman y sus
asesores perseguan era una manera de ganar la guerra sin comprometer los objetivos por los que esa guerra se luchaba; fue a partir
de sus sucesivos fracasos en el intento de lograr la cuadratura de ese
crculo que emergi finalmente el concepto de "contencin" de
Kennan.
I
Una manera de resolver el dilema hubiera sido idear operaciones
militares capaces de contener a los rusos ganando al mismo tiempo
de ellos el apoyo necesario para someter al Eje. El mis~o Truman
sugiri una cruda manera de hacerlo despus de que Hitler. atac
a la Unin Sovitica en junio de 1941: "Si vemos que Alemama est
ganando la guerra debemos ayudar a Rusia, y si Rusia est ganando debemos ayudar a Alemania, dejando de esa manera que maten
a tantos como sea posible".4 ** Pero en esa poca Truman era un
oscuro senador de Missouri; su manifestacin de algn ~oda brutal
de cinismo geopoltico atrajo poca atencin hasta que mesperadamente entr en la Casa Blanca cuatro aos ms tarde. En esa poca y cada vez ms en los meses subsiguientes, se plantearon preguntas, con respecto a s1. Estados Um'dos no h a b'ia conf'1ad o e xcesivamente
en los rusos para derrotar a los alemanes de manera demasiado abSO Kennan haba utilizado el trmino anteriormente al menos una vez,;
gurando al Departamento de Estado, en septiembre de 1946, que sus recomtiVSS
clones "deberan capacitarnos, si nuestras polfticas son sabias y no provoca tiei&
para contenerlos tanto en lo militar como en lo poltico, durante un largo
po". (Citado por'George Kennan, Memories: 1925-1950 [Boston, 1967], ~- 304_). en
Truman agreg, no obstante, que no deseaba ver a Hitler victonoso
ninguna circunstancia.
j 19
.i
20
permitir ser ms 'duros' de lo que hasta ahora nos ha parecido ventajoso con respecto a la guerra".9
Pero en general Roosevelt se resisti a los intentos de desplegar
fuerzas con el doble propsito de derrotar a los alemanes y de contener a los rusos. Sin embargo, no se resisti desde un vaco geopoltico: en su opinin, haba razones ms poderosas que una concentracin absoluta en la idea de la victoria para estrechar la mano del
diablo y poder cruzar el puente.
Una de esas razones tena que ver con la concepcin que Roosevelt
tena del equilibrio de poder. La seguridad norteamericana, pensaba, se basaba especialmente en el hecho de impedir la alianza de Estados potencialmente hostiles. Haba extendido el reconocimiento
diplomtico a la Unin Sovitica en 1933 en parte para contrarrestar
y para intei;itar mantener aparte el creciente poder militar de Alemania y de Japn. 10 Cuando el Kremlin dej de hacerse cargo de ese
rol en 1939, Roosevelt, sensible al carcter antinatural del alineamiento nazi-sovitico, dej cuidadosamente abierto el camino hacia:
una eventual reconciliacin con Mosc, a pesar de su intenso disgusto
personal ante la conducta rusa. 11 Se movi gilmente cuando se produjeron los acontecimientos de junio de 1941, lo que le dio la oportunidad de reconstituir su estrategia, a pesar de que la colaboracin
con Rusia era ms difcil de vender en un Estados Unidos todava
ostensiblemente neutral que en una Inglaterra sumida en la lucha. 12
Despus de Pearl Harbor, una de sus preocupaciones ms persistentes fue prevenir cualquier nuevo "pacto" entre Hitler y Stalin, y asegurar simultneamente la ayuda de este ltimo en la guerra contra
Japn.13 Los requerimientos geopolticos para mantener divididos a
los adversarios, por lo tanto, constituan un poderoso argumento en
contra de la posibilidad de concretar operaciones militares en contra
de Rusia y tambin de Alemania.
Junto con esta razn se hallaba su apreciacin de la naturaleza
del poder norteamericano. Roosevelt fue un temprano y firme creyente en el concepto del "arsenal de la democracia" -la idea de que
la manera ms efectiva que tena Estados Unidos de contribuir al
orden internacional era por medio de la venta de tecnologa pero
no de poder humano. Mucho antes de Pearl Harbor, ya haba procurado alistar las energas productivas de la industria norteamericana a favor de la causa antifascista: Estados Unidos, crea, deba
servir como una suerte de santuario privilegiado, sacando ventaja
de su aislamiento geogrfico y de su invulnerabilidad fsica, para
producir los bienes de la guerra, dejando que otros suministraran las
tropas necesarias para el combate. 14 Incluso despus de que la beligerancia activa se torn inevitable, Roosevelt y su principal asesor
estratgico, el general George C. Marshall, conservaron elementos del
enfoque anterior, limitando el ejrcito norteamericano a 90 divisio-
21
nes en vez de las 215 que se haban credo necesarias pa:~ venc~r
tanto a Alemania como a Japn. Tal como Marshall admltlera, sm
embargo, nada de esto hubiera podido producirse sin el poder humano de la Unin Sovitica.15 Estados unidos, en este sentido, dependa tanto del Ejrcito Rojo como Rusia de los prstamos norteamericanos, y tal vez ms. Ese ao tambin impidi que se lleva:an
a cabo operaciones militares tendientes a contener a los rusos mientras se derrotaba a los alemanes.
Haba adems una tercera consideracin, ms frecuentemente
atribuida a Churchill, pero igualmente presente en la mente de
Roosevelt: la necesidad de que sean mnimas las prdidas de vidas
humanas.* Averell Harriman es quien mejor ha resumido la preocupacin del presidente con respecto al tema:
Roosevelt estaba muy afectado por la Primera Guerra Mundial a la que, por supuesto, haba vivido muy de cerca. ~enta
horror ante la posibilidad de que las tropas norteamericanas
desembarcaran en el continente y se involucraran en la clase de
combate que l haba visto antes --guerra de trincheras con sus
apabullantes prdidas. Me parece que crea que si los grandes ejrcitos rusos podan oponerse a los alemanes, esto podra posibilitamos limitar nuestra participacin al poder areo
y naval.16
Estados Unidos era nuevo como poder mundial, debe haber pensado Roosevelt. Si los sacrificios implicados se tornaba~ dema.s1a~o
grandes, especialmente en una guerra en la que su propio terr~tor10
no pareca estar directamente Il1;~na~~ ent<?~ces !~s . presI<.mes
para un retorno al concepto de una Amenca fortificada , s1 no dir~c
tamente al del aislacionismo, podran prevlaecer. El hecho de depr
que los aliados cargaran con el mayor peso de las bajas era una
manera de asegurar el internacionalismo del futuro.
Finalmente, tambin haba que considerar el ~echo d~ que Estados Unidos tena que luchar otra guerra en el Le1ano Oriente -:-una
en la que llevaba una carga ~ayor ~ue en la de Europa. Por cierto
que la estrategia norteame~1cana, mcluso ~ntes de Pearl Harbor,
haba sido la de derrotar primero a Alemama. Pero Roosevelt reconoca que el respaldo para emprender un mayor esfuerzo contra ~le
mania requera tambin ciertos prog~es~ en .1~ guerra contra Japon:
el pueblo norteamericano no tolerana mdefm1damente las derrotas
"Fui muy cuidadoso y envi al seor Roosevelt cada pocos das un informe
de nuestras bajas" record ms tarde el general Marshall. "Trat de que en todo
momento tuviera n cuenta los resultados en prdida de vi~ humanas porque
uno se insensibiliza a estas cosas y es neci::sario sei: muy cwdad.oso Y tenerlas
siempre presentes". (Pogue, Marshall: Organizer of Victory, p. 316).
22
23
los rusos --crear un segundo frente temprano- o lo que deseaban sus crticos domsticos -desplegar fuerzas en contra de alemanes y rusos-- hubiera violentado la esencial aversin de Roosevelt
a utilizar el poder humano norteamericano para producir cambios
geopolticos de importancia en los asuntos mundiales. El presidente
intent sin duda causar un impacto, pero procur hacerlo de tal
manera de no desmoralizar ni debilitar a la nacin. En ;.-;::sumen,
deseaba impedir que los medios corrompieran a los fines. Es fcil
despreciar este enfoque como ingenuo, como han hecho algunos de
los detractores norteamericanos de Roosevelt, o como egosta, tal
como lo han considerado los rusos. Lo que parece ms probable, sin
embargo, es que la estrategia de Roosevelt reflejara el equilibrio
racional de objetivos y recursos que cualquier estadista sabio tratar
de lograr, si es que puede. se fue el infortunio de Stalin, especialmente como resultado de sus errores estratgicos entre 1939 y 1941:
el haberse negado esa oportunidad.*
II
Otra razn para dudar de que Roosevelt haya tratado deliberadamente de contener a los rusos agotndolos es que sus planes de posguerra parecan basarse en una direccin completamente diferente,
la de la contencin por medio de la integracin. F. D. R. procur
asegurar un orden de posguerra estable ofreciendo a Mosc un lugar
prominente en l, convirtindolo, por as decirlo, en un miembro ms
del club. La suposicin --crtica para comprender la poltica de
Roosevelt- era que la hostilidad sovitica surga de la inseguridad,
pero que las causas de esa inseguridad eran externas. Se basaban,
pensaba el presidente, en las amenazas planteadas por Alemania y
Japn, en la antigua aversin de Occidente al bolcheviquismo, y en la
negativa, por lo tanto, de gran parte del mundo a conceder a los
rusos su legtima posicin dentro de los asuntos internacionales.
"No nos conocen, sa es la diferencia realmente fundamental", dijo
en 1944. "Son un pueblo amistoso. No tienen ninguna loca idea de
conquista, ni nada de eso; y ahora que han llegado a conocernos
estn mucho ms dispuestos a aceptarnos." 21 Con la derrota del
Eje,** con la voluntad de Occidente de convertir a la Unin Sovi Vale la pena especular acerca de si Stalin hubiera ordenado misiones suicidas para rescatar a Inglaterra o a Estados Unidos si estos paises hubieran sufrido un severo ataque. El precedente de 1939-41 no es muy estimulante en este
aspecto.
Una de las razones de la insistencia de Roosevelt en que se le diera a
Alemania un tratamiento duro despus de la guerra era su deseo de reafirmar a
la Unin Sovitica. (Ver Robert Murphy, Diplomat Among Warriors, Garden City,
N. York, 1964, p. 227).
24
tic~ en socio ?ara dar forma a la paz futura, las razones de la suspicacia de Stalm, esperaba Roosevelt, se disiparan gradualmente.
El presidente jams haba visto en la orientacin ideolgica del
Soviet una razn que impidiera tener relaciones cooperativas a nivel
interestatal. Como liberal, careca del horror visceral que los conservadores norteamericanos experimentaban ante el uso de la autorid:1d estatal ~orno medio de producir cambios sociales. Como patricio autoconfiado, descartaba el atractivo que el comunismo pudiera
ejercer dentro de los Estados Unidos.22 Como defensor del equilibrio
de poder internacional, distingua la confianza del fascismo en la
fuerza para lograr sus objetivos y lo que consideraba el uso menos
peligroso que haca el comunismo de la subversin y la propaganda.n
Pero, ms importante an, como observador inteligente de la escena
internacional, reconoca el significado de un~ tendencia de la ev<>lucin del Estado sovitico que muchos expertos de ese pas recin
empezaban a comprender: el hecho de que las consideraciones del
inters nacional haban llegado a oscurecer las consideraciones ideolgicas como determinante de la conducta de Stalin.
Fue dentro de este contexto que Roosevelt desarroll su idea de
integrar a la Unin Sovitica a una estructura de seguridad de posguerra. F.D.R. ya haba defendido alguna forma de condominio de
los grandes poderes para mantener el orden mundial. Se ha dicho
que fue "un wilsoniano renegado" que persegua finalidades similares a las de Wilson por medios no wilsonianos .24 Entre esas finalidades, se destacaba su conviccin de que los Estados amantes de la
paz d_eban. reunirse para acabar con la agresin, primero por medio
del ~uslamiento de los transgresores y luego, de ser necesario. por
medio del uso de la fuerza. Ya en 1935 Roosevelt haba empezado a
hablar ?e un :1cuerdo siguiendo esos lineamientos para bloquear a la
Alemama nazi; dos aos despus propona planes igualmente vagos
para. lograr una resistencia colectiva contra Japn.25 Nada result
de mnguna de estas dos iniciativas, pero vale la pena sealar que Roosevelt haba contado con la cooperacin de la Unin Sovitica en
ambos casos. No fue sorprendente, entonces, que despus de junio
de 1941, cuando Mosc volvi a hallarse en posicin de cooperar con
Occidente, F. D. R. haya revivido su plan, esta vez bajo la forma de
los "Cuatro Policas" -Estados Unidos, Inglaterra, la Unin Sovitica y China-, quienes, segn lo describa el presidente, impondran
el orden al resto del mundo de posguerra, bombardeando a cualquiera que no se aviniese.26
Se ha argidp que el concepto de los "Cuatro Policas" reflejaba
una suposicin poco realista por parte de Roosevelt, la suposicin de
que los grandes poderes siempre estaran de acuerdo, expectativa que
pareca dolorosamente inadecuada con respecto a la naturaleza obviamente antagnica del sistema internacional. Una vez ms, sin em-
25
bargo, las manifestaciones superficiales resultaron engaosas. "Cuando hay cuatro jugadores en una mesa de pker, y tres de ellos estn
en contra del cuarto", dijo F. D. R. a Henry Wallace a fines de 1942,
"es bastante duro para el cuarto". Wallace entendi que esto se refera a la posibilidad de que existieran presiones norteamericanas,
rusas y chinas contra los britnicos, y sin duda el presidente hizo
esfuerzos, por lo tanto, para impresionar tanto a Stalin como a ChiangKai-Shek con sus propias aspiraciones antiimperiales. 27 Pero Roosevelt les deca a otros, ms o menos simultneamente, que necesitaba
a China como uno de los "Cuatro Policas" para equilibrar a Rusia.28
Y por cierto Churchill, sin que siquiera se le pidiera, poda haber
contado con la idea de unirse en una empresa as, de haber sido
necesario. El cuadro es difcilmente anticipador de alguna clase de
armona; por lo tanto, ms bien recuerda a la tctica de sangre fra
de Bismarck, destinada a desequilibrar a los rivales potenciales impidindoles alinearse entre s.29
Adems, Roosevelt no estaba utilizando lo que una generacin
ms tarda llamara "vinculacin" para asegurar el acatamiento de
los objetivos norteamericanos de posguerra. Su empleo de presin
poltica y econmica para acelerar el desmantelamiento del Imperio
Britnico ha sido documentada de manera plena recientemente.30 No
se impusieron requerimientos comparables a los rusos, probablemente
porque Roosevelt tema que la relacin, a diferencia de lo que ocurra
con respecto a Londres, fuera demasiado frgil como para soportar
la tensin.31 Sin embargo, se guard ciertas cartas en la manga para
tratar con Mosc despus de la guerra, especialmente el proyecto de
asistencia a la reconstruccin por medio de prstamos de posguerra,
junto con una generosa cantidad de reparaciones desde la Alemania
ocupada por Occidente, todo lo cual Washington hubiera podido controlar a la luz de la conducta sovitica.32 Adems, y de manera sorprendente, estuvo la negativa de Roosevelt, incluso despus de enterarse
de que ellos lo saban, a decirles a los rusos acerca de la bomba atmica, tal vez con vistas a una negociacin de posguerra.33 Esta combinacin de contrapesos y vinculaciones no es lo que uno esperara
de un estadista que asume un entorno de posguerra plcidamente sereno y dichoso: aunque Roosevelt ciertamente esperaba ese resultado, era demasiado buen jugador de pker como para contar con l.
Pero el principal nfasis de Roosevelt fue el intento de que la
Gran Alianza sobreviviera a la derrota de Hitler por medio de la
creacin de relaciones de mutua confianza entre sus lderes. El ncleo de su preocupacin -y sin duda el nico lder aliado que no
se hallaba todava en posicin de dependencia con respecto a Estados Unidos- era Stalin. F. D. R. ha sido criticado por pensar que
poda usar su encanto personal para "llegar" al autcrata sovitico,
cuya resistencia a esos ablandamientos era legendaria.34 Pero, como
26 /
corazonadora q
fu
b e?'~s a el, tena poco sentido tratar con u7 . era la perspectiva de
a Jo. y vale la pena advertir
. a gmen que estuviera ms
teamericano-soviticas siemp que las me1oras en las relaciones nortres ltimas dcadas ; media,r~e
se han. producido durante las
na base de respeto mutuo si no c n .dado siempre que existi alguocur:e el ejemplo de Eise~howe o~1anza, entre los lderes: se nos
~e Ginebra de 1955, Kenned
r y ruschev despus de la cumbre
tica cubana, y Nixon y Bre:h~e~~sch~v .d~spus de la crisis misilsGanar la confianza de St I'
pnnc1p10s de la dcada de 1970
la curiosa excepcin de ~~~l puede haber sido imposible -nadie co~
gra~o. Pero el hacer el inten:~ entre 1939. y 19~1, parece haber!~ lo?1ac1a y la poltica de os
, dadas las mcertidumbres de la di Iomgenua.
p guerra, no era una empresa irracionaf ni
rerra,
27
\1:
III
1
Se ha sealado, correctamente, que los presidentes tienen considerable capacidad de definir y moldear a la opinin pblica: eso implica que Roosevelt pudo
haber "educado" al pblico para que aceptara un acuerdo basado en las esferas
de influencia clsicas. (Ver Ralph B. Levering, American Opinion and the Russian
Alliance, 1939-45; Chapel Hill, 1975, pp. 204-7). Pero lo que es importante no es el
poder terico del presidente de manipular la opinin pblica, sino su verdadera
percepcin del poder. Y hay fuertes evidencias de que Roosevelt habitualmente
subestimaba su influencia en este aspecto, en lo que a asuntos internacionales
se refiere,
28 /
,
cavilaban en relativo aislamiento ac
d 1 b. pais, os d1plomaticos
entre los objetivos de os
erca_ e a ismo que vean abrirse
del Atlntico.41 Pero f~er:!:el:,a
s.tahn .Y lo~ principios de la Carta
en la Unin Sovitica quienes d unc10lnlanos con experiencia directa
esarro aron las
, f
.
yentes reservas con res ecto a I
.
.
mas uertes e mflusevelt. Los intentos de~ti d
a actitud abierta. y generosa de Roomedio de la generosidad n~ o~ a ganar la confianza de Stalin por
men~aban: el dictador so~i~c uena voluntad no funcionaran, arguestas. cualidades con deb T d do ~ra demasi~do proclive a confundir
reconocimiento del hecho I ~ea ~e ~ que__hacia ~~!.ta, en cambio, era
ni perdera la guerra y que si~
~- Umon Sov1et1ca no abandonara
~aplicar muy pronto' toda la inf~~e~~~:~s ~ccident~les n? empezaban
hn lograra su propio acuerdo d
. e a q~e d1spoman, el Kremo intereses de los aliados.
e paz sm considerar las aspiraciones
:e
s om res hab'
d
.,
.
convencidos de que la estrategia de 1 ian i o. a la f!~1on Sovitica
sevelt era adecuada ambo h b'
a ayuda mcondic10nal de Ro0cionar. Al cabo de u~ ao :. a l~n estado resueltos a hacerlo funcebir reservas con respec;o m em argo, ambos haban llegado a conhecho de confiar en los ruso ~s~_estrategia.' sobre la base de que el
ciones recprocas de confan: a ia producido muy pocas manifestabri que sus esfuerzos destin:Joor parte d~ ellos. ~~, Deane descuse estrellaban contra la ret"
. s a coordmar actividades militares
.,
.
icencia de los rusos a
. .
c1on o Instalaciones; en tanto Harri
. . , compartu: mformala tendencia rusa a imponer ~cuerdo~an ~e. irnto ~ada vez ms ante
pa Oriental a medida que los . , .
poht1cos umlaterales en Eur0hombres haban expresado s:1;rc1t~s :~traban en esa regin. Ambos
fines de 1944: "Debemos de'ar ;;:st~ac1on ~on palabras fuertes para
ellos a cambio de nuestra Jb
c arlo que es lo que esperamos de
uena vo untad"
b ,
septiembre de ese mismo ao "A
' escn io Harriman en
ltica actual, s evidente ue I~ Un~enos ~~e. cambiemos nuestra pornolestia mundial siem r q
i_on Sovietica se convertir en una
gratitud es 1
p e que sus mtereses estn involucrados" "La
a go que no se puede esperar de la Unin Sovi~ica"
29
30 1
La muerte de p D R
.,
trate
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g1a que probablemente l m.
m~no a una revisin de
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ismo hubiera lle d
su esrealidad se pr~d~J: ~=rryneraS taTn abrupta y con~~s~ ~o':i~ ta su tiemrespecto I
ruman tot l
que en
tural y c:ns~I~u: Rl oosevelt haba tratado ~~~:~:rdehs~nformado con
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os asesores d 1 d"f
' izo lo ms
mas irectamente aso . d
e I unto presidente p
naHarriman hab
. c1a os a los asuntos soviti
. ero aqullos
ahora co~
an intentado endurecer la
..c,os, especialmente
blaro~ sus e~~ nuevo eject:tivo sin tutores e%1s1cC1on de Roosevelt;
uerzos en el se t. d
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recer decisivo y al
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n I o de la "educacin" A .
. re o.
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Truma
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n acepto estas instrucc1one
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, me uso a a 'll
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de su predecesor.4s El resulta~ ~stm.ta, d~ las graciosas amla polt~:que quid pro qua en la conviccfnue iromco'. Truman adop-
la estaba
relacion
us1v1 ad de p D R . .
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es norteamericano-soviticas i 1 . . . s1gu1 azotando las
De hecho (y a pesar d .
' ne ~so, despus de su muerte
q~e los alemanes y los ruso:
comentano de 1941 acerca de de .
;:' s preparado que Harriman e ~ataran entre s)' Truman no est1:~
C~ una. acomodacin con Mos% ~an~ para .abandonar la posibilidad
de ~~f h1II de desplegar las fue~as e~~~~ firmemente el consejo de
:u
fuera
parte para reparar el dao q
p ms ~ Mosc en mayo de 1945
~u~ho despus de que se a ~~a~u propia brusquedad haba caus~d:n
p1d1endo el conse. o d
g
on sus relaciones con Stal.
. ..
vitica, especialm~nte ed=q~:llos ~e simpatizaban con la J~~~I
nuevo presidente albergaba nry l allace y de Joseph E. Davies
~ todos los !!stados totalitari~~ l:a i~~~~le, escepticismo con resp~cto
torfa1~~~mstt' era simplemente una ex~~=~ pensaba, ya ~uera fasdso, a igual que Roosevelt
. para un gobierno dicta;;1 en s mismo pudiera impedir el' d~~a~~nl~1d~raba q~e el totalitaris.~ manera poco sorprendente si se t"
o o e relac10nes normales
c10n, la ?aloga de los amos ~olticos1ene en cuenta su propia forma~
tados Umdos es lo que ven1'a f 1
de las grandes ciudades de Es
vez n fu
.
c1 mente a s
lI . eran delicados ni melindros
u mente: sus mtodos tal
e os siempre que mantuvieran su pa~sb pe! uno poda trabajar con
Truman hall un espritu
. ~ ra.
f:~~~~u se~retario de Estado ;~~~a~~p:~/~mes Byi:nes, a quien
,
o e vasta experiencia en
e asumir el mando
;l-
31
LA
32
cia en Europa Oriental.51 La publicidad, dirigida contra las violaciones soviticas del acuerdo de Yalta en esa parte del mundo, no produjo un xito mayor: cuando Byrnes advirti que tal vez tuviera que
hacer pblico un informe acerca de las condiciones en Rumania y
en Bulgaria preparado por el editor norteamericano Mark Ehridge,
Stalin, con comprensible autoconfianza, amenaz con hacer que su
propio observador "imparcial", el periodista sovitico Ilya Ehrenburg,
preparara e hiciera pblico su propio informe acerca de esos pases.sz
Los rusos manejaron efectivamente el tema de la bomba atmica
aparentando simplemente ignorarla, salvo en el caso de unos pocos
ccteles del ebrio Molotov. En el intervalo, las presiones domsticas
haban obligado a Truman a comprometerse con el principio de control internacional antes de que Bymes intentara siquiera extraer un
quid pro quo de Mosc.53
En el momento de la conferencia de primeros ministros del Exterior en Mosc, en diciembre de 1945, Byrnes ya haba llegado a la
misma conclusin a la que haba llegado Roosevelt un ao antes: que
la nica manera de reconciliar el inters norteamericano de la autodeterminacin con el inters sovitico de la seguridad era negociar
acuerdos levemente disfrazados, destinados a velar la realidad del control de Mosc detrs de una fachada de procedimientos democrticos.*
Pero ese enfoque, manifestado bajo la forma de concesiones por parte
de los rusos en Bulgaria y en Rumania, lleg a lo domstico como apaciguamiento: como resultado, Byrnes se encontr como blanco de los
ataques del presidente y del Congreso, a su regreso, por haber concedido demasiado.54 La estrategia de quid pro quo, a principios de 1946,
no slo no haba producido resultados, sino que tambin se haba
convertido en una problemtica domstica.
El enfoque de quid pro quo demostr ser poco exitoso por varias
razones. Una fue la dificultad para lograr que los "palos" y las "zanahorias" fueran adecuados a las concesiones que deban demandarse
a la otra parte. Los "palos" de los que dispona Estados Unidos eran
poco efectivos, como en el caso de la publicidad, o inutilizables, como
en el caso de la bomba atmica. La mayor "zanahoria", la ayuda econmica, era importante para Rusia, pero no hasta el punto de justificar las concesiones requeridas para obtenerla. Otra dificultad de la
estrategia era el problema de la coordinacin. Negociar implica la
capacidad de controlar precisamente la combinacin de presiones e
inducciones a aplicar, pero ello a su vez implica direccin central,
algo que no es fcil en una democracia en la mejor circunstancia, y
por cierto menos an en el primer ao de una administracin inexperta y mal organizada. Las influencias extraas --el Congreso, la
Debe seala~e que los rusos, a cambio, extrajeron una concesin de Estados Unidos que aparentaba ampliar, aunque en realidad no lo hiciera, el rol que
desempeaban en la ocupacin de Japn.
coNTi:NeIN
ANTES DE KENNAN
33
.
incluso las personalidainin pblica, las burocracias,
ne ociacin, entorpe0
a
en
a d:atisf;cer con los incen. d el alineamiento de as e .
cien o
.d
r decir lo romroo.
1 .
erroeabilidad
tivos ofrec1 os: p~ l dificultad era simplemente a irop . de quid
Pero la prmc1pa
.
. externas. La estrategia
.
de la Unin Sovitica a las ~nfluenc1a~a de Roosevelt, que la c~nduc~a
ro qua haba supuesto, al igual que f era: la nica diferencia ~ab~a
~el Soviet poda ser afectadaEdesde11d~d sin embargo, la experiencia
~:~~ti~%~n
~nterferi\
~~df~~~::
IV
.
a un individuo se le d
ro en el curso de la diploroai;13: qu~ocumento, ideas de tanta
;;p;:sar, dentro del roar~o de~~~~~~~ cambien la dir~ccin de.;;
fuerza y persuasin que mn;i~d se fue el efecto, sin embargo., eJ poltica exterior de una a~I~~O palabras enviado desdel ~fo~~upa~~~
. d por el telegrama e .
I t d por un perp e30
c1 o
l 22 de febrero de 1946. ns a o
. de afirmaciones
~:~~~nd: Estado a explicar la cre~ie~~: ~~x;;;:c:~viticos, Kennan,
antioccidentales en los discursase ael fin se le preguntara, y de .exfaslegra porqu
un m orean una mezc1a d e a.
. orado hasta entonces, coropu~ 0
la in-
me so re
den de la experiencia
di lorotico de
tensidad que proce
di'10 otra vez acerca de otro . p
iropacto
d
jerc1eron
.
d T l como se
re Crowe,
-<~icas
ribiendo acerca d e Ey
las relaciones bnww.u
1ares aunque meomce, cu~o "~~~~e~~ero de l?<J7. er~ci~~;~s~/rce and Foreign Pocon Francia. Y e(Citado en zara s. stemer,
e
nos dramticos.
969) p 117).
1898-.1.914
[Londres,
1
'
.
.
licy,
34
35
La tesis del "largo telegrama" de Kennan era nada menos la afirmacin de que la base de la poltica norteamericana para la Unin
Sovitica durante y despus de la Segunda Guerra Mundial haba
sido errnea. Esa poltica, ya fuera la forma del nfasis puesto por
Roosevelt en la integracin o del de Harriman en la negociacin, haba
supuesto la inexistencia de impedimentos estructurales para las relaciones normales dentro de la Unin Sovitica misma; la hostilidad
que Stalin haba demostrado hacia Occidente, en cambio, haba sido
el resultado de las inseguridades producidas por amenazas externas.
~stas podran superarse, se haba credo, ganando la confianza de
Stalin por medio de la generosidad, o bien ganando su respeto por
medio de un enfoque quid pro qua. En cualquiera de ambos casos,
se haba credo que la eleccin en cuanto a si la cooperacin continuara o no dependa de I!stados Unidos: si Washington elega el
enfoque adecuado, los rusos se avendran a l.*
Kennan insista en que la poltica exterior sovitica tena poca
relacin con lo que Occidente hiciera o dejara de hacer: la "lnea del
partido no se basa en ningn anlisis objetivo de la situacin ms
all de las fronteras de Rusia ... surge principalmente de las bsicas
necesidades internas rusas que existan antes de la guerra reciente
y que siguen existiendo hoy". Los lderes del Kremlin eran demasiado
poco sofisticados como para saber cmo gobernar por otros medios
que no fueran la represin: por lo tanto necesitaban excusas "para la
dictadura sin la cual no saben gobernar, para las crueldades que no se
atreven a no infligir, para los sacrificios que se ven obligados a demandar". El hecho de pintar el mundo externo "como maligno, hostil y amenazante" es lo que suministraba esa excusa. "Un entorno
internacional hostil es el hlito de vida para el sistema interno prevaleciente en este pas", argumentaba Kennan en otro despacho al Departamento de Estado, el mes siguiente. "Nos enfrentamos aqu con
un tremendo inters dedicado a la afirmacin de que Rusia es un
pas que camina por un sendero peligroso rodeado de enemigos implacables. La desaparicin de Alemania y Japn (que eran los nicos
peligros reales) del horizonte sovitico no dej a ese inters ms
opcin que la de tomar a Estados Unidos y al Reino Unido para
llenar ese vaco".55
El grado en el que la conducta sovitica estara determinada por las actitudes occidentales fue el tema ms tratado, en los anlisis de la poca de la guerra,
de las relaciones norteamericano-soviticas emprendidas por el Office of Strategic
Services. Ver informe de Research and Analysis 523, "Political Orientation and
Morale of the URSS", febrero 23, 1943; 959, "The USSR and Yugoslavia", junio 19,
1943; 1109, "The Bases of Soviet Foreign Policy", septiembre l, 1943; 2073, "Russian
Arms in Germany and the Problem of Three-Power Cooperation", mayo 11, 1944;
2284, "American Security Interests in the European Settlements", junio 29, 1944, y
2669, "Cupabilities aqd Intentions of the USSR in the Postwar Period", enero 5,
1945, Office of Intelligence Research files, Departament of State, Record Group 59,
Diplomatic Branch, National Archives.
.
na resolucin de las diferencias
No poda haber, enton~es, mngul f' in de la amenaza externa
.
confiaba en a icc
con ese gobierno, qu~ . .
interna "Algunos de los que estamos
para mantener la legitmndaiir las medidas que debera ad?ptar nuesaqu hemos tratado de conce
gui'r a cualquier prec10, la meta
,
.
ente deseara perse
.
1
tro pais si rea m
. 't'
,. seal Kennan en marzo.
de desarmar las sospechas sovie icas ,
., d
ue tan slo el desarme compleHemos llegado a la conclus10n e q avales y areas a Rusia y la ceto, la entrega. de nuestras fuerza~s~as norteamericanos empezara
sin del gobierno a los comun
caso creemos -Y no es
incluso en ese
l
,
se le tiende una trampa y
a rsolver el pro b ema, e
. , .
que Mosc sospechana que
iromcodesconfianza.
seguira albergando la mayor
1 h ho" continuaba Kennan. "de
"Nos encontramos as con e d ec
~rte integrante del sistema
q
de la campana a 1a
vibrar con una resonancia
mi asombro, le dio de lleno y la puso a " Lo que no siempre se
, d
nte muchos meses .
f
que no se acal 1ana ura
u Washington acord tal de eha explicado adecuadamente es i:'.r q
h ta ese momento oscuro
renda a las opinione_s _de un c~si. jO:~n Jab:scuenta del hecho, como
funcionario del Servicio Extenord q
"el Washington oficial, cuyos
lo expresara ms tarde Kenna~, e ~ub~l'dad estn determinados por
d d
de msensi i 1
. d
estados de receptivi a 0 . .
t
intrincadamente arraiga as en
corrientes ~mocionales subjetivas ~ncomplicados pacientes de Freud,
el subconsciente como las de los m
. ",,
.
t 0 a recibir el mensaje .
.
.
.
estuviera dispues
una creciente conciencia
,
h
arece evidente, era
d
La razon, a ora p
.
haba funcionado, pero na a
de que la estrategia del quid pro qua nol
r Los anlisis de Kennan,
.
d ' que tomara su uga
;;
1
,,
36 /
,
paciencia occidental y em eza , a , ern~tlva mas deseable era la
cin sobre s mismC:s O tpl nan las1 a e1ercer la necesaria restric. ' a como o expresar f
al presidente Truman de Clark Clifford
a e m orme _top-secret
teamericano-soviticas, entregad
l acerca de ~as relac10nes nortra ~speranza que ellos cambi~r~~ ed mes _d:, setiembre: "Es nuesnosotros un acuerdo justo .
. . e opmion Y elaborarn con
demasiado fuertes como pa~ eqmt~tivo cuando adviertan que somos
como para ser atemorizados~'.6~er errotados y demasiado decididos
"Paciencia y firmeza" se convirti,
l
.
tratos con la Unin Sovitica d
o e:i a c~ns1gna para todos los
, f .
e ese ano -s1 haba l
tal como lo haban recomendado los . f
d E
a gun en as1s,
"firmeza" 62 El nuevo
f
Je es e stado, era sobre la
,
'
en oque se reflej sob
t d
.
1 eal
Oriente,
irar sus tropas de Irn a b d
d_emandas de concesiones y de establecimiento de ~a a an ~nar s;is
dond~ela ad:.7~s:r~!e:i~~
al
de la presencia de la Sexta Flota en 1
. e. abastecida y a hacer
permanente del mund 0 d
as aguas circundantes un rasgo
.
e posguerra63 Se reflej tambin en Le
0
donde \.\'..ash1ngton continu resistindose a la posibilidadJandoe
q ;:eenlotes, rusos
ocuparan un
pn dejand
1
_ugar prommente en la ocupacin de Ja,
o en c aro al mismo tiempo su determinacin de impe-
37
1
1
38 1 JOHN
LEWIS GADDIS
mas con la l
, d
blicano preocupado por la eco~o ,
e ecc~on e un Congreso repu~uc~as chances de revertir est::11:e::e::~t;1m~re de 19~6, no haba
imphcaba un compromiso . b. rt
.
.a Doctnna Truman
sovitico, por lo tanto en u ie o de resistencia al expansionismo
hacerlo haban desapa~ec. d n ~omento en el cual los medios para
1 o casi por completo
E sta deficiencia obvia de6 e
1
ctro
el
Captulo 11
39
-n:GIA DE LA coNTENCIN
KENNAN y LA ...,.~
.
40
I
Todas las definiciones del inters nacional en los asuntos internaci0nales tienden a .. la suavidad y a lo irrecusable: todas parecen caer,
de una u otra forma, en la necesidad de crear un entorno internacional que conduzca a Ja supervivencia y la prosperidad de las insti-
1 41
l
"n Por cierto que la definicin que
tuciones domsticas de a nac1d .1948 no se apartaba de este esqueKennan consign en el verano ale de nuestra poltica exterior", afires
ma. "Los ob1"etivos
. fundament
...
m, "deben ser siempre .
. , es decir la permanente
dad de la nac1on,
"d
l. Proteger l a segun
. 1 desarrollo de su v1 a
capacidad de este pa~ de p~osegw.r i::enazas de interferencia,
interna sin interferencias ,senas, o a .
r parte de poderes foraneos, y
po
.
ueblo, promoviendo un or?en
2. Procurar el bienestar de su ~n pueda hacer una mxima
mundial en el cual esta nac , .
ordenado de otras nacontribucin al desarr?llo p:c1f1~~i~s de sus experiencias y
dones, derivando mximos ene
capacidades.
,
". ams se lograr una seguridad co~pl~ta
Kennan advert1a que J
al" Cualquier enunciacin
ni la perfeccin del ~ntomo mt=~~i~~ d~ los casos, "una indicaf~ al" s Sin embargo, esto fue
de objetivos slo pod1a ser, edn .
mspecto
. a la identiflcac1
. "n d e l
,
cin d e d"irecc1"n , no de unl estmo
lo ms cerca que Kennan 1 eg,?_ co; ~:ro de los asuntos mundiales;
irreductible i.nters de la :a~1i~~an ecuestionado su formulacin. ~
muy pocos, sospechamos, u
. .
recisamente qu se requena
tarea ms difcil era la de. especif1~r p . ,
la solidaridad del enpar~ incremen!ar la segundad de a nac1on y
tomo internacional.
.
haban respondido a esta
Tradicionalmente, los no:t~r:;;r:i~8:1~aneras. Una era lo que l
Kenna ,
, "que si todos los
Pregunta argumentaba
f
" versalista" que supoma
llamaba el en oque. um
:b. 'ciertas reglas de conducta estnpases fueran ind~c1dos a suscn s l~raciones de poder, los prejuicios
dar, las feas realidades --las 1 p . ac1"onaies- se veran forzadas
d"
los ce os irr
'
nacionales, 1os o ios. y
d
, de la corti:ia protectora de las
a retroceder hasta situarse etras l
roblemas de nuestra polrestriccioi:ies legale~ acep,tad~s, Yd a ~~sptrminos familiares de lo~
tica extenor se venan asi r~ uc1 s decisin de la mayo ria". El umprocedimientos p~rlament~n~~dy dad armona en los asuntos interversalismo supoma la pos1b\ l a
e edio de la creacin de estrucnacional~s'. procuraba log~~r a dp~:s~aciones o las Naciones Unidas,
turas ar:t1f1c1ales c~mo la tg~ e ad de las naciones para subor?inar
y su xito depend1~ ~e la vdo unt
.d d a los de la comunidad mtersus propios requenmrentos e segun a
nacional.
.
d
. ta por Kennan como el enfoque "par. La. otra ..opc1n .~::c et~~~pcon respecto a cualquier inidat.':a de
uculanzado . Era
.P
.
1 s dentro de conceptos legalistas.
comprimir los asuntos .1d.ntema::~~portante que la forma, y que se
Sostiene que el contem o es
.
42 /
,
quier estruct
f
encima de el. Considera que el h b
ura ormal que se site por
en muchos pueblos que no p dam re de poder sigue predominando
ue en ser sa d
?d a que no sea una contrafuerz
,, El
c~a os m. controlados por
idea de unirse con otros gobierna . .. particularismo no rechaza la
pero para ser efectivas dichas ali~s para preservar el orden mundial,
dera comunidad de intereses
d nzas deben basarse "en una verdaentre grupos limitados de gobY e enfoque, lo que slo se produce
to de Ja ley internacional u ~ernos, y no en el formalismo abstraenacionales".9
mversaI 0 en las organizaciones inter. Kennan consideraba al univers .
1
piado de los intereses norteame . ismo como un encuadre inapro, ,.
b res en todas partes son ba'si'c ncanos porque
.
supoma que los homamente urual
.
0
ammados sustancialmente por 1
es a nosotros, que estn
.
nes, que todos ellos reaccienan s~s t mi~mas esperanzas e inspiracioen determinadas circunstancias" ~ anci~lmente de la misma manera
ble del entorno internacional er; s~ra. el l~ caracteristica ms notael hecho de tornar contingente 1
di~ersidad, no su uniformidad;
la difusin mundial de las inst'ta ~egundad nacional por encima de
norte
.
, exce.
d er l as capacidades
nacionales I uc1ones
.
, amencanas
sena
n:ias instituciones. "Somos gr~n~~~iendo as1 en peligro a esas misY fuertes, pero no somos sufic1entemente grandes 0 fuerte
s como para
.
someter a todas . . . las fuerza h
.
conquistar o cambiar 0
hacerlo implicara pedir a nue:t ost1le~ o irresponsables. Intentar
s mismos alteraran completam ro t propio pueblo sacrificios que en
tras instituciones polticas y p end e, nuestro modo de vida y nuesd e nuestra poht1ca
lo s verd a d eros objetivos
. .
, . al tratar, de der f enamos
d
e en erlos " 10
El universalismo tambin invol
Unidos con una meta que Kenn
uc~aba comprometer a Estados
deseable: la eliminacin de los an ~~eia no era posible ni tampoco
nacional. Eso slo poda logrars~on Ictos armados en la vida intermiento del statu quo -"Ia gente pensando, por medio del congelamente cuando su inters es mante~ ~e ,~parta del statu quo pacficaentrarnpar a la nacin "en tan a ebr 0 - . Y eso a su vez significaba
rosos y apns10nadores
m1sos
como para impedirnos em som
compro1
tos mundiales de maneras que s~r7:~ nuest:a. Influencia en los asuny Ja estabilidad mundiales" El h h beneficiosas para la seguridad
.
.
ec o era qu l
,
po d ia ser mala, la paz no siempre b
. ,, e a guerra no siempre
d e una pns1on,
. . , s1. eso es lo que s duena Hay 'paz , t ras los muros
vaquia de hoy".
e esea. Hay 'paz' en la ChecosloPor desagradable que pueda s
de que puede haber casos en er, debemos enfrentar el hecho
1
parte del mundo en escala Jimt~ que la violencia en alguna
alternativas, ,pues esas alternat:v se~ ms deseable que las
1 43
:s
de ntiestra habilidad para establecer un equilibrio entre las fuerzas hostiles o poco confiables del mundo: ponerlas, cuando sea
necesario, una en contra de otra, para lograr qu.e gas~en en el
conflicto entre ellas, si es que deben gastarlos, la v10lencia y el fanatismo que de otra manera podran ser dirigidos en nuestra contra, para que se vean as obligadas a am-1:larse y agotarse mutuamente en conflictos internos, con el objeto de que las fuerzas
constructivas que trabajan por la estabilidad mundial puedan
seguir teniendo posibilidad de vida. 13
KENNAN Y LA
44 1
Tal vez la armona no fuera posible -lo que no es una conclusin sorprendente dentro del enfoque pesimista que Kennan tena
de la naturaleza humana-, pero se poda lograr la seguridad de
todos modos por medio de un cuidadoso equilibrio de poder, intereses y antagonismos.
Varios corolarios se desprendan lgicamente de esta argumentacin. Uno de ellos era que no todas las partes del mundo eran
igualmente vitales para la seguridad norteamericana. "Debemos elegir primero", escribi Kennan en ~gosto de 1948, "esas reas del mundo que . . . no debemos permitir que caigan en manos hostiles a nosotros, y ... debemos defender, como primer objetivo especfico de
nuestra poltica y como mnhno irreductible de seguridad nacional,
el mantenimiento de regmenes polticos en esas reas mnimamente
favorables a la persistencia del poder y la indep~ndencia de nuestra
nacin". La lista hecha poi:; Kennan de esas reas inclua:
A.
Las naciones y territorios de la comunidad atlntica, que incluyen a Canad, Groenlandia e Islandia, Escandinavia, las
Islas Britnicas, Europa Occidental, la pennsula ibrica, Marruecos y la costa occidental de Africa hasta la saliente, y los
pases de Sudamrica desde la saliente hacia el norte;
B. Los pases del Mediterrneo y de Medio Oriente hacia el este
hasta incluir a Irn, y
C. Japn y las Filipinas.
La creacin en estas regiones de "actitudes polticas favorables
a nucs.:ros conceptos de vjda internacional ... exigir todo el poder y
el ingenio de nuestra diplomacia durante algn tiempo. La posibilidad de crear esas condiciones y actitudes en el mundo en general est
claramente ms all de nuestro poder en este momento, y lo estar
durante muchas dcadas todava". 14
Kennan refin ms este concepto durante el mes siguiente. En
lo que reconoci como una excesiva simplificacin -"estoy tratando
de llegar al ncleo del probllema, y acepto que puedan argumentar
acerca de los detalles"- Kennan dijo a los estudiantes del National
War College que "slo hay cinco centros de poder industrial y militar en el mundo que son importantes para nosotros desde el punto
de vista de la seguridad nacional". Esos puntos eran Estados Unidos,
Gran Bretaa, Alemania y Europa central, la Unin Sovitica y Japn. Slo en estas localidades "existen los requisitos climticos, de
fuerza industrial, de poblacin y de tradicin que permiten a esos
pueblos desarrollar y lanzar el tipo de poder anfibio que tendra que
ser lanzado si nuestra seguridad nacional se viera seriamente afectada". Slo uno de' estos centros de poder se hallaba, en ese momento,
en manos hostiles; el principal inters de Estados Unidos en los asun-
ESTRATEGIA DE LA CONTENCIN \
45
, d
oese mismo control .
to de los cmco centros e p
. No se pretenda que este ~onc~pt e's de Estados Unidos en el
1 nico m er
, 1
der vitales represent~r~. e b su lista anterior, Kennan recon~c~a .
mundo: tal como lo m ica:
de influencia dentro del hemis.~no
necesidad de una segura es era
los centros de poder industn. , a
occidental, as como del ac:ceso a
los puntos defensivos cruciales
las fuentes de materias prima~ y a ue de todas las variedades
de todo el mundo. Lo que decia era. qt rnacional el poder industnal
poder existentes dentr<;> de la esce~; :~ ~anto, era 'necesario poner un
militar era el ms peligroso, y, p ntenerlo bajo control.
nfasis primario en el hecho de ma
do establecer que, como las
Adems, Kennan. estaba pr?cura~ ecificarse las prio,ridades ~el
capacidades eran limitada~'. d~bia~t: :unto en un poco habitual d1sinters. Hizo una elaborac1on ~ e
urso pblico de fines de 1949.
e
.
, profundos ms intrinca
h
creemos. Las limitac10Los problemas de este mu ndo son mas
.bl de lo que mue os
. 1d l
.
dos y ms macces1 es . ,
al uer otra nacin a1s a a, ones de lo que esta nac10n, o cu, q
produccin material que
,
w ~ ~cr~u
Y
~
orana con ese marg
.ores son mayores de lo '!-ue s
~uede dedicar a los asuntos .exten 1 tanto que economicemos
lemas recordar. Es imperativo, por los apli~uemos en aquellos
nuestros limitados recursos, ~ q~s productivos.
casos en los que sabemos seran
?e
'f
in de "ciertas categoras de
Lo que se requera era la identi ~c~~der menos pronta y plenanecesidades a las que podre~~s .r:t~ no deba comprenderse con:o
mente que a otras". Ese P.roce ~mie
ausencia de poltica, sino ~as
una insinuacin de incons1.st~ncia ~e~ehecho de que "ninguna pohtica
reconocimiento
, como en las palabras puede
b ien como simple
.
l'd d en los actos asl
.
olobal
que
tiene
rea
1
a
l't'ca
de prioridades -tma p
g
"16
d. lmente una po 1 i
dejar de ser pnmor i~
tTzacin de nuestra fuerza .
ltica de sabia economia. en la u i i umentacin de Kenna~ er~ que la
de la arg
en s ni por s1 misma, un
Un segundo corolario
1 Estados no era,
i
organizacin interna d e os
. , de la poltica exterior nortea~er adecuado tema de preocupd~~1on l de este gobierno"' escri.bi a fmes
cana. "Es un principio tra. ic10na
f en 1os asuntos internos de otros,
de 1948, "reprimirse de mter ~nre a tal intervencin debe h_a~erse
ases ... Quien proponga o mstd
obar- (A) que existe suficiente
P
t de la tarea e pr
de una
cargo adecua d amen e
.
.f.
nuestro apartamiento ...
.
para JUStl icar
, d du1
inters nac1ona como
.
1
ha demostrado ser so i a
regla de conducta in~ern~ciona q~e ue tenemos los medios necerante siglos de exp~nen~ia ... y t ( ~s; intervencin y que podemos
.
para conducir exitosamen e
sanos
46 1
afrontar el costo en t, .
cra".17 Estados Unidose~m?s del ~s~uerzo nacional que eso i
beneficiarse de ella lo p dl~a coexistir con la diversidad
. nvloluI
.
pe igroso er I
.
e me uso
con a capacidad de hacer algo f
a a combmacin de hostilidad
Principios como el d
. rente a ella.
e no mterve '
f I'b
~ i les ~a~ para la accin en todasnc1on .no e;an, por supuesto, inc1e~s pnondades internas distintivas I~s Is1~uac1ones, pero reflejaban
amencano, y no podan ser dese
e. s1s~ema de gobierno nortenera esas prioridades "C
artadas sm disminuir de alguna
, .
desde mo
l erna . . . p. ara tratar las cuestiones
del poder", dijo Kennan a lose e~~~~o de vista de los principios y no
mayo de 1947, "pero incluso nosot iai:ites de la Academia Naval en
dos a considerar la seguridad de ros fmalmente nos veremos obliganos que pueda disfrutar de esa se nue~tro pueblo ... porque ... a me~na contribucin til para l l gundad, nunca ser capaz de hacer
fic "19 N" ,
e ogro de un
d
efe
;ue,
Las Opiniones de K
'
haber estado infI "d
elU18ll. acerca de este
to
Davis y Robert ~o~r~~ de Reinhc;>ld Niebuhr.P~r, c~~~ ~~r:;elas, Y pueden
esp. pp. 65, 107, 182, 245 Y 2a-a? Retnhold Niebuhr on Politics (i{8yRexk Harry
.
or , 1960),
47
II
La nica nacin que pasaba la prueba de Kennan de combinacin de
hostilidad con capacidades era, por supuesto, la Unin Sovitica. A
pesar de sus reservas con respecto a la posibilidad de cooperacin
de posguerra con ellos, Kennan no haba tenido ninguna disputa con
la estrategia blica de confianza en los rusos para que ayudaran a
derrotar a la Alemania nazi: no haba habido ninguna base para la
coexistencia con Hitler.* "Tenamos que usar a la Unin Sovitica
aunque hubiramos sabido que estaba dedicada y consagrada a nuestra destruccin". Pero el efecto de la victoria haba sido el de situar
al Ejrcito Rojo en una posicin dominante en Europa Oriental y en
partes del Lejano Oriente, llevndolo a una notable distancia de los
centros industriales devastados pero an recuperables de Alemania y
de Japn. Esta circunstancia, juntamente con la presencia en gran
parte del resto del mundo de partidos comunistas sometidos a la voluntad de Mosc, pareca situar a los rusos en una posicin adecuada
para obtener lo que la guerra haba impedido: el control de dos o
ms centros de poder mundial por parte de fuerzas hostiles a Estados Unidos y a sus aliados democrticos.20
La antipata de Mosc por Occidente, argumentaba Kennan, se
basaba tanto en circunstancias histricas como ideolgicas. La historia rusa suministraba muchas evidencias para sostener la impresin
* Kennan reconoca que "haba gran parte del llamado nuevo .orden de Hitler que hubiera tenido sentido si el espritu que alentaba tras l no hubiera sido
el de Hitler: Pero tenamos que reconocer que era una fuerza que estaba tra'.
tando de tomar Europa Occidental, aunque emergi de ella misma. Era una fuerza
con la que jams hubiramos vivido en paz, una fuerza que, de haber tenido xito,
hubiera podido llegar a dominar tambin el centro de poder oriental. Haber movilizado a estas dos fuerzas juntas hubiera sido tan peligroso para nosotros, tal
vez, o tal vez no tanto, como si hubiera.sido al revs y los rusos hubieran tomado
posesin de Occidente" (National War College [de aqu en ms NWC], conferencia del 17 de setiembre de 1948, Kennan Papers, Box 17).
48
KENNAN y LA ESTRATEGIA
DE
LA CONTENCIN
49
no a causa de ningn compromiso d~ principios con una sociedad internacional sin clases. Se des1?rend1a de ell.o, . por lo tanto,. q~e el
objetivo de la contencii: deb1a ser el de hm1tar el e':pans1omsm~
't'co
solo en la me
sovie
1 , y que el comumsmo planteaba una amenaza
.,
dida en que era el instrumento de esa expans1on.
.
Kennan no esperaba que la Unin Soviti~a se amesgara a una
erra para lograr sus fines. Ni la economa m el pueblo rusos estagu
'
preferira, de ser posible, ganar ventajas por medios
pol'~t1cos.
mas
que militares. Los errores de clculo, por supue.sto, segu1.an siendo
un peligro: "La guerra por lo tanto debe ser considerada, s1 n? ~?mo
una probabilidad, al menos como una posibilidad, y una pos1b1hdad
suficientemente seria como para ser totalmente tomada en cuenta en
nuestra planificacin militar y poltica". Pero "no ~ensamos q~e los
rusos, desde la finalizacin de la guerra, hayan temdo alguna mtencin seria de recurrir a las armas". 24
Ms seria era la posibilidad de conquista po~ medios psicol,gicos: el peligro de que los pueblos de Europ~ Occ1~ental y .de Japon,
dos de los cinco centros vitales de poder m~ustna~, pudieran desmoralizarse tanto por la combinacin de las d1slocac1ones de la guerra y ias de la reconstruccin como para tornarse vulnera?les, m~r
ced a la absoluta falta de autoconfianza, a los golpes comumstas, e incluso a las victorias comunistas en las elecciones libres. Coll1:o los
comunistas europeos y japoneses eran'. ei:i ese mo~ento, ~on.fI.ables
instrumentos del Kremlin, esos acontecimientos hubieran s1gmf1c~~o
realmente la extensin del control de Mosc sobre Europa Y tamb~~n
sobre gran parte del Lejano Oriente. La estrategia. de la. contenc1on
estaba primordialmente dirigida contra esta co~tmgei:ic1a, no. co~
tra el ataque militar sovitico ni contra el comumsmo mter~a~1ona 1 ,
sino ms- bien contra el malestar psicolgico de los pases hm1tr0fes
de la esfera de influencia rusa, que los volva vulnerables,. a ellos y
por lo tanto tambin al equilibrio de poder, a las ten~enc1as expansivas soviticas. Tal como Kennan record a los estudiante~ del National War College en junio de 1947: "Son las sombr~s. mas que la
sustancia de las cosas lo que mueve los corazones y dinge los actos
de los estadistas". 25
ITT
1
50
un mundo completamente totalitario: Estados Unidos tena un inters vital e.n la persistencia de la independencia de al menos algunas
de las nac10nes que se le asemejaban. "La realidad es que", argumentaba Kennan, "hay un poco de totalitarismo enterrado en alguna parte, muy profunda, de todos y cada uno de nosotros". La amenaza
sovi~tica no radicaba en el rea del potencial militar, sino "en las
ternbles verdades que los rusos han descubierto acerca de la vulnerabili~ad. de la sociedad democrtica liberal con respecto a tcnicas
orgamzativas y de propaganda totalmente cnicas en concepto y basadas en la explotacin de lo malo, y no lo bueno, de la naturaleza
humana". El progresivo sometimiento de las naciones existentes entre
Estados Unidos y el centro del comunismo mundial, si no se lo resista, poda reducir a los norteamericanos "a una posicin de indefensin y de soledad y de ignominia entre las naciones de la humanidad".1.6
Pero el desafo no dejaba de tener compensaciones, y de tanto
en tanto incluso Kennan pareca celebrar su existencia. "Para evitar
l~ destruccin", seal en el artculo "X", "Estados Unidos slo necesitab~ elevarse a la altura de sus mejores tradiciones y demostrar
ser digna de preservacin como gran nacin. Por cierto, nunca ha
habido mejor prueba de calidad nacional que sta". Dos aos y medio
ms tarde, dijo a los estudiantes del National War College que el
ver~adero problem~ de la democracia occidental era "la crisis producida por la creciente desproporcin existente entre la naturaleza
moral del hombre y las fuerzas sometidas a su control".
Para nosotros, en este pas, el problema se reduce a uno, el de
obtener dominio social sobre el desbocado caballo de la tecnologa; de confinar y malear esas fuerzas de acuerdo con nuestra
voluntad .. ; de crear aqu en casa un equilibrio estable entre
consumo y recursos, entre los hombres y la naturaleza; en producir aqu instituciones que demuestren que una sociedad libre
puede gobernar sin tiranizar y que el hombre puede habitar una
buena parte de la tierra ... ; y entonces, armados con este conocimiento ... seguir adelante para ver qu podemos hacer con el
objeto de dar estabilidad a todo el mundo no comunista ...
El comunismo no era la enfermedad, sino tan slo una complicacin. "No curaremos la enfermedad tratando solamente la complicacin". Ni tampoco, agregaba Kennan, "debemos indignamos tan
violentamente por el hecho de que esa complicacin exista. Tal como
dijo recientemente uno de mis asociados: Si jams hubiera existido,
habramos tenido que inventarla, para crear el sentimiento de urgencia que necesitamos
.. para llegar al punto de la accin decisiva".n
51
III
Como Kennan consideraba que el desafo sovi~tico era en gran medida de naturaleza psicolgica, sus recomendaciones para enfren.tarlo
tendan a adoptar un carcter psicolgico: la meta era producir en
las mentes de los potenciales adversarios, as como en las de lo~ potenciales aliados del pueblo norteamericano, actitudes que facih~a
ran el surgimiento de un orden internacional ms favorai;le a los mtereses de Estados Unidos. A fines de 1948, Kennan h~b1~ llegado a
discernir tres pasos fundamentales para l~grar este, objetivo: 1) restauracin del equilibrio de poder por medio del estui;ml<;> de "la :1!~
confianza de las naciones amenazadas po~ ,el expans~omsmo . sovtetlco; 2) reduccin, por medio de la exp.lota~1on, de ~ens1ones existente.s
entre Mosc y el movimiento comumsta n~ternacu~nal, ,de la_ capacidad de la Unin Sovitica de proyectar su mfluenc1a mas alla de s~,s
fronteras; 3) modificacin, a lo largo del tiemp~, del concepto sovietico de las relaciones internacionales, con el objeto d~ llevar a cabo
un acuerdo negociado de las diferencias ms sobresahentes.28 *
"En general", escribi Kennan a fines de 19~~ ".nuestra poltica
debe dirigirse hacia la restauracin de un ~qmhbno de po~;r en
Europa y en Asia". Los mejores medios destmados a lograrlo pare,
ser el fortalecimiento de las fuerzas
naturales
ded res1sten-e
cenan...
.
,1
52
j 53
de los ex adversarios;
cin haban acentuado imc~alm~~te a~l :::t~~o el caso de Alemania, la
en cai:ibi<:>: Kennan favorec~a~:si:fe1ncia a nuevos adversarios potenorgamzac1on de centros d~ . u; el objetivo de la poltica de ocupaciales. Por eso reco~en do 1q
t 1 a la rehabilitacin, y que se decin de Japn cambiara e con ro z ue acabara con la ocupacin
morara la firma d~ un trat~f -~e ~: b~se de una sociedad estable
hasta que se hubiera esta ec1 o
mar en aliados a los antiy autoconfiada. Esta voluntad de tr~~sfo~ Kennan por el equilibrio
guos enemig~s r~flejab\l~J':e~~u:;~~~nm~ndial significa, en primer
global: "Cua qmer eqm i
Tb . de la masa euroasitica. Ese
lugar y primordialmente, un equ1 I ~lo
.
Japn sigan estando
equ~librio es imp,ensable enh:;~to ue e~a:~~a !ra "devolver la fuerza
vac1os de poder . Lo qubel
1 pu~to de que puedan desempear su
y la voluntad a esos pue os
b
t
a un
papel en el equilibrio de poder euroasitico, y no o stan e no los
punto tan avanzado como para pern:iitirle~, 3~olver a amenazar
intereses del mundo martimo de Olcc~den~~t~ncia de las fuerzas mia plenamente a imp
.
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e_s que llegaba 'al poder: "No ::n~on un gobierno comunista chino, si
hder~s. comunistas chinos se sent ~os_. ... razones para creer que los
atenc10n a las opiniones del puebl~~n I~ch~ados .prestar seriamente
e sta os Umdos, cuyos motivos
61
67 j
1 63
"aniogo imperial" -la idea de que el comunismo internacional, fueran cuales fuesen sus manifestaciones superficiales, en realidad difera muy poco del imperialismo clsico, y estaba sometido a muchas
de las tendencias autodestructivas de este ltimo. Le agradaba citar
la proposicin de Edward Gibbson: "No hay nada ms contrario a la
naturaleza que el intento de lograr la obediencia de provincias distantes". El proceso mismo de intentar mantener un imperio generara,
tarde o temprano, resistencia suficiente como para socavarlo. "Existe
una. pc>sibilidad", coment Kennan en septiembre de 1949, "de que
et comunismo ruso sea destruido algn da por sus propios hijos
oaj fa forma de partidos comunistas rebeldes en otros pases. No
pueq(). pensar en ninguna otra evolucin que sea ms lgica o ms
3usta;. Si eso no ocurra, al menos se desarrollaran bloques opuestos
dentro del mundo comunista. "Una situacin de estas caractersticas",
sealaba un estudio del Policy Planning Staff, "podra eventualmente
proporcionamos una oportunidad para actuar sobre la base de un
equilibrio en el mundo comunista, estimulando las tendencias hacia
la adaptacin con Occidente implcitas en ese estado de cosas". El
nacionalismo, entonces, demostrara ser la ideologa fns duradera;
sera por medio del estmulo del nacionalismo, en reas amenazadas
por el comunismo o dentro mismo del bloque comunista, que se lograran los objetivos de la contencin.53
Pero como Kennan crea que la hostilidad de Mosc hacia Occidente estaba basada en fuerzas profundas de la sociedad rusa, no
esperaba que "las tendencias hacia la adaptacin" emergieran mientras rio se hubiera producido un cambio fundamental del concepto
sovitio de las reiaciones internacionales. El tercer paso de su es>.trategia era producir ese cambio: efectuar en el pensamiento de los
lderes del Kremlin una variacin que Jos alejara de su propia versin del universalismo -la conviccin de que la seguridad requera
la reestructuracin del mundo externo siguiendo lineamientos soviticos- y los acercara al particularismo -la tolerancia e incluso el
estmulo de la diversidad.54
Una manera concebible de lograr este objetivo, por cierto, sera
la guerra, pero Kennan advirti repetidamente en contra de medios
tan poco consistentes con respecto al fin deseado. Una guerra contra
la Unin Sovitica n& se parecera en nada a la Segunda Guerra MUD)dial, seal; Estados Unidos y sus aliados no podan esperar conquistar y ocupar todo el territorio de la URSS, ni imponer a su gobierno una rendicin im:ndicional. Biilcluso~ si ello fuera posible,
nadie poda garantizar que el rgimen que sucediera fuera de trato
ms sencillo. Las bombas atmicas y otras armas de destruccin
masiva slo eran tiles para destruir a un adversario, no para cambiar sus actitudes. Finalmente, una guerra total poda muy bien poner en peligro la misma sociedad que supuestamente defenda:
Pf
~:;i~eu:a 'sociedad
an concluyera: "PreferiK
No es sorprendente, entonces, que enn
.
d .d
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, es erar treinta aos una derrota del Kremlm pro _uc1 a P.
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Jiein:J:
q':ii
KJ;NNAN y LA ESTRATEGIA DE
64
disminucin de tensiones en Europa; por cierto Estados Unidos debera estar preparado para esa eventualidad. Llegara el da "en el
que adopten la conclusin de que no pueden tener lo que desean sin
hablar con nosotros. Nuestra tarea es ayudarlos a llegar a esa conclusin".66
Pero el medio ms efectivo de modificar la conducta sovitica
era una combinacin de disuasiones y estmulos que Kennan llamaba "contra-presin". "La forma del poder del Soviet", explic en febrero de 1947, "es como la de un rbol que ha sido torcido en la infancia para que adquiriera cierta forma. Puede hacerse que crezca
de otra forma, pero no por medio de una aplicacin de fuerza sbita
o violenta. Este efecto slo puede producirse mediante el ejercicio
de una constante presin durante un nmero de aos, siempre en la
direccin correcta". Ms tarde, ese mismo ao, Kennan aludi a la
analoga del ajedrez para aclarar en qu forma se lograra la "contrapresin": "Por medio de la manera en la que se dispongan las fuerzas propias sobre el tablero mundial. No me refiero solamente a las
fuerzas militares que poseemos, aunque- son muy importantes, sino
a todas las fuerzas polticas. Slo hay que disponer todos los peones,
las reinas y los reyes de manera que los rusos vean que su inters
es hacer lo que uno desea que hagan, y luego seguirn adelante y lo
harn".* NSC 20/1, el abarcativo panorama de la poltica norteamericana hacia la Unin Sovitica que Kennan supervis durante el
verano de 1948, utilizaba una terminologa ms general para expresar
la misma idea: "Los lderes soviticos estn preparados para reconocer situaciones, si no argumentaciones. Si, por lo tanto, pueden
poner la acentuacin de los elementos de conflicto dentro de sus
relaciones con el mundo exterior, entonces sus acciones, e incluso
el tPnor de la propaganda hacia su propio pueblo, pueden ser
modificadas".57
Los norteamericanos podan acelerar este proceso, pensaba Kennan, por medio tan slo de ser ellos mismos: "Estados Unidos ...
debe demostrar por medio de su propia autoconfianza y paciencia,
pero especialmente por medio de la dignidad y la integridad de su
ejemplo, que la verdadera gloria del esfuerzo nacional ruso puede
hallar expresin solamente en la asociacin pacfica y amistosa con
otros pueblos, y no en sus esfuerzos destinados a someter y dominar
a esos mismos pueblos". Este nfasis en la. fuerza del ejemplo reflejaba la identificacin de Kennan con los arquitectos de la poltica
exterior norteamericana de fines del siglo dieciocho y principios del
siglo diecinueve, que pensaban en trminos similares; tambin era
* Kennan utiliz el trmino "contra-fuerza" en vez del trmino "contrapresin" en el articulo''X', pero no logr aclarar su significado, hecho que, segn l
mismo admite, ha dado lugar a grandes confusiones (Kennan. Memoirs, 1925-1950,
pp. 359-360).
LA CONTENCIN
1 65
l "buena
.
. , d su creencia en la importancia d e a
una mamfestac1on e
'blicos como en los privados:
forma" tanto en los asuntos pu
l . nes con Rusia sean normales y
Si queremos q?e nuestras ;~~~1~acer es ocupamos de que, por
serenas, lo mejor que pod
.
l as ecto externo de normanuestra parte al. menos, ~dqmera~ ;_ficapmucho en la vida interlidad y de seremdad. La orma s ~ras palabras no es tanto qu
nacional : . Lo, que importa, e~ o este sentid~, la buena forma
se hace smo como se lo hace.
en
ms ue un medio para
de la conducta externa se transfoi;nbateonsubsidfario: se convierte
f"
n ms que un atn u
. f
lograr un m, e , .
ro ia validez y su propia e ecen un valor en SI mismo, con SU p
humana es lo que estividad y tal vez -ya que la natura eza
en el mayor valor de todos.
.
por lo tanto se redujeLas relaciones sovitico-d~orteamdenlcanN~~al Academy ~n mayo de
.. K
a los estu iantes e a
ron, diJO ennan
. d
rima a distancia en la que 1as
1947, "a una suerte de competencia : ~~oder militar sino tambin las
armas no son solam~nt~ el recurs~nt:s de millones de personas y el
lealtades y las convi~ciones de ~1 formas de organizacin poltica ...
control o la influencia sob~:l~~ de nuestros respectivos sistemas el
Tal vez sea la fuerza ~ l_a ,
.
. , Esto puede hacerse -y profactor decisivo que deh?ira la situaci.?~
bablemente se haga- sm una guerra .
IV
,
.
oca atenc10n a los problemas implc_iKennan presto relauvame~~e p C
a la burocracia o al putos en explicar la contenc10n al ~?reso, ido necesario para impleblico en general, cuy~ respal~~ h~r i:: c~mo planificador de poltimentarla. Esto fue asi, en par , p q
bld~d dedicar tanto tiem'd b
fuera su responsa i i
T
ca no con si era a que
b. ,
que nunca logr reconc1 mr
po a justificarla, y en parte tam . i~r_i pord .flexibilidad en una diplo~
en su mente la necesidad de p~eci~10n / u: pareca en el mejor de
macia con un encuadre const1tuc1ona q
.
cu;lidades: "La pro. t lario con respecto a esas
los casos, poco 11osp1 a
.
d' 1 , tices -al igual que la prose., d l
d por medios ip orna
. . .
.
secuc10n e po er
d.
Ttares- requiere disc1plma, se~urtcucin del pod.er por me i~s mi l~s fuerzas con rapidez y segu~idad,
dad v la capacidad de desp azalr : t de los propios pensamientos
d 1 ocu tam1en o
ros le
66 1
no icamente y que to
.
J a particular
presin del deb t
'bl"
man sus dec1smLa queja de Kennan abarcab
a e pu ico y el compromiso?".59
erada como los de la demo
. c tanto los problemas de la buro.
