Gaddis - Estrategias de La Contencion

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JOHN LEWIS GADDIS

ESTRATEGIAS
DE LA CONTENCION
Una evaluacin crtica de la
poltica de seguridad norteamericana
de posguerra

GEL
GRUPO EDITOR LATINOAMERICANO
Coleccin ESTUDIOS INTERNACIONALES

1~

edicin - 3.000 ejemplares

Coleccin

ESTUDIOS INTERNACIONALES

212.145

ISBN 95()..694-044-4

A
Wendell P. C. Morgenthaler, Jr.
Coronel, USMC (Ret.)
Y

Ttulo del original en ingls:


STRATEGIES OF CONTAINMENT. A Critica[ Appraisal of Postwar American National Security Policy.
Originalmente publicado en ingls bajo el ttulo:
STRATEGIES OF CONTAINMENT.
Copyright 1982 by Oxford University Press, Inc.

1989 by Grupo Ed1to1 Latinoamericano S.R.L., L'lp1 ida 1183, J. (1425)


Buenos Aires, Argentina. Tel. 961-9135.

Queda hecho el depsito que dispone la ley 11.723.


Impreso y hecho en la Argentina. Printed and made in Argentina.
Colaboraron en la preparacin de este libro:
Diseo de tapa: Pablo Barragn. Composicin, armado y acetatos:
Tipografa Pompeya S.R.L. Impresin de tapa: Imprenta de los Buenos
Ayres S.A. Pelculas de tapa: Fotocromos Rodel. Encuadernacin: Proa
S.R.L. Se utiliz para el interior papel OESPE de 80 gs. y para Ja tapa
cartulina grano fino de 240 gs., provistos por Copagra S.A.

Alan T. Isaacson
Capitn, USN

Seminarios de estrategia, 1975-1977


U.S. Naval War College

PREFACIO
Se ha sugerido que los historiadores pueden dividirse en dos grupos:
"masivos" y "fragmentadores".1 Los "masivos" procuran imponer un
orden al pasado: elaboran avasallantes generalizaciones que pretenden extraer sentido de pocas enteras; procuran sistematizar la complejidad, reducir el caos, el desorden y la absoluta desprol~jidad de
la historia a estructuras ordenadas que encajen perfectamente en los
confines simtricos de los captulos de los libros, usualmente destinados a ser fanzados sobre los inocentes estudiantes. Los "fragmentadores", por otro lado, escriben en general para ellos mismos y para
sus indefensos estudiantes graduados. Les agrada sealar las excepciones, las calificaciones, las incongruencias, las paradojas; en resumen, elevan las minucias al nivel del arte historiogrfico. Ambos enfoques son necesarios, incluso indispensables, para la escritura histrica, pero no siempre se presentan en la misma proporcin, al mismo
tiempo y con referencia al mismo tpico. El hecho de establecer un
equilibrio entre "masivos" y "fragmentadores" no es nada fcil.
Esto ha sido especialmente cierto en un campo que algunas personas an no logran considerar como parte de la historia: el registro
de la participacin de Estados Unidos en la Guerra Fra. Las versiones iniciales, escritas durante la dcada de 1950 y principios de la
de 1960, tendan a lo particular -narraciones extensas pero no muy
analticas de lo que ocurri, usualmente basadas en material de memoria y en fuentes publicadas, y tambin, a veces, en informacin interna. Uno se sumerga en ellas fascinado al principio, pero rpidamente desalentado por los detalles: la pregunta "qu significa todo
esto?" permaneca sin respuesta. Una especie de respuesta se present a fines de la dcada de 1960 y principios de la de 1970 con la aparicin de la "masividad" conocida como revisionismo: sus hallazgos
eran generales, analticos, asombrosos a veces, pero solan recordar a
las cabriolas de un artista del trapecio, ya que saltaban de una a otra
conclusin sin medios de apoyo visibles. Inevitablemente, apareci la
"reaccin": llegaron los "fragmentadores" a roer los cimientos del
renisionismo hasta que muchas de sus estructuras ms impresion~mtes
-aunque no todas- se derrumbaron. No ha surgido ninguna otra
sntesis de amplitud comparable como para tomar su lugar. Los estudios de la Guerra Fra de aos recientes han tenido mucho trabajo
monogrfico muy cuidadoso, basado en gran cantidad de nuevas
fuentes, pero de l no ha emergido ninguna pauta generalizadora- Eso
es desafortunado, porque a pesar de la importancia que tiene la absor9

10

1 JOHN LEWIS GADDIS


Plm'ACIO

cin en lo particular, hay un cierto valor en tratar de retroceder para


lograr un c~a?ro. m~yor, aun cuando las partes se salgan del marco
en algunos sit10s mcomodos.
.!lste. lib~? es un inte~to de reacomodar el equilibrio a favor de
los . masi~os : Procur~ remterpretar, a la luz de nuevas evidencias y
d~ mvest1gac1one~ recientes, el todo de la poltica de seguridad nac10nal norteamericana d~de la Se~nda Guerra Mundial. No enfoca
~l tez:i~ desde la~ perspectivas tradicionales diplomticas, econmicas
ideologi~s o militares, sino desde un ngulo de visin que, segd
creo, l~s ~ncorpora a todas: el de la estrategia. Por "estrategia" quiero decir .simple~ente ~I proceso por el cual los fines se relacionan con
los medios, las mtenciones con las capacidades, los objetivos con los
recursos. Cada creador de poltica pasa consciente o inconscientemente, J?r un proceso semejante, pero los estudiosos acadmicos de
la pohti~a, en su fascinacin por los enfoques regionales, tpicos 0
bu~ocrt~cos le han prestado, curiosamente, escasa atencin. Me gustan~ aphcar esta pe~spectiva "estratgica" a aquello que me parece
ha sido la preocul?acin central de la poltica de seguridad nacional
de posguerra -la idea de la contencin-*, con el propsito de expilicar las sucesivas mutaciones, encarnaciones y transformaciones por
las que ha pasado ese concepto a travs de los aos.
. Mi enfoque ha sido influido por la obra de Alexander George,
quien ha hecho mucho por quebrar y trasponer las artificiales barreras metod?l~cas q~~ separan los campos de la historia contemporn~ Y la ~iencia pohtxca. George ha sugerido que para los lderes poIt1cos existe algo que l denomina "cdigo operacional" -un conjunto de suposiciones acerca del mundo, conformado tempranamente
en la pr<?pia carrera, que tiende a gobernar sin grandes variaciones
la modalidad con la que ms tarde responderemos a las crisis.2 Basndome en este argumento, sugiero que para las administraciones
pre!idencia~e~ existiran ciertos. cdigos "estratgicos" o "geopolticos , suposiciones acerca de los mtereses norteamericanos en el mundo, Pc;>tenciales amenazas para esos intereses, y respuestas factibles,
q?e tie~den a conformarse antes o justo despus de que una admimstrac10.n asuma y que, salvo en el caso de circ~tans;_ias rimy inusuales, tienden a no variar demasiado despus. "Es -una ilusin", ha
escrito Henry Kissinger, "creer que los lderes ganan en profundidad cuando ganan en experiencia . . . las convicciones que los lderes
El trmino Ncontencin" plantea ciertos problemas, ya que implica una
considerable orientacin defensiva en la polftica norteamericana. Se podrfa argu
mentar extensaIJ?.ente acerca. de f'i rl enfoque del mundo que ha hecho W8$hington
desde 1945 ha sido prim, r_,e. " defensivo -yo creo que sf- pero el argu
mento resulta irrelevante para el objetivo de este ilbro. Lo que e8 importante es
que los lideres norteamericanos se percibieron a si mismos constantemente como
dando respuestas y no iniciando desafos al orden internacional existente. Por esta
razn, me parece vlido tratar la idea de la contencin como el tema central de la
polftica de seguridad nacional de- posguerra.

1 11

n formado antes de alcanzar los altos cargos son el capital intese ha


.
.
,
"3
Iectual que consumir n mientras esten en e 1 cargo .
y 0 argumentar que han existido cinco cdigos geopolticos dif entes en la era de posguerra: la estrategia original de contencin
George Kennan, articulada entre 1947 y 1949 y, segn creo, implec
:entada en gran parte por la administracin Truman en ese lapso;
las suposiciones en torno del NSC-68, llevadas a efecto entre 1950 y
1953 como resultado de la Guerra de Corea; el "New Look" Eisenhower-Dulles, que dur desde 1953 hasta 1961; la estrategia de "respuesta
flexible" de Kennedy-Johnson, que conform el enfoque norteamericano hasta que Johnson dej el cargo en 1969; y ese complejo de ideas
que ahora asociamos nostlgicamente con el trmino "dtente", propuesto por Nixon y Kissinger a principios de la dcada de 1970, y
continuado por Ford y Carter hasta la invasin de Afganistn a fines
de 1979. Basndome una vez ms en Alexander George, me propongo
emprender aqu una modesta "comparacin estructurada, enfocada" 4
de estos cdigos geopolticos, estos sucesivos enfoques de la contencin, para ver qu estructuras pueden emerger de ellos. Mi objetivo
es el de crear una gran "masa" -aunque espero que no sea indigerible-, que al menos debera dar a los "fragmentadores" -ltimamente a dieta- algo para mascar.
Corresponde decir algo acerca de la organizacin de este libro.
Los Captulos Uno y Once tratan, de manera general, los antecedentes de la Segunda Guerra Mundial y el status de l'a contencin ya
mencionados. Mi procedimiento ha sido generalmente el de describir
cada estrategia en un captulo,* y evaluar su implementacin en el
captulo siguiente. Sin embargo, hay dos excepciones a este esquema.
A causa de la relativa brevedad del perodo en el que el NSC-68 form
la base de la estrategia nacional', el Captulo Cuatro, que se ocupa de
l, cubre tanto el contenido como la implementacin. El Captulo
Ocho, acerca de la implementacin de la "respuesta flexible", adquiere
la forma de un detallado estudio casustico de la guerra de Vietnam.
Este libro es resultado directo de mi perodo de enseanza de dos
aos en el Naval War College, una institucin nica, creo, por su
preocupacin por la relacin existente entre la historia y la poltica.
Estoy en deuda con los almirantes Stansfield Turner y Juiien J. Le
~ourgeois y con Philip A. Crowl por haber posibilitado mi experiencia; tambin con ex-colegas, especialmente James E. King, Thomas
H. Etzold, David Echoenbaum y Ned Lebow, con quienes las ideas de
este libro fueron discutidas; con un gran nmero de estudiosos cuyo

* En la linea de demanda de comparacin sistemtica que requiere George,


~formulado (espero que sin ser demasiado obstrusivo) las siguientes pregun
en cada estrategia: 1) Qu concepcin tena esa administracin de los int.ereses nc~rteamericanos en el mundo? 2) Cul era su percepcin de las amenazas a
:}tosDemtereses? 3) Qu respuestas eligi, a la luz de esos intereses y amenazas?

qu manera procur justificar esas respuestas?

PREFACIO

12 1 JOHN

1 13

LEWIS GADDIS

escepticismo respetuoso me sirvi de valioso correctivo; y con dos


asociados docentes cuya paciencia y tolerancia se conmemoran en
la dedicatoria.
Tambin los estudiantes y los colegas de la universidad de Ohio
han escuchado ms acerca de este libro que lo que hubieran deseado
y estoy agradecido por sus comentarios, especialmente los de Charles
C. Alexander, Alonzo L. Hamby y David L. Williams. Karen WiUiarns
trascendi los lmites de sus obligaciones para rastrear alguna elusiva
referencia, y Doris Dorr mecanografi el manuscrito con gran eficiencia.
George F. Kennan y W. W. Rostow se tomaron tiempo para leer
cuidadosamente y responder a preguntas acerca de ciertas partes del
manuscrito referidas a sus aos en Washington; les estoy agradecido
por su paciencia al considerar argumentos con los que, segn sospecho, no siempre estaban de acuerdo. Robert A. Divine dej de lado
su propio estudio sobre Eisenhower para darme valioso asesoramiento en los captulos Cinco y Seis. Y ha sido para m un placer traba..
jar con Sheldon Meyer, Victoria Bijur y la Oxford Press en la preparacin del libro para su publicacin.
He tenido la suerte de que se me haya dado lugar en diversos
foros para desarrollar algunas de las ideas que aparecen aqu- Me
gustara agradecer a los profesores Sadao Asada y Nobunao Matsuyama por haber dispuesto mi participacin en el seminario de verano, en 1978, sobre Estudios Norteamericanos en Tokio, donde el boceto de este libro fue elaborado por primera vez; a Samuel F. Wel'ls,
Jr., por haber organizado fructferas sesiones sobre la relacin entre
la historia y la poltica y sobre el NSC-68 en el Woodrow Wilson International Center for Scholars; al doctor y a la seora Gerald J. Bernath por haber posibilitado, en 1980, la Stuart L. Bernath Memorial
Lecture to the Society for Historians of American Foreign Relations;
al profesor Arthur Funk por haber organizado la reunin conjunta de
1980 de los Comits Britnico y Norteamericano sobre la Historia de
la Segunda Guerra Mundial en Londres, y, finalmente, a mis colegas
de los "mini" y "maxi-Klubis" del Historical Research and Do~umen
tation Institute, Universidad de Helsinski.
Este libro se basa grandemente en materiales de archivo, muchos
de ellos recientement('.! abiertos. Mi agradecimiento por la irdisp~n
sable asistebcia del personal de las bibliotecas Harry Truman, Dwhigt
Eisenhower, John F. Kennedy y Lyndon Johnson; tambin a las ~~s
Diplomtica y Militar Moderna de los Archivos Nacionales, t_amb1en
a George F. Kennan por el permiso que me dio de utilizar y citar s~s
papeles privados, y al personal de la Seeley Mudd Library de Prm
ceton University, donde se los guarda.
Becas y ~ubsidios del Naval War College Advanced Research Cen
ter y del National Endowment far the Humanities ayudaron a la es

.
de este libro. Algunas breves partes de l ha1:1 aparecido, ~ajo
eramente diferente en Foreign Affairs, lnternational
entura
11g
' .

una forma
for H1stonans
o f Amenean
.
n la publicacin de Soc1ety
Security, Y e
,

rei Relations, Newsletter, y aparecen aqm c~m autor1zac1on.
decimientos familiares llegan al fmal, pero no son los
Fo gn
Los i:igr~rtantes. Michael y David demostraron una poco .usual
men~s . , p 1 desbaratar ( 0 al menos no frecuentemente) la pila de
restncc101:1 :as anotaciones y broches de su padre- Mi esposa Barbara
papel~s, cm 1 'gustan los reconocimientos sentimentales) me proporno e
,.
d
e
( a. qmen
,
cucha comprensiva y una mente critica para ayu arm
c1ono una es
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itios ms conflictivos pero hu iera pre en o que.
, .,
h d
wl
a superar 1o S S
darse tranquila estudiando glaciares y c1enagas, o escuc. an o a
Uie Nelson. _

J. L. G.

Helsinski, Finlandia
Enero de 1981

ABREVIATURAS
Misil antibalstico
Agencia Central de Inteligencia
CIA
Papeles Pblicos Carter
CPP
Boletn del Departamento de Estado
DSB
Papeles Pblicos Eisenhower
EPP
Comit
de Correlacin de Ayuda Exterior
TPP
Relaciones Exteriores de Estados Unidos
FACC
House Armed Services Committee
FR
House Foreign Affairs Committee
HASC
Intercontinental Ballistic Missile
HFAC
Joint Chiefs of Staff
ICBM
Comit Conjunto de Inteligencia
JCS
Papeles Pblicos J ohnson
JIC
Papeles Pblicos Kennedy
JPP
Multiple lndependently Targeted Re-Entry Vehicle
KPP
Papeles Pblicos Nixon
MIRV
National Security Council
NPP
National War College
NSC
Office of Strategic Services
NWC
Policy Planning Staff
oss
Strategic Arms Limitation Talks
PPS
SALT
Senate Foreign Relations Committee
SFRC
Submarine-Launched Ballistic Missile
SLBM
Special National Intelligence Estmate
SNIE
State-War-Navy Coordinating Committee
SWNCC Papeles Pblicos Truman

ABM

15

Captulo I

PROLOGO
La contencin antes de Kennan
"Hijos mos, se os permite en un momento de grave peligro caminar
junto al diablo hasta haber cruzado el puente." sa fue la versin
de Franklin D. Roosevelt de un viejo proverbio balcnico (sancionado, nada menos, por la Iglesia Ortodoxa), y le gustaba citarlo de
tanto en tanto durante la Segunda Guerra Mundial para explicar el
uso de aliados cuestionables con el objeto de lograr objetivos incuestionables.1 En una guerra total, crea l, la finalidad ltima -la victoria- justifica una cierta amplitud mental en lo referido a los medios, y en ningn punto ms que en el hecho de confiar en la Rusia
de Stalin para vencer a Alemania y Japn. Durante el verano de
1941, los aliados de cualquier clase eran bien recibidos en Londres
y en Washington; no obstante, la aparicin de la Unin Sovitica en
ese rubro no pudo haber evitado cavilaciones fusticas en ambas
capitales. La voluntad de Churchill de extender medidas prebendas
parlamentarias al Diablo si Hitler invadiera el infierno es bien conocida; * menos familiar es la parfrasis que Roosevelt hiciera del proverbio a un viejo amigo suyo, Joseph Davies: "No puedo aceptar el
comunismo, y t tampoco, pero para cruzar este puente le daria
la mano al diablo".2
La imagen, como lo revelaran los acontecimientos, result singularmente apta. La colaboracin del Mefistfeles sovitico ayud
a que Estados Unidos y Gran Bretaa lograran la victoria sobre sus
enemigos en un tiempo notablemente corto y con prdidas notablemente reducidas, dado t>l grado de combate involucrado. El precio,
sin embargo, fue el ase nso de un Estado totalitario ms poderoso
y ms insondable y, como consecuencia, una aparentemente perpetua
condicin de precaria incertidumbre que ahora ya ha superado muchas veces la breve e incmoda alianza que lo origin.
"Contencin", el trmino generalmente utilizado para caracterizar la poltica norteamericana para la Unin Sovitica durante la era
"Si Hitler invadiera el infierno, yo hara al menos una referencia favorable
al diablo en la Cmara de los Comunes". (Winston Churchill, The Grand Alliance
[Boston, 1950], pp. 370-71).

17

18

JOHN LEWIS GADDIS

de posguerra, puede considerarse como una serie de intentos destinados a enfrentar las consecuencias de la negociacin fustica de la
Segunda Guerra Mundial: la idea ha sido la de impedir a la Unin Sovitica que utilice el poder y la posicin que gan como resultado
de ese conflicto para remodelar el orden internacional de posguerra,
perspectiva que ha parecido, en Occidente, no menos peligrosa que
lo que hubieran hecho Alemania o Japn de haber tenido esa oportunidad. George Kennan acu el trmino en julio de 1947, cuando
reclam pblicamente "una contencin a largo plazo, paciente pero
firme, de las tendencias expansionistas rusas'',3 * pero sera una
injusticia para con los creadores de polticas de la poca de la guerra
suponer, como se ha hecho con tanta frecuencia, que se hallaban
totalmente ajenos al problema En realidad, la "contencin" ocupaba
las mentes de los funcionarios det Washington a partir de 1941; la dificultad era fundir esa preocupacin a largo plazo con el imperativo
ms inmediato de derrotar al Eje. Lo que Roosevelt, Truman y sus
asesores perseguan era una manera de ganar la guerra sin comprometer los objetivos por los que esa guerra se luchaba; fue a partir
de sus sucesivos fracasos en el intento de lograr la cuadratura de ese
crculo que emergi finalmente el concepto de "contencin" de
Kennan.

I
Una manera de resolver el dilema hubiera sido idear operaciones
militares capaces de contener a los rusos ganando al mismo tiempo
de ellos el apoyo necesario para someter al Eje. El mis~o Truman
sugiri una cruda manera de hacerlo despus de que Hitler. atac
a la Unin Sovitica en junio de 1941: "Si vemos que Alemama est
ganando la guerra debemos ayudar a Rusia, y si Rusia est ganando debemos ayudar a Alemania, dejando de esa manera que maten
a tantos como sea posible".4 ** Pero en esa poca Truman era un
oscuro senador de Missouri; su manifestacin de algn ~oda brutal
de cinismo geopoltico atrajo poca atencin hasta que mesperadamente entr en la Casa Blanca cuatro aos ms tarde. En esa poca y cada vez ms en los meses subsiguientes, se plantearon preguntas, con respecto a s1. Estados Um'dos no h a b'ia conf'1ad o e xcesivamente
en los rusos para derrotar a los alemanes de manera demasiado abSO Kennan haba utilizado el trmino anteriormente al menos una vez,;
gurando al Departamento de Estado, en septiembre de 1946, que sus recomtiVSS
clones "deberan capacitarnos, si nuestras polfticas son sabias y no provoca tiei&
para contenerlos tanto en lo militar como en lo poltico, durante un largo
po". (Citado por'George Kennan, Memories: 1925-1950 [Boston, 1967], ~- 304_). en
Truman agreg, no obstante, que no deseaba ver a Hitler victonoso
ninguna circunstancia.

LA CONTENCIN ANTES DE KENNAN

j 19

luta. William C. Bullitt, ex embajador ante la Unin Sovitica y ahora


uno de sus crticos ms despiadados, fue quien mejor lo dijo en un
artculo de 1948 de la revista Life titulado "Cmo ganamos la guerra
y perdimos la paz" .5
El mismo Bullitt haba defendido una estrategia alternativa cin0 aos antes en una serie de memorandos secretos presentados
~ Roosevelt. Los objetivos blicos de Stalin no eran los de Occidente insista: los que argan que la participacin en una coalicin antifa~cista haba purgado al dictador sovitico de sus tendencias autocrticas y expansionistas estaban suponiendo, sin basarse en ninguna
evidencia, una conversin "tan notable como la de Sel en la ruta
hacia Damasco". El hecho era que una Europa controlada por Mosc
sera tan peligrosa como una Europa gobernada por Berln; y sin
embargo, "si es que Alemania debe ser derrotada sin un costo tal de
vidas britnicas y norteamericanas como para que la victoria no sea
en realidad una derrota en el fondo (como la victoria francesa de la
guerra de 1914), es esencial la participacin constante del Ejrcito
Rojo en la guerra contra. Alemania". El problema, entonces, era impedir "la dominacin de Europa por parte de la dictadura moscovita
sin perder la participacin del Ejrcit9 Rojo en la guerra contra la
dictadura nazi". La respuesta de Bullitt, expuesta mucho antes de
que Winston Churchill propusiera explcitamente una solucin similar pero ms conocida,* fue introducir las fuerzas angloamericanas
en Europa oriental y en los Balcanes, con el objeto, primero, de derrotar a los alemanes, pero tambin de excluir de Europa al Ejrcito
Rojo. "La guerra es un intento de conseguir objetivos polticos por
medio de la lucha", le record a Roosevelt en agosto de 1943, "y los
objetivos polticos son aquello en lo que debemos pensar al planifi
car las operaciones".6
Hay indicios de que Roosevelt consider, de tanto en tanto, la
posibilidad de utilizar fuerzas militares para lograr algo parecidc
a los resultados polticos concebidos por Bullitt. El presidente rnos
. tr algo ms que un inters corts en los siguientes esquemas de
Churchill sobre las operaciones angloamericanas en los Balcanes, a
pesar de las horrorizadas reacciones del secretario de Guerra Henry
Stimson y de los jefes de Estado conjuntos.7 Seal, al menos dos
Veces en 1943, la necesidad de tomar Berln tan pronto como lo hicieran los rusos en el caso de un sbito derrumbe alem?n. Y en abril
i de ~945, menos de una semana antes d~ su muerte, replic a las
~ue1as de Churchill acerca de la conducta sovitica sealando que
en pocos das nuestros ejrcitos estarn en una posicin que nos
ain * Segn Forrest C. Pogue, Churchill no propuso explcitamente a los norten ericanos la idea de desplegar las fuerzas angolamericanas de manera de conte8~ los rusos hasta despus de la Conferencia de Yalta de 1945 (George C. Mar: Organizer of Victory [New York, 1973], p. 517).

.i

20

JOHN LEWIS GADDIS

permitir ser ms 'duros' de lo que hasta ahora nos ha parecido ventajoso con respecto a la guerra".9
Pero en general Roosevelt se resisti a los intentos de desplegar
fuerzas con el doble propsito de derrotar a los alemanes y de contener a los rusos. Sin embargo, no se resisti desde un vaco geopoltico: en su opinin, haba razones ms poderosas que una concentracin absoluta en la idea de la victoria para estrechar la mano del
diablo y poder cruzar el puente.
Una de esas razones tena que ver con la concepcin que Roosevelt
tena del equilibrio de poder. La seguridad norteamericana, pensaba, se basaba especialmente en el hecho de impedir la alianza de Estados potencialmente hostiles. Haba extendido el reconocimiento
diplomtico a la Unin Sovitica en 1933 en parte para contrarrestar
y para intei;itar mantener aparte el creciente poder militar de Alemania y de Japn. 10 Cuando el Kremlin dej de hacerse cargo de ese
rol en 1939, Roosevelt, sensible al carcter antinatural del alineamiento nazi-sovitico, dej cuidadosamente abierto el camino hacia:
una eventual reconciliacin con Mosc, a pesar de su intenso disgusto
personal ante la conducta rusa. 11 Se movi gilmente cuando se produjeron los acontecimientos de junio de 1941, lo que le dio la oportunidad de reconstituir su estrategia, a pesar de que la colaboracin
con Rusia era ms difcil de vender en un Estados Unidos todava
ostensiblemente neutral que en una Inglaterra sumida en la lucha. 12
Despus de Pearl Harbor, una de sus preocupaciones ms persistentes fue prevenir cualquier nuevo "pacto" entre Hitler y Stalin, y asegurar simultneamente la ayuda de este ltimo en la guerra contra
Japn.13 Los requerimientos geopolticos para mantener divididos a
los adversarios, por lo tanto, constituan un poderoso argumento en
contra de la posibilidad de concretar operaciones militares en contra
de Rusia y tambin de Alemania.
Junto con esta razn se hallaba su apreciacin de la naturaleza
del poder norteamericano. Roosevelt fue un temprano y firme creyente en el concepto del "arsenal de la democracia" -la idea de que
la manera ms efectiva que tena Estados Unidos de contribuir al
orden internacional era por medio de la venta de tecnologa pero
no de poder humano. Mucho antes de Pearl Harbor, ya haba procurado alistar las energas productivas de la industria norteamericana a favor de la causa antifascista: Estados Unidos, crea, deba
servir como una suerte de santuario privilegiado, sacando ventaja
de su aislamiento geogrfico y de su invulnerabilidad fsica, para
producir los bienes de la guerra, dejando que otros suministraran las
tropas necesarias para el combate. 14 Incluso despus de que la beligerancia activa se torn inevitable, Roosevelt y su principal asesor
estratgico, el general George C. Marshall, conservaron elementos del
enfoque anterior, limitando el ejrcito norteamericano a 90 divisio-

LA CONTENCIN ANTES DE KENNAN

21

nes en vez de las 215 que se haban credo necesarias pa:~ venc~r
tanto a Alemania como a Japn. Tal como Marshall admltlera, sm
embargo, nada de esto hubiera podido producirse sin el poder humano de la Unin Sovitica.15 Estados unidos, en este sentido, dependa tanto del Ejrcito Rojo como Rusia de los prstamos norteamericanos, y tal vez ms. Ese ao tambin impidi que se lleva:an
a cabo operaciones militares tendientes a contener a los rusos mientras se derrotaba a los alemanes.
Haba adems una tercera consideracin, ms frecuentemente
atribuida a Churchill, pero igualmente presente en la mente de
Roosevelt: la necesidad de que sean mnimas las prdidas de vidas
humanas.* Averell Harriman es quien mejor ha resumido la preocupacin del presidente con respecto al tema:
Roosevelt estaba muy afectado por la Primera Guerra Mundial a la que, por supuesto, haba vivido muy de cerca. ~enta
horror ante la posibilidad de que las tropas norteamericanas
desembarcaran en el continente y se involucraran en la clase de
combate que l haba visto antes --guerra de trincheras con sus
apabullantes prdidas. Me parece que crea que si los grandes ejrcitos rusos podan oponerse a los alemanes, esto podra posibilitamos limitar nuestra participacin al poder areo
y naval.16
Estados Unidos era nuevo como poder mundial, debe haber pensado Roosevelt. Si los sacrificios implicados se tornaba~ dema.s1a~o
grandes, especialmente en una guerra en la que su propio terr~tor10
no pareca estar directamente Il1;~na~~ ent<?~ces !~s . presI<.mes
para un retorno al concepto de una Amenca fortificada , s1 no dir~c
tamente al del aislacionismo, podran prevlaecer. El hecho de depr
que los aliados cargaran con el mayor peso de las bajas era una
manera de asegurar el internacionalismo del futuro.
Finalmente, tambin haba que considerar el ~echo d~ que Estados Unidos tena que luchar otra guerra en el Le1ano Oriente -:-una
en la que llevaba una carga ~ayor ~ue en la de Europa. Por cierto
que la estrategia norteame~1cana, mcluso ~ntes de Pearl Harbor,
haba sido la de derrotar primero a Alemama. Pero Roosevelt reconoca que el respaldo para emprender un mayor esfuerzo contra ~le
mania requera tambin ciertos prog~es~ en .1~ guerra contra Japon:
el pueblo norteamericano no tolerana mdefm1damente las derrotas
"Fui muy cuidadoso y envi al seor Roosevelt cada pocos das un informe
de nuestras bajas" record ms tarde el general Marshall. "Trat de que en todo
momento tuviera n cuenta los resultados en prdida de vi~ humanas porque
uno se insensibiliza a estas cosas y es neci::sario sei: muy cwdad.oso Y tenerlas
siempre presentes". (Pogue, Marshall: Organizer of Victory, p. 316).

22

LA CONTENCIN ANTES DE KENNAN

1 JOHN LEWIS GADDIS

en el Pacfico mientras se preparaban para cruzar el Atlntico. Por


eso, la estrategia de Roosevelt evolucion cuidadosamente por etapas
hasta convertirse en la de tomar Alemania y Japn al mismo tiempo; la guerra en el Pacfico se convirti en algo ms que en atenerse
a la accin que se haba planificado originariamente.17 Los efectos
fueron beneficiosos en un sentido: muy pocos podran haber previsto
que las guerras contra Alemania y Japn podran haber concluido
de manera simultnea con tan pocas bajas. 18 Pero el precio, una vez
ms, fue el de confiar en el poder humano sovitico para que se
hiciera cargo del peso principal del combate en Europa; si la bomba
atmica no hubiera funcionado, los rusos podran haber sido llamados a desempear un rol similar en el Lejano Oriente despus de la
rendicin de Alemania.
No es til, entonces, considerar la estrategia de Roosevelt como
algo totalmente aislado de las consideraciones polticas. Un plan
blico destinado a dar cuidadosa utilizacin a los recursos norteamericanos para mantener un equilibrio de poder global sin romper
al mismo tiempo la trama de la sociedad norteamericana no encaja
en esa caracterizacin. Es verdad que Roosevelt no orient la estrategia blica en direccin a la futura Guerra Fra -anticip esa posibilidad, pero esper, y sin duda confi en que no se producira.
En cambio, se concentr en ganar la guerra en la que Estados Unidos estaba involucrado en ese momento con la mayor rapidez y el
menor costo posibles. Dados estos objetivos, hubiera sido difcil
mejorar la estrategia verdaderamente seguida por l.
Es interesante, como correctivo para aqullos que han criticado
a Roosevelt por ignorar las consideraciones polticas, ver cmo evaluaron los estudiosos soviticos su conduccin de la guerra. El nfasis est puesto en la naturaleza absolutamente poltica de su estrategia: un trabajo reciente afirma que F. D. R. adopt las recomendaciones hechas por Truman en 1941 de dejar que los rusos y los
alemanes se mataran entre s.19 Por cierto, sobre la base de ndices
estadsticos, ste parecera haber sido el efecto: por cada norteamericano muerto en la guerra murieron quince alemanes y cincuenta
y tres rusos.' Vale la pena preguntarse si esto no habr sido el intento de Roosevelt todo el tiempo: acaso su estrategia no habr
sido una hbil manera de asegurar tanto una plena participacin
rusa en la guerra como la contencin de la Unin Sovitica, no por
medio de la negacin del territorio o de los recursos de ese pas,
sino forzndolo a agotarse?
Con el elusivo Roosevelt, nunca es posible estar seguro. Pocos
estadistas fueron m's reservados con sus ideas que el engaosamente
locuaz F. D. R.; si sta hubiera sido su estrategia, es improbable que
se lo hubiera contado a alguien. Hay, sin embargo, una explicacin
ms plausible y menos siniestra. El haber hecho lo que deseaban

23

los rusos --crear un segundo frente temprano- o lo que deseaban sus crticos domsticos -desplegar fuerzas en contra de alemanes y rusos-- hubiera violentado la esencial aversin de Roosevelt
a utilizar el poder humano norteamericano para producir cambios
geopolticos de importancia en los asuntos mundiales. El presidente
intent sin duda causar un impacto, pero procur hacerlo de tal
manera de no desmoralizar ni debilitar a la nacin. En ;.-;::sumen,
deseaba impedir que los medios corrompieran a los fines. Es fcil
despreciar este enfoque como ingenuo, como han hecho algunos de
los detractores norteamericanos de Roosevelt, o como egosta, tal
como lo han considerado los rusos. Lo que parece ms probable, sin
embargo, es que la estrategia de Roosevelt reflejara el equilibrio
racional de objetivos y recursos que cualquier estadista sabio tratar
de lograr, si es que puede. se fue el infortunio de Stalin, especialmente como resultado de sus errores estratgicos entre 1939 y 1941:
el haberse negado esa oportunidad.*

II
Otra razn para dudar de que Roosevelt haya tratado deliberadamente de contener a los rusos agotndolos es que sus planes de posguerra parecan basarse en una direccin completamente diferente,
la de la contencin por medio de la integracin. F. D. R. procur
asegurar un orden de posguerra estable ofreciendo a Mosc un lugar
prominente en l, convirtindolo, por as decirlo, en un miembro ms
del club. La suposicin --crtica para comprender la poltica de
Roosevelt- era que la hostilidad sovitica surga de la inseguridad,
pero que las causas de esa inseguridad eran externas. Se basaban,
pensaba el presidente, en las amenazas planteadas por Alemania y
Japn, en la antigua aversin de Occidente al bolcheviquismo, y en la
negativa, por lo tanto, de gran parte del mundo a conceder a los
rusos su legtima posicin dentro de los asuntos internacionales.
"No nos conocen, sa es la diferencia realmente fundamental", dijo
en 1944. "Son un pueblo amistoso. No tienen ninguna loca idea de
conquista, ni nada de eso; y ahora que han llegado a conocernos
estn mucho ms dispuestos a aceptarnos." 21 Con la derrota del
Eje,** con la voluntad de Occidente de convertir a la Unin Sovi Vale la pena especular acerca de si Stalin hubiera ordenado misiones suicidas para rescatar a Inglaterra o a Estados Unidos si estos paises hubieran sufrido un severo ataque. El precedente de 1939-41 no es muy estimulante en este
aspecto.
Una de las razones de la insistencia de Roosevelt en que se le diera a
Alemania un tratamiento duro despus de la guerra era su deseo de reafirmar a
la Unin Sovitica. (Ver Robert Murphy, Diplomat Among Warriors, Garden City,
N. York, 1964, p. 227).

24

JOHN LEWIS GADDIS


LA CONTENCIN ANTES DE KENNAN

tic~ en socio ?ara dar forma a la paz futura, las razones de la suspicacia de Stalm, esperaba Roosevelt, se disiparan gradualmente.
El presidente jams haba visto en la orientacin ideolgica del
Soviet una razn que impidiera tener relaciones cooperativas a nivel
interestatal. Como liberal, careca del horror visceral que los conservadores norteamericanos experimentaban ante el uso de la autorid:1d estatal ~orno medio de producir cambios sociales. Como patricio autoconfiado, descartaba el atractivo que el comunismo pudiera
ejercer dentro de los Estados Unidos.22 Como defensor del equilibrio
de poder internacional, distingua la confianza del fascismo en la
fuerza para lograr sus objetivos y lo que consideraba el uso menos
peligroso que haca el comunismo de la subversin y la propaganda.n
Pero, ms importante an, como observador inteligente de la escena
internacional, reconoca el significado de un~ tendencia de la ev<>lucin del Estado sovitico que muchos expertos de ese pas recin
empezaban a comprender: el hecho de que las consideraciones del
inters nacional haban llegado a oscurecer las consideraciones ideolgicas como determinante de la conducta de Stalin.
Fue dentro de este contexto que Roosevelt desarroll su idea de
integrar a la Unin Sovitica a una estructura de seguridad de posguerra. F.D.R. ya haba defendido alguna forma de condominio de
los grandes poderes para mantener el orden mundial. Se ha dicho
que fue "un wilsoniano renegado" que persegua finalidades similares a las de Wilson por medios no wilsonianos .24 Entre esas finalidades, se destacaba su conviccin de que los Estados amantes de la
paz d_eban. reunirse para acabar con la agresin, primero por medio
del ~uslamiento de los transgresores y luego, de ser necesario. por
medio del uso de la fuerza. Ya en 1935 Roosevelt haba empezado a
hablar ?e un :1cuerdo siguiendo esos lineamientos para bloquear a la
Alemama nazi; dos aos despus propona planes igualmente vagos
para. lograr una resistencia colectiva contra Japn.25 Nada result
de mnguna de estas dos iniciativas, pero vale la pena sealar que Roosevelt haba contado con la cooperacin de la Unin Sovitica en
ambos casos. No fue sorprendente, entonces, que despus de junio
de 1941, cuando Mosc volvi a hallarse en posicin de cooperar con
Occidente, F. D. R. haya revivido su plan, esta vez bajo la forma de
los "Cuatro Policas" -Estados Unidos, Inglaterra, la Unin Sovitica y China-, quienes, segn lo describa el presidente, impondran
el orden al resto del mundo de posguerra, bombardeando a cualquiera que no se aviniese.26
Se ha argidp que el concepto de los "Cuatro Policas" reflejaba
una suposicin poco realista por parte de Roosevelt, la suposicin de
que los grandes poderes siempre estaran de acuerdo, expectativa que
pareca dolorosamente inadecuada con respecto a la naturaleza obviamente antagnica del sistema internacional. Una vez ms, sin em-

25

bargo, las manifestaciones superficiales resultaron engaosas. "Cuando hay cuatro jugadores en una mesa de pker, y tres de ellos estn
en contra del cuarto", dijo F. D. R. a Henry Wallace a fines de 1942,
"es bastante duro para el cuarto". Wallace entendi que esto se refera a la posibilidad de que existieran presiones norteamericanas,
rusas y chinas contra los britnicos, y sin duda el presidente hizo
esfuerzos, por lo tanto, para impresionar tanto a Stalin como a ChiangKai-Shek con sus propias aspiraciones antiimperiales. 27 Pero Roosevelt les deca a otros, ms o menos simultneamente, que necesitaba
a China como uno de los "Cuatro Policas" para equilibrar a Rusia.28
Y por cierto Churchill, sin que siquiera se le pidiera, poda haber
contado con la idea de unirse en una empresa as, de haber sido
necesario. El cuadro es difcilmente anticipador de alguna clase de
armona; por lo tanto, ms bien recuerda a la tctica de sangre fra
de Bismarck, destinada a desequilibrar a los rivales potenciales impidindoles alinearse entre s.29
Adems, Roosevelt no estaba utilizando lo que una generacin
ms tarda llamara "vinculacin" para asegurar el acatamiento de
los objetivos norteamericanos de posguerra. Su empleo de presin
poltica y econmica para acelerar el desmantelamiento del Imperio
Britnico ha sido documentada de manera plena recientemente.30 No
se impusieron requerimientos comparables a los rusos, probablemente
porque Roosevelt tema que la relacin, a diferencia de lo que ocurra
con respecto a Londres, fuera demasiado frgil como para soportar
la tensin.31 Sin embargo, se guard ciertas cartas en la manga para
tratar con Mosc despus de la guerra, especialmente el proyecto de
asistencia a la reconstruccin por medio de prstamos de posguerra,
junto con una generosa cantidad de reparaciones desde la Alemania
ocupada por Occidente, todo lo cual Washington hubiera podido controlar a la luz de la conducta sovitica.32 Adems, y de manera sorprendente, estuvo la negativa de Roosevelt, incluso despus de enterarse
de que ellos lo saban, a decirles a los rusos acerca de la bomba atmica, tal vez con vistas a una negociacin de posguerra.33 Esta combinacin de contrapesos y vinculaciones no es lo que uno esperara
de un estadista que asume un entorno de posguerra plcidamente sereno y dichoso: aunque Roosevelt ciertamente esperaba ese resultado, era demasiado buen jugador de pker como para contar con l.
Pero el principal nfasis de Roosevelt fue el intento de que la
Gran Alianza sobreviviera a la derrota de Hitler por medio de la
creacin de relaciones de mutua confianza entre sus lderes. El ncleo de su preocupacin -y sin duda el nico lder aliado que no
se hallaba todava en posicin de dependencia con respecto a Estados Unidos- era Stalin. F. D. R. ha sido criticado por pensar que
poda usar su encanto personal para "llegar" al autcrata sovitico,
cuya resistencia a esos ablandamientos era legendaria.34 Pero, como

26 /

JOHN LEWIS GADDIS

LA CONTENCIN ANTES DE KENNAN

en tantos otros puntos de la di l


.
en un pr~ncipio superficial se co~:i~~I: del Roosevelt, lo que parece
se reflex10na. El presidente advirt',
na g? ms profundo cuando
de l'.'1 Unin Sovitica con autori~aJue Stahn e:~ el nico hombre
hostiles del pasado por des
para modificar las actitudes
"ll
,, ,

corazonadora q
fu
b e?'~s a el, tena poco sentido tratar con u7 . era la perspectiva de
a Jo. y vale la pena advertir
. a gmen que estuviera ms
teamericano-soviticas siemp que las me1oras en las relaciones nortres ltimas dcadas ; media,r~e
se han. producido durante las
na base de respeto mutuo si no c n .dado siempre que existi alguocur:e el ejemplo de Eise~howe o~1anza, entre los lderes: se nos
~e Ginebra de 1955, Kenned
r y ruschev despus de la cumbre
tica cubana, y Nixon y Bre:h~e~~sch~v .d~spus de la crisis misilsGanar la confianza de St I'
pnnc1p10s de la dcada de 1970
la curiosa excepcin de ~~~l puede haber sido imposible -nadie co~
gra~o. Pero el hacer el inten:~ entre 1939. y 19~1, parece haber!~ lo?1ac1a y la poltica de os
, dadas las mcertidumbres de la di Iomgenua.
p guerra, no era una empresa irracionaf ni

rerra,

Sera un error, entonces, descartar la preocupacin de Roosevelt

27

por la autodeterminacin en Europa Oriental, considerndola un


mero adorno. Aunque estaba preparado para ver esa parte del mundo
dentro de la esfera de influencia de Mosc, tambin esperaba que a
medida que cedieran los temores de Alemania los rusos moderaran
la severidad de las medidas necesarias para mantener su posicin
all. De otra manera, estaba convencido, sera imposible "vender" el
acuerdo resultante al pueblo norteamericano.* Pero, al igual que
Henry Kissinger en circunstancias un poco diferentes treinta aos
ms tarde, Roosevelt se encontr as en una situacin en la que el
respaldo domstico de lo que haba negociado dependa del ejercicio
de la discrecin y la restriccin en el Kremlin. Esas tendencias no
prevalecan ms entonces que ms tarde; como consecuencia de ello,
se abri un abismo entre lo que F. D. R. pens que el pblico tolerara y lo que los rusos se avendran a aceptar, un abismo empapelado,
en Yalta, por frgiles compromisos.
Por lo tanto, prioridades conflictivas frustraron los esfuerzos de
Roosevelt para ganar la confianza de Stalin: en ese grado, su estrategia fue defectuosa. Y aun cuando eso no hubiera ocurrido, hay razones para preguntarse si el enfoque de F. D. R. hubiera funcionado
en cualquier caso, dada la personalidad absolutamente suspicaz del
autcrata sovitico. Pero hay, en ocasiones, ciertas justificaciones para
lanzar estrategias defectuosas contra blancos poco auspiciosos, y la
Segunda Guerra Mundial bien puede haber sido una de esas ocasiones. Por cierto, las alternativas para la poltica seguida tambin presentaban dificultades. Y hay base para pensar que Roosevelt no hubiera proseguido con su enfoque abierto una vez terminada la guerra:
su silenciosa incorporacin de contrapesos y vinculaciones en su estrategia sugiere exactamente esa posibilidad. Quedamos, entonces, en
el mismo lugar donde empezamos: con la impresin superficial y frvola, pero advirtiendo sin embargo que debajo de esa superficialidad
haba instintos ms oscuros y cnicos pero tambin ms perceptivos.

\1:

, Sin embargo, al igual que cual .


.
.
d1a lograr mltiples objetivos y l qmer est.ad1sta, Roosevelt pretentosa en tiempos de paz con lo~ a construccin de una relacin amis
rre a menudo, otras prioridade:~sos e;~ slo uno de ellos. Como ocu:
la estrategia del segundo frent ~terf1neron el camino. Por ejemplo
sa como para no debilitar .;, Ideada n_o tanto para debilitar a Ru~
sar en Mosc la sospecha da sta ws U1?1dos, no poda dejar de cure que
ashington
1ograr la contencin por med'
.
pre t end'ia en realidad
1 d 1

pos1c1ones
sobrevivieron inclu e dagotamiento
,
.36 E stas sombras suDa D: en abril de 1945 ,St r sod espues de los desembarcos del
norteamericanos y los i'ngla m a vdertia a sus subordinados que los
eses to ava od,
h
~on los alemanes; ese mismo mes el E", p Ia~ acer causa comn
mstalaciones defensivas en E
C 1erc1to Ro10 empez a construir
uropa entral.37
Otra de las prioridades de Roose l
mstico para sus planes de os
ve t ~ra conseguir respaldo doWilson sufriera en 1919-20 p p
evitando as el repudio que
de moderar su enfoque b~st=~~ ;cerl~ se convenci de la necesidad
el pas no estaba listo le dij
l uro e la tarea de guardar la paz:
a fines de 1942 para ~ue un o e vocero de la cmara Sam Rayburn
bloqueos y bo~bardeos.38 Por ~cu;rdo fuera reforzado por medio de
condominio de grandes poderes anto, ~oos.evelt procur integrar el
taban como necesario para p
que sus Institutos estratgicos le dic1
reservar el orden
d" l
es que sus instintos polticos le d' t b
mun Ia con los idea, t"!co para superar la
1c a an como necesarios
en lo dom es
b.
.
.
s o Jec1ones a un
,,. .
l ismo,
en opinin de Roosevelt o ,
,.paz InJusta".39 El ideanentemente realistas.
, p da ser util para lograr fines inmi-

III
1

Fueran cuales fuesen las intenciones de Roosevelt para despus de


la guerra, la insatisfaccin ante la estrategia que sigui durante ella

Se ha sealado, correctamente, que los presidentes tienen considerable capacidad de definir y moldear a la opinin pblica: eso implica que Roosevelt pudo
haber "educado" al pblico para que aceptara un acuerdo basado en las esferas
de influencia clsicas. (Ver Ralph B. Levering, American Opinion and the Russian
Alliance, 1939-45; Chapel Hill, 1975, pp. 204-7). Pero lo que es importante no es el
poder terico del presidente de manipular la opinin pblica, sino su verdadera
percepcin del poder. Y hay fuertes evidencias de que Roosevelt habitualmente
subestimaba su influencia en este aspecto, en lo que a asuntos internacionales
se refiere,

28 /

JOHN LEWIS GADDIS


LA CONTENCIN ANTES DE KENNAN

ya se haba difundido mucho dentr d


.
.
Los jefes militares y los encargadosd el g_obiemo para fines de 1944.
resentan por las crecientes .
e prestamos norteamericanos se
. ,
,
e moportunas dem d d l
exigian aun ms a sus ya limitad
an as e os rusos que
. . de los proble os recursos
ca comprens1on
1 , . ' demand as h ec h as con p0. f
mas og1st1cos 0 d

.
y con
m. recuentes expresiones d e gratitud
40 L
d" l e summ1stros
, .
siempre haban mantenid
.
. . os ip omaticos de carrera
tica; ahora, cuando Roose~e~t~a~~rta f~i~ldad hacia la Unin Sovitado d cualquier acuerdo si"gn"f" iat. exc mdo al Departamento de Es. ' '
1 1ca ivo con ese
' 1

,
cavilaban en relativo aislamiento ac
d 1 b. pais, os d1plomaticos
entre los objetivos de os
erca_ e a ismo que vean abrirse
del Atlntico.41 Pero f~er:!:el:,a
s.tahn .Y lo~ principios de la Carta
en la Unin Sovitica quienes d unc10lnlanos con experiencia directa
esarro aron las
, f
.
yentes reservas con res ecto a I
.
.
mas uertes e mflusevelt. Los intentos de~ti d
a actitud abierta. y generosa de Roomedio de la generosidad n~ o~ a ganar la confianza de Stalin por
men~aban: el dictador so~i~c uena voluntad no funcionaran, arguestas. cualidades con deb T d do ~ra demasi~do proclive a confundir
reconocimiento del hecho I ~ea ~e ~ que__hacia ~~!.ta, en cambio, era
ni perdera la guerra y que si~
~- Umon Sov1et1ca no abandonara
~aplicar muy pronto' toda la inf~~e~~~:~s ~ccident~les n? empezaban
hn lograra su propio acuerdo d
. e a q~e d1spoman, el Kremo intereses de los aliados.
e paz sm considerar las aspiraciones

:e

~ste argumento fue planteado co


.
Harnman, embajador nortea e .
n mayor vigor por W. Averell
general John R. Deane jefe r;Je r~an~ ~? Mo~~ desde 1943, y por el
la misma ciudad Amb'o h
b
m s1on m1htar norteamericana en
.

s om res hab'
d
.,
.
convencidos de que la estrategia de 1 ian i o. a la f!~1on Sovitica
sevelt era adecuada ambo h b'
a ayuda mcondic10nal de Ro0cionar. Al cabo de u~ ao :. a l~n estado resueltos a hacerlo funcebir reservas con respec;o m em argo, ambos haban llegado a conhecho de confiar en los ruso ~s~_estrategia.' sobre la base de que el
ciones recprocas de confan: a ia producido muy pocas manifestabri que sus esfuerzos destin:Joor parte d~ ellos. ~~, Deane descuse estrellaban contra la ret"
. s a coordmar actividades militares
.,
.
icencia de los rusos a
. .
c1on o Instalaciones; en tanto Harri
. . , compartu: mformala tendencia rusa a imponer ~cuerdo~an ~e. irnto ~ada vez ms ante
pa Oriental a medida que los . , .
poht1cos umlaterales en Eur0hombres haban expresado s:1;rc1t~s :~traban en esa regin. Ambos
fines de 1944: "Debemos de'ar ;;:st~ac1on ~on palabras fuertes para
ellos a cambio de nuestra Jb
c arlo que es lo que esperamos de
uena vo untad"
b ,
septiembre de ese mismo ao "A
' escn io Harriman en
ltica actual, s evidente ue I~ Un~enos ~~e. cambiemos nuestra pornolestia mundial siem r q
i_on Sovietica se convertir en una
gratitud es 1
p e que sus mtereses estn involucrados" "La
a go que no se puede esperar de la Unin Sovi~ica"

29

agreg Deane tres meses ms tarde, en lo que se convirti en un


slogan para aqullos que propiciaban una revisin de la poltica de
Roosevelt. "Cada transaccin se completa en s misma sin consideracin con los favores del pasado. El papel de la segunda parte es el de
un astuto comerciante digno de admiracin o bien el de un tonto que
debe ser despreciado". 42
Harriman y Deane no defendan la posicin de cejar en los intentos de ganar la cooperacin sovitica de posguerra; en este aspecto,
su posicin difera de la de un tercer personaje influyente en Mosc,
George F. Kennan, que era en esa poca ministro consejero all. Kennan, uno de los primeros expertos del Departamento de Estado entrenados en Rusia vea pocas posibilidades de resolver las diferencias
con la URSS sino sobre la base de un franco reconocimiento de las
respectivas esferas de influencia. Los rusos pretendan dominar absolutamente a sus vecinos, argumentaba Kennan; no haba razn por
la cual Est::tdos Unidos y sus aliados democrticos debieran sancionar, y ni siquiera aparentar sancionar, los sombros procedimientos
que seran necesarios para cumplir ese objetivo.43 Harriman y Deane,
junto con Charles E. Bohlen, otro experto del Departamento de Estado entonces en servicio en Washington, no estaban preparados para
ir tan lejos. El pblico norteamericano jams aceptara un acuerdo
basado en las esferas de influencia, insistan; era importante haber
hecho el esfuerzo destinado a asegurar la cooperacin de Stalin, por
descorazonadoras que fueran las perspectivas. Pero ese objetivo no
impeda seguir una lnea ms dura que en el pasado. La idea, sealaba
Harriman, deba ser la de "fortalecer la mano de aqullos que rodean
a Stalin y que desean jugar el juego siguiendo nuestros lineamientos,
y demostrar a Stalin que el asesoramiento de los consejeros que lo
instan a una poltica dura lo est metiendo en dificultades". Lo que
haca falta era "una actitud quid pro quo firme pero amistosa" .44
Como se ha sealado, Roosevelt no era contrario a esta idea, y
haba sido cuidadoso en su manejo de los prstamos y reparaciones
de posguerra, y con el tema de la bomba atmica, de mostrar tanto
los "palos" como las "zanahorias" suficientes para hacer funcionar
una estrategia de quid pro quo. Pero no estaba dispuesto a recurrir
a nada de eso mientras siguiera la guerra; ste era el punto de mayor
desacuerdo con Harriman, Deane y otros de sus asesores. Ellos crean
que era imperativo actuar mientras prosegua la lucha, 1) porque la
influencia norteamericana, especialmente bajo la forma de prstamos,
sera entonces ms grande que despus de la victoria, y 2) porque,
si se esperaba hasta el fin de la guerra para actuar, Estados Unidos
bien poda descubrir que ya estaban arreglados los ternas que le interesaban, y a satisfaccin de Mosc. La prioridad de Roosevelt, hasta
el fin, fue la de ganar la guerra: las negociaciones quid pro quo podran seguir despus, pero no precederan a la victoria.

30 1

JOHN l.EWIS GADDIS

La muerte de p D R
.,
trate
abno el ca
g1a que probablemente l m.
m~no a una revisin de
po, pero no d
ismo hubiera lle d
su esrealidad se pr~d~J: ~=rryneraS taTn abrupta y con~~s~ ~o':i~ ta su tiemrespecto I
ruman tot l
que en
tural y c:ns~I~u: Rl oosevelt haba tratado ~~~:~:rdehs~nformado con
, d'
os asesores d 1 d"f
' izo lo ms
mas irectamente aso . d
e I unto presidente p
naHarriman hab
. c1a os a los asuntos soviti
. ero aqullos
ahora co~
an intentado endurecer la
..c,os, especialmente
blaro~ sus e~~ nuevo eject:tivo sin tutores e%1s1cC1on de Roosevelt;
uerzos en el se t. d
a asa Blanca
d
recer decisivo y al
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n I o de la "educacin" A .
. re o.
man
o,
Truma
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ns1oso
por
pa
ce1endad que perturbo' . I
n acepto estas instrucc1one
d d
, me uso a a 'll
s con una

b~~~ ~~~~~r~~~~a:t:l ~ismo mfnist!u~~~ftl~~ ~= ~~t:~:inistraban,

ts

b1giled d
'
una manera mu d .
' Y por cat un e
de su predecesor.4s El resulta~ ~stm.ta, d~ las graciosas amla polt~:que quid pro qua en la conviccfnue iromco'. Truman adop-

c~~~fa:~~eliap:r1 o ~l.dhacerlo conve~eci~s~~o~m~~~e~tando

la estaba
relacion

us1v1 ad de p D R . .
e que
es norteamericano-soviticas i 1 . . . s1gu1 azotando las
De hecho (y a pesar d .
' ne ~so, despus de su muerte
q~e los alemanes y los ruso:
comentano de 1941 acerca de de .
;:' s preparado que Harriman e ~ataran entre s)' Truman no est1:~
C~ una. acomodacin con Mos% ~an~ para .abandonar la posibilidad
de ~~f h1II de desplegar las fue~as e~~~~ firmemente el consejo de

:u

i::~~:~ ~~~a:te;;:~ l~~ ~~os fue~:e~e~~;~~:e~r;::~i~~:~

fuera
parte para reparar el dao q
p ms ~ Mosc en mayo de 1945
~u~ho despus de que se a ~~a~u propia brusquedad haba caus~d:n
p1d1endo el conse. o d
g
on sus relaciones con Stal.
. ..
vitica, especialm~nte ed=q~:llos ~e simpatizaban con la J~~~I
nuevo presidente albergaba nry l allace y de Joseph E. Davies
~ todos los !!stados totalitari~~ l:a i~~~~le, escepticismo con resp~cto
torfa1~~~mstt' era simplemente una ex~~=~ pensaba, ya ~uera fasdso, a igual que Roosevelt
. para un gobierno dicta;;1 en s mismo pudiera impedir el' d~~a~~nl~1d~raba q~e el totalitaris.~ manera poco sorprendente si se t"
o o e relac10nes normales
c10n, la ?aloga de los amos ~olticos1ene en cuenta su propia forma~
tados Umdos es lo que ven1'a f 1
de las grandes ciudades de Es
vez n fu
.
c1 mente a s
lI . eran delicados ni melindros
u mente: sus mtodos tal
e os siempre que mantuvieran su pa~sb pe! uno poda trabajar con
Truman hall un espritu
. ~ ra.
f:~~~~u se~retario de Estado ;~~~a~~p:~/~mes Byi:nes, a quien
,
o e vasta experiencia en
e asumir el mando

;l-

i;~~:c~~i e~n~~n~~:~ tt:r;:e:~ ~:::~~~~o!~~~~t~:;e~e;~e~u:n ~~


un presupuesto que haba fun-

LA. CONTENCIN ANTES DE KENNAN

31

donado bien en lo domstico: las naciones, pensaba, al igual que los


individuos o los grupos de intereses, siempre podan llegar a acuerdos
acerca de los temas conflictivos si haba de ambas partes suficiente
voluntad de negociar y de comprometerse. Una estrategia quid pro
quo era tan natural para Byrne como para Truman; el nuevo secretario de Estado observ que pactar con los rusos era exactamente
igual a tratar con el Senado de los Estados Unidos: "Uno construye
una estafeta postal en su Estado y ellos construirn una estafeta
postal en el nuestro".47
La nueva administracin crey que tena poder sobre los rusos
en varios aspectos. El mismo Harriman acentu la importancia de la
ayuda de posguerra para la reconstruccin, que Estados Unidos estara en situacin de controlar, ya fuera por medio de prstamos
para rehabilitacin o embarques reparatorios desde su zorra de ocupacin en Alemania. Roosevelt se haba inclinado hacia la utilizacin
de esta influencia en el momento de su muerte; Truman rpidamente
confirm que la ayuda incondicional no se extendera ms all de
la finalizacin de la contienda. Se terminaran los prstamos, y
los embarques reparatorios de posguerra estaran condicionados,
al menos implcitamente, a la futura cooperacin poltica.48 * La publicidad era otra forma de influencia: la administracin supona que
el Kremlin era an sensible a la "opinin mundial", y que si se llamaba la atencin con respecto a las instancias de unilateralismo sovitico se podra conseguir que los rusos retrocedieran.49 Despus
estaba, adems, la sancin ltima de la bomba atmica: Bymes, aunque no todos sus colegas de la administracin, crea aparentemente que la simple presencia de esa pavorosa arma en el arsenal norteamericano hara que los rusos se tomaran ms manejables que en el
pasado; como mnimo, deseaba retrasar los compromisos para procurar que el control internacional de la energa atmica fuera un
arma de peso en las negociaciones futuras.so
Pero ninguno de estos intentos de aplicar influencia funcionaron
como se haba planeado. Los rusos nunca dependieron lo suficiente
de la ayuda econmica norteamericana como para hacer concesiones
sustanciales con el propsito de conseguirla: los informes de inteligencia ya indicaban que esa ayuda, si se extenda, acelerara la reconstruccin pero slo en unos meses. Otra dificultad era que los
congresistas claves, cuyo respaldo hubiera sido necesario para el pasaje de cualquier prstamo, muy pronto aclararon que a cambio demandaran nada menos que elecciones libres y libertad de op1mon
dentro de la Unin Sovitica, y el abandono de su esfera de influen El protocolo de Postdam, por insistencia norteamericana, especificaba que
la Unin Sovitica recibiria el 10 por ciento de equipamiento industrial que fuera
"innecesario" para el funcionanento de la economia alemana de posguerra, pero
los poderes Occidentales eran quienes determinarian qu era necesario <F. R.:
Postdam, II, 1485-86).

LA

32

1 JOHN LEWIS GADDIS

cia en Europa Oriental.51 La publicidad, dirigida contra las violaciones soviticas del acuerdo de Yalta en esa parte del mundo, no produjo un xito mayor: cuando Byrnes advirti que tal vez tuviera que
hacer pblico un informe acerca de las condiciones en Rumania y
en Bulgaria preparado por el editor norteamericano Mark Ehridge,
Stalin, con comprensible autoconfianza, amenaz con hacer que su
propio observador "imparcial", el periodista sovitico Ilya Ehrenburg,
preparara e hiciera pblico su propio informe acerca de esos pases.sz
Los rusos manejaron efectivamente el tema de la bomba atmica
aparentando simplemente ignorarla, salvo en el caso de unos pocos
ccteles del ebrio Molotov. En el intervalo, las presiones domsticas
haban obligado a Truman a comprometerse con el principio de control internacional antes de que Bymes intentara siquiera extraer un
quid pro quo de Mosc.53
En el momento de la conferencia de primeros ministros del Exterior en Mosc, en diciembre de 1945, Byrnes ya haba llegado a la
misma conclusin a la que haba llegado Roosevelt un ao antes: que
la nica manera de reconciliar el inters norteamericano de la autodeterminacin con el inters sovitico de la seguridad era negociar
acuerdos levemente disfrazados, destinados a velar la realidad del control de Mosc detrs de una fachada de procedimientos democrticos.*
Pero ese enfoque, manifestado bajo la forma de concesiones por parte
de los rusos en Bulgaria y en Rumania, lleg a lo domstico como apaciguamiento: como resultado, Byrnes se encontr como blanco de los
ataques del presidente y del Congreso, a su regreso, por haber concedido demasiado.54 La estrategia de quid pro quo, a principios de 1946,
no slo no haba producido resultados, sino que tambin se haba
convertido en una problemtica domstica.
El enfoque de quid pro quo demostr ser poco exitoso por varias
razones. Una fue la dificultad para lograr que los "palos" y las "zanahorias" fueran adecuados a las concesiones que deban demandarse
a la otra parte. Los "palos" de los que dispona Estados Unidos eran
poco efectivos, como en el caso de la publicidad, o inutilizables, como
en el caso de la bomba atmica. La mayor "zanahoria", la ayuda econmica, era importante para Rusia, pero no hasta el punto de justificar las concesiones requeridas para obtenerla. Otra dificultad de la
estrategia era el problema de la coordinacin. Negociar implica la
capacidad de controlar precisamente la combinacin de presiones e
inducciones a aplicar, pero ello a su vez implica direccin central,
algo que no es fcil en una democracia en la mejor circunstancia, y
por cierto menos an en el primer ao de una administracin inexperta y mal organizada. Las influencias extraas --el Congreso, la
Debe seala~e que los rusos, a cambio, extrajeron una concesin de Estados Unidos que aparentaba ampliar, aunque en realidad no lo hiciera, el rol que
desempeaban en la ocupacin de Japn.

coNTi:NeIN

ANTES DE KENNAN

33

.
incluso las personalidainin pblica, las burocracias,
ne ociacin, entorpe0
a
en
a d:atisf;cer con los incen. d el alineamiento de as e .
cien o
.d
r decir lo romroo.
1 .
erroeabilidad
tivos ofrec1 os: p~ l dificultad era simplemente a irop . de quid
Pero la prmc1pa
.
. externas. La estrategia
.
de la Unin Sovitica a las ~nfluenc1a~a de Roosevelt, que la c~nduc~a
ro qua haba supuesto, al igual que f era: la nica diferencia ~ab~a
~el Soviet poda ser afectadaEdesde11d~d sin embargo, la experiencia

.d el mtodo y el t'ieropo . n rea Occidente


pod'ia h acer ' a .corto
, .
S l' . el dictador soviet1co
si o
, que era muy poco lo que
demostro
d ones de . ta m.
lazo para moldear las ec1s1
as casi antosuficiente, con poc0
~ons~rvaba un fuerte co?~~oyl ~~s~~p~ibilidad con respec~o ,~~ea~~~~
.miento coroprens10
l
do Fue la conciencia
conoel
'
d an en e mun
l
esin
teciroientos que se pro u3e~ d que ni la confianza ni a pr
.
impermeabilidad -el hec o l~ que prepar el camino para la ~e~;
cambiaban mucho ~as cosas-t por George Kennan y su "largo e sin de la estrategia propues a
grama.. de febrero de 1946.

~:~~ti~%~n

~nterferi\

~~df~~~::

IV

.
a un individuo se le d
ro en el curso de la diploroai;13: qu~ocumento, ideas de tanta
;;p;:sar, dentro del roar~o de~~~~~~~ cambien la dir~ccin de.;;
fuerza y persuasin que mn;i~d se fue el efecto, sin embargo., eJ poltica exterior de una a~I~~O palabras enviado desdel ~fo~~upa~~~
. d por el telegrama e .
I t d por un perp e30
c1 o
l 22 de febrero de 1946. ns a o
. de afirmaciones
~:~~~nd: Estado a explicar la cre~ie~~: ~~x;;;:c:~viticos, Kennan,
antioccidentales en los discursase ael fin se le preguntara, y de .exfaslegra porqu
un m orean una mezc1a d e a.
. orado hasta entonces, coropu~ 0
la in-

peraci~n ~~rP~~~~:a s~~~e;r:r del So~iet .co~i~~:a1~ v~!~~d~~n~iccin

me so re
den de la experiencia
di lorotico de
tensidad que proce
di'10 otra vez acerca de otro . p
iropacto
d
jerc1eron

.
d T l como se

~~:;~~~:;ot;o pa:a? c~o~t~~ :~o~:~~~;:s~~~e~~ ~onocm~~nt~d~; ~~


simila~.

hab1: ... l'tica contemporneas, el 3uic10 a~do ~e ifuminaba


historia y de a p~ I
una suerte de incandesc~nc1a q
palabras
exposicin se uman a
mente su sentimiento y sus
todo aquello hacia lo que su
'
estaban dirigidos"*
del British Foreign

re Crowe,
-<~icas
ribiendo acerca d e Ey
las relaciones bnww.u
1ares aunque meomce, cu~o "~~~~e~~ero de l?<J7. er~ci~~;~s~/rce and Foreign Pocon Francia. Y e(Citado en zara s. stemer,
e
nos dramticos.
969) p 117).
1898-.1.914
[Londres,
1
'
.
.
licy,

* Sir owen o'Ma}ley, ese rea del estado actual de

LA CONTENCIN ANTES DE KENNAN

34

35

JOHN LEWIS GADDIS

La tesis del "largo telegrama" de Kennan era nada menos la afirmacin de que la base de la poltica norteamericana para la Unin
Sovitica durante y despus de la Segunda Guerra Mundial haba
sido errnea. Esa poltica, ya fuera la forma del nfasis puesto por
Roosevelt en la integracin o del de Harriman en la negociacin, haba
supuesto la inexistencia de impedimentos estructurales para las relaciones normales dentro de la Unin Sovitica misma; la hostilidad
que Stalin haba demostrado hacia Occidente, en cambio, haba sido
el resultado de las inseguridades producidas por amenazas externas.
~stas podran superarse, se haba credo, ganando la confianza de
Stalin por medio de la generosidad, o bien ganando su respeto por
medio de un enfoque quid pro qua. En cualquiera de ambos casos,
se haba credo que la eleccin en cuanto a si la cooperacin continuara o no dependa de I!stados Unidos: si Washington elega el
enfoque adecuado, los rusos se avendran a l.*
Kennan insista en que la poltica exterior sovitica tena poca
relacin con lo que Occidente hiciera o dejara de hacer: la "lnea del
partido no se basa en ningn anlisis objetivo de la situacin ms
all de las fronteras de Rusia ... surge principalmente de las bsicas
necesidades internas rusas que existan antes de la guerra reciente
y que siguen existiendo hoy". Los lderes del Kremlin eran demasiado
poco sofisticados como para saber cmo gobernar por otros medios
que no fueran la represin: por lo tanto necesitaban excusas "para la
dictadura sin la cual no saben gobernar, para las crueldades que no se
atreven a no infligir, para los sacrificios que se ven obligados a demandar". El hecho de pintar el mundo externo "como maligno, hostil y amenazante" es lo que suministraba esa excusa. "Un entorno
internacional hostil es el hlito de vida para el sistema interno prevaleciente en este pas", argumentaba Kennan en otro despacho al Departamento de Estado, el mes siguiente. "Nos enfrentamos aqu con
un tremendo inters dedicado a la afirmacin de que Rusia es un
pas que camina por un sendero peligroso rodeado de enemigos implacables. La desaparicin de Alemania y Japn (que eran los nicos
peligros reales) del horizonte sovitico no dej a ese inters ms
opcin que la de tomar a Estados Unidos y al Reino Unido para
llenar ese vaco".55
El grado en el que la conducta sovitica estara determinada por las actitudes occidentales fue el tema ms tratado, en los anlisis de la poca de la guerra,
de las relaciones norteamericano-soviticas emprendidas por el Office of Strategic
Services. Ver informe de Research and Analysis 523, "Political Orientation and
Morale of the URSS", febrero 23, 1943; 959, "The USSR and Yugoslavia", junio 19,
1943; 1109, "The Bases of Soviet Foreign Policy", septiembre l, 1943; 2073, "Russian
Arms in Germany and the Problem of Three-Power Cooperation", mayo 11, 1944;
2284, "American Security Interests in the European Settlements", junio 29, 1944, y
2669, "Cupabilities aqd Intentions of the USSR in the Postwar Period", enero 5,
1945, Office of Intelligence Research files, Departament of State, Record Group 59,
Diplomatic Branch, National Archives.

.
na resolucin de las diferencias
No poda haber, enton~es, mngul f' in de la amenaza externa
.
confiaba en a icc
con ese gobierno, qu~ . .
interna "Algunos de los que estamos
para mantener la legitmndaiir las medidas que debera ad?ptar nuesaqu hemos tratado de conce
gui'r a cualquier prec10, la meta
,
.
ente deseara perse
.
1
tro pais si rea m
. 't'
,. seal Kennan en marzo.
de desarmar las sospechas sovie icas ,
., d
ue tan slo el desarme compleHemos llegado a la conclus10n e q avales y areas a Rusia y la ceto, la entrega. de nuestras fuerza~s~as norteamericanos empezara
sin del gobierno a los comun
caso creemos -Y no es
incluso en ese
l
,
se le tiende una trampa y
a rsolver el pro b ema, e
. , .
que Mosc sospechana que
iromcodesconfianza.
seguira albergando la mayor
1 h ho" continuaba Kennan. "de
"Nos encontramos as con e d ec
~rte integrante del sistema

uno u otro gra 0 es P


d per
que la suspicacia en
rendir ante ninguna forma e
sovitico, Y que e~ta pa~~ ~~c~~nal ... A este clima, Y n_o a pre.c~,11~
suasin o de reaflrmac
daptar nuestra diplomacia .
.
.
ados debemos a
.,
ceptos bien mtencion
,'
- 1 1 extraordinaria recepcion que
Es ya un lug~r. comun sena ar a rovocaron en Washington. ~n
los anlisis telegraflcos de Kem;1;~
circulado haba sido leido
ocos das, el "largo telegrama
a ia 1 mayoria de los crculos
P
ral aceptado en a
.
d 1
y comentado, y en ~e:ie
la explicacin ms pl~usible. e a
decisorios de la pohtica como
"Si ninguno de mis previos esconducta sovitica pasada y futura.
i uiera el ms leve tintineo
.
.
h b'a logrado evocar s q
,. ,
fuerzas hteranos a i
d . , " recordaba Kennan, este, para
ue
se
ingian
,

q
de la campana a 1a
vibrar con una resonancia
mi asombro, le dio de lleno y la puso a " Lo que no siempre se
, d
nte muchos meses .
f
que no se acal 1ana ura
u Washington acord tal de eha explicado adecuadamente es i:'.r q
h ta ese momento oscuro
renda a las opinione_s _de un c~si. jO:~n Jab:scuenta del hecho, como
funcionario del Servicio Extenord q
"el Washington oficial, cuyos
lo expresara ms tarde Kenna~, e ~ub~l'dad estn determinados por
d d
de msensi i 1
. d
estados de receptivi a 0 . .
t
intrincadamente arraiga as en
corrientes ~mocionales subjetivas ~ncomplicados pacientes de Freud,
el subconsciente como las de los m
. ",,
.
t 0 a recibir el mensaje .
.
.
.
estuviera dispues
una creciente conciencia
,
h
arece evidente, era
d
La razon, a ora p
.
haba funcionado, pero na a
de que la estrategia del quid pro qua nol
r Los anlisis de Kennan,
.
d ' que tomara su uga

haba aparecido to avia


. ado una estrategia: estaban pnen s mismos, no ~aban propo~c~; la amenaza sovitica; las recomordiah:nente dedicad~s. a eluci'i_
se limitaban a sealar la
mendaciones ms positivas df~
enynacnoraje en el trato con los rudor autocon ianza ,
er. d d
neces1da
e can
:
1 .
especficas que parecian em
ss
Pero
haba
mas
conc
us10nes
sos.

;;
1

,,

36 /

JOHN LEWIS G\DDIS

ger de la argumentacin de Kennan


1
.
.
ton se apresuraron a asirse
, t , y os func1onanos de Washingenfoque del problema del poda es as. ,t~mndolas como base de otro
. que fue tal vezer sov1etico
en el. mun d o d e posguerra,
una estrategia
.
de Estado Byrnes (con tod mi e1or c~ractenzada por el secretario
del converso reciente)
.
como una estrategia de " o. e . entusiasmo
.
pac1enc1a y firmeza".s9
La nueva estrategia contena varia d"f
.
.
con respecto a la prctica pasada. 1) sN I erenc1~s de importancia
destinados a ocultar los desac e d.
o se hanan ms esfuerzos
desacuerdos seran aireados fu r os cob~ los rusos; ms bien, estos
nera provocativa. 2) No se h ra?ca y, Iertam~nte, pero no c;le mavitica: Estados Unidos
anan ma~ c~.nces10nes a la Unin Sofendiendo todos los futu' rpor bel! contrario, establecera la lnea", de.
.
os ancos de la expan .,
,
sm mngn intento de "l"b
,, ,
s10n sov1et1ca, pero
1 erar areas que
h 11
control de Mosc. 3) Para facili
_se. a .aran :va bajo el
de Estados Unidos sera reconsti~~~ este ob1etiv?, la ~uerza militar
mente las demandas aliad
d
da y ~~ cons1deranan favorablenegociaciones con la Un1.o'nasS e. _ayuda militar Y econmica. 4) Las
ov1etica continu '
propsito de conseguir la a
t ., d
an~n, pero con el solo
cep ac1on e Moscu de 1
. .
norteamericanas 0 para public"t 1 .
.
.
as posic10nes
objeto de gana; aliados en / art . mtrans1genc1a sovitica con el
idea central de todo esto e e ex enor y respaldo dornstico.60 La
Occidente 1
, ra que, al enfrentarse con la firmeza de
, os rusos venan que 1 lt

,
paciencia occidental y em eza , a , ern~tlva mas deseable era la
cin sobre s mismC:s O tpl nan las1 a e1ercer la necesaria restric. ' a como o expresar f
al presidente Truman de Clark Clifford
a e m orme _top-secret
teamericano-soviticas, entregad
l acerca de ~as relac10nes nortra ~speranza que ellos cambi~r~~ ed mes _d:, setiembre: "Es nuesnosotros un acuerdo justo .
. . e opmion Y elaborarn con
demasiado fuertes como pa~ eqmt~tivo cuando adviertan que somos
como para ser atemorizados~'.6~er errotados y demasiado decididos
"Paciencia y firmeza" se convirti,
l
.
tratos con la Unin Sovitica d
o e:i a c~ns1gna para todos los
, f .
e ese ano -s1 haba l
tal como lo haban recomendado los . f
d E
a gun en as1s,
"firmeza" 62 El nuevo
f
Je es e stado, era sobre la
,

'
en oque se reflej sob
t d
.
1 eal
Oriente,
irar sus tropas de Irn a b d
d_emandas de concesiones y de establecimiento de ~a a an ~nar s;is

:~~~~~s~~i=~~a; :u:~ 5 rCeet~cano

dond~ela ad:.7~s:r~!e:i~~

~~~~r~u~n:ds:~f:v=~i~~~~:u~~:!~ :x;:::::::t go~i~e~~nde ~;~~

al
de la presencia de la Sexta Flota en 1
. e. abastecida y a hacer
permanente del mund 0 d
as aguas circundantes un rasgo
.
e posguerra63 Se reflej tambin en Le
0
donde \.\'..ash1ngton continu resistindose a la posibilidadJandoe
q ;:eenlotes, rusos
ocuparan un

pn dejand
1
_ugar prommente en la ocupacin de Ja,
o en c aro al mismo tiempo su determinacin de impe-

LA CONTENCIN ANTES DE KENNAN

37

1
1

dir un~ escalada sovitica en toda Corea.64 Se. reflej en Alemania,


donde Estados Unidos interrumpi los embarques reparatorios de su
zona y empez a desplazarse hacia la consolidacin con los britnicos y franceses, ofreciendo al mismo tiempo a los rusos un tratado
de cuatro poderes que garantizaba el desarme de Alemania durante
veinticinco aos.65 Se reflej en el Consejo de Ministros del Exterior,
donde Bymes se resisti firmemente a los intentos soviticos de apoderarse de los ex territorios italianos junto al Mediterrneo, prosiguiendo mientras tanto pacientes negociaciones de tratados de paz
para los ex satlites de Alemania. 66 Finalmente, y de manera ms
dramtica, la nueva estrategia se reflej en la Doctrina Truman, en
la que la administracin generalizaba sus obligaciones hacia Grecia
y Turqua en lo que pareca ser un compromiso mundial de resistencia al expansionismo ruso en todos los lugares donde se diera.
La proclama de Truman del 12 de marzo de 1947, donde afirmaba
que "la poltica de Estados Unidos debe ser la de respaldar a los
pueblos libres que ;e resisten al sometimiento armado por parte de
minoras o de presiones externas", ha sido tomada tradicionalmente
como punto de. partida fundamental de la poltica exterior norteamericana de la Guerra Fra. En realidad, no obstante, puede ser
ms precisamente considerada como la expresin ltima de la estrategia de "finneza y paciencia" que haba estado en vigencia durante
un ao. La decisin de ayudar a Grecia y a Turqua, as como a otras
naciones amenazadas por la Unin Sovitica, haba sido adoptac\a
meses antes. 67 Lo que era nuevo a principios de 1947 era la abrupta
notificacin inglesa de terminar con su propio respaldo financiero
y militar a esos pases, y la necesidad de una rpida aprobacin del
Congreso de la ayuda necesaria para reemplazar la britnica. Fue
ese requerimiento, a su vez, lo que forz a la administracin a justificar su demanda en trminos globales; incluso en ese caso, la retrica era coherente con el presupuesto, que haba respaldado durante
casi un ao la estrategia de "paciencia y firmeza", de que Estados Unidos ya no poda permitirse ninguna ventaja territorial o de
influencia por parte de la Unin Sovitica en ninguna parte del
mundo. 68
Ninguna estrategia puede ser efectiva, no obstante, si no logra
igualar los medios y los fines: lo que resulta notable, retrospectivamente, en la estrategia de "paciencia y firmeza", es hasta qu punto
los fines fueron decididos sin hacer referencia a los medios. No se
haba hecho ningn intento serio de revertir el impulso frentico
hacia la desmovilizacin a la luz de la amenaza sovitica: las fuerzas
armadas de la nacin, que llegaron a 12 millones de efectivos en
la finalizacin de la guerra contra Alemania, haban disminuido a 3 millones para julio de 1946, y a 1,6 millones un ad ms tarde-69 El gasto de defensa, que haba sido de 81,6 billones de dlares durante el

38 1 JOHN

LEWIS GADDIS

ao fiscal de 1'943, ltimo ao de


e
. ..
44,7 billones durante el ao fiscal d~ rra, d1smmuy~ a la cifra de
1946 Y a 13,l billones durante
el ao fiscal de 194710 Ade ,

mas con la l
, d
blicano preocupado por la eco~o ,
e ecc~on e un Congreso repu~uc~as chances de revertir est::11:e::e::~t;1m~re de 19~6, no haba
imphcaba un compromiso . b. rt
.
.a Doctnna Truman
sovitico, por lo tanto en u ie o de resistencia al expansionismo
hacerlo haban desapa~ec. d n ~omento en el cual los medios para
1 o casi por completo
E sta deficiencia obvia de6 e
1

que "paciencia y firmeza" J b. n


que. se requerira algo ms
para adecuarse a los inter~s~s iene os m~d10~ deberan expandirse
circunstancias polticas y eco 6 p rspect1va improbable, dadas las
n micas del momento-- *
,
.
b a ble, 1os Intereses
tendran
d .
o, mas promedios. Esto ltimo es 1 que re uc1~se para adecuarse as a los
11
primavera de 1947: ese pe~~1: ~~ :~ .~d ~e produjo durante la
en el que Estados Unidos d . .6 gmf1cat1vo, no como un lapso
b
qmn nuevos compr

xen como punto de partida de la d.f


. .,
om1s9s, smo ms
que ya haba contrado La crud
I f.:ienc1ac10n de los compromisos
una vez ::ns -cotno .a haba a rea. 1 ad de medios limitados forz
Mundial- a establece: la dis i ~urndo du.rante la Segunda Guerra
ses perifricos. Pero esa ta:e:c1~~ :~~re mteres_es vital~s e interejunto de actitudes, que es a lo
o o requ~na un ~imple consigna de "paciencia y firmeza" s que se babia ~educido la contodas las estrategias exitosas 'en I~~ u~f ~strateg1a basada, como
tente entre recursos y ob. etiv~s. F
c cu o .de la relacin exisempez a desarrollarse
conceptoued:e~~~o t de ~t~ contexto. que
carrera de su principal arquitecto, George F~ ~~~~:.' y con el la

ctro

el

Captulo 11

George F. Kennan y la estrategia


de la contencin
La abrupta transicin de Kennan entre ser diplomtico de carrera
y estratega de la Guerra Fra se convirti en algo ms que un mero
"encumbramiento ultrajante del proceso telegrfico".1 En el momento en el que su "telegrama largo" le haba ganado la reputacin de
ser el mayor experto sovitico dentro del gobierno, ya e~taba presente en su escritura y en su pensamiento cierta profundidad referida a la visin estratgica -la capacidad de observar las relaciones
existentes entre objetivos y capacidades, aspiraciones e intereses,
prioridades a corto y a largo plazo-- rara vez observable en las desgastadas burocracias. Uno sospecha que fue esta cualidad la que hizo
que el secretario naval James V. Forrestal, hombre de preocupaciones similares, lo considerara como el "delegado ideal para los asuntos exteriores" dentro del recin creado National War College de
Washington, primera institucin de la nacin dedicada al estudio
de asu.ntos poltico-militares de alto nivel. A su vez, el xito que
Kennan tuvo all atrajo la atencin de George C. Marshall, quien, al
convertirse en secretario de Estado a principios de 1947, decidi impartir mayor coherencia a la diplomacia norteamericana por medio
de la organizacin de un "plantel de planeamiento poltico", encargarlo de "formular y desarrollar. . . programas a largo plazo para
d logro de los objetivos de poltica exterior de Estados Unidos".
En mayo de ese ao, Kennan dej el colegio de guerra para convertirse en el primer director de ese plantel.2 Su posicin en Washington era, en ese momento, nica: slo l entre todos los funcionarios ms importantes combinaba el conocimiento y la experiencia
en asuntos soviticos, la experiencia de lo que ms tarde sera designado como estudios de "seguridad nacional" y una posicin de
responsabilidad desde la cual le resultaba posible hacer recomendaciones para la accin.
En el verano de 1947, Kennan inaqvertidamente agreg fama
o notoriedad a esa lista, dependiendo de cul sea el punto de vista,
con la publicacin en Foreign Affairs de "The Sources of Soviet
Conduct", el artculo que introdujo en el mundo el trmino "contencin".3 Atribuido a "Mr. X" para preservar el anonimato de Kennan,
el ensayo no obstante fue rpidamente vctima del entusiasmo perlo-

Esa opcin seria emprendida, no obstante, en 1950. Ver Capitulo Cuatro.

39

-n:GIA DE LA coNTENCIN
KENNAN y LA ...,.~
.

40

f JOHN LEWIS GADDIS

dstico de Arthur Krock, quien revel su autora y le imparti as


un cierto carcter de pronunciamiento de la poltica oficial. Esta
revelacin, a su vez, provoc el celo crtco de Walter Lipmann, quien
diseccion este artculo en otra serie que exceda con mucho la extensin del original.4 El resultado fue una confusin que se ha man.
tenido desde entonces. Como Kennan nunca pretendi que el artculo "X" fuera una expresin abarcativa de la estrategia nacional, su
pieza slo reflejaba imperfectamente sus ideas acerca del tema.
Lo que es ms, el descuido en el bosquejo haba producido fragmentos que parecan en abierta contradiccin con lo que Kennan haba
estado defendiendo dentro del gobierno, a tal punto que en ciertos
casos pareca estar ms de acuerdo con la crtica de Lipmann que
con su propio artculo. Y el status oficial de Kennan impeda un
esclarecimiento pblico de sus opiniones, que tendra que esperar
hasta que sus memorias fueran publicadas veinte aos ms tarde. 5
Como consecuencia, se ha desarrollado una cierta industria entre
los estudiosos de la Guerra Fra, dedicados a elucidar "qu era lo
que Kennan realmente quiso decir".6 Toda esta atencin da cuenta
de la importancia y de la elusividad de Kennan, pues, aunque su rol
no fue decisivo en la conformacin de la visin del mundo de la administracin Truman, sus ideas, ms que las de ningn otro, proporcionaron la materia intelectual sobre la que se bas esa visin. Tal
como lo expresara Henry Kissinger aos ms tarde, "George Kennan
estuvo tan cerca de ser el autor de la diplomacia de su poca como
cualquier diplomtico de nuestra historia". 7
Lo que sigue es un intento de reconstrur esa doctrina, basado
no solamente en el artculo "X" o en otros raros pronunciamientos
de Kennan editados a fines de la dcada de 1940, sino tambin en
los estudios del Policy Planning Staff producidos bajo su direccin,
en las conferencias registradas y no registradas que sigui pronunciando en el National War College y en otras reparticiones gubernamentales despus de asumir sus responsabiilidades en el Departamento de
Estado, y en sus propias notas, memorandums y comentarios extemporneos registrados. Los artculos siguientes sern dedicados a examinar el grado en el que la administracin Truman implement verdaderamente esa estrategia, y el grado en el que las administraciones
subsiguientes la modificaron durante los aiios siguientes.

I
Todas las definiciones del inters nacional en los asuntos internaci0nales tienden a .. la suavidad y a lo irrecusable: todas parecen caer,
de una u otra forma, en la necesidad de crear un entorno internacional que conduzca a Ja supervivencia y la prosperidad de las insti-

1 41

l
"n Por cierto que la definicin que
tuciones domsticas de a nac1d .1948 no se apartaba de este esqueKennan consign en el verano ale de nuestra poltica exterior", afires
ma. "Los ob1"etivos
. fundament
...
m, "deben ser siempre .
. , es decir la permanente
dad de la nac1on,

"d
l. Proteger l a segun
. 1 desarrollo de su v1 a
capacidad de este pa~ de p~osegw.r i::enazas de interferencia,
interna sin interferencias ,senas, o a .
r parte de poderes foraneos, y
po
.
ueblo, promoviendo un or?en
2. Procurar el bienestar de su ~n pueda hacer una mxima
mundial en el cual esta nac , .
ordenado de otras nacontribucin al desarr?llo p:c1f1~~i~s de sus experiencias y
dones, derivando mximos ene
capacidades.
,
". ams se lograr una seguridad co~pl~ta
Kennan advert1a que J
al" Cualquier enunciacin
ni la perfeccin del ~ntomo mt=~~i~~ d~ los casos, "una indicaf~ al" s Sin embargo, esto fue
de objetivos slo pod1a ser, edn .
mspecto
. a la identiflcac1
. "n d e l
,
cin d e d"irecc1"n , no de unl estmo
lo ms cerca que Kennan 1 eg,?_ co; ~:ro de los asuntos mundiales;
irreductible i.nters de la :a~1i~~an ecuestionado su formulacin. ~
muy pocos, sospechamos, u
. .
recisamente qu se requena
tarea ms difcil era la de. especif1~r p . ,
la solidaridad del enpar~ incremen!ar la segundad de a nac1on y
tomo internacional.
.
haban respondido a esta
Tradicionalmente, los no:t~r:;;r:i~8:1~aneras. Una era lo que l
Kenna ,
, "que si todos los
Pregunta argumentaba
f
" versalista" que supoma
llamaba el en oque. um
:b. 'ciertas reglas de conducta estnpases fueran ind~c1dos a suscn s l~raciones de poder, los prejuicios
dar, las feas realidades --las 1 p . ac1"onaies- se veran forzadas
d"
los ce os irr
'
nacionales, 1os o ios. y
d
, de la corti:ia protectora de las
a retroceder hasta situarse etras l
roblemas de nuestra polrestriccioi:ies legale~ acep,tad~s, Yd a ~~sptrminos familiares de lo~
tica extenor se venan asi r~ uc1 s decisin de la mayo ria". El umprocedimientos p~rlament~n~~dy dad armona en los asuntos interversalismo supoma la pos1b\ l a
e edio de la creacin de estrucnacional~s'. procuraba log~~r a dp~:s~aciones o las Naciones Unidas,
turas ar:t1f1c1ales c~mo la tg~ e ad de las naciones para subor?inar
y su xito depend1~ ~e la vdo unt
.d d a los de la comunidad mtersus propios requenmrentos e segun a

nacional.
.
d
. ta por Kennan como el enfoque "par. La. otra ..opc1n .~::c et~~~pcon respecto a cualquier inidat.':a de
uculanzado . Era
.P
.
1 s dentro de conceptos legalistas.
comprimir los asuntos .1d.ntema::~~portante que la forma, y que se
Sostiene que el contem o es
.

42 /

JOHN LEWIS GADDIS

abrir paso a travs de cual .

,
quier estruct
f
encima de el. Considera que el h b
ura ormal que se site por
en muchos pueblos que no p dam re de poder sigue predominando
ue en ser sa d
?d a que no sea una contrafuerz
,, El
c~a os m. controlados por
idea de unirse con otros gobierna . .. particularismo no rechaza la
pero para ser efectivas dichas ali~s para preservar el orden mundial,
dera comunidad de intereses
d nzas deben basarse "en una verdaentre grupos limitados de gobY e enfoque, lo que slo se produce
to de Ja ley internacional u ~ernos, y no en el formalismo abstraenacionales".9
mversaI 0 en las organizaciones inter. Kennan consideraba al univers .
1
piado de los intereses norteame . ismo como un encuadre inapro, ,.
b res en todas partes son ba'si'c ncanos porque
.
supoma que los homamente urual
.
0
ammados sustancialmente por 1
es a nosotros, que estn
.
nes, que todos ellos reaccienan s~s t mi~mas esperanzas e inspiracioen determinadas circunstancias" ~ anci~lmente de la misma manera
ble del entorno internacional er; s~ra. el l~ caracteristica ms notael hecho de tornar contingente 1
di~ersidad, no su uniformidad;
la difusin mundial de las inst'ta ~egundad nacional por encima de
norte
.
, exce.
d er l as capacidades
nacionales I uc1ones
.
, amencanas
sena
n:ias instituciones. "Somos gr~n~~~iendo as1 en peligro a esas misY fuertes, pero no somos sufic1entemente grandes 0 fuerte
s como para
.
someter a todas . . . las fuerza h
.
conquistar o cambiar 0
hacerlo implicara pedir a nue:t ost1le~ o irresponsables. Intentar
s mismos alteraran completam ro t propio pueblo sacrificios que en
tras instituciones polticas y p end e, nuestro modo de vida y nuesd e nuestra poht1ca
lo s verd a d eros objetivos
. .
, . al tratar, de der f enamos
d
e en erlos " 10
El universalismo tambin invol

Unidos con una meta que Kenn
uc~aba comprometer a Estados
deseable: la eliminacin de los an ~~eia no era posible ni tampoco
nacional. Eso slo poda logrars~on Ictos armados en la vida intermiento del statu quo -"Ia gente pensando, por medio del congelamente cuando su inters es mante~ ~e ,~parta del statu quo pacficaentrarnpar a la nacin "en tan a ebr 0 - . Y eso a su vez significaba

rosos y apns10nadores

m1sos
como para impedirnos em som
compro1
tos mundiales de maneras que s~r7:~ nuest:a. Influencia en los asuny Ja estabilidad mundiales" El h h beneficiosas para la seguridad
.
.
ec o era qu l
,
po d ia ser mala, la paz no siempre b
. ,, e a guerra no siempre
d e una pns1on,
. . , s1. eso es lo que s duena Hay 'paz , t ras los muros
vaquia de hoy".
e esea. Hay 'paz' en la ChecosloPor desagradable que pueda s
de que puede haber casos en er, debemos enfrentar el hecho
1
parte del mundo en escala Jimt~ que la violencia en alguna
alternativas, ,pues esas alternat:v se~ ms deseable que las

as senan guerras globales en

KENNAN y LA ESTRATF.GIA DE LA CONTENCIN

1 43

las que nosotros mismos nos veramos involucrados, en las que


nadie ganara, y en las que toda la civilizacin se vena arrastrada. Creo que debemos enfrentar el hecho de que puede haber
arreglos de paz menos ac~ptables pa;a la ~eguridad. de este pas
que las aisladas recurrencias de la violencia.
"Tal vez toda la idea de la paz mundial ha sido una forma grandiosa, prematura, inconcretable de ensoacin", argument ~en?an
en junio de 1947, "y tal vez debamos izar corno bandera y objetivo:
'La paz s es posible, n tanto y en cuanto cumpla con nuestro
inters' ". 11
Finalmente el universalismo corra el peligro de hacer caer al
as "en los e~redos de un estril e improductivo parlamentarismo
fnternacional", que poda inhibir_ acciones necesarias en defens~ del
inters nacional. Kennan atribua poca significacin a las Naciones
Unidas; era una ilusin, insista, suponer que las posiciones ad?ptadas ejerceran una verdadera influencia en l?s asuntos mundiales.
Ms bien, se parecan a "una competencia ?e tableu.x_ morts: hay un
largo periodo de preparacin en una oscundad relativa; luego el teln se alza las luces se encienden por un breve lapso, la postura
del grupo
registrada para la posteridad por I:a fot~fa del v~to,
y quien aparece en la posicin ms graciosa ~ impres10~a~te es qmen
gana". Si de alguna manera se poda dar algun reconocimiento a este
"boxeo de sombras parlamentario", "seria el reconocimiento de una
manera refinada y superior de zanjar las diferencias internacionales".
Pero como ello no era probable, el nico efecto era el de distraer al
pueblo norteamericano del tema real, y lograr que la organizacin
internacional misma, a largo plazo, se tornara ridcula.1 2
Era obvio, entonces, que la mejor manera de servir al inters
nacional no era por medio del intento de reestructurar el orden
internacional -la solucin "universalista"- sino por medio del enfoque particularista, que intentaba mantener el equi!ibrio d~ntro de
ese orden, de modo que ningn pas o grupo de paises pud1er~ pr~
valecer. "Nuestra seguridad depende", dijo Kennap a una audiencia
del National War College en dic1embre de 1948,

:s

de ntiestra habilidad para establecer un equilibrio entre las fuerzas hostiles o poco confiables del mundo: ponerlas, cuando sea
necesario, una en contra de otra, para lograr qu.e gas~en en el
conflicto entre ellas, si es que deben gastarlos, la v10lencia y el fanatismo que de otra manera podran ser dirigidos en nuestra contra, para que se vean as obligadas a am-1:larse y agotarse mutuamente en conflictos internos, con el objeto de que las fuerzas
constructivas que trabajan por la estabilidad mundial puedan
seguir teniendo posibilidad de vida. 13

KENNAN Y LA

44 1

JOHN LEWIS GADDIS

Tal vez la armona no fuera posible -lo que no es una conclusin sorprendente dentro del enfoque pesimista que Kennan tena
de la naturaleza humana-, pero se poda lograr la seguridad de
todos modos por medio de un cuidadoso equilibrio de poder, intereses y antagonismos.
Varios corolarios se desprendan lgicamente de esta argumentacin. Uno de ellos era que no todas las partes del mundo eran
igualmente vitales para la seguridad norteamericana. "Debemos elegir primero", escribi Kennan en ~gosto de 1948, "esas reas del mundo que . . . no debemos permitir que caigan en manos hostiles a nosotros, y ... debemos defender, como primer objetivo especfico de
nuestra poltica y como mnhno irreductible de seguridad nacional,
el mantenimiento de regmenes polticos en esas reas mnimamente
favorables a la persistencia del poder y la indep~ndencia de nuestra
nacin". La lista hecha poi:; Kennan de esas reas inclua:
A.

Las naciones y territorios de la comunidad atlntica, que incluyen a Canad, Groenlandia e Islandia, Escandinavia, las
Islas Britnicas, Europa Occidental, la pennsula ibrica, Marruecos y la costa occidental de Africa hasta la saliente, y los
pases de Sudamrica desde la saliente hacia el norte;
B. Los pases del Mediterrneo y de Medio Oriente hacia el este
hasta incluir a Irn, y
C. Japn y las Filipinas.
La creacin en estas regiones de "actitudes polticas favorables
a nucs.:ros conceptos de vjda internacional ... exigir todo el poder y
el ingenio de nuestra diplomacia durante algn tiempo. La posibilidad de crear esas condiciones y actitudes en el mundo en general est
claramente ms all de nuestro poder en este momento, y lo estar
durante muchas dcadas todava". 14
Kennan refin ms este concepto durante el mes siguiente. En
lo que reconoci como una excesiva simplificacin -"estoy tratando
de llegar al ncleo del probllema, y acepto que puedan argumentar
acerca de los detalles"- Kennan dijo a los estudiantes del National
War College que "slo hay cinco centros de poder industrial y militar en el mundo que son importantes para nosotros desde el punto
de vista de la seguridad nacional". Esos puntos eran Estados Unidos,
Gran Bretaa, Alemania y Europa central, la Unin Sovitica y Japn. Slo en estas localidades "existen los requisitos climticos, de
fuerza industrial, de poblacin y de tradicin que permiten a esos
pueblos desarrollar y lanzar el tipo de poder anfibio que tendra que
ser lanzado si nuestra seguridad nacional se viera seriamente afectada". Slo uno de' estos centros de poder se hallaba, en ese momento,
en manos hostiles; el principal inters de Estados Unidos en los asun-

ESTRATEGIA DE LA CONTENCIN \

45

" 'ngn otro poder cayera bajo


diales era, por lo tanto, que m
tos mun
" 15

, d
oese mismo control .
to de los cmco centros e p
. No se pretenda que este ~onc~pt e's de Estados Unidos en el
1 nico m er
, 1
der vitales represent~r~. e b su lista anterior, Kennan recon~c~a .
mundo: tal como lo m ica:
de influencia dentro del hemis.~no
necesidad de una segura es era
los centros de poder industn. , a
occidental, as como del ac:ceso a
los puntos defensivos cruciales
las fuentes de materias prima~ y a ue de todas las variedades
de todo el mundo. Lo que decia era. qt rnacional el poder industnal
poder existentes dentr<;> de la esce~; :~ ~anto, era 'necesario poner un
militar era el ms peligroso, y, p ntenerlo bajo control.
nfasis primario en el hecho de ma
do establecer que, como las
Adems, Kennan. estaba pr?cura~ ecificarse las prio,ridades ~el
capacidades eran limitada~'. d~bia~t: :unto en un poco habitual d1sinters. Hizo una elaborac1on ~ e
urso pblico de fines de 1949.
e
.
, profundos ms intrinca
h
creemos. Las limitac10Los problemas de este mu ndo son mas
.bl de lo que mue os
. 1d l
.
dos y ms macces1 es . ,
al uer otra nacin a1s a a, ones de lo que esta nac10n, o cu, q
produccin material que
,
w ~ ~cr~u
Y
~
orana con ese marg
.ores son mayores de lo '!-ue s
~uede dedicar a los asuntos .exten 1 tanto que economicemos
lemas recordar. Es imperativo, por los apli~uemos en aquellos
nuestros limitados recursos, ~ q~s productivos.
casos en los que sabemos seran

?e

'f
in de "ciertas categoras de
Lo que se requera era la identi ~c~~der menos pronta y plenanecesidades a las que podre~~s .r:t~ no deba comprenderse con:o
mente que a otras". Ese P.roce ~mie
ausencia de poltica, sino ~as
una insinuacin de incons1.st~ncia ~e~ehecho de que "ninguna pohtica
reconocimiento
, como en las palabras puede
b ien como simple
.
l'd d en los actos asl
.
olobal
que
tiene
rea
1
a
l't'ca
de prioridades -tma p
g
"16

d. lmente una po 1 i
dejar de ser pnmor i~
tTzacin de nuestra fuerza .
ltica de sabia economia. en la u i i umentacin de Kenna~ er~ que la
de la arg
en s ni por s1 misma, un
Un segundo corolario
1 Estados no era,
i
organizacin interna d e os
. , de la poltica exterior nortea~er adecuado tema de preocupd~~1on l de este gobierno"' escri.bi a fmes
cana. "Es un principio tra. ic10na
f en 1os asuntos internos de otros,
de 1948, "reprimirse de mter ~nre a tal intervencin debe h_a~erse
ases ... Quien proponga o mstd
obar- (A) que existe suficiente
P
t de la tarea e pr

de una
cargo adecua d amen e
.
.f.
nuestro apartamiento ...
.
para JUStl icar
, d du1
inters nac1ona como
.
1
ha demostrado ser so i a
regla de conducta in~ern~ciona q~e ue tenemos los medios necerante siglos de exp~nen~ia ... y t ( ~s; intervencin y que podemos
.
para conducir exitosamen e
sanos

46 1

JOHN LEWis GADDIS

afrontar el costo en t, .
cra".17 Estados Unidose~m?s del ~s~uerzo nacional que eso i
beneficiarse de ella lo p dl~a coexistir con la diversidad
. nvloluI
.

pe igroso er I
.
e me uso
con a capacidad de hacer algo f
a a combmacin de hostilidad
Principios como el d
. rente a ella.
e no mterve '
f I'b
~ i les ~a~ para la accin en todasnc1on .no e;an, por supuesto, inc1e~s pnondades internas distintivas I~s Is1~uac1ones, pero reflejaban
amencano, y no podan ser dese
e. s1s~ema de gobierno nortenera esas prioridades "C
artadas sm disminuir de alguna
, .

reo que hay


maP?1It1ca exterior y la poltica inte ,,una estrecha conexin entre la
b~o en una de ellas no puede prod:i~s' '?serv Kennan, "y un cam:110 en la otra. Tengo el sentimiento
sm qw~ se produzca un cam~1:1nto ... en el que cesemos
~ue si alguna vez llegamos
P?htica exterior, algo mu vali~e tener ,ideales en el campo de la
vid~, poltica interna". En ~ ocas s~ ~abra .desaparecido de nuestra
nac_i~n poda hacer era "oc~ ar e mcert1dum,bre lo mejor que la
pohtica se hallen tan pro' . p se de que las !meas iniciales de
t d
x1mas como s
.
su
a os por su tradicin y su natural ea posible a los principios dicapartarse de esas lneas la
t eza, y que, cuando sea necesario
apartamiento y comprenda ;en e_ sea consciente de que eso .es un
Un t .
.
P r que resulta necesario" 1s
. ercer corolano relacionad
.
C_?nfhcto entre las demandas de la sera q_ue no es necesario que haya
siempre que las primeras sean comegund.ad y las de los principios
precedentes con respecto a las se n~ren~.1das como necesariament~
enorme esfuerzo en la poca
dgu as. Nuestro pas ha hecho un
de la vida mternacional

desde mo
l erna . . . p. ara tratar las cuestiones
del poder", dijo Kennan a lose e~~~~o de vista de los principios y no
mayo de 1947, "pero incluso nosot iai:ites de la Academia Naval en
dos a considerar la seguridad de ros fmalmente nos veremos obliganos que pueda disfrutar de esa se nue~tro pueblo ... porque ... a me~na contribucin til para l l gundad, nunca ser capaz de hacer
fic "19 N" ,
e ogro de un
d

mgun conjunto de ideales


mun ? _mejor y ms paco .
tampoco a la inseguridad
, .
puede sobrevivir a la ana'rqui'a .
.
cromca debe
t bl
, n1
reqms1tos de estabilidad ant d,
n es a ecerse ciertos mnimos
a la prctica.* Este razonam~:nt~
los :rincipios puedan llevarse
cept~ . de equilibrio de poder co
evo a ennan de regreso al conconc1har las aspiraciones nacion~~sla mali:era ~s a~ropiada de reEl de K
Y e mteres nacmnal
ennan era, entonces un e
.
, .
un enfoque pesimista del ord
.'
o~cepto de mteres basado en
ad
d
.
.
en
mternac1onal
p
t
b"
, en cierto
g r . o e optimismo mesurado
, ero axp ien
duc1r las rivalidades que col ~on respecto a la posibilidad de rema an ese orden. Esto poda hacerse

efe

;ue,

Las Opiniones de K
'
haber estado infI "d
elU18ll. acerca de este
to
Davis y Robert ~o~r~~ de Reinhc;>ld Niebuhr.P~r, c~~~ ~~r:;elas, Y pueden
esp. pp. 65, 107, 182, 245 Y 2a-a? Retnhold Niebuhr on Politics (i{8yRexk Harry
.
or , 1960),

KENNAN Y LA ESTRATEGIA DE LA CONTENCIN J

47

no por medio de sanciones y restricciones artificiales, sino haciendo


uso del equilibrio orgnico mantenido por las mismas tensiones inherentes al sistema. Era un enfoque consciente del hecho de que, como
las capacidades son finitas, los intereses tambin deben serlo; haba
que establecer distinciones entre lo que era vital y lo que no lo era.
Adems, el enfoque era sensible a la necesidad de subordinar los
medios a los fines, al peligro de que la falta de discriminacin en los
mtodos empleados pudiera corromper los objetivos deseados. Finalmente, insista en el hecho de utilizar esta percepcin de los intereses como estndar para evaluar amenazas, y no al revs: las amenazas no tenan significado, repeta Kennan, salvo cuando se relacionaban con los trminos del propio concepto de inters.

II
La nica nacin que pasaba la prueba de Kennan de combinacin de
hostilidad con capacidades era, por supuesto, la Unin Sovitica. A
pesar de sus reservas con respecto a la posibilidad de cooperacin
de posguerra con ellos, Kennan no haba tenido ninguna disputa con
la estrategia blica de confianza en los rusos para que ayudaran a
derrotar a la Alemania nazi: no haba habido ninguna base para la
coexistencia con Hitler.* "Tenamos que usar a la Unin Sovitica
aunque hubiramos sabido que estaba dedicada y consagrada a nuestra destruccin". Pero el efecto de la victoria haba sido el de situar
al Ejrcito Rojo en una posicin dominante en Europa Oriental y en
partes del Lejano Oriente, llevndolo a una notable distancia de los
centros industriales devastados pero an recuperables de Alemania y
de Japn. Esta circunstancia, juntamente con la presencia en gran
parte del resto del mundo de partidos comunistas sometidos a la voluntad de Mosc, pareca situar a los rusos en una posicin adecuada
para obtener lo que la guerra haba impedido: el control de dos o
ms centros de poder mundial por parte de fuerzas hostiles a Estados Unidos y a sus aliados democrticos.20
La antipata de Mosc por Occidente, argumentaba Kennan, se
basaba tanto en circunstancias histricas como ideolgicas. La historia rusa suministraba muchas evidencias para sostener la impresin
* Kennan reconoca que "haba gran parte del llamado nuevo .orden de Hitler que hubiera tenido sentido si el espritu que alentaba tras l no hubiera sido
el de Hitler: Pero tenamos que reconocer que era una fuerza que estaba tra'.
tando de tomar Europa Occidental, aunque emergi de ella misma. Era una fuerza
con la que jams hubiramos vivido en paz, una fuerza que, de haber tenido xito,
hubiera podido llegar a dominar tambin el centro de poder oriental. Haber movilizado a estas dos fuerzas juntas hubiera sido tan peligroso para nosotros, tal
vez, o tal vez no tanto, como si hubiera.sido al revs y los rusos hubieran tomado
posesin de Occidente" (National War College [de aqu en ms NWC], conferencia del 17 de setiembre de 1948, Kennan Papers, Box 17).

48

JOHN LEWIS GADDIS

KENNAN y LA ESTRATEGIA

de un mundo externo hostil; tambin proporcionaba precedentes para


e.l concept? de .Estado "como entidad ideolgica eventualmente dest1.nada a ~h~und1rse hasta los mayores lmites de la tierra". El marx1smo~Ienm~smo reforzaba estas tendencias, al igual que los hbitos
cc:nspiratonos q~e _los lderes soviticos haban adquirido durante sus
anos de claz;.~estimdad y las lgicamente poco simpticas respuestas
que sus poht1cas post-1917 haban provocado en Occidente
Exis.ta, de este modo, "una conexin muy sutil e ntima entre
los ~tradicionales hbit?s. de pensamiento rusos y la ideologa que
ahora se ha tornado oficial dentro del rgimen sovitico".21
Kennan consideraba que esa ideologa cumpla varias funciones.
Serva para legitimar un gobierno ilegtimo: si no se poda gobernar
por voluntad de Dios, como lo haban hecho los zares rusos entonces
gobernar gracias a un imperativo histrico apropiadamente ~onfeccio
ll:do era lo que ms ~e aproximaba a lo mejor. Excusaba la represin
sm la cual los poco imaginativos lderes soviticos no saban cmo
a.c!uar: en tanto el resto del mundo fuera capitalista, se podran just~ficar las :iuras medidas destinadas a proteger al Estado comu.11sta
l~der. Asociaba a la Unin Sovitica con las aspiraciones y Irust. ac10nes de e~en:entos comunistas de otros pases, creandc as dentro del movimiento comunista internacional un instrumento con el
cual era
posible proyectar la influencia ms all de la8 fronteras
rusas. 22
.Pero Kennan_ no crea que los escrito~ ideolgicos Je Marx y
Lenm fueran una gua confiable para predecir la conducta sovitica.
"La ideol~ga", escri?i en enero de 1947, "es un producto y no un
factor social determmante de la realidad poltica y social . . . Su influencia se ejerce ms bien sobre la coloracin del entorno, sobre la
forma. d~ exprt;s~n .~ sobre el mtodo de ejecucin ms que sobre
los ObJet1vos basicos . Lo que es ms, el marxismo-leninismo era una
ideo~og~a tan amorfa que, al igual que muchas otras, requera intermed1anos --en este caso el gobierno sovitico- para ser aplicada al
mundo real. Las circunstancias situaron a Stalin en posicin de decir
qu era el comunismo en cualquier momento determinado. "El liderazgo est en libertad", escribi en una parte poco famosa del artculo "X", "de defender con propsitos tcticos cualquier tesis que le resulte til ... y de requerir la fiel y dcil aceptacin de esa tesis por
parte de los miembros de todo el movimiento. Esto significa que la
verdad no es una constante sino que es en realidad creada, para cualquier propsito e intencin, por los mismos lderes soviticos ... No
es nada absoluta ni inmutable".23
La ideologa, entonces, no era tanto una gua 'Jara la accin como
una justificacin de las acciones ya decididas. Tai vez Stalin no se
sintiera seguro hasta na haber llegado a domimr todo el mundo, pero
esto era consecuencia de su insondable sentimiento de inseguridad,

DE

LA CONTENCIN

49

no a causa de ningn compromiso d~ principios con una sociedad internacional sin clases. Se des1?rend1a de ell.o, . por lo tanto,. q~e el
objetivo de la contencii: deb1a ser el de hm1tar el e':pans1omsm~
't'co
solo en la me
sovie
1 , y que el comumsmo planteaba una amenaza
.,
dida en que era el instrumento de esa expans1on.
.
Kennan no esperaba que la Unin Soviti~a se amesgara a una
erra para lograr sus fines. Ni la economa m el pueblo rusos estagu

' 'damen t ~ desban en condiciones de soportar otro confct<:'


tan rap~
us del ltimo. Adems, los lderes del Kremlm no pod1an confiar en
~u capacidad de sostener operaciones milita~es ofensivas ms all ?e
sus fronteras -las experi~ncias con Finlandia en 1939-40 y con Jap~n
en 1904-1905 no haban sido nada estimulantes en es~~ aspecto. ~talm
era Hitler no tena ningn programa de agres1on establecido Y
no

'
preferira, de ser posible, ganar ventajas por medios
pol'~t1cos.
mas
que militares. Los errores de clculo, por supue.sto, segu1.an siendo
un peligro: "La guerra por lo tanto debe ser considerada, s1 n? ~?mo
una probabilidad, al menos como una posibilidad, y una pos1b1hdad
suficientemente seria como para ser totalmente tomada en cuenta en
nuestra planificacin militar y poltica". Pero "no ~ensamos q~e los
rusos, desde la finalizacin de la guerra, hayan temdo alguna mtencin seria de recurrir a las armas". 24
Ms seria era la posibilidad de conquista po~ medios psicol,gicos: el peligro de que los pueblos de Europ~ Occ1~ental y .de Japon,
dos de los cinco centros vitales de poder m~ustna~, pudieran desmoralizarse tanto por la combinacin de las d1slocac1ones de la guerra y ias de la reconstruccin como para tornarse vulnera?les, m~r
ced a la absoluta falta de autoconfianza, a los golpes comumstas, e incluso a las victorias comunistas en las elecciones libres. Coll1:o los
comunistas europeos y japoneses eran'. ei:i ese mo~ento, ~on.fI.ables
instrumentos del Kremlin, esos acontecimientos hubieran s1gmf1c~~o
realmente la extensin del control de Mosc sobre Europa Y tamb~~n
sobre gran parte del Lejano Oriente. La estrategia. de la. contenc1on
estaba primordialmente dirigida contra esta co~tmgei:ic1a, no. co~
tra el ataque militar sovitico ni contra el comumsmo mter~a~1ona 1 ,
sino ms- bien contra el malestar psicolgico de los pases hm1tr0fes
de la esfera de influencia rusa, que los volva vulnerables,. a ellos y
por lo tanto tambin al equilibrio de poder, a las ten~enc1as expansivas soviticas. Tal como Kennan record a los estudiante~ del National War College en junio de 1947: "Son las sombr~s. mas que la
sustancia de las cosas lo que mueve los corazones y dinge los actos
de los estadistas". 25

En ltima instancia, crea Kennan, estas sombras, si . no eran


disipadas, desmoralizaran tambin a ~.sociedad. norte.americana. La
democracia domstica tal vez no reqmnera la ex1ste~c1a de ui; ~un
do completamente democrtico, pero tampoco podna sobrevivir en

ITT
1

50

1 JOHN LEWIS GADDIS


KENNAN y LA ESTRATEGIA DE LA CONTENCIN

un mundo completamente totalitario: Estados Unidos tena un inters vital e.n la persistencia de la independencia de al menos algunas
de las nac10nes que se le asemejaban. "La realidad es que", argumentaba Kennan, "hay un poco de totalitarismo enterrado en alguna parte, muy profunda, de todos y cada uno de nosotros". La amenaza
sovi~tica no radicaba en el rea del potencial militar, sino "en las
ternbles verdades que los rusos han descubierto acerca de la vulnerabili~ad. de la sociedad democrtica liberal con respecto a tcnicas
orgamzativas y de propaganda totalmente cnicas en concepto y basadas en la explotacin de lo malo, y no lo bueno, de la naturaleza
humana". El progresivo sometimiento de las naciones existentes entre
Estados Unidos y el centro del comunismo mundial, si no se lo resista, poda reducir a los norteamericanos "a una posicin de indefensin y de soledad y de ignominia entre las naciones de la humanidad".1.6
Pero el desafo no dejaba de tener compensaciones, y de tanto
en tanto incluso Kennan pareca celebrar su existencia. "Para evitar
l~ destruccin", seal en el artculo "X", "Estados Unidos slo necesitab~ elevarse a la altura de sus mejores tradiciones y demostrar
ser digna de preservacin como gran nacin. Por cierto, nunca ha
habido mejor prueba de calidad nacional que sta". Dos aos y medio
ms tarde, dijo a los estudiantes del National War College que el
ver~adero problem~ de la democracia occidental era "la crisis producida por la creciente desproporcin existente entre la naturaleza
moral del hombre y las fuerzas sometidas a su control".
Para nosotros, en este pas, el problema se reduce a uno, el de
obtener dominio social sobre el desbocado caballo de la tecnologa; de confinar y malear esas fuerzas de acuerdo con nuestra
voluntad .. ; de crear aqu en casa un equilibrio estable entre
consumo y recursos, entre los hombres y la naturaleza; en producir aqu instituciones que demuestren que una sociedad libre
puede gobernar sin tiranizar y que el hombre puede habitar una
buena parte de la tierra ... ; y entonces, armados con este conocimiento ... seguir adelante para ver qu podemos hacer con el
objeto de dar estabilidad a todo el mundo no comunista ...
El comunismo no era la enfermedad, sino tan slo una complicacin. "No curaremos la enfermedad tratando solamente la complicacin". Ni tampoco, agregaba Kennan, "debemos indignamos tan
violentamente por el hecho de que esa complicacin exista. Tal como
dijo recientemente uno de mis asociados: Si jams hubiera existido,
habramos tenido que inventarla, para crear el sentimiento de urgencia que necesitamos
.. para llegar al punto de la accin decisiva".n

51

III
Como Kennan consideraba que el desafo sovi~tico era en gran medida de naturaleza psicolgica, sus recomendaciones para enfren.tarlo
tendan a adoptar un carcter psicolgico: la meta era producir en
las mentes de los potenciales adversarios, as como en las de lo~ potenciales aliados del pueblo norteamericano, actitudes que facih~a
ran el surgimiento de un orden internacional ms favorai;le a los mtereses de Estados Unidos. A fines de 1948, Kennan h~b1~ llegado a
discernir tres pasos fundamentales para l~grar este, objetivo: 1) restauracin del equilibrio de poder por medio del estui;ml<;> de "la :1!~
confianza de las naciones amenazadas po~ ,el expans~omsmo . sovtetlco; 2) reduccin, por medio de la exp.lota~1on, de ~ens1ones existente.s
entre Mosc y el movimiento comumsta n~ternacu~nal, ,de la_ capacidad de la Unin Sovitica de proyectar su mfluenc1a mas alla de s~,s
fronteras; 3) modificacin, a lo largo del tiemp~, del concepto sovietico de las relaciones internacionales, con el objeto d~ llevar a cabo
un acuerdo negociado de las diferencias ms sobresahentes.28 *
"En general", escribi Kennan a fines de 19~~ ".nuestra poltica
debe dirigirse hacia la restauracin de un ~qmhbno de po~;r en
Europa y en Asia". Los mejores medios destmados a lograrlo pare,
ser el fortalecimiento de las fuerzas
naturales
ded res1sten-e
cenan...
.

cia dentro de los pases que los comumstas est n atacan o _Y qu


han sido, en esencia, la base de nuestra poltica". Lo q~~ hab1~ ,d_renado la resistencia en las reas vulnerables a la expans10n sov1et1ca
no haba sido tanto la amenaza de una nueva guerra como los persistentes efectos de la ltima: "el profundo agotamiento de l~- plant~
fsica y del vigor espiritual". Lo que haca falta. era u?a a~Cion s:i~1cientemente dramtica como para causar una mmed1ata 1r:ipres1on
psicolgica, y que fuera, no obstante, suficientemente sustancial como
para empezar a enfrentar los problema; ~ubyacentes. ~ennan con~
fiaba primordialmente en la ayuda econom1ca como med10 de produ
cir este efecto. 29
El anuncio pblico de un programa de asistencia. eco~rnica a
largo plazo poda hacer mucho pa~a restaurar la autoconfianza en
Europa Occidental, crea Kennan, siempre y cuando .se tratara a esa
regin como un todo, y diera a los receptores considerable respon.

pre consign estos pasos en el mismo

orde~. ~~e ~;~tla~~~~~t~~3i6:e~~~ :;:~~~~~u~:~~~~ ~~':n~ l~sd~a!~

Europa, en cuan o re . va, n


il.
haran con l cosas estpidas, Y
alemanes, que no supieron cmo ut izar1o, qu~ bl
te lo destruiran" (Naval
)
que lo volveran en contra nuestra y que pro a emen
war College, conferencia, octubre 11, 1948, Kennan Papers, box 17

,1

KENNAN y LA ESTRATEGIA DE LA CONTENCIN

52

j 53

1 JOHN LEWIS GADDIS

sabilidad en la planificacin y la implementacin. Este nfasis en la


iniciativa europea estaba respaldado por varias motivaciones. Era
coherente con el principio de minimizar la interferencia en los asuntos internos de otros pases. Tambin tomaba en cuenta las capacidades norteamericanas -dada la limitada experiencia de Washington,
en ese momento, en la administracin de largos programas de ayuda
externa, es discutible si Estados Unidos hubiera podido hacer algo
ms que dejar la implementacin en manos de los europeos. 30 Pero,
lo que es ms importante, dara prueba del grado en el que "las fuerzas naturales de resistencia" existan todava en Europa. "Con la
mejor voluntad, el pueblo norteamericano no puede ayudar verdaderamente a aqullos que no tienen la voluntad de ayudarse a s
mismos. Y si la iniciativa y la voluntad de hacerse cargo de la responsabilidad pblica no proceden de los gobiernos europeos, ello
significar que el rigor mortis ya se ha establecido en el cuerpo pblico de Europa tal como lo conocamos, y que tal vez ya sea demasiado tarde para cambiar decisivamente el curso de los acontecimientos." 31 *
La insistenda de Kennan acerca de tratar a Europa Occidental
como una unidad ** se haca eco de la obvia realidad de que juntos
los Estados de esa regin podran soportar mejor la presin sovitica que si actuaran separadamente, pero era tambin un medio indirecto de reintegrar a Alemania a la sociedad europea. Si la ayuda
poda dirigirse a Europa Occidental como un todo, razonaba Kennan,
entonces tambin podran incluirse las zonas de ocupacin francesa,
britnica y norteamericana en Alemania. Eso era crucial para mantener la industria alemana, situada primordialmente dentro de estas
zonas, lejos de las manos de los rusos. La ocupacin en gran escala
no poda continuar indefinidamente, tanto a causa del gasto que ocasionaba como a causa de la hostilidad que generara la presencia
a largo plazo de las tropas forneas. La posibilidad de rearmar a los
alemanes slo servira para alarmar a sus ex vctimas, tanto orientales como occidentales. Si la economa alemana poda ser entrelazada con la de Europa Occidental, esto poda conducir a los alemanes
"a salir de su egocentrismo colectivo y estimularlos a ver las cosas
a largo plazo, a tener intereses en otras partes de Europa y del mundo, y a aprender a pensar en s mismos como ciudadanos del mundo
y no simplemente como alemanes". Una poltica as requerira la
* Ms tarde Kennan seal que la iniciativa europea no implicaba la abdi
cacin del control norteamericano generalizado: "No funciona que uno mande
el material y luego descanse. Es necesario jugarlo polticamente. Debe oscilar, a
veces ser retirado, a veces aumentado. Debe ser una operacin hbil" (Conferencia en el NWC, diciembre 18, 1947, Kennan Papers, box 17).
** La propuesta original de Kennan peda la extensin de la ayuda a Europa
Oriental y la Unin Sovitica, pero esto era una tctica para tensionar la relacin
existente entre Mosc y sus satlites, no un plan serio destinado a enprender la
rehabilitacin de esas reas. Ver captulo siguiente.

ms unitivos de la poltica de ocupaeliminacin de los a~p,ectos


"dpdosa. coordinacin con los vecinos
.,
b" ,
equenna una cu1 a
.
d Alemania. "Sin embargo, es impos1bl~ concec1on; tam i~n r
europeos onentales e
.,
.e sin los alemanes. y sm fedebir una verdadera !edei;c1~~r~up:~oapueden tener proteccin contra
racin, los otros paises e .
32
cualquier ~uevo i~ten,to ~=s d~:;:~~~~~~sfo~~~:e~mericanas d~ oc~paTamb1en en apon. . .

de los ex adversarios;
cin haban acentuado imc~alm~~te a~l :::t~~o el caso de Alemania, la
en cai:ibi<:>: Kennan favorec~a~:si:fe1ncia a nuevos adversarios potenorgamzac1on de centros d~ . u; el objetivo de la poltica de ocupaciales. Por eso reco~en do 1q
t 1 a la rehabilitacin, y que se decin de Japn cambiara e con ro z ue acabara con la ocupacin
morara la firma d~ un trat~f -~e ~: b~se de una sociedad estable
hasta que se hubiera esta ec1 o
mar en aliados a los antiy autoconfiada. Esta voluntad de tr~~sfo~ Kennan por el equilibrio
guos enemig~s r~flejab\l~J':e~~u:;~~~nm~ndial significa, en primer
global: "Cua qmer eqm i
Tb . de la masa euroasitica. Ese
lugar y primordialmente, un equ1 I ~lo
.
Japn sigan estando
equ~librio es imp,ensable enh:;~to ue e~a:~~a !ra "devolver la fuerza
vac1os de poder . Lo qubel
1 pu~to de que puedan desempear su
y la voluntad a esos pue os
b
t
a un
papel en el equilibrio de poder euroasitico, y no o stan e no los
punto tan avanzado como para pern:iitirle~, 3~olver a amenazar
intereses del mundo martimo de Olcc~den~~t~ncia de las fuerzas mia plenamente a imp
.
.
,,
Kennan rec onoc to de este eqmib

"No tienen idea '


i no.
litares en el mantemmien .
W e 11
n 1946 "cunto con. t d 1 National ar o ege e
,
dijo a los estud ia~ e~ e

rtesa la amabilidad diplomticas


tribuye al mantemm1ento de la co
y
- y silenciosa fuerza
el hecho de tener co~o n~sp~ldo un~u~~~~e:~cribi dos aos ms
armada". La mera existencia. et esasentalidad ms importante de la
tarde, "es probablemente la ms. rum E d
U "dos" Un estudio
., d 1
l'f
exterior de sta os m
.
conducc10n e ~ po l ic~
r d bajo la direccin de Kennan en
del Policy Plannmg Staf , rea izala fuerza armada era esencial como
J

"

~e~~~a;~r~eh!~!~ ~~~~l~~a i:~osi~iones polt:cas, 1 ~o~~ :i~~a~~;i;~

caso de ataque, como fuente de estimulo para os a ia


34' y el misd" d conducir exitosamente una guerra.
.
,
tenimiento y en varios casos considero
caso, como me io . ~
mo Kennan defendio el man
'. .
d
ran entrenamiento,
la posibilidad de uti~iz~r fuerzas peq~e~~~c~es \~cales con el objeto
capaces de actuar rap1damente en s1 u
.
de restaurar el equilibrio de poder.*
.

consider al menos la posibilida<;l de

* QUeda el regu;tro 0:e que Kenn~ en 1947 en Italia en 1948, Y en Taiwan

una intervencin norteamericana en ~r=stas chllos) en l'.<49. (Ver FR: 1947, V,


(con el objeto de deste~~4~ los :.1~949 IX 356-359). Ninguna de estas ~tan468-469; FR: 11948, I~ciI,ones cohlrenu;ment~ defendidas, sin embargo, Y su imporcias reflej as pos1

54 1

JOHN LEWis GADDIS


.KENNAN Y LA ESTRATEGIA DE LA CONTENCIN 1

P.ero las fuerzas militares tambi


,
especialmente para una democracia "Nn teman claras limitaciones
naza ofensiva. No se puede man. ul. l o ~e .puede usarlas como ame:
para el logro de otras medid ~p ar as tacticamente, en gran escala
const"t
as quef'.no sean la guerra. Por lo tanto'
i uyen, en general un facto
condu~cin de la poltic'a exterior'~
ms que mvil. dentro de la
te babia demostrado que las victorias q.~~ es ms, la historia recienproblemas como los que resolva~: mi itares traan consigo tantos

{1:

Podemos derrotar al enemigo pero l


.
.
das y aspiraciones de la ent~ la
a vida. sigue. Las demansobre ella antes de ser de;ot d, s c?mpuls1ones que actuaron
despus de la derrota a
a a, empiezan a operar nuevamente
eliminarlas. Ninguna ~ict::;.;.:nosu~e se pueda hacer algo para
menos que se erradique ca l ~
e ser realmente completa a
se luch, o que se cambienm~e .amente al pueblo contra el cual
que ese pueblo se halla som t'~icai;elrtt! las compulsiones a las
fuerza militar como med ~ i o. or esa razn sospecho de la
que debemos enfrentar ~~t ~ contrarrestar la ofensiva poltica
u mente con respecto a los rusos.
"Recuerden", dijo Kennan a un
d' ..
College en octubre de 1947
1
. a au iencia del National War
.d
, ese areciendo un punt
f .
o que en atizara
repet1 amente durante los aos si ientes "
las cosas en la actualidad no es ~ 0 ' q~~ tal como estn
amenaza, sino el poder p~Itico
p der militar ruso lo que nos
amenaza totalmente militar d d ru~o... Como no se trata de una
totalmente con medios militare~"~s e que pueda ser contrarrestada
En esta advertencia contra la excesi
.
estaba implcito el presupuesto d
lva confianza en lo militar
combat~entes no eran los nicos de~e~fn: armas Y los niveles de
escena mternacional -la polti
l
. tes, del poder dentro de la
bin desempeaban un papel ~~r= psxcol~gi~ Y l~ economa tamdos Unidos posea una venta :a
t" er l.a ultima .rea donde Estay de subsidios directos era Jel p~~i~cu ar., por med_i~ ,de prstamos
la velocidad con que los ot .
, o pais en pos1cion de afectar
ros paises reconstrua
d
.
sus economas No result
n o mo ernizaban
aferrara a este. instrument~ ~~~f~~d,e~e entonces, 'que . Keru:ian se
(aunque no el nico) de restaurar ran o ~ .co~o el medio pnmario
d~ ~anera significativa, sus planes ~~ eqmhbno de poder n_iundial;
nmgun compromiso formal ca
ayuda a Europa no mcluan
.
n respecto a la defensa de esa regin.u
tancia ha sido exag da

ejem lo W .
" er~
por la reciente literatura
tamnfent p 1~: ~.
and
Containment",
p.
29
~~~=l
~~;
(Ver, por
1
de los foocio :
n es necesan.o sealar que' K
'
. .._......on of Conen 1950 para ~~~d~ ~=gtcf~ apoy la utilizaci~~~m;yorfa
8 ur.
enses

55

En cambio, su idea recordaba a un perodo anterior en el que el


equilibrio de poder europeo haba estado amenazado -el concepto
de "arsenal de la democracia" de 1939-41, con su suposicin de que
la mayor y ms efectiva contribucin que poda hacer Estados Unidos a la estabilizacin del orden internacional radicaba en la tecnologa y no en el poder humano militar.37
Este programa, que involucraba el fortalecimiento de las "fuerzas naturales de resistencia", no deba ser aplicado indiscriminadamente. A fines de 1947, Kennan haba elaborado tres criterios especficos para regir la distribucin de la ayuda norteamericana: 1) "Si
hay algunas fuerzas locales de resistencia que valga la pena fortalecer". Donde exista alguna tradicin fuerte de gobierno representativo, no haba problemas, pero donde la eleccin era entre un rgimen comUHista y alguna otra variedad de totalitarismo no menos
represiva, "debemos tener cuidado de no prestar prestigio moral
a elementos indignos, por medio de la extensin de la ayuda norteamericana". 2) "La importancia de las reas amenazadas con respecto a nuestra propia seguridad". Qu significara para la seguridad de Estados Unidos la asuncin de un gobierno comunista en el
pas en cuestin? Los recursos de ese pas podran combinarse con
los de la Unin Sovitica como para producir un poder militar significativo? 3) "Los costos probables de nuestras acciones y sus relaciones con los resultados que deben lograrse". Era necesario que
existiera una especie "de procedimiento de contabilidad comercial
en trmin~s polticos" para comprobar si los gastos en los que probablemente se incurrira sobrepasaban a los beneficios esperados.
"Nuestra oposicin a la expansin comunista no es un factor absoluto", acentuaba Kennan. "Debe . . . ser en relacin con la seguridad
norteamericana y los objetivos norteamericanos. No necesariamente
estamos siempre en contra de la expansin del comunismo, y ciertamente no siempre en su contra en la misma medida eh todas las
reas. Todo depende de las circunstancias." 38 *
Como centro~ industriales vitales pero vulnerables, Europa
Oriental y Japn, por supuesto, tenan la mayor prioridad: "la idea",
escribi Kennan en 1949, "era que podemos seguir haciendo ... muy
riesgoso para los rusos un posible ataque en tanto tengan solamente
su propia base de poder". Pero la defensa de estas reas requera
tambin la salvaguarda de regiones no industriales selectas, las que
las rodeaban. Por eso Kennan respald intensamente el pedido de
Kennan haba elaborado un conjunto de criterios similares pero menos
detallados al discutir la ayuda a Grecia ante una audiencia del National War College el 28 de marzo de 1947: "A) El problema est o no dentro de nuestras capacidades econmicas, t.cn1cas y financieras; B> Si no emprendemos esa accin,
la situacin puede redundar decididamente en ventaja de nuestros adversarios
polticos; C) Si, por otra parte, emprendemos la accin, hay razones para suponer
que las consecuencias favorables trascendern a Grecia misma." <Memoirs: 19251950, p. 320).

'l

56 1

JOHN LEWIS GADDIS

KENNAN Y LA ESTRATEGIA IIE LA CONTENCIN 1

ayuda para Grecia y Turqua realizado por la administracin Trumao


en 1947; tai:ibin fue un temprano defensor de lo que luego lleg
a ser ~onocido c~mo el concepto del "permetro defensivo" en Lejano Oriente -la idea de que los intereses de Estados Unidos en el
Pac~ico ~riental po~~n ser asegurados de la mejor manera por
medio de isl~s estrat~gicas ~orno Okinawa y las FUipinas y evitando
los co~promisos en tierra firme. Pero Kennan objet vigorosamente
la nocion de que Estados Unidos deba oponerse al comunismo en
todas partes donde apareciera. Ese enfoque slo lograra "que todo
e~ mundo empezara a venir a nosotros con la mano extendida y diciendo: 'Tenemos algunos comunistas . . . aydenos' . . . Obviamente, eso n~ funcionara". China era especficamente un rea que Estados Umdos deba evitar: "Si pensara por un momento que el
prec~dente de T.urqua y de Grecia nos obligara a intentar hacer
~o mismo en .c~_ma, habra alzado los brazos diciendo que era mejor que conc1b1eramos todo un nuevo enfoque de los asuntos del
mundo".39
La meta ltima no era una divisin del mundo en esferas de
influencia soviticas o norteamericanas, sino ms bien el surgimiento
a !arg~ plazo de ~e~tr~~ ~~ podr independientes en Europa y en
Asia. Nuestro objetivo , dIJO Kennan a los estudiantes del National
War College, "es... hacer posible que todos los pases europeos
lleven nuevamente una existencia nacional independiente sin temor
~ ser aplastados por su vecino oriental". El nfasis de la poltica
Jl,';iesa de ?~pacin, sealaba, "deba ponerse en el logro de una
mru:ima estabilidad de la sociedad japonesa, con el ob_jeto de que
Japon sea capaz de pararse sobre sus propios pies cuando se retire
l~, mano protectora". Estos argumentos tenan en comn la suposicion de que rusos y norteamericanos no podan enfrentarse indefinid~mente a travs de las lneas fronterizas de la Segunda Guerra Mundial; en algn momento debera producirse una mutua retirada de
estas P?~i~iones artificiales. Para reemplazarlas, Kennan esperaba
la apanc1on de un orden mundial que no estuviera basado en la
h~gemon~ de una s1;1perpot.encia, sino en el equilibrio natural que
solo podn:in propo!"cionar diversas concentraciones de autoridad que
operaran mdependientemente entre s.40
La segunda etapa de la estrategia de Kerman, una vez restaurado
el equilibrio de poder, era procurar reducir la capacidad que posea
la Unin Sovitica de proyectar influencia ms all de sus propias
fronteras. Esa influencia se haba extendido de dos maneras: 1) por
medio de la instalacin, primordialmente en Europa Oriental, de
gobiernos comunistas sometidos a Mosc; y 2) por medio de la utilizacin, en otras partes del mundo, de partidos comunistas que en
ese momento etan todava instrumentos confiables de la poltica exterior rusa. Estados Unidos debera intentar contrarrestar estas ini-

57

dativas, argumentaba Kennan, por medio del estmulo y cuando


fuera posible la explotacin de las tensiones existentes entre el liderazgo del Kremlin y el movimiento comunista intemacional.41
Esta estrategia funcionara, crea, a causa de la incapacidad crnica rusa de tolerar la diversidad. Tal como se sealaba en un estudio del Policy Planning Staff del verano de 1948: "La historia de la
Internacional Comunista est repleta de... ejemplos de la dificultad de los individuos y grupos no rusos para ser seguidores de la
doctrina de Mosc. Los lderes del Kremlin son tan desconsiderados,
tan rgidos, tan avasalladores y tan cnicos en cuanto a la disciplina
que imponen a sus seguidores que muy pocos pueden soportar su
autoridad durante mucho tiempo". Esta tendencia del Kremlin "a
dejar en su estela un constante remanente de desilusionapos ex seguidores" era lo que creaba oportunidades para Estados Unidos
y sus aliados.42
Las tentaciones del desafecto se intensificaran, insinuaba el
Policy Planning Staff, a medida que los partidos c.o;nunistas de a~e
ra de la Unin Sovitica asumieran las responsab1hdades del gobierno: "Las acciones de las personas en el poder son mucho ms controladas por las circunstancias en las que se ven obligadas a ejercer
ese poder que por las ideas y los principios que las animab3:n cu~n
do estaba en la oposicin". Mientras eran solamente revoluc1onanos
que buscaban el poder, los comunistas de afuera de la Unin Sovitica no tenan ms alternativa que mirar hacia Mosc en busca de
liderazgo y respaldo, fueran cuales fuesen las frustraciones que ello
involucraba. ;,Pero ahora que tienen la apariencia y la consideracin
de la sustancia del poder, entran en juego nuevas y sutiles fuerzas.
El poder, incluso su sabor, corrompe por igual a los lderes burgueses y a los comunistas. Las consideraciones del inters nacional
y del inters personal se materializan y entran en conflicto con la
poltica colonial perseguida por los intereses soviticos." 43 *
El lugar ms obvio, ms natural, para que todo esto sucediera era, por supuesto, Europa Oriental, la nica rea exterio: a la
URSS donde los comunistas realmente controlaban a los gobiernos,
aunque fuera en virtud del poder militar sovitico. El problema ~e
mantener la autoridad all, pensaba Kennan, se hara cada vez mas
difcil para Mosc: "Es improbable que aproximadamente cien millones de rusos logren someter permanentemente, adems de a sus
propias minoras, a unos noventa millones de europeos con un nivel
cultural ms alto y con larga experiencia en resistirse ai dominio
externo". Kennan predijo acertadamente a fines de 1947 que los
Kenna.n haba sealado en un trabajo producido en mayo de 1945: "El que
sostiene que la salvacin nacional slo puede producirse por m~? de. la esclavitud a una nacin ms grande puede ser, en algunos casos, un vis10nano. No es
fcil para l ser una figura popular" ("Russia's International Positon at the
Close of the War vrith Germany", mayo 1945, en Memoirs: 1925-1950, p. 536).

58 1

JOHN LEWrs GADDIS


KENNAN y LA ESTRATEGIA DE LA CONTENCIN

:r:isos no toleraran la existencia de una Checoslovaquia i d


~1ente; c?a.~do el cisma yugoslavo se present en el verano ;e~~~:~
eJ lo rec1b10 como confirmacin de su an11sis y
d e Jo que podra pasar en otras partes.44
como precedente
.. "No puedo decirles hoy si el titosmo se extender por Europa"
d110 JSennan a una ~udiencia del Naval War College en octubre d;
1948, pero estoy casi seguro de que se difundir en Asia" D
el a- 0
t
K
. urante
, n an enor, ennan haba predicho que Ja Unin Sovitica no
sena capaz de c;?ntrolar el comunismo en China, si es que ste llegaba al poder: Los hombres del Kremlin", haba observado en feb~ero de 1.947, "descubrirn sbitamente que ese fluido y sutil movimiento oriental que crean tener en Ja palma de la mano se habr
esfumad? ent.re ~us ?~dos y que lo nico que les quedar ser una
ceremon~osa mchna~1?_n Y una corts e inescrutable sonrisa china".
Ken~an .mc.I17so sug1no que una China dominada por el comunismo
podna s1gmficar una mayor amenaza para la Unin Sovitica y para
el ~ontrol que Most ejerca sobre el movimiento comunista internacional '!_Ue para Estados Unidos, ya que China carecera durante
muchos ??s de u:a base industrial capaz de producir los instrumentos behcos anfibios y areos.45
Kenna: tambin esperaba que se produjcrar; ..:i:;idencias entre
los comumstas locales y el Kremlin en Europa Oriental y en los pa'ses del Mediterrneo. "All tenemos los puntos ms dbiles y vulner~
~les en la armadura del Kremlin", seal en mayo de 1947. "Estos Part1d~s, Comunistas ?? .tienen todava tras de ellos las bayonetas de la
pohcia secreta sov1et1ca ... Su destino an puede ser influido por los
electorados d.e esos pases o por los gobiernos que estn en el poder,
. por las acciones de otros gobiernos como el nuestro". Si las condic10nes ~ue haban tornado popular el modelo comunista en las democ:ac1as europeas podan ser enfrentadas exitosamente por otros
medws, ent~~ces estos partidos jams llegaran al poder. E incluso,
aunque lo hicieran, ello no sera una calamidad para Estados Unidos
en tanto eso~ ?obiernos en cuestin permanecieran independientes
del poder policial o militar sovitico:
Un rgimen comunista en el ~od.er en alguno de esos pases, que
haya fracasado en el cumplimiento de sus responsabilidades
desacreditndose a _los ojos del pueblo, o que se haya vuelto con~
tra sus amos, repudiando la autoridad del Kremlin y mordiendo la
mano que lo construy, puede ser ms favorable para los intereses de este. P.~s ~ para la paz mundial a largo plazo que un partido de opos.1cion mescrupuloso que se dedique a la calumnia desde
una ~~ntaJo~a posicin de irresponsabilidad socavando as el
prestigio de este pas a los ojos del mundo.46

59

Estados Unidos poda intentar acelerar las tendencias al conflicto


dentro del movimiento comunista internacional, pensaba ~ennan, pero
slo mediante mtodos indirectos. Las abiertas condenaciones del comunismo en todas partes no funcionaran porque concentraban la
atencin solamente en los sntomas, no en la enfermedad misma. Tampoco se poda esperar mucho del hecho de dar ultimatums a Mosc,
ya que los rusos no controlaban a todos los comunistas y tal vez no
fueran capaces de reprimirlos en ciertas partes del mundo, aun cuando lo desearan. Las intervenciones militares directas destinadas a impedir que los comunistas avanzaran slo llevaran ~ E~t~~os U~idos a
una serie de guerras civiles de las que le resultana ~ificil desmv?lu. erarse. Y si la intervencin era dirigida contra un gobierno comumsta
que haba llegado al poder por II?edio de procesos democ~ticos -posibilidad muy real en Europa Onental en 1947 y 194~, cr~i~,Kennan-;
este hecho "constituira un precedente que, en mi opm10n, podna
e.Jercer una influencia desmoralizado:a en nuestra, ~ropia poltica
exterior y corromper la bsica decencia de los propositos que, a pesar de todos nuestros errores y desaciertos, sigue convirtindonos en
.
.
di
una gran figura
entre todas l as naciones
e mun d"
o .47
Lo que Estados Unidos ~ poda hacer, no. obstante, era l?grar
que la rehabilitacin econmica de Europa Occiden~a.I f~era exitosa.
Ello tendra la ventaja no slo de restaurar el eqmhbno de poder,
sino tambin de eliminar o al menos mitigar las condiciones que haban hecho popular, en primer lugar, al comunismo local. Lo, que es
ms, el ejemplo tensionara severamente el control de Moscu sobr~
Europa Oriental, ya que la Unin Sovitica estaba m_ucho menos eqmpada que Estados Unidos como para tener oportu~idad de emul.~rlo.
"Ha sido nuestra conviccin", coment Kennan a fmes de 1948, que
si es posible recuperar la confianza pblica y lograr la rehabilitacin
econmica en Europa Occidenta.1 -si Europa Occidental, en otras palabras, puede convertirse en hogar de una civilizacin vigoro.sa, prspera y con perspectivas- el rgimen comunista de Europa Oriental ...
no sera capaz de soportar la comparacin, y el espectculo de una
vida ms feliz y exitosa del otro lado de la valla ... forzosamente acabara por ejercer un efecto desintegrante y erosionante sobre el mundo comunista".48
La retencin de fuerzas militares norteamericanas en reas claves tambin poda ser utilizada como m~dio de promo~er tensione~
entre los comunistas europeos y el Kremlm. Kennan creia que Moscu
haba dado permiso a sus seguidores para trata7 de hacerse con el
poder de sus respectivos pases, pero solamente s1 el resultado no era
el de acercar mayor presencia militar norteamericana. En otras palabras, si el precio de una victoria comunista en Italia ?recia fuera
un incremento de las fuerzas areas o navales norteamericanas en el
Mediterrneo, los rusos no estaban dispuestos a pagarlo. Por lo tanto,

60 /

JOHN LEWIS GADDIS

el mejor empleo que pod, d


el de oponerse a los coU:~ni:;:: ~!~~ fuerzas norteamericanas no era
-a~go q_ue Kennan consideraba una ~~s dentro ~e sus propios pases
hai;t~ mas mal que bien"- .
empresa nesgosa y estril
~ctiv~dades comunistas tie~=I~~n~:m~strar que "la persistencia
sta os Unidos a la vecindad de lanc~a a atraer el poder armado de
s.e cuentan entre aqullas de las u~ areas afe~tadas, y si estas reas
t~vamente al poder de Estados U~idoel Krem~m desea excluir defini~Je.:c~ una influencia restrictiva sob: ~os~u tendra entonces que
es . 1 efecto sera el de rod .
e as uerzas comunistas loca
la Tercera Internacional ~or ~~Ir un conflicto "entre los intereses d~
dad militar de la Unin' Soviti a parte, y los intereses de la seguri~sta clase, habitualmente anar ca, p~r otra parte. En conflictos de
1 los mtereses del estrecho
hsmo sovitico" 49
g

nac1onaEstados Unidos tambin od


.
dentro del bloque comunista PN \trabajar para estimular el titosmo
bre~mente, porque la conse~a~iin s~ante, era importante hacerlo disa , ~nnan, era uno de los pocos mot e su esfera de influencia, pensaganan a declarar la guerra "N
ivos por el que los rusos se arriesb re d e 1948 ; " se dan cuenta. de lo
o son tan tontos"
. ; comento, en septiemese proceso". Por lo tanto, Estad~u~;~~ ocurnra ~na vez que empiece
mente que se derrocaran los g b'
os no deb1a reclamar abiertaEuropa Oriental. Tal como l
o iernos controlados por el Soviet en
Staff en 1949: "Las operac10 expresara un estudio del Policy Planning
d b
nes propuesta d' d
.e en ... ser evaluadas en contrast
s 1ng1 as hacia los satlites
has que probablemente provo ue e con la clase y el grado de rcpresaP.rovocativo no debe exced
n por parte del Kremlin. Su efecto
s!tua~i?. Por supuesto, Es:~do~ tl~~d~e consid~ra a~ropiado en cada
t.ivo ultimo en Europa Oriental .
s no deb1a olvidar que su objehbres de cual~uier clase de total~~~=! establecimiento de gobiernos
e~an, en el me3or de los casos u
~ mo. ~ero. como esos regmenes
cia de tradiciones democrtk~s ~:perspectiva distante, dada la ausenconsideraciones tcticas
,
.esa parte del mundo, "importantes

son un argum t
c1m~ento de esta meta como b. .
.
er: o ~n contra del establedebia ser la de "estimular un o Jetivo mrr:e?iato . En cambio, la meta
te
.
.
. d e los E stados satlites" .proceso .heret ... co d e a 1e.iam1ento
por parv
bI"d
' sin asurnir la respo
1
-~' por e momento, eso significab
. . nsa I I ad del mismo.
~ cooperar, con los gobiernos co a e~tar dispuesto a tolerar, e incluso
mdependientes de la Unin S ??~mstas de Europa Oriental que era~
este ltimo pas.so
ov1etica, con el propsito de contener a

1:

de

Es interesante sealar ue
comparables pudieran funcic!
Kennan no. crea que posibilidades
e_s que llegaba 'al poder: "No ::n~on un gobierno comunista chino, si
hder~s. comunistas chinos se sent ~os_. ... razones para creer que los
atenc10n a las opiniones del puebl~~n I~ch~ados .prestar seriamente
e sta os Umdos, cuyos motivos

KENNAN Y LA ESTRATEGIA DE LA CONTENCIN 1

61

y aspiraciones han estado distorsionando maliciosa y malignamente


desd,e hace aos". La mejor poltica de Estados Unidos en China sera
"mantenerse fuera" en vez de intentar "la clase de intromisin en la
que hemos cado hasta la fecha". Afortunadamente, sin embargo, los
rusos podan esperar tanta o ms dificultad para establecer su autoridad en Pekn, incluso en el caso de que Washington no hiciera nada.
"Los acontecimientos han demostrado", escribi Kennan a principios
de 1950, "que la proyeccin del poder poltico de Mosc en otras
partes de Asia se topar con impedimentos, inherentes a la naturaleza
del rea, que no slo no sern obra nuestra, sino que en realidad seran debilitados por cualquier intento nuestro de intervencin directa". Como resultado, la. situacin general en Asia, "aunque seria, no
es inesperada ni necesariamente catastrfica". 51 *
"Con frecuencia se ha alegado", dijo Kennan a una audiencia del
Pentgono en noviembre de 1948, "que nuestra poltica, usualmente
designada como ... la poltica de la 'contencin', era una poltica puramente negativa, que impeda cualquier accin hacia adelante ... Eso
es absolutamente inexacto". Por razones de discrecin Estados Unidos
no poda reconocer abiertamente que estaba procurando fragmentar
el movimiento comunista internacional. . "No tenemos necesidad de
hacer una contribucin gratuita al esfuerzo propagandstico sovitico
asumiendo responsabilidad por l!n proceso de desintegracin que el
comunismo ha hecho caer sobre s y por el tue debe culparse solamente a s mismo".52 Pero ese reconocimiento pblico no era necesario, porque en este caso haca falta poca accin positiva para conseguir el objetivo. La fragmentacin del comunismo internacional era
una tendencia irreversible, que se producira independientemente de
lo que hiciera Estados Unidos; slo era necesario que Washington
alineara sus polticas en esa direccin.
Kennan fundaba esta conclusin en lo que se podra llamar un
Las reservas de Kennan con respecto a tratar con los comunistas chinos
no implicaban ninguna simpata hacia Chlang-Kai-Shek. En julio de 1949, sugiri
<pero la retir inmediatamente) una propuesta de usar las fuerzas norteamericanas para expulsar a los nacionalistas chinos de Formosa, pais al que prefera
dejar bajo control japons (y por lo tanto norteamericano) por el momento.
<Policy Planning Staff [PPS] 53, "United States PoliC'IJ Toward Formosa and the
Pescadores", julio 6, 1949, FR, 1949, IX, 356-60). Elabor sus opiniones en memor~dum de septiembre de 1951: "En cuanto a China, no tengo ningn proyecto para
runguno de los dos regmenes, uno de los cuales ha i11trigado en este pas de
ma.."lera igualmente desgraciada para l y para nosotros, en tanto el otro se ha
comprometido con un programa de hostilidad hacia nosotros tan salvaje y arrogante como el peor al que debimos enfrentarnos. Sostengo que el vnculo con el
rgimen de Chlang es psimo y de descrdito, y creo que debe ser cortado de
~mediato, al precio, si es necesario, de una verdadera accin perentoria domstica. Despus de que ello ocurra, cuanto menos tengamos que ver cfon China,
tanto mejor. No necesitamos conseguir los favores ni temer la enemistad de ningn rgimen chino. China no es el gran poder de Oriente; y los norteamericanos
tenemos ciertas debilidades subjetivas_ que nos tornan mal equipados para tratar
con los chinos". ("Summary by George F. Kennan on points of diference between his 'Views and those of the Department of State", septiembre 1951, Kennan
Papers, box 24).

