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FUERZA AEREA DEL PERU DlRECCION DE INSTRUCCION

ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA AEREA

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LECTURAS SELECCIONADAS
TOMO IX

MAESTROS DE LA GUERRA
SUN TZU, CLAUSEWITZ y JOMINI

Por: MICHAEL l. HANDEL


PROLOGO

Al escribir este libro, yo fui beneficiado enormemente por el


estimulante ambiente intelectual de la Academia de Guerra Naval de los
EE. UU., ~iaImente por los debates y discusiones con mis colegas
civiles y militares en el Departamento de Política y Estrategía, ase mismo
con los estudiantes. En particular, me gustaría reconocer el apoyo del
Director de la Academia, Almirante Joseph C. Strosser. También me
gustaría agradecer al Profesor William Fuller, Jefe del Departamento de
Política y EstrateJ.!a por sus consejos y visiones; al Profesor Arthur
WaldroD, por clanficar una serie de puntos acerca de SUN TZU; al Dr.
Brian Sullivan por su estímulo y comentarios 6D el primer capítulo;
asimismo, al Coronel USAF Steve Staley y al Capitán USN Paul Odell, por
sus argumentos sólidos en las discusiones de los seminarios; al Profesor
Richard Betts de la Universidad de Columbia por su continuo soporte,
mientras al Dr. Jobo FeRis de la Universidad de Calgary por su amabilidad
pata ofrecer ayudas y consejos. Tengo una deuda especial de gratitud a Sir
David Hunt, por su estímulo y alieoto en los comentarios de la primera
versión de este libro, así como por su generosa hospitalidad y amistad. He
aprendido y me he beneficiado de su sabiduóa y consejos en numerosas
ocasiones.

Mientras éste libro estaba en producción, me enteré de la trágica


muerte de Adele Fuller, la Directora de Marketing de Frank Cass.
Extrañaré su sentido del humor, bondad y eficiencia. Ha sido un placer y
privilegio trabajar oon ella.

Como siempre, me gustada expresar mi gratitud a mi esposa Jill


Handel por su ayuda editOrial, sus críücas y consejos.
Este libro está dedicado a ella con todo mi amor.

Newpo11, abril 1992 Michael l. Handel


~ é-.
CONTENIDO
Prowgo
01.- Estrategia: Teorías Antiguas, Prácticas Modernas /
02.- Comparando a SUN TZU y a CLAUSEWITZ
03.- Estilo y Metodología
04.- La Definición de la Guerra: Un interrogante del Nivel de Análisis

05.- "ATACANDO LOS PLANES ENEMIGOS" Y el concepto del


"Centr() de Gravedad" (CG) Sicología Oriental y la Mecánica
Occidental
06.- La Primacia de la Política y el Comando Militar
07.- El Cálculo Raciosal de la Guerra: Correlaciones entre el Fin y los
Medios
08.- El Primer Elemento de la Paradoja: El Pueblo en Armas
09.- Lo Ideal Y lo Real: Victoria sin Derramamiento de Sangre y la
Búsqueda de la Batalla Decisiva .

10.- Superioridad Numérica y Victoria


11. - Decepción, Sorpresa, Inteligencia y Comando y Control
12.- El Rol del Líder Militar
13.- El Temperamento del Uder Militar
14.- . El Ambiente de la Batalla y la Intuición del Uder Militar
15.- El Temor y el Cálculo

16. - Conclusiones
Notas y Referencias.
--INTRODUCCION

El primer análisis comparativo de -EL ARTE DE LA GUERRA" ,


de Sun Tm, -EN GUERRA"~ -- de Clausewitz y -EL ARTE DE LA
GUERRA", de Jomini; este -libro es mucho más que una introducción a la
clásica teoría de la guerra.

Es una fuente de conocimientos profundos y análisis de asuntos


estntégicos y UD argumento para la creciente relevancia e importancia de
estos eternoS estudios. Entre los asuntos examinados está la pnmacía de la
política en la guerra, la conducta racional de ésta, el liderazgo, el lugar que
debe ocupar la ÍIltUicián etl el comando, las actitudes de los comandantes
en la toma de riesgos o decisiones, la parte que le toca a la inteligencia, la
sorpresa, el engaño y por último, la movilización y participación del
pueblo.
No obstante en UD primer vistazo a los escritos de Sun Tm,
Clausewitz y Jomini. pueden aparentar diferencias en algunas de estas
materias, pero la ~oría de las diferencias son de estilo o del tipo de
énfasis empleado, que de fondo. Sin embargo. el Profesor Handel
argumenta que 00 hay diferencias fundameat.ales entre la estrategia
-oriental" de Sun Tzu y la -occidental- de Clausewitz y Jomini, ya que la
lógica de la estrategia es universal. De éste modo, las variaciones entre las
estrategias deberán ser definidas o evaluadas, no en términos culturales, si
no en base a su efectividad o a la falta de ésta.

Asimismo, ha sido largamente aceptado que mientras Clausewitz


ooserva el estudio y la práctica de la guerra como un Arte, Jomini cree que
podría ser reducida a una Ciencia.

Un análisis y examen más minucioso muestran que a pesar que en


los niveles operacionales y tácticas dichas diferencias existen, en el nivel
estratégico, los puntos de vista de Jomini y Clausewitz son muy similares.

En nuestro mundo tecnológicameme orientado COfl cambios


aceIeJ:ados y continuos en la cooducción de la guena, el estudio de los
clási.cos tral:Núos en estrategia nos proveen de puntos universales de partida
pala el examea de aquellos aspectos que no cambian en la guerra Y que
deben ser tomados en cueaIa, aún cuando eierta8 panaceas tecnológicas nos
hagan creer que son las mejores soluciones.

El fracaso NORTEAMERICANO en Vietnam ha originado que


vayamos a UD redescubrimiento de los clásicos métodos de conducir una
guell1l y que ha llevado a la formulación de la -DOCTRINA WEINBER-
GER -. La adaptación de los principios Clausewitnianos al ambiente político
de los Estados Unidos, originó una contrihución decisiva al resultado de la
Guena del Golfo, cuando por primera vez desde el fin de la Segunda
Guerra Mundial, ollidetazgo político de los EE. UU Y sus aliados, crearon
las condiciones que permitieron a las Fuerzas Armadas, tomar una
espectacular ventaja en los aspectos materiales y tecnológicos.
La intención del Profesor lIandel en este pionero estudio, es
estimular la discusión del valor de la teoría clásica para el moderno
estudiaso de los asuntos militares. Su detallado análisis de tres grandes
estrategas, proveerán una utilísima guía para los estudiantes modernos, así
como una base que rete la imaginación de aquellos que ya están informados
de su trarnyo.

. MICHAEL l . HANDEL es profesor de Estrategia de la Academia


de Guerra Naval de los Estados ' Unidos, Y un miembro asociado del
Instituto OUN para Estudios Estratégicos del Centro Harvard para Asuntos
Internacionales. .

Es Editor del periódico Inteligencia y Seguridad Nacional que se


edita cuatro veces al año, y autor y .e ditor de "Clausewitz y Estrategia
Moderna" (1986),' "DecepciOlU!S Operacionales y Estrategias en la SeguNÚl

7 -)'
Guerra Mundial- (1987),' "Inteligencia y Lideres- (1989); "Guerra,
Estrategia e lnleUgencia" (1989) y por lÜlimo "Inteligencia y Operaciones

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1
Estrategia: Teorias AntigUllS, Practicas Modernas

En algunas profesiones un simple trabajo clásico ha servido como


punto de partida desde el cual, generaciones posteriores de estudiantes y
practicantes, puedan fabricar sus propias teorías. Para los novatos, esos
tratados clásicos, proveen un profundo punto de partida y ayuda para
definir un área de estudio; para los expertos, representa un standard para
la evaluación de otros estudios en el campo.

Ejemplos de tales tratados son: "EL PRINCIPE" de Machiavelli,


en el estudio de política; "LA mSTORIA DE LAS GUERRAS DEL
PELOPONESO" de Thueydides en historia; "EL PRINCIPIO" de Newton
en ciencia y "LA SALUD DE LAS NACIONES" de Adam Smith en
economía.

Algunos ttab~os, particularmente ·aquellas de ciencias naturales o


en campos que obliga a análisis cuanti,t abvos más rigurosos como en
economía, son eventualmente, ya sea clasificados dentro de una categoría
más grande o desacreditados por estudios ~riores, mientras otros como
las humanidades, siempre serán tan válidos como desde el día en que
fueron escritos. El estudio de la guerra no representa ningún extremo, ya
que examina las inmutables cualidades de la naturaleza humana, así como
las dimensiones cambiantes de los materiales y de la tecnología en los
conflictos militares.
,; 'Los estiategas son,pOr consiguiente, afortunados en . tener do~
textos clásicog :' yetemos comO : "EL ARTE DE LA GUERRA de SUN
TZU y, "EN GUER,RA" de CLAUSEWITZ.
Imagm,nó que sería si los científicos, físicos o aún economistas,
,,!vieran que .C?Bfiar en tex~eScritos~ año ISO, y dej~os as~ por 2,000
anos y consldetados comdla más valiesa fuente de mstnJcclón m sus
profesiones. Este es precisamente el caso del estudio de la guerra, un hecho
que es especialmente irónico, porque ninguna otra área de la activida4
humana ha sido transformada por tan rápidos avances tecnológicos y cuyo
mejor entendimiento podría determinar el futuro de la 1'IIza humana.
" . La l.:r:vidad e importancia de "El Arte de la Guema" y "En
Guerra", p ser atribuido a dos factores. El primero, ya mencionado,
es ')ue la lógica fundamental de la naturalem humana y .por extensión, la
acción política, no ha cambiado a b'avés de toda la historia. A pesar de,que
indudablemente esto es válido, la explicaci6n sin embar20 no va a favor de
108 cambios revolucionarios que han ocurrido en el ambiente natural de la
guerra, en la cual el mundo puede ahora ser destruido en materia de
minutos; la victoria es a menudo imposible y DO' tiene significado algJlllo,
el alcance de las armas es el mundo estero; las relaciones entte la ofensiva
y la defensa continuamente cambia; no hay dos guerras iguales, al menos
materialmente; y el involucramiento de poblaciones enteras, se ha vuelto
inevitable.

1
Maestros de la Guerra

Todo el material y consecuentemente los cambios políticos y


sociales no pueden ser ignorados y deben, por lo tanto, ser incorporados
dentro de una nueva y comprensiva teoría de la guerra. El segundo factor
es el gran incremento de la complejidad de la moderna maquinaria de
~erra., SUN TZU y CLAUSEWITZya habían observado a la guerra como
infinitamente compleja en sus propios tiempos, pero el desarrollo de la
moderna tecnología, ha adicionado una entera nueva dimensión de
incertidumbre; esto ha confundido tanto los principios fundamentales de la
estrategía que la construcción del más simple trabajo de attnazDn que era
suficiente en la edad pre industrial,~ ahora casi imposible.
La revolución tecnológica que empezó a acelerarse a un ritmo
geométrico a mediados del si~lo diecinueve, creó una situación diferente a
la que enfrentaban los estudumtes de las ciencias naturales: esto es, la
proliferación de ~ o áreas especializadas de investigación y el
crecimiento exponencial en conocimientos que hicieron extremadamente
difícil, que un solo experto pudiera llrofundizarse en todos los desarrollos
que se estaban sucediendo. i>e la misma manera que escribir en un libro
todos los modernos conocimientos científicos es diffcilmente factible, igual
o más complieado aún sería introducir en un solo tomo todo lo que se
conoce y que es relevante de una guerra, y apesac que nadie aún ha tenido
éxito después de varios heroícos intentos, en escribir un nuevo y compren-
sivo estudio de la guerra, el intentarlo o ponerse esa obligación sería un
reto muy meritorio. _

A pesar de un renovado interés en SUN TZU y CLAUSEWITZ en


años recientes, una detallada comparación de sus escritos aún no ha sido
publicada. Es, sin e"'go, fácil de entender porque los estrategas no se
arriesgan a embarcarse en tal tarea. Después de,todo, pocos estudiosos son
expertDs en el lenguaje, historia y cultura chin8, y así co~ ~ la historia
europea del siglo diecmueve. Desde que yo no soy ni ún SINOLOGISTA,
ni un experto en la historia europea de los si~los dieciocho y diecinueve,
eSte documento, examina espeeíficamente las Ideas desarrolladas l>Dr SUN
TZU y CLAUSEWITZ y están basados en un significativo análiSIS de -El
Arte' de la Gueml- Y de . -En Guerra- y no -incluye un análisis histórico,
filosófico, culbual o lingüístico. Colpa. resultado, estos dos textos se
remarcan ~xtensamente en el interés de permitir que SUN TZU y
CLAUSEWITZ, hablen por si solos.
En los modernos estudios sobre estrategia, la percepción que
prevalece de SUN TZU Y de CLAUSEWITZ, es que ellos representan
aproximaciones opuestas a los límites culturales del estudio y conducción
de la guerra. Mientras cada estudio refleja ciertamente contextos culturales
e históricos, el presente estudio concluye que las diferencias que se asumen
existen entre los dos, han sido exageradas. Ultimamente la dirección
racional y lógica de la guerra es universal y no existe cosas tales como,
políticas o estrategas occidentales u orientales; solamente hay una efectiva
e inefectiva, racional o no racional, manifestaciones de política o estrategia.

2
EsJrategis: TeoMS ARtigUllS, PrtJcticas Model7UlS

La presente edición, también incluye algunas referencias al libro "El


Arte de la Guerra", de Jomini. A él, tradicionalmente se le ha asumido que
representa una aprox.ima'!i9n positivista al .estudio de la guerra, pero una
cuidadosa comparación de 'SU trabajo con 108 de SUN TZU y de CLAUSE-
WITZ, iBdica que en su mtxima expresión, .en lo que se refiere a los
asuntos fundamentales de la guerra, éstos tres estrategas, están mayormente
de acuerdo. En la actualidad, es solamente en el nivel más bajo de las
operaciones, '.lue Jomini reclama que el éxito puede ser obtenido a través
del entendimiento y aplicaciones precisas de tres a cuatro principios
generales; en los niveles más altos de la guerra, sin embargo, el precisa
que la conducción de ésta, "LEJOS DE SER UNA CIENCIA EXACTA,
ES UN TERRIBLE Y APASIONANTE DRAMA ........ Pág. 34 de "El
Arte de la Guerra" de Jomini. Sin embargo, UD análisis más cercano del
tratado de Jomini, iDequivocadamente muestra la tensión en su t~o entre
.. la naturaleza DO científica de la conducción de la guerra en los nivefes altos
· y su intento de demostrar que la guerra puede ser dirigida científicamente
en los niveles hl\j08. Su deseo de reconciliar esta tensión se demuestra por
su insistencia de que es muy ~ encontrar a UD Jefe o Comando
inspirado '1 cuya intuición o Co';'P d'oeil" (como también lo llama
Clausewitz), asegure la correcta aplicación de estos principios. Aún, la
apropiada aplicación de éstos principios, depende de la intuición del
individuo seleccionado, lo cual indica que, aún para Jomini, la guerra es y
será para siempre un arte.
El valor de diGho &nálisis comparativo, es que se demuestra la
unidad básica del estudio de la guerra y la estrategia y también nos permite
entender estos estudios en sus propios términos, al apreciarlos desde una
amplia perspectiva y clarificando materias que de otro modo, podrían no
ser claras. Como se ha explicado recientemente, por ejemplo, SUN TZU
valora el engaño y la sorpresa, mientras CLAUSEWITZ los considera
como impracticables; pero una comparación entre estos dos personajes en
la misma materia, muestra que los dos creen que la sorpresa es incapaz de
llevamos a un buen fin Y que el engaño es siempre UD gasto de tiempo y
lllCU1SOS. Esto indica que la opinión de CLAUSEWITZ en éstas materias,
no va con su manera de pensar como reflejo de la experiencia en la época
r~i del siglo dieeÍBueve, cuando a partir de ese momento hubo un crecimiento
notable en las fcmnaciooes militares y las cuales no ))Odian ser 8p9yadas
por las corresporulientes mej.oras en la movilidad y las col'DUl1icaciones.
Como resultado, la efectividad cW enaaño y la sorpresa fue reducida
· durante una época; pero . no pasé mucho tienp> en que subsecueates
· avances teenoIÓgicos cambiaron las circunstancias que OCUtTÚUl durante los
primeros años del siglo XIX y que habían originado que CLAUSEWITZ
y JOMINI tuvieran la misma negativa opinión de la sorpresa Y el engaño.
.. . ión de la vida que ocurrió en la Primera Guerra
Más aún, la inútil destruec
Mundial, urgió la búsqueda de nuevas soluciones y "fuerzas multiplicado-
ras-. En la época de la Segunda Guerra Mundial, la aseveraciÓll de SUN
TZU que, -todas las openciooes militares de una guerra, están basadas ea
el eagaño", indican que su positiva cooclusión en este asunto eran mucho
más pertinente para la época actu:¡¡l, así como hacia la teoría general de la
guerra. ...

3
~stros tú 111 Guerm

ea la teoría de Clausewitz, ya que la teoría real de la guerra no puede


nunca completarse ni definirse en una línea recta y en forma consistente.
Como el JDlSDlO lo reconoce el arte de comandar la guerra, es el de escoger
o hacer creatividades en medio de la ambigüedad.

Aquellos que buscan de extraer principios científicos de universali-


dad e inalterabilidad, en la complejidad de la guerra, se verán desilusiona-
dos cuaodo encuentren las mevitables ~i~' contradicciones y
tensiones. Como ejemplo, en la teoría del SI 'gis de Preud, el hecho
de que Preud identifique los dos coexistentes, pero opuestos instintos de
Eros (el placer maneja el instinto de la vida), y de Tbanatos (el instinto de
la muerte), claramente no invalida su teoría.
Jomini, como hemos visto cree que la guerra en su nivel operacio-
nal puede ser considerada como una actividad científica guiada por unos
pocos principios, mieutras que al mismo tiempo el señala que (sin
percibirlo o SUllplemente ignorando la contradicción), su aplicación exitosa
depende del rol del genio militar.

Algunas de las contradicciones que pueden ser identificadas en estos


estudios, no son más que aparentes y puedea ser explicados de diversas
maneras. Por ejemplo, ciertas aseveraciones son válidas en un nivel, pero
no en otro. La mteIigencia puede ser confiable en el nivel estratégico, pero
no en el operacional; la sorpresa puede ser lograda en los niveles tácticos,
pero no en el estratégico; la defensa puede ser más fuerte en los niveles
operacionales y tácticos, pero no en los estratégicos.
La naturaleza probabilística de la guerra es tal que, lo que puede ser
verdadero la mayor parte del tiempo, no es necesariamente Cierto, todo el
tiempo. Esto puede ser ilustrado por las paradójicas cualidades del riesgo
de la gueIT&. Cuando todas las partes de UD conflicto creen que el seguir UD
cierto curso de acciÓD podría ser extremadamente peligroso, ellos a menudo
la descartan como una posible acción. Pero como Clausewitz observa:
•. .. .... la intrepidez en la guerra tiene sus propias prerrogativas ....... es una
genuina fuerza creativa" (En Guerra , pág. 190). Intrepidez, coraje y el
riesgo que se toma, desafían los análisis racionales y transcienden cualquier
regla, poi' lo que los hace tan impredescibles y difíciles de conducir.
P&r esa razón, un curso de acción que es cenocido por ambas partes
de ser ries¡oso, pero '1ue no es tomada ell cuenta por una de ellas, puede,
puadójicamente tener una mejor posibilidad de tener éxito. Esto no
garantiza que el riesgo que se toma, siempre será recompensado o, en
sentido contrario, la precaución sea la mejor poSibilidad. Esto simplemente
significa que en el no estructurado, competitivo y probabilítico ambiente de
una guerra, algunas reglas tienen sentido en algún momento, pero todas las
~las no pueden ser seguidas a la vez. El secreto del exito pera el ~enio
militar, estal basado en saber cuando romper las reglas y cuanto seguulas.
La reciente guerra contra IRAK, demostró las enormes ventajas que .
pueden resultar de una unilateral superioridad tecnológica. Pero, aparte de .

6
Maestros de la Guerm

Es, sin embargo, significativó que ]omini si difiere de Clausewitz


en su percepción del valor actual y {X>tencial de la moderna , tecnología
armamentista; en Un profético pasaje, el sugiere que el diseño ' 3el
armamento del futuro, tendrá un decisivo impacto en el resultado final de
una guerra.

-La superioridOd del armamento, puede incrementar las oportunidades de


exito en lUla guerra: el mis"", o por si mismo no ganaran boJallds pero es
un gran elemento de exito....•..•. EI annamelilo de Ios..ejercitOs es aun
susceptible de grandes mejoras,' el pais quelelJga el lidero:t.go en esto
asegura grandes veillafrls.. .. ... Los n~s inventos de los ulJ.i!n08 veinte
aflos ~ causar lUla gran revolucion en la organÍ1.JjcWn, armamento
y tactipas de loa ejercitos..•..... . El significtJdo de destnu:cion se QPl'oxUna
a ~:Pe!feccioll ron rapidez increible. Asi como ahor-a los rockets, callones
que lanzan tanto fuego oomn si juera un balallon, multipücan las oportuni-
dodes de destruccion. Anliguomente las hecatombes de eylau, borodino,
leipsig y walerloo no fueron suficientes para die:onar la raza europea.
Si los gobiernos no acuerdan proscribir estos inventos de destruccion, no
hpbra 9tra solucion que formar la mitad de un ejercito con caballetia y
c(irazos ·!f'J".a dedicarse a caplur,ar ron rapidez estas maquinas,' y aun la
infantená debera ser -obügciila a reasumir la mision de la edad media sin
lo cual un boJallon seria destruido antes de tomar contacto con el enemigo.
Entonces plIdremos ver nuevamente soldados annados, cubiertos con metal
y tambien sus caballos con .la misma próleccion D.

(El Arte de la Guerra ,de Jomini - páginas 47.:49)


Al discernir la naturaleza dinámica de los inventos militares y su
int1u~ia en el ti~ de batalla,_ ]omini en algun~ ~tos ~eja la
esencla 'de los cambIOS tecnológtcos, que fueron dJscUtidos ampliamente
después de la PrimeraGuem1 Mundial por ex.pertos tales como, J.F.C.
Fuller y Tom Wintrinzbam; en otros aspectos, sin embargo, su visión de
la futura tecnología es apenas tocada dado la limitación de w capacidades
militares de su tiempo. Lo que Jomini percibía como signos de avances de
la evolución tecnológica eran muestras o anuncios de la Revolución
Industrial. De todas maneras, JomiDi D9S provee con una unión o lipz6n
entre la clásica teoría estAtégic8, como la representada por Sun 1m y
Clausewitz en UDa mano, y aquella del mundo moderno en la otra mano.
. Si bien la visión del futuro de la tecnología militar por parte de
Jomini es parcialr pragmática, ésta es profética comparada con la aparente
visión estática de mundo material por parte de Clausewitz.
'. . Este creyó, posiblemente correcto en su tiempo, que los cambios
más profundos en la guet:ra eran lespoUticóS y sooialeB, no los materiales:
-Muy pocas de las nuevas manifestaciones de la guerra, pueden ser
atribuidos a loS fUIelIOS inve1tlO8 o RUeVaS ideas. Ellas resultan prim:ipal-
mente tÚ! la trlJlJ$fonnacion tÚ! la sociedod y las nuevas condiciones
sociales. (-EN GUERRA - página 515 tÚ! Clausewitz).

4
EstrotegiD: Teorills Antiguos, Practicas Mode17UlS

La variable complejidad de los conflictos militares, también ha


hecho imposible de evitar numerosas contradicciones internas, reales o
aparentes, para formular una teoóa generaJ, de la guerra. Los estudios de
SUN TZU, CLAUSEWITZ y JOMINI no están libres de dichas tensiones,
inconsistencias y conttadicciones internas y cuya identificación nos permite
comprender que la guerra desafiará siempre el completo conocimiento o la
definición "final", debido a su naturaleza paradójica. En muchas maneras
las tea8iones y contradicciones intomas dentro de cada uno de lós estudios,
son actualmente más interesantes e instructivos que las contradicciones entre
ellos. Lo que el estratega debe aprender es no necesariamente resolver o
eliminar cada anomalía, pero sí a entender que ellas a menuda nos permite
conocer más interiormente la naturaleza de la guerra.

Sun Tzu, por ejemplo, cree firmemente que el engaño es una·


solución fácil, si no una panacea. para muchos de los problemas que se
encuentran en el desarrollo de una guerra, pero él aparenta igoorar el hecho
de que no solamente una lado tiene el monopolio del arte del engaño, y así
como el proverbio, "la espada de dos filos·, puede cortar por ambos lados.
Por consiguiente el engaño puede no ser tan decisivo como el asume.
Luego él recomienda la victoria sin derramamiento de sangre calDO algo
ideal, sin embargo desdeia el hecho (el c~ Cla~~ ~o acepta como
punto central ea su teoría) que su repugnancia al derramanuento de sangre,
puede causar que uno caiga"ea las manos del opoDel\te; ejemplo: el miedo
a que la reticencia de un país de entrar en guerra, puede que sea un
eng.año, pretendiendo que está deseoso de hacer un ~ran sacrificio, para
luego aplicar mayor fuerza para conseguir una victona.
Ambos, Sun Tzu y Clausewitz, insisten en que p.... que la guerra
pueda ser conducida con una base racional, la política debe estar allD8lido;
al mismo tiempo enfatizan que al Co~dante del Teatro, debe permitírsele
suficiente libertad de acción para que pueda explotar las mejores aportuni-
dades locales y conseguir las mejores veo~as. Sin embargo, ninguno de
los dos estrategas desarrolla el criterio para indicar en quecircuostancias
el Comandante del Teatro, está justificado para desatender o desobedecer
órdenes.
Es indudable que sería imposible establecer criterios úni~
aplicables a cada tipo de situación, pero ésto no justifica que no lo intenten.
Clausewiti discute larg~te la tendencia de la guerra, en ]a teoria y la
ptácticut, y escala hasta el eKtremo, sin embargo él también identifica
teudencias contradictorias que. operan, para limitar la guerra y reducir su
naturaleza violenta. Pero la : rel~va fuerza y relaciones entre estas dos
tendencias, 110 son explicadaS .de. una manera enteramente convincente.
C1ausewitz enfatim la superior fuerza de la defensa, a pesar que él
admite que ea ' el inicio de las operaciones, el atacante puede conseguir
considerables ventajas. Pero el no da respuestas definitivas a si la guerra
puede ser ganada sola~~ porJa defensa q .si un contraataque es siempre
necesario. Dicha ambigüedad DO es, como alguien puede ~, liD defecto

5
Esúategia: Teorias Antiguas, Practicas Mtxk17Uls

los impresionantes conocimientos tecnológicos de la coalición liderada po,r


108 EE. UU., la Guerra del Golfo no solo fue ganada P'lr la confiable
tecnología armamentista. De hecho puede aseverarse que mnguna guerra ha
sido ganada 8610 por la superioridad tecnológica. Guerras cortas y decisivas
bao sido ganadas por una doctrina militar superior, niejores planes,
motivaciones altas o la aplicaci6n de la sorpresa, mientras que guerras
prolongadas bao sido ganadas por factores tales como liderazgo más
efectivo, mejor cooperación entre los aliados, mejor potencial econ6IDÍci>
y condiciones geográficas y topogI'áficas favorables. Por SU{)uesto, esto no
significa que. las armas modernas y su tecnología no sean Importantes, si
no simplemente que el factor tecno16gico nunca Da determinado el resultado
fiaal de una guerra. Por ejemplo, las victorias conseguidas JX!r los alemanes
ea los inicios de 1& Primera Y Segunda Guerras Mundiales, DO fueron
simplemente el resultado de su mejor tecnología, si no de un mejor
planeam.iento, superior liderazgo y motivaci6n y ros altos estandares de las.
tropas en el .campo. . . .' .

A la larga, Alemania DO fue salvada ni derrotada por la moderna


temología; en cambio fue sobrepasada por el gran poder económico, la
cohesión poUtica y resolución que los aliados impusieron contra ella. De la
misma forma que la tecnología superior y poder económico de los Estados
Unidos, DO fue decisivo para el éxito de la guerra de Vietnam.

La falta de habilidad de los Estados Unidos para ganar la guerra de


Vietnam, seriamente dañó la autoconfianza de los norteamericanos y sU
posición y apresuró un examen e investigación de que, porque con su
fuerza y tecnología superiores, asi como una motivaci6n suficiente, no
fueron capaces de preveer la primera falla grande en la historia de los
EE. UU .. Lo que hizo esta pregunta más interesante aún, fue el hecho de
que los militares no perdieron ninguna batalla grande en dicho conflicto.
Fue por COIIBiguiente, evidente desde el inicio de la explicaci6n de esta
falla, que no podría ser hecha solamente en los términos militares.
Tampoco la respuesta podría ser encontrada en el mejoramiento de la
tecnología, ya que la tecnología militar como tal, raramente falla. Entonces
es obvio que la tecnología no es una panacea, y que la superior tecnología
es necesaria, pero nunca suficiente para ganar guerras. Claramente la
respuesta debe estar ligada a otra parte.

Los militares norteamericanos, entonces, empezaron a buscar


fespuestas en los c:l4siOO6 estudios de guecra y .estratt.:gía. Sobre todo, los
colegas norteameru:anos volteron la cara bacta el libro "El Arte de la
Guerra", de $un Tzu y aún lÚ8 bacia el libro "En Guerra" de Clausewitz
(a p~sjto, ellos fueron ayudados por una más entendible traducción del
libro En Guerra", hecba por Mr. Micbael Howard y Peter Paret en 1976).
Esta nueva dirección de la informaci6n, causó un significativo cambio bacia
la visión de la guerra, en los más altos grados de los militares norteameri-
canos y tambiéa en los líderes políticos.

7
Maestros de la GuelTa

.. Las facultades de las Academias de Guecra de los EE.UU. y los


estudiantes que se graduaron 8 fines de 1970 Y comienzos de 1980,
grad~te (para af~ con dudas), empezaron a entender que la ~
Yla política no pueden IC ~s como a menu4.o se asumía; una vlctona
militar no garantiza una vICtoria política; todas . las guerras prolongadas
requieren el soPorte político y el consenso de la gente en cuyo nombre
están actuando; _que la parte militar es sólo una de los tres elementos
esenciales para el éxito de una guerra (las otras dos son el gobierno y el
pueblo); y que sin la comprensión o conocimiento de un balance ·armoruoso
entre estos tres elementos, las guerras no pueden ser ganadas, no importan-
do ~ justa sea la causa o CUBIl grande el esfuerzo realizado. Ellos
también descubrieron -lo peligroso que es entrar a una guerra, sin un
soporte o respaldo político decisivo (que es casi inevitable en cualquier
gu.erra prolongada, dado la naturaleza del sistema político norteamericano).
Aún más, se dieron cuenta que el gradual escalamiento y otras dificultades
impuestas por limites políticos, impidieron la concentración de la máxima
fuerza que era necesaria desde un inicio. Sobre todo esto, la amarga
experiencia enseña que era -/mperalivo.......... No dar el primera paso. sin
considerar el _úllimo" ' - . .
(EN GUER!li1-. Pág. 584).
Enos también coordinaron la necesidad de identificar y definir
claramente objetivos políticos y estratégicos, asi como la búsqueda de un
"centro de gravedad", que pudiera hacer posible que se consigan resultados
decisivos y comprendieron que si dichos objetivos no pueden ser identifica-
dos, mejor es evitar la guerra. Otras importantes dimensiones no materiales
que habían sido rechazadas' en el pasado tales como, el rol de la inteligencia
y el engaño, también recibieron bastante atención.

El estudio de los clásicos trabajos sobre estrategia, proveen un


excelente punto de partida y una perspectiva amplia, desde las cuales se
examinan las lecciones de la Guerra de Vietnam. Eventualmente, estas
lecciones aprendidas, en forma directa en las Academias USA o, indirecta-
mente, a través de UD proceso de ósmosis, fueron sistemáticamente
descritas en la DOCTRINA WEINBERGER, Y que subsecuentemente
pr~ su validez como una guia en el más alto nivel político y en el
proceso de decisión estratégica que guiaron la guerra contra IRAK. De
acuerdo a la DOCTRINA WEINBERGER, 108 EE. UU. deben conse~ las
siguientes condiciones antes de verse envueltos en un cont1icto mibtar:
(1) Los intereses de los EE~ UU y sus aliados en peligro.
(2) Debe ser aPlicada una fuerza suficiente para que se refleje,
sin equivocaciones, la intensión de ganar (no medidas a
medias).
(3) Objetivos pOlíticos y militares deben ser claramente defini-
dos.

8
Estrategia: Teorias Antiguas, Procticas Modernas

. (4) . Objetivos políticos y militares deben ser contínua.mente


reafirmados para que haya una sincronización entre causa y
efecto.
(5) Antes que las tropas sean encargadas de la misión, debe
existir UD soporte seguro y razonable de la opinión pública
norteamericana
(6) El rol de combate solo se tomará como una última medida.

El prinler Y sexto principio están relacionados directamente con el


racional comportamiento de los estados (o la teoría de RAISON), en el
clla:l, los b'ahIYos de Clausewitz y SUD Tzu, están basados. El segundo
principio, alerta para una máxima concentración de fuerza; el '~cero
requiere una definición clara de objetivos políticos y militares; el· cuartO
los recalca continuamente; y finalmente el quinto, indica la neCesidad de
obtener el soporte de la opinión pública de USA.
Todos estos principios están discutidos largamente en el libro "EN
GUERRA \ mientras el concepto de la trinidad Clautzeniana (I~ necesidad
de conseguir el equilibrio entre el gobiemo, lo militar y la gente), sirve de
base al núcleo de la Doctrina Weinberger; estos dos norteamericanos
atribuyen aún más importancia al soporte político doméstico comO una pre-
condición para obtener el éxito en la guerra. Sin embargo, no es iltlpQttante
si los arquitectos de ésta doctrina estaban conscientes de la naturaleza
c1autzeniana de la doctrina o, si ellos la desconocían. DespuéS de todo, no
necesariamente tiene uno que leer REo Guerra", para ser un Clautzeniano,
ya que lo mejor parte de sus ideas se conocen ji través de la lógica simple
y el sentido común. En cualquier caso, la Doctrina Weinberger, retleja la
adopción de las ideas de Clausewitz y su adaptación a la era posterior a
Vietnam.
Hasta la guerra con IRAK, muchos expertos estrategas, creían que
sería imposible e imprácticas de alcanzar, muchas de las condiciones de la
Doctrina Weinberger. Asumían que si estos principios se tomaban como
"SINE QUA NON", para entrar en una guerra, ellos podrían servir a la
vez como una excusa para evitarla o además, para entrar en una guerra
imposible aún cuando deseada. Esas dudas cayeron por los suelos en la
Guerra del Golfo, cuando la Doctrina Weinbel'ger pr.obó que ~ una
arquitectura fuera de serie para el desarrollo de una efectiva estnltegía,
diseñada de acueroo a los requerimientos de los deseos de la potftica
doméstica norteamericana. El Presidente Bush, el Secretario de :Defensa
Cheney y el Comandante General de las Fuerzas Armada. GenemI Powell,
de~raron que era posible satisf~r las ~as ~~ciones polítiC8$
y militares, y al hacerlo así, ellos hiCieron posible la vlCtona eQ1ltta IRAK.
Para el pueblo y aún para muchos militares expertos, la GuerRl del
Golfo aparece como UD triuafo de la modema tecnología y del grandioso
armamento. Sin embargo, hay que reconocer el importante rol que ju,ó la
moderÍ!.a tecnología y no debe ser minimizada ~, la victoria en pnmer

9
Maestros de ltJ GUSI'm

~ .....
lugar, se obtuvo ~ ia prudente política de planeamiento y preparación, no
por la tecnología. Como Jomini lo dijo: •La superioridad del armamento
puede incrementiJT las posibilidades de éxito en una Guerra,' no gana por
si sola batallas, pero sÍ--es un gran elemento de éxito·
(Jomini, EL ARTE DE LA GUERRA, Pág. 47).
Sobretodo, fue el brillante liderazgo p€?lítico del Presidente Bush
que hizo la victoria posible. El creó las cóndiciones políticas ideales para
engancharse en la guerra. primero movil.i.zando y consiguiendo el-apoyo de
su pueblo hacia sus políticas y luego, manteniendo dicho apoYQa través del
conflicto. El simultáneamente procedió a aislar a IRAK a través de acciones
diplomáticas en las Naciones Unidas y en otros lugares, construyendo
impensadas coalicioaes que juntaron, ~ue tímidamente, enemigos tales
como Arabes e Israelitas, la Unión SOViética y China Y a los aliados
tradicionales de los EE.UU.
El Presidente Bush definió claramente 108 objetivos militares para
la coalición y le dio suficieote tiempo a la diplomacia para trabajar antes de
lanzar la guerra. Mientras inequívocamente estableció la primacía del nivel
político sobre el militar, él estuvo dispuesto a delegar la libertad de acción
necesaria, a la ~ militar, para que prepare e ~te sus planes de
acuerdo a su jwcio profesional. El resistió la perniCiosa tentación (que Sun
Tzu, Clausewitz y Jomini advierten), de permitir excesiva interferencia
política en los niveles más bajos del área militar. El negar a este delicado
~ce entre el ~~rol político en una mano '/. la su~ciente libertad de
8CClOO al aspecto militar en la otra, eS como se diJO anteriormente, una rara
cualidad para cualquier hombre de estado o para un sistema político.
FinaJlD6Ote, el DlGDleDto en que el Presidente lanzó la guerra, fue el
adecuado; el la empezó cuando la fuerza política Y militar de los EE.UU.
y de SUB aliados estaba en su máximo mvel y, después de haber dejado
suficiente tiempo pIIft la preparación y el entrenamiento y mientras la
cohesión de la alianza estaba lo más fuerte posible. Esto hizo posible la
aplicación de una perfecta estrategia operacional (y tecnológica), SOIpteSa
que resultó en lUla guern peleada en los términos de los EE. UU y de los
aliados, y que también redujo las bajas por parte del lado aliado a un
imprescedente ~o nivel. Mientras el Presidente dirigía el trabajo político
en tieml, el alto mando militar se adhería a los principios de la Doctrina
Weinberger, proveyéndose de las sistemáticas reglas y justificaciones para
este caso.
No sorprende, dadas las trauJn4ticas experiencias en la Guerra de
Vietnam y la intervención en Ubano el 83-84, que el mando militar
mostraa precaución, prefiriendo la imposición de sanciones económicas y
políticas, a la inmediata declaración de guerra. Esta indecisión inicial, que
en parte fue una reacción a la considerable ;::LeraciÓD del poderío irakí
por parte de la estimación de intelirncia, . haher inadvertidamente
coub'ihuido a tan cautelosa aproxunación. De acuerdo a la Doctrina
Weiaberger, los militares insistieron en la necesidad de tener pacieGCia y
en la importancia de no empezar la guerra, hasta que la fuerza militar fuera
lo suficiente y que se encontrara concentrada en la región. Una vez que los

10
E8Imtegia: TeoMs Antiguas, Practicas Mode17UJs

militares fueron provistos con tiempo suficiente de preparación, la


concentración de las fuerzas necesarias en el campo, la movilización del
pueblo norteamericano y aliado Y objetivos claros, la precaución inicial fue
reemplazada por el aprestamiento para la aceíón yel deseo de pel~r.
De esta· forma, el estudio de los clásicos trabajos en estnlte~a
tienen una sustancial, y aún indirecta influencia, en el exito de la coaliCIón
liderada por los Estados Unidos en la guerra contra Irak. Particuliirmente
para &queDos en los máximos niveles de comando, el estudio de "EN
GUERRA" Y "EL ARTE DE LA GUERRA", no fue después de todo, un
tedioso ejercicio académico.

En oportunidades, los conceptos tan simples expuestos por SUN


TZU y CLAlJSEWITZ, ocasiona que sean ignorados o mal entendidos. Por
eso Clausewitz enfatiza la nece6idad de entender la naturaleza de cada
guerra: "I,.a primera, la maxima, el mas lejano acto de juicio que el
gobernanse y el comando tienen que hacer es establecer (viendo la guerra
como un acto de política) la clase de guerra en la cual se estan embarcan-
do,· sin tratar de engallarse ni ·busCQ1' acusas, algo que es innato en la
naluralez8 del hombre. Esta es la primera de todos las estrategias y la mas
comprensiva".
("EN GUERRA" Pág. 88, 89).

A diferencia de Saddam Hussein, el Presidente Busb y los aliados


militares con quienes. trabajó, entendieron la naturaleza tecnológica y
política de la guerra en' que ellos iban a involucrarse. Como resultado de
esto, e1kts pelearon la guerra en sus propios términos, con la mayor venúYa
posible para enos mismos y ganaron al menor costo posible. Saddam
Hussein en el otro lado, falló completamente al no entender la clase de
guerra 'tue el bahía provocado. No visualizó el significado de su aislamien-
to ~íhco y el hecho de que la misma doctrina y tecnología que había
tenido éxito contra un país como Irán, subdesarrollado militar y tecnológi-
camente, Y debilitado por &8Ul1tos internos, era totalmente irrelevante contra
las nWs sofisticadama'luinaria militar del mundo. Más aún, la vasta y
superior fuerza liderada por EE. UU. tenía la iniciativa, tanto política como
e8katégica y operaeiooal. De este modo, Hussein estaba totalmente
equivocado ea su creencia que el éxito de Irak contra Irán, era un
indicativo que podría h8eer lo mismo con un EE. UU, que babía aprendido
la lección de Vietnam. El tambiál se equivocó al pensar que el pueblo irakí
y ,los militaFes se. ~earían ~ esta ~, ~ la tenac~ ~ los de
Vietaam y del EjeJe1to Norvletoamita. Asumir la detenmnaclón o el
aprestamiento de los militues iraqu{es para pelear, fue también difícil para
la inteligeacianorteamericana, quienes sobre estimaroo. su moral y
compromiso con Saddam Hussein. El líder iraquí podóa endurecer las
reglas, pero al reves de Hitler, Stalin o Napoleón, no podóa forzar a su
pueblo a pelear y a morir por él. Sin embargo, al estar listos para la lucha,
que alaunas veces es difícil ·de asegurar es la clave para el éxito, aún en
esta época de gran tecnología. El Mariscal de Campo Wavell, reconoce la
suprema importancia de este factor que está inscrito como una de las cuatro
más importantes lecciones de la guerra.
~ .
: ~ ..

