La Esclavitud en Las Primeras

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Splndido, Mariano Agustn

La esclavitud en las primeras


comunidades cristianas:
Prctica, discurso y controversia

Tesis presentada para la obtencin del grado de


Doctor en Historia
Director: Garca Mac Gaw, Carlos Guillermo
CITA SUGERIDA:
Splndido, M. A. (2013). La esclavitud en las primeras comunidades cristianas: Prctica,
discurso y controversia [en lnea]. Tesis de posgrado. Universidad Nacional de La Plata.
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educacin. En Memoria Acadmica.
Disponible en: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/tesis/te.797/te.797.pdf

Documento disponible para su consulta y descarga en Memoria Acadmica, repositorio


institucional de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educacin (FaHCE) de la
Universidad Nacional de La Plata. Gestionado por Bibhuma, biblioteca de la FaHCE.
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Atribucin-No comercial-Sin obras derivadas 2.5

UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA


FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIN
DOCTORADO EN HISTORIA

LA ESCLAVITUD EN LAS PRIMERAS


COMUNIDADES CRISTIANAS.
PRCTICA DISCURSO Y CONTROVERSIA.

Tesista: Mariano Agustn Splndido


Director: Carlos Guillermo Garca Mac Gaw
Ao 2012

Obra en portada: Rodriguez, I. (2010) El pobre y el esclavo cristianos [montaje


fotogrfico].

NDICE
Introduccin.
p. 1

Captulo 1.

Discernimiento y Ley: los esclavos como excepciones


conflictivas en los cristianismos paulino y nomista .
p. 12

Captulo 2.

Temor y temblor. Los esclavos en el proceso


de configuracin del oikos cristiano.
p. 42

Captulo 3.

Los esclavos cristianos como agentes y obstculos para la


construccin del poder jerrquico a inicios del siglo II.
p. 74

Captulo 4.

Persuasin y racionalidad: esclavos creyentes


en la poca de los didaskaleia cristianos.
p. 115

Captulo 5.

Exaltados y traidores: los esclavos en


el discurso de las iglesias a fines del siglo II.
p. 157

Captulo 6.

Crisis y crecimiento: esclavos entre el vulgo cristiano.


p. 208

Conclusiones.
p. 246

Bibliografa.
p. 257

INTRODUCCIN

Paul: You own slaves, do you not?


Marcus Vinicius: Hundreds. Good ones too. Why?
Paul: Jesus wishes no man to be in bondage.
You shoud set them free.
Marcus Vinicius: Set them free? But theyre mine. I own them.1

Este trabajo trata sobre cmo los primeros escritores cristianos utilizaron la categora
de esclavitud. No est a nuestro alcance, por la falta de fuentes, presentar una historia
desde el punto de vista de los esclavos creyentes, por lo cual hemos de conformarnos
con la reconstruccin de sus existencias a partir de las ideas que manifestaban los
autores cristianos provenientes de sectores educados. En base a un minucioso recorrido
histrico proponemos observar los debates intraeclesiales a la luz de los discursos sobre
la esclavitud. Para esto hemos seleccionado los primeros doscientos aos de vida del
movimiento cristiano (50-250) como nuestro marco cronolgico.2 El periodo
comprendido entre la primera carta de Pablo de Tarso, 1 Tesalonicenses, y el inicio de la
persecucin de Decio es sin dudas la etapa de secta del cristianismo, en la cual su
existencia es completamente marginal y apenas documentada por fuera de los escritos
producidos por los adeptos. En esta etapa la escritura (al menos entre los aos 50-150)
es solo una herramienta de apoyo a la tradicin oral, considerada como ms genuina. 3
1

- Zimbalist, S. (Productor) & LeRoy, M. (Director). (1951). Quo Vadis. [Cinta cinematogrfica].
EE.UU.: Metro Goldwyn Mayer.
2
- Si bien ya en la dcada del 30 del siglo I encontramos a la comunidad de discpulos de Jess
establecida en Jerusaln, su anlisis lo realizaremos a partir de los documentos paulinos, propios de la
dcada del 50. En cuanto a la figura de Jess y su posible discurso en relacin a la esclavitud hemos
decidido descartarlos. Las fuentes evanglicas son narraciones organizadas para responder a realidades
comunitarias posteriores a Jess y que poco pueden decir sobre el pensamiento del maestro de Galilea. En
este aspecto seguimos la propuesta de Theissen (2002:9-16). Cfr. Patterson (1991:293-303); Glancy
(2006:122-129).
3
- Lane Fox (1999:205-206).

La primera persecucin promovida por el Estado romano hacia 250 ya nos seala un
cristianismo con gran presencia urbana y con un funcionamiento muy dinmico y
jerarquizado en las principales ciudades del imperio.4 Durante esos dos siglos de historia
el movimiento fue configurando diversas identidades a partir de ciertos debates acerca
de la insercin social de los creyentes. En esos debates la figura de los esclavos
mantiene una presencia constante y sujeta a modificaciones segn las necesidades. Los
cambios en la composicin comunitaria, la carrera por el encumbramiento episcopal as
como las polticas secularistas o antisecularistas de los diferentes grupos cristianos
propiciaron lecturas divergentes sobre la esclavitud. Nuestra propuesta analtica se
concentra entonces en el discurso cristiano letrado sobre la servidumbre, buscando
comprender la recurrencia a la categora de douleia (esclavitud) como recurso
apologtico de legitimacin o de crtica y detraccin. La esclavitud en relacin a Dios
aparece como una sujecin positiva que busca identificar a todos los fieles, mientras que
la degeneracin moral tambin es asimilada a una servidumbre del placer que corrompe
al individuo. Esta variacin en la utilizacin del concepto responde a una materialidad
concreta que refleja momentos comunitarios de apertura e integracin o de exclusivismo
rigorista en la membresa. Nuestro inters es identificar estos vaivenes argumentales que
colocan a los esclavos como miembros marginales de las iglesias o como representantes
de la idoneidad administrativa y moral de un patrono comunitario durante el proceso de
jerarquizacin.
La misma nocin de esclavo posee un componente ambiguo ya que nos remite a un
ser que es propiedad de un tercero que tiene dominio total sobre su persona. Sin
embargo junto a esta idea de propiedad vemos aparecer en los autores antiguos una
concepcin humanitaria principalmente promovida con fines de interaccin y
convivencia. Por mas que se presente al esclavo como un objeto pasivo, en la prctica
no se lo perciba como tal y su presencia en los oikoi exiga determinados cdigos de
comportamiento que deban ser establecidos por el amo.5 El estatus esclavo contena
grandes desigualdades en su interior dependiendo de la actividad a la que se destinara al
individuo. Lo que igualaba a los esclavos era su origen, no su trabajo.
El mundo en el que surgi y creci el cristianismo era un mundo cuyos grandes
centros de produccin se sostenan por la explotacin de la mercanca humana. La
sociedad grecorromana haba conocido un aumento de la mano de obra esclava gracias
4

- Frend (1981:392); Fernadez Ubia (2009:19:75-84).


- Finley (1982:119-159); Patterson (1982:172-208); Bradley (1987:21-46). La resistencia a la esclavitud
se expresaba en diferentes comportamientos. Bradley (1998:135-160); Callahan-Horsley (1998:133-152).
5

al despunte de las grandes propiedades agrcolas hacia el siglo II a.C., a partir del final
de las guerras pnicas.6 Ser un cautivo de guerra cuya muerte se haba aplazado tena
como consecuencia la prdida de las relaciones sociales que el individuo mantena con
su comunidad. Ahora pasa a integrar otra sociedad donde es un extranjero derrotado y
pasible de violencia.7 Meillassoux seala que el esclavo se constituye como tal por
atravesar una situacin de mercado, es decir que son la captura y la venta las instancias
que lo ubican como mercanca.8 Este alienado sin honor no tiene vnculo parental y, por
lo tanto, no puede entrar en las relaciones de reciprocidad. Sin embargo los douloi
tenan mltiples destinos, cada uno de los cuales poda colocarlos en una situacin
diferente. Los esclavos mineros o destinados al trabajo en las grandes villae obtenan la
peor suerte,9 mientras la esclavitud urbana mostraba otra cara. En las poleis hallamos
muchos douloi adquiridos por familias de artesanos o por ciertos aristcratas. En estos
casos la presencia domstica del esclavo es ineludible y muy significativa. El siervo
domstico (oiketes) tiene posibilidades de ascenso no solo a travs de la manumisin,
sino tambin como consecuencia de un progresivo escalamiento por medio de las tareas
administrativas y organizativas del hogar.10 Con este tipo de esclavitud se encontr el
primer cristianismo, puesto que se trat de un movimiento netamente urbano entre los
siglos I-IV.
No podemos confundir la situacin del esclavo con la del pobre en el mundo romano.
Los primeros cristianos diferenciaban perfectamente entre los desposedos, es decir
viudas y hurfanos, y los sirvientes. Los pobres eran aquellos que no posean ningn
vnculo patriarcal o patronal que les garantizara el sustento necesario.11 En la mayora de
los casos que se presentan en las primeras fuentes cristianas los esclavos creyentes
pertenecen a propietarios con talleres y con una cierta capacidad econmica que les
permite viajar y comerciar. Frente al libre en situacin de pobreza, el doulos de un
artesano posee mayores posibilidades de ascenso social y de reconocimiento. La
problemtica esclava, si es que los autores cristianos la reconocan como tal, no era un
asunto de subsistencia sino ms bien de convivencia. Con los pobres los lderes
cristianos establecan lazos patronales que garantizaban una adhesin al movimiento a

- Hopkins (1978:1-55); Finley (1982:84-118); Bradley (1987:16).


- Patterson (1982:35-76); Meillassoux (1990: 38-41).
8
- Meillassoux (1990:11-25).
9
- Staerman-Tofimova (1979:35-83); Bradley (1998:78-89); Thompson (2003:136-143,156-181).
10
- Staerman-Trofimova (1979:85-120); Bradley (1987:24-25).
11
- Parkin (2006:60-82).
7

partir de las estructuras de solidaridad,12 pero con los esclavos la situacin era diferente.
El esclavo ya tiene una primera lealtad que lo condiciona y lo provee materialmente. La
integracin del doulos a la asamblea cristiana en tanto miembro de pleno derecho es una
situacin compleja para la mayora de los autores antiguos pues exige considerar la
postura del despotes de dicho converso. Si el amo no es creyente la ekklesia corre el
riesgo de ser tachada de institucin subversiva por desviar las lealtades domsticas; pero
si el amo es creyente se plantea una discusin acerca del alcance de sus prerrogativas
sobre el cuerpo servil a partir de los condicionantes impuestos por la moral cristiana.
Para los cristianos el esclavo era parte de la realidad social del mundo circundante y
nunca se plantearon ideas abolicionistas ni tendientes a cuestionar la sujecin de
terceros. El Dios que ponderaban todas las iglesias primitivas era un padre corrector que
exiga una prctica moral concreta como signo de pertenencia. La tica cristiana
impona ciertos estndares de pureza que implicaban una cierta autonoma fsica como
base. La plena manifestacin divina requiere que el cuerpo sea impoluto, situacin que
empuja al miembro de estatus servil a ser catalogado como creyente de segundo rango.
Las recomendaciones sobre el comportamiento de los miembros esclavos pueden
aparecer como ms rigoristas o ms laxas, pero su objetivo es simplemente garantizar la
promocin del patrono y la buena imagen externa de la comunidad. Los douloi que se
convierten a la fe entran a la asamblea bajo la sospecha de impureza, resultado del
proceso de captura, exposicin y venta. En los primeros tiempos no exista una
legislacin domstica concreta en materia sexual para los creyentes propietarios de
esclavos, por lo cual exista la duda permanente acerca de si hacan uso de sus
prerrogativas de violencia y dominio sexual de sus subordinados. En este sentido es
necesario analizar tambin cmo se evala al interior de la ekklesia a aquel miembro de
estatus servil que ha sido obligado, por parte de su propietario, a cumplir sus deberes
sexuales. Toda esta problemtica se integra en una preocupacin mayor de ciertos
autores cristianos (fundamentalmente los que denominaremos proto-catlicos):
demostrar que la fe en Cristo es compatible y solidaria con los parmetros organizativos
patriarcales.

12

- Brown (2002:1-26).

Historiogrficamente el anlisis de la esclavitud en la antigedad cobr fuerza recin


en la segunda mitad del siglo XIX.13 Los debates entre predicadores estadounidenses
acerca del uso del Nuevo Testamento en la polmica por el abolicionismo promovieron
serios cuestionamientos que ataan a la relacin de las iglesias cristianas con el
fenmeno esclavista. Todo un sector de la intelectualidad observaba que los valores
humanitarios que se ponderaban en el cristianismo no se correspondan con la tolerancia
de un sistema deshumanizante como era la sujecin violenta de seres humanos.14 La
esclavitud se volvi un problema contemporneo y, por ello mismo, la joven disciplina
histrica se vio compelida a proyectar en el pasado los ecos de preocupaciones actuales.
El esclavo aparece como un actor social y ya no como un mero dato entre las posesiones
de nobles y aristcratas. H. Wallon con su Histoire de lesclavage dans lantiquit
inaugur los estudios sobre el discurso histrico en relacin a los esclavos. En dicho
trabajo dedica espacio al anlisis de los primeros autores cristianos en relacin a la
categora de esclavitud. Segn Wallon, cuya escritura est impregnado de entusiasmo
abolicionista, los padres de la iglesia, comenzando por Pablo de Tarso, propiciaron la
libertad y la igualdad desde el primer momento, integrando a los subordinados a la
asamblea en un clima de equidad y solidaridad. 15 El arquelogo e historiador P. Allard
continu en esta perspectiva al ponderar en su obra interpretaciones que vean al
cristianismo como una revolucin social silenciosa en materia humanitaria. Segn su
anlisis los cristianos antiguos haban puesto los cimientos de una nueva mentalidad
que, paulatinamente, fue carcomiendo los fundamentos de la esclavitud para terminar
por desarticularla.16 J. Vogt reafirm estos postulados.17 E. Troeltsh hacia 1912 fue uno
de los primeros analistas en sealar que el cristianismo antiguo acept sin reparos la ley
de la propiedad del Estado romano, la cual inclua a la esclavitud.18
No fue hasta entrado el siglo XX, luego de los descubrimientos de Nag Hammadi
(1945) y Qumrn (1947), que apareci un anlisis crtico sobre las fuentes cristianas,
situacin que llev a rescatar sectores comunitarios relegados. Las mujeres, la vida
sexual y la familia aparecieron como terrenos inexplorados dentro de la historia del
movimiento cristiano. Analistas como Alfred Loisy pusieron los cimientos de una
13

- Finley (1982: 11-51).


- Harrill (2006:165-196); Stark (2003:291-347). realiza un recorrido histrico en relacin a la iglesia y
la esclavitud que remonta al inicio de la conquista europea de Amrica.
15
- Wallon (1847:1-50).
16
- Allard (1946:156).
17
- Vogt (1975:141-145).
18
- Troeltsch, E. (1931:132-133).
14

desmitificacin del cristianismo, volvindolo un fenmeno histrico integrado en los


conflictos imperiales y con fuertes contradicciones internas surgidas de una lucha de
intereses.19 Autores como A. Momigliano, con The Conflict Between Paganism and
Christianity in the Fourth Century (1963), y W. H. C. Frend, con Martyrdom and
Persecution in the Early Church (1965), profundizaron esta nueva forma de percibir el
movimiento cristiano, releyendo las fuentes a la luz de la historia poltico-econmica
del Estado romano. El oikos apareci como una caja de resonancia de los
acontecimientos del imperio y de la evolucin propia de las iglesias. P. Brown fue quien
propici fuertemente los estudios sociales en relacin al cristianismo antiguo a partir de
la promocin de nuevas claves de lectura. Su trabajo The body and society (1988) llev
a repensar la cosmovisin cristiana primitiva en relacin al cuerpo y la sexualidad de
una manera revolucionaria. La obra explora en sentido cronolgico y genealgico el
discurso cristiano sobre la castidad y el autocontrol. El autor enfatiza que las actitudes
en relacin al matrimonio y la virginidad no fueron ni monolticas ni inalterables sino
que variaron acorde a procesos comunitarios mayores, generndose muchas veces
conflictos intraeclesiales como consecuencia.20 De esta forma la vida domstica de los
primeros cristianos apareci como un campo de estudio en extensin en el que,
paulatinamente, aparecieron estudios dedicados a las mujeres, a los individuos con
carismas profticos y tambin a los esclavos.
Sobre el tema de la esclavitud en el cristianismo primitivo no contamos con ningn
estudio sistemtico y lo suficientemente abarcativo en que apoyarnos. Hemos de
mencionar el texto de C. Heszer Jewish slavery in antiquity (2005) como una base
interesante para comprender ciertas prcticas domsticas que luego tendrn repercusin
en los oikoi cristianos. Asimismo Garnsey en Ideas of slavery from Aristotle to Augustin
(1996) ha realizado un estudio del concepto de esclavitud en una serie de autores
antiguos entre los que incluye a Filn de Alejandra, Pablo y los estoicos. Su objetivo es
comprender las diferentes justificaciones para la sujecin y cmo particularmente el
discurso cristiano legitim la subordinacin; sin embargo para este objetivo opera
realizando saltos cronolgicos que impiden vincular el discurso con un devenir
socio-poltico concreto.21
La produccin historiogrfica sobre el tema elegido se ha concentrado
mayoritariamente en el anlisis de los documentos neotestamentarios, aunque
19

- Loisy, A. (1933:432-443).
- Brown (1993:9-15).
21
- Garnsey (1996:35-52).
20

abordndolos de manera fragmentaria. E. M. Staerman y M. K. Trofimova abordan las


fuentes neotestamentarias para reconstruir el discurso cristiano sobre los esclavos.
Reconocen que la doctrina cristiana naci sobre el terreno del disgusto por las ideas
imperiales y por esto la forma de rechazar dicho sistema de valores fue la sumisin a la
autoridad, ya que, adheridos a ella, se podra favorecer el cambio interior del hombre, su
liberacin o su servidumbre espiritual. As conciben una idea de emancipacin no en el
plano poltico-econmico, sino en el plano espiritual.22 D. B. Martin con Slavery as
salvation (1990) estudia especficamente la retrica de las cartas paulinas y la
utilizacin metafrica del concepto de esclavitud.23 Un objetivo similar persigue el
volumen 83-84 de la revista Semeia, editado por A. D. Callahan, R. A. Horsley y A.
Smith en 1998. J. A. Harrill con su texto Slaves in the New Testament (2005) aborda
intensamente la perspectiva paulina y evanglica sobre los siervos pero apenas esboza
elementos para observar la problemtica en el siglo II. Los cdigos domsticos
cristianos son comparados con los manuales agrcolas romanos y el breve anlisis sobre
los esclavos en las apologas y en las actas martiriales no se inscribe en un contexto
histrico que permita una comprensin mayor. Por su parte J. Glancy, con Slavery in
early christianity (2006), si bien realiza un interesante planteo sobre la problemtica
sexual en relacin a los fieles de estatus esclavo, 24 sus conclusiones consideran poco los
procesos y conflictos que subyacen en cada texto. Esta autora se concentra en la
perspectiva paulina en materia servil y relega a un segundo plano otras posturas. Un
estudio de mayor alcance cronolgico es el de D. J. Kyrtatas, The social structure of the
early Christian communities (1987), que explora la existencia de miembros de estatus
servil en las comunidades no solo entre el artesanado sino incluso dentro de la familia
caesaris. Kyrtatas procede a identificar actitudes bsicas de los grupos cristianos hacia
la esclavitud entre los siglos I y IV diferenciando entre categoras serviles: esclavos
rurales, urbanos, mineros y esclavos imperiales.25 Asimismo profundiza el discurso
cristiano sobre la manumisin y la insercin de los libertos fieles.26
Ciertos trabajos sobre la familia cristiana nos otorgan una mirada ms integradora del
esclavo al inscribirlo en los lazos de dependencia domsticos. De esta forma
encontramos interesantes perspectivas en, por ejemplo, Families in the New Testament
22

- Sterman-Trofimova (1979:300-354).
- Martin (1990:67-83).
24
- Glancy (2006:50-53).
25
- Kyrtatas (1987:29-49).
26
- Kyrtatas (1987:55-74); Harrill tambin aborda el tema de la manumisin en el interior de las iglesias
primitivas en su libro The manumision of slaves in early christianity (1998).
23

world (1997) de D. Balch y C. Osiek,27 o en el texto de D. C. Verner The household of


God. The social world of the Pastoral epistles (1983). La situacin de los subordinados
aparece vinculada a otras temticas sociales, por lo que hallamos valiosa informacin en
estudios dedicados a las mujeres en las iglesias primitivas, por ejemplo Las mujeres en
el cristianismo primitivo y la opinin pagana. El poder de la mujer histrica (2004) de
M. Y. MacDonald, o al tema de la moral en general, como ocurre en The origins of
christian morality (1993) de W. A. Meeks. El avance de las investigaciones sobre el
oikos cristiano y su lgica de funcionamiento en el interior de la polis helnica nos
provee de herramientas analticas para poder completar la imagen del esclavo creyente a
fin de inscribirla en los conflictos organizativos de las ekklesiai. El oiketes es un actor
inevitable en el nacimiento y expansin del cristianismo pues este movimiento se
caracteriz en sus dos primeros siglos de historia por su carcter urbano, sectario y
domstico.

Antes de proceder a un sumario acerca de los captulos y el trabajo sobre los textos es
de utilidad sealar ciertas premisas bsicas para comprender mejor el anlisis que
emprenderemos.
En primer lugar queremos dejar en claro que en griego la palabra esclavo se expresa
mediante varios trminos: doulos, pais, oiketes, therapon y juperetes. Estas
denominaciones guardan ciertas diferencias entre s, pues designan tipos concretos de
esclavo. Doulos- doul son los trminos generales equivalentes a esclavo-a o
siervo-a; pais- paidisk son palabras ms propias del mbito familiar y que se aplican
a esclavos jvenes, siendo posible tambin traducirlas por muchacho o muchacha;
oiketes es el esclavo domstico por excelencia; therapon- therapinida o juperetes
designan a los asistentes personales que no necesariamente son esclavos. 28 Dado que el
movimiento cristiano se dio a nivel urbano en el periodo que estudiaremos, haremos un
uso indistinto de estos trminos ya que todos los esclavos que aparecen en las fuentes
cumplen roles domsticos o administrativos. Solo remarcaremos, cuando aparezca, la
utilizacin del vocablo pais por ser un posible indicador de la edad del subordinado en
cuestin. Respecto a los propietarios de esclavos recurriremos a dos trminos griegos:
kyrios, es decir seor, y despotes, es decir amo en sentido de posesin y gobierno.
27

- Los autores hacen interesantes aportes en relacin a los esclavos como actores en las iglesias
domsticas. Osiek-Balch (1997:174-192).
28
- Wright (1998:90-93).

En segundo lugar nuestro estudio observa al cristianismo primitivo en tanto secta al


interior del judasmo (al menos hasta 135) y como una asociacin cultual no lcita
dentro de las provincias orientales del imperio. El bajo nmero de adeptos y la
inexistencia de una organizacin administrativa que supere el mbito local nos llevan a
ver a las ekklesiai como instituciones marginales dentro del entramado urbano e
imperial.29
En tercer lugar es til explicar la utilizacin de ciertas denominaciones que
impondremos a los grupos cristianos. Como sabemos, es imposible hablar de un
cristianismo o una iglesia en los inicios de la fe cristiana. Por ese motivo elegimos
ciertos trminos que designan ciertas alineaciones poltico-rituales que nos van a servir
para organizar el panorama. Primeramente utilizamos el trmino cristianismo nomista
para nombrar a la iglesia de Jerusaln nucleada alrededor de Santiago y a sus adherentes
itinerantes, todos anclados en las observancias legales. Si bien normalmente se habla de
judeocristianismo para estos grupos, hemos credo que esta denominacin era muy
ambigua, ya que todas las vertientes cristianas, hasta la aparicin del marcionismo,
pueden catalogarse como judeocristianas. En esto coincidimos con Danilou, quien
seala que el judeocristianismo es una forma de pensamiento cristiano que no implica
una atadura institucional a la sinagoga pero que an utiliza los esquemas tomados del
judasmo para legitimarse.30 Otro trmino sobre el que insistiremos mucho es el de
proto-catolicismo. El mismo lo utilizamos como un reemplazante para vocablos
tendenciosos como ser ortodoxia o la gran iglesia. Si bien hablar de ortodoxia es
anacrnico para nuestro periodo, este es un trmino que adems supone ya un juicio de
valor. Los marcionitas, los valentinianos, otros grupos gnsticos o los nomistas fueron
vertientes cristianas mayoritarias en varias reas durante ciertos periodos. Con
protocatolicismo designamos a la jerarqua eclesial con voluntad secularista y
organizativa. No es que las dems ramas del cristianismo no tuvieran organizacin
administrativa sobre los fieles, sino que la expresin autoritaria episcopal fue la marca
por excelencia del protocatolicismo. Estos trminos nos servirn a la hora de identificar
las alineaciones de los autores de los textos.
Por ltimo es necesario aclarar que utilizaremos las denominaciones de pagano o
gentil para referirnos a aquellos personajes que no son judos ni cristianos. Si bien el

29
30

- Markus (1980:1-15).
- Danilou (2004:25).

trmino pagano tambin conlleva un sentido despectivo haremos uso del mismo por
comodidad.
Este trabajo se organiza cronolgicamente, abarcando cada captulo un periodo de
entre veinte y cincuenta aos.
En el primer captulo, Discernimiento y Ley: los esclavos como excepciones
conflictivas en los cristianismos paulino y nomista, tomaremos el periodo 50-70,
iniciando con la primera carta paulina y culminando con el asalto a Jerusaln. Las
fuentes centrales de este captulo sern las siete cartas de Pablo de Tarso y ciertos
tratados judos que nos presentarn los conflictos alrededor del sujeto de estatus esclavo
y su insercin en el culto.
El segundo captulo se titula Temor y temblor. Los esclavos en el proceso de
configuracin del oikos cristiano. En el mismo analizaremos la produccin textual
cristiana posterior al ao 70 y hasta el ao 100. Los documentos del periodo sealan la
tensin organizativa resultante de la cada de Jerusaln. La literatura cristiana aparece en
medio de un conflicto creciente con la sinagoga. Los esclavos pasarn a ser elementos
auxiliares de los diferentes propietarios que aspiran a hacerse con el control de las
asambleas.
El tercer captulo se consagra al periodo 100-135 y se titula Los esclavos cristianos
como agentes y obstculos para la construccin del poder jerrquico a inicios del siglo
II. Un nuevo esquema de poder va ganando lugar en las comunidades y la
cristianizacin de las familias se vuelve un objetivo primordial. Los esclavos aparecern
como muestra del poder y la buena administracin del despotes cristiano.
El captulo cuarto, Persuasin y racionalidad: esclavos creyentes en la poca de los
didaskaleia cristianos, abarca el periodo 135-170. El cristianismo proto-catlico
intenta consagrarse como una religin de propietarios en medio de fuertes debates con
vertientes antisecularistas como el marcionismo y el valentinianismo. La membresa
esclava se vuelve una dificultad evidente debido a la obediencia obligada al amo y
propietario.
El quinto captulo, titulado Exaltados y traidores: los esclavos en el discurso de las
iglesias a fines del siglo II, comprende el lapso entre los aos 170-200. El esclavo pasa
a ser visto como la pieza dbil y desleal de la ekklesia en medio de seria diatribas
paganas en contra del proselitismo domstico cristiano.
El captulo sexto, Crisis y crecimiento: esclavos entre el vulgo cristiano, cubre la
franja temporal entre los aos 200-250. Si bien es un periodo de paz y tolerancia para
10

las iglesias (aunque de crisis para el imperio), el aumento numrico en las comunidades
obliga a establecer una creciente impronta autoritaria. Los esclavos quedan como
miembros de segunda lnea cuyas capacidades son puestas en serio cuestionamiento en
la vigilia de la persecucin de Decio.
Este trabajo se cierra con unas conclusiones finales que intentan resumir las
perspectivas generales en relacin al tema elegido.

11

CAPTULO 1
DISCERNIMIENTO Y LEY: LOS ESCLAVOS COMO EXCEPCIONES
CONFLICTIVAS EN LOS CRISTIANISMOS PAULINO Y NOMISTA.

Las comunidades cristianas de las dcadas del 50-70 del siglo I d.C. estaban
atravesadas por cuestiones de poder irresueltas. Por un lado hallamos la disputa entre los
apstoles itinerantes acerca del sentido y la amplitud de su misin. La manera de incluir
a los gentiles en el movimiento generaba fricciones y acalorados debates. A la par de
esta situacin debemos considerar las fuertes tensiones entre la autoridad apostlica y
sus comunidades dependientes. La recepcin del mensaje evanglico supona un
reacomodamiento local significativo a partir de la adaptacin de los principios ticos
cristianos dentro de las estructuras sociales existentes.
La documentacin que poseemos sobre estas primeras dcadas proviene
exclusivamente del crculo paulino.31 Pablo de Tarso, un fariseo convertido dentro del
cristianismo antioqueno, fue la figura central de una misin evanglica dirigida a los
gentiles y destinada a agrupar al Israel mesinico en espera de la parusa final.
Ahora bien, antes de proceder a analizar las distintas posturas que estos textos nos
proveen es til tener en mente que estos documentos son de carcter situacional y
apologtico. Cuando caracterizamos a las epstolas paulinas como situacionales nos
referimos a que responden a problemas comunitarios concretos, no buscan una
sistematizacin doctrinal. La doctrina cristiana se imparte oralmente, el escrito es solo
un complemento circunstancial a la misma. En el caso particular de las epstolas
paulinas esta circunstancialidad se une a un fin mayor: la apologa del apstol. Las
31

- Tomamos siete cartas reconocidas como de autora propia del apstol para el anlisis del primer
paulinismo: 1 Tesalonicenses (1Tes), Glatas (Gal), 1 y 2 Corintios (1 y 2Cor), Filipenses (Flp), Romanos
(Rom) y Filemn (Flm). En esta seleccin hay un acuerdo bastante generalizado. Bartolom (1999b:443).

12

cartas deben evaluarse como evidencia de un conflicto de poder en el que estaban


inmersos los apstoles itinerantes, cualquiera sea su extraccin. La escritura era una
herramienta ms para legitimar la autoridad entre competidores. Lo oral no bastaba, y
era necesario afianzar la enseanza por otros medios que garantizaran la repeticin y la
difusin de doctrinas. Las epstolas cumplan ese fin: se lean en pblico y circulaban
constantemente entre comunidades.32
El material de la rbita paulina no debe generarnos la falsa imagen de un movimiento
monoltico y adherente a los parmetros comunitarios del apstol. Pablo no fue el nico
apstol que mision a los gentiles y su perspectiva comunitaria lejos estaba de ser
predominante. Por esta razn es necesario completar el panorama de las dcadas que
trataremos con material proveniente de Hechos de los apstoles (Hch), ya que
carecemos de documentos directos provenientes de las vertientes cristiano-nomistas
antes del ao 70. Las posturas de Santiago, Pedro y otros itinerantes que Pablo
menciona en sus textos como competidores posean su lgica intrnseca y tambin
intentaban validar el mesianismo de Jess, solo que dentro de un marco poltico y social
ms nacionalista y purista, pero no por ello menos legtimo. Esto nos coloca frente a una
gran variedad de vertientes que es necesario considerar para comprender los intereses
apostlicos detrs de cada configuracin comunitaria y detrs de cada cristologa.

La voluntad legitimadora de Pablo provoc que este apstol estructurara su misin


gentil desde una perspectiva novedosa, caracterizada por la flexibilidad y la
contemplacin de los parmetros sociales imperantes en las poleis orientales. Frente al
nomismo de la Alianza promovido por los apstoles conservadores, 33 los paulinos
propusieron un esquema comunitario abierto, fuertemente inscripto en un marco urbano
de carcter artesanal. La expansin del cristianismo se dio en ciudades y debi
acomodarse a prcticas econmicas urbanas y a sensibilidades sociales adyacentes a las
mismas. Esto ha llevado a fuertes debates acerca de la composicin social y econmica
del cristianismo paulino. Varios autores a inicios del siglo XX interpretaron que los
32

- Cfr. Trebolle Barrera (1998:118); Lane Fox (2000:203).


- Sanders (1992:241) explica que para los judos la Ley era un medio para la salvacin y la forma de
mantenimiento de la alianza con Dios. Practicando la Ley un individuo permanece en la alianza. Cfr.
Dunn (1992:99-117); Boyarin (1994:53). Esta idea de nomismo la manifestaban varios sectores del
judeocristianismo. Por ello identificaremos de ahora en adelante a dichos grupos bajo el rtulo de
nomistas, aunque destacando sus diferencias, pues no era igual el nomismo jerosolimitano jacobeo que
el de los apstoles nomistas que arribaron a Galacia.
33

13

primeros adeptos al cristianismo fueron desclasados sociales y marginados, pero los


exgetas contemporneos han observado que los crculos paulinos estaban compuestos
en una gran proporcin por propietarios y artesanos urbanos que, aunque no pertenecan
a las clases imperiales, tenan un nivel de subsistencia mnimo garantizado en mayor o
menor medida.34 Estos artesanos entraron en contacto con otro artesano, pues Pablo era
tejedor de oficio;35 el apstol reivindica varias veces la categora de trabajador para s
mismo y la impone como un objetivo comunitario no menor (volveremos sobre este
tema).
Si bien coincidimos con Meeks en que las comunidades paulinas estaban compuestas
en su mayora por gentiles,36 muchos de ellos temerosos de Dios con algn vnculo
previo con la sinagoga, no podemos desconocer la presencia en el ncleo de
colaboradores paulinos de personajes vinculados al judasmo.37 Pablo constantemente
reivindica a Israel,38 pues l mismo es judo y la sinagoga local era el punto de despegue
del proselitismo gentil paulino.39 El discurso bsico del primer cristianismo se expresaba
en elementos propios de la Escritura juda, interpretada a la luz del ministerio de Jess.
Estos grupos paulinos se conceban dentro del judasmo, pues Pablo cimentaba su
esquema comunitario en la llamada de Dios a Abraham, a quien catalogaba como padre
de los gentiles (pues Abraham crey en Dios siendo gentil) y de los judos. 40 La historia
de Israel se volva una preparacin para el acto liberador de la cruz. Pablo y los suyos
vean continuidad: el Dios de Israel era identificado como el Padre de Jesucristo.41 La fe
vena a los gentiles por medio de los judos.42
Los creyentes no paulinos de las dcadas del 50-70 se expresaron dentro de las
estructuras cultuales judaicas. La obediencia a la Ley segua siendo un punto de
34

- Engels (1967:316) y Deissman (1957:27-52) propusieron a fines del siglo XIX y principios del XX
que las primeras comunidades cristianas se constituyeron con pobres y marginados, entre los que se
incluan los apstoles. Esta perspectiva fue debatida y refutada por autores como Grant (1977:119) y
Malherbe (1977:31), que se inclinaron por observar una preeminencia en las comunidades cristianas de
personas provenientes de una clase media artesanal y campesina, aunque sin negar la presencia de
desclasados. Meeks (2003:72-74) analiz el fenmeno de la extraccin social paulina y concluye que en
cada congregacin hay una mezcla de niveles sociales con clara preeminencia de artesanos libres y
pequeos comerciantes y una ausencia de aristcratas terratenientes y de las clases ms bajas.
35
- Hch 18. 1-3.
36
- Meeks (2003:25-32). En esto sigue a Sanders (1978:175-187). Cfr. Stark (2006:129-136).
37
- Bernab (1Cor 9.6; Gal 2.1; Hch 4.36); Aquila y Priscila (Rom 16.3; 1Cor 16.19; Hch 18.2), Apolo
(1Cor 16.12; Hch 18.24- 25).
38
- Cfr. Donaldson (1993:81-98); Montserrat Torrents (2005:116).
39
- En Hch la misin paulina comienza en la sinagoga: 9.19-20; 13.5, 14-15; 14.1; 17.1-2, 10,16; 18.4,19;
19.8. Esto en las cartas no se menciona, pero la ausencia de crticas al mbito sinagogal seala una
pertenencia: Pablo y sus clulas mesinicas eran parte de la sinagoga local.
40
- Cfr. Gal 3. 6-9; Rom 4. 9-12. Eisenbaum (2000:130-145).
41
- Cfr. Gal 1.15-16; Rom 1.1-4.
42
- Rom 9.4-5.

14

referencia y pertenencia para el grupo de Santiago en Jerusaln y para varios itinerantes


(no todos vinculados al ncleo jerosolimitano) que circulaban y competan con los
paulinos, tomando como base las sinagogas locales. Estos nomistas planteaban la
observancia de rituales, dietas y la circuncisin pues comprendan el mesianismo de
Jess dentro de los parmetros de la Tor. La idea soteriolgica de los competidores de
Pablo haca del mesianismo de Jess el hecho que completaba a la Tor; no haba
superacin, sino realizacin.
Pablo de Tarso y sus colaboradores entraron en contacto con una vertiente
mesinico-cristolgica menos rigurosa en materia de inclusin.43 La iglesia de Antioqua
fue la primera de la Dispora juda en potenciar la prdica a proslitos y temerosos de
Dios.44 Sin embargo no haba una postura monoltica en su interior, ya que la disputa por
la circuncisin y la comensalidad hace pensar que en Antioqua el sector proclive a la
integracin incondicional de los gentiles sufra presiones de un fuerte bando nomista. 45
Hengel y Schwemer vieron el surgimiento en Antioqua de una identidad gentil separada
como producto de las manifestaciones antijudas de la poblacin en los aos 39-40, en
medio del conflicto judo con Calgula.46 Bockmuehl (1999:155-198) propone una
hiptesis segn la cual la interferencia de Santiago en Antioqua debe evaluarse desde
su perspectiva religiosa propia, en la que esta ciudad era comprendida, en trminos de
dimensiones bblicas, como parte de la tierra de las Doce Tribus, centro de la misin a
Israel.47 Lo cierto es que el bando nomista parece haber triunfado en Siria, 48
prolongando sus posturas an durante el siglo II.49 Los paulinos no lograron arraigar
entre los antioquenos (Pablo vuelve una sola vez a Antioqua segn Hch)50 y salen en
misin hacia otros rumbos. El campo misional paulino tendr eje en cuatro provincias:
Asia, Galacia, Macedonia y Acaya.
Sumado a todo esto debemos considerar la postura escatolgica comn a todos los
cristianos de esta poca. Tanto para los paulinos como para los nomistas la parusa, es
43

- En este aspecto seguimos las posturas de Risnen (1987:404-419) y Hengel-Shwemer (1997:35-60).


- Hch 11.19-21. Cfr. Meeks-Wilken (1978:13-18); De Burgos Nuez (1982:3-26); Hengel-Schwemer
(1997:178-203); Robinson (2009: 69-72).
45
- Gal 2.4-5; Hch 15.1-2.
46
- Hengel- Schwemer (1997:180-183).
47
- Bockmuehl (1999:155-198).
48
- Pablo queda en minora frente a la postura intermedia de Pedro, que aparentemente arrastra a Bernab,
que tambin termina rompiendo con Pablo. Gal 2.11- 13; Hch 15.36- 40. Bauckham (1979:61-70).
49
- La comunidad cristiana de Antioqua vivi a la sombra de la sinagoga hasta entrado el siglo IV. En el
siglo II resalta notoriamente la figura del obispo Tefilo, quien promueve un pensamiento teolgico
antipaulino y proclive a la obediencia a la Ley. A Autlico 2.25, 27. Grant (1950: 179- 196) (1959: 33-45)
ha propuesto que el antipaulinismo de Tefilo se debe a su polmica contra los marcionitas, pues estos se
amparaban en la teologa de Pablo.
50
- Hch 18.22-23.
44

15

decir el regreso de Cristo en su gloria, era algo inminente. Esta perspectiva favoreca
una proyeccin de acontecimientos cataclsmicos que requeran preparacin y que
estaban marcados por signos.51 Las formas de proceder para afrontar ese da de retorno
divino variaban, pero ninguna vertiente cristiana negaba el hecho. Esta esperanza
apocalptica era propia de varias sectas del judasmo palestinense y contena un
importante elemento poltico antirromano.52

La actividad misionera de Pablo y sus colaboradores tom como epicentro el espacio


domstico. Sin embargo la evangelizacin no se subordinaba al kyrios del hogar (como
ocurrir ms adelante), sino que el apstol era la figura gua de la asamblea. 53 Ser parte
de un hogar era insertarse en redes de relaciones mucho mayores que implicaban
parentesco, amistad, dominacin y patronazgo.54 En este sentido la reunin de cristianos
en un oikos determinado reproduca una estructura similar a la de una asociacin o
collegium, con comidas compartidas, circulacin de dinero y la presencia de oficiales
designados para las ceremonias.55 Sin embargo los paulinos utilizaban un trmino
particular para las reuniones en el oikos: ekklsia.56 Esta designacin remite a las
asambleas urbanas propias de las pleis antiguas y adems marca la pauta de la
autoformacin moral de los pertenecientes a la misma. La ekklsia activa en un hogar
particular emulaba varios elementos organizativos de la sinagoga, de la que era una
clula no independiente.57 Los apstoles nomistas que se presentaban en las
comunidades paulinas atraan a los fieles hacia los sectores ms conservadores de la
sinagoga, institucin que alojaba a varias tendencias del judasmo y que tambin
51

- 1Tes 4.14-18, 5.1-11; 1Cor 15.24-28; Flp 4.5. Montserrat Torrents (2005:120-121).
- Cfr. Elliot Binns (1956:19-20); Frend (1981:89-99).
53
- Cfr. 1Tes 4.1-3; Gal 1.8-10; 1Cor 4.15-17; 2Cor 11.4; Flp 1.27-28.
54
- Para ver las relaciones que se establecan a partir del oikos en el mundo romano son interesantes los
trabajos de Saller (1989:49-62) (2003:185-204), Stark (1991:39-58), Hendrix (1991:159-175).
55
- Cfr. Gabba (1984:81-86); Royden (1989:303-315); Kloppenborg (1996:16-30); Harland
(2000:99-121).
56
- Cfr. 1Tes 1.1; 1Cor 1.2; 2Cor 1.1; Gal 1.2; Flm 2. Campbell (1948:130-142).
57
- En el perodo que trabajamos an no se encuentra evidencia de un conflicto con las sinagogas, ya que
las ekklsiai paulinas eran parte de las mismas, tal como plantea Montserrat Torrents
(2005:55,93,121,123). Lieu (2004:153-155) considera la multiplicidad de grupos que podan funcionar al
interior de una sinagoga, por lo cual incluso los creyentes en Cristo podan formar parte de la misma.
Incluso en Hechos (13.42-43) Pablo convierte a un jefe de sinagoga y tiene tratos cordiales con miembros
relevantes de las mismas, lo cual se ve tambin en 1Cor 1.14; 18.8. Sobre las sinagogas del siglo I son
muy tiles los trabajos de Kee (1999:7-26) y Kloppenborg (2009:297-357), quienes plantean que la
institucin sinagogal era una asamblea que se reuna en casas particulares, no en un edificio especfico.
En este aspecto hay un vnculo espacial muy fuerte con las clulas paulinas. Zetterholm (2003:198) ha
propuesto que los primeros cristianos organizaron sinagogas separadas, desvinculadas de la sinagoga
local.
52

16

promova la asistencia mutua entre sus adherentes (pese a que los judos eran, en ciertas
ciudades, prcticamente un politeuma)58. Pablo y los suyos vieron esta intromisin como
una amenaza a su proyecto.
Los paulinos exigan de parte de los fieles una exclusividad y un compromiso que
deban manifestarse en comportamientos sociales concretos. El conflicto surga por la
transgresin constante de los lmites comunitarios sealados. Los paulinos saban que su
proyecto de comunidades mixtas entraaba posibles desviaciones tanto hacia la prctica
nomista rgida como hacia un espiritualismo relativista y antilegalista. Por esto mismo
el equipo misionero paulino se esforzaba por facilitar la interaccin social de los
integrantes de sus comunidades dependientes, flexibilizando prcticas y adaptndose a
cada comunidad segn sus propias sensibilidades econmicas y sociales, entre las que
estaban contempladas incluso las prcticas legalistas judas. Las clulas paulinas
estaban en tensin con los elementos ms conservadores de las sinagogas que, pese a
admitir la presencia de gentiles temerosos de Dios, vean en la relativizacin paulina de
las observancias un desafo problemtico.59
Si analizamos el espacio domstico en el cual se instal el cristianismo paulino
encontraremos que los esclavos eran una parte esencial del mismo. No obstante hay que
tener en claro que nos estamos refiriendo a una esclavitud urbana y, en la mayora de los
casos, especializada en alguna tcnica o trabajo artesanal; las epstolas paulinas no se
refieren nunca a esclavos agrcolas o mineros, quienes representaban las categoras ms
bajas dentro del estatus esclavo. Personalidades como Estfanas, Filemn o Clo eran
pequeos propietarios locales con dos o tres esclavos a su servicio. Estos esclavos eran
colaboradores directos en la pequea empresa familiar, que bien podra pensarse que
estaba asociada al comercio, ya que los siervos aparecen normalmente lejos del oikos ya
sea solos, ya sea con su amo.60 Esta movilidad los hace agentes activos de los intereses
econmicos del propietario, aunque eso no implica que hubieran adoptado el
cristianismo. Es incorrecto pensar que la conversin del amo supona la de los douloi en
todos los casos;61 la excepcin a la regla es el ejemplo de Filemn y Onsimo, aunque
58

- Cfr. Zuckerman (1985-1989:171-184); Trebilco (1991:167-185); Meeks (2003:38-39); Montserrat


Torrents (2005:45); Robinson (2009:22-32).
59
- Cfr. Dunn (1991:27); Segal (1992:326-349); Wiley (2005:102-106). Montserrat Torrents
(2005:132-136) plantea que la comunidad de Roma fue fundada por un grupo gentil radical que rompi
con la sinagoga y llev al extremo los postulados paulinos. Al cortar el vnculo con la sinagoga, estos
grupos ya no gozaban de proteccin jurdica y pasaron a ser percibidos por las autoridades imperiales
como revoltosos y agitadores. Este conflicto en la asamblea romana con el elemento judo se observa
claramente en la carta de Pablo a esta comunidad.
60
- 1Cor 1.11; 16.17; Flm 12-13.
61
- Glancy (2002:46-49) supone que la conversin del amo implica la de toda la familia.

17

tampoco podemos suponer que los esclavos de Clo que llevaron noticias de Corinto a
Pablo (1Cor 1.11) hayan sido todos conversos. Muchas cosas estaban en juego a la hora
de convertirse a una religin, sobre todo para los esclavos. Esto no quiere decir que el
doulos tuviera libertad de decisin, ya que la imposicin y el derecho de posesin del
amo eran la regla. Sin embargo el segmento econmico-social al que se diriga Pablo,
los pequeos propietarios locales, no pareca interesado an en hacer de toda su familia
un baluarte cristiano, pues los compromisos con la sociedad civil eran muy acuciantes.
Existan obligaciones que no podan eludirse y haba espacios y prcticas que
presentaban conflictos para los conversos a la fe en Cristo. Despus de todo, los ncleos
paulinos estaban en situacin de marginalidad respecto de las redes de solidaridad
propias de las sinagogas, lo cual implicara tensiones para sus integrantes. He aqu que
el oiketes jugaba el rol de brazo ejecutor del amo. El doulos era una herramienta que
poda ser til al amo y propietario que haba entrado como miembro en un crculo
paulino. A travs del esclavo poda mantenerse el vnculo activo con las obligaciones
econmicas y sociales sin perjudicar la pureza de la ekklsia. El siervo era un sujeto
moralmente neutro y eso lo colocaba en un lmite que le permita actuar en ciertas
circunstancias sin tener en cuenta la dignidad personal, dignidad que s posean los
amos.62 Los oikoi paulinos, comprendidos dentro del mbito de la sinagoga, no eran
oikoi cristianizados totalmente, pues los compromisos econmicos, sociales y cvicos de
los kyrioi exigan mantener vnculos. Para esto los esclavos eran los indicados, sobre
todo aquellos con entrenamiento en tcnicas o en administracin y manejo de negocios.
El caso de Filemn y Onsimo nos ofrece la ilustracin perfecta de cmo Pablo
perciba las sensibilidades econmicas de un oikos anfitrin. El apstol se halla hacia el
fin de su carrera y escribe una misiva a Filemn, un colaborador suyo y aparente
anfitrin de una asamblea en la ciudad de Colosas.63 Mucho se ha especulado sobre el
motivo de esta breve carta, ya que fue leda e interpretada en diferentes claves para
fortalecer tanto discursos esclavistas como abolicionistas.64 Sin embargo, la propuesta
62

- Glancy (2002:9-29) propone interpretar al esclavo como un doble corporal del amo, una extensin
animada de su persona tanto para cuestiones comerciales y financieras como para castigos y negocios
infames.
63
- Flm 1-3. La cuestin de la fecha y lugar de redaccin de Flm ha generado controversia. Fitzmyer
(2004:419-421) distingue tres teoras cuyo nico punto en comn es reconocer que Pablo escribi la carta
en cautiverio. Para algunos autores la redaccin fue en Roma durante la prisin domiciliaria de Pablo
entre el 61-62 d. C, para otros fue en Cesarea hacia el 58-60 y para un ltimo grupo (en el que se incluye
Fitzmyer) fue en feso hacia el 56-57. La razn para apoyar esta ltima hiptesis es la poca distancia
entre feso y Colosas.
64
- La literatura sobre la exgesis de Filemn en los conflictos abolicionistas del siglo XIX es inmensa y
por si sola constituye un tema de investigacin aparte. Para un breve resumen de las corrientes en su
interior y un estado actual del debate son muy interesantes los trabajos de Callahan-Horsley-Smith

18

exegtica de Harrill es la que provee los lineamientos ms verosmiles para una


interpretacin histrica que d cuenta del procedimiento paulino en materia social.
Harrill presenta a Onsimo como un esclavo aprendiz enviado por Filemn a Pablo
para que lo forme en tcnicas artesanales,65 descartando otras teoras vinculadas a la
fuga.66 La conversin del doulos fue consecuencia de su aprendizaje tcnico. Ahora
bien, por el tono de la carta, pareciera que el periodo de aprendizaje se extendi ms de
lo debido, y Filemn habra manifestado cierta impaciencia por el retorno de su esclavo
(quizs el nico o uno de los pocos que tena), necesario para fortalecer su actividad
comercial. Pablo percibe este malestar en el amo y sabe tambin que el oikos de
Filemn no tolerar la promocin de su siervo a colaborador del apstol, ni siquiera de
manera provisional.67 La razn fundamental posiblemente radique netamente en lo
econmico: Onsimo es necesario como trabajador y agente de Filemn, quizs como
administrador de su pequeo taller. Filemn est subordinado al poder apostlico de
Pablo, quien posee licencia para requerir (parrsia) lo que le sea necesario de la
comunidad, en este caso un colaborador valioso.68 Pese a esto Pablo decide devolver a
Onsimo porque no quiere perjudicar su relacin con el oikos de Filemn al retener a un
miembro de relevancia econmica para el mismo. Sin embargo, el apstol apela a la
obediencia (hypako) de Filemn y le pide que reciba a su esclavo ahora til, o sea
instruido en el oficio, y adems hermano en la fe. Pablo est seguro de que Filemn har
ms de lo que le pide.69 Esto podra pensarse como una sutil invitacin para manumitir a
(1988:1-15), Martin (1988:203-233), Callahan (1988:235-250); Harrill (2006:165-192).
65
- Si consideramos que Hch 18.2-3 conserva la noticia de que Pablo era tejedor de tiendas es muy
verosmil que el adoctrinamiento de Onsimo se realizara en ese oficio. Esta hiptesis puede reforzarse si
situamos al oikos de Filemn en la ciudad de Colosas, centro asitico importante en relacin al trabajo de
la lana durante el inicio del imperio. Cfr. Estrabn Geografa 12.8.16.
66
- Holmes (1963:129); Lohse (1971:187), Nordling (1991:97-119) y Glancy (2002:91-92) adhieren a la
teora de la fuga. Mguez (2003b:1041-1045) propone que Onsimo no era un doulos fugado, pues un
esclavo fugado jams se hubiera acercado a una casa de prisin con guardias y posibles cazadores de
esclavos. Por ello el autor plantea un acercamiento voluntario del esclavo a Pablo y su crculo. Si
tomamos a Bradley (1987:124-125) y su anlisis de las posibilidades del siervo de eludir los castigos del
amo, Onsimo se presentara como un esclavo que pide asilo en la figura de Pablo, as como los esclavos
en el imperio lo hacan en templos y estatuas del emperador.
67
- Flm 12-14.

68
- Flm 8-9.
69
- Flm 15-21.

19

Onsimo; de esa manera Pablo lo podr incluir como colaborador completo y se


garantizara su pureza fsica.70 Sin embargo, la cuestin no parecera ser del agrado de
Filemn, por lo cual Pablo planea ir a visitarlo prontamente, para calmar los
resquemores pendientes.71
La mecnica apostlica paulina era muy minuciosa y flexible. Pablo negocia los
espacios de poder con cada asamblea buscando cimentar su autoridad y fortalecer su
proyecto comunitario universal. Por esto mismo la idea paulina de libertad (eleuthera)72
se asocia con la capacidad de discernir (dokimaz)73, es decir con una proyeccin
comunitaria de la capacidad de accin personal (exousa)74. El converso paulino acceda,
por el rito bautismal, a una vida nueva,75 pero la pertenencia a la ekklsia le exiga un
compromiso con la comunidad, por el cual su exousa deba regularse por la ciencia
(gnosis) que cada uno posee. Pero como para Pablo la ciencia no genera responsabilidad
y puede aislar a sus posesores, elige hablar entonces de caridad (agap), es decir de
ciencia acompaada de discernimiento en relacin al beneficio o perjuicio que las
acciones personales podan generar en los correligionarios dependientes.76 Esta era la
frmula que los paulinos se vanagloriaban de seguir y la base de su proselitismo. 77 Al
poner el eje en una tica adaptable a la interaccin social y econmica de los fieles y no
en la Ley igualadora, Pablo se gan la animadversin de los sectores ms conservadores
de las sinagogas locales. Estos perciban la idea de eleuthera paulina como una
amenaza a los lmites identitarios del pueblo elegido.
El apstol se conceba como un agente fundador y como autoridad ltima de la
asamblea, pero cada comunidad deba edificarse con el discernimiento. En este esquema
comunitario los esclavos aparecan como objetos de disputa y recelo antes que como
sujetos en pugna. En el caso del oikos de Filemn, Onsimo se vuelve el objeto de la
aprensin de su amo y del resto de la familia y los fieles congregados; Pablo debe
aceptar la postura de Filemn y acomodarse al esquema econmico de su oikos. La
situacin opuesta la encontramos en Filipos, donde Epafrodito (nombre que nos da la
pauta del estatus liberto de tal individuo) fue enviado por los fieles de la ciudad (no se
70

- Winter (1987:1-15) apoya la idea de que Pablo pide la manumisin de Onsimo para poder incluirlo
como colaborador.
71
- Flm 22.
72
- Gal 2.4; 5.1, 13; 1Cor 9.1.
73
- 1Tes 5.19-21; Rom 12.2.
74
- 1Cor 8.9. El sentido de exousa tambin remite al sentido de posesin personal, de pertenencia.
75
- Rom 6.4.
76
- 1Cor 8.1-13.
77
- 1Cor 9.19-23

20

menciona a su antiguo poseedor) como asistente de Pablo, quien lo devuelve luego de


un tiempo a raz de ciertos problemas de salud. 78 La comunidad de Filipos
voluntariamente le cedi al apstol lo que este peda, pero tena la libertad de no
hacerlo. Pablo mismo y su equipo hacen retornar al convaleciente Epafrodito porque su
vinculacin domstica y sus obligaciones como liberto (hacer honor a su beneficium)
estaban en Filipos y, si muriese fuera de su crculo de dependencia, consideracin no
menor, sus bienes correran peligro.79 El discernimiento era para el apstol una
herramienta que evitaba los conflictos innecesarios y favoreca la concordia
comunitaria.
El esclavo en las asambleas paulinas aparece en el lmite de la comunidad o como
ajeno a ella, es un objeto sobre el que actan los fieles pero sobre el cual no se realiza
un juicio moral. Por esta razn decamos que los paulinos procedan con sumo cuidado
en relacin a las conversiones de esclavos, ya que no siempre eran lo deseable en un
oikos. El caso de Filemn es un ejemplo, pero observando atentamente en las epstolas
paulinas podramos encontrar otros casos interesantes para analizar. Varios analistas han
propuesto que la mujer que convive con el hijo de su esposo, situacin que Pablo critica
en Corinto,80 era una esclava o una liberta. 81 Si tomamos esta hiptesis, podramos
comprender el hecho de que Pablo no culpe a la mujer, sino al hombre, pues l es
miembro de la comunidad. El padre del incestuoso habra sido propietario de la mujer y,
una vez muerto, esta pas a ser posesin del hijo, quien la utilizara como amante
domstica.82 En caso de haber sido una esclava, este hecho habra afectado a la vertiente
paulina de la sinagoga, pues Lv 18.8 prohbe poseer a la esposa del padre (prohibicin
tambin presente en la literatura de Qumrn)83. De hecho si consideramos a la mujer
como una esclava o liberta el asunto sera ms escandaloso, pues varios maestros de la
sinagoga sospechaban de los paganos por incesto y prostitucin previo a su conversin,
sobre todo las mujeres. Esta problemtica se inscribe en el debate entre el bando de los
espirituales de Corinto (los fuertes), posesores de ciencia (gnosis), y la perspectiva
comunitaria paulina. El apstol les recrimina a los fuertes que hayan dejado que los
dbiles, es decir los que carecen de ciencia, acten de manera desordenada. La
78

- Flp 2.25-30. Buchanan (1964:157-166).


- Cfr. Andreau (1991:210-211); Lpez Barja de Quiroga (1995:326-348) (2007:58-67).
80
- 1Cor 5.1-13.
81
- Wire (1990:74); Glancy (1998:491-493); Osiek (2003:269). Fitzmyer (2008:234) aclara simplemente
que no es cristiana.
82
- Lev 21.7,14; Tratado Yebamoth 6.5. Cfr. Jeremias (1980:335-339). Bird (2006:40-58).
83
- 4Q251 fr.17.
79

21

indiferencia de los fuertes en cuestiones de pureza, debido a su conocimiento, est


provocando que la comunidad no tenga una identidad clara. Los fuertes relativizaban
en extremo la eleuthera paulina, interpretndola a su favor, ya que eran los que posean
ms compromisos sociales y econmicos. Muchos de estos que Pablo denomina
fuertes seran personas con una gran ansiedad de estatus social y econmico,
vinculadas por lazos clientelares a individuos ms poderosos. La situacin histrica de
Corinto, refundada como colonia romana por Julio Csar y poblada con grupos de
libertos y veteranos, generaba esta ansiedad de estatus. La mezcla de diferentes
extracciones sociales entre los pobladores de Corinto y sus aspiraciones sociales son
tomados como la base para analizar los conflictos identitarios que Pablo encuentra en la
asamblea.84 Por esto mismo asistir a los festivales cvicos era una de las obligaciones de
varios creyentes, lo mismo que compartir la mesa de sus patronos o participar de los
alimentos sacrificados a deidades protectoras de la ciudad.85
Pablo les critica tambin a los corintios el acceso a prostitutas, 86 pues adems de dar
un mal ejemplo comunitario, estn mancillando los miembros del cuerpo de Cristo al
unirlos a lo impuro.87 El apstol no condena ni a las prostitutas, que en el mundo
antiguo eran esclavas en su mayora, ni a la mujer que convive con el hijo de su esposo
porque no son parte de la ekklsia; lo que s condena es la exousa irresponsable de
aquellos que poseen conocimiento.
La vulnerabilidad fsica de los esclavos y su accesibilidad sexual permanente los hace
sujetos incapaces de exousa, pues no controlan su voluntad.88 Se ha propuesto que la
esclavitud urbana era mucho ms benigna que la agrcola, pero eso no disminua la
violencia de la alienacin y la prdida de identidad del individuo cautivo. El doulos
urbano poda ser administrador o pedagogo, pero eso no lo protega de la violencia y los
abusos, que eran prerrogativas del amo para marcar constantemente su superioridad. 89
La subordinacin sexual del esclavo poda ser un camino de ascenso. Ser compaero
sexual del amo aportaba al oiketes interesantes beneficios en materia de estatus social, al
punto de ser posible la manumisin (como le ocurri a Trimalcin en El Satiricn de

84

- Cfr. Theissen (1982:153-158); Martin (1995:73-76); Briggs (2000:121-123); Pickett (2005:113-137).


- Martin (1995:163-197) ha analizado estas situaciones concretas en base al concepto profilctico de
ciencia (gnosis), que para los fuertes legitima sus actitudes.
86
- La vinculacin de Corinto con el culto de Afrodita y la presencia de prostitutas sagradas en la ciudad
es conocida. Cfr. Estrabn Geografa 8.6.20.
87
- 1Cor 6.15-18.
88
- Cfr. Osiek (2003:255-274); Glancy (2006:49-53).
89
- Cfr. Thbert (1991:166-170); Bradley (1987:21-27), (1998:40-44).
85

22

Petronio)90. Los paulinos no se manifiestan claramente sobre las actitudes sexuales de


los esclavos porque comprendan que estos no eran poseedores de su cuerpo y que,
adems, para muchos el ser compaeros de alcoba de los propietarios era un medio de
promocin. Sin embargo, haba siervos en las asambleas paulinas y su lugar como
miembros del oikos supona establecer algn lineamiento sobre su conducta particular y
la de los superiores sobre ellos.
El ideal de ekklsia propuesto por los paulinos admita flexibilidad. Esto brindaba la
posibilidad de proponer soluciones a partir de acuerdos mutuos entre apstol y
comunidad, acorde a las situaciones puntuales que se iban presentando. En Corinto
particularmente Pablo debe legitimarse como lder espiritual a partir de ciertas
concesiones destinadas a mitigar el desinters de los fuertes y el faccionalismo que
carcome a la comunidad, dividida en lealtades diversas. De estas concesiones las
destinadas al matrimonio son las primeras, pues restringen la sexualidad y la ordenan.
Con ellas se espera resolver tanto el caso del incestuoso como el de los fornicadores.
Luego se debate sobre los miembros casados con personas no pertenecientes a la
asamblea, situacin regulada por los paulinos pero condenada por otras facciones. 91 Por
ltimo Pablo tambin se dirige a los esclavos y les recomienda permanecer en su
situacin salvo que se les conceda la manumisin, la cual deben aprovechar sin dudar.92
La nica diferencia con esta concesin es que no depende de la voluntad del esclavo, ya
que la manumisin la concede el propietario simplemente para fortalecer la dependencia
a travs de nuevas obligaciones.93 Pablo podra estar pensando en que la ventaja del
liberto es la posesin de una mayor capacidad de evasin a las demandas sexuales del
amo.

90

- Petronio El Satiricn 75.10-11. Veyne (1961:213-247).


- 1Cor 7.1-16.
92
-1Cor 7.20-24.

Este texto admite dos traducciones contrarias entre s segn como se interprete mallon
jrsai, ya sea mejor usa la esclavitud o si puedes, mejor aprovecha la libertad. Los padres de la iglesia
han optado por traducir mejor usa la esclavitud: Tertuliano Sobre la monogamia 11.12; Juan
Crisstomo Sermones sobre el Gnesis 5.1. Este ltimo en Sobre 1Cor Homila 19.4 reconoce la
posibilidad de la otra lectura. Los investigadores contemporneos se han dividido en sus opiniones. Hay
analistas que interpretan en la consigna un llamado a aprovechar la esclavitud: Goguel (1964:554-555);
Grant (1977:90); Lambrecht (1999:1471). Otros ven una excepcin que contempla la posibilidad de
manumisin: Wallon (1847:5); Allard (1946:158); Horsley (1988:182-187) (1998:102-104); Glancy
(2006:67-69); Fitzmyer (2008:305,308-310). Entre Bartchy (1973:88-91) y Harrill (1994:5-28) surgi un
debate acerca del alcance y significado de la manumisin romana en base al texto de 1Cor.
93
- Cfr. Staerman- Trofimova (1979:21-166); Andreau (1991:201-225); Harrill (1995:96-101).
91

23

El pasaje de 1Cor 7.21: no aclara el panorama acerca de la legitimidad del esclavo


como miembro de la ekklsia, pero al menos nos coloca en un punto de partida: el
esclavo puede ser llamado por Dios en su estado particular de alienado sin honor:
Fuiste llamado siendo esclavo? No te preocupes. Aunque si tienes ocasin de
conseguir la libertad, debes aprovecharla. De la recomendacin de Pablo se puede
inferir que haba inquietud entre los fieles por algunos miembros de estatus esclavo,
sobre todo por aquellos que eran propiedad de amos no cristianos. El matrimonio no era
solucin para un esclavo y mucho menos la continencia, pero la exigencia paulina no
iba dirigida a los esclavos, sino a los amos, fundamentalmente a aquellos con
responsabilidades organizativas. El amo es quien tiene mayor obligacin y quien puede
causar dao por su akrasa, es decir su falta de dominio, su intemperancia. 94 La falta en
un posesor de conocimiento atenta mucho ms contra el cuerpo de Cristo, es decir la
asamblea, que la falta en un dbil, pues el primero es dueo de su voluntad y su
obligacin es discernir y corregir, el otro no. De aqu que el lema Todo me es lcito
Pablo lo complete con la clusula Pero no todo me conviene; 95 a mayor relevancia en
la asamblea (carismas jerrquicos), mayor exigencia moral. Los esclavos creyentes
escapaban a esto, pues integraban la porcin comunitaria denominada como dbil. En
el smil del cuerpo esto queda muy claro por las categoras que usa Pablo para definir a
los miembros del cuerpo: los ms dbiles, los ms viles, deshonestos; mas all de
estos calificativos, la conclusin es que estos miembros son necesarios. 96 Meeks se dio
cuenta que estas son denominaciones que denotan el pensamiento jerrquico del
apstol.97 Esta jerarqua existir en tanto haya unin comunitaria y orden, es decir
reconocimiento de los carismas superiores, empezando por el de apstol.98
La jerarqua de carismas paulinos, asociada fundamentalmente con los personajes
locales de cierto estatus social y econmico, fue una respuesta a los conflictos en
Corinto y en Roma. En el primer caso Pablo encontr mucha oposicin en sectores de la
ekklsia que adheran a otros lderes y promovan una idea de libertad que no tomaba en
94

- 1Cor 7.5; Gal 5.13-15.


- 1Cor 6.12; 10.23.
96
- 1Cor 12.22-26.

97
- Meeks (2003:134-139).
98
- 1Cor 4.1-13; 12.28-30. En otras listas de carismas no se menciona a los apstoles, pero se da por
sentada su primaca. Cfr. 1Cor 12.8-10; Rom 12.6-8.
95

24

cuenta la relevancia del sacrificio universal de Cristo, que tambin muri por los
dbiles.99 En Roma los individuos con estatus parecan ser los que provenan de la
gentilidad. Estos rechazaban al elemento judo que integraba su asamblea, alegando la
caducidad de las promesas a Israel y la inutilidad de la Ley.100 En ambos casos Pablo y
los suyos privilegian al todo por sobre las partes, estableciendo responsabilidades en los
miembros poseedores de estatus y de gnosis. Lo que los paulinos intentaban incentivar
era una manifestacin carismtica local orientada al gobierno de la asamblea y a su
moderacin; de esta manera se buscaba menoscabar la popularidad de carismas
exaltados e ininteligibles como la glosolalia.101 Se recomienda honrar a quienes presiden
las reuniones, a gente como Estfanas,102 o Aquila y Priscila, 103 anfitriones leales al
apstol y adheridos a su proyecto. No hay que olvidar que estos individuos adherentes a
Pablo eran artesanos urbanos, poseedores de propiedades y con cierta capacidad de
movilidad.104 Pablo se identificaba con ellos en un punto crucial: el trabajo manual.

La actividad artesanal era el sustento de la mayora de los miembros de las ekklesiai


paulinas.105 Pablo mismo era un artesano y entr en contacto con gente de su mismo
oficio, como era el matrimonio de Aquila y Priscila.106 Los paulinos reivindicaron el
trabajo manual desde el inicio mismo de su misin. En 1Tes Pablo y sus colaboradores
contraponen autoridad y trabajo. Ellos son apstoles, y como tales podran ordenar y
vivir de la hospitalidad comunitaria pero, en lugar de eso, trabajaron para su sustento
entre los tesalonicenses.107 La defensa de esta postura la volvemos a encontrar en 1 y
2Cor, y all aparece su verdadero significado apologtico: el trabajo de los paulinos es
contrapuesto a la explotacin de los nomistas competidores.108 El objetivo retrico de
99

- 1Cor 1.12-13; 3.3-4; 8.8-11.


- Rom 1.16; 3.1-4,10; 9.6; 11.1-15,25-32; 14.5-6, 10-21; 15.7-12. Elliot (1997:184-204). Rechazar a los
integrantes que mantienen las observancias o que son judos de nacimiento podra entraar una ruptura
del grupo mesinico con la sinagoga, cosa que Pablo no quiere.
101
- Carisma que Martin (1995:87-103) (1991:547-589) ha evaluado particularmente como una
manifestacin de estatus.
102
- 1Cor 1.16; 16.15-16.
103
- 1Cor 16.19; Rom 16.3-5.
104
- 1Cor 16.17-18; Hch 18.2-3.
105
- Cfr. Briggs (2000:121); Meeks (2003:51-73); Stark (1996:29-46) Es central el trabajo de Hock
(1980:26-49) sobre el rol de la actividad artesanal en las comunidades paulinas.
106
- Hch 18.1-3. Murphy OConnor (1992:40-51) ha propuesto que Aquila y Priscila eran judos libertos
que haban hecho su fortuna con su trabajo artesanal. Mount (2002:111-139) ha propuesto que aunque se
llame a Aquila y Priscila colaboradores (synergoi) eso no implica que fueran del grupo paulino. Ellos
provendran del primer crculo romano de creyentes en Jess.
107
- 1Tes 2.7-10.
108
- 1Cor 9.6; 2Cor 11.10-14; 12.16-18. Hock (1980:50-65).
100

25

los paulinos al hablar del trabajo como consigna es, primeramente, mostrar su capacidad
de discernimiento en relacin a cada comunidad. En Tesalnica la comunidad parece
pequea y muy pobre, quizs compuesta en su mayora por artesanos de un determinado
rubro; Pablo vincula all la pertenencia a la ekklsia con el trabajo, el cual tiene un alto
valor para la identidad de estos tesalonicenses. En 1 y 2Cor el trabajo manual del
apstol es un recurso para ilustrar su libertad y para contraponerse a los superapstoles
nomistas competidores que no trabajan, sino que viven atados a los derechos apostlicos
de mantenimiento.
En esta apologa del trabajo nace la consigna paulina de vivir de una manera digna de
Dios,109 que implicaba un accionar individual sometido a la concepcin de comunidad
mesinica amplia. El trabajo entendido desde la perspectiva artesanal precapitalista
implica una solidaridad domstica inevitable, en la que incluso los miembros sin lazos
de sangre participan. Los esclavos que eran propiedad de artesanos domsticos estaban
integrados en el negocio de su amo como administradores o como agentes
comerciales.110 Los paulinos no tenan problema con estas actividades pues fortalecan
la concordia comunitaria y la armona. Los nomistas, por otro lado, son presentados en
las epstolas como los que no trabajan, es decir como itinerantes explotadores que no
se integran a la estructura local, sino que simplemente la despojan en pos del
adoctrinamiento. Pablo no criticaba el derecho apostlico que habilitaba a los
misioneros a vivir del sustento material de sus fieles, 111 pero su tipo de liderazgo no
estaba concebido en esos trminos, sino a partir del discernimiento. Los paulinos saban
que no en todos lados ser bien vista la aplicacin del derecho de mantenimiento
apostlico; en ciertos lugares, como en Corinto, eso degeneraba en escndalo y
faccionalismo, volvindose un impedimento.112 Vivir de una manera digna de Dios
supona el trabajo conjunto, tanto de esclavos como de libres, aspecto en el cual Pablo y
los suyos se reivindicaban como modelos.113 El concepto de legitimidad apostlica
109

- 1Tes 2.11-12.

110
- A nivel laboral se daba una constante vinculacin entre libres y esclavos en los trabajos y ocupaciones
urbanos. Cfr. Staerman-Tofimova (1979:85-97); Bradley (1998:77-104).
111
- De hecho Pablo hizo uso de este derecho: 2Cor 11.9; Flp 4.10-20.
112
- Las divisiones entre los fieles de Corinto se deben a que cada figura apostlica se ampara en un
patrono local particular, provocando as el quiebre de la solidaridad comunitaria. 1Cor 3.3-4; 9.12-16.
113
- 1Tes 4.1.

26

paulina era muy diferente del nomista. El trabajo artesanal era una clave de
organizacin comunitaria que tenda a fomentar el orden y la dependencia, la obediencia
y la bsqueda de fines comunes. En este sentido el cristianismo de corte paulino quizs
pueda asimilarse, en lneas generales, a un collegium o a una asociacin de artesanos.114
La presencia de esclavos domsticos cristianos entrenados en tcnicas artesanales se
vislumbra particularmente en Tesalnica, donde los paulinos recomiendan establecer un
lmite: no aprovecharse fsicamente de aquel que es un hermano.115 Podra conjeturarse a
partir de esta afirmacin que los paulinos estaran pensando en los esclavos domsticos
que son creyentes, ya que la vida digna de Dios debe manifestarse tambin en el uso
del cuerpo para esta vertiente.116 El creyente en Cristo debe saber usar su cuerpo; los
gentiles que no conocen a Dios son los inmoderados dirigidos por la pasin.
Nuevamente vemos aqu una recomendacin orientada a los propietarios y personajes
de cierta relevancia social en la temprana comunidad paulina. Pero aunque Pablo
prohbe el abuso de los esclavos convertidos, no dice nada de esclavos domsticos que
no son cristianos, situacin que deba ser bastante corriente. El consejo general paulino
en 1Tes se refiere de manera ambigua al tema de los subordinados domsticos, pues se
insta a los propietarios a vivir tranquilamente, ocupndose en sus asuntos y trabajando
con sus manos;117 en este caso asuntos (ta dia) puede referirse tanto a negocios
como a propiedades personales, entre las cuales entraran los pocos esclavos asociados
al trabajo artesanal. El asunto es espinoso, por ello la nica consigna clara paulina,
aunque sin seguridad de que se aplicara extensivamente, es la de no violentar al
subordinado convertido, pues su cuerpo (skeuos), entendido como recipiente fsico del
alma, es sede del Espritu Santo. Esto admite varias lecturas, ya que puede ser la
recomendacin a los tesalonicenses de hallar un conyugue (pues skeuos se usa en los
escritos judos tanto para referirse al propio cuerpo como al de la esposa) 118, o un
reclamo para que cada amo no abuse ms que de sus esclavos. 119 Para Glancy, Pablo
114

- Cfr. McCready (1996:59-73); Cotter (1996:74-89); Richardson (1996:90-109).


- 1Tes 4.6-8.

116
- El uso del cuerpo es central para la salvacin segn el esquema paulino. En el cuerpo se manifiesta el
Espritu. Cfr. Brown (1988:83-84); Meeks (1993:131-135); Martin (1995:168-174).
117
- 1Tes 4.10-12.
118
- Por ejemplo en Qumrn (4Q416. fr.2. 2,15 ss).
119
- Cfr. Holmes (1963:29-30); Elgvin (1997:604-619); Gaventa (1998:52). Para varios autores, Pablo
cambia de tema abruptamente en 1Tes 4.6: vena hablando de la moral sexual y pasa a la moral
econmica. Soares Prabhu (1999:1562-1563) ha apoyado esta hiptesis a partir de la observacin del
115

27

hace alusin en este pasaje de 1Tes a la actividad sexual de los padres de familia que
buscaban morales neutrales para sus usos sexuales.120

El sentido y forma de la misin paulina provocaron un conflicto con los dirigentes


nomistas, e incluso se podra decir que la prdica de Pablo rompi el kerygma
primitivo.121 Coincidimos con Hurtado en que Pablo nunca rompi con el judasmo,
sino que pas de una forma juda farisea a otra mesinica apocalptica. 122 Pablo se
muestra entusiasta de un judasmo proselitista y universalista que encontr su mayor
expresin en Cristo, manifestacin humana del Dios de Israel. Sin embargo esta postura
parte de una rivalidad de tipo poltica con la sede jerosolimitana, anclada en el Cristo
carnal y mesas judo. Los nomistas de Jerusaln conformaban una secta cerrada,
legalista y solo diferenciada de otras sectas judas por su creencia en el mesianismo de
Jess. La intromisin de judos helenizados, si hemos de creerle a Hch, gener la
primera tensin dentro del movimiento a partir de una interpretacin profundamente
reformista del mesianismo de Jess, aunque orientada al perfeccionamiento de Israel, no
a su superacin.123 La dispersin del sector de judos helenistas de la comunidad de
Jerusaln inaugur la primera dispora del movimiento mesinico de Cristo y su ingreso
en mbitos gentiles con comunidades judas fuertes, como Damasco y Antioqua de
Siria.124 Pablo entr en contacto con la vertiente cristolgica helenista de la Dispora,
vertiente que ya se haba abierto a los gentiles y operaba, no sin conflicto, al interior de
las sinagogas.125 La misin paulina fue menospreciada por Santiago y los ancianos de
Jerusaln, la mayora de ellos parientes sanguneos de Jess. Estos, pese a permitir la
conversin de gentiles, los colocaron en una segunda categora al imponerles solo el
cumplimiento de las observancias mnimas segn el relato de Hch.126 El sector ms

vocabulario que usa el apstol. Los verbos hyperbainein y pleonektein sugieren para l una mala conducta
econmica. Mguez (2003a:984) opina igual.
120
- Glancy (2006:59-63).
121
- Bartolom (1999a:318).
122
- Hurtado (2003:95).
123
- Hch 7. Simon (1956:39-58).
124
- Hch 8.1; 11.19-21.
125
- Fredriksen (1991:553-556) propone que Pablo toma contacto con los ncleos cristolgico-mesinicos
de Damasco. Estos estaran generando conflicto al interior de la sinagoga por su poltica de libre admisin
de gentiles. Cfr. Gager (1981:697-704); Hengel- Schwemer (1997:80-90).
126
- Hch 15.19-21. Painter (2001:32) (2004:66-73) ha propuesto que el rechazo de Pedro en Gal de
compartir la mesa con gentiles mostrara que Santiago, pese a aceptar la misin gentil, conceba a esta
como inferior a la misin juda.

28

radical dentro del partido jacobeo eran los sacerdotes y fariseos convertidos, quienes
presionaron para que los apstoles impusieran su autoridad sobre Pablo.127
Pablo en sus cartas se muestra mucho ms independiente, al estilo de un profeta
guiado por revelaciones del Dios que lo eligi.128 Siguiendo el planteo de Gal el grupo
paulino parece surgir a partir del desplazamiento de un sector de la comunidad de
Antioqua por parte del bando nomista mayoritario. Al acuerdo alcanzado con los
lderes de Jerusaln sobre la circuncisin le sigue otro conflicto sobre las comidas entre
fieles judos y gentiles. Pablo se enfrenta a Pedro, quien est interesado en conservar el
beneplcito de Santiago,129 y finalmente culmina aislado, pues incluso Bernab, su
compaero de viaje, elige someterse a los preceptos sobre la pureza que dividen a la
comunidad en el aspecto sacrificial: la celebracin de la cena del Seor.130 Pablo sale de
Antioquia, y de la rbita nomista conservadora, promoviendo un nuevo horizonte
comunitario de tipo inclusivo, donde la circuncisin y los preceptos relativos a la pureza
no eran requisitos sine qua non. Por esto coincidimos con Sze- Kar Wan en que lo que
Pablo hace es ampliar los lmites del judasmo para incluir a los proslitos y temerosos
de Dios de origen gentil en una metanarrativa de Israel; 131 no acordamos con este autor
en que dicha idea de Israel fuera opositora de la poltica imperial romana. En este
aspecto seguimos a Meeks: Pablo no asocia la perversin presente con el imperialismo
romano, aunque muchas veces utilice un vocabulario que para muchos autores sea signo
de inclinaciones antiimperiales.132 Es ms interesante evaluar ese vocabulario paulino
integrado en su esquema escatolgico, vrtice comn de todas las recomendaciones.
Pablo tiene en mente un retorno inminente de Cristo,133 por lo cual su perspectiva de
comunidades mixtas incentiva la solidaridad y la integracin de judos y gentiles en una
misma asamblea, elemento tomado de la lnea de pensamiento proftico sobre la
gentilidad redimida.134 La igualdad paulina de todos los creyentes se daba en Cristo, o
127

- Hch 15.5-6.
- Pablo considera que su apostolado proviene de una revelacin divina particular. Gal 1.15-17; 1Cor
1.1; 9.16-17; 2Cor 1.1. Cfr. Stendhal (1976:7-23); Wiley (2005:46-47).
129
- Painter (2005:143-209) presenta a Pedro como el pionero de la misin de la iglesia de Jerusaln,
Montserrat Torrents (2005:76) comparte esta postura, resaltando que Pablo contrasta su apostolado,
originado en la revelacin de Cristo, con el de Pedro, enviado de Santiago.
130
- Gal 2.11-13. Cummins (2004:161-188) propone analizar el conflicto en base a la perspectiva paulina y
a la petrina. Esta ltima sera representativa de una tradicin juda amenazada por el enemigo gentil.
131
- Wan (2000:193-196).
132
- Meeks (2003:189). Sin embargo para muchos autores el conflicto con el imperio es constante en el
NT. Cfr. Horsley (1988:160-163); Georgi (1997:148-157); Donfried (1997:215-223); Wright, N. T.
(2000:160-183).
133
- 1Tes 1.10; 1Cor 15.51-52; Flp 4.5; Rom 13.11-14.
134
- Manson (1955:1-18); Jeremias (1958:40-54).
128

29

sea en la obediencia a Cristo y sus preceptos,135 cosa que no ocurra con las
prescripciones de la Tor, la cual estableca responsabilidades rituales segn el gnero y
la condicin social. El texto de Gal 3.28 se comprende entonces como la base de la
praxis flexible de los paulinos: nada es impedimento para obedecer a Cristo; 136 esto se
completa con Rom 14.1-6, donde se vuelve a presentar la cuestin del discernimiento
como base para la conducta personal: cada cual debe atenerse a sus convicciones
(nomata) y acomodar los principios ticos cristianos a sus actividades y obligaciones.
El tiempo que resta antes del retorno de Cristo es poco y Pablo necesita justificarse en
su apostolado para ser reconocido y legitimado; esto se percibe sobre todo en 1Cor
3.10-15, donde el apstol se presenta como fundador de la comunidad corintia, y en Gal
1.6-10, pasaje que introduce el conflicto con los apstoles nomistas. La aparicin de
otros apstoles provoca que Pablo deba legitimar su accionar, fundamentalmente frente
a los nomistas que quieren imponer en los gentiles la circuncisin. Estos apstoles
representaban a la misin observante de la Ley dirigida a los gentiles, buscando
compartir con ellos el valor salvfico que atribuan a la Tor.137 Pablo vio esto como una
imposicin intil, ya que conceba a Israel como el pueblo de la promesa hecha a
Abraham cuando an era un gentil en Mesopotamia; adems perciba la aparicin de los
apstoles favorables a la circuncisin como una traicin al acuerdo alcanzado con
Santiago.138
El proyecto paulino apuntaba a un retorno a la pureza inicial de la relacin Dioshumanidad basada en la fe de Abraham, quien dej su tierra obedeciendo a Dios antes
de que existiera la Ley.139 Tatha Wiley ha sealado correctamente que para Pablo sus
comunidades reflejaban la naturaleza de la redencin, entendida como restauracin de
la creacin en su primera pureza. No coincidimos con ella cuando dice que en base a
esta perspectiva se asentaba el igualitarismo social paulino, ya que las comunidades

135

- Stowers (1988:295-311).
- Gal 3.28.

