3.4.5.1 La Divinizacion de Jesus. A. Piñero PDF
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Carta programtica
Queridos amigos: Con esta carta programtica comienza hoy un nuevo Blog de conocimiento en la interesantsima revista que me acoge Tendencias21. Como los comienzos son arduos, creo que lo mejor es presentarme brevemente a m mismo y a mis compaeros de viaje- y explicar qu pretende este puente de comunicacin entre lo que escriba y mis futuros lectores. El ttulo del blog Cristianismo e historia explica en parte el programa: comunicar a los lectores cuanto pueda ocurrrseme que parezca interesante para los futuros lectores dentro de este mbito general. Mi propsito es tender un puente entre lo que se ensea en la Universidad y la sociedad. Por mucho xito docente que pueda tenerse, la proyeccin de un profesor universitario es mnima, sobre todo en materias especializadas y opcionales como son las mas: unos pocos alumnos en dos o tres materias, ms algn que otro curso de Doctorado o master. Por ello, pienso que puede ser en principio buena la idea de ofrecer a la sociedad en general qu se piensa y qu se dice o estudia de estos temas cristianos en la Universidad. He dedicado casi toda mi vida dentro de la institucin universitaria a explicar en clases, libros y conferencias temas de religin en general, y sobre todo de cristianismo primitivo, de Jess, del ambiente en el que ste naci, del judasmo que le rodeaba y del grupo de gentes que lo sigui tras su muerte, de los textos a travs de los cuales sabemos lo poco que sabemos: Biblia en general, Nuevo Testamento, Apcrifos, literatura del cristianismo primitivo He procurado hacerlo desde la ms pura objetividad del historiador y del fillogo. He escrito conscientemente he procurado porque es bien sabido que no hay historia ni exgesis sin algn prejuicio: de educacin, de transfondo religioso, de oficio y profesin, de la atmsfera ideolgica en la que vives, etc. Pero es deber de todo historiador intentar mantenerse fuera de toda jaula ideolgica. No s si lo he conseguido. S es cierto que los resultados de mis investigaciones y escritos han suscitado en las gentes que lo han ledo un montn de preguntas. Y de ellas vamos a tratar aqu, y de otras que surgirn a su amparo. Muchas preguntas A lo largo de mi vida, en un buen nmero de conferencias y de charlas, me han repetido muchas veces preguntas del tipo siguiente: Cree Usted en serio que existi Jess realmente? Manipula la Iglesia los textos del Nuevo Testamento?
2 Dnde se encuentran los manuscritos de los Evangelios Apcrifos? Tiene acceso a ellos todo el mundo? Acaso la Iglesia quiere en el fondo que la gente no los lea y se crea lo que ella dice? Est Usted seguro de que en los Manuscritos del Mar Muerto no se encuentra la historia oculta del cristianismo primitivo? Fund Jess la religin cristiana? O Fueron otros en concreto Pablo de Tarso? Son fiables las traducciones que se hacen de la Biblia? La insistencia en estas preguntas me lleva a pensar que estos temas interesan a mucha gente. Pienso que stas y otras cuestiones parecidas son las que podemos tratar aqu, en este nuevo blog. He escrito conscientemente podemos y no puedo porque deseara que en este Blog no escriba yo solo. Para que sean ms variados e interesantes los puntos de vista que se expongan y se discutan, he pensado que si el blog funciona puedo invitar a otros colegas a escribir en l. Por ahora ha aceptado mi invitacin Gonzalo de Cerro, profesor emrito de la Universidad de Mlaga, que ha dedicado toda su vida a temas relacionados con la historia antigua del cristianismo primitivo, a las relaciones de ste con la mitologa y en general a cuestiones tanto del mundo clsico como de la Biblia. Conmigo ha editado Gonzalo los dos primeros volmenes de los Hechos apcrifos de los Apstoles, para la prestigiosa Editorial B.A.C. Estos hechos son una coleccin de textos cristianos de los primeros siglos que pretende sacar a la luz un buen montn de narraciones y leyendas antiguas, que tejen una vida novelada de algunos apstoles: Andrs, Pedro, Pablo, Juan, Toms, Felipe, Mateo, etc., rechazadas por la Iglesia como no sagrados, y que jams han aparecido en Espaa. Para que se vea la importancia de este tipo de literatura, desconocida por lo regular, basta pensar que la tradicin de los Hechos de Pedro explica, por ejemplo, por qu el Vaticano est en Roma y no en Alejandra o en la antigua Constantinopla. Gonzalo del Cerro se va a ocupar de temas relacionados con los Apcrifos del Nuevo Testamento, en concreto no de los medianamente conocidos evangelios apcrifos, sino de los poco o nada conocidos Hechos apcrifos de los apstoles que son un espejo del cristianismo popular de los primeros siglos. Por ahora, y a expensas de lo que digan Ustedes los lectores voy a ocuparme de los temas o lneas siguientes: Pablo de Tarso: todo lo que pueda sernos til para comprender mejor su pensamiento. Los antiguos cristianos y la inspiracin proftica, como tema bsico y subyacente para explicarnos por qu y cmo se form una lista de escritos sagrados cristianos, el Nuevo Testamento. La divinizacin de Jess, si es que puede pensarse histricamente que el Nazareno fue un hombre normal, un judo piadoso, un rabino carismtico, profeta, heraldo o anunciador del inminente Reino de Dios, etc., cuya figura fue reinterpretada tras su muerte hasta llegar a su divinizacin. Es ste un tema vidrioso y problemtico que quiz hiera la sensibilidad religiosa de muchos, pero que me gustara impostar con todo respeto hacia las creencias religiosas y desde el principio: cmo comenz en la Antigedad que pudo influir en el cristianismo la divinizacin de un ser humano?
3 Me gustara presentar un elenco de textos antiguos judos, de textos anteriores al cristianismo, de obras no admitidas en el canon de textos sagrados, pero de las que creo que forman el humus y la matriz aparte del Antiguo Testamento- del pensamiento cristiano en la parte que tiene de profundamente judo. Por ejemplo sobre el mesas, el reino de Dios, el Hijo del Hombre, el infierno, etc. Textos precristianos, pero que son los inicios de lo que ms arde pudo convertirse en dogma. Me encantara presentar obras mas, escritas aos ha, pero que creo que tratan de temas candentes que conservan todava hoy su frescor. Muchos temas por delante y muy buenos deseos, que esperamos que puedan convertirse en realidad con el apoyo de su lectura y de sus sugerencias. Saludos de Antonio Piero. Universidad Complutense. Madrid Antonio Piero Sbado 1 Noviembre 2008
2. LA DIVINIZACION DE JESUS
http://www.tendencias21.net/crist/El-testimonio-del-Cuarto-Evangelio-La-divinizacion-deJesus-3_a4.html La divinizacin de Jess Queremos comenzar nuestra andadura en este blog de Tendencias21 con uno de los temas ms difciles y espinosos de los que se pueden plantear al amparo del ttulo de nuestro blog cristianismo e historia: La divinizacin de Jess. El enunciado mismo de la cuestin, que espero suscite el inters de los lectores, presupone un punto de partida doble: 1. Que a partir de un estudio de las narraciones evanglicas parece traslucirse que Jess de Nazaret es un ser meramente humano, no un ente divino, y 2. Que tras su muerte y resurreccin todo desde el punto de vista de la historia de las religiones- su figura fue divinizada por sus seguidores. En principio este punto de partida parece un a priori porque en nuestra civilizacin occidental se nos ha enseado desde siempre lo contrario en una tradicin de diecinueve siglos- a saber que Jess es al mismo tiempo Dios y hombre (con base en los decretos de los Concilios de Nicea, 325 d.C. y Calcedonia, 451). Por tanto, el cometido, en apariencia al menos muy aventurado y azaroso de nuestro intento, sera intentar mostrar que los Evangelios mismos nos presentan un ser humano, Jess de Nazaret, que luego en esos mismos texto se nos muestra como una persona divina. Para abordar este tema son necesarios enunciar una serie de prenotandos bsicos y elementales por los que pido disculpas a aquellos que los consideren innecesarios: A. Damos por supuesto que el personaje Jess ha existido realmente. La existencia histrica o no del personaje es objeto, hasta hoy da, de debate pero de momento vamos a dar metodolgicamente por zanjado este problema. En el apartado de obras que comentaremos en su momento, abordaremos la presentacin la y el anlisis del libro Existi Jess realmente? El Jess de la historia a debate, publicado por la editorial Races, Madrid 2008, del
4 que es editor literario quien esto escribe. As pues, a falta de un debate ulterior, damos por supuesto que Jess de Nazaret ha existido realmente, pero que es posible que la interpretacin de su figura y misin haya podido ser otra cosa diversa a cmo fue l en la mera realidad histrica, si es que sta no es accesible a travs del estudio de los textos. B. Cmo accedemos al estudio de un personaje de la antigedad? La historia antigua y la filologa, como mtodo de anlisis, posee diversos instrumentos para acercarse a la realidad histrica de un personaje, cuya figura se nos ha transmitido por tradicin. stos son a) los restos arqueolgicos por l dejados entre los que se incluyen monedas o inscripciones, y b) textos sobre el personaje compuestos por l mismo o por otros a su alrededor. Parece evidente que en el caso de Jess de Nazaret slo poseemos textos escritos acerca de su figura y que no fue un personaje lo suficientemente importante como para haber dejado tras s restos arqueolgicos. Es bien sabido que Jess no escribi nada sino que otros escribieron sobre l. Ahora bien, un primer y somero anlisis de los escritos acerca de su persona, los evangelios, ponen en evidencia que se trata de textos de propaganda religiosa. Un anlisis aun superficial descubre de inmediato que son escritos que defienden la fe en su persona y misin como un salvador religioso, en realidad como el salvador universal. Pero el mismo anlisis descubre rpidamente que tal propaganda religiosa est imbricada en una serie de relatos que nos presentan dichos, hechos, personajes, acciones, atmsfera y ambiente que corresponden a lo que sabemos de Israel y Palestina en el siglo I de nuestra era y, en concreto, de Galilea. Es decir, presentan a la vez hechos, personajes y acciones que son presumiblemente histricos porque encajan bien con el ambiente, la atmsfera, la realidad sociolgica o religiosa de lo que conocemos del Israel del siglo I por medio de otras fuentes. Un inciso: es usual escribir sobre el pas en el que Jess de Nazaret ejerci su actividad pblica utilizando la denominacin de Palestina o bien de Israel . Propiamente hablando, ambas denominaciones son relativamente incorrectas. La primera, Palestina, porque era slo y no siempre- la denominacin usaban los romanos sobre todo a partir del ao 135 (poca del emperador Adriano) despus que la Segunda gran revuelta juda contra Roma acabara en una catstrofe tal de los judos, que Jerusaln fue aniquilada, arrasada a ras de suelo, se fund sobre ella una nueva ciudad romana, denominada Aelia Capitolina, y se prohibi a los judos acercarse al permetro de la ciudad bajo pena de muerte. Ese estado judo fue de tal modo aniquilado que sus consecuencias duraron hasta 1947. Desde 135 los romanos, para fastidiar a los judos, comenzaron a denominar usualmente el territorio de Israel con el nombre de uno de sus ms odiados enemigos en el Antiguo Testamento: los filiteos/pilisteos. Palastina ser la tierra no de los judos sino de los filisteos. Israel sera tambin relativamente incorrecto porque en tiempos de Jess la dominacin romana, y la de Herodes Antipas (hijo de Herodes el Grande) sobre Galilea, empleaba usualmente la designacin de las provincias: Galilea, Perea, Samara, Judea, etc. En nuestro caso empleamos indistintamente las tres posibles denominaciones. Continuaremos otro da discurriendo sobre con el mtodo
5 que debe emplearse para analizar textos que son considerados sagrados por los creyentes. Antonio Piero Martes 4 Noviembre 2008
6 nico de conocimiento, exija luego en materia tan importante como es conocer los instrumentos de salvacin, prescindir de ella. Adems, estas afirmaciones arriba transcritas no nos parecen correctas, porque si intentramos fundamentarlas estaramos razonando en crculo. La base de semejante pretensin slo podra ser el argumento arriba expuesto: estos libros no pueden ser examinados crticamente por ser sagrados. Ahora bien, por qu son sagrados? Porque son la palabra de Dios. Quin lo afirma? La Iglesia con todo su poder sobrenatural. De dnde obtiene la Iglesia este poder? Naturalmente, de haber sido fundada por Jess tal como afirman estos libros, que son sagrados. Por tanto estos libros apoyan su sacralidad en la voz y autoridad de la Iglesia, y sta fundamenta su poder en que as lo afirman los libros sagrados y en lo ocurrido con Jess tal como en ellos se cuenta. El razonamiento es un crculo perfecto: el carcter sacro del Libro se fundamenta en la Iglesia, y sta obtiene su autoridad del Libro. Queda, pues, claro que desde el punto de vista de la historia no podemos admitir este tipo de razonamiento. No es slo la teologa o la fe las que tienen una voz competente para presentar ante el lector del siglo XXI la plenitud de sentido de estos textos religiosos cristianos, sino sobre todo la investigacin literaria, la filologa y el conocimiento de la historia de la poca. Las afirmaciones teolgicas entran tambin de lleno en el campo de la investigacin de la historia antigua, en concreto de la historia de las ideas, y por ello no se escapan de las leyes cientficas que rigen una indagacin estrictamente histrica. Esta es la razn por la que las obras contenidas en el Nuevo Testamento y en nuestro caso preferentemente los Evangelios- pueden y deben ser estudiadas sin necesidad de pensarlas obligatoriamente como "inspiradas" y portadoras de una revelacin. Son en primer lugar documentos informativos de una poca en la que los mensajes religiosos (y de otro tipo) se transmitan no con la asepsia cientfica de hoy da, sino de acuerdo con los maneras de aquellos momentos. Qu fuentes tenemos a nuestra disposicin para esta tarea? Los textos de los que disponemos son fundamentalmente los Evangelios tanto cannicos como apcrifos. Los Evangelios cannicos son cuatro: tres que van muy unidos: Marcos, Mateo y Lucas (con una precisin: tambin hay que considerar los llamados Hechos de los Apstoles porque en origen esta obra es simplemente la segunda del Evangelio llamado de Lucas) y el Evangelio de Juan, que camina por derroteros propios. Los Evangelios apcrifos son muchos ms: unos 70 y se dividen grosso modo en Evangelios de tonalidad ms o menos ortodoxa y evangelios claramente gnsticos. La fiabilidad de las fuentes de las que nos servimos para obtener los datos sobre el proceso de la divinizacin de Jess que precisamos es muy variada.
