Los Chalayplasa
Los Chalayplasa
Los Chalayplasa
Ttulo
Directores
Giuseppe Munda
Departamento de Historia e Historia Econmica
Universidad Autnoma de Barcelona
Knowledge Assessment Methodologies
European Comission Joint Research Centre
Joan Martnez-Alier
Departamento de Historia e Historia Econmica
Instituto de Ciencia y Tecnologa Ambiental
Universidad Autnoma de Barcelona
ndice general
Prefacio
Agradecimientos
Resumen
Captulo 1. Definicin del tema de investigacin: Estrategias locales de
sustento, conquista semitica del territorio y diversidad de lenguajes de
valoracin en los Andes peruanos
1.1. Globalizacin en los Andes peruanos: de la Revolucin Verde a las
polticas de ajuste estructural en el proceso de liberalizacin econmica
1.2. Creciente predominio del mercado generalizado en los modos de vida local,
prdida de seguridad alimentaria y polticas compensadoras de reduccin
de la pobreza
1.3 Discurso ecoliberal de desarrollo en los Andes: del reconocimiento de los
derechos de los agricultores a la privatizacin de los recursos
1.4 Emergencia de los chalayplasa en el valle de Lares como economa popular
para la alimentacin
Captulo 2. Finalidad y objetivos: Del refuerzo de los sistemas locales de
alimentacin a la fundamentacin de los procesos de toma de decisiones
2.1 Una breve recapitulacin del problema: integracin de lenguajes de
valoracin para el refuerzo de los sistemas locales de alimentacin en los
Andes
2.2 Finalidad
2.3 Objetivos especficos
2.3.1 Objetivos de contenido
2.3.2 Objetivos de proceso
Captulo 3. Marco terico y conceptual: Dilogo intercultural para la
evaluacin y toma de decisiones en agroecosistemas complejos
3.1 Metodologa de construccin del marco metodolgico
3.1.1 Proceso de aproximacin al paradigma de la complejidad
3.1.2 Proceso de interpretacin de elementos de cosmologa andina
3.2 Aportaciones desde el paradigma de la complejidad para el estudio de los
sistemas locales de alimentacin
3.2.1 Los agroecosistemas como sistemas sociales complejos para la
produccin de alimentos
3.2.1.1 Propiedades emergentes
3.2.1.2 Sustento y resiliencia
3.2.1.3 Diversidad e instituciones locales para la resiliencia de los
agroecosistemas en los Andes
3.2.2 Ciencia Posnormal y Dilogo Intercultural de Saberes para el refuerzo
de los sistemas locales de alimentacin
3.3 Elementos de cosmologa o concepto de vida andino
Pg.
1
3
5
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8
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95
103
1968)
5.4. Cuarta fase: De la institucionalizacin de la asistencia al desarrollo local
al debilitamiento de los sistemas locales de sustento (1969-2003)
5.5. Breve recapitulacin
Captulo 6. Caracterizacin socio-ecolgica: El valle de Lares como agroecosistema para el sustento de los sistemas locales de alimentacin
6.1. rea de estudio
6.2 Zonas agroecolgicas y sistemas locales de alimentacin
6.2.1 La puna o zona alta
6.2.2 La keshua o zona media
6.3 Formas tradicionales de complementariedad agroecolgica
6.3.1. Control vertical de pisos ecolgicos
6.3.2. Instituciones sociales para la produccin y redistribucin de
alimentos
6.3.3 Formas de reciprocidad y redistribucin en el valle de Lares
6.3.3.1. Formas de intercambio de servicios
6.3.3.2. Formas de intercambio de alimentos y productos
6.3.3.3. Cadenas de intercambio
6.4 Breve recapitulacin
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Captulo 9. Conclusiones
9.1 Sobre la calidad y racionalidad del proceso de investigacin accin
participativa
9.1.1 Visualizacin de la naturaleza del proceso
9.1.2 Habilitando espacios de resolucin de conflictos para el aprendizaje
9.1.3 La integracin de la diversidad y experiencia de las instituciones
comunales
9.1.4 Integracin de lenguajes de valoracin
9.1.5 Utilidad y validacin del proceso
9.2 Sobre la importancia de los chalayplasa
9.2.1 Importancia de los chalayplasa en los sistemas locales de
alimentacin
9.2.2 Los chalayplasa como formas econmicas integradas en el
agroecosistema
9.2.3 Los chalayplasa como formas cotidianas de resistencia campesina
319
319
Bibliografa
341
Anexos
CAPITULO 4
Anexo 4.1 Herramientas y actividades
Anexo 4.2 Lista entrevistados
Anexo 4.3 Pauta de entrevista
Anexo 4.4 Estimacin de indicadores
372
372
372
415
416
418
CAPTULO 8
Anexo 8.1 Tablas sobre estimaciones de la composicin bromatolgica de los
alimentos procedentes del chalayplasa, ingeridos por las familias acompaadas
de la zona keshua y puna
Anexo 8.2 Resultados de la evaluacin de la incommensurabilidad de valores de
la riqueza de cultivares de papa por parte de campesinos especialistas en su
cultivo. Cusco
Anexo 8.3 Integracin evaluacin de campo y fsico-qumica de la calidad de
los suelos en parcelas de la zona keshua y puna, valle de Lares. 2003
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ndice de Figuras
ndice de Tablas
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Prefacio
El origen de la investigacin que presentamos se encuentra en la tesis de master
realizada en el ao 2001 sobre Procesos de decisin e instrumentalizacin en la
evaluacin de actuaciones en el territorio: Una propuesta metodolgica de evaluacin
integrada en el entorno del Parque Nacional de Aigestortes y Estany de Sant Maurici:
el estudio Diafanis, dirigida por Joan Martnez-Alier y Giuseppe Munda del
Departamento de Economa e Historia Econmica de la Universidad Autnoma de
Barcelona (UAB), en el contexto de la Maestra en Ciencias Ambientales, Economa
Ecolgica y Gestin Ambiental de la misma universidad. sta quiso contribuir a la
transparencia de los procesos de toma de decisiones sobre actuaciones de desarrollo en
el territorio mediante un estudio de caso en el que se evaluaron de manera participativa
diferentes alternativas socio-econmicas en el rea de amortiguamiento del Parque
Nacional de Aigestortes y Estany de San Maurici en los Pirineos. Para ello se utiliz
una metodologa de anlisis multiescalar y multicriterio, siguiendo las propuestas de
evaluacin de la sustentabilidad de los profesores Giuseppe Munda y Mario Giampietro
en el contexto de la ciencia posnormal.
Una de las principales conclusiones de la investigacin fue que la validez y legitimacin
del enfoque y conjunto de mtodos y herramientas de investigacin estaba condicionado
por los factores contextuales -uniformidad cultural del sistema de estudio, el contexto
poltico favorable que determinaba el apoyo de las instituciones de gobernanza a escalas
globales, etc.- que otorgaban, al margen de la complejidad del problema ambiental
tratado, una cierta simplicidad al estudio de caso. Por ello se consideraba de inters
explorar la utilidad de los enfoques de anlisis multiescalar y multicriterio en otros
casos con caractersticas socio-culturales y ecolgicas que le confirieran ms
complejidad.
Motivada por las formas de sustento humano en las zonas de montaa y la polmica
sobre la conservacin de la biodiversidad agrcola en relacin a los derechos de los
agricultores (debatido desde FAO/Resolucin 8/83) y el papel del mercado
monetarizado general, viaj a la cordillera andina de Per en bsqueda de un estudio de
caso en el que se pusiera en evidencia el papel de la incommensurabilidad de valores de
la agrobiodiversidad as como la multifuncionalidad de formas de integracin
econmica no monetarias en el sustento de la poblacin local.
Tras unos cinco meses de integracin en la cotidianidad de la vida en el pas, junto al
profesor Juan Torres Guevara del departamento de ecologa de la Universidad Nacional
Agraria La Molina (UNALM) y de la Coordinadora de Ciencia y Tecnologa en los
Andes (CCTA) quien me brind el fabuloso descubrimiento de los Andes y sus gentes,
trabajamos en (i) la definicin de unas bases para la elaboracin de una propuesta de
investigacin-cooperacin conjunta entre Andes-Pirineos-Himalayas todava por
desarrollar, y (ii) una propuesta de proyecto titulada Evaluacin de Mecanismos de
Pago por Servicios Ambientales en los Andes Peruanos que fue presentada en la
convocatoria de ayudas para proyectos de cooperacin de la Agencia Espaola de
Cooperacin Internacional (AECI). Durante este tiempo, Juan Torres Guevara me dio a
conocer los grandes estudios sobre el sustento humano en los Andes, incluyendo los de
Lumbreras, Macera, Wachtel, Flores-Galindo; de antropologa econmica de Murra,
Fonseca y Mayer; hasta los de tecnologa andina de Earls, Milla y Blanco, entre muchos
1
Agradecimientos
Quisiera agradecer la direccin que han desarrollado Giuseppe Munda y Joan Martnez
Alier, profesores del departamento de Economa e Historia Econmica de la
Universidad Autnoma de Barcelona y del programa de Doctorado en Ciencias
Ambientales en la opcin de Economa Ecolgica y Gestin Ambiental. Ellos
orientaron, apoyaron y siguieron con entusiasmo el trabajo.
Agradezco fuertemente a Alejandro Argumedo, responsable del programa SALFS en
Per, la posibilidad que me brind en la realizacin de esta investigacin en el contexto
del trabajo de acompaamiento de la Asociacin Andes as como la confianza
depositada en mi para contribuir al programa Sustaining Local Food Systems,
Agricultural Biodiversity and Livelihoods del Instituto Internacional de Medio
Ambiente y Desarrollo (IIED). La existencia de esta tesis pasa por su creencia en la
incommensurabilidad de valores de las formas y estrategias andinas de sustento.
Destaco tambin el incondicional apoyo tcnico y humano brindado por Csar
Argumedo, director de la Asociacin Andes, quien con su profundo conocimiento
posibilit el desarrollo de este trabajo durante los dos aos de estada en Cusco.
Tambin a todo el equipo de personas de la Asociacin Andes que de una manera u otra
contribuyeron en el proceso: Carolina, Mari, Edgar, Yolanda, Coral, Vilma, Noe,
Milton, Jimmy, Arascelly, Mayda, Sofa, Quique y Justino.
Agradezco de forma especial al equipo de investigacin constituido por Moiss Quispe
de la Asociacin Andes y por Victor Oblitas de la comunidad de Qachin y Feliciano
Gutirrez de la comunidad de Choquecancha por su cercano acompaamiento que
posibilit y facilit la realizacin del trabajo en campo. El apoyo brindado por Miguel
Angel Ramos en el mbito de los registros audiovisuales, David Holgado en la
elaboracin de los mapas de base, y Pablo del Valle en la zonificacin agroecolgica,
fueron indispensables para la integracin de conocimientos y percepciones. Agradezco
la colaboracin de Jordi Nadal del departamento de geografa de la Universidad
Autnoma de Barcelona en la edicin de los mapas que se incluyen en la tesis.
Tambin agradezco el trabajo realizado en entomologa por el profesor Erik Ybar de la
facultad de biologa de la Universidad San Antonio Abad del Cusco y sus alumnos
Abdhiel Bustamante y Armando Alfaro, recogido en la investigacin presentada.
De manera especial agradezco a todos aquellos que me han visto llegar y han
colaborado en el proceso de una manera u otra. Esta investigacin ha sido posible
gracias a la participacin de tcnicos de las diferentes instituciones estatales peruanas
(INEI, PRONAA, PRONAMACHS, INIA, PETT), gobernantes (Comunidades de
Qachin, Choquecancha, Wakawasi, Qochayoq, Kishuarani, Pampacorral y
Municipalidad de Lares), instituciones no gubernamentales (Centro de documentacin
del Centro Bartolom de las Casas), profesores e investigadores (UNALM, UNSAAC)
y poblacin del valle de Lares-Yanatile. A cada uno de los participantes en el proceso
agradezco la confianza, voluntad y paciencia depositadas, y de manera especial, a Ana
Mara Villafuertes, profesora de economa de la UNSAAC quien siempre consider
relevante e importante el tema abordado en la investigacin. Agradezco a Juan Torres
Guevara quien me llev a esto y a mucho ms. A Margarita Uhlenbrock y su familia,
3
Resumen
Una evaluacin de la multifuncionalidad de los chalayplasa lugares mercado de
trueque de alimentos- en el valle de Lares (Cusco, Per) ha sido llevada a cabo en el
marco de la ciencia pos-normal y cosmologa andina. Los principios que han guiado la
investigacin han sido: (i) la calidad del proceso mediante la participacin de la
poblacin local histricamente excluida en la elaboracin de las polticas pblicas y de
intervencin en materia de desarrollo y (ii) la incommensurabilidad de valores para la
interpretacin de la complejidad inherente a papel de los chalayplasa como estrategias
de economa popular para el sustento de los sistemas locales de alimentacin.
Un proceso de investigacin-accin participativa fue desarrollado para la promocin de
un dilogo de saberes que lograra debatir sin caer en el reduccionismo crematstico, en
sus propios lenguajes de valoracin, una diversidad de aspectos relevantes en el
contexto de las estrategias locales de alimentacin. En su comprensin y caracterizacin
se utilizaron las aportaciones de una diversidad de enfoques y disciplinas como la
ecologa poltica, la etnoecologa, la antropologa econmica, la sociologa rural, la
economa ecolgica y la agroecologa, entre otras.
La calidad del proceso estuvo determinada por la visualizacin colectiva de su
naturaleza, la habilitacin de espacios de resolucin de conflictos para el aprendizaje, la
integracin de la diversidad y experiencia de las instituciones comunales, la integracin
de lenguajes de valoracin, y la utilidad y validacin del proceso, entre otros aspectos.
La metodologa aplicada ha consistido en una revisin de los antecedentes histricos y
dinmicas institucionales; una caracterizacin socio-ecolgica del agroecosistema de
estudio que ha distinguido dos zonas agroecolgicas homogneas de anlisis: la zona
keshua y la zona yunga; un anlisis multiescalar del funcionamiento de los chalayplasa
que ha incluido la cuantificacin de los volmenes y equivalencias de intercambio; y la
identificacin y evaluacin de algunos efectos directos e indirectos sobre las
dimensiones localmente relevantes de los sistemas de alimentacin: (i) el acceso a
seguridad alimentaria para la salud, (ii) la conservacin de biodiversidad agrcola, (iii)
el mantenimiento de funciones agroecosistmicas, y (iv) el control local en la
produccin y obtencin de alimentos.
Las herramientas de generacin de informacin y deliberacin utilizadas incluyeron
observacin participante en las prcticas agrcolas y los chalayplasa durante un ao de
trabajo de campo que incluy: acompaamiento a 17 familias de 7 comunidades de la
zona keshua y puna; 7 talleres con focus groups a modo de Grupos de Estudio
Deliberativo (GED) con (i) autoridades locales, (ii) campesinos especialistas en el
cultivo de la papa y el maz, (iii) mujeres de comunidades de la zona puna y keshua, y
(iv) mujeres procedentes de la zona yunga o selva; anlisis directo de los tcnicos
comunales pertenecientes al equipo de investigacin en (i) la caracterizacin socioecolgica, (ii) el anlisis de las estrategias locales de sustento, y (iii) la caracterizacin
de la dinmica institucional; exploraciones colectivas del medio para (i) la exploracin
de biodiversidad vegetal, (ii) la exploracin de la calidad de los suelos, y (iii) la
exploracin de la fauna entomolgica; 196 conversaciones guiadas a los comuneros
frecuentadores de los chalayplasa de las comunidades de Qachin, Choquecancha y
Lares Ayllu; 127 conversaciones con representantes de hogares in situ en las
comunidades sobre el acceso a los chalayplasa; encuestas a las seoras del Valle del
5
Captulo
Tal y como explica Grillo (1989:165), a partir de 1943, con la celebracin de la Conferencia de
Alimentacin y Agricultura de las Naciones Unidas, la institucionalizacin para el desarrollo agrario pasar a
ser una interiorizacin de decisiones generadas fuera del pas. La mencionada conferencia recomend la
creacin de un organismo integrado por todas las naciones y que cada pas estableciera una organizacin
nacional de agricultura y alimentacin que atendiera a la colaboracin con el organismo nacional. As es
como en el Per, en el ao 1943 se crea el Ministerio de Agricultura, con el establecimiento de una Direccin
de Alimentacin Nacional. Por otro lado, en 1944 se crea el Servicio Cooperativo Interamericano de
Produccin de Alimentos (SCIPA) con la cooperacin tcnica y econmica del Instituto de Asuntos
Interamericanos dependiente del Departamento de Estado de los EEUU con el fin de llevar a efecto la
extensin agrcola, que da lugar a la puesta en funcionamiento de los servicios de extensin agrcola en
Amrica Latina, que se basan en una filosofa pragmtica que postulaba la utilizacin de tecnologa fornea
como condicin suficiente para generar el desarrollo.
cultivo de papa estaba ocupada con variedades mejoradas (INEI, 1986). Segn datos de la
Red de Accin en Alternativas al uso de Agroqumicos (RAAA), la aplicacin en la costa y
en los valles interandinos de plaguicidas de importacin en Per aument entre 1981 y
1987 en un 150% pasando de unas 10.879 t a unas 25.625 t aproximadamente (RAAA,
2002:40).
Por otro lado, debido a la continua situacin de inestabilidad macroeconmica del pas
desde la dcada de los aos 60, diferentes gobiernos han tratado de estabilizar la economa
peruana con un amplio abanico de frmulas y programas de estabilizacin a corto plazo, sin
xito. Tras la eleccin de Alberto Fujimori como presidente en 1990, siguiendo las recetas
macroeconmicas del Consenso de Washington impuestas por el Fondo Monetario
Internacional (FMI), Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID),
el gobierno puso en marcha el Programa de Ajuste Estructural (PAE) mediante la
implementacin de un programa de estabilizacin de la economa y un proceso de reforma
estructural institucional para redefinir la participacin del Estado en sta (McMichael,
1996; Gonzlez de Olarte, 1996). El PAE cre las condiciones necesarias para la aplicacin
de un programa econmico de globalizacin de mercados en tanto principio organizativo y
regulador del nuevo orden mundial en gestacin (Llamb, 2000; Stiglitz, 2002). Este
programa plante la especializacin competitiva de los espacios econmicos con base en el
principio de las ventajas comparativas y las regulaciones econmicas con base en los
principios de libre mercado, pero subordinando las polticas pblicas nacionales a la
regulacin supranacional y a los intereses del sector agroindustrial (Goodman y Redclift,
1991).
Para promover la economa de libre mercado, por un lado el Gobierno limit el papel
extensionista y ejecutor del Ministerio de Agricultura (MINAG) reduciendo drsticamente
las reas tcnico-funcionales y roles de las Direcciones a nivel central y regional, creando
programas especiales semi-autnomos y de alcance nacional para atraer fondos de
endeudamiento externo, y promoviendo una nueva faceta normativa y facilitadora
(Gonzlez de Olarte, 1996:71). Por otro lado se redefini un nuevo marco normativo estatal
que dio mayor peso a la iniciativa privada. En 1993 se aprob una nueva Constitucin que
recort el rgimen de proteccin de tierras reconociendo la facultad de las comunidades de
disponer libremente de ellas, asumiendo que el mantenimiento de la propiedad en forma
colectiva era una de las causas de su pobreza. Dos aos despus, la Ley de Tierras
(N26505) desarroll la norma constitucional, sealando los requisitos para que las
comunidades pudieran vender sus tierras consolidando el proceso de liberalizacin y
promocin de la inversin privada en la agricultura2.
A partir de las negociaciones del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio
(GATT) en la Ronda de Uruguay a finales de 1993, as como de la creacin de la
Organizacin Mundial del Comercio (OMC) en 1995, para conseguir la integracin de las
2
Con ello se elimina, desde la reforma agraria, los lmites de 250 has de propiedad de la tierra permitiendo la
propiedad privada sobre las tierras de las comunidades campesinas hasta entonces imprescriptibles,
inalienables e inembargables, reguladas tradicionalmente por las instituciones no mercantiles (Gonzlez de
Olarte, 1996)
10
12
13
Durante el perodo 1993-2000, la inversin del Estado a travs del Sector Agricultura, por lneas de accin,
se orient principalmente a la rehabilitacin de infraestructura de riego en la costa y a la conservacin de los
recursos naturales en la sierra a travs de programas de reduccin de pobreza -lnea en la cual se articula el
PRONAMACHS- representando el 68.5% de las inversiones en el sector. Segn el MINAG, el presupuesto
sectorial proveniente de endeudamiento externo y destinado a los programas de reduccin de pobreza pas de
constituir el 10.6% en 1996 a constituir el 36.1% en el 2000.
10
Segn Gonzlez de Olarte (1996), la mayor proporcin de los nuevos beneficiarios de las polticas de
asistencia social viva en zonas urbanas, y por lo tanto la inversin social no tuvo un sesgo favor de los
denominados ms pobres. Las mejoras no llegaron a todos por igual. La desigualdad aument pues la
mejora en el entorno econmico benefici ms a aquellos con mayor nivel educativo. El sector rural, que
concentraba la mayora de los considerados pobres, se mantuvo en situacin crtica a pesar del aumento en
el gasto social
14
como reserva de valor que debe ser liberado en el mercado internacional como alternativa
de desarrollo para reducir la pobreza de las zonas ms deprimidas. Este discurso se ha
basado en la existencia de una amplia riqueza biolgica de plantas, fauna silvestre y
domesticada existente en los Andes (Young y Valencia, 1992; ONeil, 1992; Blanco,1993;
Brako y Zarucchi, 1993; Sevilla y Holle, 1995; Torres, 1998; Tapia, 1999; Valladolid,
2003), as como en las expectativas de su valor potencial para la industria agroalimentaria y
farmacutica de los paises del norte11. Un buen ejemplo de este pensamiento lo constituye
Brack (1988, 2000), que siguiendo el discurso de las ventajas comparativas y de la
promocin de los econegocios internacionales, argumenta que la importancia de la
biodiversidad del Per radica, principalmente, en: (i) el desarrollo de tecnologas para
nuevas empresas y actividades econmicas vinculadas a la alimentacin, produccin de
medicinas, colorantes, cosmetologa, pesticidas naturales, etc., (ii) la posibilidad de obtener
ingresos econmicos por regalas a travs del sistema de patentes y propiedad intelectual, y
(iii) la creacin de ocupacin a partir de las actividades productivas agrcolas, ganaderas,
forestales y pesqueras basadas en los recursos nativos. Brack (2000:485) califica de
sobresaliente el potencial para futuros negocios en mercados emergentes de la
reforestacin, ecoturismo, zoocra, cultivos promisorios, pago por servicios hdricos y
secuestro de carbono, entre otros.
En esta lnea, contando con el apoyo econmico de las agencias multilaterales y financieras
internacionales12 (Pagiola et al., 1997:37), el gobierno peruano elabor en el 2001 la
Estrategia Nacional de Conservacin de la Diversidad Biolgica (ENCDB), que regula la
conservacin de la diversidad, la utilizacin y distribucin de sus beneficios. sta entiende
la megadiversidad del pas como capital natural que posibilitar la supervivencia de la
poblacin peruana y de la humanidad (CONAM, 2001:13). En base a la idea de que la
biodiversidad presta servicios ambientales, la ENCDB alienta el establecimiento de un
rgimen comn de acceso a los recursos genticos, la inversin en proyectos de
bioprospeccin, la promocin de mercados para los bienes y servicios derivados de la
biodiversidad y el establecimiento de mecanismos para una reparticin de los beneficios
derivados (CONAM, 2001:49). Tres ejemplos de la concrecin de mecanismos para hacer
efectivos estos planteamientos han sido: (i) la creacin ad-hoc, en el ao 1997, del Fondo
Nacional para el Medio Ambiente (FONAM) para promover la inversin pblica y privada,
nacional e internacional, en la conservacin de servicios ambientales como el secuestro de
11
15
FONAM es reconocido por el PCF (Fondo Prototipo de Carbono del Banco Mundial) como el Punto Focal
de sus actividades en el Per, en lo referente a la identificacin, calificacin y manejo de proyectos que
puedan ser presentados ante el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) para la obtencin de Certificados de
Reduccin de Emisiones de gases de efecto invernadero (CERs).
14
ste busca elaborar y poner en marcha un Programa Nacional de Biocomercio, que promueva la inversin y
el comercio de los productos de la diversidad biolgica nativa.
15
Se denomina incremental aquella intervencin social en la que los recursos externos que se asignan para su
realizacin buscan ampliar, en extensin y en intensidad, actividades que las comunidades que las reciben
vienen ya realizando y cuyos resultados son de inters para quienes proporcionan dichos recursos (Ishizawa,
2001).
16
Con ello se crean las condiciones para privatizar totalmente la educacin, la salud, el agua, la tierra, la
electricidad, comunicaciones, crceles, caminos, puertos, recursos y reas naturales, entre otros (GRAIN,
2003). Entre stos ltimos se encuentran los servicios ambientales, que engloban el uso de los bosques
16
17
17
Sin embargo, el debate sobre la conservacin de la biodiversidad est restringido a la arena cientfica la que
se justifica por la especificidad de los mtodos de evaluacin de la erosin gentica. stos se fundamentan en
ejercicios bioqumicos de aplicacin de isoenzimas para determinar la frecuencia de distribucin de genotipos
y alelos entre las familias, comunidades y territorios. Para los cientficos, los mtodos de conservacin in situ
y la planificacin de estrategias para la conservacin de germoplasma dependeran de este tipo de anlisis que
requiere de una estrategia intensiva de coleccin (Brush et al., 1995). Si bien este tipo de investigaciones no
constituyen pruebas irrefutables de la inexistencia de erosin gentica, dando pie a un largo debate
caracterizado por el grado de incertidumbre sobre el actual funcionamiento y dinmica de los ecosistemas y
las variedades (perspectivas sobre sucesiones, relaciones de estabilidad y diversidad, capacidad de carga,
equilibrio-versus desequilibrio, etc), las agencias internacionales parecen estar dispuestas a promover la
conservacin in situ presionados por los gobiernos de los pases del Sur.
18
20
Captulo
Finalidad y objetivos:
(ii)
financiados y defendidos por una compleja estructura institucional que incluye agencias internacionales de
cooperacin, centros de investigacin nacionales e internacionales, y mltiples administraciones de gobierno.
21
22
(iii)
(iv)
2.2 Finalidad
La finalidad de la investigacin es conocer el funcionamiento de los chalayplasa -mercados
regionales de trueque- del valle de Lares (Cusco, Per) y evaluar su multifuncionalidad en
el contexto de las estrategias que la poblacin local articula para el sustento de sus sistemas
de alimentacin.
A partir de las aportaciones de Pimbert (2002), en nuestra investigacin hemos utilizado la
expresin sistemas locales de alimentacin referida a las estrategias, procesos, prcticas,
costumbres y creencias de la poblacin local para una obtencin, consumo y
aprovechamiento, suficiente y equitativo en el tiempo, de alimentos en el contexto de su
cosmovisin y creencias. Por ello, los sistemas locales de alimentacin no se refieren
nicamente a los aspectos de produccin de los alimentos, ni tampoco nicamente a los
aspectos de nutricin, sin que incluyen, desde una perspectiva multidimensional y escalar,
una diversidad de cuestiones relativas, entre otras, a: (i) los flujos de materiales y energa
que posibilitan su obtencin, consumo y aprovechamiento, (ii) los sistemas de organizacin
y normas sociales de acceso y aprovechamiento, (iii) el sentido cultural de seguridad y
bienestar asociado a una diversidad de valores (Anderson et.al., 1977). En los sistemas
locales de alimentacin la biodiversidad agrcola (silvestre y en diferentes estados de
domesticacin) juega un papel fundamental puesto que contribuye de diferentes maneras a
las estrategias locales de sustento o supervivencia, a travs de la conservacin de una
diversidad de funciones ecosistmicas beneficiosas para la agricultura, como por ejemplo,
el ciclo de nutrientes, polinizacin, control de plagas, conservacin de la fertilidad del
suelo, etc (IIED, 2005).
2.3 Objetivos especficos
2.3.1 Objetivos de contenido
- Obj. Esp.2.3.1.1. Describir e interpretar el proceso de desarrollo de los chalayplasa o
mercados tradicionales en el marco de los efectos directos o indirectos
de aplicacin de algunas polticas econmicas y sociales derivadas del
proceso de globalizacin;
- Obj. Esp.2.3.1.2. Comprender el funcionamiento de los chalayplasa y su papel en el
marco de las estrategias locales de sustento;
- Obj. Esp.2.3.1.3. Evaluar algunos efectos de los chalayplasa sobre una diversidad de
dimensiones localmente relevantes vinculadas a la sustentacin de los
sistemas locales de alimentacin.
2.3.2 Objetivos de proceso
- Obj. Esp.2.3.2.1. Identificar equivalentes entre los sistemas cognitivos implicados para la
visualizacin comn de la naturaleza de la investigacin y el diseo del
proceso.
23
24
Captulo
25
Este taller fue llevado a cabo en el marco de los trabajos de organizacin de un rea de manejo comunal a
partir de la puesta en juego de conocimiento tradicional, centrada en los valores espirituales del nevado
Ausangate apoyado por el Millenium Ecosystem Assessment, en un proceso que se inici en el mes de agosto
del 2002 y que est acompaado por la Asociacin ANDES.
2
En los talleres participaron los tcnicos de las comunidades de Sacaca, Amaru, Paru Paru, Cuyo Grande,
Pampallaqta y Chawaytiri. El hecho de realizar los talleres conjuntamente entre las seis comunidades facilit
una reflexin comparativa entre el sistema de zonificacin de cada una de stas, llevndonos a una
identificacin de principios comunes.
26
segn zonas y factor de humedad/ sequedad en stas. Durante los meses de agosto y
setiembre del 2002 se llevaron a cabo cinco talleres3 (Anexo 4.1).
Cada uno de los talleres tuvo una duracin de dos a tres horas, y fueron planteados con una
metodologa semi-estructurada de preguntas no cerradas, para facilitar una conversacin
abierta entre los participantes alrededor del tema tratado. Los talleres fueron conducidos
por el antroplogo Pablo del Valle. En su transcurso, se utilizaron maquetas elaboradas por
los mismos participantes como instrumento de anlisis territorial, anotando los principales
aportes en papelotes para facilitar la visualizacin del avance de las reflexiones. A cada uno
de los participantes se le cubri el costo del desplazamiento y se ofreci almuerzo en cada
uno de los talleres. La sistematizacin y anlisis de las reflexiones que se dieron en los
cinco talleres fue llevada a cabo mediante (i) registro de audio de los talleres, (ii)
transcripcin de los talleres, (iii) anlisis de las transcripciones, centrndonos en la
identificacin sistema de zonificacin local, (iv) presentacin de resultados, (v) evaluacin
de resultados con equipo multidisciplinar de trabajo4 y (vi) evaluacin de resultados con
participantes5 en los talleres.
La triangulacin e interpretacin de los resultados fue llevada a cabo con la ayuda de
Francisco Flores Apaza, pampamisayoq y alcalde de la nacin Qeros en una sesin de
trabajo a modo de conversacin que permiti la sistematizacin de los resultados.
Figura 3.1.2.1 Proceso de identificacin de equivalentes para el diseo de la metodologa aplicada
Paradigma de la complejidad
Revisin bibliogrfica de literatura de
divulgacin cientfica
Ecologa,
agroecologa,
ecologa humana,
antropologa
econmica, etc.
Ciencia
Posnormal
Dilogo
Intercultural
de Saberes
Cosmologa andina
Revisin
bibliogrfica en
centros de
documentacin
(Per y Bolivia)
Interpretacin
local del
dibujo del
altar
Qoricancha
Investigacin
de la
zonificacin
agroecolgica
local
El primer taller fue sobre Estrategias de manejo de los recursos (cultivos, bosques, fauna y pastizales); el
segundo taller sobre la vinculacin entre sistemas de manejo de los recursos y zonificacin espacial por pisos
altitudinales: orqo, loma o hawan, chaupi y oray; el tercer, cuarto y quinto taller sobre la vinculacin entre
sistemas de manejo de los recursos, zonificacin por pisos altitudinales, y caracterizacin por criterio de
humedad.
4
Nos referimos al conjunto del equipo tcnico de la Asociacin ANDES, en el marco de la cul se realiz este
trabajo.
5
Esta actividad se llev a cabo como inicio de la fase de adaptacin de la matriz de valoracin del paisaje
(nivel I), ver Captulo 4.
27
Caracterizadas segn Toledo (1993:199) por (i) un alto grado de autosuficiencia con predominio de los
valores de uso sobre los de cambio, (ii) la familia como unidad de produccin, consumo y reproduccin, (iii)
la produccin de mercancas, que no busca el lucro sino la reproduccin simple de la unidad, (iv) son
pequeos propietarios de tierra y (v) complementan los ingresos de la agricultura con otras actividades y
prcticas.
28
1987; Giampietro, 1994). Este enfoque, ms all del provisto por la agronoma como
disciplina, pone nfasis en las interacciones considerando el sistema agrcola como un todo,
en el que la combinacin de factores que interaccionan, se compensan, se mejoran o
contrarrestan, est cambiando constantemente en el tiempo y el espacio, segn pautas
acumulativas y cclicas.
