La Esclavitud en Las Primeras
La Esclavitud en Las Primeras
La Esclavitud en Las Primeras
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NDICE
Introduccin.
p. 1
Captulo 1.
Captulo 2.
Captulo 3.
Captulo 4.
Captulo 5.
Captulo 6.
Conclusiones.
p. 246
Bibliografa.
p. 257
INTRODUCCIN
Este trabajo trata sobre cmo los primeros escritores cristianos utilizaron la categora
de esclavitud. No est a nuestro alcance, por la falta de fuentes, presentar una historia
desde el punto de vista de los esclavos creyentes, por lo cual hemos de conformarnos
con la reconstruccin de sus existencias a partir de las ideas que manifestaban los
autores cristianos provenientes de sectores educados. En base a un minucioso recorrido
histrico proponemos observar los debates intraeclesiales a la luz de los discursos sobre
la esclavitud. Para esto hemos seleccionado los primeros doscientos aos de vida del
movimiento cristiano (50-250) como nuestro marco cronolgico.2 El periodo
comprendido entre la primera carta de Pablo de Tarso, 1 Tesalonicenses, y el inicio de la
persecucin de Decio es sin dudas la etapa de secta del cristianismo, en la cual su
existencia es completamente marginal y apenas documentada por fuera de los escritos
producidos por los adeptos. En esta etapa la escritura (al menos entre los aos 50-150)
es solo una herramienta de apoyo a la tradicin oral, considerada como ms genuina. 3
1
- Zimbalist, S. (Productor) & LeRoy, M. (Director). (1951). Quo Vadis. [Cinta cinematogrfica].
EE.UU.: Metro Goldwyn Mayer.
2
- Si bien ya en la dcada del 30 del siglo I encontramos a la comunidad de discpulos de Jess
establecida en Jerusaln, su anlisis lo realizaremos a partir de los documentos paulinos, propios de la
dcada del 50. En cuanto a la figura de Jess y su posible discurso en relacin a la esclavitud hemos
decidido descartarlos. Las fuentes evanglicas son narraciones organizadas para responder a realidades
comunitarias posteriores a Jess y que poco pueden decir sobre el pensamiento del maestro de Galilea. En
este aspecto seguimos la propuesta de Theissen (2002:9-16). Cfr. Patterson (1991:293-303); Glancy
(2006:122-129).
3
- Lane Fox (1999:205-206).
La primera persecucin promovida por el Estado romano hacia 250 ya nos seala un
cristianismo con gran presencia urbana y con un funcionamiento muy dinmico y
jerarquizado en las principales ciudades del imperio.4 Durante esos dos siglos de historia
el movimiento fue configurando diversas identidades a partir de ciertos debates acerca
de la insercin social de los creyentes. En esos debates la figura de los esclavos
mantiene una presencia constante y sujeta a modificaciones segn las necesidades. Los
cambios en la composicin comunitaria, la carrera por el encumbramiento episcopal as
como las polticas secularistas o antisecularistas de los diferentes grupos cristianos
propiciaron lecturas divergentes sobre la esclavitud. Nuestra propuesta analtica se
concentra entonces en el discurso cristiano letrado sobre la servidumbre, buscando
comprender la recurrencia a la categora de douleia (esclavitud) como recurso
apologtico de legitimacin o de crtica y detraccin. La esclavitud en relacin a Dios
aparece como una sujecin positiva que busca identificar a todos los fieles, mientras que
la degeneracin moral tambin es asimilada a una servidumbre del placer que corrompe
al individuo. Esta variacin en la utilizacin del concepto responde a una materialidad
concreta que refleja momentos comunitarios de apertura e integracin o de exclusivismo
rigorista en la membresa. Nuestro inters es identificar estos vaivenes argumentales que
colocan a los esclavos como miembros marginales de las iglesias o como representantes
de la idoneidad administrativa y moral de un patrono comunitario durante el proceso de
jerarquizacin.
La misma nocin de esclavo posee un componente ambiguo ya que nos remite a un
ser que es propiedad de un tercero que tiene dominio total sobre su persona. Sin
embargo junto a esta idea de propiedad vemos aparecer en los autores antiguos una
concepcin humanitaria principalmente promovida con fines de interaccin y
convivencia. Por mas que se presente al esclavo como un objeto pasivo, en la prctica
no se lo perciba como tal y su presencia en los oikoi exiga determinados cdigos de
comportamiento que deban ser establecidos por el amo.5 El estatus esclavo contena
grandes desigualdades en su interior dependiendo de la actividad a la que se destinara al
individuo. Lo que igualaba a los esclavos era su origen, no su trabajo.
El mundo en el que surgi y creci el cristianismo era un mundo cuyos grandes
centros de produccin se sostenan por la explotacin de la mercanca humana. La
sociedad grecorromana haba conocido un aumento de la mano de obra esclava gracias
4
al despunte de las grandes propiedades agrcolas hacia el siglo II a.C., a partir del final
de las guerras pnicas.6 Ser un cautivo de guerra cuya muerte se haba aplazado tena
como consecuencia la prdida de las relaciones sociales que el individuo mantena con
su comunidad. Ahora pasa a integrar otra sociedad donde es un extranjero derrotado y
pasible de violencia.7 Meillassoux seala que el esclavo se constituye como tal por
atravesar una situacin de mercado, es decir que son la captura y la venta las instancias
que lo ubican como mercanca.8 Este alienado sin honor no tiene vnculo parental y, por
lo tanto, no puede entrar en las relaciones de reciprocidad. Sin embargo los douloi
tenan mltiples destinos, cada uno de los cuales poda colocarlos en una situacin
diferente. Los esclavos mineros o destinados al trabajo en las grandes villae obtenan la
peor suerte,9 mientras la esclavitud urbana mostraba otra cara. En las poleis hallamos
muchos douloi adquiridos por familias de artesanos o por ciertos aristcratas. En estos
casos la presencia domstica del esclavo es ineludible y muy significativa. El siervo
domstico (oiketes) tiene posibilidades de ascenso no solo a travs de la manumisin,
sino tambin como consecuencia de un progresivo escalamiento por medio de las tareas
administrativas y organizativas del hogar.10 Con este tipo de esclavitud se encontr el
primer cristianismo, puesto que se trat de un movimiento netamente urbano entre los
siglos I-IV.
No podemos confundir la situacin del esclavo con la del pobre en el mundo romano.
Los primeros cristianos diferenciaban perfectamente entre los desposedos, es decir
viudas y hurfanos, y los sirvientes. Los pobres eran aquellos que no posean ningn
vnculo patriarcal o patronal que les garantizara el sustento necesario.11 En la mayora de
los casos que se presentan en las primeras fuentes cristianas los esclavos creyentes
pertenecen a propietarios con talleres y con una cierta capacidad econmica que les
permite viajar y comerciar. Frente al libre en situacin de pobreza, el doulos de un
artesano posee mayores posibilidades de ascenso social y de reconocimiento. La
problemtica esclava, si es que los autores cristianos la reconocan como tal, no era un
asunto de subsistencia sino ms bien de convivencia. Con los pobres los lderes
cristianos establecan lazos patronales que garantizaban una adhesin al movimiento a
partir de las estructuras de solidaridad,12 pero con los esclavos la situacin era diferente.
El esclavo ya tiene una primera lealtad que lo condiciona y lo provee materialmente. La
integracin del doulos a la asamblea cristiana en tanto miembro de pleno derecho es una
situacin compleja para la mayora de los autores antiguos pues exige considerar la
postura del despotes de dicho converso. Si el amo no es creyente la ekklesia corre el
riesgo de ser tachada de institucin subversiva por desviar las lealtades domsticas; pero
si el amo es creyente se plantea una discusin acerca del alcance de sus prerrogativas
sobre el cuerpo servil a partir de los condicionantes impuestos por la moral cristiana.
Para los cristianos el esclavo era parte de la realidad social del mundo circundante y
nunca se plantearon ideas abolicionistas ni tendientes a cuestionar la sujecin de
terceros. El Dios que ponderaban todas las iglesias primitivas era un padre corrector que
exiga una prctica moral concreta como signo de pertenencia. La tica cristiana
impona ciertos estndares de pureza que implicaban una cierta autonoma fsica como
base. La plena manifestacin divina requiere que el cuerpo sea impoluto, situacin que
empuja al miembro de estatus servil a ser catalogado como creyente de segundo rango.
Las recomendaciones sobre el comportamiento de los miembros esclavos pueden
aparecer como ms rigoristas o ms laxas, pero su objetivo es simplemente garantizar la
promocin del patrono y la buena imagen externa de la comunidad. Los douloi que se
convierten a la fe entran a la asamblea bajo la sospecha de impureza, resultado del
proceso de captura, exposicin y venta. En los primeros tiempos no exista una
legislacin domstica concreta en materia sexual para los creyentes propietarios de
esclavos, por lo cual exista la duda permanente acerca de si hacan uso de sus
prerrogativas de violencia y dominio sexual de sus subordinados. En este sentido es
necesario analizar tambin cmo se evala al interior de la ekklesia a aquel miembro de
estatus servil que ha sido obligado, por parte de su propietario, a cumplir sus deberes
sexuales. Toda esta problemtica se integra en una preocupacin mayor de ciertos
autores cristianos (fundamentalmente los que denominaremos proto-catlicos):
demostrar que la fe en Cristo es compatible y solidaria con los parmetros organizativos
patriarcales.
12
- Brown (2002:1-26).
- Loisy, A. (1933:432-443).
- Brown (1993:9-15).
21
- Garnsey (1996:35-52).
20
- Sterman-Trofimova (1979:300-354).
- Martin (1990:67-83).
24
- Glancy (2006:50-53).
25
- Kyrtatas (1987:29-49).
26
- Kyrtatas (1987:55-74); Harrill tambin aborda el tema de la manumisin en el interior de las iglesias
primitivas en su libro The manumision of slaves in early christianity (1998).
23
Antes de proceder a un sumario acerca de los captulos y el trabajo sobre los textos es
de utilidad sealar ciertas premisas bsicas para comprender mejor el anlisis que
emprenderemos.
En primer lugar queremos dejar en claro que en griego la palabra esclavo se expresa
mediante varios trminos: doulos, pais, oiketes, therapon y juperetes. Estas
denominaciones guardan ciertas diferencias entre s, pues designan tipos concretos de
esclavo. Doulos- doul son los trminos generales equivalentes a esclavo-a o
siervo-a; pais- paidisk son palabras ms propias del mbito familiar y que se aplican
a esclavos jvenes, siendo posible tambin traducirlas por muchacho o muchacha;
oiketes es el esclavo domstico por excelencia; therapon- therapinida o juperetes
designan a los asistentes personales que no necesariamente son esclavos. 28 Dado que el
movimiento cristiano se dio a nivel urbano en el periodo que estudiaremos, haremos un
uso indistinto de estos trminos ya que todos los esclavos que aparecen en las fuentes
cumplen roles domsticos o administrativos. Solo remarcaremos, cuando aparezca, la
utilizacin del vocablo pais por ser un posible indicador de la edad del subordinado en
cuestin. Respecto a los propietarios de esclavos recurriremos a dos trminos griegos:
kyrios, es decir seor, y despotes, es decir amo en sentido de posesin y gobierno.
27
- Los autores hacen interesantes aportes en relacin a los esclavos como actores en las iglesias
domsticas. Osiek-Balch (1997:174-192).
28
- Wright (1998:90-93).
29
30
- Markus (1980:1-15).
- Danilou (2004:25).
trmino pagano tambin conlleva un sentido despectivo haremos uso del mismo por
comodidad.
Este trabajo se organiza cronolgicamente, abarcando cada captulo un periodo de
entre veinte y cincuenta aos.
En el primer captulo, Discernimiento y Ley: los esclavos como excepciones
conflictivas en los cristianismos paulino y nomista, tomaremos el periodo 50-70,
iniciando con la primera carta paulina y culminando con el asalto a Jerusaln. Las
fuentes centrales de este captulo sern las siete cartas de Pablo de Tarso y ciertos
tratados judos que nos presentarn los conflictos alrededor del sujeto de estatus esclavo
y su insercin en el culto.
El segundo captulo se titula Temor y temblor. Los esclavos en el proceso de
configuracin del oikos cristiano. En el mismo analizaremos la produccin textual
cristiana posterior al ao 70 y hasta el ao 100. Los documentos del periodo sealan la
tensin organizativa resultante de la cada de Jerusaln. La literatura cristiana aparece en
medio de un conflicto creciente con la sinagoga. Los esclavos pasarn a ser elementos
auxiliares de los diferentes propietarios que aspiran a hacerse con el control de las
asambleas.
El tercer captulo se consagra al periodo 100-135 y se titula Los esclavos cristianos
como agentes y obstculos para la construccin del poder jerrquico a inicios del siglo
II. Un nuevo esquema de poder va ganando lugar en las comunidades y la
cristianizacin de las familias se vuelve un objetivo primordial. Los esclavos aparecern
como muestra del poder y la buena administracin del despotes cristiano.
El captulo cuarto, Persuasin y racionalidad: esclavos creyentes en la poca de los
didaskaleia cristianos, abarca el periodo 135-170. El cristianismo proto-catlico
intenta consagrarse como una religin de propietarios en medio de fuertes debates con
vertientes antisecularistas como el marcionismo y el valentinianismo. La membresa
esclava se vuelve una dificultad evidente debido a la obediencia obligada al amo y
propietario.
El quinto captulo, titulado Exaltados y traidores: los esclavos en el discurso de las
iglesias a fines del siglo II, comprende el lapso entre los aos 170-200. El esclavo pasa
a ser visto como la pieza dbil y desleal de la ekklesia en medio de seria diatribas
paganas en contra del proselitismo domstico cristiano.
El captulo sexto, Crisis y crecimiento: esclavos entre el vulgo cristiano, cubre la
franja temporal entre los aos 200-250. Si bien es un periodo de paz y tolerancia para
10
las iglesias (aunque de crisis para el imperio), el aumento numrico en las comunidades
obliga a establecer una creciente impronta autoritaria. Los esclavos quedan como
miembros de segunda lnea cuyas capacidades son puestas en serio cuestionamiento en
la vigilia de la persecucin de Decio.
Este trabajo se cierra con unas conclusiones finales que intentan resumir las
perspectivas generales en relacin al tema elegido.
11
CAPTULO 1
DISCERNIMIENTO Y LEY: LOS ESCLAVOS COMO EXCEPCIONES
CONFLICTIVAS EN LOS CRISTIANISMOS PAULINO Y NOMISTA.
Las comunidades cristianas de las dcadas del 50-70 del siglo I d.C. estaban
atravesadas por cuestiones de poder irresueltas. Por un lado hallamos la disputa entre los
apstoles itinerantes acerca del sentido y la amplitud de su misin. La manera de incluir
a los gentiles en el movimiento generaba fricciones y acalorados debates. A la par de
esta situacin debemos considerar las fuertes tensiones entre la autoridad apostlica y
sus comunidades dependientes. La recepcin del mensaje evanglico supona un
reacomodamiento local significativo a partir de la adaptacin de los principios ticos
cristianos dentro de las estructuras sociales existentes.
La documentacin que poseemos sobre estas primeras dcadas proviene
exclusivamente del crculo paulino.31 Pablo de Tarso, un fariseo convertido dentro del
cristianismo antioqueno, fue la figura central de una misin evanglica dirigida a los
gentiles y destinada a agrupar al Israel mesinico en espera de la parusa final.
Ahora bien, antes de proceder a analizar las distintas posturas que estos textos nos
proveen es til tener en mente que estos documentos son de carcter situacional y
apologtico. Cuando caracterizamos a las epstolas paulinas como situacionales nos
referimos a que responden a problemas comunitarios concretos, no buscan una
sistematizacin doctrinal. La doctrina cristiana se imparte oralmente, el escrito es solo
un complemento circunstancial a la misma. En el caso particular de las epstolas
paulinas esta circunstancialidad se une a un fin mayor: la apologa del apstol. Las
31
- Tomamos siete cartas reconocidas como de autora propia del apstol para el anlisis del primer
paulinismo: 1 Tesalonicenses (1Tes), Glatas (Gal), 1 y 2 Corintios (1 y 2Cor), Filipenses (Flp), Romanos
(Rom) y Filemn (Flm). En esta seleccin hay un acuerdo bastante generalizado. Bartolom (1999b:443).
12
13
- Engels (1967:316) y Deissman (1957:27-52) propusieron a fines del siglo XIX y principios del XX
que las primeras comunidades cristianas se constituyeron con pobres y marginados, entre los que se
incluan los apstoles. Esta perspectiva fue debatida y refutada por autores como Grant (1977:119) y
Malherbe (1977:31), que se inclinaron por observar una preeminencia en las comunidades cristianas de
personas provenientes de una clase media artesanal y campesina, aunque sin negar la presencia de
desclasados. Meeks (2003:72-74) analiz el fenmeno de la extraccin social paulina y concluye que en
cada congregacin hay una mezcla de niveles sociales con clara preeminencia de artesanos libres y
pequeos comerciantes y una ausencia de aristcratas terratenientes y de las clases ms bajas.
35
- Hch 18. 1-3.
36
- Meeks (2003:25-32). En esto sigue a Sanders (1978:175-187). Cfr. Stark (2006:129-136).
37
- Bernab (1Cor 9.6; Gal 2.1; Hch 4.36); Aquila y Priscila (Rom 16.3; 1Cor 16.19; Hch 18.2), Apolo
(1Cor 16.12; Hch 18.24- 25).
38
- Cfr. Donaldson (1993:81-98); Montserrat Torrents (2005:116).
39
- En Hch la misin paulina comienza en la sinagoga: 9.19-20; 13.5, 14-15; 14.1; 17.1-2, 10,16; 18.4,19;
19.8. Esto en las cartas no se menciona, pero la ausencia de crticas al mbito sinagogal seala una
pertenencia: Pablo y sus clulas mesinicas eran parte de la sinagoga local.
40
- Cfr. Gal 3. 6-9; Rom 4. 9-12. Eisenbaum (2000:130-145).
41
- Cfr. Gal 1.15-16; Rom 1.1-4.
42
- Rom 9.4-5.
14
15
decir el regreso de Cristo en su gloria, era algo inminente. Esta perspectiva favoreca
una proyeccin de acontecimientos cataclsmicos que requeran preparacin y que
estaban marcados por signos.51 Las formas de proceder para afrontar ese da de retorno
divino variaban, pero ninguna vertiente cristiana negaba el hecho. Esta esperanza
apocalptica era propia de varias sectas del judasmo palestinense y contena un
importante elemento poltico antirromano.52
- 1Tes 4.14-18, 5.1-11; 1Cor 15.24-28; Flp 4.5. Montserrat Torrents (2005:120-121).
- Cfr. Elliot Binns (1956:19-20); Frend (1981:89-99).
53
- Cfr. 1Tes 4.1-3; Gal 1.8-10; 1Cor 4.15-17; 2Cor 11.4; Flp 1.27-28.
54
- Para ver las relaciones que se establecan a partir del oikos en el mundo romano son interesantes los
trabajos de Saller (1989:49-62) (2003:185-204), Stark (1991:39-58), Hendrix (1991:159-175).
55
- Cfr. Gabba (1984:81-86); Royden (1989:303-315); Kloppenborg (1996:16-30); Harland
(2000:99-121).
56
- Cfr. 1Tes 1.1; 1Cor 1.2; 2Cor 1.1; Gal 1.2; Flm 2. Campbell (1948:130-142).
57
- En el perodo que trabajamos an no se encuentra evidencia de un conflicto con las sinagogas, ya que
las ekklsiai paulinas eran parte de las mismas, tal como plantea Montserrat Torrents
(2005:55,93,121,123). Lieu (2004:153-155) considera la multiplicidad de grupos que podan funcionar al
interior de una sinagoga, por lo cual incluso los creyentes en Cristo podan formar parte de la misma.
Incluso en Hechos (13.42-43) Pablo convierte a un jefe de sinagoga y tiene tratos cordiales con miembros
relevantes de las mismas, lo cual se ve tambin en 1Cor 1.14; 18.8. Sobre las sinagogas del siglo I son
muy tiles los trabajos de Kee (1999:7-26) y Kloppenborg (2009:297-357), quienes plantean que la
institucin sinagogal era una asamblea que se reuna en casas particulares, no en un edificio especfico.
En este aspecto hay un vnculo espacial muy fuerte con las clulas paulinas. Zetterholm (2003:198) ha
propuesto que los primeros cristianos organizaron sinagogas separadas, desvinculadas de la sinagoga
local.
52
16
promova la asistencia mutua entre sus adherentes (pese a que los judos eran, en ciertas
ciudades, prcticamente un politeuma)58. Pablo y los suyos vieron esta intromisin como
una amenaza a su proyecto.
Los paulinos exigan de parte de los fieles una exclusividad y un compromiso que
deban manifestarse en comportamientos sociales concretos. El conflicto surga por la
transgresin constante de los lmites comunitarios sealados. Los paulinos saban que su
proyecto de comunidades mixtas entraaba posibles desviaciones tanto hacia la prctica
nomista rgida como hacia un espiritualismo relativista y antilegalista. Por esto mismo
el equipo misionero paulino se esforzaba por facilitar la interaccin social de los
integrantes de sus comunidades dependientes, flexibilizando prcticas y adaptndose a
cada comunidad segn sus propias sensibilidades econmicas y sociales, entre las que
estaban contempladas incluso las prcticas legalistas judas. Las clulas paulinas
estaban en tensin con los elementos ms conservadores de las sinagogas que, pese a
admitir la presencia de gentiles temerosos de Dios, vean en la relativizacin paulina de
las observancias un desafo problemtico.59
Si analizamos el espacio domstico en el cual se instal el cristianismo paulino
encontraremos que los esclavos eran una parte esencial del mismo. No obstante hay que
tener en claro que nos estamos refiriendo a una esclavitud urbana y, en la mayora de los
casos, especializada en alguna tcnica o trabajo artesanal; las epstolas paulinas no se
refieren nunca a esclavos agrcolas o mineros, quienes representaban las categoras ms
bajas dentro del estatus esclavo. Personalidades como Estfanas, Filemn o Clo eran
pequeos propietarios locales con dos o tres esclavos a su servicio. Estos esclavos eran
colaboradores directos en la pequea empresa familiar, que bien podra pensarse que
estaba asociada al comercio, ya que los siervos aparecen normalmente lejos del oikos ya
sea solos, ya sea con su amo.60 Esta movilidad los hace agentes activos de los intereses
econmicos del propietario, aunque eso no implica que hubieran adoptado el
cristianismo. Es incorrecto pensar que la conversin del amo supona la de los douloi en
todos los casos;61 la excepcin a la regla es el ejemplo de Filemn y Onsimo, aunque
58
17
tampoco podemos suponer que los esclavos de Clo que llevaron noticias de Corinto a
Pablo (1Cor 1.11) hayan sido todos conversos. Muchas cosas estaban en juego a la hora
de convertirse a una religin, sobre todo para los esclavos. Esto no quiere decir que el
doulos tuviera libertad de decisin, ya que la imposicin y el derecho de posesin del
amo eran la regla. Sin embargo el segmento econmico-social al que se diriga Pablo,
los pequeos propietarios locales, no pareca interesado an en hacer de toda su familia
un baluarte cristiano, pues los compromisos con la sociedad civil eran muy acuciantes.
Existan obligaciones que no podan eludirse y haba espacios y prcticas que
presentaban conflictos para los conversos a la fe en Cristo. Despus de todo, los ncleos
paulinos estaban en situacin de marginalidad respecto de las redes de solidaridad
propias de las sinagogas, lo cual implicara tensiones para sus integrantes. He aqu que
el oiketes jugaba el rol de brazo ejecutor del amo. El doulos era una herramienta que
poda ser til al amo y propietario que haba entrado como miembro en un crculo
paulino. A travs del esclavo poda mantenerse el vnculo activo con las obligaciones
econmicas y sociales sin perjudicar la pureza de la ekklsia. El siervo era un sujeto
moralmente neutro y eso lo colocaba en un lmite que le permita actuar en ciertas
circunstancias sin tener en cuenta la dignidad personal, dignidad que s posean los
amos.62 Los oikoi paulinos, comprendidos dentro del mbito de la sinagoga, no eran
oikoi cristianizados totalmente, pues los compromisos econmicos, sociales y cvicos de
los kyrioi exigan mantener vnculos. Para esto los esclavos eran los indicados, sobre
todo aquellos con entrenamiento en tcnicas o en administracin y manejo de negocios.
El caso de Filemn y Onsimo nos ofrece la ilustracin perfecta de cmo Pablo
perciba las sensibilidades econmicas de un oikos anfitrin. El apstol se halla hacia el
fin de su carrera y escribe una misiva a Filemn, un colaborador suyo y aparente
anfitrin de una asamblea en la ciudad de Colosas.63 Mucho se ha especulado sobre el
motivo de esta breve carta, ya que fue leda e interpretada en diferentes claves para
fortalecer tanto discursos esclavistas como abolicionistas.64 Sin embargo, la propuesta
62
- Glancy (2002:9-29) propone interpretar al esclavo como un doble corporal del amo, una extensin
animada de su persona tanto para cuestiones comerciales y financieras como para castigos y negocios
infames.
63
- Flm 1-3. La cuestin de la fecha y lugar de redaccin de Flm ha generado controversia. Fitzmyer
(2004:419-421) distingue tres teoras cuyo nico punto en comn es reconocer que Pablo escribi la carta
en cautiverio. Para algunos autores la redaccin fue en Roma durante la prisin domiciliaria de Pablo
entre el 61-62 d. C, para otros fue en Cesarea hacia el 58-60 y para un ltimo grupo (en el que se incluye
Fitzmyer) fue en feso hacia el 56-57. La razn para apoyar esta ltima hiptesis es la poca distancia
entre feso y Colosas.
64
- La literatura sobre la exgesis de Filemn en los conflictos abolicionistas del siglo XIX es inmensa y
por si sola constituye un tema de investigacin aparte. Para un breve resumen de las corrientes en su
interior y un estado actual del debate son muy interesantes los trabajos de Callahan-Horsley-Smith
18
68
- Flm 8-9.
69
- Flm 15-21.
19
- Winter (1987:1-15) apoya la idea de que Pablo pide la manumisin de Onsimo para poder incluirlo
como colaborador.
71
- Flm 22.
72
- Gal 2.4; 5.1, 13; 1Cor 9.1.
73
- 1Tes 5.19-21; Rom 12.2.
74
- 1Cor 8.9. El sentido de exousa tambin remite al sentido de posesin personal, de pertenencia.
75
- Rom 6.4.
76
- 1Cor 8.1-13.
77
- 1Cor 9.19-23
20
21
84
22
90
Este texto admite dos traducciones contrarias entre s segn como se interprete mallon
jrsai, ya sea mejor usa la esclavitud o si puedes, mejor aprovecha la libertad. Los padres de la iglesia
han optado por traducir mejor usa la esclavitud: Tertuliano Sobre la monogamia 11.12; Juan
Crisstomo Sermones sobre el Gnesis 5.1. Este ltimo en Sobre 1Cor Homila 19.4 reconoce la
posibilidad de la otra lectura. Los investigadores contemporneos se han dividido en sus opiniones. Hay
analistas que interpretan en la consigna un llamado a aprovechar la esclavitud: Goguel (1964:554-555);
Grant (1977:90); Lambrecht (1999:1471). Otros ven una excepcin que contempla la posibilidad de
manumisin: Wallon (1847:5); Allard (1946:158); Horsley (1988:182-187) (1998:102-104); Glancy
(2006:67-69); Fitzmyer (2008:305,308-310). Entre Bartchy (1973:88-91) y Harrill (1994:5-28) surgi un
debate acerca del alcance y significado de la manumisin romana en base al texto de 1Cor.
93
- Cfr. Staerman- Trofimova (1979:21-166); Andreau (1991:201-225); Harrill (1995:96-101).
91
23
97
- Meeks (2003:134-139).
98
- 1Cor 4.1-13; 12.28-30. En otras listas de carismas no se menciona a los apstoles, pero se da por
sentada su primaca. Cfr. 1Cor 12.8-10; Rom 12.6-8.
95
24
cuenta la relevancia del sacrificio universal de Cristo, que tambin muri por los
dbiles.99 En Roma los individuos con estatus parecan ser los que provenan de la
gentilidad. Estos rechazaban al elemento judo que integraba su asamblea, alegando la
caducidad de las promesas a Israel y la inutilidad de la Ley.100 En ambos casos Pablo y
los suyos privilegian al todo por sobre las partes, estableciendo responsabilidades en los
miembros poseedores de estatus y de gnosis. Lo que los paulinos intentaban incentivar
era una manifestacin carismtica local orientada al gobierno de la asamblea y a su
moderacin; de esta manera se buscaba menoscabar la popularidad de carismas
exaltados e ininteligibles como la glosolalia.101 Se recomienda honrar a quienes presiden
las reuniones, a gente como Estfanas,102 o Aquila y Priscila, 103 anfitriones leales al
apstol y adheridos a su proyecto. No hay que olvidar que estos individuos adherentes a
Pablo eran artesanos urbanos, poseedores de propiedades y con cierta capacidad de
movilidad.104 Pablo se identificaba con ellos en un punto crucial: el trabajo manual.
25
los paulinos al hablar del trabajo como consigna es, primeramente, mostrar su capacidad
de discernimiento en relacin a cada comunidad. En Tesalnica la comunidad parece
pequea y muy pobre, quizs compuesta en su mayora por artesanos de un determinado
rubro; Pablo vincula all la pertenencia a la ekklsia con el trabajo, el cual tiene un alto
valor para la identidad de estos tesalonicenses. En 1 y 2Cor el trabajo manual del
apstol es un recurso para ilustrar su libertad y para contraponerse a los superapstoles
nomistas competidores que no trabajan, sino que viven atados a los derechos apostlicos
de mantenimiento.
En esta apologa del trabajo nace la consigna paulina de vivir de una manera digna de
Dios,109 que implicaba un accionar individual sometido a la concepcin de comunidad
mesinica amplia. El trabajo entendido desde la perspectiva artesanal precapitalista
implica una solidaridad domstica inevitable, en la que incluso los miembros sin lazos
de sangre participan. Los esclavos que eran propiedad de artesanos domsticos estaban
integrados en el negocio de su amo como administradores o como agentes
comerciales.110 Los paulinos no tenan problema con estas actividades pues fortalecan
la concordia comunitaria y la armona. Los nomistas, por otro lado, son presentados en
las epstolas como los que no trabajan, es decir como itinerantes explotadores que no
se integran a la estructura local, sino que simplemente la despojan en pos del
adoctrinamiento. Pablo no criticaba el derecho apostlico que habilitaba a los
misioneros a vivir del sustento material de sus fieles, 111 pero su tipo de liderazgo no
estaba concebido en esos trminos, sino a partir del discernimiento. Los paulinos saban
que no en todos lados ser bien vista la aplicacin del derecho de mantenimiento
apostlico; en ciertos lugares, como en Corinto, eso degeneraba en escndalo y
faccionalismo, volvindose un impedimento.112 Vivir de una manera digna de Dios
supona el trabajo conjunto, tanto de esclavos como de libres, aspecto en el cual Pablo y
los suyos se reivindicaban como modelos.113 El concepto de legitimidad apostlica
109
- 1Tes 2.11-12.
110
- A nivel laboral se daba una constante vinculacin entre libres y esclavos en los trabajos y ocupaciones
urbanos. Cfr. Staerman-Tofimova (1979:85-97); Bradley (1998:77-104).
111
- De hecho Pablo hizo uso de este derecho: 2Cor 11.9; Flp 4.10-20.
112
- Las divisiones entre los fieles de Corinto se deben a que cada figura apostlica se ampara en un
patrono local particular, provocando as el quiebre de la solidaridad comunitaria. 1Cor 3.3-4; 9.12-16.
113
- 1Tes 4.1.
26
paulina era muy diferente del nomista. El trabajo artesanal era una clave de
organizacin comunitaria que tenda a fomentar el orden y la dependencia, la obediencia
y la bsqueda de fines comunes. En este sentido el cristianismo de corte paulino quizs
pueda asimilarse, en lneas generales, a un collegium o a una asociacin de artesanos.114
La presencia de esclavos domsticos cristianos entrenados en tcnicas artesanales se
vislumbra particularmente en Tesalnica, donde los paulinos recomiendan establecer un
lmite: no aprovecharse fsicamente de aquel que es un hermano.115 Podra conjeturarse a
partir de esta afirmacin que los paulinos estaran pensando en los esclavos domsticos
que son creyentes, ya que la vida digna de Dios debe manifestarse tambin en el uso
del cuerpo para esta vertiente.116 El creyente en Cristo debe saber usar su cuerpo; los
gentiles que no conocen a Dios son los inmoderados dirigidos por la pasin.
Nuevamente vemos aqu una recomendacin orientada a los propietarios y personajes
de cierta relevancia social en la temprana comunidad paulina. Pero aunque Pablo
prohbe el abuso de los esclavos convertidos, no dice nada de esclavos domsticos que
no son cristianos, situacin que deba ser bastante corriente. El consejo general paulino
en 1Tes se refiere de manera ambigua al tema de los subordinados domsticos, pues se
insta a los propietarios a vivir tranquilamente, ocupndose en sus asuntos y trabajando
con sus manos;117 en este caso asuntos (ta dia) puede referirse tanto a negocios
como a propiedades personales, entre las cuales entraran los pocos esclavos asociados
al trabajo artesanal. El asunto es espinoso, por ello la nica consigna clara paulina,
aunque sin seguridad de que se aplicara extensivamente, es la de no violentar al
subordinado convertido, pues su cuerpo (skeuos), entendido como recipiente fsico del
alma, es sede del Espritu Santo. Esto admite varias lecturas, ya que puede ser la
recomendacin a los tesalonicenses de hallar un conyugue (pues skeuos se usa en los
escritos judos tanto para referirse al propio cuerpo como al de la esposa) 118, o un
reclamo para que cada amo no abuse ms que de sus esclavos. 119 Para Glancy, Pablo
114
116
- El uso del cuerpo es central para la salvacin segn el esquema paulino. En el cuerpo se manifiesta el
Espritu. Cfr. Brown (1988:83-84); Meeks (1993:131-135); Martin (1995:168-174).
117
- 1Tes 4.10-12.
118
- Por ejemplo en Qumrn (4Q416. fr.2. 2,15 ss).
119
- Cfr. Holmes (1963:29-30); Elgvin (1997:604-619); Gaventa (1998:52). Para varios autores, Pablo
cambia de tema abruptamente en 1Tes 4.6: vena hablando de la moral sexual y pasa a la moral
econmica. Soares Prabhu (1999:1562-1563) ha apoyado esta hiptesis a partir de la observacin del
115
27
hace alusin en este pasaje de 1Tes a la actividad sexual de los padres de familia que
buscaban morales neutrales para sus usos sexuales.120
vocabulario que usa el apstol. Los verbos hyperbainein y pleonektein sugieren para l una mala conducta
econmica. Mguez (2003a:984) opina igual.
120
- Glancy (2006:59-63).
121
- Bartolom (1999a:318).
122
- Hurtado (2003:95).
123
- Hch 7. Simon (1956:39-58).
124
- Hch 8.1; 11.19-21.
125
- Fredriksen (1991:553-556) propone que Pablo toma contacto con los ncleos cristolgico-mesinicos
de Damasco. Estos estaran generando conflicto al interior de la sinagoga por su poltica de libre admisin
de gentiles. Cfr. Gager (1981:697-704); Hengel- Schwemer (1997:80-90).
126
- Hch 15.19-21. Painter (2001:32) (2004:66-73) ha propuesto que el rechazo de Pedro en Gal de
compartir la mesa con gentiles mostrara que Santiago, pese a aceptar la misin gentil, conceba a esta
como inferior a la misin juda.
28
radical dentro del partido jacobeo eran los sacerdotes y fariseos convertidos, quienes
presionaron para que los apstoles impusieran su autoridad sobre Pablo.127
Pablo en sus cartas se muestra mucho ms independiente, al estilo de un profeta
guiado por revelaciones del Dios que lo eligi.128 Siguiendo el planteo de Gal el grupo
paulino parece surgir a partir del desplazamiento de un sector de la comunidad de
Antioqua por parte del bando nomista mayoritario. Al acuerdo alcanzado con los
lderes de Jerusaln sobre la circuncisin le sigue otro conflicto sobre las comidas entre
fieles judos y gentiles. Pablo se enfrenta a Pedro, quien est interesado en conservar el
beneplcito de Santiago,129 y finalmente culmina aislado, pues incluso Bernab, su
compaero de viaje, elige someterse a los preceptos sobre la pureza que dividen a la
comunidad en el aspecto sacrificial: la celebracin de la cena del Seor.130 Pablo sale de
Antioquia, y de la rbita nomista conservadora, promoviendo un nuevo horizonte
comunitario de tipo inclusivo, donde la circuncisin y los preceptos relativos a la pureza
no eran requisitos sine qua non. Por esto coincidimos con Sze- Kar Wan en que lo que
Pablo hace es ampliar los lmites del judasmo para incluir a los proslitos y temerosos
de Dios de origen gentil en una metanarrativa de Israel; 131 no acordamos con este autor
en que dicha idea de Israel fuera opositora de la poltica imperial romana. En este
aspecto seguimos a Meeks: Pablo no asocia la perversin presente con el imperialismo
romano, aunque muchas veces utilice un vocabulario que para muchos autores sea signo
de inclinaciones antiimperiales.132 Es ms interesante evaluar ese vocabulario paulino
integrado en su esquema escatolgico, vrtice comn de todas las recomendaciones.
Pablo tiene en mente un retorno inminente de Cristo,133 por lo cual su perspectiva de
comunidades mixtas incentiva la solidaridad y la integracin de judos y gentiles en una
misma asamblea, elemento tomado de la lnea de pensamiento proftico sobre la
gentilidad redimida.134 La igualdad paulina de todos los creyentes se daba en Cristo, o
127
- Hch 15.5-6.
- Pablo considera que su apostolado proviene de una revelacin divina particular. Gal 1.15-17; 1Cor
1.1; 9.16-17; 2Cor 1.1. Cfr. Stendhal (1976:7-23); Wiley (2005:46-47).
129
- Painter (2005:143-209) presenta a Pedro como el pionero de la misin de la iglesia de Jerusaln,
Montserrat Torrents (2005:76) comparte esta postura, resaltando que Pablo contrasta su apostolado,
originado en la revelacin de Cristo, con el de Pedro, enviado de Santiago.
130
- Gal 2.11-13. Cummins (2004:161-188) propone analizar el conflicto en base a la perspectiva paulina y
a la petrina. Esta ltima sera representativa de una tradicin juda amenazada por el enemigo gentil.
131
- Wan (2000:193-196).
132
- Meeks (2003:189). Sin embargo para muchos autores el conflicto con el imperio es constante en el
NT. Cfr. Horsley (1988:160-163); Georgi (1997:148-157); Donfried (1997:215-223); Wright, N. T.
(2000:160-183).
133
- 1Tes 1.10; 1Cor 15.51-52; Flp 4.5; Rom 13.11-14.
134
- Manson (1955:1-18); Jeremias (1958:40-54).
128
29
sea en la obediencia a Cristo y sus preceptos,135 cosa que no ocurra con las
prescripciones de la Tor, la cual estableca responsabilidades rituales segn el gnero y
la condicin social. El texto de Gal 3.28 se comprende entonces como la base de la
praxis flexible de los paulinos: nada es impedimento para obedecer a Cristo; 136 esto se
completa con Rom 14.1-6, donde se vuelve a presentar la cuestin del discernimiento
como base para la conducta personal: cada cual debe atenerse a sus convicciones
(nomata) y acomodar los principios ticos cristianos a sus actividades y obligaciones.
El tiempo que resta antes del retorno de Cristo es poco y Pablo necesita justificarse en
su apostolado para ser reconocido y legitimado; esto se percibe sobre todo en 1Cor
3.10-15, donde el apstol se presenta como fundador de la comunidad corintia, y en Gal
1.6-10, pasaje que introduce el conflicto con los apstoles nomistas. La aparicin de
otros apstoles provoca que Pablo deba legitimar su accionar, fundamentalmente frente
a los nomistas que quieren imponer en los gentiles la circuncisin. Estos apstoles
representaban a la misin observante de la Ley dirigida a los gentiles, buscando
compartir con ellos el valor salvfico que atribuan a la Tor.137 Pablo vio esto como una
imposicin intil, ya que conceba a Israel como el pueblo de la promesa hecha a
Abraham cuando an era un gentil en Mesopotamia; adems perciba la aparicin de los
apstoles favorables a la circuncisin como una traicin al acuerdo alcanzado con
Santiago.138
El proyecto paulino apuntaba a un retorno a la pureza inicial de la relacin Dioshumanidad basada en la fe de Abraham, quien dej su tierra obedeciendo a Dios antes
de que existiera la Ley.139 Tatha Wiley ha sealado correctamente que para Pablo sus
comunidades reflejaban la naturaleza de la redencin, entendida como restauracin de
la creacin en su primera pureza. No coincidimos con ella cuando dice que en base a
esta perspectiva se asentaba el igualitarismo social paulino, ya que las comunidades
135
- Stowers (1988:295-311).
- Gal 3.28.
137
- Cfr. Martyn (1985:307-324); Dunn (1991:128); Wiley (2005:97-102).
138
- Estos apstoles difcilmente puedan vincularse con Santiago, aunque Matera (2000:233-245) opina
que son adherentes a las posturas del mismo. Pablo remarca el episodio del snodo de Jerusaln para
sealar que las cabezas del cristianismo nomista estuvieron de acuerdo con su modelo de prdica
evanglica. Estos apstoles que llegan a Galacia o bien desconocen esta resolucin o bien representan a
los sectores ms radicales y puristas respecto de la integracin de los gentiles a la alianza. Cfr. Gunther
(1973:59-94); Martyn (1985:323); Wiley (2005:89). Fredriksen (1991:559) propone que la llegada de los
misioneros circuncisos a Galacia se debi al incremento de gentiles en el movimiento, factor que
contribua a que muchos judos rechazaran el evangelio.
139
- Rom 4.9-10.
136
30
- Wiley (2005:132-134).
- Rom 4.13. La Ley del Sina no tiene la misma categora que la promesa hecha a Abraham. Es un
aadido posterior. Artola (1999:714); Montserrat Torrents (2005:100).
142
- Gal 3.13.
143
- En la literatura de Qumrn el texto de Dt se aplica a aquel que traiciona a Israel frente a las naciones.
Rollo Del Templo 64.1-15.
144
- Dunn (1993:175-179).
145
- Wiley (2005:134-140,162).
141
31
146
- El esclavo pagano debe ser circuncidado, sino se lo debe vender nuevamente. Cfr. Libro de los
Jubileos 15.12-13; Tratado Yebamoth 48. Una vez circuncidado no se lo puede vender, aunque no hay
seguridad de que esto se aplicara. Cfr. Documento de Damasco 12.10-11; 4Q159 frs. 2-4.1-5; Tratado
Gittin 43b-44.
147
- Cfr. Tratado Yebamoth 48b; Tratado Gittin 38b.4-12. No se cuenta al esclavo como miembro de la
sinagoga, pues no se lo considera para completar el nmero de presentes para la oracin.
148
- Cfr. Tratado Berakhot 3.3; 4.1; Tratado Hagiga 1.1. Los esclavos estn exentos de recitar la Shem,
pero deben recitar otras bendiciones durante el da; no estn obligados a portar filacterias ni a peregrinar a
Jerusaln en poca de fiesta.
149
- Dunn (1998:523-539); Gnilka (2002:251-257).