137
- Cfr. Martyn (1985:307-324); Dunn (1991:128); Wiley (2005:97-102).
138
- Estos apstoles difcilmente puedan vincularse con Santiago, aunque Matera (2000:233-245) opina
que son adherentes a las posturas del mismo. Pablo remarca el episodio del snodo de Jerusaln para
sealar que las cabezas del cristianismo nomista estuvieron de acuerdo con su modelo de prdica
evanglica. Estos apstoles que llegan a Galacia o bien desconocen esta resolucin o bien representan a
los sectores ms radicales y puristas respecto de la integracin de los gentiles a la alianza. Cfr. Gunther
(1973:59-94); Martyn (1985:323); Wiley (2005:89). Fredriksen (1991:559) propone que la llegada de los
misioneros circuncisos a Galacia se debi al incremento de gentiles en el movimiento, factor que
contribua a que muchos judos rechazaran el evangelio.
139
- Rom 4.9-10.
136

30

paulinas eran jerrquicas en la prctica.140 Los paulinos pensaban en un retorno a una


obediencia divina que no requera obligatoriamente de legislacin, sino de
discernimiento: hasta Moiss no hubo Ley y sin embargo Abraham obedeci a Dios. 141
Para ellos la Tor, originada por las transgresiones, no era impedimento a la fe, no era
contraria a Cristo; el problema era imponer toda la Ley a los gentiles como el requisito
de pertenencia. La observancia de la Tor ya no es obstculo para la conversin gentil
porque Jess mismo ha quedado fuera de la Ley segn la interpretacin que Pablo hace
de Dt 21.23: el que muere colgado de un rbol es maldito de Dios.142 Al morir
ejecutado, Jess qued fuera de la Ley, expulsado del pueblo israelita. 143 La resurreccin
de Cristo es el smbolo de la reivindicacin del excluido. Los gentiles estaban por fuera
de la Ley por nacimiento, pero la restauracin del maldito por la Ley, aquel que por
obediencia se hizo maldito segn los paulinos, significa que Dios reivindica y se revela
tambin a aquellos que estn por fuera de la Ley.144 Aparecen as dos prototipos
centrales para el discurso de Pablo: Abraham, hombre de fe antes de la Ley; Cristo,
ejecutado y glorificado fuera de la Ley. Ahora bien, esta interpretacin teolgica les
pareca aberrante tanto a los nomistas jacobeos como a los proslitos de la Dispora,
quienes asociaban lgicamente el mesianismo de Jess con las observancias. Esto
implica para Pablo serias amenazas, pues los varones gentiles de sus ekklsiai se
encontraran en un serio dilema al considerar su identidad: haban rechazado a sus
dioses para adherirse al Dios de Israel, pero no eran judos completos porque no estaban
circuncidados. Esta indefinicin minaba la identidad de las asambleas paulinas
partiendo de sus mismas cabezas, ya que la sujecin a la Ley rompa la esperada
solidaridad interna, pues las observancias legales colocaban al varn por encima de la
mujer y del extranjero, en una relacin privilegiada con Dios. Wiley propone que al
rechazar la circuncisin, Pablo estaba rechazando el privilegio masculino y protegiendo
el estatus de las mujeres principalmente.145 Esta puede ser una razn no desdeable, ya
que en las cartas se observa un importante elemento femenino que hace de soporte local
al apstol, incluso como anfitrionas de asambleas y profetas. Igualmente, frente a la
circuncisin del amo, los esclavos gentiles (claramente extranjeros) eran forzados a
140

- Wiley (2005:132-134).
- Rom 4.13. La Ley del Sina no tiene la misma categora que la promesa hecha a Abraham. Es un
aadido posterior. Artola (1999:714); Montserrat Torrents (2005:100).
142
- Gal 3.13.
143
- En la literatura de Qumrn el texto de Dt se aplica a aquel que traiciona a Israel frente a las naciones.
Rollo Del Templo 64.1-15.
144
- Dunn (1993:175-179).
145
- Wiley (2005:134-140,162).
141

31

circuncidarse,146 con lo cual ni siquiera se transformaran en israelitas de pleno derecho,


quedando limitados a una participacin restringida en la sinagoga 147 y en las prcticas
cultuales domsticas.148 Considerando esto, los paulinos estaran pensando en el
atrofiamiento de la tica del discernimiento, reivindicacin medular en las epstolas. Los
poseedores de ciencia, miembros con cierto estatus social o econmico, deben saber
evaluar las situaciones que se les presentan y actuar en beneficio de los dbiles. El
concepto de Espritu es la expresin que Pablo utiliza para sealar una voluntad divina
activa en las comunidades,149 la cual se extingue tanto si se acepta la circuncisin, signo
del compromiso total con la Tor, como si se hace uso irresponsablemente de la
exousa personal. El concepto de Espritu representaba para los paulinos el
discernimiento comunitario, la interaccin de carismas jerrquicos tendiente a lograr un
equilibrio econmico, social y moral que evite la akrasa.150 Pablo se presenta como un
apstol que discierne y se dice guiado por el Espritu, ya que considera que su vocacin
de apstol no le fue conferida por nadie carnal, sino por la revelacin de Jesucristo. Su
misin es concebida como no dependiente de ninguna autoridad notable, ya que Dios
lo gua por revelaciones.151 Pablo es, segn su propia definicin, un profeta, por lo cual
afirma que si conocimos a Cristo en la carne, ya no lo conocemos as. 152 Con esto
Pablo se aleja de la perspectiva comunitaria nomista de Jerusaln y de otros itinerantes
que perciben an el mesianismo de Cristo en marcos nacionalistas y legales. Boyarn ha
sealado claramente que Pablo rompi con el etnocentrismo israelita, manifestado en la
circuncisin como marca diferencial.153 Para Pablo circuncidarse implicaba imponer la
Ley por sobre el discernimiento y desconocer el sacrificio de la cruz. El apstol
pretenda reflejar en s mismo la humillacin salvadora de Cristo para promover un
nuevo tipo de liderazgo comunitario.

146

- El esclavo pagano debe ser circuncidado, sino se lo debe vender nuevamente. Cfr. Libro de los
Jubileos 15.12-13; Tratado Yebamoth 48. Una vez circuncidado no se lo puede vender, aunque no hay
seguridad de que esto se aplicara. Cfr. Documento de Damasco 12.10-11; 4Q159 frs. 2-4.1-5; Tratado
Gittin 43b-44.
147
- Cfr. Tratado Yebamoth 48b; Tratado Gittin 38b.4-12. No se cuenta al esclavo como miembro de la
sinagoga, pues no se lo considera para completar el nmero de presentes para la oracin.
148
- Cfr. Tratado Berakhot 3.3; 4.1; Tratado Hagiga 1.1. Los esclavos estn exentos de recitar la Shem,
pero deben recitar otras bendiciones durante el da; no estn obligados a portar filacterias ni a peregrinar a
Jerusaln en poca de fiesta.
149
- Dunn (1998:523-539); Gnilka (2002:251-257).
150
- Dunn (1998:432,435) plantea que el Espritu para los paulinos se manifestaba en una manera de vida
moral, para lo cual es necesario discernir.
151
- 1Cor 1.1; 2.10; 2Cor 1.1; Gal 1.1,11,15-17.
152
- 2Cor 5.16.
153
- Boyarin (1994:39-56).

32

Para los nomistas la prdica de Cristo desvinculada de la prdica e imposicin de la


Tor generaba un laxismo en base al concepto de eleuthera que poda volverse una
oportunidad para la carne y hacer de Cristo un agente del pecado. 154 Solo la Tor
garantizaba la profilaxis necesaria para evitar la akrasa, por lo cual no es extrao que
los nomistas pensaran en Cristo como en un observante perfecto de la Ley. Esto puede
observarse en la sentencia de Mt, de fuerte tendencia nomista, en la cual Jess proclama
que ha venido a cumplir la Ley, la cual es considerada como eterna. 155 Partiendo de este
punto puede comprenderse ms profundamente la postura de Santiago y de los parientes
de Jess: ellos continuaban un tipo de observancia de la Tor promovido por Jess, el
mesas de Dios.156 As surgi la secta nomista jerosolimitana, asociada al culto del
Templo y respetuosa de las reglas del kashruth, del sabbath y de otras prescripciones
rituales.
A nivel social y econmico encontramos una gran heterogeneidad en el nomismo
jerosolimitano, ya que esta secta nucleaba a individuos de diferente extraccin: fariseos,
sacerdotes, escribas, propietarios con cierta relevancia econmica y pobres.157 Esta
mezcla habra provocado conflictos de liderazgo y de organizacin que terminaron en el
desplazamiento del sector helenista frente a la presin de los sacerdotes conservadores
y, posteriormente, tambin el de aquellos moderados proclives a contemplar un
relajamiento de la tica legista. Podramos postular un proceso de radicalizacin del
grupo jerosolimitano a partir del desplazamiento de Pedro y su bando y la concentracin
de poder en la figura de Santiago, rodeado por los presbteros. 158 Surge as una sinagoga
cristiana jerosolimitana celosa de las observancias en espera de la parusa.
Econmicamente hablando, los nomistas jerosolimitanos dependan de patrocinadores
que ponan en movimiento un sistema de comunidad de bienes inslito.159 Personajes
como el chipriota Bernab,160 el matrimonio de Ananas y Safira161 o Mara, la madre de
Juan Marcos,162 corporizan a propietarios con cierta notoriedad local que cedan parte de
sus posesiones para los usos comunitarios y la atencin de los miembros ms pobres. El
154

- Gal 2.17; 5.13-18.


- Mt 5.17-19.
156
- Bauckham (1996a:18-21); Garca Bazan (2006:75-103).
157
- Vidal Manzanares (1995:205-211).
158
- Cfr. Rius Camps (1991:89-95); De Burgos (1991:250-251); Cuenca (1991:229-231); Gnilka
(2003:141-142); Painter (2004:54-56).
159
- Vidal Manzanares (1995:237-242).
160
- Hch 4.36-37.
161
- Hch 5.1-11.
162
- Hch 12.12.
155

33

eje comunitario eran las reuniones domsticas y la fraccin del pan en su forma ms
primitiva, lo cual se acompaaba con las oraciones en el Templo. Vemos entonces una
divisin del espacio ritual entre Templo y hogar que coartaba la relevancia econmica
de estos benefactores, en quienes no haba posibilidad de liderazgo carismtico.
Santiago se hace fuerte en su vinculacin al Templo,163 Pedro en su asociacin al
oikos-sinagoga de la secta mesinica. No es extrao que el autor de Hch ubique a Pedro
recurriendo, luego de su liberacin de la prisin, a la casa de Mara, madre de Marcos,
donde est reunido el sector de la asamblea fiel a su liderazgo. 164 Entre los presentes
aparece Roda, la esclava de Mara. Este personaje, que bien puede ser ficticio, encarna
la confusin de la comunidad y de alguna manera legitima el plan de apertura a los
gentiles que propone Pedro. El apstol llama desde fuera y la sierva, que lo reconoce, no
le abre la puerta, sino que va a contarlo a los orantes, que no le creen y la insultan. 165 La
subordinacin y humillacin de la esclava es manifiesta, y podra pensarse que Roda, en
caso de ser un personaje real, sera una gentil conversa que no estaba participando de la
oracin comunitaria en casa de su ama, hermana de un levita, sino ocupndose en tareas
diversas. Si consideramos a Roda una gentil no es extrao que el autor de Hch la
coloque como la primera del oikos en entrar en contacto con Pedro, recin liberado, y
creerle, cosa que no ocurre con los fieles orantes. Pese a no integrar la asamblea y a
estar limitada en sus prcticas rituales, la esclava proslita es el contacto del apstol, al
que el autor ya ha mostrado en una postura de apertura a la inclusin de gentiles durante
el episodio del centurin Cornelio.166 Esta presentacin de Pedro como el apstol que se
abre a la gentilidad podra llevar a pensar en una paulinizacin del personaje, realizada
por el autor de Hch. Las formas petrinas de actuacin en la obra dejan traslucir una
voluntad redactora de asimilacin a Pablo. Esto se ve tambin en la progresiva
asociacin de Pedro a diferentes oikoi que pasan a ser ncleos de asambleas, como el de
Mara y el de Tabit. Que Roda sea una esclava pagana convertida encaja en este
esquema. En el relato, a medida que Pedro va entrando en contacto con creyentes
provenientes de la gentilidad, va quedando marginado del poder en la asamblea
163

- La tradicin ha vinculado a Santiago con el respeto institucional por el Templo de Jerusaln. As lo


presentan Hch 21 y Flavio Josefo Antigedades judas 20.197-203 en el relato de su martirio. Eusebio
recogi esta tradicin (Historia Eclesistica 2.23) a travs de Hegsipo y Josefo. Evans (1999:233-249).
164
- Hch 12.12.
165
- Hch 12.13-15.

166
- Hch 10.

34

jerosolimitana. Su marcha a otro lugar hace pensar en una ruptura con el grupo de
Santiago y los parientes de Jess.167
El ncleo de Santiago no se asocia a ningn oikos, sino que el suyo propio parece
transformarse en una especie de sinagoga que da cobijo a los judos adherentes al
mesianismo de Jess.168 Esta rama es la menos conflictiva, dentro de lo que se
considerara el judeocristianismo primitivo, porque adhiere totalmente a los principios
de la Tor y mantiene una pureza ritual constante, incluso en sus subordinados.169
Por ltimo tenemos que considerar tambin a los nomistas itinerantes, responsables de
una misin a los gentiles que tiene por objetivo la imposicin de algunas o todas las
observancias como garanta de salvacin. Pablo se enfrenta con estos nomistas que
certifican su procedencia hebraica e intentan fusionar al ncleo paulino con el sector
observante de la sinagoga, insistiendo en lo incompleto de su formacin sin la
circuncisin. El mecanismo de estos personajes pareciera ser el establecimiento de
fuertes lazos clientelsticos a nivel local, por lo cual Pablo exclama que son
aprovechadores que solo se dedican a devorar bienes y a engrerse.170 Sin embargo,
Pablo tambin tena sus ncleos domsticos locales con figuras patrocinadoras; lo que el
apstol critica es el tipo de dependencia que generan los nomistas itinerantes. Estos
desandan el camino paulino y revinculan a los fieles gentiles con el ala conservadora de
la sinagoga a travs de una observancia a medias. Esto no implica circuncisin en todos
los casos (a diferencia del caso glata, en Corinto no es esta una problemtica
central)171, pero s supone una subordinacin etnocntrica que clasifica segn la
procedencia. Para Pablo la subordinacin a los apstoles nomistas era una
subordinacin al esquema salvfico de Jerusaln, al privilegio de los testigos del Cristo

167

- Hch 12.17. Richard (2003:715-716) ha propuesto ver a la casa de Mara como un ncleo helenista.
Pedro queda marginado por entrar en contacto con esa vertiente reformista. Cfr. Hengel (1980:92-98);
Best (1984:1-30).
168
- Hch 21.18.
169
- Hch 8.1; 21.18-25.
170
- En Gal 6.12-13 Pablo usa el participio peritemnmenoi, el cual sugiere que todos los que presionaban
por la circuncisin no eran necesariamente circuncisos. Ellos haban escuchado el plan legalista y
simpatizaban con el mismo. Por esta razn eran ellos, conversos recientes, y no los apstoles nomistas,
los que persuadan a otros a aceptar su nueva forma de vida. Esto sugiere una posicin influyente a nivel
local por parte de los cooptados. Sin embargo ninguno de los glatas gentiles que adhiri a los misioneros
nomistas pudo asumir el yugo completo de la Ley segn Pablo. Gunther (1973:82-83).
171
- No parece que el problema con los superapstoles (literalmente los excesivamente apstoles) fuera
por la circuncisin. Pablo caricaturiza particularmente a estos misioneros por su dependencia de ciertos
oikoi locales a partir de sus prerrogativas de mantenimiento. Estos individuos terminan generando ms
facciones al interior de la comunidad segn el apstol (2Cor 11.5-25). En Galacia ocurre todo lo
contrario, pues el debate no se centra tanto en la cuestin del tipo de liderazgo como en los requisitos para
la pertenencia y la salvacin.

35

carnal y observante. Pablo entenda que esa figura quedaba desplazada por el hecho
soteriolgico de la cruz.172
Para los nomistas, cualquiera sea su tendencia, la sujecin a la Ley, a su totalidad o a
una parte de ella, era la seal de la verdadera libertad. Los gentiles eran aquellos que
vivan sin Ley, y aunque conocieran a Cristo, si no aceptaban la Ley, eje de la vida de
Cristo, no podan salvarse.173 Pablo tena una experiencia de corte proftico sobre
Cristo. Su Cristo era el exaltado por medio del sufrimiento en la cruz y resucitado como
una criatura nueva, no era un observante, sino un maldito. Con esta imagen Pablo ilustra
su rechazo a los nomistas y proyecta su experiencia personal en una perspectiva
comunitaria cristocntrica donde los malditos y excluidos de la Ley se integran con los
observantes a partir del reconocimiento de una lealtad mayor igualadora.

El igualitarismo paulino se da en la obediencia a Dios, no en la vida domstica y


social. Muchos autores, incluso modernos, presentan a las comunidades paulinas como
ajenas a las estructuras sociales jerrquicas de los oikoi antiguos.174 Esto es insostenible,
ya que Pablo propone un liderazgo concreto, aunque no absoluto, en la figura de los
dueos de los lugares de reunin, quienes deben ser honrados por su labor de contacto
con el apstol. Obviamente que estos sujetos no son lderes indiscutidos, pues dependen
de una autoridad itinerante absentista y sufren la presin de competidores. 175 La
comunidad paulina es presentada como un grupo de elegidos en los cuales Dios se
manifiesta a travs de los carismas, dependencias del Espritu, lo que no ocurra en las
comunidades de corte nomista. La manifestacin de un carisma en un crculo paulino es
seal de estatus social.176 Pablo le da un orden a la manifestacin carismtica y la
orienta al servicio interno de la ekklsia. Un carisma exaltado podra minar la autoridad
apostlica y quebrar el cuerpo de Cristo. Por eso Pablo vincula la manifestacin
172

- Flp 2.5-11; Rom 6.5-7.


- Gal 2.15-16; 3.19-22.
174
- Se idealiza la nocin de igualdad espiritual paulina, buscando reflejarla en prcticas materiales
concretas que atentan contra las instituciones patriarcales. Cfr. Schussler Fiorenza (1997:234-241);
Stegemann- Stegemann (1999:280).
175
- Podemos pensar en Estfanas (1Cor 16.15-18), Febe (Rom 16.1-2), Aquila y Priscila (Rom 16.3-5),
Filemn (Flm 4-7). Pablo exalta el compromiso de estos colaboradores y reivindica su liderazgo en
materia organizativa. Sin embargo sus roles no son indiscutidos, y su liderazgo es disputado por otros
individuos que se apoyan en otros apstoles (2Cor 11.19-21; 12.11-12) o que promueven una
independencia interpretativa de las enseanzas paulinas (1Cor 6.12-13; 8.1-7).
176
- Martin (1995:87-88) se concentra especficamente en la glosolalia, pero todos los carismas implican
estatus para Pablo, ya que exige moderacin y una proyeccin comunitaria en su manifestacin: 1Cor
13.1-3. Es interesante este pasaje, ya que se presenta a los poseedores de carismas como gente con cierto
estatus econmico, social e intelectual.
173

36

carismtica con la edificacin comunitaria. La comunidad debe juzgar al profeta y al


que habla en lenguas a fin de establecer criterios internos de poder a partir de las
directivas del apstol;177 aparece as una idea de consejo interno propio de las
comunidades paulinas. Los intrpretes y los que juzgan tienen un rol prominente en las
ekklsiai paulinas, pues deben discernir sobre las manifestaciones en base a las
enseanzas de su apstol gua. As se espera configurar un esquema de control interno
que favorezca el proselitismo con los vecinos y fortalezca la cohesin. El consejo
paulino de no extinguir el Espritu supone comunidades atravesadas por redes de
dependencia y obligaciones determinantes que, no obstante, pueden acomodarse a la fe
en Cristo, que exige discernir.178
Los esclavos eran una porcin dbil en la asamblea, ya que eran material y
socialmente desclasados; sin embargo, una vez bautizados, eran considerados
portadores del Espritu.179 Esto los colocaba en una instancia socialmente conflictiva. La
permeabilidad de su cuerpo complicaba la plena participacin de la eleuthera y
coartaba el discernimiento. La posesin del cuerpo es central para mantener vivo el
Espritu divino en las ekklsiai paulinas; el bautismo no es efectivo si no hay una accin
personal para discernir y evitar cualquier alienacin. Vemos entonces un esquema
comunitario netamente estructurado en base al pequeo artesanado local libre. Los
douloi pueden convertirse sin duda, pero la fe en Cristo no les genera beneficios
materiales concretos ni a ellos, que tendran una insercin difcil (aunque no imposible)
en la asamblea, ni a los amos, pequeos propietarios y artesanos locales que los
utilizaran como agentes comerciales y como subordinados sexuales, instancias mucho
mas promisorias para esclavos con ciertas aspiraciones sociales. El amo tiene la mayor
responsabilidad en el esquema paulino, pues por su estatus jurdico y econmico es
poseedor de un carisma, situacin que hace evidente su capacidad de discernimiento, de
amonestacin y de direccin. Los oiketai llamados por Dios siguen siendo objetos, ya
que materialmente siguen perteneciendo a sus amos, aspecto en el que los paulinos no
se entrometen. Los esclavos no poseen carismas porque no tienen estatus, no tienen los
177

- 1Cor 14.26-33. Dunn (1998:593-598).


- Este consejo interno, formado por los portadores de carismas dedicados a juzgar, se concibe como
guiado por el Espritu. La comunidad se autorregula acorde a un grupo de pequeos propietarios y
artesanos que experimentan a Dios a partir de sus interacciones sociales concretas y de las enseanzas
bsicas del apstol y sus enviados. Por esto el peligro de este consejo de carismticos era que dejaran de
reconocer al apstol y tergiversaran su doctrina (1Cor 4.14-21). Por contraposicin, el colegio presbiteral,
que hace las veces de consejo de Santiago en Jerusaln, evala todo desde los preceptos de la Tor, marco
prctico y tico de los creyentes en Cristo (Hch 21.20-24).
179
- En ese sentido Pablo es muy claro: Gal 3.26-27; 2Cor 1.21-22.
178

37

medios para discernir o para juzgar; no disponen ni siquiera de su cuerpo, que es donde
se manifiesta Cristo.180 En esto se ve la diferencia entre el discernimiento paulino y el
nomismo: el propietario en un crculo paulino no est obligado a someter a sus
subordinados domsticos a su creencia religiosa, el proslito judo comn s, pues no
puede convivir con un pagano. En este punto Pablo pone el nfasis: cada cual adapta los
principios ticos surgidos de la libertad trada por Cristo a su situacin social y
econmica; no hay obligacin sino discernimiento.181 Los nomistas imponen la
obligacin como garanta legitimadora, coartando las prcticas econmicas y sociales en
pos de una segregacin. Los paulinos se dirigen a sectores artesanales y de pequeos
propietarios con cierta ansiedad de estatus y que, en muchos casos, mantienen una
cercana con la sinagoga sin asumir la totalidad de los compromisos legales; Pablo los
nuclea bajo un esquema de corresponsabilidad comunitaria que permite desplegar y
mantener amplias relaciones con la sociedad civil sin resquemores ni cuestionamientos.

La situacin de alienacin y violencia del esclavo fue un elemento central en el


discurso cristolgico de Pablo y sus colaboradores, y profundizar sobre la misma nos
puede ayudar a acercarnos a las vivencias de los primeros siervos cristianos. Los
paulinos asociaron la carnalidad de Cristo con la esclavitud a partir de tres elementos
presentes en el himno de Flp 2.5-11: la humillacin, la obediencia y la muerte en la
cruz.182 El Cristo paulino es un sufriente sujeto a obediencia, no un kyrios en su gloria.
La realidad material del esclavo se vuelve el punto bsico de la cristologa de Pablo y de
su legitimacin apostlica. El Cristo de Pablo es una construccin ideolgica funcional
al esquema misionero dirigido a los gentiles. Cristo se humill por obediencia, pese a
ser Dios se adapt a la naturaleza humana; Pablo es el apstol que se amolda a las
comunidades a fin de promover la fe de la mayora. 183 Esta retrica de la
180

- Cfr. Meeks (1993:133-134); Dunn (1998:430).


- Rom 14.1-6.
182
- Flp 2.5-11.

Hay analistas como Fee (1995:192-194) y Martin (2002:110-112) que opinan que este fragmento es una
composicin prepaulina. Nosotros, sin embargo, lo analizaremos a partir del uso que le da Pablo de Tarso
en el contexto de su proyecto comunitario.
183
- 1Cor 9.19-23.
181

38

condescendencia puede haber estado dirigida a los fieles en estado de esclavitud, pero
en s su objetivo fundamental era asociar la forma de esclavo de Cristo con el hecho
de que asumi la forma humana.184 La muerte en la cruz tiene significado escatolgico
para los paulinos y se vuelve el centro de su soteriologa, opuesta a la nomista que
minimiza la ejecucin infamante. Cristo obedeci el plan del Padre y fue humillado y
ejecutado con un suplicio propio de esclavos. La cruz seala la salida de Cristo de Israel
y el inicio del perodo mesinico. La humillacin de Cristo es exaltada y magnificada
porque legitima la humillacin paulina, base de su tipo de apostolado cuestionado por
los notables nomistas.185 La esclavitud en este caso es una categora positiva, pues se la
asocia con la humildad y el sometimiento. La carnalidad de Cristo se asocia al
discernimiento pero tambin a la obediencia hacia un proyecto superior, en estos
aspectos presenta Pablo el ideal de liderazgo comunitario.
En otros pasajes Pablo hace uso de las categoras esclavo-esclavitud a partir de sus
caractersticas alienantes. El apstol piensa la conversin como una salida de la
esclavitud de los falsos dioses y de la Ley, instancias que no favorecen el
discernimiento. En Rom 6 Pablo seala la actitud activa de los hombres a la hora de
someterse a un poder o legislacin, lo que compara con la situacin de esclavitud.
Asimismo en Gal 5.13 la esclavitud se asocia con la aceptacin de parte de los gentiles
de la circuncisin. La libertad se vincula al discernimiento, a la condicin de hijo
coheredero de la promesa abrahamica. Sin embargo, esta libertad, entendida como
reconocimiento de la salvacin obtenida por Cristo, y vigente por el Espritu, debe ser
mantenida. En esto debe haber una accin voluntaria de renuncia o adaptacin de
determinadas conductas sociales y econmicas. Ser un bautizado no significa estar
justificado, sino que supone un compromiso mayor para Pablo, una conviccin interna
que debe manifestarse en una askesis concreta.186
Por ltimo, los paulinos utilizaban la esclavitud como metfora de la salvacin. El
esclavo es un alienado, un sujeto extrado violentamente de su comunidad y reinsertado
en otra donde es un extranjero sin lazos de parentesco.187 En Rom Pablo utiliz este
proceso traumtico de cambio de estatus para ilustrar la salvacin en base a la idea de la
184

- Ortiz (1999:1539). Daz Rodelas (1999:346-351) interpreta este pasaje como un contraste entre la
humildad de Cristo y la pretensin de Adn que quiso ser igual a Dios. Gupta (2010:1-16) promueve una
exgesis centrada en la nocin de rebajamiento y muerte.
185
- Pablo plantea que los apstoles son esclavos, servidores de las comunidades; de igual manera se
presenta a Cristo, sometido a los circuncisos: 1Cor 4.9-13; Rom 15.7-9.
186
- Cfr. Guemes Villanueva (1971:130-133); Dunn (1998:423-424).
187
- Patterson (1982:35-76).

39

muerte a la Ley en el cuerpo de Cristo y la pertenencia a un nuevo amo resucitado. El


Cristo carnal fue el Cristo de Israel, el Cristo de Santiago el observante. El Cristo de
Pablo es el crucificado maldito, glorificado por el Padre por fuera de la Ley; de la
misma manera el apstol recibe su gloria por predicar a los que estn por fuera de la
Ley.
Podemos decir que el discurso paulino tiene muy presente la metfora de la
esclavitud, a la que asocia fuertemente con las ideas de alienacin y de humillacin. 188
Ser esclavo era una situacin muy desventajosa porque no permita la manifestacin del
Espritu. En este sentido la situacin del siervo en las comunidades paulinas no difera
mucho de la del esclavo judo o proslito, limitado a determinadas prcticas rituales y
con una participacin restringida en la sinagoga. Pablo no les niega a los douloi la
capacidad de obediencia a Dios, pero su realidad material los limita en cuanto a la plena
manifestacin social del resucitado, que se da a travs del discernimiento, patrimonio de
los propietarios poseedores de ciencia y de exousa. Sin embargo la interdependencia
entre los miembros de la comunidad crea una idea de obligacin moral para con los
subordinados que puede verse como un mtodo de control aplicado al amo y kyrios,
para refrenarlo en algunas de sus prerrogativas. Si bien es verosmil que esto fuera as,
nosotros proponemos observar al paulinismo como un movimiento poco proclive, en
sus inicios, al proselitismo entre esclavos, pues eran miembros de complicada insercin
social y comunitaria debido a su dependencia. Esto no quiere decir que Pablo y los
suyos desalentaran al oiketes interesado en la fe, pero los documentos epistolares nos
dan una imagen de excepcin conflictiva y compleja en materia de doctrina que hace
pensar que la conversin del esclavo implicaba ms bien la provocacin de resquemores
de parte de amos econmicamente comprometidos. La flexibilidad que genera el
discernimiento propuesto por los paulinos era una cuestin de estatus, de un poder
econmico y social expresado en la solidaridad material. Los siervos estaban por fuera
de este esquema y ni los paulinos ni los nomistas focalizaron en ellos a la hora de la
conversin. El oikos paulino no era un oikos cristianizado totalmente y no lo fue hasta
que se institucionaliz como el organismo eje de la comunidad, pero eso recin ocurri
despus del ao 70 cuando las esperanzas escatolgicas haban disminuido y la relacin
con la sinagoga comenz a resquebrajarse.

188

- Cfr. Horsley (1988:167-176); Briggs (2000:117-119); Harrill (2006:26-30).

40

CAPTULO 2
TEMOR Y TEMBLOR. LOS ESCLAVOS
CONFIGURACIN DEL OIKOS CRISTIANO.

EN

EL

PROCESO

DE

La guerra juda y la destruccin de Jerusaln dejaron una fuerte cicatriz en la historia


juda y cristiana antigua. La destruccin del Templo como acontecimiento emblemtico
de la guerra supuso para la interpretacin cristiano-nomista la instauracin del poder
profano en medio del lugar santo y la aniquilacin de las esperanzas mesinico
escatolgicas inmediatas. A partir de este trauma, algunos grupos se afianzaron y otros
nuevos aparecieron tratando de comprender el fenmeno desde un punto de vista
poltico, social y religioso. Dios haba permitido semejante profanacin por alguna
razn, y el desciframiento de este misterio tuvo implicancias prcticas en la vida de
cada comunidad a fin de procesar e integrar la derrota de Jerusaln en su accionar
diario. Veremos cmo repercute esto en las comunidades de seguidores de Jess entre el
70 y el 100 d.C., etapa en que el hito de la guerra juda fue una referencia omnipresente
que articulaba las identidades y creaba nuevos lazos y lealtades, fundamentalmente al
interior del judasmo, matriz bsica que ciertas ramas de creyentes en Jess comenzaron
a cuestionar. Las preocupaciones domsticas y organizativas generaron codificaciones
comunitarias en las que los esclavos jugaron roles centrales y fueron entes
representativos tanto del crecimiento como de los conflictos en las asambleas.

La Dispora juda, sede de la mayora de los ncleos de creyentes en Jess, se hizo


eco del desastre del 70 desde diversas perspectivas. Iniciaremos primeramente el
anlisis de las posturas reflexivas sobre el desastre de la guerra a partir de sectores
41

ortodoxos del judasmo de la Dispora. Judos helenizados como Josefo interpretaron la


derrota como un castigo divino, adoptando una postura justificativa y de reconocimiento
de la superioridad de los conquistadores romanos. Si bien el pueblo judo no haba sido
culpable, s lo haban sido lderes exaltados como Juan de Giscala o Simon Bar Giora. 189
Ellos haban abandonado las leyes y, por sus impiedades generadoras de guerras civiles,
atrajeron a los romanos.190 Dios los someti bajo yugo extranjero porque no merecan
ser libres. Aquel que no hace buen uso de la vida, acorde a la Ley, es privado de ella, ya
sea por la esclavitud, ya sea por la muerte. 191 Es esta una idea muy singular y que se
encuentra en toda la obra de Josefo: la Ley juda es humanitaria y promueve la
concordia domstica y social.192 De la no adscripcin a sus principios proviene la
esclavitud y el castigo, corporizado en el poder de turno. 193 En esto hay una refutacin
manifiesta de la escatologa juda, criticada en su obra; para Josefo los proyectos
escatolgicos se distancian del cumplimiento de la Ley, subvierten las jerarquas y
alteran el esquema social. Los ms claros representantes de estas tendencias
escatolgicas eran para Josefo los falsos profetas que alteraban al pueblo con discursos,
pronunciados en nombre de Dios, que versaban sobre seales de destruccin y
salvacin. Pagados por los lderes impos, estos farsantes distorsionaban la Ley y
desorientaban al pueblo, provocando desgracias.194 Para Josefo, Tito y los romanos se
oponan a eso ya que eran hombres piadosos y respetuosos del Templo y del pueblo. 195
Dios estaba con quienes practicaban su Ley humanitaria y con quienes perciban la
justicia.196
Frente a los discursos acomodaticios de Josefo apareci una literatura apocalptica
renovada, consciente del fracaso y de la purificacin de los pecados de Israel por el
189

- Nieto Ibez (1997:31-32).


- Flavio Josefo, La guerra de los judos 1.10; 5. 395-400.
191
- Flavio Josefo, Contra Apin 2.215-216; La guerra 4.386-388; 7.359.
192
- Flavio Josefo, C. Apin 2.82,184, 211-214, 291-296; es interesante el cdigo domstico que Josefo
presenta en su apologa, explicando la subordinacin de las esposas e hijos de las familias judas as como
el honor debido a los progenitores y ancianos (C. Apin 2.199-208). El motivo de esta presentacin es el
encuadre de los preceptos legales judos en los ideales domsticos helenstico-romanos.
193
- Nieto Ibez (1999:33) explica que Josefo va ms all de la mera explicacin de los acontecimientos
histricos, sino que los encadena como partes destinadas a cumplir un plan divino. Realzando esta
dimensin teolgica busca presentarse a s mismo como profeta.
194
- Flavio Josefo, La guerra 6.285-299. Segn Chilton- Neusner (2002:73-75,91) el judasmo rabnico de
posguerra desestim esta forma de profeca exaltada, aunque no la profeca en s. Hay otros profetas que
dicen la verdad, pero no son credos segn Josefo (La guerra 6.300-315). l mismo aparece con
caractersticas profticas en su obra. Moehring (1984:926-927).
195
- Flavio Josefo, La guerra 6.123-128, 266; 7.327-329,333
196
- Flavio Josefo, La guerra 4.184-195,412-413; 6.99-110; Autobiografa 16. Tito incluso resiste las
presiones de los antioquenos que le piden que expulse a los judos de su ciudad o les quite sus privilegios
(La guerra 7.103-104,108-111).
190

42

fuego romano. Esto se ve en textos como 2 Baruc (2Bar) y Apocalipsis de Abraham


(ApAb). En este ltimo se consigna el incendio y destruccin del Templo y se critica a la
jerarqua sacerdotal por ser la instigadora de la clera divina. 197 De igual manera en
2Bar se retoma la historia de la invasin caldea de Jerusaln y el exilio del pueblo, 198
temas dirigidos a la reflexin acerca de los acontecimientos recientes y la proyeccin en
una reivindicacin futura.199 Estos textos son conscientes del fracaso de la revuelta, pero
se proyectan hacia un porvenir en el que Dios juzgar a los opresores y restaurar a
Israel. Las figuras anglicas cobran gran relevancia en estos escritos como reveladores
divinos.200
Por otro lado, a diferencia de Josefo y de los grupos radicales apocalpticos,
encontramos la formacin del rabinato. La historia del rab Johanan ben Zakkai, su
milagrosa salvacin de la guerra y el permiso otorgado por Vespasiano para instalarse en
Jamnia, es considerada el mito de origen de una reforma interna del judasmo de
posguerra.201 Los maestros judos pasaron a nuclearse en el norte de Palestina donde
reconfiguraron su identidad religiosa, ahora con una base de corte farisea volcada al
mbito sinagogal. Aparecen as escuelas rabnicas en torno a grandes maestros que
apostaron a una ortopraxis ms rgida, recusando as el antiguo liderazgo saduceo y
buscando definir claramente la identidad juda. 202 Este proceso implic la demarcacin
de lmites de pertenencia y, a raz de esto, se dispararon en varias reas conflictos con
los creyentes de Jess que estaban integrados en la sinagoga.

Para los grupos cristianos, el ao 70 represent una primera grieta en las relaciones
con el judasmo. Todas las vertientes cristianas sintieron hondamente la destruccin de
Jerusaln, pues era el punto de origen de la misin apostlica. 203 Sin embargo, la forma
de procesar este acontecimiento provoc en algunos grupos la conciencia de identidades
distintas del judasmo; no obstante este fue un proceso lento y fluctuante que tuvo lugar

197

- ApAb 25-27. El captulo 27 culmina con una esperanza para el futuro del pueblo.
- 2 Bar 6.1-8; 8.3-4.
199
- 2Bar 26.1; 27.1; 32.1-6.
200
- En ApAb 10 es el ngel Joel el que sirve de gua; en 2Bar 55.1-4 ss. es el ngel Ramiel. En
Apocalipsis del N.T el protagonista recibe las revelaciones de figuras anglicas. Diez Macho
(1982:329-335).
201
- Saldarini (1975:189-204); Neusner (1975:79-94;145-147;178-195).
202
- Foot Moore (1927:83-109); Neusner (1979:3-42); Segal (1986:117-141); Alexander (1999:1-26);
Chilton- Nusner (2002:11-37); Montserrat Torrents (2005: 167-172).
203
- Brandon (1959:471-477); Goodman (1999:27-38); Theissen (2002:40-41).
198

43

entre la dcada del 70 y el ao 135 d.C. 204 Las tensiones con los otros sectores de la
sinagoga no se dieron en todos los grupos a la vez, pues las comunidades paulinas, por
ejemplo, ya tenan una composicin mayormente gentil que las haba impulsado fuera
del mbito sinagogal, aunque manteniendo buenos tratos con el mismo; en otras reas
como Galilea y el sur de Siria, el conflicto fue ms complejo y la relacin con los
grupos rabnicos dificult la transicin. Frente a un judasmo en reestructuracin y
purificacin, los creyentes en Jess comenzaban a ser vistos como herejes.205
La gran cuestin para los cristianos del periodo 70-100 era su identidad, descubrir en
dnde se ubicaban en medio de un conflicto entre el mundo gentil por un lado, sus
races judas por otro y, como elemento propio, la lealtad a Cristo. El cristianismo con
amplia base gentil inclin la balanza hacia una negociacin con el imperio, negociacin
fomentada por el retraso de la parusa y la necesidad de desvinculacin de un judasmo
derrotado y, adems, tachado de rebelde.206 No obstante, otros grupos pensaban a Jess
como un judo observante, adherente a los principios de la Ley y perseguido por las
autoridades, es decir como un reformador rebelde. Estos sectores en su mayora
mantenan posturas poco solidarias con el imperio y cuestionaban la organizacin
eclesial local, pues se orientaba a los parmetros culturales y sociales grecorromanos.
La sinagoga segua siendo el marco de accin para estos cristianos, su punto de
referencia y adscripcin, ms que nada por los privilegios que les supona el
reconocerse como judos en la poca de los Flavios. 207 El conflicto era entonces interno
a la sinagoga, en cuyo interior se cuestionaba la divinidad de Jess y su mesianismo; a
nivel externo nada de esto era evidente a menos que los cristianos rompieran con la
sinagoga y fueran percibidos como una asociacin aparte.208
Ahora bien, dijimos que los escritos de este periodo presentan imgenes encontradas
segn los intereses de los autores. Algunos estn interesados en dejar constancia de la
204

- Katz (1984:43-76); Lieu (1994:101-119); White (2007:368-373); Robinson (2009:227-241).


- Varios autores, como Montserrat Torrents (2005:161-165), fechan en este periodo, sobre todo
asocindolo con el rabinato de Jamnia, el surgimiento de la Birkat Ha-Minim, la oracin pronunciada
contra cristianos gentiles y nomistas a fin de excluirlos de la sinagoga. Otros, Katz (1984:43-76); Vana
(2003:201-241), pese a considerarla un producto del siglo I, niegan su obligatoriedad y su uso con fines
de exclusin, al menos hasta 135 d.C.
206
- Theissen (2003:137-142) indica a estos grupos como solidarios con el medio social, con el cual
interactan sin plantearse retraccin alguna, a diferencia de la sinagoga rabnica. Esto habra promovido
que gentiles con recursos y capacidad de administracin se unieran a las iglesias. Aguirre (1987:95,
115-125) piensa al paulinismo de posguerra como promotor de un cristianismo como proyecto
socialmente viable y al alcance de las masas.
207
- Montserrat Torrents (2005:155-161) propone que mientras que los principales dirigentes de las
comunidades cristianas de este periodo fueran circuncisos, puede considerarse como muy posible la
adscripcin jurdica a la sinagoga aunque no se respete la disciplina sinagogal.
208
- Montserrat Torrents (2005:132-137).
205

44

adhesin cristiana a los principios cvicos del imperio mientras que otros, de tinte
apocalptico, se oponen a cualquier acomodamiento. No hay necesidad de pensar que
los primeros representan a comunidades y lderes locales mientras que los segundos
corporizan tendencias ms propias de itinerantes, pues hay varios casos donde se da una
mezcla de estas posturas. En general casi toda la produccin que conocemos hoy sobre
este periodo proviene de ncleos comunitarios urbanos interesados en presentar a la
asamblea cristiana como polticamente inocua y solidaria con los principios
civilizadores grecorromanos. Es as que la cuestin familiar-domstica ocupa un gran
lugar en estos escritos, y el tema de la esclavitud se asocia a esta problemtica de una
forma relevante a la hora de codificar el comportamiento de los subordinados en el
hogar. Los esclavos podan formar parte de la asamblea local y eran elementos
altamente significativos para la imagen externa de la misma.

La epstola conocida como destinada a los colosenses (de ahora en ms Col) es la


primera que nos adentra en la reestructuracin del espacio domstico cristiano en la
dcada del 70.209 Esta carta, producto de una asamblea paulina, retoma tpicos del
apstol acerca de la tica comunitaria, la no acepcin de personas (repensando Gal
3.28)210 y la adaptacin a las circunstancias.211 Lincoln ha calificado a Col como
pensamiento paulino en forma de sabidura, 212 es decir que el cristianismo que all se
expresa puede ser visto como una filosofa a fin de llevar vidas dignas de Dios. 213 Este
concepto de vivir dignamente era propio de Pablo en sus cartas, 214 pero ahora se ajusta a
un esquema conservador y no flexible. La razn de este endurecimiento de la tica de
las comunidades paulinas es la necesidad de delimitacin de una identidad. 215 Ya no hay
espacios negociables que permitan adaptar la libertad propiciada por Cristo a la
situacin personal; lo que aparece en estas comunidades es la idea de obligacin.216 El
vivir segn Cristo supone actitudes y comportamientos concretos. Es as que surge por
209

- Para los debates sobre el origen y datacin de Col ver Lohse (1971:2-4); Bruce (1984:3-16); Mora
Paz (1999:1545-1547); MacDonald (2008:6-9); Moo (2008:25-45).
210
- Col 3.10-11.
211
- Col 4.6.
212
- Lincoln (1999:102).
213
- Col 1.9-10.
214
- 1Tes 2.12.
215
- Gil Arbiol (2010:258) denomina a este periodo del paulinismo (70-100) fase de estabilizacin, en el
cual nuevas inquietudes y situaciones obligan a los grupos a desarrollar nuevas respuestas que amplan el
universo simblico.
216
- MacDonald (1988:104-105); Glancy (2006:141).

45

primera vez un cdigo domstico cristiano inspirado en el material tico


judeo-helenstico, pero ajustado a las necesidades internas de la asamblea. 217 Por esta
razn se exige cristianizar el oikos: cada vez se est ms lejos de la sinagoga y el hogar
particular se vuelve el centro de reunin; ya no se puede separar culto y mbito
domstico, pues las iglesias paulinas asiticas han sido empujadas al interior de los
oikoi particulares. La asamblea de los santos de Colosas es un apartado de hogares con
una tica concreta, separados de la sinagoga pero an no jerarquizados.
El cdigo domstico de Col enumera las obligaciones de tres pares de miembros del
hogar: esposa-esposo,218 hijos-padres,219 y esclavos-amos.220 En ningn momento se les
pide discernimiento, sino obediencia a la cabeza que, en ltima instancia, es Cristo, 221
no la Ley ni las prcticas ascticas. 222 Los esclavos reciben la mayor admonicin y se
deja en claro su situacin de conversos recientes al enfatizar el concepto de
ofthalmodoulias,223 es decir un servicio que se realiza solo para ser bien visto. Pareciera
que los esclavos no han internalizado an los conceptos cristianos y actan como
autmatas no convencidos, lo cual puede fomentar las crticas externas. Los esclavos a
los que se dirige este cdigo han visto avanzar la cristianizacin sobre su rutina e
incluso sobre sus proyectos de promocin. Vimos que en tiempos de Pablo los siervos
de amos cristianos no necesariamente se convertan a la fe en Jess, pues no les
significaba un gran cambio y, adems, porque eran el brazo ejecutor y el vnculo con el
mundo para sus superiores creyentes. Ahora deben volverse temerosos de Dios y actuar
acorde a una nueva tica. Crouch ha supuesto que las recomendaciones a los esclavos en
217

- Aguirre (1987:119) seala que Pablo durante su misin haba hecho de la casa una plataforma
misionera, por lo cual no es extrao que los deuteropaulinos desarrollen y codifiquen ese espacio con una
tica ms marcada como aparece en los cdigos domsticos; DAngelo (1994:315) habla de la
cristianizacin de los miembros del hogar a travs de los cdigos. Varios autores han debatido el
significado y la proveniencia de estos cdigos, resumiendo las diferentes posturas historiogrficas sobre
el tema: Crouch (1972:120-122); Balch (1981:1-10); Lincoln (1999:93-94, 100-102).
218
- Col 3.18-19.
219
- Col 3.20-21.
220
- Col 3.22- 4.1.

221
- Col 1.18; 2.10 y 19.
222
- Col 2.9-23 deja en claro que los gentiles convertidos de la comunidad no se circuncidan ni se rigen
por prcticas ascticas o legalistas. Martin, T. (1995:249-255) ha propuesto que las prcticas aqu
criticadas eran las realizadas por los cristianos de Colosas. El autor las menciona para marcarlas como
impropias de la asamblea de los santos.
223
- Martin (2005:234-239) desarrolla este concepto como parte de una estrategia de avance social.

46

el cdigo de Col responden a desrdenes y exaltaciones de los miembros esclavos de las


comunidades paulinas. Estos, basndose en 1Cor 7, 20-22, habran comenzado a asociar
conversin con manumisin y, por lo tanto, habran surgido reclamos debido a que su
posicin social no era compatible con su libertad en Cristo. 224 Primeramente hemos de
observar que es demasiado idealizada la interpretacin que este autor da a 1Cor 7, 20-22
respecto de la asociacin conversin-libertad; 225 en segundo lugar se debe considerar
que no era tan grande el nmero de esclavos en las asambleas paulinas y estas
difcilmente habran dado cabida a manifestaciones de este tipo de miembros. 226 Col no
surgi para solucionar conflictos en los oikoi cristianos, sino para recrear y codificar el
oikos cristiano, para apropiarse de las estructuras domsticas y ponerlas extensivamente
bajo la lupa de la tica cristiano-paulina. Puede ser que los douloi de los creyentes de
Colosas tuvieran como idea la manumisin y por eso actuaran con una complacencia
alevosa con sus amos, pero la epstola les pide que acten no para los hombres (es
decir, por lo que pueden obtener de los hombres), sino para el Seor, que los
recompensar con una herencia. Esta idea de herencia en el apartado de los esclavos
le parece extraa y disruptiva a Standhartinger, pues para la ley romana los esclavos
estaban excluidos del derecho a heredar.227 Puede ser que el autor juegue con este
trmino, pues si bien especifica que es el Seor el que da la herencia, el amo terrenal al
que estos esclavos sirven es la prefiguracin de Cristo, y este amo terrenal deplora la
injusticia, es decir actos contrarios a la nueva moral domstica. El esclavo debe
convertirse y recodificar sus prcticas y aspiraciones, amoldndose a un esquema
domstico en donde la mayor aspiracin solo puede ser una responsabilidad mayor, pero
no la manumisin, que se diluye en el horizonte.

228

Esto se ve claramente en la

descripcin de los deberes de los amos: dar a los esclavos lo que es justo y equitativo, es
decir recompensar sus actos de justicia en el microcosmos del oikos y hacerlos as
partcipes indirectos de su herencia personal. Manumitir a un esclavo cristiano sera
224

- Crouch (1972:124-145). Schussler Fiorenza (2000:251-259) cree que Col incluye al par amo-esclavo
a fin de corregir la declaracin bautismal de Gal 3.28 y justificar el orden patriarcal. Por su parte,
Theissen (2003:187) propone que las supuestas insubordinaciones de esclavos se deben a una errnea
lectura de Flm.
225
- Ya hemos visto en el captulo 1 que el pasaje de 1Cor 7.21 genera controversia por la traduccin de
mallon jrsai.
226
- No hay evidencia de las actitudes que Crouch atribuye a los esclavos cristianos en pos de la obtencin
de la manumisin. En esto coincidimos con Lincoln (1999:95-98).
227
- Standhartinger (2000:127).
228
- Harrill (2006:113) cree que la recompensa del esclavo puede ser un tratamiento ms benigno de parte
del amo; sin embargo Martin (1990:29) propone que los esclavos con capacidades administrativas podan
aspirar a establecer un vnculo del tipo patrn-cliente con su amo. Veremos que en los textos evanglicos
la recompensa del esclavo se asocia a responsabilidades adicionales dentro de la administracin del hogar
o negocio particular siempre y cuando demuestre sus cualidades.

47

exponerlo al peligro de recaer en un modo de vida anterior a la conversin, lo cual


implica fornicacin, impureza, pasiones, malos deseos y codicia.229
Ahora bien, as como el amo recompensa la justicia, as espera el autor de Col que
castigue la injusticia, pues es imparcial y equitativo. Esto puede suponer perfectamente
el uso de la violencia con los esclavos, lo que el autor llama la ira de Dios sobre los
rebeldes.230
El oikos cristianizado de las comunidades paulinas de Asia Menor seala un primer
declive del poder carismtico al proponer fuertemente la adscripcin de los
subordinados a la fe. Los gentiles de estas asambleas no parecen tener conflictos con la
sinagoga, a la cual claramente no pertenecen; 231 el conflicto se da con cristianos de
tendencias carismticas que promueven una retraccin social para los paulinos,
imponiendo una cierta ascesis que atenta contra el ncleo domstico. Los preceptos
restrictivos de estos personajes se asocian a comidas y prcticas ascticas que parecen
coronarse con visiones y una inclinacin al culto anglico. 232 Esto nos pone en
presencia, probablemente, de itinerantes paulinos portadores del carisma proftico pues
no se cuestiona su doctrina, sino su prctica social exaltada por el carisma. Los
oponentes seran paulinos de viejo cuo, promotores de la idea de discernimiento a
travs de la posesin del Espritu. En Col no hay mencin del Espritu Santo,
representante del discernimiento e impulsor de los carismas para Pablo.233 El autor
paulino de Col silencia esto porque sabe que el carisma es peligroso para la imagen
externa, pues altera la asamblea y crea inestabilidad en el movimiento. Ahondar en la
idea de Pablo sobre el Espritu podra generar conflictos con los esclavos y otros
subordinados domsticos, ahora plenamente cristianizados, los cuales podran
malinterpretar la idea de libertad en Cristo. Es por esto que en Col no se habla de
libertad en Cristo,234 sino de unin a la cabeza. 235 El eje para el autor de la epstola no
es el individuo, sino la comunidad como un todo, agrupada en los ncleos domsticos.
A cada uno de estos se le pide regular los asuntos cotidianos y as evitar las experiencias
229

- Col 3.5.
- Col 3.6. Glancy (2006:143-144); Osiek-Balch (1997:188-189) interpretan que la epstola no acepta
amos abusivos y violentos.
231
- Los creyentes de Colosas no estaban circuncidados (Col 2.11 y 13) y evitaban el sbado y las
prescripciones alimenticias (Col 2.16). La muerte de Cristo aboli claramente la Ley para el autor de la
epstola (Col 2.14-15).
232
- Col 2.16-23. Curiosamente las figuras anglicas se asocian a perspectivas apocalpticas.
233
- Hemos visto en el captulo 1 que el poseedor del Espritu era para Pablo un individuo con capacidad
de discernimiento y accin; por esto mismo los esclavos no eran considerados miembros plenos de las
asambleas. Dunn (1998:434-439).
234
- Lo que si ocurra en las cartas originales de Pablo: Gal 5.1 y 13; Rom 8.21.
235
- Col 1.18; 2.10,19.
230

48

visionarias y exaltadas, favoreciendo la concentracin en la vida diaria terrenal, que


requiere practicidad. La clave para esto es la accin de gracias, medida profilctica para
realizar las interacciones con el mundo.236
Colosenses nos muestra un paulinismo endurecido y en crisis con su modelo
comunitario anterior. En lugar del Espritu aparece un oikos cristiano con obligaciones
repartidas entre sus miembros. Esto se ve claramente en 2Tes 2.1-3, donde se aconseja
no alarmarse por manifestaciones del Espritu que hagan suponer que la parusa est
prxima.237 Al cuestionar las experiencias promovidas por el Espritu se est
desautorizando a un tipo particular de lder carismtico. A esto se agrega la condena de
ciertos escritos apocalpticos que, como vimos, haban resurgido en ciertos sectores del
judasmo para proponer una explicacin del fracaso de la guerra. La comunidad de 2Tes
es una comunidad paulina tambin centrada en los oikoi, ncleos familiares pero
tambin de produccin artesanal, ncleos de trabajo. Sin embargo la reivindicacin del
trabajo para 2Tes supone fortalecer la autogestin de los oikoi cristianos, y por ende del
esquema familiar extendido por oposicin a pretendidos lderes locales que parecen
tener intereses de dominar a los diferentes ncleos, pues no trabajan y se meten en
todo. El autor les pide que depongan su actitud dominadora ya que en la comunidad no
existe ms jerarqua que la domstica.238 La reconcentracin paulina en los oikoi nos
muestra una clara definicin identitaria: los cristianos no se reconocen como adscriptos
a la sinagoga pero tampoco son gentiles, sino que siguen las tradiciones reformistas
paulinas, adaptadas a una necesaria integracin social en la ciudad helenstico-romana.
La tensin entre el hogar y el exterior es fuerte, pues estos grupos paulinos no se
identifican como judos, por lo cual pueden ser vistos como asociaciones subversivas.
Por esta razn es importante hacer del oikos un baluarte cristiano, un espacio de fe y

236

- Lincoln (1999:104-111). Segn Lohse (1972:152-153) la accin de gracias en Col 3.17 es un


reconocimiento al Seor en acciones y hechos, es parte del culto espiritual diario que reconoce a Dios
como proveedor de la vida del creyente.
237
- Si bien para muchos grupos la parusa perdi fuerza en su horizonte ideolgico, no fue igual para
todos, pues an quedan ecos de la misma en mucha de la literatura neotestamentaria del perodo.
Tampoco debe asociarse el desplazamiento de la parusa con el surgimiento de los cdigos domsticos y
dems prescripciones destinadas a organizar la comunidad, ya que hay convivencia de estructuras
comunitarias con expectativas milenaristas. Crouch (1972:120); Balch (1981:106); Aguirre (1987:96).
238
- 2Tes 3.10-12. Al recusar este intento de jerarquizacin, podra pensarse que el autor de 2Tes est
resguardando los privilegios de los ncleos domsticos creyentes que siguen identificndose a nivel
jurdico (no a nivel prctico) con la sinagoga, pagando el fiscus judaicus correspondiente. Consagrar
nuevos lderes, distintos de los sinagogales, significara reconocerse como una organizacin diferente y,
por lo tanto, susceptible de atraerse la mirada de las autoridades.

49

espejo de virtudes que colaboren a la disimulacin o, al menos, a la aminoracin de las


crticas y del conflicto.

Estos cambios en las iglesias paulinas de Asia Menor y el norte de Grecia no fueron
un fenmeno aislado, sino que se integran en un proceso ms amplio de reconfiguracin
de las comunidades cristianas producido por la desaparicin de la primera generacin
apostlica y la toma de Jerusaln. Es as que el Evangelio de Marcos (de ahora en
adelante Mc), producido durante la dcada del 70 en Antioqua de Siria, o en una zona
aledaa (muy probablemente en el norte de Palestina),239 tambin discute las
problemticas coyunturales de las comunidades mirando al oikos cristiano y a las
relaciones domsticas como puntos nuevos de referencia. Para analizar esto es til tener
en cuenta que la comunidad de Mc, pese a tener un gran nmero de gentiles, an se
comprenda dentro de la sinagoga,240 diferencia fundamental con los paulinos. Hay una
relacin tensa con la matriz juda, que se expresa en debates sobre la figura de Jess y
su pretensin de mesianismo. A diferencia de los cristianos de Col, los marcanos no
saben nada de la preexistencia de Jess y postulan ms bien un modelo adopcionista con
eje en la pasin-resurreccin. Para Mc Jess es el Hijo de Dios desde el inicio de su vida
pblica.241 Aqu se ven tendencias encontradas respecto al rol del espacio domstico y
sus integrantes en el esquema comunitario. Por un lado encontramos una inclinacin
marcana muy evidente a criticar a la familia carnal de Jess que, junto con los
discpulos, representaban a la comunidad de Jerusaln. En varias oportunidades estos
parientes se hacen presentes y Jess reniega de ellos.242 Un primer concepto claro en la
comunidad marcana es que la familia puede traicionar, por lo cual la cristianizacin del
oikos an no parece un objetivo, pues la traicin viene incluso de quienes comparten la
mesa.243 Sin embargo hay otros casos en los que el Jess de Mc restaura la concordia
domstica a travs de curaciones,244 o sanciona normas de comportamiento tico que
239

- Cfr. Kee (1977:100-105); Vaage (1998:12-15); Roskam (2004:94-114). Otros como Perkins
(1995:517-518) an mantienen la idea del origen romano.
240
- Weeden (1971:21). Roskam (2004:197-199) opina que esto es a fin de negar las acusaciones de
subversin que apuntan a los creyentes como seguidores de un rebelde antirromano; Montserrat Torrents
(2005:213). No opinan igual Burkill (1963:117-142), Keck (1965:341-344) y Theissen (2002:41-43).
241
- Cfr. Perkins, P. (1995:534-535); Montserrat Torrents (2005:217-218).
242
- Mc 3.20-21 y 31-35; 6.3-4. El autor de Mc asocia a la familia de Jess con los lderes de Jerusaln
segn Crossan (1973:81-113) y Montserrat Torrents (2005:213-215).
243
- Mc 14.18.
244
- Mc 1.29-31 (la suegra de Pedro); 5.1-20 (el endemoniado de Gerasa); 8.22-26 (el ciego de Betsaida);
9.14-29 (el endemoniado epilptico trado por su padre).

50

ataen a los roles domsticos de hijos y de cnyuges.245 Honrar a los padres y ser fiel al
esposo o a la esposa son normas fuertemente impuestas y sobre las que se instaura la
polmica con la sinagoga a partir de la interpretacin que el autor de Mc hace de ellas.
El debate por el korbn (sacrifico u ofrenda) y por el repudio de la esposa, autorizado
por Moiss (Dt 24.1), se inscriben en una disputa acerca de la consolidacin del ncleo
familiar. Los cristianos marcanos endurecen los preceptos relativos a la vida domstica
familiar a fin de promover la cohesin del oikos cristiano.246 En este sentido se alinean
con los paulinos.
Las rispideces y debates antes mencionados nos sealan que Mc est dando cuenta del
inicio de una transicin entre los carismticos itinerantes y los centros locales.
Hablamos del inicio de la transicin pues Mc retrata un Jess que tipifica un tipo de
itinerancia discreta y asctica, sufriente. Es por esto que la orden de silencio que imparte
Jess en este evangelio puede ser identificada como una tctica de estos misioneros, 247
que se instalan en ciertos hogares y desde all imparten sus enseanzas. Los creyentes
en Jess deben evitar la manifestacin pblica de su fe por el peligro que eso puede
acarrearles, sobre todo al interior de la sinagoga, donde ya parecen ser mirados con
ciertas reservas.248 Como dice Theissen: Si la manifestacin progresiva del secreto
cristolgico dentro del mundo textual del Evangelio de Marcos entraa un peligro cada
vez mayor para Jess, la manifestacin de la identidad cristiana entraa una amenaza
existencial dentro del mundo social del Evangelio de Marcos.249 Para Mc es un deber
moral que los creyentes locales reciban a los enviados de Cristo con muestras cordiales
de hospitalidad,250 pero eso supone que toda la casa es cristiana? Siguiendo a Vaage
podemos aventurar la hiptesis de que la casa es en Mc un espacio subversivo o utpico
en donde vive quien sigue a Jess despus de haber salido del mundo. 251 La casa es, y

245

- Mc 7.9-13 (honrar a los padres);10.5-12 (matrimonio).


- Cfr. Kee (1977:155); Theissen (2002:49).
247
- El motivo del secreto mesinico de Mc ha generado mucha literatura. Theissen (2002:32-39) ha
propuesto que el pedido de no revelacin mesinica en Mc debe entenderse como una estrategia
comunitaria para afrontar periodos de conflictos externos. Roskam (2004:171-188), adems de ofrecer un
repaso historiogrfico sobre las diferentes posturas en relacin al secreto marcano, propone tomar el
pedido de silencio como un motivo propio del autor para demostrar que Jess no tena ambicin poltica.
248
- Hay fricciones con los lderes sinagogales respecto de cuestiones de pureza (Mc 7.14-23) y respecto a
los asuntos familiares ya contemplados. Carlston (1968-1969:75-96); Perkins, P. (1995:607-608); Briglia
(2003:430-431).
249
- Theissen (2002:36).
250
- Mc 9.41.
251
- Vaage (2005:21-42).
246

51

esto es una propuesta nuestra, el smbolo de la comunidad local en Mc. As se ve en el


episodio del endemoniado de Gerasa, el cual, una vez curado, le pide al Jess itinerante
seguirlo, pero Jess no se lo concede y lo enva a su casa, con los suyos, para
evangelizarlos.252 La casa es el ncleo de vida de una misin ms discreta y localizada.
El otro caso similar es la curacin del ciego de Betsaida, curacin operada fuera de la
ciudad; una vez curado, el ciego recibe de Jess la orden de ir a su casa sin entrar en el
pueblo.253 Los pueblos y ciudades tipifican las tentaciones y las prcticas religiosas
distorsionadas; para hacerles frente es necesario que los creyentes construyan un
espacio domstico piadoso en el que incluso sus subordinados sean creyentes.
Es difcil hallar imgenes de la esclavitud en Mc, pues an la casa cristiana no se ha
codificado del todo. Sin embargo hallamos en la seccin apocalptica de este evangelio,
seccin que interpreta el duro revs de la Guerra Juda, una imagen muy peculiar: la
parusa se asemeja a un amo absentista que reparte tareas entre sus esclavos y ordena al
portero que vigile.254 Esta comparacin es un fiel reflejo de una comunidad local en
crecimiento y con itinerantes reconocidos que la visitan, pero cada vez menos. Pablo
adverta a sus comunidades de sus prximas visitas,255 pero ahora que los testigos
apostlicos han desaparecido, los itinerantes representan una referencia en decadencia y
muchos podran ser simplemente falsos profetas.256 Las asambleas locales son
equiparadas a esclavos con ciertas tareas vinculadas al mantenimiento de la casa; el
portero aparece como encargado del hogar. El seor no vuelve y, pese a ello, los
esclavos deben esperarlo porque an no ha llegado el fin. Esta idea marcana busca
oponerse a aquellos grupos judos y cristianos que interpretaron la destruccin de
Jerusaln como el esjaton (el final);257 adems el autor puede estar criticando
indirectamente con esto a los familiares y primeros discpulos de Jess en Jerusaln, que
podran haberse unido a la revuelta luego de la muerte de Santiago. Las claves para
252

- Mc 5.19. Cfr. Vaage (2005:32-33).


- Mc 8.26. Cfr. Johnson (1978-1979:370-383); Collange (1986:21-28); Vaage (2005:33-34).
254
- Mc 13.33-37.

255
- Rm 15.24; 1Cor 16.5; 2Cor 13.1; Flm 22.
256
- Mc 13.22. Weeden (1971:73-81).
257
- White (2007:298-302) seala que el autor de Mc corrige en el captulo 13 las expectativas
apocalpticas de un sector de su audiencia al hacer decir a Jess que la guerra y la destruccin del Templo
son solo el comienzo de los dolores de parto, pues la venida escatolgica se dar en su generacin ( Mc
9.1; 13.30).
253

52

suponer esto son varias a nivel del argumento narrativo de Mc: estos personajes
malinterpretan el mesianismo sufriente de Jess, se muestran violentos en el momento
del arresto y huyen asustados en el momento final, 258 es decir, abandonan a Jess y sus
enseanzas.259
As como los esclavos deben velar por la llegada del seor y, a la par, continuar con
sus actividades asignadas, as las comunidades locales en las que piensa Mc estn
viviendo prcticamente sin visitas carismticas y ancladas en una fe celular, empujada a
lo ntimo del hogar. Sin embargo los marcanos, a diferencia de los paulinos de Col, an
estn dentro de la sinagoga y deben cuidar sus relaciones con esta por medio del secreto
de su fe mesinica. Se le pide a los creyentes locales poco contacto con el mundo
circundante y una actitud de honor hacia el matrimonio, los padres y los nios. Esta
comunidad es depositaria de la revelacin del misterio del Reino, revelacin dada a los
de dentro, por oposicin a los externos. 260 Lo privado adquiere relevancia creciente en
Mc, y el espacio privado es el hogar. Administrar ese hogar ser la tarea de los creyentes
afincados hasta que Jess vuelva. Es por esto que no hay relatos de apariciones del
resucitado en Mc, sino solamente la constatacin de que su cuerpo no est y la palabra
de los ngeles que confirman la resurreccin. 261 Weeden propone que esta tradicin
anti-apariciones no solo buscaba desacreditar a los apstoles (ahora convertidos en
no-testigos) sino tambin mantener en vilo a la comunidad y evitar que se distraiga en
una fe exaltada.262 As como los paulinos de Col eliminaban la figura paulina del
Espritu de discernimiento a fin de garantizar una mejor insercin social y cvica del
creyente y sus subordinados domsticos, as los marcanos pasan por alto las historias de
apariciones, conflictivas por su carcter de visiones y por tener significado jerrquico al
258

- Mc 6.52; 8.32-33; 9.32; 10.32-34; 14.27, 47-50. Posiblemente el autor de Mc vincula a los cristianos
de Jerusaln (parientes de Jess) con la Guerra Juda. White (2007:292-293) propone esto al analizar la
leyenda de la huida de la comunidad de Jerusaln a Pella previo a la guerra. Cfr. Simon (1972:3754);
Verheyden (1990:368-384).
259
- Los discpulos en Mc no entienden correctamente el mesianismo de Jess y sus actos. Tyson
(1961:261-268) interpreta esto como una muestra de desacuerdo con el grupo cristiano-nomista
observante de Judea y su rechazo a la misin gentil; Rhoads- Dewey- Michie (2002:127-135) creen que
los discpulos reproducen el comportamiento opresivo de las autoridades a nivel interno de la asamblea;
Weeden (1971:23-100) va mas a fondo con su hiptesis y propone que la presentacin negativa de los
discpulos en Mc se debe no a un hecho real del pasado que el autor conoca, sino a una invencin a fin de
ridiculizar a sus enemigos locales que se jactan de ser portadores de un poder apostlico. El Jess de Mc
previene esto al sealar que aparecer gente con excitacin apostlica clamando ser Jess mismo.
Theissen (2002:47-48) aventura que las crticas de Jess a sus discpulos en este evangelio pueden
comprenderse como una alineacin del autor con los lderes locales en contra de los carismticos.
260
- Kee (1977:93-96); Aguirre (1987:75-76).
261
- Mc 16.1-8. El evangelio culmina con Mara Magdalena y sus compaeras huyendo del sepulcro y
guardando silencio sobre el anuncio del ngel. Como en Mc 10.32, el autor remarca el miedo de las
discpulas. Cfr. Crossan (1998:244-250); Vena (2002:58); De Jong (2008:123-149).
262
- Weeden (1971:101-117).

53

resaltar figuras apostlicas con autoridad.263 Mc quiere una prctica local cristiana no
conflictiva, privada y alerta. No obstante, los esclavos como individuos afectados por
esa cristianizacin no son objeto de su atencin, pues estamos hablando de una etapa
muy primaria del armado del ncleo cristiano domstico en el norte de Palestina- sur de
Siria. Ser la comunidad productora del Evangelio de Mateo (Mt), originaria de la
misma zona y lectora de Mc, la que avance sobre el tema del esclavo cristiano y su rol
hogareo.

Mt fue un producto surgido en el norte de Palestina, en la zona rural de la Alta Galilea


o en la zona de influencia de Antioquia de Siria, segn varios analistas.264 El autor de Mt
conoca a Mc y tena acceso a otras tradiciones y dichos a los que se conoce como
fuente Q.265 Sin embargo los intereses de la comunidad mateana son muy diversos a los
que encontramos en Mc. Para empezar, los mateanos se reconocen mucho ms
vinculados a las prescripciones legales judas, ya que para ellos Jess es presentado
como un fiel observante y defensor de la Ley.266 Es por esto que Sim identifica a la
comunidad del autor de Mt como una secta dentro del judasmo, que est en conflicto
con el emergente rabinato en cuanto a las formas y prcticas, por lo cual se ve
crecientemente marginada de la sinagoga.267 Cousland y Carter se hacen eco de esto: el
primero habla de una comunidad limbo, y el segundo de una comunidad
marginal.268 Por lo que vemos, lo que prima en Mt es la indefinicin propia de la
transicin. Otro elemento de diferencia con Mc es la concepcin del mesianismo de
Jess, abandonando y criticando la postura adopcionista del primer evangelio y
recurriendo a un breve relato de concepcin-nacimiento e infancia estructurado en base
a varias profecas. Jess no solo es Hijo de Dios, sino que es el anunciado por las
Escrituras.269 Por ltimo, Mt a diferencia de Mc es un texto que reivindica el testimonio
263

- El fragmento de Mc 16.9-20 se agreg entrado el siglo II. Vena (2002:51-66) propone que este final
remite a una comunidad que ya no vive con ninguna expectativa de parusa inmediata, sino que recurre al
bautismo y la fe como mecanismos de incorporacin a la asamblea.
264
- Cfr. Boring (1995:105); Leske (1999:1141); Theissen (2002:53); White (2007:303-305).
265
- Sobre la fuente Q y su relacin con los evangelios hay mucha bibliografa, entre la que destaca
Williams (1988:85-114); Downing (1994:3-26); Vaage (1995:81-103); Guijarro Oporto (2004:29-36);
Kloppenborg (2005:215-250).
266
- Mc 5.17-19. Hagner (1997:22-24); Montserrat Torrents (2005:226-228).
267
- Sim (1995:36); en esto sigue la postura de Saldarini (1991:38-61). Aguirre (1993:233-249) ofrece un
resumen de las diferentes posturas sobre la relacin de la comunidad de Mt con el judasmo.
268
- Cousland (2002:288); Carter (2007:89-96).
269
- Mt 1.23; 2.6,15,17,23; 3.3; 4.13; 8.17; 12.17-21; 13.35; 21.4; 26.56. Theissen (2002:67-68); Levoratti
(2003:276-277).

54

petrino y el apostlico en general, pese a mantener el esquema heredado de la trama


marcana de la crisis en Getseman, la huida de los apstoles y la negacin de Pedro.270
A nivel interno, la comunidad mateana se organiza en conventculos an asociados a
la sinagoga, espacios que se conocen como ekklesiai, es decir reuniones o asambleas de
los creyentes. La diferencia en la denominacin denota un alejamiento de las
autoridades rabnicas en pos de un nuevo tipo de liderazgo que est siendo debatido y
que an no encuentra una cristalizacin efectiva.271 La parbola del trigo y la cizaa
ilustra este conflicto: los esclavos quieren depurar la plantacin y arrancar la cizaa,
separndola del trigo, pero el amo les dice que las dejen crecer juntas a fin de no
cometer el error de arrancar alguna espiga de trigo en el afn por depurar. Los esclavos
en este caso tipifican a pretendidos lderes locales celosos de una disciplina
discriminadora, pero el autor no legitima su ardor, sino que se remite al juicio divino
final.272 Visto as, Mt est retomando la cuestin de no juzgar, 273 lo cual resalta la
indefinicin organizativa de estas ekklesiai cristiano-nomistas minoritarias y
marginales.274 Hay un liderazgo externo reconocido en la figura del itinerante, pero nos
encontramos con una imagen ms devaluada de la misma. Parece ser que el nfasis
mateano en reconocer al carismtico por sus frutos implicara una postura antipaulina,
ya que el apstol-profeta debe manifestar exclusividad con los judos y debe vivir de la
hospitalidad de los anfitriones dignos que lo reciben. 275 Muchos carismticos pueden
profetizar, expulsar demonios y realizar milagros segn el autor de Mt, pero eso no
basta, pues deben seguir la Ley juda, ensear los preceptos y ponerlos en prctica ellos
mismos.276 No se niega la prdica a los gentiles, pero esa tarea no le incumbe a la
comunidad mateana.277
Dada la presencia de estas ekklesiai marginales, es necesario que ahondemos acerca
del funcionamiento efectivo de las mismas y su postura en relacin a la esclavitud. Esto
puede verse muy concretamente en los relatos parablicos, donde ahora, a diferencia de
Mc, se enfatiza al esclavo como actor y protagonista. Sin embargo las parbolas son
ficciones orientadas a los intereses del autor y no sera correcto tomar las prcticas all
270

- Cfr. Aguirre (1991:51-59); Gnilka (2003:127-135).


- Cfr. Brooks (1987:120-123); Theissen (2002:73-79); Montserrat Torrents (2005:226-228).
272
- Barth (1980:165-172); McIver (1995:643-659).
273
- Mt 7.1-5. Theissen (2002:86-91) presenta a la comunidad mateana como la autoridad local, cuyo
poder emana de su consenso.
274
- Las mismas pueden reconvenir a un hermano por sus pecados, pero no pueden expulsarlo ni
someterlo a ninguna medida expiatoria. Mt 18.15-18.
275
- Mt 10.5-15. Cfr. Hanger (1997:20-30).
276
- Mt 7.21-27.
277
- Sim (1995:39-44).
271

55

descritas como reales y comunes. Esto nos lleva a buscar lneas de anlisis que vayan
ms all de la mera estructura de premios-castigos que salta a primera vista en los
relatos mateanos sobre siervos. Tres son las parbolas que tienen protagonistas esclavos:
la historia del siervo despiadado,278 el relato del esclavo aprovechador y el prudente, 279 y
la historia de los talentos repartidos.280 Glancy ha visto en estos textos historias de
esclavos triunfadores, evidencia de que la esclavitud era una ruta positiva de avance en
el mundo antiguo.281 Si bien esto es cierto, hablar de douloi triunfadores es algo
extremo, pues hemos visto que la cristianizacin del espacio domstico en las dcadas
del 70-80 era un proceso que poda alterar la idea del xito de los esclavos urbanos
familiares y limitar sus prcticas. En Mt vemos que los siervos toman las riendas en
varios asuntos que les conciernen: sus negocios y sus obligaciones domsticas. Los
esclavos son puestos a prueba por el amo y se les pide cuentas de sus actitudes y sus
negocios. El oiketes que falla en la prueba es separado-expulsado. 282 Esto parece apuntar
al proceso de cristianizacin domstico. Vimos que la comunidad de Mc era una
comunidad de expectantes temerosos pero an no inmersos en una vida de casa
codificada en base a la fe mesinica. Mt habla de separacin de los miembros renegados
y su despojo de beneficios tales como negocios y responsabilidades importantes. El amo
es una figura muy presente en el relato de Mt, por contraposicin a Mc donde era un
absentista. En el caso del siervo despiadado, solo en este caso, el esclavo es entregado a
los torturadores.283 Esto ocurre porque infringe la tica patriarcal, presente en el ejemplo
del rey-amo, cosa que en los otros casos no se da, pues los siervos simplemente son
probados en sus capacidades de fidelidad. Harrill habla de una personalizacin del
oiketes en Mt, pues las parbolas abogan por la internalizacin de los deseos del amo.284
El siervo despiadado de Mt 18.23-35 vio actuar al rey y debi emular su accionar; al no
hacerlo es castigado, pues ya ha recibido una instruccin moral previa. En el caso del
esclavo encargado y del esclavo poseedor de un talento su prueba falla y se les quita la
confianza, tachndolos de disimuladores y arrojndolos a la oscuridad. Claramente estos
subordinados no han aceptado la moral domstica cristiana de obediencia y solidaridad
y se los separa del conventculo domstico de creyentes en Jess. Por contraposicin, el
278

- Mt 18.23-35.
- Mt 24.45-51.
280
- Mt 25.24-30.
281
- Glancy (2006:114).
282
- Los verbos usados son dixotomo en Mt 24.51 y ekbllo en Mt 25.30. El primero remite a la idea de
corte, de separacin de una parte; el segundo significa expulsar.
283
- Cfr. Crossan (1974:17-62).
284
- Harrill (2006:23).
279

56

esclavo fiel y emprendedor recibe responsabilidades mayores en el hogar, signo de la


confianza del amo por su conocimiento, no solo de sus deseos sino tambin de la tica
imperante en el oikos.285 No se habla nunca de la manumisin como premio, pues eso
debilitara el lazo con el subordinado y lo alejara del ncleo creyente que lo contiene.
Un liberto es un riesgo para la imagen externa de las ekklesiai mateanas, pues podra
caer en prcticas gentiles que generaran crticas contra la asamblea.
La comunidad de Mt conoce casas cristianas aunque mantena una posicin dual en
relacin a la familia; por un lado se enfatiza continuamente a los familiares como
entregadores enemigos, detalle que quizs muestra cun vinculados estaban los
cristianos en las estructuras del judasmo norpalestino, pues la fe mesinica enfrenta a
los miembros de la misma familia,286 incluso a Jess y sus parientes.287 Por otro,
hallamos el debate sobre la indisolubilidad del matrimonio (recusando el permiso de
repudio otorgado por Moiss), se nos presenta a Jess recibiendo nios y se integran
ejemplos que apuntan a la proteccin de la propiedad domstica. 288 El relato del esclavo
del centurin romano pone el acento en la importancia de la obediencia en el oikos en
medio de la polmica con el judasmo rabnico.289 La fe del centurin se cimenta en la
cadena de mandos: l tiene un superior y lo obedece; de la misma manera espera que el
esclavo obedezca. No pide ningn tipo de gestualidad taumatrgica de parte de Jess,
sino solo una orden.290 El oikos mateano es muy estricto en cuanto a la integracin en
las prcticas cultuales cristiano-nomistas, por lo cual es necesario mantener un orden
vertical que no admite titubeos, disimulaciones o violaciones en relacin a la tica
adoptada. Los esclavos no estn por encima del amo y jams lo estarn, por lo cual
deben contentarse con ser como el amo, al nivel de emular sus ejemplos. 291 El siervo
285

- Cfr. Harold Jones (1995:160-161); Glancy (2006:115-118).


- Mt 10.21-22.
287
- Mt 9.21; 10.36-37; 12.46-50; 13.57.
288
- Mt 19.1-9; 19.13-15; 24.43-44.
289
- Que un pagano posea la mayor fe de Israel es un punto de controversia y provocacin. Cfr. Boring
(1995:226); Levoratti (2003:321-322). Cfr. Zuntz (1945:183-190).
290
- Mt 8.5-10.

291
- Mt 10.24-25.

286

57

del centurin obedece la orden de Jess as como su amo obedece la de sus superiores.
El amo da el ejemplo y su fe, enmarcada en una estructura domstica jerrquica,
devuelve la integridad fsica al esclavo.292 Por oposicin, el siervo despiadado no sigue
el ejemplo del amo-rey en la cuestin del perdn de la deuda. Que el amo sea un gentil
en el episodio del esclavo del centurin no es un dato menor. La comunidad marginal
mateana mantiene una relacin compleja con los gentiles, pues ha sufrido a manos de
los mismos.293 El resultado fue su aislamiento del mundo pagano, en el que, no obstante,
se ve justicia y temor de Dios,294 pero tambin se observa corrupcin y un acuerdo con
los lderes judos para ocultar la resurreccin.295 Tanto el centurin de Cafarnaum como
la mujer cananea no estn en el plan de evangelizacin de la comunidad mateana. 296
Jess no entra en sus casas, sino que ellos van a l a pedir una gracia para su familia. En
ambos casos se les concede el milagro por su fe y su humillacin.
El oikos judeocristiano en Mt es un oikos ms consolidado que el marcano, atento al
ejemplo del cabeza de familia y regido por estrictas normas de conducta. 297 Sin
embargo, puede haber escisiones y castigos para quienes no internalicen la nueva moral,
la cual depende cada vez ms de los ncleos locales que de los itinerantes. Estos
itinerantes an presentes deben ser fieles cumplidores de la Ley y practicantes efectivos
de los preceptos de la misma, sino no tienen cabida en las ekklesiai mateanas. Estas
comunidades no esperan la parusa inmediata y proponen una insercin en el mundo ya
no disimulada como en Mc, sino abierta, en la que se proclame lo enseado y los de
fuera vean las buenas obras de los adeptos y reconozcan su justicia.298 Los de fuera son
concretamente el tronco central del judasmo rabnico, reorganizado en el norte de
Palestina.

292
- Este relato del esclavo del centurin conocer otras versiones en el Evangelio de Lucas (7.1-10) y en
el Evangelio de Juan (4, 46-53), adaptadas a contextos diferentes que exploraremos ms adelante.
293
- Josefo relata los reclamos y acciones antijudas en Antioqua de Siria hacia el fin de la Guerra Juda,
cuando los habitantes de la zona pidieron a Tito que revoque los derechos de los judos (La guerra
7.103-104,108-111). La situacin juda en Antioqua, y en Siria en general, se complic con la guerra
juda, por lo cual no es de extraar que la comunidad de Mt haya experimentado violencias en su historia
previa. Sim (1995:35-39); Carter (2007:69-71).
294
- Mt 27.14, 19, 24, 54.
295
- Mt 28.11-15. Este relato solo se encuentra en este evangelio.
296
- Carter (2004:273-274) analiza el episodio del centurin junto con el de los magos de oriente (Mt
2.1-12) y el de la mujer cananea (Mt 15.21-28), proponiendo que el autor, a travs de estas
individualidades, quiere anticipar el propsito escatolgico de Dios, que incluir a las naciones. Sim
(1995:19-30) no cree que estos episodios sean evidencia suficiente para sealar una apertura a los
gentiles, pues en Mt se los tacha de irreligiosos y se aconseja evitar su contacto.
297
- Es de remarcar que el autor de Mt no toca el tema de la circuncisin. Esto puede ser porque se da por
sentado que se practica, como opina Sim (1995:44-46), o porque es indiferente su realizacin. Boring
(1995:98).
298
- Mt 5.16; 10.26-33.