7 A. Los datos ofrecidos, directa o indirectamente, por los evangelios ms antiguos, los llamados sinpticos, Mateo, Marcos y Lucas son relativamente fiables. Dijimos que son obras de propaganda religiosa, y por tanto sospechosos de sesgar los datos o de exageracin, pero su talante es fundamentalmente histrico: estn empeados en ofrecer a sus lectores los datos bsicos, histricos y reales, de la vida del hroe principal de la historia, Jess de Nazaret. Con paciencia, ayudados por las herramientas y criterios de la crtica que se han ido desarrollando durante los ltimos doscientos aos, es posible obtener algunos datos para enmarcar la vida de Jess. Aunque algunos, o bastantes, de tales datos sean deducciones hipotticas, en lneas generales puede decirse que los resultados corresponden al nivel medio de lo que la investigacin actual considera como razonablemente seguro. Se puede saber qu dichos y hechos de los que aparecen en ellos pueden adscribirse con rigor y exactitud al Jess de la historia -un judo muy religioso y entregado a su fe, que vivi en Judea y Galilea en el primer tercio del siglo I de nuestra era- y lo que, por el contrario, debe atribuirse al que se ha llamado el Cristo de la fe, el ungido o mesas en el sentido anteriormente dicho, que manifiesta lo que los creyentes en l confiesan en el credo. B. La fiabilidad de los evangelios apcrifos es muy escasa y en algunos casos nula. stas son obras muy posteriores en aos a los evangelios sinpticos, es decir, estn mucho ms alejadas cronolgicamente a los hechos que narran (la mayora proceden de los siglos III al X), por lo que sus autores se dejan llevar a menudo por su fantasa e imaginacin. Una mera lectura comparativa entre estos apcrifos y los evangelios sinpticos basta para percibirlo. Salvo unos pocos datos de los evangelios no cannicos ms antiguos, el papiro Egerton 2, el papiro de Oxirrinco 840, el Evangelio copto de Toms, y algunos cuantos ms, las noticias sobre la vida de Jess han de considerarse con gran cuidado y someterlas al escrutinio de la crtica. Son los Manuscritos del Mar Muerto fuente para estudiar a Jess de Nazaret o los orgenes cristianos? La respuesta puede ser rotunda: no entran en consideracin para nuestro estudio los textos conocidos como manuscritos del Mar Muerto por la sencilla razn de que la inmensa mayora de estos textos son anteriores al cristianismo y por tanto no podemos utilizarlos para estudiar la figura de Jess. Despus de que se han editado ya prcticamente todos los manuscritos de inters descubiertos en el Mar Muerto con un cuidado filolgico extraordinario podemos decir sin temor a equivocarnos que no existen entre esos textos de Qumrn o del Mar Muerto pasajes o fragmentos del Nuevo Testamento. Tampoco hay en ellos alusiones a Jess, a sus discpulos ni a nada que se refiera al cristianismo. Las afirmaciones en contrario son fantasas de escritos pseudocientficos o ganas de llamar la atencin para obtener ganancias pecuniarias con noticias sensacionalistas. Los
8 Manuscritos del Mar Muerto son pura y exclusivamente judos, en nada cristianos, y en el caso que nos ocupa, la divinizacin de Jess, ofrecen slo una ayuda indirecta, a saber: presentar la atmsfera intelectual, religiosa y teolgica sobre todo, pero tambin social, del judasmo del siglo I en el que se inserta la figura de Jess. Nos iluminan, pues, sobre el tiempo y pensamiento del judasmo en el que se incardina Jess que es mucho y muy valioso- pero slo eso. No valen para estudiar a Jess directamente. Seguiremos. Saludos de Antonio Piero. Antonio Piero Mircoles 5 Noviembre 2008
9 huyeron y no comunicaron en principio noticia alguna de que haban visto la tumba vaca. Por ello, y por otros detalles esta escena de la aparicin a la Magdalena es sospechosa desde el punto de vista de la historia. Es probablemente tambin una escena ideal que resalta el papel de las mujeres en la comunidad en torno al autor del Cuarto Evangelio- donde se escenifica de nuevo el paso de una fe imperfecta (la de una Mara que busca a Jess, aunque l, segn el Evangelio, haba predicho que haba resucitado; que lo confunde con un jardinero, etc.) a otra fe perfecta gracias a las palabras del Revelador Jess. Que las palabras que el evangelista pone en boca de Jess son ms bien expresin de su propia teologa y comprensin del personaje, Jess, que dichos autnticos que pudo ste expresar en realidad. Jacques Schlosser, sacerdote catlico, en su estudio sobe el Dios de Jess (Editorial Sgueme, Salamanca 1995, pg. 19) sostiene que: He centrado mi trabajo en los Evangelios sinpticos y he dejado de lado el evangelio de Juan. Este ltimo recoge cierto nmero de datos histricos fiables, pero en el caso de las palabras de Jess salvo raras excepcionesla relectura johnica me parece tan fuerte que no ofrece acceso seguro a la predicacin de Jess. Lo afirmado por J. Schlosser respecto a las palabras de Jess puede decirse respecto a los hechos de este mismo en el Cuarto Evangelio. En este escrito, el anlisis literario e histrico es absolutamente necesario para llegar a datos fiables. Para el objeto de nuestro inters, el proceso de divinizacin de Jess s es interesante el Cuarto Evangelio como indicador del final del proceso de divinizacin: Jess de Nazaret es la encarnacin del Verbo Eterno, preexistente cabe Dios y l mismo Dios. Seguiremos. Saludos cordiales de Antonio Piero Antonio Piero Jueves 6 Noviembre 2008
10 B. Otro referente sobrenatural y sobrehumano que es ese mismo Jess considerado como Cristo, mesas sobrenatural muerto y resucitado, y exaltado luego a la diestra de Dios. Respecto a las noticias evanglicas sobre los dos referentes, el lector atento observar que existe mucho material evanglico que se refiere al primero de los dos A.- y que este material entra en colisin, a veces, con el segundo referente, el Cristo sobrenatural, B. Este material -que algn historiador del cristianismo primitivo como Gonzalo Puente Ojea- ha definido como furtivo es extraordinariamente interesante para dibujarnos una imagen del Jess de Nazaret evanglico como un mero hombre. Gonzalo Puente lo denomina furtivo porque se trata de dichos y hechos de Jess que provenientes de la tradicin oral sobe l- se han introducido en el evangelio con intereses ante todo biogrficos por la misma fuerza de los hechos. Era material en s que no se poda evitar y rechazar por intereses meramente teolgicos -es decir, destacar la personalidad sobrenatural de Jess- pues dibujaban intensamente el impacto de Jess entre las gentes de su tiempo. Inmediatamente pondremos ejemplos. Un discurso de Pedro en los Hechos de los Apstoles El mismo Nuevo Testamento nos habla de Jess como un ser humano que nicamente tras su muerte y resurreccin por Dios ha sido exaltado al mbito de lo divino. Un ejemplo muy claro lo tenemos en el discurso de Pedro el da de Pentecosts recogido en el captulo 2 de los Hechos de los apstoles. Los estudiosos estn de acuerdo en que esta pieza oratoria -aunque compuesto en ltimo trmino por la mano del evangelista Lucas-, expone con bastante fidelidad una cristologa (discurso sobre Jess como Cristo o mesas) que es muy primitiva, por lo puede bien corresponderse a los primero estratos del pensamiento teolgico judeocristiano. El texto dice as: Israelitas, escuchad estas palabras: A Jess, el Nazoreo, hombre acreditado por Dios entre vosotros con milagros, prodigios y seales que Dios hizo por su medio entre vosotros, como vosotros mismos sabis, a ste, que fue entregado segn el determinado designio y previo conocimiento de Dios, vosotros le matasteis clavndole en la cruz por mano de los impos; a ste, pues, Dios le resucit librndole de los dolores del Hades, pues no era posible que quedase bajo su dominio; porque dice de l David: Vea constantemente al Seor delante de m, puesto que est a mi derecha, para que no vacile. Por eso se ha alegrado mi corazn y se ha alborozado mi lengua, y hasta mi carne reposar en la esperanza de que no abandonars mi alma en el Hades ni permitirs que tu santo experimente la
11 corrupcin. Me has hecho conocer caminos de vida, me llenars de gozo con tu rostro. Hermanos, permitidme que os diga con toda libertad cmo el patriarca David muri y fue sepultado y su tumba permanece entre nosotros hasta el presente. Pero como l era profeta y saba que Dios le haba asegurado con juramento que se sentara en su trono un descendiente de su sangre, vio a lo lejos y habl de la resurreccin de Cristo, que ni fue abandonado en el Hades ni su carne experiment la corrupcin. A este Jess Dios le resucit; de lo cual todos nosotros somos testigos. Y exaltado por la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espritu Santo prometido y ha derramado lo que vosotros veis y os. Pues David no subi a los cielos y sin embargo dice: Dijo el Seor a mi Seor: Sintate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos por escabel de tus pies. Sepa, pues, con certeza toda la casa de Israel que Dios ha constituido Seor y Cristo a este Jess a quien vosotros habis crucificado. De este texto se deduce, con toda claridad, que los judeocristianos primitivos pensaban que Jess de Nazaret haba sido un mero hombre, un profeta bendecido por Dios con hechos y palabras extraordinarias, que sufri una muerte injusta, que fue vindicado por Dios tras su muerte, resucitndolo y que slo despus de su muerte fue, -de algn modo, no se precisa exactamente cmo o quiz se d por supuesto-, exaltado al mbito de lo divino. Otros relatos evanglicos nos presentan tambin a un Jess que en contraposicin a la imagen de la teologa cristiana del siglo II que lo dibuja como un Dios omnisciente y omnipotente- ignora por completo cundo va a venir el fin del mundo. As: Mas de aquel da y hora, nadie sabe nada, ni los ngeles de los cielos, ni el Hijo, sino slo el Padre: Mt 24,36 El pasaje debi de plantear un problema teolgico: cmo es posible que el Hijo de Dios, real y verdadero y por tanto omnisciente, ignorara algo tan importante? Y no es lcito plantear que el evangelista pensaba slo en la faceta humana de Jess, porque esa distincin no era procedente en el siglo I. Tal distincin teolgica se elaborara siglos despus. Seguiremos. Saludos cordiales de Antonio Piero Antonio Piero Viernes 7 Noviembre 2008
12
13 ulteriores de la vida del grupo cristiano, a saber cuando ya era firme la creencia en la resurreccin de Jess. Seguiremos. Saludos cordiales de Antonio Piero Antonio Piero Domingo 16 Noviembre 2008
14 7. Son aplicables estos modelos al ambiente religioso de los cristianos primitivos? Como pudo realizarse el proceso de divinizacin de Jess en concreto Aplicacin a Jess de profecas escriturarias sobre el futuro mesas Entendimiento de esos textos en el sentido de que el mesas debe ser un agente al menos semidivino 8. Resultados Tras esta visin esquemtica de la argumentacin volvamos al punto inicial de nuestro post de hoy: 1) Jess aparece en los escritos evanglicos como un judo practicante: Jess se atiene sin discutirlas a las principales prcticas religiosas de su nacin. As, por ejemplo, Jess frecuentaba habitualmente los centros de culto y de enseanza del judasmo de su entorno. Jess predicaba continuamente en las sinagogas (Mc 1,21; Lc 4,15. 31), respetaba y visitaba al Templo en las fiestas anuales (Mc 11,15; 14,49; Mt 21,12; Lc 19,45, etc.). La denominada purificacin del Templo narrada en Mc 11 y par., es interpretada an por algunos intrpretes como una imagen de que Jess aboli el culto del Templo. Pero esta interpretacin es insostenible porque a nadie se le ocurre purificar, tomarse molestias en hacer que funcione bien algo de lo que est convencido que no sirve para nada, que est periclitado. Por tanto parece ms razonable pensar que Jess se preocup de purificar el Templo para sealar simblicamente con una acto proftico que el Santuario era de gran valor, que era una institucin divina, deseada por la voluntad del Dios de Israel como lugar de encuentro con l y que en el futuro Reino de Dios (que Jess predicaba) el Templo, fabricado quiz por Dios mismo, tendra un lugar preeminente. Saludos cordiales de Antonio Piero Antonio Piero Lunes 17 Noviembre 2008
Jess como judo practicante de su religin. La "purificacin del Templo". Prenotandos para el tema La divinizacin de Jess
Continuamos hoy con la interpretacin de la llamada purificacin del Templo. Lo que quiere transmitir Jess con su accin violenta es que el Templo es, ante todo, una casa de oracin, y que el comercio, aun necesario para el sustento y funcionamiento, deba realizarse de la manera ms acomodada posible a su santidad. El comportamiento de Jess es ciertamente exaltado, pero es sensiblemente igual al de otros tipos profticos de otras pocas y de la suya propia: las quejas contra el funcionamiento del templo eran normales, incluso las de tono terrible que avisaban (como
15 Jess de Nazaret) de que el castigo divino por el incumplimiento podra ser incluso la destruccin fsica y total del Santuario. Cuenta Flavio Josefo en su Guerra de los judos, VI 300-309 que un campesino, llamado Jess ben Ananas, profetiz la cada del Templo y de Jerusaln poco antes del inicio de la Gran Revuelta juda contra los romanos (que concluy efectivamente con la destruccin del Templo y de la ciudad) durante varios das en torno al ao 66 d.C.. Fue azotado repetidas veces por la autoridad romana en castigo por perturbar el orden pblico, pero l sin arredrarse en absoluto- sigui con su misma predica amenazante, cuando fue finalmente puesto en libertad. Por tanto, con la purificacin del Templo Jess denunci el hecho de que el lugar ms sagrado del Judasmo se utilizaba incorrectamente, pero -y esto es lo importante- no rechaz el Santuario como centro de culto. De acuerdo con su religin Jess sigui acudiendo cada da a ensear all y, despus de su muerte, tambin sus discpulos lo hicieron durante un cierto tiempo. Esto casa muy mal con la interpretacin confesional que postula que Jess haba afirmado que la funcin del Templo haba caducado con su venida. Dos interpretaciones generales se han propuesto a propuesto a propsito de esta accin violenta de Jess: La denuncia de Jess fue ante todo simblica: el Nazareno estaba en el fondo de acuerdo en que el Templo necesitaba para su utilizacin y correcto funcionamiento tanto el cambio de monedas como el trfico de mercancas, en concreto la venta de animales para el sacrificio. Pero a sabiendas de que esto era as, su intento de purificacin era ante todo una accin proftica simblica para dejar en claro que en el Reino divino futuro pero inminente, Dios instaurara un Templo especial en el que o bien estas acciones sobre todo cambio de monedas- no fueran necesarias, o bien los indispensables preparativos para los sacrificios se realizaran con tal pureza y perfeccin que el Templo y todo su recinto quedara totalmente dedicado al culto ms perfecto. Tanto habra de ser as que probablemente sera necesario el derribo del Templo material tal como estaba y la construccin milagrosa por parte de Dios (sin manos humanas) de otro templo perfecto, segn las indicaciones divinas que ya haban sido hecho pblicas por el profeta Ezequiel (captulos 40-45). 2. Jess participaba de la opinin comn de las gentes sencillas de que el Templo estaba regido por unos sacerdotes corruptos, pertenecientes todos al partido saduceo, colaboracionistas con los invasores romanos, amantes del dinero, etc., y carg contra ellos en lo que ms les dola: el pinge negocio montado en torno al Santuario que les proporcionaba grandes beneficios econmicos. La accin se enmarcara entonces en el marco del arrepentimiento necesario para le venida del Reino de Dios. La accin violenta tambin proftica- deba suscitar un movimiento de conversin hacia una actitud ms pura. El Templo era como el gran espejo que reflejara este cambio de actitud. Ello significaba una entre otras acciones, pero importante por la trascendencia del Santuario- como una invitacin a la divinidad para que acelerara la implantacin de su Reino sobre la tierra. Ambas interpretaciones de la accin de Jess son posibles y no se excluyen mutuamente. La segunda incluira tambin el derribo del Templo actual si
16 no se produca como era previsible- el necesario arrepentimiento de los sacerdotes dirigentes. Todo el conjunto nos pinta a un Jess que se sita muy bien dentro del marco de los grandes profetas de Israel, que con sus acciones ms o menos simblicas instaban al pueblo a prepararse para la venida del da del Seor. Jess, por tanto, aparece como un hombre, uno ms, -el ltimo, el de los tiempos finales, para sus seguidores- de esas fuertes personalidades profticas. Saludos cordiales de Antonio Piero. Antonio Piero Mircoles 19 Noviembre 2008 9. TRANSGREDI LA LEY JUDA? http://www.tendencias21.net/crist/Transgredio-Jesus-la-ley-judia-Prenotandos-para-el-temaLa-divinizacion-de-Jesus-2-08_a16.html
Transgredi Jess la ley juda? Prenotandos para el tema La divinizacin de Jess (2-08)
Transgredi Jess la Ley juda? A pesar de lo que se sostiene a menudo, con intencin puramente apologtica y confesional (Jess super la ley juda, con lo que de modo indirecto estaba promoviendo una nueva religin), un anlisis sereno de los textos evanglicos demuestra que el Nazareno jams quebrant la Ley mosaica, sino que se adhiri tanto a la ley cultual como la moral, y afirm con rotundidad la validez salvfica de la Ley en su conjunto; es decir, sin el cumplimiento de la ley de Moiss no puede salvarse un judo, que era a los que Jess predicaba. Veamos los pasajes evanglicos ms significativos que afectan a la actitud general de Jess respecto a la observancia de la ley de Moiss. Mc 1,44 presenta a Jess, despus de curar a un leproso, ordenndoles que cumpla los ritos prescritos en Lev 14,1-7: Mira, no digas nada a nadie, sino vete, mustrate al sacerdote y haz por tu purificacin la ofrenda que prescribi Moiss para que les sirva de testimonio. Hay dos pasajes, los Evangelios de Lucas y Mateo que confirman este punto de vista: Ms fcil es que pasen el cielo y la tierra que caiga un slo pice de la Ley (Lc 16,17). Hay dos pasajes, los Evangelios de Lucas y Mateo que confirman este punto de vista: Ms fcil es que pasen el cielo y la tierra que caiga un slo pice de la Ley (Lc 16,17). Es decir, antes se destruir el mundo que deje de cumplirse el precepto ms mnimo de la Ley. Jess es aqu un defensor a ultranza de la Ley de Moiss como el ms puro de los fariseos. El texto de Mt 5,17-18 No pensis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. S, os lo aseguro: el cielo y la tierra pasarn antes que pase una i o una tilde de la Ley sin que todo suceda es considerado no autntico por los crticos tal como est, es decir y con otas palabras, tal como lo leemos est claramente elaborado por Mateo en el contexto en el que aparece; por tanto es secundario, no pertenece al Jess de la historia. Sin embargo, a pesar de
17 que esta observacin sea cierta desde el punto de vista formal, es seguro que tales sentencias reflejan el pensamiento autntico de Jess . Aclaremos un poco este extremo: todo el conjunto de estos pasajes son absolutamente significativos para describir la actitud general de Jess a pesar de que los los crticos afirmen -con toda razn- que en todos ellos se perciben las manos de los evangelistas, es decir su tarea personal como redactores. Pero tal afirmacin da como resultado todo lo ms que estos textos no reflejan lo que se llama tcnicamente las ipsissima verba Jesu (Las palabras de Jess tal como l las pronunci exactamente), pero s que nos transmiten la ipsissima vox Jesu , es decir su voz, el sentir profundo de su pensamiento. Cuando se discute incluso esta ltima opinin por parte de exegetas confesionales, lo que hay detrs de tal discusin es el deseo de probar que Jess super la ley de Moiss, y que por tanto estaba poniendo las bases para fundar una nueva religin. Esta tesis debe ser considerada a la luz del conjunto de estos pasajes transcritos y de otros textos que nos reflejan como iremos viendo- que la actitud de Jess no fue sta ni mucho menos. En todo caso, y a partir de las discusiones de Jess con otros rabinos de su poca, podra deducirse que l estaba intentando buscar el sentido profundo y esencial de la Ley no para derogarla, sino para cumplirla en profundidad. Con otras palabras, en todo caso se podra afirmar con los debidos matices, que Jess intentaba Por tanto, a partir de estas sentencias de Jess es imposible derivar el cristianismo, sobre todo el paulino que es el ncleo del cristianismo general sobre todo a partir del siglo IV, cuya idea nuclear al respecto es que no es ya necesario cumplir la ley de Moiss. sta tuvo la funcin de pedagogo (Epstola a los glatas) para preparar la venida de Cristo, y qued superada por la ley del amor que l, Jes, promulg. A partir de los pasajes presentados esta posicin es insostenible. Seguiremos. Saludos cordiales de Antonio Piero Antonio Piero Viernes 21 Noviembre 2008