150
- Dunn (1998:432,435) plantea que el Espritu para los paulinos se manifestaba en una manera de vida
moral, para lo cual es necesario discernir.
151
- 1Cor 1.1; 2.10; 2Cor 1.1; Gal 1.1,11,15-17.
152
- 2Cor 5.16.
153
- Boyarin (1994:39-56).
32
33
eje comunitario eran las reuniones domsticas y la fraccin del pan en su forma ms
primitiva, lo cual se acompaaba con las oraciones en el Templo. Vemos entonces una
divisin del espacio ritual entre Templo y hogar que coartaba la relevancia econmica
de estos benefactores, en quienes no haba posibilidad de liderazgo carismtico.
Santiago se hace fuerte en su vinculacin al Templo,163 Pedro en su asociacin al
oikos-sinagoga de la secta mesinica. No es extrao que el autor de Hch ubique a Pedro
recurriendo, luego de su liberacin de la prisin, a la casa de Mara, madre de Marcos,
donde est reunido el sector de la asamblea fiel a su liderazgo. 164 Entre los presentes
aparece Roda, la esclava de Mara. Este personaje, que bien puede ser ficticio, encarna
la confusin de la comunidad y de alguna manera legitima el plan de apertura a los
gentiles que propone Pedro. El apstol llama desde fuera y la sierva, que lo reconoce, no
le abre la puerta, sino que va a contarlo a los orantes, que no le creen y la insultan. 165 La
subordinacin y humillacin de la esclava es manifiesta, y podra pensarse que Roda, en
caso de ser un personaje real, sera una gentil conversa que no estaba participando de la
oracin comunitaria en casa de su ama, hermana de un levita, sino ocupndose en tareas
diversas. Si consideramos a Roda una gentil no es extrao que el autor de Hch la
coloque como la primera del oikos en entrar en contacto con Pedro, recin liberado, y
creerle, cosa que no ocurre con los fieles orantes. Pese a no integrar la asamblea y a
estar limitada en sus prcticas rituales, la esclava proslita es el contacto del apstol, al
que el autor ya ha mostrado en una postura de apertura a la inclusin de gentiles durante
el episodio del centurin Cornelio.166 Esta presentacin de Pedro como el apstol que se
abre a la gentilidad podra llevar a pensar en una paulinizacin del personaje, realizada
por el autor de Hch. Las formas petrinas de actuacin en la obra dejan traslucir una
voluntad redactora de asimilacin a Pablo. Esto se ve tambin en la progresiva
asociacin de Pedro a diferentes oikoi que pasan a ser ncleos de asambleas, como el de
Mara y el de Tabit. Que Roda sea una esclava pagana convertida encaja en este
esquema. En el relato, a medida que Pedro va entrando en contacto con creyentes
provenientes de la gentilidad, va quedando marginado del poder en la asamblea
163
166
- Hch 10.
34
jerosolimitana. Su marcha a otro lugar hace pensar en una ruptura con el grupo de
Santiago y los parientes de Jess.167
El ncleo de Santiago no se asocia a ningn oikos, sino que el suyo propio parece
transformarse en una especie de sinagoga que da cobijo a los judos adherentes al
mesianismo de Jess.168 Esta rama es la menos conflictiva, dentro de lo que se
considerara el judeocristianismo primitivo, porque adhiere totalmente a los principios
de la Tor y mantiene una pureza ritual constante, incluso en sus subordinados.169
Por ltimo tenemos que considerar tambin a los nomistas itinerantes, responsables de
una misin a los gentiles que tiene por objetivo la imposicin de algunas o todas las
observancias como garanta de salvacin. Pablo se enfrenta con estos nomistas que
certifican su procedencia hebraica e intentan fusionar al ncleo paulino con el sector
observante de la sinagoga, insistiendo en lo incompleto de su formacin sin la
circuncisin. El mecanismo de estos personajes pareciera ser el establecimiento de
fuertes lazos clientelsticos a nivel local, por lo cual Pablo exclama que son
aprovechadores que solo se dedican a devorar bienes y a engrerse.170 Sin embargo,
Pablo tambin tena sus ncleos domsticos locales con figuras patrocinadoras; lo que el
apstol critica es el tipo de dependencia que generan los nomistas itinerantes. Estos
desandan el camino paulino y revinculan a los fieles gentiles con el ala conservadora de
la sinagoga a travs de una observancia a medias. Esto no implica circuncisin en todos
los casos (a diferencia del caso glata, en Corinto no es esta una problemtica
central)171, pero s supone una subordinacin etnocntrica que clasifica segn la
procedencia. Para Pablo la subordinacin a los apstoles nomistas era una
subordinacin al esquema salvfico de Jerusaln, al privilegio de los testigos del Cristo
167
- Hch 12.17. Richard (2003:715-716) ha propuesto ver a la casa de Mara como un ncleo helenista.
Pedro queda marginado por entrar en contacto con esa vertiente reformista. Cfr. Hengel (1980:92-98);
Best (1984:1-30).
168
- Hch 21.18.
169
- Hch 8.1; 21.18-25.
170
- En Gal 6.12-13 Pablo usa el participio peritemnmenoi, el cual sugiere que todos los que presionaban
por la circuncisin no eran necesariamente circuncisos. Ellos haban escuchado el plan legalista y
simpatizaban con el mismo. Por esta razn eran ellos, conversos recientes, y no los apstoles nomistas,
los que persuadan a otros a aceptar su nueva forma de vida. Esto sugiere una posicin influyente a nivel
local por parte de los cooptados. Sin embargo ninguno de los glatas gentiles que adhiri a los misioneros
nomistas pudo asumir el yugo completo de la Ley segn Pablo. Gunther (1973:82-83).
171
- No parece que el problema con los superapstoles (literalmente los excesivamente apstoles) fuera
por la circuncisin. Pablo caricaturiza particularmente a estos misioneros por su dependencia de ciertos
oikoi locales a partir de sus prerrogativas de mantenimiento. Estos individuos terminan generando ms
facciones al interior de la comunidad segn el apstol (2Cor 11.5-25). En Galacia ocurre todo lo
contrario, pues el debate no se centra tanto en la cuestin del tipo de liderazgo como en los requisitos para
la pertenencia y la salvacin.
35
carnal y observante. Pablo entenda que esa figura quedaba desplazada por el hecho
soteriolgico de la cruz.172
Para los nomistas, cualquiera sea su tendencia, la sujecin a la Ley, a su totalidad o a
una parte de ella, era la seal de la verdadera libertad. Los gentiles eran aquellos que
vivan sin Ley, y aunque conocieran a Cristo, si no aceptaban la Ley, eje de la vida de
Cristo, no podan salvarse.173 Pablo tena una experiencia de corte proftico sobre
Cristo. Su Cristo era el exaltado por medio del sufrimiento en la cruz y resucitado como
una criatura nueva, no era un observante, sino un maldito. Con esta imagen Pablo ilustra
su rechazo a los nomistas y proyecta su experiencia personal en una perspectiva
comunitaria cristocntrica donde los malditos y excluidos de la Ley se integran con los
observantes a partir del reconocimiento de una lealtad mayor igualadora.
36
37
medios para discernir o para juzgar; no disponen ni siquiera de su cuerpo, que es donde
se manifiesta Cristo.180 En esto se ve la diferencia entre el discernimiento paulino y el
nomismo: el propietario en un crculo paulino no est obligado a someter a sus
subordinados domsticos a su creencia religiosa, el proslito judo comn s, pues no
puede convivir con un pagano. En este punto Pablo pone el nfasis: cada cual adapta los
principios ticos surgidos de la libertad trada por Cristo a su situacin social y
econmica; no hay obligacin sino discernimiento.181 Los nomistas imponen la
obligacin como garanta legitimadora, coartando las prcticas econmicas y sociales en
pos de una segregacin. Los paulinos se dirigen a sectores artesanales y de pequeos
propietarios con cierta ansiedad de estatus y que, en muchos casos, mantienen una
cercana con la sinagoga sin asumir la totalidad de los compromisos legales; Pablo los
nuclea bajo un esquema de corresponsabilidad comunitaria que permite desplegar y
mantener amplias relaciones con la sociedad civil sin resquemores ni cuestionamientos.
Hay analistas como Fee (1995:192-194) y Martin (2002:110-112) que opinan que este fragmento es una
composicin prepaulina. Nosotros, sin embargo, lo analizaremos a partir del uso que le da Pablo de Tarso
en el contexto de su proyecto comunitario.
183
- 1Cor 9.19-23.
181
38
condescendencia puede haber estado dirigida a los fieles en estado de esclavitud, pero
en s su objetivo fundamental era asociar la forma de esclavo de Cristo con el hecho
de que asumi la forma humana.184 La muerte en la cruz tiene significado escatolgico
para los paulinos y se vuelve el centro de su soteriologa, opuesta a la nomista que
minimiza la ejecucin infamante. Cristo obedeci el plan del Padre y fue humillado y
ejecutado con un suplicio propio de esclavos. La cruz seala la salida de Cristo de Israel
y el inicio del perodo mesinico. La humillacin de Cristo es exaltada y magnificada
porque legitima la humillacin paulina, base de su tipo de apostolado cuestionado por
los notables nomistas.185 La esclavitud en este caso es una categora positiva, pues se la
asocia con la humildad y el sometimiento. La carnalidad de Cristo se asocia al
discernimiento pero tambin a la obediencia hacia un proyecto superior, en estos
aspectos presenta Pablo el ideal de liderazgo comunitario.
En otros pasajes Pablo hace uso de las categoras esclavo-esclavitud a partir de sus
caractersticas alienantes. El apstol piensa la conversin como una salida de la
esclavitud de los falsos dioses y de la Ley, instancias que no favorecen el
discernimiento. En Rom 6 Pablo seala la actitud activa de los hombres a la hora de
someterse a un poder o legislacin, lo que compara con la situacin de esclavitud.
Asimismo en Gal 5.13 la esclavitud se asocia con la aceptacin de parte de los gentiles
de la circuncisin. La libertad se vincula al discernimiento, a la condicin de hijo
coheredero de la promesa abrahamica. Sin embargo, esta libertad, entendida como
reconocimiento de la salvacin obtenida por Cristo, y vigente por el Espritu, debe ser
mantenida. En esto debe haber una accin voluntaria de renuncia o adaptacin de
determinadas conductas sociales y econmicas. Ser un bautizado no significa estar
justificado, sino que supone un compromiso mayor para Pablo, una conviccin interna
que debe manifestarse en una askesis concreta.186
Por ltimo, los paulinos utilizaban la esclavitud como metfora de la salvacin. El
esclavo es un alienado, un sujeto extrado violentamente de su comunidad y reinsertado
en otra donde es un extranjero sin lazos de parentesco.187 En Rom Pablo utiliz este
proceso traumtico de cambio de estatus para ilustrar la salvacin en base a la idea de la
184
- Ortiz (1999:1539). Daz Rodelas (1999:346-351) interpreta este pasaje como un contraste entre la
humildad de Cristo y la pretensin de Adn que quiso ser igual a Dios. Gupta (2010:1-16) promueve una
exgesis centrada en la nocin de rebajamiento y muerte.
185
- Pablo plantea que los apstoles son esclavos, servidores de las comunidades; de igual manera se
presenta a Cristo, sometido a los circuncisos: 1Cor 4.9-13; Rom 15.7-9.
186
- Cfr. Guemes Villanueva (1971:130-133); Dunn (1998:423-424).
187
- Patterson (1982:35-76).
39
188
40
CAPTULO 2
TEMOR Y TEMBLOR. LOS ESCLAVOS
CONFIGURACIN DEL OIKOS CRISTIANO.
EN
EL
PROCESO
DE
42
Para los grupos cristianos, el ao 70 represent una primera grieta en las relaciones
con el judasmo. Todas las vertientes cristianas sintieron hondamente la destruccin de
Jerusaln, pues era el punto de origen de la misin apostlica. 203 Sin embargo, la forma
de procesar este acontecimiento provoc en algunos grupos la conciencia de identidades
distintas del judasmo; no obstante este fue un proceso lento y fluctuante que tuvo lugar
197
- ApAb 25-27. El captulo 27 culmina con una esperanza para el futuro del pueblo.
- 2 Bar 6.1-8; 8.3-4.
199
- 2Bar 26.1; 27.1; 32.1-6.
200
- En ApAb 10 es el ngel Joel el que sirve de gua; en 2Bar 55.1-4 ss. es el ngel Ramiel. En
Apocalipsis del N.T el protagonista recibe las revelaciones de figuras anglicas. Diez Macho
(1982:329-335).
201
- Saldarini (1975:189-204); Neusner (1975:79-94;145-147;178-195).
202
- Foot Moore (1927:83-109); Neusner (1979:3-42); Segal (1986:117-141); Alexander (1999:1-26);
Chilton- Nusner (2002:11-37); Montserrat Torrents (2005: 167-172).
203
- Brandon (1959:471-477); Goodman (1999:27-38); Theissen (2002:40-41).
198
43
entre la dcada del 70 y el ao 135 d.C. 204 Las tensiones con los otros sectores de la
sinagoga no se dieron en todos los grupos a la vez, pues las comunidades paulinas, por
ejemplo, ya tenan una composicin mayormente gentil que las haba impulsado fuera
del mbito sinagogal, aunque manteniendo buenos tratos con el mismo; en otras reas
como Galilea y el sur de Siria, el conflicto fue ms complejo y la relacin con los
grupos rabnicos dificult la transicin. Frente a un judasmo en reestructuracin y
purificacin, los creyentes en Jess comenzaban a ser vistos como herejes.205
La gran cuestin para los cristianos del periodo 70-100 era su identidad, descubrir en
dnde se ubicaban en medio de un conflicto entre el mundo gentil por un lado, sus
races judas por otro y, como elemento propio, la lealtad a Cristo. El cristianismo con
amplia base gentil inclin la balanza hacia una negociacin con el imperio, negociacin
fomentada por el retraso de la parusa y la necesidad de desvinculacin de un judasmo
derrotado y, adems, tachado de rebelde.206 No obstante, otros grupos pensaban a Jess
como un judo observante, adherente a los principios de la Ley y perseguido por las
autoridades, es decir como un reformador rebelde. Estos sectores en su mayora
mantenan posturas poco solidarias con el imperio y cuestionaban la organizacin
eclesial local, pues se orientaba a los parmetros culturales y sociales grecorromanos.
La sinagoga segua siendo el marco de accin para estos cristianos, su punto de
referencia y adscripcin, ms que nada por los privilegios que les supona el
reconocerse como judos en la poca de los Flavios. 207 El conflicto era entonces interno
a la sinagoga, en cuyo interior se cuestionaba la divinidad de Jess y su mesianismo; a
nivel externo nada de esto era evidente a menos que los cristianos rompieran con la
sinagoga y fueran percibidos como una asociacin aparte.208
Ahora bien, dijimos que los escritos de este periodo presentan imgenes encontradas
segn los intereses de los autores. Algunos estn interesados en dejar constancia de la
204
44
adhesin cristiana a los principios cvicos del imperio mientras que otros, de tinte
apocalptico, se oponen a cualquier acomodamiento. No hay necesidad de pensar que
los primeros representan a comunidades y lderes locales mientras que los segundos
corporizan tendencias ms propias de itinerantes, pues hay varios casos donde se da una
mezcla de estas posturas. En general casi toda la produccin que conocemos hoy sobre
este periodo proviene de ncleos comunitarios urbanos interesados en presentar a la
asamblea cristiana como polticamente inocua y solidaria con los principios
civilizadores grecorromanos. Es as que la cuestin familiar-domstica ocupa un gran
lugar en estos escritos, y el tema de la esclavitud se asocia a esta problemtica de una
forma relevante a la hora de codificar el comportamiento de los subordinados en el
hogar. Los esclavos podan formar parte de la asamblea local y eran elementos
altamente significativos para la imagen externa de la misma.
- Para los debates sobre el origen y datacin de Col ver Lohse (1971:2-4); Bruce (1984:3-16); Mora
Paz (1999:1545-1547); MacDonald (2008:6-9); Moo (2008:25-45).
210
- Col 3.10-11.
211
- Col 4.6.
212
- Lincoln (1999:102).
213
- Col 1.9-10.
214
- 1Tes 2.12.
215
- Gil Arbiol (2010:258) denomina a este periodo del paulinismo (70-100) fase de estabilizacin, en el
cual nuevas inquietudes y situaciones obligan a los grupos a desarrollar nuevas respuestas que amplan el
universo simblico.
216
- MacDonald (1988:104-105); Glancy (2006:141).
45
- Aguirre (1987:119) seala que Pablo durante su misin haba hecho de la casa una plataforma
misionera, por lo cual no es extrao que los deuteropaulinos desarrollen y codifiquen ese espacio con una
tica ms marcada como aparece en los cdigos domsticos; DAngelo (1994:315) habla de la
cristianizacin de los miembros del hogar a travs de los cdigos. Varios autores han debatido el
significado y la proveniencia de estos cdigos, resumiendo las diferentes posturas historiogrficas sobre
el tema: Crouch (1972:120-122); Balch (1981:1-10); Lincoln (1999:93-94, 100-102).
218
- Col 3.18-19.
219
- Col 3.20-21.
220
- Col 3.22- 4.1.
221
- Col 1.18; 2.10 y 19.
222
- Col 2.9-23 deja en claro que los gentiles convertidos de la comunidad no se circuncidan ni se rigen
por prcticas ascticas o legalistas. Martin, T. (1995:249-255) ha propuesto que las prcticas aqu
criticadas eran las realizadas por los cristianos de Colosas. El autor las menciona para marcarlas como
impropias de la asamblea de los santos.
223
- Martin (2005:234-239) desarrolla este concepto como parte de una estrategia de avance social.
46
228
Esto se ve claramente en la
descripcin de los deberes de los amos: dar a los esclavos lo que es justo y equitativo, es
decir recompensar sus actos de justicia en el microcosmos del oikos y hacerlos as
partcipes indirectos de su herencia personal. Manumitir a un esclavo cristiano sera
224
- Crouch (1972:124-145). Schussler Fiorenza (2000:251-259) cree que Col incluye al par amo-esclavo
a fin de corregir la declaracin bautismal de Gal 3.28 y justificar el orden patriarcal. Por su parte,
Theissen (2003:187) propone que las supuestas insubordinaciones de esclavos se deben a una errnea
lectura de Flm.
225
- Ya hemos visto en el captulo 1 que el pasaje de 1Cor 7.21 genera controversia por la traduccin de
mallon jrsai.
226
- No hay evidencia de las actitudes que Crouch atribuye a los esclavos cristianos en pos de la obtencin
de la manumisin. En esto coincidimos con Lincoln (1999:95-98).
227
- Standhartinger (2000:127).
228
- Harrill (2006:113) cree que la recompensa del esclavo puede ser un tratamiento ms benigno de parte
del amo; sin embargo Martin (1990:29) propone que los esclavos con capacidades administrativas podan
aspirar a establecer un vnculo del tipo patrn-cliente con su amo. Veremos que en los textos evanglicos
la recompensa del esclavo se asocia a responsabilidades adicionales dentro de la administracin del hogar
o negocio particular siempre y cuando demuestre sus cualidades.
47
- Col 3.5.
- Col 3.6. Glancy (2006:143-144); Osiek-Balch (1997:188-189) interpretan que la epstola no acepta
amos abusivos y violentos.
231
- Los creyentes de Colosas no estaban circuncidados (Col 2.11 y 13) y evitaban el sbado y las
prescripciones alimenticias (Col 2.16). La muerte de Cristo aboli claramente la Ley para el autor de la
epstola (Col 2.14-15).
232
- Col 2.16-23. Curiosamente las figuras anglicas se asocian a perspectivas apocalpticas.
233
- Hemos visto en el captulo 1 que el poseedor del Espritu era para Pablo un individuo con capacidad
de discernimiento y accin; por esto mismo los esclavos no eran considerados miembros plenos de las
asambleas. Dunn (1998:434-439).
234
- Lo que si ocurra en las cartas originales de Pablo: Gal 5.1 y 13; Rom 8.21.
235
- Col 1.18; 2.10,19.
230
48
236
49
Estos cambios en las iglesias paulinas de Asia Menor y el norte de Grecia no fueron
un fenmeno aislado, sino que se integran en un proceso ms amplio de reconfiguracin
de las comunidades cristianas producido por la desaparicin de la primera generacin
apostlica y la toma de Jerusaln. Es as que el Evangelio de Marcos (de ahora en
adelante Mc), producido durante la dcada del 70 en Antioqua de Siria, o en una zona
aledaa (muy probablemente en el norte de Palestina),239 tambin discute las
problemticas coyunturales de las comunidades mirando al oikos cristiano y a las
relaciones domsticas como puntos nuevos de referencia. Para analizar esto es til tener
en cuenta que la comunidad de Mc, pese a tener un gran nmero de gentiles, an se
comprenda dentro de la sinagoga,240 diferencia fundamental con los paulinos. Hay una
relacin tensa con la matriz juda, que se expresa en debates sobre la figura de Jess y
su pretensin de mesianismo. A diferencia de los cristianos de Col, los marcanos no
saben nada de la preexistencia de Jess y postulan ms bien un modelo adopcionista con
eje en la pasin-resurreccin. Para Mc Jess es el Hijo de Dios desde el inicio de su vida
pblica.241 Aqu se ven tendencias encontradas respecto al rol del espacio domstico y
sus integrantes en el esquema comunitario. Por un lado encontramos una inclinacin
marcana muy evidente a criticar a la familia carnal de Jess que, junto con los
discpulos, representaban a la comunidad de Jerusaln. En varias oportunidades estos
parientes se hacen presentes y Jess reniega de ellos.242 Un primer concepto claro en la
comunidad marcana es que la familia puede traicionar, por lo cual la cristianizacin del
oikos an no parece un objetivo, pues la traicin viene incluso de quienes comparten la
mesa.243 Sin embargo hay otros casos en los que el Jess de Mc restaura la concordia
domstica a travs de curaciones,244 o sanciona normas de comportamiento tico que
239
- Cfr. Kee (1977:100-105); Vaage (1998:12-15); Roskam (2004:94-114). Otros como Perkins
(1995:517-518) an mantienen la idea del origen romano.
240
- Weeden (1971:21). Roskam (2004:197-199) opina que esto es a fin de negar las acusaciones de
subversin que apuntan a los creyentes como seguidores de un rebelde antirromano; Montserrat Torrents
(2005:213). No opinan igual Burkill (1963:117-142), Keck (1965:341-344) y Theissen (2002:41-43).
241
- Cfr. Perkins, P. (1995:534-535); Montserrat Torrents (2005:217-218).
242
- Mc 3.20-21 y 31-35; 6.3-4. El autor de Mc asocia a la familia de Jess con los lderes de Jerusaln
segn Crossan (1973:81-113) y Montserrat Torrents (2005:213-215).
243
- Mc 14.18.
244
- Mc 1.29-31 (la suegra de Pedro); 5.1-20 (el endemoniado de Gerasa); 8.22-26 (el ciego de Betsaida);
9.14-29 (el endemoniado epilptico trado por su padre).
50
ataen a los roles domsticos de hijos y de cnyuges.245 Honrar a los padres y ser fiel al
esposo o a la esposa son normas fuertemente impuestas y sobre las que se instaura la
polmica con la sinagoga a partir de la interpretacin que el autor de Mc hace de ellas.
El debate por el korbn (sacrifico u ofrenda) y por el repudio de la esposa, autorizado
por Moiss (Dt 24.1), se inscriben en una disputa acerca de la consolidacin del ncleo
familiar. Los cristianos marcanos endurecen los preceptos relativos a la vida domstica
familiar a fin de promover la cohesin del oikos cristiano.246 En este sentido se alinean
con los paulinos.
Las rispideces y debates antes mencionados nos sealan que Mc est dando cuenta del
inicio de una transicin entre los carismticos itinerantes y los centros locales.
Hablamos del inicio de la transicin pues Mc retrata un Jess que tipifica un tipo de
itinerancia discreta y asctica, sufriente. Es por esto que la orden de silencio que imparte
Jess en este evangelio puede ser identificada como una tctica de estos misioneros, 247
que se instalan en ciertos hogares y desde all imparten sus enseanzas. Los creyentes
en Jess deben evitar la manifestacin pblica de su fe por el peligro que eso puede
acarrearles, sobre todo al interior de la sinagoga, donde ya parecen ser mirados con
ciertas reservas.248 Como dice Theissen: Si la manifestacin progresiva del secreto
cristolgico dentro del mundo textual del Evangelio de Marcos entraa un peligro cada
vez mayor para Jess, la manifestacin de la identidad cristiana entraa una amenaza
existencial dentro del mundo social del Evangelio de Marcos.249 Para Mc es un deber
moral que los creyentes locales reciban a los enviados de Cristo con muestras cordiales
de hospitalidad,250 pero eso supone que toda la casa es cristiana? Siguiendo a Vaage
podemos aventurar la hiptesis de que la casa es en Mc un espacio subversivo o utpico
en donde vive quien sigue a Jess despus de haber salido del mundo. 251 La casa es, y
245
51
255
- Rm 15.24; 1Cor 16.5; 2Cor 13.1; Flm 22.
256
- Mc 13.22. Weeden (1971:73-81).
257
- White (2007:298-302) seala que el autor de Mc corrige en el captulo 13 las expectativas
apocalpticas de un sector de su audiencia al hacer decir a Jess que la guerra y la destruccin del Templo
son solo el comienzo de los dolores de parto, pues la venida escatolgica se dar en su generacin ( Mc
9.1; 13.30).
253
52
suponer esto son varias a nivel del argumento narrativo de Mc: estos personajes
malinterpretan el mesianismo sufriente de Jess, se muestran violentos en el momento
del arresto y huyen asustados en el momento final, 258 es decir, abandonan a Jess y sus
enseanzas.259
As como los esclavos deben velar por la llegada del seor y, a la par, continuar con
sus actividades asignadas, as las comunidades locales en las que piensa Mc estn
viviendo prcticamente sin visitas carismticas y ancladas en una fe celular, empujada a
lo ntimo del hogar. Sin embargo los marcanos, a diferencia de los paulinos de Col, an
estn dentro de la sinagoga y deben cuidar sus relaciones con esta por medio del secreto
de su fe mesinica. Se le pide a los creyentes locales poco contacto con el mundo
circundante y una actitud de honor hacia el matrimonio, los padres y los nios. Esta
comunidad es depositaria de la revelacin del misterio del Reino, revelacin dada a los
de dentro, por oposicin a los externos. 260 Lo privado adquiere relevancia creciente en
Mc, y el espacio privado es el hogar. Administrar ese hogar ser la tarea de los creyentes
afincados hasta que Jess vuelva. Es por esto que no hay relatos de apariciones del
resucitado en Mc, sino solamente la constatacin de que su cuerpo no est y la palabra
de los ngeles que confirman la resurreccin. 261 Weeden propone que esta tradicin
anti-apariciones no solo buscaba desacreditar a los apstoles (ahora convertidos en
no-testigos) sino tambin mantener en vilo a la comunidad y evitar que se distraiga en
una fe exaltada.262 As como los paulinos de Col eliminaban la figura paulina del
Espritu de discernimiento a fin de garantizar una mejor insercin social y cvica del
creyente y sus subordinados domsticos, as los marcanos pasan por alto las historias de
apariciones, conflictivas por su carcter de visiones y por tener significado jerrquico al
258
- Mc 6.52; 8.32-33; 9.32; 10.32-34; 14.27, 47-50. Posiblemente el autor de Mc vincula a los cristianos
de Jerusaln (parientes de Jess) con la Guerra Juda. White (2007:292-293) propone esto al analizar la
leyenda de la huida de la comunidad de Jerusaln a Pella previo a la guerra. Cfr. Simon (1972:3754);
Verheyden (1990:368-384).
259
- Los discpulos en Mc no entienden correctamente el mesianismo de Jess y sus actos. Tyson
(1961:261-268) interpreta esto como una muestra de desacuerdo con el grupo cristiano-nomista
observante de Judea y su rechazo a la misin gentil; Rhoads- Dewey- Michie (2002:127-135) creen que
los discpulos reproducen el comportamiento opresivo de las autoridades a nivel interno de la asamblea;
Weeden (1971:23-100) va mas a fondo con su hiptesis y propone que la presentacin negativa de los
discpulos en Mc se debe no a un hecho real del pasado que el autor conoca, sino a una invencin a fin de
ridiculizar a sus enemigos locales que se jactan de ser portadores de un poder apostlico. El Jess de Mc
previene esto al sealar que aparecer gente con excitacin apostlica clamando ser Jess mismo.
Theissen (2002:47-48) aventura que las crticas de Jess a sus discpulos en este evangelio pueden
comprenderse como una alineacin del autor con los lderes locales en contra de los carismticos.
260
- Kee (1977:93-96); Aguirre (1987:75-76).
261
- Mc 16.1-8. El evangelio culmina con Mara Magdalena y sus compaeras huyendo del sepulcro y
guardando silencio sobre el anuncio del ngel. Como en Mc 10.32, el autor remarca el miedo de las
discpulas. Cfr. Crossan (1998:244-250); Vena (2002:58); De Jong (2008:123-149).
262
- Weeden (1971:101-117).
53
resaltar figuras apostlicas con autoridad.263 Mc quiere una prctica local cristiana no
conflictiva, privada y alerta. No obstante, los esclavos como individuos afectados por
esa cristianizacin no son objeto de su atencin, pues estamos hablando de una etapa
muy primaria del armado del ncleo cristiano domstico en el norte de Palestina- sur de
Siria. Ser la comunidad productora del Evangelio de Mateo (Mt), originaria de la
misma zona y lectora de Mc, la que avance sobre el tema del esclavo cristiano y su rol
hogareo.
- El fragmento de Mc 16.9-20 se agreg entrado el siglo II. Vena (2002:51-66) propone que este final
remite a una comunidad que ya no vive con ninguna expectativa de parusa inmediata, sino que recurre al
bautismo y la fe como mecanismos de incorporacin a la asamblea.
264
- Cfr. Boring (1995:105); Leske (1999:1141); Theissen (2002:53); White (2007:303-305).
265
- Sobre la fuente Q y su relacin con los evangelios hay mucha bibliografa, entre la que destaca
Williams (1988:85-114); Downing (1994:3-26); Vaage (1995:81-103); Guijarro Oporto (2004:29-36);
Kloppenborg (2005:215-250).
266
- Mc 5.17-19. Hagner (1997:22-24); Montserrat Torrents (2005:226-228).
267
- Sim (1995:36); en esto sigue la postura de Saldarini (1991:38-61). Aguirre (1993:233-249) ofrece un
resumen de las diferentes posturas sobre la relacin de la comunidad de Mt con el judasmo.
268
- Cousland (2002:288); Carter (2007:89-96).
269
- Mt 1.23; 2.6,15,17,23; 3.3; 4.13; 8.17; 12.17-21; 13.35; 21.4; 26.56. Theissen (2002:67-68); Levoratti
(2003:276-277).
54
55
descritas como reales y comunes. Esto nos lleva a buscar lneas de anlisis que vayan
ms all de la mera estructura de premios-castigos que salta a primera vista en los
relatos mateanos sobre siervos. Tres son las parbolas que tienen protagonistas esclavos:
la historia del siervo despiadado,278 el relato del esclavo aprovechador y el prudente, 279 y
la historia de los talentos repartidos.280 Glancy ha visto en estos textos historias de
esclavos triunfadores, evidencia de que la esclavitud era una ruta positiva de avance en
el mundo antiguo.281 Si bien esto es cierto, hablar de douloi triunfadores es algo
extremo, pues hemos visto que la cristianizacin del espacio domstico en las dcadas
del 70-80 era un proceso que poda alterar la idea del xito de los esclavos urbanos
familiares y limitar sus prcticas. En Mt vemos que los siervos toman las riendas en
varios asuntos que les conciernen: sus negocios y sus obligaciones domsticas. Los
esclavos son puestos a prueba por el amo y se les pide cuentas de sus actitudes y sus
negocios. El oiketes que falla en la prueba es separado-expulsado. 282 Esto parece apuntar
al proceso de cristianizacin domstico. Vimos que la comunidad de Mc era una
comunidad de expectantes temerosos pero an no inmersos en una vida de casa
codificada en base a la fe mesinica. Mt habla de separacin de los miembros renegados
y su despojo de beneficios tales como negocios y responsabilidades importantes. El amo
es una figura muy presente en el relato de Mt, por contraposicin a Mc donde era un
absentista. En el caso del siervo despiadado, solo en este caso, el esclavo es entregado a
los torturadores.283 Esto ocurre porque infringe la tica patriarcal, presente en el ejemplo
del rey-amo, cosa que en los otros casos no se da, pues los siervos simplemente son
probados en sus capacidades de fidelidad. Harrill habla de una personalizacin del
oiketes en Mt, pues las parbolas abogan por la internalizacin de los deseos del amo.284
El siervo despiadado de Mt 18.23-35 vio actuar al rey y debi emular su accionar; al no
hacerlo es castigado, pues ya ha recibido una instruccin moral previa. En el caso del
esclavo encargado y del esclavo poseedor de un talento su prueba falla y se les quita la
confianza, tachndolos de disimuladores y arrojndolos a la oscuridad. Claramente estos
subordinados no han aceptado la moral domstica cristiana de obediencia y solidaridad
y se los separa del conventculo domstico de creyentes en Jess. Por contraposicin, el
278
- Mt 18.23-35.
- Mt 24.45-51.
280
- Mt 25.24-30.
281
- Glancy (2006:114).
282
- Los verbos usados son dixotomo en Mt 24.51 y ekbllo en Mt 25.30. El primero remite a la idea de
corte, de separacin de una parte; el segundo significa expulsar.
283
- Cfr. Crossan (1974:17-62).
284
- Harrill (2006:23).
279
56
291
- Mt 10.24-25.
286
57
del centurin obedece la orden de Jess as como su amo obedece la de sus superiores.
El amo da el ejemplo y su fe, enmarcada en una estructura domstica jerrquica,
devuelve la integridad fsica al esclavo.292 Por oposicin, el siervo despiadado no sigue
el ejemplo del amo-rey en la cuestin del perdn de la deuda. Que el amo sea un gentil
en el episodio del esclavo del centurin no es un dato menor. La comunidad marginal
mateana mantiene una relacin compleja con los gentiles, pues ha sufrido a manos de
los mismos.293 El resultado fue su aislamiento del mundo pagano, en el que, no obstante,
se ve justicia y temor de Dios,294 pero tambin se observa corrupcin y un acuerdo con
los lderes judos para ocultar la resurreccin.295 Tanto el centurin de Cafarnaum como
la mujer cananea no estn en el plan de evangelizacin de la comunidad mateana. 296
Jess no entra en sus casas, sino que ellos van a l a pedir una gracia para su familia. En
ambos casos se les concede el milagro por su fe y su humillacin.
El oikos judeocristiano en Mt es un oikos ms consolidado que el marcano, atento al
ejemplo del cabeza de familia y regido por estrictas normas de conducta. 297 Sin
embargo, puede haber escisiones y castigos para quienes no internalicen la nueva moral,
la cual depende cada vez ms de los ncleos locales que de los itinerantes. Estos
itinerantes an presentes deben ser fieles cumplidores de la Ley y practicantes efectivos
de los preceptos de la misma, sino no tienen cabida en las ekklesiai mateanas. Estas
comunidades no esperan la parusa inmediata y proponen una insercin en el mundo ya
no disimulada como en Mc, sino abierta, en la que se proclame lo enseado y los de
fuera vean las buenas obras de los adeptos y reconozcan su justicia.298 Los de fuera son
concretamente el tronco central del judasmo rabnico, reorganizado en el norte de
Palestina.
292
- Este relato del esclavo del centurin conocer otras versiones en el Evangelio de Lucas (7.1-10) y en
el Evangelio de Juan (4, 46-53), adaptadas a contextos diferentes que exploraremos ms adelante.
293
- Josefo relata los reclamos y acciones antijudas en Antioqua de Siria hacia el fin de la Guerra Juda,
cuando los habitantes de la zona pidieron a Tito que revoque los derechos de los judos (La guerra
7.103-104,108-111). La situacin juda en Antioqua, y en Siria en general, se complic con la guerra
juda, por lo cual no es de extraar que la comunidad de Mt haya experimentado violencias en su historia
previa. Sim (1995:35-39); Carter (2007:69-71).
294
- Mt 27.14, 19, 24, 54.
295
- Mt 28.11-15. Este relato solo se encuentra en este evangelio.
296
- Carter (2004:273-274) analiza el episodio del centurin junto con el de los magos de oriente (Mt
2.1-12) y el de la mujer cananea (Mt 15.21-28), proponiendo que el autor, a travs de estas
individualidades, quiere anticipar el propsito escatolgico de Dios, que incluir a las naciones. Sim
(1995:19-30) no cree que estos episodios sean evidencia suficiente para sealar una apertura a los
gentiles, pues en Mt se los tacha de irreligiosos y se aconseja evitar su contacto.
297
- Es de remarcar que el autor de Mt no toca el tema de la circuncisin. Esto puede ser porque se da por
sentado que se practica, como opina Sim (1995:44-46), o porque es indiferente su realizacin. Boring
(1995:98).
298
- Mt 5.16; 10.26-33.
58
que
nos
sigue
dando
informacin
sobre
las
comunidades
- La ubicamos hacia fines de la dcada del 80 siguiendo a Fernandez Ubia (2009:71). Cfr. Davids
(1988:3622-3625).
300
- Cfr. Goodspeed (1937:291-295); Shepherd Jr (1956:40-51).
301
- En Sgo no se habla de ekklesia, sino de sinagoga (2.2), igual que en Apocalipsis y en las cartas de
Ignacio de Antioquia. Cfr. Zetterholm (2005:91-100); Robinson (2009:72-76, 89-92).
302
- Sgo 3.1; 5.14.
303
- Sgo 3.1, 13-18.
304
- Sgo 2.14-26.
305
- Cfr. Boring (1995:95); Levoratti (2003b:1095-1096).
306
- Sgo 2.6; 5.4. Miguez (1998:90-95) ha propuesto ver en Sgo la crtica a un sistema jerrquico
clientelar al interior de la asamblea.
307
- De hecho no hay ninguna exclamacin cristolgica en la epstola. Johnson (1998:180-181); Levoratti
(2003b:1093).
308
- Sgo 2.25. Cfr. Reicke (1964:35); Johnson (1998:199).
59
- No se sabe si est dirigida realmente a los efesios. Mitton (1973:3); Van Roon (1974:3-4); White
(2007:334-335). Theissen (2003:188-190) argumenta a favor de la destinacin a los cristianos de feso.
310
- Ef 4.11. Foulkes (1963:117-120) y Huged (1973:160) proponen ver en la lista de cargos una
convivencia entre itinerantes y poderes locales.
311
- Seguimos a White (2007:314) al considerar que Lc-Hch fueron obras escritas en Asia Menor, no en
Roma. Hay quienes las hacen propias del cristianismo romano: Theissen (2007:97-99).
312
- Mount (2002:111-131) analiza el texto de Hch sobre la visita de Pablo a feso y sus recomendaciones
a la luz de las realidades de las comunidades paulinas de la dcada del 80.
313
- Cfr. Arens Kucherlkorn- Diaz Mateos- Kraft (1999:1682-1683); Foulkes (2003:1181-1182); White
(2007:352-354).
314
- Ap 1.11. Cfr. Weiss (1997:46-73).
315
- Ap 2.2. Cfr. Hoyos (1957:134-142).
316
- Ap 2.9; 3.9.
317
- Ef 4.12.
60
- Los cristianos paulinos de Asia Menor han aminorado el conflicto entre las vertientes juda y gentil
del movimiento, defendiendo por encima de ellas la idea de unidad e insercin en el mundo. Cfr. Lee
(1956:36-50); Barth (1959:39-50); Montserrat Torrents (2005:243).
319
- Cfr. White (2007:362-363). El conflicto en Asia Menor no parece darse por la existencia de una
persecucin, sino por distintas formas de prcticas sociales entre grupos cristianos. Cfr. Friesen
(1995:229-250). Los judeocristianos apocalpticos y los paulinos no eran las nicas vertientes cristianas
en Asia Menor, pues tambin se menciona a nicolatas y adoradores de Juan Bautista. Cfr. Raisanen
(1995:1602-1622); Wall (2002:260-263); Richard (2003:734).
320
- Ap 2.20.
321
- Ef 2.11-13; Hch 15.23-29. En Hch 21.21 nos encontramos con que la misin de Pablo ha variado los
requisitos de integracin incluso con los creyentes judos.
322
- las almas de los que fueron decapitados por el testimonio de Jess y la palabra de Dios Ap 20.4
323
- Cfr. Hengel (1980:35-39); Barrett (1999:515-534); Wall (2002:5-11).
324
- Ef 5.21-33; 6.4, 9.
325
- Ef 5.26.
61
- Ef 4.5.
- Ef 5.26-29.
328
- Ef 6.5-9.
329
- Standhartinger (2000:127-129).
330
- Ef 4.3-7. Schlier (1991:250) ve el versculo 7 en contraste con la seccin anterior, pues la diferente
distribucin de la gracia de Cristo podra atentar contra la unidad.
331
- Lc 8.1-3; Hch 4.36-37; 9.36; 12.12; 18.1-3.
332
- Theissen (2007:127-133).
333
- Theissen (2007:130-131).
327
62
2Tes, pues impuso una moral econmica capaz de crear lazos intracomunitarios y de
favorecer la unidad. Trabajar para mantenerse y adems integrar y sostener al necesitado
(pobres, viudas, hurfanos) era una clave para la consolidacin del liderazgo local. 334
Ese liderazgo naca del oikos, de la familia extensa. Ef lo sabe y tambin lo sabe el autor
de Lc-Hch. En este ltimo, aunque se privilegia a la familia en la fe, la condena a la
familia carnal no es tan tajante.335 Encontramos as breves episodios sobre oikoi con
esclavos, relatos en los que se resalta fundamentalmente el papel del amo: la parbola
del esclavo que trabaja en el campo y regresa a su casa para servir al amo, 336 la historia
del esclavo administrador vigilante en ausencia de su seor,337 y el relato del esclavo del
centurin.338 En los tres casos el amo tiene sus obligaciones laborales y los esclavos
deben acomodarse a su voluntad a fin de salvaguardar la estructura jerrquica y la
propiedad. Es por eso que el siervo que trabaja en el campo durante el da debe servir a
su amo al volver; de igual manera el esclavo administrador debe respetar las raciones de
los otros y velar por el bien de la propiedad en ausencia del amo; el esclavo enfermo del
centurin debe responder a la orden de curarse, emitida por un superior. En dos de los
tres casos los siervos reciben una recompensa, ya sea en un cargo mayor, ya sea en el
retorno de la salud fsica. Solo en la historia del esclavo agrcola que tambin hace las
veces de domstico la conclusin es ms parca: no hay recompensa por hacer lo que es
obligacin personal.339 El doulos no recibe ningn agradecimiento por sus acciones
correctas en lo que concierne a lo cotidiano. Lo que se premia es la confianza
depositada en el esclavo administrador de bienes, que tiene una categora y un poder
domstico distinto, basado en una mayor intimidad con el propietario.340 Es por esto que
debe ser castigado si no acta acorde a la voluntad del amo, cuyos deseos debe
conocer.341 El propietrio es la cabeza de toda la estructura del oikos y de la ekklesia
paulina. Por esto Ef pide a los notables locales examinar lo que agrada al Seor,
comprender su voluntad,342 la cual se manifiesta en un tipo de vida domstica controlada
334
- Ef 4.28.