58

Un poco posterior a Mt encontramos a la Epstola de Santiago (desde ahora Sgo), un


documento

que

nos

sigue

dando

informacin

sobre

las

comunidades

judeohelensticas-cristianas de la zona de Siria-Palestina. 299 Este texto se presenta como


una enseanza moral en base a breves discursos homiliticos que retoman varios temas
mateanos. Se ha propuesto que el autor de Sgo ley a Mt, pero Shepherd Jr. ha sealado
correctamente, por oposicin a Goodspeed, que los temas de Sgo estaban tomados de
una tradicin didctica que provena del cristianismo judeo-helenstico, temas que
siguieron apareciendo en escritos posteriores oriundos de la misma zona como la
Didaj.300 Sgo es un texto clave para ver la aparicin de denominaciones jerrquicas
locales propias de la sinagoga cristiano-nomista,301 ya que menciona a los ancianos
(presbiteroi) y a los maestros (didaskaloi).302 Estos ltimos parecen comenzar a ejercer
un cierto poder sobre los oikoi locales, lo que genera ambiciones en el acceso al
cargo.303 Concretamente hablamos de una comunidad local sin mencin de carismticos,
en la cual se enfatiza la necesidad de las obras de la Ley adems de la fe. 304 Muchos han
visto aqu un recrudecimiento de la polmica con los paulinos, pero es dudoso que Sgo y
antes Mt tuvieran conocimiento de las cartas paulinas.305 El problema de las obras en
Sgo se comprende al observar a los destinatarios del escrito: propietarios y comerciantes
con recursos. Ellos reclaman tener fe, pero no lo demuestran en la prctica, pues se
desinteresan del resto de la sinagoga: pobres, jornaleros, etc. 306 Como nunca antes
observamos una comunidad con miembros bien situados econmicamente y asociados
fuertemente a la sinagoga.307 El eje local descansa en estos personajes, a los que se les
exige asumir su rol de benefactores y anfitriones.308 Los esclavos quedan absorbidos en
este esquema como elementos de soporte y piezas clave del hogar cristiano-nomista, tal
como se ver a fines del siglo I y las primeras dcadas del II durante los conflictos por
la jerarquizacin, cuando estos propietarios econmicamente solventes consoliden su
influencia, desplazando definitivamente a cualquier poder carismtico externo.
299

- La ubicamos hacia fines de la dcada del 80 siguiendo a Fernandez Ubia (2009:71). Cfr. Davids
(1988:3622-3625).
300
- Cfr. Goodspeed (1937:291-295); Shepherd Jr (1956:40-51).
301
- En Sgo no se habla de ekklesia, sino de sinagoga (2.2), igual que en Apocalipsis y en las cartas de
Ignacio de Antioquia. Cfr. Zetterholm (2005:91-100); Robinson (2009:72-76, 89-92).
302
- Sgo 3.1; 5.14.
303
- Sgo 3.1, 13-18.
304
- Sgo 2.14-26.
305
- Cfr. Boring (1995:95); Levoratti (2003b:1095-1096).
306
- Sgo 2.6; 5.4. Miguez (1998:90-95) ha propuesto ver en Sgo la crtica a un sistema jerrquico
clientelar al interior de la asamblea.
307
- De hecho no hay ninguna exclamacin cristolgica en la epstola. Johnson (1998:180-181); Levoratti
(2003b:1093).
308
- Sgo 2.25. Cfr. Reicke (1964:35); Johnson (1998:199).

59

La dcada del 80 y el inicio de los aos 90 encontraron a las comunidades de


raigambre paulina en medio de una necesidad de volver a pensar ciertos conceptos del
apstol que haban sido dejados de lado durante la reorganizacin en los aos
posteriores a la Guerra Juda. Vimos que en Col no se mencionaba al Espritu Santo y
que se silenciaba la nocin de discernimiento, promoviendo en su lugar la obediencia a
la cabeza; asimismo tampoco apareca en Col el tema del trabajo como tpica marca
paulina. En la Epstola a los Efesios (de ahora en ms Ef) el clima comunitario es
diferente pese a que la herencia de Col est muy viva.309 Por la epstola vemos una
comunidad gentil que atraviesa problemas internos, fruto de ciertas disputas acerca de la
incipiente autoridad que ya se presenta con cargos diferenciados.310 Esta imagen no dista
mucho de la ofrecida por Hechos de los Apstoles (Hch), escrito de la rbita paulina
asitica un poco posterior a Ef.311 En Hch 20.17-38 Pablo se despide de los presbteros
de feso y los conmina a vigilar y a estar atentos porque de entre ellos mismos saldr el
error y la divisin.312 Tambin Apocalipsis (Ap), escrito asitico del periodo de
Domiciano,313 nos aporta informacin acerca de la existencia de ciertos poderes en
pugna en las iglesias de Asia Menor,314 sobre todo en feso, donde se descubre el
engao de los falsos apstoles.315 Sin embargo debera pensarse de qu apstoles est
hablando el autor de Ap, pues su fuerte tendencia judeocristiana puede llevar a pensar
que los que se llaman apstoles sin serlo sean los paulinos, aquellos que identifica
como la sinagoga de Satans.316 Queda claro entonces que las vertientes cristianas de
Asia fueron las primeras en jerarquizarse a fines de los aos 80. Este proceso fue muy
bsico y simplemente orientado a identificar cabezas como referentes reconocidos en la
organizacin de los santos y en las funciones del ministerio,317 lo cual podra haber
309

- No se sabe si est dirigida realmente a los efesios. Mitton (1973:3); Van Roon (1974:3-4); White
(2007:334-335). Theissen (2003:188-190) argumenta a favor de la destinacin a los cristianos de feso.
310
- Ef 4.11. Foulkes (1963:117-120) y Huged (1973:160) proponen ver en la lista de cargos una
convivencia entre itinerantes y poderes locales.
311
- Seguimos a White (2007:314) al considerar que Lc-Hch fueron obras escritas en Asia Menor, no en
Roma. Hay quienes las hacen propias del cristianismo romano: Theissen (2007:97-99).
312
- Mount (2002:111-131) analiza el texto de Hch sobre la visita de Pablo a feso y sus recomendaciones
a la luz de las realidades de las comunidades paulinas de la dcada del 80.
313
- Cfr. Arens Kucherlkorn- Diaz Mateos- Kraft (1999:1682-1683); Foulkes (2003:1181-1182); White
(2007:352-354).
314
- Ap 1.11. Cfr. Weiss (1997:46-73).
315
- Ap 2.2. Cfr. Hoyos (1957:134-142).
316
- Ap 2.9; 3.9.
317
- Ef 4.12.

60

implicado ciertos aspectos cultuales. No surge un poder monoltico y consagrado, sino


una primera alineacin de cabezas que busca legitimarse y definir una posicin en
relacin a la matriz juda y al imperio. Los paulinos desde Col se haban volcado a una
postura filoimperial;318 la comunidad de Ap renegaba del imperio, condenaba el poder
de Roma y reivindicaba a los mrtires y vctimas de la Guerra Juda. Para esta vertiente
judeocristiana adaptarse a los patrones de la cultura romana era sinnimo de adorar a
Satans segn White.319
Frente al reclamo de Ap a varias iglesias de Asia sobre la obligacin de respetar los
preceptos noquicos (puntos bsicos de la Ley) por parte de los creyentes gentiles, 320 Ef
y Hch se muestran laxos en esa cuestin, subrayando que Cristo hizo las paces entre
judos y gentiles, y que los lderes apostlicos de Jerusaln haban reconocido la
apostolicidad de Pablo y haban legitimado su forma de misin a los gentiles. 321 No es
menor el hecho de que Hch sea la primera historizacin de las iglesias paulinas, vistas
en clara concordia y continuidad con el prestigioso y ya desaparecido ncleo
jerosolimitano de Santiago. Podramos pensar entonces que la comunidad del autor de
Ap tambin remontaba su origen a los observantes de Jerusaln y una su martirio con el
de los rebeldes judos de la guerra. 322 El pasado comienza a ser objeto de debate y
apropiacin, la base de una evidente voluntad jerrquica que recurre a la historia del
movimiento para legitimar sus posturas.323
Qu rol jugaron el espacio domstico y los esclavos en este proceso? Los paulinos
apelaron al esquema patriarcalista, anclado en el esposo-padre-amo y propietario
diligente. A este se le pide en Ef que forme a sus hijos en el Seor y que sea el reflejo de
la experiencia divina para su esposa y esclavos.324 La mujer debe ser bautizada para
pertenecer al oikos,325 es decir para estar habilitada a unirse carnalmente al hombre; no
ocurre lo mismo con los douloi, a los cuales solo se les pide temor y temblor.
318

- Los cristianos paulinos de Asia Menor han aminorado el conflicto entre las vertientes juda y gentil
del movimiento, defendiendo por encima de ellas la idea de unidad e insercin en el mundo. Cfr. Lee
(1956:36-50); Barth (1959:39-50); Montserrat Torrents (2005:243).
319
- Cfr. White (2007:362-363). El conflicto en Asia Menor no parece darse por la existencia de una
persecucin, sino por distintas formas de prcticas sociales entre grupos cristianos. Cfr. Friesen
(1995:229-250). Los judeocristianos apocalpticos y los paulinos no eran las nicas vertientes cristianas
en Asia Menor, pues tambin se menciona a nicolatas y adoradores de Juan Bautista. Cfr. Raisanen
(1995:1602-1622); Wall (2002:260-263); Richard (2003:734).
320
- Ap 2.20.
321
- Ef 2.11-13; Hch 15.23-29. En Hch 21.21 nos encontramos con que la misin de Pablo ha variado los
requisitos de integracin incluso con los creyentes judos.
322
- las almas de los que fueron decapitados por el testimonio de Jess y la palabra de Dios Ap 20.4
323
- Cfr. Hengel (1980:35-39); Barrett (1999:515-534); Wall (2002:5-11).
324
- Ef 5.21-33; 6.4, 9.
325
- Ef 5.26.

61

Claramente su cristianizacin no era completa y quedaban en una postura marginal que


tcitamente favoreca al propietario. Al no estar bautizados en el nico bautismo, 326 no
tenan participacin plena en la pureza de los santos y no podan competir, sobre todo
las esclavas, con su duea. El esposo debe santificar a la esposa y evitar que tenga
mancha alguna,327 es decir que debe evitar la vinculacin sexual con las esclavas. Es por
esto que a los oiketai se los reclua y se los limitaba a obedecer con temor y temblor,
perdiendo ya toda esperanza de movilidad social. 328 Standhartinger ha notado que Ef no
habla de herencia o de lo justo y equitativo en referencia a los esclavos como haca
Col.329 Los paulinos miden sus expresiones y las ajustan a nuevos esquemas. Es por esto
que, por ejemplo, el tema del Espritu Santo aparece domesticado en Ef al promoverse la
idea de unidad del Espritu, la cual se corporiza en los nuevos lderes locales con poder
de discernimiento.330 Solo ellos pueden discernir porque tienen los medios econmicos
para hacerlo, pues o son personas con cierta relevancia econmica (los llamados ricos) o
son artesanos trabajadores y administradores de su taller. El autor del Evangelio de
Lucas (Lc) y de Hch focaliza particularmente la situacin de los pudientes en la
comunidad, pues era necesario que ejercieran de benefactores.331 En si, segn Theissen,
el liderazgo preferido por el autor de Lc-Hch es el de los artesanos propietarios y no el
de los ricos, que dan de lo que les sobra y cuya lealtad es dudosa y fraudulenta, o el de
los ascetas pobres.332 Los artesanos son buenos administradores pues se mantienen a s
mismos, a su oikos y poseen adems recursos para ayudar a otros con su trabajo. En esta
cuestin, aclara Theissen, el autor de Lc-Hch se opone a la regla de mantenimiento
comunitario de los ministros locales, los cuales deben ganarse la vida con su trabajo; la
manutencin del itinerante no se cuestiona, pero est en tensin con el espritu de
familia que rige a la comunidad local.333 Ef retom la cuestin del trabajo en la lnea de
326

- Ef 4.5.
- Ef 5.26-29.
328
- Ef 6.5-9.

329
- Standhartinger (2000:127-129).
330
- Ef 4.3-7. Schlier (1991:250) ve el versculo 7 en contraste con la seccin anterior, pues la diferente
distribucin de la gracia de Cristo podra atentar contra la unidad.
331
- Lc 8.1-3; Hch 4.36-37; 9.36; 12.12; 18.1-3.
332
- Theissen (2007:127-133).
333
- Theissen (2007:130-131).
327

62

2Tes, pues impuso una moral econmica capaz de crear lazos intracomunitarios y de
favorecer la unidad. Trabajar para mantenerse y adems integrar y sostener al necesitado
(pobres, viudas, hurfanos) era una clave para la consolidacin del liderazgo local. 334
Ese liderazgo naca del oikos, de la familia extensa. Ef lo sabe y tambin lo sabe el autor
de Lc-Hch. En este ltimo, aunque se privilegia a la familia en la fe, la condena a la
familia carnal no es tan tajante.335 Encontramos as breves episodios sobre oikoi con
esclavos, relatos en los que se resalta fundamentalmente el papel del amo: la parbola
del esclavo que trabaja en el campo y regresa a su casa para servir al amo, 336 la historia
del esclavo administrador vigilante en ausencia de su seor,337 y el relato del esclavo del
centurin.338 En los tres casos el amo tiene sus obligaciones laborales y los esclavos
deben acomodarse a su voluntad a fin de salvaguardar la estructura jerrquica y la
propiedad. Es por eso que el siervo que trabaja en el campo durante el da debe servir a
su amo al volver; de igual manera el esclavo administrador debe respetar las raciones de
los otros y velar por el bien de la propiedad en ausencia del amo; el esclavo enfermo del
centurin debe responder a la orden de curarse, emitida por un superior. En dos de los
tres casos los siervos reciben una recompensa, ya sea en un cargo mayor, ya sea en el
retorno de la salud fsica. Solo en la historia del esclavo agrcola que tambin hace las
veces de domstico la conclusin es ms parca: no hay recompensa por hacer lo que es
obligacin personal.339 El doulos no recibe ningn agradecimiento por sus acciones
correctas en lo que concierne a lo cotidiano. Lo que se premia es la confianza
depositada en el esclavo administrador de bienes, que tiene una categora y un poder
domstico distinto, basado en una mayor intimidad con el propietario.340 Es por esto que
debe ser castigado si no acta acorde a la voluntad del amo, cuyos deseos debe
conocer.341 El propietrio es la cabeza de toda la estructura del oikos y de la ekklesia
paulina. Por esto Ef pide a los notables locales examinar lo que agrada al Seor,
comprender su voluntad,342 la cual se manifiesta en un tipo de vida domstica controlada
334

- Ef 4.28.
- La familia de Jess se presenta a una luz ms positiva en los captulos de la infancia ( Lc 1-2) y se la
muestra unida al movimiento en Hch 1.14. Los pasajes acerca de la primaca de la familia espiritual y la
oposicin de la familia biolgica no desaparecen: Lc 8.21; 9.59, 61; 11.27-28; 12.52-53; 14.26; 21.16.
336
- Lc 17.7-10.
337
- Lc 12.37-38, 42-48.
338
- Lc 7.1-10. Para Abogunrin (1999:1289) y Mora Paz- Levoratti (2003:562) estos versculos contienen
admoniciones para la jerarqua.
339
- Cfr. Blomberg (1990:260-262); Hultgren (2002:247-251).
340
- Hultgren (2002:157-171); Glancy (2006:107-113). El esclavo del centurin tambin parece gozar de
intimidad, pues se dice que es muy querido para su amo; las razones de tal cario se ignoran, aunque
podra suponerse que es un nio (el texto usa el vocablo pais).
341
- Lo mismo ocurre con los esclavos del rey en la parbola de las minas. Lc 19.11-27.
342
- Ef 5.10.
335

63

donde todos los integrantes deben reconocer a sus superiores. En cierto sentido la
relacin amo-esclavo refleja la del lder local-Dios. La figura del carismtico va dejando
lugar a una estructura alternativa de poder.
El autor paulino de Lc-Hch integra diversas fuentes en su obra a fin de armonizar las
divisiones socioculturales existentes, pero no siempre tiene xito en su empresa. 343 Esto
seala que las comunidades paulinas siguen siendo amplias y conciliadoras hacia los
aos 90, afirmando que Cristo de dos pueblos hizo uno.344 Theissen definir este trabajo
de sntesis como bsqueda del equilibrio.345 El autor de Lc-Hch muestra a sus
personajes como fieles observantes de las prescripciones legales judas, ms que nada
visibles en los relatos de la infancia, entre los cuales encontramos incluso el episodio de
la circuncisin de Jess;346 por otro lado, Pablo se declara ciudadano romano y rompe
con los judos varias veces para ir a predicar a los gentiles. 347 Este nfasis en una misin
paulina iniciada en la sinagoga (lo que bien puede ser verosimil) supone un dilogo con
la institucin sinagogal asitica.348 Ya existe una voluntad cristiana de excluirse de la
sinagoga, voluntad que se refuerza en la idea de la anulacin de la Ley por el sacrificio
de Cristo.349 Sin embargo, la tensin sigue vigente, pues el autor de Hch presenta a
Santiago recriminndole a Pablo que ensea a los judos que viven entre los gentiles que
se aparten de Moiss, que no circunciden a sus hijos y que no observen las
tradiciones.350 Entre Juan Bautista, Jess, Pedro y Pablo se da una progresin en la que
las observancias judas son vistas como elementos iniciales que, fundamentalmente,
estn destinados a silenciar polmicas referidas al origen de Jess y a su calidad de
judo. Son Pedro y Pablo, impulsados por el Espritu, los que innovan y se acercan a los
gentiles y a Roma. En Hch ya no es la demostracin de judasmo lo que legitima al lder
en los captulos finales, sino que la legitimidad viene por el estatus: Pablo se presenta
como ciudadano romano, ttulo que le facilita la misin. El ejemplo ms claro se ve en
el episodio de Filipos en el que Pablo, al exorcizar a una esclava oracular se gana la
animadversin de sus amos, que lo acusan de judo y amotinan al pueblo contra el
343

- Mount (2002:147-148) cree que el autor de Hch est falto de categoras historiogrficas para describir
la diversidad del movimiento cristiano primitivo en sus fuentes.
344
- Ef 2.14. Cfr. Barth (1959: 39-50); Barth (1991:165-173).
345
- Theissen (2007:102-103).
346
- Lc 2.21.
347
- Mount (2002:103-104). En sus cartas originales Pablo no reconoce su categora de ciudadano
romano. Es el autor de Hch quien le otorga este ttulo, que aparece en tanto Pablo rompe con los judos
para ir a los gentiles. Cfr. Van Minnen (1994:43-52).
348
- Cfr. Nogueira (1998:129-130).
349
- Ef 2, 14.
350
- Hch 21.21.

64

apstol. Luego de azotarlo y ponerlo en la crcel, Pablo les revela que es ciudadano
romano; las autoridades, temerosas, lo liberan y el sigue en la ciudad un tiempo mas. 351
Vemos aqu una reorientacin del liderazgo cristiano paulino, ahora legitimado por su
estatus. El lder que discierne ya no es un observante de la Ley, sino que es un
propietario urbano con recursos y capaz de obligar a toda su casa (incluidos los
esclavos) a adoptar el cristianismo. 352 En este punto es interesante considerar que en
Hch los colaboradores y conversos paulinos son gente de mayor estatus que los
mencionados en las cartas originales del apstol.353
Se ha configurado un hogar cristiano solidario con el imperio por cuestiones de
insercin social y cvica, pero, sin embargo, en relacin cordial, la mayor parte del
tiempo, con la sinagoga.354 Este equilibrio se refleja a nivel domstico, pues la consigna
de Ef para iniciar el discernimiento es miren atentamente cmo viven. 355 El
amo-propietario no debe embriagarse y as perder el control, sino llenarse del Espritu,
es decir, efectivizar su autoridad interna.356 Los esclavos de estas familias urbanas deben
obedecer y contentarse con ser depositarios de la confianza del amo, sobre todo en
materia econmica. Este no es un detalle menor, pues la nocin de administrador fiel e
integrado en los proyectos del amo instala a los dependientes domsticos como piezas
referenciales en el oikos cristiano. Podrn no estar siempre bautizados, pero s estaban
cristianizados y se les exiga ser modelos de sumisin para los externos.
Ap nos brinda la contraimagen de la organizacin paulina. Para el autor de este texto,
tambin producido en Asia Menor hacia las dos ltimas dcadas del siglo I, la
configuracin comunitaria en base a conventculos domsticos urbanos es un mal signo,
pues rompe la solidaridad sinagogal a la que los judeocristianos estaban originalmente
adscriptos. Es por esto que el autor de Ap llama a sus opositores sinagoga de Satans,
aquellos que se proclaman judos y no lo son. 357 Est hablando claramente de
secesionistas que han alcanzado su propia organizacin. Los cristianos nomistas a los
que se dirige Ap no solo siguen vinculados a la sinagoga, sino que reivindican a los

351

- Hch 16.16-40. Mount (2002:142-144); White (2007:327).


- Hch 10.1-2, 47-48 (Cornelio y su familia); Hch 16.14-15 (Lidia y su familia).
353
- Meeks (2003:61).
354
- An la sinagoga no es un lugar prohibido, pues Jess y Pablo predican all y el autor remarca que sus
personajes respetan la Ley. Lc-Hc seala una separacin gradual del judasmo que se opera incluso contra
la voluntad de las partes implicadas. Theissen (2002:116-120).
355
- Ef 5.15.
356
- Ef 5.18.
357
- Ap 2.9; 3.9. Schussler Fiorenza (1986:137) cree que con el trmino sinagoga de Satans el autor de
Ap se refiere a la sinagoga rabnica.
352

65

mrtires de la Guerra juda y a aquellos que dieron testimonio de Jess.358 Es por eso
que en base a esta fuerte impronta juda exigen a los gentiles que observen los
mandamientos noquicos,359 aspecto en el que los paulinos han comenzado a ser ms
laxos en varias iglesias asiticas.360
Para Ap cimentar la comunidad en base a la familia local y al incipiente liderazgo de
sus cabezas es sinnimo de amoldarse al imperio. Es por esto que el autor identifica al
falso profeta (Pablo?) como promotor de la Bestia (el imperio), 361 pues hace que todos:
pequeos y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos se hagan la marca con el
nombre de la bestia o con la cifra de su nombre. 362 Esto remite a la tolerancia y al
respeto por el culto imperial en las ciudades asiticas, sobre todo en aquellas donde
Domiciano y sus antecesores tenan templos oficiales (el lugar del trono de
Satans)363. El que tiene la marca de la Bestia puede comprar y vender, es decir que
puede moverse libremente (aqu hay una crtica a los paulinos pues se dicen judos ya
que pagan el fiscus judaicus, pero no participan de la sinagoga y toleran el culto idlatra
de los emperadores Flavios)364. Es por esto que el autor se opone a la familia, pues crea
lazos carnales que llevan a priorizar la supervivencia y, con ese fin, negocia con
Satans.365 En la estructura familiar se ha terminado el don proftico que permite
discernir,366 pues ahora todos van en conjunto detrs de algunos lderes que se arrogan el
control de la disciplina moral y comienzan a ser reverenciados (de aqu que dos veces
en Ap se corrija al vidente cuando quiere adorar a intermediarios) 367. La sinagoga
358

- Ap 20.4; 6.9; 16.6.


- Ap 2.14.
360
- Quizs la acusacin de tibieza se vincule con esto. Ap 3.15-16.
361
- Ap 13.11-14.
362
- Ap 13.16-17.

Ap 19.18.

363
- Ap 2.13.
364
- Cfr. Kraybill (1996:15-31). Harland (2000:99-121), sin identificarlos con los paulinos, presenta a los
opositores del autor de Ap como cristianos participantes en asociaciones cvicas fundamentalmente a
travs de sus actividades comerciales o artesanales.
365
-Segn Nogueira (1998:135) en Ap 2.20-23 el autor del texto est criticando la tica sexual
matrimonial y familiar paulina, contraponindola con su rigurosa ascesis proftica.
366
- En Ap 19.10 el autor seala que el testimonio de Jess es el espritu de profeca, que l posee ( Ap
10.11), pero que est ausente de los ncleos cristianos opositores, que siguen rdenes del falso profeta al
servicio de la Bestia y as se garantizan la inclusin social.
367
- Ap 19.10; 22.9.
359

66

judeo-cristiana de Ap es proftica y milenarista, proyectada hacia la destruccin de


Babilonia-Roma y la conservacin pura de los fieles hasta el cumplimiento del tiempo.
Los cristianos paulinos se han secularizado y se manchan continuamente con las
prcticas impuras, fruto de su interaccin social y cvica.368 Se reconoce que hay
esclavos en los oikoi paulinos y que estos esclavos actan a la par del amo en lo que
respecta a su accionar econmico y cvico, pues han internalizado las pautas de
pertenencia al hogar cristiano.

En la comunidad romana la configuracin domstica del cristianismo se proyect con


fuerza en la dcada del 90, periodo del cual poseemos escritos que sealan la
consolidacin de una nueva identidad. Si bien la comunidad de creyentes romana exista
desde poca muy temprana, recin a fines del siglo I realiza una primera interpretacin
de su historia. Con ella busca establecer puntos de referencia autoritativos para
fortalecer a la jerarqua en consolidacin. Vemos as que en 1 Pedro, Hebreos y 1
Clemente (a las que identificaremos como 1Ped, Heb y 1Clem) se exaltan las figuras de
Pedro y Pablo, apstoles romanos por excelencia y smbolos de una comunidad mixta.369
Los romanos mantenan vnculos con las asambleas paulinas de oriente, de las cuales
haban recibido fuertes influencias,370 pero tambin daban cabida a corrientes de tipo
apocalptico-milenaristas en su seno.371 La iglesia romana era receptiva y flexible,
abierta a mltiples vertientes cristianas. Pese a esto pareciera que a nivel cvico, sobre
todo bajo el periodo de Domiciano, sufri por su vinculacin al judasmo. 372 Ya durante
el inicio del siglo II el cristianismo romano fue percibido por autores como Tcito,
Suetonio y Plinio el Joven como un movimiento autnomo, omitindose la referencia a
sus races judas.373 Segn Montserrat Torrents se puede retraer esta particular identidad
del cristianismo romano al periodo neroniano, cuando se dio la supuesta persecucin y
ajusticiamiento de cristianos; esto habra ocurrido porque ciertos sectores de creyentes
368

- Ap 22.11.
- 1Ped 1.1; Heb 13.7-9; 1Clem 5.4-7.
370
- Esto se evidencia fundamentalmente en 1Ped. White (2007:333-334).
371
- En 1Ped 4.7 an hay expectativa escatolgica; igual que en Heb 10.37-38.
372
- 1Clem 1.1; Heb 10.33. No adherimos a la idea de una persecucin contra los cristianos bajo el
reinado de Domiciano. Estos habran sufrido las presiones gubernamentales por el simple hecho de ser
identificados como judos, ya que Domiciano oblig a pagar fiscus judaicus incluso a los judaizantes no
circuncidados pero adscriptos a la sinagoga. As opina Gonzalez Salinero (2005:46-48). Cfr. Knudsen
(1945:17-32); Keresztes (1973:1-28), Sordi (1983:43-53); Gillis (1951:169).
373
- Tacito, Anales 15.44; Suetonio, Los doce csares. Claudio 25; Nern 16; Plinio el Joven, Epistolas
10.96,7.
369

67

se separaron de la sinagoga, se atrajeron la atencin del gobierno por sus actitudes


exaltadas y sufrieron las consecuencias.374 Hablamos entonces de una identidad cristiana
con estructuras organizativas propias y miembros de un cierto estatus social acomodado,
entre los que podemos encontrar artesanos y comerciantes.
Los cristianos de Roma ya no saben nada de itinerantes, aunque reconocen que Pedro
y Pablo lo eran.375 Ahora la autoridad local es el eje, y esa autoridad se ha expandido por
sobre los ncleos domsticos, dominndolos. As vemos aparecer guas o
presbteros sobre los que se impone el deber de vigilar la asamblea, justificando su
poder en su estatus econmico, en su solvencia y su capacidad de ejercer de benefactor
de la asamblea.376 Sin embargo esta jerarquizacin basada en el patronazgo econmico
ascendente es necesario que se garantice tambin ideolgicamente. Es por esto que
encontramos en 1Clem la primera justificacin de los cargos en la asamblea a travs del
concepto de sucesin apostlica. La adopcin de la memoria petrino-paulina de sus
orgenes gener que, al intervenir en el conflicto de Corinto, los presbteros romanos
aseguraran a la par su propia legitimidad, que parta de la siguiente consigna: los lderes
locales ejercen su cargo en virtud de una seleccin por parte de sus predecesores y en
esa seleccin no tiene cabida el resto de la asamblea. 377 La revuelta que culmin con el
desplazamiento de los presbteros de Corinto parece haberse gestado en sectores
econmicamente pudientes de la asamblea que abogaban por mayor participacin en
asuntos organizativos.378 Esto asustaba a los dirigentes romanos, pues el sistema
jerrquico adoptado an era muy dbil e inestable. Es por eso que la doctrina de
sucesin apostlica representa para Fuellenbach el fin de la democracia pneumtica:
el Espritu del discernimiento es atado al ministerio y las autoridades buscan instalarse
por encima de la comunidad.379 Esto incluye la subordinacin de los cabezas de oikoi,
que dejan de ser el eje de la organizacin local y pierden su rol de mediadores con Dios,
pues ahora ciertos despotai pasan a monopolizar ese beneficio.
No obstante, no debemos exagerar la significacin de la jerarquizacin con base
apostlica de los romanos, pues veremos que fue muy criticada por sectores internos a
374

- Montserrat Torrents (2005:132-137).


- 1Clem 4-7. De hecho en 1Ped 1.1; 5.12-14 el autor (que no es el apstol) intenta presentarse como
afincado en Roma, pero con contactos en Asia Menor.
376
- Heb 13.17-18 (podra inferirse incluso que el autor es un gua); 1Ped 5.1-4; 1Clem 57.1
377
- 1Clem 42.1-5; 44.1-2.
378
- La revuelta corintia ocurri a inicios de la dcada del 90. Fue una rebelin interna de la ekklesia de
la ciudad que desconoci la autoridad de los lderes presbiterales consagrados en pos de nuevas figuras.
La epstola da seales de la relevancia econmica de los rebeldes as como de su probable detentacin de
cargos jerrquicos menores en la asamblea corintia. 1Clem 1.1; 3.1-2, 4; 14.1; 16.1; 41.1.
379
- Fuellenbach (1980:64-71) lo siguen Chilton- Neusner (2002:104-106).
375

68

la misma,380 y, adems, no fue reconocida ni se impuso extensivamente en el mundo


cristiano.381 La nueva jerarqua sera mas bien un experimento de un sector romano, no
una realidad incontestada y consolidada. En la iglesia romana misma aparecieron
sectores competidores internos que cuestionaron a los presbteros, promoviendo un tipo
diferente de patronazgo. 382
Considerando este trasfondo podemos acceder al tratamiento que daba a los esclavos
el cristianismo romano de fines del siglo I. Por un lado encontramos una gran influencia
en 1Ped de los cdigos domsticos paulinos de Asia Menor (Col, Ef). Sin embargo las
admoniciones en 1Ped proponen una perspectiva distinta de la obediencia.383 El cdigo
domstico de 1Ped se centra en el sufrimiento obediente. 384 Balch evala esto desde el
punto de vista externo, es decir que los esclavos deben tolerar el sufrimiento injusto a
fin de evitar crticas a la fe cristiana. Segn l, varios siervos cristianos eran propiedad
de amos no cristianos, lo cual provocaba tensiones domsticas peligrosas.385 Esto bien
puede tomarse como verosmil y asociado a la idea del Cristo sufriente y obediente que
promueven los presbteros romanos. En 1Ped y en Heb el Cristo terrenal sufri y
aprendi la obediencia, llegando a la perfeccin y volvindose causa de salvacin y
modelo a imitar;386 el esclavo y la mujer en dependencia de un amo-esposo pagano han
de sufrir injustamente y demostrar su fe con su obediencia discreta y apologtica a fin
de evitar peligros a la comunidad,387 que se identifica cada vez menos con la sinagoga.
La iglesia no puede intervenir en los oikoi no cristianos con ninguna herramienta
(manumisin, admoniciones), pues eso sera alterar las instituciones humanas y alentar
la rebelda.388 Sin embargo las prescripciones a esclavos dan una visibilidad intrigante al
conflicto de los cristianos con deberes de lealtad ineludibles para con la sociedad
380

- Es curioso que Heb 10.24-25 hable de fieles que abandonan las asambleas. Podemos ver en esto y en
los insistentes reclamos de obediencia a los presbteros una institucin todava cuestionada y resistida,
frente a la cual hay otras alternativas.
381
- Como veremos en el prximo captulo, ni la Didaj ni Ignacio de Antioqua conocen la idea de
sucesin apostlica y, por ende, recurren a otras nociones para justificar la autoridad emergente.
382
- El grupo de libertos exitosos al que pertenece el personaje de Hermas realiza reproches a la jerarqua
de la iglesia romana y propone estrategias para ganarse el favor de los integrantes de la asamblea.
Hermas, El Pastor Vis 3, 9. 7-9 (17. 7-9); Comp 1, 8-9 (50. 8-9).
383
- 1Ped 2.18-20.

384
- Cfr. Cazotto Terra (2008:219-227).
385
- Balch (1981:81-116). Crf. Nelson (2003:251-265); Aageson (2004:34-49); Carter (2004:14-33).
386
- 1Ped 2.21-25; Heb 5.7-10.
387
- 1Ped 2.15-16; 3.14-17.
388
- 1Ped 2.13-14; Heb 10.34.

69

pagana, lo cual puede sugerir que esta era una situacin bastante comn en Roma y que
podra estar dndose tambin en Asia Menor.389 El doulos creyente con un amo pagano
es tolerado como miembro siempre y cuando se amolde al precepto de obediencia a la
autoridad que lo limita y lo posee; no se cuestiona la pureza del esclavo o la mujer en
tanto su sacrificio puede mover a piedad al amo-esposo y, a la par, proteger a la
asamblea. A diferencia de Col y Ef, que asimilaban a Cristo al amo, 390 1Ped lo asemeja
al siervo por el carcter propiciatorio mismo que atribuye al sufrimiento. 391 Con esta
ideologa los presbteros romanos buscan institucionalizar su poder por medio de la
domesticacin del Espritu: ya no se pide discernir la voluntad de Dios, sino que se
subraya que la voluntad divina es obrar el bien,392 entendido como las prescripciones
presbiteriales. El concepto de obediencia vertebra la nocin de bien y se opone a la
agitacin y la sedicin, caractersticas atribuidas a los opositores de los presbteros.393
El esclavo cristiano en la Roma de los Flavios ocupa un lugar clave como chivo
expiatorio de la comunidad (sufre y obedece como Cristo, sin poder gozar de los
beneficios de los hermanos en la fe), pero tambin como pieza clave en el esquema de
poder. En este sentido no es inocente la descripcin que realiza el autor de 1Clem de los
rebeldes de Corinto: los sin honor (timoi), los de mala fama (doxoi), los
insensatos (frones), los jvenes (veoi).394 Todos estos eptetos son propios de
esclavos, lo cual estara sealando la presencia de douloi y libertos de kyrioi opositores
en la revuelta eclesial. Los lderes rebeldes de Corinto habran usado a sus esclavos
creyentes y a sus libertos asociados para socavar el poder de los presbteros establecidos
por medio de la creacin de redes de patronazgo alternativas. Todo esto se observa por
la dura crtica de 1Clem a los corintios en relacin a la exaltacin de subordinados
domsticos, lo cual ha alterado el orden domstico y social, provocando crticas tanto de
gentiles como de judos.395 El peligro es el apercibimiento por parte de las autoridades
cvicas, asunto en el cual toda la ekklesia saldra perjudicada.
Lo curioso en 1Clem es que el autor, en sus disgresiones acerca de la moral domstica,
no incluye recomendaciones sobre los esclavos,396 por lo que pareciera que los excluye
389

- Se ve en Ignacio, A Policarpo 4.3, con el tema de la manumisin de esclavos por parte de la


comunidad.
390
- Col 3.24; Ef 6.5.
391
- 1Ped 2.21.
392
- 1Ped 2.15.
393
- 1Clem 3.3-4;14.1; 47.5-6.
394
- 1Clem 3.3.
395
- 1Clem 47.7.
396
- 1Clem 1.3 y 21.6.

70

de la familia cristiana. Esto puede deberse a su rol en la revuelta, por lo cual los
presbteros romanos intentaran aislar al siervo del mbito de pureza domstico y limitar
su actividad; la relacin amo-doulos o amo-liberto no se menciona pues puede ser la
base de un poder alternativo que hay que desalentar. Tomando el caso de Hermas,
liberto exitoso en las primeras dcadas del siglo II, podemos pensar a los esclavos y
libertos creyentes de Roma a fines del siglo I como individuos con una creciente
solvencia econmica que pueden proyectar el poder de su amo hacia el liderazgo
comunitario.397 Por esto mismo el autor de 1Clem seala una diferenciacin y exclama
ya que somos una porcin santa, huyamos de la calumnia, la unin impura, las
embriagueces, revueltas y deseos repugnantes, adulterio y soberbia.398 La porcin santa
es la familia cristiana, lo otro es el mundo gentil, en cuyo lmite estn los esclavos, con
quienes hay que mantener las relaciones justas y necesarias, pues pueden contaminar al
oikos y llevar a toda la asamblea a la crisis. Por supuesto que no se culpa a los siervos
de la sedicin en Corinto, sino a kyrioi con intereses jerrquicos; sin embargo stos no
actan solos, sino que recurren a sus dependientes y clientes, su fuerza de apoyo. De
aqu que el autor de 1Clem les pida a los amos ser dueos de s mismos y alejarse de
las murmuraciones, es decir no enajenarse.399 Esto llegara a un lmite en el que incluso
las relaciones sexuales con esclavos estaran prohibidas a fin de privilegiar al
matrimonio y al lecho conyugal por sobre relaciones que fomenten el vnculo del kyrios
con el exterior,400 creando vnculos que pueden esconder otros intereses.
El avance de la cristianizacin domstica y la focalizacin en los miembros
subordinados del oikos como soporte del kyrios fue un proceso lento y paralelo al
descrdito de los itinerantes y al conflicto con la sinagoga. El esclavo cristianizado a la
fuerza se vea obligado a reorientar sus expectativas y a pensar su accionar dentro del
hogar creyente en base a nuevas estrategias acomodaticias. Promover el liderazgo de su
kyrios ser un medio para granjearse un mayor estatus al interior de la ekklesia. Esta
estrategia no fue bien vista por todas las comunidades, muchas de las cuales intentaron
alejar a los siervos de la administracin domstica. La relacin amo-doulos entraa un
397

- Hermas (El Pastor Vis 2, 4. 2-3) se presenta como un liberto exitoso, miembro de la comunidad de
Roma. Sin embargo su rol en la comunidad se ve socavado por su vida domstica desordenada y su
deshonestidad en los negocios (El Pastor Vis 2, 3. 1; Mand 3, 3). A partir de la figura de Hermas se
pueden pensar las caractersticas de los libertos cristianos y su inclusin comunitaria, tal como trataremos
en el prximo captulo.
398
- 1Clem 30.1.
399
- 1Clem 30.3.
400
- Heb 13.4.

71

poder inestable que puede conducir a extremos peligrosos. El autor de 1Clem sabe que
muchos kyrioi han utilizado a sus dependientes domsticos como fuerza de choque en el
conflicto por la supremaca comunitaria. Este episodio seala una fuerte consolidacin
domstica por parte de los kyrioi cristianos, proceso que se inici luego de la cada de
Jerusaln. El siervo cristianizado se vuelve un auxiliar y un reflejo del patrono
interesado en hacerse con el liderazgo local.

72

CAPTULO 3
LOS ESCLAVOS CRISTIANOS COMO AGENTES Y OBSTCULOS PARA LA
CONSTRUCCIN DEL PODER JERRQUICO A INICIOS DEL SIGLO II.

Las asambleas cristianas dieron muestras de mucha vitalidad y fuerza entre fines del
siglo I y el inicio de la Segunda Guerra Juda (132-135). En primer lugar debemos
sealar que este fue un periodo de inestabilidad jerrquica en todas las comunidades,
cuestin que se percibe en la produccin escrita del momento. La preeminencia de un
benefactor-anfitrin local que tmidamente comenzaba a monopolizar las redes de
asistencia y de provisin comunitaria supuso un conflicto de voluntades que lleg a
extremos trgicos en ciertos casos. El poder episcopal, secundado por los diconos, que
ejercan el rol de distribuidores-administradores de los bienes comunitarios, y por los
presbteros, implicaba subordinar a otros potenciales patronos en pugna que tambin
tenan aspiraciones directivas. Es por esto que comenzaron a circular las
recomendaciones y listas de requisitos necesarios para los candidatos al cargo, algo que
ya habamos visto aparecer en 1Clem con el fracasado concepto de sucesin
apostlica. Por oposicin a esta estrategia de un grupo romano que se cimentaba en
una apropiacin del pasado apostlico, las iglesias de oriente adoptaron una
legitimacin jerrquica totalmente basada en cuestiones econmicas: el obispo era el
que poda garantizar la provisin de alimentos, el que lograba cooptar a la mayora de
los oikoi particulares porque detentaba el rol principal en las redes de beneficencia y
era, adems, el anfitrin de las reuniones, que se celebraran en su casa. Este
obispo-lder no necesariamente deba ser un letrado o experto en las Escrituras, sino que
su funcin era meramente administrativa y ritual. La insistencia constante en este
modelo ideal de lder nos coloca frente a una realidad muy diferente, en la cual lo que

73

predominaba era la indefinicin organizativa y el conflicto entre aspirantes a los cargos.


El trmino obispo bien puede aplicarse en las fuentes que veremos a individuos con
cierto poder econmico e influencia, quienes, no obstante, estaban lejos de ejercer un
control total y monrquico sobre todos los fieles. Las razones de que este poder
estuviese en disputa eran tanto externas, lderes itinerantes con fuerte atractivo
carismtico, como internas, rivales locales poderosos que podan atraerse a los creyentes
a su red asistencial.
La circulacin de los carismticos, ya fuesen profetas o maestros, pas a estar en el
ojo de la tormenta en el periodo 100-135. Se fue dando una progresiva retraccin de
estos personajes a raz del fortalecimiento de la doctrina tradicional local, cada vez
menos interesada en las revelaciones del Espritu o en enseanzas orales que podran
cuestionar las prcticas y formas locales. En las comunidades paulinas los carismticos
declinaron muy pronto, pues se los asociaba con tendencias judaizantes; en otros casos,
como en la Didaj o en El Pastor de Hermas, an se los recibe y parte de la comunidad
reconoce su valor pero se limita su accionar. Estos documentos autorizan el poner a
prueba a los carismticos, seal de que su prestigio haba descendido.
Las luchas internas entre patronos interesados en dirigir a la comunidad atrajo la
atencin hacia los aspectos domsticos y las capacidades administrativas de los
aspirantes. Es aqu donde el rol del esclavo aparece en escena, como subordinado del
amo-patrono preeminente y como ejemplo palpable de su poder. El elemento servil
juega un rol muy importante para el prestigio del amo y en s para el de toda la iglesia
local, ahora en tensin con la sinagoga y las observancias. Sin embargo la consideracin
del esclavo en este juego de poderes enfrentados fue variando segn el rea, y cada
comunidad ofreci perspectivas distintas sobre la lealtad de los subordinados y su
correcta inscripcin en la asamblea.

La comunidad semi-urbana que produjo el manual cristiano conocido como Didaj


(de ahora en ms Did) a inicios de la dcada de 110 en el entorno de Antioqua de Siria
propone una fuerte cristianizacin del espacio domstico.401 Hijos y esclavos estn bajo
la rbita de poder total del kyrios. Si bien la consigna dirigida al esclavo es someterse
401

- La mayora de los analistas consideran a Did como producto de una comunidad siria. Audet
(1958:206-210). Respecto de la datacin, varios autores como Audet (1958:187-206); Ayan Calvo
(1992:69-70) y Milavec (2003:445-448) proponen fechas entre el 50 y el 70 d.C, hacindola
contempornea de Mt. Nosotros proponemos una datacin ms tarda, siguiendo a White (2007:415-416).

74

con honor y temor al amo como a Dios, lo extrao es el pedido que se hace a los
propietarios de mesurar su comportamiento y, podramos pensar, su uso de la violencia
con los siervos a fin de que estos no dejen de temer a Dios que est sobre unos y
otros.402 Esta admonicin se comprende acabadamente si se considera a Did como un
texto de origen cristiano-nomista para ser ledo por cristianos gentiles. 403 Claramente se
evidencia que los esclavos en esta comunidad eran parte de la porcin gentil que
intentaba procurarse la salvacin por medio de la observancia legal. Para adentrarnos en
el anlisis de este fragmento es necesario profundizar previamente ciertos aspectos del
texto.
Did se vincula con la comunidad mateana no solo por los paralelos lxicos muy
evidentes con Mt,404 sino por el tipo de membresa que ambos proponen: el verdadero
creyente es el que observa toda la Torah. 405 Sin embargo en Did vemos un alejamiento
de la sinagoga rabnica en cuanto a los das de ayuno y a la oracin. 406 Estas diferencias
que alteran el esquema cultual pueden leerse como un fortalecimiento de tradiciones
cristianas locales que sealaran una consolidacin en los cuadros directivos
comunitarios de miembros de extraccin gentil por sobre los de tendencia nomista. Lo
ms curioso es que el didachista (forma en la que se denomina al autor annimo del
manual) redacta pensando y posicionndose en el sector gentil, que ya sera mayoritario
para el periodo 110-115.
La primera parte de Did es conocida como Los Dos Caminos, un compendio
comentado del declogo judo orientado a aplicar los mandamientos a cuestiones de
propiedad y de desarrollo de la caridad comunitaria.407 Administrar bien el hogar es
parte del camino de la vida,408 pues requiere poner en prctica los mandamientos y
tender progresivamente a la perfeccin, es decir al cumplimiento total de la Torah. Lo
402

- Did 4.10-11.

403
- Draper (1991:362); Lanfranchi (2008:247).
404
- Mucho se ha debatido acerca de la dependencia de Did en relacin a los evangelios sinpticos.
Jefford (1989:115-118) y Draper (1995:307-312) consideran que hay dependencia directa de Mt;
Kloppenborg (1979:54-67), Niederwimmer (1998:48) y Milavec (2003:443-480) consideran que Did
proviene de un universo lingstico diferente, heredero de tradiciones orales distintas. Nosotros nos
inclinamos por la primera propuesta.
405
- Cfr. Mt 5.17-19; Did 6.2.
406
- Did 8.1-2.
407
- La seccin de los Dos Caminos proviene de una tradicin judaica independiente que tambin
tomaron los esenios de Qumran. Butler (1961:27-38); Reed (1995:216-219); Milavec (2003:447-448).
408
- Puede verse Did 4.4-12 como una explicacin extensa acerca de la administracin de los bienes y de
los integrantes del oikos.

75

que ocurre, y el didachista lo percibe de entrada, es que la Torah (a la que se llama el


yugo del Seor) ya no es de cumplimiento sencillo para todos los creyentes, por lo
cual se flexibiliza la membresa, aceptando a aquellos que por lo menos cumplan con
los requisitos mnimos para garantizar la mesa compartida.409 Esta flexibilizacin parece
deberse al mayor poder patronal que esgrimen ciertos gentiles incircuncisos que
culminarn calificando para los cargos locales que se mencionan en el captulo 15. All
no se explicita que obispos (nombrados en plural) y diconos deban ser perfectos,
sino simplemente mansos, desinteresados, veraces y probados, es decir que se
compruebe su lealtad a la comunidad y su capacidad econmica. 410 Es interesante la
recomendacin de no despreciar a los ministros locales en beneficio de los profetas y
doctores, los claramente perfectos maestros versados en la Torah. Esto puede tener
que ver con un conflicto interno por esta jerarquizacin que promueve a hombres no
puros desde el punto de vista legal, es decir a cristianos de segunda categora
(bautizados pero no circuncidados) que comienzan a establecer lmites comunitarios
para los externos.411 Ya no prima la revelacin proftica aunque se tolere al profeta, sino
que otro pasa a ser el parmetro de la asamblea: el modo de vida del Seor. 412 El
liderazgo pasa a legitimarse en base a una serie de tradiciones compartidas y
consolidadas a nivel local acerca del tipo de actitudes de Jess (al que prcticamente no
se nombra), las cuales se les exigen tambin a los visitantes externos.413 Vemos en esto
una presin comunitaria a favor de un orden determinado que no obstante sigue
manifestando ambigedades muy notorias, signo de que varios grupos internos an se
identifican con las figuras carismticas.414
El perfil de lder que propone el didachista en medio de esta crisis de poderes que
acompaa el ascenso del sector gentil es el del amo-propietario mesurado y con
capacidad de discernimiento. Estas cualidades no se legitiman en base al Espritu Santo
como en el paulinismo original, sino que ahora estn asociadas a un entrenamiento
administrativo ya adquirido previamente; estos nuevos patronos ya eran sujetos con
409

- Did 6.2-3.
- Did 15.1. De Halleux (1980:20-29); Draper (1995:291-294).
411
- Proponemos esta hiptesis en base al anlisis de Mitchell (1995:234-238), quien observa que, debido
al incumplimiento de la totalidad de la Torah, los creyentes gentiles quedaban en una categora secundaria
dentro de la asamblea.
412
- Did 11.8.
413
- Los lderes locales deben observar las actitudes del visitante externo. Did 11.4-12.3. Draper
(1995:296-300); Patterson (1995:313-329).
414
- Draper (1995:290-308) lo explicita con varios ejemplos asociados a la vida cultual y comunitaria en
los que la accin de los locales y los itinerantes difiere y se le da ms libertad a los segundos que a los
primeros.
410

76

cierta relevancia econmica y con probada capacidad administrativa en su periodo


anterior al bautismo. Estas caractersticas se perciben claramente en los pasajes relativos
a la limosna, que debe ser generosa pero tambin consciente, 415 en los referidos a la
avaricia y a la presuncin.416 Para nuestro estudio son muy relevantes los requisitos de
autocontrol que se le piden a este nuevo benefactor: saber dominar la ira, no ser
envidioso ni amigo de disputas y evitar el apasionamiento. Estas caractersticas nos
muestran dos realidades: por un lado, un poder no consolidado, pues la posibilidad de
disputas y envidias implica una primaca compartida y sujeta a alteraciones; por otro
lado, la valoracin de la mesura en la configuracin del lder. Es requisito, y esto
reaparecer en las Epstolas Pastorales paulinas, que el lder cristiano sea un
administrador de su casa, espacio al que la comunidad accede y que es conocido
pblicamente (volveremos sobre esto). El equilibrio de poder se sostiene en reproducir
el modo de vida del Seor junto con cierto cumplimiento de la Torah, lo que garantiza
un progresivo acceso a la perfeccin. Todo lo que atente contra este equilibrio debe ser
descartado, ya sean intrusos externos que cuentan con simpatizantes locales, ya sean
subordinados domsticos que no se amoldan al nuevo estatus de patrono comunitario de
su amo.
Ahora podemos volver al pasaje de Did sobre la esclavitud, en el cual se le pide al
amo no imponer rdenes (epitaxein) al esclavo o a la esclava pues ellos esperan en el
mismo Dios.417 La comunidad de Mt presentaba a gentiles que daban rdenes a sus
subordinados (el episodio del centurin romano de Cafarnaun y su pais418); en Did se ve
algo similar: el amo benefactor en ascenso debe ser un ejemplo de mesura pues su vida
domstica est siendo juzgada y los siervos son una parte muy notoria de la misma. Con
el verbo epitaxein el autor se refiere a una forma violenta de imponer rdenes, con el
uso de la fuerza fsica o la agresin verbal, que va contra la idea de mesura y control
que se le reclama.419 Podemos suponer sin miedo a equivocarnos que los esclavos de
esta comunidad eran gentiles en su mayora, o sea sujetos muy alejados de los ideales de
perfeccin, y que experimentaban a Dios a travs de las actitudes del amo. 420 En Mt el
oikos del centurin no es receptculo de la comunidad, pues no deja ingresar a Jess;
415

- Did 1.5-6.
- Did 2.6; 3.6.
417
- Did 4.10.
418
- Mt 8.5-13.
419
- Cfr. Harris (2001:285-315, 317-337). Glancy (2006:151) considera que puede entenderse que el
amo-padre de Did usa la violencia con sus subordinados como una de sus prerrogativas.
420
- Harrill (2006:94-96).
416

77

ahora la comunidad judeocristiana de Did ha permitido las reuniones en casas de


patronos gentiles, situacin que reforma todo su espacio domstico. Al hacerse pblico
su hogar, el potencial benefactor debe adecuar su conducta y mostrar sus habilidades
paternales y administrativas. El verbo epitaxo indica una imposicin autoritaria de
rdenes no compatible con los ideales de discernimiento y dominio de s. Si el amo
acta por la fuerza con los esclavos estos dejarn de temer a Dios, y si no se ocupa de
sus hijos estos no conocern el temor de Dios. Ese temor de Dios es la forma en que la
comunidad experimenta su tradicin local; en este caso es el respeto por el modo de
vida del Seor y por los mandamientos. La presin desmesurada de un amo
cristiano-gentil sobre un doulos cristiano-gentil puede causar grave dao a la reputacin
del amo frente a sus adherentes y a sus posibles competidores. Que el siervo deje de
temer a Dios supone que ya no ver a su propietario como imagen de Dios. Es
interesante la aclaracin del didachista al sealar que Dios est sobre unos y otros, es
decir sobre esclavos y seores, lo cual indica que an no se ha dado una simbiosis entre
el lder y la divinidad. La construccin del poder jerrquico est atravesando todava un
periodo de indefinicin.
La prueba ms clara de que Did apunta a un encumbramiento progresivo de los kyrioi
locales se ve en el pasaje sobre las actividades dominicales. La asamblea, reunida en
casa de su benefactor, parte el pan y da gracias luego de haber confesado sus pecados. 421
Esta confesin de pecados tiene la peculiaridad de ser pblica, pues las interacciones
diarias entre los participantes son conocidas por todos. Aquel que est en un conflicto
con otro miembro debe abstenerse de participar y autoexcluirse por algn tiempo, sino
la comunidad debe tomar las riendas y excluirlo (no hablarle).422 En cierta forma cada
kyrios es responsable con sus acciones de los pecados de sus douloi, pues de los seores
depende que los subordinados mantengan su pureza ritual adecuada. Esto es una
hiptesis nuestra en base al carcter general de la carta, ya que podra pensarse que los
esclavos gentiles seran no ya cristianos de segunda categora, sino de tercera. Su
condicin servil los eximira, con razn, de ciertas observancias (como vimos que
ocurra en la sinagoga) y sometera otras a la voluntad de sus amos. La expresin
pblica de los pecados de los siervos no aportara a la concordia domstica ni a la
promocin intracomunitaria del amo. Es por esto que las cuentas con hijos y oiketai se
arreglaban en privado, pues a nivel de la asamblea la palabra de estos miembros
421
422

- Did 4.14; 14.1.


- Did 14.2-3; 15.3. Rordorf (1973:283-297).

78

dependientes no era relevante.423 Para Did el rescate por los pecados se expresaba en la
limosna y la beneficencia,424 lo que puede ser una va para los kyrioi a la hora de expiar
sus faltas propias y asumir las de sus dependientes.
La comunidad de Did culmin por subordinar el comportamiento comunitario al
evangelio de Mt (no necesariamente el Mt que lleg hasta nosotros), es decir a un
documento escrito que ayud a consolidar el poder de los lderes emergentes de
extraccin gentil por oposicin a los carismticos cristiano-nomistas que se apoyaban en
la oralidad para legitimarse. En otros mbitos como Alejandra, donde la penetracin del
cristianismo se dio de manera casi desconocida, hallamos ecos de este mismo conflicto
con el judasmo, pero en una forma ms agresiva.425 La Epstola de Bernab (EpBern)
puede fecharse entre los aos 110-117 y en ella su autor, un gentil que ostenta el cargo
de maestro (didscalos),426 resume para los fieles los puntos bsicos de la exgesis
escritural particular del grupo.427 Dicha exgesis es de tipo espiritual-alegrico, pues
propone que los preceptos legales judos solo alcanzaron plenitud con el cristianismo, el
cual descubri su significado real y lleg a constituirse en el verdadero Israel. 428 Luego
de esta primera seccin el autor compila la enseanza de los Dos Caminos en un
formato que sigue muy de cerca al que hallamos en Did, pero con intencin muy
diferente. Draper propuso que el escritor de la epstola, luego de haber enseado lo
necesario en la primera seccin,429 incluy el texto de los Dos Caminos solo al final
de la carta; de esta manera altera el estatus de ese material, que cumpla fines
catequticos e introductorios a la fe para Did, y lo vuelve una instruccin avanzada.430 Si
prolongamos la hiptesis de Draper, los Dos Caminos se ubican en la segunda parte
del documento porque solo se puede comprender el declogo judo y su aplicacin

423

- Es curioso que no se aplique lo mismo a las esposas, que no estn presentes en ninguna admonicin
de Did.
424
- Did 1.5; 4.6-7.
425
- Para la penetracin del cristianismo en Alejandra entre el siglo I y II son muy tiles los trabajos de
Pearson (1986:132-160) y Fernndez Sangrador (1994:168-174).
426
- EpBern 1.8; 4.9.
427
- El origen de EpBern se atribuy originalmente a la comunidad de Alejandra y as lo postularon
Lightfoot (1890:504-505) y Barnard (1966:41-55). Otros analistas como Scorza Barcellona (1975:61-63)
propusieron, dado el uso que EpBern hace de los Dos Caminos, un origen sirio palestinense,
concretamente antioqueno.
428
- Coincidimos con Martn J. P. (1982:173-183) en que la epstola contiene un alto grado de exgesis
alegrica propia del judasmo alejandrino, lo que ubica su produccin en Egipto.
429
- Claramente EpBern puede dividirse en dos partes, la primera del captulo 1 al 16 y la segunda del 17
al 21. Draper (1995b: 94-96) postula que EpBern 17.1-18.1 cumple la funcin de marcar la relacin entre
la primera y la segunda seccin.
430
- Draper (1995b: 96-103).

79

cristiana si previamente se han comprendido las diferencias con el culto y las prcticas
judas.
El motivo de la escritura en EpBern no sera la carrera por la jerarquizacin, sino la
legitimacin del sector cristiano gentil. El grupo del autor parece minoritario y en
acuciante conflicto con el grueso de la sinagoga y sobre todo con el sector
cristiano-nomista en el interior de la misma, al que critica por afirmar que judos y
cristianos comparten la misma alianza.431
Claramente hay una presin externa muy grande en EpBern. La comunidad cristiana
de raigambre gentil concibe al bautismo como portador del perdn de los pecados y no
como un complemento de la circuncisin, la cual parece tener la primaca en los grupos
cristiano-nomistas.432 Varios autores han supuesto en base a la idea de reconstruccin del
Templo de Jerusaln, explicitada en EpBern 16.4, que la actividad proselitista juda se
habra reavivado en el norte de Egipto a raz de esta esperanza. La posibilidad real de
reconstruccin del Templo habra significado un elemento de confusin para los grupos
cristianos ya separados de la sinagoga.433
Comprendiendo a EpBern como el producto de un cristianismo mixto de mayora
gentil y con posturas disidentes en relacin a la sinagoga y a los cristianos nomistas
podemos volver sobre su admonicin a los esclavos para analizarla en este contexto ms
amplio. La comunidad del redactor de EpBern comprende la enseanza de los Dos
Caminos (donde se da la advertencia a los siervos) como una preparacin para el Da
del Juicio, pues las ideas escatolgicas reaparecen con fuerza en este escrito.434 El
cristianismo gentil de Alejandra pone a los creyentes en una disyuntiva: resistir
comunitariamente los embates o condenarse.435 Hay un gran sentido de comunidad que

431

- EpBern 4. 6-8; 14.1-6. Draper (1995b:102-103), Paget (1996:365-366).


- EpBern 11.1.
433
- Esta idea de reconstruccin del Templo ha generado dos posturas. Por un lado estan quienes la
entienden a nivel simblico-espiritual, como Gunther (1976:143-151); y por otro quienes ven en el texto
una alusin histrica real y causante de inquietud entre los cristianos gentiles. Sin embargo no hay
acuerdo sobre la datacin de esa voluntad de reconstruccin. Nosotros seguimos la postura de
Richardson-Shukster (1983:31-55) quien comprende la alusin de EpBern 16.4 en base a la poltica de
Trajano. Cfr. Horbury (1992:323-325); Paget (1996:364).
434
- EpBern 4.2-6, 9; 19.10; 21.3-6. De forma opuesta, Did 16 es un compendio apocalptico recibido por
medio de la tradicin itinerante pero que no parece tener gran actualidad para la comunidad.
Vielhauer-Strecker (2003b:584-591). Este nfasis en la parusa y en las realidades escatolgicas no est
presente en Ignacio de Antioqua, ni en el Evangelio de Juan ni en la Epstola de Judas aunque s lo
encontramos en Odas de Salomn 22. En general los escritos producidos en la zona de Siria
resignificaban las calamidades futuras en trminos de escisiones comunitarias internas. Draper
(1995:284-285).
435
- EpBern 4.10.
432

80

se sostiene en cierta prctica concreta, pues EpBern no se basa en la idea de la


justificacin por la fe solamente. El concepto de trabajo manual y material es exaltado,
al parecer por oposicin a lderes sinagogales apropiadores; 436 la dadivosidad a los
pobres es reconocida como virtud y el orden domstico aparece como vertebrador (pues
al separarse de la sinagoga la sede de estos cristianos pas a ser el oikos individual).437
La comunidad debe propiciar un mbito domstico leal, con hijos y esclavos fieles. 438 Es
curioso que EpBern no le hable a los esclavos directamente, pues en 19.7 inicia sin
especificar a qu sector del pblico receptor se dirige: Te someters a tus seores
como a imagen de Dios, con honor y temor. Podra estar reflejando esto el estatus del
grueso de la comunidad de EpBern? Al sealar primero que el cristiano debe someterse
a sus seores podra estar dndonos una pauta para pensar que los receptores-lectores
eran libertos temerosos de Dios con una interesante capacidad econmica. La cuestin
de la lealtad de estos libertos exitosos (quizs agentes comerciales de sus amos)
introduce el consejo sobre los esclavos que seran de su propiedad; en este caso tanto
amos como esclavos son subordinados y Dios est sobre unos y otros. En las
circunstancias actuales de tensin y conflicto los siervos necesitaran un ejemplo de
obediencia a fin de fortalecer la cohesin domstica. La comunidad cuenta en sus filas
con esclavos, libertos y libres pues Dios no llama con acepcin de personas, sino que
son quienes comprenden el verdadero trasfondo espiritual de la Ley los que son
reconocidos como sus hijos. El doulos aparece como un creyente de segunda categora
pese a estar integrado, pues su amo es el mediador de su instruccin. Lograr la
comprensin alegrica de la Ley requiere lderes que la impartan y la consolidacin de
un crculo de oikoi que la reproduzcan.439 No parece haber conflicto por el liderazgo en
el interior de la comunidad del redactor, pues este habla como un didskalos y reconoce
a ciertos lderes aglutinadores que deben consolidar su poder.440 La disputa es a nivel
externo, con lderes cristiano-nomistas y otros sectores de la sinagoga que proponen una
lectura literal de la Escritura.441 La comunidad de EpBern es pequea, su composicin
social (libertos y esclavos pertenecientes a amos gentiles) es motivo de conflicto y el
436

- EpBern 10.4; 19.10.


- EpBern 3.6; 4.10-13; 16.8-10.
438
- EpBern 19.7.

439
- EpBern 19.4, 11.
440
- EpBern 21.2.
441
- EpBern 9.
437

81

riesgo de ser absorbida por la sinagoga es elevado. Podra pensarse que esto fue lo que
finalmente ocurri durante la revuelta de 115-117 y que solo sobrevivieron grupos
judeocristianos en Alejandra.442
Tanto Did como EpBern atestiguan un creciente debate entre el cristianismo gentil y
aquel de tendencia judaizante, y en esta controversia el espacio domstico fue un punto
clave. Las virtudes domsticas son el mejor reflejo de las habilidades directivas,
capacitando al jefe de hogar para la administracin de la red de fieles. El esclavo
aparece como la muestra ms palpable del poder del benefactor comunitario. Este,
debido a su pasado pagano, tiene un conocimiento til sobre los manejos de la sociedad
greco-romana. Al potenciar cabecillas provenientes del paganismo en sustitucin del
liderazgo de los perfectos, las dbiles comunidades cristianas perifricas a la sinagoga
se fortalecen por la inscripcin en una red de patronazgo nueva, como ocurre en el caso
de Did (aunque no en el de EpBern). Este movimiento supone relajar ciertas
prescripciones y repensar algunas tradiciones y requisitos de membresa. Los oiketai se
ven afectados por este proceso al ganar un posicionamiento comunitario como agentes
representantes de sus seores, transformndose para estos en puntos de avanzada en las
luchas jerrquicas. En este punto la lealtad efectiva del esclavo comenzara a ser el
centro de atencin.

Hacia 112 Plinio el Joven, gobernador de las provincias del Ponto y Bitinia le escribi
al emperador Trajano una carta que,443 junto con la respuesta de dicho emperador,444 nos
aporta datos muy interesantes para observar algunos aspectos acerca del tratamiento de
442

- La apelacin continua al comunalismo de bienes y a la interaccin grupal llevara a pensar en un


pequeo grupo de integrantes activos. Durante las revueltas judas bajo Trajano, una de las cuales ocurri
en Alejandra, el grupo cristiano gentil desapareci o qued extremadamente reducido y marginado en
medio de un cristianismo nomista imperante. Klijn (1986:161-175). Esto se ve en el Evangelio de los
Hebreos, solo conservado fragmentariamente en las obras de Clemente de Alejandra, Orgenes y
Jernimo. Este texto alejandrino del ao 120 aproximadamente recurre a la autoridad de Santiago como
figura clave y a preceptos ascticos alimenticios. Cameron (2001:83-86); Vielhauer-Strecker
(2003:172-178); Luomanen (2003:243-275). Hacia el 130 encontramos otra produccin alejandrina, el
Kerygma Petri (La prdica de Pedro), conservada tambin gracias a las citas de los padres alejandrinos
del siglo III. En este texto podemos entrever una reactivacin del sector creyente gentil, que rechaza la
forma de culto griega y juda para enfatizar el nuevo monotesmo cristiano, afirmando una apropiacin
exegtica de las Escrituras. Schneemelcher (2003:34-41); Lieu (2003:170-175); White (2007:414-415).
Esta contraofensiva del sector gentil parece destinada a un sector culto, ya que se habla del conocimiento
divino y de una instruccin particular que exige una proclamacin pblica posterior. Esta recuperacin
parece haber tenido cierto xito, ya que el Apocalipsis de Pedro, texto fragmentario que datara de fines
de la dcada de 130, sigue la misma lnea de pensamiento, volcndose a problemas de carcter domstico
y, sobre todo, a la cuestin del perdn. Mller (2003a:620-638). Este texto se analizar en el captulo 4.
443
- Plinio el Joven, Ep. 10.96.
444
- Plinio el Joven, Ep. 10.97.

82

la esclavitud en las comunidades cristianas de la zona. Ante una serie de denuncias,


Plinio se ha encontrado sbitamente con un grupo de cristianos detenidos. Durante el
juicio lo asaltan algunas dudas de procedimiento y decide consultar al emperador.
Coincidimos con Martn en que la pregunta concreta del gobernador a Trajano es acerca
de qu actitud tomar con aquellos que fueron denunciados como cristianos pero que,
una vez interrogados, admitieron haberlo sido en el pasado, mas no actualmente. 445
Respecto de los otros, es decir los que afirmaron rotundamente ser cristianos y los que
lo negaron, Plinio no tena duda: a los primeros mand ejecutarlos, salvo que fueran
ciudadanos romanos, y a los otros, luego de dar muestras de veneracin a los dioses y al
Csar, los liber.
En esta epstola encontramos la perspectiva de un pagano que ya no vincula a los
cristianos con el judasmo, sino que los ve como una asociacin religiosa diferente. 446
Vimos en el captulo anterior que el cristianismo asitico tena una fuerte impronta
paulina y que ya las comunidades productoras de Col y Ef se haban separado de las
sinagogas. Se los criticaba por ser judos que no son judos 447, ya que pagaban el
fiscus iudaicus pero se haban escindido de la matriz juda. Esta tendencia hacia la
consolidacin de un cristianismo gentil es lo que presumiblemente despert
descontentos en el Ponto (se ha supuesto que los hechos que Plinio describe ocurrieron
en las ciudades de Amisios y Amastris)448 y dispar las denuncias. El problema era que
ciertas personalidades paganas relevantes se haban unido con sus familias a una
asociacin que alentaba el encapsulamiento y cuya disciplina interna exiga ciertos
preceptos alimenticios y sociales que dejaban en evidencia la retraccin social de los
participantes.449 Plinio sabe que la acusacin de cristianismo cae sobre familias enteras,
algunas de las cuales ya estaban desvinculadas del movimiento (es decir de la vertiente
paulina-gentil) y muchos bien podran ser ahora o cristianos nomistas o judos
proslitos.450 Justamente por la cooptacin de un gran nmero de gentiles es que Plinio
445

- Martin J. C. (2007:655-656). Cfr. Ste Croix (1981:238); Sherwin White (1985:546-555).


- Wilken (1984:22-23).
447
- Ap 2.9; 3.9.
448
- Martn J. C. (2007:649) propone estas ciudades ya que Ep 10.92 Plinio la escribi desde Amisios y
Ep 10.98 desde Amastris. Esta ltima se habra vuelto la ciudad cristiana ms importante del Ponto en el
siglo II. Cfr. Wilken (1984:15); Sherwin White (1985:62-64).
449
- El sector comercial con el apoyo de magistrados locales estara detrs de las denuncias de cristianos
en este caso. Wilken (1984:15); Martn J. C. (2007:649).
450
- Plinio el Joven Ep. 96.9.
Multi enim omnis aetatis, omnis ordinis, utriusque sexus etiam, vocantur in periculum et vocabuntur.
No sera descabellado pensar esto considerando el caso de Aquila de Snope, traductor de las Escrituras
del hebreo al griego hacia mitad del siglo II. Este personaje pas de ser cristiano a ser un proslito judo.
Epifanio de Salamina Sobre los pesos y medidas del Antiguo Testamento 15.
446

83

llama superstitio al cristianismo, pues pervierte a los individuos alterando sus


compromisos cvicos y religiosos con la ciudad (la pax deorum y mos maiorum), sobre
todo en aquellos que son ciudadanos romanos.
El gobernador selecciona a sus informantes, haciendo hablar a los que retiene por
haber sido cristianos en el pasado y a dos esclavas que habran renegado de su fe. No se
especifica ninguna declaracin de los ajusticiados, lo que puede llevar a pensar que su
lealtad se los impeda. Podramos aducir que es el amo quien confiesa y son los esclavos
los que se retractan, pues Plinio nos dice que algunos acusados eran ciudadanos
romanos y recurre a domsticos para informarse, seal de que la obstinacin ms
persistente provena de ciertos lderes significativos. Esta cuestin estar muy presente
en el cristianismo asitico a lo largo del siglo II, aportando a la configuracin de una
imagen del esclavo como traidor. Son dos esclavas ministras las que, habiendo
posiblemente renegado de su fe, son torturadas para obtener legalmente una confesin a
la cual Plinio califica como disparatada. 451 La denuncia de familias enteras gener un
quiebre en las lealtades internas del movimiento y Plinio lo intua; por esa razn se
dirigi a los miembros ms maleables desde el punto de vista fsico. Que las esclavas
fueran ministras no es un dato menor para Harrill. Este autor seala que pese a que
muchos entiendan el trmino como equivalente a diaconisas, para la lgica de Plinio
el llamarlas ministrae concuerda con la descripcin del cristianismo como superstitio.452
El ministerium marcaba la tarea diaria del esclavo como subordinado, por lo que
podemos inferir que habra cargos jerrquicos en desarrollo en las comunidades del
Ponto. Plinio seleccion a estas asistentes domsticas por su proximidad a sus amos
creyentes, lo cual, ms all de la confesin, podra devenir en nuevas acusaciones. La
epstola confirma que al extenderse el proceso las acusaciones se multiplicaban,
probablemente estimuladas por los mismos cristianos que renegaban o eran torturados.
Podramos pensar, por el tono general del escrito, que Plinio encontr ms apstatas que
mrtires, pues proclama que la enfermedad puede ser detenida y curada tan solo
presionando un poco y ofreciendo el perdn a los que negasen pertenecer activamente al
movimiento.
El cristianismo gentil con el que se halla Plinio estaba totalmente desvinculado de la
sinagoga y funcionaba con una estructura domstica patronal jerrquica que nucleaba a
451

- Plinio el Joven, Ep. 10.96,8.


Quo magis necessarium credidi ex duabus ancillis, quae ministrae dicebantur, quid est veri et per
tormenta quaerere. Sed nihil aliud inveni, Quam superstitionem pravam, immodicam.
452
- Harrill (2006:111-130).

84

varios oikoi vecinos. Las denuncias externas rompen las lealtades internas y dispersan a
los miembros, poniendo en evidencia los puntos flacos de la asamblea,
fundamentalmente a los esclavos.

El hecho de que se rompieran los lazos con la jerarqua sinagogal llev a que el
cristianismo gentil quedara expuesto a la acusacin popular y a que sufriera a raz de la
indefinicin organizativa. Podemos inferir, en base a los documentos que nos han
llegado, que entre los aos 100-135 las comunidades cristiano-nomistas seguan
ejerciendo una presin y una preeminencia muy notorias en ciertas reas que solo
decayeron con la derrota de Bar-Kokebas. Mientras tanto, las comunidades
cristiano-gentiles comenzaron a vincularse entre s, generndose una fuerte conexin
entre los grupos sirios y los paulinos asiticos. Los derroteros literarios de la comunidad
juanina y del grupo de Ignacio de Antioqua, ambos provenientes de Siria, nos adentran
en este proceso.
Tanto Ignacio de Antioqua como el grupo juanino se vieron obligados, a la fuerza o
por constreimiento propio, a salir del mbito sirio y buscar apoyo en las comunidades
asiticas, adhiriendo a sus estructuras organizativas y jerrquicas como marco
ordenador.453 Historizar este proceso requiere analizar el trasfondo juanino e ignaciano
en Siria. Esto nos dar una idea de los intereses y el alcance de la polmica que proyect
a estas dos vertientes gentiles del movimiento hacia el mbito minorasitico, en el cual
sufrieron a su vez nuevas transformaciones y adaptaciones. La consideracin del mbito
domstico y de los subordinados fue variando acorde al movimiento de los grupos y su
adaptacin a realidades sociales, polticas y econmicas diferentes.
El grupo juanino habra estado conformado en sus primeras etapas por judos
helenistas y samaritanos que aportaron a las tradiciones orales elementos cristolgicos
nuevos que se alejaban de la idea del mesas davdico y promovan la imagen de un
restaurador-revelador. Este grupo original, afincado en la zona del norte de Palestina y
sur de Siria, habra dejado su huella en el evangelio en los pasajes de polmica con los
judos.454 A estos se les aplica ese gentilicio sin hacer ninguna diferencia entre
tendencias internas: el poder sinagogal aparece como algo compacto y absoluto que
453

- Theissen (2002:141, 168-169) habla de una conexin teolgica entre los juaninos y el grupo de
Ignacio, quienes se inclinaran, pese a sus diferencias, por un tipo de organizacin comunitaria
monocarismtica. Cfr. Brown (1983:147-150).
454
- Cfr. Brown (1983:35-53); Bernab Ubieta (2010:309-312).

85

genera temor.455 El conflicto central con el judasmo habra sido por la cristologa de
exaltacin que proponan estos primeros juaninos entre el 90-110: Jess era Dios y era
una entidad preexistente, pues descendi a la tierra como rescatador y luego ascendi al
lugar celestial.456 Esto lleva a la posibilidad de que estos juaninos fueran de postura
adopcionista (tomada de Mc, que sera el evangelio que conocen), pues la accin del
Logos comienza con el bautismo de Jess, no con su concepcin virginal, tradicin
cristolgica que rechazan.457 Este nfasis en la preexistencia de Jess se completa con
una prolongacin de su presencia en la figura del Parclito, que cumple una funcin
proftica-flexibilizadora en la comunidad. Esta tercera figura asociada a la revelacin
est destinada a legitimar, en la lgica juanina, la tradicin oral previa a la escritura y
sus aditamentos surgidos de la realidad cambiante del grupo.458 La invocacin de la
autoridad del Espritu es un mecanismo de negacin de las jerarquas administrativas
paulino-petrinas y sinagogales a la par. La continua revelacin de este Defensor (sentido
jurdico del trmino parakletos) es lo que garantiza la gnosis superior que pretendan
tener estos juaninos y que parece asociada a un tipo de itinerancia particular, practicada
antes de establecerse en Asia Menor.
La movilidad del grupo juanino, cuya memoria colectiva se remonta a la zona de
Siria-Palestina, supone un conflicto creciente con la sinagoga. La misma habra estado
aplicando condenas excluyentes a los creyentes en Jess; el evangelio escrito
contrarresta esto con la teologa de la sustitucin del pueblo judo. 459 A la par, los
juaninos estn sufriendo una postergacin por parte de la vertiente cristiano-gentil. 460 El
evangelio escrito comienza a cristalizarse a inicios de la dcada de 110 en Asia
Menor,461 pero su doctrina aparece como conflictiva y compleja para las comunidades
455

- Robinson (1960:117-131) interpret esta designacin como parte de un afn misionero de parte de los
juaninos hacia los judos, lo cual es improbable. Cfr. Brown (1983:65-68); Collins (2001:158-175); de
Jonge (2001:121-140); Theissen (2002:155-158); Bernab Ubieta (2010:320).
456
- Cfr. Brown (1983:43-47); Theissen (2002:145).
457
- Theissen (2003:203) asegura que el autor de Jn conoca a Mc, pues sigui fielmente su esquema. Cfr.
Bernab Ubieta (2010:300-304). El tema del descenso del Espritu (la unin de un ser celestial con un
hombre) como inicio de la carrera divina de Jess tambin lo hallamos en los fragmentos sobre la secta
cristiano-nomista de los ebionitas, propia de Siria-Palestina, a inicios de la dcada de 120. Epifanio
Contra los herejes 30.13,7.
458
- Jn 1.32; 14.16-26; 15.26-27; 16.7-15; 20.22. Theissen (2002:149), (2003:214-215).
459
- Jn 7.40-52; 8.21-24, 39-44; 9.22. Cfr. Martyn (1979:46-68); Thatcher (2006:93-102). Es interesante
el planteo de varios autores que postulan que la Birkat ha-minim (la exclamacin condenatoria de los
separatistas de la sinagoga) jug un rol en esta separacin, pero no como elemento de expulsin, sino de
disuasin: Lieu (2002:11-29); Marcus (2009:523-551).
460
- Brown (1983:79-85) seala que los juaninos dialogan con los grupos petrinos en el evangelio. All se
los cuestiona por su incomprensin cristolgica. Cfr. Bernab Ubieta (2010:331-332).
461
- La redaccin de Jn se fecha en un rango temporal que va de 100 a 125, pues el Papiro 52 data de
fines de la dcada de 120 o inicios de la del 130. Cfr. Brown (1966:intro.80-86); Brown (1983:59-62); O
Day (1995:504-507); Theissen (2002:137-140); White (2007:383-386); Bernab Ubieta (2010:316-318).

86

paulinas locales. En el Evangelio de Juan (Jn desde ahora) su autor deja en claro que su
comunidad es distinta de las cristiano-nomistas, las cuales creen en Jess pero no lo
comprenden correctamente, e incluso de las paulinas, netamente jerrquicas y a las que
podemos asociar con Ignacio de Antioqua, Policarpo de Esmirna y otros lderes
asiticos.462 Fruto de su entrada en Asia Menor (en la ciudad de Efeso
presumiblemente)463 el grupo juanino produjo una primera versin de Jn (sin el captulo
21) y se dividi a raz de su interpretacin. El Jess de Jn ha perdido sus rasgos
humanos sufrientes (propios de la baja cristologa cristiano-nomista) y permanece en
una gloria impasible que enciende la polmica. 464 Asimismo el texto reniega de la
familia terrenal de Jess, elemento que apunta a fortalecer la idea de preexistencia y a
despegar a Jess de la historia juda. La comunidad juanina busca legitimarse frente a
los judeocristianos al adoptar la figura de la madre de Jess,465 a la que se hace madre
del Discpulo Amado, testigo por antonomasia de la comunidad y figura superior a
Pedro.466 Las figuras apostlicas tradicionales quedan en segundo lugar frente a este
personaje protagonista, pero se reconoce igualmente que fueron elegidos de Jess,
habilitados para dar testimonio. Despus de todo, el objetivo de Jn es crear unidad en un
intercambio pacfico con los otros grupos cristianos.467
En el aspecto soteriolgico todo el relato de Jn promueve una idea de salvacin ya
realizada por medio de la escucha de la palabra de Jess, al que se considera Hijo
enviado del Padre,

468

lo cual deja atrs modelos escatolgicos apocalpticos. El que

conoce a Dios, es decir aquel que accede a la gnosis divina por medio de la confesin de
Jess, ya alcanz la vida eterna; la parusa no es un horizonte para Jn.469 Asimismo, y
fruto de esta escatologa particular, tampoco se especifican normas morales concretas.
El nico pecado sealado en Jn es no creer en Jess, lo cual supone una disociacin
entre la esfera de la vida tica comunitaria y la fe. 470 La concepcin de una salvacin ya
462

- Brown (1983:70-88).
- Brown (1983:53-56); Van Tilborg (1996:5-24); Theissen (2003:201); Trebilco (2004:237-263).
464
- Theissen (2003:206-207).
465
- Jn 19.25-27. Brown (1983:74, 187-192).
466
- Jn 13.23-26; 18.15-16; 20.2-10. Ireneo de Lyon asoci la figura del Discpulo Amado con el apstol
Juan en Contra los herejes 3.3,1; sin embargo esto ha sido descartado. Por ser el personaje gua del relato,
son numerosos los estudios sobre esta figura. Cfr. Brown (1983:32-35); Bauckham (1993:21-44); Collins
(1995:359-369); Dunderberg (2002:243-272); Lincoln (2002:3-26); Theissen (2002:147-148); Blaine
(2007:186-190).
467
- Jn 17.20-21. Cfr. Brown (1983:86-88); Theissen (2002:166-167). Es interesante que el Discpulo
Amado represente el vnculo con los cristianos nomistas (a travs de la madre de Jess) y con los
bautistas (pues previamente era discpulo de Juan el Bautista).
468
- Jn 5.24.
469
- Brown (1983:47-50); ODay (1995:497-498); Theissen (2003:204).
470
- Jn 8.24; 9.41. Cfr. Brown (1983: 117-128).
463

87

realizada no exige una comunidad reguladora ni lderes administradores, pues la


revelacin personal de Dios es suficiente.
El quiebre del grupo juanino en Asia Menor dej como saldo, segn Brown, dos
bandos: por un lado juaninos adherentes al liderazgo jerrquico paulino y por otro
juaninos proto-docetas que paulatinamente se escindieron de la comunidad, llevando al
extremo la cristologa de la preexistencia.471 Este alejamiento fue muy lento, lo cual
llev a disputas internas muy marcadas. Testigos de estas disputas fueron las epstolas
juaninas, generadas por el sector adherente a la estructura eclesial paulina hacia el
115-120.472 No es extrao que el autor de las cartas juaninas se llame a s mismo el
Presbtero,473 cargo netamente paulino segn las Pastorales. Ahora bien, el conflicto
principal que genera la divisin en la comunidad juanina es la interpretacin de Jn,
fundamentalmente lo que este texto consigna en relacin a la preexistencia de Jess y al
papel del Espritu-Parclito. Al abordar estos temas, los redactores de las epstolas
buscan, como afirman varios analistas, corroborar la ortodoxia de Jn contra quienes lo
consideran una obra dudosa por su propuesta cristolgico-eclesial. 474 No es inverosmil
aadir que, junto con las tres cartas, se agregue el captulo 21 al evangelio, en el cual se
confirma la primaca de Pedro como pastor-lder sobre el Discpulo Amado, que solo
queda como testigo.475 Este grupo juanino se apoya en la estructura de poderes de los
asiticos y aporta elementos nuevos a un conflicto intraeclesistico que ya haba notado
hacia el ao 114 Ignacio de Antioqua. 476 Este fue testigo de los primeros quiebres en las
asambleas asiticas al advertir en sus cartas a las comunidades sobre aquellos que
estaban bajo la rbita episcopal pero que se renen aparte y dudan de la carnalidad de
Jess.477 Estos heterodoxos, actan a nivel social de una manera opuesta a la del patrono
471

- Brown (1983:96-105). Cfr. Freyne (2002:67-76); Hakola (2009:35-43); Bernab Ubieta


(2010:305-306).
472
- Datamos a las tres epstolas juaninas entre 115-120, periodo de integracin de un sector juanino a la
jerarqua asitica. Cfr. Brown (1982:14-35); Lieu (1991:1-21) Vianney Malzoni (2003:1152);
Vielhauer-Strecker (2003b:583).
473
- 2Jn 1; 3Jn 1. Utilizaremos Presbtero con mayscula para diferenciar al autor juanino de las cartas del
cargo jerrquico de presbtero.
474
- Theissen (2003:217-218); White (2007:397); Hakola (2009:17-47); Bernab Ubieta (2010:335-336).
475
- Napole (1990:153-177); Theissen (2002:169-170); Bernab Ubieta (2010:331-332).
476
- Respecto a las cartas de Ignacio seguimos la recensin media, la cual considera como originales solo
siete epstolas: Efesios (Ef), Magnesios (Mag), Tralianos (Tra), Romanos (Rom), Filadelfios (Fil),
Esmirnotas (Esm) y Policarpo (Pol). Ayan Calvo (1991:39-74).
477
- Brown (1983:102) hace esa asociacin pero dndole precedencia a las epstolas juaninas en relacin a
la produccin de Ignacio. Theissen (2002:141) cree que Ignacio fue quien primero intensific la
influencia siria en Asia Menor y prepar el terreno para la recepcin de Jn. Si consideramos esto, es
verosmil pensar que Ignacio escribi refirindose a los disidentes juaninos, los cuales an se conceban
como parte de la asamblea y, segn l, simulaban frente al obispo (Mag 4; 7.1; Tra 7.2; Fil 7.2; Esm 9.1;
Pol 2.1; 4.1) adems de dudar de la carnalidad de Jess (Tra 7.1; 9.1-11.1; Esm 2.1; 7.1-2). Las cartas
juaninas, de fines de la dcada de 110, ya marcan una ruptura ms profunda.