.
crac1a. on respecto a l
q u e e1 profesionalismo
y la dis . r
os primeros, crea
sin de las polticas gube
c1p ina eran la solucin: "La compren.
mamentales en el e
d
extenores no puede ser adquirida , "d
ampo e los asuntos
nuevas en ese campo", seal en 1~:~1 .~~e~te .Por personas q?e son
madas por la mejor buena volunt d
?1 s1qmera aunque esten anide educacin y entrenamiento pa a 1 e mundo . .. Es una cuestin
vez que la poltica se haba establ~a. a que se reqm~ren aos". y una
sabilidad de llevarla a cab f" I
c1do, la burocracia tena la respond b
. . .
o ie mente "Creo qu
pnnc1p10 de adoctrinamiento de t .d 1
. ~ no e emos temer el
cribi dos aos ms tarde "El n ro e. serv1c10 gubernamental" essccretano de Estad
t,
'
1
r:t
tu
sab::
67
68
e manera s1.
.
.
pue.: v_er en su totalidad algo tan fundamental
de
1mphca~~1as tan 1hm1tadas como el desarrollo de nuestro puebl~
su relac10n con el entorno mundial" y si
b
.
en
conf"
. ' n em argo, sm un poco de
f
~anza en que la estrategia elegida para sobrevivir en ese entorno
uncionara, no habra respaldo para ella. ste era el dilema central
para el qu~ Kennan nunca descubri respuesta satisfactoria. Eso e~
lo ~ue ~ana cue!1ta de muchas de las dificultades con las que se
topo al mtentar implementar su estrategia de contencn.b
Captulo III
Implementando la contencin
Los intentos de establecer relaciones entre los hombres, las ideas y
los acontecimientos son riesgosos en el mejor de los casos -y mucho
ms cuando el individuo involucrado se expresa de manera elocuente
pero elptica, cuando se resiste a cualquier exposicin sistemtica
de sus ideas, y cuando existe un vigoroso debate acerca de cmo estas
ideas afectaron a los acontecimientos asociados a ellas. Todos estos
problemas se presentan cuando se intenta evaluar la influencia ejercida por Kennan sobre las polticas exterior y militar de la administracin Trumao. Probablemente el mismo Kertnan ha subestimado
su rol: con un grado de modestia poco usual en un autor de memorias, ha insistido en que las ideas que present a fines de la dcada
de 1940 "hicieron tan slo una impresin leve y totalmente inadecuada en el Washington oficial". 1 *Otros han sobrestimado su influencia pero no han comprendido sus enfoques, basndose demasiado en
el conspicuo pero equvoco artculo "X" .2 Otros han sealado que
Kennan fue slo uno de varios asesores clave durante la administracin Trumao, y que es fcil seducirse con la gracia de su prosa y
tener una impresin exagerada de lo que fue su influencia real.3
Repetir que el pensamiento de Kennan dio forma o reflej el de
la administracin sera un exceso de simplificacin, pues en realidad
hizo ambas cosas. El mismo Kennan reconoce haber desempeado
un rol decisivo en ciertas reas: el nfasis puesto en la iniciativa
europea y la rehabilitacin alemana en el Plan Marshall, la oferta de
extender la ayuda de ese plan a la Unin Sovitica y a sus satlites
de Europa Oriental, la reorientacin de la poltica de ocupacin en
Japn.4 Tambin se podra agregar a esta lista la explicacin que
Kennan diera de las races de la conducta sovitica, su escepticismo
con respecto a la decisin de Mosc de declarar una guerra, y su
anticipacin del policentrismo dentro del movimiento comunista internacional. Pero el concepto estratgico general de Kennan, tal como
lo hemos presentado en el captulo anterior, no emergi completa "Durante este periodo me reun una o dos veces con Truman ... Sospecho
que era vagamente consciente de que en el Departamento de Estado babia un
joven que babia escrito un buen informe sobre los rusos, aunque dudo de que
Truman haya leido alguna vez algo de lo que he escrito. Por cierto que no creo
que haya comprendido mi posicin". (Entrevista con George F. Kennan, Washington D.C., octubre 31, 1974).
69
70
I JOHN
LEWIS GADDIS
IKPtDRNTANJJO LA CONTENCIN
I
Se recordar que la primera etapa de la estrategia de Kennan haba
sido la restauracin del equilibrio de poder que haba quedado inestable merced a las derrotas de Alemania y de Japn, y por la simultnea expansin de la influencia sovitica en Europa y en Asia. Kennan haba basado esa prescripcin en una concepcin ms particularista que universalista de los intereses de seguridad norteamericanos: lo que era necesario no era rehacer el mundo a imagen y semejanza de Estados Unidos, sino simplemente preservar su diversidad de los intentos destinados a rehacerlo a imagen y semejanza
Charles P. Kinclleberger, jefe del State Department's Division of German
snd Austrian Economic Affairs, describi en parte este proceso en un memorandum de Julio de 1948, aunque su versin no hace total justicia a ia medida de la
contribucin de Kennan: "Tal como yo reconstruyo la historia, James Reston
almorzara con el subsecretario de Estado Dean Acheson. Acheson, tal como pue-
den conceder sus admiradores ms fervientes, conversa con gran cortesfa. Reston
lo pondrfa en marcha con la recuperacin de Europa, y el seor Acheson habrfa
aludido a planes que se hallaban en proceso de consideracin. Al dfa siguiente
inevitablemente Reston tendra una historia de primera pgina en el New York
Timea, refirindose a grandes planes preparados por el Departamento de Estado.
1 71
Durante aos Truman llev en su billetera una copia del poema de Ti:nnyson
"Locksley Hall" que predecia un "Parlamento del Hombre, la Federacin del
' lo que vamos a tener algun
dfa " , insista ' "creo
que por
eso
mundo". "Eso es
l bolsillo"
(John
he."'llos estado trabajando desde que me guard este poema en e
Hersey, "Mr. Presi,ient", New Yorker, XVII [abril 7, !951), 49,..50).
IMPLEMENTANDO LA CONTENCIN
72
..
73
un mundo ~ac1f1co y "ulio de 1947, Kennan, sin embargo, habia emlo fue pubhcado, en Jh . l posibilidad de la "defensa de los pun-nezado a desplazarse acta '.1. d la defensa en regiones particular,,
la concentrac1on e
d l'
tos fuertes nas ms que en la defensa e meas
los medios de acceso a e
,
l Doctri
r~s, y en
't'
del Policy Planning Staff con respecto a a ,
.fijas. Las en ic~!aban este punto de vista; al igual q~e el enfas1s
na Truman ref J
l rehabilitacin de Europa Occidental y Jar Kennan en a
1 d capa
pues t o ,P .
su concepto de los cinco centros vita es e
pn y, .ult1ma~~nt\lica y la necesidad de impedir que los cuat~o
cidad mdi;stna y h liaban en poder de los soviticos cayeran baJO
que todavia no se a
su frula.
~~a, ~etas
.,
74 1
da a Grecia y a Turqua el
.
la obligacin de ayudar a l;;e:;d~nte haba sugerido algo cercano
tes. ~ero los voceros de la ad ~ i!Ilas ~~ la agresin en todas ar~
subsiguientes audiencias del C mimstrac10n se haban esforzado pe
Truman" no estableci'a
dongreso, por recalcar que la "Doct'. n
da
prece entes pa
.
rma
s partes; las futuras demandas d ra accion~s especficas en todualmente sobre la bas d l
e ayuda senan evaluadas m di .
.
e e a necesid d l
.
.
vi~an~.i y la probabilidad de que la a a , e. automters norteameritiv~.. "bNuestros recursos no son i::i.~a~dsi ,~e e:tenda, fuera efecsep iem re de ese ao "D b
os , senalaba Truman en
P.ueden servir ms efec~ivaX:e=osa aplicarlos en los lugares donde
~In, la confianza y la libertad" ~l ra ievolver al mundo la producovett !o expres con mayor vigb.
su secretario de Estado Robert
r en el verano de 1948:
d:
hu, ra imp
Imea, ya fuera que las cond1c
nl ecesana para actuar en toda la
IOnes ocales fa
t encia,
y que el rea imnlc d
.
vorec1eran o no la resis.
a a contnbuyera 0
.
americana. EI concepto d l "
no a 1a segundad norte,
e punto fuerte"
,
~n areas que eran defend1"bl
.
permitia Ia concentracin
es Y vitales s
por el resto. La suposicin era qu
t d, m preocuparse demasiado
IMPLEMENTANDO LA CONTENCIN
75
76
facilidad y econom,
d
ia con que eso t
.
acue~ o con los instrumentos dis;on~~~~rios podan defenderse, de
na tercera ventaja d 1
.
la defensa "perimetraJ" e a defensa de los "puntos f
"
estos instrumentos U
era q1:1e permita a Estados ue~tes sob~e
to norteamericano ~ob~~ ~~s las ideas ms persistentes d~n~~~s eJ~g1r
J tec~0Iog1cos, pero no
eJ~;~n~:d~~i1:b!
e;:~~~~c~;:e~~~o~
pa Occidental y
rehabilitacin
gado en la corriente principal d~for lo ta?to, profundamente arraiFu
1 ,
pensamiento ofic 1 d
ia e la poca.
. .e en a Imea de esta tradi . ,
asfmm1stracin Truman tom 1 cd1on. ~~ respuesta asimtrica que la
en la recup
.,
a ecision en 1947 d
fi /
d. .erac10n econmica transatl t:
, e concentrarse
.cara ifenr el aprestamiento m. .
n Ica, aun cuando esto si ni
c1~m.bre el secretario de Defens ihtar. Los objetivos, explic en gdi~
nom1ca, la estabilidad poltica yI Forresbt~J~ eran ."la estabilidad econos en ese orden" .
a esta i idad mllitar .. mas
, o me-
IMPLEMENTANDO LA CONTENCIN
j 77
IMPLDIENTANJJO LA CONTENCIN 1
78
79
cuesti:
. . .
encia ideolgica como prerreq~isito para conno msisti~ en..~f:~:Os respaldo a los partidos polticos ~ue ofrezceder ayu a.
positivo adecuado a las necesidades po
can a Europa un prollgrama o" dij. o el asistente del secretario de
,
y al desarro o europe ,
.
. d' . d
e
Th
"en vez de buscar partidos e m iv1 uos qu
lticas
.
Estado W1llard
orp,
mayor exactitud la ideologia poltica y ecoparezcan represe:tdar co?t
Amrica" Un anlisis del Departaque ha st o ex1 osa en
.,
.
n m:ca de Estado acerca de la poltica japonesa de ocupac10.n co?
me? o ue "Estados Unidos no puede imponer ni poner en. vigencia
ciuia q. t prooccidental a cualquier pueblo forneo, mcluyenuna o:ien =~~ n El- esfuerzo deba hacerse, en cambio, hacia "el ~esa
do f~ j~:tro de ese pas de la resistencia l~cal contra el comunism~
~ l . espontnea orientacin hacia Occidente, asegurn?onos a
y. e otiempo que nuestros requerimientos militares esenciales con
mism
. f h ,, 28
respecto a Japn se vean satis ec os .
. tivo de la defensa de los "puntos fuertes", e:ntonces, no
era !t~b~~ control como la negativa: el intedrspnodo~;a~~~caq~~ n:e::~
.
mismo otros centros e
,
. .
ba dominar por s
l h .
nadie ms. :este era un obJet1vo
rse de que tampoco o ic1era
.
:::ente
el principiob1:n
d:n
de otras naciones, y ta~d d
I'imitadas para acudir en su defensa.
slo dispona de capaci a es
.
gnificaba ningun' tipo de insistencia sobre particulares fo~as
No si
.
fu an cambiados
de gobierno, sino tan slo que los gobiernos ~o .~~bro de poder
arbitrariamente de tal manera de perturbar e e~m I rativo de la
mundial y fue en este contexto donde el lenguaje ope
. . .
Doctrin~ Truman, a primera vista tan incoherente con el Tpnlncip10
"
fu
,, mpez a observarse. a como
de la defensa de los puntos ertes ' e
d l
lo expresara uno de los comits encargados de la preparac1 n e
discurso de Truman:
co~
n~0:t::-"~~~~n
!~~~~~:~~si~~:
.
d
d
ntre los grandes Estados im
Las actuales relaciones e po. er el
ndo Esas relaciones de
piden que uno de ellos domme e. mu
.
edio de la ac
poder no pueden alterars~ sustanc1~l~e:~e sr:ra~rar profundaUnidas Aunque el
cin unilateral de cualquier gran Ns ~
.
mente toda la estructura de las aciones
ue no era una doctrina. que la gente
P8riencia con el comunismo que aprendim08 q
do eso lleg a casa empezamos
podia observar para luego ad.Optar~ n~e. ~~ asunto nuestro si los griegos,
unista porque esos pueblos no
a darnos cuenta de que no era ve
los italianos 0 cualquier otro pueblo era o no co~ in~rna financiada por otros
tenian eleccin. Eran obligados poradunata':~m~ de gobierno que tena tnel?,
P8fses, o por la presin externa, a op
del sistema del poder ruso
dibles consecuencias, entre ellas la inclusin dentro "Formulation of Foreign Po
~7
copia en Naval War College
(Conferencia de Acheson en el Naval Wbar Codlleg
llcy in the United States", 16 de diciem re e 1
Arcl.ves. RG 15l.
80 1
plement la p~imera eta a ec~~ que la adm_mistracin Truman imtable fidelidad. Se abando~ el la. estral~eg1a de Kennan con notral" fu d"f d
universa ismo, la defensa "
.
e I en a por el momento se e
l
.
penmey tecnolgicos selectiva v as1 't :
mp earon medios econmicos
.
me ricamente
para e s.t a blecer al menos
cierto
grado de autoconfianz
. b.
Uos centros de poder industri~ s1Tt1en no autosuficiencia, en aqueste no fue un logro insignific~:~ 1 ar no controlados por los rusos.
Kennan y la administracin estab pues otro punto acerca del cual
de poder era, en ltima instanci an del' ac?erdo fue que el equilibrio
versiones de esfuerzo relat1'v
a, un enomeno psicolgico: que in
1os lugares correctos y d 1 amente pequenas, s1 eran aplicadas en
e
a
manera
correcta
bast
,
e 1 agotamiento y la desilusin
h b'
II
La ~egunda etapa de la estrategia de Ke
.
. .
nnan fue el mtento de produc1r la fragmentacin del
.
. .
mov1m1ento comu t
.
~n!:1era vista esta recomendacin has d
ms a internacional. A
'
curso acerca de Grecia y Tu; u
.. ~I pres1de!1te,
en su disformas de vida" tenz'a en
q 1 se refino a la existencia de "dos
mente a dist' ,
ideologa y su rival capitalist JO U
Inc1~n establecida entre esa
men ms detallado revela estruet na ve~ mas, sin embargo, el exaL ,
uras mas compl
a umca mencin especfica del
.
eias.
comunismo en el discurso de la
81
82 1 JOlfN
U:Wrs GADDrs
de la divisin d E
.
r b
,
e uropa directa
t
b1e a, estos rechazaban la oferta moenlet a lo~ rusos si, como se espe.
caso de q
,
a ernat1vamente
forzar a I
ue no ia rechazaran, utilizar la
, en e 1 improbatacin so~s-:uropeos orientales a "abandonar ;yuda. como ?Jedio de
hall b . ie _ica de sus economas" JJ E
. c~s1 exclusiva orien. ta a imphcita la posibilidad d
. d n esta ultima alternativa se
ru s as con l b.
e ayu ar a algun
mente d
e o Jeto de contener a otros
t os regimenes comuesarrollad d
-es ratagema m
1
de
e?
sanc1onaro
l
a m e
eparta
por este m d"
. n exp ic1tamente la idea d K
. mento
tlites, per~ e~~at~:szfnar ~a relacin existente e:tr=~~~c~e Intentar
la oferta de ayud c aro, Independientemente de la respu { sus saK
a, que ste sera el efecto
es a rusa a
d
~~nan haba recomendado t b
:
ad mihtar norteamerica
am i~n vmcular el nivel de la activil~ de actividad comunis~: :~ e Me_dite~n~o Oriental con los nive. recia e taha, una vez ms con el
o Je!o de promover el anta
seguidores ideolgico
gomsmo entre la Unin Sovitica
tracin tena al men s en esos pases. Resulta claro que la ad y. s?s
mente a fines d
os parte de la primera parte de s
mmis4
Security
de
los
canas alh en respuesta
io o requenan ms fuerzas norteameriy~~o tambin la posibi~d~~ ~sc~l~das de. actividad comunista, inclus1
era necesario.34 Pero n e m e1:'enc1~n con tropas de infantera
pla:es, que nunca debieron ; h~y ~v1denc1a especfica de que estos
estimular la tensin d
er imp ementados, tenan como ob. f
sino que
,
.
entro del movimiento
.
.
Je ivo
los co
~as bien la suposicin domi
comumsta mternacional,
mui:i1stas griegos e itar
n~1?te parece haber sido que
en cu~lqmer caso, y habra tanos seguinan siendo fieles a Mosc
Sm embargo ese
f
que tratarlos en consecuencia *
d I
'
en oque d b
~~~!~~1dm0 iento~
Yu~~~!~i~~~t~~as;:u~e1anntecs
p:fs
19~8;
10
respue~: ~e~:
estudiosud~~~~~~n:~
ayuda a su
~~e~~nfe intentar. persuadir e;8~:1 ~~la i~!::~ para Europa
Marshall en Berkel
muarfa baJo un gobierno
.
wuuwos de que la
(de ahora en ms rJ' California, marzo 19, 1948 00
D mUilSta. Ver el discurso de
B), XVIII (marzo 28, l94S), 424. epartment o/ State Bulletin
IMPLEMENTANDO LA CONTENCIN
1 83
84
IMPLEMENTANoo LA CONTENCIN J
, d
rusos,
avorec10 a. contmuac1on el comercio de productos no estratgicos
coi: el contmente, y se opuso a ayudar al rgimen de Chiang en
Taiwan, a pesa~ del hecho de que esa ayuda hubiera sido coherente
con la estrategia de defender los puntos fuertes isleos.40
U-?. grupo de . consult~ntes convocado por Acheson para revisar
la poht1ca del Lejano Oriente aprob ese enfoque en noviembre d
194~, Y recomen? prel?ararse para un eventual reconocimiento de~
gob1em? comumsta. chmo. El secretario de Estado present estas
conclus1<?nes al presidente el 17 de noviembre, y en su memorandum
de la discusin suministr un sucinto resumen de la estrategia
emergente:
f!ablando en lneas generales, haba dos objetivos de la poltica: uno poda ser el de oponerse al rgimen comunista fastidiarlo, aguijonearlo y, si se presentaba la oportunidad, i~tentar
destituirlo. Otro objetivo de la poltica sera el intento de alejarlo del sometimiento a Mosc y, durante cierto perodo, estimular las vigorosas influencias que podran modificarlo. Seal
que esta segunda alternativa no significaba en ningn caso una
poltica de apaciguamiento como no lo haba significado en el
caso de Tito. . . Dije que los consultantes decidieron unnimemente que el segundo curso era preferible al primero.
El presidente pens que, en los trminos generales en los
que yo estaba hablando, ste era el anlisis correcto.
El 30 de diciembre de 1949, tras extensas discusiones en el National Security Council, Truman aprob el NSC 48/2, que conclua
que: "Estados Unidos debe explotar, a travs de medios polticos,
econmicos y psicolgicos apropiados, cualquier disensin que exista
entre los comunistas chinos y la URSS y entre los stalinistas y otros
~Iement<?s de China, evitando esc;rupulosamente dar la apariencia de
mtervemr. Cuando sea apropiado, deben utilizarse medios encubiertos o abiertos para lograr estos objetivos".41 *
Por cierto que haba anomalas e inconsistencias en todo esto.
Como lo sugieren tanto el memorandum de Acheson como el NSC
48/2, los funcionarios de la administracin no siempre tenan en claro
si los mismos comunistas chinos repudiaran el liderazgo de Mosc
o si el pueblo chino los destituira una vez que su vinculacin con Jos
En respuesta a una carta de Ma:ury Maverick, que recomendaba el reconocimiento de los Comunistas chinos, Truman escribi el 22 de noviembre de 1949:
"Su carta del diecinueve es la ms sensata que he ledo acerca de la situacin
chlll:a . . . Hay tantos tontos que saben todo acerca de qu hacer all y que en
realidad no sabel'l. nada, que es un placer escuchar a alguien que tiene un poco
de si;ntido C?mn s_obre el asunto" (Truman Papers, PSF, Box 173, Subject File;
Fore1gn Affa1rs: China, 1948).
85
sos se hubiera tomado obvia. Achesoo no ~ra' optimista c~m resa las perspectivas del titosmo en cualqmer part~ de Asia, p~r
42 Kennan, aunque convencido de la exis~ticu1a rmente en Indochina.
.
., .
,
,
1
tencia de la hostilidad smo-sov1et1ca, sentia poca s1mpat1a P<?r a est egia de Acheson de ceder Taiwan como manera de estimularla
tra hubiera preferido negar la isla
.
.
is t as c<?rr_io
-l
tanto a los nac1ona
3
los comunistas.4 La retrica pblica de los voceros de la admmis:racin se hizo cada vez ms vociferante"'!(, demol~,d?ra en sus denuncias del "comunismo", no slo de la Umc;>n Sov1et1ca, d~rante 194?,
tambin se manifest un creciente nfasis puesto en la importancia
~e la ideologa como medio de predecir la conducta de los Estados
comunistas.44
Pero la aprobacin presidencial de NSC 48/2 y de NSC 58/2 con
tres semanas de diferencia entre s durante diciembre de 1949 no fue
na anomala: reflejaba una estrategia muy pensada, la de usar el
~tosmo para hacer retroceder la influencia sovitica dentro del
~undo comunista. Se basaba en la proposicin, tal como lo .expresara el embajador ante la Unin Sovitica, Walter Bedell Sm1t~, en
marzo de ese ao, "de que Estados Unidos no teme al comumsmo
si ste no est controlado por Mosc ni comprometido con la agresin". Continuaba con una expectativa expresada en un despacho
que circul mucho, procedente de la embajada en Belgrado, Y fechado al mes siguiente:
~cto
que donde se presente un conjunto de circu~stancias que involucre a un partido comunista que por su pr~p10 esfue17;0 ha logrado la victoria y consolidado el poder, un hderazg? m~s o rr_i7~os
continuo y aislado en cierto grado de la experiencia ~oviet1ca
directa, una afiliacin masiva, no educada y atada al hde:-azgo
por medio de vnculos emocionales y nacionales, y un mtento por parte de Mosc de alterar polticas fund~mentalmen.te
organizativas . . . siempre que se presente ese conJunto de circunstancias, o alguna combinacin de ellas, existe al menos la
posibilidad de que se produzca el titosmo.
Se supona, tal como lo haban hec?o los jefes de misi?n. en
Europa Oriental en octubre, que. "cualqu_1era y todos . l?s mov1m1entos dentro del comunismo mundial que tiendan a de?1htar Y perturbar el control del Kremlin dentro del mundo comumsta. representan
fuerzas que operan en nombre de los intereses de Occidente Y por
lo tanto deben ser estimulados y asistidos" .45
.
No debemos concluir a partir de esto que la admini~tracin estaba preparada para favorecer el acceso al poder de gobiernos comunistas en lugares donde no existieran, o que haba abandonado su
hostilidad hacia el totalitarismo como principio. Pero las decisiones
86
acep aci n
e an . ogo impena1" de Kennan -la idea, tal como la expresara
la embajada ~n Belgra~o, de que los rusos estaban "mal equipados
para ~l manejo de un imperio",46 y que Estados Unidos poda sacar
ventaj? de esta d~bilidad con el objeto de reducir el poder y la influencia. de Moscu en el mundo. Considerada en este contexto la
e~trategia pue?e. vers~ como complemento lgico de la otra est~te
fia de la ad.~mmstracin (y de Kennan), que consista en estimular
a construccin . d: centros de poder autoconfiados en la periferia
~e l.a esfera sovitica: el objetivo, en ambos casos, era el de alinear
. os mtereses norteamericanos con las fuerzas del nacionalismo como
mstrumentos destinados a contener el imperialismo sovitico.
III
La terc.era eta!? de la esti:ategia de Kennan haba sido el intento de
cmnes mte~ac10nales: convencer a los lderes rusos de que sus intereses podnan concretarse de mejor manera si aprendan a convivir
con un mu~do diverso en vez de tratar de rehacerlo a su imagen.
Kennan babia rechazado la guerra y el apaciguamiento como medios
de lograr este objetivo; slo podra lograrse, crea, por medio de un
proceso a largo plazo de lo que podra denominarse "modificacin
de c.~~duc.ta" -respondiendo positivamente a cualquier iniciativa
con~i.iatona que emanara del Kremlin y contraponindose a todas
aquella.s que no lo fueran. Y sin duda el NSC 20/4, aprobado por
presidente Trum~n en noviembre de 1948, proclamaba que la polti;a de Es~~~os Umdos era: "Crear situaciones que obliguen al gobierno sovietico a reconocer la indeseabilidad prctica de actuar sobre la base de sus conceptos actuales y la necesidad de comportarse
de ~cuerdo con los preceptos de la conducta internacional, tal como
est?n expresados en los propsitos y principios de la Carta Constitutiva de las Naciones Unidas".47
Pero aqu terminaba la correspondencia entre los enfoques de
Kennan y los .d~ . 1'7 , administracin. Kennan adopt la posicin
de .q~e la modifI_cac1on de la conducta sovitica requera medidas
positivas y negativas: era tan importante recompensar al Kremlin
P?~ los gestos positivos como resistir sus gestos agresivos. Esto sigmf1caba. ~star preparados para embarcarse en tantas negociaciones
como hicier~ ~alta .~ara producir resultados mutuamente aceptables: La. admmistraci?n mostraba la apariencia de estar dispuesta
a discutir temas de importancia con Mosc,"" pero Kennan consideraba que susprincipales acciones entre 1948 y 1950 -la formacin
de la OTAN, la creacin del Estado independiente de Alemania Occi-
e!
IMPLEKENTANDO IA CON'l'ZNCIN 1
87
dental la insistencia puesta en mantener las fuerzas norteamericanas d~ntro del Japn de la posocupacin, y .la deci~in de fabricar
la bomba de hidrgeno- eran seguros medios de mcrementar los
sentimientos soviticos de suspicacia e inseguridad y, por lo tanto,
de disminuir las oportunidades de negociacin. La posicin de Kennan, en cada uno de estos casos, no dejaba de tener .r~spaldo en
otras reas del gobierno, pero ese respaldo no era suficientemente
fuerte como para impedir que las decisiones que se tomaran al respecto contradijeran sus r~comendaci~nes. Fue en estos temas, entonces, en los que el arqmtecto y los implementadores de la contencin se dividieron.
La iniciativa para la concrecin del Tratado del Atlntico Norte
procedi de los mismos europeos. occi_dentales, y refleJ~ la incomodidad que sentan a causa de la dispandad de poder mihtar del continente europeo: los rusos tenan, en ese momento, treinta divisiones
solamente en Europa Oriental y Central, las fuerzas combinadas de
Estados Unidos, Inglaterra y Francia no llegaban a diez divisiones.
Las estimaciones de inteligencia acreditaban a los rusos la capacidad
de barrer el Canal de la Mancha y los Pirineos en cuestin de semanas si estallaba la guerra.49 La preocupacin por esta situacin llev
a Gran Bretaa, Francia y los pases del Beneluz a formar su propia
alianza militar, la Unin Occidental, en marzo de 1948, y a procurar
asociar a Estados Unidos. El Departamento de Estado simpatizaba: en el mes de junio ya se haba asegurado la autorizacin del
Senado en esas discusiones, y para septiembre los pases de la Unin
Occidental, junto con Estados Unidos y Canad, haban acordado
los lineamientos de un tratado que aseguraba que un ataque contra
alguno de ellos, o contra cualquier otra nacin que pudiera incluirse
en el tratado, sera considerado como un ataque contra todos ellos.50
A causa de un viaje al Lejano Oriente y de un perodo de hospitalizacin, Kennan no haba estado involucrado en las discusiones iniciales con respecto a la seguridad europea a principios de 1948, pero
a su regreso rpidamente dej en claro sus reservas acerca del curso
elegido por la administracin. Estas reservas se concentraban en tres
puntos: 1) que los europeos haban confundido lo que era una amenaza esencialmente poltica con una amenaza militar, y que como
resultado se arriesgaban a que "la preocupacin general por los
asuntos militares actuara en detrimento de la recuperacin econmica"; 2) que fuera del rea noratlntica inmediata, "que abarca una
Verdadera comunidad de defensa de intereses, firmemente arraigada
en la geografa y la tradicin", cualquier alianza extendida slo a
algunos pases tornara al resto ms vulnerable, en tanto una alianza
que incluyera a todos los pases amigos se tornara poco significativa.
"No hay ningn punto final lgico en el desarrollo de un sistema de
alianzas antirrusas", adverta Kennan, "mientras ese sistema no haya
-~-nrnn
IMPLEM.,.n.u~
88
LA CONTENCIN
89
ellos aunqu
.
pues es mc1or umrn?s a mos en lo cierto, porque si permitIapartarnos de ellos s1 esta
.,
habremos perdido la batalla
mos que se PI-aduzca la desumon,
de todos modos.
. o" conclua Kennan, "mucho
"Es muy simple tratar a un ~ne:;i~g '
ismo abismo entre lo deseams simple que tratar con ~n a~~i~o .
Con respecto a Alemania ex-i::.tia el l~ ~egativa rusa a aceptar la
ble y lo practicable. Frustrados bplor ara Occidente, los represen.
, en t e'rminos acepta
reumf1cac1on
. es EP t dos Umdos
acor d a ron en
tantes de Gran Breta~a, Fran~: 1~48,sp~rmitir la formac~n de un
Londres durante la primavera
. ndo al mismo tiempo los
,
as mantenie
zon "' f
a de Londres" y su progragobierno aleman en. , sus Esta
Con erenci
. ,
or
controles de ocupacion.
"d
guna manera imped1na, Y P
ma se insista pblicamente,
e mdn d los cuatro poderes acerca
.
.
b f T t r un acuer o e .
.
d
.o
el contrario, de e aci 1
.f.
'n en el con1unto e pn ,
"
Pero
la
reuni
icac10
.
del problema a 1eman
. h , mucho tiempo en segunridades de Washingto1~ estaba desde b fia necesidad de integrar a la
do lugar, ya que el primero lo ocupa, a de Europa Occidental: "Este
.
ta a la economta
..
Alemarna no comums
,
_ 1 do Marshall en febrero, a n 0
'd"d
"
habia
sena
a
.
gobierno est d eci i o
.d d poltica y econmica a 1e to de la um a
.
,
permitir el restablecimien
duzcan a la dommac10n
robablemente con
,
.
mana en condiciones qu: P
d los soviticos". Habia poca
efectiva de toda Alemarna por parte e
Je
~'""" LA CON'raNCIN
IMPLE!MEN'I"''~
90
91
tarlo La insistencia con ressos se decidan alguna vez a. acde~ Londres no lograra ninguno
Jos ru
de la Conferencia
l programa
..
pecto a
.
d
ente t1b1a
59
o una respuesta dec1di am
Ale
de esos objetivos.
El "Programa A" produJ M
h el asesor poltico para . bierno. Robert D. urp y, .
,, ero con gran profudentro del go
"documento vahoso P
'
s buenas
.
que era un
"
bl
de nuestra
~~~i~ep:e~~foras, comentaba nq~:ec:~:C~~ l~;:n narices sangran~:.
~ tendones parece ser que co
de piedra rusos, franceses y, a
in
ol ean contra los muros
.,
o de los propios argumenqu: ~~gfes~". Ms tarde, Murphy vo~~~t:nsugiriendo que la cre~ci1:1
ce , d Kennan en contra de la pr?Pd
'diente "ejercera una mev~
~oes u~ Estado alemn occident~~:a~~e~r.ental y baria an m~s diuerza magntica sobre A
,
,, Foy Kohler el charge norta bl e f
.
., f s en esa area
: d l "Profcil controlar a los so~ie ~c~ t", que la aceptacin sovitica e l
teamericano en Moscu, a vir IO enca en Occidente, socavando ~ voA" no ocasionara complac
pa'dar el aprestamiento
grama
ya que . os
militar. Los Je
es de Esta o
ticas serian ilusorias,
,
cabo dentro de Poloma o
. s del retiro de las tropas sovi
Jre arativos para la guerra se Ilevanan c~n menos facilidad que en
pd pl URSS donde seran detectados
d uta alguien revel la
e a
'.
*
edida que se isc
'
d
ue
Alemania Onental. Y, a ~ al New York Times poco antes e i49
sustancia del "Programa A . . t os del Exterior en mayo de 1
se reuniera el Consejo de Mmi.s r obligando as al Departam~nto de
para discutir el problema alemanh biera sido alguna vez senamente
Estado a negar que ese proyecto .u
considerado.ro .
t ido dudas acerca del prograEl mismo Acheson pudo haber} e~i"o a Murphy en 1944 que "no
ma de la Conferencia de Londres
~a ~ez a la conclusin de estacomprenda . . . cmo llegamo~ o~idental". Uno de sus asesor:.sp de
blecer un gobierno de Alemama
aldaba plenamente el
romayor confianza, Philip C: Jessup, r~~~ecretario de Estado ~onclu
grama" de Kennan. Pero fmalme~ted Londres seria menos peligroso,
que d enfoque de la Conferenciab ~t, nicos y con los franceses, que
Y
con los n
en trminos de la re1acion
b'ld d de una recuperacion del po.,
la
posi
ii a
una
.
der alemn, y tamb ien en
l integracin de Alemarua a
mayo. "Hemos hecho Y estica de todo el pas. "N?s. P~~ocup~b-~
Europa libre y democrat1ca ' escn io en
---
ct;
92
1 JOHN LEWIS
GADJ>rs
IMPLEMENTANDO LA CONTENCIN
Onental
poda ser un objetivo deseable e ~?vieti~as de Alemania
norteamericanas y soviticas ser
' p r? el reti:o de las tropas
nan extrajo las conclusiones a r~ 1:1nd p~e~~o demasia~o alto". Kenpensamiento ... significa
p pia as. la tendencia de nuestro
Alemania reunificada en est que no deseamos en realidad ver una
e momento y que
h
. .
las que esa solucin nos resulte
d d'
no ~Y condiciones en
U
.
ver a eramente satisfactoria" 61
n esquema similar de aconte . .
.
pecto a Japn. A pesar de la resiste~:~entos se ?esarroll con resgeneral del general MacArthur la d . ?el p~?tagono y del cuartel
1948 la recomendacin de Ke'
admimst~ac10n haba aceptado en
.
nnan e no firma
,
paz mientras el objetivo de la oltica
r n~1!-gun tratado de
del castigo a la reconstr
., p
de ocupac1on no cambiara
ucc10n: como en el
d A
.
preocupacin haba sido que el
,
~aso e lemama, su
sin de los ex adversarios slo constante e~fasis puesto en la repre!os rusos pudieran desplazarse creara vac10s de. poder en los que
interna o de la presin exter ' ~; pfuera fl?or medio de la subversin
na.
ara mes de 1949
.
,
a preocupac10n de q
rusos propusieran un tratado- h b' Il
ue os mismos
que deban iniciarse los prepar t'a ia evado a Acheson a concluir
d 1950
a ivos para un acuerdo y
e
' en un movimiento de t' d
.
en mayo
racin bipartidaria en asuntos s tm~ o tanto a restaurar la coope.
ex enores como a as
.
soramiento experimentado en 1 L .
egurarse un asebr a John Foster Dulles el ~ . e1ano 0 nente, el presidente nominternacionales, como en~ar P~Incdipal vocero repub~icano de asuntos
. .
.,
ga o e estos preparativos.63
La plamficacion se desarroll sobre la base d l
. .,
la que Kennan no tena dis utas
. e a supos1c10n, con
se deba permitir a los rusot
, d~ que en ninguna circunstancia
expresara Acheson, en un le;anaar e cont:ol de Japn. Tal como lo
Kennan " J ,
gu Je que bien podna haber sido de
' sr apon se agregara al bl
.
ganaran poder humano es ecializad oque +com.um~ta, los. soviticos
'
1a ocurn o en Ale
h b,
93
94 /
IMPLEMENTANDO LA CONTENCIN
das que protegieran el pas, la nica alternativa posible era mantener a las tropas norteamericanas en Japn, inoluso despus de que el
tr~t~~o de paz ~ntrara en vigencia. Esto "dejara afuera, en nuestra
!'imon, cualquier perspectiva real de que la URSS o China comunista formen parte del tratado".67
.Es evidente que l~ ocupacin no era tan desagradable para los
habitantes, de esos paises. como para Kennan y, en cualquier caso,
ambos paises llegaron a tiempo para favorecer la continuidad de la
presencia de las bases norteamericanas en sus territorios. Los alemanes no . reacci?naron violentamente contra la participacin, y tanto
A.lemama Occidental como Japn demostraron ser econmicamente
viables a pesar de las mutilaciones territoriales impuestas por la
gue?' Pero Kennan estaba asombrado por la manera en la que se
hab1a formulado la poltica en estas situaciones: al igual que en el
caso de la OTAN, se haba permitido que los recursos de la contencin dejaran en la sombra su objetivo l'timo, que era el de cambiar
el ,concepto sovitico .de las relaciones internacionales, posibilitando
asi un acuerdo negociado de las diferencias ms notables. La estrat~~ia consiste?te en encerrar a la URSS entre alianzas militares dif1cilmente estimulara ese proceso. Como sealara Kennan con respecto a Alemania Occidental, "lo que fue concebido como un instrumento, se transfo;m. poco a poco en un fin en s mismo. Lo que se
supoma era un sirviente de la poltica se transform en cambio en
un detenninante".1111
'
'
Sin embargo, en ninguna rea esta cuestin de proceso versus
objetivo se torn ms aguda para Kennan que en el rea de la estrategia militar que si~i a la detonacin inesperadamente temprana
de una bomba at~m~ca por parte de la Unin Sovitica en agosto de
1949. Ese acontecumento desarroll un debate en Washington acerca
de responder o no por medio de la construccin de la bomba de hidrgeno o "super" bomba, ms poderosa, y fue durante el curso de
este debate que. ~ennan estableci, por primera vez, su posicin con
res~cto a la utilizacin de las armas nucleares en la guerra. Kennan
cons1~er que el trabajo de 79 pginas que present acerca del tema
"ha s~do, con respecto a sus implicancias, uno de los ms importante~, s1 es que no fue el ms importante, de todos los que redact
n:i1entras estuve en el gobierno".69 Y no es sorprendente, porque lo
que Kennan demandaba en su largo memorandum, "The Internatio~al ~ontrol of Atomic Energy", era nada menos que el fin de la utihzacin de las armas nucleares como instrumentos blicos ofensivos.
Kennan Ueg a esta posicin por motivos que apelaban al ncleo
de la relacin existente entre poltica, estrategia e. instrumentos de
guerra: ~o hab~ mane~, argumentaba, de hacer que las armas de
d~struccin masiva pudieran ser obligadas a servir propsitos racionales que no fueran actuar como disuasores de la declaracin de
95
Las evidencias recientes sugieren, sin embargo, que la Unin Sovitica ha.
bia decidido empezar a trabajar en una .~mba de hidrgeno, incll1;50, antes de
que los norteamericanos tomaran la dec151n de hacerla. (Ver David Holloway,
"Research Note: Soviet Thennonuclear Development". International Security, IV
[Invierno 197980], 192-97).
96
de genocidio"; la capacidad de responder con gran cantidad de bombas atmicas, se pensaba, era deficiente como para disuadir a los
i:iso~ de la posibil.idad de lanzar un ataque, incluso, con bombas de
h1drogeno. El presidente de la Comisin, David E. Lilienthal, se uni
con otros dos miembros para recomendar en contra del desarrollo
de la nueva bomba, sobre la base de que no era "consistente con el
programa de paz mundial de este pas, ni tampoco con nuestra seguridad a largo plazo". El mismo Acheson argument en una reunin
del Policy P1lanning Staff en noviembre de 1949 que
tal vez lo mejor sea una moratoria de 18-24 meses de la superbomba -bilateral de ser posible, unilateral si fuera necesari0y durante ese tiempo hacer todo lo posible para distender la
situacin internacional, llegar a un acuerdo con los rusos, poner
en orden la casa econmica, preparar la mente del pueblo para
hacer lo que sea necesario y, si no hay acuerdo en vista
para cuando se cumpla ese tiempo -en vez de dejar caer una
bomba sobre los rusos como proponen algunos-, seguir adelante con la produccin generalizada (de bombas de hidrgeno
y atmicas), respaldados por la propia economa y por el p11eblo,
tras haber hecho todos los esfuerzos en otro sentido.
Y un mes ms tarde reconoci que "no podemos . . . tener conviccin ... al defender y dirigir el esfuerzo destinado a lograr el control internacional y la abolicin de las armas atmicas si al mismo
tiempo crece la confianza militar que depositamos en esas armas" .72
Pero tambin existan presiones contrarias, especialmente procedentes del Congreso y de los militares. El' senador Brien MacMahon,
coordinador del Comit Conjunto de Energa Atmica, dio pruebas
del estado de nimo dominante en Capitol Hill cuando escribi a
Truman: "Cualquier idea de que la renuncia norteamericana a la superbomba inspirara esperanza en el mundo, o de que el desarme
por el ejemplo nos ganara mayor respeto es tan sugerente de una
psicologa de apaciguamiento y tan poco coherente con las amargas
lecciones aprendidas antes, durante y despus de dos guerras mundiales recientes, que no har ningn otro comentario". Los jefes de
Estado Conjunto citaron las ventajas de esas armas, no slo como disuasores sino "como instrumentos con las mayores posibilidades de
poder conocidas"; estas consideraciones, concluan, "superan decisivamente las posibles objeciones sociales, morales y psicolgicas". Lewis L. Strauss, miembro disidente de la Comisin de Energa Atmica, pensaba que era "poco sabio renunciar unilateralmente a cualquier arma q~ un enemigo puede razonablemente poseer". Tampoco,
como el mismo Acheson tuvo que admitir, haba ninguna seguridad
de que los rusos no desarrollaran su propia "super", independiente-
IMPLEMENTANDO LA CONTENCIN
I 97
98 /
IV
En el momento en que Kennan abandon el Policy Planning Staff a
fines de 1949, estaba claro que sus recomendaciones ya no tenan el
peso de antes. Lenta pero constantemente, la responsabilidad de las
pruebas -siempre un estorbo sustancial dentro de una burocracia-81
se haba desplazado desde !'os crticos de Kennan al mismo Kennan:
"mi concepto de la manera en la que nuestros esfuerzos diplomticos deben conducirse no es compartida por ninguno de los otros
funcionarios principales del departamento", anot en su diario en
noviembre de ese ao. "Aun cuando el secretario de Estado compartiera mis opiniones, tendra que operar en medio de personas cuya
filosofa de los asuntos exteriores sera necesariamente diferente". 82
Vale la pena preguntarse cmo ocurri esto -cmo una administracin que hallaba persuasivo el razonamiento de Kennan con respecto
a las dos primeras etapas de la contencin lleg a rechazar, aunque
penosamente, su asesoramiento con respecto a la tercera etapa. La
respuesta parece hallarse en la creciente dificultad de Trumao y de
"El verdadero momento de fracaso de mis propios esfuerzos se present
cuando se hizo evidente que los gobiernos occidentales, y especialmente el nuestro, eran incapaces de cultivar la fuerza militar y econmica esencial como entorno de cualquier negociacin exitosa, manteniendo al mismo tiempo abierta para
los rusos cualquier perspectiva razonable de negociacin. Lo mejor que podamos
ofrecerles en los "momentos cruciales era alguna forma de capitulacin incondi
cional de sus propios intereses polticos. No eran tan dbiles como para tener
que aceptar algo de esta clase". (Kennan al autor, septiembre 4 de 1980).
IMPLEMENTANDO LA CONTENCIN
99
?e
100
IMPLEMENTANDO LA CONTENCIN 1
1
101
d.ente durante las. tres ltimas dcadas que los cambios de los objetivos que consohdaron ese poder. Estas argumentaciones se han
visto verificadas, sin embargo, por el transcurso del tiempo, una ventaja de la que no disponan entonces los estrategas de 1950.
Un segundo problema estrechamente vinculado tena que ver con
la tolerancia de la asimetra. El concepto de Kennan de la defensa
de los puntos fuertes, con su idea de aplicar la propia fuerza contra
las debilidades del adversario, haba supuesto una jerarqua de intereses ~n e~ mundo: no todos los intereses podan ser de igual importan~ia: ~u todas las ru:ienazas planteaban el mismo peligro. Pero
esto sigmhcaba estar dispuesto a tolerar tambin situaciones en
las que la fuerza sovitica era dirigida contra !'as debilidades nortea~ericanas. Los dos casos ms preocupantes en 1950 eran el Lejano
Oriente, donde la "prdida" de la China continental a manos del comunisn:io pareca haber tomado vulnerable al resto de Asia, y Europa Occidental, donde el efecto disuasor de la bomba atmica norteamericana ya no bastaba para contrarrestar la superioridad sovitica
en fuerzas convencionales. Kennan reconoca estas asimetras de poder, pero no tena recomendaciones para hacer salvo conservar el
buen nimo. Tal' como ms tarde recordara haber argumentado con
respecto a la situacin en Europa:
Somos como un hombre que se ha dejado caer en un jardn
cercado y se encuentra all solo con un perro con grandes dientes. El. perro, por el momento, no muestra signos de agresividad.
Lo meJOr que podemos hacer es, por cierto, tratar de establecer,
entre nosotros, la suposicin de que los dientes nada tienen que
ver con nuestra mutua relacin -que no existen all ni aqu. Si
el perro no muestra disposicin a suponer que es de otra manera, por qu tendramos que plantear el tema y concentrar la
atencin en la disparidad? 86
Como China no era un centro de poder vital, el control sovitico
sobre ese pas, aun en el caso de que pudiera mantenerse (hecho que
Kennan dudaba), no planteara una amenaza significativa para Occidente. Europa no comunista era mucho ms vital, pero los rusos
saban que no podan apoderarse de ella. sin una guerra, y era improbable que se arriesgaran a ella, incluso poseyendo armas atmicas.
Los aos subsiguientes han demostrado que ambos clculos
de Kennan eran acertados, pero esa seguridad no exista en es~ momento. Lo que pareca de mayor importancia no era tanto la naturaleza del poder sovitico ni las intenciones de los lderes del Kremlin
-temas que n estaban sometidos a la posibilidad de verificacinsino ms bien el hecho innegable y perfectamente verificable de que
el poder haba cambiado para ventaja de Mosc de manera muy visible
102 1 JOHN
UWIS GADllIS
.
d lart a os .expertos cait
mmed1ato
al nivel decisorio
I ica os un acceso
de aclarar sus recomenda . e ope, sm cargarlos con la obligacin
nadas, y liberndolos par~1o:es ~ travs de las burocracias subordicuando fueran necesarias.oo ugenr recomendaciones o adaptaciones
.ra.
r::
d d" , .
Pero esta disposicin hubi
necesidad de direccin de la bu~~I .o ifcll ~e. reconc~liar con la
llevar a cabo operaciones coordi d c1aErequenm1ento evidente para
dicho, resista a los intentos d ~a as.
enf?que. de Kennan, se ha
esotrica" se basab
e congelar y d1semmar una habilidad
ble del fu~cionario e:p:z!~~~ 'S_~te en , "la sabidura no comunicagdeces, simplificaciones Y art~~alrdt~m~. P.0 ca ?~ciencia con las "ritracin de organizaciones
ande 9t a es rmphc1t~s en la adminisclase de asesoramiento slogrte , s.al Aclim~es_?n consideraba que esta
ma v or
1tado:
d l h ..
Reconoc y apreci en buen
rica de nuestros funcionarios~ ~e a. .b:da~ personal y esoten tanto su saber fuera "no comuni~~;;. xtenor, pero crea que
de en las operaciones del ext .
.' s~ valor, aunque granAU las polticas exteriores dee:ior, era l~tado en Washington.
:~. e~11::!1~~~n~equ~~~e~
r~~ns:;:::~Ju!:1:e~=e~e=~~~~b:
'
vez ega a su cargo e.htrenado en
Ull'LDDNTANJIO LA OONTENCIN
1 103
Captulo IV
NSC-68 y la guerra de Corea
A primera vista resulta raro que George Kennan, el ms gracioso
estilista de la prosa que sirviera en Washington en los tiempos modernos, nunca se tomara el trabajo, mientras era un funcionario oficial, de expresar por escrito su concepto completo de la contencin.
Gran parte de su pensamiento, por cierto, hall expresin en los
papeles polticos, y la administracin Trumao implement muchas
de las recomendaciones de Kennan entre 1947 y 1949. Pero tuvimos
que tamizar los elementos de su estrategia a partir de discursos y
declaraciones hechas en variadas formas ante variadas audiencias.
Kennan no emprendi una exposicin sistemtica de su programa.
Esa aversin a los lineamientos polticos escritos no era accidental. "No tena confianza", record Kennan ms tarde, "en la capacidad de los hombres de definir hipotticamente de manera til, por
medio de fraseologa legal y general, situaciones futuras que en realidad nadie poda imaginar o concebir". 1 Los temas de las relaciones
internacionales eran demasiado sutiles y evanescentes para ser reducidos al papel sin que se produjera un exceso de simplificacin; una
vez que se haba logrado acuerdo acerca de los expedientes, era
demasiado difcil' que las Jmrocracias los reconsideraran a la luz
de las cambiantes circunstancias. Pero como a Kennan le result
imposible, o bien innecesario, expresar a las burocracias encargadas
de implementar su estrategia la manera en la que las partes se relacionaban con el todo, nunca se desarroll, en todos los niveles del
gobierno, ese sentido de la direccin que es l'a nica manera de asegurar la perpetuacin. Como resultado, Kennan descubri que la
administracin se comprometa con movimientos que parecan en s
, mismos suficientemente razonables -la OTAN, la e icin de un
Estado alemn occidental, la decisin de mantener las bases militares en Japn despus de la ocupacin, el desarrollo de la bomba de
hidrgeno-- pero que eran incoherentes con los objetivos ltimos de
su estrategia. En el momento en que logr detectar y sealar las
discrepancias, era demasiado tarde para hacer cambios.
Fue precisamente esta necesidad de mayor coherencia en la formulacin poltica, que sigui a los shocks de 1949 -la "prdida" de
China, la bL'mba atmica sovitica, los persistentes debates acerca
de la estrategia que -se producan entre los servicios, y el dilema de
105
106 1
::!~s i;;~;~~ado1 a
I
Las .diferencias existentes entre la concepcin que Kennan tena de
los mter~ses de Estados Unidos y la del NSC-68 no son inmediatamente .~videntes. ~l documento" proclamaba como "propsito fundamental . de la .nacin asegurar la vitalidad y la integridad de nuestra .~ociedad l~bre, fun.dada ~?bre la dignidad y el valor del individ:io . Prosegu1a anunciando nuestra determinacin de crear condiciones en ,,ias qu~ nuestro .sistema libre y democrtico pueda vivir y
prosperar . Asociaba los mtereses norteamericanos con la diversi~ad, no con la uniformidad: "la base fundamental de la sociedad
hbr~ _es la fuerza y el atractivo de su idea, y no siente ninguna compuls10n de que tarde o temprano todas las sociedades sean construi
das conforme a ella". Y pareca confiar en el equilibrio de poder
La elaboracin del NSC-68 se asemejaba tambin a la de la Constitucin
en el hec:ho de que ambas fueron realizadas independientemente de las agenciaS
que nominalmente eran responsables de esos temas -en el ltimo caso el congreso Confederado; en el primero, el Consejo de Seguridad Nacional.
'
1 107
GUERRA DE COREA
NSC68 Y LA
108
a un techo. ~e
109
.
la e~onoma de
"Advertimos que
nuest~t~~~~o~~itada
para defensa"' le -~~~oe afe;house Armed Serviuna ~- dor de los jefes de Esta~o ConJ_ "~ debemos tender a discoorcma mittee ms tarde ese mismo ?~, s armados". Pero Bradley
ces om
. .
ara los servic10
,
. d de
nnuir las apropiac10n~s p 1 condiciones existentes habia si o
reg que su referenc~a a as
.
nos lanza en una guerra, e
~~erada, "porque, obviamente., si s;antidad necesaria para a~asteeblo norteamericano gastara la
r con sus obligaciones mterpu
la defensa nacional y para cump ir
cer .
.. 6
r los
nac10nales .
.
a manera de mcrementa
Lo que hizo NSC-68 fue s:i-g~1crt~ presupuestarios a largo plazo
as tos de defensa sin guerr~, :'m ~'lo el 6-7 por ciento del producto
g sin pesadas cargas .impositivas .. ~tos militares, se sealaba;* ?re~ruto interno se. dedicab~ ~~~t~i~: relacionadas con la guer~ ~~~i~:
ando las inversiones en m
'sticas comparables de la mo
,
g
,
1 20 por ciento. Las estadi
. nto Pero la economia
crecia a
8
ciento y 40 por cie
.
,
t ameriitica eran del 13' por
idad y la economia nor e
~ovitica op~rafba casi c~n~~~~o c;~:~den~ial al Congr:s?dd~ :~~~~~~
cana no El m orme e
. el ms alto de activ1 a
1950 haba sealado que co.n u~ mvda elevarse del nivel de 19,49 d~
ca el producto bru~o naciona . po aos. Este incremento po~i.a ut125S billones a 300 ~illones en cmco sustancial de la fu~rza mil~ta: y
lizarse para financiar un .u~ent~uir el estndar de vida domestico.
licancias c
A pesar de sus obvias im_r.
dentro del Pentgono, cuyas
d
o se ongmaron
s con la
militares, estas i ~as. n fiscal se haban enquistado aun roS haban
doctrinas de orto oxia
secretario de Defensa. e .
designacin de Louis Johnson dcomo grupo de asesores civiles, bberab"o dentro e un
de la ecooriginado, en caro l~ ' las tcnicas keynesianas al mane30
po era
les ansiosos de ap icar , .
tante miembro de este gru
El mas impor
convertira en director del Conno ~a domstica.
.
muy pronto se
umentar
Leon Keyserlmg, que , .
ue haba empezado a arg
. d Asesores Economicos, y q
seJO e
En realidad, la cra se acercaba al
5 A ver apndice.
o.
""""'
NSC-68 y LA GUERRA DE .,.,._.
110 1
que la nacin poda tener tasas de crecimiento ms vigorosas si el gobierno estimulaba la economa y toleraba dficits presupuestarios de
corto plazo hasta que comenzaran a entrar los ingresos impositivos
procedentes de la incrementada actividad econmica. La idea, tal
como la expresara Keyserling, era hacer ms grande el pastel en vez
de discutir acerca de cmo dividirlo. Keyserling, por supuesto, tena
en mente el programa domstico del presidente al presentar esa argumentacin, y con ese fin haba persuadido a Truman de respaldar la
factibilidad eventual de un producto bruto nacional de 300 billones.
As, el comit encargado del NSC-68 pudo incorporar el punto
de vista de Keyserling con alguna apariencia de sancin presidencial, pero tuvo que adaptarlo para propsitos muy diferentes de sus
objetivos originales. No obstante, tras leer el NSC-68, Keyserling expres un "absoluto acuerdo" con sus conclusiones econmicas, advirtiendo solamente acerca de la necesidad de "'mprender esfuerzos
educacionales para corregir la difundida impresin de que "un incremento de defensa significa una disminucin equivalente de los
estndares de vida, impuestos ms altos y una proliferacin de controles".9 * Las implicancias eran tan alarmantes como la idea de que
los intereses fueran indivisibles: si el gobierno slo se ocupara de
"manejar" la economa, los medios de defensa podan expandirse
segn las necesidades de proteger esos intereses. Tal como Robert
A. Lovett, ex subsecretario de Estado, banquero de Wall Street y
neo liberal keynesiano dijera al comit: "no hay nada que el pas no
pueda hacer si desea hacerlo". 1 A su primera afirmacin de que
no debera haber distinciones entre intereses vitales y perifricos,
NSC-68 agregaba ahora, con seductora lgica, que no era necesario
que las hubiera.
Pero si la expansin de los medios posibilitaba fines mayores,
significaba eso que estos fines justificaban una mayor variedad de
medios de los que antes se haban credo apropiados? Los autores
del NSC-68 adoptaron una posicin ambivalente en este punto. Por
una parte, argan que "la responsabilidad del liderazgo mundial ...
demanda que hagamos el intento y que aceptemos los riesgos implicitos en l, para promover orden y justicia por medios coherentes
con los principios de la libertad y la democracia". Sealaban adems
que mientras "el Kremlin es capaz de seleccionar cualquier medio
que sea expeditivo para llevar adelante su idea fundamental", las
democracias no disfrutaban de esa libertad de eleccin:
1 111
1 . , n a la imposicin
l fuerza a la compu s10 ,
una socieEl hecho de r~currir au: acto difcil y peligroso l~~an peligros
de la _volunta ~~i. es admisible cuanddo bse s:~ ~~ara y urgente;
dad libre, que
"dad de este acto e e
, como ine.
En
r
por
.
o ser puesta en pe i~o
.
. dad de nuestro sistema ~ . violenta o no violenta:
La mtegn d"d abierta o encubierta, l
del 1<.remlin, n1
ninguna me 1 a, sito de frustrar los panes de afirmar nuesque sirval al ~:~ldad de conducirnos de mod~'be esas medidas,
tampoco a ne
.
con palabras pro
fi y que
tros valores con acc1onei~~amente calculadas para ese :os consiempre que sea~s~.;:~~ mal dirigidas como ~~:e~~.:iigos sean
no sean tan exc. . d 1 pueblo en vez de que
viertan en enem1~05 e ue lo han esclavizado.U
..
los hombres malignos q
.
difcil de reconc1har
un mandato exigente,
.
Esto es por cierto
1 preceda.
t
1 bnegada ordenanza que o
d l NSC-68 probablemente econ a a
.. .
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documento aparece
La reconc1hac1n q
ninguna parte del .
democracia
te (aunque en
principio una
nan en roen
sta. que aunque en
d se enfrentaba con
explcitam~nte) era'todo~ selectivame~te, c~an 1quier cosa era juedeba elegir sus ~et para su supervivencia ~ua
a tos problemas
una amenaza ab~o u razonamiento poda apllcarslesuministro de los
.
El mismo
.
ses y en e de la economia
,
go l unp10.
.
. acin de mtere
implcitos en la di.~r;:~~nes de las prioridades :nte una amenaza
medios: las cons~ e en pocas normales, pero u aciones de esta
podan ser apropiad~s la Unin Sovitica, las p;~oc ~dial tan pelicomo la que plantea a das or ta borda. La cns1~ rora
l~ Segunda
ndole podan ser lanza o plo haban sido la Pnme yrmisibles togrosa potenci~lmente
vitales todos los. ~ntereses,
los autores
Guerra Mundial, tornab l
mtodos justificables. p
definidos
.
y todos os
podan ser
dos los med ios .
orteamericanos no . . .
ara ellos:
del NSC-68, los mteresese ~a Unin Sovitica s1gn1f1ca~~ ;epeta con
arte de la amenaza qu Kr l"n" como el docum~n
un
~frustrar los designios delf rme~ len' un fin en s mismo, no en
se transo
tanta frecuencia,
un fin mayor.
medio destinado a lograr
Pero despus agregaban:
co:-
:r:
112 /
II
~ero cul era el designio del Kremlin
,
c1ones de este designio planteadas en el
de qu~ ~odo las percepa las de Kennan? "El d .
SC-68 difenan con respecto
Unin Sovitica .Y el :;~7::i1~;t~ndament~l de. los que controlan la
el documento "es el d
comumsta mternacional" argu""1'a
e conservar
l"dT
'
primero en la Unin Sovitica de y s~ I I icar ,su poder absoluto,
ahora bajo su control. Sin embrr spues en las areas que se hallan
Soviet, el logro de este desi . go, e~ las mentes de los lderes del
su autoridad y la eliminaci;r1~ft req~ere la e~tensin .dinmica de
a .su .autoridad". Kennan hubieraii:::ua~ocualqu~er oposicin efectiva
N1tze y sus colegas crean ue l
. ~sto ii:~~usable. Tampoco
mordialmente motivada por~
~ exp~ns1on sov1etlca estuviera priKennan crean que el marx1smns1l er~c.1ones ideolgicas; al igual que
.
o- emnismo era
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1
que e 1 d etermmante de la pol't'
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.
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i ica e Soviet "l
. .
Kreml m
e su propia infalibir d d h
.
a conviccin del
a
~ t~rnado tan subjetiva su devocin a la teora que los
referentes a la doctrina no fp nunciamientos pasados o presentes
.
o recen una gua confi' bl'
fut ura ,, M,as bien
la hosti"l"d d
., .
a e para la accin
'
s e ongma
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I
en a mcapacidad de tolerar li ad. sov1etica
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totalitario: "La existencia ~ iver~i ad, .caracterstica de un sistema
una amenaza insistente y y
f.ers1stencia de la idea de libertad es
sociedad esclavizante y
n mua pa:a los fundamentos de una
necesidad de Hbertad' e~ :i~~~;~~~~ esta considera intolerable la
Los autores del NSC-68 tambin estaban
~n que esta incapacidad de convivir co 1 ~e ac.uerdo con Kennan
hdad, que por cierto acab ,
n a diversidad era una debipero diferan con l en cua:~a or crearle problemas al Kremlin,
se produciran. Kennan opinab a mo;nento en que estos problemas
q_ue ya le resultaba difcil cont:o~~e a URSS Y. se haba excedido,
s1ones resultantes vvidamente efl . reas absorbidas, y que las tencan oportunidad~s que Estad: ~J~~as por
hereja titosta, ofreplanteaba un enfoque ma's
.s . m os podia explotar. El NSC-68
pesimista La exp
,
., .
mentaba, haba producido h t
ans1on sov1etica, argud b"l'
f
, as a e1 momento fuerza
ueran cuales fuesen los acierto d 1 f ,
Y no e 11dad;
'
trarrestados por la victoria del s e i.to1smo, est~ban ms que conmica sovitica y l'a persistente a~~:~~Is~o en_ ~hma, la bomba atmomento en que Estados Unido r .ac1 n .m1htar de Mosc en un
militares. Dada esta situac1'o'n
s u;ii~aba ngurosamente sus gastos
, parec1a imprude t "
'J
:o
c:
113
114 1 JOHN
115
urwJS GADIIS
,
. ran suficientemente astutos, forzar
lderes del K~emln podx~nd;; : gastar recursos en lugares del :u~
a Estados Unxdos y sus ~ xa
intereses vitales de Kennan. To
a
do muy alejados de la b~ta _de enerar medios adicionales P~? deosicin del NSC-68 ha~1a sido gPero al descuidar la defimc1on de
fender los intereses exx~tentes. te de las amenazas contra ellos, ~l
estos intereses independiendt~m~ns intereses junto con los medios, viento en efecto expan xa o
d?cudmo de este modo su propio intento.
cxan
-1n
.,
accin destinada a enfrentar el desafio
En su recomendacxon para la.
. , de los intereses y amenazas,
sovitico, as como en su. ?,xsc~~:::.~ar a la de Kennan, pero luego
NSC-68 parta de una pos1c1on
t defina la "contencin" como
se distanciaba de ella. El documen o
un esfuerzo
.
a la guerra destinado a l)
anera se aproxime
'
2)
oner
que de mn~na ~
sin del poder sovitico, . exp
bloquear mas aun la expa?
el Soviet, 3) producir una rela falsedad de las preten.s1ones ~ del Kremlin y 4) en general,
traccin del control y la mfluenc1~llas de la destruccin dentro
estimular de ta!, ~anera las ~:~lin sea vea obligado al me~os
del sistema sov1etxco que el 1 b. eto de adaptarse a los estana modi_ficar su. conld~ctg~;~~l~e~t! aceptados.
dares mternacxona e
.
do esencial en
"ha sido y sigue
sien
Prosegua sealando que
oder eneral superior por n?s~~~~
esta poltica que. P,oseamos un ~tras ~aciones de espritu s~~;~~r c
mismos o combman~onos ~?~
dejemos abierta la pos1b1 I ~
1
pero que. al misml out{;;,?. u~ ;.:i:::elamiento diplomtic?". ~:n~~~:~
de negociar con a . .
.
o sitos mismos de la con
.
los pr p
t dx'ficulta las retracc10la b a, "t1"ende a tra1c1onar
multneamen e
d ,,
.
porque plantea tensiones "! s1 direccin a una conducta modera ~t.
nes y adaptaciones del Soviet en. , de modo de evitar en lo pos1 e
La idea era la de "ejercer presxon
1 restigio sovitico, mantener
cuestionar o ~e~~fiar directa~:~~;S ~e retire ante la p:esin co~
abierta la pos1b1hdad de que
tizar ventajas pohtxcas a par
una mnima prdida de imagen y gara~der o extraer ventajas de la
tir de la negativa del Kre~~in a conc
.,
apertura que le ofrecemos . haba procurado bloquear la, e~pans10~
Pero en tanto Kenna~
edidas polticas, econonucas, IOl
sovitica por medio de diversa; m oncentraba casi exclusivamente
litares y psicolgicas, el ~S~ se ~erza militar superior, dispuesta
en las medidas militares: Sm una
116 /
;f
.1,
varan a
cap1tulac1n ni impidieran los ataques contra los aliadosy tamb~en rep;ig:ian~e. moralmente. Un "primer golpe" contra la
URSS solo pod1a JUstihcarse "en el caso de que pudiera demostrarse
que se trataba de un contrataque como respuesta a un golpe a punto
23
de desatarse". Tampoco una guerra contra la Unin Sovitica en
caso de declararse, deba procurar la aniquilacin del enemigo:'
117
118 1 .roHN
LZWIS GADIIS
una fuerza militar limitada cuando fuera apropiado, pero ser capaz
de hacer al menos el mismo, si no mayor, uso de los instrumentos
econmicos, diplomticos y psicolgicos de la contencin. NSC-68,
suponiendo la indivisibilidad de los intereses, pensaba en la respuesta flexible como respuesta simtrica -el hecho de actuar en todas
partes donde los rusos decidieran desafiar nuestros intereses. Para
Kennan significaba respuesta asimtrica -actuar solamente cuando
los intereses en juego fueran vitales, las condiciones favorables y los
medios accesibles. Para NSC-68, la respuesta flexible implicaba la
capacidad de generar recursos para enfrentar los compromisos. Para
Kennan, significaba la necesidad de restringir los compromisos para
mantenerlos de acuerdo con los recursos. Estas diferencias eran sutiles pero no insustanciales.
La preocupacin del NSC-68 por el equilibrio de poder militar
se refleja en el hecho de que dijera tan poco acerca de la segunda
etapa de la contencin de Kennan -la explotacin de las tensiones
existentes dentro del movimiento comunista internacional. Lo que
s deca pareca proceder, una vez ms, de las premisas de Kennan,
pero para llegar finalmente a conclusiones diferentes. NSC-68 sealaba la vulnerabilidad de la Unin Sovitica al nacionalismo, tanto
dentro de sus propias fronteras como en el imperio de sus satlites.
A partir de esto conclua, al igual que Kennan: "Si un satlite se
siente capaz de hacer efectiva su independencia del Kremlin, como
ocurri en el caso de Tito, es probable que se separe". Como resultado, "puede, incluso, decirse que las capacidades del mundo sovitico, especficame:nte las capacidades de las masas que no tienen nada
que perder salvo sus cadenas soviticas, son un potencial que puede
alistarse de nuestro lado".26 Estaba aqu implcito el mismo razonamiento que haba nutrido la estrategia de Kennan: que era la Unin
Sovitica, no el comunismo internacional, la amenaza contra la seguridad norteamericana, y que siempre que existieran comunistas
independientes del control de Mosc, Estados Unidos poda trabajar
con ellos para contener las ambiciones expansionistas de Mosc.
Pero NSC-68 no deca esto en ninguna parte, ni tampoco sugera
los medios para estimular la fragmentacin del movimiento comunista internacional. Supona en cambio la persistencia del control
sovitico en Europa Oriental, y aunque prevea algunos problemas
econmicos para los rusos en China, sugera que las dificultades enfrentadas por los Estados no comunistas de la regin "presentan
ms que oportunidades de compensacin".27 La omisin de cualquier
estrategia para promover la fragmentacin es sorprendente, ya que la
meta segua viva en todas partes de la administracin en el momento de la elaboracin de NSC-68. En enero de 1950, por ejemplo, los
jefes de Estad Conjunto haban promovido la continuacin de la
asistencia militar a Yugoslavia "para garantizar la persistencia de
11S
. emplo de oposicin
ya que un e]
.
.
. contra Moscu en
. al control de Mose '
la resistencd1a
fmular movimientos de res1stenci~ China" dijo al
itosa pue e es I
"L
e nos preocupa e
, E t do
ex s Estados satlites".
. qu d l Senado el secretario de .s a
otro "t de Relaciones Exteriores ~
fuere quien gobierne all, a~
CAohm:son en marzo, "es ~ue sea qmendiablo independiente. Eso Mes m:
c
d" bl mismo es un
b"
de oscu
q:e la.
NSC-68
in
China caiga baJO el contr
ara que uno de 1os
o de qtuepunto fue suficientemente notabtle ~o:a~e~ ledo una versin
en es e
h
preguntara, ra
r dad adecuadament e l a cuesb dinados de Ac eson
su or .
".Hemos explorado en rea i
.,
itca ms all
prelimmar: <'..
'tico en la expans1on sov
'
. ">" 28
tin de s hay un. ~unto en URSS no se tornarn en desventaja . .
del cual los beneficios de la
r ar el silencio de NSC-68 en
Hay varias posibilidades para ex~l 1~iempo: en tanto K~nnan ':[
este punto. Una tiene que vera c:entacin era una perspe<;:ti~a su~~
Acheson consideraron que la fr g ustificar una accin rapida, l
nte inmediata como para J
osibilidad ms remota,
.