- La familia de Jess se presenta a una luz ms positiva en los captulos de la infancia ( Lc 1-2) y se la
muestra unida al movimiento en Hch 1.14. Los pasajes acerca de la primaca de la familia espiritual y la
oposicin de la familia biolgica no desaparecen: Lc 8.21; 9.59, 61; 11.27-28; 12.52-53; 14.26; 21.16.
336
- Lc 17.7-10.
337
- Lc 12.37-38, 42-48.
338
- Lc 7.1-10. Para Abogunrin (1999:1289) y Mora Paz- Levoratti (2003:562) estos versculos contienen
admoniciones para la jerarqua.
339
- Cfr. Blomberg (1990:260-262); Hultgren (2002:247-251).
340
- Hultgren (2002:157-171); Glancy (2006:107-113). El esclavo del centurin tambin parece gozar de
intimidad, pues se dice que es muy querido para su amo; las razones de tal cario se ignoran, aunque
podra suponerse que es un nio (el texto usa el vocablo pais).
341
- Lo mismo ocurre con los esclavos del rey en la parbola de las minas. Lc 19.11-27.
342
- Ef 5.10.
335
63
donde todos los integrantes deben reconocer a sus superiores. En cierto sentido la
relacin amo-esclavo refleja la del lder local-Dios. La figura del carismtico va dejando
lugar a una estructura alternativa de poder.
El autor paulino de Lc-Hch integra diversas fuentes en su obra a fin de armonizar las
divisiones socioculturales existentes, pero no siempre tiene xito en su empresa. 343 Esto
seala que las comunidades paulinas siguen siendo amplias y conciliadoras hacia los
aos 90, afirmando que Cristo de dos pueblos hizo uno.344 Theissen definir este trabajo
de sntesis como bsqueda del equilibrio.345 El autor de Lc-Hch muestra a sus
personajes como fieles observantes de las prescripciones legales judas, ms que nada
visibles en los relatos de la infancia, entre los cuales encontramos incluso el episodio de
la circuncisin de Jess;346 por otro lado, Pablo se declara ciudadano romano y rompe
con los judos varias veces para ir a predicar a los gentiles. 347 Este nfasis en una misin
paulina iniciada en la sinagoga (lo que bien puede ser verosimil) supone un dilogo con
la institucin sinagogal asitica.348 Ya existe una voluntad cristiana de excluirse de la
sinagoga, voluntad que se refuerza en la idea de la anulacin de la Ley por el sacrificio
de Cristo.349 Sin embargo, la tensin sigue vigente, pues el autor de Hch presenta a
Santiago recriminndole a Pablo que ensea a los judos que viven entre los gentiles que
se aparten de Moiss, que no circunciden a sus hijos y que no observen las
tradiciones.350 Entre Juan Bautista, Jess, Pedro y Pablo se da una progresin en la que
las observancias judas son vistas como elementos iniciales que, fundamentalmente,
estn destinados a silenciar polmicas referidas al origen de Jess y a su calidad de
judo. Son Pedro y Pablo, impulsados por el Espritu, los que innovan y se acercan a los
gentiles y a Roma. En Hch ya no es la demostracin de judasmo lo que legitima al lder
en los captulos finales, sino que la legitimidad viene por el estatus: Pablo se presenta
como ciudadano romano, ttulo que le facilita la misin. El ejemplo ms claro se ve en
el episodio de Filipos en el que Pablo, al exorcizar a una esclava oracular se gana la
animadversin de sus amos, que lo acusan de judo y amotinan al pueblo contra el
343
- Mount (2002:147-148) cree que el autor de Hch est falto de categoras historiogrficas para describir
la diversidad del movimiento cristiano primitivo en sus fuentes.
344
- Ef 2.14. Cfr. Barth (1959: 39-50); Barth (1991:165-173).
345
- Theissen (2007:102-103).
346
- Lc 2.21.
347
- Mount (2002:103-104). En sus cartas originales Pablo no reconoce su categora de ciudadano
romano. Es el autor de Hch quien le otorga este ttulo, que aparece en tanto Pablo rompe con los judos
para ir a los gentiles. Cfr. Van Minnen (1994:43-52).
348
- Cfr. Nogueira (1998:129-130).
349
- Ef 2, 14.
350
- Hch 21.21.
64
apstol. Luego de azotarlo y ponerlo en la crcel, Pablo les revela que es ciudadano
romano; las autoridades, temerosas, lo liberan y el sigue en la ciudad un tiempo mas. 351
Vemos aqu una reorientacin del liderazgo cristiano paulino, ahora legitimado por su
estatus. El lder que discierne ya no es un observante de la Ley, sino que es un
propietario urbano con recursos y capaz de obligar a toda su casa (incluidos los
esclavos) a adoptar el cristianismo. 352 En este punto es interesante considerar que en
Hch los colaboradores y conversos paulinos son gente de mayor estatus que los
mencionados en las cartas originales del apstol.353
Se ha configurado un hogar cristiano solidario con el imperio por cuestiones de
insercin social y cvica, pero, sin embargo, en relacin cordial, la mayor parte del
tiempo, con la sinagoga.354 Este equilibrio se refleja a nivel domstico, pues la consigna
de Ef para iniciar el discernimiento es miren atentamente cmo viven. 355 El
amo-propietario no debe embriagarse y as perder el control, sino llenarse del Espritu,
es decir, efectivizar su autoridad interna.356 Los esclavos de estas familias urbanas deben
obedecer y contentarse con ser depositarios de la confianza del amo, sobre todo en
materia econmica. Este no es un detalle menor, pues la nocin de administrador fiel e
integrado en los proyectos del amo instala a los dependientes domsticos como piezas
referenciales en el oikos cristiano. Podrn no estar siempre bautizados, pero s estaban
cristianizados y se les exiga ser modelos de sumisin para los externos.
Ap nos brinda la contraimagen de la organizacin paulina. Para el autor de este texto,
tambin producido en Asia Menor hacia las dos ltimas dcadas del siglo I, la
configuracin comunitaria en base a conventculos domsticos urbanos es un mal signo,
pues rompe la solidaridad sinagogal a la que los judeocristianos estaban originalmente
adscriptos. Es por esto que el autor de Ap llama a sus opositores sinagoga de Satans,
aquellos que se proclaman judos y no lo son. 357 Est hablando claramente de
secesionistas que han alcanzado su propia organizacin. Los cristianos nomistas a los
que se dirige Ap no solo siguen vinculados a la sinagoga, sino que reivindican a los
351
65
mrtires de la Guerra juda y a aquellos que dieron testimonio de Jess.358 Es por eso
que en base a esta fuerte impronta juda exigen a los gentiles que observen los
mandamientos noquicos,359 aspecto en el que los paulinos han comenzado a ser ms
laxos en varias iglesias asiticas.360
Para Ap cimentar la comunidad en base a la familia local y al incipiente liderazgo de
sus cabezas es sinnimo de amoldarse al imperio. Es por esto que el autor identifica al
falso profeta (Pablo?) como promotor de la Bestia (el imperio), 361 pues hace que todos:
pequeos y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos se hagan la marca con el
nombre de la bestia o con la cifra de su nombre. 362 Esto remite a la tolerancia y al
respeto por el culto imperial en las ciudades asiticas, sobre todo en aquellas donde
Domiciano y sus antecesores tenan templos oficiales (el lugar del trono de
Satans)363. El que tiene la marca de la Bestia puede comprar y vender, es decir que
puede moverse libremente (aqu hay una crtica a los paulinos pues se dicen judos ya
que pagan el fiscus judaicus, pero no participan de la sinagoga y toleran el culto idlatra
de los emperadores Flavios)364. Es por esto que el autor se opone a la familia, pues crea
lazos carnales que llevan a priorizar la supervivencia y, con ese fin, negocia con
Satans.365 En la estructura familiar se ha terminado el don proftico que permite
discernir,366 pues ahora todos van en conjunto detrs de algunos lderes que se arrogan el
control de la disciplina moral y comienzan a ser reverenciados (de aqu que dos veces
en Ap se corrija al vidente cuando quiere adorar a intermediarios) 367. La sinagoga
358
Ap 19.18.
363
- Ap 2.13.
364
- Cfr. Kraybill (1996:15-31). Harland (2000:99-121), sin identificarlos con los paulinos, presenta a los
opositores del autor de Ap como cristianos participantes en asociaciones cvicas fundamentalmente a
travs de sus actividades comerciales o artesanales.
365
-Segn Nogueira (1998:135) en Ap 2.20-23 el autor del texto est criticando la tica sexual
matrimonial y familiar paulina, contraponindola con su rigurosa ascesis proftica.
366
- En Ap 19.10 el autor seala que el testimonio de Jess es el espritu de profeca, que l posee ( Ap
10.11), pero que est ausente de los ncleos cristianos opositores, que siguen rdenes del falso profeta al
servicio de la Bestia y as se garantizan la inclusin social.
367
- Ap 19.10; 22.9.
359
66
- Ap 22.11.
- 1Ped 1.1; Heb 13.7-9; 1Clem 5.4-7.
370
- Esto se evidencia fundamentalmente en 1Ped. White (2007:333-334).
371
- En 1Ped 4.7 an hay expectativa escatolgica; igual que en Heb 10.37-38.
372
- 1Clem 1.1; Heb 10.33. No adherimos a la idea de una persecucin contra los cristianos bajo el
reinado de Domiciano. Estos habran sufrido las presiones gubernamentales por el simple hecho de ser
identificados como judos, ya que Domiciano oblig a pagar fiscus judaicus incluso a los judaizantes no
circuncidados pero adscriptos a la sinagoga. As opina Gonzalez Salinero (2005:46-48). Cfr. Knudsen
(1945:17-32); Keresztes (1973:1-28), Sordi (1983:43-53); Gillis (1951:169).
373
- Tacito, Anales 15.44; Suetonio, Los doce csares. Claudio 25; Nern 16; Plinio el Joven, Epistolas
10.96,7.
369
67
68
- Es curioso que Heb 10.24-25 hable de fieles que abandonan las asambleas. Podemos ver en esto y en
los insistentes reclamos de obediencia a los presbteros una institucin todava cuestionada y resistida,
frente a la cual hay otras alternativas.
381
- Como veremos en el prximo captulo, ni la Didaj ni Ignacio de Antioqua conocen la idea de
sucesin apostlica y, por ende, recurren a otras nociones para justificar la autoridad emergente.
382
- El grupo de libertos exitosos al que pertenece el personaje de Hermas realiza reproches a la jerarqua
de la iglesia romana y propone estrategias para ganarse el favor de los integrantes de la asamblea.
Hermas, El Pastor Vis 3, 9. 7-9 (17. 7-9); Comp 1, 8-9 (50. 8-9).
383
- 1Ped 2.18-20.
384
- Cfr. Cazotto Terra (2008:219-227).
385
- Balch (1981:81-116). Crf. Nelson (2003:251-265); Aageson (2004:34-49); Carter (2004:14-33).
386
- 1Ped 2.21-25; Heb 5.7-10.
387
- 1Ped 2.15-16; 3.14-17.
388
- 1Ped 2.13-14; Heb 10.34.
69
pagana, lo cual puede sugerir que esta era una situacin bastante comn en Roma y que
podra estar dndose tambin en Asia Menor.389 El doulos creyente con un amo pagano
es tolerado como miembro siempre y cuando se amolde al precepto de obediencia a la
autoridad que lo limita y lo posee; no se cuestiona la pureza del esclavo o la mujer en
tanto su sacrificio puede mover a piedad al amo-esposo y, a la par, proteger a la
asamblea. A diferencia de Col y Ef, que asimilaban a Cristo al amo, 390 1Ped lo asemeja
al siervo por el carcter propiciatorio mismo que atribuye al sufrimiento. 391 Con esta
ideologa los presbteros romanos buscan institucionalizar su poder por medio de la
domesticacin del Espritu: ya no se pide discernir la voluntad de Dios, sino que se
subraya que la voluntad divina es obrar el bien,392 entendido como las prescripciones
presbiteriales. El concepto de obediencia vertebra la nocin de bien y se opone a la
agitacin y la sedicin, caractersticas atribuidas a los opositores de los presbteros.393
El esclavo cristiano en la Roma de los Flavios ocupa un lugar clave como chivo
expiatorio de la comunidad (sufre y obedece como Cristo, sin poder gozar de los
beneficios de los hermanos en la fe), pero tambin como pieza clave en el esquema de
poder. En este sentido no es inocente la descripcin que realiza el autor de 1Clem de los
rebeldes de Corinto: los sin honor (timoi), los de mala fama (doxoi), los
insensatos (frones), los jvenes (veoi).394 Todos estos eptetos son propios de
esclavos, lo cual estara sealando la presencia de douloi y libertos de kyrioi opositores
en la revuelta eclesial. Los lderes rebeldes de Corinto habran usado a sus esclavos
creyentes y a sus libertos asociados para socavar el poder de los presbteros establecidos
por medio de la creacin de redes de patronazgo alternativas. Todo esto se observa por
la dura crtica de 1Clem a los corintios en relacin a la exaltacin de subordinados
domsticos, lo cual ha alterado el orden domstico y social, provocando crticas tanto de
gentiles como de judos.395 El peligro es el apercibimiento por parte de las autoridades
cvicas, asunto en el cual toda la ekklesia saldra perjudicada.
Lo curioso en 1Clem es que el autor, en sus disgresiones acerca de la moral domstica,
no incluye recomendaciones sobre los esclavos,396 por lo que pareciera que los excluye
389
70
de la familia cristiana. Esto puede deberse a su rol en la revuelta, por lo cual los
presbteros romanos intentaran aislar al siervo del mbito de pureza domstico y limitar
su actividad; la relacin amo-doulos o amo-liberto no se menciona pues puede ser la
base de un poder alternativo que hay que desalentar. Tomando el caso de Hermas,
liberto exitoso en las primeras dcadas del siglo II, podemos pensar a los esclavos y
libertos creyentes de Roma a fines del siglo I como individuos con una creciente
solvencia econmica que pueden proyectar el poder de su amo hacia el liderazgo
comunitario.397 Por esto mismo el autor de 1Clem seala una diferenciacin y exclama
ya que somos una porcin santa, huyamos de la calumnia, la unin impura, las
embriagueces, revueltas y deseos repugnantes, adulterio y soberbia.398 La porcin santa
es la familia cristiana, lo otro es el mundo gentil, en cuyo lmite estn los esclavos, con
quienes hay que mantener las relaciones justas y necesarias, pues pueden contaminar al
oikos y llevar a toda la asamblea a la crisis. Por supuesto que no se culpa a los siervos
de la sedicin en Corinto, sino a kyrioi con intereses jerrquicos; sin embargo stos no
actan solos, sino que recurren a sus dependientes y clientes, su fuerza de apoyo. De
aqu que el autor de 1Clem les pida a los amos ser dueos de s mismos y alejarse de
las murmuraciones, es decir no enajenarse.399 Esto llegara a un lmite en el que incluso
las relaciones sexuales con esclavos estaran prohibidas a fin de privilegiar al
matrimonio y al lecho conyugal por sobre relaciones que fomenten el vnculo del kyrios
con el exterior,400 creando vnculos que pueden esconder otros intereses.
El avance de la cristianizacin domstica y la focalizacin en los miembros
subordinados del oikos como soporte del kyrios fue un proceso lento y paralelo al
descrdito de los itinerantes y al conflicto con la sinagoga. El esclavo cristianizado a la
fuerza se vea obligado a reorientar sus expectativas y a pensar su accionar dentro del
hogar creyente en base a nuevas estrategias acomodaticias. Promover el liderazgo de su
kyrios ser un medio para granjearse un mayor estatus al interior de la ekklesia. Esta
estrategia no fue bien vista por todas las comunidades, muchas de las cuales intentaron
alejar a los siervos de la administracin domstica. La relacin amo-doulos entraa un
397
- Hermas (El Pastor Vis 2, 4. 2-3) se presenta como un liberto exitoso, miembro de la comunidad de
Roma. Sin embargo su rol en la comunidad se ve socavado por su vida domstica desordenada y su
deshonestidad en los negocios (El Pastor Vis 2, 3. 1; Mand 3, 3). A partir de la figura de Hermas se
pueden pensar las caractersticas de los libertos cristianos y su inclusin comunitaria, tal como trataremos
en el prximo captulo.
398
- 1Clem 30.1.
399
- 1Clem 30.3.
400
- Heb 13.4.
71
poder inestable que puede conducir a extremos peligrosos. El autor de 1Clem sabe que
muchos kyrioi han utilizado a sus dependientes domsticos como fuerza de choque en el
conflicto por la supremaca comunitaria. Este episodio seala una fuerte consolidacin
domstica por parte de los kyrioi cristianos, proceso que se inici luego de la cada de
Jerusaln. El siervo cristianizado se vuelve un auxiliar y un reflejo del patrono
interesado en hacerse con el liderazgo local.
72
CAPTULO 3
LOS ESCLAVOS CRISTIANOS COMO AGENTES Y OBSTCULOS PARA LA
CONSTRUCCIN DEL PODER JERRQUICO A INICIOS DEL SIGLO II.
Las asambleas cristianas dieron muestras de mucha vitalidad y fuerza entre fines del
siglo I y el inicio de la Segunda Guerra Juda (132-135). En primer lugar debemos
sealar que este fue un periodo de inestabilidad jerrquica en todas las comunidades,
cuestin que se percibe en la produccin escrita del momento. La preeminencia de un
benefactor-anfitrin local que tmidamente comenzaba a monopolizar las redes de
asistencia y de provisin comunitaria supuso un conflicto de voluntades que lleg a
extremos trgicos en ciertos casos. El poder episcopal, secundado por los diconos, que
ejercan el rol de distribuidores-administradores de los bienes comunitarios, y por los
presbteros, implicaba subordinar a otros potenciales patronos en pugna que tambin
tenan aspiraciones directivas. Es por esto que comenzaron a circular las
recomendaciones y listas de requisitos necesarios para los candidatos al cargo, algo que
ya habamos visto aparecer en 1Clem con el fracasado concepto de sucesin
apostlica. Por oposicin a esta estrategia de un grupo romano que se cimentaba en
una apropiacin del pasado apostlico, las iglesias de oriente adoptaron una
legitimacin jerrquica totalmente basada en cuestiones econmicas: el obispo era el
que poda garantizar la provisin de alimentos, el que lograba cooptar a la mayora de
los oikoi particulares porque detentaba el rol principal en las redes de beneficencia y
era, adems, el anfitrin de las reuniones, que se celebraran en su casa. Este
obispo-lder no necesariamente deba ser un letrado o experto en las Escrituras, sino que
su funcin era meramente administrativa y ritual. La insistencia constante en este
modelo ideal de lder nos coloca frente a una realidad muy diferente, en la cual lo que
73
- La mayora de los analistas consideran a Did como producto de una comunidad siria. Audet
(1958:206-210). Respecto de la datacin, varios autores como Audet (1958:187-206); Ayan Calvo
(1992:69-70) y Milavec (2003:445-448) proponen fechas entre el 50 y el 70 d.C, hacindola
contempornea de Mt. Nosotros proponemos una datacin ms tarda, siguiendo a White (2007:415-416).
74
con honor y temor al amo como a Dios, lo extrao es el pedido que se hace a los
propietarios de mesurar su comportamiento y, podramos pensar, su uso de la violencia
con los siervos a fin de que estos no dejen de temer a Dios que est sobre unos y
otros.402 Esta admonicin se comprende acabadamente si se considera a Did como un
texto de origen cristiano-nomista para ser ledo por cristianos gentiles. 403 Claramente se
evidencia que los esclavos en esta comunidad eran parte de la porcin gentil que
intentaba procurarse la salvacin por medio de la observancia legal. Para adentrarnos en
el anlisis de este fragmento es necesario profundizar previamente ciertos aspectos del
texto.
Did se vincula con la comunidad mateana no solo por los paralelos lxicos muy
evidentes con Mt,404 sino por el tipo de membresa que ambos proponen: el verdadero
creyente es el que observa toda la Torah. 405 Sin embargo en Did vemos un alejamiento
de la sinagoga rabnica en cuanto a los das de ayuno y a la oracin. 406 Estas diferencias
que alteran el esquema cultual pueden leerse como un fortalecimiento de tradiciones
cristianas locales que sealaran una consolidacin en los cuadros directivos
comunitarios de miembros de extraccin gentil por sobre los de tendencia nomista. Lo
ms curioso es que el didachista (forma en la que se denomina al autor annimo del
manual) redacta pensando y posicionndose en el sector gentil, que ya sera mayoritario
para el periodo 110-115.
La primera parte de Did es conocida como Los Dos Caminos, un compendio
comentado del declogo judo orientado a aplicar los mandamientos a cuestiones de
propiedad y de desarrollo de la caridad comunitaria.407 Administrar bien el hogar es
parte del camino de la vida,408 pues requiere poner en prctica los mandamientos y
tender progresivamente a la perfeccin, es decir al cumplimiento total de la Torah. Lo
402
- Did 4.10-11.
403
- Draper (1991:362); Lanfranchi (2008:247).
404
- Mucho se ha debatido acerca de la dependencia de Did en relacin a los evangelios sinpticos.
Jefford (1989:115-118) y Draper (1995:307-312) consideran que hay dependencia directa de Mt;
Kloppenborg (1979:54-67), Niederwimmer (1998:48) y Milavec (2003:443-480) consideran que Did
proviene de un universo lingstico diferente, heredero de tradiciones orales distintas. Nosotros nos
inclinamos por la primera propuesta.
405
- Cfr. Mt 5.17-19; Did 6.2.
406
- Did 8.1-2.
407
- La seccin de los Dos Caminos proviene de una tradicin judaica independiente que tambin
tomaron los esenios de Qumran. Butler (1961:27-38); Reed (1995:216-219); Milavec (2003:447-448).
408
- Puede verse Did 4.4-12 como una explicacin extensa acerca de la administracin de los bienes y de
los integrantes del oikos.
75
- Did 6.2-3.
- Did 15.1. De Halleux (1980:20-29); Draper (1995:291-294).
411
- Proponemos esta hiptesis en base al anlisis de Mitchell (1995:234-238), quien observa que, debido
al incumplimiento de la totalidad de la Torah, los creyentes gentiles quedaban en una categora secundaria
dentro de la asamblea.
412
- Did 11.8.
413
- Los lderes locales deben observar las actitudes del visitante externo. Did 11.4-12.3. Draper
(1995:296-300); Patterson (1995:313-329).
414
- Draper (1995:290-308) lo explicita con varios ejemplos asociados a la vida cultual y comunitaria en
los que la accin de los locales y los itinerantes difiere y se le da ms libertad a los segundos que a los
primeros.
410
76
- Did 1.5-6.
- Did 2.6; 3.6.
417
- Did 4.10.
418
- Mt 8.5-13.
419
- Cfr. Harris (2001:285-315, 317-337). Glancy (2006:151) considera que puede entenderse que el
amo-padre de Did usa la violencia con sus subordinados como una de sus prerrogativas.
420
- Harrill (2006:94-96).
416
77
78
dependientes no era relevante.423 Para Did el rescate por los pecados se expresaba en la
limosna y la beneficencia,424 lo que puede ser una va para los kyrioi a la hora de expiar
sus faltas propias y asumir las de sus dependientes.
La comunidad de Did culmin por subordinar el comportamiento comunitario al
evangelio de Mt (no necesariamente el Mt que lleg hasta nosotros), es decir a un
documento escrito que ayud a consolidar el poder de los lderes emergentes de
extraccin gentil por oposicin a los carismticos cristiano-nomistas que se apoyaban en
la oralidad para legitimarse. En otros mbitos como Alejandra, donde la penetracin del
cristianismo se dio de manera casi desconocida, hallamos ecos de este mismo conflicto
con el judasmo, pero en una forma ms agresiva.425 La Epstola de Bernab (EpBern)
puede fecharse entre los aos 110-117 y en ella su autor, un gentil que ostenta el cargo
de maestro (didscalos),426 resume para los fieles los puntos bsicos de la exgesis
escritural particular del grupo.427 Dicha exgesis es de tipo espiritual-alegrico, pues
propone que los preceptos legales judos solo alcanzaron plenitud con el cristianismo, el
cual descubri su significado real y lleg a constituirse en el verdadero Israel. 428 Luego
de esta primera seccin el autor compila la enseanza de los Dos Caminos en un
formato que sigue muy de cerca al que hallamos en Did, pero con intencin muy
diferente. Draper propuso que el escritor de la epstola, luego de haber enseado lo
necesario en la primera seccin,429 incluy el texto de los Dos Caminos solo al final
de la carta; de esta manera altera el estatus de ese material, que cumpla fines
catequticos e introductorios a la fe para Did, y lo vuelve una instruccin avanzada.430 Si
prolongamos la hiptesis de Draper, los Dos Caminos se ubican en la segunda parte
del documento porque solo se puede comprender el declogo judo y su aplicacin
423
- Es curioso que no se aplique lo mismo a las esposas, que no estn presentes en ninguna admonicin
de Did.
424
- Did 1.5; 4.6-7.
425
- Para la penetracin del cristianismo en Alejandra entre el siglo I y II son muy tiles los trabajos de
Pearson (1986:132-160) y Fernndez Sangrador (1994:168-174).
426
- EpBern 1.8; 4.9.
427
- El origen de EpBern se atribuy originalmente a la comunidad de Alejandra y as lo postularon
Lightfoot (1890:504-505) y Barnard (1966:41-55). Otros analistas como Scorza Barcellona (1975:61-63)
propusieron, dado el uso que EpBern hace de los Dos Caminos, un origen sirio palestinense,
concretamente antioqueno.
428
- Coincidimos con Martn J. P. (1982:173-183) en que la epstola contiene un alto grado de exgesis
alegrica propia del judasmo alejandrino, lo que ubica su produccin en Egipto.
429
- Claramente EpBern puede dividirse en dos partes, la primera del captulo 1 al 16 y la segunda del 17
al 21. Draper (1995b: 94-96) postula que EpBern 17.1-18.1 cumple la funcin de marcar la relacin entre
la primera y la segunda seccin.
430
- Draper (1995b: 96-103).
79
cristiana si previamente se han comprendido las diferencias con el culto y las prcticas
judas.
El motivo de la escritura en EpBern no sera la carrera por la jerarquizacin, sino la
legitimacin del sector cristiano gentil. El grupo del autor parece minoritario y en
acuciante conflicto con el grueso de la sinagoga y sobre todo con el sector
cristiano-nomista en el interior de la misma, al que critica por afirmar que judos y
cristianos comparten la misma alianza.431
Claramente hay una presin externa muy grande en EpBern. La comunidad cristiana
de raigambre gentil concibe al bautismo como portador del perdn de los pecados y no
como un complemento de la circuncisin, la cual parece tener la primaca en los grupos
cristiano-nomistas.432 Varios autores han supuesto en base a la idea de reconstruccin del
Templo de Jerusaln, explicitada en EpBern 16.4, que la actividad proselitista juda se
habra reavivado en el norte de Egipto a raz de esta esperanza. La posibilidad real de
reconstruccin del Templo habra significado un elemento de confusin para los grupos
cristianos ya separados de la sinagoga.433
Comprendiendo a EpBern como el producto de un cristianismo mixto de mayora
gentil y con posturas disidentes en relacin a la sinagoga y a los cristianos nomistas
podemos volver sobre su admonicin a los esclavos para analizarla en este contexto ms
amplio. La comunidad del redactor de EpBern comprende la enseanza de los Dos
Caminos (donde se da la advertencia a los siervos) como una preparacin para el Da
del Juicio, pues las ideas escatolgicas reaparecen con fuerza en este escrito.434 El
cristianismo gentil de Alejandra pone a los creyentes en una disyuntiva: resistir
comunitariamente los embates o condenarse.435 Hay un gran sentido de comunidad que
431
80
439
- EpBern 19.4, 11.
440
- EpBern 21.2.
441
- EpBern 9.
437
81
riesgo de ser absorbida por la sinagoga es elevado. Podra pensarse que esto fue lo que
finalmente ocurri durante la revuelta de 115-117 y que solo sobrevivieron grupos
judeocristianos en Alejandra.442
Tanto Did como EpBern atestiguan un creciente debate entre el cristianismo gentil y
aquel de tendencia judaizante, y en esta controversia el espacio domstico fue un punto
clave. Las virtudes domsticas son el mejor reflejo de las habilidades directivas,
capacitando al jefe de hogar para la administracin de la red de fieles. El esclavo
aparece como la muestra ms palpable del poder del benefactor comunitario. Este,
debido a su pasado pagano, tiene un conocimiento til sobre los manejos de la sociedad
greco-romana. Al potenciar cabecillas provenientes del paganismo en sustitucin del
liderazgo de los perfectos, las dbiles comunidades cristianas perifricas a la sinagoga
se fortalecen por la inscripcin en una red de patronazgo nueva, como ocurre en el caso
de Did (aunque no en el de EpBern). Este movimiento supone relajar ciertas
prescripciones y repensar algunas tradiciones y requisitos de membresa. Los oiketai se
ven afectados por este proceso al ganar un posicionamiento comunitario como agentes
representantes de sus seores, transformndose para estos en puntos de avanzada en las
luchas jerrquicas. En este punto la lealtad efectiva del esclavo comenzara a ser el
centro de atencin.
Hacia 112 Plinio el Joven, gobernador de las provincias del Ponto y Bitinia le escribi
al emperador Trajano una carta que,443 junto con la respuesta de dicho emperador,444 nos
aporta datos muy interesantes para observar algunos aspectos acerca del tratamiento de
442
82
83
84
varios oikoi vecinos. Las denuncias externas rompen las lealtades internas y dispersan a
los miembros, poniendo en evidencia los puntos flacos de la asamblea,
fundamentalmente a los esclavos.
El hecho de que se rompieran los lazos con la jerarqua sinagogal llev a que el
cristianismo gentil quedara expuesto a la acusacin popular y a que sufriera a raz de la
indefinicin organizativa. Podemos inferir, en base a los documentos que nos han
llegado, que entre los aos 100-135 las comunidades cristiano-nomistas seguan
ejerciendo una presin y una preeminencia muy notorias en ciertas reas que solo
decayeron con la derrota de Bar-Kokebas. Mientras tanto, las comunidades
cristiano-gentiles comenzaron a vincularse entre s, generndose una fuerte conexin
entre los grupos sirios y los paulinos asiticos. Los derroteros literarios de la comunidad
juanina y del grupo de Ignacio de Antioqua, ambos provenientes de Siria, nos adentran
en este proceso.
Tanto Ignacio de Antioqua como el grupo juanino se vieron obligados, a la fuerza o
por constreimiento propio, a salir del mbito sirio y buscar apoyo en las comunidades
asiticas, adhiriendo a sus estructuras organizativas y jerrquicas como marco
ordenador.453 Historizar este proceso requiere analizar el trasfondo juanino e ignaciano
en Siria. Esto nos dar una idea de los intereses y el alcance de la polmica que proyect
a estas dos vertientes gentiles del movimiento hacia el mbito minorasitico, en el cual
sufrieron a su vez nuevas transformaciones y adaptaciones. La consideracin del mbito
domstico y de los subordinados fue variando acorde al movimiento de los grupos y su
adaptacin a realidades sociales, polticas y econmicas diferentes.
El grupo juanino habra estado conformado en sus primeras etapas por judos
helenistas y samaritanos que aportaron a las tradiciones orales elementos cristolgicos
nuevos que se alejaban de la idea del mesas davdico y promovan la imagen de un
restaurador-revelador. Este grupo original, afincado en la zona del norte de Palestina y
sur de Siria, habra dejado su huella en el evangelio en los pasajes de polmica con los
judos.454 A estos se les aplica ese gentilicio sin hacer ninguna diferencia entre
tendencias internas: el poder sinagogal aparece como algo compacto y absoluto que
453
- Theissen (2002:141, 168-169) habla de una conexin teolgica entre los juaninos y el grupo de
Ignacio, quienes se inclinaran, pese a sus diferencias, por un tipo de organizacin comunitaria
monocarismtica. Cfr. Brown (1983:147-150).
454
- Cfr. Brown (1983:35-53); Bernab Ubieta (2010:309-312).
85
genera temor.455 El conflicto central con el judasmo habra sido por la cristologa de
exaltacin que proponan estos primeros juaninos entre el 90-110: Jess era Dios y era
una entidad preexistente, pues descendi a la tierra como rescatador y luego ascendi al
lugar celestial.456 Esto lleva a la posibilidad de que estos juaninos fueran de postura
adopcionista (tomada de Mc, que sera el evangelio que conocen), pues la accin del
Logos comienza con el bautismo de Jess, no con su concepcin virginal, tradicin
cristolgica que rechazan.457 Este nfasis en la preexistencia de Jess se completa con
una prolongacin de su presencia en la figura del Parclito, que cumple una funcin
proftica-flexibilizadora en la comunidad. Esta tercera figura asociada a la revelacin
est destinada a legitimar, en la lgica juanina, la tradicin oral previa a la escritura y
sus aditamentos surgidos de la realidad cambiante del grupo.458 La invocacin de la
autoridad del Espritu es un mecanismo de negacin de las jerarquas administrativas
paulino-petrinas y sinagogales a la par. La continua revelacin de este Defensor (sentido
jurdico del trmino parakletos) es lo que garantiza la gnosis superior que pretendan
tener estos juaninos y que parece asociada a un tipo de itinerancia particular, practicada
antes de establecerse en Asia Menor.
La movilidad del grupo juanino, cuya memoria colectiva se remonta a la zona de
Siria-Palestina, supone un conflicto creciente con la sinagoga. La misma habra estado
aplicando condenas excluyentes a los creyentes en Jess; el evangelio escrito
contrarresta esto con la teologa de la sustitucin del pueblo judo. 459 A la par, los
juaninos estn sufriendo una postergacin por parte de la vertiente cristiano-gentil. 460 El
evangelio escrito comienza a cristalizarse a inicios de la dcada de 110 en Asia
Menor,461 pero su doctrina aparece como conflictiva y compleja para las comunidades
455
- Robinson (1960:117-131) interpret esta designacin como parte de un afn misionero de parte de los
juaninos hacia los judos, lo cual es improbable. Cfr. Brown (1983:65-68); Collins (2001:158-175); de
Jonge (2001:121-140); Theissen (2002:155-158); Bernab Ubieta (2010:320).
456
- Cfr. Brown (1983:43-47); Theissen (2002:145).
457
- Theissen (2003:203) asegura que el autor de Jn conoca a Mc, pues sigui fielmente su esquema. Cfr.
Bernab Ubieta (2010:300-304). El tema del descenso del Espritu (la unin de un ser celestial con un
hombre) como inicio de la carrera divina de Jess tambin lo hallamos en los fragmentos sobre la secta
cristiano-nomista de los ebionitas, propia de Siria-Palestina, a inicios de la dcada de 120. Epifanio
Contra los herejes 30.13,7.
458
- Jn 1.32; 14.16-26; 15.26-27; 16.7-15; 20.22. Theissen (2002:149), (2003:214-215).
459
- Jn 7.40-52; 8.21-24, 39-44; 9.22. Cfr. Martyn (1979:46-68); Thatcher (2006:93-102). Es interesante
el planteo de varios autores que postulan que la Birkat ha-minim (la exclamacin condenatoria de los
separatistas de la sinagoga) jug un rol en esta separacin, pero no como elemento de expulsin, sino de
disuasin: Lieu (2002:11-29); Marcus (2009:523-551).
460
- Brown (1983:79-85) seala que los juaninos dialogan con los grupos petrinos en el evangelio. All se
los cuestiona por su incomprensin cristolgica. Cfr. Bernab Ubieta (2010:331-332).
461
- La redaccin de Jn se fecha en un rango temporal que va de 100 a 125, pues el Papiro 52 data de
fines de la dcada de 120 o inicios de la del 130. Cfr. Brown (1966:intro.80-86); Brown (1983:59-62); O
Day (1995:504-507); Theissen (2002:137-140); White (2007:383-386); Bernab Ubieta (2010:316-318).
86
paulinas locales. En el Evangelio de Juan (Jn desde ahora) su autor deja en claro que su
comunidad es distinta de las cristiano-nomistas, las cuales creen en Jess pero no lo
comprenden correctamente, e incluso de las paulinas, netamente jerrquicas y a las que
podemos asociar con Ignacio de Antioqua, Policarpo de Esmirna y otros lderes
asiticos.462 Fruto de su entrada en Asia Menor (en la ciudad de Efeso
presumiblemente)463 el grupo juanino produjo una primera versin de Jn (sin el captulo
21) y se dividi a raz de su interpretacin. El Jess de Jn ha perdido sus rasgos
humanos sufrientes (propios de la baja cristologa cristiano-nomista) y permanece en
una gloria impasible que enciende la polmica. 464 Asimismo el texto reniega de la
familia terrenal de Jess, elemento que apunta a fortalecer la idea de preexistencia y a
despegar a Jess de la historia juda. La comunidad juanina busca legitimarse frente a
los judeocristianos al adoptar la figura de la madre de Jess,465 a la que se hace madre
del Discpulo Amado, testigo por antonomasia de la comunidad y figura superior a
Pedro.466 Las figuras apostlicas tradicionales quedan en segundo lugar frente a este
personaje protagonista, pero se reconoce igualmente que fueron elegidos de Jess,
habilitados para dar testimonio. Despus de todo, el objetivo de Jn es crear unidad en un
intercambio pacfico con los otros grupos cristianos.467
En el aspecto soteriolgico todo el relato de Jn promueve una idea de salvacin ya
realizada por medio de la escucha de la palabra de Jess, al que se considera Hijo
enviado del Padre,
468
conoce a Dios, es decir aquel que accede a la gnosis divina por medio de la confesin de
Jess, ya alcanz la vida eterna; la parusa no es un horizonte para Jn.469 Asimismo, y
fruto de esta escatologa particular, tampoco se especifican normas morales concretas.
El nico pecado sealado en Jn es no creer en Jess, lo cual supone una disociacin
entre la esfera de la vida tica comunitaria y la fe. 470 La concepcin de una salvacin ya
462
- Brown (1983:70-88).
- Brown (1983:53-56); Van Tilborg (1996:5-24); Theissen (2003:201); Trebilco (2004:237-263).
464
- Theissen (2003:206-207).
465
- Jn 19.25-27. Brown (1983:74, 187-192).
466
- Jn 13.23-26; 18.15-16; 20.2-10. Ireneo de Lyon asoci la figura del Discpulo Amado con el apstol
Juan en Contra los herejes 3.3,1; sin embargo esto ha sido descartado. Por ser el personaje gua del relato,
son numerosos los estudios sobre esta figura. Cfr. Brown (1983:32-35); Bauckham (1993:21-44); Collins
(1995:359-369); Dunderberg (2002:243-272); Lincoln (2002:3-26); Theissen (2002:147-148); Blaine
(2007:186-190).
467
- Jn 17.20-21. Cfr. Brown (1983:86-88); Theissen (2002:166-167). Es interesante que el Discpulo
Amado represente el vnculo con los cristianos nomistas (a travs de la madre de Jess) y con los
bautistas (pues previamente era discpulo de Juan el Bautista).
468
- Jn 5.24.
469
- Brown (1983:47-50); ODay (1995:497-498); Theissen (2003:204).
470
- Jn 8.24; 9.41. Cfr. Brown (1983: 117-128).
463
87
88
cristiano local que rene a los fieles en una sola mesa y comida eucarstica, 478 la cual se
vuelve legtima porque este anfitrin-administrador tiene el soporte econmico
necesario para garantizar su provisin.479 Los lderes que simulan con el obispo y
ensean una cristologa diferente, de corte proto-doceta, quedan descalificados en
relacin al poder de control de la comunidad pues se desentienden de los afligidos al
negar la carnalidad de Cristo,480 bien podra suponerse porque no les es significativo a
nivel tico. La exacerbacin del aspecto divino de Jess conduce a un personalismo
extremo y a una postura social insolidaria a partir de la idea de salvacin ya realizada.
Ignacio considera al obispo como un hombre de mundo, un gentil que sabe medir los
tiempos y demuestra capacidad para crear dependencia.
El lder episcopal nico que idealizaba Ignacio estaba lejos de la realidad de los
jerarcas asiticos, que carecan de un poder efectivo y absoluto, tal como lo demuestra
el caso de Policarpo. Es muy evidente que este lder esmirnota no tena el poder total
sobre los oikoi de su asamblea, sino que lo ms probable es que fuera un presbtero en
ascenso, un primus inter pares.481 El hecho de que Policarpo fuera el anfitrin de
Ignacio, es decir su patrono y proveedor durante su estancia en Esmirna, le significa un
gran avance en su prestigio como lder. Posiblemente Ignacio observa que Policarpo
posee un potencial econmico que es necesario alentar y promover a fin de consolidar lo
que para el antioqueno es el ideal de obispo. Por esto mismo Ignacio especifica las
tareas que incumben a alguien que aspira al monoepiscopado, de las cuales la
fundamental es convertirse en el nico anfitrin de las reuniones. En esas reuniones el
obispo debe proveer los alimentos eucarsticos y concentrar a los asistidos, ya sean
viudas, hurfanos, pobres o comunidad en general. 482 Ignacio presentaba al obispo como
un patrono que deba cuidar su poder por medio de la generacin de una reciprocidad
478
- Algunos autores como Richardson (1935:51-54, 79-85) y Corwin (1960:52-53) aducen que Ignacio
distingua dos tipos de opositores: los docetas y los judaizantes. Otros autores como Lightfoot
(1889:373-377) y Molland (1954:1-6) propusieron una sola oposicin de corte doceta-judaizante. Por su
parte Robinson (2009:124-126), a quien seguimos, propone que Ignacio solo trabajaba con un dualismo
simple: uno est con el obispo en la iglesia o est fuera. La oposicin no estaba an formada en grupos
distinguibles entre s.
479
- Ignacio (Ef 1.3;Fil 1.1) seala esta capacidad econmica cuando se refiere a la caridad (en agpe
adiegto) y la equidad (epieikeias) del obispo.
480
- Ignacio, Esm 6.2.
481
- De hecho, Ignacio no seala el nombre de Policarpo en Esm al hablar del obispo, ni tampoco en Ef
21.1; s lo menciona con el ttulo de obispo en Mag15 y Pol Intro. El mismo Policarpo no se arroga la
categora episcopal para s, pues escribe en su nombre y en el de los presbteros que estn con l:
Policarpo, Flp Intro.
482
- Ignacio, Pol 4.1.
89
90
91
pareceres y solo un sector (el que produjo las epstolas y el captulo 21) intenta poner un
orden en la fluidez de su tradicin adhiriendo al paulinismo y despegndose de las
propuestas proto-docetas de sus contrapartes. Las provincias de Asia Menor aparecen
como un espacio receptor y sincrtico, abierto pero cauteloso. Estas influencias que
vienen de Siria aportan elementos nuevos y reafirman otros ya existentes. En las
cuestiones domsticas y vinculadas a la esclavitud el aporte de los sirios fue central y
aliment el debate sobre el oikos cristiano.