KBNNAN y LA ESTRA'l'EGIA DE LA OONTENCIN

67 j

1 63

J(lHN LEWIS GADDIS

, il en mi opinin, recon~cer que los verdaderos pro.psidemocrtica no pueden lograrse.


medio 1'!:
la violencia y la destruccin en gran escala; q~e, me u~~ e;ode,

"aniogo imperial" -la idea de que el comunismo internacional, fueran cuales fuesen sus manifestaciones superficiales, en realidad difera muy poco del imperialismo clsico, y estaba sometido a muchas
de las tendencias autodestructivas de este ltimo. Le agradaba citar
la proposicin de Edward Gibbson: "No hay nada ms contrario a la
naturaleza que el intento de lograr la obediencia de provincias distantes". El proceso mismo de intentar mantener un imperio generara,
tarde o temprano, resistencia suficiente como para socavarlo. "Existe
una. pc>sibilidad", coment Kennan en septiembre de 1949, "de que
et comunismo ruso sea destruido algn da por sus propios hijos
oaj fa forma de partidos comunistas rebeldes en otros pases. No
pueq(). pensar en ninguna otra evolucin que sea ms lgica o ms
3usta;. Si eso no ocurra, al menos se desarrollaran bloques opuestos
dentro del mundo comunista. "Una situacin de estas caractersticas",
sealaba un estudio del Policy Planning Staff, "podra eventualmente
proporcionamos una oportunidad para actuar sobre la base de un
equilibrio en el mundo comunista, estimulando las tendencias hacia
la adaptacin con Occidente implcitas en ese estado de cosas". El
nacionalismo, entonces, demostrara ser la ideologa fns duradera;
sera por medio del estmulo del nacionalismo, en reas amenazadas
por el comunismo o dentro mismo del bloque comunista, que se lograran los objetivos de la contencin.53
Pero como Kennan crea que la hostilidad de Mosc hacia Occidente estaba basada en fuerzas profundas de la sociedad rusa, no
esperaba que "las tendencias hacia la adaptacin" emergieran mientras rio se hubiera producido un cambio fundamental del concepto
sovitio de las reiaciones internacionales. El tercer paso de su es>.trategia era producir ese cambio: efectuar en el pensamiento de los
lderes del Kremlin una variacin que Jos alejara de su propia versin del universalismo -la conviccin de que la seguridad requera
la reestructuracin del mundo externo siguiendo lineamientos soviticos- y los acercara al particularismo -la tolerancia e incluso el
estmulo de la diversidad.54
Una manera concebible de lograr este objetivo, por cierto, sera
la guerra, pero Kennan advirti repetidamente en contra de medios
tan poco consistentes con respecto al fin deseado. Una guerra contra
la Unin Sovitica n& se parecera en nada a la Segunda Guerra MUD)dial, seal; Estados Unidos y sus aliados no podan esperar conquistar y ocupar todo el territorio de la URSS, ni imponer a su gobierno una rendicin im:ndicional. Biilcluso~ si ello fuera posible,
nadie poda garantizar que el rgimen que sucediera fuera de trato
ms sencillo. Las bombas atmicas y otras armas de destruccin
masiva slo eran tiles para destruir a un adversario, no para cambiar sus actitudes. Finalmente, una guerra total poda muy bien poner en peligro la misma sociedad que supuestamente defenda:

Pf

~:;i~eu:a 'sociedad

circunst:iciast~~l~:v~t~~~r!~ ~er:-:s e~~~~~~;:n~undiales


~~~d~r~l ;:to de vista

de la tradicin liberal-democ:~t1ca; Y ~u~


la nica funcin positiva para nosotros -una func1on cuya ~
. idad
necesidad no discuto- es asegurar nuestra su~erv1~:cia f;'ica como nacin independiente cuando nues~ra e;1stencia e independencia estn en pe!igro, .Y que la tt tst;~s~oq~:
suframos nosotros y nuestro$ amigos, s1 es que e ca ac
inevitable, sea al menos inferior a la que sufran nuestros enemigos.*

an concluyera: "PreferiK
No es sorprendente, entonces, que enn
.
d .d
or los
, es erar treinta aos una derrota del Kremlm pro _uc1 a P.

~:t4!os y exasperantemebntedle~~~s ::~:s~:adedi~r~::i~mt:~a p~~~

vemos someter a la prue e


d. ,, 55
feliz por esos me 1os .
susceptible a un acuerd o e l aro Y
. . .
b
l
taba la pos1b1hdad de cam iar
En el otro ~xt:emo de la e~~;i;n:: internacionales por medio de
el concepto sov1t1co de las r~ . , del punto de vista norteamericano
la negociacin. La mera expos1c10n
, K
an "No van a volverse
no ejercera demasiado efecto, a~vert1a en:es Nos volveremos atrs
ni a decir: 'Caramba, jams pens~ en ~S: s:: es.a clase de gente". Pero
y cambiaremos nuestras polticasf....
Europa Occidental, y se pos1. se po d'ta res t aurar la auto-conl ianza
l en al mn entonces tal vez l os
da llenar el vaco dejado por ~, ~~ ~P~? al e men~s en relacin a una
rusos estuvieran dispuestos a a o1ar ,
b ue la transcripcin de una
* Mucho se ha hecho luego que seel ~~~ llege el 10 de abril de 1947
i
e KennaD pronunci en
ta a una pregunta, que
conferenc a qu box 17) lo consigna diciendo, en ~ues "biliclad de una guerra
(Kennan Papers,pod
' justificado al considerar
pos1 -'N"'t '"Mr 'X' and
Estados. Unidos
la ust:~n Sovitica. (Ver, por ejemplo, W~
tnmscriptos
preve=~'f?,n~ 19 ). p:o el contexto completo de ~~e~~~:1tan : 10 como lllti~~~nnan de'ja en claro qurd ~e~a ~~~r: ~lico del Soviet e~ceda !~i:
mo recurso, que deba cons :
tado las oportunidades de soluc n ~ 1949
Estados Unidos, Y si se hab an ago
en ese momento. Y en enero e
situaciones que, segn ~rtenea~~ ~!1:~ completamente la posibilidade!~'lt~
aparentemente Kennan m
ede planificar una guerra pr

tos de Estado. Pero, aun


. "Una sociedad democrtica ??- I?U
e_e~~ocracia no da lugar a la consp11~1:e e~~e:~eliberaclamente hacia la
cuando fuera posible que la democrac
sa la respuesta correcta ... Estamos
guerra cuestiono la posibilidad ~e que seab. etivos aqui en trmfuos de lo que
conde~ados, pienso, a
:i,i;:J~:s
no impliquen la guerra. Y, baunjt9-ue
puede lograrse por m o
nal ms que de observacin o e iva,
es sta una cuestin de filosofa perso
l Providencia nos haya puesto esa
yo estoy profundamente agradecid? de quenc~ en Foreign Service Institute,
particular limitacin.'' (Conferencia pronu
enero 19, 1949, Kennan Papers, box 17).

er

Jiein:J:

q':ii

KJ;NNAN y LA ESTRATEGIA DE

64

1 JOHN LEWIS GADDIS

disminucin de tensiones en Europa; por cierto Estados Unidos debera estar preparado para esa eventualidad. Llegara el da "en el
que adopten la conclusin de que no pueden tener lo que desean sin
hablar con nosotros. Nuestra tarea es ayudarlos a llegar a esa conclusin".66
Pero el medio ms efectivo de modificar la conducta sovitica
era una combinacin de disuasiones y estmulos que Kennan llamaba "contra-presin". "La forma del poder del Soviet", explic en febrero de 1947, "es como la de un rbol que ha sido torcido en la infancia para que adquiriera cierta forma. Puede hacerse que crezca
de otra forma, pero no por medio de una aplicacin de fuerza sbita
o violenta. Este efecto slo puede producirse mediante el ejercicio
de una constante presin durante un nmero de aos, siempre en la
direccin correcta". Ms tarde, ese mismo ao, Kennan aludi a la
analoga del ajedrez para aclarar en qu forma se lograra la "contrapresin": "Por medio de la manera en la que se dispongan las fuerzas propias sobre el tablero mundial. No me refiero solamente a las
fuerzas militares que poseemos, aunque- son muy importantes, sino
a todas las fuerzas polticas. Slo hay que disponer todos los peones,
las reinas y los reyes de manera que los rusos vean que su inters
es hacer lo que uno desea que hagan, y luego seguirn adelante y lo
harn".* NSC 20/1, el abarcativo panorama de la poltica norteamericana hacia la Unin Sovitica que Kennan supervis durante el
verano de 1948, utilizaba una terminologa ms general para expresar
la misma idea: "Los lderes soviticos estn preparados para reconocer situaciones, si no argumentaciones. Si, por lo tanto, pueden
poner la acentuacin de los elementos de conflicto dentro de sus
relaciones con el mundo exterior, entonces sus acciones, e incluso
el tPnor de la propaganda hacia su propio pueblo, pueden ser
modificadas".57
Los norteamericanos podan acelerar este proceso, pensaba Kennan, por medio tan slo de ser ellos mismos: "Estados Unidos ...
debe demostrar por medio de su propia autoconfianza y paciencia,
pero especialmente por medio de la dignidad y la integridad de su
ejemplo, que la verdadera gloria del esfuerzo nacional ruso puede
hallar expresin solamente en la asociacin pacfica y amistosa con
otros pueblos, y no en sus esfuerzos destinados a someter y dominar
a esos mismos pueblos". Este nfasis en la. fuerza del ejemplo reflejaba la identificacin de Kennan con los arquitectos de la poltica
exterior norteamericana de fines del siglo dieciocho y principios del
siglo diecinueve, que pensaban en trminos similares; tambin era
* Kennan utiliz el trmino "contra-fuerza" en vez del trmino "contrapresin" en el articulo''X', pero no logr aclarar su significado, hecho que, segn l
mismo admite, ha dado lugar a grandes confusiones (Kennan. Memoirs, 1925-1950,
pp. 359-360).

LA CONTENCIN

1 65

l "buena
.
. , d su creencia en la importancia d e a
una mamfestac1on e
'blicos como en los privados:
forma" tanto en los asuntos pu
l . nes con Rusia sean normales y
Si queremos q?e nuestras ;~~~1~acer es ocupamos de que, por
serenas, lo mejor que pod
.
l as ecto externo de normanuestra parte al. menos, ~dqmera~ ;_ficapmucho en la vida interlidad y de seremdad. La orma s ~ras palabras no es tanto qu
nacional : . Lo, que importa, e~ o este sentid~, la buena forma
se hace smo como se lo hace.
en
ms ue un medio para
de la conducta externa se transfoi;nbateonsubsidfario: se convierte
f"
n ms que un atn u
. f
lograr un m, e , .
ro ia validez y su propia e ecen un valor en SI mismo, con SU p
humana es lo que estividad y tal vez -ya que la natura eza
en el mayor valor de todos.
.
por lo tanto se redujeLas relaciones sovitico-d~orteamdenlcanN~~al Academy ~n mayo de
.. K
a los estu iantes e a
ron, diJO ennan
. d
rima a distancia en la que 1as
1947, "a una suerte de competencia : ~~oder militar sino tambin las
armas no son solam~nt~ el recurs~nt:s de millones de personas y el
lealtades y las convi~ciones de ~1 formas de organizacin poltica ...
control o la influencia sob~:l~~ de nuestros respectivos sistemas el
Tal vez sea la fuerza ~ l_a ,
.
. , Esto puede hacerse -y profactor decisivo que deh?ira la situaci.?~
bablemente se haga- sm una guerra .

IV
,
.
oca atenc10n a los problemas implc_iKennan presto relauvame~~e p C
a la burocracia o al putos en explicar la contenc10n al ~?reso, ido necesario para impleblico en general, cuy~ respal~~ h~r i:: c~mo planificador de poltimentarla. Esto fue asi, en par , p q
bld~d dedicar tanto tiem'd b
fuera su responsa i i
T
ca no con si era a que
b. ,
que nunca logr reconc1 mr
po a justificarla, y en parte tam . i~r_i pord .flexibilidad en una diplo~
en su mente la necesidad de p~eci~10n / u: pareca en el mejor de
macia con un encuadre const1tuc1ona q
.
cu;lidades: "La pro. t lario con respecto a esas
los casos, poco 11osp1 a
.
d' 1 , tices -al igual que la prose., d l
d por medios ip orna
. . .
.
secuc10n e po er
d.
Ttares- requiere disc1plma, se~urtcucin del pod.er por me i~s mi l~s fuerzas con rapidez y segu~idad,
dad v la capacidad de desp azalr : t de los propios pensamientos
d 1 ocu tam1en o

sacando plena ventaja e . s osible conducir una poltica exteno.r


y del element_o sorpresa ... <.:;_e ~e las propias acciones pueden ~eC'l
moderna en la que gran _P~
or arte de personas sometidas
dirse sobre una base. cotildiana ...
seguridad y otros asuntos,
a la disciplina profes1ona en asun

ros le

66 1

JOHN LEWIS GADDIS

KENNAN Y LA ESTRA'l'EGIA DE LA CONTENCIN 1

en tanto otra gran parte de la ro i


.,
cuerpos que se renen slo pe . ?d. p a acc1on debe determinarse en
nes b l

no icamente y que to
.
J a particular
presin del deb t
'bl"
man sus dec1smLa queja de Kennan abarcab
a e pu ico y el compromiso?".59
erada como los de la demo
. c tanto los problemas de la buro.
.
crac1a. on respecto a l
q u e e1 profesionalismo
y la dis . r
os primeros, crea
sin de las polticas gube
c1p ina eran la solucin: "La compren.
mamentales en el e
d
extenores no puede ser adquirida , "d
ampo e los asuntos
nuevas en ese campo", seal en 1~:~1 .~~e~te .Por personas q?e son
madas por la mejor buena volunt d
?1 s1qmera aunque esten anide educacin y entrenamiento pa a 1 e mundo . .. Es una cuestin
vez que la poltica se haba establ~a. a que se reqm~ren aos". y una
sabilidad de llevarla a cab f" I
c1do, la burocracia tena la respond b
. . .
o ie mente "Creo qu
pnnc1p10 de adoctrinamiento de t .d 1
. ~ no e emos temer el
cribi dos aos ms tarde "El n ro e. serv1c10 gubernamental" essccretano de Estad
t,
'
1

persona mente por el presidente d l


d
.,
o es a encargado
teriores. y no hay razn por 1
e a con u~c10n .de los asuntos exen que sus opinones e inte
q~e este func1onano no deba insistir
blishment oficial".60
rp ac1ones deban ser las de todo el esta-

r:t

Pero la tarea de combin


f .
.
fciL EJ slo hecho de tran~ pro es1onahsm:> co? disciplina no era
polticos distorsionaba esa :x orn:iar ! exp~nenc1a en lineamientos
creer que era posible "des 'bpenenc1a, cre1a Kennan: era errneo
en ir en pocas pginas
. d
.
t ma
o a lograr los objetivo d
.
un programa dess e Estados Umdos con respecto a la
Unin Sovitica" Los d.o
.
cumentos de esta nat
l
. .d
ura eza producan un
exceso de simplificacin y d
eran sofisticadas evaluacionese dng1 . ez c_uando lo que se necesitaba
la flexibilidad de actuar sobre l ~ sn~ac1ones cambiantes, junto con
se pudieran idear lineamientos ~ti~i::bt esas ~ah;aci?nes. Y, aunque
de que la burocracia los respetara:
es, no ab1a nmguna garanta
Las unidades operativas -las unidades
, .
les- no aceptarn la interferencia de . geograf~cas y funcionaInea de mando. Insisten en tener un:mguna u~1dad fuera de la
determinacin de la poltic . .
d voz efectiva dentro de la
slo su voz sea vlida insi~~ si una ~ ellas no logra hacer que
quier recomendacin, ~cudie;d~n
erec~o de descartar cualque ste puede ser poco significat~v secretar;o hasta el punto en
a sus propias opiniones. Si una o pero a ~-enos no contrario
halla la aprobacin del secretan r~c~mendac1on poco aceptada
ficialmente, pero seguirn de todo, a vez la recol!ozcan superpropias polticas, seguras al
i:aneras~ y bsicamente, sus
mente controlar todo su trab .
q e nadie puede verdaderalidad en el :momento mu
J, que los temas que son de actuaintenta forz~rles la man~ pronto no lo sern, y que la gente que
muy pronto ya no estar.

tu

sab::

67

El hecho simple era que "ninguna poltica ni ningn concepto ...


podr ... durar en nuestro gobierno si no se lo infunde en las mentes
de un gran nmero de personas, incluyendo a algunos cuyo desarrollo
mental no ha pasado de esa edad que, segn se dice, es el criterio
para la produccin de las pelculas de Hollywood".61
El problema de cmo conseguir respaldo para la poltica sin distorsionarla tambin se presentaba en relacin con el Congreso y con
el pblico en general. El gobierno tena la obligacin de liderar, reconoca Kennan: "Creo que por cierto seriamos muy pobres representantes de nuestro pas si nos quedramos pasivamente sentados,
sabiendo todo lo que sabemos, y dijramos: 'Nuestras propias opiniones no' entran en cuestin, y slo haremos lo que la gente nos diga'".
Pero el liderazgo con demasiada frecuencia adquiria la forma de una
retrica exagerada, no de la educacin. El mejor ejemplO, por SU
puesto, era el discurso del presidente Truman al Congreso, en marzo
de 1947, acerca de la ayuda a Grecia y Turqua -un empleo de la
retrica universalista con propsitos particularistas que ofendi profundamente el sentido que Kennan tena de la relacin adecuada que
deba existir entre los medios y los fines. Tambin lo disgustaba la
voluntad de la administracin para modificar polticas cuidadosamente formuladas con el objeto de aplacar a los criticas del Congreso:
"Mi especialidad", seal iracundamente en enero de 1948, "era la
defensa de los intereses norteamericanos en contra de los otros, no
en contra de nuestros propios representantes" .62
No era la fidelidad de Kennan a la democracia lo que estaba en
cuestin: por el contrario l confiaba completamente, como se ha
visto, en la fuerza del ejemplo democrtico para atraer a los no
comprometidos, reafirmar a los aliados y desconcertar a los hostiles.
Tampoco era lgico, si, como afirmaba, el propsito de la estrategia
era proteger las instituciones domsticas de la nacin, abandonar esas
instituciones en virtud de estimular esa estrategia. Lo que Kennan
cuestionaba era el grado en el que los requerimientos de la democracia, al igual que los de la burocracia, necesitaban generalizar acerca de lo particular:
Hay muy pocas observaciones generales que pueden hacerse acerca de la conducta de los Estados que tengan alguna validez absoluta en todas las pocas y en todos los casos. Las pocas que puedan tener esa validez se hallan invariablemente en el dominio
de la perogrullada. Si falta esta validez absoluta, es probable que
la afirmacin en cuestin se alce para perseguimos algn da
dentro de un contexto donde ya no es posible aplicarla. Si, por
otra parte, la afirmacin permanece en el dominio de la perogrullada, hay entonces ms motivos para no asociamos con ella.

68

1 JOHN LEWIS GADDIS

"Simplemente no se les ha dado a los seres humanos la osibili


dad de conocer la totalidad de la verdad" conclua "D
p
.
milar nadie
d

e manera s1.
.
.
pue.: v_er en su totalidad algo tan fundamental
de
1mphca~~1as tan 1hm1tadas como el desarrollo de nuestro puebl~
su relac10n con el entorno mundial" y si
b
.
en
conf"
. ' n em argo, sm un poco de
f
~anza en que la estrategia elegida para sobrevivir en ese entorno
uncionara, no habra respaldo para ella. ste era el dilema central
para el qu~ Kennan nunca descubri respuesta satisfactoria. Eso e~
lo ~ue ~ana cue!1ta de muchas de las dificultades con las que se
topo al mtentar implementar su estrategia de contencn.b

Captulo III

Implementando la contencin
Los intentos de establecer relaciones entre los hombres, las ideas y
los acontecimientos son riesgosos en el mejor de los casos -y mucho
ms cuando el individuo involucrado se expresa de manera elocuente
pero elptica, cuando se resiste a cualquier exposicin sistemtica
de sus ideas, y cuando existe un vigoroso debate acerca de cmo estas
ideas afectaron a los acontecimientos asociados a ellas. Todos estos
problemas se presentan cuando se intenta evaluar la influencia ejercida por Kennan sobre las polticas exterior y militar de la administracin Trumao. Probablemente el mismo Kertnan ha subestimado
su rol: con un grado de modestia poco usual en un autor de memorias, ha insistido en que las ideas que present a fines de la dcada
de 1940 "hicieron tan slo una impresin leve y totalmente inadecuada en el Washington oficial". 1 *Otros han sobrestimado su influencia pero no han comprendido sus enfoques, basndose demasiado en
el conspicuo pero equvoco artculo "X" .2 Otros han sealado que
Kennan fue slo uno de varios asesores clave durante la administracin Trumao, y que es fcil seducirse con la gracia de su prosa y
tener una impresin exagerada de lo que fue su influencia real.3
Repetir que el pensamiento de Kennan dio forma o reflej el de
la administracin sera un exceso de simplificacin, pues en realidad
hizo ambas cosas. El mismo Kennan reconoce haber desempeado
un rol decisivo en ciertas reas: el nfasis puesto en la iniciativa
europea y la rehabilitacin alemana en el Plan Marshall, la oferta de
extender la ayuda de ese plan a la Unin Sovitica y a sus satlites
de Europa Oriental, la reorientacin de la poltica de ocupacin en
Japn.4 Tambin se podra agregar a esta lista la explicacin que
Kennan diera de las races de la conducta sovitica, su escepticismo
con respecto a la decisin de Mosc de declarar una guerra, y su
anticipacin del policentrismo dentro del movimiento comunista internacional. Pero el concepto estratgico general de Kennan, tal como
lo hemos presentado en el captulo anterior, no emergi completa "Durante este periodo me reun una o dos veces con Truman ... Sospecho
que era vagamente consciente de que en el Departamento de Estado babia un
joven que babia escrito un buen informe sobre los rusos, aunque dudo de que
Truman haya leido alguna vez algo de lo que he escrito. Por cierto que no creo
que haya comprendido mi posicin". (Entrevista con George F. Kennan, Washington D.C., octubre 31, 1974).

69

70

I JOHN

LEWIS GADDIS

IKPtDRNTANJJO LA CONTENCIN

mente formado en 1947; fue tanto una racionalizacin (y a veces


una crtica) de lo que hizo la administracin durante los tres aos
siguientes, y tambin un impulso para esas acciones.* Lo que s
puede decirse con certeza es que Kennan hizo ms que cualquier
otro miembro de la administracin para articular la contencin como
una estrategia --es decir, como proceso por el cual- era posible hacer que los medios disponibles sirvieran para lograr los fines deseados. Esto tampoco debe resultar sorprendente, ya que la funcin de
Kennan como director del Policy Planning Staff era precisamente sa.
Tambin est claro ahora, en un grado mayor del que generalmente se ha advertido, que el pensamiento de Kennan y el de la
administracin en la que sirvi fueron paralelos desde 1947 hasta
bien entrado 1949.5 Existan diferencias, por cierto, y stas se hicieron ms pronunciadas a medida que pasaba el tiempo. Pero la de
Kennan no era en realidad una voz que gritaba en el desierto, como
implican a veces sus Memoirs. Ms bien, una comparacin de sus
recomendaciones con las acciones de la administracin durante este
perodo sugiere que sus ideas pueden considerarse gu~s no slo de
los orgenes intelectuales de la contencin sino tambin de la primera parte de su implementacin.

I
Se recordar que la primera etapa de la estrategia de Kennan haba
sido la restauracin del equilibrio de poder que haba quedado inestable merced a las derrotas de Alemania y de Japn, y por la simultnea expansin de la influencia sovitica en Europa y en Asia. Kennan haba basado esa prescripcin en una concepcin ms particularista que universalista de los intereses de seguridad norteamericanos: lo que era necesario no era rehacer el mundo a imagen y semejanza de Estados Unidos, sino simplemente preservar su diversidad de los intentos destinados a rehacerlo a imagen y semejanza
Charles P. Kinclleberger, jefe del State Department's Division of German
snd Austrian Economic Affairs, describi en parte este proceso en un memorandum de Julio de 1948, aunque su versin no hace total justicia a ia medida de la
contribucin de Kennan: "Tal como yo reconstruyo la historia, James Reston
almorzara con el subsecretario de Estado Dean Acheson. Acheson, tal como pue-

den conceder sus admiradores ms fervientes, conversa con gran cortesfa. Reston
lo pondrfa en marcha con la recuperacin de Europa, y el seor Acheson habrfa
aludido a planes que se hallaban en proceso de consideracin. Al dfa siguiente
inevitablemente Reston tendra una historia de primera pgina en el New York
Timea, refirindose a grandes planes preparados por el Departamento de Estado.

1 71

de otros. Adems haba acentuado la n~esida~, imp~esta por la


limitacin de los medios, de establ:cer. 1erarqmas de mt~reses, d:
diferencias entre los vitales y los ~enfncos. Y haba repetido que si
se deba producir una competencia, qu~ fuera en el terreno y ~on
instrumentos mejor calculados para aphcar la, fue~ ;io~eamer~~a a las debilidades soviticas, preservando asi la imcia~1va y m1m:iizando los costos. El objetivo ltimo era el ~e const~ir un orden
ternacional formado por centros de poder mdepend1entes, en. el
~e
las naciones sometidas a la presin sovitica tuvieran los medios
q
d
. .
, .
y la voluntad e resistirse por si mismas.
.
. .
.
El abandono del universalismo no fue sencillo. La posicin oficial del gobierno de Estados Unidos desde mediados de. la Segunda
Guerra Mundial haba sido que se poda lograr la s~gundad de posguerra solamente por medio de una reestructuracin fundamental
del orden internacional, que involuc~ba el . des~i::me de los . ad~c:r
sarios pasados y potenciales, la mxima aphcab1hdad del pnnc1pio
de autodeterminacin, la desaparicin de las barreras en el comercio y la inversin y, ms importante, la creacin de una nueva organizacin internacional destinada a mantener la paz. Iba a ser, tal
como lo ha dicho Wendel WiHkins, "un mundo"; no es sorprendente que sus instituciones se asemejaran estrechamente a. las de Es~a
dos Unidos. Las energas que los funcionarios de Washmgt?n I?usieron en este programa dan fe de la existencia de una concienc~~ no
demasiado limpia con respecto al rol dista~te, que al~nos califican
de irresponsable, que Estados Unidos babia dese?1I?enado durant~
los aos que precedieron a la guerra, y de los sentimientos de o~m
potencia que muchos norteamericanos sintieron cuando el conflicto
se acercaba a su fin. El hecho de que esta vi~in wilsoni~na no haya
sido respaldada unnimemente dentro del gobierno -el m1s~o ~oose
velt haba sido un notable aunque discreto escptico- no dismmuye
las dificultades que existieron para alejarse de ella una ':e~ que. ~a
haba sido articulada pblicamente.6 Durante toda. la adm1?-1stra~1on
Truman * sigui existiendo un residuo de pensamiento un1versahsta
a nivel de las aspiraciones a largo plazo -y no menos en la mente
misma del Primer Ejecutivo.
Para 1947, sin embargo, hasta los ms de~i~dos defensores del
universalismo se haban visto forzados a a?m1tir que ~us metas no
podran implementarse en el futuro predecible --espe~1almente ~r
que aparentemente la Unin Sovitica tena sus . prop1:is conceF1~
nes universalistas de los requerimientos de segund~d, mcompat1ble
con las de Estados Unidos. Los jefes de Estado Con1unto expresaron

Esto darfa a Kennan, recin designado en su cargo en el equipo de planificacin

en febrero (sic), el espaldarazo. Si se hablaba pblicamente de toda esta planifj.


cactn en el Deprtanlento, y si el equipo de planificacin recibfa tanta publicidad, tal vez fuera allf donde haba que aplicar el esfuerzo" (memorandum de Kindleberger, "Origins of the Marshall Plan", julio 22, 1948, FR: 147, III, 242).

Durante aos Truman llev en su billetera una copia del poema de Ti:nnyson
"Locksley Hall" que predecia un "Parlamento del Hombre, la Federacin del
' lo que vamos a tener algun
dfa " , insista ' "creo
que por
eso
mundo". "Eso es
l bolsillo"
(John
he."'llos estado trabajando desde que me guard este poema en e
Hersey, "Mr. Presi,ient", New Yorker, XVII [abril 7, !951), 49,..50).

IMPLEMENTANDO LA CONTENCIN

72

JOHN LEWIS GADDIS

..

la cuestin. directamente en abril de ese ao: "La fe en la capacidad


de las Naciones Unidas, tal como estn constituidas actualmente d
proteger, ahora o ms tarde, la seguridad de Estados Unidos, ~l~
podr~ significar que los fieles han perdido de vista el vital inters de
segundad de Estados Unidos, lo que llevara posiblemente a resultados fatales para esa estrategia". O, tal como observara el amigo y colega de Kennan, el experto en asuntos soviticos Charles E. Bohlen
"Hay, en suma, dos mundos en vez de uno". Por ms que se hay~
llegado a esta conclusin con reticencia, torn receptiva a la administracin al reclamo de Kennan destinado a lograr una estrategia de
equilibrio de poder dentro del orden internacional existente, en vez
de persistir en lo que eran por cierto esfuerzos intiles destinados
a lograr "un mundo". "El objetivo de nuestra poltica de ahora en
ms", anunci el secretario de Estado Marshall despus de leer el
memorandum de Kennan sobre el tema enviado al .presidente y a su
gabinete en noviembre de 1947, "ser la restauracin de un equilibrio de poder en Europa y en Asia y ... todas las acciones sern consideradas segn ese objetivo".7
Muy pronto se desarroll una lnea de pensamiento que recordaba a la geopoltica de Sir Halford Mackinder, con eI presupuesto
de que ninguna de las "tierras del borde" podan estar seguras si la
"tierra central" de Eurasia se hallaba bajo el dominio de un nico
poder hostil.8 Uno de los primeros trabajos producidos por el personal del nuevo National Security CouncH adverta en marzo de 1948
que "entre Estados Unidos y la URSS hay en Europa y en Asia reas
de gran poder potencial que, agregadas a la fuerza existente del mundo sovitico, capacitaran a este ltimo para ser tan superior en poder humano, recursos y territorios que la perspectiva de supervivencia de Estados Unidos como nacin libre sera muy escasa". Ocho
meses ms tarde, siguiendo el primer panorama abarcativo que ese
cuerpo produjera con respecto a la Unin Sovitica, el presidente
aprob NSC 20/4, que conclua que "la dominacin sovitica del poder potencial de Eurasia, logrado merced a la agresin armada o
por medios polticos y subversivos, sera estratgica y polticamente
inaceptable para Estados Unidos".9
Pero haba al menos dos maneras de defender "las tierras del
borde", preservando as el equilibrio global. Una manera, que podra llamarse el concepto de "defensa perimetral", supona que las
"tierras del borde" eran de igual importancia, y reclamaba resistencia a la agresin en todos los lugares perifricos con respecto a la
"tierra central". Este enfoque haba estado implcito en la estrategia.
de "paciencia y firmeza" de la Doctrina Truman; apareca de manera
ms explcita en el artculo "X" de Kennan, que hablaba de la necesidad "de enfrentar a los rusos con una inalterable contra-fuerza en
cad~ lugar donde muestren signos de interferir en los intereses de

73

estable".' Para el momento en el que ese ~rtcu-

un mundo ~ac1f1co y "ulio de 1947, Kennan, sin embargo, habia emlo fue pubhcado, en Jh . l posibilidad de la "defensa de los pun-nezado a desplazarse acta '.1. d la defensa en regiones particular,,
la concentrac1on e
d l'
tos fuertes nas ms que en la defensa e meas
los medios de acceso a e
,
l Doctri
r~s, y en
't'
del Policy Planning Staff con respecto a a ,
.fijas. Las en ic~!aban este punto de vista; al igual q~e el enfas1s
na Truman ref J
l rehabilitacin de Europa Occidental y Jar Kennan en a

1 d capa
pues t o ,P .
su concepto de los cinco centros vita es e
pn y, .ult1ma~~nt\lica y la necesidad de impedir que los cuat~o
cidad mdi;stna y h liaban en poder de los soviticos cayeran baJO
que todavia no se a
su frula.

an desde la defensa "perimetral" a la de


.~ evol~c1o~e~': !:;~ndi al pensamiento oficial a la vez q~e
los puntos uer . o sus declaraciones no eran ms que art1cu arefin. En u? se~t1d.: d los movimientos que la administracin
dones y rac1o~a i~c1on :a direccin y que hubiera seguido realiya esta?a realizan o enK:nnan no hubiera estado presente. Pero ~a
zando, mcluso, aunque
, .
d
romover mas
articulacin y la racionalizacin, en. s1 mismas, pue -~n ~ l
erspeccin abastecen a burocracias m10pes d~ un senti o ,e a p

~~a, ~etas

.,

visib.les. y, lo que esal~;s ii;1~~r!::e~ f:-~~:~~~ P4~:


detectar contrad1cc1ones y anom rn .
. . .
.
las ideas de Kennan reforzaron y a veces red1ng1eron tendencias. ~a
existentes por esta razn, es importante comprender ,1,a ~tra.c,c1on
' f
de la defensa de los "puntos fuertes eJerc10 soque su pre erencia
, d
,
iado
bre la administracin, que la consider el meto o mas aprop
para reconstituir el equilibrio de poder.
.,
Uno de esos atractivos ..era la coherencia con la pe~cepc1on dominante de los medios disponibles. Una notable caractenstica .de las
actitudes de la administracin y del Congreso d~rante lo~ primero!
aos de la Guerra Fra era la conviccin de que, mdependie~te~e~t
del grado de peligro externo, el pas slo .t~na .recur~os hmit~ .s
para combatirlo. Se tema que un gasto m1ht.ar irrestn_c!0 . pro use~~
ra una inflacin inaceptable provocando pers1s.tentes. defrc1ts pre l
puestarios en pocas de paz, o impuestos conflscatonos y con~ro ~s
econmicos. Esta preocupacin esta?a reforzada por la. creen~ia ~s~
que los rusos queran producir deliberadamente la qmebra e.
tados Unidos forzando al pas a dispersar sus recurs~s en. :in ~ir~u
lo cada vez ~s amplo de compromisos. Dada esta s1tuac10n, a efensa de untos en vez de lneas pareca mejo~ c~lculada para. concretar un~ economa necesaria: el objetivo, senalo el secretano de
Estado Marshall, era evitar "la dispersin de nuestr~s fuerzas .cuand?
la concentracin parece ser la mejor causa, especialmente s1 consi11
deramos nuestras limitaciones actuales" .
1
Es verdad que en su discurso de marzo de 1947 acere
ayu-

74 1

.JOHN LEWis GADIJIS

da a Grecia y a Turqua el
.
la obligacin de ayudar a l;;e:;d~nte haba sugerido algo cercano
tes. ~ero los voceros de la ad ~ i!Ilas ~~ la agresin en todas ar~
subsiguientes audiencias del C mimstrac10n se haban esforzado pe
Truman" no estableci'a
dongreso, por recalcar que la "Doct'. n
da

prece entes pa
.
rma
s partes; las futuras demandas d ra accion~s especficas en todualmente sobre la bas d l
e ayuda senan evaluadas m di .
.
e e a necesid d l
.
.
vi~an~.i y la probabilidad de que la a a , e. automters norteameritiv~.. "bNuestros recursos no son i::i.~a~dsi ,~e e:tenda, fuera efecsep iem re de ese ao "D b
os , senalaba Truman en
P.ueden servir ms efec~ivaX:e=osa aplicarlos en los lugares donde
~In, la confianza y la libertad" ~l ra ievolver al mundo la producovett !o expres con mayor vigb.
su secretario de Estado Robert
r en el verano de 1948:

debe establecerse un lmite


E
situacin de tener que garan~ st~dos Unidos se hallar en la
do . . . Debemos tener el cuid;:r
segurida~ d; todo el mun~os d; recursos econmicos fina .no extra!1.~rutarnos. Carecefmanciar simultneament 1 y
ncie~os suficientes como para
d
e a recuperacin d E
e armas y equipos a todos los
,
e uropa, abastecer
los requieren, y aumentar nuestrapa1ses. ofgrupos de pases que
propia uerza militar.u

d:

. As, Kennan encontr poca resist


.
. .
ces1dad de diferenciar los int
e~cia a su msistenda en la neenfoque resultaba prudente eres~s. v1t?les de los perifricos: ese
se .enfrentaba con crecientes yco~si me.vitable para una nacin que
o, mcluso, en disminucin.
proimsos poseyendo recursos fijos
Una segunda ventaja del conce
fuertes" era que permit
E
pto -de. la defensa de los "puntos
favorable para enfrentar a 1 stados Umdos elegir el terreno ~s
bie
l.icado la disponibilidad
os rusos . Una. de fensa "penmetral,,

hu, ra imp
Imea, ya fuera que las cond1c
nl ecesana para actuar en toda la

IOnes ocales fa

t encia,
y que el rea imnlc d
.
vorec1eran o no la resis.
a a contnbuyera 0
.
americana. EI concepto d l "
no a 1a segundad norte,
e punto fuerte"
,
~n areas que eran defend1"bl
.
permitia Ia concentracin
es Y vitales s
por el resto. La suposicin era qu
t d, m preocuparse demasiado

que Estados Uni"do e DO' d'o os los intereses eran de igual


.
importancia,
"f,
.
s no ia tolerar 1
, d"d
pen eneas siempre que ello no ' 1.
per ,1 a de reas
"d
imp 1cara una d"
paci ad de defender aqullas q
.
ismmucion de su ca. .
ue eran vitales.
. El pnnc1pal criterio de Kennan
.
.
vitales de los perifricos e
para diferenciar los intereses
d
.
ra, por supuesto la
.
dad m
ustnal-militar Junto co l
I'
,
presencia de capad.
'
n as .uentes

pnmas y lneas de comunicacin


neces~~s de materias
respald explcitamente est
" seguras. La adm1mstracin Jams
949 .
. ,
e en~oque pero su
.

msmuan que su visin del


,
s acciones entre 1947 y
mundo era muy seme1"an"" La
.
"""
pnn-

IMPLEMENTANDO LA CONTENCIN

75

cipal iniciativa de poltica exterior durante este perodo, el Programa


de Recuperacin Europea, tenda a reconstruir las economas industriales destrozadas por la guerra, convirtindolas en bastiones para
resistir a la expansin sovitica. Consideraciones similares transformaron la misin de las autoridades de ocupacin en Alemania y Japn, desplazndola de la represin a la rehabilitacin. Los planes
blicos de la poca atribuan gran prioridad a la defensa de Europa
Occidental, el Mediterrneo, Oriente Medio y Japn, tanto como centros de poder industrial (y en el caso de Oriente Medio, como centro de materias primas) que deban mantenerse alejados de las manos de los rusos, como reas de base desde las cuales poder lanzar
contraofensivas una vez que se hubiera repelido el primer ataque.14
La administracin tambin comparta el enfoque de Kennan con
respecto a esas reas cuya prdida a manos del control sovitico,
por penosa que resultara, no pondra en peligro inmediato la seguridad norteamericana. Estas reas comprendan primordialmente el
territorio continental de Asia, desde Afganistn hasta Corea.* El rea
careca de capacidades blicas que fueran de inmediata utilidad para
los rusos; lo que es ms, la tarea de defenderlas, dadas las distancias y los problemas logsticos que involucraban, sera inmensa. Tampoco les resultara fcil a los rusos conservar el control una vez que
lo consiguieran, a causa de los mismos problemas logsticos y de
distancias, y a causa de la creciente tendencia nacionalista de los
pueblos de esas regones. 15 La idea de mantener un "permetro defensivo" en el Lejano Oriente -que gan gran aceptacin en Washington durante 1948 y 1949-16 era en realidad errnea: la estrategia no
implicaba de ningn modo la defensa del permetro, sino ms bien
la salvaguarda de ciertos puntos fuertes isleos, como Japn, Okinawa, las Filipinas, evitando mientras tanto compromisos potencialmente debilitadores en el continente.
Se puede decir que en este sentido la administracin comparti
la suposicin de Kennan de que para tomar en serio las amenazas,
stas. deban combinar hostilidad y capacidad. La hostilidad por s
misma no planteaba ningn peligro; slo cuando estaba acoplada
con, o reforzada por, un potencial blico industrial era una legtima
causa de preocupacin. El advenimiento al poder de regmenes comunistas en las regiones no industrializadas de Asia poda no ser
una perspectiva agradable, pero tampoco era una perspectiva suficientemente grave como para requerir una accin preventiva, si se
tenan en cuenta los costos involucrados. Ms bien, Estados Unidos
deba ser selectivo en cuanto a su eleccin del terreno para resistir,
teniendo en cuenta la importancia de los intereses en juego all y la
Otras regiones, particularmente Latinoamrica y Africa, eran obviamente
consideradas de gran importancia para la seguridad de Estados Unidos, pero no
se hallaban bajo una amenaza de ataque inmediato.

76

1 JOHN LEWis GADDrs

facilidad y econom,
d
ia con que eso t
.
acue~ o con los instrumentos dis;on~~~~rios podan defenderse, de
na tercera ventaja d 1
.
la defensa "perimetraJ" e a defensa de los "puntos f
"
estos instrumentos U
era q1:1e permita a Estados ue~tes sob~e
to norteamericano ~ob~~ ~~s las ideas ms persistentes d~n~~~s eJ~g1r

~~!~ s~~m~n de utilizar recu:S~~n~~~~~:::~cionales e~ .el sig~:~~~:


La idea apa

:,para .m~ntener el equilibrio

J tec~0Iog1cos, pero no

tas; existi ::c\~ ~~~ci%;~de ;iglo en. la pol~tk~ ~~ ~~~~~:!I~~~co.


1914 y 1917; tambin s
oo row W1lson v de sus ase
ier"arsenal de la democra;i 1.~ pue?e .e~contrar detrs del cosores entre
que ese principio no con~g ~nnc1p1os de la dcada de 19~oe~to del
de la Primera y la Segund~i Gmantener a Estados Unidos al m~ aun-

~~ ~:~:: 1 ~~ d~:r;:sv ~acion~~e~~~~~~~~ %~;a~!~r~~a~ue af~~~~

sidad que Ias vidas h. 1 equ1pam1ento se gastaron con


, guerras,
la
.,
umanas 11 Era fund
mas generonocion de respuesta asimt~ic
amental para este enfo ue
: l~s debilidades de] adversario e:-la d~ a~licar las propias fue:ias
'!10 en todas sus capacidades , y vez e Intentar igualar al adverm1cas y te
1,
, por supuest I
ticul d cE.no og1cas fueron durante tod
o, , as proezas econar e stados Unid
.
o este penodo la fu
rra Mundial El f . os, especialmente al final de 1 S
erza pap..
primordiaim.ent n asis p~esto por Kennan en Jo
a egunda Gue-

eJ~;~n~:d~~i1:b!

e;:~~~~c~;:e~~~o~

pa Occidental y
rehabilitacin
gado en la corriente principal d~for lo ta?to, profundamente arraiFu
1 ,
pensamiento ofic 1 d
ia e la poca.
. .e en a Imea de esta tradi . ,
asfmm1stracin Truman tom 1 cd1on. ~~ respuesta asimtrica que la
en la recup
.,
a ecision en 1947 d
fi /
d. .erac10n econmica transatl t:
, e concentrarse
.cara ifenr el aprestamiento m. .
n Ica, aun cuando esto si ni
c1~m.bre el secretario de Defens ihtar. Los objetivos, explic en gdi~
nom1ca, la estabilidad poltica yI Forresbt~J~ eran ."la estabilidad econos en ese orden" .
a esta i idad mllitar .. mas
, o me-

~n el momento actual estamos


.
.
Iit~res por debajo de los nivele~antemendo nuestros gastos miestiman como mnimo y nece . que nuestros lderes militares
nacional. De este modo
sano para garantizar la segurid d
ne
.
somos capaces d .
a
cesanos para ayudar a Ja recu
. , e mcrementar los gastos
Iabr~s, estamos corriendo un . perac1on europea. En otras aseguu- un curso que ofrece e nesg~ calculado con el objeto ~e
Ja seguridad nacional y lap e~~~fi~~: de Io8?"ar eventualmente
"

mundial a ]argo plazo.


Nos desplazamos de m h
de paz mundial", dijo Trumanu~l ~~nmaneras ~aci.a nuestro objetivo
greso a principios de 1948. "Pero

IMPLEMENTANDO LA CONTENCIN

j 77

los esfuerzos ms importantes a los que nos hallamos abocados son


aqullos que respaldan la reconstruccin econmica del mundo". 18
Este "riesgo calculado" de asignar prioridad a los instrumentos
econmicos de la contencin se basaba en varias suposiciones. Una
de ellas era la conviccin, vigorosamente respaldada por Kennan,
de que los rusos no tenan intenciones inmediatas de declarar una
guerra. Los informes de inteligencia presentados entre 1947 y 1949
generalmente confirmaban esa evaluacin tanto porque los rusos
carecan de medios para contrarrestar la bomba atmica, como porque
parecan ser capaces de conseguir lo que deseaban en Europa -sometimiento a Mosc- sin necesidad de recurrir a la fuerza militar.
Estas estimaciones reconocan la posibilidad de un error de clculo,
y advertan que si las tcticas actuales dejaran de dar los resultados
esperados, el Kremlin podra estar ms dispuesto a declarar una
guerra. Pero, tal como lo expresara Forrestal, "mientras podamos
exceder la produccin mundial, podamos controlar los mares y bombardear el continente con la bomba atmica, podcm_os. ~sumir ciertos
riesgos que de otro modo seran inaceptables . . . Los aos anteriores
a que cualquier poder posible logre efectivamente la capacidad de
atacarnos con armas <le destruccin masiva son nuestros aos de
oportunidad". 19
Otra suposicin era que la ayuda econmica producira mayores
beneficios por dlar que el gasto militar. "Qu es mejor para el
pas, preguntaba Truman, gastar veinte o treinta billones de dlares
(durante los prximos cuatro aos) para mantener la paz, o hacer
como hicimos en 1920 y despus tener que gastar cien billones de
dlares durante cuatro aos para luchar en una guerra?". 20 Lo que es
ms, haba Hmites bien definidos para lo que las fuerzas militares
podan lograr en pocas de paz. Esto se torn particularmente evidente durante la primavera de 1948, cuando en el Departamento de
Estado afloraron sugerencias con respecto a la posibilidad de enviar
tropas norteamericanas a Italia y Grecia. Los jefes de Estado Conjunto debilitaron esas sugerencias insistiendo en que "ningn compromiso militar cuyas implicancias se extiendan a la probabilidad de
una involucracin militar de importancia debe aceptarse a menos
que lo preceda la movilizacin" -requerimiento que no sera satis
fecho de no mediar una declaracin de guerra.21 Es significativo que
incluso, despus de adoptada la decisin de concretar una alianz::
militar con las naciones de Europa Occidental y de concederles ayu
da militar (decisiones acerca de las cuales Kennan tena reservas
como veremos), las prioridades de la rehabilitacin econmica per
manecieron. "La recuperacin es el primer objetivo", dijo el secre
tario de Estado Dean Acheson al Comit de Relaciones Exteriores
del Senado en abril de 1949, " y en consecuencia la nueva produccin
militar, los esfuerzos militares de los que estamos hablando, estn

IMPLDIENTANJJO LA CONTENCIN 1

78

79

1 JOHN LEWIS GADDIS

todos limitados y controlados por la necesidad prioritaria de la recuperacin europea".%!


Esto no implica decir que la administracin excluyera de sus
clculos, como tampoco lo hizo Kennan, la utilizacin de instrumentos de contencin no econmicos. Los funcionarios de Washington
confiaban en la bomba atmica como disuasor ltimo de cualquier
agresin, aunque diferan con respecto a cmo sera utilizada si se
desataba una guerra contra la Unin Sovitica, o con respecto a la
posibilidad de que fuera efectiva.23 Las fuerzas navales se emplearon
a partir de 1946 como manera de mantener una "presencia" norteamericana en el Mediterrneo con el objeto de desalentar las aspiraciones soviticas en esa parte del mundo. La poco exitosa campaa
de la administracin apoyando el Entrenamiento Militar Universal
fue lanzada como demostracin de "determinacin" para los rusos.24
La accin encubierta desempeaba un rol' todava difcil de evaluar
debido a la restriccin de las fuentes: no hay dudas, sin embargo,
de que era considerada como uno de los medios disponibles para
implementar la contencin, y por cierto Kennan lo recomend especficamente, siempre que se mantuvieran controles muy estrictos.25
Las tcnicas de propaganda y de guerra psicolgica atrajeron cada
vez ms atencin y fondos a medida que pasaba el tiempo. Sin embargo, el nfasis primordial de la administracin entre 1947 y 1949
respondi en gran parte a las ideas de Kennan: fue puesto en el instrumento econmico como manera ms barata y efectiva de lograr
la contencin.
Finalmente, estaba la suposicin de que los intereses norteamericanos -y el equilibrio global en lneas generales- podran cum
plirse de la mejor manera por medio del surgimiento de centros de
poder independientes y autoconfiados del otro lado del ocano, y
no por medio de esferas de influencia sometidas a Washington; y lo
que ms contribuiria a la consecucin de ese objetivo sera la
rehabilitacin econmica. La idea en Europa, tal como lo expresara
un funcionario del Departamento de Estado, haba sido la de crear
"una tercera fuerza ... suficientemente fuerte como para decir no
tanto a la Unin Sovitica como a Estados Unidos, si eso es lo que
requirieran nuestras acciones".211 Por cierto, esta tolerancia de la div~rsidad nunca fue suficientemente amplia como para aceptar g?biernos comunistas en Europa Occidental o Japn, pero se supoma
que esos gobiernos, llegados al poder por medios legales o ilegales,
slo podan ser instrumentos del Kremlin y, por lo tanto, no verdaderamente independientes.27 * Dentro de estos lmites, Washington

cuesti:

"Recuerdo cmmdo la doctrina ac...aptada en Estados Unidos era decir:_ 'No


nos preocupa que tro pas desee ser comunista, est bien, eso es una
interna es algo que ellos deben decidir' ", dijo Dean Acbeson a los estudian
del Nawl war College en diciembre de lllf7. "Slo fue cuando tuvlmos ms ex

. . .
encia ideolgica como prerreq~isito para conno msisti~ en..~f:~:Os respaldo a los partidos polticos ~ue ofrezceder ayu a.
positivo adecuado a las necesidades po
can a Europa un prollgrama o" dij. o el asistente del secretario de
,
y al desarro o europe ,
.
. d' . d
e
Th
"en vez de buscar partidos e m iv1 uos qu
lticas
.
Estado W1llard
orp,
mayor exactitud la ideologia poltica y ecoparezcan represe:tdar co?t
Amrica" Un anlisis del Departaque ha st o ex1 osa en

.,
.
n m:ca de Estado acerca de la poltica japonesa de ocupac10.n co?
me? o ue "Estados Unidos no puede imponer ni poner en. vigencia
ciuia q. t prooccidental a cualquier pueblo forneo, mcluyenuna o:ien =~~ n El- esfuerzo deba hacerse, en cambio, hacia "el ~esa
do f~ j~:tro de ese pas de la resistencia l~cal contra el comunism~
~ l . espontnea orientacin hacia Occidente, asegurn?onos a
y. e otiempo que nuestros requerimientos militares esenciales con
mism
. f h ,, 28
respecto a Japn se vean satis ec os .
. tivo de la defensa de los "puntos fuertes", e:ntonces, no
era !t~b~~ control como la negativa: el intedrspnodo~;a~~~caq~~ n:e::~
.
mismo otros centros e
,
. .
ba dominar por s
l h .
nadie ms. :este era un obJet1vo
rse de que tampoco o ic1era
.
:::ente
el principiob1:n
d:n
de otras naciones, y ta~d d
I'imitadas para acudir en su defensa.
slo dispona de capaci a es
.
gnificaba ningun' tipo de insistencia sobre particulares fo~as
No si
.
fu an cambiados
de gobierno, sino tan slo que los gobiernos ~o .~~bro de poder
arbitrariamente de tal manera de perturbar e e~m I rativo de la
mundial y fue en este contexto donde el lenguaje ope
. . .
Doctrin~ Truman, a primera vista tan incoherente con el Tpnlncip10
"
fu
,, mpez a observarse. a como
de la defensa de los puntos ertes ' e
d l
lo expresara uno de los comits encargados de la preparac1 n e
discurso de Truman:

co~

n~0:t::-"~~~~n

!~~~~~:~~si~~:

.
d
d
ntre los grandes Estados im
Las actuales relaciones e po. er el
ndo Esas relaciones de
piden que uno de ellos domme e. mu
.
edio de la ac
poder no pueden alterars~ sustanc1~l~e:~e sr:ra~rar profundaUnidas Aunque el
cin unilateral de cualquier gran Ns ~
.
mente toda la estructura de las aciones
ue no era una doctrina. que la gente
P8riencia con el comunismo que aprendim08 q
do eso lleg a casa empezamos
podia observar para luego ad.Optar~ n~e. ~~ asunto nuestro si los griegos,
unista porque esos pueblos no
a darnos cuenta de que no era ve
los italianos 0 cualquier otro pueblo era o no co~ in~rna financiada por otros
tenian eleccin. Eran obligados poradunata':~m~ de gobierno que tena tnel?,
P8fses, o por la presin externa, a op
del sistema del poder ruso
dibles consecuencias, entre ellas la inclusin dentro "Formulation of Foreign Po
~7
copia en Naval War College
(Conferencia de Acheson en el Naval Wbar Codlleg
llcy in the United States", 16 de diciem re e 1
Arcl.ves. RG 15l.

80 1

JOH:N LEWIS GADDIS


IMPLEMENTANDO LA CONTENCIN

statu quo no es sagrado . .


alto un atentado unilatera~1almalterable, no podemos pasar por
statu quo.'l9
Reexpresado positivamente, y de al , n
,
mente, esto se transformaba en "La
I't?U modQ mas expansivaser la de respaldar a los puebl~s rb po 1 Ica de Estados Unidos debe
dos por minoras armadas o
1 r~s que se resisten a ser sometipor presmnes externas" L
p ol't"
. .,
. as verdaderas
I Icas que la administracin Tru
siguientes sugieren que com
1 man s1gmo durante los tres aos
la retrica excedi a Ia,int .~ne caso del artculo "X" de Kennan
En general se puede e;c1?n en un grad~ considerable.

plement la p~imera eta a ec~~ que la adm_mistracin Truman imtable fidelidad. Se abando~ el la. estral~eg1a de Kennan con notral" fu d"f d
universa ismo, la defensa "
.
e I en a por el momento se e
l
.
penmey tecnolgicos selectiva v as1 't :
mp earon medios econmicos
.

me ricamente
para e s.t a blecer al menos
cierto
grado de autoconfianz
. b.

Uos centros de poder industri~ s1Tt1en no autosuficiencia, en aqueste no fue un logro insignific~:~ 1 ar no controlados por los rusos.
Kennan y la administracin estab pues otro punto acerca del cual
de poder era, en ltima instanci an del' ac?erdo fue que el equilibrio
versiones de esfuerzo relat1'v
a, un enomeno psicolgico: que in
1os lugares correctos y d 1 amente pequenas, s1 eran aplicadas en
e
a
manera
correcta
bast
,
e 1 agotamiento y la desilusin
h b'

anan para superar


pus de la guerra, y para poner ~u~os~1an arrasa.do Occidente desSlo tenemos que comparar la conf'
~~ra vanar, a la defensiva.
y en el noreste de Asia u t
igurac1on del poder en Europa
hace tres dcadas para ~d:e e~emos. actual~ente con la establecida
por esta particular estrategiardzr lel impres~~nante xito conseguido
e a contenc1on.

II
La ~egunda etapa de la estrategia de Ke
.
. .
nnan fue el mtento de produc1r la fragmentacin del
.
. .
mov1m1ento comu t
.
~n!:1era vista esta recomendacin has d
ms a internacional. A

a a ~orno estaba en la supos1c10n de que el comunismo


reci? despertar una respuest:~:sr: nec~anamente un monolito, paav~ra e por parte de la administrac1n Truman. La impresi
Washington consideraban qu: ~~~~~;z~~a es .que los funcionarios de
no slo la variedad sov1'e't'
mumsmo era una amenaza
1ca que cuand

'
curso acerca de Grecia y Tu; u
.. ~I pres1de!1te,
en su disformas de vida" tenz'a en
q 1 se refino a la existencia de "dos

mente a dist' ,
ideologa y su rival capitalist JO U
Inc1~n establecida entre esa
men ms detallado revela estruet na ve~ mas, sin embargo, el exaL ,
uras mas compl
a umca mencin especfica del
.
eias.
comunismo en el discurso de la

81

Doctrina Truman tena que ver con el liderazgo de los insurgentes


griegos: resulta claro a partir del contexto que las "dos formas de
vida" aludidas eran el totalitarismo y la democracia, no el comunismo y el capitalismo. Eran "los regmenes totalitarios impuestos a los
pueblos libres" los que socavaban "los cimientos de la paz internacional, y por lo tanto la seguridad de Estados Unidos" -el mismo punto planteado por Alemania y Japn durante la Segunda Guerra Mundial. "No hay ninguna diferencia entre los Estados totalitarios", le
gustaba argumentar a Truman. "No me importa cmo se los llame
-ya sean nazis, comunistas, fascistas, Franco o cualquier otra cosa-,
son todos semejantes". La posicin era que el gobierno arbitrario
por y en s mismo, fuera de la derecha o de la izquierda, representaba la mayor contribucin a la inestabilidad mundial. Tal como lo
expresara Truman en el verano de 1947, "cuanto ms fuerte sea la
voz del pueblo en la formulacin de las polticas nacionales, tanto
menor ser el riesgo de agresin" .31 *
Lo que resulta significativo es que la administracin no se vea
en este punto con posibilidades ni deseos de iniciar una cruzada ideolgica anticomunista. "No es de eso de lo que est hablando el presidente", le dijo Acheson al Comit de Relaciones Exteriores del Senado ms tarde en marzo. "Se est refiriendo al hecho de que cuando un pueblo libre es coaccionado a ceder sus instituciones libres,
nosotros estamos interesados". Esa primavera se hicieron esfuerzos
para mantener las referencias al "comunismo" fuera de los discursos
pblicos de los funcionarios de la administracin y para estimular
en cambio la utilizacin del trmino "totalitarismo". Tal como lo
sealara un miembro del personal de la Casa Blanca, "esto no deja
al Soviet ninguna oportunidad de queja, pues si hacen la acusacin
de que se est haciendo referencia a ellos, la respuesta podra ser
que ellos mismos estn admitiendo ser totalitarios". Era importante,
observ otro asesor, convencer al mundo de "que tenemos algo atractivo y positivo para ofrecer, no simplemente anticomunismo".32
Este punto de vista hizo que la administracin se tornara receptiva a la sugerencia de Kennan con respecto a que la ayuda del
Plan Marshall fuera ofrecida a la Unin Sovitica y a sus satlites
europeos orientales as como a los Estados no comunistas de Europa.
El objetivo era hacer una de dos cosas: atribuir la responsabilidad
Una carta escrita por Truman a su hija el da despus de pronunciar
su discurso acerca de Grecia y Turqua es reveladora de su enfoque del totalitarismo y del enfoque de sus crticos domsticos: "El intento de Lenin, Trotski,
Stalin et al. de engaar al mundo y a la Asociacin de Tontos Americanos representada por Jos. Davies, Henry Wallace, Clade Pepper y los actores y los artis
tas del inmoral Greenwich Village, es como los llamados Estados socialistas de
liitler y Mussolini. Tu padre ha tenido que decirle al mundo exactamente eso
en lenguaje poltico" (Truman a Margaret Truman, 13 de marzo de 1947. citado
en Margaret Truman, Harry S. Troman [New York, 19731, p. 343. Ver tambin
PP. 359-360).

82 1 JOlfN

U:Wrs GADDrs

de la divisin d E
.
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,
e uropa directa
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b1e a, estos rechazaban la oferta moenlet a lo~ rusos si, como se espe.
caso de q
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a ernat1vamente
forzar a I
ue no ia rechazaran, utilizar la
, en e 1 improbatacin so~s-:uropeos orientales a "abandonar ;yuda. como ?Jedio de
hall b . ie _ica de sus economas" JJ E
. c~s1 exclusiva orien. ta a imphcita la posibilidad d
. d n esta ultima alternativa se
ru s as con l b.
e ayu ar a algun

mente d
e o Jeto de contener a otros
t os regimenes comuesarrollad d
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1
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. n exp ic1tamente la idea d K
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tlites, per~ e~~at~:szfnar ~a relacin existente e:tr=~~~c~e Intentar
la oferta de ayud c aro, Independientemente de la respu { sus saK
a, que ste sera el efecto
es a rusa a
d
~~nan haba recomendado t b
:
ad mihtar norteamerica
am i~n vmcular el nivel de la activil~ de actividad comunis~: :~ e Me_dite~n~o Oriental con los nive. recia e taha, una vez ms con el
o Je!o de promover el anta
seguidores ideolgico
gomsmo entre la Unin Sovitica
tracin tena al men s en esos pases. Resulta claro que la ad y. s?s
mente a fines d
os parte de la primera parte de s
mmis4
Security
de
los
canas alh en respuesta
io o requenan ms fuerzas norteameriy~~o tambin la posibi~d~~ ~sc~l~das de. actividad comunista, inclus1
era necesario.34 Pero n e m e1:'enc1~n con tropas de infantera
pla:es, que nunca debieron ; h~y ~v1denc1a especfica de que estos
estimular la tensin d
er imp ementados, tenan como ob. f
sino que
,
.
entro del movimiento
.
.
Je ivo
los co
~as bien la suposicin domi
comumsta mternacional,
mui:i1stas griegos e itar
n~1?te parece haber sido que
en cu~lqmer caso, y habra tanos seguinan siendo fieles a Mosc
Sm embargo ese
f
que tratarlos en consecuencia *
d I
'
en oque d b

~ os sorprendentes acont c . e I ser modificado a continuacin


via de Tito habi'a d
e imientos de junio de 1948 La y
l
. .
s1 o conside d h

ugos asatehtes ms represores


ra ~ asta entonces como uno de los
que Tito asesin a ms dems con~1ables p~ra Mosc. "Me han dicho
antes ~e establecerse firm~~a:r~c1entos m~l opositores en Yugoslavia
en abnl de ese mi smo ano
- y n e como dictador" comento' T ruman
la ruptura de Belgrado . ' sm e_mbargo, una vez que se confirm
respald la recomendaci~o~ ~~s~~ la ad~inistracin rpidamente
que Estados Unidos no e \ . o ky Planmng Staff con respecto a
m~~ de Tito interfiriera ~l rm1 lera que el carcter interno del rgimatica normal.JS Era el "o~u.rs~ de ~~~ relacin econmica y diplo El De
vio mteres de Estados Unidos, observ
Oriental conpartam~nto de Estado utiliz la n

~~~!~~1dm0 iento~

Yu~~~!~i~~~t~~as;:u~e1anntecs

_Counci~ ~~ :?e Pp~~~i~ios

p:fs

19~8;

10

respue~: ~e~:

estudiosud~~~~~~n:~

ayuda a su
~~e~~nfe intentar. persuadir e;8~:1 ~~la i~!::~ para Europa
Marshall en Berkel
muarfa baJo un gobierno
.
wuuwos de que la
(de ahora en ms rJ' California, marzo 19, 1948 00
D mUilSta. Ver el discurso de
B), XVIII (marzo 28, l94S), 424. epartment o/ State Bulletin

IMPLEMENTANDO LA CONTENCIN

1 83

Acheson a princ1p1os de 1949, '.'que el titosmo siguiera existiendo


como fuerza erosiva y desintegradora dentro de la esfera del Soviet".
Un debate de importancia estall entre lo~ departamentos de Estado
y de Defensa en ese mismo ao con respecto a la exportacin de un
floreciente taller metalrgico a Yugoslavia, pero la decisin final
fue que la necesidad de proteger al gobierno de Tito de un posible
ataque sovitico superaba a cualquier riesgo de seguridad involucrado. Y para fines de ese ao Truman haba dejado en claro pblicamente que Estados Unidos considerara ese ataque como un acto
de agresin que implicara, por lo tanto, algo ms que una mera
respuesta pasiva.36
Lo que es ms, la adn;i.inistracin estaba de acuerdo con Kennan
en que el titosmo no deba considerarse como un fenmeno aislado,
sino ms bien como un precedente que deba ser estimulado en otras
partes. "Estados Unidos debe sacar ventaja de la situacin actual",
argumentaba un informe de inteligencia de la embajada en Mosc
en abril de 1949, "no slo para 'contener' la esfera del Soviet sino
tambin para reducirla, apoderndose de la iniciativa en todos los
campos y mantenindola". Un blanco tentador era, por supuesto, el
resto de Europa Oriental, donde la hereja de Tito ejerca un efecto
claramente desestabilizador. A pesar de los signos de que los rusos
estaban estrechando su control all, la administracin dedic mucho
tiempo y pensamiento durante 1949 a las maneras de estimular mayor disidencia entre los satlites, por medios que oscilaban entre las
emisi,.mes de la Voz de Amrica y las campaas de derechos humanos en las Naciones Unidas hasta presiones econmicas y acciones
encubiertas. Y en diciembre de 1949 Traman aprob el NSC 58/2,
basado en un estudio anterior del Policy Planning Staff, que requera
esfuerzos "para producir la eliminacin del poder sovitico en los
pases satlites", aun cuando esto signifi~ara cooperar, por el mo~
mento, con los "regmenes comunistas cismticos".37
Incluso oportunidades ms prometedoras de estimular al titosmo parecan existir en China, donde en 1949 los comunistas de Mao
Tse-tung haban desbancado virtualmente a Chiang-Kai-shek y a los
nacionalistas. La posibilidad de que Mao siguiera el camino de Tito
fue muy discutida dentro del Departamento de Estado y especialmente en la embajada americana en Mosc, que en el mes de octubre lleg a recomendar que se reconociera al nuevo gobierno comunista chino como medio de facilitar el proceso.38 Esta lnea de pensamiento coincida con la vieja conviccin de los especialistas en
China del Departamento, quienes sostenan que el movimiento de
Mao haba evolucionado independientemente de los rusos, que Mosc no lo controlaba y que por esa razn tena reservas acerca de su
arribo al poder.J9 Acheson encontr convincentes a estos argumentos
-a tal punto que para evitar hacer cualquier cosa que pudiera llevar

84

JOHN LEWIS GADDIS

IMPLEMENTANoo LA CONTENCIN J

a los comunistas chinos a alinearse permanentemente con los


f
l

, d
rusos,
avorec10 a. contmuac1on el comercio de productos no estratgicos
coi: el contmente, y se opuso a ayudar al rgimen de Chiang en
Taiwan, a pesa~ del hecho de que esa ayuda hubiera sido coherente
con la estrategia de defender los puntos fuertes isleos.40
U-?. grupo de . consult~ntes convocado por Acheson para revisar
la poht1ca del Lejano Oriente aprob ese enfoque en noviembre d
194~, Y recomen? prel?ararse para un eventual reconocimiento de~
gob1em? comumsta. chmo. El secretario de Estado present estas
conclus1<?nes al presidente el 17 de noviembre, y en su memorandum
de la discusin suministr un sucinto resumen de la estrategia
emergente:
f!ablando en lneas generales, haba dos objetivos de la poltica: uno poda ser el de oponerse al rgimen comunista fastidiarlo, aguijonearlo y, si se presentaba la oportunidad, i~tentar
destituirlo. Otro objetivo de la poltica sera el intento de alejarlo del sometimiento a Mosc y, durante cierto perodo, estimular las vigorosas influencias que podran modificarlo. Seal
que esta segunda alternativa no significaba en ningn caso una
poltica de apaciguamiento como no lo haba significado en el
caso de Tito. . . Dije que los consultantes decidieron unnimemente que el segundo curso era preferible al primero.
El presidente pens que, en los trminos generales en los
que yo estaba hablando, ste era el anlisis correcto.
El 30 de diciembre de 1949, tras extensas discusiones en el National Security Council, Truman aprob el NSC 48/2, que conclua
que: "Estados Unidos debe explotar, a travs de medios polticos,
econmicos y psicolgicos apropiados, cualquier disensin que exista
entre los comunistas chinos y la URSS y entre los stalinistas y otros
~Iement<?s de China, evitando esc;rupulosamente dar la apariencia de
mtervemr. Cuando sea apropiado, deben utilizarse medios encubiertos o abiertos para lograr estos objetivos".41 *
Por cierto que haba anomalas e inconsistencias en todo esto.
Como lo sugieren tanto el memorandum de Acheson como el NSC
48/2, los funcionarios de la administracin no siempre tenan en claro
si los mismos comunistas chinos repudiaran el liderazgo de Mosc
o si el pueblo chino los destituira una vez que su vinculacin con Jos
En respuesta a una carta de Ma:ury Maverick, que recomendaba el reconocimiento de los Comunistas chinos, Truman escribi el 22 de noviembre de 1949:
"Su carta del diecinueve es la ms sensata que he ledo acerca de la situacin
chlll:a . . . Hay tantos tontos que saben todo acerca de qu hacer all y que en
realidad no sabel'l. nada, que es un placer escuchar a alguien que tiene un poco
de si;ntido C?mn s_obre el asunto" (Truman Papers, PSF, Box 173, Subject File;
Fore1gn Affa1rs: China, 1948).

85

sos se hubiera tomado obvia. Achesoo no ~ra' optimista c~m resa las perspectivas del titosmo en cualqmer part~ de Asia, p~r
42 Kennan, aunque convencido de la exis~ticu1a rmente en Indochina.
.
., .
,

,
1
tencia de la hostilidad smo-sov1et1ca, sentia poca s1mpat1a P<?r a est egia de Acheson de ceder Taiwan como manera de estimularla
tra hubiera preferido negar la isla
.
.
is t as c<?rr_io
-l
tanto a los nac1ona
3
los comunistas.4 La retrica pblica de los voceros de la admmis:racin se hizo cada vez ms vociferante"'!(, demol~,d?ra en sus denuncias del "comunismo", no slo de la Umc;>n Sov1et1ca, d~rante 194?,
tambin se manifest un creciente nfasis puesto en la importancia
~e la ideologa como medio de predecir la conducta de los Estados
comunistas.44
Pero la aprobacin presidencial de NSC 48/2 y de NSC 58/2 con
tres semanas de diferencia entre s durante diciembre de 1949 no fue
na anomala: reflejaba una estrategia muy pensada, la de usar el
~tosmo para hacer retroceder la influencia sovitica dentro del
~undo comunista. Se basaba en la proposicin, tal como lo .expresara el embajador ante la Unin Sovitica, Walter Bedell Sm1t~, en
marzo de ese ao, "de que Estados Unidos no teme al comumsmo
si ste no est controlado por Mosc ni comprometido con la agresin". Continuaba con una expectativa expresada en un despacho
que circul mucho, procedente de la embajada en Belgrado, Y fechado al mes siguiente:

~cto

que donde se presente un conjunto de circu~stancias que involucre a un partido comunista que por su pr~p10 esfue17;0 ha logrado la victoria y consolidado el poder, un hderazg? m~s o rr_i7~os
continuo y aislado en cierto grado de la experiencia ~oviet1ca
directa, una afiliacin masiva, no educada y atada al hde:-azgo
por medio de vnculos emocionales y nacionales, y un mtento por parte de Mosc de alterar polticas fund~mentalmen.te
organizativas . . . siempre que se presente ese conJunto de circunstancias, o alguna combinacin de ellas, existe al menos la
posibilidad de que se produzca el titosmo.
Se supona, tal como lo haban hec?o los jefes de misi?n. en
Europa Oriental en octubre, que. "cualqu_1era y todos . l?s mov1m1entos dentro del comunismo mundial que tiendan a de?1htar Y perturbar el control del Kremlin dentro del mundo comumsta. representan
fuerzas que operan en nombre de los intereses de Occidente Y por
lo tanto deben ser estimulados y asistidos" .45
.
No debemos concluir a partir de esto que la admini~tracin estaba preparada para favorecer el acceso al poder de gobiernos comunistas en lugares donde no existieran, o que haba abandonado su
hostilidad hacia el totalitarismo como principio. Pero las decisiones

86

1 JOHN LEWIS GADDIS

presidenciales de diciembre de 1949 s constituyeron una


t '
d l " l

acep aci n
e an . ogo impena1" de Kennan -la idea, tal como la expresara
la embajada ~n Belgra~o, de que los rusos estaban "mal equipados
para ~l manejo de un imperio",46 y que Estados Unidos poda sacar
ventaj? de esta d~bilidad con el objeto de reducir el poder y la influencia. de Moscu en el mundo. Considerada en este contexto la
e~trategia pue?e. vers~ como complemento lgico de la otra est~te
fia de la ad.~mmstracin (y de Kennan), que consista en estimular
a construccin . d: centros de poder autoconfiados en la periferia
~e l.a esfera sovitica: el objetivo, en ambos casos, era el de alinear
. os mtereses norteamericanos con las fuerzas del nacionalismo como
mstrumentos destinados a contener el imperialismo sovitico.

III
La terc.era eta!? de la esti:ategia de Kennan haba sido el intento de

p;oduc~r cambi?s, con el tiempo, en el concepto sovitico de las rela-

cmnes mte~ac10nales: convencer a los lderes rusos de que sus intereses podnan concretarse de mejor manera si aprendan a convivir
con un mu~do diverso en vez de tratar de rehacerlo a su imagen.
Kennan babia rechazado la guerra y el apaciguamiento como medios
de lograr este objetivo; slo podra lograrse, crea, por medio de un
proceso a largo plazo de lo que podra denominarse "modificacin
de c.~~duc.ta" -respondiendo positivamente a cualquier iniciativa
con~i.iatona que emanara del Kremlin y contraponindose a todas
aquella.s que no lo fueran. Y sin duda el NSC 20/4, aprobado por
presidente Trum~n en noviembre de 1948, proclamaba que la polti;a de Es~~~os Umdos era: "Crear situaciones que obliguen al gobierno sovietico a reconocer la indeseabilidad prctica de actuar sobre la base de sus conceptos actuales y la necesidad de comportarse
de ~cuerdo con los preceptos de la conducta internacional, tal como
est?n expresados en los propsitos y principios de la Carta Constitutiva de las Naciones Unidas".47
Pero aqu terminaba la correspondencia entre los enfoques de
Kennan y los .d~ . 1'7 , administracin. Kennan adopt la posicin
de .q~e la modifI_cac1on de la conducta sovitica requera medidas
positivas y negativas: era tan importante recompensar al Kremlin
P?~ los gestos positivos como resistir sus gestos agresivos. Esto sigmf1caba. ~star preparados para embarcarse en tantas negociaciones
como hicier~ ~alta .~ara producir resultados mutuamente aceptables: La. admmistraci?n mostraba la apariencia de estar dispuesta
a discutir temas de importancia con Mosc,"" pero Kennan consideraba que susprincipales acciones entre 1948 y 1950 -la formacin
de la OTAN, la creacin del Estado independiente de Alemania Occi-

e!

IMPLEKENTANDO IA CON'l'ZNCIN 1

87

dental la insistencia puesta en mantener las fuerzas norteamericanas d~ntro del Japn de la posocupacin, y .la deci~in de fabricar
la bomba de hidrgeno- eran seguros medios de mcrementar los
sentimientos soviticos de suspicacia e inseguridad y, por lo tanto,
de disminuir las oportunidades de negociacin. La posicin de Kennan, en cada uno de estos casos, no dejaba de tener .r~spaldo en
otras reas del gobierno, pero ese respaldo no era suficientemente
fuerte como para impedir que las decisiones que se tomaran al respecto contradijeran sus r~comendaci~nes. Fue en estos temas, entonces, en los que el arqmtecto y los implementadores de la contencin se dividieron.
La iniciativa para la concrecin del Tratado del Atlntico Norte
procedi de los mismos europeos. occi_dentales, y refleJ~ la incomodidad que sentan a causa de la dispandad de poder mihtar del continente europeo: los rusos tenan, en ese momento, treinta divisiones
solamente en Europa Oriental y Central, las fuerzas combinadas de
Estados Unidos, Inglaterra y Francia no llegaban a diez divisiones.
Las estimaciones de inteligencia acreditaban a los rusos la capacidad
de barrer el Canal de la Mancha y los Pirineos en cuestin de semanas si estallaba la guerra.49 La preocupacin por esta situacin llev
a Gran Bretaa, Francia y los pases del Beneluz a formar su propia
alianza militar, la Unin Occidental, en marzo de 1948, y a procurar
asociar a Estados Unidos. El Departamento de Estado simpatizaba: en el mes de junio ya se haba asegurado la autorizacin del
Senado en esas discusiones, y para septiembre los pases de la Unin
Occidental, junto con Estados Unidos y Canad, haban acordado
los lineamientos de un tratado que aseguraba que un ataque contra
alguno de ellos, o contra cualquier otra nacin que pudiera incluirse
en el tratado, sera considerado como un ataque contra todos ellos.50
A causa de un viaje al Lejano Oriente y de un perodo de hospitalizacin, Kennan no haba estado involucrado en las discusiones iniciales con respecto a la seguridad europea a principios de 1948, pero
a su regreso rpidamente dej en claro sus reservas acerca del curso
elegido por la administracin. Estas reservas se concentraban en tres
puntos: 1) que los europeos haban confundido lo que era una amenaza esencialmente poltica con una amenaza militar, y que como
resultado se arriesgaban a que "la preocupacin general por los
asuntos militares actuara en detrimento de la recuperacin econmica"; 2) que fuera del rea noratlntica inmediata, "que abarca una
Verdadera comunidad de defensa de intereses, firmemente arraigada
en la geografa y la tradicin", cualquier alianza extendida slo a
algunos pases tornara al resto ms vulnerable, en tanto una alianza
que incluyera a todos los pases amigos se tornara poco significativa.
"No hay ningn punto final lgico en el desarrollo de un sistema de
alianzas antirrusas", adverta Kennan, "mientras ese sistema no haya

-~-nrnn

IMPLEM.,.n.u~

88

LA CONTENCIN

89

1 JOHN LEWis' GADDIS

circundado el globo y abarcado a todos los pases no comunistas de


Europa, Asia y Africa"; 3) que una alianza constituida por naciones
que reciban la ayuda del Plan Marshall significara "la militariza.
cin final de la actual lnea divisoria de Europa", y que "ninguna
alteracin ni obliteracin de esa lnea poda llevarse a cabo sin pC>seer una acentuada significacin militar". Ese desarrollo poda ser
inevitable, "pero nuestra poltica actual est an dirigida... hacia
el eventual retiro pacfico, tanto de Estados Unidos como de la URSS,
de Europa, y por lo tanto hacia el estmulo del crecimiento de una
tercera fuerza que pueda absorber y apderarse del territorio existente entre las dos potencias" .51
stas no eran preocupaciones aisladas. En Washington exista
la preocupacin de que el nfasis sobre el rearme demorara la recuperacin; por cierto, una de las condiciones impuestas al programa
de asistencia militar de la administracin para Europa Occidental
era que la revitalizacin econmica continuara teniendo la mayor
prioridad.si La cuestin de cmo incluir a algunos pases sin descartar a otros tambin causaba grandes discusiones: finalmente la administracin extendi el concepto de "Atlntico del Norte" para que
abarcara a Italia, pero se neg a extenderlo a Grecia, Turqua, Irn,
y a concretar un pacto comparable con los pases no comunistas del
Pacfico Occidental.53 * Haba menos preocupacin por el tercer punto de Kennan -que una alianza pudiera congelar la ya existente divisin de Europa- simplemente porque la mayora de los observadores ya consideraba esa divisin, a mediados de 1948, como un hecho
consumado. Debe sealarse, sin embargo, que en su configuracin
original, tanto la OTAN como el Programa de Asistencia Militar no
eran incoherentes con las ideas de convertir a Europa en la "tercera
fuerza" -ambos se concentraban en el fortalecimiento de las defensas europeas, no de las norteamericanas; ninguno de ellos contem.plaba, en ese momento, el estacionamiento permanente de tropas de
Estados Unidos en territorio europeo.54
A pesar de sus reservas, la administracin sigui adelante y concluy un Tratado del Atlntico Norte e inici un programa de asistencia militar para sus miembros. Kennan lleg a pensar, lamentndolo, que haba pocas alternativas. "La causa bsica de inseguridad
en la mente efe los europeos occidentales", concluy, "es . . . realmente la falta de confianza en ellos mismos . . . Son un pueblo asustado, cansado actualmente, y en realidad no desean enfrentarse con
su realidad". Estados Unidos haba demandado por parte de sus aliados europeos cierta disposicin a correr riesgos:
Al pedir a los europeos que se dedicaran a la recuperaci?
econmica .antes de lograr seguridad militar, les pedimos en reah Grecia y Turqua finalmente se unieron a la OTAN en 1952.

erda floja dicindoles que si ~e


dad que caminaran sobre la _cu irar pa;a abajo, hacia el ab1sconcentraban e~ s~s pfaso~ ,smmTiitar, creamos que tenan una
o de su propia mde ens10n
1 . l otro lado. y sobre esta
rn
d ll ar sanos y sa vos a
buena chance e eg
uda econmica.
base dispusimos de nuestr~ ahy
1 hecho de que mucha gente
imera desdic a es e
no :aus~~~:a1;,~z de no mirar hacia abajo.
norteamericanos
demasiados europeos y
. "l'd d
El efecto fue lograr que ,
t blando ante la posibi i a
.. erdieran su ti~~po pre<?~~pan~~:;r~ ;:idente que probabl~~ente
un ataque m1hta.r sovietico , haba tenido la seria intencion de
hasta entonces nad~~ en Mos~~le y al mismo tiempo es realmente
lanzar". Todo era . ?ompore~~~tante era qu hacer con eso:
,
un error". La cuesuon.. n
solos lo que Pe. nsamos correcto ,o
Es mejor que hag~:nos tros lo que creemos q~e es erroque hagamos ~n compama ~~~s nuestros propios instmtos y deneo V contrario, tal vez, a t
ta ms de una vez, y hemos
seos? Hemos enfren~~do esa pregua~e lo que pase, simplemente
llegado a la conclus10n d: que, p l
ingleses y los franceses,
u mdos con os e estc'n equivocad os que
deb emos mantenernos
.

ellos aunqu
.

pues es mc1or umrn?s a mos en lo cierto, porque si permitIapartarnos de ellos s1 esta
.,
habremos perdido la batalla
mos que se PI-aduzca la desumon,
de todos modos.
. o" conclua Kennan, "mucho
"Es muy simple tratar a un ~ne:;i~g '
ismo abismo entre lo deseams simple que tratar con ~n a~~i~o .
Con respecto a Alemania ex-i::.tia el l~ ~egativa rusa a aceptar la
ble y lo practicable. Frustrados bplor ara Occidente, los represen.
, en t e'rminos acepta

reumf1cac1on
. es EP t dos Umdos
acor d a ron en
tantes de Gran Breta~a, Fran~: 1~48,sp~rmitir la formac~n de un
Londres durante la primavera
. ndo al mismo tiempo los

,
as mantenie
zon "' f
a de Londres" y su progragobierno aleman en. , sus Esta
Con erenci
. ,
or
controles de ocupacion.
"d
guna manera imped1na, Y P
ma se insista pblicamente,
e mdn d los cuatro poderes acerca
.
.
b f T t r un acuer o e .
.
d
.o
el contrario, de e aci 1
.f.
'n en el con1unto e pn ,
"
Pero
la
reuni
icac10
.
del problema a 1eman
. h , mucho tiempo en segunridades de Washingto1~ estaba desde b fia necesidad de integrar a la
do lugar, ya que el primero lo ocupa, a de Europa Occidental: "Este
.
ta a la economta
..
Alemarna no comums
,
_ 1 do Marshall en febrero, a n 0
'd"d
"
habia
sena
a
.
gobierno est d eci i o
.d d poltica y econmica a 1e to de la um a
.
,
permitir el restablecimien
duzcan a la dommac10n
robablemente con
,
.
mana en condiciones qu: P
d los soviticos". Habia poca
efectiva de toda Alemarna por parte e

Je

~'""" LA CON'raNCIN

IMPLE!MEN'I"''~

90

1 JOHN UWIS GADDIS

duda, entonces, en cuanto a los probables efectos que ejercera el


acuerdo de la "Conferencia de Londres~ sobre la perspectiva de reunificacin: tal como lo expresara un memorandum fo.terno del Departamento de Estado ese mismo verano: "Alemania probablemente
seguir dividida" .56
En cierto punto, Kennan haba favorecido la divisin de Alemania,57 pero en 1948 ya haba comenzado a dudar de las ventajas
de ese enfoque. Uno de los problemas, pensaba, era que los mismos
alemanes jams lo aceptaran. Como resultado, seria imposible encontrar lderes responsables a quienes entregar el gobierno, y eso
a su vez implicara la persistencia de los controles de ocupacin, que
tambin alienaban al pueblo alemn. La economa de un Estado alemn occidental independfente no sera autosuficiente; en ausencia
de una federacin europea, que era en el mejor de los casos una
perspectiva distante, la alternativa sera el colapso econmico o la
persistencia de la ayilda procedente de Estados Unidos. Finalmente,
y ms importante, la creacin de un Estado alemn occidental, al
igual que la formacin de la OTAN, tendera a congelar las lneas
divisorias ya existentes en Europa, impidiendo as la retirada de las
fuerzas soviticas y norteamericanas del centro del continente, e impidiendo tambin los intentos de socavar el - control de Mosc en
Europa Oriental. "Si seguimos las lneas actuales", escribi Kennan
en agosto de 1948, "Alemania debe dividirse en dos gobiernos, occidental y oriental, y Europa Occidental debe desplazarse hacia el logro
de una estrecha alianza militar con ese pas, hecho que slo puede
complicar la eventual integracin de los satlites a una comunidad
europea. A partir de esa tendencia de desarrollo, sera difcil -mucho ms difcil que ahora- hallar el 'camino de regreso' hacia una
Europa libre y unida".ss
Teniendo en mente estas consideraciones, el Policy Planning
Staff propuso, en noviembre de 1948, el "Programa A"- un nuevo
enfoque para lograr un acuerdo de los cuatro poderes en Alemania,
destinado a convocar a elecciones supervisadas internacionalmente
en todo el pas, a establecer un gobierno alemn provisorio, a abolir los lmites zonales, y a producir el retiro de las fuerzas de ocupacin a ciertas reas especificadas de acuartelamiento (que, en el
caso de los britnicos, rusos y norteamericanos, seran puertos marinos, para evitar la necesidad de lneas de abastecimiento areas}.
Alemania seguira desarmada y desmilitarizada, pero se estimulara
la economa y se permitira el comercio con Europa Occidental y
Oriental. Kennan reconoci que era improbable que los rusos aceptaran el "Programa A" de inmediato. Pero eso dara a Estados Unidos la iniciativa en negociaciones futuras; al igual que el Plan Marshall, dara a Mosc la responsabilidad de la negativa, -Y poda, pensaba Kennan, suministrar la base para un eventual acuerdo si es que

91

tarlo La insistencia con ressos se decidan alguna vez a. acde~ Londres no lograra ninguno
Jos ru
de la Conferencia
l programa
..
pecto a
.
d
ente t1b1a
59
o una respuesta dec1di am
Ale
de esos objetivos.
El "Programa A" produJ M
h el asesor poltico para . bierno. Robert D. urp y, .
,, ero con gran profudentro del go
"documento vahoso P
'
s buenas
.
que era un
"
bl
de nuestra
~~~i~ep:e~~foras, comentaba nq~:ec:~:C~~ l~;:n narices sangran~:.
~ tendones parece ser que co
de piedra rusos, franceses y, a
in
ol ean contra los muros
.,
o de los propios argumenqu: ~~gfes~". Ms tarde, Murphy vo~~~t:nsugiriendo que la cre~ci1:1
ce , d Kennan en contra de la pr?Pd
'diente "ejercera una mev~
~oes u~ Estado alemn occident~~:a~~e~r.ental y baria an m~s diuerza magntica sobre A
,
,, Foy Kohler el charge norta bl e f
.
., f s en esa area
: d l "Profcil controlar a los so~ie ~c~ t", que la aceptacin sovitica e l
teamericano en Moscu, a vir IO enca en Occidente, socavando ~ voA" no ocasionara complac
pa'dar el aprestamiento
grama

tos para res '1


luntad pblica de pagar imd puCeosnJunto argumentaron que las venlta. f
.

ya que . os
militar. Los Je
es de Esta o
ticas serian ilusorias,
,
cabo dentro de Poloma o
. s del retiro de las tropas sovi
Jre arativos para la guerra se Ilevanan c~n menos facilidad que en
pd pl URSS donde seran detectados
d uta alguien revel la
e a
'.
*
edida que se isc
'
d
ue
Alemania Onental. Y, a ~ al New York Times poco antes e i49
sustancia del "Programa A . . t os del Exterior en mayo de 1
se reuniera el Consejo de Mmi.s r obligando as al Departam~nto de
para discutir el problema alemanh biera sido alguna vez senamente
Estado a negar que ese proyecto .u
considerado.ro .
t ido dudas acerca del prograEl mismo Acheson pudo haber} e~i"o a Murphy en 1944 que "no
ma de la Conferencia de Londres
~a ~ez a la conclusin de estacomprenda . . . cmo llegamo~ o~idental". Uno de sus asesor:.sp de
blecer un gobierno de Alemama
aldaba plenamente el
romayor confianza, Philip C: Jessup, r~~~ecretario de Estado ~onclu
grama" de Kennan. Pero fmalme~ted Londres seria menos peligroso,
que d enfoque de la Conferenciab ~t, nicos y con los franceses, que
Y
con los n
en trminos de la re1acion
b'ld d de una recuperacion del po.,
la
posi
ii a

ov1eestaban preocupad os por , .


de impedir la dommac1on s
termmos

una
.
der alemn, y tamb ien en
l integracin de Alemarua a
mayo. "Hemos hecho Y estica de todo el pas. "N?s. P~~ocup~b-~
Europa libre y democrat1ca ' escn io en

---

erian en Polonia despus


tropas rusas permanec
. El propsito de "No suponamos que 18firadaS del interior de Alema:;:iecimiento de sus
de que las nuestras fuer~~i:eera asegurar las _lineas de a fuerzas. esperbamos
~bia nada que nos imclarado de esa ~rmane emania. una vez _retirada& 00
fuerzas del interior
fma tambin se retrraran. Y .tico" <Kennan al autor,
que sus cuarteles de o o parte del quid pro quo sovi
pidiera requerir esto como
4 de septiembre de 1980)

ct;

92

1 JOHN LEWIS

GADJ>rs
IMPLEMENTANDO LA CONTENCIN

tamos haciendo avances hacia esta meta


la
controlamos y no arriesgaremos t
en
parte de Alemania que
mania unificada" El reti
d els e progreso pretendiendo una Ale
ro e as tropas
,

Onental
poda ser un objetivo deseable e ~?vieti~as de Alemania
norteamericanas y soviticas ser
' p r? el reti:o de las tropas
nan extrajo las conclusiones a r~ 1:1nd p~e~~o demasia~o alto". Kenpensamiento ... significa
p pia as. la tendencia de nuestro
Alemania reunificada en est que no deseamos en realidad ver una
e momento y que
h
. .
las que esa solucin nos resulte
d d'
no ~Y condiciones en
U
.
ver a eramente satisfactoria" 61
n esquema similar de aconte . .
.
pecto a Japn. A pesar de la resiste~:~entos se ?esarroll con resgeneral del general MacArthur la d . ?el p~?tagono y del cuartel
1948 la recomendacin de Ke'
admimst~ac10n haba aceptado en
.
nnan e no firma
,
paz mientras el objetivo de la oltica
r n~1!-gun tratado de
del castigo a la reconstr
., p
de ocupac1on no cambiara
ucc10n: como en el
d A
.
preocupacin haba sido que el
,
~aso e lemama, su
sin de los ex adversarios slo constante e~fasis puesto en la repre!os rusos pudieran desplazarse creara vac10s de. poder en los que
interna o de la presin exter ' ~; pfuera fl?or medio de la subversin

na.
ara mes de 1949

una variedad de consideraciones


l
:
' Sin embargo,
cin, evidencia de su creciente i~ persi_stente costo de_ la ocupalas presiones de los aliados y l populand~? entre los Japoneses,
1

.
,
a preocupac10n de q
rusos propusieran un tratado- h b' Il
ue os mismos
que deban iniciarse los prepar t'a ia evado a Acheson a concluir
d 1950
a ivos para un acuerdo y
e
' en un movimiento de t' d
.
en mayo
racin bipartidaria en asuntos s tm~ o tanto a restaurar la coope.
ex enores como a as
.
soramiento experimentado en 1 L .
egurarse un asebr a John Foster Dulles el ~ . e1ano 0 nente, el presidente nominternacionales, como en~ar P~Incdipal vocero repub~icano de asuntos
. .
.,
ga o e estos preparativos.63
La plamficacion se desarroll sobre la base d l
. .,
la que Kennan no tena dis utas
. e a supos1c10n, con
se deba permitir a los rusot
, d~ que en ninguna circunstancia
expresara Acheson, en un le;anaar e cont:ol de Japn. Tal como lo
Kennan " J ,
gu Je que bien podna haber sido de
' sr apon se agregara al bl
.
ganaran poder humano es ecializad oque +com.um~ta, los. soviticos

~:r~lt~roamrodheamb~nera si~dniGcativa el e:u8;'b;i~c~~l 1;~~=~n;I~~f:i?.e!

'
1a ocurn o en Ale
h b,

a los rusos lo que en al , mo:e~ia, a _ia d~s maneras de negar


hostiles de poder industrk
to hab1~n sido concentraciones
y neutralizacin y la otra ~rauna era nel?ociar su desmiFt<irizacin
a Estados Unido's y a sus aliado:.c~::i~~~:~eralmente pa;" ligarlas
das las posturas que haba ad t d
poco sorprendente, daEstado de Alemania Occidenta~pKa o en la .oT~N y la creacin del
alternativa -al punto de
' . ennan se mchnaba por la primera
.
sugenr, en agosto d 1950
U mdos
accediera a Ja desmilitari
.
e . . : que Estados
zac16 n y neutrahzac1on de Japn a

93

arnbio de un cese del fuego y retiro de las tropas invasoras en Corea,


e rreglado por los rusos. Kennan, sin embargo, no insisti demasiado
~on sus opiniones acerca del futuro de Japn, y no hay ninguna evidencia de que Acheson lo consultara de alguna manera significativa
con respecto a los enfoques del tratado de paz japons.65 *
La opcin de la desmilitarizacin y la neutralizacin gan no
obstante cierta difusin gracias a los esfuerzos de un inesperado defensor -el general Douglas MacArthur. Kennan y MacArthur compartan varias suposiciones que los haban conducido a similares conclusiones con respecto a Japn: ambos teman que una ocupacin
miiitar prolongada alienara al pueblo ocupado; ambos consideraban
que las bases en Japn eran innecesarias mientras Estados Unidos
conservara instalaciones militares en Okinawa y en las Filipinas;
ambos dudaban de la disposicin rusa a arriesgarse a una guerra y
pensaban que se poda confiar en que ellos cumpliran los compromisos que servan a sus mejores intereses. Estados Unidos y la Unin
Sovitica, seal MacArthur, tenan objetivos virtualmente idnticos
en Japn: "Estados Unidos no desea que Japn entre en la rbita
sovitica ni se convierta en un aliado armado de la Unin Sovitica;
la Unin Sovitica, por su parte, no desea que Japn sea utilizado
por Estados Unidos como base de operaciones en contra de Rusia".
Por lo tanto, era ventajoso para ambos pases "tener un Japn desarmado, neutralizado por consentimiento y garanta comunes a todos
los poderes interesados" .66 **
Sin embargo, tal como haba sido el caso de Alemania, el Departamento de Estado concluy que los riesgos que implicaba negociar con los rusos con respecto a Japn superaban a los beneficios.
"Estbamos a favor de negociar pronto un tratado", dijo Acheson a
los ministros del Exterior de Inglaterra y Francia en septiembre de
1949, pero "nuestros intereses en Japn eran tan grandes que no podamos ponernos en la posicin de aprobar un tratado que nos
desagradara". Varios meses ms tarde, el secretario de Estado se
quej de que "la neutralidad es una ilusin en el contexto de las
tensiunes entre el Este y el Oeste. As, mientras los poderes occidentales cumplieran sus obligaciones de observar la neutralidad japonesa, los soviticos persistiran con tcticas de infiltracin, haciendo
que en ltima instancia Japn se convirtiera en una amenaza militar
agresiva". Como la rearmamentacin japonesa estaba prohibida por
la nueva constitucin, y como no haba fuerzas de las Naciones Uni Acheson requiri que el memorandum de Kennan sobre Japn, del 21 de
agosto de 1950, no circulara dentro del Departamento de Estado (FR: 1950, VII,
623n).
En 1948, Kennan no haba estado de acuerdo con MacArthur con respecto
a la deseabilidad de un tratado de desmilitarizacin, pero luego cambi y decidi
respaldarlo. (Notas de Kennan de conversacin con MacArthur, 25 de marzo de
1948, incluidas en PPS, 25 de marzo de 1948, FR: 1948, VI, 713).

94 /

JOHN LEWIS GADDIS

IMPLEMENTANDO LA CONTENCIN

das que protegieran el pas, la nica alternativa posible era mantener a las tropas norteamericanas en Japn, inoluso despus de que el
tr~t~~o de paz ~ntrara en vigencia. Esto "dejara afuera, en nuestra
!'imon, cualquier perspectiva real de que la URSS o China comunista formen parte del tratado".67
.Es evidente que l~ ocupacin no era tan desagradable para los
habitantes, de esos paises. como para Kennan y, en cualquier caso,
ambos paises llegaron a tiempo para favorecer la continuidad de la
presencia de las bases norteamericanas en sus territorios. Los alemanes no . reacci?naron violentamente contra la participacin, y tanto
A.lemama Occidental como Japn demostraron ser econmicamente
viables a pesar de las mutilaciones territoriales impuestas por la
gue?' Pero Kennan estaba asombrado por la manera en la que se
hab1a formulado la poltica en estas situaciones: al igual que en el
caso de la OTAN, se haba permitido que los recursos de la contencin dejaran en la sombra su objetivo l'timo, que era el de cambiar
el ,concepto sovitico .de las relaciones internacionales, posibilitando
asi un acuerdo negociado de las diferencias ms notables. La estrat~~ia consiste?te en encerrar a la URSS entre alianzas militares dif1cilmente estimulara ese proceso. Como sealara Kennan con respecto a Alemania Occidental, "lo que fue concebido como un instrumento, se transfo;m. poco a poco en un fin en s mismo. Lo que se
supoma era un sirviente de la poltica se transform en cambio en
un detenninante".1111
'
'
Sin embargo, en ninguna rea esta cuestin de proceso versus
objetivo se torn ms aguda para Kennan que en el rea de la estrategia militar que si~i a la detonacin inesperadamente temprana
de una bomba at~m~ca por parte de la Unin Sovitica en agosto de
1949. Ese acontecumento desarroll un debate en Washington acerca
de responder o no por medio de la construccin de la bomba de hidrgeno o "super" bomba, ms poderosa, y fue durante el curso de
este debate que. ~ennan estableci, por primera vez, su posicin con
res~cto a la utilizacin de las armas nucleares en la guerra. Kennan
cons1~er que el trabajo de 79 pginas que present acerca del tema
"ha s~do, con respecto a sus implicancias, uno de los ms importante~, s1 es que no fue el ms importante, de todos los que redact
n:i1entras estuve en el gobierno".69 Y no es sorprendente, porque lo
que Kennan demandaba en su largo memorandum, "The Internatio~al ~ontrol of Atomic Energy", era nada menos que el fin de la utihzacin de las armas nucleares como instrumentos blicos ofensivos.
Kennan Ueg a esta posicin por motivos que apelaban al ncleo
de la relacin existente entre poltica, estrategia e. instrumentos de
guerra: ~o hab~ mane~, argumentaba, de hacer que las armas de
d~struccin masiva pudieran ser obligadas a servir propsitos racionales que no fueran actuar como disuasores de la declaracin de

95

una guerra. La guerra, despus de to~o, era sul?u~stan;iente un .m~~io


para lograr un fin, no un fin en s nusmo; pod1a 1mph~a: un fm caracterizado por la sumisin a una nueva voluntad poht1ca Y ~al vez
a un nuevo .rgimen de vida, pero un fin que al menos 1.1? mega. el
principio de vida en s 1?is.mo". Las a.rmas d~ destrucc1on mas1v~
carecan de estas caractenst1cas. Trascienden las fronteras de la civilizacin occidental y llegan a los conceptos de guerra que fueran
antes familiares a las hordas asiticas. En verdad no se las puede
reconciliar con un propsito poltico dirigido a dar forma y no a de~
truir las vidas de los adversarios; no toman en cuenta la responsabilidad ltima y mutua de los hombres ... " Era importante "no caer
en el error de iniciar, o de planificar iniciar, el empleo de estas armas
y concepto~, hipnotizndo~os as con la c~nvicci,n de ~u~ en l.tima instancia pueden servirnos para cumplir algun proposito nac10nal positivo".70
Kennan no defenda en este caso ningn abandono unilateral de
las armas nucleares; en ausencia de un sistema de control internacional, pensaba, algunas de esas armas deberan r~tenerse "con !'ropsitos de disuasin y represalia". Lo que defendia era: 1) .~D: ep~~s
de paz, una postura que ms tarde sera Hamada disuas1on
mnima" -restringir el' nmero y el poder de las armas del arsenal
norteamericano estrictamente a "nuestra estimacin de lo necesario
para hacer que un ataque masivo contra este pas o sus aliado~ se
convirtiera en riesgoso y estril, y por lo tanto en una empresa irracional para cualquier adversario"-, y 2) si estallara la guerra, una
estrategia que no fuera "de primer uso". Ese enfoque, admita Kennan, requerira una cuidadosa consulta con los aliados y una considerable mejora de las capacidades militares convencio?al~s. Pero
podra obviar la necesidad de construir una bomba de h1drogeno, Y
colocara a Estados Unidos en mejor posicin para negociar seriamente con los rusos acerca del control internacional de todas las
armas nucleares. "Somos nosotros quienes comenzamos la discusin
acerca de la bomba de hidrgeno", seal Kennan. "No hay fundarr.entos para concluir que los rusos, que no necesitan armas de destruccin masiva para el establecimiento de una postura militar adecuada, son necesariamente insinceros cuando manifiestan su deseo
de que se las proscriba para su uso blico".71 *
Dentro del Departamento de Estado y de la Comisin d~ Energa Atmica exista considerable simpata por el punto de vista de
Kennan. El Comit Asesor General de la Comisin de Energa Atmica advirti que "una superbomba se podra convertir en un arma
11

Las evidencias recientes sugieren, sin embargo, que la Unin Sovitica ha.
bia decidido empezar a trabajar en una .~mba de hidrgeno, incll1;50, antes de
que los norteamericanos tomaran la dec151n de hacerla. (Ver David Holloway,
"Research Note: Soviet Thennonuclear Development". International Security, IV
[Invierno 197980], 192-97).

96

1 JOHN LEWIS GADDIS

de genocidio"; la capacidad de responder con gran cantidad de bombas atmicas, se pensaba, era deficiente como para disuadir a los
i:iso~ de la posibil.idad de lanzar un ataque, incluso, con bombas de
h1drogeno. El presidente de la Comisin, David E. Lilienthal, se uni
con otros dos miembros para recomendar en contra del desarrollo
de la nueva bomba, sobre la base de que no era "consistente con el
programa de paz mundial de este pas, ni tampoco con nuestra seguridad a largo plazo". El mismo Acheson argument en una reunin
del Policy P1lanning Staff en noviembre de 1949 que
tal vez lo mejor sea una moratoria de 18-24 meses de la superbomba -bilateral de ser posible, unilateral si fuera necesari0y durante ese tiempo hacer todo lo posible para distender la
situacin internacional, llegar a un acuerdo con los rusos, poner
en orden la casa econmica, preparar la mente del pueblo para
hacer lo que sea necesario y, si no hay acuerdo en vista
para cuando se cumpla ese tiempo -en vez de dejar caer una
bomba sobre los rusos como proponen algunos-, seguir adelante con la produccin generalizada (de bombas de hidrgeno
y atmicas), respaldados por la propia economa y por el p11eblo,
tras haber hecho todos los esfuerzos en otro sentido.
Y un mes ms tarde reconoci que "no podemos . . . tener conviccin ... al defender y dirigir el esfuerzo destinado a lograr el control internacional y la abolicin de las armas atmicas si al mismo
tiempo crece la confianza militar que depositamos en esas armas" .72
Pero tambin existan presiones contrarias, especialmente procedentes del Congreso y de los militares. El' senador Brien MacMahon,
coordinador del Comit Conjunto de Energa Atmica, dio pruebas
del estado de nimo dominante en Capitol Hill cuando escribi a
Truman: "Cualquier idea de que la renuncia norteamericana a la superbomba inspirara esperanza en el mundo, o de que el desarme
por el ejemplo nos ganara mayor respeto es tan sugerente de una
psicologa de apaciguamiento y tan poco coherente con las amargas
lecciones aprendidas antes, durante y despus de dos guerras mundiales recientes, que no har ningn otro comentario". Los jefes de
Estado Conjunto citaron las ventajas de esas armas, no slo como disuasores sino "como instrumentos con las mayores posibilidades de
poder conocidas"; estas consideraciones, concluan, "superan decisivamente las posibles objeciones sociales, morales y psicolgicas". Lewis L. Strauss, miembro disidente de la Comisin de Energa Atmica, pensaba que era "poco sabio renunciar unilateralmente a cualquier arma q~ un enemigo puede razonablemente poseer". Tampoco,
como el mismo Acheson tuvo que admitir, haba ninguna seguridad
de que los rusos no desarrollaran su propia "super", independiente-

IMPLEMENTANDO LA CONTENCIN

I 97

mente de lo que hiciera Estados Unidos, y tal como lo reconoca el


nforme final presentado al presidente por las secretaras de Estado
~ de Defensa, y por el coordinador de la_ ~omisi~n: "la pose~in de
esta arma nicamente por parte de la Umon Sov1etlca causana severos daos no slo a nuestra postura militar sino tambin a nuestra
posicin en poltica exterior" .73
Estas consideraciones llevaron al presidente, el 31 de enero de
1950, a autorizar una determinacin de la "factibilidad tcnica ~e un
arma termonuclear"; ya que la factibilidad no poda ser determinada
sin una demostracin real, este hecho era en realidad ms importante
que una autorizacin para construirla.74
"En realidad no hubo que tomar ninguna decisin acerca de la
bomba H", dijo Trumao a su staff pocos das ms tarde .. "Tena~os ...
que hacerlo, que hacer la bomba, aunque nadie qmera ut1hzarla.
Pero ... tenemos que tenerla aunque slo sea con el objeto d~ ne_gociar con los rusos".75 La opinin de Kennan, por supuesto, habrn sr~o
que la decisin misma de fabricar la bomba inhibira las negociaciones con los rusos acerca del control internacional, ya que no era probable que el Kremlin negociara desde una posicin de debilidad. Pe~o
no era sta la clase de "negociacin" que Truman tena en mente; mas
bien su percepcin, y la percepcin de la mayora de sus asesores,
era que Estados Unidos, como pas tecnolgicamente ~i~~ pero PC:
bre en poder humano, era quien operaba desde una pos1c10n de debilidad, ya que por necesidad se basaba ms que la Unin Sovit~c.a ~n
armas de destruccin masiva con el objeto de mantener el equrhbno
de poder. La prueba atmica soviti:a haba alterado ese equilibrio;
se crea que tan slo construyendo la "sper" se podra recuperar
el equilibrio.76
Kennan mantena retrospectivamente que sus enfoques de las
armas nucleares haban sido recibidos con "una mezcla de perplejidad y lstima por mi ingenuidad", y que recin durante la administracin Kennedy empez a desarrollarse una conciencia "de la falta
de solidez bsica de una postura de defensa basada principalmente en
armas indiscriminadamente destructivas y de implicancias suicidas".77 Esta queja no hace plena justicia a la administracin Truman,
pues una de las suposiciones clave del NSC-68 -la revisin completa
de la poltica de seguridad nacional' ordenada por el presidente como
parte de su decisin acerca de la bomba de hidrgeno- sera la necesidad de alejarse de la total confianza en las armas de destruccin
masiva, del riesgo de, tal como lo expresaba el documento, "no te?e;
mejor opcin que capitular o precipitar una guerra global". 78 Iromcamente, sin embargo, el costo de impl'ementar ese cambio de estrategia exceda con mucho la percepcin que tena Kennan de lo que
permitiran los intereses o las capacidades de la nacin -a tal punto
que NSC-68 se desarroll hasta convertirse en una estrategia de con-

98 /

JOHN LEWIS GADDIS

tendn fundamentalmente diferente de la que Kennan haba propuesto y defendido originalmente.


Las decisiones acerca de la OTAN, Alemania Occidental, Japn
y la bomba de hidrgeno tenan en comn la determinacin, por
parte de la administracin, de reforzar la posicin de Estados Unidos
y sus aliados con respecto a la Unin Sovitica, de construir lo que
Dean Acheson sola llamar "situaciones de fuerza". Este enfoque no
pretenda impedir eventuales negociaciones con los rusos, pero s
diferirlas hasta que se hubieran alcanzado los niveles de "fuerza"
requeridos.79 Dejaba poco lugar para l'os esfuerzos destinados a alterar el concepto sovitico de las relaciones internacionales por medio
de refuerzos negativos o positivos. En cambio, la "fuerza" lleg a
ser considerada casi como un fin en s mismo, no como un medio
destinado a conseguir un fin mayor; el proceso de contencin se
torn ms importante que el objetivo que ese medio deba supuestamente lograr.80 "No fue la 'contencin' lo que fall", coment
Kennan aos ms tarde; "fue la pretendida continuacin lo que jams
se produjo". *

IV
En el momento en que Kennan abandon el Policy Planning Staff a
fines de 1949, estaba claro que sus recomendaciones ya no tenan el
peso de antes. Lenta pero constantemente, la responsabilidad de las
pruebas -siempre un estorbo sustancial dentro de una burocracia-81
se haba desplazado desde !'os crticos de Kennan al mismo Kennan:
"mi concepto de la manera en la que nuestros esfuerzos diplomticos deben conducirse no es compartida por ninguno de los otros
funcionarios principales del departamento", anot en su diario en
noviembre de ese ao. "Aun cuando el secretario de Estado compartiera mis opiniones, tendra que operar en medio de personas cuya
filosofa de los asuntos exteriores sera necesariamente diferente". 82
Vale la pena preguntarse cmo ocurri esto -cmo una administracin que hallaba persuasivo el razonamiento de Kennan con respecto
a las dos primeras etapas de la contencin lleg a rechazar, aunque
penosamente, su asesoramiento con respecto a la tercera etapa. La
respuesta parece hallarse en la creciente dificultad de Trumao y de
"El verdadero momento de fracaso de mis propios esfuerzos se present
cuando se hizo evidente que los gobiernos occidentales, y especialmente el nuestro, eran incapaces de cultivar la fuerza militar y econmica esencial como entorno de cualquier negociacin exitosa, manteniendo al mismo tiempo abierta para
los rusos cualquier perspectiva razonable de negociacin. Lo mejor que podamos
ofrecerles en los "momentos cruciales era alguna forma de capitulacin incondi
cional de sus propios intereses polticos. No eran tan dbiles como para tener
que aceptar algo de esta clase". (Kennan al autor, septiembre 4 de 1980).

IMPLEMENTANDO LA CONTENCIN

99

sus otros asesores para aceptar las suposiciones de Kennan: 1) de


que el peligro de guerra era remoto; 2) de qu.e l.a asim~tra po~a
tolerarse indefinidamente; 3) de que las negoc1ac1ones, s1 cumphan
con Jos intereses de ambas partes, podan ser productivas; y 4) de
que la diplomacia deba ser flexible.
.
Las estimaciones de inteligencia seguan confirmando la supocin de que los rusos no se arriesgaran deliberadamente ~ una guerra total, pero la administracin estaba cada vez menos cornada con
el corolario argumentado por Kennan, que expresaba qi:e I?r lo tanto era posible concentrarse en los instrumentos econonuc?s.
la
contencin, y no en los militares. El problema era que el J~ICIO ~e
Kennan pareca ser ms bien intuitivo que verifica~le. Las mten~10nes soviticas, argan sus crticos, no podan medirse tan precisamente como las capacidades soviticas, y aunque fuera posible
medirlas las intenciones, a diferencia de las capacidades, podan
variar d~ un da para otro, negando as el valor de la mediacin. Tal
como observara Paul Nitze, el sucesor de Kennan como director del
Policy Planning Staff, "estamos en posicin de incapacidad con respecto a probar si los soviticos usaran o no usaran la fuerza". 83
Para aqullos que procuraban minimizar los riesgos -siempre un~
mayora dentro de la burocracia- pareca ms sabio basar las dec1sio~es en cantidades mensurabl'es que en lo que el mismo Kennan
admita era "la poco firme sustancia de los imponderables".84 Es significativo que, durante la elaboracin del NSC-68 en la primavera
de 1950 Acheson considerara irrelevantes los esfuerzos de Kennan
y del e~perto sovitico Charles Bohlen en cuanto a clasificar jerrquicamente las prioridades de poltica exterior del Kremlin; Acheson pensaba que ro importante era la capacidad de agresin de Mosc, fueran cuales fuesen sus intenciones presentes.85
Retrospectivamente, no es difcil ver los puntos dbil~s. en e_s;a
lnea de razonamiento. En el nfasis puesto por la admm1strac1on
en las capacidades en detrimento de las intenciones hab~. una tendencia a igualar la importancia de la informacin con la fac1hdad para
medirla * -un enfoque ms adecuado para la fsica que para las
relaciones internacionales. Tambin se manifestaba la imposibilidad
de aprehender el hecho de que las capacidades son una funcin de las
intenciones, y viceversa: las .capacidades no existen sino como resultado de decisiones que reflejan las intenciones (por imperfectamente
que sea); las intenciones sirven de poco si descuidan las capacidades,
en cuanto a su existencia real y a su potencialidad. Tampoco es tan
claro el hecho de que las capacidades soviticas hayan sido en realidad ms "cognoscibles" que las intenciones soviticas. Hay motivos
para defender la argumentacin de que _los cambios de los instrumen-

?e

David Hackett Fischer ha descripto esto como "falacia cuantitativa". Ver


Historians' Fallacies Toward a Logic of Historieal Thought (New York, 1970), p. 90.

100

IMPLEMENTANDO LA CONTENCIN 1
1

101

JOHN LEWIS GADDIS

tos de poder disponibles para el Kremlin han sorprendido ms a Occi-

d.ente durante las. tres ltimas dcadas que los cambios de los objetivos que consohdaron ese poder. Estas argumentaciones se han
visto verificadas, sin embargo, por el transcurso del tiempo, una ventaja de la que no disponan entonces los estrategas de 1950.
Un segundo problema estrechamente vinculado tena que ver con
la tolerancia de la asimetra. El concepto de Kennan de la defensa
de los puntos fuertes, con su idea de aplicar la propia fuerza contra
las debilidades del adversario, haba supuesto una jerarqua de intereses ~n e~ mundo: no todos los intereses podan ser de igual importan~ia: ~u todas las ru:ienazas planteaban el mismo peligro. Pero
esto sigmhcaba estar dispuesto a tolerar tambin situaciones en
las que la fuerza sovitica era dirigida contra !'as debilidades nortea~ericanas. Los dos casos ms preocupantes en 1950 eran el Lejano
Oriente, donde la "prdida" de la China continental a manos del comunisn:io pareca haber tomado vulnerable al resto de Asia, y Europa Occidental, donde el efecto disuasor de la bomba atmica norteamericana ya no bastaba para contrarrestar la superioridad sovitica
en fuerzas convencionales. Kennan reconoca estas asimetras de poder, pero no tena recomendaciones para hacer salvo conservar el
buen nimo. Tal' como ms tarde recordara haber argumentado con
respecto a la situacin en Europa:
Somos como un hombre que se ha dejado caer en un jardn
cercado y se encuentra all solo con un perro con grandes dientes. El. perro, por el momento, no muestra signos de agresividad.
Lo meJOr que podemos hacer es, por cierto, tratar de establecer,
entre nosotros, la suposicin de que los dientes nada tienen que
ver con nuestra mutua relacin -que no existen all ni aqu. Si
el perro no muestra disposicin a suponer que es de otra manera, por qu tendramos que plantear el tema y concentrar la
atencin en la disparidad? 86
Como China no era un centro de poder vital, el control sovitico
sobre ese pas, aun en el caso de que pudiera mantenerse (hecho que
Kennan dudaba), no planteara una amenaza significativa para Occidente. Europa no comunista era mucho ms vital, pero los rusos
saban que no podan apoderarse de ella. sin una guerra, y era improbable que se arriesgaran a ella, incluso poseyendo armas atmicas.
Los aos subsiguientes han demostrado que ambos clculos
de Kennan eran acertados, pero esa seguridad no exista en es~ momento. Lo que pareca de mayor importancia no era tanto la naturaleza del poder sovitico ni las intenciones de los lderes del Kremlin
-temas que n estaban sometidos a la posibilidad de verificacinsino ms bien el hecho innegable y perfectamente verificable de que
el poder haba cambiado para ventaja de Mosc de manera muy visible

en esas partes del mundo. Era este cambio de la percepcin de las


relaciones de poder lo que causaba uria sensacin de debilidad en
Occidente, y por lo tanto una falta de voluntad para embarcarse en
negociaciones con los rusos. antes de resolverla. Ya antes Kennan haba reconocido los efectos desmoralizantes que podan ejercer los
cambios en la percepcin del poder: el Plan Marshall, despus de todo,
haba sido desarrollado con el objeto de contrarrestar un cambio as.
Pero aparentemente Kennan n0 .;enta la necesidad de proponer medidas comparables destinadas a enfrentar los "shocks" psicolgicos
producidos por China y por la bomba atmica sov~tica.
Otro problema del enfoque de Kennan era precisamente el hecho
de que hubiera requerido cierta disposicin negociar, con los rusos en
un momento en el que haba pocas manifestaciones de inters recproco por parte de ellos. Fueran cuales fuesen l~s motivos d_e Stali?
para autorizar el golpe checo, el bloqueo de Berhn, la campana destinada a erradicar las influencias occidentales de !'a Unin Sovitica, la
purga de sospechosos elementos "titostas" en Europa Oriental, y una
serie de extensas tiradas vituperantes de los representantes del Soviet
en las Naciones Unidas, el efecto de estas acciones no produca una
atmsfera que condujera a negociaciones. Es verdad que los contactos detrs de la escena haban ayudado a aligerar la crisis de Berln
a principios de 1949, pero estas discusiones no hicieron nada para
resolver las diferencias que haba causado el bloqueo en primer lugar.87 La opinin de Kennan haba sido que a pesar de las diferencias,
la Unin Sovitica y Occidente an tenan intereses comunes en el
retiro mutuo de fuerzas de Europa central, en la reunificacin de
Alemania, en la neutralizacin de Japn y en el control internacional
de la energa atmica. Si Estados Unidos y sus aliados hicieran ofertas
serias con relacin a estos temas, pensaba, los rusos no tendran ms
opcin que responder con igual seriedad, ya que hacindolo serviran
a sus propios intereses. Hay estudiosos de la poltica exterior sovitica
que tienden a pensar, retrospectivamente, que Kennan puede haber
estado en lo cierto.88 Pero si se es el caso, los rusos hicieron muy
poco por sealarlo as en ese momento.
y aunque los rusos lo hubieran manifestado, las neg.o~iacioi:~s
con ellos hubieran planteado serias dificultades a l'a admmistracion
Truman, que haba llegado a considerar esta opcin como u~a empres~
riesgosa y estril. La opinin pblica y del Congreso hu~iera considerado esa discusin como un "deshielo" de la Guerra Fria, en cuyo
caso el respaldo para los programas de defensa y de ayuda exterior
necesarios desapareca, o como evidencia de apaciguamiento -un
peligro que no deba descartarse en un perodo en el que la pal'abra
"Yalta" haba cargado con gran parte del oprobio hasta entonces reservado a la palabra "Munich". Los aliados demandaran ser consultados, impidiendo de ese modo el secreto y la flexibilidad; cualquier

102 1 JOHN

UWIS GADllIS

omisin de ellos les producira el t


pensas de ellos. Los mismos rus emor de una "negociacin" a exdisposicin a negociar como u o~ probablemente consideraran la
n signo de deb T dad
e1evaran los precios de una negocia "
i 1 ' ! por lo tanto
la credibilidad: cmo poda creers~1 nen conso~anc1a. El tema era
de resistir la agresin si al mi . t" el compromiso norteamericano
caba en negociaciones con el' =:.~so1em~o Estados Unidos se embarera, sin duda, no negociar.89
r m s probable? Lo ms simple
,
...
Finalmente, la estrategia de Kennan re
pacidad de cambiar de d"
" d ,
_quena flex1b1hdad: la cairecc1 n, e enfas1s y . fu
.
. ~1 era necesano de
gastos en respuesta al curso de l
v~sta los objetivos de mayor alean~~ ~~~:~ecn~1~tos, sin perder de
c10nando meramente a los acontecim. t os m os no estaba reacl repetidas veces sus propia
. ien os del mundo externo, seadaran forma al m'undo
s acdc1ones .seran en realidad las que
t
en un gra o considerable E

once.s, controlar cuidadosamente el' i


.
i:_iec:esano, enamencanas, y modificarlas e
d fu mpacto de. las m1c1t1vas nortesiendo coherentes con las ;~n o, 1 .era necesano para _que siguieran
de poltica podan ser tiles paas ~ t:?I~s. Las declaraciones escritas
los enfoques iniciales, ero eso: e imr estas. ~~tas, o para decidir
decir todas las conting:ncias . doc~ento~ d1f1c1lmente podan preLas burocracias no eran
, .Y por e o tend1an a promover la rigdez.
masiadas tentaciones de c~::~~~~:
contr<;>la~se solas .-haba defueran por el inters nacional
p~edrm1entos existente,s, ya
y de visin, crea Kennan era do no. ILa meJor garanta de flexibilidad
d

.
d lart a os .expertos cait
mmed1ato
al nivel decisorio
I ica os un acceso
de aclarar sus recomenda . e ope, sm cargarlos con la obligacin
nadas, y liberndolos par~1o:es ~ travs de las burocracias subordicuando fueran necesarias.oo ugenr recomendaciones o adaptaciones

.ra.

r::

d d" , .
Pero esta disposicin hubi
necesidad de direccin de la bu~~I .o ifcll ~e. reconc~liar con la
llevar a cabo operaciones coordi d c1aErequenm1ento evidente para
dicho, resista a los intentos d ~a as.
enf?que. de Kennan, se ha
esotrica" se basab
e congelar y d1semmar una habilidad
ble del fu~cionario e:p:z!~~~ 'S_~te en , "la sabidura no comunicagdeces, simplificaciones Y art~~alrdt~m~. P.0 ca ?~ciencia con las "ritracin de organizaciones
ande 9t a es rmphc1t~s en la adminisclase de asesoramiento slogrte , s.al Aclim~es_?n consideraba que esta
ma v or
1tado:
d l h ..
Reconoc y apreci en buen
rica de nuestros funcionarios~ ~e a. .b:da~ personal y esoten tanto su saber fuera "no comuni~~;;. xtenor, pero crea que
de en las operaciones del ext .
.' s~ valor, aunque granAU las polticas exteriores dee:ior, era l~tado en Washington.

:~. e~11::!1~~~n~equ~~~e~
r~~ns:;:::~Ju!:1:e~=e~e=~~~~b:
'
vez ega a su cargo e.htrenado en

Ull'LDDNTANJIO LA OONTENCIN

1 103

asuntos exteriores, ni tampoco los asesores. Lo que l necesitaba


era saber comunicable, no meras conclusiones, por ms basadas
que estuvieran en la experiencia o en la intuicin, lo que el hombre de la calle llama "corazonadas educadas". Consideraba que era
mi deber reunir todo el saber disponible y comunicarlo a una
competencia considerable.92
Las reconsideraciones requieren tiempo, esfuerzo intelectual y
energa, cualidades que siempre son escasas. Preocupados como estaban en mantener el respaldo de la contencin simultneamente dentro
de la burocracia, el Congres, el pblico informado y entre los aliados de ultramar, lo ltimo que Truman y Acheson deseaban eran
cambios de direccin o grandes revaluaciones de los presupuestos bsicos. El' famoso ejemplo que Acheson aplic a un grupo d crticos
republicanos tambin es aplicable en este caso: el del granjero que
todos los das desplantaba su cosecha para ver cunto haban crecido
las races durante la noche. Nada muy productivo.93
El precio de la efectividad administrativa puede ser la miopa, sin
embargo: retrospectivamente, una de las crticas ms importantes que
se puede hacer a la conduccin de la poltica de seguridad nacional y
exterior de la administracin Truman es que no logr mantener la
adecuada subordinacin de los medios a los fines. En su resuelta determinacin de restaurar la fuerza militar y econmica de Occidente,
perdi de vista el objetivo que la fuerza supuestamente serva: el de
terminar con la Guerra Fra. En un esquema que se tornara familiar
en los aos por venir, el proceso triunf por encima de la poltica,
con resultados considerablemente diferentes de los que Kennan, e incluso la administracin, habran credo deseables.
Pero tambin la estrategia de Kennan tena un defecto fundamental. Procuraba lograr sus objetivos ltimos por medios psicolgicos -infundiendo autoconfianza, no slo en las naciones directamente amenazadas por la expansin sovitica, sino tambin en Estados
Unidos. Tambin dependa. sin embargo, de la capacidad de los lderes nacionales de hacer y mantener distinciones racionales entre intereses vitales y perifricos, capacidades e intenciones de los adversarios, negociaciones y apaciguamiento, flexibilidad y direccin. Kennan no tuvo en cuenta la posibilidad de que la insistencia en las
distinciones racionales puede producir miedos irracionales, socavando as la autoconfianza. La psicologa, despus de todo, incorpora
estados mentales racionales e irracionales; el hecho de descartar los
miedos irracionales no los hace desaparecer. La analoga de la cuerda floja de Kennan era sin duda adecuada: era una manera econmica pero riesgosa de surcar el abismo, y si bien la soga ha demostrado
ser ms dura y ms flexible de lo que se crea en ese momento,
de todos modos no era fcil cruzar sin mirar hacia abajo.

Captulo IV
NSC-68 y la guerra de Corea
A primera vista resulta raro que George Kennan, el ms gracioso
estilista de la prosa que sirviera en Washington en los tiempos modernos, nunca se tomara el trabajo, mientras era un funcionario oficial, de expresar por escrito su concepto completo de la contencin.
Gran parte de su pensamiento, por cierto, hall expresin en los
papeles polticos, y la administracin Trumao implement muchas
de las recomendaciones de Kennan entre 1947 y 1949. Pero tuvimos
que tamizar los elementos de su estrategia a partir de discursos y
declaraciones hechas en variadas formas ante variadas audiencias.
Kennan no emprendi una exposicin sistemtica de su programa.
Esa aversin a los lineamientos polticos escritos no era accidental. "No tena confianza", record Kennan ms tarde, "en la capacidad de los hombres de definir hipotticamente de manera til, por
medio de fraseologa legal y general, situaciones futuras que en realidad nadie poda imaginar o concebir". 1 Los temas de las relaciones
internacionales eran demasiado sutiles y evanescentes para ser reducidos al papel sin que se produjera un exceso de simplificacin; una
vez que se haba logrado acuerdo acerca de los expedientes, era
demasiado difcil' que las Jmrocracias los reconsideraran a la luz
de las cambiantes circunstancias. Pero como a Kennan le result
imposible, o bien innecesario, expresar a las burocracias encargadas
de implementar su estrategia la manera en la que las partes se relacionaban con el todo, nunca se desarroll, en todos los niveles del
gobierno, ese sentido de la direccin que es l'a nica manera de asegurar la perpetuacin. Como resultado, Kennan descubri que la
administracin se comprometa con movimientos que parecan en s
, mismos suficientemente razonables -la OTAN, la e icin de un
Estado alemn occidental, la decisin de mantener las bases militares en Japn despus de la ocupacin, el desarrollo de la bomba de
hidrgeno-- pero que eran incoherentes con los objetivos ltimos de
su estrategia. En el momento en que logr detectar y sealar las
discrepancias, era demasiado tarde para hacer cambios.
Fue precisamente esta necesidad de mayor coherencia en la formulacin poltica, que sigui a los shocks de 1949 -la "prdida" de
China, la bL'mba atmica sovitica, los persistentes debates acerca
de la estrategia que -se producan entre los servicios, y el dilema de
105

106 1

JOHN l.EWIS GADDIS

NSC-68 Y LA GUERRA DE OOllEA

cmo cumplir responsabilidades con I


,
limitados- lo que hizo que el preside~t:~n:::cian s~r ~e~ursos
1950, a~toriza,ra. justamente la clase de estudio a l~ ~!er~~ipios de
negaba. una umca y abarcativa declaracin de intereses
nnan se
respuestas ~actibles, capaz de ser comunicada por cord ~=:~ y
la burocracia. Pero Kennan ya no estaba all pa d. . . p l
da

::!~s i;;~;~~ado1 a

su cargo de director del ~u:;1!ra~nf:;Y~~!~


.d , y a tarea de preparar el nuevo doc~mento, que lleg
co~oci ~ como NSC-68, recay sobre un comit ad hoc formado
por funcionanos de los departamentos de Estado y d D f
dinados por el sucesor de Kennan, Paul H. Nitze.2 e e ensa, coorNSC-68 no fue un documento que se preparara como repud"
Kennan. Fue. consultado en diferentes etapas de su elaboracin ; ~
docu~ento final --de sesenta y seis pginas redactadas a un esp~ci~
refle1a~a sus .enfoques en v~rios puntos. El objetivo era ms bien
el d~ sistemattzar la c?ntenc~n, y descubrir los medios para hacerla
funcionar. Pero la ~ctitud misma de reducir la estrategia a la escritura expona las diferencias que haban empezado a manifesta
~~tre Kennan Y la administracin, diferencias acentuadas por r~=
usqued~ de medi?s y la manera generosa en la que el comit de
elaboracin cumpha con su mandato. El resultado al iguil que
ese product~ m~s prominente de un mandato amplia~ente c~nstrui
do,_ la Co~stit:ic1~ de Estados Unidos,* era un documento de cont~mdo e 1mphcanc1as ms generalizadoni.s de lo que haban pretendido sus creadores.
a ser

I
Las .diferencias existentes entre la concepcin que Kennan tena de
los mter~ses de Estados Unidos y la del NSC-68 no son inmediatamente .~videntes. ~l documento" proclamaba como "propsito fundamental . de la .nacin asegurar la vitalidad y la integridad de nuestra .~ociedad l~bre, fun.dada ~?bre la dignidad y el valor del individ:io . Prosegu1a anunciando nuestra determinacin de crear condiciones en ,,ias qu~ nuestro .sistema libre y democrtico pueda vivir y
prosperar . Asociaba los mtereses norteamericanos con la diversi~ad, no con la uniformidad: "la base fundamental de la sociedad
hbr~ _es la fuerza y el atractivo de su idea, y no siente ninguna compuls10n de que tarde o temprano todas las sociedades sean construi
das conforme a ella". Y pareca confiar en el equilibrio de poder
La elaboracin del NSC-68 se asemejaba tambin a la de la Constitucin
en el hec:ho de que ambas fueron realizadas independientemente de las agenciaS
que nominalmente eran responsables de esos temas -en el ltimo caso el congreso Confederado; en el primero, el Consejo de Seguridad Nacional.
'

1 107

como medio de asegurar esa diversidad: el prrafo inicial recordaba


con aparente aprobacin el sistema internacional que haba precedido a la Primera Guerra Mundial, en el que "por varios siglos se
haba demostrado que era imposible para cualquier nacin la adquisicin de una fuerza de predominio tal que no pudiera ser enfrentada,
con fuerza mayor, por una coalicin de otras naciones" .3
Pero all acababa toda semejanza. Kennan haba argumentado
que slo era necesario mantener el equilibrio de poder, salvaguardando as la diversidad, y para ello debamos simplemente mantener
tos centros de capacilad industrial militar lejos de las manos hostiles. Los regmenes no amistosos de otras partes, aunque no eran
deseables, planteaban poca amenaza a la estabilidad global mientras
carecieran de los medios de manifestar su hostilidad. NS.C-68 planteaba un punto de vista muy diferente: "cualquier extensin sustancial del rea dominada por el Kremlin planteara la posibilidad de
que no pudiera reunirse una coalicin de fuerza mayor, adecuada
para enfrentar al Kremlin". Y, una vez ms: "el ataque a las instituciones libres se ha hecho mundial, y en el contexto de la actual polarizacin del poder una derrota de las instituciones libres en cualquier parte significa una derrota en todas partes".4 * La implicancia
era clara: la estrategia de Kennan de defender puntos fuertes selectos ya no bastara; el nfasis se pondra, ms bien, en una defensa
perimetral en la que todos los puntos del permetro se consideraran
de igual importancia.
El respaldo que daba NSC-68 a la defensa perimetral sugiere
la existencia de mayores disidencias con respecto a la estrategia de
Kennan. Una de ellas tiene que ver con la naturaleza del poder efec
tivo en los asuntos internacionales. Kennan tena la opinin de que
solamente el poder industrial militar poda producir cambios significativos en la poltica mundial, y de que mientras se lo conservara
ms o menos en equilibrio, la estabilidad internacional (aunque no
necesariamente todas las posiciones expuestas) podra ser preservada. Pero el mismo Kennan se vio forzado a reconocer en 1949 que las
cosas no eran tan simples. La inseguridad poda manifestarse en
trminos psicolgicos tanto como fsicos, tal como lo haban demostrado las demandas de Europa Occidental de proteccin militar a
Estados Unidos. Y la inseguridad psicolgica se poda producir con
igual facilidad a partir del distante sonido de los domins que caan
como por el entrecruzar de sables en la casa vecina. ste era el maYor dilema sin respuesta en el pensamiento de Kennan: cmo poda sobrevivir la autoconfianza de la cual dependa su estrategia al
En este punto la expresin sugiere que la estrategia de Kennan puede
haber sido considerada apropiada para momentos menos exigentes, pero que el
~~librio de poder se habia desplazado hasta ahora tan a favor del bloque soVtico que ya no podan tolerarse ms prdidas.

GUERRA DE COREA
NSC68 Y LA

108

1 JOHN LEWIS GADDIS

establecimiento de distinciones entre intereses vitales y perifricos?


En lo que se refiere a los autores del NSC-68, la supervivencia' era
imposible.
Desde la perspectiva de esos autores, los cambios del equiHbrio
de poder no slo podan darse como resultado de las maniobras econmicas o de la accin militar, sino tambin a partir de la intimidacin, la humillacin o, incluso, la prdida de credibilidad. La Unin
Sovitica, recordaba Nitze a su colegas, no estableca distinciones
entre las formas de agresin militares y no militares, se guiaba "por
la simple consideracin de debilitar la posicin de poder mundial de
Estados Unidos". El NSC-68 agregaba que "como todo lo que nos
produce o produce respeto ! otros por nuestras instituciones es un
adecuado objeto de ataque, la idea del Kremlin es no desperdiciar
nunca la oportunidad de insultamos o hacernos sufrir indignidad
siempre -que eso pueda hacerse con impunidad". La Unin Sovitica
estaba dispuesta " demostrar al mundo libre que la fuerza y la v0luntad de utilizarla estn de parte del Kremlin, y que aqullos que
carecen de ella son decadentes y estn condenados".5
Las implicancias eran alarmantes. El orden mundial, y con l la
seguridad norteamericana, haban llegado a depender tar}tO de las
percepciones del equilibrio de poder como de lo que ese equilibrio
era en realidad. Y las percepciones involucradas no eran solamente
las de los estadistas habitualmente_ encargados de decidir las polticas, sino que tambin reflejaban la opinin masiva, domstica y externa, informada y desinformada, racional e irracional. Ante una
audiencia as, incluso la apariencia de un cambio de las relaciones
de poder poda tener consecuencias desastrosas; los juicios basados
en criterios tradicionales como la geografa, la capacidad econmica o
el potencial militar deban equilibrarse ahora con consideraciones de
la imagen, el prestigio y la credibilidad. El efecto fue el de incrementar el nmero y la variedad de intereses que se consideraban
relevantes para la seguridad nacional, y el de diluir las distinciones
establ'ecidas entre ellos.
Pero la proliferacin de intereses poda tener escasa significacin si se los separal;>a de los medios para defenderlos, y en ese
aspecto NSC-68 cuestionaba otro de los presupuestos que haban
alimentado la estrategia de la contencin de Kennan: la percepcin
de los recursos limitados, que haba tornado necesaria la distincin
entre intereses vitales y perifricos. En este punto no haba existido
divergencia de puntos de vista entre Kennan y la administracin. El
presidente Truman haba seguido insistiendo en mantener bajos los
gastos de defensa con el objeto de evitar impuestos ms altos o dficits presupuestarios; sus lineamientos para el presupuesto fiscal de
1951, planteados en el verano de 1949, proponan un mayor gasto en
programas domsticos, por lo que limitaban el presupuesto militar

a un techo. ~e

109

.
la e~onoma de
"Advertimos que

~:c~asb~~~~~~iones exist~i:tes sl~r~r~;:re~~~~f:;

nuest~t~~~~o~~itada

para defensa"' le -~~~oe afe;house Armed Serviuna ~- dor de los jefes de Esta~o ConJ_ "~ debemos tender a discoorcma mittee ms tarde ese mismo ?~, s armados". Pero Bradley
ces om
. .
ara los servic10
,
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nnuir las apropiac10n~s p 1 condiciones existentes habia si o
reg que su referenc~a a as
.
nos lanza en una guerra, e
~~erada, "porque, obviamente., si s;antidad necesaria para a~asteeblo norteamericano gastara la
r con sus obligaciones mterpu
la defensa nacional y para cump ir
cer .
.. 6

r los
nac10nales .
.
a manera de mcrementa
Lo que hizo NSC-68 fue s:i-g~1crt~ presupuestarios a largo plazo
as tos de defensa sin guerr~, :'m ~'lo el 6-7 por ciento del producto
g sin pesadas cargas .impositivas .. ~tos militares, se sealaba;* ?re~ruto interno se. dedicab~ ~~~t~i~: relacionadas con la guer~ ~~~i~:
ando las inversiones en m
'sticas comparables de la mo
,
g
,
1 20 por ciento. Las estadi
. nto Pero la economia
crecia a
8
ciento y 40 por cie
.
,
t ameriitica eran del 13' por
idad y la economia nor e
~ovitica op~rafba casi c~n~~~~o c;~:~den~ial al Congr:s?dd~ :~~~~~~
cana no El m orme e
. el ms alto de activ1 a
1950 haba sealado que co.n u~ mvda elevarse del nivel de 19,49 d~
ca el producto bru~o naciona . po aos. Este incremento po~i.a ut125S billones a 300 ~illones en cmco sustancial de la fu~rza mil~ta: y
lizarse para financiar un .u~ent~uir el estndar de vida domestico.

~1~~:S~~ieci~fic~;%~: s~~e~~:F ~o~~o r~~~{~~~~ ;:s q~~u~e ~~7;:~

roa as podra llevar al pro uc o


as militares y de ayuda ex~ern~
se requera para los nuevos ~rog.ra~icativas de nuestra expenencia
"Una de las enseanzas mas s1~?\ .. sealaba el NSC-68, "fue que
durante la Segunda Gu.erra Mun ia ~ era a un nivel que se acerca
la economa norteamericana, cuando ~strar enormes recursos para
al de la eficiencia plena, puede s':1~li suministrando simultneamen,
el consumo c1v1
1 "7
O tros propositos que
te un estndar de vi'da m s a to .
.
on respecto a los gastos

licancias c
A pesar de sus obvias im_r.
dentro del Pentgono, cuyas
d
o se ongmaron

s con la
militares, estas i ~as. n fiscal se haban enquistado aun roS haban
doctrinas de orto oxia
secretario de Defensa. e .
designacin de Louis Johnson dcomo grupo de asesores civiles, bberab"o dentro e un
de la ecooriginado, en caro l~ ' las tcnicas keynesianas al mane30
po era
les ansiosos de ap icar , .
tante miembro de este gru
El mas impor
convertira en director del Conno ~a domstica.
.
muy pronto se
umentar
Leon Keyserlmg, que , .
ue haba empezado a arg
. d Asesores Economicos, y q
seJO e
En realidad, la cra se acercaba al

5 A ver apndice.
o.

""""'
NSC-68 y LA GUERRA DE .,.,._.
110 1

JOHN LEWIS GADDIS

que la nacin poda tener tasas de crecimiento ms vigorosas si el gobierno estimulaba la economa y toleraba dficits presupuestarios de
corto plazo hasta que comenzaran a entrar los ingresos impositivos
procedentes de la incrementada actividad econmica. La idea, tal
como la expresara Keyserling, era hacer ms grande el pastel en vez
de discutir acerca de cmo dividirlo. Keyserling, por supuesto, tena
en mente el programa domstico del presidente al presentar esa argumentacin, y con ese fin haba persuadido a Truman de respaldar la
factibilidad eventual de un producto bruto nacional de 300 billones.
As, el comit encargado del NSC-68 pudo incorporar el punto
de vista de Keyserling con alguna apariencia de sancin presidencial, pero tuvo que adaptarlo para propsitos muy diferentes de sus
objetivos originales. No obstante, tras leer el NSC-68, Keyserling expres un "absoluto acuerdo" con sus conclusiones econmicas, advirtiendo solamente acerca de la necesidad de "'mprender esfuerzos
educacionales para corregir la difundida impresin de que "un incremento de defensa significa una disminucin equivalente de los
estndares de vida, impuestos ms altos y una proliferacin de controles".9 * Las implicancias eran tan alarmantes como la idea de que
los intereses fueran indivisibles: si el gobierno slo se ocupara de
"manejar" la economa, los medios de defensa podan expandirse
segn las necesidades de proteger esos intereses. Tal como Robert
A. Lovett, ex subsecretario de Estado, banquero de Wall Street y
neo liberal keynesiano dijera al comit: "no hay nada que el pas no
pueda hacer si desea hacerlo". 1 A su primera afirmacin de que
no debera haber distinciones entre intereses vitales y perifricos,
NSC-68 agregaba ahora, con seductora lgica, que no era necesario
que las hubiera.
Pero si la expansin de los medios posibilitaba fines mayores,
significaba eso que estos fines justificaban una mayor variedad de
medios de los que antes se haban credo apropiados? Los autores
del NSC-68 adoptaron una posicin ambivalente en este punto. Por
una parte, argan que "la responsabilidad del liderazgo mundial ...
demanda que hagamos el intento y que aceptemos los riesgos implicitos en l, para promover orden y justicia por medios coherentes
con los principios de la libertad y la democracia". Sealaban adems
que mientras "el Kremlin es capaz de seleccionar cualquier medio
que sea expeditivo para llevar adelante su idea fundamental", las
democracias no disfrutaban de esa libertad de eleccin:

"Keyserling y yo discutimos estos asuntos con cierta frecuencia.; aunque


l deseaba gastar el dinero en otros programas, estaba convencido de que el pas
poda permitirse un ,gasto de 40 billones para: defensa en el caso de ser necesario."
(Paul Nitze, "The Development of NSC-68", International Securlty, IV [primavera de 1980], 169.)

1 111

1 . , n a la imposicin
l fuerza a la compu s10 ,
una socieEl hecho de r~currir au: acto difcil y peligroso l~~an peligros
de la _volunta ~~i. es admisible cuanddo bse s:~ ~~ara y urgente;
dad libre, que
"dad de este acto e e
, como ine.

t:::~~~:s~ ::;;:do por ~n~d~:as:~~~!e :e1~~~bertad.

En

:itable excel?cin ~; ::est~ en peligro la capa~~t~d :ee1b:;


caso contrario, se b
libres despus de que ese
rativa de los hom res
nevado a cabo.

r
por
.
o ser puesta en pe i~o
.
. dad de nuestro sistema ~ . violenta o no violenta:
La mtegn d"d abierta o encubierta, l
del 1<.remlin, n1
ninguna me 1 a, sito de frustrar los panes de afirmar nuesque sirval al ~:~ldad de conducirnos de mod~'be esas medidas,
tampoco a ne
.
con palabras pro
fi y que
tros valores con acc1onei~~amente calculadas para ese :os consiempre que sea~s~.;:~~ mal dirigidas como ~~:e~~.:iigos sean
no sean tan exc. . d 1 pueblo en vez de que
viertan en enem1~05 e ue lo han esclavizado.U
..
los hombres malignos q
.
difcil de reconc1har
un mandato exigente,
.
Esto es por cierto
1 preceda.
t
1 bnegada ordenanza que o
d l NSC-68 probablemente econ a a
.. .
ue los autores e
documento aparece
La reconc1hac1n q
ninguna parte del .
democracia
te (aunque en
principio una
nan en roen
sta. que aunque en
d se enfrentaba con
explcitam~nte) era'todo~ selectivame~te, c~an 1quier cosa era juedeba elegir sus ~et para su supervivencia ~ua
a tos problemas
una amenaza ab~o u razonamiento poda apllcarslesuministro de los
.
El mismo
.
ses y en e de la economia
,
go l unp10.
.
. acin de mtere
implcitos en la di.~r;:~~nes de las prioridades :nte una amenaza
medios: las cons~ e en pocas normales, pero u aciones de esta
podan ser apropiad~s la Unin Sovitica, las p;~oc ~dial tan pelicomo la que plantea a das or ta borda. La cns1~ rora
l~ Segunda
ndole podan ser lanza o plo haban sido la Pnme yrmisibles togrosa potenci~lmente
vitales todos los. ~ntereses,
los autores
Guerra Mundial, tornab l
mtodos justificables. p
definidos
.
y todos os
podan ser
dos los med ios .
orteamericanos no . . .
ara ellos:
del NSC-68, los mteresese ~a Unin Sovitica s1gn1f1ca~~ ;epeta con
arte de la amenaza qu Kr l"n" como el docum~n
un
~frustrar los designios delf rme~ len' un fin en s mismo, no en
se transo
tanta frecuencia,
un fin mayor.
medio destinado a lograr
Pero despus agregaban:

co:-

:r:

112 /

JOHN l'..EWlS GADDIS

NSC-68 Y LA GUERBA DE OOllE4

II
~ero cul era el designio del Kremlin
,
c1ones de este designio planteadas en el
de qu~ ~odo las percepa las de Kennan? "El d .
SC-68 difenan con respecto
Unin Sovitica .Y el :;~7::i1~;t~ndament~l de. los que controlan la
el documento "es el d
comumsta mternacional" argu""1'a

e conservar
l"dT
'
primero en la Unin Sovitica de y s~ I I icar ,su poder absoluto,
ahora bajo su control. Sin embrr spues en las areas que se hallan
Soviet, el logro de este desi . go, e~ las mentes de los lderes del
su autoridad y la eliminaci;r1~ft req~ere la e~tensin .dinmica de
a .su .autoridad". Kennan hubieraii:::ua~ocualqu~er oposicin efectiva
N1tze y sus colegas crean ue l
. ~sto ii:~~usable. Tampoco
mordialmente motivada por~
~ exp~ns1on sov1etlca estuviera priKennan crean que el marx1smns1l er~c.1ones ideolgicas; al igual que
.
o- emnismo era
'
1
que e 1 d etermmante de la pol't'
d 1
.
mas e mstrumento
. d
i ica e Soviet "l
. .
Kreml m
e su propia infalibir d d h
.
a conviccin del
a
~ t~rnado tan subjetiva su devocin a la teora que los
referentes a la doctrina no fp nunciamientos pasados o presentes
.
o recen una gua confi' bl'
fut ura ,, M,as bien
la hosti"l"d d
., .
a e para la accin

'
s e ongma
b a simplemente

I
en a mcapacidad de tolerar li ad. sov1etica
.d
totalitario: "La existencia ~ iver~i ad, .caracterstica de un sistema
una amenaza insistente y y
f.ers1stencia de la idea de libertad es
sociedad esclavizante y
n mua pa:a los fundamentos de una
necesidad de Hbertad' e~ :i~~~;~~~~ esta considera intolerable la
Los autores del NSC-68 tambin estaban
~n que esta incapacidad de convivir co 1 ~e ac.uerdo con Kennan
hdad, que por cierto acab ,
n a diversidad era una debipero diferan con l en cua:~a or crearle problemas al Kremlin,
se produciran. Kennan opinab a mo;nento en que estos problemas
q_ue ya le resultaba difcil cont:o~~e a URSS Y. se haba excedido,
s1ones resultantes vvidamente efl . reas absorbidas, y que las tencan oportunidad~s que Estad: ~J~~as por
hereja titosta, ofreplanteaba un enfoque ma's
.s . m os podia explotar. El NSC-68
pesimista La exp
,
., .
mentaba, haba producido h t
ans1on sov1etica, argud b"l'
f
, as a e1 momento fuerza
ueran cuales fuesen los acierto d 1 f ,
Y no e 11dad;
'
trarrestados por la victoria del s e i.to1smo, est~ban ms que conmica sovitica y l'a persistente a~~:~~Is~o en_ ~hma, la bomba atmomento en que Estados Unido r .ac1 n .m1htar de Mosc en un
militares. Dada esta situac1'o'n
s u;ii~aba ngurosamente sus gastos
, parec1a imprude t "

ro esperando que el Imperio So . 'f


ne arriesgar el futusin o de otra razn, se dest v1e ico, a ~ausa de un exceso de extenNi Kennan ni el NSC-68 ruya e.spontaneamente desde adentro".13
cuestionaban la superioridad sovitica

'J

:o

c:

113

en fuerzas convencionales o su capacidad de desarrollar suficientes


armas atmicas para neutralizar la ventaja norteamericana en ese
punto tambin. Ms bien, sus evaluaciones opuestas al equilibrio de
poder existente giraban en tomo de si la URSS se arriesgara deliberadamente a producir una guerra. Kennan, razonando a partir de
una evaluacin de las intenciones soviticas, argumentaba que las
disparidades de poder militar podan tolerarse porque los rusos
tenan poco que ganar si las utilizaban. El liderazgo sovitico era
cauteloso, proclive a lograr sus objetivos con un mnimo de costos
y riesgos sin hacer referencia a ningn programa temporal fijo.
Por lo tanto, Estados Unidos poda contentarse con una respuesta
asimtrica -reforzando su propia fuerza y la de sus aliados, pero
sin esforzarse por duplicar la configuracin de la fuerza sovitica.
NSC-68, que pona nfasis en las capacidades soviticas, argumentaba que los rusos no haban provocado una guerra hasta ahora slo
porque haban carecido de la seguridad de ganarla. Una vez que sus
capacidades se hubieran expandido hasta el punto de esperar razonablemente una victoria -NSC-68 estimaba que esto se producira
en 1954, cuando los rusos tuvieran bombas atmicas suficientes como
para devastar el territorio de Estados Unidos-, las intenciones
de los lderes del Kremlin, si es que en el nterin Washington no
haca nada por incrementar sus propias fuerzas, bien podan ser
las de declarar una guerra, probablemente bajo la forma de un
ataque sorpresa.1
Hasta entonces, el peligro ms significativo era el de la guerra
por apropiacin. El mismo Kennan haba llegado a reconocer la posibilidad de que la Unin Sovitica pudiera autorizar una accin
militar limitada de sus satlites, pero esas maniobras estaran destinadas, crea l, precisamente a lograr tos objetivos soviticos sin
desatar una guerra generalizada. Como no todos sus intereses eran
igualmente vitales, Estados Unidos poda elegir dnde y cmo responder: "Las realidades mundiales tienen mayor tolerancia de la que
creemos en contra de los ambiciosos planes de dominacin mundial" .15 NSC-68, por otra parte, consideraba que las "agresiones parciales" eran un instrumento de la guerra que tenda a explotar la
falta de disposicin. norteamericana a utilizar armas nucleares si no
sufra un ataque directo. Partiendo de la muy diferente suposicin
de que los intereses eran indivisibles, el documento adverta que
cualquier omisin en la respuesta poda conducir a "una espiral
descendente de demasiado poco y demasiado tarde, de duda y recriminacin, de alternativas cada vez ms estrechas y ms desesperadas". El resultado seria una serie de "retiradas graduales debidas a
las presiones, hasta que descubramos en cierto momento que hemos
sacrificado posiciones de inters vital"'.16
Incluso sin guerra, la Unin Sovitica poda utilizar sus fuerzas

Nsc-68 y L& GtraRIIA DE COREA \

114 1 JOHN

115

urwJS GADIIS

armadas -que el NSC-68 describa como "mucho mayores que las


necesarias para defender su territorio nacional"- para erosionar la
posicin de Estados Unidos y sus aliados: esa fuerza daba a la URSS
"un mayor poder coercitivo para utilizar en pocas de paz. . . y
sirve como disuasor para que las vctimas de sus agresiones no emprendan ninguna accin en oposicin: a sus tcticas, librndose as
de los riesgos de una guerra". El objetivo era "respaldar la infiltracin con la intimidacin". Era verdad que Estados Unidos tena
ahora mayor cantidad de fuerzas militares que en cualquier otra
poca de paz, pero la medida de efectividad en esos asuntos era la
comparacin con los adversarios actuales, no con las pasadas economas. Cuando se la contrastaba con el creciente poder militar sovitico y con los compromisos que Estados Unidos haba adquirido
de contenerJo, "resulta claro que nuestra fuerza militar se est torriando peligrosamente inadecuada".17 Si Kennan comparta esta preocupacin, no _dijo nada acerca del tema; su nica recomendacin
para et incremento de las fuerzas militares durante este perodo estaba confinada al desarrollo de unidades compactas, de lite, de gran
movilidad, capaces de responder rpida y efectivamente a agresiones
limitadas, pero de ninguna manera pensadas para contrarrestar capacidades soviticas que, segn l crea, jams seran utilizadas.18
En la base de estas diferencias entre Kennan y los autores de
NSC-68 se hallaba una simple inversin de procedimiento intelectual: en aquellos puntos en que Kennan tenda a considerar l'a amenaza sovitica en trminos de un concepto independientemente establecido de intereses irreductibles, el NSC-68 extraa sus enfoques de
los intereses norteamericanos, primordialmente de su percepcin de
la amenaza sovitica. La insistencia de Kennan acerca de la necesidad de disuadir combinaciones hostiles de poder industrial militar
poda haberse aplicado tambin a los adversarios de la Primera y de
la Segunda Guerra Mundial con tanta facilidad como a la Unin Sovitica. En NSC-68 no apareca ninguna declaracin general de intereses fundamentales comparable a sta. El documento obedeca al equilibrio de poder, a la diversidad y a la libertad, pero en ningn punto
explicitaba los requerimientos mnimos necesarios para asegurar
esos intereses. En cambio, hallaba en la simple presencia de la
amenaza sovitica una causa suficiente para suponer vitales los intereses amenazados.
Las consecuencias de este enfoque eran ms que de procedimiento: eran nada menos que transferir al control de los rusos la
decisin de cules eran los intereses norteamericanos en cualquier
punto especfico. Definir los intereses en trminos de amenazas es,
despus de todo, convertir a los intereses en una funcin de las amenazas -interes~s que se expandirn o reducirn a medida que lo
hagan las amenazas. Aplicando presin en determinadas reas, los

,
. ran suficientemente astutos, forzar
lderes del K~emln podx~nd;; : gastar recursos en lugares del :u~
a Estados Unxdos y sus ~ xa
intereses vitales de Kennan. To
a
do muy alejados de la b~ta _de enerar medios adicionales P~? deosicin del NSC-68 ha~1a sido gPero al descuidar la defimc1on de
fender los intereses exx~tentes. te de las amenazas contra ellos, ~l
estos intereses independiendt~m~ns intereses junto con los medios, viento en efecto expan xa o
d?cudmo de este modo su propio intento.
cxan

-1n

.,
accin destinada a enfrentar el desafio
En su recomendacxon para la.
. , de los intereses y amenazas,
sovitico, as como en su. ?,xsc~~:::.~ar a la de Kennan, pero luego
NSC-68 parta de una pos1c1on
t defina la "contencin" como
se distanciaba de ella. El documen o
un esfuerzo
.
a la guerra destinado a l)

anera se aproxime
'
2)
oner
que de mn~na ~
sin del poder sovitico, . exp
bloquear mas aun la expa?
el Soviet, 3) producir una rela falsedad de las preten.s1ones ~ del Kremlin y 4) en general,
traccin del control y la mfluenc1~llas de la destruccin dentro
estimular de ta!, ~anera las ~:~lin sea vea obligado al me~os
del sistema sov1etxco que el 1 b. eto de adaptarse a los estana modi_ficar su. conld~ctg~;~~l~e~t! aceptados.
dares mternacxona e
.
do esencial en
"ha sido y sigue
sien
Prosegua sealando que
oder eneral superior por n?s~~~~
esta poltica que. P,oseamos un ~tras ~aciones de espritu s~~;~~r c
mismos o combman~onos ~?~
dejemos abierta la pos1b1 I ~
1
pero que. al misml out{;;,?. u~ ;.:i:::elamiento diplomtic?". ~:n~~~:~
de negociar con a . .
.
o sitos mismos de la con
.
los pr p
t dx'ficulta las retracc10la b a, "t1"ende a tra1c1onar
multneamen e
d ,,
.
porque plantea tensiones "! s1 direccin a una conducta modera ~t.
nes y adaptaciones del Soviet en. , de modo de evitar en lo pos1 e
La idea era la de "ejercer presxon
1 restigio sovitico, mantener
cuestionar o ~e~~fiar directa~:~~;S ~e retire ante la p:esin co~
abierta la pos1b1hdad de que
tizar ventajas pohtxcas a par
una mnima prdida de imagen y gara~der o extraer ventajas de la
tir de la negativa del Kre~~in a conc
.,
apertura que le ofrecemos . haba procurado bloquear la, e~pans10~
Pero en tanto Kenna~
edidas polticas, econonucas, IOl
sovitica por medio de diversa; m oncentraba casi exclusivamente
litares y psicolgicas, el ~S~ se ~erza militar superior, dispuesta
en las medidas militares: Sm una

116 /

JOHN LEWIS GADDIS

NSC..fl8 Y LA GUERRA DE COREA 1

Y movilizable, una poltica de 'contenci6n'


,
l't"
1 1ca d e f a lsos alardes". En tanto Kennan h...b'no es mas que una p 0 a Ia acentuado la confi
za en 1as f uerzas de resistencia "naturales" u "o ,
,,
~nmente en el nacionalisma-, el NSC-68 acentuaba ~~amcas .d-~rec1al
Estad~s Unidos fuera capaz de responder militan~:~~:! c:a e que
rrodu1era alguna ~gre~,in. Para ello no sera necesario iguala~~~d se
. das ~rm~s rusa~, smo una acumulacin de fuerza militar por pa ~s
e ~ta os Umdos y sus aliados hasta el punto de que la f re
~O:~I?ada sea superior ... a las fuerzas que puedan reunir la ~~a
ov1et1ca y sus satlites". y esa fuerza deba bastar " ara su . i?n
tra~ una defens~ adecuada ante un ataque areo co~tra E:~~~
Umdos Y Canada y una defensa adecuada ante un ataque ar
t~rrestr~ contra el Reino Unido y Europa Occidental Alaska
~o Y
1
fico Oc~1dental, Africa y el Cercano y Mediano Orie~te y cnira ~~~
largas lmeas de comunicacin hacia esas reas".20
'

;f

, El diseo de NSC-68 no contena estimaciones de cunto costa


nan es~s fuer~a_s, ni de <;:pmo seran utilizadas. Sus creadores crea;
que la 1mpr~c1s~on ~ra necesaria para ganar en accin: los debates
a~~rca de, d1stnbuc1ones presupuestarias y despliegues de fuerzas
!~ ~l P~~~~n demorar la apr?bacin del documento, especialmente
tagono, donde las disputas entre servicios acerca de esos
temas ~e h~ban hecho intensas y pblicas. "El propsito del NSC-68"
recordo mas tarde Acheson, "fue intimidar de tal modo la
, '
masiva del 'top~, del_ gobierno' que no slo permitiera al pre~l~~~~~
~mar una ~ec1s1on smo tambin que esa decisin se llevara a cabo" n
ra en realidad ms fcil, tal como haba dicho Keyserling agrand~r
~l J?aste_l en ve_z de discutir acerca de cmo dividirlo. No ob~tante las
estimaciones mformales circularon dentro del comit elaborador:
los ~rogramas . recomendados por el documento costaran alrededor
dedcmcuenta billones anuales, es decir, una cifra que triplicaba holga .mente los 13,5 billones que eran el techo establecido or el
presidente, ~ara los gastos miltares.22 Se supona que el pas ppoda
~fr~n.t~r facilm_ent~ ~sta cifra, una vez que se hubieran superado las
mhibicwnes psicolog1cas producidas por los dficits presupuestarios
d e corto plazo.
Debe -~ealarse que los autores del NSC-68 consideraban que esta
acu;n~~ac10n de fuerzas era de naturaleza defensiva. Rechazaban la
posib1hdad d~ una guerra preventiva, considerndola no factible -ya
que se basan~ en ~rmas atmicas que en s mismas tal vez no lle-

.1,

varan a
cap1tulac1n ni impidieran los ataques contra los aliadosy tamb~en rep;ig:ian~e. moralmente. Un "primer golpe" contra la
URSS solo pod1a JUstihcarse "en el caso de que pudiera demostrarse
que se trataba de un contrataque como respuesta a un golpe a punto
23
de desatarse". Tampoco una guerra contra la Unin Sovitica en
caso de declararse, deba procurar la aniquilacin del enemigo:'

117

En trminos del Federalist (N'? 28): "Los medios a emplearse


deben adecuarse a las -dimensiones del conflicto". El conflicto
puede ser una guerra global o una campaa sovitica de objetivo limitado. En cualquier caso no debemos tener ninguna iniciativa evitable que lo convierta en una guerra aniquiladora,
y, si tenemos las fuerzas necesarias para derrotar una iniciativa
sovitica con objetivos limitados, nuestro inters es evitar que
el conflicto se convierta en una guerra global. Nuestra meta, al
aplicar la fuerza, por lo tanto, debe ser congruente, dentro de los
limites de lo que podemos respaldar, con el rango de los esfuerzos que debemos enfrentar.24

La idea, en resumen, :era calibrar: no hacer menos ni tampoco


ms de lo que se requiriera para salvaguardar los intereses norteamericanos.
Como corolario, el NSC-68 respaldaba la argumentacin de Kennan acerca de que Estados Unidos haba llegado a confiar demasiado
en las armas nucleares como instrumentos disuasores: "El nico disuasor que podemos presentar al Kremlin es la evidencia de que
somos capaces de convertir cualquier punto crtico que ~o I?odam~~
sostener en la ocasin para desatar una guerra global amqmladora .
Esto no dej a Washington "otra opcin ms que capitular o precipitar una gu~rra global". Era imperativo, por lo tanto, "aumentar tan:~
pidamente como sea posible nuestra fuerza area, terrestre y mant1ma y la de nuestros aliados hasta el' punto de no depender tanto de las
armas atmicas". Pero esas medidas no involucraran ninguna reduccin del arsenal atmico norteamericano -por cierto que el NSC-68
aprobaba especficamente la decisin de construir la bomba de hidrgeno, con la expectativa de que tambin los rusos tendran una
muy pronto. El documento tampoco aceptaba el concepto de Kennan de "no primer uso": esa declaracin, se argumentaba, "sera
interpretada por la URSS como admisin de gran debilidad, y por
nuestros aliados como clara manifestacin de que nos disponemos
a abandonarlos".25 En cambio, lo que haca falta era la capacidad
para lo que ms tarde sera llamado "respuesta flexible" -la capacidad de contrarrestar agresiones a cualquier nivel de violencia en que
se produjeran, pero sin escaladas innecesarias.
En cierto sentido, tanto Kennan como los autores del NSC-68
favorecan la "respuesta flexible", pero la conceban en trminos diferentes. NSC-68, suponiendo que la guerra era una posibilidad real,
defenda una cierta clase de flexibilidad "vertical", de arriba a abajo
del espectro de capacidades militares, oscilando entre la disuasin
en pocas de paz hasta la guerra nuclear. Kennan, convencido de que
la guerra contra la Unin Sovitica era al menos improbable, deseaba, en cambio, flexibilidad "horizontal" -la capacidad de emplear

NSC-68 y LA GUJCllBA DE 00REA \

118 1 .roHN

LZWIS GADIIS

una fuerza militar limitada cuando fuera apropiado, pero ser capaz
de hacer al menos el mismo, si no mayor, uso de los instrumentos
econmicos, diplomticos y psicolgicos de la contencin. NSC-68,
suponiendo la indivisibilidad de los intereses, pensaba en la respuesta flexible como respuesta simtrica -el hecho de actuar en todas
partes donde los rusos decidieran desafiar nuestros intereses. Para
Kennan significaba respuesta asimtrica -actuar solamente cuando
los intereses en juego fueran vitales, las condiciones favorables y los
medios accesibles. Para NSC-68, la respuesta flexible implicaba la
capacidad de generar recursos para enfrentar los compromisos. Para
Kennan, significaba la necesidad de restringir los compromisos para
mantenerlos de acuerdo con los recursos. Estas diferencias eran sutiles pero no insustanciales.
La preocupacin del NSC-68 por el equilibrio de poder militar
se refleja en el hecho de que dijera tan poco acerca de la segunda
etapa de la contencin de Kennan -la explotacin de las tensiones
existentes dentro del movimiento comunista internacional. Lo que
s deca pareca proceder, una vez ms, de las premisas de Kennan,
pero para llegar finalmente a conclusiones diferentes. NSC-68 sealaba la vulnerabilidad de la Unin Sovitica al nacionalismo, tanto
dentro de sus propias fronteras como en el imperio de sus satlites.
A partir de esto conclua, al igual que Kennan: "Si un satlite se
siente capaz de hacer efectiva su independencia del Kremlin, como
ocurri en el caso de Tito, es probable que se separe". Como resultado, "puede, incluso, decirse que las capacidades del mundo sovitico, especficame:nte las capacidades de las masas que no tienen nada
que perder salvo sus cadenas soviticas, son un potencial que puede
alistarse de nuestro lado".26 Estaba aqu implcito el mismo razonamiento que haba nutrido la estrategia de Kennan: que era la Unin
Sovitica, no el comunismo internacional, la amenaza contra la seguridad norteamericana, y que siempre que existieran comunistas
independientes del control de Mosc, Estados Unidos poda trabajar
con ellos para contener las ambiciones expansionistas de Mosc.
Pero NSC-68 no deca esto en ninguna parte, ni tampoco sugera
los medios para estimular la fragmentacin del movimiento comunista internacional. Supona en cambio la persistencia del control
sovitico en Europa Oriental, y aunque prevea algunos problemas
econmicos para los rusos en China, sugera que las dificultades enfrentadas por los Estados no comunistas de la regin "presentan
ms que oportunidades de compensacin".27 La omisin de cualquier
estrategia para promover la fragmentacin es sorprendente, ya que la
meta segua viva en todas partes de la administracin en el momento de la elaboracin de NSC-68. En enero de 1950, por ejemplo, los
jefes de Estad Conjunto haban promovido la continuacin de la
asistencia militar a Yugoslavia "para garantizar la persistencia de

11S

. emplo de oposicin
ya que un e]
.
.
. contra Moscu en
. al control de Mose '
la resistencd1a
fmular movimientos de res1stenci~ China" dijo al
itosa pue e es I
"L
e nos preocupa e
, E t do
ex s Estados satlites".
. qu d l Senado el secretario de .s a
otro "t de Relaciones Exteriores ~
fuere quien gobierne all, a~
CAohm:son en marzo, "es ~ue sea qmendiablo independiente. Eso Mes m:
c
d" bl mismo es un
b"
de oscu
q:e la.
NSC-68
in
China caiga baJO el contr
ara que uno de 1os
o de qtuepunto fue suficientemente notabtle ~o:a~e~ ledo una versin
en es e
h
preguntara, ra
r dad adecuadament e l a cuesb dinados de Ac eson
su or .
".Hemos explorado en rea i
.,
itca ms all
prelimmar: <'..
'tico en la expans1on sov
'
. ">" 28
tin de s hay un. ~unto en URSS no se tornarn en desventaja . .
del cual los beneficios de la
r ar el silencio de NSC-68 en
Hay varias posibilidades para ex~l 1~iempo: en tanto K~nnan ':[
este punto. Una tiene que vera c:entacin era una perspe<;:ti~a su~~
Acheson consideraron que la fr g ustificar una accin rapida, l
nte inmediata como para J
osibilidad ms remota,
.
~~~:::~el NSC-68 tendan a verla co%~t~~c~nfiguraciones de poder
demasiado problemtica co~o p~r~;C-68 estaba ms preocupadoUen

29 Lo que es mas, e
K
Acheson. na
ya existentes.
lo haban estado ennan 0
fuera
las apariencias de ~o que
as en particular tal vez no .
'
victoria del comun1smc;> en un l~ Unin Sovitica, pero era e~1d.e;:
la larga, una ganancia p~ra
erdida para Estados m. .
a ue en lo inmediato parecia ser .u~fc1'mente muy poco por explicar
fa administracin ha?a hecho r~~b igualmente peligrosos; para 19~~~
ue todos los comumstas n~ ~
stica generada por el caso
da la febril atmsfera pohtica do~ mo cualquier esfuerzo ~duca:r Hiss y el surgimiento del ma~ar is s' calor que luz.* Los mtere~- de esa ndole hubiera producido ~ d NSC-68 dependan tanto
s~s norteamericanos, haba argum;~ ~e~ poder ~ismo; si Esta~os
de las percepciones del po_der co rreno ante sus adversarios, os
Unidos pareca estar perd1end?d te a los producidos en el caso de
.
,
r muy parec1 os
efectos pod nan se
apariencia.
rdida no fuera una m~ra
microcsmcamente con
que ;~~o~ estos dilemas s~ m~::::st:a:n, para la primavera de
cto a Taiwan, donde a a
.d
de su poltica de no opo;~~~e volvi a replantearse los c?~te~~:a por miedo de hacer q~e
ners~ a una intromisin comum~:s. Entre aqullos de mportan~a
los chinos se acer~ara?, a ~~s :~a reconsideracin se hallabaa~d:i
dentro de la pr~ ucc10~ b' convertido en consultante especi
Fostr Dulles, qmen se a ia

~~a:::~e~t~ :ej~~

po~iblda~1 d~~~~ ~~ r~~ic:Sn~~;del

tiz un "trabajo bland cubriera en 1949 cuando u rtea.mericano con res Tal como. Achesons; in:nto de educai: al pueb~g2-~ Y David s. McLellan,
co" de 1054 pgiil8S en Pr sent at the Creation, PP y k' l9'16 pp. 194-98).
pecto a cmna. ver sutat eDepartment Years <New or
'
Deail Acheson: The s e

,,.,

NSC-oo

120

Y~

GUEIUIA

DE

COREA \

121

1 JOHN LEWIS GADDIS

on el rgimen que lo
Departamento de Estado en el mes de abril. Dulles argumentaba, en
un memorandum escrito durante el mes siguiente, que
Si nuestra conducta indica una continua disposicin a retroceder
y a permitir que las reas dudosas caigan bajo el control comunista, muchas naciones sentirn confirmada la impresin, ya producida por el Tratado del Atlntico Norte, de que no pretendemos
mantenemos firmes fuera del rea del Atlntico Norte ... Si nuestra conducta parece confirmar esa conclusin, slo podemos esperar un acelerado deterioro de nuestra influencia en el Mediterrneo, el Cercano Oriente, Asia y el Pacfico.30
Dulles no desempe ningn papel en a elaboracin del NSC-68,
pero su pensamiento contena la misma preocupacin por las apariencias que manifestaba el documento. Tambin era suficientementemente persuasivo como para producir una revaluacin de la poltica de Taiwan dentro del departamento, que, aunque no se haba
completado en el momento en que estall la guerra de Corea,
haba avanzado suficientemente como para sugerir que cualquier estrategia destinada a promover la fragmentacin del mundo comunista
deba ser sopesada con los costos implcitos para el mundo no comunista al tener que permitir, aunque ms no fuera, cambios aparentes
del equilibrio de poder.JI
Con respecto a la tercera etapa de la contencin de Kennan -la
posibilidad de cambiar el concepto sovitico de las relaciones internacionales- NSC-68 reconoca una vez ms la deseabilidad del objetivo pero rechazaba el mtodo. "No podemos esperar ninguna resolucin duradera de la crisis mientras no se produzca un cambio de
la naturaleza del sistema sovitico", sealaba el documento, pero Estados Unidos tena poder para acelerar esos cambios:
Demostrando prcticamente la integridad y vitalidad de nuestro
sistema, el mundo libre ampla el rea de posible acuerdo y 1
puede esperar que el Soviet reconozca gradualmente las realidades, Jo que en suma constituir eventualmente una frustracin
del designio del Kremlin. Lejos de esto, sin embargo, sera posible crear una situacin que inducira a la Unin Sovitica a
adaptarse, con o sin abandono consciente de su designio, a la
coexistencia en trminos tolerables con el murido no sovitico.
El pueblo ruso era un aliado potencial en esta empresa. "Es claro que no slo ser menos costoso sino tambin ms efectivo si este
cambio se da en un grado mximo como resultado de la accin de las
fuerzas intema's de la sociedad sovitica". En consecuencia, NSC-68
acentuaba la importancia de no hacer nada, en guerra o paz, que

"

~~nn

~sclaviza" 32

ir irrevocablemente al pueblo ruso c

NSC-68 descartaba la diplo~acia


ro a diferencia de Kennan,
itico un acuerdo negociado,
Pe ~dio de alterar el enfo~ue so~ tras. el sistema sovitico no
como m taba no poda producirse m.ie?, pblica de Occidente rear~men
biado. Por cierto, la opu:~ion
ecieran dispuestos a
hubiera cam E
d
Unidos y sus aliados par
'l"da posicin
. ,
ue sta os
fdo una so i
J~e:~~~: !uerdos con los rusos; en es~~alse~e; ~onflicto ideolgico".
.s dadora era "un elemento esen ociacin de un acuerdo genenego
1 er i"ntento u oferta de neg
. ones podran ser
p ro "cua qui
, . .. Las negociaci
e
slo podra ser un:i tactic.a .
"medio de ganar respal~o
~\. . o en s ni por s mismas, .smo co~o " En ltima instancia,
uti es, n rograma de acumulacin de
erza . el gobierno sovitico
para s~;u~sto, Occidente dese~~a acordar ~~nde las diferencias m~s
~~on su sucesor una reso~cion ~~::~=~revea para el futuro d~s
notables. Pero un acuer?o e ~sa ue se produca, seria .una prue ~
s1 es qd 11"bre al crear un sistema pohtante . Cuando se produ3era,
d
or el mun o

de dodel "progreso logra o p .