~~~:::~el NSC-68 tendan a verla co%~t~~c~nfiguraciones de poder
demasiado problemtica co~o p~r~;C-68 estaba ms preocupadoUen
29 Lo que es mas, e
K
Acheson. na
ya existentes.
lo haban estado ennan 0
fuera
las apariencias de ~o que
as en particular tal vez no .
'
victoria del comun1smc;> en un l~ Unin Sovitica, pero era e~1d.e;:
la larga, una ganancia p~ra
erdida para Estados m. .
a ue en lo inmediato parecia ser .u~fc1'mente muy poco por explicar
fa administracin ha?a hecho r~~b igualmente peligrosos; para 19~~~
ue todos los comumstas n~ ~
stica generada por el caso
da la febril atmsfera pohtica do~ mo cualquier esfuerzo ~duca:r Hiss y el surgimiento del ma~ar is s' calor que luz.* Los mtere~- de esa ndole hubiera producido ~ d NSC-68 dependan tanto
s~s norteamericanos, haba argum;~ ~e~ poder ~ismo; si Esta~os
de las percepciones del po_der co rreno ante sus adversarios, os
Unidos pareca estar perd1end?d te a los producidos en el caso de
.
,
r muy parec1 os
efectos pod nan se
apariencia.
rdida no fuera una m~ra
microcsmcamente con
que ;~~o~ estos dilemas s~ m~::::st:a:n, para la primavera de
cto a Taiwan, donde a a
.d
de su poltica de no opo;~~~e volvi a replantearse los c?~te~~:a por miedo de hacer q~e
ners~ a una intromisin comum~:s. Entre aqullos de mportan~a
los chinos se acer~ara?, a ~~s :~a reconsideracin se hallabaa~d:i
dentro de la pr~ ucc10~ b' convertido en consultante especi
Fostr Dulles, qmen se a ia
~~a:::~e~t~ :ej~~
tiz un "trabajo bland cubriera en 1949 cuando u rtea.mericano con res Tal como. Achesons; in:nto de educai: al pueb~g2-~ Y David s. McLellan,
co" de 1054 pgiil8S en Pr sent at the Creation, PP y k' l9'16 pp. 194-98).
pecto a cmna. ver sutat eDepartment Years <New or
'
Deail Acheson: The s e
,,.,
NSC-oo
120
Y~
GUEIUIA
DE
COREA \
121
on el rgimen que lo
Departamento de Estado en el mes de abril. Dulles argumentaba, en
un memorandum escrito durante el mes siguiente, que
Si nuestra conducta indica una continua disposicin a retroceder
y a permitir que las reas dudosas caigan bajo el control comunista, muchas naciones sentirn confirmada la impresin, ya producida por el Tratado del Atlntico Norte, de que no pretendemos
mantenemos firmes fuera del rea del Atlntico Norte ... Si nuestra conducta parece confirmar esa conclusin, slo podemos esperar un acelerado deterioro de nuestra influencia en el Mediterrneo, el Cercano Oriente, Asia y el Pacfico.30
Dulles no desempe ningn papel en a elaboracin del NSC-68,
pero su pensamiento contena la misma preocupacin por las apariencias que manifestaba el documento. Tambin era suficientementemente persuasivo como para producir una revaluacin de la poltica de Taiwan dentro del departamento, que, aunque no se haba
completado en el momento en que estall la guerra de Corea,
haba avanzado suficientemente como para sugerir que cualquier estrategia destinada a promover la fragmentacin del mundo comunista
deba ser sopesada con los costos implcitos para el mundo no comunista al tener que permitir, aunque ms no fuera, cambios aparentes
del equilibrio de poder.JI
Con respecto a la tercera etapa de la contencin de Kennan -la
posibilidad de cambiar el concepto sovitico de las relaciones internacionales- NSC-68 reconoca una vez ms la deseabilidad del objetivo pero rechazaba el mtodo. "No podemos esperar ninguna resolucin duradera de la crisis mientras no se produzca un cambio de
la naturaleza del sistema sovitico", sealaba el documento, pero Estados Unidos tena poder para acelerar esos cambios:
Demostrando prcticamente la integridad y vitalidad de nuestro
sistema, el mundo libre ampla el rea de posible acuerdo y 1
puede esperar que el Soviet reconozca gradualmente las realidades, Jo que en suma constituir eventualmente una frustracin
del designio del Kremlin. Lejos de esto, sin embargo, sera posible crear una situacin que inducira a la Unin Sovitica a
adaptarse, con o sin abandono consciente de su designio, a la
coexistencia en trminos tolerables con el murido no sovitico.
El pueblo ruso era un aliado potencial en esta empresa. "Es claro que no slo ser menos costoso sino tambin ms efectivo si este
cambio se da en un grado mximo como resultado de la accin de las
fuerzas intema's de la sociedad sovitica". En consecuencia, NSC-68
acentuaba la importancia de no hacer nada, en guerra o paz, que
"
~~nn
~sclaviza" 32
1 NSC-68
orno
'
1949 y en
iento o f"icia
l durante todo
se On.ginaron con e
t
rol prominente en el pens~m.
ortante punto de desacuerdo en re
.dad constituyeron el mas imp
h"
el NSC-68 fue esclarecer
rea11
. .
.,
Lo que izo
.
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y
la
admm1stracion.
h
b'
basado esta reticencia a
Ken
que se a ia
1
los presupuestos sob re os
Tt r nortenegociar.
. . , de ue la fuerza m11
.
Uno de ellos era la convicc1~n U i'; Sovitica, estaba. dechnan
r:
~meric;:~u~i;:;~~~ncs:;:n~i:. Est~d~~~:::d::al?:::i:se~~~~:;:~
NSC-68
122 1
GUEllBA DE COREA \
123
=~~!e
salvo~os
;rS)dem~~stros aliados
;ras nosotros
:es
~ la URSS, y
mile~cd10nes
. compae millas
de
la
salud
crece
di econmica
Y el potencial mili
tenemos
d con. nuestra ayuda,
les suminist
e alianza con pases limtrofi
rabies,
armas, la URSS no tiene
nosotros ..u
on pases que se hallan a
Por supuesto
que lonoque
las tendencias
futuras
1
preo~1:1p~ba a
68
los autores de NSC.
os m os no incrementab
rc10na mente su propio
po
NSC68 sealaba u
gasto, quedara atrs. Pero
a. pn>ricano haba
q e
1949 el producto brut
.como
1 el mismo
~n
:"'la
Y U.
ornaban en cuenta I
. a a aplicando un doble - ,
ev1las de Estados Unidos ;ucaespabc1dades potenciales
se
construy
o re esta ba
.
pero no
do as' l su ev?lu~cin de la debilidadse cuest1ona?Ie que el NSC-68
1 as negoc1ac10nes.
norteamencana, desalentanUn segundo disuasor de l
.
que la Unin Soviti
,as negociaciones era la
. .
conduccin. Tendra
bgoza:i? de ciertas ventajas inhconv1cc1n de
rar saber m
e enefic10 del secreto
erentes a su
de ella. No
sus adversarios de lo
lo que P?<1ra espe-
t:n~e,
C:
so~eten;e
qu~ ~:~
p~t~~~os
anticipadamente na que
a la opinin
munista ;nternaci:t::oo":d:. "'! por meclio del
':o:i'm~ultar
sabran
~~::!SS,ventajas
mi~ntrassonaislaba
a suru;~~rlda opinin pblica fuera':
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,,
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la temlenda desfavorab';;,'";;' ' argumentaba el NSC6~-~~~ma.
an ... contra la ne
. .
e nuestra posici
, ]Unto
a~n~ra
acontec1mie~~o~e:;:tem~
e~~~u':;:c ~:nt::
~1f.
:~
~o;~~8
pa~ca
es ns, ,;, tal como '""mentaba NSC-68, todos tos intereSCS eran ahora vitales, las futuras negociadones slo padrtan llevarse a cabo
sobre la baSe de las cap;tulaclones soviticas. Fuem de eso, la
voluntad o falta de voluntad de Mosc para negociar se tornaba
irrelevante. La gran falla de este enfoque era su falta de contempla-
cin del mismo fenmeno que tanto Kennan como los autores del
NSC.68 haban esperado como resultado' un cambio fundamental del
concepto sovitico de las relaciones internacionales. Hay indicios de
IV
Una de las caractersticas ms notables de NSC-68 era su tono retrico. Haba pasajes que sonaban como si se hubieran escrito para
el Congreso o para otra conspicua plataforma pblica: "La idea de
libertad es la idea ms contagiosa de la historia ... Siempre que el
dspota posee poder absoluto . . . todas las otras voluntades deben
124 f
~ri~7t s~nsibJes;
conclus1:n~1:l;~:c~Pr~I
N~g:;
sus
slofulos detaJles. del
. ~ as en ese momento
. . e~ eron amphament
P!'mc1pal del documento h~:~n~~e sm md1car la fuente. El obj:tfv:
c1a, al Congreso y al pbl.
o el de conmocionar a Ja b
paldo para una accin ml~vF;;~aI, con el objeto de conseg::r:~::~
que sus autores se preocu ar
sa: por lo que no es sorprende
generar ese respaldo
p an mas que Kennan acerca de , nte
D
como
entro de la burocracia el
sual manera en la que el d '
problema se resolvi merced a J .
to estndar hubiera sido q~~ue7~~! ~e elaborado. El proced~~~~:
P:1rtamentos principales o del
ba30 emanara de uno de los decd, para ser coordinado y aclar~~~sonal del National Security Couny s~r luego entregado al president por t?das las agencias afectadas
cunty Council. Pero un pequeo e P?r, Intermedio del National Se:
~r~en!antes de los departamentos c~mge f ad hoc constituido por ree a oro NSC-68; fue entre ado
e e ~nsa y de Estado fue uien
~~fensa, orientado a la econ~ma ~~~p~s1vamente al secretad~ de
p l, y fue directamente al presid~nt ms. ohnson, como un fait accomdepartamentales o del National S e s~n mayores aclaraciones interque el presidente lo hubo ledo ecunty ~ouncil. Slo despus de
conclusiones generales f
_y, presumiblemente respaldad
c.ounc1l,
pero para entonces
, ue sometido
f
o sus
'
a c
orma 1mente al National Securit
simpata presidencial, aunqu: no ~~~;r:~~a el considerable peso de l~
Asegurarse el respaldo del e
p IClta aprobacin presidencial 40
otra cuestin, a la que Jos autore~nJr~~ y del p~lico en general fue
e~fuerzo. Las ~onclusiones del' docu e SC-68, dedicaron considerable
simpleza, clandad y por medio de men.to deb1an s~r expresadas "con
Robert Lovett al co1n1"t , I b
. . . frases hemmgwayanas' ,, di.
t' l .
e e a orador "S"
d
, JO
ar icu o mtil conocido en grand
.
.1 po emos vender cualquier
ces de vender en cantidade
es cantidades, deberamos ser capa
E~ward W. Barrett, secretari~ m~yores nuestra excelente historia"~
~hcos, concibi la campaa e ads1stente de Estado para Asuntos Pcrear u
l
n os etapas la
,
na Pena conciencia pbJ" d
pnmera consistira en
125
V
Tal como se dio, los defensores del NSC-68 no tuvieron que trabajar
tan duramente como suponan para ganar el respaldo al documento,
gracias a una inesperada ayuda por parte de los rusos. Las ciocuns-
''n'f
126 1
t
uc1
o
en
un
mo
~zar 1a Implementacin del NSC-68 s dmento mejor para garan.
e ta~. oportuno que algunos estudiosIn uda, este acontecimiento
comphc1dad por parte de fun .
.
os del tema han sugerido 1
ton o de Tokio, en su produc~~~~~s nortea~eri~nos, de Washing~
~sta :argumentacin, salvo la dudo o hay .e'.'1,denc1as que respalden
mvanable~ente proceden de int sa supos1c~on de que los efectos
que el presidente Truman no h b'entos conscientes, pero es verdad
en el m?mento en que se desat~ :: ~probado formalmente el NSC-68
res habian previsto dificultades
uc~a en Corea,** que sus asesogara los fondos, y que el ata
para ~grar que el Congreso otor.
grandemente la tarea.
que a traves del paralelo 38 simplific
Esto ocurri primordialmente or la
.
la guerra de Corea pareci co
r dp
. manera notable en la que
conclusiones del NSC-68 U dnva,1 ar vanas de las ms importantes
l
na e estas era l
os Intereses se haban torn d .
l
e . argumento de que todos
plazamiento del equilibrio ~ o I~a mente vitales; que cualquier des.
trastornar toda la est
t e po er, por pequeo que fuera poda
ruc ura de las
l .
.
'
posguerra. De inmediato se
d .
re ac10nes Internacionales de
de que Corea, hasta entone pro UJ<;> en Washington consenso acerca
naturaleza del ataque se hes, cons1der~da inters perifrico or la
credibilidad de Estados U dab1a tornado vital si se deseaba' qpue I
"Qu d
ni os no fue
a
ra cuestionada en otras partes.
e arse quieto mientras Core
~o provocado", advirti John FO:t:s ~~sada por un ataque armado
~sastrosa cadena de acontecimie:to u es, "pondra en marcha una
nan a una guerra mundial" H t Ks que probablemente conducia~ontecimientos se desarroll~ ~s a ennan reconoci que "si estos
s1t_os_ Y, el prestigio del Soviet
: r;ianera favorable para los propex1stira ningn teatro del e' y .es avorablemente para nosotros no
versamente afectado" p
onfcto Este-Oeste que no se v ' d
l " .
ara una na
ea a d: p r~da" de China, que an cav~:a n que se recobraba an de
. M~1c~. Corea se convirti r .da ba acerca de las "lecciones"
mmac1on Independientemente de pi ~e:t~ en_ un smbolo de detersu s1~1fic:ic1n estratgico-militar.
Tal como el presidente dijera
va en el me d
.
a una aud1enc1a n . al
.
s e septiembre: "Si
. . acion radio-televisiex1to en Corea, eso sera una inv1t s_e penmtiera a la agresin tener
ac1 n para nuevos actos de agresin
Aunque es posibl
Robert R. Simmons
e que ~os norcoreanos ha
"
Politics of the Koroo The Strained Alliance: Pe.,;:: PydJsparam, el revlver". ver
La aprobaf;: ~~!~_<New York, 19'7s>: pp~ng, Moscow and the
30 de septiembre de 1950
UUUIU, una fOrmaJidad
.
<FR: 1950, I, 400).
para entonces, se produjo el
1 127
128
l"
.
e as
ropas~hinas nacmna.
1stas, e mclu.so, la retrica de la administracin,
el conflicto como alao diferente que
"que
.evitaba
'
r caracterizar
"al"
.,
una
acc1on po 1c1 , o cargar a los rusos la responsabilidad directa so
Los estrategas del Pentgono reconocan que se poda dar la gue
contra la Unin Sovitica, pero Corea no era el momento ni el lu
~ara_ ella ..
como sealaran en julio los jefes de Estado Conj:O
sena m1htarmente poco lgico que Estados Unidos comprome~
gra~d~s fuerzas, contra la URSS en un rea de poca importancia estrategica, ademas de ser un rea de eleccin sovitica".st
Pero la necesidad de limitar la lucha tena que ser sopesada con
las demandas de "credibilidad", una preocupacin igualmente prominente aunque no siempre coherente del NSC-68. El dilema se planteaba_ ~s agudamen~e con respecto al paralelo 38, el lmite artificial
Y po_hticamente sensible entre Corea del. Norte y Corea del Sur. El
c?i:fmar las op~raciones militares al sur de esa lnea no slo sera
d1f1cultoso tcticamente, sino que tambin podra proyectar en el
~undo una apariencia de debilidad. Sera, advirti John M. AIIison,
~irector ~~l State Dep~rtme?t's Office of Northeast Asan Affairs,
un~. poht1ca . de apaciguamiento . . . una poltica tmida, de poca
decis1on, destmada a no provocar la guerra contra los soviticos . . . No llego a ver qu ventaja tendramos con una concesin
de claros principios morales y con el incumplimiento de nuestro
debe~ _con el o~j~t~, de dejar en claro de una vez por todas que la
agresmn no red1tua .52 Pero el hecho de cruzar la lnea sera arriesgarse a una intervencin sovitica o china, ampliando as el alcance
de l~ guerra. Kenna~ . ~ntre otros, advirti repetidamente las implicanc1as de esta pos1b1hdad, que l crea poda producirse, incluso,
antes de que
las fuerzas de las Naciones Unidas entraran en Corea
53
d~I. Norte. Finalmente, sin embargo, los dictados de la necesidad
militar, las presiones de la credibilidad e incluso en cierto punto la
fug~ esperanza ~~ que la "liberacin" de Corea del Norte pudiera
ten~1onar la r~lac1on entre Pekn y Mosc, hicieron que el National Secu.r~ty Councd respaldara y el presidente aprobara las operaciones
m1htares tan al norte del paralelo 38 como pareciera prudente para
? d~senca~enar una contraofensiva sovitica o china.54 Esa estrategia
1mphca~a riesgos, reconoca Acheson, pero "se correra un riesgo an
mayor si se demostraran hesitaciones y timidez".55
.
!al
rr:
129
desfavorable
para Estados Umdos:
Estado Conjunto, "no es el lugar para combatir una _g~_erra d_e importancia".57 Tras muchas discusiones, se tom la dec1si~n de mte;:itar estabilizar un frente en el paralelo 38 o cerca de el,. pero_ sm
hacer mayor intento de "liberar" a Corea del Norte o de difundir la
guerra ms all de sus fronteras. Una vez que eso se lograra, la administracin considerara la posibilidad de negociar en procm a de
un cese del fuego. 58
U:
?e
130 1 JOHN
LEWIS GAllDIS
NSC-68 y LA GUERRA DE OOBEA
131
. .
sos si no quera encontrarse, segn las palareas adicionales
a los ru el senor
_ H enry Cabot Lodge ' "desesperanzat"onador
bras de su cuesromet1do
I
. ,en to d o e l mun do" . y el 25 de agosto," ell Condamente ~omp d S
ridad aprob la conclusin de que: E . ~ro
sejo Nacional e egu
. mayor preparacin y estatura m1htar
grama tendiente
cons~~u~ontinuar sin consideraciones acerca de
para ~stad~~ Umd?s deente tem orara de la tensin internacional,
una distension pos1?Iem .
. d de agresin a menos que estas
y sin considerar las mstai:i~ias _ms ~ ~a inminenci~ de una guerra".65
ltimas proporcionen ev1 lenc1as e1941 mucho antes de que comen'
0 haba sido e caso en
T 1
,
d l decisin de concentrar fuerza cona com
zara la lucha se babia tom~ o a Euro a independientemente de lo
tra el primordial adve:san~ ~n te
'principal centro de nuestra
que ocurriera en el LeJano dnben . E opa" haba dicho Acheson
. . d d en este momento e e ser ur
'
. . , de Relaciones Exteriores del Senado:
actlVI
a a la com1s1on
en
mayo
,,f1
132 /
del Departam.ento de ~efensa para acceder fue una segunda propuesta norteamericana de importancia: el rearme de Alemania Oc d
t l
l
.,
ci ena Y a mcorporac1on
de sus fuerzas a la organizacin defensiva d
70
l~ O~AN. Gran parte de la diplomacia de los prximos cinco ao~
g1~1:1 en torno de la delicada cuestin de cmo subordinar los
atav1cos temores que los europeos occidentales sentan por los alema.~es a s~~ ~emores, demasiado contemporneos, con respecto a la
~m~~ ~ov1et1ca. ~l conc~pto estratgico subyacente, sin embargo,
sigui~ siendo consistente, mcluso, ante la intervencin china en Corea.
Era importante tener presente, seal Acheson a fines de diciembre
e~ ,h.echo de que "nuestro principal antagonista ... era la Unin So~
v1et1c~, no China". De. all la consecuente necesidad de defender Gran
Bretana, Europa Occidental y el Mediterrneo, pues "si no nos ...
atenemos a esas partes del mundo, no slo es probable que no tengamos pl~t,aform~ ,d~sde ~a cual actuar, si tenemos que hacerlo, contra la .umon Sov1etica, smo tambin que otorguemos mayor fuerza
potencial al otro bando".11
Sin embargo, tal como haban implicado las declaraciones de
'."-cheson, este es~erzo destinado a mantener las jerarquas de los
mtereses dependia de una clara y parsimoniosa percepcin de la
'lmenaza, ~ esto es lo que la administracin no logr mantener, de
manera mas notable, con respecto a China comunista. El mismo Aches?n hab~~ ~eguid<;> siendo sensible a la posibilidad de un antagonismo
smo-soviet1co: reiteradamente procur dar seguridad a los chinos con
respecto a las pacficas intenciones norteamericanas mientras las
fuerzas de MacArthur se acercaban al Yalu (incluso al punto de invocar los antecedentes norteamericanos en "el desarrollo fraterno de
las ~guas limtrofes"-72 un ejemplo cuya credibilidad dependa den:ias1ado de la mala memoria), y advertir, junto con otros funcionarios d: la a~m.inistracin, a~erca de los peligros que planteaba a Chi~a ~I impenahsmo del Soviet. "Nuestro objetivo, por supuesto", senalo uno ~e sus asesores la vspera de la ofensiva china en Corea,
"es .~~strmr l~ base de cualquier alianza duradera entre la Unin
Sovietica y Chma ". 73
Pero simultneamente la administracin haba estado respaldando acciones que slo podan alienar a los ya suspicaces chinos.
~na de e~Ia~ haba sido la decisin, anunciada el' 27 de junio, de enviar la Septlma Flota a patmllar el estrecho de Taiwan. La administracin haba justificado este movimiento como una necesidad militar impuesta por la lucha en Corea, sin implicar nada acerca de la
disposicin l.tima .~e la isla, pero Pekn consider que el gesto
era una conhrmac1on de la ya duradera poltica norteamericana
de dar apoyo a Chiang Kai-shek. 74 Otro movimiento tctico incoherente con la estrategia :le largo alcance haba sido el bienintencionado
esfuerzo de la administracin. destinado a evitar que los rusos car-
133
?e
r'
134
NSC-68
VI
Sin embargo, la versin de la contencin propuesta por NSC-68 no
escap a los cucstionamientos, fuera y dentro de la administracin.
Se plantearon serias cuestiones acerca de la estrategia, en general
LA GUERRA DE COREA
1 135
f:
t
al ms comn de "aislacionistas" o "neoaislacionisPrefiero este ~
d .. islacionismo" muy bien puede haber
tas", ya que esta~~ :f~o ~ ~rolucracin norteamericana en ultraagrandado en vezte e Asia. Para el fenmeno en general, ver Norman A. Graebmar,
A study in Politics and Foreign Policy Since 1950
ner, ~~o~
,1.nc
<New York, 1956).
136
137
batalla elegido por el' enemigo, que es donde l ti~ne mayor fuerde,, Aun ms enfticamente que Hoover,, T~ft .acentuo ,lo~ costo.s .soza y econom
, i"cos de una estratema
dales
,,. as1: existe un hm1te defmido
.
a lo que un gobierno puede gastar en pocas de paz y seguir manpar_ endo una economa libre, sin inflacin y con al ~en os . al~os
tem ntos de progreso en lo referido a estndar de vida, educ.acion,
e~emestar social vivienda salud y otras actividades que constituyen
'
.
, p od'ia " es t ar constanteel1ene
vital inters del pueblo".
Nmguna
nac10n
mente preparada para embarcarse en una guerra a gran escala en
ualquier momento y seguir manteniendo sin embargo todas las otras
c t s
para las que las naciones han sido fundadas ... Un programe ade guerra
P:
138 1
139
,
tos ms razonables que las estratede imp~dir una ~~rra asi, :s~:fe se produce, ser porque hemos
gias existentes. Si esa cat
orosas fuerzas se transformen en
permitido que estas nuevas y pav
Id d cuando en manos
las habituales herr~mienta~ de muer~e ~~l so a~~s polticas para la
del estadista podnan servir como e ec ivas
1
,, 84
defensa de a paz
. .
.
mantuvo su posicin
Pblicamente, la admimstracin Truman
.d d no
, .
"L
dadera amenaza a nuestra segun a
ante! e~tas cdnetlucnasdesa~t;:.~ dijo el presidente Truman a una audien'
1952
es e nesgo
cia nacional radiotelevisiva en marzo de
.
omunista Si se le permite al co.
Es el peligro de una agres~ n e .
.
una entonces quemunismo a?sorber ~as naci;n:s ~~~~=~ ~~a a~aste~imiento y aledaramos aislados e .nues ra, tendramos que adoptar medidas
jados de nuestros tmigos. ~::~n realmente ser desastrosas para
de defensa que ta vez pb~
tro modo de vida al punto de
'a y cam iar nues
.
nuestra economi
,
s como norteamericanos. Eso
ue ya no nos reconocenamos m
.
.
~s precisamente lo que tratamos de impedir.
b 1 "N s verdad que nuestro programa de
y una vez ms en a ri :
o e
destruir nuestra economa.
seguridad naci?nal es tan can:;> ~orno
economa es ms fuerte
Por el contrario, el aspecto civil de
t i"ons de los republicanos
"d ,, Las argumen ac "'
de lo que ha s1 o J~ s .
t ria concluy el presidente con
a , . d t t n'as" ss
en P ro de una reduccind presupues
d
. , haban
su caracterstica mordaci a , era un "hataJO e on .e .
fu ionarios de la admimstrac1on
Pero, privadamen!e, los . ne o las reocupaciones de sus crticos.
compartido durante cierto ttei;:-pb'
~alado a Paul Nitze que mienYa en julio de 1950 Aches~n a ia. ,sen , ue permanecer en Corea,
tras Estados Unidos no tuviera ~pc10n mas 9-,t.cas el esfuerzo sera
.
chinas o sovie 1 ,
incluso ante mtervenc1ones
. s en otras partes y todo
. ,
que eran ne-::esana
1 domstico: "En otras palabras,
costoso, requenna ~rop.a~ . ,
eso sera de difcil 1ustiflcac10n en o
d un potrilla". Llegado
hemos compra o
.
como dicen los virg1manos,
b
or "el enorme costo" de
.
Ntze se preocupa a P
l NSC-68 reauera: "Es posible h~cer
noviembre, e1 mismo i
suministrar las fu~rzas que ~ de medida~ radicales, para reducir ~l
algo si es necesano por medio
l un1dades de combate? .
lt de sostener as
.
.
'
d
t
costo extrema amen e a o
. t de los peligros que imp1iAcheson era penosamente co~sc~e~. e. da guerra terrestre en Asia
caba estar atrapado en una m e ~~.1 recuerda Truman que dijo
-"No tendr fin y nos. desa~grar~ , Council el da de la intervenante una reunin del Nat1onal ecu~ ~arios das ms tarde, Acheson
cin china en gran escala en ~or~a .. nto que "el gran problema es
advirti a los jefes ?e Esta o ~nJU acin equivocada. Estamos peque estamos combatiendo contra a n
::;:tra
.1
J40 1 JOHN
1$WJS !OO>DIS
enemigo es la Unin
Estas preocupaciones rod .
;strate~i~ del- Lejano Orie~te ~Je~on ~na revisin importante de I
a admm1stracin sorprendente n a primavera de 1951 que llev a
d~ ~acArthur justo en el momente cerca de las rec~mendacionea
pubhcamente. El 17 de ma o ento en .que procuraba refutar] s
cabo las audiencias de Mac~rth~r 1951, m1~ntras an se llevaban:
NSC 48/5, una declaracin general' el pres1~e?te Truman aprob el
daba l~s limitaciones existentes
de la pohtica asitica que respalpero afirmaba que, si la agresin co~ respecto a la lucha en Corea
Estados Unidos considerara:
chma se produca en otras partes,
1.
La imposicin de un blo u
de fuerzas navales y are;:s. eo de la costa china por medio
.
rea ha hecho q
ta
<Memorand
. El ._senor Churchill Y el seor Ed vergenc~ entre los dos gruenero
1~ !chheson, conversacin con Churchill eny Eesdtuviewron ~e acuerdo".
1952 )
' c eson Papers . box 66 "M
en, ashngton 6 de
'
'
emoranda of Conversations",' enero
J 41
luchas no conclusivas contra los chinos. Tampoco exista ninguna inclinacin a favorecer esas medidas por encima de una negociacin
de cese del fuego en Corea, si es que esta ltima posibilidad poda
arreglarse. Eran planes contingentes, destinados a enfrentar un fracaso de las negociaciones o bien un estallido de violencia en alguna
otra parte. Sin embargo, reflejaban la molesta sospecha de que los
republicanos podan estar en lo cierto al acusar que Estados Unidos,
en su intento de responder simtricamente a una agresin vicaria,
estaba perdiendo el control de la disposicin de sus propias fuerzas
y del gasto necesario para mantenerlas.
La preocupacin por los recursos limitados tambin se desarroll con respecto a Europa durante 1951, en cuanto se hizo evidente
que los aliados de la OTAN no podran, al menos sin poner en peligro
la recuperacin econmica, tolerar incrementos del gasto militar proporcionales a los que se estaban produciendo en Estados Unidos. En
este caso, la administracin opt por no seguir el consejo de los
republicanos, que era dejar a Europa a la deriva; en cambio, accedi
a la disminucin propuesta de los nive1es de fuerza para que stos
estuvieran ms de acuerdo con las capacidades econmicas. De todos
modos, el riesgo de un ataque sovitico contra Europa pru:eca estar
declinando, le dijo Acheson a Churchill en enero de 1952; por)o tanto,
pareca lgico "no intentar crear fuerzas que trascendiran nuestras capacidades y las de nuestros aliados, sino crear fuerzas suficientes como para hacer que cualquier intento de ataque por parte
de la Unin Sovitica resulte peligroso para ella". 88
Sin embargo, estas intimaciones acerca de que los medios tal
vez no fueran expandibles indefinidamente no lograron alterar la fe
de la administracin en la validez fundamental del NSC-68, hecho
que se torn claro en el verano de 1952, cuando el National Security
Council emprendi una revisin total de ese documento. El estudio
resultante, NSC 135/3, confirmaba la conclusin del NSC-68 acerca
de que Estados Unidos y sus aliados tenan la capacidad de hacer
lo que hiciera falta para resistir la expansin sovitica "durante el
tiempo que sea necesario". Por cierto, incluso, "la aceleracin y la
adaptacin de nuestros programas de seguridad nacional en general,
si fuera necesario, estn dentro de nuestras capacidades y pueden
llevarse a cabo sin serios efectos perjudiciales para la economa de
:Estados Unidos". En consecuencia, la habilidad del "mundo libre"
'd~ mantener su posicin dependa de: a) su capacidad de permanecer
firme contra la guerra poltica del Soviet, que puede intensificarse
con el incremento de las capacidades atmicas soviticas; b) una
mayor capacidad y disponibilidad de la demostrada hasta el momento para comprometer fuerzas y materiales apropiados en objetos limitados, y c) su capacidad de desarrollar mayor estabilidad en reas
perifricas y otras reas inestables.89
F-' ,
142 1 JOHN
LEWIS GADDIS
NSC-68 Y LA GUEBBA DE COREA
A continuacin de la victoria re b .
noviembre, la administracin refi , lpu hcana .en las encuestas de
las vincul a recomendaciones esno -~~ conclus1ones del NSC 135/3
sent a la futura adminstracinp~: Ic~ para la accin y las pre~
por supuesto, un discurso de de
d~en ower como NSC-141. Fue
141 era la expresin ma's int
~pe ida, pero no arrepentido: Nsc'
de la I,
.
d e Ios medios expand1.bles y rans1gente
1
og1ca mterrelacionada
a
respuesta
't
n no eran adecuado
gundad norteamericana. hac1'a f lt
f
s para garantizar la se.
n a a es uerzos pa
f
z~~ de resistencia locales en Oriente Medio
. ra re o:zar las fuerb1en en Europa, para fortalecer las d
Le~ano Onente y tamUnidos ante la posibilidad de
t efen_s~ contmentales de Estados
grama de defensa civil en g un a jue aereo, y para iniciar un pr0nes de costo para estos prog;:::i esca a. NSC-141 no haca estimaci0continental supona un costo dea~ ~:1~ un todo (el plan de defensa
taba claro que, si se los impleme~t bI o~es durante 1955), pero esde reducir el presupuesto deber
a a, bas esperanzas republicanas
capacidad de aplicar de manera an .ser a and?nadas. "Es esencial la
tructivo", sealaba el docum t v~~1ada y flexible nuestro poder desde situaciones que tendremo:n o, ta~to a causa de la gran variedad
cidad ofrece la mejor chance ue en rentar como porque esa capano pueden tener la esperanz de ~onvencer a los soviticos de que
por med~o de un ataque so;re:a". estruir nuestro poder destructivo
En cierto sentido el NSC 141
1
.. ,
pus de dos aos y ~edio
% a adm1s1011 de un fracaso --deshaba logrado un nivel de se~ ~ d e~o agotador, la nacin an no
firme reafirmacin de la co n ~- a ecu~do. Pero era tambin una
administracin Truman. el rr;i~:on es~ncia.I de la estrategia de la
NSC-68, sino la inconsi~tencip
ema, Imphcaba, no haba sido el
realidad no haba d1stm . a con la que haba sido aplicado En
.
c1ones entre los t
.
contmentales, europeos y asiticos h
m ereses nc;>rte~mencanos
amenazados; todos ellos re ueran, a ora todos se. ve1an Igualmente
vocativa. Lo que la nacinq no od~na resp.u~sta firme pero no profen~iva capaz de restringir sola~e a perm1t1rs~ era una fuerza debatir en una guerra nuclear El 1 nte las agres~ones locales y comcanos en el mundo era mu h.
,canee de los mtereses norteameri.
e o mas amplio "E
I
s1ble, debemos por lo tanto d
11
.
n e mayor grado po.
, .
esarro ar fuer.la fl . bl
sitos mult1ples, con el objeto de hacer
s e:'-1 es, de propque se nos presentan".90
frente a las diversas amenazas
VII
Un ao despus de abandonar el De
son dijo a un grupo de ex coleg
part~dmento de Estado, Dean Acheas reum 0 para recordar sus aos de
1 143
Washington que "lo que haba que hacer era seguir adelante y hacer lo
que se tena que hacer tan rpida y efectivamente como se pudiera,
y si uno se detena a analizar lo que estaba haciendo ... lo nico que
lograba era debilitar y confundir la propia voluntad y no llegar a
ninguna parte". El tpico que se discuta era si el presidente Truman deba haber pedido la autorizacin del Congreso para la accin
miltar en Corea, pero la declaracin reflejaba la proclividad general
a la accin de Acheson casi como un fin en s mismo, y su correspondiente tendencia a evitar las reconsideraciones, los anlisis y, sobre todo, las dudas.91 Esta actitud haba sido la mayor base
de sus desacuerdos con Kennan, para quien esas caractersticas eran
una enfermedad crnica; tambin haba sido una de las razones de
la excelente relacin de Acheson con Harry Truman, un hombre de
carcter enfticamente similar. Y fue, tambin, un rasgo distintivo
del NSC-68, y de todo el enfoque de la administracin Truman con
respecto a la poltica de seguridad nacional despus de junio de 1950.
Exista en la administracin un sentido claro de cul era el objetivo ltimo, de cunto tiempo Hevara lograrlo o de cunto costara.
Tal como lo expresara uno de los asesores de Acheson, en el momento de tomar la decisin de cruzar el paralelo 38, cuando se est
"amenazado por oscuras e inciertas amenazas, el papel de la pn1dencia y la sabidura es el de hacernos seguir confiada y seguramente
los propios asuntos". El mismo Acheson utiliz una analoga diferente pero de final igualmente abierto illl ao ms tarde durante una
charla con estudiantes del National War College:
La seguridad colectiva es como una cuenta bancaria. Se mantiene con vida merced a los recursos que se depositan en ella.
En Corea los rusos presentaron un cheque girado sobre la cuenta bancaria de la seguridad colectiva. Los rusos pensaron que
ese cheque no se pagara ... Pero, para su gran sorpresa, fue pagado. Lo importante fue que ese cheque se pagara. Esa importancia no existir si el prximo cheque no se paga y si la cuenta
bancaria no se mantiene salud~ble y suficientemente slida como
para cubrir todos los cheques que se giran en su contra.92
144 1
u:
tm
Captulo V
Eisenhower, Dulles y el N ew Look
Dwight D. Eisenhower no se present como candidato presidencial
en 1952 a causa de ningn sentimiento .intenso de insatisfaccin con
respecto al enfoque de la contencin de la administracin Truman.
Con la nica excepcin de la poltica hacia China, acerca de la cual
tena ciertas reservas privadas, Eisenhower haba apoyado cada una
de las principales iniciativas diplomticas y estratgicas; por cierto,
desde febrero de 1951, l mismo haba sido responsable de la implementacin de la estrategia europea de Washington como comandante supremo de la OTAN. Las motivaciones generales que lo llevaron
a permitir que su nombre fuera situado ante la convencin nacional
republicana de 1952 tenan ms que ver con su determinacin de que
la nominacin no recayera sobre Robert A. Taft, a quien Eisenhower
consideraba un aislacionista; con su preocupacin por los programas
domsticos de Truman, que segn l crea conducirian al socialismo,
y con su conviccin de que la supervivencia del sistema bipartidario
requera la finalizacin de veinte aos de gobierno demcrata.1
Sin embargo, los presidentes rara vez llegan al poder gracias a
haber respaldado a sus predecesores, y Eisenhower rpidamente cay
bajo la presin de tener que poner "distancia" entre l mismo y la
administracin anterior con respecto al rea de asuntos exteriores.
Con este fin, alist la ayuda del republicano cuya crtica de la contencin le haba resultado menos objetable ~l defensor de la "audacia", John Foster Dulles. Por cierto, la promesa de mayor efectividad
a menor costo que haca Dulles atraa a Eisenhower, que desde mu~
cho tiempo atrs albergaba un sentimiento de incomodidad acerca
de la capacidad nacional de sustentar indefinidamente grandes gastos
militares. Tambin comparta con Dulies la antipata por el unilateralismo de Hoower y Taft: "Cualquier idea de 'retiramos dentro de
nuestras propias fronteras'", escribi, "llevar con seguridad al desastre de Estados Unidos". Tampoco simpatizaba con los miembros de
la derecha republicana que deseaban emprender acciones militares
contra la China continental, produciendo as "una torpe cada en una
guerra insensata".2
Pero Eisenhower albergaba intensas reservas iniciales con respecto a la teora de Dulles de la disuasin estratgica asimtrica
(que ya empezaba a ser conocida, confusamente, como la doctrina
145
146 1
ovi:xi
es:
vre:
~nd;; D~les,
:!:f:o
,,
e~i:::n~~a
d:
m::v!a
Adlai Stevenson en no . e ~a ca:pdana, y, luego de la victoria sobre
b 1
. viem re, u durante tres semanas antes de
~o~ ~ardo
secretario de Estado, Y finalmente eligi a Dulles slo
e pu s e que &us asesores le advirtieron que el ala Taft d l rtd
no aceptara a ningn otro 4
e pa l o
"""
1 147
I
"Al concebir que la defensa de la libertad, como la libertad misma,
es nica e indivisible, consideramos y honramos de igual manera
a todos los continentes y a todos los pueblos. Rechazamos cualquier
insinuacin de que una u otra raza, uno u otro pueblo, sean inferiores o prescindibles". De este modo defini Dwight D. Eisenhower
el rango de los intereses norteamericanos en su discurso inaugural
del 20 de enero de 1953. Fue una declaracin que cumpli varias funciones. Fue, en primer lugar, un firme rechazo de los conceptos de
la "Amrica fortificada" que haban circulado dentro del partido republicano durante los aos recientes, una posicin enteramente apropiada para un hombre que haba propuesto su candidatura para salvar al partido, y ail pas, de Robert A. Taft. Era, tambin, una reite Emmet Jobn Hughes recuerda que durante el periodo que transcurri entre
las elecciones y la asuncin, "aparentemente Dulles hizo un nico impacto consistente en Eisenhower: lo aburri. De tanto en tanto, mientras Dulle5 hablaba,
:yo observaba el rostro demasiado expresivo del presidente electo y sus gestos de
impaciencia, que se hacfan evidentes a pesar de los semiexitosos intentos de eliminarlos. Sus reacciones eran siempre las mismas -el brusco gesto de asentimiento, de manera de apresurar una voz lenta para que llegara a alguna conclu
Bi6n obvia . . . el acelerado ritmo del lpiz que golpeaba su rodilla . . . la lenta
frialdad que inundaba la mirada azul, y que sefialaba el fin de un contacto mental . . finalmente, la paciente mirada fija en una esquina del cielorraso, que
PEtrm8neci alli hasta el fin de la disertacin de Dulles". CThe Ordeal of Power:
A Polftfcal Memoir of the Efsenhower Years [New York, 1963], p. 51.)
~r
148
a a mm1strac1on Tru
masiado de liderazg "E
man, argumentaba, haba hablado deque conocemos todo: l ste asunto de decir que estamos al frente,
nos
S1mpl
as as respuestas y entonces tienen que seguir.
emente no lo ha
conocimiento de l
r n, Y eso puedo decirlo a partir del
gente que he
adquirido".7
r , Pero la toler~ncia de la diversidad no poda extenderse a esos
t=~~:~nes com.~msta~ que eran simples tteres de Mosc, y por Jo
n . d ad ne~ac1on misma de la diversidad. "Ya hay un tercio del
b~~na%ve~~:n~~I por una e~~~cie imperialista de comunismo", ~a
qu
d
es en l952, ya el mundo libre est tan reducido
~ :~r~; ~_Per~er ninguna otra parte sustancial de l sin arries0
isen ower expres este mismo pensamiento de ma
nera ms memorable d
os anos ms tarde con su famosa compara
J 49
tE.
ga:
J 50 1
Eisenh~~~r ~onv~na en. q1;1e "somos productos y representantes de la civilizacin JUdeo-cnstiana, que nos ensea a preocuparnos
por nuestr~~ herma:QO~. Y yo .creo en eso". Pero cuando se le pidi
que especificara los irreductibles intereses norteamericanos en el
mun~o, el presidente asinti casi siempre las consideraciones econ~1cas en vez de las morales. "El requerimiento mnimo", haba
escnto a Dulles en 1952, "es que seamos capaces de comerciar libremente, a pesar de lo que Rusia pueda hacer, con esas reas de las
que obtenemos materias primas vitales para nuestra economa". Las
preguntas de las conferencias de prensa acerca de este punto normalmente producan discursos presidenciales sobre la crtica importancia del manganeso, el cobalto y el tungsteno forneos, en trminos
que resultaban tanto valiosos como gratificantes para los futuros ataques ~e los crticos dea Nueva Izquierda contra el capitalismo norteI?encano. Esto~ nfasis divergentes provocaron, sin embargo, el
mism~ e~ecto: Eisenhowe~ y Dulles estaban de acuerdo en que el primordial mters norteamericano en el mundo era el acceso al mundo
Y a su vez eso requera que el mundo fuera mnimamente afn.
'
Hasta este punto, el enfoque de la administracin Eisenhower
de
intereses norteamericanos difera muy poco del enfoque contemdo en el NSC-68; a pesar de no reclamar y no insistir en la aspiracin de 'liderazgo mundial, le resultaba necesario asumir ese rol
para proteger esa diversidad que se consideraba vital para la supervivencia de la nacin. Pero la percepcin de los medios tambin
!os
1 151
-y
,,~
152 j
El costo de un moderno bo b d
escu~la .de ladrillo en ms de tren;n:: c~:::iae:e;ste: una moderna
s I~al a dos plantas energticas cad .
abastecena a una ciudad de 60 000 h b.'
a una de las cuales
E
I
a 1tantes
s ~gua a dos buenos hospitales com le.
.
Es igual a cincuenta millas de auto .
:mente eqmpados.
Por un solo avin de
pis a e concreto.
bolsas de trigo.
combate pagamos medio milln de
Por un solo destructor a
podran haber albergado a m~s gdamo8s00c0on nuevos hogares que
e
personas.
153
1a manera de determinar
d l
prestamo inflacionario" 0 ,,.
~or a e antado cunto
un sjstema econmico un es:~uestos represivos" podra soportar
Security Co~il concl~a que: ~>u!ta~ubre de 1953 d_el NationaI
tos, mayor es la necesidad de polticas ~l.dalto es el mvel de gasso 1 as, Y mayores son los
e:
ce
I;
"No importa cun bien preparados podamos estar para la guerra, no importa cun seguros estemos de que en 24 horas podramos destruir Kuibishev
y Mosc y Leningrado y Bakhu (sic) y todos los otros lugares que permitiran a
los soviticos luchar una guerra. Quiero que se hagan esta pregunta: consegui
mos esa victoria, y qu hacemos con ella? Habra una enorme rea, desde el
Elba hasta Vladivostok y el sudeste de Asia, arrasada y destruida, sin gobierno,
sin comunicaciones, un rea simplemente de hambre y de desastre. Y les pregunto qu hara con ella el mundo civilizado. Repito que no hay victoria en ninguna guerra que no sea nuestra imaginacin, nuestra dedicacin y nuestro trabajo
154 1
JOHN
uwrs
GAl!DIS
EISENHOWER, Duu..ES Y EL NEW LOOK
impuestos
por las . .. s1 uno
. . profu
. n d'iza, no hay m 't as , no se
'd
mismas
hm1tac1ones
de 1 fu
,, i es salvo los
La i ea era que "no d b
a
erza 11
der". y lo que Estados Ue. emo~ destruir lo que trat~mos d
vida caracterizado por la ~~dos intentaba defender era un e:t~efen
procedimientos democrti
e~ad de. eleccin de los individ 1 o de
!~ economa. ,Un~ bsqued~~rr::le~~~~emo y la. empresa pri:;;. ~~
. cavar esas instituciones. "Si t . ,
de segundad absoluta Pod ,
]ante a un Estado presid; .
uv1eramos que recurrir a al o
na
defender se debilitara
I? todo aquello que estamos p~ seme.
y, si se lo sometiera du
urando
a este ti 0 d
tal, ento~ces,e c~~ti;:'J, po~ra llegar a desaparec~~~eNmucha ti~mpo
como "ob. t' q b .1 Nat1onal Security Coun 1 11
o era acc1den1e ivo s1co de nuest
.
c1
egara a consi
conservar la seguridad d E
ras polticas de seguridad
. gnar
res e instituciones fund e stados Unidos y la vitalidad d nacional:
amentales" 1s
e sus valoLa conjuncin era si ific . .
sente en el NSC-68, a igu~ar l=t~:~~~fldejaba una tendencia, no pre.
reses permanentes ms
a con la defensa d I
.
torias. Implicaba la exisi~:cf:n la. repulsin de las amena:as :r~~~~
zas, as coma la determ1'n .. de intereses diferentes de las
.
d
ac1 n de
u
amena.
na .as a ca~trarrestar amenazas e no evar a cabo acciones destipehgro Jos mtereses y
n tanto esas acciones pus
traci
en un grado so
d
teran en
ti
n cuya ejecutivo es generalment
rp~en ente en una adminisene un. enfoque " asi ,,
e considerado como al .
~onc~pto de los int~res:~ a~~c~l~~ responsabilidades,19 eragu~::ie q:
e mismo.
o Y respaldado por el presiden-
rr
Pero si Eisenhower defini
tracin respaldaba, la perce;~J:r:;ra-1 los intereses que su adminisla ~e John Foster Dulles Dados e la amenaza que predomin fue
aphc?r los estndares de ia morali~~~ la~go_s esfuerzos destinados a
ci:stiana a la conducta de las
relaciones internacionales res lt
secretario de Estado se h~ya u a extrano, a primera vista que el
por los intereses. Pero Duuetreocupado ms por las amen~s que
para pensar en trminos opue~t~~~o abo~ado, haba sido entrenado
recer como aquello necesario
' para el, los intereses podan apams, le haba impresionado mJc~ i5~~ter a~, oponente.:zo Lo que es
o a a irmac1on de Toynbee de que,
destinado a evitarla" (n....---
litares, Quantico vi..:..~16n extraoficial de li'f~-'--Box l.)
' ~s ......, diario Hagerty, 19 de J~deralos oficiales mio
l!IM, Hagerty Papers,
155
156
1 157
.
punto era una de sus mayores co t 'b .
su expenenc1a en este
n n uc10nes para
fu ,
d
ere
e Estado "He 1ei'do mucho acerca d l su"d nc1on
,,
l , de se. t ano
n.1~ta ' seal poco modestamente "Es h
e a. i eo ~gia comus10n de 'los propsitos del
..
t~ a pr~duc1do m1 comprencornumsmo mternac1onal y, como resul Por supuesto, Dulles exager la
.
dtacada d~, 1820, Y el grado en el que la ~dadM de la "ainenaza" rusa de la
a esa amenaza" <En este
to
onroe fue una respuesta. direcUnion and the Unil~d states: X::Uinte;.:.J: Lewis Gaddis, Bus:ria, the Soviet
nas
8-11.)
History [New York, 19'18], pgi-
158 /
a la administracin 2:
"bl
e v1s1 n estrataica q
pos1 e en las democracias occidentale
o
ue ~o era
grado extraordinario de sofisticacin s, y, ~o~o consec.uenc1a, un
tena, insista Dulles "u
. Y flexibihdad tctica. Mosc
berbiamente imple~ent~~r~~ar;: cmdad~samente !?reparado y soque un pequeo grupo comuni~ta e ~na so. generacin, ha logrado
de la poblacin mundial" El I
J rza el control sobre un tercio
uno a uno por medio de la. subv~ra;; para e~ futuro. er~ t~mar pases
0
que Estados Unidos quedara rodead~ ~el 1~ agr~~1ll: 1~d1recta hasta
meterse". Esta combinacin de det ' a~s a. Y a~~1x1ado hasta sode escrpulos daba gran venta. a 1 ermmac1~.n . ag1hdad y ausencia
se quejaba el asistente del se~re~a::~ ~so~. t ~1emWprel que pierden",
"cambian de campo. Si les va
.
e s a o
a ter Robertson,
Oriente. Si son derrotados mal enbEuropa, se desplazan al Lejano
, .
en com ate recurre
!
.
poht1cas, y viceversa" E-l comunis
' .,
n a as mamobras
y utilizacin de todas .las armas im~~n:~~ acertado e? la seleccin
sus fines" advirti E.
h
g
es con el Objeto de lograr
con la
,
isen. ower en 1954; es un signo d la seriedad
159
160 1 JOHN
161
LEWIS GAJJDIS
.
r las "lecciones" de Tito: "La insistencia acere.a ,,de W:
s1onado po f rmidad con la estructura sustentada en Rusia hab1:1
absoluta con o
.
a'reas donde los problemas econo.
1949 "no funciona en
l
escrito en . ,
d"f
t
donde las lealtades cultura es
.
sociales son 1 eren es . . . y
.
. , . d on11co~ y les se hallan muy asentadas". A pesar de la onentac1on 1 e
ylo'rg~~~o~=l rgimen de Tito, Dulles favoreca la conti.nuida1.dnddeep!~~:~
d
t
. plo de comunismo
da con la esperanza e que es e ~Je~ opa Oriental y en China. Esta
te 'se expandiera en otras part~s e ur ica. un estudio del Natioltima posibilidad ~o se co~s1deraba. u\p d. 1953 que "hay impornal Security Council concl~ia endi;io~e:;:a r:n ~ asociacin sino-sovitantes potenciales de tens10n y isdc r . d
Eisenhower Churchill
t" a" y en un informe top-secret estma ~ a
G
Bidault en
.ministro franc_s ~e RelaDciolnles Ext~n~:s el e;~~~~ de ma~era
Bermuda, el mes sigmente, u es exp ica
ms explcita:
,
.
descollante lder comunista
Mao Tse-tung era en s1 mismo un
ue hubiera por parte
or derecho propio. Era natural, entonces, q
Mosc como
~e l una cierta reticencia ~ ser controladon~;~e - restigio de
hubiera sido posible con Stahn a caus~~~!n:ov . . . ~1 hecho de
este ltimo ... se no era el .caso con
eventualmente puede
que esta relacin ~xista es importantle ~visin
entre la Unin
1
1 oportumdad de promover a
~~~i~~~cay la China comunista para beneficio nuestro.
;cel
d
no es necesariamente
"El cambio bsico al que debemos tenf er
de gobierno" dijo
h"
comumstas po
.
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or el favor de los c rnos,
,
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competencia con usia P
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grara pro ucir
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dos "Tito no romp10 co
dando as a Pekn lo me3?r de ambols mun Tit~" seal Dulles. "Por
sotros fmmos ama es con
d . r
Stalin porque no
T' Las estimaciones e mte 1el contrario, fuimosf muyb du~os a~:meentacin de Dulles, acentuand?
gencia en ge~eral re _orza a~ , Occidente para producir una escila limitada influencia que ema
'
162 /
163
a los comunistas "empezar con su objetivo de desaloja~os del Pacfico occidental, hasta Hawai e, incluso, hasta lo~ p~~p10s Estados
Unidos". Los comunistas procuraban estimular la Ilus10n de que su
triunfo era inevitable. "Debemos tener de nuestro lado pueblos q':1e
crean que nuestro estilo de vida es el estilo del futuro. Tambien
deben ser duros, como los comunistas" .39
Finalmente, una amenaza externa creble y cohe~e?te ten~ l?
ntaja de promover la propia solidaridad. Los ben~fic10s domestives de una cruzada contra el "comunismo" eran considerables en un
co
momepto
en el que tanto el macartismo como el um1 atera rismo t ?,
dava ejercan influencia: "Es un hecho, por desafortunado que sea ,
admiti Dulles, "que al promover nuestros prog_ramas e? el Congreso
debamos hacer evidente la amenaza comumsta mternac10nal. De otro
modo, esos programas ... seran diezmados". El mismo pro~lema, se
planteaba con los aliados: en ausencia de esa amenaza, podnan
sentir que el peligro haba pasado y que por lo tan~? ya no .e,ra necesario que gastaran en defensa sumas tan elevada~ . La Umon S?vitica, que no dependa de aliados ni del respaldo mterno, no tema
que preocuparse por esta clase de problem~s. A Dulles le. agradaba
argumentar que el momento de mayor peligro para Occidente ~l~
gara cuando la percepcin de la amenaza del Este comenzara a disiparse: entonces los aliados se ton~aran revoltosos, l~s arreglos ~e
seguridad colectiva pareceran anticuados, el neutralismo cobran~
respetabilidad. "El miedo", conclua, "facilita las tareas de los diplomticos".40
Es extrao que John Foster Dulles fuera en ciertos aspectos. m_s
consciente de las debilidades del rgimen sovitico y de las restncc10nes con las que ese rgimen operaba, que lo que lo haban sido las
figuras prominentes de la administracin Truman. En su libro W ar
and Peace, publicado en la primavera de 1950, justo antes de ,qu~ estallara la guerra de Corea, Dulles haba discutido el tema en termmos
que no hubieran resultado ajenos a George Kennan:
Las dictaduras usualmente presentan un exterior formidable. Desde afuera parecen ser duras, resplandecientes e irresistibles.
,
Desde adentro,
estn llenas de podredumbre. s on "como sepu1eros blanqueados", que sin duda parecen bellos desde a~era, pero
que estn por dentro colmados de huesos de hombres muertos,
y de todas las suciedades.41
A diferencia de Kennan, no obstante, Dulles tena dificultades
para separar sus evaluaciones de la amenaza de los usos que deseab~
darle. Convencido de que si el desafo sovitico . d~,sapare_ca,. ? . s1
pareca desaparecer, tambin desaparecera la co~hcion ant1sov1et1'::~
domstica y transatlntica, Duliles, como secretano de Estado, dejo
"1
1
164 /
de lado sus conocimientos acerca de las vulnerabilidades soviticas internas y de la tenue naturaleza del control que Mosc ejerca sobre el
movimiento comunista internacional. En cambio, proyect una imagen
de inamovible peligro exterior, ampliada ahora para incluir a todo
el mundo comunista con la excepcin de Tito. Era un argumento
efectivo para los propsitos de Dulles, a tal punto que es posible
que l mismo llegara a creerlo en parte. Pero era una curiosa inversin de medios y fines: el desafo sovitico, la desaparicin o neutralizacin de lo que haba sido el propsito original de la convenein, se haba transformado ahora en un medio por el cual los instrumentos de la doctrina deban ser perpetuados como fihes en
s mismos.
rrr
En un esfuerzo destinado a lograr una estrategia coherente con su
percepcin de los intereses y las amenazas (y para hacer honor a
una promesa hecha durante la campaa), la administracin Eisenhower, en el verano de 1953, se aboc a un elaborado ejercicio de planificacin conocido como "Operacin Solarium",* destinado a considerar todas las opciones disponibles y a decidir el curso de accin
ms apropiado. A pedido del presidente, se establecieron tres grupos
de estudio en el National War College, cada uno de ellos encargado
de defender lo ms intensamente posible la opcin que se le asignara.
stas incluan: 1) la continuacin de la estrategia de la "contencin"
de Truman -extraamente, ya que Dulles lo haba desplazado del
Departamento de Estado en marzo, se le pidi a Kennan que coordinara este grupo; 2) una estrategia de "disuasin", que implicaba
el claro establecimiento de lmites alrededor del mundo comunista,
con la implcita amenaza de represalias nucleares en contra de aqullos que traspasaran esos lmites; y 3) "liberacin" -el uso de medios polticos, psicolgicos, econmicos y encubiertos en un intento
de "hacer retroceder" la influencia sovitica existente en ciertas
reas. Ms tarde se aadi una cuarta alternativa: negociaciones con
los rusos dentro de un estricto lmite de tiempo de dos aos, ya que
se crea que se era el perodo que faltaba para que la Unin Sovitica adquiriera la capacidad necesaria para equilibrar la superioridad
nuclear norteamericana.42
La sabidura convencional afirma que, en definitiva, Eisenhower
aprob solamente la primera de estas opciones, con una ligera modificacin en direccin a la segunda. Kennan recuerda haber sido
El trmino 'se refiere al "solitrium" de la casa Blanca, donde se llev
a cabo la reunin inicial que autorizaba ese ejercicio.
165
citado a Ja Casa Blanca a fines de. ese verano _para i~forrnar al gabinete del nuevo enfoque: "A mi~ pies, en la pn!11era fila, se sentaba
Foster Dulles, silencioso y humilde pero exter10,rmei;ite respetuoso,
y permiti que se lo instruyera. Si en marzo babia t:mnfado desembarazndose de mi persona, para agosto yo tuve mi v~nganza, que
fue uncirlo inevitablemente a mi poltica".43 Pero la opcin de "contencin" discutida durante el estudio "Solarium" se pareca, ~s al
NSC-68 que a la estrategia original de Kennan. Y en la practica. el
concepto estratgico de la administracin, que lleg a ser conocido
como el "New Look", se las ingeni para incorporar de. l_lna u otra
manera todas las alternativas consideradas en ese ejercic10.
Esencial en esa estrategia era la idea de recupe;ar la in_iciativa
bajando simultneamente los ~os~os; "~inguna poltica ext~r:or merece en realidad ese nombre", msistia Eisenhower en 1953, si meramente refleja la accin producto de la iniciativa de al~n otro"._ Y
una vez ms a principios de 1954: "No podemos permitirnos dejar
que las acciones negativas de los comunistas nos o~li_guen a ~n despliegue mundial ... Necesitamos ser libres para dec:d~r en que lugar
podemos golpear con mayor efectividad". La suposicin era que no
haba nada contradictorio en pretender controlar tanto _la ec_or:~
ma como la iniciativa: haba sido precisamente la dispombihdad de la administracin Truman para dejarse arrastrar a guerras
que no poda ganar ni zanjar lo que haba llevado el presupuesto de
defensa a cerca de 50 billones anuales. Si las recom~ndac1on~s precautorias del NSC-141 se hubieran implementado, estimaba Eisenhower, el dficit de los prximos cinco aos hubiera alcanzado los 44
billones. Dulles se bas en la misma argumentacin durante su famoso discurso ante el Consejo de Relaciones Exteriores el 12 de enero
de 1954: la estrategia de Truman, aleg, hubiera d~mandado ~ispo
nibilidades para luchar "en el rtico y en los Trpicos; en _Asia, el
Cercano Oriente v en Europa; por mar, por tierra y por aire; con
armas antiguas y" con armas nuevas". No hubiera sido posible m_antenerla mucho tiempo "sin graves consecuencias presupuestarias,
econmicas y sociales". 44
,
Fue durante este discurso, por supues~o, que ~ulles revi~io el
concepto de asimetra estratgica que hab1a sugen~o P.~r pr~m~ra
vez en 1952, suministrando as la ms visible e~phcacion pubhca
acerca de cmo la iniciativa estratgica era combmable con la restriccin presupuestaria:
Tenemos cerrojos en nuestras puertas, pero no un ~ardia armado en cada casa. Confiamos principalm~nte en un SIS.tema de
seguridad comunitario equipado para ca.stlga: a cualqmera . que
irrumpa y robe y, de hecho, sirve para disuadir a los potenciales
"!
166 j
. La administracin Truman jams haba elaborado una estrategia clara para extraer beneficios polticos de la posesin de armas
n~~lea:~s. E~~os r~cursos figuraban de manera prominente en la plamflcacion. behca, su~ duda, y su presencia implcita permaneca como
hecho de importancia en el entorno de la diplomacia de ese periodo.
Pero durante gran parte del periodo de la administracin el nmero
de ar~~s disponibles era tan pequeo que apenas si hubieran podido
ser ut1hzadas en conflictos perifricos -incluso haba dudas en 1949
ace~ca de si todas las bombas atmicas del arsenal nortea~erican~
hubieran bastado para forzar la capitulacin de Mosc en el caso de
q~,e. se produj.~ra una guerra a gran escala contra la Unin So46
viet1ca. Tambi~n haba simpata por el enfoque de Kennan acerca
~e que las ~rmas nucleares y las convencionales tenan caracteristicas muy diferentes, por lo -que tambin diferan las consecuen-
j 167
cias de s utilizacin; es significativo que aunque Trumao autorizara la construccin de la bomba de hidrgeno, su administracin
tambin intentara alejarse, en el NSC68, de la confianza exclusiva
en esas armas. Sin duda, la administracin en ningn caso estaba
dispuesta a amenazar pblica ni deliberadamente con su uso.*
Todo esto cambi con Eisenhower. El nmero y variedad de
armas nucleares haban crecido dramticamente en el intervalo, tanto
en el nivel tctico como estratgico...., Empezaban a operar los bombarderos jet intercontinentales. El nuevo Ejecutivo Jefe estaba decidido a reducir los costosos compromisos de las fuerzas de tierra
-"lavadores de botellas y camareros", como deca. Las bases militares de ultramar estaban empezando a producir sentimientos antinorteamericanos en los pases donde se hallaban; los gobiernos en
cuestin, sealaba Dulles, haban empezado a considerar esas bases
"como pararrayos ms que paraguas". En conjunto, todas estas consideraciones funcionaron como poderoso argumento a favor de un
mayor nfasis en los disuasores nucleares estratgicos con bases en
Estados Unidos: "Se acord", seal Eisenhower tras una conferencia con Dulles, Humphrey y el secretario de Defensa Charles E. Wilson en noviembre de 1953, "que la dependencia que estamos teniendo
de las nuevas armas justificara completamente cierta reduccin de
fuenas convencionales --es decir, tropas terrestres y ciertas partes
de la Marina".48
Para hacer funcionar esta estrategia, por supuesto, Estados Unidos deba parecer dispuesto a usar armas nucleares en todos los sitios en los que sus intereses estuvieran en juego. "El poder", haba
sealado Dulles en 1952, "nunca logra su mxima posibilidad como
disuasor del crimen si los instintos criminales no tienen motivos para
temer que en verdad ser usado contra ellos". En consecuencia, los
funcionarios de la administracin hicieron un concertado esfuerzo pblico destinado a borrar la distincin existente entre armas nucleares
y no nucleares que la administracin anterior haba procurado establecer. "Las armas atmicas han adquirido virtualmente un status
convencional en nuestras fuerzas armadas", dijo el presidente a las
Naciones Unidas en diciembre de 1953. El comandante supremo de
la OTAN, el general Alfred M. Gruenther, argument en 1954 que
"simplemente porque las bombas atmicas producen vc~imas -y
gran cantidad de vctimas entre mujeres y nios- eso no es motivo
para que nos pongamos sentimentales acerca de ... cules armas debemos usar. El tema es hacer que la guerra se torne imposible". Dulles
En un momento, Truman cre gran revuelo al decir en una conferencia
de prensa que el uso de la bomba atmica babia estado bajo consideracin permanente en Corea. Pero rpidamente la Casa Blanca emiti una declaracin
aclaratoria diciendo que slo el presidente poc1fa autorizar el uso de la bomba,
y que esa autorizaci6n no se babia otorgado. (Conferencia de prensa de Truman
y comunicado de la Casa Btam:a, 30 de noviembre de 1950, TPP: 1950, p. 72'1.)
~1
!
168
a~ga que las .-?11s nucleares eran tan slo un paso ms en la creciente destru~tividad de la capacidad blica moderna, un adelanto ms
o menos eqmvalente. ~l de la plvora. "En los casos en los que estas
cosas pue~a~ ser ut!hzadas con~r::i- blancos estrictamente militares y
P~~a propositos..estnctamente ~mhtares:. c<;>ment? Eisenhower a princ1p10s. de 1955, no veo el motivo que 1mp1da utilizarlas exactamente
del mismo modo con que usaramos una bala o cualquier otra cosa".49
. Los documentos internos de los primeros aos de Eisenhower
sugieren que esta posicin pblica no era una treta: aparentemente
estaba disp~esto a co1!si~erar el uso de armas nucleares en un amplio
rango d~ circunstancias. NSC 162/2, la declaracin top-secret de la
estrateg1~ del "New Look" aprobada por Eisenhower en octubre de
1953, :stipulaba que, en el caso de hostilidades contra los rusos 0
los c~mos, ."Estados Unidos considerar que las armas nucleares estn. dtspombles para ser utilizadas al igual que otras municiones"
La idea general, dijo el presidente a los lderes del Congreso a fine~
de 1~54 .. e~a "desatar el ~nfiemo sobre ellos en cuanto empiecen algo".
A prmc1p10~ ,de 1955, Eisenhower autoriz una extensin de este enfoque. !amb1en ~.las guerras limitadas: "Estados Unidos no puede
P.ermitlrse no ut~l~zar .rrr:as n:-1cleares, incluso en una situacin local,
s~ es .que esa utihzac~n implica posibilitar una rpida conclusin y
~i, .Juzgar P?r consideraciones polticas y militares, esa utilizacin
implica aden;ias el mayor progreso para los intereses norteamericanos de segundad".so
Pero la consideracin de la posibilidad de utilizar armas nucleares no era una san~in rutinaria de su uso, y hay muchas evidencias
de la cautela de Eisenhower en este aspecto. Aunque haba ledo y
ap~ob,~do :por ~d.elantado el discurso de Dulles acerca de las "represabas , la 1mphc1ta amenaza de una escalada automtica de la guerra
nuclear le causaba disgusto. "No creo que las palabras grandiosas ni
pomposas sean lo q~e hace temer a otros pueblos", seal agudamente en u,na conferencia de prensa del mes siguiente; "combatimos un
gran numero de veces en Europa y no recuerdo haber dicho antes
En un ~omento . ~isenhower incluso lleg a considerar la idea de una
guerra preventiva. Escribi a Dulles en septiembre de 1953 que "tendramos que
es~ar permane~temente preparados, sobre una base instantnea, a infligir al ene~1go 1;1na prdida ~ayor de la que l podra esperar causarnos. Esto sera una
~suas19n -pe_ro, s1 la lucha por mantener esta posicin relativa tuviera que contmll:ar mde_f1mdaf!lente, el costo nos forza.ra a la guerra 0 a alguna forma de
gob1e~o dwtatonai. En esas circunstancias, nos veramos obligados a considerar s1 nuestro deber para con las generaciones futuras no nos exigira iniciar
una guerra _en el momento que nos pareciera ms propicio". CEisenhower a
Dul!es, sept1em?,re 8, 1953, Eisenh<_>wer Papers, Whitman Files: International
Senes, ~?X 33, Dulles/Korea Security Policy".) Pero, un ao ms tarde Eisen
hower dlJo el?- una .c<?~erencia de prensa: "En mi opinin una guerra pr~ventiva
es hoy una rmpos1b1hdad . . . Francamente ni si uiera 'podrf
mente a alguien que hablara de algo as". confen:cia de prens'!i. :C~~~~:r
agosto 11, 1954, EPP: 1954, p. 698.)
'
169
J 70 1
Y a segundad
Por cierto, en este procedimiento
.
~ado.s Unidos como para su adv
. ~aba tantos riesgos para Eser~ano. los errores de clculo son
mev1tables. Pero "uno debe e
.
orrer nesgas po 1
.
q ue se corren nesgas
en la gue ,, . . , r a paz del mismo modo
~el~a :evi~ta Life a principios d~9S61n~~1~ Db~l~ldes en un reportaje
e H?Ite sm caer en una guerr
.
a 11 ad de llegar hasta
dommarlo, inevitablemente ca~s un arte necesario. Si no podemos
asusta: si tenemos miedo de lle ~s en. I~ guerra. Si la guerra nos
entrevista refle1aba la in
.dga al hm1te, estamos perdidos" 54 La
capac1 ad cr' d
171
) 72 /
173
174 /
Trumao..
175
cin no era tan s1m . 1 . d Tito e incluso reconoci en ocas10con la ayuda a la Yugos av1~ e
', enes ~omunistas nacionales
nes, la posibilidad de traba1ar con. :egi~blica de los comunistas enen otras partes.65 Per~ su ~ondenac1onc:: ue el mismo Dulles poda
sombreca estas part1culanda~es -h~ . l~ presin era ms proclive
s
Justificar alegando que, de to os m~ ods, .
las m ucc10ne .
a lograr la fragmentac1 n que
. 1, .
de la "liberacin" en el
La contraparte de la guerra ps1~0 og~~~ud de la administracin
Lejano Oriente puede. hallarse en 1 ~~so de Europa Oriental, los
hacia la China comu~1sta. Como e~ e 1usiones acerca de quin con.