Al entrar en territorio asitico los juaninos realizaron una primera redaccin
evanglica que cristaliz los conflictos previos con la sinagoga durante su etapa en
Siria-Palestina. En territorio minorasitico el conflicto con el judasmo pierde potencia
en relacin al conflicto intracomunitario. Es as que la nocin de esclavitud pasa a
identificarse con la falta de conocimiento y reconocimiento de Jess como Hijo de Dios,
elemento polmico para los juaninos. En Jn 8.33-36 el Jess juanino discute con un
grupo de judos que ha credo en l y los llama esclavos, pues no aceptan su testimonio
y privilegian las observancias judas. Claramente esto es un eco del conflicto con los
cristianos nomistas, a los que se desplaza del plan de salvacin pues no son hijos
coherederos sino esclavos, es decir imperfectos conocedores de Cristo. Ms all del
origen de este logia particular es interesante observar cmo los juaninos realizan una
discriminacin entre los tipos de creyentes, discriminacin que parece estar en la base
de su divisin. Hay miembros perfectos de alta gnosis y fe adelantada, mientras otros
apenas acceden a un conocimiento imperfecto de Cristo, 494 distincin que condena a
cualquiera que mantenga alguna postura cristolgico-soteriolgica desviada de la
propuesta por el autor y genere conflicto por dicho motivo. Esto se verifica en la
continuacin del pasaje que tomamos antes, cuando Jess acusa a los judos creyentes
que tiene como interlocutores de querer matarlo porque ignoran quin es y de dnde
viene, es decir quin lo enva.495 Esta nocin de procedencia y justificacin asociada al
liderazgo juanino es lo que legitima tanto a Jess (procede del Padre) como al Parclito
y al Discpulo Amado e incluso, solo para el grupo juanino que redact el captulo 21, a
Pedro.496 Dentro del esquema cristolgico del Buen Pastor, exclusivo de Jn, el tema del
conocimiento es fundamental pues las ovejas reconocen la voz del pastor, aunque no
todas.497 Podramos pensar entonces en una comunidad juanina regida por grados de
494
- Theissen (2002:158-167).
- Jn 8.37.
496
- Jess: Jn 5.30-32; 8.14; 14.7; 17.8; el Parclito: Jn 16.7-15; 18.26-27; el Discpulo Amado: Jn 19.26,
35; 20.8; Pedro: Jn 21.15-19.
497
- Jn 10.14-16. Painter (1991:53-74); Turner (1991:33-52).
495
92
- Jn 4.46-54.
- Jn 1.12-13.
500
- Jn 8.35.
501
- Jn 15.14-17
499
93
como descredos y a los padres del ciego de nacimiento como temerosos ante la
investigacin juda.502 Los juaninos no parecieran asumir como propio el espacio
domstico, pues claramente no todos los miembros de la familia tienen el mismo grado
de conocimiento y de iniciacin en lo que respecta a la divinidad. El miembro de la
comunidad juanina muestra una superacin personal en base al concepto de salvacin
realizada que no lo motiva al proselitismo entre sus subordinados domsticos. No hay
oikos cristiano entre estos juaninos fundamentalmente porque esa institucin se asocia
con el poder de los pastores asalariados, la jerarqua que carece del Espritu Santo segn
la Ascensin de Isaas (AscIs) y la epstola de Judas (Jd), dos textos de Siria Palestina
contemporneos a la cristalizacin de la doctrina juanina. La AscIs fue producida en
Siria durante el inicio de la dcada de 110.503 En el mismo encontramos una fuerte
crtica a la estructura jerrquica de la iglesia local, la cual ha desplazado al don proftico
en pos de la codicia y la ambicin. El autor de este documento se acerca mucho al
vocabulario juanino al llamar pastores injustos y violentos y saqueadores de ovejas
a estos lderes.504 Sin embargo, los textos juaninos mantienen posturas opuestas a ciertos
presupuestos bsicos de AscIs como la idea de revelaciones por ascensos celestiales, los
cuales relativizaran el nico ascenso y descenso revelador: el de Jess. 505 Respecto a
Jd, es un texto de fuerte carcter judeocristiano que tambin comparte con Jn la crtica a
aquellos lderes que banquetean desvergonzadamente y se apacientan a s mismos,
cuya boca dice palabras altisonantes y adulan por inters. 506 El acomodamiento al
mundo es algo inconcebible para el autor de Jd, que bien podra representar la oposicin
cristiano-nomista a Ignacio en Antioqua, ya que tacha a sus adversarios de conocer por
instinto, sin tener espritu, por lo cual son los causantes de las divisiones. 507 El grupo
pro-paulino de Ignacio corporiza la oposicin juanina, pues sus escritos se dirigen a
presidentes de asamblea que estn construyendo su poder teniendo como base su
capacidad econmica y a sus subordinados como agentes (volveremos sobre este tema).
Considerando estos aspectos podemos observar que este elitismo gnstico que
promueve Jn fue motivo de quiebres internos en el momento de afincarse en Asia
Menor.508 La discriminacin interna entre sus miembros habra llevado a que un grupo
502
- Jn 7.2-5; 9.22.
- Knight (1995:21-23); Mller (2003b:603-605).
504
- AscIs 3.21-31. Cfr. Hall (1990: 296-298); Knight (1995:31-32, 56-57).
505
- Cfr. Ramsey Michaels (1975:233-264); Woll (1981:32-35); Hall (1990:303).
506
- Jd 12, 16.
507
- Jd 10, 19. Cfr. Theissen (2003:195); Sidebottom (1982:65-79).
508
- Brown (1983:91-105); Bernab Ubieta (2010:335-336).
503
94
95
cerradas,
al
juanino
proto-doceta,
basado
en
postulados
96
internas de poder. Como ocurre con las epstolas juaninas, Ignacio deja de lado el
conflicto con la sinagoga al entrar en Asia Menor y se concentra en delimitar una
primaca particular local por sobre ciertos poderes colegiados ya existentes. 517 Como
vimos, Policarpo de Esmirna no parece haber sido ms que un presbtero preeminente
entre otros y poco podra haber comprendido, y mucho menos efectivizado en la
prctica, la propuesta monoepiscopal del antioqueno.518 Las iglesias de las provincias
asiticas vivan una realidad organizativa distinta por su temprana desvinculacin de la
sinagoga y los aparentes buenos tratos con la misma.519
La marcha del condenado Ignacio se volvi un evento propagandstico destinado a
reforzar su faccin en Antioqua,520 la cual parece haber triunfado al poco tiempo. 521
Estando Ignacio en Trade recibi noticias de que Antioqua estaba en paz. Esta paz
podra deberse a que el bando de Ignacio haba triunfado en su reclamo o bien a que la
disputa por la autoridad estaba concluida. Sin embargo Ignacio habla de unin en la
comunidad, de restablecimiento del cuerpo y pide que las iglesias asiticas enven
representantes a Antioqua en seal de comunin. Por lo tanto no sera inverosmil
pensar en un triunfo de su faccin.522 En este juego de poderes el obispo mrtir saba
que el apoyo de los oikoi particulares era uno de los puntos centrales. El obispo
extendera as su poder al interior del espacio domstico para convertirse efectivamente
en el gran padre de familia. Podra verse aqu una idea comunitaria similar a la de Did,
en la cual la confesin de pecados era algo pblico y que concerna a la asamblea. El
obispo logra entonces regular la membresa alcanzando un grado de conocimiento
mayor de los aspectos domsticos de cada hogar adherente. Es por eso que le
conciernen los matrimonios, las obras de caridad, las viudas, el desempeo laboral y la
517
- Esta entrada en Asia y su encuentro con grupos cristianos netamente gentiles puede ser la razn por la
cual Ignacio deja atrs las polmicas sobre las Escrituras (ms adecuadas para el mbito judeocristiano de
Siria-Palestina) y se concentra en una cristologa mistrica destinada a fortalecer un nuevo tipo de
autoridad religiosa. Cfr. Schoedel (1978:104-106); Mitchell (2006:27-45).
518
- Brent (2006:432-434).
519
- De hecho los custodios de Ignacio no apresan a los lderes asiticos que visitan al condenado a lo
largo del camino ni impiden sus reuniones. Esto nos muestra un cristianismo asitico ms mesurado y en
armona con su entorno social. Esto no se daba en la Antioqua de Ignacio, por lo que varios autores han
pensado que las acciones del obispo en medio de los debates por la autoridad fueron las causantes de su
arresto. Cfr. Corwin (1960:27-28); Swartley (1973:81-103); Schoedel (1980:38-41) (1985:13-14); Stoops
Jr. (1987:175).
520
- Schoedel (1980:41-44), (1985:11-12).
521
- Ignacio, Fil 10.1-2; Esm 11.1-2; Pol 7.1-2.
522
- Streeter (1929:170); Harrison (1936:79-106). Schoedel (1980:37) piensa que fue el arresto de Ignacio
lo que trajo inmediatamente la paz a Antioqua. Trevett (1992:52) coincide pero no cree que al hablar
Ignacio de paz se est refiriendo a un nuevo obispo, sino a una tregua en la lucha de facciones (1989:
35-52).
97
conducta sexual de quienes integran su crculo. 523 La cuestin de los miembros esclavos
tambin es de incumbencia episcopal, y no es menor para la estabilidad de la red
clientelar que este lder administra. El consejo concreto que Ignacio da a Policarpo es no
tratar desdeosamente (me jyperefanei) a esclavos y esclavas,524 lo cual se encadena
bien con la recomendacin de buscar a todos los miembros de la comunidad por su
nombre (ex onmatos).525 El hecho de conocer los nombres de los esclavos cristianos es
un gesto que, por un lado, seala la minuciosidad que se le requiere al aspirante al
patronazgo comunitario y, por otro lado, alerta acerca de la peligrosidad de esta
categora de fieles. Considerando los acontecimientos del Ponto y Bitinia la postura de
Ignacio busca ser equilibrada: no rechaza a los douloi, pero intenta controlar que su
estimulacin como agentes del oikos cristiano llegue a extremos socialmente
reprobados. Un esclavo o liberto bien podra ser un instrumento de avanzada de una
figura que fuese capaz de competir con el poder episcopal, por lo cual era necesario
recomendar ciertas precauciones sobre su rol comunitario. El consejo de evitar que los
siervos se vuelvan arrogantes (fysiusthosan) puede estar apuntando a una
intencionalidad del amo ms que una rebelda esclava anclada en un alegado
igualitarismo espiritual. Hay un ideal de esclavo creyente para Ignacio (y veremos que
las Epstolas Pastorales lo comparten) que se asocia con la sumisin, pues pide que
cumplan mejor su rol de esclavos (duleutosan). El esclavo debe cumplir roles
propios de esclavos, no inmiscuirse en cuestiones de poder domstico o comunitario en
espera de un ascenso social que se dara con la manumisin. El uso comunitario de
redimir esclavos podra atentar contra el poder episcopal, pues la lealtad del liberto y su
insercin social resultaban difciles de controlar.526 Esto no quiere decir que Ignacio
prohibiera la prctica, sino que la subordinaba al inters del obispo, no al de los
esclavos o amos particulares. Convena al inters de los obispos el control sobre las
fuerzas econmicas de la asamblea, decidiendo cmo aplicarlas. Al parecer esto no
ocurra en Asia, pues las admoniciones de Ignacio inician un reclamo de control sobre
523
525
- Ignacio, Pol 4.2.
526
- Robinson (2009:107-108) aventura que Ignacio prohiba la manumisin comunitaria pues podra ser
que esos esclavos domsticos fuesen cristianos nomistas esclavizados por Roma en su accionar contra los
judos en la guerra de 66-70. Cfr. Harrill (1998:158-192).
524
98
los subordinados domsticos que se prolonga y que cobra mayor relevancia en las
Epstolas Pastorales.
La precaucin en la manumisin responde a un clculo poltico del patrono mayor,
quien recurre al tpico del esclavo del deseo para justificar esto: para liberar a un
siervo se deba tener la garanta de su fidelidad y adhesin, pues de lo contrario se corra
el riesgo de que se volviera un sujeto inmoral haciendo un mal uso de su libertad. Por
esta razn el antioqueno agrega que el obispo debe instruir acerca de los malos oficios
en los que, segn Schoedel, pueden caer los libertos (fundamentalmente la
prostitucin).527 El tema de fondo es quin es el amo del esclavo manumitido por la
comunidad y qu potencial posee ese liberto (artesano o agente comercial del amo)
como para considerarlo una amenaza para el lder consagrado. Un liberto exitoso podra
fortalecer las redes asistenciales dependientes de su amo ahora devenido patrono o,
como se ver luego en Hermas, constituirse l mismo en una alternativa dirigente si
llegara a contar con los recursos necesarios. No hay que olvidar que muchos libertos
posean un conocimiento en gestin y negocios que los colocaba en altos puestos,
incluso dentro de la estructura estatal.528 No es extrao entonces que a fines de los aos
50 aparezca la mencin de los libertos imperiales en las cartas de Pablo,529 y resulta
lgico imaginar que Ignacio tambin conoca a estos personajes de la comunidad de
Roma. Al suplicar que no impidiesen su martirio con su influencia, el antioqueno
posiblemente se diriga a estos libertos-patronos del cristianismo gentil de Roma, ciudad
donde no aparece ningn obispo nombrado por el antioqueno. Por alguna razn Ignacio
no coloca el nombre de ningn personaje relevante de la comunidad romana, sino que
sus splicas se dirigen en general a un sector influyente. Algo similar ocurre en la
comunidad de Filadelfia, donde pese a hablar del obispo no da su nombre.530
La construccin y justificacin del episcopado monrquico como solucin a una crisis
comunitaria cada vez ms evidente en el mundo oriental gener sus efectos en Asia.
Ignacio, desde su ptica siria, percibi fracturas en las asambleas que, a la larga,
amenazaran la pervivencia del cristianismo gentil y propuso mtodos minuciosos para
hacer del cristianismo una asociacin jerrquica y controlada. Veremos ahora cmo
influy su discurso en las producciones paulinas de la dcada de 120.
527
- Schoedel (1985:271).
- Weaver (1972:197-223); Kyrtatas (1987:76-78).
529
- Flp 4.22.
530
- Trevett (1989:43-48).
528
99
531
100
Las iglesias asiticas estaban experimentando una nueva forma de autoridad debido al
aumento numrico entre los fieles y por la intromisin e interaccin con vertientes
cristianas diferentes como la paulino-ignaciana y la juanina. 539 No hay que olvidar que
los acontecimientos del Ponto-Bitinia diez aos atrs haban promovido una postura
social ms abierta en ciertas asambleas. Tanto Policarpo como las Pastorales aseveran la
buena predisposicin cristiana para con las autoridades imperiales locales, ya sea con la
oracin o con la obediencia y el reconocimiento cvico.540 Consagrar una jerarqua
significa buscar una estabilidad social para asegurar la existencia de las iglesias como
asociaciones y, en consecuencia, atraer adeptos. Para esto ya no basta la estructura
domstica tal como se la representaba en Col y Ef, sino que ahora la ekklesia se pensar
como una estructura social modelada en base a la casa. Los cdigos domsticos se
elastizaron a fin de incluir las reglas de los rdenes eclesiales nuevos en un arreglo poco
claro.541 La vida domstica no es un tpico independiente en Policarpo y las Pastorales,
sino que cuando aparece es solo para dirimir algn aspecto de la vida de la casa de
Dios.542 Ya no hablamos de un manual cristiano, sino de una exhortacin administrativa
y reguladora a los nuevos lderes.
Con esta presencia mayor de la autoridad, los asiticos comienzan a definir lmites de
pertenencia con los que codifican a la comunidad. Por un lado se atacan las disensiones
internas, reclamndose precaucin contra maestros alternativos que se introducen en los
oikoi y generan debates sin fin sobre cuestiones cristolgicas; 543 por otro llama la
atencin la preocupacin por el tema de la avaricia tanto entre los lderes como entre los
desviados.544 El caso del presbtero Valente y su mujer, 545 quienes aparentemente
malversaron fondos comunitarios y decepcionaron a su clientela fiel, es paradigmtico
pues seala que existe un mecanismo econmico eclesial con eje en los presbteros y
diconos que cumplen el rol de administradores.546 Estos deben dar cuenta ante la
comunidad del uso de los fondos, aparentemente destinados a la beneficencia entre los
carentes de soporte como las viudas (volveremos sobre el tema). El presbtero o dicono
que lucra con el ministerio puede ser acusado pero no se lo expulsa, sino que solo se lo
539
101
- 1Tim 5.19-20 aclara que hay que reprender al presbtero sin favoritismo si se renen testimonios en su
contra. Esta medida hace dudar acerca del proceder real que se operaba en las asambleas. Hermas en El
Pastor sigue un camino similar: denuncia al rico pero lo invita al arrepentimiento. Filho (1998:151-155).
548
- Policarpo, Flp 5.2.
549
- 1Tim 5.3-16. Towner (1989:180-190).
550
- Policarpo (Flp 7.2) pide moderacin en los ayunos y la oracin. Podra pensarse que en Tit 3.9 al
oponerse a las disputas sobre la Ley el autor est pensando en cuestiones alimenticias. 1Tim 4.1-6
condena los comportamientos ascticos y legitima la accin de gracias como herramienta de interaccin
social, algo heredado de Col 3.17.
551
- Policarpo, Flp 10.3; Tit 3.14.
102
proto-doceta, que fue parte de las asambleas asiticas hasta la dcada del 120, afirmaba
que la trayectoria terrena de Jess era irrelevante y que solo el bautismo provea la
entrada a la salvacin definitiva. Su lectura de Jn fue calificada como un exceso y
precisamente por eso no tienen inters en los espacios domsticos, 552 pues su
individualismo genera la divisin domstica por privilegiar la gnosis divina por sobre
las obras de caridad. Esto no quiere decir que estos personajes fuesen pobres en el
sentido material, sino que conceban la fe en Cristo como disociada de los aspectos
ticos comunitarios que tanto preocupaban a los paulinos. Las comunidades de
Policarpo, Tit y 1-2Tim unan la esfera moral con la esfera religiosa pues su concepcin
cristolgica resaltaba la terrenalidad de Jess, ejemplo de conducta primigenio, 553 y
tambin la historia de Pablo, a quien se colocaba como autoridad tradicional. 554 Si bien
1, 2 y 3Jn coincidan en esta unin de esferas, no exaltaban a Pablo sino al Presbtero,
modelo administrativo propio del paulinismo pero tambin representante de la tradicin
juanina.
La
nocin
de
buena
ciudadana
cristiana,
propuesta
por
- 2Jn 9-10.
- Policarpo, Flp 7.1; 2Tim 2.8; 1Tim 2.5-6.
554
- Policarpo, Flp 3.1-2; 9.1-2; 2Tim 1.8-12; 4.16-17; Tit 1.1-3; 1Tim 1.12-16; 2.6-7. MacDonald
(1983:58) propone que los autores de las Pastorales utilizan la imagen de Pablo para la condena del
celibato; Gil Arbiol (2010:276) agrega que estas epstolas afianzan la autoridad paulina al resaltar el
sufrimiento del apstol y su carcter de perseguidor redimido.
555
- Dibelius-Conzelmann (1977:8-9).
556
- Col 3.18-4.1; Ef 5.21-6.9.
557
- 1Tim 3.4-5.
558
- 3Jn 9-11. Brown (1983:151-152); Malina (1986:171-194). Un caso similar le ocurri a Ignacio (Fil
11.1), cuyos enviados a Filadelfia no fueron reconocidos por un sector de la comunidad. Podra pensarse
que Ignacio legitimaba a un lder local por encima de otros, cuestin que divide a los fieles y crispa los
nimos en contra del extranjero. El tono de la carta deja entrever esto: Fil 3.1-3; 6.3; 7.1-2; 8.1-2.
553
103
565
- Quinn (1988:144-150).
566
- Dibeluis- Conzelman (1977:141); Collins (2002:345-348).
560
104
570
- Ignacio, Pol 4.3; Tit 2.10.
568
105
- El termino euergesias se relaciona con los amos y no con los esclavos, pues es un servicio prestado
por un superior a un inferior. Dibelius Conzelmann (1977:82); Verner (1983:142-145); Towner
(1989:178-179).
572
- Towner (1989:180); Brown (1992:82-83).
573
- De hecho Ignacio tampoco habla acerca de su propia realidad familiar. Esto no quiere decir que fuese
algo menor, pero al menos no era de primordial inters. La idea del obispo ignaciano como un hombre de
mundo, respetado por los de fuera, quizs no supona una moral familiar tan frrea y cristianizada en el
caso del patrono administrador. ste, como representante de la asamblea, deba mantener buenos tratos
con los vecinos paganos, y su familia quizs participara de los festivales cvicos locales como un signo de
buena voluntad cristiana. Este juego a dos puntas del lder cristiano en la polis ser criticado por El
Pastor al pedir un compromiso mayor de parte de los dirigentes.
106
- No hay testimonio directo del martirio de Ignacio, aunque Policarpo lo da por sentado en Flp 9.1-2.
El martirio de Ignacio es un relato muy posterior titulado Martirio Colbertino.
575
- Kyrtatas (1987:79-86); Brown (1993:107).
576
- Ignacio, Rom 2.2; 4.3; 5.1.
577
- Hermas, El Pastor Vis 3.2,1; 6,4; Vis 4.2,4-5; Comp 8.3,6-7.
578
- Bauckham (1974:27-40).
579
- Perkins J. (1995:189-192).
107
- Respecto a El Pastor ha habido varios temas, de los cuales el ms acuciante ha sido su unidad
literaria. Muchos analistas han propuesto una redaccin en etapas para este documento, en la cual
intervinieron tres o cuatro autores distintos: Wilson (1927:50-51); Giet (1963:10-23); Osiek (1986:114).
Otros ven unidad redaccional: Henne (1992:482-488); Martn J. P. (2007:175-176). En base a estas
teoras, cada investigador ha propuesto dataciones diversas, que en general apuntan a la primera mitad del
siglo II. White (2007:428-429).
581
- Hermas, El Pastor Vis 1.1.
582
- Cfr. Wilson (1927:21-24); Osiek-MacDonald-Tulloch (2007:69-72).
583
- Henne (1992:485-486) entiende que en el texto la esclavitud es sinnimo de paganismo, pues Hermas
siendo esclavo considera a su ama como una diosa. Bandose en el Tber, Roda recordara a la antigua
Roma pagana. La manumisin de Hermas supondra entonces su conversin. La escena del Tber ocurre
cuando Hermas ya es cristiano y est casado, por eso se le advierte de su pecado. Las faltas de su periodo
de esclavitud no se le contabilizan al personaje.
584
- Henne (1992:486-487); Ayan Calvo (1995:25).
585
- Hermas, El Pastor Vis 1.3,1-2; Vis 2.2,3; Comp 7.1-4.
586
- Podra suponerse que Hermas era comerciante o mercader. Joly (1968:17-21). Jeffers (1991:23)
especifica que la ocupacin concreta podra estar vinculada al comercio de vino.
587
- En El Pastor se discrimina entre los cargos pero no se habla de una primaca episcopal. A veces
simplemente se los llama los jefes de la iglesia: Vis 2.2,6; Vis 3.9,7. En otros pasajes se identifica por
separado a obispos (Vis 3.5,1; Comp 9.27,1-2), presbteros (Vis 2.4,2-3; Vis 3.1,8) y diconos (Vis 3.5,1;
Comp 9.26,1-2).
108
109
apostatado (es decir que permaneci en la fe sin practicar las obras de la fe)594. Hay
un nuevo lmite de pertenencia comunitaria que exige que los benefactores que aspiran a
lderes adopten una tica econmica y social comprometida con la asamblea. Ahora
bien, que Hermas (el personaje) sea un liberto no es un dato al azar, pues nos habla de
un sujeto que ha ascendido socialmente y que manifiesta signos de una personalidad
calculadora. Esto se percibe en su deseo por su antigua duea, en su comportamiento
fraudulento en los negocios y en la desatencin de su familia. 595 El autor no critica la
movilidad social de Hermas ni su condicin de liberto, sino que quiere corregir ciertos
aspectos de su tica relacional, base para la aspiracin jerrquica. As se ve en la
Comparacin quinta, en la que Hermas est ayunando solo en un monte y el Pastor lo
reprende por no conocer la forma de ayunar que es agradable a Dios. 596 Esta forma de
ayuno consiste en practicar la justicia tanto en la mente, evitando los malos deseos,
como en el cuerpo, abstenindose de alimento voluntariamente y dando el importe
equivalente a los necesitados;597 este ayuno crea un vnculo econmico que evita la
enajenacin. Asociado a este asunto aparece el relato del esclavo y la via. 598 El mismo
cuenta la historia de un esclavo fiel que, ordenado por su amo, cava la via propiedad de
este. Como el amo no regresa, el esclavo realiza el cercado de la via. Cuando el seor
vuelve y ve que el esclavo haba hecho ms que lo que originalmente le pidiera,
consulta con su hijo y unos amigos consejeros y decide hacer al oiketes coheredero con
su hijo. Luego organiza en honor del siervo fiel un banquete. Durante el mismo, el
siervo come lo suficiente y el resto de su porcin lo reparte entre sus compaeros de
esclavitud. Estos se alegran por el gesto y se lo cuentan al seor, quien se regocija an
ms por su decisin. Esta parbola no solo ejemplifica el correcto modo de ayuno, o sea
hacer un sacrificio mayor, sino que refleja la situacin de Hermas en la medida en que el
mismo protagonista es un liberto. No obstante, el ascenso de dicho liberto en la historia
se da por su fidelidad y su utilidad, no por una astucia oportunista. Otro nivel posible de
lectura del texto es el cristolgico, y as lo explica el Pastor al confundido Hermas: el
seor es el Padre, el esclavo es el Hijo de Dios, el hijo es el Espritu, los amigos
consejeros son los ngeles y la via es el pueblo cristiano. 599 Que Cristo est
594
595
110
600
- Hermas, El Pastor Comp 5.5,5-6,8.
601
- Flp 2.6-9.
602
- Esto no supone el martirio necesariamente, sino probablemente una postergacin econmica y social
por parte del mundo pagano. Stoops Jr. (1987:161-178); Meeks (1993:46-47).
603
- Ya Ignacio se haba acercado a esto al presentarse como un esclavo y un condenado, legitimando su
discurso con su sufrimiento: Ef 3.1; Mag 12; Tral 4.2; Rom 2.2; 4.3; 5.1; Esm 4.2. El Pastor apuesta al
mismo tipo de justificacin directiva: Vis 3.1,9- 2,1; Comp 9.28,1-3.
111
(idea heredada del esquema de Heb 5.7-10) y no el clculo deben caracterizar al siervo.
Por esto el esclavo del seor de la via no dud en realizar una obra adicional a lo
pedido. El personaje de Hermas, por oposicin, ha usado la duda para especular, lo cual
es un gran pecado.604 Esa duda supone falta de fe y de subordinacin, pues el que duda
desconoce el carcter y la voluntad de su superior y lo nico que le interesa es su propio
beneficio. La disparidad domstica de intereses se genera a partir de la vacilacin, y los
siervos en ascenso como Hermas parece que sufran de ese mal.
112
113
CAPTULO 4
PERSUASIN Y RACIONALIDAD: ESCLAVOS CREYENTES EN LA POCA
DE LOS DIDASKALEIA CRISTIANOS.
afrontaron
treinta
aos
de
precaria
cuasi-tolerancia
debido,
- Dion Casio, Historia Romana 69.12-14; Talmud de Babilonia Tratado Gittin 57a-58a. Para un
anlisis del desarrollo de la guerra: Harris (1926:199-206); Bowersock (1994:186-195); Werner
(1999:76-89); Lieu (2003:121-123).
606
- Frend (1981:236).
114
115
Dos de los primeros textos cristianos posteriores al desastre judo de 135 fueron el
Apocalipsis de Pedro (ApPed) y el Evangelio de los Egipcios (EvEg), documentos del
cristianismo alejandrino producidos entre 137-140 y de gran circulacin an en siglo III,
ya que Clemente de Alejandra los conoci.607 Estos documentos nos sealan la
creciente afirmacin del cristianismo gentil en la zona. Las ekklesiai alejandrinas
experimentan una transicin en el liderazgo, dejando atrs la fuerte influencia
cristiano-nomista a partir del fracaso de Bar Kokebas, del cual se hace eco ApPed al
hablar de falsos mesas que matarn a los justos.608 La renovacin comunitaria se
alegoriza con la parbola de la higuera que no da fruto y que simboliza a la casa de
Israel. Frente a la orden del dueo de extirparla, el encargado y los esclavos del campo
proponen arrancar la mala hierba, cavar la tierra a su alrededor y regarla a fin de obtener
algn fruto.609 Esas acciones denotan un cambio comunitario fuerte que parte del
cuestionamiento de su antiguo liderazgo nomista. El objetivo sera encarar nuevas
relaciones organizativas no sectarias, es decir ms consonantes con la cultura
circundante. El Egipto cristiano es el primero en reaccionar contra el letargo sinagogal
en el que vivan muchas comunidades.
ApPed nos ofrece una serie de visiones confiadas por Jess a Pedro en las cuales se
describe la parusa futura y los castigos del da del juicio. Que sea Pedro la figura
central del relato y no Santiago es un detalle no menor a la hora de evaluar el inters de
renovacin comunitaria.610 Es interesante considerar los pecados que reciben castigo en
la visin petrina, a los cuales podemos dividir en dos grupos: pecados pblicos y
pecados domsticos. Los pblicos tienen que ver con la existencia de denuncias de
cristianos frente a las autoridades, ya que se castiga a asesinos, perseguidores, falsos
testigos y traidores de los justos.611 La ejecucin de cristianos de extraccin gentil
parece haber sido una realidad del momento, aunque no se especifica que alcance real
607
- De ApPed se han conservado dos versiones, una en etope (Et) y otra en griego (Ak), con ciertas
divergencias entre s. Esto ha llevado a un debate acerca de cul de las dos versiones representara un
acercamiento ms fiel al texto original. Rodrguez (1991:148-151); Mller (2003a:623-625). Eusebio en
H.E. 6.14.1 seala que Clemente conoca ApPed y lo trataba como escritura cannica. Respecto a EvEg,
sus fragmentos conservados se deben exclusivamente a Clemente de Alejandra (Stromata 3.45, 63, 64,
66, 68, 91, 97).
608
- ApPed 2. Varios analistas opinan esto: Erbetta (1981:214), Bauckham (1985:269-287), Rodriguez
(1991:158), Mller (2003a:622).
609
- ApPed Et 2.
610
- Vimos en el captulo anterior que en las primeras dcadas del siglo II las iglesias alejandrinas eran de
raigambre nomista y exaltaban la figura de Santiago el hermano de Jess. Con el cambio operado en la
dcada de 140 la figura del observante pierde significado y la comunidad gentil impone a Pedro como su
apstol por antonomasia.
611
- ApPed Et 7 y 9- Ak 22-25; 27-30.
116
tuvo esta prctica. En cuanto a los pecados domsticos el texto se explaya en la condena
de delitos sexuales y de comportamientos que alteran la estructura domstica. Estos
ltimos incumben a hijos, mujeres y esclavos, a cada uno de los cuales se les exige una
actitud reverente que se manifiesta en aspectos que ataen al despotes del oikos.612 En
el caso de los hijos, el texto apunta a la obligacin no solo de honrar a los padres, sino
tambin de mantenerlos econmicamente y de respetar sus decisiones; en relacin a las
mujeres del hogar se estipula la virginidad como muestra del honor. En cuanto a los
esclavos, su admonicin tiene que ver con su capacidad de difamacin. La visin de
ApPed los muestra atormentados en un suplicio que consiste en masticar eternamente su
lengua. Tal tormento se equipara al de los calumniadores, 613 lo cual podra hacer pensar
que la desobediencia esclava que ApPed presenta puede asociarse a una participacin,
voluntaria o involuntaria, de estos domsticos en las denuncias de cristianos.
No es extrao que justamente esta comunidad de cristianos gentiles en consolidacin
reclame mayor lealtad de sus subordinados domsticos en un momento de denuncias y
ejecuciones populares. El fortalecimiento del cdigo moral domstico nos deja entrever
la creciente proyeccin de figuras administrativas identificadas a partir del ideal de
padre-esposo-amo y propietario urbano. La comunidad de ApPed espera la parusa, pero
sin embargo su forma de presentacin del evento no es pesimista, 614 sino que ofrece el
arrepentimiento como va de escape y restablecimiento comunitario: quien maneje ese
perdn tendr el poder de regir la comunidad y de crear lmites de pertenencia. 615 Visto
as el texto utiliza la imaginera apocalptica con el objetivo de crear nuevos consensos.
Esto no es algo desconocido dentro de la literatura cristiana, ya que El Pastor de
Hermas haca un uso similar de las visiones y comparaciones. Es muy probable que El
612
- ApPed Et 11.
And another very high place (some unintelligible words), the men and women who make a false step
go rolling down to where the fear is. And again, while the (fire) that is prepared floweth, they mount up
and fall down again and continue their rolling. They shall be punished thus for ever. These are they who
have not honoured their father and mother, and of their own accord withdrew themselves from them.
Therefore shall they be punished eternally. Furthermore the angel Ezrael brings children and maidens to
show to them those who are punished. They will be punished with pain, with hanging up (?) and with
many wounds wich flesh-eating birds inflict. These are they that have confidence in their sins, are not
obedient to their parents, and do not follow the instruction of their fathers and do not honour those who
are older than they. Beside them, maidens clad in darkness for rainment, and they shall be seriously
punished and their flesh will be torn in pieces. These are they who retained no their virginity till they were
given in marriage; they shall be punished with these tortures, while they feel them. And again other men
and women who ceaselessly chew their tongues and are tormented with eternal fire. These are the slaves
who were not obedient to their masters. This then is their judgment for ever (traduccin del etope al
ingles propuesta por Mller, 2003a)
613
- ApPed Et 9- Ak 28-29.
614
- ApPed Et 1.
615
- ApPed Et 13. Los apstoles (jerarqua) deben administrar esa penitencia y por ello en ApPed 1
quieren saber cundo ocurrir la parusa.
117
Pastor ya circulara en Alejandra por esa poca.616 El autor de ApPed habra adoptado
algunos de sus elementos, entre ellos las figuras anglicas castigadoras,617 la crtica a los
miembros ricos de la comunidad para que asuman un compromiso mayor618 y la nocin
de segunda penitencia para los ya bautizados.619 La parbola de la higuera cavada y
regada de ApPed, pese a ser un episodio netamente evanglico, bien podra depender
tambin de la Comparacin Quinta del Pastor. En el texto de Hermas se relata la
historia del esclavo que hace una bella obra cavando y cercando la via de su amo,
accin que lo lleva a ser nombrado coheredero junto con el hijo. 620 En El Pastor hay una
simbologa eclesial en la via que se repite en la higuera de nuestro texto egipcio, y en
los dos casos son esclavos los que operan las transformaciones. Hermas compara al
esclavo con el Hijo de Dios que sufri muchas fatigas por el pueblo cristiano (la via) y
fue premiado por ello; en ApPed los esclavos y su capataz se afanan por lograr el fruto
del arrepentimiento antes de que llegue la parusa. En ambos casos la metfora de la
esclavitud se asocia al rol de liderazgo, que implica sufrimiento y exposicin. ApPed
exalta as a los nuevos lderes que deben remover la tierra y hacer fructificar a una
comunidad seca. Comprendida esta alegora podemos acercarnos nuevamente a la
admonicin a los esclavos, a quienes se acusa de lealtad incompleta y dudosa. El tema
del pecado por medio de la indiscrecin y la difamacin tambin est presente en el
relato de El Pastor, en el cual se especifica que la esposa de Hermas peca con su lengua
y atrae males a su familia. 621 En la comunidad de ApPed el pecado de calumnia por
parte de los domsticos es grave en el contexto de tensin que se est viviendo. Masticar
la lengua implica una bsqueda de silencio y sumisin que tiene por objetivo evitar que
los cristianos atraigan la atencin popular.
En el caso de EvEg, texto del cual se conservan apenas unas lneas gracias a Clemente
de Alejandra, la situacin que se nos presenta es ms radical. El fragmento ms
conocido es aquel en el que Salom pregunta a Jess hasta cuando reinar la muerte en
el mundo y Cristo le responde que ser hasta que las mujeres dejen de engendrar. 622 Hay
aqu una derivacin que tambin podra provenir de El Pastor, pues se ensalza una
616
- Clemente de Alejandra (Stromata 1.17,85,4; 29,181,1; 2.1,3,5; 9,43,5; 12,55,3-6; 6.15) y Tertuliano
(Sobre la oracin 16; Sobre la modestia 10.12; 20.2) conocan al Pastor a fines del siglo II.
617
- Cfr. ApPed Et 7,9,10,12,13- Ak 22-25, 27-34; Hermas, El Pastor Comp 6 y 7.
618
- Cfr. ApPed Et 9 y12- Ak 30; Hermas, El Pastor Vis 3.6,5-7; 3.9,1-6; Mand 10.1,4-5; Comp 1 y 2;
Comp 9.20.
619
- Cfr. ApPed 13; Hermas, El Pastor Vis 2.2,4-5; Mand 4.3.1-6; Comp 6.1,1-3.
620
- Hermas, El Pastor Comp 5.2,2-11.
621
- Hermas, El Pastor Vis 2.2,3.
622
- Clemente de Alejandra, Stro 3.9,63-64.
118
El efecto de la derrota juda cal hondo en las comunidades de Asia Menor y Acaya.
En el caso minorasitico vemos aparecer el escrito annimo conocido como la Epstola
a Diogneto (EpDiog), destinada a un gentil interesado en la nueva fe hacia 140.625
Contemporneamente en Atenas ubicamos la Apologa de Arstides (Apo), destinada al
emperador Antonino Po.626 Estos textos nos instalan en el ambiente previo al cisma
623
119
marcionita y nos dan la pauta de que la postura de Marcin, proveniente del Ponto, no
fue algo descabellado ni aislado en el mundo cristiano, sino que surgi del mismo
ambiente reformista oriental. Apo de Arstides y EpDiog presentan al cristianismo como
una novedad, un nuevo paradigma religioso que no reconoce vinculacin histrica con
el judasmo.627 Si bien hay una herencia teolgica (ambos dan culto al Dios creador)628 y
moral (en lo concerniente a la importancia otorgada a la atencin de los desposedos) 629,
los cristianos reclaman para s una gnosis superior trada por Cristo en relacin a la
divinidad, una nueva forma de concebir a Dios.630 Junto a esta desvinculacin del
judasmo aparece una alineacin con los parmetros cvicos y sociales del imperio, ya
que el objetivo primordial de estas exhortaciones es resaltar el correcto
desenvolvimiento pblico y privado de los cristianos.631 El tema de la esclavitud est
presente en ambos textos y se acomoda al proyecto filoimperial propuesto. Para
comparar posturas primeramente es necesario esbozar el contexto de produccin de
cada escrito. Comenzaremos por EpDiog, ya que Apo de Arstides habra sido un poco
posterior (144 aproximadamente) pues parece conocer ms concretamente el planteo
dualista de Marcin.632
En Asia Menor la perspectiva social de las comunidades cristianas entr en conflicto a
partir de 135. Luego de la Segunda Guerra Juda se vigoriz un discurso cristiano
nomista a travs de los escritos del anciano obispo Papas de Hierpolis referidos a la
tradicin apostlica no paulina y a la consagracin del milenio luego de la parusa. 633 No
es extrao que estos estallidos de literatura cristiano nomista hayan promovido como
favorito Antinoo (Apo Sir 8.2; 17.2). Otros autores dan preferencia al texto en siraco, dedicado a
Antonino Po. Nielsen (1970:79), Keresztes (1971:1). Seguimos esta postura en base a las similitudes que
Apo de Arstides manifiesta con EpDiog en cuanto al contexto de produccin.
627
- Cfr. EpDiog 1, Arstides, Apo Sir 16.4.
628
- Cfr. EpDiog 10.2, Arstides, Apo Sir 15.1(3)- Gr 15.3.
629
- Cfr. EpDiog 5.11, Arstides, Apo Sir 15.5(7)- Gr 15.7.
630
- Cfr. EpDiog 7.1-3, Arstides, Apo Sir 15.1(3)- Gr 15.1.
631
- Cfr. EpDiog 5.1-12, Arstides, Apo Sir 15.2(4)-5(7)- Gr 15.4-6.
632
- Arstides, Apo Sir 15.1(3)- Gr 15.3. El nfasis en que los cristianos no adoran a otro Dios aparece
en prrafos que aseveran la vinculacin entre el Dios creador y Cristo.
633
- Ireneo, Contra las herejas 5.33,4; Eusebio, H.E. 3.39. Varios autores ubican a Papas como un
contemporneo de Ignacio de Antioquia hacia 110. Walls (1967:137-138), Schoedel (1993:235-236,
261-262), Hill (2009:285). Sin embargo datar su produccin a fines de la dcada de 130 e inicios de la de
140 ayuda a explicar su marcado cristianismo nomista y su silencio sobre el apstol Pablo. Ciertamente la
figura de Pablo se haba vuelto un punto de debate desde la aparicin de las Epstolas Pastorales en la
dcada de 120. El problema era la justificacin jerrquica que estos documentos entraaban, imponiendo
una disciplina creciente que no todos los cristianos asiticos estaban dispuestos a aceptar. Parece que
Papas no consideraba a Pablo una figura apostlica, sino un reformador desviado. Schoedel (1993:253,
267-268). En su celoso inters compilador Papas podra haber tratado de desacreditar a las Pastorales,
descartndolas como tcitamente como textos impuestos y no recibidos por tradicin presbiteral.
Schoedel (1993:270). EpDiog y Aristides se alinean con el pensamiento paulino aunque no nombran al
apstol y apenas lo citan explcitamente. Nielsen (1970:88), Lona (2001:35).
120
- Fairweather (1953:206-210).
- Barnard (1965a:133) cree que no se cita el AT en EpDiog porque su pblico son paganos. Mara
(1967:267-269) y Lona (2001:34-35) sostienen que el autor de la epstola no cita directamente las
Escrituras veterotestamentarias, pero alude a ellas.
636
- EpDiog 9.1-5. Meecham (1949:29, 40) aduce que para EpDiog el retraso del plan divino de salvacin
no era para que los hombres se arrepintieran, sino para magnificar el poder y la bondad de Dios al rescatar
al hombre, incapaz de procurarse la salvacin. Cfr. Marrou (1951:199, 204); Lona (2001:26-27).
637
- EpDiog 5.10.
638
- Arstides, Apo Sir 2.2- Gr 2.1. En este punto puede verse un conflicto con EpDiog, donde no se
considera a los cristianos una estirpe o pueblo particular, sino que se esfuerza por presentarlos integrados
en toda la sociedad imperial. Cfr. Marrou (1951:131-133); Meeks (1993:8-10).
639
- Arstides, Apo Sir 15.6(8)- 8(10)- Gr 15.5-7.
640
- Arstides, Apo Sir 15.9(11). Alpigiano (1988:20-23).
635
121
- Eusebio (H.E. 3.1) solo muestra a Cuadrato como escritor. Jernimo (Los hombres ilustres 19;
Epstola 70.4) lo identific como el obispo de Atenas que menciona Dionisio de Corinto en su carta a los
atenienses conservada por Eusebio (H.E. 4.23,3), postura que compartimos. Varios autores diferencian
entre estas figuras y un profeta de nombre Cuadrato que presenta Eusebio (H.E. 3.37,1). Velasco Delgado
(1973:198-247) y Grant (1988a:35-36) postulan tres personajes diferentes; Pouderon (2005:116)
considera que el Cuadrato profeta y el apologista son la misma persona pero no el obispo, al que ubica
bajo el gobierno de Marco Aurelio.
642
- Eusebio, H.E. 4.3,2. No sera descabellado pensar que Cuadrato tena un origen asitico, ya que su
apelacin a testigos carnales de Jess y a un testimonio vivencial conservado podra alinearlo con Papas
de Hierpolis.
643
- Dionisio de Corinto relataba esto en una carta a los cristianos de Atenas, conservada
fragmentariamente por Eusebio (H.E. 4.23,3). Esos tumultos pueden identificarse con los relatados por
Eusebio (H.E. 4.3,1).