Desde el paradigma de la complejidad, los agroecosistemas estaran constituidos por una
coleccin de elementos, subsistemas u holones, definidos por sus relaciones en una
determinada jerarqua escalar. El control ejercido por un subsistema de un nivel especfico
abarca el balance del auto-control interno y el control externo ejercido por otros
subsistemas. Algunas propiedades emergentes, tambin de carcter auto-organizante y
adaptivo, seran la reflexividad al buscar independientemente la consecucin de objetivos
propios respecto a los asignados en la jerarqua, la no-linearidad de los procesos que se dan
a travs de reacciones positivas y negativas, la existencia de una estabilidad dinmica por el
orden emergente debido a las interacciones no lineales; la existencia de mltiples atractores
y estados posibles para una situacin dada; y la presentacin de sorpresas por un
comportamiento catastrfico impredecible, de discontinuidades, cambios rpidos, que
limitan la capacidad de pronosticar su evolucin (Giampietro, 1997; Levin, 1998;
Funtowicz et al., 1999; Kay et al., 1999; Morin, 1999; Scheffer et al., 2001).
3.2.1.2 Sustento y resiliencia
En este contexto, la teora de la complejidad resulta prctica para representar, parcialmente,
cmo estos aspectos influyen en la capacidad de adaptacin, el comportamiento
deliberativo, la reproduccin y la evolucin de los agroecosistemas. A partir del estudio de
los sistemas agrarios tradicionales pre-industriales, en la dcada de los 90 varios autores
pertenecientes al campo de la ecologa humana destacaron la relevancia de la co-evolucin
en los agroecosistemas (Norgaard, 1994, 2002; Olssom, 2003), as como el hecho de que
sta se d en diferentes escalas, desde lo local a lo global, a partir de la constatacin,
reciente para algunos, de que los sistemas ecolgicos y los sociales estn vinculados
(Berkes y Folke, 1998).
En base al concepto de resiliencia7 en el estudio de la evolucin de los ecosistemas
(Holling, 1973; Holling y Meffe, 1996; Gunderson, 2000; Berkes et al., 2003), numerosos
autores han trabajado en la aplicacin del concepto a los sistemas sociales (Carpenter et al.,
2001; Berkes et al., 2003), describiendo cmo el cambio en los mecanismos sociales clave,
puede afectar variables estructurales clave en los ecosistemas. Con ello Olssom (2003:8)
presenta algunas caractersticas del concepto de resiliencia aplicado a sistemas sociales y
ecolgicos: (i) cantidad de cambio que un sistema puede soportar manteniendo
esencialmente la misma funcin, estructura e identidad, (ii) el grado en el que el sistema es
capaz de auto-organizarse, y (iii) la grado en el que el sistema expresa capacidad de
aprendizaje y adaptacin. La prdida de resiliencia y capacidad adaptiva de un sistema es
7
29
Gliessman (2002:233) apunta, ms all de la diversidad de especies las dimensiones: (i) vertical, referida al
nmero de niveles horizontales y estratos en el sistema; (ii) horizontal, referida a los patrones de distribucin
espacial de organismos en el sistem; (iii) estructural, referida al nmero de localidades o nichos en la
organizacin del sistema; (iv) funcional, referida a la complejidad de las interacciones, flujos de energa y
material entre los componentes del sistema; y (v) temporal, referida al grado de heterogeneidad de cambios
cclicos en el sistema
30
Los agroecosistemas tradicionales no dependen de insumos externos adquiridos en el mercado, hacen un uso
amplio de recursos renovables y disponibles localmente, enfatizan el reciclaje de nutritientes, estn adaptados
y son tolerantes a las condiciones locales, en lugar de depender de la alteracin total del ambiente, aprovechan
las variaciones microambientales del sistema de cultivo, mantienen diversidad espacial y temporal, conservan
la diversidad biolgica y cultural, se apoyan en uso de variedades de cultivo locales e incorporan plantas y
animales silvestres, usan la produccin para satisfacer primero las necesidades locales, son relativamente
independientes de factores econmicos externos, estn construidos sobre el conocimiento y la cultura de los
habitantes del lugar (Gliessman, 2002).
10
En este contexto, el incremento en la agricultura del uso exosomtico de energa procedente de fuentes
industriales bsicamente el petrleo- para el uso de maquinaria y sustancias qumicas que contribuyan al
aumento de la productividad de cultivos comerciales, ha llevado a un decrecimiento de la eficiencia
energtica de los agroecosistemas (Pimentel, 1973) que puede ser descrita en trminos de deterioro de su
multifuncionalidad y consecuentemente de su diversidad (Toledo, 2002, 2003, 2004; Toledo y Gonzlez de
Molina, 2004).
31
Sin embargo, Olssom (2003:8), refirindose a los numerosos ejemplos provistos por
Holling y Meffe (1996), sugiere que los sistemas de manejo de ecosistemas que intentan
prevenir el cambio a travs de sistemas rgidos de control, suprimen las perturbaciones pero
pueden erosionar la resiliencia del sistema, llevndolo a estados tal vez menos deseables.
Folke et al. (2003) identifican cuatro factores crticos en los sistemas ecolgicos y sociales
que interactuan a travs de las escalas temporales y sociales y que parecen ser necesarios
para tratar con las dinmicas de los recursos naturales en periodos de cambio y
reorganizacin: (i) aprender a vivir con cambio e incertidumbre, (ii) alimentar diversidad
para la reorganizacin, (iii) combinar diferentes tipos de conocimiento para el aprendizaje y
(iv) crear oportunidades para la auto-organizacin hacia la sostenibilidad socio-ecolgica.
Por otro lado, Gunderson (2003) argumenta que la resiliencia de los ecosistemas sostiene la
oportunidad de aprendizaje y acumulacin de conocimientos en la memoria social,
permitiendo establecer vnculos entre las experiencias pasadas, presentes y futuras. Con
ello se genera una capacidad de amortiguamiento expresada por ejemplo en la adaptacin
de polticas- que protege el sistema del fracaso de las acciones de manejo basadas en una
comprensin insufiente.
En este proceso, las instituciones constituyen fuentes o reservorios de memoria para la
adaptacin y el cambio a largo plazo. Esta memoria se constituye de experiencias
acumuladas concernientes las prcticas de manejo, principios y normas (Ostrom, 1990;
Olssom, 2003). Por lo tanto, esta memoria provee la condicin para articular respuestas
sociales al cambio en los ecosistemas durante periodos de crisis, proveyendo por ejemplo,
capacidad de auto-organizacin. Segn Mnuel (2001), los sistemas sociales deben de ser
capaces de analizar su pasado y consolidar logros, al mismo tiempo que estimular su
capacidad innovadora para adaptarse a cambios en su ambiente.
Varios autores como McGinnis (1998, 1999), Ostrom (1997), Ostrom (1998), argumentan
en este sentido que las estructuras de gobernabilidad policntricas, multi-escalares y
complejas permiten una diversidad de procesos de retroalimentacin a diferentes escalas
que proveen capacidad para la auto-organizacin. Contrariamente, las unidades de
governanza centralizadas, de larga escala, y simples, no tienen la capacidad de generar una
variedad de respuestas.
Ms all, Gliessman (2002:325), apunta que los cambios en las estructuras y relaciones
involucradas en la produccin, distribucin y consumo de alimentos pueden ser discutidos
por si mismos desde razones morales, desde las desigualdades que se presentan en todos los
niveles del sistema alimenticio. La sostenibilidad de los sistemas alimentarios requerir de
mayor equidad en el acceso y el control del conocimiento agrcola y los recursos. La falta
de equidad puede afectar la manera en como se manejan los agroecosistemas, desde el
punto de vista de que aquellos que poseen un poder relativamente grande, se ven obligados
a asegurarse que la produccin agrcola les permita mantener su poder y control. Tal y
como destaca Monroe (2001) en el caso de Per, el tema de la agrobiodiversid pasa por la
interaccin de las sociedades campesinas con el sistema de poder imperante en el pas,
constituyendo un asunto de conocimientos locales, de articulacin del espacio para la
32
estructurados que sirvan para abordar adecuadamente los problemas urgentes donde los
valores en juego son altos, y en los que existe una interconexin entre escalas temporales y
espaciales, han llevado en la dcada de los 90 a la emergencia de la Ciencia Post-Normal
(CPN) como paradigma para la toma de decisiones (Funtowicz y Ravetz, 1993, 1994). sta
parte de la aceptacin de que los problemas ambientales y de desarrollo son complejos
caracterizndose por (i) la incertidumbre asociada a su descripcin y comprensin, y (ii) la
existencia de una multiplicidad de perspectivas legtimas sobre el problema (Funtowicz et
al., 1999; Munda, 2000).
En este marco, el principio-gua asociado a la ciencia convencional de bsqueda de una
respuesta como verdad, es reemplazado por el de bsqueda de un proceso de toma de
decisiones de calidad. Por ello, la CPN es un cambio de racionalidad substantiva (enfocada
al resultado) a una racionalidad procedimental (enfocada al proceso), de manera que el
proceso es evaluado, pasando de la idea de soluciones ptimas a soluciones satisfactorias
(Simon, 1983, citado por Munda, 2000; Funtowicz et al., 1999). Los criterios para la
seleccin de datos, elaboracin de modelos y formacin de construcciones tericas estn
basados en valores inherentes en el mismo sistema social e institucional a partir del cual se
realiza la ciencia. Debe destacarse que Funtowicz y Ravetz provienen intelectualmente del
anlisis de riesgos tecnolgicos actuales (nuclear, cambio climtico, etc) y no del campo de
la agroecologa o etnoecologa. La confluencia de la ciencia posnormal con el anlisis de
complejos sistemas agrarios es pues muy reciente.
Existen muchas limitaciones relacionadas con la existencia de elevadas incertidumbres
sobre el comportamiento de los sistemas complejos. Tal y como apuntan Funtowicz y
Ravetz (1990), podramos distinguir entre los niveles tcnico, metodolgico y
epistemolgico de la incertidumbre que corresponderan a la inexactitud, la no
confiabilidad y los lmites con la ignorancia, respectivamente. A nivel tcnico, la
incertidumbre podra ser tratada de manera pertinente a travs de la estadstica. El nivel
metodolgico tambin podra ser incluido parcialmente introduciendo escenarios. Sin
embargo, esta solucin tambin tendra limitaciones ya que al final las conjeturas podran
acabar pesando ms que las interrelaciones y los resultados perderan la confiabilidad
deseada. Por ltimo, el nivel epistemolgico puede llegar a viciar todo el ejercicio de
estructuracin reduciendo su utilidad a un marco tcnico que sirva slo para satisfacer los
deseos del evaluador. En definitiva, la nica solucin sera delimitar explcitamente, de
manera transparente y participativa, los supuestos de la evaluacin.
Por lo tanto, tan importante resulta el resultado de la decisin como el proceso que nos
lleva a ella, que debe caracterizarse por la transparencia de los supuestos (Munda, 2000).
La admisin que tenemos un conocimiento incompleto del sistema en el que intervenimos
(Morin, 1999), nos lleva a desplegar esfuerzos especiales para llevar a los participantes a
una apreciacin ms profunda de la situacin de incertidumbre. Tal y como enfatiza
Marglin (2000) en el caso de la elaboracin de polticas ecolgicas, tal vez se deba cambiar
la pregunta de Cul es el modelo correcto? por la de Cmo actuar cuando no
conocemos?.
34
35
Escala mediante el uso de amoebas (Giampietro y Pastore, 1998b, 1998b; Gomiero, 2004),
y el Anlisis Multicriterio Social (Munda 2000, 2003, 2004), entre otros.
Ms all, en la tarea de anlisis e integracin de la diversidad de valores asociados a los
agroecosistemas, resulta de utilidad el enfoque de la Etnoecologa (Hardesty, 1977 citado
por Slikkerveer, 1999; Hardesty, 1979; Pimbert y Pretty, 1999) que, a partir de estudios de
caso antropolgicos como por ejemplo los llevados a cabo por Rappaport (1967) en Nueva
Guinea y Reichel-Dolmatoff (1976, 1996) en el Amazonas, entre otros, explora cmo los
grupos humanos perciben la naturaleza a travs de una pantalla de creencias y
conocimientos, y como utilizan sus imgenes para adquirir y manejarla. Tal y como explica
Toledo (1992, 2001, 2002), con ello se intenta describir de manera conectada las tres
dimensiones indisociables del saber campesino: (i) el kosmos (percepciones y conceptos
locales sobre la naturaleza), (ii) el corpus (repertorio de conocimientos), y (iii) la praxis
(conjunto de prcticas de apropiacin). Posey (1999:4) destaca el hecho que si bien las
prcticas de manejo de los recursos de la poblacin indgena y tradicional resultan
sustancialmente pragmticas, sta concibe que el conocimiento emana de una base
espiritual, de manera que toda creacin resulta sagrada. En este contexto, la espiritualidad
resulta la mayor forma de conciencia y el conocimiento depende tanto de la relacin entre
humanos y naturaleza como de la relacin entre el mundo visible y el mundo espiritual
invisible.
Se trata de enfoques holsticos que en lugar de centrar la investigacin en problemas muy
especficos, o en una sola variable, los integran como parte de una unidad mayor en la que
influye de manera decisiva los aspectos sociales, culturales y ticos, incluyendo el lenguaje
de los derechos y el control local de los recursos (Posey 1996, 1999).
En el mismo sentido, Monroe (2001) y Rist (2002, 2004), partiendo del debate de la
interculturalidad11, destacan la importancia de incluir una multiplicidad de sistemas
cognitivos12. Morin (1999) recuerda que no existen soberanas epistemolgicas. Los
diferentes sistemas cognitivos pueden llevar asociados valores ideolgicos vinculados al
balance de las relaciones de poder. Esto lleva a que sean utilizados para cambiar parte de la
realidad hacia una direccin determinada. Por ello se suele promover el uso de
determinados sistemas de conocimiento para articular un discurso en el marco de una
11
Por cultura Monroe (1991) entiende los sistemas de construccin de sentido, de significado, cognitivo.
Por sistema cognitivo Monroe (1991) entiende algo que da cuenta de la realidad, la interpreta, desarrolla
habilidades para su manejo y transformacin, para la adaptacin y el desarrollo. Tambin destaca que el
sistema cognitivo es algo que al conocer, significa, o sea, lo ubica dentro de un proceso de desarrollo de un
pueblo, de su realizacin como personas. Mnuel (2001) destaca que un sistema de conocimiento puede
definirse como un cdigo fundamental de una cultura que construye la episteme, y que determina las
rdenes empricas y prcticas sociales de un grupo particular en una era histrica particular. Una episteme
es una organizacin de relaciones que permite a un discurso tener sentido. Cada individuo percibe el mundo
de una manera singular, lo que le provee un valor intrnseco. Esto es porque cualquier observador no puede
desvincularse de lo observado y los sistemas de conocimiento sirven para manipular parte de la realidad y
comunicar a los dems nuestras propias percepciones y experiencias. stas no deben de ser confundidas con
la realidad. Si aceptamos que no existe una realidad objetiva, entonces se necesitan construir diferentes
convenciones y sistemas formales para permitir una comunicacin entre los humanos de cada una de las
percepciones.
12
36
37
Existe la posibilidad de que algunos aspectos, que son relevantes para comprender los sistemas sociales, no
puedan ser abarcados por el formalismo del paradigma de la complejidad aunque ste sea ms general que los
utilizados por la investigacin reduccionista.
15
Los conceptos-puente estaran encarnados en palabras pertenecientes a un lenguaje de relaciones en
trminos de una equivalencia entre las entidades que involucran, sustentando una comprensin no jerrquica
(Ishizawa, s.a).
38
Tal y como expone Rengifo (2001), un ejemplo de ello sera la naturalidad con la que los campesinos
andinos suelen referirse a las papas como sus hermanas, hijas o madres, dependiendo de las circunstancias o
como las campesinas son capaces incluso de distinguir cuando una papa est triste o alegre.
39
Andes, algunos autores hablan de crianza para referirse a la afirmacin incondicional del
mundo vivo y del amor a lo viviente en las prcticas de sustento en el contexto de la
cosmovisin andina. No basta con que una sola chacra brille o est bien criada para que
el Pacha prospere, sino que es importante que todas las chacras de la comunidad humana y
de las deidades las propias comunidades- lo hagan. En todo el paisaje, que a nivel de la
etnia suele ser una multicuenca protegida por un apu regional, debe existir una armona
entre los espacios cubiertos por los cultivos y los espacios cubiertos por montes y pastos
(Valladolid, 1994). En el ayllu, por lo tanto, la crianza es recproca, y se fundamenta en
la capacidad de escuchar y ser escuchado, no slo prestando atencin a lo que nos dicen los
dems, sino estando con el otro con predisposicin a acompaar y ser acompaado (Grillo,
1996:17).
La organicidad de todo lo que existe se da a travs de seres espirituales que confieren cierto
grado de intencionalidad propia para que cada cosa y organismo pueda alcanzar un nivel
ptimo de despliegue. Por medio de la Pachamama, las esencias de todas las cosas y
organismos estn vinculadas con el comportamiento tico-moral de las personas. La
plenitud se vivencia al armonizarse con todos (PRATEC, 2001, 2002; Rist, 2002).
En este sentido, la vida se concibe como una simbiosis entre todos los componentes que
la constituyen -humanos, de la naturaleza y los espirituales- y todos los niveles de
organizacin. En el mundo andino, cada quien sabe que es incompleto y que necesita de
todos para vivir. La vida en los Andes se considera inextricablemente unida a la de otro(a)
u otros(as). Este sentimiento de pertenencia al mundo que se cra y que cra establece el
marco de la idea de pareja o dualismo en los Andes17 (Grillo, 1996:16) que se aplica a
diferentes niveles de la vida, a partir de la dimensin individual:
- A nivel interno, cada persona y cosa es ella y su nima, que constituye un miembro
con el que se vive. Cuando uno de los miembros que hacen la pareja se ausenta, los
otros cuerpos se resienten y la vida se desarmoniza (Rengifo, 2001).
- A nivel individual, no hay determinacin de una persona que no sea una
determinacin compartida, como por ejemplo en la indivisin entre el hombre y la
mujer, la pareja y sus hijos (Grillo, 1996).
- A nivel comunal, la persona ocupa un lugar central en la formacin de competencias
sociales en el sistema de cargos18 que se tiene que ocupar a lo largo de la vida en la
comunidad (Rist, 2002).
La relacin de crianza recproca entre las dualidades tendra en los Andes diversas
denominaciones, siendo el ayni y la minka algunas de sus expresiones ms conocidas. Esta
relacin que se fundamenta en principios de reciprocidad y redistribucin, no es algo que se
active en determinadas circunstancias sin que es una manera de ser. En este sentido,
17
Tal y como relatan Rengifo (2001) y Rist et al. (s.a), segn la cosmovisin andina, los opuestos no se
excluyen sino que los polos opuestos se atraen para producir las fuerzas generados de vida.
18
Los cargos es un sistema tradicional de autoridades de tipo rotativo por el cual se encarga a los miembros
de la comunidad, alternadamente, hacer viable la organicidad del ayllu. La responsabilidad en los Andes no es
algo dado sino algo que se cra en el ejercicio del mismo. Si una comunidad se desvincula de este ejercicio, la
vida deviene conflictiva y en este caso la organicidad se disuelve para dejar paso a la organizacin social y al
ejercicio del poder (Rengifo, 2001:22).
40
Rengifo (2001) describe cmo los actos de cualquier persona en los Andes son expresin de
un ayni propio, expresin de la conversacin entre las entidades que los habitan a distintos
niveles.
Por ello, el sentido del desarrollo en la cosmologa andina no puede ser identificado como
una determinada situacin material, econmica o social, sin que ha de entenderse como un
proceso de toma de conciencia de los procesos personales y comunitarios, cuyo mximo
despliegue ser la condicin primordial para el mejoramiento de la situacin social,
econmica y ecolgica (Rist, 2002). Esta toma de conciencia permite alcanzar una vida a
gusto o vida dulce (Rengifo, 2003), que no es necesariamente una situacin de
perfeccin o de equilibrio.
Mendoza et al. (2002:130) consideran que las dificultades, como el estado de pobreza por
el sentirse solo, sin amparo comunal, o lejos de la comunidad con ganas de volver, son
transitorias. Los cambios positivos o negativos que se dan en el mbito agrcola como
consecuencia, por ejemplo, de la aparicin de enfermedades, fenmenos climatolgicos, o
aparicin de instituciones externas, entre otros, se relaciona retrospectivamente con la
Pachamama y se les considera como un castigo o como una recompensa, en forma de
personas, por la falta o la demostracin de respeto y cario hacia los dems a travs de las
prcticas sociales y agrcolas (Rist, 2002). Por lo mismo, su solucin deviene de
conversaciones entre todos, y no de luchar contra ellas.
La percepcin de los cambios est vinculada al concepto de pachakuti. El trmino pacha
se utiliza indistintamente para nombrar a la tierra (espacio) y al tiempo. Kutiy significa
voltear. Pachakuti es la inversin del espacio-tiempo. Milla (1992) explica en estos
trminos el clculo que tom como referencia el ao 1492, cuando los espaoles llegaron a
Amrica y se inici un ciclo con numerosas desgracias. Los grandes pachakutis suelen
durar unos 500 aos, por lo que en 1992 comenz un nuevo gran ciclo.
La vida se presenta por lo tanto como una espiral en la que el desarrollo se concibe como
desenvolvimiento y expansin del pasado, donde lo nico que cambia es el contexto
especfico de cada minuto. La vida de las personas y de todos los componentes de la
Pachamama, que se entiende dentro del ayllu, se da dentro de un continuos muyuys o ciclo
continuo19 (Carrillo et al., 2003) que se plasma en el tiempo y en el espacio. En el momento
en el que aparece un obstculo, el movimiento vuelve al origen, a las fuentes de
conocimiento y estrategias de sobrevivencia probadas en el pasado. Esta sera una fase de
envolvimiento, despus de la cual, una vez se encuentra y se integra la solucin al
obstculo, el desarrollo puede continuar con un potencial renovado (Rist et al., 1998). La
realizacin de rituales a diferentes escalas temporales demuestra la existencia de estos
ciclos que pueden considerarse como paradigma de la individuacin20 o toma de conciencia
(Rist, 2002).
19
Tal y como explican Machaca y Machaca (2003), los ancestros, por ejemplo, retornan una y otra vez al
ayllu a travs del nacimiento de nios que tienen un aire de algun familiar.
41
Por otro lado, las familias comuneras tienen mucho cuidado de trazar perspectivas o deseos
de ser o hacer algo en el futuro creyendo que si el pensamiento y la palabra se anticipan a
un hecho, este nunca se cumple. Por lo mismo se vive el presente sin espera (Machaca y
Machaca, 2003:135).
3.3.2 Sabidura y conversacin como claves de las formas organizacin social
Segn Grillo (1996), la generacin de conocimiento en las comunidades andinas debe
interpretarse desde el concepto de sabidura que, a diferencia de la nocin de
conocimiento, se fundamentara en el sentido de la crianza y la reciprocidad. La sabidura
de cada quien en los Andes se fundamenta en su capacidad de percepcin y de emocin,
aunada a su capacidad de conversacin. Cada quien tiene su propia sabidura a partir de
su propia vivencia, con su experiencia de vida de la que emergen un sinnmero de
conocimientos. El fenmeno cognitivo campesino se fundamentara en sus propositos
prcticos siendo inseparable el sistema formado por corpus y praxis (Toledo, 1993). La
conversacin permite acceder a la sabidura de los dems a pesar de no compartir con
ellos determinadas capacidades de percepcin y emocin. La conversacin por lo tanto
no se limita al dilogo sin a la capacidad de sintonizarnos, de latir al mismo ritmo de aquel
con quien conversamos. Grillo (1996) reconoce la existencia de seres con aptitudes
extraordinarias diferenciadas de sabidura por su gran capacidad de percepcin y
emocin que les permite desarrollar sus sentidos y criar la armona dentro de ellos y
transmitirla a quienes carezcan de ella o la hayan perdido.
Los tres principios que guan las formas de accin en las comunidades quechuas, en estricto
orden sincrnico, el (1) munay o querer, (2) yachay o conocer y (3) yankay o trabajar. El
encariamiento entre los hombres y los elementos del paisaje o Pacha permite que se
conozcan (Carrillo et al., 2003:180) y en base a este cario y este conocimiento,
desempean la diversidad de prcticas de sustento21. Con ello, el centro de su preocupacin
es el conocimiento de la particularidad de la gran variedad de ambientes que lo circundan
ya que ste le permite su insercin multicclica. En este sentido, los agricultores andinos
son especialistas locales (Golte, 2001: 23) que experimentan en sus chacras. El uso
adecuado de cada nicho ecolgico y piso altitudinal para el aprovechamiento de sus
especies vegetales y animales, ha requerido de complejas estrategias de planificacin
(Earls, 1989; Ishizawa, 1990), produccin y consumo, basadas en el desarrollo de
tecnologas andinas adaptadas y adaptadoras del espacio y el tiempo para la domesticacin
de especies silvestres, el mejoramiento de los cultivos y la garantizacin de una produccin
suficiente (Blanco, 1987).
21
Esta prioridad de la afectividad y los sentimientos por encima de las labores y el trabajo llevan a que en las
comunidades de altura, cuando venden sus animales, lo hagan sin su nima, porqu los verdaderos dueos de
los animales son los Apus Huamanis (deidades andinas). Carrillo et al. (2003) relatan como en el caso de las
llamas y las alpacas, antes de venderlos, los comuneros sacan un mechn de fibra para enterrarlos en el corral,
para que su nima siga en el hato. Tambin por ello, en su entendimiento, los hombres de las ciudades no
tienen sentimientos. De la misma manera, las semillas compradas, no crecen bien porque vienen sin su nima.
42
Para Rengifo (2001), el trmino organizacin, vinculado al concepto de sociedad excluyendo lo natural y
lo sagrado, sera limitado para expresar una relacin que por su propia naturaleza es recproca, de simbiosis y
mutualidad y que abarca un mundo ms que humano. Para la sociedad andina, las nimas, las montaas, el
agua y los humanos tienen una participacin equivalente en la toma de decisiones cotidianas, como por
ejemplo, las concernientes a la siembra que se realizan en conversacin con la Pachamama y los Apus.
23
En contraposicin al concepto de organizacin que estara vinculado a la interpretacin del hombre como
fin en un esquema jerrquico en el que controla, dirige y detenta el poder respecto al resto de factores de
produccin como por ejemplo, la naturaleza.
24
Se trata de un cargo elegido por la comunidad por un periodo de dos aos cuyas funciones son convocar en
asamblea comunal, realizar faenas, resolver problemas a nivel familiar y comunal, y representar a la
comunidad en los diferentes actos entre otros.
25
En este sentido, el hombre debe ir labrando su calidad moral en el desempeo de los cargos que lo
acompaan casi toda la vida. La persona que dentro de la comunidad ha avanzado ms por este camino, casi
siempre es designada para Varayoq o Mallku, el cual goza de legitimizacin moral y espiritual por parte de la
comunidad.
43
se conversa entre todos, para que corrija y reflexione la colectividad en general (Machaca y
Machaca, 2003:137). En este proceso no existen pasos ni normas homogneas. No hay un
patrn nico en el tiempo ni en el espacio. Cada caso es tratado de manera diferente, ya que
(i) lo til en una circunstancia puede ser intil en otra en el sentido de que cada chacra,
cada persona, cada monte es diferente de otro en espacio y tiempo y, (ii) los sentimientos y
emociones de las autoridades son distintas en cada momento.
Por otro lado, Mayer (1989) describe como el manejo de las diferentes zonas de
produccin existentes en la comunidad se da a travs de un sistema dual de toma de
decisiones entre la unidad domstica productora de cultivos y la comunidad, la cual
administra y organiza el territorio a travs del control que ejerce sobre las unidades
domsticas. Las decisiones sobre el manejo de la tierra estn coordinadas tanto
centralmente como descentralizadamente. La unidad domstica no puede resolver por s
sola todos los problemas tcnicos y de organizacin de la produccin en una zona dada,
sino que necesita de la intervencin de otras instancias de organizacin supradomsticas
que por fuerza deben ser organizadas localmente. Por ello, cada zona de produccin es
administrada por un grupo de autoridades quienes toman las decisiones entre la siembra y la
cosecha vigilando el cumplimiento de la leyes y reportando a los niveles superiores los
problemas que pudieran surgir. En cada zona de produccin las reglas son diferentes,
segn los requisitos agronmicos del producto. Entre las unidades domsticas, miembros de
la comunidad y sta ltima, hay una relacin dinmica, simbitica y conflictiva. Esta
relacin se manifiesta por una tensin constante entre los intereses de las unidades
domsticas y el aspecto comunal expresin colectiva de los intereses comunes, que impone
restricciones y controles. Esta tensin, este debate constante, este tira y afloja, genera
soluciones tecnolgicas individuales para cada zona de produccin y luego las generaliza
como innovaciones para todos los comuneros. La dialctica entre lo individual y lo
colectivo produce soluciones para cada caso en particular.
Tal y como describe Rengifo (2003:9), la diversidad andina es un modo flexible que tiene
el ayllu para encontrar soluciones innovadoras a los conflictos y permitir que la
regeneracin y el cambio continen. Para ABA (2003:152), en el mundo andino no se
pretende vivir en verdades absolutas, sino que se da valor al hecho de que podran existir
una diversidad de caminos, modos de vivir y vivenciar circunstancias. Por ello la
importancia del sistema trinario de respuesta quechua que incluye el si, no y el
quizs. Con ste ltimo se permite la posibilidad de que broten una diversidad de
significados y soluciones para cada suceso.
Vinculada a esta cuestin, Rist (2002:36) hace referencia al extenso material emprico
desde la etnografa, la sociologa, la etnobotnica, la teologa y la economa que muestra
tanto en el plano de la memoria colectiva como en la conciencia individual de los actuales
miembros de las comunidades de la zona alta de los Andes, un persistencia
sorprendentemente elevada de elementos culturales fundamentales entre las nuevas formas
de vida y produccin que nos tiene que llevar a la interpretacin de la realidad como una
experiencia contradictoria entre cambio y persistencia.
44
3.3.3 El sentido del espacio y la configuracin del paisaje para el sustento local
El paisaje andino puede considerarse un espacio imaginario o una geografa viviente cuya
configuracin se basa en la organizacin social, econmica, productiva y tecnolgica
(Dollfus, 1991; Rist et al., s.a) de las comunidades. Debido a que uno de los mayores retos
que tuvo que confrontar el concepto nativo de vida fue el de la armonizacin de las
mltiples variables culturales y ecolgicas, entender el paisaje como la expresin de la vida
espiritual en la naturaleza es vital. Sin embargo, desde el punto de vista que la cosmovisin
quechua no busca un sistema socio-cultural global, sino una diversidad de expresiones
socio-culturales que se relacionan directamente con las variables socio-ecolgicas y
caractersticas de los Andes. El paisaje, por lo tanto, no se constituye nicamente de
componentes espirituales, sino como resultado de una determinada organizacin social que
integra las variables ecolgicas.
Para explicar esta relacin, veamos a continuacin cuales son los principales elementos
descriptivos de: (i) el sentido del paisaje kay pacha- a travs de la concepcin quechua del
universo y (ii) los patrones locales de zonificacin a partir de la integracin de las variables
ecolgicas y las estrategias organizativas para el sustento.
3.3.3.1 El Kaypacha como paisaje de integracin del universo
La interpretacin del cronista indgena del siglo XVI Juan Santa Cruz Yanqui Pachakuti
Salqamayhua, del dibujo encontrado en el altar mayor del Qoricancha o Templo del Sol a la
llegada de los espaoles a la ciudad de Cusco, capital de la expansin del imperio Inca
(Milla, 1992), relata la divisin del universo por parte de Wiraqocha, el ente todocreador,
en tres mundos, relacionados, duales y armnicos entre si (Fig.3.2.3.1): (i) Hananpacha o
Mundo de arriba que constituye la residencia de las deidades, (ii) Kaypacha o Mundo
presente y (iii) Ukupacha o Mundo subterrneo que constituye el mundo de los
antepasados.
La imagen del altar ordena al universo en tres planos integrados en el valo que representa
a Wiraqocha. A lo alto se reconoce el principio ordenador expresado en la cruz cuadrada, al
centro figura el principio dinmico, expresado en la cruz del sur y, abajo, el principio
espacial figurado en la red de Qollqampata.
Dentro del ovalo que representa a Wiraqocha, los crculos concntricos se interpretan como
el hananpacha, que es el crculo o esfera exterior, expresa el mundo potencial o de fuera,
que siempre va siendo o puede ser. Es el tiempo futuro, es la esfera por la que vamos a
transcurrir pero que ya existe, el mundo que esta afuera del aqu y de ahora.
El circulo interior o ukupacha, expresa el adentro, el pasado, lo que fluye del interior del
tiempo y del espacio, en trminos simples es el mundo que no se puede ver, el
subyacente; los curas cristianos lo compararon con el infierno.