. d e Washmgton no
,
d"f'
func1onanos
. teman
h It qu punto sena
1 1c1 e11trolaba el territori_o en cu~s~~~ f62/~s: fines de 1953, "el rgimen
minarlo: como senalara. e
trolado y es improbable que
comunista chino est f1rmemen~e.b~onpor fuerzas domsticas o por
sea derrocado en el futuro prdev1s1 e guerra de importancia". Pero
,
. 1
U d
el contmente, o ra
. .
in en las Naciones m as.
tico a Pekn, y oponerse a su part1lc1~~~,, coment Dulles, "pero no
"Tal vez tengamos que r7~~~:~l:so la ~egativa norteame~cana . de
tenemos por q~, abrazar o .
erra de Corea tena una dimensin
repatriar los pns1onero~ d; I~ ~ biendo que en el futuro los deservinculada a la gue~ ps1co g1ca. sansegufr asilo poltico, Dulles argutores de guerra pod1:in es~erar y co
, menos confiable y hay por lo
ment que "el Ejrcito ROJO se toma as~ tas lo utilicen para concretanto menos riesgo de que los comums
,, 66
tar agres10nes .
, o tras dl."'P.nsiones.
Involu.
t ' a d emas
La guerra psicolgica ema t t de la propaganda, tanto imprecraba, por supuesto, el 1:1s.o cons ~ e. olucrar gestos tan evidentes
sa como radi~I ~ telev1s1~~~ P;_fiiad~:.es al primer piloto sovitico
como el ofrec1m1ento de c . . . f as tan sinceras como el plan de
de MIGS que d~sertara: o I~!cia IV uesto por Eisenhower en la cuminspeccin de ,, c1el,os :1b1ertos ' p;: lemente la conservacin de la
bre en 1955. Podia mvolucrar
migo "incluso estrechamos
dignidad y la autoconfianza ante e ene
.
r
,\
176
177
178 1
mundo se encuentra actualmente", escribi privadamente el presidente en 1955. "La verdad, el honor, la justicia, la consideracin a
los otros, la libertad para todos --el problema es cmo preservarlos,
nutrindolos y conservando la paz, si es que esto es posible, cuando
nos enfrentamos a gente que desprecia . . . estos valores. Creo que
podemos hacerlo, pero no debemos confundir estos valores con meros procedimientos, aunque estos ltimos puedan haber tenido algn
momento el status de conceptos morales".72
Pero si la administracin Eisenhower estaba dispuesta a emplear
acciones encubiertas en mayor escala que su predecesora, tambin
estaba ms dispuesta que la administracin Truman a intentar negociaciones con la URSS y China comunista; estos contactos, por limitados o improductivos que fueran, constituan otro componente ms
de la estrategia del "New Look". Los intercambios fueron en parte
resultado de la moderada distensin de las relaciones internacionales
que sucedi a la muerte de Stalin, y en parte de las presiones de los
aliados, ms preocupados ahora por la rigidez de Washington que
por cualquier posibilidad de "venta" a Mosc, y en parte de la mayor
latitud que la poltica norteamericana tenda a dar a los republicanos en los tratos con "el enemigo". Pero estas iniciativas eran tambin producto de la conviccin personal de Eisenhower de que tarde
o temprano habra que avanzar hasta k>grar una resolucin de las diferencias de la Guerra Fra.
Eisenhower acentu este punto con tanta frecuencia y espontaneidad que no hay razones para cuestionar su sinceridad. "Cada
vez que cualquier oponente est dispuesto a decir ... 'Limpiemos el
Estado y echemos un vistazo al presente y al futuro', vern que
tambin yo estoy dispuesto a hacerlo". El enfoque adecuado era "enfrentar cada oferta que se nos hace mientras no se demuestre que
no vale la pena hacerlo as". La desconfianza era un camino de doble
mano: era justo suponer que los rusos "honestamente, en ciertas
instancias, cuestionan nuestras intenciones". Simplemente porque
Mosc agregaba el adjetivo "pacfica" al sustantivo "coexistencia" no
se formaba "apaciguamiento": "la coexistencia es, en realidad, un
estado de nuestro ser en tanto no estamos intentando destruir al
otro bando". Finalm~nte, "no se promueve la causa de la paz hablando simplemente con la gente con la que se est de acuerdo. Eso es
tan slo reunirse para decir que s. Es necesario reunirse con quienes se est en desacuerdo para determinar si existe o no el modo de
elaborar las diferencias y alcanzar un mejor entendimiento".73
No es sorprendente que estos enfoques no siempre se fundieran
bien con los de John Foster Dulles, quien tenda a acentuar los riesgos ms que las ventajas de la negociacin. "Si el seor Dulles y
todos sus sofisticados asesores de veras dicen que no pueden hablar
de paz seriamente, entonces estoy en el sitio equivocado", dijo exas-
179
.
arse con la resistencia del Departamento
perado el presiden~e tras t/ b 1 de 1953 que extenda los gestos
de Estado a un discurso. e a n
. 'tcd "Porque si debiramos
. .
.
,
1 uevo liderazgo sovie i
concihatonos a n
las ersonas que podnan aseestar hablando de guerra, conozco 1
epestn en el Departamento
de eso
y no son as qu
,
11
sorarme acerca
...
,
d E. senhower recordo a Du es
d ,, Varios meses mas tar e, i
de Esta o
.
. , "a nuestros oponentes o a
, dar la impres1on
que de nada serv1na
~~ni::r~~:s~::st~:~;:,ete~da
_enfoq~~~squ:r~~~ ~~
y favorable.
b
frecuencia se renda al conPero Eisenhower respeta a, y con ecto a la conduccin real de
.
t de Estado con resp
seJo del ~ec:e ano
deferente como siempre, nunca se opuso
las negoc1ac10nes. y Dulles,
d tendo que al menos esclarececontactos a m1 i
directament: ~ esos
b nd~ 75 El resultado, entonces, era una conran a la posicin del otro a
.
en las sucesivas declara.,
t
1 za puede rastrearse
.
.
ces10n, cuya na :ir~ e . , d "Poltica Bsica de Segundad Nac1c:
dones de la adm1mstrac1on be d 1952 reconoca que Estados Umnal". El NSC 162/2, de ~ctu rf e b""dad de negociacin con la
dos deba mantener abie~~ ~ ros1 ~~ibilidades de resolucin que
URSS, tanto para llevar a e an e asl p liados de la buena fe norteaparecieran como para convencer: bos ~
ermitir que esas resoluamericana. "Pero, al hacerlo no fe em ss d~stinados a desarrollar y
dones demoren o reduzcan os ~s ue~rmitiendo as que los sovimantener la fuerza del mu~d<;> l~~r;, p bin deba admitirse que "las
ticos aumenten su fuerza re at1va . . am
e tables no son muv estip erspectivas de resoluciones negociadas ac p
del NSC -162/2
d
l NSC 5501 el sucesor
'
mulantes". Un ~~ ms tar. e, ~
t . "stados Unidos debe estar
expres la cuest1on ~s s~~pl:m~:;s siempre qua aparezca clarapreparado para negociar c
. , se cumplir con los intereses
dio de esa nac1on
.
mente que por me
.,
nf ue tambin a Chma comunorteamericanos", y extend1? esl~e e ~ngun' cambio de la poltica
.
que ello imp icara m
. .,
.
msta, aunque . sii:
E
1 verano de 1957, una calificac1on de imde no reconoc~m1e?to. n e da "Sin embargo, Estados Unidos no
portancia habia sido agreg.a .
ecto a una accin simidebe hacer concesiones ~nt.1c1padas con res:ranza de inspirar concelar por parte de los soviticos, con la esp
1 directa
76
siones soviticas". Pero ~t:1 posicin ~u::tag:~;: ~ 1; e~ NSC-68.
y productiva para la negociacin que 1. p p
la estrategia
Haba, por cierto, elementos de mcons1stencia en
'1'1
1
1
J 80 j
181
del "New Look". La confianza en la superioridad nuclear poda demorar las negociaciones con el otro bando hasta que ste hiciera
esfuerzos por ponerse a la misma altura; tambin poda desestabilizar a los aliados que haban visto en esa superioridad la posibilidad
de que ellos mismos pudieran convertirse en blancos en una guerra
futura, y de que podan esperar tener que cargar con el mayor peso
d~ la lucha e~ _el nivel :onvencional. Las medidas de guerra psicolgica y de accmn encubierta podan invertirse fcilmente, causando
p:oblem~s domsticos y co~ los aliados y adversarios. Las negociac10nes, s1 se Jlevaban demasiado lejos, podan disminuir la credibilidad de la disuasin y la solidez de las alianzas; su descuido, no obstante, poda conducir a acusaciones de inflexibilidad e intransigencia.
. A pesar de estas anoI?alas, haba una hebra comn que ataba la
d1suas10n nuclear, las alianzas, la guerra psicolgica, la accin encu~ierta y las negociaciones: todas ellas tenan la ventaja de ser
mas baratas qu~ la estrategia de respuesta simtrica que propona
el ~S~-?8. Implrcaban la voluntad de cambiar la naturaleza y la loc~!1zac1~n. de la competencia, desplazndola del sitio de la provocac10n .~ngmal, arriesgndose as a una escalada, pero prometiendo
ta~b1~? la conservacin de la iniciativa, que es la clave de la minim1zac1on de los costos. Dada la concepcin de intereses y amenazas
con la que operaba la administracin Eisenhower, el "New Look"
era una adaptacin integrada y razonablemente eficiente de los recursos y los objetivos, de los medios y los fines.
IV
Sin embargo, por buena que fuera la: integracin interna de esta estrategia, su explicacin pblica por cierto no lo era. Exista una persistente b~~cha entre las acciones de la administracin Eisenhower y la perc~pc10.n popular de ellas: la causa primordial, parece claro, no era la
smtax1s ocasionalmente enrevesada del presidente, sino ms bien
un caso incurable de hiprbole perniciosa por parte del secretario de
Estado. El registro de los aos de Eisenhower est sembrado de memorables ejemplos de la tendencia declarativa de Dulles (o de los
resmenes que de esas declaraciones hacan los periodistas): "represalia masiva", "liberacin", "dolorosa reevaluacin", la "inmoralidad"
de la neutralidad, todas las cuales expresaban en trminos ms fuertes y dramticos de lo necesario aquello que la administracin procuraba hacer. El resultado fue confundir al pblico, alarmar a los
aliados, y sin duda intrigar absolutamente a los perplejos adversarios.
Este ltimo efecto, por supuesto, era deliberado: Dulles crea
firmemente en las virtudes de mantener al otro bando incierto con
respecto a cul sera Ia respuesta norteamericana -aunque no con
'' 77
Kruschev. "Siempre nos hizo esforzar para igual~r su mgemo .
Pero a Dulles le resultaba difcil separar l~ conduccin de, la. guerra
psicolgica de su obligacin de mantener mf;>:ma.~o al pubhco: l~s
ganancias conseguidas merced a la desestab1h~a~10n. del ~dver.sano
no llegaban a compensar los daos que la retorica mflac10nana d,e
Dulles infliga a las relaciones por ahanza, y a los presupuestos publicas acerca del sentido comn. Nos vemos obligados a concluir
que haba impulsos personales adems de planes estratgi:os . detrs de la debilidad tlel secretario de Estado por los pronunciamientos histrinicos.
Uno de esos impulsos personales, por raro que parezca, era l~
evidente necesidad de "dar prueba" de sus credenciales de republicano. Dulles era perfectamente consciente de las quejas procedentes
de su propio partido, que alegaban que l colaboraba demasia?o ntimamente con la administracin anterior; parece haber sentido la
obligacin de poner un sello claramente "republicano" a polticas
cuva novedad no era siempre inmediatamente obvia. El "embalaje"
retrico era una sencilla manera de lograrlo. Con ello se mezclaba
cierta afinidad con la abstraccin sonora -producto, se infiere, de la
experiencia legal de Dulles- que haca que en ocasiones se _expresara en trminos que parecan insensatos con respecto a las realidades
polticas que era necesario enfrentar. Tambin esta,ba ?r~sente el
hecho de que los puntos fuertes de Dulles eran mas tacticos q~e
;!Stratgicos: tena muchos recursos para desplazarse de manera m10pe de una crisis a otra, pero no era apto como Eisenhower para ver
78
de qu modo las partes se relacionaban con el todo.
Se plantea, entonces, la cuestin acerca de por qu Eisenhower,
con su agudo sentido de la necesidad de subordinar las tcticas a la
estrategia, mantuvo a Dulles en el cargo. Una de l.as razones, aparentemente, es que el presidente genuinamente consideraba su colabor~
cin como una sociedad, cuya continuacin era de vital importancia
para la conservacin de la paz mundial. Jams se ~l~nte, la. cues~1in
con respecto al sitio donde se hallaba la responsabilidad ultima: En
Jo que a Dulles se refiere, jams h~ hecho una decla:acin, .acuerdo
proposicin seria sin haber realizado una exhaust1~a y .completa
0
consulta previa conmigo y, por supues'. , tampoco sm m1 ~proba
cin". No obstante, "no hay probablemente en el mun~o al~~n que
posea la competencia de Foster Dulles en el campo d1plomatico. Se
ha pasado la vida en este trabajo, de una u otra manera, Y e~ un
hombre de gran capacidad intelectual y coraje moral ... Por c1~rto
que, si con nuestra posicin e1! el .mundo ... deb7i:ios s~r suce~1dos
por individuos de menor expenenc1a, menor prestigio y sm los vmcu-
1
1
182
''.AP~~ntem~te. i:on los desconocidos, su personalidad no siempre resul~ entosa , escnb1 Eisenhower de Dulles a principios de 1958, "pero con sus
amigos es encantador y agradable". (Eisenhower a Hazlett febrero 28 1958 EiSellhower Papers, Whitman File, DDE Diaries, Box 18, "DDE >ictation feb 58"'.>
0
Captulo VI
Implementando el N ew Look
Por supuesto, los criterios para juzgar la efectividad de las estrategias son variables, pero los de Eisenhower eran s!-Ificientemente claros: su propsito era lograr la mxima disuasin posible del comunismo con el menor costo posible. Retrospectivamente, la estrategia
del "New Look" parece haber satisfecho bastante bien esos criterios.
A pesar del hecho de que la administracin no se aboc a actividades
militares en gran escala en ultramar despus del armisticio de Corea,
los nicos pases "perdidos" a manos del comunismo durante ese
perodo fueron Vietnam del Norte, que ya estaba en gran parte bajo
control de Ho Chi Min cuando Eisenhower ingres a la Casa Blanca,
y Cuba, cuya nueva orientacin comunista no se hizo evidente casi
hasta el momento en que Eisenhower sali de la Casa Blanca. Los
gastos de defensa nacional permanecieron notablemente estables,
oscilando entre los 40,2 billones en el ao fiscal 1955 y 47,4 billones
en el ao fiscal 1961. Ms reveladores son los gastos militares como
porcentaje del presupuesto total -estas cifras en verdad decrecieron
del 65,7 por ciento en el ao fiscal 1954 al 48,5 por ciento en el ao
fiscal 1961. Los gastos de defensa como porcentaje del producto
bruto nacional tambin bajaron del 12,8 por ciento del ao fiscal
1954 al 9,1 por ciento en el ao fiscal 1961.1 Y, sin embargo, a pesar
de que las apariencias superficiales indicaran lo contrario, estas reducciones no produjeron ninguna reduccin neta de la fuerza militar
norteamericana con respecto a la de la Unin Sovitica -en todo
caso, Estados Unidos se hallaba en una posicin ms fuerte con respecto a su ms importante competidor al fin de la presidencia de
Eisenhower que a su inicio.
Es difcil decir si todo esto fue resultado de la suerte o de la
habilidad. La estrategia de Eisenhower y Dulles funcion porque
la administracin tuvo la buena fortuna de estar en el poder en un
momento en el que sus adversarios no planeaban ningn tipo de
agresin, o fue acaso que la sofisticacin y la fortaleza de su estrategia frustr estos planes agresivos? La respuesta requerira mucho
ms conocimiento del que poseemos acerca de las intenciones soviticas y de la China comunista: los xitos de la disuasin son siempre difciles de medir, aunque los fracasos son siempre muy evidentes. Una cosa que est clara, sin embargo, es que los historiadores
de la presidencia de Eisenhower, penosamente conscientes de la in183
184
I
La primera y primordial acusacion contra la administracin Eisenhower era que, en sus esfuerzos por lograr economa, haba llegado
a confiar excesivamente en el uso o la amenaza de utilizar las armas
nucleares, limitando as su respuesta, en el caso de que se diera una
agresin, a la eleccin entre rendirse o arriesgarse a la aniquilacin.
Era el viejo problema de los ataques "graduales": qu seguridad
haba en una poca de estancamiento nuclear de que Fstados Unidos
realmente recurrira a su arsenal nuclear para encon' .r all los medios de contrarrestar cualquier ataque que el otro bando produjera,
por insignificante que ste fuera? Tal como argumentara el entonces
desconocido poltco de Harvard, Henry Kissinger, en 1957, era imposible combinar "mximo horror y mxima certeza": "Cuanto mayor el poder, tanto mayores las inhibiciones para utilizarlo excepto
en las ms directas emergencias, y tanto ms probable que ningn
objetivo parezca suficientemente importante como para justificar
una guerra total". Y si la administracin estaba dispuesta a contemplar esa alternativa, no sera una violacin de su propia insistencia de que en asuntos estratgicos la cura no deba ser peor que la
enfermedad? Un crtico seal que era como si la polica local hubiera decidido 'utilizar bombas contra los ciudadanos que no limpiaran la nieve de las veredas.3
185
,
, t
b
el equilibrio y la flexibilidad adecuadas ~ nues~ros proposi os Y o ~etivos ". La disuasin nuclear era esencial, af_i~maba_ Dul~es el ano
iguiente pero eso no significaba que se la utihzara mvanablemente
~ontra l;s agresiones locales: "Nosotros y nuestros aliado~ debemos
tener entre nosotros la capacidad de enfrentar esas agresione~ loc~
les sin que nuestra accin produzca una guerra ~uclear genera~izada .
La idea era mantener en la duda a los potenciales adversarios con
respecto a cul sera la respuesta nortea~ericana, de mod_o. qu~
nunca pudieran estar seguros de que la agres10n resultara beneflci~sa.
Sin embargo, la administracin insista ~n que Estados Umdos
en s mismo no necesitaba conservar la capacida? de re,spon?e: a todos los niveles: por eso tena aliados. En cambio, deb~a existir una
divisin del trabajo en la que Estados Unidos J?roporc10nara el respaldo areo y naval y pudiera confiar en los am1~os de ultramar con
respecto al poder humano necesario para producir. una ~espuesta e?
tierra. Esta posicin fue dictada en parte por cons1derac1ones economicas -Eisenhower haba reducido 4,8 billones del pres~pu~sto de
defensa del ao fiscal 1955 cercenando 4.1 billones al ejercito: las
fuerzas de tierra, seal con impaciencia, siem.~re "mostraban n~ce
sidad de ms y ms".s Pero el presidente tamb1en estaba con~encid?
de que el advenimiento de las armas nucleares tornaba ii:iposible contar con ser capaces de trasladar tropas norte~men~anas
al extranjero en la escala de la Segunda Guerra .11.;1u~dial: si_ la,s
fuerzas de Alemania hubieran posedo bombas atom1cas, sena~o,
las fuerzas aliadas jams hubieran cruzado el canal. Lo que ~s mas,
de producirse una guerra nuclear, el .~jr.cito sera necesario P1:1
restaurar el orden y revivir la producc10n mterna, no para combatir
en ultramar.* Estados Unidos poda desplegar "unos pocos batallones de marines o unidades del ejrcito" para una o a lo sumo dos
d
b
de la intensidad de Eisenhower
El diario de James Hagerty
prue ::'.n"'n"" se fuera a producir un atato "Supongamos que u-~~
t
con respecto a es e pun t
. dades Maldito
sea' sera una perfecta basura
que contra quince de nues ras ciu
.1
d
"uince de nuestras ciudades
habla~ acerca de. enviafe~~R:.i~~ ~~~;~~n c~a~a~s ~asi completo en las ~iuda
estuVIeran en rumas. .
d t
Habra que restaurar el orden y quin lo
1
g;~il? e~1~:s~;!~~0 ~ ~~'::1 e'td~~rtamento de bomberos Y la~~~~J=
hacerio? Diablos! Ese orden tendra que ser r~sta~~:1~u~~~o~militares estarn
das disciplinadas y !luestra r~serva. Eso no es ~6 .
generalizado". (Hagerty
haciendo en los primeros d1as de un ataque a mico
Diary, febrero 1, 1955, Hagerty Papers, Box I.)
l
1
1
1
186 1
1 187
res para repelerlo. Cuando se le ~~egunt si es~o. s~gn.i~icaba que Estados Unidos se estaba responsab1hzando de la m1ciac1on de una guerra nuclear, el comandante supremo de la OTAN, el general Alfred
Gruenther replic: "As es. Occidente se hace responsable de defenderse a s 'mismo, porque no tenemos la capacidad de defendemos ..
.
l "8
por medios puramente convenc1ona
es .
.
.,
De aqu en ms, la estrategia de Estados Umdos -y tamb1en
la de la OTAN- fue compensar las deficiencias de poder h~mano
--con respecto al de los rusos- por medio de tomar cre1ble la
erspectiva de una escalada de la guerra nuclear en caso de ataqu~.
~sto requera un delicado acto de equilibrio, porque lo que ha?1a
q~e disuadir no era solamente una invasin sovitica sino tam~>I~?
los temores de los europeos occidentales con _respecto a la pos1~1~1dad de que Estados Unidos los abandonara, 1unto con l~ tentac1on
de enfrentar esos temores por medio del intento de apaciguar . lo!
rusos 0 bien por medio del desarrollo de armas nu~leares propias.
La conservacin de las fuerzas terrestres norteamencanas e~ Europa lleg a ser considerada, en un momento, con:io gesto ~estmado a
cumplir todas esas funciones: suministraban un signo tangible de compromiso -un "alambre", como se deca en el momento-- que d~mo
raba a los rusos, y eran tambin "rehenes" de los eur?peos occidentales, ya que Estados Unidos no podra evacuarlas sm defender al
mismo tiempo a Europa Occidental; y su acceso a _las armas nu_cleares en los niveles tctico y estratgico poda servir com~ sustituto
de las fuerzas nucleares nacionales cuyo desarrollo Wash~n~ton ~e
seaba evitar. Podra acentuarse, no obstante, que la admu:~1strac1on
Eisenhower nunca pretendi usar estas fuerzas para combatir en u~a
erra tradicional en Europa. Tal como Eisenhower comentara mas
~rde a raz de la crisis de Berln de 1958-59: "Si se torn~ra n~c~sa
rio recurrir a las armas, nuestras tropas en Berl~n. ser.1an rap1damente superadas, y el conflicto se convertira casi mev1tablemente
en una guerra global. Para este tipo de guerra nuestras fuerzas nucleares eran ms que adecuadas".9
La administracin tambin confi en las ~rmas nucleares para lograr sus fines en teatros ms perifricos, especialme~te Corea. La estrategia de la administracin Truman haba sido excluir el uso de 1:111~
nucleares all (aunque no necesariamente en otras partes de Asia)
a menos que "nuestras fuerzas en esa rea se viera~ confronta~a~
con el desastre militar.u No se hicieron amenazas abiertas de ut1hzar esas armas. La administracin Eisenhower no estaba segura de que
los golpes nucleares pudieran acabar con el conflicto, .pero estaba
dispuesta a hacer saber que Estados Unidos estaba cons1?~rando es~
posibilidad. "Estbamos preparados para una escala behca much
Los britnicos haban pr~bado una bomba atmica en 1952, pero los franno lo hicieron hasta 1960.
ceses
188 /
JOHN
u:wrs
GADDrs
IMPLEMENT~~
.. ~~
La administracin aparentemente lleg ms cerca de la utilizacin de armas nucleares en la situacin que, segn sus crticos, menos las requera: las dos crisis sobre Ouemoy y Matsu en 1954-55 y
1958. Eisenhower y DuIIes estaban preocupados por la seguridad
de estas dos pequeas islas nacionalistas situadas Junto a Ia costa
china, no porque las consideraran vitales para la defensa de Taiwan
o porque estuvieran de acuerdo con Chiang Kai'shek en su decisin
de acumular fuerzas en ellas, sino ms bien porque aceptaban la
evaluacin del der nacionalista de que, si las islas caan en manos
EL "NEW LOOK"
189
.
oda desmoronarse, lo que ~o~ducomunistas, la moral de Ta1~~;n ~s importante. Ese acontecu~1en. 'a a la prdida de esa pos1c1
1958 arriesgara la segundad
cm a 'u vez, argumenraba Dulle'
okinawa y l' filipina,._
todo el Pacifico
.-Jap';,'etnam del Sur, Camboya, _Tru
pondra bajo influencia comumst~ a "Las consecuencias en el Lejano
landia, Burma, Malaya_ e _Indont:.S~~~s y catastrficas que las. que se
Oriente seran an mas imp~r Unidos permiti que la Chma co~
desencadenaron cuando Est~o:scomunistas chinos, ayudados y estitinental fuera tomada po~, . ,, 16
~:
o~e<dental
e~
ra un
, " . Du
seesta respuesta ejerce
l e ec
de nuestra determmac1on
, es
d" uanistas chinos de la forta eza
uesta convencional podia is
- l en 1958 que, aunque una re~p. .
si no lo lograba, "nuestra
un ataque chino en sus etapas m'1ac1aelfeesc,tiva si se limitara al
intervencin
prob~bleme~ te .no sen
tilizaran armas nucleares'. "ha nal
de armas convenc10nales . S1 se u Estados Unidos en casi todo_ e
una fuerte revulsin popular. ~o~tra as involucradas eran pequenas
del mundo", aunque, s1 as arm., tal vez no fuera duradera.
resto
las vctimas civiles, la revuls10n . , pueda ser tan limitada
y escasas
la operac1on
,
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"No es seguro, sin em~~rgo, q~e.
o que implica el us? mas ~x ~n
en tiempo o en extens10n, y e r~e;fesgo de una guerra generahza a,
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de las armas nucleares, o e
SIVO
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Dulle' de lM do' cd,, de uem o
A primera vista, el manejo de unistas chinos retrocedieron, alg
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ultramar, ya que revelaron
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de 1,5 millones de hombres acul a~~~te al e3rci_t~, que se redujo
y junio de 1955 pero otros
.. mi n entre diciembre de 1953
:1
1 191
cobraron la capacidad de manipular a Estados Unidos, ya sea haciendo demasiado poco, corno en el caso de los franceses en Indochina, o
haciendo demasiado, como Chiang Kai-shek al concentrar sus tropas en
las islas costeras.* Enfrentada con estos faits accomplis, la administracin tuvo que optar entonces entre utilizar armas nucleares, lo que implicaba el riesgo de una escalada, o no responder en absoluto, sacudiendo as la "moral" de los aliados y socavando la credibilidad de
los compromisos norteamericanos. Para una estrategia originaria..
mente diseada para incrementar las opciones de los estrategas norteamericanos, ste era, sin duda, un magro resultado.
La estrategia tampoco result tan impresionante para los adversarios como se haba esperado, porque no logr establecer diferencias entre ellos. La disuasin funcionaba bien cuando las fuerzas que
deban ser disuadidas se hallaban bajo el control de una cautelosa
autoridad central vulnerable a los ataques nucleares, como en el
caso de las unidades del Pacto de Varsovia en Europa Oriental, o
los ejrcitos comunistas chinos que se oponan a Quemoy y Matsu.
Pero el armisticio de Corea muy bien podra haber sido quebrantado por los mismos coreanos, del norte o del sur: la cautela no era
un punto fuerte en Sel ni en Pyongyang, ni haba tampoco diferencia en los deseos de los aliados mayores.** Si se hubiera producido
semejante violacin del armisticio, es difcil decir cmo y en contra
de quin se hubiera lanzado la represalia nuclear. Y, en Indochina,
los franceses confrontaban a medias un movimiento revolucionario
totalmente comprometido que no se hallaba prcticamente bajo ningn control externo: las amenazas de utilizar armas nucleares no
podan infundir a los franceses espritu de lucha ni tampoco disuadir a sus adversarios de que explotaran esa ausencia. El problema,
en suma, era el de adecuar una nica solucin draconiana a un conjunto diverso y diversamente tratable de problemas.
Pero retrospectivamente la deficiencia ms alarmante de la es James Hagerty traz el probable proceso de escalada en su diario: "Todos
creemos que los comunistas chinos estn planeando un ataque a Matsu y Quemoy
y probablemente, si eso ocurre, ser inevitable que nuestras unidades militares
se vean involucradas, por esta razn: si los comunistas atacan las islas, la fuerza area de Chiang en Formosa entrar inmediatamente en accin . . . A su vez,
la fuerza area comunista tambin lo har, y tarde o temprano atacar los aeropuertos de Formosa. Por nuestras obligaciones y tratados, la fuerza area norteamericana entrar en accin, ya que un ataque a Formosa nos obligara a ello. Una
vez en accin, no dejaremos de perseguir a los aviones comunistas en ninguna
lnea imaginaria, sino que deberemos destruirlos, ya sea en el aire o en sus
bases. Eso, por supuesto, desencadenar todo". (Hagerty Diary, marzo 11, 1955,
Hagerty Papers, Box l.) Pero la posicin norteamericana original haba sido que
Quemoy y Matsu no eran vitales para la defensa de Taiwan en primer lugar; slo
la insistencia de Chiang las hizo vitales.
Los coreanos del sur casi haban torpedeado las negociaciones del armisticio en 1953 al liberar a unos 25.600 norcoreanos prisioneros de guerra que se
haban resistido a la repatriacin al norte. Y, tal como se sealara previamente,
hay evidencias circunstanciales de que los norcoreanos pueden haber iniciado
el ataque de junio de 1950 contra el sur sin el permiso de sus consejeros rusos.
1
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gradualmente conocido, la suspicacia aument, dificultando
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la siguiente operacin oculta tras la " negativa
p lausi~Ie" _3s Las medidas-ele la guerra psicolgica requeran menos secreto, si es que requera alguno, pero sus efectos eran !entos, a veces
predecibles, "y estaban sujetos a constantes pres10nes del Con;;1eso para lograr establecer (en Medio Oriente) la clase
campaa de propaganda que pudiera contrarrestar los sentlmien_t~s
antioccidentales", escribi Eisenhower en el momento de l~ cnsis
del Lbano. "Jams logramos conseguir el dinero necesario para
hacer un buen trabajo, aunque tal vez hoy estemos gasta?do ms
mensualmente par~ resolv_er la crisis. _que lo que . nos hu?:e;, costado un ao de mas efect,i.va prevencion de esa misma cnsis .36
Tampoco las armas nucleares eran _de gra:i ~.Yll? D_ulles haba
esperado que la doctrina de la "represalia_ ~asiva dis~~diera -~ Mosc y Pekn de la explotacin de los movimiento~ de hberacion n~
cional" para su propio provecho, pero en 1955 Eise~hower ya admita lo que probablemente haba sabido todo el tiempo: que e~a
estrategia "no ofrece, por s misma, ningun~. defensa_ ~ontra las perdidas que sufrimos merced al desgaste pohtico y milita~ del adversario Mientras se abstenga de hacer algo que cree podna provocar
por ~arte del mundo libre una abierta declaraci?n de guerra total,
no necesita temer la 'disuasin' ".37 Lo que es mas, sean cuales fueren los impactos ejercidos sobre los adversarios, las amenazas de
utilizar las armas nucleares ejercan el des_c,oncertante. ~fecto de asustar a-los amigos, tal como la administracion descubno cuando a~
gl un ejercicio militar de la SEATO que ir;volucraba bo~bas atomicas simuladas a' principios de 1956. Es mtere~ante sena.la~ que
cuando las tropas norteamericanas entraron en Liba? e~ JWIO de
1958, lo hicieron sin las armas nucleares que, se~n Eisenhower
haba proclamado con anterioridad, eran una parte mseparable del
arsenal militar moderno.38
p cualquier uso amplio de fuerzas convencionales dur~n!e un
,
fue "d
lo suf1c1entepeno derol
o argo --en el Lbano la administracin
.
l
mente afortunada como para evitarlo- hubiera corn ~ e nes~o
de repetir los "errores" del NSC-68. El asesor de segundad naponal Robert Cutler estableci firmemente este punto en 1954, cuando
la administracin estaba considerando ayudar a los franceses en
Indochina. Incluso una completa victoria de la~ fuerzas terrestres
norteamericanas no lograra eliminar el comumsmo en tod~s los
otros lugares de Asia. Esas operaciones, sin embargo, requena~ la
para
, del, poder humano norteamericano
l.imi t acion
.
. enfrentar
d las mal
gotables reservas del continente eur~asitico, d~J~do m emnes os
recursos humanos de China y el Soviet, pero exigiendo tant~ _los recursos norteamericanos que sera difcil resistir a u~a agresion que
se produjera en otra parte. "Si la guerra debe localizarse en Indo-
~e.
198 j
china", preguntaba Cutler, "no se puede concebir una accin imaginativa que no sea planeada para lograr una victoria decisiva, al
viejo estilo, con grandes fuerzas comprometidas en contra de un
enemigo inmaterial, sino ms bien una guerra planeada con fuerzas
giles destinadas a producir una desestabilizacin mxima y continua contra los comunistas?" Eisenhower pensaba que no: "Si llegramos a poner un solo soldado de combate en Indochina, nuestro prestigio estarla en juego, no slo en esa rea sino en todo el
mundo". Estados Unidos poda entrenar fuerzas locales, e incluso
poda utilizar su propio poder naval y areo para respaldarlas. Pero
"no veo ninguna razn para que las tropas terr..estres norteamericanas se comprometan en Indochina".39.
Por supuesto, se poda alistar la ayuda de los aliados para contrarrestar el comunismo en el Tercer Mundo, pero, con' igual frecuencia, el efecto podri~ ser el de constreir tanto como expandir las
oportunidades norteamericanas de enfrentar estas situaciones. El
hecho de convertir la cooperacin aliada en prerrequisito de la
accin, tal como hizo la administracin en el caso de Indochina en
1954, era ceder el control acerca de si esa accin se llevaba a cabo
o no. "Todava invierto das y horas tratando de conseguir que se
establezca entre los poderes interesados un clima poltico que posibilite polticamente dentro de Estados Unidos que demos la clase
de ayuda que nuestros intereses y los del mundo libre parecen demandar", escribi Eisenhower en junio de 1954. "Pero, como insistimos en tratar a todo el mundo interesado como soberanos iguales,
resulta extremadamente dificultoso llevar a cabo el encuentro de
mentes que es ahora tan necesario". Otro problema era que incluso
los aliados cercanos podan, en ocasiones, embarearse en acciones
unilaterales muy embarazosas para Estados Unidos, tal como lo demostraron los franceses y los britnicos con su abortado intento
de tomar el canal de Suez en octubre de 1956. Los que empezaron
esa aventura para asegurarse el suministro de petrleo deberan
haberse dejado "frer en su propio aceite", coment un furioso presidente. Finalmente, la asociacin con poderes coloniales o ex coloniales probablemente no mejorana la reputacin de Estados Unidos
entre pueblos an convencidos de que el imperialismo era un peligro mayor que el comunismo. "Recordemos", observ Dulles, "que
mientras nosotros pensamos primero en el peligro que surge del comunismo internacional, ellos piensan primero en los posibles manejos de Occidente".40
El mtodo preferido de la administracin para oponerse al comuni5mo del Tercer Mundo era acumular fuerzas de resistencia
locales, capaces de actuar por propia cuenta si Estados Unidos las
abasteca adecuadamente. Este enfoque tena la ventaja de su rela-
1 199
200
era fuerte el coi:itrol que ejercan sobre las fuerzas involucradas all'
el hecho de aplicar la misma tctica en Indochina, donde los insu~
gent~s se hallaban totalmente comprometidos pero no eran tan susc~pt1?les al control externo, era completamente otra cosa. La Organ~zac1~n del Tratado del Atlntico Norte muy bien podra h b
d~suad1do un ataque sovitico contra Europa si ese ataque se h:~
hiera plane~do alguna vez; no haba seguridad de que alianzas moldeadas segun ese precedente desalentaran las revoluciones autnomas pero potencialmente hostiles en el arco de Estados no comunistas que se extenda desde Turqua hasta Corea del Sur. La Resolucin
de Formosa poda tener peso en Pekn con respecto a los asuntos
de Ouem?y Y _Matsu, pero intentar, por medio de la Doctrina Eisenhower, disuadir algo tan vago como el "comunismo" en un rea tan
amorfa como "el Medio Oriente" era una propuesta totalmente diferente. L_a accin encubierta poda funcionar de manera engaosamen~e flmda para plantear golpes en Irn y Guatemala; su uso: como
me~10 de estu~mlai; amplias insurrecciones populares en contra de
reg1menes nac10nahstas tales como los de Sukarno en Indonesia 0
Castro en Cuba era algo completamente diferente. Se puede decir
en su~a, que .la administracin fue vctima de sus propios xitos,
de s~ mcapac1dad de ver ms all de ellos: no era suficientemente
sen~1ble a la p_osibilidad de que lo que funcionaba en cierto contexto
podia no funcionar en absoluto en contextos diferentes.43
Otra dificultad era que la administracin subestimaba el "poder
const~nte.'' del nacion~li~mo: en un tributo sordo a las capacidades
orgamzativas del mov1m1ento comunista internacional, se preocupaba constantemente por la posibilidad de que los Estados recientement: independizados, si no se hallaban seguramente alineados con
Washmgton, cayeran presas de la sutil pero intensa seduccin de
Mosc Y Pekn. "Es mi personal conviccin", escribi Eisenhower
en marzo de 1957, "que casi cualquiera de los nuevos Estados del
mundo pref:rira con mucho abrazar el comunismo o cualquier otra
forma d~ dictadura antes de reconocer la dominacin poltica de
otro. gobierno, aun cuando ello diera a cada ciudadano un estndar
de vida ,m~cho ms a~to". Dulles expres el mismo punto con tono
~aracte~st1camente mas dramtico el mes siguiente: "El comunismo
1:itemac1;>nal est al acecho para capturar a esas naciones cuyos
lideres ~1enten q~e los derechos soberanos recientemente adquiridos
deben eJercer~e msultando a otras naciones independientes. Esa clase de soberama es soberana suicida".44 *
1956 . . S que ),l.lgunos sienten que una neutralidad amistosa hacia el Kremlin
Y Pe1pmi:f puede salvarlos ... Pero conocemos el proverbio: El que toma la sopa
con el diablo debe tener una cuchara muy larga . . . Los que creen que pueden
~aniobrar ms astutamente que ellos corren un grave peligro" (DSB XXXV
[Julio 16, 1956], 94).
'
201
Era sta una curiosa postura para una administracin dispuesta a reconocer, aunque slo fuera para s, que el comunismo po~a
revestir formas nacionales; para un secretario de Estado convencido
de que el imperio sovitico era un "sepulcro ?lanqueado", para un
presidente persuadido de que, "cuando una. dicta.dura lleva su control demasiado lejos, finalmente, ya sea el imperio romano o el de
Gengis Kan o el de Napolen o cualquier otro, las dimensiones mismas de la cosa lo hacen tambalear".45 Slo podemos especular con
respecto a las razones de esa anomala. Una de ellas puede haber sido
el IPiedo de que el comunismo nacional pudiera ser tan peligroso
para Estados Unidos como su contraparte internacional; otra razn
puede haber tenido que ver con el tiempo -poda llevar aos que
las tendencias nacionales se desarrollaran dentro de los Estados comunistas y, en el nterin, se poda causar mucho dao.
.
Las exigencias de la poltica domstica y de la guerra psicolgica sugieren aun otra explicacin: aun cuando el pblico norteamericano hubiera estado preparado para aceptar el enfoque que
sostena que haba varias clases de comunismo (y, si alguien podra
haber "vendido" ese enfoque, sos eran Eisenhower y Dulles), todava quedaba la cuestin de si las amenazas monolticas no eran ms
efectivas para conseguir el respaldo pblico y aliado para Ia estrategia de Washington que las amenazas fragmentarias. Otra posibilidad
ms puede haber sido simplemente la inconsistencia -una afeccin
suficientemente prosaica, pero que jams debe exduirse por completo como explicacin de las decisiones adoptadas por los seres
humanos.
Sea cual fuere la causa, lo que se hallaba involucrado era un
fracaso fundamental de la visin estratgica. El concepto original
de contencin, como se recordar, requera alistar las fuerzas del
nacionalismo, aun cuando fueran comunistas, para contener el poder
en expansin de la Unin Sovitica. La administracin Eisenhower
debi haber tenido pocas dificultades para abrazar ese enfoque: funcion con la Yugoslavia de Tito, saba que el comunismo nacional
exista en otras partes, difcilmente hubiera sido acusada de ser
"blanda" con el comunismo, y le hubieran resultado gratas todas
las economas que esa estrategia hubiera redituado. Pero, como Dulles defina la amenaza como comunista en general, no simplemente
la de la Unin Sovitica, la administracin se concentr en la oposicin al comunismo, incluso, cuando revesta formas naeionalistas.
Como la administracin tena tan poca fe en la capacidad de sostenerse que pudiera tener el nacionalismo no comunista, recurri a
frenticos y avasalladores recursos para respaldarlo, violando aparentemente en el proceso los mismos principios de soberana y de
autoconfianza que intentaba preservar. Es irnico que esta visin
defectuosa -probablemente la ms .significativa de la administra-
,,.
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1
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202 1 JOHN
IZWIS GADl>IS
IMPLEMENTANDO EL "NEW LOOK"
III
Al igual que el prob~ema . del comunismo y el nacionalismo en el
Tercer Mundo, otra s1tuac1n que pareca entonces peor que abo
es l~, ~!amada "brecha m~silstica", la crisis provocada por la Uni~
~ov1et~c::a al lanzar el primer satlite artificial en octubre de 1957,
mtens1f1cada merced a un deliberado esfuerzo de Kruschev destina~ .extraer vent~j~s polticas de la demostracin de capacidad que
1mpbca.ban lo! m1siles de largo alcance involucrados en se y otros
J~zam1entos. Para 1959, se crea en general que la administracin
EI~~nh?wer ha~~ hecho muy poco para corregir este evidente deseqm:hbno estrateg1co: el jefe de Estado del Ejrcito recientemente
retirado, general Maxwell D. Taylor, habl por s mismo y en nombr~ de gran cantidad de crticos del .Congreso, militares y acadmicos, cuando acus en su libro The Uncertain Trumpet, que, "hasta alrededor de 1964, es probable que Estados Unidos se halle en
significativa desventaja con respecto a los rusos en trminos de nmeros ~ efec~ividad de misiles de largo alcance -a menos que se
tomen inmediatamente medidas heroicas".47 Eisenhower se neg a
tom~r esas medidas, y retrospectivamente parece que l estaba en
lo c1,erto Y no sus crticos: en realidad los rusos no construyeron
el num~ro d~ ICBM que h~ban esperado, y en ningn momento de
su pres1.~enc1a ~s.tados Umdos estuvo en inferioridad con respecto
a la Umon Sov1et1ca en lo referido a capacidades estratgicas generales. No er_a eso. lo que pareca en ese momento, sin embargo, y. como
consecuencia, Elsenhower debi enfrentarse en este tema a la ms
estridente e intensa oposicin de toda su presidencia.
Como revelacin de una amenaza inesperada, el shock producido
por el Sputnik rivalizaba con el de Pearl Harbor o Corea. De repente todo Estados Unidos (y gran parte del resto del mundo) pareca
estar dentro del alcance de un ataque nuclear sovitico el tiempo
de advertencia, una cuestin de horas cuando el mtod~ de lanzamiento eran los bombarderos, se haba reducido ahora a un mximo
de treinta miJ;J.utos. Lo peor de todo, tal corno Eisenhower reconociera pblicamente, era que no haba ninguna defensa conocida contra
203
asf con respecto a los ICBM. "El ms rpido desarrollo posible de la capacidad
n ,,
204 1 JOHN
LEWJS GADl>IS
en ar e 1 numero
1
Pero rechaz firmemente las re p egar IR_BM en Europa Occidental.
Gaither, por varios motivos p co~endac1ones generales del Comit
alto las ventajas que las ba~ese~sa ; que el grupo haba pasado por
tanto por dispersar las fue
e u :ramar daban a Estados Unidos,
un "primer golpe" com rzas que o~ rusos tendran que daar en
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para los norteamericanos p u es en que la construccin de refugios
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s, msmuana la redos, alegaba Dulles tendr: una "dortaleza americana". Estados UniLos asesores econ~icos adv~~~
escartar a sus amigos europeos".
respectp a dficits presupuesta~~~ i~: la proyecci~n del comt con
ta: dependa de empleo pleno e
es era ~xces1vamente optimis'
p rmanente y de impuestos altos, y nada
El informe requer incl
205
206
mente". El Sputnik haba dado "un incremento a los gastos de defensa del que todava no nos hemos recuperado", coment el presidente dos aos ms tarde. Si tena que aprobar otro presupuesto
desequilibrado, se "vera obligado a considerar que la administracin est desacreditada" .s1 *
Sin embargo, fa restriccin de Eisenhower pareca surgir de algo
ms que una simple reduccin fiscal. Tena tambin informacin
razonablemente confiable, sobre la base de un golpe de inteligencia de
importancia pero impublicitable, con respecto a la inesperada demora de la construccin sovitica de ICBM. Los detalles acerca de los
vuelos U-2 de la CIA sobre la Unin Sovitica, que empezaron en
1956, son todava generales, pero presumiblemente suministraron
suficiente evidencia de la ausencia de cualquier programa ICBM
a gran escala como para que el presidente pudiera afirmar con
cierta confianza que Estados Unidos en realidad no necesitaba tenerlo. Es interesante sealar que Eisenhower recibi al Sputnik como
un reconocimiento ruso no intencional de "la libertad del espacio internacional" -referencia ambigua cuya significacin, sin duda, no fue
registrada por la mayora de sus subordinados. Un ao y medio ms
tarde, sugiri privadamente a sus asesores cientficos que tal vez
los rusos estuvieran padeciendo las mismas dificultades que Estados
Unidos para producir ICBM que fueran operativos. En enero de
1960 la CIA ya haba reunido suficiente informacin como para que
sus evaluaciones no se basaran en las capacidades soviticas sino
ms bien en los "probables planes"; stos no mostraban seales de
la existencia de ningn programa ICBM. Todo el esfuerzo sovitico
en este aspecto era tan "calmo y tranquilo" que George Kistiakowsky,
el asistente especial del presidente en ciencia y tecnologa, se preguntaba si el U-2 no habra pasado por alto todo un sistema de pruebas sovitico. Sin embargo, se demostr que no era se el caso, y
Kistiakowsky seal aos ms tarde que "sin esa informacin (U-2),
especialmente despus del Sputnik, el presidente tal vez no hubiera
resistido las presiones polticas que tendan a lograr una expansin
masiva de nuestros ya enormes programas de armas estratgicas" .58
Pero, aun cuando no se hubiera dispuesto de la inteligencia de
U-2, parece improbable que Eisenhower hubiera procurado logra~
una avasalJadora superioridad nmerica en misiles, en tanto el disuasor general siguiera como la doctrina de la "suficiencia" -la idea
, de que, ms all de cierto punto, el desarrollo de armas adicionales
de poco serva.** "Llega un momento . . . en el que la cantidad no
De los ocho presupuestos Eisenhower, slo tres -los del fisCal 1956,
1957 y 1960- dieron supervit. El presupuesto para el fiscal 1959 fue de 12,4 bi
nones en rojo, particularmente debido a la recesin de 1958.
Es intersante sefialar que John Foster Dulles estaba de acuerdo con este
concepto. Haba que preocuparse, dijo al gabinete en 1958, por evitar nfasiseseen
la "superioridad" militar en el discurso del Estado de la Unin, porque
207
pre:
208 1
oposic1on,
envada
en ltima instancia de Clausewitz de que es nece.
.
~ano tener fmes para todos los medios. El hecho de mantener armas
irrelevantes para la amenaza que se cerna -y Eisenhower pona
e~ta categora ,la excesiva capacidad misilstica, as como otros
ritos del Pentagono, como el aeroplano nuclear,. bombarderos tripulado~ :V: fuerzas terrestres expandidas- era gastar descuidadamente
los hm~tados recursos, con el resultado de que la nacin sera finalm~nte mca!'az de afrontar aquello que era realmente necesario. Tal
vez se habia hecho "un poco demasiado" en el rea misilstica despus del Sputnik, concedi Eisenhower en 1960, pero eso haba sido
"a causa de un temor casi histrico que prolifer en ciertos elementos de la n~cin'.': Las decisiones de esa magnitud "jams deben to~arse en s1tuac10n d~ temor . . . Lo importante . . . era permanecer
f1~les ~ nuestras propias creencias y convicciones".61 Eso fue lo que
htzo Etsenhower, ante gran oposicin -y hay pocas evidencias de
que, como resultado de ello, se resintiera la seguridad nacional.
fa::
IV
Una cuarta crtica de la administracin Eisenhower, realizada con
mayor frecuencia despus de que acabara su perodo que antes de
1961, fue.que en .su preocupacin por los pactos de seguridad la disuasin. Y los "bordes", haba descuidado los instrumentos de la diplomacia. ':n su trato con los adversarios. Por cierto, Eisenhower y Dulles hicieron grandes servicios verbales a la necesidad de negociar
con "el otro bando".62 Tampoco estuvieron inactivas las negociaciones durai;ite este p~rodo: despus de todo, se produjeron tres cume
bres Y cmco reuniones de primeros ministros involucrando a los
rusos,* una prolongada serie de charlas a menor nivel acerca de
contro~ ?e armas, acuerdos de cooperacin cultural, educacional y
tecnologica con la URSS, e, incluso, estrechos contactos con los co:munistas chinos, primero en la Conferencia de Ginebra sobre Corea
en 1954, Y sobre Indochina, y luego por medio de discusiones a nivel
diplomtico, que se llevaron a cabo de manera intermitente a partir
d~ 1955..Todo esto rep~esentaba, en general, un rango de actividad
diplomtica ms extensivo que el desarrollado por la administracin
Truman en todos sus aos de gobierno.
Sin embargo, durante gran parte de la administracin Eisenhower persisti el vago sentimiento de que estos contactos con el mun1
''
209
do comunista eran de algn modo poco naturales -espritu simbolizado por la fra negativa de Dulles cuando se le pidi que estrechara la mano de Chou En-lai en Ginebra de 1954, y por su consejo a
Eisenhower de que mantuviera una "expresin' austera" cuando se
lo fotografiara con Bulgarin y Kruschev en la cumbre del ao siguiente. Era, tal como escribiera ms tarde un observador agudo,
como si "el contaminante estigma del pecado ... atribuido a todos
los actos y gestos de la diplomacia pudiera, por contacto directo,
dar expresin a todas las espantosas ofensas de su tirana domstica y sus conquistas externas".63 Como resultado, se ha dicho, fa administracin Eisenhower se perdi oportunidades de encaminarse hacia
la dtente con la Unin Sovitica y China comunista -oportunidades
que no se repetiran hasta que otra administracin republicana se
estableciera en el gobierno a principios de la dcada de 1970.64
Sin acceso a fuentes soviticas y chinas es imposible verificar
esa afirmacin. Pero podemos evaluar las perspectivas de negociacin a la luz de los acontecimientos subsecuetes y del grado en el
que la administracin respondi a ellos. Tambin podemos evaluar
el relativo nfasis que Eisenhower y Dulles pusieron en la diplomacia comparada con otros - instrumentos de contencin --disuasin
nuclear, alianzas, guerra psicolgica y accin encubierta. Rpidamente se torna evidente que la administracin recurri con mayor frecuencia a la negociacin ms como medio de facilitar los otros enfoques de la contencin que como mtodo en s mismo destinado a
lograr ese objetivo. Como consecuencia existi, durante los aos de
Eisenhower, cierta capacidad de alinear las oportunidades de negociacin con el deseo de la administracin de participar en ellas.
En septiembre de 1953 John Foster Dulles envi a Eisenhower
un curioso memorandum sugiriendo la posibilidad de "un espectacular esfuerzo destinado a distender las tensiones mundiales a
partir de una base global", negociando un retiro mutuo de las fuerzas norteamericanas y soviticas de Europa, junto con un acuerdo
acerca de la limitacin de armas convencionales y nucleares. "Es
ste un momento propicio para ese movimiento, si es que ha de
hacerse alguna vez", alegaba, "porque estaremos hablando desde, u_na
posicin de fuerza, no de debilidad". El armisticio de Corea, el ex1~0
del golpe iran, la evidente voluntad de los franceses de actuar mas
vigorosamente en Indochina, la reciente victoria electoral de Konrad
Adenauer en Alemania Occidental, y el hecho de que los progresos
soviticos en armas nucleares no se haran sentir durante un tiempo, convertan el momento en propicio para la actua~in, as como
tambin el hecho de que el nuevo presupuesto de Eisenhower, con
sus dramticas reducciones de los gastos de defensa, no deba hacerse pblico hasta fines de ese mismo ao. "Estoy absolutamente
de acuerdo con que deben renovarse los esfuerzos destinados a disten-
210 1
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212 1 JOHN
LEWIS GADDIS
tes, i~staba a sus asesores a producir propuestas seguras pero constructivas en las charlas con los rusos acerca del desarme: "Necesitamos alguna propuesta especfica con el objeto de hacer avanzar la
lucha por el desarme". (marzo 1936); "El hecho de planear y llevar
a cabo pruebas extensivas (de armas nucleares) . . . mientras profesamos la voluntad de suspender las pruebas en un programa d
desarme ... puede permitir que nos acusen de mala fe" (agost~
1957); "En esta aterradora carrera armamentista debemos ... tener
un poco d~ esperanza . . . a largo plazo no hay otra cosa ms que
la guerra s1. abandonamos toda esperanza de solucin pacfica" (abril
1959); "Decimos que ellos son inflexibles y ellos dicen que nosotros
lo ~o~os : ...debemos ~uscar nuevos temas o posibilidades para negociar (Jumo 1959); Nuestros verdaderos esfuerzos deben tender
a lograr algn movimiento significativo en direccin al desarme"
(octubre 1959).72
Pero el real transcurso de las negociaciones entre 1955 y 1959
mostr una embarazosa serie de contradictorias posturas norteamericanas qUe parecan poner en cuestin precisamente esta sinceridad. As, cuando e~ mayo de 1955 los rusos aceptaron una vieja
demanda norteamencana y accedieron a la inspeccin limitada del
territorio sovitico como medio de verificacin del desarme Estados
U~idos, en vez de explorar esta oferta, la sustituy por e plan de
E!s~nhower de lo~ "cielos abiertos", plan cuyas ventajas propagand1sticas eran considerables, pero que, dada la naturaleza abierta de
l~ sociedad norteamericana, no poda considerarse como un enfoque
s1~ce~o. del problema. No obstante, en 1957 los rusos aceptaron el
prmc1p10 de control ereo sobre ciertas porciones de la URSS y
Eu~pa Oriental (a cambio de derechos recprocos sobre Europa
?cc1dental y la parte oeste de Estados Unidos), slo para que Washmgton reprendiera a su excesivamente ardiente negociador, Harold
Stassen, por haber discutido contrapropuestas con los rusos sin ha.her consultado a los britnicos. Como las negociaciones acerca del
desarme consiguieron muy poco, las discusiones se desplazaron ese
a.o ~acia la posibilidad de limitar las pruebas nucleares, con verificaciones llevadas a cabo por medio de comprobaciones atmosfricas Y medios ssmicos. Sin embargo, a fines de 1958 la administrar
cin retrocedi tambin en el caso de esta propuesta' al recibir evidencia cientfica de que las tcnicas ssmicas no eran' absolutamente
confiables para detectar pruebas nucleares subterrneas. Finalmente,
todo lo que produjeron estas extensas negociaciones fue una moratoria n.o sancionada de las pruebas nucleares, que poda concluir en
cualqmer momento.73
Estos magros resultados, por cierto, no e~n responsabilidad
exclusiva de Wshington. Las ofertas soviticas de inspeccin, area
o terrestre, nunca cubran ms que una pequea porcin del terri-
1 213
torio desde el cual poda lanzarse un: ataque sorpresa sobre Occidente. Tampoco Mosc estaba exenta de la posibilidad de :volverse
atrs tal como lo demostr al terminar abruptamente con las negociacines que siguieron a la exitosa prueba del _ICBM sov~~tico en
agosto de 1957, y tras la notablemente poco exitosa reumon cumbre de Pars en 1960. La desconfianza y las genuinas incertidumbres acerca de cules seran las verificaciones adecuadas se combinaron para que ninguna de ambas partes estuviera dispuesta a
asumir los riesgos que hubieran sido necesarios para lograr un acuerdo en ese momento. Pero tambin es justo decir que, como en el
caso de la cuestin alemana, la administracin Eisenhower acord
a las negociaciones de cdntrol de armas una prioridad menor. que a
otros componentes de su estrategia, tales como la conservacin de
un creble 9isuasor nuclear, la preservacin de la armona entre. los
aliados y Ja determinacin de ganar "puntos" a expensas de los rusos
en la arena de la guerra psicolgica. El compromiso personal del
presidente mantuvo con vida las negociaciones sobre control de armas,
pero nunca fue suficientemente vigoroso como para darle~ 1;1n st~tus
igual al que tenan las otras preocupaciones de la admimstrac1n.
La administracin tambin era inflexible en su negativa a involucrarse en negociaciones sustanciales con China comunista, a. pesar
de que el deseo de Pekn de lograr una "apertura" hacia Occidente
se tornaba cada vez ms obvio. Por cierto que no haba falta d~
oportunidades: a continuacin de la Confere1?cia de B~n~u?-g, de abnl
de 1955 los chinos empezaron a dar persistentes mdic10s de qu~
Taiwan 'no sera "liberada" por medios militares, y de que recibiran muy bien un intercambio de periodistas y el levantam!ento
del embargo comercial. Pero, ms all de acceder a conversac10nes
a nivel diplomtico en Ginebra ms tarde ese mismo.?~ ~stados
Unidos no hizo mayores esfuerzos para alentar estas m1c1ativas. Y,
en junio de 1957, Dulles efectivament~ les puso fin .con un~ firme
reafirmacin del apoyo que Estados Umdos daba a Ch1ang K~i:shek Y
con su oposicin a reconocer el rgimen de Pekn o a adnutirlo en
las Naciones Unidas.74
Desde entonces los historiadores han criticado esta instancia sobre la base de que elimin cualquier posibilidad de explotar las .te;isiones sino-soviticas.75 Sin embargo, ahora sabemos que la admimstracin reconoca plenamente el potencial de discordia existente entre Mosc y Pekn, que deliberadamente procur in~ensifi~ esos
antagonismos, y que su incondicional respaldo a Chiang. K:ai-she~,
fueran cuales fuesen sus ventajas domsticas. tena el ob1et1vo adicional de lograr precisamente esa exasperacin. Los e~tudi?s _del
NationaI Security Council realizados durante 1953 hab1an mdicado que Washington no poda esperar Iogra_r !"-vidir por s solo a
los dos gigantes comunistas; la conducta soVItica con respecto a los
2 J4
chinos sera el factor ms decisivo. Pero si ayudaba a los nacionalistas chinos, Estados Unidos poda, de manera indirecta, incrementar las dificultades con las que operaba el eje Mosc-Pekn. Haba
"unos 400.000 soldados de China comunista estacionados frente a
Formosa para prevenir una invasin", coment Dulles en diciembre
de 1953. "~sta fue otra de las medidas que aplicamos para cumplir
con la teora de causar tensin mxima haciendo que los comunistas
chinos demandaran ms a Mosc, agregando as otra tensin adicional a las relaciones entre China y Rusia".76
La declaracin de Dulles proporciona una explicacin adicional
del vnculo entre la administracin y Chiang Kai-shek: no era solamente una cuestin de rigidez ideolgica o de eficiencia poltica, era tambin un esfuerzo calculado para dividir una alianza hostil por medio del
agotamiento del miembro ms joven, forzndolo a hacer demandas que
su aliado ms importante no podra satisfacer. Es significativo que durante la primera crisis Quemoy-Matsu, Eisenhower expresara dudas de
que ls rusos cumplieran honorablemente sus obligaciones militares
con China en el caso de que ese pas entrara en guerra contra Estados
Unidos; Mosc, pensaba, se abstendra antes que respaldar a los chinos.n Y en la vspera de la segunda crisis, en 1958, el Departamento
de Estado dio un oblicuo indicio pblico de la estrategia de Dulles,
sugiriendo que el reconocimiento diplomtico, si se extenda, slo
lograra que los funcionarios de Pekn "se sintieran confirmados en
cuanto a la correccin de sus polticas y las ventajas producidas por
la estrecha cooperacin con Mosc". Presumiblemente, la persistencia del distanciamiento combinado con presiones ejercera el efecto
opuesto. Eisenhower lo crea claramente as: en noviembre de ese
ao se preguntaba en voz alta si "los soviticos no se estarn preocupando verdaderamente por China comunista como posible amenaza
para ellos en el futuro".78
Se puede argumentar, en un sentido estrecho, que el plan de
Dulles funcion casi tal como l lo haba esperado. Los expertos en
la divisin sino-sovitica han citado de hecho la reticencia de Mosc
a asistir a Pekn durante las dos crisis Matsu-Quemoy como la causa ms importante de la desilusin de los chinos con respecto a
los rusos.11>
Estas tensiones particulares -por supuesto hubo otras- no se
hubieran producido si Estados Unidos no hubiera respaldado tan
firmemente a Chiang Kai-shek. Dado el disgusto hacia Estados Unidos que an persista en China en ese momento, hay razones para
cuestionar si un intento de conciliacin con Pekn hubiera logrado
producir un cisma con Mosc con mayor rapidez que la estrategia de Dulles.
La dificultad del enfoque de Dulles era que no vea ms all del
objetivo inmediato de div~dir a los dos gigantes comunistas: dejaba
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1
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1 215
216 1 .JOHN
217
IZWIS GAJJlllS
expresara el presidente, era "tratar de que Kruschev se comprometiera a las negociaciones como principio fundamental de la conduccin de nuestras relaciones".112
La cumbre de Camp David en septiembre de 1959 no logr estar
a la altura de las esperanzas del presidente (aunque, por cierto, la
visita de Kruschev satisfizo sobradamente a aquellos reporteros en
busca de copias a color). Las nicas especificidades que surgieron
de ella fueron un acuerdo para Hevar a cabo una cumbre de cuatro
poderes en Pais durante la primavera siguiente, la aceptacin de
Eisenhower de una invitacin a visitar la Unin Sovitica, y un sealamiento de Kruschev que indicaba que no presionara sobre la
cuestin de Berln mientras esas reuniones no se hubieran llevado
a cabo. Pero las conversaciones de Camp bavid, junto con otros contactos diplomticos con los rusos iniciados durante los ltimos aos
de la administracin Eisenhower, ejercieron un importante efecto
que no fue inmediatamente obvio en ese momento: sirvieron para
legitimar la idea de que las negociaciones eran un medio apropiado para tratar con Mosc, y que podan ser emprendidas sin riesgo
para las alianzas o sin que se produjera una impresin de apaciguamiento. ~ste no era un legado de poca importancia para el sucesor
de Eisenhower, cuyas oportunidades de negociacin con los rusos
eran mayores, pero cuya base de sostn, tanto domstica como externa, era considerablemente ms precaria que lo que haba sido la
del popular "Ike".
Pero el incidente U-2 de mayo de 1960 y la cancelacin de la
cumbre de Pars que lo sucedi sugieren que al final de su perodo
Eisenhower no era ms proclive de lo que haba sido al principio a
dar prioridad a las negociaciones por encima de otros enfoques de
la contencin. El presidente saba que una inspeccin tan cerca de la
cumbre poda ser peligrosa -ms tarde reconoci que haba previsto las consecuencias de un fracaso, pero "no haba sentido que poda
oponerse a la opinin conjunta de todos sus asociados". Agreg que
"la accin emprendida probablemente fuera la correcta", y lo que
hubiera hecho de todas maneras. Luego, una vez que el avin
fue derribado, Kruschev ofreci a Eisenhower amplias oportunidades de negar responsabilidad por el vuelo, pero el presidente se neg,
ya fuera por razones de honestidad personal o por el deseo de no dar
pie a las acusaciones demcratas que sostenan que no controlaba su
propia administracin. Todo el asunto Ui-2 haba sido un "estpido ...
embrollo" que haba arruinado todos sus esfuerzos destinados a acabar con la Guerra Fra, coment amargamente ms tarde, ese misno se le dijo al lf<ler sovitfco, quien de todos modos acept con disgusto.
(Goodpaster notes, Conversacin de- Elsenhower con Dillon y Murphy, julio 22,
1959, ilrid, Box 71, "Statt Notes, julio 59 [2]").
.
la Guerra Fra haba sido verdadeverano.83 p ero, s1 termmar con
, para dudar de que as1, era-,
. "d d y no hay razon
.
.
ramente su pnon . a .d raciones para que lo d1stra1eran
la facilidad que dio a otras con~i ': nes no se ajustaba bien a ese
de la prosecucin de las negociac10
objetivo.
Jilo
V
finnaciones revisionistas, entonces,
Contrariamente a las actuales a
" enio" Logr su objetivo de
fu algo menos que un g
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d" de una
Eisenhower e
to pero solamente por ro.e io
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una mayor disuasin.~ menos cos 's nucleares en guerras limitadas,
voluntad laxa de utih~r las arm~e u era lo que estaba tratando
una innecesaria confusin acei;a
q imposibilidad de respetar sus
de disuadir en el Tercer Mun o, uI?-a. nes y debemos agregar, una
Captulo VII
Kennedy, Johnson y la respuesta flexible
.
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'l!'.
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220 1 JOHN
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LEWIS GADDIS
tras piscinas a observar los neumticos que rodean nuestras cinturas ... La consideracin clave no es que el Gran Objetivo sea exac.
tamentehacia
correcto,
vernos
l".J sino que lo tengamos y que empecemos a m0Un elemento de esta nueva identidad era proveer un enfoque ms
eficiente de Ia formulacin de la estrategia nacional. Kennedy crea
que el National Security Council, durante Eisenhower, se haba tornado confuso y desarticulado: gran parte del tiempo se le haba
pasado produciendo ttabajos polticos acerca de todos los temas
concebibles, hacindolos circular entre las burocracias apropiadas y
discutindolos despus extensamente en reuniones formales con el
presidente, de modo que toda la maquinaria se haba convertido ms
bien en un obstculo en vez de actuar como estmulo de una accin
coordinada, lo que era supuestamente su funcin. Las verdaderas
decisiones en asuntos crticos, seal correctamente Kennedy, haban
sido tomadas independientemente por Eisenhower y unos pocos asesores claves en la privacidad del Despacho Oval. El nuevo ejecutivo
resolva redudr el personal del NSC, degradar al NSC de su anterior
posicin de principal cuerpo encargado de tomar decisiones de seguridad, y confiar ms en el contacto directo con los departamentos
individuales o en fuerzas ad hoc destinados a dar recomendaciones
y asesoramiento. El nuevo sistema tal vez sacrificara un poco el
orden de los procedimientos, pero Kennedy pensaba que ese sacrificio
bien vala la pena si se pensaba en trminos de sensibilidad y
de flexibilidad.4
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I
La visin que tena John F. Kennedy del mundo en el que las instituciones norteamericanas podan sobrevivir y prosperar difera de
la de sus predecesores solamente en la mayor claridad y el mayor
candor con los que l la expresaba. "Los intereses de Estados Unidos
de Amrica", proclam dos meses antes de su muerte, "se cumplen
de la mejor manera por medio de la preservacin y la proteccin de
un mundo de diversidad en el que ningn poder ni combinacin
de poderes pueda amenazar la seguridad de Estados Unidos". Haba
sido el colapso del poder alemn y del poder japons a fines de la
Segunda Guerra Mundial lo que haba impelido a Estados Unidos
a la arena internacional; la idea desde entonces haba sido que "si
ni Rusia ni China pueden controlar Europa y Asia ... entonces nuestra seguridad est garantizada". Haba, entonces, "un nico tema central de la poltica exterior norteamericana . . . y es el de respaldar
la independencia de las naciones de modo que ningn bloque nico pueda ganar suficiente poder como para superarnos finalmente".B
A pesar de cierta oscuridad sintctica, sta fue la ms precisa
explicacin pblica de un presidente norteamericano acerca de lo
que todos los Ejecutivos de posguerra haban credo pero rara vez
expresado: que el inters norteamericano no consista en rehacer
el mundo, sino en equilibrar el poder dentro de l'; que el nacionalismo, mientras reflejara el principio de autodeterminacin, no planteaba ninguna amenaza para las instituciones norteamericanas; que
por lo tanto Estados Unidos poda adaptarse ms fcilmente a un
mundo diverso que sus adversarios ms autocrticos. Tal como George Kennan haba repetido en 1948, la meta deba ser el particularismo, no el universalismo. La famosa revisin que Kennedy hiciera de
Woodtow Wil'son -"si no podemos terminar ahora con nuestras diferencias, al menos podemos ayudar a que el mundo sea un lugar
seguro en la diversidad"- no reflejaba ninguna interpretacin nueva: era un mero y conspicuo reconocimiento pblico del presupuesto sobre el cual
su administracin, y las dos que la precedieron, haban operado.9
Pero Kennedy y sus asesores, al igual que John Foster Dulles y
los creadores del NSC-68, disentan con Kennan en la conviccin de
que el equilibrio de poder era frgil. El poder, crean, era tanto una
funcin de percepciones como de posicin o voluntad: los cambios
diminutos de su distribucin -o incluso la apariencia de esos cambios- podan ocasionar reacciones en cadena de pnico que acaso
sacudiran al mundo, con consecuencias potencialmente devastadoras.