644
- Arstides, Apo Sir 15.6(8).
645
- Arstides, Apo Sir 15.8 (10)- Gr 15.10. Cfr. Grant (1988a:38); Kay (1995:261).
646
- Arstides, Apo Gr 15.1.
647
- Arstides, Apo Sir 15.8 (10)- Gr15.13. Esta identificacin del cristianismo con una filosofa supone un
riesgo, pues la idea misma de filosofa se asocia con culto idoltrico para muchos cristianos. EpDiog ve
negativamente a los sabios griegos. Meecham (1949:31).
122
- EpDiog 10.4-6.
- Papas (Eusebio H.E. 3.39,12) y luego Justino adhieren a esta idea.
650
- EpDiog 9.2; 10.6.
651
- Podra pensarse que Diogneto es un simpatizante distinguido, ya que el autor lo evoca con el
superlativo krtistos (excelente), normalmente aplicado a la aristocracia. Se han ensayado varias hiptesis
sobre quin habra sido realmente este Diogneto. Cfr. Meecham (1949:17-18); Marrou (1951:267).
652
- EpDiog 5.3. Sobre el valor otorgado a los sueos como manifestaciones religiosas son interesantes
los trabajos de Gil Fernndez (2000:11-28), Ruiz Garca (2000:29-50) y Harris (2009:181-225). Renegar
de estos medios de manifestacin divina supone un corte con gran parte de la tradicin asitica. La
profeca era un carisma fundacional de las iglesias de Anatolia y podra estar recuperando fuerza en esta
poca, ya que hacia la dcada de 150 podemos fechar la aparicin del montanismo en Frigia.
649
123
los siervos.653 En su admonicin los coloca en el mismo nivel que los hijos, aspecto
bastante curioso pues normalmente se privilegia el lazo filial por sobre el servil para la
concordia domstica (despus de todo el esclavo siempre es un extrao). 654 Que hijos y
esclavos aparezcan juntos supondra un mismo grado de subordinacin en relacin al
despotes en tanto ambos son considerados jurdicamente menores de edad,
dependientes. La persuasin amorosa que segn Arstides usa el amo para convertir a
los esclavos es solidaria con el esquema de divinidad paciente y temperante que
propona EpDiog. Arstides llama hermano al esclavo convertido as como tambin al
forastero al que se le brinda hospitalidad. 655 Sin embargo deja en claro que esa
hermandad es netamente espiritual y que es el amo, o el anfitrin, quien define los
trminos en que se desarrolla. La cristianizacin de todo el oikos bajo la paciente y
refrenada mano de su despotes es un buen recurso apologtico cristiano de cara al
imperio. Los cristianos imitan a su Dios y lo honran a la vez con obras concretas,
cumpliendo as un rol sacerdotal que sostiene al mundo, aspecto en el cual coinciden
EpDiog y Apo de Arstides.656 Por contraposicin, ambos documentos consideran que
los griegos usan a sus dioses como justificativo para conductas licenciosas y que los
judos se desvan del conocimiento completo de Dios por su ritualismo imperfecto.657
Ms all de los puntos normativos que los dos textos analizados nos proveen es
interesante indagar acerca de la prctica efectiva que habra derivado de los mismos. Si
bien no tenemos ejemplos concretos podemos conjeturar que la administracin de los
subordinados apareca como un punto conflictivo en las manifestaciones paganas contra
los cristianos. Ntese que ni EpDiog ni Apo de Arstides conciben la posibilidad de un
esclavo o esclava cristianos que no tenga amo creyente, pero s lo inverso. Puede que el
despotes cristiano no tenga un doulos creyente (o incluso que compre un siervo no
cristiano al cual puede convertir), pero un doulos cristiano necesariamente debe tener un
despotes creyente. El reflejo de Dios es el amo, aquel que tiene poder y est capacitado
para generar un beneficio o bienestar con sus obras y acciones. Con esto los discursos
653
124
658
- Arstides (Apo Sir 15.1(3); 16.3 y 5- Gr 15.11) habla de libros. Hill (2009:271-273). EpDiog solo
en sus captulos finales, agregados hacia 150, reconoce la fundamentacin de la fe en los Evangelios.
EpDiog 11.6.
659
- Ireneo, C.H. 3.4,3; Tertuliano, Sobre la prescripcin de los herejes 30; Contra Marcin 4.4 y 9; 5.1;
Epifanio, Panarion 42. Harnack (2007:15-20).
660
- Ireneo, C.H. 1.27,2; Tertuliano, C. Marcin 1.2. Cfr. Orbe (1976:56-57).
125
provey la salvacin.661 Con esta postura teolgica Marcin fomentaba una crtica a la
administracin imperial que rega el mundo. Lampe ha propuesto que, dado su oficio de
naviero, Marcin habra sufrido fuertes presiones y requisitorias bajo el gobierno de
Trajano. Como el Ponto era un punto intermedio entre los escenarios de guerra en aquel
momento, los navieros de la zona habran sido vctimas de fuertes liturgias municipales
y servicios obligatorios para el gobierno, ya sea transportando tropas o alimentos. 662 Si
bien esta situacin se aplac bajo Adriano y los navieros recuperaron su independencia
laboral, Marcin y la comunidad cristiana de Snope habran percibido la derrota juda
de 135 como otra seal divina. El fracaso del judasmo rebelde llev a que en Oriente
muchos de los primeros intelectuales cristianos (entre los cuales colocamos al autor de
EpDiog y a Arstides) cuestionaran los elementos judaizantes de sus ekklesiai.663 Esto
ocurri con el fin de distinguir entre ambas religiones, pero tambin con un objetivo
crtico hacia las autoridades eclesisticas. Obispos y presbteros alegaban una autoridad
apostlica como base de su poder y Marcin era consciente de los manejos al interior de
las comunidades asiticas.664 A esto se suma un debate candente sobre la figura de
Pablo, a la cual la jerarqua haba domesticado con la aceptacin de las Epstolas
Pastorales, cuestionadas por su fuerte tono disciplinario. Podra pensarse que era la
voluntad acomodaticia de ciertos miembros jerrquicos lo que molestaba a Marcin, una
mundanizacin creciente de la iglesia que se palpaba claramente en las Pastorales (tal
como analizamos en el captulo anterior), a las cuales el naviero rechaz como
espurias.665 Para Marcin el Demiurgo permea todo lo existente, incluso a la
administracin imperial romana, apropiadora de los recursos de los navieros y
comerciantes, y a la jerarqua episcopal, desconocedora del verdadero Dios.666
Como ya ocurra en Arstides, Marcin privilegiaba la revelacin escrita por sobre la
oral, de raigambre cristiano-nomista. Para consolidar su nueva teologa bblica con eje
en los textos paulinos fund una escuela en Roma. All realiz un trabajo de depuracin
661
126
del material paulino y del Evangelio de Lucas, nico que aceptaba,667 para eliminar
elementos judaizantes y recuperar la revelacin original, adulterada por Pedro y los
otros apstoles.668 Su exgesis comprenda una cristologa doceta y modalista, pues
conceba a Cristo como Dios mismo (sin diferenciacin clara entre las personas del
Padre y el Hijo) y como un ser carente de carnalidad real. El Cristo marcionita no haba
nacido ni haba experimentado el sufrimiento, sino que se manifest como un fantasma
para proveer la salvacin.669 Esta concepcin divina no carnal apuntaba a magnificar la
bondad de Dios en la salvacin, ya que salv aquello que no haba creado y con lo que
no tena vnculo. Para Marcin el hombre se salva no por las obras, que son indiferentes
al Dios supremo, sino por la fe. Esto es una profundizacin radical de los temas que
vimos en EpDiog y en Arstides ya que el hecho de colocar en segundo plano la vida
moral de los individuos hace a la religiosidad marcionita sospechosa de rebelda y no
solidaria con la sociedad imperial. Evidentemente Marcin consideraba al rgimen
poltico un elemento de opresin y propona una vida regida por premisas ascticas
como antdoto. Con esa conducta aislacionista se manifiesta la fe en el Dios bueno y se
alcanza la libertad de la miseria humana congnere al Demiurgo. As como Cristo es
independiente del Creador, as le exige a los hombres que creen en l que se liberen del
mundo.
En el esquema marcionita no hay lugar para la familia ni las relaciones de
dependencia generadoras de ataduras terrenales, ya que el objetivo era extraer al
individuo de las estructuras sociales para formar una iglesia clibe y misionera. 670 Es
curioso que Marcin, siendo un rico naviero que aport una generosa donacin a las
arcas de la comunidad cristiana de Roma al ingresar a la misma, no sea juzgado por los
heresilogos en cuanto a sus posesiones, entre las que seguramente se contaban esclavos
y libertos que oficiaran como agentes comerciales.671 Sin embargo su tajante rechazo de
la materia y las imposiciones jurdicas lo habra llevado a pensar a la esclavitud material
como un concepto relativo, como una perversa accin atribuida al Demiurgo. En
relacin al tema es interesante observar cmo procedi Marcin en su depuracin,
segn el raconto de Tertuliano, con algunos de los pasajes paulinos relativos a la
667
127
672
128
nico fenmeno, sino que otras vertientes cristianas florecieron en la capital imperial
promoviendo distintas derivaciones sociales.
129
- Orbe (1976:47-48).
- Ireneo, C.H. 1.6,1-4; Hiplito, Refutacin 6.34,4-8.
685
- Tertuliano (C. valentinianos 1) afirma que la instruccin valentiniana dura cinco aos. Cfr. Quispel
(1948:26); Lampe (2003:317).
686
- Ireneo, C.H. 1.4,3.
684
130
- Lampe (2003:316).
- Cfr. Quispel (1948:27-31); Rasimus (2009:147-148). De hecho es posible que Marcin y Valentn se
hayan conocido, pues coincidieron en Roma y ambos provenan del cristianismo oriental, aportando sus
concepciones propias fundamentadas en un paulinismo extremo.
689
- Lampe (2003:313-314).
690
- Ireneo, C.H. 4.26,3-5; Tertuliano, Sobre la prescripcin de los herejes 3; C. valentinianos 1-2. Cfr.
Garca Bazn (1978:54-55); Lampe (2003:387-388); Dunderberg (2008:3-4).
691
- Ireneo, C.H. 4.41,1-3;5.26,2.
692
- Tolomeo (Epifanio Panarion 33.7,9) habla de una tradicin de los apstoles que nosotros tambin
hemos recibido. Clemente de Alejandra (Stro 7.17) explica que esa sucesin apostlica le lleg a
Valentn por medio de Teudas, discpulo de Pablo.
688
131
132
133
intenta acercar a su marido a la fe, pero no tiene xito. Justino ve este proceso de
conversin como unitario y lo simplifica, pero en la realidad Flora debi atravesar
primeramente una etapa proto-catlica en la cual los estndares morales no seran tan
rgidos. Luego de la crisis marcionita, que puso en jaque la interpretacin escritural
proto-catlica e inaugur el debate sobre la validez del AT y la relacin de los cristianos
con el mundo, Flora se habra volcado a un compromiso ms radical a travs de su
acercamiento a la escuela de Tolomeo. Esta escuela manifestaba una tendencia
filocatlica y antimarcionita pero promova un progreso personal superior que podra
haber implicado ciertas prcticas ascticas. Flora pas de una interaccin hlica y carnal
con sus esclavos, seres inferiores social y jurdicamente, a una interaccin pneumtica
con iguales espirituales, aunque no a nivel socio-econmico, que le sirven de consejeros
en asuntos domsticos. No sera descabellado pensar que aquellos que Justino denomina
los que le pertenecen (hypo ton auts) fuesen esclavos, esclavas y libertos de su
propiedad que se haban adherido al crculo tolemaico. 707 Estos individuos temen por su
indefensin si la dama se divorcia, pues las represalias del marido podran caer sobre los
fieles de la casa. Considerando esto, la mujer pidi el divorcio pero ante la denuncia de
cristianismo que le registr su marido frente a las autoridades ella reaccion con mesura
y pidi primeramente disponer de sus bienes, cosa que se le concedi. 708 Detrs de este
pedido de parte de Flora habra una estrategia destinada a proteger a sus esclavos,
libertos e incluso clientela cristiana (que incluira al mismo Tolomeo presumiblemente)
sobre los cuales podra caer tambin la acusacin.709 En este sentido obr solidariamente
con su didaskaleion pese a no poder influir en el proceso del maestro promotor, que
finalmente fue ajusticiado. Evidentemente Flora no fue mrtir, pero nos provee de un
ejemplo para evaluar el comportamiento de las escuelas valentinianas y su nocin de
responsabilidad social.710 La dama conversa atrajo a sus dependientes, que habran
tenido diversos grados de iniciacin en la doctrina y bien podra ser que muchos fueran
simplemente psquicos proto-catlicos. El marido saba de las reuniones y estaba al
tanto de la adscripcin religiosa de la mujer y de una parte de su oikos y apela a la
707
708
- Justino, 2Apol 2.8. Esto muestra que Flora realmente era una matrona influyente, pues apela al mismo
emperador Antonino Pio. Grant (1988:69-73) aduce que el inters principal de la mujer es recuperar su
dote.
709
- Cfr. Osiek- MacDonal- Tulloch (2007:76); Dunderberg (2008:92).
710
- Garca Bazn (1978:53-55); Lampe (2003:387-391). Dunderberg (2008:60-67) se adentra en el
anlisis de un salmo titulado Cosecha, atribuido a Valentn (conservado por Hiplito en Refutacin
6.37,7) para concluir que la actitud del primer valentinianismo en relacin al mundo material era positiva.
134
denuncia para reclamar los bienes de su esposa, incluidos los siervos. Flora es el mejor
ejemplo de que el valentinianismo no era una doctrina evasiva o socialmente insolidaria,
sino que combinaba una ascesis destinada al perfeccionamiento de su fragmento divino
con un compromiso institucional que la haca sentirse responsable por la suerte de sus
correligionarios de extraccin social inferior. Los esclavos eran bienvenidos en los
crculos valentinianos, pero es probable que normalmente llegaran a ellos a travs de sus
amos, destinatarios principales de la enseanza gnstica de Valentn y sus
continuadores.
En Roma apareci otro conventculo cristiano gnstico digno de destacarse pese a que
tampoco tenemos documentos escritos suyos: los carpocratianos. Originarios de
Alejandra estos cristianos habran llegado a Roma hacia el final de la dcada de 150,
bajo el episcopado de Aniceto. La portavoz y lder de la vertiente carpocratiana romana
fue una tal Marcelina, maestra de la secta.711 Si nos guiamos por las presentaciones que
hacen Ireneo, Clemente de Alejandra e Hiplito sobre el tema apenas tenemos la
descripcin de un grupo obsceno y orgistico con una doctrina teolgica anclada en una
especie de platonismo exacerbado, pero Lampe ha propuesto una lectura poltica del
fenmeno carpocratiano en Roma.712 Para esto parte de la informacin suministrada por
el alejandrino Clemente acerca del escrito bsico de la secta, titulado Sobre la justicia
y atribuido a Epifanes, hijo de Carpcrates. 713 Dicho texto propona la igualdad de todos
los humanos a partir de los argumentos de la ley natural y del concepto platnico de
dikaiosyne. Dios no hace distincin entre rico y pobre, gente comn o gobernantes,
estpidos o inteligentes, varn o mujer, esclavo o libre y por tanto cualquier diferencia
econmica y social queda abolida. Para los carpocratianos el AT y su Ley eran una
mera imposicin humana que atentaba contra la igualdad. La prctica concreta surgida
de esto fue un comunalismo de bienes que los heresilogos comprendieron como
tendiente a una promiscuidad permitida. 714 Dejando de lado exageraciones, Lampe cree
que estos principios carpocratianos se practicaran al interior de su comunidad sectaria.
Sin embargo no habran tenido mucho atractivo para aquellos cristianos adheridos a
711
135
- Lampe (2003:319-320).
- Ireneo, C.H. 1.25,1-3; Hiplito, Refutacin 7.32. Cfr. Finney (1981:35-41); Mead (2010:4-8).
717
- Eusebio, H.E. 4.22. Hegsipo provena de Jerusaln y realiz un primer compendio de listas de
sucesiones episcopales de varias sedes. Adems catalog a las doctrinas cristianas desviadas segn la
perspectiva proto-catlica romana. Su obra, desarrollada bajo el patrocinio de los obispos romanos, es una
muestra del creciente mpetu organizativo y uniformador de un sector proto-catlico de la capital
imperial.
718
- Eusebio, H.E. 4.14,1; 5.24,16-17. Aniceto se muestra firme frente al anciano obispo Policarpo y no
cede. Esta cuestin pascual est mostrando un conflicto entre un cristianismo escritural cada vez ms
asentado y las fuertes tradiciones orales que an se preservaban en oriente, a las que los romanos asocian
con principios judaizantes. Por su parte los asiticos, an los proto-catlicos como Policarpo, ven la
alteracin de costumbres y tradiciones que promova la iglesia de Roma como una poltica acomodaticia a
716
136
137
725
729
- No hay inclinaciones docetas en estos textos. 2Clem 9.3-5; EpAp 11-12; 24.
730
- Clemente de Alejandra, Stro 7.13.
731
- 2Clem 17.2.
732
- EpAp 14.
733
- EpAp 41-42.
726
138
139
- ApAd 70.20-73.20.
- ApAd 84.4-85.18.; 85.22-31. Morard (1977:214-233).
742
- ApAd 65.20. Traduccin del sahdico propuesta por Piero-Montserrat Torrents-Garca Bazn, 2000).
743
- 2ApSg recoge dos relatos sobre Santiago, hermano de Jess: la aparicin que recibi de Cristo
resucitado, y un raconto de su martirio. Santiago aparece como un lder y mediador que debe acceder a la
gnosis para perfeccionarse. Cfr. Brown (1975:226); Funk (2003:331). ApcrSg puede dividirse en dos
partes, una epistolar y otra de revelaciones. En la parte epistolar Santiago hace recomendaciones a un
didskalos sobre como usar los escritos que le ha enviado para instruir a los fieles. En la parte siguiente
Santiago se une a Pedro y los apstoles para recibir revelaciones del Cristo resucitado. Cfr. Perkins
(1982:404); Kirchner (2003:287-289).
744
- 2ApSg p.46-47; ApcrSg p.8-9 y 13. Kirchner (2003:290-291).
745
- Cfr. 2ApSg p.50; ApcrSg p. 2,7 y 8.
746
- ApcrSg p. 5-6.
747
- 2ApSg p.61-62. Este relato de la muerte de Santiago puede compararse con el que hace Hegsipo para
la misma poca. Pese a ser un converso del judasmo (Eusebio H.E. 4.22,8) Hegsipo revalora el
testimonio de Santiago como parte de una crtica al pueblo judo (Eusebio, H.E. 2.23,3-19).
741
140
lleno con el testimonio carnal (sufrimiento), sino que requiere una sabidura espiritual
que se da progresivamente a fin de crecer en la comprensin de lo divino. 748 Este
judeocristianismo gnstico propone un sincretismo doctrinal que exige la gnosis junto al
sufrimiento (y martirio) como elementos legitimadores. Es esta una curiosa unin de fe
con obras, de lo carnal con lo pneumtico.
Estas posturas setiana y judeocristiana impulsaron a los proto-catlicos sirios a
reclamar su dominio sobre el AT y a proponer un tipo de autoridad distinta a partir de la
exaltacin de Pedro. Dos textos podemos utilizar para comprender su postura: la
Segunda Carta de Pedro (2Ped) y el Evangelio de Pedro (EvPed).749 En 2Ped su autor
coloca en boca del anciano apstol duras crticas a los maestros gnsticos que operan en
didaskaleia particulares generando una atraccin de los fieles dbiles, los cuales parece
que oscilan de forma especulativa entre la comunidad proto-catlica y la afiliacin a los
grupos gnsticos.750 Las doctrinas que identifican a los desviados segn 2Ped son la
negacin de la parusa y la interpretacin errnea de los escritos del apstol Pablo.751
Esto podra llevar a pensar en una oposicin valentiniana laxa en la aplicacin de los
principios ticos a partir de una relativizacin del valor de la carnalidad de los sujetos.
2Ped propone como herramientas frente a esto la penitencia, destinada a purgar con
obras los pecados, y la reactualizacin de la esperanza escatolgica como un evento
certero pero no inminente.752 Otro punto de conflicto con los didakaleia gnsticos es la
interpretacin de las Escrituras, tema sobre el cual EvPed se explaya ms directamente,
ya que hace descansar su narracin de la pasin en la profeca veterotestamentaria
historizada en Cristo.753
En EvPed hallamos una buena predisposicin hacia el imperio, cuyos representantes
son testigos privilegiados de la muerte y la resurreccin de Cristo. 754 Los judos
748
141
aparecen como los culpables de la crucifixin y de sembrar el temor entre los adeptos
cristianos.755 Sin embargo la ejecucin de Cristo, pese a ser descripta en base a la
profeca, contiene dos pasajes de tinte gnstico sobre la impasibilidad del ajusticiado y
su exclamacin final acerca del poder que lo abandona.756 Varios analistas creen que
dichos elementos se contrabalancean con un nfasis en la realidad corporal de la
resurreccin y el apoyo a una cristologa juanina de la preexistencia.757
EvPed entra en debate con un dualismo gnstico sobre las substancias de Cristo que se
observa en un texto contemporneo, el Apocalipsis Gnstico de Pedro (ApGnPed), en el
cual su autor tambin presenta la pasin y resurreccin. 758 En este relato Pedro es un
mero receptor de las explicaciones de Cristo acerca de la verdadera naturaleza de su
salvacin, que no tuvo carcter expiatorio debido a que el Salvador verdadero no poda
padecer.759 De esta manera se pone en tela de juicio la autoridad eclesistica de obispos
y diconos que hacen una lectura carnal de los evangelios y adoran a un muerto, a la
materia que solo era un duplicado del verdadero Salvador.760 Por este motivo instituyen
prcticas sobre la penitencia y el perdn siguiendo la doctrina de hombres y se alejan de
la verdadera gnosis que salva la esencia particular divina. 761 Es interesante observar que
estos gnsticos conviven con los proto-catlicos y denuncian represalias de su parte a
raz de sus interpretaciones.762 Este grupo tambin recurre a Pedro como autoridad y
desprecian definitivamente el legado paulino,763 netamente asociado a la teologa de la
cruz y de la kenosis divina.
La carnalidad de Cristo aparece como la piedra de escndalo al interior del
cristianismo de Siria en un momento en que es necesario definir posturas polticas.
Apoyar la cristologa proto-catlica supone aceptar un proyecto de tolerancia e
integracin con la cultura grecorromana a partir de una perspectiva escatolgica que
imperio. En Mt 28.11-15 la guardia romana es sobornada por los sacerdotes para que callen el hecho; en
EvPed 11.43-49 Pilato y los soldados reconocen que Jess era el Hijo de Dios pero los obligan a callar.
Mara (1973:161-162,192, 196); Dewey (1990:118).
755
- EvPed 6.23; 8.28; 12.50. Perler (1964:585); Mara (1973:69-70).
756
- EvPed 4.10; 5.19. Cfr. Mara (1973:106-107,132-133); Bernab Ubieta (2008:243-245).
757
- McCant ((1984:258-273); Maurer-Schneemelcher (2003:220).
758
- En ApGnPed el apstol recibe las revelaciones durante la semana de la Pasin. Es la segunda visin
(ApGnPed 81.3-82.3) la que seala una distincin entre el Salvador carnal y el Redentor impasible.
Pearson (1990:67-64).
759
- ApGnPed 81.18; 71.20-72.5; 72.15-17. Piero- Montserrat Torrents- Garca Bazn (2000:51-52).
760
- ApGnPed 73.18; 74.13; 76.20-77.20; 79.25.
761
- ApGnPed 78.1-15. Se acusa a Hermas de haber sido el promotor de un tipo de penitencia que ahora
se ha institucionalizado.
762
- ApGnPed 72.5-10. Cfr. Desjardins (1996:206-207); Piero- Montserrat Torrents- Garca Bazn
(2000:54).
763
- ApGnPed (rol positivo de Pedro) 70.20; 71.19-20; 82.10. Desjardins (1996:204). Las alusiones a
Pablo se encuentran en ApcrSg 74.10-15; 82.21-26.
142
reivindica las acciones humanas como consecuencia directa de una moralidad religiosa
que las rige. La autoridad es un principio necesario para esta vertiente en tanto es gua
de los dbiles subordinados, ya sean mujeres, jvenes o esclavos. Las vertientes
gnsticas si bien no desechan la prctica de la moralidad tampoco la consideran un
principio vertebrador de la realizacin personal. La autoridad es presentada en tanto
gua del desarrollo personal basado en la revelacin a fin de escapar de un mundo
opresor extrao a la divinidad suprema y dominado por potencias polticas que
fomentan la esclavitud a partir de la ignorancia y el dominio fsico de sus criaturas.
764
- Justino, 1Apol 1.1. Cfr. Barnard (1964:395); Grant (1988:50); Lampe (2003:257); Pouderon
(2005:131).
765
- Justino, 2Apol 12.1; Dial 2.3-8.2. Cfr. Hofer (2003:1-21); Meeks (1993:20-21).
766
- Cfr. Skarsaune (1987:425); Snchez (2001:664); Lampe (2003:258); Pouderon (2005:132).
767
- Lieu (2003:177). Pese a tener una marcada tendencia paulina, Justino nunca nombra al apstol como
autoridad. Esto est vinculado con el uso que el marcionismo hace de Pablo, quien pasa a ser de alguna
manera el apstol de los herejes. Cfr. Cosgrove (1982:225); Grant (1988a:58-59); Werline
(1999:79-82); Pouderon (2005:67).
768
- MartJust 3.3. Cfr. Lampe (2003:259); Snyder (2007:335-362).
143
que consideraba desviadas,769 las dos apologas (1Apol y 2Apol), la primera hacia 156 y
la segunda hacia 158-159,770 y el Dilogo con Trifn (Dial) hacia 161.771
En Roma Justino imparti desde su escuela una doctrina cristiana que una la tradicin
bblica con la de Platn.772 En esta combinacin se ve la herencia de ciertos planteos
orientales, que ya trataban de hacer del cristianismo una filosofa de vida que asociaba
una tica concreta con la creencia divina (EpDiog). Es por esto que Justino, igual que
Marcin y Valentn, concibe a Dios como bueno y ajeno al mal, del cual no es
responsable. El mal se origina a partir del libre albedro, causa de la libertad de eleccin
humana.773 No hay determinismo estoico ni una eleccin divina preestablecida como
proponen los gnsticos. Sin embargo a esa libertad humana se le suma un elemento
negativo que la amenaza: la presencia demonaca. Los demonios, entidades inferiores,
se ocultan detrs de los dioses paganos y desde all esclavizan a la humanidad con
rituales y sacrificios.774 De esta manera quitan el poder de razonamiento a los hombres,
reemplazndolo por el miedo, al cual inducen por medio de diferentes estrategias como
los sueos, la magia, etc.775 Estos demonios distorsionan los mensajes de los profetas
sobre la venida de Cristo y con eso da origen a los mitos sobre los hijos de Zeus, aunque
sin comprender bien las profecas.776 Pero as como ocurri esto, los poetas y filsofos
griegos tambin accedieron a parte de la verdad segn Justino, ya que en sus obras
tomaron ideas de los profetas de Israel. Establece as la doctrina del spermatikos Lgos,
es decir la presencia fragmentaria de la verdad evanglica en toda la cultura griega o
brbara y que solo se comprendi definitivamente con la venida de Cristo y el
cumplimiento esclarecedor de las profecas. Justino intenta mostrar que la cultura
pagana posee elementos cristianos, fruto de una verdad esparcida y fragmentada que
solo la fe cristiana logr unificar y comprender.777 La revelacin de Cristo (el Verbo) no
solo cumpli las profecas, sino que tambin dej al descubierto las estrategias
demonacas. Tanto en la filosofa griega como en las Escrituras judas haba parte de
769
- Justino, 1Apol 26.8; Dial 80.3. Esta obra no ha llegado a nosotros, as como otras que enumera
Eusebio (H.E. 4.18). Pouderon (2005:148).
770
- Cfr. Ehrhardt (1953:1-6); Grant (1988:52-53); Danielou (2002 :17); Lampe (2003:260); Pouderon
(2005:132).
771
- Dial sera posterior ya que en 120.6 cita 1Apol 26. Cfr. Sanchez (2001:660-663); Lieu (2003:103);
Pouderon (2005:139). Solo Keresztes (1971:2) lo hace anterior a las apologas.
772
- Justino, 1Apol 59; 2Apol 12.1; Dial 2.6. Cfr. Drogue (1987:303-319); Price (1988:18-23).
773
- Justino, 1Apol 28.3; 43.2; 2Apol 6 (7).5-6. Danielou (2002:44-46); Pouderon (2005:161-164).
774
- Justino, 1Apol 5.2; 23.3; 26.1. Danilou (2002:413-414).
775
- Justino, 1Apol 14.1; 2Apol 4 (5).4.
776
- Justino, 1Apol 54.2-55.1; 2Apol 13.1.
777
- Justino, 1Apol 44.9-10; 46.2-4; 2Apol 10; 13.3. Vogel (1978:360-388); Danilou (2002:48-56); Rivas
(2003:279-294).
144
verdad, y lo que hizo la manifestacin del Verbo fue restaurar la revelacin original
distorsionada, restableciendo as el estado primigenio de la humanidad.
Justino se encuentra con dos problemas a la hora de conciliar su idea de cristianismo
racional con los principios civilizadores romanos. Por un lado debe explicar la situacin
de las vertientes cristianas que tacha de desviadas y por otro necesita explicitar la
vinculacin real entre judasmo y cristianismo. En el primer caso aquellos que solo de
nombre son cristianos le suponen un obstculo para su demostracin de la buena
voluntad cristiana para con el imperio, por eso los denuncia y los cataloga como
impulsados por demonios.778 Justino da a entender que la acusacin de prcticas
ignominiosas que se le atribuyen a los cristianos bien podra provenir de las prcticas de
estos grupos de pseudocristianos.779 Esto seala una cierta alineacin de Justino con el
crculo proto-catlico del obispo Aniceto en Roma. Esa vinculacin habra sido parcial
debido a ciertas doctrinas defendidas por la escuela de Justino (su creencia en el milenio
por ejemplo)780 y a que su consideracin del cristianismo como una filosofa no habra
sido algo muy aceptado por la jerarqua, recelosa de los conventculos escolares que en
la mayora de los casos atentaban contra su autoridad.781
En cuanto a la vinculacin judasmo-cristianismo, aunque Justino tolera a los
judeocristianos,782 recusa las actitudes rabnicas y culpa a los judos por la crucifixin de
Cristo (posible herencia de EvPed)783 y por la persecucin de los cristianos. 784 En base a
esto Justino reclama para los cristianos el dominio sobre las Escrituras, a las que llama
nuestras en tanto las considera testimonio de la prehistoria cristiana.785 La muestra de
que los cristianos son el nuevo y verdadero Israel es que el carisma proftico se agot en
los judos y solo en los cristianos contina activo. 786 El Dios judo y el cristiano es el
mismo segn la interpretacin de Justino pero la Ley contiene partes que han perdido
actualidad por ser prescripciones meramente profilcticas para el pueblo judo, por la
778
145
146
795
- MartJust (A 1- B 1.2) ubica la accin bajo el prefecto urbano llamado Rstico (que ejerci el cargo
entre 162-168). Eusebio (H.E. 4.16,1) parece no conocer este dato y simplemente supone que Justino
sufri el martirio por la denuncia del filsofo cnico Crescente, un opositor. Cfr. Keresztes (1968:327);
Grant (1988a:74-75); Pouderon (2005:134).
796
- MartJust A 4.3-5 y 8.
MartJust B 4.3-4.
Lampe (2003:277).
797
- Kyrtatas (1987:82-86).
798
- Kyrtatas (1987:80).
799
- MartJust B 4.3
MartJust B 4.8.
147
801
148
808
- Justino, 1Apol 29.1-4. En este pasaje la crtica va directamente a la cpula romana. El culto de
Antinoo, favorito de Adriano, es una muestra de la irracionalidad politesta promovida por la misma
administracin imperial. Cfr. Grant (1988a:68,70-71).
809
- Justino, 2Apol 12.4.
149
demonios imponen el temor como motivacin. Si bien esto puede apuntar a un dato
histrico real, la intencionalidad de Justino al sealar esta estratagema de sus
adversarios es oponerse a un argumento pagano que ir reforzndose en los decenios
siguientes: el cristianismo como religin que promueve la disfuncin del hogar a partir
del proselitismo esclavo.810
El cristianismo patriarcal de Justino presentado en 1 y 2Apol promueve la correcta
estimulacin del domstico a partir de una moral propietaria templada, justa,
escrutadora y paciente.
150
lectura alegrica de las Escrituras del AT a fin de reclamarlas como parte del desarrollo
histrico cristiano. Sin embargo Justino no puede dejar de discriminar en la Ley, como
haca Tolomeo, los preceptos prefigurativos de aquellos meramente profilcticos,
destinados a frenar la proclividad idoltrica del pueblo elegido.817 Por esa diferenciacin
entre partes de la Ley es que Trifn le cuestiona que los cristianos alegan ser religiosos
y dar culto a Dios pero en la prctica su vida no se diferencia de la de los gentiles, pues
no se circuncidan ellos y tampoco sus douloi, no observan las prescripciones e incluso
comen carne sacrificada a los dolos.818 Esta acusacin no sorprende ya que el objetivo
del cristianismo proto-catlico era justamente ese: no ser diferenciados de la poblacin
imperial. Esto podra estar marcando en esta vertiente un rumbo acomodaticio que
creara conflicto en Justino y que ms tarde otros orientales denunciaran. Justino
resuelve esto sealando que los cristianos creen en el mismo Dios que los judos pero
por mediacin de Cristo, no de la Ley, lo cual los exime de cumplimientos rituales. 819 El
nico punto que Justino no reconoce es que su cristianismo permita comer carne
sacrificada. El didaskalos redirecciona esta acusacin hacia otras vertientes a las que
tacha de desviadas, entre ellas las basilidiana, la marcionita y la valentiniana, esta ltima
ya identificada claramente.820
El Cristo presentado en Dial es el redentor-igualador preanunciado por los profetas y
cuyos actos se predijeron de forma alegrica en la historia de Israel. 821 Ese Cristo de
Justino es concebido como un ser carnal y divino. Con esto se critica fuertemente a las
vertientes cristianas que niegan alguna de estas substancias. Los que rechazan la parte
divina atentan contra el concepto de preexistencia, lo cual no ayudara a reclamar el
control sobre el AT. Negar la parte humana supondra, como ocurra con los marcionitas
y valentinianos, desvalorizar las obras y el peso tico del cristianismo. El Cristo de Dial
es un Cristo humano que apareci sin belleza y que
experiment
una
vida
de
trabajo.822 En este sentido Justino recupera la idea de kenosis divina, pues se subraya
que Jess desempeaba el oficio de carpintero. Los productos del trabajo de este Cristo
artesano, arados (rotra) y yugos (zug), son sealados como smbolos de justicia.823
817
- Justino, Dial 20.1; 23.4; 67.7-10. Skarsaune (1987:429). Henne (1995:454-455) propone que Justino
diferenciaba la Ley en tres niveles, el ltimo de los cuales eran las criticadas reglas cultuales.
818
- Justino, Dial 17.14; 35.1. Lieu (2003:115-116).
819
- Justino, Dial 11.1-2.
820
- Justino, Dial 35.2-6.
821
- Justino, Dial 114.1. Danilou (2002:208-215).
822
- Justino, Dial 88.8.
823
- Ambos instrumentos remiten a Is 2.3-4. Desde esa perspectiva son considerados instrumentos de paz
y, adems, smbolos de la cruz (1Apol 55.3-6) y del cambio de vida (Dial 110.3). Se exalta as un ideal de
vida urbana artesanal que pondera el trabajo manual. Danilou (1996:95-107).
151
826
- Justino, Dial 134.2-3.
825
152
Las iglesias cristianas del periodo 135-165 vivieron, como deca Frend, 829 un periodo
de cuasi tolerancia. A nivel local los lderes sufrieron ataques populares, pero en general
la vida comunitaria se consolid y su actividad se expandi. El cristianismo pas a ser
827
- Justino, Dial 134.5. Danielou (2002:205-206).
828
- Justino, (Dial 23.5) critica fundamentalmente la diferencia de gnero que establece la Ley, pues las
mujeres no pueden circuncidarse. Siker (1991:165-170)
829
- Frend (1981:236).
153
155
CAPTULO 5
EXALTADOS Y TRAIDORES: LOS ESCLAVOS EN EL DISCURSO DE LAS
IGLESIAS A FINES DEL SIGLO II.
156
157
158
las crticas paganas al cristianismo. Sin embargo el proceder de Taciano difiri del
promovido por Justino pues, pese a considerar al cristianismo como una filosofa, neg
cualquier tipo de inspiracin divina en la cultura pagana, ignorando por completo la
doctrina del spermatikos lgos.839 Esta postura habra tenido un efecto inmediato en el
didaskaleion, ya que las relaciones con los conversos paganos ilustrados adherentes al
difunto Justino se habran entorpecido. Taciano promovi una doctrina asctica y de
retraccin social que cuestionaba determinados procederes aceptados por paganos e
incluso por cristianos. En primer lugar el sirio descalific las actitudes que tienen a la
ambicin como origen pues las consideraba el principio de las divisiones y de la
multiplicidad de doctrinas. No es extrao que hacia 171, mientras se compona Disc, el
obispo Dionisio de Corinto enviara una carta agradecindole al obispo Sotero de Roma
su generoso sostn econmico.840 La cpula proto-catlica de Roma estaba fortaleciendo
sus lazos clientelares con otras iglesias, abonando paulatinamente de esa manera su rol
de primus inter pares en el manejo de recursos econmicos. Paralelamente Taciano
denosta la bsqueda de riqueza, rechaza el acceso a cargos militares, desprecia la
fornicacin y descalifica la codicia insaciable asociada a las actividades comerciales. 841
Segn su parecer esas actividades fomentaban la divisin y los orgullos. El cristiano es
presentado en Disc como un fiel sbdito del emperador y un humilde cumplidor de las
funciones y deberes inherentes a su estatus personal, en el cual debe permanecer.842
Cualquier cosa que realice a fin de alterar su situacin socio econmica es calificada
como ambicin personal para Taciano. La ambicin es considerada por el didaskalos
como la seal demonaca pues impulsa al conflicto entre voluntades enfrentadas. Es as
que Taciano insiste en la categora de esclavitud para ilustrar este punto. En primer lugar
l mismo asume la voz de un esclavo al decir Mi amo me ordena que le est sujeto y
yo reconozco mi esclavitud.843 Como poco antes sealaba la necesidad de cumplir los
deberes para con la autoridad imperial podramos comprender esta frase como dirigida a
ciertos procederes de la gira imperial de Marco Aurelio por oriente; Pouderon (2005:176,179-180) aduce
que fue escrito en Atenas hacia 172, cuando Taciano viajaba a Oriente; Barnard (1968a:1-3) lo ubica
hacia fines de la dcada de 160. Nosotros nos inclinamos por 170 como fecha de redaccin, cuando
Taciano an rige el didaskaleion heredado de Justino.
839
- Cfr. Martn (1987:88); Hunt (2003:98-109); Nasrallah (2005:299); Pouderon (2005:178).
840
- Eusebio, H.E. 4.23,9-10. En s todas las cartas de Dionisio delatan una alineacin con las posturas
romanas, particularmente en lo referido a aquellos que rompieron con la ekklesia, a los que se pide
reintegrar a la asamblea, y al tema de la continencia, cuya prctica pide no se vuelva un requisito
primordial para los fieles. Eusebio, H.E. 4.23,6-7. La respuesta del obispo Pinito de Cnossos al obispo
corintio denota cierta divergencia dentro de las iglesias griegas. Eusebio, H.E. 4.23,8.
841
- Taciano, Disc 11.
842
- Taciano, Disc 4; 11.
843
- Taciano, Disc 4.
159
845
- Lampe (2003:331) seala que en el sarcfago de este liberto se encuentran dos inscripciones, una que
seala su cristianismo y otra que enumera los cargos ocupados por el difunto. Sin embargo, por las
sensibilidades cristianas, se omite que Prsenes fue administrador de los juegos de gladiadores bajo
Cmodo. Segn Green (2010:115) esto habra sido antes de volverse cristiano, pero es ms probable que
ya desde su manumisin Prsenes tuviera una inclinacin filocristiana. Este liberto se habra vuelto un
sostn econmico comunitario pese a no ser un miembro de pleno derecho en la asamblea. Esta situacin
intermedia era objeto de crticas tanto por parte de Taciano, para quien la ambicin en los negocios no era
compatible con el cristianismo, como de los cristianos de oriente, que presentaban a los patronos ricos
como proveedores de la comunidad pero a la vez miembros imperfectos y an no bautizados. As ocurre
con el personaje de Marcelo en HchPed (volveremos sobre este caso).
846
- Taciano, Disc 23.
847
- Luciano de Samosata, Peregrino 11.
848
- Luciano de Samosata, Peregrino 13.
849
- Luciano de Samosata, Peregrino 16.
160
850
161
- Din Casio, Historia Romana 71.2; Historia Augusta Marco Aurelio 8.6-9; 12; 14.1-3.
- Luciano de Samosata, Alejandro o El falso profeta 36; Din Casio, Historia Romana 71.2,4; Historia
Augusta Marco Aurelio 13.3-6; 17.2; 21.6.
857
- Desde el fin del perodo de Antonino Po parecen sucederse los terremotos en Asia Menor. Din
Casio, Hist. Rom. 72.32,3; Eusebio, H.E. 4. 13, 4; Historia Augusta Antonino Po 9.11.
858
- Dion Casio, Historia Romana 72.22-23; 27.2.; Historia Augusta Marco Aurelio 24.5-25.3; Avidio
Casio 7.1-9.
859
- Historia Augusta Marco Aurelio 25.11-26.1; 26.3; Avidio Casio 9.1; 28.3.
860
- Dion Casio, Historia Romana 31.3; Historia Augusta Marco Aurelio 15.6; 27.1.
861
- En esta datacin seguimos la postura de Grant (1988a:83,93,100) (1988b:2-9).
856
162
- El anlisis de Stark (1991:159-175) se concentra en esta forma de respuesta cristiana ante la crisis,
pero no es la nica.
863
- Aune (1983:313); Trevett (1989b:313-314), (2002:92-95); Seim (2009:346-350).
864
- Trevett (2002:37-42). Sobre la fecha de inicio del montanismo hay posturas encontradas. Eusebio
(H.E. 4.27) se manifiesta a favor del 172, pero Epifanio (Panarion 48 1.2) ubica el fenmeno en 156157. Por el ritmo de expansin esta ltima datacin es ms verosmil, y as lo creen Freeman-Greenville
(1954:7-15), Colin (1964:95) y Trevett (2002:26-37).
865
- Trevett (2002:146-149).
866
- Eusebio, H.E. 5.17,4. Grant (1988a:88); Trevett (2002:32-33).
163
- Hiplito, Refutacin 8.19. Frend (1981:291); Trevett (2002:129-141); Butler (2006:16-17); Seim
(2009:346).