1 frustracin del designio
tico y econmico tan exitos~ que
completa" .33
minacin mundial del Kremhn se
. t como una postura de neEsto difcilmente podra ser _des~:ip ;s adecuada sera "tortuogociacin progresiv~; l~ caracteriza~~~ lo que en realidad s.e J?~eten
sa"' ya que la apanenc1~ e:a. ~pue: con respecto a la negociac1on no
da Pero estas fuertes mh1bici0Cne
se ha visto desempeaban un

1 NSC-68
orno
'
1949 y en
iento o f"icia
l durante todo

se On.ginaron con e
t
rol prominente en el pens~m.
ortante punto de desacuerdo en re
.dad constituyeron el mas imp
h"
el NSC-68 fue esclarecer
rea11
. .
.,
Lo que izo
.

nan
y
la
admm1stracion.
h
b'
basado esta reticencia a
Ken
que se a ia
1
los presupuestos sob re os
Tt r nortenegociar.
. . , de ue la fuerza m11
.
Uno de ellos era la convicc1~n U i'; Sovitica, estaba. dechnan

r:

~meric;:~u~i;:;~~~ncs:;:n~i:. Est~d~~~:::d::al?:::i:se~~~~:;:~

? Yones con los


rusos, mientras no 'ti;> o del NSC-68 sealara,
ciaci
34 p
tal como un en ic
posicin fuerte.
ero
se acerca al lol , de que 1a URSS
es difcil aceptar. la. ~o~c ui~~~:r directa con respecto a la nues~r~
o de una supenon a m
fuerza area es muy supeno
fuando, por ejemplo, 1) nu~str~umricamente en bombarderos,
cualitativamente, mlJY superior rubros necesarios para la ofentripulaciones entrenadas y otros d bombas de fisin es mucho

siva blica; 2) ~ue~~~;e=~~~al ~ue nuestro potencial ~~~~n~)


mayor que la de a
. '
ho mayor que Ja de la

clear; 3) nuestra Marma es mue

NSC-68

122 1

GUEllBA DE COREA \

123

JOHN IZWIS CWJDJS

te poco que mostrar en relacin con el esfuerzo invertido. Lo que

=~~!e
salvo~os

;rS)dem~~stros aliados
;ras nosotros
:es
~ la URSS, y
mile~cd10nes
. compae millas
de

la
salud
crece
di econmica

Y el potencial mili
tenemos
d con. nuestra ayuda,
les suminist
e alianza con pases limtrofi
rabies,
armas, la URSS no tiene
nosotros ..u
on pases que se hallan a

Por supuesto
que lonoque
las tendencias
futuras
1

preo~1:1p~ba a

68
los autores de NSC.

=~;:," ,::i ~%~':.!v{tica~~:!::."::!:'.:.~ ~ ~:;"'en~':


los gastos militares y ruquteo ~acE1onal dedicado por EstadoseUdn~ld por
1
'
s1 stad
u d
1 os a

os m os no incrementab
rc10na mente su propio
po
NSC68 sealaba u
gasto, quedara atrs. Pero
a. pn>ricano haba
q e
1949 el producto brut
.como
1 el mismo

~n

:"'la

Y U.

conclus~d;.:~:'1;'. ~.t~ la u?;n Sov?J:~.~";. :i:iam<;


soviti~tndar:

ornaban en cuenta I
. a a aplicando un doble - ,
ev1las de Estados Unidos ;ucaespabc1dades potenciales
se
construy

o re esta ba
.
pero no
do as' l su ev?lu~cin de la debilidadse cuest1ona?Ie que el NSC-68
1 as negoc1ac10nes.
norteamencana, desalentanUn segundo disuasor de l
.
que la Unin Soviti
,as negociaciones era la
. .
conduccin. Tendra
bgoza:i? de ciertas ventajas inhconv1cc1n de
rar saber m
e enefic10 del secreto
erentes a su
de ella. No
sus adversarios de lo
lo que P?<1ra espe-

t:n~e,

C:

so~eten;e

qu~ ~:~
p~t~~~os

anticipadamente na que
a la opinin
munista ;nternaci:t::oo":d:. "'! por meclio del

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~n
la temlenda desfavorab';;,'";;' ' argumentaba el NSC6~-~~~ma.
an ... contra la ne
. .
e nuestra posici
, ]Unto

mento".n p ero NSC68


gociac1n exitosa
de u n acuerdo ge
n de 1poder' aten.
deberan enfrentar l no mencionaba algunas de l
en este motad que tie
. os rusos si negociaban
esventajas que
1
totalitario para
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.
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a
a11
1
1et1vamente
enar a opi
, los
.
.
mantener alianzas bas d es a 1a opmin pblica 1
n publica
Nos preguntam
. a as en la coercin
, a
icultad de
jas" soviticas
s1 la lis!a presentada poI.
inters mutuo.
de los diplomtic era mas una queja velada
1 de lis "ventala capacidad d os norteamericanos que un
por as frustraciones
p
e negociacin sovitica
a acertada evaluacin de

a~n~ra

acontec1mie~~o~e:;:tem~

e~~~u':;:c ~:nt::
~1f.

:~

~o;~~8

. . ero, por supuesto 1 ,


. . .
c1ac1ones fue el hecho , e mas s1gmficativo disuaso
Los aos de 194'5-1949 de q1;1e
haber mu
r de las negociade contactos diplom't" hab1an sido testigos dey:Cdpara negociar.
a icos con los rusos , y h a b,ian tenido
a emorada
serie
penosamen-

pa~ca

es ns, ,;, tal como '""mentaba NSC-68, todos tos intereSCS eran ahora vitales, las futuras negociadones slo padrtan llevarse a cabo
sobre la baSe de las cap;tulaclones soviticas. Fuem de eso, la
voluntad o falta de voluntad de Mosc para negociar se tornaba
irrelevante. La gran falla de este enfoque era su falta de contempla-

cin del mismo fenmeno que tanto Kennan como los autores del
NSC.68 haban esperado como resultado' un cambio fundamental del
concepto sovitico de las relaciones internacionales. Hay indicios de

que Stalin se hallaba en camffio de efectuar ese camb;o -desde la


doctrina del "conflicto inevitable" a la de la "coexistencia38 pacfica"en el momento en que se estaba elaborando el NSC-68. Si era as,
y las evidencias acerca de este punto no son concluyentes, entonces
los rgidos prerrequisitos que el NSC-68 estableca para la negociacin dificultaron la exploracin de la oportunidad que se presentaba.
El NSC-68 era, entonces, un documento profundamente defectuoso, en el sentido de que las medidas que recomendaba atentaban
contra las metas que procuraba lograr. Una acumulacin militar poda incrementar la seguridad norteamericana si los intereses norteamericanos se mantenan estables, pero el NSC-68 expanda los intereses. La fragmentacin del mundo comunista poda ser un objetivo
deseable, pero el hecho de tratar a todos los comunistas como igual:mente peligrosos no era la mejor manera de lograrlo. Una actitud
sovitica ms moderada hacia el mundo externo era por cierto deseable, pero una postura de negociacin que requiriera la capitulacin
sovitica difcilmente podra estimular esa actitud. Todas estas anomalas reflejaban una deficiencia de percepcin estratgica: la incapacidad de relacionar las consideraciones a corto y largo plazo, y de
coordinar las acciones y los intereses. Esta deficiencia era probablemente resultado de .1a modalidad de elaboracin del NSC-68 -fue el
producto de un comit, no el trabajo de un hombre, como en el casO'
de Kennan; fue tanto un caso de defensa como de anlisis, una "intimidacin". segn dijera Acheson. Sea cual fuere el caso, las recomendaciones del NSC-68 para la accin no suministraban una gua
adecuada acerca de cmo combinar objetivos y capacidades para
producir una estrategia coherente.

IV
Una de las caractersticas ms notables de NSC-68 era su tono retrico. Haba pasajes que sonaban como si se hubieran escrito para
el Congreso o para otra conspicua plataforma pblica: "La idea de
libertad es la idea ms contagiosa de la historia ... Siempre que el
dspota posee poder absoluto . . . todas las otras voluntades deben

124 f

JOHN l.EWJS GADllIS

someterse, en un acto de sumisi ,


.
~~ ~or el individuo mismo bajo~ v~~:tarl1~: a una degradacin atras1stema se convierte e n
pu s1on de una fe perv
se c
.
n ios y la sum. . ,
ersa
onv1erte en sumisin a 1 , 1
1s1on a la voluntad de D; ..
q~e uno esperara de
a vo untad del sistema".39 Esto
ios
publico durante un cua~ docu?tento secreto destinado a no";:. es lo

~ri~7t s~nsibJes;

conclus1:n~1:l;~:c~Pr~I

N~g:;

sus
slofulos detaJles. del
. ~ as en ese momento
. . e~ eron amphament
P!'mc1pal del documento h~:~n~~e sm md1car la fuente. El obj:tfv:
c1a, al Congreso y al pbl.
o el de conmocionar a Ja b
paldo para una accin ml~vF;;~aI, con el objeto de conseg::r:~::~
que sus autores se preocu ar
sa: por lo que no es sorprende
generar ese respaldo
p an mas que Kennan acerca de , nte
D

como
entro de la burocracia el
sual manera en la que el d '
problema se resolvi merced a J .
to estndar hubiera sido q~~ue7~~! ~e elaborado. El proced~~~~:
P:1rtamentos principales o del
ba30 emanara de uno de los decd, para ser coordinado y aclar~~~sonal del National Security Couny s~r luego entregado al president por t?das las agencias afectadas
cunty Council. Pero un pequeo e P?r, Intermedio del National Se:
~r~en!antes de los departamentos c~mge f ad hoc constituido por ree a oro NSC-68; fue entre ado
e e ~nsa y de Estado fue uien
~~fensa, orientado a la econ~ma ~~~p~s1vamente al secretad~ de
p l, y fue directamente al presid~nt ms. ohnson, como un fait accomdepartamentales o del National S e s~n mayores aclaraciones interque el presidente lo hubo ledo ecunty ~ouncil. Slo despus de
conclusiones generales f
_y, presumiblemente respaldad
c.ounc1l,
pero para entonces
, ue sometido
f
o sus
'
a c
orma 1mente al National Securit
simpata presidencial, aunqu: no ~~~;r:~~a el considerable peso de l~
Asegurarse el respaldo del e
p IClta aprobacin presidencial 40
otra cuestin, a la que Jos autore~nJr~~ y del p~lico en general fue
e~fuerzo. Las ~onclusiones del' docu e SC-68, dedicaron considerable
simpleza, clandad y por medio de men.to deb1an s~r expresadas "con
Robert Lovett al co1n1"t , I b
. . . frases hemmgwayanas' ,, di.
t' l .
e e a orador "S"
d
, JO
ar icu o mtil conocido en grand
.
.1 po emos vender cualquier
ces de vender en cantidade
es cantidades, deberamos ser capa
E~ward W. Barrett, secretari~ m~yores nuestra excelente historia"~
~hcos, concibi la campaa e ads1stente de Estado para Asuntos Pcrear u
l
n os etapas la

,
na Pena conciencia pbJ" d
pnmera consistira en

cana que el gobierno "ad


ica e1 problema" Ja segunda . l'
1 t ,
optara medida
. .
'
1mp 1a a mosfera correcta". Per .
s pos1t1vas en cuanto se diera
pu:stas ms amplias para l~ :~. !mportante tener "al menos las propana de temor' psicolgica".41 c1on antes de que se comience la 'cam NSC-68 no fe desclasif"
en Naval War College Review, l~IIhas(ta 1975. ~e publicado por
mayo-jumo, 1975), 51-108.
Primera vez

NSC-68 Y LA GUERRA DE COllEA 1

125

El trmino "campaa de temor" puede haber sido un poco fuerte


para lo que en realidad se pretenda, pero es indudable que la administracin procuraba presentar el tema en trminos dramticos e incluso exagerados. "Si establecimos nuestros puntos con mayor intensidad de la que tenan en realidad", reconoci ms tarde Acheson, "no
nos diferenciamos prcticamente de casi todos los educadores, y no
podamos hacer otra cosa".42 En una serie de discursos pblicos y presentaciones ante los comits del Congreso durante la primavera de
1950, el secretario de Estado expres la esencia del NSC-68, junto con
amplias evocaciones de la necesidad de defender al "mundo libre":
"Somos hijos de la libertad. No podemos estar a salvo excepto en un
entorno de libertad . . . Creemos que todos los pueblos del mundo
estn autorizados a tener igual libertad, a desarrollarse a su modo,
tal como nosotros".43 Haba sido Acheson, por supuesto, quien tres
aos antes tuvo a su cargo la tarea de pintar la Doctrina Truman
como parte de la lucha existente entre la "democracia" y el "totalitarismo"; NSC-68 simplificaba an ms la distincin haciendo referencia al mundo "libre" y al mundo "esclavo".44 Esos trminos molestaron a James B. Conant, uno de los consultores del comit elaborador: El objetivo norteamericano era entonces, se preguntaba,
el de "democratizar a todo el mundo"? Nitze le asegur que no, pero
seal que "si nuestros objetivos abarcaran tan slo rechazar invasiones y no crear un mundo mejor, la voluntad de lucha se debilitara".45
El problema de trminos como "mundo libre", tal como sugera
Conant, era que confundan las percepciones del inters fundamental: la seguridad norteamericana dependa de tener un mundo homogneo, a su imagen, o requera meramente una diversidad equilibrada? Expresado en estos trminos, los autores del NSC-68 no hubieran vacilado en inclinarse a favor de la ltima posibilidad. Pero la
retrica pblica de la administracin -retrica ahora explcitamente
sancionada por el NSC-68- no poda ms que dar una impresin muy
diferente: como consecuencia, la administracin pareca estar deslizndose en el mismo universalismo que antes haba rechazado. El
inmediato objetivo tctico de ganar el respaldo pblico y del Congreso para incrementar el presupuesto militar predomin sobre el
inters a largo plazo de hacer comprender claramente al pblico los
objetivos ltimos de la poltica exterior norteamericana, y l~s limitaciones de su poder.

V
Tal como se dio, los defensores del NSC-68 no tuvieron que trabajar
tan duramente como suponan para ganar el respaldo al documento,
gracias a una inesperada ayuda por parte de los rusos. Las ciocuns-

''n'f

126 1

JOHN LEWIS GADDIS

tancias que rodean a I d 1


.
,
a ec arac1n d l
estn en absoluto claras e
e a guerra de Corea
de cu?lquier disputa: qu~ I~ r:v:s~~ d~s t::ntos que estn ms ~~
ocurndo sin ninguna clase d
~ e. rea del Norte no hubi
m t
d ,
e autonzac1n
., .
era
en
e
po
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haberse
prod
d
sov1etica,.* y que d1"fc11.

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uc1
o
en
un
mo
~zar 1a Implementacin del NSC-68 s dmento mejor para garan.
e ta~. oportuno que algunos estudiosIn uda, este acontecimiento
comphc1dad por parte de fun .
.
os del tema han sugerido 1
ton o de Tokio, en su produc~~~~~s nortea~eri~nos, de Washing~
~sta :argumentacin, salvo la dudo o hay .e'.'1,denc1as que respalden
mvanable~ente proceden de int sa supos1c~on de que los efectos
que el presidente Truman no h b'entos conscientes, pero es verdad
en el m?mento en que se desat~ :: ~probado formalmente el NSC-68
res habian previsto dificultades
uc~a en Corea,** que sus asesogara los fondos, y que el ata
para ~grar que el Congreso otor.
grandemente la tarea.
que a traves del paralelo 38 simplific
Esto ocurri primordialmente or la
.
la guerra de Corea pareci co
r dp
. manera notable en la que
conclusiones del NSC-68 U dnva,1 ar vanas de las ms importantes
l
na e estas era l
os Intereses se haban torn d .
l
e . argumento de que todos
plazamiento del equilibrio ~ o I~a mente vitales; que cualquier des.
trastornar toda la est
t e po er, por pequeo que fuera poda
ruc ura de las
l .
.
'
posguerra. De inmediato se
d .
re ac10nes Internacionales de
de que Corea, hasta entone pro UJ<;> en Washington consenso acerca
naturaleza del ataque se hes, cons1der~da inters perifrico or la
credibilidad de Estados U dab1a tornado vital si se deseaba' qpue I
"Qu d
ni os no fue

a
ra cuestionada en otras partes.
e arse quieto mientras Core
~o provocado", advirti John FO:t:s ~~sada por un ataque armado
~sastrosa cadena de acontecimie:to u es, "pondra en marcha una
nan a una guerra mundial" H t Ks que probablemente conducia~ontecimientos se desarroll~ ~s a ennan reconoci que "si estos
s1t_os_ Y, el prestigio del Soviet
: r;ianera favorable para los propex1stira ningn teatro del e' y .es avorablemente para nosotros no
versamente afectado" p
onfcto Este-Oeste que no se v ' d
l " .
ara una na
ea a d: p r~da" de China, que an cav~:a n que se recobraba an de
. M~1c~. Corea se convirti r .da ba acerca de las "lecciones"
mmac1on Independientemente de pi ~e:t~ en_ un smbolo de detersu s1~1fic:ic1n estratgico-militar.
Tal como el presidente dijera
va en el me d
.
a una aud1enc1a n . al
.

s e septiembre: "Si
. . acion radio-televisiex1to en Corea, eso sera una inv1t s_e penmtiera a la agresin tener
ac1 n para nuevos actos de agresin
Aunque es posibl

Robert R. Simmons
e que ~os norcoreanos ha
"
Politics of the Koroo The Strained Alliance: Pe.,;:: PydJsparam, el revlver". ver
La aprobaf;: ~~!~_<New York, 19'7s>: pp~ng, Moscow and the
30 de septiembre de 1950
UUUIU, una fOrmaJidad
.
<FR: 1950, I, 400).
para entonces, se produjo el

Nsc-68 Y LA GUERRA DE OOllEA

1 127

en otras partes . . . No podemos esperar conservar nuestra libertad


si la libertad es desterrada de otros lados".47
El ataque de Corea del Norte tambin confirm vengativamente
la suposicin del NSC-68 -compartida, en este caso, por Kennande que la Unin Sovitica muy bien poda recurrir a la guerra por
delegacin, incluso ante la superioridad nuclear norteamericana. Las
estimaciones de los propsitos soviticos en Corea variaban. El objetivo poda ser simplemente el de humillar a Estados Unidos en un
rea en la que los rusos no haban esperado una respuesta. Poda
ser una treta para alejar las fuerzas norteamericanas de algn rea
ms vital, antes de un ataque. O poda ser la primera de una serie
destinada a atar las fuerzas norteamericanas a teatros perifricos,
debilitando as la capacidad de Washington de actuar en los lugares
en los que estaban en juego intereses vitales. Sea cual fuere el caso,
exista consenso general, tal como Acheson dijo al gabinete en julio,
con respecto "a que la actual situacin mundial es de extremo peligro y tensin y que, ya sea por deseo sovitico o por impulso de los
acontecimientos producidos en Corea . . . poda enfrentar a Estados
Unidos con nuevos estallidos de agresin que tal vez lleguen a hostilidades generales, o que las incluyan".48
Finalmente, la lucha en Corea reforz el argumento del NSC-68
que afirmaba que las fuerzas norteamericanas existentes eran inadecuadas: las armas atmicas por s solas no disuadiran agresiones limitadas, y Washington careca de los medios convencionales necesarios para cubrir todas las contingencias. "Se est haciendo evidente
para el mundo que carecemos de las capacidades necesarias para
enfrentar la amenaza", advirti Acheson a sus colegas del gabinete;
particularmente en Europa se planteaban cuestiones acerca de la capacidad de respuesta norteamericana en caso de que se produjera
un ataque sovitico. Despus de todo, Estados Unidos haba estado
en una posicin relativamente favorable para enfrentarse con la crisis de Corea, ya que haba tenido fuerzas areas, navales y terrestres estacionadas en las proximidades. Pero esa situacin era nica:
"Si hubieran entrado en Grecia", admiti Acheson ante la Comisin de
Relaciones Exteriores del Senado, "no tenemos tropas a: menos de mil
millas de all. No hubiramos podido hacer nada en el caso de Irn;
tendramos una psima situacin para hacer algo en el caso de Berln". "Lo que tuvimos que hacer", observ ms tarde, "es construir
una defensa con medios inadecuados, tratando de adivinar en .qu
punto la jugada se pasara de la lnea. El resultado ha sido asombrosamente bueno, pero ningn equipo puede ganar de esta manera" .'8
La estrategia norteamericana en Corea era consistente con el
espritu del NSC-68, incluso al punto de reproducir algunas de las
contradicciones de ese documento. El NSC-68 haba invocado la resistencia a la agresin en cualquier lugar donde sta se produjera,

128

1 JOHN LEWIS GADDIS


NSC-68 Y LA GUERRA DE COREA

pero si_n ~scaladas innecesarias. Por cierto, el deseo de mantener la


lucha hm1tada era un rasgo predominante de la respuesta norte
rican
e
. fl '
ame. a en orea: m ma sobre las restricciones geogrficas que d
minaban la zona de la lucha, la decisin de no aceptar el uso d l 0t

l"
.
e as
ropas~hinas nacmna.
1stas, e mclu.so, la retrica de la administracin,
el conflicto como alao diferente que
"que
.evitaba
'
r caracterizar
"al"
.,
una
acc1on po 1c1 , o cargar a los rusos la responsabilidad directa so
Los estrategas del Pentgono reconocan que se poda dar la gue
contra la Unin Sovitica, pero Corea no era el momento ni el lu
~ara_ ella ..
como sealaran en julio los jefes de Estado Conj:O
sena m1htarmente poco lgico que Estados Unidos comprome~
gra~d~s fuerzas, contra la URSS en un rea de poca importancia estrategica, ademas de ser un rea de eleccin sovitica".st
Pero la necesidad de limitar la lucha tena que ser sopesada con
las demandas de "credibilidad", una preocupacin igualmente prominente aunque no siempre coherente del NSC-68. El dilema se planteaba_ ~s agudamen~e con respecto al paralelo 38, el lmite artificial
Y po_hticamente sensible entre Corea del. Norte y Corea del Sur. El
c?i:fmar las op~raciones militares al sur de esa lnea no slo sera
d1f1cultoso tcticamente, sino que tambin podra proyectar en el
~undo una apariencia de debilidad. Sera, advirti John M. AIIison,
~irector ~~l State Dep~rtme?t's Office of Northeast Asan Affairs,
un~. poht1ca . de apaciguamiento . . . una poltica tmida, de poca
decis1on, destmada a no provocar la guerra contra los soviticos . . . No llego a ver qu ventaja tendramos con una concesin
de claros principios morales y con el incumplimiento de nuestro
debe~ _con el o~j~t~, de dejar en claro de una vez por todas que la
agresmn no red1tua .52 Pero el hecho de cruzar la lnea sera arriesgarse a una intervencin sovitica o china, ampliando as el alcance
de l~ guerra. Kenna~ . ~ntre otros, advirti repetidamente las implicanc1as de esta pos1b1hdad, que l crea poda producirse, incluso,
antes de que
las fuerzas de las Naciones Unidas entraran en Corea
53
d~I. Norte. Finalmente, sin embargo, los dictados de la necesidad
militar, las presiones de la credibilidad e incluso en cierto punto la
fug~ esperanza ~~ que la "liberacin" de Corea del Norte pudiera
ten~1onar la r~lac1on entre Pekn y Mosc, hicieron que el National Secu.r~ty Councd respaldara y el presidente aprobara las operaciones
m1htares tan al norte del paralelo 38 como pareciera prudente para
? d~senca~enar una contraofensiva sovitica o china.54 Esa estrategia
1mphca~a riesgos, reconoca Acheson, pero "se correra un riesgo an
mayor si se demostraran hesitaciones y timidez".55
.

!al

rr:

. ~l ga?tbito, por _supuesto, no result bien, y la consecuente inr


vaston ~hma ~e noviembre de 1950 impuso una dura prueba a la
estrategia de la administracin de una respuesta flexible pero moderada. Las reacciones oficiales oscilaron entre la consideracin de

129

un retiro total hasta la expansmn de una guebrra :n _Man(c;~ria Y


China, e incluso hasta el posible uso de la bom ~ atom1ca.
gen~1 MacArthur pareca favorecer todas estas opc10nes de manera siraultnea para confusin de sus superiores de Washington.) 56 Pero
bandno de Corea del Sur, arga Acheson, "nos convertira en
~osmayores apaciguadores de todos los tiempos", en tanto las reprel1as contra China podran llevar a los rusos a un terreno claramente
sa
"Corea " , 1?s1s
t'ian 1os Je
fe s. de

desfavorable
para Estados Umdos:
Estado Conjunto, "no es el lugar para combatir una _g~_erra d_e importancia".57 Tras muchas discusiones, se tom la dec1si~n de mte;:itar estabilizar un frente en el paralelo 38 o cerca de el,. pero_ sm
hacer mayor intento de "liberar" a Corea del Norte o de difundir la
guerra ms all de sus fronteras. Una vez que eso se lograra, la administracin considerara la posibilidad de negociar en procm a de
un cese del fuego. 58

U:

Los funcionarios norteamericanos enfocaron estas negociacione~


con una cautela digna del NSC-68. En enero. ,de 1951 Ach~son tom?
la "criminal" decisin de respaldar una soluc1on de las Nacrnnes Umdas tendiente a pedir un cese del fuego, con la "ferviente esperanza''.
tal como ms tarde dijera, de que los chinos la rechazaran.59 Lo hicieron, de modo que la apariencia de razonabilidad n_orteamercana
estableca la recalcitrancia enemiga que el NSC-68 habia demandado.
Varios meses ms tarde, la situacin militar en Corea se haba est~
bilizado al punto de que la administracin poda considerar que habia
logrado una situacin de paridad, si no de. fuerza, de n:~nera que
cuando en junio los rusos ofrecieron (una discreta actuacion d~l ~e
partamento de Estado, que utiliz de intermediario a Kennan)_ mtentar arreglar las negociaciones del cese del fuego, Estad~s Un:dos
volvi a aceptar, esta vez sinceramente.6() Ambos b~ndos inmediatamente adoptaron posiciones intransigentes y se atuvieron a ellas, con
el resultado de que las conversaciones con los norcoreanos y los co.m_unistas chinos an se arrastraban en Panmunjon cuando la administracin Truman abandon la funcin pblica un ao y medio ms tarde, y tambin la lucha. Pero el presidente y sus asesores haban de:r;:iostrado a su propia satisfaccin la capacidad que tena Estados U1:11dos
de resistirse tanto a la agresin por delegacin como a. las te~s1o?es
de una guerra ms grande, y en ese grado su estrategia babia sido
coherente con el NSC-68.
El impacto ejercido por la guerra de Corea se extendi mucho ms all de la pennsula coreana, y tambin en esta esfera
ms amplia fue sustancial la influencia del ,N_SC-68. El presupuesto de defensa fue el que mostr ms dramat1ca_mente los efectos .
Incluso, despus de haber ledo el NSC-68 en abnl
1950, Truman
haba seguido comprometido con el techo de 13,5, billones d~ g_astos
de defensa para el ao fiscal 1951, que comenzana el 1 de JUho de

?e

130 1 JOHN

LEWIS GAllDIS
NSC-68 y LA GUERRA DE OOBEA

1950. "El presupuesto de defensa del ao prximo ser ms peque.


o qtie el de este ao", dijo en una conferencia de prensa en mayo, "y
lo estamos reduciendo continuamente por razones de economa".6t *
Corea cambi todo esto, suministrando el shock necesario para desplazar las argumentaciones presupuestarias del NSC-68 desde el reino de la teora al de la necesidad prctica. El presidente "deba pedir dinero", dijo Acheson al gabinete el 14 de julio, "y si la cuestin
es la de pedir demasiado poco o mucho, debe pedir mucho".62
Truman demostr pocas vacilaciones para aceptar el consejo.
El 19 de julio pidi al Congreso un adicional de 10 billones para
defensa; a su turno se produjeron pedidos de 4 billones suplementarios para asistencia militar el 1 de agosto, 1,6 billones para defensa el 4 de agosto, y 16,8 billones ms para el mismo propsito el 1 de
diciembre. La autorizacin final del Congreso para defensa en el
ao fiscal de 1951 lleg a 48,2 bllones, un incremento del 257 por
ciento con respecto al pedido original de la Casa Blanca, que llegaba
63
a 13,5 billones. Las proyecciones realizadas a fines de 1950 por el
Consejo de Asesores Econmicos demostraban que si continuaba la
propuesta de acumulacin militar, los gastos invertidos en defensa
en el transcurso de apenas un ao llegaran a una tasa anual de 70 billones. Los gastos a este nivel requeriran sin duda reducciones de la
produccin de automviles, casas, radios y aparatos de televisin pero,
aun en ese caso, acentu Keyserling, "los programas propuestos
difcilmente podran describirse como austeros". Caan, pensaba, "a
mitad de camino entre los "negocios como siempre" y una dedicacin
a gran escala de nuestros enormes recursos econmicos a la defensa
de nuestra Iibertad".64
En las discusiones acerca de cmo desplegar esta nueva fuerza
militar, los funcionarios de Washington parecan inclinarse ms
hacia el concepto de la respuesta asimtrica de Kennan, con su preocupacin por la conservacin de recursos limitados y la distincin
implcita entre intereses vitales y perifricos, y no tanto hacia la
percepcin del NSC-68, que juzgaba indivisibles a los intereses. "Nuestra opinin es que no debemos intentar acumular el poder militar
de Estados Unidos para defender todas esas reas a las que los soviticos pueden atacar bajo una forma u otra", dijeron los tres secretarios de los servicios al secretario de Defensa Johnson el 1 de
agosto. :'Disiparamos nuestra fuerza si lo hiciramos". Una semana
antes Acheson haba reconocido, incluso, ante la Comisin de Relaciones Exteriores del Senado que Estados Unidos podra tener que ceder
El secretario de Defensa Louis Johnson dijo a Acheson el 5 de junio de
1950 que no esperaba que los costos de defensa. se incrementaran <Memorandum
Lucius Battle, conversacin telefnica Acheson-Johnson, 5 de junio de 1950, Acheson Papers, box 65, "Memoranda of Conversations: mayo-junio, 1950").

131

. .
sos si no quera encontrarse, segn las palareas adicionales
a los ru el senor
_ H enry Cabot Lodge ' "desesperanzat"onador
bras de su cuesromet1do
I
. ,en to d o e l mun do" . y el 25 de agosto," ell Condamente ~omp d S
ridad aprob la conclusin de que: E . ~ro
sejo Nacional e egu
. mayor preparacin y estatura m1htar
grama tendiente
cons~~u~ontinuar sin consideraciones acerca de
para ~stad~~ Umd?s deente tem orara de la tensin internacional,
una distension pos1?Iem .
. d de agresin a menos que estas
y sin considerar las mstai:i~ias _ms ~ ~a inminenci~ de una guerra".65
ltimas proporcionen ev1 lenc1as e1941 mucho antes de que comen'
0 haba sido e caso en
T 1
,
d l decisin de concentrar fuerza cona com
zara la lucha se babia tom~ o a Euro a independientemente de lo
tra el primordial adve:san~ ~n te
'principal centro de nuestra
que ocurriera en el LeJano dnben . E opa" haba dicho Acheson
. . d d en este momento e e ser ur
'
. . , de Relaciones Exteriores del Senado:
actlVI
a a la com1s1on
en
mayo

,,f1

dis ersar nuestros disparos de igual manera en


No poldemosdo ~o tenemos suficientes municiones para hacertodo e mun
d t l todo el asunto se
l
Si algo ocurre en Europa 0 cc1 en ~ , .
f
d be
o ...
or lo tanto nuestro prmc1pal es uerzo e
har pedazos, y p
. , d las defensas en la construcconcentrarse en la con~t~cc1~n E e opa Occiden~al; y, en lo que
cin de la fuerza econom1ca e ur
.,
enida
Esto
a Asia se refiere, tratarla como una operac1:e~e~i~a que. ~dopts satisfactorio para mucha gente que ~
,
no e en todas partes medidas vigorosas s1multaneamente,
pero
ramos
66
simplemente no tenemos el poder de hacer eso.
dra haber sido una distraccin, se convirti, en
Corea, que po rt .d d en opinin de la administracin; una
cambio, en una opo . um. a '
o la acumulacin de fuerza milioportunidad que no imphca~a tant
rodu. eron all incremento~
tar en Asia (aunque necesariamente se P
J
.
de
moderados), sino el reforzamiento de las defensas obviamente ma cuadas de Europa Occidental.
.
t rconecformas diferentes aunque m e
. ., d
Este esfuerzo rev.1s_t10 os
en se tiembre de 1950, de enviar
tadas. Una fue. la _d~c!s1n, ~omadaas esta~ounidenses para participar
de cuatro a seis div1s10nes . e tr~ ue sera comandada por un noren la fuerza de defensa de la OT
q
l D . ht D Eisenhower.67
teamericano --casi con certeza ~l genera
w1g ar ~ en el mes de
(En realidad Eisenhow~: fue ~~~~:d~;:~n~;tr~s 1ngls y francs
diciembre). Esto er~, dIJO Ach
t revolucin de la poltica ex1
de _Relaciones E':tenores, unt ~:~iu~ del pueblo norteamericano".68
tenor nort~~enca~ 6'-ad:o~ado
ante la oposicin del Pentgono a
1

entras no se hubiera incremenPero la dec1si n se


la asuncin de nuevas obhgac10n~s m1 d Estados Unidos.69 EJ precio
tado sustancialmente la fuerza m1 itar e

132 /

JOHN LEWIS GADDIS

NSC-68 Y LA GUEllRA DE COREA. 1

del Departam.ento de ~efensa para acceder fue una segunda propuesta norteamericana de importancia: el rearme de Alemania Oc d
t l
l
.,
ci ena Y a mcorporac1on
de sus fuerzas a la organizacin defensiva d
70
l~ O~AN. Gran parte de la diplomacia de los prximos cinco ao~
g1~1:1 en torno de la delicada cuestin de cmo subordinar los
atav1cos temores que los europeos occidentales sentan por los alema.~es a s~~ ~emores, demasiado contemporneos, con respecto a la
~m~~ ~ov1et1ca. ~l conc~pto estratgico subyacente, sin embargo,
sigui~ siendo consistente, mcluso, ante la intervencin china en Corea.
Era importante tener presente, seal Acheson a fines de diciembre
e~ ,h.echo de que "nuestro principal antagonista ... era la Unin So~
v1et1c~, no China". De. all la consecuente necesidad de defender Gran
Bretana, Europa Occidental y el Mediterrneo, pues "si no nos ...
atenemos a esas partes del mundo, no slo es probable que no tengamos pl~t,aform~ ,d~sde ~a cual actuar, si tenemos que hacerlo, contra la .umon Sov1etica, smo tambin que otorguemos mayor fuerza
potencial al otro bando".11
Sin embargo, tal como haban implicado las declaraciones de
'."-cheson, este es~erzo destinado a mantener las jerarquas de los
mtereses dependia de una clara y parsimoniosa percepcin de la
'lmenaza, ~ esto es lo que la administracin no logr mantener, de
manera mas notable, con respecto a China comunista. El mismo Aches?n hab~~ ~eguid<;> siendo sensible a la posibilidad de un antagonismo
smo-soviet1co: reiteradamente procur dar seguridad a los chinos con
respecto a las pacficas intenciones norteamericanas mientras las
fuerzas de MacArthur se acercaban al Yalu (incluso al punto de invocar los antecedentes norteamericanos en "el desarrollo fraterno de
las ~guas limtrofes"-72 un ejemplo cuya credibilidad dependa den:ias1ado de la mala memoria), y advertir, junto con otros funcionarios d: la a~m.inistracin, a~erca de los peligros que planteaba a Chi~a ~I impenahsmo del Soviet. "Nuestro objetivo, por supuesto", senalo uno ~e sus asesores la vspera de la ofensiva china en Corea,
"es .~~strmr l~ base de cualquier alianza duradera entre la Unin
Sovietica y Chma ". 73
Pero simultneamente la administracin haba estado respaldando acciones que slo podan alienar a los ya suspicaces chinos.
~na de e~Ia~ haba sido la decisin, anunciada el' 27 de junio, de enviar la Septlma Flota a patmllar el estrecho de Taiwan. La administracin haba justificado este movimiento como una necesidad militar impuesta por la lucha en Corea, sin implicar nada acerca de la
disposicin l.tima .~e la isla, pero Pekn consider que el gesto
era una conhrmac1on de la ya duradera poltica norteamericana
de dar apoyo a Chiang Kai-shek. 74 Otro movimiento tctico incoherente con la estrategia :le largo alcance haba sido el bienintencionado
esfuerzo de la administracin. destinado a evitar que los rusos car-

133

garan con la responsabilidad directa ~or la invas.in de Corea ?,el


Norte --extraamente, no obstante, lo ~izo .C:.~~~-e~zan.do la agres1on
n Corea como "comunista" en vez de sov1et1ca ,- 1mphcando de esta
~anera una mayor complicidad por pru:te de Pe.kn.75 Fin.almente, _vor
supuesto, la decisin de enviar a las fuerzas de las Nac10n~s. ~mdas
ms all del paralelo 38, tomada ms por razones de cred1bihdad y
de prestigio que por el deseo de. embarcarse en un~ guerra mayor,
ejerci no obstante ese efecto. Nmguna de estas acc.1ones estuvo ~s
pecficamente dirigida contra Chi?a -~asta el despliegue de la s.e_vtima Flota haba sido causado pnmord1almente por la preocupac1on
por la posibilidad de que hubiera bases areas .soviticas en ui:i Taiwan
controlado por Pekn.76 PerQ sus consecuencias restrospect1vamente
resultan claras: tal como Kennan haba predicho en agosto de 1950,
"es casi seguro que nuestra poltica hacia los regmenes rivales chinos ... fortalezca ms que debilite la solidaridad Peiping-Mosc".77 *
La entrada de China en la guerra de Corea en noviembre puso
un abrupto fin a todas las esperanzas inmediatas de separar a M~sc
y Pekn. Los' chinos haban estad~ involucrados ~n Corea todo:el t~em
po, dijo Acheson al Consejo Nacional de Segund~~ el 28. ?~ noviembre, pero detrs de elfos "siempre estuvo la Umon ~ov1et1ca como
consideracin mucho ms sombra. No debemos considerar a Corea
aisladamente sino como parte del problema mundial que implica
enfrentar a '1a Unin Sovitica como antagonista".78 La estrategia
"triangular" estaba por el momento. moribun~a, pero. s.e produjo un
notable post-mortem durante la visita del pnmer m1mstro Clernent
Attlee a Washington a principios de diciembre.
Attlee abri la discusin aventurando la sugerencia de que, a
pesar de la intervencin de China, seguan ~xisti~ndo significa~i~as
diferencias entre Pekn y Mosc que, a su debido tiempo, produc1nan
hostilidad entre ellos. "Es cierto que los chinos son marxistas duros",
seal, "pero es muy posible que no sean imperialistas soviticos.
Hay all cierta chance de titosmo". Era sabio, se pregun~aba Attle~,
"seguir una poltica que sin ser efectiva en contra.
Chma, la de1e
con Rusia como nico amigo"?. Acheson reconoc10 que pocos funcionarios norteamericanos estaran en desacuerdo con ese anlisis.
El mismo haba sido ms "sanguinario" que cualquiera en su intento de proponerlo. Pero "la cuestin no era si ste era un anlisis
correcto sino si era pasible actuar a partir de l".
.
Una de las dificultades, explicaba Acheson, era que el disenso
sino-sovitico era todava una perspectiva a largo plazo, en tanto los
problemas militares en el Lejano Orient.e eran inm~diatos .. "Tal vez
en diez a quince aos veamos un c.amb10 de la act1tu~, chma, pero
no disponemos de ese tiempo . . . S1 al aceptar la opcmn del largo

?e

Debe sealarse, sin embargo, que Kennan era favorable a la decisin de


neutralizar Taiwan.

r'
134

J .J0HN lEWI8 GAIJllIS

NSC-68

futuro de China afectamos la seguridad de Estados Unidos, es un mal


negocio". Lo que es ms, la actitud del pueblo norteamericano deba
ser tomada en cuenta. Ninguna administracin poda esperar respaldo para una poltica de resistencia a la agresin en una parte
del mundo y de aceptacin en otra. "La opinin pblica no era suficientemente delicada como para comprender esas actitudes opuestas". Finalmente, los acontecimientos en el Lejano Oriente no podan
separarse de los que ocurran en otras partes del mundo. El rearme
europeo se demoraba, las diferencias franco-germanas seguan sin
resolucin, la OTAN necesitaba un comandante supremo y tropas en
formacin. La intervencin "proporcionar una mejor chance de que
nuestro pueblo se aboque al esfuerzo y se base en el poder de Estados Unidos, que es la nica fuente de poder. Es vitalmente importante que Estados Unidos se una en este esfuerzo". Trumao secund
las argumentaciones de Acheson, pero con su brevedad caracterstica.
Los chinos, dijo a Attlee, "son satlites de Rusia y seguirn siendo
satlites mientras el actual rgimen de Peiping siga en el poder ...
Los chinos, por supuesto, tienen sentimientos nacionales. Los rusos
no pueden dominarlos eiernamente, pero se es un enfoque a largo
plazo y no nos ayuda en este momento".79
Aqu, apretadamente, estaban los elementos fundamentales del
NSC-68: la presuncin de la debilidad de Occidente; el miedo de que
las acciones coordinadas a corto plazo de los adversarios eran demasiado peligrosas como para esperar a que se desarrollaran entre
ellos las inevitables tensiones; la conviccin de que el fortalecimiento de las alianzas deba preceder a los esfuerzos destinados a resolver las diferencias con los adversarios, y que la hostilidad adversaria
poda en realidad ser una ayuda en ese proceso; la conviccin de que
el pueblo norteamericano era demasiado poco sofisticado como para
comprender las distinciones entre las jerarquas de los intereses, las
variedades de agresin- o las graduaciones de la respuesta; la prosecucin de la credibilidad en s misma. A pesar del hecho de que la
administracin haba tomado la decisin de no permitir que Corea
se convirtiera en la ocasin para dejarse involucrar en una guerra
perifrica con un adversario secundario, eso es precisamente lo que
ocurri. Y ocurri, sospechamos, a causa del grado en el que las
premisas del NSC-68 haban llegado a oscurecer, y a modificar, la
estrategia original de la contencin.

VI
Sin embargo, la versin de la contencin propuesta por NSC-68 no
escap a los cucstionamientos, fuera y dentro de la administracin.
Se plantearon serias cuestiones acerca de la estrategia, en general

LA GUERRA DE COREA

1 135

or parte de los "unilateralistas" * republicanos -seguidores d~l


p ral: Douglas MacArthur, el senador Robert A. Taft y el ex-.presilt'
gene
.
,
dente Herbert Hoover-, Y: ms efecti~amente, segun resu o, por
rte de los "internacionalistas" republicanos que se concentraban
~:tomo de John Foster Dulles, pero tambin, sorprendente~ente, d~sde las
deadentro de la administracin. Trumao. A pesar
,.
, diferencias
n
istentes entre puntos especficos, estas cnticas teman en com .
preocupacin por la prdida de iniciativa implc~ta .e~ la estrategia
de la administracin, su duracin aparentei:riei:it.e mfmita Y sus. costos crecientes, y las implicancias que ello sigmflc~ba para la misma
sociedad que esa estrategia supuestamente protegia.
.
Las crticas de MacArthur giraban en torno .de la negativa de la
administracin a compartir su idea de que A~ia, y no Europa, _se
haba convertido en el teatro decisivo de la ~c~in en la guerra}?
"Este grupo de eurfilos", se quejaba en diciembre. de 195.0, simplemente no puede reconocer que es Asia la que ha sido elegi~a para
probar el poder comunista, y que si Asia cae Europa n~ tendra ~ban
ce -<:on 0 sin ayuda norteamericana". De esta premisa ex~rajo la
conclusin de que Estados Unidos de~~a ab~?donar sus a.ut01mp';1estas restricciones con respecto a la accion militar en el Lejano Onente el bloqueo de la China continental, el uso del poder humano. ?e
China e incluso, si era necesario, el retiro de Corea como, preparacion
para una ofensiva que debera ser lanzada en terreno mas favorable.
Los chinos insista, ya estaban abocados a una guerra total; los rusos slo lu~haran en defensa de sus propios int~reses, que n,? eran
necesariamente paralelos a los de los chinos. S1 no s.e elegia ,,este
curso, ello significara la involucracin de Estados Umdos ~~, una
campaa no decisiva con el costo de que sostener una posicion en
Corea se convertir a largo plazo, en algo mucho mayor que hacer
frente a la lucha si~iendo lineamientos convencionales".00
Era, por supuesto, la repetida expresin de estos ~ent1mientos,
en contra de las rdenes oficiales explcitas, lo que produjo .el a?rupto
1
de MacArthur en abril de 1951; las resultantes audiencias del
reevo
.,
t 1sde
Congreso, conducidas conjuntamente por los comi~e~ sena ona e
Relaciones Exteriores y de Servicios Armado~, ~um11':1~traron un conspicuo foro tanto al general como a la adnumstrac10n. En . el. transcurso de su testimonio, MacArthur dej en claro su c~nv1ccin de
que la estrategia de Washington en Corea era subversiva con ~
pecto a los fines que all se perseguan: "Los intereses de este pa1s
estn involucrados en salvar la vida de sus hijos, y no en embarcarse

f:

t
al ms comn de "aislacionistas" o "neoaislacionisPrefiero este ~
d .. islacionismo" muy bien puede haber
tas", ya que esta~~ :f~o ~ ~rolucracin norteamericana en ultraagrandado en vezte e Asia. Para el fenmeno en general, ver Norman A. Graebmar,
A study in Politics and Foreign Policy Since 1950
ner, ~~o~
,1.nc
<New York, 1956).

136

JOHN LEWIS GAOOIS .

e~ una ca?Ipaa indefini?a y no decisiva que sacrificar miles y

mll~s de vidas norteamericanas". La guerra, insista el general, se

~ab~a transfo:mad~ en ~n~

forma de "suicidio mutuo"; la opcin era


de1arla contmuar mdefmidamente, destruyendo la materia de la sociedad, o ... concluirla". Lo que debilitaba la argumentacin de
MacArthur era en realidad el hecho de que propona terminar la
gue,rra por medio de una escalada, una cura que para muchos parecia peor que la enfermedad. En la declaracin ms memorable de
las audiencias, el general Ornar Bradley estableci ese punto con
pre~isin admirable: "Esta e~trategia nos involucrara en una guerra
eqmvocada, en el lugar eqmvocado, en el momento equivocado y
contra el enemigo equivocado". Acheson fue, incluso, ms sucinto:
"Todo el esfuerzo de nuestra poltica tiende a evitar la guerra y no
a provocarla".st
Con estos argumentos, la administracin logr desacreditar las
recomendaciones de MacArthur, pero no los temores de librar una
guerra costosa y poco decisiva que haban dado origen a esas recomendaciones. En cambio, estos temores se convirtieron en la base de
un importante ataque republicano contra la poltica exterior de la
administracin durante 1951 y 1952. El ex-presidente Herbert Hoover
estableci el tono a fines de diciembre de 1950, cuando argument,
en oposicin a planes de enviar tropas adicionales a Europa, que
cualquier intento de enfrentar a los ejrcitos comunistas en campos
de batalla continentales no slo sobrecargara los ya limitados recursos econmicos, sino "que sera la tumba de millones de. norteamericanos y terminara con el agotamiento de este Gibraltar de la
civilizacin occidental". La alternativa era hacer uso de las fuerzas
norteamericanas --el poder areo y el naval- para controlar el hemisferio occidental, los ocanos Atlntico y Pacfico, y los enclaves
isleos de Gran Bretaa, Japn, Formosa y las Filipinas; las reas
continentales no comunistas restantes tendran que confiar primordialmente en s mismas en lo concerniente a defensa. La implicancia
era que todo el continente euroasitico poda caer bajo dominio sovitico sin que se produjera un dao significativo para los intereses de
seguridad norteamericanos: "Ellos no pueden llegar a Washington por
la fuerza, del mismo modo que nosotros no podemos llegar a Mosc". 82
Una crtica ms moderada pero de mayor importancia acerca
de la poltica de la administracin procedi del senador Robert A.
Taft, de Ohio, uno de los ms poderosos republicanos del Senado y
un postulante importante de la nominacin presidencial del G.O.P.
en 1952. En una serie de discursos pronunciados durante 1951, y en
un libro publicado a fines de ese ao, tambin Taft adverta intensamente acerca de los peligros de las guerras prolongadas y limitadas, y de la prdida de iniciativa que ellas implicaban. "El primer
principio de la estrategia militar", seal, "es no luchar en el campo

NSC-68 y LA GUERRA DE OOREA 1

137

batalla elegido por el' enemigo, que es donde l ti~ne mayor fuerde,, Aun ms enfticamente que Hoover,, T~ft .acentuo ,lo~ costo.s .soza y econom
, i"cos de una estratema
dales
,,. as1: existe un hm1te defmido
.
a lo que un gobierno puede gastar en pocas de paz y seguir manpar_ endo una economa libre, sin inflacin y con al ~en os . al~os
tem ntos de progreso en lo referido a estndar de vida, educ.acion,
e~emestar social vivienda salud y otras actividades que constituyen
'
.
, p od'ia " es t ar constanteel1ene
vital inters del pueblo".
Nmguna
nac10n
mente preparada para embarcarse en una guerra a gran escala en
ualquier momento y seguir manteniendo sin embargo todas las otras
c t s
para las que las naciones han sido fundadas ... Un programe ade guerra

total en poca de paz puede sigmt1car 1a comp1e t a y


f:al destruccin de esas libertades cuya proteccin ha sido la causa
de semejante preparacin".
Pero haba inconsistencias de pe~o dentro ?~I programa de Taft.
Al igual que Hoover se opona a la mvolucrac10n en las guerras terrestres en Eurasia, requera una mayor confianz:i en el poder naval
y areo y menos confianza en l~s aliados, y I?arecia respald,ar un con:
cepto bastante aislacionista. Sm embargo, f~nalmente ll~~o. a respa!
dar la decisin de la administracin de enviar cuatro d1vis1ones adicionales a la OTAN, y durante la primavera y el verano de 1951 pareca desplazarse hacia las prescripciones de MacAt;hur !?ara ampliar la guerra en Asia. Es muy probable que las con~1dera~iones.
lticas domsticas tuvieran algo que ver con estas .mconsistencias:
Taft estaba decidido a atraer el mayor respaldo posible ~ su can?idatura, y no estaba por encima de torcer ocasionalmente ciertos principios con el objeto de lograrlo. No obstante, en un punto Taft se
mantuvo finne, y en l sus enfoques no slo eran semejantes a los de
MacArthur y Hoover sino tambin a los de Kennan: este punto era
la necesidad de una mayor sensibilidad que la demostrada ~asta e_ntonces por la administracin Truman con respecto a la rel~cin existente entre fines y medios. "Una poltica exterior poco sabia Y excesivamente ambiciosa", escribi, "y particularmente el esfuerz~ ~or
hacer ms de lo que estamos en condiciones. ~e .hacer es la umca
cosa que puede finalmente destruir nuestros eJercitos y ser u1:1a v~~
dadera amenaza para la libertad del pueblo de Estados U?1~os ..
El "unilateralismo" de MacArthur, Hoover y Taft coex1s~~a mcmodamente dentro del partido republicano con los enfoques mternacionalistas" sostenidos por los seguidor~s del gob~mad.or Thomas
E. Dewey de New York, el frustrado candidato pres1denc1al del parEste grut 1.do en 1944 y 1948 , y del senador Arthur M. Vandenberg.
. . . .
l
tos
po se preocupaba tambin por la prdida de ~mciativa y os cos
crecientes, pero era incapaz de descartar. seccion~s .enteras del continente euroasitico, o de dar al Lejano Onente priond~d ~obre Europa. En 1952 ' John Foster Dulles haba surgido como pnnc1pal vocero.

P:

NSC-68 y LA GUERBA DE 00REA

138 1

139

.JOHN LEWIS GADDIS

Dulles haba sido, en cierto modo, un smbolo de la cooperacin


bipartidaria en poltica exterior, alternando el servicio dentro de
su partido durante las campaas presidenciales con tareas en las Naciones Unidas y el Departamento de Estado -ms recientemente en
relacin con el tratado de paz japons. Pero Dulles rompi con la
administracin a principios de 1952, y en mayo de ese ao public
una crtica de importancia del enfoque Truman-Acheson de la contencin en un artculo de la revista Life titulado "A Policy of Boldness".
Dulles empezaba hacindose eco de las quejas de los "unilateraIistas" acerca de los costos de las polticas existentes. "Gastos gigantescos" desequilibran el presupuesto, bajando el valor del dlar y
desalentando el incentivo; lo que es ms, la consecuente concentracin en asuntos militares amenazaba las libertades civiles domsticas y atemorizaba a los aliados valiosos de ultramar. Todo esto podra haber sido tolerable si el esfuerzo produjera resultados, pero no
era as: "Nuestras actuales polticas negativas jams acabarn con
el tipo de ofensiva sostenida que el comunismo sovitico est articulando; jams acabarn con el peligro ni aliviarn las exigencias que
devoran nuestra vitalidad econmica, poltica y moral. Las nuestras
son polticas de noria, que en el mejor de los casos, pueden mantenerse en el mismo sitio hasta que caigamos exhaustos". No haca
cuestin acerca de la superioridad ltima de Estados Unidos y sus
aliados en cuanto a capacidad material y moral; la misma represin
que los lderes comunistas se sentan obligados a infligir a su pueblo
reflejaba una profunda inseguridad. Pero los rusos y sus satlites
(Dulles inclua a China en esta categora) tenan ventajas de corto
plazo en trminos de poder humano y 'lneas internas: "No podemos
construir una Lnea Maginot de 20.000 millas ni igualar aJ Ejrcito
Rojo, hombre por hombre, arma por arma y tanque por tanque en
cualquier momento o lugar que su dirigencia elija. Intentar hacerlo
significara no tener ninguna fuerza real en ninguna parte y desastre
en todas".
La solucin de Dulles era la asimetra, p~ro de una clase particular: "El mundo libre debe desarrollar la voluntad y organizar los
medios para responder instantneamente a cualquier agresin abierta del Ejrcito Rojo, de modo que, si ocurre, podemos devolver el
golpe donde ms duele con medios de nuestra propia eleccin". Esto
podra hacerse de la manera ms eficiente basndose en armas nu-deares, y en el poder areo y navai estratgico necesario para lanzarlas: esos instrumentos haban creado "grandes nuevas posibilidades de organizar un poder comunitario para terminar con la agresin antes de que comience y reducir, hasta hacerlo desaparecer, el
riesgo de una guerra general". Las armas estratgicas hasta el momento slo haban sido desarrolladas con el propsito de combatir
en guerras total-es; lo que se haba pasado por alto era su potencial

,
tos ms razonables que las estratede imp~dir una ~~rra asi, :s~:fe se produce, ser porque hemos
gias existentes. Si esa cat
orosas fuerzas se transformen en
permitido que estas nuevas y pav
Id d cuando en manos
las habituales herr~mienta~ de muer~e ~~l so a~~s polticas para la
del estadista podnan servir como e ec ivas
1
,, 84
defensa de a paz
. .
.
mantuvo su posicin
Pblicamente, la admimstracin Truman
.d d no
, .
"L
dadera amenaza a nuestra segun a
ante! e~tas cdnetlucnasdesa~t;:.~ dijo el presidente Truman a una audien'
1952
es e nesgo
cia nacional radiotelevisiva en marzo de
.
omunista Si se le permite al co.
Es el peligro de una agres~ n e .
.
una entonces quemunismo a?sorber ~as naci;n:s ~~~~=~ ~~a a~aste~imiento y aledaramos aislados e .nues ra, tendramos que adoptar medidas
jados de nuestros tmigos. ~::~n realmente ser desastrosas para
de defensa que ta vez pb~
tro modo de vida al punto de
'a y cam iar nues
.
nuestra economi
,
s como norteamericanos. Eso
ue ya no nos reconocenamos m
.
.
~s precisamente lo que tratamos de impedir.
b 1 "N s verdad que nuestro programa de
y una vez ms en a ri :
o e
destruir nuestra economa.
seguridad naci?nal es tan can:;> ~orno
economa es ms fuerte
Por el contrario, el aspecto civil de
t i"ons de los republicanos
"d ,, Las argumen ac "'
de lo que ha s1 o J~ s .
t ria concluy el presidente con
a , . d t t n'as" ss
en P ro de una reduccind presupues
d
. , haban
su caracterstica mordaci a , era un "hataJO e on .e .
fu ionarios de la admimstrac1on
Pero, privadamen!e, los . ne o las reocupaciones de sus crticos.
compartido durante cierto ttei;:-pb'
~alado a Paul Nitze que mienYa en julio de 1950 Aches~n a ia. ,sen , ue permanecer en Corea,
tras Estados Unidos no tuviera ~pc10n mas 9-,t.cas el esfuerzo sera
.

chinas o sovie 1 ,
incluso ante mtervenc1ones
. s en otras partes y todo
. ,
que eran ne-::esana
1 domstico: "En otras palabras,
costoso, requenna ~rop.a~ . ,
eso sera de difcil 1ustiflcac10n en o
d un potrilla". Llegado
hemos compra o
.
como dicen los virg1manos,
b
or "el enorme costo" de
.

Ntze se preocupa a P
l NSC-68 reauera: "Es posible h~cer
noviembre, e1 mismo i
suministrar las fu~rzas que ~ de medida~ radicales, para reducir ~l
algo si es necesano por medio
l un1dades de combate? .
lt de sostener as
.
.
'
d
t
costo extrema amen e a o
. t de los peligros que imp1iAcheson era penosamente co~sc~e~. e. da guerra terrestre en Asia
caba estar atrapado en una m e ~~.1 recuerda Truman que dijo
-"No tendr fin y nos. desa~grar~ , Council el da de la intervenante una reunin del Nat1onal ecu~ ~arios das ms tarde, Acheson
cin china en gran escala en ~or~a .. nto que "el gran problema es
advirti a los jefes ?e Esta o ~nJU acin equivocada. Estamos peque estamos combatiendo contra a n

::;:tra

.1

J40 1 JOHN

1$WJS !OO>DIS

NSC-68 Y LA GUERRA DE COREA

Ieando contra la reserv


Sovitica".86
a, en tanto el verdadero

enemigo es la Unin
Estas preocupaciones rod .
;strate~i~ del- Lejano Orie~te ~Je~on ~na revisin importante de I
a admm1stracin sorprendente n a primavera de 1951 que llev a
d~ ~acArthur justo en el momente cerca de las rec~mendacionea
pubhcamente. El 17 de ma o ento en .que procuraba refutar] s
cabo las audiencias de Mac~rth~r 1951, m1~ntras an se llevaban:
NSC 48/5, una declaracin general' el pres1~e?te Truman aprob el
daba l~s limitaciones existentes
de la pohtica asitica que respalpero afirmaba que, si la agresin co~ respecto a la lucha en Corea
Estados Unidos considerara:
chma se produca en otras partes,
1.

La imposicin de un blo u
de fuerzas navales y are;:s. eo de la costa china por medio

Ac~in militar contra blancos sele


.
Chma comunista fuera de C
ctos ba10 el dominio de
orea.
3. Participacin defensiva u of
.
nacionalista, y Ia necesari e~s1va ?e las fuerzas de China
las efectivas.
a asistencia opcional para tornar2.

, A ~rincipios de enero de 1952 A


,
mas alla, informando al rimer . '. cheso~ , II~vo este enfoque an
q~~ Estados Unidos est~ba con~~~~;ro britamco Winston Churchill
militares chinos en el caso de u
ndo el ?Z?bardeo de blancos
coreano no tuvieran xito 0 . hq be. las negociaciones del armisticio
. . La inten , '
si u 1era
lac1on
, del acuerdo
d e l anmst1c10.
. alguna vio
, .
c1on norteamericana
..
b as atom1cas
contra China a re ,
no era 1a de ut1hzar bommomento no se han pres~nfad~o ~l general Bradley, "ya que hasta el
cambiara de alguna manera de mod~ncos adecuados. Si la situacin
cuados, emergera una
.
. que se presentaran blancos adenueva s1tuac1n" 87 *
' _Los coqueteos de la administraci .
"
aebian ser exagerados No . "f
n con el macarturismo" no
.

s1gn1 1caban una


b .,
. d "
t egia
e Asia primero" d e l general J t apro ac1on de la estravolver al asunto ms importante d ' e. m ento era, ms bien, el de
acabando con las distracciones d e hcon~ener a los rusos en Europa,
e om res y recursos dedicados a
. Curiosamente, NSC 48/5
.
discusin hasta el
Y su estudio adjunto conteru
entre Pekn Y Moscmomento ~erca de cmo expItar las an I~ ms e~borada
Churc~ill, "la n\~~e~;~~Ie'n35Co,
47-52.) Pero tal =~:e:ax:i:nxp~
tcaornra.a
e muy distante y

.
rea ha hecho q
ta

~~~in~=po razo~e:b1~fe~s~i:: ~~~U:: ~ste mor;:n~. ~~~:


de

<Memorand
. El ._senor Churchill Y el seor Ed vergenc~ entre los dos gruenero
1~ !chheson, conversacin con Churchill eny Eesdtuviewron ~e acuerdo".
1952 )
' c eson Papers . box 66 "M
en, ashngton 6 de
'
'
emoranda of Conversations",' enero

J 41

luchas no conclusivas contra los chinos. Tampoco exista ninguna inclinacin a favorecer esas medidas por encima de una negociacin
de cese del fuego en Corea, si es que esta ltima posibilidad poda
arreglarse. Eran planes contingentes, destinados a enfrentar un fracaso de las negociaciones o bien un estallido de violencia en alguna
otra parte. Sin embargo, reflejaban la molesta sospecha de que los
republicanos podan estar en lo cierto al acusar que Estados Unidos,
en su intento de responder simtricamente a una agresin vicaria,
estaba perdiendo el control de la disposicin de sus propias fuerzas
y del gasto necesario para mantenerlas.
La preocupacin por los recursos limitados tambin se desarroll con respecto a Europa durante 1951, en cuanto se hizo evidente
que los aliados de la OTAN no podran, al menos sin poner en peligro
la recuperacin econmica, tolerar incrementos del gasto militar proporcionales a los que se estaban produciendo en Estados Unidos. En
este caso, la administracin opt por no seguir el consejo de los
republicanos, que era dejar a Europa a la deriva; en cambio, accedi
a la disminucin propuesta de los nive1es de fuerza para que stos
estuvieran ms de acuerdo con las capacidades econmicas. De todos
modos, el riesgo de un ataque sovitico contra Europa pru:eca estar
declinando, le dijo Acheson a Churchill en enero de 1952; por)o tanto,
pareca lgico "no intentar crear fuerzas que trascendiran nuestras capacidades y las de nuestros aliados, sino crear fuerzas suficientes como para hacer que cualquier intento de ataque por parte
de la Unin Sovitica resulte peligroso para ella". 88
Sin embargo, estas intimaciones acerca de que los medios tal
vez no fueran expandibles indefinidamente no lograron alterar la fe
de la administracin en la validez fundamental del NSC-68, hecho
que se torn claro en el verano de 1952, cuando el National Security
Council emprendi una revisin total de ese documento. El estudio
resultante, NSC 135/3, confirmaba la conclusin del NSC-68 acerca
de que Estados Unidos y sus aliados tenan la capacidad de hacer
lo que hiciera falta para resistir la expansin sovitica "durante el
tiempo que sea necesario". Por cierto, incluso, "la aceleracin y la
adaptacin de nuestros programas de seguridad nacional en general,
si fuera necesario, estn dentro de nuestras capacidades y pueden
llevarse a cabo sin serios efectos perjudiciales para la economa de
:Estados Unidos". En consecuencia, la habilidad del "mundo libre"
'd~ mantener su posicin dependa de: a) su capacidad de permanecer
firme contra la guerra poltica del Soviet, que puede intensificarse
con el incremento de las capacidades atmicas soviticas; b) una
mayor capacidad y disponibilidad de la demostrada hasta el momento para comprometer fuerzas y materiales apropiados en objetos limitados, y c) su capacidad de desarrollar mayor estabilidad en reas
perifricas y otras reas inestables.89

F-' ,

142 1 JOHN

LEWIS GADDIS
NSC-68 Y LA GUEBBA DE COREA

A continuacin de la victoria re b .
noviembre, la administracin refi , lpu hcana .en las encuestas de
las vincul a recomendaciones esno -~~ conclus1ones del NSC 135/3
sent a la futura adminstracinp~: Ic~ para la accin y las pre~
por supuesto, un discurso de de
d~en ower como NSC-141. Fue
141 era la expresin ma's int
~pe ida, pero no arrepentido: Nsc'
de la I,
.
d e Ios medios expand1.bles y rans1gente
1
og1ca mterrelacionada

a
respuesta

't

existentes, reconoca au'


s1me nea. Los programas

n no eran adecuado
gundad norteamericana. hac1'a f lt
f
s para garantizar la se.

n a a es uerzos pa
f
z~~ de resistencia locales en Oriente Medio
. ra re o:zar las fuerb1en en Europa, para fortalecer las d
Le~ano Onente y tamUnidos ante la posibilidad de
t efen_s~ contmentales de Estados
grama de defensa civil en g un a jue aereo, y para iniciar un pr0nes de costo para estos prog;:::i esca a. NSC-141 no haca estimaci0continental supona un costo dea~ ~:1~ un todo (el plan de defensa
taba claro que, si se los impleme~t bI o~es durante 1955), pero esde reducir el presupuesto deber
a a, bas esperanzas republicanas
capacidad de aplicar de manera an .ser a and?nadas. "Es esencial la
tructivo", sealaba el docum t v~~1ada y flexible nuestro poder desde situaciones que tendremo:n o, ta~to a causa de la gran variedad
cidad ofrece la mejor chance ue en rentar como porque esa capano pueden tener la esperanz de ~onvencer a los soviticos de que
por med~o de un ataque so;re:a". estruir nuestro poder destructivo
En cierto sentido el NSC 141
1
.. ,
pus de dos aos y ~edio
% a adm1s1011 de un fracaso --deshaba logrado un nivel de se~ ~ d e~o agotador, la nacin an no
firme reafirmacin de la co n ~- a ecu~do. Pero era tambin una
administracin Truman. el rr;i~:on es~ncia.I de la estrategia de la
NSC-68, sino la inconsi~tencip
ema, Imphcaba, no haba sido el
realidad no haba d1stm . a con la que haba sido aplicado En
.
c1ones entre los t
.
contmentales, europeos y asiticos h
m ereses nc;>rte~mencanos
amenazados; todos ellos re ueran, a ora todos se. ve1an Igualmente
vocativa. Lo que la nacinq no od~na resp.u~sta firme pero no profen~iva capaz de restringir sola~e a perm1t1rs~ era una fuerza debatir en una guerra nuclear El 1 nte las agres~ones locales y comcanos en el mundo era mu h.
,canee de los mtereses norteameri.
e o mas amplio "E
I
s1ble, debemos por lo tanto d
11
.
n e mayor grado po.
, .

esarro ar fuer.la fl . bl
sitos mult1ples, con el objeto de hacer
s e:'-1 es, de propque se nos presentan".90
frente a las diversas amenazas

VII
Un ao despus de abandonar el De
son dijo a un grupo de ex coleg
part~dmento de Estado, Dean Acheas reum 0 para recordar sus aos de

1 143

Washington que "lo que haba que hacer era seguir adelante y hacer lo
que se tena que hacer tan rpida y efectivamente como se pudiera,
y si uno se detena a analizar lo que estaba haciendo ... lo nico que
lograba era debilitar y confundir la propia voluntad y no llegar a
ninguna parte". El tpico que se discuta era si el presidente Truman deba haber pedido la autorizacin del Congreso para la accin
miltar en Corea, pero la declaracin reflejaba la proclividad general
a la accin de Acheson casi como un fin en s mismo, y su correspondiente tendencia a evitar las reconsideraciones, los anlisis y, sobre todo, las dudas.91 Esta actitud haba sido la mayor base
de sus desacuerdos con Kennan, para quien esas caractersticas eran
una enfermedad crnica; tambin haba sido una de las razones de
la excelente relacin de Acheson con Harry Truman, un hombre de
carcter enfticamente similar. Y fue, tambin, un rasgo distintivo
del NSC-68, y de todo el enfoque de la administracin Truman con
respecto a la poltica de seguridad nacional despus de junio de 1950.
Exista en la administracin un sentido claro de cul era el objetivo ltimo, de cunto tiempo Hevara lograrlo o de cunto costara.
Tal como lo expresara uno de los asesores de Acheson, en el momento de tomar la decisin de cruzar el paralelo 38, cuando se est
"amenazado por oscuras e inciertas amenazas, el papel de la pn1dencia y la sabidura es el de hacernos seguir confiada y seguramente
los propios asuntos". El mismo Acheson utiliz una analoga diferente pero de final igualmente abierto illl ao ms tarde durante una
charla con estudiantes del National War College:
La seguridad colectiva es como una cuenta bancaria. Se mantiene con vida merced a los recursos que se depositan en ella.
En Corea los rusos presentaron un cheque girado sobre la cuenta bancaria de la seguridad colectiva. Los rusos pensaron que
ese cheque no se pagara ... Pero, para su gran sorpresa, fue pagado. Lo importante fue que ese cheque se pagara. Esa importancia no existir si el prximo cheque no se paga y si la cuenta
bancaria no se mantiene salud~ble y suficientemente slida como
para cubrir todos los cheques que se giran en su contra.92

Si a algn integrante de la audiencia del secretario de Estado se


le ocurri preguntar por qu motivo Estados Unidos entregaba cheques en blanco a sus adversarios, en primer lugar, o de qu modo
se propona mantener su cuenta indefinidamente equilibrada con
todas las demandas que se le hacan, fue demasiado corts como para
formular esa pregunta.
"Lo que estamos intentando hacer", dijo Acheson a los estudiantes, "es hallar maneras de que nuestro poder como nacin se adecue
a nuestras responsabilidades como nacin . : . La tarea que se abre

144 1

JOHN LEWIS GADDIS

ant~ .nosotros es la de aprender todos 1


.
pohtica de modo de equilibrar las .
os. vencuetos del poder y la
sus capacidades de lograr esas inte~~~nci~nes de nuestra nacin y
el fr:i,caso de la administracin Truma nes . Pero eso es justamente
cepc1on de amenazas implacables
n: Comenzando con una perconju.r;ito de intereses tan vasto
medios _expandibl'es, produjo un
la nacin, si no su capacidad teiicatrascendia la voluntad poltica de
, y que fue, por lo tanto imposi
ble de sostener tal como lo d
hecho que "los fines siempre eti:nosdtraron las elecciones de 195. Era~
d' ,,
ien en a superar a lo
Ach eson reconociera tardamente
e
b
s me ios , tal como
vemos forzados a elegir entre dema~i~~~~ re. d~ 1952: "Siempre nos
y aqullos que podemos lograr con los r . O~Jetivos: .. todos buenos,
im!t~, ~s. medios de los que disponemos ... Entonces lle amos
eleccin: qu hacer prime;o u a .est~ dific1bsima ~uestin de la ...
por completo".93 Fueron re~iq d1fenr para despues, qu abandonar
evitadas desde junio de ~950 sa~ente estas elecciones las que fueron
~mbar~o; ahora dependeria de la
administracin Eisenhower c
nu_evo secretario de Estado -~:~~ar s1 la "poltica audaz" de su
metodo mejor.
oster Dulles- proporcionaba un

u:

tm

Captulo V
Eisenhower, Dulles y el N ew Look
Dwight D. Eisenhower no se present como candidato presidencial
en 1952 a causa de ningn sentimiento .intenso de insatisfaccin con
respecto al enfoque de la contencin de la administracin Truman.
Con la nica excepcin de la poltica hacia China, acerca de la cual
tena ciertas reservas privadas, Eisenhower haba apoyado cada una
de las principales iniciativas diplomticas y estratgicas; por cierto,
desde febrero de 1951, l mismo haba sido responsable de la implementacin de la estrategia europea de Washington como comandante supremo de la OTAN. Las motivaciones generales que lo llevaron
a permitir que su nombre fuera situado ante la convencin nacional
republicana de 1952 tenan ms que ver con su determinacin de que
la nominacin no recayera sobre Robert A. Taft, a quien Eisenhower
consideraba un aislacionista; con su preocupacin por los programas
domsticos de Truman, que segn l crea conducirian al socialismo,
y con su conviccin de que la supervivencia del sistema bipartidario
requera la finalizacin de veinte aos de gobierno demcrata.1
Sin embargo, los presidentes rara vez llegan al poder gracias a
haber respaldado a sus predecesores, y Eisenhower rpidamente cay
bajo la presin de tener que poner "distancia" entre l mismo y la
administracin anterior con respecto al rea de asuntos exteriores.
Con este fin, alist la ayuda del republicano cuya crtica de la contencin le haba resultado menos objetable ~l defensor de la "audacia", John Foster Dulles. Por cierto, la promesa de mayor efectividad
a menor costo que haca Dulles atraa a Eisenhower, que desde mu~
cho tiempo atrs albergaba un sentimiento de incomodidad acerca
de la capacidad nacional de sustentar indefinidamente grandes gastos
militares. Tambin comparta con Dulies la antipata por el unilateralismo de Hoower y Taft: "Cualquier idea de 'retiramos dentro de
nuestras propias fronteras'", escribi, "llevar con seguridad al desastre de Estados Unidos". Tampoco simpatizaba con los miembros de
la derecha republicana que deseaban emprender acciones militares
contra la China continental, produciendo as "una torpe cada en una
guerra insensata".2
Pero Eisenhower albergaba intensas reservas iniciales con respecto a la teora de Dulles de la disuasin estratgica asimtrica
(que ya empezaba a ser conocida, confusamente, como la doctrina
145

146 1

JOHN l.BWIS G.U.'l>IS


EISENHOWER, D'lJU.ES Y EL NEW LOOK

de la "represalia"). "Yo... ued tan


.
. 1 profundamente impresionado
como siempre por lo directoq
tan complejos", escribi con ~~~~~~ad:: ~n~~q;e de problemas
do un borrador preliminar del artcul d Dpl1lc1 a tras ~aber le e u es de la revista Life.
Slo h~y un punto que me molest . . . Es ste .
hacer s1 la agresin poltica del S . t
l qu debemos
como en el caso de Checoslovaquia, se apodera sucesiva
nes expuestas del mundo libre'
l tosamente ~e las posiciosituacin econmica resultante,
e~e;:.i: ~~a~e~=~: ~ nuestra
para nosotros como si el rea hubier
"d
an ma1a
fuerza. En mi o i .
a s1 o capturada por la
"represalia" se
~~~~e es el caso en el que la teora de la

ovi:xi

es:

vre:

".Pone usted el dedo en el punto dbil de mi presentacin"


Y prometi remediar esa deficiencia en la versinr~:
;is~nh~:e:~n~~ e~ art~ulo publicado no esclareca la cuestin, y
en un s
e I a vertlr una vez ms que "la confianza exclusiva
amplitu~mdle1poder de reprc:sa!ia no es respuesta completa para la
. " e a amenaza sov1t1ca". Cuando Dulles ermiti
1
trmmo i;>oder d~ golpe de respuesta" se introdujen!' en la l~~~o~
~~ repubhcana. Eisenhower se enfureci-"Maldito sea si a
0 ;us .at~os a~dantes en la convencin de Chicai'o. y~t~r~
revelar::s;~~ a~o~~~t:i~ente elimin~do, pero la idea, tal como lo
arraigada en la mente de o~W:s.3sucesivos, permaneci firmemente

~nd;; D~les,

:!:f:o

,,

~ . Dulles.:aba ac~?~ado s1;1 respaldo de la asimetra estratgica con


~~ 1~vocac1 n ?e la hberac1n" de los satlites del Soviet ms mo~v~ a den realidad por la determinacin de alejar a los boques von es e1 este de Europa de los demcratas

que por cualqmer expectativa realista de "v d . ,,


1
Eisenhower tambin te ; ~c1r f~ esfera de influencia de Mosc.
t 1 1
.
ma escon ianza en esto. Con reticencia aceptiv: ~~ra~e de lal pla~a.forma republicana que condenaba la "nega,
I e mmora poht1ca de la 'contencin' que abando
.
merables seres humanos l d
.

na a mnuse sinti obligado a reco:da/~P~~~~s dyuralntteerrloaricasmo a~eo", perol


"lib
. erac1n " s lo poda darse por "medios a T
" mpana que a
Jado en claro por el artculo de Dulles en if~1 icos -un pun.to de-

~~1!5~~~~~e P:~:~~b~icanos. Eis~nhower

e~i:::n~~a

d:

m::v!a
Adlai Stevenson en no . e ~a ca:pdana, y, luego de la victoria sobre
b 1
. viem re, u durante tres semanas antes de
~o~ ~ardo
secretario de Estado, Y finalmente eligi a Dulles slo
e pu s e que &us asesores le advirtieron que el ala Taft d l rtd
no aceptara a ningn otro 4
e pa l o

"""

Jl:';ntonces, fue en gran parte 1a poltica y no la afinidad intelec-

1 147

tual lo que produjo la curiosa "asociacin" Eisenhower-Dulles.* A


pesar de las ambivalencias iniciales, esta asociacin muy pronto se
tom notablemente estrecha, aunque nunca estuvo enteramente libre de las diferencias que se haban manifestado durante la campaa.
Fue Dulles quien determin primordialmente la naturaleza de la estrategia de la administracin -la seleccin de las respuestas destinadas a contrarrestar las amenazas. Pero era el presidente quien
posea, de los dos, el ms agudo sentido estratgico -y tambin quien
retena cuidadosamente la autoridad ltima, sin vacilar en pasar por
encima de su secretario de Estado cuando le pareca apropiado hacerlo. A pesar de las equvocas apariencias contrarias, por lo tanto,
Dulles jams disfrut de la libertad de decisin en asuntos exteriores que Truman haba acordado a Acheson despus de 1949.5 Sin embargo, Dulles era ms tenaz que Eisenhower, y por momentos poda
salirse con la suya ante la resistencia presidencial gracias a la ms
absoluta persistencia y repeticin. El resultado fue una amalgama:
una estrategia producto de dos hombres personalmente amistosos
pero muy diferentes, que reflejaba tensiones y compromisos as como
tolerancia, cooperacin y respeto mutuo.

I
"Al concebir que la defensa de la libertad, como la libertad misma,
es nica e indivisible, consideramos y honramos de igual manera
a todos los continentes y a todos los pueblos. Rechazamos cualquier
insinuacin de que una u otra raza, uno u otro pueblo, sean inferiores o prescindibles". De este modo defini Dwight D. Eisenhower
el rango de los intereses norteamericanos en su discurso inaugural
del 20 de enero de 1953. Fue una declaracin que cumpli varias funciones. Fue, en primer lugar, un firme rechazo de los conceptos de
la "Amrica fortificada" que haban circulado dentro del partido republicano durante los aos recientes, una posicin enteramente apropiada para un hombre que haba propuesto su candidatura para salvar al partido, y ail pas, de Robert A. Taft. Era, tambin, una reite Emmet Jobn Hughes recuerda que durante el periodo que transcurri entre

las elecciones y la asuncin, "aparentemente Dulles hizo un nico impacto consistente en Eisenhower: lo aburri. De tanto en tanto, mientras Dulle5 hablaba,
:yo observaba el rostro demasiado expresivo del presidente electo y sus gestos de
impaciencia, que se hacfan evidentes a pesar de los semiexitosos intentos de eliminarlos. Sus reacciones eran siempre las mismas -el brusco gesto de asentimiento, de manera de apresurar una voz lenta para que llegara a alguna conclu
Bi6n obvia . . . el acelerado ritmo del lpiz que golpeaba su rodilla . . . la lenta
frialdad que inundaba la mirada azul, y que sefialaba el fin de un contacto mental . . finalmente, la paciente mirada fija en una esquina del cielorraso, que
PEtrm8neci alli hasta el fin de la disertacin de Dulles". CThe Ordeal of Power:
A Polftfcal Memoir of the Efsenhower Years [New York, 1963], p. 51.)

~r

148

1 JOHN LEWIS GADDIS


EISENHOWER, DULLES Y EL NEW LOOK

racin de las crticas que Taft ot


.
contra de la poltica de "Europ: pr[s r~pu?I.1canos haban hecho en
Truman -un enfoque, acusaban mer~ t~p1ca de la administracin
de China, a la estrategia de "no ' qu~. ab1a llevado a la "prdida"
d_el . ~eneral MacArthur. Finalm::t~ar l e~ C~rea,. :Y al Iicen_ciamiento
s1rv10 como informacin de ue
' a . ~c ara~~on de Eisenh6wer
autores. del NSC-68, crea qu; el :uu~f:;:.;_~1strac1on, al igu~l que los
t~n delicadamente planteado que o se
~e poder m~ndial estaba
na del comunismo sin perturbarlo T 1 pod1a ~olerar ninguna victower seis meses ms tarde en u j a ~orno lo expresara Eisenhocomo su sucesor en la Ca~a Bla~c e~u~Je que tanto su predecesor
no hay armas demasiado pequea~ ~ I:ran aprobad~: "As como
co_mo para ser ignoradas, tam oco ha
~e-nas. demasiado remotas
milde como para ser olvidadar.6
y nac1on hbre que sea tan huEsto no significaba que Estados U .d
,
.
do con el objeto de estar seguro den~o os d~b1a domma; el muncomo Dulles consideraban ue 1
.
de el. Tanto Eisenhower
era una fortaleza, y una fo~aleZ: c:~a~1dad de tolerar la di~ersidad
suponemos tener ningn dere h q
os .rusos no compartian. "No
secretario de Estado. "Sin dude o ad mane_Jar el mundo", insista el
tra tradicin y con nuestros id a,
a ~ena menos acorde con nuest~ sensible a la posibilidad de e: es Eisenho'"'.er era particularmensiado avasallador en sus tratos q e stados Umdos se tornara demallosos de nuestras garantas de ~?~~tros pases. "E.stamos tan orguy de culto" escribio'
ad de pensamiento, de palabra
,
en una nota personal de 1954 "
.
.
mente, somos responsables d
d
que, mconsc1ente1
rancia -suponemos ue n e uno e, os mayores errores de la ignopor todos los otros sres huestro es~andar de valores es compartido
mo ao, recurri a una an~lr;:a,nos . ~l mundo". Ms tarde, ese mislder de pelotn no h
gia mih~ar para decir lo mismo: "Un
do: 'Soy ms listo a~e que dsu pe~oton vaya por cierto lado dicien1os hombres vayan ' comas'lgran e ' mas fuerte soy e l l1'der.' H ace que
en l" L
d
n. ~ porque ellos quieren hacerlo porque creen

a a mm1strac1on Tru
masiado de liderazg "E
man, argumentaba, haba hablado deque conocemos todo: l ste asunto de decir que estamos al frente,
nos
S1mpl
as as respuestas y entonces tienen que seguir.
emente no lo ha
conocimiento de l
r n, Y eso puedo decirlo a partir del
gente que he
adquirido".7
r , Pero la toler~ncia de la diversidad no poda extenderse a esos
t=~~:~nes com.~msta~ que eran simples tteres de Mosc, y por Jo
n . d ad ne~ac1on misma de la diversidad. "Ya hay un tercio del
b~~na%ve~~:n~~I por una e~~~cie imperialista de comunismo", ~a
qu
d
es en l952, ya el mundo libre est tan reducido
~ :~r~; ~_Per~er ninguna otra parte sustancial de l sin arries0
isen ower expres este mismo pensamiento de ma
nera ms memorable d
os anos ms tarde con su famosa compara

J 49

cin de la situacin de Indochina con una fila de domins situados


de tal manera que si uno de ellos caa, el resto caera tambin. "Dnde diablos podemos permitir que los comunistas sigan irrumpiendo?", pregunt a los lderes del Congreso en abril de 1954. "Ya no
podemos permitirlo". A principios de 1955, se explay acerca del
tema en una carta confidencial a su viejo camarada de armas, Winston Churchill:
Hemos llegado al punto en el que cada paso hacia atrs debe
considerarse una derrota para el mundo occidental. De hecho,
es una triple derrota. Primero, porque perdemos un potencial
aliado. Despus, porque damos otro recluta a un enemigo implacable. Adems de esto, cada una de esas retiradas crea en
la mente de los neutrales el temor de que no respaldamos lo que
decimos con respecto a dar apoyo a los pueblos que desean seguir siendo libres.

tE.

ga:

Dos dcadas antes, el mundo haba tenido la "fatua esperanza"


de que Hitler, Mussolini y los seores japoneses de la guerra lo dejaran vivir en paz. "Vimos el resultado". Sin embargo, "el azote comunista sobre el mundo desde la Segunda Guerra Mundial ha sido
mucho ms rpido y ms inexorable que el de 'los dictadores de la
dcada de 1930". Era necesario "mirar directamente el rostro de algunos de estos hechos desagradables y enfrentarlos exactamente tal
como la Gran Alianza de la dcada de 1940 enfrent y derrot a
nuestros enemigos" .s *
El presupuesto que subyaca a estas declaraciones era familiar:
Estados Unidos no poda, tal como lo haban afirmado Taft y Hoover, sobrevivir con sus instituciones intactas en un mundo predominantemente hostil. Pero, por qu no? Cul sera precisamente el
peligro? Para Dulles, era la amenaza de la quiebra moral: "Un Estados Unidos que pudiera ser espectador inactivo mientras los brbaros arrasaran y macularan la cuna de nuestra civilizacin cristiana
no sera la clase de Estados Unidos capaz de defenderse a s mismo".
Haba, pensaba l, "cierta clase de conceptos morales que todos los
pueblos y naciones deben y pueden comprender, y a los que es legtimo apelar para proporcionar algn estndar comn de conducta internacional". Una poltica exterior estructurada sin referencia a
El 7 de enero de 195'; Eisenhower aprob un informe del National Security
Council que contena la afirmacin: "A medida que los limites entre el bloque
CO!llunisf;a y la coalicin occidental se han establecido con mayor claridad en los
1llthnos aos, ha surgido una situacin en la que cualquier otra ganancia territorial comunista ejercera un impacto desfavorable sobre el mundo libre, impacto
lllle poda ser amolutamente desproporcionado con respecto a la significacin
estratgica o econmica del territorio perdido". (NSC 5501, "Basic National Se~ty Policy", 7 de enero de 1955, Eisenhower Papers, White House Office Files:
"Ulce of the Special Assist.ant for National Security Affairs, Box l.)

J 50 1

JOHN LEWIS GAOOIS

EISENHOWER, DtJU.ES Y EL NXW LOOK

esos estndares sera incapaz de hallar respaldo para el puebl


.
.
o nort
,ea~en~ano o .para sus a'hados; el resultado sera la confusin y, en
ultima mstancia, la decadencia. El rol del poder crea Dulles e
d d
l
. . .
,
, rae
e ar a ?s pnncip1os morales tiempo para arraigarse; una vez que1
esto ocurnera, la fuerza ya no sera necesaria. "Sin embargo
h
h
, siempre que. ay mue os que no aceptan los principios morales, se crea
la necesidad de usar la fuerza para proteger a aqullos que s l
aceptan".9 *
os

Eisenh~~~r ~onv~na en. q1;1e "somos productos y representantes de la civilizacin JUdeo-cnstiana, que nos ensea a preocuparnos
por nuestr~~ herma:QO~. Y yo .creo en eso". Pero cuando se le pidi
que especificara los irreductibles intereses norteamericanos en el
mun~o, el presidente asinti casi siempre las consideraciones econ~1cas en vez de las morales. "El requerimiento mnimo", haba
escnto a Dulles en 1952, "es que seamos capaces de comerciar libremente, a pesar de lo que Rusia pueda hacer, con esas reas de las
que obtenemos materias primas vitales para nuestra economa". Las
preguntas de las conferencias de prensa acerca de este punto normalmente producan discursos presidenciales sobre la crtica importancia del manganeso, el cobalto y el tungsteno forneos, en trminos
que resultaban tanto valiosos como gratificantes para los futuros ataques ~e los crticos dea Nueva Izquierda contra el capitalismo norteI?encano. Esto~ nfasis divergentes provocaron, sin embargo, el
mism~ e~ecto: Eisenhowe~ y Dulles estaban de acuerdo en que el primordial mters norteamericano en el mundo era el acceso al mundo
Y a su vez eso requera que el mundo fuera mnimamente afn.
'
Hasta este punto, el enfoque de la administracin Eisenhower
de
intereses norteamericanos difera muy poco del enfoque contemdo en el NSC-68; a pesar de no reclamar y no insistir en la aspiracin de 'liderazgo mundial, le resultaba necesario asumir ese rol
para proteger esa diversidad que se consideraba vital para la supervivencia de la nacin. Pero la percepcin de los medios tambin

!os

Durante la campaa de 1952, Dulles haba criticado intensamente el pri


mer libro de George Kennan, American Diplomacy: 1900-1950 (Chicago, 1951), que
condenaba las tendencias "legalistas moralistas" de la poltica exterior norteame
ricana. Una vez ms, sin embargo, la prosa de Kennan no haba logrado expresar el verdadero sentido. "Nunca he sentido, y confo en no haber dicho nunca,
que los conceptos morales no tienen ningn lugar dentro de la conduccin de los
asuntos pblicos de Estados Unidos", escribi Kennan en un memorandum que
envi a Dulles. "En todo momento y por todos los medios debemos conducir
nuestros asuntos nacionales de una manera que c1eemos decente y americana
-una manera que no represente la degradacin de nuestra propia tradicin o un
abuso de nuestros propios ideales nacionales-, de una manera que nos permita
vivir con tranquilidad por lo que hemos hecho . . . Pero guardemos nuestra. moralidad para nosotros mismos. Con respecto a otras naciones, no juzguemos para
no ser juzgados. No pretendamos convertirnos en guardianes de la virtud de
todo el mundo; bastantes problemas tenemos para proteger nuestra propia vir
tud." (Memorandum, agosto 18, 1952, en Kennan a Dulles, octubre 22, 1952, Dulles
Papers, Box 67, "Kennan", folder.)

1 151

da forma a las percepciones de los intereses,. y en ese punt<;> ~ se


roduca un enorme alejamiento de las prcticas de la ~dmimst,ra
~in anterior. El NSC-68 haba argu~entado que los medios J?odan
andirse tanto como fuera necesano para adecuarse a los mteree:!'. la nacin poda afrontar lo que hiciera falta para el logro de la
:e~ridad. A pesar de l~s ~udas planteadas ~entro y ~era del gobierno, Truman y sus pnncipales asesores habian mantemdo su compromiso con esa proposicin hasta abandonar el c~rgo. La .nueva
administracin republicana la hall absolutamente 'obJetable, sm embargo, por varias razones.
Primero, persista, al menos en la mente de. Eis~n~ower, el temor de que el pueblo norteameri.cano e~contrar_:i irr~sistible el atracf 0 del aislacionismo si el precio del mtemacionahsmo pareca ser
~~ sacrificio indefinido. "No es fcil", seal en junio de 1953, "convencer a una avasallante mayora de gente libre, en toda~ partes,
de que deben ajustarse el cinturn, soport~r agu~as recesiones en
su estndar de vida, para que podamos al mismo tiempo desarrollar
a los pases retrasados y aliviar el hambre, mientras soportamos los
costos de la lucha en los pases ms afortunados". Lo qu~ .e~peo
raba la situacin era la posibilidad de guerras prolongadas, !nconclusivas y limitadas: "La gente se cansa de _la ~erra,. J?r~icular-
mente cuando no sabe si terminar con una victona decisiva . Pero
en el caso de Corea, donde la lucha an prosegua, "la v~c~oria requerira tal expansin del actual conflicto como ~ar~ .exigir, .prcticamente una movilizacin generalizada. Esto sigmfica regimentacin
se plantea la cuestin de por cunto tiempo podramos tolerar la regimentacin sin que implicara la prdida de
partes importantes de nuestro sistema libre". El hecho ~~ coment
un ao ms tarde, que Estados Unidos "no puede ser suficientemente
fuerte como para ir a cada lugar del mundo en el que nuestros enemigos puedan utilizar la fuerza o la amenaza de la fuerza, y defender
a esas naciones". 11
Otro problema era la naturaleza improduc~iva de los gastos militares en pocas de paz. Las races del comurus~o, l~, agradab_:i argumentar a Dulles, no eran de naturaleza matenal: hay pasiones
que no pueden ser ... eliminadas por las .armas forne.as". Lo que
es ms, esos gastos distraan recursos valiosos necesanos p~ las
prioridades domsticas, tal como Eisenhower sealara con musual
elocuencia en abril' de 1953:

-y

Cada arma construida, cada barco de guerra que se bota, cada


cohete lanzado significa, en ltima instancia, un robo a los h;unbrientos que no son alimentados, a los que tienen fro y nadie abriga.

,,~

152 j

JOHN LEWIS GAIJDIS


EISENHOWER, DULLES Y EL NEW LOOK

El costo de un moderno bo b d
escu~la .de ladrillo en ms de tren;n:: c~:::iae:e;ste: una moderna
s I~al a dos plantas energticas cad .
abastecena a una ciudad de 60 000 h b.'
a una de las cuales
E
I

a 1tantes
s ~gua a dos buenos hospitales com le.
.
Es igual a cincuenta millas de auto .
:mente eqmpados.
Por un solo avin de
pis a e concreto.
bolsas de trigo.
combate pagamos medio milln de
Por un solo destructor a
podran haber albergado a m~s gdamo8s00c0on nuevos hogares que
e
personas.

153

riesgos de que se produzcan malos clculos. Esos peligros son, en


este momento, sustanciales". "He ledo ... que ... el seor Keyserling
tiene un plan para gastar unoS' cuantos billones de dlares ms, para
reducir los impuestos y equilibrar eil presupuesto al mismo tiempo", dijo Eisenhower en una conferencia de prensa en 1955. "Dudo
de que se fuera un buen plan econmico".14
Los orgenes de esta preocupacin acerca de que los medios
destruyeran a los fines variaban. Por cierto, el partido republicano
no era hospitalario con las ideas keynesianas durante este perodo
-la situacin a la que se enfrentaba, dijo al presidente el representante Dewey Short en 1953, era como "hacerse cargo de una dama
que se haba gastado todo el dinero de su esposo y haba dejado un
montn de cuentas en la tienda local". Los amigos de Eisenhower dentro de la comunidad comercial, con quienes tena cmodos vnculos
desde la guerra, tampoco simpatizaban con esas ideas. Es incuestionable que el secretario de la Tesorera, con su incansable devocin al
principio del presupuesto equilibrado, reforz estas opiniones: se
deca de Humprhey que tema ms a los dficits que a los comunistas.15 Pero sera un error considerar que Eisenhower meramente reflejaba las influencias de quienes lo rodeaban: tena fuertes convicciones propias acerca de la adecuada relacin que deba existir entre medios y fines, basadas en aos de entrenamiento y experiencia
militar.
Para esta concepcin resultaba fundamental la interpretacin que
Eisenhower haca de Clausewitz, a quien haba estudiado durante
los largos y lnguidos aos pasados en Panam durante la dcada
de 1920, bajo la tutela de un notable oficial mayor, Fox Conner. La
ms importante premisa que Eisenhower conserv de su lectura del
estratega prusiano era que, tanto en la poltica como en la guerra,
los medios deban subordinarse a los fines; el esfuerzo gastado sin
propsito no serva a ningn propsito que no fuera su propia perpetuacin. Como presidente, Eisenhower ofreca regularmente conferencias de prensa acerca de este punto: "Estamos conduciendo
ahora una guerra fra. Esa guerra fra debe tener algn objetivo, pues
de otra manera sera insensata",16 y ese objetivo deba ser algo ms
que una mera "victoria", porque una victoria obtenida sin considerar los costos y los efectos, esencialmente en la era nuclear, poda ser
tan devastadora como una derrota.* "Recuerden esto: cuando se re-

Ms tarde, ese mismo ao el


.d
..
supuestario que le gustara v;
pres1 e~te dIJO a su director prepara vivienda, obras pblicas r u~~::e i~c:remento de los fondos
ahorros generales en (el DepaJ'
rvac1on, pero "considerables
las armas, los aviones y los b amento de) Defensa". Los tanques
insista. "Lo ms que ueden h arcos no daban seguridad duradera,
el momento".12
p
aceres proteger lo que uno tiene po;
Pero la razn ms importante a
. .
limitados era la conviccin de uepl ra perc1b1~ que !os medios eran
terar la naturaleza misma de lq
~sdagastos irrestnctos podan alt
,
a soc1e d norteamerican
fu
a raves de los efectos debilitadores del . fI .
a, ya
era
fragmentacin bajo la forma de cont
m ac1 n.o por medio de la
bablemente el tema ms e . t
ro es econmicos. :e.ste fue proprivadas de Eisenhower ~ rs~s ente de las declaraciones pblicas y
saba en el presupuesto de
ras estuv~. en la Casa Blanca. Se bamilitar eran inseparables
~ la e~t~b1hdad e.conmica y la fuerza
dan sin considerar a la otra
ue s1 se P.erm1~e que ambas procedudosa, o de fuerza econ, '.se crea una s~tuac1n de fuerza militar
T
om1ca tan precaria que 1
.
m1 itar se halla en constante per
,, N.
a propia posicin
derse si no aseguraba su vida p igr~ .. , mguna nacin poda defentar ese agosto">
s
.ero ecomo asegurar
la vida y sopor. i no es posible as
l

pueblo est sometido y se tiene


egurar a vida a largo plazo, el
Io
,
,
. '
una nueva forma de gob
,, D
expreso mas directamente "s l
bT
ierno . u 11es
el desage, tambin se va todo
d~::.st~, 1~ idad econmica se va por
s .
La respuesta de Keyserling
,
gubernamental pod1'
t
l , plaor supuesto, habia sido que el gasto
a es 1mu ar
economa
d

adicionales y superando eve t I
generan o as1 mgresos
plazo que hubiera en el
n ua mente cualquier dficit de corto
Eisenhower conservadora ~~esrpuesto. Pero para la administracin
persuasivo No hab'
e aspecto fiscal, este argumento no era
,, ,

1a manera de determinar
d l
prestamo inflacionario" 0 ,,.
~or a e antado cunto
un sjstema econmico un es:~uestos represivos" podra soportar
Security Co~il concl~a que: ~>u!ta~ubre de 1953 d_el NationaI
tos, mayor es la necesidad de polticas ~l.dalto es el mvel de gasso 1 as, Y mayores son los

e:

ce

I;

"No importa cun bien preparados podamos estar para la guerra, no importa cun seguros estemos de que en 24 horas podramos destruir Kuibishev
y Mosc y Leningrado y Bakhu (sic) y todos los otros lugares que permitiran a

los soviticos luchar una guerra. Quiero que se hagan esta pregunta: consegui
mos esa victoria, y qu hacemos con ella? Habra una enorme rea, desde el
Elba hasta Vladivostok y el sudeste de Asia, arrasada y destruida, sin gobierno,
sin comunicaciones, un rea simplemente de hambre y de desastre. Y les pregunto qu hara con ella el mundo civilizado. Repito que no hay victoria en ninguna guerra que no sea nuestra imaginacin, nuestra dedicacin y nuestro trabajo

154 1

JOHN

uwrs

GAl!DIS
EISENHOWER, Duu..ES Y EL NEW LOOK

curre a la fuerza como b.


sabe adnde se va.
. r ltro de las dificqltades human

impuestos
por las . .. s1 uno
. . profu
. n d'iza, no hay m 't as , no se
'd
mismas
hm1tac1ones
de 1 fu
,, i es salvo los
La i ea era que "no d b
a
erza 11
der". y lo que Estados Ue. emo~ destruir lo que trat~mos d
vida caracterizado por la ~~dos intentaba defender era un e:t~efen
procedimientos democrti
e~ad de. eleccin de los individ 1 o de
!~ economa. ,Un~ bsqued~~rr::le~~~~emo y la. empresa pri:;;. ~~
. cavar esas instituciones. "Si t . ,
de segundad absoluta Pod ,
]ante a un Estado presid; .
uv1eramos que recurrir a al o
na
defender se debilitara
I? todo aquello que estamos p~ seme.
y, si se lo sometiera du
urando
a este ti 0 d
tal, ento~ces,e c~~ti;:'J, po~ra llegar a desaparec~~~eNmucha ti~mpo
como "ob. t' q b .1 Nat1onal Security Coun 1 11
o era acc1den1e ivo s1co de nuest
.
c1
egara a consi
conservar la seguridad d E
ras polticas de seguridad
. gnar
res e instituciones fund e stados Unidos y la vitalidad d nacional:
amentales" 1s
e sus valoLa conjuncin era si ific . .
sente en el NSC-68, a igu~ar l=t~:~~~fldejaba una tendencia, no pre.
reses permanentes ms
a con la defensa d I
.
torias. Implicaba la exisi~:cf:n la. repulsin de las amena:as :r~~~~
zas, as coma la determ1'n .. de intereses diferentes de las
.
d
ac1 n de
u
amena.
na .as a ca~trarrestar amenazas e no evar a cabo acciones destipehgro Jos mtereses y
n tanto esas acciones pus
traci

en un grado so
d
teran en
ti
n cuya ejecutivo es generalment
rp~en ente en una adminisene un. enfoque " asi ,,
e considerado como al .
~onc~pto de los int~res:~ a~~c~l~~ responsabilidades,19 eragu~::ie q:
e mismo.
o Y respaldado por el presiden-

rr
Pero si Eisenhower defini
tracin respaldaba, la perce;~J:r:;ra-1 los intereses que su adminisla ~e John Foster Dulles Dados e la amenaza que predomin fue
aphc?r los estndares de ia morali~~~ la~go_s esfuerzos destinados a
ci:stiana a la conducta de las
relaciones internacionales res lt
secretario de Estado se h~ya u a extrano, a primera vista que el
por los intereses. Pero Duuetreocupado ms por las amen~s que
para pensar en trminos opue~t~~~o abo~ado, haba sido entrenado
recer como aquello necesario
' para el, los intereses podan apams, le haba impresionado mJc~ i5~~ter a~, oponente.:zo Lo que es
o a a irmac1on de Toynbee de que,
destinado a evitarla" (n....---
litares, Quantico vi..:..~16n extraoficial de li'f~-'--Box l.)
' ~s ......, diario Hagerty, 19 de J~deralos oficiales mio
l!IM, Hagerty Papers,

155

sin ninguna clase de desafo externo, las civilizaciones declinaban y


rooran.21 No era demasiado difcil, entonces, que los intereses y las
amenazas se fusionaran en la mente de Dulles: concluir as que Estados Unidos realmente tena inters en ser amenazado, si es que durante ese proceso los norteamericanos se vean obligados a hacer Jo
necesario para preservar su estilo de vida.
George Knnan, por supuesto, haba sostenido un punto de vista
similar, pero haba insistido en que solamente el poder militar-industrial constitua la amenaza. Ningn tipo de precisin semejante
restringa el enfoque de Dulles. En cambio, eligi la ocasin de su
primer discurso como secretario de Estado para revelar un mapa
que mostraba la "enorme rea" desde Berln hasta Kamchatka, colmada por 800.000.000 de personas (gracias a los acontecimientos en
China, con un incremento de 600.000 desde 1945, seal con precisin)
y controlada por "nuestros declarados enemigos". La implicancia era
que los adversarios, al igual que los intereses, eran indivisibles; que
cuando una nacin se haca comunista, independientemente de su
localizacin geogrfica o de su potencial estratgico, la seguridad
norteamericana se vea disminuida. "Es un simple ABC", proclam
Dulles unos meses ms tarde. "Si se le permite al comunismo sovitico apoderarse de otras partes del mundo una a una, llegar el da
en que el mundo del Soviet ser tan poderoso que ningn rincn del
mundo estar a salvo" .22 *
Este enfoque de "suma cero" del mundo era consistente con ia
posicin adoptada por el NSC-68, con una nica excepcin: en tanto
el documento, al igual que Kennan, haba argumentado que la ideologa comunista era el instrumento, no el determinante de la poltica
sovitica, Dulles en sus declaraciones pblicas procuraba dar cuenta
de la impresin opuesta. El objetivo de1 comunismo sovitico, argumentaba, era "extender su sistema a todo el mundo y establecer un
cnico mundo, el del socialismo de Estado". Esto se lograra por
medio del sometimiento de los Estados dbiles, a travs de una combinacin de propaganda, subversin y guerra limitada, hasta que Estados Unidos y sus aliados estuvieran rodeados, agotados y se vieran
en ltima instancia forzados o bien a rendirse voluntariamente o a
ser sometidos por la fuerza. Todo estaba expresado en la obra de
Stalin, Problems of Leninism, "la actual biblia comunista ... que nos
da la misma sensacin que nos diera Hitler en Mein Kampf". La nica diferencia era que Stalin, a diferencia de Hitler, no tena un programa fijo: sus objetivos eran implacables, pero no tena apuro por
lograrlos. La guerra, entonces, no era inevitable, pero el conflicto
Habla una extraa proclividad, en la retrica de Dulles y en la de varios
de sus asesores, a lo que podran llamarse imgenes "gastronmicas", donde se
repeta que los comunistas "tragaban", "engullian" y "digeran". Debo esta
Interpretacin, cuya significacin an no tengo cJara, a John F. Zeugner.

EISENHOWER, DULLES Y EL NJ!:W LOOK

156

1 157

1 JOHN LEWIS GADDIS

s, "mientras los comunistas no em i


.
a admitir que los que desean vivir ~:c~n ~ ~mbiar su naturaleza y
hacerlo sin ser coercionados por ., ~f a ey moral son libres de
satisf~ccin de un estndar materi:ti~: ..~: que creen en la forzosa
S1 Dulles crea realme t
l
,
de difcil determinacin ie~~::O ~ analogia c?n Mein Kampf, es algo
expansionista mucho a~tes d cia qu~ Rusia haba sido un poder
d
.
e convertirse en un
- f orzando un poco la historia .
po er comumsta
cir que Estados Unidos ya hab: mcl~so, estaba en condiciones de decovita de dominacin mundialia enl~~~t~do un anterior intento mosroe en contra del zar Alejandroe~ 24 * ' mvocando la Doctrina MonAdems, Dulles pareca estar .de
d
inseguridad poda impelir a los lde~~u~ lo Seo~ Kennan en que la
postura beligerante hacia el m d
e
ov1et a mantener una
.,
un o externo "Para l
.
soviet1cos, la libertad es atemorizado
p
.
. os comumstas
el orden. Por eso sienten u
ra., ara ellos es mcoherente con
eliminado la libertad com~ ef no est~ran a salvo mientras no hayan
tos internacionales". El secret ue~:i m;rortant~ dentro de los asunmomento de 1956 que el K
ario e ,stado, i?cluso, admiti en un
gica cuando le resultara co~:i;n~~n~~~na c~~~~ar ~u posi~i'?? ideolnera tan voluminosa que u
d
acero. Lenm escrib10 de macualquier conclusin hurgannodopue l~ ~evodlver sus libros y llegar a casi
y e 1g1en o" .zs
Pero en su retrica pblica Dulles . . ,
.s1r:;o acentuando la ideologa en su funcin de determina~t
"Puede ser que Lenin y Stalin e t ~ crucia ~. la polt~ca del Soviet.
estn. Pero su doctrina no est ~~~rtr;:ue~o~, ' ?bservo en 1954. "Lo
comunistas de todo el mundo" C
d . S1gu10 siendo e?seada a los
chev hiciera de Stalin s l .. uan ? t:as la denuncia que Khrussegua siendo una gua' co~fi:bf~eJu~to s1 robleni<:~ _del Leninismo
pondi: "An tengo el libro sobre e ? con. uc!a sov1et1ca, Dulles resmi casa porque, por lo ue s
m1 e.s~:1tono, tanto aqu como en
rechazar gran parte del ira T~~~s dsov1et:~os, aunque han intentado
no ,han ofrecido todava nin~n sust~ ~t~;I~ y muc~os de sus actos,
a el record cmo el secretario de u ~ . n a~oc1a_do muy cercano
alzar el volumen d Stal1'n l

Estado soba girar en su silla


" '
oca izar co "
d

que estaba buscando y d~spu,


tT n sorpren ente precisin" lo
mentacin. El mismo' Dulle
es ~d I izar o para demostrar su argus cons1 eraba que

.
punto era una de sus mayores co t 'b .
su expenenc1a en este
n n uc10nes para
fu ,
d
ere
e Estado "He 1ei'do mucho acerca d l su"d nc1on
,,
l , de se. t ano
n.1~ta ' seal poco modestamente "Es h
e a. i eo ~gia comus10n de 'los propsitos del
..
t~ a pr~duc1do m1 comprencornumsmo mternac1onal y, como resul Por supuesto, Dulles exager la
.
dtacada d~, 1820, Y el grado en el que la ~dadM de la "ainenaza" rusa de la
a esa amenaza" <En este
to
onroe fue una respuesta. direcUnion and the Unil~d states: X::Uinte;.:.J: Lewis Gaddis, Bus:ria, the Soviet
nas
8-11.)
History [New York, 19'18], pgi-

tado, una adecuada poltica norteamericana destinada a enfrentar


esa amenaza" ;u
En este tema, Dulles tuvo un capaz alumno en la figura de Eisenhower. El general haba mostrado lo que algunos consideraban una
lamentable lentitud para reconocer la seriedad de la amenaza sovitica despus de la Segunda Guerra Mundial; tan tarde como diciembre de 1951 haba dicho a C. L. Sulzberger que los lderes del Kremlin eran fanticos ideolgicos o dictadores "dispuestos a conservar
27
sus empleos" -y esta ltima, crea, era la alternativa ms probable.
Pero para la primavera de 1953, como presidente, hablaba de manera
muy similar a Dulles. "Por qu no conoceramos hoy lo que est ocurriendo?", pregunt en una conferencia de prensa, citando la analoga con Main Kampf enunciada por el secretario de Estado. "Cuntos de ustedes han ledo realmente Problemas del Leninismo, de Star
lin? Cuntos de ustedes han estudiado realmente a Karl Marx y observado la evolucin de la teora marxista hasta su aplicacin presente?" Varios meses ms tarde proclam que "quien no reconozca
que la gran lucha de nuestro tiempo es ideolgica ... no est enfrentando directamente la cuestin". Y una vez ms, en 1954, "El ncleo
central del gran problema mundial es la intencin agresiva del comunismo internacional" .28
Esta concentracin en los fundamentos ideolgicos de la conducta sovitica ejerci varios efectos. Uno fue legitimar la tendencia de la
administracin a la que ya haba sido impulsada antes a causa de
las restricciones econmicas: la tendencia a centrarse ms en las
intenciones que en las capacidades soviticas. Uno de los presupuestos centrales del NSC-68 haba sido que las capacidades adversarias
determinaban y eran adems ms "conocibles" que las intenciones,
por lo que las planificaciones, para ser seguras, deban acentuar las
primeras. Esa argumentacin haba producido el concepto de "peligro cumbre", que haba hecho que los preparativos militares de Estados Unidos se basaran en el presupuesto de que la guerra se pr<>ducira automticamente una vez que las capacidades soviticas llegaran a-1 punto en el que los lderes dd Kremlin pudieran razonablemente confiar en ganarla. Eisenhower y sus asesores se sentan a
disgusto con este enfoque a causa de sus costos y de las dislocaciones implcitas en una planificacin tremendista (el ao de peligro
cumbre, supuestamente, seria 1954) ,29 pero era difcil justificar el hecho de abandonarlo sin tener ninguna base para considerar que las
intenciones soviticas podan ser discernibles y significativas. El: enfasis en la ideologa suministraba esa base.*
El nfasis en 1aS intenciones soviticas no impidi que los fUncionarios
militares de mayor jerarqua respaldaran la tcnica tradicional de concentrarse
en las capacidades del adversario. ver los ruscursos de los generales RidgWaY.

21 de mayo de 1953, y Gruenther, 22 de febrero de 1955, DSB, XXVIII (jUnio 22,


1953), 8'11, y XXXII <marzo 28, 1955), 516.

158 /

JOHN LEWIS GADDIS


EISENHOWER, DULLES Y EL NEW LOOK

Los escritos ideolgicos de Marx Le .


.
tor~a~an "conocibles" las intenciones 'sovi~~fc! Sta1m, crea Dulles,
noc1m1ento, Occidente poda ermit'
.
s. Armado de este coirse ignorar aquellas capacidades
soviticas cuya utilizacin fJe
dar siempre'', haba sealado ~~ ~;~os" prob~ble. "D~bemos recorsovitica jams se ha basado en 1 , f~ue a doctnna comunista
1anza en Ja gue
Occ1'd ente ;,. El peligro era ms sutila con
t
~ra contra
al ao siguiente: "por medio de la am~n:~ co1!{~ se~alara Etsenhower
zar a Norteamrica y al mundo libre a a m1 1 ar, a~ tratado de farde seguridad que lleva al desastre eco c~r~ar c~ un ~ntolerable peso
que los pu.eblos libres no pueden pres~~r::~c~~ e:~1:1~ho ~dlaramente
tecer al mismo tie
.
e VI a y abasmpo enormes infraestructuras militares" 30 L
.
1
.
.
a imp icancia, por lo tanto era clara. el inte
aspectos las capacidades milita;es so . ,~~o de I~alar e? todos los
planteado por Mosc a u
. v1e icas sena seguir el juego
fueran utilizadas con orro ~r~peJ~t i~proba~le que esas ~apacidades
dente y obligarlo a agotarse
, ~ uera el de atemorizar a Occisi, como se alegaba las i"nte a .s1 mismo. De ello se desprenda que
.
'
nc1ones de Mosc ,
'
r~voluc1n mundial por medios
u eran 1as de lograr la
sito poda ser frustrado o a
que no. fuer~n la guerra, ese propOccidente de amenazar c'o
I menos d1suad1do, por la voluntad de
n una guerra.

atrib:~~a }~~~c~s~;~n~~1~:idiaddeoldoga. l.lev

a la administracin 2:
"bl
e v1s1 n estrataica q
pos1 e en las democracias occidentale
o
ue ~o era
grado extraordinario de sofisticacin s, y, ~o~o consec.uenc1a, un
tena, insista Dulles "u
. Y flexibihdad tctica. Mosc
berbiamente imple~ent~~r~~ar;: cmdad~samente !?reparado y soque un pequeo grupo comuni~ta e ~na so. generacin, ha logrado
de la poblacin mundial" El I
J rza el control sobre un tercio
uno a uno por medio de la. subv~ra;; para e~ futuro. er~ t~mar pases
0
que Estados Unidos quedara rodead~ ~el 1~ agr~~1ll: 1~d1recta hasta
meterse". Esta combinacin de det ' a~s a. Y a~~1x1ado hasta sode escrpulos daba gran venta. a 1 ermmac1~.n . ag1hdad y ausencia
se quejaba el asistente del se~re~a::~ ~so~. t ~1emWprel que pierden",
"cambian de campo. Si les va
.
e s a o
a ter Robertson,
Oriente. Si son derrotados mal enbEuropa, se desplazan al Lejano
, .
en com ate recurre
!
.
poht1cas, y viceversa" E-l comunis
' .,
n a as mamobras
y utilizacin de todas .las armas im~~n:~~ acertado e? la seleccin
sus fines" advirti E.
h
g
es con el Objeto de lograr
con la
,
isen. ower en 1954; es un signo d la seriedad

~ado, e(~~oto~~e~~r::o~~n:~ar;1~~t~~~~ el~ hecho

de haberse neporque, si no, de aqu en ms los soviti enc~a de Ethel Rosenberg


sus espas entre las mujeres"}
. cos simplemente reclutaran
El presidente estaba particularmente r
sutil e inteligente del Kremlin en un d' n~dmado ~ v~r la mano
a ivers1 ad de incidentes, por

159

otro concepto no vinculados, que se producan en todo el mundo.


Casi todas las acciones de los Estados comunistas eran "deliberadas o bien calculadas", seal en 1959; aunque tal vez no existiera
una absoluta coordinacin, "digo que cuando uno de estos gobiernos
permite que ocurra alguna cosa . . . lo hace deliberadamente y con
un propsito deliberado". Tres aos ms tarde, revis una sucesin
de acontecimientos -"la invasin a Corea, las actividades Huk en
Filipinas, el esfuerzo tendiente a conquistar Viet Nam, el intento de
subversin de Laos, Cambodia y Burma, el exitoso intento de tomar
Irn, la explotacin de Trieste como sitio conflictivo, y el intento de
penetracin en Guatemala"- que, insista, haban sido instancias
de "presiones soviticas destinadas a acelerar la conquista comunista de todos los pases en los que el gobierno sovitico poda hacer
sentir su influencia".32
Esta percepcin del virtuosismo tctico de los rusos hizo que
los funcionarios de la administracin se t.omaran extremadamente
suspicaces con respecto a los gestos sorprendentemente conciliatorios que empezaron a emerger del Kremlin a partir de la muerte de
Stalin. "Debemos estar permanentemente en guardia para no caer en
una trampa", advirti Dulles en mayo de 1953. "El comunismo sovitico ha difundido y practicado constantemente el arte del engao,
de hacer concesiones tan slo con el objeto de seducir a otros e infundirles un falso sentimiento de seguridad, que los convierte en
vctimas propicias para una agresin definitiva". Y una vez ms, en
1954: "La muerte de Stalin no ha producido cambios bsicos en la
poltica sovitica". En 1955, el secretario de Estado estaba preparado para reconocer que en Mosc podan existir algunos ms proclives a colocar el inters nacional por encima de la revolucin mundial.
"No debemos rechazar un cambio que puede ser aqul que el mundo
tanto ha esperado". Pero era simplemente prudente recordar que
"la doctrina comunista sovitica ha preferido siempre la retirada y
el zigzag como tcticas de conquista . . . No debemos exponemos a
algo que podra ser un peligro mortal". Tomando nota de la afirmacin de Kruschev acerca de que 'la Unin Sovitica no abandonara
las enseanzas de Marx, Engels y Lenin (Stalin estaba conspicuamente ausente) "mientras un camarn no aprenda a silbar", el director de la CIA, Allen Dulles, ofreci una evaluacin un poco ms
tentativa: "sta, entiendo, es la manera rusa de decir 'nunca', aunque s de buena fuente que en las profundidades del mar, tal como
lo ha detectado fa ciencia moderna . . . los camarones producen cierto sonido gorgoteante"."
Pero las manifestaciones ms dramticas de la fijacin ideolgica de la administracin se produjeron en sus percepciones del comunismo internacional. Era un clich de la retrica oficial de este
perodo referirse, tal como lo hiciera Dulles en abril de 1954, a "un

EISENHOWER, DULLES y EL NEW LOOK \

160 1 JOHN

161

LEWIS GAJJDIS

vasto sistema monoltico que, a pesar de su poder, cree que no puede


sobrevivir salvo si logra destruir progresivamente la libertad humana". O, tal como el subsecretario de Estado Walter Bedell Smith lo
expresara ms adelante ese mismo ao: "El comunismo es un movimiento destinado a lograr que todos los pueblos del mundo caigan
bajo el control de una autoridad central todopoderosa, y defino nacionalismo como el apasionado deseo de los pueblos de vivir sus propias vidas con su propio estilo. Me parece que ambos movimientos
son incompatibles". Walter Robertson seal antes, en 1955, que
"estos desafiantes impostores de Peiping representan los verdaderos
intereses y aspiraciones de su pas tanto como William Z. Foster y su
cohorte podran representarlos en el nuestro . . . Son todos parte y
arte de la conspiracin comunista internacional". Esa conspiracin,
afirm Allen Dulles, tena "su cuartel general en Mosc, filiales
en Peiping, y ramas en Varsovia, Praga y muchos otros centros".34
Curiosamente, sin embargo, las evaluaciones internas de la amenaza sovitica asignaban una posicin de alguna manera ms baja
a las prioridades ideolgicas que las que le asignaba la retrica pblica de la administracin. Un estudio del National Security Council
de principios de 1955 conclua que "puede esperarse que los lderes
soviticos procuren constantemente, por todos los medios que les
resulten ventajosos, extender el comunismo sovitico y debilitar esas
fuerzas, especialmente el poder y la influencia norteamericanos, que
consideran enemigas inexorables de su sistema". Pero los sucesores
de Stalin "sin duda evitarn la prosecucin de sus metas a largo
plazo de manera que pongan en peligro la seguridad del rgimen o
su control del bloque comunista". As, los objetivos soviticos eran,
en orden de importancia:
A. La seguridad del rgimen y de la URSS.
B. La conservacin del dominio sovitico sobre los satlites europeos y de China dentro del bloque comunista.
D. La expansin del poder comunista sovitico en toda Eurasia.
E. La eliminacin de Estados Unidos como centro de poder
competidor.
F. La difusin del comunismo en todo el mundo.
"Estos comunistas no son los primeros mrtires cristianos", escribi Eisenhower privadamente un ao y medio ms tarde. "No puedo imaginarlos comenzando una guerra simplemente por la oportunidad que ese conflicto podra dar a sus sucesores de difundir la
doctrina" .35
La administracin tambin reconoci para s, en privado, que
comunismo y nacionalismo no eran incompatibles. John Foster Dulles, como muchos otros en Washington, haba quedado muy impre"

.
r las "lecciones" de Tito: "La insistencia acere.a ,,de W:
s1onado po f rmidad con la estructura sustentada en Rusia hab1:1
absoluta con o
.
a'reas donde los problemas econo.
1949 "no funciona en
l
escrito en . ,
d"f
t
donde las lealtades cultura es
.
sociales son 1 eren es . . . y
.
. , . d on11co~ y les se hallan muy asentadas". A pesar de la onentac1on 1 e
ylo'rg~~~o~=l rgimen de Tito, Dulles favoreca la conti.nuida1.dnddeep!~~:~
d
t
. plo de comunismo
da con la esperanza e que es e ~Je~ opa Oriental y en China. Esta
te 'se expandiera en otras part~s e ur ica. un estudio del Natioltima posibilidad ~o se co~s1deraba. u\p d. 1953 que "hay impornal Security Council concl~ia endi;io~e:;:a r:n ~ asociacin sino-sovitantes potenciales de tens10n y isdc r . d
Eisenhower Churchill
t" a" y en un informe top-secret estma ~ a
G
Bidault en
.ministro franc_s ~e RelaDciolnles Ext~n~:s el e;~~~~ de ma~era
Bermuda, el mes sigmente, u es exp ica
ms explcita:
,
.
descollante lder comunista
Mao Tse-tung era en s1 mismo un
ue hubiera por parte
or derecho propio. Era natural, entonces, q
Mosc como
~e l una cierta reticencia ~ ser controladon~;~e - restigio de
hubiera sido posible con Stahn a caus~~~!n:ov . . . ~1 hecho de
este ltimo ... se no era el .caso con
eventualmente puede
que esta relacin ~xista es importantle ~visin
entre la Unin
1
1 oportumdad de promover a
~~~i~~~cay la China comunista para beneficio nuestro.

;cel

d
no es necesariamente
"El cambio bsico al que debemos tenf er
de gobierno" dijo

a alguna otra orma


:,
el cambio del comumsm0.
.
ms tarde "La cuest10n es
Dulles a un asociado prximo vanos D;s . el co~unismo debe ser
si se puede tener comunism?, ~n un p~is o s1un comunismo nacional
ndo Si los sov1et1cos tuvieran
para e1 mu
. .
b"
o" 36
podramos negociar con su ~o ~e~ .. n procuraba describir el coPor qu .. entonces, la a i:1~~~:i~c~uando secretamente esperaba
munismo nacional como un f P,
7 Dulles dio una respuesta en
cisamente ese enomeno.
difi
promover pre
d intensificar las tensiones y
Bermuda: "la mayor espera.nza e
. t
Rusia sera mantener a
entre Chma comums a Y

.
t
cultades existen es . ,
, .
liviar esa presin. Existian,
los chinos bajo pres10n max1ma, y ..~? s~mos gratos con los chinos
or cierto, quienes pensaban qude 11
. 'ticos" Pero eso slo loP
.
demos separarlos e os sov1e

h"
comumstas po
.
R .
or el favor de los c rnos,
,
n
competencia con usia P
d
grara pro ucir
.
b
dos "Tito no romp10 co
dando as a Pekn lo me3?r de ambols mun Tit~" seal Dulles. "Por
sotros fmmos ama es con

d . r
Stalin porque no
T' Las estimaciones e mte 1el contrario, fuimosf muyb du~os a~:meentacin de Dulles, acentuand?
gencia en ge~eral re _orza a~ , Occidente para producir una escila limitada influencia que ema

'

162 /

JOHN LEWIS GADDIS


EISENHOWER, DULLES Y EL NEW LOOK

~in sino-so':itica. Una vez que se produjeran las manifestaciones de


~;:idependenc!a, DuII~s est~ba dispuesto a reconocerlas pblicamente.
~~.s c?_mumstas chinos e1e:cen, creo, cierta medida de independencia , dtJ? _en una conferencia de prensa Ilevada a cabo tras la pri-

~era cnsis Ouemo~-~ats~, en 1955; al ao siguiente, despus del

d1scur~o de desestahmzacion de Kruschev, incluso admiti que "el


comumsmo puede ser una organizacin nacional, no necesariamente
una organizacin internacional".37 La evolucin en ese sentido poda
?celer~rse por medio de presiones, sin embargo, y no por medio de
mducc10nes.
Otra dificultad para describir al comunismo nacional como al-

tern~tiva ac~p.table era la falta de seguridad de que un rgimen co..


mumsta heretico fuera ms propenso a respetar los intereses norte?1ericanos que un rgimen leal a Mosc. El hecho de que un gobierno fuera comunista pareca ms importante para la determinacin de su conducta que el hecho de que aceptara o no rdenes del
Kr,emlin. "A c.ausa del molde uniforme en el que las masas (de los
paises comumstas) deben entrar", coment el diplomtico Robert
Murphy en 1954, "sabemos qu harn y qu dirn, independientemente de su lengua o su nacionalidad". Resulta significativo que Dulles,
al reconocer la autonoma relativa del gobierno comunista chino
siguiera no obstante caracterizndolo como ms peligroso que s~
contraparte sovitica: "los chinos estaban 'mareados con el xito'"
arguy, invadidos por "un exagerado sentimiento de su propio po~
der", ya posedos por "un agresivo fanatismo que muestra una cierta
semejanza ~on el de Hitler".38 Se poda tener una conducta monoltica,
entonces, sm tener un monolito; la poderosa influencia de la ideologa aseguraba la hostilidad hacia Occidente de un rgimen comunista, fuera cual fuese su actitud hacia la Unin Sovitica y la lgica
del equilibrio de poder internacional.
La credibilidad era adems otro problema. Al igual que los autores del NSC-68, Eisenhower y sus asesores daban gran importancia
a las apariencias; las percepciones del poder, crean, podan ser tan
importantes como el poder mismo. Incluso, las victorias del comunismo independiente podan crear la impresin de un Estados Unidos
en retirada; la resultante prdida de moral y de deseo de resistencia
poda ser devastadora. "Debemos mostrarnos temerosos de los bandidos comunistas", escribi Eisenhower a Churchill en 1955, "y crear
la impresin de que estamos cayendo en las sombras, con la esperanza de que la bestia quedar finalmente saciada e interrumpir sus
tcticas depredadoras antes de devorarnos". ~sta, por supuesto, haba sido la idea que respaldaba la "teora del domin" de Eisenhower en Indochina; subsiguientemente, Dulles la llev ms lejos al
hacer parecer "que toda la seguridad de Occidente dependa de la
defensa de Quemoy y Matsu: su prdida, pensaba Dulles, permitira

163

a los comunistas "empezar con su objetivo de desaloja~os del Pacfico occidental, hasta Hawai e, incluso, hasta lo~ p~~p10s Estados
Unidos". Los comunistas procuraban estimular la Ilus10n de que su
triunfo era inevitable. "Debemos tener de nuestro lado pueblos q':1e
crean que nuestro estilo de vida es el estilo del futuro. Tambien
deben ser duros, como los comunistas" .39
Finalmente, una amenaza externa creble y cohe~e?te ten~ l?
ntaja de promover la propia solidaridad. Los ben~fic10s domestives de una cruzada contra el "comunismo" eran considerables en un
co
momepto
en el que tanto el macartismo como el um1 atera rismo t ?,
dava ejercan influencia: "Es un hecho, por desafortunado que sea ,
admiti Dulles, "que al promover nuestros prog_ramas e? el Congreso
debamos hacer evidente la amenaza comumsta mternac10nal. De otro
modo, esos programas ... seran diezmados". El mismo pro~lema, se
planteaba con los aliados: en ausencia de esa amenaza, podnan
sentir que el peligro haba pasado y que por lo tan~? ya no .e,ra necesario que gastaran en defensa sumas tan elevada~ . La Umon S?vitica, que no dependa de aliados ni del respaldo mterno, no tema
que preocuparse por esta clase de problem~s. A Dulles le. agradaba
argumentar que el momento de mayor peligro para Occidente ~l~
gara cuando la percepcin de la amenaza del Este comenzara a disiparse: entonces los aliados se ton~aran revoltosos, l~s arreglos ~e
seguridad colectiva pareceran anticuados, el neutralismo cobran~
respetabilidad. "El miedo", conclua, "facilita las tareas de los diplomticos".40
Es extrao que John Foster Dulles fuera en ciertos aspectos. m_s
consciente de las debilidades del rgimen sovitico y de las restncc10nes con las que ese rgimen operaba, que lo que lo haban sido las
figuras prominentes de la administracin Truman. En su libro W ar
and Peace, publicado en la primavera de 1950, justo antes de ,qu~ estallara la guerra de Corea, Dulles haba discutido el tema en termmos
que no hubieran resultado ajenos a George Kennan:
Las dictaduras usualmente presentan un exterior formidable. Desde afuera parecen ser duras, resplandecientes e irresistibles.
,
Desde adentro,
estn llenas de podredumbre. s on "como sepu1eros blanqueados", que sin duda parecen bellos desde a~era, pero
que estn por dentro colmados de huesos de hombres muertos,
y de todas las suciedades.41
A diferencia de Kennan, no obstante, Dulles tena dificultades
para separar sus evaluaciones de la amenaza de los usos que deseab~
darle. Convencido de que si el desafo sovitico . d~,sapare_ca,. ? . s1
pareca desaparecer, tambin desaparecera la co~hcion ant1sov1et1'::~
domstica y transatlntica, Duliles, como secretano de Estado, dejo

"1
1

164 /

JOHN LEWIS GADDIS


EISENHOWER, DUU.ES Y EL NEW LOOK

de lado sus conocimientos acerca de las vulnerabilidades soviticas internas y de la tenue naturaleza del control que Mosc ejerca sobre el
movimiento comunista internacional. En cambio, proyect una imagen
de inamovible peligro exterior, ampliada ahora para incluir a todo
el mundo comunista con la excepcin de Tito. Era un argumento
efectivo para los propsitos de Dulles, a tal punto que es posible
que l mismo llegara a creerlo en parte. Pero era una curiosa inversin de medios y fines: el desafo sovitico, la desaparicin o neutralizacin de lo que haba sido el propsito original de la convenein, se haba transformado ahora en un medio por el cual los instrumentos de la doctrina deban ser perpetuados como fihes en
s mismos.

rrr
En un esfuerzo destinado a lograr una estrategia coherente con su
percepcin de los intereses y las amenazas (y para hacer honor a
una promesa hecha durante la campaa), la administracin Eisenhower, en el verano de 1953, se aboc a un elaborado ejercicio de planificacin conocido como "Operacin Solarium",* destinado a considerar todas las opciones disponibles y a decidir el curso de accin
ms apropiado. A pedido del presidente, se establecieron tres grupos
de estudio en el National War College, cada uno de ellos encargado
de defender lo ms intensamente posible la opcin que se le asignara.
stas incluan: 1) la continuacin de la estrategia de la "contencin"
de Truman -extraamente, ya que Dulles lo haba desplazado del
Departamento de Estado en marzo, se le pidi a Kennan que coordinara este grupo; 2) una estrategia de "disuasin", que implicaba
el claro establecimiento de lmites alrededor del mundo comunista,
con la implcita amenaza de represalias nucleares en contra de aqullos que traspasaran esos lmites; y 3) "liberacin" -el uso de medios polticos, psicolgicos, econmicos y encubiertos en un intento
de "hacer retroceder" la influencia sovitica existente en ciertas
reas. Ms tarde se aadi una cuarta alternativa: negociaciones con
los rusos dentro de un estricto lmite de tiempo de dos aos, ya que
se crea que se era el perodo que faltaba para que la Unin Sovitica adquiriera la capacidad necesaria para equilibrar la superioridad
nuclear norteamericana.42
La sabidura convencional afirma que, en definitiva, Eisenhower
aprob solamente la primera de estas opciones, con una ligera modificacin en direccin a la segunda. Kennan recuerda haber sido
El trmino 'se refiere al "solitrium" de la casa Blanca, donde se llev
a cabo la reunin inicial que autorizaba ese ejercicio.

165

citado a Ja Casa Blanca a fines de. ese verano _para i~forrnar al gabinete del nuevo enfoque: "A mi~ pies, en la pn!11era fila, se sentaba
Foster Dulles, silencioso y humilde pero exter10,rmei;ite respetuoso,
y permiti que se lo instruyera. Si en marzo babia t:mnfado desembarazndose de mi persona, para agosto yo tuve mi v~nganza, que
fue uncirlo inevitablemente a mi poltica".43 Pero la opcin de "contencin" discutida durante el estudio "Solarium" se pareca, ~s al
NSC-68 que a la estrategia original de Kennan. Y en la practica. el
concepto estratgico de la administracin, que lleg a ser conocido
como el "New Look", se las ingeni para incorporar de. l_lna u otra
manera todas las alternativas consideradas en ese ejercic10.
Esencial en esa estrategia era la idea de recupe;ar la in_iciativa
bajando simultneamente los ~os~os; "~inguna poltica ext~r:or merece en realidad ese nombre", msistia Eisenhower en 1953, si meramente refleja la accin producto de la iniciativa de al~n otro"._ Y
una vez ms a principios de 1954: "No podemos permitirnos dejar
que las acciones negativas de los comunistas nos o~li_guen a ~n despliegue mundial ... Necesitamos ser libres para dec:d~r en que lugar
podemos golpear con mayor efectividad". La suposicin era que no
haba nada contradictorio en pretender controlar tanto _la ec_or:~
ma como la iniciativa: haba sido precisamente la dispombihdad de la administracin Truman para dejarse arrastrar a guerras
que no poda ganar ni zanjar lo que haba llevado el presupuesto de
defensa a cerca de 50 billones anuales. Si las recom~ndac1on~s precautorias del NSC-141 se hubieran implementado, estimaba Eisenhower, el dficit de los prximos cinco aos hubiera alcanzado los 44
billones. Dulles se bas en la misma argumentacin durante su famoso discurso ante el Consejo de Relaciones Exteriores el 12 de enero
de 1954: la estrategia de Truman, aleg, hubiera d~mandado ~ispo
nibilidades para luchar "en el rtico y en los Trpicos; en _Asia, el
Cercano Oriente v en Europa; por mar, por tierra y por aire; con
armas antiguas y" con armas nuevas". No hubiera sido posible m_antenerla mucho tiempo "sin graves consecuencias presupuestarias,
econmicas y sociales". 44
,
Fue durante este discurso, por supues~o, que ~ulles revi~io el
concepto de asimetra estratgica que hab1a sugen~o P.~r pr~m~ra
vez en 1952, suministrando as la ms visible e~phcacion pubhca
acerca de cmo la iniciativa estratgica era combmable con la restriccin presupuestaria:
Tenemos cerrojos en nuestras puertas, pero no un ~ardia armado en cada casa. Confiamos principalm~nte en un SIS.tema de
seguridad comunitario equipado para ca.stlga: a cualqmera . que
irrumpa y robe y, de hecho, sirve para disuadir a los potenciales

"!
166 j

JOHN I.EWIS GAIJDIS


EISENHOWER, Duu.ES Y EL NEW LOOK

agresores . . . ~sa es la moderna manera. de conseguir mxima


proteccin con un costo tolerable.
Poda lograrse, insista Dulles, confiando en la "disuasin d l
poder de represalia~ masivo" para convencer a los potenciales agr=sores de '!ue no siempre J?Odan prescribir las condiciones de la
comJ?etencia de. ,manera satisfactoria para ellos. "La: manera de disuadir la agresion es que la com~nidad libre est dispuesta y sea
capaz de respon.der vigorosamente en los lugares y con los medios
que nosotros mismos elijamos". Ese enfoque permitira dar forma
, '.'nuestra estructura militar de manera de adecuarla a nuestra p0h.ttca, en ~ez de ~ra~~r de estar listos para enfrentar las muchas opci~r,ies de1 enemigo . El resultado seria "una seleccin de medios
mditares ;n lug~r. de una multiplicacin", y, como consecuencia, "mayor segundad basica a menor costo" .4s
, ~I d~~curso d~ Dull~s ~s record~? por haber hecho pblico el
termmo, represaba ma~iva (expres1on que en realidad no utiliz),
pero sena un error considerar la estrategia del "New Look" de Eisen~ower como un conjunto que girara primordialmente en tomo de esa
idea, con su amenaza implcita de utilizar las armas nucleares ante
la m~nor i:'rovocacin. ~s bien, la idea central era la de la respuesta asimtrica -de reacc10nar a los desafos del adversario de maneras calculadas para aplicar la propia fuerza contra los puntos dbiles d7~ otro, aun cuando esto significara desplazar la naturaleza y la
locac10~ ~~ l~ confrontacin. El efecto, se crea, seria el de recuperar la 1mcia~1va y bajar los costos. La:s armas nucleares eran un
componente importante de esta estrategia, por cierto, pero tambin
lo ~ran otros .elementos tales como alianzas, guerras psicolgicas,
acciones encubiertas Y negociaciones. Todos ellos deben ser considerad~~ para tener un cuadro abarcativo de la respuesta de la administrac10n a la amenaza "comunista-sovitica".

. La administracin Truman jams haba elaborado una estrategia clara para extraer beneficios polticos de la posesin de armas
n~~lea:~s. E~~os r~cursos figuraban de manera prominente en la plamflcacion. behca, su~ duda, y su presencia implcita permaneca como
hecho de importancia en el entorno de la diplomacia de ese periodo.
Pero durante gran parte del periodo de la administracin el nmero
de ar~~s disponibles era tan pequeo que apenas si hubieran podido
ser ut1hzadas en conflictos perifricos -incluso haba dudas en 1949
ace~ca de si todas las bombas atmicas del arsenal nortea~erican~
hubieran bastado para forzar la capitulacin de Mosc en el caso de
q~,e. se produj.~ra una guerra a gran escala contra la Unin So46
viet1ca. Tambi~n haba simpata por el enfoque de Kennan acerca
~e que las ~rmas nucleares y las convencionales tenan caracteristicas muy diferentes, por lo -que tambin diferan las consecuen-

j 167

cias de s utilizacin; es significativo que aunque Trumao autorizara la construccin de la bomba de hidrgeno, su administracin
tambin intentara alejarse, en el NSC68, de la confianza exclusiva
en esas armas. Sin duda, la administracin en ningn caso estaba
dispuesta a amenazar pblica ni deliberadamente con su uso.*
Todo esto cambi con Eisenhower. El nmero y variedad de
armas nucleares haban crecido dramticamente en el intervalo, tanto
en el nivel tctico como estratgico...., Empezaban a operar los bombarderos jet intercontinentales. El nuevo Ejecutivo Jefe estaba decidido a reducir los costosos compromisos de las fuerzas de tierra
-"lavadores de botellas y camareros", como deca. Las bases militares de ultramar estaban empezando a producir sentimientos antinorteamericanos en los pases donde se hallaban; los gobiernos en
cuestin, sealaba Dulles, haban empezado a considerar esas bases
"como pararrayos ms que paraguas". En conjunto, todas estas consideraciones funcionaron como poderoso argumento a favor de un
mayor nfasis en los disuasores nucleares estratgicos con bases en
Estados Unidos: "Se acord", seal Eisenhower tras una conferencia con Dulles, Humphrey y el secretario de Defensa Charles E. Wilson en noviembre de 1953, "que la dependencia que estamos teniendo
de las nuevas armas justificara completamente cierta reduccin de
fuenas convencionales --es decir, tropas terrestres y ciertas partes
de la Marina".48
Para hacer funcionar esta estrategia, por supuesto, Estados Unidos deba parecer dispuesto a usar armas nucleares en todos los sitios en los que sus intereses estuvieran en juego. "El poder", haba
sealado Dulles en 1952, "nunca logra su mxima posibilidad como
disuasor del crimen si los instintos criminales no tienen motivos para
temer que en verdad ser usado contra ellos". En consecuencia, los
funcionarios de la administracin hicieron un concertado esfuerzo pblico destinado a borrar la distincin existente entre armas nucleares
y no nucleares que la administracin anterior haba procurado establecer. "Las armas atmicas han adquirido virtualmente un status
convencional en nuestras fuerzas armadas", dijo el presidente a las
Naciones Unidas en diciembre de 1953. El comandante supremo de
la OTAN, el general Alfred M. Gruenther, argument en 1954 que
"simplemente porque las bombas atmicas producen vc~imas -y
gran cantidad de vctimas entre mujeres y nios- eso no es motivo
para que nos pongamos sentimentales acerca de ... cules armas debemos usar. El tema es hacer que la guerra se torne imposible". Dulles
En un momento, Truman cre gran revuelo al decir en una conferencia
de prensa que el uso de la bomba atmica babia estado bajo consideracin permanente en Corea. Pero rpidamente la Casa Blanca emiti una declaracin
aclaratoria diciendo que slo el presidente poc1fa autorizar el uso de la bomba,
y que esa autorizaci6n no se babia otorgado. (Conferencia de prensa de Truman
y comunicado de la Casa Btam:a, 30 de noviembre de 1950, TPP: 1950, p. 72'1.)

~1
!

168

JOHN LEWIS GADDIS

a~ga que las .-?11s nucleares eran tan slo un paso ms en la creciente destru~tividad de la capacidad blica moderna, un adelanto ms
o menos eqmvalente. ~l de la plvora. "En los casos en los que estas
cosas pue~a~ ser ut!hzadas con~r::i- blancos estrictamente militares y
P~~a propositos..estnctamente ~mhtares:. c<;>ment? Eisenhower a princ1p10s. de 1955, no veo el motivo que 1mp1da utilizarlas exactamente
del mismo modo con que usaramos una bala o cualquier otra cosa".49
. Los documentos internos de los primeros aos de Eisenhower
sugieren que esta posicin pblica no era una treta: aparentemente
estaba disp~esto a co1!si~erar el uso de armas nucleares en un amplio
rango d~ circunstancias. NSC 162/2, la declaracin top-secret de la
estrateg1~ del "New Look" aprobada por Eisenhower en octubre de
1953, :stipulaba que, en el caso de hostilidades contra los rusos 0
los c~mos, ."Estados Unidos considerar que las armas nucleares estn. dtspombles para ser utilizadas al igual que otras municiones"
La idea general, dijo el presidente a los lderes del Congreso a fine~
de 1~54 .. e~a "desatar el ~nfiemo sobre ellos en cuanto empiecen algo".
A prmc1p10~ ,de 1955, Eisenhower autoriz una extensin de este enfoque. !amb1en ~.las guerras limitadas: "Estados Unidos no puede
P.ermitlrse no ut~l~zar .rrr:as n:-1cleares, incluso en una situacin local,
s~ es .que esa utihzac~n implica posibilitar una rpida conclusin y
~i, .Juzgar P?r consideraciones polticas y militares, esa utilizacin
implica aden;ias el mayor progreso para los intereses norteamericanos de segundad".so

Pero la consideracin de la posibilidad de utilizar armas nucleares no era una san~in rutinaria de su uso, y hay muchas evidencias
de la cautela de Eisenhower en este aspecto. Aunque haba ledo y
ap~ob,~do :por ~d.elantado el discurso de Dulles acerca de las "represabas , la 1mphc1ta amenaza de una escalada automtica de la guerra
nuclear le causaba disgusto. "No creo que las palabras grandiosas ni
pomposas sean lo q~e hace temer a otros pueblos", seal agudamente en u,na conferencia de prensa del mes siguiente; "combatimos un
gran numero de veces en Europa y no recuerdo haber dicho antes
En un ~omento . ~isenhower incluso lleg a considerar la idea de una
guerra preventiva. Escribi a Dulles en septiembre de 1953 que "tendramos que
es~ar permane~temente preparados, sobre una base instantnea, a infligir al ene~1go 1;1na prdida ~ayor de la que l podra esperar causarnos. Esto sera una
~suas19n -pe_ro, s1 la lucha por mantener esta posicin relativa tuviera que contmll:ar mde_f1mdaf!lente, el costo nos forza.ra a la guerra 0 a alguna forma de
gob1e~o dwtatonai. En esas circunstancias, nos veramos obligados a considerar s1 nuestro deber para con las generaciones futuras no nos exigira iniciar
una guerra _en el momento que nos pareciera ms propicio". CEisenhower a
Dul!es, sept1em?,re 8, 1953, Eisenh<_>wer Papers, Whitman Files: International
Senes, ~?X 33, Dulles/Korea Security Policy".) Pero, un ao ms tarde Eisen
hower dlJo el?- una .c<?~erencia de prensa: "En mi opinin una guerra pr~ventiva
es hoy una rmpos1b1hdad . . . Francamente ni si uiera 'podrf
mente a alguien que hablara de algo as". confen:cia de prens'!i. :C~~~~:r
agosto 11, 1954, EPP: 1954, p. 698.)
'

EISENHOWER, DULLES Y EL NEW LOOK

169

de ninguna de ellas 'somos grandes y fuertes y poderosos y duros, y


vamos a decapitarlos a todos'". Y una vez ms, en marzo de 1954:
"Cuando se trata de decir que en el borde o la periferia de nuestros
intereses . . . cualquier accin por parte del enemigo justificara la
respuesta, no podra sostenerlo ni un momento ... Foster Dulles en
ningn momento pretendi ser tan especfico ni exacto con respecto
a lo que haramos ... " Ms tarde, ese mismo ao, el presidente record al secretario de Estado que "cuando hablamos de represalias
masivas . . . nos referimos a las represalias contra un acto que signifique irrevocablemente la guerra".st
El mismo Dulles se lament de la interpretacin que se le haba
dado a su discurso y, en una elaboracin publicada en Foreign Affairs
en abril, se apresur a esclarecer su posicin: "Las represalias atmicas masivas y termonucleares no son la clase de poder que pueda ponerse en juego con la mayor utilidad en todas las circunstancias".
Lo que era necesario, ms bien, eran "la flexibilidad y las capacidades
que posibilitan una serie de respuestas". Para muchas clases de agresin comunista, la nica represalia posible sera una guerra general.
Pero Occidente no poda permitirse confiar solamente en esa opcin:
"El mundo libre debe tener los medios de responder efectivamente
sobre una base selectiva cuando as lo decida". Lo importante era
que un potencial agresor sepa por anticipado que "deber sufrir por
su agresin ms de lo que posiblemente consiga por medio de ella".
La estrategia de la administracin, asegur el secretario de Estado a
su joven auditorio en la convencin de los Clubs 4-H ese mismo ao,
no involucraba la idea de convertir cada guerra local en una conflagracin general "con bombas atmicas cayendo por todo el mapa".52
Es razonable preguntarse, entonces, cul era la estrategia de la
administracin con respecto al uso de las armas nucleares, y de
qu manera difera de las recomendaciones hechas explcitas por el
NSC-68. La respuesta gira en torno de la cuestin de respuesta simtrica versus respuesta asimtrica. La administracin Truman,
por cierto, haba puesto nfasis en la simetra: la disuasin funcionara creando certeza en la mente del adversario acerca de la inevitabilidad y los lmites de la respuesta norteamericana -Estados
Unidos combatira la provocacin inicial, pero sin excederla. La administracin Eisenhower, al abrazar la asimetra, procuraba combinar la certeza de la respuesta con la incertidumbre con respecto
a la naturaleza de esa respuesta.* La idea era abrir un abanico de
"Actualmente, nuestro poder disuasorio de ataque no ha adquirido de nin
guna manera el poder de reaseguro del que es capaz, porque nadie sabe si ser
usado, ni dnde ni cundo", seal Dulles en 1952. "La precisin completa en
estos temas, por supuesto, no es prctica ni recomendable. Hay razones para
indicar cierta incertidumbre y flexibilidad calculadas, pero nunca hay razones
que justifiquen el grado de caos politico que este tema reviste en la actualidad."
<Memorandum de Dulles, junio 25, 1952, Dulles Papers, Box 57, "Baldwin" folder.)

J 70 1

JOHN lZWIS GADDIS


EISENHOWER, DULLES Y EL NEW LOOK

posibles respuestas de tanta am rt


contar con la posibilidad de re p I ud <!u~ .el . adversario no pudiera
se pensaba, llegarla a consider!ener la m1c~at1va; al carecer de ella
~er.~ba~ ~us posibles beneficios. ~:iu~ los nesgas de la agresin su~
de Pohti,~a Bsica de Seguridad N .orno ,,una declaracin top-secret
.e 1955: En tanto los soviti
ac1on~I lo expresara a princi ios
~~~~sel P~?er de represalias n~~~a~~se=!~~a serrEos de poder netitra.
mo ivos para esperar que i . .
s e stados Unidos hay
que ellos pueden cree
. meten una guerra general o
:
de la URSS" s3
r ... pehgrosas para el rgimen
l
acc1?nes

Y a segundad
Por cierto, en este procedimiento
.
~ado.s Unidos como para su adv
. ~aba tantos riesgos para Eser~ano. los errores de clculo son
mev1tables. Pero "uno debe e
.
orrer nesgas po 1
.
q ue se corren nesgas
en la gue ,, . . , r a paz del mismo modo
~el~a :evi~ta Life a principios d~9S61n~~1~ Db~l~ldes en un reportaje
e H?Ite sm caer en una guerr
.
a 11 ad de llegar hasta
dommarlo, inevitablemente ca~s un arte necesario. Si no podemos
asusta: si tenemos miedo de lle ~s en. I~ guerra. Si la guerra nos
entrevista refle1aba la in
.dga al hm1te, estamos perdidos" 54 La

capac1 ad cr' d

omca el secretario de Estado


quien, tras haber establecido t
mente los periodistas sacaron e;::it~nt~, cay. en el silencio: rpida~
~cerc; del arte "de llegar al lmite~! e su stle~cio para explayarse
.e_s. ero muy pronto la idea II
, para ~ mcomodidad de Duc10n de aquello que la ad . . eg . convertirse en una caracter
no haba dudas de que en~~i~trac1n Eisenhower intentaba haci:.
contencin, estaba dis~uesta a mtent~ de disminuir los costos de l~
en las armas nucleares mayoresas1;1m1r, por medio de su confianza
.
,
nesgas que s
d
Trmmos como "llega
l l' .
u pre ecesora.
d.
r a 1m1te"
"
.
~en ido a oscurecer los componentes
y represabas masivas" han
New Look". Uno de ellos era el de no n~cleares de la estrategia del
menta?a que Estados Unidos no
a~ .,1~s. El NSC 162/2 argudefens1vas, incluso a un co t
p~dia satisfacer sus necesidades
L b
s o exorb1tant

as ases de ultramar segui ,


.
e, sm el apoyo de aliados"
t~nte ~djunto de la capacida~~~t1end? dur;:inte varios aos un impor~
nan vitales en el caso de
l ratgica aerea de Estados Unidos se
~sitico. Estados Unidos n~~:si~a~=n~ es~allara en el continente e~r;
, ecursos econmicos de los
. . a emas las reservas humanas y los
.
.
. .
pnnc1pales Estad
.
p;ogresiva perdida de estos Estad
os no comumstas. "La
na a Estados Unidos y alterarla t:t~ :;:anos. ~el .bloque sovitico aislahacer peligrar la capacidad norteame . eqmhbno mundial como para
guerra general o de mantener
dref1cana de ganar en el caso de una
. tt .
una
ensa ad
da .
ms i uc10nes fundamentales" E . . .
ecua
sm socavar sus
lo de 1954 aparecido en Forefgn s;r1f1cativo que Dulles, en su artcuso. antes que la ..capacidad de dis a~~s, consignara las alianzas, includamentaJ de la seguridad d . 1 uas1?n nuc.Iear, como "la piedra fune as naciones hbres".ss

171

En este punto no se produca ningn cambio demasiado notable


con respecto a las prcticas de la administracin Truman. Sin duda,
Eh;cnhower y Dulles estaban al menos tan comprometidos con la
OTAN como lo haban estado sus predecesores -y, dada la anterior
asociacin del presidente con esa institucin, ello no resulta sorprendente. Tampoco haba ninguna disminucin de la determinacin
de incorporar a Alemania, reunificada por medio de la European
Defense Community; en realidad, Dulles acentu ese punto an ms
que Acheson.56 Y, a pesar de toda la supuesta susceptibilidad del secretario de Estado con respecto a la "pactomana", es interesante
sealar que la administracin Eisenhower extendi sus compromisos
defensivos por medio de tratados a slo cuatro naciones que no estuvieran cubiertas por alianzas pactadas durante la administracin
Trumao.*
Pero haba diferencias de tono y de funcin. Dulles era ms
proclive que Acheson a actuar sin consultar a los aliados; sus frecuentes viajes al exterior eran ms bien ocasiones para coaccionar o
para autojustificarse que para genuinos intercambios de opinin. La
administracin tampoco vacilaba en aplicar pblicamente presin
a sus aliados cuando pareca necesario, como en el caso en que Dulles amenaz con hacer una "extrema reevaluacin" de los compromisos norteamericanos de seguridad si los franceses no se unan a
la European Defense Community, o las severas advertencias de Eisenhower a los britnicos y los franceses de que evacuaran Egipto tras
las abortivas intervenciones en Suez en 1956.** Tambin haba diferencias con respecto a los objetivos entre las obligaciones defensivas
asumidas por Eisenhower y aqullas que Truman haba autorizado.
La administracin anterior haba organizado sus coaliciones primordialmente como instrumentos de lucha en caso de guerra: estaban
restringidos a naciones cuya posicin geogrfica era vital para la defensa de Estados Unidos, y de las que se poda esperar que prestaran
considerables servicios si se produca una guerra de envergadura.
Eisenhower y Dulles enfatizaron ms el poder disuasor de las alianzas: la aspiracin del secretario de Estado era rodear a China y la
Unin Sovitica con un crculo de Estados alineados con Estados
Por supuesto, britnicos y franceses no habian consultado a Estados Unidos antes de la operacin.
En el momento de dejar el gobierno. Trumao babia firmado alianzas con
cuarenta y un pases por medio del Tratado de Ro (1947), el Tratado del At~
tico Norte (1949), el ANZUS (1951), y los tratados de seguridad de Japn y Filipinas (1951). Los 'llnicos otros pases a los que se les concedieron compromisos
de seguridad por tratado durante la administracin Eisenhower fueron Thailandia y Pakistn por medio del SEATO (1955), y Corea y Taiwan (1953 y 1955) por
medio de tratados bilaterales individuales. Estados Unidos nunca fue miembro
pleno del pacto CEN'l'O, pero firm acuerdos bilaterales con Turqua, Pakistn
e Irn en 1959, comprometiendo la asistencJa norteamericana. Sin embargo, a
causa de la participacin de Turqua en la OTAN, y de Pakistn en SEATO, slo
Irn implicaba un nuevo compromiso.