"Si no se presta atencin a la periferia", adverta Dean Rusk, "Ja peri-
223
.
. .
o ue ocurre en la periferia se da en el cenferia cambia. y lo pnmer q l
r inevitablemente afecta lo que ocutro ... Lo ~~e suce~e e~ ~~o:~:na entonces la obligacin de. actuar,
rre en otro .10 Esta os m.
la escena mundial cambios que
de
impedir
q~e
~
pro~u1er::.den
or
medio de la concentracin de
pudieran restnngir l~ diversi
p
poder en manos hostiles. . ,
l manera de provocar un equiliEl gran problema consi.stia en a
t urar la estabilidad. podan
brio. Las acciones emprendidas ~a~adres ~nidos la apariencia de un
impedir la diversidad, dando a. s la os reamenes impopulares pero
onario que estimu ara cA
--e
gendarme reacc1
d las revoluciones loca1es
ideolgicamente confiables en contra e de restriccin en esos
teinevitabl~s. Al~emati~amen~e, u~v::~:~:s, propiciando que explotamas pod1a abn~dacadmmo. a t =s ;stados Unidos se frotaba preocuparan las oportum
es mien r
,
rt La nueva administracin
l
1
s y permanecia apa e.
damente as mano
h b cometido ambos errores: a
consideraba que su predecesora t a ~as intervenciones de Eisenhoobjecin no se plan!eaba en cuan :'os ases, sino en cuanto a su rewer en los asuntos m~emos lde otedio~ de hacerlo sin arriesgarse a
ticencia para proporc!ona~ os men cuanto al hecho de que, donde
una escalada o , la inaccin, l y t con el objeto de respaldar el
actuaba, lo babia hecho usua men e hacer era alinear ms los intestatus quo. Lo q~e Kennedyl espe:~:sos de cambio irreversible, disreses norteamen.canos .con o~ p . os de humillacin y de guerra
minuyendo al mismo tiempo os nesg
nuclear.
h ms all de los espordicos esLa nueva frontera fue mue o
.
l relaciones intemafuerzos de Dulles de identi:~ca_r e;o c::c~~~a~~t:~ue casi siempre lo
cionales -y el elevado sen im~e~ t con los intereses norteamericaacompaaba- como algo con~is e~e s de frica y Latinoamrica
nos. Los informes ~cerca de as
los elementos "progresistas"
acentuaban la necesidad de ~esp f larizar demasiado si revestan
de esas partes del mundo, sm par icu
. da las instituciones
formas inicialmente afines a la emp~sa pnv~a Guerra Fra. ~stas
democrticas o l~ posicin norteam~1can~~~k en un discurso temeran fuerzas fam1hares, argument
ean
prano:
ald:rU:
.
on una bsqueda de libertad
Para expresa;lo. ~implementede:eo del gobierno de la ley, y un
-nacional e mdividual- ui;i
social Si se las identifica as,
anhelo de progreso econ mico y clara. Son fuerzas afines, arrainuestra relacin con ellas se tor;:a
~onstruido nuestra propia
gadas en ideas sobre las qu~d em~ de nuestra propia lucha,
nacin, una lucha
que h~ s1 oe
s:res humanos de todas paraspiraciones
que compartimos
224 1 JOHN
LEWIS GADDIS
KENNEDY, JOHNSON Y LA RESPUESTA FLEXIBLE
cien o un b
mos os nesgos que implic . r
or a nuestros intereses si
aen vez de aceptar los . a inc m~rnos hacia grupos m
aceptaliares arraigados
lnesgos que implica aferrarnos .
s _modernos
e pasado" W
.
a amigos f
d e desarrollar el en
ra o
. ashmgton necesitaba la
~mimientras trataba f, PPt. rt y la comprensin "con el n
capa~1dad
e ec Ivamente con l
b"
uevo gobierno
Rostow no vea cont d' .
e go ierno actual" u
la . t
.,
ra icc10nes entv
t
.
.
m ervenc1on en los asunto . t
e es a evidente llamad
miso de la administrad
s Iln ernos de otros pases y el co a a
Est d
u
n con a autonom,
I
mproa os mdos estaria ms se
ia y a autodeterminacin
el que las naciones tuvieran ungur?,. argumentaba, en un mundo e~
nar su propio futuro esto n
.m~~mo de oportunidad de dete .
sitara que las socieda'des for~es1gmf1caba que Estados Unidos ni::Tampoco era necesario "
as se moldearan a su propia im
~c.epten los valores demoruet. todas las sociedades en todo moma:etn.
Imnte
.
icos como aspir . ,
n o
rrump1damente hacia su consecu . , " ac1on ni que se muevan
c1on . Pero
las
' d"d
'
. , ~er
r as importantes de te .
.
difcil para Estados Unidos l'a ~or!~s o de recursos hacen ms
deseba, ya que pueden generar el ~c1 n ?el entorno mundial que
pue los del mundo no com .
errot1smo en los gobiernos y
do ,
umsta 0 d
l
. .~est1cas (incrementando as'
,.
ar ugar a frustraciones
u~1c1e apresuradamente una I el nesgo de que Estados Unidos
b1n la conservacin de un e ';:~r~? Y pueden dificultar tamEste y el Oeste.
q
no de poder militar entre el
Sera difcil en
"
. '
una era de tecnolo ,
.
.
nas, . concebir la supervivencia de l gia '! comumcac1ones moderam:nc~a c?mo una isla solitaria
a soc1e~ad. democrtica norteto, el mteres norteamerica
en un totahtano mar". Por lo tan
ca y Latinoamrica se desa no I~s qu.e l~s sociedades de Eurasia Afri~
sistentes con nuestros
1! en s1gu1endo lneas ampliament,e conb.
prop10s concepto d r
go iem? basado en el consenf .
"~ e ~bertad individual y de
n~cesana, por. cierto pero se _im1ento. . La Intervencin poda ser
diversidad, no en co~tra de lrl1a una mtervencin en nombre de la
e a.
.
S1 era el interes
, norteamericano
l
. .
o, del. mismo modo, crean Kenned prop1c1ar el cambio pero guiarexpand1r los medios disponibl
y y. sus ~esores, era necesario
~el equilibrio de poder. Eise~o!:~ d1s~ad1r cambios indeseables
s!ado en la amenaza de utilizar las , cre1an, haba confiado demafin: su apego a_ la solvencia como . armas ~u~leares para lograr ese
no slo reflejaba una econo ,
I?1prescmd1ble para la seguridad
m1a anticuada, sino que tambin corra
225
226 1 JOHN
LEWIS GADDIS
sores econom1cos re h , l
'
mcremento impositivo destinad
f"
.
, c azo a Idea de un
l~ crisis de Berln; en 1962 ex ~i:ab ma~c1~r el gasto de defensa de
v1ts adquiridos a expensas del pcr .a pubhcamente que los supernecesariamente la inflacin pero e~~n;~ento, ~c.onmico no impedan
al estimular esa actividad ~al vez q
,s d:fic1ts .en los que incurra
correspondi al ms volubl
podnan 1mped1rla.19 Sin embargo
.
e sucesor de Kenned
l.
,
:;anc1as de esta lnea de pensamient
, .
y ~xp icar las impliSomos la nacin ms rica de l h. en. termmos mas comprensibles:
don Johnson en julio de 1964 ~'P:i~ona del m~do", proclam Lynsea necesario para que
t.
, mos permitirnos gastar lo que
nues ro pa1s y nuest
l"b
ros. Y eso es exactament l
ra I ertad sean segue o que haremos".20
Todas las administraciones de os
,
desproporcionada fuerza militar ~cogu_en::a hab1an supuesto que la
confera responsabilidades nicas yen nom1ca ?e . Estados Unidos le
de poder mundial. "Somos la clave l el .mantemm1ento del equilibrio .
to bsico de la fuerza de tod
l , a p1edr.a fundamental, el elemen1963,21 y es dudoso que cual ~ e r;;undo hbre", seal Kennedy en
do en desacuerdo con l p qu~era e sus .predecesores hubiera estamoldeado tanto la nat~ralero as percepciones de los medios haban
eza como el grado de e
.
tanto Truman antes de 1950 com E
h
se compromiso:
de gobierno haban supuesto ue o isen ower .d~rante su perodo
necesariamente el rango de 1 q
l'?s recursos hm1tados restringan
as acciones que Estados U "d
d'
emprender en defensa del equTb .
l
.
m os po ia
c~pcin que Kennedy tena de \~sn:. g .obal. ~ ms . expansiva pertica exterior ms activista tal
~1os abno cammo a una polaos antes. El nuevo presidentecomo e ~~C-68 lo haba hecho once
su discurso inaugural -"
are~~ tomo b~eralmente la retrica de
cualquier carga, enfrentar~~os cu:i c~alqu1er p_recio, soportaremos
cual'quier amigo nos opond
qmer penuna, respaldaremos a
l
.
,
remos a cualquier enero.
a s~p.~rv1vencia y el xito de la libertad"- .
1go para _asegurar
adv1rt10 que Estados Unidos
d'
, smo que repetidamente
fender a aqullos incapaces ~~ ~o f ia dactuar solo, ~ue no poda dee en erse a s mismos, y que no
227
II
Si la administracin Kennedy fue razonablemente clara acerca de
estos intereses, lo fue menos con respecto a las potenciales amenazas que stos padecan. Una de las mayores ambigdades del
perodo Eisenhower-Dulles -la tendencia a considerar el comunismo internacional como un implacable y eficiente monolito reconociendo al mismo tiempo sus fragilidades y vulnerabilidades- se
hizo ms notable durante el perodo de Kennedy. La propia inconsistencia de los rusos contribua an ms a la confusin: en ningn
momento de la Guerra Fra su conducta oscil tanto entre los extremos de la beligerancia y la conciliacin como durante los aos de la
administracin Kennedy. Adems, exista una creciente conviccin,
por parte de los funcionarios de la administracin, de que Estados
Unidos poda amenazarse a s mismo si se mostraba dbil e indeciso.
El resultado fue una percepcin del peligro pero tambin de la elusividad que dificult saber cmo o a qu responder.
La administracin Kennedy actu rpidamente, sobre la base
de nuevas tcnicas analticas, para bajar sus estimaciones de la amenaza sovitica en dos reas clave: misiles estratgicos y fuerzas convencionales en Europa. El acceso a inteligencia U-2 convenci al nuevo presidente y a sus asesores de que Eisenhower haba estado en lo
cierto al negar que hubiera existido una "brecha misilstica" de consideracin; la. frase haba ejercido "el til efecto taquigrfico de
llamar la atencin con respecto a ... nuestra postura militar bsica",
seal McGeorge Bundy en marzo de 1961, "pero nadie ha supuesto
nunca que un conteo de misiles era en s mismo una base suficiente
como para definir la seguridad nacional". En el otoo de ese ao,
las nuevas capacidades de satlites de reconocimiento haban confirmado que, incluso en estrictos trminos numricos, Estados Unidos estaba muy por.delante de la Unin Sovitica en todo lo referido a
ICBM operativos.* Tras aigunas cavilaciones, Kennedy autoriz al
Paul Nitze sefial en 1963 que "incluso antes de la filtracin de inteligencia, habla tres cosas que reducian notablemente la vulnerabilidad que podia
esperarse de nuestras fuerzas de represalia en caso de un ataque de las fuerzas
estratgicas soviticas estimadas -Y que reducan, por lo tanto, la significacin
de la llamada brecha. Primero, babia habido una modesta pero significativa re-
,,.!
:
KENNEDY, JOHNSON y LA
'1'
228
~A
FLl!:XIBLE 1
229
.
d
oder suficiente como para atemopsito producir un desJ?hegue e p tar una relajacin de las tensioriZar a Oceidente y obligarlo a .acep
los cada vez ms suspicaces
nes impresionando al ~ismo tI~~~oR~stow seis meses antes de la
cbi~os.is El riesgo, babia adver i l rusos "podan subestimar la
crisis misilstica cubana, ~~dqueda~: a ciertos intereses o reas, e
..-.partancia que Estados m os . . , de que Estados Unidos no
h
n s en la conv1ccion
. .
,
niciar por e11o accio e
, .
.
bargo la admm1strac10n
1
,, 26 p
su credito, sm em
,
,
to
responder .
ara
in de Kruschev era mas un ges
l(ennedy consider que la pr~vo~c te su respuesta firme pero resdesesperado que una guerra m~men , la eficiencia de su disuasor,
tringida, que reflejaba aut~on ianza e~aber convencido a Kruschev,
del que los soviticos carec1an,, p~ece l dtente por medios ms
despus de Cuba, de que deb1a uscar a
directos.
lear haban disminuido para
. os de una guerra nuc
d
re
Si bien los nesg
,
hecho los riesgos de formas e ag 1963 no obstante no lo habian
sores haban tomado con la
sin' ms limitadas .. Kenne~e k~1:c:: de enero de 1961, p~r el que
mayor seriedad el d~~urs;:.as de liberacin nacional": eso e:a, penofreca apoyo a las gue
.
aa comunista destmada ~
saban, la evidencia de una nu:i:~i:~:ios coloniales y otros movihacerse con el control de los
M do "Estamos enfrentados
.
n el Tercer un
. .,
mientas revolucmnanos e
l't
y audaz conspirac1on que
on
una
mono
i
rea
.
f ra
en todo el mun d o c
.
b" rtos para expandir su es e
.
.
t en medios encu ie
confa pnmaname~ e. ,
d
s tarde durante ese mismo an0, .
de influencia", advirt10 Kenne y m .
. Asia Africa y LatinoameLa lucha se haba desplazado de Europ~ a les ~ la guerra irregular,
leares y convenc10na
1 El
rica, de las armas nuc
.
ero no or ello era menos rea .
la insurreccin y la subversin, p
Jnados en sus casas l!n vez
hecho de que "los hombres ~ei:~ ~:,.c no alteraba la necesidad de
de baleados en los campos e a a.
todos eran exitosos en
t ticas pues si esos m
d
protegerlos d e esas .c
' d l Sur "las puertas se abriran e par
pases como Laos y Vietnam e
,
en par".27
.
ro orcion los presupuestos
Una vez ms, fue Rostow qmen p lomo miembro prominente
cin de la amenaza.
"
cenclaves de esta percep
.
d arrollists "Charles R1ver , con ,
de la escuela de economistas es la dcada de 1950, Rostow est~ba
tro en Harvard y en el MIT lenha entre el comunismo y el cap1taconvencido de que la futura uc
.
destinadas a demostrar
. , 1 f ma de competencias
t al
lismo revestina a or
. d olog. as tena con respec o
que cada una de esas
e Los comunistas cre1'an
la relevancia
M indo
proceso de desarrollo del Tercer u
.
.
oltica bajo control dictato. .,
que las tcnicas de centrallzacion p
econmico sovitico y
rial y la imagen proyectada de; r~:g~~:bres va~ilantes, enfrenchino comunista persuadirn
~
'
230 1 JOHN
l.EWIS GADDIS
KENNEDY, JOHNSON Y LA RESPUESTA FLEXIBLE 1
"
bles traumas
'
,
los mev1ta
bles a esta "enfermedad de last pais~s. ,en desarrollo fueran suscepti
e
l T
rans1c1on hacia la
d
.
.
.
mo ermzac1n". Si
s que e ercer Mundo no deba suc
las implicancias que eso plante , umb1r a estos males, con todas
poder mundial, entonces Estados~ -~on respecto al equilibrio de
dos" tendran que demostrar
ii os y otros pases "desarrolladucirse dentro de un encuad qdue e p:o~reso econmico poda prore emocratico "La
re en o a la estabiles a los intereses de Occi'denteec xvos eran fundamentalmente hostiEl problema de este enfoq~e
.
un equilibrio de poder responda e~a 61:1e .toda la idea de conservar
tracin de fuerzas hostiles 1
da o J~hvo de impedir la concen..
mente se eqmhbraban
entre s,os a. versanos frag men t a d os supuestapresiones externas Una de l i,_ smlique ~e planteara la necesidad de
despus de todo, haba sido asu~rnc. canc1as ~e vivir en la diversidad,
sos grados de enemistad en ~I
s~ados. Umdos poda tolerar diverconsolidara ni se coordinara cmu~ o mientras esa enemistad no se
.
esta. prem1sa
sena
, llegar al
1ismo
umversa
por la puerta t uestionar
.
rasera. en realidad Estados Unidos ne-
231
cesitara un mundo que se le asemejara con el objeto de estar seguro. Rostow nunca elabor esta contradiccin, que haca que Estados Unidos intentara contrabalancear a un monolito mtico. Su propia confusin en este aspecto afectaba y reflejaba a toda la administracin.
El gobierno de Kennedy fue en realidad menos proclive que el
de Eisenhower a percibir las amenazas al equilibrio de poder en trminos ideolgicos. Era demasiado fcil, dijo el presidente a la nacin en junio de 1961, "descartar como de inspiracin comunista
cada tumulto antigubernamental o antinorteamericano, cada derrocamiento o cada rgimen coritpto, o cada protesta masiva contra la
miseria y la desesperacin". Kruschev haba estado en lo cierto al
afirmar que "hay muchos desrdenes en el mundo, y que no se le
debera culpar por todos ellos". Tampoco todos los aliados norteamericanos eran modelos de democracia; el trmino "mundo libre",
excesivamente utilizado, seal privadamente Arthur Schlesinger Jr.,
inclua a Paraguay, Nicaragua y Espaa: "A quin estamos engaando?". Kennedy era ms tolerante con el neutralismo que Eisenhower
y Dulles, y estaba menos preocupado por la posibilidad de que el
nacionalismo no pudiera sostenerse ante las amenazas comunistas.
Incluso, estaba preparado para aceptar la idea de que los comunistas podan llegar ocasionalmente al poder por medios democrticos.
"Lo que nos resulta objetable, y una amenaza para la paz", dijo al
periodista sovitico Alexei Adzubhei, "es cuando un sistema es impuesto por un pequeo grupo militante por medio de la subversin,
la infiltracin y todo el resto".30
Lo que es ms, la administracin comparta la opinin de Rostow con respecto a que el cisma sino-sovitico era serio. A pesar de
las cautelosas declaraciones pblicas de Kennedy y otros funcionarios, y a pesar de cierta reticencia del Departamento de Estado, a
quien no le agradaba abandonar las familiares referencias al "bloque
sino-sovitico",31 las evidencias de crecientes diferencias existentes
entre Mosc y Pekn no dejaban de impresionar a los observadores
norteamericanos. Lewellyn Thompson, el embajador de Estados Uni.-
dos en la Unin Sovitica, ya en febrero de 1961-plante la posibilidad de que, dadas sus diferencias con los chinos, los rusos muy bien
podan haber llegado a advertir que "incluso un mundo completamente comunista les ocasionara enormes problemas". La CIA seal
en abril que la ideologa se haba convertido en una fuerza ms divisiva que unificadora dentro del mundo comunista; dos aos ms
tarde conclua que "la URSS y China son ahora dos poderes separados cuyos intereses chocan en casi todos los temas". ' El ao 1963
present seales, ms conspicuamente bajo la forma del Lmited
Nuclear Test Ban Treaty, de que Kruschev estaba dispuesto a incurrir en la ira de Pekn para lograr una dtente con Occidente; en
232 /
mg on como u
a
magmtud era mayor ue tod
na-amenaza en s misma cu a
tificado que se recu 9as las provocaciones que hubieran' . y
rnera a ella.
JUS.
Pero, curiosamente, esta alteracin d
.
..
.
naza no produ3 o cambios en 1
. e la percepc1on de la ameas percepcion 0 f" 1
. .
ses Indiferenciados Tant K
d
es icia es de los intere.
o
enne
y como J 0 h
en f oque del mundo de "
d
nson conservaron el
. .
Juego e suma ce "
h .
a. la adm1mstracin Eisenhower -la id ro que ab1a caracterizado
~is:as en todas partes representaba :a
que las victorias comuSe perfectamente bien" co
, n perdidas para Estados Unidos.
muerte, "que cada vez qu'e unmen.to .Kdennedy dos meses antes de su
pa1s ' m epe
es t e. d e nuestras fronte
, n d.ientemente de cun Ie3os
.d d
ras ... pasa detras de I C .
segun a de Estados Unid
ortma de Hierro la
en perigro ". J o h nson agreg el ao
que "rendirse en os
cu est
1 .
s1gmente
a qmer parte es una amenaza de derro-
1a:
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1 233
r::
234 1 JOHN
LEWis <lADDIS
KENNEDY, JOHNSON Y LA RESPUESTA FLEXIBLE
Kc::::ts
~f~:~;~~;~~~~~::~~~~~:t.~r?;:::
mnguna humilla . ,
~
nc1onana. Pero "no
ia repunto d
,
c1on evidente en Laos" J h
podemos aceptar
el si uieespues de su viaje al sudeste de.As~ nson expres el mismo
11
regitn e~\: ~: ~~-mayr la alternativa de ~~~~:a ~Icepre.sidente en
~=freso
III
nuest;:s
espa amos a
d'
Kennedy
expl1c,
,
c
.
o can idamente el
h~~~:d;~a poco despus de la crisis misfi~~~~ema ben una e?trevista
- , . que los rusos realmente d.
a cu ana. El nesgo no
s~nalo; s1 hubieran intentado em
ispararan misiles desde Cuba
p1as ?ases domsticas hubieran s pez:ir una guerra nuclear, sus ro~
~esphegue exitoso, revelado pbl~~;1do par~ ese. propsito. Peropun
l 1cament_e el equilibrio de poder E mente, hubiera cambiado polapanencias contribuyen a I~ s~~ ~? que hubiera parecido y
a amenaza: habindose com ro re~ I d ,38 ~sa, simplemente ~ra
de po~e: e~istente en el mun~o ~:~d~ a m?ntener la distrib~cin
ts
dy~~~~~c:n ~~d~aro~ei:nitir
de es:s
ser !? importantes com ~~rqu~ las J?ercepciones del poder ~z:an
?~~~1stracin, comprometid:o er m1s~o. Al igual que Rostow I~:
~1v;s1on ~xis!~nte entre sus adv~;~~a d1versid~d, consciente de' la
e a ~bhgac1on universal de mant os, se babia creado no obstan-
1 235
1
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KENNEDY, JOHNSON Y LA RESPUESTA FLEXIBLE
236
237
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'" McGeorge
advirti
a Ke
d P!13 despu~s de su asuncin que
los p~es
blicosBundy
existentes
daban
..
tratgicas sobre las de guerras limi
scu 1 e nfasIS 1) a las fuerzas es'golpear primero' 0 de 'contrafuerza~' 2~ la planificacin estratgica de
~e 'segundo golpe', y 3) a las decisin~'::uc~o..=1~
postura de 'disuasin' o
1
ornadas a la .luz de las circunstancias Estas t ~ opuestas a las decisiones
1J11a situacin en la que un coman~te
r~erzas combinadas han creado
su r
o, enfrentado con la sustancial accin militar rusa podra com
pr<;>pia iniciativa si no p~ede comuni:r con el hol~u_sto termonuclear por
qwera de ambos extremos de la lfn ,,e con usted (por rmposibilidad en cualnedy Papers, NSC File. Box 313 Fol~ 2 C:scundMy tmKennedy, en. 30, 1961, Ken.
'
00
'!' i
pUF.S"tA. u;xBLE
238
1 239
..
.,
e confrontar con los rusos en cualquier nibemos estar en s1tuac1on d
uesta militar adecuada".
vel de provocacin con una ~esp l solas no serviran de gran ayuda
Pero las fuerzas convenc10na ~s chev haba comprometido para
ara contrarrestar el apoyo q':1e lru~ Lo que haca falta, insista la
P "guerras de liberacin nac1ona esd.
ac1"dad de !!Uerra
de con0
l as
rementa a cap
d
administraci~n, era una me ro osicin de que la nica maner_a e
trainsurgencia, basada en la p p . mismas tcticas y en su mismo
combatir a la guerrilla e~a emp~:ar ~~s respuesta simtrica revisti la
terreno. Esta otra ~amf~stac10n ara "fuerzas especiales" versadas
forma de ~ntrenam1e~to ~1!-t~~s~lftica, social y econmica, as ~orno
en las tcmcas de la acc1on p
obligatorios de contramsur.
bT
rregulares cursos
, .d
en tcmcas e icas. I
. .
,
en el Servicio Exterior; y av1 as
gencia en los colegios _m1htares ,Y altos de la administracin acerca
discusiones. entre los circulos ma~o N u en Giap y el Che Guevara.
de los escntos de Mao ~se-tun~, 1 d. g~ica" conclua un informe
Deba ser una "estri;itegia nac1ona,
en ~uo de 1962: "Un prodecididamente entusiasta del dPentatgo a los ]comunistas sin recurrir
do a
'n destinado a erro arlear un programa destma
grama d e acc10
al azar o al terror ~~ la gue~r~i~~c u~ ya se haya producido y,
derrotar la subve~s10n ~ond d9q principio sta se arraigue.
ms importante aun, a impe ir que e; . tanto teraputica como
Dicho de otra manera, era una estra egia
t " 45
pro fl'
I ac ica .
or supuesto inconfundible en
. fl
de Rostow era, P
' .
un
La m uencia
1 desarrollo econmico, no como .
todo esto -su compr~miso con e, .smo sino como medio de esta~ "Chester Bowles con amefin tradicionalmente liberal en s1
bilzar el equilibrio de poder mun ia u . io' n de que el equilibrio
.
l 11
, n colega) su supos1c
.
tralladora", o aro~ u
i~cluso pequesimos desplazamientos
de poder era tan dehcado qu~, . ,
, ue las victorias para el comupodan perturbarlo; su conv1cc1on d~ q 1 comunismo todava estuvienismo en cualquier parte (a~n, cua:s;s e desplazamientos. Por cierto,
ra fragmentndose) pro?uc1nan . ,
todos los casos de levantaRostow no favoreca la mterve~c1on_ ~n "sta en que la responsabili.
l'd
d
or el comumsmo. ms1
m1entos
1 era os P
d'
las ""fuerzas ,local es " , es t1dad primordial en esos casos corred~: ~:~onalismo. Pero en el caso
muladas presuntamente P?r .su pr ~uando la insurreccin amenazara
de que ese estmulo no existiera, o
rado para actuar al nivel
w
h" gton deba estar prepa
1
con superar o, a~ I~
ados Unidos no puede aceptar una as1apropiado: "en pnnc1p10, Est
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comunidad libre sin posibilidades de resdpue.stas~ dependencia de las
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El deseo de 1a a d mm
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armas nucleares, sin. embar~o, ;: ~~!'u1~ariedad. "El poder nuclear
correlativa de reducir su num~ entan entre s", insista McNamara
y el poder no nuclear se comp em
1;;
;1\ (
240 j
litativa por parte de los rusos. Carl Kaysen, miembro del personal
de Bundy, estaba de acuerdo:
Son perfectamente capaces de una respuesta as. Actualmente,
la interpretacin mi sensata de su propio desarrollo misilstico
es que descansa ~obre el concepto de la disuasin finita. Y ello
es ciertamente ventajoso para nosotros. En el pasado, la Fuerza
Area ha identificado la seguridad nacional con un crecimiento
constante de fuerza estratgica de ataque, y esta posicin tiene
amplio respaldo popular. Ese enfoque est lleno de peligros; en
la medida en que las mejores evidencias indican que carece de
justificacin, es importante que nuestras planificaciones militares se alejen de l lo ms pronto posible.
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cia mente una t"
1as acusaciones demcratas
de "
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nido fundamentos. Las consider~;a rec a mi~zlfstica" no haban tepeaban un papel: er ms f' 1 i<;>nes burocratzc~s tambin desemlos servicios que haba obstaci 17vidtar la clase de Interferencia entre
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proporcionaba ms -opciones araye~ambien la confiabilidad; adems
q_ue fuera necesario. Pero el ~nci a uso ?e esas armas en caso de
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Incluyendo a las fuerzas nucleares ~9~\~ Creem?s que esta fuerza,
de la OTAN desplegadas en el co t' e
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estratgicamente importante co~si erada ~esde el lado sovitico, es
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en as acusaciones de disuasin y es-
...
1 241
f
1
Las revisiones de las estimaciones de la fuerza misilstica sovitica real no haban sido tomadas en cuenta al establecer las metas
estratgicas norteamericanas, record Kaysen a Kennedy: "Cualquier
error del lado de la generosidad tiene la indeseable consecuencia de
acelerar la carrera armamentista. En un mundo de misiles y cabezas
termonucleares, el hecho de tener ms armas no incrementa de manera simple la seguridad". Kennedy reconoci la validez del razonamiento, pero se equivoc al no respaldar la conclusin. "Esta competencia es un asunto mortal", dijo en una conferencia de prensa
de principiqs de 1962. "Y no me parece que a partir de ella se produzca demasiada seguridad. Pero, por cierto, se producira menos
seguridad si les permitiramos un gran adelanto y ventaja en un
rea como la de los ICBM".so
Por lo tanto, no hubo reducciones en el programa misilstico,
pero McNamara inici un ambicioso esfuerzo tendiente a lograr cie;1""ta medida de control sobre cmo podra lucharse una futura guerra
nuclear. Los acuerdos existentes proporcionaban poca o ninguna
ventaja en ese sentido: "En esencia", haba dicho Bundy a Kennedy
en el verano de 1961, "el plan actual requiere que disparemos de una
sola vez todo lo que tenemos para disparar, y est construido de
manera ae dificultar cualquier curso flexible". McNamara tena esperanzas de incrementar el rango de alternativas disponibles para el
presidente en caso de una guerra nuclear, minimizando al mismo
tiempo tanto el dao que esa guerra poda causar como su posibilidad de ocurrencia. Teniendo esto en mente, defendi inicialmente la
idea de tener como blancos las fuerzas enemigas, y no ciudades, como
medio de dar a los adversarios "el mayor incentivo posible para que
se refrenen de atacar a nuestras ciudades". En su momento, sin
embargo, McNamara lleg a considerar que disuadir un ataque era
ms importante que limitar los daos, en caso de que ese ataque se
produjera: eso pareca descartar los ataques "contraofensivas", ya que
' l:[:J
242
~ara que la disua.sin funcionara ambos bandos deban tener confianza en la ~ap~c1dad de sus fuerzas de .sobrevivir a un ataque sorpres.~ y seguir siendo capaces de represahas.51 Al final de la administ~c10n Ke~?edy, entonces, la peculiar ~gica de la "segura destrucc~on mut~a empeza.ba a eme~ger -:-la idea de que la propia poblacin podia estar me1or protegida s1 era vulnerable, siempre y cuando el otro bando se enfrentara con las mismas vulnerabilidades.
La preocupacin de la administracin por hallar alternativas al
uso ?e las armas nucleares parece haberla hecho afn con la sugerencia de Kennedy de 1949 acerca de que Estados Unidos adoptara
una poltica de "no primer uso". Y, sin duda, en su primer discurso
pblico sobre defensa, Kennedy pidi que "nuestras armas nunca
sean usadas para dar el primer golpe en cualquier ataque". El nfasis puesto en incrementar las fuerzas convencionales de la OTAN
pareca coherente con este enfoque, as como el esfuerzo destinado
a asegurar la supervivencia de las fuerzas estratgicas de la nacin
en contra de cualquier "primer golpe" sovitico. Sin embargo, la administracin nunca estuvo completamente dispuesta a abandonar la
opcin de anticiparse, en parte porque crea, a diferencia de Kennan,
que las armas nucleares podan convertirse en un instrumento racional de la poltica, en parte a causa del poder disuasor de esa postUtra. "Debemos tratar de hacer llegar un mensaje sutil a los comunistas", escribi Rostow en 1962. "Deseamos darles la seguridad de que
no tenemos intenciones de atacarlos primero si ellos no transgreden
la~ fronteras de la comunidad libre, pero de que s podemos atacar
pnmero en ciertas circunstancias si ellos lo hacen".
243
244
sera una. provocacin a _los rusos, sino que tambin podra perturbar
a los vecmos de Alemama al punto de romper la alianza de la OTAN
"No creemos en una serie de disuasores nacionales", seal Kenned
en mayo de 1962. "Creemos que el disuasor de la OTAN, con el q y
Estados Un~~os se ha comprometido tan gravemente, suministra~:
una proteccion muy adecuada".54
Otro
. enfoque hubiera
. sido el. de proporcionar armas y medios d e
l anzamiento norteamericanos, pero con .acuerdos de control conjunto. La administracin Eisenhower haba hecho precisamente eso en
1957 cuando instal IRBM en Berln, Italia y Turqua, con restricciones que regulaban el control norteamericano de las cabezas nucleares, pero que otorgaban a esos pases el derecho de vetar su utilizacin. Este movimiento haba sido ms bien realizado para compensar
?quello que se perciba como insuficiencia de los ICBM, y no como
mtento de reconciliar la seguridad con la soberana dentro de la
OTAN; para 1961, la superioridad de Washington en ICBM ya estaba firmemente establecida, los IRBM en Europa estaban bsoletos
y, al carecer de corazas endurecidas, resultaban cada vez ms vulnerables a un ataque sovitico. Silenciosamente, Kennedy los hizo retirar en 1963,* proponiendo una "fuerza nuclear multilateral" sustituta de alrededor de 25 naves de superficie equipadas con misiles
Polaris de 2.500 millas de alcance y tripuladas por equipos mixtos,
todas ellas bajo la autoridad del comandante supremo de la OTAN.
La idea era la de matar varios pjaros de un tiro: el MLF suministrara una segura base mvil para el disuasor europeo, alejada de las
reas pobladas; las tripulaciones mixtas impediran que Jas unidades se utilizaran para otros propsitos y, al hacer que el disparo de
los misiles fuera resultado del acuerdo entre todos los miembros
de la OTAN, esta opcin lograra dar a cada uno de ellos, fueran poderes nucleares o no nucleares, un claro sentimiento de participacin en su propia defensa.55 Pareca ser, a primera vista, la nica
manera de combinar la necesidad de la alianza de un comando unificado con el amour propre de los elementos que la constituan.
Pero el MLF nunca zarp. Ni los franceses ni los ingleses estaban
dispuestos a dejar de lado sus propios disuasores independientes
para unirse al plan; Francia se neg a participar de cualquier ma"
nera. Slo los alemanes occidentales, quienes vean en esto una oportunidad de lograr acceso a las armas nucleares, lo respaldaron, y ese
hecho por s mismo result suficiente para que todo el plap. pusiera
suspicaces a muchos otros. europeos. Los crticos sealaron acerta"' La presencia de misiles Jpiter en Turqua cobr estado pblico en
octubre de 1962, cuando Kruschev hizo que su retiro fuera una condicin P8!3
retirar los misiles soviticos de Cuba. En realidad, l{ennedy haba ordeiiadO
que se retiranl, los Jpiter de Turqua unos m.eseS antes, pero suspendi la
orden hasta que Kruschev retir sus propios misiles de Cuba; poco despUs
los misiles norteamericanos fueron retirados de Turqua.
245
ente cue el MLF no pona ninguna clase de restriccin al disuaam norte~mericano, pero que al mism tiempo daba a Washington
sorlibertad de vetar sus operaciones.
.
la
Y nad"ie pod'ia es t ar seguro d e
ue naves con tripulaciones mixtas y estructuras de mando basadas
qn Ja unanimidad de trece naciones diferentes fueran efectivas en
:pocas de crisis. El MLF siempre haba sido el "hijo inteliger;ite" de
"Atlanticistas" dentro de los departamentos de Estado o de De1
f~~sa; ni Kennedy ni Johnson estab:in lo suficientemente co~prome
tidos con la idea como para presionar a los eu~opeos retice~te~.
Cuando en 1965 se haba hecho evidente que las dificultades ,practicas eran sustanciales, y que el respaldo que los europeos podiai;t dar
66
al plan era forzado, Johnson permiti cal_la_damente que sucumb1e~a.
La OTAN deba, entonces, continuar viviendo cor~ sus a~om~h.as:
fuerzas nucleares nacionales, garantas norteamericanas mvenhcables pero indispensables, la irona de una independencia que demandaba dependencia con el objeto de ser segura.
La administracin Kennedy vea sus compromisos de alianza fuera de la OTAN de manera de algn modo diferente que su predecesora. Escptica con respecto a la estrategia de Dulles de forma:
alianzas para disuasin as como para propsitos blicos, est~ ~dmi
nistracin tendi a diferenciar lo que Rostow llamaba el nucleo
duro" -los pases "desarrollados" de Europa Occidental, Canad,
Japn, Australia y Nueva Zelanda- de sus partes "ms blanda~"
situadas a lo largo de la periferia de Asia, desde Corea ~asta Ir~n.
Estas ltimas alianzas, seal Rostow en 1962, "no habian func10nado demasiado bien": ni SEATO ni CENTO podan igualar las fuerzas a las que se enfrentaban, por lo que exista la tende~cia de r~que
rir el apoyo de Estados Unidos, incluso en el caso de msurrecc10.nes
locales. Por cierto que Washington no poda abandonar estas aha~
zas, independientemente del hecho de que hubiera sido o no hbil
al concertarlas. Pero deba procurar "promover otros vnculos, sobre
una base ms amplia y menos orientados a la defensa", trabajando
al mismo tiempo "para reorientar los esfuerzos militares de I_os participantes asiticos que tiendan a enfrentar a los coups de mam Y las
operaciones de guerrilla sustentadas por los comunistas".57
En la propuesta de este cam~i? de nfasis prim~~~ la conci~n
cia de que los instrumentos no rmhtares de fa contenc1on se. ~abian
tornado al menos tan importantes como sus contrapartes militares:
el hecho_ de utilizar estos instrumentos se convirti en el cuart_o elemento de importancia de la estrategia de Kennedy. Era esencial en
ella la idea de Rostow de "inmunizar" a los pases del Tercer Mundo
contra la "enfermedad" del comunismo. Ello significaba la aceptacin de la inevitabilidad, incluso de la deseabilidad, del cambio, pero
tambin la necesidad de guiarlo en direcciones que no fueran comunistas. Se crea que era posible, pero no por medio de una oposicin
246
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247
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de esa rea y de su voluntad de
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as en particular con respecto a la poseeroprender r7formas ;: ::~ru~tura impositiva. La suposicin,. s~gn
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l tanto debe procurar pro ucir
zante situacin reaccionaria. or o
~acin social sin permitir
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.
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lt ar las estructuras m
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forneas para permitirles asi t
.
soluciones comucambio revolucionario sin tener que recurrir a
nistas.
, .
binado con reformas sociales y poEl desarrollo economico, com
, . l dinero norteamerica,
ltado 0 eso se creia, e
lticas, lograna ese resu
.'
l fuerza del ejemplo norteameno, la tecnolo~a no~eame~~a:~~J
objetivo sera un mundo de
ricano proporcionanan el
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o de ellos tuviera un poder
diversos Estados s~beranosd, do~ edmlnagus nn aciones es un impedimento
:1
248 1
249
t964, por ejemplo, haba totaliza~o los 67 billon~s. Y como el producto bruto interno se incremento en un 4 por ciento anual du~nte
t
perodo el porcentaje de l dedicado a defensa en reahdad
~~C:y Iiger~mente desde el 9,1 por ciento del ao fiscal de 1961,
hasta el 8,5 por ciento durante el ao fiscal de 1964.66 Lo que resulta claro es que el PPBS y las tcnicas asociadas a _l . reflejaban la
confianza que la administracin tena en su p~pia hab~hda~ para manejar el establishment de defensa ~!n recu~ir a arb1tr~n~~ t~chos
presupuestarios. Sin embar~o, tamb1en r~fle1ab?n la con~1ccion 1gu~
mente fuerte de que la misma economia nacional pod1a ser mampulada con el objeto de proporcionar los recursos necesarios para
mantener ese establishment al nivel que Washington considerara deseable, sea ste cual fuere.
Desde el principio, la administracin Kennedy haba considerado que era esencial un alto porcentaje de crecimiento econmico si
es que la nacin deseaba mantener su posicin internacional. Esa
tasa de crecimiento proporcionara los medios necesarios para atribuir a defensa recursos ms crecidos sin bajar el alto estndar de
vida que converta a Estados Unidos en un modelo para gran parte
del mundo y que, a su vez, haca qu las responsabilidades mundiales resultaran tolerables para el pblico norteamericano. Tambin
permitira a Estados Unidos absorber las exportaciones industriales y de materias primas procedentes de otros pases amigos, sosteniendo as su salubridad econmica sin debilitar el valor del dlar.67
El fracaso de Eisenhower con respecto al mantenimiento de una
alta tasa de crecimiento, argumentaban los asesores de Kennedy,
haba producido tres recesiones durante su perodo ?~ gobierno, la
mayora de las restricciones impuestas_ a los gastos mili.ta.res d"?:ante
esos aos y, para el momento en el que la nueva admm1st~a~ion se
hizo cargo, un serio problema de la balanza de pagos. La d1f1~ultad,
sugeran, haba radicado en una economa anticuada: la negativa de
Eisenhower a aplicar tcnicas keynesianas para hacer que la economa produjera la importantsima tasa alt~ de crecimiento.68
Walter Heller, coordinador del Council of Economic Adviser, logr en 1962 convencer a . Kennedy de que los persistentes ~sfue:-zo~
de Eisenhower destinados a equilibrar el presupuesto habian s1gmficado en realidad "una extraccin fiscal" para la economa, con alto~
impuestos que asfixiaban el poder de compra, I~mitaban el crecimiento y producan recesiones recurrentes. El mejor enfoque, su~e
ra Heller, sera hacer que la expansin, no la solvencia, se convirtiera en preocupacin prioritaria: si la p~mera recurr~, la. segunda
se producira por s misma. La prescripc1on de Heller imphcaba un
deliberado desequilibrio del presupuesto bajo la forma de una reduccin impositiva destinada a estimular la economa, generando as
a su vez los ingresos necesarios para producir un superavit mode-
250
FLEXIBLE
1 251
por me io .,.e
tres norteamencanas, 0
tenue acuerdo con los rusos
'bl"d
d
de
un uitndole as de la arena d e
favoreci la pos1 i i a
. .buscar
.
s
para neutralizar a ese pnm;ti~o pa n'e! similar en Berln, Kennedy
las crisis de la Guerra Fra.
e roa d
procedentes de Dean Acherepudi los consejos de usar mb? urapostura de negociacin flexi.
.
. do en cam io una
son y otros, pref inen
occidentales pero que a'l mismo
ble que no traicionaba los derech?s , d K'"'schev de estabilizar
,
, t mente el mteres e ....
tiempo reconocia taci a
. O . tal 73 y en cuanto a las armas
su vacilante posici~n. en ~~mamanuy;nsus. pr~pias pruebas en 1962
nucleares, la adm1mstrac1on rea l
d demora mientras simul'l tas una proonga a
'
..
.
con reticencia Y so 0 r M
,
llegar al acuerdo de elbmmar
tneamente presionaba a
oscu para
esas pruebas en el futuro.74
1 negociaciones se hizo ms
El compromiso de Kennedy .cJ?, asla crisis misilstica cubana,
, ca que sigma a
, .
h
citado paradjicamente, para
evidente durante l a epa
acontecimiento q':1e lo.s cntic_~~ ~os inst~mentos de la diplomademostrar su reticencia a utI izar
?e
u:
252
i'
1
para sacar los misiles de CUba. "Tenemos la ventaja estratgica de nuestras capacidades blicas generales; tenemos las ventajas tcticas de la rectitud moral.
la audacia, la fuerza, la iniciativa y el control de esta situacin", escribi Max
well Taylor a McNamara el 26 de octubre de 1962. "No es momento de atemorizarse". <Kennedy Papers, NSC Files, Box 36, "CUba-C.eneral").
.
*" Rostow tena reservas acerca de lograr un acuerdo de prohibicin de
pruebas con los rusos mientras stos no hubieran accedido a retirar sus tropas
de CUba y a hacer honor al acuerdo de Ginebra de 1962 acerca de Laos. Kennedy rechaz esta temprana estrategia de "vinculacin", y condujo las conversaciones. S?bre la prohibiCin de pruebas sin establecer prerrequisitos de conducta
sovitica en otros temas. <Rostow Mem.orandum julio 5 1963 Kennedy Papers,
NSC Files, Box" 265, "ACDA-Disarmement ~ Trip II"). Para un intento
anterior de Rostow de "vincular" las negociaciones con la restriccin sovitica
en cuanto a envos de armas, ver Rostow a Bundy enero 21 1961 ;bd Box 176,
"URSS-General".
'
'
' .,
253
"1s
obligaciones de un tratado que responde a sus, prop10s mtereses .
Sin embargo, para negociar hacen falta do~, y solo cu.ando K:uschev
lleg a ver las ventajas de ese procedimiento se hizo factible un
limitado avance en di.reccin a la d~te~te., .
,
La China comumsta no mostro mngun mteres comparable en
las negociaciones durante los aos de Kennedy, ni tamp~co es claro
que Estados Unidos hubiera respondido de haberse mamfestado. El
mismo Kennedy no tena paciencia con la ficcin de que Taiwan
representaba a toda China, pero no estaba dispuesto a asumir las incomodidades polticas domsticas que hubiera involucrado un cambio del reconocimiento diplomtico, ni tampoco a permitir la admisin de Pekn en las Naciones Unidas. Adems, dentro de la administracin exista la opinin de que el cisma sino-sovitico poda perpetuarse de la mejor manera si se buscaba la dtente c~n los rusos
y se mantena, a1 mismo tiempo, la presin sobre los chmos. Rostow
resumi la argumentacin en su documento BSNP:
Aunque Estados Unidos puede hacer poco para promover ese
cisma, al menos debemos evitar las medidas que podran resolverlo; as, no debemos favorecer el punto de vista de Kr11schev
tan abiertamente como para que a l mismo le resulte dificil justificarlo dentro del terreno comunista. Ms importante an, no
debemos hacer parecer que la preferencia de Kruschev por la
negociacin y los acuerdos pacficos por encima de la lucha es
vana, cuando, por cierto, Kruschev acta en trminos de esa
preferencia. Y debemos dejar en Claro que el enfoque contrario
de Jos chinos, si se lo pone a prueba, puede conducir a un rpido
desastre.
No habra, agregaba Rostow, ningn impedimento grave para
mejorar las relaciones con la China comunista cuando ese ~stado
estuviera dispuesto "a modificar su postura y conducta agresivas Y
a reconocer de facto la existencia de un Taiwan independiente".
y por cierto a fines de 1963 Kennedy au~oriz a su sec_retario
asistente de Estado en Asuntos del Lejano Onente, Roger Hilsman,
a preparar un discurso importante sobre China, ~ludiendo .l da en
que "el rgimen chino comunista abandone por fi':1 su~ od~?s enc~r
nizados . . . y . . . vuelva a aceptar un mundo de diversi~a.d . El discurso se hizo ms con la idea de demostrar la razonab1hdad norteamericana ante la intransigencia china que a partir de un deseo
inmediato de cambiar la poltica; no se esperaba ningn gesto recprocamente conciliatorio por parte de Pekn.
El desempeo de Kennedy en sus negociaciones con el nico
'
/
: 1
'/!
254 1 .JOHN
LEWIS GADDIS
1
"n acord con F1del
d o. La a d min1strac1
Castro la liberacin de ca
Pns10neros
toma d os en el desembarco de Baha de Cochinos a camb
.
,
1
d"
d e eqmpos
agnco as y m icos; durante 1963, hubo signos por amb 10
partes del deseo de discutir otros temas. Por cierto, Kennedy no ob:is
.. ,
b
, .
Jetab a la revo luc1on
cu ana en s1 misma: varias veces seal qu
l
riesgo de control sovitico era la primordial causa de preocupac~~
Lo nico que separaba a Estados Unidos de Cuba, declar en un dis~
cu~s~ ~?atro das antes de su muerte, era el intento de convertir a
la is.la en un arma: en un esfuerzo ?ic!ado por poderes externos y
destinado a subvertir a las otras repubhcas americanas ... En tanto
esto ocurra, nada es posible. Sin ello, todo es posible". En el mo.
mento de su muerte, Kennedy tena en marcha al menos dos contac!os secretos para explorar las oportunidades de mejorar sus relaciones con Castro. Pero tambin la CIA estaba organizando secretamente, en ese momento, planes para sabotear la economa cubana
Ile.var a ~abo incursione.s a 1o largo de la costa y repetidos y poc
exitosos mtentos de asesmar a Castro.80 Cunto de todo esto era conocido y autorizado por Kennedy an no est claro; lo que resulta obvio,
no ?~s.tante, es que esos ejercicios sirvieron para socavar cualquier
pos1b1hdad de normalizar las relaciones.
Pero fueran cuales fuesen las frustraciones de los intentos de
tratar con Cuba despus de la crisis misilstica, la administracin
consideraba su manejo de la cuestin como una demostracin textua1 de la "respuesta flexible" en accin y, por lo tanto, como un
modelo que deba seguirse en otros casos. Un memorandum del National Security Action de febrero de 1963 enfatizaba la probable neces~da~ futura de ser capaces de emplear esta "controlada y graduada
~phcac1n de poder poltico, militar y diplomtico integrado". Eso
involucrara tambin la capacidad de "inc-ementar gradualmente las
presiones generales ejercidas sobre el oponente", "controlar la naturaleza y la velocidad de la escalada", y concertar "las acciones econmicas, diplomticas, psicolgicas y militares . . . con el objeto de
que ejerzan un efecto combinado sobre nuestro avance hacia la consecucin de nuestro objetivo captal".1 1 Pero, tal como lo haba demostrado la crisis misilstica, nada de esto trascenda la capacidad
de una estrategia de "respuesta flexible", ahora convalidada, pareca,
por la dura prueba de la experiencia prctica.
IV
Al presentar.. al pblico la estrategia de la "respuesta flexible", Kennedy y sus asesores estaban constantemente indecisos entre sus deseos de instar y sus deseos de educar. Exista, por una parte, la con-
1 255
viccin de que Eisenhower no haba hecho que la nacin fuera consciente de las amenazas a las que se enfrentaba; por lo que la nueva
administracin, por lo tanto, tena la obligacin de despertar al pas
-por medio de un shock, de ser necesario- para que abandonara
su complacencia. Por otra parte, exista un sentimiento de obligacin
similar de persuadir al pblico de que deba adquirir un enfoque
ms calmo y racional de la Guerra Fra, abandonando las caractersticas apasionadas y reduccionistas tpicas de los primeros aos del
conflicto. Estos impulsos contradictorios colorearon la explicacin
pblica que Kennedy dio de su estrategia durante todo el perodo
de gobierno.
Sin duda, Kennedy no hizo ningn esfuerzo por minimizar los
peligros que el pas deba enfrentar. "Si Io que esperan es hallar 'un
peligro claro y actual'", dijo a un grupo de editores de peridicos
poco despus del incidente de Baha de Cochinos, "entonces lo nico
que puedo decir es que el peligro jams ha estado ms claro y que
su presencia jams ha sido ms inminente".
Le gustaba utilizar una exhortacin aplicada por George Wlliam
Curts un siglo antes, en la poca de Kansas-Nebraska Act:
Hubirais considerado amigo de la antigua Grecia a aqul que
con toda calma discuti la teora del patriotismo ese clido
da de verano en cuyas desesperanzadas e inmortales horas Lenidas y los trescientos combatieron por la libertad en las Termpilas? Acaso John Milton deba dedicarse a conjugar verbos
griegos en su biblioteca cuando la libertad de los ingleses estaba
en peligro?
Era obligacin del hombre educado, insista Kennedy, "dar su
sentido objetivo, su sentido de la libertad, en virtud de la conservacin de nuestra sociedad en un momento crtico". No se produjo
ningn intento de suavizar las diferencias con Kruschev luego de la
cumbre de Viena en junio de 1961: "Tenemos enfoques absolutamente diferentes acerca del bien y el mal, de lo que es un asunto
interno y de lo que es la agresin y, sobre todo ... acerca del lugar
que ocupa el mundo y hacia dnde se est encaminando". Kennedy
tampoco trat de disfrazar la amenaza ltima en el momento de peligro extremo, en octubre de 1962: "Ni prematura ni innecesariamente nos arriesgaremos a una guerra nuclear mundial en la que, incluso, los frutos de la victoria seran como ceniza en nuestra boca,
pero tampoco rehuiremos ese riesgo en cualquier momento en que
debamos enfrentarlo".82
Exista tambin una gran preocupacin por demostrar resolucin y determinacin -tal vez una caracterstica comprensible en
una administracin que tema la humillacin por encima de todas
~l'
H
,. i! '
256 1
Ya . en
inarzo
257
El macartismo no estaba desvinculado del hecho de que nos hallbamos literalmente en guerra contra la Unin Sovitica en
Corea. Tanto nuestra historia como el gran xito de nuestra sociedad en trminos polticos y econmicos hace que para nosotros sea apropiado ser mucho ms conservadores que otras sociedades con respecto a la posibilidad de alejarnos de los simples conceptos lockeanos de propiedad y libertad . . . Una postura altamente militarizada en el exterior nos hace cada vez ms
intolerantes de estas diferencias, y produce un consecuente incremento del peso poltico de esos elementos radicales de derecha que ven en esa diferencia una amenaza para el estilo de vida
norteamericano.
Otro problema era la absoluta inadecuacin del pensamiento
simplista de la Guerra Fra a la comp'Iejidad de los asuntos internacionales. "Es una peligrosa ilusin", advirti Kennedy con algo que
puede haber sido un indirecto golpe a Dulles, "creer que las polf.
ticas de Estados Unidos, extendindose como lo hacen en todo el
mundo, en situaciones variables y diversas, pueden ser abarcadas en
un nico slogan o adjetivo, duro, suave o cualquier otro". Ese pensamiento tambin contribuy a la creacin de estereotipos en ambos
lados que dificultaron la adaptacin a los cambios. "Los pases cambian. Las situaciones cambian. Y debemos ser suficientemente realistas como para ver dnde estriba el verdadero peligro".85
Durante el ltimo ao de su vida, Kennedy hizo un verdadero
esfuerzo por franquear el abismo que se extenda entre la percepcin
popular de la Guerra Fra, considerada como una lucha entre el bien
y el mal, y 'las complejidades del mundo real. "No estamos abocados
a un debate ni procuramos ganar puntos en l", record a su audiencia de la American University en junio de 1963, "no estamos aqu para
distribuir las culpas ni para sealar con el dedo admonitorio ... Ningn gobierno o sistema social es tan malo como para creer que su
pueblo carece de virtud":
La paz mundial, como la paz de la comunidad, no requiere que
cada uno de los hombres ame a su vecino -slo requiere que
vivan juntos en mutua tolerancia, sometiendo sus disputas a un
arreglo pacfico y justo. Y 'la historia nos ensea que las enemistades entre naciones, al igual que las enemistades entre individuos, no duran eternamente.
Tanto Mosc como Washington tenan inters en eludir "esas
confrontaciones que obligan al adversario a optar entre una retirada
humillante y una guerra nuclear": eso "slo manifestara la ruina de
nuestra poltica, o un deseo de muerte colectivo por parte del mun-
258
1 259
r:i
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Captulo VIII
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Con el objeto de discutir la implementacin de la "respuesta flexible", es necesario hacer una eleccin. Es posible examinar panormicamente una serie de acontecimientos en donde Ja estrategia se
manifest: la Baha de Cochinos, Laos, Berln, la crisis. misilstica
cubana, la Repblica Dominicana. O podemos concentrarnos detalladamente en el acontecimiento que, a causa de su duracin, su
poder divisivb, y su costo, ensombreci a todos los otros: la guerra
de Vietnam. Hay dos buenas razones para elegir el segundo enfoque.
Primero, la poltica norteamericana en el sudeste de Asia reflejaba,
microcsmicamente, virtualmente todos los elementos de' la "respuesta flexible" tal como se los aplicara en la prctica. Segundo,
Kennedy, Johnson y sus asesores consideraban a Vietnam como excelente prueba de esa estrategia: haba sido la incapacidad de Eisenhower de ocuparse de problemas comparables la que haba producido, en primer lugar, la crtica de la "respuesta flexible"; si no se
poda lograr que esa estrategia funcionara en Vietnam, existiran
entonces serios argumentos que podran cuestionar su aplicabilidad
en otras partes. Los lderes norteamericanos se dispusieron a pasar
esta prueba plenamente conscientes de sus potenciales dificultades,
pero al mismo tiempo plenamente cqnfiados en su capacidad de superarlas por medio de una estrategia destinada a enfrentar precisamente esa clase de situaciones.
Decir que su confianza estaba puesta en el sitio equivocado es
decir poco: rara vez los logros han acabado. por ser tan diferentes
de los objetivos propuestos. La guerra no salv a Vietnam del Sur,
no disuadi futuras agresiones, nQ increment la credibilidad de los
otros compromisos asumidos por Estados Unidos en el resto del mundo, no impidi el estallido de recriminaciones domsticas. Es demasiado sencillo inculpar por estas disparidades a las deficiencias de
la estructura decisoria de la seguridad n~cional de posguerra, por
sustanciales que hayan sido esas deficiencias. No haba existido, como
hemos visto, ningn enfoque nico o consistente. de la contencin;
condenar todas las manifestaciones de esa estrategia es pensar con
simpleza. Tampoco es til atribuir el fracaso en Vietnam al cambio
261
~''/
262 1 JOHN
LEWIS GADDIS
I
A los funcionarios de las administraciones
les agradaba repetir que sus polt" .
~.e Kennedy y de Johnson
con la direccin general tornada ~c;15 en ,1~tnam er:m consistentes
cana a partir de 1947
fl' p
la pobtica extenor norteameri,
ese con icto sosten'
d e una larga serie de medidas
d
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ian, no era mas que otra
sin no redituaba. "El d
fa opta as para demostrar que la agrede Asia", argumentaba Jo~~o~ ~ue enfr~ntarnos hoy en el sudeste
frentado con valor y con fue , esGel ~1smo desafo que hemos enrza en recia y Turq ,
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eorea, en el Lbano y en Cuba"
La "
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lo largo de los aos un d
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recordara, haba acentuado las d' t" .
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dios disponibles las adm1' . t ~e respuestas factibles segn los me,
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equilibrio global aplicando ~ enna~ a. ~a procurado mantener el
nmico, militar 'y psicolgicona c~m mac1on de poder poltico, ecocionadas; para 1965 Johns
en trbeas cl~ves cui?adosamente selec,
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1 263
264 1 JOHN
l.EWIS GADllIS
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funcionarios de Wa~ Ia pn~duc1r consecuencias tan d ,n .Pa1s
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ng1da .centralmente, o ni si ui~ na qu: la amenaza estuviera di~omumstas de otras partes. P~r r_a coordmada con las actividades
~ guerra se haban hecho frecuec1erto, durante la primera parte de
~1.c'? para lograr la "dominacin ::~~~-r~~~rencias al plan sino-sovi1c~~r?n menos comunes a medid
ia ' pero estas referencias se
sov1et1co se tornaron irrefutables iue las ev_idencias del cisma sinoces a la contencin de China er. ~s estudios se dedicaron entande 1965, la preocupacin dor:ii~an~e s~I~ brevemente; para principios
' a como lo expresara el subsed
265
cretario de Defensa John McNaughton, era simplemente la de "evitar una humillante derrota norteamericana (en cuanto a nuestra reputacin como garantes)".4 El comunismo, entonces, no necesitaba
plantear una amenaza coordinada contra el equilibrio de poder mundial, pero como las victorias comunistas a expensas de Estados Unidos, incluso descoordinadas, podan resultar en la humillacin, el
desafo a la estabilidad global era igualmente real. La nica diferencia, ahora, era que el temor de Washington a la retirada vinculaba
esas amenazas, no el control y la disciplina interna del comunismo
internacional.
Tampoco el compromiso norteamericano necesitaba ser prudente. Dentro de la administracin Kennedy exista el definido sentimiento de que Eisenhower haba-sobreexigido a Estados_ Unidos en
el sudeste de Asia: Rostow, como se ha visto, hubiera preferido una
alianza menos formal basada en los puntos fuertes costeros; 5 Robert
Komer, uno de sus asistentes, describi privadamente al SEATO en
1961 como una "rueda de molino" aplicada a inexistentes peligros
de agresin directa. De todos modos, Rostow escribi a Kennedy ese
mismo ao: "Por cierto estamos atrapados en Vietnam, por cierto
que cumpliremos nuestro ... compromiso del SEATO". El problema,
simplemente, era que en cada etapa los riesgos del descompromiso
parecan superar los costos implcitos en la persistencia. "Las razones por las que fuimos a Vietnam . . . son ahora en gran parte acadmicas", escribi McNaughton en 1966. "En cada punto de decisin
hemos apostado; en cada punto, para evitar daos a nuestra efectividad e incumplimiento de .nuestro compromiso, hemos aumentado
la apuesta. No hemos dejado de cumplir, y la apuesta (y el compromiso) es ahora muy alta" .6
En todo esto haba una tendencia claramente autovigorizante.
Cuanto ms la administracin defenda sus polticas en Vietnam en
trminos de salvaguardar la credibilidad, tanto ms la credibilidad
norteamericana pareca depender del xito de esas polticas. "Dejar
Vietnam librado a su destino perturbara . . . la confianza . . . en el
valor del compromiso norteamericano y en el valor de la palabra de
Estados Unidos", proclam Johnson en abril de 1965. Y una vez en
mayo: "Hay otros cientos de naciones pequeas . . . observando
lo que ocurre ... Si Vietnam de Sur puede ser engullido, lo mismo
puede ocurrirle a ellas". Y otra vez ms en julio: "Si se nos echa
del campo en Vietnam, ninguna nacin podr volver a tener la misma
confianza en . . . la proteccin norteamericana" .7 En relaciones 'internacionales, las percepciones son slo en parte producto de lo que la
gente cree, surgen tambin de aquello que las naciones afirman. Dadas
la frecuencia y la intensidad de estas declaraciones y de otras semejantes, no es sorprendente que fueran tomadas con seriedad, tanto en
el mbito domstico como en el exterfor. Y, sin embargo, la irona
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266
ro
o emos perdid
on
e comunismo desde 1959" s l' 1 d o m una sola nacin a manos
rezca raro, fa preocupacin~~ ia a ar ear Johnson.s Pero, aunque pael ~~ndo pudiera pensar, sino l~rofunda tal vez n? fuera tanto lo que
E~1~ta, tanto dentro de la ad . 9ue E_s,tados Umdos pudiera hacer.
ministracin Johnson u
t m~mstr~c1on Kennedy como de la ad.
.
' n ex rano miedo a 1 .
amencana -a las impredecible
.
a irracionalidad nortedan producirse si se crea que ~ ~ ~co~r~lables reacciones que po:1~ Rusk y McNamara habl;ln a~:e o~ mdos haba "perdido" Vietc1m1ento "estimulara profund
rtido Y. en 1961 que ese aconted?s Unidos, y sera aprovecha:~ controversias domsticas en Estad1r el pas y enjuiciar a la ad . i:>r el.e,m~ntos extremos para diviRostow llegaba incluso
l mm1strac1on . El informe "BSNP" de
Unidos podra 'iniciar a'p p andtear la posibilidad de que "Estados
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resura amente u
,,
rontarse con una derrot .
na guerra si deba consufri~~ el mie~o m~ i:t~:~~r~~;:~-~ Es posi_ble qui: !ohnson haya
agres1on comunista lograra apod
ia qu~ s1 perm1tiamos que la
ms tarde,
erarse d~. Vietnam del Sur", record
267
V. Rostow, hermano mayor de Walt Rostow, quien haba desempeado el cargo de subsecretario de Estado de Asuntos Polticos desde
1966 a 1969. La conversacin mostr una reveladora circularidad.
Al preguntrsele por qu la seguridad norteamericana dependa de
la defensa del sudeste de Asia, Rostow acentu la necesidad de mantener un "equilibrio de poder" en el mundo. Pero cuando se le
inquiri por qu haba sido necesario hacerlo, Rostow recurri a
una clsica argumentacin de "respuesta flexible": la necesidad de
poder manejar, sin recurrir a las armas nucleares, problemas como
el de Vietnam. A Whitworth esto le,result curioso: "Tenemos el
equilibrio para enfrentar el problema, y tenemos que enfrentar
el problema para poder preservar el equilibrio. Esta teora se est
mordiendo la propia cola''. "Bien, en cierto sentido, tiene usted razn", explic Rostow. "Todo lo que puedo decir es que siempre ha
sido muy peligroso cuando un poder potencialmente hostil establece
la hegemona. No puedo particularizar la manera en que se ejercer
esa potencial hegemona, pero preferira, incluso a un costo considerable, eliminar este riesgo." 11
Este espectculo de teoras comindose las colas no era algo
raro en Vietnam: la expansin de medios con el objeto de cumplir
un compromiso contrado como sustituto de los medios; la justificacin de ese compromiso en trminos de un equilibrio de poder
hecho frgil por su misma existencia; la defensa, en nombre de la
credibilidad; de polticas destructivas de la credibilidad; la bsqueda,
en ltima instancia, del consenso domstico por medios que destruan ese consenso; todo ello refleja la imposibilidad de la estrategia de la "respuesta flexible" de proseguir de manera ordenada
a travs de las etapas de identificacin de intereses, percepcin de
amenazas y seleccin de respuestas apropiadas. En cambio, tanto
las amenazas como las respuestas se convirtieron en intereses en
s mismos, con el resultado de que Estados Unidos lleg a ignorar
o a olvidar qu se haba propuesto hacer en Vietnam justo en el
momento en que estaba resolviendo, con determinacin sin precedentes, hacerlo.
II
Un segundo rasgo prominente de la "respuesta flexible" tal como
se la aplic en Vietnam fue la creencia en la "calibracin" o "sintona fina", en el hecho de que, al ser capaz de moverse de arriba
a abajo dentro de un rango de acciones precisamente calculadas,
Estados Unidos poda disuadir agresiones limitadas sin que se produjeran escaladas extremas ni humillacin. "Nuestras fuerzas militares deben. . . ser utilizadas de manera medida, limitada, controlada
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268 1 JOHN
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y deliberada como .
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.!ca exterior" escribi ,
de 1964. "Las' operad uno de los asistentes de M t~r nuestra polfin en s mismas,, J o~es militares nunca deben c am~ra a fines
ms tarde: no da. , o n_s~n expres el mismo convertirse en un
a utilizar zi.uest"'o na credito, insista, "a aque'llopunto unos meses
gran pode d
s que n
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, .
seriedad", haba ad c~dI n que convenza al otro ba d ucdir rap1dan o e nuestra
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vert1 o Rostow K
que stados Unidos haga o de1 da hennedy en agosto de 1961 "Lo
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ngad1er general Ed
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umsta . Un experto
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269
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Cuando la m1s10n de esa fuerza norteamericana es adecuadamente anunciada, y sucedida inmediatamente por una accin
firme, la historia reciente nos dice que el efecto es justamente
el opuesto a la "escalada", y que nuestra accin consigue apoyo
mundial fuera del bloque sino-sovitico.
"El efecto de instalar fuerzas simblicas de Estados Unidos antes
de que se produzca el acontecimiento", agreg Robert Komer, "es
;ealar nuestras intenciones a los otros, y de esta manera es posible
~vitar el compromiso de una cantidad sustancial de fuerzas norteamericanas una vez desarrollado el conflicto". Era cierto que Estados
Unidos "poda terminar en algo semejante a Corea, pero creo que
la mejor manera de evital"l es moverse rpidamente ahora, antes de
que la guerra se extienda hasta el grado de requerir un compromiso
del tipo del de Corea" .14 * Esta teora de que una involucracin
inmediata en pequea escala podra tornar innecesaria una involucracin masiva a largo plazo formaba la base de las recomendaciones hechas por Maxwell Taylor y Walt Rostow a favor de la introduccin de unos 8.000 combatientes norteamericanos en Vietnam del
Sur en noviembre de 1961. "En nuestra opinin", escribi Taylor al
presidente, .!.'nada puede esclarecer ms al enemigo o desalentar la
posibilidad de una escalada ... que saber que Estados Unidos se ha
preparado slidamente para enfrentar la agresin a cualquier nivel". 15
Pero Kennedy siempre haba sido escptico con respecto a la
posibilidad de enviar fuerzas norteamericanas a luchar en el sudeste
de Asia: durante julio anterior, haba recordado a sus asesores "la
reticencia que sentan el pueblo norteamericano y muchos distinguidos
lderes militares ante la posibilidad de que se produjera cualquier
involucracin directa de tropas norteamericanas en esa parte del
mundo ... Nada sera peor que una poco exitosa intervencin en esa
rea". Las evaluaciones del Departamento de Estado reforzaban esa
opinin:
No creernos que la presencia de tropas norteamericanas sirva
para disuadir las infiltraciones, salvo en el caso de una intervencin armada. No hay muchos motivos para suponer que los
comunistas pensaran que nuestras tropas tendran ms xito
para enfrentar las operaciones de guerrilla en Vietnam del Sur
que el que tuvieron las tropas francesas en Vietnam del Norte.
Las operaciones antiguerrilla requieren una aplicacin de fuerza
"No me siento ms feliz que cualquiera con respecto a la posibilidad de
involucrarnos en otro esculido y secundario teatro de operaciones en Asia.
Pero de todos modos terminaremos por hacerlo tarde o temprano porque no
estaremos dispuestos a aceptar otra derrota. Si es asi, la cuestin no es si lo
haremos sino cundo y hasta qu punto". (Komer a Bundy, octubre 31, 1961,
Kennedy Papers, NSC Files, Box 231, "Southeast Asia-General").
270
271
=~=;i~~=:;;r.::: ~u~::"':,,!;:;;:."";~,~:do~
:o
. .
1
tica de Saign durante los tres aos s1gu1entes.
l
ara el Vietcong b.1c1eron que a
Las ventajas que resu tar?n pde 1964 aprobara lo que Kennedy
administracin Johnson, para fi~e:
ra E~tados Unidos en Vietnam.
haba rechazado: un rol de co~ :3- ~ p~
"calibracin" se seguira
Aun as, sin embargo, el P?nc1p1? e 1a .
edidas de fuerza.
aplicando; no habra aplicac1olnbes mtdensaJoshnn1s!s~ra el de ejercer
.