11
Maestros de la GlU!17'tJ

El ,último y decisi"o factor de todos los combateS, batallas y guerras


es la mOral de las fuerzas ene~gas. Mejores armas, mejor alimentación y
superioridad en número, influenciará moralmente, pero la pura determiDa-
ción de ganar es la que cuenta al final. Plumas finas hacen plijaros finos,
pero barcos finos no necesariamente hacer marineros finos, o nosotros
nunca hubiéramos podido dominar el mediterráneo, contra la superior flota
italiana. Estudia al hombre y a su inoral siempre. "
Este punto, que es, la importancia del deseo de ga.nar en la guerra
Y la dificultad de medirla, fue enfatizada por Clausewitz,: ~~', .
Si tu quieres sobrepasar a tu enemigo, debes ig~ tu esfuerzo
contra su podo de resistencia, que puede ser explicodo como el
producto de dos inseparables1actores, viz. LOS MEDIOS A SU
DISPOSICION YU,FUERZA DE SU DESEO. ELSignijicaiiode "A
SU DISPOSICION-, es 1m aslUllo, si bien no eXclusivo, dejiguras,
y deben ser medibles. Pero lafuena de -SU DESEO", es mucho
menosfácil de determilUJr y sólo puede ser mediJo por 4,ijllerza del
~illQ que lo anima (-EN GUERRA - Pago 77). ,

El determilUJ1' el deseo del enemigo, es lan diflcil hoy, como lo JIIé


en la 'época de Clausewitz. El peligro es esa moderna inteligencia
que los analis.tas y comandantes creen que puede ser medida, y no
',; ·:toman en cuanta el más importante pero evasivo factor del deseo.
, Ciertamente, una lección importante de la Guerra del Golfo
un minucioso examen del deseo del ENO (que requiere famiUa .
e:J::d
con el lenguaje, cultura y polllka) debe ser siempre realizmJo. En
este punto, debemos decir que ambos lados .fueron igualmente
ociosos en su estudio.
Muc~ lecciones aprendidas desde la guerra de Vietnam, fueron
aplicadas en la guerra contra lrak, pero hay aún algunas lecciones que
deben ser apreadidas en lo que concierne a conseguir de la guerra,
conclusiones exitosas de lo político y militar. A menudo, ~ victoria
decisiva en el campo no es el punto final, aún en los término militares. A
pesar de la victoria sobre Irak, ésta estaba incompleta en el sentido político.

, Uoa vez más hay mucho que aprender de la sabiduría de C1ausewitz,


en l<! referen~ al ~ de una Fn:-. El dice 'lue en e! ni.vel operacio-
nal, .... .. .la unportanC1& de una victoria es determinada pnncipalmente por
el vigor con el cual el seguimiento o persecución se lleva a cabo. En otras
palabras, el seguimiento se convierte en el segundo acto de victoria y en
muchos casos, más importantes que el primero.

, La eskategia eD éste punto se acerca a la táctica de tal ferma de


r~ibir la misión .co~leta y, el primer ~~io de autoridad, es el
demao.dar que la victona deber ser completa ( EN GUERRA PAG. 267). ft ,

La Guema del Golfo terminó ~te debido a que su ooo.trocde


gravedad fue identificado ere te (de acUerdo a los tradiciOOales
términos militares), como las fuerzas armadas Iralóes, ya que la derrota de

12
Estmtegill: TeorúJs Antiguas, Practicas ModerlUls

éstas significaba sólo la condición preliminar para atacar el verdadero


centro de gravedad político: el mismo Saddam Hussein. El problema fue
aquí, en parte, que de acuerdo a la tradición occidental de la guerra, se
asume que el líder político que sufre tan ignominiosa derrota, sería
normalmente destituido o renunciaría. También debe ser recordado que si
el real objetivo de la guerra, hubiera sido el de capturar o matar a Saddaro
Hussein, las leyes norteameric::auas y las circunstancias políticas lo hubieran
impedido.
En los más altos niveles políticos y estratégicos, Clausewitz nos
recuerda:
"EN GUERRA", el resullado no es nunca el final, que aÚII la ullitna
(militar) conclusión de una guerra no debe ser considerada como lafinal,
ya que el país perdedor considerara la conclusión como algo transitorio y
por lo cual alguna solución puede aun ser hallada en condiciones polfticas
en algun futuro cercono o lejono.
(EN GUERRA, Pág. 80).
Simplemente piense que los logros en los campos de batalla, pueden
ser solamente conSOlidados por una política · concertada y un esfuerzo
diplomático que haga que la conclusión de la guerra sea aceptable para el
derrotado.
Mientras que es de innegable importancia para los estrategas el
entender la actual y potente contribución de la tecnología a la guerra
moderna, no es menos vital estudiar el ambiente en el cual la tecnología
opera. En una época de tecnología avanzada, existe una natural proclividad
a sobre estimar el rol del armamento en la guerra, y como resultado,
devaluar las dimensiones no tangibles de la estrategla y la~. Entonces
la tecnología se convierte en la panacea. Habiendo aprendido sus lecciones
en Vietnam, los Estados Unidos DO cayeron en esta trampa en la guerra
contra Irak. La tecnología no existe en un vacío político y cuando se trata
como así se hizo (EE.OU. en vietnam y URSS en Afganistán), no tiene
éxito.
Nada puede ser más útil como UD correctivo para tales tendencias,
que los ~IOS de Sun ~zu, <;laUsewitz Yotros, ya que ellos permiten que
el estudiOSO de la guerra identifique los elementos centrales de ésta que han
sido oscurecidos o camufladas por el surgimiento de la tecnología moderna.
Ninguno de estos dos grandes estrategas, afirman algo queao uede
ser intuitivamente entendido por UD inteligente y racioaal líder . . tico o
militar, que nunca hayan leído sus estudios; pero en un mundo ominado
por la tecoolog!a, que esté basado en ~echos, en ~rf~m.ances pasadas y en
factGres cuaouficables, poco es dejado a la mtUlclÓD. Es por tanto
ÍBlpenltivo que los comandos militares y 10& estrategas que han desarrollado
sus carreras tJ&bajando en tecDOI~a militar, hagan el esfuerzo de leer los
estudios de SUD Tzu Y de Clausewdz. Haciéndolo así, ellos estaf1m mucho
mejor equipados y preparados para entender las dimensiones políticas y
humanas de la guerra.

13
Maestros fk la Guenu

- (página intenciona/nuJnte dejada en blanco)

14
2
COMPARANDO SUN TZU y CLAUSEWITZ

En la historia poUtica' opoUtica internacional, ci~rtos ,prinCipios


fundamentales y el conocimiento profundo del comportamiento humano son
mantenidos como aplicables universalmente. En la teoría de las relaciones
internacionales, por ejemplo, asumiendo que todas las naciones compartan
una necesidad de proteger y " promover sus intereses vitales, y por
consiguiente esforzarse por conocer el potencial adversario, es el tipo del
~~te ~~, conoc~eo~ profundo, que permite a la poUtica
íntemaclooal eXlSÜt como una diSCiplina autónOma. Todos los que toman
decisiones en política exterior, enfrentan problemas comunes en determinar
la importaocia de su pCOJ?io poder relativo, asi como a las intensiones y
poUticaB de las otras naclOJleS; de manera de implementar sus poUticas,
todas deben aprender como manipular a la opinión pública y como
funcionar dentro del ambiente burocrático y organiz.acional.

En resumen, la disciplina debe asumir, a pesar de la multiplicidad


de ideas, nociones, etc., para la formulación de la política extenor para
todo el mundo, muchos aspectos del comportamiento nacional pueden ser
reducidos a un común denominador. Una similar suposición pueda ser
hecha en el estudio de la emategía.

La brecha entre "El Arte de la Guerra" de Sun 1Zu (tercer o cuarto


siglo antes de cristo) y "En Guerra" de Cad Von Clausewitz (1832)
difícilmente podría ser más amplio en términos de tiempo, de condiciones
geográficas y de cultura. No obstante las diferencias en el énfasis y por
momentos en la sustancia entre estos dos estrategas no deben ser exagera-
das. LIDDELL HART observó que "EN GUERRA: de Clausewitz " ...... no
difería mucho de las conclusiones de Sun Tm, como aparentaba superficial-
mente".

Pero aún, LiddeU Hart está fuera de ·onda R cuando aseguraba que
"Sun Tzu tenía visión más clara; más conocimiento profundo y eterna
frescura ....... " o sugería que "SUN TZU y su realismo y moderación
contrastaban a la tendencia de enfatizar el Ideal lógico y el absoluto _de
Clausewitz..... ti. Liddell Hart agregaba que si uno seguía el extremo lógiCo
(de la línea de peru;amiento de Clausewitz) ...... el significado podría perder
toda relación con el Fin"; aunque esto es (»recisamente lo opuesto de lo que
Clauscwit,z arguía. Liddell Hart está eqwvocado, DO porque el prefiera a
SUD Tm mais que a Clausewitz, si no porque su percepción de ClausewiU;
es exeesivamente abstracta y refleja superficial C0D0Cimiento de "EN
GUERRA".
Este estudio se esfuerza en mostrar que estos dos, aparentemente,
divergentes trabajos o estudios de estrategia, tienen por tanto en común
como aquello que lo sepan; sin embargo, su fundamentalló~ica estratégica
es a menudo la misma, como es la "lógica" del "cálculo racional" entre las
aproximaciones que existen sobre la guerra en general, entre el occidente
yel oriente. Como el profesor Jobo K. Feirbank ha observado, "mucha de
la experiencia militar de la China es directamente comparable con la

15
Maestr9s tú la GWmJ

experiencia en cuálquier lugar..... ...... Estudio8 comparativos no dudarán


en mostrar la sinológica falacia de la falta de la alegada unidad de China" .
Sean-ilusiQnarias o meramente exageradas dichas diferencias entre estos dos
pensadores militares, se piensa que existen por la siguientes razones:
Muchos estrategas se sienten más cómodos leyendo a SUN
TZU que a CLAUSEWITZ, cuya metodología y estilo no
son tan fáciles 4e seguir. Por eso es que -EN GUERRA-se
presta a una fácil y errónea comparación porque es raramente
leídO en su integridad.
Sun Tzu Y Clausewitzno emplean .las mismas definiciones y
arquitecturas en sus estudios de ·la guerra. El alcance más
amplio que hace la definición de Sun Tm, ha llevado a
muchos inadvertidos estrategas a comparar manzanas y
naranjas.
En . "EN GUERRA-y en -EL ARTE DE LA GUERRA"
frecuentemente existe un acercamiento de la misma materia
o materias relacionadas d.e$de diferentes perspectivas, esto
es, discuten acerca de los lados opuestos de la misma
1DODt!da. Como en el caso del proverbio del ciego que
examina varias partes del mismo elefante, ésto magnifica la
aparente divergencia de opinión, sin cambiar el hecho de que
hay mucho en común.
Entre los aspectos con que los libros, REn Guerra" y "El Arte de la
Guerra", merecen ser comparados figuran, la arquitectura del trabajo o
estudio; metodología y estiros; posiciones de la pnmacía de la política en
la formulación de las políticas estratégicas y la decisión de ir a la guerra;
y analiza las responsabilidades del Comandante del Teatro y las compara
con aquellas del líder político. También examina las evaluaciones de
inteli~encia y engaño; superioridad cuantitativa; las relaciones entre la
ofensIVa y la defensiva; 108 desacuerdos, la suerte y la incertidumbre en la
guerra, el cálculo racional de la guerra y otros .asuntos relacionados.

16
3
ESTILO Y METODOWGIA
W
El libro "El Arte de la Guerra ,es una suscinta (menos de 100
páginas), declaración o manifestación de la estrategia, escrito en el estilo
enérgico de los escritos clásicos chinos. En contraste, el pomposo y oscuro
"En Guerra", tiene 600 páginas.

La comprensióD del trabajo analítico de Clausewitz, requie~ leer


repetidas veces su libro de principio a fin. Por ejemplo, en el CapitUlQ ~del
Libro 1 • ¿Qué es la Guerra?., no puede ser entendido fácilmente -aUn
después de leerlQ ~arias veces, a pesar que éste capítul<!esla -.llave ~
comprender la arqwtectura y la metodología empleada. NmgúD esfuerzo es
requerido para cUalquier capítulo del libro de Sun Tm, cada uno de los
cuales puede ser leído independientemente. '

A diferencia de "En Guerra", "El Arte de la Guerra" ,no ofrece al


lector una explicación sistemática o la reconstrucción paso a paso del
proceso lógico a través de los cuales los conceptos son desarrollados. Desde
un
éste punto de vista, "El Arte de la Guerra", se lee más comO· manual
escrito en forma de una guía compacta, para el "soberano" o para el
Comandante militar de más alto rango. Sin embargo, mientras Ct.usewitz
lleva al lector a través de un tortuoso proceso de razonamiento, SOn 1'211,
en su mayor parte presenta al lector sus conclusiones. Clausewitz lo pone
más claro cUando dice:
Es precisamente esta interrogante que es la parte más esenc~al de
cualt.¡uier t€Orla, que puede apropiadamente reclamar ese tll.lÍ./,ó: es
cualquier investtgación analflica guiandola hacia un conocimielílo
familiar del asunto, aplicado a lá experiencia (en nuestro caso la
historia militar) lo lleva a familiarizarlo con él.
La t€Orla no puede equipar la mente con formulas que solucionen
los problemas, ni puede marcar el angosto pasaje en el cual una
.sola solución se supone que sirve como una barrera de principios en
amoos lados.
(EN GUERRA, pág. 578). ' __
Para el lector de "En Guerra", es el proceso de aprendizaje que
interesa más; pero para el lector de "El Me.,de la Guerra", la aceptacIón
de las ~chlsJOOes de Sun Tm, es el reque~~to principal.. Sin e~go,
la sofisticada metodología de ClauseWl~·- mvl. a un mili entendumento,
porque no es fácil de descifrarlo. La impo~cia de tales conceptos
metodoló~cos es su método-tipo ideal, el cual está relacionado con el
método dialéctico de comparar oposiciones y sus tipos ideales en particular.
Por ejemplo, Clausewitz desarrolla un concepto de lo abstracto, tipo ideal
de la guerra "total" o "absoluta" . Esta guem& en teoría, comó él la llama,
está ·en~chada" COA todos los recursos y fuerzas disponibles (y sin
interrupcum), hasta que uno de los lados dicte sus términos de victoria al
otro. Para Clausewitz la Revolucióo Francesa y l~ Guerras N8pQleónicas,
eran recordatorios recientes que la realidad puede acemu:se a su tip<i ~deaJ
de guerra total; pero él también sabía que las guerras no ~ -nunca ~Ieádas

17
Maestros Ik la GuelTtl

con todas las fuerzas disponibles -y recursos; que son frecuentemente


interrumpidas. En pocas palabras, la guerra es siempre limitada en algún
grado o manera.
En el proceso de explicar como la guerra re&I difiere de la guerra
en lo abstracto, ClausewÍtz desarrolla sistemáticamente sus más creativos
y originales conocimientos sobre la naturaleza de la guerra (tal como la
primacía racional de los cálculos políticos y de costo-beneficio; el valor de
fijar los objetivos y estimar los fondos a ser investigados; 108 conceptos de
~uerdos y ~dades Yel dominante rol de la duda (esto es falta de
información e mteligencia). La sofisticada metodología Newtoniana de
Clausewitz, ha sido a menudo mal entendida, no sólo porque es abstracta
y difícil de seguir, pero también porque el autor 88 mueve de un nivel a
otro (por ejemplo, pasa de lo real a lo ideal y regresa) sin advertírnoslo.
Por eso no es sorprendente encontrar a LlDDELL HART comentar que
su (de Clausewitz) teoría en una palabra (es)......... demasiado
• • • • ft

abstracta y es complicado para soldados de escasa materia gris, para seguir


el cwso de SUB argumentos, los cuales a menudo están de regreso de la
dirección que aparentaban estar tomando. "Esto, de alguna forma, ingenua
referencia al aoáIisis dialéctico de Clausewitz nos muestra que su metodolo-
gía es la más débil, así como lo extenso de su estudio. También explica por
qué la mayoría de los lectores militares profesionales y los estudiantes, a
menudo han tomado su tiempo para cultivar un conocimiento más profundo
del libro "En Guerra", como un texto filosófico~ucacional, que es
preferible, en lugar de confiar en el, como un manual del cual se sacan
preguntas que, convenientemente, confirmarán sus preconcebidas ideas.
Con éste problema en mente, el General Aleman Gonther Blumen-
tritt dijo que dar el libro nEo Guerra., a los militares era .similar a
"permitir que un niño juegue con una hoja de afeitar". Esto no significa por
supuesto, que SUD Tm fallara en desarrollar muchos de estos sofisticados
conceptgs; ~o mucbQS de los conceptos de Sun Tzu son implícitos (o se
captaD:intuitivamente), -mientras los de Clausewitz son constnúdos a través
de UD proceso lógico elegante y serán discutidos con mayor detalle en el
contexto de su arquitectura teórica general.
También puede decirse que Son Tm, emplea un tipo de método
ideal, sólo que de una forma DlM06 explícita y con una menor sofisticación.
La recomendaci6n de SUD Tzu de .... . . en la guerraIa mejor política es
capturar UD país intacto" (El arte de la Guerra, pig. 77), 1 ~ue "el
cenquistar al ~migo sin pelear' es lo máximo de la experiencia . (El Arte
de la Guerra, p~ 77 -Y 79) es UD ideal al cual cualquier político o líder
militar puede aspirar, pero DO más de eso. Que ésto es solameote un ideal,
es evidente, no sólo en la historia China misma, pero desde el hecho que
la mayor parte de "El Arte de la Guerra", es dedicado a discutir como
ganar una guerra peleando. Indudablemente que Clausewitz estaña de
acuerdo en pril)ciplO, que la victoria sin pelear o sin derramamiento de
sangre es indudablemente deseable; no obstante él reconoce que esto es
ranuneate posible y procede inmediatamente a discutir alternativas más
viables. Aquellas que no creen que Son Tm también desarrolla _un tipo

18
Estilo Y Metodologúl

ide8lel cu&1 abandona rápidamente, podn..~decir que sus afirmaciones de


lo .deseable de ~ victoria sin derramamiento de sangre, contradice las
ideas de Clausewitz; .de hecho, los dos estrategas se aproximan al mismo
asunto desde difereates perspectivas. En otras palabras, muchos de los
puntos en desacuerdo entre uno y otro, pueden ser atribuidos a diferencias
de énfasis, no de sustancia o de fondo.

Sun Tzu y Clausewitz probablemente estén de acuerdo y asumen


metodologicamente que la guerra es un arte, no una ciencia, y, que cada
problema militar .tiene potencia1mente muchas soluciones (no una sola y
óptima solución), que se presentan en la imaginación, creatividad e
intuición del líder militar. Ellos también estarían de acuerdo que la
tremenda complejidad inherente al estudio de la guerra, hace impoSible el
formular una teoría positiva de la guerra, aun si ciertas leyes y máximas
puedan ser ciertas (en cualquier evento, la aplicación de tales -leyes",
uJtimadamente dependen de .la interpretación subjetiva de cada líder).
Clausewitz, sin embargo, eleva este asunto de nivel más explícitamente, ya
que dedica todo el LIBRO n a la discusión de la guerra.

El observa, por ejemplo, que:

... Esfuerzos han sido hechos Para equipar e implementar la conducta


de p'rra con principios, reglas o aun, sistemas. Esto es un hecho
po81tivo, pero la gente falla en considerar adecuadamente las
complejidades sin fin que existen. Como hemos visto; la conducta
de guerra se ramifiCa en casi todas direcciones y no tiene limites
definitivos, mientras que otro sistema, otro modelo, tiene la final
naturaleza de una síntesis. Un irreconciliable conflicto existe entre
este tipo de teoría y la practica actual. .
(EN GUERRA, Pág. 134).
Es sólo analíticamente que éstos intentos a la teoría, pueden ser
llamados avances, a decir verdad sintéticamente, las reglas y
regulaciooeB que ellos ofrecen, son absolutamente ·inútiles .

... Ellos intentan con valores fijos; pero en guerra todo es incierto y
los cálculos deben ser hechos con cantidades variables. Ellos dirigen
la interrogante exelusivamente bacia cantidades físicas, mientras que
teda acción militar esta entrelazada con fuerzas y efectos psicológi-
cos. :Ellos oonsideran sólo acciÓD unilatAmlI, mieatras que la guerra
consiste en una interacción continua de oposiciones.
(EN GUERRA Pago 136). .

Cualquier cosa que no puede ser alC8lJDda por la débil sabiduría del
punto de vista de UD solo lado, está más allá del control científico .
•..La verdadera naturaleu de la interacción .está limitada para
hacerla impredecible.
(EN GUERRA, Pág. 139).

19
Maestros de la Guerm

Dada la naturaleza del 'Ssunto, debemos estar cOnscientes nosotros


mismos, que no es sin:ip1emente posible CODSt~ un modeio para el
arte de la guerra que pueda servir como plataforma en la cual el
Coinandante puede confilU' para recibir apoyo en cualquier momen-
to. Cada vez que él quiera re~ a su innato talento, se encontiará
fuera del modelo y en conflicto con él ; no interesando cuan versátil
sea, la situación s,empre lo llevará a las consecuencias que ya hemos
aludido; el talento y el genio operan fuera de las reglas y la teoría
en~ en CQD.flicto con la práctica.
(EN GUEIglA, Pág. 140).
ES:::C

~ conocimi~to no puede ser producido por ~ aparato de
crentíficas ~ ~cas; ~lo ~e ser .~
a través
de ser talentoso en el JWCIO, y la -apli~ión de un JWCIO exacto para
~servacióo del hombre o de la m8teria. _ _ -
EI -~nocimiento que necesita un Comandaóie antiguo, se distin~
por el hecho de que sólo puede ser obtenido por un talento especial,
a través de la reflección, estudio y pensamiento..•...
(EN GUERRA, Pág. 146).
... Para erárte,_de la guefra, la_experiencia cuenta más que cualquier
cantídad de verdades abstractas.
(EN GUE~, fag. 164).
Sin embargo, él no incluye una discusiÓD profunda ni directa de la
materia;Sun Tzu claramente reconoce (como el título de su libro lo indica),
que es imposible predecir la forma y curso de una guerra, tal como el dicho
de HO-YEN-HSI: "AHORA EN GUERRA PUEDEN HABER CIENTOS
DE CAMBIOS EN CADA PASO" (El Arte de la Guerra, Pag 83). El
-Juego em,plea, las siguientes metáforas practicas para ilustrar la infinita
complejida4 de Ja guerra:
.,:-;.:, .

Las notas musicales son sólo cinco; pero sus melodías son tan
numerosas que uno no puede oírlas todas.

Los colores primari~ son sólo cinco, pero sus combinaciones son
tan infinitas que uno no puede visualizadas todas.
Los sabores son sólo cinco, pero sus mezclas son tan variadas que
uno no puede probar todas.
Ea la batalla hay sólo las fuerzas normales y las extraordinarias,
-pero sus combinaciones no tienen límites; ninguna involucra a todas.
Sun Tm, así como CJausewitz, reconoce que la co~lejidad y lo impredici-
- ble de la guerra están generados por el proceso de mteracciÓD.
Lo que depende de mi, puedo hacerlo; lo que depende del enemigo
no puedo asegurarlo.

20
EsIilo Y MetodologM

Por consiguiente se dice que uno puede saber como ganar, pero que
no necesariamente puede hacerlo.

De los cinco elementos, ninguno es siempre predominante; de las


cuatro estaciones, ninguna dura para siempre; de los días algunos
son largos, otros cortos y la luna crece y decrece.
(El Arte de la Guerra, Pág. 101).

En otras palabras, los principios de la guerra 'pueden ser entendidos en


teoría, pero no existe un detallado plan para gwarse en su aplicación. -

~_:.son las claves de los estrategas hacia la victoria. No es posible


diSC!lJirlas ante!; de tiempo. .
eEI Arte de la Guerra· Pág. 70).
Al final Sun Tzu llega a la misma conclusión de Clausewitz (LI CHUAN),
"EN EL ARTE DE LA GUERRA NO HAY REGLAS FUAS" ("El Arte
de la Guerra" Pág. 93).
Ambos están de acuerdo en que el éxito d~de en lo que
Clausewitz denomina, "la intuición del genio militar . Esos talentosos
pueden ser refinados a través de la experiencia, pero sólo a aquellos que ya
poseen la habilidad innata. Ambos estrategas también podrían estar de
acuerdo que las conclusiones a que llegaron en sus respectivos estudios,
sólo tienen un valor limitado, ya que a pesar de su sabiduría, ellos no
pueden darle al profesional militar consejos concretos de cómo aplicar todo
el conocimiento interno que poseen. El éxito en la ~rra cuel~a, no de la
inteligencia de un teórico profesional, pero sí de la Juiciosa aplicación y en
su momento, de la intuición del comando militar.
Es también interesante comparar )a opinión de Clausewitz en el valor
educacional de la teoría, con aquella de uno de sus contemporáneos, el
estratega suizo Barón de Jomini:

Correctas leorias, basados en correctos principios, sustentados por


eventos de guerra actuales y sumados a una hIStoria militar exacta,
formaran una verdadera escuela de instrucción para gellUales.
Si esto significa que no producira grandes hombres, por lo menos
producira generales con suficiente experiencia para estar en un
rango muy cercano a los maestros naturales de la guerra...
Yo no puedo repetir a menudo, que la leona de las grandes
combinaciont!s de la guerra, son simples y requieren noda más que
UIUl inteligt!ncia ordinaria y una consideraciólI que no existen reg7as
en la guerra y cuya observación y con chances iguales conducirán
al éxito.
Es verdad que las leorias no pueden ensellar al hombre con
matemática precisión, sobre lo que debe hacer en coda caso posible;
pero tambien es cierto que ellas 110 seiialaran los errores que deben
ser evilllllos; y a esto hay que darle una consideración muy
iJn¡Jbrtante, para que de estaforma se conviertan. En las manos de

21
MaeSlros de III Guerra

generales expertos que comandan tropas, en el significado de un


cosi seguro éxilo.
10mini pareciera no saber si la guerra es un arte o una "ciencia", por
consiguiente la duda entre los dos conceptos peJ1lVU!f'l"M sin resolver. Su
secuencia de razonamiento puede ser resumida como sigue. La guerra en
los lÚ8 altos niveles políticos y estratégicos no pueden ser estudiadas como
si fuera una ciencia. En los niveles operacionales bajos, una cantidad de
re,tas fuodame¡¡tales o principios, pueden ser identificados; y estos
pnncipios, que tienen una validez científica geueral, puedea ser enseñados
y entendidos por cada general. Sin embargo, el sabe que dichos principios
científicos, pueden solo ser exitosamente aplicados a través de la gran
intuición de los genios militaml. Inevitablemeute, ésta condición hace a la
guerra un arte y no una ciencia. En sus conclusiones, él admite que "la
guerra en su. todo, no es una ciencia,. pero si un arte. r', •

(Jomini, -El Arte de la Guerra-, Pág. 321).

22
4
LA DEFINICION DE LA GUERRA:
UNA CUFSTION DEL NIVEL DE AN.ALISIS
, :"; " : : " ' ; ' .~!".. .

Posiblemente la mayor fuente de confusióD ·en las comp8riíciones


entre -El Arte de la Guerra-y -En Guerra" , ha sidO la falta en·téConOcer
en UD principio, que sus autores no usan las mismas arquitecturas analíticas
o defiDiciones. Sun Tm dedica considerable atención a los prolegomenos
que preceden a la guerra, discutiendo en detalle las ventajas de diversas
estrategias diplomáticas. Para él la diplomacia es la meJor manera de
obtener una VICtoria sin pelear y sin derramar sangre. Cuando advierte que
108 planes del enemigo debe ser atacados al inicio (pág 77-8), SuD Tzu
posiblemente se está refiriendo al tira y afloje diplomático, negociaciones
y engaños, aunC{ue no ofrece más explicación. Como su próximo gran pasó,
él recomienda mterferir las alianzas enemigas. Al estar el enemigo sin
soporte externo, él cree, abandonará sus planes de guerra o, al menos, será
más rápidamente derrotado al estar solo.
(Tu Yu:) No permitan a SUB enemi,os, juntarse. .
(WANG HSI:) .... Estudien el motivo de sus alianzas y causen que
se rompan o se disuelvan. Si un enemi~ tiene alianzas, el problema
es grave y su posición, fuerte; si AO tiene alianzas, el problema es
menor y su posiciÓD débil (El Arte de la Guerra, Pág.78).

La arquitectura de SUN TZU es mucho más amplia que la de Clausewitz,


quien escribió un tratado en el arte de la guerra solamente, no de la labor
de la diplomacia antes, durante y después de la guerra. El análisis de
ClausewIlz comienza en el punto en el que la diplomacia ha fallado y la
guerra se ha hecho inevitable. No sólo porque Clausewitz, en su mayor
parte omita la diplomacia, significa que la sobreestime o ignore su
significado. De heCho el da por entendido que la diplomacia (o política),
continúa jugando un rol importante a través del curso de la guerra .

... Tambien queremos dejar en claro que la guerra no suspende el


curso polltico o lo cambia o convierte en algo enleramenle diferenle.
En esencia continua en la mismaforma. .. ¿acaso las relaciones entre
la gMle o entre sus gobiernos se detienen cUtJndo ya no se inlercain-
bian notas diplomálicas? .
(EN GUERRA, pág. ~).
A pesar de su reputación contraria, Clausewitz está· consciente,
posiblemente mú que Cualquier otro pensador militar, que la.guerta es sólo
uno de los medios de conseguir las objetivos, cuando todo lo demás ha
fallado. El define la guerra muy claramente así: "La Guerra es un
encuentro eatre intereses mayores, los que se resuelven por medio del
derramamiento de sangre y que es la única manera en que difiere de otros
conflictos" ("En Guema", Pág. 149). .
Mientras Stin Tm está preocupado princi.,admente con la conducción
de la guerra en los altos niveles estratégicos, .Clausewitz lo hace en los
bajos niveles estratégicos-<lperacionales. lo que puede llevar a error, es el
hecho que Clausewitz, quien es más conocido por sus ideas de la primacía

23
Maestros de Ifl Gue1'1fl

de la política, dedica relativo espacio (sólo dos de ocho libros de REn


Guerra 0), a la ~iscusión de la guerra en sus más altos niveles; el ambiente
económico o diplomático en el cual la guerra se desarrolla, no está dentro
de la "mira" de "En Guerra". Para él, el ambiente es algo dentro del cual
se debe buscar la victoria en el campo de batalla. En este sentido, es por
consiguiente inapropiado, comparar estos dos tratados en los mismos
términos.
clauseWitz también ha sido acusado de iporar las dimensiones
logísticas y económicas de la guerra. Esta crítica tiene validez, desde que
,la logística y la economía están mtimameote ligadas a la estrategia y la
guerra. No obstante, uno debe recordar que como se mencionó anterior-
mente, el confina la' discusión a la conducción de la guerra en el mismo
campo de batalla, asumiendo que el soporte logístico y económico estará
disponible.

La conducción ' de la guerra no tiene nada que hacer con la


fabricación de armas, escasez de carbón, aluminio, etc.; Lo que
interesa son ltiS armas que estan listas para usarse y Sil efectividad.
La estrategia usa los mapas sin preocuparse acerca de cálculos
trigonométricos; no pregunta como 1m pais debe ser organiZJlllo y
Sil ,~nti!;, entrenada para producir los mejores resultados militares.
TlH119estosasuntos tal cual los encuentra en la comunidad europea,
yCsolo se p~ de algunas circunstancias que ejercen una
marcada itifluencla en guerra.
(EN GUERRA, pág. 144).
Uno no quisiera considerar el mantenimiento y la administración
como parlé de la conducción de la guerra,' a pesar que ptAedell estar
ell permanente interacción con la utilización de tropas, las dos son
. esencialmente diferentes. (EN GUERRA, pág. 129) (para conocer
las prepm:aciones logisticas y económicas para la Guerra, ver Ubro
5, capitulo 14, "mantenimUmlo y abastecimientos, pág. 330-40).
De acuerdo a Clausewitz, es posible, aún aconsejable, distinguir entre la
preparación para el c~mbate y las operaciones mismas.

',é.';;Nosotros CÜJramenle vemos que las activid4des CDTacterlsticas de


la guerra, se dividen en dos categerlas principaJes: ~llas que son
solo la preparadon para la guerra y la guerra propIamente dicha.
La misma distinción debe ser hecha en la teorla tambien ... El
conocimieRlo y experiencia involucrados en la preparación deben
concernir COII la creatividad, entrenamiento y mtllIIenimiento de las
.fuerzps... En la otm mano, la leorla de la guerra concierne c.on el
, " iisede~l08 significados, una vez que ellos han sido desarrollodos
para los propósitos de Jo lluerra. Todo lo que requiere del primer
grupo .es el producto final y 1m entendimiento de sus principales
características. Eso es lo que llamamos "el arte de la guerra", en
un sentido limitado, o "la teona de la conducción de la guerra", o -f;:~
La Dejinid6n de la. Gueffll: UIUI •••

"la teoria del uso de las fuerzas de combate". Para nuestros


propósitos todos significan lo mismo. Esa teoria limitada, entonces,
trata con la pelea misma y trata materias como, marchas, campDs
y cuarteles como condiciones que pueden ser más o menos identtcas
con ella (la pelea). No incluye asuntos de abastecimientos; pero Tos
toma en cuenta en la misma base como a otros factores dados.
El arte de la guerra en un sentido limitado, debe ahora ser
separado entre la táctica y la estrategia. La primera traJa de la
fonna del choque ilidivúlual, la segunda su uso.
("EN GUERRA pág. 13l..2 tI),' ver también pág 127; note que lo que
clausewitz se refiere a estrategia, es hoy día considerado el más bajo
nivel operacional en la guerra). . .

En este contexto, es instructivo comparar las definiciones de Clausewilz; y


Jomini sobre estrategia. Desde una perspectiva moderna, ambas aparentan
describir lo que podóa hoy día ser considerado, el más alto nivel operacio-
nal de la guerra, en lugar de la estrategia. Clausewitz defuie la estrategia
como sigue:
Estrategia es el uso del enganche para propósitos de la perra. El
estrate,a debe, por lo tanto, definir una forma para llevar la
operación entera, que estani de acuerdo con sus propósitos. En otras
palabras, el diagramará la serie de acciones necesarias pata
conseguirlo; él le dará forma a las campañas individuales y, dentro
de éstas, decidirá los enganches o choques u.dividuales. Ya que la
mayor parte de estos asuntos tienen que estar basados en suposicw-
nes, que pueden no ser correctas, mientras otras con más detalle, DO
podrán ser determinadas con anterioridad, resulta que la estrategia
debe llevarse con la campaña misma. Ordenes detalladas pueden ser
dadas en el momento, permitiendo que el plan general deba ser
reajustado a las modificaciones que constantemente serán requeridas.
El estratega entonces debe mantener un permanente control ("EN
GUERRA· Pág 177).
Jomini define la ~rategia con éstas ·paIabras:
. La estrategia es el arte de hacer la guerra con el mapa Y comprende
todo el teatro de operaciones. La GRAN TACTICA es el arte de
posicionar las tropas en el campo de batalla, de *<uerdo a ·108
~identes del ter'ralo, para que entren en acción. Las operaciones
pueden extenderse sobre un terreno de diez 0 - doce millas de
extensión ... La Estrategia decide donde actuar... La GRAN .
TACTlCA decide la manera de ejecución y el empleo de las tropas .
(Jomini, El Arte de la Guerra Pág 69-71) -
Esa concepción de estrategia de Jomini, es lo que nosotros clasificaríamos-
como niveles operaciones de guerra y, es aclarada, por otra definición que ·
el presenta: . ' '. _ . ..: .

25 ..
La estrategia como ya ha sido explicada, es el arte de traer la mayor
parte de las fuertas de un ejército, hasta el lugar mas importante del
teatro de la guerra o de la zona de operaciones (Jomini, El Arte de
la Guerra Pág. 322)21
Una definición moderna de estrategia es dicho por JCS:
Estrategia es el arte y la ciencia de desarrollar y usar la política,
economía, sicología y las fuerzas militares como sea necesario,
durante la paz o la guerra, pani dar el ~rte máximo a las
políticas de tal manera de incrementar las probabilidades y favora-
bles consecuencias de una victoria y disminuir las oporturudades de
una derrota.

Algo oscuro por su verborrea, el significado de esta definición


podría v-erse beneficiada por la regla filosófica del barbero de Occam.
Después de haber sido afettada, la abreviada y clasificada versión, podría
decir: -El desarrollo y uso de todos los recursos en paz yen guerra, como
soporte de las políticas nacionales para asegurar la victoria".
Los conceptos de los diferentes niveles de la gueml, han cambiado
a través de los años, en respuesta a los avances de la tecnología y
comunicaciones (ejemplo, la aparición de armamento de largo alcance,
particularmente aéreo, capaz de extender la guerra más allá de las líneas del
frente y mejores comurueaciones que permiten un control directo y real
sobre los eventos que se están realizando mas atrás de la zona de combate).
Mientras la guerra se vuelve más industrializada, factores tales como la
movilización de los recursos nacionales, investigación y producción,
diplomacia, así como la alta dirección de la guerra, a menudo .en muchos
frentes simultáneamente, han sido paulatinamente vistos como parte de la
estrategia.

SUDTm, por otro lado, ve las preparaciones políticas, diplomaticas


y I~~sticas,
así como l~ lucha ~ SI, como ~ integral de la. misma
actividad. En CODBeCUOOCUl, el dedica mucha atenCIón, tanto al ambleDte en
el que la guerra tiene lugar como a la batalla en si. La definición más
limitada de Clausewitz, por lo cual fue tan fiícil ~ sus seguidores
olvida.rse, es que la guerra es la continuación de fa Política por otros
medios. Disei.aado u.aa distinción artificial, Clausewitz, tiende a enfatizar
la centralización del combate a expensas de las preparaciones políticas; el
asumir que las dimensiones lOgísticas o ecooómicas de la guerra, podría de
alguna fORDa estar a cargo de ellas mismas o sus implicaciones (como
algunos de sus seguidores piensan), de que los imperativos económicos
pueden ser compensados por el éxito en la batalla, es indudablemente UD
riesgo, tal como lo descubrieron los alemanes en la Primera y Segunda
Guerra Mundial. Taa limitada definición es aún más peligrosa, cuando la
innovación tecnológica y los descubrimientos científicos, así como la
producción y distribución de combustible, alimentos, armas, municiones,
SOR tan importantes como el desempeño en la batalla. En este aspecto, la

26
La Deflnid6n de la Guemz: Una ...

arquitectura compreusiva de Son Tzu (o de aun Jomini), para el anaIisis o


la estrategia de la guerra, es mucho más relevante a nuestro propio tiempo
que aquel de Clausewitz.
Las consecuencias de los diferentes niveles de análisis empleados por
Son Tzu por un lado y Clausewitz y ]omini por el otro, son mejores
ilustrados por sus intentos de identificar los objetivos claves que podrían
~guir la derrota decisiva del enemigo. Este es el tema del próximo
capitulo.

27
Maeslros tk la Guerm

: ." '~.: _..,.#-~ ;.-,

(página intencionalmente dejada en blanco)

28
s
"ATACANDO WS PLANES DEL ENEMIGO Y
EL CONCEPTO DEL CENTRO DE GRA VEDAD"
SICOWGIA ORIENTAL y MECANICA
OCCIDENTAL

Encontrar y atacar el punto más débil de la posición enemiga es otro


problema que inevitablemente ocupa la atencióJl de cada estratega. Entre las
muchas ideas y conceptos que Clausewitz desarrolla, en sus intentos de
luchar COIi este problema, es el concepto del "<;entro deJ,ravedad" . Como
veremos más adelante, Sun Tzu desarrolla UIUl serie de ideas Y soluciones
que él las catalo,a en un orden de prioridad diferente. Este problema
particular nos brinda una gran oportunidad para observar como estos
estrateaas, piensan en forma paralela, DO obstante estar demostrado como
algunos de los inevitables confIktos, que surgea de sus diferentes
metodologías y niveles de análisis.

En esta instancia, Clausewitz se presta un concepto de la física de


Newton (al igual que en el concepto de desacuerdos), y lo aplica al mundo
de la estrategia y de las operaciones militares; y mientras SUN TZU, que
está tan remoto como podría ser de la física newtoniana del mundo
occidental, él · llega (c;Ios milenios antes que Clausewitz), a soluciones
similares al problema de designar la mas efectiva estrategia.

Como en otros casos, Clausewitz desarrolla el concepto del centro


de gravedad, mas sistemáticamente y con mayor profundidad que Sun Tzu.
Lo que es explícito en el trabajo de Clausewitz, es sólo implícito en el de
SUD Tzu. Clausewitz le permite al lector seguir el desarrollo de sus ideas
con gran detalle, mientras SUD Tzu presenta al lector con un texto de
aforismos interrelacionados, pero omite una explicación del proceso lógico
por medio del cual él niega a esas conclUSIoneS. Mientras Clausewitz
desarrolla el concepto de centro de gravedad lógicamente y con la base de
detallada evidencia empírica, SUD Tm lo hace basado más en la experiencia
e intuición.

Así es como Clausewitz desarrolla y define el concepto: .


Lo que los teóricos tienen que decir es esto: uno debe mantener las
caracler(sticas dominantes de ambos beligerantes en mente. Fuera
deeslas caraclerlsl;cas, un cierto cenlrO de graW!dml se desarrolla,
el cellllrode todo el poder y el movimiento del cual todo depende.
Ese es el punto contra el cual nuestras energias deber ser dirigi-
das... Si el ENO es sacado de baJalJCe, no se le debe dar tiempo a
recuperarse. Todo el esfuerzo debe ser dirigido en la misma
dirección,· el victorioso, en otras palsbras, debe caer con todo su
fuerzo y no solo contra una fracción del ENO. SOlanumle.. .. y
constantemente presionándolo fuera .de su celllrO de gravedad y
an-iesgando todo para ganar lodo, sera la unicaforma de realmente
derrotar al enemigo. .
(EN GUERRA, pág. 595-6)

29
Maestros th la Guemz

(Note el énfasis de Clausewitz en la necesidad de tomar grandes riesgos


para obtener éxito).
Jomini presenta una muy similar definición del mismo concepto, cuando él
se refiere a "los decisivos punto estratégicos o puntos objetivos" (El Arte
de la Guerra, PAG 85-92, 328-30, 337.) El eleva el concepto aun con
mayor importancia que Clausewitz y lo ve como uno de los dos "inmutables
principios de estrategia". (En la terminología actual, el está discutiendo el
nivel operacional).

Este empleo de los fuerzas, deben ser regulados por dos principios
juntJomenIa1es: el primero es el obtener por libres y rápidos
movimientos la ventaja de conseguir que el nucleo de la tropa
ocasione fracturas en el enemigo,' el segundo, es dirigirse en la mus
convemellle dirección, que significa que en esa dirección los
consecuencias de su tÚn'Ota, serán lo mos desastroso para el ENO,
mientras que al mismo tiempo su éxito podrla no darle grandes
ventajas. La ciencia toda de las grandes combinaciones militares,
esI~comprendida en estas dos ,,~ fundamentales (Jomini, el
arte de la guerra, pág. 328-9)... La estrategia, aparte de indicar los
puntos decisivos en el teaJro de la guerra, requ(ere dos cosas: 1 0._
Que la mtiSa principal de los tropos se muevan contrafracciones del
enemigo para atacaros en suces,ón,'2 0. - Que la mejor dirección del
movimiento sea adaptada o sea un ataque dirigido a los objetivos
decisivos, previamente conocidos, .. (Jomini, el arte de la guerra,
pág. 331)
Sun Tm, por otro lado, no describe en detalle este",concepto, pero en su
. lugar lo hace en forma más general y dá este escondido consejo:
Por lo ' tanto, lo que es de suprema importáft~ia en la guerra, es
atacar la estrategia enemiga. .,. .' .
(U CHUAN) ... La suprema excelencia de la guerra, es atacar los
planes enemigos.
Todos los generales diCen: Esta, está mas allá de nuestra compren-
sión (El Arte de la Guerra, Pág. 77-8)
La ambigüedad de la solucion deSUD Tzu. obliga a sus lectores a
hacer un esfuerzo concertado, para identificar la mejor estrate~ia posible.
En este caso, Son Tzu hace las preguntas, mientras ClauseWltz trata de
adornar las respuestas. ¿Cuáles son entonces, los objetivos que Clausewitz
y Sun Tm identifican como propios centros de gravedad para un plan
estratégico u operacional? .
Para Clausewitz, el más importante centro de gravedad es el ejército
enemigo. En al~ casos, como en aquellos de los grandes lideres
militares de la historia y cuyas carreras dependen de los éxitos militares,
la victoria en el campo de batalla era todo: .