45
Figura 3.3.3.1. Esquema del altar mayor del templo del Qoricancha (Cusco)
Entre los dos crculos interior y exterior, existe el kaypacha, o el mundo del aqu y del
ahora, que en realidad no es propiamente un crculo o esfera, sino un umbral o chakana
como trnsito cognoscible de las otras dos esferas, pero que es el que ocupa o capta nuestra
conciencia. Ella recuerda el ukupacha de donde proviene, pero tambin ve ya el
hananpacha o esfera exterior del tiempo. En el kaypacha los mundos entran en relacin
gracias a los agentes intermediarios. Si bien en la antigedad, uno de los ms importantes
era el propio Inca que comunicaba el hananpacha con el kaypacha, en la actualidad, existen
numerosos lugares en el paisaje que siguen ejerciendo esta funcin y que determinan el
manejo del espacio y los recursos por parte de la poblacin, como por ejemplo, lugares
ceremoniales como los collados, sitios rocosos como las wakas y piedras altares, lugares de
seres temidos como las moradas de machus, y lugares sagrados como los corrales,
paqarinas, fuentes de agua, y nevados, entre otros (Rist et al., s.a).
En el esquema tambin estn representados los pares de la dualidad a travs de los astros, el
sol y luna que marcan los momentos de cambio a lo largo del ao entre las estaciones de
46
Estrategia que la poblacin andina ha puesto en prctica para acceder a parcelas ubicadas en diferentes
pisos altitudinales a fin de diversificar adecuadamente su produccin agraria. En la medida en la que consigue
controlar territorios en la mayor cantidad de mbitos ecolgicos, se incrementa la capacidad de manejo de
diferentes ciclos productivos (Mayer y De La Cadena, 1989).
27
Grupo especfico de recursos manejados comunalmente en el que se cultiva de una manera particular. En
esta definicin estn incluidos aspectos de infraestructura, sistemas de racionar recursos como agua de riego y
pastos naturales, as como mecanismos para reglamentar la manera en que estos recursos deben ser utilizados
(Mayer y De La Cadena, 1989).
28
Holdridge (1960) y Tosi (1960), utilizaron criterios cientficos occidentales a partir de la relacin entre la
distribucin de comunidades de plantas silvestres y variables climticas sin tomar en cuenta las importantes
modificaciones ocasionadas por la actividad humana. Diversos autores han modificado la clasificacin de
Tosi y adaptado con fines etnogrficos, entre ellos Brush (1977), Mitchell (1976b), Custred (1977),
Winterhalder y Thomas (1978) y Gade (1967). Posteriormente, Brack (1988) y Tapia (1988) han establecido
zonificaciones agroecolgicas para evaluar el carcter productivo de los Andes.
47
48
Cabe anotar que al descender en los pisos altitudinales por grandes zonas, algunas de las
categoras podran no presentarse. Por ejemplo, la zona keshua podra no presentar zona de
orqo. Por otro lado, la zonificacin es relativa a cada comunidad. La zona que en una
comunidad podra ser considerado chaupi, en otra situada ms arriba sera considerado
oray. Tambin debe puntualizarse que los lmites entre una zona y otra no estn claramente
definidos sino que existiran zonas de transicin contnua. Por lo tanto la interpretacin de
la informacin presentada en la figura debe interpretarse como patrn de zonificacin
general sujeto a especifidades en los ejercicios de posterior aplicacin.
49
50
Equivalencias o ideas
puente
Paradigma
complejidad y
ciencia posnormal
Cosmologa andina
Tabla 3.4.1.1 Identificacin de descripciones equivalentes entre conceptos desde la cosmologa andina y el
paradigma de la complejidad y la ciencia posnormal
Toma de decisiones
Ayllu, local, interpretativo
fenmenos, particularidades,
dialctico
individual/comunal,
conversacin extendida,
sistema de cargos rotativos y
asamblea comunal, fusin
entre arena poltica, social y
cognitiva. Negociacin con
los humanos y la naturaleza.
Derechos locales y poder,
participacin, comunicacin,
extensin comunidad
evaluadores, incertidumbre,
precaucin, dialctico
individual/global.
Aprendizaje
Desarrollo y bienestar
Ayllu, pacha, pachamama,
Ayllu, agrocntrico,
manejo integral (desde recursos
munay, yachay, yankay
hasta paisaje), abierto,
toma conciencia individual y
sorpresas, pachakuti, cambio
colectiva, estar bien,
como fuente de aprendizaje,
animicidad y espiritualidad de
aprendizaje oral constante y
la naturaleza, crianza mutua,
cclico (pasado-futuro)
diversidad a todas las escalas,
ayni, reciprocidad y
complementariedad
Agroecosistema, cuenca,
abierto flujos energa y
materiales, impredicibilidad,
nfasis en los procesos como
aprendizaje, descripciones
jerrquicas, propiedades
emergentes, anlisis de
tendencias, fuerzas motrices,
restricciones, escenarios, etc.
Incommensurabilidad de
valores, extensin diversidad de
dimensiones social, cientfica y
polticamente relevantes,
dilogo intercultural y
pluriespistemolgico, solucin
de compromiso,
multifuncionalidad
agroecosistema
Integracin multidimensional
Perspectiva de sistema
Incommensurabilidad
Toma de conciencia
51
Manera de estudiar, analizar y comprender la realidad de una cultura, en el tiempo (pasado, presente y
futuro) y espacio (continuo y discontinuo), fundamentada en la interrelacin de la vida espiritual social y
material, desde la perspectiva de los actores sociales (Delgado y Tapia, 2000:31).
52
Algunas de stas seran el hecho que margina los conocimientos no considerados de utilidad para la
ciencia y el discurso institucional del desarrollo, y mantendra las relaciones de poder asimtricas entre las
comunidades locales o grupos marginales y los grupos que se apropan del conocimiento local.
53
54
Captulo
O.K = acuerdo y
compromiso
Seguimiento y
adaptacin
Diseo de herramientas e
instrumentos
O.K = acuerdo y
compromiso
Seguimiento y
adaptacin
Diseo
colectivo
55
56
57
Tal y como hemos explicado en el Captulo 3 de Marco Terico y Conceptual, en los Andes
peruanos, la escala relevante para el estudio de los sistemas locales de alimentacin es la de
agroecosistema puesto que el funcionamiento y organizacin de las familias para llevar a
cabo las estrategias de sustento no es autnomo sino que se encuentra inserto en un
contexto ms amplio de relaciones de reciprocidad que se aplican desde el nivel individual
hasta el nivel de agroecosistema entre pisos altitudinales diferentes.
Teniendo en consideracin esta cuestin, la heterogeneidad en altura de los sistemas
agroecolgicos andinos y por lo tanto de los sistemas de alimentacin nos llev a identificar
sistemas homogneos para la evaluacin de los efectos de los chalayplasa. Para ello se
58
59
Para la mayora de las propiedades, los resultados a escala superior, por ejemplo en el
sistema departamental, podran no corresponder a la agregacin de los resultados de la
evaluacin en nuestra escala focal actual. Un ejemplo claro de ello resulta la diferencia en
la estimacin de la riqueza de cultivares de papa a escala familiar y comunal tal y como se
explica en el apartado 8.2 de Discusin e Interpretacin de los indicadores.
4.2.2
Fases procedimentales
La investigacin que presentamos ha sido estructurada en cuatro principales fases: (i) Fase
preliminar de establecimiento de la relevancia y naturaleza de la investigacin, (ii) Fase
primera de estructuracin y diseo de la metodologa, (iii) Fase segunda de obtencin,
generacin y sistematizacin de informacin, y (iv) anlisis y elaboracin de conclusiones.
En una Fase Preliminar o Fase 0, se ha establecido la relevancia y naturaleza de la
investigacin entre las comunidades participantes del valle de Lares, el equipo tcnico de la
Asociacin ANDES y del IIED, tal y como se ha explicado en el apartado 4.1. Los
resultados de esta fase se encuentran expuestos en el Captulo 3.
En la Fase Primera propiamente dicha, se disearon las componentes metodolgicas del
proceso, y se identificaron algunas de las herramientas e instrumentos a utilizar en cada una
de ellas avanzando en su diseo y planificacin. Los resultados de esta fase se encuentran
en el captulo presente.
La Fase Segunda consisti en la obtencin, generacin y sistematizacin de la informacin.
En sta, la reflexin entorno a la importancia de los chalayplasa del valle de Lares como
estrategias de sustento de los sistemas locales de alimentacin fue estructurada en cuatro
principales componentes2, que se derivan de los objetivos especficos de contenido
planteados en el Captulo 2:
(1) Componente 1: Anlisis de antecedentes histricos y dinmicas institucionales
(2) Componente 2: Caracterizacin del sistema de estudio y de los sistemas locales de
alimentacin en el valle de Lares
(3) Componente 3: Anlisis multiescalar del funcionamiento del chalayplasa de Lares
(4) Componente 4: Identificacin y evaluacin de algunos efectos sobre dimensiones
del sustento
Los resultados de esta fase se encuentran en el captulo 5 de Anlisis histrico-institucional,
el captulo 6 de Caracterizacin socio-ecolgica del sistema, el captulo 7 de
Funcionamiento de los y dinmicas institucionales, el captulo 6 de Funcionamiento del
chalayplasa de Lares y el captulo 8 de Desarrollo de indicadores.
Hemos preferido no denominarlas fases ya que su implementacin no ha guardado una lgica temporal secuenciada
unidireccionalmente, sin que por el enfoque adaptivo, se han llevado a cabo de manera paralela en el tiempo y en el
espacio.
60
62
65
En un taller final se reuni a todos los GEDs (ver Anexo 4.1). Con la ayuda de: (i) los
papelotes de plasmacin de resultados parciales obtenidos en cada actividad a lo largo de la
investigacin, (ii) el repaso sobre la maqueta confeccionada por los tcnicos locales a modo
de Sistema de Informacin Geogrfica de las evaluaciones realizadas, y (iii) la proyeccin
del video elaborado por el GJMV, se contrastaron los resultados obtenidos de la estimacin
de indicadores con la evaluacin colectiva realizada sobre las tendencias de los sistemas
locales de alimentacin y el papel de los chalayplasa. Con ello, la interpretacin de los
indicadores se llev a cabo en el contexto de la evaluacin local previa, teniendo en cuenta
como referencia el criterio local.
De manera complementaria, a la hora de sistematizar los resultados en la memoria de
investigacin, algunos indicadores fueron discutidos adicionalmente en base a criterios
externos tcnicos o normativos encontrados en fuentes bibliogrficas complementarias. Con
ello, una discusin sobre los lmites y potencialidades de la interpretacin de los
indicadores fue llevada a cabo.
Los resultados de este proceso entendidos como: (i) la reflexin local sobre la importancia
de los chalayplasa en el contexto de los intereses locales de sustento de los sistemas
alimentacin, (ii) la identificacin de dimensiones y propiedades y su anlisis, y (iii) la
identificacin y medicin de indicadores, y (iv) la discusin sobre la interpretacin de
resultados se encuentran en el Captulo 8.
67
Fases, componentes y
herramientas
CAPTULO 4
Composicin y flujos
CAP. 6
Anlisis intervenciones
desarrollo y modos sustento
local a partir Reforma Agraria
CAPTULO 7
Revisin bibliogrfica
conflictos y luchas por sustento
local hasta Reforma Agraria
CAPTULO 8
CAPTULO 5
Evaluacin lmites y
potencialidades
En relacin al proceso
CAPTULO 9
Mapeo participativos
Maquetas tridimensionales
Matrices multicriterio
Registros audiovisuales
Encuestas acceso
Encuestas seoras
Conversaciones
Exploraciones col.ectivas
Acompaamiento familias
Observ.participante
Actividades
Entrevistas especialistas
Componentes y
Subcomponentes
Revisin bibliogrfica
*
*
* * * * *
* *
* *
* *
* *
* * * *
*
*
Componente 4: Identificacin y evaluacin de algunos efectos del chalayplasa sobre dimensiones relevantes de los sistemas locales de
alimentacin
4.1.1 Identificacin de sistemas
homogneos de evaluacin (!)
4.1 Diseo del sistema de
evaluacin
* *
*
*
*
*
*
69
* * *
* * *
4.3 Sistematizacin e
interpretacin de resultados (!!)
*
*
*
*
* * *
*
* *
(!) Deben aadirse las actividades llevadas a cabo en el marco de los trabajos del Parque de la Papa, como por
ejemplo, talleres de cosmologa andina y talleres de zonificacin mica.
(!!) En los trabajos de sistematizacin e interpretacin de resultados se llev a cabo un importante trabajo de
gabinete para el tratamiento de la informacin y de trabajo en el equipo de coordinacin con los Tcnicos
Comunales.
70
71
Indicadores
1.1.1.
Proporcin de alimentos clidos
1.1.2.
Proporcin de alimentos fros
Unidades
%
%
Referencia
Criterio local
Criterio local
Para detalles sobre el proceso de estimacin y anlisis ver Anexo 4.4 sobre Estimacin
de indicadores.
b) Contribucin de los chalayplasa
Para evaluar la aportacin de alimentos beneficiosos para la salud procedentes del
chalayplasa se analiz su contribucin al nmero de alimentos de cada tipo establecido
localmente.
Indicadores
Indicadores
1.1.1. Proporcin de alimentos clidos aportados por el chalayplasa
1.1.2. Proporcin de alimentos fros aportados por el chalayplasa
Unidades
%
%
Para detalles sobre el proceso de estimacin y anlisis ver Anexo 4.4 sobre Estimacin
de indicadores.
Propiedad 1.2. Equilibrio nutricional del patrn alimentario
a) Estado del sistema
Para conocer las caractersticas nutricionales del patrn alimentario local, se analiz (i)
el valor calrico diario en adultos (Ind.1.1.1), (ii) las proporciones glucdicas, lipdicas
y proteicas para la funcin energtica (Ind.1.1.2, 1.1.4, 1.1.6), (iii) la composicin
glucdica (Ind.1.1.3), (iv) la composicin lipdica, (v) la composicin proteica
(Ind.1.1.7), (vi) la aportacin de calcio, (vii) la aportacin de fsforo, (viii) la
aportacin de hierro (ix) la aportacin de las vitaminas retinol, tiamina, rivoflavina,
niacina y cido ascrbico.
Para el anlisis del valor de energa endosomtica, ste fue comparado con dos valores
referencia: (i) el valor de ingesta de energa estimado para la sierra peruana (FAO,
2000), (ii) los valores de requerimientos energtico para la poblacin altoandina
estimados por Thomas (1973). Para el anlisis de los componentes energticos
(carbohidratos o glcidos, grasas o lpidos y proteinas), stos fueron comparados con
dos valores referencia: (i) los valores estimados para la sierra peruana (FAO, 2000) y
(ii) las recomendaciones de lo que se considera una dieta equilibrada por la FAO/OMS
(1990). Para el anlisis de los elementos esenciales, los valores encontrados fueron
comparados con los valores de Ingesta Recomendados (IR) por la FAO/OMS (2001).
Indicadores
72
Indicadores
1.2.1. Ingesta diaria de energa endosomtica
1.2.2. Proporcin de energa de glcidos
1.2.3. Proporcin de glcidos simples
1.2.4. Proporcin de energa de lpidos
1.2.5
Proporcin lpidos saturados
1.2.6. Proporcin de energa de protenas
1.2.7. Proporcin protenas alto valor biolgico
1.2.8. Aportacin diaria de calcio
1.2.9. Aportacin diaria de fsforo
1.2.10. Aportacin diaria de hierro
1.2.11. Aportacin diaria de retinol
1.2.12. Aportacin diaria de tiamina
1.2.13. Aportacin diaria de rivoflavina
1.2.14. Aportacin diaria de niacina
1.2.15. Aportacin diaria de cido ascrbico
(1) IR= Ingesta Recomendada
Unidades
Kcal/pers/da
%
%
%
%
%
%
mg
mg
mg
mcg
mg
mg
mg
mg
Referencia
FAO (2000) y Thomas (1973)
FAO (2000) y FAO/OMS (1990)
FAO/OMS (1990)
FAO (2000) y FAO/OMS (1990)
FAO/OMS (1990)
FAO (2000) y FAO/OMS (1990)
FAO/OMS (1990)
IR1 FAO/OMS (2001)
IR FAO/OMS (2001)
IR FAO/OMS (2001)
IR FAO/OMS (2001)
IR FAO/OMS (2001)
IR FAO/OMS (2001)
IR FAO/OMS (2001)
IR FAO/OMS (2001)
Para detalles sobre el proceso de estimacin y anlisis ver Anexo 4.4 sobre Estimacin
de indicadores.
b) Contribucin de los chalayplasa
La contribucin de los chalayplasa al equilibrio nutricional del patrn alimentario se
analiz estimando el aporte energtico y nutricional que realizan al patrn de
alimentacin referencia.
Indicadores
Indicadores sobre aportacin nutricional de los chalayplasa al patrn de alimentacin de Unidades
referencia (dia y persona)
1.2.1. Proporcin de ingesta diaria de energa endosomtica
%
1.2.2. Proporcin de glcidos
%
1.2.3
Proporcin de glcidos simples
1.2.4. Proporcin de energa lipdica
%
1.2.5. Proporcin de lpidos saturados
%
1.2.6
Proporcin de energa proteca
%
1.2.7. Proporcin de protenas de alto valor biolgico
%
1.2.8. Proporcin de ingesta diaria de calcio
%
1.2.9. Proporcin de ingesta diaria fsforo
%
1.2.10. Proporcin de ingesta diaria de hierro
%
1.2.11. Proporcin de ingesta diaria de retinol
%
1.2.12. Proporcin de ingesta diaria de tiamina
%
1.2.13. Proporcin de ingesta diaria de rivoflavina
%
1.2.14. Proporcin de ingesta diaria de niacina
%
1.2.15. Proporcin de ingesta diaria de cido ascrbico
%
Para detalles sobre el proceso de estimacin y anlisis ver Anexo 4.4 sobre Estimacin
de indicadores.
73
Unidades
%
%
Para detalles sobre el proceso de estimacin y anlisis ver Anexo 4.4 sobre Estimacin
de indicadores.
4.2.4.2 Dimensin 2. Conservacin de biodiversidad agrcola
Resulta relevante, tal y como hemos explicado en el Captulo 3, ya que garantiza un rango
amplio de adaptaciones de las especies y variedades ante ambientes variables y condiciones
heterogneas, ayudando al sustento de los modos de vida local al mejorar su resiliencia a
largo plazo frente a tendencias y choques adversos (Pimbert, 1999; Gliessman 2002). La
diversificacin de plantas en los agroecosistemas favorece la disminucin de la incidencia
de plagas de los cultivos (Risch et al., 1983). Culturalmente, tambin es relevante por el
hecho que en las comunidades, la vida se concibe como una simbiosis entre todos los
componentes que la constituyen -humanos, de la naturaleza y los espirituales- y todos los
niveles de organizacin. La diversidad en la chakra es el resultado de considerar todas las
formas de vida equivalentes y constituye el pilar del sustento, en cuanto se practica una
diversidad de tiempos y formas de arreglo de la chakra, de trabajo de los suelos en funcin
de la diversidad temporal y espacial de climas, de manejo del agua, de plantas y variedades,
etc. Por lo tanto, la diversidad agrcola conservada ejerce una diversidad de funciones en el
agroecosistema que puede ser descrita, tal y como explicamos el Captulo 3, en trminos de
incommensurabilidad de funciones y valores. Por mucho tiempo stas han sido ignoradas
desviando los procesos de planificacin de los recursos a favor de los cultivos ms
extendidos y de inters para los centros urbanos (Pimbert, 1999). En nuestro estudio, la
biodiversidad agrcola ha sido restringida conceptualmente a aquellos cultivos
domesticados y criados dentro del sistema tradicional de manejo de la agricultura que
constituyen de manera ms extendida la base de la alimentacin de la poblacin. Si bien en
algunos hogares pueden hacer uso de especies silvestres y especies cultivadas en huertos
familiares, stos no han sido incluidos en la evaluacin.
74
Referencia
Criterio local
Para detalles sobre el proceso de estimacin y anlisis ver Anexo 4.4 sobre Estimacin
de indicadores.
b) Contribucin de los chalayplasa
La contribucin de los chalayplasa en la conservacin de la diversidad mnima de
cultivos alimenticios en los hogares se evalu estimando la proporcin de la riqueza
mnima promedio de cultivos alimenticios cultivados por familias en un ciclo agrcola
participante el chalayplasa.
Indicadores
Indicadores
2.1.2
Proporcin del promedio de cultivos alimenticios en el chalayplasa
Unidades
%
Para detalles sobre el proceso de estimacin y anlisis ver Anexo 4.4 sobre Estimacin
de indicadores.
Si bien la agrobiodiversidad incluye tanto las especies cultivas como las silvestres, y que stas ltimas
suelen considerarse especialmente importantes para la alimentacin de determinados grupos sociales como las
mujeres y los nios (Pimbert, 1999), hemos centrado nuestra evaluacin en las especies cultivadas.
75
Propiedad 2.2. Diversidad de cultivares de papa (Solanum sp.) y maz (Zea mais L.)
a) Estado del sistema
Para evaluar la diversidad de cultivares o variedades5 de papa y maz se analiz la
riqueza mnima de cultivares conservados por los comuneros6. Debido a las diferencias
del nmero de cultivares conservados entre campesinos, la evaluacin fue llevada a cabo
en dos escalas relevantes en el contexto de las estrategias de manejo agrcola y de
movimiento de semillas: la familia y el agro-ecosistema.
El anlisis de los valores obtenidos se llev a cabo mediante (i) la valoracin cualitativa
y descriptiva de los participantes locales, y (ii) su comparacin con valores encontrados
en Brush y Taylor (1992). No se encontraron referencias bibliogrficas de utilidad para
una comparacin adicional sobre el indicador.
Indicadores
Indicadores
Unidades
2.2.1
Promedio de cultivares de papa y maz N
cultivados en los hogares por ao
2.2.2. Riqueza mnima de cultivares de papa y N
maz en el agroecosistema por ao
N= Nmero
Referencia
Criterio local, Brush y Taylor
(1992)
Criterio local, Brush y Taylor
(1992)
Para detalles sobre el proceso de estimacin y anlisis ver Anexo 4.4 sobre Estimacin
de indicadores.
b) Contribucin de los chalayplasa
La contribucin de los chalayplasa en la conservacin de la diversidad mnima de
cultivares de papa y maz en los hogares y en el agroecosistema se evalu estimando la
proporcin de la riqueza mnima estimada para el sistema a ambas escalas participante
en el chalayplasa.
Indicadores
Por cultivares o variedades entendemos la clasificacin local que hacen los campesinos andinos segn su
taxonoma vernacular. Quiros et al. (1990) encontraron que hay un alto nivel de correspondencia entre la
identificacin que hacen los campesinos andinos y los perfiles bioqumicos de tubrculos que reflejan
diferencias de genotipo, sugiriendo que la clasificacin individual hecha por un agricultor refleja con
precisin las diferencias genticas de su cultivo. Para nuestro ejercicio consideramos que la taxonoma
vernacular es capaz de clasificar e identificar las variedades existentes (Jackson et al., 1980; Quiros et al.,
1990). En este sentido se considera que los agricultores andinos utilizan una extensa nomenclatura
taxonmica quechua en cuatro niveles que incluyen el gnero, la especie, la variedad y la subvariedad
(Brunel, 1975; Brush, Carney y Huamn, 1981; Zimmerer, 1988, 1991).
76
Indicadores
2.2.1
Proporcin de los cultivares promedio por familia en el chalayplasa
2.2.2
Proporcin de cultivares de papa y maz en el agrecosistema en el chalayplasa
Unidades
%
%
Para detalles sobre el proceso de estimacin y anlisis ver Anexo 4.4 sobre Estimacin
de indicadores.
Propiedad 2.3. Diversidad de valores locales asociados a la diversidad agrcola
a) Estado del sistema
Para evaluar la multifuncionalidad ecolgica, social y cultural de la agrobiodiversidad
conservada se llev a cabo un anlisis de la riqueza de criterios de valoracin de la
diversidad de cultivares de papa. Debido a la naturaleza colectiva del conocimiento
sobre dichos valores, el anlisis ha sido llevado a cabo a escala intercomunal de
agroecosistema.
El anlisis de los valores obtenidos se llev a cabo mediante la valoracin cualitativa y
descriptiva de los participantes locales.
Indicadores
Indicadores
Unidades
2.3.1
Riqueza de criterios de valoracin de la N
diversidad de cultivares de papa
N= Nmero
Referencia
Criterio local
Para detalles sobre el proceso de estimacin y anlisis ver Anexo 4.4 sobre Estimacin
de indicadores.
b) Contribucin de los chalayplasa
Para la evaluacin de la contribucin de los chalayplasa a la diversidad de valores
locales asociados a la diversidad agrcola se estim la proporcin de valores
identificados para los diferentes cultivares de papa identificados presentes en los
cultivares participantes del chalayplasa.
Indicadores
Indicadores
Unidades
2.3.1
Proporcin de valores identificados asociados a los cultivares participantes en el %
chalayplasa
Para detalles sobre el proceso de estimacin y anlisis ver Anexo 4.4 sobre Estimacin
de indicadores.
77
78
Referencia
Criterio local
Valor para parcelas con 7 aos de
descanso, Hurtado (1990)
3.1.3.
Para detalles sobre el proceso de estimacin y anlisis ver Anexo 4.4 sobre Estimacin
de indicadores.
b) Contribucin de los chalayplasa
La evaluacin de la contribucin de los chalayplasa a la conservacin de la calidad de
los suelos se hizo mediante el anlisis, para los cultivares participantes en los
chalayplasa (i) de la proporcin del periodo promedio de descanso de parcelas
cultivadas con variedades participantes en el chalayplasa en relacin al promedio
sistema, (ii) la proporcin de concentracin de materia orgnica en parcelas con
cultivares participantes en chalayplasa en relacin al promedio sistema, (iii) la
proporcin de concentracin de nitrgeno en parcelas con cultivares participantes en
chalayplasa en relacin al promedio sistema, y (iv) de la proporcin promedio de
especies indicadoras de calidad de los suelos en parcelas con cultivares participantes
en chalayplasa en relacin a la proporcin promedio del.
Indicadores
Indicadores
3.1.1
proporcin del periodo promedio de descanso de parcelas cultivadas con
variedades participantes en el chalayplasa en relacin al promedio sistema
3.1.2
proporcin de concentracin de materia orgnica en parcelas con cultivares
participantes en chalayplasa en relacin al promedio sistema
3.1.3
proporcin de concentracin de nitrgeno en parcelas con cultivares
participantes en chalayplasa en relacin al promedio sistema
3.1.4
proporcin promedio de especies indicadoras de calidad de los suelos en
parcelas con cultivares participantes en chalayplasa en relacin a la proporcin
promedio del sistema
Unidades
%
%
%
%
Para detalles sobre el proceso de estimacin y anlisis ver Anexo 4.4 sobre Estimacin
de indicadores.
Propiedad 3.2 Mantenimiento de procesos de polinizacin y control de plagas
a) Estado del sistema
Para conocer si se mantienen procesos de polinizacin y control de plagas (Altieri y
Letourneau, 1982; Risch et al., 1983) a escala de agroecosistema o paisaje, se determin
79
Unidades
%
%
-
Referencia
Altieri (1990), criterio local
Altieri (1990), criterio local
_
Para detalles sobre el proceso de estimacin y anlisis ver Anexo 4.4 sobre Estimacin
de indicadores.
b) Contribucin de los chalayplasa
La evaluacin de la contribucin de los chalayplasa a la conservacin de la calidad de
los suelos se hizo mediante el anlisis, para los cultivares participantes en los
chalayplasa de: (i) el promedio de la proporcin, por familia acompaada, de superficie
cultivada con prcticas de policultivo, y (ii) la proporcin de familias acompaadas que
aplican pesticidas.
Indicadores
La diversidad referida a escala de paisaje tambin es conocida como diversidad gamma e incluira la
diversidad en su conjunto de un grupo de reas de diversidad alfa referida a la diversidad en un hbitat
homogneo (Marrugan, 1989:65).
8
En nuestra investigacin hemos recogido el concepto de plaga utilizado por Altieri y Letourneau (1982:405)
que se refiere al nivel establecido socialmente a partir del cual los efectos de la poblacin de una determinada
especie sobre los cultivos de inters son considerados negativos.
9
El ndice de Simpson es considerado por Marrugan (1989:88) de baja sensibilidad al tamao muestral y de
uso amplio. Constituye una medida de la dominancia de alguno de estos grupos sobre los otros (Magurran,
1989:45; Begon et al.,1995:605).
80
Indicadores
Unidades
3.2.1
promedio de la proporcin, por familia acompaada, de superficie cultivada con %
prcticas de policultivo
3.2.2
proporcin de familias acompaadas que aplican pesticidas
%
Para detalles sobre el proceso de estimacin y anlisis ver Anexo 4.4 sobre Estimacin
de indicadores.
4.2.4.4 Dimensin 4. Control local sobre la produccin y consumo
El control local sobre la produccin, obtencin y consumo de alimentos resulta relevante
por el hecho que las instituciones locales desempean un rol estratgico que garantiza, tal y
como hemos explicado en el Captulo 3, la adaptabilidad y capacidad de respuesta frente a
presiones sobre los sistemas locales de alimentacin (Pimbert y Pretty, 1999; Olssom,
2003).
La capacidad de las instituciones locales de control de los procesos de produccin,
obtencin y consumo de alimentos fue evaluada teniendo en cuenta su rol en las estrategias
de sustento articuladas a diferentes escalas. Las propiedades evaluadas fueron el grado de
policentrismo en la gobernanza de los chalayplasa, la habilidad familiar de minimizacin
del riesgo de insustentabilidad entendido ste como la no satisfaccin de las necesidades
alimentarias, la dependencia externa del sustento local.
Propiedad 4.1. Grado de policentrismo en la gobernanza de los sistemas locales de
alimentacin
a) Estado del sistema
Para evaluar el grado de policentrismo en la gobernanza de los sistemas locales de
alimentacin, se llev a cabo un anlisis del nmero de escalas de manejo de los
sistemas locales de alimentacin.
El anlisis de los valores obtenidos se llev a cabo mediante su valoracin cualitativa y
descriptiva de los participantes locales.
Indicadores
Indicadores
4.1.1. Nmero de escalas de manejo de los
sistemas locales de alimentacin
N= Nmero
Unidades
N
Referencia
Criterio local
Para detalles sobre el proceso de estimacin y anlisis ver Anexo 4.4 sobre Estimacin
de indicadores.
b) Contribucin de los chalayplasa
81
Unidades
%
Para detalles sobre el proceso de estimacin y anlisis ver Anexo 4.4 sobre Estimacin
de indicadores.
Propiedad 4.2. Habilidad familiar de minimizacin del riesgo de insustentabilidad
a) Estado del sistema
La habilidad familiar de minimizar el riesgo de insustentabilidad, es decir, de no poder
satisfacer las necesidades alimentarias, ha sido evaluada mediante el anlisis de: (i) el
nmero mnimo promedio de actividades de sustento familiar10, (ii) la proporcin de
ingesta de energa endosomtica externa al agroecosistema, y (iii) la proporcin
promedio por familia de cultivares comerciales.
El anlisis de los valores obtenidos se llev a cabo mediante su valoracin cualitativa y
descriptiva de los participantes locales.
Indicadores
Indicadores
4.2.1. Nmero mnimo promedio de actividades
de sustento familiar
4.2.2. Proporcin de ingesta de energa
endosomtica externa al agroecosistema
4.2.3. Proporcin promedio por familia de
cultivares comerciales
N= Nmero
Unidades
N
Referencia
Criterio local
Criterio local
Criterio local
Para detalles sobre el proceso de estimacin y anlisis ver Anexo 4.4 sobre Estimacin
de indicadores.
10
Tal y como hemos explicado en el captulo 1 de Definicin del tema de investigacin, este anlisis
puede darnos una idea del grado de resiliencia de las familias para la obtencin de alimentos y recursos,
suponiendo que en una sociedad en la que el sustento dependa exclusivamente de una sla actividad, como
puede ser la agricultura para la comercializacin, existir un riesgo mayor de sufrir los efectos de
episodios de cambio que pueden ser climticos, econmicos y sociales puesto que no existirn actividades
alternativas que puedan proporcionar alimentos y recursos.
82
Unidades
%
%
%
Para detalles sobre el proceso de estimacin y anlisis ver Anexo 4.4 sobre Estimacin
de indicadores.
83
Figura 4.2.4.1 Estructuracin de los sistemas locales de alimentacin para el marco analtico
DELIBERACIN
(i)
Definicin del problema con
autoridades
(ii)
Investigacin salud Parque de
la Papa
Fuerte incidencia de
problemas de salud
vinculados a la alimentacin
Alimentacin como factor
clave para el desarrollo
humano (especialmente nios)
a. Acceso a seguridad
alimentaria para la salud
ESTRUCTURACIN
c. Mantenimiento funciones
agroecosistmicas
(iii)
Anlisis del proceso aparicin
chalayplasa en sistemas
locales alimentacin
Incidencia prolongada de
factores de restringen la
produccin y acceso a
alimentos en los sistemas
locales de produccin: plagas
y enfermedades, baja
productividad variedades
mejoradas, etc.