88

cristiano local que rene a los fieles en una sola mesa y comida eucarstica, 478 la cual se
vuelve legtima porque este anfitrin-administrador tiene el soporte econmico
necesario para garantizar su provisin.479 Los lderes que simulan con el obispo y
ensean una cristologa diferente, de corte proto-doceta, quedan descalificados en
relacin al poder de control de la comunidad pues se desentienden de los afligidos al
negar la carnalidad de Cristo,480 bien podra suponerse porque no les es significativo a
nivel tico. La exacerbacin del aspecto divino de Jess conduce a un personalismo
extremo y a una postura social insolidaria a partir de la idea de salvacin ya realizada.
Ignacio considera al obispo como un hombre de mundo, un gentil que sabe medir los
tiempos y demuestra capacidad para crear dependencia.

El lder episcopal nico que idealizaba Ignacio estaba lejos de la realidad de los
jerarcas asiticos, que carecan de un poder efectivo y absoluto, tal como lo demuestra
el caso de Policarpo. Es muy evidente que este lder esmirnota no tena el poder total
sobre los oikoi de su asamblea, sino que lo ms probable es que fuera un presbtero en
ascenso, un primus inter pares.481 El hecho de que Policarpo fuera el anfitrin de
Ignacio, es decir su patrono y proveedor durante su estancia en Esmirna, le significa un
gran avance en su prestigio como lder. Posiblemente Ignacio observa que Policarpo
posee un potencial econmico que es necesario alentar y promover a fin de consolidar lo
que para el antioqueno es el ideal de obispo. Por esto mismo Ignacio especifica las
tareas que incumben a alguien que aspira al monoepiscopado, de las cuales la
fundamental es convertirse en el nico anfitrin de las reuniones. En esas reuniones el
obispo debe proveer los alimentos eucarsticos y concentrar a los asistidos, ya sean
viudas, hurfanos, pobres o comunidad en general. 482 Ignacio presentaba al obispo como
un patrono que deba cuidar su poder por medio de la generacin de una reciprocidad
478

- Algunos autores como Richardson (1935:51-54, 79-85) y Corwin (1960:52-53) aducen que Ignacio
distingua dos tipos de opositores: los docetas y los judaizantes. Otros autores como Lightfoot
(1889:373-377) y Molland (1954:1-6) propusieron una sola oposicin de corte doceta-judaizante. Por su
parte Robinson (2009:124-126), a quien seguimos, propone que Ignacio solo trabajaba con un dualismo
simple: uno est con el obispo en la iglesia o est fuera. La oposicin no estaba an formada en grupos
distinguibles entre s.
479
- Ignacio (Ef 1.3;Fil 1.1) seala esta capacidad econmica cuando se refiere a la caridad (en agpe
adiegto) y la equidad (epieikeias) del obispo.
480
- Ignacio, Esm 6.2.
481
- De hecho, Ignacio no seala el nombre de Policarpo en Esm al hablar del obispo, ni tampoco en Ef
21.1; s lo menciona con el ttulo de obispo en Mag15 y Pol Intro. El mismo Policarpo no se arroga la
categora episcopal para s, pues escribe en su nombre y en el de los presbteros que estn con l:
Policarpo, Flp Intro.
482
- Ignacio, Pol 4.1.

89

intercesora. La consigna de buscar por el nombre implicaba la intrusin del obispo en


los diferentes oikoi a travs de su capacidad solidaria, que haca caer en dependencia a
las diferentes familias e individuos que conformaban la comunidad, adhirindolos a su
liderazgo particular,483 en torno al cual comenzaban a orbitar. Ignacio sugera que el
obispo no solo aconsejara en materia conyugal, sino que incluso presidiera las uniones
matrimoniales para legalizarlas.484 Estos consejos prcticos proponen una solucin al
conflicto interno por la administracin comunitaria. Ignacio reconoce que las iglesias de
Asia tienen un prestigio organizativo fruto de su misma extraccin paulina, por lo cual
la promocin de un solo lder es posible en ese ambiente. Muy diferente parece haber
sido su experiencia en Siria, donde su rol episcopal no habra significado mucho frente a
la poderosa rama cristiano-nomista.485 Ignacio fue el chivo expiatorio de rencillas
internas del hbrido grupo cristiano antioqueno, por lo cual no sera descabellado
suponer que la consigna juanina que todos sean uno haya sido tambin un objetivo
para l. Ignacio se presenta como conciliador, pues acepta la cristologa de la
encarnacin y la ve compatible con la doctrina de la preexistencia juanina, tratando de
promover un justo medio entre las tradiciones sirias.486 Sin embargo, su refutacin de las
observancias legales por un lado y del Espritu Santo por otro produjeron el conflicto.
Aceptar estas doctrinas le habra supuesto negar su autoridad episcopal, que ahora
Ignacio funda con el poder de Dios.487
Ignacio buscaba construir su poder igualando al obispo con el Dios nico. El discurso
del antioqueno deposita en el obispo real las caractersticas que atribuye a la divinidad,
fundamentalmente el silencio. Este silencio es una caracterstica del poder divino. 488 El
silencio supone capacidad econmica, o sea el mantenimiento de una red efectiva de
483

- Ignacio, Pol 4.2.


- Ignacio, Pol 5.1-2.
485
- Varios analistas han propuesto que el arresto de Ignacio fue consecuencia de un conflicto interno en
Antioqua entre grupos cristianos: Swartley (1973:81-103); Schoedel (1980:30-56); Schlatter
(1984:465-469); Trevett (1989:35-52); Lieu (1996:25). No piensan esto Isacson (2005:322-323) y
tampoco Robinson (2009:193-194, 197-199), quienes apoyan la teora de una persecucin local. No hay
claridad respecto a por qu se conduce al antioqueno a morir en la arena de Roma. Davies
(1976:175-180); Lawyer (1991:294).
486
- Brown (1983:148-149). Ignacio rechaza las posturas docetas de Siria, representadas en las Odas de
Salomn 28.9-18 as como la presin de itinerantes proto-gnsticos como Saturnino y Baslides. (Ireneo,
Contra las herejas 1. 23,5 y 24,1; Eusebio, Historia Eclesistica 3. 26; 4.7,3-4). Grant (1944:363-377).
487
- Cfr. Ignacio, Ef 6.1; Fil 7.1; 8.1; Esm 8.2; 9.1; Pol 6.1.
488
- Ignacio, Ef 6.1; 15.1; Fil 1.1. Este silencio del obispo ha llevado a diferentes interpretaciones.
Chadwick (1950:1169-172) propuso que el silencio del obispo era equivalente al silencio de Dios y
analiz los fragmentos ignacianos ponindolos en paralelo con textos gnsticos. Corwin (1960:116-130)
retom la cuestin pero desde la concepcin ignaciana de la revelacin: Dios es silencioso pero se
manifiesta por el Logos. El silencio marca para ellos el misterio del obispo, su vinculacin a Dios.
Pizzolato (1970:205-219) cree que el silencio es una forma de obediencia, a diferencia de los falsos
maestros que hablan vanamente.
484

90

adherentes, y tambin discrecin, es decir la insercin de la asamblea en la vida social


de las poleis greco-romanas, no su retraccin y encapsulamiento. Ignacio ve en este
silencio un poder reflexivo que a la par puede interpretarse como un reaseguro material.
El obispo de una comunidad no necesita hablar mucho, pues su evidente primaca
econmica en la asamblea ya lo habilita como lder de la subsistencia. La aparicin de
discursos extraordinarios poda ser un signo de la existencia de separatistas que
buscaban distraer la atencin y sacar provecho de los individuos. De acuerdo a la
doctrina de Ignacio, la verdadera unidad solo la provea quien tena la capacidad
material para ello aunque careciera de la habilidad retrica y del carisma necesario para
tratar con los fieles.489 El obispo deba tener una trascendencia espiritual, pero sobre
todo deba tener una expresin carnal, en el sentido de aparecer como un hombre de
mundo conocedor de la administracin domstica y manifestarse como un patrono con
poder de convocatoria y capacidad proselitista.490
Visto este entramado de poderes podemos reafirmar que haba contactos y temas
comunes entre el grupo juanino y el crculo paulino de Ignacio en Antioquia. Ambos
grupos manifestaban una acuciante preocupacin por la divisin interna de las iglesias,
expresada en lo que ellos denominaban el tema de la unidad. Sin embargo la idea de
unidad del grupo que encabezaba Ignacio implicaba sometimiento econmico y
administrativo a una red de beneficencia interdomstica; 491 para los juaninos la consigna
que todos sean uno tena que ver con la confesin de Jess como Hijo de Dios
preexistente y proveedor de una salvacin ya realizada que se daba individualmente.
Pese a su cercana, los juaninos eran miembros disconformes con el cristianismo
jerrquico,492 pues este anulaba la flexibilidad del Espritu como elemento de expresin
que justificara la movilidad y las fracciones del grupo. Ante la realidad asitica, Ignacio
insiste en su ideal de monoepiscopado como remedio para una peligrosa divisin de
lealtades en las asambleas paulinas;493 los juaninos, por su parte, se dividen en sus
489

- Ignacio, Ef 4.1. Tra 12.2; Esm 8.1.


- Ignacio, Tra 3.2; Fil 1.1; Pol 1.3-2.
491
- Ignacio, Mag 6.2, 7.1, 14; Esm 3.3. El trmino henots designa para Ignacio la unidad necesaria de la
asamblea cristiana. Esta unidad se establece a partir de la solidaridad comunitaria a nivel social y cultual.
No es una simbiosis mstica con Dios, sino una vinculacin de todos los miembros de la comunidad en
relacin a una autoridad y una doctrina. Esta unidad ignaciana es sin duda jerrquica. Zaartu
(1980:124-125).
492
- Al hablar de pastores asalariados el Jess juanino critica al tipo de autoridad cristiano-gentil. Jn
10.12-13.
493
- Esto se ve muy claramente en Fil 7.2; 11.1, donde Ignacio alerta acerca de un sector separatista que
aparentemente haba negado hospitalidad a sus enviados. Segn Schoedel (1985:204-205), el obispo de
Filadelfia minimiza el asunto pues concibe su autoridad episcopal en trminos menos absolutos que los de
Ignacio.
490

91

pareceres y solo un sector (el que produjo las epstolas y el captulo 21) intenta poner un
orden en la fluidez de su tradicin adhiriendo al paulinismo y despegndose de las
propuestas proto-docetas de sus contrapartes. Las provincias de Asia Menor aparecen
como un espacio receptor y sincrtico, abierto pero cauteloso. Estas influencias que
vienen de Siria aportan elementos nuevos y reafirman otros ya existentes. En las
cuestiones domsticas y vinculadas a la esclavitud el aporte de los sirios fue central y
aliment el debate sobre el oikos cristiano.
Al entrar en territorio asitico los juaninos realizaron una primera redaccin
evanglica que cristaliz los conflictos previos con la sinagoga durante su etapa en
Siria-Palestina. En territorio minorasitico el conflicto con el judasmo pierde potencia
en relacin al conflicto intracomunitario. Es as que la nocin de esclavitud pasa a
identificarse con la falta de conocimiento y reconocimiento de Jess como Hijo de Dios,
elemento polmico para los juaninos. En Jn 8.33-36 el Jess juanino discute con un
grupo de judos que ha credo en l y los llama esclavos, pues no aceptan su testimonio
y privilegian las observancias judas. Claramente esto es un eco del conflicto con los
cristianos nomistas, a los que se desplaza del plan de salvacin pues no son hijos
coherederos sino esclavos, es decir imperfectos conocedores de Cristo. Ms all del
origen de este logia particular es interesante observar cmo los juaninos realizan una
discriminacin entre los tipos de creyentes, discriminacin que parece estar en la base
de su divisin. Hay miembros perfectos de alta gnosis y fe adelantada, mientras otros
apenas acceden a un conocimiento imperfecto de Cristo, 494 distincin que condena a
cualquiera que mantenga alguna postura cristolgico-soteriolgica desviada de la
propuesta por el autor y genere conflicto por dicho motivo. Esto se verifica en la
continuacin del pasaje que tomamos antes, cuando Jess acusa a los judos creyentes
que tiene como interlocutores de querer matarlo porque ignoran quin es y de dnde
viene, es decir quin lo enva.495 Esta nocin de procedencia y justificacin asociada al
liderazgo juanino es lo que legitima tanto a Jess (procede del Padre) como al Parclito
y al Discpulo Amado e incluso, solo para el grupo juanino que redact el captulo 21, a
Pedro.496 Dentro del esquema cristolgico del Buen Pastor, exclusivo de Jn, el tema del
conocimiento es fundamental pues las ovejas reconocen la voz del pastor, aunque no
todas.497 Podramos pensar entonces en una comunidad juanina regida por grados de
494

- Theissen (2002:158-167).
- Jn 8.37.
496
- Jess: Jn 5.30-32; 8.14; 14.7; 17.8; el Parclito: Jn 16.7-15; 18.26-27; el Discpulo Amado: Jn 19.26,
35; 20.8; Pedro: Jn 21.15-19.
497
- Jn 10.14-16. Painter (1991:53-74); Turner (1991:33-52).
495

92

perfeccin en el conocimiento, lo cual no supone excluir a los miembros con menos


conocimiento, sino motivarlos. Los esclavos pertenecientes a los oikoi cristianos se
ubicaran en esa categora, partiendo del hecho de que no conocen su procedencia. Es
significativo que en Jn la historia del centurin de Cafarnaun y su pais evolucione en
una historia sobre un funcionario real y su hijo, relectura que aumenta el estatus de los
personajes.498 En esta versin no hay reflexin sobre el tema de la autoridad domstica
como en Mt o Lc, pues para Jn la filiacin supone simbiosis y conocimiento. Reescribir
la historia del centurin es una seal muy clara: el autor de Jn elimina al personaje
esclavo y lo hace hijo para acomodarlo a su esquema de justificacin del Hijo por el
Padre, relacin eje no solo de la divinidad sino tambin de los creyentes, pues son hijos
de Dios,499 es decir, con una procedencia clara. El esclavo no sabe de dnde proviene y,
segn Jn,500 no se queda en casa para siempre, lo cual seala una lealtad dudosa e
inestable. La esclavitud aparece en el discurso de Jn como sinnimo de falta de
conocimiento y, por ende, de pecado. Todo esto conduce sin ambages a una
diferenciacin entre amigos y esclavos.501 Aquellos que reconocen la procedencia divina
de Jess ya no son esclavos, sino amigos, pues comparten la revelacin del Padre,
entrando as en un nuevo tipo de dependencia. La fila para Jn y su comunidad redactora
es hacer lo que Jess manda, pues se comprenden como elegidos para esa revelacin. Al
momento de escribirse la primera versin del evangelio de Jn ya haba una idea
consagrada de fila comunitaria que estableca elementos excluyentes.
Hemos visto cmo aparece la nocin de esclavitud dentro de la concepcin
comunitaria de Jn, pero este texto apenas deja entrever sobre la situacin comunitaria
real de los esclavos. Habamos dicho que el grupo juanino haba existido en base a una
itinerancia singular durante su etapa en Siria-Palestina y que solo volc sus tradiciones
en el evangelio al entrar en Asia Menor, previamente a la ruptura del grupo en relacin a
la interpretacin del texto. Es curioso que no se encuentre en Jn ninguna admonicin
familiar positiva, sino al contrario. Se presenta a la familia de Jess (sus hermanos)
498

- Jn 4.46-54.
- Jn 1.12-13.
500
- Jn 8.35.

501
- Jn 15.14-17

499

93

como descredos y a los padres del ciego de nacimiento como temerosos ante la
investigacin juda.502 Los juaninos no parecieran asumir como propio el espacio
domstico, pues claramente no todos los miembros de la familia tienen el mismo grado
de conocimiento y de iniciacin en lo que respecta a la divinidad. El miembro de la
comunidad juanina muestra una superacin personal en base al concepto de salvacin
realizada que no lo motiva al proselitismo entre sus subordinados domsticos. No hay
oikos cristiano entre estos juaninos fundamentalmente porque esa institucin se asocia
con el poder de los pastores asalariados, la jerarqua que carece del Espritu Santo segn
la Ascensin de Isaas (AscIs) y la epstola de Judas (Jd), dos textos de Siria Palestina
contemporneos a la cristalizacin de la doctrina juanina. La AscIs fue producida en
Siria durante el inicio de la dcada de 110.503 En el mismo encontramos una fuerte
crtica a la estructura jerrquica de la iglesia local, la cual ha desplazado al don proftico
en pos de la codicia y la ambicin. El autor de este documento se acerca mucho al
vocabulario juanino al llamar pastores injustos y violentos y saqueadores de ovejas
a estos lderes.504 Sin embargo, los textos juaninos mantienen posturas opuestas a ciertos
presupuestos bsicos de AscIs como la idea de revelaciones por ascensos celestiales, los
cuales relativizaran el nico ascenso y descenso revelador: el de Jess. 505 Respecto a
Jd, es un texto de fuerte carcter judeocristiano que tambin comparte con Jn la crtica a
aquellos lderes que banquetean desvergonzadamente y se apacientan a s mismos,
cuya boca dice palabras altisonantes y adulan por inters. 506 El acomodamiento al
mundo es algo inconcebible para el autor de Jd, que bien podra representar la oposicin
cristiano-nomista a Ignacio en Antioqua, ya que tacha a sus adversarios de conocer por
instinto, sin tener espritu, por lo cual son los causantes de las divisiones. 507 El grupo
pro-paulino de Ignacio corporiza la oposicin juanina, pues sus escritos se dirigen a
presidentes de asamblea que estn construyendo su poder teniendo como base su
capacidad econmica y a sus subordinados como agentes (volveremos sobre este tema).
Considerando estos aspectos podemos observar que este elitismo gnstico que
promueve Jn fue motivo de quiebres internos en el momento de afincarse en Asia
Menor.508 La discriminacin interna entre sus miembros habra llevado a que un grupo
502

- Jn 7.2-5; 9.22.
- Knight (1995:21-23); Mller (2003b:603-605).
504
- AscIs 3.21-31. Cfr. Hall (1990: 296-298); Knight (1995:31-32, 56-57).
505
- Cfr. Ramsey Michaels (1975:233-264); Woll (1981:32-35); Hall (1990:303).
506
- Jd 12, 16.
507
- Jd 10, 19. Cfr. Theissen (2003:195); Sidebottom (1982:65-79).
508
- Brown (1983:91-105); Bernab Ubieta (2010:335-336).
503

94

pasara a identificarse con el modelo comunitario paulino imperante en las poleis


minorasiticas. Esto se ve por una correccin cristolgica en las epstolas juaninas, en
las que Dios recupera atributos que Jn le atribua a Jess, y adems por un regreso a una
escatologa futura no cumplida. Asimismo, siguiendo las posturas paulinas, las tres
cartas minimizan la figura del Espritu Santo como motor comunitario.509 Al recuperar el
valor de los hechos terrenales de Jess, 1Jn entra en polmica con los otros juaninos,
quienes seguan manteniendo que, pese a que Jess haba vivido en la tierra, sus
acciones (muerte, resurreccin, etc.) no tenan importancia salvfica. Estos interpretaban
que Jn daba una imagen de Jess en la que se relativizaba su humanidad. 510 Resaltar la
muerte sufriente de Jess (con valor redentor) alinea a los autores de las epstolas, a uno
de los cuales (el de 2Jn y 3Jn) se llama el Presbtero, denominacin jerrquica propia
de los paulinos. Adoptar la imagen del siervo sufriente supone optar por un modelo
tico de vida que busca ser imitacin de aquel supuestamente encarnado por Jess.511 La
carnalidad y el sufrimiento son realidades poco presentes en Jn, pues el sentido de
eleccin y de misin las anula e impide la formacin de una comunidad jerrquica y
asistencial. Los autores de las epstolas juaninas proponen una lectura corregida del
evangelio que favorezca su integracin al crculo jerrquico de las comunidades
cristianas de Asia.512 Recuperar la importancia de lo terrenal es un gesto que parece
provenir de juaninos desplazados por su imperfecta gnosis. El nfasis de 1Jn en la
necesidad de la caridad y las buenas obras con los hermanos completa la declaracin
cristolgica y activa un patronazgo comunitario que otros juaninos veran con malos
ojos. Este patronazgo supone no solo un soporte asistencial, sino tambin
discernimiento en relacin a los lderes y una estructura domstica como eje. El amor a
los hermanos a nivel prctico es el requerimiento tico que legitima a estos juaninos.
Como la servidumbre est asociada con el temor el que teme no experimenta entonces el
amor fraternal porque est coartado en su capacidad de accin benfica. 513 Los juaninos
pro-paulinos inauguran una jerarqua basada en este concepto de amor que coloca a los
subordinados en el rol de aquellos que temen. El que ms ama es el proveedor, aquel
con la mayor capacidad de crear lazos de reciprocidad; el siervo domstico no tiene ese
poder porque el temor se superpone necesariamente en su condicin jurdica y fsica.
509

- Brown (1983:105-136); Hakola (2009:24-35).


- Brown (1983:107-114); De Boer (1991:326-346). Una derivacin de estas tendencias dio origen a la
escuela de Cerinto, de ideas claramente docetas. Brown (1983:144-147).
511
- En las epstolas juaninas se vuelve a la imagen de Jess como vctima propiciatoria: 1Jn 2.2; 4.10.
512
- Freyne (2002:67-68); White (2007:394-399); Hakola (2009:43-44).
513
- 1Jn 4.18. Cfr. Black (1998:431-432); Lieu (2008:193-196).
510

95

Esto coloca claramente al esclavo en un lugar secundario y solo reivindicado en relacin


a la bondad de su superior. En lneas generales el siervo es poco confiable porque su
motivacin es diferente y el crculo juanino en Asia Menor contrapone la servidumbre a
la amistad y a la relacin filial, promoviendo estas ltimas como estructuras deseables
en la organizacin de la asamblea.
La absorcin progresiva de parte de la corriente juanina por los paulinos asiticos
resignifica el ideal de familia cristiana, tomando a la casa como eje y espacio sagrado
que no deba polucionarse.514 El esclavo est en el lmite de la casa, pues no conoce su
procedencia y se recomienda no confiarle asuntos importantes ya que su accionar est
regido por el temor. En esto volvemos a un tema que ya vimos en Did y EpBern acerca
de la recomendacin de no ordenar con dureza a esclavos y esclavas a fin de que no
dejen de temer a Dios. Estos juaninos reconocen que el temor es una motivacin
innegable, pero principalmente adecuada para subordinados adheridos al liderazgo de
un superior. Esta reelaboracin juanina fue contempornea en sus inicios con las cartas
de Ignacio, obispo de Antioqua, dirigidas a las iglesias de Asia.

Ignacio aborda el tema de los esclavos dentro de su proyecto piramidal jerrquico en


el que el obispo nico era la imagen viva de Dios. El antioqueno propone de esta forma
un ideal de unidad comunitaria que orbita en torno al poder clientelar de un nico
benefactor con lealtades en los oikoi locales. Vimos que Ignacio es el primero en
percibir los quiebres comunitarios en Asia, donde algunos miembros se renen aparte
del obispo y, pese a que reconocen su autoridad de facto, se abstraen de su influencia
promoviendo una cristologa proto-doceta calificada como insolidaria y sectaria.515 El
prototipo de obispo que propone Ignacio es el de un hombre de mundo, proveniente de
la gentilidad, administrador y jefe de familia, por lo cual su persona goza de renombre
entre los ajenos a la comunidad. Ignacio critica as al modelo cristiano-nomista, de
observancias

cerradas,

al

juanino

proto-doceta,

basado

en

postulados

cristolgico-escatolgicos contrarios a la necesaria insercin cvica del cristianismo.


As, por medio de la invocacin de Jesucristo, justifica y legitima las acciones carnales
como el matrimonio y la vida domstica (elemento netamente paulino).516 Esta
propuesta busca reforzar la existencia urbana del cristianismo gentil y regular las luchas
514

- 2Jn 10. Cfr. Brown (1982:690-693); Black (1998:454).


- Ignacio, Ef 5.3; Mag 4; 7.1; Tra 7.2.
516
- Ignacio, Ef 8.2.
515

96

internas de poder. Como ocurre con las epstolas juaninas, Ignacio deja de lado el
conflicto con la sinagoga al entrar en Asia Menor y se concentra en delimitar una
primaca particular local por sobre ciertos poderes colegiados ya existentes. 517 Como
vimos, Policarpo de Esmirna no parece haber sido ms que un presbtero preeminente
entre otros y poco podra haber comprendido, y mucho menos efectivizado en la
prctica, la propuesta monoepiscopal del antioqueno.518 Las iglesias de las provincias
asiticas vivan una realidad organizativa distinta por su temprana desvinculacin de la
sinagoga y los aparentes buenos tratos con la misma.519
La marcha del condenado Ignacio se volvi un evento propagandstico destinado a
reforzar su faccin en Antioqua,520 la cual parece haber triunfado al poco tiempo. 521
Estando Ignacio en Trade recibi noticias de que Antioqua estaba en paz. Esta paz
podra deberse a que el bando de Ignacio haba triunfado en su reclamo o bien a que la
disputa por la autoridad estaba concluida. Sin embargo Ignacio habla de unin en la
comunidad, de restablecimiento del cuerpo y pide que las iglesias asiticas enven
representantes a Antioqua en seal de comunin. Por lo tanto no sera inverosmil
pensar en un triunfo de su faccin.522 En este juego de poderes el obispo mrtir saba
que el apoyo de los oikoi particulares era uno de los puntos centrales. El obispo
extendera as su poder al interior del espacio domstico para convertirse efectivamente
en el gran padre de familia. Podra verse aqu una idea comunitaria similar a la de Did,
en la cual la confesin de pecados era algo pblico y que concerna a la asamblea. El
obispo logra entonces regular la membresa alcanzando un grado de conocimiento
mayor de los aspectos domsticos de cada hogar adherente. Es por eso que le
conciernen los matrimonios, las obras de caridad, las viudas, el desempeo laboral y la

517

- Esta entrada en Asia y su encuentro con grupos cristianos netamente gentiles puede ser la razn por la
cual Ignacio deja atrs las polmicas sobre las Escrituras (ms adecuadas para el mbito judeocristiano de
Siria-Palestina) y se concentra en una cristologa mistrica destinada a fortalecer un nuevo tipo de
autoridad religiosa. Cfr. Schoedel (1978:104-106); Mitchell (2006:27-45).
518
- Brent (2006:432-434).
519
- De hecho los custodios de Ignacio no apresan a los lderes asiticos que visitan al condenado a lo
largo del camino ni impiden sus reuniones. Esto nos muestra un cristianismo asitico ms mesurado y en
armona con su entorno social. Esto no se daba en la Antioqua de Ignacio, por lo que varios autores han
pensado que las acciones del obispo en medio de los debates por la autoridad fueron las causantes de su
arresto. Cfr. Corwin (1960:27-28); Swartley (1973:81-103); Schoedel (1980:38-41) (1985:13-14); Stoops
Jr. (1987:175).
520
- Schoedel (1980:41-44), (1985:11-12).
521
- Ignacio, Fil 10.1-2; Esm 11.1-2; Pol 7.1-2.
522
- Streeter (1929:170); Harrison (1936:79-106). Schoedel (1980:37) piensa que fue el arresto de Ignacio
lo que trajo inmediatamente la paz a Antioqua. Trevett (1992:52) coincide pero no cree que al hablar
Ignacio de paz se est refiriendo a un nuevo obispo, sino a una tregua en la lucha de facciones (1989:
35-52).

97

conducta sexual de quienes integran su crculo. 523 La cuestin de los miembros esclavos
tambin es de incumbencia episcopal, y no es menor para la estabilidad de la red
clientelar que este lder administra. El consejo concreto que Ignacio da a Policarpo es no
tratar desdeosamente (me jyperefanei) a esclavos y esclavas,524 lo cual se encadena
bien con la recomendacin de buscar a todos los miembros de la comunidad por su
nombre (ex onmatos).525 El hecho de conocer los nombres de los esclavos cristianos es
un gesto que, por un lado, seala la minuciosidad que se le requiere al aspirante al
patronazgo comunitario y, por otro lado, alerta acerca de la peligrosidad de esta
categora de fieles. Considerando los acontecimientos del Ponto y Bitinia la postura de
Ignacio busca ser equilibrada: no rechaza a los douloi, pero intenta controlar que su
estimulacin como agentes del oikos cristiano llegue a extremos socialmente
reprobados. Un esclavo o liberto bien podra ser un instrumento de avanzada de una
figura que fuese capaz de competir con el poder episcopal, por lo cual era necesario
recomendar ciertas precauciones sobre su rol comunitario. El consejo de evitar que los
siervos se vuelvan arrogantes (fysiusthosan) puede estar apuntando a una
intencionalidad del amo ms que una rebelda esclava anclada en un alegado
igualitarismo espiritual. Hay un ideal de esclavo creyente para Ignacio (y veremos que
las Epstolas Pastorales lo comparten) que se asocia con la sumisin, pues pide que
cumplan mejor su rol de esclavos (duleutosan). El esclavo debe cumplir roles
propios de esclavos, no inmiscuirse en cuestiones de poder domstico o comunitario en
espera de un ascenso social que se dara con la manumisin. El uso comunitario de
redimir esclavos podra atentar contra el poder episcopal, pues la lealtad del liberto y su
insercin social resultaban difciles de controlar.526 Esto no quiere decir que Ignacio
prohibiera la prctica, sino que la subordinaba al inters del obispo, no al de los
esclavos o amos particulares. Convena al inters de los obispos el control sobre las
fuerzas econmicas de la asamblea, decidiendo cmo aplicarlas. Al parecer esto no
ocurra en Asia, pues las admoniciones de Ignacio inician un reclamo de control sobre

523

- Ignacio, Pol 4.1-5.2.


- Ignacio, Pol 4.3.

525
- Ignacio, Pol 4.2.
526
- Robinson (2009:107-108) aventura que Ignacio prohiba la manumisin comunitaria pues podra ser
que esos esclavos domsticos fuesen cristianos nomistas esclavizados por Roma en su accionar contra los
judos en la guerra de 66-70. Cfr. Harrill (1998:158-192).
524

98

los subordinados domsticos que se prolonga y que cobra mayor relevancia en las
Epstolas Pastorales.
La precaucin en la manumisin responde a un clculo poltico del patrono mayor,
quien recurre al tpico del esclavo del deseo para justificar esto: para liberar a un
siervo se deba tener la garanta de su fidelidad y adhesin, pues de lo contrario se corra
el riesgo de que se volviera un sujeto inmoral haciendo un mal uso de su libertad. Por
esta razn el antioqueno agrega que el obispo debe instruir acerca de los malos oficios
en los que, segn Schoedel, pueden caer los libertos (fundamentalmente la
prostitucin).527 El tema de fondo es quin es el amo del esclavo manumitido por la
comunidad y qu potencial posee ese liberto (artesano o agente comercial del amo)
como para considerarlo una amenaza para el lder consagrado. Un liberto exitoso podra
fortalecer las redes asistenciales dependientes de su amo ahora devenido patrono o,
como se ver luego en Hermas, constituirse l mismo en una alternativa dirigente si
llegara a contar con los recursos necesarios. No hay que olvidar que muchos libertos
posean un conocimiento en gestin y negocios que los colocaba en altos puestos,
incluso dentro de la estructura estatal.528 No es extrao entonces que a fines de los aos
50 aparezca la mencin de los libertos imperiales en las cartas de Pablo,529 y resulta
lgico imaginar que Ignacio tambin conoca a estos personajes de la comunidad de
Roma. Al suplicar que no impidiesen su martirio con su influencia, el antioqueno
posiblemente se diriga a estos libertos-patronos del cristianismo gentil de Roma, ciudad
donde no aparece ningn obispo nombrado por el antioqueno. Por alguna razn Ignacio
no coloca el nombre de ningn personaje relevante de la comunidad romana, sino que
sus splicas se dirigen en general a un sector influyente. Algo similar ocurre en la
comunidad de Filadelfia, donde pese a hablar del obispo no da su nombre.530
La construccin y justificacin del episcopado monrquico como solucin a una crisis
comunitaria cada vez ms evidente en el mundo oriental gener sus efectos en Asia.
Ignacio, desde su ptica siria, percibi fracturas en las asambleas que, a la larga,
amenazaran la pervivencia del cristianismo gentil y propuso mtodos minuciosos para
hacer del cristianismo una asociacin jerrquica y controlada. Veremos ahora cmo
influy su discurso en las producciones paulinas de la dcada de 120.

527

- Schoedel (1985:271).
- Weaver (1972:197-223); Kyrtatas (1987:76-78).
529
- Flp 4.22.
530
- Trevett (1989:43-48).
528

99

Policarpo de Esmirna es la voz asitica que primero se hace or hacia el ao 120. La


posicin de Policarpo dentro de la comunidad se ha consolidado y ha dejado de ser un
presbtero relevante para asumir un rol adoctrinador prominente aunque no monrquico.
El esmirnota no se arroga el ttulo de obispo, 531 aunque bien podra calificrselo de tal si
comprendemos el significado y alcance que ese cargo tiene para los paulinos asiticos.
Las Pastorales, nombre que se le da a las epstolas pseudopaulinas 1 Timoteo, 2 Timoteo
y Tito (1Tim, 2Tim y Tit),532 comprenden al obispo singular como un simple primus inter
pares, pues el cargo es uno y el mismo con los presbteros. 533 El proyecto ignaciano no
fue adoptado del todo, pues la primaca econmica de varios lderes sumada a una
tradicin de poder colegiado no permiti la consolidacin de ningn postulante.
Policarpo mismo, pese a su creciente poder econmico sobre los creyentes, reconoce su
impericia en las Escrituras, por lo cual se refugia en Pablo, autoridad mxima en la
materia, cuyas cartas parecen estar conociendo un tercer auge entre los asiticos.534 Para
unir la capacidad proveedora de un lder con el poder adoctrinador los asiticos
recurrieron a una figura intermedia: el discpulo del apstol. Timoteo y Tito aparecen en
las epstolas Pastorales como enviados de Pablo que garantizan la tradicin genuina y,535
en cierta manera, habilitan una extraa sucesin apostlica con un ritual de imposicin
de manos.536 El recurrir a estas figuras es un recurso con fines legitimadores por parte de
ciertos lderes que ahora tambin dominan la cuestin doctrinal bsica a partir del
acceso a las Escrituras y a las tradiciones locales.537 Del timorato modelo policarpiano
de presbiterado-diaconado pasamos a una estructura tripartita, compartida entre obispos,
presbteros y diconos, como aparece en las Pastorales. Sin embargo no hay
subordinacin entre estos cargos, sino que coexisten de forma interdependiente.538

531

- Policarpo Flp Intro. Ver nota 79.


- Seguimos a MacDonald (1983:54-57); Theissen (2003:190-191) y White (2007:537-545) al
considerar a estas epstolas como producidas en las comunidades asiticas entre 120-125. Una prueba del
carcter tardo de las Pastorales se refleja en que Marcin no las incluy en su canon. Blackman
(1948:52-56). Para dataciones diferentes ver Prez (1999:185-201). Respecto del orden de las cartas nos
inclinamos por el propuesto por Collins (2002:10): 2Tim, Tit, 1Tim.
533
- Cfr. Towner (1989:223-229). Gourges (2010:488-489) agrega correctamente que el obispo perteneca
a una categora particular dentro del grupo de los presbteros. Los requisitos de acceso tanto a un cargo
como a otro son idnticos, por lo cual podra pensarse, segn Gil Arbiol (2010:278-279), en funciones
intercambiables entre obispo y presbtero.
534
- Policarpo, Flp 3.2. Cfr. Theissen (2003:190); Gil Arbiol (2010:288-290).
535
- Cfr. Dibeluis-Conzelmann (1977:1); MacDonald (1983:68-71); Verner (1983:148-149).
536
- Cfr. Verner (1983:157-158); Gourges (2010:479-482, 490-491).
537
- As se explicita en 2Tim 3.14-16 y Tit 1.9.
538
- Verner (1983:147-150).
532

100

Las iglesias asiticas estaban experimentando una nueva forma de autoridad debido al
aumento numrico entre los fieles y por la intromisin e interaccin con vertientes
cristianas diferentes como la paulino-ignaciana y la juanina. 539 No hay que olvidar que
los acontecimientos del Ponto-Bitinia diez aos atrs haban promovido una postura
social ms abierta en ciertas asambleas. Tanto Policarpo como las Pastorales aseveran la
buena predisposicin cristiana para con las autoridades imperiales locales, ya sea con la
oracin o con la obediencia y el reconocimiento cvico.540 Consagrar una jerarqua
significa buscar una estabilidad social para asegurar la existencia de las iglesias como
asociaciones y, en consecuencia, atraer adeptos. Para esto ya no basta la estructura
domstica tal como se la representaba en Col y Ef, sino que ahora la ekklesia se pensar
como una estructura social modelada en base a la casa. Los cdigos domsticos se
elastizaron a fin de incluir las reglas de los rdenes eclesiales nuevos en un arreglo poco
claro.541 La vida domstica no es un tpico independiente en Policarpo y las Pastorales,
sino que cuando aparece es solo para dirimir algn aspecto de la vida de la casa de
Dios.542 Ya no hablamos de un manual cristiano, sino de una exhortacin administrativa
y reguladora a los nuevos lderes.
Con esta presencia mayor de la autoridad, los asiticos comienzan a definir lmites de
pertenencia con los que codifican a la comunidad. Por un lado se atacan las disensiones
internas, reclamndose precaucin contra maestros alternativos que se introducen en los
oikoi y generan debates sin fin sobre cuestiones cristolgicas; 543 por otro llama la
atencin la preocupacin por el tema de la avaricia tanto entre los lderes como entre los
desviados.544 El caso del presbtero Valente y su mujer, 545 quienes aparentemente
malversaron fondos comunitarios y decepcionaron a su clientela fiel, es paradigmtico
pues seala que existe un mecanismo econmico eclesial con eje en los presbteros y
diconos que cumplen el rol de administradores.546 Estos deben dar cuenta ante la
comunidad del uso de los fondos, aparentemente destinados a la beneficencia entre los
carentes de soporte como las viudas (volveremos sobre el tema). El presbtero o dicono
que lucra con el ministerio puede ser acusado pero no se lo expulsa, sino que solo se lo

539

- Gil Arbiol (2010:268-269).


- Policarpo, Ef 12.3; Tit 3.1; 1Tim 2.2. MacDonald (1983:66-68); Towner (1989:201-205).
541
- Dibelius-Conzelmann (1977:6); Verner (1983:1-2, 16-23, 85).
542
- Cfr. Verner (1983:128).
543
- 2Tim 2.14-17; 3.6-8; Tit 1.11; 3.9-11; 1Tim 1.4-6; 4.7; 6.3-5.
544
- Policarpo, Flp 4.1; 5.2; 6.1; 11.1; Tit 1.11; 1Tim 3.3; 6.6-10.
545
- Policarpo, Flp 11.1-4.
546
- Ignacio (Tra 2.3) y Hermas (El Pastor Comp 9. 26,1-2) tambin lo sealan.
540

101

reprende.547 Su carcter de benefactor lo transforma en patrocinador de la asamblea; por


eso Policarpo pide que se reintegre a Valente antes de que otorgue su apoyo a otra
vertiente cristiana. La avaricia se vuelve un problema porque se espera que los lderes,
personas con un estatus econmico reconocido, administren los fondos comunitarios de
manera imparcial y transparente. Muchas veces esto no ocurra (dadas las constantes
admoniciones sobre el asunto) y el resultado era la desconfianza de grupos internos de
la asamblea a raz de favoritismos en la distribucin de los recursos comunitarios. 548
Con estos reclamos en mente, el autor de 1Tim aborda el problema de la beneficencia
eclesial. La atencin de viudas y hurfanos como tarea que incumbe a los lderes debe
delimitarse y regularse, por lo cual se imponen requisitos para acceder a ese
mantenimiento. El caso de las viudas es muy concreto, pues se les exige para ser
inscriptas en el catlogo de asistidas una vida familiar irreprochable, una edad superior a
los sesenta aos y haber tenido un solo matrimonio. Las viudas jvenes son impulsadas
a casarse nuevamente con el fin de fundar nuevos oikoi cristianos adheridos al
patronazgo de los oficiales. De esta forma los fondos eclesiales administrados por los
lderes solo se destinan a gente en verdadera situacin de desposesin. 549 La jerarqua es
la mediadora y canalizadora de la limosna y los bolos comunitarios. Esta forma de
caridad, tarea central de los pretendidos oficiales, est en el ojo de la tormenta
constantemente ya que, como vimos, la comunidad puede reclamarle a sus dirigentes
por el uso de esos fondos. Este es un argumento ms para concluir en que no exista un
poder monrquico episcopal.
En las Pastorales se fomenta la existencia de las familias cristianas y se sospecha de
las tendencias individualistas (celibato, abstencin de ciertos alimentos) que abstraen
del crculo patronal y proveen un mal testimonio social del cristianismo. La accin de
gracias es lo que purifica al cristiano y le permite una interaccin con el mundo sin
problemas de conciencia.550 Al descartar as ciertas ideas sobre la impureza, los paulinos
apuestan a un perfil cristiano basado en la idea de sobriedad y utilidad: el cristiano es un
hombre de mundo en espera de la parusa final y de la salvacin. 551 La rama juanina
547

- 1Tim 5.19-20 aclara que hay que reprender al presbtero sin favoritismo si se renen testimonios en su
contra. Esta medida hace dudar acerca del proceder real que se operaba en las asambleas. Hermas en El
Pastor sigue un camino similar: denuncia al rico pero lo invita al arrepentimiento. Filho (1998:151-155).
548
- Policarpo, Flp 5.2.
549
- 1Tim 5.3-16. Towner (1989:180-190).
550
- Policarpo (Flp 7.2) pide moderacin en los ayunos y la oracin. Podra pensarse que en Tit 3.9 al
oponerse a las disputas sobre la Ley el autor est pensando en cuestiones alimenticias. 1Tim 4.1-6
condena los comportamientos ascticos y legitima la accin de gracias como herramienta de interaccin
social, algo heredado de Col 3.17.
551
- Policarpo, Flp 10.3; Tit 3.14.

102

proto-doceta, que fue parte de las asambleas asiticas hasta la dcada del 120, afirmaba
que la trayectoria terrena de Jess era irrelevante y que solo el bautismo provea la
entrada a la salvacin definitiva. Su lectura de Jn fue calificada como un exceso y
precisamente por eso no tienen inters en los espacios domsticos, 552 pues su
individualismo genera la divisin domstica por privilegiar la gnosis divina por sobre
las obras de caridad. Esto no quiere decir que estos personajes fuesen pobres en el
sentido material, sino que conceban la fe en Cristo como disociada de los aspectos
ticos comunitarios que tanto preocupaban a los paulinos. Las comunidades de
Policarpo, Tit y 1-2Tim unan la esfera moral con la esfera religiosa pues su concepcin
cristolgica resaltaba la terrenalidad de Jess, ejemplo de conducta primigenio, 553 y
tambin la historia de Pablo, a quien se colocaba como autoridad tradicional. 554 Si bien
1, 2 y 3Jn coincidan en esta unin de esferas, no exaltaban a Pablo sino al Presbtero,
modelo administrativo propio del paulinismo pero tambin representante de la tradicin
juanina.

La

nocin

de

buena

ciudadana

cristiana,

propuesta

por

Dibelius-Conzelmann,555 explica esta articulacin y justifica la flexibilidad de los


cdigos domsticos. En Col y Ef el hogar era el ncleo alternativo de reunin para los
paulinos despegados de la sinagoga;556 ahora este modelo se ha ampliado abarcando a
muchos oikoi particulares cuyos integrantes estn en dependencia con ciertos lderes
que pasan a manejar de manera ms autoritaria las tradiciones y los fondos
comunitarios. Claramente lo dice 1Tim al prescribir las cualidades del aspirante a
obispo.557 Se espera que estos individuos nucleen voluntades y recursos, tal como vemos
que hace el presbtero (o aspirante a presbtero) Diotrefes, quien obliga a sus adeptos a
cerrar filas y rechazar a los enviados del Presbtero juanino en 3Jn.558
El cdigo domstico tiene una forma extraa en las Pastorales pues cobra importancia
en tanto explicita la idea de buen gobierno de la casa requerida a los postulantes a los
cargos. Las acciones de los dependientes domsticos estn estipuladas a fin de que no
552

- 2Jn 9-10.
- Policarpo, Flp 7.1; 2Tim 2.8; 1Tim 2.5-6.
554
- Policarpo, Flp 3.1-2; 9.1-2; 2Tim 1.8-12; 4.16-17; Tit 1.1-3; 1Tim 1.12-16; 2.6-7. MacDonald
(1983:58) propone que los autores de las Pastorales utilizan la imagen de Pablo para la condena del
celibato; Gil Arbiol (2010:276) agrega que estas epstolas afianzan la autoridad paulina al resaltar el
sufrimiento del apstol y su carcter de perseguidor redimido.
555
- Dibelius-Conzelmann (1977:8-9).
556
- Col 3.18-4.1; Ef 5.21-6.9.
557
- 1Tim 3.4-5.
558
- 3Jn 9-11. Brown (1983:151-152); Malina (1986:171-194). Un caso similar le ocurri a Ignacio (Fil
11.1), cuyos enviados a Filadelfia no fueron reconocidos por un sector de la comunidad. Podra pensarse
que Ignacio legitimaba a un lder local por encima de otros, cuestin que divide a los fieles y crispa los
nimos en contra del extranjero. El tono de la carta deja entrever esto: Fil 3.1-3; 6.3; 7.1-2; 8.1-2.
553

103

vayan en detrimento del poder patriarcal que es considerado la base de la gua


comunitaria, sino al contrario, que lo confirmen y lo promuevan. Las mayores
prescripciones se hacen sobre las mujeres en tanto esposas y madres,559 aspecto que
Ignacio no tocaba.560 Ahora se pide que las mujeres guarden silencio y se dediquen a las
buenas obras en base a un justificativo escriturario: el pecado de Eva. 561 Como el primer
varn pec instigado por la primera mujer, es necesario evitar cualquier sugerencia o
intromisin femenina en el mbito de poder y gobierno. Podra verse aqu una
deslegitimacin de posibles benefactoras, que ahora deben estar casadas con un creyente
para justificarse. Esto no quiere decir que se elimine el rol de la mujer en cuanto
adoctrinadora, pero se lo limita a una poblacin concreta: nios y otras mujeres, varones
no.562 Quizs la mayor amenaza femenina fuesen las viudas, y no precisamente las
viudas pobres, dependientes de la beneficencia del lder, sino las viudas ricas con
influencia. Por esto el autor de 1Tim remarca que el vnculo familiar debe ponerles
freno, ya que hijos y nietos deben encargarse de ellas y someterlas al esquema de poder
patronal masculino.563 Con los esclavos ocurre algo similar.
La imagen de lder propuesta es aquella que rene los ideales de mesura, autocontrol y
honestidad. Por contraposicin a estos ideales aparece la figura del esclavo, asociada a
la contradiccin (antilgo) y al fraude (nosftzomai) en Tit.564 Ambos trminos tienen
que ver con la construccin del poder jerrquico.565 El verbo antilgo nos remite a la
capacidad del candidato para imponer pareceres y dar rdenes que sean obedecidas; 566 si
el esclavo contradice o replica, la autoridad del amo aparece como debatible y
cuestionada. Esto es percibido por la comunidad local que apoya al lder, el cual bien
podra parecer manipulado por sus domsticos. El verbo nosftzomai seala la injerencia
esclava en los asuntos econmicos; el sentido del verbo es retener-apropiarse de algo de
manera fraudulenta, oculta y no recta. Dado que se espera que el presbtero-obispo y el
dicono administren los fondos comunitarios, no es buena seal la presencia de
domsticos deshonestos o, an peor, con mucho poder de decisin a nivel econmico.
559

- Verner (1983:134-139); Towner (1989:209-216); Porter (1993:87-102).


- MacDonald (2004:270-281).
561
- Pagels (1990:54-55).
562
- Towner (1987:109-110); Osiek-MacDonald-Tulloch (2007:319-320).
563
- Brown (1992:83-87); MacDonald (2004:186-198).
564
- Tit 2.9-10.

565
- Quinn (1988:144-150).
566
- Dibeluis- Conzelman (1977:141); Collins (2002:345-348).
560

104

Volvemos as a un estereotipo de esclavo al que se le achacan vicios tradicionales en un


afn por exaltar la figura del propietario.567 La advertencia de Tit va dirigida a los lderes
y seala que su estructura de poder comunitario estara demasiado apoyada en un ncleo
servil domstico que, a la larga, causara ms problemas que beneficios. Por esta razn
Tit propone una reorganizacin de esa relacin domstica amo-esclavo en torno a dos
ejes autoritativos: la complacencia (opuesta a la contradiccin) y la fidelidad (opuesta al
fraude). En resumen Tit aboga por una sumisin efectiva de estos siervos domsticos de
la misma forma que debe ocurrir con las esposas y los hijos.568
En 1Tim la cuestin esclava aparece con matices, pues de una norma general se va a
una peculiaridad concreta.569 Esta epstola, algo posterior a Tit, aborda el tratamiento de
la servidumbre considerando reclamos surgidos en el interior de oikoi cristianos por
parte de creyentes de estatus servil, probablemente en respuesta a la recomendacin de
hacer disminuir su influencia domstica a nivel econmico-administrativo propuesta en
Tit. Podemos pensar entonces que la repeticin temtica de las Pastorales nos muestra
una realidad local conflictiva en la que mujeres, esclavos y viudas son una molestia para
la construccin de un liderazgo socialmente aceptable segn el autor. Todos estos
personajes representan una interferencia en la consolidacin de redes patronales fuertes
y legitimadas en una base evanglica, en una sucesin paulina garantizada (se apela a un
vnculo entre los asistentes de Pablo, Timoteo y Tito, y ciertos lderes). Concretamente
con los esclavos el autor de 1Tim direcciona su pedido apuntando a un sector muy
concreto: los siervos devotos de amos creyentes. El autor de la epstola vuelve a la carga
sobre el reclamo de Tit al pedir que los esclavos creyentes no traten a sus amos
cristianos con desprecio (katafoneo), es decir faltndoles el respeto y contradicindolos
en pblico (se retoma la idea que Tit presentaba con el verbo antilego). El dato que
1Tim proporciona es la justificacin que estos domsticos poderosos plantean: su
alegada condicin de hermanos en lo que atae a los asuntos de la iglesia. Este asunto
de la hermandad cristiano-paulina est generando conflictos en lo que respecta a la
administracin y manejo de fondos, problema que ya Ignacio haba sealado a Policarpo
y que Tit abord previamente.570 Podemos conjeturar que estos ncleos domsticos, con
567

- Verner (1983:141); Towner (1989:175).


- Tit 2.3-6.
569
- 1Tim 6.1-2.

570
- Ignacio, Pol 4.3; Tit 2.10.
568

105

ciertos esclavos instruidos y colaboradores centrales del taller artesanal familiar o de su


actividad comercial, habran ledo Gal 3.28. 1Tim no niega la hermandad, sino que pide
una manifestacin correcta de la misma. El doulos debe ser un mejor esclavo, es decir
que debe respetar el veredicto del despotes en cualquier asunto (lo que Tit resume con el
verbo hypotasso) porque su amo es la cabeza de una comunidad asistencial de creyentes
que se benefician de sus buenas acciones (euergesias)571. Si el esclavo se muestra
insubordinado no solo est excediendo los lmites de la hermandad, tal como comprende
este concepto el grupo del autor, sino que tambin obstruye la misin de la ekklesia al
no considerar a las instituciones sociales grecorromanas.572 El siervo influyente debe ser
apartado del poder del lder en ascenso. Este apela a una tradicin que lo justifica, por
un lado, como heredero de Pablo, a travs de una imposicin de manos conferida por los
primeros enviados del apstol, y, por otro, como un representante y oficial-patrono de
una asociacin inscripta en una ciudad de cultura romanizada con cuyo orden cvico
quiere mantener buenas relaciones. En este ltimo aspecto coinciden Tit y 1Tim: el
sometimiento y la correcta dependencia de los esclavos debe ocurrir a fin de honrar la
doctrina de Dios y evitar conflictos con el poder. El fantasma de los procesos de Plinio
podra ser uno de los justificativos para este pedido, pero tambin lo es el hecho de que
la composicin comunitaria ha cambiado y los miembros con mejor estatus econmico
han asumido un rol directivo que ya no se comprende desde las admoniciones de Col y
Ef, sino que exige ser repensado.
La insistencia en los aspectos domsticos complementarios del lder busca completar
la perspectiva ignaciana al sealar que el presbtero-obispo o el dicono pueden ser
vistos como elegidos por Dios, pero los fieles deben poder percibir a quin adherir. La
marca ms clara para saber eso es evaluar la vida familiar y hogarea. Es curioso que
Ignacio le recomendara a Policarpo la intromisin en los otros oikoi comunitarios para
generar dependencia pero que no le sugiriera nada sobre la administracin de su propio
oikos.573 Para Policarpo mismo este aspecto tampoco parece tener gran urgencia, pues
571

- El termino euergesias se relaciona con los amos y no con los esclavos, pues es un servicio prestado
por un superior a un inferior. Dibelius Conzelmann (1977:82); Verner (1983:142-145); Towner
(1989:178-179).
572
- Towner (1989:180); Brown (1992:82-83).
573
- De hecho Ignacio tampoco habla acerca de su propia realidad familiar. Esto no quiere decir que fuese
algo menor, pero al menos no era de primordial inters. La idea del obispo ignaciano como un hombre de
mundo, respetado por los de fuera, quizs no supona una moral familiar tan frrea y cristianizada en el
caso del patrono administrador. ste, como representante de la asamblea, deba mantener buenos tratos
con los vecinos paganos, y su familia quizs participara de los festivales cvicos locales como un signo de
buena voluntad cristiana. Este juego a dos puntas del lder cristiano en la polis ser criticado por El
Pastor al pedir un compromiso mayor de parte de los dirigentes.

106

Valente, presbtero estafador de Filipos, ha mostrado un apoyo domstico en su fraude y


sin embargo pide que se lo reintegre a la comunidad. Son las Pastorales las que
recuperan la tradicin del cdigo domstico, ahora aplicada al oikos de cada lder en
primer lugar. La primaca econmica de estos personajes sigue siendo el punto de
atraccin, pero el pedido de lderes mesurados, no colricos, educados, sobrios,
hospitalarios, padres, maridos y amos ejemplares puede leerse como signo de un debate
interno entre paulinos hacia mediados de la dcada de 120. Si bien Policarpo y las
Pastorales acuerdan en muchos aspectos, estas ltimas representan una exigencia mayor
en cuanto a requisitos para aspirar a la jerarqua, requisitos que legitiman la creciente
concentracin de poder e incluso la aparicin de una idea de continuidad ritual con aires
de sucesin. Pese a esta imagen tan consistente y a la validez de los reclamos, el modelo
jerrquico corregido que proponen las Pastorales no fue de aplicacin inmediata.
Podemos encontrar reclamos similares en la comunidad de Roma hacia 125-130.

Ignacio culmin sus das, si seguimos las reconstrucciones posteriores, 574 en


occidente, concretamente en Roma, el centro del imperio. All exista una gran
comunidad cristiano-gentil que contaba con muchos benefactores, entre ellos
posiblemente algunos libertos imperiales. Estos ltimos parecen haber sido figuras muy
influyentes a nivel organizativo, garantizando una visibilidad del cristianismo romano
que hizo crecer la idea de su preeminencia en materia econmica. 575 Por este motivo
Ignacio tema que la influencia de tales personajes arruinara su reivindicacin martirial.
Ignacio apela en Rom a la idea de justificacin por el sufrimiento, 576 concepto que los
cristianos de Roma bien podran vincular con el trmino tribulacin. 577 As como
Ignacio percibe al sufrimiento como camino de perfeccin discipular, El Pastor de
Hermas ve la tribulacin como un proceso de carcter penitencial.578 Ambos suponen
una prueba para el creyente, mostrando su compromiso y, en consecuencia, su
justificacin. Toda la retrica del sufrimiento-tribulacin comienza a perfilarse como
componente necesario del liderazgo cristiano,579 adems de la primaca econmica. Esto
574

- No hay testimonio directo del martirio de Ignacio, aunque Policarpo lo da por sentado en Flp 9.1-2.
El martirio de Ignacio es un relato muy posterior titulado Martirio Colbertino.
575
- Kyrtatas (1987:79-86); Brown (1993:107).
576
- Ignacio, Rom 2.2; 4.3; 5.1.
577
- Hermas, El Pastor Vis 3.2,1; 6,4; Vis 4.2,4-5; Comp 8.3,6-7.
578
- Bauckham (1974:27-40).
579
- Perkins J. (1995:189-192).

107

ocurre particularmente en la comunidad cristiano-gentil de Roma porque hay all


muchos y solventes benefactores, pero es necesario discriminar entre ellos, establecer
jerarquas. En este sentido El Pastor, texto producido en la comunidad romana por un
tal Hermas entre 125 y 130, nos da varias claves.580
La historia de Hermas, protagonista de El Pastor, es la de un liberto exitoso venido a
menos en sus negocios y en su posicin dentro de la iglesia. Hermas era originalmente
un esclavo nacido en el hogar y vendido por su dueo a una mujer llamada Roda, 581 la
cual presumiblemente fue quien lo manumiti (aunque el texto es muy vago en este
aspecto)582. Ya como liberto Hermas desarroll una actividad comercial y form una
familia. No se dice cundo Hermas se convirti al cristianismo, sino que se asume que
al menos desde su manumisin adopt esa fe.583 El Pastor puede comprenderse como un
itinerario espiritual, como varios autores han propuesto,584 pero con una marcada
intencionalidad polmica de parte de un grupo de libertos acaudalados, como Hermas,
con los lderes jerrquicos. Hermas posee la capacidad econmica pero se le critican sus
imperfecciones en el aspecto tico. Como miembro pudiente, Hermas se desentendi de
su familia en pos de los negocios, y los pecados de los suyos culminaron por repercutir
en su propio proyecto. Por este motivo el Pastor, personaje encargado de guiar a
Hermas, y la Anciana, representacin de la Iglesia, le reclaman que asuma activamente
el rol patriarcal y recomponga su prestigio frente a la comunidad.585 Su fracaso como
jefe de familia es asociado al desajuste de su actividad econmica. 586 Respecto de los
lderes (obispos, presbteros, diconos)587, pareciera que son poderes colectivos
580

- Respecto a El Pastor ha habido varios temas, de los cuales el ms acuciante ha sido su unidad
literaria. Muchos analistas han propuesto una redaccin en etapas para este documento, en la cual
intervinieron tres o cuatro autores distintos: Wilson (1927:50-51); Giet (1963:10-23); Osiek (1986:114).
Otros ven unidad redaccional: Henne (1992:482-488); Martn J. P. (2007:175-176). En base a estas
teoras, cada investigador ha propuesto dataciones diversas, que en general apuntan a la primera mitad del
siglo II. White (2007:428-429).
581
- Hermas, El Pastor Vis 1.1.

582
- Cfr. Wilson (1927:21-24); Osiek-MacDonald-Tulloch (2007:69-72).
583
- Henne (1992:485-486) entiende que en el texto la esclavitud es sinnimo de paganismo, pues Hermas
siendo esclavo considera a su ama como una diosa. Bandose en el Tber, Roda recordara a la antigua
Roma pagana. La manumisin de Hermas supondra entonces su conversin. La escena del Tber ocurre
cuando Hermas ya es cristiano y est casado, por eso se le advierte de su pecado. Las faltas de su periodo
de esclavitud no se le contabilizan al personaje.
584
- Henne (1992:486-487); Ayan Calvo (1995:25).
585
- Hermas, El Pastor Vis 1.3,1-2; Vis 2.2,3; Comp 7.1-4.
586
- Podra suponerse que Hermas era comerciante o mercader. Joly (1968:17-21). Jeffers (1991:23)
especifica que la ocupacin concreta podra estar vinculada al comercio de vino.
587
- En El Pastor se discrimina entre los cargos pero no se habla de una primaca episcopal. A veces
simplemente se los llama los jefes de la iglesia: Vis 2.2,6; Vis 3.9,7. En otros pasajes se identifica por
separado a obispos (Vis 3.5,1; Comp 9.27,1-2), presbteros (Vis 2.4,2-3; Vis 3.1,8) y diconos (Vis 3.5,1;
Comp 9.26,1-2).

108

netamente destinados a administrar los fondos comunitarios y a cumplir roles


diplomticos y adoctrinadores.588 El texto les reclama armona y concordia entre ellos. 589
Sin embargo la mayor polmica con estos jerarcas es por su concepcin de la
penitencia. El autor de El Pastor enfatiza el concepto de segunda penitencia, la cual est
destinada a aquellos pecadores ya bautizados.590 Este asunto se vuelve acuciante por el
alejamiento de las esperanzas escatolgicas y por los reclamos comunitarios acerca de
las atribuciones de los lderes. El personaje de Hermas representa a un sector crtico de
los actuales jefes de la iglesia romana pues corrige posturas rigoristas en relacin a la
penitencia.591 Esto supone una segunda oportunidad para asumir un rol activo dentro de
la comunidad. As, los ricos que solo se limitaron a creer y siguieron envueltos en
negocios, riquezas y amistades paganas pueden redireccionar sus lealtades y crear redes
clientelares dentro de la iglesia.592 Esta lucha con los rigoristas revela asimismo una
dura autocrtica por parte del autor de El Pastor a su propio grupo ya que el protagonista
es corregido constantemente por los personajes celestiales que lo visitan a fin de que
adopte una praxis comunitaria renovada que haga del oikos su centro de poder.
Curiosamente los pecados por los que Hermas hace mea culpa nos conectan con los
reclamos de las Pastorales en relacin a los lderes: que sepan gobernar su casa, que
sometan a hijos y esposa, que tengan una buena reputacin. 593 El personaje de Hermas
no tiene nada de esto, y lo nico que lo hace digno de las visiones es que no ha
588

- En relacin al adoctrinamiento, vemos aparecer tambin en El Pastor maestros (Mand 4.3,1) e


incluso profetas (Mand 11) a los que se somete al veredicto comunitario. Sin embargo la comunidad local
reunida en asamblea es la que evala al profeta o maestro en base al tipo de vida. Esta pervivencia
proftica exige el buen funcionamiento de la iglesia a fin de discernir (dokimazo). Reiling (1973:10,
14-16, 48-57, 122-154). Osiek (1999:140-141) observa este excursus sobre la profeca en El Pastor como
una seal de que la actividad proftica no declin, sino que adopt nuevas formas a raz de la creciente
institucionalizacin eclesial. El personaje de Hermas mismo puede ser considerado un profeta si tenemos
en cuenta su rol de trasmisor de los mensajes de la Anciana: Vis 2.1,3; 2,4; 4,2-3; Vis 3.4,3; 8,10-11; Vis
4.2,5. Cfr. Wilson (1927:21-37); Bauckham (1974:27); Brown (1993:107).
589
- La carrera por detentar un cargo administrativo en la iglesia romana es un problema muy notorio en
El Pastor Vis 2.2,6; Vis 3.9,10; Comp 8.7,4; Comp 9.26,2. Segn Meeks (1993:124-126) la obra da a
entender que Hermas tuvo previamente un cargo de liderazgo del que fue removido y al cual espera ser
restaurado.
590
- Hermas, El Pastor Vis 2.2,4-5; Mand 4.3.1-6; Comp 6.1,1-3. Cfr. Joly (1968:23); Clark (1980:30-33);
Ayan Calvo (1995:31-35); Martn (2007:176-178). Distinta a la postura de Hermas en relacin a la
segunda penitencia era la costumbre del rebautismo por pecados graves, practicada por los cristianos
nomistas elkasatas y surgida en Palestina hacia la dcada de 110. Hiplito, Refutacion de todas las
herejas 9.15,1-3; 15,4-16,1. La reintegracin de miembros cados requiere un ritual de readmisin
destinado a cumplir fines profilcticos para la ekklesia. Hermas concibe al bautismo como un cambio de
vida, por lo cual la penitencia solo actualiza y recompone el compromiso asumido.
591
- Aquellas presentadas en Heb 6.4 y 10.26 segn proponen Clark (1980:31-32) y Martin J. P.
(2007:176). Segn Vielhauer-Strecker (2003b:601-602) la teora del arrepentimiento en El Pastor es el
resultado de la postergacin de la parusa.
592
- Hermas, El Pastor Vis 3.6,4-7; Mand 2.4; Mand 10.1,4-5; Comp 1.8-10; Comp 4.5-6; Comp 8.9,1-3.
593
- 1Tim 3.2-5; Tit 1.6-8.

109

apostatado (es decir que permaneci en la fe sin practicar las obras de la fe)594. Hay
un nuevo lmite de pertenencia comunitaria que exige que los benefactores que aspiran a
lderes adopten una tica econmica y social comprometida con la asamblea. Ahora
bien, que Hermas (el personaje) sea un liberto no es un dato al azar, pues nos habla de
un sujeto que ha ascendido socialmente y que manifiesta signos de una personalidad
calculadora. Esto se percibe en su deseo por su antigua duea, en su comportamiento
fraudulento en los negocios y en la desatencin de su familia. 595 El autor no critica la
movilidad social de Hermas ni su condicin de liberto, sino que quiere corregir ciertos
aspectos de su tica relacional, base para la aspiracin jerrquica. As se ve en la
Comparacin quinta, en la que Hermas est ayunando solo en un monte y el Pastor lo
reprende por no conocer la forma de ayunar que es agradable a Dios. 596 Esta forma de
ayuno consiste en practicar la justicia tanto en la mente, evitando los malos deseos,
como en el cuerpo, abstenindose de alimento voluntariamente y dando el importe
equivalente a los necesitados;597 este ayuno crea un vnculo econmico que evita la
enajenacin. Asociado a este asunto aparece el relato del esclavo y la via. 598 El mismo
cuenta la historia de un esclavo fiel que, ordenado por su amo, cava la via propiedad de
este. Como el amo no regresa, el esclavo realiza el cercado de la via. Cuando el seor
vuelve y ve que el esclavo haba hecho ms que lo que originalmente le pidiera,
consulta con su hijo y unos amigos consejeros y decide hacer al oiketes coheredero con
su hijo. Luego organiza en honor del siervo fiel un banquete. Durante el mismo, el
siervo come lo suficiente y el resto de su porcin lo reparte entre sus compaeros de
esclavitud. Estos se alegran por el gesto y se lo cuentan al seor, quien se regocija an
ms por su decisin. Esta parbola no solo ejemplifica el correcto modo de ayuno, o sea
hacer un sacrificio mayor, sino que refleja la situacin de Hermas en la medida en que el
mismo protagonista es un liberto. No obstante, el ascenso de dicho liberto en la historia
se da por su fidelidad y su utilidad, no por una astucia oportunista. Otro nivel posible de
lectura del texto es el cristolgico, y as lo explica el Pastor al confundido Hermas: el
seor es el Padre, el esclavo es el Hijo de Dios, el hijo es el Espritu, los amigos
consejeros son los ngeles y la via es el pueblo cristiano. 599 Que Cristo est
594

- Hermas, El Pastor Comp 8.9,1-3.


- Hermas, El Pastor Vis 1.2,4; 3,1; Vis 2.3,1; Mand 3.2-5. Clark (1980:34-47).
596
- Hermas, El Pastor Comp 5.1,1-4.
597
- Hermas, El Pastor Comp 5.3,5-8.
598
- Hermas, El Pastor Comp 5.2,2-11.
599
- Hermas, El Pastor Comp 5.5,2-3.

595

110

representado en esta parbola por un esclavo es lo que cimenta y justifica la postura de


El Pastor en relacin a la jerarqua. Se asocia la carnalidad de Cristo con el sufrimiento
y las fatigas, con el trabajo arduo de un doulos, en resumen: con el sufrimiento. 600 Esta
metfora, que recupera tmidamente la tradicin paulina del rebajamiento, 601 tiene por
objetivo codificar ideolgicamente el rol de los lderes comunitarios: el lder es quien
soporta el mayor sufrimiento pues es el que ms da, el que experimenta muchas penas.
Claramente el lder es el que ms puede dar a nivel material, pero esto ya no es
suficiente. El verdadero dirigente, aquel realmente apto, debe ir ms all y tomar un
compromiso con la comunidad que deje en segundo plano sus relaciones paganas,
asumiendo una postura que puede acarrearle padecimientos por la fe. 602 Aparece as una
justificacin jerrquica basada no solo en lo econmico, sino tambin en el sufrimiento,
signo de legitimacin del lder.603
La parbola del esclavo y la via cobra significado si entendemos la trayectoria previa
de Hermas y el reclamo que el Pastor le hace acerca de recuperar su lugar en la
comunidad y crear vnculos clientelares nuevos. Hermas fue un esclavo con mentalidad
maliciosa y oportunista, astucia y afn de ascenso, vicios netamente de esclavos que ya
no puede seguir manteniendo si quiere salvarse. Se le exige al liberto una adhesin total
a la iglesia a fin de renovar a una jerarqua conservadora y obsoleta en muchos aspectos.
La segunda penitencia y el sufrimiento son las consignas que enarbola el grupo de
Hermas para integrarse activamente a la comunidad. El ser rico y exitoso no basta, pues
eso no provee un liderazgo fiel y constante (algo que las Pastorales ya saban). A travs
del personaje de Hermas se hace una crtica a los vicios de los esclavos, aun de aquellos
que eran creyentes. Curiosamente no se enumera a douloi dentro de la familia de
Hermas, y probablemente esta ficcin prescinda de ellos directamente pues ya la
biografa del protagonista muestra su postura en relacin al tema. La fidelidad sufriente

600
- Hermas, El Pastor Comp 5.5,5-6,8.
601
- Flp 2.6-9.
602
- Esto no supone el martirio necesariamente, sino probablemente una postergacin econmica y social
por parte del mundo pagano. Stoops Jr. (1987:161-178); Meeks (1993:46-47).
603
- Ya Ignacio se haba acercado a esto al presentarse como un esclavo y un condenado, legitimando su
discurso con su sufrimiento: Ef 3.1; Mag 12; Tral 4.2; Rom 2.2; 4.3; 5.1; Esm 4.2. El Pastor apuesta al
mismo tipo de justificacin directiva: Vis 3.1,9- 2,1; Comp 9.28,1-3.

111

(idea heredada del esquema de Heb 5.7-10) y no el clculo deben caracterizar al siervo.
Por esto el esclavo del seor de la via no dud en realizar una obra adicional a lo
pedido. El personaje de Hermas, por oposicin, ha usado la duda para especular, lo cual
es un gran pecado.604 Esa duda supone falta de fe y de subordinacin, pues el que duda
desconoce el carcter y la voluntad de su superior y lo nico que le interesa es su propio
beneficio. La disparidad domstica de intereses se genera a partir de la vacilacin, y los
siervos en ascenso como Hermas parece que sufran de ese mal.

Considerando los derroteros de las comunidades cristianas entre el ao 100 y el inicio


de la segunda Guerra Juda podemos observar dos caractersticas en relacin al
tratamiento de la esclavitud. En primer lugar, como ya lo venimos marcando, el discurso
sobre los esclavos se subordina a los avatares socio-polticos de las ekklesiai. Los
conflictos internos por la jerarquizacin vertebran la mayora de las admoniciones
domsticas que encontramos en este periodo, sealando a los oiketai como puntos de
avanzada de un patrono en ascenso. Mantener sumisos a los dependientes es una
muestra de la capacidad del lder en promocin. Esclavos y esclavas son integrados en
la fe de sus amos a partir de una creciente preocupacin por consolidar un hogar
completamente cristiano. Esto ya haba aparecido tmidamente en Col y Ef hacia las
dcadas del 80-90 del siglo I pero hora el reclamo asume mayor urgencia en medio de la
carrera por la jerarquizacin. El siervo es conminado a obedecer por respeto a la
institucin y al equilibrio de la comunidad tanto a nivel interno como a nivel externo.
Como el objetivo central es la convivencia pacfica con el entorno pagano los escritos
del momento exaltan la figura del amo y abogan por una disminucin de la injerencia de
los esclavos en asuntos domsticos.
En segundo lugar debemos considerar que la imagen del doulos como actor
comunitario va entrando en una especie de constante cuestionamiento. Los procesos de
Plinio en 112 influenciaron mucho a las ekklesiai orientales y de alguna manera
impulsaron a revisar el funcionamiento del oikos cristiano. Dos esclavas ministras
fueron informantes del gobernador, aspecto para nada menor en la trama. De aqu en
ms los autores cristianos abordan con ms cautela el asunto de la esclavitud: el
domstico puede entraar muchos beneficios al amo, pero tambin grandes desgracias.
Por esto mismo los juaninos asociaban al esclavo con el temor y el no conocimiento,
604

- Hermas, El Pastor Vis 2.2,4; Vis 3.10,9; 11,2; Mand 9.

112

privilegiando las relaciones filiales, e Ignacio superpona la autoridad episcopal en el


asunto de las manumisiones, tratando de prevenir de esta forma conflictos jerrquicos.
Estas vertientes son concientes de la necesidad de regular a los siervos y mantener cierta
distancia con los mismos, evaluar su fidelidad y sus potencialidades. No se cuestiona ni
la manumisin ni la movilidad social del liberto ni la idea de hermandad espiritual, sino
que se las comprende a partir de un esquema de poder nuevo. En las dcadas siguientes
del siglo II el potencial negativo del esclavo como miembro de la comunidad pas a ser
tema de debate central entre los cristianos.

113

CAPTULO 4
PERSUASIN Y RACIONALIDAD: ESCLAVOS CREYENTES EN LA POCA
DE LOS DIDASKALEIA CRISTIANOS.

Las iglesias cristianas no fueron indiferentes a la Segunda Guerra Juda, llevada


adelante por el cabecilla mesinico Bar Kokebas y reprimida por las tropas de Adriano
entre 132 y 135. La derrota de los rebeldes fue seguida por la proscripcin de los judos
de la ciudad santa y su refundacin bajo el nombre de Elia Capitolina. 605 Estos
acontecimientos dispararon nuevos conflictos identitarios para las ekklesiai en medio de
un proceso de jerarquizacin interno an no resuelto. Los sectores cristiano-nomistas
perdieron fuerza luego del fracaso rebelde en Palestina y, en muchos casos, quedaron en
minora frente al componente gentil de las iglesias. La perspectiva mesinico
apocalptica prcticamente se diluy y la parusa progresivamente pas a ser un evento
postergado a un futuro remoto. Frend postula que a partir de 135 d.C. las iglesias
cristianas

afrontaron

treinta

aos

de

precaria

cuasi-tolerancia

debido,

fundamentalmente, a un reacomodamiento de sus relaciones con la sociedad pagana.606


Sin embargo este proceso no fue monoltico, pues delimitar las relaciones con el mundo
exiga primeramente definir a nivel intraeclesistico qu poder e influencia tena ese
exterior sobre los creyentes y cul era su rol en relacin a la revelacin de Cristo. Se
considera fracasado y polticamente peligroso al judasmo mesinico, por lo cual
aparece como evidente que la definicin de una postura en relacin a la cultura
grecorromana es un asunto acuciante. El discurso del abandono divino de Israel se
605

- Dion Casio, Historia Romana 69.12-14; Talmud de Babilonia Tratado Gittin 57a-58a. Para un
anlisis del desarrollo de la guerra: Harris (1926:199-206); Bowersock (1994:186-195); Werner
(1999:76-89); Lieu (2003:121-123).
606
- Frend (1981:236).

114

consolid al punto de provocar la ruptura total entre la iglesia y la sinagoga, pero la


metfora de Israel como pueblo elegido era tan prestigiosa a nivel ideolgico que varias
iglesias no quisieron desecharla. Mucha de la literatura cristiana del periodo 135-150
d.C intent separar al cristianismo de la herencia poltica e histrica del judasmo por
medio de diferentes estrategias, de las cuales la ms radical fue la de Marcin. Sin
embargo el costo poltico y social de estas lecturas era demasiado alto, pues el
cristianismo perda parte de su tradicin exegtica bsica, anclada en las Escrituras
judas. Es as que con Justino y algunos autores de corrientes gnsticas se organiz la
respuesta al marcionismo a partir de una filosofa cristiana que reconoca un camino de
perfeccionamiento histrico teleolgico. El cristianismo es presentado como una
prestigiosa religin antigua, presente de manera embrionaria y alegrica en el Israel
histrico, llevada a la plenitud por la encarnacin del Verbo y expandida bajo el imperio
romano. El cristianismo se conceptualiza como una filosofa moral destinada al
perfeccionamiento personal. Sin embargo en este punto hubo fuertes divergencias
internas en las ekklesiai, ya que la nocin de perfeccionamiento no fue igual para
Justino que para los valentinianos u otros maestros prestigiosos provenientes de la
filosofa. Los lderes jerrquicos, meros receptores de tradiciones locales, tuvieron que
lidiar con estos didskaloi que atraan a gente de alcurnia y que hacan de los temas
sagrados sujetos de debate y especulacin.
La esclavitud sigue siendo un tema acuciante incluso en medio de estos conflictos
pues la congratulacin con la sociedad grecorromana exige mostrar una vida domstica
cristiana ejemplar. Dios es considerado el mayor ejemplo de persuasin paternal y
paciencia, punto central del discurso cristiano en las dcadas de 130-160. Los esclavos
materiales pierden su iniciativa y quedan confinados a la rbita moral de sus amos,
encargados ahora de su salvacin. Esta perspectiva fue variando segn la importancia
que cada vertiente del cristianismo le consagraba al estatus social de los individuos. La
nocin de esclavitud sirvi tambin para la disputa con el judasmo y la fundamentacin
de la revelacin cristiana; los judos son sealados como esclavos pues permanecen en
un estado involucionado del conocimiento divino. Las prescripciones rituales ejercen un
control pedaggico sobre este pueblo elegido pero rebelde; es el conocimiento de Cristo
(la gnosis) lo que garantiza la verdadera libertad.

115

Dos de los primeros textos cristianos posteriores al desastre judo de 135 fueron el
Apocalipsis de Pedro (ApPed) y el Evangelio de los Egipcios (EvEg), documentos del
cristianismo alejandrino producidos entre 137-140 y de gran circulacin an en siglo III,
ya que Clemente de Alejandra los conoci.607 Estos documentos nos sealan la
creciente afirmacin del cristianismo gentil en la zona. Las ekklesiai alejandrinas
experimentan una transicin en el liderazgo, dejando atrs la fuerte influencia
cristiano-nomista a partir del fracaso de Bar Kokebas, del cual se hace eco ApPed al
hablar de falsos mesas que matarn a los justos.608 La renovacin comunitaria se
alegoriza con la parbola de la higuera que no da fruto y que simboliza a la casa de
Israel. Frente a la orden del dueo de extirparla, el encargado y los esclavos del campo
proponen arrancar la mala hierba, cavar la tierra a su alrededor y regarla a fin de obtener
algn fruto.609 Esas acciones denotan un cambio comunitario fuerte que parte del
cuestionamiento de su antiguo liderazgo nomista. El objetivo sera encarar nuevas
relaciones organizativas no sectarias, es decir ms consonantes con la cultura
circundante. El Egipto cristiano es el primero en reaccionar contra el letargo sinagogal
en el que vivan muchas comunidades.
ApPed nos ofrece una serie de visiones confiadas por Jess a Pedro en las cuales se
describe la parusa futura y los castigos del da del juicio. Que sea Pedro la figura
central del relato y no Santiago es un detalle no menor a la hora de evaluar el inters de
renovacin comunitaria.610 Es interesante considerar los pecados que reciben castigo en
la visin petrina, a los cuales podemos dividir en dos grupos: pecados pblicos y
pecados domsticos. Los pblicos tienen que ver con la existencia de denuncias de
cristianos frente a las autoridades, ya que se castiga a asesinos, perseguidores, falsos
testigos y traidores de los justos.611 La ejecucin de cristianos de extraccin gentil
parece haber sido una realidad del momento, aunque no se especifica que alcance real
607

- De ApPed se han conservado dos versiones, una en etope (Et) y otra en griego (Ak), con ciertas
divergencias entre s. Esto ha llevado a un debate acerca de cul de las dos versiones representara un
acercamiento ms fiel al texto original. Rodrguez (1991:148-151); Mller (2003a:623-625). Eusebio en
H.E. 6.14.1 seala que Clemente conoca ApPed y lo trataba como escritura cannica. Respecto a EvEg,
sus fragmentos conservados se deben exclusivamente a Clemente de Alejandra (Stromata 3.45, 63, 64,
66, 68, 91, 97).
608
- ApPed 2. Varios analistas opinan esto: Erbetta (1981:214), Bauckham (1985:269-287), Rodriguez
(1991:158), Mller (2003a:622).
609
- ApPed Et 2.
610
- Vimos en el captulo anterior que en las primeras dcadas del siglo II las iglesias alejandrinas eran de
raigambre nomista y exaltaban la figura de Santiago el hermano de Jess. Con el cambio operado en la
dcada de 140 la figura del observante pierde significado y la comunidad gentil impone a Pedro como su
apstol por antonomasia.
611
- ApPed Et 7 y 9- Ak 22-25; 27-30.