30
"Atacando los plílnes.lÚl:enemigo y el...

Para Alejandro, Gustavo Adolfo, Carlos XII Y Federico el Grande,


el centro de gravedad eran sus ejércitos. Si éstos eran destruidos,
eJlos habÁ8D pasado al olvido en la',historia (EN GUERRA, .Pág.
596) :,'

En el capitulo 27 .dellibro 6, Clausewitz reitera éste punto. .


~.' :)~ '~L

Nuestra pOSición es que un teatro de guerra, sea grande o pequeño,


y las fuerzas estacionadas en el, no importa su volumen, representan
la clase de unidad en el cual un solo centro de gravedad puede ser
identificado. Ese es el lugar donde la decisión debe ser alcanzada;
una victoria en ese punto es, en un máximo sentido, idéntico con la
defensa del teatro de operaciones (EN GUERRA, Pág. 487).

Simultáneamente en su lista de prioridades'críticas;' la derrota de las


fuel7JlB enemigas, es lo primero: l.-"DESTRUCCIONDE SU EJERCITO,
SI ES QUE ES SIGNIFICATIVO· (EN GUERRA, Pág. 596). Las
referencias cruzadas que Clausewitz hace entre el Capítulo 27 del Libro 6
y el capítulo 4 del Libro 8, hacen viSWi.li.7ar que para él, el concepto de
centro de gravedad es primariamente un concepto operacional y no
estratégico. Muchos de sus lector:es, Usan este concepto indiscriminadamen-
te, en el nivel estratégico y operacional. Pero un concepto que es útil en el
nivel operacional, puede convertirse mecánico o simplístico en el otro.
La identificación del ejército enemigo como el más importante centro
de gravedad es enfatizado aun más por Jomini, quien basa su concepto
operacio~ en I~ experiencia Napoleónica. En un. lenguaje parecido al de
Clausewltz, él dice: . ..

Co~ los objetivos puntos de · maniob,~, esto es aq~ll~que se


relaciona particularmente con la destrucclon o descomposiCión de las
fuel7JlB hostiles ... Este fue el más corispicuomérito de Napoleón...
él estaba convencido que los mejores medios de conseguir grandes
resultados; era el dislocar y destruir al ejército enemigo, ya que 108
estados ) las provinc~as caen. ·solas cuando no hay fuerza or~anizBda
que las {'rote)a ••• ~:¡entras ~ !!-e las pa~ tenga los medi,?s para
conseguu éXito hacIendO gran 'daño, podrá mtentar la destrucción del
enemigo, como lo b.iz:o Napoleón (Jomini, El Arte de la Guerra,
Pág. 89-90). ..
. .Es interesante notar qué mientras Clausewitz y Jomini ~fatizan la
necesidad de tomar riesgos una vez ~ el centro de gravedad ha sido.
identificado, Sun Tm prefiere la necesidad de evitar los riesgos que estén
asociados con el uso de la fuerza si es posible.

Una cosa, sin embargo, eS clara para Swi Tm, la destrucción del
enemigo es de secUDdaria o terciaria importancia: "LA. SIGUIENTE
MEJOR (mencionada en terCer lugar) ES EL ATACAR A SU EJERCITO"
(El Arte de la Guerra, Pág.78). Para Sun Tm, atacar los· planes y sus.

31
Maestros de ID Gueno

alianzas es antes que atacar al enemigo. Su centro de gravedad está,


~~nces, en un plano diferente y ~ elevado:nespu~ q~e la guen:a haya
ct>JDenzado, es; razonableasunur que atacar al eJerclto-. eneJDlgo se
convertirá en un:a primera prioridad, aun para Sun Tm. · · .

Clausewitz. cataloga a la captura de la capital enemiga, como de


segunda importancia: "En países sujetos a conflictos internos ..• el centro
de gravedad es generalmente la C8pltal .•. " y la captura de la capital, si es
que no es el cemro de la administración, lo será de la actividad política,
social y profesional" (EN GUERRA Pl1g. 5.96).

Una vez más Jomini está de acuerdo con Clausewitz:

Todas las capitales son puntos estratégicos, por la doble razón de


que no solo son los centros de comunicación, si no tambien los
asientos del poder Y del gobierno (Jomini, el arte de la guerra pág.
87).
En estrategia el objeto de la campaIfa determina el principal
objetiyo. Si este tlf!rmla a ~er Qfensivo, ~ll!bjetivo sera. la tOlJ!i' de
posesl6n de la capual hostIl o áe la provtncUJ cuya perdida obligara
al enemigo a capitular. En una guerra de invasi6n, ordinariamente
la capital será el objetivo principal (Jomini, el arte de la gue"a,
pág. 88).
Es importante mencionar que Jomini es el único de los tres que
discute el concepto de centro de gravedad en el contexto de una estrategia
defensiva. Sun Tm y Clausewitz analizan éste 'COIiceptoen relación a la
ofensiva, aun antes de iniciarse la ~rra, en las tempranas fases de
planeamiento o durante la implementacIón de operaciones ofensivas. Jomini
dice que la identificaciÓD del centro de gravedad es tan importante para el
defensor, como para el atacante.

En la defensa, el objetivo principal, en lugar de ser aq~l en que es


deseable ganar posesión, es tllfuel qUe debe ser defendido. La
capital siendo considerada el asiento del poder, se convierte elJ el
objetivo principal para la defensa. •....
(Jomini, el arte de la guerra, pág. 89). .
En la estimaciÓD de Sun Tm, las ciudades enemigas, son las menos
deseables y más costosos objetivos: "LA PEOR POLITICA ES EL
ATACAR CIUDADES - ATAQUENLAS SOLO CUANDO NO HAY
ALTERNATIVA- (El Arte de la Guerra, Pág. 78).
Clausewitz enfatiza la import.aocia de tomar una cqital cuando es
crucial para la capacidad del enemigo. Engancharse en una guerra no debe
ser tomada como una recomendación para efectuar bloqueos o pua hacer
guerras de desgaste. En su lugar, su recomendación debe ser entendida en
el contexto de su época, cuando las grandes ciudades se habían convertido
en centrilS naCionales que controlaban grandes estados. El no se referia a

32
"AtIlcando los planes del ,nemigo y el...
.~ . ;~'.

fITsrr:sW::':!~ :~=~~:~la~:~:;~:.=i~:~(:
que el sitio) de una capital, después que el ejercito del enemigo babía sido
debilitado o aun derrotado, taf como la captura de Viena después de la
batalla de ULM (1805) o de Berlín lue~o de la decisiva batalla de JENlA
(1806) Clausewitz coloca en 31'8. pnoridad el ataque a las alianzas
enemigas, en su lista de posibles blancos.
En pequeños países que confían en otros grandes, el centro de
gravedad es usualmente el ejército del país protector. Eil alianzas,
reposa en la comunidad de intereses... Como un principio... si
quieren sojuzgar a todos sus enemigos, derrotando a uno de ellos,
esa derrota debe ser el principal objetivo en la guerra. Es en' este
ene~ donde caemos con fúerza y se conviene en el centro de
grav de todo el conflicto.(En GUERRA Pág. 596-7). .

. Clausewitz claramente reconoce que, la ligazón más débil en una


coalición, puede ser la habilidad de los aliados en la cooperación y que ésta
es a menud9, posible de separarse ya sea política o militarmente. El dice
esto: .

Un pais puede apoyar la causa de otro pais, pero nunca lo tomará


tan seriamente como cuando lo afecte a el. Una juert.a moderada
será enviada en su apoyo, pero sf las cosas van mal, tratarán de
retirarse al menor costo posible.
(En guerra pág. 6(3).

Existe una decisiva diferencia entre la cohesión de un solo ejercito


dirigido en batalla por un solo general, y aquella de una fuerza
aliada~e:x:te~ sobre 250 ó500"aUlas, o aun operant!o contra
.diferentes frentes. En la primera, ·1a cohesión es al nufrimO y la
. unidad está muy cercana. En laotra¡ la unidad esta· 'lejana,
freClU!ntemente .encontrada solo si hay intereses polflicos mutuos, y
aún precarios o impeifectos,'la cohesión entre las partes usualmente
será muy débil y a menudo completamente fictiCIa.
(En guerra pá. 486).

CiauSeWitz aSigna sólo a una tercera prioridad, la posibilidad de


derrotar a un oponente, atacando SUB alianzas militares, primariamente
porque "En Guerra·, no es acerca de diplomacia. Por eso los otros medios
su discusión. Aun más, Clausewitz está oonvencido
por los cuales los conflictos pueden ser ganados, DO estú en el ámbito de
que en la mayoría de
las veces, los países inician las guerras, sólo si están seguros que la pueden
ganar potsus propios medios y ven el soporte aliado como algo secundario.
Aun SI una alianza o intereses comunes entre los aliadas es identifK:ado
como un centro de gravedad, Clausewitz lo ve mú como un problema
militar ·que uno diplomátieó. Una alianza es debilitada por una derrota
militar, o por haber sido dañada a coatos tan altos algu.BOS de los aliados
que lo obligan a retirarse.

33
Maestros de kz Guerm
-.'" ~"'."

En directo contraste con Clausewitz y Jomini, SUD Tzu le da la más


alta prioridad a la derrota del enemigo, antes del inicio de la guerra Y
prefere¡¡temente por medios no violentos. Inmediatamente después de
recomendar el ataque a la estrategia eoemi,a, él recomienda que • ..... la
mejor cosa posible es destruir sus alianzas" (El Arte de la Guerra, Pág.
78). La destnJcción de estas alianms, es recomeadable antes del ataque. En
suma la primera prioridad de SUD Tzu es ganar diplomáticamente,
destruyendo las alianzas enemigas, lo cual viene a ser la última prioridad
del método de Clausewitz y, aun así, el método de Clausewitz de destruir
las alianzas enemigas es principalmeBte por medio de la fue1'7a Y no
diplomáticamente.
CJausewitz también menciona dos otros posibles centros de
gravedad, que DO los discute en detalle. Estos son usados primariamente en
revoluciones populares: • •.• donde los centros de gravedad, son las
persoualicladeS efe los líderes Y la opinión pública (En. GUERRA, Pág.
396). Estos dos últimos posibles centros de gravedad, necesita ponérseles
mayor centro de atención. El líder enemigo puede a veces, convertUse en
el más obvio centro de gravedad en algunas revoluciones populares. Las
gua:ras napoleónicas, con 18B que C1ausewitz era .tan familiar, debió haber
11amado su atención, por el hecho de que sólo la destitución de Napoleón
como el líder de Francia, ~ el final, el fin de la Revolución Francesa.
Hasta entonces, ninguna derrota podría haber terminado la guerra. En
historias más recientes, mucho después que la derrota de Alemania en la
Segunda Guerra Mundial se había vuelto inevitable, la guerra no había
podido finalizarse, mientras Hitler estuviera en el poder. Mas reciente aún,
la derrota del ejército Iraní no ha Uevado al conflicto con lRAK, a su final.
Mientras Saddam Hussein permanezca en el poder, el conflicto con IRAK,
inevitablemente continuará.
La op~ública, se ha convertido en UD cada vez mas importante,
centro de grav en una guerra moderna, particularmente en desgastantes
y prolongadas guerra de guerrillas. Ni Francia, ni EE. UU, vencieron
decisivam&mte en las batallas en Indochin.a, Argelia o Vietnam, ya que las
guenas se volvieron tan impopulares en sus propios países, que por más
que por acciones militares, fueron decididas por la falta de apoyo popular.
A pesar que SUD Tzu ' nO menciona la posibilidad de identificar al
líder enemigo o a la QPiniÓll pública como UD objetivo importante, es
ruonable asumir que ambos pueden ser incluidos en sus ataques a la
estrategia enemi,a. El orden de prioridad opuesto asignado por Son Tzu y
Clausewitz a les diferentes centros de gravedad, pUeden ser apreciados en
la FIGURA 1.
Ea por lo meD08 una manera, la discusión de Clausewitz sobre el
ccocepto del centro de gravedad, lo lleva más cerca al tipo de pensamiento
representado por SUN TZU. Clausewitz afirma que si el centro de
gravedad (CG) es COJ'I'eCfamente identificado en los diferentes niveles de la
gtJerra, la victoria puede ser conseguida más eficientemente y a UD menor
costo. Esto es por fo que él dice que -Es un gran acto de juicio estratégico

34
el distinguir los CG en las fuerzas enemigas e identificar sus esferas de
efectividad" (EN GUERRA Pago 486). Jomini coincide: "El gran talento
deUDa segura Y general esperanza de éxito, se basa en algún grado en la
selección correcta de estos puntos" (Jomini, El Arte de la Guerra, Pág. 89).

El sistemático desarroDo del concepto del CG de Clausewitz, en


referencia a los principios de Newton Y su física, es una fuente tanto de la
consistencia como de la debilidad de SUB argumentos. El rigor con el cual
él COD.Stnlye sus conceptos y su estructvra clarameate definidas, le permite
efectuar una interpretación mecánica que él no ha iJJtentado. No es
sorpreadente por lo tanto, encoatrar que uno de los conceptos de Clause-
witz más frecuentemMte usados, adoptado por aquellos que a menudo
recogen i~ fuera de contexto, es ef concepto del centro de gravedad.
Esto es irónico ya que Clausewitz, más que ningún otro pensador
~ antes o después de él, generalmente rechaD la emul3CiÓD y
aplicaclÓD simplista de métodos, leyes y procedimientos de las cieacias
naturales., para la conducción y estudio de la guerra. Sin embargo, en esta
materia, él le da a sus lectores UD concepto crudo, simplístico y mecánico
para ser interpretado, y se aclaran a la luz de la discusión, cuando
Clausewitz en ese momento desarrolla el concepto de centro de gravedad,
no como una metáfora, pero sí como una guía concreta para la acción.

En este caso, SUD Tzu con su brevedad en el desarroDo de una idea


similar, es también la fuente de la fuerza de su argumento, la ambigüedad
de su aseveraciÓD BLA EXCELENCIA SUPREMA EN LA GUERRA ES
ATACAR LOS PLANES ENEMIGOS", fuerza al lector en esfol7Al'8e y
trabYar muy fuerte, para descifrar el significado de su aseveraciÓD. En
lu~ar de darle a sus lectores consejos útiles. Es Sun Tzu y no Clausewitz,
quién presenta a sus lectores con una inspirada metáfora, en lugar de una
fórmula para el planeamiento estratégico u operacional.
Muchos de los puntos en los cuales estos tres estrategas no están de
acuerdo concemieate a la selección de las prioridades para el planeamiento
y la acción en la guetnl, deben atribuirse a los diferentes niveles de análisis
que desarrollan. Clausewitz y Jomini, que desarroDan el concepto del CG
como UD coocepto operacional, enfocan su atención en el uso y aplicación
de la fuena, una vez que las hostilidades han comenzado.

SUD Tm, quiál se centra en los más altos niveles políticas y


esúBté~ Y ~ ~~ ea explorar tedas I~. ~b.ilidades .~
conseguu una vlCtona SID derramar san¡re antes del lDlC10 de las hostilida-
des, natu:ralmente le asigna la mis alta prioridad a los medios no militares
y a la conservación de la fuerza. Es por eso, mientras que Clausewitz
Identifica como físicos todos los objetivOtil de la guerra, (ejemplo el ejército
enemilO, su capitaJ y el uso de la fuerza), SUD Tm se preocupa coa 108
aspoctos no taDgibles de la guerra, (~emplo el deseo del liNO, su moral,
sus sistemas de ali&BZ&S o SUB planes políticos).

35
Maestros de la GuemJ
,. _.
, .r ;) ._

El análisis, hasta el momento, ha enfatizado las diferencias de ambos


estrategas, Sin embargo, como veremos' más adelante, cuando . Clausewitz
y Sun Tzu discuten la guerra misma y están en el mismo nivel de análisis,
ellos arriban a muchas conclusiones similares.

':J~.' '.

36
6
LA PRlMACIA DE LA POLmCA y
EL COMANDO MILITAR
La guerra, como Sun Tzu lo comenta en su afirmación inicial en el
Arte de la Guerra, "es un asunto de vital importancia para el Estado; es el
escoger entre la vida y la muerte; es el camino a la sobrevivencia o la
ruina. Es obligatorio que sea profundamente estudiada· (Pág. 63). Sin
embargo, la perra no debe ser un ritual o un instrumento para remediar
situaciones insatisfactorias no importantes, pero sí como una actividad que
debe servir más a los intereses del estado, que a los deseos de un simple
individuo.

Si no es de inleres del estado, 110 actue. Si 110 va a tener áito, no


use sus tropas. Si no esta en peligro, 110 pe/« (el arte de guerra.
Pág. 142).

Un jefe de estado 110 puede usar Sil ejército porque este enojado, ni
un general puede pelear porque este resenlido. Hay iJ,Ue tener en
cuenla que por el hecho de que estas dos persOMS qweran volver
a un estado personal satisfactorio, un estado no puetk ponerse en
peligro, ya que los muertos no podrlan ser traúJos nuevamente a la
vida. . ..

Por eso un lider con eonocimienlo, es prutknte ~ un buen general


está alerta contra estas locuras. En estas condiciones, un estado
está seguro y un ejército intacto. (El arte de lo guerra. Pág. 142-3).
Sun Tzu claramente reconoce la supremacía'" de . la "RAiSONE
D'ETAr, sobre todas las otras consideraciones. La gueñá ~ una actividad
racional de último recurso, que correlaciona los .fines ylós medios para
conseguir los intereses vitales del Estado; es una actividad política, como
la entendemos hoy día. La decisión de iniciar una guerra es, por consi-
guiente política y, debe ser ordenada por lideres políticos y no militares.

Por consiguiente, se dice que un lider inteligente delibera acerca de


los planes y los buenos generales, los I'jecutan (el arte de la guerra.
Pág. 142).
Normalmente, cuando Uf' ejército es empkado, el general recibe sus
ordelU!S dellfder......... EI recibe el mandato de Sil máximo Y en
cumplimiento de las deliberaciOlU!S que fueron tifeciuados por los
asesores dellider, los ejecuta (el arte de la guerra. Pág. 102).

Si la estrategia es captada por el general, el seguramente ganara.


Retengan a ese general. Cuando alguien redlaza la estrategia a
emplearse, el perdera. Deshagase de él (EL ARTE DE LA GUE-
RRA, pág. 66J.
El Militar ideal mantiene en su gente el interés por obedecerlo, mientras
sirve a sus lideres y al propósito político.

37
Por eso, el general que 110 busca la fama personal y que no teme al
castigo, pero cuyo propósito único es proteger al pueblo y promover
loa mejores intereses de su presidente, es una joya preciosa para el
estado... .... (l'u mu):.; •••..• Muy piJed:r 'son de este tipo.
(EL AR1E DE LA GUERRA, pág. 128). .

Clausewitz, tambiéD ve la guerra, como una actividad que no debe ser


ÍDÍciada por taZODeS equiv<K:adas o muy ligeras.
La guerra no es un pasaliempo, no es una diversión de dar Y gimar,
no es para entusiasttU irresponsables. Va desde un inicio a unfinal
. , ~erio•..•... (EN GUERRA pág. 86).

Clausewitz es bien conocido por su énfasis en la primacia de la política en


la conducción de la guerra, la que es UD instrumento racional del estado,
solo, si'sirve a p~pósitos políticos. Lo siguiente son algunas de sus escasos
aforisnlÓSen este asunto:
. }-
'
cUando las comunidades van ti Iá ·gilerra, siempre la razón es por
situaciones politicos y la ocosi6n se debe a algun objeto politico. La
guerra, por eso, es un acto polflico...... La polflica i'Ú'uira en las
operaciones miütares y lentiTa una ilflluencia en ella, hasta que la
naturaleza violenta (de la guerra), l(} pennita......... La guerra no
es meramBiJle un acto de politica¡ pero si unverdlldero instrumento
de politiea, una conl;nlUlcióndel curso político, Uevado por otros
fn!!dios. El objeto politico es la meta, la guerra es el medio por el
- cual. se alcanza y significa que nunca puede ser aislada de su
propQsito.
(EN GUERRA, pág. 86-87).
La política. ......... Es el motivo por el cual la guerra se desarrolla.
(EN GUERRA pág. 149).
...... .. La g;uirra es solo una rama de la actividad politica, que...... -
.. No es aUlonoma. ....... La únicafuenle de la guerra es poütica.

........La guerra no puede divorciarse de la vida polftica,· y clUlndo


esto ocurre ·es nuestra forma de pensar acerca de la guerra, las
mJU!has üg.azones que conedan los dos elemenlos son destruidas, Y
quedamos sin un objetivo ni sentido.
(EN GUERRA, pág. fí()5) •
....... AltTUis alto nivel, el acto de la guerra se convierte en politica,
pero conducida. esta poÜliCtl, por batalla, mas que por nottU
diplomóJicos..... No aisle otra posibilidad, entonces, que el
subordinar el punto de vista miütar a la politiea.
(EN GUERRA, pág. 6(7).

38
La prinuada • la pol/4ka Y el..•

Una comparación de estas afirmaciones con las de SUD Tzu ilustra el


concepto por el cual Clausewitz es más reconocido por lo que dice que lo
aruma SuD Tzu en el Arte de la Guerra, ya que Clausewitz lo analiza con
mayor detalle y lo expresa en aforismos más elegantes. SUD Tm compren-
dió pleDallleJlte la naturaleza palltica de la guerra (primacia de la política
sobre la militar) doS milentos antes que Clausewitz. Sin embargo la
atlJui~tura tec?nca de "EN GUE~.~ Y "EL ~TE DE ~ G~",
coinciden que Idealmente, la política 81entpre' debe .estar al D:ümdo; tambIén
saben que la naturaleza única de la guerra, a menudo lo hace imposible. En
una épOca en que las comunicaciones a tiempo no existían, la necesidad de
hacer decisiones npidas, explotar oportunidadeS o evitar derrotas, causaba
que los desarrollos militares en la batalla sobrepasaban los controles
polltioos distantes. Como en la polltica, el comando en la batalla es el arte
de lo posible, el cual requiere la explotación de oportuBidades inmediatas,
o el evitarniento del desastre inmedUlto (con las comunicaciones modernas
esto es verdad, ~ en UD menor contexto). Las consecuencias negativas
de la interfereGOl8 de Hitler en las decisiones de Rommel o en ·la batalla de
S~g~, por .ejemplo; ·soil bien ~idas. ,Otro .famoso ejemplo fue 'la
directa mtervenclón~ abortado "raid" en Irán. ' .
SUD Tm y Clausewitz, reconocen que en excepcionales circunstan-
cias, el comandante militar en el teatro de operaciones puede sob.:epasar las
órdenes políticas. En esto SUD Tzu enfatiza: .

(Chia Un): ningun demonio es mas grande que los dictorales del
soberano).
EL ARTE PE LA GUERRA: Pág. 81).
Aquellos gtmerales hahiles que no son inteiferitkJs piJr 1:1 'soberano,
seran victoriosos. ''Y.l

(Tu l.u): ... Para hacer compromisos, es el ámbito del soberano; para
decidir en la batalla, es el general. ,'"
"
(Ro yen-hsi):... EI decir que un general debe esperar las ordenes de
un soberano en cier1a3 circunstancias, es como solicitarle al
superior, que le gustaria apagar un incendio. Anles de recibir la
respuesJa, las cenizas estarían frias.... . .
(Ro yen-shi) ponerle un limite a 1m general habil, mienlrasa ia, .Wz
decirle que suprima a un enemigo sagaz, es como polSerle un bozal
a U/J perro y ordenarle que ataque.
(EL AR1E DE LA GUERRA, pág. 83-84)

Hay ocasiones que las órdenes del soberano no necesitan ser


obedecidas. ' .

(I's'ao ts'ao) CUIJIldo se va a lograr Ilnfin en las operaciones, el


c011IIJIl{ÚJnte no debe ser restringido por el soberano.

39
Maestros de /Q Guerm

Cuando veas el curso correcto, actua,· no esperes ordenes.


(Chía lin) ....... Un general realiza op ortunos cambios en algunas
Circunstancias.
Las ordenes de un soberano, si bien deben ser cumplidas, no se
~n seguir si el general sabe que pueden ocasionar daIfos.
(EL ARTE DE LA GUERRA. Pág. 112-113)

es
Si la situación para triu'!lar, pero el soberano ha ordenado que
no, el general plietk decidir pelear. Si la situación es tal que no
puede gtUUlT, pero el soberano ha ortknodoefectuar la pelea, no
necesilahacerlo.
(EL ARTE DE LA GUERRA. Pág. 128). .
A pesar de que Clausewitz, dedica poca atenciÓll a éste problema, él
también considera que en oportwúdades, las consideraciones openicioPales
deben . tener preminencia sobre las políticas. Parafraseando la fainOsil
metáfora de Clausewitz, la gramática (consideraciones de los niveles
militares más bajos), dictará la lógica (objetivos políticos). 27.

Esto J . sin imbargo, no implica que el objetivo politico sea algo sin
medida ni limite. Debe adaptorse a los niedios escogidos, un
proceso que puede cambiarlo radicalmente.....
......:-;.,
IAguerra en general, y el eomando en una instancia especifica,
puede requerir que los designios de la polftica no sean inconsistetltes
eon sus fines. EsIO, por supuesto, no eS una soliCitud pequella, pero
sin embargo, si afecta los objetivos polilieos es un caso dado, no
hará más que modificarlos. ' :', ._,
La , politiea, por supuesto, no extiende su i'lfluencia a detalles
operacionales. Las consideraciones politicasno determina.n el ubicar
guardias o el uso de patrullas. Ellas itifluyen mas en el pliiiJeamien-
lo de la i,uerra, de la ca.mpafla y a menudo en la batalla.
(EN GU 1UU. Pág. 6(6). '

El decidir cuando desobedecer una orden política directa, es ia más crítica


decisión que UD comandante militar puede temar, ruinqueSUil Tzu y
Clausewitz no desarroUan ningún criaeno para tomar tales decisiones. Los
factores que el Comandante debe COOBidetar son: circuostancias locales,
riesgo involucrado, el grado al cual el control militar está centralizado, la
calidad de las comuaicaciones y su intuición y experiencia. El líder, en la
otra mano, debe distinguir entre consideraciones profesionales militares y
políticas y resistir la tentación de imponer sus puntos de vista en situacio-
nes, alegando "decisiones puramente profesionales". Esto es lo que el
Profesor Samuel Huntington se ha referido a control objetivo (no interferen-
cia política), vs. control subjetivo (interferencia política) en asuntos
profesionales militares.

40
Lo p1'ÚIIJICifJ de la polfJica y el••.

suD Tzu y Clausewitz reconocen que el ideal de las consideraciones


políticas permaneciendo en el comando no es siempre posible. Mientras
esto es indeseable, las realidades de la ~ son tales que las interiorida-
des de esto, frecuentemente dictará modificaciones en 108 objetivos políticos
de la guerra; por eso . Clausewitz explica en el siguiente párrafo que, el
éxito de los objetivos políticos U8U8lmente descansa en el conocimiento de
los objetivos al más bajo nivel tecnológico, operacional o aun táctico .

...•... los resultados tacticos de los combates. se asumen como la


base de todos los planes estrategicos,· es siempre posible y un serio
riesgo, que el atacante procet1a con esa baSe. El intentara sobre
todo de ser tact;camente s~r, de tal manera de alterar el plan
estrategico enemigo. Lo ultuno no podra ser considerado como algo
independiente: solo podra ser valido cuando uno tiene la confianztl
del exito táctico. Para ilustrar brevemente lo que decimos, permila-
nos recordor que un general como bonoparte. raramente podla
atacar.los plmies estrategicos del eno porque a menudo dudaba de
los resuiJados de la guerra (10 cual es una buena explicacion de la
poca titenci6n de napoleon a los altos niveles estraiegicOs de la
guerra). Por eso cuando los estrategas no intentan con todo sus
júerr.IJ aplastarlo en batalla con una fuerza superior, cuando eUos
entran en batalla en forma d!! maquinaciones debiles, sus esquemas
. son apartados como .s; fueran telaraifas....... Bonarparte estaba
se
consciente que todo convertía en resultados tacticos..... , por eso
es que pensamos que es conveniente enfatizar que todos los planes
estratégicos, descansan en exiJos tacticos y que (cualquier sea la
soludon que se arribe en la batalla), esto es en todos (os casos, la
actual base fundmnental para la decisión. (En guerra, pág. 386).
Consecuentemente, l<>s comandos militares, reclamarán cOn ~.
justificación, que los imperativos en la batalla, requieren tener gran libertad
de acción rara poder tomar sus propias decisiones en el Teatro. Al mismo
tiempo, e abuso de tal libertad puede conducir a la "tacticaciÓD de la
estrategia", o a la primacia militar "defacto", sobre consideraciones
políticas durante la duración de la guerra (como ejemplo, en Alemania
antes y durante la Primera Guerra Mundial).
]omini resuelve este problema insistiendo en la primacía de las
consideraciones operacionales y militares sobre el control político, una vez
que la guerra ha comeozado. Bl mejor ~emplo de éste principio en la
póctica, fue la actitud del Bstado Mayor Alemán, por ~lo, Schlieffen,
Falhenbayn, Hin~i y Ludendorf. La posición de Jomini en este asunto
es consistente con su creencia de que el estudio y práctica de la guerra en
el nivel operacional, debe ser tratado como una "ciencia" . Para que la
~ pueda ser peleada "cienUficamente", ~ requiere que el ·científico·
(es declt, el comandante militar y profesional) y no el líder político, es el
mejor calificado para interpretar Y aplicar las "leyes" de la guerra.
Por lo tanto, aquellos que creen que las decisiones ea la guerra
pueden ser efectuadas sobre las bases de los principios científicos, también
establecen, "de factoR la primacía de lo militar sobre los líderes políticos.

41
Un general cuya habilidad l genw estan alados y dependiente de
decisiones a 500 millas de distancia, no puede'compararse con otro
que 'tiene libertad 'de acción.
(Jomini, el arte de la' guerra.Pág~42,(0).
En un kngaaje paFécido al de sun tzu, jomini afirma que si un
general es... lnterferido con oposiciolJeS en todJJs sus empresas, el
estará incapacitado para obtener étitos, aún si tuviera gran
habilidad. Puede deCIrSe que un prt!Sidente podria acompalfar al
ejército y no intederir con su general, pero, al contrario, apoyarlo
con todo el peso de 'su influencüJ (Jomini, el arte de la guerra. Pág.
52-3). En mi opinión los consejos de guerra son una fuente
deplorable, y solo pueden ser útiles CIIaIldo coinciden en opi1Ulr
como eloomantlanle, en ~ caso ellos pueden darle más colflianZa
en su propio juicio, ., en adición, asegurarle que sus oficiales,
usuán todos los medios para asegurar el étito de su movimiento.
Esta es la única ventqja de un consejo de guerra, que másn~
nada', deberán solamente ser consultados y no ejercer auto .
alguna,' pero si en lugar de demostrar amwnÚl, demuestra diferen-
c.i~ de opinión, solo producirá resultádos desqfortunados. (Jomini,
el,arte de.16 guerra. Pág. 58). ' "
'; . Adifefencia de Jomini, ni Sun Tzu ni Clausewitz, dedican suficiente
átenCión, a las tens10nes entre las autoridades políticas y militares en tiempo
de guerra. Son Tzu en particular, no puede llegar a una conclusiÓD
definitiva en el asunto de control político V8. la delegación de autoridad
independiente al comandante del Teatro; en su mayor parte, parece que
favorece lo último. Al final ambos, Son Tzu y Clausewitz, aparentan
asumir que el líder político conocedor estará al mando total de la guerra y,
al mismo tiempo, restringirá interferir directamente en las decisiones
operacionales de niveles bajos. En ot1'88 palabras, el líder político ideal
sabrá cuándo y Cómo garantizar al comandante del Teatro, la justa libertad
de acción, ¡w.a permitirle tomar las mejores decisiones posibles y por
propia iniciativa. Desafortunadamente, lo que asumen, Son Tzu y
Clausewitz en este asunto han probado a menudo, ser equivocadas.

La complejidad, interrelaciones y no jerarquizada naturaleza de los


lazos entre los tres niveles de la guerra, son aclarados por la figura 2.

42
7
EL CALCULO RACIONAL DE LA GUERRA
CORRELACIONES FINES Y MEDIOS

Si la guerra es un medio de conseguir objetivos políticos, estos


requieren la cuidado.S8 y continua correlación de medios y fines. La
necesidad para el cálculo político y militar, es reconocido por Sun Tl11 y
Clausewitz. Sun Tl11 se aproxima a este asunto a través. del desarrollo de
lo que la moderna literatura Be refiere a modelo de decisiones puras y
racionales. .

Ahora, los ekmentos del arte de la guerra son, primero: la medida


del espacio,' segundo: estimación de las cantidades,' tercero:
cálcuIiJs,' cuarto: comparaciones,' quinto: oportunidades de triunfo.

Las cantidades se derivan de las medidas, las figuras de las


cantidades, las comparaciones de las figuras y la victoria de las
comparaciones.
(El arte de la guerra. Pág. 88).

En este sistemático proceso de decisión, los factores tales como los


objetivos y comparaciones de relativa fuerza son evaluados cuidadosamente
y consideran diferentes cursos de acción y un estimado de probabilidades
de triunfos. Clausewitz dice que: . .

Nadie comienza UIUl $uerra (o mejor dicho, nadie en su sano juicio


lo haria), sin tener bIen en claro en su mente, que inlenta conseguir
y como quiere conducirlo.
(EN GUERRA. Pág. 579)•.

El beligerante podria actuar bajo el principio de 110 usar demasiada


fuentl o imponerse el mismo, ningún intento militar excesivo y que
fuera suficiente para conseguir sus propósitos polfticos. .
(EN GÚERRA. Pág. 585). ..._

Clausewitz entonces aclara que el "cálculo racional" en la guerra es un


proceso continuo.
Aún mayor influencia que la decisión de hacer la paz es el estar
consciente· de todo el esfoerzo que ha sido hecho y los que aún se
harán. Desde que la guerra .1IO es un acto de pasión Sin sentido,
pero que eS controlada por su objetivo polflico, el valor de este
objetivo debe determinar los sacrificios que se deben hacer en

43
Maestros de 111 Guemz

magnitud y en duración.
Si los gastos del esfuerzo, exceden el valor del objetiWJ polftico, este
objetiWJ debe ser renunciado y la ptU. se buscará.
(EN GUERRA. Pág. 92).
. Quizá debido a su fuerte creencia en el valor de su inteli~encia o su
fe en los beneficios derivados de la observancia de sus pro'plos rituales
religiosos, SUD Tzu es más certero que Clausewitz en lo relacIOnadO a que
los cálculos racionales, baerán los resultados intentados. En "EL ARTE DE
LA GUERRA", los cálculos racionales 90D considerados una virlual
garantía de éxito (Para mayor información vea la sección de inteligencia en
la página ill-19).

En la posibilidad de calcular ~iona1mente el resultado de una


guerra, Clausewitz es mucho más pesimista y realista. .

Para descubrir cuanlos de nuestros recursos deben ser movilizados


~a la guerra, primero debemos atUnÍnar nuestro propio objetiWJ
pol4ico y el del ellO. Debemos medir la.fuerza y situación del ellO.
Debemos medir el carácter y habilidades de su gobierno y pueblo y
hacer lo mismo en nuestro caso. Finalmente debemos evaluar las
simpalfas polflicas de otros estados y el efecto que la guen-a puedil
tener en ellos. Conseguir esta información, en todas sus ramificacio-
nes y diversidades es llanamente una tarea colosal. Para un
resuIJado rápido y correcto de éste examen, se requiere la inluición
de un genio,' comprender esta compleja cantidad de información por
un examen s ; Z y metodológico es obviamente imposible. El
tamallo Y vari de los factores a ser evahlados, y la incertidum-
bre acerca de la escala de medición a usarse, pondran más
limitaciones y lo haran más diflcil para llegar a conclusiones
.. correClas. . ,
(EN GUERRA. Pág. 585-6).

Ambos, SUD Tzu Y Clausewitz, veían la guerra como una actividad


racional esencial, involucrando la cuidadosa y continua correlación de fines
'1 .~os. Al mis~ tiempo, ellos estan conscientes del c~ial I?fecto de
Jq,s fac~res no racionales, tales como, la moral, la mottvaci6n y la
iiltuiciólÍ: ' CI!lUSeW¡tz~ ' sin embargo, parece ser más consciente de la
dificultad de confiar en cálculos racionales. Como resultado, 61 asigna UD
rol más central a los elementos más impredescibles, tales como, desacuer-
dos, oportunidades, intelig~ no confiable y complejidad. En sus más
limitadas expectativas de los beneficios del cálculo racional, Clausewitz es
de lejos, más realista que Sun Tm.

. Por otro lado, Clausewitz aparenta asumir, en concordancia con la


tradición de "RAISON D'ETAr, que ellideraz.go político intentará se~ir
uaa política racional, con la intención de beneficiar al estado Y 1D!llr:.jmll.ar
su poder. Esto es por supuesto, una de las principales razones de la
insistencia de Clausewitz en la primada de la política Y de la guerra en

44
El calculo roci,oRlll de /aGuerra ...

g6lleral, como UD instrumento de la poIitica. Pero tal idea, a la cual él


nunca lo cuestiona en "EN GUERRA", es sin embargo, mucho más
simplista. El hecho de que la política es la que origina el propósito de
entrar en una perra, no significa que el propósito en si, sea racional.
Objetivos políticos no racionales, pueden ser unplementados por medios
racionales. Como él lo ha debido saber; Federico el Grande y aún más,
Napoleón, las decisiones estratégicas de tales líderes no son necesariamente
racIOnales, y pueden a meaudo haber sido tomados como UD medio de
satisfacer sus ambiciones personales o de dinastía, más que de promover el
interés del estado.

.~ . ,~.

45
Maestros de lo. Guel7tl

(págilUJ intencionalmente dejada en blanco)

46
8
EL PRIMER ELEMENTO DE LA TRINIDAD
PARADOJICA:
EL PUEBLO EN ABMAS
Resumieado su ~ ~líti~ para ~i estudio de la ' guerra,
Clausewitz desarrolla su famosa trinidad paradójica (BINE WUNDERLI-
CHE DREI FALTIGKEIT), que coosiste en: ÉL PUEBLO (violencia
primordial, movilización y el deseo de la gente); EL COMANDANTE Y
SU EJERCITO (que proveen la dirección del riesgo, oportrutidad y
probabilidad, Y el planeamiento. Yejecuci~ de las ~iones militares);
y EL GOBIERNO (que determina las políticas y objetivos de .la JOOrra y
los reexamina a la luz del costo-beneficio). El cree que la victona puede
sólo asegurarse si el propio equilibrio es conseguido en estas tres dimensio-
nes, cada una, con su autónoma operación IÓ8Íca: " ,
Estas tres tendencias son como tres diferentes códigos tk u;y;;S:
profundamente enraizatúls en el s'4ieto y variables en su relación tk
una con la otra. ',Una teorla que Ignore cual4uiera de ellas o que
bllSlF una relación pre detenni1UZtÚl entre ellas, lo llevarán a un
coliflicto con la realidad Y a tal extensión que por solo esa razón, "
la vOlverá inútil. , ." ' "
Nuestra tarea, por consiguiente, es desarrollar una teorla t¡ue
mantenga UIJ balance entre estas tres tendencias, como un objeto
suspendido entre tres imanes. '
(EN GUERRA. Pág. 89). ' '

No hay duda que Sun Tzu, como Clausewitz, aprecian la im,portan-


cia de las tres dimensiones que considera Clausewitz en su arquitectura
política. Ya hemos visto que ea "El Arte de la Guerra", él reconoce la
primacía de la política en todas las mayores decisiones estratégicas,
concernientes a la iniciación, conducta Y término de la guerra; y no men~s .
que Clausewitz, él presta más atención a la segunda dimensión, que incluye'
el rol militar en todos los detalles técnicos de la preparación de los planes
y dirección de las tropas en batalla y de acuerdo a su mejor juicio
profesional. Lo que falta ser demostrado, es que Sun Tzu también considera
la moviliz.ación del apoyo popular como un requisito de éxito.

Por influencia moral yo quiero s;gIJi,fi.car que, es lo que causa a la


gente estar en annonfo con sus lideres, de tal manera que lo
cu:ompaIf.arán en lB vida o en la muerte sin temor o peligro.

(Chang yu) cuando uno trata a la gente con benevolencia, justicia


y rectitud y reposa confianza en ellos, el ejército estará unidiJ en
mente y feliz de servir a sus lideres. , ' '
(El arte de la guerra. Pág. 64). _, '
Sun"Tzti es Partícul~nte senSitiv~ al probi~ma 'de perder el apoyo
popular en las guerras prolongadas.

47
Maestros de ID Guerro

Dónde está el ejército, los precios son altos,· cuando los precios
suben, ID salud de la gente se agota. Cuando la salud se agota, la
paz se verá afligida con tOtÜl seguridad.

•...... Con la fuerza reducida y la salud qfectada, las familias se


empobrecerán y su salud decaerá (el arte de la guerra. Pág. 74).
(Li eh 'uan) si la guerra continúa sin cesar, hombres y mujeres no
podrán casarse y se verán afectados por los problemos de transporte
(el arte de la glleTT4. Pág. 74).
Por eso la insistencia de SUD Tm, de que las guerras deben ser lo más
cortos, posible ya ~, mientras más dure la guerra, y sin resultados
decisivos, más difícd será mantener el apoyo popular.
A pesar que ambos tratadistas resaltan la necesidad de mantener el
propio balance entre el pueblo, el ejército y el gobierno, la discusión de
Sun Tm sobre estos tres elementos, está diseminada a través de "El Arte
de la Guerra", mientras el análisis de Clausewitz es una ves más, más
co~ttado, sistemático y explícito.

La comparación de Clausewitz y Jomini en el rol del pueblo en la


guerra, es más interesante que la de Clausewitz y SUD Tm. En una
relativamenteJarga discusión, Jomini identifica tres causas mayores para la
movilU.ación e involucraciÓB del pueblo en la guerra; religión, nacionalismo
ft
e ideologías políticas. En "GUERRAS DE OPINION él examina a las,

naciones que intervienen en los asuntos de otros estados (guerras de


agresión y expansión), en el nombre de dogmas (ideologías) religiosas o
políticas. Estas guerras, el declara, ...... "son más deplorables ....... ya que
mvolucran las peores pasiones y se vuelven vengativas, crueles y terribles"
(Jomini, El Arte de la Guerra. Pág. 25).