Funcionamiento en base a la
diversidad de productos y
alimentos locales fundamento
de las estrategias de
autoconsumo
b. Conservacin
biodiversidad agrcola
d. Control local en produccin y
obtencin de alimentos
Propiedades a evaluar
Dimensiones
Escalas
Acceso a seguridad
alimentaria para la
salud
Agroecosistema/
chalayplasa
Adecuacin patrn
alimentacin para la
salud
Conservacin
biodiversidad agrcola
Diversidad de
cultivares de papa y
maz
Familiar
Individual
Mantenimiento
funciones
agroecosistmicas
Procesos de
polinizacin y control
de plagas
Comunal
Equilibrio nutricional
patrn alimentario
Diversidad de
cultivos alimenticios
y cultivares de papa y
maz
Diversidad de valores
asociados a cultivares
de papa
Habilidad familias
minimizacin riesgo
Dependencia externa
produccin alimentos
Dependencia externa patrn
alimentacin
Diagnstico local: Anlisis tendencias propiedades del sistema y papel de los chalayplasa
ESTRUCTURACIN
DELIBERACIN
(iv)
Caracterizacin
funcionamiento chalayplasa
84
Tabla 4.2.4.1 Indicadores del estado de los sistemas locales de alimentacin generados
Indicadores
Unidades
Referencia
Dimensin 1. Acceso a seguridad alimentaria para la salud
Propiedad 1.1. Adecuacin patrn alimentario para enfermedades de ms prevalencia
1.1.1.
Proporcin de alimentos clidos
%
Criterio local
1.1.2.
Proporcin de alimentos fros
%
Criterio local
Propiedad 1.2. Equilibrio nutricional del patrn alimentario
1.2.1.
Ingesta diaria de energa endosomtica
Kcal/pers/da FAO (2000) y Thomas (1973)
1.2.2.
Proporcin de energa de glcidos
%
FAO (2000) y FAO/OMS (1990)
1.2.3.
Proporcin de glcidos simples
%
FAO/OMS (1990)
1.2.4.
Proporcin de energa de lpidos
%
FAO (2000) y FAO/OMS (1990)
1.2.5
Proporcin lpidos saturados
%
FAO/OMS (1990)
1.2.6.
Proporcin de energa de protenas
%
FAO (2000) y FAO/OMS (1990)
1.2.7.
Proporcin protenas alto valor biolgico
%
FAO/OMS (1990)
1.2.8.
Aportacin diaria de calcio
mg
IR1 FAO/OMS (2001)
1.2.9.
Aportacin diaria de fsforo
mg
IR FAO/OMS (2001)
1.2.10. Aportacin diaria de hierro
mg
IR FAO/OMS (2001)
1.2.11. Aportacin diaria de retinol
mcg
IR FAO/OMS (2001)
1.2.12. Aportacin diaria de tiamina
mg
IR FAO/OMS (2001)
1.2.13. Aportacin diaria de rivoflavina
mg
IR FAO/OMS (2001)
1.2.14. Aportacin diaria de niacina
mg
IR FAO/OMS (2001)
1.2.15. Aportacin diaria de cido ascrbico
mg
IR FAO/OMS (2001)
Dimensin 2. Conservacin de biodiversidad agrcola
Propiedad 2.1. Diversidad de cultivos alimenticios en el hogar
2.1.1.
Promedio de cultivos alimenticios disponibles N/ao
Criterio local
en chakra/familia
Propiedad 2.2. Diversidad de cultivares de papa (Solanum sp.) y maz (Zea mais L.)
2.2.1
Promedio de cultivares de maz y papa
N
Criterio local, Brush y Taylor (1992)
cultivados en hogares
2.2.2.
Riqueza mnima de cultivares de maz y papa N
Criterio local, Brush y Taylor (1992)
en agroecosistema
Propiedad 2.3. Diversidad de valores locales asociados a la diversidad agrcola
2.3.1
Riqueza de criterios de valoracin de
N
Criterio local
diversidad (nmero)
Dimensin 3. Mantenimiento de servicios agroecosistmicos
Propiedad 3.1 Conservacin de la calidad de los suelos
3.1.1.
Periodo promedio de descanso de parcelas Aos
Criterio local
cultivadas
3.1.2.
Concentracin de materia orgnica en parcelas %
Valor para parcelas con 7 aos de
cultivadas
descanso, Hurtado (1990)
3.1.3.
concentracin de nitrgeno en parcelas %
Valor para parcelas con 7 aos de
cultivadas
descanso, Hurtado (1990)
3.1.4.
Proporcin de aumento de la proporcin de %
Valor para parcelas con 7 aos de
especies indicadoras de la calidad de los suelos
descanso, criterio local
entre parcelas cultivadas y en reposo
Propiedad 3.2 Mantenimiento de procesos de polinizacin y control de plagas
3.2.1
Proporcin de especies controladoras
%
Altieri (1990), criterio local
3.2.2
Proporcin de especies polinizadoras
%
Altieri (1990), criterio local
3.2.3
ndice de Simpson de Dominancia de grupos _
relevantes para el agroecosistema
Dimensin 4. Control local sobre la produccin y consumo
Propiedad 4.1. Grado de policentrismo en la gobernanza de los sistemas locales de alimentacin
85
4.1.1.
86
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
%
87
Imagen 4.1.3.3. Intercambio entre tcnicos comunales Imagen 4.2.2.1. Reunin con las Asamblea Comunal de
del valle de Lares y del Parque de la Papa
la comunidad de Wakawasi para la discusin de
resultados de la investigacin.
Captulo
Anlisis histrico-institucional
El periodo histrico interpretado por el autor en su obra Buscando un inca: identidad y utopa en los
Andes va desde la Conquista espaola que iniciara en Per en 1530 hasta la dcada de los aos 80. Su
trabajo se basa en una interpretacin de la historia a partir del rescate de la diversidad de memorias histricas
ms all de las fuentes escritas por los poderes dominantes.
2
Para ms detalles ver el Captulo 2 del presente trabajo.
88
las numerosas aportaciones sobre los modos de defensa de las estrategias locales de
sustento en el sur peruano. stas vinieron de la parte de historiadores como Luis Miguel
Glave, Pablo Macera, Manuel Burga, Nathan Wachtel y el mismo Alberto Flores-Galindo,
entre otros, antroplogos como John Murra, Enrique Mayer y Csar Fonseca, economistas
como Manuel Glave, Bruno Kervyn, Jess Guilln, y lderes campesinos como el mismo
Hugo Blanco, que han dedicado la vida a la comprensin de la compleja conyuntura social
de las comunidades.
A partir de sus trabajos, planteo a continuacin algunos vnculos entre los acontecimientos
de la historia andina reciente y la evolucin de los sentimientos y sueos subyacentes en la
poblacin de las comunidades en un intento de explicar el silencio de la (per)/resistencia de
sus estrategias de sustento. Ms que un repaso cronolgico de fechas exactas y lugares, la
revisin de antecedentes histricos que presentamos se caracteriza por constituir una
interpretacin de las circunstancias sociales, polticas, econmicas, ecolgicas y culturales
de cada etapa histrica a la que nos referimos, integrando constantemente acontecimientos
y conyunturas en diferentes escalas de anlisis que van desde hechos muy localizados en en
el valle de Lares-Yanatile y otros lugares de la regin, hasta las conyunturas nacionales e
internacionales, para interpretar, en ltima instancia bajo un esfuerzo como dira Wachtel
(1971) de trabajo etnohistrico, la evolucin del comportamiento social y humano a partir
de la evolucin de sus sentimientos3, con la conciencia de que nuestra interpretacin y
descripcin no puede recoger la diversidad de situaciones concretas y singulares, ni
explicar de manera objetiva lo acontecido.
Con ello, la ventana que abrimos, por parcial e incompleta que sea, pretende vislumbrar una
dimensin de la historia vinculada a las circunstacias, las causas y las correlaciones de los
acontecimientos. Cuando hablamos de una lgica en la historia, no pretendemos definir
leyes matemticas objetivamente vlidas, sin que intentamos acercarnos a la comprensin
de una coherencia indispensable para la comprensin de los acontecimientos.
5.1. Primera fase: Conquista, dominacin y desestructuracin del sistema de manejo
vertical de un mximo de pisos ecolgicos (1530-1569)
Alrededor de 1460, se cree que el Inca Pachacutec absorbi los Laris que se extendan hasta
Ollantaytambo (Hemming, 251). La poblacin del valle tena un origen muy diverso. Por
un aparte existan los naturales pertenecientes a las etnas locales, y por otro lado, los
mitimaes venidos de diferentes regiones del Imperio. Los autctonos, tradicionalmente
organizados en ayllus, disponan para su propia subsistencia de tierras comunitarias
(cedidas por el Inca que guardaba sobre ellas un derecho eminente). Tanto los naturales
como los mitimaes eran denominados yana, y se encargaban de cultivar las tierras del Inca
(Wachtel, 1971:171). Los curakas, capitanes de los incas distribuidos en el territorio
3
Wachtel (1971:24) utiliz este enfoque en la interpretacin de la conquista espaola desde el punto de vista
de los vencidos. En este sentido anota que si bien no es posible revivir lo acontecido desde el interior de los
sentimientos y los pensamientos de las personas, si se puede, sin lugar a dudas, desprendernos de nuestros
hbitos mentales y desplazar el punto de observacin y de inters a la visin trgica de los vencidos.
89
Grupos humanos trasladados por los incas de un lugar a otro para el cultivo de productos como el maz y la
coca.
5
Si bien el sistema de encomiendas slo conceda a su beneficiario el derecho de percepcin de un tributo y
no el de propiedad de la tierra, era fcil para el encomendero desvirtuar el tributo y despojar a los indgenas.
6
Sistema de tributacin impuesto por los espaoles a la poblacin indgena durante la poca colonial que se
inici con la obligacin de entrega de una cantidad fija de productos. Con ello se rompi con el orden de
tributacin del Imperio Inca que consista en la dedicacin de un determinado tiempo de trabajo.
90
Atahualpa y se apropi de sus tierras atribuyndose toda la regin del Valle Sagrado en
Cusco en encomienda (Wachtel, 1971:171).
El proceso de dominacin de los espaoles se bas en el aprovechamiento de las
instituciones incaicas preexistentes7, como la mita8 y el servicio a los tambos9. stas se
transformaron en las principales modalidades de tributo aunque los encomenderos, no
contentndose, exigan adems productos naturales y artesanales. En este contexto, las
estrategias de reciprocidad fueron aparentemente aseguradas por los espaoles a travs del
curaka10, quien ejerca una funcin de nexo entre los indgenas y los seores, acumulndo
riquezas y recursos en el sentido nico de los indgenas a los espaoles, sin contrapartida.
Si bien el espaol hered el papel del Inca, elimin los mecanismos de redistributicin de
las riquezas en beneficio de todos y concentr el poder poltico (Wachtel, 171:183).
Vinculado a esta cuestin, en el contacto con el Imperio Inca, los espaoles llegaron a
conocer las virtudes de la coca, que desde tiempos del Inca, formaba parte de las
ceremonias mgico y religiosas. A su llegada, su uso estaba limitado por el Inca, y
reservado a los curakas y sacerdotes, cultivndose en pequeas cantidades. A partir de la
Conquista, puesto que sus propiedades eran estimulantes y posibilitaban los trabajos en las
minas de Potos y de Huancavelica, su uso fue liberado a todos los indgenas. Fue de esta
manera como los espaoles extendieron las plantaciones de coca en detrimento de otros
cultivos alimentarios. La produccin de coca en los valles clidos de ceja de selva en el este
de Cusco, como es la parte baja del Valle de Lares-Yanatile tambin conocida como los
Andes de Pizarro, aument. Para intensificar y extender esta produccin, los encomenderos
como Pizarro y sus sucesores, reclutaron mano de obra a ttulo de mita11 entre los indgenas
de sus repartimentos, denominados camayos, en este caso del Valle Sagrado, siendo
bruscamente reubicados a las zonas de ceja de selva con climas ms hmedos y clidos, que
produjeron la muerte de muchos de ellos (Glave y Remy, 1983).
La forma de tributo bajo mita se prolong hasta la muerte del heredero de Pizarro en 1548,
su hijo Gonzalo, quien hered todos sus dominios. A partir de 1549, bajo el gobierno del
presidente Gasca, los indgenas del valle fueron luego vinculados a la Corona y se redactan
las primeras tasas oficiales que comportan, adems de la leva de mitayos, listas de
obligaciones numerosas como maz, trigo, papas, carneros, objetos artesanales, etc, que al
no ser producidos por los indgenas, stos deban procurrselos por medio de trueque. En
1550, con la visita de Garca de Melo, se introdujo un impuesto en dinero para reemplazar
el trabajo en las plantaciones de coca (Wachtel, 1971:173). Numerosas colonias de
mitimaes abandonaron los lugares donde estaban instaladas y volvieron a sus regiones de
7
Tal y como explica Arguedas (1968, citado por Remy, 1990:64) en su trabajo de tesis, la poltica colonial
aprovech las formas de organizacin social del antiguo Per y de Espaa, ensamblndose no slo por obra
de los gobernantes sin de la poltica cotidiana de las ordenanzas y de interpretacin del colonizador para
explotar la antigua organizacin indgena en su beneficio.
8
La mita permita acceder a la mano de obra indgena sin la intermediacin de un salario ni compensacin.
Turno de trabajo en servicio social (Murra, 1986).
9
[Insertar significado]
10
[Insertar significado]
11
Turno de trabajo en servicio social (Murra, 1986).
91
origen. Contrariamente, tambin se habra dado una huida de las poblacin indgena de sus
ayllus para evitar la mita y el tributo, instalndose en comunidades que no eran las suyas,
sin tener los derechos pero tampoco las obligaciones entre las cuales estaban las cargas
coloniales- de los originarios, o aceptando la condicin de yanas, o servidores de los
curakas y seores, que servirn en las haciendas de los espaoles, en las ciudades, en las
minas y en las plantaciones de coca en los Andes, a cambio de estar exentos del tributo. El
nmero de yanas, que constituy una masa mvil de vagabundos desarraigados del sistema
de reciprocidad, parientes y dioses, se equipar al de hatunrunas, indgenas tributarios de
las comunidades. Otras alternativas habran consistido en el manejo colectivo de estrategias
de mercado como por ejemplo las relativas al transporte de la coca.
La generalizacin del tributo exigi a los indgenas una participacin en la economa
monetarizada segn modalidades artificiales. Se impusieron nuevas actividades asalariadas
y se crearon nuevos sectores econmico-sociales (desarrollo de las ciudades, minas,
cultivos y ganadera de tipo europeo) cuya dominacin sobre el sector indgena defini la
situacin colonial.
Desde la perspectiva de los vencidos, tal y como relata Watchel (1971:331), la Conquista
represent un verdadero cataclismo. Hasta la mitad del s.XVI, las batallas y guerras en los
nuevos territorios, los abusos en las jornadas de trabajo impuestas y el choque
microbiano12, provocaron un brusco descenso demogrfico. Esto se constituy una
preocupacin para los espaoles que se haban establecido en el interior de los nuevos
territorios para utilizar la fuerza de trabajo de la poblacin indgena para la extraccin de la
plata de Potos.
En 1558, cuando Sayri Tupac se convierte en seor de los habitantes del Valle Sagrado, se
le otorga la encomienda como recompensa a su adhesin a los espaoles. Sin embargo, los
indgenas mitimaes seguan vinculados al curaka Francisco Chilche, mientras que los
autctonos lo hacan al curaka Garca Quispicapi, descendiente de los curakas locales. Fue
entonces cuando ocurri la visita de Damian de la Bandera quien ordena las primeras
reducciones en el valle con el objetivo de controlar, vigilar, y movilizar ms eficientemente
a la poblacin para la mita. Bajo este sistema se produjeron numerosos abusos y una
explotacin intensiva al extraer, a la fuerza y por imposicin, cantidades de tributos mucho
mayores a las establecidas por la Corona. Sayri Tupac sigui recibiendo el tributo bajo la
forma establecida por el primero. En 1560 muri envenedado por instigacin de Francisco
Chilche, el curaka principal del valle de Yucay, sucedindole su hermanastro Titu Cusi
quien prosigui la poltica de resistencia de su padre dominando las clidas regiones en la
ceja de selva conocidas como los Andes que se extienden desde la latitud de Hunuco al
norte hasta el sur de Cusco.
Con la visita del cannigo Albornoz a Cusco, en 1560 se inicia el proceso de extirpacin de
idolatras haciendo destruir varios centenares de dolos. En las reducciones se introdujo la
12
Segn las estimaciones de Cook (1946, citado en Wachtel, 1971:331), las ms prudentes de los estudios
demogrficos realizados, la poblacin indgena habra pasado de unos 2 738 673 habitantes en 1561 a 601645
en 1630, constituyendo esta cifra un 49%.
92
nocin de culpa a los indgenas por sus prcticas cotidianas vinculadas a sus estrategias
de sustento que fueron calificadas de idoltricas. Sin embargo, la insuficiencia de
misioneros, as como la naturaleza del choque entre estructuras mentales radicalmente
extraas entre s (Wachtel, 171:231), hizo que religin andina y cristiana se mezclaran en
un mar de sincretismo y ambigedades aparentes fomentadas tanto por indgenas como
por espaoles- donde en realidad, dominaran las creencias tradicionales en un proceso no
de sntesis sin de yuxtaposicin de elementos y estructuras (Wachtel, 1971:232).
La resistencia del Estado neoinca en Vilcabamba afirm una cierta continuidad imperial
negando la legitimidad del poder espaol. Sumado a ello, el rechazo de la situacin colonial
encontr otros medios de expresin, como en 1560 hasta despus de 1570 el movimiento
milenarista13 del Taki Onkoy, seguido por unos 8000 conversos a la cultura andina de la
regin de Huamanga (de unos 50000 habitantes aproximadamente que haba en la cuenca
del ro Pampas, cerca de Ayacucho) que decidieron reconciliarse con sus dioses y romper
con los usos de los blancos, predicando la resurreccin de todas las wakas desde Quito a
Cusco, que son las divinidades locales de un pasado anterior a los incas. Con ello, el Taki
Onkoy constituy un renacimiento de la cultura indgena tradicional transformada en una
rebelin para la liberacin. El movimiento reinterpret la antiguas estructuras mentales en
un sentido original, absolutamente nuevo, que fue el de la resistencia. Si bien stos fueron
descubiertos, otros movimientos similares eclosionaron en diferentes lugares. stas
rebeliones constituyeron pues muestras de rechazo por parte de los indgenas de la situacin
colonial. En 1965 los espaoles descubrieron sin embargo que Titu Cusi preparaba una gran
rebelin desarticulndola por medio de negociaciones (Wachtel, 1971:276). Al morir Titu
Cusi, le sucedi su hermano Tpac Amaru I quien asumi la jefatura del Estado neoinca en
1571. Sin embargo su reinado fue breve ya que el Virrey Francisco Toledo, decidido a
pacificar definitivamente el Per, organiz una expedicin decisiva cuyo xito estuvo
favorecido por la epidemia que asol en 1572 la regin de Vilcabamba. Tpac Amaru fue
capturado por una tropa de espaoles mientras intentaba huir a la selva tropical, fue llevado
a Cusco, y decapitado publicamente ante una muchedumbre aterrada, constituyendo un eco
de la muerte de Atahualpa. La cabeza se mantuvo en la picota y segn cuenta la tradicin,
en lugar de podrirse, se embelleci da tras da. Como los indgenas seguan rindindole
culto, el corregidor la mand a Lima y luego Pizarro la habra ofrecido al rey de Espaa,
originndose el mito de Inkarri14 (Flores-Galindo, 1986:53). A partir de este momento, y
con la desaparicin de la generacin que vivi la conquista, se considera que la historia de
los indgenas del Per entre en una nueva fase. Desde 1572, el Virreinato se considera
pacificado y el gobierno de Toledo instaura un periodo nuevo en la historia de Per.
13
Segn Wachtel (1971:286), para los antiguos peruanos el Imperio Inca estaba precedido por cuatro soles y
cuatro humanidades. Cada una de estas humanidades dur mil aos, y el fin de cada uno estuvo marcado por
inmensas catstrofes. El Imperio Inca fue fundado en una fecha correspondiente al 565 de la era cristiana, y
fue destruido por los espaoles en 1565, mil aos despus de fundarse. La interpretacin sera que la
catstrofe de la conquista espaola podra anunciar el reino de un nuevo sol y el nacimiento de una nueva
humanidad.
14
Segn el cual, cuando Pizarro muestra la cabeza de Atahualpa al rey de Espaa, ste le dice: Cmo hiciste
eso! Ese rostro que me trajiste es mi propio rostro, hacindole ver que es el rey de los incas. El mito termina
con una maldicin segn la cual Pizarro ser arrojado al fuego, debiendo perecer toda su descendencia y
siendo destruidos todos sus bienes. Que nada quede, de este enemigo infame (Flores-Galindo, 1986:67).
93
El virrey Francisco Toledo, para conocer de primera mano los problemas de la regin,
realiz una visita que dur dos aos, promulgando a su regreso a Lima, en 1574, las
Ordenanzas que regularon al adminsitracin y que se convirtieron en el primer cuerpo
legislativo dictado en el territorio americano. Las medidas toledanas fueron numerosas y
sus consecuencias trascendieron el s.XVI. A partir de este momento, la influencia espaola
se manifest directamente con la disminucin del poder de los curakas que gener
numerosos conflictos y confrontaciones, la poltica de estabilizacin de los yanas, la
institucionalizacin de la mita y el comienzo de las reducciones, concentraciones forzadas
de poblacin indgena que modificaron tanto el emplazamiento de los pueblos como las
tcnicas de contruccin de las casas.
En las comunidades de la parte alta del Valle de Lares, donde la poblacin indgena se
refugi a la entrada de los espaoles, los indgenas continuaron disponiendo de sus bienes
comunitarios. Con ello, el ayllu se convirti en el ncleo de resistencia de la sociedad
indgena cuya fuerte coherencia estuvo asegurada por los vnculos de reciprocidad y
parentesco que unan a sus miembros, aunque el despotismo de los curakas contribuyera a
alterarlos en cierta manera. Esta resistencia cristaliz en la supervivencia de las tradiciones
indgenas el poder poltico y econmico a escala local acentundose con el establecimiento
sobre esta escala de la unidad tributaria. Por otro lado, si bien el culto oficial del Inca y del
Sol muri con Atahualpa y los misioneros destruyeron las wakas, fue tambin a nivel local
que se perpetuaron las creencias religiosas persistieron (Wachtel, 1971:315). El ayllu sigui
resistiendo en la medida en que sobrevivi su principio fundamental: la ayuda mutua y
comunitaria. Wachtel (1971:214) expresa en este sentido que a la desestructuracin que
supuso la Conquista, los indgenas respondieron mediante una aculturacin15 limitada y una
inquebrantable fidelidad a la tradicin. Si bien la evangelizacin desarroll la lucha contra
las creencias indgenas y los indgenas se apropiaron de elementos extraos, stos se
limitaron a aadirlos a los suyos o a utilizarlos como una especie de camuflaje (Wachtel,
1971:239). No se dio, pues, una conversin a la cultura espaola sino que los objetos de los
espaoles se insertaron en el sistema ms amplio de los dones y contradones del viejo
principio de reciprocidad. Pero si bien hubo supervivencia de la tradicin, sta sufri
descomposicin, dndose un proceso de deculturacin sin verdadera aculturacin, de
manera que dos modos quedaron frente a frente, uno dominante y el otro dominado. Este
sistema continuar durante el periodo colonial renovndose todos los das dos sistemas de
valores, uno vencedor y opresivo y el otro vencido y alterado. Para muchos hombres la
conquista signific un Pachakuti (ver Captulo 2), una inversin del orden ya que si bien el
cristianismo no era excluyente a la visin andina del mundo y los vencidos pudieron sentir
una predisposicin natural a integrar algunos aspectos marginales, existi una imposicin
de prcticas crueles y violencia por parte de los invasores, que se encontraban en minora,
que no acataba las reglas de la reciprocidad y que rompan los mitos y categoras sociales y
15
Segn Wachtel (1971:213), una cultura no est formada por simple yuxtaposicin de elementos parciales,
sino que constituye un hecho global. La coexistencia de dos sistemas de valores crea una situacin de
conflicto que muchas veces obliga al grupo dominado a adoptar algunos rasgos de la cultura dominante. Sin
embargo, la adopcin por parte de los indgenas de fragmentos dispersos de la cultura europea no implic una
verdadera asimilacin puesto que se habra mantenido el problema de la fusin de estos elementos en un todo
coherente.
94
como frutas naranjas, higos, manzanas, peras, melocotones, repollos, zanahorias, cebollas,
etc.- entraron en la dieta alimenticia de la poblacin andina que los sobreaadieron sin
substituir los alimentos locales, reforzndose la interpretacin de Wachtel (1971:217) de un
proceso de aculturacin por yuxtaposicin.
En este contexto, la ciudad de Cusco, por su localizacin particular entre pisos ecolgicos
distintos, se constituy con el gobierno del virrey Francisco Toledo (1567-1581), como un
eje importante de intercambio comercial16 dinamizado por el paso de la plata procedente de
Potos y de los productos procedentes de Espaa. El desarrollo minero produca una
importante demanda de productos agrcolas y fuerza de trabajo, integrando en el sur del
Virreynato un amplio mercado que fue estudiado y extensamente caracterizado por Flores
Galindo (1977, citado por Remy, 1990:71). En este proceso, Cusco pas de ser el punto de
convergencia de las riquezas, el centro del mundo tanto en la organizacin territorial como
en la representacin religiosa y cosmolgica de la poblacin andina, a constituir un ciudad
intermediaria y comercial entre tres nuevas reas de atraccin emergentes: las minas de
plata de Potos y Huancavelica y la ciudad de Lima. En la regin, la zona de selva y
montaa empez a ocupar un lugar preponderante en el imaginario colonial, alimentado por
el mito del Gran Paititi que quedara emplazado en el departamento de Madre de Dios. Las
incursiones a la zona de selva se llevaron a cabo en la regin sur desde la ciudad de Cusco,
siguiendo las rutas que los indgenas de la selva tomaban de regreso en sus viajes de
intercambio de productos recolectados por productos andinos en Cusco (Flores-Galindo,
1986:64).
La mezcla de lo imaginario con el inters de obtencin de productos comercializables en
Potos hizo que la parte baja del valle de Lares-Yanatile y La Convencin, una de las seis
doctrinas del partido de Calca incluyendo Qachin y Choquecancha, que constitua una de
las principales entradas a la ceja de selva o yunga, se convirtiera en un punto de inters
colonial en el dominio de espacios estratgicos de produccin de coca, azcar y
aguardiente, as como de extraccin de maderas, semillas y frutas entre otros productos. El
valle de Lares. El terreno accidentado as como el repliegue de las poblaciones mitma y
colonas a sus hogares tnicos, y la migracin de muchos en busca de dinero para pagar sus
tributos, habra evitado su conquista por parte de los espaoles que habran mantenido
relaciones comerciales con sus pobladores desde las haciendas establecidas en la zona del
valle del Urubamba y en la parte baja del valle (Municipalidad Distrital de Lares, 2003). Si
bien los productos agropecuarios producidos por los indgenas comenzaron a dirigirse a los
centros mineros descuidando los sistemas andinos de previsin como las colcas que antes
permitan el abastecimiento en pocas de escasez o de fenmenos climticos, estudios
realizados por Glave (1987) sobre la etnia de los Canas, sugeriran la continuacin y
permanencia de las estrategias de vida nativa tras las reducciones de Toledo y la
reorganizacin administrativa del territorio.
16
Guilln (1989) relata como en la poca de la Colonia fue el paso obligado, as como zona de produccin de
azcar, aguardiente y coca. Desde finales del siglo XIX hasta 1930-40 fue sede de importantes casas
comerciales cusqueas y arequipeas que promovan y agilizaban las transacciones del sur del pas.
96
Por otro lado, durante este periodo se habra producido un significativo impulso del
mercado interno, promovido por los grandes comerciantes limeos. Dada la escasa divisin
del trabajo, stos recurrieron a instrumentos compulsivos para ampliar el mercado, a travs
de los corregidores, que eran las autoridades polticas y jueces de las provincias, y de la
potestad que stos tenan de repartir en el sentido de obligar a adquirir- mercaderas a los
indgenas. Se form as un cadena que empez en el gran comerciante limeo que
importaba mercaderas metropolitanas, teniendo como intermediario el corregidor que se
vea obligado a contraer deudas para asumir el cargo, y a pequeos comerciantes que
recorran todos los parajes, finalizando en los campesinos que a su vez quedaban
endeudados vindose obligados a migrar o vender su fuerza de trabajo en minas, haciendas
y obrajes. El reparto gener tanto un mercado de bienes como un mercado laboral,
diluyendo a los campesinos en mecanismos estructurales que manejados desde Europa y
Lima condicionaron enormemente sus vidas y erosionaron la economa tradicional (Golte,
1980, citado por Flores-Galindo, 1986:101). Paralelamente, tanto el curaka como el
sacerdote que respondan a intereses econmicos muy especficos- se contituyeron en
poderes.
Si bien el reacomodo de las estrategias e instituciones comunales queda irresuelto a lo largo
de todo el periodo colonial, algunos historiadores hablan en trminos de adaptacin y
resistencia a finales del s.XVII de los indgenas de los ayllus en la Colonia, que habran
articulado mltiples respuestas frente a las fuertes presiones monetarias que les llevaba a un
rompimiento de las formas de complementariedad.
En este contexto, coincidiendo con el cese de la extirpacin de idolatras que marca el fin
del largo asedio a la cultura indgena, la relacin entre espaoles e indgenas vari por el
hecho que un sector de la poblacin indgena se diferenci y penetr en las actividades
econmicas comerciales consiguiendo formar linajes y acumular riquezas compitiendo con
los espaoles, a veces con xito. Con ello se abri un periodo de tolerancia a lo indgena
por parte de los espaoles, en pequeos ncleos aislados de la sierra, la utopa andina
empieza a volverse pblica, producindose poco a poco un cambio en la ideologa que
llegar hasta algunas colectividades. Los curakas y los miembros de la aristocracia
indgena, adinerados y conocedores del espaol, buscarn en el recuerdo la reconfiguracin
de sus antepasados, siendo representados, con lujo y orgullo, en pinturas y murales. El
recuerdo de los incas emerge de lleno en el s.XVIII en las representaciones teatrales de
muchos pueblos substituyendo los antiguos rituales e integrando pasajes histricos como la
captura del inca en representaciones de muchas fiestas patronales. De esta manera, la utopa
adquiri una dimensin panandina desde Quito hasta Tucumn, propagndose entre
diferentes grupos indgenas, criollos, mestizos, etc.- que si bien no consiguen unanimidad,
abrigarn la esperanza de unirse para hacer una revolucin para expulsar a los espaoles.
En este contexto de erosin de la estructura social que se supona rgida y que reposaba en
la equivalencia entre casta y clase17, as como de revitalizacin de la conciencia social, se
17
Tal y como anota Flores-Galindo (1986:108), en el siglo XVIII, un indgena orgulloso de esa condicin y
consciente de su pasado familiar y colectivo- poda prestar dinero a un espaol, disputar jurdicamente,
adquirir propiedades, tener influencia en el comercio local, etc.
97
dieron importantes transtornos fsicos, como la epidemia de 1720 que desde las alturas de
Calca se propag hasta Lima, el terremoto de 1746 en Lima y la inundaciones de 1779 en
Arequipa. stos reforzaron la conviccin popular de la llegada de un nuevo pachakuti de
cambio e inversin total, que requera de actos propiciatorios. Para que la tierra se abriera y
se produjera un nuevo tiempo, haca falta sacrificios. Matar espaoles con violencia,
acompandolo de sufrimiento, se insertaba en la imagen del cambio como inversin total.
En las dcadas de los 40 y 50 del s XVIII, como respuesta a las incursiones que los
espaoles continuaban llevando a cabo en la Cordillera Oriental, se organizaron primerizas
resistencias en las que se juntaron campesinos indgenas, mestizos y negros, como la de
Juan Santos Atahualpa en la zona centro, que impidieron su conquista y robustecieron la
idea de que los incas pervivan en la selva. Paralelamente, a medida que se intensific el
sistema de repartos, se di un aumento de rebeliones producindose cambios en la
composicin, radio espacial que abarcaban y lugar de orgen, que se desplaz poco a poco
hacia zonas del sur de la cordillera, como Apurmac, Ayacucho, Arequipa, y Cusco, zonas
con una elevada densidad de poblacin indgena. En este sentido, Flores-Galindo
(1986:102) observ que exista una correlacin estrecha entre las rebeliones y los repartos
al tener el 77% de los movimientos registrados ese objetivo, constituyndose como muestra
de rechazo al colonialismo y progreso en el sentido de la capitalizacin y monetarizacin
del sistema. Una vez ms los revolucionarios anhelaban una vuelta a ese Tawantinsuyo
imaginario con rasgos de una sociedad igualitaria, compuesto por campesinos donde no
existieran grandes comerciantes, ni autoridades coloniales, ni haciendas, ni minas.
Hacia finales del siglo XVIII la demanda de los centros mineros como Potos y
Huancavelica decae, y la economa colonial del sur entra en una profunda crisis. Los
precios de los productos agrarios empezaron a descender y las haciendas pareceran haberse
replegado sobre si mismas y organizado no tanto en funcin del mercado sino sobre el lujo
de la clase seorial terrateniente (Remy, 1990: 64; Burga y Manrique, 1990). En muchas
haciendas ahogadas por deudas, se habra dado un cambio de propietarios procedentes de
las actividades mercantiles a travs de su venta y arrendamiento por porciones, inicindose
una fragmentacin de los grandes dominios (Glave y Remy, 1983). De esta manera, el
trnsito de la Colonia a la Repblica result conflictivo no slo por los levantamientos y
rebeliones, sino por la fuerte depresin econmica en la que se di.