116

tuvo esta prctica. En cuanto a los pecados domsticos el texto se explaya en la condena
de delitos sexuales y de comportamientos que alteran la estructura domstica. Estos
ltimos incumben a hijos, mujeres y esclavos, a cada uno de los cuales se les exige una
actitud reverente que se manifiesta en aspectos que ataen al despotes del oikos.612 En
el caso de los hijos, el texto apunta a la obligacin no solo de honrar a los padres, sino
tambin de mantenerlos econmicamente y de respetar sus decisiones; en relacin a las
mujeres del hogar se estipula la virginidad como muestra del honor. En cuanto a los
esclavos, su admonicin tiene que ver con su capacidad de difamacin. La visin de
ApPed los muestra atormentados en un suplicio que consiste en masticar eternamente su
lengua. Tal tormento se equipara al de los calumniadores, 613 lo cual podra hacer pensar
que la desobediencia esclava que ApPed presenta puede asociarse a una participacin,
voluntaria o involuntaria, de estos domsticos en las denuncias de cristianos.
No es extrao que justamente esta comunidad de cristianos gentiles en consolidacin
reclame mayor lealtad de sus subordinados domsticos en un momento de denuncias y
ejecuciones populares. El fortalecimiento del cdigo moral domstico nos deja entrever
la creciente proyeccin de figuras administrativas identificadas a partir del ideal de
padre-esposo-amo y propietario urbano. La comunidad de ApPed espera la parusa, pero
sin embargo su forma de presentacin del evento no es pesimista, 614 sino que ofrece el
arrepentimiento como va de escape y restablecimiento comunitario: quien maneje ese
perdn tendr el poder de regir la comunidad y de crear lmites de pertenencia. 615 Visto
as el texto utiliza la imaginera apocalptica con el objetivo de crear nuevos consensos.
Esto no es algo desconocido dentro de la literatura cristiana, ya que El Pastor de
Hermas haca un uso similar de las visiones y comparaciones. Es muy probable que El
612

- ApPed Et 11.
And another very high place (some unintelligible words), the men and women who make a false step
go rolling down to where the fear is. And again, while the (fire) that is prepared floweth, they mount up
and fall down again and continue their rolling. They shall be punished thus for ever. These are they who
have not honoured their father and mother, and of their own accord withdrew themselves from them.
Therefore shall they be punished eternally. Furthermore the angel Ezrael brings children and maidens to
show to them those who are punished. They will be punished with pain, with hanging up (?) and with
many wounds wich flesh-eating birds inflict. These are they that have confidence in their sins, are not
obedient to their parents, and do not follow the instruction of their fathers and do not honour those who
are older than they. Beside them, maidens clad in darkness for rainment, and they shall be seriously
punished and their flesh will be torn in pieces. These are they who retained no their virginity till they were
given in marriage; they shall be punished with these tortures, while they feel them. And again other men
and women who ceaselessly chew their tongues and are tormented with eternal fire. These are the slaves
who were not obedient to their masters. This then is their judgment for ever (traduccin del etope al
ingles propuesta por Mller, 2003a)
613
- ApPed Et 9- Ak 28-29.
614
- ApPed Et 1.
615
- ApPed Et 13. Los apstoles (jerarqua) deben administrar esa penitencia y por ello en ApPed 1
quieren saber cundo ocurrir la parusa.

117

Pastor ya circulara en Alejandra por esa poca.616 El autor de ApPed habra adoptado
algunos de sus elementos, entre ellos las figuras anglicas castigadoras,617 la crtica a los
miembros ricos de la comunidad para que asuman un compromiso mayor618 y la nocin
de segunda penitencia para los ya bautizados.619 La parbola de la higuera cavada y
regada de ApPed, pese a ser un episodio netamente evanglico, bien podra depender
tambin de la Comparacin Quinta del Pastor. En el texto de Hermas se relata la
historia del esclavo que hace una bella obra cavando y cercando la via de su amo,
accin que lo lleva a ser nombrado coheredero junto con el hijo. 620 En El Pastor hay una
simbologa eclesial en la via que se repite en la higuera de nuestro texto egipcio, y en
los dos casos son esclavos los que operan las transformaciones. Hermas compara al
esclavo con el Hijo de Dios que sufri muchas fatigas por el pueblo cristiano (la via) y
fue premiado por ello; en ApPed los esclavos y su capataz se afanan por lograr el fruto
del arrepentimiento antes de que llegue la parusa. En ambos casos la metfora de la
esclavitud se asocia al rol de liderazgo, que implica sufrimiento y exposicin. ApPed
exalta as a los nuevos lderes que deben remover la tierra y hacer fructificar a una
comunidad seca. Comprendida esta alegora podemos acercarnos nuevamente a la
admonicin a los esclavos, a quienes se acusa de lealtad incompleta y dudosa. El tema
del pecado por medio de la indiscrecin y la difamacin tambin est presente en el
relato de El Pastor, en el cual se especifica que la esposa de Hermas peca con su lengua
y atrae males a su familia. 621 En la comunidad de ApPed el pecado de calumnia por
parte de los domsticos es grave en el contexto de tensin que se est viviendo. Masticar
la lengua implica una bsqueda de silencio y sumisin que tiene por objetivo evitar que
los cristianos atraigan la atencin popular.
En el caso de EvEg, texto del cual se conservan apenas unas lneas gracias a Clemente
de Alejandra, la situacin que se nos presenta es ms radical. El fragmento ms
conocido es aquel en el que Salom pregunta a Jess hasta cuando reinar la muerte en
el mundo y Cristo le responde que ser hasta que las mujeres dejen de engendrar. 622 Hay
aqu una derivacin que tambin podra provenir de El Pastor, pues se ensalza una
616

- Clemente de Alejandra (Stromata 1.17,85,4; 29,181,1; 2.1,3,5; 9,43,5; 12,55,3-6; 6.15) y Tertuliano
(Sobre la oracin 16; Sobre la modestia 10.12; 20.2) conocan al Pastor a fines del siglo II.
617
- Cfr. ApPed Et 7,9,10,12,13- Ak 22-25, 27-34; Hermas, El Pastor Comp 6 y 7.
618
- Cfr. ApPed Et 9 y12- Ak 30; Hermas, El Pastor Vis 3.6,5-7; 3.9,1-6; Mand 10.1,4-5; Comp 1 y 2;
Comp 9.20.
619
- Cfr. ApPed 13; Hermas, El Pastor Vis 2.2,4-5; Mand 4.3.1-6; Comp 6.1,1-3.
620
- Hermas, El Pastor Comp 5.2,2-11.
621
- Hermas, El Pastor Vis 2.2,3.
622
- Clemente de Alejandra, Stro 3.9,63-64.

118

especie de encratismo rebelde como seal identitaria cristiana de perfeccin. En el caso


de El Pastor, se le recomienda a Hermas ver a su esposa como una hermana y vivir en
la continencia;623 no sera extrao que este recurso, para nada hertico an, aparezca en
el cristianismo gentil egipcio como un signo de perfeccin para una lite cristiana. En
ApPed observamos un vigoroso repunte de la moral familiar y del control de los
subordinados pero en EvEg, sin embargo, se desaconseja la concepcin de nios,
comparndosela con una hierba amarga624. No consideramos que haya oposicin entre
ambas perspectivas, sino complementariedad tal como se daba en El Pastor. A Hermas
se le exiga la continencia como marca de un compromiso mayor para con la
comunidad, como una seal de superioridad y de autoridad que no era incompatible con
el buen desempeo de la vida domstica del oikos. En el caso egipcio bien podra ser
que EvEg est apuntando a un sector privilegiado en ascenso que adopta ciertos
principios para diferenciarse del comn de los cristianos. Las iglesias egipcias
estructuraron un nuevo poder administrativo que no dej de crecer, pero que no fue
monoltico ni incontestado.

El efecto de la derrota juda cal hondo en las comunidades de Asia Menor y Acaya.
En el caso minorasitico vemos aparecer el escrito annimo conocido como la Epstola
a Diogneto (EpDiog), destinada a un gentil interesado en la nueva fe hacia 140.625
Contemporneamente en Atenas ubicamos la Apologa de Arstides (Apo), destinada al
emperador Antonino Po.626 Estos textos nos instalan en el ambiente previo al cisma
623

- Hermas, El Pastor Vis 2.2,3; 2.3,1; Comp 9.11,3.


- Clemente de Alejandra, Stro 3.66.
625
- La datacin y la ubicacin del lugar de composicin de EpDiog son temas de debate an no resueltos.
Respecto al tema de la fecha hay autores que evalan al texto como una apologa tarda con estrechas
vinculaciones de estilo con Clemente de Alejandra. Estos la ubican hacia el ao 200. Marrou
(1951:244-265); Thierry (1964:6); Lona (2001:50); Pouderon (2005:277). Nosotros coincidimos con
Meecham (1949:16-19) y Nielsen (1970:78-82), quienes proponen para el documento una fecha anterior
al marcionismo, pues no se observa en l ningn indicio de debate sobre la importancia del AT ni tampoco
conocimiento del dualismo marcionita, cuestiones que caracterizan a toda la literatura post-Marcin. Otro
tema central en EpDiog es la disparidad doctrinal que existe entre los captulos 1-10 y 11-12. Cfr.
Meecham (1949:50-51,64); Marrou (1951:219-236); Barnard (1965:130-137); Lona (2001:29-32);
Pouderon (2005:284-286). Nosotros seguimos a Nielsen (1970:82), que propone que los captulos 1-10 se
redactaron antes de Marcin y tienen una doctrina muy afn a la del maestro del Ponto. Luego de
esparcirse la doctrina marcionita los proto-catlicos agregaron los captulos 11-12, de claro tono
antimarcionita, en la dcada de 150.
626
- Tenemos tres versiones de la Apo de Arstides, una en griego (Gr), otra en siriaco (Sir) y otra en
armenio. Segn Eusebio (H.E.4.3,3) Arstides dirigi su escrito al emperador Adriano, tal como lo
confirma el manuscrito en armenio. Varios autores siguieron esta teora ajustando la fecha hacia 125, con
motivo del viaje del emperador a Atenas. Ruiz Bueno (1979:105-108), Kay (1995:261); Pouderon
(2005:121); Hill (2009:270). Grant (1988:38-39) propone que Apo se redact bajo Adriano y se reelabor
bajo Antonino Po, agregndole crticas a las prcticas homosexuales, antes no incluidas por motivo del
624

119

marcionita y nos dan la pauta de que la postura de Marcin, proveniente del Ponto, no
fue algo descabellado ni aislado en el mundo cristiano, sino que surgi del mismo
ambiente reformista oriental. Apo de Arstides y EpDiog presentan al cristianismo como
una novedad, un nuevo paradigma religioso que no reconoce vinculacin histrica con
el judasmo.627 Si bien hay una herencia teolgica (ambos dan culto al Dios creador)628 y
moral (en lo concerniente a la importancia otorgada a la atencin de los desposedos) 629,
los cristianos reclaman para s una gnosis superior trada por Cristo en relacin a la
divinidad, una nueva forma de concebir a Dios.630 Junto a esta desvinculacin del
judasmo aparece una alineacin con los parmetros cvicos y sociales del imperio, ya
que el objetivo primordial de estas exhortaciones es resaltar el correcto
desenvolvimiento pblico y privado de los cristianos.631 El tema de la esclavitud est
presente en ambos textos y se acomoda al proyecto filoimperial propuesto. Para
comparar posturas primeramente es necesario esbozar el contexto de produccin de
cada escrito. Comenzaremos por EpDiog, ya que Apo de Arstides habra sido un poco
posterior (144 aproximadamente) pues parece conocer ms concretamente el planteo
dualista de Marcin.632
En Asia Menor la perspectiva social de las comunidades cristianas entr en conflicto a
partir de 135. Luego de la Segunda Guerra Juda se vigoriz un discurso cristiano
nomista a travs de los escritos del anciano obispo Papas de Hierpolis referidos a la
tradicin apostlica no paulina y a la consagracin del milenio luego de la parusa. 633 No
es extrao que estos estallidos de literatura cristiano nomista hayan promovido como
favorito Antinoo (Apo Sir 8.2; 17.2). Otros autores dan preferencia al texto en siraco, dedicado a
Antonino Po. Nielsen (1970:79), Keresztes (1971:1). Seguimos esta postura en base a las similitudes que
Apo de Arstides manifiesta con EpDiog en cuanto al contexto de produccin.
627
- Cfr. EpDiog 1, Arstides, Apo Sir 16.4.
628
- Cfr. EpDiog 10.2, Arstides, Apo Sir 15.1(3)- Gr 15.3.
629
- Cfr. EpDiog 5.11, Arstides, Apo Sir 15.5(7)- Gr 15.7.
630
- Cfr. EpDiog 7.1-3, Arstides, Apo Sir 15.1(3)- Gr 15.1.
631
- Cfr. EpDiog 5.1-12, Arstides, Apo Sir 15.2(4)-5(7)- Gr 15.4-6.
632
- Arstides, Apo Sir 15.1(3)- Gr 15.3. El nfasis en que los cristianos no adoran a otro Dios aparece
en prrafos que aseveran la vinculacin entre el Dios creador y Cristo.
633
- Ireneo, Contra las herejas 5.33,4; Eusebio, H.E. 3.39. Varios autores ubican a Papas como un
contemporneo de Ignacio de Antioquia hacia 110. Walls (1967:137-138), Schoedel (1993:235-236,
261-262), Hill (2009:285). Sin embargo datar su produccin a fines de la dcada de 130 e inicios de la de
140 ayuda a explicar su marcado cristianismo nomista y su silencio sobre el apstol Pablo. Ciertamente la
figura de Pablo se haba vuelto un punto de debate desde la aparicin de las Epstolas Pastorales en la
dcada de 120. El problema era la justificacin jerrquica que estos documentos entraaban, imponiendo
una disciplina creciente que no todos los cristianos asiticos estaban dispuestos a aceptar. Parece que
Papas no consideraba a Pablo una figura apostlica, sino un reformador desviado. Schoedel (1993:253,
267-268). En su celoso inters compilador Papas podra haber tratado de desacreditar a las Pastorales,
descartndolas como tcitamente como textos impuestos y no recibidos por tradicin presbiteral.
Schoedel (1993:270). EpDiog y Aristides se alinean con el pensamiento paulino aunque no nombran al
apstol y apenas lo citan explcitamente. Nielsen (1970:88), Lona (2001:35).

120

consecuencia cierto malestar entre las comunidades que se reclamaban paulinas.


Marcin, maestro cristiano proveniente del Ponto, es el resultado palpable de este
debate interno entre las iglesias asiticas y su cisma en Roma hacia 144 solo llev al
extremo ciertas posturas que muchas iglesias asiticas compartan previamente, entre
ellas la comunidad donde se produjo EpDiog.634
Aunque el autor de EpDiog acepta que el Dios judo es el mismo que el de los
cristianos, muestra una total indiferencia por el AT como garanta de la revelacin de
Cristo.635 La nocin de preparacin evanglica en la nacin israelita es suplantada por el
concepto de pedagoga divina: Dios dej que el hombre se degradara para luego
revelarse bondadoso frente al impotente, proveyndole la salvacin. 636 Para EpDiog los
cristianos estn inmersos en la sociedad y se amoldan a los usos locales, participando
activamente de la vida urbana. Su nica diferencia es un culto invisible al Dios
trascendente. Ese culto se manifiesta en una manera de vivir que aporta a la perfeccin
de las leyes y garantiza la salvacin.637
Arstides describe a los cristianos como una estirpe (gnos), al estilo judo.638 Los
creyentes en Cristo actan en bloque en los acontecimientos importantes de sus
correligionarios y llevan adelante una especie de servicio de asistencia social que
beneficia a viudas, pobres y hurfanos.639 Segn Arstides los cristianos mantienen un
sistema de control intracomunitario muy fuerte que se ejerce pblicamente y mantiene
un nivel de pureza entre los miembros. Bien lo ejemplifica su texto al proponer el caso
de un cristiano que muere en sus pecados o en la justicia y las diversas reacciones de la
comunidad ante un evento u otro.640 Por esta descripcin puede asumirse que estara
funcionando la institucin del perdn en Atenas hacia 140, aunque Aristides pase por
alto cualquier especificacin respecto a la organizacin institucional de la ekklesia.
La comunidad ateniense ya le haba salido al cruce a las autoridades imperiales con el
escrito que, segn Eusebio, el obispo Cuadrato dirigi al emperador Adriano al poco de
634

- Fairweather (1953:206-210).
- Barnard (1965a:133) cree que no se cita el AT en EpDiog porque su pblico son paganos. Mara
(1967:267-269) y Lona (2001:34-35) sostienen que el autor de la epstola no cita directamente las
Escrituras veterotestamentarias, pero alude a ellas.
636
- EpDiog 9.1-5. Meecham (1949:29, 40) aduce que para EpDiog el retraso del plan divino de salvacin
no era para que los hombres se arrepintieran, sino para magnificar el poder y la bondad de Dios al rescatar
al hombre, incapaz de procurarse la salvacin. Cfr. Marrou (1951:199, 204); Lona (2001:26-27).
637
- EpDiog 5.10.
638
- Arstides, Apo Sir 2.2- Gr 2.1. En este punto puede verse un conflicto con EpDiog, donde no se
considera a los cristianos una estirpe o pueblo particular, sino que se esfuerza por presentarlos integrados
en toda la sociedad imperial. Cfr. Marrou (1951:131-133); Meeks (1993:8-10).
639
- Arstides, Apo Sir 15.6(8)- 8(10)- Gr 15.5-7.
640
- Arstides, Apo Sir 15.9(11). Alpigiano (1988:20-23).
635

121

la derrota juda, alrededor de 136.641 En las lneas conservadas de Cuadrato podemos


observar una defensa del cristianismo en base a pruebas tomadas de una tradicin oral
sobre las curaciones de Jess; esta tradicin bien podra haberle llegado al obispo por
medio de los presbteros asiticos.642 La situacin misma que motiva el escrito de
Cuadrato habra sido una serie de tumultos continuos ocurridos en Atenas desde la
ejecucin del obispo Publio, figura que nucleaba al grueso de los creyentes de la
ciudad.643 Dichas manifestaciones anticristianas parece que continuaban hacia 143-144
ya que Arstides habla sobre cristianos encarcelados por causa del nombre y explica
que la comunidad emprende acciones para liberarlos. 644 Arstides es, a diferencia de
Cuadrato, un filsofo y justifica la dignidad del cristianismo en parmetros filosficos
asociados al incentivo de llevar una buena vida.645 En base a esta proclama realiza una
relectura de la misin terrenal de Cristo, que habra consistido en apartar a los hombres
del error de los muchos dioses y guiarlos hacia la nica naturaleza divina.646 La
justificacin taumatrgica de Cuadrato resulta anticuada en ese contexto histrico de
presiones populares sobre el cristianismo de Atenas. Arstides quiere evitar que se
confunda a Jess con un mago milagrero y lo redefine como un sofista.647
Pese a las disparidades, tanto EpDiog como Apo de Arstides comparten una
perspectiva social del cristianismo que busca dejar atrs el modelo de secta oriental
cerrada en pos de un culto integrado en los parmetros civilizatorios grecorromanos.
Teniendo en cuenta esto podemos evaluar ms fcilmente el tratamiento que ambos
textos hacen de la esclavitud material en su discurso, integrando esta problemtica en un
entramado socio-teolgico ms amplio. En EpDiog no encontramos un cdigo
domstico sistematizado en figuras prototpicas sino una exhortacin acerca de la
641

- Eusebio (H.E. 3.1) solo muestra a Cuadrato como escritor. Jernimo (Los hombres ilustres 19;
Epstola 70.4) lo identific como el obispo de Atenas que menciona Dionisio de Corinto en su carta a los
atenienses conservada por Eusebio (H.E. 4.23,3), postura que compartimos. Varios autores diferencian
entre estas figuras y un profeta de nombre Cuadrato que presenta Eusebio (H.E. 3.37,1). Velasco Delgado
(1973:198-247) y Grant (1988a:35-36) postulan tres personajes diferentes; Pouderon (2005:116)
considera que el Cuadrato profeta y el apologista son la misma persona pero no el obispo, al que ubica
bajo el gobierno de Marco Aurelio.
642
- Eusebio, H.E. 4.3,2. No sera descabellado pensar que Cuadrato tena un origen asitico, ya que su
apelacin a testigos carnales de Jess y a un testimonio vivencial conservado podra alinearlo con Papas
de Hierpolis.
643
- Dionisio de Corinto relataba esto en una carta a los cristianos de Atenas, conservada
fragmentariamente por Eusebio (H.E. 4.23,3). Esos tumultos pueden identificarse con los relatados por
Eusebio (H.E. 4.3,1).
644
- Arstides, Apo Sir 15.6(8).
645
- Arstides, Apo Sir 15.8 (10)- Gr 15.10. Cfr. Grant (1988a:38); Kay (1995:261).
646
- Arstides, Apo Gr 15.1.
647
- Arstides, Apo Sir 15.8 (10)- Gr15.13. Esta identificacin del cristianismo con una filosofa supone un
riesgo, pues la idea misma de filosofa se asocia con culto idoltrico para muchos cristianos. EpDiog ve
negativamente a los sabios griegos. Meecham (1949:31).

122

imitacin de la naturaleza divina destinada a promover el correcto ejercicio de la


autoridad. El autor identifica las acciones violentas y autoritarias como ajenas a la
majestad de Dios.648 Visto as, EpDiog apela al esquema paulino del Dios amoroso y se
aleja del mesianismo apocalptico cristiano nomista que promueve un reino terrenal con
su esperanza del milenio.649 La clave para nuestro autor minorasitico est en una
especie de kenosis divina ejecutada en la figura del Hijo. Usamos el trmino kenosis
(rebajamiento), ausente en el texto, para resumir en una palabra familiar al lenguaje
cristiano la accin de acomodar la superioridad propia al nivel del inferior. No es esta
una kenosis como la que promueve Pablo en Flp 2,6-8 pues en EpDiog no hay
asociacin del Hijo con la forma de un esclavo ni se remarca su sufrimiento justificador;
el rebajamiento aparece como una simple muestra del poder y la compasin divinos. 650
Esta kenosis voluntaria seala para el autor la libertad de accin de Dios y colabora en
su crtica a los intentos de propiciacin divina que realizan paganos y judos. Sobre ese
concepto de rebajamiento se instituye una forma de ejercicio de la autoridad que
reproduce el modelo Dios-humanidad en cualquier situacin de poder entre hombres. La
relacin amo-esclavo integra ese conjunto de situaciones de dependencia que pretenden
reflejarse aqu. Debemos considerar primeramente que EpDiog orienta su discurso
exclusivamente a los amos y patronos,651 gentiles acaudalados filocristianos que
demandan un primer esbozo de la fe. Por esta razn EpDiog no profundiza en ningn
aspecto y exalta el rol del despotes como mediador y reflejo terrenal del poder divino.
Los siervos son meros receptores de la bondad del propietario, ya que para este texto el
cristianismo no se expresa en ningn tipo de forma rebelde y subversiva como sueos o
agitaciones profticas,652 sino en el correcto proceder. El oikos cristiano es un espacio de
orden y obediencia a una nica voluntad.
Arstides por su parte se explaya en describir las caractersticas domsticas cristianas y
extiende el paternalismo persuasivo incluso sobre los esclavos. Pese a que tambin Apo
es un texto que generaliza, nos ofrece ms datos acerca del proceso de cristianizacin de
648

- EpDiog 10.4-6.
- Papas (Eusebio H.E. 3.39,12) y luego Justino adhieren a esta idea.
650
- EpDiog 9.2; 10.6.
651
- Podra pensarse que Diogneto es un simpatizante distinguido, ya que el autor lo evoca con el
superlativo krtistos (excelente), normalmente aplicado a la aristocracia. Se han ensayado varias hiptesis
sobre quin habra sido realmente este Diogneto. Cfr. Meecham (1949:17-18); Marrou (1951:267).
652
- EpDiog 5.3. Sobre el valor otorgado a los sueos como manifestaciones religiosas son interesantes
los trabajos de Gil Fernndez (2000:11-28), Ruiz Garca (2000:29-50) y Harris (2009:181-225). Renegar
de estos medios de manifestacin divina supone un corte con gran parte de la tradicin asitica. La
profeca era un carisma fundacional de las iglesias de Anatolia y podra estar recuperando fuerza en esta
poca, ya que hacia la dcada de 150 podemos fechar la aparicin del montanismo en Frigia.
649

123

los siervos.653 En su admonicin los coloca en el mismo nivel que los hijos, aspecto
bastante curioso pues normalmente se privilegia el lazo filial por sobre el servil para la
concordia domstica (despus de todo el esclavo siempre es un extrao). 654 Que hijos y
esclavos aparezcan juntos supondra un mismo grado de subordinacin en relacin al
despotes en tanto ambos son considerados jurdicamente menores de edad,
dependientes. La persuasin amorosa que segn Arstides usa el amo para convertir a
los esclavos es solidaria con el esquema de divinidad paciente y temperante que
propona EpDiog. Arstides llama hermano al esclavo convertido as como tambin al
forastero al que se le brinda hospitalidad. 655 Sin embargo deja en claro que esa
hermandad es netamente espiritual y que es el amo, o el anfitrin, quien define los
trminos en que se desarrolla. La cristianizacin de todo el oikos bajo la paciente y
refrenada mano de su despotes es un buen recurso apologtico cristiano de cara al
imperio. Los cristianos imitan a su Dios y lo honran a la vez con obras concretas,
cumpliendo as un rol sacerdotal que sostiene al mundo, aspecto en el cual coinciden
EpDiog y Apo de Arstides.656 Por contraposicin, ambos documentos consideran que
los griegos usan a sus dioses como justificativo para conductas licenciosas y que los
judos se desvan del conocimiento completo de Dios por su ritualismo imperfecto.657
Ms all de los puntos normativos que los dos textos analizados nos proveen es
interesante indagar acerca de la prctica efectiva que habra derivado de los mismos. Si
bien no tenemos ejemplos concretos podemos conjeturar que la administracin de los
subordinados apareca como un punto conflictivo en las manifestaciones paganas contra
los cristianos. Ntese que ni EpDiog ni Apo de Arstides conciben la posibilidad de un
esclavo o esclava cristianos que no tenga amo creyente, pero s lo inverso. Puede que el
despotes cristiano no tenga un doulos creyente (o incluso que compre un siervo no
cristiano al cual puede convertir), pero un doulos cristiano necesariamente debe tener un
despotes creyente. El reflejo de Dios es el amo, aquel que tiene poder y est capacitado
para generar un beneficio o bienestar con sus obras y acciones. Con esto los discursos
653

- Arstides, Apo Sir 15.4(6).


Y sus mujeres, oh rey!, son puras, como vrgenes, y sus hijas son modestas, y sus hombres se abstienen
de toda union ilegtima y de toda impureza con la esperanza de la retribucin que tendrn en el otro
mundo. A los siervos y siervas y a los hijos, si alguno los tiene, los persuaden a hacerse cristianos por el
amor que hacia ellos tienen, y cuando se hacen tales, los llaman hermanos sin distincin (traduccin del
siraco al espaol propuesta por Ruiz Bueno, 1979)
654
- Esta primaca de la exhortacin a los hijos por sobre los esclavos la vimos en Did 4.9-11 y Tit 2.6-10.
Esto claramente marca una situacin marginal dentro del conjunto comunitario. Saller (1996:112-129).
655
- Arstides, Apo Sir 15.5 (7)- Gr 15.7.
656
- Cfr. EpDiog 6.7; Arstides, Apo Sir 16.6. Meecham (1949:30,45); Marrou (1951:137-146).
657
- Cfr. EpDiog 2.2-3.4; Arstides, Apo Sir 8.4-6; 14.4- Gr 8.4; 14.1-2. Cfr. Meecham (1949:31-35);
Pouderon (2005:125-126).

124

de exhortacin que vimos operan un corte tcito en lo que respecta a la pertenencia


comunitaria y consagran definitivamente la figura del kyrios como representante de un
cristianismo urbano filoimperial y escudado en un ideal domstico de armona que fue
cuestionado tanto por paganos como por otros cristianos desde la mitad del siglo II. Por
fuera de este lmite queda la figura del esclavo creyente con amo pagano, netamente
sediciosa.

En Apo de Arstides hay un aspecto muy particular que tambin aporta a la


comprensin del proyecto marcionita, y es que el apologista le otorga una inusitada
importancia a los documentos escritos cristianos a la hora de justificar la fe. 658 Los fieles
de oriente comenzaron a integrar en su exgesis los textos cristianos adems de las
Escrituras, dejando en un segundo plano la tradicin oral. Esta tendencia tiene que ver
con el proceso de separacin definitiva del judasmo y un primer intento de retorno a la
pureza de la edad apostlica inicial. En esta clave podemos acercarnos al fenmeno
marcionita, nacido en Roma y luego expandido al imperio. Cabe mencionar aqu que el
anlisis del marcionismo lo haremos a travs de la literatura heresiolgica representada
por Ireneo de Lyon, Tertuliano y Epifanio, ya que no nos han llegado documentos
propios de esta vertiente. Por este motivo es necesario proceder cuidadosamente y
separar el dato histrico verosmil de los intereses y prejuicios de los heresilogos.
El cisma marcionita estall en la comunidad romana en el ao 144. Marcin, un
acaudalado naviero proveniente del Ponto se afinc en la ciudad hacia 139.659 All se
volvi un pujante didskalos que atrajo con su doctrina ditesta radical a muchos
creyentes. Su planteo fundamental era que existan dos dioses diferentes: el Dios
creador-Demiurgo por un lado y el Dios supremo manifestado en Cristo por otro. 660 En
base a esto, Marcin y sus seguidores conceban que todo lo material dependa del
Demiurgo creador, dios inferior manifestado a los judos a travs de las Escrituras y los
profetas. En cuerpo y alma todos los seres humanos pertenecan a esta divinidad que los
esclavizaba y solo la venida de Cristo como revelador del Dios supremo y absoluto

658

- Arstides (Apo Sir 15.1(3); 16.3 y 5- Gr 15.11) habla de libros. Hill (2009:271-273). EpDiog solo
en sus captulos finales, agregados hacia 150, reconoce la fundamentacin de la fe en los Evangelios.
EpDiog 11.6.
659
- Ireneo, C.H. 3.4,3; Tertuliano, Sobre la prescripcin de los herejes 30; Contra Marcin 4.4 y 9; 5.1;
Epifanio, Panarion 42. Harnack (2007:15-20).
660
- Ireneo, C.H. 1.27,2; Tertuliano, C. Marcin 1.2. Cfr. Orbe (1976:56-57).

125

provey la salvacin.661 Con esta postura teolgica Marcin fomentaba una crtica a la
administracin imperial que rega el mundo. Lampe ha propuesto que, dado su oficio de
naviero, Marcin habra sufrido fuertes presiones y requisitorias bajo el gobierno de
Trajano. Como el Ponto era un punto intermedio entre los escenarios de guerra en aquel
momento, los navieros de la zona habran sido vctimas de fuertes liturgias municipales
y servicios obligatorios para el gobierno, ya sea transportando tropas o alimentos. 662 Si
bien esta situacin se aplac bajo Adriano y los navieros recuperaron su independencia
laboral, Marcin y la comunidad cristiana de Snope habran percibido la derrota juda
de 135 como otra seal divina. El fracaso del judasmo rebelde llev a que en Oriente
muchos de los primeros intelectuales cristianos (entre los cuales colocamos al autor de
EpDiog y a Arstides) cuestionaran los elementos judaizantes de sus ekklesiai.663 Esto
ocurri con el fin de distinguir entre ambas religiones, pero tambin con un objetivo
crtico hacia las autoridades eclesisticas. Obispos y presbteros alegaban una autoridad
apostlica como base de su poder y Marcin era consciente de los manejos al interior de
las comunidades asiticas.664 A esto se suma un debate candente sobre la figura de
Pablo, a la cual la jerarqua haba domesticado con la aceptacin de las Epstolas
Pastorales, cuestionadas por su fuerte tono disciplinario. Podra pensarse que era la
voluntad acomodaticia de ciertos miembros jerrquicos lo que molestaba a Marcin, una
mundanizacin creciente de la iglesia que se palpaba claramente en las Pastorales (tal
como analizamos en el captulo anterior), a las cuales el naviero rechaz como
espurias.665 Para Marcin el Demiurgo permea todo lo existente, incluso a la
administracin imperial romana, apropiadora de los recursos de los navieros y
comerciantes, y a la jerarqua episcopal, desconocedora del verdadero Dios.666
Como ya ocurra en Arstides, Marcin privilegiaba la revelacin escrita por sobre la
oral, de raigambre cristiano-nomista. Para consolidar su nueva teologa bblica con eje
en los textos paulinos fund una escuela en Roma. All realiz un trabajo de depuracin

661

- Tertuliano, C. Marcion 1.13. Cfr. Bianchi (1967:141-143).


- Lampe (2003:247-248).
663
- Cfr. Nielsen (1970:90); Wilson (1986:56).
664
- Marcin podra haberse opuesto a las jerarquas asiticas a partir de un literalismo crtico de las
Escrituras, tal como el que fomentaba su contemporneo y coetneo Aquila, traductor de la Biblia y
miembro de la comunidad cristiana antes de convertirse al judasmo. Si tenemos en cuenta esto, sumado
al hecho de que Marcin posiblemente fuera hijo del obispo de Snope, no sera extrao que haya
promovido una recusacin de las escrituras recientes (las Pastorales) que haban surgido con el fin de
legitimar la jerarqua episcopal. Cfr. Hoffmann (1984a:4-28;231-233). La influencia de la traduccin de
Aquila continu en las comunidades cristianas. Labendz (2009:353-388).
665
- Tertuliano, C. Marcin 5.21.
666
- Lampe (2003:248).
662

126

del material paulino y del Evangelio de Lucas, nico que aceptaba,667 para eliminar
elementos judaizantes y recuperar la revelacin original, adulterada por Pedro y los
otros apstoles.668 Su exgesis comprenda una cristologa doceta y modalista, pues
conceba a Cristo como Dios mismo (sin diferenciacin clara entre las personas del
Padre y el Hijo) y como un ser carente de carnalidad real. El Cristo marcionita no haba
nacido ni haba experimentado el sufrimiento, sino que se manifest como un fantasma
para proveer la salvacin.669 Esta concepcin divina no carnal apuntaba a magnificar la
bondad de Dios en la salvacin, ya que salv aquello que no haba creado y con lo que
no tena vnculo. Para Marcin el hombre se salva no por las obras, que son indiferentes
al Dios supremo, sino por la fe. Esto es una profundizacin radical de los temas que
vimos en EpDiog y en Arstides ya que el hecho de colocar en segundo plano la vida
moral de los individuos hace a la religiosidad marcionita sospechosa de rebelda y no
solidaria con la sociedad imperial. Evidentemente Marcin consideraba al rgimen
poltico un elemento de opresin y propona una vida regida por premisas ascticas
como antdoto. Con esa conducta aislacionista se manifiesta la fe en el Dios bueno y se
alcanza la libertad de la miseria humana congnere al Demiurgo. As como Cristo es
independiente del Creador, as le exige a los hombres que creen en l que se liberen del
mundo.
En el esquema marcionita no hay lugar para la familia ni las relaciones de
dependencia generadoras de ataduras terrenales, ya que el objetivo era extraer al
individuo de las estructuras sociales para formar una iglesia clibe y misionera. 670 Es
curioso que Marcin, siendo un rico naviero que aport una generosa donacin a las
arcas de la comunidad cristiana de Roma al ingresar a la misma, no sea juzgado por los
heresilogos en cuanto a sus posesiones, entre las que seguramente se contaban esclavos
y libertos que oficiaran como agentes comerciales.671 Sin embargo su tajante rechazo de
la materia y las imposiciones jurdicas lo habra llevado a pensar a la esclavitud material
como un concepto relativo, como una perversa accin atribuida al Demiurgo. En
relacin al tema es interesante observar cmo procedi Marcin en su depuracin,
segn el raconto de Tertuliano, con algunos de los pasajes paulinos relativos a la
667

- Tertuliano, C. Marcin 4.2,7. Blackman (1948:43); Tyson (2006:83-118); Harnack (2007:30-43).


- Ireneo, C.H. 1.27; Tertuliano, C. Marcin 1.20; 4.3,5-6. Cfr. Blackman (1948:42-48); Lieu
(2003:267); Harnack (2007:26-27).
669
- Tertuliano, C. Marcin 3.8,11,18. Cfr. Blackman (1948:48, 98-99); Bianchi (1967:145); Harnack
(2007:83-85).
670
- Brown (1993:132-135).
671
- Lampe (2003:244-245).
668

127

esclavitud. Primeramente debemos considerar su tratamiento de Flp 2,6-8. En el mismo


Pablo describe la kenosis divina con la adopcin por parte de Cristo de la forma de un
doulos y sus sufrimientos consiguientes. Marcin corrige esta seccin aclarando que
Cristo fue hallado como hombre por la figura, no por la substancia, o sea la carne. 672
Como Cristo no adopta la carne humana segn el marcionismo, su salvacin solo se
aplica a las almas con fe; el cuerpo va a la muerte y a la disolucin, sin expectativa de
resurreccin ni para creyentes ni para no creyentes. Esa disolucin corporal anula la
posibilidad de un juicio final que separe a los santos de los pecadores. Como las obras
no cuentan a la hora de la salvacin, ningn juicio es posible pues el Dios supremo no
puede juzgar y castigar aquello que no cre.673 La esclavitud material es de esta manera
desestimada en tanto categora jurdica, ya que el sujeto en servidumbre es otra vctima
de los perversos manejos del Demiurgo. El concepto de douleia aparece a nivel
discursivo como totalmente negativo y no sera extrao que as se aplicase a la exgesis
que hacan los marcionitas de la carta a Filemn, curiosamente conservada sin recortes
ni agregados.674 Su interpretacin apuntara a que Pablo le peda a Filemn que no tenga
en cuenta las obras (malas) de Onsimo, sino su fe. Lo carnal es corrupto y contamina la
devocin del hombre hacia el Dios salvador.
Lo conflictivo con los principios marcionitas es su aplicabilidad, ya que promueven
una prohibicin del matrimonio con gentiles y el establecimiento de cualquier contacto
fluido y estable con la sociedad circundante.675 Las comunidades marcionitas
justificaban as una retraccin social que preocupaba a los presbteros romanos. El
marcionismo se organiz como una iglesia aparte tanto en Roma como en otras
ciudades imperiales y logr imponer un primer acuerdo entre los fieles en relacin al
canon.676 Tertuliano explica que los marcionitas conservaron el bautismo y otros ritos,
as como una distincin eclesistica entre aquellos que eran catecmenos y los
bautizados. Nos informa tambin de la existencia de clrigos, por lo cual es de suponer
que existan (o fueron surgiendo posteriormente) principios jerrquicos reguladores y
con fines administrativos.677 La iglesia romana bajo los obispos Po (140-155) y
Aniceto (155-166) vio crecer paulatinamente la popularidad de Marcin, pero no fue el

672

- Tertuliano, C. Marcin 5.20.


- Ireneo, C.H. 1.27,3. Cfr. Blackman (1948:101-102); Fernandez (2001:50-73).
674
- Tertuliano, C. Marcin 5.21.
675
- Tertuliano, C. Marcin 1.29; 4.34; 5.7.
676
- Tertuliano, C. Marcin 4.2; 5.2-21.Cfr. Blackman (1948:49-57); Von Campenhausen (1966:213-226)
677
- Tertuliano, C. Marcin 1.14-23; 3.22. Harnack (2007:93-98).
673

128

nico fenmeno, sino que otras vertientes cristianas florecieron en la capital imperial
promoviendo distintas derivaciones sociales.

En Roma el cristianismo an era una religin extranjera porque su composicin estaba


dada en un alto nivel por orientales afincados en la gran ciudad. Por esta razn entre
130-160 los jerarcas romanos proto-catlicos debieron convivir con un creciente
problema organizativo. Hablar de una nica comunidad cristiana de Roma es imposible
en este momento, pues cada conventculo de creyentes provenientes de las provincias
orientales (sirios, frigios, griegos, alejandrinos, etc.) tena sus prcticas y tradiciones
propias.678 La diversidad teolgica haca imposible un consenso y mucho menos la
consolidacin de un modelo episcopal monrquico. Debido a todo esto imperaba una
poltica tolerante e inclusiva que favoreca la instalacin de escuelas exegticas en torno
a didskaloi prestigiosos. Marcin fue el caso ms notable y extremo pues propuso una
praxis social cristiana aislacionista en un momento en que, en general, se buscaba
afianzar las relaciones con las autoridades romanas. Otras figuras provenientes del
oriente aparecieron y aportaron perspectivas diferentes acerca del accionar cristiano en
el mundo, como fue el caso del maestro gnstico Valentn.
Valentn provena de Alejandra y cultivaba la gnosis cristiana. 679 Su instalacin en
Roma hacia 140 lo convirti en el fundador de una escuela exegtica destinada a
cristianos avanzados.680 El planteo teolgico de este didskalos, como ocurra con
Marcin, tambin parta del ditesmo, distinguiendo entre el Demiurgo creador del
mundo, dominador de lo material, y el Dios trascendente y absoluto, tomado del
platonismo medio. A diferencia del sistema marcionita los valentinianos planteaban que
chispas de la divinidad absoluta existan en ciertos humanos a partir de la degradacin
de una entidad divina, la Sabidura.681 Estas chispas se haban adormecido en el mundo
decadente del Demiurgo y la funcin de Cristo, en tanto salvador y mediador, era
reactivarlas y reconducirlas al Dios absoluto.682 Cristo era para los valentinianos una
678

- Cfr. La Piana (1925:206-209); Lampe (2003:381-382); Thomassen (2004:241-256).


- Con relacin a los orgenes de la religin gnstica y su vinculacin al cristianismo son muy
esclarecedores los textos de Armstrong (1980:151-160) y Pearson (1980:74-99) (1991:455-466).
680
- Ireneo, C.H. 1.11,1; 3.4,3; Eusebio H.E. 4.11,1. Lampe (2003:293). Tertuliano (Contra los
valentinianos 4) presenta una versin segn la cual Valentn rompi con la iglesia de Roma por no ser
elegido obispo.
681
- Hiplito, Refutacin de todas las herejas 6.30,6-8. Garca Bazn (1978:47-48); Gohering
(1981:16-23). Markschies (1997:401-438) y Dunderberg (2008:15) resaltan que el mito de la cada de
Sofa no aparece en varios documentos valentinianos tempranos.
682
- Hiplito, Refutacin 6.31-32,5; 35.1-4. Orbe (1976:153-176); Garca Bazn (1978:52-53).
679

129

entidad de carcter doceta pero, a diferencia de los marcionitas, estos le otorgaban


identidad propia, ya que era el primognito y el unignito del Padre. 683 Con su bajada a
la tierra el Salvador despert a los portadores de la chispa a travs de enseanzas acerca
de la divinidad suprema. Ahora bien, no todos los hombres poseen la chispa divina y por
eso los valentinianos diferencian en tres categoras a la humanidad: los hlicos, los
psquicos y los pneumticos.684 Los hlicos son de naturaleza carnal, material, carente de
la chispa divina; los psquicos son aquellos que recibieron del Demiurgo su propia y
nica sustancia. Los pneumticos son los portadores del fragmento divino y es a ellos a
quienes se dirige la misin del Salvador. El objetivo es concientizarlos de que son
elegidos y despertarlos de la ignorancia y el embotamiento causados por el reino del
Dios creador. Estos pneumticos poseen una esencia consustancial al Dios absoluto y la
gnosis aportada por el Salvador-mediador los provee de las herramientas para acceder a
su salvacin y tambin cuestionar al mundo del Demiurgo. Igual que ocurra con los
marcionitas, los gnsticos valentinianos no crean en la resurreccin carnal, ya que
calificaban al cuerpo de irreal y solo el alma, en el caso de los psquicos, y el espritu,
en el caso de los pneumticos, se conserva en las esferas celestes, unos en un cielo
inferior y los otros restaurados junto al ser divino supremo.
Toda la doctrina valentiniana busca profundizar y efectivizar la formacin cristiana ya
adquirida por el postulante. Es por esto que Valentn y sus continuadores se dirigan a
cristianos proto-catlicos ya bautizados y versados en materia religiosa y no a los
paganos.685 La enseanza gnstica era personalizada e inclua una exgesis escritural
especfica. Ireneo ironiza acerca de este aspecto al decir que los valentinianos cobraban
por su enseanza,686 crtica que el obispo de la Galia podra haber basado en el hecho de
que el pblico valentiniano lo constituan cristianos de buena posicin econmica. Esta
composicin socio-econmica del gnosticismo valentiniano puede explicarse en base a
ciertos postulados. Lampe aduce que la atraccin de ricos comerciantes y artesanos as
como de mujeres de alcurnia hacia el gnosticismo se habra dado porque estos
experimentaban el poder imperial y el sistema de gobierno romano como una fuerza que
los desplazaba de la participacin poltica. Pero los gnsticos no adoptaban una actitud
de desprecio al mundo por considerarse intelectuales polticamente rechazados, sino
porque en tanto cristianos la actividad poltica les estaba vedada por las implicancias y
683

- Orbe (1976:47-48).
- Ireneo, C.H. 1.6,1-4; Hiplito, Refutacin 6.34,4-8.
685
- Tertuliano (C. valentinianos 1) afirma que la instruccin valentiniana dura cinco aos. Cfr. Quispel
(1948:26); Lampe (2003:317).
686
- Ireneo, C.H. 1.4,3.
684

130

peligros que acarreaba. La consecuencia de esto era la introversin, el encapsulamiento


de la energa poltica.687 Esto es muy verosmil en el seno de un cristianismo romano
pujante y con sujetos ricos entre sus adeptos, pero tambin es valido ver al gnosticismo
valentiniano como una reaccin al marcionismo, una respuesta mstico platnica que
pese a distinguir entre divinidades reconoce el compromiso del Dios Absoluto con el
mundo terrestre de una forma ms conciliadora y abierta que el aislacionismo
marcionita.688
Podra pensarse que el valentinianismo fue una manifestacin elitista de la ekklesa
romana pues solo incentivaba a grandes propietarios y matronas, sin embargo Lampe
insiste en la existencia de creyentes valentinianos sin poder econmico. Segn este
autor Valentn tambin atrajo a cristianos de clases bajas porque la gnosis les provea un
sentimiento de educacin que cumpla una funcin emancipatoria. 689 Esto nos provee
una interesante clave para evaluar el impacto social del gnosticismo valentiniano y
proponer una explicacin sobre su tratamiento de la esclavitud. Para comenzar es
necesario dejar en claro que la secta valentiniana, a diferencia del marcionismo, no
planteaba una evasin terrenal del sujeto pneumtico pese a exigirle ciertas prcticas
personales orientadas a su salvacin. Si bien el valentinianismo exaltaba la edificacin
de la iglesia celestial y la elevacin individual por la gnosis, no por eso rechazaba al
cuerpo o a las instituciones. Los creyentes valentinianos ejercan la caridad (tenan
recursos para hacerlo), toleraban a los creyentes casados y manifestaban una voluntad
de convivencia continua con los psquicos de la iglesia proto-catlica y sus lderes. 690
Nuevamente encontramos que Ireneo exagera la significacin social de los valentinianos
en sus orgenes al decir que su doctrina de la eleccin fragmentaba a la iglesia y volva
arrogantes a los iniciados.691 De hecho es ms probable que los iniciados valentinianos
continuaran acudiendo al culto dominical y, pese a reconocer solo la autoridad de los
pneumticos, toleraran a las jerarquas proto-catlicas ya que Valentn tambin recibi
su doctrina por herencia apostlica en la lnea paulina.692 En s, y en esto Ireneo es ms
687

- Lampe (2003:316).
- Cfr. Quispel (1948:27-31); Rasimus (2009:147-148). De hecho es posible que Marcin y Valentn se
hayan conocido, pues coincidieron en Roma y ambos provenan del cristianismo oriental, aportando sus
concepciones propias fundamentadas en un paulinismo extremo.
689
- Lampe (2003:313-314).
690
- Ireneo, C.H. 4.26,3-5; Tertuliano, Sobre la prescripcin de los herejes 3; C. valentinianos 1-2. Cfr.
Garca Bazn (1978:54-55); Lampe (2003:387-388); Dunderberg (2008:3-4).
691
- Ireneo, C.H. 4.41,1-3;5.26,2.
692
- Tolomeo (Epifanio Panarion 33.7,9) habla de una tradicin de los apstoles que nosotros tambin
hemos recibido. Clemente de Alejandra (Stro 7.17) explica que esa sucesin apostlica le lleg a
Valentn por medio de Teudas, discpulo de Pablo.
688

131

verosmil, los valentinianos no se distinguan de los proto-catlicos en el hablar o en las


actitudes.693 Esto explicara por qu no conocemos ataques o recusaciones al
valentinianismo hasta el ao 161 aproximadamente.694
Si bien algunos valentinianos desarrollaron un movimiento cltico separado (por
ejemplo Marcos el Mago)695, la mayora de los valentinianos jams se consider una
iglesia aparte, sino que interactuaba pacficamente en el comn de los cristianos, a los
que integraba incluso en su esquema soteriolgico. Los grupos valentinianos se reunan
en pequeos didaskaleia alrededor de un maestro que poda tener sus divergencias con
Valentn en cuanto a ciertos aspectos doctrinales. Esas divergencias con las perspectivas
del primer maestro impulsaron una gran produccin escrita proveniente de estas
escuelas.696

Si bien de Valentn apenas poseemos fragmentos, podemos espigar el tratamiento de la


esclavitud en los crculos valentinianos a travs de la Carta a Flora, escrita por
Tolomeo, y del martirio de Tolomeo, narrado por Justino. El texto de la Carta a Flora,
conservado por Epifanio,697 es una breve introduccin a la exgesis valentiniana para
una nueva iniciada. Tolomeo fue uno de los primeros discpulos de Valentn en Roma y
habra sido un respetado didskalos cuya afiliacin a las doctrinas gnsticas era
desconocida pblicamente.698 De hecho Tolomeo entra en discusin con la doctrina
marcionita, disparadora del cisma de Roma. En Carta a Flora lo vemos oponerse a la
teora de ciertos marcionitas radicales que atribuan la creacin del mundo y la Ley a
Satans.699 En este sentido este maestro valentiniano tena una alineacin claramente
proto-catlica que compartira con el autor de un documento romano contemporneo, el
Apocalipsis de Pablo (ApPb).700
693

- Ireneo, C.H. 3.15,2.


- Recin Justino (Dilogo con Trifn 35.6) identifica a los valentinianos como una vertiente cristiana
desviada.
695
- Ireneo, C.H. 1.13,1-5; Tertuliano, C. valentinianos 4; Hiplito, Refutacin 6.39-55. Cfr. Hoffmann
(1984b:82-88); Dunderberg (2008:2-3,116-117).
696
- Ireneo, C.H. 1.8,1;1.20,1;3.11,9. Lampe (2003:294); Dunderberg (2008:5).
697
- Epifanio, Panarion 33.3,1-33.7,10.
698
- Justino claramente ignora la tendencia valentiniana de Tolomeo en 2Apol. La vinculacin de Tolomeo
con Valentn la marcan varios autores: Ireneo, C.H. 1.12; Hiplito, Refutacin 6.38,5-6. Tertuliano (C.
valentinianos 4 y 33) si bien reconoce la vinculacin entre ambos, marca las diferencias entre sus
doctrinas. Lohr (1995:178-179).
699
- Epifanio, Panarion 33.3,2-5. Quispel (1948:27-28); Rasimus (2009:147-148).
700
- ApPb se conserv en la biblioteca de Nag Hammadi y relata el viaje del apstol de los gentiles desde
Jeric a Jerusaln, donde halla a los apstoles y luego es arrebatado hasta los espacios celestiales. Este
itinerario implica la evolucin gnstica desde el mundo carnal (Jeric) al de los elegidos (Jerusaln de los
694

132

Tolomeo no apoyaba la idea proto-catlica de que habra existido un progreso moral


en la historia religiosa de Israel que manifestaba el desarrollo de la revelacin divina,
pero s apoyaba la lectura tipolgica del Antiguo Testamento en ciertas partes y
reconoca que el Salvador vino a cumplir y perfeccionar la parte pura de la Ley,
promulgada por el Demiurgo, Dios justo y dependiente del Dios absoluto. 701 Vemos as
que el conflicto marcionita permea el desarrollo de la teora valentiniana, cuyos adeptos
se ven ms cercanos a las posturas proto-catlicas. Flora parece querer ahondar en el
debate y por eso pide a Tolomeo ciertas explicaciones que, no obstante, no se le dan por
completo ya que ella no es digna an de la revelacin total. 702 Esta Flora, nefita de la
escuela de Tolomeo, parece poder identificarse con la dama noble del relato de Justino
sobre el ajusticiamiento de Tolomeo.703 Varios analistas han observado que la carta y la
situacin presentada en la Segunda Apologa (2Apol) se corresponden muy bien pues
todo coincide: el nombre de Tolomeo, la enseanza, el lugar y el tiempo, el hecho de
que sea una instruccin privada a una mujer distinguida e incluso la presencia del tema
del divorcio en ambos escritos.704 En relacin a este tema la Carta a Flora justifica lo
que Justino describe: la mujer cristiana prefiere el divorcio a la corrupcin en compaa
de su cnyuge pagano.705
El relato de Justino, realizado al poco de la ejecucin de Tolomeo (esta habra
ocurrido entre 157-159 y 2Apol fue escrita entre 159-160) nos da pistas, sin saberlo,
sobre el inters valentiniano en los adeptos esclavos. Para empezar comienza
ilustrndonos sobre la vida disoluta de la dama distinguida antes de su conversin. Entre
las acciones reprobadas de la mujer estaba su relacin carnal con esclavos domsticos
(aqu denominados con el trmino juperetai), comportamiento mal visto incluso por la
moral grecorromana.706 Cuando se opera la conversin, la mujer comienza a abstraerse
de los placeres y a asumir premisas ascticas para su vida bajo la gua de Tolomeo. Ella
apstoles) y finalmente a la unidad divina gnstica (ApPb 19.10-20; 22.20-24). Su valoracin positiva de
las figuras apostlicas y de la categora de los creyentes psquicos lo hacen cercano al valentinianismo de
Tolomeo. Piero- Montserrat Torrents- Garca Bazn (2000:73-76).
701
- Epifanio, Panarion 33.4,1;7,3-6. Cfr. Quispel (1948:28,34); Orbe (1976: 70); Danilou
(2002:216-218).
702
- Epifanio, Panarion 33.7,9.
703
- Justino, 2Apol 1.3-2.20.
704
- Cfr. Grant (1985:461-472); Lampe (2003:239); Dunderberg (2008:91-92); Rasimus (2009:154-155).
705
- Epifanio, Panarion 33.4,4-5; Justino, 2Apol 2.6. Cfr. MacDonald (2004:248-249).
706
- Justino, 2Apol 2.7.

Cfr. Glancy (2006:21-22).

133

intenta acercar a su marido a la fe, pero no tiene xito. Justino ve este proceso de
conversin como unitario y lo simplifica, pero en la realidad Flora debi atravesar
primeramente una etapa proto-catlica en la cual los estndares morales no seran tan
rgidos. Luego de la crisis marcionita, que puso en jaque la interpretacin escritural
proto-catlica e inaugur el debate sobre la validez del AT y la relacin de los cristianos
con el mundo, Flora se habra volcado a un compromiso ms radical a travs de su
acercamiento a la escuela de Tolomeo. Esta escuela manifestaba una tendencia
filocatlica y antimarcionita pero promova un progreso personal superior que podra
haber implicado ciertas prcticas ascticas. Flora pas de una interaccin hlica y carnal
con sus esclavos, seres inferiores social y jurdicamente, a una interaccin pneumtica
con iguales espirituales, aunque no a nivel socio-econmico, que le sirven de consejeros
en asuntos domsticos. No sera descabellado pensar que aquellos que Justino denomina
los que le pertenecen (hypo ton auts) fuesen esclavos, esclavas y libertos de su
propiedad que se haban adherido al crculo tolemaico. 707 Estos individuos temen por su
indefensin si la dama se divorcia, pues las represalias del marido podran caer sobre los
fieles de la casa. Considerando esto, la mujer pidi el divorcio pero ante la denuncia de
cristianismo que le registr su marido frente a las autoridades ella reaccion con mesura
y pidi primeramente disponer de sus bienes, cosa que se le concedi. 708 Detrs de este
pedido de parte de Flora habra una estrategia destinada a proteger a sus esclavos,
libertos e incluso clientela cristiana (que incluira al mismo Tolomeo presumiblemente)
sobre los cuales podra caer tambin la acusacin.709 En este sentido obr solidariamente
con su didaskaleion pese a no poder influir en el proceso del maestro promotor, que
finalmente fue ajusticiado. Evidentemente Flora no fue mrtir, pero nos provee de un
ejemplo para evaluar el comportamiento de las escuelas valentinianas y su nocin de
responsabilidad social.710 La dama conversa atrajo a sus dependientes, que habran
tenido diversos grados de iniciacin en la doctrina y bien podra ser que muchos fueran
simplemente psquicos proto-catlicos. El marido saba de las reuniones y estaba al
tanto de la adscripcin religiosa de la mujer y de una parte de su oikos y apela a la
707

- Justino, 2Apol 2.5.

708
- Justino, 2Apol 2.8. Esto muestra que Flora realmente era una matrona influyente, pues apela al mismo
emperador Antonino Pio. Grant (1988:69-73) aduce que el inters principal de la mujer es recuperar su
dote.
709
- Cfr. Osiek- MacDonal- Tulloch (2007:76); Dunderberg (2008:92).
710
- Garca Bazn (1978:53-55); Lampe (2003:387-391). Dunderberg (2008:60-67) se adentra en el
anlisis de un salmo titulado Cosecha, atribuido a Valentn (conservado por Hiplito en Refutacin
6.37,7) para concluir que la actitud del primer valentinianismo en relacin al mundo material era positiva.

134

denuncia para reclamar los bienes de su esposa, incluidos los siervos. Flora es el mejor
ejemplo de que el valentinianismo no era una doctrina evasiva o socialmente insolidaria,
sino que combinaba una ascesis destinada al perfeccionamiento de su fragmento divino
con un compromiso institucional que la haca sentirse responsable por la suerte de sus
correligionarios de extraccin social inferior. Los esclavos eran bienvenidos en los
crculos valentinianos, pero es probable que normalmente llegaran a ellos a travs de sus
amos, destinatarios principales de la enseanza gnstica de Valentn y sus
continuadores.

En Roma apareci otro conventculo cristiano gnstico digno de destacarse pese a que
tampoco tenemos documentos escritos suyos: los carpocratianos. Originarios de
Alejandra estos cristianos habran llegado a Roma hacia el final de la dcada de 150,
bajo el episcopado de Aniceto. La portavoz y lder de la vertiente carpocratiana romana
fue una tal Marcelina, maestra de la secta.711 Si nos guiamos por las presentaciones que
hacen Ireneo, Clemente de Alejandra e Hiplito sobre el tema apenas tenemos la
descripcin de un grupo obsceno y orgistico con una doctrina teolgica anclada en una
especie de platonismo exacerbado, pero Lampe ha propuesto una lectura poltica del
fenmeno carpocratiano en Roma.712 Para esto parte de la informacin suministrada por
el alejandrino Clemente acerca del escrito bsico de la secta, titulado Sobre la justicia
y atribuido a Epifanes, hijo de Carpcrates. 713 Dicho texto propona la igualdad de todos
los humanos a partir de los argumentos de la ley natural y del concepto platnico de
dikaiosyne. Dios no hace distincin entre rico y pobre, gente comn o gobernantes,
estpidos o inteligentes, varn o mujer, esclavo o libre y por tanto cualquier diferencia
econmica y social queda abolida. Para los carpocratianos el AT y su Ley eran una
mera imposicin humana que atentaba contra la igualdad. La prctica concreta surgida
de esto fue un comunalismo de bienes que los heresilogos comprendieron como
tendiente a una promiscuidad permitida. 714 Dejando de lado exageraciones, Lampe cree
que estos principios carpocratianos se practicaran al interior de su comunidad sectaria.
Sin embargo no habran tenido mucho atractivo para aquellos cristianos adheridos a
711

- Ireneo, C.H. 1.25,1-6; Hiplito, Refutacin 7.32; Eusebio, H.E. 4.7,9-11.


- Lampe (2003:319-320).
713
- Clemente de Alejandra, Stro 3.2.5,1-8,2.
714
- Ireneo (C.H. 1.25,5) duda de que practiquen todo aquello de lo que se los acusa. Grant
(1986:127-186) analiza una divergencia entre el relato de Ireneo y el de Clemente de Alejandra sobre los
carpocratianos.
712

135

vertientes ms comprometidas con la accin social y que no exigan la cesin de


propiedades en aras de la comunidad.715
Considerando la idea de igualdad promovida por los carpocratianos, no sera extrao
que este didaskaleion cristiano le diera la bienvenida a los esclavos, quienes veran en
esa prctica comunalista una equiparacin de la autoridad. Esta presencia esclava queda
ms justificada cuando observamos que los carpocratianos tenan una concepcin
cristolgica particular que exaltaba a Jess como un mero hombre. Solo su alma era
pura gracias al recuerdo de su vnculo con el Dios absoluto previo a la prisin corporal.
Esa reminiscencia divina es lo que le otorga el poder y la fuerza para escapar al dominio
de los arcontes creadores y dominadores del mundo hacia una reunin final con Dios. 716
Este mismo proceso se aplica a todos los iniciados de la escuela carpocratiana, que
deben descubrir la procedencia divina de su alma y llegar a un nivel de iluminacin
personal que podra hacerlos incluso mayores que Jess. Esta promesa de promocin
espiritual evasiva supone para los heresilogos un debilitamiento en la moral a partir de
una exaltacin de la fe por encima de las obras. En este sentido la escuela gnstica
carpocratiana difiere del valentinianismo en cuanto a su compromiso con la sociedad,
pues relativiza la legislacin estatal y la jerarqua domstica, haciendo poco atrayente su
propuesta de perfeccionamiento personal, que podra entraar la exaltacin de
subordinados y mujeres.
Los contemporneos proto-catlicos de Marcelina parecen no haberse percatado del
movimiento hasta que Hegsipo realiz su genealoga de las corrientes que pas a
denominar herticas en la dcada de 160.717 La indiferencia por el gnosticismo
carpocratiano en su periodo inicial podra tener que ver con la poltica tolerante y
receptiva del cristianismo romano proto-catlico, que recin bajo Aniceto (155-166)
comenz a imponer tmidamente, desde el sector proto-catlico, sus posturas frente a los
diferentes conventculos orientales a partir de la visita de Policarpo de Esmirna para
discutir el asunto de la fecha de la Pascua.718
715

- Lampe (2003:319-320).
- Ireneo, C.H. 1.25,1-3; Hiplito, Refutacin 7.32. Cfr. Finney (1981:35-41); Mead (2010:4-8).
717
- Eusebio, H.E. 4.22. Hegsipo provena de Jerusaln y realiz un primer compendio de listas de
sucesiones episcopales de varias sedes. Adems catalog a las doctrinas cristianas desviadas segn la
perspectiva proto-catlica romana. Su obra, desarrollada bajo el patrocinio de los obispos romanos, es una
muestra del creciente mpetu organizativo y uniformador de un sector proto-catlico de la capital
imperial.
718
- Eusebio, H.E. 4.14,1; 5.24,16-17. Aniceto se muestra firme frente al anciano obispo Policarpo y no
cede. Esta cuestin pascual est mostrando un conflicto entre un cristianismo escritural cada vez ms
asentado y las fuertes tradiciones orales que an se preservaban en oriente, a las que los romanos asocian
con principios judaizantes. Por su parte los asiticos, an los proto-catlicos como Policarpo, ven la
alteracin de costumbres y tradiciones que promova la iglesia de Roma como una poltica acomodaticia a
716

136

Mientras en Roma la pluralidad de escuelas cristianas incentivaba un ambiente


abierto, las iglesias proto-catlicas egipcias se fortalecan entre fines de la dcada de
140 y los primeros aos de la dcada de 150. Encontramos en este periodo tres textos
que nos acercan a una tica comunitaria vigorizada pero enfrentada a una disidencia
creciente: la Epstula Apostolorum (EpAp),719 las Tradiciones de Matas (TradMat)720 y
la homila annima conocida como Secunda Clementis (2Clem).721 Vimos anteriormente
que el cristianismo egipcio experiment un cambio radical en sus comunidades desde el
final de la Segunda Guerra Juda, pues el elemento cristiano nomista fue desplazado a
favor de cristianos de extraccin gentil. Sin embargo no hay que olvidar que tanto la
escuela valentiniana como la carpocratiana se originaron en el ambiente alejandrino,
promoviendo un cristianismo guiado por premisas que desestimaban el valor moral de la
creencia en Cristo en pos de una gnosis salvfica superior. En este sentido EpAp y
2Clem realizaron un fuerte reclamo para remarcar la necesidad de considerar un todo
indivisible la confesin cristolgica y la puesta en prctica de los mandamientos. 722
Aparece una autoridad apostlica presbiteral reconocida y con creciente influencia, 723
pero bastante volcada a redes clientelares de gentiles ricos que no manifiestan una
adhesin total a la asamblea.724 Por esto mismo 2Clem pide coherencia en la vida

fin de congratularse con el imperio. Cfr. Richard (1965:272-273); Brox (1972:33-42).


719
- Este texto (conservado en copto y en etope) simula una misiva que el grupo apostlico de Jess
enva a las iglesias. Relata la enseanza post-resurreccin de Cristo, calificada como el verdadero
Evangelio. El texto critica a falsos maestros, a raz de los cuales se recomienda a los apstoles poner por
escrito las palabras del Evangelio. Ciertos autores han aducido un origen asitico para EpAp.
Stewart-Sykes (1997:416-438); Hill (2009:265-266). Otros, como Gunther (1971:82-83), se inclinan por
un origen sirio. Nosotros seguimos a Mller (2003c:251) en la fijacin de un origen egipcio.
720
- De este texto apenas se conservan fragmentos. Clemente de Alejandra, Stro 2.9,45; 7.13. Puech
(2003:385).
721
- Esta es una homila cristiana. Sobre su datacin y lugar de composicin se ha debatido mucho ya
desde Eusebio, quien duda de su autenticidad y su uso (H.E. 3.38,4). Tourmel (1904-1905:466-480) la
ubica en Roma hacia 160-180 alegando dependencias con El Pastor de Hermas. Donfried (1974:1-3) se
inclina por Corinto hacia el ao 100 y aduce que sera la respuesta de los presbteros depuestos a los
romanos autores de 1Clem. Nosotros seguimos a Bartlet (1906:123-135) y Schneemelcher (2003b:209)
que proponen un origen egipcio en base al uso que 2Clem hace de EvEg.
722
- Cfr. 2Clem 4.2-5; EpAp 27.
723
- Los textos reconocen una estructura jerrquica dirigente y reguladora. 2Clem 17.3-5; EpAp 41-42. El
conflicto interno con tendencias cristianas gnsticas parece desatado. 2Clem 9.1-11; EpAp 35;37;50. Cfr.
Hills (1990:24-27); Ayan Calvo (1994:165-166); Hannah (2008:608-609). Llama la atencin que en EpAp
(9-10; 31;33) sean Pablo y Mara Magdalena, no Pedro, las figuras que cobran relevancia por sobre el
colegio apostlico.
724
- 2Clem 6.2; 13.1; EpAp 38; 42; 46-47.

137

cristiana y coincide con TradMat y EpAp en lo relativo a la gua y correccin de los


hermanos dbiles y pecadores.725
En los tres textos la comunidad entera aparece como responsable de la salvacin de
cada miembro, al que se le ofrece la penitencia como forma de regulacin eclesistica.726
Esta penitencia puede manifestarse a travs del ayuno, la oracin y, sobre todo, de la
limosna, considerada como la mayor muestra de arrepentimiento ya que fortalece el
compromiso comunitario.727 La idea de guiar al dbil en la fe apunta concretamente a
controlar conductas domsticas y sociales. El peso del gnosticismo con sus varias
escuelas es notorio para el autor de 2Clem y por eso insiste en el afianzamiento de la
agenda tica de los cristianos proto-catlicos.728 Confesar la carnalidad de Cristo supone
reconocer una salvacin escatolgica de los creyentes a travs de la resurreccin del
cuerpo junto con el alma.729 Es por eso que los elegidos (forma de designacin para los
cristianos que usa TradMat)730 deben reproducir puertas adentro un esquema jerrquico
controlador cuyo objetivo es refrenar exaltaciones ya sea de los jvenes, de las mujeres
(como ocurra con la vertiente carpocratiana) o incluso de los esclavos, todos los cuales
integraran el sector de los dbiles. 731 EpAp coloca los ejemplos de perfecta
servidumbre en Cristo, quien fue siervo de s mismo al adoptar formas anglicas durante
su etapa pre-carnal,732 y en los apstoles, sirvientes de Cristo proveedores del
bautismo.733 Esta cadena de subordinaciones se opone a los parmetros igualitarios de
las vertientes valentiniana y carpocratiana. Para estas los portadores o descubridores de
su fragmento de potencia divina conformaban una asamblea de elegidos espirituales

725

- 2Clem 17.2; 19.2; EpAp 47-48; Clemente de Alejandra, Stro 7.13.


- 2Clem 8,1; 16.1-3; La herencia de Hermas an se palpa en estas regulaciones, as como en el pedido
de continencia en 2Clem 15.1.
727
- 2Clem 16.4; Clemente de Alejandra, Stro 4.6.
728
- 2Clem 13.1-3.

729
- No hay inclinaciones docetas en estos textos. 2Clem 9.3-5; EpAp 11-12; 24.
730
- Clemente de Alejandra, Stro 7.13.
731
- 2Clem 17.2.
732
- EpAp 14.
733
- EpAp 41-42.
726

138

iguales entre los cuales no era primordial el proselitismo o la manifestacin de la


divinidad por medio de la prctica de virtudes morales.

En las comunidades cristianas de Siria- Palestina los efectos de la derrota de 135


redundaron en disputas organizativas al interior de las ekklesiai. En el caso de Jerusaln
Eusebio nos informa que pas a estar gobernada por una jerarqua episcopal de
extraccin gentil a partir de la proscripcin de los judos de la urbe.734 Sin embargo el
judeocristianismo no desapareci y se erigi como una de las voces en la disputa por la
forma de autoridad.
Entre los textos sirios de inicios de la dcada de 150 encontramos el Apocalipsis de
Adn (ApAd), proveniente de un grupo setiano incipiente muy influenciado por la
apocalptica juda.735 Los setianos eran cristianos gnsticos que remontaban la
revelacin de la gnosis divina a Set, tercer hijo de Adn y Eva. 736 Particularmente en
ApAd vemos la lectura que este grupo haca del AT, al que tomaban como base de la
iluminacin. Segn su autor, los elegidos gnsticos provenan de la descendencia de Set
y en todo el AT puede evidenciarse que el Demiurgo les ha hecho la guerra y los ha
perseguido.737 Las Escrituras eran una prueba importante para los setianos, pero estos
consideraban que el verdadero conocimiento solo provena de la revelacin anglica. 738
Con estas premisas en mente podemos observar que la posicin setiana surgi en medio
de un debate creciente en torno a las Escrituras, a las cuales los cristianos
proto-catlicos ya comenzaban a reclamar como su prehistoria.
La perspectiva social de ApAd apunta a una humanidad obligada a ser esclava del
Dios Creador, quien la somete a sus designios malvados y la castiga con catstrofes
mientras persigue a los gnsticos. El diluvio universal aparece como un intento del
Demiurgo de eliminar a los iluminados descendientes de Set, para lo cual mata al resto
del gnero humano.739 El pacto del Creador con No establece una alianza por la cual su
734

- Eusebio, H.E. 4.5,2-4; 6.4.


- Welburn (1988:4754-4755) concluye que este texto no es un documento cristiano y que podra
pertenecer a un periodo precristiano inclusive. Piero-Montserrat Torrents-Garca Bazn (2000: 23,25-26)
opinan que este escrito se organiz a partir de un testamento de Adn de tinte apocalptico al que se le
introdujeron elementos gnsticos sin integrarlos adecuadamente. Para estos autores ApAd se comprende
mejor en un contexto de cristiandad que fuera de l. Cfr. Carroll (1990:263-279).
736
- Sobre las doctrinas setianas y su presencia en la biblioteca de Nag Hammadi hay varios textos.
Rasimus (2005:253-263); Turner (2006:9-64); Pearson (2007:51-100).
737
- Perkins (1977:382-395); Piero-Montserrat Torrents- Garca Bazan (2000:21,25-26).
738
- ApAd 76.10-20; 85.10.
739
- ApAd 67.20-69.10.
735

139

descendencia debe reconocer su poder y temerlo. La nocin de esclavitud aparece como


vinculada a un conocimiento inferior, incapaz de proveer la salvacin. La esclavitud es
la ignorancia que sustenta el temor hacia el Demiurgo. 740 Esa esclavitud afecta a los
proto-catlicos, denominados guardianes del bautismo, que privilegian las Escrituras
pero no las comprenden correctamente y desdean las revelaciones anglicas y onricas,
por las cuales viene el verdadero conocimiento. 741 El esclavo es el ignorante que
colabora con el Creador. La exclamacin que el autor del documento pone en boca de
Adn resume esta idea: Reconocimos al Dios que nos haba creado, pues no ramos
extraos a sus potencias, y le servimos con temor y esclavitud.742
Este primer esbozo doctrinal setiano no est desvinculado de la crisis interna del
cristianismo nomista sirio-palestino. Ciertos sectores del mismo habran experimentado
un acercamiento a ciertas doctrinas gnsticas como respuesta a la desmembracin de la
iglesia madre de Jerusaln. De estos grupos provendran dos textos: el Segundo
Apocalipsis de Santiago (2ApSg) y el Apocrifn de Santiago (ApcrSg). Ambos retoman
la figura del hermano de Jess como lder ideal en medio de la crisis. Santiago es
presentado como mrtir y receptor de revelaciones particulares.743
En 2ApSg y ApcrSg la idea de servidumbre aparece asociada a Cristo, imagen del
justo sufriente que ha experimentado una kenosis de su divinidad con fines
ejemplares.744 El centro de estos relatos es el periodo post-resurreccin, etapa de
revelaciones divinas directas y no en parbolas.745 El nfasis en la muerte servicial y
ejemplar de Cristo resalta una necesidad de eleccin personal que, segn ApcrSg, se
orienta a enfrentar un mundo hostil. 746 La imagen del servidor sufriente aparece con
trazos gnsticos, pues su revelacin se da en el sufrimiento. Con ese fin se retoma la
tradicin sobre el martirio de Santiago, verdadero dirigente. 747 El lder no puede sentirse
740

- ApAd 70.20-73.20.
- ApAd 84.4-85.18.; 85.22-31. Morard (1977:214-233).
742
- ApAd 65.20. Traduccin del sahdico propuesta por Piero-Montserrat Torrents-Garca Bazn, 2000).
743
- 2ApSg recoge dos relatos sobre Santiago, hermano de Jess: la aparicin que recibi de Cristo
resucitado, y un raconto de su martirio. Santiago aparece como un lder y mediador que debe acceder a la
gnosis para perfeccionarse. Cfr. Brown (1975:226); Funk (2003:331). ApcrSg puede dividirse en dos
partes, una epistolar y otra de revelaciones. En la parte epistolar Santiago hace recomendaciones a un
didskalos sobre como usar los escritos que le ha enviado para instruir a los fieles. En la parte siguiente
Santiago se une a Pedro y los apstoles para recibir revelaciones del Cristo resucitado. Cfr. Perkins
(1982:404); Kirchner (2003:287-289).
744
- 2ApSg p.46-47; ApcrSg p.8-9 y 13. Kirchner (2003:290-291).
745
- Cfr. 2ApSg p.50; ApcrSg p. 2,7 y 8.
746
- ApcrSg p. 5-6.
747
- 2ApSg p.61-62. Este relato de la muerte de Santiago puede compararse con el que hace Hegsipo para
la misma poca. Pese a ser un converso del judasmo (Eusebio H.E. 4.22,8) Hegsipo revalora el
testimonio de Santiago como parte de una crtica al pueblo judo (Eusebio, H.E. 2.23,3-19).
741

140

lleno con el testimonio carnal (sufrimiento), sino que requiere una sabidura espiritual
que se da progresivamente a fin de crecer en la comprensin de lo divino. 748 Este
judeocristianismo gnstico propone un sincretismo doctrinal que exige la gnosis junto al
sufrimiento (y martirio) como elementos legitimadores. Es esta una curiosa unin de fe
con obras, de lo carnal con lo pneumtico.
Estas posturas setiana y judeocristiana impulsaron a los proto-catlicos sirios a
reclamar su dominio sobre el AT y a proponer un tipo de autoridad distinta a partir de la
exaltacin de Pedro. Dos textos podemos utilizar para comprender su postura: la
Segunda Carta de Pedro (2Ped) y el Evangelio de Pedro (EvPed).749 En 2Ped su autor
coloca en boca del anciano apstol duras crticas a los maestros gnsticos que operan en
didaskaleia particulares generando una atraccin de los fieles dbiles, los cuales parece
que oscilan de forma especulativa entre la comunidad proto-catlica y la afiliacin a los
grupos gnsticos.750 Las doctrinas que identifican a los desviados segn 2Ped son la
negacin de la parusa y la interpretacin errnea de los escritos del apstol Pablo.751
Esto podra llevar a pensar en una oposicin valentiniana laxa en la aplicacin de los
principios ticos a partir de una relativizacin del valor de la carnalidad de los sujetos.
2Ped propone como herramientas frente a esto la penitencia, destinada a purgar con
obras los pecados, y la reactualizacin de la esperanza escatolgica como un evento
certero pero no inminente.752 Otro punto de conflicto con los didakaleia gnsticos es la
interpretacin de las Escrituras, tema sobre el cual EvPed se explaya ms directamente,
ya que hace descansar su narracin de la pasin en la profeca veterotestamentaria
historizada en Cristo.753
En EvPed hallamos una buena predisposicin hacia el imperio, cuyos representantes
son testigos privilegiados de la muerte y la resurreccin de Cristo. 754 Los judos
748

- 2ApSg p. 51; ApcrSg p.4. Cfr. Brown (1975:226); Funk (2003:331).


- 2Ped es considerado el texto ms tardo del NT. Eusebio (H.E. 3.3,1) reconoca lo provechoso del
escrito, pero no su autora petrina. Esta epstola reproduce el pensamiento y la fraseologa de Jd.
Sidebottom (1982:65). EvPed fue un texto muy reconocido y utilizado entre los cristianos proto-catlicos
de la segunda mitad del siglo II. Eusebio (H.E. 6.12,1-4) cuenta que el obispo Serapin de Antioquia
rechaz su uso hacia inicios del siglo III a raz de ciertos pasajes docetas. Ha habido acalorados debates
acerca de la dependencia o independencia de EvPed en relacin a los evangelios cannicos. Un buen
resumen de esta polmica lo proveen Green (1987:293-301); Rodriguez (1991:165-167);
Maurer-Schneemelcher (2003:219); Schonhoffer (2011:229-236).
750
- 2Ped 2.1-19.
751
- 2Ped 3.3-4, 16-17.
752
- 2Ped 3.8-10. Talbert (1966:137-145).
753
- Schonhoffer (2011:248) observa correctamente que todas las sentencias del relato de la Pasin de
EvPed son referencias escriturales. Esto aporta al reclamo del control exegtico proto-catlico sobre el
AT. Justino aplica esto mismo a su argumentacin.
754
- En EvPed 1.1-2 Pilato aparece subordinado a Herodes y en 9.34-10.44 los soldados y la multitud son
testigos de la resurreccin. Hay aqu una clara intencin apologtica y reivindicativa en relacin al
749

141

aparecen como los culpables de la crucifixin y de sembrar el temor entre los adeptos
cristianos.755 Sin embargo la ejecucin de Cristo, pese a ser descripta en base a la
profeca, contiene dos pasajes de tinte gnstico sobre la impasibilidad del ajusticiado y
su exclamacin final acerca del poder que lo abandona.756 Varios analistas creen que
dichos elementos se contrabalancean con un nfasis en la realidad corporal de la
resurreccin y el apoyo a una cristologa juanina de la preexistencia.757
EvPed entra en debate con un dualismo gnstico sobre las substancias de Cristo que se
observa en un texto contemporneo, el Apocalipsis Gnstico de Pedro (ApGnPed), en el
cual su autor tambin presenta la pasin y resurreccin. 758 En este relato Pedro es un
mero receptor de las explicaciones de Cristo acerca de la verdadera naturaleza de su
salvacin, que no tuvo carcter expiatorio debido a que el Salvador verdadero no poda
padecer.759 De esta manera se pone en tela de juicio la autoridad eclesistica de obispos
y diconos que hacen una lectura carnal de los evangelios y adoran a un muerto, a la
materia que solo era un duplicado del verdadero Salvador.760 Por este motivo instituyen
prcticas sobre la penitencia y el perdn siguiendo la doctrina de hombres y se alejan de
la verdadera gnosis que salva la esencia particular divina. 761 Es interesante observar que
estos gnsticos conviven con los proto-catlicos y denuncian represalias de su parte a
raz de sus interpretaciones.762 Este grupo tambin recurre a Pedro como autoridad y
desprecian definitivamente el legado paulino,763 netamente asociado a la teologa de la
cruz y de la kenosis divina.
La carnalidad de Cristo aparece como la piedra de escndalo al interior del
cristianismo de Siria en un momento en que es necesario definir posturas polticas.
Apoyar la cristologa proto-catlica supone aceptar un proyecto de tolerancia e
integracin con la cultura grecorromana a partir de una perspectiva escatolgica que
imperio. En Mt 28.11-15 la guardia romana es sobornada por los sacerdotes para que callen el hecho; en
EvPed 11.43-49 Pilato y los soldados reconocen que Jess era el Hijo de Dios pero los obligan a callar.
Mara (1973:161-162,192, 196); Dewey (1990:118).
755
- EvPed 6.23; 8.28; 12.50. Perler (1964:585); Mara (1973:69-70).
756
- EvPed 4.10; 5.19. Cfr. Mara (1973:106-107,132-133); Bernab Ubieta (2008:243-245).
757
- McCant ((1984:258-273); Maurer-Schneemelcher (2003:220).
758
- En ApGnPed el apstol recibe las revelaciones durante la semana de la Pasin. Es la segunda visin
(ApGnPed 81.3-82.3) la que seala una distincin entre el Salvador carnal y el Redentor impasible.
Pearson (1990:67-64).
759
- ApGnPed 81.18; 71.20-72.5; 72.15-17. Piero- Montserrat Torrents- Garca Bazn (2000:51-52).
760
- ApGnPed 73.18; 74.13; 76.20-77.20; 79.25.
761
- ApGnPed 78.1-15. Se acusa a Hermas de haber sido el promotor de un tipo de penitencia que ahora
se ha institucionalizado.
762
- ApGnPed 72.5-10. Cfr. Desjardins (1996:206-207); Piero- Montserrat Torrents- Garca Bazn
(2000:54).
763
- ApGnPed (rol positivo de Pedro) 70.20; 71.19-20; 82.10. Desjardins (1996:204). Las alusiones a
Pablo se encuentran en ApcrSg 74.10-15; 82.21-26.

142

reivindica las acciones humanas como consecuencia directa de una moralidad religiosa
que las rige. La autoridad es un principio necesario para esta vertiente en tanto es gua
de los dbiles subordinados, ya sean mujeres, jvenes o esclavos. Las vertientes
gnsticas si bien no desechan la prctica de la moralidad tampoco la consideran un
principio vertebrador de la realizacin personal. La autoridad es presentada en tanto
gua del desarrollo personal basado en la revelacin a fin de escapar de un mundo
opresor extrao a la divinidad suprema y dominado por potencias polticas que
fomentan la esclavitud a partir de la ignorancia y el dominio fsico de sus criaturas.