Luego, opina que los llamados motivos religiosos no son más que
"un pretexto para 'obtener poder político", y que UD severo dogma
(ideología) religioso o secular, "excita el ardor del pueblo" (Jomini, El Arte
de la Guerra, Pig. 25). Jomini también cree que la fuena militar 1.la
guerra no son capaces de "detener a un demonio que se introduce en las
pasiones humaBaS", y que solo el "tiempo es el verdadero remedio para
todas las malas ~iones y para todas las doctrinas 8Dátquicas". Refiriéndo-
se a. l~ Revoluclón Francesa, el resalta que -el intmtar detener tal fuerza
criminal, es lo mismo que tratar de restringir la explosión de una mina,
cuando la pólvora ya ha sido encendida. Sería mucho mejor esperar la
ex.,tosión y después, tapar el cráter, que tratar de prevenirlo y perecer en
el mtento (Jomini, El Arte de la Guerra, Pág 26). Cuando se interviene en
los ast,Ultos internos de otra nación, uno debe ser extremadamente cuidadoso
a fin 'de terminar el conflicto lo más ~to posible y, evitar dar la
impresión que la independencia e integndad de su territorio esta siendo
amenazado.

48
El primer elemento tU Itz Trlnidlld.••

Clausewitz, quién también fue ::r~ de las guerras de la Revolu-


ción Francesa, obsetvó que la imp te movilización del pueblo
francés, irreversiblemente cambió la naturaleza de la guerra y que ahora,
con más conocimiento, representa su modelo teórico de guerra absoluta.
Pero estos cambios.. ... FlU!T'on causados por las nueVas condiciones
polfticas que la revoluciónfrancesap-eó, tanto en francia como en
europa, condiciones lJue pusieron en movimiento nuevos significados
y fuerzas y que hiaeron poSible un grado de energ{a tal en la
guerra que; de otro modo, hubiera sido inconadJible.
La transformación del arte de la guerra resulló tU la transformación
de la polftica. Más que sugerir que ambos pueden ser desligadas
'.'.. una de Oh'a, estos cambiOs son una prueba inmensa de su conexión
r··· indisoluble. ' .
(EN GUERRA, pág. 610).
:. ...
: " . .
La revolución francesa nos sorprendió en la falsa seguridad de
nuestras experiencias anteriores y nos llevó, d!1. ch4Ions a ntos-
cú........ Decepción para el gobierno, quién, confiando en la
pol/tica del corazón partido y una polftica müitar ciega, encuentra
un enemigo que ~ un elemento indomado, no conoce otras leyes
que las de su propiajuerza. ,...... .
(EN GUERRA, pág. 219). ' .. , .' .

El surgi~to de este fo~dable "elementoindo~º~, .firmó)a rápida


obsolescen~ia del viejo método de hacer batallas. ' ' .. "
?~

La Vieja ma~a ~~,~!4n asunto de mitad y !'Ütad,' y estaba mal ya


, que en esenqa lag'!E"a y la paz, no adm.ten grados. (EN GUE-
RRA. Pág. 6(3). " ,
& verdad que la guerra por si misma ha pasado' por cambios
significativos en el carácter y métodos, cambios 'que la han llevado
más cerca a las formas absolutas (EN GUERRA. Pág. 610).
Como Clausewitz explica, la aparición de la "LEVEE EN MASSE" ,
muy similar ,8 la aparición del genio nuclear 150 años después, no podría
ser desaparecida. '

. ~. Será
~ ésta (nueva, intensa, tipo de guerra) siempre el Ctl$O en el
JUturo? ¿será a partir de ahora que cada guerra en e"ropa sea
efectuadiJ con todos los recursos de los estados y que por lo tanto,
solo se realizará por motivos que ofecten al pueblo? lO volveremos
a ver una separación gradUal entre gobierno y pueblo? Tales
preguntas son dificile$ de responder... . .. Pero..••. Una ve<: que las
barreras (que solo consisten en la ignora/leía humana de los que es
posible), sean traídas abajo, no será fácil volverlas a levantar. Al
final cwmdD los intereses se ~an ame~, la mutua hostilidod
se expresará tk la misma manera que ha sido hasta nuestros d(as.
(EN GUERRA. Pág. 593). .

49
Maestros de la Gwnu

Como veremos más abajo, Jomini _bién 'estaba intrigado por la misma
p~ta que era: si l08ej~jtos que usaron toda su fuerza en una guerra,
InevItablemente se convertiría en una regla para el futuro . .
Posiblemente las ideas más luminosas sobre el rol del pueblo en la
guerra, son encontradas en el análisis de la guerra de guerrillas de
Clausewitz y Jomini (a la cual Jomini la nombra como GUERRAS
NACIONALES Y Clausewitz como EL PUEBLO EN ARMAS) 31. Jomini
considera a las guerras nacionales como las más difíciles, porque son
peleadas ·contnl un pueblo unido •.•••. Deno de un noble ardor y determina-
dos a mantener su independencia" (Jomini, El Arte de la Guerra. Pág. 29).
Como Clausewitz explica, " ...•.. es la ley natural del mundo moral, que una
nación al borde del abismo, trate de salvarse por cualquier medio w(En
Guerra. Pág. 483). Cuando son derrotados y ocupados por una fuerza
extranjera o en situaciones desesperadas, toda la población puede ser
movilizada para resistir al ENEMIGO. Una guerra de ~as no
necesariamente es dirigida por el gobierno en un inicio, pero 81 es el indicio
de un levantamiento espontáneo.
Al discutirse al aspecto geográfico~ topográfico y otras condiciones
necesarias para el éxito de l,a guerra de guerrillas, Jomini es influenciado
por el levantamiento español contra Napoleón. .

El rontrol del nuzr es de suma importancia..... Si el puebw posee


una larga franja de rosta, o si dominan el nuzr o tienen alianza ron
alguien que lo rontrola, . su fuerzo de resistencia es quintuplica-
da ..... En terrenos montaflosos, la gente es aún más formidable;
cerca a estos hay paises cubiertos con bosques extensos .. .... Desfila-
deros y grandes bosques, as' como regiones rocosas quefavorecen
la clase o el tipo de defensa. .' . - '
(Iomi"i, el arte de la guerra. Pág. 30).
No obstante, es Clausewitz quién analiza la esencia de la guerra de
guerrillas y las condiciones necesanas para que obtengan el éxito.

Por su misnuz naluralez.a, su resistencia dispe,rsa no les pennilirá


realizar acciones mayores. Su efecto es como el proceso de
evaporación: depende de la cantidad de supeificie expuesta. Cuanto
mayor la supeificie JI el área en contacto entre ésta y las.fuenas
enemigas. más débil será la resistencia.
Las siguientes son las únicas condiciones bajo las cuales un
levantamiento general puede realizarse:
J. - La guerra debe efectuarse en el inJerior del pafs.
2. - No debe ser decidida por sow una de las partes.
3. - Eltemro de Operacio1leS debe ser extenso.
4. - El carácter de los nacionales debe adaptarse a ese tipo de
guerra.

50
El prlnIer elem.elllo de la 1WnlIJad•. ;

5.- El paú debe ser dificil e inaccesible debido a monJañas,


bosques o cultivos distinJos.
. (EN GUERRA. Pág. 480).

Es,interesante notar que, a pesar que Mao Tse Tung fue influenciado
por Sun T~, los principales elementos de su teoría en la guerra de
guerrillas, pueden ser encontradas en las primeras dos pá~as del libro de
Clausewitz, -El Pueblo en Armas-, algo que no es discutido por SUD Tzu.

Clausewitz y Iomini también creen que existe otra condición que


puede contribuir sipificativamente a la efectividad de una guerra de
guerrillas Y es la duecciÓD y el apoyo de un grupo perteneciente a un
ejército regular.

Para ser 1WJÜsta, uno debe pensar enJonces, en una insurrección


general tkntro de la estructura de una guerra, conducida por un
eLército regular y coordinados todos en un plan conjunJo.
(EN GUERRA. Pág. 480). .

Las dificultades (pelear contra un levanlamienlo popular), son


grandes cuando efpuehlo está apoyado por un m1cleo considerable
de tropas discipl",aJos. El invasor solo tiene un ejercito,' su
adversario tiene a un ejército y a gente levantada en lU71UlS y
efectuando acciones de resistencia en cada sitio, contra cualquier
individuo que conspira contra su paú.
(Jomini, el arte de la guerra. Pág. 31).
. Los puntos de vista de Clausewitz y Jomini en este asunto, son
inequívocamente influenciadas PQr sus antecedentes militares. A pesar que
la dirección por un comando centralizado y control es aconsejable para
cualquier movimiento guerrillero, no está claro que, oficiales regulares (en
vez de lideres civiles) sean lo más recomendable para dicha tarea.

La educaciólitiadicional de los oficiales militares, así como el tipo


de su carrera, no necesariamente encajan, ni le dan la habilidad necesaria
para conducir una guerm de guerrillas exitosa.
Ambos estrategas pueden haber sido influenciados por el temor de
qUe la excesi~a radicalización del pueblo armado, (que descubrier~ . su
propia fuerza en el proceso de luchar contra el ENEMIGO), pUeden
eventualmeDte ocasionar que ellos nHSIDOS se vuelvan contra su propio
gobierno. Esto podría explicar parcialmente su recomendación de que el
control 4e las ope!'8I:ioo.es guerrillen.s sea retenido pOr ' UD núcleo del
ejército regular. .

Clausewitz y Jomini, identifican y definen la J;Ulhlraleza particular de


la guerra de guerrillas en un seatido similar. Ambos reconocen que es
extl'cmadameote ditIcil P.!U'8 una fuerza militar regular,' ganar contra una
naci6n totalmente movilizada; también identifican los mismos tipos de
condiciones que apoyarán tal guerra e indican lo deseable de que sean

51
Maestros de la Guerra

comandados Y controlados por un núcleo de una fuerza ·regular.


De los dos estrategas, solo Jomini, ve
el ·enorme potencial de una
guerra:'de ~ como una estrategia de cambio, como un preferible
curso de acción autónomo, más CJ1!e como un exclusivo y último recurso y
esfuerzo auxiliar como lo describió Clausewitz. Mientras es claro que como
humano, Jomini odia lo bárbaro de una guerra de guerrillas y, como un
soldado profesional, conoció la dificultad del combate y de ganado (33),
él DO permite que su personal disgusto por la guerra del pueblo, influencie
su conclusión de que ésta forma de ·combate, puede·volverse predominante
en el futuro. En un premonitorio párrafo, él b8ce las siguientes observacio-
nes:
. Los,.irunensos obstáculos encontrados por llnafoerza invasora en
éstaS gllen'as, ha glliodo a alglUUlS personas espeq,dqtivas a
esperan:uuse de que IW deberla haber otro tipo de glli!rra, ya r.¡,1Ie
entonces éstas se volverán mas escasas y las conqwtas más difi(:lles
y reauIJarlan una menor tentación para los lideres ambiciosos. Este
r:QZPIIIJI1tiento ea más plausible que sólido, ya que de admitirse UJtÜJs
sus consecuencias, seria necesano sÚJmpre de inducir al pueblo
para tomar las annas.. , Entonces, comO podrla saberse cuando y
como se incitará al pueblo en una guerra nacional. (JOMINl, EL
Arte de la guerra. Pág 33). .

Esto es exactamente lo que sucedió en la Revolución China en 1930


y, después, de la Segunda Guerra Mundial en las colonias europeas y en el
Tercer'JMundo. CQmo Jomini. recuerda, ¿como movilizar al pueblo para
pelear una brutal, ~ y prolongada guerra? Se (X)Dvirtió en uno de los
más importantes problemas teóricos a su tratado eri"el ' vasto mundo de la
literatura de la guerra de guerrillas. No obstante, la niovilización del pueblo
DO fue un grao obstáculo como Jomini había supuesto y actualmente, se ha:
vuelto menos complicado desde la Segunda Guerra Mundial. El problema
de motivliCión ha SIdo resuelto a través de etapas incluyendo, la propaganda
nacionalista y comunista; el peligro del ENO en la frontera; las acciones de
una élite revolucionaria que empieza acciones de fuerza; apoyo militar
exterior y la coerción y el terrorismo. 34.
'. 'Jom agrega una importante dimen&ión a · su discusiÓD de las
"guerras nacionales", y que sorprendentemente ' no está ausente en. "~l
análisis de Clausewitz: el rol de la inteligencia. Aquí lomini parte de su
preferencia por la ofensiva y efectúa un argumento convincente de que la
guerra de guerrillas, favorece la defensa (Clausewitz también considera la
~ de guerrillas como defensiva). De acueroo a Jomini, aquellos
mvolucrados en guerras nacionales, gozan de una ventaja natural en lo que
respecta al uso de la intelige.ncia.

Estos son sus comentarios:

52
El primer elmrento tk ID T1inidml•••

....•.. Cada habitante annado, conoce los más pequeflos senderos y


sus conexiones, el encuentra en cualquier sitio a un pariente o a un
amigo que lo ayudará,' los cornanJós también conocen el paú y
detectando el menor movimiento del eno, pueden adoptar las
medidos necesarias para derrotar sus intenciones, mientras, sin
información de sus movimientos y sin estar en condiciones de enviar
destacamentos para derrotarlos, sin tener recursos acepto klfuerza
de sus bayonetas, son como hombres ciegos: sus estrategias falklrán
y cuando, despub de concertar movimientos y kl más rápúla y
fatigante marcha, el piensa que está por complmar su ta1't!tl, no
encuentra sellas del MO, si no solo sus fogatas,' parecerá a don
quijote, atacando a molinos de viento y llevando una guerra tan
desastrosa que él inevilablemente deberá resignar al final.
(Jomini, El arte de kl guerra. Pág.3l).

Jomini cierra su análisis de las guerras nacionales, expresando su


nostalgia por los días cuando la guerra era un asunto simple y menos brutal
y llevada a cabo por caballeros y no por toda una nación.

Si fuera necesario hacer una selección, yo .co~ solJ.ado prefiero kl


guerra leal y caballerosa, al asesinato organizadO, y mi selección
seria en favor de los viejos buenos tiempos, como cuando los
guardas franceses e ingleses, cortesmente se invitaban a disparar
primero.
(Jom;"i, el arte de la guerra. Pág.34-5)

S3
(página illlencionalmente dejada en blanco)

54
9
·'W IDEAL Y W REAL:
VICTORIA SIN DERRAMAMIENTO
~E SANGRE Y LA BUSQUEDA DE LA
. BATALLA DEClSIVA

Para obtener cien victorias en cien La Gente de buen corazón, pueden por
batallas .no se requiere la máxima supuesto pensar que hay una manera
experiencia. Para derrotaial ENO sin ingeniosa pu1l desarmar o derrotar al
pelear si se·requiere la máxima expe- ENO, sin mucho derramamiento de
riencia (Iomini, El Arte de la Guerra. sangre y p~pensar que esto es lo
Ng.77). .., ideal del arte de la gUerra. Esta mara-
,villa, como::!illena .es una falacia que
debe ser dicha. (En Guerra. P~g. 75).

Aquellos experimentados en.la guerra, Todo es gobernado por una ley supre-
subyugan al ejército del ENO sin ma, la decisión es por la fuerza de las
pelear. Capturan ~i~~ sinasaItar- , af!Jl8S.,.-.. (En Guerra t ~g. 99).
las y destruyen al estadb sin efectuar
operaciones frustrantes (Jomini, El
Arte de la Guerra. Pág. 79) .

Su objetivo debe ser tomar todo lo que ...... la resolución violenta de la crisis,
hay bajo el cielo, en forma intacta ! el deseo de aniquilar las fuerzas ene-
(Iomim, El Arte de la Guerra,',Pág. 79) . migas es el primer objetivo de la
guerra (En Guerra. Pág. 99).

'.:..

ss
Maestros de 1s Guerm

Los anteriQt'eS comentarios, son penSados como una forma de


concentrar la ·ésencia de la filosofía de la guerra de sus autores. En una
primera impresión, parecen que estuvieran en conflicto, pero actualmente,
Sun Tzu y Clausewitz, no difieren tanto como a menudo se asumía,
coosiderando la necesidad de recurrir a los sisnificados reales de batalla y
derramamiento de sangre. Más aún, ellos están de acuerdo que la mejor
manera de entrar en guerra, es usualmente el pelear durante el menor
tiempo posible y ganar tan decisivamente como sea factible. Todos los otros
tipo de guerras prolongadas deben ser evitados.

Ambos, EL ARTE DE LA GUERRA Y EN GUERRA, fueron escritos


durante períodos históricos, caracteri7Jldos por 108 amplios ·recursos y .
amplio uso de: las fuerzas · Jqijitares. Cada uno hizo su aparición en
moment08en que las tempranas formas de guerras limitadas, habían dejado
paso a fonDas m4s vinllentas de guerra total.
En China, la transición de guerra ritualista del perlodo de Primavera
y Otoño (722 hasta 481 antes de Cristo) hasta los conflictos militares sin
. perdón y la confusión política del perlodo Warring (403 basta 221 antes de
Cristo), fue de lejos la forma más gradual que aquella que tuvo lugar en
Europa en las guerras limitadas del sigloxvm, basta la Revolución Fran-
cesa y guerras napoleónicas de los siglos XIX. Como Sun Tzu y Clausewitz
vi~¡eron en époCas en,que el·US9 de la fuerza era una norma, ellos supieron
de que era necesario roÓlper huevos, de tal ,manera de Jl9der hacer tortillas
. (recursOs para la guerra vs. la consecución de los fines políticos). ¿Porqué
entonces, Sun Tm, en aparente contradicción con Clausewitz, alaba las
virtudes de ganar sin necesidad de entrar en guerra y hasta que grado el
cree que ésto, es posible en la práctica? El énfasis de Sun Tzu en el uso
de la fuerza solo como un último recurso, refleja el idealismo de CON-
FUCIO, en el que prima la actitud mental en todo los asuntos humanos.
Como otros clásiCOS producidos por idealistas, entre el desorden del período
Warring. Sun Tzu espiaba sus doctrinas de la lejana y diferente edad
imperial. Lejos de glorificar la coerción física y la guerra, Confucio enseño
que el hombre superior, glorificado como un producto au~ultivado, debe
. ser capaz de conseguir sus fines sin violencia. Estos valores representan el
ideal que se espei'aba encontrar en su más sublime explicación, en la
persona del emperador.

El que un emperador recurriera a la violencia, era admitir que el


había fallado en su propia conducta y sabiduría en el arte de
gobernar. El recurso de la ~ (WU), era admitir que habla caído
en la hancarrOOi en el segutmiento de la paz (WEN). Consecuente-
mente debe ser el último recurso y requiere justificación tanto en el
tiempo como en la historia.

Dentro del sistema, no había espacio para la dicotomía entre el


pueblo y la moralidad privada, tan famili&r en el occidente y en su concepto
de RAISON D'ETAT, que claramente distingue entre ética individual y
aquella de los lideres encargados del bienestar del e.!>tado. Esta falta de

56
Lo Ideal Y ÚJ Real: Victoria sin ...

diferenciación entre la moralidad pública y privada y la visión de '.lue


recurrir a la guerra significaba la falla personal del emperador, podría
también explicar porque éste, dejaba la lucha a la parte militar. "La
juventud china no tenía equivalentes como Alejandro, César o Napoleón a
quién admirar ee.m ular. No existían trabajos heroicos como en el Oeste".:
Por otro lado,' Clausewitz, para quien Federico el Grande y
Napoleón, eran paradi~ de genios militares, arguía por la unidad de la
dirección Política y Militar en los nW; altos niveles de la guerra:

Para llevar una guerra o una de sus campaIIiu, a un fin exuoao,


requierese de exacto control de las polfticos nacionales.
En ese nivel, lapolllica y la estrategia crecen junios: el comandante
enjefe es, ·sin.aUlláneomelfle, un hombre de estado.
(EN GUERRA. Pág. 111). . '

SUD Tzu y su preferencia idealística sobre el uso de otros medios y


no la guerra, sea política, diplomática, económica o ideológica, también
refleja las actitudes tradicionales chinas.
Operaciones en tan diversós niveles;.-.... Están más allá de la
capacidad de un militar puro. Ellos eran la espera de la eitlrenada
burocracia de confocio, que sabÚl como emplear lafoerza dentro del
repertorio de los osunlos de estado. Este solo hecho, mantenÚl a los
militares en su lugar. 40.
; ..
En la vieja china, la guerra era demasiado compleja para ser
dejada a los miütares, aún {JOr más bien entrenados que estuvieran.
Su objetivo no era la victona, pero si el restablecimiento del orden,
y para esto, el arte de la JIIlZ. e1!' igualmente necesario.
. ..

Esto no significa que habían pocas guerras en la historia de China,


o que cuando una ~ se iniciaba, la lógica China difería grandemente
de aquella en OccIdente.· Como a menudo ocurre, existe una inmensa
brecha entre lo ideal y lo real y entre la teoría y 'la práctica • .
~Cómo está expresado este idealismo confusiano en "El Arte de la
Guerra ,? .Como se afirma anteriormente, SUD Tzu repeti~te enfatiza
que " .. . •. . aquellos experimen~ en la guerra, subyugan al ejército del
ENO sin luchar" y que "la mejor política en guerra es capturar UD país
intacto". (El Arte de la Guerra. Pág. 79).
Este rechazo al recurso de la fuerza es también evidente en el deseo
de minimizar las heridas Ycostos asociados con la guena, una vez, ésta ha
comenzaOO. El idealismo de Confucio inspira la búsqueda de "fuerzas
multiplicadoras ft , DO materiales, que ~ la victoria con el míaiDVl
uso de la fuerza ([CHANG YU] ........ .la fuena aplicada es núnima, pero
los resultados enormes") (El Arte de la Guerra. Pág. 93). En CODkaSte,
Clausewitz advierte de la dinámica escaIación inherente a las guerras:

57
"~que en la guerra UD esfuerm pequeño no puede dar resultados, cada
lado tiende a sobrepasar al otro, lo cual origina una interacción en cadena·
(En Guerra. Pág. 585). Y, por consiguiente, la mayor fuerza que se aplica
desde el inicio, ayudará a emplear menos fuerza al final, lo que acortará la
duración y el costo de la guerra. Para Clausewitz, "no hay leyes de
estrategia grandes Y simples, más que aquellas que mantienen nuestras
fuerzas concentradas, .....•... parecer poderosos, primero en el ámbito
general, y luego en puntos decisivos (En Guerra. Pág. 204) . .
Parafraseando la sarcástica definicián de maniobrabilidad de
• Clausewitz, uno podría decir que las fuerzas multiplicadoras de Son Tm,
"llevan la idea de un efecto, creado de la nada" (En Guerra. Pág. 591).
Dentro de las fuerzas multiplicadoras recomendadas por Sun Tm, están: las
maniobras; la confi8ll7a en la inteligencia; el uso extensivo del engaño, y
acciones diversiooarias para conseguir la sorpresa; el "acercamiento
indirecto" y el uso de medios psicológicos para reducir el deseo enemigo
a pelear (Todos estos medios, particularmente la confumza en la inteligencia
y el engaño, son elementos importantes en el Arte de la Guerra, que
reciben mucho menos atención de Clausewitz, quién en su mayor parte los
considera desoonfiables e impracticables).

Sun Tzu ofrece esta definici6n del "acercamiento indirecto·:


.. i"~~.
Aquel qúe Conoce el arte del acercamiento directo e indirecto, será
el victorioso;:"Ese .es el arte de maniobrar. (El arte de la guerra.
Pág. 106).
(l's'ao tS'aoJ vaya hasta elfondo, llene espacios vacíos sobrepase
sus defensas, golpéalo donde no lo espera.
(El arte de lIJ -guerra. Pág. 96). .
..
Vaya ~r caminos indirectos y distraiga al enoengtÍifdndolo con
.tenlaciones. Haciendo esto, lo retrasará y llegará antes que él. El
que enJiende eslO, entiende la estralegia de lo directo y lo Indirecto.

(l'u mu) el que desea conseguir una ~ntaja; tOma un desvki y ruta
distante y 10 hace de la forma más corta.
(EL AR1E DE LA GUERRA. Pág. 102).

Desafortunadamente, Sun Tm, no explica en términos concretos,


como identificar el
indirecto que es antici
-;::i:r" acen:amiento indirecto. Un acercamiento
por el ENO, paradójicamente se convierte en
directo y todo lo que sigue a continuación, se convierte en acercamiento
indirecto. Esto hace recordar el consejo dado por el viejo comerciante a su
hijo: -hijo mío, déjame darte el secreto de mi éxito. Compra barato, vende
caro y tendrás éxito" . El problema con este consejo es, como toda verdad
obvia, es demasiado vaga para tener valor. Sin embargo, aún las verdades
obvias, pueden dar a1~ contribuciones positivas al dar apreciaciones
para.ciertas actitudes, fórmulas" o acciones que no son tan evidentes como

58
Lo Ideal Y lo Real: Victoria sin •. .

enos aparentan, o que no pueden ser fácilmente puestas m práctica. Pero


al final, como Clausewitz enfatiza, identificar el óptimo "acercamimto
indirecto" , depende del genio: creativo, del "Coup D 'Oei}", del líder
militar. Esto a su' vez, nos neva a ,la pregunta, como veremos, de como
ideAtificar al "genio militar" en tiempo de guerra, antes del inicio de una
guerra. :' ,

En contraste con "En Guerra", "El Arte de la Guerra" enfatiza la


~ ~P!'icológica; esto es, la erosión ~ deseo del oferente para obtener
la victoria, a un costo mucho menor (o sm costo). ...... _.
' ,! , ,
".. .
~ '.
_ ",

No se cruce en el camino de un enemigo que 'se -retirá;


A un ellO rendido, dejale una salida de escape ,, '
(Tu mu) ITUléstrale que existe una salida y mJtale en la cabeza que
existe una alternativa a la muerte. Entonces~ aiaque.
(SUR tzu) no presione a un eno conJra la pared.
(El arte de la guen-a. Pág. }09-}O Y 132-3)
A pesar que Clausewitz DO insiste con la misma fuerza e importancia
al acercamiento indirecto y a la guerra psicológica, el advierte al lector DO
ignorar estos asuntos.

Cuando lulblamos de destruir los jueriIiS enemIgas, debemos


enfatizar que nada nos obliga a ümitar ésta ideá' a los fuerzas
flsicas: el elemento moral también debe ser considerado. "
(EN GUERRA.. Pág. 97).
- ,

Clausewitz también reconoce la posibilitiad, en Una guerra limitada,


de ganar con UD menor delT&lDllDljento de sangre, minando las alianzas
memigas y reduciendo su deseo de pelear.

Pero alll hay otro camino. Es posible inCrementar la posibilidml de


éxito sin derrotar las juerzas del eno. Me rtifiero a operaciones que
tienen repercusiones polI/icas directas, que están designados, en
primer lugar, a destruir las alianzas enemigas, o paralizarlas, que
ganen nuevos aliados o q~ qfecten favorablemelue kl escena
poliJica, etc. Tales operacumes, es obvio q~ puede incrementar
1UIeSIr.os posibilidades y que puetkn encontrarse rutas m4s c.ortas
para obtener el éxito, en vez tÜ! destruir al ejército adversario.
(EN GUERRA. Pág. 92-3).
De acuerdo a Son Tm, UD líder militar experimentado m el arte de
comandar, debe ser capaz de crear uua situación en .la que no la ~e a sus
tropas, otra opción que pelear o morir. '

59
Maestros tk 111 Guerra

. . Coloque a· las tropas en una posición en el cual no tengan escape


y aún cuando Iiay peligro de morir no escaparán. Si están listos a
morir ¿que cosa no conseguirán? Entonces los oficiales y la tropa
junta pondrán el mayor de sus esfuerzos. En una situación desespe-
rada ellos no temerán a 1UIda,' cuando no hay salidll, ellos resisti-
rán. (El arte de la guerra. Pág. 134, 135).
. . A pesar que Clausewitz otorga la mayor importancia a los factores
morales, a la fuerza del deseO y a numerosos otros factores no materiales,
él no discute explícitamente los diferentes medios para desacreditar la moral
enemiga, como sí lo hace Sun Tm. Es~uede ser porque 61 ve tal política
como muy evidente; sin embargo él ría haber considerado muchas de
las afirmaciones 'l.ue figuran en " 1 Arte de la Guerra", demasiado
simplistas. El énfasiS de Clausewitz en el proceso intelectual de aprendiza-
je, la formulación de preguntas pertinentes, y el ~ al lector a través de
cómplicados argumentos, hace aparentar que evita las clases de mbimas
(dichos) típicos de "El Arte de la Guerra-. -En Guerra", no está falto de
verdades obvias, aunque Clausewitz hace un mayor y serio esfuerzo para
explicar sus lógicas consideraciones. Por ejemplo, al aconsejar de ser fuerte
en el momento decisivo del sofisticado desarrollo del concepto del punto
culminante del ataque, o el centro de gravedad, no le da al lector consejos
pdcticos para sú implementación.

La diferencia entre los dos libros es, sin embar~o, que Clausewitz
en su arquitectura sistemática, incluye un análisis explíCito del rol del ~enio
militar y la intü!ción .e n' guerra y que proporcionan mejor conocimiento
acerca de esos problemas.
Posiblemente, e8te es también el contexto en el cual se puede
mencionar otra diferencia entre Sun Tzu y Clausewitz. "El Arte de la
Ouerra -, continuamente informa al lector, como un general exitoso puede
engañar y sorprender al ENO, y como puede y debe efectuar buena
inteligencia y disminuir el espíritu peleador del oponente. Sin embar~o Sun
Tzu raramente alude el hecho de que también el ENO, está en condiciones
d~ seguir el mismo consejo. En este caso, su análisis dimensional único,
aparenta asumir que .el ENO es pasivo y nos seguirá estrategias similares.

Clausewitz, en la otra mano, enfatiza la naturalem recíproca de la


guerra, esto es, la acción y reacción de enemigos igualmente capaces. Si
ambos oponentes son expertos en el arte de la guena, es más dificil asumir
que uno será capaz ~ sobr~~ al otro Y ganar sin derramami~to
de · ~gre o con.segwr una Victoria menos oostosa a través del engana.
Clausewitz es cauteloso al elaborar estratagemas que tienden a sobreestimar
al ENO:

Si abandonamos las 4éhiles impresiones de conceptos abstrados por


la realidad, encontriJrmws que un adver.sario activo. corajudo y con
resolución, no nos dejará tiempo para elaborar esquemas inI1'inca-
dos, pero es al verdadero enemigo contra quién nosotros necesita-
mos estas mayores experiellc;as. (EN GUERRA. Pág. 229).

60
Lo ldetJl Y lo RetJl: Vielona sin ••.

El, por esa razón asume, más que Sun Tzu, que como no hay
soluciones unilaterales fáciles, es imposible tener éxito a través de la
aplicación de "poca fuerza para conseguir mucho" . Cuando se lee "El Arte
de la Guerra", con su énfasis en la victoria sin ~lear, es conseguir
victorias menos costosas a través del engaño o, debilitando la resistencia
enemiga, uno debería recordar los comentarios de Frank Kierman en su
ensayo, "Fases y Modos de Combate en la Temprana China".

, ESta exaltación de la extraonlioaria estratagema, puede ser un refl~o


de la ~ia china (estudiosos e historiadores), a la fuerza ,bruta.

De cualquier manera san~, la gQerta podría haber sido más


aceptable a 108 literatos chinos, SI ella hubiera sido representada como una
lucha manual-intelectual, con hechos desagradables de disciplina, organiza-
ción, armamento, duración y derramamiento de sangre, de alguna forma
minimizados. Existe solo un pequeño paso de ésto, a la idea de que
inusuales y exitosos generales son sabios, poseedores de mágicos poderes
r
para controlar la naturalem las circunstancias. Esto excluye aún más a la
guerra, del aceptado domimo de la experiencia, dejando esa esfera a los
racionales literatos de Confucio. .... y relegando a la eDl{)res& militar al
mundo de la fantasía, estimulando la clBBe de estrategia nacida de un sueño
y que ha marcado el pensamiento militar chino, tan profundamente a través
de los siglos, hasta nuestros días. ' :.

Claw;ewitz no puede ser encontrado culpable de nada de lo anterior,


ya que, "En Guerra", relata ~uchas descripciones realis~ de los. horrores
de la guerra. Tampoco le provee al lector con solUCIOnes nítidas para
rendirse innecesariamente. .'

La decisión por las armas,es en las mayores y menores operaciones,


lo que el pago al contado es en el comercio. No importando cuan
compleja sea ÚJ reúzción entre las dos partes, no importando como
los situaciones ocurran, elÚJs nunca podrán estar ausentes (EN
GUERRA. Pág. 97).
... Es inherente, en el verdadero conceplo de ÚJ guerra, que lodo lo
que ocurre, debe origiluuse del combaJe.
(EN GUERRA, pág. 95:..96)

... EI verdadero concepto de guerra, nos pennitirá hacer los


siguientes e iNUJulvocas qfirmaciones: . ,
l. - La destrucción de las fuerzas enemigas, es el principalfsimo
principio tk ÚJ gUeTTtl, y ÚJ principal forma de conseguir
nuestro objetivo.
2. - Dicha destrucci6n puede, usualmente, estar acompaflotÚJ solo
por ÚJ lucha.
(EN GUERRA, pág. 258). ,

61
Maeslros tk 14 Guerra

Clausewitz de este modo, afirma que en muy raras instancias, uno


.puede ser capaz de ganar sin entrar en combate, pero tal posibilidad es tan
remota que puede ser relegada al área de la teoría. En una critica de las
guerras del Siglo xvm, él arguye que la posibilidad de victoria sin pelear,
era una aberración en la historia de la guerra. Aún en dichas guerras
limitadas. dende todos los actores se regían por las mismas reglas y que
alguna vez fueron posibles en la Edad de la Razón, todo esto se vino abajo
con la Revolución Francesa y las subsecuentes guerras totales que
convirtieron a las otras en absunIas.
Consecuentemente, seria una obvia falacia imaginar una guerra
entre pueblos civilizado.s, como resldlado de un acto racional de
parte de sus go~ y suponer una guerra libre de pasiones, de
tal fomaa que al final uno nunca necesitarla usar el impacto ftsico
de las~. Ésa seria la CÚlse de guerra por algebra.
(EN GUERRA, Pág. 76).

Combate es la únicafoerza efectiva en gllemJ,· suJin es destruir las


fuerzas enemigas como medios de conseguir unJin. Eso estaba bien,
aún si no exist(a guerra en esos momentos, porque el resuüado
descansaba en el asumir de qlU1 si llegaba la guerra, el eno serla
destruidD. PQT tanto,la destrucción de lasfuerzps enemigas soporta
a todas las acciones miütares,· todos los planes son al Jillal basados
en eso, y descansan en ello como el arco en el violfn. Consecuente-
merite, toda acción se toma en la creencia de que si la guerra
ocurriera, el resullqflo serlafavorable.
(EN GUERRA, Pág:97).

A todos los posibles -enganches- debe darseles mucha


atención y considerarlos como reales, debidD a sus posibles
consecuencias.
(EN GUERRA, pág. 181).

Uno puede admitir que aunque la decisión haya sido sin


sangre, fue determinado en un úüimo análisis de -engan-
ches- qlU1 no se 1WlIizaron pero que hablan sido amenazas.
En este caso, se puede argiür, qlU1los planes estratégicos de
esos enganches, mas que decisiones tácticas, deben ser
considerados como el principio operativo.
(EN GUERRA, pág. 386, 181, 311).

Las divergencias entre Clausewitz y Sun Tzu en el asunto de la victoria sin


pelear, son considerables. Mientras que Son Tzu lo eleva hasta un ideal,
Clausewitz lo considera como usa excepción '/ aún como "la continuación
del combate por implicaciones". El esceptiCISmo de ClaU8eWitz sobre la
posibilidad de ganar sin derramamiento de sangre usando "fuerzas
violentas", pata conseguir mejores resultados, o confiando en fuerzas
multiplicadoras no violentas como panacea, se muestran inequívocamente,
en sus cínicos comentarios sobre formulas milagrosas para la victoria:

62
Lo Ideal Y ID Real: Victoria sin ...

Dirigiendo al en.o fuera del área que ha ocupado, no es muy


difeellle de esto, y debe ser ·considefado al mismo nivel, en vez de
un verdadero éxito de las annas. Estos medios son generalmente
sobreJimensionados,' ellos raras veces consiguen mucho en batalla,
e involucran el riesgo de los contra ataques que pueden no haberse
tomado en cuenta. Son muy tentadores porque no cuestan mucTw.

Ellos deben ser siempre vistoS como inversiones menores que solo
pueden dar dividendos menores, apropiados a circunstancias
limiIaJos y motivos débiles. '
(EN GUERRA, Pág. 529).

Nada de t!8Io signijioo el decir, que no debe haber actividmJ en la


gU81Ta. Las herramientas están aU{ para ser usadas y su uso,
naturalmente producirá desgaste. Nuestro único objetivo es claridad
y orden; estamos opuestos a teorlas que afinnan que la mayor
sorpresa, los movimientos rápidos o la actividad sin descanso,
ooslará noJa y que ellas son como minas valiosas abandonadas,
. debido a IIIJ general indolente. El producto final puede indudable-.
mente, ser comparado al de las minas de oro y plata: uno solo ve
los resullados finales y se olvida de preguntar acerca del costo del
trabajo que tuvo que hacerse.
(EN GUERRA Pág. 322).

Ese es el motivo por el cual los gobiernos y los comandantes, han


tratado siempre de encontrar caminos para evitar batallas decisivas
y alcanzar sus objetivos por otros medios o, silenciosQllU1nte
abandonarlos. Historiadores y teóricos han recibido grandes
decepciones, clUUldo describiendo tales campalfas y cotiflictos,
seftalan que otros medios no solo sirven al propósito mismo, como
el de una batalla que nunca fue peleadlJ, pero en donde exist{a
evidencM de una mayor experiencia. Esta lfnea de pensamienlOS nos
ha traIdo casi al pUnlO de prestar atención en la economfa de
guerra, a la batalla, como una cltue de demonio llegada por error,'
siendo una mórbida manifestación al cual una, co"ectamente
dirigida y ortodom glU!1Ta, nunca hubiera llegado. Los laureles
eran reservados, para aquellos generales que sab{an como conducir
una guerra sin derramamiento de sangre,' y ese era el propósito
espec(fico de la teorfa de la guerra, el enseftar ésta clase de guerra.
(EN GUERRA, pág. 259)
¿Cómo debemos probar q_ a menudo, y en los mas importantes
casos, la destrucción de las fuerzas del eno, deber(a ser el principal
objetivo? ¿cómo vtlI1I08 a Jescribir, la altamente sofisticada teorfa
que supone posible un particular e ingenioso méloJo de itifligir un
daikJ menor y directo a las.fuerzas enemigas, para llevarlas a una
mayor e indirecta destrucción? ¿o por acciol¡es limitadas pero
expe~aJos, aplicar golpes y ocasionar tal parálisis en las
.fuerzas del eno y COIJlrolar el podp de su deseo y constituir un

63
significante alajo hacia la victoria? Indudablemente que un engan-
che en algún punto, podrá ser mayor que en otro. Cwo que exisfe
.' . ' un orden de prioridades para los enganches <en la estralegÜJ,· de
.'. . !recho, eso es de lo que trata la estralegÜJ y no queremos negarlo.
. Pero si reclamamos, que la directa aniquilación del eno debe ser
siempre la consideración dominante. Simplemente queremos
establecer el dominio del principio destructivo.
(EN GUERRA pág. 228).
No estamos interesados en generales que ganan victorios sin
derramomienlo de sangre. El hecho de que el osesinaJO en masa es
un horrible espectáculo, nos debe hacer tOllUlT la guerra en serio,
pero no para darnos una excusa para hundir gradualmente nuestros
espadas en 1tOInbre de la humanidod. Tarde o temprano, alguien
llegará con una filuda espada Y nos cortará los brazos.
(EN GUERRA Pág; 260). .
No obstante, esto DO significa que Clausewitz prefiera el derramamiento de
sangre a otros medios más económicos, si fueran posible: La siguiente
.afiriMció,n clarifial su posiciÓD en ésta materia: '. ,
;. '~.. -:".. ~ ..

lA ventaja que la destrucción del eno posee sobre los otros métodos,
está balanceodo por su costo y peligro, yes solo para evitar éstos
riesgos, que se emplean otras politicas. Que el método de destruc-
ción no sea caro es entendible,· otras cosas son iguales como, a
mayor.intento que se haga en destruir al eno, mayor esfuerzos deben
hacerse. El peligro de éste método es que mientras mas grande sea
el e:xito que buscamos, mayor será el dmio, si fallamos. Otros
métodos, son menos costosos si tienen éxiJo y menos nos dailará si
fallamos, aunque esto solo será verdadero si ambos lados actúan
idénticamente... Si el eno, busca la decisión por medio de la
batalla, su elección no podrfaforzar contra nuestro deseo de hacer
lo mismo. .
(EN GUERRA Pág. 97-8).
La victoria sin pelea, es relevante para el tipo de conflicto militar,
en el cual SunTzu ~ haber estado más familiarizado; las guerras de
dinastía contra objetIvos limitados más que las guerras ideológicas totales
cOmo características de los Siglos XIX y xx. Por lo tanto, la idea de
Clausewitz de que las guerras pueden ser peleadas por medios no violentos,
es válida solamente cuando ambos lados timen objetivos moderados. El
enfatiza aun más éste punto en sus instrucciones al Principiado de Prusia:
En nuestro plan de batalla debemos fijar este objetivo: el alaque a
una wga columna del eno y su completa destrucción. Si nuestra
intención es menor, mientras que la del eno es mayor, sacaremos la
peor parte. (Principios de la guerra, Pág. 17-18)
Pero ~mo CI~tz ~ía, .ningún es~ le. permite a su enemi~o,
.el ganar fácilmente y ' sm nesgo por . medio de esos métodos fáciles

64
lA Ideal Y lo Reol: Vidorirl siR •••

(ejemplo: diplomacia, bloqueos económicos, tretas, demostraciones de


fuerza, etc). Un país en esta posición, debe convencer al ENO, que él no
podrá ~ el triunfo, sin engancharse en una prolonaada y sangrienta
pelea; dicho país debe estar también preparado para incrementar y dictar
sus propios términos de batalla. Si es débil, su única cbance es convencer
a su enemigo que la guerra no vale la pena. Para ponerlo de otra forma. la
relación recíproca entre estados y la dinámica de la guerra son tales, que
si el primer estado sabe que el segundo limitará sus esfuerzos a métodos
menos costosos, el primero tiene más inceativos para hacer aparecer el
costo de la perra ~elrohibitivo. Por eso, la recomendación normativa
de Sun Tzu que uno ganar sin gastos Ysin pelear, puede ser solo una
excepción y no la regla.