868
- Eusebio (H.E. 5.3,4) seala que el obispo Eleuterio de Roma recibi hacia 177-178 una carta y una
embajada de los cristianos de la Galia, asiticos de origen, cuyo objetivo parece haber sido evitar la
condena del fenmeno montanista. Tertuliano (Contra Prxeas 1) indica que un obispo romano (muy
posiblemente Ceferino mismo) estuvo a punto de reconocer el don proftico del movimiento, pero que se
abstuvo (a raz de la intervencin negativa de Calixto). La iglesia proto-catlica romana solo se manifest
en contra de la Nueva Profeca a partir del periodo del obispo Ceferino (199-217), lo cual se ve por el
debate en Roma entre el montanista Proclo y el catlico Gayo (Eusebio, H.E. 2.25,6-7). Trevett
(2002:55-66).
869
- Eusebio, H.E. 5.16,9.
870
- Eusebio, H.E. 5.16,7; 17.3. Ash (1976:237-243); Trevett (2002:87-89).
871
- Eusebio, H.E. 5.18,3. Trevett (2002:109,151-158); Butler (2006:10-11).
872
- Eusebio, H.E. 5.16,17-18; Epifanio, Panarion 48.2, 4; 49, 1. Sordi (1979:343); Trevett
(2002:163-170)
873
- Eusebio (H.E. 5.16,4, 10, 16; 18.13) recoge los testimonios del Annimo antimontanista y de
Apolonio sobre las disensiones en el interior de las iglesias asiticas a raz del montanismo.
Stewart-Sykes (1999:1-22).
164
esclavos cumplan roles disminuidos dentro de las iglesias, adscriptos al poder absoluto
del kyrios propietario. La Nueva Profeca atraa a miembros de estatus subordinado
dentro de las asambleas y los promova a travs del don proftico, elevndolos como
jerarquas espirituales. Exaltar a estos miembros marginales supona, segn la postura
de las jerarquas, un serio peligro en medio del clima social que se viva. La acusacin
pagana de que el cristianismo era un culto corruptor de las lealtades domsticas es algo
que los proto-catlicos tienen muy presente durante este periodo y as se ve incluso en
relatos de ficcin como Hechos Apcrifos de Pablo (HchPab).
HchPab tuvo su origen dentro del mbito proto-catlico asitico. 874 Segn Tertuliano,
fue un presbtero quien escribi este texto, movido por un gran amor por Pablo; sin
embargo, fue desplazado del cargo por considerarse al escrito como promotor de la
capacidad femenina de bautizar.875 Este mismo hecho nos habla de una gran influencia
de la Nueva Profeca en el texto, razn que podra estar en el fondo de la condena del
presbtero redactor, a quien, por momentos se podra tachar de montanista. HchPab nos
esboza los efectos de la exaltacin de los subordinados domsticos por parte del
montanismo y las consecuencias sociales que eso le acarrea a la ekklesia. Analizaremos
dos casos concretos: el de una mujer, Tecla, y el de un esclavo, Patroclo.
El relato sobre la conversin y prodigios de Tecla forma una unidad especial dentro de
HchPab, y nos interesan ciertos aspectos de su historia. En primer lugar debemos
considerar la postura del apstol en relacin a esta mujer. La joven Tecla, noble de la
ciudad de Iconio, abandona a su madre y a su prometido para seguir a Pablo bajo un
aspecto masculino.876 Es interesante que, a la par que Tecla se vuelve la herona del
relato, el autor describa a Pablo como reticente a admitir la compaa de la joven en sus
viajes; el apstol incluso niega conocer a Tecla cuando el magistrado sirio Alejandro
intenta seducirla en plena ciudad de Antioqua.
877
prdica y el reconocimiento de Pablo solo despus de su segunda condena a las fieras. 878
El segundo punto a notar es que Tecla es condenada en dos ocasiones y bajo cargos
distintos. En Iconio es sentenciada por rechazar la oferta matrimonial de su prometido y
874
- HchPab se divide en secciones segn los episodios y los manuscritos que los contienen. Usaremos las
siguientes de entre ellos: Hechos de Pablo y Tecla (HchPabTec); HchPab (Papiro de Hamburgo); HchPab
Martirio (Mart). Piero- Del Cerro (2005:688-704).
875
- Tertuliano, Sobre el bautismo 17. Davies (1986:139-143) no cree que Tertuliano hable de los HchPab
que conocemos hoy, sino de una carta pseudoepigrfica perdida que usaban grupos feministas cristianos
para sancionar su derecho a bautizar.
876
- HchPabTec 25.1; 40.1.
877
- HchPabTec 25.1-26.1.
878
- HchPabTec 41.1.
165
volcarse a una actitud continente;879 en Antioqua es arrojada a las bestias por haber
ridiculizado en pblico a un magistrado local.880 Tecla nunca es juzgada ni condenada en
calidad de cristiana. Su condicin de creyente es lo que la salva, por medio de
milagros,881 no lo que la condena. Por ltimo, Tecla asume una dignidad personal que la
habilita como intercesora en el ms all, garantizando la salvacin de aquellos que han
muerto sin bautismo. As ocurre con Falconila, la hija fallecida de la reina Trifena,
protectora de Tecla.882
El caso del esclavo Patroclo se encuadra dentro de la seccin final de HchPab, es
decir del relato martirial.883 La historia de Patroclo es, en su inicio, una copia del
episodio de Eutico narrado en Hch del NT.884 El esclavo imperial Patroclo, copero y
favorito de Nern, est sentado en una ventana del piso alto escuchando predicar a
Pablo. El diablo (no el sueo) lo hace caer y morir para perjudicar al apstol. Pablo se
da cuenta en el Espritu de lo que ha ocurrido y reuniendo a los hermanos comienza a
orar sobre el cadver. El apstol es consciente de las consecuencias que sufrirn los
creyentes si el emperador se entera de la muerte de su favorito. Patroclo recobra la vida
y regresa al palacio, donde Nern, ya estaba informado de la muerte del copero. Al
observar que est vivo, el emperador interroga a su favorito sobre quin lo ha
resucitado. El autor de HchPab seala que impulsado por el ardor de su fe Patroclo
realiz frente al Csar una confesin cristolgica que fue confirmada por otros tres
esclavos imperiales del squito (dos de ellos asiticos, uno de Galacia y otro de
Capadocia).885 Nern, enfurecido, manda torturarlos y encerrarlos en la crcel mientras
879
- HchPabTec 20.2-21.1.
- HchPabTec 27.1.
881
- HchPabTec 22.2; 33.1-35.2.
882
- HchPabTec 29.1-2. Algo similar ocurre en MartPerp (escrito a inicios del siglo III) entre la mrtir
Perpetua y su intercesin por Dincrates, su hermano fallecido. MartPerp 7-8.
883
- HchPab (Mart) 1-2.
884
- Hch 20. 9-12.
885
- HchPab (Mart) 2.1-2.
880
166
ordena la persecucin de los cristianos.886 Este episodio tiene elementos interesantes que
se integran al debate por el montanismo. El esclavo Patroclo aparece como un personaje
exaltado por su experiencia de fe que finalmente culmina por atraer la persecucin sobre
los fieles por su confesin precipitada. Pablo aparece como un lder previsor y
mesurado, consciente del peligro y del impacto social de las acciones de los cristianos.
Podra pensarse que el hecho de que los disparadores del conflicto sean esclavos
imperiales estara orientando la ficcin hacia una crtica de las jerarquas proto-catlicas
romanas. Como hemos visto, el crculo de los obispos Sotero y Eleuterio contaba con el
sostenimiento de algunos libertos y esclavos imperiales conocidos, como Marco Aurelio
Prsenes. La crtica de los orientales asociara la recepcin de tales personajes con una
voluntad secular reprobada. Patroclo y sus compaeros son propiedad de Nern en el
relato, y as lo reconoce el mismo Pablo al obrar el milagro sobre el copero. El
emperador es un amo celoso que ve amenazada su exclusividad en tanto patrono. Por
esto mismo las manifestaciones cristianas deben ser mesuradas, no provocativas. El
poder romano no es un antagonista en HchPab sino todo lo contrario, las historias
narradas subrayan la tendencia filocristiana de los gobernadores que se encuentran con
el apstol.887 Esta caracterstica marca el inters del autor en colaborar desde su
literatura a la propiciacin del reconocimiento estatal para los cristianos a fin de evitar
las vejaciones que los fieles sufren en Asia a raz de las agitaciones populares que los
eligen como vctimas.888
HchPab testimonia claramente la atraccin de ciertos sectores del cristianismo
proto-catlico asitico por el montanismo. Por los episodios y personajes que
analizamos podemos ver que predomina una actitud ambivalente hacia la promocin de
los subordinados y que no se encuentra una condena directa de los mismos. El autor
utiliza a Pablo como el personaje que establece el equilibrio comunitario en cada
situacin. El apstol es quien regula la profeca comunitaria, quien evala la conviccin
de Tecla y quien percibe las dificultades que podra acarrear la figura del esclavo
Patroclo. Por todo esto no sera extrao pensar que el pblico receptor de esta obra fuera
la masa popular adscripta al cristianismo proto-catlico pero admiradora a la vez de los
886
- La memoria de los malos emperadores (Nern y Domiciano) es un elemento propio del discurso de
las jerarquas asiticas. Con esta tradicin se busca exaltar las virtudes de los Antoninos. Queda muy claro
en el fragmento de la Apologa de Melitn. Eusebio, H.E. 4.26,9-11.
887
- HchPabTec 16.2; 20.2; 21.1 y 34.2. MacDonald (1983:40-53) y Rhee (2005:178-179) analizan
HchPab como un texto de abierta polmica con el Estado romano.
888
- El autor de HchPab sabe que el nombre de cristiano es motivo de procesamiento y que se lo relaciona
con la prctica de la magia. HchPabTec 14.1; 20.1; HchPab (Papiro de Hamburgo) 4.35.
167
- Con esta propuesta de lectura prescindimos de los anlisis de Davies (1980:95-109) y MacDonald
(1983:34-40), concentrados en analizar los HchPab como producto de una comunidad de viudas opuestas
a las jerarquas.
890
- De Atengoras no conservamos ninguna informacin histrica contempornea. Recin es mencionado
a fines del siglo III por Metodio de Olimpo (Sobre la resurreccin 1.37,1). Se supone (Pouderon
2005:203), que era un didskalos cristiano ateniense aunque Frend (1981:285-286) lo ubica en Asia
Menor. Melitn, obispo de Sardes, es mencionado por Eusebio (H.E. 4.26; 5.24,5), quien lo presenta
como una figura activa en los conflictos asiticos de la dcada de 170. Pouderon (2005:227-228).
Apolinario, obispo de Hierpolis tambin es presentado por Eusebio (H.E. 4.27; 5.4) en tanto apologista y
escritor antimontanista. Por los fragmentos atribuidos a Apolinario en el Cronicon Pascual algunos
autores sostienen que este obispo se alineaba con la doctrina romana: Grant (1988a:88-89); Pouderon
(2005:270-271).
891
- Schoedel (1989:70-78); Pouderon (2005:204-208).
892
- Sordi (1979:342-343) (1983:72-73).
893
- Eusebio, H.E. 4.26,7-10.
894
- Eusebio, H.E. 5.5,1-4. Tertuliano (Apol 5.6) narra el episodio con la misma intencin. Dion Casio
(Historia Romana 72.8) atribuye el milagro a la intervencin de un mago egipcio. En Historia Augusta
(Marco Aurelio 24.1-4) son las splicas del justo y piadoso emperador Marco Aurelio las que atraen la
lluvia.
168
este esquema al hacer de los emperadores los depositarios del poder divino. 895 Estas
argumentaciones filoimperiales van acompaadas de demandas concretas de parte de los
autores de estos tratados. El reclamo fundamental es la proteccin de una violencia
popular anticristiana que los afecta. Melitn seala a unos nuevos edictos que
respaldan las acciones de los denunciantes y expropiadores. 896 Sin embargo este
ensaamiento popular con los cristianos debe comprenderse en base al comportamiento
domstico y cvico de los fieles en el contexto de la crisis.
Atengoras abre su texto titulado Legacin en favor de los cristianos (Leg) instalando
una protesta por el accionar impune de calumniadores que con sus rumores provocan la
mala fama del cristianismo y la condena de sus adeptos. 897 El didskalos denuncia que
el nombre de cristiano sea concebido como un equivalente de ateo, antropfago e
incestuoso.898 Por ese motivo se vuelca a analizar la moral de los creyentes,
fundamentalmente aquellos aspectos que conciernen a la vida del oikos cristiano. Si
bien no hay signos de montanismo en la comunidad ateniense, Atengoras sabe de los
exabruptos asiticos y del recrudecimiento de las crticas que sealan al cristianismo
como un culto que promueve la destruccin de las lealtades del oikos.899
Para el conventculo catequtico de Atengoras las obras tienen un valor central, pues
ellas son la prueba ms transparente de una vida sencilla y moderada, no regida por la
ley sacrificial de la ciudad sino por el libre albedro ajustado a una concepcin de la
divinidad como escrutadora y vigilante.900 No es menor el hecho de que Atengoras
enumere entre los cristianos sencillos a artesanos y ancianas,901 retomando as el
tpico propuesto por Taciano pero ahora con un matiz ms polmico: estos personajes
sencillos son la contracara del vulgo ignorante y dividido en materia divina, aspecto que
se manifiesta en la diversidad de costumbres.902 Los demones son quienes estn detrs
de los dioses y operan sobre los ignorantes promoviendo prcticas irracionales. 903 Frente
a esto el cristianismo es presentado como una religin familiar y patriarcal. Su concepto
de jerarqua parte de la misma divinidad pues las tres personas divinas muestran su
895
169
905
170
sobre el testimonio de los douloi en relacin a las otras dos acusaciones, atesmo y
fornicacin, quizs porque en esos temas los torturados han seguido la vulgar e
irracional opinin.912 Ahora bien, Atengoras pareciera dar a entender que esos
esclavos no pertenecen al conventculo cristiano, o sea que no estaran bautizados y que
su conocimiento del ritual proviene del hecho de que el mismo se desarrolla en su hogar
pues sus amos seran los anfitriones o los maestros de la comunidad. Atengoras asume
la voz de un cristianismo de lite, formado fundamentalmente por propietarios urbanos
que impulsan la continencia como mtodo de acercamiento divino. 913 Para el maestro
ateniense no hay hermandad con los siervos como la haba para Arstides tres dcadas
atrs.914 El esclavo no podra ser reconocido como un ser con igualdad espiritual pues la
corrupcin de su cuerpo (conocida o sospechada) pone en entredicho su lealtad. El
doulos no puede garantizarse una vida clibe y no accede al matrimonio, por lo cual
queda fuera del esquema comunitario de Atengoras y ni siquiera entra en la categora
de sencillo. Recurrir a los douloi paganos como testimonio de la inocencia de sus
prcticas cultuales es un intento de revertir los argumentos de los denunciantes apelando
a su misma fuente de denuncias. Podra pensarse que con este envilecimiento y
marginalizacin discursiva de los esclavos, Atengoras est intentando ahuyentar la
clasificacin del cristianismo como religin promotora de la sedicin domstica. Esta
postura encuentra continuidad en textos que aparecen en oriente.
912
- Atengoras, Leg 11.
913
- Schoedel (1973:309).
914
- Arstides, Apo Sir 15.4 (6).
915
- MartPol Intro; 20.1. El autor del documento aduce haberlo escrito al poco de los acontecimientos
narrados, pues seala testigos oculares (MartPol 9.1;15.1). Esto puede ser seal de cuestionamientos
intracomunitarios dirigidos contra la autoridad actual que se apoya en la figura del obispo martirizado.
Por este motivo pasamos por alto los debates sobre la fecha real del martirio del obispo, ya que no son
relevantes para la comprensin histrica del texto.
171
del proto-catolicismo asitico tanto contra los montanistas como contra las iglesias
occidentales. Es as que es presentado como un anciano que ora por toda la iglesia
catlica extendida.916
MartPol comparte con HchPab y las apologas proto-catlicas del ao 176 una
postura filoimperial al proponer un acercamiento entre el mrtir y el procnsul. 917 El
autor diferencia responsabilidades en relacin al procesamiento de cristianos y sabe que
no hay poltica imperial persecutoria sino que es el pueblo, los ateos segn su
denominacin, el responsable. Hay una clara discriminacin entre lealtades que se
explicita en la conversacin entre el obispo y el procnsul. Policarpo reclama que los
cristianos han aprendido a conceder a las autoridades establecidas por Dios el honor que
les compete. En esto coincide con Atengoras,918 pues cristianiza la fuente del poder
romano. Sin embargo el autor contrapone el honor tributado a los jefes terrenales con el
concepto de ser esclavo (douleuo) de Dios.919 Policarpo califica a su cristianismo
como una esclavitud en el sentido de la pertenencia total que la divinidad ejerce sobre
su persona.
La controversia con el montanismo atraviesa todo el texto. 920 Con el relato de la
ejecucin del obispo el autor pretende corregir la comprensin errnea del martirio que
tienen los nuevos profetas. El episodio de Quinto, un frigio que se haba entregado
voluntariamente a las autoridades por el ardor de su fe, sirve para criticar duramente la
idea martirial montanista ya que este personaje termina por apostatar a causa del terror
del suplicio.921 MartPol concibe al verdadero martirio como aquel que ocurre segn la
voluntad de Dios, no forzado por la exaltacin. En cuanto al profetismo, el texto
atribuye dones oraculares a Policarpo, pero circunscriptos al mbito comunitario; el
obispo somete la visin sobre su futura muerte a la opinin de los que oran con l. 922
Teniendo en cuenta los intereses del autor de MartPol podemos comprender mejor su
postura respecto a los esclavos, que aparecen en el relato cumpliendo el rol de delatores.
Policarpo se ha retirado a una propiedad fuera de la ciudad al saber que ser arrestado.
El obispo se ve obligado a huir a una segunda propiedad precisamente cuando aquellos
916
- MartPol 5.1;8.1.
- MartPol 9.2; 10.1-2.
918
- Atengoras, Leg 18.
919
- MartPol 9.3.
920
- Simonetti (1956:332-341); Dehandschutter (1999:431-434); Trevett (2002:47); Lieu (2003:66-67).
921
- MartPol 4. Tabbernee (1985:33-44).
922
- MartPol 5.2.
917
172
- MartPol 6.1.
924
- MartPol 6.2-7.1.
925
- El crurifragium es un suplicio reservado para los esclavos que consiste en la rotura de las piernas del
acusado. Sneca, Sobre la ira 3.32; Suetonio, Los doce csares Augusto 67; Tiberio 44.
926
- Ireneo (C.H. 1.31,1-2) ya conoce a la secta cainita y a EvJd hacia mediados de la dcada de 180.
Sobre los cainitas nos informan de forma escueta Tertuliano (Sobre el bautismo 1) y Epifanio (Panarion
38).
173
comprende el sentido del sacrificio de la parte carnal del Salvador enviado por la
plenitud.927 Para el autor, Judas se vuelve un sufriente a raz de su conocimiento, pues es
despreciado por los doce. Estos adoran a otro dios,928 es decir al Cristo carnal
simplemente. Son los rechazados por las jerarquas quienes realmente representan a los
verdaderos pneumticos segn la postura de los cainitas. La nocin de sufrimiento
reaparece como caracterstica de la perfeccin gnstica, pues se dice que Judas soporta
los ataques de sus compaeros, volvindose as el siervo sufriente por medio del cual el
hombre que reviste a Cristo ser sacrificado en la cruz. Podemos suponer a partir de
esto una postura gnstica favorable a los subordinados? No parece ser ese el inters del
autor, sino que su exaltacin de Judas es una respuesta a la virulencia del discurso
proto-catlico que conocemos a travs de MartPol. El autor proto-catlico de este
escrito estara rebajando al gnstico al estatus de un siervo infiel y sometido por la
tortura en la figura del pais delator. Es esta una irona muy fuerte sobre la idea de
sufrimiento gnstico propuesta por EvJd.
La homila titulada Sobre la Pascua (SPasc), atribuida a Melitn de Sardes,929 puede
arrojar ms luz acerca de la postura minorasitica en relacin al uso discursivo del
concepto de esclavitud. Este texto surgi paralelamente a MartPol, hacia fines de la
dcada de 170.930 Sus objetivos eran, por un lado, enfatizar la lectura tipolgica del AT
con
clara
intencin
antimarcionita,
por
otro,
reforzar
la
postura
pascual
927
174
934
935
- Melitn, SPasc 93.
936
- Melitn, SPasc 46-58. Cohick (2000:113-116).
937
- Cantalamessa (1963:1-26).
938
- Melitn mantiene una postura filoimperial constante. Por ello en el texto disculpa a Pilato ( SPasc 92)
y exalta el papel de la gentilidad como heredera de las promesas y la salvacin (SPasc 94,103). A partir
de estos lineamientos puede pensarse en una vinculacin con EvPed. Perler (1964:584-590)
175
iglesias de Lyon y de Viena. 939 Los cristianos que haban dado origen a estas asambleas
eran asiticos emigrados por cuestiones comerciales, muchos de los cuales parecen
haber sido individuos con cierto poder econmico e influencia social.940 Estos
conventculos cristianos mantenan fuertes lazos patronales tanto con las comunidades
de Anatolia como con el crculo del obispo Eleuterio en Roma.941
Los procesos del ao 177 se comprenden mejor como una reaccin popular por la
crisis. Sin embargo varios autores coinciden en que estas ejecuciones pueden ser vistas
como el resultado de la aplicacin de un senatus consultum promovido por Marco
Aurelio que habra permitido que las provincias obtuviesen vctimas para los juegos
pblicos en la persona de criminales condenados por los gobernadores. El objetivo de
este decreto habra sido fomentar la religin cvica en medio de los conflictos
socio-polticos recientes. Bajo estas condiciones los cristianos se volvan vctimas
potenciales.942
La carta de los cristianos de Lyon y Viena es un documento que solo nos ha llegado
fragmentado gracias a Eusebio.943 El relato mezcla el proceso histrico de la condena de
los mrtires junto con ciertos intereses polticos y administrativos de la comunidad
redactora. En primer lugar encontramos que la carta evita la condena del montanismo
pese a cuestionar ciertas prcticas de esa vertiente como la intransigencia en relacin al
perdn postbautismal, la ascesis rigurosa y la entrega voluntaria al martirio. 944 La
mayora de los cristianos galos provenan de las comunidades asiticas y reivindicaban
el rol del Espritu Santo como colaborador de los mrtires que confesaban la fe. 945 En
177 la Nueva Profeca ya se haba instalado en Roma y el obispo Eleuterio dudaba en
efectivizar su condena.946 Los cristianos de Lyon y Viena escribieron al obispo romano
939
- Pese a que hay debate, adoptamos la fecha de 177 propuesta por la mayora de los analistas. Colin
(1964:11-13); Dehandschutter (2005:6-8).
940
- Encontramos entre los mrtires a un abogado y a una propietaria de esclavos (Eusebio, H.E.
5.1,10,18). Frend (1981:3-4); Rhee (2005:18).
941
- La carta que relata los martirios (Eusebio, H.E. 5.1,3) va dirigida a las iglesias de Asia y Frigia.
Bowersock (1978:249-255). Luego Eusebio (H.E. 5.3,4) seala que los cristianos de la Galia se
vincularon con el obispo Eleuterio con motivo de la defensa de las manifestaciones montanistas, ya
presentes en Roma.
942
- Keresztes (1968:337-338); Frend (1981:5). Cfr. Dehandschutter (2005:10-12).
943
- Eusebio, H.E. 5.1-3.3. Es til considerar, como proponen Colin (1964:14-15), Churruca (1984:261) y
Dehandschutter (2005:4-6), que el relato de Eusebio tiene interpolaciones y omisiones.
944
- Esto se ve en diferentes episodios. El tema del perdn posbautismal aparece en el episodio de Bblida
(Eusebio, H.E. 5.1,26); la cuestin de la ascesis en el episodio de Alcibades (Eusebio, H.E. 5.3,2-3);
respecto al martirio, el autor especifica que los cristianos fueron buscados por la poblacin (Eusebio, H.E.
5.1,5-7) y tanto Vetio Epgato como Alejandro, figuras que aparecen en el tribunal como asistentes de los
apresados, solo confiesan su fe luego del abucheo popular.
945
- Eusebio, H.E. 5.1,9-10,34; 3.3. Hill (2009:246-247).
946
- Tertuliano, Contra Prxeas 1.
176
sobre el tema aconsejndole que otorgara la paz a los nuevos profetas. La figura de
Ireneo es clave en esta embajada, ya que el presbtero de Lyon, enviado con la carta,
fortaleci su vnculo con los lderes romanos para garantizarse la efectivizacin de su
eleccin episcopal posterior.947 Los romanos proto-catlicos se mantuvieron expectantes
en relacin al montanismo, posiblemente porque la vertiente romana de la Nueva
Profeca no representaba ninguna desviacin doctrinal alarmante y porque habra
perdido la efervescencia antiimperial de los orgenes.948
El relato del martirio de los cristianos de Lyon y Viena se nos presenta como una
narracin en la que el eje de conflicto no es poltico sino escatolgico. Es la lucha entre
los mrtires, atletas divinos, y el diablo manipulador. A partir de la exgesis que nos
propone el autor annimo sobre los acontecimientos podemos acercarnos a observar su
propuesta en relacin con el desempeo social de los cristianos y la consideracin de los
miembros esclavos en la organizacin de la trama.
En primer lugar hay que tener en cuenta que los personajes protagonistas de la historia
son presentados con condiciones fsicas o espirituales de debilidad. Es as que Potino es
un anciano nonagenario, Pntico un muchacho, Maturo un recin bautizado y Blandina
una esclava.949 Sus situaciones de vulnerabilidad los exponen fcilmente a la apostasa,
objetivo primordial de los verdugos.950 Sin embargo el autor elige estos prototipos de
mrtires para ridiculizar al diablo a partir de la inferioridad. En esta estrategia se ve una
disputa entre el cristianismo proto-catlico y los crticos que le endilgaban una
proclividad hacia el proselitismo entre subordinados. El texto entero puede leerse como
una respuesta a tal cuestionamiento, como veremos a continuacin.
En un principio el texto relata que la violencia popular se dirigi a las cabezas de las
comunidades, procedindose al arresto de los miembros ms significativos. A estos se
los lleva ante el gobernador y se los juzga bajo la acusacin de atesmo. 951 El conflicto
se expande cuando el gobernador ordena pesquisas en las casas de los acusados y se
detiene a esclavos domsticos paganos pertenecientes a los oikoi cristianos. A estos
oiketai se les aplica la tortura para lograr una confesin condenatoria, mecanismo
similar al que se usa en MartPol con los siervos del obispo de Esmirna. 952 La carta de
Lyon y Viena seala que los esclavos torturados culminaron por emitir acusaciones de
947
177
Frend (1981:6-7).
954
- Harrill (2003:249-251).
955
- Eusebio, H.E. 5.1,17-18.
956
- Eusebio, H.E. 5,1,19.
178
959
- Cfr. Nautin (1961:36); Trevett (2002:114-119).
960
- Eusebio, H.E. 5.1,41.
961
- Eusebio, H.E. 5.1,42.
958
179
promocin de la esclava se ha dado no solo por encima de su ama, sino incluso por
encima de un dicono y un maestro. Finalmente Blandina, que es prcticamente la nica
sobreviviente del grupo, muere ejecutada, pero ya no como esclava, sino bajo el ttulo
de madre.962 Por su rol de promotora del sacrificio de los otros fieles (sus hijos) su
estatus de sierva se altera por su testimonio sufriente. Este camino de perfeccionamiento
y ascenso de Blandina es un artificio del narrador, influenciado por la prominencia del
rol femenino en la rama asitica del montanismo. Si bien no hay actividad proftica de
ningn tipo en la trama, s encontramos ciertos personajes que cumplen el rol de arengar
a los dems en pos de la confesin: el frigio Alejandro, un mdico que participaba del
carisma apostlico,963 y Blandina, asimilada a la madre de los siete hijos presentada en
2 Macabeos.964
El autor del relato martirial utiliza a los personajes esclavos como agentes clave del
conflicto, con lo cual muestra una ambivalencia respecto a la integracin efectiva de los
subordinados en las ekklesiai. Hay douloi paganos delatores, pero tambin hay esclavos
fieles que confiesan y adquieren por ello un reconocimiento comunitario en tanto
mrtires. El martirio, ocurrido bajo ciertas condiciones, subvierte el estatus personal as
como lo haca el carisma proftico entre los montanistas asiticos. De esa forma el
martirio en tanto institucin ya no aparece como un fenmeno exclusivo de los lderes,
sino que tambin integra a los miembros dependientes en un afn por responder a los
cuestionamientos externos sobre su compromiso comunitario.
Dehandschutter (2005:17-18).
962
- Eusebio, H.E. 5.1,55.
180
- Dion Casio, Historia Romana 73.9,1-10,2; Herodiano, Hist 1.8,1-2; 9.1-10; 12.4-9; Historia Augusta
Cmodo 5.1-4,6,13; 6.1-3;13.5-14.3.
967
- Herodiano, Hist 1.8,7; Historia Augusta Cmodo 3.9.
968
- MartEsc 2;6;9; MartApol 4-6;8-9.
969
- MartEsc 3;11; MartApol 10-11;45.
970
- Jernimo (Los hombres ilustres 42; Epstola 53) hace de Apolonio un senador romano, aspecto que
algunos analistas han asumido como un dato real. Griffe (1952:65-76); Sordi (1955:104-112).
971
- Eusebio, H.E. 5.21,2.
972
- MartPol 6.1-2.
973
- Eusebio, H.E. 5.21,3. Frend (1981:315); Lampe (2003:327-328).
181
974
182
982
183
El escrito de Celso, producido en los primeros aos del gobierno de Cmodo, le dio
forma a una crtica intelectual anticristiana que ya exista desde la dcada de 160. Al
cuestionar la alegada sumisin cristiana a las autoridades Celso oblig a que los
discursos de las ekklesiai reconsideraran su postura poltica y social nuevamente. El rol
atribuido a los subordinados domsticos pas a estar en el centro del debate. Para la
intelectualidad pagana los douloi, las mujeres y los nios, todos dependientes del kyrios,
990
- Orgenes, C.Celso 3.50.
991
- Luciano de Samosata, Peregrino 13; Orgenes, C.Celso 1.8. Posiblemente Celso de por sentado que
hay una relacin monetaria entre los lderes y los fieles.
992
- Orgenes, C.Celso 8.68. Frend (1981:276-280); Kee (1983:267-268).
184
- Eusebio, H.E. 4.20; 24; Jernimo, Los hombres ilustres 25. Se supone que fue obispo desde 170 hasta
188 aproximadamente. Grant (1988a:143); Pouderon (2005:241).
994
- Tefilo de Antioqua, Autol 2.34-35; 3.9,12. Esto ha llevado a postular que Tefilo practicaba una
forma de cristianismo nomista. Meeks-Wilken (1978:21); Rogers (2000:173). Grant (1950:188-196)
aduce que Tefilo sostiene un judeocristianismo liberal, pues no urge a cumplir toda la Ley.
995
- Bardy (1948:48-53); Bentivegna (1975:107-130); Grant (1988a:165-172).
996
- Tefilo de Antioqua, Autol 2.27. Bardy (1948:48); Danilou (2002:374-375).
997
- Tefilo de Antioqua, Autol 3.9,15.
998
- Tefilo de Antioqua, Autol 2.17.
185
este ejemplo Tefilo quiere instalar una cadena de virtudes que tiene en cuenta las
jerarquas sociales. De esta forma parece contradecir el esquema de Celso que presenta
la fragmentacin domstica como proveniente de la exaltacin cristiana de los
subordinados. Para el obispo antioqueno los oiketai deben mantener su sumisin frente
al despotes de la misma manera que los hijos frente al padre. El castigo fsico es
prerrogativa del padre-propietario, el cual es erigido como responsable de su familia y
dependientes domsticos.999 Visto as podemos concluir que Tefilo atribuye al accionar
del kyrios cualquier sedicin o conflicto domstico. Los siervos no tienen poder de
decisin pues su estatus jurdico no lo permite.
Tefilo adhiere al principio de justicia promovido por la Ley y continuado en los
profetas y en los evangelios.1000 En ese sentido ve una continuidad armoniosa entre
Moiss y el cristianismo que podra estar respondiendo a las crticas de Celso. El obispo
insiste y justifica con el AT y el NT la aprobacin divina del poder imperial, al cual los
cristianos se someten.1001 La obediencia es el concepto central para Tefilo as como la
sedicin lo es para Celso.
Al noreste de Antioqua, atravesando el ufrates, el cristianismo se estableci en
Edesa, al lmite del imperio. All el rey Abgaro IX (179-186) haba adoptado una forma
de cristianismo asctico de fuerte carcter judeocristiano.1002 El primer documento
proveniente de esta vertiente fue el Evangelio de Tomas (EvTom), el cual consiste en un
dilogo sapiencial entre Jess y sus discpulos. 1003 Este texto nos adentra en los
principios bsicos de una comunidad rigorista que promueve la abstraccin del mundo
material. Es posible que el cristianismo en el este de Siria se haya expandido
primeramente entre sectores de influencia econmica y poltica, los cuales estaran en
condiciones de asumir estas prcticas de renuncia.1004 El Jess de EvTom rechaza ser
calificado de filsofo sabio por Mateo y de ngel justo por Pedro. 1005 Estos discpulos
Grant (1988a:160-161); Rogers (2000:45).
999
- Tefilo de Antioqua, Autol 2.25.
1000
- Tefilo de Antioqua, Autol 3.12.
1001
- Tefilo de Antioqua, Autol 1.11; 3.14. Morales Escobar (1984:193-198).
1002
- Edesa estaba en el lmite entre el imperio romano y el reino parto. Si bien perteneca a Roma desde
fines del siglo I a.C., como capital del reino independiente de Osroene, varias veces los partos retomaron
su control. Por esta situacin de conflicto el cristianismo de los edesenos aparece como contestatario y
tendiente a marcar la independencia del creyente tanto del mundo (romano) como de sus valores. Barnard
(1968b:161-165); Ball (2000:87-96).
1003
- Para un anlisis sobre las fuentes a las que recurre EvTom y sus posibles trayectorias son de utilidad
los siguientes trabajos: Piero-Montserrat Torrents- Garca Bazn (1999:55-73); Davies (2005:100-116);
DeConick (2006:38-63); Zinner (2011:245-290).
1004
- DeConick (2006:191-194).
1005
- EvTom 13. Frente a Pedro, Mateo y an Santiago (EvTom 12) se exalta la figura de Tomas, lder
autosuficiente y representante del cristianismo de Edesa, y a Mara Magdalena. Uro (2002:457-485).
186
- EvTom 14,104.
- EvTom 55,99,101. Meeks (1993:53-55,135-137).
1008
- Es interesante que se recuse a comerciantes y mercaderes, individuos que mantienen vnculos activos
con el imperio (EvTom 63,64). De la misma manera el Jess de EvTom compara a los cristianos con
habitantes de un campo ajeno (el mundo) que puede ser reclamado en cualquier momento por los dueos
(el imperio), accin que podra llevarse a cabo con violencia. Por esta razn se recomienda estar alerta.
(EvTom 21). La lealtad a dos seores no es posible para estos cristianos (EvTom 47)
1009
- ProtEv 7.2; 12.1; 15.1-16.2.
1010
- Orgenes, C.Celso 1.28.
1011
- ProtEv 17.2.
1012
- HchPabTec 1.2; HchPab (Papiro Bodmer 2) 5,13; Melitn SPasc 71.
1013
- ProtEv 1.1-2; 2.2; 6.2.
1007
187
sugiere a Ana que deje su luto por su marido ausente y que se adorne con una cinta (o
velo) que le ofrece para celebrar el da del Seor. La esclava pretexta que su condicin
servil le impide colocarse el tocado, pero que Ana podra. Sin embargo la seora
desprecia el ofrecimiento de su domstica alegando que no confa en la procedencia
honesta del adorno. Esta recusacin motiva una respuesta irnica de parte de Judith,
quien dice no enfadarse por el desaire recibido pues ya suficiente castigo tiene su ama
en ser infecunda.1014 La agudeza de la esclava agrava la humillacin de la estril Ana,
creando un paralelo con el caso de Ana, madre de Samuel. 1015 El engreimiento de la
subordinada no recibe un castigo, sino que Ana simplemente desdea cualquier cosa que
provenga de ella. Esto indica una actitud de desconfianza que se agrava con la sospecha
de impureza. Ana insina que el adorno fue robado u obtenido de manera deshonesta.
La impureza de la sierva no debe polucionar a la seora hacindola cmplice de su
pecado.
En Hechos de Pedro (HchPed) se revela un cristianismo proto-catlico muy marcado
con nfasis en la humanidad de Cristo1016 y la doctrina trinitaria,1017 aunque se puedan
reconocer ciertos elementos docetas.1018 Hay una clara imagen comunitaria organizada
en torno a patronos que ejercen de aglutinadores de los fieles a partir de su poder
econmico y su relacin con el apstol.1019 El patrono, al estilo del senador Marcelo, es
el eje de la solidaridad comunitaria y el instrumento de Cristo en la comunidad. 1020 No
obstante el patrono en lo econmico no tiene la perfeccin espiritual requerida para la
primaca jerrquica a nivel comunitario, primeramente porque no est bautizado.1021
Marcelo siempre es presentado como un creyente imperfecto y atado a cuestiones
1014
- ProtEv 2.2-3.
1015
- Esta es despreciada por Penin, la otra esposa de su marido Elcan. 1Sam 1.8. El ofrecimiento que
hace Ana de su hija Mara al templo reproduce el episodio en que Ana consagra a Samuel al servicio del
Templo. 1Sam 1.10-11.
1016
- HchPed 7.2-4 y 9.
1017
- HchPed 5.10.
1018
- HchPed 20.6. Piero-Del Cerro (2004:499-500).
1019
- Varios personajes econmicamente poderosos aparecen como benefactores. HchPed 30 (1).1 y 34
(5).1; HchPed (Pap. Berolinensis 8502,4) p. 132 y 139; 3.1-2; 23.1.
1020
- HchPed 8.2. Stoops (1986:91-100) (1992:143-158) seala que Cristo ejerce su patronato a travs de
estos individuos y, por tanto, es a Cristo a quien la comunidad debe adorar segn HchPed, no al patrono.
1021
- Poupon (1988:4375-4376); Schneemelcher (2003c:281).
188
189
y por la noche, haciendo uso de sus artes mgicas, penetra en su casa y le roba objetos
valiosos ante la vista de los oiketai. Estos aparentemente no sospechan, ya que Simon
era un conocido de la casa. Sin embargo la duea acusa a sus siervos por el robo y los
tortura.1028 Pedro recibe una visin que le aclara todo lo ocurrido y prepara una trampa
para Simn, no sin antes haber reprendido a Eubula por hundirse neciamente en el dolor
por bienes materiales y por atormentar a esclavos inocentes. Finalmente, en compaa
de dos douloi intendentes de la matrona, Pedro recupera lo robado y Simon se ve
obligado a huir.1029 En ambos relatos se pueden resaltar ciertos elementos comunes.
Primeramente es incuestionable la situacin subordinada de los esclavos, ya que no se
les cree cuando acusan a Simn o no se tiene en cuenta su fe cristiana, sino que se los
encierra o se los castiga. En segundo lugar debe notarse que el hechicero se granjea
inmediatamente la animadversin de los douloi, incluso de aquellos no creyentes. Por su
introduccin en el oikos en calidad de lder espiritual y beneficiario principal del amo,
Simn comienza a manipular las riendas de la administracin: entra y sale, aconseja
sobre los domsticos, etc.1030 Por ltimo, y de suma importancia, es necesario sealar
que el autor de HchPed busca presentar al cristianismo como liberador. La intervencin
de Pedro pone fin a la tortura y recompone la confianza entre amo y esclavo, la cual es
presentada como el estado original y deseable en las relaciones domsticas. Esto se ve
en que los esclavos de Marcelo y Eubula no guardan rencor por los castigos, sino que
toman parte en el desenmascaramiento de Simn y, adems, reconocen que sus amos
estaban engaados. La concordia se instaura a partir de la conversin del amo, que se
proyecta en la relacin con el doulos fomentando la fidelidad.
La comunidad de HchPed est compuesta por varias personas poderosas. Esto seala
un crecimiento en las fuerzas patrocinadoras comunitarias que poda llevar a ciertas
disputas.1031 Sin embargo, como ya vimos, HchPed considera al patrono como un lder
incompleto porque la competencia poda hacer que diera apoyo econmico a lderes
1028
- HchPed 17.1-3.
-Credite autem mihi, o uiri fratres, ego hunc Simonem a Ioudaea fugati multa facientem mgico carmine,
morantem in Ioudaea ad quandam mulierem Eubolam, honestam nimis in saeculo hoc, adiacente ei
copioso et margaritis non minimo praetio. Subintrauit hic Simon cum duobus sibi simiulibus. Illos duo de
familia nemo uidit, nisi solum Simonem. Magia facta sustulerunt omnem aurum mulieris et non
comparuerunt. Eubola autem postquam recognouit hoc fatum, coepit torquere familiam suam dicens: Sub
occasionem hominis deifici spoliastis me quod uideritis eum ad me introeuntem et honorificaret mulierem
simplicem; cui nomen est autem numen domini.
1029
- HchPed 17.4-17.
1030
- A los ejemplos antes citados podemos agregarle HchPed 9.2-4, que muestra al portero de Marcelo
actuando bajo las rdenes directas de Simn.
1031
- Esto se evidencia cuando Pedro, luego de la contienda y ante la emocin popular, decide ir a casa de
Marcelo y la madre del senador resucitado le ruega que vaya a su casa. HchPed 29.1-2.
190
opositores y herticos, como el caso de Marcelo con Simn. Es por esta razn que se
espera que la jerarqua espiritual se refuerce para poder as orientar al anfitrin y
protector de la comunidad. Por esto Pedro es presentado dando rdenes a los ricos que
reciben sus favores milagrosos y creando lealtades nuevas. Este es el objetivo de las
resurrecciones realizadas en el marco de la contienda con Simn. El primer caso surge a
raz de una especie de apuesta por parte del prefecto: Simon debe matar a un esclavo
(alumnus) suyo y Pedro debe resucitarlo. El hecho de que el joven alumnus sea un
favorito del Csar vincula esta historia con la del copero de Nern que Pablo resucita
para evitar, igual que en el caso de Pedro, problemas a la comunidad cristiana. 1032 En
segundo lugar Pedro resucita al hijo de una viuda del crculo de Marcelo. Una vez
vuelto a la vida, Pedro reclama los servicios del joven para el futuro, como obispo. 1033
Por ltimo se presenta el caso de la resurreccin del joven senador Nicstrato, cuya
madre viene a implorar el milagro al apstol. 1034 Pedro saca partido de la situacin,
poniendo a prueba primeramente los poderes de Simn. Le pide que resucite al senador
pero el samaritano se muestra incapaz.1035 En segundo lugar el apstol, viendo que la
madre haba hecho llevar el cadver al foro por varios esclavos del hijo que ahora seran
manumitidos,1036 impone una condicin para el milagro: no retractarse de la manumisin
de los douloi.1037 El milagro cristiano no debe generar desorden domstico, sino
concordia. HchPed promociona un cristianismo concebido no en trminos de exaltacin,
sino de paz, respondiendo as a las diatribas paganas. En el relato el apstol sabe que
Nicstrato se convertir,1038 por lo tanto los libertos quedarn dependientes de un
cristiano, volvindose potenciales conversos. El triunfo de Pedro es completo, pues
Nicstrato se entrega a Dios como ofrenda, consagrndose a la comunidad. 1039 As el
autor parece proyectar su objetivo: unir la gua espiritual y econmica de la comunidad
en una persona.