Proveniente de Naplusa, ciudad de Siria, Justino, un filsofo convertido al


cristianismo en su adultez, se sum a las filas de la comunidad romana. 764 El ambiente
sirio en el que este personaje creci era como vimos anteriormente un reducto de
cristianos en fuerte disputa interna y donde proliferaban los didaskaleia, las presiones
de los grupos judaizantes y las crticas de los gnsticos. Justino relata, de forma
edulcorada y edificante, su paso por varias escuelas filosficas hasta que, convencido
por el testimonio cristiano ante el martirio, se convirti.765 La conversin de Justino as
como su contacto con procesos de cristianos es probable que se diera en Asia Menor,
probablemente en feso, no en Siria.766 All se habra formado en un didaskaleion de
tendencia paulina, adentrndose en las disputas entre grupos cristianos durante el cisma
marcionita.767 Dos viajes realiz Justino a Roma, el primero aparentemente en los
ltimos aos de la dcada de 140 y el segundo hacia 155, instalndose definitivamente
en la capital con un didaskaleion cristiano propio.768 Durante esta ltima estada escribi
sus obras, fundamentalmente los Syntagma, destinada a refutar las vertientes cristianas

764

- Justino, 1Apol 1.1. Cfr. Barnard (1964:395); Grant (1988:50); Lampe (2003:257); Pouderon
(2005:131).
765
- Justino, 2Apol 12.1; Dial 2.3-8.2. Cfr. Hofer (2003:1-21); Meeks (1993:20-21).
766
- Cfr. Skarsaune (1987:425); Snchez (2001:664); Lampe (2003:258); Pouderon (2005:132).
767
- Lieu (2003:177). Pese a tener una marcada tendencia paulina, Justino nunca nombra al apstol como
autoridad. Esto est vinculado con el uso que el marcionismo hace de Pablo, quien pasa a ser de alguna
manera el apstol de los herejes. Cfr. Cosgrove (1982:225); Grant (1988a:58-59); Werline
(1999:79-82); Pouderon (2005:67).
768
- MartJust 3.3. Cfr. Lampe (2003:259); Snyder (2007:335-362).

143

que consideraba desviadas,769 las dos apologas (1Apol y 2Apol), la primera hacia 156 y
la segunda hacia 158-159,770 y el Dilogo con Trifn (Dial) hacia 161.771
En Roma Justino imparti desde su escuela una doctrina cristiana que una la tradicin
bblica con la de Platn.772 En esta combinacin se ve la herencia de ciertos planteos
orientales, que ya trataban de hacer del cristianismo una filosofa de vida que asociaba
una tica concreta con la creencia divina (EpDiog). Es por esto que Justino, igual que
Marcin y Valentn, concibe a Dios como bueno y ajeno al mal, del cual no es
responsable. El mal se origina a partir del libre albedro, causa de la libertad de eleccin
humana.773 No hay determinismo estoico ni una eleccin divina preestablecida como
proponen los gnsticos. Sin embargo a esa libertad humana se le suma un elemento
negativo que la amenaza: la presencia demonaca. Los demonios, entidades inferiores,
se ocultan detrs de los dioses paganos y desde all esclavizan a la humanidad con
rituales y sacrificios.774 De esta manera quitan el poder de razonamiento a los hombres,
reemplazndolo por el miedo, al cual inducen por medio de diferentes estrategias como
los sueos, la magia, etc.775 Estos demonios distorsionan los mensajes de los profetas
sobre la venida de Cristo y con eso da origen a los mitos sobre los hijos de Zeus, aunque
sin comprender bien las profecas.776 Pero as como ocurri esto, los poetas y filsofos
griegos tambin accedieron a parte de la verdad segn Justino, ya que en sus obras
tomaron ideas de los profetas de Israel. Establece as la doctrina del spermatikos Lgos,
es decir la presencia fragmentaria de la verdad evanglica en toda la cultura griega o
brbara y que solo se comprendi definitivamente con la venida de Cristo y el
cumplimiento esclarecedor de las profecas. Justino intenta mostrar que la cultura
pagana posee elementos cristianos, fruto de una verdad esparcida y fragmentada que
solo la fe cristiana logr unificar y comprender.777 La revelacin de Cristo (el Verbo) no
solo cumpli las profecas, sino que tambin dej al descubierto las estrategias
demonacas. Tanto en la filosofa griega como en las Escrituras judas haba parte de
769

- Justino, 1Apol 26.8; Dial 80.3. Esta obra no ha llegado a nosotros, as como otras que enumera
Eusebio (H.E. 4.18). Pouderon (2005:148).
770
- Cfr. Ehrhardt (1953:1-6); Grant (1988:52-53); Danielou (2002 :17); Lampe (2003:260); Pouderon
(2005:132).
771
- Dial sera posterior ya que en 120.6 cita 1Apol 26. Cfr. Sanchez (2001:660-663); Lieu (2003:103);
Pouderon (2005:139). Solo Keresztes (1971:2) lo hace anterior a las apologas.
772
- Justino, 1Apol 59; 2Apol 12.1; Dial 2.6. Cfr. Drogue (1987:303-319); Price (1988:18-23).
773
- Justino, 1Apol 28.3; 43.2; 2Apol 6 (7).5-6. Danielou (2002:44-46); Pouderon (2005:161-164).
774
- Justino, 1Apol 5.2; 23.3; 26.1. Danilou (2002:413-414).
775
- Justino, 1Apol 14.1; 2Apol 4 (5).4.
776
- Justino, 1Apol 54.2-55.1; 2Apol 13.1.
777
- Justino, 1Apol 44.9-10; 46.2-4; 2Apol 10; 13.3. Vogel (1978:360-388); Danilou (2002:48-56); Rivas
(2003:279-294).

144

verdad, y lo que hizo la manifestacin del Verbo fue restaurar la revelacin original
distorsionada, restableciendo as el estado primigenio de la humanidad.
Justino se encuentra con dos problemas a la hora de conciliar su idea de cristianismo
racional con los principios civilizadores romanos. Por un lado debe explicar la situacin
de las vertientes cristianas que tacha de desviadas y por otro necesita explicitar la
vinculacin real entre judasmo y cristianismo. En el primer caso aquellos que solo de
nombre son cristianos le suponen un obstculo para su demostracin de la buena
voluntad cristiana para con el imperio, por eso los denuncia y los cataloga como
impulsados por demonios.778 Justino da a entender que la acusacin de prcticas
ignominiosas que se le atribuyen a los cristianos bien podra provenir de las prcticas de
estos grupos de pseudocristianos.779 Esto seala una cierta alineacin de Justino con el
crculo proto-catlico del obispo Aniceto en Roma. Esa vinculacin habra sido parcial
debido a ciertas doctrinas defendidas por la escuela de Justino (su creencia en el milenio
por ejemplo)780 y a que su consideracin del cristianismo como una filosofa no habra
sido algo muy aceptado por la jerarqua, recelosa de los conventculos escolares que en
la mayora de los casos atentaban contra su autoridad.781
En cuanto a la vinculacin judasmo-cristianismo, aunque Justino tolera a los
judeocristianos,782 recusa las actitudes rabnicas y culpa a los judos por la crucifixin de
Cristo (posible herencia de EvPed)783 y por la persecucin de los cristianos. 784 En base a
esto Justino reclama para los cristianos el dominio sobre las Escrituras, a las que llama
nuestras en tanto las considera testimonio de la prehistoria cristiana.785 La muestra de
que los cristianos son el nuevo y verdadero Israel es que el carisma proftico se agot en
los judos y solo en los cristianos contina activo. 786 El Dios judo y el cristiano es el
mismo segn la interpretacin de Justino pero la Ley contiene partes que han perdido
actualidad por ser prescripciones meramente profilcticas para el pueblo judo, por la
778

- Justino, 1Apol 16.8-14; 26.6-7; 58.1-2; Dial 35.4,6. Pouderon (2005:148)


- Justino (1Apol 3.1;6.1;15.6;27.5;67.1; 2Apol 12.5) identifica esas acusaciones como dirigidas contra
el comportamiento sexual de los cristianos y contra sus reuniones.
780
- Justino, Dial 80.5; 81.4. Sin embargo Barnard (1965b:92-95) analiza que Justino adapta sus
perspectivas escatolgicas segn su pblico receptor. La idea del milenio, el colapso del poder terrenal,
no aparece en las apologas porque no sera bien recibida por un pblico pagano.
781
- Cfr. Wilken (1970:437-449); Lampe (2003:273).
782
- Justino, Dial 47.1-2.
783
- Justino hace de la profeca su recurso fundamental para legitimar y presentar la encarnacin de
Cristo, tal como haca el autor de EvPed en Siria. Taylor (1893:246-248).
784
- Justino, 1Apol 31.5; Dial 17.1-3; 93.4-5;108.2-3. El apologista seala actitudes claras de exclusin de
los cristianos de la sinagoga: la maldicin, probablemente la Birkat ha minim (Dial 16.4;96.2), y la
prohibicin rabnica de hablar con un creyente en Cristo (Dial 38.1;112.4). Lieu (2003:131-136).
785
- Justino, 1Apol 31.5;36.3;63.1-15; Dial 9.1;29.2;55.3.
786
- Justino, Dial 82.1. Morgan-Wyne (1984:172-177); Brown (1993:101).
779

145

dureza de su corazn.787 Un ejemplo de esto es la circuncisin, que ya no es signo de


eleccin para Justino sino testimonio de la debilidad moral del pueblo.788
El proyecto apologtico de Justino tiene como fin resaltar que los cristianos no
simbolizan ningn tipo de amenaza poltica en tanto sociedad de culto, pues su reino
no es de este mundo.789 Segn su descripcin, los creyentes en Cristo viven en el
mundo y aceptan el poder romano, pagan los impuestos, reconocen a los emperadores e
incluso resisten a los rebeldes como Bar Kokebas.790 El Dios cristiano es una entidad
regida por el principio de subordinacionismo entre sus tres personas, presidiendo el
Padre sobre el Hijo y el Espritu Santo segn su esquema teolgico, opositor de
tendencias modalistas vigentes.791 Justino asocia indirectamente a la historia cristiana
con la historia romana y coincide con autores anteriores en que son los cristianos los
que retrasan el fin del mundo por su rol sacerdotal.792
En la obra de Justino aparece una clara caracterizacin cvica, social y econmica de
los cristianos que le debe mucho a trabajos apologticos previos como EpDiog y Apo de
Arstides,793 pero tambin al cisma marcionita y a la influencia de otras escuelas que an
Justino no reconoce como desviadas, la carpocratiana y la valentiniana. Con ellas
comparte una misma perspectiva bsica en cuanto al valor igualador de la fe cristiana,
aunque no en los medios para lograr esa igualacin. Justino recupera fuertemente la
nocin de parusa no como algo inmediato, pero s en tanto evento final destinado a
juzgar el libre arbitrio de los humanos. As como su Cristo es carnal, nacido, muerto y
resucitado, la resurreccin final implica tambin la carnalidad tanto para el galardn
como para el castigo. El cuerpo es una instancia decisiva en el esquema de Justino, no
en tanto obstculo, sino en cuanto espacio de disputa entre la razn y los demonios. Los
demonios arrastran a aquellos que no trabajan por su salvacin.794

Es necesario considerar por separado la concepcin de Justino y su escuela sobre la


esclavitud ya que el objetivo de 1 y 2Apol es diferente al de Dial. Si bien las doctrinas
bsicas del filsofo cristiano se mantienen, las aplicaciones y ejemplos en relacin a la
787

- Justino, Dial 19.6; 20.1;22.1; 67.7-10.


- Justino, Dial 23.4. Werline (1999:88-89); Boyarin (2001:427-461); Lieu (2003:119-120).
789
- Justino, 1Apol 11.2.
790
- Justino, 1Apol 17.1-2;31.6.
791
- Justino, 1Apol 13. Pouderon (2005:154-155).
792
- Justino, 1Apol 28.2;32.1-6;47.5; 2Apol 6(7).1.
793
- EpDiog 5.1-6.10; Arstides, Apo Gr 15.39- Sir 15.5(7)-8(10).
794
- Justino, 1Apol 14.1.
788

146

esclavitud varan segn el pblico al que se dirige. En el caso de las apologas se


presenta una fe cristiana polticamente inocua y colaboradora de la administracin
imperial por la promocin de una moral concreta; el objetivo es netamente
propagandstico y externo.
Antes de adentrarnos en las apologas es muy til partir del Martirio de Justino y
compaeros (MartJus), breve texto en forma dialgica que cuenta el proceso y
ejecucin del maestro y seis de los discpulos integrantes de su escuela. Tenemos dos
recensiones antiguas de este relato (A y B) que podra ubicarse hacia el final de la
dcada de 160, unos aos despus del martirio, ocurrido en 165.795 Llama la atencin
que encontremos entre los ajusticiados a dos esclavos educados; Evelpisto y Hierax, un
capadocio y un frigio respectivamente,796 eran sus nombres y al menos uno de ellos
perteneca a la familia caesaris. Su presencia en el didaskaleion de Justino abona la
teora de la influencia de los libertos imperiales desde poca temprana en la comunidad
romana.797 Tanto Evelpisto, al que la recensin B llama esclavo imperial, 798 como
Hierax, conocen sus orgenes y el autor pone en su boca exclamaciones que exaltan un
sentido compartido de igualdad espiritual (Yo soy tambin cristiano, liberado por
Cristo; Cristo es nuestro padre y nuestra fe en l nuestra madre)799 inculcado por
Justino. Bien podra ser que estos esclavos imperiales tuviesen cierta movilidad e
independencia econmica. Eso los habilitara como patronos del crculo del maestro

795

- MartJust (A 1- B 1.2) ubica la accin bajo el prefecto urbano llamado Rstico (que ejerci el cargo
entre 162-168). Eusebio (H.E. 4.16,1) parece no conocer este dato y simplemente supone que Justino
sufri el martirio por la denuncia del filsofo cnico Crescente, un opositor. Cfr. Keresztes (1968:327);
Grant (1988a:74-75); Pouderon (2005:134).
796
- MartJust A 4.3-5 y 8.

MartJust B 4.3-4.

Lampe (2003:277).
797
- Kyrtatas (1987:82-86).
798
- Kyrtatas (1987:80).
799
- MartJust B 4.3

MartJust B 4.8.

147

Justino. ste, por su formacin en feso, debi haber tenido un pblico


mayoritariamente de cristianos emigrados de las provincias minorasiticas.
Justino diriga un didaskaleion que no cuestionaba el estatus jurdico de sus
miembros, como tampoco lo cuestionaban los carpocratianos o los valentinianos. Sin
embargo la propuesta teolgica del maestro de Naplusa en 1 y 2Apol privilegia la tica
racional por sobre todo. Los demonios actan por medio del miedo, distorsionando
realidades y ocultando el conocimiento de la verdad. 800 El cristianismo de Justino
propone eliminar la motivacin del temor por un convencimiento sobre lo positivo de la
virtud.801 La fe en Cristo es para l una escuela que ensea el autocontrol como eje de la
vida social. La paciencia y la mansedumbre aparecen como antdotos contra el deseo del
mal porque son caractersticas divinas por excelencia.802 Quienes se espera sean capaces
de asumir estas premisas son los kyrioi cristianos, los representantes por excelencia del
cristianismo proto-catlico. Estos padres de familia y propietarios deben impulsar un
modo de vida racional a nivel domstico, imponiendo un esquema jerarquizado que los
muestre como los entes cristianizadores.803 De hecho la comunidad que Justino le
presenta a Antonino Po es una comunidad de despotai integrada al desarrollo civil y
econmico del imperio. El cristianismo es para Justino una filosofa til polticamente
pues la comunidad emula a su Dios escrutador al que no puede ocultrsele nada y que
mide la salvacin particular en base a las obras.804 El servicio de culto queda en segundo
lugar y solo se lo valoriza en tanto espacio de exhortacin que favorece la cohesin y la
asistencia de enfermos y necesitados.805
Ahora bien, los esclavos materiales son sujetos maleables por su misma condicin
jurdica y fsica, por lo cual corren el riesgo de ser instrumentos de los demonios si no
se los adscribe a una obediencia domstica ejemplificante. Justino ofrece en 1 y 2Apol
tres ejemplos concretos de lo que ocurre cuando los esclavos estn influenciados por
una rbita moral disipada. En primer lugar encontramos la recusacin del uso que los
artesanos fabricantes de dioses hacen de las esclavas que trabajan a su lado. Justino
acusa a tales individuos de corromper a sus siervas, 806 con lo cual aporta elementos al
800

- Justino, 1Apol 5.2;14.1;57.1; 2Apol 4(5).4;12.4.


- Justino, 2Apol 9.1-5.
802
- Justino, 1Apol 16.1-4. Esta caracterizacin divina ya la observamos en EpDiog 10.4-6.
803
- Justino, 1Apol 17.1-2; 27.1; 67.6.
804
- Justino, 1Apol 8.2;12.1-3.
805
- Justino, 1Apol 67.5-6.
806
- Justino, 1Apol 9.4.

801

148

envilecimiento de la prctica idoltrica. Los demonios estn detrs de los pretendidos


dioses y desde all operan. En s el didskalos no dice nada nuevo respecto a la moral de
los escultores, pero en su esquema la presencia de las esclavas cobra sentido. Si los
amos son presentados como irracionales y disolutos manipulados por los demonios es
lgico que sus dependientes sufran las consecuencias.
En segundo lugar Justino critica la exposicin de nios, a la que desaconseja por sus
consecuencias: la prostitucin y la posibilidad de incesto.807 El nio expuesto es
abandonado a su suerte, con lo cual su destino como esclavo es muy probable. Si bien
Justino no explicita nada, estara prohibiendo tcitamente que los fieles recojan nios
expuestos por la vinculacin de tal accin con la prostitucin organizada, con la cual se
genera una alienacin que, segn el filsofo de origen sirio, el imperio mismo avala. La
exposicin es solidaria con la esclavitud y es una forma de alimentacin de la misma
que contradice la moral sexual y matrimonial que Justino basa en la idea de racionalidad
y responsabilidad.808 Abandonar a un nio es desentenderse de su cuidado y fortalecer el
dominio demonaco.
Por ltimo Justino habla de esclavos delatores, obligados (literalmente arrastrados=
hlk) por medio de terribles tormentos a aseverar las calumnias que ya corran contra
los cristianos.809 No se habla aqu de esclavos cristianos sino de douloi pertenecientes a
gentiles. Esto supone una crtica directa al entorno pagano, claramente opositor y que
recurre a mecanismos de declaracin legal bajo tortura para poner argumentos en boca
de sus dependientes. Sobre estos subordinados, as como sobre mujeres y nios, los
807

- Justino, 1Apol 27.1-4.

808
- Justino, 1Apol 29.1-4. En este pasaje la crtica va directamente a la cpula romana. El culto de
Antinoo, favorito de Adriano, es una muestra de la irracionalidad politesta promovida por la misma
administracin imperial. Cfr. Grant (1988a:68,70-71).
809
- Justino, 2Apol 12.4.

149

demonios imponen el temor como motivacin. Si bien esto puede apuntar a un dato
histrico real, la intencionalidad de Justino al sealar esta estratagema de sus
adversarios es oponerse a un argumento pagano que ir reforzndose en los decenios
siguientes: el cristianismo como religin que promueve la disfuncin del hogar a partir
del proselitismo esclavo.810
El cristianismo patriarcal de Justino presentado en 1 y 2Apol promueve la correcta
estimulacin del domstico a partir de una moral propietaria templada, justa,
escrutadora y paciente.

En Dial el objetivo de Justino es distinto pues se dirige a un pblico cautivo de


cristianos adherentes a su escuela.811 Trifn es presentado como un judo escapado de la
guerra de Bar-Kokebas que se encuentra con Justino en feso, 812 donde entablan un
debate sobre puntos bsicos de la exgesis juda y cristiana. Si bien hay opiniones
cruzadas acerca de la verosimilitud de este encuentro,813 Justino habra basado su Dial
en un texto anterior, la Controversia de Jasn y Papisco, atribuido a Aristn de Pella, en
donde un judeocristiano y un judo de Alejandra debaten sobre la interpretacin
alegrica del AT.814 En el caso de Dial los temas tratados son dos: la derogacin de la
Ley junto al paso de la antigua Alianza a una nueva y la justificacin proftica de la
mesianidad de Jess. Cosgrove ha propuesto que este pretendido dilogo entre un judo
y un cristiano gentil termina siendo un monlogo cristiano que trata temas relevantes
exclusivamente para la audiencia cristiana como la observancia de la Ley, el docetismo
o el milenarismo.815 Pese a esto, Justino presenta a un Trifn mesurado y libre de
prejuicios populares.816
En Dial Justino apenas toca temas que eran centrales en 1 y 2Apol como el libre
albedro, la resurreccin y la preocupacin por las calumnias contra los cristianos.
Ahora el filsofo quiere dejar en claro el lmite cristianismo-judasmo y fortalecer una
810

- Fundamentalmente a partir de la crtica de Luciano de Samosata y de Celso. Se ver en el captulo


siguiente.
811
- Cfr. Cosgrove (1982:210-218); Lieu (2003:103-109).
812
- Justino, Dial 1.1-3. Ha habido varias propuestas acerca de la identidad de Trifn: Horner
(2001:16-31); Sanchez (2001:891-703); Lieu (2003:109-113).
813
- Se supone que el encuentro habra sido hacia fines de la dcada de 130, cuando Justino an no haba
viajado a Roma. Snchez (2001:668-673). Lieu (2003:103-104) lo ve como un texto que recoge no un
encuentro dialgico de dos das sino la experiencia acumulada por Justino en el debate con judos.
814
- Esta obra se ha perdido, pero era conocida entre los cristianos antiguos. Orgenes, Contra Celso
4.51-52. Pouderon (2005:117-120).
815
- Cosgrove (1982:219).
816
- Justino, Dial 10.1-2. Barnard (1964:396-398); Trakatellis (1986:289-297).

150

lectura alegrica de las Escrituras del AT a fin de reclamarlas como parte del desarrollo
histrico cristiano. Sin embargo Justino no puede dejar de discriminar en la Ley, como
haca Tolomeo, los preceptos prefigurativos de aquellos meramente profilcticos,
destinados a frenar la proclividad idoltrica del pueblo elegido.817 Por esa diferenciacin
entre partes de la Ley es que Trifn le cuestiona que los cristianos alegan ser religiosos
y dar culto a Dios pero en la prctica su vida no se diferencia de la de los gentiles, pues
no se circuncidan ellos y tampoco sus douloi, no observan las prescripciones e incluso
comen carne sacrificada a los dolos.818 Esta acusacin no sorprende ya que el objetivo
del cristianismo proto-catlico era justamente ese: no ser diferenciados de la poblacin
imperial. Esto podra estar marcando en esta vertiente un rumbo acomodaticio que
creara conflicto en Justino y que ms tarde otros orientales denunciaran. Justino
resuelve esto sealando que los cristianos creen en el mismo Dios que los judos pero
por mediacin de Cristo, no de la Ley, lo cual los exime de cumplimientos rituales. 819 El
nico punto que Justino no reconoce es que su cristianismo permita comer carne
sacrificada. El didaskalos redirecciona esta acusacin hacia otras vertientes a las que
tacha de desviadas, entre ellas las basilidiana, la marcionita y la valentiniana, esta ltima
ya identificada claramente.820
El Cristo presentado en Dial es el redentor-igualador preanunciado por los profetas y
cuyos actos se predijeron de forma alegrica en la historia de Israel. 821 Ese Cristo de
Justino es concebido como un ser carnal y divino. Con esto se critica fuertemente a las
vertientes cristianas que niegan alguna de estas substancias. Los que rechazan la parte
divina atentan contra el concepto de preexistencia, lo cual no ayudara a reclamar el
control sobre el AT. Negar la parte humana supondra, como ocurra con los marcionitas
y valentinianos, desvalorizar las obras y el peso tico del cristianismo. El Cristo de Dial
es un Cristo humano que apareci sin belleza y que

experiment

una

vida

de

trabajo.822 En este sentido Justino recupera la idea de kenosis divina, pues se subraya
que Jess desempeaba el oficio de carpintero. Los productos del trabajo de este Cristo
artesano, arados (rotra) y yugos (zug), son sealados como smbolos de justicia.823
817

- Justino, Dial 20.1; 23.4; 67.7-10. Skarsaune (1987:429). Henne (1995:454-455) propone que Justino
diferenciaba la Ley en tres niveles, el ltimo de los cuales eran las criticadas reglas cultuales.
818
- Justino, Dial 17.14; 35.1. Lieu (2003:115-116).
819
- Justino, Dial 11.1-2.
820
- Justino, Dial 35.2-6.
821
- Justino, Dial 114.1. Danilou (2002:208-215).
822
- Justino, Dial 88.8.
823
- Ambos instrumentos remiten a Is 2.3-4. Desde esa perspectiva son considerados instrumentos de paz
y, adems, smbolos de la cruz (1Apol 55.3-6) y del cambio de vida (Dial 110.3). Se exalta as un ideal de
vida urbana artesanal que pondera el trabajo manual. Danilou (1996:95-107).

151

El cristianismo de Justino apelaba a un auditorio de intelectuales con capacidad


econmica, versados en el AT e imbuidos en las disputas sectarias, pero tambin a
comerciantes y artesanos, a un ambiente popular que vea en el dios sufriente una
consigna identitaria definitiva. El Cristo de Justino vino a llamar a la penitencia,
institucin proto-catlica por excelencia, por eso adopt la forma de un doulos
sacrificado. A nivel alegrico esta realidad se explica para nuestro filsofo en base a la
historia del patriarca Jacob, de la cual toma tres episodios: su enfrentamiento con su
hermano Esa, su periodo de servidumbre bajo su to Labn y sus matrimonios e hijos
con diversas mujeres. La enemistad entre Jacob y Esa se identifica como la oposicin
judasmo-cristianismo, dos vertientes procedentes de un mismo tronco.824 Si bien se
subraya la condicin fraterna como eje de la vinculacin, se marca que Esa odiaba a su
hermano, justificacin escritural para la separacin de caminos. En el caso de Jacob y
Labn, la servidumbre de Jacob se presenta como pago por los ganados manchados que
posea su to materno.825 Justino asocia esta actitud servil del patriarca con la douleia de
Cristo en la cruz, que gan con su sangre a todos los hombres de todo linaje. El
significado de esta tipologa sera el rol intercesor de Cristo, expresado en una
subordinacin opuesta a su divinidad. Por ltimo es el tema de los casamientos de Jacob
lo que concentra la mayor atencin, pues el patriarca no solo engendr hijos de las
hermanas La y Raquel, sino tambin de sus respectivas esclavas, y todos fueron
considerados de igual honor.826 Pese a esto, la preferencia de Jacob por Raquel vuelve
824

- Justino, Dial 134.6.


- Justino, Dial 134.5.

826
- Justino, Dial 134.2-3.

Justino, Dial 140.1.

825

152

a marcar la diferencia y a favorecer la apologtica cristiana. Raquel rob los dioses de


Labn y los escondi, lo cual se asocia con el rechazo cristiano de la idolatra; La tena
los ojos enfermos, prefiguracin del embotamiento judo a la hora de la comprensin.827
Justino afirma que en los matrimonios de Jacob se preanunciaba que Cristo recibira a
libres y esclavos como herederos por igual. El filsofo identifica as a su audiencia
como hbrida, una mezcla de intelectuales libres, artesanos, comerciantes, mujeres y
esclavos domsticos. La eleccin de Jacob como figura cristolgica no es inocente, pues
este patriarca es considerado el padre del pueblo judo a partir de su descendencia, las
doce tribus; Cristo marca un nuevo inicio a partir de sus doce apstoles. Todos los
hombres son considerados integrantes de una fe e igualados a nivel soteriolgico y en la
prctica de las virtudes, cosa que no ocurra segn Justino bajo la Ley, que exclua por
gnero y procedencia.828 Segn este esquema, la revelacin de Cristo se dio por medio
de una manifestacin sufriente y esforzada. Justino recurre a esta idea no solo como
ejemplo de subordinacin, sino como justificacin para la nocin de universalidad que
promueve el proto-catolicismo: Cristo redimi a todos los hombres y por tanto todos
poseen la misma capacidad de penitencia y virtud. La penitencia tiene un tiempo y
depende de la adscripcin al marco comunitario proto-catlico, donde se otorga; la Ley
tambin llama a la penitencia y a la obediencia, pero a travs de un conocimiento
incompleto. Nadie puede negarle a los esclavos materiales una igualdad espiritual en
base a la exgesis de Justino, por lo cual el filsofo legitima su inclusin en los
mecanismos institucionales. As como los judos deban circuncidar a sus esclavos
paganos, de igual manera los amos cristianos deben reconocer la igualdad espiritual de
sus subordinados. El esclavo entra en la alianza con Dios por la mediacin de su
despotes. Este es el responsable ltimo de sus domsticos y el centro equilibrador de la
tica domstica.

Las iglesias cristianas del periodo 135-165 vivieron, como deca Frend, 829 un periodo
de cuasi tolerancia. A nivel local los lderes sufrieron ataques populares, pero en general
la vida comunitaria se consolid y su actividad se expandi. El cristianismo pas a ser

827
- Justino, Dial 134.5. Danielou (2002:205-206).
828
- Justino, (Dial 23.5) critica fundamentalmente la diferencia de gnero que establece la Ley, pues las
mujeres no pueden circuncidarse. Siker (1991:165-170)
829
- Frend (1981:236).

153

un componente urbano reconocido aunque marginal y no legitimado. Esta existencia


precaria se debi a varios motivos, el primero de los cuales fue la separacin definitiva
del judasmo a partir del fracaso de los rebeldes de Bar-Kokebas en la Segunda Guerra
Juda. El ala nomista de las ekklesiai perdi fuerza y los elementos gentiles tomaron la
iniciativa. Sin embargo esta primaca gentil promovi arduos debates sobre la posicin
del cristianismo frente a la sociedad grecorromana. La vertiente proto-catlica,
fundamentalmente representada por la jerarqua episcopal, se inclin por una adaptacin
de la doctrina a los parmetros civilizadores imperiales, pero la incipiente
intelectualidad filosfica cristiana, representada en didaskaloi como Marcin, Valentn,
Tolomeo, Carpcrates y Marcelina no estaba de acuerdo. Todos ellos promovieron
visiones negativas del mundo, de claro tinte asctico y antiimperial. El cristiano debe
escapar a este mundo opresor, dominio de poderes inferiores que manipulan a sus
sujetos a travs de la materia, y acceder al conocimiento de una divinidad superior y
bondadosa que irrumpe proveyendo una salvacin que implica una desvinculacin y
crtica del mundo material. Para estas doctrinas la carnalidad de Cristo era una mera
apariencia o realidad inferior sin valor ejemplificante ni soteriolgico. La relevancia de
la redencin carnal solo fue recuperada por el filsofo Justino, que apareci como un
representante no oficial del cristianismo proto-catlico. En l la idea de kenosis divina
sufriente retom la nocin salvfica centrada en el binomio cuerpo-alma e impuso una
rgida tica cristiana basada en las obras cuyo objetivo era convencer al poder imperial
de la buena voluntad cvica de los cristianos. Vemos as el inicio de un debate con las
vertientes marcionita y gnstica que le critican a los cristianos proto-catlicos en
general, y a los romanos en particular, su tendencia acomodaticia.
Dentro de los procesos histricos que atravesaron las comunidades cristianas de este
periodo la esclavitud aparece como un problema vinculado a la autoridad. Las corrientes
ditestas como la marcionita o la gnstica valentiniana consideraban a la douleias como
una forma ms de alienacin generada por el Demiurgo, una instancia de dominacin
fsica grave pero cuyo valor era relativo, pues el cuerpo era materia destinada a la
disolucin. Los proto-catlicos insistan en la necesidad de las obras y en el control del
cuerpo esclavo por parte del amo. Instauraron as una perspectiva que consagraba a los
amos como los representantes por excelencia del cristianismo urbano filoimperial. El
despotes es quien tena la capacidad de emular a Dios, asumiendo incluso las
caractersticas sufrientes e intercesoras. El siervo era un mero receptor de la bondad del
amo cristiano. Los textos guardan silencio sobre aquellos esclavos que no tienen esa
154

figura superior creyente, pues encarnaran un ideal domstico subversivo, inconveniente


para los fines apologticos y propagandsticos actuales. El cristianismo es presentado
como una fe-filosofa proveniente de los kyrioi, promotores centrales de la correcta
conducta domstica. El doulos es un hermano a nivel espiritual pues la kenosis salvfica
de Cristo, (cuya adopcin de la forma de esclavo es recuperada por Justino) iguala a
todos los hombres. Sin embargo la realidad social exige decoro y una estructura
subordinacionista fuerte. El Dios proto-catlico es un padre bueno pero que exige
jerarquas (incluso entre sus personas divinas). Esa dominacin efectiva y total de los
domsticos busca tambin evitar que los esclavos denuncien a sus amos, una realidad
que se volver preocupante en las dcadas siguientes. A partir de 165 los crticos
paganos respondieron a los intelectuales cristianos criticndoles su apologa domstica
del proselitismo patriarcal, para lo cual hicieron de los siervos el centro del debate,
presentndolos como conversos cristianos exaltados que atentaban contra los principios
domsticos jerrquicos.

155

CAPTULO 5
EXALTADOS Y TRAIDORES: LOS ESCLAVOS EN EL DISCURSO DE LAS
IGLESIAS A FINES DEL SIGLO II.

El perodo comprendido entre la ejecucin de Justino (165) y los estallidos de


persecucin bajo Septimio Severo (202) estuvo marcado por serios conflictos a nivel
poltico y social que repercutieron en las ekklesiai. El panorama imperial era
desalentador pues la peste y las presiones de los brbaros echaron por tierra la ideologa
de un imperio inexpugnable. Esto, sumado al desplazamiento de las legiones y a
desastres naturales como los terremotos, impuls a los cristianos a buscar nuevas
alternativas organizativas y discursivas a fin de facilitar su interaccin con un medio
social hostil en varias reas del imperio. La cuestin del liderazgo pas a ser de
primordial importancia. En oriente la crisis incentiv la revalorizacin de tradiciones
locales fuertes, generndose as un liderazgo proftico nuevo, opuesto al de las
jerarquas episcopales y al de los didskaloi. Esto dispar disensiones doctrinales y
rituales que claramente denotaban un conflicto social y poltico de fondo. En este
periodo las ekklesiai vieron incrementarse su nmero de adeptos, muchos de los cuales
provenan de clases acomodadas e incluso del mismo crculo del emperador. Por
primera vez los recursos econmicos disponibles permitieron una extensin del
patronazgo de las jerarquas proto-catlicas, las cuales crearon vnculos asistenciales
con otras comunidades del Mediterrneo. Esas redes de beneficencia se consolidaron
como lazos patronales entre asambleas tanto en aspectos rituales y sociales como
ideolgicos y polticos. Sin embargo varios lderes proto-catlicos y gnsticos
desaprobaban estas maniobras. Estos cristianos no comulgaban con dichas redes
asistenciales por considerarlas fruto del patrocinio de ricos conversos gentiles que

156

manipulaban a la asamblea y propiciaban alteraciones en las tradiciones heredadas. La


tensin se genera entre aquellos que apuestan a una secularizacin mayor como
resultado de una paz de facto con el poder y aquellos que consideran que acercarse a las
altas esferas es sinnimo de subordinar la fe cristiana a esquemas mundanos. Pese a
recomendar una buena predisposicin hacia el imperio, estos cristianos ven como
impropio desechar tradiciones que remitan a usos y tradiciones locales muy arraigados
para reemplazarlos por un esquema ritual, teolgico y prctico que favoreca el
beneplcito de las lites gobernantes.
Fruto del conflicto entre las iglesias y entre las varias vertientes cristianas apareci un
discurso pagano que aliment la propaganda anticristiana tanto a nivel popular como
letrado. A nivel popular la recusacin se basaba en consignas que corran de boca en
boca y asociaban al cristianismo con cultos mgicos y prcticas depravadas. La crtica
intelectual fue ms minuciosa pues se estructur a partir de un conocimiento profundo
de la literatura de las ekklesiai. Para estos opositores letrados el cristianismo tena dos
caractersticas centrales: su carcter sedicioso y su capacidad de atraccin de crdulos
ignorantes. Desde esta perspectiva se organiz un discurso que presentaba al
cristianismo como un culto que fomentaba la destruccin de las lealtades domsticas en
pos de un monotesmo que otorgaba una nocin absurda de superioridad. El origen de la
sedicin cristiana segn estos autores estaba en la exaltacin de los subordinados, a los
cuales se atraa con gestos y prodigios magistrales efectuados por embaucadores. El
proselitismo cristiano aparece descripto como antijerrquico, rebelde y, por ende,
insolidario con la poltica imperial. El rol del esclavo creyente pasa a un primer plano en
la literatura cristiana de este periodo pues se vuelve una pieza fundamental en el
discurso del proselitismo paternalista. Sin embargo los proto-catlicos tambin se
interesaron en los esclavos y otros dependientes del oikos por su fcil inclinacin hacia
vertientes calificadas como heterodoxas que podan exaltarlos inconvenientemente y
desencadenar una desgracia comunitaria por su proceder alterado. El esclavo es un
sujeto marginal para las ekklesiai del periodo pues es un ser cuya lealtad es considerada
en extremo maleable e inconstante y puede explotar en una confesin positiva que lo
conduzca al martirio o en una delacin que atente contra la estabilidad de la asamblea.
Esa ambivalencia ser el tema de anlisis del presente captulo.

157

El objetivo de Justino haba sido convencer al emperador de la injusticia del


procesamiento de los cristianos.830 Para demostrar eso el filsofo de Naplusa seal la
adhesin cristiana a los parmetros civilizatorios romanos y desarroll la doctrina del
spermatikos lgos en un intento por unir la cultura pagana a la revelacin cristiana. 831 La
muerte de Justino y de parte de su didaskaleion nos hace pensar en una denuncia
registrada por personajes influyentes, ya que entre los alumnos ajusticiados
encontramos a Hierax y Evelpisto, dos esclavos miembros de la familia caesaris.832 El
crculo de Justino reciba creyentes de diversa extraccin social, pero pareciera que el
grueso de los integrantes eran intelectuales vinculados a la rbita imperial. Los mismos
habran jugado el rol de patronos del didaskaleion pero no tendran ninguna vinculacin
con las estructuras jerrquicas proto-catlicas de la ciudad. El mismo Justino niega
conocer otro sitio de reunin que su casa, 833 lo cual podra sealar una ruptura con los
conventculos adeptos al obispo Aniceto. Este no habra aprobado la concepcin del
didskalos sobre el cristianismo como una filosofa filantrpica que una la tradicin
bblica con la platnica y que propugnaba un milenarismo particular.834 En s la poltica
de Aniceto en relacin a los cristianos de oriente se caracteriz por ser poco tolerante.
Ante la visita de Policarpo de Esmirna por el tema pascual el obispo de Roma no cedi
al reacomodamiento de la celebracin segn el calendario judo, sino que insisti en la
tradicin romana.835 Podra decirse que Aniceto coincida con Justino en cuanto a la
necesidad de mostrar buena voluntad hacia los valores cvicos romanos, pero la
estructura clientelar poderosa que sostena al maestro de Naplusa le supona una
competencia directa en cuanto a la adhesin de los fieles.
La muerte de Justino y el paso de su escuela a manos de Taciano parecen haber
cambiado el panorama.836 Taciano era un rtor sirio que se haba convertido al
cristianismo en Roma bajo la influencia de Justino.837 Su posicin social parece haber
sido elevada aunque no as su formacin intelectual. El nico texto suyo que nos ha
llegado es Discurso contra los griegos (Disc),838 violenta diatriba dirigida a descalificar
830

- Justino, 1Apol 1-4.


- Justino, 1Apol 44.9-10; 46.2-4; 2Apol 10; 13.3.
832
- MartJust A 4.3-5 y 8- B 4.3-4.
833
- MartJust A 3.3; B 3.3.
834
- Cfr. Wilken (1970:437-449); Lampe (2003:273).
835
- Esta visita ocurri hacia 155. Eusebio, H.E. 5.24,16-17.
836
- Petersen (2008:133).
837
- Taciano, Disc 42; Clemente de Alejandra, Stromata 3.12.81,1. Grant (1988a:124); Hunt (2003:1-2);
Pouderon (2005:175-176); Petersen (2008:129-131). La vinculacin con Justino la seala el mismo
Taciano en Disc 18-19. Hunt (2003:52-73).
838
- La datacin de Disc es un tema de debate pues las posturas varan. Sordi (1983:73-74) y Grant
(1988a:112), (1988b:10-13) se manifiestan a favor de los aos 176-178, alegando que el autor critica
831

158

las crticas paganas al cristianismo. Sin embargo el proceder de Taciano difiri del
promovido por Justino pues, pese a considerar al cristianismo como una filosofa, neg
cualquier tipo de inspiracin divina en la cultura pagana, ignorando por completo la
doctrina del spermatikos lgos.839 Esta postura habra tenido un efecto inmediato en el
didaskaleion, ya que las relaciones con los conversos paganos ilustrados adherentes al
difunto Justino se habran entorpecido. Taciano promovi una doctrina asctica y de
retraccin social que cuestionaba determinados procederes aceptados por paganos e
incluso por cristianos. En primer lugar el sirio descalific las actitudes que tienen a la
ambicin como origen pues las consideraba el principio de las divisiones y de la
multiplicidad de doctrinas. No es extrao que hacia 171, mientras se compona Disc, el
obispo Dionisio de Corinto enviara una carta agradecindole al obispo Sotero de Roma
su generoso sostn econmico.840 La cpula proto-catlica de Roma estaba fortaleciendo
sus lazos clientelares con otras iglesias, abonando paulatinamente de esa manera su rol
de primus inter pares en el manejo de recursos econmicos. Paralelamente Taciano
denosta la bsqueda de riqueza, rechaza el acceso a cargos militares, desprecia la
fornicacin y descalifica la codicia insaciable asociada a las actividades comerciales. 841
Segn su parecer esas actividades fomentaban la divisin y los orgullos. El cristiano es
presentado en Disc como un fiel sbdito del emperador y un humilde cumplidor de las
funciones y deberes inherentes a su estatus personal, en el cual debe permanecer.842
Cualquier cosa que realice a fin de alterar su situacin socio econmica es calificada
como ambicin personal para Taciano. La ambicin es considerada por el didaskalos
como la seal demonaca pues impulsa al conflicto entre voluntades enfrentadas. Es as
que Taciano insiste en la categora de esclavitud para ilustrar este punto. En primer lugar
l mismo asume la voz de un esclavo al decir Mi amo me ordena que le est sujeto y
yo reconozco mi esclavitud.843 Como poco antes sealaba la necesidad de cumplir los
deberes para con la autoridad imperial podramos comprender esta frase como dirigida a
ciertos procederes de la gira imperial de Marco Aurelio por oriente; Pouderon (2005:176,179-180) aduce
que fue escrito en Atenas hacia 172, cuando Taciano viajaba a Oriente; Barnard (1968a:1-3) lo ubica
hacia fines de la dcada de 160. Nosotros nos inclinamos por 170 como fecha de redaccin, cuando
Taciano an rige el didaskaleion heredado de Justino.
839
- Cfr. Martn (1987:88); Hunt (2003:98-109); Nasrallah (2005:299); Pouderon (2005:178).
840
- Eusebio, H.E. 4.23,9-10. En s todas las cartas de Dionisio delatan una alineacin con las posturas
romanas, particularmente en lo referido a aquellos que rompieron con la ekklesia, a los que se pide
reintegrar a la asamblea, y al tema de la continencia, cuya prctica pide no se vuelva un requisito
primordial para los fieles. Eusebio, H.E. 4.23,6-7. La respuesta del obispo Pinito de Cnossos al obispo
corintio denota cierta divergencia dentro de las iglesias griegas. Eusebio, H.E. 4.23,8.
841
- Taciano, Disc 11.
842
- Taciano, Disc 4; 11.
843
- Taciano, Disc 4.

159

un auditorio en el que habra esclavos y libertos de la familia caesaris, los cuales


podran ser letrados compaeros de Hierax y Evelpisto. Posteriormente el autor vuelve a
asumir el personaje esclavo y agrega Si soy esclavo, soporto la esclavitud, si soy libre,
no me enorgullezco de mi nobleza,844 con lo cual establece un claro lmite a los adeptos
de su crculo. Aquellos miembros de estatus servil no deben esperar la libertad por su
adhesin al cristianismo, pues esa ambicin pondra en segundo plano su fe. Asimismo
el libre no debe ambicionar ventajas en el interior de la asamblea por su poder
econmico o clientelar. Es posible que esta admonicin est sealando prcticas que
ocurran en el crculo del obispo Sotero, en el cual se habra iniciado el liberto imperial
Marco Aurelio Prsenes. Este rico personaje que desarroll una ascendente carrera en la
corte fue maestro de juegos de gladiadores,845 dato no carente de relevancia ya que
Taciano condena estas prcticas.846 Al descalificar esta actividad podra estar
denunciando la procedencia del sostn econmico que se propicia entre los jerarcas
proto-catlicos.
A Taciano le pareca aberrante hacer del cristianismo un elemento de promocin
personal, razn por la cual ensalza la simplicidad como caracterstica principal de los
creyentes. Esto probablemente est apuntando a rebatir la descripcin del cristianismo
provista por otro sirio contemporneo: Luciano de Samosata. En su breve relato Sobre
la muerte de Peregrino (Peregrino) Luciano presenta a este personaje como un parricida
fugado que, luego de huir a Palestina, se form en la filosofa de los cristianos. 847 La
rpida carrera de Peregrino en la iglesia se debi, segn Luciano, al carcter ingenuo de
los creyentes, quienes lo asistan con dinero y otros bienes incluso cuando estaba en la
crcel.848 A pesar de que Peregrino termin por romper con los cristianos, mientras dur
su membresa acumul un gran capital a expensas de los crdulos fieles. 849 Luciano
844

- Taciano, Disc 11.

845
- Lampe (2003:331) seala que en el sarcfago de este liberto se encuentran dos inscripciones, una que
seala su cristianismo y otra que enumera los cargos ocupados por el difunto. Sin embargo, por las
sensibilidades cristianas, se omite que Prsenes fue administrador de los juegos de gladiadores bajo
Cmodo. Segn Green (2010:115) esto habra sido antes de volverse cristiano, pero es ms probable que
ya desde su manumisin Prsenes tuviera una inclinacin filocristiana. Este liberto se habra vuelto un
sostn econmico comunitario pese a no ser un miembro de pleno derecho en la asamblea. Esta situacin
intermedia era objeto de crticas tanto por parte de Taciano, para quien la ambicin en los negocios no era
compatible con el cristianismo, como de los cristianos de oriente, que presentaban a los patronos ricos
como proveedores de la comunidad pero a la vez miembros imperfectos y an no bautizados. As ocurre
con el personaje de Marcelo en HchPed (volveremos sobre este caso).
846
- Taciano, Disc 23.
847
- Luciano de Samosata, Peregrino 11.
848
- Luciano de Samosata, Peregrino 13.
849
- Luciano de Samosata, Peregrino 16.

160

especifica que alrededor de la crcel donde estaba Peregrino se reunan diariamente


viudas, ancianas y nios hurfanos, personajes similares a los que Taciano enumera para
resaltar el concepto de simplicidad cristiana. El didskalos sirio sabe que muchos
paganos tienen una opinin sobre el cristianismo que concuerda con la stira de Luciano
acerca de la ingenua simplicidad de los adeptos a este culto. Por ello asume la acusacin
y propone una explicacin.850 Taciano presenta el prototipo de cristiano en la figura
retrica de los simples: ancianas, jvenes, mujeres y vrgenes;851 estos son los
incontaminados por la ambicin, la anttesis de los sabios. Segn l, el cristianismo se
dirige a estos personajes pues encarnan la predisposicin perfecta para recibir la
instruccin filosfica. Ahora bien, Taciano no tiene problema en admitir fieles con
riquezas; pero el problema, de acuerdo con su perspectiva, radica en el uso de las
mismas.
Es curioso que Taciano no incluya a los esclavos en su lista de cristianos ideales. Esto
probablemente se deba a la creciente influencia de los esclavos y libertos imperiales en
los sectores jerrquicos, aspecto que lleva a que el didskalos los rechace por
considerarlos corruptos en tanto se vuelven patronos influyentes. En s cualquier doulos,
ilustrado o no, posee una ambicin natural propia de su estatus que lo transformara en
un converso de intenciones no puras. De la misma forma quedan por fuera del esquema
de Taciano los matrimonios y las familias. 852 El didskalos propone una iglesia de
continentes pues el deseo sexual supone una ambicin que remite a la intervencin
demonaca. Segn Taciano, en el origen Adn y Eva habran sido criaturas puras pues
posean el Espritu de Dios y solo con su cada se vieron compelidos al matrimonio,
claro signo de muerte.853 La unin de alma y espritu supone una ascesis corporal
destinada a la salvacin que en la comunidad romana habra sido vista con recelo. No es
de extraar que Taciano culminara aislado en Roma a raz de sus posturas ascticas
orientadas en trminos de crtica socio-econmica del grupo episcopal. Sin el apoyo de
los antiguos patronos, que ahora adheran a Sotero y Eleuterio, Taciano abandon la
ciudad para volver a su Siria natal.854

850

- Taciano, Disc 33.


- Taciano, Disc 32.
852
- Taciano, Disc 8; 11; 17.
853
- Brown (1993:134-138); Hunt (2003:151-153); Rhee (2005:123-124).
854
- Ireneo (C.H. 1.28,1) y Eusebio (H.E. 4.29) envilecen a Taciano describindolo como un maestro
gnstico. Es ms probable, como plantean Hawthorne (1964:164-166), Barnard (1968a:9) y Hunt
(2005:154-155), que Taciano saliera de Roma por impulsar sus ideas encratitas a extremos que en
occidente eran mal vistos pero no en oriente. Cfr. Petersen (2008:138-152); Perrin (2009:309).
851

161

En oriente la situacin de los cristianos se haba agravado particularmente desde el


inicio de la dcada de 170. Esto responde a una crisis general del gobierno de Marco
Aurelio que los transform en chivos expiatorios por las desgracias populares.
La crisis de los aos finales de Marco Aurelio se debi a una conjuncin particular de
factores internos y externos al imperio que pusieron en jaque la estructura poltica y
social vigente. Las presiones fronterizas, tanto de los marcmanos y cuados al norte del
Danubio como de los partos en el lmite oriental, 855 impulsaron una movilizacin de
recursos militares que no solo representaban una carga impositiva mayor que se haca
sentir particularmente en las provincias de Anatolia, sino que tambin contribuan a la
diseminacin de la peste. Este brote, conocido como la plaga de Galeno, golpe
fuertemente a las provincias orientales,856 sumndose a otras calamidades como los
terremotos.857 Paralelamente se produjo la revuelta de Avidio Casio (175). 858 Esta
represent el mayor peligro poltico que enfrent el gobierno de Marco Aurelio, pues el
alzamiento de este legado de Siria supuso la primera tentativa organizada de usurpacin
del poder por parte de las legiones. Aunque se resolvi rpidamente, esta revuelta
impuls al emperador a una reconsideracin de las lealtades, pues varias ciudades con
sus respectivas autoridades haban apoyado a Casio, entre ellas Antioqua y
Alejandra.859 Por este motivo Marco Aurelio asoci al imperio a su hijo Cmodo y
emprendi con su familia un viaje diplomtico por las principales ciudades de oriente a
fin de afianzar adhesiones.860 No es extrao que esta gira imperial en medio de la crisis
haya despertado en varios lderes y maestros cristianos de raigambre proto-catlica el
inters por exponer ante los alegados emperadores filsofos sus principios
comunitarios a fin de mitigar la violencia social que se ejerca sobre las ekklesiai. Tanto
Atengoras de Atenas como Melitn de Sardes y Apolinario de Hierpolis, que
escribieron sus tratados en 176,861 saban que el conflicto mayor con los cristianos
estaba motivado por su retraimiento cvico y social y, adems, por una configuracin
particular de la vida domstica. Sin embargo, para contextualizar mejor estos tratados en
855

- Din Casio, Historia Romana 71.2; Historia Augusta Marco Aurelio 8.6-9; 12; 14.1-3.
- Luciano de Samosata, Alejandro o El falso profeta 36; Din Casio, Historia Romana 71.2,4; Historia
Augusta Marco Aurelio 13.3-6; 17.2; 21.6.
857
- Desde el fin del perodo de Antonino Po parecen sucederse los terremotos en Asia Menor. Din
Casio, Hist. Rom. 72.32,3; Eusebio, H.E. 4. 13, 4; Historia Augusta Antonino Po 9.11.
858
- Dion Casio, Historia Romana 72.22-23; 27.2.; Historia Augusta Marco Aurelio 24.5-25.3; Avidio
Casio 7.1-9.
859
- Historia Augusta Marco Aurelio 25.11-26.1; 26.3; Avidio Casio 9.1; 28.3.
860
- Dion Casio, Historia Romana 31.3; Historia Augusta Marco Aurelio 15.6; 27.1.
861
- En esta datacin seguimos la postura de Grant (1988a:83,93,100) (1988b:2-9).
856

162

cuanto a su perspectiva del cristianismo domstico es menester primeramente considerar


el conflicto interno que, por esa poca, sacuda a las iglesias orientales en general y a las
asiticas en particular a partir del auge del montanismo.
El montanismo o Nueva Profeca debe evaluarse como una de las respuestas de las
ekklesiai de Frigia a la crisis. Es interesante observar cmo en base a sus tradiciones
locales las comunidades cristianas hicieron frente a los nuevos desafos que les
planteaba la nueva realidad socio-econmica. El sector proto-catlico romano opt por
reforzar el patronazgo a travs de una red asistencial que supla las carencias materiales
y socorra a fieles en necesidad.862 En Asia despunt el profetismo como recurso
comunitario frente a la crisis. Haba acuerdo en las iglesias asiticas en ver al
profetismo como un carisma de manifestacin divina que promova consuelo y
soluciones prcticas frente a las circunstancias. 863 Las grandes figuras profticas del
pasado fueron repensadas y exaltadas como personajes de culto, entre ellos
fundamentalmente Policarpo (sobre cuya revalorizacin histrica volveremos ms
adelante). El nico problema con el profetismo era su devaluacin a nivel institucional
desde la consolidacin de las jerarquas. La profeca era un carisma difcil de manejar
pues asuma muchas veces un carcter contestatario.
Coincidimos con Trevett en que hacia fines de la dcada de 150 e inicios de la dcada
de 160 la aparicin de los profetas Montano, Maximila y Priscila en Frigia ocurri en el
interior de una asamblea proto-catlica.864 En ciertas ekklesiai minorasiticas parece que
an se conservaba un tipo de profetismo institucional comunitario del cual no sera
extrao que hayan sobresalido las cabezas del montanismo. Fue la obstruccin de los
jerarcas hacia 165 lo que transform esta manifestacin carismtica en una oposicin
crtica.865 La Nueva Profeca apareci entonces con una identidad propia como
movimiento contestatario amparado en la revelacin del Espritu. Frente a la sucesin
apostlica alegada por los obispos los nuevos profetas recurrieron a una sucesin
proftica, procedente en lnea directa desde las hijas del dicono Felipe, profetisas de
Hierpolis durante la poca apostlica.866 Pese a esto, la Nueva Profeca no introdujo
862

- El anlisis de Stark (1991:159-175) se concentra en esta forma de respuesta cristiana ante la crisis,
pero no es la nica.
863
- Aune (1983:313); Trevett (1989b:313-314), (2002:92-95); Seim (2009:346-350).
864
- Trevett (2002:37-42). Sobre la fecha de inicio del montanismo hay posturas encontradas. Eusebio
(H.E. 4.27) se manifiesta a favor del 172, pero Epifanio (Panarion 48 1.2) ubica el fenmeno en 156157. Por el ritmo de expansin esta ltima datacin es ms verosmil, y as lo creen Freeman-Greenville
(1954:7-15), Colin (1964:95) y Trevett (2002:26-37).
865
- Trevett (2002:146-149).
866
- Eusebio, H.E. 5.17,4. Grant (1988a:88); Trevett (2002:32-33).

163

innovaciones doctrinales, sino que simplemente radicaliz ciertas prcticas ascticas


como el ayuno, la abstinencia sexual y la proclividad hacia el martirio. 867 De hecho, en
tanto vertiente cristiana, el montanismo no fue condenado por fuera del mbito asitico
hasta inicios del siglo III. 868
Para nuestro propsito es til considerar el comportamiento social de los nuevos
profetas, sus nociones bsicas respecto a la interaccin cristiana con el mundo. Sobre
este punto se explayaron autores proto-catlicos asiticos que conocemos gracias a
Eusebio: el Annimo antimontanista (hacia 193) y Apolonio (hacia 212), quienes
envilecieron a los nuevos profetas, acusndolos de estar posedos por espritus
bastardos.869 Entre las caractersticas de la Nueva Profeca que estos autores enumeran
resaltan algunas que nos sern de utilidad. En primer lugar observamos que el Annimo
antimontanista seala la manera exaltada que asuma la profeca. La forma de xtasis
convulsivo de Montano apareca como anormal dentro de los procederes profticos
comunitarios admitidos.870 Apolonio agrega que Priscila y Maximila abandonaron a sus
maridos para volcarse al profetismo itinerante bajo la administracin del mismo
Montano.871 La presencia femenina y su desvinculacin del hogar aparecen como
elementos netamente subversivos. Por ltimo debemos considerar el fuerte contenido
anti-imperial de los orculos montanistas.872 Todas estas caractersticas representaron
serios desafos para las cpulas proto-catlicas asiticas pues el montanismo llev a
rupturas internas en el interior de las asambleas, provocando acalorados debates entre
partidarios de los profetas y sus detractores. 873 El montanismo con su apelacin
carismtica e itinerante encarn reclamos populares que existan desde el
establecimiento de las Epstolas Pastorales dentro de las ekklesiai asiticas. Mujeres y
867

- Hiplito, Refutacin 8.19. Frend (1981:291); Trevett (2002:129-141); Butler (2006:16-17); Seim
(2009:346).
868
- Eusebio (H.E. 5.3,4) seala que el obispo Eleuterio de Roma recibi hacia 177-178 una carta y una
embajada de los cristianos de la Galia, asiticos de origen, cuyo objetivo parece haber sido evitar la
condena del fenmeno montanista. Tertuliano (Contra Prxeas 1) indica que un obispo romano (muy
posiblemente Ceferino mismo) estuvo a punto de reconocer el don proftico del movimiento, pero que se
abstuvo (a raz de la intervencin negativa de Calixto). La iglesia proto-catlica romana solo se manifest
en contra de la Nueva Profeca a partir del periodo del obispo Ceferino (199-217), lo cual se ve por el
debate en Roma entre el montanista Proclo y el catlico Gayo (Eusebio, H.E. 2.25,6-7). Trevett
(2002:55-66).
869
- Eusebio, H.E. 5.16,9.
870
- Eusebio, H.E. 5.16,7; 17.3. Ash (1976:237-243); Trevett (2002:87-89).
871
- Eusebio, H.E. 5.18,3. Trevett (2002:109,151-158); Butler (2006:10-11).
872
- Eusebio, H.E. 5.16,17-18; Epifanio, Panarion 48.2, 4; 49, 1. Sordi (1979:343); Trevett
(2002:163-170)
873
- Eusebio (H.E. 5.16,4, 10, 16; 18.13) recoge los testimonios del Annimo antimontanista y de
Apolonio sobre las disensiones en el interior de las iglesias asiticas a raz del montanismo.
Stewart-Sykes (1999:1-22).

164

esclavos cumplan roles disminuidos dentro de las iglesias, adscriptos al poder absoluto
del kyrios propietario. La Nueva Profeca atraa a miembros de estatus subordinado
dentro de las asambleas y los promova a travs del don proftico, elevndolos como
jerarquas espirituales. Exaltar a estos miembros marginales supona, segn la postura
de las jerarquas, un serio peligro en medio del clima social que se viva. La acusacin
pagana de que el cristianismo era un culto corruptor de las lealtades domsticas es algo
que los proto-catlicos tienen muy presente durante este periodo y as se ve incluso en
relatos de ficcin como Hechos Apcrifos de Pablo (HchPab).
HchPab tuvo su origen dentro del mbito proto-catlico asitico. 874 Segn Tertuliano,
fue un presbtero quien escribi este texto, movido por un gran amor por Pablo; sin
embargo, fue desplazado del cargo por considerarse al escrito como promotor de la
capacidad femenina de bautizar.875 Este mismo hecho nos habla de una gran influencia
de la Nueva Profeca en el texto, razn que podra estar en el fondo de la condena del
presbtero redactor, a quien, por momentos se podra tachar de montanista. HchPab nos
esboza los efectos de la exaltacin de los subordinados domsticos por parte del
montanismo y las consecuencias sociales que eso le acarrea a la ekklesia. Analizaremos
dos casos concretos: el de una mujer, Tecla, y el de un esclavo, Patroclo.
El relato sobre la conversin y prodigios de Tecla forma una unidad especial dentro de
HchPab, y nos interesan ciertos aspectos de su historia. En primer lugar debemos
considerar la postura del apstol en relacin a esta mujer. La joven Tecla, noble de la
ciudad de Iconio, abandona a su madre y a su prometido para seguir a Pablo bajo un
aspecto masculino.876 Es interesante que, a la par que Tecla se vuelve la herona del
relato, el autor describa a Pablo como reticente a admitir la compaa de la joven en sus
viajes; el apstol incluso niega conocer a Tecla cuando el magistrado sirio Alejandro
intenta seducirla en plena ciudad de Antioqua.

877

La joven recibe la autorizacin de

prdica y el reconocimiento de Pablo solo despus de su segunda condena a las fieras. 878
El segundo punto a notar es que Tecla es condenada en dos ocasiones y bajo cargos
distintos. En Iconio es sentenciada por rechazar la oferta matrimonial de su prometido y
874

- HchPab se divide en secciones segn los episodios y los manuscritos que los contienen. Usaremos las
siguientes de entre ellos: Hechos de Pablo y Tecla (HchPabTec); HchPab (Papiro de Hamburgo); HchPab
Martirio (Mart). Piero- Del Cerro (2005:688-704).
875
- Tertuliano, Sobre el bautismo 17. Davies (1986:139-143) no cree que Tertuliano hable de los HchPab
que conocemos hoy, sino de una carta pseudoepigrfica perdida que usaban grupos feministas cristianos
para sancionar su derecho a bautizar.
876
- HchPabTec 25.1; 40.1.
877
- HchPabTec 25.1-26.1.
878
- HchPabTec 41.1.

165

volcarse a una actitud continente;879 en Antioqua es arrojada a las bestias por haber
ridiculizado en pblico a un magistrado local.880 Tecla nunca es juzgada ni condenada en
calidad de cristiana. Su condicin de creyente es lo que la salva, por medio de
milagros,881 no lo que la condena. Por ltimo, Tecla asume una dignidad personal que la
habilita como intercesora en el ms all, garantizando la salvacin de aquellos que han
muerto sin bautismo. As ocurre con Falconila, la hija fallecida de la reina Trifena,
protectora de Tecla.882
El caso del esclavo Patroclo se encuadra dentro de la seccin final de HchPab, es
decir del relato martirial.883 La historia de Patroclo es, en su inicio, una copia del
episodio de Eutico narrado en Hch del NT.884 El esclavo imperial Patroclo, copero y
favorito de Nern, est sentado en una ventana del piso alto escuchando predicar a
Pablo. El diablo (no el sueo) lo hace caer y morir para perjudicar al apstol. Pablo se
da cuenta en el Espritu de lo que ha ocurrido y reuniendo a los hermanos comienza a
orar sobre el cadver. El apstol es consciente de las consecuencias que sufrirn los
creyentes si el emperador se entera de la muerte de su favorito. Patroclo recobra la vida
y regresa al palacio, donde Nern, ya estaba informado de la muerte del copero. Al
observar que est vivo, el emperador interroga a su favorito sobre quin lo ha
resucitado. El autor de HchPab seala que impulsado por el ardor de su fe Patroclo
realiz frente al Csar una confesin cristolgica que fue confirmada por otros tres
esclavos imperiales del squito (dos de ellos asiticos, uno de Galacia y otro de
Capadocia).885 Nern, enfurecido, manda torturarlos y encerrarlos en la crcel mientras

879

- HchPabTec 20.2-21.1.
- HchPabTec 27.1.
881
- HchPabTec 22.2; 33.1-35.2.
882
- HchPabTec 29.1-2. Algo similar ocurre en MartPerp (escrito a inicios del siglo III) entre la mrtir
Perpetua y su intercesin por Dincrates, su hermano fallecido. MartPerp 7-8.
883
- HchPab (Mart) 1-2.
884
- Hch 20. 9-12.
885
- HchPab (Mart) 2.1-2.

880

166

ordena la persecucin de los cristianos.886 Este episodio tiene elementos interesantes que
se integran al debate por el montanismo. El esclavo Patroclo aparece como un personaje
exaltado por su experiencia de fe que finalmente culmina por atraer la persecucin sobre
los fieles por su confesin precipitada. Pablo aparece como un lder previsor y
mesurado, consciente del peligro y del impacto social de las acciones de los cristianos.
Podra pensarse que el hecho de que los disparadores del conflicto sean esclavos
imperiales estara orientando la ficcin hacia una crtica de las jerarquas proto-catlicas
romanas. Como hemos visto, el crculo de los obispos Sotero y Eleuterio contaba con el
sostenimiento de algunos libertos y esclavos imperiales conocidos, como Marco Aurelio
Prsenes. La crtica de los orientales asociara la recepcin de tales personajes con una
voluntad secular reprobada. Patroclo y sus compaeros son propiedad de Nern en el
relato, y as lo reconoce el mismo Pablo al obrar el milagro sobre el copero. El
emperador es un amo celoso que ve amenazada su exclusividad en tanto patrono. Por
esto mismo las manifestaciones cristianas deben ser mesuradas, no provocativas. El
poder romano no es un antagonista en HchPab sino todo lo contrario, las historias
narradas subrayan la tendencia filocristiana de los gobernadores que se encuentran con
el apstol.887 Esta caracterstica marca el inters del autor en colaborar desde su
literatura a la propiciacin del reconocimiento estatal para los cristianos a fin de evitar
las vejaciones que los fieles sufren en Asia a raz de las agitaciones populares que los
eligen como vctimas.888
HchPab testimonia claramente la atraccin de ciertos sectores del cristianismo
proto-catlico asitico por el montanismo. Por los episodios y personajes que
analizamos podemos ver que predomina una actitud ambivalente hacia la promocin de
los subordinados y que no se encuentra una condena directa de los mismos. El autor
utiliza a Pablo como el personaje que establece el equilibrio comunitario en cada
situacin. El apstol es quien regula la profeca comunitaria, quien evala la conviccin
de Tecla y quien percibe las dificultades que podra acarrear la figura del esclavo
Patroclo. Por todo esto no sera extrao pensar que el pblico receptor de esta obra fuera
la masa popular adscripta al cristianismo proto-catlico pero admiradora a la vez de los
886

- La memoria de los malos emperadores (Nern y Domiciano) es un elemento propio del discurso de
las jerarquas asiticas. Con esta tradicin se busca exaltar las virtudes de los Antoninos. Queda muy claro
en el fragmento de la Apologa de Melitn. Eusebio, H.E. 4.26,9-11.
887
- HchPabTec 16.2; 20.2; 21.1 y 34.2. MacDonald (1983:40-53) y Rhee (2005:178-179) analizan
HchPab como un texto de abierta polmica con el Estado romano.
888
- El autor de HchPab sabe que el nombre de cristiano es motivo de procesamiento y que se lo relaciona
con la prctica de la magia. HchPabTec 14.1; 20.1; HchPab (Papiro de Hamburgo) 4.35.

167

nuevos profetas en tanto representantes de las tradiciones locales ms antiguas y cuyo


movimiento habra sido visto como una descompresin de tensiones acumuladas por el
proceso de jerarquizacin avanzado.889 Visto as, la remocin del presbtero que escribi
esta novela piadosa tiene ms sentido.

Si consideramos las tensiones provocadas por el fenmeno montanista en el interior


de las iglesias orientales es posible echar nueva luz acerca de las posturas de autores
como el griego Atengoras y los asiticos Melitn y Apolinario. 890 Estos personajes
proto-catlicos escribieron tratados supuestamente dirigidos a Marco Aurelio y Cmodo
en los que intentaban presentar al cristianismo como un fenmeno socialmente inocuo e
histricamente entrelazado con la historia del imperio romano.891 Una de las razones que
justificaba el tono secularista de estas apologas posiblemente fuera el inters de los
autores en evitar que sus congregaciones fuesen confundidas con los conventculos
montanistas.892 Si observamos el panorama que presenta Melitn en los fragmentos que
nos conserva Eusebio veremos que este obispo asociaba la expansin del cristianismo
(definido como nuestra filosofa) con la pax romana del imperio de Augusto.893 Hay
aqu una voluntad de apropiacin histrica emergente que tiene como fin atribuirle a las
oraciones de los cristianos la paz del imperio. Apolinario apela al mismo recurso,
aplicndolo al episodio reciente de la lluvia milagrosa que salv a las legiones romanas
en su lucha contra los cuados en el Danubio. Segn l, fue la oracin de los soldados
cristianos la razn del milagro.894 Con ese argumento el obispo deja traslucir que los
cristianos participan en el ejrcito y que luchan por el imperio. Atengoras coincide con
889

- Con esta propuesta de lectura prescindimos de los anlisis de Davies (1980:95-109) y MacDonald
(1983:34-40), concentrados en analizar los HchPab como producto de una comunidad de viudas opuestas
a las jerarquas.
890
- De Atengoras no conservamos ninguna informacin histrica contempornea. Recin es mencionado
a fines del siglo III por Metodio de Olimpo (Sobre la resurreccin 1.37,1). Se supone (Pouderon
2005:203), que era un didskalos cristiano ateniense aunque Frend (1981:285-286) lo ubica en Asia
Menor. Melitn, obispo de Sardes, es mencionado por Eusebio (H.E. 4.26; 5.24,5), quien lo presenta
como una figura activa en los conflictos asiticos de la dcada de 170. Pouderon (2005:227-228).
Apolinario, obispo de Hierpolis tambin es presentado por Eusebio (H.E. 4.27; 5.4) en tanto apologista y
escritor antimontanista. Por los fragmentos atribuidos a Apolinario en el Cronicon Pascual algunos
autores sostienen que este obispo se alineaba con la doctrina romana: Grant (1988a:88-89); Pouderon
(2005:270-271).
891
- Schoedel (1989:70-78); Pouderon (2005:204-208).
892
- Sordi (1979:342-343) (1983:72-73).
893
- Eusebio, H.E. 4.26,7-10.
894
- Eusebio, H.E. 5.5,1-4. Tertuliano (Apol 5.6) narra el episodio con la misma intencin. Dion Casio
(Historia Romana 72.8) atribuye el milagro a la intervencin de un mago egipcio. En Historia Augusta
(Marco Aurelio 24.1-4) son las splicas del justo y piadoso emperador Marco Aurelio las que atraen la
lluvia.

168

este esquema al hacer de los emperadores los depositarios del poder divino. 895 Estas
argumentaciones filoimperiales van acompaadas de demandas concretas de parte de los
autores de estos tratados. El reclamo fundamental es la proteccin de una violencia
popular anticristiana que los afecta. Melitn seala a unos nuevos edictos que
respaldan las acciones de los denunciantes y expropiadores. 896 Sin embargo este
ensaamiento popular con los cristianos debe comprenderse en base al comportamiento
domstico y cvico de los fieles en el contexto de la crisis.
Atengoras abre su texto titulado Legacin en favor de los cristianos (Leg) instalando
una protesta por el accionar impune de calumniadores que con sus rumores provocan la
mala fama del cristianismo y la condena de sus adeptos. 897 El didskalos denuncia que
el nombre de cristiano sea concebido como un equivalente de ateo, antropfago e
incestuoso.898 Por ese motivo se vuelca a analizar la moral de los creyentes,
fundamentalmente aquellos aspectos que conciernen a la vida del oikos cristiano. Si
bien no hay signos de montanismo en la comunidad ateniense, Atengoras sabe de los
exabruptos asiticos y del recrudecimiento de las crticas que sealan al cristianismo
como un culto que promueve la destruccin de las lealtades del oikos.899
Para el conventculo catequtico de Atengoras las obras tienen un valor central, pues
ellas son la prueba ms transparente de una vida sencilla y moderada, no regida por la
ley sacrificial de la ciudad sino por el libre albedro ajustado a una concepcin de la
divinidad como escrutadora y vigilante.900 No es menor el hecho de que Atengoras
enumere entre los cristianos sencillos a artesanos y ancianas,901 retomando as el
tpico propuesto por Taciano pero ahora con un matiz ms polmico: estos personajes
sencillos son la contracara del vulgo ignorante y dividido en materia divina, aspecto que
se manifiesta en la diversidad de costumbres.902 Los demones son quienes estn detrs
de los dioses y operan sobre los ignorantes promoviendo prcticas irracionales. 903 Frente
a esto el cristianismo es presentado como una religin familiar y patriarcal. Su concepto
de jerarqua parte de la misma divinidad pues las tres personas divinas muestran su
895

- Atengoras, Leg 18. Schoedel (1973:317-319) (1989:55-57); Rhee (2005:165-166).


- Eusebio, H.E. 4.26,5. Algunos autores han intentado definir a qu se refiere Melitn al hablar de
nuevos edictos. Zeiller (1956:257-263); Pouderon (2005:231).
897
- Atengoras, Leg 1-2.
898
- Atengoras, Leg 3.
899
- Si bien en Atenas no hay montanismo, podran verse sus influencias en el escrito de Atengoras segn
Grant (1988:106-108).
900
- Atengoras, Leg 12-13, 31. Parece oponerse a las crticas de Frontn (Minucio Flix, Octavio10.5),
que llama gendarme al Dios de judos y cristianos.
901
- Atengoras, Leg 11.
902
- Vorst (1976:258-267).
903
- Atengoras, Leg 23-27. Danilou (2002:411-412,416-417).
896

169

potencial en la unidad y su distincin en el orden. 904 Pese a ser trinitaria, la confesin


de Atengoras es subordinacionista. El Padre ocupa el primer lugar y la figura del Hijo
en tanto dios encarnado casi est ausente del escrito.905 El Espritu Santo es descripto
simplemente como una emanacin divina que se manifiesta en los profetas. Atengoras
legitima el don proftico, pero este no es mas que un don divino que algunos reciben; 906
el grueso de los cristianos son simplemente buenos y pacientes ciudadanos sin nada
extraordinario.907 El didskalos quiere alejarse del profetismo exaltado, antiimperial y
escatolgico, por lo cual afirma que los cristianos sirven a la razn y no la violentan.908
La mayor prueba a favor del cristianismo radica, segn Atengoras, en su forma de
vida domstica. En la misma existen normativas internas destinadas a regular el
comportamiento sexual y familiar de los sencillos. El cristianismo aparece como una
escuela de virtud que promueve el ideal de utilidad y mesura por sobre todo. Frente a la
promocin de la prostitucin, los espectculos sangrientos, el aborto y la exposicin de
nios,909 todas prcticas promovidas por la cultura urbana, Atengoras opone un
matrimonio nico. La opcin alternativa y superior al matrimonio es la continencia,
posiblemente orientada a los miembros instruidos y con recursos para llevarla
adelante.910 El didskalos presenta una vida cristiana regida por la razn y la mesura,
solidaria con el mundo ya sea por medio de la procreacin de los casados o de la
oracin de los clibes.
Es interesante que en este discurso sobre la racionalidad del estilo de vida cristiano la
figura de los esclavos aparezca como un testimonio de inocencia hacia el exterior.
Atengoras sabe que las denuncias populares de cristianos normalmente son
acompaadas por la declaracin de un esclavo obligado a testificar bajo tortura. El
didskalos afirma que pese a esa presin sobre los oiketai ninguno de ellos ha afirmado
jams que en las asambleas se practique la antropofagia. 911 El maestro guarda silencio
904

- Atengoras, Leg 10, 24. Grant (1988a:109); Pouderon (2005:215-216).


- Atengoras, Leg 21. Pouderon (2005:217-219).
906
- Atengoras, Leg 9-10.
907
- Atengoras, Leg 34.
908
- Atengoras, Leg 35.
909
- Atengoras, Leg 34-35.
910
- Atengoras, Leg 33. Las iglesias griegas parecen estar atravesadas por serios debates acerca de la
continencia. Obispos alineados con Roma como Dionisio de Corinto (Eusebio, H.E. 4.23,7) no la
imponan como signo de perfeccin. Sin embargo el obispo Pinito de Creta (Eusebio, H.E. 4.23,8) y el
mismo crculo del didskalos Atengoras le otorgan un valor destacado dentro de la tica comunitaria.
911
- Atengoras, Leg 35.

905

170

sobre el testimonio de los douloi en relacin a las otras dos acusaciones, atesmo y
fornicacin, quizs porque en esos temas los torturados han seguido la vulgar e
irracional opinin.912 Ahora bien, Atengoras pareciera dar a entender que esos
esclavos no pertenecen al conventculo cristiano, o sea que no estaran bautizados y que
su conocimiento del ritual proviene del hecho de que el mismo se desarrolla en su hogar
pues sus amos seran los anfitriones o los maestros de la comunidad. Atengoras asume
la voz de un cristianismo de lite, formado fundamentalmente por propietarios urbanos
que impulsan la continencia como mtodo de acercamiento divino. 913 Para el maestro
ateniense no hay hermandad con los siervos como la haba para Arstides tres dcadas
atrs.914 El esclavo no podra ser reconocido como un ser con igualdad espiritual pues la
corrupcin de su cuerpo (conocida o sospechada) pone en entredicho su lealtad. El
doulos no puede garantizarse una vida clibe y no accede al matrimonio, por lo cual
queda fuera del esquema comunitario de Atengoras y ni siquiera entra en la categora
de sencillo. Recurrir a los douloi paganos como testimonio de la inocencia de sus
prcticas cultuales es un intento de revertir los argumentos de los denunciantes apelando
a su misma fuente de denuncias. Podra pensarse que con este envilecimiento y
marginalizacin discursiva de los esclavos, Atengoras est intentando ahuyentar la
clasificacin del cristianismo como religin promotora de la sedicin domstica. Esta
postura encuentra continuidad en textos que aparecen en oriente.

Un documento contemporneo a HchPab y a los textos de Melitn, Apolinario y


Atengoras fue el Martirio de Policarpo (MartPol), producido hacia 177-180 en feso.
Este texto asume ser una carta enviada por los esmirnotas a la iglesia de Filomelio en la
que se relata el apresamiento y muerte del anciano obispo Policarpo. 915 La figura de
Policarpo resurgi con fuerza entre los cristianos de Asia y se le atribuyeron, adems del
ttulo de obispo, roles de profeta y mrtir. No es extrao que fuese durante el auge de la
Nueva Profeca que se elabor este relato martirial, pues Policarpo se volvi el heraldo

912
- Atengoras, Leg 11.
913
- Schoedel (1973:309).
914
- Arstides, Apo Sir 15.4 (6).
915
- MartPol Intro; 20.1. El autor del documento aduce haberlo escrito al poco de los acontecimientos
narrados, pues seala testigos oculares (MartPol 9.1;15.1). Esto puede ser seal de cuestionamientos
intracomunitarios dirigidos contra la autoridad actual que se apoya en la figura del obispo martirizado.
Por este motivo pasamos por alto los debates sobre la fecha real del martirio del obispo, ya que no son
relevantes para la comprensin histrica del texto.

171

del proto-catolicismo asitico tanto contra los montanistas como contra las iglesias
occidentales. Es as que es presentado como un anciano que ora por toda la iglesia
catlica extendida.916
MartPol comparte con HchPab y las apologas proto-catlicas del ao 176 una
postura filoimperial al proponer un acercamiento entre el mrtir y el procnsul. 917 El
autor diferencia responsabilidades en relacin al procesamiento de cristianos y sabe que
no hay poltica imperial persecutoria sino que es el pueblo, los ateos segn su
denominacin, el responsable. Hay una clara discriminacin entre lealtades que se
explicita en la conversacin entre el obispo y el procnsul. Policarpo reclama que los
cristianos han aprendido a conceder a las autoridades establecidas por Dios el honor que
les compete. En esto coincide con Atengoras,918 pues cristianiza la fuente del poder
romano. Sin embargo el autor contrapone el honor tributado a los jefes terrenales con el
concepto de ser esclavo (douleuo) de Dios.919 Policarpo califica a su cristianismo
como una esclavitud en el sentido de la pertenencia total que la divinidad ejerce sobre
su persona.
La controversia con el montanismo atraviesa todo el texto. 920 Con el relato de la
ejecucin del obispo el autor pretende corregir la comprensin errnea del martirio que
tienen los nuevos profetas. El episodio de Quinto, un frigio que se haba entregado
voluntariamente a las autoridades por el ardor de su fe, sirve para criticar duramente la
idea martirial montanista ya que este personaje termina por apostatar a causa del terror
del suplicio.921 MartPol concibe al verdadero martirio como aquel que ocurre segn la
voluntad de Dios, no forzado por la exaltacin. En cuanto al profetismo, el texto
atribuye dones oraculares a Policarpo, pero circunscriptos al mbito comunitario; el
obispo somete la visin sobre su futura muerte a la opinin de los que oran con l. 922
Teniendo en cuenta los intereses del autor de MartPol podemos comprender mejor su
postura respecto a los esclavos, que aparecen en el relato cumpliendo el rol de delatores.
Policarpo se ha retirado a una propiedad fuera de la ciudad al saber que ser arrestado.
El obispo se ve obligado a huir a una segunda propiedad precisamente cuando aquellos
916

- MartPol 5.1;8.1.
- MartPol 9.2; 10.1-2.
918
- Atengoras, Leg 18.
919
- MartPol 9.3.

920
- Simonetti (1956:332-341); Dehandschutter (1999:431-434); Trevett (2002:47); Lieu (2003:66-67).
921
- MartPol 4. Tabbernee (1985:33-44).
922
- MartPol 5.2.
917

172

que lo buscaban se presentan en la primera y retienen a dos esclavos jvenes (paides),


uno de los cuales revel, bajo tortura, el paradero del anciano. 923 Reaparecen en esta
ficcin elementos ya analizados en Leg de Atengoras. Los esclavos son sealados
como elementos clave en la detencin de las cabezas de las asambleas pues su
maleabilidad corporal permita manipular su confesin. Sin embargo el autor no se
detiene aqu, sino que asimila al pais entregador con Judas mientras que Policarpo
corporiza los padecimientos de Cristo.924 Un primer punto a considerar es que la
comparacin del joven pais con Judas nos hace suponer que el autor concibe al
subordinado como un bautizado participante de la asamblea. Esto agrava la situacin
pues ya no se trata de un doulos gentil sino de un cristiano. Adems se debe considerar
el hecho de que los siervos delatores eran propiedad de Policarpo ya que se les impone
el castigo de Judas, es decir la muerte. Como el delator mantiene una relacin de
pertenencia con el prfugo, podra pensarse que el castigo para el esclavo fue el
crurifragium.925
En tanto ficcin educativa MartPol ilustra acerca de las sensibilidades sociales de los
grupos proto-catlicos asiticos, los cuales enfrentan serios desafos y planteos. Que los
siervos cumplan un rol negativo en la historia del mrtir nos da un indicio sobre la
virulencia de las crticas a la fe cristiana en tanto promotora de un supuesto
igualitarismo espiritual daino para el desenvolvimiento normal de las relaciones
jerrquicas. Hay una necesidad de envilecer el estatus esclavo a fin de fortalecer el rol
patriarcal proselitista de cara a los paganos y, a la par, desacreditar las exaltaciones de
subordinados promovidas por otras vertientes.
No sorprende que la asociacin esclavo-Judas se realice en un momento en que el
Evangelio de Judas (EvJd), producido por la vertiente gnstica cainita minorasitica,
estaba proponiendo una nueva perspectiva sobre el traidor.926 En este texto se recusa la
autoridad proto-catlica en la figura de los doce apstoles y se exalta a Judas. Este
personaje es presentado como el verdadero gnstico, es decir aquel que realmente
923

- MartPol 6.1.