1 l
segu'n pa a ras e
,
Ms bien e . .P an,
.
m del Norte "que aumentanan propresiones militares sobre V:1etna "d d con el propsito de convencer
gresivamente en alcance e mtens1 ~ su inters cesar de ayudar al
a los, lderes del DRV de que es .e
gun"dad de Vietnam del
1 dependencia y 1a se
.
Vietcong y respeta~ a I~
d lento" contemplaba acciones suf1Sur". Esta es~rategia de expnm1 ~rminar con la deteriorante situacientemente mtensas como P~'\ t
como para unir an ms al
cin existente, pero no tan vio en.~ encin de China comunista,
pueblo norvietn~~ta, prov7~ la 1:~f:ar las posibilidades de una
indignar a la opm16_n .mun l~ o ;und la vspera del primer ataque
paz negociada. El objetivo, senal d 19~5 era "mantener ante Hanoi
areo contra el Norte en febrer~ e t ~bin el palo de la presin
la zanahoria de nuestra deserc1 n y a t en vigencia esa poltica,
constante. . . Una vezb
qule se ~e~n~::iesa~erca de muchos tpicos y
seremos capaces de ha ar en
f t' 'd d" 20 *
de muchas maneras, con mayor fuerza y e ec 1v1 a .
" audaz pero prudente accin en Vietlaarriesg8rlamos a que laS bombas cayeMosc no poda bombardear
ilanteado dos cosas: que nos
York por
de capitalel
New York para proteger .l:M&llo
de alianzas y debilitar el d en
tanela, que debfa fortificar nuestrob:~ 1965, Johnson Papers, NSF Country
go" fMemorandwn de Rostow, a l xxXxl")
FUeS: Vietnam, Box 16, "Memos vo.
.
Eugene Rostow argument qu9
:1~~a/ew
P~~f
~~~ ~u:emostracin
inl~:
1'
1
272 /
;1
273
.
ue eso implica para ellos".23 No obstante,
con todos los nesgas q decisivo termin por ser la afirmacin del
finalmente el argumento
ca de que las tropas eran necegeneral William Westmorelabnd ace;
de Da Nang desde donde se
.
l aguardar la ase aerea
,
.,
. d d
sana_s para sa v
t ues contra el norte, aseverac10n sm. u a
lanzaban algunos d~ los ~ aq
rar la autorizacin presidencial de
ofrecida con el ob1eto e ase~cance podra as ampliarse mucho
una misin de combate cuy? ~
. inariamente haba te, s all de los propsitos hmitados . qu~ ong
. . .
de abril
ma
" -
ntrada" func10no, y, a pnnc1p1os
nido.24 Esta cuna i~ e
b d un rol de combate para las fuerzas
de 1965, J~hnson ha i~ apro aE~ es uema de la escalada muy pronto
norteamericanas en Vietnam: . . 1 q d Bundy desde un despliegue
brigadas m1cia es e
.
d. , 1 d
trascen io as os
N
1 fuerza militar norteamencana
de 3.S?? marines en
d~n1965a a 385.000 a fines de 1966, Y a
ascendio a 1:~000 da i~~;szs Tampo~o haba evidencias convincentes,
486.000 para II~~s e
1 fensiva de Tet a principios de 1968,
tal que
comoesas
parecio
demhuobs~rar
de
tropas
ieran 1ogrado cumplir su misin mejor que
la campaa de bombardeos.
,
bl retrospectivamente, con respecto a
Lo que resulta mas nota r~ da es el grado en el que, tal como
la estrategia de la escalad~ ca i ral
efectos producidos resultaron
d
en Vietnam, os
,
El
a menu o ocum
realidad se pretendia lograr.
precisamente opue~tos. ?- los qu:e~~nes crecientes, que comenz en
objetivo de la aphcac10n . de p
. olucracin militar masiva por
1961, haba sido el de evitar una mv 'sos simblicos se crea, dep arte de Estados Unidos: los co:mprodmi , la necesid;d de mayores
,
f' t frmeza obvian o as1
mostranan su icien e i
'
,
diferente de la de
.
, t arde La teona no erab muy
. . , a1
compromisos mas
que una exposic10n
.
,
1 h h de que se espera a
la vacuna, en e
ec '!
. munidad con respecto a pehgros mas
riesgo mnimo proporcim:~arda m
momento era la de la ventana
1 ,
tihza a en ese
"!l
ql,l:
"26
,
mizar la involucrac1 n .n.
Estados Unidos estaban mu~ho_ mas
los recursos y el prestigio .~e d lo que podran haber mdicado
profundamente compro~~t1 os. te siete aos 'ante~. En noviembre
. luso 1o s "peores casos previs os
me
rr
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274 1
_
.
o 1 1ca norteame
m1s?10 ano M1chael Forrestal mie
nca~a, argument en ese
mbr~ del Nat1onal Security Council
deb1a ser "demorar a Ch' ,
Ina en su mtent d
'
d e As1a
hasta que A) demuest
.
o e engulhr el sudeste
se tome ms indige1ible" La re me!ores modales y B) la comida
n b
.
ausencia de rel
. .
1 . " a~1ones c;>f1c1ales elimia a cualqmer oportunidad de "vi
y los asesores de Johnson reco dne~ acin d1plomt1ca con Pekn
guerra de Corea se mostrab r an o los clculos errneos de l~
la posibilidad de 'aplicar presian ~~tremadamente cautelosos ante
est ali en la frontera con 700 n.Iml11tar en cualquier forma. "China
"podramos vemos atra ado m1 ones. de homb res ", senalo
- , Johnson
torial en Asia si fura p .s muy rpidamente en una guerra terri~
mos imprudentes" 29
.
La alternativa, pareca, era diri r l .
.,
las cosas no eran tan sim les E
gi . a presion contra Hanoi, pero
ton identific al menos c~at;o
~~! 1 ~~re de 1964, John McNaughsobre los que Estados Un"d pu _icos , aparte de Mosc y Pekn
.
comumstas
(que deben
t"1 os
fu tenia que ejercer
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1r
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u ico norteame
(
os nesgos que asumimos con .da
ncano . que debe respaldar
v1 s norteamericanas y prestigio)."
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276 /
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c1ones Internacionales ha
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en la "mente de los adversarios ~a I , ea ~e cultiv~r la incertidum~~
~e~;. represalia" de Dulles es imp~~~bf~d~ c::senc1al en la estrategia
a l lc~Itad ~ue implica tr~tar de
b
ec17 c?n q~~ efectos, dada
Pero la Incertidumbre no cons
, pro ar que d1suad10 la disuasi ,
tegia de la "calibracin". De~~~~ses~ lugar de privi~egio en la est~~~
pretende hacer lo necesan
e todo, anunciar que slo
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se
,
o para contra
mas, es ceder el control de l
.
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es a os que emprenden
I us10n de estar tomando d . .
mgton pueden haber tenido I
fuerza en Vietnam durante ~~1s10~es acerca de los despliegues d:
esas elecciones se hacan a e s anos d~ Johnson, pero en realidad
la administracin, en Ha~oi.33 onsecuenc1a de la propia estrategi~ de
r:es
postura de
1
contena salvaguardas cont;.ra ulerz~ presentaba dos dificultades no
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.
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por f ortif1car su propia postura d
. .~e P~ lera hacer Hanoi
e negoc1ac1on, m en contra de una
I'
277
posible profundizacin de la involucracin norteamericana, que -supuestamente la estrategia de la "calibradn" deba prevenir.
_
Finalmente, la estrategia de la "calibracin" fracas porque no
logr asegurar que la fuerza, una vez aplicada, fuera usada como
un instrumento poltico discriminado y preciso. No daba salvaguardas
contra la subordinacin de los intereses estratgicos a los de la
organizacin que implementaba esa misma estrategia. Las grandes
burocracias con demasiada frecuencia desarrollan sus propios impulsos institucionales: "los procedimientos operativos estndar"
pueden hacer que un~ organizacin se torne impermeable a las
instrucciones procedentes de arriba o a la alimentacin y -devolucin
procedentes de abajo.36 Uno de los puntos fuertes de las reformas
que McNamara introdujera en el Pentgono haba sido el grado en
el que haba conseguido superar este problema al tratar con los
militares las cuestiones nuclear y presupuestaria. Sin embargo, ninguno de esos xitos se dio en Vietnam. En cambio, una vez que las
fuerzas norteamericanas estuvieron comprometidas, Washington pareci perder el control, dando a los militares un grado de autonoma
sorprendente en una administracin que se haba jactado de haber
reducido la autoridad militar sobre la conduccin de los asuntos de
seguridad nacional.37
Esta generalizacin puede parecer fuera de lugar aplicada a una
guerra cuyos soldados se quejaban regularmente de las restricciones
impuestas por los civiles, pero las quejas de los militares en este
aspecto deben ser tratadas con escepticismo. Es verdad que durante
el primer perodo de involucracin norteamericana existieron restricciones significativas en cuanto a la naturaleza y el alcance de
la actividad militar norteamericana, pero, a medida que el tiempo
transcurri sin que se produjera la respuesta deseada por parte del
enemigo, esas restricciones desaparecieron gradualmente. En agosto
de 1967, por ejemplo, la Casa Blanca haba autorizado el bombardeo de alrededor del 95 por ciento de los blancos norvietnamitas
solicitados por los jefes militares. Lo que es ms, se permiti que
los obvios intereses institucionales de la Fuerza Area influyeran de
manera importante en la conduccin de la guerra por aire. A pesar
de su obvia (y perfectamente conocida)' inaplicabilidad a la guerra de
guerrilla, la fuerza area insisti, y con xito, en un bombardeo estratgico de Vietnam del Norte, e incluso en la utilizaci>'1. de B-52,
destinados a lanzar armas nucleares contra blancos soviticos, para
bombardear presuntos emplazamientos Vietcong en el sur. De maIiera similar, se confi grandemente en aviones jet de alto desempeo para otras misiones de bombardeo en el sur, a pesar de que los
estudios indicaran que modelos ms lentos hubieran sido tres veces
ms precisos, entre cinco y trece veces menos costosos y que tendran ms o menos el mismo porcentaje de -prdidas. 38 Fue, retros-
l'
278 1 .JOHN
l.BWIS GAIJDIS
i
;
j 279
111
Una de las cosas curiosas del colapso de la "calibracin" fue la
crnica incapacidad de Washington con respecto a la deteccin de
este fracaso. Los abismos existentes entre los objetivos perseguidos
y los resultados producidos se ensancharon con los solamente raros
intentos de llamar la atencin acerca de lo que estaba ocurriendo;
esas -advertencias produjeron en realidad pocas respuestas discer~
nibles. _.Este esquema sugiere aun otra deficiencia en la teora de
la "respuesta flexible" tal como fuera aplicada en Vietnam: una
persistente incapacidad de monitorear el desempe.o, una ausencia
de mecanismos destinados a asegurar esa correspondencia entre la
280 r
icas que los inrndan desde ' I 1 _. , . q~c 1a p:ecisin de las esta d son
1as distorsiones
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196 Johnson Papers, NSF-NSC S~~u ~bor poHtt;,..o". (BundY
President, vol., 5").4,
4 ue, Box 2,
Memos for
281
sores norteamericanos en 1961. La presencia misma de los norteamericanos, se haba credo, posibilitara un ms adecuado monitoreo
de la situacin 46 per o en realidad ocurri lo opuesto. Los asesores
dependan de la informacin que les suminis traban los funcionarios
de Diem, muchos d e los cuales combinaban el deseo <le complacer
a su podero so aliado con cierta retice ncia a arriesgar en la batalla
sus propios cuellos. El resultado fue una deliberada inflacin de los
ndices estadsticos, en una medida que slo se hizo clara despus
de la cada de Diem en noviembre de 1963. De los alrededor de 8.600
"refugios estratgicos" que Diem afirmaba haber construido, result
que slo e l 20 por ciento se haba complet:lclo. lln alto porct.:n taje
de operaciones militares in iciadas por Saign --posiblemente casi un
tercio de ellas- fueron lanzadas en reas donde los Victcong no
deban estar. lln jefe de distrito haba consignado la existencia de
veinticuatro aldeas como refugio seguro cuando en realidad slo
haba con trnlado tres. "La s ituacin se ha estado deteriorando .. .
en un grado mucho mayor del que advertimos", reconoci penosamente McNamara, "a causa de nuestra indebida dependencia de los
distorsionados informes victnam itas".47 *
No todas esas interpretaciones errneas procc<lk:ron, sin embargo, de los sudvietnamitas. Ansioso por satisfacer las expectativas
de xito de Washington, el general Paul D. Harkins , comandante de
los asesores norteamericanos en Vietnam, sistemticamente ignor
o elimin informes de sus propios subordinados que cuestionaban
las evaluaciones optimistas que Saign haca de la guerra. Como resultado, Taylor y McNamara pudieron informar con conviccin tan
tarde como en octubre de 1963 que "las tcticas y tl-cnicas empleadas
por los vietnamitas bajo control de Estados Unidos son slidas y
prometen una victoria lti1na".4S Aparecan ocasionales evidencias de
que la sit~acin no era e n realidad tan rosa. ya fuera a partir
de alg n raro visitante oficial que lograba evadir los informes prcpa
rados y las visitas guiadas tk Harki ns, o . partir de los ms frecuentes informes proceden tes de los cor responsales norteamericanos
en Saign , entre ellos Ncl Shcdian y David H.albcrstam. Pero a unque
Kennedy se preocupaba por csrns discrepancias, en nmgn momento
otorg toda su confianza a los canales oficiales como medio de monitorear los prog?csos en la guerra; Johnson, e n todo caso, confi
ms intensamen te en esos canales.49 Se ha insinuado que la precisin
de la inform acin t iende a decaet a medida que asciende su nivel de
Las dificultades, por supuesto, no terminaron en 1963. El nmero de "Vietcong" que apareci por imperio del Third Party Inducement Program, que daba
recompensas monetarias p or ident ificar a "desertores" cUspuestos a cambiarse a la
causa de Saign, ascendi de 17.J36 en 1968 hasta. 47.088 en 1969, en cuyo punto se
d~scubri que muchos de los supuest os "desertores" no eran en ahsoluto vielcongs
smo sudvietnamitas que haban hecho un pacto con amigos para delatarlos. y luego repartan la recompensa (Lewy, Mnerica in Vietnam, pp. 91-92)
. .
pos1b1hda.des de verificacin independiente.so La l o , d1s~1~.u
no sea universalmen te aplicable pero
J?ropos1c1on
le que la Casa Blanca hubiera e~tado n~~j~:~~~~!~~utib.le el
do a Halberstam en vez de Harkins.
a s1 hu.
os rroble.n:as no desaparecieron con el principio de la
.
ac10n m1htar norteamericana en Vietnam. El e. em l activa
po~ sup.ue~to, fue el uso de "conteos de cuerpo!" p o ~s
nnc1pal md1ce de "progreso" en la guerra o t. enemigos
p r ierra. Se h
t d
1 a o que en estos confhctos en los que los i'nd
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-t .
.
ices con ven
- ei:-:1 ~r;os toma~os, ~1stancias recorridas, ciudades ocu .
oco s1gmf1can, el enfas1s puesto en esta clase d
paca
resulta
inevitable.5
*
Puede
ser
pero
lo
q.u
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macab
ra
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impor~ancta que se les acordaba, dada su imprecisin a
r ~co.no.c1da. Las evaluaciones contemporneas identificabr;:~ ~a
:ad1st1cas un margen de error de entre el 30 y el 100 or ce n
. ~orno resu_I lado de conteos dobles o triples en parpt
nto,
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'
e a causa
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f!1s~r:::!e~~a~e~u~orposnte~o dde
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283
1 JOHN
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VIETNAM COMO CASO DE PRUEBA
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alter.
J
285
286
1 287
la necesidad de cierta economa durante sus primeros meses de gobierno, pero ms con el propsito de hacer crecer su reputacin en
la comunidad comercial que por una gran preocupacin acerca de los
limites del poder norteamericano dentro de la escena mundial.67 Y, a
medida que se intensific la crisis de Vietnam, tambin se hizo ms
intensa la conviccin de Johnson y de sus asesores acerca de que
Estados Unidos poda afrontar lo que fuera necesario para vencer
all.
"Que nadie dude ni por un minuto", proclam Johnson en agosto
de 1964, "de que tenemos los recursos y tenemos la voluntad de seguir
este curso todo el tiempo que sea necesario". En una reunin en la
Casa Blanca, el mes siguiente, Rusk seal que haba costado 50.000
dlares por guerrilla eliminar la insurgencia de Grecia a fines de la
dcada de 1940; en Vietnam "el triunfo costara cualquier preci'>".
Johnson estuvo de acuerdo, acentuando la necesidad de que todo el
mundo comprendiera "que no era necesario cuidar las cabalgaduras".
"Nuestros recursos, tal como yo los veo, son suficientes para resolver .
este problema si es que entrarnos en l con suficiente determinacin
de triunfar", escribi Rostow en noviembre de 1964, "en esta etapa de
la historia somos el mayor poder del mundo, si es que nos comportatamos como tal". Cinco meses ms tarde, a medida que comenzaba la
involucracin militar norteamericana directa en Vietnam, McNamara
inform a los jefes de Estado Conjunto y a los secretarios de servicios que "hay una apropiacin ilimitada disponible para financiar
una ayuda a Vietnam. En ningn caso la carencia de dinero debe ser
un obstculo para ayudar a esa nacin". Siempre haba costos implcitos en el hecho de cumplir con los "compromisos de honor", coment Rusk en agosto de ese ao. " Pero yo sugerira, al considerar
los ltimos 30 40 aos de historia, que los costos de no cumplir
con las obligaciones son mucho mayores que los de cumplirlas".6S
"La sociedad ms rica del mundo por cierto puede permitirse gastar lo que sea necesario por su libertad y seguridad'', dijo Johnson al
Congreso a principios de 1965. Esta suposicin de recursos virtualmente ilimitados va ms all, hacia la explicacin de la persistencia
de lo que reconocidamente era una estrategia costosa e insuficiente:
la idea era que si los Estados Unidos podan simplemente persistir
en su curso, independientemente de los gastos, acabaran por triunfar. "No veo otra opcin", agreg el presidente ese mismo ao, "ms
~ue continuar en el presente curso, colmado como est de peligro e
~.n:,ertidumbre, y costo tanto en dinero como en vidas". Podra llevar
anos o meses o dcadas", pero se enviaran todas las tropas que el
~en~ral Westmoreland quisiera. "Costosamente, como se quiera, es
1Ild1sputable que estamos ganando la guerra en el sur", concluy Robert Komer a fines de 1966. "Pocos de nuestros programas -civiles
0 militares-- son muy eficientes, pero estamos destruyendo al ene-
288 1
1 289
IV
.
.
l re uierc la habilidad de identifi
Pero un.a estrategia efectiva no s ~ibr~r las respuc<>tas y monitorear
car los intereses y las amenazas, be~. demanda un sentido de las pro. , s1no que tain ien
la implementac1on.
los compromisos dentro
porciones, la concienci~ de la ml anera ~?n qyu~os recursos de otras obli
de una esfera podan distraer a atenc10
?O/
,
medio de obhgar a re 1
~~unmaldng of a President, pp. 116. 138).
290 1
1 291
292 1
1a
respuesta con 1a ofensa, nunca pareci capaz de resol ver.
. ~l hech? de asegur~r la independencia de Vietnam no haba s
1 0
l~ umca razon que explicaba la presencia norteamericana en
~
sm embargo; tambin haba existido la determinacin de d ese pa1s,
les agresores de otras partes que la agresin ernostrar
a los potencia
.
tuaba. "Retirarse de un campo de batalla slo significa p no redi .
..
repararse
para el ~rox1mo , argument Johnson. "En el sudeste de Asia d b
mos decir -tal como lo hicimos en Europa- . . . 'Hasta aqu u e ~.
egaras
y slo h ~s.t a aqm....:73 c unosamente,
los funcionarios no consideraban
que el ex1to en Vietnam
del Sur fuera un requerimiento m
'd1spen.
sa ble para comumcar ese mensaje. Salieran como salieran las
.
fl
cosas
a11 1: re ex1ona?a McNaughton en 1964, era "esencial. .. que Estados
Umdos apareciera _como el 'buen samaritano'. Hemos cumplido las
promesas, hemos s1_?0 duros, asumido riesgos, nos hemos llenado de
sangre_ Y hemos <lanado profundamente al enem igo". Las represalias
sostemdas
contra
g,
B d
. . . el Norte tal vez no funcionaran , reconoci McGeo re
un Y a pnnc1p1os de 1965; las chances de xito, pensaba, eran entre
el 25 Y el 75 por ciento. Pero, "aunque fracasara, esa poltica vale la
pena. Com? mnimo disipar la acusacin de que no hicimos todo
lo que p_ud1m.os ... Ms all de eso, una poltica de represalias pondr
un ?rec10 mas alto a todas las aventuras de guerra de guerrillas".79
Lo importante era contraer un compromiso: el fracaso, aunque era
tanto posible como indeseable, no sera tan malo como no haber
actuado desde un principio.
Y, sin embargo, la seal que verdaderamente se comunicaba era
muy dife:ente. La incapacidad demostrada por el cada vez mayor
c?ruprai:n1so norteamericano de interrumpir las infiltraciones norv1etnam1tas .los ataques del Vieteong --esquema que se hizo dolorosamente evidente a partir de la ofensiva de Tet en 1968- slo
pa~eca de~ostrar la irrelevancia de la clase de poder que Estados
Umdos pod1a hacer sentir en esas oportunidades: la tecnologa, en
este aspecto, muy bien podra haber sido ms un obstculo que una
ayuda en Vietnam. 30 Adems, la guerra tambin confirm la teora
d~ Mao Tse-tung de que fuerzas relativamente primitivas podan
triunfar sobre ad~ersarios ms sofisticados si es que tenan paciencia
Y voluntad, c~a.hdades que Ho Chi Minh, con mayor acierto que
Johnson, perc1b1a como carentes en la actitud nor teamericana con
respecto a Vietnam. 81 Finalmente, el compromiso de Washington en
pa_s hab~a crecido I:asta el punto, en 1968, de que Estados Unidos
se hubiera visto en apnetos para responder en otra parte del mundo
a cual~uier ~tra crisis comparable que se produjera.82 Lo que se de
most~~ en V1etn?m .entonces, no fue tanto el costo de perpetrar ~a
agres10n slno mas bien el costo de resistirla, mensaje bastante diferente del que haba pretendido transmitir la administracin.
:st::
293
El desproporcionado compromiso de Vietnam contribuy a erosionar tambin las capacidades militares generales de Estados Unidos .
Est claro que, tras su humillacin durante la crisis misilstica
cubana, la Unin Sovitica se embarc en un programa a largo
plazo destinado a fortalecer sus armas estratgicas. La administracin Johnson decidi no responder con una acumulacin correlativa,
en parte porque s ubestim el grado de lo que los rusos estaban
haciendo,83 en parte porque McNamara se haba convencido de que
se haba llegado al punto de disminuir las respuestas en los programas estratgicos norteamericanos, pero tambin porque los inmensos
costos de la guerra de Vietnam hicieron que la administracin fuera
reticente a acudir al Congreso en procura de costosos nuevos sistemas de contrarrestar los aumentos soviticos ... Toda la estrategia
de la "respuesta flexible" se haba basado en la conservacin permanente de cierta superioridad estratgica con respecto a los rusos :
"No me he convertido en presidente para dejar de lado esa ventaja",
haba anunciado Johnson, dos semanas despus de la muerte de
Kennedy.85 Y sin embargo, para el momento en que Johnson abandon el cargo en 1969, Mosc estaba a punto de lograr la ' paridad
con Estados Unidos en ICBM de base terrestre, y tena en marcha
programas que le aseguraran la superioridad numrica en sa y
otras categoras de sistemas de armas estratgicas para mediados
de la dcada de 1970.
Se puede discutir extensamente acerca de la correccin de la
decisin de no igualar la acumulacin de fuerzas sovitica: la aceptacin de la paridad posibilitaba las negociaciones acerca de la limitacin de armas estratgicas, a las que los rusos accedieron en 1968,
pero ~ mismo tiempo no haba garantas de que esas discusiones
tuvieran xito, ni de que Mosc mostrara tener algn tipo de restriccin unilateral en las reas no cubiertas por los acuerdos. Sin embargo, esas consideraciones no desempearon un rol muy importante
dentro del pens<tmiento de la administracin Johnson: las presiones
presupuestarias y el sentimiento antimilitarista generado por la
guerra de Vietnam fueron los factores que tornaron poco factible
la posibilidad de que se produjeran incrementos sustanciales de las
capacidades estratgicas norteamericanas a fines de la dcada de
1960 (con la excepcin de mltiples cabezas nucleares para los ICBM,
que eran relativamente poco costosas, y de un rudimentario sistema
inisilstico antibalstico, que el Congreso forz a aceptar a una administracin reticente). Como recordara Henry Kissinger, quien ms
tarde tuvo que convivir con las consecuencias de estas decisiones:
"En el preciso momento en que nuestro debate nacional debi haberse
concentrado en las implicancias de esta nueva situacin, todos nuestros programas de defensa estaban sufnendo ataques cada vez ms
294
1 JOHI'\
:zwrs
GADDIS
VIETNAM COMO CASO DE PRUEBA
E
mtensos .. .ra una alarmante demostracin de miopa capaz
crear la f11ac1n que Washington tena con Vietnam.
de
La escalada norteamericana en Vietnam no disminuy de
manera las perspectivas de una dtente con la Unin Sovit~In~na
proceso coincidi con el acceso al poder de Brezhne
K se
.
.
.
v y osygyn
qwe~es, a d1fere~c1a de Kruschev, preferan demorar los esfuerz '
dest.inados a me1orar las relaciones con Estados Unidos hasta os
hubieran . logrado la paridad estratgica. Existen incluso indiciosq~e
que el l!derazgo del Kremlin recibi con agrado Ja distracci~
de Washington en el sudeste de Asia, ya que hizo muy poco P<>r
desalentar la contraescalada de Hanoi o por ayudar a las ne
.
.
goc1ac1ones, en cierto punto, en 1966, un funcionario sovitico incl
aconsej ~ la adminis~racin Johnson que incrementara las fue~
~orteamer~canas en V1e~nam del Sur.'7 Tampoco est claro que la
m~ol~crac1_n norteamericana en Vietnam hiciera gran cosa por disminuir el cisma si~o-sovitico, tal como teman algunos crticos de
la guerra. f:n camb10, la profundizacin del compromiso norteamericano produjo t.ma rencorosa competencia entre Mosc y Pekn por
a~udar a Hano1: con el resultado de que las relaciones entre los dos
g.1~ante~ comumstas empeoraron en vez de mejorar. Vietnam interfm, sm embarg~, con otra iniciativa norteamericana con respecto
al ~undo c~mumst~: la cam~aa de Johnson, iniciada en 1968, y
destinad~ a constru1~ ~uen_tes con las naciones de Europa Oriental
por medio de la multiphcac1n de los vnculos econmicos sostenidos
c?n ellas. Este poco sutil intento de debilitar el control que Mosc
e1erc~a so~re su~ s~tlites fracas cuando el Congreso, furioso por
la as1stenc1a sovitica y europea oriental a Vietnam del Norte se
neg a .eliminar las discriminatorias barreras tarifaras impues~ al
comercio con los pases comunistas.!9
Lo que resulta notable de estos acontecimientos es el escaso
esfue~o que ~izo la. administracin Johnson por medir el impacto
q~e Vietnam .e1ercena sobre ellos. * Era como si la escalada se estu
viera produc1en?o dentro de un vaco geopoltico --aunque, por
c.ont~aste, se cre1a que las consecuencias de no escalar tendran signi
f1cac1~n. ~lo?al. Retrospectivamente, puede argumentarse que todas
estas 1mciat1vas -el progreso hacia el logro de una dtente con Jos
r:isos, la conservacin ? el cisma sino-sovitico, Ja mejora de los
vmculos con Europa Oriental- reflejaban intereses ms vitales que
295
"86
haya
296 1
.
'
me cons1c
,
ar e Y m1 nacin sera vista como apaciguadora
n?s rcsultaria por lo tanto imposible lograr nada para nadie y
nmguna parte del mundo" .92
en
1
..
nam, .e~p~c1e1c que esas acciones debfon emprenderse
de_ :naneras que m1mm1zaran la apariencia de un cambio sbito de
poht1ca
E s tos movimientos
y cambios
deben ser comprendidos
'El curso d
i
nadas a provocar ~;c n descripto en e.sencia es: hacer cosas legitimas dest.i
respuesta. 0 ante una ~~~~~esta Y 8 cs_tar en buena po~1ci611 de utilizar esa
de acciones militares contra ~g~e~n~~C no provocada, iniciar un crescendo
South Vietnam" setiembre 3 19~e ~"l In!onne de McNaugthon, "Plan !~
grado en el qu debemos a
en agon Papers, nn. "La cuestin es
provocar una reaccin de v~egar elementos a las acciones y que tenderlan .
nuestra" Ctnforme de Bund ietnam d~I Norte, Y m consecuencia un:i. represalia
mara, Rusk y Wh 1
y, coi:ic.lusioncs de las discusiones con Tay!or, Mcrfn
Para las manifesta~~oe~sp~~~J~s~nJctc1 presidente, setiembre s. bld. . o. 56~
e o mson, ver JPP: 196364, pp. 1126-Z7, 1
1 297
298
299
co:
..,J,1!
Captulo IX
302 1
1 303
uil
oue
.
de osguerra hab1'an asociado
as administraciones anteriores a!ra u otra con un mundo
't'od~s 1reses norteamericanos de un~ ro de transformar el m\lndo
tos i~te sidad. el universalismo -el ~ntento en ningn momento haba
de d1ve~e se ;semejara a Estados Unidos~dades n acionales o con los
p~ra q iderado coherente con _la~ capac1
romiso implcito, _auns1do cons . nales As haba einst1do un colmp 11brio intemac1on al
d les nac10
rvar e eqm
b.,
l ea raramente reconocido,. de ~;e~e pudiera florecer. Pero ,tam ien
que el objeto de que la d1vers1 a
lo Estados Unidos poda ga~
~~a prevalecido el enfoque de queq~~ deba enfrentar eran demas1a
tzar esa diversidad: las amenaz: demasiado delicado como para
1 enormes, el equilibrio de p
er
ndo sus intereses inmediatos
Washington
emergencia de
estuvieran en pe igro.
.
das las amenazas eran
.
'
vitales, to bles El efecto haba sido el de
todos los intereses eran
d ban ser cre1
1 puerta
dos los comprom1s0Us .ed hacia el universalismo pe_ro por a mundo
r a Estados m os
.
e parec1a ser un
1
~~~:;:: la defensa de ~ di~ers1~~~;: d~ ~s costos, las tensiones y
peligroso haba pr~duc1do : lr;lobalismo indiscriminado. .
d .
consecuencias depnm~ntes ~ Kissinger, porque las su~es1vas ~ ro 1
Esto haba ocurrido ,. ere a
. t la clase de orden intem~c1ona
nistraciones haban perdido _de vis a rimer Jugar. La coherencia ~on
ue deberan haber perseguido en p , tomado demasiadas medidas
q t 1 se haba desmoronado, se h:ib1an
lderes excesivamente
cep ua
b. fvos mayores,
s y consecue
. d los mes.
tente entre mtenc1one
.d e incluso a la corrupc1 n, ,,e fu diz.ahaba conducido al de~c~ t? Kissinger en 1968, era una pro n
Lo que se necesitaba, ms1s ia
~~e
1~ctua~n s~~a;~::te~~:
r..::
1~~;~~~7o:
304 1
as serey esta
n:ios capaces d e contnb uir
s1 no nos formamos nuestra propia concepcin de l".4
ble
El
primer
requerimiento
de
esa
"profundizacin"
era
reconoc
.d.
.
er a
mu 1t1 imens10nal naturaleza del poder en el mundo: no haba ah 1
d"
d
.
un solo m ice ec1s1vo para medir la influencia ejercida por los E ora
tados. Las armas nucleares, dadas las limitaciones de su uso en s
prxima era de paridad, eran de reducida utilidad poltica: a K ~a
-
.
issm.
gcr 1e agra d a b a sena ar que en ninguna crisis desde 1962 el equilb
.
h
b
'
d
.
i no
es t ra_t eg1co a ta ~te_rmmado el resultado. Vietnam haba demostrado
O:pham e~te. los h_m1tes de la fuerza militar convencional aplicada
baJO _restncc10n~s 1mp~estas por la opinin pblica y los peligros de
la escalada.
La 1deolog1a demostraba
ser una fuerza dbil cuando se
.
,
1a me d ia
~on 1as compulsiones del nacionalismo; el territorio tena
poca relacin con la influencia poltica; la fuerza econmica pareca
a veces tener poco que ve~ con cualquiera de estas cosas. Y, subya.
cente a ~odas ~stas compleJ~dades, se hallaba la creciente importancia
de la ps1cologia: la p ercepcin del poder se haba tomado tan importante como el poder mismo.s
.~ra_ demasiado simplista, por lo tanto, seguir pensando en el
eqmhbno de poder como "un juego de suma cero" en el que las "ganancias" de un bando significaban invariablemente "prdidas" para
el otro.6 Lo que poda parecer una prdida en cierta rea ~l estancamie1:t? de Viet~am, por ejemplo, o el logro sovitico de paridad
estrateg1ca- podia compensarse por medio de ganancias en otras
reas -una apertura con China comunista, o un acuerdo negociado
sobre control de armas. El clculo general del poder era importante,
no las derrotas o victorias que pudieran concretarse en teatros aisla
dos. Las administraciones Kennedy y Johnson se haban equivocado
al convert!r a Vietnam en un smbolo del poder y el compromiso
norteamericano en todo el mundo. La administracin Nixon, aprove
chando su ms ecumnica definicin del poder, procuraria reducir a
Vietnam a su perspectiva adecuada -"una pequea pennsula dentro
de un gran continente", como lo expresara Kissinger 7- y concen
trarse en las relaciones globales.
Estados Unidos poda alejarse, entonces, de una percepcin fija
a una perc~pcin flexible de los intereses en el mundo, siempre y
cuando se mantuviera el equilibrio de poder general. Esto no signifi
caba retirarse de las obligaciones existentes -en su decisin de
hacerse cargo de los compromisos anteriores, e n su temor de lo que
podra ocurrirle a la credibilidad norteamericana si as no lo hicieran,
Nixon y Kissinger no diferian significativamente de s us predecesores.
Pero su enfoque implicaba la voluntad futura de asumir solamente
la responsaQ.ilidad de garantizar el equilibrio global. La cambiante
naturaleza del poder haba hecho que el equilibrio internacional fuera
305
rnundiaJ.S
.
.,
,
Un segundo requerimiento para una conceptuahzac1?n ma~ p:e
cisa de los intereses era purgar a la pol~ica exte~ior de ciertas ilus10cerca de la naturaleza del orden mternac1onal. A pesar de la
~~=p~acin de la diversidad como cond~cin inevi~ble _de_ los asu.ntos
mundiales, an persista en Estados Unidps, c_re1a K1ssmger, c1er~a
reticencia a aceptar el hecho de que el conflicto _Y l~ desa~oma
seguiran siendo caractersticas ineludibles de la vida int~rnac1on~l.
An exista la c reencia de que de alguna manera Estados Umdos _pod1a
trascender el orden internacional, en vez de tener que operar s1~ple
mente dentro de l. Estas esperanzas poco realistas, y los ~orros1~os
efectos ejercidos sobre ellas por la realidad, ha~an producido oscila
ciones entre el, aislamiento y el exceso de, ~xtens1n _en el enfo~ue que
Estados Unidos tena del mundo; la poht1ca extenor se hab1a _deb~
tido de manera demasiado extrema "entre los polos de la susp1~acia
y Ja euforia". Lo que haca falta, pensaba Kissinger, era el ~al1s~o
necesario para aceptar al mundo tal c~mo e~. j~nto con el mgemo
indispensable para hacer de esor lo meJOr posible.
,.
Esto significaba dejar de lado los esfuerzos por cam1:11ar, como
cuestin de inters nacional vital, la natur~eza interna. de otras sociedades. En otras administraciones haba tenido demasiado lugar l~
tendencia a confundir la reforma con la geopoltica. La ~ueva adrmnistracin no aceptaba el enfoque, tan firmemente sostemdo por _sus
predecesores inmed!atos, que afirmaba que el ~esarroll~ econmico,
o la evolucin de los procedimientos democrticos, pudiera reforzar
la seguridad norteamericana en todo el mundo. Todo depe1:~ del
contexto geopoltico. El cambio econmico y fa refonn~ poh~1ca ~o
dran producir tanta inestabilidad como la que podai:i impedir: K1ssinger era perfectamente consciente de la observacin, hecha por
Tocqueville, de que los rdenes existentes son ms amenaza~os cuan
do las cQndiciones mejoran y no a la inversa. Tampoco hab1a g~ran
tas de que los Estados econmicamente adelantados, o que tuvieran
gobiernos democrticos, respaldarian siempre los ~ntereses n<;>i;eame.
ricanos. Si todo lo dems fuera igual, Estados Urudos prefe?na, por
supuesto que las instituciones del exterior fueran compatibl~s. c~n
' instituciones
.
d. e l e quilibno
sus propias
domsticas.
Pero no a l ~r.ec1?
.
de poder: subordinar los requerimientos ~e~ equilibn? mternacional
a los de la reforma interna era, crea Kissmger, arnesgarse a esas
fluctuaciones entre la hiperactividad y la retirada pe~ante que ha
ban obstaculizado en el pasado
, una clara yisin de los rntereses nor10
teamericanos.
306 j
PoJ::
.
La madurez demandaba tambin el reconocimiento de
mte~eses geopolticos de Estados ideolgicamente dispares
los
en ciertas reas, congruentes . Una vez que la d1'plo
.
ser,
macia se purga
d
.
.e. sus compone.ates sentimentales y emocionales, sera posible i ra
t1fxcar Y. construir sobre esos intereses comunes que tenan incl dfn
antagoru~tas m~ irreconciliables, la supervive~cia, la segurida~so :.
entorno mternacional afn. La clave de ese logro crea Kissi'nge y
la mu t ua res t ncc1
' diferencias s r, era
n: no se poda esperar que las
poraran ~e un d~ para ot.ro; tena. que existir la voluntad de t~i::a~
no slo sistemas internos mcompatibles sino tambin intereses t
in er-
nac1ona
es con fl'ictivos
en ciertar; partes' del mundo. Sin embargo
se pod!<l; lograr esto.' es probable que emergiera un nivel de "inte~:~
geopoltico compartido que trascienda a las filosofas y a la historia"
sobre el cual, .como ms tarde escribiera Kissinger acerca de Nixo '
de los comumstas chinos, "incluso el cazador de rojos v los c n ~
dos de la revolucin mundial tuvieran un lugar de encuentro".l~za
, ?n terce: prerrequisito para lograr la coherencia conceptual en
p~htica exte~or era el reconocimiento d?. los lmites. Kissinger jams
h ..ba sostenido el enfoque, de moda entre los intelectuales especializados en defensa ,en la d.ca~a de .1~60, de que mantener el equilibrio
de poder requena medios mdefimdamente cxpandibles: semejante
d~~enfreno, pensaba, era ms susceptible de desestabilizar que de estab1hzar el .orden mundial. "Ningn pas", escribi en 1968, "puede
actuar sabiamente de manera simultnea en todas partes del globo en
todos l?s ro.omentos". La dificultad era que los objetivos tendan a
expandll's~ Junto c.on !os medios, produciendo no slo agotamiento
ev~ntual sm.o tambin mcrementando la resistencia de otras naciones,
~menes. venan en una bsqueda de segu1idad absoluta una absoluta
msegundad para ellas mismas. El comienzo de la sabidura en los
asuntos humanos y tambin en los internacionales era saber cundo
detenerse: no era poco significativo que los tres estadistas sobre los
que Kissinger eligiera escribir durante su carrera de historiador
-Metternich, Castlereagh y especialmente Bismarck- tuvieran todos
esa cualidad, conspicuamente ausente en la diplomacia reciente.12
. No resul~a :orprendente, entonces, que una de las primeras prion~a.des de Kissmger ~aya sido desplazar el nfasis del pensamiento
~fic1.al. ac~r~~ de poUti~a de defensa desde la "superioridad" hasta la
suf1c1ei;icia .u La tenrunologa misma se refera al equilibrio de armas
estratgicas, pero las suposiciones subyacentes tenan ramificaciones
ms amplias~ que los esfuerzos destinados a superar a los rusos en el
P.asado slo h~b!an provocado esfuerzos comparables por parte de
ellos; q~e los mtereses de ambos bandos se cumpliran mejor ahora
par medio de 1!na mutua restriccin. La necesidad econmica ya haba
unpuesto en cierto grado esa postura a la administracin Jobnson
~l">pecialmente en ~I rea de las ~rmas estratgicas-, pero fueron
1 307
Nixon y K.issinger quienes Ja elevaron al status de doctrina. La "suficiencia", es importante sealarlo, jams signific una restriccin uni
lateral: Kissinger estaba convencido de que Mosc considerara eso
como una debilidad, y slo procurara explotarla.14 Pero s significaba
el reconocimiento de que Ja bsqueda de "superioridad" acabara por
ser costosa y estril, y que una combinacin de presiones e inducciones tendiente a convencer a los rusos de que la "suficiencia" formaba tambin parte de sus intereses sera simultneamente la mejor
manera de cumplir con los intereses de Estados Unidos.
Pero cules seran los elementos especficos de una estrategia
que reconoca las nuevas dimensiones del poder, las integraba dentro
del sistema internacional, y lo haca sin agotar los recursos norteamericanos? Kissinger nunca contest directamente esta pregunta, pero
NLxon suministr un indicio revelador, en la modalidad curiosamente
informal que a veces reservaba para declaraciones significativas, cuando se reuni con un grupo de periodistas ejecutivos en Kansas City,
en julio de 1971. Les dijo que haba cinco g,randes poderes econmicos en el mundo: Estados Unidos, la Unin Sovitica, Europa Occidental, Japn y China comunista. "Estos son los cinco que decidirn ei futuro econmico y, como el poder econmico ser clave
de otras clases de poder, decidir el futuro del mundo durante el
ltimo tercio de este siglo". Haba sido un discurso extemporneo,
dijo ms tarde el presidente a un Chou En-lai muy interesado, pero
reflejaba "una muy reflexionada conviccin". 15 * A principios de 1972,
en una entrevista de la revista Time, Nxon hizo ms explcito su
concepto. "La nica vez en la. historia del mundo que hemos tenido
un perodo de paz extenso", se. al hacindose eco de la tesis del libro
de Kissinger, A World Restored, "es cuando ha existido el equilibrio
de poder. Cuando una nacin se torna infinitamente ms poderosa
con respecto a sus potenciales competidores es cuando surge el pehgro de guerra. . . Creo que este mundo ser mejor y ms seguro si
tenemos un Estados Unidos, una Europa, una Unin Sovitica, una
China y un Japn ms fuertes que se equilibren entre s en vez de
actuar uno en contra de otro, y que el equilibrio sea parejo" .16
Implcito en esto, Jo advirtiera o no Nixon, haba un retorno al
concepto de Kennan en 1948 acerca de los cinco centros del poder
industrial-militar, y la necesidad de impedir que uno de ellos dominara a los otros.** Kissinger nunca se asoci explcitamente con estr
formulacin geopoltica, tal vez porque simplemente sugera analogas
extradas de sus propios escritos histricos (algo con lo que siempre
entero
308 j
e:
Un mundo b ipolar pierde la perspectiva de los matices; una ganancia de un lado aparece como prdida absoluta para el otro.
Cada tema parece involucrar una cuestin de supervivencia. Los
pases ms pequeos estn desgarrados entre el deseo de proteccin y el deseo de evitar la dominacin de un gran poder. Cada
una de las superpotencias est invadida por el deseo de mantener
su preeminencia entre sus aliados, de incrementar su influencia
sobre los no comprometidos y de fortalecer su seguridad en contra de su oponente.
En s misma, la multipolaridad no garantizara la estabilidad, tu
vo el cuidado de sealar Kissinger. En ausencia de un sentimient~.~
peligro comn, la accin coordinada seria ms difcil de lograr:
rigidez disminuye, pero tambin la capacidad de manejo". Pero .;:;
sistema multipolar suministrara mayores oportunidades de el;bona
un concepto compartido de orden internacional; tambin intro. uci en
en l un grado de equilibrio "orgnico" o "natural" ~ue no existe Ios
un sistema b ipolar, y, correlativamente, menos necesidad de que rga
elementos individuales del equilibrio tuvieran que soportar ~ caJ(isprimordial de mantenerlo. :un mundo ms pluralist~" concl aJargo
singer, "es algo profundamente arraigado en nuestros intereses
plazo".19
ida
En trminos especficos, Kissinger favoreca una Europ~c~as''
pero ihdependiente: a diferencia de la mayora de los "at~an ~ti.Z3do
de las administraciones de Kennedy y de Jobnson, haba silfP unidad
con la insistencia del general De Gaulle en cuanto a lograr
or medio de la
re~nciliacin de
1 309
~ de
3 1Q
II
As como los intereses llegaron a ser percibios de manera ms flexible durante la administracin Nixon, las amenazas llegaron a ser percibidas de manera ms estrecha. El esquema predominante desde la
guerra de Corea haba sido el de confiar primordialmente en la id~
logia como medio de predecir la conducta del adversario. Las consideraciones basadas en la historia, la economa, la etnia o la geografa
podan ocasionahnente causar disputas entre los Estados comunistaS
pero finalmente las prioridades ideolgicas comunes eran dominantes.
NIXON, KISSINCDl Y LA
l7trENn: 1 311
312 1
os Por
1a "doctnna
mi1Itante de la revolucin mundial".28 Lo' que posib1
1 1
d e 1 en
' f asis
1deolg1co
de Nixon
d e b i1t
i a~i n
fue, por supuesto 1t la
tonces irrefutable evidencia del antagonismo s ino-sovitico: ,,'1 e~
dad del comunismo internacional se ha quebrado", sealaba d. uni.
f
men t e su pnmer
m
orme anual de poltica exterior.29 Otro recta.
f t
c?adyuvantc fue la flexibilidad ideolgica de Nixon, productoac or
nosamente, de una inflexibilidad anterior tan coherente durante ' _cu,
.
en su an t1comumsmo,
que 1os cnt1cos
no podan acusarlo de "bl anos
d
ra" ni tampoco d e " ingenuidad". "Los de la derecha pueden ~n uaquello de lo que los de la izquierda tan slo pueden hablar", exp~~~
a
en 1972. "Me gustan los derechistas": reconoci alegrement
anciano revolucionario.JO
e e
M'.
Sin embargo, fue la redefinicin de los intereses de Nixon-Kissinger lo que posibilit primordialmente este cambio de la percepcin de
la amenaza . Desde 1950, las administraciones norteamericanas hab'a
~enido el. hbito de definir los intereses, no segn algn estn~a~
mdepend1e~temente ~alculado de lo que era necesario hacer para que
E stados Unidos estuviera seguro en el m undo, sino en trminos de las
amenazas que aparentemente sufra. "Contener al comunismo" se
hab~ convertido en un inters en s mismo y por s mismo, s in refe..
renc1a a la manera precisa en la que el comunismo, como fuerza unificada, po~a de hecho ser un desafo y un riesgo para la seguridad
nor~eamencana. Se haba permitido que las amenazas determinaran a
los mtereses, en vez de la inversa. Nixon y Kssinger, con su concepto
?e un or~en mun~ial multipolar, llegaron a una concepcin de Jos
mteres~s .mdcpend1entementc de las amenazas, y por 0 tanto pudieron def!nir las amenazas en funcin de los intereses. Como esos interese~ requeran, equilibrio pe~o no consistencia ideolgica, como Jos
medi?.s i:zue tema Estados Urudos _de lograr el equilibrio por s sl?
eran ,1mit:'1dos: de ello se dcsprend1a que era fact ible que Estados U01dos trabaJara Junto con Estados de sistemas sociales diferentes, incluso antiptico::., siempre y cuando compartieran el inters norteameric.ano de contr~rrcs<ar las amenazas contra la estabilidad global. "Los
hderes de China trascendieron la ideologa al tratar con nosotros",
recoidaba Kissinger. "Sus propios riesgos haban establecido Ja absoluta primaca de la geopoltica ".JI
Pero si el comunismo ya no era una amenaza, qu era? En este
p unto la administracin retorn a la percepcin de Ja amenaza que
haba dado forma al enfoque original de la contencin por parte de
Kennan: la combinacin de hostilidad y capacidad que exista en Ja
poltica exterior de la Unin Sovitica. La URSS, crea Kissinger, procuraba constantemente, por una combinacin de razones histricas
e ideolgicas, expandir su poder en el mundo. La seguridad de Rusia
1 313
s1e:P~o que haba hecho el leninismo haba sido dar ".al instinto exT~n~ionista una formulacin que se aplicaba universalmente en tod~
.
d ..... _
e
Jan prefijado: el Kremhn explotaba todas las oportum al.nO~ qu
un ~ presentaban. pero tambin -poda retirarse en casos de resistense
cas e~. Ja
cia. "Impedir de antemano todas l a~ opor~;imda d e~ sov_1et.1
de
la
responsabilidad
de
Occidente
,
conclu1a
K1ss1.nger.
a
esenc
. .
. , . ..Es
12
estra
decisin
la
de
definir
los
lmites
de
los
objetivos
sov1et1cos
nu
..
Lo que diferenciaba la situacin de la de la po~a de Kenn,a~, sm
bargo eran los vastos avances en poder industnal, tecnolog1co Y
~itar q'ue los rusos haban logrado en proporcin con los de Esta?os
Unidos y sus aliados durante la dcada de 1960. Durante las do~ decadas que siguieron a la finalizacin de la Segunda Guer ra Mundial, era
indiscutible, incluso para los lden~s soviticos, que e~taban operando
desde una posicin de debilidad con respecto a Occidente (a~nque con
frecuencia solan ocultar este hecho a sus contraparte~ occtdent~I;s).
Pero, para el momento en que la administ racin Nixon a~ced10 al
gobierno, Ja Unin Sovi~ica se. a_c~r~aba al logro de la ~an~ad con
Estados Unidos en capacidad m1s1hst1ca de largo alcance, Y acsa1TOllaba por primera vez los medios necesarios para proyec_tar .el poder
convencional mucho ms all de sus fronteras. Las asp1ra~10nes soviticas, tuvo que reconocer Kissinger, estaban ahora "arra1g~das e~
un poder real, no en u na manifestacin retri~a de una do_c,tr~~7 Hmversalista, que en realidad tiene muy poca validez o atracc1on ..
Por cierto el sistema sovitico todava tena sus puntos dbiles.
Careca de m~canismo::. que aseguraran una ordenada sucesi_n_ de
lderes. Estaba desarrollando una inactiva burocracia cuyas pnond?des no siempre coincidan con las del partido comunista. Su econom1a
domstica era muy ineficiente, especialmente en las. reas clave de
agricultura y tecnologia informtica. Su poltica exterior era frccue~
temente torpe e inepta. Sus funcionarios opera~~n con una ca~e?~ 1
de autoconfianza que era notable en compar::ic1on con los sut~les Y
sofisticados chinos ..14 No obstante, la Cnin Sovitil;a sola c~~b1_naba
la habilidad y el motivo necesarios para cuestionar ese equ 1 ~1bno de
pod('r sobre el cual Nixon y Kissinger haban basado los. mtereses
vitales de Estados Unidos. Como consecuenda, las relaciones con
Mosc se convirtieron, igual que lo haban sido para Kennan, en la
preocupacin central de su d iplomacia.
.
Uno de los problemas de la estrategia de Kennan, sin embargo,
3J4
NIXON, KISSING!ll Y 1A
Di'rENTE 1
315
316 1
.
.
o inter.
f en:
1_abn. end 1os da meam1entos q~e. dictaban las consideraciones del
1
equ1 i no e po er, pero la adm1mstracin no estaba preparada
tolerar ms victorias comunistas, incluso en el caso de que rpa~
f1eran f ormas 1oca 1es e mdepend1entes.
.
.
Los peligros de la humill ev1s.
d d
1
d
.
.
.
ac16n
e adr a os a versanos ,:ina apanen_cia de debilidad eran demasiad~
gran es como para autorizar una actitud de aquiescencia incluso
triunfos aparentes.
ante
III
Lo que _surgi d e ~sta percepc10~ de intereses y am enazas fue una
estrat~?1a que ..llego ~ s~r conocida, de manera demasiado general,
e!
317
.
d
.
nguna nacin se adaptara voluntariamente a un ?r .en mterque.
ru 1 qu e la deJ ara en permanente situacin de infenondad.
Los.
nac1ona
.
o
tenan
derecho
a
reclamar
una
absoluta
segundad
para
s1
n
rusos
.
, pero t am mos al precio de la absoluta inseguridad
de 1os d emas,
rnis0 Occidente tena derecho a eso: "La estabilidad depende de la
Pt\faccin relativa y por lo tanto de la insatisfaccin relativa de va
~fo~ Estados".z * Segundo, de hecho Occidente ja~s habfa sido ms
oderoso con respecto a los rusos que en la pnmera epoca de la
~uerra Fra: la postergacin de las negociaciones hasta alcanza:
alguna mtica posicin de "fuerza" slo haba logrado dar a Moscu
la opor tunidad de acumular fuerz~ v_crdadera, tal como. ah~ra lo
haba hecho. Finalmente, las negoc1ac1ones no eran. en s1 m1s~1as,
un signo de debilidad. S se las manejaba adecuadament~, en direccin hacia la identificacin de los intereses comunes y hacia el fra!1co
reconocimiento de los antagonismos inconciliables, pod~n convertirse
en medios primordiales para const ruir un orden mundial estable'. no
simplemente un lujo que podra disfrutarse una vez que se hubiera
logrado la estabilidad.**
Estas negociaciones deban conducirse, i ~sista Kiss~nger, sin nin
gn tipo de ilusin. "Trataremos con los paises comums!as sobre la
base de un preciso entendimiento de lo que estn haciendo en el
mundo y de lo que razonablemente podemos esperar de ellos y de
nosotros mismos". Las diferencias ideolgicas no deban oscurecerse
ni borrarse con el obje to de llegar a acuerdos superficiales, per~ las
negociaciones tampoco deban convertirse en un foro para las disp~
tas de la Guerra Fra. El curso de las negociaciones tampoco deb1a
ser condicionado por las presiones de "xito" que con tanta frec1;1enca, en el pasado, haban dado nacimiento y muerte a las exp ectativas
occidentales con respecto a las "cumbres". Era vital una cuidadosa Y
deliberada preparacin: "No seremos dependientes psicolgicamente
de progresos rpidos o extravagantes". Por encima de todo, las negociaciones, y los acuerdos que stas produjeran, tendran que propor "Si un poder pudiera lograr todos sus deseos", haba
e~cri~o
Kissinger en
1957, "lucharia por la absoluta seguridad, por un orden mundial h bre de la con
ciencia del peligro forneo y en el que todos los problemas fueran tan ma~ejables
318 1
NIXON, KISSINCEJ! Y U
DTENTE
1 319
conflicto que existen en sus relaciones con el mundo exterior, entonces sus acciones, e incluso el tenor de su propaganda, pueden ser
rnodificadas".46 La tcnica de Kissinger de identificar las "tendencias
ambiguas" dentro del sistema sovitico, para intentar luego fortalecer
aqullas que eran positivas y desalentar las que no lo eran, estaban
dentro de la misma tradicin: era, como el de Kennan, un ejercicio
de modificacin de la conducta, basado en la aplicacin de castigos y
recompensas apropiados destinados simultneamente a inducir y forzar a un Estado hasta ahora "revolucionario" a aceptar la "legitimidad" del orden internacional existente.*
Ni para Kissinger ni para Kennan el xito de esta empresa requera el cambio de la naturaleza interna del rgimen sovitico. Las incrustaciones histricas e ideolgicas eran demasiado profundas: "no
podemos demandar", argumentaba Kissinger, "que la Unin Sovitica
revierta sbitamente cinco dcadas de historia sovitica y siglos de
historia rusa". Los esfuerzos deban orientarse, ms bien, hacia la
posibilidad de cambiar el enfoque que Mosc tena del mundo externo, hacia la posibilidad de convencer a los lderes soviticos de que
por su propio inters deban privilegiar la cooperacin por encima de
Ja confrontacin en sus tratativas con Occidente. Sin embargo, al
mismo tiempo la URSS no era inmune a las presiones internas para
el cambio: "Ya se han producido cambios en la sociedad sovitica, y
se producirn ms". Era ms probable que esas tendencias se desarrollaran, sealaba Kissinger, en una atmsfera de dtente: "Una renovacin de la Guerra Fra difcilmente estimule a la Unin Sovitica ... a adoptar una actitud ms benvola con respecto a sus disensos".47 El cambio interno, entonces, no deba convertirse en condicin
necesaria para las negociaciones, pero era en s mismo una condicin
que muy bien poda producirse a partir de esas mismas negociaciones.
Un segundo elemento relacionado de la estrategia de la dtente
era el concepto de "vinculacin". Los intentos de modificar la conducta sovitica no seran exitosos, crea Kissinger, si se permita que
las negociaciones se llevaran a cabo en compartimientos aislados,
de modo que el progreso de una de ellas no se viera afectado por
las dificultades y obstculos que pudieran presentar las otras. "Estoy
. La "legitimidad" tal como se la emplea aqul no debe confundirse con justi
cta. Slo signUica un acuerdo nternaclonal sobre la naturaleza de los arreglos
P<>s!bles y sobre los mtodos y propsitos permisibles en poltica exterior. ImPlica la aceptacin del encuadre internacional por parte de todos los .poderes de
lznportancia al menos en la medida en que ningn Estado est tan msatlsfecllo
que, al igua que Alemania tras el Tratado de Versailles, exprese su ~tisfaccin
Por medio de una polltica exterior revolucionaria . . . "El rasgo dist1.11t1vo de un
Poder revolucionario no es que se sienta amenazado ~ sentimient? es lnheren
te a las relaciones internacionales basadas en Estados soberanos- sino que nada
Pllede confirmarlo. Slo la seguridad absoluta -la neutralizacin del oponente-~ considera garanta suficiente, y asl el deseo de seguridad. absoluta de un poder
S!gnj!ica Ja absoluta inseguridad de todos los otros". CKissmger, A World Restored, pp. 12).
320 1
321
Poda ut1lizar<:c p<tt"') crear piel.as de negoc1~cin n bs convers<'cionc:s directas ,on lo<; 1 usos no habria ning1'1.1 .1cmrdo sobre trma!>
Lstralgic..is ni ie1:unocimic11tu de: lo~ ; imites rlt Eurn1>a Oriental, aclar Kissinger, sin un a~nerdo permanente Hcn;a d.:, tema de Berln
Poda utiliz.1rsc p.1ra ;ududr a negociar a los terceros: una de las
principales funciones de la "vinculacin" fue lu dt.' asegurar la cooperacin swietiC':i p;1~'\ '"'rminar con Ja guerra k Vietnam, retenic:rdo
d ')ALT y las '"'arreras comerci?ies mientras !v1oscu 110 pre!>ionara a
Hanoi para que moder>ua sus re4uerimientos para ll'l rese de~ fu.::go.
322 1 .JOHN
UWIS CA.Dl)IS
323
hab~ defendido la posibilidad de explotar las fisuras del bloque comumsta ya en 1948, y, desde entonces, eso era lo que se haba hecho
en las relaciones con Yugoslavia. Pero la principal rivalidad dentro
del mundo comunista, la que exista e ntre la Unin Sovitica v la
Repblica Popular de China, haba florecido abiertamente durante
ms de una dcada sin que se produjera ningn intento norteamericano significativo de sacar ventaja de ella. El problema haba sido que
las relaciones con Pekn eran, s i se quiere, peores que las relaciones
con Mosc: el resentimiento por el rol desempeado por China en la
Guerra de Corea an se haca sentir, al igual que la simpata de Pekn
y su ayuda a Vietnam del Norte. Ciertas consideraciones de la poltica
do~stica_ torn.aban imprudente cualquier idea de retirar el apoyo a
Chma nac1onahsta; lo que es ms, a mediados de Ja dcada de 1960,
China pareca decidida a aislarse del resto del mundo como consecuencia del quijotesco intento de Mao Tse-tung de buscar una revolucin institucionalizada. En consecuencia, poco o nada se haba hecho
por explotar el cisma sino-sovitico e n la poca en que la administracin Nixon asumi el gobierno.
A fines de la dcada de 1960, tanto Nixon como Kissinger haban
llegado a la conclusin de que no sera adecuado dejar a China permanentemente aislada. "Pensndolo a largo plazo", haba escrito Nixon
en 1967, "simplemente no podemos permitimos dejar a China eternamente afuera de la familia de naciones, para que se quede all alimentando sus fantasas, cultivando sus odios y amenazando a sus vecinos . Pero, antes de que el mundo pudiera cambiar su actitud hacia
China, ese pas tendr'-:i que cambiar su actitud hacia el mundo: China
podra ser reintegrada a la comunidad internacional solamente "come
una nacin grande y progresista, no como el epicentro de una revoluc.:1on m undial". Kissinger, escribiendo un ao antes, haba argumentado que ~se cambio poda ser posible: a pesar de la ostentosa militanc.1i.l ideolgica de China, sus lideres an no eran uependientes de sus
propias ourocrac1as, y por lo tanto podan tent:r una mayor ilexibilidad para cambiar s us polticas que sus contrapartes de la Unin Sovietica.54
Sn un discurso escrito para Nclson Rockefeller durante la campaa ele 1968, Kissinger haba p ropuesto aprender "a tratar imaginat1vamente con varios centros competitivos del poder comunista ... En
un sulil tringulo de relaciones entre Washington, Pekn y Mosc,
mejoramos las posibilidades de adaptacin con cada uno <le ellos v
s1multneamente incrementamos nuestras opciones con ambos". Si
embargo, al hacerse cargo del gobierno, la administracin Nixon an
~o tema ningn plan especfico de reconciliacin con Pekn, ni ningn
mdicio de que, si se ofrec1a alguna in iciativa de esa clase, sera recproca.ss *
324 1
Lo que concentr la atencin en el problema fue el desencadenamiento de la lucha entre fuerzas rusas y chinas junto al ro Ussuri
en marzo de 1969, lucha seguida de dscretas inquisiciones soviticas
referidas a cul sera la respuesta norteamericana si el Kremlin autorizaba un ataque preventivo contra las instalaciones nucleares chinas.56 Slo cinco aos antes. en la vspera de la primera prueba nuclear
china, Ja administracin Johnson haba considerado la posibilidad
de una accin militar conjunta sovitico-norteamericana contra ese
pas.57 Pero ahora la administracin Nixon adopt una postura radicalmente diferente. Actuando en consonancia con la teora de Kissinger que afirmaba que en una relacin triangular lo mejor era alinearse con el antagonista ms dbil y no con el ms fuerte, Nixon anunci
a un incrdulo gabinete, el 14 de agosto, que Estados Unidos no permitira que China fuera derrotada en una guerra sino-sovitica. "Lo
peor que puede ocurrir para nosotros es que la Unin Sovitica engulla a China roja", explic varios das ms tarde. "No podemos permitir que eso ocurra ... No estamos haciendo esto porque amemos a los
chinos. Simplemente debemos asegurarnos de que Estados Unidos
juegue ambas cartas".~
Era sta una posicin notable para adoptar antes de que los contactos diplomticos de alguna importancia se hubieran producido entre Estados Unidos y China y. por lo tanto, antes de que Washington
supiera cul sera la reaccin de Pekn. Reflejaba la suposicin, coherente con la revisin de intereses y amenazas realizada por la administracin Nixon.'dc que la seguridad norteamericana requera el mantenimiento de un equilibrio mundial de poder. de que China era crucial
para ese equilibrio y de que por lo tanto Estados Unidos tena gran
inters en la supervivenc;ia de China, independientemente de la clase
de rgimen que hubiera en el poder all. La idea era tanto hacer
pensar a Mosc que estaba en marcha un acercamiento sino-norteamericano como lograr ese acercamiento: tal como Kissinger le escribiera
a Nixon tras sostener una conversacin con el preocupado embajador
sovitico Anatoly Dobrynin, "no hay ninguna ventaja en confirmar
demasiado a los ~oviticos " .S9
Sin embargo, en realidad los chinos -adeptos por s mismos a Ja
poltica triangular- respondieron. y dos aos y medio ms tarde,
Nixon se cncontro recitando los poemas d.: Mao Tse-tung en el Great
Hall of Pcopk de Pekn. Kissinger insisti repctidamenk en que ~a
nueva relacin sino-norteamericana no estaha dirigida contra Moscu:
eso. reconoci ms tarde, era "la convencional pacifo:acin de Ja diploCuentes europeas orientales, de que Estados Undos est.aba "explorando" ~~
aproximacin cQn China. "La maniobra" recuerda Kissingcr, "se intent_ P
inquietar a los soviticos y con seguridad -dadas las preocupaciones de Nix0 n:
con el obJeto de proporcionarles un incentivo pam que nos ayudaran a terrn
nar con la guerra de Vietnam". (Wlutc House Years, p. 169).
1 325
macia por medio de la que el blanco de una maniobra recibe un reaseguro forma l tan dirigido a inquietarlo como a calmarlo, y que en realidad sera un fracaso si fuera creda". Al mismo tiempo, no obstante,
acentu con igual fervor la necesidad de eludir la posibilidad de dar
a los chinos poder de veto sobre las relaciones de Estados Unidos
con Ja Unin Sovitica: "no desebamos descartar la posibilidad de
un genuino relajamiento de tensiones con la Unin Sovitica si es que
poda lograrse". La idea era avanzar sobre una cuerda muy fina: no
tentar a ninguno de ambos bandos a tomar re presalias o a chantajear,
no dar la impresin de que Estados Unidos estuviera "usando" a cada
uno de ellos en contra del otro. "La hostilidad entre China y la Unin
Sovitica serva mejor a nuest ros propsitos si mantenamos con cada
una de ellas una relacin ms estrecha que Ja que mantenan entre
s. El resto poda ser dejado en manos de la dinmica de los acontecimientos".ro
Es dificultoso pensar en cualquier otra cosa que Ja adminis tracin
Nixon pudiera haber hecho para producir un cambio .ms dramtico
en las relaciones de poder mundiales, que representara para Estados
Unidos un beneficio mayor o un costo menor. Por primera vez desde
la Guerra de Corea, eran los rusos y no los norteamericanos quienes
se enfrentaban con rivales ms decididos a contenerlos que a contenerse mutuamente. Como consecuencia, Nixon y Kissinger haban
podido, incluso antes de consumar formalmente la nueva relacin
sino-norteamericana, abandonar el f).ntiguo estndar de las "dos guerras y media" uhlizao desde la administracin Kennedy para calcular los requerimientos de la fuerza convencional.* "Creo que un ataque simultneo del Pacto de Varsovia en Europa y un ataque convencional chino en Asia es improbable", haba escrito Kissinger a Nxon
ya en octubre de 1969. "En cualquier caso. no creo que es~ ataque
simultneo pudiera ser enfrentado con fuerzas de infantera" Por lo
tanto recomend, y Nixon lo acept, depositar la confianza de all en
ms en el estndar de "una guerra y media": fuerzas convencionales
capaces de enfrentar agres;ones de importancia en fa.tropa o en As'a.
pero no en los dos sitios al mismo tiempo t.1 La poltic<:1 triangul:3 1
haba posibilitado el avance hacia la antigua meta de Dullf"s --mxima disuasin con costos mnimos-. pero no por medio de la amLOaza
de escalada, sin embargo, !>ino por el simplc enfoque hecho posibl
por el triunfo de la geopoluca sobre la ideologa, de reducir cl nmero de adversarios que deban ser d isuadidos.
Esta reduccin de adversarios, a su vez. posibilito un cuarto
elemento clave de la estrategia Nixon-Kissingcr: una disminucin de
0
326 !
los compromisos norteamericanos en el mundo, formalmente expresada en lo que lleg a ser conocido como la Doctrina Nixon. Entregada primero a u~a inf.~rmal conferencia ,de prensa de Guam en julio
de 1969, la Doctrina N1xon, tal como mas tarde fuera refinada por
la Casa Blanca, constaba de tres proposiciones:
Primero, Estados Unidos mantendr todos sus compromisos de
tratados.
Segundo, suministraremos proteccin s i un poder nuclear amenaza la libf'rtad de una nacin aliada con nosotros o una nacin cuva supervivtncia consideramos vital para nuestra seguridad.
Tercero, en casos que involucren otros tipos de agresin, suministramos asistencia militar y econmica cuando se Ja requiera
en concordancia con nuestros compromisos por tratado. Pero
confiaremos en Ja nacin directamente amenazada para que asuma la primordial responsabilidad de suministrar el poder humano necesario para su propia defensa.