En suma, Clausewitz entiende la debilidad. Y no la falacia lógica, de


la idea que los comandantes militares deben esforzarse en B~ batallas
menos costosas y por métodos no militares. En el Libro 1, capitulo 2, de
"En Guerra ti, en el único capitulo que incluye un análisis de este problema,
Clausewitz sugiere que los métodos no violentos pueden tener exito,
solamente, si el ENO confió en una estrategia similar; se éste no fuera el
caso, la ventaja estará del lado del que está dispuesto (al menos en
apariencia), a combatir, aun si origina un costo alto en vidas y recursos. De
hecho, el argumento más persuasivo contra la idea de una victoria sin
sangre es que en la mar,or parte de las veces, solo una poderosa demostra-
ción de fuerza, paradÓJicamente, acabará con la guerra.
Si el eno buSca decidir a través de U/la batalla, su decisión no
forzará contra nuestro deseo de hacer lo mismo. Entonces el
resultado de la batalla será decisivo,· pero es claro que nosotros
estaremos en una daventaja, ya que nuestros planes y recursos
hablan estado, en parte, con la intención de conseguir otros
objetivos que el eno no consideraba. Dos objetivos,· el cual ninguno
es parte del otro, son muluamente exclusivos: unajuerza no puede,
simultáneamente, ser usada por ambos. Si uno de los comandantes
está buscando la solución a través de una batalla, el tendrá una
exceknte oportunidad de éxito si él está seguro de que el eno tiene
una polftica diferente. Inversamente, el comandante que desea
adopltU -diferentes medios -, puede razonablemente hacerlo, solo si
asume que su oponente no está dispuesto a recurrir a una batalla.
(EN GUERRA Pág. 97-8).
Esto es como, sin haber leído a Sun Tm, Clausewitz demuele la idea
que -EL SUBYUGAR AL ENO SIN PELEAR ES LO MAXIMO DE LA
EXPERIENCIA". Por lo tanto, si un militar sepidor de Clausewitz, va a
enfrentar a un seguidor de Sun Tm, el primero estaJ"á en una mejor
posición para ganar. Por ésta razón Clausewitz advierte que:
-. .. En guerra un esfuerzo pequelfo no solo puede ocasionar un
error, sino 9ue cada lado intenta sobre pasar el otro, lo cual
origina una Interacción-.
(EN GUERRA Pág. 585).

6S
Maestros de le GUSrnJ

. Al concluir esta sección, 4ebe ser notadO que aun si fuera posible el
"subyugar al ENO sin pelear", Clausewitz no considera dicha victoria como
guerra, si no como algo lQÍ8 (diplomacia, engaño sorpresa, etc.). De
acueroo a él : "GUERRA ES UN CHOQUE DE GRANDES INTERESES
QUE SE RESUELVE POR MEDIO DEL DERRAMAMIENTO DE
SANGRE Y QUE ES LA UNlCA FORMA EN EL CUAL SE DIFIERE
DE OTROS CONFUCTOS· (EN GUERRA Pág. 149). El éxito por otros
medios, sin derramamiento de sangre, puede ser la más grande victoria,
pero no es guerra.

66
10
SUPERIORIDAD NUMERlCA y VICTORIA
. Ya que el ideal -de la victoria sin bataDa es raramente cumplida, la
estmtegia debe tratar de determinar la tms efectiva lllIUleta de conseguir la
victoria, una vez que el derramamiento de san~re se hizo mevitáble. Una
vez que Sun Tzu voltea su atención a la estrategIa en la práctica, sus puntos
de vista no difieren mucho de los de Clausewitz. Como él, Sun Tm está
b~o la lMs rápida Y deéisiv~ ~ictoria. E~ puede ser ~guido,
directamente a través de la supenoridad numénca en geneial, o en una
relativa superioridad en el punto decisivo de contacto. Es por supuesto la
úki.ma silu3CiÓD, en la .cual las cualidades superiores de liderazgo son
traídas al frente. Para gan8t sin tomar en cuenta su inferioridad numérica,
el "genio militar- debe, por ejemplo, entender la potencial contribución y
límites de la inteligencia, el uso nds efectivo del engaño, y las diferencias
fundamentales de la ofensiva y la defeasiva; más aún, el debe estar atento
a las ven~as .que dad el terreno y la tecnología de las armas, así como a
aqueDo que no puede triunfar solo por superioridad numérica.

La victoria es el prilJCipal objetivo de la guerra. Si es 'muy prolon-


gada el a17I1IJl1umlo faJlará y la moral elJlrará en depresiólI. CUlJndo
los tropas maque,. CIudades, sus fuerzas estarán exhaustas. ... A
pesar que hemos escuchado de lentitudes y errores en los guerras,
aún 110 hemos visto operaciones exitosas que hayan sido prolonga-
das. ., .c. ':,
_.0.

(EL ARTE DE LA GUERRA, Pág. 73)

Determinación y velocidad son ele~tos esenciales de una victoria


decisiva. "

(Chang-yu:)cuando uds. Vean el curso co"ecto, actúen, 110 esperen


ordenes.
(EL ARTE DE LA GUERRA, Pág. 112)

La velocidod es la esencia de la guerra.


(EL ARTE DE LA GUERRA, Pág. 134)

Al comienzo sé t(mido como lIIIll doncella. CUiJndo el ellO te di lIIIll


oportunidoll, se rápido como una gacela y el estará incapacitathJ de
detenerte.
(EL AR1E DE LA GUERRA, Pág. 140).

Claramente, el propósito de buscar una batalla decisiva y resultados


rápidos, es evitar involucrarse en guerras prolongadas. A diferencia de Sun
Tm, Clausewitz va directamente al punto:

El objetivo inmedimo de un maque es la victoria.


(EN GUERRA, Pág. 545).
La destrucción del ejército es la clave de su derrota.
(En GUERRA, Pág. 595-6).

67
Maestros de la Gueml

---L a -victoria-sola no es todo, pero, después de lodo ¿Qué es lo que


retilmente cuenta? -
(EN GUERRA Pág. 291).
Dudo si Bonaparte en alguna de sus campoJfas en el campo, no tuvo
la idea de aplastar al eno en su primer encuentro.
(EN GUERRA Pág. 261). -

Si reclamamos, que la aniquilación directa de las.fuerzas enemigas,


debe ser siempre, la consideración tJomiMnIe.
(EN GUERRA.. !,ág. 228-230).
¿Y cómo una rápida y decisiva victoria debe conseguirse? Como se
ilustra en las afirmaciones sipientes, Clausewitz creía que consiguiendo
superioridad numérica, era una de las pocas maneras de ganar sin combatir.
Como él explica, la superioridad numérica, cuando todo lo demás es igual,
es una de las maneras más simples de ganar:
. .
~

En la tádica como en la estrategia, la superioridad de los números


es el ekmento más común de victoria.
(EN GUERRA Pág. 194).
... La superioridad de los numeros es el factor más importante en
el resultado de un enganche.... Por lo tanto la mayor cantidad de
tropas como sea posible, deben ser llevadas a la batalla en el
momento decisivo. &te es el primer principio de estrategia.
(EN GUERRA Pág. 194-5).
La primera regla por consiguiente, debe ser: poner el más grantle
ejército en el camf!O de batalla. Esto puede sonar a petulancia, pero
no es eso en realidad. -
(EN GUERRA Pág. 195).

La mejor estrategia es siempre ser muy fuerte, primero en el ámbito


general -, luego en el momento decisivo ... ALU no hay más leyes de
estrateguz grandes y simples, que aquellas que mantienen las.fuerZas
concentradas.
(EN G~RRA Pág. 204).
Un estudioso imparcial de la guerra moderna, deberla admitir que
canl-üJades superiores se convierten en decisivos cada dia que pasa.
El principio de traer la nuúima fuerza posible a los ellganches
decisivos, deben por consiguiellle ser cada vez más altos que en el
pasado.
(EN GUERRA Pág. 282)49.
Mientras que la victoria se consigue más fácilmente a -través de la
superioridad numérica, ambos Suo Tzu y Clausewitz nos muestran que lo
que importa más, 00 es una ventaja numérica absoluta, pero si la superiori-

68
dad en el momento decisivo, .e n el momento del combate. Una ventaja
cuantitativa absoluta, no se traduce siempre en victoria, particularmente en
los DÍveles estratégicos, donde ningún contacto directo es hecho. Ejércitos
con inferioridad numérica pero con lideres capaces, pueden salir victoriosos
a través de la correcta aplicación de este concepto.

En un combate pequello, no es dificiljuzgar CJJánIajuerz¡J aproxima-


do. se necesita para obtener un éxito. En estr~(ia esto esimposi-
ble, porque el éxiJo estratégico no puede ser tJeflniJo ni delineado
con la misma precisión.
(EN GUERRA, Pág. 2(8).
El conseguir superioridad relativa en el punto de contacto, es indudable-
meate la máxima coDsecución de un .genio militar. .

Consecuentemente, las fuerzas disponibles deben ser emPleadas con


tal habilidad que, aún ante la ausencia de superioridad absolllla, la
s~ridad relatiWJ es obtenido. en el momento decisivo.
(EN GUERRA, Pág. 1~197).

La misma idea es también expresada en El Arte de la Guerra


Si soy capaz de determinar las disposiciones del eno, mientras al
mismo tiempo escondo las propias, entonces puedo concentrarlas y
ellas dividirá. Y si yo concentro mientras el divide, yo puedo usar
toda mi fuerza para atacara una de las facciones de el. AlU seré
numéricamente superior. Entonces si soy capaz de usar más para
atacar a menos en el pllnlo correcto, ellos se sentirán que están en
posición dificil. . '" -, ,,-.,. "- .
(El arte de la guerra, Pág. 98-99). .

Jomini incluye el mismo consejo ' en el segundo de su cuarto principio


fundamental de la guerra: "El maniobrar para combatir a una fracción del
ejército del ENO, con la mayor parte de las fuerzas propias (Jomini, El
Arte de la Guerra PAG 70)50 . . .

El hecho de la discusión de Clausewitz sobre la relación de fuerzas y la


superioridad en número, está concentrado en capítulos ~íficos de "En
Guerra", (Libro 3, ~itulo 8, "Superioridad Numérica, pág. 194-7; Y
Libro S, Capitulo 3, Fuerza Relativa", pág. 282-5), mientras que los
comentarlos de Sen Tzu en ésta materia, aparecen a través de "El Arte de
la GueJTa", y no significa que éste último esté menos consciente de SU
significado. Ambos asienten que la clave para la victoria, rtlpOsa en la
superioridad numérica . relativa en el punto decisivo del enganche, pero
difieren en la mejor forma de obtener el . éxito. Clausewitz enfatiZa la
JlIáúma concentración de las fuerzas propias, pero está menos preocupado
con el ENO. Sun Tzu principa1mente relaciona y se preocupa de la
concentración que haga el ENO de sustl'opas, de la confección de
estratagemas que dividan y dispersen sus tropas. Esto neva a Sun Tzu a una
mayor y más fuerte apreciación del engaño y diversión de la guerra: '

69
Maestl'OS de la Guemz

Ciumdo él está unido, divfdeÜJ. "


(EL AR1E DE LA GUERRA, Pág 69).
El en.o no debe saber donde inlenlO tÚJr la balalla. Si el no sabe
donde, deberá prepararse en varios hlgares y cuando ÜJ haga, se
debilitará.
(Chang yll.-) el estará incapaz de saber donde mis tropas irán •.. , O
donde mi infanleria actuará y, por consiguienle, el tendrá flue
dispersarse y dividirse. Consecuentemeltle su juerza estará debiÜla-
da y .disP!'sa, por ÜJ que cuando yo entre en balalla, tendré
~ gue"a, Pág. 98-9).
CuantIb el rey alaca a un paú poderoso, hace.ÜJ imposible para que
el ellO no pueda concenIrarSe. Lo hostilivJrá y tralará de que sus
aliados no se le unan.
(El arte de la guerra, Pág. 138).
Y en una rara referencia al acercamiento más típico de Clausewitz. Sun
Tzu dice:
Concenlren sus.fun7As contra el ellO y desde una distancia muy
grande, ustedes podrán -matar", a su general. Esto es descrito
como la habilidlld de conseguir su objetivo, de una manera artútica
e ingeniosa.
(El arte de la guerra, Pág. 139).

En comparación, C1ausewitz, ignora el tema de las percepciones enemigas


y, confiando poco en su inteligencia, prefiere solo la concentración segura
de sus propias tropas. El asegura que, mientras uno logre la mayor
concentración posible, el exito le sonreirá (asumiendo que todos los otros
factores son i~es). En éste respecto, el está planeando en el vacío. Más
aÚD, C1auseWltz no da ninguna otra sugerencia sobre ·cómo-, la relativa
superioridad en el momento decisivo es conseguida, y casi en su totalidad
deScarta el potencial·deJ engaño, el cual Sun Tzu piensa que es la clave del
éxito. El peliJ!o del pensamiento de Sun Tm, .es que el engaño (así como
la inteli¡enc¡a), pueden convertirse en una panacea que alimenta la
búsqueda DO íeaf de victorias fáciles y baratas. De hecho, estos dos
pensamientos pueden y deben ser combinados. El tener una fuerza superior
suficiente para asegurar la victoria, DO excluye el recurrir al engaño, y cuyo
uso CCI1.!4ante, reducirá el costo de la victoria, salvando vidas, recursos y
tiempo. Pero la naturaleza humana, siendo como es, hace que las naciones
poderosas confíen a menudo, más en la fuerza bruta.y directa para cumplir
sus objetivos, dejando el engaño y las estratagemas a aquellos cuya
debilidad (percibida o actual), aparenta DO darles alternativas.51
Esta observación, también DOS lleva a la conclusión que el estar listo
para el empleo del engaño, es más un reflejo de la fuerza o de la debilidad

70
de (en este caso), la cultura Occidental ·u Oriental ...... Durante la Segunda
Guerra ~undial por ~emplo, la tradición militar Occidental y su .cul~
compartida por los mgleses y alemanes, claramente no determiaan l.
extensión de su entusiasmo por el engaño. En ésa época, los ingleses, que
estaban al borde de la derrota y DO podían movilizar tantas fuerzas como
los alemanes, recunieron extensa y efectivamente al uso del engaño en
todos los niveles; mientras tanto, los alemanes que estaban confiados en el
conocimiento de saberse superiores y de las tempranas victorias obtenidas,
creían 1088. en e.ll poder puro que en su inteligencia. Sin embat~, cuando
los británicos conliaban en su fuerza militar durante SUB guerras cOloniales
en Afganistán, la Guerra Boer, o la Primera Guerra Mundial, ellos
ignoraron completamente el engaño. Y a pesar que el engaño está lejos de
ser algo deseonooido en la historia militar china, los cbiDos DO dudaron en
abandOnarla y recurrir a aWJues frontales y a gran escala en, por ~emplo,
Korea y Vietnam. De la IDl81D8 forma, cuando los israelitas se smtieron
debilitados y vulDetables (1948, 1956, 1967), usaron extensamente el
engaño como un curso de acción; pero una vez saturados de su gran éxito
en 1967, ellos rechazaron su uso en 1973.
. Adicionalmente, Sun Tm discute los específicos grados de fuerza
~ implementar vanos tipos de operaciones, y de este modo, distingue
indirectamente entre las fuerzas relativas de la ofensiva y la defensiva:

El que entiende cómo usar, fuerzas grandes y pequeflaS, será el


victorioso.
(El arte de la guerra, Pág. 82).
Consecuentemente, el arte de USIlr las tropas es esto: cuando
tengamos diez por. lInD. del eno, rodeenlo,' ... .
Cuando tengamos cinco veces ~".foerza !AtlÚJuenlo!, ....
Cuando doblemos su fuerza, dividamoslo,· ...
Si estamos iguales, peleen;...
Si estamos numéricamente inferiores, sea capaz de retroceder...
(Chang yu:) si el eno es fuerte y yo tUbil, temporalmente retrocede-
ré y no pelearé. .
(El arte de la guerra Pág. 79-80).

Como {'uede verse de estos grados de fuerza y así como las sigúientes
afirmacl0Be8 de Sun Tm (como Clausewitz), ellos ven la defensa como una
poderosa ferma de guerra:
La ÍIIwmcibilidad descansa en la defensa; la posibilUüJd de victoria,
en el ataque.
Uno se defiende cuando su fuerza es inadecuada,' ataca cuantÍO es
abundante.
(El arte de la guerra, Pág. 85). .

71
Mautros de la Guerm

Sun Tzu también implica que, a pesar que la defensa es la más


pod~sa forma de guerra, no puede por sí sola ser capaz de triunfar sobre
r
el ENO. Tarde o temprano, el que se defiende qlJe espera a la victoria,
debe moverse hacia el" ataque, ya que "la posibilidad de victoria, está en el
ataque" .

Clausewitz dice la misma idea así:

Nosotros repelimos que la defensa, es la mas poderosa forma de


guerra; en la que hace que la derrota del eno sea más factible.
(EN GUERRA Pág. 380).

Si la defensa es la más poderosaforma de guerra, tiene sin embargo


.. un punto negativo,· solo debe ser usada mientras estemos en
. desventaja y debe ser abandonatla tan pronto como seamos fuertes
para conseguir un objetivo. Cuando U1W ha empleado medidas
-..defensivos con éJUto, un mayor y mejor balance de fuerzas se crea,
por lo tanlo, el curso NlIural de la guerra es COTnen:uu defensiva-
mente y terminar macando. Por consiguiente se contradice la idea
de lomar en consideración a la defensa como el propósito .final de
la guerra.
(EN GUERRA Pág. 358).
Una sorpresiva y poderosa transición a la ofensiva, la venganza, es
el momento mas grande para la defensa.
(EN GUERRA Pág. 370).
La transición al ataque es el punto culminante para la defensa.
Mientras laJuerza de la defensa se incremente dfa a dfa, y lafuel7.ll
del altu¡ue disminuye, 14 ausencia de decisión es lo que al defensor
más le mteresa,· pero si solo porque los tfectos de las pérdidas a los
que ha estado continuamente expuesto, lo están destr01,Qndo, el
punto culminante será necesariamente alcanzado cuando se decide
-.aactuar y cuando las ventajas de haber esperado, estén agotadas.
. (EN GUERRA Pág. 383) 52.

Mientras Clausewitz desarrolla una comparación más sofisticada de la


naturaleza de la ofensiva y la defensiva, el Dunca tlllta de establecer grados
de fue~ para tomar ciertas operaciones en forma ofensiva o defensiva. En
su lugar, su análisis permanece en un alto, metodológico y filGsófico plano.
Sin embargo, ambos estmteps, están de acuen10 que la defensa es _una
forma de guena más fuerte, y que puede ser satisfactoriamente cumplida
con nuevas tropas; además ambos advierten en defender únicamente en
superioridad numérica.

En la guerra, los números no dan la ventaja. No avancen confiando


solo en el poder militar.
(EL ARTE DE U GlfERR4_.Pág, 122).

72
~u:) hay circlUJStancias en la guerra, cllOlldo -muchos", 110
p n atacar a ·pocos· y hay otras cuando los débiks dominan a
los .fuertes. UIlO que SM capaz de numipular tales circunstancias
será el victorioso.
(El arte de la guerra Pág. 82-3).
Clausewitz comenta:
Tropas en número superior, kjos de contribuir en todo, o all7U!nos
en una parte importanle para la victoria, pueden en realidad
contribUir muy poco, depefldiendo de las circunstancias.
(EN GUERRA Pág. 194).

••• Seria entender mal nuestro argumento, el considerar la superiori-


dod nunthica como indispensable para la vidorla,· nosotros solo
deseamos extremar su relilliva importancia.
(EN GUERRA Pág. 197).

..• Aceptar la superioridad munérica como la primera y única regla,


y reducir eTi.todo.el secreto del arte de la guerra a la superioridad
numérica a un cierto tiempo en un cierto momento, fue una sobre
simplijicaci6n, que no se Iulbiera mantenido en pie por un momento,
en contra de las realidades de la VÚÚJ.
(EN GUERRA Pág. 135)53.
Ambos concluyen que un liderazgo inspirado, permiten a un ejército
inferior en número, triunfar a través de concentrar más tropas en momentos
decisivos. Esto puede realizarse de varias formas, incluyeado mejor
comando y control, engaño, fuerte motivación y superior tecnología en
armas y poder de fuerm. Al discutir el tipo ideal de guerra (guerra
absoluta), Clausewitz dice que los factores no materiales, no son menos
importantes que los medios materiales.

Si quieren vencer a su eno, deben iguaJar su esfuerzo, contra su


poder de resistencia ~ puede ser expresado romo el producto de
dos factores insepa1"< : los medios totales o su disposición y la
fuerza de su deseo. La extensión de los medios a su disposición, es
un asunto tk figuras y debe ser medible. Pero, la fuerza de su deseo
es dificil deIominar y so18 puede ser medido por la fuerza de los
mot;\IW .qUt! lo animan.
(EN GUERRA PAG 77).

73
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. ' 74
11
ENGAÑO, SORPRESA, INTELIGENCIA Y
COMANDO Y CONTROL

Toda Guerra es basada en el engaflb •.. Planes Y ordenes emitidos solo para
(El Arte de la Guerra, pág. 66) aparentar, reportes falsos para con-
fundir al eno... No áeben ser conside-
rados como un indept;ntliente campo
de aecion a dispos.cion del coman-
dante (En Guerra pág. 202-3) .

Ataquen donde no espera,' ataquen Es muy raro qU;e un pais sorprenda a


donde no esten preparados (El Arte de otro, sea por un ataque o por prepa-
la Guerra pág. 69) raciones para la guerra (en guerra
pág. 199)

Conozca su enemigo, conOú:ase Ud. Muclws reportes de inteligencia en la


Mismo,' Sil victoria nunca eslara en guerra son contradiCtorios; muchos
peligro (El Arte de la Gl#f1'ra pág. son Jauos y la mayoria inciertos (En
129) .. Guerra pág. 117) . ,.

..... ' .;.


'"

75
Maestros de la Guerm

A.- ENGAÑO
En el Arte de la Guerra, el método principal de concentrar las
propias tropas, DJientras se fuerza al ENO para dispersar las suyas, se
denomina ENGANO.

ENGAÑO y DIVERSIFICACION DO son los fines por sí mísmos,


pero sí los medios para conseguir la sorpresa y ésta, es la habilidad de
concentrar las tropas donde el ENO no las espera. Engañando sobre los
. objetivos que uno tiene, hará que el ENO concentre sus tropas en sitios
. equivocados, y debilitmdolo en los puntos principales.

El engaño es el tema más discutido en "El Arte de la Guerra". La


definición de SuD Tm del engaño es, sin embargo, muy amplia. Incluye
medidas activas y pasivas, desde elaborados planes de engano a simples
tentaciones y medidas diversionarias. De acuerdo a Sun Tm, el engaño
debe ser empleado siempre (antes y durante la ~) Y en todo nivel, sea
diplomático, político o militar. El punto de iniCIO de dicha acción, debe ser
un claro entendimiento de los mas profundos pensamientos del ENO, de las
exp:lCtativas .y planes que se denvan de una buena inteligencia y de la
incUrsión en el campo enemigo de un espía propio.
Para SUD Tm, el engaño es la llave del éxito en la guerra y debe ser
practicado de acuerdo a ciertos principios, que están basados en los
eternamente válidos pensamientos psicológicos:
.. . CUándO . capaz, demuestra incapacidad; si activo, demuestra .
inoctividad.
Cuando cerca, haz aparentar que estás lejos; cuando lejos, que
estás cerca.
Ofrécele al eno un blanco para tentarlo; finge desorden y atácalo.
(El al1e de la guerra pág. 66; 92,3)
Pretende i1iferioriJod y alienta su arrogancia.
(El arte de la guerra pág. 67).
(Ho yen hsi:) yo hago que el eno \lea mis fortalezas como debilida-
des Y mis debilidades como fOl1ale¡ps.
(el arte de la guerra pág. 97).
SuD Tzu es sensitivo a los factores psicológicos que permiten que las
peroepciones del ENO puedan ser manipuladas. El entiende que aquellos
convencidos de su propia superioridad, son renuentes a la oecesidad de
estar en guardia contra el eDgaño. Desde que el en~aiío más exitoso,
ref:uer7Jllas creencias y deseos de la víctima. el artificIO más mencionado
por SuD Tzu, es aquel de la falsa debilidad. 54. Tales "buenas nuevu· , son
siempre bienvenidas por nuestro enemiJo, quien poco a poco está
convencido de \IDa falsa sensación de segundad. De acuerdo a SUD Tm, el

76
EngalúJ, sorpresa, iJúeu,ellciIJ y •••

engaño y las medidas diversionarias en el campo de batalla, deben ser


llevadas a través de acciones controladas, tales como desórdenes simulados,
retiradas y "bluffs", en o cerca del campo de batalla, que puedan ser
observadas por el ENO. En un nivel superior, información falsa, puede ser
alimentada al ENO, a través de dobles agentes, o por lo que el llama
~entes "pagados·, aquellos a los que deliberadamente se les da informa-
Ción fabocada y que se les permite que el ENO los capture.

. Son Tzu está definitivamente preocupado acerca de la necesidad de


evitar ser cmgaiíado, pero el desafortuoadamente solo puede aconsejar a los
lideres militares así: "Cuando él preteoda escapar, DO lo sigas" . (El Arte
de la Guerra Pág. 109). Mientras éste es UD buen consejo general, ¿cómo
UD líder militar sabrá en el fragor de la batalla, si el ENO está realmente
escapando o solo pretendiendo hacerlo? Y si él está inseguro ¿deberá
asumir que es una estratagema? Tal in~retación de SuD Tzu, puede ser
peligrosa porque refuena la predispOsiCión de muchos comani1aotes de
campo de fallar en aras de la ~ión y caer en peores ~ones
referente a las intmci0De8 eneuugas. Después de todo SUD Tzu y Clause-
witz, admiran al comandante que no tiene miedo de tomar riesgos. Como
resultado, tales preceptos son de valores prácticos dudosos, incluso para
experimentados practicantes del arte del engaño, los cuales no podrán evitar
ser engañados por las cuidadosas estratagemas del ENO.

Similarmente, mientras SUD Tzu alerta del peligro que poseen los
dobles agentes y espías en general, él no da UD consejo confiable en como
distinguir entre espías "bona fide", por UD lado y controlados agentes
enemigos del otro. Sin embargo, la persistente dificultad que está latente en
la exposición del engaño, es lo que lo hace UD arma efectiva.

. :pe acuerdo a Sun Tzu y su amplia definición de la guerra, una parte


vital de las operaciones de engaño se realizan antes de la ruptura de
hostilidades. Este tipo de engaño, político y diplomático, que sabotea las
alianzas enemigas, la cohesión interna y otras, es hoy día definida como
desinformación y como quinta columna.
(Chang yu:) algunas veref tiendan l4zos entre 1m soberano y sus
ministros; en otras ocasiones, separe a sus aliados de el. Háganlos
que sos~chen muJuamtmte, de tal manera que se enemisten.
Enlonref uds. Podrán complotar contra ellos. · . .
(El arte de la guerra pág. 69).
(Tu yu:) no pemúla a sus enemigos que se junten... Estudien el
motivo de sus alitUWlS y haga que se disuelvan.
(El arte de la guerra pág. 78).
(Chia lin:) planes y proyectos para iÚlflar al eno, no son colffiados
a un solo mélodo. Algunas W?CeS elimine a sus sabios ayudantes, de
tal forma que no tenga consejeros. O envie g~nle de su conflalJ1.ll
para destnlir la administración de su pais, o env(e bellas mujeres
para distraerlo, etc, etc. (El arte de la guerra pág. 113-14)

77
Maeslros de ls Guerm
_.... :::.,

El peso que Sun Tzu le asigna a los engaños en la pre-guerra y la


subversióo política de todo tipo, también ayuda a expliear su creen<,;ia en
la factibilidad de atacar los pl~ enemigos en sus inicios, destruyendo sus
alianzas y resolviendo los problemas antes que éstos lleguen (El Arte de la
Guerra - Capitulo 3). .

Clausewitz sin embargo, le pone poca fe al valor de II,l diversifica-


ción y el engaño, al cual él lo ve como el último recurso de 108 débil~ Y
desesperados.: . .

El preparar una operaci6n falsa con suficiente detalle para impre-


sioIUU a un enenugo, requiere un considerable gasto U tiempo Y
es.foer¡p, y el costo se incrementa con el nivel ul engaflo. Normal-
mente se más U lo que puede ser destruido, y consecuentemente las
llamadas finlas engaflosQS, raramente tienen el efecto deseado. Es
peligroso U hecho usar grandes juerozs, en cualquier extensi6n de
tiempo, para CTt!OT meramente una ilusi6n. Siempre trXistirá el riesgo
U no ganar nada y que las tro~ desplegadas, no estatá;J
disponiblu cuando se les necesite (EN GUERRA, Pág. 203).
... Los planes y orupa emitidos s610 para aparentar, reportes
falsos,para confundir al eno, etc, tienen como regla, tan pequelfo
valor estrat~gico, que "rolo serán usados si una oportunidad se
presenta. No uben ser considerados como un independiente campo
de acción a disposición del comandante (en guerra pág. 202-3)
•.• .·Cuanto más débiles las fuerzas a orunes del comandante, más
"... ,, !&abilidodse requiere. En un momento U debilidad e insignificancia,
clMlndo .la pnukncia Y- el juicio no 80n suficientes, la habilidad del
mando puede ser la única esperanza.
Cuanto la situación sea más dificil, con todos concentrántkJse en un
simple y desesperado intento, la habilidad se juntará..con ~l cor(Jje.
J~~!!r~ .de futuras co",!ideraciones Y liberado de pe~tlf1Iiej"os u
retribucWnes por -venir, la .,inuqJÜÚ!Z )' la, hqbilit¡p4 se verán
aumentadas, cado una al punto de cóliVertir un(lleve esperanza, en
un rayo de luz capaz de encender una jlanuz.
(En Guerra pág. 203).

Parece que las opiniones de Clausewitz y Son Tm en el valor del engaño,


no son muy diferentes ¿Cómo puede explicarse la falta de interés de
Cl3usewitz en el engaño? Una vez más, muchas de las respuestas se basan
en el~yel del análisis. Sun Tm aboga por el uso del engaño en todos los
niveles, incluyendo los más altos niyeles poUticos! est~gicos y ?~racio­
oales, donde pueden ser muy efectivos; Clausewdz analiza .la utilidad del
en~año, primeramente del ventajoso punto en los niveles operacionales más
higos y los tácticos, donde sus efectos no son solo ~os ciertos, sino
también menos efectivos.

78
BngalJo, sorpreSll, inteligencia y •••

Debe recordarse también que el principal método de Clausewitz para


ganar batallas, era la concentración de mayores fuerzas en el punto
decisivo. Esta fue la ·más importante lección de las guerras Napoleónicas.
El. uso de diversificaciones, el más simple y común método de ~gaño,
inevitablemente reducía el número de tropas di~nibles para ~t mayor
esfuerm. Dadas las dificultades en comunicacion y cóntrol a la vez,
operaciones diversionarias solo servían para dispersar las prop'ias tropas, sin
lá certeza de que tendrían éxito en engañar al ENO. También era factible
que el ENO, podría no haber notado estas acciones diversionarias.
Convencido que sorpreoder al liNO o dispersar sus fuenas era muy difícil,
Clausewitz creía que era preferible cooseguir la victoria, mediante la
concentración de nuestras propias tropas. .

Suficientemente interesante, esto es uno de los pocos asuntos en que


Clausewitz y Jomini, están plenamente de acuerdo. En un casi idéntico
lenguaje, Jomini afirma:

A pesar de que grande debe ser la tentación para ;~lizar taJes


operaciones. (diversificaciones) ya enumeradas, debe uno tener en
mente que siempre. serán de una importancia secundaria y que lo
esencial es tener éxito en el PIUllQ o momento decisivo. La multipli-
cación de destacamentos debe, por consiguiente, evitarse (Jomini,
el arte de la guerra, pág. 221). . . '.
Yo entiendo por •diversificaciones ., a esas oPlf!'aciones secundarias ,
llevadas a cabo lejos del principalteiltro de o~raciones y de cuyos
exitos, tontamente supone que toda la ciun¡iafl4depende (Jomini~ el
arte de la guerra, pág. 218). ". ..:¡..

D.- -- SORPRESA . .,.


""

Convencido que era prácticamente imposible conseguir la sorptesá


en lo estratégico y en los altos niveles operacionales, Clausewitz descuenta
la importancia del engaño (el cual provee el medio más efectivo de
sorprender al ENO). - .. '

... Mientras el deseo de conseguir la sorpresa es comÚII, y por


supuesto, indispensable, y mientras es . cierto que lU!~ca será
completamente Inefectivo, es igualmente cierto que por una sorpresa
lJQIunU, raramente podrá ser exUoso. Serd un error, entonces, decir
que lo sorpresa es un elemento clave de exilo en la guerra. El
principio es altamente atractivo en teoria. pero en la practica no
estaré seguro.
Bdsicamente, la sorpresa es una estratageT1Ul táctica, simplemente
porque en la táctica, el tiempo y el espacio son limitados. Por
consiguiente en la estrategia, la sorpresa es más factible cuanto más
cercana ocurra a la esfera táctica, y .más dificil, cuanto mas se
acerque a los altos niveles de la polítiCa.

79
Las preparaciOlU!S para la g~a, a menudo toman meses. Concen-
trar las tropas en los puestos principales, generalmente requiere la
instalación de abastecimielllos y depósitos, as( como un considerable
movimÚ1l11o de tropas y cuyo propósito puede ser adivinado m"y
pronto.
Es m"y raro por eso, que un pais sorprenda a otro, sea por un
ataque o por preparaciones para una guerra... Casos en que la
sorpresa llevó a resulJadm buenos, son muy raros. De esto podemos
concluir lo considerable q~ son las dqicuüades inherentes.
(EN GUERRA Pág. 198,9, 246).
El enemigo nunca podrá avanzar tan en secreto que el defensor se
elllere de esto cuando lo tenga en sus-narices. Si eso sucediera uno
podrla tener mucIuJ pena por el.
(EN GUERRA pág. 454).
Decimos esto con el objeto de excluir ciertas nociones acerca de
sorpresillOs asaltos y alat¡ues de sorpresa qlle, comúnmente, se
- piensan como fuentes de VIctOria. Esto solo sucederia bajo circuns-
. tancias excepcionales. .
(EN GUERRA Pág. 545). .
Si la sorpresa no es conseguida, entonces el engaño DO sirve. Una vez que
'nos movemos de los niveles altos a los niveles bajos en la guerra, la
soipresa puede ser inás fácil de conseguir, pero su impacto es también
reducido considerablemente.

A diferencia de Clausewitz, Sun Tzu cree que la sorpresa es una


opción práctica incuestionable y que debería estar siempre en la mente de
todos los líderes militares:

(J'u yu:) ellos (los expertos) hacen imposible para el eno, saber
donde prepararse. Ellos inician el alaque como si Juera un rayo.
(El arte de la guerra Pág. 86).
aparézcase en lugares donde ellos deban ir rápido, muévase
velozmente donde ellos no .1o esperen.
(El arte de la guerra Pág. 96)
(Chang yu:) atáquelo por sorpresa donde no esté preparado.
Golpeelo con tropas de asaÜ6.
(El arte de la guerra Pág. 133).
La fé de Sun Tzu en la sorpresa, contradice de alguna manera, su aparente
creencia de que es posible ejercer algo de control en las accioDes en el
campo de batalla, así como su ~_ en la efectividad de los cákulos
~ iBteligencia de la pre-guerra (lo que ~blemente podría prev.enir que
ocurra la sorpresa). Si uno Puede co~ la so~, lo mismo es cierto
para el ENO. Esto, a su vez, limita la contribución potencial que hace la

80
Engallo, sorpresa, inteligencia y ...

inteligencia y los cálculos. Es muy raro que Clausewitz le tenga muy poca
fé al valor de la inteligencia, a pesar de que él no cree en la posibilidad de
ser sorprendido y está convencido que la inteligencia puede, en muchos
casos, dar un tiempo de advertencia. Esto puede ser otra vez explicado por
los diferentes niveles del análisis: Cuando Clausewitz habla de la casi
imposible consecución de la sorpresa, 57, el se refiere primeramente a los
altos niveles operacionales o estratégicos, mientras que Sun Tzu piensa que
la sorpresa se da en el nivel táctico de la guerra.

Jomini, también dice que la sorpresa en los altos niveles estratégicos


y operacioaales de la guerra es una opción poco realista:

... lA sorpresa de un ejército está ~ . cerca a ser imposible...


Sorpresas pre-arregladas son raras y diflciles porque para planear-
las, es necesario tener un conocimÜ!nlo exacto del enemigo (jomini,
el arte de la guerra, pág. 2(9). .
Esto (un ataque por sorpresa), es una operación que no debe ser
descartada en la guerra, a pesar de que es rara y menos brillante
que una gran combinación estratégica, que nos remunerara con ÚJ
victoria segura, aún antes que la batalla sea peleada (jomi"i, el arte
de la guerra, pág. 210).
En el punto de vista de Jomini las formaciones de grande tamaño y cantidad
desplegadas desde la Revolución Francesa, ayudan a explicar la falta de
habilidad para conseguir la solPresa en los altos niveles de la guerra: ,
.. ...
."
• '1' '

Es ciertamente de una gran importancia para un generallTUllllener


sus planes en secreto. Como ejemplo ,Jederico el grande tenta razón
cuando él dijo que si Sil go"a pudiera saber que cosa pensaba Sil
cabeza, el la hubiera lanzado al fuego. Esa clase de sea:e1o era
posible'en la época de federico, cuando todo su ejército se niiUiteii(a
cerca a él,' pero cuando maniobras de la envergadura de las de
napoleón; eran ejecutadas y que la guerra era llevada como en
. nuestros ~fas ¿qué tipo de acción podrla esperarse de generaJes. que
. estaban Ignorantes de lo que pasaba alrededor de elws? ..
.,. (Jomini, e/arte de la g~a, pág. 259). .'

Puede arguirse que la falta de interés mostrada por Clausewitz y Jomini en


el engaña y sorpresa, ' eran correctas para su propio tiempo y para sus
limitaciones tecnol6gicas, y que SUD Tzu podría haber exagerado la
importancia del engaño y la solPresa en fa era pre-tecnológica, 58.
~resas estratégicas y.operaci~ fueron transfo~ ~ oJ?Ciones
factibles ' por la Revolución lmIustnal, que nos lleyar:on a initDaginables
mejoras en la movilidad, incremento .tremendo del poder de fuego , y el
desarrollo .de comunicacioneS reales en el tietllp9 (que hicieron posible la
coordinacióD'y control de las tro~ ~ por grandes,distancias), 59.
Una vez que la solPresa se volvió pamdntegral de la ~rra.' el valor del
engaño cmció de acuerdo a ésta. Como resultado, la lnststencia de SunTzu

81
de que toda guerra ,es basada en el engaño, de repente se volvió más
relevante para nuestro tiempo. Una vez que la guerra había comeJWUlo, el
r
conseguir la sorpresa en los altos niveles estratégicos operacionales, que
es esencial para la ooncenttación de fuerzas supenores en los puntos
decisivos, ahora frecuentemente se relaciona con el exitoso uso del engaño.
En la moderna edad industrial, la conoentración de fuerzas superiores en
los puntos decisivos depende menos en el número de las tropas y más en
elementos tales como poder de fuego, movilidad, y sorpresas tecnológicas
y doetrinales. Como me evidenciaáo por los aliados en el exitoso uso del
eagaio duraste la Segunda Guena M-undial, la tradición Alemana de
Clausewitz (que sobreestima el ¡deocial de la inteli¡encia en general y la
decepción en particular), es obsoleta, mientras la estimación positiva de
eUas como indispensables se mantiene eminentemente aplicables.60

C.- INTELIGENCIA
La inteligencia es otra dimensión en la cual el consejo de Sun Tm.
es más relevante para el experto militar contemporáneo. El insiste que la
inteligencia, es UD8 de las más importantes fuerzas multiplicadoras
disponibles para los líderes p'>líticos y militares, y, como resultado.
repetidameDte enfatiza la necesidad de ~iones meticulosas relaciona-
das con la inteligencia, antes de que se ÍDlcie la guerra y precediendo cada
~ Y cada batalla. A través de -El Arte de la Guerra", Sun Tzu
reitera que el Continuo uso de la inteligencia es esencial, ¡a que buenos
trabajos de iate1igencia nos darán detalles mas exactos de pensamiento,
atenciones y ~idades del enemigo. así como sus estimados de nuestras
propias dispostciones y nuestros planes. Por tanto. los estimados de la
mte1igencia desde la base de los planes militares. son los que mejor encajan
para la explotación de la debilidad enemiga, planes que pueden ser hechos
para coordinaciones específicas y no formulados en el vacío. Como se
mencionó anteriormente. la insistencia de Sun Tzu en obtener inteligencia
de la mú alta calidad, debe ser visto como un ideal que contribuye al valor
educacional de su trabajo. Aún si inteligencia confiable puede ser obtenida
en J'8I'aS ocasiones. la positiva actividad de Sun Tm hacia ésta, aún sería
importante. Al oontrario, la activa negativa de Clausewitz, si no antagónica.
no dándoJe importancia a la utilidad de la inteligencia, ha sido probable-
mente responsable de muchas de las fallas de sus más dogmáticos
seguidores.61
Permftanos ahora ir a un examen mas detallado de las observaciones
de Son Tm, sobre el crítico rol que juega la inteligencia. "OPERACIONES
SECRETAS SON ESENCIALES EN LA GUERRA; EN BASE A EI.LAS EL
EJERCITO HACE SUS PROPIOS MOVIMIENTOS•.. UN EJERCITO SIN
AGENTES SECRETOS ES EXACJ'AMENTE IGUAL A UN HOMBRE SIN
OJOS NI OlDOS· (El Arte de la Guerra, Pág. 149). Es por esta raz.ón que
todoS los asuntos importantes de la inteligencia, deben estar ~o el control
directo del líder. "DE TODOS AQUELLOS EN EL EJERCITO QUE
ESTAN CERCA DEL COMANDANTE, NINGUNO ES TAN INTIMO
COMO EL AGENTE SECRETO ... • (El Arte de la Guerra, Pág. 147).

82
Engaílo, sorpresa, inteligendIJ y ..•

El líder debe cuidadosamente seleccionar y reclutar, asignar trabajos


y controlar, y rigurosamente evaluar y prenuar en forma generosa el
trabajo de sus agentes:

(T1l mil:) la primera 1Mdid4 esencial .eSestiidiar el carácter del


espia para ~enninar si es sincero, conjiable y realmente inteUgen-
te... Pf)stenormente el será empleado ... . Entre todos. los agentes
habrán algllllOS cuyo único interés, es adquirir solvencia económica
si,. obtener la real información del enemigo y mis requerimientos
serán satisfedws con palabras vacias. En tales casos yo debo
prQ/vndizar aú,. más. .
(E[ arte de la guemJ, pág. 147).

Desde que el líder es el único, por razones de seguridad, que conoce el


plan en general, él personalmente debe misionar a los agentes. "(MEI YAO
- CHIEN:)· Los agentes secretos reciben sus iustrucciones dentro de la
titDla del Jeaeral Y están íntimameate relacionados a él (El Arte de la
Guerra, Pág. 147). Luego el líder debe meticulosamente evaluarla
información obtenida de los agentes para evitar ser engañado; esto requiere
cousiderable experiencia e intuición de su parte. "No baYI!:f~nde el
espiornYe no sea usado (El Arte de la Guerra Pág. 147). P' te, dada
la importancia del espionaje e inteligencia, el líder debe recompensar
generosamente a sus agentes. - .