1032
191
Los esclavos ocupan en HchPed un rol subordinado pero igualmente relevante para el
equilibrio domstico. El cristianismo proto-catlico intenta aparecer como una religin
que da libertad dentro del espacio de dependencia y que promueve el proselitismo entre
esclavos, cuya presencia domstica es considerada como un aspecto relevante para la
administracin del hogar y para la organizacin comunitaria. La recepcin del
cristianismo por personajes acaudalados y elites impone encontrar un equilibrio en
relacin al tratamiento de los subordinados que desarticule la propaganda pagana sobre
la deslealtad y rebelda de los oiketai convertidos.
192
193
1054
194
nivel poltico.1059 El crculo de Vctor, conformado por mayora latina, 1060 se enfrent
abiertamente al ala asitica de la comunidad de Roma, ya organizada alrededor de la
autoridad de Blasto desde fines del episcopado de Eleuterio. 1061 Si bien las ekklesiai
dependientes de la red asistencial romana dieron su asentimiento a Vctor,1062 no as
varios crculos proto-catlicos de oriente entre los que pueden contarse las ekklesiai de
Asia,1063 las de Siria-Palestina y Alejandra.1064 El obispo Polcrates de feso asumi el
liderazgo de los cuartodecimanos, obteniendo la excomunin como respuesta de Roma
(hacia 192-195).1065 La intervencin de Ireneo, oriundo de Asia, y la reaccin de otros
obispos ante tal arbitrariedad obligaron a la jerarqua romana a retroceder en su decisin
y a restablecer sus relaciones con oriente.1066
Detrs del conflicto por la prctica y el ritual exista una motivacin poltica. El grupo
de Vctor contaba con el patrocinio de varios libertos y esclavos de la familia caesaris
frente a los cuales no poda mostrarse como una secta exaltada o socialmente
retrada.1067 El elemento asitico era un problema en este contexto, pues sus
manifestaciones y prcticas (profeca, encratismo, etc.) conservaban un fuerte sesgo
judeocristiano arcaico. Visto de esta forma, cualquier manifestacin que desafiara la
autoridad o pusiera en entredicho la buena disposicin social de los creyentes atentaba
contra la fama popular del cristianismo. Curiosamente aqu nos encontramos con un
ejemplo ilustrativo que involucra a un esclavo. La historia de Calixto, futuro obispo de
Roma (217-222), ilustra el accionar de la comunidad romana proto-catlica frente a un
esclavo rebelde.1068 Segn Hiplito, Calixto era el esclavo propiedad de Carpforo, un
liberto cristiano de la familia imperial de Cmodo, y estaba encargado del negocio
bancario de su amo, por lo cual manejaba dinero.1069 Sin embargo el doulos habra
cometido un fraude monetario por el cual se vio obligado a huir de su dueo. Hiplito
cuenta que Calixto fue capturado en su fuga y que intent suicidarse. Con ese objetivo
en mente, entr en una sinagoga y provoc disturbios durante el sbado. Los judos lo
1059
195
- Din Casio, Historia Romana 73. 4, 6-7 (la aclaracin sobre la simpata de Marcia por los cristianos
es un agregado de Xifilino). Hiplito, Refutacin 9. 7. Otros autores nada mencionan sobre el
filocristianismo de Marcia: Herodiano, Hist 1. 16, 4; Historia Augusta Cmodo 11. 9. Lampe (2003:336).
1071
- Hiplito Refutacin 9.11-13.
1072
- Calixto se adhiere al crculo del presbtero Ceferino, quien fue elegido obispo de Roma en 199.
Durante este obispado Calixto ejerci el cargo de secretario general y administr propiedades de la
iglesia. Al morir Ceferino en 217 Calixto fue nombrado obispo de Roma. Hiplito, Refutacin 9.2;
Eusebio, H.E. 6.21,1.
196
- Herodiano, Hist 2.9; Dion Casio, Historia Romana 74.11,2-14,3; Historia Augusta Septimio Severo
8.6-9.1; 10-11; Nigro 1.1; Albino 1.1.
1074
- Eusebio, H.E. 5.22. Kyrtatas (1987:141).
1075
- El debate acerca de la situacin de la escuela de Alejandra antes de Orgenes puede verse en Le
Boulluec- Conticello (2006:34-35); Osborn (2008:19-21).
1076
- Clemente posiblemente fuera un griego instalado en Alejandra desde 180. Heine (2006:117); Le
Boulluec- Conticello (2006:34).
1077
- En relacin a las discusiones sobre Panteno ver: Grant (1971:133-138); Le Boulluec- Conticello
(2006:29-33).
1078
- En este punto hay disenso: Osborn (2008:22) no ve conflicto entre la sucesin episcopal y los
didskaloi; Junod (1980:154-159), Kyrtatas (1987:140-144, 156-157) y Le Boulluec- Conticello
(2006:43-45), sealan una tensin creciente entre estos dos polos de poder sobre todo en cuanto al tema
de la penitencia y del control de los fieles.
1079
- Para los textos de Clemente seguimos la datacin de Heine (2006:118): Prot en 195, Ped en 197,
Stro 1 en 198, Stro 2-5 entre 199 y 201, Stro 6-7 y Qhr en 203.
197
1080
1085
- Clemente de Alejandra, Stro 1.1.9,1.
1086
- Brown (1993:195-196).
1081
198
- Clemente (Stro 3.5; 9; 18) no niega el valor de la continencia, pero esta debe ser por eleccin
racional y no con afn de negacin del mundo, pues eso sera despreciar la creacin divina. Broudehoux
(1970:59); Pagels (1990:50-51,56). El alejandrino focaliza su atencin en un auditorio de cristianos
acomodados que poseen familias y propiedades. Brown (1993:189-192).
1088
- Clemente de Alejandra, Ped 1.102,1.
1089
- Clemente de Alejandra, Ped 2.9-4; 10-1-2; 3.32,2. Broudehoux (1970:189-193).
1090
- Clemente de Alejandra, Ped 2.20,2-32,1.
1091
- Clemente de Alejandra, Ped 3.5,4-7,1;58,1.
1092
- Clemente de Alejandra, Ped 2.12,2-3; 3.21,1.
1093
- Clemente de Alejandra, Ped 3.26,1-3
199
observa que la recurrencia a los esclavos atenta contra el propio cuerpo de dos formas.
En primer lugar, la necesidad constante de los oiketai puede llevar a la concupiscencia
dado el nivel de intimidad que se logra; hay esclavos que se baan con sus dueos, que
se desnudan frente a ellos e incluso les hacen fricciones. 1094 En segundo lugar el
alejandrino destaca que la dependencia de los douloi engendra molicie y es una seal de
falta de carcter. Hacerse llevar en literas por esclavos, hacer que un doulos lea en voz
alta, que otro se dedique a lavar los pies del amo, otro a calzarlo y otro a masajearlo con
aceite son acciones que Clemente reprueba y propone cambiar por el trabajo
personal.1095 La actividad fsica aleja del deseo y fortalece el cuerpo. En base a esto
Clemente recomienda a los varones leer y vestirse por s mismos, traer agua, trabajar en
el campo, cortar lea e incluso practicar un deporte como la lucha atltica (no con fin
exhibicionista sino para lograr vigor viril). En el caso femenino el didskalos sugiere a
las damas asumir responsablemente la administracin del hogar, realizar trabajos
manuales que redunden en beneficios para su familia y propiciar un buen manejo de los
recursos.1096 Coincidimos con Broudhoux al decir que Clemente valoriza la actividad
fsica por considerarla un ejercicio de humildad, una instancia que robustece el
compromiso con la comunidad en tanto vincula a los hombres por la mutua
asistencia.1097 Mas all de la tentacin hacia la fornicacin o la molicie, el hecho de
abusar del servicio de los siervos provoca que se olvide que el esclavo es un hombre
como nosotros segn Clemente.1098 De aqu que su ideal mesurado respecto al tema de
la esclavitud sea servirse de los oiketai como de uno mismo, pues son hombres y no
bestias.1099 Aunque Clemente recurre a 1Ped para justificar la sumisin de los
Broudehoux (1970:166).
1094
- Clemente de Alejandra, Ped 3.32,2-3.
1095
- Clemente de Alejandra, Ped 3.27,1-3; 50.3; 52,1.
1096
- Clemente de Alejandra, Ped 3.47,3-52,1.
1097
- Broudehoux (1970:182-183).
1098
- Clemente de Alejandra, Ped 3.92,4.
1099
- Clemente de Alejandra, Ped 3.74,1.
200
esclavos,1100 aclara que pese a eso la caracterstica del amo debe ser la equidad y la
magnanimidad.
Clemente de Alejandra deja entrever una situacin comunitaria en la que la mayora
de los esclavos no parece ser creyente.1101 Esto nos lleva a pensar que todas las
prescripciones prcticas que Clemente propone sobre la vida domstica estn destinadas
a resguardar a los propietarios y damas. Las recomendaciones sobre no llamar a los
esclavos con chasquidos de dedos o prohibirles que hablen obscenidades se dirigen a
purificar las maneras de los amos, no a incentivar en la fe a los siervos. 1102 Esto ni
siquiera se ve en el pedido de Clemente sobre reprender al esclavo que obr mal, 1103
pues esa accin es presentada como una muestra de la responsabilidad del kyrios, no de
su inters por la conversin y virtud del esclavo. El doulos queda fuera de los intereses
de Clemente, pues pese a ser calificado de hombre es tambin una propiedad maleable y
de moralidad dudosa. Fornicar con esclavos es un pecado con consecuencias nefastas y
que puede degenerar en otros pecados como el aborto o la exposicin de nios, con los
cuales se intenta ocultar una pasin desenfrenada segn Clemente. 1104 Ante esto el
alejandrino propone la gravedad en el trato con los oiketai, es decir la prudencia en
cuanto a las maneras y hbitos domsticos a fin de fomentar un ambiente refrenado y
mesurado.1105 Pese a esto, el autor propone en Stro que el auto-control puede darse en
cualquier hombre que lo elija, incluso en un esclavo. El didskalos reconoce que
muchos esclavos creyentes se han mantenido en la virtud pese a la oposicin de sus
amos, llegando muchas veces al martirio por eso.1106 Esto bien podra ser mera retrica
clementina, ya que el grueso de los siervos era considerado por el didskalos como
creyentes sin conocimiento, incapacitados para comprender ciertas cosas declaradas en
la fe.1107 Para que aflore la virtud es necesaria la instruccin y Clemente no parece
incentivar en su auditorio aristocrtico el adoctrinamiento de sus esclavos domsticos.
Es suficiente que el propietario promueva prcticas domsticas y pblicas que
mantengan la justa y necesaria distancia con los siervos para alejarse de la tentacin.
El tratamiento que Clemente propone respecto a la esclavitud y la administracin del
oikos se integra en su inters por fortalecer el compromiso de sus adeptos a fin de
1100
- 1Ped 2.18.
- Kyrtatas (1987:113).
1102
- Clemente de Alejandra, Ped 2.60,1; 3.73,1-3.
1103
- Clemente de Alejandra, Ped 3.93,1-3.Broudehoux (1970:168)
1104
- Clemente de Alejandra, Stro 2.18,88-89; Ped 2.96,1; 3.21,5. Broudehoux (1970:157).
1105
- Clemente de Alejandra, Ped 3.84,1.
1106
- Clemente de Alejandra, Stro 4.8.
1107
- Clemente de Alejandra, Stro 1.1.5,1-3; 1.6,33; 1.12; 2.8,37-38.
1101
201
202
entre el Padre y Jess, el salvador gnstico dependiente del primero. Nosotros nos
concentraremos en fragmentos pertenecientes al primer autor.
En la comunidad cristiana que se nos esboza en HchJn no hay prcticamente
jerarqua1114 ni organizacin de los fieles ms all de una ceremonia de corte eucarstico
bastante extraa.1115 El autor inscribe al apstol en un mundo de personajes acaudalados
que le dan hospitalidad y lo sostienen a la usanza de los patronos pero, como reclamaba
Clemente, estos benefactores se muestran imperfectos porque estn atados a cuestiones
materiales.1116 Juan promueve entre ellos la continencia sexual como regla de perfeccin
y desprendimiento.1117 Sin embargo el crimen sexual no es el peor ni el nico para el
autor de HchJn, sino que se inscribe en un conjunto de pecados basados en la confianza
de lo material, en la atadura a lo terrenal.1118 El caso del campesino adltero y parricida
es un ejemplo. Este joven se arrepiente del crimen de su padre frente al apstol, y
promete dejar de lado su deseo adltero si Juan resucita al anciano. Cuando el apstol
realiza el milagro, el joven se castra con una hoz y le arroja sus partes en la cara a su
amante.1119 Juan lo reprende y le concede el perdn, sealndole que No son, pues, los
rganos los que hacen dao al hombre, sino las fuentes ocultas por las cuales se pone en
movimiento toda nocin malvada y aparece visiblemente1120. El origen del mal es
espiritual, nace de lo profundo del hombre para el autor de HchJn. Por eso el peor
pecado es la obstinacin en el mal, lo cual trae la condenacin pues la posibilidad de
arrepentirse existe, pero es limitada.
La postura del autor de HchJn en relacin al pecado se explicita a travs del nico
personaje esclavo del texto: Fortunato, el administrador de Andrnico. Fortunato es
presentado como un administrador codicioso y venal que, a cambio de dinero, abre la
tumba de su ama fallecida, Drusiana, para que el enamorado Calmaco cometa el acto de
necrofilia.1121 La intervencin divina, en forma de serpiente gigante, desbarata los planes
1114
1115
203
1122
- HchJn 71.
1123
- HchJn 73. 1.
1124
- HchJn 81-83 y 86.2. Este episodio contrasta con el del sacerdote de Artemis, al cual resucita Juan
por pedido de un pariente. HchJn 47.2. Sin embargo el apstol le aclara que aunque resucit, no vive de
verdad. Para vivir es necesario creer. Es lo que Fortunato no hace. La resurreccin en HchJn supone la
conversin. La frase del apstol al anciano asesinado por su hijo resume esta postura: (Si) hubieras
resucitado (para seguir) en las mismas condiciones, ms te valdra morir HchJn 52.2. Junod- Kaestli
(1988:4352). Clemente de Alejandra (Prot 9.83,1-2) seala que hay individuos que pese a recibir la
oferta de salvacin, prefieren la esclavitud.
204
esclavo cristiano sin un kyrios creyente evoca una situacin subversiva a nivel
domstico; la situacin contraria, un amo cristiano con subordinados paganos, se ajusta
ms a la nueva composicin social de las asambleas, en las que comienzan a aparecer no
solo intelectuales, sino incluso ciertos aristcratas.
Los autores proto-catlicos del periodo analizado envilecen a los oiketai en base a
mltiples defectos: no son puros, pueden ser fcilmente atrados por doctrinas
estrafalarias, son pasibles de violencia a fin de obtener una acusacin, son fraudulentos
y representan una tentacin constante a raz de su disponibilidad fsica. El objetivo en
este caso es doble: responder las diatribas externas y alejarse del modelo comunitario
montanista que promueve la exaltacin de los subordinados. El esclavo es para las
jerarquas y crculos intelectuales creyentes la pieza dbil de la comunidad y por ello su
nmero domstico debe ser reducido y sus actividades acotadas. No es un modelo de
creyente ni a nivel externo ni a nivel interno.
206
CAPTULO 6
CRISIS Y CRECIMIENTO: ESCLAVOS ENTRE EL VULGO CRISTIANO
La situacin del cristianismo bajo la dinasta de los Severos y hasta 250 fue de
progresiva estabilidad y creciente insercin en el mbito de la cultura urbana del
imperio. Las jerarquas proto-catlicas consolidaron un discurso solidario con el
esquema poltico vigente, flexibilizando ciertas posturas sociales que dificultaban la
interaccin de los cristianos con sus vecinos. No es extrao que en este momento se
preste atencin en las iglesias a la cuestin del canon escritural y que se enfatice
notoriamente la necesidad de una disciplina eclesial con eje en las jerarquas, a las
cuales se separa tajantemente del comn de los fieles. Varias ramas del cristianismo
manifestaron una alineacin poltica que no era compatible con exaltaciones
milenaristas o inclinaciones individualistas extremistas. Esto ocurre incluso en el
interior de varios grupos gnsticos, los cuales enfatizan de manera notoria la necesidad
de una mayor solidaridad entre los pneumticos y los psquicos a partir de un esquema
de responsabilidad en pos del perfeccionamiento comunitario. Esta necesidad de
organizacin grupal que se percibe en la mayora de las ekklesiai se debe al incremento
en el nmero de adeptos, por lo cual es imperativo configurar el ritual y la doctrina a fin
de contener al comn de los fieles, poblacin sobre la cual la crtica pagana se ensaaba
particularmente. El cristianismo en sus variadas vertientes intenta mostrar que puede ser
una fe popular capaz de promover la perfeccin moral en los simples y, a la par, ofrecer
un nivel ms alto de conocimientos para aquellos interesados en hacer carrera en el
movimiento. El discurso apologtico propio del siglo II se encuentra ahora amenazado
por una realidad comunitaria diferente que exige su reestructuracin para garantizar la
extensin de la fe a todos los nuevos adeptos. Varios sectores renegaron de estas
207
- Los primeros datos biogrficos de Tertuliano los dan Eusebio (H.E. 2.2,4) y Jernimo (Sobre los
hombres ilustres 53). Sin embargo Barnes (1985:11-30) ha cuestionado estas narrativas, que lo hacen un
presbtero versado en leyes e hijo de un centurin romano. Varios han seguido su criticismo: Bray
(1977:94-116), Wilwhite (2007:17-23), Heine (2008:133).
1126
- MartEsc 1; Tertuliano, A Escpula (Esc) 3.4.
208
Los primeros textos de Tertuliano, A las naciones (Nac), A los mrtires (Mart) y
Apologtico (Apol), sealan la influencia de la herencia apologtica oriental en la lite
norafricana.1127 En los ltimos aos del siglo II Tertuliano se queja a los magistrados
locales de que se est procediendo contra los fieles sin investigacin previa, sino que se
los detiene en sus asambleas los das de reunin. 1128 En los tratados mencionados el
autor retoma los tpicos tradicionales acerca de las acusaciones y rumores populares
sobre los cristianos y los complementa con un fuerte reclamo de alineacin poltica. 1129
Para el rtor norafricano los cristianos son fieles sbditos del emperador.1130 Si bien
otros autores haban utilizado este recurso, Tertuliano lo presenta inserto en la realidad
poltica presente: los cristianos no apoyaron ni a Nigro ni a Albino, sino a Septimio
Severo.1131 Aunque remarque que los creyentes son ajenos a la poltica, tcitamente est
reconociendo a este emperador como el justo depositario del poder imperial otorgado
por Dios.1132 El autor norafricano sabe de la poltica tolerante severana, la cual parece no
haber causado perjuicio a las agrupaciones cristianas. El nico testimonio de un decreto
severano anticristiano est en Historia Augusta y debera fecharse hacia 202.1133 Sin
embargo varios analistas discuten su veracidad y postulan que lo que ocurri realmente
fueron ciclos de violencia local, instigados por gobernadores en varios casos, en los que
los cristianos fueron las vctimas.1134
Las actividades anticristianas parecen haber sido moneda corriente en el Norte de
frica entre 197 y 212, con periodos de mayor o menor intensidad. Tertuliano estaba al
tanto de esta realidad y si bien en un principio intent sostener un esquema secularista a
fin de minimizar el conflicto, hacia el ao 207 su postura cambi por la adhesin a la
Nueva Profeca. El Tertuliano montanista segua siendo un proto-catlico entusiasta,
1127
209
solo que ahora integrado en una faccin elitista al interior de la iglesia. 1135 La Nueva
Profeca lejos estaba de ser catalogada como heterodoxa en las iglesias, pese al desafo
que imponan las figuras profticas a las jerarquas episcopales. El motivo de esta
identificacin del rtor con el montanismo podra radicar en fuertes debates
organizativos ocurridos en el interior de la iglesia de Cartago. Tertuliano siempre fue
consciente de la diversidad dentro del movimiento y consideraba que la misma
favoreca la laxitud en materia moral.1136 En Cartago parte de la ekklesia habra
adoptado el montanismo a inicios del siglo III como reaccin ante tendencias de
apertura social por parte de ciertos sectores jerrquicos que deseaban reducir la tensin
con el entorno pagano. Sin embargo el montanismo y el proto-catolicismo convivieron
pacficamente en el Norte de frica ya que el primero haba perdido los elementos
milenaristas que lo caracterizaron en Asia Menor.1137 Frente a un proto-catolicismo que
es percibido como negociador, el montanismo de Tertuliano se presenta como asctico y
exigente, intentando calcular minuciosamente el desenvolvimiento pblico y privado de
los fieles, promoviendo as una tendencia crecientemente intolerante para con el vulgo
menos comprometido.1138 Tertuliano hace de la disciplina eclesistica un fuerte elemento
de pertenencia y compromiso que est por encima de la lealtad al emperador. 1139 En
Apol especifica que las asambleas cristianas deben ser espacios donde se ejerza un
frreo control personal a travs de exhortaciones, castigos y censuras. 1140 En este sentido
son muy ilustrativas las posturas de Tertuliano acerca del matrimonio y del perdn, dos
situaciones que colocan a los fieles en los lmites de la pertenencia comunitaria. Frente a
ciertas polticas contemporneas de la iglesia de Roma tendientes a permitir
matrimonios entre cristianos de estatus diferentes y a una permisin en relacin al
nuevo matrimonio de los viudos, Tertuliano reacciona promoviendo un nico
matrimonio y una vida de ascesis.1141 En cuanto al perdn, este tema parece ser
acuciante para los cristianos norafricanos ya que la seguidilla de episodios violentos
1135
210
- Tertuliano, Sobre el Bautismo 4; Sobre el arrepentimiento 5 y 9; Sobre la Pureza (Pur) 10-13; Sobre
la Modestia 21.17. Trevett (2002:114-116); Dunn (2004:55).
1143
- Tertuliano, Sobre la Carne de Cristo 2.3-5. Dunn (2004:21-22).
1144
- Tertuliano, Apol 49.2.
1145
- Tertuliano, Apol 42. Similar a lo que Justino (1Apol 17.1-2;31.6) ya haba planteado a mediados del
siglo II. Burrows (1988:218).
1146
- Rankin (1989:271-276) (1995:29-31); Dunn (2004:38).
1147
- Tertuliano continuamente est defendiendo las posturas de su grupo contra los planteos de otros
cristianos. Eso se ve claramente en loa textos Sobre el velo de las vrgenes 3.5-6.3 y El adorno de las
mujeres (Ador) 2.11,3, donde defiende un uso comunitario concreto en relacin al atuendo femenino, y
211
212
cuestionamiento que hace el ya montanista Tertuliano podemos inferir que este doulos
al que se refiere el tratado es un cristiano. Su crtica va dirigida al entusiasmo servil por
la ceremonia de liberacin. Para el autor norafricano el sacrificio de Cristo otorg la
libertad a todos los hombres, por lo cual los procedimientos oficiales mundanos solo
revisten un carcter nominal, no real. Sin embargo pareciera haberse dado el caso de un
rechazo de los lazos comunitarios por parte de siervos creyentes manumitidos.
Tertuliano seala que para estos nuevos libertos la libertad en Cristo era percibida
como esclavitud. Con este juicio negativo sobre las actitudes de los manumisos se nos
completa la perspectiva tertulianista sobre el esclavo cristiano, cuya lealtad es
continuamente disputada con el mundo.1151 Visto en esta perspectiva, el oiketes creyente
manifiesta una continua actitud calculadora para los tertulianistas, actitud que puede
provocar dificultades y obstruir la pureza del conventculo. El grupo de Tertuliano
parece regirse por una divisin de estatus muy jerarquizada entre sus miembros, lo cual
transformara la disciplina domstica en una serie de imposiciones rgidas, basadas en el
temor y la sumisin. No sera extrao entonces que los oiketai de dichos hogares
percibieran la fe a la que Tertuliano denomina libertad en Cristo como una carga. Con
el ejemplo de la corona del manumiso Tertuliano est criticando a los sectores
secularistas de la iglesia de Cartago que alentaran la insercin de sus propios libertos
ocupando roles administrativos en negocios, actividad que los colocara por fuera del
estricto control domstico. Para el retor norafricano la manumisin legal, con la entrega
de la corona, es igual a propiciar la contaminacin del subordinado y pedir el
asentimiento social pagano sobre el concepto de libertad, el cual tiene un significado y
un rol diferente al interior del movimiento cristiano.
213
214
en conflicto con las mismas, pues no validaran el acto de Calixto y romperan los lazos
fraternales.1160 Si bien las medidas de Calixto solo se aplicaban a su grupo, este cambio
disciplinario afect a las iglesias africanas vinculadas econmica y geogrficamente con
Roma. Tertuliano se manifiesta contra Calixto, al cual ya haba criticado en su tratado
Contra Prxeas, donde lo acusaba de ser el promotor de la condena del montanismo en
los crculos cristianos romanos.1161 Ahora le da el ttulo de obispo de obispos y
pontifex Maximus en un sentido irnico,1162 denostando su decisin de otorgar el
perdn a los fieles que han cado en lo que el norafricano considera como adulterio y
fornicacin. Tertuliano y los hipolitanos se escandalizan de las medidas de Calixto
porque consideran que rompen el contexto de pureza en que se pensaba a la comunidad
cristiana desde la perspectiva sectaria. En Refutacin el autor hipolitano seala que
entre las medidas de Calixto estaba la de permitir las uniones de hecho entre mujeres
nobles y esclavos o libertos creyentes. Esta permisin habra sido para evitar que las
mujeres cristianas de alcurnia se casaran con paganos y quedaran limitadas en tanto
patronas comunitarias. Ms sentido tiene esta medida si tomamos como verosmil el
dato que seala a Calixto como un liberto cuya manumisin habra sido realizada por la
comunidad proto-catlica romana. Para acrecentar el poder de su crculo (en el cual se
moveran varios libertos con recursos), Calixto habra fomentado las uniones con las
principales damas patrocinadoras. Los crculos cristianos rigoristas interpretaron la
estrategia de Calixto de manera controversial. El autor de Refutacin adopta un punto de
vista elitista considerando las uniones entre individuos de diferente estatus como
prostitucin; tales medidas ponan a la iglesia en tensin con la ley civil. 1163 La unin de
hecho (no legal) con un esclavo o liberto no tena perspectiva social para los
hipolitanos, razn por la cual el autor de Refutacin marca que era comn el uso de
frmacos para la esterilidad o el aborto por parte de las mujeres nobles. 1164 Tanto para
1160
- Brent (1995:505-506).
- Tertuliano, Contra Prxeas 1. Brent (1995:519) y Heine (1998:58-59) apoyan la identificacin de
Prxeas con Calixto, no as Lampe (2003:349-350).
1162
- Tertuliano, Pur 1.6-8.
Audio etiam edictum ese propositum et quidem peremptorium. Pontifex scilicet maximus quod est
episcopus episcoporum edicit: dimitto et moechiae et fornicationis delicta paenitentia functis. O edictum
cui adscribi non poterit bonum factum. Et ubi proponetur liberalitas ista. Ibidem opinor in ipsis libidinum
tiatuis. Illic eiusmondi paenitentia promulganda est ubi delinquentia ipsa versabitur. Illic legenda est venia
quo cum spe eius intrabitur. Sed hoc in ecclesia legitur et in ecclesia pronuntiatur et virgo est.
Brent (1995:503-504).
1163
- Digesto 23.2.16; 24.1.3.1.
1164
- Hiplito, Refutacin 9.12,24-25.
1161
215
los tertulianistas como para los hipolitanos los oiketai creyentes eran miembros
marginales de la asamblea cuyo vnculo sexual con sus dueas solo poda acarrear
problemas no solo de pureza, sino tambin con la ley romana.1165
Si consideramos la postura montanista norafricana respecto a la esclavitud y la tica
comunitaria que observamos en Tertuliano, y que veremos a continuacin en Martirio
de Perpetua, es lgico comprender por qu las medidas de Calixto generaban
desaprobacin. El elitismo de los nuevos profetas rechazaba a los esclavos conversos
ponindolos en un lmite comunitario por cuestiones de pureza. Autorizar la mezcla
entre fieles de estatus jurdico dispar era considerado un error que engendraba otros
perjuicios.1166 Tertuliano y los hipolitanos ven al aborto y a la exposicin de nios como
consecuencias de desrdenes y alteraciones en la tica sexual domstica. Los esclavos
representaban una gran parte en esta cadena pecaminosa pues su no pertenencia a la
comunidad los transformaba en objetos destinados a satisfacer la pasin de sus amos.
Esto se ve claramente en el documento titulado Tradicin Apostlica (TradAp), escrito
hacia 218. En este texto los hipolitanos se preocupan por enumerar los procedimientos
bsicos que la comunidad cristiana debe seguir en materia jerrquica, entre los cuales
aparecen directivas sobre los esclavos miembros. Si bien para los hipolitanos el estatus
de esclavo no es bice para integrarse en la asamblea, en TradAp se pide considerar la
situacin domstica de los siervos, es decir la relacin con sus amos y su conducta.1167 Si
el esclavo pertenece a un creyente puede, con autorizacin de este, acceder a la
asamblea. TradAp insiste en que este permiso de integrar la iglesia debe fundarse en una
buena conducta.1168 Si el propietario del doulos es un pagano, TradAp propone
adoctrinar al siervo en la sumisin y la complacencia a fin de evitar conflictos que
despierten crticas. El caso de las esclavas que ocupan el rol de concubinas es particular
1165
- Frend (1981:324); Kyrtatas (1987:132).
1166
- Los gnsticos tambin se manifestaron en contra de las mezclas matrimoniales. EvFel 61.1-10. Toda
relacin sexual habida entre quienes no son semejantes constituye adulterio (Traduccin del copto al
espaol propuesta por Piero-Montserrat Torrents-Garca Bazn- Bermejo-Trevijano, 1999). El adulterio
entre miembros de estatus desigual deriva en homicidio. Si bien los valentinianos pensaban esta sentencia
en un sentido espiritual no deja de sorprender que sea contempornea a las medidas de Calixto.
1167
- Hiplito, TradAp 15.
Et si quis est servus alicuius verbum. Si dominus non dat testimonium de eo quia bonus est, reiciatur. Si
paganus est dominus eius, doce eum placere domino suo, ne blasphemia fiat.
1168
- Esta directiva puede relacionarse con el relato que se hace en Refutacin 9.7. sobre la actuacin de
Calixto cuando era esclavo del liberto imperial Carpforo, cristiano del crculo del obispo Vctor
(189-199). Al ser apresado por su conducta irreverente y estafadora Calixto aleg ser cristiano, pero su
amo lo desminti y fue procesado como criminal comn.
216
217
pensar estos aos como un momento de fuerte entusiasmo general por una serie de
fiestas vinculadas con acontecimientos de la familia severana. Dichas festividades
habran hecho ms evidente la abstencin de los cristianos, la cual apareca ahora como
mucho ms escandalosa, fundamentalmente la del sector montanista. 1175 Perpetua y su
grupo no fueron los nicos mrtires en Cartago ya que en MartPerp se menciona a otros
anteriores y Cipriano, hacia mediados del siglo III, recordaba a muchos ms. 1176 En
cuanto al texto de MartPerp hay analistas que tienden a ver dos secciones diferentes en
su interior, cada una procedente de un escritor distinto: Perpetua y el compilador
montanista.1177 Parece que el compilador organiz el relato hacia fines de la primera
dcada del siglo III, promoviendo una lectura del suceso que le sirviera para diferenciar
la identidad montanista de la proto-catlica. Nuestro anlisis sobre el documento ser a
partir de los intereses y posturas del compilador final.
En MartPerp la coprotagonista de la noble Perpetua es una esclava, Felicidad, a la
cual el compilador menciona dentro del grupo de catecmenos vinculado a la matrona.
En el mismo se encuentra tambin otro siervo de nombre Revocato. 1178 Si observamos la
seccin del relato que se atribuye a Perpetua no encontramos rastro alguno de Felicidad.
Es el compilador quien asocia a las dos mujeres, pero nunca explicita que Felicidad
fuera propiedad de Perpetua.1179 Que se coloque a estas mujeres de diferente estatus
juntas en la arena supone un inters particular en relacin a la configuracin social de la
comunidad montanista. Vimos a travs de los textos de Tertuliano que los oiketai
estaban sometidos a un rgido esquema domstico por temor a que, debido a su carcter
maleable e inconstante, contaminaran la pureza de los fieles. En MartPerp esta misma
problemtica est presente como elemento para el debate con los grupos cristianos
considerados como laxos en materia disciplinar. La exposicin de la matrona y la
esclava en la arena sera una ficcin que estaba destinada a responder a las crticas que
sealan a los conventculos norafricanos montanistas como elitistas. Pese a esto es al
personaje de Perpetua a quien se le da el rol central, ya que lidera la accin y aparece
como pudorosa y preocupada por las formas decentes cuando cubre su desnudez y ata
sus cabellos en medio del asalto de las fieras; es Perpetua la que sostiene a Felicidad y
1175
- Sordi (1979:349-350). Es interesante observar que los montanistas, pese a retraerse de muchas
prcticas sociales, no condenan al imperio de los Severos, al que ven como tolerante.
1176
- MartPerp 11; Cipriano, Ep. 34.3; Sobre los apstatas 13.
1177
- Campos (1959:358-361); Braun (1979:105-117); Heffernan (1995:316); Sullivan (1997:63-74);
Butler (2006:44-57).
1178
- MartPerp 2.
1179
- Poirer (1970:306-309); Shaw (1993:25-26).
218
tambin la que parece haber experimentado un trance particular durante las embestidas
de la vaca embravecida.1180 La experiencia espiritual de la noble matrona es presentada
como superior incluso a la de Saturo, su catequista.1181
La esclava Felicidad cumple un rol particular en el plan del relator montanista ya que
es presentada en una situacin extrema que hace peligrar su testimonio cristiano. En el
nico episodio de MartPerp que la tiene como protagonista, Felicidad aparece en medio
del trabajo de parto.1182 Un oficial de la prisin, viendo sus padecimientos, se mofa
dicindole: Tu que ahora te quejas, qu hars cuando te arrojen a las fieras?. La
respuesta que el compilador pone en boca de la sierva apunta a marcar una
diferenciacin entre el sufrimiento personal y el sufrimiento por la fe, compartido con
Cristo:Ahora soy yo la que padezco lo que padezco; ms all habr otro en mi que
padecer por mi, pues tambin yo he de padecer por l.1183 Esta discriminacin puede
comprenderse como tendiente a disociar el sufrimiento fsico humano comn de aquel
propio del martirio, es decir de la exposicin y muerte en la arena. Para los cristianos
montanistas el propietario de esclavos estaba habilitado para hacer uso de sus
prerrogativas (castigos corporales, obligaciones e imposiciones) a fin de reforzar la tica
comunitaria. El padecimiento cotidiano, atado a cuestiones fsicas y de estatus, no es
equivalente al padecimiento martirial. Sobre este punto tambin se manifiesta la TradAp
de Hiplito de Roma (aprox. 218) al distinguir entre la confesin, el martirio y el
castigo domstico. Este ltimo, segn su consideracin, no otorga ninguna
preeminencia porque se ha aplicado dentro de las prerrogativas de la jerarqua
patriarcal.1184 Para el autor de MartPerp Cristo se hace copartcipe del sufrimiento solo
cuando el sufrimiento se vuelve testimonio pblico. Esto complica la situacin de los
esclavos y fortalece el esquema patriarcalista. En la literatura norafricana de inicios del
siglo III no hay reclamos acerca del maltrato de los siervos, sino que se subraya que una
1180
- MartPerp 20.
- El personaje de Perpetua es presentado con un poder mayor de intercesin que se aplica incluso a los
fallecidos sin bautismo, como es el caso de su hermano Dincrates (MartPerp 7-8). Episodios como este
levantan la polmica acerca del poder de remisin de pecados que posean los mrtires. La visin de
Saturo en la que el obispo y el presbtero se arrodillan frente a los mrtires y les piden que pongan paz en
la comunidad (MartPerp 13) revela la importancia del rol martirial para los montanistas (Tertuliano, Mart
1.3; Antdoto para la picadura del escorpion 6 y 8). La bsqueda y aceptacin del martirio por parte de
los montanistas se contrapone a la criticada prctica de la fuga proto-catlica. Rankin (1995:181-183);
Trevett (2002:126-128).
1182
- MartPerp 15. Bremmer (2012:35-53).
1183
- MartPerp 15.6.
Modo ego patior quod patior; ille autem alius erit in me qui patietur pro me, quia et ego pro ello passura
sum.
1184
- Hiplito, TradAp 27-28.
1181
219
cosa son las obligaciones a las que el estatus personal obliga y otra distinta es padecer
por la fe.
Los montanistas tienen un fuerte sentido comunitario en lo que atae a la asistencia
de los mrtires, a los que alivian en sus padecimientos. Felicidad recibe la oracin de los
fieles para poder dar a luz.1185 Es la intercesin de la comunidad la que provoca el parto
y habilita a Felicidad a dar testimonio en la arena. El autor aduce en este episodio que la
sierva perciba su condicin fsica como un impedimento, ya que se explicita que la
sierva embarazada sera condenada a morir luego, en medio de delincuentes comunes.
En la perspectiva montanista esto supona una contaminacin que desvirtuaba el
testimonio, alejndolo del marco sacrificial que provea el martirio colectivo.1186 Que un
cristiano enfrentara la muerte con un delincuente equivala a ser considerado un
delincuente ms. En su rigorismo, Tertuliano sealaba que si bien estaba permitido a los
cristianos vivir con los paganos, no as morir con ellos.1187 Este mismo rigorismo se
observa en MartPerp pues la esclava, un componente de la asamblea considerado
marginal, est mas cerca de integrar el grupo de delincuentes comunes que el de
cristianos. Es la comunidad la que la restablece, aunque en una posicin inferior a la de
la visionaria Perpetua o la del didskalos Saturo. El personaje de Felicidad ilustra la
postura montanista en relacin a los esclavos. En este punto Felicidad lejos est del
modelo de Blandina, la cual asuma un rol maternal que difuminaba su condicin
servil.1188 El estatus de Blandina era el elemento narrativo destinado a ridiculizar a los
torturadores. El personaje de Felicidad en MartPerp sufre por su condicin servil
expresada en su gravidez, posiblemente un smbolo del dominio de su amo y, a la par,
impedimento para su testimonio en la arena.
- MartPerp 15.3-4.
- Castelli (2004:45-46, 66-67, 84-85); Rhee (2005:88-102); Young (2005:80-83).
1187
- Tertuliano, Idol 14.5.
1188
- Eusebio, H.E. 5.1,55.
1186
220
observar este giro en el discurso gnstico en la dcada que va del 210 al 220: el Dilogo
del Salvador (DialSal), el Evangelio de Mara (EvMar) y el Evangelio de Felipe
(EvFel).1189
DialSal es un documento en forma de dilogo en el que Jess y tres discpulos,
Toms, Mateo y Mara Magdalena,1190 discuten temas escatolgicos.1191 El objetivo del
texto es resaltar la idea de salvacin terrenal realizada como preludio a la salvacin
futura.1192 Sin embargo el esquema de corte intelectualista y elitista de los crculos
gnsticos se ve alterado ya que la naturaleza del ser espiritual comienza a ser
cuestionada. La salvacin del pneumtico no es presentada como total e inalterable a
partir del acceso a la gnosis, sino que se exige que ese individuo que ha adquirido el
conocimiento acte en consecuencia.1193 El propsito es vivenciar el recto conocimiento
y explicarlo a los imperfectos. De esta forma se replantea el concepto individualista de
la gnosis, a la cual se le agrega un componente comunitario. El gnstico no puede
sobrevivir aislado, sino que necesita de los psquicos, es decir de los proto-catlicos,
con los cuales interacta y en quienes puede apoyarse frente a las violencias
anticristianas locales.1194 Exactamente lo mismo ocurre en EvMar, relato que muestra a
los apstoles como temerosos de ir a los gentiles.1195 Este texto tambin intenta
recuperar un sentido de comunidad para los pneumticos a partir de la instruccin. El
apstol Pedro, representante de los proto-catlicos, pide a Mara Magdalena, figura
netamente gnstica, que les relate a los seguidores las revelaciones que ella ha
recibido.1196 La discpula envalentona a los apstoles y relata las instrucciones esotricas
del resucitado.1197 Sin embargo la disputa surge cuando Andrs y Pedro se muestran
disconformes con las palabras de la Magdalena y recusan su testimonio. Lev, otra
figura gnstica, los reprende y no solo le cree a la mujer sino que afirma la necesidad de
prdica por parte de los gnosticoi.1198 Toda esta ficcin acompaa serios debates internos
en las iglesias orientales acerca de la urgencia de una estructura comunitaria que
contenga a los fieles de diversa categora. Los gnosticoi se perciben como la parte ms
1189
- Para la datacin y procedencia de estos documentos seguimos lo propuesto por varios autores PieroMontserrat Torrents- Garca Bazn- Trevijano (1999:20, 128, 170-171); Blatz (2003:303); Puech-Blatz
(2003:395); Schenke (2003a:182-183).
1190
- DialSal 134.20. Son las figuras gnsticas por excelencia.
1191
- Piero- Montserrat Torrents- Garca Bazn- Trevijano (1999:168); Blatz (2003:302).
1192
- DialSal 134.1-20.
1193
- DialSal 121.20.
1194
- DialSal 137.15-20.
1195
- EvMar 9.5.
1196
- EvMar 10.1-10. Piero- Montserrat Torrents- Garca Bazn- Trevijano (1999:129).
1197
- EvMar 10.15-20; 15-17.10.
1198
- EvMar 17.10-19.1. La rehabilitacin de Mara Magdalena tambin se ve en EvFel 55.
221
- Sfameni Gasparro (1988:4120); Piero- Montserrat Torrents- Garca Bazn- Trevijano (1999:18);
Schenke (2003a:186).
1200
- EvFel 67.30. Buckley (1980:569-581); Siker (1989:280-288).
1201
- EvFel 53.20; 66.10.
1202
- EvFel 64.20; 69.10.; 74.10-20.
1203
- EvFel 66.10; 69.1-10; 73.1-10; 76.30.
1204
- EvFel 77.15-30.
1205
- EvFel 72.19-20.
En este mundo los esclavos se someten a los libres. En el reino de los cielos los libres estarn al servicio
de los esclavos. (Traduccin del copto al espaol propuesta por Piero-Montserrat Torrents-Garca BaznBermejo-Trevijano, 1999).
1206
- Alcal (1992:150-151).
222
Es curioso que desde el ao 220 hasta el inicio de la persecucin de Decio el eje de las
crticas paganas a los cristianos se haya centrado en los miembros de bajo estatus que
integran las asambleas. Podemos ver que autores como Celso y Frontn fueron
retomados para la polmica por parte de la intelectualidad gentil en medio de un
ambiente poltico y social bastante abierto y receptivo al cristianismo. 1210 La dinasta de
los Severos, desde Septimio hasta Alejandro, fue tolerante con los cultos orientales en
parte gracias a la influencia de las emperatrices provenientes de la dinasta real de
Emesa, en Siria.1211 En la familia caesaris varios miembros profesaban el cristianismo
1207
- EvFel 52.1-10.
- EvFel 79.10-19.
Quien es esclavo involuntariamente podr ser libre; el que lleg a ser libre por la gracia de su Seor y se
vendi a s mismo en esclavitud ya no podr ser libre. (Traduccin del copto al espaol propuesta por
Piero-Montserrat Torrents-Garca Bazn- Bermejo-Trevijano, 1999:47).