) 72 /

JOHN LEWIS GADDIS


EISENHOWER, DUu.ES Y EL NEW LOOK

Unidos por medio de tratados o de declaraciones unilaterales s1

;-SEAT~. CENTO, P?ctos bilaterales de seguridad con Corea del


;:,ur y Tai~an, .resoluciones del Congreso acerca de Taiwan y Oriente
~ed10-, sm. mi:igu~a expectativa de que los pases involucrados pudieran contnbmr directamente a la defensa de Estados Unidos s
, b"
' ino
mas ien con la esperanza de que el "paraguas" de la seguridad norte~mericana tendido sobre ellos descorazonara los ataques rusos y
chmos.
Estos alineamientos podan ser una ayuda tambin en otro sentido: P?dan proporcionar a Estados Unidos el poder humano que
este pa1s no podia compromet!!r para enfrentar las agresiones locales. La idea, explic Eisenhower en 1957, era la de "desarrollar dentro de las diversas reas y regiones del mundo libre fuerzas verncules destinadas a mantener el orden, guardar las fronteras y suministrar una parte importante de la capacidad terrestre". Estados Unidos suministrara asistencia tcnica, e, incluso, intervendra con fuerzas navales y areas en caso de necesidad. Pero era importante recordar que "Estados Unidos no poda mantener fuerzas anticuadas
en todo el mundo". Cuando se le pregunt si la idea era la de tener
otras nacionalidades que soportaran la parte ms pesada de cualquier
lucha futura, el presidente respondi que "se era el ncleo del
asunto".ss
Exista una significativa diferencia de opinin entre el presidente y el secretario de Estado con respecto al punto hasta donde estas
alianzas deban extenderse. Dulles siempre haba sostenido que en
una lucha ideolgica tan aguda como la Guerra Fra haba poco
lugar para los lugares intermedios: "la neutralidad", haba anunciado
en 1955, se haba convertido en una "concepcin obsoleta"; en 1956 era
tambin, "salvo en circunstancias excepcionales ... una concepcin
inmoral y miope". Como ocurra frecuentemente en el caso de Dulles,
su retrica daba ms relieve a su opinin que la que los hechos justificaban: en ningn momento estaba dispuesto a descartar como
instrumentos del Kremlin a las naciones poco predispuestas a alinearse con Washington. Pero, claramente senta poca simpata por la
"neutralidad", y no la consideraba favorable a los mejores intereses
de Estados Unidos y del resto del "mundo Iibre".59
Es inkresante que Eisenhower adoptara un enfoque de mayor
tolerancia. La neutralidad slo implicaba cierta reticencia a integrar
alianzas militares, seal, no indiferencia por los asuntos del bien y el
mal. Despus de todo, incluso Estados Unidos haba sido neutral
durante su primer siglo y medio de existencia. Lo que es ms, el
hecho de presionar a otras naciones para que se afiliaran a esos
pactos podra tener desafortunadas consecuencias, tal como lo sealara el presidnte en una carta confidencial a su hermano Edgar
a principios de I:.i6:

173

Durante mucho tiempo he sostenido que es u: error muy grave


d 1r a algunas de esas naciones que anuncien que estn de
pe t O lado
' d'b"l
nues r
Una declaracin por parte . de
, una nac1on
d. e 1 ,
Burma 0 incluso India, la convert1na de mme iato en
como
"ble o bl"i
nuestro aliado absoluto, y tendramos entonces 1a 1mpos1
cin de ayudarla a armarse para la defensa.
.
.
Lo que es ms, si un pas se declarara como nuestro abado militar, cualquier ataque que sufriera por ~arte de grupo~ comunistas sera considerado, en casi todas las areas del mundo, como
una consecuencia ms o menos lgica. Como gran parte del mundo piensa en la actual lucha ideolf:ic~ como en una lucha de
poder, la reaccin ante la clase de mc1dente del que estoy hablando sera: "Bien, se lo buscaron".
Por otra parte, si los soviticos atacaran a un neufral declarado, la opinin mundial se enfurecera.
Todo ello demostraba, conclua Eisenhower, "que las respuestas
mbresimplificadas a los problemas que aquejan al mundo actual son
extremadamente peligrosas" .ro *
Un tercer elemento de la estr~~egia del ".Nev.; ~~k" era lo q~e
la administracin prefera llamar guerra ps1cologica . Esto P?dna
ser, seal Eisenhower, cualquier cosa, "desde ent?na~ .un,, ~1mno
bello hasta la ms extraordinaria variedad de sabotaje ~1s1~0 , Y se
tiene la impresin de que la administracin no exclu~o n,m.gu?,a ~e
estas posibilidades. Pero primordialmente "gue;ra .ps1colog1ca significaba simplemente una vigorosa fe en la eficacia de la po~tura
pblica: Ja creencia en que el simple hecho de. hac:r declarac10nes
notables serva para que Estados Unidos pudiera mcrementar las
dificultades operativas de su adversario.**
El ejemplo ms conspicuo de "guerra psicolgica" era .la estrategia de "liberacin" que Dulles planteaba para Europa Onental. A
pesar de la vaguedad del futuro secretario .d~ Est~? ~urante la
Campaa en lo referido a este punto, la admm1strac1on E1senhower
nunca consider seriamente la posibilidad activa de "hacer retro:eder" la influencia sovitica en esa parte del mundo. Tal como senapero razona'ble",
"Quiero conducir la Guerra Fr.ia con un esno
~. militante
r el ue podainos
convendijo Eisenhower al senador Styles Bndges en 1?57, po losq comunistas No me
cera los pueblos del ~undo
d'ii~e som~m~~:So
~s todo falso. cmo pas
preocupa comprar amigos 0 sa
es 0
aliad libre que desee estar con
0
libre, el nico aliado que ~mo: ~~o~e~r" (Menorandum Eisenhowernosotros, conversac1
Y eso es l?nqueteeslefrucas, ~yo 21 , 1957, Etsenhower Papers, Whitman
Bridges
File: DDE Diary, Box 13tcni.)
blic"taria de Madison Avenue que rodeaba este
Dada el aura de
ca pu. 1
nombrara como su primer (y nico)
concepto, no era inadecuado que.cEiSolgienbca~~ear e D Jackson ex escritor de discurasistente especial en "g-.ierra psi

sos y ejecut''> de la revista Time.

174 /

JOHN l.EWIS GADDIS


EISENHOWER, DULLES y EL NEW LOOK

laba el NSC 162/2: "El alejamiento de cualquier satlite europeo


de importancia del bloque sovitico no parece factible, salvo en el
caso de aquiescencia sovitica, o de guerra". Eisenhower y sus asesores no esperaban aquiescencia y no estaban dispuestos a arriesgarse a una guerra. La retrica, no obstante, era otra cuestin, y en
ese campo la administracin hizo todo lo posible por llamar la atencin sealando las vulnerabilidades imperiales del Soviet. "Existe
algo as como una indigestin", le gustaba argir a Dulles, utilizando
su imaginera gastronmica favorita. "La gente no siempre se fortalece cuando come ms". La Unin Sovitica ya se haba extendido
excesivamente; si se producan desrdenes en los satlites, el KremIin podra verse obligado a reconocer "la futilidad de tratar. de mantener cautivos a tantos pueblos". Esto no demandara la existencia
de intentos de estimulacin de una revolucin violenta desde el exterior, insista Dulles, sino simplemente una constante demostracin
de las virtudes de la sociedad libre, junto con expresiones de preocupacin por aqullos que no tenan el privilegio de gozar de sus
beneficios.62
La abortada propuesta de la administracin de una resolucin
del Congreso en torno de las "naciones cautivas'" a principios de 1953
form parte de esa estrategia extraoficialmente. Dulles cndidamente justific la medida corno un "arma psicolgica" destinada "a conseguir ms iniciativa en la Guerra Fra, a estimular lo que he denominado 'indigestin' en el mundo cautivo, y a hacer desaparecer el
miedo que oprime a muchos de estos pueblos cautivos: el miedo de
que nosotros, finalmente, fos traicionaremos".63 * Tambin lo eran
los comentarios pblicos de Dulles acerca de las dificultades internas e internacionales del Soviet: "Sabemos", observ, "que los intentos de los comunistas soviticos de imponer su absoluto dominio
sobre ms de 800 millones de cautivos los aboca a algo que, a la
larga, es una tarea imposible". Y una vez ms, en 1956: "El comunismo internacional se halla en un estado de perplejidad ... La debilidad del imperialismo sovitico es que se lo haga manifiesto". Y en
1957: "Qu poderosas deben ser las fuerzas de cambio que actan
dentro de Rusia, y qu perplejos deben estar los gobernantes que
deben enfrentarse a ellas y mantener al mismo tiempo el poder absoluto".64 Si hay en estas declaraciones algn indicio de inconsistencia
con respecto a la pintura que Dulles haca del adversario como dinmico, monoltico e implacablemente peligroso, debe atribuirse
al hecho de que el deseo engendra el pensamiento -que, despus de
todo, es la verdadera naturaleza de la guerra psicolgica.
La administracin permiti que la propuesta muriera silenciosamente

despus de que los republicanos la condenar8D Por no haber repudiado ~lf!


camente los acuerdos de Yalta, en tanto los demdcratas se oponan a sus .....i-

citas crticas de Rooseveit y de

Trumao..

175

1 nfo ue de la "liberacin" de Dulles


Es interesante comparar e. e ta~bin haba visto posibilidad~s
con el de George !<~nnan,i 1~~nen Europa Oriental. Kennan hab1a
de socavar el dom1m_o sov e
or medio de la explotacin de la~
procurado lograrlo, sm em~argo, I?
ue existan dentro del mov1latentes pero ~nevi~ables d~fere~c~~ll~s pareca ms interesado en
miento comumsta II~ternac10na derrocado de manera general el?- esa
lograr que el comums~o fuera erdadera osicin de la admm1strap
arte del mundo. Por cierto, la vh en-aladpo continu calladamente
ple como se a s
'

cin no era tan s1m . 1 . d Tito e incluso reconoci en ocas10con la ayuda a la Yugos av1~ e
', enes ~omunistas nacionales
nes, la posibilidad de traba1ar con. :egi~blica de los comunistas enen otras partes.65 Per~ su ~ondenac1onc:: ue el mismo Dulles poda
sombreca estas part1culanda~es -h~ . l~ presin era ms proclive
s
Justificar alegando que, de to os m~ ods, .

las m ucc10ne .
a lograr la fragmentac1 n que
. 1, .
de la "liberacin" en el
La contraparte de la guerra ps1~0 og~~~ud de la administracin
Lejano Oriente puede. hallarse en 1 ~~so de Europa Oriental, los
hacia la China comu~1sta. Como e~ e 1usiones acerca de quin con.
. d e Washmgton no
,
d"f'
func1onanos
. teman
h It qu punto sena
1 1c1 e11trolaba el territori_o en cu~s~~~ f62/~s: fines de 1953, "el rgimen
minarlo: como senalara. e
trolado y es improbable que
comunista chino est f1rmemen~e.b~onpor fuerzas domsticas o por
sea derrocado en el futuro prdev1s1 e guerra de importancia". Pero
,
. 1

se pro uce una


,
regimenes nva es, s1 no
. d
dificultar mas la tarea
podan hacerse algunas cosas destma ~;a: la Sptima Flota del esde gobernar China. Un~ ~e ~llas ,era r~hiang Kai-shek pudiera atacar
trecho de Taiwan, perm1t1en ? as1 que and- reconocimiento diplom.
. t
era contu.uar neg
u

U d
el contmente, o ra
. .
in en las Naciones m as.
tico a Pekn, y oponerse a su part1lc1~~~,, coment Dulles, "pero no
"Tal vez tengamos que r7~~~:~l:so la ~egativa norteame~cana . de
tenemos por q~, abrazar o .
erra de Corea tena una dimensin
repatriar los pns1onero~ d; I~ ~ biendo que en el futuro los deservinculada a la gue~ ps1co g1ca. sansegufr asilo poltico, Dulles argutores de guerra pod1:in es~erar y co
, menos confiable y hay por lo
ment que "el Ejrcito ROJO se toma as~ tas lo utilicen para concretanto menos riesgo de que los comums

,, 66

tar agres10nes .
, o tras dl."'P.nsiones.
Involu.
t ' a d emas

La guerra psicolgica ema t t de la propaganda, tanto imprecraba, por supuesto, el 1:1s.o cons ~ e. olucrar gestos tan evidentes
sa como radi~I ~ telev1s1~~~ P;_fiiad~:.es al primer piloto sovitico
como el ofrec1m1ento de c . . . f as tan sinceras como el plan de
de MIGS que d~sertara: o I~!cia IV uesto por Eisenhower en la cuminspeccin de ,, c1el,os :1b1ertos ' p;: lemente la conservacin de la
bre en 1955. Podia mvolucrar
migo "incluso estrechamos
dignidad y la autoconfianza ante e ene
.

r
,\

EISENHOWER, DULLES Y EL NEW LOOK

176

177

1 JOHN LEWIS GADDIS

la mano del enemigo", reconoci el vicepresidente Richard Nixon en


un informe televisado del viaje al sudeste de Asia. "Formaban un
piquete, y caminamos entre ellos, los saludamos, les hablamos, y
como resultado la manifestacin comunista se disolvi".67 Poda involucrar episodios como el famoso "debate" de Nixon con Kruschev
en la cocina de un hogar modelo norteamericano que se exhiba en
Mosc, o movimientos deliberados como la comisin de Henry Cabot
L~dge co!"?~ un hombre "ve~~aderamente apto" para seguir al prem1er sov1et1co durante su v1s1ta a Estados Unidos en 1959. Lo que
todas estas tcticas tenan en comn era el deseo de "hacer puntos" *
que Estados Unidos pareciera bueno, y desacreditar al otro band~.
Un cuarto elemento de la estrategia del "New Look", estrechamente vinculado con la guerra psicolgica, eran las "operaciones encubiertas", que el National Security Council definiera en 1954 como
"todas las actividades ... planificadas y ejecutadas de tal modo que
cualquier responsabilidad que el gobierno de Estados Unidos pudiera
tener por ellas no. sea evident~ para las personas no autorizadas y
que, s1 son descubiertas, permitan que el gobierno de Estados Unidos pueda alegar no tener responsabilidad por ellas". Por cierto,
la CIA haba sido autorizada a llevar a cabo esas operaciones desde
1948, en parte sobre la base de una sugerencia de George Kennan.
Y no haba estado inactiva: el presupuesto para operaciones encubiertas haba crecido, de los 4,7 millones en 1949, a 82 millones en
1952, el ,pers_oi:ial involucrado de 302 a 2812 con un "personal por
contrato ad1c10nal de 3142 en ultramar, el nmero de centrales externas de 7 a 47. Aun as, las operaciones encubiertas no se convirtieron en verdadero instrumento de la estrategia nacional hasta la
administracin de Eisenhower. Una de las razones era burocrtica:
una fusin de las funciones clandestinas operativas y recolectoras
de. la CIA de agosto ,de _1952 haba dado decidida preferencia a las
primeras, tanto en termmos de promocin como de atribucin presupuestaria.68 De este modo, el nuevo nfasis de la administracin
puesto en lograr que la contencin funcionara ms eficientemente
con m,enor costo tenda a premiar las actividades encubiertas que,
despues de todo, eran relativamente poco costosas. Finalmente Eisenhower eligi a Allen W. Dulles, hermano del secretario de Estado,
como nuevo director de la CIA, garantizando as virtualmente una
ms estrecha coordinacin de las operaciones de inteligencia con la
estrategia nacional.
Las dimensiones de las actividades encubiertas durante la administracin Eisenhower no son pblicamente conocidas, ni tampoco
Otro ejemplo adems fue la decisin, adoptada en el verano de 1956, de
hacer piblica una versin encubiertamente obtenida de la denUIJ(;ia secreta que
Kruschev hizo de,, Stalin antes del vigsimo congreso partidario en el anterior
mes de febrero.

es probable que se difundan durante algn t_ie_mpo. Sin emb~:go, hay


evidencias con respecto a la clase de act1v1dad en cuestwn: una
directiva de 1954 del National Security Council consignaba:
propaganda, accin poltica, guerra econmica, medida~ de huida,
evasin y evacuacin, subversin contra Estados hostiles o grupos que incluya asistencia a los movimientos subterrneos de resistencia, guerrilla y grupos de liberacin; respaldo a elementos
vernculos y anticomunistas en los pases amenazados d_el. mundo libre; planes y operaciones engaosos, y todas las ac~1~1dades
compatibles que sean necesarias para lograr los propos1tos de
esta directiva.
Tambin han aparecido algunos indicios de ~mo y dnde se llevaron a cabo estas actividades: se sabe, por e1emplo, q_ue durant~
este perodo la CIA organiz el derrocamie?to de, dos gob1ern?s ~o:a
neos (Irn en 1953, Guatemala en 1954), mtento de~roc~r sm _ex1to
a otros dos (Indonesia en 1958, Cuba en 1960-6~), infiltro ref~giados
en Europa Oriental para tratar de provocar des?rdenes, c~ndu30 operaciones de guerrilla y paramilitares contra Chma co~um;5ta Y V~et
nam del Norte desde Burma y Laos, y al menos cons1~ero _coosp1;aciones para asesinar a varios lderes ~orneos (Cho~ En-La1, ~atnce
Lumumba, Fidel Castro y Rafael Truj1llo). La age_n~1a s~ aboco tambin a ciertas actividades domsticas, incluyendo v1gilanc1a de correos
y telecomunicaciones, infiltracin de est~d~ante~, ac~dmicos, periodistas y organizaciones culturales, y subs1d10s fmanc1eros a editores
y fundaciones.69
Ms difcil que establecer el hecho de si stas u ,otras operaciones se llevaron a cabo es la tarea de determinar cuales de ellas se
realizaron con la aprobacin especfica del. presidente, cules fue;on
respaldadas "en principios" pero no supervisadas. en ~etalle, y cuales
representaban la iniciativa propia de la agencia. E1senhower, por
cierto, conoca los principales intentos de golpe de la CIA, ~us o~e
raciones de contrainsurgencia, y los vuelos de U-2; las evidencias
con respecto a su conocimiento de las actividades ~omstic~~ encubiertas no son concluyentes, y no se ha hallado mformacIOn que
relacione directamente al mismo Eisenhower o a su predecesor con
las conspiraciones de asesinato de la agencia.70 Lo que est claro, si?
embargo, es que la administracin dio a la CIA un~ o~den extraor~1nariamente amplia, que estaba dispuesta a desmentir si era necesa:r:o
para mantenerla encubierta,71 y que no consideraba que eso~ alejamientos de los parmetros convencionales de conducta oficial fueran inapropiados, dadas las circunstancias. "He llegado a la c~nclu
sin de que algunas de nuestras ideas tradicionales acerca del 1uego
limpio internacional no son aplicables en el marasmo en el que el

178 1

JOHN LEWIS GADDIS


EISENHOWER, DUll.ES y EL NEW LOOK

mundo se encuentra actualmente", escribi privadamente el presidente en 1955. "La verdad, el honor, la justicia, la consideracin a
los otros, la libertad para todos --el problema es cmo preservarlos,
nutrindolos y conservando la paz, si es que esto es posible, cuando
nos enfrentamos a gente que desprecia . . . estos valores. Creo que
podemos hacerlo, pero no debemos confundir estos valores con meros procedimientos, aunque estos ltimos puedan haber tenido algn
momento el status de conceptos morales".72
Pero si la administracin Eisenhower estaba dispuesta a emplear
acciones encubiertas en mayor escala que su predecesora, tambin
estaba ms dispuesta que la administracin Truman a intentar negociaciones con la URSS y China comunista; estos contactos, por limitados o improductivos que fueran, constituan otro componente ms
de la estrategia del "New Look". Los intercambios fueron en parte
resultado de la moderada distensin de las relaciones internacionales
que sucedi a la muerte de Stalin, y en parte de las presiones de los
aliados, ms preocupados ahora por la rigidez de Washington que
por cualquier posibilidad de "venta" a Mosc, y en parte de la mayor
latitud que la poltica norteamericana tenda a dar a los republicanos en los tratos con "el enemigo". Pero estas iniciativas eran tambin producto de la conviccin personal de Eisenhower de que tarde
o temprano habra que avanzar hasta k>grar una resolucin de las diferencias de la Guerra Fra.
Eisenhower acentu este punto con tanta frecuencia y espontaneidad que no hay razones para cuestionar su sinceridad. "Cada
vez que cualquier oponente est dispuesto a decir ... 'Limpiemos el
Estado y echemos un vistazo al presente y al futuro', vern que
tambin yo estoy dispuesto a hacerlo". El enfoque adecuado era "enfrentar cada oferta que se nos hace mientras no se demuestre que
no vale la pena hacerlo as". La desconfianza era un camino de doble
mano: era justo suponer que los rusos "honestamente, en ciertas
instancias, cuestionan nuestras intenciones". Simplemente porque
Mosc agregaba el adjetivo "pacfica" al sustantivo "coexistencia" no
se formaba "apaciguamiento": "la coexistencia es, en realidad, un
estado de nuestro ser en tanto no estamos intentando destruir al
otro bando". Finalm~nte, "no se promueve la causa de la paz hablando simplemente con la gente con la que se est de acuerdo. Eso es
tan slo reunirse para decir que s. Es necesario reunirse con quienes se est en desacuerdo para determinar si existe o no el modo de
elaborar las diferencias y alcanzar un mejor entendimiento".73
No es sorprendente que estos enfoques no siempre se fundieran
bien con los de John Foster Dulles, quien tenda a acentuar los riesgos ms que las ventajas de la negociacin. "Si el seor Dulles y
todos sus sofisticados asesores de veras dicen que no pueden hablar
de paz seriamente, entonces estoy en el sitio equivocado", dijo exas-

179

.
arse con la resistencia del Departamento
perado el presiden~e tras t/ b 1 de 1953 que extenda los gestos
de Estado a un discurso. e a n
. 'tcd "Porque si debiramos
. .
.
,
1 uevo liderazgo sovie i
concihatonos a n
las ersonas que podnan aseestar hablando de guerra, conozco 1
epestn en el Departamento
de eso
y no son as qu
,
11
sorarme acerca
...
,
d E. senhower recordo a Du es
d ,, Varios meses mas tar e, i
de Esta o
.
. , "a nuestros oponentes o a
, dar la impres1on
que de nada serv1na

de que so, 1o nos p reocupa demostrar


. que hemos
nuestros enemigos
t los otros han sido, sm duda, muy
sido gente muy bu~na, e~ ta~ o tena una "mentalidad de aboga?o",
malos". El secret~no de sta 5~
como resultado, una tendencia a
.
I" 74 Eisenhower con
reconoci el presidente en 19 .' y, .
.
"
rt de fiscal mternac1ona .
,
a resistirse a ese
bsqueda de ventajas tcticads iln mediatas o~~::c1i:t~~acion~l estable
vista el objetivo general: el e ograr un

~~ni::r~~:s~::st~:~;:,ete~da

_enfoq~~~squ:r~~~ ~~

y favorable.
b
frecuencia se renda al conPero Eisenhower respeta a, y con ecto a la conduccin real de
.
t de Estado con resp
seJo del ~ec:e ano
deferente como siempre, nunca se opuso
las negoc1ac10nes. y Dulles,
d tendo que al menos esclarececontactos a m1 i
directament: ~ esos
b nd~ 75 El resultado, entonces, era una conran a la posicin del otro a
.
en las sucesivas declara.,
t
1 za puede rastrearse
.
.
ces10n, cuya na :ir~ e . , d "Poltica Bsica de Segundad Nac1c:
dones de la adm1mstrac1on be d 1952 reconoca que Estados Umnal". El NSC 162/2, de ~ctu rf e b""dad de negociacin con la
dos deba mantener abie~~ ~ ros1 ~~ibilidades de resolucin que
URSS, tanto para llevar a e an e asl p liados de la buena fe norteaparecieran como para convencer: bos ~
ermitir que esas resoluamericana. "Pero, al hacerlo no fe em ss d~stinados a desarrollar y
dones demoren o reduzcan os ~s ue~rmitiendo as que los sovimantener la fuerza del mu~d<;> l~~r;, p bin deba admitirse que "las
ticos aumenten su fuerza re at1va . . am
e tables no son muv estip erspectivas de resoluciones negociadas ac p
del NSC -162/2
d
l NSC 5501 el sucesor
'
mulantes". Un ~~ ms tar. e, ~
t . "stados Unidos debe estar
expres la cuest1on ~s s~~pl:m~:;s siempre qua aparezca clarapreparado para negociar c
. , se cumplir con los intereses
dio de esa nac1on
.
mente que por me
.,
nf ue tambin a Chma comunorteamericanos", y extend1? esl~e e ~ngun' cambio de la poltica
.
que ello imp icara m
. .,
.
msta, aunque . sii:
E
1 verano de 1957, una calificac1on de imde no reconoc~m1e?to. n e da "Sin embargo, Estados Unidos no
portancia habia sido agreg.a .
ecto a una accin simidebe hacer concesiones ~nt.1c1padas con res:ranza de inspirar concelar por parte de los soviticos, con la esp
1 directa
76
siones soviticas". Pero ~t:1 posicin ~u::tag:~;: ~ 1; e~ NSC-68.
y productiva para la negociacin que 1. p p

la estrategia
Haba, por cierto, elementos de mcons1stencia en

'1'1
1
1

J 80 j

EISENHOWER, DULLES Y EL NEW LOOK

181

JOHN LEWJS GADDJS

del "New Look". La confianza en la superioridad nuclear poda demorar las negociaciones con el otro bando hasta que ste hiciera
esfuerzos por ponerse a la misma altura; tambin poda desestabilizar a los aliados que haban visto en esa superioridad la posibilidad
de que ellos mismos pudieran convertirse en blancos en una guerra
futura, y de que podan esperar tener que cargar con el mayor peso
d~ la lucha e~ _el nivel :onvencional. Las medidas de guerra psicolgica y de accmn encubierta podan invertirse fcilmente, causando
p:oblem~s domsticos y co~ los aliados y adversarios. Las negociac10nes, s1 se Jlevaban demasiado lejos, podan disminuir la credibilidad de la disuasin y la solidez de las alianzas; su descuido, no obstante, poda conducir a acusaciones de inflexibilidad e intransigencia.
. A pesar de estas anoI?alas, haba una hebra comn que ataba la
d1suas10n nuclear, las alianzas, la guerra psicolgica, la accin encu~ierta y las negociaciones: todas ellas tenan la ventaja de ser
mas baratas qu~ la estrategia de respuesta simtrica que propona
el ~S~-?8. Implrcaban la voluntad de cambiar la naturaleza y la loc~!1zac1~n. de la competencia, desplazndola del sitio de la provocac10n .~ngmal, arriesgndose as a una escalada, pero prometiendo
ta~b1~? la conservacin de la iniciativa, que es la clave de la minim1zac1on de los costos. Dada la concepcin de intereses y amenazas
con la que operaba la administracin Eisenhower, el "New Look"
era una adaptacin integrada y razonablemente eficiente de los recursos y los objetivos, de los medios y los fines.

IV
Sin embargo, por buena que fuera la: integracin interna de esta estrategia, su explicacin pblica por cierto no lo era. Exista una persistente b~~cha entre las acciones de la administracin Eisenhower y la perc~pc10.n popular de ellas: la causa primordial, parece claro, no era la
smtax1s ocasionalmente enrevesada del presidente, sino ms bien
un caso incurable de hiprbole perniciosa por parte del secretario de
Estado. El registro de los aos de Eisenhower est sembrado de memorables ejemplos de la tendencia declarativa de Dulles (o de los
resmenes que de esas declaraciones hacan los periodistas): "represalia masiva", "liberacin", "dolorosa reevaluacin", la "inmoralidad"
de la neutralidad, todas las cuales expresaban en trminos ms fuertes y dramticos de lo necesario aquello que la administracin procuraba hacer. El resultado fue confundir al pblico, alarmar a los
aliados, y sin duda intrigar absolutamente a los perplejos adversarios.
Este ltimo efecto, por supuesto, era deliberado: Dulles crea
firmemente en las virtudes de mantener al otro bando incierto con
respecto a cul sera Ia respuesta norteamericana -aunque no con

respecto a la certeza de que s habra alguna respuesta. Y, si el ~es'


timonio de al menos una autoridad eminente puede ser aten~1~0,
xito "Dulles fue un adversario digno", record despus N1k1ta
tuvo

'' 77
Kruschev. "Siempre nos hizo esforzar para igual~r su mgemo .
Pero a Dulles le resultaba difcil separar l~ conduccin de, la. guerra
psicolgica de su obligacin de mantener mf;>:ma.~o al pubhco: l~s
ganancias conseguidas merced a la desestab1h~a~10n. del ~dver.sano
no llegaban a compensar los daos que la retorica mflac10nana d,e
Dulles infliga a las relaciones por ahanza, y a los presupuestos publicas acerca del sentido comn. Nos vemos obligados a concluir
que haba impulsos personales adems de planes estratgi:os . detrs de la debilidad tlel secretario de Estado por los pronunciamientos histrinicos.
Uno de esos impulsos personales, por raro que parezca, era l~
evidente necesidad de "dar prueba" de sus credenciales de republicano. Dulles era perfectamente consciente de las quejas procedentes
de su propio partido, que alegaban que l colaboraba demasia?o ntimamente con la administracin anterior; parece haber sentido la
obligacin de poner un sello claramente "republicano" a polticas
cuva novedad no era siempre inmediatamente obvia. El "embalaje"
retrico era una sencilla manera de lograrlo. Con ello se mezclaba
cierta afinidad con la abstraccin sonora -producto, se infiere, de la
experiencia legal de Dulles- que haca que en ocasiones se _expresara en trminos que parecan insensatos con respecto a las realidades
polticas que era necesario enfrentar. Tambin esta,ba ?r~sente el
hecho de que los puntos fuertes de Dulles eran mas tacticos q~e
;!Stratgicos: tena muchos recursos para desplazarse de manera m10pe de una crisis a otra, pero no era apto como Eisenhower para ver
78
de qu modo las partes se relacionaban con el todo.
Se plantea, entonces, la cuestin acerca de por qu Eisenhower,
con su agudo sentido de la necesidad de subordinar las tcticas a la
estrategia, mantuvo a Dulles en el cargo. Una de l.as razones, aparentemente, es que el presidente genuinamente consideraba su colabor~
cin como una sociedad, cuya continuacin era de vital importancia
para la conservacin de la paz mundial. Jams se ~l~nte, la. cues~1in
con respecto al sitio donde se hallaba la responsabilidad ultima: En
Jo que a Dulles se refiere, jams h~ hecho una decla:acin, .acuerdo
proposicin seria sin haber realizado una exhaust1~a y .completa
0
consulta previa conmigo y, por supues'. , tampoco sm m1 ~proba
cin". No obstante, "no hay probablemente en el mun~o al~~n que
posea la competencia de Foster Dulles en el campo d1plomatico. Se
ha pasado la vida en este trabajo, de una u otra manera, Y e~ un
hombre de gran capacidad intelectual y coraje moral ... Por c1~rto
que, si con nuestra posicin e1! el .mundo ... deb7i:ios s~r suce~1dos
por individuos de menor expenenc1a, menor prestigio y sm los vmcu-

1
1

182

1 JOHN LEWIS GADDIS

Jos de conocimiento e, incluso, de amistad que Foster y yo tenemos


con ~uchos de los lderes mundiales de todas partes del globo, a arecera entonces Ja pregunta: 'Qu ocurrir?' ".79 *
p
En. re~Jidad, Dull~s. era , un_ diplomtico ms sutil y hbil que
lo que mdicaba su retonca publica. Tampoco es cierto que, como tan
frecuentemente se ha alegado, Eisenhower delegara en l excesiva
autoridad. Pero el poder involucra mucho ms que reservarse simplemente las decisiones finales; requiere tambin la determinacin
de. supervisar la implementacin estrechamente para asegurar que
exista c?rresp<:>ndencia con el !ntento ?riginal, y tambin la capacidad de ~nfundir en los subordmados cierto sentido de lo que es la
estrategia, de modo que se pueda evitar la supervisin en casos innecesarios. Eisenhower no posea abundancia de ninguna de estas
capacidades: en su enfoque de la funcin, haba siempre una persistente incapacidad de seguir sus instintos iniciales, que eran usualmente profundos y slidos, una curiosa falta de voluntad de sujetar
las riendas del poder en todos los niveles.ro Como resultado de elfo,
Dulles poda, en ciertos momentos, aplicar su propio "sello" a la
estrategia; en ningn caso fue esto ms cierto que en su estridente
y equvoca articulacin del "New Look".

''.AP~~ntem~te. i:on los desconocidos, su personalidad no siempre resul~ entosa , escnb1 Eisenhower de Dulles a principios de 1958, "pero con sus
amigos es encantador y agradable". (Eisenhower a Hazlett febrero 28 1958 EiSellhower Papers, Whitman File, DDE Diaries, Box 18, "DDE >ictation feb 58"'.>
0

Captulo VI

Implementando el N ew Look
Por supuesto, los criterios para juzgar la efectividad de las estrategias son variables, pero los de Eisenhower eran s!-Ificientemente claros: su propsito era lograr la mxima disuasin posible del comunismo con el menor costo posible. Retrospectivamente, la estrategia
del "New Look" parece haber satisfecho bastante bien esos criterios.
A pesar del hecho de que la administracin no se aboc a actividades
militares en gran escala en ultramar despus del armisticio de Corea,
los nicos pases "perdidos" a manos del comunismo durante ese
perodo fueron Vietnam del Norte, que ya estaba en gran parte bajo
control de Ho Chi Min cuando Eisenhower ingres a la Casa Blanca,
y Cuba, cuya nueva orientacin comunista no se hizo evidente casi
hasta el momento en que Eisenhower sali de la Casa Blanca. Los
gastos de defensa nacional permanecieron notablemente estables,
oscilando entre los 40,2 billones en el ao fiscal 1955 y 47,4 billones
en el ao fiscal 1961. Ms reveladores son los gastos militares como
porcentaje del presupuesto total -estas cifras en verdad decrecieron
del 65,7 por ciento en el ao fiscal 1954 al 48,5 por ciento en el ao
fiscal 1961. Los gastos de defensa como porcentaje del producto
bruto nacional tambin bajaron del 12,8 por ciento del ao fiscal
1954 al 9,1 por ciento en el ao fiscal 1961.1 Y, sin embargo, a pesar
de que las apariencias superficiales indicaran lo contrario, estas reducciones no produjeron ninguna reduccin neta de la fuerza militar
norteamericana con respecto a la de la Unin Sovitica -en todo
caso, Estados Unidos se hallaba en una posicin ms fuerte con respecto a su ms importante competidor al fin de la presidencia de
Eisenhower que a su inicio.
Es difcil decir si todo esto fue resultado de la suerte o de la
habilidad. La estrategia de Eisenhower y Dulles funcion porque
la administracin tuvo la buena fortuna de estar en el poder en un
momento en el que sus adversarios no planeaban ningn tipo de
agresin, o fue acaso que la sofisticacin y la fortaleza de su estrategia frustr estos planes agresivos? La respuesta requerira mucho
ms conocimiento del que poseemos acerca de las intenciones soviticas y de la China comunista: los xitos de la disuasin son siempre difciles de medir, aunque los fracasos son siempre muy evidentes. Una cosa que est clara, sin embargo, es que los historiadores
de la presidencia de Eisenhower, penosamente conscientes de la in183

184

IMPLEMENTANDO EL ., NEW LOOK ,,

1 JOHN LEWIS GADDIS

capacidad de sus sucesores para lograr la misma eficiente adaptacin


de las capacidades y los objetivos, se han pronunciado recientemente
con inusual unanimidad alabando la conduccin que Eisenhower impusiera a los asuntos de seguridad nacional, considerando que reflejaba un grado de prudencia, restriccin y sentido comn que no es
fcil encontrar en ninguna otra administracin de posguerra.2
Durante sus ltimos aos de gobierno, no muchos contemporneos de Eisenhower hubieran compartido esa opinin. El juicio que
prevaleca en los crculos intelectuales y polticos de 1960 era que
el "New Look" haba fracasado porque: 1) haba confiado excesivamente en las armas nucleares como primordial instrumento de disuasin, estrechando as el rango de las posibles respuestas a la agresin; 2) haba fracasado en su intento de desalentar las revoluciones
en el Tercer Mundo: 3) haba dado lugar al desarrollo de una
"brecha misilstica", socavando de este modo el equilibrio estratgico con la Unin Sovitica, y 4) haba dejado pasar oportunidades
de negociar con sus adversarios. stos se convirtieron en los elementos
esenciales de la crtica que el Partido Demcrata hizo de Eisenhower
en 1960; adems, proporcionan un encuadre conveniente para reconsiderar tanto las imperfecciones como los aciertos del "New Look".

I
La primera y primordial acusacion contra la administracin Eisenhower era que, en sus esfuerzos por lograr economa, haba llegado
a confiar excesivamente en el uso o la amenaza de utilizar las armas
nucleares, limitando as su respuesta, en el caso de que se diera una
agresin, a la eleccin entre rendirse o arriesgarse a la aniquilacin.
Era el viejo problema de los ataques "graduales": qu seguridad
haba en una poca de estancamiento nuclear de que Fstados Unidos
realmente recurrira a su arsenal nuclear para encon' .r all los medios de contrarrestar cualquier ataque que el otro bando produjera,
por insignificante que ste fuera? Tal como argumentara el entonces
desconocido poltco de Harvard, Henry Kissinger, en 1957, era imposible combinar "mximo horror y mxima certeza": "Cuanto mayor el poder, tanto mayores las inhibiciones para utilizarlo excepto
en las ms directas emergencias, y tanto ms probable que ningn
objetivo parezca suficientemente importante como para justificar
una guerra total". Y si la administracin estaba dispuesta a contemplar esa alternativa, no sera una violacin de su propia insistencia de que en asuntos estratgicos la cura no deba ser peor que la
enfermedad? Un crtico seal que era como si la polica local hubiera decidido 'utilizar bombas contra los ciudadanos que no limpiaran la nieve de las veredas.3

185

La respuesta de la administracin, por supuesto, fue qu~ las


armas nucleares eran slo una de las diversas respuestas factI~les
a la agresin, y que no tena intenciones de. concentrarse exclusivamente en una de ellas. "La desmedida co~fianza en u? ~rma o la
preparacin para una sola clase de guerra simpl~ente .m~~ta _al enemigo a recurrir a otra clase de arma o de guerra , advirtio Eisenho1955 "Debemos por lo tanto, conservar en nuestras armadas
wer en

,
, t
b
el equilibrio y la flexibilidad adecuadas ~ nues~ros proposi os Y o ~etivos ". La disuasin nuclear era esencial, af_i~maba_ Dul~es el ano
iguiente pero eso no significaba que se la utihzara mvanablemente
~ontra l;s agresiones locales: "Nosotros y nuestros aliado~ debemos
tener entre nosotros la capacidad de enfrentar esas agresione~ loc~
les sin que nuestra accin produzca una guerra ~uclear genera~izada .
La idea era mantener en la duda a los potenciales adversarios con
respecto a cul sera la respuesta nortea~ericana, de mod_o. qu~
nunca pudieran estar seguros de que la agres10n resultara beneflci~sa.
Sin embargo, la administracin insista ~n que Estados Umdos
en s mismo no necesitaba conservar la capacida? de re,spon?e: a todos los niveles: por eso tena aliados. En cambio, deb~a existir una
divisin del trabajo en la que Estados Unidos J?roporc10nara el respaldo areo y naval y pudiera confiar en los am1~os de ultramar con
respecto al poder humano necesario para producir. una ~espuesta e?
tierra. Esta posicin fue dictada en parte por cons1derac1ones economicas -Eisenhower haba reducido 4,8 billones del pres~pu~sto de
defensa del ao fiscal 1955 cercenando 4.1 billones al ejercito: las
fuerzas de tierra, seal con impaciencia, siem.~re "mostraban n~ce
sidad de ms y ms".s Pero el presidente tamb1en estaba con~encid?
de que el advenimiento de las armas nucleares tornaba ii:iposible contar con ser capaces de trasladar tropas norte~men~anas
al extranjero en la escala de la Segunda Guerra .11.;1u~dial: si_ la,s
fuerzas de Alemania hubieran posedo bombas atom1cas, sena~o,
las fuerzas aliadas jams hubieran cruzado el canal. Lo que ~s mas,
de producirse una guerra nuclear, el .~jr.cito sera necesario P1:1
restaurar el orden y revivir la producc10n mterna, no para combatir
en ultramar.* Estados Unidos poda desplegar "unos pocos batallones de marines o unidades del ejrcito" para una o a lo sumo dos
d
b
de la intensidad de Eisenhower
El diario de James Hagerty
prue ::'.n"'n"" se fuera a producir un atato "Supongamos que u-~~
t
con respecto a es e pun t
. dades Maldito
sea' sera una perfecta basura
que contra quince de nues ras ciu
.1
d
"uince de nuestras ciudades
habla~ acerca de. enviafe~~R:.i~~ ~~~;~~n c~a~a~s ~asi completo en las ~iuda
estuVIeran en rumas. .
d t
Habra que restaurar el orden y quin lo
1
g;~il? e~1~:s~;!~~0 ~ ~~'::1 e'td~~rtamento de bomberos Y la~~~~J=
hacerio? Diablos! Ese orden tendra que ser r~sta~~:1~u~~~o~militares estarn
das disciplinadas y !luestra r~serva. Eso no es ~6 .
generalizado". (Hagerty
haciendo en los primeros d1as de un ataque a mico
Diary, febrero 1, 1955, Hagerty Papers, Box I.)

l
1
1
1

IMPLEMENTANDO EL "N'BW LOOK"

186 1

1 187

JOHN I.BWIS GAllllIS

guerras "pe_queas", pero, si "crecen hasta transformarse en algo de


las proporc10nes de Corea, la accin implicara la necesidad de armas
atmicas. La participacin en guerras pequeas ... es primordialmente una cuestin de la Marina y la Fuerza Area".6
A primera vista, parecera haber cierta circularidad en este razonamiento: Estados Unidos confiara en las armas nucleares como
alternativa a los despliegues de fuerzas de tierra en ultramar, pero
al hacerlo se aniesgara a la misma clase de confrontacin que haba
hecho parecer que esos despliegues eran impracticables en un principio. Pero Eisenhower y Dulles calculaban que una demostracin
convincente de disposicin a usar armas nucleares hara que las agresiones fueran improbables; si a pesar de todo la disuasin fiacasara
el empleo limitado de esas armas no conducira inevitablemente, pen~
saba el presidente, a una guerra total. "El uso tctico de armas atmic~ contra blancos militares tendra tantas posibilidades de producir una guerra como el uso de 'bombas lacrimgenas' de diez toneladas". coment en 1956. Es significativo que el ao siguiente Eisenhower descubriera que haba mucho "interesante y digno de leerse"
en el "m~y provocativo libro" de Henry Kissinger, Nuclear Weapons
and ~o~eign Policy,. donde se afirmaba que "la guerra nuclear poda
ser limitada y que mcluso, en ciertas circunstancias, poda producir
menos devastacin que una guerra convencional".7 *
La aplicacin ms importante del principio de que las armas
nucleares podan disuadir y, si fuera necesario, repeler la agresin
convencional, se llev a cabo en Europa Occidental, donde ya en 1953
la administracin haba comenzado a desplegar armas nucleares tcticas para respaldar las defensas de la OTAN. Aunque se haban hecho progresos en el incremento de las fuerzas terrestres de la alan~ haba lmites_ con respecto a lo que poda hacerse sin imponer
mtolerables tens10nes a las economas europeas occidentales. Ni siq!-1-iera la edicin del poder humano de Alemania Occidental por medio de la European Defense Community podra, pensaba la administracin, poner a la OTAN en condiciones de resistir una invasin
sovitica en gran escala. "La mayor disuasin de una agresin contra Europa Occidental", sealaba en octubre de 1953 el NSC 162/2,
"es la manifiesta determinacin de Estados Unidos de utilizar su
capacidad atmica y su poder de represalia masiva si esta rea es
atacada". Las fuerzas terrestres norteamericanas se mantendran en
Europ~ ~ccidental como contribucin "a la fuerza y la cohesin de
la coal1c1n del mundo libre", pero, si se produca un ataque sovitico, se confiara fundamentalmente en el uso de las armas nuclea Eisenhower puso objeciones con respecto a la dimensin de las fuerz&S
armadas que Kissing~r de5l.aba. mantener: "Sin dudas, esto seria una operacln
ms costosa que 'la que estamos llevando a cabo en este momento". (EisenhOwel"
a Herter, julio 31, 1957, Eisenhower Papers, Whitman File: DDE Diary BoX 14,
"julio 57 DDE Dictation".)
'

res para repelerlo. Cuando se le ~~egunt si es~o. s~gn.i~icaba que Estados Unidos se estaba responsab1hzando de la m1ciac1on de una guerra nuclear, el comandante supremo de la OTAN, el general Alfred
Gruenther replic: "As es. Occidente se hace responsable de defenderse a s 'mismo, porque no tenemos la capacidad de defendemos ..
.
l "8
por medios puramente convenc1ona
es .
.
.,
De aqu en ms, la estrategia de Estados Umdos -y tamb1en
la de la OTAN- fue compensar las deficiencias de poder h~mano
--con respecto al de los rusos- por medio de tomar cre1ble la
erspectiva de una escalada de la guerra nuclear en caso de ataqu~.
~sto requera un delicado acto de equilibrio, porque lo que ha?1a
q~e disuadir no era solamente una invasin sovitica sino tam~>I~?
los temores de los europeos occidentales con _respecto a la pos1~1~1dad de que Estados Unidos los abandonara, 1unto con l~ tentac1on
de enfrentar esos temores por medio del intento de apaciguar . lo!
rusos 0 bien por medio del desarrollo de armas nu~leares propias.
La conservacin de las fuerzas terrestres norteamencanas e~ Europa lleg a ser considerada, en un momento, con:io gesto ~estmado a
cumplir todas esas funciones: suministraban un signo tangible de compromiso -un "alambre", como se deca en el momento-- que d~mo
raba a los rusos, y eran tambin "rehenes" de los eur?peos occidentales, ya que Estados Unidos no podra evacuarlas sm defender al
mismo tiempo a Europa Occidental; y su acceso a _las armas nu_cleares en los niveles tctico y estratgico poda servir com~ sustituto
de las fuerzas nucleares nacionales cuyo desarrollo Wash~n~ton ~e
seaba evitar. Podra acentuarse, no obstante, que la admu:~1strac1on
Eisenhower nunca pretendi usar estas fuerzas para combatir en u~a
erra tradicional en Europa. Tal como Eisenhower comentara mas
~rde a raz de la crisis de Berln de 1958-59: "Si se torn~ra n~c~sa
rio recurrir a las armas, nuestras tropas en Berl~n. ser.1an rap1damente superadas, y el conflicto se convertira casi mev1tablemente
en una guerra global. Para este tipo de guerra nuestras fuerzas nucleares eran ms que adecuadas".9
La administracin tambin confi en las ~rmas nucleares para lograr sus fines en teatros ms perifricos, especialme~te Corea. La estrategia de la administracin Truman haba sido excluir el uso de 1:111~
nucleares all (aunque no necesariamente en otras partes de Asia)
a menos que "nuestras fuerzas en esa rea se viera~ confronta~a~
con el desastre militar.u No se hicieron amenazas abiertas de ut1hzar esas armas. La administracin Eisenhower no estaba segura de que
los golpes nucleares pudieran acabar con el conflicto, .pero estaba
dispuesta a hacer saber que Estados Unidos estaba cons1?~rando es~
posibilidad. "Estbamos preparados para una escala behca much
Los britnicos haban pr~bado una bomba atmica en 1952, pero los franno lo hicieron hasta 1960.

ceses

188 /

JOHN

u:wrs

GADDrs
IMPLEMENT~~
.. ~~

ms intensiva", reconoci ms tarde DuUes. "Ya habamos enviado


a ese teatro los medios necesarios para lanzar armas nucleares. Este
hecho fue conocido por los comunistas chinos gracias a su buen servicio de inteligencia, y, en realidad, nosotros estbamos bien dispuestos a que lo averiguaran". 12 De all en ms se convirti en artculo de fe que esta amenaza haba sido decisiva para producir el armisticio de julio de 1953; si ste se quebraba, dijo Eisenhower a los ldereslodel
Congreso
a principios de 1954, el plan era "golpearlos con
todo
que
tenemos''.
De manera similar, en, el caso de Indochina en 1954, se supona
que si Estados Unidos se vea involucrado en la lucha, fuera en contra de los invasores chinos o de las guerrillas del Viet Minh, las armas
nucleares estaran "disponibles para ser usadas segn los requerimientos de la situacin tctica y de la manera aprobada por el presidente". El National Security CounciI reconoca que el uso de esas
armas tal vez no fuera popular entre los indochinos, preocupados de
que su pas se convirtiera en "un campo de batalla destruido en
la escalada de Corea". Tambin deprimira a los aliados, porque
"acabara con la ltima esperanza de que estas armas no volvieran a ser usadas en una guerra". Pero si se los consultaba y se
los persuada de que esa accin era esencial "para impedir que
el sudeste de Asia cayera bajo el control comunista y para preservar el principio de seguridad colectiva", se podra lograr que respaldaran la accin, o al menos que no se opusieran pblicamente
a ella. En realidad, por supuesto, 14 esa ocasin jams se produjo,
en parte porque Eisenhower insista en tener respaldo britnico y
tambin del Congreso, que no era favorable; en parte porque el EJrcito estaba en condiciones de mostrar persuasivamente que el uso
de armas nucleares en Indochina no eliminara la necesidad de la
presencia de tropas terrestres norteamericanas, 15 y en parte porque
los franceses, por cuya invitacin los norteamericanos se haban visto
en principio involucrados, preferan buscar un acuerdo negociado.
Pero la restriccin de la administracin Eisenhower en este aspecto
haba sido claramente una funcin de la circunstancia, y no una oposicin por principios a la utilizacin de armas nucleares en guerras
limitadas.

La administracin aparentemente lleg ms cerca de la utilizacin de armas nucleares en la situacin que, segn sus crticos, menos las requera: las dos crisis sobre Ouemoy y Matsu en 1954-55 y
1958. Eisenhower y DuIIes estaban preocupados por la seguridad
de estas dos pequeas islas nacionalistas situadas Junto a Ia costa
china, no porque las consideraran vitales para la defensa de Taiwan
o porque estuvieran de acuerdo con Chiang Kai'shek en su decisin
de acumular fuerzas en ellas, sino ms bien porque aceptaban la
evaluacin del der nacionalista de que, si las islas caan en manos

EL "NEW LOOK"

189

.
oda desmoronarse, lo que ~o~ducomunistas, la moral de Ta1~~;n ~s importante. Ese acontecu~1en. 'a a la prdida de esa pos1c1
1958 arriesgara la segundad
cm a 'u vez, argumenraba Dulle'
okinawa y l' filipina,._
todo el Pacifico
.-Jap';,'etnam del Sur, Camboya, _Tru
pondra bajo influencia comumst~ a "Las consecuencias en el Lejano
landia, Burma, Malaya_ e _Indont:.S~~~s y catastrficas que las. que se
Oriente seran an mas imp~r Unidos permiti que la Chma co~
desencadenaron cuando Est~o:scomunistas chinos, ayudados y estitinental fuera tomada po~, . ,, 16

~:

o~e<dental

e~

muladas por la Unin Sov1et1ca_ .


se hallaban tan prximas a la
El problema era qu~ , las islas sas millas- que las fuerzas :!~
China continental -cu_estI~n de ess~ solas no podan protegerlas. S1
vales y areas convenc10na es .~~. . Dulles a Eisenhower en marzo
defendemos Quemoy y Mat~~ IJr~as atmicas". Eisenhower estude 1954, "tendremos que utihz~: a deliberadamente hizo saber que
de
acuerdo con esta evaluac1on, y
nucleares: "Esperaba que
vo
.
d
l uso de armas
.
1
omuse estaba consideran o e
f to destinado a persuadir a osllc

ra un

, " . Du
seesta respuesta ejerce
l e ec
de nuestra determmac1on
, es
d" uanistas chinos de la forta eza
uesta convencional podia is
- l en 1958 que, aunque una re~p. .
si no lo lograba, "nuestra
un ataque chino en sus etapas m'1ac1aelfeesc,tiva si se limitara al

intervencin
prob~bleme~ te .no sen
tilizaran armas nucleares'. "ha nal
de armas convenc10nales . S1 se u Estados Unidos en casi todo_ e
una fuerte revulsin popular. ~o~tra as involucradas eran pequenas
del mundo", aunque, s1 as arm., tal vez no fuera duradera.
resto
las vctimas civiles, la revuls10n . , pueda ser tan limitada
y escasas
la operac1on
,
t
"No es seguro, sin em~~rgo, q~e.
o que implica el us? mas ~x ~n
en tiempo o en extens10n, y e r~e;fesgo de una guerra generahza a,
.
de las armas nucleares, o e
SIVO
,, 17
Q
oy
debeda aceptarne .
.
Dulle' de lM do' cd,, de uem o
A primera vista, el manejo de unistas chinos retrocedieron, alg

nd~r

bu~o

imp~~:ic:ar;:~~i~~:~:cho

1~;s;;:te~e~~=

y Matsu fue
de no. ser
que probableme
icanas ls Pero lejos de vahdar
l de 1958- en
nucleares norteamer . . ntes -particularmente e .
eameadministracin, est~~t I~~ ~ompletamente ant~ el pbhco : : haca
realidad la
I
ultramar, ya que revelaron
PChina que
ricano y los
ar a la administracin a una
advirti Dean
falta para emp
d
as nucleares.

involucrara el posible ~so me1'g~~ aliados desatada por asuntolsnq~~


. a guerra sm a
bl y que no va e
Acheso?,. un . ,
o haba presentado al pue o,
fu didad de la
.
" Sacudido por la pro n
.
la admm1strac10n n
una sola vida norteamericana .
tal vez aguijoneado por el s1emoposicin del pblico y el Co_ngr~sriulles retrocedi, denunciando la
pre
el n;1sm
Chiang de desp
egar tropas en las islas como una ocu. cauto
. , n deEisenhower,
d ec1s10

des~c~~s ~;

al~aJ.

~;n

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I 90 1 JOHN

l.EW%S GADDIS
IJn>ImlJCNTANDO EL "NEW LOOK"

rrencia "bastante necia" en primer lu


. .
acordarse un cese del fuego "n
, ~l s~ginendo que, si poda
all '" 19 E
.
, o sena uti m prudente
i .
ra una mtensa seal de
l
l' .
mantenerlas
sido alcanzados.
que os imites del "borde" haban
Resulta retrospectivamente olar
l
..
hower estaba dispuesta a "hacerse o qlue ,, a admmist;racin Eisen.
.
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.
c on t mgencias -un ataque sovitico de fu
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Europa, una violacin del arm t" . d C erzas convencionales en
t
.
.
is ic10 e orea una de . . d .
ervemr directamente en Indochina
,
.
cisi n e mQuemoy o Matsu. Que no lo ha h , o un asalto chmo comunista en
del xito de su estrategia. en ya ec~o ~o da prueba necesariamente
cin de aqullos que deb~n se~u~~~c1~.d e una ~onfia?le interpretacerteza si haba o no algo que disua:r.~ ~s, es imposible decir ~on
es que la agresin militar conven .
l
odo lo q?~ pue~e decirse
no se produjo, ya fuera a causa d~I~na que. la admimstrac1n tema
embargo, es posible evaluar 1
~ que hizo o a pesar de ello. Sin
nos de sus beneficios anticipa~ doctnna ~e la "represalia" en trmipuesta simtrica propuesta po:set';;s~~~r:1 de la estrategia de resse mezcla.
en este punto el cuadro
Es incuestionable que la nueva estrate . 1 ,
,
su presupuesto para el ao fiscal 1954
~a ~gro economias. En
el poder, la administracin Truman h:~-metid~ Justo ant.es de dejar
para el Departamento de Defensa . Ia pedido 4_1,2 billones ms
ese pedido a 35,8 billones y a so ~~~~?~er rpidamente redujo
1955. Esta reduccin toc 'part
i o~es para el ao fiscal

1
de 1,5 millones de hombres acul a~~~te al e3rci_t~, que se redujo
y junio de 1955 pero otros
.. mi n entre diciembre de 1953

servicios soportaron t b "


nes con respecto a lo ro
tad
am i n reduccioincluso la Fuerza Area ps yec b o por la administracin Truman

t su proporcin de ~stom dem argo , es t e u'lt"irno servicio


incrernen-'
fiscal 1953 -el ltirn~
s e defensa del 34,2 por ciento del ao
bl
presupuesto del que Truma fu
e- al 46,2 po1 ciento del ao fiscal 1955
~, e responsa ese nivel durante el resto de la ad : ~ pe~~necio ~s o menos
En cualquier caso, se hubiera roducidmm1strac10n ~e Eisenhower.21
de defensa una vez interrurnpfda 1 1 o :1 reduccin en los gastos
de estas reducciones 1unto
1 a uc a en Corea. Pero el grado
tanto favoreca a la ' Fuerza con
A , a nueva
. "mezc1a " d e gastos que
en la disuasin nuclear qu
erbe~ . refle3aban el particular nfasis
.
e era as1co en el "New Look"
Sm embargo, el hecho de si la nuev
.
.
dativa es otra cuestin: lo que era
estrategia. rec~per la inique la administracin procuraba
~ota Ie er_i las . ~1tuac1ones en las
grado en el que sus opciones esta~p icar a ~1suas1on nuclear era el
Al confiar casi completamente
a~ determmadas por los aliados.n
sin a nivel convencional Was~e os para. llevar a cabo la disuaese espectro de la respue~ta a la
on. ~n realidad ceda el control de
agres1on: como resultado, los aliados

:1

1 191

cobraron la capacidad de manipular a Estados Unidos, ya sea haciendo demasiado poco, corno en el caso de los franceses en Indochina, o
haciendo demasiado, como Chiang Kai-shek al concentrar sus tropas en
las islas costeras.* Enfrentada con estos faits accomplis, la administracin tuvo que optar entonces entre utilizar armas nucleares, lo que implicaba el riesgo de una escalada, o no responder en absoluto, sacudiendo as la "moral" de los aliados y socavando la credibilidad de
los compromisos norteamericanos. Para una estrategia originaria..
mente diseada para incrementar las opciones de los estrategas norteamericanos, ste era, sin duda, un magro resultado.
La estrategia tampoco result tan impresionante para los adversarios como se haba esperado, porque no logr establecer diferencias entre ellos. La disuasin funcionaba bien cuando las fuerzas que
deban ser disuadidas se hallaban bajo el control de una cautelosa
autoridad central vulnerable a los ataques nucleares, como en el
caso de las unidades del Pacto de Varsovia en Europa Oriental, o
los ejrcitos comunistas chinos que se oponan a Quemoy y Matsu.
Pero el armisticio de Corea muy bien podra haber sido quebrantado por los mismos coreanos, del norte o del sur: la cautela no era
un punto fuerte en Sel ni en Pyongyang, ni haba tampoco diferencia en los deseos de los aliados mayores.** Si se hubiera producido
semejante violacin del armisticio, es difcil decir cmo y en contra
de quin se hubiera lanzado la represalia nuclear. Y, en Indochina,
los franceses confrontaban a medias un movimiento revolucionario
totalmente comprometido que no se hallaba prcticamente bajo ningn control externo: las amenazas de utilizar armas nucleares no
podan infundir a los franceses espritu de lucha ni tampoco disuadir a sus adversarios de que explotaran esa ausencia. El problema,
en suma, era el de adecuar una nica solucin draconiana a un conjunto diverso y diversamente tratable de problemas.
Pero retrospectivamente la deficiencia ms alarmante de la es James Hagerty traz el probable proceso de escalada en su diario: "Todos
creemos que los comunistas chinos estn planeando un ataque a Matsu y Quemoy
y probablemente, si eso ocurre, ser inevitable que nuestras unidades militares
se vean involucradas, por esta razn: si los comunistas atacan las islas, la fuerza area de Chiang en Formosa entrar inmediatamente en accin . . . A su vez,
la fuerza area comunista tambin lo har, y tarde o temprano atacar los aeropuertos de Formosa. Por nuestras obligaciones y tratados, la fuerza area norteamericana entrar en accin, ya que un ataque a Formosa nos obligara a ello. Una
vez en accin, no dejaremos de perseguir a los aviones comunistas en ninguna
lnea imaginaria, sino que deberemos destruirlos, ya sea en el aire o en sus
bases. Eso, por supuesto, desencadenar todo". (Hagerty Diary, marzo 11, 1955,
Hagerty Papers, Box l.) Pero la posicin norteamericana original haba sido que
Quemoy y Matsu no eran vitales para la defensa de Taiwan en primer lugar; slo
la insistencia de Chiang las hizo vitales.
Los coreanos del sur casi haban torpedeado las negociaciones del armisticio en 1953 al liberar a unos 25.600 norcoreanos prisioneros de guerra que se
haban resistido a la repatriacin al norte. Y, tal como se sealara previamente,
hay evidencias circunstanciales de que los norcoreanos pueden haber iniciado
el ataque de junio de 1950 contra el sur sin el permiso de sus consejeros rusos.

1
1

J 92

JOHN' LEWIS GADDIS

trategia ,de I?. administracin Eisenhower era su autoconfianza en


que podia ut1hzar las armas nucleares sin desencadenar una gu
nuclear total. Era posible un conflicto nuclear limitado hab'1
erra
mentado Henry Kissinger en Nuclear Weapons and F;reign pzr~,1 .
'11
o tcy
pero so o s1 a~ue. os que participaran de l hubieran acordado d~
antemano los hmites que tendra: "La limitacin de una guerra
establece no slo por nuestras intenciones, sino tambin por la m:~
nera en la que el otro bando las interpreta. A menos que se estable _
c~ de antemano al~n concepto de limitacin blica, los errores ~
calculo y las malas mterpretaciones . . . pueden hacer que la guerra
sea total aun cuando ambas partes pretendan limitarla" .23 Sin embargo, lejos de proyectar certeza en cuanto a los lmites y la natural7za de su. ~e.spues~~ la administracin deliberadamente cultivaba
la impredec1b1hdad. Que los rojos estn inseguros", haba coment~do Dulles dura~te la primera crisis Matsu-Quemoy, "y no hagamos
n:nguna declaracin directa acerca de ellos".24 La suposicin, en
~1erto modo, era que Estados Unidos poda impunemente escalar e
mcluso desplazar la localizacin del conflicto, pero el otro bando no.
Resulta difcil adecuar esta seguridad de que la guerra nuclear
poda mantenerse limitada con el profundo escepticismo de Eisenhower con respecto a la utilidad de la planificacin anticipada en la
~erra. "Ninguna guerra muestra jams las caractersticas esperadas",
d.110 en una ~onferencia de prensa de 1954. Simplemente, no era posible generalizar por anticipado acerca de "una infinita variedad de
caso~~. pr~~ucidos. bajo una infinita variedad de provocaciones". La
P.lamficac10n era importante como entrenamiento para las emergencias, pero los planes no eran de gran ayuda cuando las cosas verdader~mente ocurran: "La definicin misma de 'emergencia' es que
es mesperada, por lo tanto nada va a ocurrir de la manera en la
que uno lo planea. As, lo primero que hay que hacer es sacar todos
los planes del anaquel superior y tirarlos por la ventana y empezar
to.do de nuevo": "El nico factor constante en la guerra", agreg
Eisenhower, "es el ms cambiante, incierto e impredecible elemento
de la guerra, y eso es la naturaleza humana".25 Dadas las caracterst!ca_s absolutamente desconocidas de, incluso, un conflicto nuclear
hm~tado, no ~s fcil ver de qu modo Eisenhower podra haber mantemdo en privado tanta confianza como la que su administracin
proyectaba en pblico.
Tampoco era en absoluto exagerado acerca de las consecuencias que tendra una guerra nuclear total, en caso de que se produjera. "Permtame decirle que si estalla la guerra, ser horrible",
dijo al belicoso presidente surcoreano Syngman Rhee en 1954. "La
guerra atm,ica destruir la civilizacin ... Habr millones de muertos . . . Si alguna vez el Kremlin y Washington se embarcan en una
guerra, los resultados son demasiado horribles como para contern-

IMPLEMENTANDO EL "NEW LOOK"

1 193

plarlos. Ni siquiera puedo imaginarlos". Un ao y medio ms tarde,


hace notas en un informe top-secret, indicando que aunque los rusos
sufriran el triple de dao que Estados Unidos en un intercambio
nuclear, "algo as como el 65 por ciento de la poblacin norteamericana requerira alguna clase de atencin mdica, y, en casi todos los
casos, no tendran oportunidad de conseguirla . . . Sera literalmente
una cuestin de levantamos de nuestras cenizas, y empezar de nuevo". Aunque los rusos trataran de limitar sus ataques a las bases
norteamericanas, eso no "causara grandes diferencias en la cantidad de bajas que sufriramos".* 26
Hay indicios de insatisfaccin con la estrategia de las armas
nucleares dentro de la administracin durante sus ltimos aos de
gobierno. "La poltica de Estados Unidos es la de dar principal pero
no exclusiva importancia a las armas nucleares", sealaba la declaracin de 1958 "Basic National Security Policy"; en casos de "agre"
sin local" producidos en "reas menos desarrolladas", Estados Unidos poda desplegar fuerzas sin armas nucleares, "de la manera y en
la escala mejor calculada para evitar que las hostilidades se extiendan
hasta convertirse en una guerra general". Por supuesto, el ejrcito
presionaba desde mucho tiempo atrs para que se incrementaran las
fuerzas convencionales con el objeto. de enfrentar esos conflictos;
para 1959, haba empezado a ganarse mudas simpatas en el Departamento de Estado, donde el sucesor de Dulles, Christian A. Herter,
haba desarrollado calmas reservas acerca de la estrategia de
"represalias" de su sucesor.27 El Limited War Panel del Science Advisory Committee del presidente recibi, en setiembre de ese ao, instrucciones de enfocar el tpico basndose en el presupuesto de que
las armas nucleares, incluso las de tipo tctico, no seran utilizadas.
Y en agosto de 1960 Eisenhower admiti el temor de que "cuanto
ms dependan los servicios de las armas nucleares, ms disminuye
la esperanza ... de contener u.na guerra .limitada o de impedir que se
~onvierta en una guerra generalizada" .'1B
Pero estas apreciaciones deban competir con la percepcin de
los medios limitados que haban determinado la confianza en las
armas nucleares en primer lugar. Las diferencias de poblacin solamente, haba dicho al gabinete el secretario de Defensa Neil McElroy en marzo de 1958, significaban que el disuasor norteamericano
contra los rusos "verdaderamente deba ser la represalia masiva".
Preocupado por la actitud del Departamento de Estado, el almirante
Arthur Radford, con Dulles como proponente clave del "New Look"
Eisenhower agreg que la nica manera posible de reducir las prdidas
norteamericanas sera lanzar un ataque preventivo contra la Unin Sovitica.
Sevinero hasta el fin, sin embargo, descart esta opcin, no slo a causa de su
.ft~nsistencia con las tradiciones norteamericanas, sino tambin por la dificul""U que implicaba reunir al Congreso en una sesin secreta para votar la necesarta declaracin de guerra.

1
1

194

1 JOHN LEWIS GADDIS

original, record a Eisenhower por su cuenta que la parsimonia de


la fuerza convencional no implicaba inmovilidad geogrfica: "la razn por la que podemos intervenir rpidamente en muchas reas
con fuerza es que podemos hacerlo con pequeas fuerzas que, armadas con armas atmicas, no corren el riesgo de ser eliminadas". y
cuando en octubre de 1960 el Limited War Panel entreg su informe,
Eisenhower con cierta reticencia lo calific de "poco realista" alegando que "estbamos tan desafortunadamente comprometidos con
las armas nucleares, que el nico moviIiento prctico sera empezar
a usarlas desde el principio sin ninguna distincin entre ellas y las
armas convencionales".29
Fueran cuales fuesen sus dudas privadas, Eisenhower jams
cuestion pblicamente la posibilidad de mantener en forma limitada las guerras nucleares. Esa posicin pareca necesaria para preservar la credibilidad: dada su escasez de poder humano, Estados
Unidos tena que actuar como si la guerra nuclear limitada fuera
factible, incluso cuando no lo creyera. Pero la actitud del presidente
reflejaba tambin la enorme superioridad de Estados Unidos con
respecto a la Unin Sovitica, en ese momento, tanto en armas nucleares como en medios de lanzamiento; "No estn listos para la
guerra y lo saben", coment en 1955. "Tambin saben que, si van a
la guerra, van a terminar perdiendo todo lo que tienen. Eso . . . tiende a hacer conservador a un pueblo".30 La enorme autoconfianza de
Eisenhower influy, adems, sobre su pensamiento: crea que siempre podra empujar a sus subordinados -y al pas- fuera del
"borde" cuando fuera necesario, tal como ms de una vez lo hizo.
La debilidad de este enfoque era la dificultad de sostenerlo. Preservar la credibilidad sin actuar -en suma, fingiendo- no es algo
fcil de mantener durante un perodo largo. Adems, la supremaca nuclear norteamericana tampoco durara para siempre: los rusos ya estaban adquiriendo la capacidad, con sus misiles de largo
alcance, de disuadir aunque todava no neutralizar. La estrategia de
la administracin confiaba tambin en un firme y seguro liderazgo.
Eisenhower siempre lo mantuvo, a pesar de las superficiales apariencias de pasividad: saba "demasiado acerca del tema militar como
para ser engaado", observ en una oportunidad,31 pero no haba
garantas de que tambin ocurrira eso con sus sucesores. El resultado, entonces, fue una estrategia destinada a hacer la disuasin
posible, pero sorprendentemente poco adecuada para esa misma
contingencia.

IMPLEMENTANDO EL "NEW LOOK"

1 195

II

--'-

lJna segunda crtica importante a la administracin Eisenhower


era que no haba logrado enfrentar exitosamente los movimientos
revolucionarios que se estaban convirtiendo en rasgo cada vez ms
promilente en Asia, Medio Oriente y Amrica latina. Estos movimientos haban emergido a medida que declinaba el colonialismo
europeo (y, en Amrica latina, a medida que haba crecido el resentimiento contra el supuesto neocolonialismo de Estados Unidos); a
pesar de su predecibilidad, e incluso su inevitabilidad, los funcionarios de Washington con gran frecuencia no parecan -preparados
para ellos.
"Somos nosotros, el pueblo norteamericano, quienes debemos
marchar a la cabeza de esta revolucin mundial, dando consejo, ayudndola a llegar a frutos saludables", espet el senador John F.
Kennedy, en lo que se convertira en tema conspicuo de su campaa
de 1960. "Sin embargo, hemos permitido que los comunistas nos
desalojaran de nuestra posicin por derecho ... Nos han hecho aparecer como defensores del status- quo, en tanto ellos se han pintado
a s mismos como la fuerza de vanguardia que se dirige hacia un
orden de vida ms valiente, mejor, ms brillante". Henry Cabot
Lodge, el embajador en Naciones Unidas, expres el mismo punto
dentro de los concejos de la administracin: "Estados Unidos puede
ganar guerras", dijo al gabinete en noviembre de 1959, "pero la
cuestin es si podemos ganar revoluciones" .32
Estos fracasos no eran causa de ninguna falta de atencin al
problema. Desde el principio, Eisenhower y sus asesores se haban
preocupado por la posibilidad de que los comunistas bajo el control de Mosc procuraran tomar los movimientos de "liberacin
nacional", expandiendo as la esfera de la autoridad sovitica y debilitando, como resultado, la posicin de Occidente.* "Los lderes
soviticos, al trazar su estrategia de conquista mundial, dan con el
nacionalismo como recurso para absorber a los pueblos coloniales",
argumentaba Dulles en 1953. "Stalin, en su clsica conferencia acer Eisenhower observaba en una nota para s antes de hacerse cargo: "El
nacionalismo en marcha y el comunismo mundial estn sacando ventaja de ese
espiritu nacionalista para provocar disensiones en el mundo libre. Mosc hace
que muchos pueblos mal orientados crean que pueden contar con ayuda comu
nista para lograr y sostener las ambiciones nacionalistas. En realidad, lo que
OCUrre es que los comunistas esperan lograr ventajas de la confusin resultante
de la destruccin de las relaciones existentes y, en las dificultades e incertidumbres provocadas por la interrupcin del comercio, la seguridad y los acuerdos,
estimular los propsitos de la revolucin mundial y del dominio sovitico de
~os los pueblos". (Nota del diario de Eisenhower, enero 6, 1953, Eisenhower
..-"pers, Whitman File, DDE Diary, Box 5, DDE Peronal, 1953-4 [3]).

f 96

j -TOHN LEWIS GADDXS


IMPLEMENTANDO EL "NEW LOOK"

ca de Foundations of Leninism, dice que, El camino de la victoria


de la revolucin en Occidente estriba en la alianza revolucionaria
con el movimiento de liberacin de las colonias y los pases dependientes".33 El literalismo ideolgico de Dulles era incorrecto en lo
que a Stalin se refera: en realidad el autcrata sovitico hizo notablemente poco por el progreso de la revolucin proletaria en el
Tercer Mundo. Sus ms entusiastas sucesores no mostraron, sin
embargo, ninguna inhibicin, y durante los aos siguientes la administracin descubrira que sus temores eran confirmados, justificablemente o no, en regiones tan diversas como Irn, Guatemala, Indochina, Egipto, Irak, Lbano y Cuba. De lo que careca era de una
estrategia apropiada para frustrar lo que supona eran los "designios" soviticos en esas partes del mundo.
La administracin no era indiferente al nacionalismo siempre y
cuando revistiera formas verdaderamente independientes. Desde sus
das en la Sorbona como estudiante de Henri Bergson, Dulles haba
aceptado la inevitabilidad del cambio en los asuntos internacionales: la tarea de los estadistas, pensaba, era hacer que el proceso
fuera tan ordenado como fuese posible. "Nosotros y otras naciones
debemos hacer todo lo posible para que este impulso d resultados
en pases viables, con constante mejoramiento de sus pueblos y evitando el caos, el derramamiento de sangre y el empobrecimiento".
Eisenhower argumentaba que las naciones coloniales deban "transformar la necesidad en virtud" concediendo graciosamente la independencia; * el efecto sera simultneamente el de proporcionar
fuerzas indgenas automotivadas necesarias para implementar el
"New Look" en reas distantes, y reducir los reclamos de Mosc
acere;~ de una "especial relacin" con esa parte del mundo. "Estados
Unidos no puede permitirse perder a manos del extremismo comunista movimientos nacionalistas y reformistas constructivos en reas
coloniales de Asia y Africa'', conclua un estudio del National Security Council en 1956. "Estados Unidos debe procurar trabajar con
y no en contra de esas fuerzas cuando estemos convencidos de que
probablemente sigan siendo poderosas y su influencia crezca, e impedir que esas fuerzas sean capturadas por el comtinismo".34
Pero para la administracin Eisenhower los medios de canalizar el nacionalismo en direcciones confiablemente anticomunistas
nunca aparecieron. La accin encubierta funcionaba bien como recurso de corto plazo en Irn y Guatemala, pero el rol norteamericano en esas actividades no era indefinidamente ocultable; a medida que
Es relevante con respecto al tema de la militancia de Eisenhower en esta
causa, sin embargo, el hecho de que pensara que la promesa de autogobiemo
despus de veinticinco aos sera suficiente, y que los poderes coloniales, finalmente, recibiran el pedido de permanecer, como en el caso de Estados Unidos
en Puerto Rico (Eisenhower a Gruenther, noviembre 30, 1954, Eisenhower Papers,
Whitman File, DDE Diacy, Box 5, Nov. 54 [lJ).

f 197

h"
gradualmente conocido, la suspicacia aument, dificultando
ses mantener
izo

"
la siguiente operacin oculta tras la " negativa
p lausi~Ie" _3s Las medidas-ele la guerra psicolgica requeran menos secreto, si es que requera alguno, pero sus efectos eran !entos, a veces
predecibles, "y estaban sujetos a constantes pres10nes del Con;;1eso para lograr establecer (en Medio Oriente) la clase
campaa de propaganda que pudiera contrarrestar los sentlmien_t~s
antioccidentales", escribi Eisenhower en el momento de l~ cnsis
del Lbano. "Jams logramos conseguir el dinero necesario para
hacer un buen trabajo, aunque tal vez hoy estemos gasta?do ms
mensualmente par~ resolv_er la crisis. _que lo que . nos hu?:e;, costado un ao de mas efect,i.va prevencion de esa misma cnsis .36
Tampoco las armas nucleares eran _de gra:i ~.Yll? D_ulles haba
esperado que la doctrina de la "represalia_ ~asiva dis~~diera -~ Mosc y Pekn de la explotacin de los movimiento~ de hberacion n~
cional" para su propio provecho, pero en 1955 Eise~hower ya admita lo que probablemente haba sabido todo el tiempo: que e~a
estrategia "no ofrece, por s misma, ningun~. defensa_ ~ontra las perdidas que sufrimos merced al desgaste pohtico y milita~ del adversario Mientras se abstenga de hacer algo que cree podna provocar
por ~arte del mundo libre una abierta declaraci?n de guerra total,
no necesita temer la 'disuasin' ".37 Lo que es mas, sean cuales fueren los impactos ejercidos sobre los adversarios, las amenazas de
utilizar las armas nucleares ejercan el des_c,oncertante. ~fecto de asustar a-los amigos, tal como la administracion descubno cuando a~
gl un ejercicio militar de la SEATO que ir;volucraba bo~bas atomicas simuladas a' principios de 1956. Es mtere~ante sena.la~ que
cuando las tropas norteamericanas entraron en Liba? e~ JWIO de
1958, lo hicieron sin las armas nucleares que, se~n Eisenhower
haba proclamado con anterioridad, eran una parte mseparable del
arsenal militar moderno.38
p cualquier uso amplio de fuerzas convencionales dur~n!e un
,
fue "d
lo suf1c1entepeno derol
o argo --en el Lbano la administracin
.
l
mente afortunada como para evitarlo- hubiera corn ~ e nes~o
de repetir los "errores" del NSC-68. El asesor de segundad naponal Robert Cutler estableci firmemente este punto en 1954, cuando
la administracin estaba considerando ayudar a los franceses en
Indochina. Incluso una completa victoria de la~ fuerzas terrestres
norteamericanas no lograra eliminar el comumsmo en tod~s los
otros lugares de Asia. Esas operaciones, sin embargo, requena~ la
para
, del, poder humano norteamericano
l.imi t acion
.
. enfrentar
d las mal
gotables reservas del continente eur~asitico, d~J~do m emnes os
recursos humanos de China y el Soviet, pero exigiendo tant~ _los recursos norteamericanos que sera difcil resistir a u~a agresion que
se produjera en otra parte. "Si la guerra debe localizarse en Indo-

~e.

198 j

JOBN LBWIS GADDIS

china", preguntaba Cutler, "no se puede concebir una accin imaginativa que no sea planeada para lograr una victoria decisiva, al
viejo estilo, con grandes fuerzas comprometidas en contra de un
enemigo inmaterial, sino ms bien una guerra planeada con fuerzas
giles destinadas a producir una desestabilizacin mxima y continua contra los comunistas?" Eisenhower pensaba que no: "Si llegramos a poner un solo soldado de combate en Indochina, nuestro prestigio estarla en juego, no slo en esa rea sino en todo el
mundo". Estados Unidos poda entrenar fuerzas locales, e incluso
poda utilizar su propio poder naval y areo para respaldarlas. Pero
"no veo ninguna razn para que las tropas terr..estres norteamericanas se comprometan en Indochina".39.
Por supuesto, se poda alistar la ayuda de los aliados para contrarrestar el comunismo en el Tercer Mundo, pero, con' igual frecuencia, el efecto podri~ ser el de constreir tanto como expandir las
oportunidades norteamericanas de enfrentar estas situaciones. El
hecho de convertir la cooperacin aliada en prerrequisito de la
accin, tal como hizo la administracin en el caso de Indochina en
1954, era ceder el control acerca de si esa accin se llevaba a cabo
o no. "Todava invierto das y horas tratando de conseguir que se
establezca entre los poderes interesados un clima poltico que posibilite polticamente dentro de Estados Unidos que demos la clase
de ayuda que nuestros intereses y los del mundo libre parecen demandar", escribi Eisenhower en junio de 1954. "Pero, como insistimos en tratar a todo el mundo interesado como soberanos iguales,
resulta extremadamente dificultoso llevar a cabo el encuentro de
mentes que es ahora tan necesario". Otro problema era que incluso
los aliados cercanos podan, en ocasiones, embarearse en acciones
unilaterales muy embarazosas para Estados Unidos, tal como lo demostraron los franceses y los britnicos con su abortado intento
de tomar el canal de Suez en octubre de 1956. Los que empezaron
esa aventura para asegurarse el suministro de petrleo deberan
haberse dejado "frer en su propio aceite", coment un furioso presidente. Finalmente, la asociacin con poderes coloniales o ex coloniales probablemente no mejorana la reputacin de Estados Unidos
entre pueblos an convencidos de que el imperialismo era un peligro mayor que el comunismo. "Recordemos", observ Dulles, "que
mientras nosotros pensamos primero en el peligro que surge del comunismo internacional, ellos piensan primero en los posibles manejos de Occidente".40
El mtodo preferido de la administracin para oponerse al comuni5mo del Tercer Mundo era acumular fuerzas de resistencia
locales, capaces de actuar por propia cuenta si Estados Unidos las
abasteca adecuadamente. Este enfoque tena la ventaja de su rela-

IMPLEMENTANDO EL "NEW LOOK"

1 199

tiva economa; tambin reflejaba la conviccin de Eisenhower de


que "ningn poder occidental puede ir militarmente a Asia, excepto
como uno de un concierto de poderes . . . incluyendo a los pueblos
asiticos locales. La contemplacin de alguna otra cosa significa exponemos a la acusacin de imperialismo y colonialismo o -como
mnimo- de objetable patemalismo" .41 La administracin procuraba
fortalecer las fuerzas locales extendiendo la ayuda militar y econmica a gobiernos tan confiablemente anticomunistas como el de Ngo
Dinh Diem en Vietnam del Sur, establecido con respaldo norteamericano luego de la Conferencia de Ginebra de 1954, ~s com.?. ~ gobiernos ms antiguos como los de Corea del Sur, Taiwan, Fihpmas,
Pakistn, Irn y Arabia Saudita. Esto se acoplaba con los pact_?S
de seguridad bilaterales y multilaterales,* as como con declaraciones unilaterales destinadas a mostrar tanto la determinacin norteamericana como a disuadir los ataques externos.
Pero estas acciones no carecan de dificultades. Los esfuerzos
destinados a reclutar miembros para el SEATO o el CENTO podan
parecer tan intrusivos para las naciones que se . reclutaball: como
cualquier otra cosa que hicieran los rusos o los chmos, especialmente cuando se juntaban con los ineptos pronunciamientos de Dulles
acerca de la "inmoralidad" de la neutralidad. Las garantas de seguridad unilaterales podan tomarse como excusas pa~ la in~~r
vencin norteamericana, tal como lo demostr la hostil reaccion
rabe a la Doctrina Eisenhower en 1957: esa nica proclama, que
obligaba a Estados Unidos a defender el "Medio Orien~e" con!ra
cualquier "abierta agresin armada procedente de cualqmer nacin
controlada por el comunismo intemacional",42 disip de inmediato
la buena voluntad que Washington se haba ganado en el mundo
rabe al oponerse a la invasin franco-britnico-israel de Egipto
el ao anterior. Y, por supuesto, nada de esto asegur que las naciones protegidas por Estados Unidos compartieran la percepcin
de la administracin de los intereses y amenazas, o de que volveran
su nacionalismo contra el comunismo de la manera que Washington
lo deseaba.
Gran parte de la dificultad de la a~i~istracin para. enfre;i~a;
al comunismo en el Tercer Mundo se ongmaba en una imposibilidad crnica de distinguir fenmenos disuadibles y no disuadibles.
La teora de la disuasin implica que la conducta a ser disuadida: J} representa algo menos que un com~romiso. tot~ por parte
del adversario, y 2) se halla bajo una confiable direccin central.
Ninguna de estas condiciones pueden. darse en el Tercer ~undo. Estaba muy bien amenazar con represabas nucleares a los chinos, cu~
determinacin de prolongar la lucha en Corea no era fuerte, pero si
Arabia Saudita no estaba incluida en el Central Treaty ~tion, pero
Permitia Ja mstaJadn de bases areas norteamericanas en su territono.

200

1 JOHN IEWIS GADDIS

IMPLEMENTANDO EL "NEW LOOK" 1

era fuerte el coi:itrol que ejercan sobre las fuerzas involucradas all'
el hecho de aplicar la misma tctica en Indochina, donde los insu~
gent~s se hallaban totalmente comprometidos pero no eran tan susc~pt1?les al control externo, era completamente otra cosa. La Organ~zac1~n del Tratado del Atlntico Norte muy bien podra h b
d~suad1do un ataque sovitico contra Europa si ese ataque se h:~
hiera plane~do alguna vez; no haba seguridad de que alianzas moldeadas segun ese precedente desalentaran las revoluciones autnomas pero potencialmente hostiles en el arco de Estados no comunistas que se extenda desde Turqua hasta Corea del Sur. La Resolucin
de Formosa poda tener peso en Pekn con respecto a los asuntos
de Ouem?y Y _Matsu, pero intentar, por medio de la Doctrina Eisenhower, disuadir algo tan vago como el "comunismo" en un rea tan
amorfa como "el Medio Oriente" era una propuesta totalmente diferente. L_a accin encubierta poda funcionar de manera engaosamen~e flmda para plantear golpes en Irn y Guatemala; su uso: como
me~10 de estu~mlai; amplias insurrecciones populares en contra de
reg1menes nac10nahstas tales como los de Sukarno en Indonesia 0
Castro en Cuba era algo completamente diferente. Se puede decir
en su~a, que .la administracin fue vctima de sus propios xitos,
de s~ mcapac1dad de ver ms all de ellos: no era suficientemente
sen~1ble a la p_osibilidad de que lo que funcionaba en cierto contexto
podia no funcionar en absoluto en contextos diferentes.43
Otra dificultad era que la administracin subestimaba el "poder
const~nte.'' del nacion~li~mo: en un tributo sordo a las capacidades
orgamzativas del mov1m1ento comunista internacional, se preocupaba constantemente por la posibilidad de que los Estados recientement: independizados, si no se hallaban seguramente alineados con
Washmgton, cayeran presas de la sutil pero intensa seduccin de
Mosc Y Pekn. "Es mi personal conviccin", escribi Eisenhower
en marzo de 1957, "que casi cualquiera de los nuevos Estados del
mundo pref:rira con mucho abrazar el comunismo o cualquier otra
forma d~ dictadura antes de reconocer la dominacin poltica de
otro. gobierno, aun cuando ello diera a cada ciudadano un estndar
de vida ,m~cho ms a~to". Dulles expres el mismo punto con tono
~aracte~st1camente mas dramtico el mes siguiente: "El comunismo
1:itemac1;>nal est al acecho para capturar a esas naciones cuyos
lideres ~1enten q~e los derechos soberanos recientemente adquiridos
deben eJercer~e msultando a otras naciones independientes. Esa clase de soberama es soberana suicida".44 *

. .~l vicepresidente _Nixon habl ante una audiencia filipina en julio de

1956 . . S que ),l.lgunos sienten que una neutralidad amistosa hacia el Kremlin
Y Pe1pmi:f puede salvarlos ... Pero conocemos el proverbio: El que toma la sopa

con el diablo debe tener una cuchara muy larga . . . Los que creen que pueden
~aniobrar ms astutamente que ellos corren un grave peligro" (DSB XXXV
[Julio 16, 1956], 94).
'

201

Era sta una curiosa postura para una administracin dispuesta a reconocer, aunque slo fuera para s, que el comunismo po~a
revestir formas nacionales; para un secretario de Estado convencido
de que el imperio sovitico era un "sepulcro ?lanqueado", para un
presidente persuadido de que, "cuando una. dicta.dura lleva su control demasiado lejos, finalmente, ya sea el imperio romano o el de
Gengis Kan o el de Napolen o cualquier otro, las dimensiones mismas de la cosa lo hacen tambalear".45 Slo podemos especular con
respecto a las razones de esa anomala. Una de ellas puede haber sido
el IPiedo de que el comunismo nacional pudiera ser tan peligroso
para Estados Unidos como su contraparte internacional; otra razn
puede haber tenido que ver con el tiempo -poda llevar aos que
las tendencias nacionales se desarrollaran dentro de los Estados comunistas y, en el nterin, se poda causar mucho dao.
.
Las exigencias de la poltica domstica y de la guerra psicolgica sugieren aun otra explicacin: aun cuando el pblico norteamericano hubiera estado preparado para aceptar el enfoque que
sostena que haba varias clases de comunismo (y, si alguien podra
haber "vendido" ese enfoque, sos eran Eisenhower y Dulles), todava quedaba la cuestin de si las amenazas monolticas no eran ms
efectivas para conseguir el respaldo pblico y aliado para Ia estrategia de Washington que las amenazas fragmentarias. Otra posibilidad
ms puede haber sido simplemente la inconsistencia -una afeccin
suficientemente prosaica, pero que jams debe exduirse por completo como explicacin de las decisiones adoptadas por los seres
humanos.
Sea cual fuere la causa, lo que se hallaba involucrado era un
fracaso fundamental de la visin estratgica. El concepto original
de contencin, como se recordar, requera alistar las fuerzas del
nacionalismo, aun cuando fueran comunistas, para contener el poder
en expansin de la Unin Sovitica. La administracin Eisenhower
debi haber tenido pocas dificultades para abrazar ese enfoque: funcion con la Yugoslavia de Tito, saba que el comunismo nacional
exista en otras partes, difcilmente hubiera sido acusada de ser
"blanda" con el comunismo, y le hubieran resultado gratas todas
las economas que esa estrategia hubiera redituado. Pero, como Dulles defina la amenaza como comunista en general, no simplemente
la de la Unin Sovitica, la administracin se concentr en la oposicin al comunismo, incluso, cuando revesta formas naeionalistas.
Como la administracin tena tan poca fe en la capacidad de sostenerse que pudiera tener el nacionalismo no comunista, recurri a
frenticos y avasalladores recursos para respaldarlo, violando aparentemente en el proceso los mismos principios de soberana y de
autoconfianza que intentaba preservar. Es irnico que esta visin
defectuosa -probablemente la ms .significativa de la administra-

,,.
'

'

1
1
1

'

202 1 JOHN

IZWIS GADl>IS
IMPLEMENTANDO EL "NEW LOOK"

cin- no se produjera tanto a partir de la inactividad, pecado del


que se la. ~cusaba en ese momento, como de la hiperactividad: dada
la durab1hdad .q!1e el nacionalismo haba mostrado en el Tercer
Mundo .--<!urab1hdad que exceda tanto la del comunismo com l
~el ca~1tahsm?- la administracin hubiera estado mejor aseso:a~
s~ hubi~ra aplicado _en esta rea las cualidades de paciencia, restriccin ~ mcluso, bemgno descuido, que eran caractersticas de su
trategia en otros puntos.
es-

III
Al igual que el prob~ema . del comunismo y el nacionalismo en el
Tercer Mundo, otra s1tuac1n que pareca entonces peor que abo
es l~, ~!amada "brecha m~silstica", la crisis provocada por la Uni~
~ov1et~c::a al lanzar el primer satlite artificial en octubre de 1957,
mtens1f1cada merced a un deliberado esfuerzo de Kruschev destina~ .extraer vent~j~s polticas de la demostracin de capacidad que
1mpbca.ban lo! m1siles de largo alcance involucrados en se y otros
J~zam1entos. Para 1959, se crea en general que la administracin
EI~~nh?wer ha~~ hecho muy poco para corregir este evidente deseqm:hbno estrateg1co: el jefe de Estado del Ejrcito recientemente
retirado, general Maxwell D. Taylor, habl por s mismo y en nombr~ de gran cantidad de crticos del .Congreso, militares y acadmicos, cuando acus en su libro The Uncertain Trumpet, que, "hasta alrededor de 1964, es probable que Estados Unidos se halle en
significativa desventaja con respecto a los rusos en trminos de nmeros ~ efec~ividad de misiles de largo alcance -a menos que se
tomen inmediatamente medidas heroicas".47 Eisenhower se neg a
tom~r esas medidas, y retrospectivamente parece que l estaba en
lo c1,erto Y no sus crticos: en realidad los rusos no construyeron
el num~ro d~ ICBM que h~ban esperado, y en ningn momento de
su pres1.~enc1a ~s.tados Umdos estuvo en inferioridad con respecto
a la Umon Sov1et1ca en lo referido a capacidades estratgicas generales. No er_a eso. lo que pareca en ese momento, sin embargo, y. como
consecuencia, Elsenhower debi enfrentarse en este tema a la ms
estridente e intensa oposicin de toda su presidencia.
Como revelacin de una amenaza inesperada, el shock producido
por el Sputnik rivalizaba con el de Pearl Harbor o Corea. De repente todo Estados Unidos (y gran parte del resto del mundo) pareca
estar dentro del alcance de un ataque nuclear sovitico el tiempo
de advertencia, una cuestin de horas cuando el mtod~ de lanzamiento eran los bombarderos, se haba reducido ahora a un mximo
de treinta miJ;J.utos. Lo peor de todo, tal corno Eisenhower reconociera pblicamente, era que no haba ninguna defensa conocida contra

203

un ataque de misiles balsticos.48 Las estimaciones ofici~les haban


sido que la Unin Sovitica no dispondra de una capacidad opera"
tiva de ICBM hasta 1960 1961, momento para el cual se esperaba
que tambin Estados Unidos la tendra.49 Aho~a pareca que !~ nacin tendra que padecer varios aos de pehgrosa vulnerab1hd_'.i,d.
Los recordatorios de las diferencias existentes entre la demostrac1on
de un arma y su uso operativo poco hicieron para calmar. la preocupacin pblica, as como ~ampoco f~eron d_emasiado efectivas la~
declaraciones de que Washmgton hab1a considerado sus programas
de satlites como empresas cientficas y no militares, y de que Estados
Unidos no estaba abocado a una "carrera" con la Unin Sovitica.*
Era irnico, coment Eisenhower, "que debamos emprender algo de
buena fe solamente para pasar de la octava bola en una c"arrera que
jams consideramos como tal".50
Tanto Pearl Harbor como Corea haban provocado abruptos incrementos de los gastos militares norteamericanos; tal como estaban
las cosas, un incremento adicional algo ms modesto era lo que
corresponda convenientemente, bajo la forma de un estudio encargado por el presidente acerca de la disuasin y la defensa, sometido
a la Casa Blanca a principios de noviembre. Conocido como el Informe del Comit Gaither,** ese estudio sealaba que, con un Prt>ducto interno que tena solamente la tercera parte del de Estados
Unidos, la Unin Sovitica estaba igualando los gastos norteamericanos en industria y en defensa; si esta tendencia prosegua, esos
gastos soviticos podan muy bien duplicar los de Estados Unidos
para fines de la dcada de 1960. De esto el comit extrajo la conclusin de que Estados Unidos poda hacerse vulnerable a un ataque
nuclear sovitico si no tomaba rpidamente medidas: 1) fortalecer
su propia capacidad misilstica ofensiva acelerando la produccin de
ICBM y SLBM (misiles balsticos de lanzamiento submarino) y estableciendo IRBM (misiles balsticos de alcance intermedio) en
Europa; 2) proteger sus propias fuerzas de represalia dispersando
las bases areas . mejorando los sistemas de advertencia y "endureciendo" los sitios de lanzamiento misilstico; 3) construir refugios
capaces de salvaguardar a toda la poblacin de :la nacin en caso de
ataque. Estos programas, estimaba la comisin, costaran 44 billones adicionales durante los cinco aos siguientes y demandaran
Si bien la administracin no se consideraba abocada a una carrera con

los rusos con respecto al desarrollo de satlites, sf se consideraba claramente

asf con respecto a los ICBM. "El ms rpido desarrollo posible de la capacidad

en ICBM es de vital importancia para la seguridad de Estados Unidos", escribi


Eisenbower en septiembre de 1955. "Estamos decididos . . . . a que nada supera-

ble interfiera el rpido progreso de este programa . . . Ningn otro programa


ele desarrollo es en este momento tan urgente ni inmediato". (Eisenhower al sellador Clinton P: Anderson, sept. 13, 1955, Eisenhower Papers, Whitman File,
DDE Diary, Box, 6, "sept. 1955").
As llamado por el coordinador H. Rowan Gaither Jr ., presidente del
consejo directivo de la Fundacl~ Ford.

n ,,

204 1 JOHN

LEWJS GADl>IS

IMPLEMENTANDO EL "NEW LOOK" 1

presupuestos desequilibrados dura


.
:;n una argumentacin que recordnt~ los pnmeros cuatro aos. Pero
estas diversas medidas def
.
a a al NSC-68, se recordaba q ,
pacidades econmicas
Etns1v~s se hallan dentro de nuestras ue
tad? dispuesto a sop;;t~r co~~e lo no:eamericano siempre ha : :
esta ;onvencido de que son nec~s:J~:~ s1os para su defensa cuando
adas las circunstancias en las u.
Comit Gaither podra haber afectaq e se produjo, el informe del
notteamericano casi tan dra 't"
do el establishment defensivo
NSC 68 .
mat tc&mente como 1o hab'ia hecho el
- siete aos antes Por ce
ciertas partes del docu~ento t~ o, no carec~ de partidarios: cuando
demcratas del Congreso preop-secdret se filtraron a la prensa, los
de segun"da d nacional
-~
'
cupa os .tanto
por sus imp
1cancias
. .
como
0
cas, rpidamente respaldaron p { sus poJ1b1hdades polticas domstidaron, sin ~xito, la sancin of~ci~~r . e sus concl~siones y demanpo de estudio privado comisio d . anos meses mas tarde, un gru,.
y encabezado por Henry Kis: o por el .Ro~kefeller Brothers Fund
mit, sugiriendo as que incluso ~~tr con~1rmo los hallazgos del codel presidente sus conclusiones ejetc~ m1em~~os del propio partido
lo, tenan en el Pentgono, donde el ~~ c~ns1 erable. peso. Tambin
Aerea haban estado reclamando
~e;c1t~, la Marma y la Fuerza
1
suasin estratgica. El informe a~tr~ P:1~ 1n ~n la misin de ditodo el mundo * y los J. efe d
. . m1te Gatther ofreca algo a
d 1f
'
s e serv1c10 no vacila
h
e. oro que les suministraban l
d'
.
ron en acer uso
conocer el respaldo que d b as ;u 1enc1as del Congreso para hacer
Nada de esto poda e3'er a dan a ?-8 recomendaciones del infonne.s2
t,
cer emas1ado efecto
b
.
pa tas por parte de la Cas Bl
, no o stante, sm simmente tibia.
a
anca, y all la reaccin era decididaEisenhower accedi a incrementar
bombarderos estratgicos d1's
el status de alerta de los
,
persar sus bases aum t
d e ICBM en desarrollo y a des

en ar e 1 numero
1
Pero rechaz firmemente las re p egar IR_BM en Europa Occidental.
Gaither, por varios motivos p co~endac1ones generales del Comit
alto las ventajas que las ba~ese~sa ; que el grupo haba pasado por
tanto por dispersar las fue
e u :ramar daban a Estados Unidos,
un "primer golpe" com rzas que o~ rusos tendran que daar en
d M
,
,
o por complicar los p bl
e oscu. Concordaba con D ll
ro emas defensivos
para los norteamericanos p u es en que la construccin de refugios
' d
, , ero no para los aliado . .
,
vers1 n e los conceptos d
"f
s, msmuana la redos, alegaba Dulles tendr: una "dortaleza americana". Estados UniLos asesores econ~icos adv~~~
escartar a sus amigos europeos".
respectp a dficits presupuesta~~~ i~: la proyecci~n del comt con
ta: dependa de empleo pleno e
es era ~xces1vamente optimis'
p rmanente y de impuestos altos, y nada
El informe requer incl

cionaies para co~batir en'


uso, un modesto inc
guerras
limitadas.
remento de fuerzas conven-

205

de esto era posible. Las perspectivas ms probables, de ponerse en


accin al programa del comit, eran las presiones inflacionarias, las
restricciones monetarias y crediticias y posiblemente, incluso, los
controles econmicos. Estos horrores por s mismos eran suficientes
para condenar el informe Gaither a los ojos del presidente, cuya definicin personal del muy temido "estado militar" era suficientemente
amplia como para incluirlos.53
De all que, lejos de incrementarse, los gastos militares corno
porcentaje del producto bruto disminuyeron del 9,9 por ciento en
el momento del Sputnik al 9,6 por ciento en el ao fiscal 1959, y al
9,1 por ciento en el ao fiscal 1960.54 * Retrospectivamente. estos
niveles de gasto parecen haber sido absolutamente adecuados: la
fuerza sovitica de ICBM en 1961 acab por ser solamente una pequea fraccin de lo que se haba previsto en 1959.55 La firme oposicin de Eisenhower a una dramtica acumulacin de fuerzas estratgicas norteamericanas salv al pas de un carsimo esfuerzo destinado a igualar las capacidades con aquellas retricas que Kruschev
declaraba de manera tan audible (y barata). Es imposible cuestionar que esto fuera liderazgo; el hecho de que haya sido un liderazgo
por habilidad o por suerte, sin embargo, ya es otro asunto. El rechazo de Eisenhower de las recomendaciones del Comit Gaither
fue resultado de una vieja y furiosa devocin a los principios de la
ortodoxia fiscal, o fue precisamente una respuesta calibrada a una
amenaza agudamente percibida, basada e,n la razn, la imperturbabilidad y un uso sofisticado de la inteligencia? 56
Por cierto, el compromiso de Eisenhower con la restriccin fiscal no se haba debilitado con el paso de los aos. Alarmado por las
supuestas dimensiones del presupuesto del ao fiscal 1958, haba
adoptado la inusual medida de pedir al Congreso que encontrara
modos de redueirlo, una tarea que los legisladores asumieron en el
verano de 1957. con mayor celo que el que el presidente haba pretendido. Tras el xito sovitico, reconoci que el pas "tendr que
hacer un poco menos de 'manteca' y un poco ms de 'armas'", pero
en ningn momento consider nada del orden de lo que el Comit
Gaither recomendaba. "Si el presupuesto es demasiado alto", dijo
a su nuevo secretario de Defensa, Neil McElroy, "Se produce inflacin, lo que en efecto reduce el valor del dlar de tal modo que no
se gana nada y todo el proceso se torna autodestructivo". Era siempre posible, "concentrndose simplemente en el factor militar, decir
que los fondos agregados darn ms incrementos de fuerza militar". Pero haba un punto "en el cual los agregados a la fuerza militar resultantes de los fondos adicionales disminuyen muy rpida* Los gastos reales de defensa nacional aumentaron escasamente de 44,4. billones en el afio fiscal 1958 a 46,6 billones en 1959, pero despus cayeron a 45,9 billones en 1960.

206

IMPLEMENTANDO EL "NEW LOOK" 1

1 JOHN LEWIS GADllIS

mente". El Sputnik haba dado "un incremento a los gastos de defensa del que todava no nos hemos recuperado", coment el presidente dos aos ms tarde. Si tena que aprobar otro presupuesto
desequilibrado, se "vera obligado a considerar que la administracin est desacreditada" .s1 *
Sin embargo, fa restriccin de Eisenhower pareca surgir de algo
ms que una simple reduccin fiscal. Tena tambin informacin
razonablemente confiable, sobre la base de un golpe de inteligencia de
importancia pero impublicitable, con respecto a la inesperada demora de la construccin sovitica de ICBM. Los detalles acerca de los
vuelos U-2 de la CIA sobre la Unin Sovitica, que empezaron en
1956, son todava generales, pero presumiblemente suministraron
suficiente evidencia de la ausencia de cualquier programa ICBM
a gran escala como para que el presidente pudiera afirmar con
cierta confianza que Estados Unidos en realidad no necesitaba tenerlo. Es interesante sealar que Eisenhower recibi al Sputnik como
un reconocimiento ruso no intencional de "la libertad del espacio internacional" -referencia ambigua cuya significacin, sin duda, no fue
registrada por la mayora de sus subordinados. Un ao y medio ms
tarde, sugiri privadamente a sus asesores cientficos que tal vez
los rusos estuvieran padeciendo las mismas dificultades que Estados
Unidos para producir ICBM que fueran operativos. En enero de
1960 la CIA ya haba reunido suficiente informacin como para que
sus evaluaciones no se basaran en las capacidades soviticas sino
ms bien en los "probables planes"; stos no mostraban seales de
la existencia de ningn programa ICBM. Todo el esfuerzo sovitico
en este aspecto era tan "calmo y tranquilo" que George Kistiakowsky,
el asistente especial del presidente en ciencia y tecnologa, se preguntaba si el U-2 no habra pasado por alto todo un sistema de pruebas sovitico. Sin embargo, se demostr que no era se el caso, y
Kistiakowsky seal aos ms tarde que "sin esa informacin (U-2),
especialmente despus del Sputnik, el presidente tal vez no hubiera
resistido las presiones polticas que tendan a lograr una expansin
masiva de nuestros ya enormes programas de armas estratgicas" .58
Pero, aun cuando no se hubiera dispuesto de la inteligencia de
U-2, parece improbable que Eisenhower hubiera procurado logra~
una avasalJadora superioridad nmerica en misiles, en tanto el disuasor general siguiera como la doctrina de la "suficiencia" -la idea
, de que, ms all de cierto punto, el desarrollo de armas adicionales
de poco serva.** "Llega un momento . . . en el que la cantidad no
De los ocho presupuestos Eisenhower, slo tres -los del fisCal 1956,
1957 y 1960- dieron supervit. El presupuesto para el fiscal 1959 fue de 12,4 bi
nones en rojo, particularmente debido a la recesin de 1958.
Es intersante sefialar que John Foster Dulles estaba de acuerdo con este
concepto. Haba que preocuparse, dijo al gabinete en 1958, por evitar nfasiseseen
la "superioridad" militar en el discurso del Estado de la Unin, porque

207

resulta significativa en las disposiciones defensivas de un pas", dijo


n una conferencia de prensa en marzo de 1955, ms. de un ano
:Otes de que comenzaran los operativos U-2. "Si se tien~ suficiente
cantidad de cierto tipo de armas, dud? de. ~e sea part1cula1:"1!1ente
beneficioso tener muchas ms". La d1suas1on era una. cues~1on de
juicio, no de nmeros; "si segn el juicio de los func1onan?s re~
ponsables Estados Unidos tiene poder adecuado co~o p::ira .~1suadir
a los soviticos de producir un ataque . . . no hay JUSt1flcac1on para
agregar armas . . . adicionales con el exclusivo propsito de tratar
de igualar el nmero de armas de los sovi.ticos". Era mejor, ms
all de cierto punto, "invertir un poco de dmero ... en cosas constructivas que tiendan a lograr que la gente respete l?s valores que
estamos defendiendo". "Cuntas veces", pregunt Eisenhower <:n
impaciencia en 1958, "es posible matar al mi~1? hombre?". Dos an~s
ms tarde al ser informado de que la nac1on muy pront_? tendra
la capacid~d de producir casi 1.4001?i~iles Minuteman por ano, el
sidente respondi, con su caractenst1ca mezcla de asombro.~ exas
peracin: "Por qu no nos enloquecemos del todo y plamf1camos
una fuerza de 10.000?".59
.
La insistencia de Eisenhower en la "suficiencia" era. cohe;ente
-y sin duda una excrecencia- con su creencia en l~ ::is1metna estratgica. Era importante distinguir "las fas~~ . de act1v1dad q~e ~~
hemos emprender para competir con los sov1et1cos, y ganarles , dIJO
a sus asesores en febrei::o de 1958. Pero "n? d~~emos tratar de ~er
excelentes en todo". Los mismos rusos hab1an hec?o mucho me1or
las cosas que nosotros en este aspecto": haban configurado sus fuerzas sobre la base de lo que Estados Unidos no tena, ~~ sobre la base
de aquello que s posea. "Interrumpieron su producc1on de bombarderos Bison y Bear, pero nosotros Ja proseguimos, sobre la base de
estimaciones incorrectas y a un costo tremendo, en un errneo esfuerzo destinado a lograr el 100 por ciento de seguridad". Los r:isos,
dijo al ao siguiente, se "ren de nosotros por gastar tanto dmero
en armamentos sin sentido". Era tonto "tratar de pro~egerse de todo
lo imaginable" -no haba justificacin para "gastar bll~ones tan slo
para incrementar en un pequeo porcentaje el desempen? de. nu~stro
actual sjstema armamentista"." El mejor enfoque -aquel que Ei~en
hower intent tan firmemente imponer a un Congreso. Y un establishment militar recalcitrantes- era acumular la propia fuerza, c?n
frontarla con las debilidades del adversario y ganar los benefic10s
consecuentes, tanto en iniciativa como en economa.
Era una estrategia, entonces, basada no slo en el conservado-

pre:

-n-nlones" Preferia sostenerse "en el


d~ la agresin". (Notas,
.
E J)iary
l'eunin de gabinete enero 3, 1958, Eisenhower Papers, Whitman File, DD

Bo:a: 18, "Staff Notes, en. !IB").


,,

concepto slo llevarla a envidiosas C<?m}l<U......


concepto de tener suficiente poder militar para

208 1

JOHN LEWIS GAOOIS


IMPLEMENTANDO EL "NEW LOOK"

rismo fiscal y en la inteligencia secreta sino tambin en la pr


, d
.

oposic1on,
envada
en ltima instancia de Clausewitz de que es nece.
.
~ano tener fmes para todos los medios. El hecho de mantener armas
irrelevantes para la amenaza que se cerna -y Eisenhower pona
e~ta categora ,la excesiva capacidad misilstica, as como otros
ritos del Pentagono, como el aeroplano nuclear,. bombarderos tripulado~ :V: fuerzas terrestres expandidas- era gastar descuidadamente
los hm~tados recursos, con el resultado de que la nacin sera finalm~nte mca!'az de afrontar aquello que era realmente necesario. Tal
vez se habia hecho "un poco demasiado" en el rea misilstica despus del Sputnik, concedi Eisenhower en 1960, pero eso haba sido
"a causa de un temor casi histrico que prolifer en ciertos elementos de la n~cin'.': Las decisiones de esa magnitud "jams deben to~arse en s1tuac10n d~ temor . . . Lo importante . . . era permanecer
f1~les ~ nuestras propias creencias y convicciones".61 Eso fue lo que
htzo Etsenhower, ante gran oposicin -y hay pocas evidencias de
que, como resultado de ello, se resintiera la seguridad nacional.

fa::

IV
Una cuarta crtica de la administracin Eisenhower, realizada con
mayor frecuencia despus de que acabara su perodo que antes de
1961, fue.que en .su preocupacin por los pactos de seguridad la disuasin. Y los "bordes", haba descuidado los instrumentos de la diplomacia. ':n su trato con los adversarios. Por cierto, Eisenhower y Dulles hicieron grandes servicios verbales a la necesidad de negociar
con "el otro bando".62 Tampoco estuvieron inactivas las negociaciones durai;ite este p~rodo: despus de todo, se produjeron tres cume
bres Y cmco reuniones de primeros ministros involucrando a los
rusos,* una prolongada serie de charlas a menor nivel acerca de
contro~ ?e armas, acuerdos de cooperacin cultural, educacional y
tecnologica con la URSS, e, incluso, estrechos contactos con los co:munistas chinos, primero en la Conferencia de Ginebra sobre Corea
en 1954, Y sobre Indochina, y luego por medio de discusiones a nivel
diplomtico, que se llevaron a cabo de manera intermitente a partir
d~ 1955..Todo esto rep~esentaba, en general, un rango de actividad
diplomtica ms extensivo que el desarrollado por la administracin
Truman en todos sus aos de gobierno.
Sin embargo, durante gran parte de la administracin Eisenhower persisti el vago sentimiento de que estos contactos con el mun1

Eisenho}Ver se reuni con lideres soviticos en Ginebra en 1955 en CamP


David en 1959, y frustradamente en Pars en 1960. Hubo reunin d primeros
ministros en Berlin en 1954, en Viena y dos veces en Ginebra en 1955 y una vez
IIlJ1s en Ginebra en 1959.
'

''

209

do comunista eran de algn modo poco naturales -espritu simbolizado por la fra negativa de Dulles cuando se le pidi que estrechara la mano de Chou En-lai en Ginebra de 1954, y por su consejo a
Eisenhower de que mantuviera una "expresin' austera" cuando se
lo fotografiara con Bulgarin y Kruschev en la cumbre del ao siguiente. Era, tal como escribiera ms tarde un observador agudo,
como si "el contaminante estigma del pecado ... atribuido a todos
los actos y gestos de la diplomacia pudiera, por contacto directo,
dar expresin a todas las espantosas ofensas de su tirana domstica y sus conquistas externas".63 Como resultado, se ha dicho, fa administracin Eisenhower se perdi oportunidades de encaminarse hacia
la dtente con la Unin Sovitica y China comunista -oportunidades
que no se repetiran hasta que otra administracin republicana se
estableciera en el gobierno a principios de la dcada de 1970.64
Sin acceso a fuentes soviticas y chinas es imposible verificar
esa afirmacin. Pero podemos evaluar las perspectivas de negociacin a la luz de los acontecimientos subsecuetes y del grado en el
que la administracin respondi a ellos. Tambin podemos evaluar
el relativo nfasis que Eisenhower y Dulles pusieron en la diplomacia comparada con otros - instrumentos de contencin --disuasin
nuclear, alianzas, guerra psicolgica y accin encubierta. Rpidamente se torna evidente que la administracin recurri con mayor frecuencia a la negociacin ms como medio de facilitar los otros enfoques de la contencin que como mtodo en s mismo destinado a
lograr ese objetivo. Como consecuencia existi, durante los aos de
Eisenhower, cierta capacidad de alinear las oportunidades de negociacin con el deseo de la administracin de participar en ellas.
En septiembre de 1953 John Foster Dulles envi a Eisenhower
un curioso memorandum sugiriendo la posibilidad de "un espectacular esfuerzo destinado a distender las tensiones mundiales a
partir de una base global", negociando un retiro mutuo de las fuerzas norteamericanas y soviticas de Europa, junto con un acuerdo
acerca de la limitacin de armas convencionales y nucleares. "Es
ste un momento propicio para ese movimiento, si es que ha de
hacerse alguna vez", alegaba, "porque estaremos hablando desde, u_na
posicin de fuerza, no de debilidad". El armisticio de Corea, el ex1~0
del golpe iran, la evidente voluntad de los franceses de actuar mas
vigorosamente en Indochina, la reciente victoria electoral de Konrad
Adenauer en Alemania Occidental, y el hecho de que los progresos
soviticos en armas nucleares no se haran sentir durante un tiempo, convertan el momento en propicio para la actua~in, as como
tambin el hecho de que el nuevo presupuesto de Eisenhower, con
sus dramticas reducciones de los gastos de defensa, no deba hacerse pblico hasta fines de ese mismo ao. "Estoy absolutamente
de acuerdo con que deben renovarse los esfuerzos destinados a disten-

IMPLEKENTANDO EL "NEW LOOK"

210 1

JOHN LBWIS GADDIS

der fas tensiones mundiales", replic Eisenhower. El mutuo retiro de


las fuerzas norteamericanas y las del Ejrcito Rojo "puede sugerirse
como un paso hacia la distensin de esas tensiones ... Cualquier movimiento que hagamos en ese campo debe realizarse razonablemente
pronto".65
Pero aqu la historia concluye abruptamente. Las fuentes disponibles no muestran evidencia de que el presidente, el secretario
de Estado o algn otro funcionario de la administracin prestaran
alguna otra consideracin a esta notable idea, que iba considerablemente ms lejos que la discutida propuesta de Kennan, en 1948, de
un mutuo retiro de fuerzas de Europa central. Las dificu'ltades, sin
duda, hubieran sido sustanciales: Dulles se preocupaba de que, incluso, la menos ambiciosa estrategia del "New Look", con sus reducciones de fuerzas convencionales, o la relativa capacidad de defensa continental, aparecieran en Europa como un concepto de "Amrica
fortificada" ,66 y et plan de retiro de tropas hubiera dado aun ms esa
impr'!sin. Lo que es ms, el instinto del secretario de Estado, cuando se lo confrontaba con las seales de debilidad de la otra parte,
era presionar con mayor intensidad. ":ste es el momento de avasallar al enemigo, y tal vez de acabar con l de una vez por todas", dijo
al gabinete en julio anterior. Para diciembre de 1953, Dulles estaba
preparndose para su primer encuentro de ministros de Relaciones
Exteriores con los rusos, y su actitud se haba tomado estrecha y
pesimista. Dijo al presidente que esperaba pocos resultados de estas
charlas: "la cuestin es cmo ... salir airoso ... con el menor dao
posible".67
Eisenhower se haba inclinado, en un principio, hacia un enfoque
ms conciliador con el nuevo liderazgo sovitico: a pesar de las
objeciones de Dulles, haba insistido en pronunciar un discurso en
abril de 1953, estableciendo distinciones entre Stalin y sus sucesores,
y ofreciendo la oportunidad de empezar negociaciones con Ja perspectiva de lograr el "desarme universal".68 Pero el presidente se.resisti a
las convocatorias, ms conspicuamente las de su viejo amigo Winston Churchill, para una reunin cumbre. Dulles se opona claramente
a una reunin de esa clase mientras la relacin entre Alemania Occidental y Europa Occidental siguiera sin resolucin; Eisenhower tema que esa reunin pudiera fortalecer el prestigio de uno o ms
miembros de la jerarqua del Kremlin. "Eso ... tendera a minimizar
las luchas por el poder que se estn sosteniendo en Rusia. Pc>r cierto
que no deseamos eso".69 Finalmente, la cumbre fue demorada durante dos aos, hasta despus de que la Western European Union (incluyendo a Alemania Occidental), reemplaz a la European Defense
Community, y hasta despus de que los rusos demostraran su buena
fe firmando un tratado de paz con Austria.
Sin embargo, en el momento de la cumbre de Ginebra, en julio

l.
'

en una posicin ms fuerte que la


de 1955, los rusos se ha!la~~~3 El nuevo liderazgo se haba consoque tenan en el verano e
.
ca acidad de bombardeo de
Iidado, los rusos haban logr:d~eu::sarr~llar una bomba de hidr~
largo alcance y estaban a pun ,
zada que la de los norteamengeno operativa ligeramente ~~Uav~n defensa haba sido conspicuacanos, el presupue~to de E . ~ns~ientes de esta nueva fuerza, los
mente reducido. Evidentemente ch h por Stalin en 1952 con rest. do la oferta ec a
.f. d .
,
ira
d
l a'n neutral pero uni ica o.
rusos habian re
b'l.d d de un Esta o a em
.
uniPecto a la posi i i d a 1 te las a l tema1ivas eran las de un Estado d.
.
de este punto en a e an., '.
de un Estado permanentemente iv1ficado bajo control s~vietic~ ~ d la administracin Truman haba
dido. La posicin ~i_denta e~ e desarroll~rse solamente a partir
sido que las negociaciones depbian
l proceso de vigorizar ciertos
. . , d "f erza" 10 ero en e
.
de una pos1cion e u

struir la alianza occ1denta1


elementos particulares de fuerza ~on a los rusos- las negocia.

t' empo tensiones


.
d
imponiendo, a 1 mismo i
, M
,
no senta la necesidad e
dones se haban postergado y oscu. yadebilidad
hacer concesiones a causa de su propia .
h
.
n ms fuertes
. .n de Eisen ower era
Las esperanzas de negoc1ac1 "C
ahora el mundo est mar1 de armas
orno
d. .
en el rea de contro
.b., n una nota privada en 1c1emchando hacia la catstrofe", escn 10 e oner un freno". El "freno"
bre de 1953, "algo debe hacers: pa~c~al las naciones que posean
del presidente era un plan s.~n e n los materiales necesarios para
armas nucleares deb~.n .contn ~~~~~de energa atmica, controlad?'
constituir un "banco. mternacle dara usos pacficos. Este proce~1que
b ri'a a los rusos a trabajar
p or las Naciones Umdas,

.
h er acostum ra
miento, pensaba E isen ow ,
de la energa atmica; al misjunto a Estados Unid~s en el ca~~~ norteamericana porque "Est~
mo tiempo preservana la segun f
t la posibilitlad de reducir
dos Unido~ incuestionablemente a ron ~ que lo que los rusos pue, .
1
dos o tres veces mas
,
.
su deposito nuc ear
N .
Un.idas y an as1 mejorar
d las ac1ones

d
den ofrecer a la agen~ia e l G
Fr1'a e incluso, en el caso e
en
a
uerra
'

'
1
t1va
nuestra pos1cion re a
,, 71
que estallara una guerra
. t , no hay razones para
nto de autom eres,
d'
A pesar de este e l eme . nh
l procurar progresos en i.
.d d de E1se ower a
t
cuestionar la smcen a
l de las armas nucleares. Aunque es. as
recdn al logro del contro
t ateaia su idea ofenda su sentido

para su es. r. b" economa en la guerra. "La


armas eran bs1cas
militar de la necesidad de obj~t~~os scyribi privadamente en 1956:
competencia , e
.
t y
.
.
guerra imp1ica una
ue esa competencia ya no eXIs e .
"cuando se llega al punto .en e!
destruccin del enemigo y el smla situacin se toma pr?xnna
las argumentaciones acerca de . la
cidio para nosotros m1sm~s . . . .bl n relacin con la del enemigo
rza clispom e e
. .
cantidad exacta d e fu~ "
otra vez, durante los anos s1gu1endeja de ser un tema vital . Una y

fu

"

-~

1 211

P'I'!,'1
212 1 JOHN

LEWIS GADDIS

IMl'LEMENTANDO EL "NEW LOOK."

tes, i~staba a sus asesores a producir propuestas seguras pero constructivas en las charlas con los rusos acerca del desarme: "Necesitamos alguna propuesta especfica con el objeto de hacer avanzar la
lucha por el desarme". (marzo 1936); "El hecho de planear y llevar
a cabo pruebas extensivas (de armas nucleares) . . . mientras profesamos la voluntad de suspender las pruebas en un programa d
desarme ... puede permitir que nos acusen de mala fe" (agost~
1957); "En esta aterradora carrera armamentista debemos ... tener
un poco d~ esperanza . . . a largo plazo no hay otra cosa ms que
la guerra s1. abandonamos toda esperanza de solucin pacfica" (abril
1959); "Decimos que ellos son inflexibles y ellos dicen que nosotros
lo ~o~os : ...debemos ~uscar nuevos temas o posibilidades para negociar (Jumo 1959); Nuestros verdaderos esfuerzos deben tender
a lograr algn movimiento significativo en direccin al desarme"
(octubre 1959).72
Pero el real transcurso de las negociaciones entre 1955 y 1959
mostr una embarazosa serie de contradictorias posturas norteamericanas qUe parecan poner en cuestin precisamente esta sinceridad. As, cuando e~ mayo de 1955 los rusos aceptaron una vieja
demanda norteamencana y accedieron a la inspeccin limitada del
territorio sovitico como medio de verificacin del desarme Estados
U~idos, en vez de explorar esta oferta, la sustituy por e plan de
E!s~nhower de lo~ "cielos abiertos", plan cuyas ventajas propagand1sticas eran considerables, pero que, dada la naturaleza abierta de
l~ sociedad norteamericana, no poda considerarse como un enfoque
s1~ce~o. del problema. No obstante, en 1957 los rusos aceptaron el
prmc1p10 de control ereo sobre ciertas porciones de la URSS y
Eu~pa Oriental (a cambio de derechos recprocos sobre Europa
?cc1dental y la parte oeste de Estados Unidos), slo para que Washmgton reprendiera a su excesivamente ardiente negociador, Harold
Stassen, por haber discutido contrapropuestas con los rusos sin ha.her consultado a los britnicos. Como las negociaciones acerca del
desarme consiguieron muy poco, las discusiones se desplazaron ese
a.o ~acia la posibilidad de limitar las pruebas nucleares, con verificaciones llevadas a cabo por medio de comprobaciones atmosfricas Y medios ssmicos. Sin embargo, a fines de 1958 la administrar
cin retrocedi tambin en el caso de esta propuesta' al recibir evidencia cientfica de que las tcnicas ssmicas no eran' absolutamente
confiables para detectar pruebas nucleares subterrneas. Finalmente,
todo lo que produjeron estas extensas negociaciones fue una moratoria n.o sancionada de las pruebas nucleares, que poda concluir en
cualqmer momento.73
Estos magros resultados, por cierto, no e~n responsabilidad
exclusiva de Wshington. Las ofertas soviticas de inspeccin, area
o terrestre, nunca cubran ms que una pequea porcin del terri-

1 213

torio desde el cual poda lanzarse un: ataque sorpresa sobre Occidente. Tampoco Mosc estaba exenta de la posibilidad de :volverse
atrs tal como lo demostr al terminar abruptamente con las negociacines que siguieron a la exitosa prueba del _ICBM sov~~tico en
agosto de 1957, y tras la notablemente poco exitosa reumon cumbre de Pars en 1960. La desconfianza y las genuinas incertidumbres acerca de cules seran las verificaciones adecuadas se combinaron para que ninguna de ambas partes estuviera dispuesta a
asumir los riesgos que hubieran sido necesarios para lograr un acuerdo en ese momento. Pero tambin es justo decir que, como en el
caso de la cuestin alemana, la administracin Eisenhower acord
a las negociaciones de cdntrol de armas una prioridad menor. que a
otros componentes de su estrategia, tales como la conservacin de
un creble 9isuasor nuclear, la preservacin de la armona entre. los
aliados y Ja determinacin de ganar "puntos" a expensas de los rusos
en la arena de la guerra psicolgica. El compromiso personal del
presidente mantuvo con vida las negociaciones sobre control de armas,
pero nunca fue suficientemente vigoroso como para darle~ 1;1n st~tus
igual al que tenan las otras preocupaciones de la admimstrac1n.
La administracin tambin era inflexible en su negativa a involucrarse en negociaciones sustanciales con China comunista, a. pesar
de que el deseo de Pekn de lograr una "apertura" hacia Occidente
se tornaba cada vez ms obvio. Por cierto que no haba falta d~
oportunidades: a continuacin de la Confere1?cia de B~n~u?-g, de abnl
de 1955 los chinos empezaron a dar persistentes mdic10s de qu~
Taiwan 'no sera "liberada" por medios militares, y de que recibiran muy bien un intercambio de periodistas y el levantam!ento
del embargo comercial. Pero, ms all de acceder a conversac10nes
a nivel diplomtico en Ginebra ms tarde ese mismo.?~ ~stados
Unidos no hizo mayores esfuerzos para alentar estas m1c1ativas. Y,
en junio de 1957, Dulles efectivament~ les puso fin .con un~ firme
reafirmacin del apoyo que Estados Umdos daba a Ch1ang K~i:shek Y
con su oposicin a reconocer el rgimen de Pekn o a adnutirlo en
las Naciones Unidas.74
Desde entonces los historiadores han criticado esta instancia sobre la base de que elimin cualquier posibilidad de explotar las .te;isiones sino-soviticas.75 Sin embargo, ahora sabemos que la admimstracin reconoca plenamente el potencial de discordia existente entre Mosc y Pekn, que deliberadamente procur in~ensifi~ esos
antagonismos, y que su incondicional respaldo a Chiang. K:ai-she~,
fueran cuales fuesen sus ventajas domsticas. tena el ob1et1vo adicional de lograr precisamente esa exasperacin. Los e~tudi?s _del
NationaI Security Council realizados durante 1953 hab1an mdicado que Washington no poda esperar Iogra_r !"-vidir por s solo a
los dos gigantes comunistas; la conducta soVItica con respecto a los

2 J4

1llPUOD:NTAN1l0 EL "HEW UJOK"

1 .JOHN LEWIS GAllDIS

chinos sera el factor ms decisivo. Pero si ayudaba a los nacionalistas chinos, Estados Unidos poda, de manera indirecta, incrementar las dificultades con las que operaba el eje Mosc-Pekn. Haba
"unos 400.000 soldados de China comunista estacionados frente a
Formosa para prevenir una invasin", coment Dulles en diciembre
de 1953. "~sta fue otra de las medidas que aplicamos para cumplir
con la teora de causar tensin mxima haciendo que los comunistas
chinos demandaran ms a Mosc, agregando as otra tensin adicional a las relaciones entre China y Rusia".76
La declaracin de Dulles proporciona una explicacin adicional
del vnculo entre la administracin y Chiang Kai-shek: no era solamente una cuestin de rigidez ideolgica o de eficiencia poltica, era tambin un esfuerzo calculado para dividir una alianza hostil por medio del
agotamiento del miembro ms joven, forzndolo a hacer demandas que
su aliado ms importante no podra satisfacer. Es significativo que durante la primera crisis Quemoy-Matsu, Eisenhower expresara dudas de
que ls rusos cumplieran honorablemente sus obligaciones militares
con China en el caso de que ese pas entrara en guerra contra Estados
Unidos; Mosc, pensaba, se abstendra antes que respaldar a los chinos.n Y en la vspera de la segunda crisis, en 1958, el Departamento
de Estado dio un oblicuo indicio pblico de la estrategia de Dulles,
sugiriendo que el reconocimiento diplomtico, si se extenda, slo
lograra que los funcionarios de Pekn "se sintieran confirmados en
cuanto a la correccin de sus polticas y las ventajas producidas por
la estrecha cooperacin con Mosc". Presumiblemente, la persistencia del distanciamiento combinado con presiones ejercera el efecto
opuesto. Eisenhower lo crea claramente as: en noviembre de ese
ao se preguntaba en voz alta si "los soviticos no se estarn preocupando verdaderamente por China comunista como posible amenaza
para ellos en el futuro".78
Se puede argumentar, en un sentido estrecho, que el plan de
Dulles funcion casi tal como l lo haba esperado. Los expertos en
la divisin sino-sovitica han citado de hecho la reticencia de Mosc
a asistir a Pekn durante las dos crisis Matsu-Quemoy como la causa ms importante de la desilusin de los chinos con respecto a
los rusos.11>
Estas tensiones particulares -por supuesto hubo otras- no se
hubieran producido si Estados Unidos no hubiera respaldado tan
firmemente a Chiang Kai-shek. Dado el disgusto hacia Estados Unidos que an persista en China en ese momento, hay razones para
cuestionar si un intento de conciliacin con Pekn hubiera logrado
producir un cisma con Mosc con mayor rapidez que la estrategia de Dulles.
La dificultad del enfoque de Dulles era que no vea ms all del
objetivo inmediato de div~dir a los dos gigantes comunistas: dejaba

t
1

t
1

1 215

Estados Unidos con dos adversarios divididos pero igualmente hos:1


limman'do as las oportunidades de enfrentar a ambos bandos,
ti es, e

d e losibilidad que, segn parece, debera haber s1"do e 1 o b"1et1vo


~
.
grar esa di""
vis1 n.
y
n 1954 el general Matthew B. Ridgway haba sugerido que
1 o~j~tivo era dividir a Pekn y Mosc, entonces. "el enfoque esta:s~ parecera ser el de hacer que China roja ad~ierta q~e sus beneficios de largo alcance dependen de u?a relacin. amistosa con
Estados UniC: s". Pero eso hubiera requendo sustanciales contactos
diplomticos, y la administracin se resista a ellos, a .causa de los
problemas que plantearan con ~os alia~os y .c<?~ el publico norte~?1e
ricano. "El propsito de crear influencias divisivas ~s q~e. un~f1ca~
doras entre China y el Soviet es obviamente correcto , escr!b1 Elsenhower a Henry Wallace en 1957. "El problema es desc~bnr manera~
de lograrlo sin debilitar los vnculos con ~u~erosos ahad?8 -pa.i:1~
cularmente en Lejano Oriente." El reconocimiento de Pekm, ad~1t10
tres aos ms tarde "destruira a Chiang Kai-shek, nuestro antiguo
aliado. Lo que es ms, el pueblo norteamericano era "e~ocional" con
respecto a China: tenda a observar la. carrera de P~kn, en Corea,
con los prisioneros de guerra norteamencanos, Indochma Y Formosa,
para decir "que se vayan al demonio". El mismo Eise~J:iower se ~eL
gaba a decir "nunca", al menos con respecto a la adm1s1n de C:~
comunista en las Naciones Unidas, pero, antes de que esa adm1s1n
se produjera, los chinos deban "abandonar sus intenciones a~esi
vas, liberar a nuestros prisioneros, y dejar de lado su confesa mtencin de tomar Fonnosa por la fuerza".80
Debe advertirse que la administracin Eisenhowe;. dul1l?te sus
ltimos aos, empez a moverse hacia una ms accesible actitud d~
negociacin con los rusos, comparativamente con respecto a la actitud que haba demostrado con anterioridad. El manejo de Dulles
del uitimatum de Kruschev de noviembre de 1958, acerca del acceso
a Berln Occidental, fue una demostracin textual de la manera en
que una combinacin de amenazas e inducciones poda ~isolver una
crisis: convencido de que los rusos haban actuado movidos por un
sincero aunque errneo miedo a los alemanes occidentales, el secretario de Estado procur incrementar las seguridades e, incluso,
las concesiones menores por medio de canales diplomticos, mientras actuaba al mismo tiempo para fortalecer la alianza occidental Y
reafirmar los fundamentales derechos de Occidente en la ciudad
dividida.si Estas iniciativas condujeron, poco despus de la muerte
de Dulles, acaecida en la primavera de 1959, a otra cumbre sovitic<>'norteamericana, esta vez en Estados Unidos.* La idea, tal como lo
,. F.isenhower habfa intentado que la visita de Kruschev a Estados Unidos
fuera ocasin de avanzar hacia una prxima conferencia de primeros ministros
a reaJ:lzarse en Ginebra y acerca del tema BerUn, pero por un malentendido esto

MJ'L)WENTANDO J!L "NEW LOOK" \

216 1 .JOHN

217

IZWIS GAJJlllS

expresara el presidente, era "tratar de que Kruschev se comprometiera a las negociaciones como principio fundamental de la conduccin de nuestras relaciones".112
La cumbre de Camp David en septiembre de 1959 no logr estar
a la altura de las esperanzas del presidente (aunque, por cierto, la
visita de Kruschev satisfizo sobradamente a aquellos reporteros en
busca de copias a color). Las nicas especificidades que surgieron
de ella fueron un acuerdo para Hevar a cabo una cumbre de cuatro
poderes en Pais durante la primavera siguiente, la aceptacin de
Eisenhower de una invitacin a visitar la Unin Sovitica, y un sealamiento de Kruschev que indicaba que no presionara sobre la
cuestin de Berln mientras esas reuniones no se hubieran llevado
a cabo. Pero las conversaciones de Camp bavid, junto con otros contactos diplomticos con los rusos iniciados durante los ltimos aos
de la administracin Eisenhower, ejercieron un importante efecto
que no fue inmediatamente obvio en ese momento: sirvieron para
legitimar la idea de que las negociaciones eran un medio apropiado para tratar con Mosc, y que podan ser emprendidas sin riesgo
para las alianzas o sin que se produjera una impresin de apaciguamiento. ~ste no era un legado de poca importancia para el sucesor
de Eisenhower, cuyas oportunidades de negociacin con los rusos
eran mayores, pero cuya base de sostn, tanto domstica como externa, era considerablemente ms precaria que lo que haba sido la
del popular "Ike".
Pero el incidente U-2 de mayo de 1960 y la cancelacin de la
cumbre de Pars que lo sucedi sugieren que al final de su perodo
Eisenhower no era ms proclive de lo que haba sido al principio a
dar prioridad a las negociaciones por encima de otros enfoques de
la contencin. El presidente saba que una inspeccin tan cerca de la
cumbre poda ser peligrosa -ms tarde reconoci que haba previsto las consecuencias de un fracaso, pero "no haba sentido que poda
oponerse a la opinin conjunta de todos sus asociados". Agreg que
"la accin emprendida probablemente fuera la correcta", y lo que
hubiera hecho de todas maneras. Luego, una vez que el avin
fue derribado, Kruschev ofreci a Eisenhower amplias oportunidades de negar responsabilidad por el vuelo, pero el presidente se neg,
ya fuera por razones de honestidad personal o por el deseo de no dar
pie a las acusaciones demcratas que sostenan que no controlaba su
propia administracin. Todo el asunto Ui-2 haba sido un "estpido ...
embrollo" que haba arruinado todos sus esfuerzos destinados a acabar con la Guerra Fra, coment amargamente ms tarde, ese misno se le dijo al lf<ler sovitfco, quien de todos modos acept con disgusto.

(Goodpaster notes, Conversacin de- Elsenhower con Dillon y Murphy, julio 22,
1959, ilrid, Box 71, "Statt Notes, julio 59 [2]").

.
la Guerra Fra haba sido verdadeverano.83 p ero, s1 termmar con
, para dudar de que as1, era-,
. "d d y no hay razon
.
.
ramente su pnon . a .d raciones para que lo d1stra1eran
la facilidad que dio a otras con~i ': nes no se ajustaba bien a ese
de la prosecucin de las negociac10
objetivo.

Jilo

V
finnaciones revisionistas, entonces,
Contrariamente a las actuales a
" enio" Logr su objetivo de
fu algo menos que un g
.
d" de una
Eisenhower e
to pero solamente por ro.e io
.
una mayor disuasin.~ menos cos 's nucleares en guerras limitadas,
voluntad laxa de utih~r las arm~e u era lo que estaba tratando
una innecesaria confusin acei;a
q imposibilidad de respetar sus
de disuadir en el Tercer Mun o, uI?-a. nes y debemos agregar, una

con las negociac10


,
. fu
hepropios compromisos
rt Aun as su estratega
e co .
gran cantidad de pura buena. s~e e.. en ~i todos los niveles, clllrente y mostr signos de su m uelnc~an entre fines y medios y ade' nac1onal.
dadosamente, en general
.
, en su ree aci
"udicial para el mteres
ms fue ms consistente que p rJ
dos ms favorable que el
,
d to pero de todos mo
.
e
Es un mrito roo es ,
d .
on respecto a la estrategia qu
blemente puede a ucirse c
que razd.?n~ la que sucedi, al "New Look".
prece 10,

Captulo VII
Kennedy, Johnson y la respuesta flexible

.
l
'~
:~':

. -~
'l!'.
.
.

John F. Kennedy atribua ms importancia que la usual a la tarea


de poner "distancia" entre s mismo y su predecesor. Su campaa
crtica de la administracin previa no haba sido una cmoda estratagema destinada a ganar una nominacin, tal como haba sido el
caso de Eisenhower en 1952: el senador por Massachusetts haba
articulado los elementos bsicos de su posicin mucho antes de la
convencin de Los Angeles en julio de 1960.1 Tampoco sus crticas
apuntaban a ganar el respaldo de un ala particular del Partido Demcrata, tal como Eisenhower haba procurado hacerlo con los republicanos ocho aos antes: la mayora de los demcratas comparta con Kennedy sus reservas acerca de la conduccin de la administracin existente con respecto a los asuntos de seguridad nacional
y exterior, y tambin lo haca un considerable nmero de republicanos.2 Mezclado con esta incomodidad con respecto a las polticas
pasadas, exista una especie de imperativo "generacional", vvidamente simbolizado en la transferencia de poder del ms viejo presidente electo al ms joven: exista de algn modo el sentimiento de
que fa promesa -sin duda la legitimidad- de una nueva generacin
de lderes nacionales sera cuestionada si sus programas no diferan
visiblemente y de manera sustancial de todo lo sucedido antes.
Esta preocupacin por crear una identidad distinta se manifestaba en la retrica del discurso inaugural de Kennedy ("La antorcha
ha sido pasada a una nueva generacin de norteamericanos, nacidos
en este siglo, templados por la guerra, disciplinados por una paz
dura y amarga"), en el nfasis puesto en la juventud y el vigor que
reflejaban muchas de sus primeras designaciones, en una impaciencia con respecto a las estructuras burocrticas establecidas, en el
premio puesto en el hecho de trabajar muchas horas y llegar a rpidas decisiones, en la preferencia por la accin por encima de la
inaccin, incluso en cosas tan pequeas como la reticencia del nuevo
presidente a ser fotografiado mientras jugaba al golf, por temor de
que esto pudiera insinuar alguna analoga con su ms ocioso predecesor. "Estados Unidos necesita un Gran Objetivo", !!SCribi un recin designado por Kennedy, en un memorandum que reflejaba precisamente el espritu de la nueva administracin. "Nos comportamos
como si ... nuestro verdadero objetivo fuera sentarnos junto a nues219

220 1 JOHN

'' '

LEWIS GADDIS

KENNEDY, JOHNSON y LA RESPUESTA FLEXIBLE

tras piscinas a observar los neumticos que rodean nuestras cinturas ... La consideracin clave no es que el Gran Objetivo sea exac.
tamentehacia
correcto,
vernos
l".J sino que lo tengamos y que empecemos a m0Un elemento de esta nueva identidad era proveer un enfoque ms
eficiente de Ia formulacin de la estrategia nacional. Kennedy crea
que el National Security Council, durante Eisenhower, se haba tornado confuso y desarticulado: gran parte del tiempo se le haba
pasado produciendo ttabajos polticos acerca de todos los temas
concebibles, hacindolos circular entre las burocracias apropiadas y
discutindolos despus extensamente en reuniones formales con el
presidente, de modo que toda la maquinaria se haba convertido ms
bien en un obstculo en vez de actuar como estmulo de una accin
coordinada, lo que era supuestamente su funcin. Las verdaderas
decisiones en asuntos crticos, seal correctamente Kennedy, haban
sido tomadas independientemente por Eisenhower y unos pocos asesores claves en la privacidad del Despacho Oval. El nuevo ejecutivo
resolva redudr el personal del NSC, degradar al NSC de su anterior
posicin de principal cuerpo encargado de tomar decisiones de seguridad, y confiar ms en el contacto directo con los departamentos
individuales o en fuerzas ad hoc destinados a dar recomendaciones
y asesoramiento. El nuevo sistema tal vez sacrificara un poco el
orden de los procedimientos, pero Kennedy pensaba que ese sacrificio
bien vala la pena si se pensaba en trminos de sensibilidad y
de flexibilidad.4

No emergi, entonces, ninguna voz dominante comparable_ a la


de Dulles durante el perodo de Eisenhower; en cambio, Kennedy
cultiv deliberadamente una variedad de asesores. Haba intentado
que el Departamento de Estado tuviera la primordial responsa~ili
dad de coordinar la poltica de seguridad domstica y la extenor,
pero su secretario de Estado, el humilde y modesto Dean Rusk,
demostr no querer o no pod~r desempear ese rol. Como consecuencia, la influencia recay sobre el propio personal de la Casa
Blanca, especialmente sobre McGeorge Bundy, asistente del presidente en Asuntos de Seguridad Nacional; sobre el Departamento de
Defensa, donde Robert S. McNamara impona la clase de vigoroso
liderazgo del que careca el Departamento de Estado; sobre el general Maxwell D. Taylor, primer asesor personal de Kennedy en asuntos militares y luego coordinador de los jefes de Estado ConJuntos;
y despus sobre selectos funcionarios del Departamento de Estado
cuyas opiniones Kennedy encontraba afines, especialmente Charles
E. Bohlen y Lewellyn Thompson en asuntos soviticos, George Ball
en asuntos de la OTAN y Europa Occidental, Roger Hilsman en el
Lejano Oriente< y contrainsurgencia, Richard Goodwin en Amrica
latina, y AvereII Harriman en todas las reas. 5 El hombre ms exito-

1 221

estratgico general para la admila articulacin de un conc!!pto


itman Rostow, quien fue dufue, sin embargo, Walt Whrsonal del NSC, y quien desde
Jl}str
en antigua
el l'e
posicin de Kennan como
rante 1961 ayudante -de
ocupo la
. embre de ese an0
e il
.
del Policy Planning
como rpido sintetlco Rostow tena deslumbran.tes
crlticos decan que era
d r de informacin compleja (
d la excesiva simplificac1on):
: 0 dominante en esta rea, al punto e leo" brome Kennedy en
s1a
yo
'
"Walt
escribe m s rpido de
rd lo
desque
lo hacan
parecer
e l i d e al planid
una oportunidad. Estas ~~al a
l Casa Blanca", le dijo Kenne _Y
. ador de largo alcance. A~u~ en a
ue sale de la burocracia.
. estamos bastante. restnng<:o; a /:
cargo del proreso en
Quiero que vayas alh (a Esta.~. 6 y
.

5'? enacin

d1~rdinador

Bun~y

o~nca~idades

lot

h~

~~-

i:!gas

todos los puntos de importancia . anza produciendo a cuatro .me~es


Rostow lo hizo como una ven~, n de 284 pginas de "B~sic ade su incorporacin una declara~!: en intencin a los estud10s protional Security Policy", compa~t Council de Eisenhower, pero d~
ducidos por el National. Secun y d nunca aprob formalmente e
visin mucho ms ampha.* K~~~fd a cuestiones no resueltas refe;
"BSNP" de Rostow, en parte leares tcticas, en P.arte p:"r . temo ridas al uso de las .rI?s nuc
manos del presidente. Su:~ ero
de que el respaldo ofxc1~l att-ra la~liamente dentro del gob1~mo,
bargo, el documento ~ircu o. a~
unto con las declaraciones
y retrospectivamente sigue s1e~b~;c1tiva gua de lo que la adp
blicas de Kennedy, la ~ sd
asuntos mundiales.
, es tar hac1en o en
Kennedy s1guie
ron
ministracin cre1a
t .a de
Los presupuestos bsicos de ~a J~~~:o~iaccedi a la presi~e?ci:
vigentes despu_s de que Lr:;ai:u~icamente diferent.<: que ex~~::cia
a pesar del estilo persona
.
en la que asum10 l~ prest
nuevo ejecutivo. La m~nera m1sm~nuidad que al cambio; lo que e~
daba mayor importancia a ! conts puntos de desacuerdo con el e~
m
s el mismo Johnson 1tema ~~do Johnson conserv a la mayoNna
que Kenne d Y h a b'
foque
. prop1c1a. do -especialmente R usk : ,Me ade los asesores del presidente as~~n~undy finalmente ren~n~1~ a ~~
mara, Taylor y Bundf"-Y. cuan
ridad nacional a pnnc1p1~s
cargo de asesor pres1denc1a} de 'sre1ko exponente de la estrategia de
1966 Johnson recurri al mas ene
mposible por supuesto, saber
Rostow, como
del perobdo
si Kennedy hubiera mane1a
no hay duda, sin em argo.,"'
1965 como lo hizo Johnson. De lo q~e del cual ambos hombres veian
d e que el encuadre intelectual
a par ir
..
l mundo era muy s1m11ar.

Ke~edy,

s_u~~~~s a~;ntecimie~tos

196!~

de tiene
Rostow,
. .
ba~u
0 las
rdenes del
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los
El informe haba sido inic1ad~
finalizacin,.
Y el
doc=en
Mc.'Ghee
pero
Rostow
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y
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perso

George
. antes signos e su
~
inequvocos Y d.onun

222 /

JOHN LEWIS GADDIS


KENNEDY' JOHNSON y LA RESPUESTA FIJCCIBLE 1

I
La visin que tena John F. Kennedy del mundo en el que las instituciones norteamericanas podan sobrevivir y prosperar difera de
la de sus predecesores solamente en la mayor claridad y el mayor
candor con los que l la expresaba. "Los intereses de Estados Unidos
de Amrica", proclam dos meses antes de su muerte, "se cumplen
de la mejor manera por medio de la preservacin y la proteccin de
un mundo de diversidad en el que ningn poder ni combinacin
de poderes pueda amenazar la seguridad de Estados Unidos". Haba
sido el colapso del poder alemn y del poder japons a fines de la
Segunda Guerra Mundial lo que haba impelido a Estados Unidos
a la arena internacional; la idea desde entonces haba sido que "si
ni Rusia ni China pueden controlar Europa y Asia ... entonces nuestra seguridad est garantizada". Haba, entonces, "un nico tema central de la poltica exterior norteamericana . . . y es el de respaldar
la independencia de las naciones de modo que ningn bloque nico pueda ganar suficiente poder como para superarnos finalmente".B
A pesar de cierta oscuridad sintctica, sta fue la ms precisa
explicacin pblica de un presidente norteamericano acerca de lo
que todos los Ejecutivos de posguerra haban credo pero rara vez
expresado: que el inters norteamericano no consista en rehacer
el mundo, sino en equilibrar el poder dentro de l'; que el nacionalismo, mientras reflejara el principio de autodeterminacin, no planteaba ninguna amenaza para las instituciones norteamericanas; que
por lo tanto Estados Unidos poda adaptarse ms fcilmente a un
mundo diverso que sus adversarios ms autocrticos. Tal como George Kennan haba repetido en 1948, la meta deba ser el particularismo, no el universalismo. La famosa revisin que Kennedy hiciera de
Woodtow Wil'son -"si no podemos terminar ahora con nuestras diferencias, al menos podemos ayudar a que el mundo sea un lugar
seguro en la diversidad"- no reflejaba ninguna interpretacin nueva: era un mero y conspicuo reconocimiento pblico del presupuesto sobre el cual
su administracin, y las dos que la precedieron, haban operado.9
Pero Kennedy y sus asesores, al igual que John Foster Dulles y
los creadores del NSC-68, disentan con Kennan en la conviccin de
que el equilibrio de poder era frgil. El poder, crean, era tanto una
funcin de percepciones como de posicin o voluntad: los cambios
diminutos de su distribucin -o incluso la apariencia de esos cambios- podan ocasionar reacciones en cadena de pnico que acaso
sacudiran al mundo, con consecuencias potencialmente devastadoras.
"Si no se presta atencin a la periferia", adverta Dean Rusk, "Ja peri-

223

.
. .
o ue ocurre en la periferia se da en el cenferia cambia. y lo pnmer q l
r inevitablemente afecta lo que ocutro ... Lo ~~e suce~e e~ ~~o:~:na entonces la obligacin de. actuar,
rre en otro .10 Esta os m.
la escena mundial cambios que
de
impedir
q~e
~
pro~u1er::.den
or
medio de la concentracin de
pudieran restnngir l~ diversi
p
poder en manos hostiles. . ,
l manera de provocar un equiliEl gran problema consi.stia en a
t urar la estabilidad. podan
brio. Las acciones emprendidas ~a~adres ~nidos la apariencia de un
impedir la diversidad, dando a. s la os reamenes impopulares pero
onario que estimu ara cA

--e
gendarme reacc1
d las revoluciones loca1es
ideolgicamente confiables en contra e de restriccin en esos
teinevitabl~s. Al~emati~amen~e, u~v::~:~:s, propiciando que explotamas pod1a abn~dacadmmo. a t =s ;stados Unidos se frotaba preocuparan las oportum
es mien r
,
rt La nueva administracin
l
1
s y permanecia apa e.
damente as mano
h b cometido ambos errores: a
consideraba que su predecesora t a ~as intervenciones de Eisenhoobjecin no se plan!eaba en cuan :'os ases, sino en cuanto a su rewer en los asuntos m~emos lde otedio~ de hacerlo sin arriesgarse a
ticencia para proporc!ona~ os men cuanto al hecho de que, donde
una escalada o , la inaccin, l y t con el objeto de respaldar el
actuaba, lo babia hecho usua men e hacer era alinear ms los intestatus quo. Lo q~e Kennedyl espe:~:sos de cambio irreversible, disreses norteamen.canos .con o~ p . os de humillacin y de guerra
minuyendo al mismo tiempo os nesg
nuclear.
h ms all de los espordicos esLa nueva frontera fue mue o
.
l relaciones intemafuerzos de Dulles de identi:~ca_r e;o c::c~~~a~~t:~ue casi siempre lo
cionales -y el elevado sen im~e~ t con los intereses norteamericaacompaaba- como algo con~is e~e s de frica y Latinoamrica
nos. Los informes ~cerca de as
los elementos "progresistas"
acentuaban la necesidad de ~esp f larizar demasiado si revestan
de esas partes del mundo, sm par icu
. da las instituciones
formas inicialmente afines a la emp~sa pnv~a Guerra Fra. ~stas
democrticas o l~ posicin norteam~1can~~~k en un discurso temeran fuerzas fam1hares, argument
ean
prano:

ald:rU:

.
on una bsqueda de libertad
Para expresa;lo. ~implementede:eo del gobierno de la ley, y un
-nacional e mdividual- ui;i
social Si se las identifica as,
anhelo de progreso econ mico y clara. Son fuerzas afines, arrainuestra relacin con ellas se tor;:a
~onstruido nuestra propia
gadas en ideas sobre las qu~d em~ de nuestra propia lucha,
nacin, una lucha
que h~ s1 oe
s:res humanos de todas paraspiraciones
que compartimos

tes del mundo.

224 1 JOHN

LEWIS GADDIS
KENNEDY, JOHNSON Y LA RESPUESTA FLEXIBLE

Rostow, el principal' teri


..
problemas de moderniz . , co de la .adm1mstracin en
cndida en su informe .. ~~~?"expres este punto de man~~anto , a
.
p de marzo de 1962 "Ha . d a mas
lance, es probable q
l
.
ue sirvamos mej

cien o un b
mos os nesgos que implic . r
or a nuestros intereses si
aen vez de aceptar los . a inc m~rnos hacia grupos m
aceptaliares arraigados
lnesgos que implica aferrarnos .
s _modernos
e pasado" W
.
a amigos f

d e desarrollar el en
ra o
. ashmgton necesitaba la
~mimientras trataba f, PPt. rt y la comprensin "con el n
capa~1dad
e ec Ivamente con l
b"
uevo gobierno
Rostow no vea cont d' .
e go ierno actual" u
la . t
.,
ra icc10nes entv
t
.
.
m ervenc1on en los asunto . t
e es a evidente llamad
miso de la administrad
s Iln ernos de otros pases y el co a a
Est d
u
n con a autonom,
I
mproa os mdos estaria ms se
ia y a autodeterminacin
el que las naciones tuvieran ungur?,. argumentaba, en un mundo e~
nar su propio futuro esto n
.m~~mo de oportunidad de dete .
sitara que las socieda'des for~es1gmf1caba que Estados Unidos ni::Tampoco era necesario "
as se moldearan a su propia im
~c.epten los valores demoruet. todas las sociedades en todo moma:etn.
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.
icos como aspir . ,
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rrump1damente hacia su consecu . , " ac1on ni que se muevan
c1on . Pero
las
' d"d

'
. , ~er
r as importantes de te .
.
difcil para Estados Unidos l'a ~or!~s o de recursos hacen ms
deseba, ya que pueden generar el ~c1 n ?el entorno mundial que
pue los del mundo no com .
errot1smo en los gobiernos y
do ,
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l
. .~est1cas (incrementando as'
,.
ar ugar a frustraciones
u~1c1e apresuradamente una I el nesgo de que Estados Unidos
b1n la conservacin de un e ';:~r~? Y pueden dificultar tamEste y el Oeste.
q
no de poder militar entre el
Sera difcil en
"
. '
una era de tecnolo ,
.
.
nas, . concebir la supervivencia de l gia '! comumcac1ones moderam:nc~a c?mo una isla solitaria
a soc1e~ad. democrtica norteto, el mteres norteamerica
en un totahtano mar". Por lo tan
ca y Latinoamrica se desa no I~s qu.e l~s sociedades de Eurasia Afri~
sistentes con nuestros
1! en s1gu1endo lneas ampliament,e conb.
prop10s concepto d r
go iem? basado en el consenf .
"~ e ~bertad individual y de
n~cesana, por. cierto pero se _im1ento. . La Intervencin poda ser
diversidad, no en co~tra de lrl1a una mtervencin en nombre de la
e a.
.
S1 era el interes
, norteamericano
l
. .
o, del. mismo modo, crean Kenned prop1c1ar el cambio pero guiarexpand1r los medios disponibl
y y. sus ~esores, era necesario
~el equilibrio de poder. Eise~o!:~ d1s~ad1r cambios indeseables
s!ado en la amenaza de utilizar las , cre1an, haba confiado demafin: su apego a_ la solvencia como . armas ~u~leares para lograr ese
no slo reflejaba una econo ,
I?1prescmd1ble para la seguridad
m1a anticuada, sino que tambin corra

225

riesgos innecesarios, ya que dejaba a la nacin pocas opciones de


accin por debajo del nivel nuclear. Kennedy consideraba como prioridad importante de su administracin el hecho de expandir el rango
de las opciones disponibles: "Intentamos tener una opcin ms amplia", dijo a la nacin en julio de 1961, "que la humillacin o la guerra nuclear generalizada" .13
El presupuesto de Eisenhower haba sido que, como los medios
no eran elsticos, los intereses deban competir entre s: los recursos
atribuidos a defensa slo podan producirse a expensas de otras
prioridades cuyo descuido poda acabar con los propsitos de defensa en primer lugar. Pero en la "nueva economa" de la administracin Kennedy se supona que los intereses domsticos y exteriores
eran complementarios: la economa poda sostenerse, e incluso beneficiarse, soportando incrementos para defensa nacional y domstica. Los gastos militares no deban mantenerse por debajo del nivel
necesario para seguridad "a causa de la errnea nocin de que la
economa es incapaz de soportar cargas extra", escribi Paul A. Samuelson, uno de los ms importantes asesores econmicos de Kennedy, en un informe pre inaugural; "cualquier incremento de estos
programas que se considere deseablt:; en s mismo slo puede ayudar
y no entorpecer la salud de nuestra economa en el perodo inmediato". Lejos de ser una limitacin, la economa en esta perspectiva
expansionista poda proporcionar los medios de sostener polticas
ms activistas tanto en lo domstico como en el exterior. Tal como
Walter Heller, otro de los asesores ms importantes de Kennedy, lo
expresara ms tarde, "la prosperidad y el crecimiento rpido ... ponen a disposicin del presidente, como ninguna otra cosa, los recursos necesarios para lograr grandes sociedades domsticas y grandes designios en el exterior" .14
No era accidental que hubiera en esta argumentacin algunos
ecos del NSC-68: diversas lneas convergentes de herencias conectaban los enfoques de Kennedy con los dominantes durante los aos
de la administracin Truman. Una era la tradicin poltica: los demcratas generalmente haban sido ms tolerantes con los caros programas de seguridad domstica y nacional que los ms cautelosos
republicanos.15 As, adems, los asesores econmicos de Kennedy, al
igual que Keyserling en el caso de Truman, eran expansionistas keynesianos, comprometidos con el empleo pleno y el crecimiento econmico, menos preocupados que los republicanos por los dficits
presupuestarios y la inflacin. 16 Finalmente, varios de los arquitectos
clave del NSC-68 -especialmente Dean Acheson, Dean Rusk y Paul
Nitze- tenan gran influencia en los concilios de la administracin
Kennedy: Acheson como consultante y manifiesto defensor de la
dureza durante la crisis de Berln en 1961, Rusk como secretario de
Estado totalmente conectado con los usos del poder militar, Nitze

226 1 JOHN

LEWIS GADDIS

como coordinador del informe rei


la poltica de seguridad nac
naugural de Kennedy acerca d
fensa en Asuntos Intern . ionla y como secretario asistente de D e
.
ac1ona es de Seguridad.11
eEl cambio de nfasis no demor en
.
polticas que econmicas durant
. producirse. Por razones ms
d
,
.
,
e su pnmer ao de gob.
K
y pago cmdadoso tributo a las virtude d
iemo ennebrado, pero dej en claro ue esas
.s e ~n presupuesto equiliincrementar los gastos de ~efens :~s1derac10nes no le impediran
cuadas para enfrentar nuestros c~~ r~e~tras armas deben ser adeguridad, sin estar limitadas por arbh II?-Isos y asegurar nuestra sedijo al Congreso en marzo de 1961 .~anos techos presupuestarios"
adicionales cuando resultan ne
: ::?-7 debemos rehuir los costo;
ante la insistencia de sus ase cesanos : s ~s tarde, ese mismo ao

sores econom1cos re h , l
'
mcremento impositivo destinad
f"
.
, c azo a Idea de un
l~ crisis de Berln; en 1962 ex ~i:ab ma~c1~r el gasto de defensa de
v1ts adquiridos a expensas del pcr .a pubhcamente que los supernecesariamente la inflacin pero e~~n;~ento, ~c.onmico no impedan
al estimular esa actividad ~al vez q
,s d:fic1ts .en los que incurra
correspondi al ms volubl
podnan 1mped1rla.19 Sin embargo
.
e sucesor de Kenned
l.
,
:;anc1as de esta lnea de pensamient
, .
y ~xp icar las impliSomos la nacin ms rica de l h. en. termmos mas comprensibles:
don Johnson en julio de 1964 ~'P:i~ona del m~do", proclam Lynsea necesario para que
t.
, mos permitirnos gastar lo que
nues ro pa1s y nuest
l"b
ros. Y eso es exactament l
ra I ertad sean segue o que haremos".20
Todas las administraciones de os
,
desproporcionada fuerza militar ~cogu_en::a hab1an supuesto que la
confera responsabilidades nicas yen nom1ca ?e . Estados Unidos le
de poder mundial. "Somos la clave l el .mantemm1ento del equilibrio .
to bsico de la fuerza de tod
l , a p1edr.a fundamental, el elemen1963,21 y es dudoso que cual ~ e r;;undo hbre", seal Kennedy en
do en desacuerdo con l p qu~era e sus .predecesores hubiera estamoldeado tanto la nat~ralero as percepciones de los medios haban
eza como el grado de e
.
tanto Truman antes de 1950 com E
h
se compromiso:
de gobierno haban supuesto ue o isen ower .d~rante su perodo
necesariamente el rango de 1 q
l'?s recursos hm1tados restringan
as acciones que Estados U "d
d'
emprender en defensa del equTb .
l
.
m os po ia
c~pcin que Kennedy tena de \~sn:. g .obal. ~ ms . expansiva pertica exterior ms activista tal
~1os abno cammo a una polaos antes. El nuevo presidentecomo e ~~C-68 lo haba hecho once
su discurso inaugural -"
are~~ tomo b~eralmente la retrica de
cualquier carga, enfrentar~~os cu:i c~alqu1er p_recio, soportaremos
cual'quier amigo nos opond
qmer penuna, respaldaremos a
l
.
,
remos a cualquier enero.
a s~p.~rv1vencia y el xito de la libertad"- .
1go para _asegurar
adv1rt10 que Estados Unidos
d'
, smo que repetidamente
fender a aqullos incapaces ~~ ~o f ia dactuar solo, ~ue no poda dee en erse a s mismos, y que no

KENNEDY, JOHNSON Y LA RESPUESTA FLEXIBLE 1

227

correra innecesariamente el riesgo de una guerra nuclear.22 Pero el


espritu de su administracin, as como el de la de su sucesor, era favorecer la accin por encima de la inaccin, prestar mayor atencin a
controlar los riesgos que los costos, y dar forma a lo que se consideraban capacidades virtualmente ilimitadas en la tarea de defender los intereses norteamericanos.