18 La primera respuesta a tal afirmacin es: esta proposicin no es en s verdadera, puesto que Jess permite el divorcio al menos en un caso, como parece demostrarse por el texto siguiente: Y se le acercaron unos fariseos que, para ponerle a prueba, le dijeron: Puede uno repudiar a su mujer por un motivo cualquiera? El respondi: No habis ledo que el Creador, desde el comienzo, los hizo varn y hembra, y que dijo: Por eso dejar el hombre a su padre y a su madre y se unir a su mujer, y los dos se harn una sola carne? De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios uni no lo separe el hombre. Dcenle: Pues por qu Moiss prescribi dar acta de divorcio y repudiarla?. Dceles: Moiss, teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazn, os permiti repudiar a vuestras mujeres; pero al principio no fue as. Ahora bien, os digo que quien repudie a su mujer salvo por fornicacin- y se case con otra, comete adulterio (19,3-9). En lneas generales todos los exegetas afirman que el texto es autntico y que procede del Jess histrico. Otra cosa bien diferente es que la Iglesia catlica haya hecho caso omiso de este pasaje de Mateo que se repite tal cual en 5, 27-32: Habis odo que se dijo: No cometers adulterio. Pues yo os digo: Todo el que mira a una mujer desendola, ya cometi adulterio con ella en su corazn. Si, pues, tu ojo derecho te es ocasin de pecado, scatelo y arrjalo de ti; ms te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea arrojado a la gehenna. Y si tu mano derecha te es ocasin de pecado, crtatela y arrjala de ti; ms te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo vaya a la gehenna. Tambin se dijo: El que repudie a su mujer, que le d acta de divorcio. Pues yo os digo: Todo el que repudia a su mujer, excepto el caso de fornicacin, la hace ser adltera; y el que se case con una repudiada, comete adulterio . Segunda respuesta: por otro lado, al negar la posibilidad del divorcio por cualquier causa Jess adopta respecto al cumplimiento de la ley mosaicala postura rigorista de la escuela del rabino fariseo, Shammay (sta es cronolgicamente un poco anterior a Jess): al marido slo se le permite el divorcio si la mujer es adltera, y la justifica con una interpretacin exigente de Gn 1,27, como palabra de Dios. Esta postura exigente era la misma que la de los esenios del Mar Muerto. Los esenios invocaban el orden primigenio de la creacin apelando a los textos del Gnesis 1,27 y 2,1ss, en pro del matrimonio nico e indisoluble. Basaban esta postura en dos argumentos: 1. El orden primitivo de la creacin es superior al orden de la Ley; Moiss no prescribi el divorcio, sino que slo lo permiti. 2. El texto divino, en Gn 1,27 emplea el singular varn y mujer los cre. Por tanto, Dios estaba pensando, para cada matrimonio, en un hombre y en una mujer concretos. Es sintomtico al respecto el siguiente texto del Documento de Damasco IV 21-V 2, uno de las obras importantes de la secta esenia: g[ [Ciertos hombres] son capturados dos veces por [el deseo de] la fornicacin, por tomar dos mujeres en sus vidas, a pesar de que al principio de la creacin es varn y hembra los cre, y los que
19 entraron en el Arca [de No] entraron de dos en dos en el arca. ]g Este pasaje, sin decirlo claramente, insina o presupone que desde toda la eternidad Dios ha predestinado un varn para cada mujer, y una mujer para cada varn. Los esenios pensaban que era as porque el texto sagrado dice en singular: varn y hembra los cre. Con este singular se argumentabaDios haca entender que haba predeterminado desde toda la eternidad que un varn tuviera una nica mujer y sta un solo varn. Esta unidad slo podra romperse si la mujer caa en un desliz sexual. En ese caso se impona la separacin repudio-, pero no se permita un nuevo matrimonio. Exactamente como Jess. Por tanto, no se puede afirmar, como se oye a veces, que Jess, al defender un tipo de matrimonio sin divorcio estaba fundando el matrimonio mongamo e indisoluble en contra y oposicin total del judasmo de su momento. Esta afirmacin es totalmente errnea, y se basa simplemente en la ignorancia. Por el contrario Jess se presenta como un exacto cumplidor de la ley de Moiss, a la que incluso endurece (Moiss transigi temporalmente con las debilidades del pueblo judo) segn lo cree la voluntad de Dios expresada en el espritu profundo de la Ley. Saludos cordiales de Antonio Piero. Antonio Piero Sbado 22 Noviembre 2008
20 Lo que a ti te resulta odioso no se lo hagas a tu prjimo. Esto es toda la Tor (la Ley). El resto es interpretacin. Vete y estudia! (Talmud de Babilonia, Shabbat 31 a). Jess tiene -como sntesis de la Ley- un dicho semejante que se suele denominar la Regla de oro (Lc 6,31/ Mt 7,12): Lo que queris que os hagan los hombres hacdselo vosotros igualmente Lo que queris que os hagan los hombres hacdselo vosotros igualmente; pues esto es la Ley y los profetas o tambin "Amor a Dios y al prjimo son la sntesis de la Ley y los profetas" (Mc 12,29-31; Mt 22,37-40; Lc,26-28) Estas sentencias son casi exactamente los mismas que otros resmenes de la Ley de otros rabinos, sobre todo fariseos, y se hallan en la mejor tradicin de los maestros ms venerados entre los sabios israelitas. En estos resmenes Jess queda enmarcado como uno ms de entre los rabinos famosos del Israel del siglo I. Por consiguiente, creo que en este apartado sobre la actitud de Jess ante la Ley est justificada la siguiente conclusin: puede decirse que la posicin de Jess respecto a la Ley de Moiss es el de Un inters omnipresente por el objetivo ltimo de la Ley, que l considera, primaria, esencial y positivamente, no como una entidad jurdica, sino como una realidad tico-religiosa (G. Vermes, La religin de Jess, Anaya & Mario Muchnik, Madrid 1995, p. 64). Por tanto la ley mosaica, segn Jess, era la revelacin de la conducta justa y ordenada por Dios a los hombres y la manifestacin de los deberes que el hombre deba cumplir para con el mismo Dios. Ni por lo ms mnimo se le poda pasar por la cabeza al judo Jess abrogar esta ley para sustituirla por otra. El tema de la religin de Jess debe seguir con otras cuestiones importantes como los siguientes: cmo conceba l el Reino de Dios? Es la tica de Jess de un estilo que rompe las normas de la religin juda?, y sobre todo cul es el Dios de Jess? De ellos trataremos brevemente en las postales de das sucesivos. Son asuntos complejos pero muy interesantes, porque de ellos se deduce lo que pretende mostrar toda esta serie de prenotandos orientados a mostrar la base sobre la luego se produce el proceso de la divinizacin de Jess: bien analizados a los Evangelistas se les impone -por tradicin- una figura histrica, la del Nazareno, con una serie de rasgos que lo dibujan como un mero ser humano. A partir de ah, como constatacin que debe reforzarse con todos los anlisis de pasajes de la vida de Jess presentada por los Evangelios mismos, se puede construir la tesis a la que va orientada toda esta serie, a saber cmo se produjo el proceso de divinizar a un ser humano, o lo que es lo mismo como se pas del respeto y admiracin por un rabino galileo del
21 siglo I al culto de un Cristo celeste que no es simplmente un mesas judo sino un redentor universal, de todos los hombres sin excepcin. Seguiremos. Saludos cordiales de Antonio Piero. Antonio Piero Viernes 28 Noviembre 2008
22 es el escabel de sus pies; ni por Jerusaln , porque es la ciudad del gran rey. Ni tampoco jures por tu cabeza, porque ni a uno solo de tus cabellos puedes hacerlo blanco o negro. Sea vuestro lenguaje: S, s; no, no: que lo que pasa de aqu viene del Maligno (Mt 5,33-37). El estudioso judo G. Vermes aporta tres preciosas citas de Filn de Alejandra y de Flavio Josefo que demuestran que, de nuevo, la doctrina de Jess se parece a la de los esenios, quienes tambin buscaban cumplir de la mejor manera la Ley incluso con la apariencia de modificarla. Reproduzco los textos: Los esenios muestran su amor a Dios abstenindose de juramentos, por veracidad (Filn, Que todo hombre probo, 84) Todo lo que dicen (los esenios) es ms seguro que un juramento. En realidad rechazan jurar por considerarlo peor que el perjurio. Pues aquel que no merece que le crean sin invocar a Dios est ya condenado (F. Josefo, Guerra de los judos, II 135). La palabra del hombre bueno debera ser (como) un voto, firme, invariable, totalmente libre de falsedad, firmemente asentada en la verdad (Filn, Sobre las leyes especiales, II 2) Quin podra inferir serenamente de esta doctrina expresada en la anttesis sobe el juramento y el amor a los enemigos que Jess no afirmaba la validez de la Ley, o que se consideraba superior a ella? Justamente todo lo contrario! Si la doctrina de Jess supusiera una oposicin a la ley mosaica con la intencin de abrogarla, entonces todas las discusiones de fariseos y esenios de la poca, tambin. Pero esta conclusin es a todas luces absurda. Sin embargo, se sigue manteniendo continuamente que Jess super la legislacin del judasmo! Pero una vez ms, me parece quedar claro que la religin de Jess, profundamente juda, era en verdad devota de la Ley, la cual deba observarse en su esencia y profundidad. No se encuentra otra explicacin a esta postura intelectual q defiende a un Jess debelador de la ley mosaica que el a priori de pensar que Jess fund el cristianismo, para lo cual se piensa implicita y explcitamente que l hubo de combatir y superar su propia religin. Pero como se deduce por los argumentos expuestos a partir de la lectura serena de los Evangelios mismos, tal conclusin no parece posible. Jess no se muestra en el Sermn de la Montaa como el fundador de una religin nueva, sino como el sustentador de la antigua religin judaa. Por ello es ms ajustado a la verdad histrica afirmar que Jess fue el fundamento o base sobre la cual se fund el cristianismo por otras personas que no eran l mismo, sino sus seguidores que reinterpretaron su figura, misin y doctrina. Jess, por tanto, se muestra en estos pasajes como un ser humano, instruido en la Ley que siguiendo las pautas de los fariseos se esfuerza por captar para s y transmitir a los dems el espritu profundo de la Ley para
23 cumplirla. Es la mxima expresin de obediencia de la criatura respecto al Creador. Saludos cordiales de Antonio Piero. Antonio Piero Mircoles 26 Noviembre 2008
El caso del prosbul: cmo la exgesis de los rabinos cambia la ley de Moiss (2-11).
Hoy escribe Antonio Piero Decamos el da anterior que comentaramos un caso sonado de interpretacin de la Biblia por parte de un rabino famossimo, que puede compararse a la de Jess en el Sermn de la Montaa, con la intencin de mostrar que tales exgesis, a veces violentas y que llegan a modificar el espritu del texto bblico, no supone en el que la hace que se piense a s midmo Dios (enmienda la Ley, nada menos!) ni mucho menos. El texto que fue reinterpretado es Deuteronomio 15,1-2 y dice as: Cada siete aos hars remisin (de las deudas a tus prjimos israelitas). En esto consiste la remisin. Todo acreedor que posea una prenda personal obtenida de su prjimo, le har remisin; no apremiar a su prjimo ni a su hermano, si se invoca la remisin en honor de Yahv. Este pasaje impone la norma de que el acreedor judo que hubiera prestado dinero a otro judo tena que condonar las deudas automticamente, tanto el principal como los intereses, cada ao sabtico, es decir uno de cada siete. Es evidente que esta regla no poda funcionar sino en una sociedad muy primitiva, pequea y muy espiritualizada, desde luego no en una sociedad medianamente avanzada dentro del Imperio Romano, como era la juda del siglo I, poca de Jess. El resultado de la atencin y deseo de cumplir a la norma divina era en realidad que cuando se acercaba el sptimo ao, los judos no prestaban a otros judos porque saban que segn la Ley, no podan cobrar la deuda. De ello segn el famoso rabino Hillel, de poca de Jess-, se generaba una situacin doblemente perniciosa: los pobres se quedaban sin crdito, con lo que la vida les era ms difcl-; y los ricos, o no cobraban, o bien contravenan la Ley, con lo que eran reos de condenacin eterna. Estudiando la ley vio Hillel que haba un cierto hueco por donde escaparse. La Ley permita cobrar un prstamo siempre y cuando se hubiere entregado un objeto en prenda. Por ejemplo la persona que realiza un trabajo que se entregaba a su dueo como renda de un futuro pago. Por ello se podan cobrar deudas pendientes de abono de salarios y honorarios por trabajos prestados.
24 Entonces se le ocurri a Hillel que si se entregaba en prenda a un tribunal judo el contrato de un prstamo cuyos intereses y principal vencan en ao sabtico, y se encomendaba al tribunal el cobro de la deuda (que luego naturalmente era reembolsada por el tribunal al acreedor), era lcito cobrar todo prstamo o deuda incluso en ese ao sptimo o sabtico. Esta interpretacin de la ley se llama prosbul (arameizacin del vocablo griego prosbol, que significa literalmente accin de lanzar hacia y en este caso remitir o lanzar a un tribunal la responsabilidad de cobrar una deuda). Como puede verse, esta triquiuela exegtica del prestigioso rabino Hillel no era en verdad una mera interpretacin sino una autntica derogacin de la Ley por la va de la interpretacin. Y as en otros casos como cuando los rabinos para evitar ciertas interpretaciones rgidas del descanso sabtico unan unas casas con otras por medio de una suerte de prgola hecha de estacas y paos- de modo que el conjunto as logrado fuera como el patio de una casa comunal Y como estaba permitido pasear por dentro de la casa en sbado y transportar comida, etc., con esta triquiuela se lograba burlar o disminuir un tanto la dureza de la prescripcin de no hace trabajo alguno en da de sbado. Otro caso era el "qorbn": declarar nominalmente consagrado al Templo el dinero que ujn hijo pudiente deba emplear en sostener a sus padres ancianos..., con lo que evitaba mantenerlos de hecho (Mc 7,11) Lo mismo debe aplicarse a Jess: si a Hillel y a otros rabinos jams se les consider en el judasmo una suerte de dios por el hecho de que haban modificado la Ley con su interpretacin, tampoco el Jess del siglo I era visto por sus contemporneos como un dios simplemente porque introdujera una interpretacin propia de la Ley con la frase Se os ha dicho pero yo os digo. Por tanto, tampoco los exegetas cristianos contemporneos tiene derecho a deducir de esta interpretacin de la Ley por parte de Jess que es claro que l se consideraba a s mismo Dios, ya que superaba la Ley. La conclusin es una mera imaginacin moderna sin base alguna. Adems, y esto es lo principal, Jess no disminua el rigor de la Ley con su interpretacin, sino que normalmente la endureca, es decir, buscaba su mejor y ms profundo cumplimiento. Si examinamos una por una estas anttesis, vemos que se trata de La cuestin del homicidio (5,21-26), Del adulterio (5,27-30), Del divorcio (5,31-33), Del perjurio (5,33-37), De la ley del talin (5,38-42) y Del amor a los enemigos (5,43-48).
25 Todas ellas van justamente en el mismo sentido: ahondar en el espritu autntico de la Tor, profundizar en el espritu de ella con el nimo de que se cumpliera mejor, es decir, de acomodarse al espritu de la Norma, el cual -se pensaba- era el espritu del legislador, Dios. As, segn Jess, el hombre debe no slo no matar, sino quitar la raz del posible asesinato, el odio y la discordia; no slo no adulterar, sino eliminar la raz del adulterio, el mal deseo; no slo no jurar, sino hablar tan transparentemente que sea innecesario el juramento, etc.; no slo no hacer dao, sino incluso en determinadas circunstancias- amar a los enemigos. Es difcil que alguien pueda entender que todo esto que dice Jess sea una aniquilacin de la letra de la Ley. En el caso del homicidio parece clarsimo: no se puede decir que Jess se opone tanto a la Ley que declare que est permitido matar. Igualmente, debe decirse lo mismo del divorcio y del adulterio como hemos visto ya-. Saludos cordiales de Antonio Piero. Antonio Piero Martes 25 Noviembre 2008
26 hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda. Ponte enseguida a buenas con tu adversario mientras vas con l por el camino; no sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te metan en la crcel. Yo te aseguro: no saldrs de all hasta que no hayas pagado el ltimo cntimo. Se ha discutido mucho la autenticidad de estos pasajes que ocupan un buen espacio en el Sermn de la Montaa. Por un lado, y desde el punto de vista formal, parece claro que la composcin del Sermn en s es obra del evangelista Mateo, quien toma de aqu y de all dichos de Jess transmitidos por sus fuentes (El Evangelio de Marcos de Marcos y la llamada "FuenteQ") y por la tradicin oral. Al darle forma, pues, a un material muy diverso y sacado de su contexto, pudo modificar en algo el sentido del contenido. En segundo lugar, se discute si el contenido mismo procede del Jess histrico ya que como indicamos al principio- presentan a un Jess que discute tanto el valor de la Ley que sus palabras parecen casi un manifiesto antinomista, es decir, "antiley". En mi opinin, y en la de otros muchos, es esa la precisamente la impresin que pretende causar el evangelista Mateo presentndolas as. La tesis del evangelista sera: Jess es el nuevo legislador, el nuevo Moiss: la Ley sigue siendo vlida, sin duda, como medio necesario para la salvacin del ser humano (es decir, todos deben cumplirla de algn modo como dice el mismo Jess). Pero tal como la interpreta l, el mesas verdadero, puesto que estamos en el perodo de una nueva alianza (Mt 26,28). Este concepto de nueva alianza es plenamente cristiano; no pudo estar en la boca de Jess. Por tanto, la presentacin misma de Mateo puede representar ms su pensamiento como escritor, que el de Jess mismo. Ahora bien, me parece que aunque se discutan algunas minucias verbales respecto a la autenticidad de este conjunto de dichos del Nazareno, si se valora el conjunto de ellos, muchos crticos acaban opinando que tenemos en las anttesis, si no las mismsimas palabras de Jess, s al menos su autntica voz o pensamiento, puesto que encajan muy bien con ese pensamiento religioso de Jess que puede deducirse de otros pasajes evanglicos, y tambin porque estas anttesis se encuadran muy en las discusiones intrafarisaicas sobre cmo entender mejor la Ley aplicada al momento en el que se viva. Es decir, era muy comn discutir a fondo el sentido de la Ley enytre los fariseos del siglo I y ninguno de esos maestros fariseos al debatir de este modo se crea Dios, ni mucho menos por dar su opinin, aunque pareciera que modificaba la Ley. Para que se vea cmo discutan sobre la ley de Moiss los rabinos en poca de Jess y cmo se interpretaba esta ley de modo que a veces sta pareca irreconocible, tenemos el propsito de poner el da que viene un ejemplo sorprendente de este tipo de debates exegticos entre los fariseos del siglo I: la interpretacin del rabino fariseo Hillel -un poco anterior cronolgicamente a Jess- de la ley del Deuteronomio 15,1-2.
27 Y escogemos el punto de vista fariseo porque, a pesar de la tradicin de enfrentamiento, el modo de discutir de Jess, sus opiniones y argumentos slo encajan en un ambiente fariseo. Con ello insinuamos que si Jess no era fariseo, le faltaba muy poco...a pesar de las apariencias! Saludos cordiales de Antonio Piero Antonio Piero Lunes 24 Noviembre 2008
28 a la hora de componer los Evangelios estaban ya convencidos de que Jess estaba sentado a la derecha del Padre, que era Dios, es muy improbable que hayan dejado de transmitir alguna sentencia de Jess que afirmase esto claramente de haber existido. A ello se aade la consideracin global de los elementos de la religin de Jess que hemos ido desgranando en notas anteriores. La pintura que se desprende de Jess al leer los Evangelios es totalmente la de un rabino judo, un ser humano enamorado de su religin, dentro de la cual el sentirse de algn modo Dios habra sido una blasfemia. Para todo aquel que desee mirar con ojos crticos por un lado, y procurando evitar todo tipo de prejuicios por otro, se debe confesar como conclusin de lo expuesto que si los evangelistas pretendieron presentar a un Jess que rompa con el judasmo, que transgreda los lmites de la religin juda hicieron bastante mal su trabajo, pues en sus obras, los Evangelios cannicos quedan mil restos que prueban hasta la saciedad que la religin de Jess no se diferenciaba en nada de lo sustancial (s naturalmente en muchos detalles y en el especial nfasis o hincapi en algunos aspectos de la religiosidad; de lo contrario habra pasado desapercibido) de la de un rabino, piadoso, proftico, taumaturgo y de tendencias escatolgico-apocalpticas del Israel del siglo I de nuestra era. Me parece que la religin de Jess es total y autnticamente juda, y que sus races se hallan en una fe de un ser humano hacia Dios que mueve montaas y en una decidida y muy juda "imitacin de Dios", es decir ser buenos a carta cabal, con la justificacin que Dios es bueno y hace salir el sol y la lluvia tanto para los buenos como para los malos. La esencia de la religin de Jess, el judo, es resumida as por G. Vermes en su libro sobre La Religin de Jess que nos ha servido de base para esta serie: Poderoso sanador de los fsica y mentalmente enfermos, amigo de pecadores, Jess fue un predicador magntico de lo que constituye el corazn de la ley de Moiss, incondicionalmente entregado a predicar la llegada del Reino de Dios y a preparar para ello no a comunidades, sino a personas desvalidas. Siempre tuvo conciencia de la inminencia del final de los tiempos y de la intervencin inmediata de Dios en un momento slo conocido por l, el Padre que est en los cielos, que ha de revelarse pronto, el sobrecogedor y justo juez, Seor de todos los mundos(pp. 244-245). Aunque la exposicin de la religin de Jess no pueda considerarse como una prueba metafsica en estricto sentido, es lgico pensar que quin se comportaba como un estricto creyente y practicante de la Ley fuera tan totalmente antijudo como para considerarse a s mismo hijo fsico, real, ntico de Dios? Como afirmamos, tal afirmacin es una blasfemia dentro del judasmo por lo que en el marco de una crtica histrica de los textos antiguos que se refieren a su persona y su religin es muy poco verosmil atribursela a Jess.
29 En sntesis: podemos responder claramente a la primera cuestin planteada: es altamente probable que Jess no se considerara a s mismo hijo de Dios en pleno sentido, pues no lo afirm nunca. Saludos cordiales de Antonio Piero. Antonio Piero Mircoles 3 Diciembre 2008
Notas
10Voto(s) Voto(s) Cmo afirma el Nuevo Testamento que Jess es Dios? (2-182)
Hoy escribe Antonio Piero Aparte de los pocos textos muy claros, siete en total, que reprodujimos en nuestra nota anterior, el Nuevo Testamento en su conjunto afirma de un modo bastante ntido que Jess es Dios. Cmo la hace? En general de un modo indirecto: 1. Afirmando de Jess autor de la vida o Seor resucita a los muertos, dispensa el Espritu y ser que ejerce funciones divinas, como creador, de muertos y vivos, que sana a los enfermos y ensea con autoridad, perdona los pecados, juez en el juicio final.
2. Proclamando un status divino de Jess: posee atributos divinos; es preexistente, es el Verbo divino igual en dignidad a Dios, y es el titular del reino de Dios al igual que el Padre. 3. Aplicando a Jess expresamente pasajes del Antiguo Testamento reservados para Yahv. Por ejemplo Jess es santo como lo es Yahv, permanece por los siglos como Yahv, actu en la creacin como Yahv, etc. 4. De un modo ms explcito, aplicando a Jess ttulos que suponen una naturaleza divina: hijo de Dios, mesas, Seor, Alfa y Omega = Principio y Fin de todo.