1209
- EvFel 66.1-10.
1210
- Minucio Felix, Oct 9.6; 31.2; Orgenes, C.Celso Prlogo 4-6.
1211
- Tanto Septimio Severo (195-211) como Caracalla (211-217), Heliogbalo (217-222) y Alejandro
Severo (222-235) han sido recordados como emperadores con inclinaciones religiosas sincrticas. Dion
Casio, Historia Romana 78.15,6-7; Historia Augusta Septimio Severo 17.4; Caracalla 9.10-11;
Heliogbalo 3.4-5; Alejandro Severo 22.4; 26.8; 43.6-7; 49.6; 51.7-8. La imagen que da la Historia
Augusta (escrita hacia los siglos IV-V) en relacin al extremo filocristianismo de los Severos ha sido
considerada una exageracin. Varios autores ven en ella solo una propaganda que intenta ser complaciente
con la dinasta constantiniana y el imperio cristiano. Penella (1977:229-230); Santos Yanguas
(1996:51-53); Carri-Rousselle (1999:53-54).
1208
223
y,1212 de una forma no oficial, exista una vinculacin entre ciertos crculos cristianos
romanos y los emperadores. Esto no resulta extrao si consideramos que el
linchamiento popular del obispo Calixto en 222 fue inmediatamente despus del
asesinato de Heliogbalo y que la deportacin del obispo Ponciano y del presbtero
Hiplito de Roma en 235 coincidi con la cada de Alejandro Severo y Julia Mamea. 1213
La conexin entre estos conventculos con las altas esferas imperiales parece no haber
sido vista con simpata por las lites paganas e incluso por ciertos crculos cristianos
como el del norafricano Minucio Flix.
Frente a la renovada ola de crticas paganas al cristianismo durante el periodo
tolerante de Alejandro Severo apareci un escrito de corte apologtico titulado Octavio
(Oct) atribuido a un cierto Minucio Flix, aparentemente un jurista norafricano que
habra vivido tambin en Roma.1214 Este autor parece haber recibido una gran influencia
de Tertuliano.1215 Por ciertas alusiones al rgimen de Alejandro Severo que
contextualizan su pensamiento, su obra debera ubicarse hacia 225-230.1216 En Oct
Minucio Felix le da voz a Cecilio, un pagano, y a Octavio, un cristiano de Roma.
Ambos personajes entablan, con el arbitraje del mismo Minucio Flix, un debate en el
que se cuestiona la superioridad del cristianismo.1217 Pareciera que nuestro autor estaba
al tanto de la poltica religiosa sincretista del hijo de Julia Mamea pues hace decir al
personaje de Cecilio que el poder y la autoridad de los romanos provienen de una
piedad religiosa particular que se expresa en la incorporacin y veneracin de los dioses
de los pueblos por ellos vencidos.1218 La respuesta que el autor hace a este reclamo la
coloca en boca del cristiano Octavio: los romanos se han engrandecido por sus
sacrilegios, no por su piedad. De esta manera se reprueba el proceder romano, originado
ya en tiempos de Rmulo, de conquista poltica y asimilacin religiosa. 1219 Minucio
Felix denosta el sincretismo religioso como una argucia discursiva en pos de la
exaltacin de la religiosidad romana. En este punto disiente con Tertuliano, quien, pese
a proponer un modo comunitario socialmente retrado, reconoca la preeminencia y la
1212
- Lampe (2003:337-339).
- Sordi (1979:354-356).
1214
- Lactancio (Instituciones Divinas 5.1,22) y Jernimo (Ep. 70.5; Los hombres ilustres 58) son los
primeros en transmitir los datos del autor y ubicarlo en Roma. Sanz Santa Cruz (2000:5-9); Lampe
(2003:342).
1215
- Wageningen (1923:223-228); Baehrens (1924:110-122); Sanz Santa Cruz (2000:30-32).
1216
- Seguimos a Sanz Santa Cruz (2000:7-8) al ubicar a Minucio Flix en el reinado de Alejandro Severo.
Vermander (1974:225-233) ubica al autor entre los aos 215-217.
1217
- Minucio Flix, Oct 1.4-2.4. Sanz Santa Cruz (2000:27-30).
1218
- Minucio Flix, Oct 6.2.
1219
- Minucio Flix, Oct 25.1-7.
1213
224
225
pueden dar testimonio de su fe a partir del combate contra las debilidades corporales
humanas e incluso contra los tormentos.1225
Este autor utiliza para sus fines la acusacin de que el cristianismo es una religin de
pobres al identificar a la pobreza con un tipo de ascesis sexual y social que se expresa
en ciertas directivas comunitarias.1226 La defensa del matrimonio nico, la exaltacin de
la virginidad y la prohibicin de participar de los espectculos pblicos aparecen como
normativas bsicas que se imponen a los conversos.1227 El grupo cristiano al que
pertenece Minucio Flix no ve con buenos ojos que los fieles ocupen puestos en la
administracin imperial, con lo cual probablemente est criticando no solo a los libertos
cristianos de la familia caesaris sino tambin a otros representantes de vertientes
cristianas secularistas tanto romanas como norafricanas. Quizs fuera esa misma
reticencia cristiana por aceptar cargos oficiales lo que levantaba las sospechas de
conspiracin de las que habla el autor de Oct.1228 El cristianismo que presenta Minucio
Felix bien podra pasar por un conventculo sectario cerrado y antisocial que asume la
defensa del vulgo cristiano con un entusiasmo desmesurado. Esto nos lleva a
preguntarnos acerca de la prctica comunitaria real y concreta. Es conflictivo hablar de
mrito en el caso de los douloi, de los nios o de las mujeres cuando estos grupos en
la sociedad grecorromana mantenan un fuerte nivel de dependencia del poder
patriarcal. Al reivindicarlos como miembros de la comunidad y como fieles capaces de
dar testimonio el autor estara buscando legitimar un imaginario nuevo sobre este vulgo
cristiano con el que pueda rebatir tanto la perspectiva elitista del montanismo
norafricano como la apertura secularista originada en ciertos crculos romanos.
1225
226
escrito hacia el 230.1229 En esta obra se reivindica fuertemente el rol del obispo como
administrador
de
la
asamblea,
subrayando
particularmente
sus
atribuciones
econmicas.1230 DidAp insiste en que el obispo debe contar con un equipo de asesores
(diconos, subdiconos, diaconisas, viudas, lectores) que colaboren con l en la
vigilancia comunitaria,1231 para la cual se exige considerar el rango de cada miembro
acorde a su edad, situacin civil y estatus.1232 El obispo no tiene poder de excomunin y
tampoco puede obrar arbitrariamente en cuanto a la integracin de los nefitos, pero s
puede imponer las reglas mnimas de pureza para la pertenencia.1233
El vulgo cristiano aparece con caractersticas restrictivas en esta obra, lo que seala
que el autor pertenece a la jerarqua. Claramente se remarca en DidAp que los jerarcas
tienen el derecho de indagar acerca de los oficios y el comportamiento de los
catecmenos. El pagano converso debe arrepentirse y desechar su actividad a fin de ser
aceptado.1234 Varias veces el autor de DidAp condena a los obispos que, guiados por el
afn de lucro, absuelven a fieles con riqueza a raz de obsequios y donaciones. 1235 En
relacin a esta cuestin observamos que el redactor quiere una comunidad de miembros
activos comprometidos y no una pltora de filocristianos flotantes que hacen
beneficencia con la ekklesia. Visto de este modo, DidAp intenta poner un freno a las
relaciones del obispo con nobles paganos o funcionarios imperiales. Aceptar donaciones
de estos personajes implica legitimar indirectamente muchas acciones que se condenan
en la iglesia como los espectculos, la guerra, la usura, el asesinato, la prostitucin y la
deshonestidad comercial e impositiva.1236 De esta forma puede decirse que la comunidad
proto-catlica de Siria recela de las relaciones con la jerarqua socio-poltica y trata de
incentivar el compromiso de los fieles con riqueza a fin de promover una autogestin de
la comunidad. Con el soporte de ricos patronos cristianos el obispo puede proceder, en
tanto ecnomo de las arcas eclesiales, dirigiendo los recursos a diferentes necesitados
como las viudas, los hurfanos, los encarcelados e incluso a los esclavos maltratados.1237
La cuestin de la esclavitud aparece de varias maneras en DidAp. En primer lugar el
doulos es, como la viuda o el pobre, un receptor de la caridad episcopal. Forma parte del
1229
- Siguiendo a Gunther (1971:82) nos inclinamos por datar la obra en siglo III y no en el II. Cfr. Galtier
(1947:315-351).
1230
- DidAp 2.1-4; 18.4. Methuen (1995:197-213).
1231
- DidAp 2.42, 58; 3.12-13.
1232
- DidAp 2.57-58.
1233
- DidAp 2.5,9,17,21.
1234
- DidAp 2.37.
1235
- DidAp 2.5 y 9.
1236
- DidAp 4.6-8.
1237
- DidAp 4.9.
227
- DidAp 3.5.
- DidAp 4.6 y 9.
1240
- Hiplito, TradAp 27-28.
1241
- DidAp 2.42.
1242
- DidAp 4.1-2.
Now if anyone of the children of Christians be an orphan, whether boy or girl, it is well that, if there be
one of the brethren who has no children, he should adopt the child in the place of children. And whoever
has a son, let him adopt a girl; and when her time is come, let him give her to him to wife, that his work
may be completed in the ministry of God. But if there be any who are unwilling to do thus because they
would please men, and by reason of their riches are ashamed of orphan members: they who are such shall
arrive at this very pass, and therein shall spend what they have spared; and that which the saints have not
eaten, the Assyrians shall eat and their land strangers shall devour before their eyes. Do you therefore, O
bishops, take pains over their upbringing, so that nothing may be wanting to them. And when a virgin's
time is come, give her in marriage to one of the brethren. But when a boy is being brought up, let him
learn a craft; and when he is become a man, let him receive the wage that is worthy of his craft, and let
him fashion for himself the implements required for his craft, and not henceforth be a burden upon the
love of the brethren, which was shown him without guile and without partiality. (Traduccin del siraco al
ingles propuesta por Connolly, 1929)
1239
228
espera que el obispo ubique a los hurfanos, ya sean hijos de creyentes fallecidos o
nios expsitos, en manos de cristianos fieles que los adopten. En consecuencia el
obispo mantiene una tutela sobre estos nios, garantizando la formacin en un oficio a
los varones y el matrimonio a las mujeres. Con esta medida el autor de DidAp incentiva
un mecanismo destinado no solo a promover la familia cristiana como base comunitaria.
Pareciera ser que el inters de la comunidad del autor es no ver ya a los expsitos como
potenciales douloi sino como potenciales hijos. La relacin padres-hijos fortalece a la
asamblea y fomenta la continuidad del sostenimiento econmico, base del poder
jerrquico en consolidacin.
- Segn Eusebio (H.E. 6.28), Maximino el Tracio se ensa particularmente con la familia imperial de
Alejandro Severo y con las cabezas episcopales. No hubo persecucin oficial sino una violencia dirigida
contra grupos adherentes a la dinasta severana que parece haber coincidido con brotes locales en medio
del clima de tensin poltica. Ciertas provincias (el Ponto, Capadocia y Palestina) en las que el
cristianismo estaba muy extendido fueron los principales focos. Cfr. Keresztes (1969:601-618); Sordi
(1979:354); Santos Yanguas (1981-1983:257-276); Fernndez Ubia (1990:14-15); Gonzalez Salinero
(2005:58).
1244
- 1ApSg p.31. Funk (2003b:318-319).
1245
- 1ApSg p.32.
1246
- LTom p.143-144. Schenke (2003b:239).
229
minas de Cerdea a la par que ciertas figuras prominentes de las comunidades del Ponto
y Cesarea se vieron en serios problemas.1247 Al volverse uno de los focos de las
violencias populares a nivel local muchas vertientes cristianas ajustaron sus discursos en
base a un rigorismo prctico intransigente que parece haber generado una
discriminacin intraeclesial en relacin a la membresa. Es as que vemos aparecer
ciertas polticas comunitarias destinadas a exigir un cierto nivel de pureza fsica como
condicin de pertenencia. Estos proyectos desdean la fe del vulgo y los subordinados
domsticos para proponer un ideal de grupo sectario impasible y sin vnculos con la
sociedad circundante.
Este tipo de reaccin por parte de los grupos cristianos no adherentes al liderazgo
proto-catlico tuvo su mayor expresin en Hechos de Andrs (HchAnd), documento
originado aparentemente en la comunidad cristiana de Acaya hacia fines de la dcada de
230.1248 Al igual que los otros Hechos Apcrifos anteriores, HchAnd no nos ha llegado
como una obra unitaria, sino que su reconstruccin, en base a mltiples papiros, fue
ordenndose gracias a la versin edulcorada de la vida del apstol que Gregorio de
Tours consign por escrito en el siglo VI. Lo cierto es que los HchAnd originales
revelan una fuerte tendencia encratita y apelan a una teologa dualista gnstica, muy
cercana a HchJn, con centro en la oposicin materia-espritu. 1249 A nivel doctrinal el
autor original de este relato no adhiere a un mbito proto-catlico, pues reniega de dos
puntos fundamentales para los lderes episcopales: el inters en mantener un dilogo
persuasivo con el poder y la posibilidad de penitencia y perdn de los arrepentidos. 1250
La historia de los hechos milagrosos de Andrs se sita en la ciudad de Patrs, en
Grecia. All el apstol convierte a Estratocles y a Maximila, el hermano y la esposa de
Egeates, el procnsul de Patrs. La adhesin cristiana de estos personajes se manifiesta
en conductas ascticas extremas que culminan por generar desajustes en la vida
domstica del procnsul, el cual en un principio no sospecha nada gracias a ciertos
engaos humanos y milagros divinos. Al descubrir que toda la alteracin proviene de la
presencia de Andrs, Egeates lo persigue y finalmente manda ejecutarlo.
La comunidad presentada en HchAnd no posee jerarquas y est compuesta por
personajes de alcurnia que ejercen de anfitriones del apstol y de la asamblea de
1247
- Cipriano, Ep.75.10; Orgenes, Comentario de Mateo (ComMt) 39; Eusebio, H.E. 6.28.
- Prieur- Schneemelcher (2003:115); Piero- Del Cerro (2004:141-144).
1249
- HchAnd 33;47-50;57-58.
1250
- El autor nunca muestra a Andrs como proclive a negociar con el procnsul Egeates, al cual le niega
desde la cruz la posibilidad de perdn de sus actos perversos aunque se arrepienta. El suicidio final del
magistrado confirma esta postura. HchAnd 62.1; 64.2. Pesthy (2000:47-55).
1248
230
- HchAnd 37.2;40(8).1-2.
- HchAnd 52.1-2;53.
1253
- HchAnd 61.1-2.
1254
- HchAnd 39.2;46(14).1;47(15).2.
1255
- HchAnd 37.3-4. Maximila supera las tentaciones carnales que Eva no pudo superar. Es interesante la
lectura que hace Prieur (1981:131-135) de la metfora de Andrs como el nuevo Adn y Maximila como
la nueva Eva.
1256
- HchAnd 2,3-5.
1257
- HchAnd 7.1-3.
1252
231
una vez recibido el bautismo, seala HchAnd, no se puede volver a pecar; 1258 Estratocles
debe abandonar las relaciones carnales con sus esclavos y su relacin espiritual con
otras filosofas. El autor utiliza la desgracia del esclavo para desprender al amo de lo
terrenal por medio del apstol y proyectarlo como un nefito que recibe instruccin
personalizada.1259 Alcmn tambin se convierte a la fe, pero de ahora en ms la relacin
con su amo cambiar,1260 pues Estratocles ya no deja que sus esclavos siquiera lo toquen
en el gimnasio o en los quehaceres diarios.1261
El segundo caso es el de la relacin entre Egeates y un joven doulos annimo de su
propiedad. Este siervo es el encargado de informarle al procnsul que el cambio de
actitudes tanto de su esposa Maximila como de su hermano Estratocles se deben a la
presencia de Andrs.1262 Debido a ciertos portentos Egeates se mantena en la ignorancia
respecto a la influencia real del apstol.1263 El esclavo describe al apstol como el
culpable de los trastornos en las relaciones domsticas, provocando el abandono de
costumbres y la alteracin de la vida conyugal. La asociacin que el autor hace entre
este siervo y su amo, el procnsul Egeates, es muy simbitica, lo cual se demuestra
cuando ven pasar a Andrs frente a ellos. El doulos reacciona violentamente, tomando al
apstol por la fuerza para arrastrarlo frente a su propietario, el cual lo interroga acerca
de su doctrina.1264 Amo y esclavo son como hermanos porque proceden de una misma
naturaleza maligna y son catalogados por el autor como hijos del Diablo. El joven
siervo reproduce el modelo del delator, pero no bajo torturas o presiones, sino por una
predisposicin calculadora.
Como consecuencia del episodio anterior, la situacin de Andrs se complica en la
corte de Patras ya que el procnsul se declara enemigo del apstol. Andrs insiste en la
prdica del encratismo y Maximila queda convencida por su discurso. La noble
cristiana, animada por Andrs a practicar la continencia, se encuentra acosada por su
1258
- HchAnd 11.1-2.
- HchAnd 12.3.
1260
- HchAnd 10.1.
1261
- HchAnd 25.3.
1262
- HchAnd 25.1-3.
1263
- HchAnd 13.1-3.
1264
- HchAnd 26.1.
1259
232
marido Egeates, quien le exige compartir el lecho. Para evitar mancillarse con la unin
carnal, Maximila induce a su esclava Eucla, descripta como muy hermosa y de natural
exageradamente disoluto, a que mantenga relaciones con su marido por las noches
como si fuera la misma Maximila.1265 Pasados ocho meses, Eucla pide la libertad a su
seora, reclamo seguido de otros tantos referidos a joyas, dinero y costosos vestidos.
Maximila le entrega todo sin protestar. La sierva, no satisfecha, ventila el asunto entre
sus compaeros de esclavitud, produciendo en ellos resentimientos contra Maximila.1266
En ese momento surge una disputa interna entre los domsticos sobre cmo
aprovecharse mejor de la situacin, pues algunos quieren ir a contarle directamente a
Egeates mientras que otros proponen guardar el secreto para continuar obteniendo
ventajas.1267 Maximila advierte que todos los esclavos de la casa conocen su treta y
recibe a los que van a verla para poner precio a su lealtad. Pero estos, una vez recibida
la paga y habiendo jurado guardar silencio, guiados por su padre el Diablo, van a ver
a Egeates y le revelan todo. Pese a esto Egeates vuelca su furia contra los esclavos,
condenando a muerte a Eucla y a los que chantajearon a Maximila. 1268 Este ltimo
episodio es singular por su crudeza. El precio del encratismo cristiano supone para el
autor recurrir a estrategias alternativas. No hay juicio moral de parte de Maximila a la
hora de utilizar una sustituta sexual, ya que claramente el autor de HchAnd no considera
1265
- HchAnd 17.1-2.
1266
- HchAnd 18.1.
1267
- HchAnd 20.2.
1268
- HchAnd 21-22.
233
a los esclavos como dignos de la instruccin del apstol. El apego obligado al amo y el
deseo de riqueza y ascenso social individual, como ejemplifica Eucla, son
caractersticas que los sealan como seres muy elementales, anclados en la materia y,
por lo tanto, hijos del Diablo. La continencia es para quienes, socialmente, son capaces
de llevarla adelante, no para los subordinados. HchAnd es muy exclusivista en este
punto.
En los tres casos analizados los esclavos son presentados negativamente, incluso
Alcmn, ya que pese a su conversin fue la causa de la sujecin carnal de Estratocles,
un potencial benefactor de la comunidad. Eucla, los siervos hipcritas y el esclavo
annimo de Egeates encarnan la traicin, el engreimiento y la delacin. El esclavo es
representado como una naturaleza puramente material, por lo cual sus mismas
circunstancias sociales y jurdicas lo alejan de la comunidad cristiana. Quizs sea este el
trasfondo de las problemticas con los subordinados que se plantean en HchAnd, cuyo
autor establece una fuerte predeterminacin para la salvacin: unos pocos elegidos
reciben la instruccin privada y resto es desechado sin otra opcin. Los cristianos
reunidos representan en esta obra un mundo cerrado y perfecto, ajeno a lo material y
que trata de mantenerse insensible a las cuestiones domsticas, polticas o sociales que
lo acosan y lo invaden cada vez ms.
- Danilou (1958:72) seala que detrs del conflicto entre Demetrio y Orgenes est el proceso de
unificacin de la estructura eclesial. En Palestina los doctores laicos an eran respetados como figuras
influyentes, cosa que ya no ocurra en Alejandra. Trigg (1981:7-12) observa que Orgenes reivindicaba la
preeminencia del carisma como algo predominantemente intelectual.
1270
- Orgenes, Comentario de Juan (ComJn) 6.1-12; Eusebio H.E. 6.8,4-6;23,4. Trigg (1985:130-135).
1271
- Kyrtatas (1987:140-144; 156-157); Le Boulluec- Conticello (2006:43-45).
1272
- Eusebio, H.E. 6.2,1-15;3.8. McGuckin (2004:3-4).
234
- Pese a que Eusebio asocia a Orgenes con Clemente (H.E. 6.6), no hay prueba de continuidad entre
la escuela dirigida por Panteno y Clemente y la encomendada a Orgenes. Clemente era un didskalos
independiente y su didaskaleion perdur hasta que abandon Alejandra. Cfr. Trigg (1985:54); Osborn
(2008:19-249.
1274
- Orgenes, Homilas sobre el Levtico 2.4; 6.297; Sobre la oracin 28. Danielou (1958:100-102);
Trigg (1985:144); McGuckin (2004:13).
1275
- En su mtodo de exgesis alegrica Orgenes es deudor de Filn de Alejandra. Trigg (1985:52,91);
Danilou (2002:264-280).
1276
- Eusebio, H.E. 6.15. A la muerte de Demetrio (hacia 232) el episcopado de Alejandra pas a manos
de Heraclas, quien controlaba todo el didaskaleion desde la partida Orgenes (Eusebio H.E. 6.26).
Danilou (1958:36); McGuckin (2004:7). Trigg (1985:139,206-207) sostiene que Heraclas continu la
guerra contra Orgenes iniciada por Demetrio.
1277
- Eusebio, H.E. 6.14,10-11. El apoyo a los hipolitanos se ve por la centralidad que Orgenes otorga al
tema del modalismo en ComJn 1.1-5. Nautin (1977:418); Trigg (1985:79); Heine (1998:57-58).
1278
- Eusebio, H.E. 6.18,1. Trigg (1985:81-82).
1279
- Eusebio, H.E. 6.15.
1280
- Eusebio, H.E. 6.8,1-6;19,16. McGuckin (2004:6).
235
intelectuales vidos por instruirse como a gente del vulgo.1281 En base a esto podra
pensarse que Demetrio, Heraclas y sus adeptos habran tildado de excesivamente
intelectual a la catequesis origenista.
Con el apoyo de los obispos de Jerusaln y de Cesarea, 1282 Orgenes se defendi de
fuertes acusaciones de elitismo filosfico. En su esquema comunitario existen dos tipos
de creyentes, los instruidos y los vulgares.1283 La diferencia que el autor observa es el
grado de comprensin de la Escritura que manifiesta cada uno. Si bien son los instruidos
quienes acceden a los cargos, el vulgo cristiano es superior numricamente y aparece
como una preocupacin acuciante. Incluso en un periodo de relativa tolerancia y
reconocimiento pblico del cristianismo, luego del breve interludio de violencias bajo el
emperador Maximino el Tracio, Orgenes se siente en la obligacin de justificar la
existencia de una masa de creyentes de bajo estatus que presionan los mecanismos
comunitarios y ponen a prueba el control disciplinario.1284 Por esto mismo el didskalos
seala que la exgesis de la Escritura es un patrimonio exclusivo de los instruidos, es un
misterio que exige una predisposicin escrutadora que no todos poseen. Hay quienes
creen en Jess y leen la Escritura con fe pero se contentan con un conocimiento
rudimentario ya sea por pereza o porque sus condiciones socio jurdicas lo impiden. 1285
Teniendo esto en mente podemos observar que Orgenes vuelve a la idea, muy propia de
los autores cristianos del siglo II, de que la fe cristiana es provechosa para el vulgo. 1286
La diferencia es que ahora el objetivo no es mostrar al cristiano como buen ciudadano
sino proponer una doctrina de la obediencia prctica que pueda aplicarse
particularmente al cristiano comn. No hay que olvidar que hacia la dcada de 140 la
diatriba de Celso parece haber sido retomada por varios crticos paganos para denostar
la pululacin de cristianos de bajo estatus. 1287 Orgenes defiende su idea de disciplina
desde un punto de vista jerrquico: aquellos que no pueden dejarlo todo y entregarse al
estudio de los textos sagrados tambin pueden ser considerados creyentes, aunque
1281
- Para una cronologa de los textos de Orgenes seguimos a Trigg (1998:36-61) y a Heine
(2008:121-122).
1282
- Eusebio, H.E. 6.19,16-18;27.
1283
- Orgenes, C.Celso 1.27;3.52 y 74.
1284
- Ese aumento es notorio en comparacin a la situacin de fines del siglo II. No hablamos para nada
de una cristianizacin en masa ni mucho menos ya que el cristianismo sigue siendo una secta minoritaria
en las poleis. Stark (2006:67) estima que, en una poblacin imperial de 60 millones de personas, hacia el
ao 200 existiran unos 210 mil cristianos que para 250 se habran vuelto ms de un milln.
1285
- Orgenes, Tratado de los Principios (Prin) Prefacio 3; Homilias sobre Ezequiel 11.1; Homilias sobre
el Gnesis 3.3; Homilas sobre Nmeros 22.4; C.Celso 1.10;5.16. Danilou (1958:73-76).
1286
- Orgenes, Prin 3.1,5; C.Celso 1.8,26; 2.78; 3.49, 68, 73; 8.50.
1287
- Orgenes, C.Celso Prlogo 4-6. El C.Celso fue un encargo de Ambrosio y se escribi hacia 248 en
Cesarea de Palestina (Eusebio, H.E. 6.36). Trigg (1985:214).
236
1294
- Orgenes, C.Celso 3.54.
1289
237
238
prcticamente ntegro hasta nosotros.1303 La obra presenta una fuerte ideologa gnstica,
sobre todo en los discursos e himnos y en la presentacin de la figura del Redentor
polimorfo que desciende a la tierra para liberar a la humanidad de la materia y lo
corpreo.1304 A nivel organizativo HchTom deja entrever la existencia de una
institucionalizacin jerrquica en su comunidad, ya que encontramos personajes que
cumplen el rol de diconos, hay grupos de viudas reconocidos y asistidos e incluso el
personaje de Toms instituye oficiales de culto antes de morir.1305 Se reconoce en estos
elementos una voluntad persistente de los gnsticos por dotar a sus comunidades de una
estructura jerrquica que garantice una continuidad y un orden a fin de favorecer el
proselitismo y diferenciarse de los proto-catlicos.
El tema de la esclavitud es central en HchTom, ya que la autoridad del apstol
protagonista est cimentada en su carcter de esclavo de una manera bastante irnica. Al
inicio de la obra, cuando los apstoles se reparten las reas misioneras, Toms recibe el
encargo de llevar el evangelio a la India. Como se excusa, alegando la debilidad de su
cuerpo,1306 Cristo mismo lo vende a un mercader indio. 1307 Colocar a Jess llenando un
certificado que constata su calidad de propietario del apstol puede verse como una
crtica del autor a la poltica implementada por Decio. El personaje de Toms, que se
reconoce como esclavo de Jess, acepta la voluntad de su amo. 1308 De all en ms el
apstol se introduce en el campo misional no como un portentoso hacedor de milagros,
sino forzado y bajo el ttulo de esclavo hebreo.1309 Sin embargo, su esclavitud es
interpretada como elemento para la libertad de los que se convertirn gracias a l. 1310 El
creyente no es posesin del mundo, sino de Cristo, el cual tiene el derecho de manipular
los eventos de su vida. Con esta imagen del cristiano como doulos el autor retoma una
1303
- No quiere decir que el texto de HchTom que poseemos sea el original, sino que lo que nos ha llegado
es una unidad redaccional que no necesariamente debe ser fiel al original. Hay dos recensiones, una en
griego y otra en siraco, con notables diferencias en varios fragmentos. Nosotros usamos la griega, pero el
debate sobre la lengua original de la obra an est en desarrollo. Klijn, A. F. (2003:8- 9); Piero-Del
Cerro (2005:868- 869).
1304
- Discursos e himnos: HchTom 6-7; 12; 108-113; la figura del Salvador gnstico la hallamos en
HchTom 39-41;45-50;62-81. Piero- Del Cerro (2005:875-885).
1305
- HchTom 49.2; 59.1; 65.2; 169.2.
1306
- HchTom 1.1-2.
1307
- HchTom 2.2.
1308
- HchTom 2.3.
1309
- HchTom 23.3.
1310
- HchTom 39.1; 163.1. Pesthy (2001:67).
239
- HchTom 47.2;145.2.
- Ignacio, Rom 4.3.
1313
- HchTom 100.1.
1314
- HchTom 163.1.
1315
- HchTom 4.2.
1316
- HchTom 28.1.
1317
- HchTom 83.1.
1312
240
1318
- HchTom 84-85.
1319
- Cfr. Perkins (2005:59).
1320
- El encratismo en HchTom es muy marcado, herencia clara de Taciano (Disc 8). Ireneo de Lyon (C.H
1.28,1) reconoce que Siria fue un enclave encratita luego de la llegada de Taciano, quien aparentemente
rompi con la comunidad romana luego del martirio de su maestro Justino a fines de la dcada de 160.
Eusebio, H.E. 4.29. Hunt (2003:155-163); Rhee (2005:124).
1321
- HchTom 135.2.
1322
- HchTom 129.1; 142.2; 167.2.
241
El cristianismo apareci como una fe popular en la primera mitad del siglo III. Parte
de esa popularidad fue propiciada por la poltica tolerante que manifestaron tanto
Cmodo como los Severos, con la cual el proselitismo se vio favorecido. Sin embargo,
el crecimiento de las comunidades se debi tambin a una mayor eficiencia en la
organizacin y administracin de los recursos disponibles, cimentando as el poder de
las jerarquas internas de estas asociaciones de fieles. Para los proto-catlicos este fue
un tiempo propicio para fortalecer los lazos con el poder poltico y entablar un dilogo
con el mismo. Otros grupos percibieron estos cambios como un engao del demonio
que buscaba la relajacin de los principios sectarios y el apoyo a medidas secularistas.
Las iglesias no logran una conciliacin de perspectivas entre ellas; solo con los
episodios de violencia anticristiana aparece un elemento identitario que las atraviesa y
las une: el sufrimiento y el martirio como realidades inexorables de la vida cristiana.
Pese a esto existe una discordancia entre proto-catlicos, gnsticos y montanistas
respecto a la concepcin del lugar de la iglesia en el mundo, aspecto que promueve
prcticas divergentes. Para los proto-catlicos la sociedad sincretista y receptiva de los
Severos y de Filipo el rabe obliga a permitir una flexibilizacin de la tica sectaria en
pos de dinamizar la interaccin con el mundo urbano imperial. Insignes representantes
de esta tendencia fueron no solo los obispos romanos Ceferino, Calixto y Ponciano, sino
tambin los libertos y esclavos imperiales cristianos o filocristianos pertenecientes a las
altas esferas administrativas. Los autores gnsticos continan considerando al mundo
material como una creacin perversa del Demiurgo destinada a alienar a los creyentes.
Sin embargo estas corrientes se apoyan ahora en un fuerte sentido de solidaridad
comunitaria que busca dar una explicacin para el sufrimiento y la persecucin. La
violencia anticristiana golpea a los gnsticos tanto como a los proto-catlicos, por lo
cual el sufrimiento corporal y la progresin en una tica comunitaria destinada a la
perfeccin aparecen como objetivos nuevos en estos crculos. Por su parte los
montanistas, si bien no desdean la tolerancia vigente, no estn interesados en la
242
243
Los douloi cristianos en la primera mitad del siglo III aparecen como miembros
marginales y sospechosos, incapaces de profundizar en el desarrollo intelectual y
exegtico de la Escritura. A lo ms que pueden aspirar es a una mera reproduccin
prctica de preceptos a partir del temor al castigo eterno y la esperanza en la
recompensa celestial.
244
CONCLUSIONES
- Ross, F. (Productor) & Koster, H. (Director). (1953). The Robe. [Cinta cinematogrfica]. EE.UU.:
Twentieth Century Fox.
245
discursivos que delatan las capacidades del kyrios. Este construye su prestigio a costa de
la extensin de la moral cristiana primeramente en su hogar y luego, a travs de
mecanismos de patrocinio-beneficencia, en la red de oikoi creyentes.
cargos. Por este motivo Hermas propone con su ficcin un serio examen de conciencia
sobre las falencias de su grupo. La ambicin en el creyente de estatus esclavo es
evaluada como una motivacin que transforma a la fe en un camino de ascenso social.
Por este motivo el tema de la manumisin generaba ciertos resquemores en las ekklesiai
ya que supona una alteracin de estatus que poda entraar tanto ventajas como
desventajas para el grupo. Por un lado la liberacin de un esclavo lo habilitaba para
asumir roles ms comprometidos en la comunidad; por otro lado la manumisin no
controlada por la comunidad poda provocar que el beneficiado, pese a la obediencia
que deba a su ex propietario, se alejase de la asamblea en pos de sus negocios. La
ekklesia en tanto asociacin puede comprar la libertad de un creyente con sus fondos,
pero solo en casos extremos y luego de un anlisis pormenorizado de la situacin a fin
de no fomentar resquemores con la sociedad pagana.
El esclavo es un cuerpo maleable y pasible de violencia, situacin que complica su
membresa y puede perjudicar a la asamblea. Al ser un cautivo cuya muerte ha sido
aplazada, el siervo depende exclusivamente de su amo, quien tiene dominio absoluto
sobre su cuerpo. Este es quizs el elemento ms problemtico para todas las vertientes
cristianas en el periodo que hemos analizado, ya que el hecho de que el esclavo no se
pertenece es el primer obstculo para la integracin total a la asamblea. Pablo seala
que el discernimiento es lo que otorga la verdadera libertad cristiana, y los oiketai no
son capaces de aplicarlo libremente ya que dependen de un amo. Por esta razn el
primer paulinismo incentiva la manumisin como condicin para volverse un misionero
colaborador del apstol. Pablo sabe que no puede tomar a Onsimo como asistente a
menos que Filemn lo manumita por voluntad propia; si el apstol contina reteniendo
al siervo corre el riesgo de provocar el malestar en la casa del propietario. El esclavo no
controla su voluntad sino que est alienado y tiene una lealtad primordial que determina
todas las otras. A partir de esta nocin podemos observar el tratamiento que reciben los
casos de esclavos creyentes con amos paganos. En ciertas ocasiones, como en 1Ped y en
TradAp, se incita a los douloi a ser obedientes y cumplir sus obligaciones an en medio
de la tortura; en otras directamente se descarta a los oiketai creyentes pertenecientes a
paganos a fin de evitar cualquier conflicto con la sociedad circundante. Paulatinamente
los cristianos refuerzan la nocin, ya presente en los hogares gentiles, de que el castigo
domstico es una prerrogativa inalterable del amo y por la cual el esclavo no puede
gloriarse. El sufrimiento de un esclavo creyente, golpeado por su propietario en el
mbito domstico, no es equivalente al martirio pues no es un testimonio pblico sino la
247
aplicacin de un derecho. En varios casos el castigo de los domsticos reviste para los
autores cristianos un objetivo profilctico al interpretrselo como destinado a evitar el
pecado. Los montanistas norafricanos comprenden que el cuerpo esclavo est ms
prximo a la deshonra y la criminalidad que a la pureza (como se ve en el caso de
Felicidad en MartPerp); es la comunidad la que evala el compromiso del oiketes y lo
habilita en tanto miembro. Pese a que Justino y Orgenes reclaman que el cuerpo del
esclavo debe inscribirse en una disciplina domstica ejemplificante, la vulnerabilidad
fsica de los subordinados es un peligro tanto a nivel interno como externo.
A nivel interno el esclavo aparece sealado muchas veces como un motivo de
tentacin constante. La accesibilidad sexual es una de las caractersticas de los siervos,
considerados como sujetos neutrales a nivel moral por parte de los propietarios. El
cristianismo primitivo nunca se manifest claramente sobre las prerrogativas sexuales
del despotes aunque se asocia en mltiples casos la situacin moral del esclavo con la
del dueo. El pecado mayor se da en aquel que posee capacidad de discernimiento y
gnosis; el doulos no tiene posibilidad de decisin ni de discernimiento sino que solo
obedece. Si bien se da por sentado que el esclavo ha sido abusado y carece de honor
(aspecto heredado del judasmo), la tica domstica cristiana intenta, entre los siglos II y
III, consolidar estructuras de responsabilidad comunitaria que incentiven a los
domsticos a la prctica de las virtudes. Clemente de Alejandra denosta la proliferacin
de la servidumbre en los hogares pues esto desprestigia el poder de los amos y es una
constante invitacin al pecado. Hiplito y Tertuliano no admiten la unin sexual de
nobles y esclavos creyentes, considerando la mezcla de estatus como un desajuste que
engendra pecados como la fornicacin, el aborto y la exposicin de nios.
A nivel externo los siervos representan un peligro en tanto pueden ser torturados para
obtener informacin sobre los creyentes. El motivo del esclavo delator bajo tortura
aparece en un momento en que se busca hacer del lder episcopal un sufriente que
justifica a la ekklesia entera ante Dios. A la lealtad perfecta se le contrapone la traicin.
Como el cristianismo era un culto domstico durante su etapa sectaria, es lgico que se
recurriera a los subordinados a la hora de emprender acciones contra los creyentes. Ya
Plinio haba torturado a unas esclavas que oficiaban de ministras en las comunidades del
Ponto-Bitinia. La tortura legitimaba la declaracin del esclavo y manipulaba su
testimonio a fin de obtener una confesin. La maleabilidad del cuerpo esclavo era un
punto flaco que poda arrastrar a la comunidad al desastre. Solo en el relato de los
mrtires de Lyon y Viena aparece una contraposicin entre subordinados delatores y
248
profetas fueron vistos como una amenaza a los intereses acomodaticios de los
proto-catlicos en medio de la crisis del gobierno de los ltimos Antoninos. Es as que
textos como HchPab presentan a personajes subordinados asumiendo actitudes
extremas que generan conflicto a la comunidad. Ese es el caso de las historias de Tecla,
una mujer con ansias de prdica que persigue al apstol, y de Patroclo, un esclavo
imperial de Nern que realiza una confesin de fe exaltada frente al Csar, de la cual
resulta una persecucin en la que Pablo pierde la vida. HchPab seala la atraccin que
la Nueva Profeca supona para muchos sectores proto-catlicos. Por esto es necesario
marcar los lmites y las consecuencias de lo que se concibe como un descontrol del
carisma proftico que est cuestionando la autoridad episcopal. Ya en occidente, en el
Norte de frica particularmente, el montanismo perdi las caractersticas contestatarias
y se volvi una manifestacin elitista del cristianismo, mucho ms cercana al
protocatolicismo. La Nueva Profeca tertulianista se present como defensora de un
sectarismo exclusivista que desechaba a los conversos de estatus esclavo.
En el caso de las vertientes cristianas que ponderaban una fuerte prctica encratita
como parmetro de pertenencia los esclavos creyentes quedan extremadamente
limitados en su accionar y en algunos casos se les niega la membresa directamente.
Este fenmeno se dio fundamentalmente en el este de la provincia de Siria, en el rea de
influencia de la ciudad de Edesa, la cual haba adoptado el cristianismo hacia el ltimo
cuarto del siglo II. Taciano introdujo los postulados de pureza fsica y retraimiento
matrimonial luego de su separacin del cristianismo romano. El esclavo es presentado
como un ser naturalmente ambicioso segn este didskalos, lo cual lo aparta de
cualquier consideracin comunitaria. Con EvTom y HchTom esta postura va
matizndose ya que se vincula la pureza del esclavo con el comportamiento refrenado
de su amo. Aparece una nocin de responsabilidad sobre los inferiores que, no obstante,
no es un equivalente a una inclusin total ya que probablemente an no se habra
producido una cristianizacin total del oikos. Llama la atencin que en HchTom el
apstol protagonista de la ficcin sea introducido en el relato como un esclavo material
que interpela a otros douloi, motivndolos a evitar los pecados carnales por representar
estos el ansia de ascenso. La ficcin de HchAnd, proveniente del mbito griego, no es
tan positiva en su discurso ya que reniega de la membresa esclava, marginando a los
oiketai como simples naturalezas materiales manipuladas por el diablo. Los siervos
encarnan en este relato la impureza sexual, la obsecuencia, el engreimiento y el clculo
malintencionado. El autor privilegia a los nobles cristianos que guardan el secreto de su
251
fe y que poseen las capacidades para rehuir a la impureza. Esto se comprende mejor si
consideramos el rigorismo de esta ficcin como resultado de las violencias anticristianas
bajo Maximino el Tracio. El encratismo en tanto actitud de negacin extrema del
matrimonio y la sexualidad aparece en las comunidades cristianas como una
demostracin antiimperial y de consolidacin sectaria. Los encratitas muchas veces
reaccionan contra las polticas de apertura de las ekklesiai proto-catlicas, a las que
sealan como negociadoras y proclives a un compromiso con el gobierno. La extensin
de la membresa cristiana a los subordinados e impuros le pareca a los encratitas un
error que era resultado de ese secularismo obsecuente. Para ellos el subordinado no es
capaz de llevar adelante un comportamiento refrenado debido a sus obligaciones en
tanto propiedad, aspecto que los aliena definitivamente de la salvacin.
No hemos de olvidar que, pese a los elementos negativos, el doulos ofici como un
agente particular del amo cristiano y, a la par, fue una buena metfora cristolgica para
varios escritores.
Como agente del amo el doulos lleg a ocupar un rol cambiante. En una primera
poca, antes del ao 70, observamos que los colaboradores de Pablo utilizan a sus
siervos para enviarle al apstol informacin sobre la comunidad. Su cristianizacin es
algo incierta salvo en casos concretos; los esclavos ofician de correo a la par que
desarrollan su actividad comercial. Hacia fines del siglo I, ya con el oikos cristianizado,
el esclavo o liberto creyente aparece como una avanzada del poder del patrono en
competencia. En la carrera local por la jerarquizacin encontramos varios testimonios
de oiketai que hacen las veces de fuerza de choque de los aspirantes a los cargos
comunitarios. Particularmente en 1Clem (hacia el ao 95) la tensin es notoria. Puede
conjeturarse por las expresiones de los autores de la carta, presumiblemente un grupo de
presbteros romanos, que en la revuelta corintia que termin por deponer a los oficiales
de culto establecidos hubo participacin de domsticos y clientes adherentes a los
lderes alternativos. La rebelin en Acaya habra sido una lucha interdomstica por la
supremaca de un grupo determinado de benefactores comunitarios. Por esta razn
1Clem silencia cualquier recomendacin sobre las relaciones amo-esclavos ya que las
considera potencialmente disruptivas. Un oikos numeroso sumado a una clientela fiel
pueden representar una ventaja para los despotai cristianos, ya que le garantizan un
interesante sostn. Como dijimos, el doulos es presentado por los autores
proto-catlicos como el reflejo concreto del poder administrativo de un propietario con
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