... De todas las recompensas, ninguna es mas liberal que aquellas


dados a los agentes secretos.
(el arte de la gue"a, pág. 147).
El soberano debe tener pleno conocimiento de las actiVidades de las
cinco clases de a~entes. El conocimiento debe venir de los agentes
dobles y por cons'~nte es obUgatorio que ellos sean tratados con
la mayor liberabi . . (El arte de la gue"a, pág. 149).

De hecho, uno de los criterios mas esenciales para evaluar la capacidad de


un comandante, es el inteligente uso de la inteligencia.62

El que no es sagaz y justo, humano y justo, no puede usar agentes


secretos. Yel que no es deUcado y experto, no podrá consegllir la
venJad de elloS (El arte de la guerra, pág: 141). .. . .
y solo el hmúnoso soberano y el general valioso que estén en
condiciones de usar a las personas mas inteligentes como agentes,
de seglU'O consegui~án grizndes logros.
(El arte de la guetta, pág. 149).
Los generales de Sun Tm, creían firmemente en el trabajo de los espías y
agentes; una práctica que parecía complementar su, a menudo, expresa
recomendación de que debería hacerse todo el esfuerzo posible, para
. "l"_ •

83
asegUrar la victoria con el menor derramamiento de S&Ilgre posible y al
menor coSto. Esto puede explicar también su ínsistencia en realizar trabajo
de campo, antes del inicio de hostilidades: "Por tanto, la importancia
suprema en la guerra, es el atacar la estrategia enemiga... (LI cm UAN:)
Ataque los planes en ~ inicios ... La Suprema excelencia de la guerra, es
atacar los planes eneDllgos" (El Arte de la Guerra, Pág. 77,8).

:ro:!~J::= ser cumplido a .través de una bUena ~teligencia,


pero . te, DO bay soluciones ~iles: los agentes y espías
son desconfiables y pueden hacer mas daño que bien. Sm·embargo, como
Sun Tzu ea esta materia afirma que, lo que uno le puede hacer al ENO, lo
mismo le pueden hacer a uno. La confianza de SuD Tzu en el espionaje
como un medio efectivo de obtener información útil, es en cierta forma
exagerada si no fuera de lugar, y debe ser vista como una parte de su
requerimiento de ganar guerras con UD menor costo.

A pes&! que SUD Tzu conffa en la labor de los espías, el no i~ra


otros mediOS de colección de inteligencia que pertenecen a las preparaciones
de los .niveles tácticos bajos. Esto incluye inteligencia básica, (Mapas,
Inforinación del clima, etc), reconocimiento detallado y datos topográficos.

'(Tumu:) generalmenle, el comandante debe trabqjar él mismo, con


los mapas de tal manera que conozca los sitios peligrosos... TOiÚJs
estos factores deberá guardarlos en su mente y, solo ahl, él no
perderá la vemqja que consiga en la tierra.
(El arte de la guerra, pág 104,5)
Por lo tanto, el estimar la situación enemiga, calcular distancias,
conocer el grado de dificultad del terreno, as! como controlar la
victoria, son virtudes de un buen general.
(El arte de lague"a, pág. 64 Y pág. 128).
Hágalos desplazarse y determine el patrón de su movimiento.

Determine las disposiciones que tienen y esté seguro del camf)(J de


batalla.
Pruébelos Y conozca donde está sufuei7.IJ y donde son deficientes.
(El arte de la guerra, pág. lOO).

Lo que hoy día se llama "Señales e indicadores", representa otra fuente de


info~ón directa e indirecta de la situaciÓD e intenciones del enemigo.
Sun Tzu enUlllelll dichos indicadores de la siguiente forma:

Polvo que se levanta en forma recta en el camino, indica que se


están acercando carretas. Cuando el polvo es bajo y ancho, la
. irifant.eria se está acercando....

84
EngafúJ, sorpresa, inleligencia y ••.

Cuanilo el enviado del enemigo habla en ténninos moderados; pero


sus pr:eparaciones continúan, ellos avanzarán ... (Consejo que stalin
podria haber usado en 1941, el dia anterior a barbarossa).
Cuando el enviado enemigo habla en ténninosapológicos el desea
un intervalO... (Lo cual, segun clausewitz observa, es el mejor
momento para continuar la pelea)63
Cuando la mitad de su fuerza avanza y la mitad de su fuerza se
retira, el está tratando de engaflarte. - - -\
Cuando los cargadores de agua la toman antes de llevarla a sus
tropas, éstas eStán s'4friendo de sed.
(:uando el enemigo ve U1UJ ventqja y 110 la aprovecha, él está
fatigado. . .. ,.... ,

Cuando en las nocIu!s el campo del enemigo está en- mucho


movimiento, ellos están temerosos.
_ Cuando sus banderas y estandartes se mueven constantemente ellos
se encuentran con desorden.
(El arte de la guerra, pág. 119-21)
A pesar de que son más confiables que los espías, dichos indicadores son
susceptibles de ser de~beradame~te manipulados por el enemigo yno deben
confiarse en ellos, sm haber SIdo constantemente corroborados. En- el
proceso de recolectar la mejor inteli~encia posible en el enemigo, -UD líder
exitoso debe prevenir que el eneDllgo baga lo mismo. Esto puede ser
cumpli~o a través de 2 métodos principales: Seguridad e impredictabilidad.
Al no discutir sus planes con ninguna persona, UD comandante le niega al
adversario acceso a sus secretos:

El deber ser capaz de mantener a sus oficiales y su gente, ignoran-


tes de sus planes. -
(El arte de la guerra, pág. 136).
Coloque a sus tropas en sus puestos sin impartirla sus misiones. -
(El arte de la guerra, pág. 139).
Una vez que tu tropas están en marcha, UD ooman_te efectivo
puede aún ocultar sus intenciones y planes a través del engaño; el puede
evitar dar claras indicaciones de la dirección de su movimiento, improvisar
a último momento (que es una contradicción a la importancia que SUD Tzu
asigna a hacer planes metieulosos antes de iniciar la bataUa ... ),hacelSe uno
mismo impredecible (a través de disimulos, inescrutables cambios de
opinión, etc), nunca repetir el mismo plan y, continuamente ~biar su
dectrina militar. - _ -

85
Maestros tle Is GWmJ

Lo úllimo para disponer las tropas propias, es de que no es tener


certeza de su organiZJJCión. · Entonces, los espfas más meticulosos,
1W podrán espiar ni podl'lÍR usar planes en contra de uno.

Es de acuerdo con la organización que yo hago los planes para la


victoria, pero la multitud no lo comprende. A pesar de que todos
pueden ~ los aspectos exteriores, nadie entiende la forma en que
yo he fabricado la victoria.

Por eso cuando yo he conseguMo una victori4, yo no repilo mi


táctica, pero si respondo a circunstancias en una i1ffinita variedod
de maneras, (El Arte de la GuemJ, Pág 100).
El cambia sus métodos y aUera sus planes de tal numera que la
gente no conoce lo que él está haciendo...
El, cambia de sitio su campamento y marcha por rutas distintas
haciendo imposible que el eMmigo se anticipe a su propósito (El
Arte de la Guerra, Pág 137).
Como hemos visto, Clausewitz no se preocupa con los II8IlIltos de
seguridad, porque él cree que la sorpresa es virtualmente imposible y que
en la mayor parte de los casos, tratar de esconder el movimiento de las
tropas sería inútil. Aún mas, el genio militar debe ser capaz de discernir
intuitivamente el objetivo de su oponente, sin hacer caso a la dispersión de
las tropas enemigas. Por último, manteniendo 8 sus tro{'&S Concentradas y
evitando la tentación de dispersarlas, el genio militar 0!:f~~ esfuerzos
al enemigo en seguridad, en 81 ocultamiento yen · UD gasto de
energía.
SUD Tm, en la otra mano, asume que una buena inteligencia, hace
posible predecir el resultado de una guerra o una batalla. Su lógica es
simple y alineada; la buena iAteligencia es la base para UD buen planeamien-
to y, la posibilidad de controlar los eventos en 81 campo de batalla, permite
la tinplementación de esos planes y la consecución de la victoria.

El fundamento de SUD Tm cree que el resultado de las batallas y las


guerras, pueden ser predecidas a través de cálculos cuidadosos y expresadas
en numerosas afirmaciones como estas:

Yo puedo predecir CIIallado será el victorioso y cuál el derrotado


(El Arte de la Guerra, Pág. 66).
Ahora si los estimados hechos antes de la guerra, indican que va
haber una victoria, es por que los cálculos muestran que un lado
tiene unajuerza superior al otro (o viceversa).
Con muchos cálculos uno puede ganar, con pocos uno no puede
ganar. ¿ Qué opoTtIUlidi1d puede tener uno en la victoria si no ha
hecho cálculos? Por estos medios yo examino la situación y los

86
EngIllfo, l0'Pnsa, inuUgencüz y ...

resuüodos se wrán claramente (El Arte de la Guerra, Pág. 71).


Es suficienlt! eslimor la siluacióllenemiga correctamente y concen-
trar tus fuerzas para capturarlas. No hay mas que eM). Aquel que
falla en visualizar y aobreestima a su enemigo, será con toda
seguridod capturado por él (El Arte de la Guen-a Pág. 122).
SUD Tm aparenta ignorar. el hecho enfatizado por Clausewitz, que aún . ~i
existiera una perfecta inteligencia en la guerra, el difuso efecto de los
desacuerdos, hace que la exactitud de todos los cálculos Y predicciones se
vuelvan muy dudosos.

La pregunta obvia es: ~Cómo al~ puede saber, en UD mundo de


secretos, engaños y percepciOnes subjetivas, que los estimados de las
fuerzas enemigas son correctas? Clausewitz comenta:
La dificultad de reconocimientos exactos, constituye una de las más
serias fuentes de desacuerdos en la guerra, al aparecer situaciones
enteramente diferentes de las que uno había esperado. (EN GUE-
RRA, Palg.117)
De acuerdo a SUD Tm, el secreto de la victoria radica en metódicos
'1 extensos CIilculos antes de la guerra, que incluyen la inteligencia e
información, detallándose las fortalezas y debilidades tanto de las tropas
propias como las del ENO. En otras palabras, él señala la importancia de
lo que se llama, en la jerga de inteligencia, balance de fuerzas; esto es, la
evaluación comparativa de la fuerza en ambos lados. A~ue la inteligencia
es definida aqlÚ en términos amplios, si uno falla en la mteligencia sobre
el ENO, no será esta falla muy ~rtante, si es que uno sobreestima sus
propias fuerzas y rendimiento. Irónicamente, el obtener información exacta
de nuestras fuerzas, es el reto más importante para preparar UD estimado
exacto de inteligencia, referido al "balance de fuerzas" . 64 .'
SUD Tm DOS abastece con una clásica definición del "balance de
fuerzas" .

Por consiguiente yo digo: conozca a su enemigo y conózcase Ud.


mismo. En cien batallas, Dunca estará en peligro.
Cuando Ud. es ignorante del enemigo pero se ·conoce a si mismo,
sus oportunidades de ganar o perder, son iguales.
Si Ud. es ignorante tanto del ENO como de Ud. mismo, esté seguro
que en cada batalla, estará en peligro (El Arte de la Guerra, Pág.
84).
Sin embargo, debe reconocerse que el consejo "conocer a su enemigo ", es
UD ideal que puede solo ser aproximado. Dada la naturaleza humana y los
problemas de percepción, de diferencia de 1'8Z8&, pensamientos, por
nombrar algunas, es imposible entender p~te. alEN~ ({WDque uno

87
debe ha<:er el esfuerzo) 65 . Sí individuos y naciones a menudo, no: conocen
sus propias debilidades y limitaciones, menos aún conocerán las del
IKlversario. .

Aquellos caeaces de llegar a un exacto balance de fuerzas, situación


que Sun 1zu descnbe como que nunca perderán: ·Por lo tanto cuando los
expertos en la guerra se mueven, no cometerán errores; cuando actúan, sus
~ursos serán sin limite8-. (El Arte de la Guerra, Pág. 129).

D.- COMANDO Y CONTROL, DESACUERDOS Y DUDAS


Una vez que la mejor inteligencia posible ha sido recibida y el
proceso comparativo del balance de fuerzas completado, los planes para la
guerra ¡rueden ser preparados y ejecutados apropiadamente. •.•... De
acuerdo a Sun Tm, entonces el resultado puede ser predecido con
exactitud. Esta creencia, que es diametralmente opuesta a aquella de
Clausewitz en este tema, asume que un Comandante Militar exitoso, estará
.en Capacidad de nevar a cabo sus planes, como se diseñaron originalmente.

Generalmente, la administración de muchos, es lo mismo que la


administración de unos pocos. Es asunto de organización.
. Yeontrolm a muchos es lo mismo que controlm a pocos. Es asunto
.;'" .
de fonnaciones y sellaks. (El arte de la guerra, pág. 90).
En el tumulto y la excitación la batalla parece caótica, pero no hay
desorden,' las tropas parecen rotar en círculos, pero no pueden ser
derrotadas.
La aparente cotifusión es producto de un orden,' la aparente
cobardÚJ, es coraje,' aparente debilidad es fuerza (El arte de la
gue"a, pág. 92).
;: -'La insistencia de Sun Tzu de que los eventos en el campo de batalla
pueden, por lo menos en una gran parte, ser controlados, nos ayuda a
explicar su observación de que, "un ejército victorioso ~ana sus batallas,
ántes de comenzarlas-. (El Arte de la Guerra, Pág. 87). SI un lado es capaz
de conseguir inteligencia confiable de las capacidades e intenciones del
ENO, Y luego explotar ésta información a través de un cuidadoso
planeamiento, entonces es posible entender la conclusión de que la victoria
puede ser obtenida sin disparar UD solo tiro.
.. Cl.ausewitz, que encontraría dichas afirmaciones como no atendibles
.e irrealistas, afirma:

No hay otra actividad humana tan colllinua o universalmente


limitada por.la oportunidad. Ya través del elemento de la oportuni-
. 'dad, el trabajo a ciegas y UJ suerte, vienen ajugar una gran parte
en la g~a. -(EN GUERRA, pág. 85).

88
Engalío, sorpresa, inJeUgeRda y •••

En resumen, el tan Uamodo factor matemálico, IUInca encuentra utJa


base firme en los cálculos miUtares. Desde el comienzo existe una
combinación de posibilidades, probabilidades, buena y mala suerte,
que se entrecruzan en el amplio teatro de la guerra. En la amplia
gama de actividades humanas, la guerra se parece a un juego de
cartaS. (EN GUERRA, -pág. 86). -
..•..• La naturaleza de las interacciones, la Umita a ser impredecible.
(EN GUERRA, pág. 139).

En la guerra, más que en otra cosa, las cosas no se tlaarrollan


como lo esperamos. (EN GUERRA, pág. 193).
Los comandantes están raramente en control de los eventos en el campo de
J::aén
batalla. El general exitoso, no es aquel cuidadosamente lleva a cabo
sus planes originales (como SuB Tzu id . ), si DO aquel que intuitivamen-
te "capta", el caos que existe en una batalla de tal forma de sacar ventaja
de las oportunidades que se presentan.

La discusión de Clausewitz en la infinita complejidad e impredictabi-


Hdad de la guerra, en todos sus niveles, es tal vez su más original e
importante contribución al estudio de la guerra. La guerra es influenciada
por la no certeza, por los desacuerdos y las oportunidades; ori~ cambios
constantes en el lado del_adversario, quién acciona y reacciona mdependien-
temente, sin aún tener completa información del otro. 66. Desde que la
guerra involucra UD siDnúmero de variables cuyas relaciones DO son claras
y cambian continuamante,su pura complejidad hace que cualquier cálculo
racional o planeamiento sea imposible. El caos de la guerra, ocasiona
problemas del mismo valor que aquellos de Newton o de Euler~. (EN
GUERRA, Pág. 112).
-'- La deducción de causa-efecto, es a menudo bloqueada por algunos
obstáculos externos insuperables,· las verdaderas causas pueden ser
desconocidas. Esto es tan común como en la vida; los hechos los
conocemos no en su totalidad, pero los motivos que los ocasionan,
menos aún.
(EN GUERRA, pág. 156). --

Ya ,\ue es imposible "pesar", los factores, para las aún más simples
deciSiones en la guerra, es la intuición del líder militar la que al final lo
llevará a tomar una efectiv-a decisión .
... ;,:La desconfianza general en toda la información, presenta un
problema especial en la guerra,· toda acci6n que se toma, algunos
a media luz, o a luz de la luna, o ante la niebla, tienden a apaI·ecu
mAs grandes que lo que en realidad son. Todo aquello que no se vé,
debe ser adivrnodo, sea usando el talento o dejarlo a la suerte. As{,
una W!Z nuís, cuando hayfalta de i'Úormación, UIUJ tiene que co,y;ar
en el talento o en la suerte. (EN GUERRA, pág. 140).

89
Maestros de la Guetm

La única situación en que un comandante puede confiar, es la


propia,' la deloponenJe, solo por itif0rmación no corifiable (EN
GUERRA, pág. 84). (En el calor de la batalla es dificil que el
comandante tenga infonnaciÓR exacta, aún deesus propias tropas).

, .••. . DebemDs evaluar loS simpatias poUtic.'!Sde otros paises y el


efecto que la f,1I6fflJ puede causar en el1áS: El asimiliir esto con
tOdos sus ramificaciones y diversidodes es una tarea colosal. Un
entendimiento rápü:/b y correcto req~ de,la inJuición tk un genio,'
captar la compleja ilf{0rmaci6n por un simple' y puro examen
metotlolóxico, es ob~ imposible. Bonaparte tuvo razón
cuando dijo que el mismo tteWtoII, se hubiera descorazonado anJe
los problemas algebraicos que tenia que resolver. (EN GUERRA,
pág. 586).

Con esto en mente, Clausewitz concluye que la inteligencia no puede ser


confiable debi.do ,a la ~eza de los cambios ~ ~ ~ de batalla.
Para ClauseW1tz entonces, la mayor parte de la mteligenClá es 0010 otra
fuente de desacuerdos, más que WUl fuente de ayuda al comandante militar:

Si consideramos la base actual de esta itifonnación como descolifia-


, ble Y transitoria, nosotros podemos ver que la guerra es una
'" -.' estructura dlbil que puede f¿cilmenJe colapsar ... Muchos reportes
de inJeügenciiún la guerra son contradictorios, aún más, sonfalsos
y, más aún, no son ciertos. Esto es la verdad de toda la inJeligen-
cia, pero más aún, en el corazón de la batalla cuando tales reportes
se contradicen y se cancelan uno a otro. En pocas palabras, la
mayor parte de la inteligencia es falsa y el efecto del temor,
, multiplica las mentiras y las inexactitudes. (EN GUERRA, pág.
117). '

Son Tm. como hemos visto, considera la inteligencia como un medio


indispensable parrare4ucir la incertidumbre en la guerra. Los comandantes
de Son Tm, son IICOBSejados para buscar información afuera, mientras los
~~tes ~ . <::lausewitz vo~ ,h8ci" adentro, ~ ~fiar en su
mtwcloo y subjd.ividad. La 80lUClón deSun Tzu es racional, nuentras la de
Clausewitz es heroica y romántica. El sustituir la intuición del genio
militar, por la colecciÓD sistemática de inteligencia, es a menudo lUla receta
para el desastre, ya que en esta situación, nada es dejado al temperamento
r resiste la tentación del líder para que favorezca pen~i~tos deseados e,
Ignorar información indeseada. 67. ' , ,

En este punto es útil regresar al problema de los niveles de análisis.


A diferencia de Son Tm, cuyo interés en la inteligencia abarca todos los
niveles (políticos, estratégicos, operacionales y tácticos), Clausewitz, lo
enfoca exclusivamente a los niveles operacionales más bajos y tácticos.
En la época pre-industrial, la escasez de comunicaciones en tiempo
reales (telégrafo o radio), significaba que la información referente al campo
. ~.:.

90
Bngallo, S0"PfV!SlI, inUligltnciIJ y .••

:'.. ~: . ,. ...
de batalla, ya era obsoleta antes de ~ue pudiera. usarse. Esto explica porqué
Clausewitz consideraba ~ue la inteligencia era de pequeña utilidad; lo que
puede ser verdad en inteligencia en los niveles operaCiOnales ~08 y en 10 8
niveles lk.bcos,no es necesariamente cierto en los altos niveles políticos,
ni en los niveles est!atégicos (lo que Clausewitz no lo discute). Debido a
la creencia errónea que la pobre opinión de Clausewitz tiene de la
inteligencia aplicada a los altos niveles de la guerra, así como su aplicabili-
dad en el campo de batalla, muchos lectores de "En Guerra", están de
acuerdo con su estimación negativa de su inteligencia en general. Este
tendencia rué fNcuentemente reforzada por sus tempranas experiencias con
inteligencia inexacta (mientras servía en los nivelesope¡:aciooales bajos y
tácticos), lo que le originó, llegar a conclusiones pesunistas pIU'8 su uso.
Pata la época que dichos lideres militares hubieran ascendido ~ sus rangos
(en donde la inteligencia hubiera aportado mucho más), ellos.estaban casi
convencidos de que tema muy pequeño potencial.

Sin embargo, aún hoy día, los desacuerdos Y una serie de eventos
impredecibles, pueden hacer perder el valor de la inteligencia en los bajos
niveles de la guerra. La disponibilidad de una casi perfecta inteligencia en
los niveles operacionales y tácticos, aún no son garantías de éxito (como
esta ilustrado por ejemplo, por la experiencia británica en la HataDa de
lutland o en la Batalla de Creta).68. Por tanto, no es sorprendente que
Clausewitz introduzca el concepto de desacuerdo, inmediatamente después
de su discusión sobre inteligencia..
Todo en la guerra es muy simple, pero la cosa más simple es dificil.
Las dificultades se acumulan y terminan por producir una especie
de desacuerdos que son inconcebibles a menos que uno tenga
. experiencia en guerra.... Innumerables son los incidentes ~npres
(la clase que ustedes nunca podrán prever) que bajen el nivel de la
acción, de tal manera que uno siempre se queda corto en el objetivo
intentado .. ...
Los desacuerdos es el único concepto que más o menos corresponde
a los factores que distinguen llna guerra real, de una guerra en
papel....... - ....~
Estos tremendos desacuerdos que no pueden, tal como elJ la
mecánica, ser reducidos a lIIUJS pocos puntos, están en todo
momento en contacto con la oportunidmJ y nos lleva a conseguir
dectos que no pueden ser medidos, porque solamente dependen de
láso]KH1unidaiJes que se presenten.. .... .
La acci6n en la guerra, es como moverse en un elemento que nos
hace tener resistencia. Asi como el más simple y natural movuniento
que es el caminar, no pueJi!ser fácilnu!nte hecho en agua, asi en la
guerra es dificil para esjuerzos normales, conseguir aún resultados
moderados. (EN GUERRA , pág. 119-21). .

91
Dada la predominancia de la inexactitud y desacuerdos en la guerra, es fácil
ver como Clausewitz, DO le pone tanta fé a los beneficios que se pueden
derivar de hacer e imple~tar planes detallados.

En guerra, cuando hay una inteligencia RO perfecta, la amenaza de


una calástrofe y el número de accidenJes, son incomparablemenJe
mayores que en cualquier otra empresa humana; la cantidad de
oportunidades perdidos, es por consigurenJe mayor. (EN GUERRA,
pág. 502).
Ya qu toda la información y suposiciones sonftlClibJes de dudas y,
con las opi:munldl:ilks presentándose en cualquier sitio, el coman-
dtznte continuamente e~ntra de que la:Y cosas no son como él
esperaba. Esto es un limite a la injluettcÚl de sus planes. Si esta
ilJfluencia es suficientemente poderosa para CIlUSar un cambio en sus
planes, él debe usualmente concebir otros nuevos; pero para éstos,
la iliformación necesaria, puede no estar inmedialamente disponible.
Durante una operación las decisiones deben usualmente ser tomadas
al instante, ya que puede RO haber tiempo para revisar la siluación
o aún paf'a pensar detallatlamente. Usualmente, por supuesto, la
nueva Información y su revaluación no son suficiemes para hacernos
ceder en nuestras intenciones, solo las pone en duda. Ahora
sabemos más, pero esto nos da más Y RO menos incertidumbre.
Los úllimos informes no llegan todDs a una sola vez. Ellos continua-
me~e irifluyen en nuestras decisiones y nuestra mente debe estar
permanentemente lisIa para tratar con ellos. (EN GUERRA, pág.
102). .

Por coDBÍ,,"ente, Clausewitz propone 3 tipos de soluciones ~ compensar


la ausencia de inteligencia confiable. Primero es la intwción del genio
militar (ya tratada); segundo, la fuerza del material y tercero, el arte de la
guerra misma. 69. .

. La fuerza del material es, por supuesto, el factor más importante en


la guerra: para ponerlo en su máxima expresiÓD, aún una perfecta
inteligencia no sirve sin una fuerza militar suficiente. Por otro lado, un
e.jército poderoso con ventaja numérica, puede ganar sin ninguna inteligen-
Cia, a pe5&f de UD mayor costo. Por eso, Clausewitz insiste que la primera
regla de la guerra, es movilizar la mayor fuerza posible. Los astutos
profesionales del arte de la guerra, pueden compensar la falta de una
adecuada inteligencia por una concentración de fuerzas superiores en el
punto decisivo y manteniendo más que reservas adecuadas. Mientras el
comandante puede no ser capaz de resolver sus propios problemas de
inteligencia, su seguimiento de una agresiva estrategia, puede al menos
intensificar la incertidumbre del ENO e interferir con su habilidad para
conseguir inteligencia confiable. RCon incertidumbre (esto es falta de
inteligencia confiable), ~ una· escala, el cotaje y la~utocon.fian7Jl deben ser
entrelazadas para cerregrr el balance-o (En Guerra, Pág. -SO). La parte
negativa de este acercamiento, es que solo es la remoción de un paso de la

92
Engallo, s011fnsa, inteligenday ..•

completa negación de la inteligencia y su potencial. 70. Sin embac~o,


asumiendo que el objetivo del comandante es implementar lo más efectIVo
posible los principios del arte de la ~, aún el juicio intuitivo del genio
militar debe estar basado en UD mínimo de inteligencia confiable. 71.
Las más profundas diferencias entre SUD Tzu y Clausewitz, surgen
de una comparación de sus obselVaciones sobre: comando y control,
inteligencia, sorpresa y engaño. Para SUD Tm, la inteligencia confiable y
a tiempo, es esencial para el planeamiento racional de las operaciones
militares y, la decisión JNU:;& entrar en guerra. Su visión no debe, sin
embargo, ser tomada al pie de la letra. El no menciona la complejidad y la
incertidumbre de la guerra, a pesar que claramente cree que los desacuer-
dos, incertidumbres y las oportunidades, no ameritan tener un rol central
como el que ClaUSewitz le8 asigna. .

Paradójicamente, la recomendación de SUD Tm, de que el engaño


debe ser usado las veces ~ sea posible, contradice en eseacia lo que él
asume de que, una inteligencia exacta puede ser recolectada y usada
efectivamente. Después de todo, si nuestro enemigo también practica el
engaño; gn.cha de la inteligencia que recibe no puede .serle confiable. La
creencia de SUD Tzu en la importancia de creer en la inteligencia, debe ser
entendida como UD proceso de aprendizaje, como un ideal y no simplemen-
te, como la desCripción de la realidad; Y la búsqueda de inteligencia óptima,
deber ser considerada como parte de UD deseo normativo para tomar las
mejores decisiones racionales posibles. Esto le recuerda a los lideres
políticos y militares, que deben hacer el mayor esfuerzo para basar sus
estrategias y planes en preparación es cuidadosas, antes de entrar en
combate.

El hecho de que el análisis de la guerra que hace Slin Tzu, es en su


mayor parte más amplio que el de Clausewitz, ayuda a explicar su gran
confianza en la utilidad de la inteligencia. Mientras Clausewitz lo centra en
los niveles más ~08 de la guerra, donde la contribución de la inteligencia
es más limitada Y su uso mas problemático ,SUD Tzu extiende su discusión
~ incluirla en la más alta estrategia y niveles políticos, en donde la
mteligencia es generalmente más confiable. El punto más importaste
referente a la positiva actitud de SuD. Tzu hacia la inteligencia, es, sin
embargo, que ejemplifica su fundamentación racional y el acercamiento
calculado a la guerra.

. Jomini ve la inteligencia ea un punto medio entre el de Sua Tzu y


C1aWiewitz. Poniéndose en UD punto central. entre la panacea que representa
la inteligencia para Sun Tm y lo desconfiable que es ésta para Clausewitz,
Jomini llega a conclusiones más realistas y balanceadas. Sus observaciones
del rol de la inteliJencia también merecen prestarles atención, puesto que
ellas reflejan la Dllsma apreciación que Napoleón la tenía, en lo refenmte
a su utilidad y valor. Jomini empieza la discusión de éste asunto con la
sugerencia de que la inteligencia es, al menos en teoría, la base de toda
acción exitosa.

: 93
Una de las más seguras maneras de realizar buenas combinaciones
en gllDTa. sert! el de orde~r los ml!vimientos. solo desp~ de
haberse obtenido peifecta "formación de los procedimientos
enemigos. De hecho. ¿como puede un hombre decir que es lo que
hará él mismo. si es que está ignorante de lo que hará su adversa-
rio? (JOMINI, EL ARTE DE LA GUERRA, Pág. 268).
La consecución de informaci6n exacta en el momento de la guerra,
en el siglo XIX, era virtualmente imposible de conseguir, como Jomini
mismo reconoce. Esto lo lleva a afirmar algo que se acerca a lo que
Clausewitz concluía (En Guerra, Libro 1 Capítulo 1 en el cual compara a
la guerra en teoría y en práctica), que la virtual imposibilidad de obtener
intelig.encia confi~, Ses una de los -principales motivos de la gran
difcmmcia que ' existe entre la guerra en teoría y aquella en la práctica".
(Jomini, El Arte de la Guerra, Pág. 268-9).

Jomini también adopta la aproximación Clausewitzniana, cuando él


sugiere que el mejor remedio para una inteli,encia imperfecta, es confiar
en la intuición del comandante. El luego explica, con algún detalle, cuales
son laS mas confiables fuentes de inteligencia. Sus cinco principales fuentes
son remarcadamente relevantes y comprensivas, aún para nuestros tiempos:

J Un aUamente organizado y eficiente sistema de espionaje.

II Reronocimienlo por unidaLks especiaks.

IJI la interrogación de los prisioneros de guerra.

N -FormLUIIÚJ hipótesis de probabilidodes" (esto es. un sistemá-


tiro análisis tk los cursos de acción abiertos al eno. basados
- en la 'nfonnación. la lógica y la experiencia).
v Seflales. (Jomini, el arte de UJ gllDTa, pág. 269-70).
Al igual que SUD Tm, Jomini dice que los espías "permiten a UD general,
.aprender lÚS que por cualquier otro medio, lo que está pasando en el
.c oraz6n del campo enemigos (Jomini, El Arte de la Guerra, Pág. 269). El
reconocimiento no puede damos informaciÓD confiable más allá de la línea
del frente y es solo de un valor táctico inmediato. La interrogación de los
prisionems de guerra, puede brindar resultados positivos, solo, si es
~nducida; por oficiales de inteligencia, experimentados en técnicas de
mterrogaci6n,. -
. En la conclusión de su libro, sGrandes Operaciones Militares D ,
Jomini incide en la importancia del reconocimiento y de la inteligencia (Su
sexto principio General). .

94
Bngaílo, SOlpTesa, itúeligencia y ..•

VI Es 'I! '!UÍS import~e, CUIUIdD lOInaJnO,Y la ;n;cial;~ de un


nwwmtento de~,vo, que tkbemOs tener mucho cuidado de
estar JJe1fe.ctanumte informados tk la posición del eno y de
los moVImientos que pueda hacer. El empleo de esp{as, es
uno de los medios más útiles -pero, quizás, lo que es de
mayor utilúJad es tener el paú investigado _en todos sus
rincDnes por partitúlrios. Un general debe enviar pequelfos
grupos en toáas direcciDnes y debe multipUcar su munerD CDn
un gran cuidado.....• El Dperar sin estas precauciones, es
nuuchar en la DScuridad y exponernos al desastre que
cualquier movimiento. secreto. del eno puede producirnos. Las
cosas que deben ser evitodas SDn: esp{as que no han sido
bien instruidos con anticipación y, oficialeS que comantlan
pequelfos grupos de tropas que no han tenido suficiente
experiencia en conducir a su gente en fDTTnfJ OLlecuoda. _72.
Jomini está también COIIBCiente de los obstáculos que se encuentran en tratar --
de transmitir la inteligencia a tiempo. desde su fuente en el campo del
ENO. hasta el usuario. Para el tiempo que la información ha llegado, es ti
menudo, obsoleta. _

..... Pero. es casi imposible comunicarse con ellos (con nuestro. esp{a
en territDrio del eno) y recibir la iTifDrmación que poseen..••...Aun
cuando el general reciba de sus esp(as la infDrmación de los
movimientDs, el no sabrá los movimientDs que ocurrierDn después,
o. que es lo que el enD finalmente intentará. (JDmini, el arte de la
guerra, pág. :-270).

De acuerdo a Jomini. el desarrollo de hipótesis muy bien fundamentadas de


los posibles cursos de acción del ENO. son cruciales; dichas hipótesis son
basadas en la información disponible y complementadas por un sistemático
y lógico análisis. derivados de la experiencia. familiaridad con el pensa-
miento enemig-O y un buen conocimiento de los principios de la guerra. Esta
es una tan buena descripción. como cualquiera de los estudios modernos de
inteligencia en todos los niveles. ·Yo puedo •• el dice, ·con gran satisfac-
ción decir que, estos medios raramente me han fallado....... Yo nunca
estuve equivocado mas de dos a tres veces en mi hipótesis y en mi manera
de resolver las dificultades que se me presentaban· (Jomini, El Arte de la
Guerra, Pág. 270-1).
Después de observar que el uso de los espías habían sido malamente
rechazados por muchos de los "lDl!ldemos" ejércitos de su tiempo (con la
excepción de los rusos), Jomini concluye su capitulo de la inteligencia, con
las siguientes recomoodaciones que son tan valiosas para los actuales
comandantes militares y expertos de inteligencia. como para aquellos que
se inician e.n las artes militares:
l. - Un general no debe rechaztAr ningún medio. de obtención de
ilifomuu:ión..... .

95 _,
Maestros de la Guerm

2. - El mulJipücar los medios de obtener información, no impor-


tando cuan impeifectos y contradictorios sean, puede
llevarnos a COIf.Seguir y extraer la verdod de ellos.
3. - Excesiva confianza no debe ser depositada en ninguno de
éstos medios.
4. - AsI como es imposible obtener información exacta por los
tMlodos mencionados, un general no deberá moverse sin
considerar diversos cursos ile acción, bosados en hipótesis
probabks........ y sin perder tk vista los principios de la
guerra. (Jomini, el arte de la guerra, pág. 273-4).
En otras palabras, ya CJ.UC la inteli¡eACÍa casi nunca es perfecta, la
desconfianza o incertidumbre Siempre debe estar pre&eDte a través de planes
operativos alternos y la aplicación correcta de los principios de la guerra.

Jomini, completa su examen de la inteligencia, con un compterulÍvo


análisis del valor de la telegrafía visual y una eficiente sistema de
comunicaciones en la guerra, así como una fuerte recomendación para el
uso de los globos para el reconocimiento del campo de batalla. Su
perceptivo estudio del rol de la inteligencia en la guerra, nos brinda una
remarcable y coutemporánea transición de la época pre-modema a aquella
del siglo veinte. Es iróruco que las obras de Sun Tm, "El Arte de la
Guerra ft y "De .la Guerra", de Clausewitz tengan más valor para el
moder,no estratega. que "El Arte de la Guerra" de Jomini que contiene
mejor información teóriCa del rol y uso de la inteligencia.·

96
12
EL ROL DEL LIDER MILITAR
Para Clausewitz, la imposibilidad de conseguir inteligencia confiable
en guerra es axiomática. Es la premisa sobre la cual mucho de su
arquitectura teórica está construida y, del cual algunos de sus conceptos
analíticos centrales, se derivan. .

La ausencia de información exacta, constituye una de sus principales


explicaciones (en conjunto con el rol de la política y las diferencias
inherentes entre la ofensiva y la defensa), para la discrepancia entre el ideal
de la guerra absoluta y la guerra en práctica. En otras palabras, es la falta
de información confiable en ambos fados, la que fueaa a uno a apartarse
de sus conceptos Wóricos de acciones militares ininterrumpidos, a la
realidad de la parálisis f la inacción. Esto hace imposible, por definición,
para los lideres políticos y militares, tomar decisiones "puramente
racionales" en la guerra. (En Guerra, P'~. 84-5). Desde aquí, Clausewitz
desarrolla su coocepto teórico del gemo militar, cuya intuición (al igual que
la complejidad de la guerra), nos lleva a realizar muchas preguntas. y
respuestas. La consecuencia potencial más dañina de la conñanza de
ClaUse~tz en la intuición del genio militar es que, si llevada a extremos,
le debilita a Uno el incentivo para conseguir la mejor inteligencia posible y
reemplaza la búsqueda .sistemática de información, con Solamente la
intuición.

Sun Tzu también examina el cafl1cter ideal de un coniandante y su


rol princi{'al con alguna extensión y, señala que tallider debe confiar en su
experiencIa e intuición y ejercitar su juicio mdependiente y correctivo. A
pesar que el rol del lider militar en "El Arte de la Guerra", no llega al
grado de teoría central y significado práctico, es sustentado por el "genio
militar" de Clausewitz en su libro "En Guerra", yen el "experimentado
cainandante" y "maestro de la guerra de Sun Tm en su libro, "El Arte de
A

la Guerra ft, Pág. 87, Y que actualmente tienen mucho en común cuando sus
diferencias superficiales son analizadas. El asunto en el cual ellos difieren
bastante es que, a diferencia de Clausewitz, Sun Tzu generalmente está en
favor de la precaución y de un cálculo medido, mas que la confianza en la
intuición del comandante.
De acuerdo a Sun Tm, la selección que elUder político hace de un
co~te militar puede ser la más crítica decisión que hará:

Ahora el general es el protector del paIs. Si esta protección es


dectiva, el paIs seguramente será poderoso, si ltl protección es
defectuosa, el estado será débil•••. .... (Chang yu).... Un rey que
oótiene a la persona correcta, prospera. Uno que falla en hacerlo,
se arruinará. (El arte de la guerra, pág. 81);

97
Maestros de la Gueml
"

La aseveración de Jomini: en este asunto es un eco de la de Sun Tzu:


Si la experiencia de un general, es uno de los elementos más
seguros de victoria, se puede W!T que la juiciosa selección de
generales, es uno de lo más delicoiJos punlOs en la ciencia de
gobernar Y una de las más esenciales ptU1es de las poUticas
militares de un paú. (Jominí, el arte de la guerra, pág. 45). .
Ya hemos di~ que si un principe (sic), no conduce su ejército en
persona, su mIÍs.importanJe deber será el de mantener un coman-
dante efectivo en esa posición, lo que, tksofortunadomenle, no
siempre se 1uu:e. (Jomini, el arte de la guerra, pág. 54):
.... ... La selección de generales al maN/o, es un asunto que requiere
la más cuidadosa selección de un gobierno sabio, ya que de aJú
depende la seguridad de una nación. (Jomini, el arte de la guerra,
pág.335). . .
Jomini, sin embargo, va siempre Un paso adelante de Clausewitz y SUD
Tm, en su propuesta de una solución "moderna", en la situación en la que
un genio militar llQ pueda ser encontrado o que un comandante equivocado
halla sido escogido para dirigir el ejército. .

La dificultad de seleccionar siempre a un buen general, ha llevadb


a la formación de buenos generales de estado mayor quienes,
estando cerca del general pueden aconsejarle y de esta fonna,
ejercer una influencia be~ficiosa sobre las operaciones. Un grupo
de generales muy bien instruidos es lo más útil. en las organizacio-
nes, pero debe tenerse mucho cuidado en prevenir la introducción
de fa!sos principios en dichas organizaciones, ya que en estos casos
puede ser falal. (Jomíni, el arte de la guerra, pág. 57).
Al reconocer que ésta solución puede generar sus propios problemas,
·Jomini prevee las dificultades de guerras efectuadas por comunidades o
complejas burocracias, esto es, por organizaciones en busca de consenso.
Para su detrimento, las acciones tomadas por dichas organizacioaes, a
menudo Rftesentan el común denominador más bajo que es aceptable. para
todos los mvolucrados en el proceso de toma de decisiones, y, como
_resultado, a menudo ·involucrar mucho riesgo, un elemento que es esencial
para el éxito de la guerra. . . . .

¿Cuál será el resultodo de una operación que ha sido parcialmenle


enlendida por el comandanle y que no es de su propia concepción?
. Yo he posado por una lastimosa experiencia como secretario en
cuarteles generales y nadie tiene una mejor apreciación del valor de
dichos servicios como yo mismo,' y es particulannenle en un consejo
de guerra que dicha parte es absurda.
Cuanto mayor el número y mayor el rango de los oficiales militares
que componen el consejo, mayor será la dificultad para conseguir

98
El rol del lIder militar

el triunfo de la verdad y de la razón, aunque pequeña sea la


cantidad de desacuertlos.
¿ Cuál hubies.eJido la acción de uIi consejo ·'de . guerra arCUal
napoleón la propusiera el movimiento de arcola, el cruce de saint
bernard, la maniobra de ulm o aquella en gera y jena? El temeroso
lo hubiera considerado ~cipitado, aún como locura, otros
. hubieran visto mil diji para su ejecución y . hubieran
coordinado todos para recluJzar los pkznéS,' y si., Al contrario, ellos
lo hubiera aprobado y hubiera sido ejecutado por cualquier otro,
menos por napoleón, ¿ no hubieran ellos encontrado fallas? (Jomini,
el arte de la guerra, pág. 58).

Si nuevamente tenemos en mente el nivel de análisis, con respecto


a la sugerencia de Jomini de que un grupo de generales se junten para
ayudar al comandante en jefe y la confianza' de Clausewitz en el genio
militar, vemos que no son necesariainente contradictorios. En los hlúos
niveles tádicos y operaciones en donde las acciones deben ser tomadas sin
demora, no hay un sustituto para la experiencia e intuición de un coman-
dante .militar•.

En cualquier caso, raramentebay tiempo suficiente en plena batalla,


para las deliberaciones de un Consejo de Guerra; para bien o para mal, el
comandante debe llegar a las más lógicas decisiones bajo las circunstancias
y ejecutarlas resueltamente. En las palabras de Clausewitz, el comandante
debe wpararse_ firme como una roca ft una vez que la decisión ha sido
tomada. En los altos niveles políticos, estratégicos y aún en operaciones,
sin embargo (donde hay más .tiempo para conseguir información y tomar
decisiones calculadas), un staff de generales o un consejo de guerra, sirven
en forma más beneficiosa y con propósitos constructivos.

Irónicamonte, un comandante militar con una previa experiencia en


el campo de batalla (en donde ha estado acostumbrado a tomar decisiones
rápidas confiando solo en su experiencia e intuición), tK>soo a menudo, un
impedimento para realizar una efectiva toma de decis10nes en los niveles
estratégicos altos. Las mismas cualidades que permitieron a Napoleón ganar
en Areola o en Jena, originaron su eaída, cuando, aplicados a la formula-
ciÓB de la estrategia en la cual cálculos juiciosos resultan mas valiosos que
las reacciones rápidas, intuiciones y valentía.