30 Debe quedar claro, conforme a lo dicho, que no dudamos de la teologa sobre Jess de los primeros cristianos, que est bastante clara, sino si el Jess que podemos reconstruir como histrico se tom a s mismo como Dios. Par ello tenemos que tornarnos slo a sus palabras, no a los que sus seguidores dijeron de l. Por ello es preciso ahora examinar si las presentaciones de Jess por parte de los Evangelistas (escenas, narraciones, palabras puestas en su boca, etc.) nos llevan o no necesariamente a concluir que Jess aunque nunca lo dijera expresamente- se consider, sin embargo, hijo real, ntico, de Dios. Las fuentes de las que disponemos para responder a esta pregunta se cien casi exclusivamente a los tres evangelios sinpticos: Marcos, Mateo y Lucas. El cuarto evangelio, el de Juan, no puede entrar en consideracin ya que este evangelista reelabora y reinterpreta de tal modo la tradicin sobre Jess, y ofrece una visin de l tan personal, tan teologizada, que no vale como fuente histrica. Es aceptado casi comnmente, incluso por exegetas catlicos que la inmensa mayora de las palabras en especial de los grandes monlogos/discurso- puesta por el autor del IV Evangelio en boca de Jess no proceden de l, sino del evangelista que expresa as su teologa sobre Jess, es decir, cmo l y su grupo entendan la figura y misin de Jess. Y en concreto esa es la sensacin que obtiene el lector- en algunos casos parece corregir expresamente la visin de sus antecesores, sin desmentirla expresamente, afirmando implcitamente que l ofrece la visin ms profunda, correcta, certera del Salvador. Como el cuarto evangelista no es normalmente amigo de sealar errores de perspectiva de sus otros colegas, es digno de mencin al menos un caso en el que el autor el Cuarto Evangelio corrige expresamente la opinin anterior. En Jn 2,18-21 encontramos: Los judos entonces le replicaron dicindole: Qu seal nos muestras para obrar as? Jess les respondi: Destruid este Santuario y en tres das lo levantar. Los judos le contestaron: Cuarenta y seis aos se han tardado en construir este Santuario, y t lo vas a levantar en tres das? Pero l hablaba del Santuario de su cuerpo. Esta sentencia es una referencia indudable a la tradicin recogida en Mc 14,58; 15,29-30 par., pero reinterpretada alegricamente por el Evangelista: nadie haba cado en la cuenta hasta l que Jess estaba hablando en realidad de su propio cuerpo, como incluso superior al Templo! Por tanto, si aceptamos que el Cuarto Evangelio es ms teolgico que histrico habr que examinar una por una, cuando venga el caso, sus afirmaciones sobre Jess para tratar de dilucidar qu valor histrico
31 tienen. En lneas generales, sin embargo, la inmensa mayora de los exegetas, incluso catlicos lo excluyen cuando se trata de reconstruir crticamente cmo era el Jess de la historia. Por tanto, la casi eliminacin del Cuarto Evangelio en nuestra presente tarea no es exagerada. Cito unas lneas de la introduccin del libro, El Dios de Jess de Jacques Schlosser, sacerdote catlico y en otro tiempo presidente de la Asociacin catlica bblica francesa: He centrado mi trabajo (para dibujar la imagen del Dios de Jess) sobre los evangelios sinpticos y he dejado de lado el evangelio de Juan. Este ltimo recoge cierto nmero de datos histricamente fiables, pero en el caso de las palabras de Jess (lo que aqu nos interesa) la relectura johnica -salvo raras excepciones- me parece tan fuerte que no ofrece acceso seguro a la predicacin de Jess (p. 19. Editorial Sgueme, Salamanca, 1995). Seguiremos. Saludos cordiales de Antonio Piero. Antonio Piero Viernes 5 Diciembre 2008
32 Por tanto las cuestiones que se plantean son en sntesis las siguientes: A. Cuando los evangelistas presentan escenas en la que, normalmente otros, afirman que Jess es Hijo de Dios, debe entenderse este sintagma como afirmacin de que Jess era hijo real, fsico, ntico de Dios? B. Cuando los evangelistas afirman que Jess es el Hijo del Hombre, hay que entender que esta afirmacin es un ttulo mesinico que implica a la vez que Jess es Dios de algn modo? C. Cuando los evangelistas nos presentan a Jess como mesas de Israel, debemos entender que este mesianismo supone la divinidad de Jess Comencemos por la primera (A): el Hijo de Dios Los textos ms importantes que sostienen que Jess es "Hijo de Dios", en los que el lector deduce que se trata no de una filiacin metafrica sino real, son los siguientes: 1. Mt 11,27: "Nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar." Mas de aquel da y hora (el fin del mundo y la venida del Juicio divino, nadie sabe nada, ni los ngeles en el cielo, ni el Hijo, sino slo el Padre (Mc 13,32). 2. Casos en los que los demonios, o su jefe Satans, afirman que Jess es Hijo de Dios. Por ejemplo: Y acercndose el tentador, le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes. (Mt 4,3) Al llegar a la otra orilla, a la regin de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salan de los sepulcros, y tan furiosos que nadie era capaz de pasar por aquel camino. Y se pusieron a gritar: Qu tenemos nosotros contigo, Hijo de Dios? Has venido aqu para atormentarnos antes de tiempo? (Mt 8,28-29) 3. Caso en los que los ngeles de Dios afirman que Jess es Hijo de Dios Mara respondi al ngel: Cmo ser esto, puesto que no conozco varn? El ngel le respondi: El Espritu Santo vendr sobre ti y el poder del Altsimo te cubrir con su sombra; por eso el que ha de nacer ser santo y ser llamado Hijo de Dios (Lc 1,34-35) 4. Casos en los que los discpulos afirman de Jess que es hijo de Dios. Por ejemplo: Comienzo del Evangelio de Jesucristo hijo de Dios (Mc 1,1) Llegado Jess a la regin de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discpulos: Quin dicen los hombres que es el Hijo del hombre? Ellos dijeron: Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elas, otros, que Jeremas o uno de los profetas. Dceles l: Y vosotros quin decs que soy yo? Simn Pedro contest: T eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo. Replicando Jess le dijo: Bienaventurado eres Simn, hijo de Jons, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que est en los cielos. Y yo a mi vez te digo que t eres Pedro, y sobre esta piedra edificar mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecern contra ella (Mt 16,16-18 y Mc 8,27-30)
33 5. Casos en el que otras personas no discipulas dicen de Jess que es Hijo de Dios La pregunta de Caifs de Mc 14,61 y la respuesta de Jess: "Eres t el mesas, el hijo de Dios bendito?" "S lo soy". Entonces, se levant el Sumo Sacerdote y le dijo: No respondes nada? Qu es lo que stos atestiguan contra ti? Pero Jess segua callado. El Sumo Sacerdote le dijo: Yo te conjuro por Dios vivo que nos digas si t eres el Cristo, el Hijo de Dios. Dcele Jess: S, t lo has dicho. Y yo os declaro que a partir de ahora veris al hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y venir sobre las nubes del cielo (Mt 26,62-64) . Escena paralela en Lc 22,70. Los que pasaban por all le insultaban, meneando la cabeza y diciendo: T que destruyes el Santuario y en tres das lo levantas, slvate a ti mismo, si eres Hijo de Dios, y baja de la cruz! (Mt 27,39-40). Algo similar en Mc 15,39: Al ver el centurin, que estaba frente a l, que haba expirado de esa manera, dijo: Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios. El prximo da seguiremos con el comentario a estos textos. Saludos cordiales de Antonio Piero. Antonio Piero Sbado 6 Diciembre 2008 18 DEMONIOS Y DISCIPULOS AFIRMAN QUE JESUS ES DIOS http://www.tendencias21.net/crist/Demonios-y-discipulos-afirman-que-Jesus-es-Dios-220_a32.html
34 comunidad de Jess sobre Jess, cosa que ya dijimos que no discutimos. Manifestaciones sobrenaturales de demonios, etc., no entran en el mbito de la historia. A este respecto hay que aadir que en el judasmo de tiempos de Jess era idea comn que los demonios estaban al tanto de todo lo que concerniera a Dios y a la relacin de ste con el ser humano en cuanto afectara a la salvacin del hombre cosa que no interesaba a los demonios y estaban atentos por ello- e incluso de que se enteraban de la Voz celestial (especificaremos esta idea ms precisamente en una nota posterior) que Dios utilizaba para hacer algunas revelaciones a los seres humanos ms queridos por l, cuando no deseaba utilizar como mediador a un profeta. Pasajes rabnicos al respecto es decir, que dan por sentado que los demonios se enteran de la Voz celestial, que no va para ellos, son relativamente claros. Uno de ellos es el siguiente: Conocen (los demonios la Voz celestial)? Cmo es eso? Ellos (los demonios) oyeron (la Voz celestial como) detrs de una cortina. Al igual que (la oyen) los ngeles que ofician (delasnte del Seor): Talmud de Babilonia, Hagig 16a). 3. Respecto al pasaje de Lc 1,35 (n. 3): la respuesta es idntica: este texto no pertenece al Jess histrico, sino a la teologa del evangelista. Ningn exegeta serio, ni siquiera catlico, sostiene que este texto represente un hecho verdadero, sino la creencia de una parte ni siquiera de toda ella- de la comunidad cristiana primitiva. 4. Respecto a los pasajes recogidos en el nmero 4 (Mc 1,1; Mt 16,16-18 y Mc 8,27-30), la respuesta es esencialmente la misma: otros dicen de Jess que es Hijo de Dios en este caso discpulos-, no Jess mismo. Todava se sigue opinando que quiz la escena de la Transfiguracin no sea histrica: es ms probable que sea una retroproyeccin de una historia de apariciones pascuales del Resucitado y sus dilogos con sus discpulos por tanto algo que no pertenece al historia- hacia la vida de Jess realizada por Marcos al igual que la historia de la Transfiguracin (Mc 9,2-8): se trata de una leyenda cultual. Respecto a la escena de la confesin de Pedro (Mc 8,27-30) hay dudas acerca de su historicidad. Pero en nuestra opinin- puede admitirse como histrica en su ncleo bsico. Sin embargo, s surgen dudas acerca del sentido de la frase Hijo de Dios en boca de un judo como Pedro. Este discpulo esperaba, y no poda ser menos, de Jess que fuese un mesas totalmente judo, es decir, la mano de Dios como el libertador/restaurador de Israel de los paganos (en este caso los romanos que seran expulsados de las tierras de Dios = Israel) y el implantador del reino de Dios sobre la tierra. Por tanto en el pensamiento de Pedro- esta figura de hijo de Dios sera meramente humana: un hombre, que goza del amor del Dios de Israel de un modo especial por ser profeta o heraldo del reino de Dios. Con otras palabras: Pedro pensaba de Jess lo que opinara de Elas, o David, eran hijos de Dios en grado extremo sin dejar de ser humanos.
35 Vayamos ahora al pasaje difcil de la fundacin de la Iglesia por parte de Jess- segn Mt 6,16-, en donde Jess confirma la apreciacin de Pedro respecto a su mesianidad. En el sentir de la mayora de los intrpretes, incluso algunos catlicos, la escena tal cual est, es en lneas generales no histrica. Las razones para la duda son fundamentalmente dos: - Slo est atestiguada por Mateo. La escena parece un aadido suyo al texto de su fuente, que en este caso es el Evangelio de Marcos, el cual no trae la escena. Es impensable en absoluto que de haber existido Marcos hubiera omitido algo tan importante como la fundacin de la Iglesia. - La fundacin de una Iglesia tal como aparece en el texto no se entiende, no encaja, dentro de la religin de Jess, puramente juda: l escogi a los Doce apstoles como smbolo de las Doce tribus que Dios restaurara en su plenitud (nueve tribus haban sido destruidas desde la poca de la cada del Reino del Norte, de Israel, en el siglo VIII a.C. ante las tropas asirias del monarca Salmanasar) del reino de Dios. Por tanto, parece bastante verosmil que Mateo transforma de acuerdo con lo ocurra en su poca- este significado, que se encuadra bien con lo que conocemos de Jess, en la fundacin de una comunidad bien diferente, plenamente cristiana, que se opone a la sinagoga juda de su momento cuando ambos grupos (judos y cristianos) estaban en trance de separarse: Mateo presenta a Jess entonces a sus oponentes judos de su poca fundando un grupo diverso a la sinagoga juda. En consecuencia, la afirmacin de Pedro de que Jess es el mesas del Hijo de Dios vivo, o bien no es histrica de pleno sentido, o bien tiene el sentido arriba expuesto de la otra confesin mesinica por parte del prncipe de los apstoles: un mesas al sentido tradicional judo, un ser humano dotado de poderes especiales por parte de Dios para implantar su reino en la tierra. Lo dicho es slo un breve resumen de las perspectivas exegticas actuales sobre este pasaje, que exigira un tratamiento ms detenido que se saldra del marco de esta nota. En cualquier caso el tema del mesianismo de Jess y la pregunta sobre si su autoconciencia como mesas inclua o no una consciencia de ser hijo de Dios en sentido real del trmino, exige un tratamiento ms detenido, que dejamos para otro momento, para una serie especial de notas al respecto. Seguiremos. Saludos cordiales de Antonio Piero Antonio Piero Lunes 8 Diciembre 2008
36 http://www.tendencias21.net/crist/Tuvo-conciencia-Jesus-de-una-filiacion-divina-real-221_a33.html
37 especialsima de ser hijos de Dios de un modo diferente a la gente normal,; todos ellos consideraban su Padre a Dios de un modo particular. Era muy natural que un taumaturgo se sintiera ms cerca de Dios que los dems hombres, pero eso no significaba que se considerara Dios. En el judasmo de la poca es imposible. He aqu unos textos significativos: Se cuenta en el Talmud que una voz celestial dijo de Hanina ben Dosa: El mundo entero ser alimentado gracias a mi hijo Hanina; (es un hombre austero) con un puado de algarrobas tiene bastante mi hijo Hanina para una semana (Talmud Taanit 24b) El mismo tratado Taanit (23a) dice de Hon que, al saberse que era afecto a Dios y que haba realizado otros prodigios (en concreto curaciones milagrosas, como Jess), unos colegas fariseos le pidieron a intercediera ante la divinidad para que sta otorgara la lluvia, muy necesaria en un tiempo de feroz sequa. Entonces Hon traz un crculo en torno a s y jur no salir de all hasta que Dios no le concediera su peticin, y dijo: Seor del mundo: tus hijos se han dirigido a m, porque soy en tu presencia como un familiar de tu casa. Juro por tu Gran Nombre que no me mover de aqu hasta que te apiades de tus hijos. A otro fariseo, Simen ben Sat, le pareci que la postura de Hon era muy irrespetuosa y arrogante para con Dios, de modo que aunque vino milagrosamente la lluvia, reprendi a Hon: Si no fueses Hon, te excomulgara. Pero qu puedo yo hacer contigo? Pues t sabes conquistar a Dios para que te conceda lo que quieres, como un hijo conquista a su padre y ste concede lo que desea su hijo. Cuando le dice: Padre (abb, como Jess), bame en agua caliente, o chame agua fra, dame nueces, almendras l se lo otorga. Es evidente por estos pasajes de la poca de Jess que a un taumaturgo se le llamaba hijo de Dios con especial nfasis sin que ello significara ninguna divinizacin por parte de los que los llamaban, ni menos por parte de quien era as denominado. De este modo debemos entender los pasajes evanglicos. E insistimos en que debemos tener en cuenta que una cosa es la transmisin de la noticia (en este caso, que se denominaba a Jess hijo de Dios), y otra el modo cmo la cuentan los evangelistas -de treinta a cincuenta aos ms tarde de la muerte de Jess- junto con la intencin implcita como la transmiten. El historiador debe rescatar la noticia llevndola hacia su contexto originario, ditstinguindolo del contexto posterior (el "evangelio", es decir un libro que hace propaganda explcita d una fe) dentro del cual se transmite. Seguiremos. Saludos cordiales de Antonio Piero Antonio Piero Martes 9 Diciembre 2008
38 http://www.tendencias21.net/crist/La-conciencia-de-hijo-en-Jesus-de-Nazaret-2-215_a34.html
39 inteligentes, y se las has revelado a pequeos. S, Padre, pues tal ha sido tu beneplcito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Cmo interpretar este texto? En primer lugar, es un pasaje que se parece muchsimo a la teologa del Cuarto Evangelio, por lo que ya a primera vista es en extremo sospechoso: tal teologa es muy tarda; se conforma plenamente unos 60-70 aos despus de la muerte de Jess. Por tanto es sumamente improbable que pueda adscribirse al Jess histrico. Segn el parecer de la mayora de los intrpretes es una creacin, tras la muerte del Maestro, de la comunidad primitiva la cual por boca de un profeta cristiano que hablaba en nombre de Jess- puso estas palabras en boca del Nazareno cuando an viva sobre la tierra. El proceso cmo la comunidad primitiva adscribi a Jess una teologa de Hijo de Dios en sentido real es difcil de explicar en sus detalles ms pequeos (y ste es el objetivo de esta serie de notas), aunque no es difcil trazar un cuadro general de la evolucin, a saber del proceso en sus lneas generales y maestras del paso Jess de la historia y su sentido de la filiacin era simplemente hijo especial sin dejar de ser un hombre- por su contacto particular con Dios ya que era el heraldo del reino de Dios y obrador de prodigios por el dedo de Dios a Jess resucitado hijo de Dios real. Expresar el sentir general de muchos investigadores independientes con una larga cita de G. Vermes, tomada de su obra Jess el judo (Muchnik Editores, Barcelona). Aunque este volumen es de 1971, poco han cambiado las perspectivas: Es un hecho el que a Jess se le llama a menudo hijo de Dios en el Nuevo Testamento. Lo es tambin el que incluso lectores no cristianos de los Evangelios, influidos persistentemente y aun sin su voluntad por el dogma de la Iglesia, tienden a identificar con toda naturalidad el ttulo de hijo de Dios con la idea de divinidad. Dentro y fuera del cristianismo, aceptado como artculo de fe o rechazado, se supone que cuando los evangelistas aplican esto a Jess le estn reconociendo como igual a Dios. En otras palabras, la tendencia, consciente o no, es inyectar en los primeros documentos cristianos y, ms all de ellos, en una tradicin que brot del suelo judo, la doctrina profundamente antijuda del Concilio de Nicea: Jess Cristo, el unignito Hijo de Dios ... Dios de Dios ... que es de una sustancia con el Padre. Para analizar este ttulo cristolgico, ltimo y ms influyente, deben formularse y responderse las preguntas cronolgicas, histricas y exegticas usuales. Puede demostrarse por las pruebas neotestamentarias que Jess proclamaba paternidad divina? Afirmaron y aceptaron esto sus discpulos inmediatos, judos galileos? O se impuso esto entre sus seguidores de la segunda generacin, en Palestina o en la cristiandad juda helenstica? Por ltimo, cul fue su significado original; experiment algn cambio sustancial al pasar del mundo judo al helenstico gentil? En cuanto a la primera cuestin, si se acepta la teora de que Jess rechaz el ttulo de Mesas el hijo de Dios con ocasin de la confesin de Pedro y la pregunta del sumo sacerdote, no hay el menor indicio en los Evangelios Sinpticos de que se haya arrogado esta relacin gloriosa. Autores que desean mantener que l se consider el hijo de Dios en un sentido preeminente se ven obligados a basarse en lo que es claramente ltima
40 fase de la evolucin del ttulo, la sustitucin de el Hijo por hijo de Dios, y pretender que es histrica y autntica. Pero, unos cuantos conservadores aparte, todos los intrpretes ms abiertos, con independencia de sus creencias cristianas, se abstienen de una afirmacin tal. Para citar slo unos cuantos ejemplos de opinin erudita ms reciente, B. M. F. van Iersel admite que Jess jams se refiri a s mismo como hijo de Dios, y C. K. Barrett declara sin vacilacin que la doctrina de la filiacin no jug ningn papel en la proclamacin pblica de Jess. H. Conzelmann, tras subrayar que el ttulo nunca figura en una narracin, siempre en confesiones, deduce de su atento examen que todos los ejemplos son antihistricos y que segn los textos que tenemos, Jess no utiliz el ttulo. Los especialistas en el Nuevo Testamento distinguen, siguiendo a Rudolf Bultmann, dos etapas en la evolucin del concepto hijo de Dios. La primera est adscrita a la comunidad palestina, donde se aplicaba la antigua frmula oriental de adopcin real divina, T eres mi hijo, a Jess en cuanto Rey Mesas. La segunda etapa la representa la predicacin de la Iglesia helenstica gentil. Aqu, el significado judo de hijo de Dios sufri una metamorfosis esencial hasta venir a indicar no el oficio de Jess sino su naturaleza, concibindose sta luego por analoga con el vstago, mitad divino mitad humano, de las deidades de la mitologa clsica renombradas por sus proezas y actos redentores. Para Ferdinand Hahn la fusin de elementos helensticos y mesinicos en la idea hijo de Dios se produjo en tres etapas: Se utiliza primero en la comunidad palestina postpascual como ttulo adecuado a un Mesas cuya vida en el mundo haba terminado y que haba sido ya adoptado por Dios y entronizado en el cielo. Como siguiente paso, la judeo-cristiandad helenstica, pasando de la existencia celeste de Jess a su vida en la tierra, le vio como taumaturgo y exorcista de dotes sobrenaturales cuya concepcin en el vientre de una virgen se deba a intervencin directa de Dios. Y por ltimo, la filiacin divina de Jess se reconoci principalmente como resultado de una apoteosis, una deificacin que tambin implicaba preexistencia y, como si dijsemos, una filiacin fsica debida a la parte atribuida a Dios en su peculiar forma de concepcin. Saludos cordiales de Antonio Piero. Antonio Piero Mircoles 10 Diciembre 2008
