La Flama Misteriosa

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McGinn, Collin. La flama misteriosa. 1999. Basic Books. N.Y.

Eduardo: Si no hay respuesta entonces no veo la necesidad misma de plantear el problema. Es tan diferente a que si alguien nos dijera que los espritus animales que relacionan mente y cuerpo sin duda existen pero nos es imposible conocerlos? No hay nada ms evidente para ti que tu existencia como un ser consciente. (McGinn, 1999: XI) El punto de partida con que hay que contrastar la perspectiva de McGinn es el cartesianismo, que postula como la primera verdad clara y evidente el yo que para fines del tema sera la consciencia del yo. Preguntas: Qu es la conciencia? De dnde viene? Cmo est conectada con la entidad que llamamos cuerpo? Qu tiene que ver la actividad cerebral con ello? La conciencia no puede ser vista o tocada o separada o probada, a pesar de su intensa familiaridad. Es autoevidente y an as profundamente confusa. (McGinn, 1999: XI) Mi tema principal es que la consciencia es de hecho un profundo misterio, un fenmeno de la naturaleza sobre el cual no tenemos virtualmente un control terico. La razn para este misterio, sostengo, es que nuestra inteligencia, est mal diseada para entender la consciencia (McGinn, 1999: XI) Consciencia: Se relaciona con tener sensaciones, emociones, sentimientos, pensamientos. Instancias de consciencia. No confundir conciencia con despertar ni con autoconciencia, los bebes presumiblemente tienen consciencia pero es poco probable que tengan autoconciencia, igual que los animales. El inters del autor en este libro es acerca de sentir dolor, no en la forma en que pienso que siento dolor cuando lo siento. El mundo entero podra no existir como lo conozco, pero mis experiencias de ello seguramente existen. Argumento cartesiano. Puedo estar seguro de la existencia y naturaleza de mis experiencias conscientes, incluso cuando no puedo estar seguro de qu es lo que las causa. (McGinn, 1999: 4) Estoy seguro de que soy consciente, de ah se deduce que la conciencia es algo cuya existencia no

podemos coherentemente disputar. Es por lo tanto algo cuya explicacin no podemos eludir, no importa cun difcil pueda ser. (McGinn, 1999: 4) McGinn intentar dicha explicacin. La maquinaria del cerebro permite a la mente trabajar como lo hace y tener el carcter que tiene. (McGinn, 1999: 5) ello conduce a la pregunta Puede ser la mente completamente explicada por el cerebro? o son realmente entidades separadas? Cul es la naturaleza del vnculo que conecta nuestra experiencia consciente con los trabajos de la materia gris en nuestras cabezas? Yo defiendo que el vnculo entre mente y cerebro es un profundo misterio. Ms que eso, es un misterio ltimo, un misterio que la inteligencia humana nunca revelar. (McGinn, 1999: 5) Tesis principal de McGinn: La consciencia indudablemente existe, y se conecta con el cerebro en alguna forma inteligible, pero la naturaleza de esta conexin necesariamente nos elude. (McGinn, 1999: 5) La pregunta obligada es cules son las razones de este misterio. cun sorprendente es que la blanda materia gris en nuestras cabezas puede ser la base y causa de una rica vida mental. Desde un punto de vista, nuestro enaltecido rgano cerebral es slo un pedazo de carne. (McGinn, 1999: 6) probar el sabor del cerebro del alguien o de algo no quiere decir que se est probando el sabor de la consciencia. Si el cerebro es slo un pedazo de carne, al igual que otros rganos porqu produce consciencia y otros rganos no y porqu en algunas especies y en otras no. La cosa se complica ms al darse cuenta que slo algunos de los estados del cerebro estn conectados a la consciencia, ya que algunos procesos cerebrales ocurren sin ningn acompaamiento de proceso consciente, y ambos estados o procesos aparecen de forma bastante similar slo neuronas y sus interacciones. Ello parece rebatir la idea de uniformidad en la naturaleza. En opinin de McGinn la existencia de la consciencia no se puede explicar a travs de la evolucin (gentica) como un desarrollo a la par del del cuello de las jirafas. Pero en el caso de la consciencia la explicacin darwiniana no nos dice lo que queremos saber, por la simple razn de que no es claro cmo la materia puede ser tan organizada como para crear un ser consciente. (McGinn, 1999: 13)