La selección de UD comandante competente, es particularmente


importante para SUD. Tm, ya 'lue elle garantiza allider militar en el campo
de batalla, gran independencia y discreción:

Aquellos generales capaces y que no son inteiferidos por el


presidente serán victoriosos....... Efectuar decretos es jurisdicción
del presidente; decidir en kz batalla es del general.
(Wang hsi)....... Un presidente de gran carácter e inteligente, debe
ser capaz de conocer al hombre adecuado, debe darle las responsa-

99
MlUstros de la Guem:

biUdades Y esperar resulmdos. (El arte de la gue"a, pág. 83,83-4


,~ Yp2).

Los geaeriiés de Sun Tm, deben ser capaces para ejercer su independiente
juicio profesional, dentro de la arquitectura general de las ordenes recibidas
. dellicfer político, pero solo el puede crear las condiciones necesarias para
su implementación.

Habiendo prestado atención a las ventajas de mis planes, el general


debe crear sihlaciones que contribuirán a Sil cumplimiento. (El arte
de la g~a, pág. (6).
(Chia Un) las ordenes de un presidente, a pesar de que deben ser
cumplidos, 110 deben serlo, si el genual sabe que contienen o
conllevan, un colllrOl directo desde la copilal. (El arte de la g~a,
pág. 113, 112).

Y si un débil presidente con ninguna habilidad militar, toma control directo


de su ejército, 10mini advierte:

Si un presidente, interfiere con yen oposición a lo que se emprende,


será incapaz de obtener emos, cuí" si tllviera la habilidad requeri-
da. Puede decirse que un presidente podria acompafiar al ejército
y 110 interferir con su general, pero ahf, aprovechar todo el peso de
su itifluencia. (Jomini, el arte de la g~a, pág. 55-3).
A pesar de que la discusión de Clausewitz sobre el carácter ideal del genio
militar, está concentrado en uno de los capítulos más largos de, nEn
Guerra", (Libro 1, Capitulo 3),18 opinión de Sun Tm en éste asunto, puede
ser encontrado en "El Arte de la Guerra". Una comparación de estos dos
textos nos revela que muchas de sus observaciones se entrecruzan.

100
13
EL TEMPERAMENTO DEL LIDER MILITAR
En su co~o del tempel'8lllmto de UD líder militar ideal, SUD Tzu
está de acuerdo básIcamente con Clausewitz, a pesar que las informaciones
de SUD Tzu están a menudo dirigidas en Wtémunos negativoSw; esto es, en
términos de lo que el cree que son caracteÁsticas indeseables o la mas
efectiva manera de explotar las personales desventajas del General enemigo:
Enoje a su general y confúndaID.
(Li eh' van:) ... Si un general es colérico su autoridad fácilmente
puede ser perturbada. Su carácter no es firme.
(Chang yun:) si el general enemigo eS ' obstinado y dispueslÓ a
ellCOlerizarae, insllllelo y enfurézcalo, para que as( sé irrite y se
confunda y sin un plan, diflcilmente avanzará contra usted (El arte
de la guerra, pág 67). '
Si un general es incapaz de controlar su impaciencia y ordenar a
sus tropas, un tercio de ellos serán muertos antes de tomar la
ciudmI (El arte de la guerra, pág. 78-9). " ,.

Es caracterlstica de un general el ser severo e inescrutable,


imparcial y autocontrolado.
(Wang hsi:) ... Si está severo, no estd enojado,' si es inescrutable,
no es mentiroso, si es justo, no es injusto; si es autocontrolado, no
está confwu1ido (El arte de la guerra, pág. 136) 73.
Oe acuerdo a Son Tzu, las siguientes cualiWuÍ~ son peligrosas' in; UD
general: .

Si es descuidado, puede ser muerto:


(Tun:)... Un general qUe es estúpido y colérico es una caiamidod...
Cuando la gente discute de un general, ellos siempre prestan
aténción a su coraje.. .
Si es cobarde, será capturado:
(Hoyen-Hsi:) 'uno que estima su vida sobre todo, será sobrepasado
por indecisiones. Las indecisiones de un general, son una gran
caJm.nidod.

Si rápidamente se auera usted puede hacerlo tonto: - .¡

(Tu fu:) un ~re imp,:,lsivopuede ser provocado hac~a.la cólera


y llevarlo Meta la mUerte. Uno que se mOkst~lmente, es
irracible y obstinado. El no colISidera las diflcull . '

101
(Wang~hsi:) lo que es esencial en el temperamento de un general, es
la serenidad.
Si el tiene el sentido de humor muy delicado, usted puede calumniar~
lo. .
(Mei Yao~ch 'en:) uno ansioso para defender su reputación, no le da
importancia a lo demás.
Si es de naJuralez¡z compulsim, usted puede acosarlos.
La ruina de un ejército y la muerte de un general, son lÓs resullados
inevitables de es108 caracteres (El arte de la guerra, pág. 114~15).
Sun Tm realza las cualidades tales como serenidad, resolución, estabilidad,
paciencia y calma, que le permite a un ~eneral que se encuentra con el caos
y la adversidad de la guerra, tomar decisiones ~ionales y calculadas. Los
generales que reaccionan sin reflexionar, aquellos que tienen coraje pero
que pierden el control demasiado fácil, pueden ser manipulados por el
enemigo. El coraje solo no es suficiente. El hecho del coraje sin reflexión
no es venerado en "El Arte de la Guerra", y es ilustrado por la historia de
un corajudo oficial que atacó a sus enemigos a su propia iniciativa (TuW

Yu:) ... Incapaz de controlarse él mismo-, y fue decapitado, ti pesar de un


éxito (El Arte de la Guerra, Pág. 107).

Clausewitz no ve necesariamente la inteli~encia o sagacidad, como


la más deseable cualidad de un comandante militar: "La inteligencia sola
no es coraje; a menudo vemos que la gente más inteligente son generalmen~
ft
te, vacilantes (En Guerra, Pág. 102). El comentario de Sun Tm de que la
~ puede minar la perfcnnance de un comandante, también apunta
a dichos problemas. Ambos están de acuerdo, sin embargo, que - la
serenidad, resolución y determinación son indispensables. No menos que
Sun Tm, Clausewtiz admira •. . . la facultad conocida como auto control (el
privilegio de mantener la calma, aún bajo las más grandes presiones, está
arraigado en el temperamento", (EN GUERRA, Pág. 106). Clausewitz
también valora la constancia y fuerza de mente, que el ve como:

... La habilidad de mantener la mente propia, en tiempos de


excepcional presión y emoción violenta ... La.fuerza de carácter, no
consiste soU.unente en tener sentimientos profundos y poderosos.
pero si en mantener el balance propio a pesar de ellos. Aún con la
violencia de la emoci6n, e/juicio y el principio, deben aun mante~
nerse (EN GUERRA. pág. 107).
Obviamente, un hombre que cambia constantemente de opinión aun
en respuesta a sus propios análisis, no puede ser llamado un
hombre de carácter. El ténnino, solo se aplica a aquellos cuyos
puntos de vista son estables y constantes (EN GUERRA., pág. 107).
. . El cornandanu (en baJalla) debe cotifiar en su juicio y permanecer
como una roca, en la cual, las olas rompen sin causar_d.aifo. No es

102
algo fácil de hacer. (EN GUERRA, pág 117).

Como Sun Tm, Clausewitz admite sobre el peligro que:

La,/uerz8 de carácter puede degenerar en obstinación. El punto


medio, es dificil de determinar en algunos casos.... La obstinación
no es un defecto intelectual; se origina en la negativa de admitir que
uno esJá equivocado•.. La obstinación es unafaUa de temperamento.
(EN GUERRA, Pág. 117).
Jomini elige a la brawra, ecuanimidad en situaciones difíciles, firmeza,
habilidad para inspirar a sus tropas y un sentido de bondad o ~er08idad
de espíritu, como las características mas criticas de un lider militar.

Las cualidades esenciales para un general, siempre serán:


Primero, un coraje moral elevado, capaz de grandes resolu-
ciones,'
Segundo, un coraje ftsico que no le teme al peli$ro. Sus
conocimientos cient(ficos o militares son secundarws a las
antes mencionados caracterlsticas, las que, si son grandes y
serán de gran utilidad. No es necesario que sea de un vasto
erudito. Sus conocimientos pueden ser limitados, pero
buenos, y deben estar basados en los principios del arte de
la guerra. Sigue en importancia, las cualidades de su
carácter personal. Un hombre que es galante, justo, firme,
derecho, que es capaz de darle méritos a otros, en vez de
sentirse celoso, será siempre un buen general y aún podrá
ser considerado un gran hombre. Desqfortunadmnente, el
justificar el mérito de olras personas, no es la cualidad más
conuín.
(lomíní, El arte de la guerra, pág. 55-6; 59).

Finalmente, concluiré ... con una última verdad: El primero de


todos los requisitos para el éxito de un hombre como un lider. es el
de ser, perfectameate valiente. Cuando un general es animado por
UD verdadero espíritu marcial y puede comunicar ésto a sus
soldados, el pocW cometer faltas pero, obtaldrá victorias y con
seguridad merece" laureles (Jomini, El Arte de la Guerra, Pág.
345).

103
Maestros de la Guerro
~,(- '.

(página intenaonalnumle dejada en blanco)

104
14
EL AMBIENTE DE LA GUERRA Y LA INTUICION
DEL LIDER MILITAR '

Las cualidades ideales para UD comandimte en batalla, aparecen al


inicio del libro, "El Arte de la Guerra" , de SUD Tzu. .
Por COI'IUlIIdar, yo qWe1'O significar las cualidades generales de
sabidurla, sinceridad, Iwmanidad, coraje y estrictez.
(Tu Mu:) si es sabio, un conuzndante podrá reconocer las cambian-
tes circunstancias y actlÍal' expedit,vamente. Si es sinCero, sus
hombres no tendrán dudas de la certeza de sus recompensas y
castigos. Si es humano, amiJra la bondod, simpaJiZJl1'á con otros y
apreciará su labor y trabajo. Si es corajudo, obtendrá victorias
aproW!chando las oportuniJodes sin du.túu. Si es estricto, sus tropas
serán disciplinodas por temor hacia él y el miedo al castigo.
... Si un general no tiene coraje, será incapaz de vencer sus dudas
o de crear grandes planes (El arte de l{l guerra, pág. 65).
otra descppción de las destwlas cualidades de un lider ideal a~ en el
Capitulo Cuarto:

(Tu Mu:) ... Ahora, los requerimientos supremos de un general son,


una clara percepción, lUUl annonfa en su ejército, una profunda
estrategia conjuntamente con planes de largo alcance, un conoci-
miento de las circunstancias y habilidad para examinar lofi:d:res
hwnanos. Si un general es incapaz de estimar sus capac' de
comprender el arte de la expeditez y de la flexibilidad, cuando se
. encuentra en el momento de entrar en contacto con el enO, aVanzará
de uiúifoT1lf!J.4Jjdosa, mirando ansiosamente primero a su derecha,
y luego a su iiquierda y será incapaz de producir un plan. Cautelo-
samente, el coiijiará en iriformes irreales, creyendo un momento
esto, y otro momento lo otro. .
(El arte de la guerra, pág. 87-8).
(Las últimas oraciones coinciden, palabra por palabra, .con la descripción
de Clausewitz, sobre el dilema del comandante enfrentado con reportes de
inteligencia conflictivos), como se discutió en el Capitulo "Inteligencia en
Guerra". (En Guerra, Libro 1, Capitulo 6, Pág. 111).
Muchos de estos requerimientos para UD lider&zgo militar, tales
como percepción clara, habilidad para eiltender los factores humanos y la
habilidad de explotar oportunidades al paso, dependen grandemente de la
expe~encia e intuición de los maestros de la guerra. Sin embargo la

105
insistencia de Sun Tm, en la necesidad de tomar decisiones rápidas para
obtener ventaja de oportunidades que se presentan, implica que el
comandante debe confiar en sus "seatimientos mtemos", porque no tendrá
tiempo de analizar un infinito número .de variables cambiantes en todo
momento.
De acuerdo a ·En Guerra", el comandante o genio militar, no puede
luchar con el caos en la batalla, a menos que confíe en su "percepCión", la
cual Clausewitz define como:

... El rápido reconocimiento de la verdad que la mente nonnalmente


110 la ctlf.ta o que podrla percibirla solo después de un largo estudio
y rejlexlón.
(EN GUERRA, pág. 102).
La acción no puede basarse 1IIInCIl en noda tan firme como el
instinto, un sentimiento de la verdad.
(EN GUERRA, pág. 1OB).
Las circunstancias varian enormemente en guerra, y son tan
indejinibles que un vasto factor de variaciones deben ser tomadJJs
en cuenta (mayormente a la luz de probabilidades solamente). El
hombre responsable de evaluar toda la situación, debe tener la
cualidad de la intuición que lo . hará percibir la verdad en todo
nwment.o. De otra manera, un caos de opiniones y consideraciones
crecerán y enturbiarán eljuicio..... A pesar de la gran cantidad de
conjeturas, el ojo sabio del ge~~rá quedarse corto de la
significancia histórica, sin las cua . de carácter y temperamen-
to que hemos descrito (en guerra, pág. 112)74.
A pesar del intento de Jomini de desarrollar una teoría científica para la
conducción de la guerra en su nivel operacional, el, como Clausewitz,
repetidamente nos recuerdan la !m{x>rtancia de la intuición del comandante,
la experiencia y la percepción. Su msistencia de que un comandante exitoso
posee tan innato talento, demuestra que la esperanza de Jomini de
desarrollar una aproximación •científica·, al estudio de la guerra, era
imposible, aun en los niveles de ~iones mas bajos. (por ·científico" ,
parece que Jomini quisiera sigmficar primariamente, un acercamiento
sistemüico al empleo de la enseñanza del arte de la guerra al militar
promedio (mas que a una disciplina cuantificable, .exacta y pOsitiva, como
n~ .ootendemos el término ·científico·, ~Y en día).

Un general convenientemente instruido en la teoría de la guerra,


pero que no posee la percepción, frialdad y experiencia militares,
puede confeccionar un excelente plan estratégico pero será incapaz
de aplicar las reglas tk las táct;CQS en presencia del enemigo... (10-
mint. el arte de la guerra, pág. 322). .
Es CQSi siempre fácil determinar los puntos decisivos en el campo de
batalla, pero no m el momento decisivo,· y es precisamente aqu(, en

106
El ambkllle de la Guenu y la ...

que el genio y la experiencia son decisivos y donde la mera teorla


tiene poco valor. (Jomini, el arte de la guerra, pág. 334). .

Yo aprecio claramente la diferencia entre el realiztlr combinaciones


y solucionar problemas M la quietud de un escritorio, y el talento
especial que es indispensable al individJw que titme, dentro del
fragor de una batalla, que mantener a miles de hOmbres operando
juntos para la obtención de un simple objetivo. (Jomini, el arte de
la guerra, pág. 344)
Mientras que la discusión de SUD Tm, sobre el rol y la importancia de la
intuiciÓD, es mucho más impUc;eL menos detallada, el sin embargo
señala. '1.00 n° todo buen soldado · . ser igualmeAte UD buen comaodan-
te. Esto unplica que la educación y la experiencia solas, no son suficientes
y que las cualidades especiales (como la intuición y el genio) son necesa-
rias. SUD Tm, el maestro de la guerra, .puede ver la victoria, donde el
hombre ordinario no puede. 75. El experto comandante puede confiar solo
~ su proP.i0 g.emo y en su comprensión de la situación para crear
CU'Cunstanclas favorables.
De este modo, aquellos expertos en hacer que el eno. Se mueva
creando situaciones que lo satisfagan .. •

Por consiguiente, un experto comandante crea la victoria de las


situaciones y no la demanda de sus subordinados.
(Ch 'en hao:) los expertos de la guerra dependen especialmente de
la oportunidad y de ser expeditos. Ellos no cargan esta situación
solo en sus Iwmbres.(E1 arte de la guerra, pág. 93)

En un pMnto, Clausewitz arguye que:


... El talento y el genio operanfuera de las reglas y, la teorla entra
en conflicto con la practica.
(EN GUERRA, pág. 140)

o si no otra vez, uno puede apelar a la genialidad, .l a cual está


sobre todas las reglas,' lo cual ayuda a admitir que las reglas no son
solo para los idiotas, si no que son idiotas ellas mistn!JS..
00 (EN GUERRA, Pág. 184) o

En "El Arte de la Guerra" un vocero de Sun Tm, expresa laS mismas


ideas con éstas palabras:
(Chía Un:) el general debe co'fliar en su habilidad para controlar la
sitMaCÍÓn a su favor CIIaIIfÜJ la oportunidod se presenta. El no está
limitado por procedimientos establecidos. (El arte de la guerra, pág. :
112).

107
Maestros de la Guerro

SUD Tzu, también resalta la necesidad de creatividad (en otras palabras,


genio) del comandante, a quien le exi~e no repetir sus tácticas, Rsi no a
responder a las circunstancias en una infinita variedad de maneras· . (El
Arte de la Guerra, Pág. 100). En el fondo, sin embargo, SUD Tzu aprecia
a los maestros de la guerra, "mas por su capacidad de hacer cálculos
racionales bajo condiciones de presión, que por su intuición" .

(Tu mu:) ..• Si yo quisiera tomar ventaja del enemigo, yo debo


percibir, no solo la ventaja, si no primero considerar, la manera
que el me puede daIfar, si yo 10 hago.
(Ho yen-hsi:) ventajas y desventajas son mUtuamente reproductivas
(el arte de la guerra, pág. 113).
El general de SUD tzu, debe ser también un experto en una amplia variedad
de materias qUe c1ausewitz estima necesario incluir:
..• OrRani1.lJCión, control, asignación de rangos. apropiados a los
Q/iciafes. reglamentación de rulas de abastecimientos llaprovisión
ik los principales art(culos a ser usados por el ejército.
No hay un general que no ha escuchado estos asuntos. Aquellos que
las lÚJmi1UJn, ganarán,· aquellos que no, serán derrotados.
Por consiguiente aquellos que desarrollan los fÚlnes, compare los
elementos, valores con el mayor cuidmJo. (E arte de la guerra,
pág. 65)
Particularmente, en cuanto a los mas altos niveles de comando, la posición ·
menos romántica de SUD Tzues mas relevante a las complejidades de la
guerra moderna; pero el concep.t o de genio militar de Clausewitz es
altamente problematico. i:Cómo podemos identificar al genio militar?
¿Cómo puede tal experiencia o talento, cultivarse? ¿Los diferentes tipos de
guerra y sus diversos niveles, requieren tipos especiales de talentos o
genios? < ¿Cuándo sabremos que el genio militar ha perdido su inspiración?
¿Puede la experiencia y el genio, exitosos en una guerra, ser tan efectivos
en la siguiente?, Estas y muchas otras preguntas no pueden ser contestadas
racional o salÍsfacloriamente.
Por otro lado, esto no significa que el concepto de genio militar de
Clausewitz sea inservible. Cuando considel'amos que su primer nivel de
análisis es en los bajos niveles operacionales donde no hay tie.mpo de
coordinar compl~1l8 decisiones, ningún Iider militar puede tener éXito sin
la intuición, sin la habilidad especial de p~tarse ROe gnois' agit-il?"
(¿De qué se trata todo ésto?). La percepción del militac genia DO es
irracional, pero en su I~ar refleja UD diferente modo de racionalidad en la
cual, sus decisiones intuitivas pueden ser racionalmente explicadas "ex post
facto·. Sin embar.go dándole la misma importancia a la intuición dentro de
les altos niveles políticos y estratégicos, o confiando en ellos en UD
excesivo grado, puede al finaI conducir a UD comportamiento irracional.

108
El ambiente de ·/S Guerra y la ...

El rol dellider militar, no es menos crucial al pueblo y al estado en


el tratado de Sun Tm, que en el de Clausewitz. Sun Tm se refiere como
los maestros de la guerra, a los hombres que llevan las mas pesadas de las
responsabilidades que son: la vida de los otros.
(Ro yen-hsi:) ... La responsabilidad de un ejército marcial,
descansa en un hombre. El es el galillo de su espirilll. (El arte de
la guerra, pág. 128).
Y por consigllienle el general que no busca fama personal y
reirocede sin preocuparse del casligo, con el solo prop6sito de
proteger a la gente y promover los mejores intereses de Sil presiden-
te, es una joya preciosa del estado .. • (l'u mu:) pocos como ellos se
consiguen. (El arte de la guerra, pág. 128)
Mientras el modelo de genio militar para Clausewitz, puede ser un
comandante de campo como Rommel, GUderian, Napoleon o Nelson, para
Sun Tm, el maestro de la guerra, en su amplia perspectiva, puede ser
ejemplificada P.'?f un Fabio Maximo, Montgomery o Eisenhower. Desde
que un solo militar no puede contener todas las cualidades necesarias para
satisfacer las demandas de guerra, allí siempre habrá un lugar para ambos
de estos validos modelos complementarios 76.
Jomini agrega una característica al fol del genio militar en la guerra
moderna, sugiriendo que su intuición puede haber perdido algo de
importancia en la época de movilización en masa. Jomim cita entonces, el
ejemplo de N&p?leon, cuyas fallas al reconocer sus tendencias, pueden
haberlo condUCido a su caída.

El (Napoleón), cayó de lo alto de su grandez.a, porque se olvidó que


la mente y fortaleza del hombre, tienen sus limites, y cuanto mayor
sean las masas puestas en movimiemo, mayor subordinación debe
tener el genio, a las inflexibles leyes de la naturaleza y es menor el
control que ejerce sobre los eventos 77.

109
· "., ..

(págiM intencioMlmente dejada en blanco)

110
15
V ALENTIA Y CALCULO

Las similitudes básicas y las diferencias entre "El Arte de la Guerra"


y "En Guerra", son mas evideo~ que en sus descripciones de la habilidad
del comandante ideal,. para manipular el riesgo y explotar las oportunida-
des. Ambos, SUD Tm y Clausewitz, creen que en el mas critico examen del
liderazgo militar, el comandante debe combinar, el coraje y la temeridad .
con la reftecciÓll, pero los dos estrategas difieren en el énfasis dado:
Clausewitz, en su mayoría, prefiere la valaltía al cálculo, mientras SUD Tzu
favorece 10 que llamaríamos, riesgos calculados,

Si ea corajudo (un comtNIIÚmIe), obtendrá la victoria aproveclumdo


cu.alt¡uier oportunidad si" dudar.
(~n pao-hsu:) si un general no tiene coraje, el será incapaz de
vencer SIlS dIIdas o crear grandes planes. (El arte de la guerra, pág.
65)

y por ésta rozón, lIn general sabio considerará en sus deUberacio-


nu, los factores favorables y desfavorables.
(Ts 'ao ts '00:) el considera los peligros irilierentes a las ventajas, y
las ventajas inherentes al peUgro.
Tomando en cuenta los factores favorables, el hace factibk su plan
tomaNlo en cuenta lo desfavorable as{ el podrá resolver las
dificultades. (El arte de la guerra, pág. 113) .
"--. "~ ;. ;,

Aquellos incapaces de entender los peligros inherentes al emplear


tropas, son igualmente incapaces de entender las maneras ventajosas
de hacerlo. (El arte de la guerra, pág. 73). .
Aún mas, SUD Tzu sugiere que existe UD lugar, aUD una necesidad, para los
comandantes cautelosos y para lo que toman decisiones:

(Un comandante experto) selecciona su gente y explata la situación.


(Li eh "Ullt:) ••• Ahora el valiente puede pekar,· el cauteloso
defentler, y el sabio aconsejar. Por lo tanto ningún talento es
desperdiciado. (El arte de la guerra, pág. 93).

(Tu mu:) si uno se cmifla solo a los generales bravos que adQran
pelear, blo traerá problemas. Si uno se colffia solo en aquellos
cautelosos, sus corazones temerosos encolllrarán dificil de controlar
la 3i1uaciDIl. (El arte de la guerra, pág. 94).
Saber cuando no pelear, es tan importante como saber cuando hacerlo (vea,
El Arte de la Guerra, Pág. 82). A pesar de buscar UD balance razonable
entre el ser cauteloso y ser corajudo, SUD Tzu se inclina hacia el prudente
y calculador, lD88 que hacia el que prefiere los grandes riesgos. En

..'.' ,. -.;.;. :._- ..


111
Maestros de lB Gue170

términos de juegos teóricos, Sun Tm concluye que los maestros de la


guerra, deben-estar mas dispuestos a confiar en un hombre tipo Montgo-
mery, de una mini-max estrategia (mínimo riesgo y máxima ganancia), que
en un- tipo Rommel de maxi-max estrategia (máximo riesgo y máxima
ganancia).
Comparando, no hay duda que Clausewitz, en su mayor parte,
prefiere el generalteDrarlo y tomaOOr de riesgos, cuya valentía no está
necesariamente limitada por cálculos racionales:
Déjenos admilir que la valen/fa en la guerra, tieM sus propias
prerrogativas. Debe conlar con 1m cieno poder sobre y bqjo ciertos
exitosos cálculos, involucrando espado, tiempo ~;d;lllitud de
fuerzas, ·y siendo superior sacará venlqja de la debi . enemiga.
En otras palabras, t!8 lUJO foerza creativa genuina.
(EN GUERRA, pág. 190)

Dada la misma inteligencia, la timidez hará mil veces mas daIlo en


guerra, que la audaCia. '
(EN GUERRA, pág. 190) .
• • ' , • • ', •• L

..
En cualquier acción especifica, en cualquier medida que tomemos,
nosotros tendremos que escoger entre la solución mas audJJz y la
mas ' tuidadosa. Algunas perSOIUlS piensan que la teoria de la
guerra, siempre aconseja la ultima. Esa suposici6n 'ea falsa. Si la
teoria no aconseja nada, es 16 naturaleza -de la guerra 16 que
aconseja la mas decisiva, y que es, la mas audaz 78.
De acuerdo a Clausewitz, la valentía es el rasgo -del carácter que produce
los grandes capitanes de la guerra:
... Un distinguido comandante sin valenlfa, es impensable. Ningún
hombre que no haya nacido valienle, pJlede desempeflar ese rol y,
por lo tanto, nosotros consideramos esa cualidod como el primer
" pr~uisito de los grandes lideres militares.
(EN GUERRA, pág. 192).
De hecho, lo que mas preocupa a Clausewitz acerca del calibre del
liderazgo militar, es la disminución del grado de valentia, a menudo
experimentado por los comandantes, mientras ascienden en sus grados:
Cuanta de ' hta cualidad (valentfa), 'permanece hasta qUe akanza
grados mayores y ~pués que el entrenmnielJlO y 16 experiencia lo
han afectado y modificado, es ya otro asunto.
(EN GUERRA, pág. 191).
Mientrtls mas alto el rango militar, mayor es el grado por el cual
dicha actividad es golJenuliUz por la mente, por el inleleCl0;t:dr su
interior. Consecuentemente, la valentÚl, que es una cual~ , del
temperamento, tenderá a mantl!nerse en suspenso. Esto explica

112
ValenUa y Calculo

porque es tan raro ver ésto en los gradtJs anos, y porque son aun
más admirables cuando se les encuentra.
(EN GUERRA, pág. 191).
Ya que el cree que la valentía es la cualidad mas esencial, Clausewitz,
prefiere la falla a la inacción y sugiere que el cálculo sin valentia, es estéril
y tiende a fracasar. Consecuentemente, la valentía que es difícil de
encontrar en 108 grados altos, es la mas critica de las dos. Como el
comenta, "Aún las aventuras tontas (es decir, la valentía sin objetivo) no
deben ser desdeñadas; básicamente nacen de la osadía, que en éste caso han
salido con una irrestricta pasión del pensamiento.
(EN GUERRA, Pág. 190)

Con su gran confianza en la intuición y el temperamento, el genio


militar de Clausewitz, puede manipular peligrosa Y ambiguamente las
situaciones para su ventaja:

... Nosotros no tkberiamos habitualmente preferir el curso que


involucra la llÜima incertidumbre (preferencia tk sun tzu). Eso seria
un tremendo error, como nuestro argumento teórioo lo mostrará.
Hay tiempos cuando un ooraje extremo, es demostración tk
sabidUTÚl. .
(EN GUERRA, pág. 167)
No obstante, mientras la principal preocupación de Clausewitz es el nivel
operacional (no al estratégico) de decisiones (que presta más atención a los
resultados inmediatos de una batalla, que a una política estratégica de largo
alcance), el no dudaría recomendar tomar mucho cuidado en los niveles
estratégicos.
Sin embargo, ¿Cuál de ~tos dos tipos de generales será el 1DBS
efectivo, si los dos fueran a tener un enfrentamiento entre ellos mismos: el
cauteloso, reflexionador y mini-max general preferido por Sun Tzu, o el
arriesgado maxi-max, favorito de Clausewitz'? Aquí Clausewitz llega a una
sorprendente conclusión:
Donde quiera que la valentla encuentre timidez, probablemente será
el ganador, ya que la timidez misma implica una pérdida de
equjUbrio. La valent(a seria una desventaja si se encuntra oon una
precaución tkUberada, que puede oonsiderarse como valiente en su
propio derecho, Y es por cierto, poderosa y efectiva; pero tales
casos son raros.
(EN GUERRA, pág. 190)

113
· '.' ,.
' ''';
(página inten(:;onalmente dejada en blanco)

114
16
CONC:CUSIONES > '
La extensión de la ~recha cultural e histórica que separan a, -El
Arte de la Guerra-de iun Tm y a, -En Guerra-, de Clasusewitz, por no
mencionar la aparente naturaleza contradictOria de sus escritos, - han ' .
originado el asumir que los dos poseen tronas 'antagónicas. Sin embar~o,
UD examcm mas cercano revela que así como existen diferencias, también
hay un número de similitudes y elementos complementarios. Las seleccio- ,
nes ocasionales del libro de Jomini, ,-El Arte de la Guerra·, indica que las
diferenciu entre Jomini Y CJausewitz también han,sido sobredimensionadas.
Los puntos principales en 108 c~~ SUD .Tm y Cl~~tz, están_en
desacuerdo, se refieren al valor de la mteli¡OOCUl, a la utilidad del engano,
la posibilidad de UD ataque por ~.¿ la posibilidad de predecir Y
controlar los eventos en el ClIJIIPO de a. En los requisitos de calidad
para UD comandante militar, a pesar que ellos están -de -acuerdo en
principio, pero difieren en el énfasis: Son Tzu prefiere confiar principal-
mente en la experiencia de los maestros de la guerra, en. hacer cálculos ,
racionales, mientras Clausewitz considera la intuición artística del genio
militar como UD fiwtor crítico. Finalmente, ellOs mantienen similares puntos
de vista en la prepondet8ncia de la pOlítica en la guertá; la necesidád de '
preservar la autonomía ~fesional del militar en el combate; la gran ,
ImportanCia de la superioridad numérica y lo deseable de asegurar la
victoria tan.-.,idacomo decisivamente sea posible, una vez que la guerra,
se haya tomado inevitable. .

Es en el asunto de la primacia de la política, que Jomini coincide .


con las ideas de SUB Tzu y Clausewitz. Insistiendo que en tiempos de
guerra, el militar debe tener completa libertad de acción y ser capaz de "
tomar acciones que sean necesarias en la base de requerimientos operacio-
nales, Jomini resuelve la tensión de los escritos de SUB Tm y Clausewitz,
refereitte a lo que ellos consideran, ser imperativo de las operaciones
militares por UD lado, y la necesidad del control político, por el otro.

, Si uno fuera a evaluar los roles de la inteligencia, sorpresa y engaño


solo como lo expresa Clausewitz, estos tres factores apareceiían como
indianos de tomarse en consideración. ConfiaJJza exclusiva en los consejo
de Sun Tm, sin embarxo, podrían conducimos a la conclusión opuesta y
originar que un comandímte sobrevalore la importancia de la inteligencia y
la sorpresa en todos los niveles, así como considerar al engaño como una
panacea. Pero las diferencias entre estos dos estrategas en éste punto, no
deben ser exageradas: Clausewitz saca sus lecciones, primariamente de los
niveles Wcticos y operacionales de la gueml, en donde la incertidumbre,
desavenencias y las oportunidades son difusas, aun hoy en día, mientras que
SUD Tm aaaIiza los mismos factores en el contexto de los altos niveles
estratégicos y operacionales, donde su efecto es reducido. Esto conduce a
SUD Tm a conclusiones más positivas.
En los asuntos de inteligencia, Jomini toma una posición media entre
Clausewitz y SUB Tm. Al igual que Sun Tm, el cree en el valor y la

115
Maestros tú kz Gue17'tl

importancia de la inteligencia en general, pero como Clausewitz, el no cree


que el engañó 'y la sorpresa estratégica y operacional, sean factibles .

Por momentos, diferencias mas - aparentes que genuinas han


emergido, cuando Sun Tzu y sus observaciones han sido tomadas demasia-
do literalmente; esto es, cuando su afirmación de un ideal, eran pensados
de ser una prescripción irreal de practicar el arte de la guerra. Por ejemplo,
a pesar que Sun Tzu afirma que la mas ¡cande victoria que uno puede
obtener, es aquella en la cual (idealmente), DO se involucra la lucha y es de
un mínimo costo, DO necesarlammte significa que Sun Tzu crea que esto
pueda ser cumplido frecuentemente. Al CODkario, mientras Clausewitz
declara que la victoria sin lucha O demunamiento de sangre es rara, el sin
embargo reconoce que si es posible. UD<> por lo tanto puede efectuar la
cuadratura del circulo y sugerir que ambos 80D correctos Y que cada uno
tieae su propia visiÓD en una diferente faceta del mismo asuato. Mas que
representar ~igmas exclusivos para el estudio de la guerra, los libros
aBo Guerra y -El Arte de la Guerra·, se complementan y se refuemm
uno al otro.

Por lo tanto,.las contradicciones entre estos dos tratados, no nacen


de los contrastes culturales, históricos y aun linguisticos, como si lo hacen
de los diferentes niveles de análisis escopdos por sus autores, así como de
la tendencia de algunos lectores de mterpretar sus escritos fuera de
contexto. Esto no quiere decir que los factores culturales, linguisticos y
filosóficos, 00 sean importantes, si no qué éstos, 00 eran los principales
puntos-en éste ensayo. Desde el punto de vista venbijoso, del estratega 'tue
no está involucrado con la historia China o de Prusia, ambos trabajos
transcienden las limitaciones de tiempo y espacio. Los estrategas pueden
como resultado, derivar muchos pensamientos de éstos clásicos, que se
mantienen como los mas grandes y originales estudios jamás escritos sobre
la guerra. El asunto 00 es, y nunca lo fué, materia de cual estudio es
superior. Ambos son igualmente relevantes. Por ultimo, lo mas importante
para tal comparación, es simplemente que, ambos deben ser estudiados y
Comparados para poder cultivar un mejor entendimiento de la guerra y el
lugar de ésta, como instrumento político racional. Si existe algo mas, la
búsqueda futura encontrará mayores coincidencias entre estos dos clásicos.

116
NOTAS Y REFERENCIAS
1. WEI Arte de la Guerra-, de Sun Tm, traducido por Samuel B.Grif-
fith (New York: Oxford University, 1971) PAG V-VII. Todas las
anotaciones en el texto son de ésta edición, 'lue es la mas accesible
al moderno lector americano. Otras tradUCCiones '1ue podrían ser
consideradas son: SUN TZU, "El Arte de la Guerra , traducido por
Thomu Cleary (Baston: Shambhala, 1988); SUD Tm, -El Arte de
la Guena W: Manual Militar, traducido por Chang Lin (Hong Kon,:
Premsa, Libro Lejano Este, 1969); Sun Tm, -El Arte de la Guerra ,
traducido por A. y G. Chen (Singapore: Grabam Brash (PTE)Lta.,
1982); Y Sun Tm, -El Arte de la Guerra-, traducido por Lionel
G~~ (I.oodres: LUZAG, 1910), ahora di~aib1e en la siguiente
edición: SUD Tm, -El Arte de la Guerra - • editado por James ClaveU
(New York: Delcorte, 1983). Otra edición de la ttaducc:ión de Giles,
fue publicada por G~ Brash (Singapore, 1989).

Una traducción de Giles del Texto (sin SUB comentarios y notas) fue
tambi6n publicada en series por la Compañía de Publicaciones del
Servicio Militar de Harrisburg, Pennsylvania, en 1944, con una
introducción y notas del Brigadier General, Tbomas R. Phillip.

Ninguna de las actuales traducciones disponibles de SUD Tm (el


titulo, El Arte de la Guerra fue agregado posteriormente; el titulo
original era simplemente Sun Tm), es enteramente exacto. Cada
traductor ha empleado algunas frases o palabras modernas occidenta-
les, que no existen en el original t han.contribuido, con algunas de
, sus propias ideas. Esto es particularmente cierto en la traducción del
General Samuel B. Griffith.

Una nueva y mas exacta traducción de SUD Tzu, está ahora siendo
preparada para su .publ~cación por UD .liguista chino, J .Huang, ~e
Santa Barbara, CallfOrma. Esta traducción está basada en una copla
de Son Tm, que fue descubierta en las excavaciones de las tumbas
de Han en 1972; de acuerdo a Huang, ésta copia, que fue escrita en
tablillas de bambú, UD poco mas atrás de dos milenios, es muy
cercana a la pre-Qin SUD Tm, y que permitirá al traductor, corregir
los numerosos errores que han Ido introduciéndose en el texto a
través de 108 siglos. El moderno 'edito,r /kaductor de Son Tm, no
solo tratará 'el problema de la traducción·del Chino al Inglés, si DO
tratará de adaptar el significado de las cl4sicas palabras c6inas y las
frases consistentes de caracteres que puede haberse dejado de usar,
o que han adquirido nuevos signiñ~ en el moderno idioma
chino. Mas aun, parte del problema es evitar la inftuencia de
cooceptos estratégtcos modernos y termiaolo¡ía en los periodos
antiguos, pero al mismo tiempo, hacer la tFaducciÓD eutendíble a los
actuales lectores.
En aras de la brevedad, las aseveraciones atribuidas directame.nte a
SuD Tm son referidas en mi escrito, como SUD Tm, pero cada cita
de comentarios varios (no SUD Tm), están precedidos por el nombre
de especifica autoridad (tales como Tu Mu, Ts'ao Tss'ao, Cbang
Yu, Mei Yao - Cb'en y Ho Yen-hsi, por , ~ombrar. a, unos pocos)
_;'.,.. .' r' ':" ,,,:. .

117
Además, todas las refecencias SÓD hechas a Sun Tm mas que aREl
SunTzu". t6nnino basado asumiendo que "El Arte de la Guerra", es
una compilación de la sabiduría de al menos,vanos autores en
varias generaciones. Es :'esto, vea "SUD Tzu para Estrategas- de
Eduard O'Dowd Y Aíthur Waldren, Estrategia Comparativa,
Volumen 10 (1991), Pago 25-36
~. \

Todas las anotaciones en el texto, son de "El Arte de la Guerra de


Sun Tzu", las cuales a partir de ahora .serán referidas como "El Arte
de 18 Guerra" .

. Todas las anotaciones de "En Guerra", son de Cad von Clausewitz,


. editados Y tnlducidos por Sir Micbael Howard y Peter Paret
.(Princeton, New Jersey: Prensa Universidad de Princeton, 1984),
que a partir de ahora serán referidas en el texto como, "En Guerra".
2. .Reluctant (Ileoueate, a dis~), p'?rque había (y todavía hay) una
minoría vociferante de oficiales militares e instructores de "tripas y
sangre", que persisten en la creencia que, "En Guerra". es nada y
solo "pura basura", o en otras palabras, un anacronismo que solo
confunde a aquellos que intentan aplicarlo al mundo real de la
guerra, la=eda en vano de respuestas tipo manual y el presentar
cada ambi o contradicción como incontrovertible evidencia de
la irrelev~ia del texto. Vea "Guerra y el Culto de Clausewitz", de
Joel Achenbach: Howa Long Dead Prussian Shoped U.S. AThin
King on The Persian Gulf". Washington Post, 6 de Diciembre de
1990, en particular la sección titulada "Teoría vs Realidad" .
Este artículo muestra que no existía culto a Clausewitz, que el no
tenía influenci , y que ciertamente el era malentendido. Vea
también, "En Clausewitz" de Uoy J. Mathews, volumen 38 de la
Armada (Febrero 1988) Pago 20-24; también "En Guerra: Esaun
Clausewitz relevante?" Parametros Volumen 20, numero 3 (Setiem-
bre 1990), Pago 85-99. Aqui dos grandes problemas son evidentes:
el primero es la intolerancia de la ambiguedad como se expresa al
asumir que la existencia de contradicciones convierte en mútil al
libro; el segundo es el intento de aplicar los pobres escritos de Carl,
a cada nuevo problema, desde la guerra contra las drogas, a la
guerra nuc~ luego descalificar su libro, si no tiene nada que
decir en estos . ¡cos. Esto sería como rechazar la Biblia porque no
diee nada fico de la moralidad y ética en la bolsa de valores
o poRJue no discute acerca de computadoras o de la liberación
femeruna. Uno entonces debería rechazar las ideas de Thucydides o
Machiavelo, simplemente porque no comentan acerca de la clase
: media o de las armas nucleares.
Dado el hecho de que los EE.UU., nunca fueron derrotados en una
batalla mayor, durante la Guerra de Viet-Nam, DO es sorprendente
~ue un pequeño número de oficiales, prefieran hablar mal del
". liderazgo político (al igual que la clase media y los manifestantes
.;>0-

118 ." e
~. ,

Notas y RelerencilJs
.. ,. .'.'~'

: .-guerra) por ~r< perdido la guerra, en lugm: ~ comprender


~. ~que ~ ,tenía q~, peleiú' :y g~ a ~ de las ~triccloJleumpues­
ta8 a las t~ por el medio ambiente poUtico (Para conocer el
medio político'en el cual se desarrolló la guerra de Viet-Nam y su
influencia en líi'formación de la estrategia de EE. UU en sus altos
niveles, vea "La Ironía de Viet-Nam: El Sistema Funcionó) de
Leslie Gelb con Richard K. Betts (The Brookings Institution, 1979 -
Washington D.C.)

Afortunadamente esta versión mítica de "la puñalada en la espalda",


no cayó en UD terreno fértil en los militares USA. Mucho se debe
al importante y a tiempo, trabajo, del Coronel HarTy G. Summers
en las lecciones de la guerra en Viet-nam. A través de una recie.nte
(entonces) versión publicada de "En Guerra". traducida por Sir
Michael Howanl y Peter Paret, el Coronel Summers, redescubre
que una estrategia exitosa, depende, no solo de la parte militar, si
no también del gobierno y del pueblo, y que es posible ganas una
guerra en lo militar, y perderla en lo politico. Y desde que una
gUerra racionalmente Conducida, se hace para conseguir objetivos
políticos, la propia consideración de su dimensión política es
esencial. Este libro ha tenido una muy positiva influencia en el
de8arroIlo del pensamiento militar de los EE. UU, en la estrategia en
los ochentas, así como (al menos indirectamente), en·la,formulación
de la Doctrina Weinberger. Vea "En Estrategia: Un Análisis Critico
de la Guerra en Viet-nam" , de Harry G. Summers Jr. (presidio
Press, 1982, NOVATO, California). "En Estrategia n , apareció como
una publicación del Instituto de Estudios Estratégicos en la Acade-
mia de Guerra de los EStados Unidos, Carlisle Barracks, P~g; 1981.