41 El tema de esta nota es: significaba el uso de Seor otorgado a Jess que las gentes que as lo llamaban lo consideraban Dios? O l mismo, lo pensaba as? Hay algunos textos del Nuevo Testamento que llaman "Seor" a Jess (en griego krios), no en un sentido banal (lo que aparece repetidas veces en los evangelios), sino implicando la divinidad del que es Seor. A este respecto, el pasaje ms difano en los evangelios es Mc 12,35-37: Cmo dicen los escribas que el Cristo es hijo de David? David mismo dijo movido por el Espritu Santo: Dijo el Seor a mi Seor: sintate a mi diestra... La crtica afirma a propsito de este texto que es ms que probable que sea secundario: no pertenece al estrato del Jess histrico; es una creacin posterior de la comunidad primitiva, posterior a la muerte de Jess que contiene material apologtico, de defensa de la fe cristiana, que conocemos por otras vas. Las razones para considerar este texto secundario, es decir, que contiene palabras no autnticas de Jess son las siguientes: . En esta clase de discusiones Jess nunca toma la iniciativa. El que la tome aqu hace el pasaje sospechoso en cuanto a la forma. B. Parece deducirse de este pasaje que Jess argumentaba que el mesas no puede ser hijo de David. Pero esta afirmacin contradice el captulo 11 del mismo Marcos, en donde es aclamado como hijo de David y l no se molesta en contradecir a quienes as lo proclaman. C. Si Jess hubiese contradicho de manera tan clara la concepcin de que el mesas no era hijo de David, tal concepcin jams habra tenido un sustento firme en la comunidad primitiva. Ahora bien, lo cierto es que ya Pablo la conoce y la mantiene (Rom 1,1-4: Pablo, siervo de Cristo Jess, apstol por vocacin, escogido para el Evangelio de Dios, que haba ya prometido por medio de sus profetas en las Escrituras Sagradas, acerca de su Hijo, nacido del linaje de David segn la carne, constituido Hijo de Dios con poder, segn el Espritu de santidad, por su resurreccin de entre los muertos, Jesucristo Seor nuestro. D. El argumento de fondo del pasaje marquiano podra ser que Jess, aunque mesas no es hijo fsico de David, sino algo superior a hijo de David, es decir hijo de Dios ontolgico. Ahora bien, tal argumentacin sera una confesin de fe de la comunidad helenstica, no palabras atribuibles al Jess de la historia. Otros textos pertinentes en los Evangelios son 1. Mc 1,40: Seor, si quieres puedes curarme. 2. Mc 9,22: Seor si puedes hacer algo, ten piedad de nosotros y aydanos 3. Mc 11,13: El Seor lo necesita (los discpulos piden prestado un asno para que Jess entre en Jerusaln el domingo de ramos)
42 4. Mt 8,25: Slvanos, Seor que perecemos (los discpulos en la tormenta del lago de Genesaret). Texto parecidos en Mt 14,28 y 14,30 5. Mt 8,21: Seor, djame primero ir a enterrar a mi padre 6. Mt 18,21: Seor, cuntas veces deber mi hermano pecar contra m? Otros pasaje parecidos en Mt 13,51 y 26,22 En el Evangelio de Lucas: 7. Exclama Pedro: Vete, Seor, djame, pues soy un pecador: Lc 5,8 8. Lc 9,54: Seor, permtenos que hagamos descender fuego del cielo sobre ellos... (peticin de Juan y Santiago, hijos del Zebedeo, para que Jess con su poder taumatrgico castigue a una ladea samaritana) 9. Lc 10,17: En tu nombre, Seor, hasta los demonios se nos someten. 10. Lc 23,42: el buen ladrn en la cruz: Seor, acurdate de m cuando ests en tu reino. Obsrvese cmo ya en el Evangelio de Lucas los empleos de Seor sobre todo el ltimo, tienen un carcter ms sobrenatural. En el Evangelio de Juan este carcter divino del uso del trmino Seor se hace ms palpable: 11. Marta exclama ante Jess: S, Seor, creo que t eres el mesas, el hijo de dios que ha venido al mundo: Jn 11,27 12. Muy claras son las palabras de Toms cuando Jess se le aparece tras su resurreccin: Seor mo y Dios mo: Jn 20,28 A este respecto debemos comentar que los anlisis de textos judos durante siglos, desde mediados del siglo II a.C. hasta comienzos del siglo III dan testimonio de los usos siguientes del vocablo Seor, tanto en invocaciones como en una narracin: Se utiliza para designar a Dios Entre seres humanos para designar a un maestro (alguna que otra vez puede ser equivalente a maestro, pues se prefiere rabb) Tambin, como hoy da, para dirigirse a una persona de respeto Si van juntos rabb y seor, este ltimo suele tener la preeminencia En textos en los que los judos se dirigen a un sanador o taumaturgo suele aparecer la designacin Seor. Con estas aclaraciones, sera preciso que el lector repasara ahora los textos citados ms arriba, y creo que estar muy probablemente de acuerdo en que los usos que se observan en los Evangelios de Marcos y de Mateo encajan bien con un ambiente natural de respeto a un maestro o persona importante, sin que en esa designacin haya de verse ninguna fe en que tal persona es divina. A la vez se observar que en textos ms tardos, comenzando por Lucas, se observa una teologizacin del ttulo de Seor, en donde se trasluce con cierta claridad que al menos el evangelista est convencido de la dignidad divina o casi divina de Jess, sobre todo en la escena de la cruz (el buen ladrn). Ahora bien, no conozco a ningn exegeta serio e independiente que afirme que ese pasaje pertenece al Jess de la historia. Por el contrario, se sostiene comnmente que es una creacin de Lucas o de su tradicin: por tanto, pura teologa. Lo mismo cabe decir de los dos pasajes del Evangelio de Juan, a los que prcticamente ningn comentarista independiente sita en el mbito
43 del Jess histrico, sino en el de la teologa proyectiva del Cuarto Evangelista, quien pone en boca de Jess, o de otros personajes, signos de una teologa/cristologa que tiene su entorno natural a finales del siglo I y no en el tiempo del Jess histrico. Por tanto, en mi opinin, y a pesar de la intencin ms o menos clara de los evangelistas, se puede reconstruir con certeza que a Jess como maestro y sobre todo como sanador y exorcistas las gentes de la Galilea del siglo I lo denominaban Seor, segn el uso respetuoso de la poca (y hasta hoy da) sin que ello signifique que los que as hablaban estuvieran pensando que estaban ante la encarnacin de un ser divino. Y opino que Jess tampoco lo pensaba de s mismo. Saludos cordiales de Antonio Piero Antonio Piero Viernes 12 Diciembre 2008
44 La escena del Bautismo de Jess y la Voz Celeste Si interpretamos este pasaje junto con la escena del bautismo de Jess contada por el mismo Marcos, observamos que la tradicin nos menciona una Voz celeste que proclama la filiacin especial de Jess. En el bautismo: Y se oy una voz que vena de los cielos: T eres mi Hijo amado, en ti me complazco (Mc 1,11) En la transfiguracin: Vino una voz desde la nube: Este es mi Hijo amado, escuchadle. (Mc 9,7) Interpretado segn la mentalidad juda del momento, cuando se pensaba que ya Dios haba dejado de mandar profetas a Israel (es decir, se opinaba que haba concluido el tiempo de la revelacin oficial y segua el tiempo de la interpretacin y el cumplimiento en el cual si Dios deseaba manifestar algo lo haca por medio de una voz celeste), los dos textos nos indican que Jess tuvo en su vida algunos momentos importantes, en los que Dios le haba comunicado su voluntad y su deseo de que l fuera de algn modo su mensajero. Dos textos judos nos ayudan a situar bien lo que decimos. El primero se refiere a la ausencia de profeca en sir sustituido por la Voz divina: Con la muerte de Ageo, Zacaras y Malaquas, los ltimos profetas, el Espritu Santo dej a Israel; sin embargo, se les sigue haciendo or (= revelaciones) a travs de una voz celestial (Talmud de Babilonia, Sotah 48b; Tosefta Sotah 13,2) El segundo se refiere a esta Voz divina que seala a un rabino como personaje (no dice exactamente hijo) predilecto de Dios porque era adems profeta: Cuando los ancianos llegaron a la casa de Gadia, en Jeric, Una voz celestial les anunci: Hay un hombre entre vosotros digno del Espritu Santo, pero esta generacin no lo merece. Ellos fijaron los ojos y (vieron) a Hillel el Viejo (Tosefta Sota 13,3; Talmud de Babilonia Sotah 48b) Lo que pas con Jess sera algo parecido: como una suerte de momentos estelares de su vida o de paso de una situacin a otra, que puede imaginarse como un trance exttico o una experiencia espiritual de cualquier tipo. Tales momentos significaban cambios de vida. Tales momentos seran el bautismo a manos de Juan, la retirada al desierto, la transfiguracin o una visin divina que le sealaba su camino. Y como hemos visto por el texto nmero dos arriba citado(el de Hillel), la manera de describir tales experiencias o sucesos entre los judos del momento era: Una voz del cielo le haba hablado diciendo que era tal cosa u otra, por ejemplo, profeta o hijo de un modo excelente. Posteriormente esos hechos o experiencias se transmitieron entre los discpulos como manifestaciones de esa Voz de Dios. Y as pasaron a los Evangelios. Debemos pensar que los evangelistas, Marcos en concreto,
45 compusieron literariamente las dos escenas. En concreto a la accin del bautismo aadi Marcos la teofana, o aparicin sobrenatural de la Paloma = Espritu Santo, convenientemente escenificada dentro de la cual se encaja la Voz divina que proclama la filiacin especial de Jess. Nos parece evidente que todo ello, tanto en el Bautismo como en la Transfiguracin, son unas escenas compuestas por los evangelistas, o por la tradicin que est tras ellos, dado su contenido altamente mtico y sobrenaturalista. Tales acontecimientos no pudieron ser histricos.
Cmo debemos entender la filiacin vehiculada por estas escenas? Naturalmente al modo judo original, donde fueron concebidas estas leyendas, y no a la manera como lo transmite el evangelista, el cual escribe su evangelio para un pblico de habla griega, con una mentalidad distinta a la juda, y muchos aos ms tarde del pretendido suceso. Y en el modo judo denominar a un ser humano hijo de Dios no significa que se transmute su esencia de mero ser humano y quede divinizado de algn modo, sino simplemente que ese hombre obtiene una elacin especial con Dios. As consideradas, las escenas del bautismo y la transfiguracin queda de algn modo como desmitificadas y reducidas a su mbito originario, el judo. En l, al que pertenece el Jess de la historia, no parece posible que el sintagma hijo de Dios que se encuentra en los Evangelios pueda entenderse al modo griego, como hijo fsico y natural de Dios, sino como hijo metafrico, lo que indica una especial intimidad con la divinidad y nada ms. Es preciso insistir en que otra cosa es que los evangelistas y sus lectores griegos de los Evangelios y luego el comn de la Iglesia, formada ya a finales del siglo I por conversos procedentes del paganismoentendieran esta filiacin como se comprenda en general en el mundo grecorromano: una filiacin real y verdadera, ntica diramos. Pero en el mbito del Jess de la historia no poda ni caba comprenderse as. ......................... En conclusin, de las 1.315 veces que aparece la palabra "Dios" en el Nuevo Testamento, slo hay siete como dijimos- que afirman de alguna manera que "Jess es Dios", pero entre ellas ninguna en la que los crticos estn de acuerdo que procede de los labios del Jess histrico. Por ello, como conclusin al menos provisional, podemos afirmar: en opinin de la crtica, es ms que dudoso que Jess se considerara a s mismo como Dios verdadero, ya que no conservamos ninguna palabra autntica suya que lo afirme y como veremos- no encaja con la concepcin que tena de Dios ni con su religin. Saludos cordiales de Antonio Piero
47 El desarrollo, pues, de este tema nuevo -para entemnder a Pablo- sera, de un modo general , del modo siguiente: 1. Quin y cmo era el Pablo precristiano 2. La llamada conversin de Pablo 3. Anlisis filolgico y breve comentario de las cartas autnticas que nos ha legado el Pablo cristiano 4. Sntesis del pensamiento de Pablo de Tarso. Comenzamos hoy con el tema 1. El Pablo precristiano e iniciamos nuestro comentario indicando de qu fuentes disponemos para estudiarlo. Las fuentes antiguas para conocer a Pablo son fundamentalmente dos: A. Un conjunto de cartas, unas catorce, denominada en conjunto el corpus paulino de entre las cuales hay siete que llevan la marca clara de haber salido de una misma mano. El autor de ellas se denomina a s mismo Pablo, siervo de Jesucristo, apstol (Romanos 1,1). Otras siete, que llevan tambin su nombre, pero que por su vocabulario e ideas teolgicas parecen no proceder de esta misma mano. B. Una seccin muy importante, sobre todo a partir del captulo 11, de una obra recogida en el Nuevo Testamento, titulada Hechos de los apstoles, que en realidad es la segunda parte del Evangelio llamado segn Lucas. Y prcticamente no hay ms, pues otras menciones en la antigedad, como los prlogos antimarcionitas escritos contra le hereje Marcin- a las cartas de Pablo, dependen en realidad de estas dos fuentes. Del mismo modo puede decirse de cualesquiera otras menciones a Pablo que empiezan a surgir sobre todo a partir de mediados del siglo II de nuestra era, que dependen de las dos ya mencionadas. Como es lgico, si entre las fuentes, A. y B., hubiere alguna discrepancia habr que atender sobre todo y en primer lugar al testimonio de las llamadas cartas autnticas. Para lo que sigue inmediatamente, a modo de introduccin, tomo material de mi obra Gua para entender el Nuevo Testamento, Editorial Trotta, Madrid, 3 edicin 2008, captulo 11, pp. 253ss. Luego expondr lo que puede saberse del Pablo precristiano de la mano del captulo de Martin Hengel Der vorchristliche Paulus, de la obra en equipo, Paulus und das antike Judentum, editada por el mismo Hengel y publicada en la editorial J.C.B. Mohr, de Tubinga de 1992. Que yo sepa esta obra no ha sido traducida al castellano, aunque de este captulo se ha hecho una versin italiana, a cargo de G. Pontoglio, publicada como librito con el ttulo Il Paolo precristiano (Studi Biblici 100), Brescia (Paideia Editrice) 1992, 204 pp. Si alguna vez necesitamos citar algn pasaje concreto, lo haremos directamente de la edicin original alemana que es la que tenemos. El modo de imprimir el Nuevo Testamento hoy da modo que viene desde muy atrs y se apoya en el orden de algunos de los grandes manuscritos que desde el siglo IV d.C. nos han transmitido el Nuevo Testamento enterojuega una pasada a la mayora de sus lectores. Lo primero que se encuentra el lector son los Evangelios junto con los Hechos de los Apstoles. Como estas obras tratan de Jess y el autor que viene a continuacin, Pablo de Tarso, supone el conocimiento previo de aquel, de un modo espontneo las gentes tienden a creer que los Evangelios se compusieron cronolgicamente
48 primero y que luego escribi Pablo sus cartas. Pero esto no fue as. La primera composicin del Nuevo Testamento es la Carta primera a los tesalonicenses, redactada hacia el 51 d.C. Dentro del Nuevo Testamento se han transmitido trece cartas que llevan el nombre de Pablo, a las que la tradicin aadi otra: la Epstola a los hebreos. Sin embargo, el trmino medio de la investigacin tanto protestante como catlica reconoce hoy como plenamente autnticas slo siete de ellas. Las otras siete son declaradas no genuinas, pseudnimas o deuteropaulinas (paulinas de segunda clase), es decir, obras de discpulos ms o menos directos de Pablo. El prximo da ofreceremos una visin de conjunto de los argumentos en los que se apoya esta distincin tan importante. Saludos cordiales de Antonio Piero Antonio Piero Lunes 15 Diciembre 2008
24 ARGUMENTOS GENERALES PARA DISTINGUIR ENTRE CARTAS AUTNTICAS DE PABLO Y OTRAS DE SUS DISCIPULOS
http://www.tendencias21.net/crist/Argumentos-generales-para-distinguir-entre-cartasautenticas-de-Pablo-y-otras-de-sus-discipulos-3-02_a39.html
Argumentos generales para distinguir entre cartas autnticas de Pablo y otras de sus discpulos (3-02-)
Hoy escribe Antonio Piero Los argumentos empleados por la crtica literaria para efectuar esta separacin en dos grupos diferenciados son de tres tipos, que apuntan hacia diferencias importantes entre las autnticas cartas de Pablo y el resto: Grandes o notables divergencias de estilo y vocabulario, sobre todo palabras iguales empleadas con significado diferente (por ejemplo, iglesia, cuerpo de Cristo, justificacin). Notables diferencias de concepciones teolgicas que afectan, p. ej., a la concepcin de la obra del cristiano en este mundo, a la idea de la parusa, al matrimonio, a la organizacin eclesistica. Dificultades para el historiador a la hora de encajar los datos ofrecidos por las cartas sospechosas en lo que se sabe con certeza de la vida de Pablo. El ejemplo ms claro es el conjunto de las Epstolas Pastorales. Para adscribirlas a Pablo hay que inventarse un perodo de la vida de ste que no es fcil justificar. Hoy da hay un notable consenso (90%) entre los investigadores para apoyarse en estos argumentos y declarar genuinamente paulinas, es decir, slo autnticas sin duda alguna, las siguientes cartas: 1 Tesalonicenses, Glatas, Filipenses, Filemn, 1 y 2 Corintios y Romanos. Junto a stas hay un grupo de 4 cartas en las que la inmensa mayora de la investigacin tiene pocas dudas al declararlas no autnticas: las llamadas Epstolas Pastorales: 1 y 2 Timoteo y Tito, la Epstola a los hebreos. Queda un grupo de tres cartas en las que la discusin sobre el verdadero autor contina hoy da, aunque la proporcin de los que se inclinan por un
49 veredicto de inautenticidad supera a los defensores de lo contrario: 2 Tesalonicenses, Efesios y Colosenses. Vida y formacin de Pablo de Tarso Son varios los componentes que confluyen en la formacin de Pablo: el haber nacido en una familia juda muy religiosa, la cultura griega de su ciudad natal, su psicologa de ciudadano ya que Pablo pertenece a una cultura urbana, no campesina y su talante universalista como ciudadano de un mundo amplio, el Imperio Romano, entre cuyas nacionalidades no haba verdaderamente fronteras. Su conversin el nunca la denomina as, sino llamada desde su postura como celoso defensor de la ley y religin oficiales judas a una secta marginal, el cristianismo, da el ltimo toque a los elementos que determinan su personalidad. Estos componentes sociolgicos y religiosos tienen poco que ver con el mundo rural y galileo de Jess de Nazaret. Explicitemos un poco ms estas ideas, aunque sea adelantando algo que debe proceder de la investigacin misma sobre Pablo y su desarrollo. Pablo no se entiende bien si no se considera que 1. Pablo es un fariseo; que su familia en la ciudad de Tarso, o fuera de ella, le da una formacin religiosa juda dentro en concreto del farisesmo. 2. Que dentro de su piedad juda tiene una absoluta, prioritaria e inmensa importancia la salvacin del Israel (el verdadero) y la teologa de la restauracin de Israel: en el final de los tiempos, y antes de que legue el fin del mundo Dios proceder tal como ha prometido por los profetas, en especial por Isaas, a restaurar a Israel en su plenitud. Esto implica a) volvern a reunirse los miembros de todas las tribus perdidas b) al menos algunos paganos se convertirn y entrarn a formar parte del Israel verdadero 3. Que Pablo de Tarso es un visionario. Las visin celestes como afirma en 2 Corintios y en la Epstola a los Glatas y en los Hechos (22,17: ca en xtasis), son el fundamento de su interpretacin de Jess. La teologa de Pablo es una evolucin de las ideas del judeocristianismo (los judos que siguen siendo tales, pero que afirman que el mesas ya ha venido y que ste es Jess de Nazaret) que recibe despus de su conversin en la ciudad de Antioqua (Hechos 9) y que l madura durante al menos una decena de aos (Glatas 1) en la soledad de un retiro. Las doctrinas sobre Jess como mesas (= cristologa, del griego christs, ungido) se forman, tras la creencia en su resurreccin reflexionando sobre su vida en la tierra e iluminndola y explicndola sobre todo el aparentemente inexplicable fracaso de la muerte en cruz- a base de textos mesinicos de la Sagrada Escritura (lo que hoy llamamos el Antiguo Testamento) que se aplican a Jess.