II
Si la administracin Kennedy fue razonablemente clara acerca de
estos intereses, lo fue menos con respecto a las potenciales amenazas que stos padecan. Una de las mayores ambigdades del
perodo Eisenhower-Dulles -la tendencia a considerar el comunismo internacional como un implacable y eficiente monolito reconociendo al mismo tiempo sus fragilidades y vulnerabilidades- se
hizo ms notable durante el perodo de Kennedy. La propia inconsistencia de los rusos contribua an ms a la confusin: en ningn
momento de la Guerra Fra su conducta oscil tanto entre los extremos de la beligerancia y la conciliacin como durante los aos de la
administracin Kennedy. Adems, exista una creciente conviccin,
por parte de los funcionarios de la administracin, de que Estados
Unidos poda amenazarse a s mismo si se mostraba dbil e indeciso.
El resultado fue una percepcin del peligro pero tambin de la elusividad que dificult saber cmo o a qu responder.
La administracin Kennedy actu rpidamente, sobre la base
de nuevas tcnicas analticas, para bajar sus estimaciones de la amenaza sovitica en dos reas clave: misiles estratgicos y fuerzas convencionales en Europa. El acceso a inteligencia U-2 convenci al nuevo presidente y a sus asesores de que Eisenhower haba estado en lo
cierto al negar que hubiera existido una "brecha misilstica" de consideracin; la. frase haba ejercido "el til efecto taquigrfico de
llamar la atencin con respecto a ... nuestra postura militar bsica",
seal McGeorge Bundy en marzo de 1961, "pero nadie ha supuesto
nunca que un conteo de misiles era en s mismo una base suficiente
como para definir la seguridad nacional". En el otoo de ese ao,
las nuevas capacidades de satlites de reconocimiento haban confirmado que, incluso en estrictos trminos numricos, Estados Unidos estaba muy por.delante de la Unin Sovitica en todo lo referido a
ICBM operativos.* Tras aigunas cavilaciones, Kennedy autoriz al
Paul Nitze sefial en 1963 que "incluso antes de la filtracin de inteligencia, habla tres cosas que reducian notablemente la vulnerabilidad que podia
esperarse de nuestras fuerzas de represalia en caso de un ataque de las fuerzas
estratgicas soviticas estimadas -Y que reducan, por lo tanto, la significacin
de la llamada brecha. Primero, babia habido una modesta pero significativa re-

,,.!
:

KENNEDY, JOHNSON y LA
'1'

228

~A

FLl!:XIBLE 1

229

1 JOHN LEWIS GADDIS

delegado secretario de Defensa Roswell Gilpatric a hacer pblico


ese hecho a fines de octubre; el mes siguiente el presidente mismo
seal que "en trminos de fuerza militar total, Estados Unidos no
intercambiara lugares con ninguna nacin de la tierra" .23
Una reafirmacin similar pero menos conspicua de las capacidades soviticas se estaba llevndo a cabo con respecto al equilibrio
militar en Europa central. Tradicionalmente ese equilibrio haba sido medido en divisiones del ejrcito: segn esa escala, que daba al
Pacto de Varsovia alrededor de 175 cuando se lo comparaba con las
25 de la OTAN, el problema de defensa pareca irresoluble ~ no se
utilizaban armas nucleares. Pero la aplicacin de tcnicas sistmicas
de anHsis (una de :las innovaciones de McNamara en el Pentgono)
cre un cuadro totalmente diferente. Los planificadores de defensa
calculaban que si los rusos estaban en realidad equipando 175 divisiones ms o menos segn los estndares norteamericanos, entonces
tendran que estar gastando ocho veces ms que lo que gastaba Washington con ese propsito. Incluso, suponiendo que los estndares soviticos fueran ms espartanos, el costo de una fuerza as habra
estado muy por encima de lo que la economa sovitica poda soportar razonablemente dados su producto interno relativamente bajo y
su ms baja productividad agrcola. Al mismo tiempo, las estimaciones de inteligencia decan que el poder humano militar de la Unin
Sovitica era slo el doble que el de Estados Unidos (2.000.000 versus 960.000), y que el poder humano de la OTAN era en realidad
superior al del Pacto de Varsovia (6.000.000 versus 4.500.000). La explicacin result ser. sorprendentemente simple: las divisiones soviticas tenan nada ms que un tercio del tamao de las divisiones
noriea:tnericanas y de la OTAN, y eran, por lo tanto, la tercera parte
de efectivas. 2 El resultado de estas evaluaciones de misiles y poder
humano soviticos fue dar a Occidente, por primera vez desde 1945,
un sentimiento. general de paridad, y posiblemente de superioridad,
con respecto a la Unin Sovitica.
Pero este sentimiento de seguridad no elimin, y tal vez haya
contribuido a producir, un mayor riesgo de guerra por error de
clculo cuando Kruschev procur restaurar lo que perciba como una
situacin militar en deterioro y amenaz a Berln Occidental, reanudando las pruebas nucleares en la atmsfera y, en ltima instancia,
situando misiles balsticos de medio y largo alcance en Cuba. Retrospectivamente, estas maniobras parecen haber tenido como provisin de nuestras estimaciones de inteligencia del programa sovitico de ICBMSegundo, una serie acumulativa de progresos defensivos, inc~uyendo el sis~ma
de advertencia, babia empezado a hacerse sentir, y los pnmeros subma.nnos
Polaris se produjeron ya en 1961. Tercero, aunque el programa de defensa del
presidente Kennedy ejercerla su mayor impacto en aos sucesivos, el incremento
de quince minutos en la alerta terrestre SAC de un tercio a la mitad de los aeroplanos aument inmediatamente la superviven9ia de SAC (Nitze a Bundy).

.
d
oder suficiente como para atemopsito producir un desJ?hegue e p tar una relajacin de las tensioriZar a Oceidente y obligarlo a .acep
los cada vez ms suspicaces
nes impresionando al ~ismo tI~~~oR~stow seis meses antes de la
cbi~os.is El riesgo, babia adver i l rusos "podan subestimar la
crisis misilstica cubana, ~~dqueda~: a ciertos intereses o reas, e
..-.partancia que Estados m os . . , de que Estados Unidos no
h
n s en la conv1ccion
. .
,
niciar por e11o accio e
, .
.
bargo la admm1strac10n
1
,, 26 p
su credito, sm em
,
,
to
responder .
ara
in de Kruschev era mas un ges
l(ennedy consider que la pr~vo~c te su respuesta firme pero resdesesperado que una guerra m~men , la eficiencia de su disuasor,
tringida, que reflejaba aut~on ianza e~aber convencido a Kruschev,
del que los soviticos carec1an,, p~ece l dtente por medios ms
despus de Cuba, de que deb1a uscar a
directos.
lear haban disminuido para
. os de una guerra nuc
d
re
Si bien los nesg
,
hecho los riesgos de formas e ag 1963 no obstante no lo habian
sores haban tomado con la
sin' ms limitadas .. Kenne~e k~1:c:: de enero de 1961, p~r el que
mayor seriedad el d~~urs;:.as de liberacin nacional": eso e:a, penofreca apoyo a las gue
.
aa comunista destmada ~
saban, la evidencia de una nu:i:~i:~:ios coloniales y otros movihacerse con el control de los
M do "Estamos enfrentados
.

n el Tercer un
. .,
mientas revolucmnanos e
l't
y audaz conspirac1on que
on
una
mono
i
rea
.
f ra
en todo el mun d o c
.
b" rtos para expandir su es e
.
.

t en medios encu ie
confa pnmaname~ e. ,
d
s tarde durante ese mismo an0, .
de influencia", advirt10 Kenne y m .
. Asia Africa y LatinoameLa lucha se haba desplazado de Europ~ a les ~ la guerra irregular,
leares y convenc10na
1 El
rica, de las armas nuc
.
ero no or ello era menos rea .
la insurreccin y la subversin, p
Jnados en sus casas l!n vez
hecho de que "los hombres ~ei:~ ~:,.c no alteraba la necesidad de
de baleados en los campos e a a.
todos eran exitosos en
t ticas pues si esos m
d
protegerlos d e esas .c
' d l Sur "las puertas se abriran e par
pases como Laos y Vietnam e
,
en par".27
.
ro orcion los presupuestos
Una vez ms, fue Rostow qmen p lomo miembro prominente
cin de la amenaza.
"
cenclaves de esta percep
.
d arrollists "Charles R1ver , con ,
de la escuela de economistas es la dcada de 1950, Rostow est~ba
tro en Harvard y en el MIT lenha entre el comunismo y el cap1taconvencido de que la futura uc
.
destinadas a demostrar
. , 1 f ma de competencias
t al
lismo revestina a or
. d olog. as tena con respec o
que cada una de esas
e Los comunistas cre1'an
la relevancia
M indo
proceso de desarrollo del Tercer u
.
.
oltica bajo control dictato. .,
que las tcnicas de centrallzacion p
econmico sovitico y
rial y la imagen proyectada de; r~:g~~:bres va~ilantes, enfrenchino comunista persuadirn

~
'
230 1 JOHN

l.EWIS GADDIS
KENNEDY, JOHNSON Y LA RESPUESTA FLEXIBLE 1

tado~ a grandes problemas transicio


mumsta es lo que debe adoptars
n~les, de que el modelo c0aun al costo de perder la libert ed ehn virtud de la modernizacin
a
umana.

"

Ro_stow sola describir a los comunis


.
carroneros del proceso de mod
.
~as. poco elog1osamente como
d e ese proceso hacan que lo ermzac1n"

bles traumas
'
,
los mev1ta
bles a esta "enfermedad de last pais~s. ,en desarrollo fueran suscepti
e
l T
rans1c1on hacia la
d
.
.
.
mo ermzac1n". Si
s que e ercer Mundo no deba suc
las implicancias que eso plante , umb1r a estos males, con todas
poder mundial, entonces Estados~ -~on respecto al equilibrio de
dos" tendran que demostrar
ii os y otros pases "desarrolladucirse dentro de un encuad qdue e p:o~reso econmico poda prore emocratico "La

t ~s menos desarrolladas deben


ser
..
s naciones emergenc10nes humanas y nacionales se venfuersu~didas ~e que sus aspiramar.co de la comunidad l'b
meJor satisfechas dentro del
p
i re Y no fuera de l" 28
,
ero el enfoque de Rostow . 1
:,
una direccin comn por arte ~mp Icaba _acc101:1 comn, o, incluso
era difcil de reconciiar c~n las t~~~~m1:1msmo ii:ternacional, y est~
como otros vean en funcio
.
ncias centnfugas que tanto l
nacionalismo sostena hab'namd iento dentro de ese movimiento El
1
Ioga d e posguerra:
'

emostrado ser la mas


, d urable ideo
tanto
W h.
deserciones, y deban esper as ~n?ton _como Mosc haban sufrido
la "difusin de poder" l "ardsu nr mas, a medida que progresaba
, a eJ n ose del mund b" l
menza d o en la dcada de 1940.
o ipo ar, que haba coEl cisma sino-sovitico era real
"Puede dar lugar a un creciente fa .Y er~. probable que se agravara:
comu-?istas nacionales, debilitar e~ci%na ismo dentro de los partidos
mundial, y facilitar Ia emer
. d pulso general del comunismo
tas ms independientes es ge?~ia e estados nacionalistas comunisembargo, Rostow parecfa e~e~1a mente en Europa Oriental".29 Y, sin
de la misma manera cuando p rar _que todos los comunistas actuaran
explotar las tensiones de la ~eo~:ia1!" te-?!ados por la oportunidad de
comunistas podan pelearse
t n:iizac1on en- el Tercer Mundo Los
Iidad I0 b l
en re s1 pero en lo f "d
.
g a sus intereses col t' '

re en o a la estabiles a los intereses de Occi'denteec xvos eran fundamentalmente hostiEl problema de este enfoq~e
.
un equilibrio de poder responda e~a 61:1e .toda la idea de conservar
tracin de fuerzas hostiles 1
da o J~hvo de impedir la concen..
mente se eqmhbraban
entre s,os a. versanos frag men t a d os supuestapresiones externas Una de l i,_ smlique ~e planteara la necesidad de
despus de todo, haba sido asu~rnc. canc1as ~e vivir en la diversidad,
sos grados de enemistad en ~I
s~ados. Umdos poda tolerar diverconsolidara ni se coordinara cmu~ o mientras esa enemistad no se

.
esta. prem1sa
sena
, llegar al
1ismo
umversa
por la puerta t uestionar
.
rasera. en realidad Estados Unidos ne-

231

cesitara un mundo que se le asemejara con el objeto de estar seguro. Rostow nunca elabor esta contradiccin, que haca que Estados Unidos intentara contrabalancear a un monolito mtico. Su propia confusin en este aspecto afectaba y reflejaba a toda la administracin.
El gobierno de Kennedy fue en realidad menos proclive que el
de Eisenhower a percibir las amenazas al equilibrio de poder en trminos ideolgicos. Era demasiado fcil, dijo el presidente a la nacin en junio de 1961, "descartar como de inspiracin comunista
cada tumulto antigubernamental o antinorteamericano, cada derrocamiento o cada rgimen coritpto, o cada protesta masiva contra la
miseria y la desesperacin". Kruschev haba estado en lo cierto al
afirmar que "hay muchos desrdenes en el mundo, y que no se le
debera culpar por todos ellos". Tampoco todos los aliados norteamericanos eran modelos de democracia; el trmino "mundo libre",
excesivamente utilizado, seal privadamente Arthur Schlesinger Jr.,
inclua a Paraguay, Nicaragua y Espaa: "A quin estamos engaando?". Kennedy era ms tolerante con el neutralismo que Eisenhower
y Dulles, y estaba menos preocupado por la posibilidad de que el
nacionalismo no pudiera sostenerse ante las amenazas comunistas.
Incluso, estaba preparado para aceptar la idea de que los comunistas podan llegar ocasionalmente al poder por medios democrticos.
"Lo que nos resulta objetable, y una amenaza para la paz", dijo al
periodista sovitico Alexei Adzubhei, "es cuando un sistema es impuesto por un pequeo grupo militante por medio de la subversin,
la infiltracin y todo el resto".30
Lo que es ms, la administracin comparta la opinin de Rostow con respecto a que el cisma sino-sovitico era serio. A pesar de
las cautelosas declaraciones pblicas de Kennedy y otros funcionarios, y a pesar de cierta reticencia del Departamento de Estado, a
quien no le agradaba abandonar las familiares referencias al "bloque
sino-sovitico",31 las evidencias de crecientes diferencias existentes
entre Mosc y Pekn no dejaban de impresionar a los observadores
norteamericanos. Lewellyn Thompson, el embajador de Estados Uni.-
dos en la Unin Sovitica, ya en febrero de 1961-plante la posibilidad de que, dadas sus diferencias con los chinos, los rusos muy bien
podan haber llegado a advertir que "incluso un mundo completamente comunista les ocasionara enormes problemas". La CIA seal
en abril que la ideologa se haba convertido en una fuerza ms divisiva que unificadora dentro del mundo comunista; dos aos ms
tarde conclua que "la URSS y China son ahora dos poderes separados cuyos intereses chocan en casi todos los temas". ' El ao 1963
present seales, ms conspicuamente bajo la forma del Lmited
Nuclear Test Ban Treaty, de que Kruschev estaba dispuesto a incurrir en la ira de Pekn para lograr una dtente con Occidente; en

232 /

JOHN LEWis GADDIS

1?64 la administracin Johnson


c1dad nuclear china, lleg a c~:S~~ocupa~a por la inminente ca
coopera: con la Unin Sovitica
erar, mcluso, la posibilidad ~ade mclmr una "accin 1
en contra de los chinos l
e
m1 1tar preventiva" 32 *
a punto
Que esa maniobra pudiera incluso
. .
.
no -~e emprendi ninguna accin po i:,i5er discutida (evidentemente
racion de Kruschev al mes si . ,
s1 e~ente a causa de la decI
p:rcepciones de la amenaza g~~~~!~ sugie:c el grado en el que
Eisenhower. Eisenhower y Dulles h b'camb1ado d~sde ,Ja poca de
garse al menos a una guerra nu 1a ia~ e~tado dispuestos a arres.
poderes comunistas de que no od~ ear limitada para disuadir a los
mas ventajas; Johnson considirab~na~~ner ventaJ.~ _ni siquiera mnicon un poder comunista para imped
ra la posibilidad de trabajar
nuclear. Esto representaba
ir que ?tro ~dquiriera capacidad
luntad de distinguir entre ~~a n?tabl_e evidencia de una nueva vore~~es peligros requieren difer~as d1ver~~s amenazas: ."Los difete~ , coment Johnson el da
t t:s pohticas. y acciones diferenchma.JJ Ello tambin su era an enor a la primera prueba nuclear
ser considerada en Wash? t que la guerra nuclear haba llegado

mg on como u
a
magmtud era mayor ue tod
na-amenaza en s misma cu a
tificado que se recu 9as las provocaciones que hubieran' . y
rnera a ella.
JUS.
Pero, curiosamente, esta alteracin d
.
..
.
naza no produ3 o cambios en 1
. e la percepc1on de la ameas percepcion 0 f" 1
. .
ses Indiferenciados Tant K
d
es icia es de los intere.
o
enne
y como J 0 h
en f oque del mundo de "
d
nson conservaron el
. .
Juego e suma ce "
h .
a. la adm1mstracin Eisenhower -la id ro que ab1a caracterizado
~is:as en todas partes representaba :a
que las victorias comuSe perfectamente bien" co
, n perdidas para Estados Unidos.
muerte, "que cada vez qu'e unmen.to .Kdennedy dos meses antes de su
pa1s ' m epe
es t e. d e nuestras fronte
, n d.ientemente de cun Ie3os
.d d
ras ... pasa detras de I C .
segun a de Estados Unid

ortma de Hierro la
en perigro ". J o h nson agreg el ao


que "rendirse en os
cu est
1 .
s1gmente
a qmer parte es una amenaza de derro-

1a:

?e

1 ) "No estamos a favor de


.
.
cada Y unilateral contra 1
~ accin militar norteame
Preferiramos que se lleva,?: mstablaciones nucleares chinas enn: no provtoesas acciones Si
- a ca o una prueba china
. . ~ornen o.
en cualquier . ni r r otras razones nos encontrram
antes q_~e lillClar ahora
atencin a la po~~bil~odadn lods comunistas chinos, tra~:ae~ohsosdt1lidades militares
.
e prestar mucha
e emprender una
instala
2)c~~~ucleares de los chinos."
apropiada accin militar contra las
os que hay muchas
.
bierno
sovitico si ese gob
P?Si'b'l'd
! i ades de accin co
ta
IWvertencia a
.
xemo est mteresado E
. . . nJun con el goque abandonen chinos en contra de las pruebassas pos1b~idad~s _incluyen una
haciendo
as Prue~as subterrneas
un una posible mtrmacin para
militar pr~=v:rueba, mcluso im posib1% acue~3~trol para verificar si estn
secretario de EsiaJ'r 10 tanto, acordamos que lo ~scoodperar en una accin
Dobrynin tan
explorara privadamente
eseable sera que el
versacin' de ,Jg:::nto como sea posible." (Mem~~dasun~ con el embajador
Papers, NSF-Nsc ~~!ir e~ RuBsk, McNamara Y McConi::nse et ~un5dy de la eones, ox 2, "Memos for the P .dP , 1964. Johnson
res1 ent", vol. 6).

ru;

KENNF.DY, .TOHNSON Y LA RESPUESTA FLEXIBLE

1 233

ta en todas" .34 Declaraciones como stas dejaban ms preguntas que


respuestas: si el comunismo ya no era un monolito, quin era entonces el enemigo? Si la amenaza contra el equilibrio de poder
mundial ya no era nica, por qu cada alteracin de ese equilibrio
pondra en peligro a Estados U-nidos? Si el inters de Washington
era verdaderamente el de aceptar un mundo de diversidad, por qu
reaccionaba con tanta alarma ante los cambios de status quo?
Se puede hallar respuesta en la suposicin de Rostow de que,
fueran cuales fuesen sus diferencias, todos los comunistas tenan en
comn intereses hostiles a los del "mundo libre", y se poda esperar
que, tarde o temprano, actuaran sobre esa base, ya fuera de manera
coordinada o individual. "Csar y Pompeyo y Antonio y Octavio, y
todos los dems no cayeron mientras no fueron exitosos", record
Kennedy en una conferencia de prensa de 1961. "No podemos permitimos el lujo de tener esa clase de xito". Pero era difcil' sostener
esa argumentacin ante las seales de que el mundo comunista se
estaba fragmentando antes de lograr sus objetivos, y de que algunas
de sus partes -especialmente la Unin Sovitica tras la crisis misilstica cubana- parecan dispuestas a trabajar junto con el mundo
capitalista en contra de otras partes del mismo mundo comunista.
"Los intereses de largo alcance de la geografa y el nacionalismo
desempean un rol, incluso, detrs de la Cortina de Hierro", reconoci Kennedy poco antes ~e su muerte. La CIA predijo en 1964 que
"en el futuro el comunismo llegar a poseer an menos uniformidad
doctrinaria que la que posee hoy. Sin duda, los antagonismos doctrinarios y nacionales que existen pueden conducir ocasionalmente al
conflicto armado; el mundo comunista puede llegar a ser tan diverso
e indisciplinado como el mundo no comunista" .35
Otra explicacin podra haber sido que los chinos haban reemplazado a los rusos en el papel de principal amenaza contra el equilibrio mundial. No haba, por cierto, ningn indicio de dtente en la
retrica de Pekn, ya fuera dirigida a Washington o a Mosc, ni tampoco haba signos de que los chinos compartieran el miedo a la
guerra nuclear que se haba hecho tan intenso en las l LLE dos capitales. China tena el mayor ejrcito terrestre del mundo. ya orobado
en batalla contra Estados Unidos; adems, estaba a pun ) d,: desarrollar armas nucleares. Pero China careca de la base ndu" 'rial
necesaria para mantener una guerra a nivel sofisticado; SU!:. primitivas fuerzas areas y marin.1s no podan lanzar las sofisticada: armas
nucleares una vez que stas foeran lcsarrolladas, y tena la d svent~ja adicional de compartir una fro . '.Ta de 5.000 millas con una
Unin Sovitica cada vez ms hostil. L que es ms, tal como ser tiara la CIA en el verano de 1963, las a u 'nes chinas, oponindose a
su retrica, haban sido cautas: "No cr 'fil' S qu. ataquen inconscie1
temente ni que corran grandes riesgos . ~ ')s ch1 os han mostrado

r::
234 1 JOHN

LEWis <lADDIS
KENNEDY, JOHNSON Y LA RESPUESTA FLEXIBLE

hasta el momento gran res


no esperamos que esa
. peto, ~or el poder de Est
.
actitud bas1ca cambie" 36 E
ados Unidos y
naza digna de
una respuesta a nivel mun . .
ntonces, como a~e
de
que lo que ms llegaron a t:1al, China no. era creble~
. d
y y de Johnson no fu
l
mer las admmistrac
s1a o fragmentado, o la Unin
e-~ . comunismo, que estaba iones
prometido con la d 't
Sov1et1ca, que estaba d
.
demaimpotente, sino me e~.te, y ni siquiera China, que ema~1ado ~om.
humiJlacin d
s ien la amenaza de la .
era emas1ado
1
a~eptar la ~rg:m :n:~~:nia de d~bilidad. Amb1:;:,c::~=~ de, la
d1do por dems a Estad eUq~e Eisenhower y Dulles hab' pochan
~s Didos; el problema e
ian extenpromisos, una v

.a inversa no es necesariamente as. La reducida percepcin de la


amenaza que sigui al avance de Kruschev hacia la dtente y. la confirmacin del cisma sino-sovitico no produjeron una correlativa re
duccin de los intereses; en cambio, stos siguieron siendo muy similares a lo que haban sido durante la administracin de Eisenhower.
Esto, a su vez, sugiere que los intereses pueden ser tanto una funcin
de los medios como de las amenazas, pues, aunque medios y amenazas se expandieron en 1950, lo que se produjo durante la administracin Kennedy fue una contraccin de las amenazas mezclada con
una proliferacin de los medios muy por encima de lo que la administracin anterior haba estado dispuesta a proporcionar. El resultado
fue una estrategia de contencin que recordaba al NSC-68 por su
compromiso con una respuesta flexible pero apropiada independientemente de los costos, diferente del documento anteriol", no obstante, en su vaguedad con respecto a los objetos que deban ser
contenidos.

Kc::::ts

~f~:~;~~;~~~~~::~~~~~:t.~r?;:::

sano enfrentar lo h h ppmann en marzo de 1961


e Asia,
d La
s ec os tal como
, pero era nece

c;me~~a~~~~::~~~:r-: i~en:enc~~~n~~?a~e~:7.u;~: c~:~r~~~~ci~

mnguna humilla . ,
~
nc1onana. Pero "no
ia repunto d
,
c1on evidente en Laos" J h
podemos aceptar
el si uieespues de su viaje al sudeste de.As~ nson expres el mismo
11
regitn e~\: ~: ~~-mayr la alternativa de ~~~~:a ~Icepre.sidente en

~=freso

III

nuest;:s

a San Fra~~f;co~ .t~~: ~~ ~ lledva~nos


p~~~:~s~: e~:
amos a la altura d
na ec1rle al mundo
nuestros amigos" 37
e nuestras promesas y que no r ..Id. que no

espa amos a
d'
Kennedy
expl1c,
,
c
.
o can idamente el
h~~~:d;~a poco despus de la crisis misfi~~~~ema ben una e?trevista
- , . que los rusos realmente d.
a cu ana. El nesgo no
s~nalo; s1 hubieran intentado em
ispararan misiles desde Cuba
p1as ?ases domsticas hubieran s pez:ir una guerra nuclear, sus ro~
~esphegue exitoso, revelado pbl~~;1do par~ ese. propsito. Peropun
l 1cament_e el equilibrio de poder E mente, hubiera cambiado polapanencias contribuyen a I~ s~~ ~? que hubiera parecido y
a amenaza: habindose com ro re~ I d ,38 ~sa, simplemente ~ra
de po~e: e~istente en el mun~o ~:~d~ a m?ntener la distrib~cin

ts

:ec~~t~~q~~:: ::i~:~~e~ cambi~s

dy~~~~~c:n ~~d~aro~ei:nitir

de es:s
ser !? importantes com ~~rqu~ las J?ercepciones del poder ~z:an
?~~~1stracin, comprometid:o er m1s~o. Al igual que Rostow I~:
~1v;s1on ~xis!~nte entre sus adv~;~~a d1versid~d, consciente de' la
e a ~bhgac1on universal de mant os, se babia creado no obstan-

;:~~f~~:d~~~~:n;~~:d~ ~~1:i~~s e~:~d~~ :~:t~~ !~~o'!u:~~i q:~ ~

Todo esto sugiere que . b. o.


de la amenaza puede ampIa;1 l~e~;:re:?ans.in de las percepciones
s e Incrementar los medios,

1 235

1
:J.
~:;~

j"
f
.

Hasta este punto, las estrategias de contencin se haban alternado


entre los conceptos de respuesta simtrica y asimtrica. Tanto Kennan como Dulles haban defendido la asimetra -el hecho de contrarrestar los desafos al equilibrio de poder pero no necesariamente
en el nivel en el que se producan, sino ms bien en terrenos y con
instrumentos mejor calculados pera aplicar la fuerza norteamericana contra las debilidades del adversario. Para Kennan, el instrumento
favorito haba sido la ayuda econmica; para Dulles, la disuasin
nuclear. Tanto los autores del NSC-68 como ms tarde los crticos
demcratas del "New Look" haban cuestionado la asimetra sobre
la base de que proporcionaba insuficientes medios de. responder a
diversos tipos de desaos: teniendo esto en cuenta, la administracin
Kennedy, al formular una estrategia adecuada a su percepcin de
los intereses y las amenazas, volvi a la simetra como enfoque deseable. Como es usual, le toc a Rostow enunciar el problema de la
manera ms sucinta:
Debe sealarse que en general hemos estado en desventaja en
las crisis ya que los comunistas disponen de un conjunto de
instrumentos ms flexibles para imponer tensiones al Mundo
Libre -y una mayor libertad para utilizarlos- que el que normalmente tenemos a nuestra disposicin. A menudo nos vemos
atrapados en circunstancias en las que nuestra nica respuesta
disponible es tan desproporcionada con respecto a la provocacin inmediata que su utilizacin corre el riesgo de producir

~
'

f,
KENNEDY, JOHNSON Y LA RESPUESTA FLEXIBLE

236

237

1 JOHN LEWIS GADDIS

una escalada indeseada o serios co


, .
nidad libre. Esta asimetra h
stos pohticos para la comuatractiva la idea de aplicar lim~~:da~ue p~ra los a:>~unistas sea
nosotros en situaciones en l
.
presiones debilitantes sobre
nos a elfos o imponerles un ;s q.ue no~ resulta difcil imponer
Debemos procurar, por lo
eqmval.ente por su
contramedidas abiertas y
b. ' expandir nuestro arsenal de
encu iertas si re 1
grar que la produccin de . .
a mente deseamos 10ideologa y los hbi.tos
cnsi.s, profundamente arraigada en la
operativos comu t
.
una ocupacin improductiva.39
ms as, se convierta en

ta1;~

intrusin~

Este enfoque simtrico se hizo


.d
, .
del libro de Maxwell Taylor Th U cono~i o pubhcamente a partir
tegia de la "respuesta flexible". e ncertam Trumpet como la estraKennedy estableci los objetivos de e t
- .
mensaje sobre defensa ante el Congre .
s a estrategia en su primer
toda guerra general o limitada
slo, en marzo de 1961: "Disuadir
'
, nuc ear o convencion~ 1
d
pequena, convencer a todos los ot
. l
a , gran e o
quier ataque ser ftil d
p encia es. a~esores de que cuallas disputas, asegurar a =~c~:~~~d~ al zan3amiento diplomtico de
para dar fin a la carrera armame:tis;:.?~.str~ ~od~ _de negociacin
lles haban perseguido objetivos s 'l . m u a, isenhower y Ducomo consecuencia haban estad 1;1 ares, pero a un costo mnimo:
actuar en absoluto, d
o isp~estos a correr el riesgo de no
provocacin origin~l~ K:n~:do~der a mve1es que tr~s.cen?an el de la
ca que le permita desconsid~~a n r~der de una pla?1f1c~cin econmide minimizar ,Jos riesgos dando : ::t~~stoti 'f!~so
enfas1s ~n el hecho
0
ponder sin que se roduera
os m ~ la ~apac1dad de resimprescindible la c~pacid~d
:~~aladas od humllla~1ones. Esto haca
plomada hasta la accin encub. t uar a to os los mveles, desde la diguerrilla, la guerra nuclear y la ier a, y pasando. por las operaciones de
muy importante que existiera :C~~::onvenc1onal."Pero _tambin era
tener una efectiva fuerza de dis a . . ..oso cont:ol. Creemos en man"pero tambin cr~emos en hace~ s~n , alcentuo el nuevo presidente,
menos".40 *
acer 0 que deseamos, ni ms ni

d:

De all que la. admm1s


t racmn
, pusiera
.
tanto nfasis, entonces, en

:ecl

'" McGeorge
advirti
a Ke
d P!13 despu~s de su asuncin que
los p~es
blicosBundy
existentes
daban
..
tratgicas sobre las de guerras limi
scu 1 e nfasIS 1) a las fuerzas es'golpear primero' 0 de 'contrafuerza~' 2~ la planificacin estratgica de
~e 'segundo golpe', y 3) a las decisin~'::uc~o..=1~
postura de 'disuasin' o
1
ornadas a la .luz de las circunstancias Estas t ~ opuestas a las decisiones
1J11a situacin en la que un coman~te
r~erzas combinadas han creado
su r
o, enfrentado con la sustancial accin militar rusa podra com
pr<;>pia iniciativa si no p~ede comuni:r con el hol~u_sto termonuclear por
qwera de ambos extremos de la lfn ,,e con usted (por rmposibilidad en cualnedy Papers, NSC File. Box 313 Fol~ 2 C:scundMy tmKennedy, en. 30, 1961, Ken.

'

ee gs, 1961, 475).

00

la calibracin, o en la "sintona fina" -asegurndose que las


acciones emprendidas fueran apropiadas a la situacin- y en la
integracin -aplicando a las tareas a cumplirse todos los instrumentos disponibles, de manera coordinada y coherente. Estas tendencias pueden observarse en seis reas de importancia, todas ellas centrales dentro de la estrategia de Kennedy: 1) el estmulo de las capacidades militares convencionales y no convencionales, 2) la acumulacin de misiles estratgicos, que continu, incluso, despus de
que se hubo expuesto el mito de la "brecha misilstica", 3) renovados
esfuerzos destinados a solidificar las alianzas, 4) un nuevo nfasis
en los instrumentos no militares de la contencin, 5) intentos de
manejar ms efectivamente los recursos domsticos vitales para la
defensa y 6) una expansin de los anteriores esfuerzos de Eisenhower tendientes a abrir posibles reas de negociacin con los rusos.
Se dio prioridad uno a disminuir la confianza en las armas nucleares para disuadir agresiones limitadas, confianza que haba sido
un rasgo tan prominente de la estrategia de la administracin Eisenhower: "Damos la mayor importancia", sealaba un anlisis del Departamento de Estado en febrero de 1961, "a 'levantar el umbral'
tras el cual el presidente podra tener que decidir el empleo de armas
nucleares". El conflicto no nuclear haba planteado "la ms activa y .
constante amenaza contra la seguridad del Mundo Libre", dijo l<ennedy al Congreso el mes siguiente, aunque "esos conflictos no justifiquen ni deban conducir a un ataque nuclear generalizado". Estados Unidos, por lo tanto, tena que '~incrementar la capacidad de
confinar la respuesta dentro del mbito de las armas no nucleares,
y disminuir el incentivo de cualquier agresin limitada dejando en
claro qu es lo que producir nuestra respuesta". Las fuerzas locales
de resistencia podan manejar muchas de esas situaciones, pero Estados Unidos tambin deba estar preparado "para hacer una sustancial contribucin bajo la forma de fuerzas altamente mviles y
entrenadas en este tipo de conflicto". Esa capacidad lograra dos cosas, sealaba un estudio del Policy Planning Council ms tarde ese
mismo ao. Eliminara la tendencia a confundir el poder nuclear
con el poder: "En condiciones de estancamiento nuclear, el hecho
de iniciar un retorno a las armas nucleares resulta irracional. La
amenaza de hacerlo slo resulta convincente cuando procede de un
oponente que ha llegado a la desesperacin". Pero tambin proporcionara un medio creble de igualar una escalada no nuclear: "La
amenaza de uti~izar fuerza no nuclear contra un oponente que puede
escalamos sin recurrir a las armas nucleares no es una amenaza que
inspire respeto".41
Inicialmente, McNamara pensaba que fm rzas convencionales adicionales no seran necesarias: ms bien, las energas deban dedicarse a desarrollar fuerzas no convencionales capaces de rechazar la

'!' i
pUF.S"tA. u;xBLE

238

KENNEDY, JOHNSON Y LA 'RES

1 239

1 JOHN LEWIS GADDIS

"agresin indirecta". Pero la crisis de Berln lo convenci de que en


realidad hacan falta tropas regulares convencionales, tanto como
signo de determinacin para los rusos y tambin como manera de
incrementar el nmero de pasos escalatorios que podan darse antes
de recurrir a las armas nucleares. Kennedy resolvi el problema inmediato recurriendo a la reserva; la solucin de mayor alcance fue
aumentar las divisiones del ejrcito preparadas para combate de once
a diecisis, lo que constitua una fuerza, se estimaba, capaz de enfrentar simultneamente una guerra de importancia en Europa y Asia
y crisis "menores" en otras partes. 42 Los acontecimientos de Cuba en
octubre de 1962 parecieron confirmar la solidez de ese enfoque: Kennedy atribuy el xito nprteamericano a la presencia de fuerzas convencionales utilizables, hecho que no dej a Kruschev con otra opcin
ms que retirar sus misiles o arriesgarse a una guerra nuclear. Si en
1961 se hubiera producido una situacin comparable, admiti ms
tarde McNamara, Estados Unidos no hubiera logrado reunir una
fuerza invasora creble sin traer primero de regreso a las tropas estacionadas en ultramar. Kennedy extrajo las conclusiones adecuadas:
"una fila de destroyers en cuarentena, o una divisin de hombres
bien equipados en la frontera, pueden ser ms tiles para nuestra
verdadera seguridad que la multiplicacin de armas pavorosas que
trascienden cualquier necesidad racional".43
La administracin puso especial nfasis en estimular las capa"
cidades convencionales de la OTAN. En realidad, Esenhower y Dulles
haban impuesto la disuasin nuclear a la alianza como manera menos costosa y ms creble de descorazonar un ataque sovitico convencional.
Enviaron tanto armas nucleares tcticas como misiles balsticos
de alcance intermedio a Europa -la idea era que cualquier invasin
sovitica sera enfrentada, ya fuera de manera inmediata o tras haber
dado a los n1sos un pequeo intervalo para reconsiderar, por medio
de una respuesta de represalias nucleares. Diversas preocupaciones
hicieron que la administracin Kennedy cuestionara esta estrategia:
su deseo de incrementar la cantidad de opciones disponibles antes
de recurrir a la guerra nuclear; sus estimaciones del dao que causara, incluso, una guerra que utilizara armas nucleares tcticas; su
reciente degradacin de los niveles de las fuerzas convencionales soviticas en Europa; su conviccin de que Estados Unidos y sus aliados podan ser ms eficientes en esa rea; y su temor de que la
permanente confianza en las armas nucleares condujera a su mayor
proliferacin. El nuevo enfoque no era popular entre los europeos,
que opinaban que un mayor nfasis puesto sobre las fuerzas convencionales slo poda implicar una falta de confianza en la disuasin
nuclear. Pero MeNamara insista en que la disuasin funcionara de
manera ms confiable con opciones mltiples que con una sola: "De-

..
.,
e confrontar con los rusos en cualquier nibemos estar en s1tuac1on d
uesta militar adecuada".
vel de provocacin con una ~esp l solas no serviran de gran ayuda
Pero las fuerzas convenc10na ~s chev haba comprometido para
ara contrarrestar el apoyo q':1e lru~ Lo que haca falta, insista la
P "guerras de liberacin nac1ona esd.
ac1"dad de !!Uerra
de con0
l as
rementa a cap
d
administraci~n, era una me ro osicin de que la nica maner_a e
trainsurgencia, basada en la p p . mismas tcticas y en su mismo
combatir a la guerrilla e~a emp~:ar ~~s respuesta simtrica revisti la
terreno. Esta otra ~amf~stac10n ara "fuerzas especiales" versadas
forma de ~ntrenam1e~to ~1!-t~~s~lftica, social y econmica, as ~orno
en las tcmcas de la acc1on p
obligatorios de contramsur.
bT
rregulares cursos
, .d
en tcmcas e icas. I
. .
,
en el Servicio Exterior; y av1 as
gencia en los colegios _m1htares ,Y altos de la administracin acerca
discusiones. entre los circulos ma~o N u en Giap y el Che Guevara.
de los escntos de Mao ~se-tun~, 1 d. g~ica" conclua un informe
Deba ser una "estri;itegia nac1ona,
en ~uo de 1962: "Un prodecididamente entusiasta del dPentatgo a los ]comunistas sin recurrir
do a
'n destinado a erro arlear un programa destma
grama d e acc10
al azar o al terror ~~ la gue~r~i~~c u~ ya se haya producido y,
derrotar la subve~s10n ~ond d9q principio sta se arraigue.
ms importante aun, a impe ir que e; . tanto teraputica como
Dicho de otra manera, era una estra egia
t " 45
pro fl'
I ac ica .
or supuesto inconfundible en
. fl
de Rostow era, P
' .
un
La m uencia
1 desarrollo econmico, no como .
todo esto -su compr~miso con e, .smo sino como medio de esta~ "Chester Bowles con amefin tradicionalmente liberal en s1
bilzar el equilibrio de poder mun ia u . io' n de que el equilibrio
.
l 11
, n colega) su supos1c
.
tralladora", o aro~ u
i~cluso pequesimos desplazamientos
de poder era tan dehcado qu~, . ,
, ue las victorias para el comupodan perturbarlo; su conv1cc1on d~ q 1 comunismo todava estuvienismo en cualquier parte (a~n, cua:s;s e desplazamientos. Por cierto,
ra fragmentndose) pro?uc1nan . ,
todos los casos de levantaRostow no favoreca la mterve~c1on_ ~n "sta en que la responsabili.
l'd
d
or el comumsmo. ms1
m1entos
1 era os P
d'
las ""fuerzas ,local es " , es t1dad primordial en esos casos corred~: ~:~onalismo. Pero en el caso
muladas presuntamente P?r .su pr ~uando la insurreccin amenazara
de que ese estmulo no existiera, o
rado para actuar al nivel
w
h" gton deba estar prepa

1
con superar o, a~ I~
ados Unidos no puede aceptar una as1apropiado: "en pnnc1p10, Est
. ta intervenciones dentro de la
metra que permita a los comums s
,, 46
comunidad libre sin posibilidades de resdpue.stas~ dependencia de las
.
.,
. istracin de re ucir
El deseo de 1a a d mm
. 1. ba ninguna determmac1on
armas nucleares, sin. embar~o, ;: ~~!'u1~ariedad. "El poder nuclear
correlativa de reducir su num~ entan entre s", insista McNamara
y el poder no nuclear se comp em

1;;

;1\ (

240 j

JOHN LEWis GADDIS

KENNEDY, JOHNSON Y LA RBSPUEStA FLEXIBLE

en ~~62, "del mismo modo que amb


pobtzcos no militares" 42 Lo
, . os complementan los instrum t
do ~e. su confianza e~ esa: ~:~~s de Eis~~l10wer se haban q:~ ~~
s~mm~s,trar el nmero adecuado de y l~a"':bzen de su incapacidad ~e
f1nnac1on de que "la brecha misT : ~ a pes.ar de su rpida con,.
asesores siguieron decidz"d
I is ica
no exista, . Kennedy y
.
sus
.
os a aumentar 1
norteamencanas mucho ms de lo
as ~apacid:=ides estratgicas
wer. ~I resultado, para mediados de j~~4 h;bia co?siderado Eisenhopor. ciento de las armas nucle
d"
'. ue n mcremento del 150
ispombles
.
aumento del megatonela3e 1 ares
.
.,
' un 200 por ciento
de
p 1 .
, a construcc10n de t
d'
o ans (con un total de 29) y ot
400
.. o ro~ zez submarinos
total de 800) por encima de lo ro~ T mdisiles Mmuteman (con un
anterior.48
P am ica o por la administracin

litativa por parte de los rusos. Carl Kaysen, miembro del personal
de Bundy, estaba de acuerdo:
Son perfectamente capaces de una respuesta as. Actualmente,
la interpretacin mi sensata de su propio desarrollo misilstico
es que descansa ~obre el concepto de la disuasin finita. Y ello
es ciertamente ventajoso para nosotros. En el pasado, la Fuerza
Area ha identificado la seguridad nacional con un crecimiento
constante de fuerza estratgica de ataque, y esta posicin tiene
amplio respaldo popular. Ese enfoque est lleno de peligros; en
la medida en que las mejores evidencias indican que carece de
justificacin, es importante que nuestras planificaciones militares se alejen de l lo ms pronto posible.

. Los motivos que subyacan a esta acu I . ,


mixtos. Por cierto habz'a z"ni . 1
mu acmn estratgica eran

'
cia mente una t"
1as acusaciones demcratas
de "
b h re. i~encia a admitir que
nido fundamentos. Las consider~;a rec a mi~zlfstica" no haban tepeaban un papel: er ms f' 1 i<;>nes burocratzc~s tambin desemlos servicios que haba obstaci 17vidtar la clase de Interferencia entre
.
,
acu iza o a la ad t
.,
.
wer eqmvocandose en el sent"d d
mzms rac10T\ Eisenhoroso y no acotado Ad
,
I o , e un presupuesto de defensa gene.
emas un nume
d"
a incrementar la invulnerabilidad
ro ~- icional de armas ayudaba
proporcionaba ms -opciones araye~ambien la confiabilidad; adems
q_ue fuera necesario. Pero el ~nci a uso ?e esas armas en caso de
simplemente el de mantene p
p 1 -~~tlvo de la acumulacin era
gica que tan dramticamentr esa posicion de superioridad estratpor me d'io d el descrdito
. 1 del mito de la "b h e .se. ,revelara
f ma
.
rec a misilistica" Tal
tente de Defensa Paul Nitz d"
.
como el secretario asis~trategic Studies en dicieU:br:J~:a en ~1 _!nternational Institute far
Incluyendo a las fuerzas nucleares ~9~\~ Creem?s que esta fuerza,
de la OTAN desplegadas en el co t' e
emo Umd? y a las fuerzas
da superioridad nuclear C
n mente, da a Occidente una defini.
. reemos adems
esta superioridad en el fut
'
, que es posible conservar

uro

Lo
que
es
m
supenondad, particularmente
'd
s, creemos que esta
estratgicamente importante co~si erada ~esde el lado sovitico, es
trategia".49
.
en as acusaciones de disuasin y es-

...

No todos en la administracin estab


bueno ese impulso hacia la su eriori
an de, ~cuerdo en que era
estaba preocupado por la com:etenci~ad estrategzca. Maxwell Taylor
como consecuencia con las fue
por ~ondas que se producira
m ovien
d o con suficiente
'
rapiderzas convenc1onales. " no nos estamos'
umbral a partir del cual resul:a e~e~~es~rosl es~e:zo~ por subir el
nucleares". El dirt~ctor presupuestario Dan~ a utihzacin de armas
que la acumulacin estratgica
d , avid Beel advirti acerca de
po na provocar una respuesta cua-

1 241

f
1

Las revisiones de las estimaciones de la fuerza misilstica sovitica real no haban sido tomadas en cuenta al establecer las metas
estratgicas norteamericanas, record Kaysen a Kennedy: "Cualquier
error del lado de la generosidad tiene la indeseable consecuencia de
acelerar la carrera armamentista. En un mundo de misiles y cabezas
termonucleares, el hecho de tener ms armas no incrementa de manera simple la seguridad". Kennedy reconoci la validez del razonamiento, pero se equivoc al no respaldar la conclusin. "Esta competencia es un asunto mortal", dijo en una conferencia de prensa
de principiqs de 1962. "Y no me parece que a partir de ella se produzca demasiada seguridad. Pero, por cierto, se producira menos
seguridad si les permitiramos un gran adelanto y ventaja en un
rea como la de los ICBM".so
Por lo tanto, no hubo reducciones en el programa misilstico,
pero McNamara inici un ambicioso esfuerzo tendiente a lograr cie;1""ta medida de control sobre cmo podra lucharse una futura guerra
nuclear. Los acuerdos existentes proporcionaban poca o ninguna
ventaja en ese sentido: "En esencia", haba dicho Bundy a Kennedy
en el verano de 1961, "el plan actual requiere que disparemos de una
sola vez todo lo que tenemos para disparar, y est construido de
manera ae dificultar cualquier curso flexible". McNamara tena esperanzas de incrementar el rango de alternativas disponibles para el
presidente en caso de una guerra nuclear, minimizando al mismo
tiempo tanto el dao que esa guerra poda causar como su posibilidad de ocurrencia. Teniendo esto en mente, defendi inicialmente la
idea de tener como blancos las fuerzas enemigas, y no ciudades, como
medio de dar a los adversarios "el mayor incentivo posible para que
se refrenen de atacar a nuestras ciudades". En su momento, sin
embargo, McNamara lleg a considerar que disuadir un ataque era
ms importante que limitar los daos, en caso de que ese ataque se
produjera: eso pareca descartar los ataques "contraofensivas", ya que

' l:[:J
242

1 JOHN LEWIS GADDIS

~ara que la disua.sin funcionara ambos bandos deban tener confianza en la ~ap~c1dad de sus fuerzas de .sobrevivir a un ataque sorpres.~ y seguir siendo capaces de represahas.51 Al final de la administ~c10n Ke~?edy, entonces, la peculiar ~gica de la "segura destrucc~on mut~a empeza.ba a eme~ger -:-la idea de que la propia poblacin podia estar me1or protegida s1 era vulnerable, siempre y cuando el otro bando se enfrentara con las mismas vulnerabilidades.
La preocupacin de la administracin por hallar alternativas al
uso ?e las armas nucleares parece haberla hecho afn con la sugerencia de Kennedy de 1949 acerca de que Estados Unidos adoptara
una poltica de "no primer uso". Y, sin duda, en su primer discurso
pblico sobre defensa, Kennedy pidi que "nuestras armas nunca
sean usadas para dar el primer golpe en cualquier ataque". El nfasis puesto en incrementar las fuerzas convencionales de la OTAN
pareca coherente con este enfoque, as como el esfuerzo destinado
a asegurar la supervivencia de las fuerzas estratgicas de la nacin
en contra de cualquier "primer golpe" sovitico. Sin embargo, la administracin nunca estuvo completamente dispuesta a abandonar la
opcin de anticiparse, en parte porque crea, a diferencia de Kennan,
que las armas nucleares podan convertirse en un instrumento racional de la poltica, en parte a causa del poder disuasor de esa postUtra. "Debemos tratar de hacer llegar un mensaje sutil a los comunistas", escribi Rostow en 1962. "Deseamos darles la seguridad de que
no tenemos intenciones de atacarlos primero si ellos no transgreden
la~ fronteras de la comunidad libre, pero de que s podemos atacar
pnmero en ciertas circunstancias si ellos lo hacen".

En resumen, no debemos eliminar a tal punto la posibilidad de


lanzar el primer ataque nuclear como para negarnos a nosotros
mismos la ventaja de disuasin que implica, en este punto, la
incertidumbre sovitica; tampoco debemos comprometernos tanto con este concepto al punto de maximizar su poder desestabilizador en perodos de tensin, o de crear una desequilibrada
distribucin de recursos que hara a Estados Unidos y sus fuerzas aliadas vulnerables a un ataque no nuclear y requerira una
respuesta nuclear contraria a nuestros intereses aliados, si es que
fuera necesario contrarrestar un ataque de esa naturaleza.52
John Foster Dulles haba estado en lo cierto, entonces, acerca
de las virtudes de la impredecibilidad como disuasor; Kennedy y sus
asesores no estaban de acuerdo con l en cuanto a la necesidad de
combinarla con la flexibilidad para poder as actuar en todo el espectro de respuestas concebibles.
Una tercera rea de nfasis de la administracin Kennedy involucraba la racionalizacin, y por lo tanto el fortalecimiento, de las

KENNEDY, JOHNSON Y U. RESPUESTA FLEXIBLE

243

alianzas de ultramar. No resulta sorprendente que fuera la OTAN


quien presentara las dificultades ms formidables. A pesar de los
esfuerzos destinados a fortalecer las capacidades convencionales de
la alianza, ni Estados Unidos ni los mismos europeos estaban dispuestos a prescindir totalmente de las armas nucleares como disuasores de una agresin sovitica. sta haba sido una razn adicional
de la reticencia de Kennedy con respecto a la posibilidad de descartar totalmente un posible "primer golpe" norteamericano; en realidad, su administracin increment el nmero de armas nucleares
tcticas estacionadas en Europa en alrededor de un 60 por ciento
a pesar de manifestar profundas reservas acerca de la manera er
que seran utilizadas en reas tan densamente pobladas.*
Pero dados los frecuentes cambios que se haban producido en
el pensamiento estratgico de Washington durante los ltimos aos,
y, dada la imposibilidad de probar de antemano que Estados Unidos
realmente arriesgara sus propias ciudades para defender las de sus
aliados, los europeos encontraban que el disuasor norteamericano
les resultaba cada vez ms desestabilizante, incluso, humillante. Tampoco la administracin Kennedy era indiferente, ya que respaldaba
genuinamente el concepto de una Europa autoconfiada, independiente, preferiblemete unificada, capaz simultneamente de resistirse a
los rusos, sumergir lo que quedaba del nacionalismo alemn y aliviar
a Washignton de algunas de sus responsabilidades globales.53 El problema era reconciliar las atribuciones de soberana implcitas en esas
aspiraciones con su ausencia demasiado obvia en el campo de la d~
fensa nuclear.
Una manera, por supuesto, habra sido que los pases de la OTAN
desarrollaran sus propias armas nucleares, tal como ya para 1960
lo haban hecho Inglaterra y Francia. Pero la administracin Kennedy desalent enfticamente esta alternativa, por varias razones. Las
pequeas fuerzas nucleares nacionales, insista McNamara, no seran
suficientemente numerosas ni precisas como para constituirse en disuasor efectivo; sin embargo, lograran hacer de sus respectivos pases un blanco tentador para los ataques soviticos. Adems, sin una
estructura unificada de comando, esas armas no podran ser utilizadas
de la manera coordinada que prescriba la estrategia de la "respuesta flexible", por lo que las posibilidades de errores de clculo, e
incluso de accidentes, seran muchas. Tambin exista el peligro de
que, si otros pases de la OTAN desarrollaban armas nucleares, tambin los alemanes occidentales las desearan, perspectiva que no slo
Las armas nucleares tcticas no slo contaminaban los alrededores del
campo de batalla, le record a Kennedy Maxwell Taylor en mayo qe 1962, sino
que tambin dejaban crteres, producan incendios forestales y arrancaban rboles. Pero los rusos las desplegaban en gran forma, y esto sugera la necesidad
de incrementar las capacidades norteamericanas en ese rea (Taylor a Kennedy, mayo 25, 1962, Kennedy Papers, NCS Files, Box 274, "Department of Defense").

244

R;ENNEDY, JOHNSON Y LA RESPUESTA FLEXIBLE

1 JOHN LEWIS GADDIS

sera una. provocacin a _los rusos, sino que tambin podra perturbar
a los vecmos de Alemama al punto de romper la alianza de la OTAN
"No creemos en una serie de disuasores nacionales", seal Kenned
en mayo de 1962. "Creemos que el disuasor de la OTAN, con el q y
Estados Un~~os se ha comprometido tan gravemente, suministra~:
una proteccion muy adecuada".54
Otro
. enfoque hubiera
. sido el. de proporcionar armas y medios d e
l anzamiento norteamericanos, pero con .acuerdos de control conjunto. La administracin Eisenhower haba hecho precisamente eso en
1957 cuando instal IRBM en Berln, Italia y Turqua, con restricciones que regulaban el control norteamericano de las cabezas nucleares, pero que otorgaban a esos pases el derecho de vetar su utilizacin. Este movimiento haba sido ms bien realizado para compensar
?quello que se perciba como insuficiencia de los ICBM, y no como
mtento de reconciliar la seguridad con la soberana dentro de la
OTAN; para 1961, la superioridad de Washington en ICBM ya estaba firmemente establecida, los IRBM en Europa estaban bsoletos
y, al carecer de corazas endurecidas, resultaban cada vez ms vulnerables a un ataque sovitico. Silenciosamente, Kennedy los hizo retirar en 1963,* proponiendo una "fuerza nuclear multilateral" sustituta de alrededor de 25 naves de superficie equipadas con misiles
Polaris de 2.500 millas de alcance y tripuladas por equipos mixtos,
todas ellas bajo la autoridad del comandante supremo de la OTAN.
La idea era la de matar varios pjaros de un tiro: el MLF suministrara una segura base mvil para el disuasor europeo, alejada de las
reas pobladas; las tripulaciones mixtas impediran que Jas unidades se utilizaran para otros propsitos y, al hacer que el disparo de
los misiles fuera resultado del acuerdo entre todos los miembros
de la OTAN, esta opcin lograra dar a cada uno de ellos, fueran poderes nucleares o no nucleares, un claro sentimiento de participacin en su propia defensa.55 Pareca ser, a primera vista, la nica
manera de combinar la necesidad de la alianza de un comando unificado con el amour propre de los elementos que la constituan.
Pero el MLF nunca zarp. Ni los franceses ni los ingleses estaban
dispuestos a dejar de lado sus propios disuasores independientes
para unirse al plan; Francia se neg a participar de cualquier ma"
nera. Slo los alemanes occidentales, quienes vean en esto una oportunidad de lograr acceso a las armas nucleares, lo respaldaron, y ese
hecho por s mismo result suficiente para que todo el plap. pusiera
suspicaces a muchos otros. europeos. Los crticos sealaron acerta"' La presencia de misiles Jpiter en Turqua cobr estado pblico en
octubre de 1962, cuando Kruschev hizo que su retiro fuera una condicin P8!3
retirar los misiles soviticos de Cuba. En realidad, l{ennedy haba ordeiiadO
que se retiranl, los Jpiter de Turqua unos m.eseS antes, pero suspendi la
orden hasta que Kruschev retir sus propios misiles de Cuba; poco despUs
los misiles norteamericanos fueron retirados de Turqua.

245

ente cue el MLF no pona ninguna clase de restriccin al disuaam norte~mericano, pero que al mism tiempo daba a Washington
sorlibertad de vetar sus operaciones.
.
la
Y nad"ie pod'ia es t ar seguro d e
ue naves con tripulaciones mixtas y estructuras de mando basadas
qn Ja unanimidad de trece naciones diferentes fueran efectivas en
:pocas de crisis. El MLF siempre haba sido el "hijo inteliger;ite" de
"Atlanticistas" dentro de los departamentos de Estado o de De1
f~~sa; ni Kennedy ni Johnson estab:in lo suficientemente co~prome
tidos con la idea como para presionar a los eu~opeos retice~te~.
Cuando en 1965 se haba hecho evidente que las dificultades ,practicas eran sustanciales, y que el respaldo que los europeos podiai;t dar
66
al plan era forzado, Johnson permiti cal_la_damente que sucumb1e~a.
La OTAN deba, entonces, continuar viviendo cor~ sus a~om~h.as:
fuerzas nucleares nacionales, garantas norteamericanas mvenhcables pero indispensables, la irona de una independencia que demandaba dependencia con el objeto de ser segura.
La administracin Kennedy vea sus compromisos de alianza fuera de la OTAN de manera de algn modo diferente que su predecesora. Escptica con respecto a la estrategia de Dulles de forma:
alianzas para disuasin as como para propsitos blicos, est~ ~dmi
nistracin tendi a diferenciar lo que Rostow llamaba el nucleo
duro" -los pases "desarrollados" de Europa Occidental, Canad,
Japn, Australia y Nueva Zelanda- de sus partes "ms blanda~"
situadas a lo largo de la periferia de Asia, desde Corea ~asta Ir~n.
Estas ltimas alianzas, seal Rostow en 1962, "no habian func10nado demasiado bien": ni SEATO ni CENTO podan igualar las fuerzas a las que se enfrentaban, por lo que exista la tende~cia de r~que
rir el apoyo de Estados Unidos, incluso en el caso de msurrecc10.nes
locales. Por cierto que Washington no poda abandonar estas aha~
zas, independientemente del hecho de que hubiera sido o no hbil
al concertarlas. Pero deba procurar "promover otros vnculos, sobre
una base ms amplia y menos orientados a la defensa", trabajando
al mismo tiempo "para reorientar los esfuerzos militares de I_os participantes asiticos que tiendan a enfrentar a los coups de mam Y las
operaciones de guerrilla sustentadas por los comunistas".57
En la propuesta de este cam~i? de nfasis prim~~~ la conci~n
cia de que los instrumentos no rmhtares de fa contenc1on se. ~abian
tornado al menos tan importantes como sus contrapartes militares:
el hecho_ de utilizar estos instrumentos se convirti en el cuart_o elemento de importancia de la estrategia de Kennedy. Era esencial en
ella la idea de Rostow de "inmunizar" a los pases del Tercer Mundo
contra la "enfermedad" del comunismo. Ello significaba la aceptacin de la inevitabilidad, incluso de la deseabilidad, del cambio, pero
tambin la necesidad de guiarlo en direcciones que no fueran comunistas. Se crea que era posible, pero no por medio de una oposicin

246

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KENNEDY, JOHNSON y LA RESPUESTA FLEXIBLE 1

1 JOHN LEWIS GADDIS

directa al comunismo, como haba ocurrido en el e&so de las alian.


zas establecidas por Dulles, sino por medio de la inversin del en.
foque planteado por el Plan Marshall una dcada y media antes
-utilizando los recursos norteamericanos para mitigar o eliminar
las condiciones que hacan que el comunismo resultara atractivo en
primer lugar. 58 Rostow d~fini la tarea con su caracterstica amplitud: "Dentro del encuadre de poder destinado a proteger las fronteras de la libertad y a inducir procesos de cambio pacfico . . . asegurar un entorno de progreso sostenido hacia el logro de ms altos
estndares de bienestar econmico, justicia social, libertades individuales y gobiernos de base popular en toda la comunidad libre".5!1
Sin duda la asistencia militar poda contribuir al logro de este
propsito, pero tambin poda contribuir "la diplomacia . . . las actividades informativas, los programas de intercambio de todas clases,
la ayuda para el progreso educacional y cultural, las actividades entre comunidades, la asistencia para una programacin econmica, la
asistencia tcnica, la provisin de capital, el uso de superavits, la po.
tica tendiente a la estabilizacin de precios y del comercio, y una
diversidad de acciones capaces de afectar la orientacin de los hombres y las instituciones dentro de estas sociedades con respecto a la
posible resolucin de sus problemas.*
Rostow seal que con un panorama de medios disponibles
como el que exista, se daba la necesidad de una cuidadosa planificacin, coordinacin y evaluacin de los efectos. Tambin era importante reconocer que el proceso sera delicado y desparejo. A veces, el inters norteamericano poda ser estimular el cambio radical
-"lo hubiera sido en la Cuba de Batista". En otras oportunidades,
podra ser mejor procurar el progreso del proceso de modernizacin dentro de un encuadre tradicional, como en el caso de Irn o
de Vietnam del Sur. Por cierto, Estados Unidos no necesitaba "que
todas las sociedades en todo momento aceptaran los valores democrticos COll).O aspiracin ni que se desplazaran ininterrumpidamente hacia su consecucin". Pero era vital que los pases del Tercer
Mundo se desarrollaran "siguiendo lneas en general coherentes con
nuestros propios conceptos de libertad individual y gobierno basado
en el consentimiento".60
La administracin Kennedy desarroll una serie de mecanismos
por medio de los cuales perseguir estos objetivos. Uno de los ms
ambiciosos fue la Alianza para el Progreso, un plan qu~ suministraba
alrededor de 20 billones en ayuda a Latinoamrica durante un pe. Predeciblement.e, Rostow consideraba que el desarrollo econmfoo era ,,'la
prioridad uno: "debera ser posible", escribi a Kennedy en marzo de 1961, si
trabajamos duro, que Argentina, Brasil, Colombia, Venezuela, India,
Taiwan, Turqufa, Grecia y posiblemente F.gipto hayan logrado un ~
autosostenido "para 1970, y que recurran a fuentes especiales internacionales
slo para poco capital".

Fllipma:;

247

.
ue de enda de los compromisos proporciotrodo de diez anos, Y q
b" P
de esa rea y de su voluntad de
d taran los go iernos
nales que a op
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as en particular con respecto a la poseeroprender r7formas ;: ::~ru~tura impositiva. La suposicin,. s~gn
sin de la tierra y d
b . sobre Latinoamrica de fa admimst~
sealaran los grupos e tra daJo U "do "no puede estabilizar la agomd
a que Esta os m s
cin K enned y, er
. , . p
l tanto debe procurar pro ucir
zante situacin reaccionaria. or o
~acin social sin permitir
estabilidad a un ni~~l tolerablean~:a~~g1;:r los comU:nistas". Arthur
org
p, drama'tica si la revoluq ue la. transformacion sea
s de manera mas

Schlesmger Jr. 1o exp~,,


b
d erta la revolucin de los
cin de la "clase media f~aca~~ s: ~~aria' inevitable.61 De inten"trabajadores y los campesm~s . , ms simple era eL Cuerpo de
cin similar, aunque de orgalmzaci~:m
teameri~anos a los pases
envi miles de vo untanos nor
-a
Paz, que
d
. 1 objeto de organizar proyectos en pequen
del Tercer Mun o con e
1 d educacin y agricultura, un
escala dentro d~ los rubros ~e ;a u c stinado a facilitar la distriprograma de Ahment?s p~r a f ~~~ n~rteamericanos en esas reas,
bucin de los supe~avlts alu~e;e~~rrollo Internacional, encargada ~e
para e
d ayuda externa de la asisY una nueva Agencia
, f d los programas e
.
desplazar el en asis e , .
T b. , debe reconocerse que existencia militar a la econom1~a. am c~~~n de nacin" en el enfoque
ta un fuer~e. elem~?to d\ ~~nl~r;;1ontransurgencia: "Nuestra tarea
que la admm1stracion tem
ll d ,, dijo Rostow en la Army
principal en las reas subd~~~~r~,;, ~sr~teger la independencia del
Special Warfare School en
'
,, 62

tualmente en curso
proceso revoluciona.n.o ~c
,
, era nada menos que la
Lo que estas imciativas teman en coin:unternas de las sociedades
.
, d
lt ar las estructuras m
.
determmacion e a .e:
, olerar las inevitables presiones de1
forneas para permitirles asi t
.
soluciones comucambio revolucionario sin tener que recurrir a
nistas.
, .
binado con reformas sociales y poEl desarrollo economico, com
, . l dinero norteamerica,
ltado 0 eso se creia, e
lticas, lograna ese resu
.'
l fuerza del ejemplo norteameno, la tecnolo~a no~eame~~a:~~J
objetivo sera un mundo de
ricano proporcionanan el
p d . .
o de ellos tuviera un poder
diversos Estados s~beranosd, do~ edmlnagus nn aciones es un impedimento

t "La mdepen encia e


"
predomman e.
. . ,
. t ,, seal Kennedy en 1962, y es
ara el 'gran designio comums a '
"~
p
la base del nuestro .
.
habilidad ara "manejar" a las
Paralelamente a est~ c:een~: e~~~ de la ad~inistracin, un alto
sociedades fo~eas, existia, ~da r:itilizar recursos domsticos vit~les
grado de confianza en que p f iente que antes: ste era el qumto
para defen~a ~e. manera mas e. ic ia La idea se manifest de rnane~a
elemento distmtivo de su estratMegN.
donde el nuevo secretano
ms clara en el Pentgono de c amara,

:1

248 1

JOHN LEWIS GADDIS

de Defensa in~~a~ ?t~t~samente nuevas tcnicas de maneo, b


das en el anahs1s s1stem1co y destinadas a. posibi'li"ta
j
asa.
. "da d entre la estrategia general y los instrument
r una mayo
correIa t 1v1
.. r
res ~es~inados a implementarla. Eisenhower, por supues~~ n~1 t?
restnng1do severamente a los militares en trminos de at '.b ~Ia
presupue?t~ria, per~ haba dejado a los servicios individuale~ ~~~:
par~ dec.1dir de que manera utilizaran su parte. El resultado fue
un en~as1~ .puest~ ~obre prestigiosos pero con frecuencia redundan.
tes o mef1cientes sistemas de armas reduccin de 1nst 1
.
'
a ac1ones de
apo~o: necesanas pero menos ostentosas, y abiertas disputas entre
serv1c1os acerca de los roles y las misiones, disputas que en realid d
la C~sa Blanca nunca pudo interrumpir. E! enfoque de Kenned ~
abohr los techos presupuestarios, pero insistir en un escrutini , e
estrecho y detallado del modo en que cada uno de los serv . mas
taba su porcentaje presupuestario.64
c1os gasMcf'famara procur lograr esto por medio de un "Planning-P

gran;immg-Bu~geti~ .system", o PPBS, una serie de procedimien::

destma~os a 1.denttf1car los requerimientos nefensivos a la luz de la

~strateg1a nac10n?I, y despus a asegurar que las fuerzas reales refle-

jaran esas n~ces1dades, y que no eran simplemente el producto de


los comprom1so_s entre o intra servicios. El PPBS supona: 1) que
l~s ~erzas deb1an estructurarse por tareas, no por intereses orgamza,t1vos; 2) que los cost~s ("entradas", en la jerga del Pentgono)
deb1an evaluarse en relacin con los beneficios ("salidas") 3) que
los mt?dos alternativo~, destinados a lograr los objetivos d~ban 'ser
s~sceptI~les d~ e~aluacion; 4) que la planificacin a corto plazo debia :eflejar Objetivo~ a largo plazo, y 5) que el secretario de Defensa
~e~~a te_ner la capacidad (y el personal) necesaria para elaborar esos
JUI~I<~s mdepend1entemente de los servicios individuales. McNamara
~phco e~, PPBS ..diversos problemas, que oscilaban entre decidir qu
mezcla de mislles y bombarderos sera el disuasor ms creble y
evaluar c~~tas ~idas podra salvar cada uno de los programas de
defensa c1vd segun su costo, hasta elegir entre turbinas plsticas
o d: acero. inoxi~able para los generadores (exista una nada despre~1ab~e d1ferenc~a de 2 contra 175 dlares en su precio) 0 la estandanzacin de hebillas y ropa interior para el personal militar.65
Es difcil -determinar cunto dinero ahorr realmente McNamar~. Los gastos de defensa crecieron un 13 por ciento durante los
anos de Kennedy, desde los 47,4 billones en el ao fiscal de 1961,
hasta l~s 53,6 billones durante el aCl. .fiseaLde t?M. P~gran parte
de ese mcremento fue producto de la determinacin de la dministracin de. construir una c;apacidad de respuesta simtrica: presup~men.te, sm ~l PPBS, el mcremento hubiera sido an mayor. Por
cierto el. PPBE. n.o represer.taba una carte blanche para los militares
-el pedido ongmal de los tres servicios durante el ao fiscal de

KENNEDY, JOHNSON Y LA RESPUESTA FLEXIBLE

249

t964, por ejemplo, haba totaliza~o los 67 billon~s. Y como el producto bruto interno se incremento en un 4 por ciento anual du~nte
t
perodo el porcentaje de l dedicado a defensa en reahdad
~~C:y Iiger~mente desde el 9,1 por ciento del ao fiscal de 1961,
hasta el 8,5 por ciento durante el ao fiscal de 1964.66 Lo que resulta claro es que el PPBS y las tcnicas asociadas a _l . reflejaban la
confianza que la administracin tena en su p~pia hab~hda~ para manejar el establishment de defensa ~!n recu~ir a arb1tr~n~~ t~chos
presupuestarios. Sin embar~o, tamb1en r~fle1ab?n la con~1ccion 1gu~
mente fuerte de que la misma economia nacional pod1a ser mampulada con el objeto de proporcionar los recursos necesarios para
mantener ese establishment al nivel que Washington considerara deseable, sea ste cual fuere.
Desde el principio, la administracin Kennedy haba considerado que era esencial un alto porcentaje de crecimiento econmico si
es que la nacin deseaba mantener su posicin internacional. Esa
tasa de crecimiento proporcionara los medios necesarios para atribuir a defensa recursos ms crecidos sin bajar el alto estndar de
vida que converta a Estados Unidos en un modelo para gran parte
del mundo y que, a su vez, haca qu las responsabilidades mundiales resultaran tolerables para el pblico norteamericano. Tambin
permitira a Estados Unidos absorber las exportaciones industriales y de materias primas procedentes de otros pases amigos, sosteniendo as su salubridad econmica sin debilitar el valor del dlar.67
El fracaso de Eisenhower con respecto al mantenimiento de una
alta tasa de crecimiento, argumentaban los asesores de Kennedy,
haba producido tres recesiones durante su perodo ?~ gobierno, la
mayora de las restricciones impuestas_ a los gastos mili.ta.res d"?:ante
esos aos y, para el momento en el que la nueva admm1st~a~ion se
hizo cargo, un serio problema de la balanza de pagos. La d1f1~ultad,
sugeran, haba radicado en una economa anticuada: la negativa de
Eisenhower a aplicar tcnicas keynesianas para hacer que la economa produjera la importantsima tasa alt~ de crecimiento.68
Walter Heller, coordinador del Council of Economic Adviser, logr en 1962 convencer a . Kennedy de que los persistentes ~sfue:-zo~
de Eisenhower destinados a equilibrar el presupuesto habian s1gmficado en realidad "una extraccin fiscal" para la economa, con alto~
impuestos que asfixiaban el poder de compra, I~mitaban el crecimiento y producan recesiones recurrentes. El mejor enfoque, su~e
ra Heller, sera hacer que la expansin, no la solvencia, se convirtiera en preocupacin prioritaria: si la p~mera recurr~, la. segunda
se producira por s misma. La prescripc1on de Heller imphcaba un
deliberado desequilibrio del presupuesto bajo la forma de una reduccin impositiva destinada a estimular la economa, generando as
a su vez los ingresos necesarios para producir un superavit mode-

KKNNJCDY' JOHNSON y LA RESPUESTA

250

FLEXIBLE

1 251

1 JOHN LEWIS GADDIS

rado sin restringir el crecimiento. Por supuesto que la inflacin era


un riesgo, tal corno lo haba advertido Eisenhower, pero poda ser
enfrentada sin revertir necesariamente el procedimiento, sin incrementar los impuestos y sin asfixiar de ese modo la tan necesaria
expansin. La nacin no poda permitirse dejar que la economa se
estabilizara sola, insista Heller: el gobierno federal tena la obligacin de utilizar los instrumentos fiscales disponibles para producir
un crecimiento sostenido pero prudente. La aceptacin de Kennedy
de esta argumentacin -implcita en su pedido de una reduccin
impositiva en 1963- represent para Heller "la culminacin de la
revolucin keynesiana": de ah en ms habra necesidad de un "economista poltico junto al presidente".69
Tanto la "revolucin McNamara" en el Pentgono como la "revolucin keynesiana" en el mbito de la economa implicaban un rechazo del estilo administrativo de Eisenhower, que se haba concentrado en establecer lineamientos desde arriba sin involucrarse en
el manejo cotidiano del estab'lishment de defensa ni de la economa
nacional. Este enfoque haba sido, a grandes rasgos, anlogo a la
estrategia del "New Look", con su suposicin de que el hecho de
mantener la capacidad de actuacin al ms alto nivel de violencia.
eliminara la necesidad de actuar en cualquier otra parte. La "respuesta flexible", por otra parte, supona tanto la necesidad como la
competencia necesarias para poder actuar a todos los niveles, para
utilizar todos los medios disponibles, pero de manera cuidadosamente calibrada con respecto a los objetivos generales. En este sentido
puede decirse que tuvo su analoga domstica en las tcnicas de
manejo supremamente confiadas de Robert McNamara y Walter
Heller.
Un legado de Eisenhower que Kennedy no rechaz fue el de estimular las negociaciones con los rusos con el objeto de distender
las tensiones: la continuacin y expansin de este enfoque por parte
de la nueva administracin constituy el sexto y ltimo elemento de
su estrategia de contencin. "Que nunca negociemos por miedo",
haba proclamado Kennedy con la curiosa retrica de su discurso
inaugural, "pero jams tengamos miedo de negociar!'.10 En realidad,
el implacablemente anticomunista Eisenhower haba eliminado muchos de los riesgos que implicaban esos contactos con el "enemigo",
demostrando que era posible embarcarse en ellos sin apaciguamiento; como consecuencia, a Kennedy le result ms fcil incorporar
las pacientes habilidades del diplomtico a su arsenat de "respuestas flexibles".
"Debemos trabajar a largo plazo en direccin a un tcito entendimiento con la URSS en cuanto a las reglas que cubren nuestra
competencia",' escribi Rostow en su informe BSNP de marzo de
1962. "Si ellos estn convencidos de nuestra capacidad y de nuestra

. e tos de extender el poder a la comutuntad de enfrentar sus mt n


, s osible hacerles sentir que
:dad libre, puede tornarse ~da;;: i: re~triccin". La interrupcin
eompartimos el inters.
e~~~tica estaba fuera de cuestin por el
del conflicto con la Un.ion S
uro redecible, "no obstante, pueden
momento, y en lo refendo. al ~t
se produzcan) acuerdos acerca
producirse (y es ,~uestro i~~::s !odos de relativa tranq~ilidad". El
de asuntos especifi~~ y ta . , . p fuera un Estado comumsta no era,
, bien Estados Unidos deba
hecho de. que la Umon Sovietica
de guerra mas
,
l
en s mismo, un~ ~~usa
URSS, como gran poder y atenerse a a
reconocer la posic10n de .1~
.,
onstructiva" en los asuntos mun. d
"participacion c
,
perspectiva e una
. ,
l't'
bsica de los lderes sovieticos
pero puede ejercer ciertos
diales. "Esto no cambiara la po ~ icad
que se hallan actualmente en e /u~t=r~ sobre la de sus sucesores" .11
efectos moderadores sobre su con
.
. n embargo no era una
La implementacin de esta ~strate~i: ~~ sus pro~ios llamados
uestin simple. J(ruschev seguia pun u.onnes tales como e1 discurso
C
.
.
'f ,, con provocaci
.
.
onal" un nuevo ultimatum
a la "coexistencia paci ica
d liberaci6 n naci
,
d
acerca de "las guerras e
.
l
roebas nucleares y la eciacerca de Berln, la reanudacin ~e as p de las cuales pareca calcusin de colocar misiles en Cuba, m~guna e el lder sovitico, con su
lada para distender fas tensione~ t au~6~ que estas maniobras propeculiar lgica, aparentemente m en No obstante Kennedy procur
<lujeran precisamente ese resultado~ l
oportu~idades de negociaexplotar cuidadosamente cada una ~ . ~s 1 de la estrategia de "libe. La prueba micia
cin durante esas .cnsis. .
11 1 lucha en Laos en 1961: e1
. al"
roduJO al esta ar a
b
b
se p
,
comendaciones de responder om arracin naci_?n
nuevo presidente rechazo las re
d" del envo de tropas terresdeando Vietnam del Norte, o pord.meA ilo uso de armas nucleares, y

por me io .,.e
tres norteamencanas, 0
tenue acuerdo con los rusos
'bl"d
d
de
un uitndole as de la arena d e
favoreci la pos1 i i a
. .buscar
.
s
para neutralizar a ese pnm;ti~o pa n'e! similar en Berln, Kennedy
las crisis de la Guerra Fra.
e roa d
procedentes de Dean Acherepudi los consejos de usar mb? urapostura de negociacin flexi.
.
. do en cam io una
son y otros, pref inen
occidentales pero que a'l mismo
ble que no traicionaba los derech?s , d K'"'schev de estabilizar
,
, t mente el mteres e ....
tiempo reconocia taci a
. O . tal 73 y en cuanto a las armas
su vacilante posici~n. en ~~mamanuy;nsus. pr~pias pruebas en 1962
nucleares, la adm1mstrac1on rea l
d demora mientras simul'l tas una proonga a
'
..
.
con reticencia Y so 0 r M
,
llegar al acuerdo de elbmmar
tneamente presionaba a
oscu para
esas pruebas en el futuro.74
1 negociaciones se hizo ms
El compromiso de Kennedy .cJ?, asla crisis misilstica cubana,
, ca que sigma a
, .
h
citado paradjicamente, para
evidente durante l a epa
acontecimiento q':1e lo.s cntic_~~ ~os inst~mentos de la diplomademostrar su reticencia a utI izar

?e

u:

252
i'
1

1 JOHN LEWIS GADDIS

cia.75 Es v~rddad q~7 el presidente se neg a negociar con respecto a


Ia presencia e m1si es en Cuba: 'las inevitables dilaciones de ese p
.. ,
1
ro..
,
ceso, t emia, permitinan a os rusos completar sus instalaciones
la i~Ia, ~ogran~o* as el objetiv? ~ue s?puestamente las negociadon:~.
d~bian. ~mpedir. Pero la admimstracin vio rpidamente que la capitula~ion de Kruschev haba desacreditado definitvamente su estrategia de p~ocurar la dten~e por medio de la intimidacin; por
l~ t~to, se dispuso a actuar vigorosamente en el frente de las negociaciones una vez que la crisis se hubo resuelto. "En estas circunstancias", conclua un anlisis del Departamento de Estado, "es vitalmente importante que Estados Unidos tome la iniciativa para el
o!recimiento de negociaciones entre Este y Oes,te".76 Kennedy, impres10nado por el grado al que los mutuos malentendidos haban fievado
la crisis, consciente de que situaciones similares haban producido la
guerra en 1914, 1939 y 1950, no. necesit demasiado tiempo. "Parece
no haber diferencia entre sus opiniones y la ma con respecto a la
necesidad de l!minar la guerra en esta era nuclear", escribi a Kruschev a principios de 1963. "Tal vez slo aqullos que tienen la responsabilidad de controlar estas armas se dan cuenta plenamente de
la pavorosa destrucdn que pueden ocasionar"P
El ao 1963 produjo el primer fruto tangible de las negociaciones, bajo la forma de un tratado que prohiba todas las pruebas nucleares salvo las subterr~eas, el establecimiento de una "hot-Iine"
entr:.! Mosc y Washington, el apoyo conjunto de una reso'lucin de
las Naciones Unidas que se opona a la instalacin de armas nucleares en el espacio exterior, y la venta de unos 250 millones de dlares
del supervit . de trigo norteamericano a la URSS. Es importante
sealar, sin embargo, que estos logros se produjeron a partir de
cambios de Ja poltica sovitica ms que de la pdltica norteamericana. Todo el tiempo, el enfoque de Kennedy haba sido el de hacer
que la competencia fuera menos peligrosa por medio de la identificacin y el aislamiento de las reas de lucha donde los intereses convergieran.** Tal como sealara ~n su famoso discurso de junio de

Tambin existfa dentro de la administracin un cierto grado de confiamS

en que, dada la fuerza norteamericana, no serian necesarias las negociaciones

para sacar los misiles de CUba. "Tenemos la ventaja estratgica de nuestras capacidades blicas generales; tenemos las ventajas tcticas de la rectitud moral.
la audacia, la fuerza, la iniciativa y el control de esta situacin", escribi Max
well Taylor a McNamara el 26 de octubre de 1962. "No es momento de atemorizarse". <Kennedy Papers, NSC Files, Box 36, "CUba-C.eneral").
.
*" Rostow tena reservas acerca de lograr un acuerdo de prohibicin de
pruebas con los rusos mientras stos no hubieran accedido a retirar sus tropas
de CUba y a hacer honor al acuerdo de Ginebra de 1962 acerca de Laos. Kennedy rechaz esta temprana estrategia de "vinculacin", y condujo las conversaciones. S?bre la prohibiCin de pruebas sin establecer prerrequisitos de conducta
sovitica en otros temas. <Rostow Mem.orandum julio 5 1963 Kennedy Papers,
NSC Files, Box" 265, "ACDA-Disarmement ~ Trip II"). Para un intento
anterior de Rostow de "vincular" las negociaciones con la restriccin sovitica
en cuanto a envos de armas, ver Rostow a Bundy enero 21 1961 ;bd Box 176,
"URSS-General".
'
'
' .,

l{ENNEDY, JOHNSON Y LA RESPUESTA FLEXIBLE 1

253

t963, "se puede confiar en que . inc.luso, 'las naciones ms ~astiles


tarn y mantendrn las obhgaciones de un tratado, y solo las
acep

"1s
obligaciones de un tratado que responde a sus, prop10s mtereses .
Sin embargo, para negociar hacen falta do~, y solo cu.ando K:uschev
lleg a ver las ventajas de ese procedimiento se hizo factible un
limitado avance en di.reccin a la d~te~te., .
,
La China comumsta no mostro mngun mteres comparable en
las negociaciones durante los aos de Kennedy, ni tamp~co es claro
que Estados Unidos hubiera respondido de haberse mamfestado. El
mismo Kennedy no tena paciencia con la ficcin de que Taiwan
representaba a toda China, pero no estaba dispuesto a asumir las incomodidades polticas domsticas que hubiera involucrado un cambio del reconocimiento diplomtico, ni tampoco a permitir la admisin de Pekn en las Naciones Unidas. Adems, dentro de la administracin exista la opinin de que el cisma sino-sovitico poda perpetuarse de la mejor manera si se buscaba la dtente c~n los rusos
y se mantena, a1 mismo tiempo, la presin sobre los chmos. Rostow
resumi la argumentacin en su documento BSNP:
Aunque Estados Unidos puede hacer poco para promover ese
cisma, al menos debemos evitar las medidas que podran resolverlo; as, no debemos favorecer el punto de vista de Kr11schev
tan abiertamente como para que a l mismo le resulte dificil justificarlo dentro del terreno comunista. Ms importante an, no
debemos hacer parecer que la preferencia de Kruschev por la
negociacin y los acuerdos pacficos por encima de la lucha es
vana, cuando, por cierto, Kruschev acta en trminos de esa
preferencia. Y debemos dejar en Claro que el enfoque contrario
de Jos chinos, si se lo pone a prueba, puede conducir a un rpido
desastre.
No habra, agregaba Rostow, ningn impedimento grave para
mejorar las relaciones con la China comunista cuando ese ~stado
estuviera dispuesto "a modificar su postura y conducta agresivas Y
a reconocer de facto la existencia de un Taiwan independiente".
y por cierto a fines de 1963 Kennedy au~oriz a su sec_retario
asistente de Estado en Asuntos del Lejano Onente, Roger Hilsman,
a preparar un discurso importante sobre China, ~ludiendo .l da en
que "el rgimen chino comunista abandone por fi':1 su~ od~?s enc~r
nizados . . . y . . . vuelva a aceptar un mundo de diversi~a.d . El discurso se hizo ms con la idea de demostrar la razonab1hdad norteamericana ante la intransigencia china que a partir de un deseo
inmediato de cambiar la poltica; no se esperaba ningn gesto recprocamente conciliatorio por parte de Pekn.
El desempeo de Kennedy en sus negociaciones con el nico

'
/

: 1

'/!

254 1 .JOHN

LEWIS GADDIS

Estado comunista del hemisferio occidental es igualmente mez

1
"n acord con F1del


d o. La a d min1strac1
Castro la liberacin de ca

Pns10neros
toma d os en el desembarco de Baha de Cochinos a camb
.
,
1
d"
d e eqmpos
agnco as y m icos; durante 1963, hubo signos por amb 10
partes del deseo de discutir otros temas. Por cierto, Kennedy no ob:is
.. ,
b
, .
Jetab a la revo luc1on
cu ana en s1 misma: varias veces seal qu
l
riesgo de control sovitico era la primordial causa de preocupac~~
Lo nico que separaba a Estados Unidos de Cuba, declar en un dis~
cu~s~ ~?atro das antes de su muerte, era el intento de convertir a
la is.la en un arma: en un esfuerzo ?ic!ado por poderes externos y
destinado a subvertir a las otras repubhcas americanas ... En tanto
esto ocurra, nada es posible. Sin ello, todo es posible". En el mo.
mento de su muerte, Kennedy tena en marcha al menos dos contac!os secretos para explorar las oportunidades de mejorar sus relaciones con Castro. Pero tambin la CIA estaba organizando secretamente, en ese momento, planes para sabotear la economa cubana
Ile.var a ~abo incursione.s a 1o largo de la costa y repetidos y poc
exitosos mtentos de asesmar a Castro.80 Cunto de todo esto era conocido y autorizado por Kennedy an no est claro; lo que resulta obvio,
no ?~s.tante, es que esos ejercicios sirvieron para socavar cualquier
pos1b1hdad de normalizar las relaciones.
Pero fueran cuales fuesen las frustraciones de los intentos de
tratar con Cuba despus de la crisis misilstica, la administracin
consideraba su manejo de la cuestin como una demostracin textua1 de la "respuesta flexible" en accin y, por lo tanto, como un
modelo que deba seguirse en otros casos. Un memorandum del National Security Action de febrero de 1963 enfatizaba la probable neces~da~ futura de ser capaces de emplear esta "controlada y graduada
~phcac1n de poder poltico, militar y diplomtico integrado". Eso
involucrara tambin la capacidad de "inc-ementar gradualmente las
presiones generales ejercidas sobre el oponente", "controlar la naturaleza y la velocidad de la escalada", y concertar "las acciones econmicas, diplomticas, psicolgicas y militares . . . con el objeto de
que ejerzan un efecto combinado sobre nuestro avance hacia la consecucin de nuestro objetivo captal".1 1 Pero, tal como lo haba demostrado la crisis misilstica, nada de esto trascenda la capacidad
de una estrategia de "respuesta flexible", ahora convalidada, pareca,
por la dura prueba de la experiencia prctica.

IV
Al presentar.. al pblico la estrategia de la "respuesta flexible", Kennedy y sus asesores estaban constantemente indecisos entre sus deseos de instar y sus deseos de educar. Exista, por una parte, la con-

K2NNEDY, .JOHNSON Y LA RESPOB&TA l'LEXIllLE

1 255

viccin de que Eisenhower no haba hecho que la nacin fuera consciente de las amenazas a las que se enfrentaba; por lo que la nueva
administracin, por lo tanto, tena la obligacin de despertar al pas
-por medio de un shock, de ser necesario- para que abandonara
su complacencia. Por otra parte, exista un sentimiento de obligacin
similar de persuadir al pblico de que deba adquirir un enfoque
ms calmo y racional de la Guerra Fra, abandonando las caractersticas apasionadas y reduccionistas tpicas de los primeros aos del
conflicto. Estos impulsos contradictorios colorearon la explicacin
pblica que Kennedy dio de su estrategia durante todo el perodo
de gobierno.
Sin duda, Kennedy no hizo ningn esfuerzo por minimizar los
peligros que el pas deba enfrentar. "Si Io que esperan es hallar 'un
peligro claro y actual'", dijo a un grupo de editores de peridicos
poco despus del incidente de Baha de Cochinos, "entonces lo nico
que puedo decir es que el peligro jams ha estado ms claro y que
su presencia jams ha sido ms inminente".
Le gustaba utilizar una exhortacin aplicada por George Wlliam
Curts un siglo antes, en la poca de Kansas-Nebraska Act:
Hubirais considerado amigo de la antigua Grecia a aqul que
con toda calma discuti la teora del patriotismo ese clido
da de verano en cuyas desesperanzadas e inmortales horas Lenidas y los trescientos combatieron por la libertad en las Termpilas? Acaso John Milton deba dedicarse a conjugar verbos
griegos en su biblioteca cuando la libertad de los ingleses estaba
en peligro?
Era obligacin del hombre educado, insista Kennedy, "dar su
sentido objetivo, su sentido de la libertad, en virtud de la conservacin de nuestra sociedad en un momento crtico". No se produjo
ningn intento de suavizar las diferencias con Kruschev luego de la
cumbre de Viena en junio de 1961: "Tenemos enfoques absolutamente diferentes acerca del bien y el mal, de lo que es un asunto
interno y de lo que es la agresin y, sobre todo ... acerca del lugar
que ocupa el mundo y hacia dnde se est encaminando". Kennedy
tampoco trat de disfrazar la amenaza ltima en el momento de peligro extremo, en octubre de 1962: "Ni prematura ni innecesariamente nos arriesgaremos a una guerra nuclear mundial en la que, incluso, los frutos de la victoria seran como ceniza en nuestra boca,
pero tampoco rehuiremos ese riesgo en cualquier momento en que
debamos enfrentarlo".82
Exista tambin una gran preocupacin por demostrar resolucin y determinacin -tal vez una caracterstica comprensible en
una administracin que tema la humillacin por encima de todas

~l'
H

,. i! '

256 1

JOHN LEWIS GADDIS

la~ cosas. Esto se manifestaba en ila tendencia a convertir las crisis


primer lugar ~n .pruebas pblicas de fuerza, y slo despus empre:~
der las negocxac1ones: 83 el esquema fue igual en los casos de L
Berln, las pruebas nucleares y los misiles soviticos instaladosaos,
Cuba. En ocasiones, Kennedy pareca buscar incluso los compro e?
, d
'

m1sos ng1 os, comq en el caso de su resolucin tomada poco despu,


.
,
d
'
es
dl
e mcomo o asunto de Baha de Cochinos, de poner un norteamericano en la luna para el final de la dcada. "Pero, por qu die
a~gun?s,. la luna?", pregunt a los estudiantes de Rice Unive;sity :~
an~ s1gu1e~te. "!or qu escalar la montaa ms alta? Por qu, hace
tremta y cmco anos, volar sobre el Atlntico?" Estados Unidos no iba
.la luna .P?rque fuera ~cil, sino p?rque era difcil, "porque ese objetivo s~rvira .?::ra orgamzar. y medir lo m~jor de nuestras energas y
capac1d:i,des . Era como s1 Kennedy hubiera aceptado la vieja argu~entac1on de J?ulles acerca de que los desafos eran deseables, e
mclu~o necesarios, para poner en juego lo mejor del pueblo norteamencano.
Sin embargo, con una sola excepcin, hay pocas evidencias de
que .1. administraci~ transmitiera deliberadamente al pblico un
sentimiento de urgencia mayor que el que ella misma senta en realidad. ~s!~ !ue, despus de todo, el punto ms alto de impredecibilidad so~1e1Ica du~ante la Guerra Fra; hubiera sido sorprendente, en
estas circunstancias, que no hubiera existido la tendencia a investir
l,os acontecimient~~ locales con una significacin global. La nica
area en la que exista mayor peligro que lo que la administracin
crea fue el caso de las armas estratgicas: las admisiones pblicas
de que la "brecha misilstica" no exista nunca igualaron en frecuencia ni en intensidad a fas afirmaciones que anteriormente Kennedy
haba hecho de su existencia.* Dejando este caso de lado la estridente
r~trca ofi~ial de Kennedy y sus asesores puede toma;se como confiable reflejo de sus preocupaciones privadas.
Pero junto con esta retrica exista dentro de la administracin
una creciente impaciencia con respecto a lo que Kennedy llamaba
"los estancados y estriles dogmas de la Guerra Fra". La clsica
mentalidad de la Guerra Fra, seal en 1961 Carl Kayson, ayudante
de Bundy, se haba convertido en un fin en s mismo: no consegua
"colaborar con las principales metas positivas de nuestra poltica
exterior". Lo que es ms, corra el riesgo de revivir el macartismo:

Ya . en

inarzo

de 1961 Bundy sugiri que Kennedy poda descartar sus


acerca de una "brecha misilfstica". Sin embargo, el presidente
prefm no hacerlo, ~ntentndose con el tibio discurso Gilpatrick seis meses
despus y con ocasionales y oblicuos comentarios confirmatorios. (Bundy a
Sorensen, marzo 13, 1961, Kennedy Papers, NSC Fles Box 273 "Department
of Defense").
'
'
pr~pac10nes

KENNEDY, JOHNSON Y LA RESPUESTA FLEXIBLE

257

El macartismo no estaba desvinculado del hecho de que nos hallbamos literalmente en guerra contra la Unin Sovitica en
Corea. Tanto nuestra historia como el gran xito de nuestra sociedad en trminos polticos y econmicos hace que para nosotros sea apropiado ser mucho ms conservadores que otras sociedades con respecto a la posibilidad de alejarnos de los simples conceptos lockeanos de propiedad y libertad . . . Una postura altamente militarizada en el exterior nos hace cada vez ms
intolerantes de estas diferencias, y produce un consecuente incremento del peso poltico de esos elementos radicales de derecha que ven en esa diferencia una amenaza para el estilo de vida
norteamericano.
Otro problema era la absoluta inadecuacin del pensamiento
simplista de la Guerra Fra a la comp'Iejidad de los asuntos internacionales. "Es una peligrosa ilusin", advirti Kennedy con algo que
puede haber sido un indirecto golpe a Dulles, "creer que las polf.
ticas de Estados Unidos, extendindose como lo hacen en todo el
mundo, en situaciones variables y diversas, pueden ser abarcadas en
un nico slogan o adjetivo, duro, suave o cualquier otro". Ese pensamiento tambin contribuy a la creacin de estereotipos en ambos
lados que dificultaron la adaptacin a los cambios. "Los pases cambian. Las situaciones cambian. Y debemos ser suficientemente realistas como para ver dnde estriba el verdadero peligro".85
Durante el ltimo ao de su vida, Kennedy hizo un verdadero
esfuerzo por franquear el abismo que se extenda entre la percepcin
popular de la Guerra Fra, considerada como una lucha entre el bien
y el mal, y 'las complejidades del mundo real. "No estamos abocados
a un debate ni procuramos ganar puntos en l", record a su audiencia de la American University en junio de 1963, "no estamos aqu para
distribuir las culpas ni para sealar con el dedo admonitorio ... Ningn gobierno o sistema social es tan malo como para creer que su
pueblo carece de virtud":
La paz mundial, como la paz de la comunidad, no requiere que
cada uno de los hombres ame a su vecino -slo requiere que
vivan juntos en mutua tolerancia, sometiendo sus disputas a un
arreglo pacfico y justo. Y 'la historia nos ensea que las enemistades entre naciones, al igual que las enemistades entre individuos, no duran eternamente.
Tanto Mosc como Washington tenan inters en eludir "esas
confrontaciones que obligan al adversario a optar entre una retirada
humillante y una guerra nuclear": eso "slo manifestara la ruina de
nuestra poltica, o un deseo de muerte colectivo por parte del mun-

258

KENNEDY, JOHNSON y LA l!ESPUES'l'A FLEXIBLE

1 JOHN LEWIS GAJ>DIS

do". En semejantes circunstancias, no era incoherente firmar una


prohibicin de pruebas atmosfricas mientras se continuaban las
pruebas subterrneas, vender trigo a los rusos mientras se les negaban bienes estratgicos, investigar ;}as posibilidades de empresas espaciales conjuntas mientras se prosegua vigorosamente un programa
espacial unilateral norteamericano, explorar las oportunidades de un
desarme mentras se mantena una profusa reserva de armas. La
meta era la misma en cada caso: convencer a los lderes del KremIin de "que es peligroso para ellos emprender una agresin directa 0
indirecta, que es ftil parn ellos intentar imponer su voluntad y sus
sistemas a pueblos que no los desean, y es beneficioso para ellos,
as como para el mundo, unirse al logro de una paz genuina y con
posibilidades de cumplimiento".86
En estas declaraciones se hallaban implcitas la tolerancia de la
diversidad, la confianza en equilibrar ms que en proyectar el poder,
que eran centrales dentro del enfoque que Kennedy tena de los intereses norteamericanos. Pero hasta el da de su muerte el presidente
sigui mezclando estos llamados a la razn y la calma con apasionadas
exhortaciones a defender "las fronteras de la libertad" en todas partes.
"Ustedes deben preguntarse cundo todo esto va a terminar y cundo podremos regresar a casa", dijo a una audiencia de Montana en
septiembre de 1963. "Bien, esto no va a terminar ... porque lo que
ocurre. en Europa o en Latinoamrica o en Africa afecta directamente
la seguridad de Ja gente que vive en esta ciudad, y particularmente las
vidas de los que vendrn despus". Y, una vez ms, dos meses ms
tarde:
Sin Estados Unidos, Vietnam del Sur caera en un da.
Sin Estados Unidos, la alianza de la SEATO caera en un da.
Sin Estados Unidos, la alianza del CENTO caera en un da.
Sin Estados Unidos no existira la OTAN. Y gradualmente Europa se deslizara hacia el neutralismo y la indiferencia. Sin los
esfuerzos de Estados Unidos en la Alianza para el Progreso, el
avance comunista sobre el continente de Amrica del Sur ya se
habra llevado a cabo.
"Seguimos siendo la piedra fundamental del arco de la libertad", agreg Kennedy a estos comentarios pronunciados durant~ la
maana del 22 de noviembre de 1963, "y creo que seguiremos hacx~n
do lo que hicimos en el pasado, y la gente de Texas es la que abrir
el rumbo" .87
Todo esto sugiere que la retrica pblica de Kennedy reflejaba
en realidad sus propias ambivalencias personales con respecto a _I~s
intereses y las amenazas: en principio, Estados Unidos poda vivir

1 259

undo organizado segn los lineamientos


confortablemente en un m
.
.
oda siquiera apa1 uilibrio de poder, pero al nusmo txempo no P. .
. d
de eq
.
d 1 que evidentemente eran pos1c10nes d~masxa. o
rentar. ret~ed e o una crisis de confianza que socavana los mextendidas sm e~atar
todas artes Era la autoconfianza, entereses nort~=e~=:ese~a que tra indivisible; en este choque dde
tonces, Y no
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d 1 undo real era don e
las ideasbabstradil~tasmac~~t:aa:;~~~t~:: ~ ~esuelto- de la "resse centra a e
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puesta flexible".

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Captulo VIII

Implementando la respuesta flexible:


Vietnam como caso de prueba

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Con el objeto de discutir la implementacin de la "respuesta flexible", es necesario hacer una eleccin. Es posible examinar panormicamente una serie de acontecimientos en donde Ja estrategia se
manifest: la Baha de Cochinos, Laos, Berln, la crisis. misilstica
cubana, la Repblica Dominicana. O podemos concentrarnos detalladamente en el acontecimiento que, a causa de su duracin, su
poder divisivb, y su costo, ensombreci a todos los otros: la guerra
de Vietnam. Hay dos buenas razones para elegir el segundo enfoque.
Primero, la poltica norteamericana en el sudeste de Asia reflejaba,
microcsmicamente, virtualmente todos los elementos de' la "respuesta flexible" tal como se los aplicara en la prctica. Segundo,
Kennedy, Johnson y sus asesores consideraban a Vietnam como excelente prueba de esa estrategia: haba sido la incapacidad de Eisenhower de ocuparse de problemas comparables la que haba producido, en primer lugar, la crtica de la "respuesta flexible"; si no se
poda lograr que esa estrategia funcionara en Vietnam, existiran
entonces serios argumentos que podran cuestionar su aplicabilidad
en otras partes. Los lderes norteamericanos se dispusieron a pasar
esta prueba plenamente conscientes de sus potenciales dificultades,
pero al mismo tiempo plenamente cqnfiados en su capacidad de superarlas por medio de una estrategia destinada a enfrentar precisamente esa clase de situaciones.
Decir que su confianza estaba puesta en el sitio equivocado es
decir poco: rara vez los logros han acabado. por ser tan diferentes
de los objetivos propuestos. La guerra no salv a Vietnam del Sur,
no disuadi futuras agresiones, nQ increment la credibilidad de los
otros compromisos asumidos por Estados Unidos en el resto del mundo, no impidi el estallido de recriminaciones domsticas. Es demasiado sencillo inculpar por estas disparidades a las deficiencias de
la estructura decisoria de la seguridad n~cional de posguerra, por
sustanciales que hayan sido esas deficiencias. No haba existido, como
hemos visto, ningn enfoque nico o consistente. de la contencin;
condenar todas las manifestaciones de esa estrategia es pensar con
simpleza. Tampoco es til atribuir el fracaso en Vietnam al cambio

261

~''/
262 1 JOHN

LEWIS GADDIS

VIETNAM COMO CASO DE PRUEBA

de liderazgo producido en la Casa Blanc


,
bre de ~963, por notable que ha an . a despue~ del 22 de noviem.
personahdades de Kennedy y Job y
sido las diferencias entre las
sigui fielmente la estrategia de ~s~? Pues el hecho es que Johnson
tal vez mucho ms de lo
l a . respuesta flexible" en Vietnam
La
que e mismo Kennedy 1 h b"
,
. o u iera hecho.
. . derrota norteamericana all rn b.
pos1c10nes derivadas, de manera bastas t I~? .se dio a partir de suque la defensa del sudeste de Asia ~ n e ~g1ca, de esa estrategia:
del orden mundial que se pod'
crucial para la conservacin
precisin y discrirnnadarnente ia ap ~c~r la fu~rza en Vietnam con
evaluar el desempeo, y que o'!ue fex~st1a? medios ?1uy precisos para
poder, el prestigio y Ia credibilida~ e~ os ogra?os mcrernentaran el
mundo. Estas suposiciones a
ortea~encanos en el resto del
curiosamente miope por el ,
su vez, reflejaban una preocupacin
cin por los medios a expen~~~~s~ -~a desproporcionada fascinarle que una estrategia destinad e os I~es-, con el resultado obvio
entre intenciones y logros ~ ~roduc1r u~a precisa correlatividad
pr UJO en realidad todo lo contra no.
.

I
A los funcionarios de las administraciones
les agradaba repetir que sus polt" .
~.e Kennedy y de Johnson
con la direccin general tornada ~c;15 en ,1~tnam er:m consistentes
cana a partir de 1947
fl' p
la pobtica extenor norteameri,
ese con icto sosten'
d e una larga serie de medidas
d
,d
ian, no era mas que otra
sin no redituaba. "El d
fa opta as para demostrar que la agrede Asia", argumentaba Jo~~o~ ~ue enfr~ntarnos hoy en el sudeste
frentado con valor y con fue , esGel ~1smo desafo que hemos enrza en recia y Turq ,
B ,
eorea, en el Lbano y en Cuba"
La "
. , uia, en erln y en
era que "siempre que
h .
gran lecc1on de esta generacin"
,
.
nos emos man te d f"

ultima mstancia fue detenida" t El h h m o irm~s, la agresin en


de un compromiso similar c . v ec o de cuestionar la necesidad
on 1etnam del s
.
.
d ec larac1ones,
era cuestionar 1
ur,_ imp1icaban estas
. .
respaldado desde el
. . .
.s supos1c1ones mismas que haban
.
pnnc1p10 la estrateaia
de l
.
0
Sm embargo, en realidad
a contencin.


lo largo de los aos un d
l. esas. suposiciones haban sufrido, a
,
,
esp azam1ento gradual K
recordara, haba acentuado las d' t" .
.
ennan, corno se
ses vitales y perifricos entre las is i~c:nes existentes entre interepodan sufrir, y entre lo~ niveles vane des de a~enazas que stos
dios disponibles las adm1' . t ~e respuestas factibles segn los me,
m:s raciones de K
d
establecan esas distinciones K
h b' enne Y Y de Johnson no
equilibrio global aplicando ~ enna~ a. ~a procurado mantener el
nmico, militar 'y psicolgicona c~m mac1on de poder poltico, ecocionadas; para 1965 Johns
en trbeas cl~ves cui?adosamente selec,
on con ia a casi exclusivamente en el uso

1 263

de la fuerza militar en un teatro elegido por los adversarios. Kennan


haba tenido la esperanza de reclutar fuerzas del nacionalismo, incluso donde fueran comunistas, para contener el poder e influencia
en expansin de la Unin Sovitica; Johnson procur oponerse al comunismo, aun cuando fuera nacionalista, con el propsito de preservar la credibilidad norteamericana en todo el mundo. Y, en una irnica vuelta final, Johnson y ms tarde Nixon llegaron a confiar con
absoluta consistencia en la ayuda de la Unin Sovitica, blanco original de la contencin, para sacar a Estados Unidos de la maraa en
la que su propia estrategia haba acabado por enredarlo.
Estas notables mutaciones podran explicarse como el resultado
de la obcecacin, la mjopa o incluso la distraccin, pero no hay evidencias de que estas cualidades desempearan un rol ms prominente que el habitual durante los aos de Kennedy~Johnson. Lo que s
fue distintivo de esas administraciones, sin embargo, fue su compromiso con la respuesta simtrica, y es en este punto que debemos
procurar dar cuenta de una evolucin del pensamiento estratgico
mucho ms notable, pues aqullos que lo llevaban a cabo parecan
no advertir qu se estaba produciendo.
' Por cierto, haba sido el NSC-68 el que haba desplazado ia percepcin de la amenaza de la Unin Sovitica al movimiento comunista internacional; adems, ese documento haba proporcionado un
mtodo para expandir los medios y, como consecuencia, los intereses. Eisenhower haba rechazado el anlisis de los medios planteado
en el NSC-68, pero no su evaluacin de las amenazas e intereses;
por esa razn haba estado dispuesto a extender un ambiguo compromiso a la defensa de Vietnam del Sur por medio del trata~o
SEATO,* iniciativa coherente con la preocupacin, experimentada por
su administracin, de lograr mxima disuasin con un costo mnimo.
Los gastos eran una preocupacin menor para Kennedy quien, confrontado con un estallido de insurgencia Vietcong, regres al concepto de medios expandibles del NSC-68 pero uni a l la determinacin de hacer honor al compromiso de Eisenhower, aunque en general ste hubiera sido extendido como sustituto de los medios. Al
mismo tiempo, Kennedy estaba decidido a disminuir los riesgos de
una escalada o de una humillacin, y mucho ms que la estrategia
El tratado SEATO, firmado el 8 de septiembre de 1954, afirmaba que en
caso de "ataque armado" contra cualquiera de los firmantes o contra Estados
o territorios que los firmantes "por acuerdo unnime pueden designar de aqu
en ms", ellos "actuarian en ese caso para enfrentar el peligro comn de acuerdo con sus procedimientos constitucionales". En el caso de una amenaza que
"no fuera un ataque annado", o "cualquier hecho o situacin que ponga en
peligro la p9.z de la zona", los firmantes "sern inmediatamente consultados con
el objeto de acordar las medidas que deben adoptarse para la defensa comn".
Vietnam del Sur no era firmante, pero un protocolo adjunto extenda las provisiones para que cubrieran "los Estados de Cambodia y Laos y el t,errttorio
libre bajo jurisdiccin del Estado de Vietnam". (American Foreign Policy, 1950-55:
Basic Documents (Washington, 1957), pp. 913-14, 916).


264 1 JOHN

l.EWIS GADllIS

anterior: esta decisin cond


fuen:as terrestres norteameri~! en s.u momento, al des lie
sudv1etnameses y lue o
nas, pnmero como "aseso p "gue de
combatientes directos g , durante la presidencia de Joh res de los

m~~~

<'.Pero cul era precisamente el .


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nam? Por qu estaba all en u
mter:s norteamericano en .
tow haba advertid0
" J ego el eqmlibrio de poder:> W
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en su BSNP" de 1962
" , . alt Ros.la

crea~~:i~~~~scf~=~~rsos dificultar~n a~~t:r~~~:~~~~o~tan-

~r~o~:~~ne~;:;o: f::i~~::::;;~o 1:u;~~~1!u~~e:~~d~ g~~e~~r~~~~

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mun1sdistante y peqr:e:e :~~icaran p~r qu la "prdida~? d~u~ndo ~e
funcionarios de Wa~ Ia pn~duc1r consecuencias tan d ,n .Pa1s
del tratado del SEATbngton c~taban generalmente las o:;;.stic~s,
acerca de los
.que, s1 no se cumplan p
, 1gac10comprom1sos
t
.
, rovocanan d

:::c~~~;~: ~~t;~d:: t~~o c~m;~~~7s1;;e~~:t~~:n=~c~~:s e~:~es

/:i

;se ~ompromiso se toma po~o mun1-o", escribi Rusk en 196SP~,~~


t raena conclusiones que conduci~on iable, el mundo comunist~ ex1
eza a una guerra catastrfica".2 an a nuestra ruina y casi con cer:
f'.ra ste un razonamiento cu .
r:~m1so nor~~americano con Vietn:::l ~equera justificar el comest b?l~dervdac10n de la estabilidad global ur colmo algo esencial para
a J 1 a puesta en
r
' pero uego describ,
P!?miso de Washingto~~ ~~1;otr la vulnerabilidad misma
:o~~
s1on como el hecho de
u~raba tanto la disuasin de I
ser rehen d
lI L
a agre,
surg1a del fracaso de las admi . t e. e a. a confusin, parecera
~:~e~to a articular independie~~:~~~~nes Kenn~dy y Johnson co~
res en el sur de Asia. en e
.
e concepciones derivadas del
norteamericana all estab~ dete~b10d tendan a ver que la apuesta

d!1

~:z:;d~ ~~s ~~~~aciones.


0

La ~egurid:~ ~ee~~~:~~:~n~de por las ~mef'


no comunista
,
m os, por cierto
v~!~nIo comu_nista ~ona en cue~t~~nc71a en pel~gro siempre que un
am pod1a ser Insignificante en , as .garantias norteamericanas.

S1 mo como pu t
d .
s1 mismo p
.
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e Interseccin d 1
E
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e a amenaza
l
.
. . n es e argumento nada re ue ,
y e compromiso.
ng1da .centralmente, o ni si ui~ na qu: la amenaza estuviera di~omumstas de otras partes. P~r r_a coordmada con las actividades
~ guerra se haban hecho frecuec1erto, durante la primera parte de
~1.c'? para lograr la "dominacin ::~~~-r~~~rencias al plan sino-sovi1c~~r?n menos comunes a medid
ia ' pero estas referencias se
sov1et1co se tornaron irrefutables iue las ev_idencias del cisma sinoces a la contencin de China er. ~s estudios se dedicaron entande 1965, la preocupacin dor:ii~an~e s~I~ brevemente; para principios
' a como lo expresara el subsed

VIETNAM COMO CASO DE PRUEBA

265

cretario de Defensa John McNaughton, era simplemente la de "evitar una humillante derrota norteamericana (en cuanto a nuestra reputacin como garantes)".4 El comunismo, entonces, no necesitaba
plantear una amenaza coordinada contra el equilibrio de poder mundial, pero como las victorias comunistas a expensas de Estados Unidos, incluso descoordinadas, podan resultar en la humillacin, el
desafo a la estabilidad global era igualmente real. La nica diferencia, ahora, era que el temor de Washington a la retirada vinculaba
esas amenazas, no el control y la disciplina interna del comunismo
internacional.
Tampoco el compromiso norteamericano necesitaba ser prudente. Dentro de la administracin Kennedy exista el definido sentimiento de que Eisenhower haba-sobreexigido a Estados_ Unidos en
el sudeste de Asia: Rostow, como se ha visto, hubiera preferido una
alianza menos formal basada en los puntos fuertes costeros; 5 Robert
Komer, uno de sus asistentes, describi privadamente al SEATO en
1961 como una "rueda de molino" aplicada a inexistentes peligros
de agresin directa. De todos modos, Rostow escribi a Kennedy ese
mismo ao: "Por cierto estamos atrapados en Vietnam, por cierto
que cumpliremos nuestro ... compromiso del SEATO". El problema,
simplemente, era que en cada etapa los riesgos del descompromiso
parecan superar los costos implcitos en la persistencia. "Las razones por las que fuimos a Vietnam . . . son ahora en gran parte acadmicas", escribi McNaughton en 1966. "En cada punto de decisin
hemos apostado; en cada punto, para evitar daos a nuestra efectividad e incumplimiento de .nuestro compromiso, hemos aumentado
la apuesta. No hemos dejado de cumplir, y la apuesta (y el compromiso) es ahora muy alta" .6
En todo esto haba una tendencia claramente autovigorizante.
Cuanto ms la administracin defenda sus polticas en Vietnam en
trminos de salvaguardar la credibilidad, tanto ms la credibilidad
norteamericana pareca depender del xito de esas polticas. "Dejar
Vietnam librado a su destino perturbara . . . la confianza . . . en el
valor del compromiso norteamericano y en el valor de la palabra de
Estados Unidos", proclam Johnson en abril de 1965. Y una vez en
mayo: "Hay otros cientos de naciones pequeas . . . observando
lo que ocurre ... Si Vietnam de Sur puede ser engullido, lo mismo
puede ocurrirle a ellas". Y otra vez ms en julio: "Si se nos echa
del campo en Vietnam, ninguna nacin podr volver a tener la misma
confianza en . . . la proteccin norteamericana" .7 En relaciones 'internacionales, las percepciones son slo en parte producto de lo que la
gente cree, surgen tambin de aquello que las naciones afirman. Dadas
la frecuencia y la intensidad de estas declaraciones y de otras semejantes, no es sorprendente que fueran tomadas con seriedad, tanto en
el mbito domstico como en el exterfor. Y, sin embargo, la irona

I'

266

1 JOHN LEWJs GADJlIS


VIETNAM COMO CASO DE PRUEBA 1

e~ que la administracin las

ro

s~ones tendientes a la retira% du10 con ~l objeto de diluir las p


c1~n; el efecto que ejercieron a, queb podnan conducir a la humil~e- .
abismo existente entre prom~s~ o d stante, !ue el de profundizar
dera de la humillacin.
y esempeno, que es causa verda Pero por qu en primer l
Ilacin? En parte,, sospechamosuga~~ este miedo extremo a la hum.
los ~dver~rios; despus de tod ~ q,?e P?dra" sugerir debilidad a
segu1an vivas. Adems, Vietnam ~e ~~becc1ones . de Munich todava
de orgullo personal. "N h
. a convertido en una cuest1" ,
d l

o emos perdid

on
e comunismo desde 1959" s l' 1 d o m una sola nacin a manos
rezca raro, fa preocupacin~~ ia a ar ear Johnson.s Pero, aunque pael ~~ndo pudiera pensar, sino l~rofunda tal vez n? fuera tanto lo que
E~1~ta, tanto dentro de la ad . 9ue E_s,tados Umdos pudiera hacer.
ministracin Johnson u
t m~mstr~c1on Kennedy como de la ad.
.
' n ex rano miedo a 1 .
amencana -a las impredecible
.
a irracionalidad nortedan producirse si se crea que ~ ~ ~co~r~lables reacciones que po:1~ Rusk y McNamara habl;ln a~:e o~ mdos haba "perdido" Vietc1m1ento "estimulara profund
rtido Y. en 1961 que ese aconted?s Unidos, y sera aprovecha:~ controversias domsticas en Estad1r el pas y enjuiciar a la ad . i:>r el.e,m~ntos extremos para diviRostow llegaba incluso
l mm1strac1on . El informe "BSNP" de
Unidos podra 'iniciar a'p p andtear la posibilidad de que "Estados
f
resura amente u
,,
rontarse con una derrot .
na guerra si deba consufri~~ el mie~o m~ i:t~:~~r~~;:~-~ Es posi_ble qui: !ohnson haya
agres1on comunista lograra apod
ia qu~ s1 perm1tiamos que la
ms tarde,
erarse d~. Vietnam del Sur", record

se producira en este pas un inte .


debate mezquino y destruct
rmmable debate nacional -un
tracin, matara mi presiden~o- qu:_ rl~strozara mi adminisSaba que Harry Truma
D a y danana nuestra democracia.
tividad el da que los c~~ ~a~ Acheson haban perdido su efecque la prdida de Chin dums as ~e apoderaron de China. Creo
a esempen un rol d
.

e1 surgimiento de Joe McCarthy y
b'
e importancia en
mas, tomados en conjunt
..
sa Ia que todos estos problelo. que poda ocurrir si :~s~~:~ nadad.si se lo~ comparaba con
s per 1amos V1etnam.10
El riesgo ltimo, entonces era 1
hacerse a s rnismo si no log
h o que Estados Unidos poda
que l mismo se haba impue~o~ acerse cargo de las obligaciones
Poco despus de que la admi .
.
? William Wl\itworth, un escrft::~~fnNJohnson dejara _el gobiervistar a varios de los asesores del
. ew y orker, quiso entregeopoltico de la guerra de Vietnam e~f~e~1dente acerca del racional

lilillCO que acept fue Eugene

267

V. Rostow, hermano mayor de Walt Rostow, quien haba desempeado el cargo de subsecretario de Estado de Asuntos Polticos desde
1966 a 1969. La conversacin mostr una reveladora circularidad.
Al preguntrsele por qu la seguridad norteamericana dependa de
la defensa del sudeste de Asia, Rostow acentu la necesidad de mantener un "equilibrio de poder" en el mundo. Pero cuando se le
inquiri por qu haba sido necesario hacerlo, Rostow recurri a
una clsica argumentacin de "respuesta flexible": la necesidad de
poder manejar, sin recurrir a las armas nucleares, problemas como
el de Vietnam. A Whitworth esto le,result curioso: "Tenemos el
equilibrio para enfrentar el problema, y tenemos que enfrentar
el problema para poder preservar el equilibrio. Esta teora se est
mordiendo la propia cola''. "Bien, en cierto sentido, tiene usted razn", explic Rostow. "Todo lo que puedo decir es que siempre ha
sido muy peligroso cuando un poder potencialmente hostil establece
la hegemona. No puedo particularizar la manera en que se ejercer
esa potencial hegemona, pero preferira, incluso a un costo considerable, eliminar este riesgo." 11
Este espectculo de teoras comindose las colas no era algo
raro en Vietnam: la expansin de medios con el objeto de cumplir
un compromiso contrado como sustituto de los medios; la justificacin de ese compromiso en trminos de un equilibrio de poder
hecho frgil por su misma existencia; la defensa, en nombre de la
credibilidad; de polticas destructivas de la credibilidad; la bsqueda,
en ltima instancia, del consenso domstico por medios que destruan ese consenso; todo ello refleja la imposibilidad de la estrategia de la "respuesta flexible" de proseguir de manera ordenada
a travs de las etapas de identificacin de intereses, percepcin de
amenazas y seleccin de respuestas apropiadas. En cambio, tanto
las amenazas como las respuestas se convirtieron en intereses en
s mismos, con el resultado de que Estados Unidos lleg a ignorar
o a olvidar qu se haba propuesto hacer en Vietnam justo en el
momento en que estaba resolviendo, con determinacin sin precedentes, hacerlo.

II
Un segundo rasgo prominente de la "respuesta flexible" tal como
se la aplic en Vietnam fue la creencia en la "calibracin" o "sintona fina", en el hecho de que, al ser capaz de moverse de arriba
a abajo dentro de un rango de acciones precisamente calculadas,
Estados Unidos poda disuadir agresiones limitadas sin que se produjeran escaladas extremas ni humillacin. "Nuestras fuerzas militares deben. . . ser utilizadas de manera medida, limitada, controlada

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de 1964. "Las' operad uno de los asistentes de M t~r nuestra polfin en s mismas,, J o~es militares nunca deben c am~ra a fines
ms tarde: no da. , o n_s~n expres el mismo convertirse en un
a utilizar zi.uest"'o na credito, insista, "a aque'llopunto unos meses
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o e poder, cier. La disuasin, idealmente d b , .
sm la necesidad ideal de
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.,
haba intentado esta delica~:ner ~u~ mostrarla. John Fost:1~a~;on
nucleares para desalentar las mamo. ra al amenazar con usar a u es
q~e a~ menos tena el mrito ~gres1ones a cualquier nivel, enf~as
mmactn de su demostracin reeal sei_:iarar la proteccin de la detque
, siempre q
.
ero suerte Al
en cuan~to carecer de la autoconfianza de la ude s~ _tuviera habilidad
.
a esos tema
a m1mstraci
.
1
j:~~ia de esa estrategi: :it~:~~~nc~~vencidos ~de~s ~~ ~:t:~~L
en re~~~;::i_~ a~esores, haban descarta:e~:s ~1m1tadas, Kennedy,
festar all la f"e sudeste de Asia, pero no la men~s nucleares
mente un
inneza norteamericana "Deb
necesidad de manicurso de a

emos prod
, .
seriedad", haba ad c~dI n que convenza al otro ba d ucdir rap1dan o e nuestra
E
vert1 o Rostow K
que stados Unidos haga o de1 da hennedy en agosto de 1961 "Lo
pocos mese
,
e e acer"
,

dificultad e~amqausetar~e, "ser decisivo para' e~g;:;uItMdaxwf~Il Taylor


.
sm adopt
I
a o mal" u La
proyecc10nes concebibles de ;.r a estrategia de Dulles toda. l
otraEmanera, demostraciones r~:~:za parecan requerir,' de u~a a~
sto no preocupaba a lo .
.
e!1 mayo de 1961 haban reco~efes de Estado Conjunto, quienes a
ncanas a .Vietnam del Sur " ara~da~o. el envo de tropas nortea~
la PV~tenc1al accin norvi~t::amitaum1mhs!rar un disuasor visible para
en 1etnam el b

o c ma com ..
sia .
'
ngad1er general Ed
d L
umsta . Un experto
.,mente manera
war
ansdale/ lo exp l"1co, d e la

VIETNAM COMO CASO DE PRUEBA 1

269

!n

Las fuerzas de combate est d

r~Iativamente pequeas son a e~ur!1denses, incluso en unidades


c1onal. Si un enemigo s~ enfrent s1mbolo de nuestro poder na-

!ed combate, es inmediatamente ~o con. una de nuestras unidades


o con todo el poder de Est ;sc1~t~ de que se ha enfrenverd~dera fuerza nacional, em a os m~os. Este smbolo de
Grecia y el estrecho d F
pleado sabiamente en Al
.
t
e ormosa d
emama,
1
emp ada para Tailandia y Vietn: ma~e~. no dis?Iil a la conm, a mantemdo la paz".

Cuando la m1s10n de esa fuerza norteamericana es adecuadamente anunciada, y sucedida inmediatamente por una accin
firme, la historia reciente nos dice que el efecto es justamente
el opuesto a la "escalada", y que nuestra accin consigue apoyo
mundial fuera del bloque sino-sovitico.
"El efecto de instalar fuerzas simblicas de Estados Unidos antes
de que se produzca el acontecimiento", agreg Robert Komer, "es
;ealar nuestras intenciones a los otros, y de esta manera es posible
~vitar el compromiso de una cantidad sustancial de fuerzas norteamericanas una vez desarrollado el conflicto". Era cierto que Estados
Unidos "poda terminar en algo semejante a Corea, pero creo que
la mejor manera de evital"l es moverse rpidamente ahora, antes de
que la guerra se extienda hasta el grado de requerir un compromiso
del tipo del de Corea" .14 * Esta teora de que una involucracin
inmediata en pequea escala podra tornar innecesaria una involucracin masiva a largo plazo formaba la base de las recomendaciones hechas por Maxwell Taylor y Walt Rostow a favor de la introduccin de unos 8.000 combatientes norteamericanos en Vietnam del
Sur en noviembre de 1961. "En nuestra opinin", escribi Taylor al
presidente, .!.'nada puede esclarecer ms al enemigo o desalentar la
posibilidad de una escalada ... que saber que Estados Unidos se ha
preparado slidamente para enfrentar la agresin a cualquier nivel". 15
Pero Kennedy siempre haba sido escptico con respecto a la
posibilidad de enviar fuerzas norteamericanas a luchar en el sudeste
de Asia: durante julio anterior, haba recordado a sus asesores "la
reticencia que sentan el pueblo norteamericano y muchos distinguidos
lderes militares ante la posibilidad de que se produjera cualquier
involucracin directa de tropas norteamericanas en esa parte del
mundo ... Nada sera peor que una poco exitosa intervencin en esa
rea". Las evaluaciones del Departamento de Estado reforzaban esa
opinin:
No creernos que la presencia de tropas norteamericanas sirva
para disuadir las infiltraciones, salvo en el caso de una intervencin armada. No hay muchos motivos para suponer que los
comunistas pensaran que nuestras tropas tendran ms xito
para enfrentar las operaciones de guerrilla en Vietnam del Sur
que el que tuvieron las tropas francesas en Vietnam del Norte.
Las operaciones antiguerrilla requieren una aplicacin de fuerza
"No me siento ms feliz que cualquiera con respecto a la posibilidad de
involucrarnos en otro esculido y secundario teatro de operaciones en Asia.
Pero de todos modos terminaremos por hacerlo tarde o temprano porque no
estaremos dispuestos a aceptar otra derrota. Si es asi, la cuestin no es si lo
haremos sino cundo y hasta qu punto". (Komer a Bundy, octubre 31, 1961,
Kennedy Papers, NSC Files, Box 231, "Southeast Asia-General").

270

1 JOHN LEWIS GADDIS


VIETNAM COMO CASO DE PRUEBA 1

altamente selectiva; la seleccin requiere discriminacin, y las


tropas forneas carecen simplemente de la base necesaria Para
discriminar entre amigo y enemigo, salvo por la direccin en
la cual disparan.
Si los sugvietnamitas mismos no estaban dispuestos a hacer "un
serio esfuerzo nacional", advirti en noviembre Dean Rusk, entonces
era "difcil entender de qu manera un puado de tropas norteamericanas pueden ejercer una influencia decisiva". Persuadido por
estos argumentos, Kennedy decidi no implementar la recomendacin de Taylor Rostow. Hubiera sido como "tomar una copa", le
explic a Arthur Schlesinger. "El efecto desaparece, y uno tiene que
tomar otra".16
Es importante sealar, sin embargo, que la decisin de Kennedy
de no enviar tropas a Vietnam no fue un rechazo de la "calibracin", sino todo lo contrario. Las recomendaciones Taylor-Rostow, de
cumplirse, pensaba, hubieran constituido una escalada demasiado
abrupta de la presin; l prefera, en cambio, un enfoque ms gra.
dual, que involucrara un incremento de la ayuda militar y econmica norteamericana a Saign, junto con la introduccin de "asesores" norteamericanos. Nada en este procedimiento impeda el envo
de tropas en fecha ulterior si es que esa medida resultaba necesaria. Tampoco haba ilusiones con respecto al impacto que estas
decisiones ejerceran sobre la credibilidad norteamericana: "Sabemos
perfectamente", cablegrafi , el Departamento de Estado a Saign,
"en qu medida estas decisiones, si se las implementa ... pueden
llegar a incrementar el compromiso de nuestra lucha de prestigio
para salvar a Vietnam del Sur".17 Las acciones de Kennedy slo
reflejaban dudas con respecto al apropiado nivel de respuesta necesaria para demostrar la firmeza norteamericana, no con respecto a
la importancia de hacer, en primer lugar, esa demostracin.
Durante los dos aos siguientes, la "calibracin" revisti la forma
de esfuerzos destinados a convertir a Vietnam del Sur en un bastin
anticomunista suficientemente independiente de manera que no fuera
necesario ningn compromiso directo por parte de Estados Unidos.
Bl objetivo, segn Roger Hilsman, era idear "un concepto sistemtico e integrado de contrainsurgencia militar-econmico-polticoestratgico", para orientar a las fuerzas militares y de seguridad de
Saign "hacia tcticas blicas no convencionales o antiguem"lla"
para "ampliar la participacin efectiva de los funcionarios del ~
bierno vietnamita en la formulacin y la ejecucin de la poltica
gubernamental", y para "icentificar al pueblo con la lucha del p
bierno vietnamita contra el Vietcong".1s Todo esto requera vanos
delicados acts de equilibrio: moderar ~uficientemente el control
autocrtico del presidente Ngo Dinh Dieto como para ganar res-

271

gobierno sin debilitarlo al mismo tiempo


paldo popular para su
di ra resistir la presin del Vietcong;
hasta el punto de. que 1:1 pu e .
ara ue Diem sobreviviera sin
proporcionar la ~sistenc1a_ ~ecesar~~ ~ter; de Estados Unidos, cui-

=~=;i~~=:;;r.::: ~u~::"':,,!;:;;:."";~,~:do~

supervivencia de . ttere Finalmente la lnea demostr ser demaUnidos en su propio


.
1 ien' pudiera caminar sobre ella:
siado estrecha como pa~~ qu~e:c~ por Diem contra sus crticos
frustrado por l~ repres10na:io secreto entre el gobierno de Diem
budistas, y temiendo un p
t de 1963 Kennedy autoriz un esy Vietnam del Norte, en agos o
,
. mo un ejemplo de
fuerzo cuidadosamente orquestado --e~ s1 mis d todo sin em-
"calibracin"- destinado a derrocarlo. .A pesar et
. , el estilo
.
1
, controlar m el momen o m
bargo, Wash1?gton
D?gro ni tampoco haba dedicado demasiado
del derrocamiento e 1~?1
sustituira. el efecto fue que la

:o

!~~~~ i:e~~~i~[d::rquci;1~~n~~d~ te~a _acab por dominar la pol-

. .
1
tica de Saign durante los tres aos s1gu1entes.
l
ara el Vietcong b.1c1eron que a
Las ventajas que resu tar?n pde 1964 aprobara lo que Kennedy
administracin Johnson, para fi~e:
ra E~tados Unidos en Vietnam.
haba rechazado: un rol de co~ :3- ~ p~
"calibracin" se seguira
Aun as, sin embargo, el P?nc1p1? e 1a .
edidas de fuerza.
aplicando; no habra aplicac1olnbes mtdensaJoshnn1s!s~ra el de ejercer
.
1 l
segu'n pa a ras e

,
Ms bien e . .P an,
.
m del Norte "que aumentanan propresiones militares sobre V:1etna "d d con el propsito de convencer
gresivamente en alcance e mtens1 ~ su inters cesar de ayudar al
a los, lderes del DRV de que es .e
gun"dad de Vietnam del
1 dependencia y 1a se
.
Vietcong y respeta~ a I~
d lento" contemplaba acciones suf1Sur". Esta es~rategia de expnm1 ~rminar con la deteriorante situacientemente mtensas como P~'\ t
como para unir an ms al
cin existente, pero no tan vio en.~ encin de China comunista,
pueblo norvietn~~ta, prov7~ la 1:~f:ar las posibilidades de una
indignar a la opm16_n .mun l~ o ;und la vspera del primer ataque
paz negociada. El objetivo, senal d 19~5 era "mantener ante Hanoi
areo contra el Norte en febrer~ e t ~bin el palo de la presin
la zanahoria de nuestra deserc1 n y a t en vigencia esa poltica,
constante. . . Una vezb
qule se ~e~n~::iesa~erca de muchos tpicos y
seremos capaces de ha ar en
f t' 'd d" 20 *
de muchas maneras, con mayor fuerza y e ec 1v1 a .
" audaz pero prudente accin en Vietlaarriesg8rlamos a que laS bombas cayeMosc no poda bombardear
ilanteado dos cosas: que nos
York por
de capitalel
New York para proteger .l:M&llo
de alianzas y debilitar el d en
tanela, que debfa fortificar nuestrob:~ 1965, Johnson Papers, NSF Country
go" fMemorandwn de Rostow, a l xxXxl")
FUeS: Vietnam, Box 16, "Memos vo.
.
Eugene Rostow argument qu9

:1~~a/ew

P~~f

~~~ ~u:emostracin

inl~:

1'
1

272 /

JOHN LEWIS GADDIS

;1

VIEl"N~ COMO CASO DE PRUEBA

La camp~a de bombardeo desencadenada sobre Vietnam del


Norte pretendi ser la operacin militar ms cuidadosamente carbrada de la historia reciente. Se atribuy gran importancia al hech~
de no ~ruzar ciertos "umbrales" geogrficos por t_emor de atraer
a los chmos, como haba ocurrido en Corea, a la posibilidad de evitar
las bajas civiles, que podran intensificar la oposicin a la guerra
dentro de Estados Unidos y en otras partes, y a la combinacin del
bombardeo con otras Varias inducciones, especialmente peridicas
pausas y ofertas de ayuda econmica, para atraer a Hanoi a la sala
de conferencias. La seleccin de blancos se realizaba directamente
en Washington, a menudo en la Casa Blanca, donde a veces el presidente en persona controlaba el resultado de determinadas misiones.
Se demandaba de los pilotos una extraordinaria precisin; una orden
de 1966 especificaba que los muelles de Haiphong slo podan bombardearse cuando no hubiera anclados all barcos petroleros, que
los barcos que abrieran fuego contra los aviones norteamericanos
slo podan convertirse en blancos si eran "claramente norvietnamitas", y que no deban lanzarse ataques en da domingo.21 Sin embargo, aun con esas restricciones, la escala e intensidad. del bombardeo creci progresivamente desde 25.000 sorties * y 63.000 toneladas de bombas en 1965 hasta 108.000 sorti.es y 226.000 toneladas
en 1967, desde misiones dirigidas originariamente contra las bases
militares del sur de Vietnam del Norte hasta rutas de infiltracin,
unidades de transporte y reas de depsitos petroleros de todo el
pas, y, en ltima instancia, contra plantas energticas situadas dentro
del complejo Hanoi-Haiphong.22 Y nada de ello produjo ningn avance discernible hacia aquello que se pretenda lograr: una interrupcin
de las infiltraciones en Vietnam del Sur y un desplazamiento hacia
las negociaciones.
Mientras tanto, se haban acumulado presiones tendientes a la
introduccin de tropas de infantera. Bundy ya haba recomendado
erta opcin en mayo de 1964: la idea, escribi a Johnson, era la de
"casar a norteamericanos con vietnamitas a todos los niveles, tanto
civiles como militares. . . para proporcionar aquello que Saign ha
pedido tantas veces: el norteamericano alto en cada punto de stress
y tensin". "No creo en absoluto que esto sea una repeticin de
Corea", agreg en agosto. "Me parece al menos posible que un par
de unidades del tamao de una brigada, puestas a cumplir una tarea
especfica. . . pueden ser un buen remedio en todas partes". Rostow
estuvo de acuerdo, sealando que esas tropas podan ser tiles como
piezas de cualquier negociacin futura, y para febrero de 1965 tam
bin Rusk apoy la idea, junto con el bombardeo, como manera de
enviar "a Hanoi y Peiping una seal de que no pueden esperar
triunfar sin que
' se produzca, de su parte, una sustancial escalada
" Sortie es el vuelo de un solo avin.

273

.
ue eso implica para ellos".23 No obstante,
con todos los nesgas q decisivo termin por ser la afirmacin del
finalmente el argumento
ca de que las tropas eran necegeneral William Westmorelabnd ace;
de Da Nang desde donde se
.
l aguardar la ase aerea
,
.,
. d d
sana_s para sa v
t ues contra el norte, aseverac10n sm. u a
lanzaban algunos d~ los ~ aq
rar la autorizacin presidencial de
ofrecida con el ob1eto e ase~cance podra as ampliarse mucho
una misin de combate cuy? ~
. inariamente haba te, s all de los propsitos hmitados . qu~ ong
. . .
de abril
ma
" -
ntrada" func10no, y, a pnnc1p1os
nido.24 Esta cuna i~ e
b d un rol de combate para las fuerzas
de 1965, J~hnson ha i~ apro aE~ es uema de la escalada muy pronto
norteamericanas en Vietnam: . . 1 q d Bundy desde un despliegue
brigadas m1cia es e

.
d. , 1 d
trascen io as os
N
1 fuerza militar norteamencana
de 3.S?? marines en
d~n1965a a 385.000 a fines de 1966, Y a
ascendio a 1:~000 da i~~;szs Tampo~o haba evidencias convincentes,
486.000 para II~~s e
1 fensiva de Tet a principios de 1968,
tal que
comoesas
parecio
demhuobs~rar
de
tropas
ieran 1ogrado cumplir su misin mejor que
la campaa de bombardeos.
,
bl retrospectivamente, con respecto a
Lo que resulta mas nota r~ da es el grado en el que, tal como
la estrategia de la escalad~ ca i ral
efectos producidos resultaron
d
en Vietnam, os
,
El
a menu o ocum
realidad se pretendia lograr.
precisamente opue~tos. ?- los qu:e~~nes crecientes, que comenz en
objetivo de la aphcac10n . de p
. olucracin militar masiva por
1961, haba sido el de evitar una mv 'sos simblicos se crea, dep arte de Estados Unidos: los co:mprodmi , la necesid;d de mayores
,
f' t frmeza obvian o as1
mostranan su icien e i
'
,
diferente de la de
.
, t arde La teona no erab muy
. . , a1
compromisos mas
que una exposic10n
.
,
1 h h de que se espera a
la vacuna, en e
ec '!
. munidad con respecto a pehgros mas
riesgo mnimo proporcim:~arda m
momento era la de la ventana
1 ,
tihza a en ese

serios. ?tra. ana ogi~ u . 'entemente fuerte en s misma com_o para


de vidno blmdado, msufici
d producir consecuencias tan
d n pero capaz e
dejar afuera a un a r
suficiente para desalentar
conspicuas si se la destrozaba,
~: resumen era la mejor malos intentos de hacerlo. Invoh~?~ars ,
fundame~te", .haba escrito
nera de ' evitar involucrars~. " reo rromanera de salvar el sudeste
Rostow en agosto de ese ano:b f~e d ~e una profunda involucracin
de Asia y de minimiz~r la pos1 1 i
residente tome all una decisin
militar de Estados Umdos es que e p
.

"!l

ql,l:

"26

audaz cuanto antes


. rt no de manera can
S e tomaron decisiones audaces (por fctet o
fue el de minit ) pero su e eco no
R
audaz como deseaba os ow , .
E 1968 el poder humano,
"
orteamencana. n

,
mizar la involucrac1 n .n.
Estados Unidos estaban mu~ho_ mas
los recursos y el prestigio .~e d lo que podran haber mdicado
profundamente compro~~t1 os. te siete aos 'ante~. En noviembre
. luso 1o s "peores casos previs os
me

rr
/i

274 1

JOHN LEWIS GADDIS


VIETNAM COMO CASO DE PRUEBA

de 1961, McNamara haba estimado


.
que tanto Norvietnam como China c~ue, ~n el. imp~bable caso d
mente en la guerra Wash.
mumsta mtervmieran b.
e
o sea 205.000 homb;es. Pek~~gton. tend~a que enviar seis div~lerta
participacin por deba.
n~ mtervtno, Hanoi conserv su ione.s,
sin embargo Estados U~~d del ~el del reconocimiento abiertoprop1a
m~ra en lo referido "al ;~~ que duplic<;> la prediccin de /~ro
miso militar" rr Ob .
imo grado posible de nuestro
c acomo disuaso~
viamente, las presiones calibradas no fu ~ompro.
nc1onaron
Una razn de ello fue la
.
pecto a quin o qu deba ser di~~:~;~~nte falta. de claridad con resd~ .Kruschev acerca de "las err
. I.mpres.i?nada por el discurso
c1p10 la administracin Kenn1:iy ;sb'fe l.1berac1on nacional", al prin
gencia del Vetcong en Mosc e 1~~ls~uado el origen de la insur~
fender una temprana forma d~ ,,n.
. ?s~::>w haba llegado a de~ue no se producira nin , n a vmcula~1on , aclarando al Kremlin
t~nuara la actividad de ~rrill:ance hacia la dtente mientras consm embargo, Pekn y no M
, en el sudeste de Asia. * Para 1964
sado: el objetivo de la p l'ot~cu, se haba transformado en el acu'

_
.
o 1 1ca norteame
m1s?10 ano M1chael Forrestal mie
nca~a, argument en ese
mbr~ del Nat1onal Security Council
deb1a ser "demorar a Ch' ,

Ina en su mtent d

'
d e As1a
hasta que A) demuest
.
o e engulhr el sudeste
se tome ms indige1ible" La re me!ores modales y B) la comida
n b
.

ausencia de rel
. .
1 . " a~1ones c;>f1c1ales elimia a cualqmer oportunidad de "vi
y los asesores de Johnson reco dne~ acin d1plomt1ca con Pekn
guerra de Corea se mostrab r an o los clculos errneos de l~
la posibilidad de 'aplicar presian ~~tremadamente cautelosos ante
est ali en la frontera con 700 n.Iml11tar en cualquier forma. "China
"podramos vemos atra ado m1 ones. de homb res ", senalo
- , Johnson
torial en Asia si fura p .s muy rpidamente en una guerra terri~
mos imprudentes" 29
.
La alternativa, pareca, era diri r l .
.,
las cosas no eran tan sim les E
gi . a presion contra Hanoi, pero
ton identific al menos c~at;o
~~! 1 ~~re de 1964, John McNaughsobre los que Estados Un"d pu _icos , aparte de Mosc y Pekn
.

comumstas
(que deben
t"1 os
fu tenia que ejercer
Influencia
"los'
sen
1r
ertes
p

( ~uya moral debe ser estimulada)


res1one.s , los sudvietnamitas
fiar en nosotros) y el p 'bl
' nuestros aliados (que deben con1

u ico norteame
(
os nesgos que asumimos con .da
ncano . que debe respaldar
v1 s norteamericanas y prestigio)."

,?

Rostow quena que Kennedy advirti


dos Unidos "se comprometiera ms
era a Kruschev en Viena que si Esta-

~~~un

con

maM.yor

incremento

defr:~'f:. :Utmel

Osc porque "a una

SUdeste de ABta", ello


P11caria dificultades en
le resulta difcil P.................
~mente to
-.---

democracia

para un posible confl1ct0 militar " simultn


rfas

para

el-t&ea

KeUnedy,~1 8ts1 ~laboractn SOvitico-n~~~C~


.1

:;:mi">. No ba7 eWtdenclu de cfue~se Piles, Box 231, "Southeast Asiaque Kruschv lamentara poco esa

dfatraceJ~ ~~

vez advir-

275

La dificultad, por supuesto, era que las acciones dirigidas hacia un


"pblico" podan afectar a los otros de maneras indeseables. Una escalada demasiado brusca dirigida contra Hanoi corria el riesgo de
alienar a la opinin pblica en Estados Unidos (especialmente en un
afio de elecciones) y en otras partes del mundo, por no mencionar
el riesgo de intervencin china. Lo que es ms, esa accin no conseguira demasiado mientras la inestabilidad siguiera reinando en
Saign, como haba ocurrido desde el derrocamiento de Diem a fines
de 1963. Por otra parte, sin embargo, una mayor restriccin slo
poda acelerar el deterioro de la situacin militar en el sur; tambin
implicaba una apariencia de debilidad e indecisin, no slo en Hanoi
y entre los aliados norteamericanos en Asia, sino tambin en Saign
misma, donde la baja moral resultante produca una inestabilidad
an mayor. Era necesario, argumentaba McNaughton, adoptar un
curso de accin "con especial cuidado -sealando al Sur que existe
iniciativa, y al Norte que nos estamos conduciendo con energa ...
y al pblico norteamericano que nuestro comportamiento tiene buen
sentido y sobriedad".30 Pero la "calibracin" implica un solo objetivo:
cuando existen varios, dentro de una estructura cambiante pero interrelacionada, el logro de una correspondencia precisa entre las
intenciones y las consecuencia se convierte en una cuestin difcil.*
Un segundo problema deriv de manera directa del primero. Al
no elegir otra cosa que una escalada gradual, cuidadosamente calculada con respecto al nivel de la provocacin enemiga, la administracin ceda en realidad la iniciativa al otro bando. sta era, por
supuesto, la crtica militar ms comn que se haca a la poltica de
la Casa Blanca: se argumentaba que si tan slo se levantaran las
restricciones impuestas a las acciones por aire y tierra, la guerra se
terminara rpidamente. ** Dada la habilidad, demostrada ms tarde,
de los norvietnamitas y el Vietcong para sostenerse durante aos
bajo presiones mucho ms intensas, esta afirmacin resulta retrospectivamente muy poco convincente., Sin embargo, haba un elemento
* McNamara resumi el problema de impresionar a mltiples pblicos en un
memorandum a Johnson de julio de 1965: "Nuestro objetivo en Vietnam es crear
condiciones para un resultado favorable demostrando al Vietcong_ y al Norte
que no tienen posibilidades de ganar. Deseamos crear estas condiciones, de ser
posible, sin hacer que la guerra se expanda hasta abarcar a China o la Unin
Sovitica, y de manera de preservar el apoyo del pueblo norteameriC110 y, con
suerte de nuestros aliados y amigos". (McNamara a Johnson, julio 20, 1965, Johnson Ppers, NSF Country Piles: Vietnam, Box 74, "1965 Troop Decision").
0
Tal vez la ms penetrante expresin de esta idea procediera del general
Thomas S. Power, comandante estratgico de la Fuerza Area, quien dijo a
una audiencia del Pentgono en 1964 que "el deber de un militar en la guerra
era matar seres humanos y destruir objetivos hechos por el hombre", y hacerlo
"lo ms rpidamente posible". Haban sido los moralistas "que no desean matar" quienes haban "dado lugar a Hitler y nos metieron en un lio en CUba y
en Vietnam". LOs "oficinistas que crean la politica de defensa no distinguen
su mano de su codo." (Resumen 28, 1964, Johnson Papers, NSF Agency File, Box
11-12, "Defense Dept. Vol. l").

276 /

JOHN LEWIS GADDIS

v~lido ~n el argumento de los

1
'I

VIETNAM COMO CASO DE PRUEBA 1

c1ones Internacionales ha
. m1 Itares. Los tericos de l
bilidades de funcionar n sudgendo que la disuasin tiene m~s relad
.
cuan o un
t

as pos
e su capacidad de controlar l
. po e~c1al agresor est inse
Iest contemplando llevar a
b os nesgas implcitos en la acci guro
probablemente sea inefectiv~32 i, Si.~sa confianza existe, la disu~s9-';1e
en la "mente de los adversarios ~a I , ea ~e cultiv~r la incertidum~~
~e~;. represalia" de Dulles es imp~~~bf~d~ c::senc1al en la estrategia
a l lc~Itad ~ue implica tr~tar de
b
ec17 c?n q~~ efectos, dada
Pero la Incertidumbre no cons
, pro ar que d1suad10 la disuasi ,
tegia de la "calibracin". De~~~~ses~ lugar de privi~egio en la est~~~
pretende hacer lo necesan
e todo, anunciar que slo
t
se
,

o para contra
mas, es ceder el control de l
.
ar 1a agresin y nad
la a
,
as propias acc10n

a
1 -~es1on .. Los funcionarios de Wash.
es a os que emprenden
I us10n de estar tomando d . .
mgton pueden haber tenido I
fuerza en Vietnam durante ~~1s10~es acerca de los despliegues d:
esas elecciones se hacan a e s anos d~ Johnson, pero en realidad
la administracin, en Ha~oi.33 onsecuenc1a de la propia estrategi~ de

r:es

. La alternativa, por supuesto era al


ciado con Vietnam del Nort
' .,
guna clase de acuerdo nego.
e, opc1on que la ad . .
.,
b uen tmo
de no descartar .
,
m1mstrac1on tuvo el
Jamas. "Debem
no para destruir" seal B d
os atacar para daar pero
cambiar la decisin de Viet~~d; ~~;~ayo de 1~64, "con el objeto de
Taylor secund la mo . ,
arte de mtervenir en el Sur"
c1on unos meses m t d
"
.
recordemos que 'demasiado'
. , s ar e: Es bueno que
en
esta
cuest1on
d

pued e ser tan malo como 'd


. d
e coacc1onar a Hanoi
,
"t
emasia o por-o' E
s~ aremos un liderazgo relativamente
~ . . n a 1gun punto, neced1spuesto a tratar la insurgencia del v~~operat1vo ~n ~anoi que est
para nosotros y para nuestros ar d
tcon~ en termmos favorables
Johnson y sus asesores deseo f" ~ os de Vietnam del Sur".34 Pero
para Vietnam del Sur dad
lar an d~ una solucin "neutralista"
rario de Laos en 196
os os ~neam1entos del armisticio tempo' y con
. , los acuerdo
H ano1. v10Io
l razon , dada 1a ve l oc1"d ad con la que
Pars. La opcin preferid: :ra~o que ~ir:almente se lleg en 1973 en
abordar a Vietnam del Norte .?.{;1r ex~tos de combate, y slo luego
establecido un esquema claro. de espu~~ Y slo despus, de haber
Norte y que no deje ninguna d dpre;1on que dae a Vietnam del
del Sur, podremos ... aceptar un~ ~onf: nue~tra fir~eza a Vietnam
el tema Vietnam", cablegrafi a S . , rencia ampliada que incluya
en agosto de 1964 esas negoc1 . aigon el Departamento de Estado
'Cl b ,
'
ac1ones en cas d
e ena? lograr eventuaJmente que "Hanoi o . e. que se produjeran,
tar la idea de retirarse" 35 Est f
1 y Pe1pmg llegaran a acep" negoc1ac1on
, a partir de f a ,,ami lar- pero e l us1va

postura de
1
contena salvaguardas cont;.ra ulerz~ presentaba dos dificultades no
os mtentos q
d"

.
'
por f ortif1car su propia postura d
. .~e P~ lera hacer Hanoi
e negoc1ac1on, m en contra de una

I'

277

posible profundizacin de la involucracin norteamericana, que -supuestamente la estrategia de la "calibradn" deba prevenir.
_
Finalmente, la estrategia de la "calibracin" fracas porque no
logr asegurar que la fuerza, una vez aplicada, fuera usada como
un instrumento poltico discriminado y preciso. No daba salvaguardas
contra la subordinacin de los intereses estratgicos a los de la
organizacin que implementaba esa misma estrategia. Las grandes
burocracias con demasiada frecuencia desarrollan sus propios impulsos institucionales: "los procedimientos operativos estndar"
pueden hacer que un~ organizacin se torne impermeable a las
instrucciones procedentes de arriba o a la alimentacin y -devolucin
procedentes de abajo.36 Uno de los puntos fuertes de las reformas
que McNamara introdujera en el Pentgono haba sido el grado en
el que haba conseguido superar este problema al tratar con los
militares las cuestiones nuclear y presupuestaria. Sin embargo, ninguno de esos xitos se dio en Vietnam. En cambio, una vez que las
fuerzas norteamericanas estuvieron comprometidas, Washington pareci perder el control, dando a los militares un grado de autonoma
sorprendente en una administracin que se haba jactado de haber
reducido la autoridad militar sobre la conduccin de los asuntos de
seguridad nacional.37
Esta generalizacin puede parecer fuera de lugar aplicada a una
guerra cuyos soldados se quejaban regularmente de las restricciones
impuestas por los civiles, pero las quejas de los militares en este
aspecto deben ser tratadas con escepticismo. Es verdad que durante
el primer perodo de involucracin norteamericana existieron restricciones significativas en cuanto a la naturaleza y el alcance de
la actividad militar norteamericana, pero, a medida que el tiempo
transcurri sin que se produjera la respuesta deseada por parte del
enemigo, esas restricciones desaparecieron gradualmente. En agosto
de 1967, por ejemplo, la Casa Blanca haba autorizado el bombardeo de alrededor del 95 por ciento de los blancos norvietnamitas
solicitados por los jefes militares. Lo que es ms, se permiti que
los obvios intereses institucionales de la Fuerza Area influyeran de
manera importante en la conduccin de la guerra por aire. A pesar
de su obvia (y perfectamente conocida)' inaplicabilidad a la guerra de
guerrilla, la fuerza area insisti, y con xito, en un bombardeo estratgico de Vietnam del Norte, e incluso en la utilizaci>'1. de B-52,
destinados a lanzar armas nucleares contra blancos soviticos, para
bombardear presuntos emplazamientos Vietcong en el sur. De maIiera similar, se confi grandemente en aviones jet de alto desempeo para otras misiones de bombardeo en el sur, a pesar de que los
estudios indicaran que modelos ms lentos hubieran sido tres veces
ms precisos, entre cinco y trece veces menos costosos y que tendran ms o menos el mismo porcentaje de -prdidas. 38 Fue, retros-

l'

278 1 .JOHN

l.BWIS GAIJDIS

i
;

P.ectivamente, ms una adaptacin d


.
ndos que viceversa.
.
e los fines a los medios
La
d
.
Prefe~en enc1a fue an ms obvia en lo re~ .
tre. Al igual que la mayora d
endo a la guerra terre
Westmoreland . tena poca sim;a:~s colegas del. ejrcito, el gener:
los conceptos de guerra irre l
o co~pre1:1s1n con respecto
~ip~o de la administracin ~e~;e.17b1an s~~o populares al prin~
ms1sta, era la de ~uscar, perseguir yydes:rut;.nc1~n de la infantera,
~orno consecuenc1a, jams consider con seJeC::d ~erzas enemigas.
om?r y asegurarse territorios' recomendada
a est~tegia de
te?ncos de la contrainsurgencia e im I
por la mayona de los
xito por los marines en el rea . p :entada con considerable
y 1966.39 En cambio prefiri acen~1rc;m
te d_e Da Nang en 1965
de '~bsqueda y de;truccin" d t" ardas operaciones en gran escala
operaciones no slo dieron p, o est~ as a agotar al enemigo. Estas
,
r 1erra con los
fu
cac1on y proporcionaron al enemigo sufic. t
~s erzo~ de pacificomo para escapar sino ue fr
ien e a vertencia y tiempo
ricanos a destruir 'aldeasq con ~~u:~~emente forz~ron a los norteamedel Vietcong deliberadamente
/tto de localizar tropas y armas
"fuego preventivo" abierto cont:u bfs en esas ~Idea,~. El azaroso
pero no observados hizo
ancos enemigos sospechados"
de esas regiones afectada:1~~ poco para co1:1vencer a los habitantes .
yaban a Saign. La .estrategia ;u;:u segundad _aumentara si apoen algunas instancias la creaci: d est~o~eland involucraba incluso
gurarse la campia una in
" e re ug1ados como medio de asenars~ de los objeti;os origi~:~=~ n utanl completa ~orno pueda imagien Vietnam haba procurad ., q e e c~mpron.uso norteamericano
.
o lograr en primera mstancia.40
Que d a la Marina no obstant
. .
ejemplo de armas inad;cuadas
e, suministrar el ms notable
New Jersey el ltimo ba
d para las tareas al reflotar el USS
'
reo e combate en fun

mundo, con el propsito de bombard


.
c10namiento en el
que a nada recuerda ms ue
. e~r la Jungla de una manera
tinieblas, de Joseph Conrad~
a un incidente de El corazn de las
Una vez, recuerdo, me top con un b
junto a la costa. No haba all ni un c arco. de guerra anclado
bordeaba los matorrales p
f
obertizo, Y el barco bomde sus guerras en marcha =~e~ a ~ue l~s ~ranceses tenan una
inmensidad de tierra . l
as mme?1ac1ones.. . . En la vaca
disparando contra el 'c~~~i~e~t ~ alh estaba, incompren_sible,
de seis pulgadas una
_e. op, haca uno de sus canones
un poquito de ht'.uno breque~a llama brillaba Y se desvaneca,
produca un quejido d~~o esa:reca, un diminuto proyectil
Haba wt toque de locu~ Y na
pasaba. Nada poda pasar.
broma lgubre en ese es
~n 1 proceso, un sentimiento de
pee cu que no fue disipado cuando

VIETNAM COMO CASO DE PRUEBA

j 279

alguien de a bordo me asegur con toda seriedad que haba un


campamento de nativos --enemigos los llam-- ocultos en alguna
parte. 41
Todo ello era un notable alejamiento de la propuesta de hacer
slo lo suficiente, pero no ms de lo necesario, con la que Estados
Unidos haba entrado al conflicto de Vietnam.
"El objetivo central de la poltica militar de Estados Unidos es
crear un entorno de estabilidad en una era nuclear", escribi Rostow
en 1966; "esto requiere, como nunca antes, que la poltica miHtar
sirva a los propsitos polticos y est ntimamente entrelazada con
la poltica civil". Por cierto, ste haba sido todo el tiempo el obje
tivo de la poltica de "calibracin": reflejaba la inmensa confianza
en la capacidad de manejar las crisis y de controlar las burocracias
que era tpica de la "respuesta flexible", la preocupacin por integrar fuerza y racionalidad, por encontrar un camino intermedio entre
la locura de la guerra nuclear y la humillacin del apaciguamiento.
Pero era tambin una estrategia curiosamente autorreferente, vaga
en cuanto a los objetos a ser disuadidos, inconsciente de la medida en que los adversarios definan su naturaleza y ritmo, parroquial en su suposicin de que esos adversarios compartan sus
propias preocupaciones y prioridades, ciega en cuanto al grado en
el que el uso indiscriminado de la fuerza haba llegado a reemplazar la medida precisin del concepto original. "A pesar de su vio
lencia y dificultades, nuestro compromiso de intervenir en Vietnam
es esencialmente un factor estabilizante en el mundo", haba insistido Rostow, sin duda con absoluta sinceridad y con la mejor de
las intenciones.42 Pero cuando la sinceridad y las buenas intenciones
llegan a depender de la autoabsorcin miope, el precio sin duda
puede ser muy alto.