El problema con el liderazgo militar prusiano-aleman, en la Guerra


Franco-Prusiana en 1870 y aun mas, durante la Primera Guerra
Mundial, era de que los generales alemanes se involucraron en
política, con el fin de darle forma a las estrategias militares y
políticas de la nación. En contraste, los militares USA en Vietnam,
experimentaron el problema opuesto, ya que considerar involucrarse
en política era no profesional y aun mas, sucio.
En esa época, esto condujo a un tipo Jomioiano de separación, entre
el liderazgo poUtico y la estrategia militar, que era visto como
campos de actividad indepeadiellte. Esto se ve claro en el manual
doctrinario, -Los Princirios de Estrategia par.a un Cue!PO Indepen- ,
diellte del Ejército en e Tealrode Operaciones", pubbcado por el
Comando y el Colegio General de Estado Mayor, en Fort Leaven-
worth, Kansas en 1936, que dice (Pág. 19):
26. ,', Política yla Conducción de la Guerra. Política y estrategia
son radical y fundamentalmente, cosas separadas. La estrate-
gia comienza donde termina la poUtica. A todos los soldados
preguntados, dijeron que una vez que la política se establece,
la estrategia y el comando deben ser considerados en una

119
Maestros de la Guerra

esfera aparte de la política.


Esto, por supuesto, tiempo después, fue también la posición del
General Mac Arthur, el mas político de todos los generales USA. El
decía: "Yo, incuestionablemente digo que, cuando los hombres se
encuentran trabados en batalla, no debería haber artificio alguno,
bajo el nombre de políticos, quien le quite la ventaja a sus ~pios
hombres a • (Dicho en "Korea: La Guerra Umitada", de DaVid Rees
(Londres: Mac MilJan de 1964 - Pág U,7).
La destitución del GeDeral Mac Arthur por Trumao en Abril 1951,
trajo el tipo de posición Joiminiano, a un termino en lo que a los
militares USA, concernía. (El Jes, consistentemeote y con fuerza,
defendió al presidente Trumao en su confrontación con Mac
Arthur). De ahí en adelante, 108 militares llOt'teanlerkan se
desprendieron ellos mismos, de formular la política en tiempos de
guerra.
De ahí, parece que involucrarse mucho o poco en ,política, pueden
. crear serios problemas. No hay organización mibtar en los altos
,nj.veles, que puedan evitar envolverse o tratar de influir en los
asuntos políticos, ya que ellos pertenecen a la conducta de la guerra.
El único problema es encontrar el balance adecuado en ésta
empresa. Es crédito del Coronel Summers, que su análisis mesurado
del rol de la política en darle forma a la estrategia militar, ha
convertido a 108 militares, mas atentos a la parte crucial que
representa la formulación de la estrategia en los mas altos niveles.
Mas aun, la confianza y respeto recíproco que existió entre el
Presidente Reagan y 108 militares (y que continuó con el Presidente
Bush), indudablemente condujo a que los militares USA confiaran
en 108 políticos.

3. "En el uso del Poder Militar", Pentagon News Releave, 28 octubre


1984.

4. Vea "Soldados, Políticos y la crisis de la Guerra Fria", (Cambrid~,


MA: Harvard Universitr. Press, 1977). Para una aproximación
cautelosa en la crisis militar USA que lo nevó a la Guerra del
Golfo, vea "Los Comandantes", de Bob Woodward (New York,
Simon y Schuster, 1991).
5. La sobreestimación que la inteligencia norteamericana hizo de la
fuerza Iraqui, antes de la guerra, puede ser explicada al menos en
parte por las siguientes factores:
(l) Como toda otra organización militar; los militares USA,
subconcientemente o no, tienden a ponerse en el peor de los
casos en la mayoría de las circunstancias. Esto justifica la
concentración de máximo poder y permite la consecución de
resultados decisivos, cuando se inicia la guerra. Si la guerra

120
Notas y Referencias

no se neva a cabo de acuerdo a ~~aneado, alguna falla o


falta de progreso, puede ser expli por el hecho de que el
ENO posee un extraordinario poder. Por otro lado, la
victoria es mas impresionante, c\lando se haya afirmado 'Jl1e
el ENO poseía una fuerza inmensa. Desde un punto de Vista
militar, siempre justifica sobreestima al oponente. En la
Guerra del Golfo, sobreestimar a los Iraquíes, tuvo un efecto
positivo, ya quejustificó a los EE.UU., la concentración de
mas que Suficiente cantidad de tropas, lo que a su vez originó
una mas decisiva y menos costosa victona.
(2) La inteligencia · norteamericana, especialmente la militar,
tendió a concentrar mayor cantidad de los asuntos medibles
y cuantitativos (tanques, aeronaves, defensa aérea, etc.), y
menos en los asuntos de moral, motivación y nivel de
entrenamiento. En puros términos cuantitativos, la maquina
militar iraqui, era impresionante en el papel. También debe
ser menciooado que 1& inteligencia del US HUMINT, no era
mur. efectiva,. lDIentras. que ~ in~lig~cia por ~te, no
· podía proporcionar el tipo de mteh~enc18 necesano, para la
estimación de los aspectos no matenales de la fuerza militar
iraki, o proveer información de las intenciones del líder
iraki.
(3) Los Estados Unidos no tenía mucha confianza en sus propias
fuerzas debido a que su AmaraviUosa" maquinaria de guerra,
designada para una hipotética guerra contra Rusia, en Europa
Central, no había sido probada en acción.

(4) Los Estados Unidos no estimaron el efecto shock multiplica-


dor de lanzar la guerra, consiguiendo de éste modo, sorpre-
sas estratégicas y operacionales, manteniendo la iniciativa y
r
minando al Comando ~ui su sistema de control, sacando
fuera de su balance, al ejército enemigo.

(5) . El engaño iraqui, también contribuyó a la sobreestimación de


· su fuerza. Al final de la guerra Iran-Irak, los visitantes
norteamericanos, fueron convencidos por los militares
· iraquies, de la fuerza de su ejército, mas aun cuando no
tenían acceso al lado irani. Estos ciudadanos de EE. UU, se
convirtieron en 10 8 primeros transmisores · de la campaña
iraqui de desinformación. Vea el libro "Poder lraqui Y la
Seguridad de los EE.UU en el Medio Este-, de Stephen C.
Palletiere (Carlisle Barrocks, PA, · Instituto de listudios
Estratés.iCos, Enero 1991). La ultima publicación trata sobre
la moviliz.ación de un ejercito lraqui de un millón de hom-
~retI y cataloga a Irak como una "superpotencia en el Golfo
Pérsico". También afirma que Irak es formidable en la
defensa y que el ejercido 1ra9ui, está I!luy bien equipad? y
entrenado para rea1izM ~lones móviles. Esta pubbcación

121
~aesJros de la GllemJ

alerta de que una posible guerra con lrale, que no sea


terminada rápidamente, será muy costosa en términos de
vidas y recursos (1)-61).

Los iJaquíes pueden haber aparentado un gran poder militar


comparado con IRAN, pero ésto DO era, sin embargo, un
buen indicador para asegurarle una gran performance entre
IOBEE.UU.
6. Las palabras de SUD Tm, Clausewitz (y Jomini en un menor grado)
tienen directa influencia y son recalcadas extensamente en el manual
doc~o del Ejército de los EE.UU, "Operaciones FM ~~.5",
(Washington, DC: Cuartel General, Departamento del EJército,
Mayo 1986), así como en el manuel del Cuerpo de Marina,
·Warpíghting FAPA1", (Washington, DC: Departamento de la
Marina, Cuartel General del Cuerpo de Marina de los Estados
Unidos, Marzo 1989).
7. Mari~ de Campo, Lord Waven, "Speaking GeneraUy", (Londres,
Mac Mina 1946), Pág. 19. .' . . '
8. La mejor introducción a éste asunto es aun "Politics Among
Nations" por Hans J. Morgentban (So. Edición, New York: Alfted
A. Knopx 1973).

9. Cita de B.H.Liddell Hart y su prólogo a Sun Tm, "El Arte de la


Guerra", Pág. V-VI.
10. Ver "Introducción: Variedades de la Experiencia Militar China" de
John K.Fairbank en la edición de Jobo K.Fairbank y Frank
A.Kierman, Jr. "Chinese Ways in Warfare", (Cambridge, Massa-
ch~: Hatvard University Press, 1914), Pág.2S.

11. Este es mas cercano a los ·Principios de la Guerra", de Clausewitz,


traducido y editado por Hans W. Gatke (Harrisburg, PA: The
Military Serv·ice Publisbing Co., 1943), que Clausewitz escribió
. para el Principe de la Corona Prusiana, Federiclc William mientras
servía como su in.structot. El texto de "Principios de la Guerra",
puede ser también encontrado de tercer volumen de la traducción
de "En Guerra", del Coronel Graham en el año 1813. Vea "En
Guerra", de Cad Von Clausewitz.
12. Sobre el rol de la teoría en el trabajo de Clausewitz, vea también
"Clausewitz y el Estado", de Peler Paret (Oxford University Press,
1916), en particular, Pág. 147-68 Y 198-9.
13. Uno puede maravillarse si es que bay alguna verdad en nuestro
concepto del carácter absoluto de la guerra, o si no por el hecho de
que. con nuestros propios ojos, hemos visto que la guerra consigue
éste estado absoluto de perfección... . Bonaparte llegó veloz e

122
Nottu y Rejerencills

r-..:;. -
inhumanamente a éste punto. La guerra en sus manos era realizada
sin descanso, hasta que el ENO sucumbiera. Con toda seguridad, es
natural que éste fenómeao, bañ que voltiemos nuevamente al
coocepto puro de la guerra con todas SUB implicaciones rigurosas.
(En Guerra, Capitulo 2, Libro 8, Pi¡. 580).
Pero éste argumento es seguido por una aseveración cualificativa:

La guerra depende de la ínter-relación de posibilidades yprobabili-


dades, de buena y mala suerte, condiciones en 108 cuales razona-
. mien~ ~~te IÓJÍcos ~ forman parte e ~ y g~era1mente
Una inade(:uadi herramienta mtelectual. También se dice que la
guerra es un asunto de grados. .

La teoría debe conceder todo esto; pero tiene el deber de darle


prioridad a las formas absolutas de guerra Y hacer de esta forma, un
punto general de referencia, de tal manera que aquel que quiera
.apreIlder sobre teoría se acosWmbre a tener ese punto de vista
constantemente, a medir todas SUB esperanzas Y temores .fOr ellos y,
acercáDdose a ellos cuando pueda o cuando deba, (En guerra,
capitulo 2, libro 8, pág 581; Vea también capitulo 3, libro 8, pág
590 FF). . .
14. Vea el Libro "Clausewitz y la Estrategia Moderna", de Micbael I.
Handel (London: Cass, 1986), introducción PiS 4-10
15. "El Arte de la Guerra" de Sun Tm, traducido por Samuel B.
Griffith

16. En el Libro "Una Colección de Ensayos Militares" de Gunther


Blumentritt, MS c-096, División Histórica, Comando Europeo,
Rama extranjera de estudios militares.
17. Las observaciones de Clausewitz de la teoría de la Guerra, se acerca
mucho, a aquellos hechos un siglo después por A.E.Housman,
referentes al asunto del análisis textual:
..... El critisismo textual DO es una rama de las matemáticas ni una
creeBcia exacta. El trata con una materia no rígida y constante como
líneas y números, pero fluidas Y variables...
No es por lo tanto susceptible de reglas duras y rápidas. Sería
mucho más fácil si lo fuera; y eso es el porque la ~ente trata de
pretender que es así, o al menos se comportan como SI lo pensaron.
Por supuesto usted puede tener reglas duras y rápidas si lo quiere
pero entonces usted tendrá reglas falsas y lo guiarán en una forma
equivocada, porque su simplicidad, la volverá inaplicable a proble-
mas que DO 80Il simples ... Un crítico textual (Un líder estratega o
un líder militar) involucrado en SUB asuntos, DO es como Newton
investigando el movimiento de los planetas; El es más parecido a un
perro cazador de pulgas. Si un perro va a la cacería de pulgas en

123
MaeslFos de la,. Guenu
.....
,~
... ::: .: " ,

principios matemáticos, basando sus búsquedas en estadísticas de


áreas Y poblaciÓD, el nunca casará una pul~a, excepto por accidente.
Ellos requieren de ser tratados como indivuiuos y cada problema que
presenten ellos al crítico textual ( o líder militar), debe ser conside-
rada como única". A.E. Housan, " La Aplicación del pensamiento
al criticismo textual", edición de Jobo Carter A.E.Housman y su
"" "prosa,selecta" (Cambridge Uoiversity Press 1961), Pág . . 132.
Yo quisiera a8radecer al señor David Hunt por dirigir mi atención
a los ensayos de Housman y su similitud a las discusiones de
Clausewitz sobre la teoría de la guerra.
18. Baron de Jomini, ,wEI Arte de la Guerra", traducido por el Capt.G.-
H.MENDELL Y el Teniente W.P.CRAIGHILL (West port, C.T.
Greeowood PteS8, 1977), Pág.'c 32S,- 327, 323. Citado en el texto
como Jomini: El Arte de la Guerra.
Para literatura adicional de Jomini, Ver:
Jobn I.Alger, Antoine-Henry Jomini: Una encuesta Bibliográ-
fica .,( New York: Westpoint, 1975) .
.-::.. ~

Crane Brinton, Gordon A.Cmg y Felix Gilbert, "Jomioi",


en edición de Edward Meade &rle, Hacedores de Estrategia
Moderna (New York: Atheneum, 1966) Pág. 77-92.

RudolfVon Caenerer, El Desarrollo de la Ciencia Estratégi-


ca durante el Siglo XIX (Londres: ' Hugh Rees, 1905)Pág. 11-
22.
AZAR GAT, "Los Origenes del Pensamiento Militar": De la
llustración hasta Clausewitz (Oxford:Ofxford Uoiversity
Press, 1989) Pág. 106-35.
Michael Howard "Jomini y la Tradición Clasica en los
{~: Pensamientos Militares", edición de Michael Howard,
"Teoría y Practica de la Guerra", (Londres:Casell 1965),
Pág. 3-21 .
Jobo Shy, "Iomini" en edición de Peter Parot, "Hacedores de
Estrategia Moderna",: "De Maquiavello o la Epoca Nu-
clear", (Princenton:. Princenton Uoiversity Press, 1986) Pág.
143-86 Y 886-7 ..

Hew Stracb.ln, "Ejércitos Europeos y la conducción de la


Guerra", (Londres: George Allen y Unwio, 1983), Pág. 60-
7S.
19. Vea "El Tratado de las Grandes Operaciones Militares", o "Una
Critica Historia Militar en las Guerras de Federico el Grande".

124
Notas J Referencias -

--- Juntamente con unos cuantoS de los mas importantes ·Principios del
Arte de la Guerra, 2 volúmenes traducidos por el COronel S.B.Ho~­
_ bird (New Yord: D.Von Nostrand, 1865) Volumen n, Pág. 446.
- Mas abajo se indica como Jomini, Grandes Operaciones Militares.

20. A pesar de que Clausewitz, confina su discusión al arte mismo de


la guerra en "En Guerra", sus otros trabajos nos muestran que el
estaba consiente e interesado, en asuntos tales como la diplomacia
de construir y IDIIDteoer alianzas y de las preparaciones uber
Preusseo en seiner ~ Katastrophe: Krieges geschichtliche
E~~scbri~", X (Be~.' !88~) y "La ~ de 1812 en
RUSIa , (Hattisburg, MIS81S8Ipp1: Academic Press, 1970). Vea
también a "Escritos Históricos y Políticos", edición y traducción de
Peler Paret y de Daniel Moran. (princeton, NJ: Princeton University
Press, 1992).

21. Vea también "Grandes Operaciones Militares", de Jomini, Pág. 277


Y 460. -
22. Departamento de Defensa, "Diccionario de Términos Militares y
Asociados", diciembre 1989, JointPub 1-02, Washington, D.C. Pág
350.
23. A diferencia de Clausewitz, Jomini enfatiza la importancia de
efectuar preparaciones adecuadas para la guerra, y ve la logística
(un termino inventado por el), como "el arte de mover ejércitos ....
que lleva a las tropas al punto de combate ... . los medios y arreglos
que sirven para la estrategia .y la táctica n. Para Jomini entonces, la
logística era una parte integral del estudio de la guerra y del arte de
comandar. (Vea Jomini, "El Arte de la Guerra, Pág. 69; vea
también Pág. 43-51 Y 252~8). Para una perspectiva histórica de la
"logística" en guerra, vea "Abasteciendo la Guerra", de Martín V3D
Creveld. (Cambridge University Press, 1977).

24. Otra discusión interesante del concepto del centro de gravedad en los
niveles operacionales, se encuentra en "En la Guerra de Hoy Dia" ,
de Friedricb Von Bem Hardi, 2 volúmeaes (Londres, Hugh Rees
1913), volumen 2, Capitulo S: "Espacio y la Dirección Decisiva"
Pág. 243-84. Este Libro, que incluye numerosas referencias al de
"En Guerra-de Clausewitz, es un excelente ejemplo de la interpre-
tación y critica de Clausewitz a los militares alemanes, en el nuevo
siglo.
25. En "En la Guerra de Hoy Día-, Von Bemhardi, recalca que después
de las fuerzas armadas enemigas, el mas importante "centro de
gravedad" es la capital del país enemigo.

_. __ Es.JX?C consiguiente ~ivo seleccionar a la hostil ~ital, como


obJetiVO del ataque. SI se le amenaza, se puede anticipar que las
. /...~ fuerzas hostiles permanecerán en ella para protegerla. Y si tenemos

125
Maestros th la Gwmz

exito en sacar a esas fuerzas hostiles de la capital y aun mas allá, y


se ocupa éste capital, toda la administración del Estado hostil estará
desooacertada y, por consiguiente, todo su ejército seriamente
dañado. Sin embargo, como el obselVa, la ocupación de la capital
enemiga, no siempre DOS conduce a los resultados deseados.
La historia militar siempre nos ha easeiiado, por los ejemplos
existentes, la importancia que tiene una capital, para la conduccióo
de una guerra. 131 hecho de que Anibal fue incapaz de capturar
Roma, lo privó de los aplausos de una victoria final; y para
Napoleón que escogió siempte a l. hostil ~tal como el mayor
punto de su estrategia de ataque Y cuyo objetivo era finalmente
aplastar al Estado. Su historia, mas que ninguoa otra cosa, nos
muestra como estos cQcuIos, algunas veces son decepcionantes.
Nunca en España ni Rusia, la conquista de la <;&pital decidió la
guerra. Es por lo tanto, en nuestros tiempos, imperativo no
sobredimeusiooar la importancia de la capital. Mientras la guerra se
vuelva mas de cancter nacional y mientras mas la ·J?OI?laciÓD se
apasione Y participe en ella, mas perderá su importancia la capital.
Pero como muchos otros es~as, Von Bem Hordi, DO puede
.'. eso de su mente. El contmua:
quitarse .

Pero siempre será de la mayor importancia, capturarla, o por lo


menosde(enderla (para el defensor), para mantenerla. Especialmente
en Francia, la importancia de la capital como el centro del poder
militar, es aun obvio (en la Guerra de Hoy Día, Pago 269).
26. Desde este punto de vista, las guerras conducidas por Hitler y
Saddam Hussein, asi como la mayor parte de las guerras de
Napoleón, no puedea ser consideradas como que selVían a un
propósito racional, pero si, a uno personal.
27. Su gramática (de la Guerra), a pesar que puede ser suyo, no es
lógico, (En Guerra, Libro 8, Capítulo 6B. Pago 605)
28. "El Soldado Y el Estado" de Samuel P . Huntington (New York):
Vintage Boob, 1964) Parte 1, Pag. 1-143; Vea También ·Control
Civil sobre los Militares", del mismo autor. "Comportamiento
Político: Una lectura a la Teoría y la Bllsqueda·, (Glencoe, IL: Tbe
Free Press, 1956), pago 380-85.
29. Para un buen resumen del modelo puramente racional de la toma de
decisiones,. v~: "Policymaking Roosamioad", de Yeshezkiel Dror
(San FranciSCO. Chandler, 1968).

Para la .prefe~ia a l~ princ~~ la ·raison de etat." , de


Clausewttz, vea Clausewltz y el . , de Paret, Pago 94-5, Pago
130; Pago 169-79. Para el problema de asumir el J"obiemo
transforma la energía sicológica en política racional y que ejército

126
Notas y Relerencitls
. ~ ..

ayuda a éste efecto", v~ pago 369-70. También GAT" Los origenes


del Pensamiento Militar", Parte Dos, capitulo 7, Pago 215-50.
31. "El Arte de la Guerra· de Jomini, Capitulo 1, artículo 8, pago 29-
35; Y "En Guerra" de clausewitz, libro 6, capítulo 26, pago 479-83 .
a
32. V~ "Escritos . Militares Se~tos de Mao Tse Tung • (pekin,
Foreing Umguaje Press, 19(3).
33. "Las dificultades en el sendero de un ejército, por la guerra de
opiniones, asi como por las guerras nacionales, son muy grandes r.
canviert.eo • la misión del general que la conduce. en muy difícil
(Jomini, el Arte de la Guerra, pago 30).
34. Para un caso .de estudio excelente en este proceso, vea "Una Salvaje
Guena de Paz Alegría 1954-1962·, de Alistais Home (New York:
Viking Penguin, edición revisada, 1987)
35. Vea ·Fases y Modos de Combate en la China Joven", en ediciones
,de FIPsbanky Kierman, ·Dias Chinos en Guerra·, pago 27-67.
36. ·Introducción: Variedades de · la Experiencia Militar China",
Fairbank Y Keirman, "Dias Chinos en Guerra, pago 27-67.
37. En el mismo libro, pago 7
38. En el mismo libro,
39. En el mismo libro,
40. En .ellnismo libro, pago 10
41. En el mismo libro, pago 11
42. Como FairbanIdo dijo, ·Mucho de la experiencia militar china es
comparable directamente con la experiencia de otros lados ...
Estudios comparativos, sin duda nos muestran la falacia sin lógica,
de la lIantada unidad China. Pero aun allí, mantiene la huella de una
gqra~e historia y actitud·. Ea. ~ mismo libro •. pago,25. Para
Faitbanks, que diferencia la idea China de la guemi, inéluye (1)
"Una tendencia a desestimar el heroísmo y la violencia, no a
glorificarla .... (2) Una tradicióo que prefiere la defensa a la ofensiva
y ~ asevera c¡ue es meJor el cansancio de un atacante. a la
pacificación de un rebelde Y los cataloga como menos costoso que
su exterminación . . ... Y (3) Uaa ligaZÓD entre militarismo y
burocracia, en vez de una expansión comercial más allá de los
océanos". Todas estas cualidades han sido exhibidas por varias
sociedades occidentales a través de la historia.

127
Maestros de la Guerm

43 . Vea "Estrategia e Inteligencia", de Michael I. Handel (Londres:


.. Cass, 1989) Pág. 4, parra lavalidez de la verdad obvia referente a
la guerra. . .

B.H . Liddell Hart, descri~ su estrategia del acercamiento indirecto


como sigue:
, .. Por consiguiente un movimiento alrededor del ENO y contra su
retaguardia, tiene la ventaja de no solo evitar la existencia, si no en
la consecuencia misma. En el profundo sentido de la palabra, llega
basta sus últimas líneas de defensa. Su equivalente en la espera
psicológica, es la última línea de esperanza. Son las dos caras de la
mimia moneda Y para .apceciar éstos, es necesario ampliar nuestro
entendimiento de estrategia (que es un I'livel operacional de acuerdo .
a una definición actual). Si nosotros tomamos lo que obviamente
. apetf!Ce como la última línea de resisteDcia, esto servÍl'i como un
estímulo para el ~te y esta .línea"pueden no ser más la de
última resistencia (B.H. Liddell Hart, Estrategia (New York: New
American Library, 1974) Pág. 327

44. ~nteJnente sOrprendido de la afirmación anterior de Clausewitz,


Ltddell Hart, trata el mismo punto: "Una mayor profundización de
como· lo psicológico vuelve permeable y domina la ~ra física,
tiené un valor. indirecto" (Estrategia Pág. 328). Luego Liddell Hart,
critica el énfasis de Clausewitz, de lo cuantitativo sobre lo cualitati-
vo en la guerra, así como su énfasis en la concentración de fuerzas
superiores y sus errores para "convencerse de que en la guerra todo
problema y todo principIo es una dualidad" (pág. 328-329)..

Esta afirmación revela la falta de familiaridad de Liddell Hart con


la metodoIo~ e ideas de Clausewitz. Es irónico que a pesar de la
advertencia de la falacia y poca profundidad al intentar analizar y
teorizar acerca de estrategia en términos mateo1liticos"; Liddell Hart,
provee al lector con una serie de formulas simples que agregan nada
a lo que Sun Tzu y Clausewitz habían afirmado mucho antes.

Liddell Hart resume su opinión de Clausewitz así:


La teoría de la raza humana, dominada por la mente militar, desde
Waterloo a las Guerras Mundiale8. Este monstruo fue la niñez de la
Revolución Prancesa. La comadre que lo llevó al mundo militar fue
el filósofo prusiano, Clausewitz. El desafurtllnadsDWlte murió con
sus propios pensamientos aún fermeotando, y dejando sus papeles
en paquetes sellados con una nota significativa: Si éste traIlajo es
~ido por mi muerte, entonces lo que encuentran solo puede
ser consulerado como una masa de ideas sm fin" . "Pensamientos de
. Guerra- de Liddell Hart (London: Paber y Paber, 1944) Pág. 33.
". ~ i: . ~ . ~ :. . . ".

128
NoIlIs Y RelereRCiss

45. úna idea siinilar Púede Ser 'eacontrada "en la "Historia de la Guerra
Peleponesa e de Thucydides".
y D08Otros somos sabios, porque somos educados, con poca
instrucción para despreciar las leyes y con severo auto control para
desobedecerlas y hemos nacido, no para ser sabios en asuntos
, inútiles (tal como el conocimiento que puede hacer una crítica
injusta a los planes injustos en teoría del enemigo), pero mseñados
para coosiderar que esos esquemas de nuestros enemigos , no son
distintos a los nuestros, y que las posibilidades de oportunidades, no
se determinan por cálculos. En la práctica, nosotros siempre
basamos nuestras preParaciones contra un eoemi¡o, en el asumir que
sus planes son 'buenos. Sin embargo, es justo descausar BUefitras
esperanzas, no en la creencia de sus desatinos, pero si ea el de
nuestras provisiones. Tampoco debemos creer que hay mucha
diferencia entre hombres y hombres, pero si el pensar que la
superioridad descansa en que ha sido educado en las escuelaS mis
severas. (Traducido Richai'd Grawley - New York: E,P DuUon Y
~_" 1950) Pig. 56 (Trucydides está describiendo el carácter
espartano). '

Jomini también remarca que: "la ciencia militar descansa en


principios que no pueden ser violados ante la presencia del enemigo
expenmentado y activo .. " (Jomini, El Arte de la Guerra, Pág. 17-
18).
46. "Fases y modos de combate en la China Joven", de Kierman, en el
libro de Feirbank y Kierman BCaminos chinos de la Guerra", Pág.
65.
47. Clausewitz, En Guerra Pág. 96
48. Las últimas aseveraciones de Clausewitz, figuran como una
advertencia, referente aI .peligro de sobreconflarse en el acercamien-
to indirecto y el uso de estratagemas y en~años como una panacea
en la guerra, Al final de cada acercanuento indirecto exitoso,
~do a través de la estratagema y el engaño, hay aún
necestdad de luchar fuertemente.
49. Jomini llega a la misma conclusión, afirmando que: .... . el arte de la
gueml consiste en hacer entrar en acción en el decisivo punto o
lugar del teatro de operaciones, la mayor cantidad de fuerza
posible.... (Jomini, El Arte de la Guerra, Pág. 114). . .
SO. Vea también las "Grandes Operaciones Militares", de Jomini, Pág.
457.
51. . Vea ·Engaño Estratégico y Operacional, en la Segunda Guerra
Mundial"; de Michael r. Handel (London: Cass, -1987) PP 1-91

129
Maest79s de la Guena

52. Para ~' brillanie discusión en las relaciones entre la ofensiva y


defensa en el libro "En Guerra" de Clausewitz, vea "El Desarrollo
, ~J~ Ciencia Estratégica durante el siglo XIX", traducido por Karl
Von Donat (London: Hugh Rees, 1905) Pág. 28-50.

53. Estas palabras de Cl&Wlewitz refutan las aseveraciones de Liddell


Hart, sobre el hecho de que él, '(Clausewitz), sobreenfatiza la
importancia de la superioridad numérica y la superior concentración
de fuerza. '

Jomini está de acuerdo con Sun Tm y Clausewitz en este punto:


, "la experiencia ha probado constantemente de que una mera
multitud de bravos hombres, armados hasta los dientes, no Iw:en,
ni un buen ejército, ni una buena defensa nacional. (Jomini,EI Arte
de la Guerra, Pág. 40). o;: : '

54. , ~ son al~ de los ~jos más .útiles, quepue4en:servir como


una mtroduccum al estudio del engano. '. ,
Nota del Traductor: Recurrir al libro original "Masters of War, Sun
Tm,_CI~U$ewitz , y JO,mini" por Michae1 l. Handel Pág. 171
55. Vea Engaño Estratégico y Operacional en la Segunda Guerra
Mundial (London: Cass 1990) Pág. 1.

56. Pero , en ~Grandes ~iones Militares" Jomini habla sobre el


valo{ de las maniobras diversionarlas, como UD medio de inducir al
ENO, el diSj)ersar sus tropas (Principio número cinco, Pág. 452).

57. En contraposición con las conclusiones de Jomini y Clausewitz en


este asunto, la literatura moderna, afirma : (1) la deseabilidad de
" .conse~ sorpresas estratégicas y operacionales y (2) la cercana
... impo81bilidad de evitar la so~, a ~ del tremendo incremento
de la sofisticaciÓD de la inteligencia (y la gran cantidad de recursos
invertidos en ella). Para esto vea:
'. Ataque por sorpresa" , de Richard K. Bettds (Washington, OC" The
Brookins Institution, 1982)
; "Estrategia e Inteligencia a, de Michael I. Handel (London: Cass,
'1989).

n Ataque y Sorpresa ti, de Epbraim Kam (Cambrigde, MA: Harvard


University Press, 1988).
"Pearl Harbc)f", de Roberta Wohlstettes (Stanford: Stanfor Univer-
sity,Press, 1962).

58. Mediante esta aseveración, yo no quiero decir que ,el engaño DO era
importante en los tempranos períodos de la historia. Al contrario,

130
Notas y Referencias

cuando ea tiempos antiguos, las organizaciones militares se parecían


una a otra, el engaño actualmente juega un rol más importante Y es
uno de los elementos que le puede dar a una de las partes, ventaja
sobre la otra.

Lo que yo estoy diciendo es que el engaño en la era pre-tecnológica


era mayonnente improvisado en los niveles tácticos y operaciones
bajos, y que era más difícil de conseguir en los niveles operaciona-
les altos y estratégicos.

Allí, había de seguro, excelentes ejemplos de exitosas operaciones


de engaño (y la consecución de la sorpresa), aún en los altos
iUveles. . Dmante las guenas oapoleónicas, con su énfasis en la
impoftaDcia de conseguir superioridad numérica en el punto en
eucuentro y su obsesión con el principio de cantidad, el engaño era
visto con esceptisismo.

Según los sabios, el engaño tenía poca oportunidad de tener exito,


usar las tropas para operaciones diversionarias, era cousiderado un
desperdicio, ya que dichas tropas (se creía), podrían haber sido
usadas con más Justificación en el punto de encuentro. Para una
discusión detal1ada, vea REngaños Estiatégicos y Operacionales en
la Segunda Guerra Mundial" de Michael l. Handel (London: Cass,
: -1-987); ensayo introouctivo; ver también "La Inteligencia en una
perfecta Historia", de Michael I. Handel, en ediciones de Keith
Neilson y D.J.C. Mckrecher y "Go by the Land: La Inteligencia en
la Historia" (New York: Praeger, 1992).

59. Vea ftInteligencia y .Operaciones Militares", de Michael I. Handel


(London: Cass, 1990) Pág. 13-15.
60. Vea "Enlaños Estratégicos y Operacionales en la Segunda-Guerra
Mundial de HandeI Pág. 1 - 92.
61. Para una discusión más profunda de la evaluación de Clausewitz en
r
el rol de la inteligencia, vea "Inteligencia Operaciones Militares",
de Handel Capítulo 1; también RClauseWltz y la Moderna Estrate-
gia", de Handel Pág. 66-69. _

62. Vea "Lideres e Inte~gencia·, de Mic~l Handel (Lo~n: <;ass.


1989). De todos los lideres modernos, Wmston Churchill (en virtud
de su inteiés personal en la dirección y el uso de la inteligencia),
posiblemente sea el que más se acerque al modelo ideal de líder de
Sun Tm.
63. En el Libro "En Guerra", Capítulo 1, Sección 13, para la naturaleza
paradójica del término ~guerra", vea "Estrategia - Inteligencia", de
lIandel, Pág. 43-4 -

.....
1::
Maestros de la Gue17'a

64. ,Vea "Inteligencia y Óperaciones Militares" , Pág. 59 de Handel


65. En los problenias de percepción (en el cual, etnocentrismo es uno)
y en conocerse uno mismo y al ENO, ver: "Estrategia, Etnocentris-
,:-, mo", de Ken Booth (New York: Holmes y Meir 1979). "La Lógica
- de Imágenes en Relaciones Internacionales", de Robert Jervis
" (Princeton, NI ,Princetón Univers.ity Press, 1970). "Percepción y
Falla de Percepción en Política Internacional" de Robert Iervis
(princeton, NI: Princeton University Press, 1976. "Realidad Y
.. ..,. C~ia ~ Asuntos Militares" , 4e Herbert GoIdbamer (editado por
loan Goldhamer), (Santa Mónica: Th8w Rand ,C orp.- R-2448-NA,
Febrero 1979) "
66. Para un detallado vistaZo al punto de vista de Cláusewitz; sobre la
incertidumbre cOmo un factor dominante en guerra, vea "Inteligencia
y Operaciones Militares", de Mandel, Pág. 13 - 21
En '¡ j historia de las G",erras del Peloponeso, Thucydides aparenta
tomar una 'posíción intermedia entre la de Sun Tzu y la de Clause-
witz. Al i~ que Clausewitz, el afirma que la guerra es siempre
imprédesctble y 9,ueIa mayoría de los planes tienden a f~, pero
como Sun Tm, sm ' embargo, el ~ree que una extensa y cwdadosa
preparación para la ,guerra puede, en un momento, reducir las
mcertidumbres encontiadas.
'Si muchos planes mal concebidos, han tenido exito en contra de
vanidosos oponentes, muchos más, aparentemente bien concebidos,
han terminad~ en desgracia; la especulación se toma en cuenta en la
Seguridad, pero, cuando se entra en acción, el temor origina las
fallas (Libro 1, Capítulo 5, Sección 121, Pág. 78).
, "

"El .cursó de la guerra no 'ruede


predecirse y los ataques son
generalmente dictados por e ímpulso del momento, y donde la
,", arrogancia autosuficiente desdeña a la preparación, un sabio recelo
nos hace levantar la caOO¡.a yvencer a núineros superiores (Libro 2,
Capítulo 5, Sección 10, Pág. 106).

LaB oportunidades, incertidumbres y la falta de habilidad para


controlar los futuros ~ventos, nos dan un motivo poderoso para
buscar la paz, mientras uno tenga la ventaja:
.... ;Sin embargo, los hombres sensibles son suficientemente
prudentes para catalogar sus exiros como precarios ...• . y piensan que
la guerra, lejos de permanecer dentro de los limites en el cual uno
puede desear el confinada, seg:uitá el curso que la oportuaidall
' prescribe; así , no habiendo Sido barrido por la confianza de un
éxito militar, estará menos predispuestO a sentirse afectado y listo
para hacer la paz. Así, ustedes tienen la oportunidad con nosotros
(los espartanos), de escapar de posibl~ desastres que pueden
originarse si uds. se rehúsan ... .libro 4, Sección 19, Pág., 263).

132
......
NolIIs y Referencias
. , ' ,.' . , --::-~ " .
....... Pero considerea la vasta influencia de accidentes en la guerra
antes de iniciarlas. Y si ésta continua, generalmente se convierte en
un asunto de oportunidades, las cuales, ninguno de nosotros,
~ exentos y cuyos eventoS debemos arriesgarlos en la
oscuridad (Libro 1, Capítulo 3, Sección 78, Pág. 52).
El Mariscal de Campo, Viscount Wavell, describe el rol de la
incertidumbre en la guerra, con estas palabras. ..

La ~ está destinada a ser un enredo. Ha)' tantos acciden-


tes iDcalculables en este negocio (~i08 climatológicos que
no pueden preverse, un mensaje extraviado, un líder destitui-
do en el momento crítico), que es muy raro que, aún los
mejores planes, se desenvuelven suavemente. El asunto es
tratar de estar lo más apartadó posible de las incertidumbres
de la guerra, pero no descorazonarse si ocurren; es extrBordi-
nario como, si uno conserva la calma Y usa un sentido común
en su trablgo, los peores enredos, solos se disipan:
67. "Inteligencia y Operaciones Militares", Handel, Pág. 15 - 21
68. En el mismo libro, Pág. 40 - 49

. 69. En el m;smo li~F' Pág. 11 - 21


70. En el mismo libro, Pág. 20 -:,21
71. En el mis~ libro, Pág..: 15 - 21
72. Jomini, "Grandes Operaciones Militares", Pág. 452 - 3
73. Notar el Enfasis de Sun Tzu en el auto control, Thucydides hace la
siguiente aseveración de esas líneas.
Una guerra se lleva a cabo basada en reglas definidas, pero estas
son formuladas de acuerdo a sus necesidades para manejarlas
conforme se presentan las emergencia; y en tales casos, el lado que
enfrente el conflicto r
mantiene su temperamento, es el que
encontrará mayor segundad y el que lo pierde, enfrentará al desastre
(Libro 1, Capítulo 2, Sección 122, Pág. 79).
74. Compare la caracterización de Clausewitz. sobre la percepci6n del
genio militar con Thucydides y SU descripción de Temistocles:
Temistooles era un holDlm" que wbia los indudables signos de un
genio y tenemos que COIlocet que le tenemos una gran admiración,
extraotdinaria y sin paralelo. Por su P"?'pia capacidad nativa, no
formada y no complementada ¡»?r el estudio, el era el mejor en esas
crisis imprevistas, que admitían pequeña o ninguna delibera-
ción ....... Estehombre extraordinario, se permitía sobrepasar a todos

133
Maestros de Itz Guenv

los demás en el ·Casó ~. qUe intuitivamente tenía que solucionar una


emergencia (La Historia de la Guerra del Peloponeso, Libro I Cap.
5 Sección 138, Pág. 91). . . . .
75. Thucydides alerta la habilidad ::Lfi:mo militar, para explotar las
oportunidades en el .e&mpO de , haciendo sentir y desparra-
mando la sensación de pánicO en el lado enemigo. . .

No rehuyamos del riesgo, pero recordemos que ésta es la ocasión


para uno de los púllcos sin base de la guerra, Y que uno debe ser
capaz de afrontarlo y detectar el momento en el que, UD ataque,
encontrará al ENO en esta desventaja. Esto es lo que hace exitoso
a UD general (La Historia de la Guerra del Peloponeso, Libro I Cap.
9 Sección 29, Pág. 193).
76. Una serie de otros trabajos de interés en el liderazgo militar son:
Nota del Traductor: Recurrir al libro original -MASTERS OF
WAR, SUN TZU, CLAUSEWITZ y JOMOO" Por MICHAEL l.
HANDEL, Pág. 175 - 176
77. Jomini " Grandes Operaciones Militares-, Pág. 462

78. Clausewitz, "Principios de la Guerra R , Pág. 13 - 14


79. "Napoleón siempre preguntaba si UD general tenía suerte. Lo que el
realmente quería decir era ¿Es el temerario? Un general valiente
puede tener suerte, pero ningún general puede tener suerte a menos
que sea valiente. Un general que se permite estar limitado 1
restringido por las regulaciones, será incapaz de ganar una batalla .
(General Wavell, -Generales y Generalazo", Pág. 24.

134
ALGUNOS VISTAZOS SOBRE WS TRABAJOS DE
MICHAEL l. HANDEL

- "Estados Débiles en el SisteIDa IntemacionaI"


" •••• éste bien escrito libro, es casi el único supiemento al vasto
. número de estudios de política internacional que trata de los
superpoderes y estados poderosos" •
Choice

- "Clausewitz y la Modema. Estrategia"


"Los tapices han sido planeados cuidadosamente, los contribuyentes
meticulosamente seleccionados ., sus contribuciones, expertamente
coordinadas •••.. Como un estudio de la naturalem e influencia del
pensamiento de Clausewitz, es muy recomendable"
Sir Michael Haward

- "Engaños EstraUgiais Y Operaciones en la Segunda Guerra Mundial"


"Una valiosa recopilaCión de documentos sobre el engaño en la
Segunda Guerra Mundial. Handel 'introduce la colección con una
discusión maestra de la evolución histórica del engaño, la doctrina
sustentatoria y sus prospectos futuros· .
Rusí Joumal
- "Lideres e Inteligenria"
De una altísima calidad y mejor que la mayoría de documentos,
contiene excelentes pie7AS de como la inteligencia fue usada por la
mayoría de los generales en la Segunda Guerra Mundial".

Daily Telegraph
·Yo recomiendo que los comandantes veteranos y oficiales de
inteligencia de alto nivel (o los que ~iran a éstas posiciones), no
solo lean este libro, si no que lo estuchen".
Parametros

- "Guerra, Estral.....:..
-.._ e In·~eoaa.
....:.. ."
"Handel ofrece muchos ~emplos de conocidas consideraciones
estratégicas sacrificadas por presiones políticas de corto plazo".
History

- "Inteligencia Y Operaciones Militares"

135
Maestros de la Gue17tl

-En este volumen, el Profesor Handel ha efectuado una vez más un


trabajo de. primera clase, juntando estudios de expertos y escribiendo
la introducción. Sus contribuciones están bien escritas y documenta-
das sólidamente W •
Martín Van Creveld

"Una excelente colección de documentos que exploran y examina el


rol de la inteligencia en tres guerras. Un larga y autoritaria
~troducción de Handel, nos provee de una perspectiva histórica en
las operaciones de inteligencia y militares, revisa el rol de la
iBteligencia en algunas batallas famosas Y resalta los puntos claves
en' Cada uno de los documeetos w• .

The Crytogram

"Esta valiosa colección de eosayos•.... ~ basada en documentos


presentados en conferencias internacionales en la Academia de
Guerra del Ejército USA. La introducción del Profesor Handel,
proporciona una arquitectura para las observaciones de un grupo de
autoridades, desde SUN TZU hasta CLAUSEWITZ.
Intemational Affairs

. -,..::

136

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