Ms tarde Kissinger generaliz la doctrina en la afirmacin de
"que Estados Unidos participar en la defensa y c!l desarrollo de aliados y amigos, pero no puede -y no quiere- concebir todos los planes, idear todos l9s programas, ejecutar todas las decisiones y asumir
toda la defensa de las naciones libres del mundo". Estados Unidos
<lana prioridad absoluta a s us propios intereses: "Nuestros intereses
deben moldear nuestros compromisos y no a la mversa".62
Como se haca cargo de los compromisos existentes, la Doctrina
Nixo:l hizo pocas modificaciones inmediatas con respecto a Asia. Pero
como indicador de cambios en una estrategia global a largo plazo,
era signifkativa Constituy el primer reconocimiento oficial de lo
aue Johnson haba reconocido tcitamente en 1968 cuando rechaz el
='edido de Westmoreland de que se enviaran otros 260.000 soldados a
''ietnam: que Estados Unidos no poda permitirse la proliferaci~n
' ndefinida de los comprom1sos forneos, y luego pretender cumphr
.: on e.los de una manera y con tit:'mpos decididos por el adversario.IJ
,os recursos ~conmicos y humanos- no eran inagotables: al ~al
1Jue Eiscnhower y Dulles despus de la guerra de Corea, Nixon y J(is~mger. tras Vietnam, proclamaban su propio "New Look" bajo la for'Tla de la determinacin de recuperar la iniciativa por medio del desp1azarniento de la arena de la competencia a un terreno ms favorable
.Jara Estados Unidos.
327
La ms obvia manifestacin de la doctrina Nixon fue, por supuesto, el retiro gradual de las tropas norteamericanas de Vietnam
del Sur. Con una constancia que sorprendi {pero no gratific) a sus
crticos, la administracin, desde mediados de 1969 hasta los acuerdos
de paz de Pars de enero de 1973, retir las tropas norteamericanas de
Vietnam a un promedio ms o menos semejante al de su introduccin
entre 1965 y 1968. Este retiro se desarroll, en general, independientemente de las demostraciones antiblicas domsticas, de las ofensivas
norvietnamitas, de los avances de Ja "vietnamizacin" o de las perspectivas de paz. Sin ~mbargo , ejercieron sobre l gran influencia los
clculos de cunto ms tolerara el Congreso la presencia militar
norteamericana en ese pas sin actuar por su cuenta para terminar
con ella.64
Paradjicamente, este proceso de retiro gradual en realidad ampli la flexibilidad de Nixon con respecto a Vietnam, al menos en el
sentido tctico. Las proclamas que dejaban traslucir la intencin de
desembarazarse de la guerra podan ganar tiempo ante las crecientes
presiones destinadas precisamente a lograr esa retirada. Tambin podan obligar a Saign a asumir mayores responsabilidades con respecto a su defensa, gesto bastante improb<tblc mientras fueran los
norteamericanos quienes estuvieran a cargo de todo. Ms importante
an, el retiro de tropas posibilit a la administracin continuar la
guerra en trminos ms favorables que antes. Johnson y sus asesores
a menudo haban considerado la posibilidad de invadir Cambodia,
atacar a Ho Chi Min en Laos, minar el puerto de Haiphong y bombardear Hanoi, pero s iempre se haban refrenado por temor a provocar
una intervencin china.65 Ahora, con China al borde de una nueva v
ms amistosa relacin con Estados Unidos, Chou En-lai hizo sabe.r
discretamente que esas escaladas tcticas en defensa de una retirarla
estratgica podan llevarse impunemente a cabo.66 As. Nixon pudo
hacer ms en Vietnam con 50.000 soldados que lo que Johnson logr
con 500.000: fue un revelador comentario sobre Ja no siempre obvia
relacin que existe entre los niveles de fuerza y Ja libertad de accin.
Pero cmo poda Estados Unidos reducir sus compromisos er.
el mundo sin dar al mismo tiempo Ja impresin de debilidad v sin
arriesgarse a s ufrir la humillacin que Nixon y Kissinger, al igual que
sus predecesores inmediatos, tanto teman? Su respuesta -y ste fue
el quirito elemento de importancia en su estrategia- puede haltarsee_n esta tcnica de cubrir las retiradas estratgicas con escaladas tcticas: la idea era demostrar que Estados Unidos poda actuar si as
elega hacerlo, y crear por lo tanto ciertas dudas en la mente de lo~
adversarios con respecto a si lo hara o no. La incertidumbre en s
lllisma se convirti en una disuasin, tanto como lo haba sido um.
dcada y media antes dentro de la estrategia de la "represalia" de
Dul!es: la administracin se dispuso deliberadamente a mostra1se
328
1 329
capaz de embarcars_e e n. acciones impredecibles, impopulares e incluso aparentemente irracionales para que su pode r siguiera siendo
creble.
No era necesario recordarle a Nixon las virtudes de la impredecibilidad. Haba sealado aprobatoriamente, ya en 1953, los consejos a
este efecto que diera el presidente de Corea del Sur, Syngman Rhee
( quie n se las arreglaba para ser impredecibl al tratar con todo el mun.
do ) : "Cuanto ms viaj y a prend en los aos subsiguientes, tanto
ms a preci cun sabio haba sido ese anciano". Sie mpre haba admirado, y despus de 1963 ha ba procurado em ular, la interpretacin de
Charles De Gaulle acerca de que el lder, para conse rvar su poder,
debe proyectar un aura de misterio, incluso de mito, sobre aqullos
que lo rodean. " Lo nico que tema e ra que se lo c reyera dbil", recordaba Kissinger, y, "cuando suprima sus instintos que tendan a una
respuesta sanguina ria, s ie mpre buscaba otro sitio donde demostrar
fue rza". Nixon se jactaba de manera extravagante de haber tenido
la fuerza de actuar e n Vietna m de mane ras en las que Johnson no se
hubiera atre vido: "Lo que me distingue de Johnson", escribi a Kissinger, "t s que yo tengo una voluntad de hier r o '' . Y, en marzo de 1973,
registr gozosamente en su diario el comentar io de un prisionero de
guer ra recientemente liberado acerca del bombardeo de Hanoi de
tres meses antes: "los norvictnamitas realmente pensa ban que el
presidente estaba loco ... E ra a bsoluta mente esencial para ellos creer
cso".67
Tambin Kissinger c rea que era ventajoso proyectar incertidum
brc. pero desde u n punto de vis ta ms. terico. Su famoso libro de
1957. Nuclear Wea po11s antl Foreign Po licy , habfa defe ndido elocuentemcnLe una estrategia basada en amenazas ambiguas ; una dcada
ms tarde, haba sealado que, con p rops itos de disuasin, "un
.'>luff tomado e n serio es ms til que una amenaza seria tomada como
un bluf{". A principios de 1969 haba s ugerido a Nixon que la incertidumbre con respecto a las intenciones nor teamericanas poda hacer
que ~os rusos se mostraran ms dispuestos a negociar; algunos ~os
ms tardt. observ qu, ..il tratar con Moscu, "el silencio e ra el mejor
numo intermedio entre Ja confirmacin, que sera estril, y la intran
~igcncia, que puede llegar a resultar provocativa". Ret rospectivamente
defendi la decision Je enviar una fuerza a la bah;a de Bengala durante la guerra indo-pakistaa de t 971 an te la acusadn q ue se le h_acfa
de 1c~1n irracional: "no nos comprometi a ninguna actuacin final,
pero cre p recisamente el margen de incertidumbre necesario para
forzar una decisin (la de no invadir Pakistn) de parte de Nuev~
Dclht v de Mosc". Y, 11na vez ms, con referencia a Vietnam de
Nvrte: 'Los en fre ntam icntos terminan cuando el oponente decide que
.oc; nesgas no compensan por el objetivo y por eso los riesgos deben
sc1 .>1errprc altos e incalculables".68
330 1 JOHN
IZWIS CA.DDIS
NXXON, KISSINGER Y LA
ec1s1ones en sus p
rop1as manos en un grado sin precedentes.
l.a_ desconfianza con respecto a las burocracias no era al
para mnguno de ambos hombres. Nixon lleg a la prcsidenci~c~uevo
d:~ las sospechas del observador crnico: estaba convencido d n toe epartamento de Estado no era digno de confianza d
e que
estaba plagada de "liberales ivy league", de que el mfs!~e la b~IA
no estaba colmad~. de demcratas del establishment de la Cost~ E~t'
que, tal como lo d!J a su nuevo gabinete, "se dedicarn a sabotea
e
desde adentro o s1 no se quedarn tranquilamente sentados men=
se l_es paga para esperar que las nuevas elecciones les devuelvan a s
antiguos patrones". La actitud de Kissinger era menos visceral
us
no ~enos. escptica. Durante aos haba incluido en sus escrito~ ~~:~
t~s mvectn.:as contra las burocracias: "La motivacin de una burocra~1~ es la busqueda de su seguridad", haba escrito en 1957 "mide el
xito por los errores que se evitaron y no por los objetivos acanzados
se en?drgullece de la objetividad, lo que implica una negativa de l~
neces1 ad de una gran concepcin". Y, en 1966:
La bu~o.cracia absorbe las energas de los ejecutivos que deben
reconc1har lo esperado con lo que ocurre; el anlisis del lugar
~n el q~e uno se halla supera la consideracin de dnde debiera
ir. Servir a la maquinaria se convierte en una ocupacin ms
absor~ente que la de definir sus propsitos ... La atencin tiende
a desviarse ~el acto de _eleccin -que es la ms importante prueba de capacidad de gobierno- hacia la acumulacin de hechos ...
La certeza se compra pagando el precio de la creatividad.
"No me pareca accidental", seal Kissinger en sus memorias
"que la mayora de los grandes estadistas hubieran estado enzarzado;
en u~a lucha permanente con sus expertos de las oficinas de asuntos
~xt~nor~s, pues el alcance de la concepin de un estadista desafa la
mchnac1n de los expertos hacia los riesgos mnimos" .11
~ e.~periencia ~e Nixon-Kissinger no fue una excepcin. La "vinc~lac1n era esencial dentro de la nueva estrategia de la administra
c1n, pero lograrla requera la capacidad de evaluar los temas separa
dos estableciendo entre ellos relaciones, cierto sentido de la oportuni
d_ad Y de la pri~r!dad, la disciplina necesaria para hacer cumplir con
f~eza las ~ec1s1ones. La burocracia no posea ninguna de esas cualidades en aoundancia. Organizada metdicamente en unidades regionales y funcionales, tena una irresistible tendencia a compartimentar,
DtivrrE 1
331
J32 1 JOHN
LEWIS CADOIS
. .
"
que se embarcab
en 1scus1ones publicas solan ignorar las negociaciones p d
an
s'~ rea riza b an a ~us espaldas. Ocasionalmente, el sistema poda
nva asr qu e
c1r ef~ctos cxtranos: el presidente y el ministro sovitco de Rcla~i odu~xtc;iores, Andrci Gromyko. conspirando para retener inform o~cs
Y evitar que se enterara el prmcr secretario de Estado d ~~n
(ahora poco recordado), William P. Rooers el uso de co
e ixon
1 . 1
C>
,
rreos pers
n~ es, me uso docu~~ntos manuscritos. para evitar los riesgos im
P citos en Ja transm1s16n de informacin por medio d 1
.
1 . 1
.
e os canales
convenc10na cs. e descubnm1ento, en cierto momento de un ..
. ..
en el personal de Kissinger,_ reclutado nada menos que' por un c:s:;
0
t?n au~usto _como el de. .tos JC'fcs de Estado Conjunto. Kissnger ad!it~~ qu~ no era ese un sistema que pudiera tolerar Ja institucio r _
c1on. Pero, da<l~s lo5 riesgos implcitos, las personalidades y lona iza_
blemas, la confianza en los "canales traseros" pareca apropia~ pro
es~ momento : el "i>nfoque aci?1 inistrativo de Nixon era extrao, y s~~
cos:os human<)~ poco atractivos, aunque la hstoria tambin debe
rcg1~trar el hcc.ho fundamental de que se produjeron xitos de importancia que ~ub1eran sido inalcanzables por medio <le los proc<'dimientos convenc1om:iles".74
Paz de
.,
333
la percepcin de los medios ~~mo limita?os, y la necesidad, en c~mse. d e desplazar la locac1on .v el caracter de la respuesta nac10nal
cuenc1a,
alejndola de las provocaciones de la otra parte, para que esa parte
no tuviera as la iniciativa y no pudiera agotar los . recursos norteamericanos Slo cuando los medios se crean. expand1bles --como en
el caso de la administracin Trumao despues del NSC-6~. o ~n las
administraciones de Kenne<ly y Johnson- se tornaba factible ,ta .respuesta simtrica: en ambo<> caso<;, sin embargo. los co~tos .p:act1cos
que implicaba implemen1ar lo qu<.' pareca t.ma estrategia_ teoncamente defendible acababan pO" soca\'ar esa misma cstrateg_ia, re~ultado
que finalmente conduca, con el tiempo, otra vez a la as1metna.
IV
Simtricas o asimtricas, las cstratt.:gias. si es que desean tcm:r xito,
debc.:n ser capaces de lograr l'I respaldo del pblico y del C~ngreso.
Nixon y Kissinger se abocaron a esa tarea de m~ncra ~~xtranamentc
amhivalente. Por una parte, tstabkeicron los hncam11:ntos de _su
estratc.:gia con un candor y una claridau inigualados por c_ualqu1er
otra administracin de posguerra. Sin embargo, esta actitud era
paralela a una confi:rnzn sin pr<'<.t' cicnfl.<; cn. e.I. ~ecrcto - v a _ve~cs
con el en<Yao- en el nivel tctico. La supos1cron parece habc1 sido
que, aum~ue e.l. pblko v sus n.:presc11tanl~~ tcn:n. ~1...:ech~ a sabe~
en qu direcc1on general :narch:lba la nac1on, los ;mc1os . en cuant
a cules -ran las 111ecliclas mc; apropiadas p.ua ello debtan quedar
en rn~no'i de Jos que estaba:1 arriba. con minima in.terfcrcncia de> l~s
Era ~tc ;.m enfoque meJOr cakubdo ~a1 a
q ue se hallaban ms abajo.;
1
facilitar Ja :nnovacio11 que
para prvduc1r
d ent11~1a!>i:no
uc
aquc llos
que necesariamente ignorahnn como se haban produc1clo ~s~s logres.
Dur;)ntc sus prmcra" pol.ts en l:l .1clministrac~>n. K1ss1Pger ha
ba propuesto emitir en nombre dl'I prcsillcnte un tnforme. ~nu~I de
poltica exterior. comparable a las "ckclar;lcinnes de pos1c1~. . ?e~
Departamento de Oefen<;:t que 'mha neac.lo ~kNama~a . pn~~rpios
de Ja dcada de 1960. F.! informe servira, rC'cordnbn K1ss1ngcr, como
lineamiento conccp1unl de l:l poltica exterior desarrollada poi el
presidente, como informc acerca dL' .nuesti,-o sta~us Y como _:igenct~ c~e
accin. Guiara a nuestra hu rocrn1.:1a !r s11nultaneame~te 1~~~~rn:ana
a los gobiernos extranjeros acerca de nuestro pensamiento : Prcpa1:ssing1.:1 y su .st~11
.. , los uatro
~
. mforme-;
.
ra<los casi. en su to taJ'1ca d por K""
emitidos entre 1970 y 1973 -cada uno de ellos ele c~s1 dosc1e~tas
pginas de extensin- constituan un serio y franco esfuerzo de.stinado a explicar las su posicione~ geopolticas bsicas que. suby~cian al
enfoque que la administracin tena del mundo. El pnmc~ i~forme
estableci el tono al afirmar cndidamente que "nuestro obJet1\o. en
334
enu o antes de qu h b.
ugar os acontecimientos que p b1
e u teran tenido
M
. .
os1 titaron su concrecin n
s tarde K1ssmgcr admiti
l
.
.
exterior probablemente no h b' q~e os informes anuales de poltica
S<'S conceptuales de la estra~e~~n d~g~:do ex_p~esar ~! pblico las ba.
e~an los medios de difusin
.. .
adm1.nistrac1on. El problema
:Vietnam, buscando noticias ~e~~e . slo ~ubnan la seccin acerca de
ignornndo el resto por no
.~c1onales. o errores de credibilidad e
nombramiento como secret~~ns~ e~arlo digno de difusin".7& Tras su
los informes dedicndos
no e . stado en 1973, Kissinger abandon
.
e en cambio a pro
1
~u~c1ar una serie de cornp e.1os pero no menos cndidos .
ear su estrategia -con
1 dd1scursos pubhcos destinados a expliresu ta os no mucho
.
pred ecesores para explicar abienam
m .y ma.s seno que sus
de lo que la administraci
. ente los ltneam1entos generales
n pretcndia hacer.
obstante, este candor no
.
.
.
ve! t~ctico. La :idministraci11 b scbexten.d1a de ninguna manera al ninonretnamitas en Cambad
om ~rdeo secretamente los santuarios
las afirmaciones pblicas ta ha pb~rtir de marzo de 1969, a pesar de
.: 1a neutralidad
.
con ,., ~
1.a
de ese que
. Ua 1a hecho
_ . . cspt:cto a que rcspctapecto al 1e:im::11 d" Allendpcais. ch.el ngnno s1m1la1 Se;> produjo con res~
'"
en
1 i.: "r
1.
.
esta en c11 <>tin'' escrb K.. .
-a cgitumdad del g<.>bierno no
.
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ISSlnC7er en '] .
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c1ones traJiciLinal"s" so U
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s qwcne~ perturber11os las rela-.,
na vez mas du .
1erno en lo que J
1:'
335
336
V
Si se observan las definiciones de intereses, las percepciones de amenazas, las formulaciones de respuestas o sus justificaciones pblicas,
se vern notables semejanzas entre los enfoques de la contencin
defendidos por George Kennan a fines de la dcada de 1940, y por
Henry Kissinger a principios de la dcada de 1970. Ambos adheran a
una concepcin multidimensional del poder en el mundo. Ambos insistan en que los medios eran limitados, y en que deban establecerse
distinciones, por lo tanto, entre los intereses vitales y los perifricos.
Ambos consideraban que la Unin Sovitica, y no el comunismo internacional, era la mayor amenaza para esos intereses. Ambos procuraron
contener esa amenaza por medio de la respuesta asimtrica: confiando
en la diversidad para mantener el equilibrio de poder, explotando las
fisuras dentro del movimiento comunista internacional, combinando
presiones e inducciones para tratar de producir cambios en el concepto sovitico de las relaciones internacionales. Ambos crean en dejar
la conduccin de la poltica exterior en manos de una lite profesional, presentando al Congreso y al pblico solamente lineamientos
generales de esa poltica. Tambin, por cierto, existan diferencias. La
autoridad de Kennan durante la administracin Trumao jams se
aproxim a la autoridad de Kissinger d urante el gobierno de Nixon.
Kissinger centraliz los procesos de creacin e implementacin de
poltica mucho ms qut! Kennan. Por cierto, Kennan careca del notable instinto de Kissinger para la supervivencia burocrtica. Pero es~s
diferencias eraP primordialmente personales, de procedimientos Y circunstanciales: en cuanto a Ja sustancia poltica, en cuanto a los presupuestos subyacentes que informaban el enfoque norteamericano del
mundo, la congruencia de ambos puntos de vista t::ra impresionante.
No existen evidencias de que Kissinger se basara consciente
mente en las ideas de Kennan para la planificacin de la poltica a
Para
pp. 323-324.
Wl
1 337
Captulo X
Implementando la dtente
El grado de xito de la estrategia de Kissinger se convirti en tema
de intensas discusiones, sin embargo, para el momento en que la
administracin Ford dej el gobierno. Los crticos de la comunidad
intelectual acadmica, nunca bien dispuestos a perdonar la asociacin
de Kissinger con el desagradable Nixon, lo acusaban de inconsistencia
conceptual, de una proclividad al show y no a la sustancia, y de la
tendencia a considerar el mundo desde una miope perspectiva "sovietocntrica".1 Los ms importantes demcratas, ansiosos por hallar un
tema que les permitiera recuperar la Casa Blanca, acusaban a Kissin
ger de haber permitido que la fuerza militar norteamericana decayera,
y de insensibilidad a los derechos humanos.2 Los republicanos de derecha se hacan eco de esas mismas quejas, e incluso se las arreglaban
para incorporarlas a su plataforma de 1976, a pesar de las objeciones
de su nominado, Gerald Ford.3 Por lo tanto, la dtente estaba muy a
la defensiva para el momento en que Kissinger abandon el control
de la poltica exterior norteamericana a principios de 1977; como
haba sido frecuentemente el caso en el pasado, las crticas producidas durante la campaa se convertiran, en su mayora, en la base
sobre la cual la nueva administracin de Jimmy Carter definirla su
visin del mundo durante los aos subsiguientes.
Estas acusaciones se redujeron a cuatro puntos principales, aunque no todos los crticos les adjudicaron igual peso: l) que la "vinculacin" no haba producido los resultados prometidos por la administracin; 2) que el equilibrio militar global se haba desplazado a favor
de la Unin Sovitica; 3) que la excesiva concentracin sobre las relaciones con Rusia y China haban conducido al descuido o Ja distorsin
de otros temas conflictivos; y 4) que no se haba hecho ningn intento
para mantener la base de principios m orales sobre la cual deba descansar la poltica exterior de Estados Unidos si es que deseaba tener
el respaldo intereo y el respeto del exterior.
Cada una de estas crticas debe ser examinada por separado con
el objeto de evaluar su validez, pero al hacerlo es necesario tener
Presentes cie1tos lineamientos. Es necesario diferenciar las situaciones heredadas por Nixon y Kissinger de aqullas que ellos mismos
crearon. Es necesario diferenciar los acontecimientos que estaban dentro de su capacidad de control de aqullos que la trascendan. Es
339
C:llllDJS
egia
s~_gun os o Jet1vos 11~puestos por s us arquitectos, y no segn algun mt.irco_ de referencia externo que ellos no impusieron. Finalmente
c_s ne_cesano atender adccuada~cnte a los pro~Iemas de lu persona~
It_d~d. al hecho de que la moralidad y I?. amoralidad, .!l idealismo y el
l;J01smo,
e l candor
y e l engao y, e11 el caso de Nixon incluso la s a b1, .
.
d ~na geopoht1ca y la corrupcin criminal, pueden coexistir en la
misma persona,
y tambin dar forma a elementos interrelacionad
os
.
.
d e una misma
estrategia.
I
C~alqui~r ~valuacin retros pectiva del enfoque de Ja contencin de
N1xon-K1ssmge~ debe comenzar por su pieza central: Ja suposicin
Je que era posible lograr, con el tiempo, que la Unin Sovitica llegara a aceptar las restricciones y las responsabilidades de un orden
mundi_al est~ble por medio de esa sotisticada combinacin de presio11e!; e mduccmnes conocida como "vinculacin".
Tal como describiera ms tarde esta estrategia un crtico levemente pater~af,ta: "El ,s? deba ser tratado como una de las palomas de
~- F. Skmner: habna incentivos para la buena c onducta, recompensas
<;1 esa conducta se produca, y castigos si no se produca".4 No hay
<lud~s de que tanto Nixon como Kir.singer concibieron originariamente
la detente _de ~sa manera: la idea, escribi Nixon, haba sido "comprome ter los rntere.ses sovit kos de tal manera de incrementar su apuesta
por I~ estabilidad _internacionnl y e l status quo. No se pe ns que esas
n.!!ac1ones comcrc1alt!s, tcnicas y cientficas pudieran impedir por s
1~usmas las confrontacionl!s o las guerras, pero al menos tendran que
f1gur.\r ~n ~l balance de ganancias y prdidas siempre que los soviticos :-e smticnu1 tentados de caer en a lguna aventura internacional".
"Lo c.ul.! deseamos", dijo Kissinger a la Comisin de Relaciones Exterion,., del Senado en 1974, "independientemente de las intenciones sovtE:ticas, es servir a la paz por medio de una sistemtica icsistencia
a la!> p! esiones } conciliadoras respuestas a la condu<:ta moderada".5
. '-;m embarg~, en el mome nto en que Ford y Kissinger dejaron el
gobierno tres anos ms tade, haba motivos para preguntarse hasta
qu punto haba cambiado la conducta sovitica. Los rnsos, para en
tunees, h~b1~n: 1) tolerado sin advertir a Washington un ataque sor
presa Je ~g1pto a Israel t.n 1973; 2) suministrado ayuda y estmulo a
los comumstas de Portugai tras la revolucin producida en ese pas en
974; 3) no ~b1an hecho nada por impedir que -v'ietnam del Norte
arrasara a Vietnam del Sur en 1975 4 \ hahan usad..l tropas cubanas
!MPI..EMESTANOO LA DTENrE
1 341
342 1
de que Nixon aclarara a Brezhnev, en la cumbre, que el futuro progreso de la dtente dependera de la consecucin de esa paz.7
El pensamiento determinado por el deseo era el de creer que
stos no haban sido acontecimientos aislados sino que indicaban la
disposicin de Mosc a sacrificar oportunidades en el Tercer Mundo
en funcin de los beneficios que podan obtener a partir de los contac.
tos econmicos, el control de armas y la relajacin de tensiones que
se daran a travs de la dtente.
En realidad, no obstante, no haba manera de probar que esta
aplicacin de presiones vigorosas pero asimtricas haba funcionado:
como en el caso de la estrategia de disuasin asimtrica de Eisenhower dos dcadas atrs, era difcil establecer la relacin existente entre
causa y efecto. Bien poda ser que los rusos no hubieran pretendido
nunca cuestionar el "entendimiento" de Kennedy y Kruschev por
medio de la prohibicin de armas estratgicas en Cuba. Tal vez los
sirios y los hindes jams haban tenido los planes malevolentes que
les atribua la administracin Nixon. Por cierto, Kissinger lleg a
creer que los rusos haban dicho la verdad cuando alegaron que su
influencia en Hanoi era limitada. Resulta curioso que una administracin tan impresionada por las evidencias de fragmentacin dentro del
movimiento comunista internacional confiara, en el grado que lo
hizo, en la capacidad de Mosc de regular la conducta de sus clientes de otras partes del mundo. Toda la teora acerca de la cooperacin
norteamericano-sovitica des tinada a "manejar" las crisis del Tercer
Mundo dependa de la persistencia de la primaca de las superpotencias, cuando en realidad su autor idad -la de ambas partes-- se marchitaba rpidamente.
Tambin se plantea esta pregunta: por qu los rusos deban
cooperar con el manejo de estas crisis, aun cuando hubieran podido hacerlo? No era un secreto que pensab an que la dtente no
significaba el fin de la competencia entre soviticos y norteamericanos en el Tercer Mundo, sino slo un acuerdo para que esa rivalidad
no llegara a niveles peligrosos. Tal como Erezhnev lo expresara
en 1972:
El PCUS (Partido Comunista de la Unin Sovitica) siempre ha
sostenido, y sostiene. que la lucha de clases entre los dos sistemas ~l capitalista y el socialista- en el terreno econmico, Poltico y, por supuesto, en el terreno ideolgico, persistir. Eso es
lgico ya que la visin del mundo y los objetivos de clase del
socialismo y el capitalismo son opuestos e irreconciliables. Pero
lucharemos por desplazar esta lucha histricamente inevita~le
hacia un camino libre de los peligros de la guerra, de los conflictos irreversibles y de la descontrolada carrera armamentista.'
motivacin
Lo que es ms, e independientemente de cualquier
b
d
ideolgica, no se poda esperar que la Unin S~vi t~ca tra aJara e. d para sacar a Estados Unidos de las situaciones ~n. las que
mas1a o
'd "La umca
, .
b ene fietada con
su propia miopa lo haba comprometl o.
.
S . . .. d
la continuacin de la guerra de Vietnam es la Unin. ov1 ttca ~ 1~
ti Nixon ante Chou En-lai en 1972. "Ellos n?s qweren atados :
:
obstante, la administracin persisti en su intento ~e conse~ir
la ayuda de Mosc para impedir no slo una escalada, s~no tambin
el agotamiento y la incomodidad. Los lderes del ~remhn, tal como
astutamente haba previsto Nixon, no estaban dispuestos a llegar
tan lejos.
Quedaba la opcin de ignorar las crisis del 1:ercer Mundo que
fueran perjudiciales para los intereses norteamenc~nos, o de. escalarlas al punto de dar a los rusos suf~c~ente inc~n~1vo para CJe_rce~
la restriccin. La administracin prefm esta ltim~ alternativa,
tal como lo demostraron sus acciones en Cuba, Jorda~ia Y en la guerra indo-pakistan ~jemplos ms obvios fueron el rrunado del puer
to de Haiphong justo antes de la cumbre de Mosc de 1972-:- Y ~a
autorizacin de Nixon de un alerta militar global para disuadir
la actuacin unilateral de Brezhnev destinada a ~orzar un cese de
fuego en la guerra rabe-israel en 1973.11 Por exitosas .que p~edan
haber sido a corto plazo, esas tcticas planteaban el mismo dilema
que babia aquejado a la aplicacin que hiciera Eisenhower de la
respuesta asimtrica dos dcadas antes: se recurra a la escalada
para impedir la escalada, y as se corra el riesgo, si la otr~ parte no
retroceda, de producir precisamente aquello que se hab1a deseado
impedir.
Un segundo problema de la "vinculacin" como herramienta de
modificacin de la conducta era que supona un estrecho control
sobre las presiones e inducciones que deban aplicarse. A pesar .de la
centralizacin sin precedentes que Nixon y Kissing_er log_raron unponer dentro del Ejecutivo, ese control no se produjo f~1lm<:nte. Las
burocracias seguan generando su propio impulso, en direcciones no
siempre coherentes con la poltica de la Casa Blanca. En el ~ongreso
se plantearon dificultades todava ms serias, ya q~e los leg1slad?res
insistan en poner su propio precio por las conces~ones econm.~c~s,
ms all de lo que Nixon y Kissinger crean apr~p1ado para l~ vmculacin", reduciendo al mismo tiempo la autondad del presidente
"Durante el periodo de crisis estos elementos que sirVen para dar ~t!
la politica ~tornan sbitamente fiuidos. En el tumulto resultante, el
debe
344
lac1n .. ya no exista
.
b"
para sostener su implementaciamen. . Una
las
por las
los rusos se haban
hdc1a la de~ente hab1a sido, en primera instancia, el deseo de ref
su economia notoriamente ineficiente con importaciones de arorzar
tos Y. tecnolog~ procedentes de Occidente. Plenamente consctC:~~
de la 1mportanc1a que Mosc atribua a este objetivo, Nixon y Kssinger _p~ocur-,iron extraer dos beneficios de l: integrar la economa
sov1~tica a la de Occidente en tal grado que fos rusos tuvieran pocos
motivo~ para. trastornar el status quo internacional y, contradictoriamente,_mduc1r la cooperacin sovitica por medio de la extensin d
concesiones econmicas slo en el caso de que stas funcionaran com~
recompensa de la buena conducta. Por lo tanto, resolvieron posibilitar_la venta de cereales, acordar el tratamiento de "nacin ms f
rec1da". ( MFN) y crditos del Export-Import Bank, pero solam::~
a camb1? ~e un resultado exitoso de la cumbre de mayo de 1972. Tal
c~mo .. Kissmger lo expresara ms tarde, la Casa Blanca estaba decidida a. que el comercio siguiera al progreso poltico y no a que lo
anteced1era"_ll
Esta estrategia sufri dificultades casi inmediatamente. El Departa~ento Come~cial, reflejando la unilateral preocupacin de la
comun~da~ comercial co:i _respecto a las exportaciones para la URSS,
se nego. a 1mpn?er cond1c1ones al comercio, que tenda a considerar
c?mo. fm en s1 mismo. El Departamento de Agricultura permiti
sllenc10samen~e que los rusos compraran cantidades masivas de trig? nortea?1encano a. precio bajo durante el verano de 1972, complac1en~o as1 a los agricultores pero reduciendo cualquier posibilidad
de .~1~~ular es~s ventas con las concesiones polticas. As, la "vinculac1on requena dentro de la burocracia una coordinacin mayor
mcl':1so que la que la muy cen tralizada administracin de N ixon
pod1a lograr. Pero el problema ms grave se produjo en el Congreso,
don~e el !>enador Henry Jackson, en octubre de ese ao, propuso una
enn:i.1en?a d~l rrade ~ef?,rm Act, e!1mienda que negara la categora
d~ pa1s ~as fa~orec1do , y los creditos.. del Eximbank a los pases
q;-ie no tuv1er?n ~conom1as del mercado y que restringieran o impidieran la em1grac1n de sus propios ciudadanos.t
La enmienda Jackson fue un torpe intento -producto de una
coalici~ de coi:is~rvadores preocupados por la posibilidad de ayudar
a la Un.1n Sovitica de cu alquier manera y de liberales decididos a
~nvertir en t~~a de importancia el trato que Mosc daba a los
JUdios y los d1s1dentes- de imponer su propia forma de "vincula
~e
raz~nes.
~ue
despl~do
cin", sin considerar la manera en que esto afectaria a todo el esquema de las relaciones norteamericano-soviticas. Se babia propuesto,
se quejaba Kissinger, despus de que se hubieran llevado a cabo las
conversaciones con los rusos, hecho que sin duda planteara problemas en Mosc con respecto a la credibilidad de las negociaciones con
los norteamericanos. Pareca convertir "la compatibilidad domstica"
en una condicin para el progreso hacia la dtente cuando en rea~i
dad ese proceso haba pretendido construir un marco de referenoa
internacional que tolerara las diferencias domsticas. "El punto no
es si condenamos o no lo que la URSS hace internamente", coment
Kissinger en 1974:
sino en qu medida podemos arriesgar otros objetivos -y especialmente la construccin de una estructura para la paz- en
funcin de esos cambios domstico~. Creo que no podemos, Y
que hacerlo sera oscurecer, ~ a la larga destruir, lo qu~ debe
seguir siendo nuestro objetiwo primordial - la prevencin de
una guerra nuclear.1s
A pesar de las intensas protestas procedentes de la Casa Blanca,
el Congreso aprob finalm ente una,__ versin modificada de la enmienda Jackson, ante lo cual a principios de t 975 los rusos rechaza
ron abruptamente todo el paquete de ac~erdos econmicos ela~o
rados dos aos antes, alegando qui! la enmienda d~la ley comercial
constitua una intrusin inaceptable en sus propios asuntos domsticos.
Este frustrado intento de "vinculacin" del Congreso socav la
estrategia Nixon-Kissinger de varias maneras. Sobrecarg la maquinar ia de la 'vinculacin" al demandar concesiones que superaban,
segn la perspectiva del otro bando, el valor de l? que s~ ~freca a
cambio. Imposibilit la comprobacin de la teona de K1ssmger .de
que la interdcpendenc1a econmica dara a los rusoc; un mcent1~0
para ejercer la restriccin poltica. Dio a Mosc la excusa _necesaria
para evitar el l!Stlicto cumplimiento de otros acuerdo-; con1untos, ya
que le permiti alegar que Washington no haba cumplido con s_u
parte. Y los porcentajes de emigracin juda descendieron despues
de 973; en 1975, haban sido reducidos a la nitad. E'l suma, .a
enmienda Jackson no logro '>ervir a la causa de la dtente, ui a la del
comercio ni <' lri de los derechos humanos.
A N\xon y Kissmaer les result tan difcil aislar los "palos"
militares de la interfe;encia del Congreso, como les haba resultado
Las visas de salida para Israel concedidas a los ciudadn.nos soviticos lle;aroti a ser 33.500 en 1973, pero descendieron a 20.000 en 1974, Y adum;.,~~on ~f;;
ramentc hasta 14.000 en 1976. (Informe ele prensa, Departamento e ""' o, JU
de 1977J.
JMPLUUNTANDO LA Dfn;NTz
346
1 347
.
momento estuvo d ispu~
Africa no hay evidencias concluyentes
nas al sudeste del A~1a. o a
econmica y militar que estaba
de que la clase d<: hmit_ada ay~~nte como para revertir los resu~
contemplando hubiera sido su~c A rincipios de 1976, haba dec1tados en esas partes del mun
d parmas eran demasiado impordido que los avances en cont~?
e de la r estriccin sovitica en
ue depen:.i1eran
.
tantes como para q . h b
plicado coercin econm1ca, pero
esas reas.1' " Se podn~ a er a comerciantes que se haban conno sin alienar a los agncultore~ y
tdanos de la dtente. Hus entusiastas par 1
vertido ahora en 1os m ,
. en estas cffcunstancias, entonces,
biera habido poco c~n quehnebg~c1ardado toda la libertad a la Casa
aun cuando el gobierno u iera
Blanca.
.d d residencial ocasion el desorden
La decadencia de la auton a P.
nducciones que supues.
.n coordi"nada de presiones e i 't"ca La "vinculaci6 n "
de la aphcac1
.
,
b
n la conducta sov1e l
tamente causana c~m ios e
d
central: la meta haba sido
siempre haba implicado w1a con uccd1 ,, los" y "zanahorias" que
.
correcta e pa
encontrar la com b mac1on
robable que eso sucediera
lograra los resultados deseados, y no era ") b ambas cosas. En realisi no era la misma autoridad la que _co~tro a a
dad, tal como sealara ms tarde Kissmger,
utoridad ejecutiva como resultado de
la cada de nues~:a a
estructura del liderazgo incluso en
Watergate, la ero~1on. de_ la
cido como consecuencia de las
el Congreso, el a1~laciomsmo na ergcnte estructura de abdica.
de Vietnam
. . to
frustraciones
. v una em mpedir el establec1mien
cin geopoltica con_spirar?n para. Jt" os q ue podra haber imde un equilibrio. d_e incentivos y leas ighabra podido damos un
pedido varias cns1s y, a lar_go.? az~ cambio terminamos loverdadero perodo de Lcstr1lccdion.. connstantes p~ovocaciones '
grando e l peor de los. resu ta . os. MFN por ejemplo) que no
.. .
(l a n cgativa del
oso sov1et1co
. status
. . , de nuestra parte a correr
se correspondan c.on una _dispo:~~1~i~ la cautela ""it ica (por
los riesgos q ue solo10 pod1a pr
ejemplo, en Angola).
. ..
" .
l . . " nunca tuvo un JUtc10
.
..
En este sentido, e ntonces la vmcu. ac10ng rado de centrahzac1on
.d
que requena un
d
justo -en gran me t a por .
e table tras Vietnam y Watergate.
oltica que el Congreso hall mac p . Kiss1nger fueron igualmenP
.
t como sugena
'
. .
d
Pero las consecuencias, a
.
d , n la incmoda pos1c1n e
.
E
t
dos
Umdos
que
o
e
.
te desafortuna d as. s a . . d
principal antagonista.
1
q uien provoca pero no d1sua e a su
Sin embargo, K.issinger
armas.
ad~~oq~:Sc~~~~le para
348
gresos
q ue hab.' l ogr~ do . E stnctamente
hablando, esto es correcto. Tal
como N1xon hab1a sealado en su informe anual de poltica ext
de 1972 "Por ~~puesto, no es~era~os que la Unin Sovitica a baenor
ndone la pros~cuc10n de sus piop10s mtereses . Tampoco nosotros pretendemos d:Jar de perseguir los . nuestros. . . Es p r obable q ue d u rante
mucho t iempo la competencia sea la caracterizacin d
l u S . . . ,,
e nuestra
re1ac10n con a ni_ n ov1et1ca .21 Pero no se adjudic igual peso a
tod~s esas d~clarac10nes; algunas de las ms conspicuas produjeron
ms ~xpectat1vas que las que la pnidenc ia aconsejaba.
. El ~}cmplo ms notable fue la famosa declaracin de "Principios
Bsicos q ue gobernaban las relaciones norteamericano-soviticas
osten~osaMente firmada por Nixon y Brezhnev en la cumbre d~
Moscu de mayo dt~ 1972 Este acuerdo, odginariamentc sugerido por
los rusos pero redactado por los norteamericanos, obligaba a ambas
p~r~es 'a haca 10 mxim o posible para evitar Jos enfrentamientos
nuhtares", a "cjer...:er la restriccin en sus relaciones mutuas" y a
"nconocer que los esfuerzos destinados a lograr ventaias unil~tera
Ies a expensas dd otro, directa o indirectamente, son i~consistentes
con estvs Objcti.;os". Nixon ms tarde Ja. dignific.ms repitiendo
que: " stas sop obligacion<>s serias ... Los lderes de Ja Unin Sov~tica so:! _humbres serios. Su voluntad ele comprometerse con
ciertos pnnc1p10s para el futu ro debe ser tomlda c1Jmo una obligacin solemne' .r
Es di!.1cil sab1..1 por qut.! la admb~stracin se embarc en esta
direcci0n, _cuya . fra;i!t~ad dt:bc haber sido evidente para cualquiera
que est1:vwra lamilnnzatb con ia his,oria de otras declaraciones
conjumas, 1guvlmc1Jt, 'tagw., denlro de k. historia de las relaciones
norteamcricano-:;o\ 1.L :a:,, y espccialmemt' para una administracin
cuy.s. est~a~egia suporna una con~tant:: !'f ,., in competitiva con Jos
rusos. K 1 ss~ngcr, de algu~a manera a la defensh a. explic ms tarde
la dcclarnc1on como u1 mtt:nLo de cumpla.~ . .. la propensin de Mosc a las "soh:mncs declarac1ones rituales", y como una tarea inevita
ble de los cortejos diplomticos. " Por supm'sto, esos prin. ipios no
en:n un contrato legal. Pretendi'tn cstablei.:..:r un estndar de con
<lucra con el cual juzgar si se estaban haciendo verda deros progresos
"~ nombn, de lps cuales podamos resistirnos r: que se los violara
S1 nos~nros ~~~nplamos nuestra responsabilidad de bloquear la nter
fe , enc1a sov1ettc::i. la coe,dstencia sera confiable y los principios de
IMPLEMENTANOO U
D:l1'!NTE
349
_
Pero Ia declaracin de los "Prmc1p10s Bas1cos , eJcrcw _do~ _efe<.:. previstos. Dio la falsa impresin de que la detente s1gmflcaba
tos im
.
l U .. S .,
cese de la competencia entre Estados Unidos y a mo~ ov1e~~ en todas partes, haciendo as qu~ las medidas neccsanas para
trarrestar las iniciativas de Moscu en esos caro.pos en l?s que
competencia segua parecieran provocativas e mnecesanas. Al
;isrno tiempo, estableci un conspicuo estndar de condu~ta que
los rusos, con su enfoque de la dtente como una competencia comtimentada. no podran cumplir. No fue el Congreso solamente
par
. ' " . .t
l
quien puso a Estados Unidos en la inc~~>da pos1c1 n ue irn ar a
l(remlin sin disuadirlo, entonces: la retorica de la Casa Blanca, al
menos en esta instancia, produjo el mismo r esultado.
.
.
Consecuencias similares derivaron del ac uerd?
Helsrn.sk1 de
agos to de t 975, en el cual, a cambio del reconoc1m1ento occ1de~tal
de la " inviolabilidad" de los lmites europeos de po.sgucrra, la .Um?n
Sovitica se comprometi a c umplir una gran cantidad de obhgac10nes destinadas a promover la causa de los derechos humanos. d~ntro
de su territori y el de sus satlitcs.24 El instinto origi~al de K1ssmgc:haba sido el de no vincular la dtente con los c_amb1os ~e ~a estru~
tura inte rna del Estado sovitico: la meta, ms bien, hab1a s1d~ ~od1ficar la conducta externa de Mosc. Pero las prcsion~s d?~es ucas,
de las que la enmienda Jackson haba sido la ms ? bv1a, d1f1cu_ltar~n
el mantenimiento de esa posicin, y tras convertirse en secretario
de Estado en 1973, Kissinger cambi y utiliz el argumento _ct~ _que
Ja distensin de las tensiones internacionales que acompanana a
la dtente producira una distensin tambin de los c~mt~oles i_nt~r
nos dentro del bloque sovitico 25 Cuando los rusos s1gi~1e:on insistiendo, con curiosa persistencia, para lograr el reconoc1m1e11to for
mal ele ios acuerdos tcrritoriaks posteriores a la Segund::. Gucrr~
Mundial; K1ssinger 11io en ello la oportunidad de aplacar a los ~nt
cos domsticos aseg,u,ndose a cambio la prcmcsa ~le. Mosc~ oe
permitir a sus ..:iudadanos mayores ooortun1dades de VlO.Jar emrgrai
e intc1cambiar ide~s con Occiden te.
Pero las obligaciones escritas de respetar los d~rechos, numan~ ...
en el mbito dom.;stico no limitaban a los rusos mas que 10 q~e b~.
restringan lo~ famosos "Principios Bsicos": a pcsat de Helsmsl' .
el control de lo~ disidentes (aunque no probablemente el de los
ciudadanos comunes) se hizo cada vez ms estrecho 1" du1ante lo:,
aos q ue siguier on. f'ueran cuales fuesen las esperanzas de .la adrm
tlistracin les lderes del Kremlin aparentemente no consideraban
que la Jtente fuera mcoherente con la represin. Probabl~mc?te,
Kissinger nunca esperara un cumplim!cnto cst~icto de Helsmski 111
de los "Principios Bsicos" , era demasiado sensible a la importancia
?e
350 1
II
Jna de las .ironas de la administracin Nixon es e l grado en que fue
atacada, mientras estuvo en 1 b.
e go 1erno, por haber confiado excesivamebnl te en los componentes militares del poder. Desde un crculo
nota . emente
amplio d e opm1on
-m1htantes
.
antiblicos
acadmicos
~spec1a 1istas en def
'
d . .
.
ensa, cnticos del Congreso, ex-funcionarios de Ja
~ mimstraci~n Johnson- lleg la acusacin de que Nixon y Kissin~er estaban mtcntando perpetuar los altos niveles de gasto militar
:;enerados por la gue
d v
'd. d d d
rra e ietnam, negndose as a la nacin el
1v1
en
o
e
Ja
oaz"
qu
. , una reduccin
.
d
e supuestamente producmn
.
e 1as operaciones militares. Era un sntoma de los tiempos que el
Se nado en 1971 casi a
b
.
,,
pro ara una enmienda propuesta por su rcspe
: ado .ide~ de las mayo~as, Mike Mansfield, que hubiera reducido el
~omp~~m1so nortca_mencano con la OTAN a Ja mitad -todo lo que
1rnp1d10 la aprobacin de esa medida drstica ru e una
J del
"estabr1 h
" d
. . .
ape ac1on
. s me~t e la VleJa !mea de poltica exterior y una oferta
1 u 1timo mmuto de Brezh
e
nev acerca d e t"mpezar conversaciones
1 35}
sobre la mutua reduccin de tropas en Europa. La Brookings Institution, reflejando opiniones de los crticos de la administracin, propuso regularmente presupuestos "alternativos" a principios de la dcada de 1970, lo que hubiera reducido en un 15 por ciento las apropiaciones para defensa. El oponente de Nixon, el senador George
McGovern, fue ms lejos y prometi reducciones que hubieran disminuido el gasto militar en un 35 por ciento para el ao fiscal de
1975.17
En realidad, sin embargo, los aos de Nixon y Ford fueron testigos de la ms sustancial reduccin de las capacidades militares norteamericanas con respecto a las de la Unin Sovitica en todo el
perodo de posguerra. Washington desarroll tan slo dos nuevos sistemas de armas estratgicas durante ese perodo -el Minuteman III
MIRV ICB , y el Poseidn SLBM-, en tanto los rusos tornaron operativos ocho ICBM nuevos, dos nuevos SLBM, y el bombardero
Backfire, capaz, segn algunas estimaciones, de alcanzar blancos
norteamericanos. Las fuerzas terrestres norteamericanas sufrieron
una reduccin de 207.000 hombres entre 1970 y 1977; el poder humano sovitico, que casi duplicaba al de Estados Unidos, experiment
durante el mismo lapso un crecimiento de 262.000 hombres. La manna sovitica, aunque muy atrs de su contraparte norteamericana en
vehculos areos, para 1977 se aproximaba a la paridad en naves de
combate de superficie y haba conservado la primaca en ataques
submarinos. Los gastos de defensa como porcentaje del producto
bruto interno se redujeron, en Estados Unidos, desde el 8,2 por ciento
del ao fiscal 1970 hasta el 5.2 por ciento del ao fiscal 1977; las
cifras comparables de la Unin Sovitica (consignadas sobre la base
de una informacin incompleta) oscilaron entre el 11 y el 13 pociento durante el mismo perodo. Adaptndose a la inflacin, los gas
tos de defensa norteamericanos decayeron a un promedio anual del
4,5 por ciento entre 1970 y 1975; las estimaciones correlativas de la
Unin Sovitica muestran un inc1emento anual de alrededor del 3
por ciento.u
El militansmo, entonces, no era en realidad el problema. Es ms
probable que los futuros historiadores se impresionaran ms con
las crticas que se hicieron comun<'s a mediados y a fines de la dcada de 1970: las que alegaban qm Nixon, Ford y Kissingcr fueron ms
responsables del dPsrnantelamiento que del crecimiento de la maqui
naria militar norteamericana, que en la emergencia accedieron, por
primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, al l>Urgimicnto de ur
rival serio de Estados Unidos en casi todas las categoras de la competencia militar. "Bajo el gobierno de Kissingcr y Ford", proclame
Ronald Reagan durante la campaa de 1976, "esta nacin se tranl>
form en el nmero dos en un mundo en el que es peligroso -s1 rh>
fatal- ser el segundo. Todo lo que veo es lo que pueden ve'" 1a~
352 1
IMPLEMENTANDO tA DtfENn:
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dec1s10nes tornadas en la dcada de 1960 por los rusos P . ucto de
la
li
quienes tras
cns1s m1s1 stica cuban_a resolvieron que ja ms volveran a ser
at~p?~os por armas re!ncas, y por la adminis tracin Johnson ue
d~~1d10 ~~e. no era deseable ni factible tratar de superar la acu~~Ja
~~n sov1e,~1c~. dadas l~s. restricciones impucstds por la guerra de
.;t~am. Nmgu~a. poht1ca o decisin nuestra produjo esta situac~ n , acencu K1ssmger en 1976, "nada podamos hacer para im edirla. Nada que hagamos lograr hacerla desaparecer"..10
p
d ~ la dificultad se agregaban las fuertes actitudes antimilitares
e 1 ~~greso, que. aunque eran en gran parte producto de la involucra~1on de Johnson en Vietnam. no obstante alcanzaron s u punto
~~lmmantc ~urante los aos de Nix.on. Entre 1950 y 1969, las reduc.ion_es q~e hizo el Congres? a los presupuestos de defensa requeridos
habian s1~io de un promedio de 1,7 billones anuales, y de 9,2 billones
pnra lo~ .1tcms !1. d~~ensivos. Durante los seis aos siguientes, esta
propor~10n se mv1rt10, ya que los pedidos para defensa sufrieron
reduccron~s prom_ed io de 6 billones anuales, en tanto el presupuesto
~o defcnsi\o fue incrementado en un p romedio de 4 7 billones anuaes. Como resultado, se produjo una dramtica dis~inucin de Jos
gast~s de defensa co:no porcentaje de los gastos totales del gobierno
-desde ~1- 40.~ por ciento en_ el at1~ fiscal 1970 hasta el 24,3 por cien
to en el ano ~1scal 1977, la cifra mas baja desde antes de la Segunda
Gu':!rr~ Mund.wl. Rcacomo<lar el equ ilibrio militar a tra\s de medios
si_metncos - intentando igualar a los soviticos arma por arma- hu
~tera sido una clara imposibilidad en medio de este clima poltico.
~n. la Oq!la antimilitar desencadenada por Vietnam" recordaba
~tssmg;r. 'dcsa_fiar el avasallador sentimiento del codgreso a fa
\Or ~e 1 ~s. pno~dades domstica!.' (hubiera sido) casi con seruridad
un e3erc1c10 fi.'1til".l1
..mente
. . al. . Cong reso, smo
cm b arcarse en un proceso en dos fases de
hmitacion de daos", destinado a preservar los e!cmentos funda
ne?tales_ de h fuerza _milit~r norteameri~ana durante lo que se saba
se:ian anos duros e mmed1atos, preparando simul tneamente el ca
mmo para la expansin de capacidades militare-; a largo plazo que
1 353
sera necesaria para contrarrestar el poder ruso. Este programa consista en : l) apaciguar al Congreso, con el objeto de evaporar tanto
como fuera posible el sentimiento antimilitarista, y 2) negociar con
los rusos para lograr restringir tanto como fuera posible su propia
acumulacin militar, sin constreir de manera significativa las medidas que Estados Unidos pudiera adoptar en ese mismo sentido una
vez que se hubiera aquietado la furia despertada por Vietnam.
El principal arquitecto de la estrategia de apaciguamiento del
Congreso fue el secretario de Defensa Melvin Laird. excongresista y
nico miembro del gabinete de Nixon con responsabilidades de seguridad nacional que se las arregl para eludir el control de la Casa
Blanca. Laird, cuya habilidad para el juego burocrtico despertara
ms tarde el reconocimiento de un impresionado Kissinger,* consider que su misin ms importante era obligar a los militares norteamericanos a adaptarse al ms duro contexto postVietnam sin prdidas significativas de moral o de capacidades. Las reducciones presupuestarias por parte del Congreso, crea l, eran inevitables, nada
se ganara combatindolas. La treta, ms bien, consista en anticipar
las probables reducciones, y cuando fuera posible prevenirlas reduciendo las demandas de defensa antes de que fueran al Congreso . o
incluso cooperar con los lderes del Congreso haciendo reducciones
an mayores en los puntos menos daosos. En un grado notable, Laird
consigui mantener el respaldo de Jos militares p rofesionales en este
penoso proceso y minimizar la hostilidad del Congreso. "Preserv
nuestra fuerza" , reconoci Kissingcr ms tarde. "y sent las bases para
la expansin que se produjo luego, cuando cambi la opinin general ... se fue un gran logro". 32
Las maniobras de Laird posibilitaron la planificacin de varios
nuevos sistemas de armas estratgicas -el bombardero B-1. el sub
marino Trident, el misil de crucero-, pero slo al precio de una sus
tancial reduccin de fue1-.rns convencionales, lo que dio cuenta de la
mayora de los gastos de defensa "controlables". Los escuadrones de
la fuerza area haban disminuido desde 169 del ao fiscal 1968 a 110
en el ao fiscal 1974; las divisiones del ejrcito y la marina de 23 a
16 d urante el mismo perodo; los barcos de la marina (incluyendo
a los submarinos) de 976 a 465.lJ Los simples ndices numricos pueden ser errneos, y sin duda es cierto que esas mejoras cualitativas
compensaban, en parte, estas agudas reducciones cuan titativas. Tambin es cierto que esas reducciones se hubieran producido de todas
maneras tras Vietnam y con la transicin del estndar de "dos y media" al estndar de "una guerra y media". S in embargo, el alcance y
el grado de estas reduccione!. era notable: no puede cuestionarse el
Las maniobras de Laird eran con frecuencia tan biwntinas en su complejidad como las de Nixon, pero l lograba con verba y con sorprendente buenn
volur.tad lo que Nixon desarrollaba.
IMPLEMENTANDO LA DTENTE
354 1
1 355
~
~uledelba
~aber
a~~
trop~~ ~cc~~n~s
~~ .~~?ic1-~coordinarlas
gene~al irrever~bl~~
:~~v~zl~n~~~:~!~n pordel 1roecluta~i=~~
con los e
que resuIconfirmar a los aliados o a
. s erzos de K1ssmger destinado
sarios. Sin embargo tal co;~g~1a~ acuerd~s aceptables con los ad:e:
denciales acerca de '1a importa i~s1~ger sena lara, "los discursos presi~
fu
negociar un acuerdo de
SALT I prohiba a ambas p tia e~a~tamente esa fu ncin. El tratado
gran escala, pero de todos r:rdes e esarrollo de un sistema ABM en
0 os el Congreso haba estado a punto de
terminar con el program
Agreement pona limitaci~~orteam~r~cano de ABM. El SALT Interim
y SLBM -sas eran las , es numencas a los "lanzadores" de JCBM
ms activos durante los
:as que los soviticos haban
norteam~ricanas haba
anos, pero en las que las capacidades
desde mediados de Ja
di!cada de 1960. El SAL;
barderos de gran alean
m~oma
nmguna limitacin a los born
.
,
ce, categona en la q E
sa. adoramente superior
ue stados Umdos era ava
b
1
1
en Europa, que podan ~t=ca~s bl ombarder?.s. de combate estacionados
.
ni al desarrollo de nue
ancos sovieticos con armas nucleares,
.
v0 s sistemas de
.
armas
m s precisas,
rea en
a que Estados Unidos co
n su so f"1st1cada
tecnologa,
previsiblemente
1
~;t~~o~n
~e~~~necid~ es~ables
~stado
se destacara. La nica desventaja, desde el punto de vista de Washington. era que el Interim Agreement congelaba la fuerza misilstica
en un punto considerablemen te ms alto que el de Estados Unidos
( 1330 vs. 1054 ICBM. 950 vs. 656 SLBM). pero esa asimetra era compensada por el hecho de que los misiles norteamericanos eran ms
5
precisos, y en gran parte con sistemas MIRV.3 En suma, dadas las
tendencias prociucidas en el desarrollo de armas estratgicas durante
la dcada anterior , el SALT I era claramente ventajoso para Estados
Unidos.
Sin embargo, el SALT no poda asegurar que la na1:in utilizara
las oportunidades que proporcionaba para mantener Ja paridad estratgica con la Unin Sovitica. Al enfrentarse con las limitaciones
cuantitativas impuestas por el SALT, los rusos rpidamente desplazaron su nfasis <. las mejoras cualitativas, incluyendo el desarrollo de
sus propios MIRV. Tambin sacaron provecho de las ambigedades
del Interim Agreement para construir una nueva generacin de ICBM
"pesados", cuyo poder destructivo slo pareca utilizable para el propsito de atacar los misiles norteamericanos de base terrestre, ahora
vulnerable por la prohibicin de los ABM.36 Sin duda, nada en el SALT
prohiba a Estados Unidos introducir mejoras cualitativas en sus
propios sistemas est ratgicos. y Kissinger estaba decidido a moverse
en esa direccin. "La mejor manera de utilizar este congelamiento
es alcanzarlos". dijo a Laird poco despus de la cumbre de Mosc de
1972. " Si no lo h acemos no merecemos estar en el gobierno". Laird
estuvo de acuerdo, y con su audacia caracterstica hizo que el respaldo
del SALT I por parte del Pentgono dependiera de la aprobacin del
Congreso del bombardero B-1 y el submarino Trident. Durante el prximo ao, la administracin agreg adems los planos de un ICBM
mvil, de b ase terrestre, y de misiles de cruceros subsnicos. "Estbamos decididos", record Kissinger ms tarde, "a no encontrarnos
nunca ms en una situacin en la que slo los soviticos tengan programas estratgicos en marcha" .r1
Pero para el momento en que el SALT I lnterim Agreement ya
haba expirado en octubre de 1977, ninguno de estos sistemas estaba
listo n i prximo a estarlo. El problema era en parte la inevitable
demora que acompaa siempre el desarrollo de cualquier nuevo sistema de armas. pero tanto el Congreso como el Ejecutivo tambin tenan
cierta responsabilidad. Nixon y Kissinger no haban logrado prever
el grado en que los rusos extenderan los lmites de SALT: en cambio, se representaron ese acuerdo como parte de un proceso mayor
por el cual ambas partes se haban comprometido a mostrar cierta
restriccin en sus tratos mutuos.Ja Esto dificult instrumentar la idea
de que el SALT deba mostrarse como una oportunidad de alcanzar a
los rusos: si la restriccin deba ser el esquema del futuro, deca la
argumentacin. por qu ponerla en peligro incrementando los gastos
356 i
de defensa:> Per0 1
.
b',
.
s i a administracin
.
no calculo corn.:cta111ente
ten es cierto que rampoco lo hi
de acabar con la guerra de Vi zo el Congreso. Tras aos de ; , tarn.
Wa~ergatc, haba muchos cu et~am, tra~. el ms reciente tra.ntcrttos
~eriales" Y la poltica extcri.~ c~J~~cupac1on por las pre!>idenci~~~. de
1
ele
despul.is de que la 1 d
. presupuesto mrl1tar en 7 billo .
1975,
s en encrns de los
1
. .
nes, much
tornado evidentes como pa..
ga_s os mllrtares rusos se 1 b'
o
A causa de Ja co 1 , : ,~ que pudrcran ser ignoradas.39 * lU rcran
ns ante imposibTd d
presentarse Ja dtente talco
1 , J J a d~ la administracrn d
permanente relacin compet~1~1a comprendian los rusos -corno eu~e
~ongrc~o poi los abusos pasados a ' y a causa de la preocupacin de~
'os Un1_dos no sac demasiadas.\'' ex~~nsas_ de futuros peligros, Estaconstrurr sus capacid;,des 111T1 en ta1c1 s dt la~ oportunidades de .
sentido estricto SALT h'
i J ares que le ofreca el SALT 1. E re,
.
'
izo lo que K' . ,
,
n un
?cr 1~s arcas del desarrollo . ,
issrngcr habra pretendido: co t
inde_b:damente esas reas en'1:~1en~~ ~r: ~rmas sovieticas sin rcstri1~r
prcf1nera moverse en el f
q
iazonable que Estados r r, d~
as
u curo cercano .;o p _
,
1..;, r o;
. egurar Ja continuidad ele la estabilida e1 o :so. p_or s1 solo no podfr
1
d cstiateg1ca : para a!canzar
esa. meta, Es!ados Unidos al .
!ru1r los sistemas permitidos igua 1 que los rusos, tendr fo qu..: cons? las provisiones del SALT 1por e s.ALT. Fue la demora en hacerlo
g~'? que haban conseguido , o que dio a los rusos la ve1laja estrat~
c roo Ford dej el gobierno. ya para el momento en que la administraEl acuerdo de SALT 1 1
r ara con1unc1n
.
1ora1resulta
de tendencias
.
earo, f ue resultado de una
dad fur.ura no poda garantiz;r:C ~reas y tec_nolgicas, cuya continuido era inusual en cuanto a q~e , . dn un_sentido tecnolgico, el acuersuperpotencias ms des"aba ,?s. esphegues de sistemas que ambas
f
acr mente monitoreados" en. t1m1tar - ICBM Y ABM- podan ser
retonocimiento. Las m~,!~~ n:ed,1? ~e satlites Y otras formas de
panes despus del SALT I . 1cua rtat1vas desarrolladas por ambas
pactos pero muy precisos
de<;arrollo de misiles de crucero compor parre ele la Lrnin s' O\ . ~~:~p<larte de Est::idos Cnidos, y el desarrollo
B kf'
. rct1c.1 e los fCBM
.
ac rre- 110 se pre e b
..
pesados "del bombnrdcro
d' 1
s el an tan faclfmen t'
...
<
e O~ sensores rem 010 .., .\ ' no . t
.
e a a vcrrficacin f'or medio
h h0
.,
111 rtlSl\'O a ( .'
ec
complrcara Ja car, d. ,
s u
rzados por el SALT. Ese
d~ s 1 t ,
d o a otras categoras
" uer
s cmns de armas.41 1.:a <: 1.:xtendcr el e
~~glr~ss~~~~a~~~~lom~/~n _P~dicr~:~~~~~:~-c~~t~~~:-~o~.~~ili~~
-_e
'
En una sere de a t 1
habla dcmostr d .
r tcu os p:1bhcados en 197
F.:stados Unido: c~nqt:e los gastos militares sovitic~s ~b~~L Wohlsletter no slo
sino que tambin Ja5 C'specto a las armas estratgica" . a ian excedido a lo& de
_ pr~y.ecc1ones norteamericanas'". nb~rante la dcada antP.rior,
de Ja acumulac.
1
Race?" For
Q sovieuca !A lbert Wohlsle
..11 1an subestimado la escala
1974) '
etgn Polzcy l!;, verano 1974 "Ri a;terb. e.Is lhere a Strategic Arms
IMPLEMENTANDO LA DTENTE
1 357
358
IM'.PLXMENTAN'DO IA
IJtraNra 1
359
360
III
~a~ relaciones con la Unin Sovitica no eran de nin na
umco pro?Jema con el que deba enfrentarse la ~ti manera_ el
norteamericana durante los aos de la adm. . t I?, Ne~ ex tenor
los
t . .
ims racion ixon Ford
acon ec1mientos en otras partes del mundo
d
J
:
ma
. ,
.
se csarro laban de
neras mas? menos mdependientes de lo que les ocurra a w h . .
~on o a Moscu, y no obstante tenan profundas implicancias as mg.
m!e.reses ~orteamericanos y para Ja estabilidad global Unapara los
cnt1ca de importancia a la diplomacia de Kissinger fue .que det:rc~J~
esto~ probl~mas: en su fascinacin por Ja poltica del gran c~e
perd1? de vista el hecho de que los grandes poderes ya no ten~n r
1
~a~ac1dad d~ da~ f~rma por s solos a todo el orden internacionaf
Fmalment~ '. senalo un observador, "la crtica ms importante dei
1
t~~r; de Ki~smg~r s~r que. . . tambi~~ fue en gran parte irrelevan. J?~Y ci_e rta zroma en esta acusacion, ya que como estudioso de
la poht1ca mte~acion~l siempre haba difundido Ja autoridad de
las superpot.encia_s.47 Sm embargo, tambin es acertada, ya que en
1977 se podia senalar una larga serie de lo que podramos llamar
frac~sos en los_ tratos con el mundo aparte de los realizados con
Rusia Y con. C.hma, _fracasos que reflejaban una miopa sorprendente
~': . una admm1strac1n. ~ue, con cierta justicia, se jactaba de su posi1ltdad de t~ne_r una v1s1n amplia y a largo plazo.
. . En Sudafnca, por ejemplo, la administracin se aboc a principios de 1970 ? una calma pero deliberada poltica destinada a distender las presiones que all se ejercan sobre las minoras blancas
~n base a la .suposicin de que, tal como lo expresaba un memorn~
um del Nat10nal Security Council,
Los blancos estn aqu'
que d arse y la umca
manera en
1 que puede producirsei para
algn cambio constructivo es a travs
de ellos. No .hay
361
.!os
1MPLEMENTANllO U.
362 1 30HN
LrWlS CAOOU
. .
..
l!trENTZ
1 363
ap
al no advertir anticipa
E n 1971' la admm1strac1on
.
1 nme1:o de meses
1
1 ms estrec ame
.
b
de stinadas a vmcu ar J n La respues t a de los aliados ' sm em arpases de la OTA N Y
ap f
ble -es posible que les haya repoco avo_ra
"an-o" y mucho ms cuan
go fue decididamente
se les asignara un
.
sultado paterna1ista que
Medio Oriente impedan que
do otras presiones como ~atergate ~ tiempo a los asuntos de los
Kissinge r dedicara en realidad mue o
aliados.S4
acin para Kissinger en
La OTAN se transform en una preocu~s de que los comunistas
1974 y 1975, pero slo a causa d~.sus te:~;ar en gobiernos de coalide Francia, Italia y Portugal pu ier~.n cionales La situacin en Porcin en esos pases por . medios cons It~cuencia. de la revolucin de
tugal se h aba producido como c~ns r el im erio portugus en el
abril de 1974 que, adems de.1es:;:~~!:iament~ un fObierno socia
sur de Africa, haba _p~od~ci 0
~ , .~ "Est uste.i permitiendo
lista con cierta part1c1pac16n _cornuni!> sta en el cobierno", dijo
.
fl
del partido comurn
e
.
M .
demasiada in uenc1a
. .
d Relaciones Extenores
ano
directamente Kissinger al mm1stro e k ,.. *
. "E usted un Kerens )
.
Soares en octub re.
s . .
K.ssinger habl de aislar econmiDurante los meses s1gu1ent~s, le la OTAN como si el pas ya
camente a Portugal y de exclu1rdlo' d omunismo.' En 1975. cuando los
,,
ddo" v e!l n1anos e e
'bl.
estuviera per i.
J
:
.
italiano se comprometieron pu ica
artidos
comumstas
fi
anc
s
e
rt.
"'
a
independizarse
de
P .
d.
tos democ icos J
mente con los proce . ume~ b. tamente escptico: los comunistas ,
Mosc Kissinger se x::iostr a ier
.
s promesas adv1r,
"
nfiables m tampoco su
por naturaleza, n o t:ra~ ~o
lo deiaran ~olwitariarnente. Era: una
ti; una ve7. en el pode1 J~ms
. a construido una estrategia en
postura extraa para a lgmcn qu~ ha~versarios depreciar la ideologa
torno de la iciea de fragmentar a osEa hdos co~unistas para la edifi. en 1o s a cuerdos con
.
y confiar
. los . s.,,.al Seori los ultenore"
resu uevo
orden
mten1ac1on
o
n
un
cac16n d e
zul "Lis00'1
rensk)"' replhS Soares. {Tad S c.
. mo
"Por cierto no dese<> ser un Ke Revo'tution", Foreign Polic/, 21, lnV\e
& washlngtOn. Behind tbe Portuguese
1975-1976 , 3).
IMPLEMENTANDO LA OTENTE
364 j
e marx1sn10 pudiera , f
pu
e mdepc:nd1ent~,.; en c ier tas partes del rn setd una uen.a. local ' po~c;.;n 1ar
que el acceso al poder d
.
un o; 1.:n cambio, insistan
mundo slo pod:.i socavar la ~r~~~ift~~1~rnos
.en c~alquier parte del
' 1( norteaml' rtcana y beneficiar
~;:r, ~
a~as
Cuand~
efcct~c~ar
issm~er
e~.
anterio:'1:-PJ~eode
p~s~bilidad
~n
llevad~t
elamgo~i~
nor~~1~
~968) an~i~~~ 1dnt~l!gencia norteameriC'~~o ~~otro
Un de
ejemplo extre mo d e esta tendcnch se
d J?, en mayo de !975. cuando
los
botes
pulacion
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to:naron al carguero
Puebl e
? e. Siam . Decidido a
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ncano Mayaguez y a su tn
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mcidente como el del
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o por Corea del Norte en
~;~ded: J~:: ~e la caida de Saig6nq~~s
Un!1os poda actuar vigorosa
adtaques areos contra el puert..o ':{1
K.issinge1 persuadl R
anfibio contra
tos en co
is a e Koh Tang ( ru co.;10 .
e ompong Son Y un asalto
las medid~bJfpf otrt?S 23 en U.'l accidente J~e ~~~oc~o n)or~eamericanos muerP ro sm esperar a ver si
rear d d
om teas podlan consegu 1
la tripulacin fue liberada
ir ilberac16n de la tri ulacin -en
1.
tf fotgrafo .te la casa
producbn lns atfques. corresn onal Secur1ty Coun~il que los am"Vl
e:m1::rly, su;erir a los miembros
de
conspiracin
actuaron por
cuenta
agudo Cri: t or A Time to Heal pp 275-114
a hunllar a Estados
Crisis:' CM s
Lnm)J,
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un anlL<>is inusualrr.ente
lS, Olo U.:uversit.y, 1980). '
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1 365
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366
IMPLEM~NTANDO
LA Dt'n:NTE
1 367
y
raciona
izar
estrate"ta
es
m..