924
- MartPol 6.2-7.1.
925
- El crurifragium es un suplicio reservado para los esclavos que consiste en la rotura de las piernas del
acusado. Sneca, Sobre la ira 3.32; Suetonio, Los doce csares Augusto 67; Tiberio 44.
926
- Ireneo (C.H. 1.31,1-2) ya conoce a la secta cainita y a EvJd hacia mediados de la dcada de 180.
Sobre los cainitas nos informan de forma escueta Tertuliano (Sobre el bautismo 1) y Epifanio (Panarion
38).

173

comprende el sentido del sacrificio de la parte carnal del Salvador enviado por la
plenitud.927 Para el autor, Judas se vuelve un sufriente a raz de su conocimiento, pues es
despreciado por los doce. Estos adoran a otro dios,928 es decir al Cristo carnal
simplemente. Son los rechazados por las jerarquas quienes realmente representan a los
verdaderos pneumticos segn la postura de los cainitas. La nocin de sufrimiento
reaparece como caracterstica de la perfeccin gnstica, pues se dice que Judas soporta
los ataques de sus compaeros, volvindose as el siervo sufriente por medio del cual el
hombre que reviste a Cristo ser sacrificado en la cruz. Podemos suponer a partir de
esto una postura gnstica favorable a los subordinados? No parece ser ese el inters del
autor, sino que su exaltacin de Judas es una respuesta a la virulencia del discurso
proto-catlico que conocemos a travs de MartPol. El autor proto-catlico de este
escrito estara rebajando al gnstico al estatus de un siervo infiel y sometido por la
tortura en la figura del pais delator. Es esta una irona muy fuerte sobre la idea de
sufrimiento gnstico propuesta por EvJd.
La homila titulada Sobre la Pascua (SPasc), atribuida a Melitn de Sardes,929 puede
arrojar ms luz acerca de la postura minorasitica en relacin al uso discursivo del
concepto de esclavitud. Este texto surgi paralelamente a MartPol, hacia fines de la
dcada de 170.930 Sus objetivos eran, por un lado, enfatizar la lectura tipolgica del AT
con

clara

intencin

antimarcionita,

por

otro,

reforzar

la

postura

pascual

cuartodecimana.931 La polmica con el judasmo existe en SPasc, pero es necesario


analizar cundo el autor se refiere a sus vecinos judos y cundo usa a Israel como
metfora.932
En SPasc Melitn pone de relieve la figura de Jess y de los cristianos como
sufrientes, por lo cual la metfora de la esclavitud juega un papel central en su discurso.
Segn este texto la pasin fue preanunciada en las Escrituras a travs de las grandes
figuras que anticiparon ciertos aspectos de Cristo. Es interesante observar que la
tipologa cristolgica que corporizaron Jos, Moiss y los profetas tenga que ver con
rasgos serviles, ya que el primero fue vendido, el segundo expuesto y los ltimos

927

- EvJd 44.23-26; 56.17-20. Banchini (2005:143-155).


- EvJd 37-39. Ehrman (2006:121-140).
929
- Si bien la mayora de los analistas apoyan su autora, otros no. Cohick (2000:16-21).
930
- Cfr. Perler (1966:23-24); Aasgaard (2005:161); Pouderon (2005:228); Melton (2010:465).
931
- Cfr. Skarsaune (1987:302-303); Stewart-Sykes (1998:141-206); Cohick (2000:150-152); Lieu
(2003:231-232); Aasgaard (2005:168-172); Neufeld (2005:30).
932
- Cfr. Cohick (2000:52-80); Lieu (2003:218); Aasgaard (2005:164-168); Gaston (2005:17-25);
Hammer-Murray (2005:197-211); Neufeld (2005:28-33); Melton (2010:468).
928

174

deshonrados.933 Evidentemente Melitn elabora su homila con la imagen del siervo


sufriente en mente, a la cual le suma el concepto paulino de rebajamiento (kenosis) que
aparece en Flp 2.5-11.934 El sufrimiento redentor de Cristo como cordero sacrificial que
se propone en el texto estara orientado tambin a descalificar la postura del Judas
cainita, presentado como el sufriente gnstico por excelencia. SPasc vuelve a enfatizar
la funcin negativa de Judas al sealar que vendi a Cristo, resaltando la codicia como
su mvil.935 El objetivo del Judas cainita era separar el espritu de la materia
esclavizante, liberar la parte pura del ser. Melitn afirma, por oposicin, que la pasin
carnal de Cristo reunific el alma y el cuerpo de los hombres, disociados previamente
por el pecado.936 Se evidencia aqu un inters comunitario en reforzar una prctica moral
concreta en medio de un debate con los gnsticos.937 La valoracin del cuerpo como
lugar de pecado y redencin subraya el compromiso social esperado de parte de los
fieles. En el contexto asitico de procesamientos y linchamientos populares de cristianos
la autoidentificacin de los creyentes como sufrientes legitima an ms su alegado rol
sacerdotal en el mantenimiento del imperio.938 El Dios de Melitn es un esclavo
sufriente que por su kenosis sacrificial volvi a unir el accionar del cuerpo con la pureza
del alma. El Autor concibe de esta manera la salvacin como un evento socialmente
solidario, no evasivo como en EvJd.

Mientras los debates sobre el montanismo y la lealtad imperial ocupaban a los


cristianos asiticos, sus compatriotas emigrados a la Galia sufrieron en el ao 177 un
levantamiento popular que culmin con la ejecucin de las principales figuras de las
933

- Melitn, SPasc 59, 69.


- Melitn, SPasc 46-47.

934

Melitn, SPasc 66.

935
- Melitn, SPasc 93.
936
- Melitn, SPasc 46-58. Cohick (2000:113-116).
937
- Cantalamessa (1963:1-26).
938
- Melitn mantiene una postura filoimperial constante. Por ello en el texto disculpa a Pilato ( SPasc 92)
y exalta el papel de la gentilidad como heredera de las promesas y la salvacin (SPasc 94,103). A partir
de estos lineamientos puede pensarse en una vinculacin con EvPed. Perler (1964:584-590)

175

iglesias de Lyon y de Viena. 939 Los cristianos que haban dado origen a estas asambleas
eran asiticos emigrados por cuestiones comerciales, muchos de los cuales parecen
haber sido individuos con cierto poder econmico e influencia social.940 Estos
conventculos cristianos mantenan fuertes lazos patronales tanto con las comunidades
de Anatolia como con el crculo del obispo Eleuterio en Roma.941
Los procesos del ao 177 se comprenden mejor como una reaccin popular por la
crisis. Sin embargo varios autores coinciden en que estas ejecuciones pueden ser vistas
como el resultado de la aplicacin de un senatus consultum promovido por Marco
Aurelio que habra permitido que las provincias obtuviesen vctimas para los juegos
pblicos en la persona de criminales condenados por los gobernadores. El objetivo de
este decreto habra sido fomentar la religin cvica en medio de los conflictos
socio-polticos recientes. Bajo estas condiciones los cristianos se volvan vctimas
potenciales.942
La carta de los cristianos de Lyon y Viena es un documento que solo nos ha llegado
fragmentado gracias a Eusebio.943 El relato mezcla el proceso histrico de la condena de
los mrtires junto con ciertos intereses polticos y administrativos de la comunidad
redactora. En primer lugar encontramos que la carta evita la condena del montanismo
pese a cuestionar ciertas prcticas de esa vertiente como la intransigencia en relacin al
perdn postbautismal, la ascesis rigurosa y la entrega voluntaria al martirio. 944 La
mayora de los cristianos galos provenan de las comunidades asiticas y reivindicaban
el rol del Espritu Santo como colaborador de los mrtires que confesaban la fe. 945 En
177 la Nueva Profeca ya se haba instalado en Roma y el obispo Eleuterio dudaba en
efectivizar su condena.946 Los cristianos de Lyon y Viena escribieron al obispo romano
939

- Pese a que hay debate, adoptamos la fecha de 177 propuesta por la mayora de los analistas. Colin
(1964:11-13); Dehandschutter (2005:6-8).
940
- Encontramos entre los mrtires a un abogado y a una propietaria de esclavos (Eusebio, H.E.
5.1,10,18). Frend (1981:3-4); Rhee (2005:18).
941
- La carta que relata los martirios (Eusebio, H.E. 5.1,3) va dirigida a las iglesias de Asia y Frigia.
Bowersock (1978:249-255). Luego Eusebio (H.E. 5.3,4) seala que los cristianos de la Galia se
vincularon con el obispo Eleuterio con motivo de la defensa de las manifestaciones montanistas, ya
presentes en Roma.
942
- Keresztes (1968:337-338); Frend (1981:5). Cfr. Dehandschutter (2005:10-12).
943
- Eusebio, H.E. 5.1-3.3. Es til considerar, como proponen Colin (1964:14-15), Churruca (1984:261) y
Dehandschutter (2005:4-6), que el relato de Eusebio tiene interpolaciones y omisiones.
944
- Esto se ve en diferentes episodios. El tema del perdn posbautismal aparece en el episodio de Bblida
(Eusebio, H.E. 5.1,26); la cuestin de la ascesis en el episodio de Alcibades (Eusebio, H.E. 5.3,2-3);
respecto al martirio, el autor especifica que los cristianos fueron buscados por la poblacin (Eusebio, H.E.
5.1,5-7) y tanto Vetio Epgato como Alejandro, figuras que aparecen en el tribunal como asistentes de los
apresados, solo confiesan su fe luego del abucheo popular.
945
- Eusebio, H.E. 5.1,9-10,34; 3.3. Hill (2009:246-247).
946
- Tertuliano, Contra Prxeas 1.

176

sobre el tema aconsejndole que otorgara la paz a los nuevos profetas. La figura de
Ireneo es clave en esta embajada, ya que el presbtero de Lyon, enviado con la carta,
fortaleci su vnculo con los lderes romanos para garantizarse la efectivizacin de su
eleccin episcopal posterior.947 Los romanos proto-catlicos se mantuvieron expectantes
en relacin al montanismo, posiblemente porque la vertiente romana de la Nueva
Profeca no representaba ninguna desviacin doctrinal alarmante y porque habra
perdido la efervescencia antiimperial de los orgenes.948
El relato del martirio de los cristianos de Lyon y Viena se nos presenta como una
narracin en la que el eje de conflicto no es poltico sino escatolgico. Es la lucha entre
los mrtires, atletas divinos, y el diablo manipulador. A partir de la exgesis que nos
propone el autor annimo sobre los acontecimientos podemos acercarnos a observar su
propuesta en relacin con el desempeo social de los cristianos y la consideracin de los
miembros esclavos en la organizacin de la trama.
En primer lugar hay que tener en cuenta que los personajes protagonistas de la historia
son presentados con condiciones fsicas o espirituales de debilidad. Es as que Potino es
un anciano nonagenario, Pntico un muchacho, Maturo un recin bautizado y Blandina
una esclava.949 Sus situaciones de vulnerabilidad los exponen fcilmente a la apostasa,
objetivo primordial de los verdugos.950 Sin embargo el autor elige estos prototipos de
mrtires para ridiculizar al diablo a partir de la inferioridad. En esta estrategia se ve una
disputa entre el cristianismo proto-catlico y los crticos que le endilgaban una
proclividad hacia el proselitismo entre subordinados. El texto entero puede leerse como
una respuesta a tal cuestionamiento, como veremos a continuacin.
En un principio el texto relata que la violencia popular se dirigi a las cabezas de las
comunidades, procedindose al arresto de los miembros ms significativos. A estos se
los lleva ante el gobernador y se los juzga bajo la acusacin de atesmo. 951 El conflicto
se expande cuando el gobernador ordena pesquisas en las casas de los acusados y se
detiene a esclavos domsticos paganos pertenecientes a los oikoi cristianos. A estos
oiketai se les aplica la tortura para lograr una confesin condenatoria, mecanismo
similar al que se usa en MartPol con los siervos del obispo de Esmirna. 952 La carta de
Lyon y Viena seala que los esclavos torturados culminaron por emitir acusaciones de
947

- Eusebio, H.E. 5.4,1-2. Molland (1950:26-28).


- Hiplito, Refutacin 8.19,2. La Piana (1925:244-250); Trevett (2002:55-60); Butler (2006:22-23,29).
949
- Eusebio, H.E. 5.1,17,29,53.
950
- Eusebio, H.E. 5.1,16.
951
- Eusebio, H.E. 5.1,8-9,13.
952
- MartPol 6.1.
948

177

antropofagia y promiscuidad en contra de sus amos, situacin que provoc la furia de la


poblacin, incluso de aquellos sectores ms moderados de la misma. 953 El autor recurre
aqu a una estrategia literaria concreta, pues al testimonio de los douloi paganos opone
el de los douloi creyentes: Blandina, Santos y Bblida. Si bien solo se explicita el estatus
jurdico en el caso de Blandina hay dos elementos que nos llevan a pensar que Santos y
Bblida tambin son esclavos. En primer lugar es singular el hecho de que los tres sean
torturados y obligados a confesar luego de la declaracin de los oiketai gentiles.954 En
segundo lugar es notorio que al menos Blandina y Bblida recusen de palabra las
imputaciones de prcticas cristianas depravadas. Blandina es la herona del relato y
representa para el autor el mayor triunfo cristiano sobre el diablo. El mismo nombre de
la esclava denota flaqueza y debilidad, lo cual lleva a que su duea, contada tambin
entre los arrestados, tema por su firmeza a la hora de la confesin. 955 Sin embargo
Blandina vence a los torturadores y confiesa la fe. El autor pone en su boca la respuesta
a los rumores: Nada malo se hace entre nosotros.956 Respecto a Santos la cuestin es
953

- Eusebio, H.E. 5.1,14-15.

Frend (1981:6-7).
954
- Harrill (2003:249-251).
955
- Eusebio, H.E. 5.1,17-18.

956
- Eusebio, H.E. 5,1,19.

178

ms hipottica pues la nica informacin que tenemos de l es que era dicono de


Viena, pero nada concreto se dice de su estatus. 957 Bblida aparece en el relato como una
cristiana apstata. Sin embargo, al ser torturada nuevamente, en carcter de esclava,
para corroborar las acusaciones asentadas por los esclavos infieles, reacciona
confesando su fe y denostando los cargos de asesinato ritual. 958 El caso de Bblida le
sirve al autor para ilustrar la doctrina del arrepentimiento del pecador, asunto sobre el
cual divergen con ciertos grupos montanistas que no admiten un nuevo perdn luego del
bautismo.959 Las iglesias de la Galia se alinean con Roma en cuanto a la doctrina de la
remisin de los cados.
Una vez efectuada la confesin, el autor de la carta de los cristianos de Lyon y Viena
se concentra en el personaje de Blandina, en el que se opera una progresiva
transformacin. El narrador ya no asocia a Blandina con su ama, pues el testimonio
manifestado por la esclava la habilita para ocupar un lugar diferente entre los hermanos.
Ms an, Blandina pasa a ser el referente de los hermanos a partir de su asimilacin
total al Cristo sufriente. Al quedar expuesta en un madero durante los combates de fieras
los otros cristianos ven en ella al mismo crucificado.960 No es menor el detalle de la
transfiguracin de Blandina, smbolo de la comunin entre Cristo y el mrtir que
reactualiza el sacrificio salvfico segn la comprensin del autor. Por esta razn el relato
exalta a la esclava oponiendo los adjetivos a los que hace alusin su nombre, pequea,
dbil, despreciada con una nueva calificacin: grande e invencible atleta.961 La
957

- Eusebio, H.E. 5.1,17,20. Buell (2005:54-56).


- Eusebio, H.E. 5.1,25-26.

959
- Cfr. Nautin (1961:36); Trevett (2002:114-119).
960
- Eusebio, H.E. 5.1,41.

961
- Eusebio, H.E. 5.1,42.

958

179

promocin de la esclava se ha dado no solo por encima de su ama, sino incluso por
encima de un dicono y un maestro. Finalmente Blandina, que es prcticamente la nica
sobreviviente del grupo, muere ejecutada, pero ya no como esclava, sino bajo el ttulo
de madre.962 Por su rol de promotora del sacrificio de los otros fieles (sus hijos) su
estatus de sierva se altera por su testimonio sufriente. Este camino de perfeccionamiento
y ascenso de Blandina es un artificio del narrador, influenciado por la prominencia del
rol femenino en la rama asitica del montanismo. Si bien no hay actividad proftica de
ningn tipo en la trama, s encontramos ciertos personajes que cumplen el rol de arengar
a los dems en pos de la confesin: el frigio Alejandro, un mdico que participaba del
carisma apostlico,963 y Blandina, asimilada a la madre de los siete hijos presentada en
2 Macabeos.964
El autor del relato martirial utiliza a los personajes esclavos como agentes clave del
conflicto, con lo cual muestra una ambivalencia respecto a la integracin efectiva de los
subordinados en las ekklesiai. Hay douloi paganos delatores, pero tambin hay esclavos
fieles que confiesan y adquieren por ello un reconocimiento comunitario en tanto
mrtires. El martirio, ocurrido bajo ciertas condiciones, subvierte el estatus personal as
como lo haca el carisma proftico entre los montanistas asiticos. De esa forma el
martirio en tanto institucin ya no aparece como un fenmeno exclusivo de los lderes,
sino que tambin integra a los miembros dependientes en un afn por responder a los
cuestionamientos externos sobre su compromiso comunitario.

La muerte de Marco Aurelio y el ascenso de Cmodo en el ao 180 representaron el


inicio de un periodo de tolerancia para el cristianismo segn Eusebio. Cmodo
abandon el frente de guerra luego de arreglar una paz con los marcmanos y se instal
en Roma.965 La administracin imperial fue delegada por el joven csar en un crculo de

Dehandschutter (2005:17-18).
962
- Eusebio, H.E. 5.1,55.

Harrill (2003:252); Buell (2005:53).


963
- Eusebio, H.E. 5.1,49-51.
964
- Eusebio, H.E. 5.1,54-55; 2Mac 7.20-21.
965
- Dion Casio, Historia Romana 73.1-2; Herodiano, Historia del imperio romano despus de Marco
Aurelio 1.6,4-8.

180

favoritos en el que se sucedan las intrigas con los consiguientes ascensos y


descensos.966 La vida poltica comenz a caldearse por la oposicin senatorial a Cmodo
y las maquinaciones de los sucesivos prefectos del pretorio.967 Los procesos a los
cristianos se redujeron considerablemente, quizs como consecuencia de la mayor
influencia lograda por los miembros cristianos o filocristianos de la familia caesaris.
Entre ellos encontramos al ya nombrado Marco Aurelio Prsenes, cuyo poder se
increment bajo Cmodo, Carpforo, el eunuco Jacinto e incluso la concubina Marcia.
Tenemos conocimiento de solo dos casos de martirio fehaciente bajo Cmodo. El
primero ocurri hacia 180 en la provincia de frica Proconsular, concretamente en la
poblacin de Escilio. All doce cristianos fueron ejecutados bajo rdenes del procnsul,
aunque podemos suponer que haban sido denunciados por la poblacin (nos
referiremos al documento como MartEsc). El otro caso, ocurrido hacia 183, es la
ejecucin del didskalos Apolonio en Roma (MartApol). Los relatos de ambos martirios
presentan a sus protagonistas como cristianos bien dispuestos hacia el imperio tanto en
materia econmica como cvica.968 Las autoridades se muestran ms predispuestas a
escuchar las razones alegadas por los detenidos e incluso llegan a intentos de dilatar las
sentencias.969 Hay un ambiente de persuasin pacfica que reemplaza a la violencia
popular y gubernamental que caracterizaba a las actas de Lyon y Viena. En el caso de
Apolonio observamos que se habra aplicado la misma tctica de denuncia, analizada en
MartPol y en el caso de la Galia, consistente en el testimonio de un siervo propiedad del
cristiano. Si bien es recin Jernimo quien identifica al delator como un esclavo,970
Eusebio da elementos para pensar que lo es efectivamente.971 As como en MartPol la
figura del esclavo delator se asociaba con Judas y su muerte desastrosa,972 en el relato de
Eusebio el delator es presentado como un ministro (dikonos) del demonio que
finalmente muere por crurifragium.973 Apolonio era un maestro cristiano que
966

- Dion Casio, Historia Romana 73.9,1-10,2; Herodiano, Hist 1.8,1-2; 9.1-10; 12.4-9; Historia Augusta
Cmodo 5.1-4,6,13; 6.1-3;13.5-14.3.
967
- Herodiano, Hist 1.8,7; Historia Augusta Cmodo 3.9.
968
- MartEsc 2;6;9; MartApol 4-6;8-9.
969
- MartEsc 3;11; MartApol 10-11;45.
970
- Jernimo (Los hombres ilustres 42; Epstola 53) hace de Apolonio un senador romano, aspecto que
algunos analistas han asumido como un dato real. Griffe (1952:65-76); Sordi (1955:104-112).
971
- Eusebio, H.E. 5.21,2.

972
- MartPol 6.1-2.
973
- Eusebio, H.E. 5.21,3. Frend (1981:315); Lampe (2003:327-328).

181

aparentemente predicaba a fieles con un estatus econmico significativo.974


Considerando su medio social no sera inverosmil que su proceso se viera como parte
del conflicto entre el senado y la cpula imperial leal a Cmodo. La vinculacin entre
esclavitud y traicin es un elemento actual y acuciante en el discurso cristiano pues
afecta particularmente a los miembros de extraccin social ms elevada y que cumplen
roles de peso en las ekklesiai. Por esta misma razn la diatriba del filsofo pagano Celso
en relacin al cristianismo intent ser un aviso dirigido a este sector de nobles con cierta
formacin intelectual que se vean cada vez ms atrados hacia el cristianismo.
Lo que sabemos de Celso y su texto Sobre la doctrina verdadera nos ha sido
conservado por Orgenes en su tratado titulado Contra Celso (C.Celso).975 El mismo fue
realizado por un encargo del noble Ambrosio, mecenas del maestro alejandrino.976 No es
extrao que hacia la dcada de 240 el escrito de Celso siguiera siendo un texto ledo,
pues rene de una manera elegante y organizada las crticas paganas a los cristianos
promovidas durante la crisis del final del periodo de los Antoninos sin caer en rumores
populares. Este filsofo pagano est al corriente de la realidad histrica del cristianismo,
de sus conflictos internos y de sus escritos. Celso propone una explicacin del
comportamiento social cristiano y proyecta sus consecuencias a escala imperial.
La crtica del filsofo Celso parte de la consideracin del cristianismo como un culto
sedicioso, producto de un cisma en el interior del judasmo, que a su vez era una
escisin de la poblacin egipcia.977 Esta cadena subversiva converta a los cristianos en
una novedad rebelde y reciente, adherida a la persona de Jess. Con esto Celso intenta
desarticular los reclamos de antigedad que hacan ciertos intelectuales cristianos al
apropiarse de la historia israelita como prehistoria cristiana. 978 Visto as, el filsofo hace
de Jess un personaje oscuro y con dotes mgicas que se impuso como Dios. Por
consecuencia los cristianos desplazan el culto a Dios para adorar a un hombre que
apareci recientemente.979 Celso no ve continuidad entre judasmo y cristianismo sino
oposicin y separacin entre lo legislado por Moiss y las reformas de Jess. 980 Los
cristianos manipulan la exgesis de los libros profticos para acomodarlas a la vida de

974

- Eusebio, H.E. 5.21,2-5. Lampe (2003:326-327).


- Celso habra sido un filsofo griego. Wilken (1984:94-95); Hoffmann (1987:30-33).
976
- Este Ambrosio fue convertido del valentinianismo por Orgenes. Orgenes, C.Celso 1.1; 3.1; 4.1; 5.1;
6.1; 7.1; 8.76; Eusebio, H.E. 6.18,1; 23,1-2; 28.
977
- Orgenes, C.Celso 3.5. Wilken (1984:112-117); Hoffmann (1987:35-38).
978
- Orgenes, C.Celso 1.50; 4.43,48; 7.2.
979
- Orgenes, C.Celso 1.6,26; 8.12,14.
980
- Orgenes, C.Celso 6.29; 7.18.
975

182

su primer lder.981 El filsofo condena estas artimaas y seala las falencias


documentales para corroborar los hechos terrenales de la vida de Jess. Al rechazar la
historia de la concepcin virginal y la taumaturgia benfica de Cristo pareciera alinearse
con los crticos judos contemporneos.982 Celso considera a Jess un hijo del adulterio y
un hechicero educado en Egipto cuya resurreccin se fundamenta en el testimonio de
crdulos exaltados.983 Herencia de estos orgenes rebeldes es la insolidaridad cvica que
Celso observa en el cristianismo contemporneo, al que percibe como una doctrina
secreta.984 Ahora bien, ese carcter secreto, sumado a la consigna No preguntes, sino
cree,985 habilita a Celso a afirmar que el proselitismo cristiano se dirige a ignorantes,
fundamentalmente a mujeres, nios y esclavos.
Describir al cristianismo como un culto compuesto en su mayora por subordinados
exaltados tiene para Celso un inters particular, pues es una seal de inestabilidad y
resistencia al orden establecido. El filsofo sabe de la pluralidad de conventculos
cristianos existentes y est informado de sus doctrinas divergentes. La unidad inicial del
cristianismo se debi a su oposicin al judasmo segn Celso, pero luego hubo quiebres
y separaciones, motivados por el carcter sedicioso de esta creencia.986 Surge as una
concepcin socio-teolgica cerrada que se vuelve insolidaria con el entorno ya que no
solo lleva a renegar de los rituales cvicos urbanos sino que promueve una concepcin
de Dios en trminos exclusivistas.987 La promocin de un Dios compasivo que socorre a
los malvados y pecadores es una caracterstica que Celso evala negativamente ya que
considera que el cristianismo no propone un camino de virtud que incentive las acciones
morales, sino todo lo contrario. La sabidura es reemplazada por una fe basada en
consignas populares que no aportan al perfeccionamiento de los sujetos.988 El taller de
zapatera o de curtidos as como las habitaciones de las mujeres y otras dependencias
domsticas se vuelven espacios donde se cultiva una lealtad distinta y opuesta a la del
despotes.989 Siervos y mujeres son adoctrinados por aprovechadores que los interceptan
981

- Orgenes, C.Celso 1.50; 2.26;7.2.


- Van Voorst (2000:117-129); Schfer (2007:15-24).
983
- Orgenes, C.Celso 1.28,31-32; 2.54,59. Wilken (1984:108-112).
984
- Orgenes, C.Celso 1.1,3,7.
985
- Orgenes, C.Celso 1.8.
986
- Orgenes, C.Celso 3.12; 5.62; 6.11. Hoffmann (1987:41-42).
987
- Orgenes, C.Celso 4.28,30,99; 5.41-42.
988
- Orgenes, C.Celso 1.8,62,68; 3.44. Benko (1985:152).
989
- Orgenes, C.Celso 3.55.

982

183

en las plazas y mercados, introducindose as en los oikoi.990 La autoridad de los


padres-propietarios se ve disminuida y la lealtad que su persona exige pasa a ser
cuestionada, o al menos relativizada, en pos de una conviccin personal exaltada. Si
bien Celso comparte la acusacin de Luciano de Samosata sobre la ingenuidad de los
proslitos cristianos, ignora los planteos sobre la rapacidad econmica de los didskaloi
sobre los crdulos fieles.991 Su inters radica en la erosin de la ideologa de la autoridad
patriarcal domstica, conflicto que busca proyectar a un marco imperial. A nivel
domstico el cristianismo aparece destruyendo lealtades entre el despotes y sus
subordinados; a nivel imperial la retraccin cristiana de la participacin en los rituales
cvico religiosos tradicionales y de los deberes militares erosiona el poder del
emperador, garante de la estabilidad del mundo civilizado.992 Es esta una lectura del
fenmeno cristiano que intenta revertir las teoras apologticas de solidaridad cristiana
filoimperial basadas en argumentos de vinculacin histrica y moral. El hecho de que
Celso recaiga en el doulos como prototipo de cristiano es un artificio discursivo que
intenta abonar la idea de deshonestidad y rebelda social que l atribuye al cristianismo,
caractersticas intolerables en el contexto de crisis que an se palpita.

El escrito de Celso, producido en los primeros aos del gobierno de Cmodo, le dio
forma a una crtica intelectual anticristiana que ya exista desde la dcada de 160. Al
cuestionar la alegada sumisin cristiana a las autoridades Celso oblig a que los
discursos de las ekklesiai reconsideraran su postura poltica y social nuevamente. El rol
atribuido a los subordinados domsticos pas a estar en el centro del debate. Para la
intelectualidad pagana los douloi, las mujeres y los nios, todos dependientes del kyrios,

990
- Orgenes, C.Celso 3.50.
991
- Luciano de Samosata, Peregrino 13; Orgenes, C.Celso 1.8. Posiblemente Celso de por sentado que
hay una relacin monetaria entre los lderes y los fieles.
992
- Orgenes, C.Celso 8.68. Frend (1981:276-280); Kee (1983:267-268).

184

representaban la mayora del cristianismo. Esta concepcin gentil de la composicin


social cristiana seala al nuevo culto como una interferencia en la propiedad particular.
Los cristianos no promueven la liberacin, sino que imponen premisas y
comportamientos que ponen al esclavo en tensin con sus obligaciones domsticas.
Teniendo esta crtica presente podemos abordar los textos de autores cristianos
orientales que habran participado del ambiente intelectual en el que la diatriba de Celso
se consagr. Los textos que analizaremos fueron escritos a mediados de la dcada de
180, dos de ellos en comunidades de Siria y otros dos en Asia Menor.
El cristianismo en Siria se caracteriz por una gran divergencia interna. La influencia
del judasmo y de las presiones nomistas era muy fuerte y haba ganado terreno desde el
desplazamiento de los grupos paulinos a partir de la salida de Ignacio. Es as que
encontramos como obispo en Antioqua a Tefilo,993 un sirio helenizado que promova
un cristianismo adscripto a las prescripciones de la Ley.994 De Tefilo nos ha llegado una
obra en tres volmenes titulada A Autlico (Autol). De acuerdo con la opinin de varios
autores, en este escrito Tefilo elude el problema cristolgico pues su inters radica en
la creacin y no en la redencin.995 El obispo de Antioquia identifica al libre albedro
como la base del accionar humano.996 Las obras tienen un valor muy significativo en su
encuadre doctrinal, pues son la manifestacin de la libertad humana y de la posibilidad
de salvacin e inmortalidad.997 De acuerdo con esa perspectiva, la vida moral garantiza
el perfeccionamiento del hombre y se proyecta en su entorno inmediato. Segn Tefilo,
al pecar el primer hombre los animales salvajes fueron arrastrados por el pecado pues
estaban a su cargo. De igual manera el comportamiento de un despotes establece el
grado de moral domstica al que los douloi deben ajustarse. Si la conducta del amo es
pecaminosa los siervos, en tanto propiedades suyas, se vern como partcipes. 998 Con
993

- Eusebio, H.E. 4.20; 24; Jernimo, Los hombres ilustres 25. Se supone que fue obispo desde 170 hasta
188 aproximadamente. Grant (1988a:143); Pouderon (2005:241).
994
- Tefilo de Antioqua, Autol 2.34-35; 3.9,12. Esto ha llevado a postular que Tefilo practicaba una
forma de cristianismo nomista. Meeks-Wilken (1978:21); Rogers (2000:173). Grant (1950:188-196)
aduce que Tefilo sostiene un judeocristianismo liberal, pues no urge a cumplir toda la Ley.
995
- Bardy (1948:48-53); Bentivegna (1975:107-130); Grant (1988a:165-172).
996
- Tefilo de Antioqua, Autol 2.27. Bardy (1948:48); Danilou (2002:374-375).
997
- Tefilo de Antioqua, Autol 3.9,15.
998
- Tefilo de Antioqua, Autol 2.17.

185

este ejemplo Tefilo quiere instalar una cadena de virtudes que tiene en cuenta las
jerarquas sociales. De esta forma parece contradecir el esquema de Celso que presenta
la fragmentacin domstica como proveniente de la exaltacin cristiana de los
subordinados. Para el obispo antioqueno los oiketai deben mantener su sumisin frente
al despotes de la misma manera que los hijos frente al padre. El castigo fsico es
prerrogativa del padre-propietario, el cual es erigido como responsable de su familia y
dependientes domsticos.999 Visto as podemos concluir que Tefilo atribuye al accionar
del kyrios cualquier sedicin o conflicto domstico. Los siervos no tienen poder de
decisin pues su estatus jurdico no lo permite.
Tefilo adhiere al principio de justicia promovido por la Ley y continuado en los
profetas y en los evangelios.1000 En ese sentido ve una continuidad armoniosa entre
Moiss y el cristianismo que podra estar respondiendo a las crticas de Celso. El obispo
insiste y justifica con el AT y el NT la aprobacin divina del poder imperial, al cual los
cristianos se someten.1001 La obediencia es el concepto central para Tefilo as como la
sedicin lo es para Celso.
Al noreste de Antioqua, atravesando el ufrates, el cristianismo se estableci en
Edesa, al lmite del imperio. All el rey Abgaro IX (179-186) haba adoptado una forma
de cristianismo asctico de fuerte carcter judeocristiano.1002 El primer documento
proveniente de esta vertiente fue el Evangelio de Tomas (EvTom), el cual consiste en un
dilogo sapiencial entre Jess y sus discpulos. 1003 Este texto nos adentra en los
principios bsicos de una comunidad rigorista que promueve la abstraccin del mundo
material. Es posible que el cristianismo en el este de Siria se haya expandido
primeramente entre sectores de influencia econmica y poltica, los cuales estaran en
condiciones de asumir estas prcticas de renuncia.1004 El Jess de EvTom rechaza ser
calificado de filsofo sabio por Mateo y de ngel justo por Pedro. 1005 Estos discpulos
Grant (1988a:160-161); Rogers (2000:45).
999
- Tefilo de Antioqua, Autol 2.25.
1000
- Tefilo de Antioqua, Autol 3.12.
1001
- Tefilo de Antioqua, Autol 1.11; 3.14. Morales Escobar (1984:193-198).
1002
- Edesa estaba en el lmite entre el imperio romano y el reino parto. Si bien perteneca a Roma desde
fines del siglo I a.C., como capital del reino independiente de Osroene, varias veces los partos retomaron
su control. Por esta situacin de conflicto el cristianismo de los edesenos aparece como contestatario y
tendiente a marcar la independencia del creyente tanto del mundo (romano) como de sus valores. Barnard
(1968b:161-165); Ball (2000:87-96).
1003
- Para un anlisis sobre las fuentes a las que recurre EvTom y sus posibles trayectorias son de utilidad
los siguientes trabajos: Piero-Montserrat Torrents- Garca Bazn (1999:55-73); Davies (2005:100-116);
DeConick (2006:38-63); Zinner (2011:245-290).
1004
- DeConick (2006:191-194).
1005
- EvTom 13. Frente a Pedro, Mateo y an Santiago (EvTom 12) se exalta la figura de Tomas, lder
autosuficiente y representante del cristianismo de Edesa, y a Mara Magdalena. Uro (2002:457-485).

186

representan al proto-catolicismo; por contraposicin Toms representa al lder gnstico


itinerante que desestima el valor de las obras piadosas como la limosna y el ayuno,
generadoras de dependencia.1006 El hecho de involucrarse socialmente supone la
corrupcin del cuerpo y el alma, por lo cual se rechaza la institucin familiar. La
vinculacin sexual, filial y servil crea ataduras que comprometen al cristiano. 1007 En esto
podra verse una crtica al secularismo proto-catolico y tambin una postura poltica
antiimperial.1008
Pasando al mbito minorasitico, veremos que los reproches paganos promovieron
reacciones que se encauzaron en una literatura cristiana de ficcin dirigida a crculos
proto-catlicos populares. Dos novelas piadosas aparecen en este periodo: el
Protoevangelio de Santiago y los Hechos de Pedro.
El Protoevangelio de Santiago (ProtEv) tiene por objetivo exaltar la figura de Mara
en tanto virgen madre de Cristo frente a las crticas de autores como Celso y frente a las
historias judas sobre su adulterio con un militar. Por este motivo la historia coloca
como testigos centrales de la doncellez de la joven galilea a los sacerdotes del templo,
quienes incluso comprueban su pureza una vez que descubren su embarazo. 1009 Para el
autor de ProtEv Mara no es la pobre hilandera que describe Celso, 1010 sino una virgen
poseedora de dones profticos,1011 claro guio sobre la tradicin cristiana asitica. Los
autores asiticos manifiestan una notable proclividad mariana, nacida de las tensiones
con los judos y de la prominencia del rol proftico femenino en la zona. Mara aparece
como aquella que manifiesta realmente a Cristo, pero no por trances anormales, sino por
la obediencia.1012
Llama la atencin que los padres de Mara sean presentados como personas
acomodadas que hacen donaciones al templo, gozan de reconocimiento social e incluso
poseen esclavos.1013 De esta manera se busca combatir la asociacin del cristianismo con
los estratos sociales inferiores propuesta por los detractores gentiles. La nica figura
servil del relato es Judith, la sierva asistente de Ana, la madre de Mara. Judith le
1006

- EvTom 14,104.
- EvTom 55,99,101. Meeks (1993:53-55,135-137).
1008
- Es interesante que se recuse a comerciantes y mercaderes, individuos que mantienen vnculos activos
con el imperio (EvTom 63,64). De la misma manera el Jess de EvTom compara a los cristianos con
habitantes de un campo ajeno (el mundo) que puede ser reclamado en cualquier momento por los dueos
(el imperio), accin que podra llevarse a cabo con violencia. Por esta razn se recomienda estar alerta.
(EvTom 21). La lealtad a dos seores no es posible para estos cristianos (EvTom 47)
1009
- ProtEv 7.2; 12.1; 15.1-16.2.
1010
- Orgenes, C.Celso 1.28.
1011
- ProtEv 17.2.
1012
- HchPabTec 1.2; HchPab (Papiro Bodmer 2) 5,13; Melitn SPasc 71.
1013
- ProtEv 1.1-2; 2.2; 6.2.
1007

187

sugiere a Ana que deje su luto por su marido ausente y que se adorne con una cinta (o
velo) que le ofrece para celebrar el da del Seor. La esclava pretexta que su condicin
servil le impide colocarse el tocado, pero que Ana podra. Sin embargo la seora
desprecia el ofrecimiento de su domstica alegando que no confa en la procedencia
honesta del adorno. Esta recusacin motiva una respuesta irnica de parte de Judith,
quien dice no enfadarse por el desaire recibido pues ya suficiente castigo tiene su ama
en ser infecunda.1014 La agudeza de la esclava agrava la humillacin de la estril Ana,
creando un paralelo con el caso de Ana, madre de Samuel. 1015 El engreimiento de la
subordinada no recibe un castigo, sino que Ana simplemente desdea cualquier cosa que
provenga de ella. Esto indica una actitud de desconfianza que se agrava con la sospecha
de impureza. Ana insina que el adorno fue robado u obtenido de manera deshonesta.
La impureza de la sierva no debe polucionar a la seora hacindola cmplice de su
pecado.
En Hechos de Pedro (HchPed) se revela un cristianismo proto-catlico muy marcado
con nfasis en la humanidad de Cristo1016 y la doctrina trinitaria,1017 aunque se puedan
reconocer ciertos elementos docetas.1018 Hay una clara imagen comunitaria organizada
en torno a patronos que ejercen de aglutinadores de los fieles a partir de su poder
econmico y su relacin con el apstol.1019 El patrono, al estilo del senador Marcelo, es
el eje de la solidaridad comunitaria y el instrumento de Cristo en la comunidad. 1020 No
obstante el patrono en lo econmico no tiene la perfeccin espiritual requerida para la
primaca jerrquica a nivel comunitario, primeramente porque no est bautizado.1021
Marcelo siempre es presentado como un creyente imperfecto y atado a cuestiones
1014

- ProtEv 2.2-3.

1015
- Esta es despreciada por Penin, la otra esposa de su marido Elcan. 1Sam 1.8. El ofrecimiento que
hace Ana de su hija Mara al templo reproduce el episodio en que Ana consagra a Samuel al servicio del
Templo. 1Sam 1.10-11.
1016
- HchPed 7.2-4 y 9.
1017
- HchPed 5.10.
1018
- HchPed 20.6. Piero-Del Cerro (2004:499-500).
1019
- Varios personajes econmicamente poderosos aparecen como benefactores. HchPed 30 (1).1 y 34
(5).1; HchPed (Pap. Berolinensis 8502,4) p. 132 y 139; 3.1-2; 23.1.
1020
- HchPed 8.2. Stoops (1986:91-100) (1992:143-158) seala que Cristo ejerce su patronato a travs de
estos individuos y, por tanto, es a Cristo a quien la comunidad debe adorar segn HchPed, no al patrono.
1021
- Poupon (1988:4375-4376); Schneemelcher (2003c:281).

188

materiales,1022 lo cual lo opone al presbtero Narciso,1023 quien pese a tener un cargo


jerrquico no puede contrarrestar la apostasa de los fieles. 1024 HchPed muestra a ambas
jerarquas como impotentes frente al poder de Simn Mago,1025 y en esto hay una crtica
muy dura a una aparente divisin de voluntades intracomunitarias entre los que tienen
responsabilidades jerrquicas y los benefactores. En un cristianismo que se expande a
los estratos ms elevados es necesario medir el poder y la influencia de tales personajes
en el rumbo comunitario. El personaje de Marcelo con sus imperfecciones podra
considerarse una crtica a los patronos de la comunidad romana.
A nivel narrativo encontramos en HchPed lneas argumentales que incluyen esclavos
cuyo rol aparece como el de simples objetos sobre los que ejercen influencia los ricos
patronos o los carismticos milagreros. Los dos grandes fraudes de Simon Mago,
nmesis del apstol Pedro en el relato, tienen a personas de alcurnia como vctimas y
ocurren frente a oiketai domsticos que sufren a consecuencia del accionar del
hechicero. As ocurre en el caso de Marcelo, cuya confianza y sostenimiento econmico
se gan Simn luego de la salida de Roma del apstol Pablo. 1026 El autor explica que el
hechicero samaritano, una vez asegurado de poseer la voluntad del senador, hizo
encadenar a los esclavos de Marcelo que se empecinaban en su cristianismo. Al llegar
Pedro y descubrir las intenciones de Simon, Marcelo y sus douloi tomaron venganza del
hechicero. Los esclavos golpearon al mago y lo ultrajaron por haber sido el causante de
su desgracia. La exclamacin que HchPed pone en boca de los siervos es una seal de
lealtad cristiana: Ahora te devolvemos lo que mereces por la voluntad de Dios, que se
ha apiadado de nosotros y de nuestro seor.1027 El autor reconoce el accionar
calculador de Simn, que hizo caer en desgracia a los esclavos de Marcelo que se
negaron a apostatar. El otro caso es el de Eubula. Simon se gana la voluntad de la mujer
1022

- Primeramente en HchPed 10 se reconoce un creyente imperfecto y causa de escndalo; luego en


HchPed 11.3-5 teme por la ruptura de la estatua del Cesar y Pedro cuestiona la firmeza de su fe; por
ltimo en HchPed (Mart) 40 (11) el senador es reprendido por una aparicin de Pedro debido a los
excesivos cuidados y lujos en el entierro del apstol.
1023
- HchPed 3.2.
1024
- HchPed 6.7-8.
1025
- El enfrentamiento entre Pedro y Simon Mago es una apropiacin intertextual de Hch del N.T (8.9-25)
por parte del autor de HchPed. Para un detalle mayor de la tradicin de Pedro-Simn Mago ver:
Matthews, C. R. (1997:207-222).
1026
- HchPed 8.1 y 4.
1027
- HchPed 14.3.
Serui autem acepta potestate ita contumeliis eum adflixerunt, alii alapas in faciem eius dabant, alii uero
fustem, alii lapidem, alii autem uasa stercoribus plena super caput eius effuderunt, qui propter eum
dominum suum effugerant et multo tempore ligati fuerant; et alii conserui de quibus ad dominum eorum
mala loquebantur, improperantes et dicentes ei: - Nunc digna praemia restituimus tibi per Dei uoluntatem
qui nobis misertus est et domino nostro.

189

y por la noche, haciendo uso de sus artes mgicas, penetra en su casa y le roba objetos
valiosos ante la vista de los oiketai. Estos aparentemente no sospechan, ya que Simon
era un conocido de la casa. Sin embargo la duea acusa a sus siervos por el robo y los
tortura.1028 Pedro recibe una visin que le aclara todo lo ocurrido y prepara una trampa
para Simn, no sin antes haber reprendido a Eubula por hundirse neciamente en el dolor
por bienes materiales y por atormentar a esclavos inocentes. Finalmente, en compaa
de dos douloi intendentes de la matrona, Pedro recupera lo robado y Simon se ve
obligado a huir.1029 En ambos relatos se pueden resaltar ciertos elementos comunes.
Primeramente es incuestionable la situacin subordinada de los esclavos, ya que no se
les cree cuando acusan a Simn o no se tiene en cuenta su fe cristiana, sino que se los
encierra o se los castiga. En segundo lugar debe notarse que el hechicero se granjea
inmediatamente la animadversin de los douloi, incluso de aquellos no creyentes. Por su
introduccin en el oikos en calidad de lder espiritual y beneficiario principal del amo,
Simn comienza a manipular las riendas de la administracin: entra y sale, aconseja
sobre los domsticos, etc.1030 Por ltimo, y de suma importancia, es necesario sealar
que el autor de HchPed busca presentar al cristianismo como liberador. La intervencin
de Pedro pone fin a la tortura y recompone la confianza entre amo y esclavo, la cual es
presentada como el estado original y deseable en las relaciones domsticas. Esto se ve
en que los esclavos de Marcelo y Eubula no guardan rencor por los castigos, sino que
toman parte en el desenmascaramiento de Simn y, adems, reconocen que sus amos
estaban engaados. La concordia se instaura a partir de la conversin del amo, que se
proyecta en la relacin con el doulos fomentando la fidelidad.
La comunidad de HchPed est compuesta por varias personas poderosas. Esto seala
un crecimiento en las fuerzas patrocinadoras comunitarias que poda llevar a ciertas
disputas.1031 Sin embargo, como ya vimos, HchPed considera al patrono como un lder
incompleto porque la competencia poda hacer que diera apoyo econmico a lderes
1028

- HchPed 17.1-3.
-Credite autem mihi, o uiri fratres, ego hunc Simonem a Ioudaea fugati multa facientem mgico carmine,
morantem in Ioudaea ad quandam mulierem Eubolam, honestam nimis in saeculo hoc, adiacente ei
copioso et margaritis non minimo praetio. Subintrauit hic Simon cum duobus sibi simiulibus. Illos duo de
familia nemo uidit, nisi solum Simonem. Magia facta sustulerunt omnem aurum mulieris et non
comparuerunt. Eubola autem postquam recognouit hoc fatum, coepit torquere familiam suam dicens: Sub
occasionem hominis deifici spoliastis me quod uideritis eum ad me introeuntem et honorificaret mulierem
simplicem; cui nomen est autem numen domini.
1029
- HchPed 17.4-17.
1030
- A los ejemplos antes citados podemos agregarle HchPed 9.2-4, que muestra al portero de Marcelo
actuando bajo las rdenes directas de Simn.
1031
- Esto se evidencia cuando Pedro, luego de la contienda y ante la emocin popular, decide ir a casa de
Marcelo y la madre del senador resucitado le ruega que vaya a su casa. HchPed 29.1-2.

190

opositores y herticos, como el caso de Marcelo con Simn. Es por esta razn que se
espera que la jerarqua espiritual se refuerce para poder as orientar al anfitrin y
protector de la comunidad. Por esto Pedro es presentado dando rdenes a los ricos que
reciben sus favores milagrosos y creando lealtades nuevas. Este es el objetivo de las
resurrecciones realizadas en el marco de la contienda con Simn. El primer caso surge a
raz de una especie de apuesta por parte del prefecto: Simon debe matar a un esclavo
(alumnus) suyo y Pedro debe resucitarlo. El hecho de que el joven alumnus sea un
favorito del Csar vincula esta historia con la del copero de Nern que Pablo resucita
para evitar, igual que en el caso de Pedro, problemas a la comunidad cristiana. 1032 En
segundo lugar Pedro resucita al hijo de una viuda del crculo de Marcelo. Una vez
vuelto a la vida, Pedro reclama los servicios del joven para el futuro, como obispo. 1033
Por ltimo se presenta el caso de la resurreccin del joven senador Nicstrato, cuya
madre viene a implorar el milagro al apstol. 1034 Pedro saca partido de la situacin,
poniendo a prueba primeramente los poderes de Simn. Le pide que resucite al senador
pero el samaritano se muestra incapaz.1035 En segundo lugar el apstol, viendo que la
madre haba hecho llevar el cadver al foro por varios esclavos del hijo que ahora seran
manumitidos,1036 impone una condicin para el milagro: no retractarse de la manumisin
de los douloi.1037 El milagro cristiano no debe generar desorden domstico, sino
concordia. HchPed promociona un cristianismo concebido no en trminos de exaltacin,
sino de paz, respondiendo as a las diatribas paganas. En el relato el apstol sabe que
Nicstrato se convertir,1038 por lo tanto los libertos quedarn dependientes de un
cristiano, volvindose potenciales conversos. El triunfo de Pedro es completo, pues
Nicstrato se entrega a Dios como ofrenda, consagrndose a la comunidad. 1039 As el
autor parece proyectar su objetivo: unir la gua espiritual y econmica de la comunidad
en una persona.
1032

- Cfr. HchPed 25.1-2 y 26.1-3; HchPab (Mart) 1.2-3.


- HchPed 25.3- 6 y 27.
1034
- HchPed 28.1-3.
1035
- HchPed 28.6-11.
1036
- El texto seala que la madre ordena a los esclavos que portarn el cadver del hijo que se coloquen
unas gorras (pilea), signo de su manumisin. HchPed 28.4.
1037
- HchPed 28.13.
Et cum hoc dixisset ad populum, accessit ad puerum et antequam suscitaret eum, dixit ad matrem eius:
- Istos iuuenes quos manumisisti in honore filii tui, possunt liberi obsequium domino suo uiuo praestare:
scio enim quorundam animum ledi, quod uiderint filium tuum surrexisse, quod iterum seruituri sunt illi.
Sed permaneant omnes liberi, percipientes cibaria sicut ante percipiebant, filius enim tuus resurrecturus
est, et cum eo sint.
1038
- Lo que ocurre ni bien resucita: HchPed 28.16.
1039
- HchPed 29.4.
1033

191

Los esclavos ocupan en HchPed un rol subordinado pero igualmente relevante para el
equilibrio domstico. El cristianismo proto-catlico intenta aparecer como una religin
que da libertad dentro del espacio de dependencia y que promueve el proselitismo entre
esclavos, cuya presencia domstica es considerada como un aspecto relevante para la
administracin del hogar y para la organizacin comunitaria. La recepcin del
cristianismo por personajes acaudalados y elites impone encontrar un equilibrio en
relacin al tratamiento de los subordinados que desarticule la propaganda pagana sobre
la deslealtad y rebelda de los oiketai convertidos.

En occidente la ekklesia romana proto-catlica adopt una poltica de acercamiento a


la lites imperiales. Ya bajo el obispado de Eleuterio (174-189) se increment la
presencia de cristianos de estatus elevado que colaboraban con la red asistencial
comunitaria,1040 fortaleciendo as el vnculo clientelar con otras iglesias. La Galia era un
enclave alineado con los jerarcas romanos desde la consolidacin de sus asambleas bajo
la autoridad de Ireneo, obispo de Lyon. 1041 Doctrinalmente Ireneo adhera a los
principios secularizantes romanos pero en ciertas cuestiones manifestaba divergencias a
raz de su procedencia asitica.1042 En primer lugar el obispo no condenaba al
movimiento de la Nueva Profeca y exaltaba la presencia de dones carismticos en la
asamblea.1043 Adems Ireneo coloca en un mismo nivel de autoridad a la sucesin
episcopal romana, a la que considera originada en los apstoles,1044 y a las grandes
figuras asiticas como Policarpo, Papas y los presbteros, a los cuales legitima en tanto
continuadores del apstol Juan.1045 Como el autor asitico de MartPol, el obispo de
Lyon afirma el carcter universal del concepto de ekklesia, al que considera compatible
con la variedad de tradiciones locales.1046 El papel de la tradicin en tanto va de
1040

- Ireneo, C.H. 4.30,1. Eusebio H.E. 21.1.


- Ireneo era un asitico que hizo carrera en la Galia. Fue el presbtero representante de los mrtires de
177 en Roma y luego fue elegido obispo de Lyon. Grant (2003:1-11); Osborn (2004:1-7); Mutschler
(2009:323-324). Colin (1964:75-83) cuestiona la misin de Ireneo en la Galia y aduce que en realidad fue
obispo de Galacia.
1042
- Ireneo habra viajado a la Galia ya adulto, segn l mismo expresa (C.H. 3.3,4) y Eusebio reproduce
(H.E. 4.14,3; 5.5,8).
1043
- Ireneo, C.H. 1.13,4; 5.6,1.
1044
- Ireneo, C.H. 3.3,3 (Se repite en Eusebio, H.E. 5.5,9). En esto coincide con Hegsipo (Eusebio, H.E.
4.22,3). Ambos personajes eran dependientes del crculo proto-catlico romano.
1045
- Resulta extrao que ni Ireneo ni Polcrates coloquen a Pablo como apstol fundador del cristianismo
minorasitico. La figura de Juan se habra impuesto por sobre la de Pablo a raz de que los marcionitas
reivindicaban para s al apstol de los gentiles.
1046
- Ireneo, C.H. 1.10,2. Este mismo concepto es la base de la mediacin del obispo de Lyon entre el
obispo Vctor de Roma y los cuartodecimanos por la fecha y forma de la Pascua (190-191). Eusebio, H.E.
1041

192

transmisin oral de la verdad evanglica cumple un rol superior que el de la palabra


escrita para el esquema del obispo.1047 Esta insistencia en la tradicin es resultado del
creciente conflicto entre las comunidades de oriente y occidente. Varias jerarquas
episcopales de las provincias del este no vean con buenos ojos a los proto-catlicos de
Roma, a los que les cuestionaban su acomodamiento a los esquemas imperiales en
detrimento de las tradiciones apostlicas antiguas. El conflicto por la fecha de la Pascua,
que se vena arrastrando desde la dcada de 150, es el ejemplo ms claro (volveremos
sobre este tema).
La obediencia aparece como el concepto eje de la doctrina de Ireneo.1048 Segn la
misma, el hombre habra progresado en la obediencia desde el origen de su relacin con
Dios hasta la revelacin del Verbo. Ireneo organiza esa pedagoga divina en dos etapas:
la esclavitud y la libertad.1049 El obispo entiende el concepto de esclavitud como una
instancia espiritual involucionada, carente de la gnosis aportada por el Verbo, y por lo
tanto necesitada de una gua. No es esta una idea negativa para Ireneo, sino que cumple
fines profilcticos en relacin a la humanidad desobediente luego de la cada de Adn.
Dios es un kyrios que impone su ley a aquellos carentes de instruccin a fin de que
lleven una vida virtuosa.1050 La esclavitud, representada por la Ley con sus castigos y
preceptos, genera la docilidad y un acercamiento a la divinidad mucho mas sincero que
el de soberbios intelectuales. Ireneo coincide con Atengoras en que la fe de los
ignorantes se plasma no en discursos, sino en obras. La etapa de la libertad se inicia con
el conocimiento del Verbo y su accin, proponindose la idea de una nueva creacin a
partir de la obediencia de Cristo en la cruz, evento que reemplaza la desobediencia de
Adn en el Paraso.1051 Ahora bien, ejercer la libertad implica la posibilidad de maldad.
El conocimiento puede corromperse an en aquellos que son autoridades versadas.
Frente a esto la simplicidad servil del creyente comn es exaltada. 1052 Esto se entiende a
partir de la crtica de Ireneo a la introduccin de especulaciones filosficas en los
presupuestos bsicos de la fe, cuyo resultado son las herejas.1053 El hereje para Ireneo es
5.24,13-14.
1047
- Ireneo, C.H. 3.2,1-3,1; 4,1-2; 4.26,2. Cfr. Molland (1950:20-22); Benoit (1960:34); Danilou
(2002:145-154); Osborn (2004:126-130).
1048
- Ireneo, Demostracin de la prdica apostlica 33-34.
1049
- Ireneo, C.H. 4.11,1-4; 36,2.
1050
- Ireneo, C.H. 4.13,2; 16,5; 22.1; Demostracin 15. Danilou (2002:216-222).
1051
- Ireneo, C.H. 3.18,1; 5.1,2; 12,4; 14,2; 21,1. Danilou (2002:172-181); Osborn (2004:110-111). La
aparicin de la figura de Mara como la mediadora fsica del Verbo y nueva Eva (Ireneo C.H. 3.22,4) se
explica por los orgenes asiticos del autor.
1052
- Ireneo, C.H. 2.26,1. Van Unnik (1977:204); Danilou (2002:390-392); Osborn (2004:232-237).
1053
- Ireneo, C.H. 2.14,2-7. Valle (1980:175-177).

193

aquel que se aparta de la sucesin apostlica alegando poseer un conocimiento ms


elevado recibido por una revelacin particular.1054 Por contraposicin el obispo de Lyon
aduce que la verdad no es un discurso capcioso, sino que fue confiada a los nios, es
decir a los simples. Vallee afirma que Ireneo se ve como la voz de las masas y propone
reflejar una forma de teologa popular opuesta a la teologa letrada de los gnsticos. 1055
Esta ltima es concebida por el obispo como promotora de un discurso indisciplinado
que enajena a los sujetos y promueve la ruptura de la estructura familiar, ncleo social
donde se plasma la obediencia.1056
Ireneo retoma los relatos del AT en sentido tipolgico. Como haca Justino, el obispo
interpreta los matrimonios del patriarca Jacob con las mujeres libres y las esclavas en
tanto prefiguracin de la salvacin trada por Cristo, por la cual libres y esclavos segn
la carne pasan a ser hijos de Dios.1057 Sin embargo Ireneo no explicita de qu manera la
comunidad debe tratar al doulos bautizado. No habra sido posible para el obispo
descalificar al creyente de estatus esclavo pues el testimonio de Blandina, que persever
en la fe junto con su duea, podra haber ganado popularidad ya hacia fines de la dcada
de 180. La hiptesis ms verosmil apuntara a que Ireneo habra pensado a los siervos
creyentes como miembros dbiles (caracterstica que se le atribua a Blandina en las
actas de su martirio) y simples que, junto con las mujeres, podan ser el blanco de
exaltaciones herticas. El deber del despotes consistira en acomodar la fe a las
capacidades de sus subordinados e incentivar en ellos la virtud.1058
A la par del episcopado de Ireneo la iglesia romana, bajo el gobierno de Vctor
(189-199), se arrog el derecho de interpretar la tradicin segn las necesidades y
circunstancias actuales. Es as que los conventculos de fieles orientales reaccionaron
ante esta nueva poltica que impona una homogeneidad litrgica y disciplinar. El tema
pascual asumi una importancia clave en todo esto, pues Vctor abandon las polticas
tolerantes de sus predecesores e intent imponer el uso romano dominical por sobre la
prctica cuartodecimana, en la cual vea una reminiscencia judaizante no conveniente a

1054

- Ireneo, C.H. 1.8,1. Molland (1950:21).


- Valle (1980:181-185).
1056
- En este sentido Ireneo de Lyon presenta varios ejemplos: las mujeres exaltadas de Marcos el Mago
(C.H. 1.13,3-4), las depravaciones de los carpocratianos (C.H. 1.25,4), la negacin del matrimonio por
Taciano y los encratitas (C.H. 1.28,1) y el libertinaje de los pneumticos valentinianos (C.H. 1.6,3-4).
1057
- Ireneo, C.H. 4.21,1-3.
1058
- Ireneo, C.H. 4.9,1.
Paterfamilias enim Dominus est, qui universae domui paternae dominatur, et servis quidem adhuc
indisciplinatis condignam tradens legem, liberis autem et fide justificatis congruentia dans praecepta, et
filiis adaperiens suam hereditatem.
1055

194

nivel poltico.1059 El crculo de Vctor, conformado por mayora latina, 1060 se enfrent
abiertamente al ala asitica de la comunidad de Roma, ya organizada alrededor de la
autoridad de Blasto desde fines del episcopado de Eleuterio. 1061 Si bien las ekklesiai
dependientes de la red asistencial romana dieron su asentimiento a Vctor,1062 no as
varios crculos proto-catlicos de oriente entre los que pueden contarse las ekklesiai de
Asia,1063 las de Siria-Palestina y Alejandra.1064 El obispo Polcrates de feso asumi el
liderazgo de los cuartodecimanos, obteniendo la excomunin como respuesta de Roma
(hacia 192-195).1065 La intervencin de Ireneo, oriundo de Asia, y la reaccin de otros
obispos ante tal arbitrariedad obligaron a la jerarqua romana a retroceder en su decisin
y a restablecer sus relaciones con oriente.1066
Detrs del conflicto por la prctica y el ritual exista una motivacin poltica. El grupo
de Vctor contaba con el patrocinio de varios libertos y esclavos de la familia caesaris
frente a los cuales no poda mostrarse como una secta exaltada o socialmente
retrada.1067 El elemento asitico era un problema en este contexto, pues sus
manifestaciones y prcticas (profeca, encratismo, etc.) conservaban un fuerte sesgo
judeocristiano arcaico. Visto de esta forma, cualquier manifestacin que desafiara la
autoridad o pusiera en entredicho la buena disposicin social de los creyentes atentaba
contra la fama popular del cristianismo. Curiosamente aqu nos encontramos con un
ejemplo ilustrativo que involucra a un esclavo. La historia de Calixto, futuro obispo de
Roma (217-222), ilustra el accionar de la comunidad romana proto-catlica frente a un
esclavo rebelde.1068 Segn Hiplito, Calixto era el esclavo propiedad de Carpforo, un
liberto cristiano de la familia imperial de Cmodo, y estaba encargado del negocio
bancario de su amo, por lo cual manejaba dinero.1069 Sin embargo el doulos habra
cometido un fraude monetario por el cual se vio obligado a huir de su dueo. Hiplito
cuenta que Calixto fue capturado en su fuga y que intent suicidarse. Con ese objetivo
en mente, entr en una sinagoga y provoc disturbios durante el sbado. Los judos lo
1059

- Eusebio, H.E. 5.23,1.


- Jernimo (Los hombres ilustres 53) dice que Vctor escriba en latn. Si hemos de creerle al Libro De
los Pontfices 15, Vctor era norafricano de origen. La Piana (1925:204-205,223-231).
1061
- Eusebio, H.E. 5.15. La Piana (1925:234); Lampe (2003:382-383).
1062
- Eusebio, H.E. 5.23,2-4.
1063
- Eusebio, H.E. 5.24,1.
1064
- Pelikan (1980:60); Grant (1988:90).
1065
- Eusebio, H.E. 5.24,1-9. Polcrates recurre a la tradicin asitica, anclada en las grandes figuras
episcopales y profticas.
1066
- Eusebio, H.E. 5.24,10-18. Richard (1965:265); Lanne (1996:451-476); Gnilka (2003:195-201).
1067
- Kyrtatas (1987:83-85).
1068
- Hiplito, Refutacin 9.12,9-10.
1069
- Lampe (2003:335).
1060

195

llevaron ante el prefecto Fusciano y lo acusaron de ser un cristiano revoltoso. Carpforo


intervino en el proceso aclarando que Calixto no era cristiano, sino un esclavo
desesperado cuya provocacin solo tena como fin encontrar la muerte. Calixto fue
condenado como criminal de derecho comn y enviado a las minas de Cerdea. Sin
embargo su suerte cambi en poco tiempo, pues Cmodo otorg el perdn a varios
cristianos condenados a trabajos mineros (aproximadamente en 190-191). Dicha
amnista la consigui Vctor a travs de sus contactos en la corte de Cmodo: el anciano
eunuco cristiano Jacinto y Marcia, una filocristiana concubina del emperador.1070 En la
nmina de cristianos que Vctor le entreg a Marcia el nombre de Calixto no estaba
incluido entre los que conseguiran el indulto pues no era considerado miembro de la
comunidad. Pese a esto, cuando Jacinto lleg a Cerdea el esclavo rebelde le implor
para ser agregado a la lista y el eunuco accedi. Vctor no tom bien el regreso del
fraudulento y revoltoso Calixto, por lo cual lo envi a Anzio y le asign una pensin. 1071
Para los proto-catlicos romanos no era prudente mantener entre sus filas a un siervo
sedicioso que estaf a un patrono poderoso. Calixto no regres al servicio de Carpforo,
decisin que probablemente estara destinada a proteger al liberto imperial de cualquier
acusacin proveniente de los sectores opositores a Cmodo.1072
Para los lderes cristianos de occidente la esclavitud es una instancia conflictiva que
puede derivar en una sumisin obediente o en una rebelda exaltada. La situacin
material de los esclavos cristianos sigue siendo marginal en el entramado comunitario
en tanto son considerados miembros dbiles e influenciables o agitadores y estafadores.
Ya sea por un motivo como por el otro la asamblea se ve perjudicada en sus relaciones
tanto internas como externas y la crtica pagana encuentra argumentos para la
reprobacin.
1070

- Din Casio, Historia Romana 73. 4, 6-7 (la aclaracin sobre la simpata de Marcia por los cristianos
es un agregado de Xifilino). Hiplito, Refutacin 9. 7. Otros autores nada mencionan sobre el
filocristianismo de Marcia: Herodiano, Hist 1. 16, 4; Historia Augusta Cmodo 11. 9. Lampe (2003:336).
1071
- Hiplito Refutacin 9.11-13.

1072
- Calixto se adhiere al crculo del presbtero Ceferino, quien fue elegido obispo de Roma en 199.
Durante este obispado Calixto ejerci el cargo de secretario general y administr propiedades de la
iglesia. Al morir Ceferino en 217 Calixto fue nombrado obispo de Roma. Hiplito, Refutacin 9.2;
Eusebio, H.E. 6.21,1.

196

La anarqua militar posterior a Cmodo y el inicio del gobierno de Septimio Severo


encontraron a la iglesia de Alejandra en medio de un conflicto por la autoridad. 1073
Hacia 189 Demetrio logr imponerse como obispo de la ciudad, promoviendo una
unidad comunitaria que absorbi a muchos conventculos independientes. 1074 La nica
institucin que se mantuvo inalterada por su poder fue la escuela catequtica de la
ciudad,1075 dirigida por ese entonces por el didskalos Clemente,1076 sucesor del filsofo
cristiano Panteno.1077 Aparentemente esta escuela se concentraba en catecmenos
provenientes de sectores aristocrticos helenizados, grupo en el cual se incentivaba la
reflexin filosfica como parte de la formacin cristiana. El grupo del obispo Demetrio
representaba un cristianismo popular organizado alrededor de la jerarqua administrativa
y con prcticas de patronazgo. En Alejandra, como en otras comunidades, se dio un
choque entre la autoridad episcopal y el didaskaleion.1078 Esta tensin habra incitado a
Clemente a volcarse a la escritura desde 195 aproximadamente. Sus textos principales,
Protrptico (Prot), El Pedagogo (Ped), Strmata (Stro) y Qu hombre rico se salvar?
(Qhr) pueden comprenderse como una respuesta a los conflictos intraeclesisticos del
momento y como un intento del didskalos por reforzar su perspectiva social del
cristianismo.1079
La obra de Clemente representa un punto de resumen y recapitulacin de todo lo
escrito anteriormente sobre el desempeo domstico y social de los cristianos. Clemente
haba ledo a Ireneo, Celso, Justino, Taciano y estaba al corriente de las posturas
gnsticas y marcionitas. Es as que puede vincular la cuestin teolgica con la moral
prctica de los creyentes, proyectando los efectos de su anlisis soteriolgico en la
organizacin de un modo cristiano de administracin domstica.
1073

- Herodiano, Hist 2.9; Dion Casio, Historia Romana 74.11,2-14,3; Historia Augusta Septimio Severo
8.6-9.1; 10-11; Nigro 1.1; Albino 1.1.
1074
- Eusebio, H.E. 5.22. Kyrtatas (1987:141).
1075
- El debate acerca de la situacin de la escuela de Alejandra antes de Orgenes puede verse en Le
Boulluec- Conticello (2006:34-35); Osborn (2008:19-21).
1076
- Clemente posiblemente fuera un griego instalado en Alejandra desde 180. Heine (2006:117); Le
Boulluec- Conticello (2006:34).
1077
- En relacin a las discusiones sobre Panteno ver: Grant (1971:133-138); Le Boulluec- Conticello
(2006:29-33).
1078
- En este punto hay disenso: Osborn (2008:22) no ve conflicto entre la sucesin episcopal y los
didskaloi; Junod (1980:154-159), Kyrtatas (1987:140-144, 156-157) y Le Boulluec- Conticello
(2006:43-45), sealan una tensin creciente entre estos dos polos de poder sobre todo en cuanto al tema
de la penitencia y del control de los fieles.
1079
- Para los textos de Clemente seguimos la datacin de Heine (2006:118): Prot en 195, Ped en 197,
Stro 1 en 198, Stro 2-5 entre 199 y 201, Stro 6-7 y Qhr en 203.

197

La base de la doctrina antropolgica que defiende Clemente es el libre albedro. Segn


su perspectiva el hombre no tiene predisposicin natural hacia la virtud.1080 A raz de su
pecado en el Paraso Dios le impuso la Ley que, a travs del castigo, le procuraba el
bien. Esa Ley engendraba temor y llevaba a considerar a Dios como un amo
exigente.1081 El didskalos alejandrino indica que por la encarnacin y redencin de
Cristo, Dios se revel ya no bajo la figura del amo, sino bajo la imagen de un padre que
quiere que los hombres pasen del rango de esclavos al de hijos.1082 Sin embargo ese
pasaje exige una instruccin que fomente el conocimiento de las cosas divinas y
humanas.1083 Cuando el cristiano toma consciencia de su pasado pecaminoso, todas sus
relaciones domsticas se resignifican segn el alejandrino, particularmente aquella que
mantiene con los esclavos. Clemente subraya que, por haber sido rescatados de la peor
esclavitud, los cristianos se vuelven buenos amos para sus esclavos,1084 asumiendo su
interaccin en el oikos bajo nuevos trminos morales. Clemente seala que los esclavos
son hombres como nosotros y que Dios es el mismo para todos. Ahora bien, mantener
esa igualdad espiritual exige un ejercicio minucioso de la autoridad domstica que
Clemente intenta estimular en su auditorio. El didskalos reconoce que para predicar y
exhortar es necesario conocer al auditorio y distinguir sus formas de vida, maneras y
actitudes.1085 En Ped Clemente insiste particularmente en un modelo de vida cristiana
basado en la mesura y la racionalidad y que tiende a la consagracin de una autoridad
paternal magnnima. Coincidimos con Brown en que los temas del matrimonio y la
continencia eran sujetos de debate en la iglesia de Alejandra. 1086 Probablemente la
cpula jerrquica de Demetrio haba asumido premisas de abstinencia como requisito
para el acceso a los cargos. Clemente desconfa de la capacidad de los continentes y

1080

- Clemente de Alejandra, Stro 1.6.34,1; 17.84,2; 4.26. Danilou (2002:387-399).


- Clemente de Alejandra, Stro 1.27; 2.7; Ped 87.1-2.
1082
- Clemente de Alejandra, Prot 9.82,2-83,2; Ped 1.31,1-2.
1083
- Clemente de Alejandra, Stro 1.6 y 9. Clemente analiza positivamente a la filosofa pagana y a otras
ciencias, considerndolas tiles para la formacin del cristiano (teora del spermatikos lgos), aspecto que
sus oponentes (posiblemente el crculo de Demetrio) desdean. Stro 1.5, 13; 19. Danilou (2002:56-74);
Osborn (2008:26,63-64).
1084
- Clemente de Alejandra, Prot 10.107,2-3.

1085
- Clemente de Alejandra, Stro 1.1.9,1.
1086
- Brown (1993:195-196).
1081

198

exalta por contraposicin a los despotai casados y administradores que sostienen a la


comunidad cristiana con su riqueza.1087
Segn Clemente el cuerpo es el instrumento del alma en la vida moral.1088 Por eso la
tica cristiana aristocrtica presentada en Ped propone una recodificacin del cuerpo del
bautizado que tiene repercusiones incluso en los integrantes no creyentes del oikos. Los
conversos pueden mantener una interaccin cvica normal, participar de comidas en
casa de amigos paganos, ir a los baos pblicos, interactuar con gentiles; 1089 el lmite
est en el exceso que daa y esclaviza. Segn Clemente son tres las cosas que crean
dependencia a partir del cuerpo: los alimentos, los adornos y los esclavos. En el primer
caso el didskalos promueve una dieta moderada que no entorpezca la reflexin ni la
capacidad fsica.1090 Al referirse a los adornos Clemente engloba toda una serie de
suntuosidades que principalmente atribuye a las mujeres nobles. Estos lujos excesivos
atentan contra la economa domstica y afectan la relacin armoniosa entre los
cnyuges.1091 Tanto el exceso en la comida como en el lujo son una afrenta a los pobres
y a los esclavos que son obligados a adornarse a fin de ser vendidos en el mercado. 1092
Las extravagancias de los aristcratas rompen la solidaridad comunitaria y enajenan a
los creyentes. Respecto a los douloi, Clemente no cuestiona la posesin de esclavos sino
el uso de un nmero excesivo de siervos con fines estrafalarios. 1093 El didskalos
1087

- Clemente (Stro 3.5; 9; 18) no niega el valor de la continencia, pero esta debe ser por eleccin
racional y no con afn de negacin del mundo, pues eso sera despreciar la creacin divina. Broudehoux
(1970:59); Pagels (1990:50-51,56). El alejandrino focaliza su atencin en un auditorio de cristianos
acomodados que poseen familias y propiedades. Brown (1993:189-192).
1088
- Clemente de Alejandra, Ped 1.102,1.
1089
- Clemente de Alejandra, Ped 2.9-4; 10-1-2; 3.32,2. Broudehoux (1970:189-193).
1090
- Clemente de Alejandra, Ped 2.20,2-32,1.
1091
- Clemente de Alejandra, Ped 3.5,4-7,1;58,1.
1092
- Clemente de Alejandra, Ped 2.12,2-3; 3.21,1.
1093
- Clemente de Alejandra, Ped 3.26,1-3

Clemente de Alejandra, Ped 3.38,3.

199

observa que la recurrencia a los esclavos atenta contra el propio cuerpo de dos formas.
En primer lugar, la necesidad constante de los oiketai puede llevar a la concupiscencia
dado el nivel de intimidad que se logra; hay esclavos que se baan con sus dueos, que
se desnudan frente a ellos e incluso les hacen fricciones. 1094 En segundo lugar el
alejandrino destaca que la dependencia de los douloi engendra molicie y es una seal de
falta de carcter. Hacerse llevar en literas por esclavos, hacer que un doulos lea en voz
alta, que otro se dedique a lavar los pies del amo, otro a calzarlo y otro a masajearlo con
aceite son acciones que Clemente reprueba y propone cambiar por el trabajo
personal.1095 La actividad fsica aleja del deseo y fortalece el cuerpo. En base a esto
Clemente recomienda a los varones leer y vestirse por s mismos, traer agua, trabajar en
el campo, cortar lea e incluso practicar un deporte como la lucha atltica (no con fin
exhibicionista sino para lograr vigor viril). En el caso femenino el didskalos sugiere a
las damas asumir responsablemente la administracin del hogar, realizar trabajos
manuales que redunden en beneficios para su familia y propiciar un buen manejo de los
recursos.1096 Coincidimos con Broudhoux al decir que Clemente valoriza la actividad
fsica por considerarla un ejercicio de humildad, una instancia que robustece el
compromiso con la comunidad en tanto vincula a los hombres por la mutua
asistencia.1097 Mas all de la tentacin hacia la fornicacin o la molicie, el hecho de
abusar del servicio de los siervos provoca que se olvide que el esclavo es un hombre
como nosotros segn Clemente.1098 De aqu que su ideal mesurado respecto al tema de
la esclavitud sea servirse de los oiketai como de uno mismo, pues son hombres y no
bestias.1099 Aunque Clemente recurre a 1Ped para justificar la sumisin de los

Broudehoux (1970:166).
1094
- Clemente de Alejandra, Ped 3.32,2-3.

1095
- Clemente de Alejandra, Ped 3.27,1-3; 50.3; 52,1.
1096
- Clemente de Alejandra, Ped 3.47,3-52,1.
1097
- Broudehoux (1970:182-183).
1098
- Clemente de Alejandra, Ped 3.92,4.

1099
- Clemente de Alejandra, Ped 3.74,1.

200

esclavos,1100 aclara que pese a eso la caracterstica del amo debe ser la equidad y la
magnanimidad.
Clemente de Alejandra deja entrever una situacin comunitaria en la que la mayora
de los esclavos no parece ser creyente.1101 Esto nos lleva a pensar que todas las
prescripciones prcticas que Clemente propone sobre la vida domstica estn destinadas
a resguardar a los propietarios y damas. Las recomendaciones sobre no llamar a los
esclavos con chasquidos de dedos o prohibirles que hablen obscenidades se dirigen a
purificar las maneras de los amos, no a incentivar en la fe a los siervos. 1102 Esto ni
siquiera se ve en el pedido de Clemente sobre reprender al esclavo que obr mal, 1103
pues esa accin es presentada como una muestra de la responsabilidad del kyrios, no de
su inters por la conversin y virtud del esclavo. El doulos queda fuera de los intereses
de Clemente, pues pese a ser calificado de hombre es tambin una propiedad maleable y
de moralidad dudosa. Fornicar con esclavos es un pecado con consecuencias nefastas y
que puede degenerar en otros pecados como el aborto o la exposicin de nios, con los
cuales se intenta ocultar una pasin desenfrenada segn Clemente. 1104 Ante esto el
alejandrino propone la gravedad en el trato con los oiketai, es decir la prudencia en
cuanto a las maneras y hbitos domsticos a fin de fomentar un ambiente refrenado y
mesurado.1105 Pese a esto, el autor propone en Stro que el auto-control puede darse en
cualquier hombre que lo elija, incluso en un esclavo. El didskalos reconoce que
muchos esclavos creyentes se han mantenido en la virtud pese a la oposicin de sus
amos, llegando muchas veces al martirio por eso.1106 Esto bien podra ser mera retrica
clementina, ya que el grueso de los siervos era considerado por el didskalos como
creyentes sin conocimiento, incapacitados para comprender ciertas cosas declaradas en
la fe.1107 Para que aflore la virtud es necesaria la instruccin y Clemente no parece
incentivar en su auditorio aristocrtico el adoctrinamiento de sus esclavos domsticos.
Es suficiente que el propietario promueva prcticas domsticas y pblicas que
mantengan la justa y necesaria distancia con los siervos para alejarse de la tentacin.
El tratamiento que Clemente propone respecto a la esclavitud y la administracin del
oikos se integra en su inters por fortalecer el compromiso de sus adeptos a fin de
1100

- 1Ped 2.18.
- Kyrtatas (1987:113).
1102
- Clemente de Alejandra, Ped 2.60,1; 3.73,1-3.
1103
- Clemente de Alejandra, Ped 3.93,1-3.Broudehoux (1970:168)
1104
- Clemente de Alejandra, Stro 2.18,88-89; Ped 2.96,1; 3.21,5. Broudehoux (1970:157).
1105
- Clemente de Alejandra, Ped 3.84,1.
1106
- Clemente de Alejandra, Stro 4.8.
1107
- Clemente de Alejandra, Stro 1.1.5,1-3; 1.6,33; 1.12; 2.8,37-38.
1101

201

garantizarse la aparicin de nuevos didskaloi y de nuevos patronos. Por esto mismo el


uso de la riqueza y de los bienes es un tema central en la obra de Clemente. 1108 El autor
promueve una relacin equilibrada entre el cristianismo y el mundo exterior. El crculo
del obispo Demetrio representara una postura ms cerrada y rigorista en asuntos como
el perdn post-bautismal y la condena de la filosofa y la cultura paganas. El lder
propuesto por Clemente es un despotes casado y administrador de sus dependientes;
Demetrio parece volcarse a favor de una jerarqua que privilegia la continencia como
signo de superioridad. Para ambas perspectivas la esclavitud representa un peligro pues
el creyente esclavo, por su condicin jurdica de no pertenencia puede representar una
tentacin que parte de su misma disponibilidad fsica.
En el cristianismo alejandrino el esclavo no es presentado como denunciante traidor,
pues la relacin con las autoridades parece ser buena. El siervo es un peligro para la
intimidad del oikos en tanto su condicin de extrao y, en la mayora de los casos, de no
creyente lo coloca en una situacin marginal con respecto a sus amos fieles. El esclavo
es el verdadero enemigo domstico porque representa una voluntad maleable, que lo
hace objeto del deseo de su amo, o bien un objetivo calculador que perjudica a sus
superiores. Esto se observa en los Hechos de Juan (HchJn), texto ficcional del
cristianismo alejandrino sobre la prdica y milagros del apstol.1109
Los HchJn surgieron en Alejandra,1110 pero no podemos atribuirle la totalidad de la
obra a un nico autor.1111 Por un lado podramos identificar a un redactor con tendencias
docetas, presentes en los pasajes en que Cristo interviene y es reconocido como un ser
de variadas sustancias e inaprensible,1112 y monarquianistas modalistas, o sea que funde
en una nica persona a Dios y al Redentor.1113 Para este primer redactor la carnalidad de
Cristo se reduce a la apariencia. El segundo redactor se encontrara presente en los
captulos 94 al 102 y en el 109. Su teologa es de corte valentiniana, pues diferencia
1108

- Clemente de Alejandra, Ped 2.38,5; Qhr 1,2,14. Le Boulluec- Conticello (2006:39,47).


- HcJn datara del 200 aproximadamente, por lo cual sera contemporneo a la actividad de Clemente,
de Alejandra quien parece conocer relatos sobre el apstol tal como muestra en Qhr 41.
1110
- Junod-Kaestli (1988:4353-4356). El personaje del apstol Juan haba cobrado fama gracias a Ireneo
de Lyon, quien lo haca maestro de los presbteros itinerantes garantes de la tradicin oral. Que su figura
cobre notoriedad en Alejandra puede deberse a la lectura de las obras de Ireneo, a la utilizacin que
hacan los crculos gnsticos del EvJn e incluso a que Juan era considerado un representante de la prctica
cuartodecimana, postura que Demetrio y las vertientes cristianas de Alejandra habran apoyado. Grant
(1988a:90).
1111
- De hecho, como los dems Hechos apcrifos, HchJn ha llegado hasta nosotros lleno de lagunas y
con dificultades para reconstruir episodios. Pieiro-Del Cerro (2004:243- 254). Junod- Kaestli
(1988:4336) y Schferdiek (2003:165) aseveran la presencia de un nico autor para el texto.
1112
- HchJn 90.2; 93.1; 99.1-2.
1113
- HchJn 43.1; 77.2; 85.2.
1109

202

entre el Padre y Jess, el salvador gnstico dependiente del primero. Nosotros nos
concentraremos en fragmentos pertenecientes al primer autor.
En la comunidad cristiana que se nos esboza en HchJn no hay prcticamente
jerarqua1114 ni organizacin de los fieles ms all de una ceremonia de corte eucarstico
bastante extraa.1115 El autor inscribe al apstol en un mundo de personajes acaudalados
que le dan hospitalidad y lo sostienen a la usanza de los patronos pero, como reclamaba
Clemente, estos benefactores se muestran imperfectos porque estn atados a cuestiones
materiales.1116 Juan promueve entre ellos la continencia sexual como regla de perfeccin
y desprendimiento.1117 Sin embargo el crimen sexual no es el peor ni el nico para el
autor de HchJn, sino que se inscribe en un conjunto de pecados basados en la confianza
de lo material, en la atadura a lo terrenal.1118 El caso del campesino adltero y parricida
es un ejemplo. Este joven se arrepiente del crimen de su padre frente al apstol, y
promete dejar de lado su deseo adltero si Juan resucita al anciano. Cuando el apstol
realiza el milagro, el joven se castra con una hoz y le arroja sus partes en la cara a su
amante.1119 Juan lo reprende y le concede el perdn, sealndole que No son, pues, los
rganos los que hacen dao al hombre, sino las fuentes ocultas por las cuales se pone en
movimiento toda nocin malvada y aparece visiblemente1120. El origen del mal es
espiritual, nace de lo profundo del hombre para el autor de HchJn. Por eso el peor
pecado es la obstinacin en el mal, lo cual trae la condenacin pues la posibilidad de
arrepentirse existe, pero es limitada.
La postura del autor de HchJn en relacin al pecado se explicita a travs del nico
personaje esclavo del texto: Fortunato, el administrador de Andrnico. Fortunato es
presentado como un administrador codicioso y venal que, a cambio de dinero, abre la
tumba de su ama fallecida, Drusiana, para que el enamorado Calmaco cometa el acto de
necrofilia.1121 La intervencin divina, en forma de serpiente gigante, desbarata los planes
1114

- Salvo el dicono Vero, que asista a Juan. HchJn 30.1.