111
Una de las cosas curiosas del colapso de la "calibracin" fue la
crnica incapacidad de Washington con respecto a la deteccin de
este fracaso. Los abismos existentes entre los objetivos perseguidos
y los resultados producidos se ensancharon con los solamente raros
intentos de llamar la atencin acerca de lo que estaba ocurriendo;
esas -advertencias produjeron en realidad pocas respuestas discer~
nibles. _.Este esquema sugiere aun otra deficiencia en la teora de
la "respuesta flexible" tal como fuera aplicada en Vietnam: una
persistente incapacidad de monitorear el desempe.o, una ausencia
de mecanismos destinados a asegurar esa correspondencia entre la

280 r

JOHN LEWIS CADDIS

VIETNAM COMO CASO DE PRUEDll

inten?in de las propias accione


esencial para que una estra teg1a
. s se
y sus co.n secuencias
f
r ea 1es, que es
Es extrao que se 1
a e ect1va.
f
layan producido
me en as1s que tanto Kenned
esos e rrores, dado el
de m a nejo destinadas a l
~ como J?hnson die ron a las l. e'.1or.
obje~ivos. Los e xpone ntes ~~~~.a:1rec1~a ?d~ptadn de rec~;s~I~as
s~s ideas no fueron aplicadas e
~1s s1ste m1co" han explicado y
siado tarde para . impedir la .
nl V1et.n.am has ta que no fue el que
en prct'

mvo ucracron pero
erna.
ica, rap1damente revelaro 1 f - que, una vez puest
tente}J Este enfoque
n a ut1l1dad de la estrat as
Oficina de Anlisis d esS~orrecto, pero estrecho. Es ~erdaedg1a exis1
.
e 1stema del p t'
q ue Ja
~va uaczones independientes d l
en agono no empez a h
t1do ms ampl io las t, . e a guerra hasta 1966. Pero en
acer
e t d
'
ecmcas de ma . K
.
un sen
s a o prese ntes todo el f
. ne10
ennedy-Johnson h b' iempo, ba30 la forma de la c
. a an
la administracin co
cisin las
a su ca pacidad de
de
c.ostos con beneficios, y re! '. la fue;za. con discriminacin so pre.
t1vos a largo plazo L . ac10n?r tact1cas a corto plazo '
pes~r
de mostrada tan vvi.d a incapacidad de monitorear :1 d con ob3e
.
amente por el f
esempeo
.
. .
racaso de la "calib . - . "
,
g1ere 1a existencia d
mt~Ios, aunque no ~uc~:::~c~1f1cultades e n la aplic~ci:~c~~n ~sts:;
.
na de las razones por la.
V1e t:iam fue su total confianza ;ue . es~os mtodos fracasaron en
manipulables como medidas . d~ d.n md1ccs estadsticos fcilmente
En este

in Jea o ras de "p


. .
~aso, a re sponsabilidad
.
. . rogresos " e n la guerra.
prnnord1al coi-responde a McN :na1a, quien insis ti en a r
m_fasis c~~ntitativo que t~~c~ a ~sa co~pleja .situacin e! rnism~
~as familiares de las grandes :~ re' hab1a serv1d~ . en los mundos
.ullad, por supuesto, fue ue lo p esas .Y el Pentagono.44 * La difilfcNamara
insista no e ranq m e .ores
s voluminosos clculos en 1os que

icas que los inrndan desde ' I 1 _. , . q~c 1a p:ecisin de las esta d son
1as distorsiones
.
c.: PI inc1p10 hab 1a
respe~t
l; o a
"Ah r

.
muy pocos recaudos
[J sman que exclam .
. ' '. de., srat1st1ques'"
.
r.
o
un
gencrt!
, info rma Roger
1et'ensa ador
, .
<
su vietnamita " S
.
arle
as. estad1st1cas.
Nosotros 1 : ... u _secretario de
todas Jas que q11e1a 5 . d
. OS 'Ietnarruta<; poden1os
nr s
. l uste c:s
q
..
" . n. I ustede1> quieren que d
. . meren que asciendan ascen1cmto discurso de
. . esciendan, descendern" 41
n 1 .
os cspec1ahs tas en
.
, en e 1
E~ tenor, "entrada de des~chos s l'dcomputacin de una genera
pr oblema se manifes ,
' ? i a de desechos".
desem peno
- sudvietnamita a0 pen
primera
con refer encia
arir
d I i. ns ta nc1a
'
e a mtroduccin de Jos ase

burocracia~ ':~f~~t~

manej~~f~~:za

McNamaia "ha t d
m) durante tant t' es 0 pensando maneras de nf
l!1son en junio ge ~~V,"PO.,~e ya se ha est.ancad~ u~e~~ ~,ste pr?~lema (Viet
>olema que ste ya ha pe didems, de manera curiosa .
' esc~1b16 Bundy a
ohnson. junio 6
r Q para l gr:in parte d na mecan12ado tanto el
196 Johnson Papers, NSF-NSC S~~u ~bor poHtt;,..o". (BundY
President, vol., 5").4,
4 ue, Box 2,
Memos for

281

sores norteamericanos en 1961. La presencia misma de los norteamericanos, se haba credo, posibilitara un ms adecuado monitoreo
de la situacin 46 per o en realidad ocurri lo opuesto. Los asesores
dependan de la informacin que les suminis traban los funcionarios
de Diem, muchos d e los cuales combinaban el deseo <le complacer
a su podero so aliado con cierta retice ncia a arriesgar en la batalla
sus propios cuellos. El resultado fue una deliberada inflacin de los
ndices estadsticos, en una medida que slo se hizo clara despus
de la cada de Diem en noviembre de 1963. De los alrededor de 8.600
"refugios estratgicos" que Diem afirmaba haber construido, result
que slo e l 20 por ciento se haba complet:lclo. lln alto porct.:n taje
de operaciones militares in iciadas por Saign --posiblemente casi un
tercio de ellas- fueron lanzadas en reas donde los Victcong no
deban estar. lln jefe de distrito haba consignado la existencia de
veinticuatro aldeas como refugio seguro cuando en realidad slo
haba con trnlado tres. "La s ituacin se ha estado deteriorando .. .
en un grado mucho mayor del que advertimos", reconoci penosamente McNamara, "a causa de nuestra indebida dependencia de los
distorsionados informes victnam itas".47 *
No todas esas interpretaciones errneas procc<lk:ron, sin embargo, de los sudvietnamitas. Ansioso por satisfacer las expectativas
de xito de Washington, el general Paul D. Harkins , comandante de
los asesores norteamericanos en Vietnam, sistemticamente ignor
o elimin informes de sus propios subordinados que cuestionaban
las evaluaciones optimistas que Saign haca de la guerra. Como resultado, Taylor y McNamara pudieron informar con conviccin tan
tarde como en octubre de 1963 que "las tcticas y tl-cnicas empleadas
por los vietnamitas bajo control de Estados Unidos son slidas y
prometen una victoria lti1na".4S Aparecan ocasionales evidencias de
que la sit~acin no era e n realidad tan rosa. ya fuera a partir
de alg n raro visitante oficial que lograba evadir los informes prcpa
rados y las visitas guiadas tk Harki ns, o . partir de los ms frecuentes informes proceden tes de los cor responsales norteamericanos
en Saign , entre ellos Ncl Shcdian y David H.albcrstam. Pero a unque
Kennedy se preocupaba por csrns discrepancias, en nmgn momento
otorg toda su confianza a los canales oficiales como medio de monitorear los prog?csos en la guerra; Johnson, e n todo caso, confi
ms intensamen te en esos canales.49 Se ha insinuado que la precisin
de la inform acin t iende a decaet a medida que asciende su nivel de
Las dificultades, por supuesto, no terminaron en 1963. El nmero de "Vietcong" que apareci por imperio del Third Party Inducement Program, que daba
recompensas monetarias p or ident ificar a "desertores" cUspuestos a cambiarse a la
causa de Saign, ascendi de 17.J36 en 1968 hasta. 47.088 en 1969, en cuyo punto se
d~scubri que muchos de los supuest os "desertores" no eran en ahsoluto vielcongs
smo sudvietnamitas que haban hecho un pacto con amigos para delatarlos. y luego repartan la recompensa (Lewy, Mnerica in Vietnam, pp. 91-92)

)HN LEWIS GAOOIS

VIETNAM COMO CASO DF. PRUE'BA

ici~, .~que ms no sea porque, a partir de e 1

. .
pos1b1hda.des de verificacin independiente.so La l o , d1s~1~.u
no sea universalmen te aplicable pero
J?ropos1c1on
le que la Casa Blanca hubiera e~tado n~~j~:~~~~!~~utib.le el
do a Halberstam en vez de Harkins.
a s1 hu.
os rroble.n:as no desaparecieron con el principio de la
.
ac10n m1htar norteamericana en Vietnam. El e. em l activa
po~ sup.ue~to, fue el uso de "conteos de cuerpo!" p o ~s
nnc1pal md1ce de "progreso" en la guerra o t. enemigos
p r ierra. Se h
t d
1 a o que en estos confhctos en los que los i'nd
t
-t .
.
ices con ven
- ei:-:1 ~r;os toma~os, ~1stancias recorridas, ciudades ocu .
oco s1gmf1can, el enfas1s puesto en esta clase d
paca
resulta
inevitable.5
*
Puede
ser
pero
lo
q.u
e
macab
ra

e resu ta extra
impor~ancta que se les acordaba, dada su imprecisin a
r ~co.no.c1da. Las evaluaciones contemporneas identificabr;:~ ~a
:ad1st1cas un margen de error de entre el 30 y el 100 or ce n
. ~orno resu_I lado de conteos dobles o triples en parpt
nto,
d.

'
e a causa
ftcultad

para istm~:r a combatientes de no combatientes


ja t~au~a de la pre.s1on procedente de Jos comandantes d~
~s ~na.~ a conseguir cada vez ms al tos niveles de "desem~n ~~i....e !11ucho ms confiable <l:el xito en la guerra estaba
ld numero d.e armas norvtetnamitas-Vietcong que se
.
tptura o-, pero Jams se le dio la significacin q ue se le
c~nteo de c.uerpos'. probablemente porque .las cifras resul~c o men?s impresionantes. "Es posible que nuestras esti,Ms0Nbrcest1mcn sustancialmente las prdidas del enemigo"

Io, aparentemente Vietnam'


e cy amara
l v en 1966 "Por eJemp
.e
ietcong perdieron alrededor de una sexta parte de
~~ ~~specto a gente, sugiriendo as la posibilidad de que
.
s ~~uertos estaban desarmados o no participaban".53
mflacion estadstica similar se dio tambin en la guerra
pesar d~ qu"', en una era de aeronaves jet de alto desemreconoc~m~ento humano era demostradainente menos con1e su s1m 1lar fotogrfico, el reconocimien to humano se
eneralmente para evaluar la efectividad de los bombarel Norte, ;>resumiblememe porque los daos de esta roa
ultaban ~as, ~randes. La. confirmacin fotogrfica, si se la
1 no ~oh~ set con el objeto de verificar el informe de los
no mas. bten. para alardear de los "porcentajes logrados por
~signa~1on:s de combustible y rdenes dependan de
ntaJes, e mev1tablemente se convrLieron en objeto de cornentre ia Fuerza Area y Ja Marina, que compartan Ja tarea

-;;:s

f!1s~r:::!e~~a~e~u~orposnte~o dde
e

tcucrposbas
um

ll~ a extenderse, ocasionalmente. al


recientes (Lewy, America in Vietnam,

283

de bombardear Vietnam del Norte. Los resultados eran predecibles:


una preferencia por aeronaves con pequea capacidad de alojar
bombas que implicaban misiones ms frecuentes; el gasto de bombas en blancos marginales o ya destruidos, incluso, durante periodos
de escasez de municiones, vuelos de sorties sin bombas. Tal como
expresara un coronel de la Fuerza Area: "Con bombas o sin bom0
bas, hay que mover a la Fuerla Area sobre los blancos de la
Marina". 54
Una segunda razn del fracaso del monitoreo del desempeo fue
la persistente tendencia a desconsiderar los desalentadores informes de inteligencia. En cada etapa del largo proceso de escalada,
estuvieron disponibles informaciones estimativas que predecan el
resultado de manera precisa (y pesimista).* Ya en noviembre de
1961, por ejemplo, la CIA predeca que Vietnam del Norte estara
en condiciones de igualar, por medio de la infiltracin, cualquier
compromiso de tropas norteamericanas en Vietnam del Sur, y que
el hecho de bombardear el Norte no impedira ese proceso de ninguna manera significativa. Dos aos y medio despus, una serie de
juegos blicos de los que tomaron parte varios funcionarios clave
de la administracin Johnson p rodujeron preci:;amentc la misma
conclusin.s5 A pesar de su propio entusiasmo por esta alternativa
en 1961 y 1964, en 1965 Maxwell Taylor se opona intensamente a Ja
int roduccin de fuerzas de combate de infantera sobre la base de
que "un soldado blanco armado, equipado y entrenado como est,
no es un adecuado luchador de guerrilla para los bosques y junglas
asiticas". Clark Clifford, el viejo amigo personal de Johnson y futuro
secretario de Defensa, adverta en mayo de 1965 que Vietnam "poda
ser una cinaga. Puede convertirse en un compromiso infinito que
consumir ms y ms tropas de infantera, sin una esperan7.a real
de victoria ltima". Georgc Ball, en una serie de elocuentes disensiones con la poltica oficial . acentu que "un gran compromiso de
fuerzas norteamericanas en una guerra terrestre en Vietnam del Sur
seria un error catastrfico. Si existi alguna vez ocasin apropiada
para una retirada estratgica, es sta". Incluso William P. Bundy,
uno de los arquitectos originales de la "calibracin", haba concluido
en junio de 1965 que cualquier nivel de compromiso que trascendiera
el margen de 70.000 a 100.000 soldados llegara "al punto de rditos
llluy disminuidos y consecuencias adversas".5
"No hay indicios de que hayamos interrumpido el flujo de suministros para el Vietcong", reconoci McNamara tras cinco meses de
bombardeo. "Tampoco nuestros ataques areos a Vietnam del Norte
han producido ninguna evidencia tangible por arte de Hanoi con
"La informacin que he recibido (sobre Vietnam) era ms completa y equi
~brada que Jo que cualquiera que se hallara tuera de la corncnte oficial de in

Ortnacin podra advertir" <Johnson, The Vantage Point. p. 64 >.

1 JOHN

LEWIS GAODrs
VIETNAM COMO CASO DE PRUEBA

!Cto . la posibilidad de acercarse a la


una disposicin razonabl " y
<
mesa de conferenc
!'11ilitar, no haba ningu~a. ga;a~~~ ~uando pudiera lograrse i~~
1etcongs no volvieran a los rbole~~. ; ~ue ello no hiciera que
Z?.r un ataque en alguna fecha fut ' ,~s e donde podan volver
secretario de Defensa "d , , . ura. No resulta obvio" adrn
'
1.
..
e que modo loO'r
as
de Vietnam"
y s . b
"' aremos sacar nuest
,
, m em argo a pesar d
, ras
>~, McNamara recomend una co~tinu; . , e esta sombra eva.
1lento de. fuerzas de 75.000 a 175.000 ~1011 del bombardeo y un
1do al nusmo tierhpo que los norvi
o ~00.000 hombres, recoetnarmtas Y el Vietcong pro.
11cnte lograran igualar esos .
incrementos Pen. b
'bl
pos1 e eventualmente contener al
.
sa a que tal vez
Jcro eso presentara el iiesg 0 d
enemigo con 600.000 hom.
"d
.
e atrae1 a los chinos comunistas
.
~ ucc, entonces por lo ta t .
J con los despllcgu1.:s rec~;e~d~~e las p~sib.il~dades son que:
taremos con un comp
.
~ ?s a pnnc1p1os de 1967 nos
'f
.
rom1so militar de
h
a pac1 JC(.\c1n en marcha
mue o mayor nivel
f
e
Y aun con Ja de
man d a d e despliegue
s uerzas norteamericanas".57
de McNamara a un a pesar d l
. perse\'erancia
.
. .
l
e pes1m1srno no
ip1ca; por cierto el secreta .
o seotimiento su~erar~ al
~10 e e Defensa permiti que el
resto de los funcionarios. ~;~~nero con mucha_ mayor rapidez
~mbrc de 1965 que "a ,
d mor~land, por ejemplo, admiti

pesar e las mtens

u ~ 1 stema de t ransporte durant'


. . as pres10nes ejercidas
rv1etnamitas ) han demostradoe ~o~ ult1m~s nueve meses, ellos
de Vietnam del Sur mayor ue na ca~ac1da~ para desplegar
estadouniden"es" N
b.
q
la nuestra para despleO'ar a ll
"'
" ' o o stan te "
.
or impacto sobre su capa .d 1' d nuestra esperanza de ejercer
~ue siendo ~ ata,,ue ae'rc1 ac ~ soportar la guerra en Viet...
eo continuado
d d
nam de l S~tr con China" L CIA
es e la frontera

a
cuya
e
enctas de Ja esca lada 11.,b. .d
.
va Juac1"on de las
,
u
ia
s1
o
especialm
10 en marzv de 1966
en t e d esalentadora,
do ineficaz P"'"") cles}~e el bombardeo hasta el momento
' - '
,mes rccomcnd
? que -se lo prosiguiera
cnos restricciones r.x.-1 ~ ta d

-
vi.
r e est' m1sn1
1co de la dec 1d1da modal' 1 d
.. : o ano, e n un comenministracion Johnson Rob1c1 Koptmusta de Jos funcionarios

'
ert omer arg
t
,
ninguno de n uestro ~ ro ra~a
~men o que , por s
a de resultados exitoso: g A. s en_ Vietnam ofrece gran
>reducir entre !os sure~ .. . . c um ulat1vamente, sin embargo,
.
nos ciertos resul t ,
.
, .
1orr1cos en
1. a esos rcsult , aCtos ps1co
U <! podnan conduc 1
.
~
moment0 de 1968 E
l .
<1. os para fmc s de 1967 o
cjor?", ss
n cua quier caso, tenemos alguna
alter.
J

oblema, tal como Komer lo su , .


s que fueran las persp~ctivas g~1 rn, e ra que por poco prodems altcrnat\'3S parecan e. ' e Uun~ e:~aJada . continua,
P ores. na re<1rada significara

285

humillacin, con todo lo q1:1e ~so imp!icaba para la conservacin del


den mundial. Las negociaciones, si se llevaban a cabo antes de
ortablecer una "posicin de fuerza", slo conducir~n al apacigua~icnto. La prosecucin del status quo no funcionara porque el status
uo era demasiado delicado. La opinin pblica segua sosteniendo
~Jidamente la escalada hasta 1968; por cierto, Johnson se encontr
apretando los fre~os ms que el a~el~rador.59 C~m? resultado, se
desarroll una cunosa mezcla de pes1m1smo y opt1m1smo: las cosas
estabar. mal, probablemente estuvieran p~or y no mejoraran, pero,
como las alternativas existe ntes para la estrategia en curso parecan
incluso ms ominosas, no ha ba ms opcin que "seguir presionando".
Sin embargo, lo que no se ha explicado en trminos satisfaclorios
es de qu modo la administracin Johnson lleg a definir sus opciones de manera tan estrecha. Retrospectivamente, muchas de ellas
-negociaciones segn los trminos de Hanoi, gradual cesin de la
responsabilidad de la guerra a los sudvietnamitas, incluso una retirada gradual anticipada a una eventual victoria de Vietnam del Norte
y el Vietcong- hubieran resultado preferibles a la estrategia que se
sigui en realidad, que produjo esos mismos resultados pero con
costos mayores que los que se hubieran producido si a mediados
de la dcada de 1960 se hubiera tomado partido por cualquiera de
esas otras opciones.
Tal como George Kennan dijera a la Comisin de Relaciones Exteriores del Senado en 1966: "Se puede ganar ms respeto de la opinin del mundo por medio de una decidida y valerosa liquidacin de
posiciones poco slidas que por medio de la ms' obstinada prosecusin de objetivos extravagantes y poco prometedores".6Cl Pero Jonhson
y sus asesores jams lograron llegar a considerar las opiniones " herticas", a pesar de las abundantes evidencias de que su estrategia
no funcionaba. Su vacilacin sugiere otra razn ms del fracaso y la
imposibil idad de monitorear el desempeo en Vietnam: una ausencia
de mecanismos destinados a obligar a la consideracin de alternativas desagradables pero necesarias.
Se han proporcionado diversas explicaciones que podran dar
cuenta de esta falla. Se ha argumentado que exista un premio a la
"dureza" durante los aos de Kennedy-Johnson; que los defensores
de un acuerdo de compromiso soportaban mayores cargas que los que
't"espaldaban Ja escalada.61 Pero este enfoque no consigue explicar la
tenaz bsqueda de Johnson de un acuerdo negociado con Hanoi, bsqueda que n o se llev a cabo solamente para eliminar la oposicin
domstica a la guerra, sino tambin con la genuina esperanza de encontrar una salida que fuera coherente con la credibilidad norteamericana.62 Se ha sealado que el crculo de asesores cercanos a John
son se estrech a medida que proliferaron los crticos de la guerra, y
que esto limit la exposicin del Ejecutivo a puntos de vista conlicti-

286

1 J OHN LEWIS GAmlS

vos.63 Pero el presidente sigui escuchando a los "herticos domsf.


cos" como George Ball; ms significativo an, prest mucha atenci~
a las crecientes dudas de McNamara acerca de la guerra en 1966
1967, pero sigui negndose a cambiar de estrategia.64 Recientement~
se ha sugerido que todo el sistema nacional de decisin en cuanto a
defensa e!.taba equivocado: el sistema "funcionaba" en cuanto logra.
b:i Ios resultad?s que haba "programado" producir, dadas las suposiciones pre~ommantes acerca de la contencin y el equilibrio de poder a partir de 1945; el error estribaba en la "programacin".65 Pero
e~ta argum~ntacin implica un exceso de simplificacin de las variaciones sufndas por la percepcin de los intereses y amenazas a lo
largo de los aos: aunque es verdad que todas las administraciones
de posguerra se comprometieron con el obj etivo general de la cont~ncin, difirie~n significativamente en cuanto a qu era lo que deb1a ser contemdo, y acerca de los medios disponibles para hacerlo.
. El P.roblem~ de la percepcin de los medios es lo que mejor explica la mcapac1dad de la administracin de Johnson con respecto a
la evaluacin de las alternativas que se presentaban en Vietnam. El
mecanismo que con mayor frecuencia haba forzado a la consideracin de opciones desagradables haba sido presupuestario: cuando
se sabe que se dispone de recursos limitados, las distinciones existent~s entre lo que es vital y lo que es perifrico, entre lo que es
factible y lo que no lo es, se producen con mayor facilidad, aunque no
menos penosamente. La administracin Eisenhower lo descubri en
1954, cuando decidi que la perspectiva "inaceptable" de un Vietnam
del Norte comunista era preferible a una ms costosa posibilidad de
involucracin militar norteamericana directa. Pero, como se ha visto,
las preocupaciones presupuestarias no .t uvieron demasiado peso durante las administraciones de Kennedy y Johnson. La teora de la
"respuesta flexible" implicaba la existencia de medios ilimitados y,
por ello, poca iniciativa para hacer elecciones difciles a partir de
alternativas desagradables.
De tanto en tanto Kennedy por cierto acentu la existencia de
lmites ms all de los cuales Washington no poda seguir ayudando
a otros pases. "Estados Unidos no es omnipotente ni omnisciente",
seal en 1961, "somos slo el seis por ciento de la poblacin mun
dial ... no podemos corregir cada uno de los males o vencer a cada
uno de los adversarios". Se ha argumentado que el abortivo plan de
1963 destinado a concretar un retiro gradual de los asesores nortea
mericanos de Vietnam del Sur reflejaba el sentido de Kennedy de
que se estaba llegando al lmite de las posibilidades de involucracin
norteamericana en ese pas.66 Pero no hay evidencias concluyentes de
que Kennedy, por razones fiscales, considerara la disminucin del
r ol que Estados Unidos desempeaba all; por cierto que tampoco tue
se el caso de Johnson. El nuevo presidente acentu cuidadosamente

VIBTNAM COMO CASO DB PRUEBA

1 287

la necesidad de cierta economa durante sus primeros meses de gobierno, pero ms con el propsito de hacer crecer su reputacin en
la comunidad comercial que por una gran preocupacin acerca de los
limites del poder norteamericano dentro de la escena mundial.67 Y, a
medida que se intensific la crisis de Vietnam, tambin se hizo ms
intensa la conviccin de Johnson y de sus asesores acerca de que
Estados Unidos poda afrontar lo que fuera necesario para vencer
all.
"Que nadie dude ni por un minuto", proclam Johnson en agosto
de 1964, "de que tenemos los recursos y tenemos la voluntad de seguir
este curso todo el tiempo que sea necesario". En una reunin en la
Casa Blanca, el mes siguiente, Rusk seal que haba costado 50.000
dlares por guerrilla eliminar la insurgencia de Grecia a fines de la
dcada de 1940; en Vietnam "el triunfo costara cualquier preci'>".
Johnson estuvo de acuerdo, acentuando la necesidad de que todo el
mundo comprendiera "que no era necesario cuidar las cabalgaduras".
"Nuestros recursos, tal como yo los veo, son suficientes para resolver .
este problema si es que entrarnos en l con suficiente determinacin
de triunfar", escribi Rostow en noviembre de 1964, "en esta etapa de
la historia somos el mayor poder del mundo, si es que nos comportatamos como tal". Cinco meses ms tarde, a medida que comenzaba la
involucracin militar norteamericana directa en Vietnam, McNamara
inform a los jefes de Estado Conjunto y a los secretarios de servicios que "hay una apropiacin ilimitada disponible para financiar
una ayuda a Vietnam. En ningn caso la carencia de dinero debe ser
un obstculo para ayudar a esa nacin". Siempre haba costos implcitos en el hecho de cumplir con los "compromisos de honor", coment Rusk en agosto de ese ao. " Pero yo sugerira, al considerar
los ltimos 30 40 aos de historia, que los costos de no cumplir
con las obligaciones son mucho mayores que los de cumplirlas".6S
"La sociedad ms rica del mundo por cierto puede permitirse gastar lo que sea necesario por su libertad y seguridad'', dijo Johnson al
Congreso a principios de 1965. Esta suposicin de recursos virtualmente ilimitados va ms all, hacia la explicacin de la persistencia
de lo que reconocidamente era una estrategia costosa e insuficiente:
la idea era que si los Estados Unidos podan simplemente persistir
en su curso, independientemente de los gastos, acabaran por triunfar. "No veo otra opcin", agreg el presidente ese mismo ao, "ms
~ue continuar en el presente curso, colmado como est de peligro e
~.n:,ertidumbre, y costo tanto en dinero como en vidas". Podra llevar
anos o meses o dcadas", pero se enviaran todas las tropas que el
~en~ral Westmoreland quisiera. "Costosamente, como se quiera, es
1Ild1sputable que estamos ganando la guerra en el sur", concluy Robert Komer a fines de 1966. "Pocos de nuestros programas -civiles
0 militares-- son muy eficientes, pero estamos destruyendo al ene-

VIETNAM COMO CASO DE PllUEBA

288 1

1 289

JOHN LZWIS GADDIS

migo por puro peso y cantidad". Wcstmoreland asinti. "Seguirerno


desangrndolos hasta que Hanoi se haga cargo del hecho de que h~
desangrado a su pas hasta el punto de producir por generaciones un
desastre nacional. Entonces tendrn que considerar su posicin" 69
Pero los especialistas de McNamara en "anlisis sistmico" hab~n
llegado a la conclusin, en 1966, de que podra demorar generaciones
lograr que los norvietnamitas llegaran a ese punto. Sus estudios demostraban, por ejemplo, que aunque los ataques constantes tendan a
producir bajas acaso significativas, estas operaciones lanzadas por
fuerzas norteamericanas y sudvietnamitas producan muy poca cosa.
E sto sugera que a pesar de la masiva presencia militar norteamericana en el sur, los norvietnamitas y el Vietcong seguan conservando
la iniciativa, y por lo tanto podan controlar sus prdidas. Otros
estudios indicaban que aunque los bombardeos contra Vietnam del
Norte se haban incrementado cuatro veces entre 1965 y 1968, no haban debilitado significativamente la capacidad de Hanoi de abastecer
sus fuerzas en el sur; los ataques enemigos all se haban incrementado cinco veces, y en ciertos lugares ocho veces, durante
ese mismo perodo. Se estimaba que los bombardeos haban hecho
600 millones de dlares en daos en et Norte, pero a un costo
de aeronaves perdidas de 6 billones. E t sesenta y cinco por ciento de las bombas utilizadas en Vietnam eran destinadas a destruir
blancos no observados, a un costo de a lrededor de dos billones por
ao. Esos bombardeos, concluan Jos analistas, probablemente ma
taran alrededor de 100 norvietnam;tas o vietcongs en 1966, pero
en el proceso suministraban 27.000 tondadas de bombas y granadas
falladas que el enemigo poda utilizar para trampas, que ese mismo
ao s ignificaran 1.000 muertes norti>americanas.
Pero lo ms devastador de todo, segn demostraron los analistas
sistmicos en 1968, era que a pesar de la presencia de 500.000 soldados
norteamericanos, a pesar del gasto de mayor tonelaje de bombas
que Jos Estados Unidos haba empleado durante toda la Segunda
Guerra Mundial, a pesar de la estimacin de bajas enemigas del nivel
de 140.000 hombres en 1967, los norvietnamitas podran segui1 introduciendo 200.000 hombres por ao indefinidamente en Vietnam del
Sur. Tal como escribi un analista, "la idea de que podemos 'ganar'
esta guerra echando del pas a los norvietnamilas y al Vietcong o
infligindoles una inaceptabie cantidad de bajas resulta falsa".70
Slo el ltimo de estos estudios ejerci un impacto notable fuera
de la oficina del secretario de Defensa; sin embargo, por persuasivos
que fueran, en una administracin confiada en poder sustentar indc
finidamentc los costos de la gu\!rra, haba en realidad pocos incentivos
que hicieran 9.ue se les prestara atencin.71 Slo cuando Johnson mis
mo lleg a convencerse de que los costos de una mayor escalada
supera1 ian los posibles beneficios empez a tomar cuerpo la discipli

"6 h sta despus de la ofensiva de


de
la
restriccin.
Eso
no
ocdurnl
a s"1dente recibi el pedido de
na
d 1968 cuan o e pre
d'
'fet de febrero e
'206 000 soldados, cifra a Ja que no se 1? ia
w estmoreland de otros
.
.
e se produjeran dislocaciones
negar sin convocar la reservad y _sm o~~ancia * Johnson siempre h aba
domsticas e internacionales ~ imp l'mites. no a partir" de rigurosos
considerado que. no tr~scenct;na ~sos ~r ue 'tena el instinto poltico
anlisis estadsticos, smo mas ~1en p q n tos el respaldo pblico de
que le dictaba que. si so_brepa~a ~=~~: 1f~inal~ente, entonces, la adla guer ra se detenorana _rp1d~ t ; lt"mo de costos y beneficios en
ministracin Johnson baso su calcu o u 11 dos por Eisenhower antes
criterios ms sofi sticados qu; l~;s;Gse~cnicas del anlisis sistm~
de 1961, o por Tru~an antes ~d d el.e 1"uicios tan arbitrarios, en reahdestinado a evitar la neces1 . . .
co,
r .
o sin ehmmarlos.
.
dad slo los di ineron ~er
na posible evaluacin obje
Varias circunstancias desalentaron! t~
autonoma de los militaVietnam La re a iva
.
tiva del desempeno en
d .
t l sobre los ndices estadsticos
res les dio un enorme grado e c~~ rola guerra esto combinado con
d l " ogreso en
,
'
utilizados para me ir e p r 1 , "t
la t radicional reticencia de los
la compulsin a demostrar e ex1 '! y 1 autoridad milit::tr dificult
.
. d
a
. f ormes
civiles,
en poca
e gu erra , a . cuestionar
d neficacia.1;
Todos los ' m
la verificacin de las acusaciones e i
;endan a ser desconsiderade inteligencia precisos que logr;ro~~~~:lternativos que recomendados a causa de que los cursos . '; ad "seguir presionando". y la perban parecan peore~ que la o~~1o~ad~s hizo que fuera factible la percepcin de los med10s con:io l 1rn1oco rometedores: lejos de ampliar
severancia, incluso ante s1gn~s p
Pd.
y la consecuente falta de
las alternat i\'aS, la abund~n.cia ded m:s i~~ realidad las redujo. Como
incentivos para to~~r de~~siones ;~~sible a la necesidad de momtoresultado la adm1mstrac1on ms
, . tr1cablemente enredad::t
'
. d
- se encontro inex
rear su propio esempeno . d ,
ue no poda ganar pero que tamen una guerra que no comp1 en ia, q
poco poda abandonar.

IV
.
.
l re uierc la habilidad de identifi
Pero un.a estrategia efectiva no s ~ibr~r las respuc<>tas y monitorear
car los intereses y las amenazas, be~. demanda un sentido de las pro. , s1no que tain ien
la implementac1on.
los compromisos dentro
porciones, la concienci~ de la ml anera ~?n qyu~os recursos de otras obli
de una esfera podan distraer a atenc10

?O/

reland fue aparentemente Instado


Curiosamente, el .P~did~e d~~~Conjunto. el cenera! Earle ~Sc~~~:r
el coordinador de l~s 1e les t"cente Johnson a llamar a la reserva

,
medio de obhgar a re 1
~~unmaldng of a President, pp. 116. 138).

290 1

JOHN lZWIS GAOOIS

gaci~nes. ~ohnson ~ s~s. subord~ados pensaban que tenan esta pers.


p~ct~va: Vu::tnam, ms1stlan repetida~ente, no slo era importante en

s1 mismo, smo que era, ademas, un s1mbolo de la firmeza norteamerj.


~na. en todo el mundo.* El lmite que separa a un smbolo de una
f1Jac1n ~s muy tenue; no obstante,_ una v~z que se lo traspone, las
perspectivas ~e reducen, a menudo mconsc1entemente, y como resultado los medios empleados pueden tomarse inapropiados e incluso
d_estructivos para los fines propuestos. Esta reduccin de la perspec.
tlva, esta prdida de la proporcin, esta imposibilidad de detectar el
grado en el que los medios a corto plazo pueden llegar a corromper
a los objetivos ltimos, fue la cuarta deficiencia, y tal vez la ms duradera, de la estrategia de la "respuesta flexible" tal como fuera aplicada en Vietnam.
Esta tendencia apareci vvidamente en Vietnam del Sur mismo
donde la administracin fracas en su intento de prever la tensi~
que varios cientos de miles de soldados norteamericanos impondran
sobre la estructura social y econmica de ese pas. A pesar del esfuerzo norteamericano destinado a mantener oajo el costo de la vida, en
las ciudades ste se elev al menos un ciento setenta por ciento entre
1965 y 1967, mientras las operaciones de "bsqueda y destruccin" de
Westmoreland colmaban las ciudades de refugiados. La corrupcin,
por supuesto, siempre haba estado presente en Vietnam, pero la proliferacin de aparatos de televisin, motocicletas~ relojes, refrigera
dores y dinero en efectivo que acompaaba a los norteamericanos la
torn mucho ms profunda. "El enorme flujo de dlares norteameri
canos", recuerda un observador, "tuvo casi tanta influencia ... como
el bombardeo de la campia":
Cambi completamente la sociedad de Saign ... En la nueva economa una prostituta ganaba ms que un ministro, un secretario
del USAID ms que un coronel, un taxista que hablara unas pocas
palabras en ingls ms que un profesor universitario. . . Los an
tiguos ricos de Saign se haban opuesto a los comunistas porque
stos significaban una amenaza para su posicin social, pero
descubrieron que los norteamericanos los despojaban de esa posicin de una manera mucho ms rpida y decisiva, y, con ella,
de lo que quedaba de los valores vietnamitas.
"La idea de que estarnos aqu simplemente porque los vietnamitas lo quieren ... , de que no tenemos ningn inters nacional en estar aqu, y de que ~I
algunos de ellos no desean nuestra presencia debemos Irnos, es para mi !alaz'd,
cablegrafi desde Saign el embajador Henry cabot Lodge en 1966. "En realida '
dudo de que tengamos el derecho moral de hacer del compromiso que hemos
contrnido aqu tan slo una cuestin de caridad hacia los vietnamitas, lgnorand0
la existencia tle un fuerte Inters norteamericano. . . Algn dfa tal vez tenPJJlOS
que decir cunto vale para nosotros el hecho de negar Vietnam a Hanol Y peldn.
independientemente de lo que piensen los vietnamitas". (Lodge al Departamento
de Estado, mayo 23, 1966, Peotaeon Papers, IV, 99100).

VIETNAM COMO CASO DE PRUEBA

1 291

Un fenmeno similar se produjo tambin en las reas rurales:


"Alrededor de las bases norteamericanas, desde An Khe hasta Nha
Trang y Chu Lai, han surgido ciudades enteras de cartn y hojalata ...
ciudades enteras que promocionan Chlitz, Coca Cola o Pepsi ... ciudades que tienen exactamente tres clases de industria: el lavado de ropa
norteamericana, la venta de bebidas norteamericanas fras a los sol
dados norteamericanos, y la prostitucin para beneficio de los norte
americanos" .74
El efecto de esta avasalladora presencia fue erosionar la capacidad de autoconfianza de Vietnam del Sur, es decir, de la misma cualidad que los norteamericanos haban procurado fortalecer en un
principio. Por cierto, Washington nunca logr controlar a sus clientes
en todos los aspectos: el carcter disoluto del compromiso norteamericano en Vietnam del Sur lleg a amenazar con tornarlo menos que
creble. "La cruel verdad", sealaba un informe de principios de 1968,
"es que si se da una intolerable divergencia entre el gobierno de Vietnam y los mtodos norteamericanos, los asesores norteamedcanos
acabarn por perder". Pero la rccalcitrancia no es lo mismo que la
independencia. El mismo informe sealaba que "el vietnamita de Ja
calle est totalmente convencido de que Estados Unidos domina
totalmente al gobierno de Vietnam y que determina exactamente el
curso a seguir".7S Y los vietnamitas que se hallaban dentro del nivel
de la jerarqua gubernamental o militar, aunque no eran tteres, aunque se hallaban claramente resentidos por el grado en que los norteamericanos haban llegado a dominar su cultura, estaban al mismo
tiempo aterrados ante la perspectiva de que algn da los norteamericanos pudieran irse.76 El resultado era una dependencia profunda
pero ambigua, cuya medida slo se hizo evidente cuando Estados
Unidos se retir al fin de la guerra, en 1973.
Es difcil decir retrospectivamente cul hubiera sido el punto de
interseccin entre el nivel de necesidad de ayuda externa para sostener a Vietnam del Sur contra sus enemigos y la cantidad tope ms
all de la cual la autoconfianza se destrua. Tal vez no eXlstiera ese
punto, tal vez Vietnam del Sur nunca tuvo Ja capacidad de soportarse
a s mismo. Lo que resulta claro, sin embargo, es que Washington
hizo pocos esfuerzos por averiguarlo. La acumulacin de fuerzas norteamericanas se llev a cabo sin considerar en absoluto el impacto
destructivo que estaba ejerciendo sobre la sociedad que supuestamente se defenda. "Fue necesario destruir la ciudad para salvarla".
explic un mayor de la Fuerza Area tras el bombardeo de una aldea
del delta del Mekong ocupada por el Victcong despus de la ofensiva de Tet de 1968.n El comentario poda aplicarse a toda la experiencia norteamericana en Vietnam, y tambin al dilema de ~os ;!1edios desproporcionados que la estrategia de Ja "respuesta flexible , a

292 1

JOHN LEWIS GADOIS

VIIITNAM COMO CASO DE PRUEBA

pesar de su nfasis original sobre Ja posibilidad de re lac1onar

1a
respuesta con 1a ofensa, nunca pareci capaz de resol ver.
. ~l hech? de asegur~r la independencia de Vietnam no haba s
1 0
l~ umca razon que explicaba la presencia norteamericana en
~
sm embargo; tambin haba existido la determinacin de d ese pa1s,
les agresores de otras partes que la agresin ernostrar
a los potencia
.
tuaba. "Retirarse de un campo de batalla slo significa p no redi .
..
repararse
para el ~rox1mo , argument Johnson. "En el sudeste de Asia d b
mos decir -tal como lo hicimos en Europa- . . . 'Hasta aqu u e ~.
egaras
y slo h ~s.t a aqm....:73 c unosamente,
los funcionarios no consideraban
que el ex1to en Vietnam
del Sur fuera un requerimiento m
'd1spen.
sa ble para comumcar ese mensaje. Salieran como salieran las
.
fl
cosas
a11 1: re ex1ona?a McNaughton en 1964, era "esencial. .. que Estados
Umdos apareciera _como el 'buen samaritano'. Hemos cumplido las
promesas, hemos s1_?0 duros, asumido riesgos, nos hemos llenado de
sangre_ Y hemos <lanado profundamente al enem igo". Las represalias
sostemdas
contra
g,
B d
. . . el Norte tal vez no funcionaran , reconoci McGeo re
un Y a pnnc1p1os de 1965; las chances de xito, pensaba, eran entre
el 25 Y el 75 por ciento. Pero, "aunque fracasara, esa poltica vale la
pena. Com? mnimo disipar la acusacin de que no hicimos todo
lo que p_ud1m.os ... Ms all de eso, una poltica de represalias pondr
un ?rec10 mas alto a todas las aventuras de guerra de guerrillas".79
Lo importante era contraer un compromiso: el fracaso, aunque era
tanto posible como indeseable, no sera tan malo como no haber
actuado desde un principio.
Y, sin embargo, la seal que verdaderamente se comunicaba era
muy dife:ente. La incapacidad demostrada por el cada vez mayor
c?ruprai:n1so norteamericano de interrumpir las infiltraciones norv1etnam1tas .los ataques del Vieteong --esquema que se hizo dolorosamente evidente a partir de la ofensiva de Tet en 1968- slo
pa~eca de~ostrar la irrelevancia de la clase de poder que Estados
Umdos pod1a hacer sentir en esas oportunidades: la tecnologa, en
este aspecto, muy bien podra haber sido ms un obstculo que una
ayuda en Vietnam. 30 Adems, la guerra tambin confirm la teora
d~ Mao Tse-tung de que fuerzas relativamente primitivas podan
triunfar sobre ad~ersarios ms sofisticados si es que tenan paciencia
Y voluntad, c~a.hdades que Ho Chi Minh, con mayor acierto que
Johnson, perc1b1a como carentes en la actitud nor teamericana con
respecto a Vietnam. 81 Finalmente, el compromiso de Washington en
pa_s hab~a crecido I:asta el punto, en 1968, de que Estados Unidos
se hubiera visto en apnetos para responder en otra parte del mundo
a cual~uier ~tra crisis comparable que se produjera.82 Lo que se de
most~~ en V1etn?m .entonces, no fue tanto el costo de perpetrar ~a
agres10n slno mas bien el costo de resistirla, mensaje bastante diferente del que haba pretendido transmitir la administracin.

:st::

293

El desproporcionado compromiso de Vietnam contribuy a erosionar tambin las capacidades militares generales de Estados Unidos .
Est claro que, tras su humillacin durante la crisis misilstica
cubana, la Unin Sovitica se embarc en un programa a largo
plazo destinado a fortalecer sus armas estratgicas. La administracin Johnson decidi no responder con una acumulacin correlativa,
en parte porque s ubestim el grado de lo que los rusos estaban
haciendo,83 en parte porque McNamara se haba convencido de que
se haba llegado al punto de disminuir las respuestas en los programas estratgicos norteamericanos, pero tambin porque los inmensos
costos de la guerra de Vietnam hicieron que la administracin fuera
reticente a acudir al Congreso en procura de costosos nuevos sistemas de contrarrestar los aumentos soviticos ... Toda la estrategia
de la "respuesta flexible" se haba basado en la conservacin permanente de cierta superioridad estratgica con respecto a los rusos :
"No me he convertido en presidente para dejar de lado esa ventaja",
haba anunciado Johnson, dos semanas despus de la muerte de
Kennedy.85 Y sin embargo, para el momento en que Johnson abandon el cargo en 1969, Mosc estaba a punto de lograr la ' paridad
con Estados Unidos en ICBM de base terrestre, y tena en marcha
programas que le aseguraran la superioridad numrica en sa y
otras categoras de sistemas de armas estratgicas para mediados
de la dcada de 1970.
Se puede discutir extensamente acerca de la correccin de la
decisin de no igualar la acumulacin de fuerzas sovitica: la aceptacin de la paridad posibilitaba las negociaciones acerca de la limitacin de armas estratgicas, a las que los rusos accedieron en 1968,
pero ~ mismo tiempo no haba garantas de que esas discusiones
tuvieran xito, ni de que Mosc mostrara tener algn tipo de restriccin unilateral en las reas no cubiertas por los acuerdos. Sin embargo, esas consideraciones no desempearon un rol muy importante
dentro del pens<tmiento de la administracin Johnson: las presiones
presupuestarias y el sentimiento antimilitarista generado por la
guerra de Vietnam fueron los factores que tornaron poco factible
la posibilidad de que se produjeran incrementos sustanciales de las
capacidades estratgicas norteamericanas a fines de la dcada de
1960 (con la excepcin de mltiples cabezas nucleares para los ICBM,
que eran relativamente poco costosas, y de un rudimentario sistema
inisilstico antibalstico, que el Congreso forz a aceptar a una administracin reticente). Como recordara Henry Kissinger, quien ms
tarde tuvo que convivir con las consecuencias de estas decisiones:
"En el preciso momento en que nuestro debate nacional debi haberse
concentrado en las implicancias de esta nueva situacin, todos nuestros programas de defensa estaban sufnendo ataques cada vez ms

294

1 JOHI'\

:zwrs

GADDIS
VIETNAM COMO CASO DE PRUEBA

E
mtensos .. .ra una alarmante demostracin de miopa capaz
crear la f11ac1n que Washington tena con Vietnam.
de
La escalada norteamericana en Vietnam no disminuy de
manera las perspectivas de una dtente con la Unin Sovit~In~na
proceso coincidi con el acceso al poder de Brezhne
K se
.
.
.
v y osygyn
qwe~es, a d1fere~c1a de Kruschev, preferan demorar los esfuerz '
dest.inados a me1orar las relaciones con Estados Unidos hasta os
hubieran . logrado la paridad estratgica. Existen incluso indiciosq~e
que el l!derazgo del Kremlin recibi con agrado Ja distracci~
de Washington en el sudeste de Asia, ya que hizo muy poco P<>r
desalentar la contraescalada de Hanoi o por ayudar a las ne

.
.
goc1ac1ones, en cierto punto, en 1966, un funcionario sovitico incl
aconsej ~ la adminis~racin Johnson que incrementara las fue~
~orteamer~canas en V1e~nam del Sur.'7 Tampoco est claro que la
m~ol~crac1_n norteamericana en Vietnam hiciera gran cosa por disminuir el cisma si~o-sovitico, tal como teman algunos crticos de
la guerra. f:n camb10, la profundizacin del compromiso norteamericano produjo t.ma rencorosa competencia entre Mosc y Pekn por
a~udar a Hano1: con el resultado de que las relaciones entre los dos
g.1~ante~ comumstas empeoraron en vez de mejorar. Vietnam interfm, sm embarg~, con otra iniciativa norteamericana con respecto
al ~undo c~mumst~: la cam~aa de Johnson, iniciada en 1968, y
destinad~ a constru1~ ~uen_tes con las naciones de Europa Oriental
por medio de la multiphcac1n de los vnculos econmicos sostenidos
c?n ellas. Este poco sutil intento de debilitar el control que Mosc
e1erc~a so~re su~ s~tlites fracas cuando el Congreso, furioso por
la as1stenc1a sovitica y europea oriental a Vietnam del Norte se
neg a .eliminar las discriminatorias barreras tarifaras impues~ al
comercio con los pases comunistas.!9
Lo que resulta notable de estos acontecimientos es el escaso
esfue~o que ~izo la. administracin Johnson por medir el impacto
q~e Vietnam .e1ercena sobre ellos. * Era como si la escalada se estu
viera produc1en?o dentro de un vaco geopoltico --aunque, por
c.ont~aste, se cre1a que las consecuencias de no escalar tendran signi
f1cac1~n. ~lo?al. Retrospectivamente, puede argumentarse que todas
estas 1mciat1vas -el progreso hacia el logro de una dtente con Jos
r:isos, la conservacin ? el cisma sino-sovitico, Ja mejora de los
vmculos con Europa Oriental- reflejaban intereses ms vitales que

295

"86

En 1964, los funcionarios de la administracin hablan considerado anticipa


damente el deterioro de las relaciones sino-soviticas como razn vlida para
demorar la escalada, segn la teora de que, como el cisma se hacfa ms severo,
una respuesta de cualquiera de los bandos era ms dificultosa (Ver JohnSon a
Lodge, marzo 20, 1964, Pen1;8gon Papen;, III, 511, Bundy memorndum, encuentro
de Jo~on Y ~esores, sette.mbre 3, 1964, Johnson Papers, NSFNSC Sta!! Files.
Box 2, Me!f!bs !or the Pres1dent"; tambin Johnson The Vantage Point P. 67).
Pero el registro no contiene evidencias de que se
considerado seriamente Ja
escalada de las relaciones sino-soviticas.

haya

10 que estaban en juego en Vietnam. Pero Washington no lo vea


~ en ese momento; el hecho de que la guerra slo daara al ltimo
:ters poda ser adjudicado a la buena .suerte, pero no a la prevencin o a la planificacin cuidadosa.
Vietnam tambin distrajo la atencin de otros problemas. La
intransigencia del general De Gaulle y el persistente debat~ acerca
de la energa nuclear presionaron seriamente a la OTAN a mediados de
la dcada de 1960, pero la administracin Johnson, tras el descarte
del concepto de una posible fuerza nuclear multilateral, tena pocas
sugerencias destinadas a aliviar esas presiones. Las relaciones con
Latinoamrica, que Kennedy haba enfatizado, fueron en general descuidadas por Johnson; la excepcin fue la crisis de la Repblica
Dominicana en 1965, cuando el presidente envi abruptamente a los
marines, violando as una antigua poltica norteamericana que ii:nplicaba eludir intervenciones abiertas en esa parte del mundo. Onente
Medio se convirti en el centro de atencin solamente durante la
guerra rabe-israel de junio de 1967; la administ~a~in hizo poco
por desalentar ese conflicto, o por resolver las dificultades resultantes creadas por la ocupacin israel del territorio rabe y por la
creciente influencia de Mosc en esa regin. La invasin sovitica de
Checoslovaquia en 1968 tambin tom desprevenida a la administracin, que poco pudo hacer en respuesta salvo posponer (y brevemente) las conversaciones sobre limitacin de armas estratgicas. Lo
que todos estos episodios tenan en comn era el hecho de haber sido
forzados a entrar en la conciencia de los funcionarios de Washington,
quienes tuvieron que quitar tiempo a Vietnam para ocuparse de ellos.
Como consecuencia, tendieron a manejarlos sobre una base ad hoc
de manejo de crisis, prestando poca a tencin al contexto dentro del
cual se producan, y sin reflexionar adems alrededor de las implicancias que podran tener a largo plazo.90
Pero la mayor distraccin de todas se produjo en los asuntos
domsticos, que el mismo Johnson haba considerado de la mayor
Prioridad. "No deseo ser el presidente que construye imperios, o
persigue la grandeza, o extender los dominios", dijo al Congreso en
marzo de 1965:
Deseo ser el presidente que educa a los jvenes mostrndoles
las maravillas de su mundo. Deseo ser el presidente que ayuda
a alimentar a los hambrientos y los prepara para ser contribuyentes en vez de consumidores de impuestos.
Deseo ser el presidente que ayuda a los pobres a encontrar su
camino y que protege el derecho de los ciudadanos a votar en
cada una de las elecciones.
Deseo ser el presidente que ayuda a acabar con el odio existente

296 1

VlETNAM OOMO CASO DE Pll\JEBA

JOHN LEWIS GAl>DIS

entre su prjimo y que promueve el amor entre los pu bl


e os de
todas las razas y religiones.
Deseo ser el presidente que ayuda a acabar con la
e
gu rra entre
los hermanos de esta tierra.~'
Y, por cierto, los logros domsticos legislativos de Johns
h .
sob repasado en ese momento los de cual ui
, on ab1an
Fra.n~lin D. Roosevelt. Johnson reclam: re~~o~~~c~~~~~~~te desde
.
.
e, haber
ant1c1pado el efecto corrosivo que la g
,.
.
uerra e1ercena sobre
prog.r~mas: Sabrn desde el principio que estaba condenad estos
.
s
o a ser
cruc1f1cado en cualquier direccin que m
a l
.
e moviera. t abandonab
a mu1er que verdaderamente amaba -la Gran Sociedadcnreda:me por otro lado con esa guerra en la otra punta del
para
;>erdena todo en casa . Pero si abandonaba esa guerra
:u~d?
que los comunista.e; tomaran Vietnam del Sur entonces sey P mtt~
deraria un cob d

.
'
me cons1c
,
ar e Y m1 nacin sera vista como apaciguadora
n?s rcsultaria por lo tanto imposible lograr nada para nadie y
nmguna parte del mundo" .92
en

"Est;~~od:~-~~dmomento, Jo~nson crey que poda evitar esa eleccin.

cc1 i o a ser un llde1 de la guerra y un hder de Ja paz"


record a ba. "Me negu a
r
.
..
.
el . D
pei_mi ir que mis c.nt1cos me obligaran a
e~ir. escaba a a~n.bas, crc1a en ambas y en.fa que Est<idos Unidos
tema recursos suficientes para ambas" n s
b
amb r b
~in cm argc sostener a
. as tmp ica ocultar los costos y 1:1 naturaleza dc la ~uerra tanto
~ p

tiempo
la
cr como
. fuera posibl
. <.:.
or e J o h nson descarto pubhcamcnte
P specti~a de un directo rol nor!eamericano en la rruerra antes
de las belecciones de 1964 a pesar d e 1 h echo de que sus asesores lo
espera an Y estaban especulando con idf'~s tendientes a provocarlo.*
I~clus? despus de las elecciones, cuando se haban aprobado
en pt mn~)l\). l~s planes de las rt'presalias contra Vietnam del Norte,
Johnson ms1stia. en que e.I a " una rucstt.n de primordial
.
.
importancia
que la sustancia de esta posicin no se haga pblica salvo de la
m:nci ~ en que ~o especficamente lo decida". Y en abril de 1965,
d.espucs de auton7.ar una misin de combare a las fuerzas norteamencanas en vet

1
..
nam, .e~p~c1e1c que esas acciones debfon emprenderse
de_ :naneras que m1mm1zaran la apariencia de un cambio sbito de
poht1ca
E s tos movimientos

y cambios
deben ser comprendidos
'El curso d
i

nadas a provocar ~;c n descripto en e.sencia es: hacer cosas legitimas dest.i
respuesta. 0 ante una ~~~~~esta Y 8 cs_tar en buena po~1ci611 de utilizar esa
de acciones militares contra ~g~e~n~~C no provocada, iniciar un crescendo
South Vietnam" setiembre 3 19~e ~"l In!onne de McNaugthon, "Plan !~
grado en el qu debemos a
en agon Papers, nn. "La cuestin es
provocar una reaccin de v~egar elementos a las acciones y que tenderlan .
nuestra" Ctnforme de Bund ietnam d~I Norte, Y m consecuencia un:i. represalia
mara, Rusk y Wh 1
y, coi:ic.lusioncs de las discusiones con Tay!or, Mcrfn
Para las manifesta~~oe~sp~~~J~s~nJctc1 presidente, setiembre s. bld. . o. 56~
e o mson, ver JPP: 196364, pp. 1126-Z7, 1

1 297

como si fueran graduales y absolutamente cohere,ites con la poltica


existente".
Tan slo en junio el pblico descubri cul haba sido la tarea
asignada a las tropas norteamericanas en Vietnam, y todo eso merced
a un inocente informe de prensa del Departamento de Estado.9-1
Una vez <lUC se hizo clara la naturaleza de la involucracin norteamericana en la guerra, el presidente procur ocultar los costos.
para que stos no dieran una excusa para reducir los programas de
la Gran Sociedad. Le dijo a McNamara en julio de 1965 que plani
ficara implementar un nuevo y ms activo rol de combate con una
apropiacin inmediata de tan slo 300-400 millones. Hacia fines de
ese ao Bundy sugiri que dos billones eran una cifra ms realista:
"Bob teme no lograr que la idea de un requerimiento de la magnitud
planeada pueda pagarse con algo tan pequeo como unos pocos cientos de millones". En octubre de 1966, McNamara informaba los
verdaderos costos de la guerra, que superaban los del establishment
de defensa en pocas de paz en 9.4 billones para el fiscal 1966, una
estimacin de 19.7 billones para el fiscal 1967, y una proyectada tasa
anual de 22,4 billones para fines de ese perodo. "Si miramos haca
dentro de dos o tre5 aos", haba advertido Bundy en la primavera
de 1966, "con un programa militar que requiera importantes costos
presupuestarios --con todo lo que ello implica en cuanto a impuestos
y programas domsticos- y con bajas probablemente incremenladas,
la guerra muy bien podra convertirse en una soga alrededor del
cuello de la arlministracin, al menos semejante a lo que signific
Corea para el presidente Tt1;1rnan en 1952".9S
Johnson era absolutamente sensible a este peligro y, tenindolo
presente, se neg durante todo 1966 a implementar un incremento
de los impuestos suficiente para contrarrestar las presiones inflacionarias que esta expansin dPl gasto militar estaba generando.
Slo a p dncipios de 1967 requiri una sobrecarga del impuesto
a los ingresos destinnda a financiar la guerra; el Congreso, a su vez,
demor su aprobacin hasta junio de 1968, y slo al precio de reducir
los programas domsticos de Johnson.116 La "nueva economa" sobr
la que se haban basado la:; suposiciones presupuestarias de la estrategia de la "respuesta flexibk", no slo implicaba atinadas reducciones impcsitivas para estimular una economa estancada, sino tambin
atinados aumentos impositivos destinados a enfriar una economa
demasiado ardiente. Pero, tal como Johnson reconociera ms tarde,
las dificultades en lograr los aumentos superaban con mucho la!>
dificultades de lograr las reducciones. El problema no fue solamente
la reticencia del Congreso a aprobar un incremento impositivo, sino
tambin la reticencia del presidente a luchar por conseguir ese incremento en un momento en el que su prestigio poltico era mayor, y

VIETNAM COMO CASO DE PRUEBA

298

299

1 .JOHN UWJS CAllOIS

la fuerza de su partido mayor en el Congreso que lo que haba d


a principios de 1967.97 *
si o
Fue_ ~a ~rcepcin que te~a Johnson de los _medios como VirtuaJ..
mente 1hm1tados -la creencia de que la nacin poda pennitirs
tener "caones" y "manteca" al mismo tiempo- lo quf lo llev e
consolidar su decisin sin precedentes de luchar en un'1i guerra
tosa y mantener al mismo tiempo un corto programa de refonnas.
El esfuerzo, finalmente, demostr ser ftil: en ltima instancia la
Gran Sociedad debi ser sacrificada para pagar por la guerra. Pero
la larga lucha por evitar la eleccin tuvo sus propias consecuencias
ms duraderas. La determinacin del presidente de ocultar los costo~
y la naturaleza de la guerra produjo la erosin de la credibilidad
oficial, erosin .ue persistira incluso mucho despus, y que com.
plicara much0 el proceso de ganar el respaldo pblico necesario
para la cond...ccin eficiente de la poltica dentro de una democracia.
Ms costosa at'-:, a largo plazo, fue la espiral inflacionaria desencadenacfa y puesta en marcha merced a la decisin de Johnson de
'inanciar la guerra sobre una base diferida; en la dcada que sigui
a su partida de la Casa Blanca, esa tendencia haba duplicado el
costo de Ja vida, y no haba todava un final a la vista. **
"N.> debemos destruir lo que estamos intentando defender." As
resumi Dwight Eisenhower el elemento ms consistente de su pensamiento acerca de la poltica de seguridad nacional; los procesos
de defensa, argumentaba repetidamente, jams deben sobrepasar los
propsitos de defensa.
Esta sensibilidad a la necesidad ..de equilibrar los medios Y
los fines fue precisamen te h.> que falt en las administraciones de
Kennedy y Johnson; exista, en cambio, la p reocupacin por el proceso a expensas de los objetivos, una fascinacin tan grande con las
cosas que deban hacerse que tenda a oscurecer aquello q ue en
realidad se estaba haciendo. Es irnico que esto se haya producid?
durante el gobierno de administraciones que se jactaban de su hab1
Jidad para hacer corresponder medios y fines de la manera ms apr<r
piada. No podemos sino concluir que la misma abundancia de medios
aparentemente disponibles durante esos aos contribuy a agravar
el problema. La tenaz disciplina de la restriccin, despus de todo,

co:

Los demcratas tenan 47 bancas en la Cmara durante las elecclOne5


de 1966.
Rostow no cree que el gasto de la guerra de Vietnam haya ejercido este
efecto decisivo. "Por razones independientes de los gastos do la guerra, la
ductlvidad se hizo ms lenta y declin. El descenso de los predos (cuya .,...cin desde 1951 habla disminuido la inflacin) desapareci . ..
__ ..-en
La desaceleracin de la productividad, la nivelacin y ?llego el lento ___....
hasta la explosin de 1972-1973 de los precios de loo productos bsicos fUl!t)?
comn a todo el mundo desarrollado !ndu.-;trial". (Carla e.1 autor, setilllll
22, 1980).

..,J,1!

inistra incentivos ms poderosos par~ el logro de la eficiencia


surn
fi . d tcnicas de mane10.
que las ms so. stica as l . calculada que debe existir entre los
La estrategia es Ja r~ ac~. n onceder la misma atencin a todos
edios
y los fines, pero undp lf':. c_n clculos y relaciones, fines y
Ol
t
de esta e m1c1 .
d
los componen es
irb . de la atencin no se produce -cuan o
roedios. Cuando ese equ i . portantes que las relaciones que se
ulos se toman m s im
.
1 fin
Jos clc
do los medios concitan mayor atencin ~ue. os . es-,
calculan, cuan
.
t una mala estrategia sino runguna
entonce~ lo que se tiene ~~ee~:i~n~es, fue el inesperado legado de la
~strateg1a e~le~~~!~~o~: la '"sinfona fina" sino un to~ exceso de
resp~esta
d"
. sino desproporcin, no prec1s16n estrat.
accin, no coor mac1 n
~
.
finalmente un vaco estratgico.
gica smo,

Captulo IX

Nixon, Kissinger y la dtente


La campaa presidencial de 1968 fue inusual porque, a diferencia
de las de 1952 y de 1960, suministr pocos indicios con respecto a la

direccin que tomara la nueva administracin una vez que accediera


al gobierno. Richard Nixon haba convertido en un tema la incapacidad de Johnson para terminar la guerra de Vietnam, y haba prometido hacerlo, aunque sin decir cmo ni cundo. Tambin haba
insinuado, con referencia a que una era de confrontaciones dejaba
paso a una de negociacin, la continuacin de los esfuerzos de la
administracin previa destinados a relajar las tensiones con la Unin
Sovitica. Incluso haba habido indicios, en un artculo de Foreign
Affairs del ao anterior y en ocasionales discursos de la campaa,
de la disposicin a considerar una nueva relacin con China comunista.1 Pero, en general, los votantes en el da de la eleccin, en 1968,
no tenan idea de estar introduciendo con su voto los cambios ms
avasallantes de la poltica exterior norteamericana desde que la idea
de la contencin babia aparecido dos dcadas antes.
El mundo al que deba enfrentarse la nueva administracin en
enero de 1969, sin embargo, estaba maduro y pleno de posibilidades
de nuevos enfoques. Johnson ya haba tomado la decisin de poner
un techo a los compromisos de tropas norteamericanas en el sudeste
de Asia y de empezar el proceso de "vietnamizacin", que, segn l
esperaba, permitira finalmen te la retirada norteamericana. China,
emergiendo del aislamiento autoimpuesto de la Gran Revolucin
Cultural, estaba al borde de un enfrentamiento militar con los rusos
en la frontera con Manchuria. La Unin Sovitica estaba a punto de
lograr paridad numrica en misiles estratgicos, pero enfrentaba
crecientes dificultades econmicas domsticas, que probablemente la
hicieran ms y no menos dependiente de Occidente. La situacin
"objetiva", entonces, probablemente hubiera producido cambios de
importancia en la diplomacia norteamericana independientemente
de quien accediera a la Casa Blanca el 20 de enero de 1969.
Pero el hecho de que el nuevo ocupante fuera Richard Nixon, y
de que eligiera corno asesor de seguridad al Dr. Henry Kissinger, introdujo dos nuevos elementos en la situacin.
Uno de ellos fue la combinacin nica de rigidez ideolgica y
pragmatismo poltico de Nixon: Ja primera, de manera curiosa, haba
301

NIXON, KlSSINGEll y LA IJi;rENTS

302 1

JOHN LEWIS CADDIS

contribuido al segundo. Nixon haba sido un anticomunista tan e


mo durante tanto tiempo que la flexibilidad adquiri ahora un .ittre.
de gobierno ms que de blandura, dndole as mayor libertad d:ura
cin que la que podran haber esperado sus rivales liberales.
acEl otro elemento n uevo fue el enfoque conceptual de K.issinge
con respecto a la creacin de la poltica de seguridad nacional. M~
como estudioso de la historia que de la "ciencia" de la poltica, desdeaba la fascinacin por los procesos que haba caracterizado a las
administraciones de Kennedy y de Johnson. "El manejo de las crisis
el centro acadmico de los sesenta, dej de serlo", escribi ms tarde'.
"Las crisis eran sntomas de problemas ms profundos a los que, si
se les permita proliferar, demostraran ser cada vez ms inmanejables. . . Era mi conviccin que un concepto de nuestros intereses nacionales fundamentales suministrara cierta restriccin y la seguridad
de la continuidad". "La combinacin era inusual", record Nixon, "el
hijo del almacenero de Whittier y el refugiado de la Alemania de
Hitler, el poltico y el acadmico. Pero nuestras diferencias contribuyeron a q ue la sociedad funcionara".2
Lo que persegua esta extraa alianza entre Nixon y Kissinger era
lograr una estrategia que combinara la flexibilidad tctica del sistema
Kennedy-Johnson con la estructura y la coherencia del sistema de
Eisenhower, evitando simultneamente las miopes fijaciones que ha
ban conducido a Vietnam o las rigideces ideolgicas, igualmente
miopes, de John Foster Dulles.l En un grado considerable lo lograron,
pero slo por medio de concentrar el poder en la Casa Blanca en un
grado sin precedentes desde la administracin de la poca de guerra
de Franklin D. Roosevelt. El precio fue una burocracia desinfontla~,
ceuda y a veces tendiente al sabotaje, un Congreso decidido a reafir
mar su erosionada autoridad constitucional sin ningn sentido de
hasta dnde era factible extenderla y, en ltima instancia, la renuncia
de un p residente que de otra manera hubiera sido acusado y convicto
por abusar se del m onumental poder que su propio sistema le haba
concedido.
Es un tributo a la lgica de la estl'ategia Nixon-Kissinger qu~ s~s
elementos fundamentales sobrevivieran a estos tumultos, con K1ssJ.Il
ger, como secretario de Estado desde 1973, constantemente a ~
de la poltica exterior hasta el final de la administracin Ford, cuatro
aos ms tar de.
.
Tambin resulta muy significativo el grado en el que la estrategia
Nixon-Kissinger retorn, en sus presupuestos subyacentes, a muchas
de las ideas sobre las que George Kennan haba basado originariamen~
te su estrategia de contencin ms de dos dcadas antes. Era como si
la contencin hubiera descripto un crculo completo y regresado a l~
preocupaciones y conceptos que la haban animado durante los pn
meros das de la Guerra Fra -pero ahora esas ideas se utilizaban.

1 303

para tratar de terminar con la


omo haba esperado Kennan,
~a Fra.

uil
oue

.
de osguerra hab1'an asociado
as administraciones anteriores a!ra u otra con un mundo
't'od~s 1reses norteamericanos de un~ ro de transformar el m\lndo
tos i~te sidad. el universalismo -el ~ntento en ningn momento haba
de d1ve~e se ;semejara a Estados Unidos~dades n acionales o con los
p~ra q iderado coherente con _la~ capac1
romiso implcito, _auns1do cons . nales As haba einst1do un colmp 11brio intemac1on al
d les nac10

rvar e eqm
b.,
l ea raramente reconocido,. de ~;e~e pudiera florecer. Pero ,tam ien
que el objeto de que la d1vers1 a
lo Estados Unidos poda ga~
~~a prevalecido el enfoque de queq~~ deba enfrentar eran demas1a
tzar esa diversidad: las amenaz: demasiado delicado como para
1 enormes, el equilibrio de p
er
ndo sus intereses inmediatos
Washington
emergencia de
estuvieran en pe igro.
.
das las amenazas eran
.
'
vitales, to bles El efecto haba sido el de
todos los intereses eran
d ban ser cre1