IV
.
..
.
.,
b', otro efecto desafortunad~>., a los
La centrahzac1on eJerc1? ~am ~e~ocav el cimiento del princ1plO moojos de \os crticos de K1ssmger. s
J'f
exterior norteamericana
ral sobre el que deba ?escan:ar l~ p~i~~~: fundamentales de la nasi se deseaba que reflejara lasl asp1~~dato prcsidt>ncial Jimmy Carter
. , n Tal como lo expresara e can t
C IO
9-6
durante su campaa de 1 ' :
.
h d
rrollad en secreto, y es proNuestra poltica ex.tenor se a es~ todoc:; sus detalles . . Por
bable que slo un hombre con~~ica exterior se haga sin nosohaber permitido que nuestra p~h
la manera en que hablamos
tros, hemos pt:rdido algo eructa e~eblos del mundo ... Debe ser
y actuamos con respecto. a otros p e ar la autoridad moral de
1d d del presidente recup r
..
,
!'fea exterior.
responsa b 1 1 a
este pas en la conducc1on de su po t t
.
b Carter la poltica exterior
Durante dcmasia~o tiempo, acusa ~aniobrs y manipulaciones,
haba consistido "casi enteramente
ndo es una jungla de antabasndose en el presupuesto de que el mu cmaca militar y la mus
rivales en .el que a supre funcionan y en la que
gonismos nacionales
,
n las mcas cosas qu
.. E
culatura econom1ca so
..
tre s ara conservar la paz . se
los poderes rivales se ~qmhbran. e~
1~15 o incluso en 1945, pero
enfoque poda haber sido apr~~.1a. ~ ~?Llanc;o Solitario" de Kissinger
no en la dcada de 1970. Lapo it1c:;i e
, moral y debemos estimu
"debe haber s ido inherentemente secreta y ~nstan~c adherencia a los
lar ahora 1::1 apertura. la con~ult:lt~su;:r:metros morales" .6l
a os
.. , de Carter de que Jos
P rincipios fundamentales y nse
de la supos1c1on
.
e decisin producen una d1plo
Se piense lo que se ~ie
procedimientos ~e~ocrt1~os ~~d~o~:n~miento, a fines de la ad~ini.s
macia moral, ex1stta un d1~n.
l presidentes a los que s1rv1
tracin de Ford, de que Kissm~er Y. osntrc :oltica y principios que
haban descuidado la correspon enc1a e scrv~r autoconfianza. En su
cualquier nacin debe mantener para ~~n. d'a llegar a acusaciones
versin ms extensa, esta arg_umentacN1 .n po I Kissinger desviaron la
de genoc1'd'10. Ast' se ha sugendo que ixon y
e7
~68
IMPLEMENTANDO LA DtrENTE
.
norv1etnam1tas no 1
.
quienes v10laron la neutralidad ali'
, , . . as norteamericanas,
menos una consecuencia de 1 ,,.1. el .~vemm1ento del Pol Pot fue
ele 1970 que de la victoria finala de1ncurs1on"
H
.
m1Titar norteamericana
1975. Inculpar a Washington d l
ano1 sobre Vietnam del Sur en
dones es no slo atribu1r d
e. ods horrores acaecidos en esas situaemasia o peso a J
1 369
) j
IMPLEMENTANDO LA DTENTE 1
er
o de-
371
372 1
IMPLEMENTANDO LA DTENTE 1
mayor importancia
373
:am-
ct:
nlPLD&EN1'AND0 LA IlTEN'IZ
374 1 JOHN
1 375
I.EWJS CADOIS
h a e1ecu
Captulo XI
Eplogo:
La contencin despus de Kissinger
Jimmy Carter, al hacerse cargo del gobierno a principios de 1977,
pareca decidido a revertir la preocupacin por la contencin que
haba dominado la poltica exterior norteamericana durante las tres
ltimas dcadas. Haba llegado el momento, anunci en su primer
discurso de importancia acerca de asuntos internacionales, de desplazarse ms all de la conviccin "de que la expansin sovitica era
casi inevitable pero que deba ser contenida", ms all de "ese desenfrenado temor al comunismo que nos condujo a veces a respaldar a
cualquier dictador que lo compartiera con nosotros", ms all de la
tendencia "a adoptar los principios defectuosos y errneos de nuestros adversarios, abandonando a vece~ nuestros propios valores", ms
all de la "crisis de confianza" producida por Vietnam y "empi;orada
por el encubierto pesimismo de algunos de nuestros lderes". "Es un
mundo nuevo", acentu Cartcr, "pero Estados Unidos no tiene por
qu temerle. Es un mundo nuevo, y nosotros debemos ayudar a darle
forma. Es un mundo nuevo que reclama una nueva poltica exterior
norteamericana -una poltica basada en la constante decencia de
sus valores y en el optimismo de nuestra visin histrica".1
Pero, menos de tres aos m:ls tarde, Carter describa el estado
de las relaciones norteamericano-soviticas como "el factor ms crtico para determinar si el mundo vivir en paz o ser engullido por
el conflicto global", revisaba con aprobacin los pasados esfuerzos
de contencin a partir de la dcada de 1940, reclamaba medidas que
reconstituyeran la estructura militar y quitaba las restricciones
impuestas a las capacidades de inteligencia, expresaba la decisin de
que los rusos "pagaran un precio concreto por sus agresiones", y
proclamaba incluso su propi:i "doctrina Carter": que "cualquier
intento por parte de una fuerza exterior de ganar el control de la
regin del Golfo Prsico c;er considerado un ataque contra los intereses vitales e.le Estados Unidos de Amrica, y ese ataque ser rechazado por los medios que sean necesarios, incluyendo la fuerza militar".2 Parecera que los informes acer<.:a del descarte de la contencin
haban sido de alguna manera l!xagcra<los.
Muchas cosas pueden ocurrir en tres aos; no sera la primera
vez que una administracin se hubiera visto obligada, en un perodo
377
378
t
ra csplaza
d
OJobr
rse e un enfoque de la a a
enc10n claramente asimtrico -el
del NSC-68-. La ad
. .
.
. con.
ede Kennan- a otro s1m e' t neo
. mm1strac1n
~ultades para alinearse con cualq . arter, por contraste, tena ;;:1
uda tambin con cualquier ot
uiera d~ las dos posiciones
J. 1de los intereses norteame .
ra concepcin discernible y e
y sin
~~~~~~:t~~=ll~~r;0;:s~u:~~:~F~c~7b1:'s.~~~~~~t~~~~t~nf~:fcse:e~~~
I
Cartcr' por supuesto, no fue el
.
.
.
que del mundo en trminos d .. primer ejecutivo que defini su enfosores. Pero la intensidad dee s: repetir los. ~rrores de sus predecenotable: si se observa el nfasis preocupac10.n. en ese sentido era
los derechos humanos y la m
rue su admm1stracin puso sobre
tralizacin, sobre la solid1c o~~ i ad, sobre la apertura y Ta descen1cac1on de las I .
y los. neutrales, sobre el aband
ac1oncs con los aliados
mento de modificacin de 1
ono de la vinculacin" como instru. d
a conduct
c_10n e la Unin Sovitica del Ju
a sov_ie.t1ca, o sobre la eliminatiempo haba ocupado como ob g~~ de privilegio que durante tanto
nortean:ieri~na, se advertir qu~es1 .n _central de la poltica exterior
va admmistracin una determ.
~x1stia entre los lderes de la nuepara ella una iden tidad aguda1~ac1~ e.as! d~sesperada de establecer
enorme e intimidator ia sombra ~ntcHchstmt1~a . .que se saliera de la
Una razn para ello
e enry Kissmger.
re d
pocas d.f por
raro que parezca, es que Carter en
1 a d tenia
1 erenc1as susta
ticas de Nixon-Ford-K.issmger
.
.
nc1ad es. con. respecto a las pold.
No se
iato tendiente a revivir el c
. pro U.JO ningn esfuerzo inmedemcrata con la respuesta o~pr?~1so de la ltima administracin
afirmaba que todos lo .
s1metnca -a volver al enfoque que
1' .
s mtereses eran t 1
pe igrosas, Y todos los med
v1 a es, todas las ;.:menazas
t 1 M,
.
ios estaban d.
.bl
ar~ as bien, Carter mant
ispom. es para coutrarres1
ba diferenciar entre intereses ~~~a~s enfoq~e. a~1mtr~co. qu~ implicade amenaza y mantene 1
y penfcncos, d1stmgwr niveles
los medios. No hubo ~ as resp~cstas en correspondencia con
ninguna ob1eci'
on
!>Ostener la estrategia
,;e.
1 379
380 /
os e la
a a la U
1a .,amoralidad"
P,
C
n:qwerda Que se haba
n1on
e? _que sus neg~ci~~~re:rter eligi plantear el tem~ ~~e~eupado por
h1c1eran modificaciones . trata~a~ de persuadir a los ru; momento
armas estratgicas --m a _J~s h_m1tt!s que el SALT II im os. de que
proporcionadamente a ~~::~~c10ne~ que hubieran bcneE~i~~ a las
se1 aceptadas
. < s Unidos.a Y que d1f'cl
o d'
des, s1n 1a conv1cc
1 1 mente
de que eran comprendidos wn. _Por pa1tc de los lde res sovi~~- ian
por la nueva admini
.. y senan compensados d
icos,
rcchos hun1a1os . <;cra_c1on de Washingt.:m I a e e al~una manera
'
aseguro qu,
~
ampana de l
ra: en cambio los .
e ninguna de esas act"t d
os deI usos acabaron >or
.
.
J u es se produ e.
los
, .
peores enfcxp1~s antag. .
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omcos de su adversario.
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La dificulad f
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nos y
Om<.:st 1cos co
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Sovitica con lo ;ou 1 brazar la causa de loe; di"i.edlenco, ntrol de armas.
o que eo implicaba
.,
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g ton no estuviera diso:~K ._ ~ vncubc1n. lllurho m 1:m~ .~1 rter debi recunii a una
1ss1riger e .
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c1c1nto "L' Pn>duio la irw -~ua quiera pensada
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t. >.1 1 E..,lat10, Unidos
ya
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procurad
emb:::\
Comprom1so
s o no implica afirmar q
1 381
II
Una segunda razn del fracaso de la administracin Carter con respecto a desarrollar una poltica exterior coherente tuvo que ver con
las personalidades involucradas.
No haba entre Jos asesores del presidente ningn terico dominante, cuya influencia fuera comparable a la ejercida por Kennan,
Nitze, Dulles, Rostow o Kissingcr, capaz de articular un concepto
estratgico en torno del cual la administracin pudiera girar. Por
cierto, el presidente no estnba equipado como para cumplir ese rol.
Carter lleg a la Casa Blanca con menos experiencia en poltica
exterior que cualquier otro presidente desde Truman; lo que es
ms, su temperamento era proclive a desalentar el pensamiento er.
trmi;1os geopolticos. Se enorgulleca de ser simultneamente un
ingeniero y un moralista, combinacin que sin duda produce autoconfianza. pero tambin una cierta fascinacin por las cuestiones
tcnicas que deja poco lugar para el reino de la estrategia, que se
halla en cierto s itio intermcdio.9
El asesor de seguridad nacional de Carter. Zbigniew Brzczinski,
tena un currculum acadmico similar al de Kissinger, y sin duda
por eso fue designado. Conceptualmente, sin embargo, los dos hombres no podan ser ms diferentes. Desde el principio de su carrera
Kissinger haba a rticulado una visin notablemente consistente de
los asuntos internacionales: era posible leer A W o rld Restore (publicado en 1957). y hallar all una gua generalmente confiable de las
polticas que Kissingcr procurara implementar una dcada y m~dia
ms tarde. Los escritos de Brzczinski no mostraban esa profundidad:
haba all en cambio, tal como lo expresara un observador, un "duradero gusto por Jos temas y conceptos de moda que son adoptado<>
o descartados segn las cambiantes circunstancias ... una imprnce
dente confianza en los clichs intelectuales del momento". 1 Una
vez instalado como asesor de seguridad nacional, Brzezinski desempe un rol que era ms excntrico que centralizador, saltando de
un movml!nto tctico a otro con una especie de superficialidad
frentica que con mucha frecuencia produjo incomod idad y no com
prensin a aqullos que dependan de l pa1 a lograr una visin
382 1 JOffN
LEWJS GADDIS
n:1un~ial. coherente.* La
.
, .
ztnsk1 luciera a Ki . propia y muy publicitad
la "acrobacia" a la ~~1;qge.r -donde se afirmaba a cnt1~a que }3 ....
mayor . .
u1tectura" 11
que este
.e.e.
- se podra haber apt Prefera
Justic1a al mismo critico
De b e c::en-
. emb
1cado con
a arse, sm
n:andato de I<issinger d .
argo, que Brzezinski ~ .
~1a. Abandonando lo q:e J~:~-ner un~ nica estrate~~:;ias l recibi el
.ma de decisin excesiv
ta percibido como una
a burocra.
N1xon y Ford C t
~mente centralizada d
estructura d
,
.
ar
er
decidi
urante
el
.
e
1~ poht1ca exterior p d . no tener una sola
periodo de
rivalidades organiz~ti~e ec.1blemente, como resulfae~sona a cargo de
por el vaco intelectual a~~I tncn~mentando la confusf estallaron las
al desord~n fue el com
J;lat1onaJ Security Council ~ ya causada
u?a reaccin contra prom1s? .de Cartcr con la a . tro agregado
t~as a_ctmm1straciones anter1 pertura -otra Vez
bien intencionado
t
d
.
es imulo las f 'I
.
ores- que
o~ e vista diferent
' trac1ones, las dis
.
. aunque
mas bien extempor~s. y una proclividad a decla~~s~ones por pun.
reforzar la imagen d e~s y no reflexivas.'2 Todo
c1ones polticas
proyectado.
e incoherencia que la d . .esto ~ontribuy a
a m101strac16
. E 1 resultado fue ue
. .
n ya haba
ttdo de las prioridad~ la ad!11m1stracin nunca des
postergar y u
.
-una idea clara de
.
arroll un sen.
todo de inm~dia: intentar en absoluto. u Enq~:mh~cer primero, qu
campaa de der
lograr un beneficio del SALT b~o, trat de hacer
de lograr camb. ec os humanos, disuadir a M '. impleme_ntar una
tiempo alejarse1~s ~avorables en el equilibrio ~scu ~e su mtencin
que haba e
e . <l preocupacin cxcesi
e po cr, Y al mismo
funciones m::~ctenzado a la diplomacia ~~
I_a Unin Sovitica
entre varios ob~fort~~tes de un planificador p~~~t1.nger. Una de las
funcin que la ad ~o~ imp_ortantes pero incom i ~~f, es la de elegir
sonales y organiz ~~mstrac1n Carter, a causa dpa~1 es:_ fue sta Ja
a ivos, no logr desem e impedimentos perpenar.
P::
III
Sin. emb
.
argo, por justic
.
. ~a es importante seaJ
def1c1encias de la
terno. Ciertas . ' administracin Carter em
ar que no todas las
nistracin se c~Ir~~nstancias que trascenda an~ron del desorden iny sus asesores m. maron adems para ocas e c~n.trol de la admito en 'lUe la u~~eron el infortunio de lleg on~r d1f1cultades. Carter
,
nion Sovitica lanzaba
ar a poder en el momen La
una nueva serie de desafos
383
nESrV-ts DE KISSINCER
LA (,()l'<TENCI"
384 1
' 385
d e la epoca
.
. s1"do un r asgo tan prominente
que h a b 1a
moderna neta
.
tambin los efectos de la conviccin despertada por Vietnam e ' smo
parte d~l "establishment" ?e polti~a exter~or: que en muy np~~
oportunidades Estados Umdos pod1a cons1dernr legtimamente el
uso de la fuerza. 16
Esas restricciones incluan la intrusin de grupos especial
de inters en el campo de Ja poltica exterior, grupos cuyas prio~~
dades personales y organizativas parecieron tomar prece dencia por
encima de las prioridades nacionales tal y como eran definidas
por la Casa Blanca.
Otra restriccin era la ejercida por e l efecto debilitante de la
inflacin, un persistente y corrosivo legado de la guerra de Vietnam
exacerbado luego por la creciente dependencia del pe trleo de Medi~
Oriente, que limitaba an ms la capacidad de Estados Unidos de
e mprender acciones independie ntes.
Todas estas fuerzas se reunieron a principios de 1980, cuando
Carter procur organizar la respuesta norteamericana a lo que fue
claramente el ms abier to desafo lanzado por la Unin Sovi tica
contra el orden internacional existente desde la crisis misilstica
c ubana. Los que escuc haron el vigoroso discurso presidencial sobre
la "doctrina Carter" el 23 de enero pueden haber concluido que el
ca so de Afganis tn podra haba conmocionado a la administracin, obligndola a abrazar el enfoque indiferenciado de intereses
y amenazas caractersticas de la respues ta sirntrica.'7 Pero Carter
no dio ninguna pista acerca de cmo la nacin poda gene rar los
medios necesarios para sostener esa estrategia en una poca de depcndencia energtica e inflacin alta. Y las dificultades que tena la
Casa Blanca para despertar entusiasmo por su nueva lnea dura,
con la abierta opo.,icin a l alistamiento, los emba1gos tecnolgicos
y de cereales, e incluso el boicot olmpico, planteaban serias cuestiones con respecto a si la administracin podra reunir un consenso
que apoyara esa estrategia, incluso en el caso de que se hubiera
decidido por alguna. Cuando una gran nacin llega al punto de
debatir seriamente si las consideraciones de privacidad, beneficio Y
desempeo atltico deben tomar precedencia por encima de la proyeccin de resolucin y firmeza en momentos de grandes tensiones
internacionales, es que est enfrentando no slo una crisis de liderazgo sino tambin una resistencia pvpular a ser liderada. Esa
situacin, incluso en una administracin ms consistente y ordenada que la de Carter, no estimula la implementacin de un enfoque
coherente de la ppltica exterior.
JV
,.
administracin Carter
dilemas cstratcg1cos. de a
la asimtrica de la
L.oS irresueltos to l"' versin simtnca como. ofrece protcccir.
reo que tan
.
La simetn a
s
5ug1e . .
. n sus \imitac1ones.
. \ rilsgo ck que 1o.
tenc10n uenc
tos v cont1 a e
.
con
. a. de increrncn
. .
d
tornar se imporcontr? las -~~~~~~..,al equilibrio de poder ~ue 1~ mismo. Permite
desaf1os _pe1 i d~ hecho, psico\gica:11~nte, qu~r:: decisiones polticas
tantes, s1 no
. esta auton7.ando o . . , . olucra pe
'ltiplc" niveles de res pu
. 11 _. n Pero tamb1cn tn\
.
.,n
mucms de la escalada o la hutni . a~~n a naturaleza y la lo_cal17:'1c10
a~t"r 'a \os adversarios que seleccto cin a la defensiva, implica ~a
m1 1 '
.
, e .0 para una na
d . \a teona
de la _c_omp:tcnc1a;s~s ~-i~tua\mente _ilii:nitados.: p~s:i~os'-' jams ha
poses1on de recu . "sta en la practica ~sta os
urtar la concconmica expans1on1. l~s medios necesarios para s?Pdef;nido Los
a
paz de gcnera1
, d d, tiempo m
.
s1 o ca : , .
durante un peno o '-' .
.
slo han condutcncin s1metnca
Corca y Vietnam.
.
ele\
. lo tales como
. t y en el l:aso
1
intentos de ogta~ . ~ la <l.:si\usin. el agotam1cn_ o al En esas situa
cido a la [rustrac101 .
a la quiebra nac1on, .
. ) ero
.
ff t o a algo cercano
. . . - eso es scgu1 o . p
ltimo con ic .
1 b talla \V ni ~1qu1e1 a
'ones se puede ganar a a
.
c1
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.
, . rccu so-; urn 13 dos _J"
. 'n se puede pcrdcr la' guerra.
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1 pro1'1a
La asimctna reconOCl' ,1
, 1 .. h
n"\turah!za <l ~
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las batallas sc
acenta la ncces1 a las cuc1 ras no s~ pit>r<lan aunq~c nt.:s c~mo en \:l
res puesta, p:.\r~\ que
g
e n la va1 iedad de op:io , ctua:- en
No se concentra tanto
l 'a necesidad (\I; a
l
s;ancn. . .
1 nwdios. a<"cntuam o I
d
ara aplic:Jr a
multiphc1d~d de os , tos \' ck maneras calcula ::i.~ PConscr.::i., por
.
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.
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..
1, 1.. l.':ih::u 10 .., rnc10cn la dcmocr.11.1.\. d 1nsiada faci\1d;"\ ... up1.:' anl d) suck se'" un~'
u. con c1 , '
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nico.
.
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u o tra [ormi.i e p
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.
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f que rech,\7.an
.
tent.:1011 - J
de c1da cn ''
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Pern dentro l p
.
1 c ...
r
386 /
impedimentos estructurales ue n
.
tos son los que han hecho q
o perm_tt~n esto: esos im
.
rn_anentemente entre la sime~~; las adi:nin1straciones oscila~edunen.
decadas, y que tuvieran q
y la asimetra durante m an Per.
tado por cada una a enas ue a~r~nder cada vez el problem s de tres
Presen.
vez les hubiera id~ ~le . o; c~s1 siempre,. a la posibilidad
de esas opciones
J
s1 no se hubieran decidido p
~ue tal
or ningtin
. .
a
. Uno de esos impedimentos e
b1e~no de Estados Unidos
s la amnesia institucional
opciones ~olticas compar~~~~ notablemente p~co para pr~bEl go.
se .hace ningn intento si t
a~ con la~ experiencias pasad ar las
registro histrico en busca sdemt1co de investigar el ahora as. ~o
evitarse: la memoria ra .
_e precedentes o de errores que a~~ho
que est en el cargo o ~: :ie~ ?arca algo m{ts que la admini~~a~:~
~orno resultado, los .debates e1or de Jos casos, a Ja que la preced~n
tienden a ser repeticiones de ]~cerca del. futuro de la contenci .
s producidos entre George Ke
n
y Paul Nitze tres dcadas
asesor~s consideran innovaci~~e: n Lo que los presidentes y~~
ms bien son en realidad 1
o suelen serlo en absoluto .
anteriores.
os errores olvidados de admin1st '. sino
raciones
Otro impedimento es la
!' .
ne~ .recin elegidas tienden a P~~l~:fi~~~stic?-, Las administracio. .
r s u v1s1n del mundo por
med10 de una evaluacin de
ocurriendo, sino ms bien
sapasr~nada y objetiva de Jo que est
de 1 .
.
por medio de la d . . . d
.
as po 1t1cas de su predecesora i
.
e~1s1on e distanciarse
en el que cada una de las suce . . nmed1~ta. ~1 se observa el punto
lugar a la siguiente -1950 1953 sl1~~~ estrategias de contencin dio
sal_vo uno coincidieron con' - .
. . 1969- se descubre que todos
As1, el New Look asimc~rncound caEn:b10 de partido en la Casa Blanca
.
de la crtica que
h1c1era
durante la e rsenho
- wer surg10
e mismo
Truman con la ~imet1a L cab":P~~a de 1952, del compromiso de
a la nacin en 19Oa o 1ec1on e:1e Kennedy a la asimetda
con d UJO
d.e N'ixon de acaba1 con l a regresar
.
a Ja s imetra.
La promesa
c1do tambin contribuyo' a guer! a 9ue esa es trategia haba produ.
.
a su tnun(o d l 96B
as1metna. Incluso Cartcr al
e
y a un retorno a Ja
d:
Es interesante qu 1
.
..
.
estuvieran nn
e os arq1;11tectos original
la dcnda de 19fu~;J~mando las y1ttudes de sus r~p~~tl srmetria Y la asimetrla
en 1975 para presiona ze por medro del Corrunittce on thev~s estrategias a fines de
de la Uni:l Sovitica rKpor una respuesta ms vigorosa rescnt Danger, fundado
1977), escrito en
cnnan por medio de su libr T' 1 acumulacin militar
of Danger <Boston,
de Nitze.
gran. medidc. con el objeto de 0 the C.oud
con rarrestar la argumentacin
387
soportar las contradicciones, pero no invalida e1 punto. Esta compulsin de crear a cualquier costo iden tidades distintivas para cada
administracin dificulta la posibilidad de aceptar lo mejor y rechazar lo peor de lo que ha ocurrido antes.
Otro de los factores que impiden que se hagan esos juicios discri
minatorios podra 1lama rse la "tirana de los medios". Cada uno de
los cambios de posguerra de Ja simetra a la asimetra -incluyendo
el de 1950- emergi de la evaluacin de los recursos disponibles.
Trumao y sus asesores se movan, incluso antes de Corca, para
rcorieniar la estra tegia sobre la base de que la economa poda
soportar grandes incrementos del presupuesto de defensa sin producir inflacin.
El 1echazo de la administracin de Eisenhower a estos a rgumentos la condujo de regreso a la asimetra bajo la forma del New
Look; Kennedy y Joh nson abrazaron una filosofa econmica expan
s ionista sin la cual no hubiera sido posible una estrategia simtrica;
Nixon y Kissingcr, asustados de los excesos de Vietnam, volvieron
a la asimet ra. Y una razn por la que Carter rompi el esquema,
con tinuando la sustancia aunque no la apariencia de las polticas
de Kissinger, fue que an persista la espiral inflacionaria desencadenada por la ltima aplicacin de la respues ta simtrica, descartando cualquier otra posible experimentacin de ese enfoque. La
percepcin de los m edios disponibles, entonces, parece ser el deter
minante ms decisivo de la estrategia nacional, ya que tambin
tiende a encerrar a las administraciones en la opcin entre las
\'C!spucstas simtrica y asimtrica.
Un ltimo impedimento de cualquier intento de combinar los
mejores elementos de estas dos estrategias, descartando sus puntos
di!bilcs, tiene que ver con la credibilidad. El objetivo de ese tipo
de combinatoria, presumiblemente, sera el de lograr una disuasin
mundial a un costo mmmo, sin tener que a rriesgarse al uso de las
armas nucleares. Pero la disuasin, en cualquier nivel, debe ser
creble si es que se desea que funcione. Y la credibilidad, en la
e~ trat egia simtrica, se produce por medio de la utilizacin de armas
menos peligrosas en una escala limitada: se sacritica la t:conoma
para e,i tar la escalada. En la estrategia asimtrica, la credibilidad
se produce por medio de la amenaza de usar armas increbles con
la expectativa de no tener que hacerlo en realidad: se arriesga una
escalada en funcin de lograr economa. Obviamente, una estrategia
simtrica hace ms probable el conflicto nulitar que una estrategia
asimtrica; hay que sopesar sus costos, sin embargo, con respecto
a los riesgos que implica no actuar hasta que las nicas opciones
disponibles sean las de "hacerse nuclear" o capitular. La credibilidad, en este sentido, es una proposicin "o una cosa o la otra":
CADD!S
..
macion de estr t
. es que uno puede perder.
a eg1as simtrica y asirne.
En lodo esto parecera
..
pohticas domsticas y olti~~1st1r ~na :anexin ms fuenc e
generalmente se conside:'a L . ~e segundad nacional que la ntre
eralas son el partido de . a VteJa argumentacin de que los
qu_e
canos el partido de la pa! /~er~~ Y l~. prosperidad, y los re~~~~
como para ser d
a epresron '~ es demasi d
.
.
correlacione~ si"n~ficaalgt.un~ utilidad justificativa. Pe~o ~~n s1m~li.sta
t.>
1vas entre bs
'd
ex1.,tido
nacionales que no se ha b
. pnon ades domsticas e .
como en el compromiso ~on asado ta~to en los rtulos partid~t.er.
Y el conservadorismo Si I
las tC'?nas econmicas del liberar nos
esencial para dar for~a a 1 perccpc10~ de los medios es en reatd
mdo
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1
a estrategia nacional d
11
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~e os con servadores, dada
. . . e e o se despreneconom ra kcynesiana t iende
.
. su trad1c1onal resistencia a l
expandible
1 ,
n a considerar que lo .
d.
a
1
s que o que creen los l'b
1
s me ios s~n menos
a respuesta asimtrica y
i. era el>, y por lo tanto pr1?ferir
nerse. * No ha habido ~n I~ g~r cierto. cs.<' esquema p~rcr:\! <;ost:
hayan respaldado 1
.
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.
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a as1metna con
. f .
res que
expan ibles Tampoco ha h b'd,
. su en as1s sobre los md
a 1 o lrber 1
'
tos
metna, ~on sus medios fijos J im
a es que rc~I':t!daran h ::isiera un l~beral fi scal , como s~alar~y Carler, aunque rlemcral<!, no
~el ~rop10 partido. Tampoco Har ~algunos rle sus crticos dentro
f1cat1vamcnte, su aceplac . d ry ruman lo fue hasta 1949 signido mest1co
cxpans1onista
' en lo
pa.ccd1 a SL d ron
. l . e la
. econom ta
en
' .
t.;Sp azam1ento haci J
asunto~ mundiales.
.i rcspu~!-.la :.11111 rica
det Esta
. . no es. deb emos senalar
un .
crmrmsta de la historia D
,
a interpretacin econmica
sea. eso lo que signifique . ac~~~cstra que se puede ser capitalista
es11m ulos econmicos de
mente, y aun as responder a lo;
los rtulos oartidarios sin ~aneras mu.v diwrsas Demuestra que
cias econom,icas establ'e'
ser una guia infalible Para las pref
1 h
'.
cen una dif
eren
ra
an sido mas rece tivo
ercncra: los demcratas en eneexpansonista. Demue.c;tr~ qu s !que . los r_epublicanos a la econ~ma
cucnc1~ producen cambios ~nasla~ampanas ~oltic~s. con mayor trecampanas_ refleja:i la~ circunstanclas ortodoxr.as ~f1c1alcs; que esas
en el gob1.:.:rno las administ
.
. es md1scuttble, pero una vez
:--ias
r-.i.cJoncs tienden
.. sea como fu ere. (La ni.
.
a apegarse a sus ortodo
rruman b
ca exccpcwn cs la d l d
C .
' J el impacto combinad d 1
e a a ministracin
orea.) Pero las orien taciones eco~~icac dNSC-08. ~ la ? uerra de
s e admmrstracrones par-
389
trca
390 /
NOTAS
P.B.I.
(billones)
Porcentaje
del P.BJ
lUiU7Jado"
a
defensa
1945
194
1947
1948
1949
95.2
61.7
36.9
36.S
40.6
1950
1951
1952
1953
1954
1955
1956
1957
1958
1959
1960
1961
1962
1963
1964
1965
1966
81.6
44.7
13.1
13.0
13.1
43.1
45.8
68.0
70.9
68.S
70.S
76.7
82.6
92.1
40.2
40.3
42.8
44.4
46.6
76.8
45.9
47.4
51.1
52.3
53.6
118.6
118.4
134.7
158.3
1969
184.S
1970
1971
1972
1973
49.6
56.8
70.l
80.5
81.2
196.6
:!11.4
80.3
1967
1968
178.8
232.0
1971
247.1
269.6
1975
1976
326.2
1977
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520.l
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2 Citado en David Keith Eagles, "Amba.ssador Joseph E. Davies and American-Soviet R.elations, 1937-1941" lDisertacin de doctorado, Universlty of Washing
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7 Ver, en este punto, Robert Dallek, Franklin D. Roosevelt and American
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10 Max1m Litvinov al ministro sovitico de Relaciones E.xteriores, 8 y 17 de
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pretation", Political Scence Quarterly, XC {primavera de 1975), 236!1.
34 Ver. por ejemplo, Gaddis Smith, American Diplomacy During the Secono
World War, 194145 (New York, 1965), pp. ll, 14-16.
J5 Este punto queda claro en Arthur Schlesinger Jr .. "Origins of lhe Co!d
war", Foreign A!falrs XLVI (octubre de 1967), pp. 484!L
36 Bums, Roosevelt, the Soldier o/ Freedom, p . 374.
37 Mastny, Russia's Road to the Cold War, pp. 27071. Ver tambin Bradle~
Smith y Elena Aragossi, Operation Sumisc. Thc Secr<'t Surrm1der CNew York
1979> para un relato actualizado de Jos escuerzos norteamericanos por acordar
una rendicin secreta de las fuerzas alemanas en Italia, otro incidente que
despert la suspicacia de Stalin.
38 Diario Wallace, 30 de noviembre de 1942, Blum, cd .. The Price of Vision.
p. 138.
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Ver tambin PPS/13, "Resume of World Situation", 6 de noviembre de 1947, FR:
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Soviet Politics" , 25 de agosto de 1948, FR 19411 I, 62122.
3S "Comments on the General Trend of U.S. Foreign Policy", 20 de a.g asto
de 1948, Kennan Papers. Box 23: conferencia en el NWC, 18 de diciembre de
1947, ibid., Box 17; conferencia en el NWC, '"Soviet. Diplomacy'', 6 de octubre
de 1947, ibid.
16 Ver, en este punto, Kennan a Marshall, 20 de enero de 1948, FR 1948, III, 78.
J1 Leighton, "The American Arsenal Policy in World Wnr II", p. 221252.
38 Charla pronunciada ante la junta de gobernadores del Federal Reserve
System. 1 de diciembre de 1947, y ante el SCC'retario del Navy's Council, 3 de i
ciembre de 1947, Kennan Papers, Box 17.
39 Notas de Kennnn para un seminario del Departamento de Estado, fi de
octubre de 1949, Kennan Papers, !bid. Para la opinin de Kennan acerca de Grecia
y Turqua, ver la nota precedente. Sus ideas acerca del "perimetro defensivo"
pueden hallarse en las minutas del encuentro del Nav;:'s Council del 14 de enero
de 1948, ibd.; PPS/23, 24 de enero de 1948, FR. I, 525, Kennan a Marshall. H dt>
rnarzo ele 1948. !bid.; y conrerencia en el NWC, 11 de octubre de 1948, Kennan
Papers, Box 17.
40 ConferenciR de Kennan en el NWC, 18 de diciembre cte 1947, bid.; Kennan a MacArthur, 5 de marzo de 1948, incluida en el PPS/28, 25 de marzo de 1948.
FR 1948, VI, 699. Ver tambin los comentarios de Kennan durantP. la'> Quintas
Charlas Explicativas de Seguridad de Washington. 9 de julio de 1948, bid., III,
177; PPS/37, "Policy Quest.ion Concernlng a Possiblc German Settl:iment", 12 de
agosto de 1948, bid., II. 1290, 129-96; y PPS/43, "Consideration Afecting the Con
clusion o! a North Atlantic Security Pnct", 2:l de noviembre de 1948, ibid. III, 287.
NSC 20/1, 18 de agosto de 1948, en Et.7.old y Gaddls, e<ls., Contamment,
pp. 17678. Ver tambin las minutas de la reunin del Policy Planning Staff de
l~ de marzo de 191\9, FR 1949, V. 9-10; y la conferencia de Kcnn:m en el NWC,
30 de agosto de 1949, Kennan Pnpers, Box 17.
4? NS<' 20/2, 18 de agosto de 1948, en Etzold y Gaddis, eds., Containment,
pp. 18687.
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"' PPS/13, 6 de noviembre de 1947, FR 1947, I, 773-74. Ver tambin la conrerencia en el NWC, "The Back-ground of Current Russian Diplomatic Moves", 16
de diciembre de 1946, Kenmm Papers, Box 16, University of Virginia, conferencin,
"RussianAmerican Relations", 20 de iebrero de 1947, ib1d.; Charlas exlempor
neas a lderes industriales elegidos, 14 de enero de 1948, ibid., Box 17; y PPS/35,
"The Attitude of This Government. Toward Events m Yugoslavia", 30 de junio
de 1948, FR 1948, IV, 1079 81.
> Coruerencia en el NWC, 11 de octubre de 1948, Kennan Papcrs, Box 17;
conferencia en la Universidad de Virginia, 20 de febrero de 1917, ibid., Box 16.
Comentario de Kennan acerca de que unn victoria china comunista amenaz:i. a ln
Unin Sovitica, consignado en las minutas de una reunin del Navy's Council,
4 de enero de 1948, ibid., Box 17. Ver tambin la transcripcin de una sesin
de preguntas y respuestas con Kennan en el NWC, 6 de mayo de 19'27, ibd.;
PPS/13, 6 de noviembre de 1947, FR 1947, I 77576; lns notas manuscritas de Ken
nan sobre China, febrero de 1948, Kennan Papen;, Box 23; conferencia en el NWC.
17 de septiembre de 1948, itid., Box 17; PPS/39, "United States Policy Toward
China", 7 de septiembre de 1948, FR 1948, VIII, 147-49; PPS 39/1, 23 de novien
bre de 1948, ibid., pp. 208-9; informe de Kennan al Stnte Department China Round
Tal-le Discussion, 6 de octubre de 1949, Truman Papcrs, PSF Box 174, ''China Re
cord on Round Table Discussion"; y Kennan, Memoirs 1925-1950, pp. 373374.
4 Coruerencia en el NWC, 6 de mayo de 1947, Kennan Papers, Box 17; con
ferencia en la Universidad de Virgnia, 20 de febrero de 1947, ibid., Box 16.
1 !bid. Ver tambin PPS/l, 23 de mayo de 1947. FR 1947, III, 2245, 229-30,
charla al Board o! Advisers Federal Reserve System, 1 de dl.ciembre de 1947; y
con el Navy's Council, 3 de diciembre de 1947, Kennan Papers, Box 17; conferencia en el NV/C, 18 de diciembre de 1947, ibid.
~ Coruerencia en la Joint Orientatlon Conference, Pentgono, 8 de noviem
bre de 1948, Kennan Ppers, Box 17. Ver tambin la conferencia de Kennan, Air
3 98 1
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septiembre de 194r~;s 1925-1950, pp. 129-30 Jomt
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~ Papers, Box n' NSC Onentatlon Coference 19
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54 Ver NSC 20/l ~~~ent, ~de septiembre de :;JteK personal del Fore~
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...,.,..itzes of Amertcan F,
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V
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morandum para Acheson
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ence, 14 de octubre ele 1949 Kn Memoirs 1925-1950. p. 467;
a Acheson y J
ennan Lovett, 5 de ag to ennan Papers Box 17 v r
wond, "NSC-68~~%~~ ~ dRee abril de 194~ ~e ~ f'R.,!,.~8, r: 599;. Ke~~
a.mmond y Glenn s
armament" en w
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1962), pp. 315-18.
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tense Budgets (New York
emorandwn persona de K e, 16 de septiembre de 1940 K
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p. 405. Para las oplnio~~ 23 de enero de 1948 ci:::t1an Papers, Box 16;
54, 322-23, Y PPE/1 23 d e Kennan acerca de '1a D~~~- Memcirs 1925NW
.n..ennan a Acheso '
e mayo de 1947 III 229-30
... ..,.. Trwnan, ver
C, 21 de dfciembre d~,1~9 d~ novtembre de 949, FR u 18
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ennan Papers, Box 17. ' conterenc1a en er
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NOTAS
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NOTAS
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firc.~lat3 del Departamento de Estado "B~~
lr9: ~x. 107:6. Ver tambin una
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28 de febrero de 1949 FR 949 IX
tes Pol!cy Regardlng Trade With China ..
del ~ational Secunty' Council.' 1 d~ 8i!;:~ declaracin. de Acheson ante la reunin
~oni'!. .de ~In ejecutiva, 12 de octubre d de1~9:9,Sfb1d., p. 295-96; Acheson, testiar Sztuatzon, pp. 97-98; Acheson
e
FRC Hearings: Review of the
de E:itaMdo Conjunto, 29 de diciembr~1e~o~~~d~ ~e9 9conversacln con los jefes
emorandum de Acheson d 1
4 , pp. 465.{)7
bre de 1949, Dean Acheson Papers :o'X co~versacln con Truman," 17 de noviemno~iembre de 1~9", Harry s. T.unan 6tib:!en:ioranda ot ec,>,nversations, octubreUmted States w1th Respect to Asia" 30
.11' NSC 48/2, The position o! the
Para la conclusin de los "consuitartes"d~ diciembre de 1949, FR 1949, VII, 1219.
"NC-8
7!'
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t:e
eo
moir~ 19501~63, p. 54. 0 e 1949 FR 1949, IX, 356-59. Ver tambin Kennan, Me
Un eJempJo de esta tendencia
1
~~ en Forei~ Alfairs, XXVII, enero~ee1 ~rff~~ ~Sb~n on Revolution", pubU
pero escnto por George Allen Mor
31 de octubre de 1949,
45
Comentario de Smith
la
de 1949, FR 1949, V, p. 10; Ca~re~n del Policy Planing StaU, 1 de marzo
<este despacho, enviado a las miaJon: ~ ~on, 25 de abril de I!K9, !bid.,
ma, Atenas, Mosc, Varsovia Praga So!f
encanas de Londres, Pars,
clones nortea.mencanas de Ch"' f
Budapest, Bucarest y a las delega
hart, Begundo secretario de la~bauj~n~eaUBe~ ..~~~ por WlWam K. Leon
"6uuv), Conclustons and Recom-
:;i
1 403
404 j
NOTAS
Para
1 405
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as Ver, por ejemplo, Adam B. Ulam, The Rivals: America and Russia Since
World War 11 CNew York, 1971), pp. 156-57.
89 Para una apreciacin contempornea que siga esa linea, ver un memoran
dum de Charles Yost, cUrector del State Department Office of European Affairs,
"Basic Negotiations with the Soviet Union", 15 d e febrero de 1950, FR 1950,
I, 153-59.
90 Kennan, Memoirs 1925-1950, pp. 465-66. Ver tambin Kennan a Marshall y
I.ovett, 5 de agosto de 1948, FR 1948, I, 599; y Kennan a Dean Rusk, 7 de septiembre
de 1949, FR 1949, I, 381.
9t Hammond, "NSC 68", pp. 317-18.
91 Acheson, Present at the Creation, pp. 347-48.
93 Comentarios realizados en el Nationnl Council of Negro Women, 17 de
no\iembre de 1950, DSB, 23 (27 de noviembre de 1950), 839.
NOTAS
406
1 407
1971
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29
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.
33 Ver Marshall D Schulman Stall
.
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Department OUice Qf rntemence ~ 25
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H
m"--~6
d....._
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manuscrito de Acheson a "Jim" (Webb?), agosto de 1950, Acheson Papers, Box 65,
"Memoranda of eonversations August 1950". Acerca de Corea como terreno de
combate favorable, ver tambin NSC 73, 1 de julio de 1950, FR 1950 I, 332, Y Pace,
Matthews y Firetter a Johnson, 1 de agosto de 1950, {bid, p. 234-55.
so ver Carlton Savage a Nltze, 3 de agosto de 1950, ibld., 359; Jessup a Matthews,
17 de agosto de 1950, fbid., 370-71; y ibid., VII, 187.
s1 Comando Mayor Conjunto a Johnson. 10 de julio de 1960, !bid., 346.
52 Allison a Ntze, 2 de julio de 1950, ibid., VII, 460-61. Ver tambin Alllson
a Rusk, 1 y 15 de julio de 1950, !bid., pp. 272, 393-95.
53 Notas del diario de Kennan, 21 y 31 de julio de 1950, citado en Kennan.
Memoirs 1925-1950, pp. 488-89; Kennan a Acheson, 8 de agosto de 1950, FR 1950,
I, 363; transcripcin, confe~cla de prensa de Kennan. 22 de agosto de 1950,
Kennan
Papers, Box 18.
54 NSC Sl/l, "Unlted States Courses or Action with Respect to Korea", apnr
bado por Truman el 11 de septiembre de 1950. FR 1950, VII, 71221. Para la posibilidad de exacerbar las tensiones sino-soviticas, ver las versiones prellmina.reS
de este documento del oepartamento de Defensa, 31 de julio y 7 de agosto de
1950 y de Allison, 12 de agosto de 1950, fbid., pp. 506-7, 532, 569-70. El mejor relato' reciente de la decisin del paralelo 38 es de James l. Matray, "Truman's
Plan for Victory: National Self-Determination and the Thirty-Eight Parallel Decislon in Korea". Journal of American History, LXVI (setiembre de 1979), 314-33.
55 Memorandum de Alllson. conversacin de Achcson con Kenneth Younger,
4 de octubre de 1950, FR. VII, 868
56 Ver. en este punto, Acheson, Present at the Creation, pp. 513-15, y James
F. Schnabel, Pollcy and DirectiOn: The Ftrst Year (Washington, 1972), pp. 306-26.
!;I Notas de Jesseup, reunin de Acheson con Marshall y el comando Mayor
Conjunto. 3 de diciembre de 1950, FR 1950, VII, 1324, comando Mayor conjunto a
MacArthur, 29 de diciembre de 1950, fbid., p. 1625.
58 Esta decisin est documentada en detalle en ibld., pp. 1237-1634.
!11 Acheson, Present at the Creation, p. 513.
6G !bid., pp. 529-33; Kennan, Memoirs 195().1963. pp. 35-37.
61 Conferencia de prensa del 4 de mayo de 1950, TPP 1950, p. 286.
62 Notas de Barbara Evans, informe de Acheson de reunin de gabinete, 14
de juUo de 1950, FR 1950, I. 345. Ver tambin Stuart Symlngton (presidente, Na
Uonal Securlty Resource Board) al National Security Council, 6 de julio de 1950,
Ib!d., pp. 34-0-41
63 Hammond., "NSC 68", pp. 35159, FR 1950, I. 352-52, 420-21.
64 Memora.ndum de Keyserling, "The Economlc Impllcations or the Proposed
ProgTamS: Requlred Fiscal, Budgetary and Other Economlc Policies", incluido
en el NSC 68/3, ''United States Objectlves and Programs for Natlonal Security",
8 de diciembre de 1950, fbld .. pp. 423-30.
65 Pace, Mattbews y Finletter a Johnson, 1 de agosto de 1950, FR 1950, 1, 325.
testimonio de Acheson de sesin ejecutiva, 24 de Julio de 1950, SFRC Hearings:
Review of the World Situatlon, p. 32'7; NSC 73/; NSC 73/4, "The Position and
Actions of the United Stat.es with Respect to Possible Further Soviet Moves in
the Light of Korean Situatlon", 25 de agosto de 1950, FR 1950, I, 385.
66 Testimonio de Achcson de sesin ejecutiva, l de mayo de 1950, SFRC Hear
lngs: Review of the World Sltuation, p. 292.
b7 NSC 82, "Unlted States Position Regarding Strengthening the Defense of
Europe and the Nature o! Germany's Contribution Thercto", o.probado por Tru
man, 11 de septiembre de 1950, publicado bajo la forma de comunicacin de John
son y Acheson a Truman. 8 de septiembre de 1950, FR 1950, III, 273-278.
63 Comentarios de Acheson a Bevln y Schwnann, New York, 15 de septlem
bre de 1950, incluldoS en Acheson a Webb, 17 de septiembre de 1950, lbld, 316.
fil Ver Pace y Matthews y Finletter a Johnson, 1 de gasto de 1950, ibld ..
I, 353.
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visiva de la CBS a Acheson, 10 de septiembre de 1950, DSB XXIII ( 18 de septiembre de 1950), ot64.
12 Comentaros realizados de Acheson en la State Department National
Conference on Foreign Policy, 15 de noviembre de 1950, DSB XXIII (27 de no
viembre de 1950), p. 855. Ve r tambin Acbeson a Loyd Henderson. 1 de septiembre de 1950, FR 1950, VI , 479-80; telegrama circular de Acheson, 5 de noviembre
de 1950, ibid., VII, 1049; Clubb a Rusk, 10 de noviembre de 1950, ihid., pp. 1123-24;
memorandwn de conversacin de Rusk con el embajador de Suecia, 13 de no
viembre de 1950, ibid., VI, 581. Ver tambin el discurso de Truman en radio y
televisin, l de s eptiembre de 1950, TPP 1950, p. 613; entrevista a Acbeson por tele
visin, 10 de septiembre de 1950, DSR XXIII (18 de septiembre de 1950); p. 463;
y el diseurso de Philip Jessup en Filadelfia World Affairs Council, 24 de noviembre de 1950, ibid., p. 114H2.
7J Livingston Merchant a Rusk. 27 de noviembre de 1950, ibid., VI, 581. Ver
tambin el discurso de Trumao en radio y televisin, l de septiembre de 1950,
TPP 1950, p. Gl3; e ntrevista a Acheson por televisin, 10 de septiembre de 1950, OSB
XXIII (18 de septiembre de 1950), p. 463; y el discurso de Philip Jessup en
Filadelfia Wo rld AI!airs Council, 24 de noviembre de 1950, ibid ., XXIII (4 de
diciembre de 1950), p. 886.
74 Declaracin pblica de Trurnan acerca d e la poltica hacia Taiwan, 17 de
agosto de 1950, TPP 1950, pp. 599-000; discurso de Truman radiotelevisado, 1 de
septiembre de 1950, ibid., 613; entrevista televisada de la CBS a Acheson, 10 de septiembre de 1950, DSB XXIII (18 de septiembre de 1950), p. 463; testimonio de
Acheson de sesin ejecutiva, Senate Foreign Relations Committ.ee, 11 de septiembre de 1950, SFRC Hearings, Review of the World Situation , 354. Para el resentimiento de los chinos comunistas a causa de la decisin acerca de Taiwan, ver
Loy Henderson a Acheson, 24 de agosto de 1950, FR 1950, VI, 447, transmitiendo
un informe de K . M. Pnnikar, embajador hind en Pekn.
75 Kirk a Acheson. 27 de .iulio de 1950, ibid., vn. 443-44; Jessup a Matthews,
17 d e agosto de 1950, fbid., I, 370-71.
75 En este punto, ver Gaddis, "The Rise and F-all of the 'Defensive Perimeter' Concept", p. 85, 88, 89.
11 Kennan a Acheson. 21 de agosto de 1950, FR 1950, VII, 624.
78 Notas de Jessup, Natlonal Security Council Meeting, 28 de noviembre de
1950, FR 1950. VII, 1246.
79 Minutas del encuentro Truman-Attlee, 4 y 5 de diciembre de 1950, ibid.,
pp. 1368-69, 1397, 1403. Ver tambin el memorandum de Acheson de la conversacin de Winst.on Churchill y Anthony Eden, 6 de ene ro de 1952, Acheson Papers,
Box 66, "Memoranda of Conversations, January 1952".
so MacArtbur a carios P. Romulo, 25 de diciembre d e 1950, Douglas Mac
Arthur Papers, Record Group s. Box 1-A, File 5, Mac Arthur Memorial, Norfolk,
Virginia; y a Robert C. Richardson, W de marzo de 1951, lbid., Box 49. Ver tambin MacArthur al Comando Mayor Conjunto, 7 y 29 de noviembre, 3 y 30 de
diciembre de 1950, FR 1!150, VII, 1077, 1.253, 1322. 1630-33; y J . Lawton Collins al
Comando Mayor Con1unto, 7 de diciembre de 1950, resumido en ibid., 1469.
ar U.S. Congress, Senate. Committee on Armed Services and Foreign Relations, Military Situation in the Far East (Washington, 1951), pp. 144-45, 732, 1764.
u Emisin radial nacional de Hoover, 20 de diciembre de 1950, en Herbcrt
Hoover, Addresses Up<Jn the American Road 1950-55 <Stanford, !955), pp. 3-10.
Ver tambin las declaraciones radiales de Hoover del 9 de re brero de 1951, y su
declaracin ante el Senate Armed Services and Foreign Relations Committee,
27 de febrero de 1951, ibid., pp. 11-31.
SJ Robert A. Taft, A Foreign Policy for American.s {Garden City, New York,
1952). pp. 68-70, 78, 101. Ver tambin James T . Patterson, Mr. Republican: A biography o/ Robert A. Taft (Boston, 1972), 474-96.
&4 John Foster Dulles, "A Policy o! Boldness", Life XXXII (19 de mayo
de 1952). pp. 141H>O.
as Discurso radiot.elevisado de Truman, u de marro de 1952, TPP 1952, TPP
1952, pp. 194-95; discurso de Truman en el AMVETS, Washington, 18 de abril de
1952, fbid., 279-80. Para otras declar:iclones similares del presidente, ver fbid.,
pp. '2, 43, 56-57, 222 y 4f/7.
86 Acheson a Nltze, 12 de Julio de 1950, Acheson Papers, Box 65, "Memoranda
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19 Ver, por ejemplo, James David Barbcr, The Presidential Characfer: Pre.
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para WI Punto de vsta opuesto, ver Fred I. Greenstein, "Eisenhower as an Actvist
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1954, P. 1055.
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Ver el discurso de Dulles en Wlliia b
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1 Goodpaster memorandwn, conversacin de Eisenhower con Maxwell Taylor, 2' de mayo de 1956, Eisenhower Papei;s, Whitman File, DDE Dlary, Box 8,
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Foretgn Policy, pp. 183-89.
a NSC 162/2, 30 de octubre de 1953, p. 11; la cita de Gruenther en Richard
P. Stebbins, The United States in World Af!aJrs: 1956 (New York, 1957), pp. 370-71.
Ver tambin el discurso de Gruenther en National Security Industrial Association,
New York City, 29 de septiembre de 1954, DSB XXXI (18 de octubre de 1954),
564; y George Qttester, Nuclear Dfplomacy: The Pfrst Twenty Five Years, segunda
edicin (New York, 1973), p. 111.
9 Eisenhower, The White House Years: Wagfng Peace 195-~ ~.: (Garden City,
N. Y ., 1965), pp. 336 y sigs.
10 ver p. 123_
11 NSC 147, " Analysis of Posslble Courses of Action in Korea'', abril 2, 1953,
p. 10, Eisenhower Papers, White House O!llce Files, O!llce of the Special Assis
tant for National Security Affalrs, Box 24.
12 Informe de Dulles para Eisenhower, Churchill y Bidault, Bermuda, 7 de
diciembre de 1953, Eisenhower Papers, Whitman File, IntemaUonal Meetings Series, Box 1, "Bermuda-State Dept. Report". Ver tambin NSC 147, pp. 13-15; y
NSC 154/1, "United States Tactlcs ImmedJately Following an Amstice in Korea".
7 de julio de 1953, pp. 2, 5, Eisenhower Papers, White House Office Files, Office
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u Hagerty Dlary, 5 de enero de 1954, Hagerty Papers, Box l. ver tambin el
discurso de DuUes en la American Legton Convention, St. Louis, 2 de septiembre
de 1953. DSBXXIX (4 de septiembre de 1953), 339; y Eisenhower, Mandate for
Change, p. 181.
.. ..
1 NSC Action 11174-a, 5 de abril de 1954, The Pentagon Papers (Senator Gravel Edtion): The Department o/ Defense History o/ the United States DectstonMaking on Vietnam, 4 vols. (Boston, 1971) I, 466-470. Ver tambin Radford a
Wlson, 26 de mayo de 1954, ibid, pp. 512-14; SNIE 10-4-54, "Communlst Reactions
to Certain US Courses o! Acton with Respcct to Indochina", 15 de Junio de 1954,
fbid .. pp. 525-31.
is En este punto, ver "Army Position on NSC Action N! 1074-A", sin fechar.
Pentagon Papers I, 4712.
16 Dulles a Eisenhower, 4 de septiembre de 1958, Eisenhower Papers, Whitman
File, DDE Dlary, Box 22, "Staff Notes - Sept. 58".
11 Esenhower, Mandate for Change, pp. '76-77; Dulles a Elsenhower, 4 de
septiembre de 1958, Eisenhower Papers, Whtman File, DDE Dary, Box 22, "Staff
Notes - Sept. 58".
1a Ver, en este punto, Alexander L. George y Richard Smoke, Deterrence in
American Foreign Polic: Theory and Practice (New York, 1974), p. 370.
19 Declaracin de Dulles, conferencia de prensa, 30 de septiembre de 1958,
DSB XXXIX (20 de octubre de 1958), 602. La cita de Acheson est en Richard P.
Stebbins, The United States in World AffaJrs: 1958 (New York, 1959), p. 320. Ver
tambin Hoopes, Dulles, pp. 449-452.
20 Ver, en este punto, George y Smoke, Deterrence, pp. 516, 517.
21 Snyder, "The New Look of 1953", pp. 384, 396, 457; Eisenhower, Mandate
for Change, p. 452; Statistical History of the United States, pp. 718, 742.
22 En este punto, ver George y Smoke, Deterrence in American Foreign Policy, p. 370.
2J Kss!nger, Nuclear Weapons and Foreign Policy, p. 165.
24 Hagerty Diary, 2 de diciembre de 1954, Hagerty Papers, Box L
25 Conferencia de prensa de Elsenhower, 17 de marzo de 1954, EEP 1954,
p. 325. Comentarios de Elsenhower en Natlonal De!ense Executive Reserve Con
!erence, Washington, 17 de noviembre de 1957, EEP 1957, p. 818. Ver tambin la
conferencia de prensa de Elsenhower del 25 de marzo de 1955, EPP 1955, p. 358.
26 Hagerty Dary, 27 de julio de 1954, Hagerty Papers, Box l; Eisenhower
Diary, 23 de enero de 1956, Eisenhower Papers, Whitman File, DDE Dary, Box 5,
"Copies DDE Personal. 1955-56". Ver tambin las conferencias de prensa de
Eisenhower, 9 de febrero de 1955, EPP 1955, 255-6; 7 de marzo de 1956, EEP 1956.
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..
NOTAS
417
43
'
NotAS
418
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66 Dulles a Eisenhower, 6 de septiembre de 1953, ibid.
67 Notas de la reunin de gabinete del 10 de julio de 1953, citadas en Hughes
Ordeal of Pow_er, p . 137; conversacin telefnica EisenhowerDulles, 2 de diciem'.
bre de 1953, E1senhower, Whitman File, Diary Series, Box 1, "Nov.-Dec. 53".
68 Discurso en la American Society of Newspapers Editors, 16 de abril de 1953,
EPP 1953, pp. 179-88. Para antecedentes de este discurso, ver Hughes, Ordeal of
Power. pp. 100-15.
"' Hagerty Diary, 8 de febrero de 1955, Hagerty Papers, Box l. Ver tambin
Elsenhower. Mandate for Change, pp. 504-6. y Hoopes, Dulles, pp. 28795.
10 Ver, en este punto, Bell, Negotiation from Strength, pp. 3136.
71 Memorandum de Eisenhower, 10 de diciembre de 1953, Eisenhower Papers
Whitman File, DOE Diary, Box 2, "Oct.Dec. 53". Ver tambin Eisenhower a Milto~
Eisenhower, 11 de diciembre de 1953, !bid., Box 2. "Dec."; y Eisenhower, Mandate
for Change, p. 254.
n Elsenhower a Richard L. Simon, 4 de abril de 1956, Eisenhower Papers
Whitman File, DDE Diary, Box 8, "Apr. 56 Mise."; memorandum de Goodpaster'.
Eisenhower-Dulles-Comando Mayor Conjunto (conversacin, 1 de marzo de 1956,
fbid., Box 7 "Mar. 56 Goodpaster"; memorandum de John S. D. Eisenhower, conversacin de Elsenhower con Lewis Strauss, 9 de agosto de 1957, fbld., Box 15,
"Aug. 57 Memo on App0intments"; conversacin telefnica Eisenhower-Dulles,
7 de abril de 1959, !bid, Box 25 "Telephone Calls, Apr. 59" ; memorandum de Good
paster, conversacin de Eisenhower con Douglas Dillon. 15 de junio de 1959, fbid.,
Box 26, "Staff Notes June 115, 59"; memorandum de Goodpaster, conversacin de
Eisenhower con Lewellyn Thompson, 16 de octubre de 1959, fbid, Box 29, "Staf!
Memos, Oct. 59".
n Para un sucinto sumario de estas negoaclones, ver Alexander. Iiolding
the Line, pp. 94-98, 20110. Ver tambin Elsenhower, Waging Peace, pp. 466-84, y,
sobre el tema de las pruebas nucleares, Robert A. Divine, Blowing on the Wind:
The Nuclear Test Ban Debate, 19541960 (New York, 1978).
n Discurso de DuUes en San Francisco, 28 de junio de 1957, DSB XXXVII
(julio 15 de 1957), 9195. Ver tambin John Gittings, Tite World and China, 19221972
<New York, 1974), pp. 2015.
1s Ver, p0r ejemplo, Ulam, The Rivals. pp. 21213, y Gaddls, Russia, the Soviet
Union and the United States, pp. 222-223.
76 Mnutas, informe de Dulles para Eisenhower, Churchill y Bidault, Bermuda, 7 de diciembre de 1953, Eisenhower Papers, Whitman File, Internatonal
Meeting Series. Box 1, "Bermuda-State Dept. Rep0rt". Ver tambin NSC 148,
"United States Policies in the Far East", 6 de abril de 1953, !bid. White House
Office Files, OU!ce o! the Special Assistant for National Security Affars, Box 24,
NSC 166/l, 6 de noviembre de 1953.
77 Eisenhower a Alfred Gruentber, 1 de febrero de 1955, Eisenhower Papers,
Whitman File, DDE Dary, Box 6, "Feb. 55"; Hagerty Diary, 3 de febrero y 4 de
abril de 1955, Hagerty Papers, Box l.
n Comunicado a la prensa del Departamento de Estado, 11 de egosto de 1958,
DSB XXXIX (8 de septiembre de 1958). 389; memorandwn d e Gordon Gray, conversacin con Eisenhower, 5 de noviembre de 1958, Eisenhower Papers, Whitman
File, DDE Diary, Box 23, "Staf! Notes Nov. 58".
79 Ver, en este punto, Donald Zagoria, The Sino-Soviet Conflict, 1956--01 (Princeton, 1962), pp. 200217; William E. Griffith, The Sino-Soviet Rift (Cambridge,
Mass .. 1964), p . 21; Gittings, The World and China, 19221972, pp. 169221.
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1954, Eisenhower Papers, White House OfCice Files, Office o! the Special Assistant
for National Security Affairs, Box 10, "NSC 5429/5"; memorandum de John S. D.
Eisenhower, conversacin de Eisenhower con el Primer Ministro nigeriano, 8 de
octubre de 1960, ibid., Box 34, "Staff Notes, Oct. 60".
at Ver, en es~ punto. George y Smoke, Deterrence in American Forei(ITI P<>:
licy, pp. 407-411; y un anlisis ms detallado en Jack M. Schick, The Berlin Cri
sis, 19581962 (Filadelfia, 1971), pp. 29-68.
s2 Notas de Goodpaster , conversacin de Elsenhower con Herter, Dillon,
Murphy y otros, 24 de septiembre de 1959. Eisenhower, Whitman File, DDE Diary,
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3
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97
"'
6 K~!nger, "Central Issues in American Foreign Policy", p. 56.
1 K1ssmger, White House Years, p. 1049.
~'Ver, en cuanto 1:i la tra.n;sicin de la bipolaridad a la multipolaridad, Kissinger, . Central !ss.ues m American F?reign Policy", pp. 5657, 74; tambin Peter
W. D1ckson, K1ssmger and. the Meantng of History (New York, 1978), p. ss.
9 Declaracin de Kissmger en el Senate Foreign Relations Committee 19 de
septiembre de_1974; discurso en Cincinnati Chamber of Commerce, 16 de sptiembre de 197?; discurso en San Francisco, 3 de febrero de 1976, todos ellos en Kissinger, Americ~n Foreign Policy, pp. 146-47, 281, 302.
10
.IG:>smger, White House Years, pp. 69, 66264, 914-15, 1088-89, 1260. Ver tambin Kissm~er, Ame'!can .For eign Policy, pp. 40, 82, 12426, 172-73, 209-210, 282.
11
Kissm~er, Whit_e House Years, p. 1089. Ver, tambin, los informes anuales de
p~ltica exten?r de Nixon, 18 de febrero de 1970. Public Papers o/ the Presidents:
Richa_rd M: Nixon (NP~), 1970, p. 178-79, y 24 de febrero de 1971, NPP 1971, p. 304;
tambin p1~kson, !fissmger and th~ Meaning of History, pp. 90-92.
12 _Kissmger, ,Central Issues m American Foreign Policy", p. 74. Ver tambin D1ckson, Kissi~ger and the Meaning of History, pp. 92-94, 100-102. Kissinger
se ocup de Mettermch y Castlereagh en su tesis doctoral, A World Restored (New
York, 1957), y de Bismak en "The White Revolutionary: Refiections on Bis
marck", Daedalus XCVII ( verano, 1968), pp. 888-924.
1_1_ Ver. la conferencia de prensa de Ni.xon, 27 de enero de 1969, NPP p. 19
tamb1en Nixon, RN, p. 415.
'
'
14 K~ssinger, White House Years, p. 535.
. is Discurso en Kansas City, 6 de julio de 1971, NPP 1971 p. 806 Kissnger
Whtte House Years, p. 1072.
'
'
'
16 Time, XCIX (3 de enero de 1972), 15.
17
Ver el discurso de Kissinger en la 111 conferencia Pacem in Terris Wash
ington, 8 de octubre de 1973, en American Foreign Policy, pp. 128129.
'
is Las crticas ms representativas inclulan: Stanley Ho!fmann, "Weighing
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pp. 14 y slgs.
'
~9 Ki~inger, "Cental Issues in American Foreign Policy", pp. 56-57. Ver
tambin Kissinger, White House Years, pp. 68-69.
20
v_er, en este puntQ, Henry A. Kissinger, The Troubled Parternship: A
Reap:pra1sa~ of the Atl.~mtic Alliance (New York, 1965), especialmente pp. 41-64;
tamb1n Kissinger, W/l'.1te House Years, pp. 68-69.
429
.1 138-39, 1292-93.
430 1
NOTAS
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tbid., pp. 48- 822. Ver tambin pp. 495, 564, 606, 674.
!bid., p. 841. Ver tambin pp. 722-26. 837, 917; y Stoessinger, Kissinger,
pp. 209-211.
75 Ver Jonathan Schell, The Time of Illusion ( New York, 1976), pp. 6-7.
76 Kissinger, White House Years, pp. 158-59.
77 NPP 1970, p. 119. Los cuatro informes anuales de poltica exterior, techados el 18 de febrero de 1970, el 25 de febrero de 1971. el 9 ele febrero de 1972 y
el 3 de mayo de 1973, pueden ser localizados de la manera ms cmoda en los
volmenes apropiados de Nixon Public Papers .
78 Kissinger, White House Years, p. 159. Ver t.amhi~u ibid., p. 1053.
79 Los ms importantes de estos discursos se encuentran disponibles en K issinger, American Foreign Policy, pp. 116-429.
w Informe anual de politica exterior, 25 de febrero de 1971, NPP 1971, p. 246.
Ver tambin la conferencia de prensa de Nixon, 21 de marzo de 1970, NPP 1970,
p. 292.
81 Kisslnger, White House Years, pp. 917-918.
82 tbid., pp. 762, 803; Nixon RN, p. 390.
SJ Kissinger, White House Years, p. 940.
a. Ver, en este punto, Dlckson, Kssinger and the Meaning of History, pp.
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:tbid., p. 147.
. 7 Ver, sobre estos episodios, Nixon, RN, pp. 483-89, 525-31, 613-14; Kissinger,
Whit~ House Years, pp. 619, 62731, 639-52, 903-18, 1302, 134159; tambin Szulc, The
Illuswn of Peace, p. 331.
8 Kissinger, White House Years, pp. 265-69, 1022, 1135, 1151,52.
9 Leond Brezhnev, On the Policy of the Soviet Unton and the International
Situation (Garden City, N. Y., 1973), p. 231.
IO Nixon, RN, p . 568.
11 Ver, sobre estos episodios, Nixon, RN, pp. 599-608, 938-41
12 :!bid., p. 515.
ll Kissinger, White House Years, p. 1134. Ver tambin Peter G. Peterson
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~eclaracin de Kissinger ante el Senate Foreign Relations Crnmittee, 19 d septiembre ~e _1974, en American Foreign Policy, pp. 158-59.
14 Kissmger, White House Years, pp. 1269-72. Para la enmienda Jackson, ver
Congressional Record, 4 de octubre 1972, pp. 22658-59.
is Declaracin de Kissinger ante el Senate Finance Committee 7 de marzo de
1974, DSB LXX (1 de abril de 1974), 323-25. Ver tambin el dis~ de Kissinger
en la II_I Conferencia Pacem in Tenis, Washington, 8 de octubre de 1973, y su
declarac1?n ante el Senate Foreign Relations Committee, 19 de septiembre de 1974,
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US Naval, 5 de junio de 1974, NPP, pp. 471-72.
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11 Nixon, RN, p. 889. Ver tambin p. 718.
_1s Discurso de Kissinger, en Dallas, Texas, 22 de marzo de 1976, American
Foretgn Policy, p. 360.
19 Conferencia de prensa de Kissinger, l de enero de 1976, DSB LXXIV (2 de
febrero de 1976), 125-26.
20 Kissinger, White Hou.se Years, p. 1143.
21 tbid.. p. 1255; informe anual de poltica exterior, 9 de febrero de 1972,
NPP 1972, p. 211. Ver tambin conferencia de prensa de Kissinger, 21 de noviem
bre de 1973, DSB LXIX (1 de diciembre de 1973), 706-7.
22 Informe anual de polltica exterior, 3 de mayo de 1973, NPP 1973, p. 375.
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lNDICE GENERAL
Prefacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
15
17
39
69
105
145
183
219
Abreviaturas
301
339
377
Notas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
391
Bibliografa
435