50 Toda esta cristologa/teologa que Pablo recibe la conforma segn dice l expresamente- a base de revelaciones directas de la divinidad. 4. Pablo y su enfrentamiento con el paganismo. Pablo cree ser el encargado por el Espritu de Jess de conseguir que se conviertan a la fe de Jess como mesas al menos algunos paganos, luego el mayor nmero posible de ellos. Pablo explica su evangelio sobre Jess dentro de un ambiente cuyas ideas filosficas bsicas pertenecen al platonismo ya vulgarizado y extendido entre la poblacin media culta. Respecto a las exigencias morales de su evangelio hay que tener en cuenta que tanto la moral juda de su momento como la pagana estaban moldeadas sobre las normas ticas expandidas por las versiones vulgarizadas del estoicismo. 5. Los verdaderos "adversarios" de Pablo a la hora de conseguir seguidores para le fe en Jess dentro de los paganos del Imperio Romano en general eran los adeptos de las llamadas religiones de misterios. Tales sujetos estaban totalmente convencidos de que si se hacan iniciar es decir, si seguan determinados ritos propios de las divinidades salvadoras (Demter, Isis, Dioniso, Hermes trismgistos, Atis, Adonis) y participaban de los sufrimientos de esas divinidades (y en algunos casos de la muerte y resurreccin de dios), tambin participaran de su gloria, a saber perteneceran al mbito de la inmortalidad. Si cumplan con la iniciacin aseguraban la salvacin de su alma Frente a estos individuos, la misin de Pablo consista en defender, probar y convencer de que la verdadera respuesta a las ansias de salvacin estaba en Jess de Nazaret, que ste no era slo el mesas judo, sin tambin el salvador universal. Jess era el nico y definitivo salvador. Seguiremos. Saludos cordiales de Antonio Piero Antonio Piero Martes 16 Diciembre 2008
51 Para determinar aproximadamente la cronologa de la vida de Pablo slo tenemos un dato: al final de una estancia en Corinto el Apstol fue acusado ante el procnsul romano de la provincia griega de Acaya, Galin Lucio Junio Galin, hermano del filsofo Lucio Anneo Sneca, de actuar ilcitamente al predicar el cristianismo (Hch 18,12), es decir, de escndalo de orden pblico o bien de actuar contra la Lex Julia de collegiis que prohiba reuniones no autorizadas dentro de las fronteras del Imperio Romano (para oficiar ceremonias de culto, fuera de las oficiales haba que pedir permiso; en principio los judos eran los nicos exentos del cumplimiento al pie de la letra de esta ley). Sabemos que Galin fue procnsul probablemente entre junio del 51 y mayo del 52 d.C. Por tanto Pablo estaba en Corinto (cap. 18 de Hechos) en esa fecha. A partir de este dato hay que reconstruir, hacia delante y hacia atrs, los sucesos principales de la vida y actividad de Pablo. Ello se consigue a duras penas, barajando hiptesis y combinando con sentido crtico los datos de las cartas paulinas con los de los Hechos. Por eso la cronologa de Pablo vara hasta en 5/6 aos en los diversos autores modernos. Son los Hechos (22,3) los que afirman que Pablo era oriundo de Tarso, en Cilicia, al sur de la actual Turqua. Pablo no lo dice en sus cartas, pero no hay por qu negar la rectitud de este dato que sita al Apstol en la Dispora y no en Israel, ya que es evidente que Pablo era un judo muy helenizado: ciudadano del Imperio, no de Judea o Galilea. Lo que Pablo afirma de s mismo es que era totalmente judo, de la tribu de Benjamn y fariseo (Flp 3,5-6). Su educacin primaria pudo haberla adquirido entre la sinagoga y las escuelas de su ciudad natal, que como acabamos de decir era muy afamada por sus ambiciones culturales y su estima de las letras y la filosofa. Probablemente no conoci a Jess de Nazaret, si es que debe interpretarse as lo que dice en 2 Cor 5,16 (No conoc a Cristo segn la carne). Esta cuestin ser abordada con ms detenimiento ms tarde. Pablo ciudadano romano? Pablo no dice en ningn lugar de sus cartas que fuera ciudadano romano, pero s lo sostienen los Hechos (16,37; 22,25; 23,27). Sobre este silencio se ha discutido mucho, pero en lneas generales es preciso advertir que Pablo prcticamente no habla nunca de temas personales ni familiares, por lo que su silencio no sera extrao. La base fundamental para esta ciudadana fue la posible concesin de los derechos de ciudadana griegos a la ciudad en el siglo III a.C. por el monarca Antoco II, o III -no se sabe- y la confirmacin de estos derechos ciudadanos, ya como ciudadana romana, por Julio Csar en el 47 a.C. Esta fidelidad a Csar se mantuvo despus de su asesinato por el grupo de republicanos dirigido por Bruto y Casio en el 45. Despus de la batalla de Filipos, en el 42 a.C. en la que estos dos personajes fueron vencidos por Marco Antonio y Octavio (luego Augusto)- la ciudad de Tarso siempre fiel
52 fue declarada civitas libera (ciudad libre), es decir sus gentes tenan derecho en general a al ciudadana romana. Esta es la razn por la que Lucas, el autor de los Hechos de los apstoles, hace decir a Pablo que l es un tarsiota, ciudadano de una villa no carente de importancia (Hch 21,37-39). Hay autores modernos que no se fan de esta afirmacin puesto que Pablo sufri muchos castigos corporales durante su vida (crceles, azotes, apedreamientos: 2 Cor 11,24ss), que hubiera podido evitar si fuera ciudadano romano (cf. Hch 22,28: Yo tengo esta ciudadana por nacimiento": en este pasaje Pablo impide de hecho ser castigado a latigazos). Este argumento no parece ser vlido. Hay que tener en cuenta que la mayora de estos castigos fueron intrajudos, es decir, aplicados internamente por las sinagogas a miembros o fieles judos cuya comportamiento o ideologa fuera no conforme a la norma. Y lo normal era que los castigados se aguantaran y no recurrieran a los tribunales civiles, paganos, externos. Pablo habra hecho lo mismo. Opinan adems quienes niegan la ciudadana romana a Pablo que en tales ciudades slo tenan la ciudadana plena, es decir plenos derechos, los ciudadanos "normales", paganos, no los judos. stos tenan ciertos privilegios, pero al formar una tribu aparte no eran plenamente ciudadanos. Otros defienden que este asunto no les importaba a los judos. Se dice que los judos piadosos no estaran a gusto siendo ciudadanos romanos, por loq en general no se preocupaban de serlo. por tanto, si Pablo callla de ello en sus cartas es porque no era ciudadano romano. Estos argumentos tampoco parecen ser vlidos, pues en lneas generales la impresin de la lectura de las fuentes es la contraria. Tanto en Alejandra, como en otras ciudades importantes, los judos piadosos estaban encantados cuando se les concedan los plenos derechos ciudadanos, y la mayora de las veces luchaban por ellos sin que sintieran que su piedad se resenta lo ms mnimo. La razn principal para defender que Pablo fuera ciudadano romano es su apelacin al Csar (Hch 25,10-12). Pero, se argumenta en contra que cualquier habitante libre del Imperio Romano poda apelar al Emperador. Por tanto, slo con dudas puede aceptarse el dato de los Hechos. Seguiremos con las consecuencias de esta cuestin. Saludos cordiales de Antonio Piero Antonio Piero Mircoles 17 Diciembre 2008
53 http://www.tendencias21.net/crist/El-nombre-doble-Pablo-Saulo-3-04_a41.html
54 si la familia de Pablo/Saulo, aunque libre, proceda de antiguos esclavos luego liberados (los "libertos"), sus padres hubieran puesto al nio el nombre del "patrono" de la familia que sera un roamano y se llamba Paulus. Todas estas explicaciones no pasan de ser meras especulaciones, o hiptesis que carecen de apoyo o fundamento en los textos que conservamos. Es conveniente que antes de ofrecer una posible respuesta a la cuestin del cambio de nombre nos detengamos en un tema previo: Cmo se formaba un nombre romano? El nombre romano tena tres partes. Para explicar su uso tomemos como ejemplo la designacin de un romano famoso: Marco Tulio Cicern. - El primer miembro era el praenomen (lo que est delante del nombre): por ejemplo, Gaius, Lucius, Marcus Corresponde a lo que hoy nosotros llamamos el nombre propio de cada persona. - El segundo miembro era el nomen, nombre o gentilicio: es la designacin segn la gens o tribu a la que perteneca cada uno. Al principio, en la antigua Roma, haba grandes clanes o tribus de latinos dispersos en aldeas del Lacio, que se fueron congregando poco a poco tras la fundacin de Roma, hasta formar el gran pueblo que fue ms tarde. Cada ciudadano reciba como segunda parte de su nombre el gentilicio. En nuestro ejemplo Marco Tulio. Este personaje era por tanto de la tribu, o gens, Tulia. - El tercero y ltimo miembro era el cognomen o designacin especfica -a veces un apodo- con el que llamaba concretamente a una familia dentro de cada gens o tribu. En nuestro caso Cicern (literalmente: el garbanzn). Esa familia era, pues, designada como Los Garbanzones. A veces este cognomen era un apodo, bien para la familia entera o para un miembro ilustre de ella. Por tanto un nombre romano estaba compuesto de: Un nombre propio + El nombre de la tribu + el nombre la familia (a veces un apodo). Nada que ver, en principio, con nuestro sistema: Nombre propio + nombre de la familia del padre + nombre de la familia de la madre. En las cartas autnticas de Pablo slo aparece como nombre un vocablo: el Apstol se designa a s mismo con una sola palabra, que suena a latina, aunque est helenizada en su terminacin, Paulos. Nunca se presenta con un nombre completo compuesto de tres partes. En principio, pues, no sabemos por boca de Pablo cul era su nombre complet, ni tampoco si "Paulos" era un praenomen -nombre propio- o un "gentilicio", como arriba hemos explicado.
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En este cambio de nombre, adems, hay como un juego de palabras: de Saulus a Paulus slo se muda un fonema, una letra. Es ste en principio un cambio muy curioso y llamativo: de tener nombre de un gran rey de Israel, al que la tradicin pinta como grande y apuesto, pasa el Apstol a utilizar un nombre que significa El pequeo. Nos preguntamos de nuevo: Por qu? Entre todas las explicaciones que he ledo a este respecto la que ms me convence es la que ofrece Giorgio Agamben en las pp. 20 y siguientes de su obra El tiempo que resta. Un Comentario a la Carta a los romanos, Madrid, Editorial Trotta, 2006. Exponer los argumentos de Agamben ser el tema de nuestra prxima nota. Saludos cordiales de Antonio Piero Antonio Piero Viernes 19 Diciembre 2008
56 Recuerda Agamben que Platn alude a esta costumbre (Cratilo 384d) cuando escribe: Mudamos el nombre a nuestros esclavos, sin que la nueva denominacin sea menos justa que la precedente, Y Filstrato cuenta que Herodes tico haba dado a sus esclavos el nombre de las veinticuatro letras del alfabeto, de modo que su hijo pudiera ejercitarse al llamarlos. Conservamos listas de esos cambios de nombres, de los que Agamben pone algunos ejemplos, que reproduzco (p. 21): Januarius qui et Asellus (Asnillo) Lucius qui et Porcellus (Cochinillo) Ildebrandus qui et Pecora (Ganado) Manlius qui et Longus (Largo) Aemilia Maura qui et Minima (La menor). Obsrvese que en esta lista el nombre de la persona aparece en primer lugar, y que luego -en ltimo lugar- el nuevo nombre va unido al primero por la frmula qui et = el cual tambin (se llama). Pues bien, en el pasaje arriba nombrado de los Hechos de los apstoles 13,9, en el que aparece el cambio de nombre de Saulos a Paulos se emplea esta misma frmula qui et: en griego Saulos de ho kai Paulos = Entonces Saulo que es tambin Pablo. El griego ho kai es, pues, la traduccin exacta del latn qui et. Por tanto, da la impresin por la utilizacin de esa frmula qui et- que, segn Lucas, Saulo cambia su nombre en Pablo cuando cambia de estado: de libre a siervo/esclavo. Siervo o esclavo de quin? Respuesta: esclavo de Dios o de su mesas. Todo empieza a encajar: tras su llamada por Dios a una nueva misin, descrita tambin en los Hechos, Pablo siente que se ha transformado radicalmente: ha pasado de ser un hombre libre a esclavo del mesas para predicar que tambin es posible la salvacin de los gentiles. Entonces cambia de nombre. Por qu escoge Paulus? Sencillamente porque significa pequeo y porque ofrece un buen juego de palabras con Saulus (S/P). Por qu pequeo? Porque l, el Apstol, siempre se consider el apstol ms pequeo, de menor importancia, el ltimo en ser llamado al apostolado de todos los apstoles (1 Corintios 15,8-10). Jess resucitado se apareci a muchos y despus A m, el ltimo de todos, como a un abortivo, se me apareci, a m que soy el ms pequeo de los apstoles, que no soy digno de ser llamado apstol, porque persegu a la iglesia de Dios, pero por la gracia de Dios soy lo que soy Y luego en otro lugar de la misma carta (en 1 Corintios 1,27) aclara Pablo que Dios ha escogido lo dbil del mundo para confundir a los fuertes las cosas que no son para hacer inactivas las que son.
57 Y por eso, por sentirse un esclavo de Dios para una misin y por reconocer humildemente que el como hombre era bien poca cosa, al principio de la Carta a los romanos y en otras- comienza Pablo a presentarse a s mismo a sus lectores del modos siguiente: Pablo, esclavo (griego dolos) de Jesucristo, llamado a ser apstol. As pues, la llamada o vocacin mesinica ha mudado de tal modo el ser de Saulo, lo ha hecho pasar de hombre libre a esclavo del mesas para cumplir una misin, que es preciso significar este hecho por un cambio de nombre: Saulos qui et Paulos. Comenta Agamben (p. 22): En el momento en el que la llamada lo ha constituido de hombre libre en esclavo del mesas, el Apstol debe, como siervo que es, perder su nombre sea cual fuere, romano o judo y llamarse con un simple apodo. Este hecho no escap a la sensibilidad de Agustn quien contra la descaminada sugerencia de Jernimo, repetida por los modernos, segn la cual el nombre de Pablo se derivara del nombre del procnsul por l convertido sabe perfectamente que Pablo significa simplemente pequeo (Paulum minimum est: Comm. in Psalm. 72,4). En sntesis: el cambio de nombre es un signo de que Pablo ha cambiado de estado: de judo perseguidor (Saulo) a apstol predicador del mesas, y como apstol esclavo de Dios y de Cristo, y como apstol tambin un instrumento humano pequeo (Paulo) y de poco valor, al que sin embargo Dios escoge para una altsima misin. Saludos cordiales de Antonio Piero Antonio Piero Sbado 20 Diciembre 2008
58 Por tres o cuatro motivos, que se basan en una idea nica: es difcil conjugar o casar los datos ofrecidos de s mismo por Pablo y los que a su vez presenta Lucas. Por ello es legtimo preguntarse: Qu valor histrico tienen los Hechos? Lucas como historiador Por un lado, parece que en mltiples ocasiones es Lucas fiel a sus fuentes hasta, incluso, incurrir en contradicciones. As, por ejemplo, respecto a la fecha, lugar de la resurreccin y la sepultura de Jess (hay gran diferencia entre Lc 24,50-53 y Hch 1,3-11: compare el lector estos textos y anote las diferencias). Por ello opinan muchos comentaristas que Lucas sigue fuentes diferentes en cada una de las partes de su obra. No se trata de ningn despiste, sino de un uso servil de material anterior por parte de Lucas. Parece tambin que Lucas sigue con mayor fidelidad que Mateo el orden de la fuente Q (es decir, ese evangelio hoy perdido, pero que se puede reconstruir con cierta facilidad a base de comparar los pasajes de Mateo y de Lucas que coinciden entre s, pero que no estn en el Evangelio de Marcos; por tanto que no copian de Marcos). Esa Fuente Q fue comn a ambos evangelistas, pero parece que Mateo la reorganiza ms a su conveniencia y Lucas es ms fiel conservando su orden original Por otro lado, sin embargo, algunos gruesos desvos de lo que podemos sospechar como realidad histrica, hacen al lector un tanto escptico respecto a la fiabilidad de Lucas tanto en el Evangelio como en los Hechos. Por lo que respecta al Evangelio sealamos a vuelapluma: a) que los captulos 1-2, el llamado evangelio de la infancia, no concuerdan con Mateo; b) que la reelaboracin por parte de Lucas de la figura del Bautista es muy fuerte. El final de este personaje (Mc 6,14) se concentra en una noticia escueta en Lc 3,19 y se traslada al comienzo de la exposicin de la vida de Jess. El bautismo de Jess se relata en el Evangelio muy brevemente despus de la noticia de la muerte de Juan, con lo que Lucas elimina toda relacin explcita de ese acto de purificacin de Jess con el Bautista; c) que el largusimo viaje a Jerusaln, en la llamada gran intercalacin de Lc 9,51-18,14, se demuestra como una ficcin literaria, aunque el autor parezca llenar con datos fidedignos las lagunas de los otros evangelistas; d) que la positiva eliminacin de Galilea de todas las historias pascuales con la consiguiente ventaja absoluta de Jerusaln tampoco es admisible, pues corresponde al inters teolgico por destacar el papel de la Capital como lugar de irradiacin del evangelio. Seguiremos el prximo da con la lista de los errores o falsas perspectivas de Lucas tal como parecen manifestarse en el libro de los Hechos de los Apstoles. Saludos cordiales de Antonio Piero
29 LA IMAGEN DE PABLO COMPUESTA POR LUCAS EN LOS HECHOS DE LOS APOSTOLES http://www.tendencias21.net/crist/La-imagen-de-Pablo-compuesta-por-Lucas-en-los-Hechosde-los-apostoles-3-06-B_a45.html
La imagen de Pablo compuesta por Lucas en los Hechos de los apstoles (3-06-B)
Hoy escribe Antonio Piero Seguimos con el tema Podemos fiarnos de Lucas como historiador? Entre los errores histricos o desviaciones por motivos de un sesgo ideolgico- concretos y ms palpables de los Hechos de los apstoles han sealado los estudiosos los siguientes: La existencia de un viaje de Pablo a Jerusaln tras su conversin que contradice a Gl 1,15-17: Mas, cuando Aquel que me separ desde el seno de mi madre y me llam por su gracia, tuvo a bien revelar en m a su Hijo, para que le anunciase entre los gentiles, al punto, sin pedir consejo ni a la carne ni a la sangre, sin subir a Jerusaln donde los apstoles anteriores a m, me fui a Arabia, de donde nuevamente volv a Damasco. La existencia de un ulterior viaje a la capital antes del llamado concilio de Jerusaln (Hch 11,29ss; 12,25), que contradice a Gl 1,17-21 y 2,1; Hch 11,29-30: Los discpulos determinaron enviar algunos recursos, segn las posibilidades de cada uno, para los hermanos que vivan en Judea. As lo hicieron y se los enviaron a los presbteros por medio de Bernab y de Saulo. Hch 12,25: Bernab y Saulo volvieron, una vez cumplido su ministerio en Jerusaln, trayndose consigo a Juan, por sobrenombre Marcos. Gl 1,17-21: No sub a Jerusaln donde los apstoles anteriores a m, me fui a Arabia, de donde nuevamente volv a Damasco. Luego, de all a tres aos, sub a Jerusaln para conocer a Cefas y permanec quince das en su compaa. Y no vi a ningn otro apstol, y s a Santiago, el hermano del Seor. Y en lo que os escribo, Dios me es testigo de que Gl 2,1: Luego, al cabo de catorce aos, sub nuevamente a Jerusaln con Bernab, llevando conmigo tambin a Tito. Sub movido por una revelacin y les expuse el Evangelio que proclamo entre los gentiles - tomando aparte a los notables - para saber si corra o haba corrido en vano.