1 puerta
dos los comprom1s0Us .ed hacia el universalismo pe_ro por a mundo
r a Estados m os
.
e parec1a ser un
1
~~~:;:: la defensa de ~ di~ers1~~~;: d~ ~s costos, las tensiones y
peligroso haba pr~duc1do : lr;lobalismo indiscriminado. .
d .
consecuencias depnm~ntes ~ Kissinger, porque las su~es1vas ~ ro 1
Esto haba ocurrido ,. ere a
. t la clase de orden intem~c1ona
nistraciones haban perdido _de vis a rimer Jugar. La coherencia ~on
ue deberan haber perseguido en p , tomado demasiadas medidas
q t 1 se haba desmoronado, se h:ib1an
lderes excesivamente
cep ua
b. fvos mayores,

ad hoc sin pensar en los_ o 1e 1 confianza excesiva en burocracias


pragmticos haban depos1ta~o una
excesivamente autocentradas.
. .
da
lementos constitutivos, ca
Los problemas se segmenta~ en suse~pertos especializados en las
uno de los cuales es tra_ta o por d
Hay poco nfasis o preocuparticulares dificultades in~olucra
asuntos tcnicos gozan de
pacin por sus inter:elac1ones. t miento ms sofisticado que los
mayor atencin, y reciben unl tracosas porque se sabe cmo hacer

temas pol ticos


.. Se hacen as
as
y
no
porque
deban hacerse.
.
l
haba oscurecido la reac16n ex1s
.
Esta fascinacin por el procesonc1as la obsesin por los mfc.d1os
.

s y consecue

. d los mes.
tente entre mtenc1one
.d e incluso a la corrupc1 n, ,,e fu diz.ahaba conducido al de~c~ t? Kissinger en 1968, era una pro n
Lo que se necesitaba, ms1s ia

~~e

1~ctua~n s~~a;~::te~~:

r..::

1~~;~~~7o:

304 1

NIXON, KISSINGER Y LA Dt'rENTE

JOHN U:WIS GADDIS

cin filosfica" de la poltica exterior norteamericana "Jam


a construir
un mundo creativo

as serey esta
n:ios capaces d e contnb uir
s1 no nos formamos nuestra propia concepcin de l".4
ble
El
primer
requerimiento
de
esa
"profundizacin"
era
reconoc
.d.
.
er a
mu 1t1 imens10nal naturaleza del poder en el mundo: no haba ah 1

d"
d

.
un solo m ice ec1s1vo para medir la influencia ejercida por los E ora
tados. Las armas nucleares, dadas las limitaciones de su uso en s
prxima era de paridad, eran de reducida utilidad poltica: a K ~a
-
.
issm.
gcr 1e agra d a b a sena ar que en ninguna crisis desde 1962 el equilb

.
h
b
'
d
.
i no
es t ra_t eg1co a ta ~te_rmmado el resultado. Vietnam haba demostrado
O:pham e~te. los h_m1tes de la fuerza militar convencional aplicada
baJO _restncc10n~s 1mp~estas por la opinin pblica y los peligros de
la escalada.
La 1deolog1a demostraba
ser una fuerza dbil cuando se
.
,
1a me d ia
~on 1as compulsiones del nacionalismo; el territorio tena
poca relacin con la influencia poltica; la fuerza econmica pareca
a veces tener poco que ve~ con cualquiera de estas cosas. Y, subya.
cente a ~odas ~stas compleJ~dades, se hallaba la creciente importancia
de la ps1cologia: la p ercepcin del poder se haba tomado tan importante como el poder mismo.s
.~ra_ demasiado simplista, por lo tanto, seguir pensando en el
eqmhbno de poder como "un juego de suma cero" en el que las "ganancias" de un bando significaban invariablemente "prdidas" para
el otro.6 Lo que poda parecer una prdida en cierta rea ~l estancamie1:t? de Viet~am, por ejemplo, o el logro sovitico de paridad
estrateg1ca- podia compensarse por medio de ganancias en otras
reas -una apertura con China comunista, o un acuerdo negociado
sobre control de armas. El clculo general del poder era importante,
no las derrotas o victorias que pudieran concretarse en teatros aisla
dos. Las administraciones Kennedy y Johnson se haban equivocado
al convert!r a Vietnam en un smbolo del poder y el compromiso
norteamericano en todo el mundo. La administracin Nixon, aprove
chando su ms ecumnica definicin del poder, procuraria reducir a
Vietnam a su perspectiva adecuada -"una pequea pennsula dentro
de un gran continente", como lo expresara Kissinger 7- y concen
trarse en las relaciones globales.
Estados Unidos poda alejarse, entonces, de una percepcin fija
a una perc~pcin flexible de los intereses en el mundo, siempre y
cuando se mantuviera el equilibrio de poder general. Esto no signifi
caba retirarse de las obligaciones existentes -en su decisin de
hacerse cargo de los compromisos anteriores, e n su temor de lo que
podra ocurrirle a la credibilidad norteamericana si as no lo hicieran,
Nixon y Kissinger no diferian significativamente de s us predecesores.
Pero su enfoque implicaba la voluntad futura de asumir solamente
la responsaQ.ilidad de garantizar el equilibrio global. La cambiante
naturaleza del poder haba hecho que el equilibrio internacional fuera

305

estable que en el pasado: en una poca en la que las medid_as


s o'micas podan contrarrestar la fuerza militar, en la que el nac10econ
.
, hab'ia menos neces1 d a d que
r mo poda neutralizar la 1deolog1a,
~~t~s de que Estados Unidos actuara slo para preservar el orden
Jl1

rnundiaJ.S
.
.,
,
Un segundo requerimiento para una conceptuahzac1?n ma~ p:e
cisa de los intereses era purgar a la pol~ica exte~ior de ciertas ilus10cerca de la naturaleza del orden mternac1onal. A pesar de la
~~=p~acin de la diversidad como cond~cin inevi~ble _de_ los asu.ntos
mundiales, an persista en Estados Unidps, c_re1a K1ssmger, c1er~a
reticencia a aceptar el hecho de que el conflicto _Y l~ desa~oma
seguiran siendo caractersticas ineludibles de la vida int~rnac1on~l.
An exista la c reencia de que de alguna manera Estados Umdos _pod1a
trascender el orden internacional, en vez de tener que operar s1~ple
mente dentro de l. Estas esperanzas poco realistas, y los ~orros1~os
efectos ejercidos sobre ellas por la realidad, ha~an producido oscila
ciones entre el, aislamiento y el exceso de, ~xtens1n _en el enfo~ue que
Estados Unidos tena del mundo; la poht1ca extenor se hab1a _deb~
tido de manera demasiado extrema "entre los polos de la susp1~acia
y Ja euforia". Lo que haca falta, pensaba Kissinger, era el ~al1s~o
necesario para aceptar al mundo tal c~mo e~. j~nto con el mgemo
indispensable para hacer de esor lo meJOr posible.
,.
Esto significaba dejar de lado los esfuerzos por cam1:11ar, como
cuestin de inters nacional vital, la natur~eza interna. de otras sociedades. En otras administraciones haba tenido demasiado lugar l~
tendencia a confundir la reforma con la geopoltica. La ~ueva adrmnistracin no aceptaba el enfoque, tan firmemente sostemdo por _sus
predecesores inmed!atos, que afirmaba que el ~esarroll~ econmico,
o la evolucin de los procedimientos democrticos, pudiera reforzar
la seguridad norteamericana en todo el mundo. Todo depe1:~ del
contexto geopoltico. El cambio econmico y fa refonn~ poh~1ca ~o
dran producir tanta inestabilidad como la que podai:i impedir: K1ssinger era perfectamente consciente de la observacin, hecha por
Tocqueville, de que los rdenes existentes son ms amenaza~os cuan
do las cQndiciones mejoran y no a la inversa. Tampoco hab1a g~ran
tas de que los Estados econmicamente adelantados, o que tuvieran
gobiernos democrticos, respaldarian siempre los ~ntereses n<;>i;eame.
ricanos. Si todo lo dems fuera igual, Estados Urudos prefe?na, por
supuesto que las instituciones del exterior fueran compatibl~s. c~n
' instituciones
.

d. e l e quilibno
sus propias
domsticas.
Pero no a l ~r.ec1?
.
de poder: subordinar los requerimientos ~e~ equilibn? mternacional
a los de la reforma interna era, crea Kissmger, arnesgarse a esas
fluctuaciones entre la hiperactividad y la retirada pe~ante que ha
ban obstaculizado en el pasado
, una clara yisin de los rntereses nor10
teamericanos.

306 j

.10HN LEWIS GADDIS


NIXON, JUSSINGER Y LA DTENTE

PoJ::

.
La madurez demandaba tambin el reconocimiento de
mte~eses geopolticos de Estados ideolgicamente dispares
los
en ciertas reas, congruentes . Una vez que la d1'plo
.
ser,
macia se purga
d
.
.e. sus compone.ates sentimentales y emocionales, sera posible i ra
t1fxcar Y. construir sobre esos intereses comunes que tenan incl dfn
antagoru~tas m~ irreconciliables, la supervive~cia, la segurida~so :.
entorno mternacional afn. La clave de ese logro crea Kissi'nge y
la mu t ua res t ncc1

' diferencias s r, era
n: no se poda esperar que las
poraran ~e un d~ para ot.ro; tena. que existir la voluntad de t~i::a~
no slo sistemas internos mcompatibles sino tambin intereses t

in er-
nac1ona
es con fl'ictivos
en ciertar; partes' del mundo. Sin embargo
se pod!<l; lograr esto.' es probable que emergiera un nivel de "inte~:~
geopoltico compartido que trascienda a las filosofas y a la historia"
sobre el cual, .como ms tarde escribiera Kissinger acerca de Nixo '
de los comumstas chinos, "incluso el cazador de rojos v los c n ~
dos de la revolucin mundial tuvieran un lugar de encuentro".l~za
, ?n terce: prerrequisito para lograr la coherencia conceptual en
p~htica exte~or era el reconocimiento d?. los lmites. Kissinger jams
h ..ba sostenido el enfoque, de moda entre los intelectuales especializados en defensa ,en la d.ca~a de .1~60, de que mantener el equilibrio
de poder requena medios mdefimdamente cxpandibles: semejante
d~~enfreno, pensaba, era ms susceptible de desestabilizar que de estab1hzar el .orden mundial. "Ningn pas", escribi en 1968, "puede
actuar sabiamente de manera simultnea en todas partes del globo en
todos l?s ro.omentos". La dificultad era que los objetivos tendan a
expandll's~ Junto c.on !os medios, produciendo no slo agotamiento
ev~ntual sm.o tambin mcrementando la resistencia de otras naciones,
~menes. venan en una bsqueda de segu1idad absoluta una absoluta
msegundad para ellas mismas. El comienzo de la sabidura en los
asuntos humanos y tambin en los internacionales era saber cundo
detenerse: no era poco significativo que los tres estadistas sobre los
que Kissinger eligiera escribir durante su carrera de historiador
-Metternich, Castlereagh y especialmente Bismarck- tuvieran todos
esa cualidad, conspicuamente ausente en la diplomacia reciente.12
. No resul~a :orprendente, entonces, que una de las primeras prion~a.des de Kissmger ~aya sido desplazar el nfasis del pensamiento
~fic1.al. ac~r~~ de poUti~a de defensa desde la "superioridad" hasta la
suf1c1ei;icia .u La tenrunologa misma se refera al equilibrio de armas
estratgicas, pero las suposiciones subyacentes tenan ramificaciones
ms amplias~ que los esfuerzos destinados a superar a los rusos en el
P.asado slo h~b!an provocado esfuerzos comparables por parte de
ellos; q~e los mtereses de ambos bandos se cumpliran mejor ahora
par medio de 1!na mutua restriccin. La necesidad econmica ya haba
unpuesto en cierto grado esa postura a la administracin Jobnson
~l">pecialmente en ~I rea de las ~rmas estratgicas-, pero fueron

1 307

Nixon y K.issinger quienes Ja elevaron al status de doctrina. La "suficiencia", es importante sealarlo, jams signific una restriccin uni
lateral: Kissinger estaba convencido de que Mosc considerara eso
como una debilidad, y slo procurara explotarla.14 Pero s significaba
el reconocimiento de que Ja bsqueda de "superioridad" acabara por
ser costosa y estril, y que una combinacin de presiones e inducciones tendiente a convencer a los rusos de que la "suficiencia" formaba tambin parte de sus intereses sera simultneamente la mejor
manera de cumplir con los intereses de Estados Unidos.
Pero cules seran los elementos especficos de una estrategia
que reconoca las nuevas dimensiones del poder, las integraba dentro
del sistema internacional, y lo haca sin agotar los recursos norteamericanos? Kissinger nunca contest directamente esta pregunta, pero
NLxon suministr un indicio revelador, en la modalidad curiosamente
informal que a veces reservaba para declaraciones significativas, cuando se reuni con un grupo de periodistas ejecutivos en Kansas City,
en julio de 1971. Les dijo que haba cinco g,randes poderes econmicos en el mundo: Estados Unidos, la Unin Sovitica, Europa Occidental, Japn y China comunista. "Estos son los cinco que decidirn ei futuro econmico y, como el poder econmico ser clave
de otras clases de poder, decidir el futuro del mundo durante el
ltimo tercio de este siglo". Haba sido un discurso extemporneo,
dijo ms tarde el presidente a un Chou En-lai muy interesado, pero
reflejaba "una muy reflexionada conviccin". 15 * A principios de 1972,
en una entrevista de la revista Time, Nxon hizo ms explcito su
concepto. "La nica vez en la. historia del mundo que hemos tenido
un perodo de paz extenso", se. al hacindose eco de la tesis del libro
de Kissinger, A World Restored, "es cuando ha existido el equilibrio
de poder. Cuando una nacin se torna infinitamente ms poderosa
con respecto a sus potenciales competidores es cuando surge el pehgro de guerra. . . Creo que este mundo ser mejor y ms seguro si
tenemos un Estados Unidos, una Europa, una Unin Sovitica, una
China y un Japn ms fuertes que se equilibren entre s en vez de
actuar uno en contra de otro, y que el equilibrio sea parejo" .16
Implcito en esto, Jo advirtiera o no Nixon, haba un retorno al
concepto de Kennan en 1948 acerca de los cinco centros del poder
industrial-militar, y la necesidad de impedir que uno de ellos dominara a los otros.** Kissinger nunca se asoci explcitamente con estr
formulacin geopoltica, tal vez porque simplemente sugera analogas
extradas de sus propios escritos histricos (algo con lo que siempre

La declaracin era inusual ya que no habla sido aclarada con Kisslnger,


Q.Ulen se hallaba realizando un viaje secreto a China en el momento, '1 quien se
por Chou En-lai (Kissinger, Whfte Hou.se Yeors, pp. 748-(9).
Una di!erencia fue que Kennan habla considerado a Gran Bretaiia '1 al
'8lle del Rh1n como centros separados de poder, y no habla lncluido a China.

entero

308 j

JOHN LEWIS GADDIS

NlltON, KISSINGER Y LA DTENn:

fue cauto),17 tal vez porque desconfiaba de los potenciales malente di


dos involucrados en la designacin pbli ca de ciertas partes del rnn
do como ms "vitales" que otras (tal como Dean Acheson lo desun.
briera despus de su discurso acerca del "permetro defensivo"
1950), tal vez a causa de las crticas que inmediatamente provoc le
declaracin de Nixon por parte de la comunidad acadmica y de es~
tudios estratgicos (Japn y Europa Occidental, aunque eran indisputablemente importantes poderes econmicos, no tendran durante
aos la capacidad de defenderse a s mismos sin la ayuda de Estados
Unidos; China no era una s uperpotencia ni en lo militar ni e n lo econmico)." Pero si se Ja analizaba en un contexto amplio, la visin de
Nixon de un mundo pentagonal funcionando segn los principios del
equilibrio de poder parece coherente con lo que Kissinger -y Kennan
un cuarto de siglo antes- haban intentado postular.
Desde mucho tiempo atrs Kissinger haba argumentado que el
surgim iento di! un m un do m ultipolar en vez de bipolar era uno de los
mayores intereses de Estados Un idos. La bipolaridad, escribi en 1968,
estimulaba la rigidez:

e:

Un mundo b ipolar pierde la perspectiva de los matices; una ganancia de un lado aparece como prdida absoluta para el otro.
Cada tema parece involucrar una cuestin de supervivencia. Los
pases ms pequeos estn desgarrados entre el deseo de proteccin y el deseo de evitar la dominacin de un gran poder. Cada
una de las superpotencias est invadida por el deseo de mantener
su preeminencia entre sus aliados, de incrementar su influencia
sobre los no comprometidos y de fortalecer su seguridad en contra de su oponente.
En s misma, la multipolaridad no garantizara la estabilidad, tu
vo el cuidado de sealar Kissinger. En ausencia de un sentimient~.~
peligro comn, la accin coordinada seria ms difcil de lograr:
rigidez disminuye, pero tambin la capacidad de manejo". Pero .;:;
sistema multipolar suministrara mayores oportunidades de el;bona
un concepto compartido de orden internacional; tambin intro. uci en
en l un grado de equilibrio "orgnico" o "natural" ~ue no existe Ios
un sistema b ipolar, y, correlativamente, menos necesidad de que rga
elementos individuales del equilibrio tuvieran que soportar ~ caJ(isprimordial de mantenerlo. :un mundo ms pluralist~" concl aJargo
singer, "es algo profundamente arraigado en nuestros intereses
plazo".19
ida
En trminos especficos, Kissinger favoreca una Europ~c~as''
pero ihdependiente: a diferencia de la mayora de los "at~an ~ti.Z3do
de las administraciones de Kennedy y de Jobnson, haba silfP unidad
con la insistencia del general De Gaulle en cuanto a lograr

or medio de la

re~nciliacin de

1 309

los intereses soberanos de los Esta-

~os europeos, sin subordinarlos a un "gran diseo" integracionista


deado en Washington.211 Despus de .un perodo inicia l de reconocido

~escuido, Kissinger rpidamente, en 1973, abraz un principio central

de lo que lleg a conocerse como "trilateralismo": que Japn era un


centro importante de poder mundial por derecho propio, y que en el
futurO habra que prestarle una atencin comparable a la que se acordaba a Europa OccidentaJ.21 Ta.n to Nixon como Kissinger, ya en 1969,
haban llegado por separado a la conclusin de que China comunista
deba ser sacada del aislamiento impuesto parcialmente por la poltica
norteamericana, y parcialmente por s misma: "No es concebible ningn orden internacional estable ni duradero", conclua el primer informe presidencial de poltica exterior, "sin la contribucin de esta
nacin de ms de 700 millones de personas".22 Y, en cuan to a la Unin
Sovitica, la estrategia de Kissingcr no consista en tratar de negar
legtimos intereses de seguridad, s ino en persuadir al liderazgo del
Kremlin a d efinir esos intereses dentro del encuadre de un orden
mundial multipolar y ms establc.23
A pesar de los crticos, este concepto pentagonal no dependa de
que cada elemento de la estructura tuviera la misma clase de poder.
"Es errneo hablar solamente de un equilibrio de poder", observ Kissinger en 1973, "pues hay varios que deben relacionarse entre s".
En la esfera militar, hay dos superpotencias. En trminos econmicos, hay al menos cinco agrupaciones de importancia. Polticamente, han emergido muchos ms centros de influencia ...
Cuando nos referimos a cinco o seis o siete centros importantes
de poder, dejamos en claro no que hay otros excluidos, sino que
hace unos pocos aos todo el mundo estaba de acuerdo en
que slo haba dos.24
Si se acentuaba su fuerza econmica, Japn y Europa Occidental
!>adan desempear en el mundo un rol que no guardaba proporcin
con su poder militar. La importancia de China, por el momento, radicaba primordialmente en el campo ideolgico -en el desafo que
Planteaba al control sovitico del movimiento comunista internacio~l. Slo Estados Unidos y la URSS tenan las calificaciones necesa~ para ser su perpotencias en todos los sentidos de la palabra, pero
naturaleza cada vez ms fragmentada del poder los enfrentaba, en
muchas reas, con suficiente competencia por parte del resto del
~Undo como para crear las condiciones necesarias para la multipolatidad.
Por lo tanto, era posible tener un equilibrio multipolar, incluso a
las grandes desproporciones presentes en las diversas variedes de poder del que disponan las naciones que lo constituyeran.

~ de

3 1Q

1 .TOHN 1.ZWIS CADJllS

El inters norteamericano era preservar ese equilibrio, aplicando la


selectividad de la influencia cuando fuera necesaria, pero advirtiendo
que el equilibrio mismo era ahora ms estable que e n la poca de la
Guerra Fra bipolar. Al mismo tiempo, era necesario intentar desplazarse ms all del equilibrio de poder, hacia un nuevo orden mundial
en el que la estabilidad no fuera resultado del choque de los intereses
conflictivos, s ino de la evolucin de "hbitos de mutua restriccin
coexistencia y, e n ltima instancia, cooperacin". Esto, insista Kissin:
ger, significaba la "dtente".25
La "profundizacin filosfica" de Kissinger, entonces, constitua
un cambio de importancia de la percepcin oficial de los inte reses
norteamericanos en el mundo, pero no era una innovacin sin precedentes: el concepto general, no las ocasionales referencias a un
mundo pentagonal, era notablemente similar a lo que Kennan haba
expuesto entre 1947 y 1949. Al igual que Kissinger, Kennan haba basado su definicin de los intereses en una e valuacin multidimensional del poder: la fuerza militar no haba sido en absoluto el nico
elemento decisivo dentro de los asuntos mundiales. Al igual que
Kissinger, Kennan haba favorecido a la estabilidad p or encima de la
reforma: cambiar el mundo para hacerlo semejante a Estado~ Unidos, haba argumentado, ser a costoso y estril. Al igual que Kissinger, Kennan haba s ido plenamente consciente de los lmites del
poder norteamericano, y de la necesidad de alinearlo tanto como
fuera posible con las tendencias existentes en vez de combatirlas. Al
igual que Kissinger, Kennan haba identificado los intereses norteamericanos con el mantenimiento de un equilibrio de poder dentro
de un mundo multipolar. Y, al igual que Ki~singer, Kennan haba desarrollado una concepcin de los intereses capaz de ser independiente, a diferencia de las estrategias intervencionistas, de las amenazas Y
los compromisos. Con mucha razn Kennan poda decir, un ao despus de la designacin de Kissingcr como secretario d e Estado, que
"Henry comprende mejor que cualquier otro funcionario de Estado
mis enfoques y opiniones". 26

II
As como los intereses llegaron a ser percibios de manera ms flexible durante la administracin Nixon, las amenazas llegaron a ser percibidas de manera ms estrecha. El esquema predominante desde la
guerra de Corea haba sido el de confiar primordialmente en la id~
logia como medio de predecir la conducta del adversario. Las consideraciones basadas en la historia, la economa, la etnia o la geografa
podan ocasionahnente causar disputas entre los Estados comunistaS
pero finalmente las prioridades ideolgicas comunes eran dominantes.

NIXON, KISSINCDl Y LA

l7trENn: 1 311

Las victorias comunistas, coordinadas o no, amenazaban o parecan


amenazar el equilibrio de poder mundial, y por lo tanto deban ser
resistidas. No se haban hecho esfuerzos destinados a hacer "retroceder" al comunismo de las posiciones que haba ganado al final de la
Segunda Guerra Mundial: sin duda, Estados Unidos incluso haba
estado dispuesto a trabajar con los comunistas -la Yugoslavia de
Tito, por ejemplo, o, si Johnson se hubiera salido con la suya, otros
Esta?os de Europa Oriental- para oponerse a las aspiraciones hegemnicas de otros. Pero no se podan tolernr otros cambios del status
quo que resultaran benefic;losos para los comunistas; los cambios que
se haban producido desde 1945 -en Cuba, China o Vietnam del Norte- no podan ser sancionados pblicamente. Las amenazas contra
el cquilibrio de poder en -general, y para la seguridad de Estados Unido~ en particular, seguan siendo dcfiniJa~. tan tardamente como en
1969, en trminos de la existencia de una id(.ologa que era, por definicin, hostil.
Nixon y Kissinger se propusieron deliberadamente eliminar Ja
ideologa c0mo principal criteno de identificacin de las amenaZas.
"No tenemos enemigos permanentes", anunci Kissinger en diciembre ~e l %9; "juzgarem0c: a otros pnses inc 1uyendo a lo<= pases comunistas ... sobre la base de sus acciones y no sobre la base de su
ideologa domstica". T.ns diferencias ideolgicas estaban profundamente arraigadas y no desapareceran de un da para otro. Pero en
una epoca de peligro nu<:lear compartido incluc;o los Estados ms antagnicos ideolgicamente podan hallar intereses en comn. "Hemos
roto el viejo esouema", dijo Nixon a Chou En lai en Pekn en febrero
de 1972:
Observamo:; a cada pa1s en terminas de su propia conduc .a en
vez de agruparlos a todos y dcci1 que porque tienen esta clase de
filosofa todos ellos se encuentran en la ms absoluta oscuridad.
Dira hoPestamente ... que mis opiniones, porque estuve r.!n la
adminisracin Eisenhowe:- eran similares a las de Dull..!s en
e~a pocn. Pero cle.<:dt> entonces ., rnunclo ha c:;imbiado
Tal
como ha dicho el primer ministro l Cho11) en una reunin con el
Dr. Kissinger, el timonel debe nayegar a favor de la<; olus para
no ahogarse en la corriente.
"Lo que nos une", record el presidente a un aprobador Mao
Tsc-tung, "es el reconodmicnto de una nueva <;tuacin mundial y el
r~conocimiento de nuestra parte de que lo que es import2nte n0 es la
filosofa poltica interna de una nacwn. Lo importante -~ su poltica
hacia el resto del mundo y hacia noc;otros".n
Mucho haba cambiado desde el da, slo unos cuatro aos y medio a ntes. en que Dean Rusk haba invocado como principal justifica-

312 1

.JOHN U:WlS CADDIS


NIXON. KlSSINGER Y LA DETENTE

c.~ de la escalada norteamericana en Vietnam la amenaza de ..


billon de chinos. . . armados con armas nucleares" estimulad
un

os Por
1a "doctnna
mi1Itante de la revolucin mundial".28 Lo' que posib1
1 1
d e 1 en
' f asis
1deolg1co
de Nixon

d e b i1t
i a~i n
fue, por supuesto 1t la
tonces irrefutable evidencia del antagonismo s ino-sovitico: ,,'1 e~
dad del comunismo internacional se ha quebrado", sealaba d. uni.

f
men t e su pnmer
m
orme anual de poltica exterior.29 Otro recta.
f t
c?adyuvantc fue la flexibilidad ideolgica de Nixon, productoac or
nosamente, de una inflexibilidad anterior tan coherente durante ' _cu,
.

en su an t1comumsmo,
que 1os cnt1cos
no podan acusarlo de "bl anos
d
ra" ni tampoco d e " ingenuidad". "Los de la derecha pueden ~n uaquello de lo que los de la izquierda tan slo pueden hablar", exp~~~
a
en 1972. "Me gustan los derechistas": reconoci alegrement
anciano revolucionario.JO
e e

M'.

Sin embargo, fue la redefinicin de los intereses de Nixon-Kissinger lo que posibilit primordialmente este cambio de la percepcin de
la amenaza . Desde 1950, las administraciones norteamericanas hab'a
~enido el. hbito de definir los intereses, no segn algn estn~a~
mdepend1e~temente ~alculado de lo que era necesario hacer para que
E stados Unidos estuviera seguro en el m undo, sino en trminos de las
amenazas que aparentemente sufra. "Contener al comunismo" se
hab~ convertido en un inters en s mismo y por s mismo, s in refe..
renc1a a la manera precisa en la que el comunismo, como fuerza unificada, po~a de hecho ser un desafo y un riesgo para la seguridad
nor~eamencana. Se haba permitido que las amenazas determinaran a
los mtereses, en vez de la inversa. Nixon y Kssinger, con su concepto
?e un or~en mun~ial multipolar, llegaron a una concepcin de Jos
mteres~s .mdcpend1entementc de las amenazas, y por 0 tanto pudieron def!nir las amenazas en funcin de los intereses. Como esos interese~ requeran, equilibrio pe~o no consistencia ideolgica, como Jos
medi?.s i:zue tema Estados Urudos _de lograr el equilibrio por s sl?
eran ,1mit:'1dos: de ello se dcsprend1a que era fact ible que Estados U01dos trabaJara Junto con Estados de sistemas sociales diferentes, incluso antiptico::., siempre y cuando compartieran el inters norteameric.ano de contr~rrcs<ar las amenazas contra la estabilidad global. "Los
hderes de China trascendieron la ideologa al tratar con nosotros",
recoidaba Kissinger. "Sus propios riesgos haban establecido Ja absoluta primaca de la geopoltica ".JI
Pero si el comunismo ya no era una amenaza, qu era? En este
p unto la administracin retorn a la percepcin de Ja amenaza que
haba dado forma al enfoque original de la contencin por parte de
Kennan: la combinacin de hostilidad y capacidad que exista en Ja
poltica exterior de la Unin Sovitica. La URSS, crea Kissinger, procuraba constantemente, por una combinacin de razones histricas
e ideolgicas, expandir su poder en el mundo. La seguridad de Rusia

1 313

e haba significado la inseguridad de los vecinos de Rusia.

s1e:P~o que haba hecho el leninismo haba sido dar ".al instinto exT~n~ionista una formulacin que se aplicaba universalmente en tod~

~ Jobo. Salvaba las conciencias rusas, planteaba el problema a tod?s


g tros pueblos" Pero ese expans ionismo no se desarrollaba segun
Jos o

.
d ..... _
e
Jan prefijado: el Kremhn explotaba todas las oportum al.nO~ qu
un ~ presentaban. pero tambin -poda retirarse en casos de resistense
cas e~. Ja
cia. "Impedir de antemano todas l a~ opor~;imda d e~ sov_1et.1
de
la
responsabilidad
de
Occidente
,
conclu1a
K1ss1.nger.
a
esenc
. .
. , . ..Es
12
estra
decisin
la
de
definir
los
lmites
de
los
objetivos
sov1et1cos
nu
..
Lo que diferenciaba la situacin de la de la po~a de Kenn,a~, sm
bargo eran los vastos avances en poder industnal, tecnolog1co Y
~itar q'ue los rusos haban logrado en proporcin con los de Esta?os
Unidos y sus aliados durante la dcada de 1960. Durante las do~ decadas que siguieron a la finalizacin de la Segunda Guer ra Mundial, era
indiscutible, incluso para los lden~s soviticos, que e~taban operando
desde una posicin de debilidad con respecto a Occidente (a~nque con
frecuencia solan ocultar este hecho a sus contraparte~ occtdent~I;s).
Pero, para el momento en que la administ racin Nixon a~ced10 al
gobierno, Ja Unin Sovi~ica se. a_c~r~aba al logro de la ~an~ad con
Estados Unidos en capacidad m1s1hst1ca de largo alcance, Y acsa1TOllaba por primera vez los medios necesarios para proyec_tar .el poder
convencional mucho ms all de sus fronteras. Las asp1ra~10nes soviticas, tuvo que reconocer Kissinger, estaban ahora "arra1g~das e~
un poder real, no en u na manifestacin retri~a de una do_c,tr~~7 Hmversalista, que en realidad tiene muy poca validez o atracc1on ..
Por cierto el sistema sovitico todava tena sus puntos dbiles.
Careca de m~canismo::. que aseguraran una ordenada sucesi_n_ de
lderes. Estaba desarrollando una inactiva burocracia cuyas pnond?des no siempre coincidan con las del partido comunista. Su econom1a
domstica era muy ineficiente, especialmente en las. reas clave de
agricultura y tecnologia informtica. Su poltica exterior era frccue~
temente torpe e inepta. Sus funcionarios opera~~n con una ca~e?~ 1
de autoconfianza que era notable en compar::ic1on con los sut~les Y
sofisticados chinos ..14 No obstante, la Cnin Sovitil;a sola c~~b1_naba
la habilidad y el motivo necesarios para cuestionar ese equ 1 ~1bno de
pod('r sobre el cual Nixon y Kissinger haban basado los. mtereses
vitales de Estados Unidos. Como consecuenda, las relaciones con
Mosc se convirtieron, igual que lo haban sido para Kennan, en la
preocupacin central de su d iplomacia.
.
Uno de los problemas de la estrategia de Kennan, sin embargo,

A mediados de 1965, los rusos te:nian 22 ICBM Y 107 SLBM, _Y Estado.>.~


Unidos 934 y 464 respectvamentc. A fines de 1970, se ~s:>eraba que lost.ruso! ~
vieran 1.290 ICBM y 300 SLBM, y Estados Unidos 1.054 Y 656 respec 1vam n
(Informe anual de poHtica exterior. febrero 11\, 1970, NPP, p. 1973)

3J4

1 JOHN LEWIS GADDIS

siempre haba sido la manera de distinguir los cambios


1
aparentes e~ el equilibrio de poder. Como las percepcion:::~~ de !os
~n la reahdad. pa~a dar forma a los acontecimientos mu ~ttan
incluso las apanencias de cambios del orden mundial
. ndiales,
d
f
existente po..
an, por s us e ectos, aproximarse a los cambios reales K
nunca haba resuelto verdaderamente este problema q ennan
1
llevado a respaldar la defensa de Grecia Turqua y c' ue o haba
au
.
d
,
orea del S
ur,
. nque mnguno e esos pases poda haber sido ni remotamen
siderado entre sus cinco centros vitales de poder industrial ~~con.
~I problema haba s ido menos notable en las administracio~m1 tar.lS
~ivas, que h~ban tendido a considerar que los intereses era~s t~~ce.
1~_alm_ente vitales .Y por l~ ~nto, todas las amenazas igualmente s~~
rnficativas. Pero Nixon y K1ssmger haban regresado a una con
.g
6
diferenc ia
da d e los intereses:

esto planteaba una vez ms la ccepci


f n
de establecer tambin diferencias entre las amenazas La adm~e~ t n
cin des b .
l
.
.
m1s tracu ~1 que en a prctica era difcil lograrlo, al men
d
ma~era consistente ton la debilitacin del nfasis en la ideolo cs e
babia defendido en principio.
g que
Con to~a lgica, una ad.ministracin primordialmente preocupada
!'r los pe_hgros del expansionism o sovitico, decidida a disminuir Ja
1mp?rtancia de la ideologa con respecto a los asuntos mundiales,
deb1a haber adoptado una actitud relativamente tolerante con respecto al marxismo independiente, no solamente en China sino en
todos l?s lugar~s ?onde se _diera. En ciertas reas. eso fue lo que
hiz?: Nix?~ Y K1ssmger continuaron el antiguo vnculo con la Yugos
lav1a d~ fito y, p~r medio de visitas presidenciales a ese pas, a
!lumama Y a Polonia, procuraron revivir de manera ms callada Ja
tdea de Jo_h~son ~e "c~nstruir puentes" con Europa Oriental..16 Pero
en la admu11strac1n Nixon exista una intensa intolerancia con respecto al marxismo en otras partes: en Vietnam donde durante aos
Nixon continu el costoso esfuerzo norteameri~ano tendiente a negarle la victoria a Hanoi; en Chile, donde Estados Unidos procur
"desestabilizar" encubiertamente al gobierno libremente electo de
Sal~ador Allende; en Europa Occidental, donde Kissinger observ con
obvia alarma el crecimiento del "eurocomunismo"; y en Angola,
d~nde la ho~tilidad de la administracin no dej al movimiento m~
x1sta por la independencia otra cpcin ms que alinearse con Mos~u.
No hay evidencias retrospectivas de que ninguno de estos movimien
tos hubiera sido inst igado por Mosc, ni de que Jos lderes soviti~os
h~bieran intentado controlarlos, en caso de que hubieran tenido xito.
~m embargo, la administracin Nixon y Ja administracin Ford tra?a
Jaron con gran celo para oponerse a ellos, como si hubieran podido
ser decisiVQs para provocar una alteracin del equilibrio de poder.
Por qu esa voluntad de tolerar las diferencias ideolgicas al
tratar con un pas tan conspicuamentc comunista como China. pero

NIXON, KISSING!ll Y 1A

Di'rENTE 1

315

no con el marxismo local de otras partes? Se ha insinuado que en


esos casos operaba una forma de "demor~ conceptual", que Nixon y
J<issinger respondieron a estas s ituaciones con los anticuados reflejos
de la Guerra Fra, s in advertir en qu m~dida sus propias polticas
haban tomado obsoleta esa visin del mundo. El relato que el propio
J(issinger hizo del asunto chileno parece confirmar esta idea: "Incluso
los partidos comunistas aparentemente ms 'independientes' de Europa Occidental y de Latinoam rica s iguen 1$ gua sovitica en poltica
exterior sin excepciones significativas", escribi. "El problema tampoco es simplemente de partidos comunistas. La poltica radical del
mundo de hoy abarca una red de organizaciones afines y de grupos
que cubren el globo, llevando a cabo ultrajes terroristas y financin
dolos, transfiriendo armas, infiltrndose en los m edios, procura ndo
destruir los procesos polticos". Pero la p~opia estrategia de Kissin
ger haba supuesto, y con frecuencia proclamado, la ruptura del monolito comunista; tampoco era fcil, l mismo admita, establecer
conexiones entre los partidos comunistas y las ms numerosas -y
ms activas- organizaciones radicales que cada vez se manifestaban ms e n todo el mundo.Ja
La explicacin ms probable es que cada una de estas situaciones
-Vietnam, Chile, el e urocomunismo, Angola-, de habrseles permitido proseguir, hubieran llegado a producir cambios en el status quo
que aparentemente habran podido alterar el equilibrio de poder.*
La disposicin de la administracin de tratar con regmenes comunistas de China y de Europa Oriental coi;istitua un reconocimiento
del status quo e~istente, pero no la creacin de otro nuevo; las consecuencias, por lo tanto, eran ms predecibles. Al igual que Kennedy,
Johnson y sus asesores, Nixon y Kissinger teman los acontecimientos
capaces de incomodar o de humillar a Estados Unidos, incluso aunque
no provinieran de un plan central ni coordinado. Tal como explicara
Nbcon en el momento de la invasin a Cambodia en abril de 1970:
"Si cuando las papas queman la nacin ms poderosa del mundo,
los Estados Unidos de Amrica, acta como un gigante impotente, las
fuerzas del totalitarismo y la anarqua amenazarn a todas las naciones libres y a todas las instituciones libres del mundo". Las grandes
naciones deben preservar su dignidad, aun cuando disminuyeran sus
prdidas. "Simplemente, no podamos irnos de Vietnam con la misma
facilidad que si estuviramos cambiando el canal de televisin". escribi ms tarde Kissinger. "Me pareca importante que Norteamrica
no fuera humillada ni destrozada, que debamos salir de Vietnam
de una manera tal que incluso los que protestaban pudieran conside"a Al discutir la carrera de armas estratgicas en 1974, Klssin.i;er sefial que
unque una ventaja decisiva es dificil de calcular, la apariencia de inferioridad
;'ijt1 cual fuere su verdadera significacin- puede tener serias consecuencias
cas" <Declaracin, Comisin de Relaciones Exteriores del Senado, setiembre
19 197
4. Kissinger. American Foreign Policy, p. 160).

316 1

JOHN LEWJS CADDIS

rarla como una eleccin norteamericana hecha con dignidad y


respeto".J9
auto.
Nixon y Kissinger no tuvieron un xito. total, entonces
inten to ~e _elimi~~r la ideologa de su clculo de la amen~~n su
d1ferenc1as 1deolog1cas con los poderes comunistas existentes n las
'

.
.
o inter.
f en:
1_abn. end 1os da meam1entos q~e. dictaban las consideraciones del
1
equ1 i no e po er, pero la adm1mstracin no estaba preparada
tolerar ms victorias comunistas, incluso en el caso de que rpa~
f1eran f ormas 1oca 1es e mdepend1entes.
.
.
Los peligros de la humill ev1s.
d d
1
d
.
.
.
ac16n
e adr a os a versanos ,:ina apanen_cia de debilidad eran demasiad~
gran es como para autorizar una actitud de aquiescencia incluso
triunfos aparentes.
ante

III
Lo que _surgi d e ~sta percepc10~ de intereses y am enazas fue una
estrat~?1a que ..llego ~ s~r conocida, de manera demasiado general,

com_o . dtente . El termino, por supuesto, no se origin con Nixon


o K1ssinger: Kcnnedy lo haba u tilizado para describir el proceso de
relajacin de las tensiones con los rusos en 1963. ~ La palabra tampoco tena el mismo significado en todas partes; era un trmino
fran cs, sealaban los crticos, y no tena un equivalente preciso en
ingls ni en ruso.* Sin embargo, Nixon y Kissinger fueron muy
claros en cuanto al significado que le atribuan: lo consideraban como
otro ms de los muchos intentos de "contener" el poder y la influen
cia de la Unin Sovitica,41 pero era un intento basado en una nueva
con:ibinacin de presiones e inducciones que, si tena xito, conven
cena a los rusos de que era su propio inters que se los "contu
viera". El objetivo, como haba ocurrido en el caso de Kennan dos
dcadas atrs, era nada menos que cambiar el concepto sovitico de
las relaciones internacionales, integrarlo como elemento estable den
tro del orden mundial existente y constiuir sobre el equilibrio resul
tante una "cstruct ur~ de paz" que terminara para siempre con la
persistente anomala conocida como la " Guerra Fra".
El primer requerimiento para implementar la estrategia de la
dtentc era comprometer a los rusos en serias negociaciones acer~
de temas sustanciales. Las negociaciones siempre haban sido el objetivo ltimo de la contencin: desde 1950 la idea haba sido que una
vez que Occidente lograra una "situacin de fuera" con respect? .
los rusos, stos estaran dispuestos a conversar, y acabara la crisis
. " Dtente", en francs significa "calma, distensin, comodldad" pero ta,i,nbl:
g'.1t1llo d~ un n:1 El equivalente ruso ms aproximado es "razriadlUl q "
s1gni!lca "d1sminuc1n" o "reduccin" o "relajacin", peto tambin "d~

e!

NIXON, KISSINGY.R Y LA D'n:NTE 1

317

d da por la Guerra Fra. Kissinger crea que este razonamiento


pro uc1 del todo exacto Primero insista en que no era esperable
no era
.

.
d
.
nguna nacin se adaptara voluntariamente a un ?r .en mterque.
ru 1 qu e la deJ ara en permanente situacin de infenondad.
Los.
nac1ona
.
o
tenan
derecho
a
reclamar
una
absoluta
segundad
para
s1
n
rusos
.
, pero t am mos al precio de la absoluta inseguridad
de 1os d emas,
rnis0 Occidente tena derecho a eso: "La estabilidad depende de la
Pt\faccin relativa y por lo tanto de la insatisfaccin relativa de va
~fo~ Estados".z * Segundo, de hecho Occidente ja~s habfa sido ms
oderoso con respecto a los rusos que en la pnmera epoca de la
~uerra Fra: la postergacin de las negociaciones hasta alcanza:
alguna mtica posicin de "fuerza" slo haba logrado dar a Moscu
la opor tunidad de acumular fuerz~ v_crdadera, tal como. ah~ra lo
haba hecho. Finalmente, las negoc1ac1ones no eran. en s1 m1s~1as,
un signo de debilidad. S se las manejaba adecuadament~, en direccin hacia la identificacin de los intereses comunes y hacia el fra!1co
reconocimiento de los antagonismos inconciliables, pod~n convertirse
en medios primordiales para const ruir un orden mundial estable'. no
simplemente un lujo que podra disfrutarse una vez que se hubiera
logrado la estabilidad.**
Estas negociaciones deban conducirse, i ~sista Kiss~nger, sin nin
gn tipo de ilusin. "Trataremos con los paises comums!as sobre la
base de un preciso entendimiento de lo que estn haciendo en el
mundo y de lo que razonablemente podemos esperar de ellos y de
nosotros mismos". Las diferencias ideolgicas no deban oscurecerse
ni borrarse con el obje to de llegar a acuerdos superficiales, per~ las
negociaciones tampoco deban convertirse en un foro para las disp~
tas de la Guerra Fra. El curso de las negociaciones tampoco deb1a
ser condicionado por las presiones de "xito" que con tanta frec1;1enca, en el pasado, haban dado nacimiento y muerte a las exp ectativas
occidentales con respecto a las "cumbres". Era vital una cuidadosa Y
deliberada preparacin: "No seremos dependientes psicolgicamente
de progresos rpidos o extravagantes". Por encima de todo, las negociaciones, y los acuerdos que stas produjeran, tendran que propor "Si un poder pudiera lograr todos sus deseos", haba

e~cri~o

Kissinger en

1957, "lucharia por la absoluta seguridad, por un orden mundial h bre de la con
ciencia del peligro forneo y en el que todos los problemas fueran tan ma~ejables

como si se tratara de asuntos domsticos". Pero. como la segundad absoluta para


un poder significa inseguridad absoluta p,ara los otros, jams es obtenible como
Parte de un acuerdo "legitimo", y slo pued e conseguirse por medio de la con
quista.
"Por esta razn, un acuerdo internaciona l que sea aceptado y no impuesto
~!empre parecer de alguna manera injusto a las partes que lo acuerdan. Parad
Ji~ente, la condlcin general de esta insatisfaccin es. un requisito d e la esta
bllidad, porque si algn poder estuviera totalmente satisfecho, t<?dos _los dems
~tarian totalmente insatisfechos, y se producirla entonces una s1tuac1n revolu
cionana. La base de un orden estable es la seguridad relativa -y por lo tanto la
relativa inseguridad- de sus miembros". <A World Restored, pp. 144145).

318 1

JOHN LEWIS CADDIS

cionar slidos beneficios mutuos si es que se deseaba que sus efectos


fueran duraderos: "Debemos ser suficientemente maduros como para
reconocer que para ser estable una relacin debe proporcionar ventajas a ambas partes, y que las relaciones internacionales ms constructivas son aqullas en las que ambas partes perciben un elemento
de ventaja ... El equilibrio no puede lograre en cada tema cotidiana.
mente, sino solamente en todas las relaciones durante cierto perodo
considerable de tiempo". 44
Pero qu perspectivas haba de que los rusos estuvieran dispuestos a negociar sobre esta base? La Unin Sovitica, argumentaba Kissinger, haba llegado a un punto crucial de cambio en sus propios
asuntos: existan "tendencias ambiguas" que podan llevar a Mosc a
una mayor cooperacin o a una mayor confrontacin con Occidente.
Estas tendencias incluan: 1) rivalidades dentro del movimiento comunista internacional que intensificaban las presiones para competir
por el "manto de la militancia" en Asia, pero que al mismo tiempo
distendan las inhibiciones con respecto al trato con Estados Unidos
y obligaban a la Unin Sovitica a revaluar sus propias preocupaciones de seguridad; 2) el logro de la paridad estratgica sovitica, que
sin duda significaba para los lderes del Kremlin la tentacin de seguir adelante en pos de la superioridad, pero que al mismo tiempo
los liberaba del temor a la inferioridad y posibilitaba as, por primera
vez, serias negociaciones acerca del control de armas; 3) la expansi?n
del poder econmico y militar sovitico en el Tercer Mundo, qu~ significaba un crecimiento de la influencia de Mosc pero al mismo
tiempo un nuevo inters por controlar las crisis que all se produjeran; y 4) el surgimiento, dentro de la Unin Sovitica, de una economa industria). madura, que poda servir de base para una mayor
acumulacin de armas, pero que al mismo tiempo posibilitaba la
existencia de una sociedad orientada hacia el consumo, integrada. Y
en cierto grado dependiente del Occidente industrializado. Los objetivos norteamericanos en estas circunstancias eran simples, argumentaba Kissinger: tratar de reforzar esas "tendencias" dirigidas a la
45
ttdaptacin, y desalentar las que no se inclinaban a la adaptacin.
En este punto el enfoque de Kissinger se asemejaba, al igua~ q~e
'
muchos otros elementos
de su estrategia, a lo que Kennan h b1a lll
r
tentado hacer a fines de la dcada de 1940. Kennan, como se .re~on:
dar, haba comparado el poder sovi~tico co~ un rb?l en. crecmu:ro
to: era posible canalizar su.s ei:iergias en .ciertas .direcc~ones, e~tr
slo por medio de una combmac16n de pres10nes e mducc1ones
. . es abrup-a
nas aplicadas constante pero selectivamente. Las restricc1on
tas 0 extremas no daran resultado. La idea haba sido convence~an
.
.
los rusos de que sus mejores
intereses
se cumpl'ian si mostra clacicrta restriccin: "Si. . . pueden crearse situaciones en las q~~s de
ramente no es ventajoso para su poder acentuar \os elemen
1

NIXON, KISSINCEJ! Y U

DTENTE

1 319

conflicto que existen en sus relaciones con el mundo exterior, entonces sus acciones, e incluso el tenor de su propaganda, pueden ser
rnodificadas".46 La tcnica de Kissinger de identificar las "tendencias
ambiguas" dentro del sistema sovitico, para intentar luego fortalecer
aqullas que eran positivas y desalentar las que no lo eran, estaban
dentro de la misma tradicin: era, como el de Kennan, un ejercicio
de modificacin de la conducta, basado en la aplicacin de castigos y
recompensas apropiados destinados simultneamente a inducir y forzar a un Estado hasta ahora "revolucionario" a aceptar la "legitimidad" del orden internacional existente.*
Ni para Kissinger ni para Kennan el xito de esta empresa requera el cambio de la naturaleza interna del rgimen sovitico. Las incrustaciones histricas e ideolgicas eran demasiado profundas: "no
podemos demandar", argumentaba Kissinger, "que la Unin Sovitica
revierta sbitamente cinco dcadas de historia sovitica y siglos de
historia rusa". Los esfuerzos deban orientarse, ms bien, hacia la
posibilidad de cambiar el enfoque que Mosc tena del mundo externo, hacia la posibilidad de convencer a los lderes soviticos de que
por su propio inters deban privilegiar la cooperacin por encima de
Ja confrontacin en sus tratativas con Occidente. Sin embargo, al
mismo tiempo la URSS no era inmune a las presiones internas para
el cambio: "Ya se han producido cambios en la sociedad sovitica, y
se producirn ms". Era ms probable que esas tendencias se desarrollaran, sealaba Kissinger, en una atmsfera de dtente: "Una renovacin de la Guerra Fra difcilmente estimule a la Unin Sovitica ... a adoptar una actitud ms benvola con respecto a sus disensos".47 El cambio interno, entonces, no deba convertirse en condicin
necesaria para las negociaciones, pero era en s mismo una condicin
que muy bien poda producirse a partir de esas mismas negociaciones.
Un segundo elemento relacionado de la estrategia de la dtente
era el concepto de "vinculacin". Los intentos de modificar la conducta sovitica no seran exitosos, crea Kissinger, si se permita que
las negociaciones se llevaran a cabo en compartimientos aislados,
de modo que el progreso de una de ellas no se viera afectado por
las dificultades y obstculos que pudieran presentar las otras. "Estoy
. La "legitimidad" tal como se la emplea aqul no debe confundirse con justi
cta. Slo signUica un acuerdo nternaclonal sobre la naturaleza de los arreglos
P<>s!bles y sobre los mtodos y propsitos permisibles en poltica exterior. ImPlica la aceptacin del encuadre internacional por parte de todos los .poderes de
lznportancia al menos en la medida en que ningn Estado est tan msatlsfecllo
que, al igua que Alemania tras el Tratado de Versailles, exprese su ~tisfaccin
Por medio de una polltica exterior revolucionaria . . . "El rasgo dist1.11t1vo de un
Poder revolucionario no es que se sienta amenazado ~ sentimient? es lnheren
te a las relaciones internacionales basadas en Estados soberanos- sino que nada
Pllede confirmarlo. Slo la seguridad absoluta -la neutralizacin del oponente-~ considera garanta suficiente, y asl el deseo de seguridad. absoluta de un poder
S!gnj!ica Ja absoluta inseguridad de todos los otros". CKissmger, A World Restored, pp. 12).

320 1

JOHN LEWIS CADDIS

convencido de que los grandes temas se hallan fundamentalmente


inter relacionados", escribi en una carta preparada para la firma de
Nixon en febrero de 1969:
Reconozco que la adm inistracin anterior era de la opinin de que,
cuando percib imos un inters mu tuo en algn tema con la URSS,
debemos procurar lograr un acuerdo e intentar aislarlo tanto
como sea posible de las oscilaciones de los conflictos que se
produzcan en otras partes. Esto puede ser sabio en numerosas
cuestiones bilaterales y prcticas tales como el intercambio cultural y cientfico. Pero, en los asuntos cruciales actuales, creo
que debemos procurar avanzar en un frente suficientemente amplio como para ver las relaciones existentes entre los temas
polticos y militares. Creo que los lderes soviticos deberan
comprender que no pueden esperar disfrutar de los beneficios
de la cooperacin en un rea mier.tras procuran sacar ventajas de las tensiones o las confrontaciones en otras reas.
Los mismos rusos vean "tendencias ambig11as" en la poltica
norteamericana, record Kissinger a Nucon: no estaban .seguros de
que prevalecieran las fuerL.as "razonables" o las "desenfrenadas" den
tro de la nueva administracin, e intentaban utilizar las perspectivas
de negociacin para estimular a las primeras y desalentar a las segundas. Lo que Estados Unidos deba hacer era "utilizar este inters
sovitico, que creo surge de la ansiedad, p:ira inducirlos a ocuparse
de las fuentes reales de tensin, especialmente en Medio Oriente, pero
tambin en Vietnam". El tema bsico, tal como ms tarde lo expresara
Kissinger, era "si nosotros los usaremos a ellos o ellos a nosotros" .48
La treta era apoderarse d<' la iniciativa, y esto es lo que procuraron hacer rpidamente Nixon y Kissinger. Empezaron con una
estimacin de las prioridades rusas: un acuerdo de armas estratgicas
que congelara los sistemas a rmamentistas occidentales pero no los
soviticos en los niveles existentes; una distensin de las barreras
comerciales, que permitira Ja entrada de importaciones muy necesarias de alimentos y tecnologa occidentales, junto con crditos para
pagarlas; la estabilidad, e incluso la respetabilidad que implicara el
reconocimiento de Occirlente de todos Jos lmites de Europa Oriental
a partir de la Segunda Guerra Mundial; y oportunidades de hacer pro
grcsar los intereses soviticos en el Tercer Mundo sin arriesgarse a
una guerra. Eh contra de estas prioridades, sopesaron las prioridades
norteamericanas: un acuerdo negociado de la guen-a de Vietnam que
no diera como resultado la humillacin para Estados Unidos; el reco
nacimiento rusct de los derechos occidentales permanentes en Berln;
un acuerdo de armas estratgicas que limitara la constante acumula
cin sovitica; y algunos medios de manejar las crisis del Tercer

NIXON, KISSINCER Y LA DTI:NTE

321

Mundo de modo de lograr que no se desbordaran y que tampoco se


acomodaran a los designios de Mosc. Entonces dejaron en claro que
las negociaciones estaban entrelazadas: el avance hacia la ~atisfac
cin de las prioridades del Soviet no poda producirse sin un progreso
equivalente destinado a satisfacer las prioridades planteadas por Estados Unidos.40
Lus rusos nu aceptaron con facilidad este procedimiento. Su en
foque preferido ern la compartimentacin: los temas deban ser tra
tados como unidades discretas, en los que la cooperacin en un campo
se manifestaba independientemente de la competencia que pudiera
existir en otros.so Para lograr que aceptaran d concepto de "vinculacin", Nixon y Kissinger tuvieron que fingir un relat.ivo desinters
por lograr acuerdos: intentaron constantemente convencer a los lderes dd Kremlin de, .:uc ellos necesitaban las negociaciones mucho
ms que Estados Um<los. De este modo, Nixon demor durante varios
mesl!S el comienzo de las conversaciones acerca ele armas estratgicas
que la administracin de Juhnson ya haba arreglado en priucipio.
Tambin a diferencia de la administracin Johnson, no hubo ningn
t1presuramiento pur lograr una cumbre; en cambio, la administracin
msisti con preparativos detallados y deliberados. con garantas anticipadas de xito. Ni siquiera se privaron de tomar de "rehn" a la
cumbre para asegurar la satisfaccin .:le otras prioridades. En diciembre de i971, por ejemplo, Kissinger amenazo abiertamente con cancelarla si los rusos no lograban que su aliado India, no invadiera
Pakistn. Y en mayo de 1972, dos semanas antes d(' encontrarse con
Brezhnev por prim<'ra vrz. Nixon, en respuesta a una ofensiva ncrvietnamita, orden minar el puerto ele Haiphong, i\ pesar de la errnea
expcctatirn de cas i todos :;us asesores, Kissingt:r ~ ncluido. quienes
c1dan que l'SC movimif'nto terminara con la 1~umbre. 51
Li "vinculacin" podfa operar de diferentes maneras. "Poda ser
utilizada como herTam1enta para el m:::1nejo de una cnsis como en la
~uerra indo-nakistan o durante el tur~ult>nt, 11ts Je c:diembre dt
!Q70 cuando la .. cim;nic;trat i ..)n fru~tr ~a11to u1 mc11tn sovitico de
.:..:Psr ruir ma hase t.i'nann::\ :;-n C'ul"-, 1.:01111, in:i in,asi'"ln "iri::i de
Jordania, advirt icnJn a Mosr que ma ::wi0n rsi l'-Oda poner fin ,
ia rletcnte.

Poda ut1lizar<:c p<tt"') crear piel.as de negoc1~cin n bs convers<'cionc:s directas ,on lo<; 1 usos no habria ning1'1.1 .1cmrdo sobre trma!>
Lstralgic..is ni ie1:unocimic11tu de: lo~ ; imites rlt Eurn1>a Oriental, aclar Kissinger, sin un a~nerdo permanente Hcn;a d.:, tema de Berln
Poda utiliz.1rsc p.1ra ;ududr a negociar a los terceros: una de las
principales funciones de la "vinculacin" fue lu dt.' asegurar la cooperacin swietiC':i p;1~'\ '"'rminar con Ja guerra k Vietnam, retenic:rdo
d ')ALT y las '"'arreras comerci?ies mientras !v1oscu 110 pre!>ionara a
Hanoi para que moder>ua sus re4uerimientos para ll'l rese de~ fu.::go.

322 1 .JOHN

UWIS CA.Dl)IS

Incluso poda utilizarse, ms sutilmente, para lograr que la URSS


dependiera econmicamente de Occidente. "Con el tiempo", sugera
Kissinger, "el comercio y las inversiones pueden aligerar las tendencias autrquicas del sistema sovitico, producir la asociacin gradual
de
economa so~itica a la economa mundial, y estimular ese grado
de mterdependenc1a que aade un elemento de estabilidad a Ja ecuacin poltica".52
Todo esto se anudaba con la estrategia de "modificacin de conducta" de Kissinger: la "vinculacin" proporcionaba los medios para
que se llevara a cabo tanto el reforzamiento positivo como el negativo.
Pero la "vinculacin" era, para Kissinger, ms que un simple instrumento de negociacin. Reflejaba tambin la realidad de que, por difuso
y multidimensional que se hubiera tornado el poder en el ms distendido encuadre internacional de Ja dcada de 1970, sus elementos
seguan afectndose entre s; los intereses y las amenazas, por susceptibles que fueran de ser diferenciados y especificados, no existan ~in
embargo en vacos aislados.

Las exhibiciones de impotencia norteamericana en una pC1rtc del


mundo. . . inevitablemente erosionarn nuestra credibilidad en
otras partes . . . Nuestra postura en las negociaciones sobre el
control de armas no pueden separarse del equilibrio militar resultante, ni tampoco de nuestras responsabilidades como mayor
poder militar de un sistema global de alianzas. Por el mismo
motivo, la limitacin de armas no podra casi seguramente sobrevivir en un perodo de crecientes tensiones internacionales. Vemos
la vinculacin, en suma, como sinnimo de un enfoque estratgico
y geopoltico generalizado.
Dentro de la burocracia, haba poco reconocimiento de este proceso, ya que, al estar en s misma compartimentada, la burocracia tenda a ver el mundo en trminos de compartimentos. La "vinculacin"
sirvi, entonces, como medio de imponer un orden conceptual a la
poltica norteamericana, y tambin como recurso destinado a desplazar la poltica sovitica en direcciones deseables. Era, recordaba Kissinger, "otro de los intentos de la nueva administracin destinados a
liberar a nuestra poltica exterior de las oscilaciones entre el exceso
de extensin y el aislacionismo, y a establecer en ella una firme concepcin del inters nacional".53
Exista adems otra forma de "vinculacin", suficientemente im
portante como para merecer consideracin como tercer elemento
distintivo dentro de la estrategia Nixon-Kissinger: el esfuerzo destinado a establecer Vnculos entre Estados Unidos y el principal rival de
la Unin Sovitica dentro del mundo comunista, como medio de presionar ms aun a Mosc. La idea, en principio, no era nueva: Kennar.

NlXON, KISSINGER Y LA D'I'El'l'n 1

323

hab~ defendido la posibilidad de explotar las fisuras del bloque comumsta ya en 1948, y, desde entonces, eso era lo que se haba hecho
en las relaciones con Yugoslavia. Pero la principal rivalidad dentro
del mundo comunista, la que exista e ntre la Unin Sovitica v la
Repblica Popular de China, haba florecido abiertamente durante
ms de una dcada sin que se produjera ningn intento norteamericano significativo de sacar ventaja de ella. El problema haba sido que
las relaciones con Pekn eran, s i se quiere, peores que las relaciones
con Mosc: el resentimiento por el rol desempeado por China en la
Guerra de Corea an se haca sentir, al igual que la simpata de Pekn
y su ayuda a Vietnam del Norte. Ciertas consideraciones de la poltica
do~stica_ torn.aban imprudente cualquier idea de retirar el apoyo a
Chma nac1onahsta; lo que es ms, a mediados de Ja dcada de 1960,
China pareca decidida a aislarse del resto del mundo como consecuencia del quijotesco intento de Mao Tse-tung de buscar una revolucin institucionalizada. En consecuencia, poco o nada se haba hecho
por explotar el cisma sino-sovitico e n la poca en que la administracin Nixon asumi el gobierno.
A fines de la dcada de 1960, tanto Nixon como Kissinger haban
llegado a la conclusin de que no sera adecuado dejar a China permanentemente aislada. "Pensndolo a largo plazo", haba escrito Nixon
en 1967, "simplemente no podemos permitimos dejar a China eternamente afuera de la familia de naciones, para que se quede all alimentando sus fantasas, cultivando sus odios y amenazando a sus vecinos . Pero, antes de que el mundo pudiera cambiar su actitud hacia
China, ese pas tendr'-:i que cambiar su actitud hacia el mundo: China
podra ser reintegrada a la comunidad internacional solamente "come
una nacin grande y progresista, no como el epicentro de una revoluc.:1on m undial". Kissinger, escribiendo un ao antes, haba argumentado que ~se cambio poda ser posible: a pesar de la ostentosa militanc.1i.l ideolgica de China, sus lideres an no eran uependientes de sus
propias ourocrac1as, y por lo tanto podan tent:r una mayor ilexibilidad para cambiar s us polticas que sus contrapartes de la Unin Sovietica.54
Sn un discurso escrito para Nclson Rockefeller durante la campaa ele 1968, Kissinger haba p ropuesto aprender "a tratar imaginat1vamente con varios centros competitivos del poder comunista ... En
un sulil tringulo de relaciones entre Washington, Pekn y Mosc,
mejoramos las posibilidades de adaptacin con cada uno <le ellos v
s1multneamente incrementamos nuestras opciones con ambos". Si
embargo, al hacerse cargo del gobierno, la administracin Nixon an
~o tema ningn plan especfico de reconciliacin con Pekn, ni ningn
mdicio de que, si se ofrec1a alguna in iciativa de esa clase, sera recproca.ss *

l'<ixon autoriz a Ki11siniter el 1 de ff'brero de 1969, a 'rylantar' .a dea, e n

324 1

JOHN LEWIS CADDIS

Lo que concentr la atencin en el problema fue el desencadenamiento de la lucha entre fuerzas rusas y chinas junto al ro Ussuri
en marzo de 1969, lucha seguida de dscretas inquisiciones soviticas
referidas a cul sera la respuesta norteamericana si el Kremlin autorizaba un ataque preventivo contra las instalaciones nucleares chinas.56 Slo cinco aos antes. en la vspera de la primera prueba nuclear
china, Ja administracin Johnson haba considerado la posibilidad
de una accin militar conjunta sovitico-norteamericana contra ese
pas.57 Pero ahora la administracin Nixon adopt una postura radicalmente diferente. Actuando en consonancia con la teora de Kissinger que afirmaba que en una relacin triangular lo mejor era alinearse con el antagonista ms dbil y no con el ms fuerte, Nixon anunci
a un incrdulo gabinete, el 14 de agosto, que Estados Unidos no permitira que China fuera derrotada en una guerra sino-sovitica. "Lo
peor que puede ocurrir para nosotros es que la Unin Sovitica engulla a China roja", explic varios das ms tarde. "No podemos permitir que eso ocurra ... No estamos haciendo esto porque amemos a los
chinos. Simplemente debemos asegurarnos de que Estados Unidos
juegue ambas cartas".~
Era sta una posicin notable para adoptar antes de que los contactos diplomticos de alguna importancia se hubieran producido entre Estados Unidos y China y. por lo tanto, antes de que Washington
supiera cul sera la reaccin de Pekn. Reflejaba la suposicin, coherente con la revisin de intereses y amenazas realizada por la administracin Nixon.'dc que la seguridad norteamericana requera el mantenimiento de un equilibrio mundial de poder. de que China era crucial
para ese equilibrio y de que por lo tanto Estados Unidos tena gran
inters en la supervivenc;ia de China, independientemente de la clase
de rgimen que hubiera en el poder all. La idea era tanto hacer
pensar a Mosc que estaba en marcha un acercamiento sino-norteamericano como lograr ese acercamiento: tal como Kissinger le escribiera
a Nixon tras sostener una conversacin con el preocupado embajador
sovitico Anatoly Dobrynin, "no hay ninguna ventaja en confirmar
demasiado a los ~oviticos " .S9
Sin embargo, en realidad los chinos -adeptos por s mismos a Ja
poltica triangular- respondieron. y dos aos y medio ms tarde,
Nixon se cncontro recitando los poemas d.: Mao Tse-tung en el Great
Hall of Pcopk de Pekn. Kissinger insisti repctidamenk en que ~a
nueva relacin sino-norteamericana no estaha dirigida contra Moscu:
eso. reconoci ms tarde, era "la convencional pacifo:acin de Ja diploCuentes europeas orientales, de que Estados Undos est.aba "explorando" ~~
aproximacin cQn China. "La maniobra" recuerda Kissingcr, "se intent_ P
inquietar a los soviticos y con seguridad -dadas las preocupaciones de Nix0 n:
con el obJeto de proporcionarles un incentivo pam que nos ayudaran a terrn
nar con la guerra de Vietnam". (Wlutc House Years, p. 169).

N IXON, K ISSINCER Y U. DTENTE

1 325

macia por medio de la que el blanco de una maniobra recibe un reaseguro forma l tan dirigido a inquietarlo como a calmarlo, y que en realidad sera un fracaso si fuera creda". Al mismo tiempo, no obstante,
acentu con igual fervor la necesidad de eludir la posibilidad de dar
a los chinos poder de veto sobre las relaciones de Estados Unidos
con Ja Unin Sovitica: "no desebamos descartar la posibilidad de
un genuino relajamiento de tensiones con la Unin Sovitica si es que
poda lograrse". La idea era avanzar sobre una cuerda muy fina: no
tentar a ninguno de ambos bandos a tomar re presalias o a chantajear,
no dar la impresin de que Estados Unidos estuviera "usando" a cada
uno de ellos en contra del otro. "La hostilidad entre China y la Unin
Sovitica serva mejor a nuest ros propsitos si mantenamos con cada
una de ellas una relacin ms estrecha que Ja que mantenan entre
s. El resto poda ser dejado en manos de la dinmica de los acontecimientos".ro
Es dificultoso pensar en cualquier otra cosa que Ja adminis tracin
Nixon pudiera haber hecho para producir un cambio .ms dramtico
en las relaciones de poder mundiales, que representara para Estados
Unidos un beneficio mayor o un costo menor. Por primera vez desde
la Guerra de Corea, eran los rusos y no los norteamericanos quienes
se enfrentaban con rivales ms decididos a contenerlos que a contenerse mutuamente. Como consecuencia, Nixon y Kissinger haban
podido, incluso antes de consumar formalmente la nueva relacin
sino-norteamericana, abandonar el f).ntiguo estndar de las "dos guerras y media" uhlizao desde la administracin Kennedy para calcular los requerimientos de la fuerza convencional.* "Creo que un ataque simultneo del Pacto de Varsovia en Europa y un ataque convencional chino en Asia es improbable", haba escrito Kissinger a Nxon
ya en octubre de 1969. "En cualquier caso. no creo que es~ ataque
simultneo pudiera ser enfrentado con fuerzas de infantera" Por lo
tanto recomend, y Nixon lo acept, depositar la confianza de all en
ms en el estndar de "una guerra y media": fuerzas convencionales
capaces de enfrentar agres;ones de importancia en fa.tropa o en As'a.
pero no en los dos sitios al mismo tiempo t.1 La poltic<:1 triangul:3 1
haba posibilitado el avance hacia la antigua meta de Dullf"s --mxima disuasin con costos mnimos-. pero no por medio de la amLOaza
de escalada, sin embargo, !>ino por el simplc enfoque hecho posibl
por el triunfo de la geopoluca sobre la ideologa, de reducir cl nmero de adversarios que deban ser d isuadidos.
Esta reduccin de adversarios, a su vez. posibilito un cuarto
elemento clave de la estrategia Nixon-Kissingcr: una disminucin de
0

Aparentemente, el anuncio pblico del estndar dE "una guerra y media:


desempe un rol de importancia en la tarea de convencer a Pekn de ~ut la aallUnistracin Nixon deseaba seriamente mejorar sus relacon~ con China <Ver
'Ki.ssinger, Wh1te House lears, pp. 221-22).

326 !

JOHN LEWIS CADlllS

NIXON, KISSINCER Y LA Dtl'E:Nn 1

los compromisos norteamericanos en el mundo, formalmente expresada en lo que lleg a ser conocido como la Doctrina Nixon. Entregada primero a u~a inf.~rmal conferencia ,de prensa de Guam en julio
de 1969, la Doctrina N1xon, tal como mas tarde fuera refinada por
la Casa Blanca, constaba de tres proposiciones:
Primero, Estados Unidos mantendr todos sus compromisos de
tratados.
Segundo, suministraremos proteccin s i un poder nuclear amenaza la libf'rtad de una nacin aliada con nosotros o una nacin cuva supervivtncia consideramos vital para nuestra seguridad.
Tercero, en casos que involucren otros tipos de agresin, suministramos asistencia militar y econmica cuando se Ja requiera
en concordancia con nuestros compromisos por tratado. Pero
confiaremos en Ja nacin directamente amenazada para que asuma la primordial responsabilidad de suministrar el poder humano necesario para su propia defensa.
Ms tarde Kissinger generaliz la doctrina en la afirmacin de
"que Estados Unidos participar en la defensa y c!l desarrollo de aliados y amigos, pero no puede -y no quiere- concebir todos los planes, idear todos l9s programas, ejecutar todas las decisiones y asumir
toda la defensa de las naciones libres del mundo". Estados Unidos
<lana prioridad absoluta a s us propios intereses: "Nuestros intereses
deben moldear nuestros compromisos y no a la mversa".62
Como se haca cargo de los compromisos existentes, la Doctrina
Nixo:l hizo pocas modificaciones inmediatas con respecto a Asia. Pero
como indicador de cambios en una estrategia global a largo plazo,
era signifkativa Constituy el primer reconocimiento oficial de lo
aue Johnson haba reconocido tcitamente en 1968 cuando rechaz el
='edido de Westmoreland de que se enviaran otros 260.000 soldados a
''ietnam: que Estados Unidos no poda permitirse la proliferaci~n
' ndefinida de los comprom1sos forneos, y luego pretender cumphr
.: on e.los de una manera y con tit:'mpos decididos por el adversario.IJ
,os recursos ~conmicos y humanos- no eran inagotables: al ~al
1Jue Eiscnhower y Dulles despus de la guerra de Corea, Nixon y J(is~mger. tras Vietnam, proclamaban su propio "New Look" bajo la for'Tla de la determinacin de recuperar la iniciativa por medio del desp1azarniento de la arena de la competencia a un terreno ms favorable
.Jara Estados Unidos.

:..a prensa inicialmente rotul la declaracin de Ni.xon como la "dOC~


:>uam", pjra ihcomodidad de su autor, quien, tal como escnOiera KisSffigeral hJ
:.arae, pensaba que las frases deban conmemorar "a la persona ms que
;;ar'. CKissmger, White House Years, p. 224).

327

La ms obvia manifestacin de la doctrina Nixon fue, por supuesto, el retiro gradual de las tropas norteamericanas de Vietnam
del Sur. Con una constancia que sorprendi {pero no gratific) a sus
crticos, la administracin, desde mediados de 1969 hasta los acuerdos
de paz de Pars de enero de 1973, retir las tropas norteamericanas de
Vietnam a un promedio ms o menos semejante al de su introduccin
entre 1965 y 1968. Este retiro se desarroll, en general, independientemente de las demostraciones antiblicas domsticas, de las ofensivas
norvietnamitas, de los avances de Ja "vietnamizacin" o de las perspectivas de paz. Sin ~mbargo , ejercieron sobre l gran influencia los
clculos de cunto ms tolerara el Congreso la presencia militar
norteamericana en ese pas sin actuar por su cuenta para terminar
con ella.64
Paradjicamente, este proceso de retiro gradual en realidad ampli la flexibilidad de Nixon con respecto a Vietnam, al menos en el
sentido tctico. Las proclamas que dejaban traslucir la intencin de
desembarazarse de la guerra podan ganar tiempo ante las crecientes
presiones destinadas precisamente a lograr esa retirada. Tambin podan obligar a Saign a asumir mayores responsabilidades con respecto a su defensa, gesto bastante improb<tblc mientras fueran los
norteamericanos quienes estuvieran a cargo de todo. Ms importante
an, el retiro de tropas posibilit a la administracin continuar la
guerra en trminos ms favorables que antes. Johnson y sus asesores
a menudo haban considerado la posibilidad de invadir Cambodia,
atacar a Ho Chi Min en Laos, minar el puerto de Haiphong y bombardear Hanoi, pero s iempre se haban refrenado por temor a provocar
una intervencin china.65 Ahora, con China al borde de una nueva v
ms amistosa relacin con Estados Unidos, Chou En-lai hizo sabe.r
discretamente que esas escaladas tcticas en defensa de una retirarla
estratgica podan llevarse impunemente a cabo.66 As. Nixon pudo
hacer ms en Vietnam con 50.000 soldados que lo que Johnson logr
con 500.000: fue un revelador comentario sobre Ja no siempre obvia
relacin que existe entre los niveles de fuerza y Ja libertad de accin.
Pero cmo poda Estados Unidos reducir sus compromisos er.
el mundo sin dar al mismo tiempo Ja impresin de debilidad v sin
arriesgarse a s ufrir la humillacin que Nixon y Kissinger, al igual que
sus predecesores inmediatos, tanto teman? Su respuesta -y ste fue
el quirito elemento de importancia en su estrategia- puede haltarsee_n esta tcnica de cubrir las retiradas estratgicas con escaladas tcticas: la idea era demostrar que Estados Unidos poda actuar si as
elega hacerlo, y crear por lo tanto ciertas dudas en la mente de lo~
adversarios con respecto a si lo hara o no. La incertidumbre en s
lllisma se convirti en una disuasin, tanto como lo haba sido um.
dcada y media antes dentro de la estrategia de la "represalia" de
Dul!es: la administracin se dispuso deliberadamente a mostra1se

NLXON, KISSJNCER Y LA DtrENTI!

328

1 329

1 JOHN LZWIS CADDlS

capaz de embarcars_e e n. acciones impredecibles, impopulares e incluso aparentemente irracionales para que su pode r siguiera siendo
creble.
No era necesario recordarle a Nixon las virtudes de la impredecibilidad. Haba sealado aprobatoriamente, ya en 1953, los consejos a
este efecto que diera el presidente de Corea del Sur, Syngman Rhee
( quie n se las arreglaba para ser impredecibl al tratar con todo el mun.
do ) : "Cuanto ms viaj y a prend en los aos subsiguientes, tanto
ms a preci cun sabio haba sido ese anciano". Sie mpre haba admirado, y despus de 1963 ha ba procurado em ular, la interpretacin de
Charles De Gaulle acerca de que el lder, para conse rvar su poder,
debe proyectar un aura de misterio, incluso de mito, sobre aqullos
que lo rodean. " Lo nico que tema e ra que se lo c reyera dbil", recordaba Kissinger, y, "cuando suprima sus instintos que tendan a una
respuesta sanguina ria, s ie mpre buscaba otro sitio donde demostrar
fue rza". Nixon se jactaba de manera extravagante de haber tenido
la fuerza de actuar e n Vietna m de mane ras en las que Johnson no se
hubiera atre vido: "Lo que me distingue de Johnson", escribi a Kissinger, "t s que yo tengo una voluntad de hier r o '' . Y, en marzo de 1973,
registr gozosamente en su diario el comentar io de un prisionero de
guer ra recientemente liberado acerca del bombardeo de Hanoi de
tres meses antes: "los norvictnamitas realmente pensa ban que el
presidente estaba loco ... E ra a bsoluta mente esencial para ellos creer
cso".67
Tambin Kissinger c rea que era ventajoso proyectar incertidum
brc. pero desde u n punto de vis ta ms. terico. Su famoso libro de
1957. Nuclear Wea po11s antl Foreign Po licy , habfa defe ndido elocuentemcnLe una estrategia basada en amenazas ambiguas ; una dcada
ms tarde, haba sealado que, con p rops itos de disuasin, "un
.'>luff tomado e n serio es ms til que una amenaza seria tomada como
un bluf{". A principios de 1969 haba s ugerido a Nixon que la incertidumbre con respecto a las intenciones nor teamericanas poda hacer
que ~os rusos se mostraran ms dispuestos a negociar; algunos ~os
ms tardt. observ qu, ..il tratar con Moscu, "el silencio e ra el mejor
numo intermedio entre Ja confirmacin, que sera estril, y la intran
~igcncia, que puede llegar a resultar provocativa". Ret rospectivamente
defendi la decision Je enviar una fuerza a la bah;a de Bengala durante la guerra indo-pakistaa de t 971 an te la acusadn q ue se le h_acfa
de 1c~1n irracional: "no nos comprometi a ninguna actuacin final,
pero cre p recisamente el margen de incertidumbre necesario para
forzar una decisin (la de no invadir Pakistn) de parte de Nuev~
Dclht v de Mosc". Y, 11na vez ms, con referencia a Vietnam de
Nvrte: 'Los en fre ntam icntos terminan cuando el oponente decide que
.oc; nesgas no compensan por el objetivo y por eso los riesgos deben
sc1 .>1errprc altos e incalculables".68

Fue por supuesto en Vietnam donde la administracin uti_li~~ con


mayor frecuencia la impredecibilidad para for~lecer la cred1b1hdad.
Tanto Nixon como Kissinger estaban conve ncidos. de que J~hnson
haba comprometido excesivamente a Estados . l!mdos en V1etna~.
pero una vez all, crean, no era adecuado perm1t~r que Estados Unidos pareciera expulsado. "Pensamos: '. . que es . import~nte pa~a la
alud de la sociedad y para la estab1hdad del sistema mternac1onal
~ue nos retiremos con cierta dignida_d", dij~ Kissi?ger a un grupo de
universita1ios en 1972. Su preocupacin, senal mas tarde en sus memorias, era "terminar la guerra de manera de dar cierto sc:ntido a los
sacrificios realizados, como un ejercicio de nuestra propia voluntad
69
y no como el agotamiento q~e. prod~ce una di~cordia interminable".
Con este objeto, la admm1strac1n se nego a aceptar la demanda
de Vietnam del Norte tendiente a lograr la deposicin del presidente
Nguyen Van Thieu en Saign antes de concluir un acuer~o ~nal: P:ro
Jos medios disponibles de aplicar presin sobre Hano1 d1smmu1an
constantemente con el retiro de tropas, que slo se adelantaba un paso
a la cada vez ms firme determinacin del Congreso de acabar con la
guerra por sus propios medios. En consecuencia, Nixon y Kissinge~
recurrieron a minar Haiphong y, ms tarde, al bombardeo de Ha~o1
como medio de crear suficiente incertidumbre con respecto a las JOtenciones norteamericanas como para que los lderes norvietnamitas
se avinieran a aceptar la posicin de Washington.
Tal como haba sido el caso de las administraciones de Johnson
y Kennedy, sin embargo, el pblico de esta demostracin, se crea,
exceda a Vietnam del Norte. Si Estados Unidos permita que se lo
humillara en el sudeste de Asia, crean Nixon y Kissinger, entonces
no slo la credibilidad de sus compromisos en otras partes sufrira
un gran dao, sino tambin su propia autoconfianza. El prestigio
era una virtud tangible pero voltil: "tenamos que recordar", repiti
Kissinger ms t:irde, "que muchos pases y millones de personas confiaban su seguridad a nuestra voluntad de respaldar a los aliados, y
sin duda a la confianza en nosotros mismos . . . Mi designacin en ese
cargo involucraba Ja responsabilidad de ayudar a termin~r la guerra
de una manera compatible con el autorrespeto norteamerica no y la fe
que todos los hombres y mujeres de buena voluntad haban puesto
en la decisin y la fuerza norteamericanas".70
La impre:dccibilidad, entonces, fue el instrumento por medio del
cual la "dignidad" y el "honor" podan ser salvados de la debacle Y el
exceso de compromiso que signific la guerra de Vietnam.
Obviame nte, una estrategia compleja, sutil y estrechamente interrelacionada como la de Nixon y Kissinger :-equeria, para su implementacin, una coordinacin y un control muy precisos. La "sintona
fina" no tena menos importancia que la que haba tenido para las
administraciones Kennedy y Johnson, pei:-o, a diferencia de sus prede-

330 1 JOHN

IZWIS CA.DDIS

NXXON, KISSINGER Y LA

cesores, Nixon y Kissinger dudaban profundamente de la


. ..
de Io?rarla po~ medio de mecanismos establecidos de o~sib1hdad
cambio, resolvieron -y ste era el ltimo elemento d. ~ _erno. En
enfoque de la dtente- aislar la burocracia casi com;~et tlvo de su
proceso de decisin poltica centralizando las d . .
amente del

ec1s1ones en sus p
rop1as manos en un grado sin precedentes.
l.a_ desconfianza con respecto a las burocracias no era al
para mnguno de ambos hombres. Nixon lleg a la prcsidenci~c~uevo
d:~ las sospechas del observador crnico: estaba convencido d n toe epartamento de Estado no era digno de confianza d
e que
estaba plagada de "liberales ivy league", de que el mfs!~e la b~IA
no estaba colmad~. de demcratas del establishment de la Cost~ E~t'
que, tal como lo d!J a su nuevo gabinete, "se dedicarn a sabotea
e
desde adentro o s1 no se quedarn tranquilamente sentados men=
se l_es paga para esperar que las nuevas elecciones les devuelvan a s
antiguos patrones". La actitud de Kissinger era menos visceral
us
no ~enos. escptica. Durante aos haba incluido en sus escrito~ ~~:~
t~s mvectn.:as contra las burocracias: "La motivacin de una burocra~1~ es la busqueda de su seguridad", haba escrito en 1957 "mide el
xito por los errores que se evitaron y no por los objetivos acanzados
se en?drgullece de la objetividad, lo que implica una negativa de l~
neces1 ad de una gran concepcin". Y, en 1966:
La bu~o.cracia absorbe las energas de los ejecutivos que deben
reconc1har lo esperado con lo que ocurre; el anlisis del lugar
~n el q~e uno se halla supera la consideracin de dnde debiera
ir. Servir a la maquinaria se convierte en una ocupacin ms
absor~ente que la de definir sus propsitos ... La atencin tiende
a desviarse ~el acto de _eleccin -que es la ms importante prueba de capacidad de gobierno- hacia la acumulacin de hechos ...
La certeza se compra pagando el precio de la creatividad.
"No me pareca accidental", seal Kissinger en sus memorias
"que la mayora de los grandes estadistas hubieran estado enzarzado;
en u~a lucha permanente con sus expertos de las oficinas de asuntos
~xt~nor~s, pues el alcance de la concepin de un estadista desafa la
mchnac1n de los expertos hacia los riesgos mnimos" .11
~ e.~periencia ~e Nixon-Kissinger no fue una excepcin. La "vinc~lac1n era esencial dentro de la nueva estrategia de la administra
c1n, pero lograrla requera la capacidad de evaluar los temas separa
dos estableciendo entre ellos relaciones, cierto sentido de la oportuni
d_ad Y de la pri~r!dad, la disciplina necesaria para hacer cumplir con
f~eza las ~ec1s1ones. La burocracia no posea ninguna de esas cualidades en aoundancia. Organizada metdicamente en unidades regionales y funcionales, tena una irresistible tendencia a compartimentar,

DtivrrE 1

331

a considerar los problemas como unidades aisladas sin nexos con el


contexto dentro del que aparecan ni con la poltica e~ ~ener~l. As,
el Departamento de Estado procur impulsar a la adm1mstrac1n hacia conversaciones con los rusos acerca de control de armas, comercio y la situacin de Medio Oriente antes de qu~ Nixon y Kis~inger
hubieran tenido oportunidad de aplicar las presiones que consideraban necesarias para asegurar el xito de esas negociaciones. Los especialistas soviticos del departamento inicialmente se opusieron a la
"apertura" con China por temor de que eso empeorara las relaciones
con Mosc, cuando en realidad la idea se haba utilizado para dar a
los rusos una razn de moverse en direccin opuesta; ms tarde, el
departamento intent demorar la implementa~in de la "cai:a_china"
a causa de la dificultad que exista para explicarles el mov1m1ento a
los aliados, los neutrales, los rusos y la prensa. El Pentgono presionaba inexorablemente para lograr el retiro de tropas de Vietnam, en
un esfuerzo destinado a reducir los costos a causa de las negativas
del Congreso, pero con poco sentido de que la declinacin del poder
norteamericano en el campo de batalla afectara el curso de las negociaciones de Ja paz. Y siempre exista el liesgo d e las filtraciones:
cuantos ms individuos y agencias estaban al tanto de una decisin ,
tanto ms riesgo exista de encontrarla a la maana siguiente en la
primera pgina del New York Times o del Wash ington Post.12
Estas tendencias estaban reforzadas por la particular personalidad y, en consecuencia, el particular estilo operativo de Richard M.
Nixon. Exista en el presidente una curiosa dependencia del aislamiento persC\nal de todos salvo un diminuto crculo de asesores, en parte
para darse tiempo para la reflexin y el autocontrol, en parte para
evitar confrontaciones desagradables con sus suhordinados (a los que
Nixon pareca temer ms que cualquier otro presidente desde Franklin D. Roosevelt), en parte como proteccin de sus propios estallidos
que, si se los tomaba literalmente, podran h aber producido algunos
resultados incmodos.* No fue el staff de Nixon quien lo aisl, recordaba ms tarde Kissinger: "Nixon insista en aislarse". El efecto fue
que se embarc "en una interminable guerra de guerrillas destinada a
eludir a sus subordinados, a los que nunca consider como propios".73
E1 instrumento elegido para satisfacer la determinacin de Nixon
Y Kissinger de segrc15ar la decisin poltica de la burocracia fue el
famoso (o infame) sistema del "canal trasero". conjuntos de negociaciones paralelas de un mismo tema, uno de ellos conducido de manera
ms o menos pblica por subordinados y sus contrapartes forneas,
t'l segundo conducido de m:mcra independiente y sobre una base de
top-secret entre el mismo Kissinger, o sus ayudantes inmediatos. Y los
1

Como su propuesta de 1971 de cnvta.r a Thomas E. Dewey en una misin


secreta a Pekin despus de que ese estadista haba muerto varios meses antes
CK.issinger, Whlte House Years, p. 'll!i).

J32 1 JOHN

NIXOS, KISSlNCER Y LA !JTENt t

LEWIS CADOIS

funconarios casi mximos de la otra parte Las i1ego . .


v1e t n...... m, .as
'
.
d. e 1a
conversaciones
50bre el. SALT la ciac1oncs
d. 1
r~lac1on a Berln, el Oriente Medio y, por supuesto Ch'? omac1a en
nollaron de esta manera mientras todos -que'Jlos
,
ma, se desad

. .

"
que se embarcab
en 1scus1ones publicas solan ignorar las negociaciones p d
an
s'~ rea riza b an a ~us espaldas. Ocasionalmente, el sistema poda
nva asr qu e
c1r ef~ctos cxtranos: el presidente y el ministro sovitco de Rcla~i odu~xtc;iores, Andrci Gromyko. conspirando para retener inform o~cs
Y evitar que se enterara el prmcr secretario de Estado d ~~n
(ahora poco recordado), William P. Rooers el uso de co
e ixon
1 . 1
C>
,
rreos pers
n~ es, me uso docu~~ntos manuscritos. para evitar los riesgos im
P citos en Ja transm1s16n de informacin por medio d 1
.
1 . 1
.
e os canales
convenc10na cs. e descubnm1ento, en cierto momento de un ..
. ..
en el personal de Kissinger,_ reclutado nada menos que' por un c:s:;
0
t?n au~usto _como el de. .tos JC'fcs de Estado Conjunto. Kissnger ad!it~~ qu~ no era ese un sistema que pudiera tolerar Ja institucio r _
c1on. Pero, da<l~s lo5 riesgos implcitos, las personalidades y lona iza_
blemas, la confianza en los "canales traseros" pareca apropia~ pro
es~ momento : el "i>nfoque aci?1 inistrativo de Nixon era extrao, y s~~
cos:os human<)~ poco atractivos, aunque la hstoria tambin debe
rcg1~trar el hcc.ho fundamental de que se produjeron xitos de importancia que ~ub1eran sido inalcanzables por medio <le los proc<'dimientos convenc1om:iles".74
Paz de
.,

De diversas maneras. toda la estrategia Nixon-Kissinger fue un


regreso al concepto de la respuesta asimetrica. Vietnam habfo demostrado tanto el costo como la futilidad de intentar contrarrestar una
a~r~sin sobre .i.;n terreno elegido por los adversarios; resulta signifiCtivo .que, al intentar terminar la guerra, la administracin Nixon
~a hubiera extendido de maneras que a Hanoi le resultaba ditcil
igualar. Pero el .:ompromiso Je Nixon y Kissingcr con Ja asimetria
fu~ m~cho mr, all de Vietnam. La Doctrina Nixon refleJnba b Jeterrnmacion de apl~ar l;, tuerza. las debilidades mientra~ ~l! dejaba en
manos ~e los aliados cu.ilqu1er fo;ma de actidad militar que no
fu<::ra afm con Estado:- Unidos. J .a "vinculacin" era Ja extensin de
la asime:r~ al cam~o diplomtico: se hasaba en la sup~sicin <le que
las restncc1ones c mduccioncs aplicadas sobre ciertas reas podan
a~ectar los acontecimientos que se produjeran en otra rea. El nfasis que. la. administ~a.ci.n pona en las neg-:>ciaciones como medio de
rec~;1 ~tttmr un equ1 hbno dC' poder amenazado por el poder militar
sov1ct1co era en s mismo una fonna de asimetra: no haba una acumuJacin militar norteamericana que fuera corclativa.
~ . _ .Exista, ent~nces, una. continuidad concepti-:al, aunque no. e~ las
-~et 1ca~ o las CN"cunstanc1as, entre las estrategias de la administra
;_1?11 N1xon, las de la administracin Trurnan antes de 1950, y las de
:.s<::nhower durante su perodo de gobierno. Todas ellas compartan

333

la percepcin de los medios ~~mo limita?os, y la necesidad, en c~mse. d e desplazar la locac1on .v el caracter de la respuesta nac10nal
cuenc1a,
alejndola de las provocaciones de la otra parte, para que esa parte
no tuviera as la iniciativa y no pudiera agotar los . recursos norteamericanos Slo cuando los medios se crean. expand1bles --como en
el caso de la administracin Trumao despues del NSC-6~. o ~n las
administraciones de Kenne<ly y Johnson- se tornaba factible ,ta .respuesta simtrica: en ambo<> caso<;, sin embargo. los co~tos .p:act1cos
que implicaba implemen1ar lo qu<.' pareca t.ma estrategia_ teoncamente defendible acababan pO" soca\'ar esa misma cstrateg_ia, re~ultado
que finalmente conduca, con el tiempo, otra vez a la as1metna.

IV
Simtricas o asimtricas, las cstratt.:gias. si es que desean tcm:r xito,
debc.:n ser capaces de lograr l'I respaldo del pblico y del C~ngreso.
Nixon y Kissinger se abocaron a esa tarea de m~ncra ~~xtranamentc
amhivalente. Por una parte, tstabkeicron los hncam11:ntos de _su
estratc.:gia con un candor y una claridau inigualados por c_ualqu1er
otra administracin de posguerra. Sin embargo, esta actitud era
paralela a una confi:rnzn sin pr<'<.t' cicnfl.<; cn. e.I. ~ecrcto - v a _ve~cs
con el en<Yao- en el nivel tctico. La supos1cron parece habc1 sido
que, aum~ue e.l. pblko v sus n.:presc11tanl~~ tcn:n. ~1...:ech~ a sabe~
en qu direcc1on general :narch:lba la nac1on, los ;mc1os . en cuant
a cules -ran las 111ecliclas mc; apropiadas p.ua ello debtan quedar
en rn~no'i de Jos que estaba:1 arriba. con minima in.terfcrcncia de> l~s
Era ~tc ;.m enfoque meJOr cakubdo ~a1 a
q ue se hallaban ms abajo.;

1
facilitar Ja :nnovacio11 que
para prvduc1r
d ent11~1a!>i:no
uc
aquc llos
que necesariamente ignorahnn como se haban produc1clo ~s~s logres.
Dur;)ntc sus prmcra" pol.ts en l:l .1clministrac~>n. K1ss1Pger ha
ba propuesto emitir en nombre dl'I prcsillcnte un tnforme. ~nu~I de
poltica exterior. comparable a las "ckclar;lcinnes de pos1c1~. . ?e~
Departamento de Oefen<;:t que 'mha neac.lo ~kNama~a . pn~~rpios
de Ja dcada de 1960. F.! informe servira, rC'cordnbn K1ss1ngcr, como
lineamiento conccp1unl de l:l poltica exterior desarrollada poi el
presidente, como informc acerca dL' .nuesti,-o sta~us Y como _:igenct~ c~e
accin. Guiara a nuestra hu rocrn1.:1a !r s11nultaneame~te 1~~~~rn:ana
a los gobiernos extranjeros acerca de nuestro pensamiento : Prcpa1:ssing1.:1 y su .st~11
.. , los uatro
~
. mforme-;
.
ra<los casi. en su to taJ'1ca d por K""
emitidos entre 1970 y 1973 -cada uno de ellos ele c~s1 dosc1e~tas
pginas de extensin- constituan un serio y franco esfuerzo de.stinado a explicar las su posicione~ geopolticas bsicas que. suby~cian al
enfoque que la administracin tena del mundo. El pnmc~ i~forme
estableci el tono al afirmar cndidamente que "nuestro obJet1\o. en

334

JOHN LEWIS CllDDIS

prime~~ instancia, es respaldar nucstr


.
una solida poltica exterior" D
. os t?tereses a largo plazo
a
d
espues segu1a un d.
..
con

menu o desarrollada a nivel filosfic


a 1scus1on detallada
so1 prendentemente explcita la
. o, que expresaba de mane .
tales de la estrategia de N"
mayona de los elementos funda ra
grar a la Unin Sovitica ~1~,.;e1 ~so de l~s negociaciones para :~n
la "~inculacin", la posibilidad ; ; ~ntte~ac1onal existente, la idea d~
Pekm, Ja Doctrina Nixon- a m
ds a ecer una nueva relacin con
l
1

enu o antes de qu h b.
ugar os acontecimientos que p b1
e u teran tenido
M
. .
os1 titaron su concrecin n
s tarde K1ssmgcr admiti
l
.
.
exterior probablemente no h b' q~e os informes anuales de poltica
S<'S conceptuales de la estra~e~~n d~g~:do ex_p~esar ~! pblico las ba.
e~an los medios de difusin
.. .
adm1.nistrac1on. El problema
:Vietnam, buscando noticias ~e~~e . slo ~ubnan la seccin acerca de
ignornndo el resto por no
.~c1onales. o errores de credibilidad e
nombramiento como secret~~ns~ e~arlo digno de difusin".7& Tras su
los informes dedicndos
no e . stado en 1973, Kissinger abandon
.

e en cambio a pro

1
~u~c1ar una serie de cornp e.1os pero no menos cndidos .
ear su estrategia -con
1 dd1scursos pubhcos destinados a expliresu ta os no mucho

prensa 5e rcfiere.n Sin


b
mejores en lo que a la
de haber realizado un eefm argo, ~ebe darse a Kissinger el crdito
s uerzo mas soste d

.
pred ecesores para explicar abienam
m .y ma.s seno que sus
de lo que la administraci
. ente los ltneam1entos generales
n pretcndia hacer.
obstante, este candor no
.
.
.
ve! t~ctico. La :idministraci11 b scbexten.d1a de ninguna manera al ninonretnamitas en Cambad
om ~rdeo secretamente los santuarios
las afirmaciones pblicas ta ha pb~rtir de marzo de 1969, a pesar de
.: 1a neutralidad
.
con ,., ~
1.a
de ese que
. Ua 1a hecho
_ . . cspt:cto a que rcspctapecto al 1e:im::11 d" Allendpcais. ch.el ngnno s1m1la1 Se;> produjo con res~

'"
en
1 i.: "r
1.
.
esta en c11 <>tin'' escrb K.. .
-a cgitumdad del g<.>bierno no
.

1 10
ISSlnC7er en '] .
d .
po l1t1ca exterior "no
.
'"
t segun o informe anual de
seremos
nosotro
,
,
.
c1ones traJiciLinal"s" so U
.
s qwcne~ perturber11os las rela-.,
na vez mas du .

la administracin sig.ti i > sec. t '


rante guerra indo-pakistan,
re amente'
.
l'

11n momento <>n el que la


)inin , .un, po 1tica propakistan en
01
las atrocidades de ese goh
publica condenaba unnimemente

1erno en lo que J

ese caso, Nixvn v Ktssinge d b .


. .ucgn 5ena Bangladesh ; en
columnista Jack Ander-"O h~ .. e tl;~ on sufrir la indignidad de que el
d
" n 1c1era desaparl" . ...
. cci ~u 1sfr1z al publicar
a 1gunas versiones infiltradas d ~ _
negociaciones por medio del '.,ca~1 sus del1b~ra~1ones internas.u Las
secreto que manten1:-i ..,. d . . al_ trasero eran otro ejemplo del
.
'
' ... a m1mstrac1n l 1 , .
a ~1v~ tactrco en temas tales como Berln , Vietnam China ;
do saban ms acerca deyl
, os adversarios potenciah.:s a mcnu
o que estaba e
norteamericanos 0 el pbl
. curnendo que los aliados
K" .
.
1co nortcamencano
issmger y N1xon justificaban
.
.
secreto t:n la necesidad. sus c
.d esta 1preferenna por el recurso del
' onsi erab es logros, argumentaban, slo

1:'

NIXON, KISSINGER Y LA DTENTE 1

335

se haban llevado a cabo por haber sido escamoteados al brillo de la


publicidad. Una de las razones estaba implcita en la naturaleza misrna de la diplomacia: "Cualquier negociacin exitosa debe basarse en
el equilibrio de las mutuas concesiones", seal Kissinger. "La secuencia en Ja que se hacen las concesiones se torna crucial; puede fracasar
si cada movimiento debe ser defendido individualmente en vez de
ser defendido como parte de un mosaico antes de que se haga claro
el movimiento recproco". La velocidad tambin puede ser importante
en momentos c rticos: permitir que se desarrollara el proceso burocrtico para determinar el ritmo de las negociaciones podria ser la
ruina para stas. Otro problema era el de los aliados: hasta los mejor
intencionados podan echar a pique algunas discusiones delicadas si
demandaban ser consultados -y confirmados- antes de tiempo. "lncuestionablemente, el secreto tiene un alto precio, ya que implica un
intercambio de ideas menos libre y creativo dentro del gobierno",
admiti ms tarde Nixon. "Pero puedo decir inequvocamente que sin
secreto no hubiera existido ninguna apertura hacia China, ningn
acuerdo SALT con la Unin Sovitica ni tampoco ningn acuerdo de
paz que terminara con la guerra de Vietnam". Kissinger Jo expres
de manera ms directa: "El hecho de mantener nuestro control sobre
la presentacin del acontecimiento era sinnimo de mantener nuestro
control sobre nuestra poltica y sobre sus consecuencias".a2
Pero qu pasaba con los derechos constitucionales del Congreso
que lo autorizaban a monitorear la poltica exterior? La fe de Nixon
en los ilimitados poderes del presidente en lo referido a poltica exter~or se hizo clara durante Ja crisis de Watergate. Kissinger, retrospectivamen te, adopt una postura ms sutil. "Que el Congreso deba
desempear un rol de importancia en Ja conduccin de la poltica exterior era algo que no estaba en cuestin", escribi. Pero "nuestro sistema no poda funcionar. . . si el Congreso intentaba prescribir las
decisiones tcticas cotidianas".
El Congreso puede y debe controlar las consecuencias de Ja diplomacia. Pero no puede llevarlas a cabo . . . La funcin primordial
del Congreso es aprobar leyes de manera permanente: se ocupa
de lo predecible. La diplomacia demanda constantes adaptaciones
a las circunstancias cambiantes; debe dejar un margen para lo
inesperado; lo impredecible es lo que ocurre permanentemente
en los asuntos exteriores. Flexibilidad y ambigedad son las herramientas de la diplomacia. En la ley, son vicios; sus requerimientos
son, en cambio, la certeza y la claridad ... La legislacin con frecuencia surge del compromiso entre intereses conflictivos, las
coaliciones se forman y desaparecen ... La poltica exterior demanda un enfoque consistente del inters nacional. El legislador
practica el arte de reconciliar a los grupos conflictivos en un

336

1 JOHN lZWIS GADDIS

NIXON, KtSStNGJ.'11 Y LA lltn:NTE

solo tema; el creador de la poltica exterior trata con los mismos


actores una y otra vez, y rara vez termina con un tema o con una
rclacin.83 *
El hecho de encontrar un equilibrio adecuado entre la flexibilidad
administrativa y la responsabilidad del Congreso no fue tarea fcil
sin embargo; este problema aquejara ms que ningn otro, durant~
los ltimos cuatro aos de Kissinger como diplomtico cumbre, la implem~ntacin de la estrategia que l y Nixon haban creado.

V
Si se observan las definiciones de intereses, las percepciones de amenazas, las formulaciones de respuestas o sus justificaciones pblicas,
se vern notables semejanzas entre los enfoques de la contencin
defendidos por George Kennan a fines de la dcada de 1940, y por
Henry Kissinger a principios de la dcada de 1970. Ambos adheran a
una concepcin multidimensional del poder en el mundo. Ambos insistan en que los medios eran limitados, y en que deban establecerse
distinciones, por lo tanto, entre los intereses vitales y los perifricos.
Ambos consideraban que la Unin Sovitica, y no el comunismo internacional, era la mayor amenaza para esos intereses. Ambos procuraron
contener esa amenaza por medio de la respuesta asimtrica: confiando
en la diversidad para mantener el equilibrio de poder, explotando las
fisuras dentro del movimiento comunista internacional, combinando
presiones e inducciones para tratar de producir cambios en el concepto sovitico de las relaciones internacionales. Ambos crean en dejar
la conduccin de la poltica exterior en manos de una lite profesional, presentando al Congreso y al pblico solamente lineamientos
generales de esa poltica. Tambin, por cierto, existan diferencias. La
autoridad de Kennan durante la administracin Trumao jams se
aproxim a la autoridad de Kissinger d urante el gobierno de Nixon.
Kissinger centraliz los procesos de creacin e implementacin de
poltica mucho ms qut! Kennan. Por cierto, Kennan careca del notable instinto de Kissinger para la supervivencia burocrtica. Pero es~s
diferencias eraP primordialmente personales, de procedimientos Y circunstanciales: en cuanto a Ja sustancia poltica, en cuanto a los presupuestos subyacentes que informaban el enfoque norteamericano del
mundo, la congruencia de ambos puntos de vista t::ra impresionante.
No existen evidencias de que Kissinger se basara consciente
mente en las ideas de Kennan para la planificacin de la poltica a
Para
pp. 323-324.

Wl

argt~nento similar por parte de

Kennan, ver sus lt1emoirs:J925J950.

1 337

ir durante la administracin Nixon, aunque ambos _ho~bres se


segu ,
sin duda seguan mutuamente sus obras. Mas bien, sus
conoc1an y e"antes arecen haber surgido de un compromiso que
enf~que~o:i:Jan co~ la tradicin "realista" de la poltica exterior
~:.t~!mericana,M una orientacin intelectual slidamente b_~a~a en
1 estudio de la historia diplomtica europea, un gt"ado de ale1am1e~to
~e las lites acadmicas de las d~da~ de 1_950 y 196? y, sobre _to o,
un sentido de la estrategia, una ms1stenc1a en la 1~portanc1a de
establecer relaciones coherentes entre los fines y los medios. ~ra s~~e
este punto, ms que sobre cualquier ot~o,_donde se basaba pnmor
~
mente la conexin entre Kennan y Kissmger:. ~robos hombres~o~
rendan la existencia de una "lgica" estrategica que trascen a
~empo y la circunstancia, una manera de pensar que puede hacer que
s ideas formuladas en un contexto sean relevantes en otros muy
~ferentes, que posibilita que los hombres reflexivos, sep~rados e_n sus
perodos de responsabilidad pblica_ por .un cuarto d~ siglo, apliquen
con xito estrategias similares en s1tuac1ones muy diferentes.

Captulo X

Implementando la dtente
El grado de xito de la estrategia de Kissinger se convirti en tema
de intensas discusiones, sin embargo, para el momento en que la
administracin Ford dej el gobierno. Los crticos de la comunidad
intelectual acadmica, nunca bien dispuestos a perdonar la asociacin
de Kissinger con el desagradable Nixon, lo acusaban de inconsistencia
conceptual, de una proclividad al show y no a la sustancia, y de la
tendencia a considerar el mundo desde una miope perspectiva "sovietocntrica".1 Los ms importantes demcratas, ansiosos por hallar un
tema que les permitiera recuperar la Casa Blanca, acusaban a Kissin
ger de haber permitido que la fuerza militar norteamericana decayera,
y de insensibilidad a los derechos humanos.2 Los republicanos de derecha se hacan eco de esas mismas quejas, e incluso se las arreglaban
para incorporarlas a su plataforma de 1976, a pesar de las objeciones
de su nominado, Gerald Ford.3 Por lo tanto, la dtente estaba muy a
la defensiva para el momento en que Kissinger abandon el control
de la poltica exterior norteamericana a principios de 1977; como
haba sido frecuentemente el caso en el pasado, las crticas producidas durante la campaa se convertiran, en su mayora, en la base
sobre la cual la nueva administracin de Jimmy Carter definirla su
visin del mundo durante los aos subsiguientes.
Estas acusaciones se redujeron a cuatro puntos principales, aunque no todos los crticos les adjudicaron igual peso: l) que la "vinculacin" no haba producido los resultados prometidos por la administracin; 2) que el equilibrio militar global se haba desplazado a favor
de la Unin Sovitica; 3) que la excesiva concentracin sobre las relaciones con Rusia y China haban conducido al descuido o Ja distorsin
de otros temas conflictivos; y 4) que no se haba hecho ningn intento
para mantener la base de principios m orales sobre la cual deba descansar la poltica exterior de Estados Unidos si es que deseaba tener
el respaldo intereo y el respeto del exterior.
Cada una de estas crticas debe ser examinada por separado con
el objeto de evaluar su validez, pero al hacerlo es necesario tener
Presentes cie1tos lineamientos. Es necesario diferenciar las situaciones heredadas por Nixon y Kissinger de aqullas que ellos mismos
crearon. Es necesario diferenciar los acontecimientos que estaban dentro de su capacidad de control de aqullos que la trascendan. Es
339

340 1 JOJ'TN u:wis

C:llllDJS

necesario considerar las alternativas a los cur~os de accin q



E
.
ue real.
mcn te se siguieron. s necesario .!n partic...ilar evitar los juicios ex
facto; el procedimiento ms justo consiste en evaluar la estratpo~t
-,
h"

egia
s~_gun os o Jet1vos 11~puestos por s us arquitectos, y no segn algun mt.irco_ de referencia externo que ellos no impusieron. Finalmente
c_s ne_cesano atender adccuada~cnte a los pro~Iemas de lu persona~
It_d~d. al hecho de que la moralidad y I?. amoralidad, .!l idealismo y el
l;J01smo,
e l candor
y e l engao y, e11 el caso de Nixon incluso la s a b1, .
.
d ~na geopoht1ca y la corrupcin criminal, pueden coexistir en la
misma persona,
y tambin dar forma a elementos interrelacionad
os
.
.
d e una misma
estrategia.

I
C~alqui~r ~valuacin retros pectiva del enfoque de Ja contencin de
N1xon-K1ssmge~ debe comenzar por su pieza central: Ja suposicin
Je que era posible lograr, con el tiempo, que la Unin Sovitica llegara a aceptar las restricciones y las responsabilidades de un orden
mundi_al est~ble por medio de esa sotisticada combinacin de presio11e!; e mduccmnes conocida como "vinculacin".
Tal como describiera ms tarde esta estrategia un crtico levemente pater~af,ta: "El ,s? deba ser tratado como una de las palomas de
~- F. Skmner: habna incentivos para la buena c onducta, recompensas
<;1 esa conducta se produca, y castigos si no se produca".4 No hay
<lud~s de que tanto Nixon como Kir.singer concibieron originariamente
la detente _de ~sa manera: la idea, escribi Nixon, haba sido "comprome ter los rntere.ses sovit kos de tal manera de incrementar su apuesta
por I~ estabilidad _internacionnl y e l status quo. No se pe ns que esas
n.!!ac1ones comcrc1alt!s, tcnicas y cientficas pudieran impedir por s
1~usmas las confrontacionl!s o las guerras, pero al menos tendran que
f1gur.\r ~n ~l balance de ganancias y prdidas siempre que los soviticos :-e smticnu1 tentados de caer en a lguna aventura internacional".
"Lo c.ul.! deseamos", dijo Kissinger a la Comisin de Relaciones Exterion,., del Senado en 1974, "independientemente de las intenciones sovtE:ticas, es servir a la paz por medio de una sistemtica icsistencia
a la!> p! esiones } conciliadoras respuestas a la condu<:ta moderada".5
. '-;m embarg~, en el mome nto en que Ford y Kissinger dejaron el
gobierno tres anos ms tade, haba motivos para preguntarse hasta
qu punto haba cambiado la conducta sovitica. Los rnsos, para en
tunees, h~b1~n: 1) tolerado sin advertir a Washington un ataque sor
presa Je ~g1pto a Israel t.n 1973; 2) suministrado ayuda y estmulo a
los comumstas de Portugai tras la revolucin producida en ese pas en
974; 3) no ~b1an hecho nada por impedir que -v'ietnam del Norte
arrasara a Vietnam del Sur en 1975 4 \ hahan usad..l tropas cubanas

!MPI..EMESTANOO LA DTENrE

1 341

para instalar un gobierno marxista en. Angola ese mismo ao, y 5)


haban estrechado los controles establecidos sobre los judos y otros
disidentes domsticos. Adems, en 1os prximos tres aiios, 1) virtualm e nte barreran, por medio del arresto o el exilio forzado, al resto
de Ja comunidad sovitica disidente; 2) respaldaran activamente los
regmenes marxistas de Somala y luego de Etiopa; 3) explotaran los
golpes marxistas de Yemen del Sur y Afganistn; y 4). cuando sus
clientes de este ltimo pas parecan perder el control a fmes de 1979,
simplemente lo invadiran. Durante todos estos '.\contecimientos,
Mosc sigui incrementando constantemente su fuerza militar, mien
tras simultneamente declaraba (piadosamente) su adhesin a les
principios de la "coexistencia pacfica". Esas realidades difcilmente
hubiesen tenido concrecin si la estrate~ia de Nixon-Kissinger h ubiera funcionado.
Haciendo justicia a los arquitectos de l<t estrati!gia, debe sealarse
que ellos no esperaban eliminar de un da para otrn todos los aspectos
de la competencia norteamericano-sovitica. Tal como cautelosamente
Jo expresara Kissingcr en 1974: "La dtente estimula un entorno en el
que los competidores pueden regula r y restringir sus diferencias y
desplazarse, en ltima instancia, de la competencia a Ja cooperacin" .6
Sin embargo, resulta claro que Nixon y Kissinge1, por medio de su
estrategia de modificacin de la conducta, esperaban lograr al menos
dos cosas: asegurarse la 3yuda de Ja Unin So\itica en el "manejo"
de las crisis del Tercer Mundo; e involucrar a la URSS en una red de
relaciones econmicas que le dificultara -si no le impedira- embarcarse en futuras acciones perjudiciales para los intereses del Occidente
industrializado. En ambas reas la administracin no logr cumplir
sus objetivos: las tazones de ello son muy reveladoras de las lirnitadones de la "vinculacin".
El primer problema de la "vinculacin" era ~u suposicin de que
los rusos podan o queran ayudar a Estados Unidos a maatencr la
estabilidad en el Tercer Mundo. Al igual que otras muchas :<leas semejantes en la historia de la poltica exterior norkamcric.:an:i, sta estaba
basada en u'la combinacin de experiencia csca:;a y pcnsamient'> de
seoso. La experiencia era la de una serie <le lcontt'cimiento-; producidos entre 970 y 1972 que parecan demostrar de 4ut: modo poda
utilizarse la "vinculacin"' para inducir la restriccin por parte de los
soviticos: el acuerdo de Mosc, en 1970, de no construir ana base
submarina en Cuba despus de las objeciones de Washington; la retirada de Siria d e territorio jordano ese mismo mes despus de que
Kissinger presion a los rusos; la decisin hind de no invadir Pakistn en diciembre de 1971, despus de que Kissinger amenaz con
romper los planes de una cumbre en Mosc al ao siguiente y, ms
convincente todava, e l hecho de que el mayor adelanto en las demoradas negociaciones rle paz en Vietnam se haba producido oesrus

342 1

JOHN Ll!WIS GAlll)IS

de que Nixon aclarara a Brezhnev, en la cumbre, que el futuro progreso de la dtente dependera de la consecucin de esa paz.7
El pensamiento determinado por el deseo era el de creer que
stos no haban sido acontecimientos aislados sino que indicaban la
disposicin de Mosc a sacrificar oportunidades en el Tercer Mundo
en funcin de los beneficios que podan obtener a partir de los contac.
tos econmicos, el control de armas y la relajacin de tensiones que
se daran a travs de la dtente.
En realidad, no obstante, no haba manera de probar que esta
aplicacin de presiones vigorosas pero asimtricas haba funcionado:
como en el caso de la estrategia de disuasin asimtrica de Eisenhower dos dcadas atrs, era difcil establecer la relacin existente entre
causa y efecto. Bien poda ser que los rusos no hubieran pretendido
nunca cuestionar el "entendimiento" de Kennedy y Kruschev por
medio de la prohibicin de armas estratgicas en Cuba. Tal vez los
sirios y los hindes jams haban tenido los planes malevolentes que
les atribua la administracin Nixon. Por cierto, Kissinger lleg a
creer que los rusos haban dicho la verdad cuando alegaron que su
influencia en Hanoi era limitada. Resulta curioso que una administracin tan impresionada por las evidencias de fragmentacin dentro del
movimiento comunista internacional confiara, en el grado que lo
hizo, en la capacidad de Mosc de regular la conducta de sus clientes de otras partes del mundo. Toda la teora acerca de la cooperacin
norteamericano-sovitica des tinada a "manejar" las crisis del Tercer
Mundo dependa de la persistencia de la primaca de las superpotencias, cuando en realidad su autor idad -la de ambas partes-- se marchitaba rpidamente.
Tambin se plantea esta pregunta: por qu los rusos deban
cooperar con el manejo de estas crisis, aun cuando hubieran podido hacerlo? No era un secreto que pensab an que la dtente no
significaba el fin de la competencia entre soviticos y norteamericanos en el Tercer Mundo, sino slo un acuerdo para que esa rivalidad
no llegara a niveles peligrosos. Tal como Erezhnev lo expresara
en 1972:
El PCUS (Partido Comunista de la Unin Sovitica) siempre ha
sostenido, y sostiene. que la lucha de clases entre los dos sistemas ~l capitalista y el socialista- en el terreno econmico, Poltico y, por supuesto, en el terreno ideolgico, persistir. Eso es
lgico ya que la visin del mundo y los objetivos de clase del
socialismo y el capitalismo son opuestos e irreconciliables. Pero
lucharemos por desplazar esta lucha histricamente inevita~le
hacia un camino libre de los peligros de la guerra, de los conflictos irreversibles y de la descontrolada carrera armamentista.'

motivacin
Lo que es ms, e independientemente de cualquier

b
d
ideolgica, no se poda esperar que la Unin S~vi t~ca tra aJara e. d para sacar a Estados Unidos de las situaciones ~n. las que
mas1a o
'd "La umca
, .
b ene fietada con
su propia miopa lo haba comprometl o.
.
S . . .. d
la continuacin de la guerra de Vietnam es la Unin. ov1 ttca ~ 1~
ti Nixon ante Chou En-lai en 1972. "Ellos n?s qweren atados :
:
obstante, la administracin persisti en su intento ~e conse~ir
la ayuda de Mosc para impedir no slo una escalada, s~no tambin
el agotamiento y la incomodidad. Los lderes del ~remhn, tal como
astutamente haba previsto Nixon, no estaban dispuestos a llegar
tan lejos.
Quedaba la opcin de ignorar las crisis del 1:ercer Mundo que
fueran perjudiciales para los intereses norteamenc~nos, o de. escalarlas al punto de dar a los rusos suf~c~ente inc~n~1vo para CJe_rce~
la restriccin. La administracin prefm esta ltim~ alternativa,
tal como lo demostraron sus acciones en Cuba, Jorda~ia Y en la guerra indo-pakistan ~jemplos ms obvios fueron el rrunado del puer
to de Haiphong justo antes de la cumbre de Mosc de 1972-:- Y ~a
autorizacin de Nixon de un alerta militar global para disuadir
la actuacin unilateral de Brezhnev destinada a ~orzar un cese de
fuego en la guerra rabe-israel en 1973.11 Por exitosas .que p~edan
haber sido a corto plazo, esas tcticas planteaban el mismo dilema
que babia aquejado a la aplicacin que hiciera Eisenhower de la
respuesta asimtrica dos dcadas antes: se recurra a la escalada
para impedir la escalada, y as se corra el riesgo, si la otr~ parte no
retroceda, de producir precisamente aquello que se hab1a deseado
impedir.
Un segundo problema de la "vinculacin" como herramienta de
modificacin de la conducta era que supona un estrecho control
sobre las presiones e inducciones que deban aplicarse. A pesar .de la
centralizacin sin precedentes que Nixon y Kissing_er log_raron unponer dentro del Ejecutivo, ese control no se produjo f~1lm<:nte. Las
burocracias seguan generando su propio impulso, en direcciones no
siempre coherentes con la poltica de la Casa Blanca. En el ~ongreso
se plantearon dificultades todava ms serias, ya q~e los leg1slad?res
insistan en poner su propio precio por las conces~ones econm.~c~s,
ms all de lo que Nixon y Kissinger crean apr~p1ado para l~ vmculacin", reduciendo al mismo tiempo la autondad del presidente
"Durante el periodo de crisis estos elementos que sirVen para dar ~t!
la politica ~tornan sbitamente fiuidos. En el tumulto resultante, el
debe

actuar bajo presiones constantes. Paradjicamente, esto confiere miapacl~

capacidad para 'la acc~n creativa: de repente, todo depende de la ~ te aza..


dominar e tmPoDU coherencia a acontecimientos contusos Y aparea
en
a
~ IdieQJmeote Mto deberla ocurrir sin el uso de la fuerza; sin embariO. ,,
~ ad1o se puet~ evitar el uso de la tuerza mediante la amenaza de su uso
<KJsaincar, WhiU HO'lltt 'Y~rs, p. 597).

344

1 .JOHN LEWIS GADOIS

de utilizar medios militares para obligar a los adversanos


d. uc t. res t nngi
"da. E n 1974, la crisis de Watergate -product
una coni~mc~ que pare~ca, , de , la determinacin de preservar el pode~ p:
s1denc1al- 12 eros10no aun ms la posicin de la Casa Blanca d p
do que 1a " pres1denc1a
1mpena

1.' que haba concebido orio-inan


e mote la " vmcu

lac1n .. ya no exista
.
b"
para sostener su implementaciamen. . Una
las
por las
los rusos se haban
hdc1a la de~ente hab1a sido, en primera instancia, el deseo de ref
su economia notoriamente ineficiente con importaciones de arorzar
tos Y. tecnolog~ procedentes de Occidente. Plenamente consctC:~~
de la 1mportanc1a que Mosc atribua a este objetivo, Nixon y Kssinger _p~ocur-,iron extraer dos beneficios de l: integrar la economa
sov1~tica a la de Occidente en tal grado que fos rusos tuvieran pocos
motivo~ para. trastornar el status quo internacional y, contradictoriamente,_mduc1r la cooperacin sovitica por medio de la extensin d
concesiones econmicas slo en el caso de que stas funcionaran com~
recompensa de la buena conducta. Por lo tanto, resolvieron posibilitar_la venta de cereales, acordar el tratamiento de "nacin ms f
rec1da". ( MFN) y crditos del Export-Import Bank, pero solam::~
a camb1? ~e un resultado exitoso de la cumbre de mayo de 1972. Tal
c~mo .. Kissmger lo expresara ms tarde, la Casa Blanca estaba decidida a. que el comercio siguiera al progreso poltico y no a que lo
anteced1era"_ll
Esta estrategia sufri dificultades casi inmediatamente. El Departa~ento Come~cial, reflejando la unilateral preocupacin de la
comun~da~ comercial co:i _respecto a las exportaciones para la URSS,
se nego. a 1mpn?er cond1c1ones al comercio, que tenda a considerar
c?mo. fm en s1 mismo. El Departamento de Agricultura permiti
sllenc10samen~e que los rusos compraran cantidades masivas de trig? nortea?1encano a. precio bajo durante el verano de 1972, complac1en~o as1 a los agricultores pero reduciendo cualquier posibilidad
de .~1~~ular es~s ventas con las concesiones polticas. As, la "vinculac1on requena dentro de la burocracia una coordinacin mayor
mcl':1so que la que la muy cen tralizada administracin de N ixon
pod1a lograr. Pero el problema ms grave se produjo en el Congreso,
don~e el !>enador Henry Jackson, en octubre de ese ao, propuso una
enn:i.1en?a d~l rrade ~ef?,rm Act, e!1mienda que negara la categora
d~ pa1s ~as fa~orec1do , y los creditos.. del Eximbank a los pases
q;-ie no tuv1er?n ~conom1as del mercado y que restringieran o impidieran la em1grac1n de sus propios ciudadanos.t
La enmienda Jackson fue un torpe intento -producto de una
coalici~ de coi:is~rvadores preocupados por la posibilidad de ayudar
a la Un.1n Sovitica de cu alquier manera y de liberales decididos a
~nvertir en t~~a de importancia el trato que Mosc daba a los
JUdios y los d1s1dentes- de imponer su propia forma de "vincula

~e

raz~nes.

~ue

despl~do

cin", sin considerar la manera en que esto afectaria a todo el esquema de las relaciones norteamericano-soviticas. Se babia propuesto,
se quejaba Kissinger, despus de que se hubieran llevado a cabo las
conversaciones con los rusos, hecho que sin duda planteara problemas en Mosc con respecto a la credibilidad de las negociaciones con
los norteamericanos. Pareca convertir "la compatibilidad domstica"
en una condicin para el progreso hacia la dtente cuando en rea~i
dad ese proceso haba pretendido construir un marco de referenoa
internacional que tolerara las diferencias domsticas. "El punto no
es si condenamos o no lo que la URSS hace internamente", coment
Kissinger en 1974:
sino en qu medida podemos arriesgar otros objetivos -y especialmente la construccin de una estructura para la paz- en
funcin de esos cambios domstico~. Creo que no podemos, Y
que hacerlo sera oscurecer, ~ a la larga destruir, lo qu~ debe
seguir siendo nuestro objetiwo primordial - la prevencin de
una guerra nuclear.1s
A pesar de las intensas protestas procedentes de la Casa Blanca,
el Congreso aprob finalm ente una,__ versin modificada de la enmienda Jackson, ante lo cual a principios de t 975 los rusos rechaza
ron abruptamente todo el paquete de ac~erdos econmicos ela~o
rados dos aos antes, alegando qui! la enmienda d~la ley comercial
constitua una intrusin inaceptable en sus propios asuntos domsticos.
Este frustrado intento de "vinculacin" del Congreso socav la
estrategia Nixon-Kissinger de varias maneras. Sobrecarg la maquinar ia de la 'vinculacin" al demandar concesiones que superaban,
segn la perspectiva del otro bando, el valor de l? que s~ ~freca a
cambio. Imposibilit la comprobacin de la teona de K1ssmger .de
que la interdcpendenc1a econmica dara a los rusoc; un mcent1~0
para ejercer la restriccin poltica. Dio a Mosc la excusa _necesaria
para evitar el l!Stlicto cumplimiento de otros acuerdo-; con1untos, ya
que le permiti alegar que Washington no haba cumplido con s_u
parte. Y los porcentajes de emigracin juda descendieron despues
de 973; en 1975, haban sido reducidos a la nitad. E'l suma, .a
enmienda Jackson no logro '>ervir a la causa de la dtente, ui a la del
comercio ni <' lri de los derechos humanos.
A N\xon y Kissmaer les result tan difcil aislar los "palos"
militares de la interfe;encia del Congreso, como les haba resultado
Las visas de salida para Israel concedidas a los ciudadn.nos soviticos lle;aroti a ser 33.500 en 1973, pero descendieron a 20.000 en 1974, Y adum;.,~~on ~f;;
ramentc hasta 14.000 en 1976. (Informe ele prensa, Departamento e ""' o, JU

de 1977J.

JMPLUUNTANDO LA Dfn;NTz

346

1 .JOHN UWIS CAlll>IS

con las "zanahorias" econmicas. Una inadver tida consecuencia de


su decisin de aumentar los retiros de tropas de Vietnam haba sido
la firme determinacin de Capitol Hill con respecto a restringir la
autoridad blica del presidente. La administracin haba manejado
cada etapa del proceso de desescalada para mantenerlo un paso adelante ele los esfuerzos destinados a ?egislar la retirada, pero en el
verano de 1973, seis meses despus del cese del fuego en Vietnam,
mientras Estados Unidos segua bombardeando Cambodia, el Congreso finalmente impuso por encima del veto de Nixon el fin de
toda la involucracin combativa norteamericana en Indochina. Ms
tarde ese mismo ao, una vez ms por encima del veto presidencial, esta restriccin fue generalizada por medio del War Powers
Act, que daba un lmite de sesenta das a cualq uie r despliegue militar transatlntico que no tuviera el con sentimiento del Congreso.16
Las implicancias eran considerables para una estrategia que dependa de las amenazas crebles de utilizar la fuerza como m edio de
lograr Ja restriccin sovitica en reas del Tercer Mundo.
Estas implicancias se manifestaron primero en Vietnam, donde
Nixon haba prometido unilateralmente al gobierno de Saign que
l mismo garantizara el cese del fuego, si era necesario por medio de
la accin militar. Las restricciones impuestas por el Congreso tomaban eso imposible, y los norvietnamitas rpidamente empezaron a
sacar ventajas de la situacin. Estados Unidos "no olvidara a quienes
nos pusieron en esta incmoda posicin", :i.dvirti Kissinger al embajador sovitico Dobrynin. "En ese caso", replic el diplomtico ruso
con inusual m orda cidad, "debern recordar al senador Fullbright".17
Durante la primavera de 1975, con las restricciones del Congreso an
vigentes, la administracin Ford se vio obligada a observar con impotente frustracin cmo por fin Vietnam del Norte arr asaba Vietnam del Sur. Similares restricciones aparl!cieron con respecto a Angola ese mismo ao, r:uando el Cong1eso bloque los intentos de
enviar ayuda clandcsti!'c1. 3 los elementos antimarxistas de ese pas
despus de que las tropas cubanas, respaldadas por los soviticos,
entraron en escena. "Nuestra imposibilidad, por im posicin legislativa, de enviar siquiera ayuda financiera a los africanos que desean
resistir'', predijo un Kissingcr muy perturbado, "producir mayores
presiones soviticas y cubanas, en la cn-nea suposicin de que Estados Unidos ha perdido su capacidad y voluntad de contra1Testar la
piratera o de ayudar a otros a combat irla".16
La " piratera" sovitica en Africa y en Oriente Medio por supuesto continu, pero sera difcil demos trar que ello se produjo a
causa de la erosin de la autoridad presidencial en Estados unidos.
Los rusos nuncahaban abandonado esa "piratera'', slo su escalada
hasta el punto que pudiera provocar una confrontacin directa con
Estados Unido!: Hasta K i'>!>ingcr tena lmites con respecto a cuan

1 347

roducir esa confrontacin: en ningn


le) os hubiera llegado para p .
amente tropas norteamericasto a enviar nuev

.
momento estuvo d ispu~
Africa no hay evidencias concluyentes
nas al sudeste del A~1a. o a
econmica y militar que estaba
de que la clase d<: hmit_ada ay~~nte como para revertir los resu~
contemplando hubiera sido su~c A rincipios de 1976, haba dec1tados en esas partes del mun
d parmas eran demasiado impordido que los avances en cont~?
e de la r estriccin sovitica en
ue depen:.i1eran
.
tantes como para q . h b
plicado coercin econm1ca, pero
esas reas.1' " Se podn~ a er a comerciantes que se haban conno sin alienar a los agncultore~ y
tdanos de la dtente. Hus entusiastas par 1
vertido ahora en 1os m ,
. en estas cffcunstancias, entonces,
biera habido poco c~n quehnebg~c1ardado toda la libertad a la Casa
aun cuando el gobierno u iera

Blanca.
.d d residencial ocasion el desorden
La decadencia de la auton a P.
nducciones que supues.
.n coordi"nada de presiones e i 't"ca La "vinculaci6 n "
de la aphcac1
.
,
b
n la conducta sov1e l
tamente causana c~m ios e
d
central: la meta haba sido
siempre haba implicado w1a con uccd1 ,, los" y "zanahorias" que

.
correcta e pa
encontrar la com b mac1on
robable que eso sucediera
lograra los resultados deseados, y no era ") b ambas cosas. En realisi no era la misma autoridad la que _co~tro a a
dad, tal como sealara ms tarde Kissmger,
utoridad ejecutiva como resultado de
la cada de nues~:a a
estructura del liderazgo incluso en
Watergate, la ero~1on. de_ la
cido como consecuencia de las
el Congreso, el a1~laciomsmo na ergcnte estructura de abdica.
de Vietnam
. . to
frustraciones
. v una em mpedir el establec1mien
cin geopoltica con_spirar?n para. Jt" os q ue podra haber imde un equilibrio. d_e incentivos y leas ighabra podido damos un
pedido varias cns1s y, a lar_go.? az~ cambio terminamos loverdadero perodo de Lcstr1lccdion.. connstantes p~ovocaciones '
grando e l peor de los. resu ta . os. MFN por ejemplo) que no
.. .
(l a n cgativa del
oso sov1et1co
. status
. . , de nuestra parte a correr
se correspondan c.on una _dispo:~~1~i~ la cautela ""it ica (por
los riesgos q ue solo10 pod1a pr
ejemplo, en Angola).
. ..
" .
l . . " nunca tuvo un JUtc10
.
..
En este sentido, e ntonces la vmcu. ac10ng rado de centrahzac1on
.d
que requena un
d
justo -en gran me t a por .
e table tras Vietnam y Watergate.
oltica que el Congreso hall mac p . Kiss1nger fueron igualmenP
.
t como sugena
'
. .
d
Pero las consecuencias, a
.
d , n la incmoda pos1c1n e
.
E
t
dos
Umdos
que
o
e
.
te desafortuna d as. s a . . d
principal antagonista.
1
q uien provoca pero no d1sua e a su
Sin embargo, K.issinger

podian crear, a largo plazo. un e


de

armas.

unientos como d de Ango


el futuro del control

ad~~oq~:Sc~~~~le para

348

1 JOHN l.EWJS GADDIS

Una tercera dificultad de la " vnculaci6n" es que la e


B
hizo
1 Co
,
asa !a nca
.
que e
. ngreso y el pubhco esperaran de m asiado de e ll K"
smger, por cierto, ms tarde neg que la administracin hb . ts"vend1d o " en exceso a d etente,

sea lando que sus decla u 1era


oficiales haban sido cuidados amente p laneadas para acent:-i:ci~~es
lmites, las ambigedades y la competencia inherentes a la r 1: .05
lo
,
. .
d
.
.
.
e ac1on
s rcquenm1cntos e v1g1 anc1a y tambin los verdade ros pro

gresos
q ue hab.' l ogr~ do . E stnctamente
hablando, esto es correcto. Tal
como N1xon hab1a sealado en su informe anual de poltica ext
de 1972 "Por ~~puesto, no es~era~os que la Unin Sovitica a baenor
ndone la pros~cuc10n de sus piop10s mtereses . Tampoco nosotros pretendemos d:Jar de perseguir los . nuestros. . . Es p r obable q ue d u rante
mucho t iempo la competencia sea la caracterizacin d

l u S . . . ,,
e nuestra
re1ac10n con a ni_ n ov1et1ca .21 Pero no se adjudic igual peso a
tod~s esas d~clarac10nes; algunas de las ms conspicuas produjeron
ms ~xpectat1vas que las que la pnidenc ia aconsejaba.
. El ~}cmplo ms notable fue la famosa declaracin de "Principios
Bsicos q ue gobernaban las relaciones norteamericano-soviticas
osten~osaMente firmada por Nixon y Brezhnev en la cumbre d~
Moscu de mayo dt~ 1972 Este acuerdo, odginariamentc sugerido por
los rusos pero redactado por los norteamericanos, obligaba a ambas
p~r~es 'a haca 10 mxim o posible para evitar Jos enfrentamientos
nuhtares", a "cjer...:er la restriccin en sus relaciones mutuas" y a
"nconocer que los esfuerzos destinados a lograr ventaias unil~tera
Ies a expensas dd otro, directa o indirectamente, son i~consistentes
con estvs Objcti.;os". Nixon ms tarde Ja. dignific.ms repitiendo
que: " stas sop obligacion<>s serias ... Los lderes de Ja Unin Sov~tica so:! _humbres serios. Su voluntad ele comprometerse con
ciertos pnnc1p10s para el futu ro debe ser tomlda c1Jmo una obligacin solemne' .r
Es di!.1cil sab1..1 por qut.! la admb~stracin se embarc en esta
direcci0n, _cuya . fra;i!t~ad dt:bc haber sido evidente para cualquiera
que est1:vwra lamilnnzatb con ia his,oria de otras declaraciones
conjumas, 1guvlmc1Jt, 'tagw., denlro de k. historia de las relaciones
norteamcricano-:;o\ 1.L :a:,, y espccialmemt' para una administracin
cuy.s. est~a~egia suporna una con~tant:: !'f ,., in competitiva con Jos
rusos. K 1 ss~ngcr, de algu~a manera a la defensh a. explic ms tarde
la dcclarnc1on como u1 mtt:nLo de cumpla.~ . .. la propensin de Mosc a las "soh:mncs declarac1ones rituales", y como una tarea inevita
ble de los cortejos diplomticos. " Por supm'sto, esos prin. ipios no
en:n un contrato legal. Pretendi'tn cstablei.:..:r un estndar de con
<lucra con el cual juzgar si se estaban haciendo verda deros progresos
"~ nombn, de lps cuales podamos resistirnos r: que se los violara
S1 nos~nros ~~~nplamos nuestra responsabilidad de bloquear la nter
fe , enc1a sov1ettc::i. la coe,dstencia sera confiable y los principios de

IMPLEMENTANOO U

D:l1'!NTE

349

Ja dtente podran ha ber abierto el camino hacia un futuro ms pro




xnisorio" .23
..

_
Pero Ia declaracin de los "Prmc1p10s Bas1cos , eJcrcw _do~ _efe<.:. previstos. Dio la falsa impresin de que la detente s1gmflcaba
tos im
.
l U .. S .,
cese de la competencia entre Estados Unidos y a mo~ ov1e~~ en todas partes, haciendo as qu~ las medidas neccsanas para
trarrestar las iniciativas de Moscu en esos caro.pos en l?s que
competencia segua parecieran provocativas e mnecesanas. Al
;isrno tiempo, estableci un conspicuo estndar de condu~ta que
los rusos, con su enfoque de la dtente como una competencia comtimentada. no podran cumplir. No fue el Congreso solamente
par
. ' " . .t
l
quien puso a Estados Unidos en la inc~~>da pos1c1 n ue irn ar a
l(remlin sin disuadirlo, entonces: la retorica de la Casa Blanca, al
menos en esta instancia, produjo el mismo r esultado.
.
.
Consecuencias similares derivaron del ac uerd?
Helsrn.sk1 de
agos to de t 975, en el cual, a cambio del reconoc1m1ento occ1de~tal
de la " inviolabilidad" de los lmites europeos de po.sgucrra, la .Um?n
Sovitica se comprometi a c umplir una gran cantidad de obhgac10nes destinadas a promover la causa de los derechos humanos. d~ntro
de su territori y el de sus satlitcs.24 El instinto origi~al de K1ssmgc:haba sido el de no vincular la dtente con los c_amb1os ~e ~a estru~
tura inte rna del Estado sovitico: la meta, ms bien, hab1a s1d~ ~od1ficar la conducta externa de Mosc. Pero las prcsion~s d?~es ucas,
de las que la enmienda Jackson haba sido la ms ? bv1a, d1f1cu_ltar~n
el mantenimiento de esa posicin, y tras convertirse en secretario
de Estado en 1973, Kissinger cambi y utiliz el argumento _ct~ _que
Ja distensin de las tensiones internacionales que acompanana a
la dtente producira una distensin tambin de los c~mt~oles i_nt~r
nos dentro del bloque sovitico 25 Cuando los rusos s1gi~1e:on insistiendo, con curiosa persistencia, para lograr el reconoc1m1e11to for
mal ele ios acuerdos tcrritoriaks posteriores a la Segund::. Gucrr~
Mundial; K1ssinger 11io en ello la oportunidad de aplacar a los ~nt
cos domsticos aseg,u,ndose a cambio la prcmcsa ~le. Mosc~ oe
permitir a sus ..:iudadanos mayores ooortun1dades de VlO.Jar emrgrai
e intc1cambiar ide~s con Occiden te.
Pero las obligaciones escritas de respetar los d~rechos, numan~ ...
en el mbito dom.;stico no limitaban a los rusos mas que 10 q~e b~.
restringan lo~ famosos "Principios Bsicos": a pcsat de Helsmsl' .
el control de lo~ disidentes (aunque no probablemente el de los
ciudadanos comunes) se hizo cada vez ms estrecho 1" du1ante lo:,
aos q ue siguier on. f'ueran cuales fuesen las esperanzas de .la adrm
tlistracin les lderes del Kremlin aparentemente no consideraban
que la Jtente fuera mcoherente con la represin. Probabl~mc?te,
Kissinger nunca esperara un cumplim!cnto cst~icto de Helsmski 111
de los "Principios Bsicos" , era demasiado sensible a la importancia

?e

350 1

.JOKN Ll!WJS CADllIS


JVPLPCENTANl>O LA D't'ENTE

del poder y de los intereses como ara


ellos podra ser limitado por medio pde lap~~;~r ~~; cualquie~a de
esos acuerdos careciendo de los med1'os
..
o, al sancionar
necesarios para as
. .
cump1im1e~t~, no slo cre falsas expectativas entre los
egurar su
menos sof1sttcados, sino que tambin fortalec1 . d ?dservadores

.
ma vert1 ament 1
o~1m n que afirmaba que no se poda confiar
1
e a
pheran ningn acuerdo con Estados Unidos, est:~i~~: o :o~sos cu.rn.
I?tereses mutuos. Esa actitud no conduca a ganar el respald as~do en
tico para la "estructura de paz" de la que ' l N.
o ornsH b 13
'
.
e y ixon tanto hablab
.,entrenar"
en
reahdad, al~o paternalista en la idea de
an.
a J u s ,
que era posible
.
a mon ov1etica, como si fuera un animal de l b
~ono, rar~ que ~e~pondiera de maneras predecibles a una su;e ~~ae est mu os pos1t1vos y negativos. Supona en un rado
s1 n
retrospectivamente errneo, la capacidad (~ el des:o de ~:s P~re~e
contr~lar a sus propios clientes, y la capacidad del president~u e
coordina: la poltica exterior norteamericana. No dejaba sitio ~a~
resistencia -para que la resistencia fuera "manejada"
parte del pueblo . o de las cosas. Daba lugar a falsas e;e:a_or otra
c~mo consecuen~ia, a grandes desilusiones. Finalmente ~o c:~:n1
nmguna proteccin contra 0 que
d ,
' .. ,
.
inversa" 1
bTd d
po namos llamar vmculac1n
dtente . . pos1 I i a de ~ue los r_usos pudieran haber visto en la
d t
~ mstru~ento de~tmado a mducir la complacencia de Occia e~ e m1en~ras ellos te_rm1naban de reunir los ltimos medios de
e~~~claardprels1nE -eds dec1~, su surgimiento como rival militar en gran
e os sta os Unidos.

II
Jna de las .ironas de la administracin Nixon es e l grado en que fue
atacada, mientras estuvo en 1 b.
e go 1erno, por haber confiado excesivamebnl te en los componentes militares del poder. Desde un crculo
nota . emente
amplio d e opm1on
-m1htantes

.
antiblicos
acadmicos
~spec1a 1istas en def

'
d . .
.
ensa, cnticos del Congreso, ex-funcionarios de Ja
~ mimstraci~n Johnson- lleg la acusacin de que Nixon y Kissin~er estaban mtcntando perpetuar los altos niveles de gasto militar
:;enerados por la gue
d v
'd. d d d
rra e ietnam, negndose as a la nacin el
1v1
en
o
e
Ja
oaz"
qu
. , una reduccin
.
d
e supuestamente producmn

.
e 1as operaciones militares. Era un sntoma de los tiempos que el
Se nado en 1971 casi a
b
.

,,
pro ara una enmienda propuesta por su rcspe
: ado .ide~ de las mayo~as, Mike Mansfield, que hubiera reducido el
~omp~~m1so nortca_mencano con la OTAN a Ja mitad -todo lo que
1rnp1d10 la aprobacin de esa medida drstica ru e una
J del
"estabr1 h
" d
. . .
ape ac1on
. s me~t e la VleJa !mea de poltica exterior y una oferta
1 u 1timo mmuto de Brezh
e
nev acerca d e t"mpezar conversaciones

1 35}

sobre la mutua reduccin de tropas en Europa. La Brookings Institution, reflejando opiniones de los crticos de la administracin, propuso regularmente presupuestos "alternativos" a principios de la dcada de 1970, lo que hubiera reducido en un 15 por ciento las apropiaciones para defensa. El oponente de Nixon, el senador George
McGovern, fue ms lejos y prometi reducciones que hubieran disminuido el gasto militar en un 35 por ciento para el ao fiscal de
1975.17

En realidad, sin embargo, los aos de Nixon y Ford fueron testigos de la ms sustancial reduccin de las capacidades militares norteamericanas con respecto a las de la Unin Sovitica en todo el
perodo de posguerra. Washington desarroll tan slo dos nuevos sistemas de armas estratgicas durante ese perodo -el Minuteman III
MIRV ICB , y el Poseidn SLBM-, en tanto los rusos tornaron operativos ocho ICBM nuevos, dos nuevos SLBM, y el bombardero
Backfire, capaz, segn algunas estimaciones, de alcanzar blancos
norteamericanos. Las fuerzas terrestres norteamericanas sufrieron
una reduccin de 207.000 hombres entre 1970 y 1977; el poder humano sovitico, que casi duplicaba al de Estados Unidos, experiment
durante el mismo lapso un crecimiento de 262.000 hombres. La manna sovitica, aunque muy atrs de su contraparte norteamericana en
vehculos areos, para 1977 se aproximaba a la paridad en naves de
combate de superficie y haba conservado la primaca en ataques
submarinos. Los gastos de defensa como porcentaje del producto
bruto interno se redujeron, en Estados Unidos, desde el 8,2 por ciento
del ao fiscal 1970 hasta el 5.2 por ciento del ao fiscal 1977; las
cifras comparables de la Unin Sovitica (consignadas sobre la base
de una informacin incompleta) oscilaron entre el 11 y el 13 pociento durante el mismo perodo. Adaptndose a la inflacin, los gas
tos de defensa norteamericanos decayeron a un promedio anual del
4,5 por ciento entre 1970 y 1975; las estimaciones correlativas de la
Unin Sovitica muestran un inc1emento anual de alrededor del 3
por ciento.u
El militansmo, entonces, no era en realidad el problema. Es ms
probable que los futuros historiadores se impresionaran ms con
las crticas que se hicieron comun<'s a mediados y a fines de la dcada de 1970: las que alegaban qm Nixon, Ford y Kissingcr fueron ms
responsables del dPsrnantelamiento que del crecimiento de la maqui
naria militar norteamericana, que en la emergencia accedieron, por
primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, al l>Urgimicnto de ur
rival serio de Estados Unidos en casi todas las categoras de la competencia militar. "Bajo el gobierno de Kissingcr y Ford", proclame
Ronald Reagan durante la campaa de 1976, "esta nacin se tranl>
form en el nmero dos en un mundo en el que es peligroso -s1 rh>
fatal- ser el segundo. Todo lo que veo es lo que pueden ve'" 1a~

352 1

.10HN LEW1S CAilllJS

IMPLEMENTANDO tA DtfENn:

otras naciones del mundo: el colapso de Ja voluntad nortea


.
y el retroceso del poder nortcamericano".29
mencana
. Exista .un. sentimiento de resignada aceptacin en las dec
c1ones de K1ssmger acerca del crecimiento de la fuerz
1
lara.
rica. "Una real.1dad melud1ble
.
.
itar. so vi
de la dcada de 1970" a m1 b

f
escn 10 en 1
pnmer m orme anual de poltica exterior de Nixon " l
. e
Sovitica
.

es a posesin
por par t e de la U nion
de
fue17.as
estrate'g
"cas
1
muy poder
.
'
sas Y so f 1st1cadas que se aproximan y en alguna
t

o.

s ca egor as su""'
1
a as nuestras en numero y en capacidad" Esta t
..
r-ran,
h b'
.

s1 uac1on acentuad
a .1~ sido heredada por la administracin Nix.on: era 'rod
dec1s10nes tornadas en la dcada de 1960 por los rusos P . ucto de
la

li
quienes tras
cns1s m1s1 stica cuban_a resolvieron que ja ms volveran a ser
at~p?~os por armas re!ncas, y por la adminis tracin Johnson ue
d~~1d10 ~~e. no era deseable ni factible tratar de superar la acu~~Ja
~~n sov1e,~1c~. dadas l~s. restricciones impucstds por la guerra de
.;t~am. Nmgu~a. poht1ca o decisin nuestra produjo esta situac~ n , acencu K1ssmger en 1976, "nada podamos hacer para im edirla. Nada que hagamos lograr hacerla desaparecer"..10
p
d ~ la dificultad se agregaban las fuertes actitudes antimilitares
e 1 ~~greso, que. aunque eran en gran parte producto de la involucra~1on de Johnson en Vietnam. no obstante alcanzaron s u punto
~~lmmantc ~urante los aos de Nix.on. Entre 1950 y 1969, las reduc.ion_es q~e hizo el Congres? a los presupuestos de defensa requeridos
habian s1~io de un promedio de 1,7 billones anuales, y de 9,2 billones
pnra lo~ .1tcms !1. d~~ensivos. Durante los seis aos siguientes, esta
propor~10n se mv1rt10, ya que los pedidos para defensa sufrieron
reduccron~s prom_ed io de 6 billones anuales, en tanto el presupuesto
~o defcnsi\o fue incrementado en un p romedio de 4 7 billones anuaes. Como resultado, se produjo una dramtica dis~inucin de Jos
gast~s de defensa co:no porcentaje de los gastos totales del gobierno
-desde ~1- 40.~ por ciento en_ el at1~ fiscal 1970 hasta el 24,3 por cien
to en el ano ~1scal 1977, la cifra mas baja desde antes de la Segunda
Gu':!rr~ Mund.wl. Rcacomo<lar el equ ilibrio militar a tra\s de medios
si_metncos - intentando igualar a los soviticos arma por arma- hu
~tera sido una clara imposibilidad en medio de este clima poltico.
~n. la Oq!la antimilitar desencadenada por Vietnam" recordaba
~tssmg;r. 'dcsa_fiar el avasallador sentimiento del codgreso a fa
\Or ~e 1 ~s. pno~dades domstica!.' (hubiera sido) casi con seruridad
un e3erc1c10 fi.'1til".l1

En cambio, la administracin prefir i no enfrentarse directa

..mente
. . al. . Cong reso, smo
cm b arcarse en un proceso en dos fases de
hmitacion de daos", destinado a preservar los e!cmentos funda
ne?tales_ de h fuerza _milit~r norteameri~ana durante lo que se saba
se:ian anos duros e mmed1atos, preparando simul tneamente el ca
mmo para la expansin de capacidades militare-; a largo plazo que

1 353

sera necesaria para contrarrestar el poder ruso. Este programa consista en : l) apaciguar al Congreso, con el objeto de evaporar tanto
como fuera posible el sentimiento antimilitarista, y 2) negociar con
los rusos para lograr restringir tanto como fuera posible su propia
acumulacin militar, sin constreir de manera significativa las medidas que Estados Unidos pudiera adoptar en ese mismo sentido una
vez que se hubiera aquietado la furia despertada por Vietnam.
El principal arquitecto de la estrategia de apaciguamiento del
Congreso fue el secretario de Defensa Melvin Laird. excongresista y
nico miembro del gabinete de Nixon con responsabilidades de seguridad nacional que se las arregl para eludir el control de la Casa
Blanca. Laird, cuya habilidad para el juego burocrtico despertara
ms tarde el reconocimiento de un impresionado Kissinger,* consider que su misin ms importante era obligar a los militares norteamericanos a adaptarse al ms duro contexto postVietnam sin prdidas significativas de moral o de capacidades. Las reducciones presupuestarias por parte del Congreso, crea l, eran inevitables, nada
se ganara combatindolas. La treta, ms bien, consista en anticipar
las probables reducciones, y cuando fuera posible prevenirlas reduciendo las demandas de defensa antes de que fueran al Congreso . o
incluso cooperar con los lderes del Congreso haciendo reducciones
an mayores en los puntos menos daosos. En un grado notable, Laird
consigui mantener el respaldo de Jos militares p rofesionales en este
penoso proceso y minimizar la hostilidad del Congreso. "Preserv
nuestra fuerza" , reconoci Kissingcr ms tarde. "y sent las bases para
la expansin que se produjo luego, cuando cambi la opinin general ... se fue un gran logro". 32
Las maniobras de Laird posibilitaron la planificacin de varios
nuevos sistemas de armas estratgicas -el bombardero B-1. el sub
marino Trident, el misil de crucero-, pero slo al precio de una sus
tancial reduccin de fue1-.rns convencionales, lo que dio cuenta de la
mayora de los gastos de defensa "controlables". Los escuadrones de
la fuerza area haban disminuido desde 169 del ao fiscal 1968 a 110
en el ao fiscal 1974; las divisiones del ejrcito y la marina de 23 a
16 d urante el mismo perodo; los barcos de la marina (incluyendo
a los submarinos) de 976 a 465.lJ Los simples ndices numricos pueden ser errneos, y sin duda es cierto que esas mejoras cualitativas
compensaban, en parte, estas agudas reducciones cuan titativas. Tambin es cierto que esas reducciones se hubieran producido de todas
maneras tras Vietnam y con la transicin del estndar de "dos y media" al estndar de "una guerra y media". S in embargo, el alcance y
el grado de estas reduccione!. era notable: no puede cuestionarse el
Las maniobras de Laird eran con frecuencia tan biwntinas en su complejidad como las de Nixon, pero l lograba con verba y con sorprendente buenn
volur.tad lo que Nixon desarrollaba.

IMPLEMENTANDO LA DTENTE

354 1

1 355

JOHN IZWIS CADDIS

hecho de que restringieron severa


dos de proyectar el poder milita mente la ~apacidad de Estado U .
mundo en un momento
r convencional en todas
s n1en esa rea.
en el que las capacidades sovitic partes del
. .
as crecan
K1ssmger se preguntaba ret
.
ciguamiento del Congreso hab' ros.~ecttvamente, si la poltica de
consigui aplacar a los c 'f
ia s1 o adecuada: " La adapta " apa.
tidarios de una defensa icos y puede
desmoralizado
n no
de los crticos con los
erte .. . i:ia:ec1a dar crdito a los re s Par.
atdm101stracin estaba en des:cuecedptos
puede haber hecho que
de me d"d
.
e se concentrara en la unplement
.
r o. y
t as comc1dentes" L
facilitar esa poltica
. do que es ms, las medidas adoptad acin
como los retiros de
del presupuesto de defe;ssa para

~
~uledelba

~aber

a~~

trop~~ ~cc~~n~s

~~ .~~?ic1-~coordinarlas
gene~al irrever~bl~~
:~~v~zl~n~~~:~!~n pordel 1roecluta~i=~~
con los e
que resuIconfirmar a los aliados o a
. s erzos de K1ssmger destinado
sarios. Sin embargo tal co;~g~1a~ acuerd~s aceptables con los ad:e:
denciales acerca de '1a importa i~s1~ger sena lara, "los discursos presi~
fu

y la. ind.ignacin del Congresonciad e / defen_sa. . . h allaron la burla


part1danos de la defe nsa no se ylanzar
e os medios
de difusin . . . Los
1
probable
que
la
nica
on
a
as
barricadas"
y
manera de enf
t
. .
l4 Es m uy
ietnam fuera que la administ . ,
r~n ar el ant1m1litarismo postelementos de ese antimilitaris~a~10n misma adoptara para s algunos
El segundo elemento de Ja 'T . .
tracin adopt en su estrate a 1m1tac~n de daos" que la adminisacuerdos sobre control de armgi pos:-V1etnam fue la prosecucin de
su propia acumulacin de arm:s c~n os ~so~, acuerdos que limitaran
las. medidas que Estados Unid s sm r~strmg1~ de manera significativa
objeto de aumentar sus
. os pudiera aphcar en el futuro con el
bl~ combinacin de desin~~~:;~~ ~~i:iaci~ades. ~?r medio de una nota1 ic ic10, vmculac1on, negociacin y bluff
N1xon y Kissinger hab'
ian agrado en 1972
.
,
armas estratgicas que cumpl'

negociar un acuerdo de
SALT I prohiba a ambas p tia e~a~tamente esa fu ncin. El tratado
gran escala, pero de todos r:rdes e esarrollo de un sistema ABM en
0 os el Congreso haba estado a punto de
terminar con el program
Agreement pona limitaci~~orteam~r~cano de ABM. El SALT Interim
y SLBM -sas eran las , es numencas a los "lanzadores" de JCBM
ms activos durante los
:as que los soviticos haban
norteam~ricanas haba
anos, pero en las que las capacidades
desde mediados de Ja
di!cada de 1960. El SAL;
barderos de gran alean
m~oma
nmguna limitacin a los born
.
,
ce, categona en la q E
sa. adoramente superior
ue stados Umdos era ava
b
1
1
en Europa, que podan ~t=ca~s bl ombarder?.s. de combate estacionados
.
ni al desarrollo de nue
ancos sovieticos con armas nucleares,

.
v0 s sistemas de
.
armas
m s precisas,
rea en
a que Estados Unidos co
n su so f"1st1cada
tecnologa,
previsiblemente
1

~;t~~o~n
~e~~~necid~ es~ables

~stado

se destacara. La nica desventaja, desde el punto de vista de Washington. era que el Interim Agreement congelaba la fuerza misilstica
en un punto considerablemen te ms alto que el de Estados Unidos
( 1330 vs. 1054 ICBM. 950 vs. 656 SLBM). pero esa asimetra era compensada por el hecho de que los misiles norteamericanos eran ms
5
precisos, y en gran parte con sistemas MIRV.3 En suma, dadas las
tendencias prociucidas en el desarrollo de armas estratgicas durante
la dcada anterior , el SALT I era claramente ventajoso para Estados
Unidos.
Sin embargo, el SALT no poda asegurar que la na1:in utilizara
las oportunidades que proporcionaba para mantener Ja paridad estratgica con la Unin Sovitica. Al enfrentarse con las limitaciones
cuantitativas impuestas por el SALT, los rusos rpidamente desplazaron su nfasis <. las mejoras cualitativas, incluyendo el desarrollo de
sus propios MIRV. Tambin sacaron provecho de las ambigedades
del Interim Agreement para construir una nueva generacin de ICBM
"pesados", cuyo poder destructivo slo pareca utilizable para el propsito de atacar los misiles norteamericanos de base terrestre, ahora
vulnerable por la prohibicin de los ABM.36 Sin duda, nada en el SALT
prohiba a Estados Unidos introducir mejoras cualitativas en sus
propios sistemas est ratgicos. y Kissinger estaba decidido a moverse
en esa direccin. "La mejor manera de utilizar este congelamiento
es alcanzarlos". dijo a Laird poco despus de la cumbre de Mosc de
1972. " Si no lo h acemos no merecemos estar en el gobierno". Laird
estuvo de acuerdo, y con su audacia caracterstica hizo que el respaldo
del SALT I por parte del Pentgono dependiera de la aprobacin del
Congreso del bombardero B-1 y el submarino Trident. Durante el prximo ao, la administracin agreg adems los planos de un ICBM
mvil, de b ase terrestre, y de misiles de cruceros subsnicos. "Estbamos decididos", record Kissinger ms tarde, "a no encontrarnos
nunca ms en una situacin en la que slo los soviticos tengan programas estratgicos en marcha" .r1
Pero para el momento en que el SALT I lnterim Agreement ya
haba expirado en octubre de 1977, ninguno de estos sistemas estaba
listo n i prximo a estarlo. El problema era en parte la inevitable
demora que acompaa siempre el desarrollo de cualquier nuevo sistema de armas. pero tanto el Congreso como el Ejecutivo tambin tenan
cierta responsabilidad. Nixon y Kissinger no haban logrado prever
el grado en que los rusos extenderan los lmites de SALT: en cambio, se representaron ese acuerdo como parte de un proceso mayor
por el cual ambas partes se haban comprometido a mostrar cierta
restriccin en sus tratos mutuos.Ja Esto dificult instrumentar la idea
de que el SALT deba mostrarse como una oportunidad de alcanzar a
los rusos: si la restriccin deba ser el esquema del futuro, deca la
argumentacin. por qu ponerla en peligro incrementando los gastos

356 i

JOHN l.E:WJS GAOO!S

de defensa:> Per0 1
.
b',
.
s i a administracin
.
no calculo corn.:cta111ente
ten es cierto que rampoco lo hi
de acabar con la guerra de Vi zo el Congreso. Tras aos de ; , tarn.
Wa~ergatc, haba muchos cu et~am, tra~. el ms reciente tra.ntcrttos
~eriales" Y la poltica extcri.~ c~J~~cupac1on por las pre!>idenci~~~. de
1
ele
despul.is de que la 1 d
. presupuesto mrl1tar en 7 billo .
1975,
s en encrns de los
1
. .
nes, much
tornado evidentes como pa..
ga_s os mllrtares rusos se 1 b'
o
A causa de Ja co 1 , : ,~ que pudrcran ser ignoradas.39 * lU rcran
ns ante imposibTd d
presentarse Ja dtente talco
1 , J J a d~ la administracrn d
permanente relacin compet~1~1a comprendian los rusos -corno eu~e
~ongrc~o poi los abusos pasados a ' y a causa de la preocupacin de~
'os Un1_dos no sac demasiadas.\'' ex~~nsas_ de futuros peligros, Estaconstrurr sus capacid;,des 111T1 en ta1c1 s dt la~ oportunidades de .
sentido estricto SALT h'
i J ares que le ofreca el SALT 1. E re,
.
'
izo lo que K' . ,
,
n un
?cr 1~s arcas del desarrollo . ,
issrngcr habra pretendido: co t
inde_b:damente esas reas en'1:~1en~~ ~r: ~rmas sovieticas sin rcstri1~r
prcf1nera moverse en el f
q
iazonable que Estados r r, d~
as
u curo cercano .;o p _
,
1..;, r o;
. egurar Ja continuidad ele la estabilida e1 o :so. p_or s1 solo no podfr
1
d cstiateg1ca : para a!canzar
esa. meta, Es!ados Unidos al .
!ru1r los sistemas permitidos igua 1 que los rusos, tendr fo qu..: cons? las provisiones del SALT 1por e s.ALT. Fue la demora en hacerlo
g~'? que haban conseguido , o que dio a los rusos la ve1laja estrat~
c roo Ford dej el gobierno. ya para el momento en que la administraEl acuerdo de SALT 1 1
r ara con1unc1n

.
1ora1resulta
de tendencias
.
earo, f ue resultado de una
dad fur.ura no poda garantiz;r:C ~reas y tec_nolgicas, cuya continuido era inusual en cuanto a q~e , . dn un_sentido tecnolgico, el acuersuperpotencias ms des"aba ,?s. esphegues de sistemas que ambas
f
acr mente monitoreados" en. t1m1tar - ICBM Y ABM- podan ser
retonocimiento. Las m~,!~~ n:ed,1? ~e satlites Y otras formas de
panes despus del SALT I . 1cua rtat1vas desarrolladas por ambas
pactos pero muy precisos
de<;arrollo de misiles de crucero compor parre ele la Lrnin s' O\ . ~~:~p<larte de Est::idos Cnidos, y el desarrollo
B kf'
. rct1c.1 e los fCBM
.
ac rre- 110 se pre e b
..
pesados "del bombnrdcro
d' 1
s el an tan faclfmen t'
...
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e O~ sensores rem 010 .., .\ ' no . t
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En una sere de a t 1
habla dcmostr d .
r tcu os p:1bhcados en 197
F.:stados Unido: c~nqt:e los gastos militares sovitic~s ~b~~L Wohlsletter no slo
sino que tambin Ja5 C'specto a las armas estratgica" . a ian excedido a lo& de
_ pr~y.ecc1ones norteamericanas'". nb~rante la dcada antP.rior,
de Ja acumulac.
1
Race?" For
Q sovieuca !A lbert Wohlsle
..11 1an subestimado la escala
1974) '
etgn Polzcy l!;, verano 1974 "Ri a;terb. e.Is lhere a Strategic Arms

v s ut No Rae-e", ibid.. 16, otoo

IMPLEMENTANDO LA DTENTE

1 357

De manera similar, Ja base poltica sobre la que descansaba el


SALT en Estados Unidos era bastante frgil, a pesar de la avasallante
aprobacin que el Congreso le concediera en 1972.*
El SALT haba involucrado la tolerancia de las asimetras -una
delantera cualitativa de Estados Unidos en ICBM y SLBM a cambio
de una ventaja cuantitativa de los soviticos. Pero las asimetras, por
justificables que fuesen, tendan a producir inseguridades, y la asimetra del SALT I no constituy una excepdn. Muy pronto despus de
haber aprobado el SALT I, el Congreso aprob una resolucin del
senador Henry Jackson, especificando que, en el futuro, las negociaciones del SALT acerca de la paridad numrica con Jos rusos se manten
dran. La preocupacin de Jackson era que la delantera cualitativa de
Estados Unidos fuera transitoria, y que la nacin necesitara tambin
la seguridad que le dara Ja paridad cuantitativa. Sin duda, la ventaja
tecnolgica de Estados Unidos demostr ser frgil -en parte a causa
de la parsim9nia de los colegas congresistas ele Jackson-, pero el
requerimiento di! procurar paridad numrica se convirti en una manera muy ruda de enfrentar el problema. l os rusos no estaban preparados para acordar la paridad en 1odas las reas, alegando, c<m cierto
justificativo, que las misiones defensivas sovicWca y norteamericana
eran en s mismas asimtricas. Y ni siquie ra el Pentgono deseaba
paridad en todas las reas; haba preferido deliberadamente no igualar el despliegue sovitico de grandes misiles "pesados" con combustible lquido elegido por el Soviet, insistiendo en que los misiles ms
livianos y ms precisos, con combustible slido, cumplan mejor Ja
funcin .42 Sumadas a las dificultades de verificacin, estas complicaciones polticas tornaron ms ardua la tarea de extender el proceso
del SALT a nuevas reas.
El tratado del SALT I ABM fue enmendado por mutuo consentimiento en 1974 para permitir a cada parte slv un emplazamiento
ABM, a d iferencia de los dos que se autorizaban originariamente. Ms
tarde. ese mismo ao, en la cumbre Ford-Brezhncv realizada en Vlndivostok, las dos parte<: coincidieron en aceptar una limitacin mutua
de 2.400 sistemas de lanzamiento 1..stntgico. incluyendo ICBM, SLBM
y bombarderos pesados, a un subtecho de l.320 en TCBM y SLBM
equipados por MIRV. Esto representaba un avance en direccin a Ja
puidad numriLa, pero slo en trminos <1r,rega.Jos, no en categoras
individuales de sistemas de armas . Durante Jos dos aos siguientes
las negociaciones giraron en tornu :i Ja cuestin de si los misiles dl'
crucero no1teamericanos y los bombarderos soviticos Backfirc seran
incluidos en el SALT II y, si 10 eran. de qu~ modo se verificaran su~
SALT I tom la forma de trat.ado que limitaba a ambas partes a no ms
de dos emplazamientos ABM, y fue nprohadu por el Senado en agosto de 1972, Y
un acuerdo de cinco aos que pona un techo a los lanzadores de ICBM y SLBM
fu(' aprobado por el congreso en setiembre de 1972.

358

1 .JOHN LEWIS GADDlS

limit~cio~es_. ~o se.habFa llega~o a un :cuerdo para el momento en


que a a mmistraci n ord deJ el gobierno a principios de 1977 4J
Es claro enton~es 9-ue el_ SALT no estuvo a la altura de las esp~
ranzas de sus partidarios; sm embargo, vale la pena preguntarse
Estados Unid_os hu~ie~a est~do en mejor situacin en caso de que :;
~ALT_no hubiera ex1st1do. Sm el SALT, no hubiera existido nada para
inducir a los rusos a reucir sus ICBM, SLBM y ABM en la medida
que lo hicieron, ni tampoco es probable que el Congreso hubiera ac~~
dado fondos para programas norteamericanos comparables. No es
~er~ad que el ~ALT dejara a Estados Unidos sin defensas: el desequihbno estratgico nunca lleg al punto de permitir a los rusos lanzar
ataques contra las instalaciones misilsticas norteamericanas sin riesgo de sufrir represalias devastadoras. Por cierto, el monitoreo de las
capacidades estratgicas soviticas hubiera sido ms dificultoso sin el
SALT: el extendido dilogo, sin precedentes entre soviticos y norteameri~anos, que se produjo acerca de estos temas altamente delicados d10 a Estados Unidos valiosa informacin acerca de los sistemas
estratgicos sovitico~, y esa informacin difcilmente se hubiera
concretado de otra manera.
Finalmente, y tambin de gran importancia, la meta general de
disminuir las posibilidades y riesgos de una guerra nuclear era suficientemente importante como para justificar la aceptacin de riesgos
.razonables con el objeto de avanzar en direccin a ese logro.
El SALT fue criticado porque coincidi temporalmente con el
surgimiento de la Unin Sovitica como absoluto rival estratgico de
Estados Unidos. Sin embargo, no fue este acuerdo el responsable
de haber producido la situacin. El SALT no pretenda ni mantener ni
recuperar el predominio norteamericano: tal como Kissinger comentara en 1976, "ningn lder responsable debera estimular la ilusin
de que _Estados f!nido_s puede recuperar alguna vez la superioridad
estratgica del pnmer perodo de posguerra".44 Ms bien el SALT era,
al igual que los recortes presupuestarios de Laird, una operacin de
"limitacin de daos" destinada a hacer que la transicin de la superioridad a la paridad fuera tan segura e indolora como sea posible
para Estados Unidos. Era una adaptacin a la realidad, llevada a cabo
con cierta pericia a partir de una posicin poco favorable en circunstancias nada afines.
.
A cualquier administracin le hubiera resultado difcil mantener
el equilibrio de poder militar en la situacin que debieron enfrentar
Nixon y Kissinger en 1969: la coincidencia de una expansin sovitica
sin precedentes y de los sentimientos antimilitaristas domsticos no
era un problema fcil de superar. Es crdito para ellos el hecho de
que hayan captado desde el principio las perturbadoras implicancias
~e estas tendencias y de que trataran, por medios realistas e imaginativos, de contrarrestarlas. El hecho de que su xito no haya sido

IM'.PLXMENTAN'DO IA

IJtraNra 1

359

total no fue una funcin derivada de una visin limitada sino de un


poder limitado, dificultad muy curiosa para una administracin a
la cual el adjetivo "imperial" se le aplic con gran frecuencia. En realidad, sin embargo, la administracin Nixon nunca domin al Congreso
en cuestiones de defensa, sino que el proceso se desarroll ms bien
a la inversa, y se agudiz cuando la autoridad del presidente se debilit como resultado del caso Watergate.
La primordial responsabilidad de la relativa decadencia del poder militar norteamericano corresponde al Congreso en el perodo
de la dcada de 1970. La dificultad consisti en la simple incapacidad
(o falta de disposicin) para diferenciar entre las amenazas reales y
las imaginarias dirigidas contra la seguridad nacional. En el momento en que Nixon asumi el cargo, los legisladores haban sido engaados tantas veces con respecto a la conduccin de la guerra en el
sudeste de Asia que recibieron con justificado escepticismo todas
las advertencias procedentes del Ejecutivo acerca de lo que podra
ocurrir si no concedan los fondos de defensa requeridos. La propia
credibilidad de Nixon nunca fue considerable dentro del mbito de
la mayora demcrata del Congreso, y disminuy an ms, justificadamente otra vez, a medida que transcurri el tiempo. Pero, en su anlisis de la acumulacin militar sovitica, la administracin comprendi perfectamente el peligro: aun as el Congreso tendi a descartar
estas advertencias como si fuera otro caso de "Pedro y el lobo". Slo
en 1975 una mayoria de legisladores empez a tomar en serio lo que
implicaba esta acumulacin; incluso entonces la nica respuesta fue
la de revertir la disminucin del presupuesto de defensa, no incrementarlo significativamente.45
Es probable que, a largo plazo, ello no hiciera mayores diferencias. Kissinger hubiera sido el primero en admitir que el poder, en el
mundo moderno, tiene muchos componentes, de los cuales el aspecto
militar es slo uno. La base de su estrategia haba sido la tolerancia
de las asimetras, suponiendo que las deficiencias en un rea podan
compensarse por medio de los puntos fuertes de otras reas. Pero
esa estrategia tambin dependa de no dejar que ninguna asimetra
fuera tan lejos, y eso es lo que crea que haba hecho el Congreso
a partir de su hostilidad antimilitarista post-Vietnam. Slo el tiempo podra darle la razn, pero en el momento en que la administracin Ford dej el gobierno no haba duda de que la superioridad
militar de la que Estados Unidos haba gozado desde 1945 -y de la
que haba sido consciente desde 1961- se haba retirado, y probablemente para siempre, de la escena.

360

1 JOHN LEWJS CAIIDJS

III
~a~ relaciones con la Unin Sovitica no eran de nin na
umco pro?Jema con el que deba enfrentarse la ~ti manera_ el
norteamericana durante los aos de la adm. . t I?, Ne~ ex tenor
los
t . .
ims racion ixon Ford
acon ec1mientos en otras partes del mundo
d
J
:
ma
. ,
.
se csarro laban de
neras mas? menos mdependientes de lo que les ocurra a w h . .
~on o a Moscu, y no obstante tenan profundas implicancias as mg.
m!e.reses ~orteamericanos y para Ja estabilidad global Unapara los
cnt1ca de importancia a la diplomacia de Kissinger fue .que det:rc~J~
esto~ probl~mas: en su fascinacin por Ja poltica del gran c~e
perd1? de vista el hecho de que los grandes poderes ya no ten~n r
1
~a~ac1dad d~ da~ f~rma por s solos a todo el orden internacionaf
Fmalment~ '. senalo un observador, "la crtica ms importante dei
1
t~~r; de Ki~smg~r s~r que. . . tambi~~ fue en gran parte irrelevan. J?~Y ci_e rta zroma en esta acusacion, ya que como estudioso de
la poht1ca mte~acion~l siempre haba difundido Ja autoridad de
las superpot.encia_s.47 Sm embargo, tambin es acertada, ya que en
1977 se podia senalar una larga serie de lo que podramos llamar
frac~sos en los_ tratos con el mundo aparte de los realizados con
Rusia Y con. C.hma, _fracasos que reflejaban una miopa sorprendente
~': . una admm1strac1n. ~ue, con cierta justicia, se jactaba de su posi1ltdad de t~ne_r una v1s1n amplia y a largo plazo.
. . En Sudafnca, por ejemplo, la administracin se aboc a principios de 1970 ? una calma pero deliberada poltica destinada a distender las presiones que all se ejercan sobre las minoras blancas
~n base a la .suposicin de que, tal como lo expresaba un memorn~
um del Nat10nal Security Council,
Los blancos estn aqu'

que d arse y la umca
manera en
1 que puede producirsei para
algn cambio constructivo es a travs
de ellos. No .hay

d e que los negros ganen los


. ning una esperanza
d~rechos P~h~1cos que procuran por medio de la violencia, que
solo produc1x_-a caos y mayores oportunidades para los comunistas. Por medio de la distensin selectiva de nuestra postura con
resp~~to ~ los regmenes blancos, podemos estimular ciertas
mod1fica~10nes de sus polticas raciales y coloniales actuales, y,
por medio de una ayuda ms sustancial a los Estados negros en
el .spccto econmico, podemos .. . ayudar a unir a ambos grupos
Y eJe:cer so?~e ambos cierta influencia que tienda al logro de
camb10s P,!lc1f1cos.4S

I MPLEM ENTANDO LA DTENTE 1

361

Era una poltica que reflejaba todos los presenti.mientos de una


Mara Antonieta en 1789, pues, en cinco a~s, la auton~ad portuguesa
en Angola y Mozambique haba desaparecido, los g?b1ernos blancos
de Rhodesia y Sudfrica sufran cada vez ms presin, Y los negros
mostraban signos de lograr el control poltico, aunque con poca
ayuda de Estados Unidos y con pocos motivos de agradecimiento hacia los norteamericanos.
Una miopa similar pareci dar forma a las actitudes oficiales
hacia Pakistn durante el sangriento conflicto civil de ese pas Y durante la guerra que luego emprendi contra ~a India ~ ~971. ~
crisis se haba producido a partir de la negativa de \k,1stan _Occidental a dar mayor autonoma a los ciudadanos de Pak1stan Onental
separados del territorio hind por una distancia de alrededor de 1.0~0
millas. La represin, oficialmente sancionada, de. la revuelta hab1a
llegado en marzo de ese ao al punto en que
in~o:mes de~ D.~
partamento de Estado empezaban a hablar de genoc1d10 selectivo ;
las estimaciones ulteriores sugeriran que se haba dado muerte a
un milln de bengales. Pero la administracin Nixon, decidida a usar
a Pakistn como intermediario de su "apertura" hacia Pekn, tuvo
buen cuidado de no criticar al gobierno de Islambad y de demorar
tanto como fuera posible sus envos de armas; cuando India intervino para establecer el gobierno independiente de Bangladesh en lo
que antes haba sido Pakistn Oriental, Nixon orden secretamente
a Kissinger que "inclinara" la poltica norteamericana a favor de los
pakistanes, por miedo a ofender a los chinos. El efecto, sin embargo,
fue alienar a India, que era entonces claramente el poder dominante
de la regin y, por medio de .Ja aparente indiferencia de Washington
a las atrocidades cometidas por los pakistanes, ofender tambin a
gran parte del resto del mundo.49
La administracin Nixon se asoci tambin con otra causa perdida en 1972, cuando aprob un programa secreto de ventas virtualmente ilimitadas de armas al sha de Irn, suponiendo que su gobierno sera un confiable aliado a largo plazo en esa inestable parte
del mundo. Esta generosidad no impidi que el sha pretendiera mayores incrementos del precio del petrleo al ao siguiente; ms serio
an, en Washington no se apreciaba el grado en que el programa
de modernizacin del sha -llevado a cabo, tal como Kissinger admitiera penosamente ms tarde, siguiendo estrictamente las teoras
norteamericanas acerca de que el desarrolio econmico produca
estabilidad poltica-50 llegara a ocasionar en el trmino de siete
aos su cada, y el control del gran suministro de armas norteamericanas pasara a poder de fuerzas completamente hostiles a Estados
Unidos.
En Medio Oriente, en 1973, la administracin no slo fue incapaz de prever la guerra rabe-israel --e.n parte, se ha dicho, porque

.!os

1MPLEMENTANllO U.

362 1 30HN

LrWlS CAOOU

Ja inteligencia norteamericana y la israel haban confiado demasiad


0
en ellas mismas- pero, ms significativo an, tambin fue incap
de prever la capacidad de los Estados rabes productores de petrl~
d.e imponer primero un embargo y despus incrementos de precio
sm precedentes a su principal exportacin. Esto ocurri a pesar del
hecho de que las disminuiqas r eservas y las importaciones crecientes haban tornado obvia la vulnerabilidad de Occidente; como consecuencia, la administracin fue sorprendida por el ms predecible
y fundamental cambio de las relaciones de poder mundial de los ltimos aos.51
En Chipre, en 1974, Estados Unidos no impidi, a pesar de las
advertencias, que el gobierno de derecha de Grecia, al que haba
estado respaldando con ventas de armas a cambio de los privilegios
que permitan establecer una base militar, derrocara al arzobispo
Makarios, quien hasta ese momento haba logrado con gran habilidad mantener la isla independiente de la dominacin griega o turca.
Este acontecimiento produjo la cada del gobierno griego y una
invasin turca de la isla; este ltimo acontecimiento, a su vez, produjo una rebelin en el Congreso, donde un vociferante grupo griegonorteamericano logr imponer un embargo de armas a los turcos,
ante la oposicin de K1ssinger. As, Estados Unidos, como resultado,
alien a ambas partes, con resultados desfavorables para la OTAN
y para la posicin norteamericana en e l Mediterrneo Oriental.52
En Angola, en 1975, la administracin volvi a prestar apoyo al
lado perdedor cuando decidi dar ayuda encubierta a las facciones
antimarxistas que luchaban por ganar el control de ese pas. Lo
hizo a pesar de que uno de esos grupos estaba estrechamente
vinculado al Zaire. el otro a Sudfrica, y n inguna era una causa
demasiado popular en Angola; a pesa r de los indicios que sealaban
que an era posible una resolucin diplomtica de la crisis; a pesar
de las advertencias del Departamento de Estado de que la ayuda
encubierta no podra mantenerse en secreto y ~ que en verdad
poda instar a los rusos a embarcarse en el .mismo procedimiento.
Las argumentaciones acerca de si Jos n1sos o los norteamericanos
fueron los que provocaron a la otra parte a intervenir en Angola son
complejas y probablemente sin resolucin, pe ro lo que est claro es
que. para fines de 1975 los rusos haban empezado con un programa
en gran escala de ayuda a los marxis tas angoleos (incluyendo el uso
libre de tropas cubanas) . en tanto el Congreso s e haba enterado Y
haba actuado para impedir la encubierta involucracin norteamen
cana. De cualquie r manera que se establezca !a responsabilidad fin~
del incidente, "es obvio", tal como dijera un frustrado funcionario
del Departamento de Estado, "que Estados Unidos cometi errores".!1
Mientras tanto, las relaciones con los pases de la OTAN y Japn
se haban deteriorado, ms por la desatencin que por otra cosa.

. .

..

l!trENTZ

1 363

lic inadvertidamente a Japn

ap
al no advertir anticipa
E n 1971' la admm1strac1on
.
1 nme1:o de meses
1

Jos golpes dur'?s en l 1g~3: de Kissi~ger a Pekn en julio, y luego a


damente a Tokio de v1aJ~ ortante sobrecargo y suspender .1~ con
decisin de imponer un imp
. .en tos del secreto justificaban
vertibilidad oro del dla~. Los reqt~~:~n era responsable un pro~eso
en parte estas descort~~1a~ pe~~ticas por parte de Washington, ajeno
autocentrado de creacion e~ da sobre sus aliados. Dos aos ms
en general al impacto que eder d
.do al que haba sometido a la
tarde, consciente del grado e .escu~r Rusia China y Vietnam, Kis
OTAN a causa de su preocupac1 n p
1973 era "el ao de Eu
ntemente, que
d f
6 gra ndilocue
s inger procl'?.'
.
edidas econmicas y de e ensa
ropa" y sug1n una sene de mh
ntc con Estados Unidos a los
'

1 ms estrec ame
.
b
de stinadas a vmcu ar J n La respues t a de los aliados ' sm em arpases de la OTA N Y
ap f
ble -es posible que les haya repoco avo_ra
"an-o" y mucho ms cuan
go fue decididamente
se les asignara un

.
sultado paterna1ista que
Medio Oriente impedan que
do otras presiones como ~atergate ~ tiempo a los asuntos de los
Kissinge r dedicara en realidad mue o

aliados.S4
acin para Kissinger en
La OTAN se transform en una preocu~s de que los comunistas
1974 y 1975, pero slo a causa d~.sus te:~;ar en gobiernos de coalide Francia, Italia y Portugal pu ier~.n cionales La situacin en Porcin en esos pases por . medios cons It~cuencia. de la revolucin de
tugal se h aba producido como c~ns r el im erio portugus en el
abril de 1974 que, adems de.1es:;:~~!:iament~ un fObierno socia
sur de Africa, haba _p~od~ci 0
~ , .~ "Est uste.i permitiendo
lista con cierta part1c1pac16n _cornuni!> sta en el cobierno", dijo
.
fl
del partido comurn
e
.
M .
demasiada in uenc1a
. .
d Relaciones Extenores
ano
directamente Kissinger al mm1stro e k ,.. *
. "E usted un Kerens )
.
Soares en octub re.
s . .
K.ssinger habl de aislar econmiDurante los meses s1gu1ent~s, le la OTAN como si el pas ya
camente a Portugal y de exclu1rdlo' d omunismo.' En 1975. cuando los
,,
ddo" v e!l n1anos e e
'bl.
estuviera per i.
J
:
.
italiano se comprometieron pu ica
artidos
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fi
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independizarse
de
P .
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tos democ icos J
mente con los proce . ume~ b. tamente escptico: los comunistas ,
Mosc Kissinger se x::iostr a ier
.
s promesas adv1r,
"
nfiables m tampoco su
por naturaleza, n o t:ra~ ~o
lo deiaran ~olwitariarnente. Era: una
ti; una ve7. en el pode1 J~ms
. a construido una estrategia en
postura extraa para a lgmcn qu~ ha~versarios depreciar la ideologa
torno de la iciea de fragmentar a osEa hdos co~unistas para la edifi. en 1o s a cuerdos con
.

y confiar
. los . s.,,.al Seori los ultenore"
resu uevo
orden
mten1ac1on

o
n
un
cac16n d e

zul "Lis00'1
rensk)"' replhS Soares. {Tad S c.
. mo
"Por cierto no dese<> ser un Ke Revo'tution", Foreign Polic/, 21, lnV\e
& washlngtOn. Behind tbe Portuguese
1975-1976 , 3).

IMPLEMENTANDO LA OTENTE

364 j

JOHN U:WJS GADDIS

cactos, queda claro que Kissin e


perspectivas del "eurocomuni~~ ~~ager tan~o los peligros co
garon al poder en Europa O "do . los partidos comunista mo las
tegida de la subversin intecc1 en tal; la OTAN no tuvo que s no llerna. Esto ocurri ms bien a ser pro.
las adYertencias de Kissi
alarmas fue lanzar una
_n o a causa de ell::is; el
de
no hubiese podido impedir
a Estados Unidos contra alg e sus
Lo que tod
, , menos, por esos medios.ss
o que
os estos acontec
tencia de la administracin en 1m1entos tenan en comn era la . .
vez de regionales.56
K_en.frentarlos en trminos global ms1suna "profundizacin filosfica"
h abl::iba <le la necesidae;
asuntos mundiales tena
en e enfoque norteamericano
e
la fascinacin por , el ..
mente la
de acabar a d_e los
las _cns1s" que haba
;oln
aclministracin
-como vtetnam- a expensa d cuparse
por. los asumos regionalea
1
i cvertido el procedimiento s_ e a estrategia global. Kissinger habas
ord
.
. concentrarse en la
. en mternacional estable entre 1
c~:mstruccin de un
neJar las crisis que se presentaran as superpotencias, y despus maban ese gran diseo o si lo interfe ~n ot~~s partes segn si facilitarecupcrarse el sentido de la direc~~-n. olo de esta maner:i podra
faltado en Ja poltica internadonal ~~n t y la ?roporci~ ciue haba
Pero alcanznr cierta pcrs 'Cl ,
r ~americana reciente.57
llcs: el exceso de simprf ~~ iv.t requiere el sacrificio de los <leta.
1 1cac1on es el precio
una vista ms amplia. El enfo ue de . . que se paga por tener
los acontecimientos region l q
~1ssmgcr tenda a imponer a
de la competencia !!lobal : e~ categonas de peusamiento derivadas
disminuan la sensibilid d e 1as s.u~erpotencias, con resultados que
.
a a os distintos cont
acontcc1m1entos se desarrollaban* N. . ,
. ex_to~ en los que estos
tar, por ejemplo que l
. .
t N1xon ni K1ssmger podan acep.

e marx1sn10 pudiera , f
pu
e mdepc:nd1ent~,.; en c ier tas partes del rn setd una uen.a. local ' po~c;.;n 1ar
que el acceso al poder d
.
un o; 1.:n cambio, insistan
mundo slo pod:.i socavar la ~r~~~ift~~1~rnos
.en c~alquier parte del
' 1( norteaml' rtcana y beneficiar

~;:r, ~
a~as

Cuand~

efcct~c~ar

issm~er

e~.
anterio:'1:-PJ~eode

p~s~bilidad

~n

llevad~t

elamgo~i~
nor~~1~
~968) an~i~~~ 1dnt~l!gencia norteameriC'~~o ~~otro

Un de
ejemplo extre mo d e esta tendcnch se
d J?, en mayo de !975. cuando
los
botes
pulacion
en e
to:naron al carguero
Puebl e
? e. Siam . Decidido a
t 1
ncano Mayaguez y a su tn
Pode
mcidente como el del
0
t'
r eJar establecido
E
o por Corea del Norte en
~;~ded: J~:: ~e la caida de Saig6nq~~s
Un!1os poda actuar vigorosa
adtaques areos contra el puert..o ':{1
K.issinge1 persuadl R
anfibio contra
tos en co
is a e Koh Tang ( ru co.;10 .
e ompong Son Y un asalto
las medid~bJfpf otrt?S 23 en U.'l accidente J~e ~~~oc~o n)or~eamericanos muerP ro sm esperar a ver si
rear d d
om teas podlan consegu 1
la tripulacin fue liberada
ir ilberac16n de la tri ulacin -en
1.
tf fotgrafo .te la casa
producbn lns atfques. corresn onal Secur1ty Coun~il que los am"Vl
e:m1::rly, su;erir a los miembros
de
conspiracin
actuaron por
cuenta
agudo Cri: t or A Time to Heal pp 275-114
a hunllar a Estados
Crisis:' CM s
Lnm)J,
M.akmg
un anlL<>is inusualrr.ente

lS, Olo U.:uversit.y, 1980). '
e ystems and the Moya.gttez

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1 365

tn1~o;~r~erp~ted
~u~.

BlanC:i~!r~ ~

"~ecJsion'

~/~~Jes~~~
BJi f'~

su

a los rusos. De manera similar, exista la tendencia a permitir que las


reacciones anticipadas de Mosc o Pekn gobernaran las respuestas de
Washington en otras partes. "Admito que no es una posicin brillante", dijo Nixon a Kissinger a fines de 1971. comentando acerca del res
paldo norteamericano a Pakistn, "pero si drcaemos ahora los sovi
ticos no nos respetarn por ello; los chinos nos despn:ciarn y los
otros pases extraern sus propias conclusioncs".ss Esta preocupacin
por lo que Jos otros pases podan pensar si F.stados Unidos actuaba o
dejaba de actuar no slo edtaba dedicarse a las causas de la inestabilidad regional, sino que tambin corra el riesgo de un exceso de compromiso y tambin de falt:i. de iniciati\a que haba aquejado a la nacin durante la guerra de Vietnam. En este sentido, al menos. resulta
difcil ver h3sta qu punto la "profundizacin filosfica" de Kissinger
cambi las cosas.
Una dificultad conexa era que la estrategia Nixon-Kissinger se
basaba en un control muy centraliz::ido p3ra a~cgurar la coherencia
conceptual -control adquirido !!racias a la exclus16n casi completa de la burocracia del proceso de toma de decisin Esto ~1gnifi
caba que Jos expertos regionales -que eran necesario<. para evitar
la clase de situaciones implcitas en el hecho de aplicar una perspectiva global a los problemas locales- eran frecuentemente pasados por
alto. En la crisis India-Pakistn, en Portugal y en Angola. hubo especialistas que advirtieron acerca de los riesgos que involucraba la
estrategia de Ja administracin, pero sus consejos no fueron escucha
dos; en el caso (k Irn, aparentemente e~os consejos ni siquiera se
requirieron. De manera similar, en la guerra rabe-israel, durante el
embargo petrolero di.! la OPEC y durante la crisis de Chi pr.:, una
rna' 0r attncin a lo q t11.: decan los expertos pudo haber ayudado a
la administracin a evitar ser sorprendida en la medida en que lo
fue. La burocracia, sola lamentarse Kissmger. asfixiaba las innova59
ciones, y ciertamente haha mucho de verdad en el comentario. Pero
la burocracia, cuando se la utiliza adecuadamente, puede ::iyudar a
controlar acontecimientos complejos y diferentes sin riesgo de exceso
de simplificacin, aconsejar N1ticipadamcnte acerca de peligros futuros y reducir as las chances de ser sorprendido. Uno de los mayores
defectos de la administracin Ni;wn-Kissinger y de su estilo (ue que
no logr utilizar la burocracia de esa manera.
Finalmente, en una estrategia tan centralizatla, siempre se corda
el riesgu de que los temas fueran considerados en trminos cte personalidade~ asi como de intereses. Fue muy significativo que Nixon y
Kissinger se entendieran bien con Chou En-lai, el sha de Irn, el pres
dente Yahya Khan de Pakistn, pero no con los japoneses, ni tampoco
con Indira Gandhi, de la lntlia.60 En sistemas que concent1an la autoridad en el tope, las relaciones per~onalcs hacen una diferencia: pued~n conducir a la ceguera con rt!specto a las deficienrias y vulnerabi-

366

IMPLEM~NTANDO

LA Dt'n:NTE

1 367

JOHN U:WIS GADDIS

lidadcs de los amigos, y profundizar las sospechas con respecto a


aqullos que por cualquier razn p retendan explotarlas. En esas circunstancias, la distincin establecida entre poltica y petulancia se
hace muy difusa.*
Haciendo justicia a Kissinger, debe sealarse que tena Ja capacidad, a veces, de apre nder de sus errores, y de actuar rpidamente para
corregirlos. Por eso, a pesar de haber sido sorprendido en 1973 por
el estallido de Ja guerra rabe-israel, respondi a esa crisis con pericia
y c reatividad, desplazando la poltica norteame ricana desde su temprana postura proisrael hacia otra de relativa imparcialidad. As
consigui para Estados Unidos un nuevo respaldo del mundo rabe
(y produjo la correspondiente declinacin de la influencia sovitica)
sin alienar permanentemente a los israeles ni a sus poderosos aliados
dentro de Estados Unidos.61 De manera similar, tras el fiasco de Angola, Kissinger persuadi al presidente Ford de que Estados Unidos
no deba alinearse ya en contra sino ms bien a favor del movimiento
de libe racin negra e n el sur de frica: en un act o de coraje poltico,
dadas las dificultades de una renominacin, e n abril de 1976 Ford
autoriz a Kissnger a proclamar una "decidida oposicin" al rgimen
de la minora blanca de Rhodesia, y a insistir en que deba acabar la
"desigualdad ins titucionalizada" en Sudfrica.62 Ninguna de estas iniciativas prometa una solucin rpida ni permanente de los problemas,
pero s sealaba la capacidad de beneficiarse a partir de la e xperiencia,
capacidad que no siempre ha estado presente en la reciente poltica
exterior norteamericana.
No ob!.tante, siempre hubo algo extemporneo en el manejo que
Kissinger haca de los acontecimientos que se produjeron fuera del
eje \Vashington-Mosc-Pekn . Con demasiada frecuencia, Estados Unido~ se encontraba enfrentando crisis predecibles con improvisaciones
frc:1tkas, problemas a largo plazo con paiiativos a corto plazo, tendencias irreversibles con una resistencia quejosa y descorazonada. Es
curioso que c~to haya sido as, dada la insistencia de Kissinger en la
coh-::rcncia conceptual para la conduccin d<:! la poltica exterior. Pero
fue , de alguna manera, esa misma bsqueda de coherencia lo que
produjo el problemn. La gran visin geopoltica de Kissmger reouerfr.
exceso de simplificacin. centralizacin, incluso personalizacir. st es
que Jeba prevalecer sobre la fragmentacin y las tendencias TI!>... ' S
qui.! st: daban dentro de la burocracia. E l precio, sm emoargo, fue l?
fal1.a de atencin a problemas que se hallaban ms all de1 domm:n
de ks grandes poderes, y despus, cuando estos problemas se torna Tamb in existe el peligro de que factores absolut..amente ajenos puec\sr
afecta: la toma de decislpnes. Se ha dicho, por ejemplo, que la frustracin da
Nixon ante el rech82o del Senado de dos designaciones en la Supreim Corte
junto con su euforia tras haber vi.sto la pelcula "Pat<..on", contribuyeron !> r.t
decisin de invadir Cambo<i.ia en 1970. (Ver Wllllam She.wcross, Stdes'!l.o-.-:: Kfs;, 1n
qe~. Nixon qnrf tl:e Destructlon of Cambodla, New York l!r.S, p>. ::+35)

. orarlos una tendencia a imponerron demasiado serios como para ign d


s 'por mucho que Kissinger
. .
de grandes po e re .
.. t
es
soluciones
tip1cas
.
l.
el
concepto de contenc1on, s e
l

y
raciona
izar

. d t. ~da a limitar la expans1on


h iciera para rev1gonzar

estrate"ta
es
m..

era para l, aun eso: una


e
. straba un foco intelectual made a Unin Sovitica. Como ta.l, sum1?1
de temas que trasce ndan
dccuado para enfrentar el creciente nume ro
su esfera de accin .

IV

.
..
.
.,
b', otro efecto desafortunad~>., a los
La centrahzac1on eJerc1? ~am ~e~ocav el cimiento del princ1plO moojos de \os crticos de K1ssmger. s
J'f
exterior norteamericana
ral sobre el que deba ?escan:ar l~ p~i~~~: fundamentales de la nasi se deseaba que reflejara lasl asp1~~dato prcsidt>ncial Jimmy Carter
. , n Tal como lo expresara e can t
C IO
9-6
durante su campaa de 1 ' :
.
h d
rrollad en secreto, y es proNuestra poltica ex.tenor se a es~ todoc:; sus detalles . . Por
bable que slo un hombre con~~ica exterior se haga sin nosohaber permitido que nuestra p~h
la manera en que hablamos
tros, hemos pt:rdido algo eructa e~eblos del mundo ... Debe ser
y actuamos con respecto. a otros p e ar la autoridad moral de
1d d del presidente recup r
..
,
!'fea exterior.
responsa b 1 1 a
este pas en la conducc1on de su po t t
.
b Carter la poltica exterior
Durante dcmasia~o tiempo, acusa ~aniobrs y manipulaciones,
haba consistido "casi enteramente
ndo es una jungla de antabasndose en el presupuesto de que el mu cmaca militar y la mus
rivales en .el que a supre funcionan y en la que
gonismos nacionales
,
n las mcas cosas qu

.. E
culatura econom1ca so
..
tre s ara conservar la paz . se
los poderes rivales se ~qmhbran. e~
1~15 o incluso en 1945, pero
enfoque poda haber sido apr~~.1a. ~ ~?Llanc;o Solitario" de Kissinger
no en la dcada de 1970. Lapo it1c:;i e
, moral y debemos estimu
"debe haber s ido inherentemente secreta y ~nstan~c adherencia a los
lar ahora 1::1 apertura. la con~ult:lt~su;:r:metros morales" .6l
a os
.. , de Carter de que Jos
P rincipios fundamentales y nse
de la supos1c1on
.
e decisin producen una d1plo
Se piense lo que se ~ie
procedimientos ~e~ocrt1~os ~~d~o~:n~miento, a fines de la ad~ini.s
macia moral, ex1stta un d1~n.
l presidentes a los que s1rv1
tracin de Ford, de que Kissm~er Y. osntrc :oltica y principios que
haban descuidado la correspon enc1a e scrv~r autoconfianza. En su
cualquier nacin debe mantener para ~~n. d'a llegar a acusaciones
versin ms extensa, esta arg_umentacN1 .n po I Kissinger desviaron la
de genoc1'd'10. Ast' se ha sugendo que ixon y

e7

~68

JOHN LEWJS GADDJS

IMPLEMENTANDO LA DtrENTE

vista entre 1969 y 1970, cuand


. .
..
rebeldes de Biafra. Insistieron ~nN1gena deJo ~orir de inanicin a l
que ese gobierno asesinara a los r~t~r~;td~a~1stn ei:i 1?71 a pesar~!
Suspendieron slo temporariame t
s pFOvmcias orientales
de las evidencias, entre 1972 y 1974 dn ~ su ay~da a Burundi, a pesa~
;:ent_e_.sancionados y perpetrados c;nt;a ~: ;~~~~~~~osHen masa oficialme1 icamente pero sin poder oltico
io~ utu, dominante
de la guerra de Vietnam a Cambp d"
. ~ por medio de la expansin
acontecimientos que conducira odia, p~~1eron en marcha la cadena d
de Poi Pot y el Khmer Rou
, espu ~ de 1975, a las depredacion e
cin. "Cambodia" ha afirmged y al cu~s.1 exterminio de toda la pobts
crimen".64
'
a o un cnt1co, "no fue un error, f ue un
aLa suposicin es que los estad
.
istas deben ser Juzgados por las
consecuencias de sus acciones
i::se estndar sera justo si se , s~~n cuales fueren sus intenciones.6s
c1n directa entre las accion pu iera d_emostrar que existe una rclaes emprendidas y lo f
pero esa demostracin es de difcil 1
s e ectos producidos,
La gravedad de las atrocd d
p .nteo .en los cuatro casos citados.
principio demasiado comp;e~d ~~ pak~tani~s y nigerianas no fue al
dencias de que, si hubiera sido c~ en as~mgton, ni tampoco hay evila . capacidad de la administraci~~rend1~a . ~abra estado dentro de
mismo ocurra en el caso d B
~ . pos1b1hdad de detenerlas. Lo
baja dentro de la escala de e. ~drun I, que tena una j erarqua tan
,
pnon ades de la C
Bl
ger tomo la desacostumbrad
d"d
asa anca que Kissina algunos subordinados en toadmle I af d~ d elegar las decisiones clave
eam b odia,
fueron las fuerzas 0 o . re endo
, 66 E n el caso de
. a ese pa1s.

.
norv1etnam1tas no 1
.
quienes v10laron la neutralidad ali'
, , . . as norteamericanas,
menos una consecuencia de 1 ,,.1. el .~vemm1ento del Pol Pot fue
ele 1970 que de la victoria finala de1ncurs1on"
H
.
m1Titar norteamericana
1975. Inculpar a Washington d l
ano1 sobre Vietnam del Sur en
dones es no slo atribu1r d
e. ods horrores acaecidos en esas situaemasia o peso a J

de una compleja cadena ca


. l .
e ementos aislados dentro
.
,
.
usa
'
smo
que
Ja
a1g
t
..
ta m b ten cierta clase de el
. .
umen ac1on sugiere
.
1auvm1smo
al su
la v10lencia y el terror
t.
.
poner, tal como lo hace que
no 1enen exist~ d
'
1 -.nc1a m ependiente en el mundo, y que slo aparecen com
de Estados Unidos.
o resu tado de la accin (o la inaccin)
,.
Una versin ms convincente de l
que Kissinger era demasiado
.
a c:1t1ca de "amoralidad" es
ran los medios; as en s
.proc.hve a dejar que los fines justificau urgencia por log . b . .
,

emp!e metodos inapropad


tar o Jet1vos especficos
sitos mayores que estaba t~:t~n~ ve~es destructivos para los propi
podra aplicarse a los acontecim. o e cu~plir.61 La argumentacin
e~nbargo, su aplicacin ms obvi~entos rec1enten;iente descriptos; sin
g1das por la administracin co
puede hallarse en las apologas elen respecto al gobierno marxista demo-

1 369

crticamente electo de Salvador Allende en Chile, y a la desescalada


de la guerra de Vietnam.
Durante toda la Guerra Fra, Estados Unidos haba afirmado que
no se opona al comunismo porque fuera revolucionario, sino porque
negaba libertad de eleccin. La argumentacin prosegua diciendo
que, si un pueblo eligiera libremente un gobierno de esa ideologa,
Washington respetara esa eleccin.68 As, Nixon reconoci a principios
de 1981 que aunque la eleccin de Allende no era " algo que nos agrade. . . fue decisin del pueblo de Chile, y. . . por lo tanto aceptamos
esa decisin ... Pues la intervencin de Estados Unidos . .. si hubiera
intervenido en una libre eleccin para invalidarla. . . creo que eso
hubiera tenido repercusin en toda Latinoamrica, una repercusin
mucho peor de lo que ha ocurrido en Chile". Ms tarde, ese mismo
ao, en una seccin del informe anual de poltica exterior de la administracin titulado "A Community of Diversity", Kissinger sealaba:
"Esperamos que los gobiernos evolucionen hacia los procedimientos
constitucionales. Pero no es nuestra misin tratar de proporcionar
--excepto por el ejemplo- las respuestas a esas preguntas a otros
Estados soberanos .. . Estamos dispuestos a mantener con el gobierno
chileno la clase de relacin que l est dispuesto a sostener con nosotros" .69
Y sin embargo, est ahora claro que la Casa Blanca, mucho antes
de que se llevaran a cabo las elecciones en Chile, haba autorizado
algunas acciones encubiertas destinadas a inclinar los resultados fa.
vorables hacia los oponentes de Allende; que por medios que incluan
la consideracin de un golpe militar se haba procurado impedir que
Allende llegara al gobierno y que, una vez que el presidente chileno
hubo accedido al cargo, se sigui una vigorosa poltica de presiones
econmicas y polticas tendientes a " desestabilizar" su rgimen. La
administracin hizo todo esto sobre la base del vago temor de que
Chile bajo el gobierno de Allende se convirtiera en una dictadura comunista, siguiendo Jos lineamientos generales del gobiemo de Castro
en Cuba. "No veo por qu tenemos que permitir que un pas se vuelva
marxista slo porque su pueblo sea irresponsable", se dice que Kissinger afirm en un comentario orwelliano que pareca sugerir la disposicin a subvertir la democracia con el objeto de preservar la democracia. Es imposible saber si Allende hubiera seguido o no el camino
de Castro, ya que fue derrocado y asesinado en 1973, para abierta
alegra -aunque sin involucracin aparente- de la administr3:ci~n
Nixon. Lo que resulta claro es, primero, que la Casa Blanca mmt16
con respecto a sus activ,idades en Chile; segundo, que sus acciones
confirmaron el enfoqu de los exponentes ms militantes del marxismo con respecto a que la ideologa slo poda tener xito en Amrica
Latina a travs de medios violentos y exclusivamente por encima de
la oposicin de Estados Unidos; y, tercero, que Washington fracas en

) j

JOHI\' lZWIS GADilIS

IMPLEMENTANDO LA DTENTE 1

propia prueba de toleranci d


,
e regimenes
desagradables
>crticos.10
La

er

o de-

pos1c1on de Kissinger con res


.
pecto al eurocomunismo en Eur pecto ~ Chile, al igual que ca
idos slo poda aceptar cierto ran opa Occidental, era que Estado~
ique se produjeran por medios dgeo de r~s~ltados polticos. incluso
El co
.
mocrat1cos.
. mprom1so norteamericano con l d'
.
~ndia a la aceptacio'n de go b"1emos que ap ivers1dad,
entonces' no se
d"
manera el equilibrio de poder Tal
u iera.n i;>erturbar de algu.
un momento ante sus colabor~dores:o~o K1ssmger reconociera
:mos un lmite a la diversidad" 11

Nosotros somos quienes


;1dad po.dan ser muy altos, tal ~o Pero ~os. costos de limitar la di1formac1n acerca del asunto Chilemo ~1ssm~er. descubri cuando
mcadenando una extens .
. ~e hizo publica a fines de 1974
a mvest1gac1n
b
,
.. -a so1utamente pblicaCongreso acerca de sta ot
n~s: los peligros que ,habran ~as ~~t1v1dades enc~biertas. Lo que
.c1p10s jams pudieron ser
bu~1ficado este ale3amiento de los
. sido e.mprendidas con :ir~b~et~s'l que la~ acciones iniciadas
. y para impedir que se h ' . J
e prevenir amenazas hipot
. proftico de lo 1c1eran reale
,
s. E s probable que Nixon
. s1do mas
ico, en 1971, que las reperc~~~o~:e1a cuand~ dijo, para consumo
in peores que las provocaciones s de u.na mtervencin en Chile
Un caso simil d
que pudieran causarla.
.
ar e recurso a med
.
:tenz la desescalada
i?s mcons1stentes con los fines
!Cto a la guerra de v1eqtue cmpLrend~ l.a administracin Nixon con
nam. a pnnc1pal

razon para permanecer


se pa1s hasta que se prod .
los Estados Unidos era p UJera un acuerdo de paz aceptable
speto exterior. "Una
'reservar la a u t ocon f'ianza domstica y
. .
nac1 n no puede
ona a sus aliados y de .
seguir siendo grande si
.
J caer a sus amgo " . b'
.
d .
1 s : na ia dicho Nixon
nacin en su primer discu
de 1969. "Nuestra derrot rsoh e. im~ortanc1a sobre Vietnam a
.
.
bl
a y um1llac1n en v
iona emente promovera la falt
ietnam del Sur m~.randes poderes que an no ha a de respeto en los consejos de
ustar el mundo" K" .
n abandonado sus propsitos de
issmger expres l
e mismo punto con trminos
!mocionales en sus memo .
nas, una dcada ms tarde:
rea en la significacin moral d
.
.
idos los pases libres slo Est de ~ pa1s de adopcin. Entre
ierte como para gara,ntiz J a os nidos era suficientemente
s fuerzas de la tirana S~r ~ segurida~ global y protegerla de
imo Ja decencia nece~ario~ stad<:>s Unidos tena tanto el poder
chaban por lograr ident' dadpara mspirar a otros pueblos que
~die ahora que pudiera ~eni' progreso y dignidad. . . No haba
isotros abandonbamos nue
al rescate ~. Estados Unidos si
; o si sucumbamos al od s ras responsab1hdades intemaciona
io por nosotros mismos.

371

Los prerrequisitos de un acuerdo de paz aceptable eran simples:


la devolucin de los prisioneros de guerra norteamericanos, y la supervivencia de Vietnam del Sur como Estado independiente. Dentro
de estos estrechos lmites, la administracin tuvo xito: al cabo de
cuatro aos, Hanoi cedi al requerimiento de Washington en lo refer
do a los prisioneros de guerra y a la contribucin del rgimen de
Thieu en Saign, de modo que, segn sus propios estndares, la Casa
Blanca pudo jactarse, tras la conclusin de los acuerdos de paz de
Pars, en enero de 1971. de haber logrado "un honorable fin a un largo
y costoso esfuerzo".12
Pero, eran Jos medios elegidos apropiados para los fines que se
perseguan -autoconfianza domstica y respeto en el exterior? 'Las
mediciones de estas cuestiones intangibles siempre eran imprecisas;
sin embargo, hay razones para preguntarse si los mtodos que utilizaron Nixon y Kissinger para resguardarse de la derrota y la humillacin
en Vietnam no produjeron algunas de las mismas consecuencias que
haban pretendido prevenir. A pesar de las evidencias del efecto obvia
mente corrosivo sobre la credibilidad del gobierno durante los aos
de Johnson, la Casa Blanca sigui utilizando, e incluso expandi, el uso
del engao oficial con el objeto de incrementar la libertad de accin.
De all que Nixon pudiera alegar pblicamente, en marzo de 1970, que
"nosotros respetamos la neutralidad de Cambodia", cuando en realidad un ao antes haba ordenado en secreto el bombardeo de ese pas
y la falsificacin de Jos registros militares con el propsito de encubrir
ese hecho.73 Ms tarde, ese mismo ao, despach tropas de infantera
norteamericana a Cambodia para demostrar, tal como l lo expresara,
que Estados Unidos no era un "lamentable gigante impotente", pero
en el proceso desencaden no slo desrdenes domsticos sin precedentes sino tambin los p rimeros esfuerzos serios del Congreso destinados a limitar Ja autoridad blica del presidente. La preocupacin
por el resultante cuestionamiento del poder presidencial hizo que
Nixon sancionara las grabaciones que ms tard<? llevaron a Watergate.* Ese hecho, a su vez, produjo una erosin del poder presidencial
que no slo dificult la implementacin de la "vinculacin" o el rearme ante la acumulacin militar sovitica, sino que tambin imposibih "Retrospectivnmente puedo ver que, una vez que adverti que la guerra de
Vietnam no poda tenninarse rpida ni fcilmente y que tena que vrmelas ..:or.
un movimiento ant.iblico que era capaz de dominar a los medios de d.liusi6n
con sus actitude& y sus valores, me vi llevado a veces al mismo encuadre d e pen
samlento que tanto despreciaba. en los lideres qe ese movimiento. E llos sol !UJ.
justificar cualquier cosa. en nombre de forzar un Inmediato final p&!'a una gut.>rra
que consideraban injustificada. e inmoral. Yo me vela similarmente l.mpwsadv a
ureservar la capacidad gubernamental de conducir la poUtica eict;crior, y conducu
ia de la manera en que yo crea serla la mejor para producir Ja paz. Creta. q ue l?.
seguridad nacional estaba en juego. An lo creo hoy, y, en las mismas circwistancJ.as, actuaria a.hora como lo hice entonces. La hiStoria ser el juez i.:lt!mo ae
todas las acciones, las reacciones y los excesos de ambas nrres, y se es W1
juicio que no temo", (Nixon, RN, pp. 514-15).

372 1

JOHN LEWJS GADDI&

IMPLEMENTANDO LA DTENTE 1

t que la ~dministracin Ford cumpliera con la promesa de Nixo

salva~ a Vietnam del Sur si se quebrantaba el cese de fuego t


n de
ocurri en 1975.
1 como

. Es correcto preguntarse si todo esto -por no mencionar las 20


vidas norte~mencanas y el nmero desconocido de vidas vietnami553
que se perdieron entre 1969 y 1973 14_ vala la pena para def d tas
concepto ~orteamericano del "honor" que requera la supe~ er ~
d_e u_n gobierno, el de Saign, incapaz de sobrevivir por s mis~~nct~
s1_qmera despus de aos de respaldo. Por cierto, la cada de ese ~
b1erno en 1975 de~at sorprenden!emente pocas recriminaciones d:n.
t~o d~ E~tados U~1dos;. no hubo ninguna repeticin de los debates del
tipo qu1~ perdi Chma" producidos un cuarto de siglo antes
tampoco n~nguna alarma entre los aliados de Estados Unido ni
h~cho ha s1d_o tomado como justificacin retrospectiva de la =~trast:~
gia de la retirada _demorada. 75 Sin embargo, se tiene la sensacin de
que _aqullos a qmenes Nixon y Kissinger deseaban impresionar por
m~dto de la permanen_cia en Vietnam -el pblico norteamericano los
a~tados de u~tramar, sm duda los chinos, posiblemente los rusos-' hub1~r~n reaccionado ms con alivio que con desprecio si la percepcin
oficial del "honor" hubiera permitido que la retirada se realizara
antes Y a un costo menor. Pues el "honor" tambin debe temperarse
~I m.e~os en lo~ as~ntos entre las naciones, por medio del sentid~
omun. esa aspiracin rara vez se cumple, incluso para Ja opinin
de. lo~ ob~ervadores afines, debido a la apasionada prosecucin de
Objetivos malcanzables a costos exorbitantes.
. Otra dimensin del argumento de la "amoralidad" era la acusacin

mayor importancia

. . de que Nixon Y K.1ssmger


atnbman
a la estabilidad Y el orden de las relaciones internacionales que a la causa
de los "derechos humanos". Curiosamente, esta posicin hall respaldo tant? en la derecha como en la izquierda del espectro poltico
norteamencano. 76 Los liberales podan criticar las estrechas relaciones
de la. ~d~inistracin con los regmenes autoritarios de Corea del Sur,
las :1hpmas, Pakistn, Irn, Grecia, Portugal y, despus de 1973, Chile:
ha? 1a aceptado la supresin de los procesos democrticos de esos
paises, se argumentaba, porque Estados Unidos necesitaba su ayuda
para mantener el equilibrio de poder contra el comunismo. Los conserv~d.ores, .por el contrario, podan quejarse de la reticencia de la
admm1strac1n a protestar por las violaciones de los derechos humanos en la '!nin Sovitica,. Europa Oriental y China comunista: la
causa del disenso en esos pases, se afirmaba, haba sido sacrificada
en el altar de la dtente.
En amb'os argumentos haba elementos de verdad. La administ racin Nixon -al igual que todas sus predecesoras de posguerraera clar~me.nte ms _tole:ante con el autoritarismo de derecha que con
el autoritarismo de izquierda. Esos regmenes no corran ningn res-

373

go de convertirse e? s_~tlites sov itic~s: lo que es ms, persista ~n


Washington la convicc10n de que las dictaduras de derecha eran mas
fcilmente revertibles que las dictaduras de izquierda.77 Coro<? co~~e
cuencia, la Casa Blanca tendi a no convertir en tema de d1scusion
la supresin de los derechos humanos en pases que, en todos l?s otros
aspectos. se encontraran en el lado "correcto" en la Guerra Fna.
poco haba ninguna inclinacin hacia la posibilidad de convertir en
requisito de la dtente el hecho de que Mosc mejorara ~l trat_o que
daba a su propio pueblo o a sus satlites, tal como se hizo evidente
en la hostilidad de la administracin ante la enmienda Jackson, su
respaldo por medio de la publicitada "doc~rina Sonnenf~l.dt" * d.~ ':1na
relacin ms "orgnica" entre Europa Oriental y la Umon Sov1.et_1ca,
y la recomendacin de Kissinger a Ford acerca de que no rec1b!e~a
al exiliado Alexander Solzhenitsyn en la Casa Blanca.78 Estas posiciones eran consistentes con Ja decisin de la administracin de acentuar
ms los intereses que la ideologa en su diplomacia: "Nuestro objetivo", record ms tarde Kissinger, "era purgar a nuestra poltica exterior de todo sentimentalismo".79
Pero en opinin de Kissinger, una poltica exterior nada sentimental no significaba necesariamente una poltica amoral. Dentro de su
pensamiento exista una preocupacin sorprendentemente intensa por
la dimensin moral de la poltica mundial: sus discursos sobre el
tema como secretario de Estado representan los intentos ms sostenidos, desde Woodrow Wilson, de reconciliar Jos reclamos competitivos del poder y los idealcs.ao Kissinger resolvi el dilema de m_aner~
clsicamente niehburiana (de modo muy semejante al que hab1a utilizado Kenn::m aos atrs): la poltica del equilibrio de poder, argument, no era inconsistente con respecto a los principios morales,
pues Jos ideales difcilment~ podan florecer en condiciones de guerra
perpetua o en Ja anarqua. Era necesario cierto mnimo estndar de
orden, logrado por medio de Ja manipulacin del poder. antes
q~~
se pudiera alcanzar la justicia. "La verdadera tarea del estadt~ta
sugiri en 1975, "es extraer del equilibrio de poder ~a capac1d~~
ms positiva de mejorar Ja condicin humana -convertir la estabilidad en creatividad, transformar la relajacin de tensiones en fortalecimiento de la libertad, desplazar las preocupaciones humanas de la
autodefensa al progreso humano". O, tal como consignara en sus
memorias: "Si la historia nos ensea algo es que no puede haber

:am-

ct:

As llamada por Helmuth Sonnenfeldt, consejero del _Departamento de _Es


tado y asesor de Kissinger, qwen dijo a un grupo de embaJadores nor~enca
nos, no como declaracin o!lcial, en diciembre de 1975 en Londres_. que nues.tra
poltica debe ser la de luchar por una evolucin que haga orgnica la relac1.n
existente entre los europeos orientales y la Unin Sovitica .. . Nuestra polittca
debe ser una polftica que d respuesta a las aspiraciones, claramente visibles en
Europa Oriental de lograr una existencia ms autnoma dentro del contexto de
una tuerte inDuncta geopolftica sovitica". (Resumen de comentarios, New York
Times, abril 6, 1976).

nlPLD&EN1'AND0 LA IlTEN'IZ

374 1 JOHN

1 375

I.EWJS CADOIS

paz sin equilibrio ni justicia sin restriccin. Pero igualmente cr


que ninguna nacin puede enfrentar o definir sus elecciones s~
una _b~jula moral que _marqu~ un c~rs~ _pos.ible a travs de 1~~
amb1guedades de la reahdad y torne s1gmficat1vos los sacrificios".ll
Se ha producido un debate perenne y probablemente irresoluble
acerca de Ja medida en la que la poltica interior debe ser reflejo de
Jos principios morales. 82 Por una parte, se ha argumentado, es importante que una nacin "est" a favor de algo: una ideologa basada en
las aspiraciones compartidas puede generar autoconfianza, un sentido
de impulso, la conviccin de que Ja historia est de nuestra parte.
Pero las ideologas, tal como sola advertir Kissinger, tambin pueden
ser peligrosas: una excesiva preocupacin por ellas puede llevar a
errores de percepcin en cuanto al poder del adversario, tambin
puede impedir acuerdos que de otra manera cumpliran con los intereses de ambas partes. Hay pocas razones para dudar de que el esfuerzo de Nixon y Kissinger destinado a "purgar" de "sentimentalismo" a la poltica exterior fuera llevado a cabo a partir de la sincera
conviccin de que slo sobre esa base se podra llegar a acuerdos
que posibilitaran una reduccin de las tensiones de la Guerra Fra.
Sin embargo, el tema -y el punto del que depende la "amoralidad" de
la diplomacia de Kissinger- es ste: llev ese proceso tan lejos como
para socavar los cimientos ideolgicos necesarios para la conduccin
de una poltica exterior autoconfiada y respaldada popularmente?
El hecho mismo de que el tema de la "amoralidad" despertara
tanta preocupacin en 1976 indicara que la respuesta era s, independientemente de si esa preocupacin se basaba en el anlisis lgico, la
eficiencia polftica o el impulso emocional. A pesar de sus concienzudos esfuerzos, Kissinger nunca logr construir el consenso pblico
necesario para sostener su estrategia de aproximarse a la "justicia"
a travs del "orden", de integrar a los derechos humanos dentro de
los requerimientos de la estabilidad geopoltica. El mismo Kissinger
haba anticioado esta d ificultad en 1968: "el equilibrio no es un pro cual podamos dar respuesta a los males del mun d o""
psito con el

Aun as, los reclamos de "justicia" no haban figurado de manera


prominente entre las prioridades de las previas administraciones de
posguerra que debieron enfrentar entornos internacionales meno.s
"ordenados"; en cierto modo es un tributo a Kissinger, y de los prest
dentes a los que sirvi, que lograran, por ms brevemente que fuera,
impartir suficiente "crden" a los asuntos mundiales como para que
el pueblo norteamericano pudiera permitirse el poco usual lujo de
aplicarles tambin los estndares de "justicia".

. . er lo r su propsito de impartir co~eren


En general, Henry K1s!?mg . . ~ la poltica exterior norteamencana.
a intelectual a la conducc1on .e
.
atro aos de la administraC
te los primeros cu
. .
d
d
des laz de su destructiva mvo1ucraCorno resulta o, uran .
cin Nixon, Estados ~mdos. s\1 Kasta su emergencia como pivote
cin en una guerra mter:mma e ue casi en su totalidad, dio forma
del equilibrio de poder trian~:ie; d~rante ese lapso. Rara vez una
al curso de los asuntos ~un.
. presionante desde la derrota

h a e1ecu

tado un -vira1e m s im demostr ser -imposi'ble de


nacin
al predominio. Sin embargo, este llogro eso de creacin de poltica
sostener, porque requera ~~~~:neo :~~;sidad operativa haban ~le~a
de aqu_llos Cl:ue por ~ey, tra l. Consciente de este problema, K1ssm
do a e1ercer mfluenc1a sobre
er al Congreso a la buroesfuerzo para conbvei:icos de su polti~a, pero su
ger hizo un valiente
d los preceptos
sic
.
1
. br
erada y al pu ico el t F" almente el sistema que cre, al igua
xito nunca fue comp e o. . m
tle;eagh Bismarck acerca de los
que los sistemas de Mettem1ch, Cas b"
1 ~gual que el sistema de
que l mismo haba esc~ito, . \ t~~ i o~n~idencia de la visin estra1
Kennan, depend~ de la 1 ~P ? ~ne~ Historia, tal como Kissinger
tgica y la ~utondad de ec1s~ol~ra esas coincidencias durante dehubiera podido reconocer, no
masiado tiempo.

Captulo XI
Eplogo:
La contencin despus de Kissinger
Jimmy Carter, al hacerse cargo del gobierno a principios de 1977,
pareca decidido a revertir la preocupacin por la contencin que
haba dominado la poltica exterior norteamericana durante las tres
ltimas dcadas. Haba llegado el momento, anunci en su primer
discurso de importancia acerca de asuntos internacionales, de desplazarse ms all de la conviccin "de que la expansin sovitica era
casi inevitable pero que deba ser contenida", ms all de "ese desenfrenado temor al comunismo que nos condujo a veces a respaldar a
cualquier dictador que lo compartiera con nosotros", ms all de la
tendencia "a adoptar los principios defectuosos y errneos de nuestros adversarios, abandonando a vece~ nuestros propios valores", ms
all de la "crisis de confianza" producida por Vietnam y "empi;orada
por el encubierto pesimismo de algunos de nuestros lderes". "Es un
mundo nuevo", acentu Cartcr, "pero Estados Unidos no tiene por
qu temerle. Es un mundo nuevo, y nosotros debemos ayudar a darle
forma. Es un mundo nuevo que reclama una nueva poltica exterior
norteamericana -una poltica basada en la constante decencia de
sus valores y en el optimismo de nuestra visin histrica".1
Pero, menos de tres aos m:ls tarde, Carter describa el estado
de las relaciones norteamericano-soviticas como "el factor ms crtico para determinar si el mundo vivir en paz o ser engullido por
el conflicto global", revisaba con aprobacin los pasados esfuerzos
de contencin a partir de la dcada de 1940, reclamaba medidas que
reconstituyeran la estructura militar y quitaba las restricciones
impuestas a las capacidades de inteligencia, expresaba la decisin de
que los rusos "pagaran un precio concreto por sus agresiones", y
proclamaba incluso su propi:i "doctrina Carter": que "cualquier
intento por parte de una fuerza exterior de ganar el control de la
regin del Golfo Prsico c;er considerado un ataque contra los intereses vitales e.le Estados Unidos de Amrica, y ese ataque ser rechazado por los medios que sean necesarios, incluyendo la fuerza militar".2 Parecera que los informes acer<.:a del descarte de la contencin
haban sido de alguna manera l!xagcra<los.
Muchas cosas pueden ocurrir en tres aos; no sera la primera
vez que una administracin se hubiera visto obligada, en un perodo
377

378

J OHN l.eWIS CADOIS

tan breve, a cambiar las tend


.
Pero, cuando la administ
.enc1as geopolticas sobre la
mediados de 1950 fue pa racd1 n Trumao ejecut esa ma ~are. ha.

t
ra csplaza
d
OJobr
rse e un enfoque de la a a
enc10n claramente asimtrico -el
del NSC-68-. La ad
. .
.
. con.
ede Kennan- a otro s1m e' t neo
. mm1strac1n
~ultades para alinearse con cualq . arter, por contraste, tena ;;:1
uda tambin con cualquier ot
uiera d~ las dos posiciones
J. 1de los intereses norteame .
ra concepcin discernible y e
y sin

~~~~~~:t~~=ll~~r;0;:s~u:~~:~F~c~7b1:'s.~~~~~~t~~~~t~nf~:fcse:e~~~

~arte de Carter y sus ascse;;!~eJnc1a. al p~nsamiento sist~mti~~ones


inusual interaccin de pol't. . res1stenc1a producida a partir d por
p
I teas pcrsonal"d d
e una
. 1 er~ hab_a tambin crecie~tes evd J ~ es y circunstancias.
n1 ~ as1metna proporcionaban un
i enc1as _de que ni la simetr
tenc1n en la cuarta rfcada d 1
modelo_ satisfactorio para la
~
para sobrevivir. estaba al fin :v~J~:~=n~1a,J y ~e que esa estrate~~~.
o iac1a algo nuevo.

I
Cartcr' por supuesto, no fue el
.
.
.
que del mundo en trminos d .. primer ejecutivo que defini su enfosores. Pero la intensidad dee s: repetir los. ~rrores de sus predecenotable: si se observa el nfasis preocupac10.n. en ese sentido era
los derechos humanos y la m
rue su admm1stracin puso sobre
tralizacin, sobre la solid1c o~~ i ad, sobre la apertura y Ta descen1cac1on de las I .
y los. neutrales, sobre el aband
ac1oncs con los aliados
mento de modificacin de 1
ono de la vinculacin" como instru. d
a conduct

c_10n e la Unin Sovitica del Ju
a sov_ie.t1ca, o sobre la eliminatiempo haba ocupado como ob g~~ de privilegio que durante tanto
nortean:ieri~na, se advertir qu~es1 .n _central de la poltica exterior
va admmistracin una determ.
~x1stia entre los lderes de la nuepara ella una iden tidad aguda1~ac1~ e.as! d~sesperada de establecer
enorme e intimidator ia sombra ~ntcHchstmt1~a . .que se saliera de la
Una razn para ello
e enry Kissmger.
re d
pocas d.f por
raro que parezca, es que Carter en
1 a d tenia

1 erenc1as susta
ticas de Nixon-Ford-K.issmger
.
.
nc1ad es. con. respecto a las pold.
No se
iato tendiente a revivir el c
. pro U.JO ningn esfuerzo inmedemcrata con la respuesta o~pr?~1so de la ltima administracin
afirmaba que todos lo .
s1metnca -a volver al enfoque que
1' .
s mtereses eran t 1
pe igrosas, Y todos los med
v1 a es, todas las ;.:menazas
t 1 M,
.
ios estaban d.
.bl
ar~ as bien, Carter mant
ispom. es para coutrarres1
ba diferenciar entre intereses ~~~a~s enfoq~e. a~1mtr~co. qu~ implicade amenaza y mantene 1
y penfcncos, d1stmgwr niveles
los medios. No hubo ~ as resp~cstas en correspondencia con
ninguna ob1eci'
on
!>Ostener la estrategia

,;e.

L\ CONTENCIN DESPuts DE KtSSINCER

1 379

de Kissinger consistente en trabajar con algunos comunistas para


contener a otros, ni tampoco Ja nueva administracin cuestion la
importancia de las negociaciones con los rusos, especialmente sobre
el control de armas estratgicas. Incluso su ostentoso apartamiento
de la "vinculacin" 5 no implic un distanciamiento tan grande como
pareca: el mismo Kissinger haba concluido, a principios de 1976,
que el SALT era demasiado importante como para ser utilizado como
ficha de presin en otros temas.6
Carter incluso intent llevar a su conclusin lgica ciertos elementos de las estrategias de Kissinger que el mismo Kissinger no
haba querido llevar tan lejos. De all que Ja administracin acabara
con la oposicin pblica al eurocomunismo, una anomala del pensamiento del anterior secretario de Estado que haba parecido inconsistente con la idea de diferenciar los movimientos comunistas
independientes. La nueva administracin habl vagamente en 1977
de la posibilidad de reconocer a los gobiernos comunistas de Cuba y
de Vietnam,* a fines de 1978 normaliz las relaciones con la Repblica Popular de China, completando as el proceso que Kissinger haba
puesto en marcha en 1971. La administracin Carter prometi retirar
gradualmente las tropas de Corea del Sur, posicin que pareca
consistente con la Doctrina. Nixon, pero de la que Kissinger se haba
alejado. Y con entusiasmo adopt y extendi la conversin de Kissinger a favor de Jos movimientos negros de liberacin en el sur de
Africa. En trminos de filosofa, entonces, las continuidades eran
considerables.
Las aparienc'ias, sin embargo, eran otra cuestin: en pblico, la
nueva administracin procur poner tanta distancia como fuera posible entre ella y sus predecesores.
Carter y sus asesores no desarrollaron ninguna nueva estrategia,
pero agregaron a las premisas bsicas de la vieja algunas iniciativas
muy vsbles destinadas a simular que el enfoque norteamericano
del mundo haba cambiado cuando en realidad no era as. En un
ni\cl, este ejercicio puede considerarse como una simple maniobra
poltica; en otro nivel. como un esfuerzo consciente destinado a
construir una base de apoyo domstico para la dtente, algo que
Kissinger nunca consigui hacer. Pero la resultante fusin de innovacin superficial y continuidad subterrnea dio lugar a tanta confusin e inconsistencia que la imagen de la administracin Carter,
al menos en sus tratos con la Unin Sovitica, era la de carecer de
estrategia.
El ejem plo ms obvio se produjo con respecto a los derechos
humanos, el tema que Carter haba elegido enfatizar para diferen La continuacin de la actividad cubana en Africo. y la invasin vietnanta
en Cambodia impidieron que estas iniciativas se llevaran a cabo.

380 /

JOffN u:w1s CAD01s

ciar sus propias poi 't.


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pe .
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.
1
duda;' sin
d~J presidente con es'ta c~us: Kissinger. El
convertirla en un: , . a~1a tambin coercitivas razone no .e~taba en
proporc:ionaba el n~~f~1~ad top-secret de la poltica :xfc~~1ticas Para
cha _ que haban objetado e recu~~ra; a aquellos crticos d~r/ que
Sovitica y a aque' ll
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que I'-1ssmger "apaciguab "
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P,
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n:qwerda Que se haba
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e? _que sus neg~ci~~~re:rter eligi plantear el tem~ ~~e~eupado por
h1c1eran modificaciones . trata~a~ de persuadir a los ru; momento
armas estratgicas --m a _J~s h_m1tt!s que el SALT II im os. de que
proporcionadamente a ~~::~~c10ne~ que hubieran bcneE~i~~ a las
se1 aceptadas
. < s Unidos.a Y que d1f'cl
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de que eran comprendidos wn. _Por pa1tc de los lde res sovi~~- ian
por la nueva admini
.. y senan compensados d
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, .. .
ficar el . .
'JCl1c~1. pero tarnbi:
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probJt'm:~.se1!so' po_lti_.;o a-;Jacando a losen ~~b1a tr atad_o de solidic-n11_cos de K1-.~inger. El
ci ,
e 1a q_~c K1ssinger . ~us .. .
K~~:s de ~a U111on Sovic:tica t~ta li~e~/~1~c~~ habrnn sostcni1'ri pcrcepun. i~gder :1 h~bta visto como un Est d ' erentcs desde d pl'incipio:
' ;.i o con quien
ct
gin o co11s1derabl 1
ban consid<'rn<lo , e e e acornodacion, i.:n tan!
. p~ .r-~a lograrse

emb:::\

Comprom1so

~:c;~st~~~~l~is ~1~ P.~~~~o t~~~,.~~c~:b~-:n;/~~u)~~1g;~~~v~u~~o~r~!/t~t~t I~;~:~


'.

s o no implica afirmar q

. o,1sc que no fuera la


ue mngun 0 ei <' e~0!> en foq ucs

LA CONTENCIN t..!SPUS DE KISSINCER

1 381

haya sido correcto, sino que eran mutuamente excluyentes : no se


poda adoptar uno de ellos sin rechazar el otro. Y, sin embargo,
sta es precisamente Ja eleccin que Carter y sus asesores evitaron
hacer, e n su frustrado esfuerzo por ocultar el hecho de la corytinuidad
detrs de la apariencia de cambio.

II
Una segunda razn del fracaso de la administracin Carter con respecto a desarrollar una poltica exterior coherente tuvo que ver con
las personalidades involucradas.
No haba entre Jos asesores del presidente ningn terico dominante, cuya influencia fuera comparable a la ejercida por Kennan,
Nitze, Dulles, Rostow o Kissingcr, capaz de articular un concepto
estratgico en torno del cual la administracin pudiera girar. Por
cierto, el presidente no estnba equipado como para cumplir ese rol.
Carter lleg a la Casa Blanca con menos experiencia en poltica
exterior que cualquier otro presidente desde Truman; lo que es
ms, su temperamento era proclive a desalentar el pensamiento er.
trmi;1os geopolticos. Se enorgulleca de ser simultneamente un
ingeniero y un moralista, combinacin que sin duda produce autoconfianza. pero tambin una cierta fascinacin por las cuestiones
tcnicas que deja poco lugar para el reino de la estrategia, que se
halla en cierto s itio intermcdio.9
El asesor de seguridad nacional de Carter. Zbigniew Brzczinski,
tena un currculum acadmico similar al de Kissinger, y sin duda
por eso fue designado. Conceptualmente, sin embargo, los dos hombres no podan ser ms diferentes. Desde el principio de su carrera
Kissinger haba a rticulado una visin notablemente consistente de
los asuntos internacionales: era posible leer A W o rld Restore (publicado en 1957). y hallar all una gua generalmente confiable de las
polticas que Kissingcr procurara implementar una dcada y m~dia
ms tarde. Los escritos de Brzczinski no mostraban esa profundidad:
haba all en cambio, tal como lo expresara un observador, un "duradero gusto por Jos temas y conceptos de moda que son adoptado<>
o descartados segn las cambiantes circunstancias ... una imprnce
dente confianza en los clichs intelectuales del momento". 1 Una
vez instalado como asesor de seguridad nacional, Brzezinski desempe un rol que era ms excntrico que centralizador, saltando de
un movml!nto tctico a otro con una especie de superficialidad
frentica que con mucha frecuencia produjo incomod idad y no com
prensin a aqullos que dependan de l pa1 a lograr una visin

382 1 JOffN

LEWJS GADDIS

n:1un~ial. coherente.* La
.
, .
ztnsk1 luciera a Ki . propia y muy publicitad
la "acrobacia" a la ~~1;qge.r -donde se afirmaba a cnt1~a que }3 ....
mayor . .
u1tectura" 11
que este
.e.e.
- se podra haber apt Prefera
Justic1a al mismo critico
De b e c::en-
. emb
1cado con
a arse, sm
n:andato de I<issinger d .
argo, que Brzezinski ~ .
~1a. Abandonando lo q:e J~:~-ner un~ nica estrate~~:;ias l recibi el
.ma de decisin excesiv
ta percibido como una
a burocra.
N1xon y Ford C t
~mente centralizada d
estructura d
,
.

ar
er
decidi
urante
el
.
e
1~ poht1ca exterior p d . no tener una sola
periodo de
rivalidades organiz~ti~e ec.1blemente, como resulfae~sona a cargo de
por el vaco intelectual a~~I tncn~mentando la confusf estallaron las
al desord~n fue el com
J;lat1onaJ Security Council ~ ya causada
u?a reaccin contra prom1s? .de Cartcr con la a . tro agregado
t~as a_ctmm1straciones anter1 pertura -otra Vez
bien intencionado
t
d
.
es imulo las f 'I
.
ores- que
o~ e vista diferent
' trac1ones, las dis
.
. aunque
mas bien extempor~s. y una proclividad a decla~~s~ones por pun.
reforzar la imagen d e~s y no reflexivas.'2 Todo
c1ones polticas
proyectado.
e incoherencia que la d . .esto ~ontribuy a
a m101strac16
. E 1 resultado fue ue
. .
n ya haba
ttdo de las prioridad~ la ad!11m1stracin nunca des
postergar y u
.
-una idea clara de
.
arroll un sen.
todo de inm~dia: intentar en absoluto. u Enq~:mh~cer primero, qu
campaa de der
lograr un beneficio del SALT b~o, trat de hacer
de lograr camb. ec os humanos, disuadir a M '. impleme_ntar una
tiempo alejarse1~s ~avorables en el equilibrio ~scu ~e su mtencin
que haba e
e . <l preocupacin cxcesi
e po cr, Y al mismo
funciones m::~ctenzado a la diplomacia ~~
I_a Unin Sovitica
entre varios ob~fort~~tes de un planificador p~~~t1.nger. Una de las
funcin que la ad ~o~ imp_ortantes pero incom i ~~f, es la de elegir
sonales y organiz ~~mstrac1n Carter, a causa dpa~1 es:_ fue sta Ja
a ivos, no logr desem e impedimentos perpenar.

P::

III
Sin. emb
.
argo, por justic
.
. ~a es importante seaJ
def1c1encias de la
terno. Ciertas . ' administracin Carter em
ar que no todas las
nistracin se c~Ir~~nstancias que trascenda an~ron del desorden iny sus asesores m. maron adems para ocas e c~n.trol de la admito en 'lUe la u~~eron el infortunio de lleg on~r d1f1cultades. Carter
,
nion Sovitica lanzaba
ar a poder en el momen La
una nueva serie de desafos

"De ~ :-espetada escritor


.
utiliz
las personas con Pol!tlca El!zabeth Drew
ki" N el trmtno 'refle\ivo' as que he .discutido el t ha senalado agudamente:
ew Yorker, LIV <ma para describirlo". ("!\ r/!ma de Brzezinski, ninguna
yo 1, 1978), 95).
POrter at Large: BrzezinS

LA CONTENCrN DESPUS DE KISSJNGER

383

contra el equilibrio del poder global, en tanto Estados Unidos se


enfrentaba con inusuales restricciones en sus intentos de co.ntrarrestar esos desafos. La resolucin de estos problemas hubiera exigido
la pericia de la administracin mejor organizada y ms consistente
filosficamente. No puede decirse que la Casa Blanca de Carter
manejara estos temas particularmente bien; sin embargo, dada su
complejidad y su intratabilidad, la simple caridad exige tener pre
sente la cuestin de hasta qu punto otros hubieran tenido xito en
circunstancias comparables.
Se haban hecho muchas especulaciones con respecto a si la
emergencia de la Unin Sovitica como rival militar de Estados Unidos facilitara o dificultara las relaciones.14 Una escuela de pensamiento haba sostenido que la paridad producira autoconfianza,
sentido de Ja restriccin y disposicin a negociar por parte de los
lderes del Kremlin. Otra escuela insista en que slo producira arrogancia, agresividad, desprecio por lo que se percibira como debilidad
de Occidente y Ja determinacin de explotar esa debilidad siempre
que se pudiera y sin riesgos de desatar una guerra. La administracin Carter tuvo la mala fortuna de ver durante sn perodo de
gobierno que ambas teoras tenan razn, al menos parcialmente. A
pesar de Ja campaa de derechos humanos, los rusos continuaron
serias conversaciones acerca de la limitacin de armas estratgicas,
haciendo durante ese proceso un sorprendente nmero de concesio
nes a los norteamericanos.is Pero tambin continuaron sus esfuerzos
destinados a expandir su influencia en el Africa subsahrica y en
Cercano Oriente, primero confiando en delegados cubanos, pero, en
diciembre de 1979, en Afganistn, por medio del uso directo de tropas soviticas.
No es sorprendente, entonces, que hayan existido dentro de la
administracin consejos divididos, con Brzezinski y el National
Security Council favoreciendo una lnea dura en las relaciones con
los rnsos, aun cuando eso implicara demorar el SALT II, pero con el
secretario de Estado Cyrus Vanee, el Departamento de Estado y
los partidarios del control de armas favoreciendo la continuidad
de las negociaciones, siguiendo la teora de que eventualmente los
rusos se extenderan en exceso y acabaran por ser derrotado~ en
el Tercer Mundo. Afganistn acab con ese debate en cuanto a lo
referido a la lnea dura y la lnea blarda: esa primera utilizacin
desde la Segunda Guerra Mundial de tropas del Ejrcito Rojo fuera
de la Unin Sovitica y de Europa Oriental, no le dio a la adminis
tracin ms opcin que la de retirar el tratado del SALT II del
Senado y de hacer un alto momentneo en la marcha hacia Ja
dtente.
El hecho de que triunfara Ja lnea dura no facilit sin embargo
la tarea de implementarla, pues Carter se enfrent, en ese mismo

nESrV-ts DE KISSINCER
LA (,()l'<TENCI"

384 1

' 385

JOHN LEWIS CADDIS

momento, con restricciones s in precedentes en la capacidad


teamcricana de actuar en el mundo. Estas restricciones no ~r
incluan la decadencia general de la autoridad de la superpote s .10

d e la epoca
.
. s1"do un r asgo tan prominente
que h a b 1a
moderna neta
.
tambin los efectos de la conviccin despertada por Vietnam e ' smo
parte d~l "establishment" ?e polti~a exter~or: que en muy np~~
oportunidades Estados Umdos pod1a cons1dernr legtimamente el
uso de la fuerza. 16
Esas restricciones incluan la intrusin de grupos especial
de inters en el campo de Ja poltica exterior, grupos cuyas prio~~
dades personales y organizativas parecieron tomar prece dencia por
encima de las prioridades nacionales tal y como eran definidas
por la Casa Blanca.
Otra restriccin era la ejercida por e l efecto debilitante de la
inflacin, un persistente y corrosivo legado de la guerra de Vietnam
exacerbado luego por la creciente dependencia del pe trleo de Medi~
Oriente, que limitaba an ms la capacidad de Estados Unidos de
e mprender acciones independie ntes.
Todas estas fuerzas se reunieron a principios de 1980, cuando
Carter procur organizar la respuesta norteamericana a lo que fue
claramente el ms abier to desafo lanzado por la Unin Sovi tica
contra el orden internacional existente desde la crisis misilstica
c ubana. Los que escuc haron el vigoroso discurso presidencial sobre
la "doctrina Carter" el 23 de enero pueden haber concluido que el
ca so de Afganis tn podra haba conmocionado a la administracin, obligndola a abrazar el enfoque indiferenciado de intereses
y amenazas caractersticas de la respues ta sirntrica.'7 Pero Carter
no dio ninguna pista acerca de cmo la nacin poda gene rar los
medios necesarios para sostener esa estrategia en una poca de depcndencia energtica e inflacin alta. Y las dificultades que tena la
Casa Blanca para despertar entusiasmo por su nueva lnea dura,
con la abierta opo.,icin a l alistamiento, los emba1gos tecnolgicos
y de cereales, e incluso el boicot olmpico, planteaban serias cuestiones con respecto a si la administracin podra reunir un consenso
que apoyara esa estrategia, incluso en el caso de que se hubiera
decidido por alguna. Cuando una gran nacin llega al punto de
debatir seriamente si las consideraciones de privacidad, beneficio Y
desempeo atltico deben tomar precedencia por encima de la proyeccin de resolucin y firmeza en momentos de grandes tensiones
internacionales, es que est enfrentando no slo una crisis de liderazgo sino tambin una resistencia pvpular a ser liderada. Esa
situacin, incluso en una administracin ms consistente y ordenada que la de Carter, no estimula la implementacin de un enfoque
coherente de la ppltica exterior.

JV

,.

administracin Carter
dilemas cstratcg1cos. de a
la asimtrica de la
L.oS irresueltos to l"' versin simtnca como. ofrece protcccir.
reo que tan

.
La simetn a
s
5ug1e . .
. n sus \imitac1ones.
. \ rilsgo ck que 1o.
tenc10n uenc
tos v cont1 a e
.
con
. a. de increrncn
. .
d
tornar se imporcontr? las -~~~~~~..,al equilibrio de poder ~ue 1~ mismo. Permite
desaf1os _pe1 i d~ hecho, psico\gica:11~nte, qu~r:: decisiones polticas
tantes, s1 no
. esta auton7.ando o . . , . olucra pe
'ltiplc" niveles de res pu
. 11 _. n Pero tamb1cn tn\
.
.,n
mucms de la escalada o la hutni . a~~n a naturaleza y la lo_cal17:'1c10
a~t"r 'a \os adversarios que seleccto cin a la defensiva, implica ~a
m1 1 '

.
, e .0 para una na

d . \a teona
de la _c_omp:tcnc1a;s~s ~-i~tua\mente _ilii:nitados.: p~s:i~os'-' jams ha
poses1on de recu . "sta en la practica ~sta os
urtar la concconmica expans1on1. l~s medios necesarios para s?Pdef;nido Los
a
paz de gcnera1
, d d, tiempo m
.
s1 o ca : , .
durante un peno o '-' .
.
slo han condutcncin s1metnca
Corca y Vietnam.
.
ele\
. lo tales como
. t y en el l:aso
1
intentos de ogta~ . ~ la <l.:si\usin. el agotam1cn_ o al En esas situa
cido a la [rustrac101 .
a la quiebra nac1on, .
. ) ero
.
ff t o a algo cercano
. . . - eso es scgu1 o . p
ltimo con ic .
1 b talla \V ni ~1qu1e1 a
'ones se puede ganar a a
.
c1
~
.
, . rccu so-; urn 13 dos _J"
. 'n se puede pcrdcr la' guerra.
b
tam ie
\ r11ldad dl: os
1 pro1'1a
La asimctna reconOCl' ,1
, 1 .. h
n"\turah!za <l ~
. d d d ~ poder e C!.!.ll
'
las batallas sc
acenta la ncces1 a las cuc1 ras no s~ pit>r<lan aunq~c nt.:s c~mo en \:l
res puesta, p:.\r~\ que
g
e n la va1 iedad de op:io , ctua:- en
No se concentra tanto
l 'a necesidad (\I; a
l
s;ancn. . .
1 nwdios. a<"cntuam o I
d
ara aplic:Jr a
multiphc1d~d de os , tos \' ck maneras calcula ::i.~ PConscr.::i., por
.
t ncns momcn
.
\ l 'ldvcr"ano.
cll"CUOS a . '
. 1 debilid;\OCS ( e
' . . . '" qu 11(\ 'e
. f rza cont1 a as
. 1 . der rios1c1onc.
propia ue '. iativa pero a l H'( ' ."e ce
frontacin para poder
lo tanto la m1.. ' 1ct' d o de l'"panchr la c ..1n
. ncia
q11icn
.
.
con
fac1
1
a

.
_
[.n
L1.HlSl't:UC
.
de f 1ent11. 11

ita'> \enta1osa:.
.
. . . rndu~u con
a:. exvlo'ar pos1c10nn~~-('~"rio distinguir r~C~Ol~3\lllt.:\'1Cl0l:_'\7l."S 10\l'rabks
.
1 . M' <' 1o <'"
._._ "
1 co., an
....

L.C \ ios e e ...


protect.:IOO
.
- , \"itaks \" pcn l ri
'ntn 1nt1.:r .....i;s
f tihl6 Da poca
.
l
s..inorc na, t.:
_
:ict it-.k<> v no ac

n nrohlcnia

bl
ic..; pul:~ t \s ..
.. . e mprc ..;f'll u
. '.!'toka e".
,
. o\o.i.:as. que si .
... .-cnn--1
1 . inscc:11ndadcs pSll:
d
'a tcnt~~1on '--' .
contra a"
. -. . cu,\r.du ...l' pi o t~ccn.
..
1, 1.. l.':ih::u 10 .., rnc10cn la dcmocr.11.1.\. d 1nsiada faci\1d;"\ ... up1.:' anl d) suck se'" un~'
u. con c1 , '
, . rc<;u ta 1.
programas q t.
.
~ria dcp1.nc1,. ' t.
\ ~ de \oc; que la 'IStlllL
.
na i;s
. d
nico.
.
. . cstratcg1a 1.k con
u o tra [ormi.i e p
a s< ri~\ idear un.1 nt~t.:\~ .
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l.a solucin ~as. "bov~,u~ra simtrico ni asnne~ncodos1 ... u~: puntos
.
U'-' caracte1 n
f que rech,\7.an
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tent.:1011 - J

de c1da cn ''
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.l.("
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Pern dentro l p
.
1 c ...
r

386 /

JOHN LEWIS CADDIS

impedimentos estructurales ue n
.
tos son los que han hecho q
o perm_tt~n esto: esos im
.
rn_anentemente entre la sime~~; las adi:nin1straciones oscila~edunen.
decadas, y que tuvieran q
y la asimetra durante m an Per.
tado por cada una a enas ue a~r~nder cada vez el problem s de tres
Presen.
vez les hubiera id~ ~le . o; c~s1 siempre,. a la posibilidad
de esas opciones
J
s1 no se hubieran decidido p
~ue tal

or ningtin
. .
a
. Uno de esos impedimentos e
b1e~no de Estados Unidos
s la amnesia institucional
opciones ~olticas compar~~~~ notablemente p~co para pr~bEl go.
se .hace ningn intento si t
a~ con la~ experiencias pasad ar las
registro histrico en busca sdemt1co de investigar el ahora as. ~o
evitarse: la memoria ra .
_e precedentes o de errores que a~~ho
que est en el cargo o ~: :ie~ ?arca algo m{ts que la admini~~a~:~
~orno resultado, los .debates e1or de Jos casos, a Ja que la preced~n
tienden a ser repeticiones de ]~cerca del. futuro de la contenci .
s producidos entre George Ke
n
y Paul Nitze tres dcadas
asesor~s consideran innovaci~~e: n Lo que los presidentes y~~
ms bien son en realidad 1
o suelen serlo en absoluto .
anteriores.
os errores olvidados de admin1st '. sino
raciones
Otro impedimento es la
!' .
ne~ .recin elegidas tienden a P~~l~:fi~~~stic?-, Las administracio. .
r s u v1s1n del mundo por
med10 de una evaluacin de
ocurriendo, sino ms bien
sapasr~nada y objetiva de Jo que est
de 1 .
.
por medio de la d . . . d
.
as po 1t1cas de su predecesora i
.
e~1s1on e distanciarse
en el que cada una de las suce . . nmed1~ta. ~1 se observa el punto
lugar a la siguiente -1950 1953 sl1~~~ estrategias de contencin dio
sal_vo uno coincidieron con' - .
. . 1969- se descubre que todos
As1, el New Look asimc~rncound caEn:b10 de partido en la Casa Blanca

.
de la crtica que
h1c1era
durante la e rsenho
- wer surg10
e mismo
Truman con la ~imet1a L cab":P~~a de 1952, del compromiso de
a la nacin en 19Oa o 1ec1on e:1e Kennedy a la asimetda
con d UJO
d.e N'ixon de acaba1 con l a regresar

.
a Ja s imetra.
La promesa
c1do tambin contribuyo' a guer! a 9ue esa es trategia haba produ.
.
a su tnun(o d l 96B
as1metna. Incluso Cartcr al
e
y a un retorno a Ja

a accntua1 las maneras en 1 acceder 'al go b'ierno, se vio obligado


la de Kissinger: el h 1 das que ~u estra tegia se diferenciaba de
r .
ec 10 e que impu -.
.
super rc1ales a un conjunto de resu
.s1era esas manifestaciones
obra de K1ssinger dice al
p
puestos que en realidad eran
go acerca de Ja h b'l'd
1 1 ad de Carter para

d:

Es interesante qu 1
.
..
.
estuvieran nn
e os arq1;11tectos original
la dcnda de 19fu~;J~mando las y1ttudes de sus r~p~~tl srmetria Y la asimetrla
en 1975 para presiona ze por medro del Corrunittce on thev~s estrategias a fines de
de la Uni:l Sovitica rKpor una respuesta ms vigorosa rescnt Danger, fundado
1977), escrito en
cnnan por medio de su libr T' 1 acumulacin militar
of Danger <Boston,
de Nitze.
gran. medidc. con el objeto de 0 the C.oud
con rarrestar la argumentacin

LA CONTENCIN DESPUS DE KISSINCER 1

387

soportar las contradicciones, pero no invalida e1 punto. Esta compulsin de crear a cualquier costo iden tidades distintivas para cada
administracin dificulta la posibilidad de aceptar lo mejor y rechazar lo peor de lo que ha ocurrido antes.
Otro de los factores que impiden que se hagan esos juicios discri
minatorios podra 1lama rse la "tirana de los medios". Cada uno de
los cambios de posguerra de Ja simetra a la asimetra -incluyendo
el de 1950- emergi de la evaluacin de los recursos disponibles.
Trumao y sus asesores se movan, incluso antes de Corca, para
rcorieniar la estra tegia sobre la base de que la economa poda
soportar grandes incrementos del presupuesto de defensa sin producir inflacin.
El 1echazo de la administracin de Eisenhower a estos a rgumentos la condujo de regreso a la asimetra bajo la forma del New
Look; Kennedy y Joh nson abrazaron una filosofa econmica expan
s ionista sin la cual no hubiera sido posible una estrategia simtrica;
Nixon y Kissingcr, asustados de los excesos de Vietnam, volvieron
a la asimet ra. Y una razn por la que Carter rompi el esquema,
con tinuando la sustancia aunque no la apariencia de las polticas
de Kissinger, fue que an persista la espiral inflacionaria desencadenada por la ltima aplicacin de la respues ta simtrica, descartando cualquier otra posible experimentacin de ese enfoque. La
percepcin de los m edios disponibles, entonces, parece ser el deter
minante ms decisivo de la estrategia nacional, ya que tambin
tiende a encerrar a las administraciones en la opcin entre las
\'C!spucstas simtrica y asimtrica.
Un ltimo impedimento de cualquier intento de combinar los
mejores elementos de estas dos estrategias, descartando sus puntos
di!bilcs, tiene que ver con la credibilidad. El objetivo de ese tipo
de combinatoria, presumiblemente, sera el de lograr una disuasin
mundial a un costo mmmo, sin tener que a rriesgarse al uso de las
armas nucleares. Pero la disuasin, en cualquier nivel, debe ser
creble si es que se desea que funcione. Y la credibilidad, en la
e~ trat egia simtrica, se produce por medio de la utilizacin de armas
menos peligrosas en una escala limitada: se sacritica la t:conoma
para e,i tar la escalada. En la estrategia asimtrica, la credibilidad
se produce por medio de la amenaza de usar armas increbles con
la expectativa de no tener que hacerlo en realidad: se arriesga una
escalada en funcin de lograr economa. Obviamente, una estrategia
simtrica hace ms probable el conflicto nulitar que una estrategia
asimtrica; hay que sopesar sus costos, sin embargo, con respecto
a los riesgos que implica no actuar hasta que las nicas opciones
disponibles sean las de "hacerse nuclear" o capitular. La credibilidad, en este sentido, es una proposicin "o una cosa o la otra":

388 1 JOHN U:wrs

CADD!S

d problema de una comb

..

macion de estr t
. es que uno puede perder.
a eg1as simtrica y asirne.
En lodo esto parecera
..
pohticas domsticas y olti~~1st1r ~na :anexin ms fuenc e
generalmente se conside:'a L . ~e segundad nacional que la ntre
eralas son el partido de . a VteJa argumentacin de que los
qu_e
canos el partido de la pa! /~er~~ Y l~. prosperidad, y los re~~~~
como para ser d
a epresron '~ es demasi d
.
.
correlacione~ si"n~ficaalgt.un~ utilidad justificativa. Pe~o ~~n s1m~li.sta

t.>
1vas entre bs
'd
ex1.,tido
nacionales que no se ha b
. pnon ades domsticas e .
como en el compromiso ~on asado ta~to en los rtulos partid~t.er.
Y el conservadorismo Si I
las tC'?nas econmicas del liberar nos
esencial para dar for~a a 1 perccpc10~ de los medios es en reatd
mdo
dera q
1
a estrategia nacional d
11
t a
~e os con servadores, dada
. . . e e o se despreneconom ra kcynesiana t iende
.
. su trad1c1onal resistencia a l
expandible
1 ,
n a considerar que lo .
d.
a
1
s que o que creen los l'b
1
s me ios s~n menos
a respuesta asimtrica y
i. era el>, y por lo tanto pr1?ferir
nerse. * No ha habido ~n I~ g~r cierto. cs.<' esquema p~rcr:\! <;ost:
hayan respaldado 1
.
_asa Blanca fiscales conservado
.
d'
a as1metna con
. f .
res que
expan ibles Tampoco ha h b'd,
. su en as1s sobre los md

a 1 o lrber 1
'
tos
metna, ~on sus medios fijos J im
a es que rc~I':t!daran h ::isiera un l~beral fi scal , como s~alar~y Carler, aunque rlemcral<!, no
~el ~rop10 partido. Tampoco Har ~algunos rle sus crticos dentro
f1cat1vamcnte, su aceplac . d ry ruman lo fue hasta 1949 signido mest1co

cxpans1onista

' en lo
pa.ccd1 a SL d ron
. l . e la
. econom ta
en
' .
t.;Sp azam1ento haci J
asunto~ mundiales.
.i rcspu~!-.la :.11111 rica
det Esta
. . no es. deb emos senalar
un .
crmrmsta de la historia D
,
a interpretacin econmica
sea. eso lo que signifique . ac~~~cstra que se puede ser capitalista
es11m ulos econmicos de
mente, y aun as responder a lo;
los rtulos oartidarios sin ~aneras mu.v diwrsas Demuestra que
cias econom,icas establ'e'
ser una guia infalible Para las pref
1 h
'.
cen una dif

eren
ra
an sido mas rece tivo
ercncra: los demcratas en eneexpansonista. Demue.c;tr~ qu s !que . los r_epublicanos a la econ~ma
cucnc1~ producen cambios ~nasla~ampanas ~oltic~s. con mayor trecampanas_ refleja:i la~ circunstanclas ortodoxr.as ~f1c1alcs; que esas
en el gob1.:.:rno las administ
.
. es md1scuttble, pero una vez
:--ias
r-.i.cJoncs tienden
.. sea como fu ere. (La ni.
.
a apegarse a sus ortodo
rruman b
ca exccpcwn cs la d l d
C .
' J el impacto combinad d 1
e a a ministracin
orea.) Pero las orien taciones eco~~icac dNSC-08. ~ la ? uerra de
s e admmrstracrones par-

LA CONTENCIN DESPuf.S DE lUSSINGER

389

trca

En 1980. no ohst~nte h b' .


biando, ya que el vict l ' a ia indicios de que el
or oso c;:andidato republicano a esquema poda estar cam
s itiva de 30 billones comti rlg1do conservador fiscal la! vres1dencia, RonaJd Rea
cin externa de capa~i~;d~~t~~taar la economa y ~~~~~~una tereduccin impomi 1 res norteamericanas.
m en una ac:umuJa
ir.in. antes conocido

ticulares, definidas a la luz de las prioridades domsticas, ejercen


profunda influencia sobre la poltica de seguridad nacional, y no es
sorprendente que as sea, dada la ineludible importancia de los
medios en el logro de cualquier objetivo . S resulta sorprendente
la primaca que se le ha acordado a las consideraciones econmicas en la tarea de dar forma a las estra tegias de contencin,
excluyendo toda otra consideracin. No es peraramos encontra1, en
iniciativas t~n conscientemente dirigidas al mundo en general,
preocupaciones tan decisivas pero parroquiales.
George Kennan dej en claro, tanto en su " telegrama largo"
como en el artculo "X", que la poltica exterior sovitica era producto de influencias internas que no eran sensibles a la persuasin,
la manipulacin y ni s iquiera a la comprensin externa. Sin llevar
el punto demasiado lejos, lo rnismo puede decirse de la poltica
exterior norteamericana durank lo~ treinta aos que separaron la
designacin de Kennan como director del Policy Planning Staff
y el retiro de Kissingcr de su cargo como secretario de Estado.
En una medida notable, la contencin no ha sido tanto el p roducto
de lo que hayan hecho los rusos ni de lo ocurrido en otras partes del
mundo, como de fuerzas in te rna~ actuando dentro de Estados Unidos.
Dado el carcter "dirigido hacia adentro" que ha tenido, a pesar
de todas s us contradicciones, mul:lciones e irracionalidades, ha sido
una estrategia sor prendentemente exitosa: es probable que los histo
riadores que miren hacia atrs, hacia la poca posterior a la Segunda
Guerra Mundial, la consideren como una de las ms estables y
ordenada~. de los tiempos modernos, y que den no poco crdito a los
arquitectos de la contencin.
La confusin y la inconsistencia de la administracin Carter
5ugieren, no obst ante, que los lmites de la contencin como estrategia de respuesta simtrica o asimt rica ya se han alcan'Uldo.
Ninguno de ambos enfoques ofrece claras ventajas futuras, y ambos
poseen debildades obvias. Si es que la contencin debe seguir siendo
el ncleo de la poltica exterior de E~tados Unidos en aos fu turos
-y, dada la reciente conducta sovitica, bay pocas razones para
ercer que no ser' as-, entonces los qu1.. aspiran a implementarla
debern prestar atencion a la tarea de eliminar, o al menos enfrentar ms efectivamente, las limitaciones que han confinado a la estra
tegia nacional dentro de este ciclo tan poco imaginativo durante
tanto tiempo.