Este proceso culmin en 1780, con la revolucin violenta dirigida por Tpac Amaru II en
Cusco, aristcrata inca comerciante regional que al disputarse el restringido mercado local
con los comerciantes limeos, se opuso al reparto y se neg a pagar las alcabalas,
defendiendo la expulsin de los espaoles (no slo corregimientos y repartos sin el Virrey
tambin), la restitucin del imperio incaico con la descendencia de la aristocracia cusquea,
y la introduccin de cambios en la estructura econmica suprimiendo la mita (no slo
minera sin tambin de hacienda y obraje), las grandes haciendas, las aduanas y alcabalas,
etc., y formando un nuevo cuerpo poltico integrado por una mezcla de grupos sociales
(criollos, mestizos, negros, indgenas, etc). Tpac Amaru luch por cambiar la realidad e
invertir las funciones sociales pretendidamente inamovibles, mediante una difcil trea de
propagacin en una sociedad rural habituada al silencio y sumida en una desconfianza
instintiva. Las vctimas fueron todos los reputados por espaoles. Utilizando el discurso
98
de la conquista, los tupamaristas asaltaron Calca saqueando todas las haciendas cercanas y
ajusticiando a todos los espaoles que fueron muertos por no ser buenos cristianos ya que
no cumplan con las normas que ellos predicaban. Si bien el principio que unira en la
rebelin sera la idea del inca, sin la intervencin masiva de los campesinos no hubiese
alcanzado la bastedad geogrfica que tuvo. A medida que avanzaba la disputa, sta fue
evidenciando las diferencias internas proyectadas en la convocatoria al pachakuti por parte
de los campesinos por un lado, y el conflicto mercantil anticolonial por el otro.
Un factor clave fue el hecho que en sta convivieron dos fuerzas que terminaron
encontradas: el proyecto nacional de la aristocracia indgena que quera romper con el
colonialismo y modernizar el pas ampliando las posibilidades mercantiles y el proyecto de
clase (o etnia) que emerga con la prctica de los rebeldes que entendieron eran convocados
para un pachakuti. De esta manera, aunque su objetivo inicial era luchar contra los excesos
y el mal gobierno de los espaoles, no pudo evitar que la guerra se convirtiera en racial. En
este perodo conocido como el de el Gran Temor, se endurecieron las lneas divisorias
entre los indgenas y quienes no lo eran, y entre los Andes y la costa.
La revolucin de Tpac Amaru se extendi prcticamente desde Cusco hasta Jujuy. Tpac
Amaru, con intenciones de negociacin de paz, se retir a Tungasuca despus de haber
vencido a los espaoles en Sangar en 1781. Sin embargo, en mayo fue atrapado en Tinta
por el ejrcito enviado por el virrey Juregui y Aldecoa y ejecutado por decapitacin y
desmembramiento por las autoridades virreinales. Las rebeliones continuaron
posteriormente, acaudilladas por su hermano Diego Cristobal Tpac Amaru quien depuso
las armas en 1782 con la promesa de los espaoles de indultar a los rebeldes y corregir la
mala situacin de los indgenas. Sin embargo, en marzo de 1783 Diego Cristbal y cientos
de sus seguidores, incluyendo a sesenta y tres miembros de su familia, fueron arrestados. Si
bien la mayor parte de los prisioneros fueron desterrados, Diego Cristbal fue torturado y
ahorcado. A su madre le cortaron la lengua. El Estado Borbnico no limit su castigo a los
lderes del movimiento. Las medidas punitivas fueron ms all de la exterminacin ritual
del liderazgo y la ejecucin de aqullos que fueran sospechosos de simpatizar con los
rebeldes. El Estado busc socavar la solidaridad panandina destituyendo a las autoridades
indgenas consideradas leales a Tpac Amaru proscribiendo danzas, vestido y artesana
asociados con la cultura indgena. Las autoridades llamaron a la extirpacin del quechua
y a la castellanizacin de los Andes. Se pusieron en prctica muchas de las propuestas del
Obispo Moscoso de poner coto a la invocacin de los Incas y de eliminar otros elementos
de la cultura andina. En una regin recientemente devastada por lo que las autoridades
consideraban una guerra de castas, los esfuerzos de los Borbones por fortalecer el Estado y
homogeneizar a la poblacin asuman un carcter particularmente urgente y etnocntrico.
En 1785 ante el hecho que la fidelidad de la ciudad no estaba bien asegurada, orden a las
autoridades evitar a toda costa el renacimiento de cualquier brote insurgente.
A raz de la rebelin, se reelaboraron las relaciones entre el campesinado y el Estado
Borbnico en el esfuerzo de centralizar la administracin colonial y aumentar sus ingresos.
En 1784, se introdujo en el Per el sistema francs de Intendentes que se crea seran
capaces de mantener en sus regiones una vigilancia ms estrecha que aquella de las
autoridades de Lima. Entre 1783 y 1786, el abogado y funcionario ms importante en
99
Cusco, el madrileo Benito de la Mata Linares era, tambin asesor del Visitador Areche
durante la sublevacin, se constituy como el primer Intendente de Cusco. Mata Linares
adverta incesantemente sobre la amenaza de otro levantamiento, y en 1781 consideraba
que Cusco estaba poblado slo por traidores y cobardes, lo que para l implicaba que si
bien toda la poblacin haba apoyado a los rebeldes, algunos eran demasiado pusilnimes
como para convertir su apoyo en accin.
Por otro lado, siendo conscientes del hecho de que los abusos de los corregidores haban
sido la causa principal de las revueltas indgenas en los Andes a lo largo del siglo XVIII, y
que las actividades econmicas de tales autoridades haban sido un obstculo para la
recaudacin de tributos, la Corona los reemplaz con subdelegados que seran
estrechamente supervisados por los Intendentes, que en este caso tendran su sede en
Cusco. Con el fin de desalentar embrollos financieros entre los subdelegados y los grupos
de poder local, se prometi a las autoridades salarios adecuados. Los Borbones intentaban
que un fuerte vnculo entre la sociedad local y el Estado virreinal reemplazara el poder de
los curas, los caciques, los ricos, y las autoridades. En el Per, los Borbones tuvieron xito
en lo que consideraban su principal objetivo: aumentar los ingresos que extraan de las
propiedades en Amrica. Los curakazgos y los ttulos nobiliarios de la aristocracia indgena
tambin fueron suprimidos. Por otro lado, los curas vieron mermado su poder como
consecuencia del retroceso de la iglesia en el campo y se concentraron en los centros
urbanos. Adems se cre la Audiencia del Cusco donde se empezaran a ventilar casos de
abusos contra los indgenas. Sin embargo, fracasaron en sus esfuerzos por colocar
autoridades autnomas en todo el virreinato para reformular las relaciones polticas y
econmicas. La introduccin del sistema de Intendencias no quebr las redes locales de
poder econmico y poltico ni desarraig la autonoma poltica de los indgenas (Walker,
X).
En el Cusco post-Tpac Amaru, las incongruencias e inconsistencias de las reformas eran
particularmente flagrantes y, por otro lado, el temor a provocar otro levantamiento
campesino y la preocupacin sobre los obstculos para la recaudacin de tributos
temperaron los impulsos ms draconianos y represivos. Las autoridades abandonaban las
polticas diseadas para renovar el Estado (y sobre todo, para recaudar mayores tributos)
por sus costos econmicos y polticos de corto plazo. Ms an, el Estado colonial no saba
en quin confiar. No slo no disfrutaba del favor de los campesinos y la Iglesia, sino que la
elite de Cusco estaba dividida y tambin era considerada como potencialmente rebelde. La
incapacidad de la Corona por crear una administracin poltica ms eficiente reflejaba las
ambigedades de la poltica borbnica, pues a pesar de que los corregidores haban sido
reemplazados por subdelegados, en la prctica su estilo continuaba. A causa de la falta de
recursos econmicos y de su bajo status, se consideraba que los subdelegados eran
subordinados dbiles ante los intendentes; por tanto, con el fin de acumular recursos y
respeto para as establecer su poder, a menudo ellos forjaron alianzas deshonestas y
explotadoras con caciques, curas y otros. Con frecuencia los subdelegados estaban
involucrados en prcticas econmicas locales por lo general monoplicas y abiertamente
explotadoras. El aumento de los salarios no hubiera detenido de un golpe la corrupcin y
explotacin. El control de los funcionarios locales constituy un inmenso desafo en los
amplios distritos del sur andino, donde una alta proporcin de la economa se basaba en la
100
el captulo anterior, entre las dcadas de 1750 y 1820 en Cusco se multiplic por diecisis.
Esto constituy el primer logro de las reformas borbnicas ante los ojos del Estado. Por el
otro lado, esta penuria econmica se vio mitigada por la recuperacin en algunos casos de
la tierra y de otros recursos por parte de las comunidades rurales, principalmente indgenas.
El potencial de violencia renovada, la ambigedad de la poltica y la accin del Estado, y la
situacin de estancamiento econmico desalentaban a los forneos a invertir tiempo,
capital, o potencialmente sus vidas para usurpaciones de tierra, ventas obligadas, o trabajo
forzado. Como muestran los anlisis de los juicios en tribunales (Walker, X), estas prcticas
continuaban, pero en menor medida e intensidad como hubiera sido el caso si la economa
transandina hubiera ofrecido mayores posibilidades de ganancia. Despus de la sublevacin
de Tpac Amaru, los indgenas de ayllu emplearon una multitud de estrategias para
defender su autonoma poltica y sus recursos econmicos, incluyendo alianzas horizontales
y verticales, amenazas de violencia, resistencia pasiva y, sobre todo, procesos judiciales.
Por supuesto, la incertidumbre poltica, las disputas de las clases altas, y el malestar
econmico no fueron las nicas explicaciones sobre la vacilacin del Estado y de los noindgenas para asaltar la autonoma relativa y los recursos econmicos de los ayllus. Los
esfuerzos del campesinado indgena principalmente a travs de los tribunales, impidieron
que el Estado colonial revanchista implementara las aceleradas reformas que anhelaba. La
resistencia indgena, principalmente bajo la forma de querellas judiciales, constituy un
impedimento sustancial a los cambios que la Corona espaola prevea. Si bien no fue tan
catastrfico como pudo haber sido, este perodo impuls o profundiz los cambios que
continuaron marcando a la sociedad andina hasta bien entrado el perodo republicano.
A inicios del siglo XIX, numerosas grietas dividan Cusco18: ningn grupo en particular
asuma el poder local pues en la realidad, el cargo de cacique19 no haba sido abolido en
18
Walter (1993) describe como entre 1805 y la Independencia, habiendo transcurrido dcadas desde la
rebelin de Tpac Amaru, Cusco fue escenario de numerosas revueltas, incluyendo la rebelin de Pumacahua
en 1814-1815. La utilizacin del sistema legal no impidi que el campesinado asumiera una accin ms
directa. El hecho de que entre 1787 hasta 1814 la confianza en los tribunales se situara entre dos revueltas
masivas refuta el argumento de que tcticas reformistas como los procesos judiciales impidieron la
ocurrencia de actividades revolucionarias. De hecho, los preparativos para un juicio podan movilizar a una
comunidad, facilitando as la protesta organizada en el caso de que las soluciones legales fracasaran. Los
rebeldes clamaran que la justicia no haba sido receptiva cuando sus reclamos haban sido rechazados, o
cuando la sentencia no les haba sido favorable.
19
Los caciques quienes, desde el siglo XVI, constituyeron la figura central en la relacin entre el Estado y la
sociedad indgena. Estos jefes recolectaban el tributo directamente o a travs de representantes,
organizaban el cumplimiento de otras obligaciones fiscales y de trabajo y, en general, hacan cumplir el orden
social. Pero, llegado el siglo XVIII, estos funcionarios enfrentaban tres presiones interrelacionadas que los
amenazaban individualmente y se combinaban para comprometer el propio cargo. En primer lugar,
enfrentaban la competencia creciente por el cargo, que provena tanto de otros indios nobles de la localidad
como de forasteros, competencia que terminaba en largas batallas legales. En segundo lugar, cada vez les
resultaba ms difcil cumplir las demandas continuamente crecientes del Estado espaol sin poner en
peligro las relaciones con la sociedad indgena local. En tercer lugar, haba propuestas para abolir el propio
cargo, particularmente despus de la rebelin de Tpac Amaru. El Estado espaol cuestionaba la posicin del
cacique por una serie de razones conflictivas. Algunos criticaban la existencia de los caciques pues para ellos
constituan un vestigio obsoleto que estorbaba una administracin eficiente; muchos se preocupaban pues los
vean como polticos subversivos en potencia; y otros llamaban a limitar el poder de los caciques para poner
coto a los abusos que stos cometan contra los indios. Pero, por otro lado, algunos defendan al funcionario
102
forma definitiva. Algunos caciques de sangre solan asumir el cargo mientras otros, por lo
general forasteros, se tornaban poderosos. Curas, lderes de la milicia, subdelegados e
indgenas que rivalizaban por el cargo de alcalde, se aliaban y luchaban por el poder con o
contra los caciques. La rebelin de Tpac Amaru y la posterior poltica de los Borbones
haba complicado la ya compleja divisin del poder. La ambigedad de la poltica oficial
tenda, inadvertidamente, a apoyar las prcticas tradicionales y a dejar un gran espacio para
las maniobras polticas. En el contexto de guerras internacionales intermitentes, de
conflictos entre diferentes niveles del Estado en Espaa, Lima, y al interior del Cusco, entre
la Real Audiencia, el Intendente y los subdelegados, as como de las contradicciones
generales del pensamiento y la poltica de los Borbones, los miembros de la elite
econmica y poltica no eran los nicos con motivos y capacidad para cuestionar o
desobedecer las rdenes del Virrey, la Real Audiencia o el Intendente.
Las corrientes centrfugas ganaron fuerza en la medida en que una serie de personajes se
disputaban el reemplazo de los menguados poderes del cacique. As surgi un discurso antiindgena, particularmente duro, que persisti durante la Guerra de la Independencia y la
Repblica. Se ampli el cisma ya enorme entre los intelectuales de los Andes y los de
Lima. Sin embargo, mientras estos cambios tomaban forma, los indgenas no quedaron a la
simple espera como veremos en el prximo apartado.
5.3 Tercera fase: Independencia y transicin al modelo agroexportador (1821-1968)
Las corrientes libertarias del siglo XVIII, que llevaron a la independencia de los Estados
Unidos y precedieron la cada de la monarqua francesa, repercutieron en los pases de
Amrica Latina con protestas, revueltas y rebeliones. Fernando VII, rey de Espaa, haba
logrado frenar todo intento de emancipacin en las colonias. A comienzos de 1816, solo
quedaban como nicos focos de agitacin libertaria las Provincias Unidas del Ro de la
Plata (Argentina), y la regin de los Llanos Orientales del Orinoco (Venezuela). Fue de
estos dos lugares de donde partieron las dos Corrientes Libertadoras que convergieron hacia
el Per: la del Sur, al mando de Don Jos de San Martn (1820), y la del Norte, comandada
por Don Simn Bolivar. El ejrcito Libertador del Per, desembarc en 1820 en la baha de
Paracas (departamento de Ica). A partir de este momento y hasta 1824, durante la Guerra de
la Independencia, se enfrentaron realistas replegados en el sur andino y patriotas avanzando
desde la costa del pas.
Junto a cada bando, surgieron desde la cordillera central, el valle del Mantaro, grupos de
espontneos no organizados del sector campesino, conocidos como montoneros porqu
marchaban a montones. Si bien stos se conformaron en funcin de los ejrcitos
enfrentados -patriotas y realistas- terminaron adquiriendo autonoma y luchando por sus
propios intereses defendiendo el discurso de la venganza en nombre del Inca reafirmando
nuevamente parte de la utopa andina. Por parte de los patriotas criollos, sta fue reducida a
ciertas imgenes invocadas por los militares criollos que se imaginaban continuadores de
por ser legtimo y a la vez expeditivo. Estas opiniones opuestas sobre los caciques salieron a la superficie con
la rebelin de Tpac Amaru.
103
un pasado, terminando confinada la idea de la vuelta del inka a los espacios rurales de
manera clandestina y confundida con el folklore de los pueblos (Flores-Galindo, 1986:223).
En julio de 1824, Simn Bolvar como presidente del Per, di un cambio radical a los
ayllus, poniendo en marcha entre otras medidas polticas: (i) anulacin de la autoridad del
curaka20 desapareciendo los privilegios de la nobleza y (ii) privatizacin de la propiedad
colectiva de los ayllus, creando las condiciones para su venta. Aunque poco se conoce
sobre este periodo, algunas investigaciones realizadas en la regin de Puno apuntaran a la
existencia de numerosos conflictos internos, juicios de tierras y herencia, perdiendo las
comunidades cohesin interna, situacin que ser aprovechada por las nuevas clases
comerciantes para presionar sobre sus tierras.
San Martn ocupa Lima y rene a Cabildo Abierto el 15 de julio de 1821.
Don Manuel Prez de Tudela, ms tarde Ministro de Relaciones Exteriores, redacta el Acta
de la Independencia.
Ya en la poca de la Repblica (1824-1968), tras la crisis de la Independencia y
debilitamiento del sector minero y por lo tanto de su articulacin del resto de sectores como
el agrcola, se dio una transicin de modelo hacia la explotacin directa y mercantilizacin
de otros recursos naturales exportables para la intensificacin de los procesos productivos
de los paises del norte, principalmente Europa y Estados Unidos, como por ejemplo el caso
del guano entre 1840 y 1880 (Martnez-Alier, 1992:247). En este contexto tuvo lugar una
reagrarizacin de la economa peruana que se perfil en dos sectores diferenciados: el de
la exportacin de azcar, algodn, lanas y fibras, etc, posibilitado por la mejora de los
medios de transporte hacia destinos europeos, y el otro caracterizado por organizarse en
funcin de los requerimientos del mercado interior que se increment debido al crecimiento
paralelo de los centros urbanos. En este sentido, a excepcin de algunos recursos como el
guano que sostuvo la intensificacin de la produccin de las grandes haciendas costeras, los
recursos primarios extrados del Per no sostuvieron el desarrollo del pas sin que como
recuerda Martnez-Alier (1992:245), sirvieron para aumentar los rendimientos agrcolas de
Europa y Estados Unidos. Complementariamente, a travs de la investigacin de Peralta
(1988, citado por Remy, 1990:77) se sabe que el tributo colonial, cambiado en 1854 a
contribucin personal, se mantuvo como mecanismo de participacin de los campesinos en
el mercado, juntamente con la necesidad de comprar mercancas (aguardiente, coca,
textiles), participar en fiestas, cargos, servicios religiosos y litigios judiciales entre otros.
Por otro lado, sobre el devenir de las comunidades, la sostenida expansin demogrfica fue
acompaada de una normalizacin de las pirmides de edades, rompindose el equilibrio
entre la poblacin rural y la cantidad de tierra disponible.
Durante este periodo, Lares se cre como distrito anexndose en 1857 a la provincia de La
Convencin. Posteriormente, la ley del 22 de mayo de 1891 lo habra incorporado
nuevamente a la provincia de Calca (Chacn, 1984:12). El poder local, sin embargo, no
estaba garantizado ni por ley, ni por la costumbre, no conocindose cual deba ser su marco,
20
Representante poltico y religioso del Qapaq Inka en el Ayllu, perteneciente a la nobleza Inka cuya
principal funcin era la de distribuir las tierras colectivas para uso y beneficio individual de las familias.
104
sus lmites y sus atribuciones. Los gamonales mantenan aspiraciones polticas, accediendo
a cargos pblicos como diputados, subprefectos, jueces o alcaldes municipales, a travs de
la propiedad de la tierra. El poder local radicaba en la privatizacin de la poltica, la
fragmentacin del dominio y su ejercicio a escala del pueblo o provincia.
Para los campesinos, los gamonales reciban el nombre de mistis, es decir, seores que si
bien podan no ser blancos, se lo consideraban, podan ser propietarios, terratenientes,
comerciantes o autoridades polticas. stos ejercan el poder en dos espacios
complementarios: dentro de la hacienda en una suerte de reciprocidad asimtrica, y fuera de
ella, a partir de la tolerancia desde el poder central. El Estado requera de los gamonales
(que emergieron con el derrumbe del Estado Colonial) para controlar a los indgenas. Entre
la oligarqua comerciantes, banqueros y terratenientes- y los indgenas, no exista ninguna
ideologa que posibilitara cualquier tipo de comunicacin. El gamonal no era un
propietarios ausentista sin que conoca a los campesinos y hasta comparta hbitos con
ellos, ofrecindoles proteccin ante las cargas del estado y las levas del ejrcito y
proporcionndoles productos como aguardiente, medicamentos y aparejos de labranza.
Estos intercambios se daban en el contexto de un fuerte paternalismo, donde el misti, con
nombre y apellidos, ejerca la figura paternal y se relacionaba de manera particular con
cada uno de sus campesinos. Por ello, la riqueza de una hacienda sola medirse por el
nmero de hombres que el misti tena tras suyo. Los gamonales, a la vez que
protagonizaban esta relacin de paternalismo, tambin mostraban un componente racista
segn el cual el colono de una hacienda deba tratarlo con veneracin, mirarlo desde abajo,
hablarle como si siempre estuviera suplicndole, mientras que el gamonal deba mantener
el tono estentreo y de mando en la voz. Flores-Galindo (1986:257) ilustra esta relacin
polarizada refirndose a los hombres de a pie, hombres a caballo, hombres descalzos y
hombres con altas botas. Los mistis vean al indio durante todos estos aos como el otro,
condenado al silencio, inexpresivo como las piedras a travs de una mirada vaca y sin
contenido. Garca Caldern (1919, citado en Flores-Galindo, 1986:259) expresaba nunca
he sabido si nos miran bajo el castigo, con ira o con acatamiento. La combinacin de
racismo con paternalismo haca que las relaciones entre mistis e indgenas fueran siempre
ambivalentes. Se poda pasar de una situacin a otra teniendo la garanta de la inpunidad.
En este periodo, tanto la Guerra del Pacfico contra Chile (1879-1883) como la
consolidacin del rgimen de haciendas significaron en parte la desestructuracin del
Estado. En cuanto al primer factor destaca el rompimiento de la inmovilidad de los colonos
puesto que para vencer al ejrcito chileno invasor que llegara hasta Cajamarca, se
formaron dos ejrcitos campesinos: uno espontneo que se reclut en las comunidades
campesinas, y otro desde las movilizaciones de los hacendados con sus colonos. stos
empezaron a recorrer grandes distancias y ambos ejrcitos terminan confundindose,
desplazndose los objetivos campesinos a los mviles nacionalistas de los colonos
movilizados por los hacendados. Las haciendas fueron ocupadas y la lucha por la tierra se
prolong hasta despus de terminada la guerra. Con ello, el Estado fue tomando conciencia,
poco a poco, que los indgenas, como mundo aparte que se exclua de la nacin, tenan a
su favor el incomprensible idioma, y que en cualquier momento podan dar inicio a una
guerra de razas que sera inevitablemente sangrienta y desgarradora.
105
Segn Guilln (1989:121), los hacendados tenan la propiedad de la hacienda pero la gestin productiva
quedaba en manos de los pastores, mediante el sistema wakcho segn el cual los campesinos manejaban la
mayor parte de los pastos naturales de la hacienda a cambio del cuidado del ganado de los hacendados,
pudiendo utilizarlos para la alimentacin de su propio ganado. Sobre este sistema Martnez-Alier relata los
conflictos surgidos.
106
Los espacios donde se desarrollaban las haciendas en el valle de Lares y La Convencin eran por lo general
zonas de colonizacin. Debido a la escasez de poblacin en estas zonas, los hacendados entregaban las
parcelas a los campesinos procedentes en general de las tierras altas que pasaban a ser arrendires que deban
pagar una renta por las tierras que ocupaban y vender obligatoriamente sus productos a los hacendados. Por su
parte, dadas las relaciones sociales que mantenan con los campesinos de otros pisos ecolgicos (la mayora
de ellos eran inmigrantes de la sierra) los arrendires sub-alquilaban la tierra a otros campesinos que pasaban a
se sub-arrendires o allegados).
107
desarrollando una doble ofensiva: (i) hacia sus colonos y campesinos, y (ii) hacia las
comunidades. La respuesta campesina no fue automtica. Una de las primeras
sublevaciones fue la que se produjo en Vilcabamba, provincia de La Convencin donde un
grupo de indgenas atacan la hacienda de Manuel Condori, quien inici un juicio. Sin
embargo, los campesinos negaron el delito y recuerdaron que ellos estaban en juicio desde
aos atrs con el mismo hacendado por tierras que les pertenecan y les haban sido
despojadas. En la administracin de justicia, las rebeliones se confundieron con conflictos
ms antiguos que hicieron que con el paso del tiempo, no se llegaran a esclarecer los
hechos ni las culpabilidades (Flores-Galindo, 1986).
Uno de los referentes en el panorama de rebeliones fue el General Rumi Maki, pseudnimo
de Teodoro Gutirrez Cuevas, a quien se le atribuy en 1915 haber organizado el ataque a
una hacienda punea iniciando una larga lucha guerrillera que desde el profundo odio al
gamonalismo quiso restaurar el imperio incaico. Sin embargo ste ser capturado y
trasladado a Arequipa donde se le organiza un juicio. Su fuga hizo nacer el fantasma de
Rumi Maki cuyos seguidores se incrementaron, haciendo disminuir las burlas que se haban
generado entre los crculos intelectuales y polticos de Pardo. El personaje comienz a ser
tomado en serio y la imaginacin colectiva empez a acrecentar los hechos. La tea
incendiaria de Rumi Maqui sigui recorriendo el altiplano y se constituy como
posibilidad de cambio social e insurreccin. En 1919, en Lima se posesion el rgimen de
Legua que se enfrent a los gobiernos oligogrquicos anteriores y anuncia reformas. Las
comunidades fueron reconocidas a condicin de presentar sus ttulos, apareciendo
instancias en las que se escuchaba a los campesinos. Aumentando el miedo de los
terratenientes, stos formaron el 1919 una Liga de Hacendados del Sur, que convoc a un
Congreso Regional de Propietarios para debatir como hacer frente a las ofensivas de los
campesinos. En 1922 se estableci el Patronato de la Raza Indgena. Esto coincidi con los
efectos que tuvo la sbita cada de los precios de la lana que sigui la Primera Guerra
Mundial en el sur del Per as como de las exportaciones de lana. Si bien este factor fren
la ola de capturas de tierras por parte de los hacendados y favoreci el progreso de las
economas campesinas sobre las haciendas en trminos de control y gestin del stock
ganadero y de los pastos naturales, en tanto la mayor parte de los ingresos de los
hacendados provenan del cobro de rentas, stos comenzaron a depender de los resultados
del proceso productivo de los campesinos y de los precios en el mercado internacional,
variables sobre las que no tenan ningn control. A causa de las dificultades de los
campesinos para pagar los arrendamientos atrasados, los hacendados obtuvieron el apoyo
del gobierno para efectivar el pago de los arriendos atrasados a la fuerza, aflorando
conflictos locales. Entre 1919 y 1923, se calcula que en los Andes del sur del Per llegaron
a producirse cerca de cincuenta rebeliones, llegando stas hasta Cochabamba y Ayacucho.
Una de las zonas convulsionadas fue el valle de La Convencin. Debido a las cargas
agobiantes y asfixiantes, reclamos contra demarcaciones polticas arbitrarias,
incumplimiento de las autoridades polticas, las haciendas fueron atacadas producindose
ocupaciones e invasiones de tierras. En la hacienda de Lauramarca, ms de sesenta mil
hectreas de la familia Saldvar fueron ocupadas por los campesinos hasta 1928. Los
campesinos empezaron a exigir el pago de salarios y la venta libre de sus productos. Si bien
en un primer momento las rebeliones tuvieron como protagonistas los campesinos de las
comunidades, luego en algunas haciendas se sumaron los colonos, iniciando stos un
108
Uno de stos fue Luis Valcrcel quien realiz una tesis sobre la propiedad agraria en el Cusco, en un
contexto de surgimiento de un pensamiento crtico hacia las condiciones de explotacin de los campesinos por
parte de los gamonales.
110
Maritegui reflexion sobre el hecho de que lo antiguo poda ser lo nuevo, descubriendo un
sentido diferente de la tradicin en un proceso de toma de conciencia sobre lo andino desde
la poltica que sirvi para denunciar la articulacin entre gamonalismo y centralismo.
A travs de las rebeliones y la resistencia qued demostrado que el mito viva en los Andes.
Las luchas campesinas tenan un sustento en el recuerdo pero tambin en la misma vida
material de las comunidades, que en pleno s.XX mantenan esas relaciones colectivistas que
fueron el entramado mismo de la sociedad incaica. De manera que el socialismo, idea
importada desde europa, asimilado por intelectuales, encontr adeptos entre las masas
campesinas, adquiriendo la forma de un mito24.
A partir de 1933 se inicia un lento proceso de recuperacin de la agricultura comercial en el
departamento que llev a la puesta en funcionamiento de la Granja Kayra como institucin
de experimentacin, extensin e informacin agropecuaria y la instalacin de un almacn
de guano de islas en el departamento. A pesar de ello, la recuperacin de la agricultura en el
valle de Lares-Yanatile tuvo la gran dificultad de la epidemia de malaria en 1933 (Guilln,
1989:154) que provoc numerosas muertes, una disminucin de la mano de obra para las
haciendas, y su encarecimiento, llevando a un aumento de los precios de los productos
tropicales. Esta situacin sigui motivando a los hacendados a la entrega de parcelas a los
campesinos para asegurarse el aprovisionamiento de trabajo para el rea centralizada. Si
bien las reas descentralizadas continuaron creciendo, las relaciones asimtricas entre los
hacendados y los campesinos no se atenuaron.
A partir de la dcada de los 40, dos fenmenos tuvieron lugar:
(i) Debido a la tendencia declinante de los precios de la lana y consecuentemente de las
exportaciones, en ausencia de cambios tcnicos, en las haciendas de puna los hacendados
mostraron un declinante inters por ampliar el tamao de las explotaciones, debilitndose el
asedio a los recursos comunales. Consecuentemente se dio un proceso de desconcentracin
de la tierra, a travs de su venta o alquiler a los campesinos. Las comunidades fueron
ganando el manejo de parte de los recursos de las haciendas as como la propiedad de los
hatos ganaderos. Sin embargo esto se dio en una conyuntura desfavorable de precios y de
sequa en la regin entre los aos 1956 y 1957 que a la vez propici la migracin hacia las
ciudades y la ceja de selva. Debido a las polticas estatales, parte importante de la demanda
urbana de productos fue conquistada por productos agroindustriales e importaciones.
Lentamente se dio un cambio en los patrones de consumo que redujeron los incentivos a la
produccin domstica de los campesinos.
(ii) La malaria fue temporalmente erradicada, y los campesinos andinos empezaron a
dirigirse hacia las tierras bajas, migracin que se aceler en 1955 como resultado de las
grandes hambrunas de 1955. Por otro lado, el alza de los precios del caf y de la coca entre
1945 y 1958 provoc que los grandes propietarios intentaran reforzar sus derechos
haciendo el sistema de trabajo ms duro en los valles de Lares y La Convencin que en la
24
Maritegui (1960:22, citado en Flores-Galindo, 1986:295), escriba en 1925 que La fuerza de los
revolucionarios no est en su ciencia, est en su fe, en su pasin, en su voluntad. Es una fuerza religiosa,
mstica, espiritual. Es la fuerza del Mito.
111
Anteriormente existi la ley 2262, promulgada en 1916, que estableca que la renta ntegra de la Alcabala
de Coca (impuesto aplicado a la produccin y comercializacin de coca) de la provincia de Calca se destinara
a la refaccin y conservacin de los caminos del valle de Lares. Sin embargo, dichos fondos fueron utilizados
para otros fines.
26
Segn Chacn (1984:67), entre stos se encontraban Saturnino Venero dueo de la hacienda Unuraqui, la
familia Espejo del fundo Tio, Plcida Pareja de la hacienda Juqi, Carmen Miranda de Ormachea de la
hacienda de Acchahuata, e Irene Aspilcueta Vda de Cabrera duea de la hacienda Vicho. Ernesto Barten,
dueo de Chancamayo, tom las riendas del tramo proviniente de Quillabamba para empalmarlo con el ramal
desde Calca.
27
Segn Chacn (1984:79), los lareos sealaron como principal responsable al Alcalde Ormachea quien era
dueo del fundo Acchahuata, predio ubicado en plena puna con ganado lanar.
28
Segn Chacn (1984:81), algunos de los lderes de la insurreccin fueron Leoncio Torres, Policarpio Conde
y Felio Almanza.