60 La contradiccin entre la estancia de Pablo en Jerusaln como estudiante (Hch 22,3: Me he educado en Jerusaln a los pies de Gamaliel y el hecho de que luego nadie lo conociera personalemente en Judea
Hch 24,6: Todos los judos conocen mi vida desde mi juventud, desde cuando estuve en el seno de mi nacin, en Jerusaln Y Gl 1,22-24: Personalmente no me conocan las Iglesias de Judea que estn en Cristo. Solamente haban odo decir: El que antes nos persegua ahora anuncia la buena nueva de la fe que entonces quera destruir. Y glorificaban a Dios a causa de m. La contradiccin entre Hch 15,7-21 y Gl 2,15ss: segn este ltimo texto, es Pablo quien defiende la expansin de la actividad misionera a los paganos y no Pedro y Santiago; Hch 15,7-9: Despus de una larga discusin, Pedro se levant y les dijo: Hermanos, vosotros sabis que ya desde los primeros das me eligi Dios entre vosotros para que por mi boca oyesen los gentiles la Palabra de la Buena Nueva y creyeran. Y Dios, conocedor de los corazones, dio testimonio en su favor comunicndoles el Espritu Santo como a nosotros; y no hizo distincin alguna entre ellos y nosotros, pues purific sus corazones con la fe. Gl 2,15: Dije a Cefas en presencia de todos: Si t, siendo judo, vives como gentil y no como judo, cmo fuerzas a los gentiles a judaizar? Y muchos otros textos en los que Pablo se muestra como el apstol de los gentiles (Gl 2,8; Rom 11,13) y no los dems La contradiccin entre Gl 2,6-9 y Hch 15,23-29 respecto a las normas que deben imponerse a los paganos convertidos: no hay noticia alguna por parte de Pablo de haber divulgado y exigido entre sus cristianos el cumplimiento de tales normas; Gl 2,6: Y de parte de los que eran tenidos por notables - qu me importa lo que fuesen!: en Dios no hay acepcin de personas - en todo caso, los notables nada nuevo me impusieron (ningn mandamiento especial que deban cumplior los paganso convertidos al cristianismo) Hch 15,23: (Habla Santiago) Hemos decidido el Espritu Santo y nosotros no imponeros ms cargas que stas indispensables: abstenerse de lo sacrificado a los dolos, de la sangre, de los animales estrangulados y de la impureza. Haris bien en guardaros de estas cosas. Adis. El que Lucas parezca ignorar aspectos fundamentales de la teologa de su presunto maestro, Pablo, presentndolo como un estricto fariseo (Hch 23,6 Pablo, dndose cuenta de que una parte eran saduceos y la otra fariseos, grit en medio del Sanedrn: Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseos; por esperar la resurreccin de los muertos se
61 me juzga.), sin mencionar explcitamente nunca la existencia de sus cartas y la teologa en ellas expresada sobre todo la justificacin por la fe. Estas observaciones inducen a un cierto escepticismo sobre el valor histrico de partes, al menos, de la obra lucana. Lo que ms pesa en contra de la objetividad de Lc-Hch es la mencionada falta de referencias en los Hechos a la actividad del Apstol como autor de textos fundamentales para el desarrollo del cristianismo, escritos que tuvieron mucha difusin y que generaron polmica. Seguiremos. Saludos cordiales de Antonio Piero Antonio Piero Martes 23 Diciembre 2008
62 Todos estos rasgos contienen mucho de valoracin subjetiva, voluntariosa y cndida que tie la exposicin objetiva de los hechos. Comenta crticamente Philip Vielhauer que Lucas al obrar as no cumple con los condicionantes exigidos por la historiografa antigua, ya que muestra claramente unas tendencias que son ms propias del telogo que del historiador: Lucas no puede compararse a Flavio Josefo, a Plutarco, Suetonio e incumple las normas de Luciano sobre cmo escribir historia (Historia de la literatura cristiana primitiva, Sgueme, Salamanca, 1991, 395). Otros investigadores, sin embargo, ensalzan en diversos estudios detalles de los Hechos que revelan gran exactitud histrica. Insisten en que no debe medirse a Lucas con el rasero de la historiografa moderna, y se indica que los presuntos errores se deben sobre todo a que Lucas es un historiador que sintetiza en su obra un gran lapso de tiempo, por lo que ha de ser muy selectivo cronolgica y geogrficamente, es decir ha de elegir qu hechos decide contar y los mbitos o ciudades que, segn l, desempearon un papel importante. Otros datos los omite. He aqu el juicio conclusivo sobre el valor histrico ambivalente de la obra de Lucas de un estudioso que intenta representar un sentir tambin difundido en la investigacin de hoy: Dado que no era un testigo ocular de lo que narra y de que es muy selectivo, el autor de los Hechos alcanza cotas altas de exactitud histrica en las diferentes secciones de su libro. Aunque el autor escribi ms en un estilo bblico que en el clsico de los historiadores, no es absurdo pensar que podra haber sido un candidato apropiado a miembro de la fraternidad de los historiadores helensticos, aunque nunca sera elegido presidente de la sociedad. De cualquier modo, al evaluar a Lucas como historiador es digno de recordarse que el autor nunca llam evangelio a su Evangelio y nunca denomin a sus Hechos historia. Pens que ambos eran una digesis, narracin. En los Hechos tal narracin tiene el fin primario de proporcionar seguridad a los creyentes (Lc 1,4) y fortalecer su perspectiva teolgica. Por ello, cualquier tipo de historia que se nos haya conservado en los Hechos est puesta al servicio de la teologa y de la predicacin pastoral (Raymond E. Brown, Introduccin al Nuevo Testamento, Trotta, Madrid, 2002, 429). Seguiremos. Saludos cordiales de Antonio Piero Antonio Piero Mircoles 24 Diciembre 2008
63 Tenemos que profundizar un tanto en la imagen de Pablo compuesta por el autor de los Hechos de los apstoles para luego interpretarla a la luz de lo que dice Pablo de s mismo Nos valemos de la imagen lucana de Pablo en los Hechos tal como la presenta el investigador Martin Hengel en su obra Der vorchristliche Paulus (El Pablo precristiano, que hemos citado al completo en nuestra nota numerada como 3-01)y que en su debido momento debemos someter a la crtica La tesis central de esta obra es la siguiente: En lo que respecta al lugar de nacimiento, niez, mbito de educacin primaria y superior, afiliacin al partido fariseo y motivos de la persecucin anticristiana de Pablo el texto de Lucas en los Hechos de los Apstoles es sustancialmente digno de crdito. La aparente contradiccin entre la segunda parte de la segunda obra lucana y los datos proporcionados por las cartas autnticas, en especial Gl 1,13ss, se resuelve positivamente en un cuadro creble por medio de una buena exgesis y la apelacin a datos histricos proporcionados por el contexto. La fundamental veracidad histrica de Lucas -tan impugnada por la crtica liberal protestante y los adeptos de Escuela de la Historia de las Religiones queda as vindicada. Con ello, tambin, se aclaran los puntos obscuros de los primeros aos de la vida y obra del fundador de la teologa cristiana, Pablo de Tarso. La imagen del Apstol segn Lucas/Hechos Pablo nace en Tarso, hijo de una familia juda muy ortodoxa, grecoparlante, que mantiene fuertes lazos con la metrpoli, Jerusaln. El conjunto familiar ha adquirido la ciudadana romana probablemente como resultado de un proceso de esclavitud, deportacin a Asia Menor y posterior manumisin del cabeza de familia desde pocas de la intervencin de Pompeyo el Grande en Judea/Palestina (63 a.C.). La educacin de Pablo en Tarso de Cilicia, su ciudad natal, es slo la propia de la escuela primaria greco-juda. Pasada la pubertad, es enviado por su familia a Jerusaln (all habita una ta suya, Hechos, 23,16) se afilia al partido fariseo y se forma en el estudio de la Ley a los pies de Gamaliel. Esta instruccin en la ley mosaica, aunque ortodoxamente juda y farisea, tuvo lugar tanto en griego como en hebreo-arameo, ya que Jerusaln era una ciudad prcticamente bilinge. Estos estudios hicieron de Pablo, entre los 25 y 30 aos, un joven "sabio y docto en la Ley", capaz de ejercer su enseanza entre los judos de la dispora, grecoparlantes, que se han asentado en Jerusaln y que mantienen en la ciudad santa sus propias sinagogas. Esta trayectoria vital proporcion al futuro apstol una formacin tcnica "rabnica" (el trmino es cronolgicamente inapropiado, puesto que no hay "rabinos" propiamente hasta despus del ao 90, pero indica con precisin que se trata de una educacin y de un tenor de vida cuyo centro es la Tor, o Ley de Moiss), y lo hizo un fantico "celador de la Ley". Cuando surgieron ciertos problemas teolgicos en el seno de esas
64 sinagogas helensticas, provocados por los adeptos judos helenistas de Jess, un pretendiente mesinico recientemente crucificado, Pablo intervino en las disputas contra ellos, aunque de modo secundario. Poco tiempo despus, tiene lugar el primer pogrom contra esos judeocristianos y es lapidado su jefe, Esteban. Pablo est de acuerdo con el hecho. Se produce una rpida dispersin de estos "judos helenistas nazarenos" hacia Samara y Damasco donde continan su actividad proselitista. Esto irrita a Pablo, y su celo por la Ley le convierte ms directamente en perseguidor violento de las comunidades "nazarenas" (cristianas) de Jerusaln. No contento con ello, pide y obtiene del Sumo Sacerdote permiso para trasladarse a las sinagogas de Damasco y continuar all con su represin violenta contra ese grupo de disidentes teolgicos que proclamaban como mesas a un crucificado. Las razones de su actividad como perseguidor eran su rechazo a las nuevas orientaciones teolgicas de esos "nazarenos" que implicaban una crtica a la funcin salvfica de la Ley de Moiss, al papel del Templo como lugar preeminente de la presencia divina y una concepcin diversa de la misin del profeta-mesas Jess en un nuevo esquema de salvacin. En el camino de Damasco tiene lugar la famosa visin del Resucitado y la conversin de Pablo. Toda su formacin farisea anterior sufre un profundo cambio de valores, pero ella sigue siendo la sustancia de su pensamiento. Ella le vale como transfondo absoluto y nico para interpretar y predicar desde ese momento en adelante su manera de entender el "evangelio", la teologa de la cruz, la justificacin del impo por la fe y la nueva funcin de la ley mosaica en la historia de la salvacin. Seguiremos el prximo da con otros argumentos con los que refuerza M. Hengel su apoyo a la versin de Lucas/Hechos sobre la figura del Pablo precristiano. Por mi parte, en notas sucesivas, y para responder a la cuestin Cmo era realmente Pablo de Tarso antes de hacerse cristiano?, quiero exponer mi respuesta por medio de la crtica del nico libro que conozco que trata con solvencia este tema, que es el de Martin Hengel. Saludos cordiales de Antonio Piero Antonio Piero Viernes 26 Diciembre 2008
65 La norma metodolgica que adopta M. Hengel es sana en s misma: no hay que dudar de lo que afirma Lucas sobre Pablo de Tarso en sus Hechos, salvo que sea absolutamente necesario. La clave de bveda de la argumentacin subsiguiente es sencilla: de Filipenses 3,5 sabemos, por propia boca de Pablo, que l es "hebreo, hijo de hebreos" y, segn la observancia de la Ley, de la secta "farisea". Eso significa, en primer lugar, que la familia de Pablo es puramente juda -aunque fuera residente en Tarso de Cilicia, zona totalmente helenizada-, y con lazos afectivos con la metrpoli, Jerusaln, muy grandes. En segundo: dada las caractersticas de la piedad farisea y sus exigencias, vivir conforme a tales normas era prcticamente imposible fuera de la Palestina juda. Luego hubo de practicarlas en Jerusaln. Puesto que, adems, apenas se sabe nada de una actividad de escuela farisaica en el exilio, slo Jerusaln entra en consideracin. Si Pablo era fariseo slo pudo ejercitarse como tal en Jerusaln. En la Dispora no tenemos noticias de que hubiera fariseos. Con estos datos casa muy bien -segn Hengel- los que proporcionan los siguientes pasajes de los Hechos lucanos: 22,3-5; 26,4s y 23,6. Los textos son los siguientes: Hch 22,3-5: Yo soy judo, nacido en Tarso de Cilicia, pero educado en esta ciudad, instruido a los pies de Gamaliel en la exacta observancia de la Ley de nuestros padres; estaba lleno de celo por Dios, como lo estis todos vosotros el da de hoy. Yo persegu a muerte a este Camino, encadenando y arrojando a la crcel a hombres y mujeres, como puede atestigurmelo el Sumo Sacerdote y todo el Consejo de ancianos. De ellos recib tambin cartas para los hermanos de Damasco y me puse en camino con intencin de traer tambin encadenados a Jerusaln a todos los que all haba, para que fueran castigados. Hch 23,6: Pablo, dndose cuenta de que una parte eran saduceos y la otra fariseos, grit en medio del Sanedrn: Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseos; por esperar la resurreccin de los muertos se me juzga. Hch 26,4-7: Todos los judos conocen mi vida desde mi juventud, desde cuando estuve en el seno de mi nacin, en Jerusaln. Ellos me conocen de mucho tiempo atrs y si quieren pueden testificar que yo he vivido como fariseo conforme a la secta ms estricta de nuestra religin. Y si ahora estoy aqu procesado es por la esperanza que tengo en la Promesa hecha por Dios a nuestros padres, cuyo cumplimiento estn esperando nuestras doce tribus en el culto que asiduamente, noche y da, rinden a Dios. Por esta esperanza, oh rey, soy acusado por los judos. Por ltimo, sobre su actividad de perseguidor de la iglesia jerusalemita, segn los mismos Hechos 8,3ss- el texto de Gl 1 nada afirma ni en favor ni
66 en contra de esta accin de Pablo como enemigo de la Iglesia primitiva en Jerusaln. He aqu el pasaje en cuestin (Gl 1,11-24) : Porque os hago saber, hermanos, que el Evangelio anunciado por m, no es de orden humano, pues yo no lo recib ni aprend de hombre alguno, sino por revelacin de Jesucristo. Pues ya estis enterados de mi conducta anterior en el Judasmo, cun encarnizadamente persegua a la Iglesia de Dios y la devastaba, y cmo sobrepasaba en el Judasmo a muchos de mis compatriotas contemporneos, superndoles en el celo por las tradiciones de mis padres. Mas, cuando Aquel que me separ = desde el seno de mi madre = y me = llam = por su gracia, tuvo a bien revelar en m a su Hijo, para que le anunciase entre los gentiles, al punto, sin pedir consejo ni a la carne ni a la sangre, sin subir a Jerusaln donde los apstoles anteriores a m, me fui a Arabia, de donde nuevamente volv a Damasco. Luego, de all a tres aos, sub a Jerusaln para conocer a Cefas y permanec quince das en su compaa. Y no vi a ningn otro apstol, y s a Santiago, el hermano del Seor. Y en lo que os escribo, Dios me es testigo de que no miento. Luego me fui a las regiones de Siria y Cilicia; pero personalmente no me conocan las Iglesias de Judea que estn en Cristo. Solamente haban odo decir: El que antes nos persegua ahora anuncia la buena nueva de la fe que entonces quera destruir. Y glorificaban a Dios a causa de m. En concreto el texto de Gl 1,22: "Personalmente, (griego: kat prsopon), era desconocido de las iglesias de Judea", se refiere a la Palestina juda en general y nada dice de la capital. Por muy pequeo que fuera el pas es imposible conocer kat prsopon a la gente. Por ltimo, el pasaje de Rom 15,19b da a entender que el punto de partida de la actividad misionera de Pablo es Jerusaln, no Damasco, Siria en general o Arabia, lo que se halla de acuerdo en los datos de Hch 9,28ss. He aqu el texto de Rom 15,19-21: En virtud de seales y prodigios, en virtud del Espritu de Dios, tanto que desde Jerusaln y en todas direcciones hasta el Ilrico he dado cumplimiento al Evangelio de Cristo; teniendo as, como punto de honra, no anunciar el Evangelio sino all donde el nombre de Cristo no era an conocido, para no construir sobre cimientos ya puestos por otros, antes bien, como dice la Escritura: = Los que ningn anuncio recibieron de l, le vern, y los que nada oyeron, comprendern. Y finalmente Hch 9,26-30: Lleg (Pablo) a Jerusaln e intentaba juntarse con los discpulos; pero todos le tenan miedo, no creyendo que fuese discpulo. Entonces Bernab le tom y le present a los apstoles y les cont cmo haba visto al Seor en el camino y que le haba hablado y cmo haba predicado con valenta en Damasco en el nombre de Jess. Andaba con ellos por Jerusaln, predicando valientemente en el nombre del Seor. Hablaba tambin y discuta con los helenistas; pero stos intentaban matarle. Los hermanos, al saberlo, le llevaron a Cesarea y le hicieron marchar a Tarso.