el problema persiste, cmo puede la mera materia generar consciencia. Lo cierto es que para McGinn Debe haber algn tipo de proceso natural detrs de este asombroso brinco, pero este proceso es oscuro. (McGinn, 1999: 14) El cerebro comienza a parecer como una caja mgica, un fuente de hechizos. (McGinn, 1999: 16) Como cuando el genio sale de la lmpara al frotarla. Mcginn rechaza el materialismo y el dualismo, las posturas clsicas que ofrecen una solucin al problema. Rechaza el materialismo, teora que afirma que no hay nada de la mente que lo que el cerebro actualmente concibe, o en otras palabras la mente es un pedazo de carne, el genio es la lmpara misma, porque de ser as entonces no seramos ms que zombies imbuidos en la creencia de ser conscientes, auqnue en realidad no podemos ser conscientes despus de todo. Entonces si conozco todos los aspectos neurales y fisiolgicos del cerebro entonces conozco la mente? El hecho es que por el contrario no se conoce nada de la mente (estados mentales, sensaciones (estados mentales) respecto de otros estados mentales etc.) aunque se conozcan los procesos descritos del cerebro fsico y su comportamiento celular y neuroconductual. Con ello la tesis del materialismo se torna falsa. Un ejemplo de ello es el propuesto por Thomas Nagel, sobre la experiencia del murcilago, la echo-location es un sentido completamente distinto a los que el ser humano en su estado natural puede tener, de la misma manera que un ciego no puede saber lo que es la experiencia de ver. Sin embargo, el cerebro del murcilago no es muy distinto (al menos en su funcionamiento) del de los seres humanos, ni el del ciego con el que puede ver. Lo cual indica que podemos saber cmo funciona el cerebro del murcilago pero no podemos saber lo que es la sensacin-experiencia de la echo-location, el estado mental de lo que es ser un murcilago, lo cual segn la afirmacin del materialismo si es posible. Rechaza el dualismo, teora que estipula que no hay una relacin lgica entre mente y cerebro, esto es que no es posible reducir la mente al cerebro, porque son mbitos separados, si bien hay relaciones entre ellos stas nunca son necesarias, mente y cerebro tienen existencias distintas y por lo tanto pueden subsistir independientemente; porque tal estipulacin vuelve al cerebro irrelevante

para la existencia de los estados mentales, lo cual no puede ser. Hay dos problemas bsicos con el dualismo el problema zombie y el problema fantasma. El problema zombie es que segn el dualismo se nos permite sustraer la mente del cerebro dejando a ste completamente intacto, el zombie podra hacer exactamente lo mismo que uno pero sin estados mentales ni conciencia; el problema fantasma por otro lado en el reverso del problema zombie pues la mente puede existir sin el cerebro, puro estado de conciencia inmaterial e incorpreo, la pregunta esencial a ello es entonces para que tenemos un cerebro tan complejo si este puede ser prescindible en su relacin con la mente? La respuesta que da McGinn es el hecho es que es que la mente tiene sus profundas races en el cerebro. (McGinn, 1999: 28) Las mentes no solamente ocupan los cerebros, estn de alguna forma constituidas por cerebros. (McGinn, 1999: 28) El problema con el materialismo es que trata de construir la mente (lo mental) a partir de propiedades que rechazan adherirse a lo mental (tales como el puro juego neuroconductual) () El problema con el dualismo es que corta demasiado radicalmente la mente del cerebro. (McGinn, 1999: 28) Mi tesis es que la conciencia depende, a saber, de una propiedad desconocida del cerebro. (McGinn, 1999: 28) Es decir que los materialistas estn en lo correcto cuando afirman que la mente depende de alguna propiedad cerebral pero estn equivocados cuando pretenden saber cul es esa propiedad. Mientras que los dualistas estn en lo cierto en dudar que el conocimiento actual del funcionamiento cerebral pueda explicar lo mental pero estn equivocados al separar en dos mbitos independientes lo mental de lo cerebral. Podemos adquirir un conocimiento acerca del problema entre mente y cuerpo? Est en la naturaleza del conocimiento humano, actual, tal tipo de conocimiento? Distincin entre pensamiento y realidad, si pienso la nieve, el pensamiento de la nieve no es el mismo que la nieve. Un pensamiento est hecho de conceptos. De lo que se deduce que Si no se tiene el concepto nieve, entonces no sera capaz de representar el mundo como nevado. (McGinn, 1999: 32) Lo que vuelve problemtico el conocimiento humano es la distincin entre pensamiento y