112
Este proceso de cambio en las condiciones locales fue impulsado a partir de 1942 por un
marco institucional global que pretenda controlar el surgimiento de nuevos poderes
geopolticos. Si bien antes de 1942, las instituciones ligadas a la actividad agrcola fueron
creadas como un proceso de respuesta a las exigencias de organizacin interna con el fin de
participar en el mercado internacional de los principales productos de exportacin como
azcar y algodn- y responder a las exigencias del abastecimiento de alimentos a la ciudad,
a partir de 1943, con la celebracin de la Conferencia de Alimentacin y Agricultura de las
Naciones Unidas, la institucionalizacin para el desarrollo agrario pas a ser una
interiorizacin de decisiones generadas fuera del pas. La mencionada conferencia
recomend la creacin de un organismo integrado por todas las naciones y que cada pas
estableciera una organizacin nacional de agricultura y alimentacin que atendiera a la
colaboracin con el organismo nacional. As es como en el Per, en el ao 1943 se crea el
Ministerio de Agricultura, con el establecimiento de una Direccin de Alimentacin
Nacional. Por otro lado, en 1944 se crea el Servicio Cooperativo Interamericano de
Produccin de Alimentos (SCIPA) con la cooperacin tcnica y econmica del Instituto de
Asuntos Interamericanos dependiente del Departamento de Estado de los EEUU con el fin
de llevar a efecto la extensin agrcola, que di lugar a la puesta en funcionamiento de los
servicios de extensin agrcola en Amrica Latina, que se basaron en una filosofa que
postulaba la utilizacin de tecnologa fornea como condicin suficiente para generar el
desarrollo. sta proclamaba el mejoramiento de la agricultura y la ganadera mediante
incorporacin de insumos y adopcin de nuevas prcticas. Lo importante era resaltar lo til
de la innovacin y su carcter imprescindible. Aprender practicando, ver para creer, como
deca Grillo (1989:166), eran los grandes postulados inspiradores de los agentes de
extensin. Desde su inicio, el SCIPA oper como una unidad autnoma bajo
administracin norteamericana dentro del Ministerio de Agricultura. En 1954, bajo los
auspicios del Punto IV de los Estados Unidos se cre el Programa Cooperativo de
Experimentacin Agropecuaria (PCEA). Producto de la fusin del SCIPA y del PCEA, en
1960 se cre el Servicio de Investigacin y Promocin Agraria (SIPA) con el propsito de
organizar, administrar, dirigir y realizar en coordinacin con el Ministerio de Agricultura la
asistencia tcnica y directa del Estado a la intensificacin de las actividades agropecuarias
en el pas.
En este contexto, despus de la Segunda Guerra Mundial se introdujeron nuevos sistemas
de agricultura del trpico y sub-trpico consistentes en labores de plantacin del caf,
producto que empez a ser cotizado en el mercado internacional y se adaptaba muy bien a
las caractersticas de las parcelas campesinas29. En 1948, si bien las comunidades
campesinas slo gestionaban 30.803 ha de las 1.023.334 ha totales de las haciendas (un 3%
aproximadamente), su proximidad a las explotaciones permita disponer de reserva de
trabajo en los momentos de mayor requerimiento de mano de obra. sto modific las
relaciones de poder entre hacendados (quienes gestionaban el 25% de las tierras) y
29
Para las haciendas caeras del valle, la situacin se deterior progresivamente debido a la cada del precio
del azcar y del aguardiente provocados por la importacin regional de azcar y alcohol producidos en la
costa, en el contexto de una estrategia de las haciendas costeras de reorientar el mercado hacia el sector
nacional despus de la crisis de 1930. Las limitaciones para realizar cambios tcnicos que aumentasen la
productividad y la escasez de tierras para la ampliacin del cultivo de caa de azcar provoc que estas
haciendas quebraran mucho antes de la Reforma Agraria en 1968.
113
30
Segn Blanco (1987), los sindicatos fueron organizados por la Federacin Departamental de Trabajadores
del Cusco que se agruparon en 1957 formando la Federacin Provincial de Campesinos de La Convencin y
Lares que se inicia con 10 sindicatos y llega a tener ms de 100 bases. En 1961 se organiza la Federacin
Departamental de Campesinos del Cusco.
31
sta prestar servicios de crdito, servicios de abastecimiento de productos para las labores agrcolas,
servicios de transporte de carga y pasajeros, servicio de grifos de combustible y servicio de colonizacin.
115
Este modelo vendra sustentado por la Comisin Econmica para Amrica Latina (CEPAL), organismo
instituido dentro de las Naciones Unidas en 1948 (Parodi 2003: 35). ste pona nfasis en el hecho de que la
estructura productiva de los pases de bajos ingresos pases periferia- estaba dominada por actividades
(mineras, agrcolas, forestales, etc) que no permitan aprovechar las ganancias del comercio internacional. La
alteracin de esta estructura implicaba la industrializacin. Para ello, los pases deban de proteger sus
economas de las importaciones de los pases ms avanzados pases centro- ya industrializados. Se trataba de
sustituir bienes importados por bienes producidos internamente para lo cual se deba bloquear la competencia
de productos importados, para permitir el surgimiento de la industria naciente. En trminos generales, el
modelo se basaba en el rechazo de la solucin de mercado por los efectos desiguales de la divisin
internacional del trabajo en los pases pobres y los pases ricos, la importancia de la capacidad de inversin
interna generada por el bajo ahorro interno y el ahorro externo en forma de deuda y ayuda externa, y el
favorecimiento de un reemplazo del amplio sector tradicional de productividad baja, disponibilidad de
capital mnima, mercado inexistente, etc- por el sector moderno y capitalista minoritario, a travs de la
migracin por trabajo provocada por una estrategia de concentracin de la inversin en el sector moderno.
Desde este punto de vista slo haba que elevar las tasas de inversin e importar tecnologa desde las
economas ricas del centro (Parodi 2003: 42-43).
116
118
dinero a los campesinos muchos de los cuales no pudieron devolver las cantidades
prestadas (Cuadro 5.2.4.1).
Debido al caos macroeconmico y social el Estado llev un drstico programa de
estabilizacin que, entre otras medidas, llev al reajuste de los precios atrasados. Este
esquema afect a varios grupos poblacionales, cuya capacidad de consumo se redujo en
trminos reales en un 50% entre 1985 y 1990. El programa de choque la redujo an ms.
Para cumplir con un papel compensador, la poltica social impulsada por el Estado se
centr en la articulacin de redes de proteccin, expresadas en programas sociales
especficos como los subsidios a los alimentos, programas nutricionales y crditos al
autoempleo, entre otros- que intentaron mantener la capacidad de gasto de los grupos ms
vulnerables (Parodi 2003: 352-354). As es como se pone en marcha un programa de
emergencia social desde el mes de agosto al mes de diciembre de 1990. Sin embargo, la
falta de financiamiento internacional as como de una adecuada institucionalidad que
coordine los esfuerzos en el rea social hizo que el programa se suspendiera en marzo de
1991, habiendo destinado el 50,5% de los fondos gastados a programas alimentarios, el
27.6% a salud y el 12.9% a programas de empleo y apoyo productivo. Sin embargo, esta
poltica social compensadora como respuesta estatal ante la emergencia econmica, tuvo un
impacto muy dbil desarrollndose estrategias de sobrevivencia de diversa ndole entre los
segmentos ms vulnerables. La ausencia del estado fue reemplazada por la misma sociedad
civil y el surgimiento de las organizaciones de base fueron un ejemplo de ello
convirtindose luego en los canales ms efectivos para ejecutar los programas sociales
(Parodi, 2003).
En 1990, tras la eleccin de Alberto Fujimori como presidente, siguiendo las recetas
macroeconmicas del Consenso de Washington impuestas por el Fondo Monetario
Internacional (FMI), Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID),
el gobierno puso en marcha el Programa de Ajuste Estructural (PAE) mediante la
implementacin de un programa de estabilizacin de la economa y un proceso de reforma
estructural institucional para redefinir la participacin del Estado en sta (McMichael,
1996; Gonzlez de Olarte, 1996). El PAE cre las condiciones necesarias para la aplicacin
de un programa econmico de globalizacin de mercados en tanto principio organizativo y
regulador del nuevo orden mundial en gestacin (Llamb, 2000; Stiglitz, 2002). Este
programa plante la especializacin competitiva de los espacios econmicos con base en el
principio de las ventajas comparativas y las regulaciones econmicas con base en los
principios de libre mercado, pero subordinando las polticas pblicas nacionales a la
regulacin supranacional y a los intereses del sector agroindustrial (Goodman y Redclift,
1991).
Para promover la economa de libre mercado, por un lado el Gobierno limit el papel
extensionista y ejecutor del Ministerio de Agricultura (MINAG) reduciendo drsticamente
las reas tcnico-funcionales y roles de las Direcciones a nivel central y Regional, creando
programas especiales semi-autnomos y de alcance nacional para atraer fondos de
endeudamiento externo, y promoviendo una nueva faceta normativa y facilitadora
(Gonzlez de Olarte, 1996:71). Por otro lado se redefini un nuevo marco normativo estatal
que dio mayor peso a la iniciativa privada. En 1993 se aprob una nueva Constitucin que
119
33
Con ello se elimina, desde la reforma agraria, los lmites de 250 has de propiedad de la tierra permitiendo la
propiedad privada sobre las tierras de las comunidades campesinas hasta entonces imprescriptibles,
inalienables e inembargables, reguladas tradicionalmente por las instituciones no mercantiles (Gonzlez de
Olarte, 1996)
120
El estudio de Mazurek (2000:78), a partir de la comparacin de los censos agropecuarios de 1972 y 1994,
establece que el nmero de productores en la zona de selva se habra triplicado, pasando de unos 56.897 en
1972 a unos 145.136 en 1994, mientras que la superficie de cultivo se habra sextuplicado pasando de 151.346
ha en 1972 a 706.839 ha en 1994. En la costa, se habra duplicado el nmero de productores y mantenido casi
igual la superficie de tierras de cultivo, pasando de 126.384 unidades agropecuarias y 629.094 ha de cultivo
en 1972 a 211.062 unidades agropecuarias y 690.618 ha de cultivo en 1994.
121
Gob.
Estatal
Gobierno
distrital
1982
122
MARIO
VENDAO
BEDOYA
SERGI
O
CORO
NADO
1981
BELAUNDE TERRY
1980
Instituciones
MINAG
CENFOR
ORDESO
ORDESO
MINAG
ORDESO
Proyectos/ Programas
Resultados
Plantaciones
Plantaciones
ORDESO
1984
SALUD
RIMANACUY
1986
1988
ALAN GARCIA
1987
1989
1990
CEFERINO
ROZALES
1985
FERNANDO
CABALLER
O
LUCIO
PARRA
1983
CEFERIN
O
ROZALES
1992
1993
1996
ALBERTO FUJIMORI
1997
ANGE
L
OBLIT
AS
MODESTO VARGAS
1995
1999
PAID
CESPAC
FAO HOLANDA
PARROQUIA
MINISTERIO DE
LA PRESIDENCIA
HERRANDINA
FONCODES
MINISTERIO
PRESIDENCIA
PAL
IUUR
COOPOP
PRONAA
Plantaciones
Est en funcionamiento
Dosificacin de ganados
Capacitacin tcnica
Distribucin de dinero en las
comunidades
Arreglo carretera
Viveros comunales
Reforestacin
Restauracin del Templo
Obsequio de un tractor agrcola
Mejoramiento de ganado
Capacitaron lderes comunales
No pudieron devolver, se qued sin pagar
FONCODES
FONCODES
Construccin de Parroquia
PRONAA
PLAN
INTERNACIONAL
MUNICIPIO
FONCODES
MUNICIPIO
Apoyo alimentario
Construccin de centro inicial
Capacitacin de comunicadores
Agua potable
Rehabilitacin de Agua potable
Rehabilitacin del Centro
Educativo
Construccin de centro cvico
Construccin de Posta Sanitaria
Instalacin de viveros forestales
Instalacin semilleros de papa
Conservacin de suelos
Riego tecnificado
Construccin residencia
magisterial
FONCODES
PRONAMACHS
PRONAMACHS
MUNICIPIO
PLAN
INTERNACIONAL
PRONAMACHS
MUNICIPIO
Ya no existe
Plantaciones
Se realiz la venta y compramos un carro
para llevar pasajeros en servicio de la
comunidad
Filmaciones de pelculas
PARROQUIA
1994
1998
RIMANACUY
MINAG/ BANCO
AGRARIO
PAL
CESPAC
BANCO AGRARIO
KUSI
FILAMACIONES
FINCOP
NAZRIO AYQUIPA
1991
PAID
SALUD
RIMANACUY
SALUD
RIMANACUY
Plantacin de eucaliptos
Donaciones de alimentos
Construccin de posta de salud
Distribucin de dinero en las
comunidades
Trabajo temporal por alimentos
No utilizamos, se malogr
Pagars fraccionados
No funcionaban
Carretera
Estudio tcnico mejoramiento de pastos
Herramientas para mantenimiento
carreteras
Apoyo alimentario
No est en funcionamiento
123
2000
PRONAMACHS
MUNICIPIO
PLAN
INTERNACIONAL
2001
MUNICIPIO
PLAN
INTERNACIONAL
2002
ALEJANDRO TOLEDO
PRONAA
PRONAMACHS
MUNIPIO
PRONAMACHS
PLAN
ANDES
PRONAA
No existe
Est en funcionamiento
En proceso de trabajo
En proceso de trabajo
En proceso de trabajo
En funcionamiento
Fuente: Vctor Oblitas y Feliciano Gutirrez, Qachin y Choquecancha (Lares, Cusco), Mayo 2003
35
125
Para determinar el estado nutricional de la poblacin peruana, se han realizado cinco encuestas principales
y un censo. El 1972 se realiz la Encuesta Nacional de Consumo de Alimentos (ENCA) que inclua el
indicador peso por edad. Las encuestas posteriores determinaron, adems, el indicador talla por edad y el de
peso para talla. Estas encuestas fueron: Evaluacin Nutricional del Poblador Peruano (ENPPE) en 1975,
Encuesta Nacional de Nutricin y Salud (ENNSA) en 1984, las Encuestas Demogrficas y de Salud Familiar
II y III en 1992 y 1996 (ENDES). En 1996, el Centro Nacional de Alimentacin y Nutricin (CENAN) inici
el Monitoreo Nacional de Indicadores Nutricionales (MONIN) de carcter anual. Los datos que se mencionan
hacen referencia a la evaluacin segn el mtodo antropomtrico de talla por edad.
38
Datos proporcionados por la ENDES realizada en 1996.
39
Datos proporcionados por la MONIN realizada en 1998.
40
Segn la Encuesta Nacional de Niveles de Vida (ENNIV) realizada en 1994, la mayora de los pobres y el
44.5% de los pobres extremos se encontraba en la sierra rural.
41
Durante el perodo 1993-2000, la inversin del Estado a travs del Sector Agricultura, por lneas de accin,
se orient principalmente a la rehabilitacin de infraestructura de riego en la costa y a la conservacin de los
recursos naturales en la sierra a travs de programas de reduccin de pobreza -lnea en la cual se articula el
PRONAMACHS- representando el 68.5% de las inversiones en el sector. Segn el MINAG, el presupuesto
sectorial proveniente de endeudamiento externo y destinado a los programas de reduccin de pobreza pas de
constituir el 10.6% en 1996 a constituir el 36.1% en el 2000.
126
Segn Gonzlez de Olarte (1996), la mayor proporcin de los nuevos beneficiarios de las polticas de
asistencia social viva en zonas urbanas, sino que la inversin social no tuvo un sesgo favor de los ms pobres.
Las mejoras no han llegado a todos por igual. La desigualdad ha aumentado, pues la mejora en el entorno
econmico ha beneficiado ms a aquellos con mayor nivel educativo. El sector rural, que concentra la
mayora de los pobres, se mantiene en situacin crtica a pesar del aumento en el gasto social
127
Qachin
Promedio
2001
2002
526.78
0.00
263.39
4371.25 1480.54
Choquecancha Promedio
2001
2002
46.30
18.40
Pampacorral
32.35
2001
2002
23.15
69.00
Promedio
Kishuarani
Promedio Promedio
parte
parte
Promedio media
alta
2001 2002
46.08
0.00 18.40
9.20
147.87
27.64
2925.90
965.80 975.00
250 1948.15
494.23
Arveja amarilla
756.00
385.60
570.80
50.00 255.00
152.50
198.00
72.5
361.65
135.25
Azcar blanca
Charqui de
alpaca
Enriquecido
lcteo
49.00
610.30
329.65
0.00 120.00
60.00
0.00
0.00
0.00
0.00
0.00
194.83
0.00
0.00
0.00
0.00
0.00
58.00
29.00
0.00
58.00
29.00
0.00 20.00
10.00
14.50
19.50
229.00 2573.94
1401.47
183.00
88.00
135.50
92.00
88.00
90.00
0.00
0.00
0.00
768.48
45.00
50.00 346.00
25.00 120.00
0.00
Frijol Castilla
Grasa
comestible
noruega
211.00
0.00
105.50
0.00
0.00
0.00
0.00
0.00
0.00
0.00
0.00
0.00
52.75
0.00
0.00
0.00
0.00
18.14
0.00
9.07
18.14
0.00
9.07
9.07
0.00
4.54
4.54
6.80
Habas secas
114.75
154.68
134.72
140.90 105.90
0.00
52.95
30.00
0.00
15.00
137.81
33.98
0.00
703.96
351.98
0.00
65.00
32.50
0.00
0.00
0.00
0.00
0.00
0.00
192.24
0.00
Maiz
Manteca palma
181.80 100.00
0.00
0.00
0.00
30.00
0.00
15.00
20.00
0.00
10.00
0.00
0.00
0.00
7.50
5.00
Pallar seco
280.00
0.00
140.00
0.00
0.00
0.00
0.00
0.00
0.00
0.00
0.00
0.00
70.00
0.00
Papa fresca
Pescado
enlatado
Pulpa de
pescado
116.25
0.00
58.13
153.00
0.00
76.50 106.50
0.00
53.25
30.00
0.00
15.00
67.31
34.13
279.23
0.00
139.61
0.00
0.00
0.00
0.00
0.00
0.00
0.00
0.00
0.00
69.81
0.00
45.05 1971.09
1008.07
36.13
59.93
48.03
17.85
17.85
17.85
0.00
0.00
0.00
528.05
8.93
Quinua
45.00
0.00
22.50
101.00
0.00
50.50
68.00
0.00
34.00
25.00
0.00
12.50
36.50
23.25
Sal yodada
0.00
25.37
12.69
25.00
10.00
17.50
20.00
0.00
10.00
10.00
0.00
5.00
15.09
7.50
Trigo
Total peso
(Kg./ao)
0.00
294.34
147.17
30.00
0.00
15.00
20.00
0.00
10.00
10.00
0.00
5.00
81.08
7.50
7023.30 8199.82
398.736 4698.15
848.69
5546.85
43
129
49%
51%
Banco
Mundial
25%
Recursos
ordinarios
75%
3%
Banco
Mundial
Banco
Mundial
97%
Recursos
ordinarios
Banco
Mundial
91%
Recursos
ordinarios
Recursos
ordinarios
91%
Recursos
ordinarios
Banco
Mundial
79%
Recursos
ordinarios
Fuente: EV2000-08-01 Estado situacional de los fondos de capitalizacin comunal- Corte al cuarto trimestre
del ao 2000. Por toda fuente. Pronamachs-Cusco.
A partir del ao 2001, si bien se dio un cambio de gobierno con la entrada de Alejandro
Toledo a la presidencia del Estado, las polticas internas de apoyo al desarrollo siguieron
condicionadas por las presiones de un juego internacional en el que los grandes donantes,
principalmente Estados Unidos a travs del Banco Mundial, condicionaron la ayuda a
travs de frmulas que alinearon al pas con sistemas liberales de mercado, la "reduccin
del Estado", el apoyo a las empresas privadas y las ONG como agentes de desarrollo, y a
ensalzar de manera decidida todos los mecanismos adoptados por el pas en cuanto a
transparencia, desmantelamiento de la burocracia, lucha contra la corrupcin administrativa
y poltica, avances respecto a la desregulacin, etc.
130
131
Estrategias
locales
132
- Resistencia ayllus
- Organizacin local basada en
reciprocidad, ayuda mutua y
comunitaria
- Disyuncin, yuxtaposicin
alimentos y creencias religiosas
- Continuacin y permanencia
estrategias de vida
1821-1968
Independencia y transicin al modelo
agro-exportador
- Re-agrarizacin poltica econmica
estatal (Sector agro-exportador
azcar, algodn, lanas, fibras,
caucho, guano, etc.- y Sector
mercado interior).
- Contribucin tributaria personal
- Anulacin curakas y nobleza
- Privatizacin propiedad ayllus
- Presin sobre tierras comunales por
parte gamonales y comerciantes en
base sumisin indgenas.
- Gamonales constituyen poderes
pblicos.
- Estado provisin infraestructuras
para facilitar comercio y favorecer
gamonalismo como forma de control
y gobierno (carreteras).
- Reforma agraria, cooperativismo,
programas extensin.
- Intervencin externa directa en
promocin polticas econmicas y
sociales
1969-2003
Institucionalizacin asistencia al
desarrollo
- Despliegue sistema cooperativo,
programas de extensin para la
intensificacin agraria.
- Financiamiento externo de
Programa Especial de Titulacin de
Tierras
- Medidas contra inestabilidad
macroeconmica. Programas
econmicos de ajuste.
- Programas sociales de
compensacin social (generales).
- Programas y proyectos externos de
intervencin sobre cooperacin y
apoyo al desarrollo/ promocin otras
formas de organizacin socioeconmica y cultural. Programas de
capitalizacin comunal: microcrditos, intensificacin y
reorientacin produccin agrcola
para mercados
- Focalizacin programas estatales de
compensacin social.
- Negocios locales (Empresas
capitalizadas) autogeneradores de
servicios sociales en su insercin
en mercados.
- Polticas macroeconmicas
liberales (bienes y servicios) en
funcin marco relaciones
internacional
- Migraciones a reas urbanas
- Adopcin y abandono proyectos de
desarrollo
- Toma de armas/ terrorismo
- Mantenimiento estrategias de
- Trueque y manejo colectivo
sustento (relaciones sociales/
estrategias de mercado (coca,
reciprocidad, autoconsumo, etc.)
arrieros, etc.)
- Reproduccin estrategias
- Emergencia y penetracin sector
campesinas dentro modelo de
indgena en actividades econmicas
explotacin gamonal (arrendires,
- Amenazas y defensa en tribunales
sub-arrendires, allegados, etc.)
- Resistencia armada recuperacin
tierras y medios de produccin
- Litigios judiciales recuperacin
tierras
- Aprovechamiento condiciones
creadas (carreteras, etc.)
- Confrontaciones (Rumi Maki,
- Confrontaciones (ataques contra
- Confrontaciones (rebeliones como
gamonales).
las de Atahualpa, Manco, Titu Cusi, incursiones, saqueos de repartos,
- Alianzas con otros sectores:
rebeliones Tpac Amaru II).
Taki Onkoy, etc).
pequeos comerciantes.
- Alianzas con otros sectores:
- Negociaciones de nobleza inca
- Subsuncin de la poblacin a
aristocracia incaica.
(Sayri Tupac, Manco Inca, etc.) con
rgimen gamonal- resistencia
- Subsuncin de la poblacin a
invasores
pasiva.
rgimen imperial y caciquil - Subsuncin de la poblacin a travs
resistencia pasiva.
aprovechamiento estructuras y
organizacin propia
Pautas de
interaccin
Interpretacin
local
133
Captulo
Caracterizacin socio-ecolgica
Para una justificacin ms en detalle sobre la existencia de dichas zonas, ver apartado sobre patrones locales
de zonificacin (3.3.3.2) en el Captulo 3.
134
habitantes agrupados en unas 4240 familias y unos 51 centros poblados, segn estimaciones
del INEI (1993) para el ao 2002. Se podra decir que la estructura de la poblacin es joven
puesto que la edad de ms de la mitad de la poblacin, 57.6% en Lares y 55.18% en
Yanatile, es inferior a los 15 aos. Este hecho se explicara, entre otros factores, por una
elevada tasa de natalidad y corta esperanza de vida. El promedio de hijos por mujer entre
los 40 y 49 aos suele superar los 6 hijos segn datos del IX Censo de Poblacin (INEI,
1993), como es el caso de las comunidades de Choquecancha, Qachin, y Qochayoq (Mapa
6.1.1), entre otras, tomando valores de 7 y 8 hijos en comunidades como las de Kishuarani
y Pampacorral (Mapa 6.1.1). En cuanto a las dinmicas de migracin, si bien la poblacin
de las comunidades del valle de Lares est conformada por personas propias o nativas de la
zona, en los ltimos aos algunas personas procedentes de la zona selvtica del Valle se
han instalado atrados por las oportunidades de emprender pequeos negocios de
restauracin vinculados al creciente turismo atrado por las fuentes de agua termomedicinal.
En cuanto a la emigracin, podramos distinguir dos tipos: la temporal con fines de obtener
ingresos econmicos complementarios y la permanente, por lo general a la ciudad de Cusco
o zona selvtica, en busca de otros modos de vida. La primera se da mayormente por parte
de los varones adultos responsables de familia a las zonas selvticas de La Convencin y
Quillabamba, y los ncleos urbanos de Calca y Cusco, en los meses de enero a abril
aprovechando la disminucin de las actividades agrcolas convencionales propias. Las
actividades que realizan en esta poca son la recoleccin de caf y albailera. Algunos
tambin trabajan como porteadores de los equipajes de los turistas en el Camino Inka que
va al Santuario Nacional de Machupicchu. Si bien se trata de movimientos estacionales,
algunas familias de la parte media y alta se han instalado permanentemente en zonas de
selva durante las ltimas dcadas favorecidas por la ley de colonizacin que les ha
permitido aduearse de tierras para la produccin de frutas, caf y coca principalmente. En
cuanto al segundo tipo, el ndice migratorio es de aproximadamente un 10% de los jvenes
(segn estimaciones locales) que intentan cumplir sus expectativas de vida marchndose a
las ciudades de Cusco y Lima por decisin propia. Por otra parte suele resultar muy
frecuente que jvenes muchachas, al concluir sus estudios primarios y/o secundarios, sean
alentadas por sus padres a migrar de manera permanente a la ciudad de Cusco o Lima para
trabajar en labores domesticas, sosteniendo un flujo casi permanente de ingresos a la
comunidad. Si bien estas dinmicas son importantes, se observa que la dinmica
demogrfica est marcada por el crecimiento constante de la poblacin, a unas tasas
intercensales que se calcula se aproximaron al 1.4 en el distrito de Lares y 5.4 en el de
Yanatile entre los aos 1981 y 1993 (Tabla 6.1.1) (INEI, 1993).
Tabla 6.1.1. Caractersticas generales del valle de Lares-Yanatile, Cusco. 2004.
Distrito
Superficie (km2)
Poblacin* Densidad (Hab/km2) Viviendas
Lares
527.26
10147
19.2
1898
Yanatile
3080.47
9412
3.1
2345
* proyecciones del INEI para el ao 2002. Fuente: INEI (1993)
Centros poblados
47
104
135
136
Zona puna
Centro poblado Poblacin
Qochayoq
159
Wakawasi
571
Chillima
31
Chupani
159
Kunkani
223
Kishuarani
191
Pumapunko
69
Keupay
152
Wallwaray
96
Yanakocha
12
Rayankancha
99
Pampacorral
325
Total
2367
2087
Fuente: Elaboracin propia a partir de datos del Censo de
Centros Poblados (INEI, 1993).
Fig. 6.1.1. Poblacin en algunas comunidades de
la zona puna y keshua del Valle de Lares,
Cusco, Per. 1993 (Nmero habitantes).
Mujeres
Q
ac
re
s
Hombres
Ch
hi
oq
n
ue
ca
nc
ha
Pa
Poblacin total
La
aw
as
m
pa i
co
rra
K
l
ish
ua
ra
ni
Q
oc
ha
yo
q
1000
800
600
400
200
0
W
ac
A pesar de no estar reglamentado, se da en funcin del artculo 11 de la Ley de Tierras (Ley 26505), a
travs de la Asamblea Comunal, con el acuerdo de un poco ms del 75 % de participantes se convalida la
decisin.
3
El trmino explotacin incluye el conjunto de las diferentes parcelas dispersas en los diferentes lugares y
sectores de la comunidad.
138
1%
1%
0-0,9 ha
1-1,9
23%
4%
2-4,9
Comunidad
5-9,9
34%
Productores
10-19,9 ha
22%
20-40 ha
96%
100-ms
Cada familia aspira a poseer tierras de usufructo en los diferentes pisos ecolgicos. Segn
el acompaamiento realizado a las familias de la zona keshua y puna, el terreno utilizado
por cada una de ellas para la produccin de alimentos suele normalmente constituirse entre
3 y 8 parcelas o chakras en la zona keshua y entre 4 y 7 parcelas en la zona puna, todas
ellas dispersas fsicamente en diferentes lugares y sectores de la comunidad. Si bien la
superficie promedio de las parcelas de las familias acompaadas oscilan entre 0.8 y 3 topos
en la zona keshua, y entre 0.9 y 3 topos en la zona puna, la mayor parte de stas presentan
superficies de un topo a dos, que equivalen entre una tercera parte de hectrea (unos 3330
m2) y dos terceras partes de hectrea (unos 6660 m2)4 (Tabla 6.1.3).
Fam
Tabla 6.1.3. Caracterizacin de las parcelas de cultivo de familias de la zona keshua y puna del valle de Lares,
Cusco.
Miem Nm. Superficie Rango
Rango Cultivos
Secano/
bros
chacras promedio superf.
alturas
Riego
Choquecancha
A 4
6
0.9 topos
0.5-2
2.1 topos
0.5-3.5
30003600
0.8 topos
0.5-1
Qachin
D 4
1.2 topos
0.5-2
1.8 topos
0.5-3
12
Lares Ayllu
4
2 chacras: maz
Secano
1 chacra: papa
Secano
3 chacras: descanso
Secano
5 chacras: maz, haba, calabaza, frijol, Secano
arvejas, etc.
1 chacra: papa, olluco y oca.
Secano
1 chacra: descanso
Secano
4 chacras: maz y haba
Secano
3 chacras: descanso
Secano
1 chacra: maz, haba
1 chacra: papa y lisas
1 chacra: descanso
1 chacra: maz, habas, quinua
1 chacra: papa, habas, lisas, oca y arveja
1 chacra: papa
Secano
Secano
Secano
Secano
Secano
Secano
Un topo, la unidad de medida de la superficie de terreno, corresponde a unos 3330 m2 y una ha a 10000m2.
139
G 4
2.7 topos
1.5 topos
1.5-4
1-3
18003900
31003700
Wakawasi
I 2
7
1.5
0.5-3
K 3
0.9
0.25-2
Pampacorral
L 5
6
1.3
1-2
M 5
1.7
1.5-3
Kishuarani
N 6
6
2-4
37303760
O 6
1.5
0.5-3
Qochayoq
P 4
1.5
2-4
Secano
Secano
Secano
Secano
Secano
Secano
Secano
1 chacras: papa
1 chacra: olluco y oca
5 chacras: descanso
1 chacra: papa
1 chacra: olluco y oca
3 chacras: descanso
1 chacra: papa
6 chacras: descanso
Secano
Secano
Secano
Secano
Secano
Secano
Secano
Secano
Riego
Secano
Secano
Secano
Secano
Secano
Secano
Secano
Secano
Secano
2 chacras: papa
Secano
4 chacras: descanso
Secano
Q 7
4
6
2-9
1 chacra: maz
Secano
1 chacra: papa
Secano
2 chacras: descanso
Secano
Fuente: Elaboracin propia a partir de sistematizacin de resultados del seguimiento a familias de la zona
keshua y puna del valle de Lares, Cusco.
Las instituciones locales han jugado siempre un papel importante en la facilitacin de la accin colectiva y
en la coordinacin del manejo del espacio a diferentes escalas. Las instituciones tradicionales de manejo de
los recursos naturales ofrecen la evidencia ms clara de una conservacin activa y un uso sustentable. Estas
instituciones incluyen normas sobre el uso de los recursos y una distribucin aceptable de los beneficios,
140
141
Pampacorral
Kishuarani
Wakawasi
Choquecancha
Qochayoq
Qachin
Ro Lares
Leyenda
Fuente: Elaboracin por parte del GED de mujeres de la parte media y alta del valle de Lares, sobre mapa
topogrfico del Valle de Lares 2003.
142
Tabla 6.1.4. Caracterizacin del transecto Pirki (2500 msnm)- Koroqhuay (4500 msnm) en la comunidad de Choquecancha, valle de Lares, Cusco
Suelos
Cultivos
Animales
domsticos
Color humo,
arcilloso,azul
ino
Rocoso
Papa,
mashua,
Alpaca,
llama
Color rojizo
Arcilloso
Pedregoso
Papa,
mashua, oca,
olluco
Color rojo
cascajoso,
arcilloso,
azul arcilloso
Papa,olluco,
oca, haba,
arveja,
quiinua,
tarwi
Color
rojiso,cascajo
so
Color
amarillo
Azulino
pedregoso
Plantas silvestres
Animales silvestres
Maz,
cebada, trigo,
quinua, tarwi,
arveja, haba,
calabaza,
papa, olluco,
oca
Ovino,
caprino
Vacunos,
caballos,
chanchos
Cuyes,
gallinas
Aguila, wamancha,
kellicho,picaflor, tunia, piskaka,
chiwako, gorriones diferentes,
maso, cheqollo, perdiz, venado,
zorrino, pechinko, chaya,
choqllopoqo, cheqkello, puma,
otros.