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Seguiremos con este interesante tema. Saludos cordiales de Antonio Piero Antonio Piero Sbado 27 Diciembre 2008
33 EL DIOS DE JESUS http://www.tendencias21.net/crist/El-Dios-de-Jesus-2-25-A_a52.html33 Seguimos con el tema de la divinizacin de Jess, y como cuestin previa al meollo del tema todos aquellos asuntos que a partir de un anlisis crtico de los Evangelios- nos conducen inexorablemente a pensar que el Jess que pintan los Evangelistas es un Jess meramente humano que luego fue divinizado, tras su muerte, en un proceso de reinterpretacin. Este proceso casi concluido es el que pintan los evangelistas, pero sin borrar las huellas, recibidas por ellos a travs de la tradicin, de que Jess era un mero ser humano, aunque extraordinario. Hasta el momento hemos tratado: De cuestiones previas sobre la religin de Jess que apuntan hacia una imagen de Jess como un piadoso judo que no rompi los marcos de la religin y del judasmo de su tiempo Sobre si Jess se proclam a s mismo, o no, hijo de Dios, autntico y real Nos quedan an por tratar antes de tratar del proceso en s de la divinizacin de Jess- los temas siguientes: Implica el mesianismo de Jess el que ste se considerara divino? La denominacin de Jess como Hijo del Hombre, implica que Jess fuera hijo de Dios autntico? La idea, o concepcin que Jess tena del Dios de Israel, implicaba que el se considerara igual en esencia a ese Dios? Un comentario a las obras de Jacques Schlosser, El Dios de Jess, Sgueme, Salamanca, 1995 y el apartado sobre el mismo tema de la obra ms general de G. Vermes, La religin de Jess el judo, Anaya & Mario Muchnik, Madrid, 1995, nos servir de pauta para desarrollar este tema, en donde deseo insistir en la faceta de Jess como ser humano que se dirige modestamente a su Dios, y con todas las apariencias de no sentirse en modo alguno igual a l. 1. Cmo nombraba Jess a Dios? Salvo un aspecto que comentaremos ms tarde (el empleo de Abba, para designar al Padre) Jess designa a Dios sin salirse de las costumbres judas usuales de su tiempo. As lo llama "Poder": El Sumo Sacerdote le pregunt de nuevo: Eres t el Cristo, el Hijo del Bendito? Y dijo Jess: S, yo soy, y veris al Hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y venir entre las nubes del cielo. (Mc 14,6162) O tambin Gran Rey:
68 Pues yo digo que no juris en modo alguno: ni por el Cielo , porque es el trono de Dios, ni por la Tierra, porque es el escabel de sus pies; ni por Jerusaln , porque es la ciudad del gran rey (Mt 5,34-35) O tambin el Altsimo siguiendo igualmente la tradicin: Ms bien, amad a vuestros enemigos; haced el bien, y prestad sin esperar nada a cambio; y vuestra recompensa ser grande, y seris hijos del Altsimo, porque l es bueno con los ingratos y los perversos (Lc 6,35) Aunque en general los comentaristas piensan que esta designacin no proviene de Jess, sino que es un aadido de Lucas. ste, en efecto, no le gusta repetir trminos, y cambia el trmino Padre (que aparece en el pasaje paralelo de Mateo 5,45) por el del Altsimo, poco repetido. Parece que quizs Jess designaba indirectamente a Dios con el trmino "Cielo", sobre todo cuando en vez de hablar del Reino de Dios, es posible que lo cambiara por reino de los cielos por respeto a la divinidad, para evitar usar su nombre no slo en vano, sino en cualquier circunstancia. Sin embargo, tambin aqu ve la mayora de los exegetas la mano de los evangelistas que buscan variar entre reino de Dios/ reino de los cielos. Quedan dos pasajes sin embargo, que suelen considerarse autnticos de Jess. El primero de Mc 11,29-30 en la disputa sobre los poderes de Jess. ste no responde directamente sino que formula una contrapregunta : Jess les dijo: Os voy a preguntar una cosa. Respondedme y os dir con qu autoridad hago esto. El bautismo de Juan, era del cielo o de los hombres? Respondedme. Aqu se puede suponer con razn que cielo es una manera de designar humildemente a Dios . Lo mismo ocurre en la parbola del hijo prdigo ce Lc 15: el hijo menor, arrepentido, le dice a su padre: He pecado contra el cielo y contra ti (Lc 15,18.21). Al igual que otros personajes de su poca, tambin Jess utiliza la perfrasis para nombrar a Dios, denominndole "el Creador", "el que habita en el Templo/ est sobre el altar"/ el que se sienta en el trono". Los pasajes pertinentes son los siguientes: Mt 19,4: Puede uno repudiar a su mujer por un motivo cualquiera?. Jess les respondi: No habis ledo que el Creador, desde el principio los hizo varn y hembra y que dijo: Por eso dejar el hombre Mt 23,21-22: Quien jura por el Santuario, jura por l y por Aquel que lo habita. Y quien jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por Aquel que est sentado en l. Conclusin provisional a partir de los textos presentados De estos pasajes obtenemos la impresin de que Jess acta como un ser humano, respetuoso, deferente con Dios y de ningn modo alcanzamos la impresin de que se considerara igual al Dios al que invocaba de ese modo.
69 Continuaremos con el tema Cules son las lneas generales del dibujo de la figura de Dios por parte de Jess. Saludos cordiales de Antonio Piero. Antonio Piero Mircoles 31 Diciembre 2008
34 CULES SON LAS LINEAS GENERALES DEL DIBUJO DE LA FIGURA DE DIOS POR PARTE DE JESUS? http://www.tendencias21.net/crist/Cuales-son-las-lineas-generales-del-dibujo-de-la-figurade-Dios-por-parte-de-Jesus-2-25-B_a53.html
Cules son las lneas generales del dibujo de la figura de Dios por parte de Jess? (2-25-B-)
Seguimos con el tema cmo la imagen de Dios segn Jess nos indica la distancia ntica, de esencia, que existe entre l y la divinidad. De acuerdo con Oseas 11,9, "Yo soy Dios y no un hombre; dentro de ti yo soy santo", la predicacin de Jess destaca la profunda alteridad de Dios: Dios es otra cosa totalmente distinta del mundo y del hombre. La diferencia entre "Mi padre que est en los cielos" y la "carne y la sangre" es clara en los evangelios. As lo expresa claramente Jess en la denominada confesin de Pedro de Mt 16,17: Bienaventurado eres Simn, hijo de Jons, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que est en los cielos. Los paralelos de textos judos anteriores a Jess como Eclesistico, o Ben Sira 14,18 y el Libro de las antigedades bblicas, de un autor desconocido judo, quiz del siglo I d.C., en 62,2, confirman que carne y sangre sirven para distinguir al ser humano en su finitud esencial y Dios, que es radicalmente diferente. En el texto presente Jess afirma que la confesin mesinica de Pedro (T eres el mesas, el hijo de Dios vivo) no se la revelado ni siquiera Jess, sino alguien totalmente diferente, el Dios de los cielos Dios tiene un poder especial. En la controversia sobre la resurreccin de los muertos de Mc 12,18-27, Jess contrapone el poder de Dios al de los hombres incluido el mismo: Jess contest (a los saduceos que le tendan una trampa afirmando que no existe la resurreccin): No estis en un error precisamente por esto, por no entender las Escrituras ni el poder de Dios? Pues cuando resuciten de entre los muertos, ni ellos tomarn mujer ni ellas marido, sino que sern
70 como ngeles en los cielos. Y acerca de que los muertos resucitan, no habis ledo en el libro de Moiss, en lo de la zarza, cmo Dios le dijo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? No es un Dios de muertos, sino de vivos. Estis en un gran error. El pasaje vuelve a destacar la diferencia entre el poder de Jess, y el de los dems hombres, y el de Dios que otorga la resurreccin Dios posee conocimientos especiales que no tiene, por ejemplo, ni siquiera Jess. El pasaje ms importante es el muy citado Mc 13,32, en el que el Nazareno afirma ante sus discpulos que l mismo no sabe cundo llegar el fin del mundo: Mas de aquel da y hora, nadie sabe nada, ni los ngeles en el cielo, ni el Hijo, sino slo el Padre. Otro pasaje interesante es Lc 16,140-15: Estaban oyendo todas estas cosas los fariseos, que eran amigos del dinero, y se burlaban de l. Y les dijo: Vosotros sois los que os la dais de justos delante de los hombres, pero Dios conoce vuestros corazones; porque lo que es estimable para los hombres, es abominable ante Dios. Obsrvese de nuevo la distincin entre Dios y Jess establecida por l mismo. Otra cualidad que Jess atribuye constantemente a Dios es la bondad especial, que contrapone la figura divina a la de l mismo. El pasaje de Mc 10,17 nos parece especialmente interesante: Se pona ya Jess en camino cuando uno corri a su encuentro y arrodillndose ante l, le pregunt: Maestro bueno, qu he de hacer para tener en herencia vida eterna? Jess le dijo: Por qu me llamas bueno? Nadie es bueno sino slo Dios. En un momento en el que la teologa de los evangelistas destaca con cierta claridad su idea de que Jess es de algn modo divino, tiene especial valor esta distincin sin duda conservada por la fuerza misma de una tradicin que se impone- entre Dios y Jess hecha por l mismo. Obsrvese cmo el evangelista Mateo, que copia de Marcos, observa cmo lo que transmite su predecesor es lesivo para la imagen de un Jess divino y corrige el texto marcano en 19,16-17: En esto se le acerc uno y le dijo: Maestro, qu he de hacer de bueno para conseguir vida eterna?. El le dijo: Por qu me preguntas acerca de lo bueno? Uno solo es el Bueno. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Pero todo esto es ms o menos normal dentro del judasmo que vivi Jess. La imagen de Dios ms peculiar, la que se impone en la enseanza de Jess puede percibirse indirectamente a travs de las actitudes que Aqul exige
71 del hombre ante Dios. Estas son, principalmente tres y estn relacionadas entre s: la fe, la obediencia y la exigencia de una oracin continua. Seguiremos. Saludos cordiales de Antonio Piero. Antonio Piero Viernes 2 Enero 2009
35 ACTITUDES DEL SER HUMANO ANTE DIOS, SEGN JESUS. EL DIOS DE JESUS http://www.tendencias21.net/crist/Actitudes-del-ser-humano-ante-Dios,-segun-Jesus-El-Diosde-Jesus-3-2-25-C_a54.html
Actitudes del ser humano ante Dios, segn Jess - El Dios de Jess (3) (2-25-C)
Decamos en la nota anterior que La imagen de Dios ms peculiar en Jess es la que muestra la enseanza de Jess acerca de las actitudes que Aqul exige del hombre ante Dios. La primera, la fe, no es para Jess simplemente creer que Dios existe -eso se da por supuesto y no se discute jams en la poca de Jess-, sino en contar absolutamente con l, poner radicalmente en l toda la confianza. Como en gran variedad de pasajes del Antiguo Testamento, Creer no consiste en admitir que Dios existe, sino en contar absolutamente con l, poner radicalmente en l toda su confianza. Creer es fiarse de Dios, reconociendo al mismo tiempo que est dispuesto a ayudar y que es capaz de hacerlo eficazmente. A travs de la llamada de la fe se percibe a Dios tal como lo presentan por ejemplo los Salmos en muchas ocasiones: una roca, una ciudadela, un abrigo seguro (Schlosser, 61). Esta postura supone una actitud de oracin continua (segunda actitud), sin palabras, privada y secreta. Es una oracin de alabanza, pero tambin de peticin silenciosa: Dios sabe lo que necesitan sus hijos, sin decrselo. Las peticiones iniciales del Padrenuestro (Lc 11,2: El les dijo: Cuando oris, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino)demuestran claramente hasta qu punto Jess estaba impregnado del sentido de la santidad de Dios y de la pasin por su gloria, un sentido y una pasin que pretende precisamente comunicar a sus discpulos (Schlosser, 61). Obsrvese cmo el espritu de la peticin en la plegaria seala a un Jess convencido de que Dios, totalmente distinto y superior a s mismo est muy favorablemente dispuesto a conceder bienes a sus hijos. Jess compara favorablemente la actitud divina con la de los progenitores humanos: si un padre humano, por malvado que sea, est dispuesto a conceder a su hijo lo que pide, mucho ms Dios que es padre de un modo supremo. De nuevo
72 notamos la diferencia entre Dios, l mismo y sus discpulos que Jess intenta inculcar a los que le siguen y que conduce a una actitud de sencillez y humildad ante Aqul. La tercera actitud ante la divinidad es la obediencia absoluta. Jess da por supuesto este extremo. Por ello no debe extraar que los Evangelios no recojan apenas sentencias de Jess que hablen de la obediencia debida de la criatura al Creador. S afirma Jess expresamente que cumplir la voluntad de Dios es aquello que caracteriza a los que buscan el Reino, por lo que forman parte de la familia espiritual de Jess. As, por ejemplo, en Mc 3,31-35: Llegan su madre y sus hermanos, y quedndose fuera, le envan a llamar. Estaba mucha gente sentada a su alrededor. Le dicen: Oye!, tu madre, tus hermanos y tus hermanas estn fuera y te buscan. El les responde: Quin es mi madre y mis hermanos? Y mirando en torno a los que estaban sentados en corro, a su alrededor, dice: Estos son mi madre y mis hermanos. Quien cumpla la voluntad de Dios, se es mi hermano, mi hermana y mi madre. Es evidente que Jess distingue entre su voluntad y la de Dios, con el que no pretende asemejarse. Algo parecido ocurre con la sentencia siguiente: en Lc 16,13 Jess afirma que el aspirante al Reino debe escoger entre servir a Dios o a la Riqueza/Dinero (Mammn): Ningn criado puede servir a dos seores, porque aborrecer a uno y amar al otro; o bien se entregar a uno y despreciar al otro. No podis servir a Dios y al Dinero. El obrar de Dios Como dijimos, para Jess, creer es fiarse de Dios y tener confianza en el obrar divino, en el pasado, en el presente y en el futuro. En el pasado porque Dios obr la salvacin de Israel. Jess interpreta como cumplimiento en relacin con su persona y su obra- lo que en el pasado era no ms que una promesa de salvacin: l es simplemente el instrumento de Dios para salvar a Israel. De nuevo me parece interesante lo que Jacques Schlosser, sacerdote catlico, expresa acerca de la actitud general de Jess y, en particular ante el obrar de Dios. El texto que sigue confirma el leitmotiv (motivo gua) que orienta toda esta introduccin a nuestro tema la divinizacin de Jess, mostrar cmo los evangelistas pintan a un Jess judo, profundamente humano, consciente de su distancia para con la divinidad que no rompe los moldes del judasmo. Escribe Schlosser: Antes de recoger los datos (acerca de la figura de Dios segn Jess en el mbito de los verbos que tienen a la divinidad como sujeto implcito o explcito de una accin salvadora) y para evitar que la discusin de este tema se meta de antemano en callejones sin salida, importa recordar algunos puntos fundamentales en los que estn ordinariamente de acuerdo los exegetas (se sobreentiende que tambin los catlicos): 1. Jess no vino a fundar una religin nueva. Su misin histrica se dirige a Israel y hasta se
73 limita a Israel. En este sentido van la constitucin del grupo de los Doce que no tiene sentido ms que en referencia al pueblo de la doce tribus-, la vida pblica de Jess tal como nos la relatan los Evangelios, as como muchas declaraciones conservadas en la tradicin (Mt 10,5-6: A estos doce envi Jess, despus de darles estas instrucciones: No tomis camino de gentiles ni entris en ciudad de samaritanos; dirigos ms bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel; Mt 15,24: Respondi l: No he sido enviado ms que a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 2. Evidentemente Jess no anuncia un Dios desconocido y radicalmente nuevo. Habla del nico (Mc 12,29) y del Dios de Abrahn. De Isaac y de Jacob (Mc 12,26) (Schlosser, p. 66). Seguiremos con estas interesantes perspectivas. Saludos cordiales de Antonio Piero. www.antoniopiero.es Antonio Piero Sbado 3 Enero 2009
74 La accin de Dios en el futuro expresa an con mayor claridad si cabe la distancia que media entre Jess y Dios. Es ste en exclusiva, el que -como el Altsimo- establecer su reino sin fin, en el cual el papel de Jess queda absolutamente difuminado. No hay sentencias claras del Nazareno en los Evangelios que nos ilustren cul es su funcin en el Reino que viene, salvo las palabras sobre el Hijo del Hombre y su actuacin de juez final en el Gran Juicio del fin de los tiempos Pero segn la inmensa mayora de los intrpretes independientes tal atribucin al Nazareno de la juez final y supremos, supone ya el proceso de divinizacin de Jess, por lo que deben atribuirse a la teologa de la Iglesia primitiva que las forma despus de la muerte de Jess. No pertenecen, por tanto al Jess histrico. La naturaleza de la accin divina y la funcin de Jess En los Evangelios, los dos polos del actuar divino respecto al ser humano son, para Jess, el polo de la salvacin y el del juicio (Schlosser, pp. 75ss). Muchas veces se olvida que el mensaje del Nazareno respecto al juicio divino incluye tambin la condenacin del rprobo. Se insiste en la predicacin de la misericordia divina por parte de Jess y se obscurece a menudo el aspecto de condenacin ineludible para aquellos que no escuchan y ponen en prctica su anuncio de la venida del Reino divino. El polo del juicio Dios, no Jess (repetimos que exceptuamos los problemticos dichos del Hijo del Hombre, sobre todo en Mt 25,31-46, como producto de la teologa cristiana sobre Jess, no procedentes del Jess histrico), es el que juzga (No juaguis y no seris juzgados: Lc 6,37, y el que arroja al condenado al infierno (gehenna) = Mc 9,47: Y si tu ojo te es ocasin de pecado, scatelo. Ms vale que entres con un solo ojo en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser arrojado (pasivo divino = el sujeto que arroja es Dios, al que no se nombra por respeto ) a la gehenna. Segn Lc 12,5, Dios no Jess- es el nico que tiene poder para matrar y arrojar al infierno: Os mostrar a quin debis temer: temed a Aquel que, despus de matar, tiene poder para arrojar a la gehenna; s, os repito: temed a se. Textos semejantes son los que hablan de ser echado (Lc 13,28, ser cortado y arrojado al fuego (eterno): Mt,7-19, o ser humillado en la condenacin definitiva por parte de Dios. As hay que entender frases del estilo de Lc 14,11: Porque todo el que se ensalce, ser humillado; y el que se humille, ser ensalzado. En la prxima nota seguiremos con el tema/polo de la salvacin, en donde se ver que tambin sta procede slo de Dios. Jess es el mero heraldo. Saludos cordiales de Antonio Piero. www.antoniopiero.es Antonio Piero Lunes 5 Enero 2009 37 EL TEMA POLO DE LA SALVACION.EL DIOS DE JESUS
75 http://www.tendencias21.net/crist/El-tema-polo-de-la-salvacion-El-Dios-de-Jesus-2-25E_a57.html
76 Seguiremos con otros temas relacionados. Saludos cordiales de Antonio Piero. Antonio Piero Martes 6 Enero 2009