realidad, ya que el conocimiento es el intento de la mente por asir un trozo de realidad, la mente tratando de ir ms all de s misma. Tal relacin se vuelve problemtica debido a que no todo dato-hecho de la realidad es tan fcil de conocer o, segn la tesis de McGinn, es posible de ser conocido Nosotros sabemos algo acerca de este mundo infinito, pero seguramente no mucho. (McGinn, 1999: 34) Cmo sabemos que nuestro cerebro no fue sacado de nuestro crneo y trasladado a una baera en donde es estimulado para que tenga alucinaciones que den continuidad a nuestro pensamiento y nos hagan seguir pensando que nuestro cerebro sigue estando en nuestro crneo? Mi punto es que el conocimiento humano depende del tipo correcto de mediacin entre cuerpo y mente. (McGinn, 1999: 35) Pero nada garantiza que la correcta relacin se d o pueda darse algn da. Si se asume que la inteligencia tiene limitaciones entonces habr primero saber que tipo de cosa la inteligencia. McGinn parece que se declina por una concepcin innatista de la mente en tanto que sta, como una facultad cerebral, viene equipada con una serie de capacidades y mecanismos. As como cualquier rgano del cuerpo. La inteligencia siempre ser de o para algo. El hecho simple es que los diferentes cerebros de diferentes especies estn genticamente programados para sobresalir en ciertos aspectos y no interesarse acerca de otros, y esta divisin de pericia corresponde de cerca a las necesidades biolgicas del organismo. (McGinn, 1999: 40) De donde se deduce que las mentes de los organismos son tan complejas como sus cuerpos, por lo que no se puede hablar de organismos ms inteligentes que otros. Si bien La mente es una caja envuelta de contradicciones, adapt ada para resolver problemas que son relevantes a las necesidades del organismo. (McGinn, 1999: 41) Entonces se pregunta el autor como es posible la ciencia (entendida creo como conocimiento) o lo que llamamos cultura. Se puede decir que es una utilizacin distinta de las capacidades (mentales o fsicas) dadas a la supervivencia, lo cual, como todo, tiene lmites y limitantes que el ser humano no

siempre quiere aceptar, para McGiin Es un hecho extrao de la evolucin que nosotros seamos la nica especie sobre la Tierra capaz de crear ciencia y filosofa. (McGinn, 1999: 42) Pero ello no implica que nuestras capacidades puedan extenderse al infinito. Es del dogmatismo ms puro creer que la mente, en su particular estado de evolucin histrica, ha alcanzado el pinculo de la capacidad cognitiva. (McGinn, 1999: 45) Uno de los lmites del razonamiento humano apunta en el sentido de conocer lo que es la conciencia, cmo aparece y cmo funciona en su totalidad. McGinn rechaza la introspeccin como forma de conocer la conciencia pues no puede ensearte nada acerca del cerebro como objeto fsico (y ya vimos como la mente est necesariamente relacionada con el cerebro), escapa a su rango de conocimiento. Igualmente rechazar el fisicalismo pues como ya se especific con la crtica al materialismo la pura observacin cerebral no permite acceder a lo que sea un estado de conciencia. Un estudio de ese tipo slo proporcionar las bases fsicas de la conciencia no la forma en que la conciencia aparece a travs de un objeto fsico. En ambos casos slo se observa un lado del asunto y nunca el asunto completamente. La tesis que defiende McGinn es que Hay alguna propiedad del cerebro, vamos a llamarla C*, que explica como la conciencia emerge de un aspecto neural, no sabemos que es C*, pero sabemos que tiene que estar ah. Cuando algo tiene C*, tiene necesariamente conciencia. (McGinn, 1999: 49) Cmo vamos a identificar esta propiedad C*, qu facultad usaremos? Ya vimos que la introspeccin y la pura observacin cerebral se revelan insuficientes. Lo cual no es tan sorprendente si se piensa que no hay ninguna razn a priori que suponga que cada propiedad tericamente interesante del mundo es perceptible (ejemplo de ello es la fsica cuntica) a eso se le llama clausura cognitiva, que resulta del hecho de que ambas explicaciones son slo parciales, parcialidad que les resulta inherente. En el fondo el problema es que no podemos ver la mente, esto es que la mente no nos es asequible por medio de los sentidos. La emergencia de la mente a travs del cerebro escapa a todo lo que los sentidos puedan constatar y parece que el conocimiento que intentamos acerca de la emergencia de la mente