390 /

JOHN lZWIS GAI!DIS

NOTAS
P.B.I.
(billones)

Porcentaje
del P.BJ
lUiU7Jado"

a
defensa

1945
194
1947
1948
1949

95.2
61.7
36.9
36.S
40.6

1950
1951
1952
1953
1954

1955
1956
1957

1958
1959

1960

1961

1962

1963

1964

1965
1966

81.6
44.7
13.1
13.0
13.1

43.1
45.8
68.0
70.9
68.S
70.S
76.7
82.6
92.1

40.2
40.3
42.8
44.4
46.6

76.8

45.9
47.4
51.1
52.3
53.6

118.6

118.4
134.7
158.3

1969

184.S

1970
1971
1972
1973

49.6
56.8
70.l
80.5
81.2

196.6
:!11.4

80.3

1967

1968

178.8

232.0

1971

247.1
269.6

1975
1976

326.2

1977
1978
1979
1980

75.8
76.6
74.S

77.8
85 6

366.4

211.9

30.4
49.l
64.7

65.6
65.7
58.7
57.2

55.8
53.8
50.6
49.8
48.S
47.ll
47.0
45.2
41.9
42.2

44.3
45.0
44.0
40.8
35.8

33.0

30.1

28.9
26.2

24 4
.
2324.3

83.s -

208.5

21.4

231.3

5.7

257.6

32.2

13.1

22.5
44.0
50.4
46.6

92.2
97.8
106.8
111.3

8.5.7

72.4
35.5
35.6

5.1

284.8
328.4

6.9

12.7
13.8
12.8

398.0
447.3
483.7

10.1
9.6
9.7
9.9
9.6

503.7

9.1

419.2

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5
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105.2

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34 Ver. por ejemplo, Gaddis Smith, American Diplomacy During the Secono
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J5 Este punto queda claro en Arthur Schlesinger Jr .. "Origins of lhe Co!d
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36 Bums, Roosevelt, the Soldier o/ Freedom, p . 374.
37 Mastny, Russia's Road to the Cold War, pp. 27071. Ver tambin Bradle~
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1979> para un relato actualizado de Jos escuerzos norteamericanos por acordar
una rendicin secreta de las fuerzas alemanas en Italia, otro incidente que
despert la suspicacia de Stalin.
38 Diario Wallace, 30 de noviembre de 1942, Blum, cd .. The Price of Vision.
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4' Harriman a Hopkins. 10 de septiembre de 1944. FR: 1944, IV. 98990; ver
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52 Memorandum, reunin BymesStalin, 23 de diciembre de 1945, :F'R.: 1945,
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53 Ward, The Threat of Peace, pp. 48-49, 71; Gaddis, The United sites a11d
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zo de 1966), p . 131; Gadclis, "Contairunent: A Reassesment", pp. 863-87; Edward
Mark, "The Question o[ Contalnment : A Reply to John Lewis Gaddis", Foreign
A//atrs, LVI <enero de 1978), pp. 430-40; John W. Coogan y Michael H. Hunt. "Ken
nan and Containment: A Comment", Society !or Historians of American Forelgn
Relations, Newsletter- IX, marzo de 1978, pp . 2325. La explicacin del propio Ken
nan est en sus Memoirs 1925-1950, especialmente en las pginas 363-67.
1 Kissinger, White House Years, p. 135.
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agosto de 1948, George F. Kennan Papers, Box 23, Princeton University.
9 PPS/23 , "Review of Current Trends: U.S. Foreign Policy", 24 de febrero
de 1948, FR 1948, I, 526-27. Ver tambin George F. Kennan, Realities o/ American
Policy, Princeton , 1954, pp. 3-30; y Jonathan Knight, "George Frost Kennan and the
Study o! American Forelgn Pollcy: Sorne Critica! Comments", Western Politlcal
Q uarterly, XX (marzo de 1967), pp. 150-1.
10 NaUonal War College <NWC ), con!erencia: " What !s Policy?''. 18 cte ~iclem
bre d e 1947, Kennan Pappers, Box 17; conferencia en NWC, "Where Are We -oday?", 21 de diciembre de 1948, ibid.
11 !bid.. conferencia en NWC, "Planning of Forelgn Pollcy", 18 de junio de
1947, Kennan Papers, Box 17.
12 PPS/23, 24 de !ebrero de 1948, FR 1948, I, 527; Kennan a Dean Acheson,
14 de noviembre de 1949, FR 1949, 11, 19.
1J NWC. conferencia, 21 de diciembre de 1948, Kennan Papers, Box 17.
"Comments on the General Trends of U.S. Foreign Policy", 20 de agosto
de 1948. 1bld .. Box 23.
is Conferencia en NWC, "Contemporary Problems o! Foreign Pollcy", 17 de
septiembre de 1948, fbid., Box 17. Ver tambin la conferencia de Kennan en el
Naval War College, "U.S. Foreign Policy", 11 de octubre de 1948, ibld.. el informe
de Kennan en la discusin del State Departmen t China Round Table, 6 de octu
bre de 1949, copia en Harry Truman Papers, PSP Box 174, Subject File: "Foreigns
Affairs : China : Record of Round Table Discussions", Harry s. Tru.man Library;
Kennan, Realties o/ American Foreign Policy, pp. 63-65; Kennan, llfemoirs 1925
19.50, p. 359.
16 Discurso nnte la Academy o! Poltica! Science, New York, 10 de noviembre
de 1949, Kennan Papers, Box l.
17 PPS 39/l , "U.S. Policy Towards China", 23 de noviemb re de 1948, FR :
1948, VIII, 208.
is Conferencia en el NWC, 17 de septiembre de 1948, Kennan Papers, Box 17.
Ver tambin "Report on Intemational Control of Atomic Energy", 20 de enero de
1950, FR: 1950, 1, 44. Ver tambin la conferencia de Kennan en el NWC, "Where
Do We Stand?", 21 de cciembre de 1949. Kennan Papers, Box 17.
19 Di~curso en la Academia Naval, 9 de mayo de 1947, ibid. Ver tambin
'.'C'.(lmment.s on the General Trends of U.S. Foreign Policy", 20 de agosto de 1948,
1b1d. Box 23.
20 Conferencia en el NWC, 7 de septiembre de 1948, Kcnnan Papers, Box 17.
Ver tambin PPS/13, "Resume of World Situation", 6 de noviembre de 1947, FR:
1947, I, r12; y Kennan, Memoirs 1925-1950, pp. 365-366.
21 Trabajo indito, " The Soviet Way of Thought and Its EUects on Poreign
Policy", 24 de enero de 1947. Kennan Papers, Box 16; ver tambin "The Sources
cf soviet Conduct". pp. 566-71; y la e-0n!erencia en el NWC, "The World Positlon
&nd Problems of the United States", 30 de agost:o de 1949, Kennan Papers, Box 17.
22 Kennan a J ames Bymes, 22 de febrero de 1940, FR: 1947, VI, 700-701; "The
sources of Soviet Conduct", pp. 571-73; NSC 20/1, "U.S. Objectlves wlth Respect
to Russia", 18 de agosto de 1948, en Thomas H. Etzold y John Lewis Gaddls, eds..
Containment: Documents on American Policy and Strategy 19451950 (New York,
1978>. pp. 185-86; Kennan a Robert Hooker, 17 de octubre de 1949, FR: 1949, I,
4-03-4.
u "The Soviet Way o! Thought and Its Effects on Porelgn Policy", 24 de
enf'ro de 1947, Kennan Papers, Box 16, "The Souret>..s or Soviet Conduct", p. 573.

396

1 J OUN LE'Wis GAD01s

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III, 225.
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33 CorJerencia :;; ~194NW7,t, 7'/4-75.
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U.s. Foreign Policy" 20 dn Papen;, l?ox !R; "Com rt of War CDiploniatie)"
.,
e agosto de 1948, fbid., &~n~ ~n the Genera Trend
23, NSr, 20/2 (PPS/33),

NorAS 1

397

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Soviet Politics" , 25 de agosto de 1948, FR 19411 I, 62122.
3S "Comments on the General Trend of U.S. Foreign Policy", 20 de a.g asto
de 1948, Kennan Papers. Box 23: conferencia en el NWC, 18 de diciembre de
1947, ibid., Box 17; conferencia en el NWC, '"Soviet. Diplomacy'', 6 de octubre
de 1947, ibid.
16 Ver, en este punto, Kennan a Marshall, 20 de enero de 1948, FR 1948, III, 78.
J1 Leighton, "The American Arsenal Policy in World Wnr II", p. 221252.
38 Charla pronunciada ante la junta de gobernadores del Federal Reserve
System. 1 de diciembre de 1947, y ante el SCC'retario del Navy's Council, 3 de i
ciembre de 1947, Kennan Papers, Box 17.
39 Notas de Kennnn para un seminario del Departamento de Estado, fi de
octubre de 1949, Kennan Papers, !bid. Para la opinin de Kennan acerca de Grecia
y Turqua, ver la nota precedente. Sus ideas acerca del "perimetro defensivo"
pueden hallarse en las minutas del encuentro del Nav;:'s Council del 14 de enero
de 1948, ibd.; PPS/23, 24 de enero de 1948, FR. I, 525, Kennan a Marshall. H dt>
rnarzo ele 1948. !bid.; y conrerencia en el NWC, 11 de octubre de 1948, Kennan
Papers, Box 17.
40 ConferenciR de Kennan en el NWC, 18 de diciembre cte 1947, bid.; Kennan a MacArthur, 5 de marzo de 1948, incluida en el PPS/28, 25 de marzo de 1948.
FR 1948, VI, 699. Ver tambin los comentarios de Kennan durantP. la'> Quintas
Charlas Explicativas de Seguridad de Washington. 9 de julio de 1948, bid., III,
177; PPS/37, "Policy Quest.ion Concernlng a Possiblc German Settl:iment", 12 de
agosto de 1948, bid., II. 1290, 129-96; y PPS/43, "Consideration Afecting the Con
clusion o! a North Atlantic Security Pnct", 2:l de noviembre de 1948, ibid. III, 287.
NSC 20/1, 18 de agosto de 1948, en Et.7.old y Gaddls, e<ls., Contamment,
pp. 17678. Ver tambin las minutas de la reunin del Policy Planning Staff de
l~ de marzo de 191\9, FR 1949, V. 9-10; y la conferencia de Kcnn:m en el NWC,
30 de agosto de 1949, Kennan Pnpers, Box 17.
4? NS<' 20/2, 18 de agosto de 1948, en Etzold y Gaddis, eds., Containment,
pp. 18687.
.
1 tbid., p. 192; NSC 58/2 CPPS/59), 8 de diciembre de 1949, "Unitcd States
Pohcy Towards U1e Soviet Satellite Stales in East.ern Europe", FR 1949, V -1849.
"' PPS/13, 6 de noviembre de 1947, FR 1947, I, 773-74. Ver tambin la conrerencia en el NWC, "The Back-ground of Current Russian Diplomatic Moves", 16
de diciembre de 1946, Kenmm Papers, Box 16, University of Virginia, conferencin,
"RussianAmerican Relations", 20 de iebrero de 1947, ib1d.; Charlas exlempor
neas a lderes industriales elegidos, 14 de enero de 1948, ibid., Box 17; y PPS/35,
"The Attitude of This Government. Toward Events m Yugoslavia", 30 de junio
de 1948, FR 1948, IV, 1079 81.
> Coruerencia en el NWC, 11 de octubre de 1948, Kennan Papcrs, Box 17;
conferencia en la Universidad de Virginia, 20 de febrero de 1917, ibid., Box 16.
Comentario de Kennan acerca de que unn victoria china comunista amenaz:i. a ln
Unin Sovitica, consignado en las minutas de una reunin del Navy's Council,
4 de enero de 1948, ibid., Box 17. Ver tambin la transcripcin de una sesin
de preguntas y respuestas con Kennan en el NWC, 6 de mayo de 19'27, ibd.;
PPS/13, 6 de noviembre de 1947, FR 1947, I 77576; lns notas manuscritas de Ken
nan sobre China, febrero de 1948, Kennan Papen;, Box 23; conferencia en el NWC.
17 de septiembre de 1948, itid., Box 17; PPS/39, "United States Policy Toward
China", 7 de septiembre de 1948, FR 1948, VIII, 147-49; PPS 39/1, 23 de novien
bre de 1948, ibid., pp. 208-9; informe de Kennan al Stnte Department China Round
Tal-le Discussion, 6 de octubre de 1949, Truman Papcrs, PSF Box 174, ''China Re
cord on Round Table Discussion"; y Kennan, Memoirs 1925-1950, pp. 373374.
4 Coruerencia en el NWC, 6 de mayo de 1947, Kennan Papers, Box 17; con
ferencia en la Universidad de Virgnia, 20 de febrero de 1947, ibid., Box 16.
1 !bid. Ver tambin PPS/l, 23 de mayo de 1947. FR 1947, III, 2245, 229-30,
charla al Board o! Advisers Federal Reserve System, 1 de dl.ciembre de 1947; y
con el Navy's Council, 3 de diciembre de 1947, Kennan Papers, Box 17; conferencia en el NV/C, 18 de diciembre de 1947, ibid.
~ Coruerencia en la Joint Orientatlon Conference, Pentgono, 8 de noviem
bre de 1948, Kennan Ppers, Box 17. Ver tambin la conferencia de Kennan, Air

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54 Ver NSC 20/l ~~~ent, ~de septiembre de :;JteK personal del Fore~
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57 Universldact d
ennan", Encounter XLVI;
. rge Urban, "A con~
fi:'Pers, 16, conferenc~ ~~rfil"::W~onterencia del 20 de ~~~~tiembre de 1976), 31.
de agos~ de 1948, en Etzold ;..~..d~ octubre de 1947 ibi~roBde 1947, Kennan
nan, Memcnrs 1925-1950
. Y '-'"""-'diS, eds. Containm'
., ox 17; NSC 20/1,
ot Thought and its Eti Pt:., 303, Y el. trabajo indito d Kent, p. 1!!7 tambin Kenpers, Box. 16.
ec on Fore1gn Policy" 24 d e ennan, The Soviet Way
ss !bid., conterenci
'
e enero de 1947, Kennan Pa
diseurso de la NavaI a de la Universidad de Vi . .
ters de Kennsn
r Acaderny, 9 de mayo de 1947~ 20 de febrero 1947 ibid .
~-~c~demfa de ~n;I:i P;1;{~ra diplomacia norte:~1~x 17. En ~uant at t.0'.
...,.,..itzes of Amertcan F,
.
ca, 10 de noViembre 1949 f ' ver su discurso ante
V
~ Conferencia en e~r~olic, pp. 6-14.

bid. Box I; Y Kennan,


er tambin Kennan M
. 30 de agosto de 1949
60 PPS/23, 24 de 'teb':"1cnrs 1925-1950, p. 405.
' Kennan Papers, Box 17.
17 de febrero de 1950 FRef950de 1948, FR 1948, r 513 Me
61 Kennan a Desi
I. 166-67.

.
morandum para Acheson
del diario de Kennan Rusk, 7 de septiembre de

charla con la CIS co'J~rde noviembre de 1949, cita~~4~ FR 194?, r. 381; anotacin
tambin la carta de K
ence, 14 de octubre ele 1949 Kn Memoirs 1925-1950. p. 467;
a Acheson y J
ennan Lovett, 5 de ag to ennan Papers Box 17 v r
wond, "NSC-68~~%~~ ~ dRee abril de 194~ ~e ~ f'R.,!,.~8, r: 599;. Ke~~
a.mmond y Glenn s
armament" en w
~. Y Paul Y Hamnyder, Stratew, Politic! and Da:;ier R. Schilling, Paul Y.
1962), pp. 315-18.
62 Conterencia en el NW
tense Budgets (New York
emorandwn persona de K e, 16 de septiembre de 1940 K
'
p. 405. Para las oplnio~~ 23 de enero de 1948 ci:::t1an Papers, Box 16;
54, 322-23, Y PPE/1 23 d e Kennan acerca de '1a D~~~- Memcirs 1925NW
.n..ennan a Acheso '
e mayo de 1947 III 229-30
... ..,.. Trwnan, ver
C, 21 de dfciembre d~,1~9 d~ novtembre de 949, FR u 18
.
ennan Papers, Box 17. ' conterenc1a en er

f
fg
6.Pe=

NOTAS

399

Captulo 111: Implementando la contencin


1 Kennan, Memors 19251950, p. 403 .
2 ver, por ejemplo, C. Ben Wrigbt, "Mr. 'X' and Containment", pp. 136;
Mark, "What Kind o! Containment?", pp. 96-109; tambin Louis Halle, The Cold
War as History <New York, 1967), pp. 106-8.
J Coogan y Hunt, "Kennan and Containment", p. 25.
Kennan, Memors 1925-1950, pp. 343, 393.
s Ver especialmente el sucinto swnario de las tres etapas de la contencin
de Kennan, incluido en el NSC 52/3, "Govcrnmental Programs in Natonal Security and International Affalrs for the Fiscal Year 1951", aprobado por el National
Security Council el 29 de septiembre de 1949, FR 1949, I, 386-87.
6 Gaddis, The United States and the Origtns o/ the Cold War, pp. 1-31. Ver
tambin Dean Acheson, Present at the Creation: My Years in te State Department
(New York, 1969), pp. 726-27.
1 JCS 1769/1, "United States Assistance to Other Countries from the Stand
point of Natlonal Security", 29 de abril de 1947, FR 1947, I, 748; memorandum de
Bohlen, 30 de agosto de 1947, fbid., p. 763; Diario de Forrestal, 7 de noviembre
de 1947, Millls, ed., The Forrestal Dtary, p. 341 (Declaracin de Marshall parafra.
seada pcr Forrestal). El memorandum Kennan leido por Marshall fue un sumario
del PPS/13, ''Resume of World Situation", 6 de noclembre de 1947, FR: 1947, I,
770-71. Ver tambin un memorandum del Executlve eommittee on the Regu
lation of Arrnaments", "Applying the Truman Doctrine to the Unlted Nations'',
30 de julio de 1947, ibfd.. pp. 579-80; y Millis, ed. The Forrestc.! Diaries, pp. 307,
349-51, 36o-67.
a Ver, en este punto, Alan K. Henrlkson, "America's Changing Place In the
World: From 'Periphery' to 'Centre'?", en Jean Gottmann, et., Centre and Periphen: Spatial Variation in Politics <Beverly Hills, California, 1980), especialmente
pp. 83-88. Para un temprano ejemplo de la influencia de M.ackinder sobre el pen
samlento geopoltico norteamericano, ver Nlcholas John Spykman, America's Stra
tegv In World Politcs: The United States and the Balance of Power (New York,
1942). especllwnente pp. 194-99; tambin Charles Kruszevsk, "The Pivot of His
tory", Foreign Affalrs, XXXII, 9 de abril de 1954), 388-401; y G. Etzel Pearcy,
"Geopolitics and Forelgn Relatlons", DSB, L (2 de marro de 1964), 31830.
9 NSC 7, "The Position o! the United States with Respect to Soviet-Directed
World Communism", 30 de marzo de 1948, FR: 1948, I, 546; NSC 20/4, "U.S. Objetives with Respect to the U.S.S.R. to Counter Soviet Threats to U.S. Security",
23 de noviembre de 1948, fbld., p. 667. Ver tambin JCS 1769/1, 29 de abril de 1947,
FR 1947, I, 739; y CIA l, "Review ot the World Situation as It Relates to the Secu
rity o! the United States", 26 de septiembre de 1947, Truman Papers, PSF, Box 255,
"Central Intelligence Reports ORE 1948".
10 "The SourcP.s o! Soviet Conduct'', p. 581. Mi distincin entre defensa "pe
rlmetral" y de "los puntos fuertes" est en deuda con Edward Luttwak, The
Grand Strategy o/ thc Reman. Empire (Baltlmore. 1976), pp. 19, 130-31, 137.
11 Marshall a Robert Lovett, 23 de abril de 1948, FR 1948, III, 103. Ver tam
bin Wamer R . Schllling, "The Polltics of National Defense: Fiscal 1950"', en
Schilllng et al., Strategy, Politics and Defen.se Budgets, especialmente pp. 98-114.
12 Ver, en este punto, U.S. Congress, House o! Representatves, Committee
on Forelgn Affairs (HFAC), Assistance to Greece and Turkey (Washington, 1947),
pp. 14-15: U.S. COngress, Senate, Corumittee on Forelgn Relations (SFRC), Asslstance to Greece and Turkey (Washington, 1947), p. 13; y testimonio de la sesin
ejecutiva editado en SFRC, Legislative Origim of the Truman Doctrine CWashing
ton, 1973), pp. 17, 22. Ver tambin DSB, XVI (4 de mayo de 1947), 849, 879-80, 882,
y un informe del State-War-Navy Coordinatlng Committce, "Pollcles and Princl
ples for Extenslon ot U.S. Aid to Forelgn NaUons", 21 de abril de 1947, FR 1917,
III, 208-9.
13 Discurso de Trumao en la Inter-American Conterence, Rio de Janetro, 2 de
septiembre de 1947, Public Papen of the Presfdent Harry Truman, !947 CTPP),
p. 430. Memorandum Lovett de la conversacin con el embajador de Turqufa.
21 de julio de 1948, FR 1948, III, 197. Ver tambin Robert P. Paterson a Dean
Achcson, 4 de abril de 1947, FR 1947, VI, 626-27; JCS 1769/1, 29 de abril de 1947,

oo / JOHN U:Wrs GADors

fbid., I, 739 y
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' '
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. .
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~ voluntad soVica ~as i:epresentatvas estimacione M~hs! ed~.. The Forrestal
e Intcntions and Capab~~~1esgarse
a una guerra son s J recmtehgenca acerca de
1 1
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tes of the USSR A
308/2, "Estmate f
ABC 3111 USS~c :r_s Thereto, 1948-1957" 16 de
the Co n tinental United Sta~
Intcntions pre' arar. 46, Sec. 5B, Natonal Ar~W~ro de 1948, Army Sta!! Records
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1~na1 S1tuation", 3 de 1.eptiemb 9d. J CS 1924/6.
Memorandum d e Tru
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re e 1949, Army
Tn1man Papers PSF'
man sin fechar p rob b
19451953"
'
' Box 150, Subject File. "B~iemente de principios de 1949
21 ForrestaJ al Na .
.
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Para documentaci
ho~J Secunty Couneil 19 d

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21 Testimonio de A h
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Y Turqma, ver ibld., III,
i~gs: The Vand b
e eson _de sesin ejecutiv 2
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1972). pp. 2023.


26 Memorandum Hickerson de la conversac in sostenida con Lord I nvercha
pel, 21 de enero de 1948, FR 1948, III, 11. Ver, tambin, Robcrt Lovett a William
L. Clayton y Jefferson Ca!fery, 26 de agosto de 1947, FR 1947, III, 383; el discurso
de Marshall en el Chicago Council o! Foreign Relations y Chicago Chambcr o!
Conunerce, 18 de noviembre de 1947, DSB XVII (23 de noviembre de 1947), 1026;
y su testimonio ante el Senate Foreign Relations Committee, 8 de enero de J948.
SFRC Hearings: European Recovery Program (Washington, 1948), p. 13.
n Ver, en este punto, NSC 1/2, "The Position of the United States with Res
pect to Italy", JO de febrero de 1948, FR 1948, III, 765-69; NSC 1/ 3 "Position of
t.he United States with Respect to Italy in the Light oc the Possibility o! Commu
nist Participation in the Government by Legal Means", 8 de marzo de 1948, !bid.,
pp. 775-79; y el discurso de Marshall en la Universidad de California, Berkeley,
19 de marzo de 1948, DSB, XVIII (28 de marzo de 1948) , 424.
2S Thorp a Marshall, 7 de abril de 1948, FR 1948, l. 558, "State Department
CommenLs on NSC 49", 30 de septiembre de 1949, adjunto al NSC 49/ l, 4 de octubre de 1948, FR 1948, I. 558, "State Department Comments on NSC 59'', 30 de
septiembre de 1949, adjunto al NSC 49/1, 4 de octubre de 1949, FR 1949, VII, 8'12-73.
Ver tambin Geir Lundestad, America, Scandi11ava and tlle Cold War 1945-1949
(New York, 1980), pp. 109-66.
l9 SWNCCFPI JO, "In!onnational Objec tives and Main Themes", 3 de marzo
de 1947, FR 1947, V, 778. La !Lima frase fue tomada literalmente de un discurso
que el secretario de Estado James Byrnes habla pronunciado en el Overseas Press
Club de New Yor k el 28 de febrero de 1946 CDSB, XIV, 10 de marzo de 1947);
con ligeras alteraciones fue incluido en el discurso de Truman al Congreso el 12
de marzo de 1947 CTPP, p 179). Ver, tambin. el discurso de Byrnes en el Cleveland
Council on World Affairs, 11 de enero de 1947, DSB, XVI (19 de enero de 1947),
8889.
YI TPP, 1947, p. 178.
Jt tbid., pp. 177-78: comentarios informales de Truman a la Association o!
Radio News Analysts, 13 ele mayo de 1947, ibid., p. 238; discurso de Truman en
Charlottesville, Virginia, 4 de julio de 1947, bid., p. 324. Ver tambin el discurso
de Marshall en la United Nations General Assembl y, Paris, 23 d e septiembre de
1948, DSB XIX (3 de octubre de 1948), 432.
n Testimon io rtc Acheson, 24 de marzo de 1917, SFRC Hearings: .4id to Greece
and Turkey, p. 30; Ayrcs Diary, 2223 de mayo de 1947; Eben a Ayres Papers, Box
26. Harr.t S. Truman Librnry; Joseph M. Jones a Acheson, 20 de mayo de 1947,
FR 1947, III. 233. Ver t...-imbin el coloquio entre Acheson y el senador Claude
Pepper en las audiencias del SFRC citadas, p. 42; el testimonio de Acheson ante
el House Foreign Affairs Cornmittee, 21 de marzo de 1947, HFAC H earings: Aid
to Greece and Turkey, pp. 3233, y MargareL Truman, Harry S. Truman ( New
York. 1973). p. 344.
.u Memorandum de comentarios por el Under Secretary o! State William L.
Clayton en una reunin ele wfes departamentales del Departamento de Estado. 28
rle mayo de 1947, FR 1947, IIJ. 235. Ver tambin Bohlen. Witness to History, pp.
264-65; Kennan, Memors 1925-1950. pp. 34142; y Arkes, Bureaucracy, the Marshall
Plan and the National lntcr cst, pp. 5255.
34 NSC 111, "The Position of the United States with Respect to Italy", 14 de
noviembre de 1947. FR 1947, III, 72426; NSC 5, "The Positon o! the United Statcs
with Respect to Greccc", 6 de enero de 1948, ibid., IV, 2-7; NSC 1/2, 10 de febrero
de 1948, lbid., III, 76569; NSC 5/2, "The Position or the United States w ith Res
pect to Grecce", 12 de febrero de 1948, ibid., IV, 4651; NSC 1/3, 8 de mar'IO de
1948, bid., III, 775-79.
JS Conferencia de prensa de Trumao con editores de publicaciones comercia
les y de negocios, 23 de abril de 1948, TPP: 1948, p. 232; PPS 35, 30 de junio de
1948, FR 1948, IV, 1079-81. El National Security Council aprob el PPS 35 como
NSC 18 el 2 de septiembre de 1948 (bid., pp. 1079 y sigs.).
.J6 Acheson a la embajada norteamericana en Belgrado, 25 de febrero de
1949, FR 1949, v. 873; conrerencia de prensa de Truman, 22 de diciembre d~ 1949,

402 1 JOHN ~S

CAl>DIS
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TPP 1949, PJ>. 585-86 Para ta


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es . controversia, ver FR 1949 V 898History, u <Otofio, 1 ~8 fJg..,~ Declsion To Assist Tito, 948 _ ~~;.. ~ timbln
37 Informe del Moscw Emb

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tions", 5 de abril de 1949 FR
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Robert Joyce a Carlto
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de 1949 ibid '

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firc.~lat3 del Departamento de Estado "B~~
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~ .. de octubre de 1948, FR 194 I 642-43~Nors m Soviet Far Eastem Pona 28 de febrero de 1949 FR
'
SC 34/2, "U S Policy T
mayo de 1949, ibfd V, p. 892 tirk 1~9h, IX, p. 491-95; Kohler a. Acheson o;radrd
.J9 Ver por ejem 1

a e eson, 13 de agosto de 1949 ib. '


e
FR 1947. VI 849 O Edmp
o, John Carter Vincent a Marshall 20 d t' .1d., p. 923.
w w al ton Butterworth


und Clubb a Marshall 28

e unto de 1947
testim 1 d
.
de agosto de 1947 fbid 264-65
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circular del Departamento de Esta~~ :!~e t~ct of 1948 .<Washington, 1973) P 438:
Sou.theas.t Asia", 13 de octubre de 1948
em of Soviet PoUcy in Far East Md
testimonio de sesin ejecutiva 18 de .
1948, L. 639; Acheson Y Butterworth
Asistance to China and Korea CWashln~~~e 1948, SFRC Hearing: Economt
tlmonlo de sesin ejecutiva 12 d
t b n,
4), p. 30-36; Philips C. Jessup te .
War Situation, p. 99.
'
e oc u re de 1949, SFRC Hearing: Review o
40 NSC 41, illforme sobre "United Sta
.
28 de febrero de 1949 FR 949 IX
tes Pol!cy Regardlng Trade With China ..
del ~ational Secunty' Council.' 1 d~ 8i!;:~ declaracin. de Acheson ante la reunin
~oni'!. .de ~In ejecutiva, 12 de octubre d de1~9:9,Sfb1d., p. 295-96; Acheson, testiar Sztuatzon, pp. 97-98; Acheson
e
FRC Hearings: Review of the
de E:itaMdo Conjunto, 29 de diciembr~1e~o~~~d~ ~e9 9conversacln con los jefes

emorandum de Acheson d 1
4 , pp. 465.{)7
bre de 1949, Dean Acheson Papers :o'X co~versacln con Truman," 17 de noviemno~iembre de 1~9", Harry s. T.unan 6tib:!en:ioranda ot ec,>,nversations, octubreUmted States w1th Respect to Asia" 30
.11' NSC 48/2, The position o! the
Para la conclusin de los "consuitartes"d~ diciembre de 1949, FR 1949, VII, 1219.

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bre .de 19~9. FR 1949, IX, 160-62 e.. nsultants on tbe Far Eeast", 2 de noviemRev1ew w1th the Prcsident" in~l~daOutline o! Far Eastem and Asan Pollcy !or
1949, fbld., VII, 1213.
'
en Jessup a Acbeson, 16 de noviembre de
~2 Ver, por ejemplo A h
1949, FR 1949, VII, 29; y' d~l;so~ al Consulado General, Hanol, 20 de ma o de
febrero de 1950, DSB XXII (13~1!n bde Acheson en conferencia de prensa Y1 de
o PPS 53, 6 de Jull d
e e rero de 1950), p. 244.

moir~ 19501~63, p. 54. 0 e 1949 FR 1949, IX, 356-59. Ver tambin Kennan, Me
Un eJempJo de esta tendencia
1
~~ en Forei~ Alfairs, XXVII, enero~ee1 ~rff~~ ~Sb~n on Revolution", pubU
pero escnto por George Allen Mor

a10 el seudnimo "Hlstori

Estados Unidos en Mosc Como j gan, Primer secretario de Ja embajada de


administracin, ver el die~ inaue empJos de la retrica anticomunista de la
1949, pp. 112-13; el discurso de Jessu gurnJ ~e ~. 20 de enero de 1949, TPP
~I, 5 de septiembre de 1949 p :&;~~ M::l:1 Flonda, 24 de agosto de 1949 DSB
r673o, South Carolina, 24 de o'ct~bre 'de 949 s~buirsod XXIdeJohn Peuri!oy en Walter
p.
.

31 de octubre de 1949,
45
Comentario de Smith
la
de 1949, FR 1949, V, p. 10; Ca~re~n del Policy Planing StaU, 1 de marzo
<este despacho, enviado a las miaJon: ~ ~on, 25 de abril de I!K9, !bid.,
ma, Atenas, Mosc, Varsovia Praga So!f
encanas de Londres, Pars,
clones nortea.mencanas de Ch"' f
Budapest, Bucarest y a las delega
hart, Begundo secretario de la~bauj~n~eaUBe~ ..~~~ por WlWam K. Leon
"6uuv), Conclustons and Recom-

:;i

1 403

mendations", London conferece of East Europe Cbie!s of Mission, 26 de octubre


dP 1949, fbid, p. 31.
46 Cannon a Acheson, 25 de abril de 1949, V, 889.
47 NSC 20/4, 23 de noviembre de 1948; FR 1948, I , 668. Esta declaracin proced!a de un estudio anterior del Policy Planning Sta!!, PPS 38, 18 de agosto de
1948, cuyas conclusiones pueden encontrarse en ibfd., p. 609-11.
48 Ver, por ejemplo, el discurso de Truman en Miami, Florida, 18 de octubre
de 1948. TTP 1948, pp. 816-17; declaracin de Acbeson a la prensa, 19 de mayo de
1949, DSB XX, 19 de mayo de 1949, 675-76; discurso de Acheson en Berkeley, ca.
lifornia, 16 de marzo de 1950, !bid., XXII (27 de marzo de 1950), pp. 473-78.
49 JSC 1725/1, 1 de mayo de 1947, en Etwld y Gadrlis, eds., Containment,
p. 303; CIA 1, 26 de septiembre de 1947, Truman Papers, PSF, Box 255; illforme
del Jolnt Intelligence Committee, 1 de abril de 1948, FR 1948, I, 552. Las estimaciones de las fuerzas militares occidentales y soviticas en Europa proceden de
Thomas W. Wo!Ie, Soviet Power and Europe, 1945-1970 (Ba.ltlmore, 1970), p. 11.
so "Washington Explanatory Conversatlon on Security", 9 de septiembre de
1948, FR 1948, III, 237-48. Ver tambin Daryl J. Hudson, "Vandenberg Reconsl
dered: Senate Resolutlon 239 and American Foreign Pollcy". Dipl.omatic Historv I,
invierno de 1977, ~.
s1 PPS 43, "Conslderations Affectlng the Conclus!on of a North Atlaotic Security Pact", 23 de noviembre de 1948, FR 1948, III, 285-87. Ver tambin Kennan
a Llppman, 6 de abril de 1948, Kennan Papers, Box 17, Kennan a Lovett, 29 de
abril de 1948, FR 1948, III, 106-9; comentarios de Kennan en la quinta reunin
de Washington Exploratory Talks on Security, 9 de Julio de 1948, ibid., 177; y las
conferencias de Kennan en el NWC, 17 de septiembre de 1948, en el Naval War
College, 11 de octubre de 1948, y en la Jolnt Orlentatlon Conference en el Pent
gono, 8 de noviembre de 1948, todas ellas en Kennan Papers, Box 17.
S? Ver Williarn Thorp a Marshall, 7 de al?ril de 1948, FR 1948, I, 560; Lovett a
Harriman, 3 de diciembre de 1948, ibid., III, 305; FACC D-3, "Baste Policies of the
Assistance Program", 7 de febrero de 194.9, FR 1949, I, 255; Acheson, testimonio
de sesin ejecutiva, 18 de febrero y 21 de abril de 1949, SFRC Hearing: Vandenberg Resolution and NATO, pp. 99, 215, 232.
SJ George H. Butler, memorandum, 19 de marzo de 1948, FR 1948, III, 58;
John Hickerson, comentarlos en la segunda reunin US-UK-Canada Secv.rity Con
versations, 23 de marro de 1948, fbid., p. 103; Josepb Satterthwalte a Lovett, 26 de
octubre de 1948, ibid., IV, 173-75. Para documentacin sobre las propuestas de un
"Pacto Paclfco", ver FR 1949, VII, 901-2, 111592.
S4 Bohlen a Marshall S. Carter, 7 de noviembre de 1948, FR 1948, I, 654;
Marshall a Forrestal, 8 de noviembre de 1948, ibid., 655; testimonios de Acbeson,
Harrlman y Johnson de sesin ejecutiva, 21 de abril de 194.9, SFRC Hearings,
Vandenberg Resolution and NATO, pp. 215-16, 221, 235; trabajo del Foreign Asslstance Correlation Committee, "Military Rlghts Questlon", 20 de mayo de 1949,
FR 1949, I, 312; Acheson, testimonio de sesin ejecutiva, 2 de agosto de 1949,
SFRC Heartng: Mllltary Assistance Program 1949, p. 30.
ss Conferencia de Kennan en el NWC, 11 de octubre de 1948, Kennan Papers,
Box 17; conferencia de Kennan en la Jolnt Orientation Conference, Pentgono,
8 de noviembre de 1948, ibfd.; conferencia Kennan en el NWC, 17 de sepUembre
de 1948, !bid.
S6 Comunicado en la London Conference, 7 de junio de 1948, FR 1948, II, 316,
Marshall a la embajada de Estados Unidos en Londres, 20 de febrero de 1948,
!bid., p. 72; declaracin del Departamento de Estado, "Gennany", 26 de agosto de
1948, fbid., 1319.
S7 Ver Kennan a James F. Bymes, 6 de marzo de 1946, FR 1946, V, 416-20, y
Carmel Offlce, 10 de mayo de 1946, !bid., pp. 555-56.
S8 PPS 37, " Pollcy Questions Conceming a Posslble German SetUement", 12
de agosto de 1948, FR 1948, II, 128797. Ver tambim PPS 23, 24 de febrero de 194ll,
fbld., I, 515-18.
"'PPS 37/l "Posttion To Be Taken by the US at a CFN Meeting" , 15 de noviembre de 1948, FR 1948, Il, 1326-38. "Program A", titulado "A Program for Ger
many", fue fechado el 12 de noviembre de 1948, e Incluido en los anexos del
PPS 37/1.
"'Murphy a Jaoob Beam, 7 de diciembre de 1948, FR 1948, II, 1320; Murph,
memorandum, "US Policy Respecting Gennany", FR 1949, III, p. 125; Kohler a

404 j

JOHN LEWIS CADOIS

NOTAS

:\<:heson, 6 de mayo d~ 1949, fbid., 866-67; Johnson a Acheson, 14 de mayo de 1949


1b1d., p. 876. Ver tambin Kennan, Memoirs 1925-1950, pp. 444-445.

61 Memorandum de Murphy de la conversacin con Acheson, 9 de mar.i:o d


1949, FR 1949, 111, 103; Jessup a Aeheson, 19 de abril de 1949, ibid., pp. 859. 62~
memorandum de Acheson, "A_n. Approach to CFM", incluido t::n Acheson a Lew!S
nc:iuglas, ll de mayo de 1949, 1b1d., p. 873; Kennan a Acheson, 20 de mayo de 949
btd., p. 889.

6! NSC 13/2, "Rccommendations with Respect to United States Policy Towarct


Japan''. 31probado por Truman el 9 de octubre de 1949, FR 1949, VI, 85862. Para
las opiniones de Kennan, ver PPS 28, 25 de marzo de 1948, ibfd., pp. 691-719 y
sus Memoirs 1925-1950, pp. 39193.
'
63 Para la docwnentacin acerca de estas decisiones, ver FR 1949 VII 850
939, y FR 1950, VI, 110961.
'
'
.
64 Acheson a Sir Oliver Franks, 24 de diciembre de 1949, FR 1949, VII, 927.
6S Kcnnan a Acheson, 21 de agosto de l!J50, PR 1950, VII, 627. Ver tambin
Kennan, Memoirs 19501963, pp. 4041; y Acheson, Present at the Creation pp. 445-56
66 ~illinm J. Sebald a Acheson, 15 de agosto de 1949, FR 1949, VI, 831.
otr~s eJcmplos c;te la posicin de respaldo de MacArthur con respecto a la neutrah:zac!n, ver 1bid., pp. 657, 685, 806, 862 y 891. Ver tambin Kennan , Memoirs
1950-1963, pp. 50-51.
67 Memorandum de Acheson de Ja conversacin con Bevin y Schuman 7 de
septiembre de 1949, FR 1949, VII, 861; memorandum informal de Acheson' para
Sir Oliver Franks, 24 de cUeiembre de 1949, bid., p. 928.
68 Kennan, Memoirs 1925-1950, pp. 427-28, 447; Memoirs 1950-1963, p. 53.
1n Kennan, Memoirs 1925-1950, p. 472.
10 Memorandum de Kennan, "The International Control of Atomic Energy"
:!O de enero de 1950, FR 1950, I, 39.
'
71
.
tbid., pp. 29-30; memorandum de Kennan a Acheson <no enviado pero dls
cut1do con Acheson), 17 de febrero de 1950, bid., pp. 161-62, 165.
12 Declaracin del General Advisory Committee, incluido en Robert J. Oppenheimer a David E. Lllienthal, 30 de octubre de 1949; FR 1949, I, 571; Lil!enthal a
Truman, 9 dP. noviembre de 1949, ibid., p. 580; Minutas, Reunion del Pollcy Plannfr1g St:f del 3 de noviembre de 1949, bid., p. 576; y memorandum de Acheson
del 20 de diciembre de 1949, ibid., p. 613.
73 McMahon a Truman, 21 de noviembre de 1949, FR 1949, I, 593; Bradley a
J:>hnson, 23 de noviembre de 1949, ibid., pp. 595-96; Strauss a Truman, 25 de no
viembre de 1949, ibid., p. 597; informe Special Committee of the National Security
Council al presidente, "Development of Thermonuclear Weapons", 31 de enero de
1950, FR 19:">0, V, p. 515. Ver tambin Bradley a Johnson, 13 de enero de 1950,
fbid., pp. 141-42.
7
~ Truman a Acheson y Louis Johnson, 31 de enero de 1950, ibid., pp. 141-42.
1s Ayres Diary, 4 de febrero de 1950, Ayres Papers, Box 'XI.
7
~ Ver, en este punto, e! informe sobre "The Military Implications o! Thermonuclear Weapons", meluido en el informe del Special Committet' oc thc National
Sccurity Council a l presidente, 31 de enero de 1950, FR., I , 522.
n Kcnnan, Memoirs 1925-1950, pp. 474-75.
78 NSC 68, "United States Objectives and Programs for National Sccurity",
4 rlr abril de 1950, FR 1950. l. 264. Este documento est discutido en detalle en
el Capitulo Cuatro. Vl.r tambin Hammond, "NSC 68". p. 312.
19 Ver, por ejemplo, los comentarios de Hammond en una reunin del Advertlsing Council en la Casa Blanca, 16 de febrero de 1950, DSB XXII (20 de marz<>
de 1950), 427-29. Ver tambin (',oral Bell. Negotiations from St rength: A Study
in t l1c Politics of Power CNew York, 1963), pp. 3-30.
so Kennan, Memoirs 1925-1950, p. 365.
di Ver, en este p unto, Arkes, Bureacracy, the Marshal.l Plan and the National
Intercst, p. 182.

82 Diario de Kennnn, 22 de noviembre de 1948, citado en Memolrs 1925-1950,


p . t99.
33 Comentario de Nitze e n una reunin del State-Defense Departmcnts Policy Review Group, 2 de marzo de 1950, FR 1950, 177.
"" Diario de K~an, 12 de julio de 1950, citado en Memoirs 1925-1950, p. 499.
ss Rammond, "NSC 68", p. 309.
b6 Kennan, Memors 19251950, pp. 407-408.
a1 Ver FR 1949, III, 694-751; tambin Phlip C. Jessup, "The Berln Blockade

Para

1 405

and the use of tbe United Nations", Foreign Af!airs, L (octubre de 1971), 163-173.
as Ver, por ejemplo, Adam B. Ulam, The Rivals: America and Russia Since
World War 11 CNew York, 1971), pp. 156-57.
89 Para una apreciacin contempornea que siga esa linea, ver un memoran
dum de Charles Yost, cUrector del State Department Office of European Affairs,
"Basic Negotiations with the Soviet Union", 15 d e febrero de 1950, FR 1950,
I, 153-59.
90 Kennan, Memoirs 1925-1950, pp. 465-66. Ver tambin Kennan a Marshall y
I.ovett, 5 de agosto de 1948, FR 1948, I, 599; y Kennan a Dean Rusk, 7 de septiembre
de 1949, FR 1949, I, 381.
9t Hammond, "NSC 68", pp. 317-18.
91 Acheson, Present at the Creation, pp. 347-48.
93 Comentarios realizados en el Nationnl Council of Negro Women, 17 de
no\iembre de 1950, DSB, 23 (27 de noviembre de 1950), 839.

Captulo IV: NSC68 y la guerra de Corea


1 Kennan, Memoirs 1925-1950, p. 408.
Sobre los orgenes del NSC-68, ver la versin clsica de Paul Y. Hammond,
en Schilling, Hammond y Snyder, Stratcgy, Politics and Defense Budgets, pp.
267-330; tambin Samuel F. Wells Jr., "Sounding the Tocsin: NSC-68 and the
Soviet Threat", lntcrnational Sccuiity IV (otoo de 1979), 116-38; y Fred M.
Kaplan, "Our Cold-War Policy, Circa '50", New Yorlc Times Magazine, 18 de
mayo de 1980, pp. 34 y sgs.
l NSC-69, 14 de abril de 1950, FR 1950, I, 237-39.
tbid., pp. 238-40 .
s Memorandum de Nitze, "Reccnt Soviet Moves", 8 de febrero de 1950, ibd.,
p. 145; NSC-68. 14 de abril de 1950, ibfd., pp. 263-64.
6 Declaracin de Bradley ante el House Armed Services Committee CF..ASC),
19 de octubre de 1949, RASC Hearings, Unification and Strategy (Washington,
1949), p. 518. Ver tambin Truman a Siclney Souers, 1 de julio de 1949, incluida
en NSC 52, "Governmental Programs in National Sccurity a.nd International Affairs
fo:- Fiscal Year 1951", 5 de jubo de 1949, FR 1949, I, 349-51.
7 NSC 68, 14 de abril de 1950, FR 1950, I, 25G58, 286. Ver tambin pp. 246-49.
El informe econmi~o del presidente est en 'l'PP 1950, pp. 18-31.
a Alonzo L. Hamby, Beyond the New De-11: Harry S. Truman and American
Liberalism CNew York, 1973) pp. 297-303; Edward S. Flash, Economic Advice and
fresidential Leadership: The Council o/ Economic Advisers CNew York, 1965),
pp. 21-39.
9 Memorandum de Hamilton Q. Dearbom. aprobado por Keyserling, 8 de
mayo de 1950, FR 1950, I, 311.
10 Registros. encuentro del Pollcy Review Group, 16 de marzo de 1950, fbid .,
p. 199.
11 NSC 68, 14 de abril de 1950, FR 1950, I, 24344.
12 !bid., pp. 238, 240, 245.
n !bid., p. 280. Ver tambin pp 247-48.
14 tbid., 251 267. Ver tambin un mcmornndwn Jel National Security Resourccs Board, "Comment on NCS-68 Programs", 29 de mayo de 1950, ibid., 316-21.
15 Kennan a Acheson, G de enero de 1950, FR 1950, I, 132. Ver tambin Kenuan a Bohlen, 15 de marzo de 1949, FR 1949, V 583-94.
16 NSC 68, 14 de abril de 1950, FR 1950, I, 264, 290. Ver tambin Nitze, "Recent
Soviet Moves", 8 de febrero de 1950, lb!d., pp. 145-46.
17 NSC 68, 14 de abril de 1950, PR 1950, I, 249, 261, 264.
1a Ver Kennan, Memoirs 1925-1950, p. 311-12.
19 NSC 68, 14 de abril de 1950, FR 1950, !, 252-53.
20 tbid., pp. 253 283.
21 Acheson, Present at the Creation, p. 374.
22 tbd., p. 377; Hanunond, "NSC 68", pp. 318-19, 344.
23 NSC 68, 14 de abril de 1950, FR 1950, I . 281-82. Ver tambin el memorandum de las discusiones de la cuarta reunin del comit ad hoc del NSC 68,
12 de mayo de 1950, ibid., pp. 312-13, y del Under-Secretary o! State's Advisory
Committee, 6 de junio de 1950, fbld., p. 324.
2

NOTAS

406

1 407

1 .JOHN lZWIS GADDIS

24 NSC 68, 14 de abril de 1950 FR l950 I


: !bid., pp. 264 , 267-69.

244. Ver tambin p. 267.


!bid., pp. 247, 255. Ver tambin p 285
T1 !bid., p. 260.
.
.

28 Com~do Mayor Conjunto al secretario de Defe


"
.
.
m Milit8:1J' Aid Programs", 20 de enero de 1950 US De nsa, Military ObJectives
StafgsVjietna!11 Relations, 1945.967 (Washin~n
1)~f:ft ~f .Derense, United
ses n e ecut1.va de Acheson, 29 de marzo de l95 SFR H
4, testimonio de
p. 273; Rayxnond A. Hare a James

1971

~r:g50~1~~>_"
29

NSC 68, 14 de abril de 1950 FR 1950 I

we~~ ~~e'tfs::

~ ~emorandwn de Dulles, 18 'de mayo 'de' 1950

:FR 1950 I 314


,.
er, en este punto, los documentos en fbid vr 346.s'

'TheBuhiRl.sete ~~'MaFll;ll of the 'De!ensive Perimeter' ~ncep't" ppl; ~~~n Gaddi.sR

Jor Interest' Ameri


p li

"'""' Y usseu

Korea 19'5-1950", Pacific Historlcal ~ ~ cy Toward China, Taiwan and


ll NSC 68, 14 de abril de 1950, FR 195 I ~1~ agosto de 1978, pp. 43MO.
~ !bid., pp. 273- 276.
'
.
!:~p ~.bVer tambin Bell, Negotiation from Strength PP 3-30
35
.16 NSC 68 14 de a'tril
S. Lay, 8 de mayo de 1950, FR 195o 301.
Acheson. 5 de ~bril de 1950 fbid 5021'8!'20id., p. 248. Ver tambin Willard ''hrp ~
37 !bid., p. 273.

.
.
33 Ver Marshall D Schulman Stall
.
ge, Mass.. 1963, pp. 1-l s.

ns Foreign Pollcy Reappral.sed, Cambrid


l9 NSC 68, 4 de abril de 1950 FR 1950 I
5 de abril de 1950, lbid., 223-24 .
23940. Ver tambin Bohlen a Nt.7.e,
: Hammond, "NSC 68", pp. 298326.
Registro de rewn, Policy Review Group 16 de
d
I, 197-98; Barrett a Acheson, 6 de abril de 1950 fuid .,...,,, marzo e 1950, FR 1950,
'
.,
~.
42 Acheson Present at the C
abril ~e 1950, FR 1950, I,
reatfon, p. 375 Ver tambin Bohlcn a Nitze, 5 de
.
222
Discurso en la American Society o! Ne
1950, DSB XXII, 1 de mayo de 1950 P 675
Edltors, 22 de abril de
en Dallas Te%8S 13 de juni d 1950

er tambin discurso de Acheson
de 1950, fbld.,
(26 de J~o de' ~~) la U~~~dad de Harvard, 22 de junio
3
pp. 14-17, 38; y su testimonio de ses~PJecuti~ ~ Ye~te #oe j;"1o de
SFRC Hearings: Review of the World Situatfon,
D

leazr:S

.;;5P8'pe:rs

x:Xrr,

::so.

pp~~.fi~mittee,

espec~e:;

44

NSC 68, 14 de abril de 1950, r'R 1950, I, p. 240.


45 Registro de reunin Poli
Re 1
G
177-79. Ver tambin Schaub a
8 ~ee~ay~1f~ ~ ~e

r.aC:.

de 1950, fbid., pp.

~=);\,~f!~.T~Hf;~~~t::J ~kt~ri~~~~1ri<~!~~~gs2~ ,.
~ii954 (N~ws~~:,nl~)~~~~.J.is~ ~b~~ ~m~a J;tim~cign.bp;_

llcy
ver Wllliam Stueck .. An Exchange r 0p .
e es
a o ra,
Orlgins of the Korean Contllct: Th~ K lkwon: Co!? Wai;- Revislorsm and .the
0 0
XLII, noviembre de 1973, pp.
'Thesis Pacific Htstorical ReuieW,

537-60.

Ach~:W~

Dulles Y John M. Alllson a Acheson y Rusk 25 d j d


9
950
VII, p. 140; memorandum no enviado de Kennan r{
de jlun150, FRd 11950'
Kennan Papen; Box 24 Dicurso radl tel lsad0

e
o e
'
1950, p. 610. vr tambin
ev
de .Trumao. 1 do septiembre de
septiembre do 1950 DSB ~fcurso de John D. Hikerson en Now York, 17 de
2
Lessons of the Pas't: The Use an~ ~~~:U~treHie.!...~t p. 544; Y Emest R. ~y.
(New York, 1973), pp. 52-86.
~ 11 American Forelgn Po'Uc11
M
~nt,c:_rne de Acheson n reunin de gabinete, 14 de julio de 1950 FR l950
b'1m'
5 es '"4orme se bas en el memorandwn de Charles Bobl ) v'
en er tam
"Kc>rea (Prellm1nary Verston>" estimaci d
Department OUice Qf rntemence ~ 25
preparada por el State
148-54; Kirk a Acheson. 27 de Junio de 1950 fbid r99~unio de 1950, lbld., Vt"T.,
Green ~ la conversacin de Acbeson con Wilhaldi Mi:n::mrandum de easpar
de Jwuo de 1950, Kennan Papen, Box 24; NSC 73, ' "lbe
H

m"--~6
d....._

~tiooMo~~:

the Unlted States with Respect to Possible Further soviet Moves in the Light ot
the Korean Situation", l de julio de 1950, FR 1950, I. 331-38.
49 Informe de Acheson a reunin de gabinete, H de julio de 1950, fbid., I, 345;
Test!moro de Audiencias, Rwiew e/ the World Situation, p. 323; memorandum
manuscrito de Acheson a "Jim" (Webb?), agosto de 1950, Acheson Papers, Box 65,
"Memoranda of eonversations August 1950". Acerca de Corea como terreno de
combate favorable, ver tambin NSC 73, 1 de julio de 1950, FR 1950 I, 332, Y Pace,
Matthews y Firetter a Johnson, 1 de agosto de 1950, {bid, p. 234-55.
so ver Carlton Savage a Nltze, 3 de agosto de 1950, ibld., 359; Jessup a Matthews,
17 de agosto de 1950, fbid., 370-71; y ibid., VII, 187.
s1 Comando Mayor Conjunto a Johnson. 10 de julio de 1960, !bid., 346.
52 Allison a Ntze, 2 de julio de 1950, ibid., VII, 460-61. Ver tambin Alllson
a Rusk, 1 y 15 de julio de 1950, !bid., pp. 272, 393-95.
53 Notas del diario de Kennan, 21 y 31 de julio de 1950, citado en Kennan.
Memoirs 1925-1950, pp. 488-89; Kennan a Acheson, 8 de agosto de 1950, FR 1950,
I, 363; transcripcin, confe~cla de prensa de Kennan. 22 de agosto de 1950,
Kennan
Papers, Box 18.
54 NSC Sl/l, "Unlted States Courses or Action with Respect to Korea", apnr
bado por Truman el 11 de septiembre de 1950. FR 1950, VII, 71221. Para la posibilidad de exacerbar las tensiones sino-soviticas, ver las versiones prellmina.reS
de este documento del oepartamento de Defensa, 31 de julio y 7 de agosto de
1950 y de Allison, 12 de agosto de 1950, fbid., pp. 506-7, 532, 569-70. El mejor relato' reciente de la decisin del paralelo 38 es de James l. Matray, "Truman's
Plan for Victory: National Self-Determination and the Thirty-Eight Parallel Decislon in Korea". Journal of American History, LXVI (setiembre de 1979), 314-33.
55 Memorandum de Alllson. conversacin de Achcson con Kenneth Younger,
4 de octubre de 1950, FR. VII, 868
56 Ver. en este punto, Acheson, Present at the Creation, pp. 513-15, y James
F. Schnabel, Pollcy and DirectiOn: The Ftrst Year (Washington, 1972), pp. 306-26.
!;I Notas de Jesseup, reunin de Acheson con Marshall y el comando Mayor
Conjunto. 3 de diciembre de 1950, FR 1950, VII, 1324, comando Mayor conjunto a
MacArthur, 29 de diciembre de 1950, fbid., p. 1625.
58 Esta decisin est documentada en detalle en ibld., pp. 1237-1634.
!11 Acheson, Present at the Creation, p. 513.
6G !bid., pp. 529-33; Kennan, Memoirs 195().1963. pp. 35-37.
61 Conferencia de prensa del 4 de mayo de 1950, TPP 1950, p. 286.
62 Notas de Barbara Evans, informe de Acheson de reunin de gabinete, 14
de juUo de 1950, FR 1950, I. 345. Ver tambin Stuart Symlngton (presidente, Na
Uonal Securlty Resource Board) al National Security Council, 6 de julio de 1950,
Ib!d., pp. 34-0-41
63 Hammond., "NSC 68", pp. 35159, FR 1950, I. 352-52, 420-21.
64 Memora.ndum de Keyserling, "The Economlc Impllcations or the Proposed
ProgTamS: Requlred Fiscal, Budgetary and Other Economlc Policies", incluido
en el NSC 68/3, ''United States Objectlves and Programs for Natlonal Security",
8 de diciembre de 1950, fbld .. pp. 423-30.
65 Pace, Mattbews y Finletter a Johnson, 1 de agosto de 1950, FR 1950, 1, 325.
testimonio de Acheson de sesin ejecutiva, 24 de Julio de 1950, SFRC Hearings:
Review of the World Situatlon, p. 32'7; NSC 73/; NSC 73/4, "The Position and
Actions of the United Stat.es with Respect to Possible Further Soviet Moves in
the Light of Korean Situatlon", 25 de agosto de 1950, FR 1950, I, 385.
66 Testimonio de Achcson de sesin ejecutiva, l de mayo de 1950, SFRC Hear
lngs: Review of the World Sltuation, p. 292.
b7 NSC 82, "Unlted States Position Regarding Strengthening the Defense of
Europe and the Nature o! Germany's Contribution Thercto", o.probado por Tru
man, 11 de septiembre de 1950, publicado bajo la forma de comunicacin de John
son y Acheson a Truman. 8 de septiembre de 1950, FR 1950, III, 273-278.
63 Comentarios de Acheson a Bevln y Schwnann, New York, 15 de septlem
bre de 1950, incluldoS en Acheson a Webb, 17 de septiembre de 1950, lbld, 316.
fil Ver Pace y Matthews y Finletter a Johnson, 1 de gasto de 1950, ibld ..
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10
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12 Comentaros realizados de Acheson en la State Department National
Conference on Foreign Policy, 15 de noviembre de 1950, DSB XXIII (27 de no
viembre de 1950), p. 855. Ve r tambin Acbeson a Loyd Henderson. 1 de septiembre de 1950, FR 1950, VI , 479-80; telegrama circular de Acheson, 5 de noviembre
de 1950, ibid., VII, 1049; Clubb a Rusk, 10 de noviembre de 1950, ihid., pp. 1123-24;
memorandwn de conversacin de Rusk con el embajador de Suecia, 13 de no
viembre de 1950, ibid., VI, 581. Ver tambin el discurso de Truman en radio y
televisin, l de s eptiembre de 1950, TPP 1950, p. 613; entrevista a Acbeson por tele
visin, 10 de septiembre de 1950, DSR XXIII (18 de septiembre de 1950); p. 463;
y el diseurso de Philip Jessup en Filadelfia World Affairs Council, 24 de noviembre de 1950, ibid., p. 114H2.
7J Livingston Merchant a Rusk. 27 de noviembre de 1950, ibid., VI, 581. Ver
tambin el discurso de Trumao en radio y televisin, l de septiembre de 1950,
TPP 1950, p. Gl3; e ntrevista a Acheson por televisin, 10 de septiembre de 1950, OSB
XXIII (18 de septiembre de 1950), p. 463; y el discurso de Philip Jessup en
Filadelfia Wo rld AI!airs Council, 24 de noviembre de 1950, ibid ., XXIII (4 de
diciembre de 1950), p. 886.
74 Declaracin pblica de Trurnan acerca d e la poltica hacia Taiwan, 17 de
agosto de 1950, TPP 1950, pp. 599-000; discurso de Truman radiotelevisado, 1 de
septiembre de 1950, ibid., 613; entrevista televisada de la CBS a Acheson, 10 de septiembre de 1950, DSB XXIII (18 de septiembre de 1950), p. 463; testimonio de
Acheson de sesin ejecutiva, Senate Foreign Relations Committ.ee, 11 de septiembre de 1950, SFRC Hearings, Review of the World Situation , 354. Para el resentimiento de los chinos comunistas a causa de la decisin acerca de Taiwan, ver
Loy Henderson a Acheson, 24 de agosto de 1950, FR 1950, VI, 447, transmitiendo
un informe de K . M. Pnnikar, embajador hind en Pekn.
75 Kirk a Acheson. 27 de .iulio de 1950, ibid., vn. 443-44; Jessup a Matthews,
17 d e agosto de 1950, fbid., I, 370-71.
75 En este punto, ver Gaddis, "The Rise and F-all of the 'Defensive Perimeter' Concept", p. 85, 88, 89.
11 Kennan a Acheson. 21 de agosto de 1950, FR 1950, VII, 624.
78 Notas de Jessup, Natlonal Security Council Meeting, 28 de noviembre de
1950, FR 1950. VII, 1246.
79 Minutas del encuentro Truman-Attlee, 4 y 5 de diciembre de 1950, ibid.,
pp. 1368-69, 1397, 1403. Ver tambin el memorandum de Acheson de la conversacin de Winst.on Churchill y Anthony Eden, 6 de ene ro de 1952, Acheson Papers,
Box 66, "Memoranda of Conversations, January 1952".
so MacArtbur a carios P. Romulo, 25 de diciembre d e 1950, Douglas Mac
Arthur Papers, Record Group s. Box 1-A, File 5, Mac Arthur Memorial, Norfolk,
Virginia; y a Robert C. Richardson, W de marzo de 1951, lbid., Box 49. Ver tambin MacArthur al Comando Mayor Conjunto, 7 y 29 de noviembre, 3 y 30 de
diciembre de 1950, FR 1!150, VII, 1077, 1.253, 1322. 1630-33; y J . Lawton Collins al
Comando Mayor Con1unto, 7 de diciembre de 1950, resumido en ibid., 1469.
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Hoover, Addresses Up<Jn the American Road 1950-55 <Stanford, !955), pp. 3-10.
Ver tambin las declaraciones radiales de Hoover del 9 de re brero de 1951, y su
declaracin ante el Senate Armed Services and Foreign Relations Committee,
27 de febrero de 1951, ibid., pp. 11-31.
SJ Robert A. Taft, A Foreign Policy for American.s {Garden City, New York,
1952). pp. 68-70, 78, 101. Ver tambin James T . Patterson, Mr. Republican: A biography o/ Robert A. Taft (Boston, 1972), 474-96.
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de 1952). pp. 141H>O.
as Discurso radiot.elevisado de Truman, u de marro de 1952, TPP 1952, TPP
1952, pp. 194-95; discurso de Truman en el AMVETS, Washington, 18 de abril de
1952, fbid., 279-80. Para otras declar:iclones similares del presidente, ver fbid.,
pp. '2, 43, 56-57, 222 y 4f/7.
86 Acheson a Nltze, 12 de Julio de 1950, Acheson Papers, Box 65, "Memoranda
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NOTAS

" .l6 Memorandum de Dulles sin ttulo 16 d


. .
40, Council of Forelgn Ministers" "Not '
Fe Jun10 de 1949, Dulles Papers D
a Homer Ferguson, 28 de junio de 1
es . on orelgn Policy", incluidas en ox
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d!<:iembre de 1953, FR 9 ~urt;<;, ~~~u~tro. Eisenhower-Churchil7Bida~~[ct::, ~i
b1en ~epartment of State OUire ot '1nteir rdmg, Dulles on Diplomacy. Ve~ ta e
Relat1oos: A Reapprnisal" 4 d
.
igence Research Report 7070 "Sin s mRcscarch and Analysis Repo' rtse Dn?Vll embr:e de 1955. Department o! State Reco- Ovidsct
.
J1 Mi
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. 1p o mat1c Branch N t
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nu ' E1senhower-Churchill-Bidault 7 d ' d~ _iona 1 Archives.
'
Chester B
owles 25 de ma
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e ic iembrc d e 1953 Dull


"UI~ited Statcs Policies in ~e ~;9~, -~~lles Papers, Box 56, "Bowles"; NSC e~4 a
Wlu ~.e H o use OCCJce Files, Office or ~
de abnl ?e 1953, Eisenhower Pape 8,

1 52

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de ~~5~; ~f!a~tf~J!7s~:t;t~B~:xxxon~:;!~~f~
~:c;::J~
e mayo de 19:>6, 742.

1I (9 de mayo
2

1 5

. 38 Discurso de Murphy en la z .
.
.
City (5 de julio de 19541, :1; comentarig~1st Orgamzation of America, New Yor k
York, 21 de marzo de 1955 XXXII ( d de ~es en el Advertising Club de New
comentarios de Dulle.~ en 'ra Asso . 4 e a ni de 1955), 551-52. Ver tambin 1
fi l 9~5P, ~l~- XXXII (25 de abril ~~~~ ~~.;';,~\ P~~~ ~as h~gtdon, 13 de ab~

'
v
e noVIembre de

39 E1senhower a Churchill 9 de ma
File, DD~ Diary, Box 6, "Mar..55" Be d'f" de 1955, Eise!1hower Papcrs, Whitman
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54 >. 708.
42 Snyd
' .
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er, "The New Look"
pp.
4069 V
1963,
~82. Ver tambin S nyder,' "The Ne~ ~k~mb1n Kennan, Memoirs 1950
DISCUrSO de Eisenhower e
1 N
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7 de mayo de 1953, EEP 1953
2~5~
ew York State Republican Comm1ttee
d~res legislativos b1partidario~ P5 de 'e~;1-" de la reu_nin de Eiscnhower con
File. DDE Diary, Box 3. "Starr' Notes e o de 1?54, E1senhower Paoers, Whitman
~ E2isenhower con lderes legislativ'o:n;!~~n~~1embre 1954"; nntas de la reunin
x . ' "Staff Notes, Jan-Dec. 53" discur
icanos, 30 de abril de 1953. !bid.,
Relahons .. 12 de enero de 1954, DSB
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Porei(ln Af/airs XXXII <abril de 1954) 357.59es, Pohc3 Cor Security and Peace",
46
..
VE:r, en e~te punto
ru

.
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1 11

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Rosenberg, "Americ-an Atomic Strate~ ana ~add1s, eds., Containment, pp. 360-64;
47 Ver. en este puntu el dis"u r
. ydrogen Bomb Decision" PP 72.73
diciembre de 1953, E8P 953, P~ 71~~ de ~1rnh~~er. en las Naciones U~ida~. R ci
p. :l5(1.
Y u les, Policy for Sccurity and Peace"
"" Hagerty Diary, 5 de enero de l!l54 H
'
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d;nes,,.Box 33, "Dt11les/Korea/S~urity P~~f~y"apers. Wh1tman FilP Intemational
9- ~.' iembre de 1953, ibid .. Whitman Fil
. memornndum de Eisenhower, 11
brS: de i~~3~bin E1senhower a Gruenth:~ ~D~e D1a{Yb Box 2, "Noviembre de

oc u re de 1953, ibid., " Octu49


Memorandum ne Dulles ?'j de
.
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win", discurso de Bisenhower. e~~ las J~ni~ de i9:l3,. Dulles Paper1;, Box 57 "Ba ld
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New York. 29 de sepllcmbre de 1954 D~~l~ Securlty Industrial Association:
comentarios de Dulles en confercni::t d
I <18 de octubrE' de 1954) 564 .
XXXII (3 de enero de 1!!55) confer~ .e ~rensa. 21 de diciembre de \954 'ibid'
de 19~5, EPPP 1955, p. 331. '
ncia e prensa de Eisenhow<'r. 16 de 'ma~
NSC 162/2, 30 de octubre de 1953
2?
.
1954, Hagerty
Papers, Box 1, NSC 5501 7 ~- ~. Hagerty Diary, 13 de diciembre de
notas de la. r eunin d a Eisenhower .
e enero de_ 1955, p. 12. Ver tambin las
etnero de 1954, Eisenhower Papers ~~n lfdcr_es legislativos bipartidarios !l de
es, Jan-Dec. 54".

man File, DDE Diary, Box 3, "S~ff No-

1 413

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1954 EEP 1954, pp. 229, 325; notas de la conversacin DullesEisenhower, 10 de ju
lio de 1954, Elsenhower Papers, Whitman File, Diary Serles, Box 2, "July 54".
Para la aprobacin de Elsenhower del discurso de Dulles, ver el diario de Hagerty,
12 de enero de 1954, Hagerty Papers, Box l.
52 Dulles, "Policy tor Security and Peace", pp. 356, 358; discurso de Dulles
en el National 4-H Clubs Congress, Chlcago, 29 de noviembre de 1954, DSB XXXI
0 3 de diciembre de 1954), 893. Ver tambin el testimonio dP Dulles en el House
Fo rele:n Affairs Commlttee, 5 de abril de 1954, ibid., XXX (19 de abril de 1954), 579.
SJ NSC 5501, 7 de enero, 1955, p. 11. La misma declaracin tue repetida en
el NSC 5602.
S4 James Shepley, "How Dulles Avcrted War", Lile XL (16 de enero de
1956), 78.
ss NSC 162/2, 30 de octubre de 1953, p. 8; Dulles, "Pollcy toe security and
Peace", pp. 355-57.
So Ver, en este punto, Hoopes, Dulles, pp. 162-66.
57 Ver el memorandum de Dulles, 23 de junio de 1952, Dulles Papers, Box 57,
"Baldwn", y su comentario de la conferencia de prensa del 1 de diciembre de
1954, DSB XXXI 03 de diciembre de 1954) , 897.
sa Memorandum Goodpaster, conferencia de Eisenho wer con as2S0res cien
tficos, 29 de marzo de 1957, Eisenhower Papers, Whitman File, DDE Diary, Box
13, "Mar. 57 Diary Staff Memos" ; memorandum de la conversacin telefnica con
Car! Hayden, 29 de agosto de 1957, ibid., Box 15, "Aug. 57 Telephone". Ver tam
bin la conferencia de prensa d e Eisenhower, 12 de enero de 1955, EEP 1955, p. 57.
59 Discurso de Dulles en la American Legion Convention, Miaml, 10 de octu
bre de 1955. DSB XXXIII (24 de octubre de 1955), 642; cl.!scurso de Dulles en el
Iowa State College, 9 de junio de 1956, ibid., XXXIV (18 de junio de 1956), 999-1000.
Ver tambin Guhon, John Foster Dulles, pp. 252-64.
60 Eisenhower a Edgar Eisenhower, 27 de febrero de 1956, Eisenhower Pa
pers, Whitman File, DDE Dlary, Box 7, "Feb. 56 Mise". Ver tambin la conferen
cia de prensa de Eisenhower, 6 de junio de 1956, EEP 1956, p. 555.
61 Eisenhower a Duiles, 23 de octubre de 1954, Eisenhower Papers, Whitman
File, DDE Diary, Box 2, "Oct. 53".
62 NSC 162/2, 30 de octubre de 1963, p . 3; discurso radi otelevisado de Dulles,
27 de enero de 1953, DSB, DSB XXVIII (9 de febrero de 1953), 216; declaracin
de Dulles en coierencia de prensa, 30 de junio de 1953, ibld., XXIX (13 de
Julio de 1953), 40; discurso de Dulles en Coniuess o Industrial Organzations,
Cleveland, 18 de noviembre de 1953, ibid., XXIX (30 de noviembre de 1953),
741, 744.
6l Testimonio de Dulles de sesin ejecutiva, Senate Forelgn Relations Committee. 26 de febrero de 1953, SFRC Hearings: 83rd Congress, lst. Session, pp. 172,
180.
M Discurso de Dulles, conferencia de prensa, 27 de junio de 1956, ib!d
XXXV (9 de julio de 1956). 47; discurso de Dulles en Dallas Council on World
Affalrs, 27 de octubre de 1956, !bid., XXXV (5 de noviembre de 1956), 697; decla
racin de Dulles, conferencia de prensa, 16 de julio de XXXVII (5 de agosto de
1957). 228.
~s Comenta.n os de Duiles en la reurun de lderes legislativos bipartidarios,
1 de enero de 1957, Eisenhower Papers, Whitman File, DDE Dlary, Box l:?, "Jan.
57 Mise": Y las conferencias de prensa de Eisenbower, 3 de abril y 21 de agosto
de 1957, EEP 1957, pp. 247-625. Para una crtica contempornea de la "liberacin"
de Kennan, ver sus Realities o/ American Foreign Policy, pp. 7681.
M NSC 162/2, 30 de octubre de 1953, p. 3; informe de Dulles para Eisenhower,
Churchill y Bidault, Bermuda, 7 de diciembre de 1953, Eisenhower Papers, Whitman File, International Meeting, Box l, "Bermuda-State Dept. Report"; conferencia de prensa de Dulles, 28 de junio de 1955, DSB XXXIII (11 de julio de 1955),
51; comentarios de Dulles en el Boys' Nation, Washington, 27 de julio de 1953,
!bid., 00 de agosto de 1953), 176. Ver tambin, sobre el principio de asilo politico, el discurso de Walter Robertson en la Virginia Society o! Baltimore, 22 de
enero de 1954, !bid., XXX (1 de febrero de 1954), 151.
67 Discurso radiotelevisivo de Nixon, 23 de diciembre de 1953, DSB XXX
(4 de enero de 1954), 11. Para la oferta MIG, ver Hughes, Or deal o/ Power, pp. 101-2.
~ NSC 5412, "Covert Operations", 15 de marzo de 1954, Eisenhower Papers,

414 1

JOHN lZWIS GADDIS


NOTAS

Whte House Offlce Files omce of the S


.
Mfairs, Box 7; Karalekas, '"History of the ~~ ~ls~t for National Security
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_:
Este
tellige~ce Agency", 31, 41.
2
la CIA se basa en US Congress Senate .(94th Co sumano de las operaciones de
ttee To Study Governmental oPerations with
ng. 2lld. Ses.> Selected CommJ.
Alleg_ed Assassination Plots Jnvolvin Por
Respect to In~lligence Actlvities
P~re1gn and Military Intelligence B%ok I eif'naiLeadRepoers <Wash;lgton, 1975); bid.'
WilUam R. Corson, The Armres o/ I
ra . i
.
rt (Washington, 1976), y en
Empire (New York, 19T7), pp. 39,C85-~ &,_~ :ise o/ the American Jntelligence
70
.. A,, A
Alleged Assasstnation Plots pp. 200-69 Corson Arm'
~7.
'

'
ies o1 1gnorance, pp. 23,
71
Ver, por ejemplo las decla

-
si:ptfembre de 1953, DSB, XXIX (~~e~tJ,ubll~ de Dulles sobre Irn, 24 de
Eisenhower sobre Guatemal 30 d .
re e 1953), 443-44; las de Dulles
de Julio de 1954), 43-44, y ~P 19 J~~. 30 dedagoEsto de 1954, fbld., XXXI (l~

Y 1
abril 30, 1958, EEP 1958, p. 789.
e lsenhower sobre Indonesia,
n Elsenhower a Lewis Douglas 29 d
Whitman Files, DDE Dlary, Box 6, ,;Mar ~ .~arzo de 1955, Elsenhower Papers,
5
71
Conferencia de prensa de E' nh
EEP 1953. pp. 106, 147; 2 de diclem~e ~:'e[9 19 de marzo Y 2 de abril de 1953,
de 1955, EEP 1955, p. 235; y 30 de enero de 19
~~ ~~~ p. 1076; 2 de febrero
74
Hughes Ordeal of Power
105 E '
'
p . 98
de 1953, Eisenhower Pa rs
' p.
; isenhower a Dulles, 8 de septiembre
Korea/Security Pollcy";~ot.8 ~timan File, Intemattonal Series, Box 33, "Dulles/
DDE1fiary, Box 17, "Jan. 58".
da por Elsenhower, 24 de enero de 1958, !bid.,
Ver el discurso de Dulles en Wlliia b
DSB XXX (24 de mayo de 1954) 780
ms urg, Virginia, 15 de mayo de 1954,
76
NSC 162/2, 30 de octubre d 2g53
NSC 570/8, 3 de Junio de 1957 P 1
pp. 9-10; NSC, 7 de enero de 1955, p. 16;
n Nikita Kruschev, KruSclno Rememb
he
edJtado por Strobe Talbott (Boston 1974 > ers T
Last Testament, traducido y
3
63
71 Este anlisis
basa

p.

252, 350. 358, 'IOO


A<><>.
se
en Hoopes, Dulles, especialmente PP 6 l'>A25
_....
244,
79
Eisenhower a E E Hazlett 23 d
~tman File, DDE Dii;.," Box 5 .:Oct
e ..~tubre de 1954,, Esenhower Papers,
1956, fbld., Box 7, "Jan. 956 Dary" 54 Elsenhower Dary, 10 de enero de
a> Ver, en este punto, Hughes, Ordeal of Power, pp. 346-50.

S:

5:.

Captulo VI: Implementando el "New Look"


1

Ver Apndice.
Vlncent P. De Santts "Eisenho
Re ..
XXXVIII (abril de 1976), 9()'.207. Ga
wer . VISio~~~ Review o/ Politics,
The Changing Vew", South Atla~tic ~uav:i ~le~, EISenhower as .President:
George H. Qttester, "Wns Elsenh
Gee~ Y...
VII (verano de 1978). 265.Sl;
o, 1979> 159.179.
ower
ruus? , lnternational Security, IV (otoJ Henry A. Kissinger Nuclea w

p. 172; Louis J. Hnlle Ci;lizationr eapons and F?"eign Policy <New York, 1957),
<New York, 1955), p. '215. El crftlcgn~o.retgn Policy: An Inquiery for Americans
masiva fue Maxwell D. Taylor en su obimpoThrtanUte de l~ estrategia de represalJn
1959).
ra
e ncertain Trumpet (New York,
4
Discurso de Eisenhower acerca del tad0 d

EEP 1955, p. 12; discurso de Dulles en ~:u


Coe a .rrun, 6 de enero de 1955,
octubre de 1956 DBS XXXV ( 5 de novi
as
unc1 on World Affnirs, 27 de
terencia de prensa de Eisenhower del 12er:bre de ~56), 695. Ver tambin la con
discurso de Dulles a la Assoclated Press N! enero e.1955, EPP 19?5, pp. 5859, el
XXXVI <6 de mayo de 1957 ) 716 . Y Nsc t ~orkf C1ty, 22 de abril de 1957, DSB
s Notas reunin d Ud '
'

e ebrero de 1956, pp. 68


Papers, Whltman File iioE e;;r:,~e~~~u;o~sf!rl~ diciembre de 1954, Eisenhower
Eisenhower, Mandate.' tor Change 'p. 452
otes, Jan-Dec 54". Ver tambin
6 Memorandum Goodpast
'
.
.
mayo de 1956 E' nh
er, conver:;actn de EISenhower con Rad!ord 14 de
, ise ower Papers, Whttman File, DDE Diary, Box 8, "May. 56
2

560 8

415

Goodpaster". Ver tambin Hagerty Diary, 3 y' de enero de 1955, Hagerty Papers,
Box l; y conversacin telefnica Elsenhower-Radford, 1 de febrero de 1955, Elsen
hower Papers, Whitman File, DDE Dlary, Box 5, " Phone Calls, Jan.-July 55".
1 Goodpaster memorandwn, conversacin de Eisenhower con Maxwell Taylor, 2' de mayo de 1956, Eisenhower Papei;s, Whitman File, DDE Dlary, Box 8,
"May 56 Goodpaster"; Elsenhower a Christian Herter, 31 de Julio de 1957, ibid.,
Box 14, "July 57 DDE Dlctation". Ver tambin Klsslnger, Nuclear Weapons and
Foretgn Policy, pp. 183-89.
a NSC 162/2, 30 de octubre de 1953, p. 11; la cita de Gruenther en Richard
P. Stebbins, The United States in World Af!aJrs: 1956 (New York, 1957), pp. 370-71.
Ver tambin el discurso de Gruenther en National Security Industrial Association,
New York City, 29 de septiembre de 1954, DSB XXXI (18 de octubre de 1954),
564; y George Qttester, Nuclear Dfplomacy: The Pfrst Twenty Five Years, segunda
edicin (New York, 1973), p. 111.
9 Eisenhower, The White House Years: Wagfng Peace 195-~ ~.: (Garden City,
N. Y ., 1965), pp. 336 y sigs.
10 ver p. 123_
11 NSC 147, " Analysis of Posslble Courses of Action in Korea'', abril 2, 1953,
p. 10, Eisenhower Papers, White House O!llce Files, O!llce of the Special Assis
tant for National Security Affalrs, Box 24.
12 Informe de Dulles para Eisenhower, Churchill y Bidault, Bermuda, 7 de
diciembre de 1953, Eisenhower Papers, Whitman File, IntemaUonal Meetings Series, Box 1, "Bermuda-State Dept. Report". Ver tambin NSC 147, pp. 13-15; y
NSC 154/1, "United States Tactlcs ImmedJately Following an Amstice in Korea".
7 de julio de 1953, pp. 2, 5, Eisenhower Papers, White House Office Files, Office
o! the Special Assistant for National Security Mfairs, Box 19, "President's Papers".
u Hagerty Dlary, 5 de enero de 1954, Hagerty Papers, Box l. ver tambin el
discurso de DuUes en la American Legton Convention, St. Louis, 2 de septiembre
de 1953. DSBXXIX (4 de septiembre de 1953), 339; y Eisenhower, Mandate for
Change, p. 181.
.. ..
1 NSC Action 11174-a, 5 de abril de 1954, The Pentagon Papers (Senator Gravel Edtion): The Department o/ Defense History o/ the United States DectstonMaking on Vietnam, 4 vols. (Boston, 1971) I, 466-470. Ver tambin Radford a
Wlson, 26 de mayo de 1954, ibid, pp. 512-14; SNIE 10-4-54, "Communlst Reactions
to Certain US Courses o! Acton with Respcct to Indochina", 15 de Junio de 1954,
fbid .. pp. 525-31.
is En este punto, ver "Army Position on NSC Action N! 1074-A", sin fechar.
Pentagon Papers I, 4712.
16 Dulles a Eisenhower, 4 de septiembre de 1958, Eisenhower Papers, Whitman
File, DDE Dlary, Box 22, "Staff Notes - Sept. 58".
11 Esenhower, Mandate for Change, pp. '76-77; Dulles a Elsenhower, 4 de
septiembre de 1958, Eisenhower Papers, Whtman File, DDE Dary, Box 22, "Staff
Notes - Sept. 58".
1a Ver, en este punto, Alexander L. George y Richard Smoke, Deterrence in
American Foreign Polic: Theory and Practice (New York, 1974), p. 370.
19 Declaracin de Dulles, conferencia de prensa, 30 de septiembre de 1958,
DSB XXXIX (20 de octubre de 1958), 602. La cita de Acheson est en Richard P.
Stebbins, The United States in World AffaJrs: 1958 (New York, 1959), p. 320. Ver
tambin Hoopes, Dulles, pp. 449-452.
20 Ver, en este punto, George y Smoke, Deterrence, pp. 516, 517.
21 Snyder, "The New Look of 1953", pp. 384, 396, 457; Eisenhower, Mandate
for Change, p. 452; Statistical History of the United States, pp. 718, 742.
22 En este punto, ver George y Smoke, Deterrence in American Foreign Policy, p. 370.
2J Kss!nger, Nuclear Weapons and Foreign Policy, p. 165.
24 Hagerty Diary, 2 de diciembre de 1954, Hagerty Papers, Box L
25 Conferencia de prensa de Elsenhower, 17 de marzo de 1954, EEP 1954,
p. 325. Comentarios de Elsenhower en Natlonal De!ense Executive Reserve Con
!erence, Washington, 17 de noviembre de 1957, EEP 1957, p. 818. Ver tambin la
conferencia de prensa de Elsenhower del 25 de marzo de 1955, EPP 1955, p. 358.
26 Hagerty Dary, 27 de julio de 1954, Hagerty Papers, Box l; Eisenhower
Diary, 23 de enero de 1956, Eisenhower Papers, Whitman File, DDE Dary, Box 5,
"Copies DDE Personal. 1955-56". Ver tambin las conferencias de prensa de
Eisenhower, 9 de febrero de 1955, EPP 1955, 255-6; 7 de marzo de 1956, EEP 1956.

416 1 .10HN

LZWIS GADDIS

2978; Y 26 de Junio de 1957 EPP 1957


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ges,
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ia Kistmk owsky

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memorand't1m de Go d
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x "August
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o es. Apr. 60".

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e 1960, ibid., Box 32 "Starc
29
Notas de la reunin d
b
'
Whitman Pile DDE Dla
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~~tesi
tJhuly 53'.'; K1stiakowsky Diary ~rd ~~~~ Julido de 1959,_ f~id., Box 27, "Sta!!
1
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..

NOTAS

417

DSB XXXVI C21 de enero de 1957), 86.


Ver, para este argumento en general, Gcorge y Smoke, Dcterrencc, pp. 67,
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,, Conferencia de prensa de Eisenhower, 20 de agosto de 1958, EEP 1956,
pp. 63031.
46 Ver, en este punto, Arnold Horelick y Myron Rush, Stratcgic Power and
Sovi et Forcign Pollcy <Chicago, 1966).
17 Taylor. Thc Uncertain Trumpet, p. 131.
'~ Discurso radiotelevisivo de Eisenhower, 7 de noviembre de 1957, EEP
1957, p. 793.
so Comentarios de Eisenhower a los lideres legislativos republicanos, 3 de
enero de 1958. Eisenhower Papers, Whitman File, DDE Diary, Box 18, "Staff Notes.
Jan. 58".
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Quarles y otros. 8 de octubre de 1957. Eisenhower Papers, Whitman File, DDE
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junio de l!J!\6. EEP 1956, p. 554; Notas. reunin de Eisenhower con lderes Jegis
lativos republicanos, 24 de junio de 19511. Eiscnh ower Papers. Whitman File, DDE
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York. 4 de febrero de 1958, Eisenhower Papers . Whitman File. DDE Diary, Box 18,
sta!! l'vfemos. Feb. 58", memorandum de Goodpaster. Eisenhower-Allen Dulles.
conversacin del !7 de junio de 1958, ibid .. Box 20. "June 58 Staff Notes"; Kis
t iakowsky Diary. 16 de noviembre de 1959 , Kistiakowsky, A Scientist at the White
H ouse. pp. 160. 162.
61 Notas del gabinete, 3 de junio d e 1960, Eisenhower Papers. Whitman File,
Box 33. "Starr Notes Junc 60".
b2 Ver pp. 15961.
~-' Hughcs, Ordeal o/ Power. p. 342. Ver tambin Hoopes, Dullcs, pp. 22, 295 .
.. fbid ., p. 489.
'?

43

'

NotAS

418

1 JOHN LEWIS GADDIS

6S Dulles a Eisenhower, 6 de septiembre de 1953, E isenhower Papers, Whitman File, Intemational Serles, Box 33, "Dulles/Korea/Secur!ty Policy"; Eisenhower a Dulles, 8 de septiembre de 1953, ibid.
66 Dulles a Eisenhower, 6 de septiembre de 1953, ibid.
67 Notas de la reunin de gabinete del 10 de julio de 1953, citadas en Hughes
Ordeal of Pow_er, p . 137; conversacin telefnica EisenhowerDulles, 2 de diciem'.
bre de 1953, E1senhower, Whitman File, Diary Series, Box 1, "Nov.-Dec. 53".
68 Discurso en la American Society of Newspapers Editors, 16 de abril de 1953,
EPP 1953, pp. 179-88. Para antecedentes de este discurso, ver Hughes, Ordeal of
Power. pp. 100-15.
"' Hagerty Diary, 8 de febrero de 1955, Hagerty Papers, Box l. Ver tambin
Elsenhower. Mandate for Change, pp. 504-6. y Hoopes, Dulles, pp. 28795.
10 Ver, en este punto, Bell, Negotiation from Strength, pp. 3136.
71 Memorandum de Eisenhower, 10 de diciembre de 1953, Eisenhower Papers
Whitman File, DOE Diary, Box 2, "Oct.Dec. 53". Ver tambin Eisenhower a Milto~
Eisenhower, 11 de diciembre de 1953, !bid., Box 2. "Dec."; y Eisenhower, Mandate
for Change, p. 254.
n Elsenhower a Richard L. Simon, 4 de abril de 1956, Eisenhower Papers
Whitman File, DDE Diary, Box 8, "Apr. 56 Mise."; memorandum de Goodpaster'.
Eisenhower-Dulles-Comando Mayor Conjunto (conversacin, 1 de marzo de 1956,
fbid., Box 7 "Mar. 56 Goodpaster"; memorandum de John S. D. Eisenhower, conversacin de Elsenhower con Lewis Strauss, 9 de agosto de 1957, fbld., Box 15,
"Aug. 57 Memo on App0intments"; conversacin telefnica Eisenhower-Dulles,
7 de abril de 1959, !bid, Box 25 "Telephone Calls, Apr. 59" ; memorandum de Good
paster, conversacin de Eisenhower con Douglas Dillon. 15 de junio de 1959, fbid.,
Box 26, "Staff Notes June 115, 59"; memorandum de Goodpaster, conversacin de
Eisenhower con Lewellyn Thompson, 16 de octubre de 1959, fbid, Box 29, "Staf!
Memos, Oct. 59".
n Para un sucinto sumario de estas negoaclones, ver Alexander. Iiolding
the Line, pp. 94-98, 20110. Ver tambin Elsenhower, Waging Peace, pp. 466-84, y,
sobre el tema de las pruebas nucleares, Robert A. Divine, Blowing on the Wind:
The Nuclear Test Ban Debate, 19541960 (New York, 1978).
n Discurso de DuUes en San Francisco, 28 de junio de 1957, DSB XXXVII
(julio 15 de 1957), 9195. Ver tambin John Gittings, Tite World and China, 19221972
<New York, 1974), pp. 2015.
1s Ver, p0r ejemplo, Ulam, The Rivals. pp. 21213, y Gaddls, Russia, the Soviet
Union and the United States, pp. 222-223.
76 Mnutas, informe de Dulles para Eisenhower, Churchill y Bidault, Bermuda, 7 de diciembre de 1953, Eisenhower Papers, Whitman File, Internatonal
Meeting Series. Box 1, "Bermuda-State Dept. Rep0rt". Ver tambin NSC 148,
"United States Policies in the Far East", 6 de abril de 1953, !bid. White House
Office Files, OU!ce o! the Special Assistant for National Security Affars, Box 24,
NSC 166/l, 6 de noviembre de 1953.
77 Eisenhower a Alfred Gruentber, 1 de febrero de 1955, Eisenhower Papers,
Whitman File, DDE Dary, Box 6, "Feb. 55"; Hagerty Diary, 3 de febrero y 4 de
abril de 1955, Hagerty Papers, Box l.
n Comunicado a la prensa del Departamento de Estado, 11 de egosto de 1958,
DSB XXXIX (8 de septiembre de 1958). 389; memorandwn d e Gordon Gray, conversacin con Eisenhower, 5 de noviembre de 1958, Eisenhower Papers, Whitman
File, DDE Diary, Box 23, "Staf! Notes Nov. 58".
79 Ver, en este punto, Donald Zagoria, The Sino-Soviet Conflict, 1956--01 (Princeton, 1962), pp. 200217; William E. Griffith, The Sino-Soviet Rift (Cambridge,
Mass .. 1964), p . 21; Gittings, The World and China, 19221972, pp. 169221.
llO Memorandum de Ridgway, incluido en Twining a Wilson, 11 de agosto de
1954, Eisenhower Papers, White House OfCice Files, Office o! the Special Assistant
for National Security Affairs, Box 10, "NSC 5429/5"; memorandum de John S. D.
Eisenhower, conversacin de Eisenhower con el Primer Ministro nigeriano, 8 de
octubre de 1960, ibid., Box 34, "Staff Notes, Oct. 60".
at Ver, en es~ punto. George y Smoke, Deterrence in American Forei(ITI P<>:
licy, pp. 407-411; y un anlisis ms detallado en Jack M. Schick, The Berlin Cri
sis, 19581962 (Filadelfia, 1971), pp. 29-68.
s2 Notas de Goodpaster , conversacin de Elsenhower con Herter, Dillon,
Murphy y otros, 24 de septiembre de 1959. Eisenhower, Whitman File, DDE Diary,
Box 28, "Sta!! Notes Sept. 59".

1 419

E!senhower con Herter Y


~ --" aster conversacin d e
.
33 "Staff No
u 'Memorandum de uvv:--P
~er Papers, Whit.man File, Box

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tes . July 60"; KiStiakows ..,.

eap1'tulo
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VII: La respuesta flexible

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Kf'

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comentarios de Kennedy en el Military Committee of NATO, 10 de abril de 1961,
!bid., p. 255. Ver tambin el discurso radlotelevisivo de Kennedy, 25 de julio de
1961, !bid., p. 535; su discurso en la Universidad de North Carolina, 12 de octubre
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42 McNamata a Kennedy, 10 de mayo de 1961, Kennedy Papers, NSC Files,
Box 273, "Department o! Defense" . Ver tambin Kaufman, The McNamara Stra
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KPP 1963, p. 18. Ver tambin los comentarios de Kennedy en el Economic Club de
New York, 14 de diciembre de 1962, KPP 1962, pp. 885-87; y McNamara a Kennedy,
17 de abril de 1963, Kennedy Papers, Box 274, "Oepartment o! De!ense".
44 Citado por Kaufman, The McNamara Strategy, p. 126. Ver tambin fbld.,
pp. 102-34.
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46 Documento de llostow, "Basic Natlonal Security Pollcy, 26 de marzo de
1962, pp. 41, 5658, 6566, 72-73. Ver tambin Schlesinger, A Thou.sand Days, p. 422.
47 Discurso de McNamara a los miembros de la American Bar Foundaton,
Chicago, 17 de febrero de 1962, Vital Speeches, XXVUI (l de marzo de 1962),
p. 298.
43 Memorandum sin fechar, "Strategic Retaliatory Forces", Johnson Papers,
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!bid.; mensaje de Kennedy al Congreso, 28 de marzo de 1961, KPP 1961, p. 234;
mensaje de Kennedy acerca del presupuesto. 17 de enero de 1962. KPP 1962, p. 28;
y documento de Rostow, "Basic Natfonal Security Policy", 26 de marzo de 1962,
pp. 4344. Ver tambin Kahan, SeCllrity in the Nuclear Age, pp. 8890, y Marland
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de 1961, !bid.; Kaysen a Bundy, 13 de noviembre de 1961, !bid.; Taylor a Bell, 21 de
noviembre de 1961, !bid.; Kaysen a Kennedy, 22 de noviembre y 9 de diciembre
de 1961, !bid.; conferencia de prensa de Kennedy, 7 de febrero de 1962, KPP 1962,
p. 217.
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4;; j

.TOHN LEWJS GADDIS


NOTAS

d
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t-0 Paritv, pp. 82-93, 100-102. tegy, pp. 113-17, H8-49; Moulton, Frm Su;!:
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pp. 47-49. Ver tambin conferencia de P ecurty Pollcy . 26 de marzo de 1962
KPP 1962, p. 276.
rensa e Kennedy, 29 de marzo de

1962
53
Docwnento de Rostow "B

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The Mc~amara Strategy, p. 124
a!:'ger, A. '!Ju;>usand Days, pp. 855-56;
de
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A. Fmger, The Troubled Partnersh~
S4 Conferencia de prensa de Ke
ew ork, 1965). pp. 106-17.
.
ver tambin el discurso de McNamannedy, 17 de mayo de 1962, KPP 1962
4

rtori'Ji

K:J

{fl

;:; ~f~t;;,e~~shffa;;riri;s~e :o~ :n1~~~~~6-~c~~~. d;~~o ~e

55 Enthoven Y Smith, How M~er, The Troubled Partnershtp, p. 143.


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56 Rostow Tn.e Diftu$

es r , uclear Diplomacy 237 238


ouThousand Day;, pp. 853-56. ion of Power, pp. 391-94. Ver tambin Schesinger A
57
Documento de Rostow "B
.
'
1962 PP . 25' 121 141 ......
A

as1c Nat1onal Security Policy" 26 d e marzo de


~ Ver, en estos puntos el in!
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orme de la !uerz~ latinoamericana de Ke
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en
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t~!al Development, 16 de Junio de 1961 er:i.e on International Ecoiiomlc ami
NsccaF!}cluJdo en McGhee a Rostow 22,'
se ti Sta~ Department Guidelines on
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er
btn Schleslnger, A ThoU$and Das'
63 Discurso de Ked

KPP 1962 p 12
enn Y sobre el estado de la Unin 11 d
'

e enero de 1962
64
Enthoven y Sm!th How M
'
McNam.ara Stratel!I p. 48'
uch Is Enouglz?, pp. 8-30; 36 Kau!man The
65 tbid., p. 50. '
.

t5(! Kautman, The McNam.ara Strate


67 Heller, New Dimensions of p r .IJY. p. 179. Ver tambin el Apndice
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a~, t~7cf Economics Of the Potical :a:n~~ppde f ~ pp. 209-10. Ver tambfr{
pp. -22328. Ver tambin el
r

1
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71
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1962, fiP 171-72, 176-78, 180-81. Basic Nat!onal Security Policy", 26 de marw de
73 Ver, acerca de la crisis de Laos H
"Germa~;~~ a GeRusk, 21 de agosto de' 196~;1:;fy ~ove a NNatio11, pp. 127-55.

neral"; entrevista Kenred


pers, SC Files Box 83
196l K
a Kenn~~ ~apers, NCS Files Box 81 ..~=u~i, ~ de novie{nbre d
agosto de ~001 ~ J~o Y 11 de agosto de' 1961 fbld ~General", Bundy

..
x 82, "Gennany-Berlin Geterat":u~~- a Btmdy, 22 de
'
..,...,,,uuw1 a Kennedy, l de

di

22

;lin.

1 423

septiembre de 1961, !bid. Ver tambin Schlesinger, A. Thousand Days, pp.


383-400.
74 1bid., pp. 458-97.
1;; Ver, Por ejemplo, Richard Walton, Cold War and Contrarrevoluti~m: 1:he
Foreign Policy of John F. Kennedy (New York, 1972}, pp. 103-142; Lomse F1tzSimons, The Kennedy Doctrine <New York, 1972), pp. 126-172; Bruce Miroff, Pragmatic Jllusions: The Presidential Politics of John F. Kennedy (New York, 1976},
pp. 82-100.
76 "G/ PM", memorandum, "Significance of the Soviet Backdown for F\iture
us. Policy", 29 de octubre de 1962, Kennedy Papers, NSC Files, Box 36, "CubaGeneral". Ver tambin Schlesinger a Bundy, 26 de octubre de 1962, ibid.; "CubaGeorge Ball, 26 de octubre de 1962, fbid.; memorandum de Rostow, 27 de octu
bre de 1962, Incluido en William H. Brubak a Bundy, 28 de octubre de 1962, !bid.;
Rostow a Bundy, 31 de octubre de 1962, fbid., Box 37, "Cuba-General".
n Kennedy a Kruschev, enero 20, 1963, KPP 1963, p. 52. Ver tambin la entrevista radiotelevisiva de Kennedy, 7 de diciembre de 1962, KPP 1962, p. 898.
7S Discurso de Kennedy en la American University, 10 de junio de 1963,
KPP 1963, p. 462.
79 Documento de Rostow, "Basic National Security Pollcy", pp. 198-200; dis
curso de Hilsman en San Francisco, diciembre 13, 1963, DSB L (6 de enero de
1974}, 11-17. Ver tambin Schlesinger, A Thou.sand Days, pp. 479-80; Hilsman,
To Move a Nation, pp. 346-57.
80 Discurso de Kennedy en Miami, 18 de noviembre de 1963, KPP 1963; p. 876.
Ver tambin Schlesinger, Robert Kennedy and His Times, pp. 53358.
s1 L. J. Legere a Bundy, 18 de febrero de 1963, Kennedy Papers, NCS Files,
Box 37, "Cuba-General".
s2 Discurso de Kennedy en la American Newspaper Publishers' Association,
New York, 27 de abril de 1961, KPP 1961, p. 336; discurso en la George Washington
University, 3 de mayo de 1961, bld., p. 347; discurso radiotelevisivo, 6 de junio
de 1961, bid., p. 443; discurso radiotelevisivo, 22 de octubre de 1962, KPP 1962,
p. 807.
Sl Ver, en este punto, Miro!!, Pragmatic IUuslons, pp. 66-67, 81-82.
84 Discurso de Kennedy en Rice University, 12 de setiembre de 1962, KPP
1962, p. 669.
85 Discurso de Kennedy en Berkeley, 23 de marzo de 1962, KPP 1962, p . 164,
Kaysen a Bundy, 22 de agosto de 1961, Kennedy Papers, NSC File, Box 82, "Germany-Berlln, General", discurso de Kennedy en University o! North Carolina, 12
de octubre de 1961, KPP 1961, p. 668; entrevista de Kennedy con Alexei Adzhube!,
25 de noviembre de 1961, fbid, p. 752.
86 Discurso de Kennedy en la American University, 10 de junio de 1963,
KPP 1962, pp. 461-62; discurso de Kenncdy en la Universidad de Maine, 10 de junio
de 1963, KPP 1963, p . 796.
87 Comentario de Kennedy, Great Falls, Montana, 26 de septembre de 1963.
KPP 1963, p . 7Z7, comentarios de Kennedy en la Forth Worth Chamber o! Commerce, 22 de noviembre de 1963, bid., p. 889.

Captulo VIII: Implementando la

~-puesta

flexible

1 Comentarios de Johnson en Syracuse University, 5 de agosto de 1964, JPP


1963-4, p 487. Ver tambin Rostow a Kennedy, 17 de agosto de 1961, Kennedy Pa
pers, NSC File, Box 231, "Southeast Asia-General"; la declaracin de McNamara,
"United States Policy In Vietnam", 26 de m8l".r.o de 1964, DSB (13 de abril de
1964), p . 566, el discurso de Johnson en la Johns Hopk:ins University, 7 de abril
de 1965, JPP 1965, p. 395; los comentarios de Johnson en la National Rural Electric
Cooperatlvc Associatlon, 4 de Julio de 1965, !bid., p . 751; la declaracin de Johnson
en conferencia de prensa, 28 de julio de 1965, ibid., pp. 79f.5.
2 Documento de Rostow, "Basic National Security Policy", 26 de marro de
1962, p . 9: memorandum de Rusk, I de julio de 1965, Pentagon Papers, IV, 23. Ver
tambin Rusk y McNamara a Kennedy, 11 de noviembre de 1961, !bid., II, III;
comentarios de Johnson a comits del Congreso, 4 de mayo de 1965, JPP 1965,
p. 486; y Rostow a McNamara, 2 de mayo de 1966, Johnson Papers, NSF Agency
File, Box 11-12, "De!ense Department, Vol. IlI".

NOTAS

424

l
3

JOHN LEWJS CADDIS

Ver, por ejemplo, Comando Mayor Conjunto a McNamara, 13 de enero de 1962,

Pentagon Papers, II, 664; discurso de Roger Hilsman, Tampa, Florida, 14 de


junio de 1963, DSB XIX (8 de julio de 1963>. 44; los comentarios de Johnson en Ja
National Cathedral School, Washington, 1 de junio de 1965, JPP, p . 600.

Memorandum de McNaugton, "Proposed Course of Action, in Vietnam"


24 de marzo de 1965, Pentagon Papers, III, 595. Ver tambin Willlam Forrestal ~
Bundy, 4 de noviembre de 1964, ibld., p. 592. Para ms percepciones oficiales de l&
falta de coordinacin dentro del movimiento comunista internacional, ver Thomas L. H\lghes a Hilsman, 20 de abril de 1963, Kennedy Papers, NSC Files, Box
314, Folder 6; Hilsman a Rusk, 31 de julio de 1963, bid., Folder 10; Johnson a
Lodge, 20 de marzo de 1964, Pe11tagon Papers, III. 511; Bundy a Johnson, 21 de
octubre de 1963, Johnson Papers, National Security File, NSC Staff, Box 2, "Memos for the President", vol. 7; Rostow a Rusk, 16 de diciembre de 1964, ibid . NSF
Countrv Files-Vietnam. Box. 11, "Memos, Vol. XXIII".
s Ver p. 223.
6 Memorandum de Komer, "A Doctrine of Deterrence for SEA-The Concep.
tual Framework", 9 de mayo de 1961, Kennedy Papers, NSC Files, Box 231, "Southeast Asia-General"; Rostow a Kennedy, 17 de agosto de 1961, !bid.; memorandum
de McNaughton, 17 de enero de 1966, Pentagon Papers. IV 47. Ver tambin el documento de Rostow, "Baste National Security Policy", 26 de marzo de 1962, pp.
141-44, y el relato de Arthur Schlesinger de la conversacin de Kennedy con Kruschev en Viena en junio de 1961, A Thousand Days, p. 368.
1 Discurso de Johnson en la Johns Hopkins, 7 de abril de 1965, JPP 1965,
p. 395; comentarios de Johnson a miembros de los comits del Congreso, 4 de
mayo de 1965, ibid., p. 491; conferencia de prensa de Johnson, 28 de julio de 1965,
ibid., p. 794.
a Comentarios de Johnson en Hartford, Conn., 28 de s epUembre de 1964,
JPP 1964. Ver tambin los comentarios de Johnson en Detroit, Michlgan, 7 de
septiembre de 1964, fbid., p. 1050, y May, Lessom of the Past, especialmente
pp. 1112-114.
9 Rusk y McNamara a Kennedy. 11 de noviembre de 1961, Pentagon Papers,
n, III; documento de Rostow, "Baste National Security Policy", 26 de marzo
de 1962, p. 9. Ver tambin William P. Bundy a McNaughton, 26 de noviembre
de 1964, Pentagon Papers, III, 659.
10 Citado por Doris Keams, Lyndon Johnson and the American Dream CNew
York, 1976), pp. 252-253. Ver tambin Lyndon B. Johnson, The Vantage Point:
Perspectives o/ the Presidency, 1963-1969 (New York, 1971), pp. 151-152.
11 WUliam Whitworth, Naive Questms About War and Peace (New York,
1970), pp. 105, 106, 124.
12 Borrador de d eclaracin presidencial de Joseph Cali!ano, 2 de diciembre
de 1964, incluido en Califa.no a Bundy, 3 de diciembre de 1964, Johnson Papers,
NSF-Agency Files, Box 11-12, "Defensn Department, Vol. I"; mensaje de Johnson
al Congreso sobre las apropiaciones para Vietnam, 4 de mayo de 1965, JPP 1965,
p. 497. Ver tambin JPP 1963-1964, pp. 372, 1174; JPP 1965, p. IB9.
11 Rostow a Kennedy, 17 de agosto de 1961, Kennedy Papen::, NSC Files.
Box 231, "SOutheast Asia-General"; Taylor a Kennedy, 24 de octubre de 1951,
Pentagon Papers, II, 88.
14 Comando Mayor Conjunto a Gilpatric, 10 de mayo de 1961, Pentagon Pa
pers, II, 49; Lansdale a Gilpatric, 10 ele mayo de 1961, Kennedy Papers, USC Files,
Box 231, "Southea.st Asia-General"; Komer a Rostow, 2 de agosto de 1961, ibid.
Ver tambin Komer, memora.ndum, "A Doctrine of Deterrence for SEA - The
Conceptual Framework", 9 de mayo de 1961, ibid.
1s Taylor a Kennedy, 3 de noviembre de 1961, Pentagon Papers, II, 654.
Ver tambin, acerca del informe Taylor-Rostow, ibid., II, 73-120; Rostow, The
Diflusion of Power, pp. 2W-71 , 274-79; y Maxwell Taylor, Swords and Ploughsarcs
CNew York, 1972), pp. 225-48.
16 Memorandum de Bundy, reunin de Kennedy con asesores, 28 de julio de
1961, Kennedy Papers, NSC Files, Box 231, "Southeast Asia-General"; memorandum
del Pollcy Planning Council, "Securlty in Southeast Asia", 27 de julio de 1961,
incluido en McGhee a Rostow. 28 de julio 1961, ibid., Rusk al Departamento de
Estado, 1 de noviembre de 1961, Pentagon Papers, Il, 105; Schlesinger.. A ThoU
sand Days, p. 547.
17 Rusk a Noltlng, 14 de noviembre de 1961, Pentagon Papers, II, 119.
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1 425

Plan" de HILsman para Vietnam


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ver, por e jemperiedY >apers. NSC File,
x

del Sur, sin fecbaI', K


Il 201-2'76.
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son 2 Ver' en este punto. Gruenter Levy, me jonor The Politics of Amencan
pp. 42-46; Robert L. Gallu~i, Neit~~ fe~;. ~f[_ 12 ; y el anlisis de Pentagon pa,..
Miltary in Viet-Nam (Baltunore,

.
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aceden de Herbert Y. Schandler, The Unmaking
' is Las cifras de las tropas pr
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26 Rostow a Robert - e
..
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.
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TI McNamara a KennedY' 8 de no
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28 Rostow a KennedY 11 de mayo e

231 " Southeast Asia-General"


de noviembre de 1964, pentagqn Papers,
29 Forrestal a Willlam P. Bundy, ~
' dad de Akron 21 de octubre de 1964,
III 644 Jobnson comentarlos en la Uruvers.
'
JPi> 1964, p. 1391: Ver tambin ~t!,'1 t?.~ ~~~ 1 6Kuon for South Vietnam", 3 dde
JO Documento de McNaug
n, Ill 559 Ver tambin Taylor a Rusk, 18 e
Uembre de 1964, Pentagon Papers,
,
. d Bundy reunin con Johnson,
=~sto de 1964, fbid., .PP 545-48; mem_:;r~i~~s~ St.aff Files, Box 2, "~emos tor
9 de s eptiembre de l.~ ~o.hnson i>;~ivn a Willtam P. Bundy, 6 c\e novti:mbre de
the Presdent, Vol. 6 ; Williarn. ~stovr a Rusk, 23 de novem~re de 1964, ibld.. PP
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.
de 1964 ibid., pp. 671-72; memorandum
645-46 informe de Taylor, 2'1 de nc:iviembre
'!bid P 676 memorandum de
de wimam P. Bundy, 28 de ~vie_;n~~e ia~~. NSF-NSC Sta!! Files, Box . 2,
Bundy, 28 de diclemt;>re de 1 , ...
nd a Johnson, 27 de enero de 1965: fb1d.
"Memos for the Pres1dent, VolR
..7 h ~u nJ.ts The I rony of Vet11am: The System
Ver tambin Leslie H. Gelb Y ic a r 13 '
Worked (Washngton D.C.. 1979), pp-J2 . Conjunto a McNamara, 22 de enero d
JI Ver, por ejemplo, Com~9d8o
Gallucci, Ncither Peace 1wr Honor,
1964. Pentagon Papers, III. 497 .
pp. 38-39.
S
ke Deterrence ln American Foregn Policy, p . 529. de 1968
32 George y
mo
.
Clark CUfford, 20 de marzo

Jl ver, en estE; punto, AlMamhE]1t11?:~~g~? pp. 298.99; y Schandler, The Unma


en Enthoven Y Srruth, How uc
s
'
king of a President, pp. 31-32, 46.
d 1964 Johnson Papers. NSF-NSC Staff
Bundy
a
Johnson,
22
de
m~yo
e
34
1 ... Taylor al Departamento de Es
Piles, Box I, "Mem os for the Presiden~ ~~. rs , III, 591. ver tambin Taylor al
tado, 3 de noviembre de 1964, Pentago id pe . 546-47.
.
Stnte Depart ment, 18 de atosto de 19;4 {~ ~fd., Il, 330. Ver tambin el pruner
.lS Rusk a Lodge, 14 de agos~ e
~te cable, ibid., III, 526.
.
inorme que William P. Bundy h1c1eraT d~iSOn Essence of Decision: Explaming
36 ver, en este -p~to. Graham

83 '89.
.
.
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~1 Gelb Y Betts, The Iron of Vietnam. pp.
'
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72.so Lewy, America in Vietnam. p. 9S.
38 Galluccl, Neitlter Peace nor H onor.
l4-115 Lewy, America m Vietnam.
.l'l Ga!lucci, Neither Peace nor Honor. PP .

;p. 43, 51, 117.


19

01

J
1

T:ihln

426 1

NOTAS \

427

.JOHH lZWlS GADDJS

40 :!bid. pp. 62, 65, 99101, 106, 10814, 118-19; Frances FitzGerald, Fire in the
Lake: The Vietnamese and the Americans in Vietnam <Boston. 1972), pp. 344-45.
41 Joseph Conrad, Heart o/ Dark11ess. editado por Robert Kimbrough (New
York, 1971), p. 14.

42 Rostow a McNamara, 2 de mayo de 1966, Johnson Papers, NSP Agency


Pile, Boxes 11-12, "Defense Department, Vol. III". Ver tambin el docwnento de
Rostow de 1962, "Basic National Security Policy", p. 38.
43 Enthoven y Smlth, How Much Is E11ough?, pp. 270-71.
44 Ver el retrato evocativo de McNumara hecho por David Halberstam en
The Best and the Brightest. pp. 215-250.
45 Hilsman, To Move a Nation, p . 523.
46 Ver. en este punto, Pentagon Papers, II. 410-11.
47 McNamara a Johnson, 23 de diciembre d e 1963, lbid .. p. 32; y Johnson.
The Vantage Point, p. 63. Los ejemplos de informes sudvietnamitas distorsionados
proceden de HHsman, To Move a Nation, pp. 522-23.
48 Taylor y McNamara a Kennedy. 2 de octubre de 1963, Pentagon Papers,
II, 187. Ver tambin Halberstan). The Best and the Brightest, pp. 200-205.
49 Memorandum de Bund!;r, reunin de Kennedy con Taylor y McNamara.
23 de de septiembre de 1963, Kennedy Papers. NSC Files, Box 200, "Vietnam Mem os and Mise.". Ver tambin Hilsman. To Move a Nation. pp. 446-67. 502-4.
so Gallucci, Neither Peace nor Honor. pp. 132-35; Gelb y Betts, The lrony
o/ Vietnam, pp. 304-5; ver tambin Roberta WoWstetter, Pearl Harbor: Warning
and Dec1sion (Stanford, 1962), pp. 12224.
s1 Dave Richard Palmer, Summons o/ the Trumpet: USVietn.a m in Perspec
tive (San Rafael, California. 1978), pp. 11920.
si Lewy. America in Vietnam. pp. 78-83; Enthoven y Smith, How Much Is
Et1ough?, pp. 295-96.
SJ McNamara a Johnson, 17 de noviembre de 1966, Pentagon Papers, IV, 371.
SI Citado por Galluccl, Netther Peace nor Honor. p. 84. Ver tambin fbid.,
pp. 80-85; Gelb y Betts. The Irony o/ Vietnam, pp. 309-10.
SS Special National Intelligence Estimate, 10-4-61, 5 de noviembre de 1961.
Pentagon Papers, II, 107: Robert H . Johnson a William P. Bundy, 31 de marzo de
1965, Johnson Papers, NSF Country Files: Vietnam. Box 16, "Memos. Vol XXXII".
Ver tambin Getb y Betts, The Irony of Vietnam, pp. 2526; Halberstam, The Best
and the Brlghtest, pp. 460-62; y Johnson, The Vantage Point, pp. 147-49.
S6 Taylor a State Department, 22 de febrero de 1965, Pentagon Papers, III,
419' Clifford a Johnson, 17 de mayo de 1965, Johnson Papers, NSF Country Files:
Vitnam, Box 74, "1965 Troop Decision"; memorandum de Ball, "Cutting Our
Losses in South Vietnam", 28 de junio de 1965. !bid., Box 18, "Memos CBl.
Vol. XXV"; memorandum de Willlam P. Bundy, "Holding On in South Vietnam",
30 de junio de 1965, fbid.
S1 McNamara a Johnson, 29 de julio de 1965, Johnson Papers, NSF Cou..TJtry
File: Vietnam, Box 74, "1965 Troop Decislon" ; McNamara a Johnson, 24 de enero
de 1966. Pentagon Papers. IV, 49-51.
sa Cable de Westmore land. 27 de diciembre de 1965, Pentagon Papers, IV, 39.
Los informes de la CIA y de Komer .. l'\iscuten en lbid.. pp. 71-74, 389-91.
S9 Gelb y Betts. The Irony of v.
im. pp. l 59-60. Ver tambin Johnson, The
Vantage Point p . 147; y Keams. Lyndo.1 Johnson and the American Dream, p. 282.
60 Senate' Committee on Fo relgn Relatlons. Hearings, Supplemental Foregn
Assistance Fisc~l ' ar 1966-Vietnam <Washington, 1966), pp. 335-36.
61 Richard ....
.m.ct. Roots o/ War CBaltimore, 1972), pp. 109-115.
62 Ver la lista de l.is iniciativas de paz norteamericanas y las respuestas de
H:mol en el Apndice A de Johnson. The Vanlage Point, pp. 578-89.
64 Ver el m emorandum personal de Jo hnson sobre las recomendaciones de
McNamara. 18 de diciembre de 1967, en Johnso n, The Vant.age Polnt. pp. 600-601.
65 Gelb y Betts. The Irony o/ Vietnam, PP- 2-3.
.
66 Discurso de Kennedy en la Univ<lrsidad de Washington, 16 de n oviembre
de 1961, KPP 1961, p. 726. Ver tambin bid., pp 340-41, 359; KPP 1963, pp. 659-660,
735, y Pentagon Papers, II. 161.
&7 JPP 1963-1964, pp. 44, 89, 122, 150.
68 Comentarlos de Johnson en la reunin del American Bar Associatlon, New
Yo rk 12 de agosto de 1964 , fbid .. p. 953: memo randum de Bundy, conferen
eta de Johnson con asesores, 9 de setiembre dE> 1964, Johnson Papers, NSP,
NSC Files, Box 2. "Memos ror the Presldent, Vol. 6"; Rostow a Rusk, 23 de no-

547 McNamara a los jefes de Estado Y a


viembre de 1964,Pentagon Papers, ~ ~ 1965, !bid., p. 94; entrevista. televisiva
los secretarlos de servtclos. 1 ~ 1965 DSB LII (30 de agosto de 1965), 344.
de
de la CBS a Rusk. 9 de agosto e
sobre defensa nacional, 18 de enero
fH Informe de Johnson al Congrf
hnSOn a miembros de las 4,elegaclones del
1965 JPP 1965, p. 69; comentarlos de o conferencia de prensa de Johnson, 28
Co~. <l de mayo de 1965. lbld., .P:e1morandum de Komer. no se da fecha.
de julio de 1965, lbld., .Pcf~~7:, de Westmoreland a la prensa. 14 de abril de
Pentagon Papera, n, 575merlca in Vietnam, p. 73.
l967,~i~~~~~mtth, How Much Is Enough?, PP 2.90-306.
71 tbid .. pp. 292-93. mald
/ a President. pp. 39, 56, 100-102, 228-229, 2.90-292.
n Schandler, The ~::e
Potnt pp. 149, 317-19, 406-7.
v er tambin Johnson.
,.._,,
Netther Peace nor War, pp. 1%8-30.
11 Ver, en este punto, ........,.ucc1
2.53
31
74 FttzGerald. Fre n the Lake, dPPla p5!;~~15de Bien
. Hoa para el periodo
1s MACCORDS, ln!onne acerca e
,,..
que tlnallzaba el 31 diciembre de 196'1. Pentagon Papers, I 1 406
76 Pitz Gerald, Fire n the Lakedrl, kp. ~- Wound Wlthn: America ln the Vletn Citado por Alexander Ken e 251
nam Years, 1945-1974 CBoston, 19'11a<l),Jpbns
.
Hopldns Universlty 7 de abril de 1965,
11 Discurso de Johnson en
o

JPP 1965, p. 395.


d M N ghton .. Atms and Opttons tn Southeast Asia", 13
P
. memorandum de Bundy, "A.
n Memorandwn e e au

d octubre de 1964 Pentagon Papen. 111 582


P~llcy of Sustained Reprlsal". 7 de febrero de ~965. fbld.,
3~ 175 181-82,
ID ver, en este punto. Lewy, Americ<' ln Vietnam, pp.
,

306 437438 ,_,_ te "On Protracted war" en SeZected Militarv Wri'tings


11 Ver, especu:uu.aen ,
.

of Mao Tse-Tung (Pekln, 1967), pp. 210-219.


ta b" Scha.ndler The Unmaking
12 Johnson, The vantage Potnt, p. 389. Ver
m i n

of a President. pp. 109, 171.


..
ere a Strategic Arms Race?"'
~Ver,~ este punto, A1~rt) Wpo~~t.~ifiva11: ~t No Race", tbid., 16 (otoo.
Foretgn Polu:y 15 (verano, "''" .
,
283-~ ver tambin Ernest J.
.
1974), PP 48-81.
M Moulton, From Superi0ntc11 t~ =Yy' 11~~atew Technology and Polltics,
Yanarella The Missile De/tm$e on r

'
1955-1972 (~n. Ky , 197'1), PP 114-~~P~~os del Departamento de Estado,
u Comentarios de JohnsOn a os
5 de diciembre de 1963. JPP 1963-64, p. 28.
!6 Klssinger, Whlte House Years, p. 196.
1 funcionario so11 Memorandum de Arthur Barber de la conv:arsacinN~~~ency Files: "De
vitico Pavlichenlto, 28 de J~~ dt;,J~ ~~~~ ~~~ Johnson, The Vantage
partment of Defense. Box .

3'16-377
Point, pp. 475-76. Y Rostow. Di/f~~ Pc;;:ers:J;t Fore4m PoUcy 1962-1973: The
" Ver, en este punto. Rodresbm 1975lnpp' 47-48 Y John Gittings, Survey o/ the
Paradox o/ Super Power ( Loo

.
~
Sino-Soviet Dispute, 1963-1967 (Londres, 1968), PP 25

89 Johnson, The Vantage P~1f P1:ie4~73Politicas de ln admJ,n!.stra.cin John


90 Ver, en esrristepunut0:- c Gr~nessHenrv Kissinger and American Foreign
son. en Roger Mo
, ne"' ... n

Pollcu CNew York, 1977),


15 de marzo de 1965, JPP 1965, pp. 286-87.
91 Discurso de Johnson
ngresond, the American Dream, pp. 25152.
92 Citado por Keams. Johnson a
91 :!bid., p. 283.
McCone 7 de diciembre de 1964, Jobnson
94 Jobnson a Rusk, McNam.ara Y..
Cor the President, Vol. 7"; NSAM
Papers, NSP-NSC Staff Piles, Bo; 2 M~~ 703 Ver tambin bld., pp. ~7-460.
328. 6 de abril de 1965, Penttlf'"
~per; de jullo de 1965 , Johnson Papers, NSF9S McGeorge Bundy a ~o
n,
Declsion" McNamara a Johnson,
Country File: Vietnam, Box 74, "1965 Troo~De rtment or Defense, Boxes 11-12,
26 de octubre de 1966, bld.. NSFW~~ Pilp~undpay "Basic Chotees in Vletnani",
"Vol IV" memorandum de
uunu...

16 de abrti de 1966, Pentagon Papers, IV, P 88.

van'%;

Pro

PPJt!

207,

428

1 JOHN U:WIS GADOIS

NOTAS 1

96 Johnson, The Vantage Point, pp. 43860; Rostow The Diffusion of Power

6. 316-18

'

'
Johnson, The Vantage Point, p. 440. Ver tambin Keams Johnson and the
American Dream, pp. 300-302.
'
97

Captulo IX: Nixon, Kissinger y la dtente


1

Ver, para los temas ms impQrtantes de los discursos de la campaa de


Nixon, ~u discurso de aceptacin ante la Convencin Nacional Republicana New
Y9rk Ti~es, 9 _de agos~ de 1968. Ver tambin Richard M. Nixon, "Asia' After
Vietnam. , _Foreign ~/fairs XLVII, octubre de 1967, pp. 121-23.
2
Kissmger, Wh1te House Years, p. 65; RN: The Memoirs of Richard Nixon
(New York, 1978), p. 572.
3 Ver, en este. Pl!Ilto, Kissinver, White Ho!lse Years, pp. 41-43.
4
Henry A~ Kissmger, Ame~G.:an Forf'.{ln Policy, tercera edicin (New York,
1~). pp, 0 29, 19, !J7. que reedita mater1al originariamente publicado Por Kis
smger en Dom~st1c Stl"l:1ctures.. and Forelgn Policy", Da.edalus, XCV (primavera,
1966),. pp. 503-29, Y Kissmger, Central Issues in American Foreign Pollcy" en
Kenmt Go_rd?n, ed., Agenda for the Nation (Washington, 1968), pp. 585-614. 'ver
tambln_K~ssmge~., White House Years, pp. 11, 39, 41-43, 65.
s KIBsmger, Central Issues in American Foreign Policy" pp 59-64. Ver
tambin el discurso de Kissinger en San Francisco 3 de febrero de 1976 bd
1
p. 310; Y Kissinger, White House Years, pp. 61H>7. '

"'
6 K~!nger, "Central Issues in American Foreign Policy", p. 56.
1 K1ssmger, White House Years, p. 1049.
~'Ver, en cuanto 1:i la tra.n;sicin de la bipolaridad a la multipolaridad, Kissinger, . Central !ss.ues m American F?reign Policy", pp. 5657, 74; tambin Peter
W. D1ckson, K1ssmger and. the Meantng of History (New York, 1978), p. ss.
9 Declaracin de Kissmger en el Senate Foreign Relations Committee 19 de
septiembre de_1974; discurso en Cincinnati Chamber of Commerce, 16 de sptiembre de 197?; discurso en San Francisco, 3 de febrero de 1976, todos ellos en Kissinger, Americ~n Foreign Policy, pp. 146-47, 281, 302.
10

.IG:>smger, White House Years, pp. 69, 66264, 914-15, 1088-89, 1260. Ver tambin Kissm~er, Ame'!can .For eign Policy, pp. 40, 82, 12426, 172-73, 209-210, 282.
11
Kissm~er, Whit_e House Years, p. 1089. Ver, tambin, los informes anuales de
p~ltica exten?r de Nixon, 18 de febrero de 1970. Public Papers o/ the Presidents:
Richa_rd M: Nixon (NP~), 1970, p. 178-79, y 24 de febrero de 1971, NPP 1971, p. 304;
tambin p1~kson, !fissmger and th~ Meaning of History, pp. 90-92.

12 _Kissmger, ,Central Issues m American Foreign Policy", p. 74. Ver tambin D1ckson, Kissi~ger and the Meaning of History, pp. 92-94, 100-102. Kissinger
se ocup de Mettermch y Castlereagh en su tesis doctoral, A World Restored (New
York, 1957), y de Bismak en "The White Revolutionary: Refiections on Bis
marck", Daedalus XCVII ( verano, 1968), pp. 888-924.
1_1_ Ver. la conferencia de prensa de Ni.xon, 27 de enero de 1969, NPP p. 19
tamb1en Nixon, RN, p. 415.
'
'
14 K~ssinger, White House Years, p. 535.
. is Discurso en Kansas City, 6 de julio de 1971, NPP 1971 p. 806 Kissnger
Whtte House Years, p. 1072.
'
'
'
16 Time, XCIX (3 de enero de 1972), 15.
17
Ver el discurso de Kissinger en la 111 conferencia Pacem in Terris Wash
ington, 8 de octubre de 1973, en American Foreign Policy, pp. 128129.
'
is Las crticas ms representativas inclulan: Stanley Ho!fmann, "Weighing
~.he Balance o! Power. Foreign Affairs, L (julio de 1972), 618-643; Alastair Buchan,
A World Restored? ', !bid., pp. 644-659; Zbignew Brzezinski "The Balance of
P~wer Delusion'.'. Foreifl?? P?,licy 7, <verano, 1972), 54-59; y james Chase, "The
Five-Power of Richard Nixon , New York Times Magazine, 20 de febrero de 1972
pp. 14 y slgs.
'
~9 Ki~inger, "Cental Issues in American Foreign Policy", pp. 56-57. Ver
tambin Kissinger, White House Years, pp. 68-69.
20
v_er, en este puntQ, Henry A. Kissinger, The Troubled Parternship: A
Reap:pra1sa~ of the Atl.~mtic Alliance (New York, 1965), especialmente pp. 41-64;
tamb1n Kissinger, W/l'.1te House Years, pp. 68-69.

429

21 ver Kissinger, discurso del "Ao de Europa", p:o~unciado en .el almuei:-zo


anual de Ja Associated Press, 23 de abril de 1973, en Kissrnger, American Foreign
Policy, p. 102; tambin Dickson, Kissinger and the Meaning of History, pp. 135-36.
22 Informe anual de Poltica exterior, 18 de febrero de 1970, NPP 1970, p. 181.
ver tambin Nixon, "Asia After Vietnam", pp. 12~-23; Kissinger, White House
Years, pp. 163-65. Y Kissinger, American Foreign Policy, p. 128-129.
23 Informe anual de politica exterior, 9 de febrero de 1972, NPP 1972,
pp. 204-205.
24 Discurso de Kissinger en Ja III Conferencia Pacem in Terris, Washington,
3 de octubre de 1973, en Kissinger, American Foreign Policy, p. 128-129.
25 Discurso de Kissinger en la III Conferencia Pacem in Terris, Washington,

Foreign Policy, p. 305.

Entrevista con el autor, 21 de octubre de 1974.


Kissinger, White House Years. p. 192; Nixon, RN, pp. 562, 565. Ver tambin
el informe anual de Politica exterior de Nixon, 18 de febrero de 1970, NPP 1970,
pp. 11617, 178-179.
2a Conferencia de prensa de Rusk, 12 de octubre de 1967, DSB LVII (30 de
octubre de 1967), 563.
29 Informe anual de Poltica exterior, 18 de febrero de 1970, NPP 1970, p. 116.
JO Nixon, RN, p . 562. Ver tambin Kissinger, White House Years, p. 1061.
31 Kissinger, White House Years, p . 1063.
32 tbid., pp. 116-119.
33 Discurso de Kissinger en San F118Ilcisco, 3 de febrero de 1976, en American
Foreign Policy, p. 304.
J4 Kssinger, Whte House Years, pp. 119-20, 525-27, 542, 545, 554-57, 711, 1055-56,
26
21

.1 138-39, 1292-93.

Ver. en este punto, los Cap!tulos Dos y Tres.


Kissinger, White House Years, pp. 156-58, 927-930, 1265-68.
.
.
J7 Para Chile, ver ibid., pp. 653-84; Ni.xon, RN, pp. 653-84; y Morr1s, Uncertam
Greatne.ss, pp. 23044. Para el tema del eurocomunismo, ver Seyom Brown, The
JS
.16

Crisis of Power: An Interpretation of United States Foreign Policy During the


Kissinger Years (New York, 1979), pp. 109110; para Angola, Nathaniel Davis, "The
Angola Deelsion of 1975: A Personal Memoir", Foreign Af/airs, LVII (otoo, 1978).
.
10924.
J~ Kissinger, White House Years, p. 659. Ver tambin Morris, Uncertain Great11ess. pp. 232-33.

3q Discurso radiotelevisivo de Nixon, 30 de abril de 1957, NPP 1970, p. 409;


Kissinger, \Vhitc Housc Ycars. pp. 227-229. Ver tambin John G. Stoessinger, Henry
J{issnger: The Anguish o/ Power <New York, 1976), p. 216; Coral Bel!, The Di
plomacy o/ Dtente: The Kissinger Era (New York, 1977), p. 277; y Tad Szulc,
Thc ll/usion o/ Peace: Foreign Policy in the Nixon Years (New York, 1978), pp.
35253.
4" Ver el discurso de Kennedy en la Universidad de Maine, 19 de octubre
de 1963, KPP 1963, p. 795.
41 Ver, en este punto. Bcll, The Diplomacy of Dtente, p. l.
41 Discurso de Kissinger en Ja II Conferencia Pacem in Terris, Washington,
8 de octubre de 1973, en American Foreign Policy, p. 121. Ver tambin ibid., p. 35;
y el informe anual de politica exterior de Nixon, lB de febrern de 1970, NPP 1970,
p. 122.
4J Klssinger White House Years, pp. 61-62, 1302.
44 Informe ante el Senate Foreign Relations Committee, 19 de septiembre
de 1974, en American Foreign Polcy, p. 175.
s Informe anual de poltica exterior, 9 de febrero de 1972, NPP 1972, pp.
206-7. Ver tambin la declaracin de Kissinger ante el Senate Foreign Relations
Committee, 19 dEl septiembre de 1974, en American Fcreign Policy, pp. 148-49;
tambin bid., p. BS; y Kissinger, White House Years, p. 128.
46 NSC 20/l, 'rn de agosto de 1948, en Etzold y Gaddis, Containment, p. 187.
47 Nixon a Rogers, Laird y Helrns (preparado por Kissinger>. 14 de febrero
de 1969, citado por Kissinger, White House Years, p. 136; Kissinger a Nixon, 18 de
febrero de 1969, fbid., pp. 143-44. Ver tambin ibid., p. 1134.
~ Declaracin de Kissinger en Senate Foreign Relations Committee, 19 de
septiembre de 1974, en American Foreign Poltcy, pp. 172-73.
49 Kissinger, White House Years, pp. 127-130, 265-69; Nixon, RN, p. 346.

430 1

.TOHN LEWIS GADDIS

NOTAS

so Edmonds, Soviet Foreign Pollcy, 1962-1973, p. 3.


s1 Kissinger, Whte House Years, pp. 13038, 903-18, 1174-79.
S2 Declaracin de Kissinger ante el Senate Foreign Relations Committee, 19
de septiembre de 1974, en American Foreign Policy, pp. 158-59. Ver tambin Kissinger, White House Years, pp. 127-30, 265-69.
SJ tbid., pp. 129-30.
54 Nixon, "Asia Mter Vietnam", pp. 121-23; Kissinger, "Domestic Structures"
American Foreign Policy, pp. 38-39.
'
S tbid, pp. 183-85. Ver tambin p. 548.
S7 Ver pp. 210-11.
S8 Citado por William Safire, Before the Fall: An Inside View of the PreWatergate White House (New York, 1975), p. 370. Ver tambin Kissinger, White
House Years, pp. 178-82, 185-186.
S9 Kissinger, White House Years, p. 187. Ver ibid., pp. 764-65.
{,/) tbid., pp. 712, 836-37, 1076.
61 Kissinger, White House Years, pp. 220-21.
62 Discurso radiotelevisivo le Nixon, 3 de noviembre de 1969, NPP 1969,
pp. 905-6; informe anual de polltica exterior, 18 de febrero de 1970, NPP 1970,
pp. 118-19. Para la primera enunciacin informal de la doctrina Nixon, ver su
informe de prensa de Guan, 25 de julio de 1969, NPP 1969, 544-55.
63 Ver, en este punto, Kissinger, White House Years, p. 232.
64 tbid., pp. 260-61, 271-77, 475-82, 984-86.
6S Johnson, The Vantage Point, pp. 368-69.
66 Kissinger, White House Years, p. 1304.
67 Nixon, RN, pp. 129, 864; Kissinger, White House Years, p. 1199. Ver tambin Safire, Before the Fall, p. 695; y H. R. Haldeman, The Ends of Power (New
York, 1978), p. 122.
68 Kissinger, "Central Issues in American Foregn Policy'", p. 61; Kissir.gcr.
White House Years, pp. 617, 912, 1117. Ver tambin Stephen Graubard, Kissinger:
Portrait of a Mind (New York, 1973), p. 66.
6IJ Kissinger, White House Years, pp. 119, 1349.
70 :tbid., pp. 228-229.
71 Nixon, RN, p. 352; Kissinger, A World Restored, p. 210: Kissinger, "Domestic Structures", en American Fcreign Policy, p. 18: Kissinger. White House
Years. p. 39. Ver tambin ibid., pp. 11, 14-15, y Graubard, Kissinger, pp. 5061,
101-2, 229-32.
72
7J
74

Kissinger, White House Years, pp. 130, 136-38, 189-190, 477-483, 688, 984-985.
tbid., pp. 48- 822. Ver tambin pp. 495, 564, 606, 674.
!bid., p. 841. Ver tambin pp. 722-26. 837, 917; y Stoessinger, Kissinger,

pp. 209-211.
75 Ver Jonathan Schell, The Time of Illusion ( New York, 1976), pp. 6-7.
76 Kissinger, White House Years, pp. 158-59.
77 NPP 1970, p. 119. Los cuatro informes anuales de poltica exterior, techados el 18 de febrero de 1970, el 25 de febrero de 1971. el 9 ele febrero de 1972 y
el 3 de mayo de 1973, pueden ser localizados de la manera ms cmoda en los
volmenes apropiados de Nixon Public Papers .
78 Kissinger, White House Years, p. 159. Ver t.amhi~u ibid., p. 1053.
79 Los ms importantes de estos discursos se encuentran disponibles en K issinger, American Foreign Policy, pp. 116-429.
w Informe anual de politica exterior, 25 de febrero de 1971, NPP 1971, p. 246.
Ver tambin la conferencia de prensa de Nixon, 21 de marzo de 1970, NPP 1970,
p. 292.
81 Kisslnger, White House Years, pp. 917-918.
82 tbid., pp. 762, 803; Nixon RN, p. 390.
SJ Kissinger, White House Years, p. 940.
a. Ver, en este punto, Dlckson, Kssinger and the Meaning of History, pp.
155-57.

Captulo X: Implementando la dtente


1 Ver, por ejemplQ, Stanley Hoffmann, "Choices", Foreign Polcy 12 <otoo,
1973), 3-42; Zblgniew Brzezinski, "The Deceptive Structure ot Peace", ibid., 14
(primavera, 1974), 35-36; Hoffman, "Weighing the Balance o! PoW()r", p. 118-48.

1 431

Ver los comentarios de carter en el segundo debate televisado con Ford,


en el Congreso de Estados Unidos, House o! Representatives,
Committee on House Ad.minlstratlon, The Presidential Campaign, 1976 (Washington, 1979), III', 93-118; tambin Bell, The Diplomacy of Dtente, pp. 50, 52-53,
2

6 de octubre de 1976,

216-217.
l Gerald R. Ford, A Time to Heal (New York, 1979), p. 398; Elizabeth Drew,
American Journal: The Events of 1976 CNew York, 1977), pp. 391-92.
Stanley Hoffmann, Primacy or World Order: American Foreign Policy since
the Cold War (New York, 1978), p. 46.
s Nixon, RN, p. 618; declaracin de Kissinger ante el Senate Foreign Relations
Conur1ttee, 19 de septiembre de 1974, en American Foreign Policy, p. 145.
:tbid., p. 147.
. 7 Ver, sobre estos episodios, Nixon, RN, pp. 483-89, 525-31, 613-14; Kissinger,
Whit~ House Years, pp. 619, 62731, 639-52, 903-18, 1302, 134159; tambin Szulc, The
Illuswn of Peace, p. 331.
8 Kissinger, White House Years, pp. 265-69, 1022, 1135, 1151,52.
9 Leond Brezhnev, On the Policy of the Soviet Unton and the International
Situation (Garden City, N. Y., 1973), p. 231.
IO Nixon, RN, p . 568.
11 Ver, sobre estos episodios, Nixon, RN, pp. 599-608, 938-41
12 :!bid., p. 515.
ll Kissinger, White House Years, p. 1134. Ver tambin Peter G. Peterson
US-Soviet Commercial Relations in a New Era (Washington 1972) pp. 3-4 y l~
~eclaracin de Kissinger ante el Senate Foreign Relations Crnmittee, 19 d septiembre ~e _1974, en American Foreign Policy, pp. 158-59.
14 Kissmger, White House Years, pp. 1269-72. Para la enmienda Jackson, ver
Congressional Record, 4 de octubre 1972, pp. 22658-59.
is Declaracin de Kissinger ante el Senate Finance Committee 7 de marzo de
1974, DSB LXX (1 de abril de 1974), 323-25. Ver tambin el dis~ de Kissinger
en la II_I Conferencia Pacem in Tenis, Washington, 8 de octubre de 1973, y su
declarac1?n ante el Senate Foreign Relations Committee, 19 de septiembre de 1974,
en American Foreign Poltcy, pp. 125, 172-73; tambin el discurso de Nixon en 1a
US Naval, 5 de junio de 1974, NPP, pp. 471-72.
t6 Herring, America's Longest War, p. 256.
11 Nixon, RN, p. 889. Ver tambin p. 718.
_1s Discurso de Kissinger, en Dallas, Texas, 22 de marzo de 1976, American
Foretgn Policy, p. 360.
19 Conferencia de prensa de Kissinger, l de enero de 1976, DSB LXXIV (2 de
febrero de 1976), 125-26.
20 Kissinger, White Hou.se Years, p. 1143.
21 tbid.. p. 1255; informe anual de poltica exterior, 9 de febrero de 1972,
NPP 1972, p. 211. Ver tambin conferencia de prensa de Kissinger, 21 de noviem
bre de 1973, DSB LXIX (1 de diciembre de 1973), 706-7.
22 Informe anual de polltica exterior, 3 de mayo de 1973, NPP 1973, p. 375.
El acuerdo de los "Principios bsicos" est en DSB, LXVI (26 de junio de 1972)

~~2.t
24

Kissinger, White House Years, pp. 1132, 1250.


El "Acta final" de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperacin en Euro:a, firmada en Helsinski el 1 de agosto de 1975, est en DSB LXXIII (1 de septiembre de 1975), 323-50.
.
25 Ver el discurso de Kissinger en la III Conferencia Pacem in Terris, Wash
m~n. 8 de ?Ctubre ~e 1973, American Foreign Policy, p. 125; declaracin de Ki
ssmger en Minneapohs, 15 de julio de 1975, ibid., pp. 208-9.
26 Ver, en este punto, Jerry F . Hough y Merle Falnsod, How the Soviet Union
Is Governed (Cambridge, Mass., 1979), pp. 264-68.
TT Lawrence J. Korb, The Fall and Rise of the Pentagon: American Defense
Pclices in the 1970s (Westport, Conn., 1979), pp. 69-73; ver tambin Kissinger,
Whte House Years, pp. 199202, 938-44.
Z8 John M. Colllns, American and Soviet Military Trends Since the Cuban
Missi~e Crisis (Washington, 1978), pp. 44-45, 93, 101, 107, 184, 260, 265-67, 274. Ver
tambin ~orb, The Fall and Rise of the Pentagon, pp. 155-57, y Apndice.
29 Citado por Ford, A Time to Heal, p. 373.
JO Informe anual de poltica exterior, 18 de febrero de 1970, h-PP 1970, p. 172;
dlscurso de Kissinger en Dallas, Texas, 26 de marzo de 1976, American Foreign

432 1 JOHN

LEWIS CADDlS

NOfAS

Policy, p. 350. Ver tambin el discurso de Kissinger en San Francisco, 3 de febrero


de 1976, fbid., pp. 301-4, 311-12; y Klssinger, White House Years, pp. 196-98.
31 Korg, The Fall and Rise of the Pentagon, pp. 51-52; Klssinger White House
Years, p. 215. Ver tambin Apndice.
'
l2 Klssinger, White House Years,. pp. 3233. Ver tambin Korb, The Fall and
Rtse of the Pentagon, pp. 84-96.
ll tbid., p. 42; Kissinger, White House Years, pp. 214-15.
34 !bid., p. 215.
JS Para un mejor relato de las negociaciones dP.l SALT, ver J ohn Newhouse,
Cold Dawn: The Story o/ SALT (New York, 1973).
36 Ver, en este punto, Strobe Talbott, Endgame: The lnside Story o/ SALT ll
(New York, 1979), pp. 24-27.
J7 Kissinger, White House Years, pp. 124546. Ver tambin Ja declaracin de
Klsslnger ante el Senate Foreign Relations Committee, 19 de septiembre de 1974,
American Foreign Policy, p. 166; y Korb , Tite Fall and Rise of the Pentagon, p. 94.
~ Informe anual de poltica exterior, 3 de mayo de 1973, NPP 1973, p . 374.
Ver tambin la declaracin de Kissinger ante el Senate Foreign Relations Commlttee, 19 de septiembre de 1974, American Foreign Policy, p. 164.
39 Korb, The Fall and Rise of the Pentagon, pp. 104.150.
> Ver, en este punto, Kissinger ante el Senate Foreign Relations Comm.ittee,
19 de septiembre de 1974, American Foreign Policy, p. 164; y el discurso de Kissinger en Dallas, Texas, 22 de marzo de 1976, fbid., pp. 357-58.
41 Ver, en este punto, Kahan, Security iri tite Nuclear Age, pp. 28688.
42 Talbott, Endgame, pp. 24-26, 220.
4J 1bid., pp. 3137.
.
44 Discurso de Kissinger en Dallas, 2 de marzo de 1976, American Foretgn
Policy, p. 354.
s Korb, The Fall and Rise of the Pe11tagon, pp. 151-160.
46 Morris, Uncertain Greatness, p. 298.
47 Kissinger, "Central Issues", en American Foreign Policy, p. 74.
48 Mohamed A. El-Khawas y Barry Cohen, eds., The Kssinger Study o/ Southern A/rica: National Security Study Memorandum 39 (Westport, Conn., 1976, pp.
1056). Ver tambin Morris, Uncertain Greatness. pp. 107-20; Szulc, The lllusion o/
Peace. pp. 21925; Anthony Lake, The "Baby" Option: Americari Policy Toward
Rhodesta <New York, 1976), pp. 12357; John A. Marcum, "Lessons o! Angola",
Foreign Affairs, LIV <abril, 11976), 4078.
49 Morris, Uncertain Greatness, pp. 212-30. Ver tambin Szulc, Tite lllusion
o/ Peace. pp. 4056, 441-44; la defensa de Kissinger de su polftica se encuentra en
White House Ycars, pp. 842928; ver tambin Nixon, RN, pp. 525-31.
so Kissinger, White House Years, pp. 1259-60; ver tambin Szulc, The lllus ion
of Peace, pp. 584-5.
s1 !bid., pp. 437439, 74952; ver tambin Morris, Uncertain Greatness, pp. 2523;
Brown, The Crises of Power, pp 87-91, 118-19, y, para una evaluacin anterior
a octubr<> de 19'73, Jnmes E. Akies, "The Oil Crisis: This Time The Wolf Is Hcre",
Foreign Affairs, LI (abril de Hl73), 462-90.
si Laurence Stern, "Bitter Lessons: How We Failed in Cyprus", Foreign Po
licy, 19 (verano de 19'75), 34-78; ver tambin Bell, The Diplomacy o/ Dtente,
pp. 138-55.
SJ Davis, "The Angola Decision of 1975", pp. 10924; ver tambin Marcum,
"Lessons o! Angola", pp. 40725.
S4 Kissinger, Whtte Hom:e Years. pp. 761 -2, 955; Szulc, The lllusiou of Peace,
pp. 416-17, 4578, 68992; Brown, The Crises o/ Power, pp. 114-18, el discurso del
"Ao de Europa", pronunciado en New York, 23 de abril de 1973, est en Kissinger, American Foreign Policy, pp. 99-113.
ss Tad Szulc, "Lisbon and Washington: Behind the Portuguese Revolutlon",
Foreign Policy, 21 (invierno, 197576), 362; Peter Lange, "What Is To Be DoneAbout Itnlian Communism", ibid., -pp. 224-40. Ver tambin Stoesssinger, Kissinger,
pp. 14553; Bell, The Diplomacy:o Dte11te, pp. 229-30; y Brown, The Crises of
Power, pp. 109-10.
"" Esta distincin estableciEia entre perspectivas "globales" y "regionales"
SiitUe la de Marcum, "Lessons of Angola", p. 418, y Ja de Gerald J. Bender, "An
gola, the Cuban and American Afudeties", Foreign Policy 31 (verano de 1978), 3-30.
si Ver Captulo Nijeve.
J

1 433

sg Kissinger, Whlte t;o~e r~ar~rJer:f~ Greatness, pp. 216-23, 252-5.1, 272-.73;


0
_.
. Davls "The Angola Decis1on
S9 Ver, en este pun

Szulc, The lllusion o/ Peace, pp. 4389 450 2 585

-47
848-i9
of 1975",
pp.
113-117. .
e.o Kissinger, Wh1te House Years, pp. 743
1258-65 Bell, The Di

pl~ctb~~.~~~ii~g.f:'-J~~. The Crises ~! Power, pp. 1015.- Ver tambinrlEdwa~1.


R Scheehan The A.rabs Israels and Kissmger: A Secret History o/ Ame!
D e~~
.
oma in bre Middle G$t (New York); William B. Quandt, Decade o eciswns.
~meri~n Policy Toward the Arab-lsraeli Con/lict, 1967-1976 (Berkeley, 19T7), PP
m~
A
.
6 Discurso de Kissinger en Lusaka, zambia, 27 de abril de 1976, en m_erican
Foreign Policy, pp. 372- 376. Ver tambin Ford, .A Time to Heal, pp. 380-1, ~11.
The Diplornacy o/ Dtente, pp. 177-183, The Cnses of Power, pp. 130, 149~:.J
John Osbome, White HOU3e Watch: The Ford Years (Washington, 1977) pp. 3

63 Discurso de Carter en el ChJcago Council on Forelgn Relations, 15 de _marro de 1976 y discurso en la Forelgn Policy Associatlon, New York, 23 de Junto de
1976 The >restdential Campaign, 1976, Vol. 1, parte 1, pp. 110-13, 266.
'64 William Shawcross, Sideshow: Kissinger, Nixon and thi: .Destruction O/ Cambodia (New York, 1979), p 396. Ver tambin Morrls. Uncert.am Greatness, pp. 120
30, 213-30, 265-68.

Shawcross, Sideshow, p. 396.


ver, en este punto, Shawcross, Sideshow, p. 396.
68 Ver Captulos Dos, Tres y Siete.
(f} Entrevista radiotelevislva a Nixon, 4 de enero de 1~71. NPP 1971, p . 12.
Informe anual de poltica exterior, 25 de febrero de 1971, ib1d, pp..246-47.
10 Morrls Uncertain Greatness, pp. 240-41; Szulc, The lllusion o/ Peace,
pp 72025 La' defensa de Klsslnger de su poUtica hacia Chile se encuentra en
White Hause Years, pp. 65383. Ver tambin US Congress, Senate, Sel~t. Comml
ttee to Study Govenunent Operations. with Respect to Intelligence Act1V1ties, Covert Action in Chile, 1963-1973 <Washington, 1975).
7t Citado por Morris. Uncertaln Greatness, p. 241.
n Discurso radiotelevisivo de Nixon, 3 de n oviembre de 1969, NPP 1~9.
p . 903; Kissinger, White House Years, p 229; informe anual de poUtlca exterior,
3 de mayo de 1973, NPP 1973, p. 376. Ver tambin Nixon, RN, p. 3411.
73 Conferencia de prensa de Nixon, 21 de marzo de 1970, NPP 1970, p. 292.
Ver tambin Shawcross, Sides1iow, pp. 19-35.
74 Herring America's Longest War, p. 250.
1s Bell, The Diplomacy o/ Dtente. pp. 127-29, 224; Brown, The Criscs of
5
Powe;,.
2 ;betll Drew, "A reporter at Large: Human Rights", New Yorker, LIII
(18 de julio de 1977), 36; Bell, The Diplomacy
Dtente, pp. ~1-32.
_
n Ver en este punto, Richard H. Ullman, Washington, Wilson ar:id the De~o
crats Dileri-lma", Foregn Policy 21 (invierno, 1975-76), 108-9; y Stoessmger, Kissmger, p. 218
78 Ford, A Time to Heal. pp. 29798.
79 Kissinger Wltite House Years, p. 191.
.
. .
so ver, es~ialmente, los discursos de Klssinger en Miineapolis, 15 de .,iuho
de 1976 y en Montreal, 11 de agosto de 1975. y tambin su ens~Y? de 1968, <?en
tiaJ Is~ues of American Foreign Policy", t-Odo editado en Kissmger, Amencan
Poreign Poltcv pp. 91-97, 195-236.
s1 tbid .. pp. 218-19; Kissinger, White House Years, p. 55.
..
.
&2 Para un relato ms reciente, ver Arthur M. SchJesinger Jr., Human ~1gh~
and the American Tradition", F'ore1gn Affairs, LVII (America and the Wor~d;
1978") 503 25 y para ver dilemas notablemente semej11Z1tes de la polltica exteno
britnica ciu~ante el siglo diecinueve, David Frowkin, "The Great Game In Asia".
ibid LVIII (primavera de 1980), especialmente 941-945.
.
"g3 Klss!nger, "Central Issues", American Foregn Pollcy, p. 94.
65
67

i'

?f

C'.aptulo XI: Eplogo


1

Discurso en Ja Universidad de Nlre Dame, 22 de mayo de 1977, Public

Papers o/ the Presidents: Jimmy Car'er CCPP), 1977, pp. 956-57.

434 r

.TOHN Ll':WIS GADDIS

z. Dl~curso de Carter sobre el estad

ts o de la Unin, 23 de enero de 1980 W


Ver, en este Punto los s i men XVI (28 de enero de 1980) 194 eekly

Comprlat1on o/ Presidential Docu

~~~ f~~~f;;Je%~~ P~~~ ~i;::~::is0 ~1~~~YP~~ci~: ;~e Hell

PerUs o! Incoherence" For'ei979-801>. pp. 3-27; Y "The View from at' HMuscle and
463-91 ta b"

un A falr:s LVII C"Am ri


ome: The
<otofi deml~ITT Spepy~.l7roPawn, "An End to Grand ~t;:tegyan~. tFhe eiWorld: ~978"),
Abroad e
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or un Polu:y 32
World: 197~~~~~~~Y Under Prossure", ForeiU::' lt%t:!~df.';J f3fk;'~ Vlew !rom
Ho!lmann "Th
e ca and the
s Entre ta'
e Hell o! Good Intentlons"
4.
de 1977), wtlS a Cyrus Vanee, 3 de febrero d
~~~~game, pp. 52-64.
6 Ver p.
'
I (21 de febrero
317
7 Drew, "Human Rights" P 41
1
Talbott, Endgame, pp. 6o-1
9
Ver, en este punto H 0
tambin Hugb Sld
.. '
Umann. "The Hell of Good r te
.,
pp. 10-15
ey, A.ssesing a Presidency" T"
CXVI n ntlons pp. 12-13
io Sim.
ime,
' 18 de agosto de 1980'
on Serfaty, "Brzezinsk:f. Pla
.
.

de 1978), pp 6-7.

Y It Agatn, Zb1g", Foreign Policy 32 Coto11 Brzezinsk:f "Th


no
ll Ver, Por e'jem
Deceptlve Structure of Peace", p. 55.
u Hof!mann, ..J:e li!'it~tt, Endgame, pp. 6~. 73-75.
;; Ver, en este punto W~lf~vl~~tentlons", pp. 9-11.
16 TcalbolGett, Endgame,
134-35 181-83Power and Europe, 1945-1970 pp. 501-6
ar
rsbman "The Rls '

'

ment;;. ~~:Jc1['entary -~ (Julio ~~~iao~111i~4~e New Forelgn Pollcy Establish-

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pp.

pP. 194-200

Y Comprlation

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Pres1dentlal Documents XVI (28 d

Pa

e enero de 1980)
ra una evaluacin d
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'
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lNDICE GENERAL

Prefacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

......... ..... ..................................

15

Capitulo l. Prlogo: La contencin antes de Kennan . . . . . . . . . .

17

Capitulo ll. George F. Kennan y la estrategia de la contencin

39

Capitulo 11/. Implementando la contencin . . . . . . . . . . . . . . . . . .

69

Captulo IV. NSC-68 y la guerra de Corea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

105

Captulo V . Eisenhower, Dulles y el New Look . . . . . . . . . . . . .

145

Capitulo VI. Implementando el New Look . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

183

Captulo VI/. Kennedy, Johnson y la respuesta flexible . . . . . . . .

219

Abreviaturas

Capitulo VIII. Implementando la respuesta flexible: Vietnam


como caso de prueba . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 261
Capitulo IX. Nixon, Kissinger y la dtente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

301

Captulo X . Implementando la dtente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

339

Captulo X l. Eplogo: la contencin despus de Kissinger . . . .

377

Notas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

391

Bibliografa

435

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