Azul
pedregoso
Azul
arcilloso
Rojiso
pedregoso
Maz ,tarwi
quinua, ua,
cebada, trigo,
haba, kaywa,
calabaza,
frijol, llajn,
zanahorias,
repollo,
Ovino
caprinos
caballos,galli
na
Cuyes
vacunos
Color rojiso
pedregoso
Salitre
Cascajoso
color caf
rocoso
Maz, verraca
rocoto,
kaywa,
zapallo,
ua,
calabaza,
llajon,
frijoles,
achira,
tumbo,
repollo,
mika,
papayita,
caprinos
vacunos
porcinos
gallinas
cuyes
Choquecancha,
Sayacrumiyoc,
Pucapucayoc, Failenka,
Waka-waka, Raquiraquiyoc
Chinquinhuasa,
Chilcayoc,
Huayllahuara,
Toytuccha,
Kelluno,
Kelhuaycancha,
ucchuyoc,
Ancatiana,
Antaulan,
Checchemocco,
Kinuakata,
Chaquiccocha
Pukaccocha,
Chusubamba,
Ccorukhuay,
Pacopata
Otros
misma
zona
Yerbabuenayoc, Salveryayoc,
Kapoliyoc, Lambran ccocha,
Lohuaccay, Matinga
Koroqhuay
(4500msnm),
Pukaqocha
Chusubamba,
Antaulan
Kinuakata, Kelluno,
Umakari
Onutuma,
Chiwakuyoq
Chinkinwasa, Kumukaka
pueblo
Rakirakiyoq, Lambranchayoq,
Espirituvolcan, Pirki (2500 msnm)
Media
Baja
KESHUA
Media
Alta
Baja
PUNA
Alta
Recorrido por
zonas y toponimia
Fuente: Elaboracin por parte de Feliciano Gutirrez y Dlia Laguna, comunidad de Choquecancha.
Tabla 6.1.5. Caracterizacin del transecto Laresmayo (2900 msnm)- Yanaqocha (4800 msnm) en la comunidad de Qachin, valle de Lares, Cusco
Kespekasa
Mismos
Otros
misma
zona
Hatunpata
Kondorsayana
Yanaqocha,
Qoriwayrachi
na
Falchapallana
Kondorsayana
Qochayoq
Pukutuyoq
Tankaorqo
Media
Baja
PUNA
Alta
Recorrido por
zonas y toponimia
Suelos
Cultivos
Animales
domsticos
Color humo,
arcilluso,azul
ino
Papa amarga
para moraya
Mashua
Alpaca,
llama
Negro
arcilloso
Negro
humoso y
medio
arcilloso
arcilloso
Ancawachana
Loqochanka
Qachin
Rosaspata
Amayanqa
Pamparayoq
Pampallaqta
Loqochanka
Pachauwala
Media
KESHUA
Alta
Color rojiso
y caf humo
Azul
pedregoso
Azul
arcilloso
Rojiso
pedregoso
Mismos
Challwanka
Humpaylla
Laresmayo
Baja
Color
azulino y
Cascajoso
color caf
rocoso
Plantas silvestres
Animales silvestres
Vizcacha, wallata, lekechu,
hakacho, pato, venado, phuchu,
wakar, kuntur, paspa, fhucho,
otros.
Zorro,zorrino, kacha,
wascarkenti, perdiz, kuntur,
leqecho, qorecho, hakacho,
wallata, keulla, kacha, pato,
wakar, venado, pokuypokuy, cuy
silvestre, otros.
Tunki, rana, zorsales negros,
perdiz, venado, pichenko,
culebra, lagarto, chaia,
cerncalo, guila, paspa,
chiqollo, raton, maso, khallwa,
otros.
Fuente: Elaboracin por parte de Vctor Oblitas, Walter Pfuro y David Brofhe, comunidad de Qachin.
Si bien los ncleos poblados de las comunidades se encuentran claramente en alguna de las
zonas agroecolgicas mencionadas, como es el caso de las comunidades de Choquecancha
y Qachin en la zona keshua y las de Pampacorral, Kishuarani, Wakawasi y Qochayoq en la
zona puna, sus linderos pueden incluir espacios de otras zonas, cosa que les permite
manejar la diversidad a travs de las diferentes zonas de vida y de produccin7. Un claro
ejemplo est en las comunidades de Qachin y Choquecancha, que situndose en la zona
keshua, manejan tanto la zona de produccin de maz (en el piso keshua) como la zona de
produccin de papa (en el piso puna). Por ello, al hacer referencia a la existencia de
diferentes agroecosistemas puna, keshua, yunga- en el Valle, debe pensarse en las
estrategias de manejo simultneo y complementario que las comunidades realizan de cada
uno de ellos para la obtencin de alimentos, sea a travs de un manejo directo de las
especifidades ecolgicas y ambientales de cada zona o de estrategias de intercambio.
En el conjunto de las comunidades estudiadas, la diettica y alimentacin se vincula de
forma directa a la prevencin de problemas de salud y la mejora de las condiciones de vida
de las personas en el contexto de una cosmovisin en la que los alimentos, dotados de
energa vital propia, posibilitan la regeneracin y el mantenimiento de la vida (ver Captulo
3). Segn el Diagnstico de Salud del Proyecto Pueblos Indgenas y Salud Primaria
realizado en la regin, la percepcin de las mujeres del bienestar a nivel familiar est
determinadas por el comer bien y disponer de alimentos naturales suficientes para toda la
familia. A nivel comunal, se destaca la disponibilidad de cultivos y variedades nativas para
la alimentacin (ANDES, 2003). Los patrones alimentarios locales, las tcnicas de
preparacin de los alimentos, as como las normas y costumbres consuetudinarias de acceso
a los alimentos favorecen la extensin a toda la comunidad de su consumo (Antnez, 1976,
1981, 1983; Thomas, 1989).
Los patrones alimentarios en ambas zonas son mayormente vegetarianos, con predominio
de los granos y tubrculos. Si bien algunas comidas pueden incluir pequeas cantidades de
carne, su consumo quedara prcticamente limitado a celebraciones y fechas de importancia
local, como la cosecha con el consumo de cuy8. En ambas zonas, la ingestin de agua
durante el da se limita a la ingestin de sopas y algunas bebidas lquidas en la madrugada y
7
Mayer (1989) hace referencia a procesos de agregacin de zonas de produccin, referido a los esfuerzos
hechos por las comunidades como entes colectivos para crear y controlar el mayor nmero de zonas de
produccin. Este resulta un proceso distinto al realizado por algunos individuos de una comunidad para
obtener acceso a zonas de produccin en otros pueblos. Uno de los factores que influyen en el intento de
control es la distancia desde el punto de vista de los agricultores as como de la pendiente que permite o
dificulta el movimiento de una zona a otra. El nmero de zonas que pueden ser manejadas por una aldea
depende de cun distantes se encuentren stas. La clasificacin de Glade (1967) y Brush (1976: 161-165) de
modelos de verticalidad comprimidos, extendidos y de archipilago es un ejemplo de la aplicacin de
este concepto de distancia. Golte (1980) defiende la idea que dado que la productividad en cada zona es baja,
se deben combinar varias zonas para contar con una produccin suficiente para atender las necesidades de
subsistencia. Un indicador del manejo de mltiples zonas de produccin es la ubicacin fsica del pueblo
respecto las zonas de produccin.
8
La cra de animales domsticos, auqunidos, vacuno y ovinos principalmente, en las comunidades andinas
ejerce, entre otras, las funciones de reciclaje de nutrientes y fertilizacin de las parcelas agrcolas, y de ahorro
de dinero en moneda mediante su crianza para hacer frente a posibles necesidades futuras. Es por ello que su
consumo diario en el hogar no resulta prioritario. Su venta suele realizarse en vivo, por lo que la familia no
accede a parte del animal vendido. Su consumo slo se lleva a cabo en determinadas celebraciones sociales
como el corte de pelo, aniversarios, matrimonios, cosecha, etc.
143
cena, como el mate de habas, de torongil, o de mua, entre otros. En las estrategias
dietticas locales, los mtodos de preparacin de los alimentos -resultado de un largo
proceso de coevolucin- resultan la clave del sustento ya que no slo garantizan una
mnima prdida de los principales componentes nutricionales, sin que mejoran el sabor de
los alimentos y los hacen ms fciles de digerir, permitiendo incluso el consumo de plantas
y animales que resultaran txicos para el ser humano y que constituyen la base de la dieta.
Algunos ejemplos extensamente relatados por Antnez (1981) son las tcnicas de
transformar los almidones de los tubrculos, como las ocas, en azcares, utilizando para
ello la radiacin solar. Mediante lixiviacin y torrefaccin, se eliminan alcaloides y otros
principios activos de tubrculos y plantas. La mejora de los alimentos a preservar, como las
carnes, se consigue mediante su calentamiento a las brasas quedando ligeramente
chamuscada en el exterior, para luego llevarla a su deshidratacin por medios
convencionales. Con ello se evita la accin enzimtica que podra degradar la calidad de las
protenas. Por otro lado, el tiempo justo de preparacin de los potajes hace que la coccin
de los alimentos resulte a medias conservando las vitaminas hidrosolubles. En el caso de
los porotos y maces, con el tostado se logra transformar los carbohidratos en azcares de
mayor palatabilidad y ablandar los granos para una mejor masticacin efecto de la
reduccin del agua de combinacin y fraccionamiento de las molculas de almidn. El
tarwi es desamargado haciendo primero hervir los granos en agua para coagular las
protenas y despus poniendo los granos dentro de costales de tela para sumergirlos en el
ro por varios das. Mediante insolacin o torrefaccin se elimina el episperma de la quinua,
donde se halla la saponina que es amarga y txica. Por otro lado, el tostado de granos
tiernos -especialmente los cereales y menestras- permite el enriquecimiento de sus
protenas. El preparado de sopas espesas, o chupis, como es el caso del chayro, permite la
ingestin de la sustancia de todos los ingredientes que permanecen en el caldo.
Si bien dichas prcticas y tcnicas tradicionales maximizan el aprovechamiento de los
nutrientes de los alimentos producidos en estas zonas agroecolgicas, otros factores como
la marginacin y subsititucin de cultivos nativos altamente alimenticios por cultivos
comerciales y la urbanizacin de los hbitos alimentarios por penetracin de la produccin
agro-industrial de alimentos como el arroz, azcar y fideos (Repo-Carrasco, 1992:81) han
influido en la agudizacin de la malnutricin de la poblacin que se refleja en las elevadas
tasas de mortalidad y de incidencia de enfermedades infecciosas. Segn el Diagnstico de
Salud del Proyecto Pueblos Indgenas y Salud Primaria (ANDES, 2003) elaborado para la
regin, se estima que las enfermedades de ms incidencia en el valle de Lares en el ao
2002 para nios menores de cinco aos han sido las de tipo infeccioso-respiratorio agudas
(IRAs) y las gastrointestinales9. Entre las primeras destacan como las ms habituales la
gripe, pulmona y costado o resfriado. Entre las segundas destacan las diarreicas agudas
(EDAs) de tipo disentrico, acuoso, tifus, y parasitosis, entre otros; as como las
obstrucciones gastrointestinales. En el distrito de Lares, para el ao 2000, segn el Registro
de Consultas Diarias del Puesto de Salud, se atendieron 295 casos de EDA acuosa en nios
menores de cinco aos y unos 453 casos de parasitosis (SANBASUR, 2003).
9
Segn las investigaciones preliminares realizadas sobre salud en el marco del proyecto sobre Pueblos
Indgenas y Salud Primaria de la Asociacin ANDES en el Parque de la Papa, a travs de entrevistas a 81
mujeres de seis comunidades.
144
Uno de los factores que agrava los efectos de dichas enfermedades en nios menores de
cinco aos, edad determinante en el desarrollo de sus rganos y capacidades, es una dieta
deficitaria que hace que los nios sean ms susceptibles a estas enfermedades infecciosas
pudiendo constituirse en mortales10 (Repo-Carrasco, 1992; Mahan y Escott-Stump, 2001).
Si bien la tasa de desnutricin crnica respecto el total de nios menores de 5 aos para el
rea rural del pais baj de 40.4% en 1996 a 40.2% en el 2000 (INEI, 1996 y 2000), para el
periodo 1990-2000, el departamente de Cusco registr una tasa de mortalidad en la niez
(nios hasta menores de 5 aos) de 179/00, la ms alta del pas, cuya media fue de 80/00, a
su vez una de las ms altas registradas en Amrica Latina para este periodo (RepoCarrasco, 1992:13; ENDES, 2000). Para el rea rural, segn la ENDES (2000:111), el 70%
de stas muertes se producen antes de cumplir un ao. Las principales causas de mortalidad
infantil en el pas para el ao 2000 fueron las enfermedades perinatales, seguidas de las
IRAs (ENDES, 2000). Segn ENDES (2000:151), se estima que en el ao 2000, en el
departamento de Cusco, slo el 50% de nios con sntomas de IRA fueron trasladados a
centros de salud y que las principales causas para no acudir a stos entre las mujeres son el
no saber que hacer (respuesta en 29% de las entrevistadas), el no poder pagar
(respuesta en 27% de las entrevistadas), y en menor proporcin, no era necesario
(respuesta en 15% de las mujeres) y no tena tiempo (respuesta en un 9% de las
entrevistadas).
Para el mismo ao, en cuanto a la prevalencia de desnutricin crnica en nios menores de
5 aos, Cusco con 43.2%, present la segunda tasa ms elevada despus de Huancavelica.
Segn el Libro de Seguimiento del Crecimiento y desarrollo del Puesto de Salud de Lares,
en el 2003, la comunidad de Pampacorral presentaba una tasa de desnutricin crnica en
nios menores de 5 aos de 61%, Wakawasi de 77%, Kishuarani del 70%, y el pueblo de
Lares del 43%. En la comunidad de Qachin, en 2003, el 82.6% de los nios en edad preescolar presentaban desnutricin crnica segn el Registro de Informacin Antropomtrica
de Preescolares Beneficiarios de los desayunos escolares facilitado por el responsable del
establecimiento de salud de la comunidad. Las prcticas de ablactancia en nios menores de
2 aos dejan de proporcionar leche materna, que contiene factores antiinfectantes y rica en
proteina, para proporcionar alimentos con carbohidratos de baja densidad energtica y
proteica en caldos, sopas y mates, insuficientes para el desarrollo del sistema inmunolgico
del nio, y muchas veces preparados, almacenados y abastecidos en condiciones poco
higinicas (Calderon et al., 1990; Valverde et al., 1990). Con ello se intensifica la
desnutricin de tipo protenico-energtica (Mahan y Escott-Stump, 2001:69). Si bien el
monitoreo nacional de indicadores (MONIN) iniciado en 1996, mostrara una tendencia a la
disminucin del retardo en el crecimiento de nios entre 1996 y 1998 en el mbito nacional,
ste no llega a tener significado estadstico (FAO, 2000)
10
145
Por otro lado, entre las mujeres de ms de 40 aos se duplica la tasa de mortalidad respecto
a las de entre 20 y 34 aos. Segn el Informe Estadstico de Defuncin del MINSA, las
principales causas de defunciones en mujeres del departamento de Cusco son las IRAs
(13.3%), infecciones del sistema urinario (6%), cirrosis y otras enfermedades crnicas del
hgado (4.8%) y deficiencias y anemias nutricionales (4.4%). Por otro lado, el 20% de las
muertes de mujeres registradas en la ENDES (2000:122) fueron maternas. Se cree que la
deficiente nutricin de las madres, conduce a una alta prevalencia de anemia por deficiencia
de hierro en la sierra, que afecta al 42% de las mujeres (FAO, 2000:22). sta puede llevar a
numerosas muertes natales en el parto y durante los siete primeros das de vida del recin
nacido. Con un registro de 48/00, la tasa de mortalidad perinatal11 durante el quinquenio
1995-2000 en el departamento de Cusco fue la ms alta del pas cuya media fue de 23/00
(ENDES, 2000:132).
Segn el Diagnstico de Salud del Proyecto Pueblos Indgenas y Salud Primaria (ANDES,
2003) (ver apartado 4.2.2.3 del Captulo 4 de Desarrollo prctico de la Metodologa), el
modo local de transmisin de conocimientos para la prevencin y tratamiento de estas
enfermedades es oral, pasando de abuelos y padres a hijos. La mayora de las mujeres
consultadas (75%) recolectaba plantas silvestres para su empleo en prcticas de medicina
domstica y muy pocas (13%) manifestaron confiar en las curas del mdico del puesto de
salud. La mayora confiaban ms en las prcticas familiares (39%) y en el curandero de la
comunidad (24%). Por un lado, esto explica que la poblacin la zona keshua y puna no
acuda al puesto de salud y que las estadsticas oficiales a las que hemos tenido acceso sobre
incidencia de enfermedades resulten subestimaciones. Por el otro, aade importancia a las
prcticas alimentarias controladas localmente como estrategias preventivas de salud y de
sustento.
Veamos a continuacin con ms detalle algunas de las caractersticas del manejo de las
zonas agroecolgicas para la alimentacin de las comunidades as como de las estrategias
de complementariedad y reciprocidad entre ellas, haciendo referencia a los resultados de los
ejercicios de caracterizacin del sistema realizados por los tcnicos comunales y los GEDs.
6.2 Zonas agroecolgicas y sistemas locales de alimentacin del valle de Lares
6.2.1 La puna o zona alta del valle
En la zona alta de puna del valle de ro Lares, se encuentran aproximadamente unas 12
comunidades que participan en los chalayplasa, entre las cuales estn las de Pampacorral,
Kishuarani, Wakawasi y Qochayoq, entre otras. Cabe mencionar el manejo que las
comunidades de Qachin y Choquecancha tambin realizan de esta zona. stas comunidades
de puna se extienden desde los nevados, abras, nudos y mesetas hasta los 3500 msnm
aproximadamente, comprendiendo las zonas de coleccin de aguas y lagunas. A partir del
ltimo censo poblacional del ao 1993, se estima que la poblacin en esta zona se
aproximaba a unos 2087 habitantes tal y como ya hemos mostrado en la Tabla 6.1.2.
11
Suma de nacidos muertos y muertes neonatales tempranas (entre nacidos vivos y los siete primeros das)
dividido por el nmero de embarazos de ms de siete meses por mil (ENDES, 2000).
146
147
pato, la perdz y el cuy silvestre, entre otros (Tabla 6.1.4 y 6.1.5)12, aunque la dieta resulta
prcticamente vegetariana a la prctica tal y como veremos en el Captulo 8 de Desarrollo
de indicadores. En cuanto a especies domesticadas, se trata de una zona de produccin de
papa (Solanum tuberosum) principalmente (Imagen 6.2.3), que se complementa con otros
cultivos asociados como la apia u oca (Oxalis tuberosa)), el olluco (Ullucus tuberosus) y
la mashua (Tropaeolum tuberosum)
entre otros. En la parte ms alta, por
Fig.6.2.1.1.Importancia de la produccin de
encima de los 3800 msnm, la papa
alimentos en las comunidades de
puede sembrarse en asociacin o en
Pampacorral, Wakawasi, Kishuarani, y
rotacin con mashua a finales de la
Qochayoq, Valle de Lares, Cusco, 2003
poca seca para aprovechar la poca
de lluvias entrante para el desarrollo
Papa
del cultivo (Fig.6.2.1.1). A alturas
Apia
inferiores a los 3800 msnm
aproximadamente, la papa puede
Olluco
alternarse en rotacin con olluco y
Mashua
ocas para pasar luego a descanso.
El sistema de uso de la tierra en esta Fuente: Elaboracin por parte de GEDs Mujeres
parte es extensiva y de secano, ya que parte media y alta, Mayo-Julio 2003.
la precipitacin pluvial es suficiente y
coincide con el verano meridional. Se caracterizan por un periodo de barbecho sectorial o
descanso largo, que puede durar de seis a doce aos durante los cuales se utiliza como
pasto, durante el cual las parcelas permanecen en descanso, sin uso agrcola. Bajo este
sistema, que se da entre los 3000 y 4500 msnm aproximadamente, la superficie agrcola se
divide en tantos sectores como nmero de aos de descanso despus de los cuales se
recupera la fertilidad de los suelos por los procesos biolgicos involucrados en el suelo, que
son funcin, a la vez, de la altitud. Cada uno de los sectores que va rotando en sus
funciones se denomina muyuy o laym13i. En el Mapa 6.1.2 de ubicacin de los cultivos
alimenticios se estara haciendo referencia a los muyuys o laymis sembrados en el ao de la
investigacin en las comunidades de Pampacorral, Kishuarani, Wakawasi y Qochayoq.
Tanto la rotacin de la tierra como la rotacin de los cultivos y el pastoreo del ganado en
los laymis en descanso se realiza de conformidad con las reglas comunitarias. Por lo
general, todos los comuneros tienen acceso a la tierra en cada uno de los laymis. La
rotacin de cultivos se inicia siempre con la papa a la que le siguen el resto de cultivos.
Vase en la Figura 6.2.1.2, los terrenos de rotacin entre lisas, oca, mashwa y papa en la
comunidad de Pampacorral y Kishuarani (tramas naranja, lila, verde y marrn) sealizados
con las flechas azules.
12
La descripcin de los usos de las diferentes especies fue realizada de forma oral durante el recorrido de los
transectos y registrada en mi cuaderno. Debido a que el objetivo del ejercicio no fue el de llevar a cabo un
inventario etnobotnico y de conocimiento tradicional de la vegetacin del recorrido sino destacar la
existencia de una diversidad de usos culturales de la diversidad existente en los diferentes pisos altitudinales,
aqu slo se describen algunos de stos.
13
Laymi se refiere al sistema de rotacin por sectores de la tierra en la zona alta de siembra de papa en
secano.
148
Pampacorral
Kishuarani
Leyenda
N
Fuente: Elaboracin por parte del GED de mujeres de la parte media y alta del valle de Lares, sobre mapa
topogrfico del Valle de Lares 2003 (Escala trabajo 1:85000).
149
Tal y como reflejan los resultados del acompaamiento a las familias de las comunidades
de Wakawasi, Pampacorral, Kishuarani y Qochayoq en la zona puna (Tabla 6.2.1.1), si bien
la asignacin de tareas entre los integrantes de las familias se acomoda a las
particularidades de cada una de stas, pareceran existir actividades en las que determinados
miembros participan de manera ms intensiva. Por ejemplo, mientras en las labores
agrcolas suelen participar tanto las mujeres como los hombres con una dedicacin ms
intensa por parte de los varones, en las labores de pastoreo de animales, recoleccin de
plantas medicinales, frutos silvestres y fabricacin de artesanas, parece que participaran
mayormente las mujeres a lo largo de todo el ao. Los hombres en la zona puna estaran
encargados de la recoleccin de lea y migraran temporalmente por periodos de un mes
aproximadamente para la realizacin de trabajos complementarios en la construccin y
porteaje de equipajes en las rutas tursticas. Otra distincin sera la relacionada con la
actividad de comercio. Mientras los varones seran los responsables de realizar las
transacciones e intercambios de grandes volmenes (por ejemplo de semilla y coca), las
mujeres seran las responsables del comercio e intercambio de productos alimentarios de
consumo semanal. En cuanto al pastoreo, mientras las mujeres y nios se encargaran del
pastoreo de los animales familiares, los varones se encargaran de las labores asociadas a la
crianza de los grandes rebaos. Por lo tanto, como se observa, la reparticin de las tareas de
sustento se lleva a cabo en base a una complementacin y colaboracin familiar que puede
llevar a diferentes situaciones -desde la diferenciacin de tareas como en el caso de la
familia K de Wakawasi, L y M de Pampacorral hasta el compartir todas las tareas como en
el caso de la familia N de la comunidad de Kishuarani- sin poder establecerse patrones
nicos de distribucin familiar de las actividades.
Tabla 6.2.1.1. Resultados de participacin segn gnero en labores de sustento en familias de la zona puna,
valle de Lares, Cusco (*).
Familia Labores que desempean los
Labores que desempean las
Labores que desempean
varones
mujeres
ambos
Wakawasi
I
Labores agrcolas, trabajos
Fabricacin de artesanas
Crianza de animales,
temporales
recoleccin
J
Recoleccin
Crianza y pastoreo animales,
Labores agrcolas
fabricacin de artesanas
K
Labores agrcolas, crianza de
Fabricacin de artesanas
animales, recoleccin, trabajos
temporales
Pampacorral
L
Labores agrcolas, recoleccin
Crianza y patoreo animales
lea, comercio de compra de recoleccin plantas, fabricacin
coca, trabajos temporales en
de artesanas
construccin
M
Agricultura, trabajos
Crianza y pastoreo animales,
temporales en construccin,
recoleccin, fabricacin
comercio
artesanas
Kishuarani
N
Agricultura, crianza animales,
recoleccin, fabricacin
artesanas, comercio, trabajos
temporales
150
Agricultura, trabajos
temporales
Comercio e hijos
Agricultura, trabajos
temporales
Agricultura
Recoleccin
Fabricacin artesanas
Recoleccin
151
qollana que es la persona que dirigir e iniciar la labor. Las personas de participan de esta
labor deben ser adultos hbiles y con fuerza para el manejo de la chakitaqlla por lo que
familiarmente se recurre a diferentes formas de colaboracin y reciprocidad fuera de la
familia, en el vecindario constituido generalmente de parientes- dentro de la comunidad,
para llevar a cabo esta labor, como por ejemplo el ayni16 (ver Apartado 6.3.3 sobre Formas
de reciprocidad y redistribucin). Segn las investigaciones de Mayer (1974:75) llevadas a
cabo en la comunidad de Tngor en el departamento de Cerro de Pasco, el 81% de la mano
de obra aportada en esta labor es adicional a la aportada por los miembros de la familia.
Durante los meses de setiembre y octubre se lleva a cabo la siembra, labor intensiva en
cuanto a tiempo de trabajo y energa endosomtica requerida. En sta suelen participar unas
6 personas, es decir, toda la familia, incluyendo varones y mujeres. Las semillas utilizadas
han sido seleccionadas previamente tras la cosecha del ciclo anterior especialmente por las
mujeres. A partir del mes de noviembre hasta el mes de mayo, se dan las tareas de
mantenimiento del cultivo, como el desyerbe, lampeos (suelen ser dos), cuidado de plagas,
desfloracin, etc. que suelen requerir de la dedicacin de unas 2 a 3 personas en jornadas de
unas 5 a 7 horas, es decir, menos tiempo e intensidad de trabajo que las labores de
preparacin del terreno y siembra (Imagen 6.2.1.5). stas suelen ser realizadas mayormente
por los varones de la familia, sin tener que recurrir a apoyo externo.
En el mes de junio se inician las labores de cosecha, para las cuales se requiere nuevamente
de un trabajo intensivo. En sta suelen participar unas 8 personas aproximadamente. La
mayor parte de ellas suelen ser miembros de la familia. El resto apoyan bajo formas de
intercambio del trabajo realizado por una cierta cantidad del producto cosechado. Las
jornadas de dedicacin pueden superar las 14 horas. La corta durada e intensidad de esta
labor se debe a diferentes factores, entre los cuales destaca el riesgo de afectacin de la
cosecha potencial por enfermedades y plagas, de pudredumbre debido a exceso de lluvias,
de daos por el pastoreo de los animales de los vecinos que ya finalizaron su cosecha, robo,
etc. La principal labor, llevada a cabo tanto por hombres, mujeres y nios, consiste en
desmoronar los camellones en los que se encuentra la papa con una azada de mano,
amontonando las papas que aparecen en diferentes montones en la chacra. Posteriormente
las mujeres preseleccionan, y encostalan las papas para ser transportadas posteriormente, ya
sea a caballo, mula, burro o a las espaladas, hasta la casa.
En esta tarea, al igual que para el traslado y almacenamiento de las papas, tanto participan
varones como mujeres dedicando menos horas que en la labor de cosecha. La
comercializacin de parte de las papas se da en los meses de junio, julio y agosto
posteriores a la cosecha interviniendo tanto el varn en las grandes transacciones, como la
mujer en los intercambios semanales para abastecer la despensa de otros productos.
Cabe sealar que ninguna de las familias acompaadas en esta zona hace referencia al uso
de productos qumicos de fertilizacin o tratamiento de enfermedades y plagas. Datos
complementarios de la investigacin colateral sobre adopcin de tecnologas llevada a cabo
en las comunidades de Chawaytiri y ParuParu, en zona puna tambin, sealan los elevados
16
Sistema de reciprocidad entre familias, parientes y miembros de una comunidad para el apoyo en labores
agrcolas o acceso a bienes.
152
costos crematsticos de adquisicin como principal causa de su no uso entre los campesinos
(Bevins, 2003).
En cuanto a la administracin de la papa para el consumo familiar, destaca el hecho que se
trata de un producto de difcil conservacin. Sin embargo, aprovechando la circunstancia
que, en los meses de la cosecha de papas mayo y junio- comienzan las fuertes heladas de
todas las noches, los antiguos peruanos desarrollaron un procedimiento para convertir la
papa en un producto durable: el chuo (Imagen 6.2.1.6). Esta tecnologa de deshidratacin
permite el consumo de las papas amargas que de otra forma no podran consumirse. Sin
embargo, tanto el consumo paulatino como el intercambio de pequeas partes de la papa en
almacn (Imagen 6.2.1.7) para la obtencin de otros alimentos, repercuten en el volumen de
papa y otros tubrculos en stock que va disminuyendo de manera importante a partir del
mes de noviembre. De esta manera, los meses entre diciembre y abril se constituyen como
los meses de menos disponibilidad de alimentos de autoproduccin (Fig.6.2.1.4).
Fig. 6.2.1.4. Disponibilidad de alimentos a
lo largo del ao en las comunidades de
Wakawasi, Kishuarani, Qochayoq y
Pampacorral, Valle de Lares, Cusco, 2003.
Papa
Apia
Olluco
Junio
Abril
Febr.
Dic.
Oct.
Agosto
Maswa
153
Maana
Tarde
Durante cosecha
Noche
Maana
Tarde
Noche
Sopa de lisas, sopa de chuo, sopa de moraya, papa sancochada, sopa de trigo, sopa de
maz, segundo fideo, sopa de qaya, mate natural, caf
Segundo de fideo, papa sancochada, sancochado de moraya o chuo, sancochado de
qaya, sopa de moraya
Sopa de maz, papa sancochada, sopa chuo, sopa lisas, sopa de qaya
Sopa de maz, papa sancochada, sopa lisas, sopa de moraya, mate de haba, arroz con
carne, sopa chuo, sancochado de chuo, qachuchuo
Watia, papa sancochada
Sopa de arroz, sopa de chuo, sopa de lisas, qachuchuo, sopa qachuchuo, papa
sancochada
Fuente: Elaboracin propia a partir de encuestas acompaamiento a familias zona keshua y puna del valle de
Lares. Marzo 2003.
155
Fig. 6.2.2.2. Cultivos alimenticios en la zona puna del valle de Lares: comunidades de Pampacorral y
Kishuarani (Cusco, Per). Mayo 2003.
Leyenda
Choquecancha
Qachin
N
Fuente: Elaboracin por parte del GED de mujeres de la parte media y alta del valle de Lares, sobre mapa
topogrfico del Valle de Lares 2003 (Escala trabajo 1:85000).
156
157
Actividad agrcola
Preparacion terreno
Seleccin semilla
Siembra y abono
Deshierve
Primera lampa
Segunda lampa
Cuidado plagas
Cosecha
Seleccin
Meses
Pers
E F M A M J J A S O N D
X
5
X
2
X
3
X
3
X 6
X
4
X X X X
1
X X
6
X
2
Quien T
V M
X
6
X X
4
X X
6
X X
6
X
7
X
6
X
3
X
6
X X
3
158
Mayo
Febr.
Nov.
Agosto
De la misma manera que en la zona puna, en la zona keshua, si bien los patrones de
consumo se distribuyen en tres principales comidas a lo largo del da madrugada, medio
da/tarde, y noche- en cada una de stas no existiran varios platos, sin uno slo, en el que
se mezclan diferentes alimentos. De ste se sirven dos o tres raciones por persona en
funcin del apetito y de la cantidad maz y verduras procesados de diferente manera. En la
tabla 6.2.2.3 se observan algunas preparaciones priorizadas por las mujeres de la zona
keshua y puna durante el GED sobre nutricin. En sta destacan, por ejemplo, la sopa de
maz, quinua, mote con aj, segundo de calabaza y soltero de habas, entre otros. En la zona
keshua, las comidas preparadas por las familias contienen una diversidad ms amplia de
verduras y alimentos, incluyendo las habas, ollucos, zapallo, calabaza, maz, papa, fideo,
quinua y chuo entre otros.
Tabla 6.2.2.3. Patrones referencia de alimentacin local en la zona keshua. Valle de Lares.
Maana
Tarde
Noche
Durante cosecha
Sopa de maz, sopa de calabaza, sopa lisas, sopa de chuo, sopa arroz, sopa quinua, mate
manzanilla, mate de pilli
Sopa de quinua, sopa de lisas, sopa fideo, papa sancochada, mote con aj, soltero de
habas, segundo olluco, segundo fideo, segundo calabaza y fideo, mote con aj
Sancochado de papa, sopa con quinua, sopa de chuo, sopa de maz, cena de lisas, caf
con papa sancochada, caf con tostado, mate de pilli.