lo intentamos como el tipo de conocimiento que nos proporcionan los sentidos. Para Mcginn se necesita de una facultad adicional. As aunque McGinn acepta que la mente emerge necesariamente del cerebro Lo que aprendemos del cerebro est condenado a ser el tipo de cosa equivocado para explicar la conciencia. (McGinn, 1999: 52) La mencionada depende ncia de la mente al cerebro se revela debido a que si los estados cerebrales cambian (por un golpe, una operacin, una atrofia, un cncer, etc.) entonces los estados mentales cambian. Hay en esa forma una directa interrelacin entre cerebro y mente. As el concepto de conciencia y de cerebro se revelan incapaces para resolver el problema mente-cuerpo. Como en el caso del ciego o del murcilago la solucin al problema mente-cuerpo requiere que encontremos un concepto que no podemos encontrar, debido a nuestra naturaleza y limitaciones intrnsecas. El problema es que se trata de resolver el problema de la conciencia con herramientas como la percepcin del mundo fsico y el lenguaje, las cuales jams sern capaces de resolver el problema. La conciencia es como una llama misteriosa. (McGinn, 1999: 60) ya que nosotros somos incapaces para comprender como puede ser el proceso natural que es. (McGinn, 1999: 61) Ahora bien, el misterio de la conciencia corresponde con la incapacidad humana por comprenderlo y no con la complejidad del problema mismo, en realidad el fenmeno de la conciencia es un fenmeno simple. La conciencia, creo, es biolgicamente primitiva y simple, comparativamente hablando. (McGinn, 1999: 62) ya que es parte de nuestro equipamiento biolgico ms antiguo. No es que la conciencia sea objetivamente ms compleja que las cosas que podemos entender, es slo que nuestras facultades no son aptas para penetrar en su naturaleza subyacente. (McGinn, 1999: 62) el enemigo est dentro de las puertas. (McGinn, 1999: 62) Nosotros proyectamos nuestras limitaciones cognitivas dentro del mundo objetivo. (McGinn, 1999: 62) La distincin clave se da entre el cerebro como una entidad objetiva en el mundo y nuestra concepcin del cerebro. El punto es que la naturaleza del cerebro no es agotada por nuestra concepcin de l. hay ms de lo que

encuentran nuestro ojos en l. (McGinn, 1999: 67) Lo que propone McGinn es que el misterio radica en la incapacidad del hombre y no en elementos mgicos del mundo objetivo. Una curiosa paradoja: Nuestro mundo es rigurosamente espacial pero nosotros no. La conciencia y los estados mentales (experiencias, sentimientos, etc.) no son espaciales aunque sus objetos si lo sean. El cuerpo es espacial, la mente no lo es. Para constituir actos de conciencia la mente debe ser inespacial, aunque esta conciencia es estimulada con la espacialidad respecto de aquello de lo que la mente es consciente. La mente por lo tanto depende de un mundo espacial, en la forma del cerebro, y ello representa un mundo espacial, aunque en s misma se rehsa firmemente a plantar un pie en el espacio (McGinn, 1999: 111) La razn por la que no se puede establecer un dualismo radical es que hay una dependencia innegable entre la conciencia y el cerebro. La relacin de la mente con el espacio es derivada, a travs de su relacin con el cerebro. Otra forma de decirlo es que la conciencia nos permite conectarnos con el mundo perceptible pero no es en s misma algo perceptible. La mente es inespacial e imperceptible. La pregunta es cmo podemos derivar lo inespacial de lo espacial? La respuesta parece ser milagrosa. En realidad la respuesta no tiene nada de milagroso Lo que se necesita, claramente, es una posicin que concuerde con el dualismo acerca de la naturaleza inespacial de la conciencia pero concuerde con el materialismo en que la mente es algo generado por la materia. (McGinn, 1999: 118) Mcginn pone como ejemplo el big bang que aunque no podamos concebir lo que hubo antes, un pre-big bang inespacil debi tener una causa y debe haber una teora que explique el big bang espacial del algo inespacial, aunque no podamos conocerla. Igual sucede con la emergencia de la mente en el cerebro No tengo idea de cmo esa transformacin fue alcanzada o de dnde procedi, pero parece que hay razn para creer que tal cosa realmente sucedi. (McGinn, 1999: 120) las mentes pueden no calzar en el mundo de tres dimensiones de los objetos slidos extensos, pero eso no muestra que no calzen en un mundo espacial concebido en trminos rgidos. (McGinn, 1999: 125) Nuestra conciencia del espacio est condicionada por nuestra psicologa

mamfera, nuestros sentido especficos, nuestra musculatura caracterstica. (McGinn, 1999: 131) Una prueba de ello es que Hay hechos acerca del espacio objetivo que nuestra herramientas del intelecto natural no pueden manejar. (McGinn, 1999: 132) As como nuestra percepcin nuestra comprensin es parcial. Se parte de la suposicin de que el ser humano es un criatura limitada, ver ejemplo de Flatland de Abbot. Hay un nivel de realidad de la conciencia que no es transparente a nosotros, que subyace detrs de las apariencias. La conciencia tiene una estructura oculta, un lado oculto secreto, una esencia cubierta. (McGinn, 1999: 140) O se que existe la distincin entre apariencia y realidad . El mundo observable tiene una estructura inobservable. (McGinn, 1999: 141) Por qu postulamos tomos, quarks y genes? Porque de otra manera no seramos capaces de explicar lo que observamos. (McGinn, 1999: 141)

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