Maana
Sopa de fideo, sancochado de papa, sopa lisas, qachuchuo y papa sancochada, sopa de
zapallo, sopa calabaza, mazamorra de maz y papa, mate de caf
Tarde
Sancochado de papa con aj, soltero y asado de cuy, papa sancochada, watia y segundo
fideo
Sopa de chuo, sopa con trigo, sancochado de papa, mate de caf.
Noche
Fuente: Elaboracin propia a partir de encuestas acompaamiento a familias zona keshua y puna del valle de
Lares. Marzo 2003.
159
El primero sera el arreglo vertical del espacio con la relacin inversa entre la temperatura y la altitud.
Segundo sera la disminucin de las lluvias del norte hacia el sur. Tercero sera el efecto este-oeste donde el
oriente es ms hmedo debido a procesos climatolgicos generados por estar mirando hacia la llanura
amaznica y sujetos a la humedad trada por los vientos orientales.
18
Murra (1972) sugiere que sta ha resultado la principal estrategia que la poblacin andina ha puesto en
prctica desde el periodo pre-incaico pan-andino para acceder a parcelas ubicadas en diferentes pisos
altitudinales a fin de diversificar adecuadamente su produccin agraria. Condarco Morales (Murra y
Condarco, 1987) denominar la complementariedad de pisos verticales eco-simbiosis. La existencia de la
verticalidad en pocas ms antiguas fue investigada en ms profundidad por el arquelogo Luis Lumbreras
(1977, 1986) quien estudi en profundidad tanto las sociedades cazadoras y recolectoras entre los 13000 y
12000 a.c. de Ayacucho, como la cultura Wari a partir de los 500 d.c. En el mismo sentido tambin destacan
las aportaciones de Condarco Morales (Murra y Condarco, 1987) en lo que denomin la teora eco-simbitica.
160
interdependencia entre los diferentes grupos tnicos. Para explicar las formas de integracin
social a travs de la circulacin de bienes y servicios de la sociedad andina durante el
imperio incaico Murra (1955) utiliz la idea de redistribucin propuesta por Polanyi
(1957)1, describiendo una forma especfica andina de organizar la produccin basada en
principios organizativos comunes de reciprocidad que llevan a la redistribucin de bienes y
servicios.
Han pasado ms de 500 aos desde que los visitadores espaoles registraron la informacin
que nos dio los conocimientos sobre el proceso de verticalidad ecolgica. Estas formas
descritas por Murra se han venido modificando a lo largo de la historia, mejorndose y
adaptndose a medida que las propias necesidades y presiones externas forzaban a los
habitantes de la zona andina a defender, restringir y disminuir la escala de sus operaciones
frente a las nuevas formas e instituciones impuestas por los conquistadores.
Las modificaciones que estas formas han sufrido han sido investigadas por etnlogos como
Brush (1970), Burchard (1970), Custred (1971), Fonseca (1966, 1972), y Mayer (1971),
entre otros, notando en todos los estudios su vigencia actual. Murra (1960:57) apunta que la
persistencia de los ritos agrcolas vinculados a los dos principales sistemas de agricultura
maz19 y tubrculos20- demuestra que estos dos sistemas no pudieron ser integrados a un
sistema econmico nico despus de la invasin europea. En 1993, Murra segua valorando
la capacidad vigente de la poblacin de combinar en un slo sistema el manejo de
subsistemas dramticamente distintos como los de puna y yunga, como el logro de lo
andino en relacin a la verticalidad (Castro et. al., 2000:141). Murra y Condarco (1987)
han descrito como este proceso ha dado pie a una verdadera complementariedad ecosimbitica en el sentido de una complementariedad entre pisos ecolgicos.
Las referencias histricas sobre el valle de Lares relatan la existencia de la nacin de los
Laris previa a la llegada de los inkas (Chacn, 1984: 9), que junto a los Wallas, Antasayaq,
Sawasiras y Pokes, poblaban la zona de Cusco. Luego de grandes batallas, estas tribus
cedieron el valle del Watanay a Manqo Qhapaq, fundador del imperio inka, replegndose
en las estribaciones orientales de la Cordillera, hasta que se cree, fueron incluidas en un
solo ayllu, el Qosqo Ayllu, que abarcaba desde Ollantaytambo, pasando por Pachar,
Urubamba, Huayllabamba, Yucay, Maras, Huarn, Arn, Sillacancha, Urco, Calca, Lamay,
Coya, Pisaq, Taray, San Salvador, Huambutio y que adems inclua las partes altas de
ambas mrgenes del ro Vilcanota hasta la ceja de selva de Oqobamba, Lares, Paucartambo
y Kosipata. Algunos restos arqueolgicos como los de Choquecancha, Umapata,
Lucumarca, Antawala y Aukani nos hacen pensar en el dominio que ejercieron las tribus y
habitantes de este territorio situado a la entrada de los valles de Lares, Lako y Yavero.
Los Laris habran formado la cultura Lares, cuya capital se piensa habra sido la poblacin
de Choquecancha, desplazada de la ciudadela de Antawala. En la poca de la colonia
19
Cultivo importado de significado ceremonial expansionado por el inters seorial y estatal a travs de la
colonizacin de nichos keshua y la construccin de andenes y riego por parte de colonos del imperio inka-los
mitmaq- procedentes de Cusco (Murra, 1960, 1972).
20
Correspondiente al sistema de agricultura andina que es la principal y bsica para la alimentacin
consistente en plantas domesticadas localmente y adaptadas trabajosamente a las condiciones andinas
(Murra, 1960).
161
(1535-1824), Lares constitua una de las seis doctrinas del partido de Calca y Lares,
incluyendo a Qachin y Choquecancha, que eran bien conocidos por su produccin tropical21
por lo espaoles. Si bien no fueron ocupadas por los espaoles por su terreno accidentado,
se habran mantenido relaciones de comercio (Municipalidad Distrital de Lares, 2003). En
la real ordenanza puesta en vigencia por Benito de La Mata Linares en 1784, se destacaba
la existencia de abundancia de semillas, cacao, ganados, maderas, races, gomas
exquisitas, caaverales de azucar y produccin de coca (Chacn, 1984:19). Con ello se
habra dejado constancia de la ocupacin y aprovechamiento de los diferentes pisos
ecolgicos por parte de su poblacin desde pocas antiguas, bajo un sistema de uso
administrado por los ayllus.
En la historia contemporanea, el valle de Lares-Yanatile se ha constituido como una de las
principales zonas productoras de coca del departamento de Cusco. Esta actividad se
desarroll con mucha importancia unos 60 aos atrs como rama de la colonizacin de la
sierra oriental. La mayora de los colonos originarios eran antiguos campesinos que
obtenan del hacendado, por contrato verbal, una parcela de tierra virgen por un
determinado tiempo para aprovecharla a cambio de su habilitacin agrcola. Cuando en los
aos 70 los propietarios de las haciendas perdieron el control de la tierra, a muchos
campesinos se les ofreci la oportunidad de colonizar tierras que fueron de la hacienda. Si
bien la produccin es de pequea escala, es altamente comercial siendo la mayor parte
destinada al monopolio controlado por el Estado. Sin embargo, paralelamente al sistema de
comercializacin nacional va ENACO, el valle mantiene todava dinmicas de intercambio
de productos de la zona puna y keshua por coca. Por lo tanto, en el valle de Lares se han
dado tradicionalmente complejas relaciones de intercambio en la dimensin vertical,
facilitadas por su condicin de ruta de mercadeo y salida de los productos y recursos de la
selva de la Convencin hacia la ciudad de Cusco. Estas relaciones se han fundamentado en
la diferencia climtica y agroecolgica del espacio que determina que los productos
maduren y se cosechen en diferentes pocas del ao. En cuanto a las papas, mientras que en
el mes de mayo ya empiezan a madurar en Choquecancha y Qachin, en las comunidades
altas lo hacen ms tardiamente. La secuencia de cosechas siempre empieza en el norte del
valle por ser la zona ms clida, con la papa maway, el choclo y la calabaza, seguidos de la
papa de siembra grande, ocas, ollucos y habas. Luego el maz y zapallos. De esta manera la
poblacin siempre busca las cosechas anticipadas del norte. El trueque tambin resulta
explicado por las relaciones sierra-montaa que tiene raices histricas precolombinas en
base a la obtencin de coca. Por lo tanto, la poblacin de la montaa consume productos de
la sierra porque son oriundos de sta.
En la actualidad, los nucleos habitados de las comunidades de Qachin y Choquecancha en
la zona keshua de cultivo de maz, accederan por control continuo (Rabey et al.,
1986:135) a la zona puna para el cultivo de la papa y otros tubrculos andinos, tal y como
demuestra la posesin de varias chacras entre cuatro y siete- en una diversidad de zonas o
pisos verticales que van desde la zona yunga hasta la zona puna. Como hemos visto, lo
mismo sucede con las comunidades de la zona puna, Pampacorral, Kishuarani y Wakawasi,
21
En la real ordenanza puesta en vigencia por Benito de La Mata Linares en 1784, se destacaba la existencia
de abundancia de semillas, cacao, ganados, maderas, races, gomas exquisitas, caaverales de azucar y
produccin de coca (Chacn, 1984:19).
162
entre otras, que combinan la ganadera de camlidos en una gran extensin de pastos con la
agricultura de tubrculos (ver Tabla 6.1.1.3). El hecho que las familias cultiven chacras en
diferentes pisos altitudinales es el resultado de: (i) la herencia familiar del usufructo de
territorios ancestralmente ya cultivados por la comunidad desde la poca inka y pan-andina
y su actual redistribucin intracomunal a solicitud de acceso a tierras en cada uno de los
sectores de la comunidad22 por parte de las familias y (ii) la colonizacin y adquisicin de
terrenos en ceja de selva (zona yunga) en las dcadas de los aos 80 y 9023.
Si bien en la medida en que las comunidades del valle de Lares han conseguido controlar
territorios en la mayor cantidad de mbitos ecolgicos, se ha incrementado su capacidad de
manejo de los diferentes ciclos productivos (Mayer y De La Cadena, 1989)24, la capacidad
de las familias en dedicar tiempo y trabajo ha resultado insuficiente. Este hecho ha sido
interpretado por algunos como Golte (1980) y De La Cadena (1989), como una limitacin
estructural del modelo de desarrollo andino. Para mantener el control y acceso a las
diferentes zonas de produccin25 para la alimentacin de la poblacin (Mayer y Fonseca,
1988; Mayer, 1989) las comunidades han desarrollado y mantenido en la actualidad una
forma colectiva especficamente andina de organizar la produccin y posibilitar la
suficiente capacidad de dedicacin y trabajo, y podemos aadir tener acceso a una
alimentacin diversificada y constante, que en condiciones ecolgicas y sociales
cambiantes, puede generar constantemente soluciones que cierren la brecha entre los
cultivos deseados y las condiciones ambientales que determinan la produccin.
22
Tal y como explican Alberti y Mayer (1974:16), la tierra de la comunidad o ayllu se divide en un cierto
nmero de sectores, teniendo en cuenta sus condiciones ecolgicas y los ciclos rotativos de los cultivos. Cada
familia tiene el derecho de pedir acceso a tierras en cada uno de los sectores para controlar el mximo pisos o
zonas diferentes.
23
Desde la dcada de los aos 60 el Estado peruano ha priorizado polticas de desarrollismo colonizador en la
zona de selva mediante consecutivos instrumentos normativos para el establecimiento de incentivos a la
iniciativa privada. Algunos ejemplos son el Decreto Supremo n6 del 10 de enero de 1964 para la exoneracin
tributaria a aquellos habitantes de la Selva que realizaran por lo menos el 75% de sus actividades dentro de la
regin, la Ley 15600 que estableca la zona de selva liberada y promova las actividades productivas y de
servicios, y la Ley de Promocin y Desarrollo Agrario de 1980, que insistan en los incentivos a la produccin
y los servicios. Para promover y "organizar" los procesos de asentamiento rural se crearon los Proyectos
Especiales en Selva, a cargo del Instituto Nacional de Desarrollo. Pese a ello, el proceso migratorio mantuvo
un alto nivel de espontaneidad. En 1989, se promulg la Ley 24994 de Bases para el Desarrollo Rural de la
Amazona Peruana, que hace suyos los conceptos de migracin, colonizacin, naturaleza inagotable y
relegacin de los pueblos indgenas, reforzando un fuerte papel del Estado en la provisin de servicios que
permitiera fomentar la colonizacin de la regin. Durante sus dos perodos de gobierno Alberto Fujimori
(1990-1995-2000) ofreci promover el desarrollo nacional a travs de la iniciativa privada. En 1997 el
gobierno logr aprobar en el Congreso la Ley de Promocin de la Inversin Privada en la Amazona la que se
convertira en la respuesta de Fujimori al desarrollo amaznico.
24
Brush (1977) describe como si bien la verticalidad del paisaje impuso aislamiento entre las comunidades
andinas, la integracin regional y nacional han sido importantes objetivos de regmenes polticos como el de
los inkas. Sin embargo, para numerosas regiones los vnculos con el mundo exterior han sido demasiado
efmeros y frgiles como para depender de ellos, adaptando la cultura y las economas al ambiente local,
creando sistemas regionales autosuficientes basados en la agricultura.
25
Grupo especfico de recursos manejados comunalmente en el que se cultiva de una manera particular. Una
zona de produccin se distingue fcilmente de la otra por caractersticas observables. La lista de cultivos en
cada zona de produccin es diferente y en cada una de ellas rige un sistema de rotacin especfico (Fonseca y
Mayer, 1988). En esta definicin estn incluidos aspectos de infraestructura, sistemas de racionar recursos
como agua de riego y pastos naturales, as como mecanismos para reglamentar la manera en que estos
recursos deben de ser utilizados (Mayer y De La Cadena, 1989).
163
Segn Golte (2001), el alto grado de ritualizacin podra ser interpretado como. Los aspectos de fiesta y
ritual, adems de constituir una expresin de la estrechez del modelo de dominio de la naturaleza adoptada en
los Andes, confieren estabilidad y reafirmacin de las agrupaciones sociales y sus formas de interaccin.
164
Sus obligaciones civiles y rituales estn vinculadas con la regulacin de los ciclos agrcolas, distribucin de
las tierras y proteccin de las que estn en produccin.
28
Segn el sistema de cargos para las fiestas, en un primer momento la persona A rene bienes y servicios
por parte de otras personas con las que mantiene relaciones de parentesco, B, C, D y E. En un segundo
momento, lo recibido lo distribuye a la comunidad en forma de comida, bebida y fiesta. Al terminar la fiesta,
B, C, D y E reciben el reconocimiento de A por la ayuda prestada en el primer momento con un convite.
165
comunidad persona a persona, de manera que cada uno le tocar servirla en algun
momento. Los turnos dentro de la poblacin se da por edad social del individuo.
En este contexto destaca la relacin dialctica entre la familia y la comunidad que sera de
simbiosis y conflicto a la vez, regulando y congeniando los intereses divergentes de las
unidades familiares por un lado, y los intereses colectivos por el otro, lo que genera
constantemente una fuente de tensin y de cambio. Mayer y Fonseca (1988) enfatizan el
papel de la comunidad como entidad social que organiza y regula el proceso productivo.
Los comuneros intervienen mediante sus reglamentos en el aparato productivo de la
comunidad.
Esta mediacin del ente comunal, si bien mantiene formas democrticas y solidarias, estara
plagada de conflictos internos, entre los que se encuentran tensiones para lograr una mayor
apertura e integracin al mercado nacional para la apertura de sus productos agropecuarios
por parte de algunos grupos locales.
Esto no implica que la produccin para el autoconsumo haya desaparecido ni que las
relaciones sociales de produccin se hayan mercantilizado. En el valle de Lares, al igual
que en otros lugares de la cordillera andina tal y como describieron Alberti y Mayer (1974),
existen mecanismos de intercambio econmico que funcionan al margen del sistema
monetario nacional pero no aislado de ste, bajo un principio de reciprocidad. A
continuacin se describen algunos de ellos.
6.3.3 Formas de reciprocidad y redistribucin en el valle de Lares
Si bien tradicionalmente en el estudio de las formas de reciprocidad y redistribucin de las
sociedades llamadas de subsistencia se toma como referencia las aportaciones de Polanyi
(1968) quien estudi las formas de integracin social ajenas al principio de mercado en
sociedades primitivas describiendo la existencia de las cuatro formas principales
conocidas de reciprocidad (mutuality)29, redistribucin (sharing)30, intercambio (acts of
barter)31 y granja, fueron antroplogos peruanos quienes desde la dcada de los aos 60
llevaron a cabo, a partir de investigaciones etnogrficas en diferentes regiones de los
Andes, las interpretaciones del funcionamiento de las formas de integracin social de la
poblacin andina, estableciendo un marco que como veremos a continuacin, difiere de los
aportaciones de Polanyi. Por otro lado cabe destacar que dichas aportaciones desde el
mbito nacional se han basado en los trabajos previos en antropologa sobre la dialctica
29
166
del don de Mauss (1971). sta explica como se inicia un juego de dones y contradones que
reproduce la sociedad y el sistema productivo. Aquel que no restituye queda excluido del
orden social y del acceso a los recursos comunitarios. Por otro lado, Mauss (1954) expres
que transacciones en sociedades tradicionales difieren de las relaciones de mercado porqu
son grupos los que realizan los intercambios a travs de sus representantes, quienes hacen
los contratos y estn comprometidos por obligaciones morales, no slo intercambian bienes
sin cortesas, diversiones, rituales, etc.
Alberti y Mayer (1974) definen la reciprocidad como el intercambio normativo y
contnuo de bienes y servicios entre personas conocidas entre s, en el que entre una
prestacin y su devolucin debe transcurrir un cierto tiempo, y el proceso de negociacin
de las partes, en lugar de ser un abierto regateo, es mas bien ceremonial. Las partes
interactuantes pueden ser tanto individuos como instituciones. Mayer (1974:43) establece
que la diferencia en el objeto de las relaciones de reciprocidad, con otras de otro tipo, es
que se trata de servicios personales para los cuales no existe un precio y que pueden ser
retribuidos con el mismo servicio o con bienes especificados por costumbre. Para Mayer,
de manera contraria, en el caso del canje de bienes realizados en trueque o por pagos
monetarios existira un valor mensurable explcito, discutido y regateado abiertamente,
que equivale a determinadas cantidades de otros productos o al precio. Con ello se pone
nfasis al hecho que es el expendio del esfuerzo personal a beneficio de otros el que se
toma en cuenta en los intercambios recprocos de la sociedad andina, retribuyndose slo
mediante la devolucin del mismo esfuerzo personal. Mayer explica como el ofrecer ms
de lo normal asigna prestigio al donador, al ofrecer menos de lo normal implica
desprestigiar al receptor. Un ofrecimiento normal resulta un camino neutro.
Desde nuestro punto de vista, siguiendo un principio de precaucin en la interpretacin de
la valoracin que realiza la poblacin andina de los productos intercambiados en el
contexto del trueque y del esfuerzo personal de la contraparte a la que hace referencia
Mayer, preferimos pensar de entrada, que detrs de las formas tradicionales de trueque
podra existir un enfoque de valoracin mico basado en la incommensurabilidad de valores
de los productos obtenidos segn el cual el valor de intercambio o valor mensurable de
los productos no sera ni mensurable ni equivalente al precio tal y como lo establece
Mayer. Por ello aadiremos a las formas de reciprocidad establecidas por Alberti y Mayer
(1974) las correspondientes a los intercambios de trueque.
Dentro de los intercambios recprocos, Mayer (1974) distingue los de tipo simtrico en el
que lo recibido debe corresponder a lo dado y el asimtrico en el que no es as. El
intercambio simtrico (Fig. 6.3.3.1) requiere de unidades igualmente constituidas y dotadas
de recursos para la produccin. En el intercambio asimtrico, en lugar de devolver el
mismo servicio, ste es reemplazado por determinada cantidad de bienes que pueden tener
un valor variable o no ser equivalente al esfuerzo gastado (Fig.6.3.3.2). En el caso de darse
una devolucin posterior en sentido inverso de servicios por una cantidad de bienes no
equivalentes, el intercambio se volvera simtrico. Mediante estos dos tipos de intercambio,
se constituyen mecanismos de redistribucin a toda la comunidad en sentido diferente al
modelo de integracin de redistribucin polanyiana que implicara una centralizacin del
proceso. Por lo tanto, dentro de la comunidad ideal, predominaran relaciones simtricas,
las que por su misma naturaleza no permitiran la acumulacin de riqueza en manos de
167
168
El ayni es la reciprocidad entre dos partes consideradas de igual a igual y entre las cuales
existe un compromiso de devolucin futura del mismo servicio. Por lo tanto resulta una
modalidad de reciprocidad basada en equivalencias de prstamo que es devuelto en los
mismos trminos, de manera balanceada, entre comuneros de condicin econmica ms o
menos similar. El ayni se referiran al concepto de reciprocidad (mutuality) establecido por
Polanyi (1968), destacndose una simetra a nivel de matriz social. Esta modalidad incluye
todo tipo de intercambio: desde trabajo agrcola hasta servicios ceremoniales. Se pueden
establecer relaciones de ayni con cualquier persona y se cuenta los aynis que se adeudan
con los dems. El pago del ayni est considerado obligatorio si se quiere perpetuar la
relacin social con la otra parte y con la comunidad. Si bien resulta obligatorio devolver la
prestacin de servicio, puede resultar que si se brinda como ayuda, de manera menos
formal que al ayni, no se lleve la cuenta de la ayuda prestada ni recibida. En los
intercambios de ayni podemos encontrar prstamos de productos y semillas que sern
devueltos en productos y semillas. Durante la siembra o la cosecha, en el marco de las
relaciones de ayni en trabajo agrcola, suele ocurrir que el comunero demuestre el
agradecimiento por el trabajo recibido en ayni entregando al final de la jornada un pequeo
regalo de semillas de papa. Por lo general, las semillas regalo son de cultivares muy
preciados y de mucho inters para el comunero que las recibe.
La minka consiste en el intercambio de servicios de trabajo por producto cuando: (i) hay
una desigual produccin entre pisos ecolgicos, (ii) se sufre escasez por mala cosecha o,
(iii) hay personas en la comunidad, por ejemplo personas ancianas, con pocas tierras para la
produccin de alimentos. El servicio no es devuelto de la misma manera en como se
recibi, sin que se brinda una comida y se otorga cierta cantidad de bienes o productos que
est bien especificada para cada ocasin aunque la cantidad del pago depende, en muchas
ocasiones, de la voluntad de quien se beneficia del trabajo. En general, los servicios
otorgados en minka pueden ser especializados o no. La persona que precise de los servicios
de un minkado debe acudir a l y pedrselo formalmente. La minka puede darse entre
personas de igual a igual o amigos de confianza, o de manera asimtrica entre personas de
estatus diferente donde el flujo de los servicios prestados es desde el ms bajo estatus social
al de ms alto. En el primer caso, los hombres de las comunidades de la zona puna Pampacorral, Kishuarani, Qollana, Pumapunko, Ankallachi, Rayankancha y Qochayoq,
entre otras- bajan a las comunidades de la zona keshua del valle- Choquecancha, Qachin,
Lares y Matinga- para trabajar en la cosecha de maz. Tambin suelen hacerlo,
especialmente, familias que poseen muy pocos animales y poca tierra cultivable. El nmero
de das que suelen dedicar a esta modalidad de trabajo oscila entre 15 y 20
aproximadamente. Pueden quedarse a dormir en las comunidades de la parte media, en casa
de sus conocidos y compadres a quienes les traen carne de carnero, papas y tubrculos a
cambio del alojamiento y la comida. A cambio del trabajo que realizan, al final de la
cosecha se les restituye con parte de la produccin en forma de pago, recibiendo la cantidad
suficiente de maz para el consumo familiar durante el ao. Lo mismo sucede con los de la
zona keshua que se minkan con la poblacin de la zona puna para obtener el acceso a los
tubrculos que necesitan. En el segundo caso, se lleva a cabo la misma estrategia pero entre
comunidades de la misma zona agroecolgica cuando la cosecha en alguna de las
comunidades no ha sido sufiente para abastecer las necesidades alimentarias de las familias.
En el tercer caso, los campesinos que tienen muy pocas tierras y sufren de hambruna
crnica se alquilan en minka a cambio del pago en productos para poder alimentarse.
169
Jornales agrcolas que reciben un sueldo monetario pueden ser reconocidos como minka y
ser contratados con comida incluida. Estas formas fueron descritas por Fonseca (1974:92)
para las comunidades de Chaupiwaranga en el departamento de Pasco y se caracterizan por
constituir un mecanismo de extraccin de excedentes de los comuneros en beneficio de la
comunidad o de otros comuneros necesitados32. Otras modalidades que se consideran
dentro de las formas de minka se inscriben en los actos ceremoniales y festivos como son
los cargos que se cumplen en la preparacin de las fiestas, el marcado de ganado, los
techados de las casas para las nuevas parejas en la esfera delimitada por las relaciones de
parentesco, pero que no trataremos.
Por lo tanto, con este conjunto de redes de relaciones, se tiene acceso a recursos humanos
que ayudan al campesino a proveerse de los medios para vivir. Una misma persona o
familia est inmiscuida en las diferentes modalidades en los diferentes momentos: puede
deber tareas de ayni, brindar ayuda en minka o apoyar a un pariente en forma de voluntad.
La reciprocidad no slo ayuda a culminar ciertas tareas agrcolas sino que representa, a la
vez, ocasin para que cada familia redistribuya sus excedentes econmicos acumulados. De
no cumplir estas pautas culturales, se estara corriendo el riesgo de perder el acceso a la
fuerza de trabajo y a la produccin de los dems, de importancia crucial en una sociedad
cuya economa es bsicamente autoabastecimiento.
6.3.3.2 Formas de intercambio de alimentos y productos
Antiguamente se acepta la existencia en el valle de Lares de un importante movimiento
semanal de los habitantes del valle de Lares que viajaban a Calca para ofrecer sus
productos, principalmente coca, a los tambos donde se hospedaban los comerciantes
huancaanos. Con la inauguracin de la carretera, desaparecieron las bestias de carga, y las
actividades comerciales se ubicaron directamente en la misma fuente de la produccin de
coca en Quebrada Honda, en viajes directos de Junn y Ayacucho al valle de Lares y viceversa mediante flotas de camiones (Chacn, 1984:136).
De manera general, por otro lado, la fuente general de ingresos monetarios est constituida
por las migraciones temporales a los centros urbanos y zonas de selva. El ingreso por venta
de productos agropecuarios es menor. El dinero es usado para obtener productos
manufacturados de uso cotidiano como azcar, manteca, kerosene, velas, que se consideran
artculos de primera necesidad hoy en da; en obligaciones sociales como aguardiente,
cigarrillos, etc; y en bienes duraderos como zapatos, ropa, herramientas, etc; en el
mejoramiento de las casas; en realizar viajes de negocios, etc.
Mayer (1970:8) distingue entre las transacciones de conversin que implican operaciones
de compra-venta en dinero en las que las condiciones estn dictadas por los intermediarios
y representantes del sector estatal, y las transacciones de traslado donde el comprador y
vendedor son dueos de sus productos y realizan la transaccin para fines inmediatos de
32
En el contexto de los aos 70 de Reforma Agraria, Fonseca (1974: 91) describe como puede constituir una
forma de extraccin de excedentes de los comuneros ms pobres hacia los ms pudientes y por lo tanto una
manera de agudizacin de las diferencias sociales internas.
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Las unidades quintales, arrobas y libras fueron traidas por los espaoles al Per en el siglo XVI. Una arroba
correspondera a unas 25 libras, 4 arrobas a un quintal y 3 arrobas a una carga de llama (Custred, 1974:266).
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Las primeras se derivan directamente del valor de uso de lo que las dos partes han producido directamente.
En este caso, las tasas de intercambio no pueden ser traducidas a equivalentes monetarios sin distorsin ya
que derivan de cualidades concretas de lo que se est intercambiando. Sin embargo, el sistema de precios que
establece las tasas de intercambio variables utiliza el concepto y funcin de la moneda sin que sta intervenga
en las transacciones. Mayer (1970) y Fonseca (1972) explican como estos precios corresponden al precio que
rega en la zona en pocas pasadas. Mayer (1970:4) explica que unay precio es la tasa de intercambio
establecida para hacer trueque entre productos de diferentes zonas ecolgicas, principalmente entre la zona
keshua y puna, puesto que es una medida de valor relativo entre el maz y productos de la puna. Es un
mecanismo que permite realizar el intercambio entre productos a precios variables. En Tngor, comunidad
estudiada por Mayer, la base del unay precio era de 40 mazorcas de maz por 10 centavos. Este precio no
tena nada que ver con el precio actual del maz que se cotizaba en el mercado y es mucho ms bajo que ste.
Los habitantes de las comunidades de puna bajaban a cambiar lana, carne, chuo y queso y cotizaban un unay
precio al que estaban dispuestos a cambiar por maz, por ejemplo, 30 centavos por el velln de lana. Si a los
tangorinos les parece aceptable este precio, entonces les dan 40x3=120 mazorcas de maz por el velln. Hay
aos en los que la produccin de maz o de otros cultivos en la zona puna puede ser baja y los comuneros
deciden subir sus cotizaciones de maz, por ejemplo de 40 mazorcas por 10 centavos a 30 mazorcas.
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puna y los de la quebrada hasta llegar a un precio justo y aceptable entre los dos. Cualquier
que sea la tasa de intercambio establecida en un ao, sta es siempre menor que el valor
monetario que se podra obtener si los de la puna vendieran sus carneros y los de la
quebrada su maz en el mercado actual por dinero. Las tasas de intercambio se mantendran
estables por cuestiones morales, de costumbre y continuidad de relaciones entre la puna y la
quebrada a pesar de la interferencia del mercado monetario35. Bajo este sistema, en el valle
de Lares un bellon de fibra de alpaca equivaldra a una arroba de maz, tal y como
expresaron las seoras de la zona keshua y puna en el GED sobre caracterizacin de los
chalayplasa.
En el primer caso de los desplazamientos de miembros de las familias, se daba cuando la
cosecha no haba sido suficiente con el objetivo de conseguir coca para ser intercambiada
posteriormente por alimentos. El acceso a la coca desde mucho tiempo atrs ha significado
acceso a la comida para los campesinos andinos36. Dependiendo de cada situacin, se poda
realizar un viaje o ms que podan tener una duracin entre unas semanas a unos dos meses.
Otro motivo de este tipo de viajes era la necesidad generalizada de consumo y uso directo
de la coca entre la poblacin, para trabajar en las alturas, ofrecer a las personas que ayudan
en las labores, llevar a cabo ceremonias espirituales de pago, compartir en ceremonias
sociales como la constitucin de las nuevas autoridades, uso como planta medicinal, y
otras. Algunos comuneros que eran conocidos en la zona de ceja de selva por haber
trabajado en la hacienda de Laja y otras, bajaban a intercambiar productos de la zona
keshua y puna como maz y papas (cosechados directamente u obtenidos con intercambio
de trabajo por producto en caso de no haber obtenido suficiente cosecha) por coca. sta,
una vez de regreso, era a su vez intercambiada en las comunidades de la zona keshua y
puna por alimentos como maz, papas y otros, a tasas de cambio ms beneficiosas. En
estudios en la zona de Huanuco, Burchard (1974) calcula que bajo este sistema, un saco de
papas poda dar acceso a ocho sacos de papa de no ser por la existencia de una obligacin
o buena conciencia, socialmente establecida para mantener y conservar buenas relaciones
con el conjunto de la comunidad, de compartir la coca con personas que no tenan nada en
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Mayer (1970) explica como se siguen realizando transacciones de trueque en las que alguna de las dos
partes pierde en relacin a lo que podra obtener vendiendo sus productos en el mercado monetario, por el
hecho de mantener las relaciones de reciprocidad con los habitantes de los otros pisos altitudinales valorando
que es la nica manera en cmo los habitantes del otro piso altitudinal pueden tener acceso a alimentos que no
tienen.
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Tal y como sintetizan Noejovich y Salles (2002), la literatura antropolgica econmica principalmente de
Polanyi (1976) diferencia entre el dinero moderno (como dinero multipropsito) y el dinero con propsito
determinado o moneda primitiva. En el primer caso cumple las funciones de medio de cambio, unidad de
cuenta y patrn de valor en base a su naturaleza cardinal, mientras que en el segundo son todos los objetos
que cumplen slo alguna de estas funciones y no tiene relacin alguna con el sistema de precios que
corresponde a un sistema econmico que utiliza dinero o moneda en sus transacciones, siendo de carcter
ordinal. Algunos citados seran la coca y el cacao que no son requeridos por su capacidad de compra, sino por
su necesidad respecto al ritual o pertenencia al estamento o grupo. Estos bienes estamentales, su tenencia,
disfrute u obtencin, aseguran al individuo su participacin en las interrelaciones sociales. La falta de
disponibilidad de ese bien estamental exluira al individuo del grupo y ello de la vida activa. Estos bienes
estamentales intervienen en los trueques no mercantiles surgiendo en numerosas ocasiones con la escasez del
dinero apoyando la importancia de la endogeneidad de la oferta monetaria. Lo que es importante es la
creacin y espontnea aceptacin de un medio de cambio y pago, dando pie a una funcin natural que tiende a
suplir las deficiencias de los sistemas institucionalizados.
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6.4
Breve recapitulacin
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