- HchJn 46.1; 110.1. Junod- Kaestli (1988:4351).
1116
- Dos ejemplos son representativos. Por un lado Licmedes, quien se deshace de dolor por su esposa
muerta en HchJn 21.1 a 22.1 y luego manda pintar un retrato del apstol y es reprendido por Juan en
HchJn 27-29. Cfr. Clemente de Alejandra Prot 4.60,1-2. Por otro Andrnico, quien, pese a ser uno de los
anfitriones de la comunidad, llora y se lamenta desmesuradamente por la fallecida Drusiana en HchJn 65.
1.
1117
- HchJn 34.1. Sin embargo no es una condicin sine qua non. Junod Kaestli (1988:4352).
1118
- HchJn 69.
1119
- HchJn 49- 51.
1120
- HchJn 54. 2.
1121
- HchJn 70. 1.

1115

203

de ambos hombres, dejndolos muertos.1122 Juan y Andrnico, marido de la difunta,


llegan a la escena y el Cristo polimorfo le ordena al apstol que resucite a Calmaco y a
Drusiana.1123 Pese a no recibir orden divina sobre ello, Juan cede al ruego de la rediviva
Drusiana y tambin resucita a Fortunato. Vale la pena aclarar que su amo, Andrnico, se
opona a ello por considerar que Fortunato haba muerto malamente y, adems, haba
sido el canalizador de la pasin de Calmaco. Fortunato vuelve a la vida pero se muestra
persistente en su pensamiento calculador y huye, encontrando la muerte.1124
El caso de Fortunato es ejemplificante y cobra sentido dentro del imaginario de la
iglesia alejandrina, que miraba con recelo las actitudes de los douloi, incluso de los
creyentes.

El crecimiento numrico del cristianismo y su acceso a estratos sociales poderosos


marc una diferencia en el periodo 165-202. La nueva fe se volvi una amenaza para la
intelectualidad pagana pues desviaba las lealtades de ricos e influyentes patronos hacia
una solidaridad interna exclusivista. Este fenmeno en medio de un contexto de crisis
poltica y social produjo brotes de violencia popular que hicieron de los cristianos sus
chivos expiatorios. Sin embargo la alteracin en la composicin social de las
comunidades tuvo una mayor repercusin a nivel interno. Las diferentes ekklesiai
entraron en debates acerca del tipo de comunidad que queran y sobre la forma que
deba adoptar la fe cristiana. Los cristianos proto-catlicos romanos se volcaron a la
organizacin de una red asistencial que proyect su influencia sobre otras ekklesiai
durante la crisis. Este proceso pudo efectuarse gracias a la adhesin de acaudalados
libertos imperiales, que tcitamente pasaron a ocupar roles patronales. Este vnculo con
las esferas de la administracin imperial provoc que los proto-catlicos desdearan
manifestaciones y tradiciones cristianas de viejo cuo. De esta forma se cuestionaron

1122
- HchJn 71.
1123
- HchJn 73. 1.
1124
- HchJn 81-83 y 86.2. Este episodio contrasta con el del sacerdote de Artemis, al cual resucita Juan
por pedido de un pariente. HchJn 47.2. Sin embargo el apstol le aclara que aunque resucit, no vive de
verdad. Para vivir es necesario creer. Es lo que Fortunato no hace. La resurreccin en HchJn supone la
conversin. La frase del apstol al anciano asesinado por su hijo resume esta postura: (Si) hubieras
resucitado (para seguir) en las mismas condiciones, ms te valdra morir HchJn 52.2. Junod- Kaestli
(1988:4352). Clemente de Alejandra (Prot 9.83,1-2) seala que hay individuos que pese a recibir la
oferta de salvacin, prefieren la esclavitud.

204

todas aquellas prcticas que mantenan elementos de corte judaizante, como la


celebracin pascual acorde al calendario judo, y con formas exaltadas de la fe, por
ejemplo la profeca y la continencia con fines escapistas. Varios crculos jerrquicos de
las iglesias orientales no aprobaron estas innovaciones y las tacharon de acomodaticias.
Fruto de la crisis los cristianos de oriente se haban refugiado en sus tradiciones locales,
rescatando el elemento proftico y la enkrateia como instancias de acercamiento a la
divinidad. Estas mismas tradiciones les sirvieron como bandera a la hora de criticar el
secularismo occidental.
En medio de los conflictos antes mencionados, el discurso cristiano sobre la esclavitud
se volc a resaltar la naturaleza paternal y benvola del despotes, an a costa del
envilecimiento del esclavo. Los cristianos del perodo, particularmente los
proto-catlicos, no estaban interesados en los esclavos ms que como elementos
domsticos del kyrios. Esto se debi al enfrentamiento discursivo con una
intelectualidad pagana que calificaba al cristianismo como un culto promotor de la
erosin del poder domstico. Segn Celso el proselitismo entre esclavos, mujeres y
nios comenzaba una cadena de insubordinaciones que iniciaba a nivel domstico,
poniendo en tensin la lealtad a los superiores, y culminaba a nivel imperial,
perjudicando las polticas de estabilidad y seguridad. Frente a esta crtica pagana los
cristianos reaccionaron o bien con un discurso rigorista de renuncia social, caracterizado
por un desapego del mundo material con fuertes elementos gnsticos, o con un
contra-discurso paternalista. Los proto- catlicos potenciaron una perspectiva
comunitaria en la que el proselitismo cristiano apareca como verticalista, es decir
partiendo de los kyrioi. La conversin del despotes se presenta como una instancia que
altera las relaciones domsticas. Aquel que tiene el poder comienza a concebirlo de
manera distinta y por eso el trato con sus dependientes cambia. No es extrao que para
cimentar este discurso de proselitismo paternalista aparezcan las historias de los douloi
delatores, no creyentes en la mayora de los casos. Desde la perspectiva de estos relatos
es el amo creyente la vctima de los subordinados. La contracara a esto la presenta el
martirio de los cristianos galos con la figura de Blandina. Este personaje tipifica la
correcta subordinacin domstica ya que comparte la prisin con su duea creyente y su
testimonio en los tormentos la transforma en la imagen viva del Cristo sufriente. Fue
Tefilo de Antioquia quien dej en claro el direccionamiento del discurso propagandista
cristiano al subrayar que el comportamiento del esclavo depende del comportamiento
del amo. La concordia domstica solo se alcanza con la conversin del kyrios. Un
205

esclavo cristiano sin un kyrios creyente evoca una situacin subversiva a nivel
domstico; la situacin contraria, un amo cristiano con subordinados paganos, se ajusta
ms a la nueva composicin social de las asambleas, en las que comienzan a aparecer no
solo intelectuales, sino incluso ciertos aristcratas.
Los autores proto-catlicos del periodo analizado envilecen a los oiketai en base a
mltiples defectos: no son puros, pueden ser fcilmente atrados por doctrinas
estrafalarias, son pasibles de violencia a fin de obtener una acusacin, son fraudulentos
y representan una tentacin constante a raz de su disponibilidad fsica. El objetivo en
este caso es doble: responder las diatribas externas y alejarse del modelo comunitario
montanista que promueve la exaltacin de los subordinados. El esclavo es para las
jerarquas y crculos intelectuales creyentes la pieza dbil de la comunidad y por ello su
nmero domstico debe ser reducido y sus actividades acotadas. No es un modelo de
creyente ni a nivel externo ni a nivel interno.

206

CAPTULO 6
CRISIS Y CRECIMIENTO: ESCLAVOS ENTRE EL VULGO CRISTIANO

La situacin del cristianismo bajo la dinasta de los Severos y hasta 250 fue de
progresiva estabilidad y creciente insercin en el mbito de la cultura urbana del
imperio. Las jerarquas proto-catlicas consolidaron un discurso solidario con el
esquema poltico vigente, flexibilizando ciertas posturas sociales que dificultaban la
interaccin de los cristianos con sus vecinos. No es extrao que en este momento se
preste atencin en las iglesias a la cuestin del canon escritural y que se enfatice
notoriamente la necesidad de una disciplina eclesial con eje en las jerarquas, a las
cuales se separa tajantemente del comn de los fieles. Varias ramas del cristianismo
manifestaron una alineacin poltica que no era compatible con exaltaciones
milenaristas o inclinaciones individualistas extremistas. Esto ocurre incluso en el
interior de varios grupos gnsticos, los cuales enfatizan de manera notoria la necesidad
de una mayor solidaridad entre los pneumticos y los psquicos a partir de un esquema
de responsabilidad en pos del perfeccionamiento comunitario. Esta necesidad de
organizacin grupal que se percibe en la mayora de las ekklesiai se debe al incremento
en el nmero de adeptos, por lo cual es imperativo configurar el ritual y la doctrina a fin
de contener al comn de los fieles, poblacin sobre la cual la crtica pagana se ensaaba
particularmente. El cristianismo en sus variadas vertientes intenta mostrar que puede ser
una fe popular capaz de promover la perfeccin moral en los simples y, a la par, ofrecer
un nivel ms alto de conocimientos para aquellos interesados en hacer carrera en el
movimiento. El discurso apologtico propio del siglo II se encuentra ahora amenazado
por una realidad comunitaria diferente que exige su reestructuracin para garantizar la
extensin de la fe a todos los nuevos adeptos. Varios sectores renegaron de estas

207

tendencias a las que tacharon de secularistas. Para ellos el acomodamiento del


cristianismo al mundo, an a un mundo que reconocan como tolerante, supona
traicionar la lealtad a Dios para congraciarse con el Csar. A partir de esta nocin se
promocionaron modelos comunitarios rigoristas que se apoyaban en preceptos
destinados a promover la austeridad y fomentar la pureza de los miembros de la
asamblea.
Tanto en las vertientes secularistas como en aquellas rigoristas la esclavitud form
parte de sus discursos y prcticas comunitarios. Fue la misma evolucin numrica de las
comunidades la que exigi repensar el rol de los esclavos creyentes en medio de las
crticas paganas que desde mitad del siglo II venan cuestionando el proselitismo
domstico cristiano. A nivel discursivo los esclavos pasaron a integrar ahora un sector
particular dentro de los denominados cristianos vulgares, los cuales requeran un
adoctrinamiento particular que fomentase la lealtad dentro de los parmetros
socio-jurdicos de su estatus. Salvo algunos casos en los que la condicin material del
doulos era considerada un impedimento para la participacin, en general la literatura
cristiana del perodo 202-250 intent proponer mecanismos para regular la membresa
de los siervos en base a su condicin de seres fsicamente alienados. El esquema de
proselitismo paternalista asumi urgencia inmediata pues aparece como primera prueba
del respeto cristiano por la autoridad tanto domstica como imperial.
El cristianismo sufri una crisis de crecimiento a la par de la crisis imperial del siglo
III. Eso le supuso dos alternativas: mantener el imaginario, los usos sectarios y las
prescripciones puristas o bien aprovechar el periodo de tolerancia y reforzar su
presencia social creando nuevos lazos y extendiendo su influencia en la polis. En ambas
tendencias el discurso y la prctica cristianos sobre la esclavitud manifestaron
diferencias.

Hacia el ao 197 Tertuliano, un rtor norafricano convertido al cristianismo, 1125 inici


una cruzada escrita contra una serie de violencias locales contra los cristianos. Ya los
gobernadores africanos haban procedido contra la incipiente iglesia hacia 180, cuando
en la localidad de Escilio varios fieles fueron ajusticiados bajo el prefecto Saturnino.1126
1125

- Los primeros datos biogrficos de Tertuliano los dan Eusebio (H.E. 2.2,4) y Jernimo (Sobre los
hombres ilustres 53). Sin embargo Barnes (1985:11-30) ha cuestionado estas narrativas, que lo hacen un
presbtero versado en leyes e hijo de un centurin romano. Varios han seguido su criticismo: Bray
(1977:94-116), Wilwhite (2007:17-23), Heine (2008:133).
1126
- MartEsc 1; Tertuliano, A Escpula (Esc) 3.4.

208

Los primeros textos de Tertuliano, A las naciones (Nac), A los mrtires (Mart) y
Apologtico (Apol), sealan la influencia de la herencia apologtica oriental en la lite
norafricana.1127 En los ltimos aos del siglo II Tertuliano se queja a los magistrados
locales de que se est procediendo contra los fieles sin investigacin previa, sino que se
los detiene en sus asambleas los das de reunin. 1128 En los tratados mencionados el
autor retoma los tpicos tradicionales acerca de las acusaciones y rumores populares
sobre los cristianos y los complementa con un fuerte reclamo de alineacin poltica. 1129
Para el rtor norafricano los cristianos son fieles sbditos del emperador.1130 Si bien
otros autores haban utilizado este recurso, Tertuliano lo presenta inserto en la realidad
poltica presente: los cristianos no apoyaron ni a Nigro ni a Albino, sino a Septimio
Severo.1131 Aunque remarque que los creyentes son ajenos a la poltica, tcitamente est
reconociendo a este emperador como el justo depositario del poder imperial otorgado
por Dios.1132 El autor norafricano sabe de la poltica tolerante severana, la cual parece no
haber causado perjuicio a las agrupaciones cristianas. El nico testimonio de un decreto
severano anticristiano est en Historia Augusta y debera fecharse hacia 202.1133 Sin
embargo varios analistas discuten su veracidad y postulan que lo que ocurri realmente
fueron ciclos de violencia local, instigados por gobernadores en varios casos, en los que
los cristianos fueron las vctimas.1134
Las actividades anticristianas parecen haber sido moneda corriente en el Norte de
frica entre 197 y 212, con periodos de mayor o menor intensidad. Tertuliano estaba al
tanto de esta realidad y si bien en un principio intent sostener un esquema secularista a
fin de minimizar el conflicto, hacia el ao 207 su postura cambi por la adhesin a la
Nueva Profeca. El Tertuliano montanista segua siendo un proto-catlico entusiasta,
1127

- La literatura apologtica de Justino y otros autores posiblemente se conociera en el frica romana.


Rankin (1995:15-16).
1128
- Tertuliano, Nac 7.19; Apol 7.4.
1129
- El norafricano reproduce el discurso de varios apologetas del siglo II en materia de calumnias
populares contra los cristianos. Tertuliano, Nac 7.1-4; Apol 7.1.
1130
- Tertuliano, Apol 29-33. Pelikan (1965:7).
1131
- Tertuliano, Apol 35.9-10. Esta alineacin poltica se volvi ms acentuada hacia 212, cuando
Tertuliano defendi a los fieles de los procesos llevados adelante por el procnsul Escpula. En ese caso
recurre incluso a una historia sobre un cristiano llamado Torpacin, aparentemente un liberto. Septimio
Severo, curado por la uncin de este personaje, lo habra integrado a su servicio. Adems Tertuliano
aduce que la nodriza de Caracalla haba sido una cristiana (Esc 2 y 4).
1132
- Tertuliano, Apol 38.3; 33.1. Sordi (1979:347) observa que el grupo de Hiplito en Roma tambin ve
positivamente a Septimio Severo, pues lo compara con el rey persa Daro en Comentario sobre Daniel
(ComDan) 3.31.
1133
- Historia Augusta Septimio Severo 17.1.
1134
- Sordi (1979:345-347); Santos Yanguas (1996:27-32); Birley (1999:209); Gonzlez Salinero
(2005:56-57). Otros eligen hablar de edicto persecutorio: Frend (1981:320-324); Danilou
(1982:181-182); Wypustec (1997:276-297).

209

solo que ahora integrado en una faccin elitista al interior de la iglesia. 1135 La Nueva
Profeca lejos estaba de ser catalogada como heterodoxa en las iglesias, pese al desafo
que imponan las figuras profticas a las jerarquas episcopales. El motivo de esta
identificacin del rtor con el montanismo podra radicar en fuertes debates
organizativos ocurridos en el interior de la iglesia de Cartago. Tertuliano siempre fue
consciente de la diversidad dentro del movimiento y consideraba que la misma
favoreca la laxitud en materia moral.1136 En Cartago parte de la ekklesia habra
adoptado el montanismo a inicios del siglo III como reaccin ante tendencias de
apertura social por parte de ciertos sectores jerrquicos que deseaban reducir la tensin
con el entorno pagano. Sin embargo el montanismo y el proto-catolicismo convivieron
pacficamente en el Norte de frica ya que el primero haba perdido los elementos
milenaristas que lo caracterizaron en Asia Menor.1137 Frente a un proto-catolicismo que
es percibido como negociador, el montanismo de Tertuliano se presenta como asctico y
exigente, intentando calcular minuciosamente el desenvolvimiento pblico y privado de
los fieles, promoviendo as una tendencia crecientemente intolerante para con el vulgo
menos comprometido.1138 Tertuliano hace de la disciplina eclesistica un fuerte elemento
de pertenencia y compromiso que est por encima de la lealtad al emperador. 1139 En
Apol especifica que las asambleas cristianas deben ser espacios donde se ejerza un
frreo control personal a travs de exhortaciones, castigos y censuras. 1140 En este sentido
son muy ilustrativas las posturas de Tertuliano acerca del matrimonio y del perdn, dos
situaciones que colocan a los fieles en los lmites de la pertenencia comunitaria. Frente a
ciertas polticas contemporneas de la iglesia de Roma tendientes a permitir
matrimonios entre cristianos de estatus diferentes y a una permisin en relacin al
nuevo matrimonio de los viudos, Tertuliano reacciona promoviendo un nico
matrimonio y una vida de ascesis.1141 En cuanto al perdn, este tema parece ser
acuciante para los cristianos norafricanos ya que la seguidilla de episodios violentos
1135

- En esto seguimos la opinin de Rankin (1995:27-29), Wright, D. (2000:1029), Trevett (2002:69).


- Tertuliano, Nac 5.10; Apol 46.17; 47.9-10; Contra los valentinianos (C.valentinianos) 39.
1137
- Trevett (2002:69-76), Butler (2006:25).
1138
- Rankin (1995:41-44); Dunn (2004:7).
1139
- Tertuliano, Nac 17.1-3; Apol 33.1; Esc 2. La pertenencia y lealtad cristiana hace que Tertuliano
obligue a los cristianos a rechazar ciertas prcticas cvicas cuyo objetivo es reconocer el poder absoluto
del emperador, por ejemplo los juegos pblicos (Idolatra (Idol) 7-8) y la milicia (Corona (Cor) 12). En
este ltimo tema Tertuliano cambi su posicin al alinearse con el montanismo, ya que antes toleraba que
los fieles integren el ejrcito (Apol 42.3). Gero (1970:285-298); Groh (1971:7-14); Evans (1976:21-36);
Rankin (1995:19); Dunn (2004:44).
1140
- Tertuliano, Apol 39.3-4.
1141
- Tertuliano, Sobre la monogamia 3.1-2, 10; 4.1-2; Exhortacin a la castidad 10; A su mujer 1.6-7;
Prescripcin a los herejes 40.5. Church (1975:83-101); Trevett (2002:109-114).
1136

210

locales habra hecho flaquear la fe de muchos. La readmisin de los apstatas y de otros


pecadores que violaron preceptos centrales (por ejemplo los adlteros) gener un
conflicto que, sin romper la unidad, dividi a los fieles. Si bien volveremos sobre estos
problemas ms adelante es suficiente remarcar aqu que Tertuliano se fue volviendo ms
radical en cuanto al tema del perdn, negndose finalmente a admitir la segunda
penitencia para los bautizados.1142
En el fondo de la frrea disciplina comunitaria que Tertuliano reclama para su grupo
subyace un inters de tipo elitista. El cristianismo representa para este grupo una fe
jerrquica y transmitida por la tradicin,1143 una fe anclada en conventculos domsticos
y de corte sectario. Por la aparicin de una considerable masa de fieles nefitos fue
urgente adaptar las prescripciones domsticas paternalistas, transformndolas en
herramientas para legislar sobre este nuevo vulgo cristiano que engloba a gentes de
variado estatus. El miedo al eterno suplicio aparece en el discurso de Tertuliano como el
aliciente para el comn de los cristianos.1144 El temor a un castigo infinito cumple el rol
de motivador para una vida moral ajustada a la disciplina eclesial. Segn Tertuliano las
creencias cristianas tienen una utilidad social evidente pues colaboran con el buen orden
cvico general.1145
Tertuliano represent a un sector educado y comprometido con el soporte econmico
de la asamblea, un sector vinculado a las jerarquas, pese a las diferencias que mantena
con las mismas.1146 El autor norafricano no se interesaba por el cristiano comn o de
estatus inferior al suyo; solo lo perciba como un mero reproductor de la tica
comunitaria estructurada en base a ciertos preceptos. Tertuliano represent, incluso en
su periodo previo a integrar las filas montanistas, a una lite cristiana rigorista y purista.
Esta intenta imponer una prctica sectaria de corte aislacionista, a fin de oponerse a
otros sectores comunitarios, y clientelar, a fin de mantener la adhesin de los fieles de
estatus inferior. Sin embargo los tertulianistas no gozaron de gran popularidad a nivel
local pues su ideal comunitario parece haber sido puesto en cuestin constantemente
tanto por vertientes sealadas como heterodoxas como por el sector proto-catlico. 1147 El
1142

- Tertuliano, Sobre el Bautismo 4; Sobre el arrepentimiento 5 y 9; Sobre la Pureza (Pur) 10-13; Sobre
la Modestia 21.17. Trevett (2002:114-116); Dunn (2004:55).
1143
- Tertuliano, Sobre la Carne de Cristo 2.3-5. Dunn (2004:21-22).
1144
- Tertuliano, Apol 49.2.
1145
- Tertuliano, Apol 42. Similar a lo que Justino (1Apol 17.1-2;31.6) ya haba planteado a mediados del
siglo II. Burrows (1988:218).
1146
- Rankin (1989:271-276) (1995:29-31); Dunn (2004:38).
1147
- Tertuliano continuamente est defendiendo las posturas de su grupo contra los planteos de otros
cristianos. Eso se ve claramente en loa textos Sobre el velo de las vrgenes 3.5-6.3 y El adorno de las
mujeres (Ador) 2.11,3, donde defiende un uso comunitario concreto en relacin al atuendo femenino, y

211

estricto esquema eclesial tertulianista colocaba en los mrgenes de la asamblea a los


miembros de bajo estatus que se regan por el miedo al castigo eterno. Entre ellos
podemos descubrir a los esclavos.
El tratamiento de la esclavitud en Tertuliano aparece subordinado al problema de la
disciplina comunitaria. Podemos observar ciertos pasajes en los que la rebelda esclava
es equiparada al mundo indisciplinado de la gentilidad, del cual el grupo tertulianista
quiere mantenerse alejado. De esta forma vemos que Tertuliano era consciente de que
ciertos esclavos haban traicionado a sus amos o vendido informacin sobre ellos y su
adscripcin cristiana.1148 Es muy llamativa la comparacin que el norafricano realiza en
Apol entre los demonios y los siervos, pues a ambos les atribuye un poder daino. 1149 Si
bien el cristiano es superior a los malos espritus, estas fuerzas tienen, segn Tertuliano,
capacidades disruptivas que causan perjuicio a la comunidad. Las caractersticas de
miedo y contumacia atribuidas a los demonios surgen de una experiencia social
concreta: la convivencia con los douloi. Esta es una novedad a nivel retrico ya que
ejemplificar el accionar demonaco con la rebelda esclava seala una perspectiva
negativa en cuanto al proselitismo entre subordinados. Es difcil saber si en este pasaje
el autor tiene en mente a siervos creyentes o paganos pero bien podramos inclinarnos
por la primera opcin si complementamos la informacin con otro texto del norafricano.
Los douloi que describe Tertuliano en Apol operan como saboteadores de lejos y
suplicantes piadosos de cerca. Ya hemos visto que el temor es una caracterstica clave
en los cristianos del comn. Ahora bien, la situacin de sujecin del siervo provoca un
temor que deviene en odio y que amenaza con desestabilizar la vida comunitaria. Esto
se percibe en las recomendaciones que el autor norafricano realiza sobre la manumisin
en el tratado Sobre la corona (Cor), hacia 212. En el mismo se especifica que el esclavo
liberado recibe una corona como smbolo de su manumisin. 1150 En base al
tambin en Cor 1, donde recusa la opinin de un sector del cristianismo cartagins que critic al soldado
creyente que rechaz la corona del triunfo.
1148
- Tertuliano, Nac 7.15; Apol 7.4.
1149
- Tertuliano, Apol 27.5-7.
Nam licet subiectasit nobis tota vis daemonum et eiusmodi spirituum, ut nequam tamen et servi metu
nonnunquam contumaciam miscent, et laedere gestiunt quos alias verentur. Odium enim etiam timor
spirat. Praeterquam et desperata condicio eorum ex praedamnatione solatium reputat fruendae interim
malignitatis de poenae mora. Et tamen adprehensi subiguntur et eondicioni suae succidunt, et quos de
longinquo oppugnant, de proximo obsecrant. Itaque cum vice rebellantium ergastulorum sive carcerum
vel metallorum vel hoc genus poenalis servitutis erumpunt adversus nos, in quorum potestate sunt, certi et
inpares se esse et hoc magis perditos, ingratis resistimos ut aequales et repugnamus perseverantes in eo
quod oppugnant et illos nunquam magis detriumphamus quam cum pro fideli obstinatione damnamur.
1150
- Tertuliano, Cor 13.5-6.
Coronat et libertas saecularis. Sed tu iam redemptus es a Christo, et quidem magno. Seruum alienum
quomodo saeculum manumittet? Etsi libertas uidetur, sed et seruitus uidebitur: omnia imaginaria in

212

cuestionamiento que hace el ya montanista Tertuliano podemos inferir que este doulos
al que se refiere el tratado es un cristiano. Su crtica va dirigida al entusiasmo servil por
la ceremonia de liberacin. Para el autor norafricano el sacrificio de Cristo otorg la
libertad a todos los hombres, por lo cual los procedimientos oficiales mundanos solo
revisten un carcter nominal, no real. Sin embargo pareciera haberse dado el caso de un
rechazo de los lazos comunitarios por parte de siervos creyentes manumitidos.
Tertuliano seala que para estos nuevos libertos la libertad en Cristo era percibida
como esclavitud. Con este juicio negativo sobre las actitudes de los manumisos se nos
completa la perspectiva tertulianista sobre el esclavo cristiano, cuya lealtad es
continuamente disputada con el mundo.1151 Visto en esta perspectiva, el oiketes creyente
manifiesta una continua actitud calculadora para los tertulianistas, actitud que puede
provocar dificultades y obstruir la pureza del conventculo. El grupo de Tertuliano
parece regirse por una divisin de estatus muy jerarquizada entre sus miembros, lo cual
transformara la disciplina domstica en una serie de imposiciones rgidas, basadas en el
temor y la sumisin. No sera extrao entonces que los oiketai de dichos hogares
percibieran la fe a la que Tertuliano denomina libertad en Cristo como una carga. Con
el ejemplo de la corona del manumiso Tertuliano est criticando a los sectores
secularistas de la iglesia de Cartago que alentaran la insercin de sus propios libertos
ocupando roles administrativos en negocios, actividad que los colocara por fuera del
estricto control domstico. Para el retor norafricano la manumisin legal, con la entrega
de la corona, es igual a propiciar la contaminacin del subordinado y pedir el
asentimiento social pagano sobre el concepto de libertad, el cual tiene un significado y
un rol diferente al interior del movimiento cristiano.

El mundo pagano en el discurso de Tertuliano simboliza el desorden y la falta de


disciplina que traen aparejada la decadencia en las costumbres.1152 Esa inmoralidad
creciente se expresa para los tertulianistas en acciones que atentan contra la institucin
del oikos, fundamentalmente el adulterio y la fornicacin. Como los apologistas
orientales del siglo II, Tertuliano reconoce que estas prcticas engendran una cadena de
saeculo et nihil ueri. Nam et tunc liber hominis eras, redemptus a Christo, et nunc seruus es Christi,
licet manumissus sis ab homine. Si ueram putes saeculi libertatem, ut et corona eam consignes, redisti in
seruitutem hominis, quam putas libertatem, amisisti libertatem Christi, quam putasti seruitutem.
1151
- Tertuliano, C. Marcion 2.23; Ador 2.5,4. En estas metforas los esclavos representan a los cristianos
en general, ya que representan la tensin entre fe y obligaciones sociales.
1152
- Tertuliano, Apol 6.4-10; 41.1; Idol 2; Ador 2.5,2.

213

males por la sola voluntad de disimular un instinto sexual incontenido. La exposicin de


nios no deseados es presentada como el preludio para la esclavitud, provocando una
alteracin del hogar a partir de la posibilidad de incesto.1153
No es extrao que Tertuliano reaccione entre 215 y 218 contra la poltica seguida por
los obispos romanos Ceferino (199-217) y Calixto (217-222). La conflictividad entre los
conventculos cristianos de Roma haba llegado a un extremo debido a que el grupo de
Calixto adopt una poltica relajada en asuntos doctrinales que levant la polmica. Ya
Ceferino haba tratado de reconciliar a su faccin proto-catlica con el partido de
Teodoto,1154 un banquero romano que postul que Jess fue meramente humano, y con
el partido de Sabelio,1155 un maestro que negaba la preexistencia del Logos-Cristo. Gran
parte del cristianismo romano reaccion contra esta postura de acercamiento,
reclamando un rigorismo mayor y una condena efectiva de aquellos sealados como
desviados. La expresin escrita que nos ha conservado este reclamo viene de la mano de
lo que Brent llama la escuela de Hiplito, un conjunto de autores que asumen la
defensa de la doctrina del Logos unignito y su preexistencia en medio de la crtica al
proceder calculador de Calixto, a quien endilgan ser un ex esclavo fugado y con aires de
mrtir.1156 Segn Heine, Calixto sostuvo en su episcopado una cristologa particular: por
un lado muy cercana al modalismo monarquianista de Sabelio, pero por otro tambin
adscripta a la teora del Logos defendida por el grupo del presbtero Hiplito. 1157
Simonetti define la cristologa de Calixto como frmula conciliatoria, 1158 lo cual nos
lleva a pensar en que el obispo procedi a una negociacin progresiva respecto a su
poder como representante externo de la iglesia romana. Es en esta clave que podemos
comprender las medidas de Calixto que tanto indignaron al grupo de Hiplito y al
montanismo norafricano.
El obispo romano permiti que los clrigos viudos volvieran a casarse una segunda y
una tercera vez y, a la par, bendijo las uniones de mujeres patricias creyentes con
esclavos y libertos.1159 Brent seala que con estas medidas Calixto estaba buscando la
adhesin a su crculo de miembros expulsados por otros grupos cristianos. Absolver y
admitir a miembros excomulgados o marginales de otras congregaciones supone entrar
1153

- Tertuliano, Nac 15.1-5; 16.9-20; Apol 9.8 y 17.


- Eusebio, H.E. 5.28,8-19. Trigg (1985:78).
1155
- Hiplito, Refutacin 9.6; Eusebio, H.E. 7.6. Danilou (1982:251-252); Trigg (1985:79).
1156
- Brent (1995:204-259, 300-367). Danilou (1982:182-189) propone la idea de evolucin teolgica de
un mismo autor, identificado como el presbtero Hiplito de Roma.
1157
- Heine (1998:78).
1158
- Simonetti (1993:198-199).
1159
- Hiplito, Refutacin 9.7.
1154

214

en conflicto con las mismas, pues no validaran el acto de Calixto y romperan los lazos
fraternales.1160 Si bien las medidas de Calixto solo se aplicaban a su grupo, este cambio
disciplinario afect a las iglesias africanas vinculadas econmica y geogrficamente con
Roma. Tertuliano se manifiesta contra Calixto, al cual ya haba criticado en su tratado
Contra Prxeas, donde lo acusaba de ser el promotor de la condena del montanismo en
los crculos cristianos romanos.1161 Ahora le da el ttulo de obispo de obispos y
pontifex Maximus en un sentido irnico,1162 denostando su decisin de otorgar el
perdn a los fieles que han cado en lo que el norafricano considera como adulterio y
fornicacin. Tertuliano y los hipolitanos se escandalizan de las medidas de Calixto
porque consideran que rompen el contexto de pureza en que se pensaba a la comunidad
cristiana desde la perspectiva sectaria. En Refutacin el autor hipolitano seala que
entre las medidas de Calixto estaba la de permitir las uniones de hecho entre mujeres
nobles y esclavos o libertos creyentes. Esta permisin habra sido para evitar que las
mujeres cristianas de alcurnia se casaran con paganos y quedaran limitadas en tanto
patronas comunitarias. Ms sentido tiene esta medida si tomamos como verosmil el
dato que seala a Calixto como un liberto cuya manumisin habra sido realizada por la
comunidad proto-catlica romana. Para acrecentar el poder de su crculo (en el cual se
moveran varios libertos con recursos), Calixto habra fomentado las uniones con las
principales damas patrocinadoras. Los crculos cristianos rigoristas interpretaron la
estrategia de Calixto de manera controversial. El autor de Refutacin adopta un punto de
vista elitista considerando las uniones entre individuos de diferente estatus como
prostitucin; tales medidas ponan a la iglesia en tensin con la ley civil. 1163 La unin de
hecho (no legal) con un esclavo o liberto no tena perspectiva social para los
hipolitanos, razn por la cual el autor de Refutacin marca que era comn el uso de
frmacos para la esterilidad o el aborto por parte de las mujeres nobles. 1164 Tanto para
1160

- Brent (1995:505-506).
- Tertuliano, Contra Prxeas 1. Brent (1995:519) y Heine (1998:58-59) apoyan la identificacin de
Prxeas con Calixto, no as Lampe (2003:349-350).
1162
- Tertuliano, Pur 1.6-8.
Audio etiam edictum ese propositum et quidem peremptorium. Pontifex scilicet maximus quod est
episcopus episcoporum edicit: dimitto et moechiae et fornicationis delicta paenitentia functis. O edictum
cui adscribi non poterit bonum factum. Et ubi proponetur liberalitas ista. Ibidem opinor in ipsis libidinum
tiatuis. Illic eiusmondi paenitentia promulganda est ubi delinquentia ipsa versabitur. Illic legenda est venia
quo cum spe eius intrabitur. Sed hoc in ecclesia legitur et in ecclesia pronuntiatur et virgo est.
Brent (1995:503-504).
1163
- Digesto 23.2.16; 24.1.3.1.
1164
- Hiplito, Refutacin 9.12,24-25.

1161

215

los tertulianistas como para los hipolitanos los oiketai creyentes eran miembros
marginales de la asamblea cuyo vnculo sexual con sus dueas solo poda acarrear
problemas no solo de pureza, sino tambin con la ley romana.1165
Si consideramos la postura montanista norafricana respecto a la esclavitud y la tica
comunitaria que observamos en Tertuliano, y que veremos a continuacin en Martirio
de Perpetua, es lgico comprender por qu las medidas de Calixto generaban
desaprobacin. El elitismo de los nuevos profetas rechazaba a los esclavos conversos
ponindolos en un lmite comunitario por cuestiones de pureza. Autorizar la mezcla
entre fieles de estatus jurdico dispar era considerado un error que engendraba otros
perjuicios.1166 Tertuliano y los hipolitanos ven al aborto y a la exposicin de nios como
consecuencias de desrdenes y alteraciones en la tica sexual domstica. Los esclavos
representaban una gran parte en esta cadena pecaminosa pues su no pertenencia a la
comunidad los transformaba en objetos destinados a satisfacer la pasin de sus amos.
Esto se ve claramente en el documento titulado Tradicin Apostlica (TradAp), escrito
hacia 218. En este texto los hipolitanos se preocupan por enumerar los procedimientos
bsicos que la comunidad cristiana debe seguir en materia jerrquica, entre los cuales
aparecen directivas sobre los esclavos miembros. Si bien para los hipolitanos el estatus
de esclavo no es bice para integrarse en la asamblea, en TradAp se pide considerar la
situacin domstica de los siervos, es decir la relacin con sus amos y su conducta.1167 Si
el esclavo pertenece a un creyente puede, con autorizacin de este, acceder a la
asamblea. TradAp insiste en que este permiso de integrar la iglesia debe fundarse en una
buena conducta.1168 Si el propietario del doulos es un pagano, TradAp propone
adoctrinar al siervo en la sumisin y la complacencia a fin de evitar conflictos que
despierten crticas. El caso de las esclavas que ocupan el rol de concubinas es particular

1165
- Frend (1981:324); Kyrtatas (1987:132).
1166
- Los gnsticos tambin se manifestaron en contra de las mezclas matrimoniales. EvFel 61.1-10. Toda
relacin sexual habida entre quienes no son semejantes constituye adulterio (Traduccin del copto al
espaol propuesta por Piero-Montserrat Torrents-Garca Bazn- Bermejo-Trevijano, 1999). El adulterio
entre miembros de estatus desigual deriva en homicidio. Si bien los valentinianos pensaban esta sentencia
en un sentido espiritual no deja de sorprender que sea contempornea a las medidas de Calixto.
1167
- Hiplito, TradAp 15.
Et si quis est servus alicuius verbum. Si dominus non dat testimonium de eo quia bonus est, reiciatur. Si
paganus est dominus eius, doce eum placere domino suo, ne blasphemia fiat.
1168
- Esta directiva puede relacionarse con el relato que se hace en Refutacin 9.7. sobre la actuacin de
Calixto cuando era esclavo del liberto imperial Carpforo, cristiano del crculo del obispo Vctor
(189-199). Al ser apresado por su conducta irreverente y estafadora Calixto aleg ser cristiano, pero su
amo lo desminti y fue procesado como criminal comn.

216

pues el autor hipolitano propone dos alternativas: o legitimarlas como esposas o


rechazarlas y contraer matrimonio legalmente con una mujer de estatus libre. Si esta
esclava ha criado a los hijos que le dio su dueo y solo ha mantenido relaciones con l,
est permitido que el propietario la reconozca como cnyuge. Fuera de estas
condiciones no es lcito, segn TradAp, que un creyente siga conviviendo con una
sierva, sino que debe dejarla y tomar mujer segn la ley.1169 Todas estas normas
apuntan particularmente a conversos recientes en medio de un conflicto creciente con el
grupo de Calixto, el cual promueve normas ms laxas para la aceptacin de los
catecmenos. El grupo hipolitano busca codificar la integracin a la fe a partir de una
depuracin personal destinada a marcar claros lmites con la sociedad circundante tanto
en los aspectos de la moral domstica como en los oficios y ocupaciones.1170
Posiblemente haya sido la denominada laxitud del cristianismo romano promovida por
Calixto y otros grupos adherentes en el Norte de frica, sumada a conflictos resultantes
de las persecuciones locales, lo que llev al snodo de Cartago en el ao 218. 1171 All,
bajo la direccin del obispo Agripino, se aprob el rebautismo de los cados y apstatas
como medida profilctica eclesial.1172 Tertuliano y el ala cristiano-montanista adheran a
este tipo de medidas rigoristas y de igual manera rechazaban la idea de segunda
penitencia para los pecados post-bautismales. Segn su postura la ekklesia no poda
tolerar la hibridez social ni espiritual a fin de no generar una alteracin en los rdenes
patriarcal y divino.

El Martirio de Perpetua y Felicidad (MartPerp) es un documento montanista


norafricano contemporneo a la produccin de Tertuliano.1173 Aparentemente el grupo de
mrtires habra sido ejecutado en los aos 202-203. 1174 Si bien no podemos hablar de un
edicto persecutorio como motivo de estos martirios s podemos, siguiendo a Sordi,
1169

- Hiplito, TradAp 16.


Concubina alicuius, si est eius serva et nutrivit pueros suos et adhaesit illi soli, audiat; secus reiciatur.
Homo qui habet concubinam cesset et sumat uxorem secundum legem; si autem non vult, reiciatur.
1170
- Entre las profesiones prohibidas para los hipolitanos encontramos las de administrador de
prostbulos, escultor, pintor, actor, pedagogo de nios, gladiador, entrenador de gladiadores, bestiario,
funcionario dedicado a organizar juegos, cochero en carreras, soldado, magistrado, los dedicados al
comercio sexual y todo tipo de hechiceros. Hiplito, TradAp 16.
1171
- Se presume que este snodo ocurri entre 218 y 222. Mac Gaw (2008:134).
1172
- Cipriano, Ep. 71.4; 73.3.
1173
- Al considerarlo una produccin montanista seguimos a Klawiter (1980:251-261); Barnes (1985:77),
Trevett (2002:66,177) y Butler (2006:88-96).
1174
- En MartPerp se hace coincidir el martirio con la celebracin del cumpleaos de Geta, hijo de
Septimio Severo. Delehaye (1921:63-65).

217

pensar estos aos como un momento de fuerte entusiasmo general por una serie de
fiestas vinculadas con acontecimientos de la familia severana. Dichas festividades
habran hecho ms evidente la abstencin de los cristianos, la cual apareca ahora como
mucho ms escandalosa, fundamentalmente la del sector montanista. 1175 Perpetua y su
grupo no fueron los nicos mrtires en Cartago ya que en MartPerp se menciona a otros
anteriores y Cipriano, hacia mediados del siglo III, recordaba a muchos ms. 1176 En
cuanto al texto de MartPerp hay analistas que tienden a ver dos secciones diferentes en
su interior, cada una procedente de un escritor distinto: Perpetua y el compilador
montanista.1177 Parece que el compilador organiz el relato hacia fines de la primera
dcada del siglo III, promoviendo una lectura del suceso que le sirviera para diferenciar
la identidad montanista de la proto-catlica. Nuestro anlisis sobre el documento ser a
partir de los intereses y posturas del compilador final.
En MartPerp la coprotagonista de la noble Perpetua es una esclava, Felicidad, a la
cual el compilador menciona dentro del grupo de catecmenos vinculado a la matrona.
En el mismo se encuentra tambin otro siervo de nombre Revocato. 1178 Si observamos la
seccin del relato que se atribuye a Perpetua no encontramos rastro alguno de Felicidad.
Es el compilador quien asocia a las dos mujeres, pero nunca explicita que Felicidad
fuera propiedad de Perpetua.1179 Que se coloque a estas mujeres de diferente estatus
juntas en la arena supone un inters particular en relacin a la configuracin social de la
comunidad montanista. Vimos a travs de los textos de Tertuliano que los oiketai
estaban sometidos a un rgido esquema domstico por temor a que, debido a su carcter
maleable e inconstante, contaminaran la pureza de los fieles. En MartPerp esta misma
problemtica est presente como elemento para el debate con los grupos cristianos
considerados como laxos en materia disciplinar. La exposicin de la matrona y la
esclava en la arena sera una ficcin que estaba destinada a responder a las crticas que
sealan a los conventculos norafricanos montanistas como elitistas. Pese a esto es al
personaje de Perpetua a quien se le da el rol central, ya que lidera la accin y aparece
como pudorosa y preocupada por las formas decentes cuando cubre su desnudez y ata
sus cabellos en medio del asalto de las fieras; es Perpetua la que sostiene a Felicidad y
1175

- Sordi (1979:349-350). Es interesante observar que los montanistas, pese a retraerse de muchas
prcticas sociales, no condenan al imperio de los Severos, al que ven como tolerante.
1176
- MartPerp 11; Cipriano, Ep. 34.3; Sobre los apstatas 13.
1177
- Campos (1959:358-361); Braun (1979:105-117); Heffernan (1995:316); Sullivan (1997:63-74);
Butler (2006:44-57).
1178
- MartPerp 2.
1179
- Poirer (1970:306-309); Shaw (1993:25-26).

218

tambin la que parece haber experimentado un trance particular durante las embestidas
de la vaca embravecida.1180 La experiencia espiritual de la noble matrona es presentada
como superior incluso a la de Saturo, su catequista.1181
La esclava Felicidad cumple un rol particular en el plan del relator montanista ya que
es presentada en una situacin extrema que hace peligrar su testimonio cristiano. En el
nico episodio de MartPerp que la tiene como protagonista, Felicidad aparece en medio
del trabajo de parto.1182 Un oficial de la prisin, viendo sus padecimientos, se mofa
dicindole: Tu que ahora te quejas, qu hars cuando te arrojen a las fieras?. La
respuesta que el compilador pone en boca de la sierva apunta a marcar una
diferenciacin entre el sufrimiento personal y el sufrimiento por la fe, compartido con
Cristo:Ahora soy yo la que padezco lo que padezco; ms all habr otro en mi que
padecer por mi, pues tambin yo he de padecer por l.1183 Esta discriminacin puede
comprenderse como tendiente a disociar el sufrimiento fsico humano comn de aquel
propio del martirio, es decir de la exposicin y muerte en la arena. Para los cristianos
montanistas el propietario de esclavos estaba habilitado para hacer uso de sus
prerrogativas (castigos corporales, obligaciones e imposiciones) a fin de reforzar la tica
comunitaria. El padecimiento cotidiano, atado a cuestiones fsicas y de estatus, no es
equivalente al padecimiento martirial. Sobre este punto tambin se manifiesta la TradAp
de Hiplito de Roma (aprox. 218) al distinguir entre la confesin, el martirio y el
castigo domstico. Este ltimo, segn su consideracin, no otorga ninguna
preeminencia porque se ha aplicado dentro de las prerrogativas de la jerarqua
patriarcal.1184 Para el autor de MartPerp Cristo se hace copartcipe del sufrimiento solo
cuando el sufrimiento se vuelve testimonio pblico. Esto complica la situacin de los
esclavos y fortalece el esquema patriarcalista. En la literatura norafricana de inicios del
siglo III no hay reclamos acerca del maltrato de los siervos, sino que se subraya que una
1180

- MartPerp 20.
- El personaje de Perpetua es presentado con un poder mayor de intercesin que se aplica incluso a los
fallecidos sin bautismo, como es el caso de su hermano Dincrates (MartPerp 7-8). Episodios como este
levantan la polmica acerca del poder de remisin de pecados que posean los mrtires. La visin de
Saturo en la que el obispo y el presbtero se arrodillan frente a los mrtires y les piden que pongan paz en
la comunidad (MartPerp 13) revela la importancia del rol martirial para los montanistas (Tertuliano, Mart
1.3; Antdoto para la picadura del escorpion 6 y 8). La bsqueda y aceptacin del martirio por parte de
los montanistas se contrapone a la criticada prctica de la fuga proto-catlica. Rankin (1995:181-183);
Trevett (2002:126-128).
1182
- MartPerp 15. Bremmer (2012:35-53).
1183
- MartPerp 15.6.
Modo ego patior quod patior; ille autem alius erit in me qui patietur pro me, quia et ego pro ello passura
sum.
1184
- Hiplito, TradAp 27-28.
1181

219

cosa son las obligaciones a las que el estatus personal obliga y otra distinta es padecer
por la fe.
Los montanistas tienen un fuerte sentido comunitario en lo que atae a la asistencia
de los mrtires, a los que alivian en sus padecimientos. Felicidad recibe la oracin de los
fieles para poder dar a luz.1185 Es la intercesin de la comunidad la que provoca el parto
y habilita a Felicidad a dar testimonio en la arena. El autor aduce en este episodio que la
sierva perciba su condicin fsica como un impedimento, ya que se explicita que la
sierva embarazada sera condenada a morir luego, en medio de delincuentes comunes.
En la perspectiva montanista esto supona una contaminacin que desvirtuaba el
testimonio, alejndolo del marco sacrificial que provea el martirio colectivo.1186 Que un
cristiano enfrentara la muerte con un delincuente equivala a ser considerado un
delincuente ms. En su rigorismo, Tertuliano sealaba que si bien estaba permitido a los
cristianos vivir con los paganos, no as morir con ellos.1187 Este mismo rigorismo se
observa en MartPerp pues la esclava, un componente de la asamblea considerado
marginal, est mas cerca de integrar el grupo de delincuentes comunes que el de
cristianos. Es la comunidad la que la restablece, aunque en una posicin inferior a la de
la visionaria Perpetua o la del didskalos Saturo. El personaje de Felicidad ilustra la
postura montanista en relacin a los esclavos. En este punto Felicidad lejos est del
modelo de Blandina, la cual asuma un rol maternal que difuminaba su condicin
servil.1188 El estatus de Blandina era el elemento narrativo destinado a ridiculizar a los
torturadores. El personaje de Felicidad en MartPerp sufre por su condicin servil
expresada en su gravidez, posiblemente un smbolo del dominio de su amo y, a la par,
impedimento para su testimonio en la arena.

Mientras el rigorismo montanista apareca como una opcin frente al laxismo de


ciertos grupos proto-catlicos, los grupos gnsticos pertenecientes a la iglesia de
Antioqua proponan un nuevo derrotero comunitario. Concretamente vemos aparecer
un inters organizativo al interior del grupo valentiniano y de otras vertientes asociadas
que nos lleva a reconsiderar la perspectiva social de estas ramas relegadas, aunque no
minoritarias, dentro del cristianismo. Tres documentos nos proveen elementos para
1185

- MartPerp 15.3-4.
- Castelli (2004:45-46, 66-67, 84-85); Rhee (2005:88-102); Young (2005:80-83).
1187
- Tertuliano, Idol 14.5.
1188
- Eusebio, H.E. 5.1,55.
1186

220

observar este giro en el discurso gnstico en la dcada que va del 210 al 220: el Dilogo
del Salvador (DialSal), el Evangelio de Mara (EvMar) y el Evangelio de Felipe
(EvFel).1189
DialSal es un documento en forma de dilogo en el que Jess y tres discpulos,
Toms, Mateo y Mara Magdalena,1190 discuten temas escatolgicos.1191 El objetivo del
texto es resaltar la idea de salvacin terrenal realizada como preludio a la salvacin
futura.1192 Sin embargo el esquema de corte intelectualista y elitista de los crculos
gnsticos se ve alterado ya que la naturaleza del ser espiritual comienza a ser
cuestionada. La salvacin del pneumtico no es presentada como total e inalterable a
partir del acceso a la gnosis, sino que se exige que ese individuo que ha adquirido el
conocimiento acte en consecuencia.1193 El propsito es vivenciar el recto conocimiento
y explicarlo a los imperfectos. De esta forma se replantea el concepto individualista de
la gnosis, a la cual se le agrega un componente comunitario. El gnstico no puede
sobrevivir aislado, sino que necesita de los psquicos, es decir de los proto-catlicos,
con los cuales interacta y en quienes puede apoyarse frente a las violencias
anticristianas locales.1194 Exactamente lo mismo ocurre en EvMar, relato que muestra a
los apstoles como temerosos de ir a los gentiles.1195 Este texto tambin intenta
recuperar un sentido de comunidad para los pneumticos a partir de la instruccin. El
apstol Pedro, representante de los proto-catlicos, pide a Mara Magdalena, figura
netamente gnstica, que les relate a los seguidores las revelaciones que ella ha
recibido.1196 La discpula envalentona a los apstoles y relata las instrucciones esotricas
del resucitado.1197 Sin embargo la disputa surge cuando Andrs y Pedro se muestran
disconformes con las palabras de la Magdalena y recusan su testimonio. Lev, otra
figura gnstica, los reprende y no solo le cree a la mujer sino que afirma la necesidad de
prdica por parte de los gnosticoi.1198 Toda esta ficcin acompaa serios debates internos
en las iglesias orientales acerca de la urgencia de una estructura comunitaria que
contenga a los fieles de diversa categora. Los gnosticoi se perciben como la parte ms
1189

- Para la datacin y procedencia de estos documentos seguimos lo propuesto por varios autores PieroMontserrat Torrents- Garca Bazn- Trevijano (1999:20, 128, 170-171); Blatz (2003:303); Puech-Blatz
(2003:395); Schenke (2003a:182-183).
1190
- DialSal 134.20. Son las figuras gnsticas por excelencia.
1191
- Piero- Montserrat Torrents- Garca Bazn- Trevijano (1999:168); Blatz (2003:302).
1192
- DialSal 134.1-20.
1193
- DialSal 121.20.
1194
- DialSal 137.15-20.
1195
- EvMar 9.5.
1196
- EvMar 10.1-10. Piero- Montserrat Torrents- Garca Bazn- Trevijano (1999:129).
1197
- EvMar 10.15-20; 15-17.10.
1198
- EvMar 17.10-19.1. La rehabilitacin de Mara Magdalena tambin se ve en EvFel 55.

221

pura y adentrada en el misterio de la redencin dentro de la ekklesia, por lo cual los


proto-catlicos pasaran a representar para ellos al vulgo cristiano ignorante.
Es en EvFel, produccin de origen valentiniano,1199 en donde encontramos ms
claramente expresado el renovado inters gnstico en la organizacin comunitaria.
Aparecen en este escrito varios rituales sacramentales que le dan marco a una tica
grupal particular.1200 Los lderes consagrados son aquellos que han experimentado la
resurreccin en vida, es decir que han accedido a un conocimiento total de la
divinidad.1201 El bautismo como rito no confiere nada, sino que es la gnosis la que
confiere la salvacin.1202 Ahora bien, estos valentinianos estn preocupados por el
desenvolvimiento del cristiano en el mundo, por lo cual la disciplina comunitaria les
supone una preocupacin. En base a esto diferencian entre los psquicos, aquellos
creyentes ignorantes que se guan exclusivamente por la reproduccin ritual, y los
pneumticos, los que fueron adoctrinados acerca de la verdadera redencin. 1203 A estos
ltimos EvFel los llama libres, pero no los abstrae de las prcticas piadosas sino que
somete su gnosis a una prctica moral. Aquel que se considera libre por acceder al
conocimiento debe ocuparse de aquellos ignorantes que estn sujetos al mundo.1204 Estos
son llamados esclavos por EvFel y representan claramente a los proto-catlicos. Por
este motivo el autor valentiniano del documento explica que en este mundo los esclavos
se someten a los libres, pero en el Reino de los cielos es al revs. 1205 Esto apunta a una
superioridad terrenal del pneumtico pero tambin, como fruto de su acceso a la
plenitud, un compromiso intercesor para con los psquicos. Al gozar de una plenitud
gloriosa los pneumticos ya no necesitan ser servidos, sino que colaboran con el vulgo
creyente para elevarlo a la perfeccin. Se rompe de esta manera la relacin amo-esclavo
ya que aquel que accedi a la gnosis no necesita nada.1206
Las metforas de libertad y esclavitud en estas vertientes gnsticas no suponen
instancias inamovibles. El verdadero gnstico, aquel que ha obtenido la libertad, no
tiene la salvacin garantizada sino que puede caer en la esclavitud del mundo si no
1199

- Sfameni Gasparro (1988:4120); Piero- Montserrat Torrents- Garca Bazn- Trevijano (1999:18);
Schenke (2003a:186).
1200
- EvFel 67.30. Buckley (1980:569-581); Siker (1989:280-288).
1201
- EvFel 53.20; 66.10.
1202
- EvFel 64.20; 69.10.; 74.10-20.
1203
- EvFel 66.10; 69.1-10; 73.1-10; 76.30.
1204
- EvFel 77.15-30.
1205
- EvFel 72.19-20.
En este mundo los esclavos se someten a los libres. En el reino de los cielos los libres estarn al servicio
de los esclavos. (Traduccin del copto al espaol propuesta por Piero-Montserrat Torrents-Garca BaznBermejo-Trevijano, 1999).
1206
- Alcal (1992:150-151).

222

cumple con los preceptos profilcticos bsicos, fundamentalmente el ascetismo sexual.


Una vez que el espiritual cae en el mundo, se condena definitivamente. 1207 Es curioso
que en medio de este rigorismo doctrinal el autor de EvFel contemple el caso de algunos
libres que podran ser obligados contra su voluntad a volver a la esclavitud. 1208 Con
esto probablemente se est refiriendo a miembros del crculo gnstico que por sus lazos
de dependencia jurdica o personal estn atados a un superior pagano o psquico. Esto
nos da la pauta de la existencia de mujeres y douloi en los crculos gnsticos, solo que
en franca minora y en un estado de pureza intermedio, ya que no tienen decisin sobre
su cuerpo. Esta situacin no se condena, pues las ataduras carnales exigen para el autor
de EvFel una actitud mesurada que evite los extremos del temor y el amor, dainos al
espritu.1209 El justo respeto al sometimiento fsico impuesto facilita el adoctrinamiento
pneumtico de los oiketai y mujeres ya cristianizados. Visto en esta perspectiva un
siervo puede alcanzar la salvacin mientras que un jerarca proto-catlico se mantiene en
la ignorancia del matrimonio y la dependencia del poder secular.

Es curioso que desde el ao 220 hasta el inicio de la persecucin de Decio el eje de las
crticas paganas a los cristianos se haya centrado en los miembros de bajo estatus que
integran las asambleas. Podemos ver que autores como Celso y Frontn fueron
retomados para la polmica por parte de la intelectualidad gentil en medio de un
ambiente poltico y social bastante abierto y receptivo al cristianismo. 1210 La dinasta de
los Severos, desde Septimio hasta Alejandro, fue tolerante con los cultos orientales en
parte gracias a la influencia de las emperatrices provenientes de la dinasta real de
Emesa, en Siria.1211 En la familia caesaris varios miembros profesaban el cristianismo

1207

- EvFel 52.1-10.
- EvFel 79.10-19.
Quien es esclavo involuntariamente podr ser libre; el que lleg a ser libre por la gracia de su Seor y se
vendi a s mismo en esclavitud ya no podr ser libre. (Traduccin del copto al espaol propuesta por
Piero-Montserrat Torrents-Garca Bazn- Bermejo-Trevijano, 1999:47).
1209
- EvFel 66.1-10.
1210
- Minucio Felix, Oct 9.6; 31.2; Orgenes, C.Celso Prlogo 4-6.
1211
- Tanto Septimio Severo (195-211) como Caracalla (211-217), Heliogbalo (217-222) y Alejandro
Severo (222-235) han sido recordados como emperadores con inclinaciones religiosas sincrticas. Dion
Casio, Historia Romana 78.15,6-7; Historia Augusta Septimio Severo 17.4; Caracalla 9.10-11;
Heliogbalo 3.4-5; Alejandro Severo 22.4; 26.8; 43.6-7; 49.6; 51.7-8. La imagen que da la Historia
Augusta (escrita hacia los siglos IV-V) en relacin al extremo filocristianismo de los Severos ha sido
considerada una exageracin. Varios autores ven en ella solo una propaganda que intenta ser complaciente
con la dinasta constantiniana y el imperio cristiano. Penella (1977:229-230); Santos Yanguas
(1996:51-53); Carri-Rousselle (1999:53-54).
1208

223

y,1212 de una forma no oficial, exista una vinculacin entre ciertos crculos cristianos
romanos y los emperadores. Esto no resulta extrao si consideramos que el
linchamiento popular del obispo Calixto en 222 fue inmediatamente despus del
asesinato de Heliogbalo y que la deportacin del obispo Ponciano y del presbtero
Hiplito de Roma en 235 coincidi con la cada de Alejandro Severo y Julia Mamea. 1213
La conexin entre estos conventculos con las altas esferas imperiales parece no haber
sido vista con simpata por las lites paganas e incluso por ciertos crculos cristianos
como el del norafricano Minucio Flix.
Frente a la renovada ola de crticas paganas al cristianismo durante el periodo
tolerante de Alejandro Severo apareci un escrito de corte apologtico titulado Octavio
(Oct) atribuido a un cierto Minucio Flix, aparentemente un jurista norafricano que
habra vivido tambin en Roma.1214 Este autor parece haber recibido una gran influencia
de Tertuliano.1215 Por ciertas alusiones al rgimen de Alejandro Severo que
contextualizan su pensamiento, su obra debera ubicarse hacia 225-230.1216 En Oct
Minucio Felix le da voz a Cecilio, un pagano, y a Octavio, un cristiano de Roma.
Ambos personajes entablan, con el arbitraje del mismo Minucio Flix, un debate en el
que se cuestiona la superioridad del cristianismo.1217 Pareciera que nuestro autor estaba
al tanto de la poltica religiosa sincretista del hijo de Julia Mamea pues hace decir al
personaje de Cecilio que el poder y la autoridad de los romanos provienen de una
piedad religiosa particular que se expresa en la incorporacin y veneracin de los dioses
de los pueblos por ellos vencidos.1218 La respuesta que el autor hace a este reclamo la
coloca en boca del cristiano Octavio: los romanos se han engrandecido por sus
sacrilegios, no por su piedad. De esta manera se reprueba el proceder romano, originado
ya en tiempos de Rmulo, de conquista poltica y asimilacin religiosa. 1219 Minucio
Felix denosta el sincretismo religioso como una argucia discursiva en pos de la
exaltacin de la religiosidad romana. En este punto disiente con Tertuliano, quien, pese
a proponer un modo comunitario socialmente retrado, reconoca la preeminencia y la
1212

- Lampe (2003:337-339).
- Sordi (1979:354-356).
1214
- Lactancio (Instituciones Divinas 5.1,22) y Jernimo (Ep. 70.5; Los hombres ilustres 58) son los
primeros en transmitir los datos del autor y ubicarlo en Roma. Sanz Santa Cruz (2000:5-9); Lampe
(2003:342).
1215
- Wageningen (1923:223-228); Baehrens (1924:110-122); Sanz Santa Cruz (2000:30-32).
1216
- Seguimos a Sanz Santa Cruz (2000:7-8) al ubicar a Minucio Flix en el reinado de Alejandro Severo.
Vermander (1974:225-233) ubica al autor entre los aos 215-217.
1217
- Minucio Flix, Oct 1.4-2.4. Sanz Santa Cruz (2000:27-30).
1218
- Minucio Flix, Oct 6.2.
1219
- Minucio Flix, Oct 25.1-7.
1213

224

tolerancia severanas an en medio de los actos de violencia locales. Minucio Felix no es


un montanista pero tampoco es un proto-catlico secularista, sino que su lnea
discursiva se ubica en un rigorismo sectario que trata de acomodar la nueva realidad
eclesial a las renovadas crticas paganas.
Para el autor de Oct los creyentes del vulgo ocupan un rol ms prominente que en
Tertuliano, el cual los desdea. Hay que tener en cuenta que Oct es un texto apologtico
y que el inters del autor es contraponer actitudes y focalizar en aquellos aspectos
criticados por el paganismo. Visto as no es extrao que uno de los primeros puntos que
remarca Minucio Felix es que el cristianismo es un culto que no hace discriminacin por
estatus en cuanto a la membresa ya que, a diferencia de ciertos cultos paganos, no
rechaza ni a mujeres ni a esclavos.1220 De esta forma asume directamente la censura
externa sobre la composicin social de la iglesia. La plebe ignorante que conforma el
grueso de la comunidad aparece como eje de su discurso, del cual estn ausentes las
jerarquas. Esa omisin seala que el problema no son los lderes, los cuales, ms all de
la existencia de partidos en el interior de las iglesias norafricanas, cuentan con cierta
legitimidad bsica. El problema son los nuevos creyentes que han aparecido en escena,
provenientes de diversas extracciones sociales y que necesitan una demarcacin de la
identidad cristiana. Al enfatizar la cuestin de la tica comunitaria expresada en actos
concretos y no en palabras Minucio Flix intenta desviar las acusaciones de subversin.
El autor reconoce que los fieles de bajo estatus carecen de un poder discursivo que les
permita explicar su fe, aspecto que realza el valor de su conviccin al presentarla como
no especulativa ni intelectual.1221
Minucio Flix articula su discurso apologtico para justificar la adhesin de las masas
al movimiento. No hay rastros de exclusivismo elitista ni de escarnio de los cristianos
simples. El autor aduce que todos los seres humanos nacen dotados de razn y que el
cristianismo solo la lleva a su mxima expresin sin ningn artificio, incluso entre nios
y esclavos.1222 En Oct se seala claramente que lo que Dios juzga en el hombre son sus
actos, no su rango. Lo que identifica a los creyentes y los separa del verdadero vulgo
ignorante, arrastrado por las fabulaciones que promueven los demonios,1223 no es el
nacimiento sino los mritos.1224 Segn Minucio Flix, el esclavo, la mujer o el nio
1220

- Minucio Flix, Oct 24.11. Patrick (2005:467-484).


- Minucio Flix, Oct 16.6.
1222
- Minucio Flix, Oct 16.5; 23.8; 24.5.
1223
- Minucio Flix, Oct 38.1.
1224
- Minucio Flix, Oct 36.1.
1221

225

pueden dar testimonio de su fe a partir del combate contra las debilidades corporales
humanas e incluso contra los tormentos.1225
Este autor utiliza para sus fines la acusacin de que el cristianismo es una religin de
pobres al identificar a la pobreza con un tipo de ascesis sexual y social que se expresa
en ciertas directivas comunitarias.1226 La defensa del matrimonio nico, la exaltacin de
la virginidad y la prohibicin de participar de los espectculos pblicos aparecen como
normativas bsicas que se imponen a los conversos.1227 El grupo cristiano al que
pertenece Minucio Flix no ve con buenos ojos que los fieles ocupen puestos en la
administracin imperial, con lo cual probablemente est criticando no solo a los libertos
cristianos de la familia caesaris sino tambin a otros representantes de vertientes
cristianas secularistas tanto romanas como norafricanas. Quizs fuera esa misma
reticencia cristiana por aceptar cargos oficiales lo que levantaba las sospechas de
conspiracin de las que habla el autor de Oct.1228 El cristianismo que presenta Minucio
Felix bien podra pasar por un conventculo sectario cerrado y antisocial que asume la
defensa del vulgo cristiano con un entusiasmo desmesurado. Esto nos lleva a
preguntarnos acerca de la prctica comunitaria real y concreta. Es conflictivo hablar de
mrito en el caso de los douloi, de los nios o de las mujeres cuando estos grupos en
la sociedad grecorromana mantenan un fuerte nivel de dependencia del poder
patriarcal. Al reivindicarlos como miembros de la comunidad y como fieles capaces de
dar testimonio el autor estara buscando legitimar un imaginario nuevo sobre este vulgo
cristiano con el que pueda rebatir tanto la perspectiva elitista del montanismo
norafricano como la apertura secularista originada en ciertos crculos romanos.

Mientras en las iglesias occidentales el conflicto en relacin a la participacin y el


compromiso secular de los cristianos avanzaba generando fuertes desacuerdos, las
iglesias de oriente atravesaban un proceso de organizacin jerrquica que obligaba a
focalizar en el comn de los cristianos para sealar lmites y atribuciones. Un claro
ejemplo de esta voluntad organizativa lo encontramos en la Didascalia Apostolorum
(DidAp), un documento del sector proto-catlico de la iglesia de Siria (Antioqua)

1225

- Minucio Flix, Oct 36.9; 37.5.


- Minucio Flix, Oct 36.3.
1227
- Minucio Flix, Oct 12.5; 31.5; 37.11.
1228
- Minucio Flix, Oct 31.6.
1226

226

escrito hacia el 230.1229 En esta obra se reivindica fuertemente el rol del obispo como
administrador

de

la

asamblea,

subrayando

particularmente

sus

atribuciones

econmicas.1230 DidAp insiste en que el obispo debe contar con un equipo de asesores
(diconos, subdiconos, diaconisas, viudas, lectores) que colaboren con l en la
vigilancia comunitaria,1231 para la cual se exige considerar el rango de cada miembro
acorde a su edad, situacin civil y estatus.1232 El obispo no tiene poder de excomunin y
tampoco puede obrar arbitrariamente en cuanto a la integracin de los nefitos, pero s
puede imponer las reglas mnimas de pureza para la pertenencia.1233
El vulgo cristiano aparece con caractersticas restrictivas en esta obra, lo que seala
que el autor pertenece a la jerarqua. Claramente se remarca en DidAp que los jerarcas
tienen el derecho de indagar acerca de los oficios y el comportamiento de los
catecmenos. El pagano converso debe arrepentirse y desechar su actividad a fin de ser
aceptado.1234 Varias veces el autor de DidAp condena a los obispos que, guiados por el
afn de lucro, absuelven a fieles con riqueza a raz de obsequios y donaciones. 1235 En
relacin a esta cuestin observamos que el redactor quiere una comunidad de miembros
activos comprometidos y no una pltora de filocristianos flotantes que hacen
beneficencia con la ekklesia. Visto de este modo, DidAp intenta poner un freno a las
relaciones del obispo con nobles paganos o funcionarios imperiales. Aceptar donaciones
de estos personajes implica legitimar indirectamente muchas acciones que se condenan
en la iglesia como los espectculos, la guerra, la usura, el asesinato, la prostitucin y la
deshonestidad comercial e impositiva.1236 De esta forma puede decirse que la comunidad
proto-catlica de Siria recela de las relaciones con la jerarqua socio-poltica y trata de
incentivar el compromiso de los fieles con riqueza a fin de promover una autogestin de
la comunidad. Con el soporte de ricos patronos cristianos el obispo puede proceder, en
tanto ecnomo de las arcas eclesiales, dirigiendo los recursos a diferentes necesitados
como las viudas, los hurfanos, los encarcelados e incluso a los esclavos maltratados.1237
La cuestin de la esclavitud aparece de varias maneras en DidAp. En primer lugar el
doulos es, como la viuda o el pobre, un receptor de la caridad episcopal. Forma parte del
1229

- Siguiendo a Gunther (1971:82) nos inclinamos por datar la obra en siglo III y no en el II. Cfr. Galtier
(1947:315-351).
1230
- DidAp 2.1-4; 18.4. Methuen (1995:197-213).
1231
- DidAp 2.42, 58; 3.12-13.
1232
- DidAp 2.57-58.
1233
- DidAp 2.5,9,17,21.
1234
- DidAp 2.37.
1235
- DidAp 2.5 y 9.
1236
- DidAp 4.6-8.
1237
- DidAp 4.9.

227

vulgo cristiano que se beneficia de la administracin jerrquica pero al que apenas se le


otorga el derecho a la palabra.1238 El oiketes es un sujeto de la caridad que est limitado
en su accionar. Maltratar a los domsticos es un pecado para este documento, por lo cual
el autor incluye entre las prioridades de los fondos eclesiales la redencin de los siervos
creyentes.1239 Si volvemos a TradAp del grupo hipolitano observamos que respecto a los
esclavos creyentes de amos paganos no se promueve la manumisin por parte de la
iglesia sino al contrario, se busca incentivar la subordinacin del siervo a fin de evitar
problemas a la comunidad. Esta diferencia en el nfasis en relacin al poder de
redencin comunitario nos seala una comprensin diferente del rol del doulos. Los
hipolitanos no quieren ningn conflicto con el entorno pagano, por lo cual la violencia
es concebida en tanto parte de la realidad material del esclavo; 1240 el autor de DidAp
considera que la asamblea, con el obispo a la cabeza, tiene el suficiente poder como
para intervenir y sumar la adhesin del subordinado a partir de su manumisin. La
violencia es presentada en DidAp como una situacin que aliena a los fieles. Manumitir
a un esclavo es un gasto para la comunidad. Por esto mismo el texto pide que se juzguen
concienzudamente cada una de estas situaciones para no dilapidar los recursos
comunitarios en embusteros que, tal vez, una vez liberados ni siquiera se mantuvieran
en el marco de la comunidad cristiana.1241 Si bien el liberto se integrara en el crculo
clientelar del obispo, an segua debindole obediencia a su ex amo, al margen de dnde
hubiera obtenido los recursos para reunir los fondos para su compra.
Adems de la cuestin de la manumisin, DidAp atribuye al obispo la tutela y
formacin de los nios hurfanos o expsitos.1242 Hemos visto que varios autores del
siglo II condenaban la exposicin porque devena en esclavitud y abuso. Ahora se
1238

- DidAp 3.5.
- DidAp 4.6 y 9.
1240
- Hiplito, TradAp 27-28.
1241
- DidAp 2.42.
1242
- DidAp 4.1-2.
Now if anyone of the children of Christians be an orphan, whether boy or girl, it is well that, if there be
one of the brethren who has no children, he should adopt the child in the place of children. And whoever
has a son, let him adopt a girl; and when her time is come, let him give her to him to wife, that his work
may be completed in the ministry of God. But if there be any who are unwilling to do thus because they
would please men, and by reason of their riches are ashamed of orphan members: they who are such shall
arrive at this very pass, and therein shall spend what they have spared; and that which the saints have not
eaten, the Assyrians shall eat and their land strangers shall devour before their eyes. Do you therefore, O
bishops, take pains over their upbringing, so that nothing may be wanting to them. And when a virgin's
time is come, give her in marriage to one of the brethren. But when a boy is being brought up, let him
learn a craft; and when he is become a man, let him receive the wage that is worthy of his craft, and let
him fashion for himself the implements required for his craft, and not henceforth be a burden upon the
love of the brethren, which was shown him without guile and without partiality. (Traduccin del siraco al
ingles propuesta por Connolly, 1929)
1239

228

espera que el obispo ubique a los hurfanos, ya sean hijos de creyentes fallecidos o
nios expsitos, en manos de cristianos fieles que los adopten. En consecuencia el
obispo mantiene una tutela sobre estos nios, garantizando la formacin en un oficio a
los varones y el matrimonio a las mujeres. Con esta medida el autor de DidAp incentiva
un mecanismo destinado no solo a promover la familia cristiana como base comunitaria.
Pareciera ser que el inters de la comunidad del autor es no ver ya a los expsitos como
potenciales douloi sino como potenciales hijos. La relacin padres-hijos fortalece a la
asamblea y fomenta la continuidad del sostenimiento econmico, base del poder
jerrquico en consolidacin.

Con el asesinato de Alejandro Severo se inici un breve periodo de reacciones


anticristianas bajo el gobierno de Maximino el Tracio (235-238). 1243 La crisis poltica
del imperio se manifest abiertamente y eso deriv en diversas reacciones por parte de
los grupos cristianos. Los crculos gnsticos orientales remarcaron con fuerza un
ascetismo rigorista que apareci como clara crtica al fallido intento de connivencia con
los poderes imperiales por parte de los jerarcas proto-catlicos. Obras como El Libro de
Toms (LTom) o el Primer Apocalipsis de Santiago (1ApSg), ambas escritas durante este
tiempo de tensin, nos introducen en la problemtica del sufrimiento carnal como parte
inevitable del camino a la redencin. 1ApSg presenta una ficcin en la que Santiago se
encuentra con Jess luego de su crucifixin. El Cristo le dice que la carne del gnstico
debe estar lista para sufrir, mas el espritu debe ser impasible. 1244 Pese a esto Santiago
llora y teme,1245 seal de que esta comunidad asctica y antisecularista se ha visto
presionada por los asaltos populares. Por su parte LTom se expresa contra aquellos que
se han mostrado orgullosos y que han admitido el matrimonio y el adulterio como forma
de vida.1246 Posiblemente el autor est pensando en los crculos proto-catlicos
occidentales, los cuales sufrieron duras represalias bajo Maximino el Tracio ya que
tanto el obispo Ponciano de Roma como su opositor Hiplito fueron deportados a las
1243

- Segn Eusebio (H.E. 6.28), Maximino el Tracio se ensa particularmente con la familia imperial de
Alejandro Severo y con las cabezas episcopales. No hubo persecucin oficial sino una violencia dirigida
contra grupos adherentes a la dinasta severana que parece haber coincidido con brotes locales en medio
del clima de tensin poltica. Ciertas provincias (el Ponto, Capadocia y Palestina) en las que el
cristianismo estaba muy extendido fueron los principales focos. Cfr. Keresztes (1969:601-618); Sordi
(1979:354); Santos Yanguas (1981-1983:257-276); Fernndez Ubia (1990:14-15); Gonzalez Salinero
(2005:58).
1244
- 1ApSg p.31. Funk (2003b:318-319).
1245
- 1ApSg p.32.
1246
- LTom p.143-144. Schenke (2003b:239).

229

minas de Cerdea a la par que ciertas figuras prominentes de las comunidades del Ponto
y Cesarea se vieron en serios problemas.1247 Al volverse uno de los focos de las
violencias populares a nivel local muchas vertientes cristianas ajustaron sus discursos en
base a un rigorismo prctico intransigente que parece haber generado una
discriminacin intraeclesial en relacin a la membresa. Es as que vemos aparecer
ciertas polticas comunitarias destinadas a exigir un cierto nivel de pureza fsica como
condicin de pertenencia. Estos proyectos desdean la fe del vulgo y los subordinados
domsticos para proponer un ideal de grupo sectario impasible y sin vnculos con la
sociedad circundante.
Este tipo de reaccin por parte de los grupos cristianos no adherentes al liderazgo
proto-catlico tuvo su mayor expresin en Hechos de Andrs (HchAnd), documento
originado aparentemente en la comunidad cristiana de Acaya hacia fines de la dcada de
230.1248 Al igual que los otros Hechos Apcrifos anteriores, HchAnd no nos ha llegado
como una obra unitaria, sino que su reconstruccin, en base a mltiples papiros, fue
ordenndose gracias a la versin edulcorada de la vida del apstol que Gregorio de
Tours consign por escrito en el siglo VI. Lo cierto es que los HchAnd originales
revelan una fuerte tendencia encratita y apelan a una teologa dualista gnstica, muy
cercana a HchJn, con centro en la oposicin materia-espritu. 1249 A nivel doctrinal el
autor original de este relato no adhiere a un mbito proto-catlico, pues reniega de dos
puntos fundamentales para los lderes episcopales: el inters en mantener un dilogo
persuasivo con el poder y la posibilidad de penitencia y perdn de los arrepentidos. 1250
La historia de los hechos milagrosos de Andrs se sita en la ciudad de Patrs, en
Grecia. All el apstol convierte a Estratocles y a Maximila, el hermano y la esposa de
Egeates, el procnsul de Patrs. La adhesin cristiana de estos personajes se manifiesta
en conductas ascticas extremas que culminan por generar desajustes en la vida
domstica del procnsul, el cual en un principio no sospecha nada gracias a ciertos
engaos humanos y milagros divinos. Al descubrir que toda la alteracin proviene de la
presencia de Andrs, Egeates lo persigue y finalmente manda ejecutarlo.
La comunidad presentada en HchAnd no posee jerarquas y est compuesta por
personajes de alcurnia que ejercen de anfitriones del apstol y de la asamblea de
1247

- Cipriano, Ep.75.10; Orgenes, Comentario de Mateo (ComMt) 39; Eusebio, H.E. 6.28.
- Prieur- Schneemelcher (2003:115); Piero- Del Cerro (2004:141-144).
1249
- HchAnd 33;47-50;57-58.
1250
- El autor nunca muestra a Andrs como proclive a negociar con el procnsul Egeates, al cual le niega
desde la cruz la posibilidad de perdn de sus actos perversos aunque se arrepienta. El suicidio final del
magistrado confirma esta postura. HchAnd 62.1; 64.2. Pesthy (2000:47-55).
1248

230

hermanos. Estos personajes, a excepcin de Maximila, 1251 son demasiado apegados a la


materia,1252 lo que provoca un continuo sentimiento de incomprensin por parte de
Andrs.1253 El texto organiza la prdica apostlica segn una doctrina dualista: la
naturaleza humana est compuesta de materia, o sea el cuerpo, y de espritu, la parte
oculta que es congnere a Dios. Andrs ensea que el Demiurgo-Diablo ejerce el
control por medio del cuerpo, pues es propiedad suya.1254 La continencia implica un
triunfo particular pues es la manera de vencer la tentacin demonaca que caus la cada
del primer hombre y de la primera mujer.1255 Sin embargo pareciera que en HchAnd esa
prctica es solo para iniciados con ciertas caractersticas y predisposiciones. Los
esclavos presentan un desafo en este aspecto, pues su incapacidad de posesin y control
del propio cuerpo, sujeto a la voluntad del amo, los excluye de la comunidad. Esto lo
analizaremos en base a tres historias que HchAnd nos ofrece sobre el vnculo entre amoesclavo.
El primer caso es el de Estratocles y su joven esclavo (pais) Alcmn. Estratocles, el
hermano del procnsul, se haba retirado del ejrcito imperial para volver a Patras y
dedicarse a la filosofa. Al llegar a dicha ciudad su esclavo favorito, Alcmn, cay
enfermo a raz de una posesin demonaca. El amo, abrumado por el dolor, piensa en
suicidarse cuando interviene Andrs y expulsa al demonio.1256 Luego de la curacin el
apstol le dirige al general un discurso en el que saca a la luz su pasado,
fundamentalmente aquello concerniente a sus prcticas religiosas y filosficas, a las que
tacha como vacas y rastreras, incapaces de procurar nada til. 1257 Este discurso puede
comprenderse dentro de la lgica del episodio y de ulteriores aclaraciones sobre la vida
de Estratocles como nefito. Nuestra suposicin radica en que el autor de HchAnd
estara indicando que el esclavo Alcmn era el compaero sexual de Estratocles, quien
profesara algn tipo de religin mistrica oriental. La misma expresin rastreras, del
griego xamairifes, indica pertenencia a lo terreno, a lo mundano, a prcticas no puras
por las que Estratocles se entristece. Cuando Andrs asegura que el hombre nuevo de
Estratocles est surgiendo, le otorga el bautismo. He aqu el otro punto de la historia:
1251

- HchAnd 37.2;40(8).1-2.
- HchAnd 52.1-2;53.
1253
- HchAnd 61.1-2.
1254
- HchAnd 39.2;46(14).1;47(15).2.
1255
- HchAnd 37.3-4. Maximila supera las tentaciones carnales que Eva no pudo superar. Es interesante la
lectura que hace Prieur (1981:131-135) de la metfora de Andrs como el nuevo Adn y Maximila como
la nueva Eva.
1256
- HchAnd 2,3-5.
1257
- HchAnd 7.1-3.
1252

231

una vez recibido el bautismo, seala HchAnd, no se puede volver a pecar; 1258 Estratocles
debe abandonar las relaciones carnales con sus esclavos y su relacin espiritual con
otras filosofas. El autor utiliza la desgracia del esclavo para desprender al amo de lo
terrenal por medio del apstol y proyectarlo como un nefito que recibe instruccin
personalizada.1259 Alcmn tambin se convierte a la fe, pero de ahora en ms la relacin
con su amo cambiar,1260 pues Estratocles ya no deja que sus esclavos siquiera lo toquen
en el gimnasio o en los quehaceres diarios.1261
El segundo caso es el de la relacin entre Egeates y un joven doulos annimo de su
propiedad. Este siervo es el encargado de informarle al procnsul que el cambio de
actitudes tanto de su esposa Maximila como de su hermano Estratocles se deben a la
presencia de Andrs.1262 Debido a ciertos portentos Egeates se mantena en la ignorancia
respecto a la influencia real del apstol.1263 El esclavo describe al apstol como el
culpable de los trastornos en las relaciones domsticas, provocando el abandono de
costumbres y la alteracin de la vida conyugal. La asociacin que el autor hace entre
este siervo y su amo, el procnsul Egeates, es muy simbitica, lo cual se demuestra
cuando ven pasar a Andrs frente a ellos. El doulos reacciona violentamente, tomando al
apstol por la fuerza para arrastrarlo frente a su propietario, el cual lo interroga acerca
de su doctrina.1264 Amo y esclavo son como hermanos porque proceden de una misma
naturaleza maligna y son catalogados por el autor como hijos del Diablo. El joven
siervo reproduce el modelo del delator, pero no bajo torturas o presiones, sino por una
predisposicin calculadora.
Como consecuencia del episodio anterior, la situacin de Andrs se complica en la
corte de Patras ya que el procnsul se declara enemigo del apstol. Andrs insiste en la
prdica del encratismo y Maximila queda convencida por su discurso. La noble
cristiana, animada por Andrs a practicar la continencia, se encuentra acosada por su
1258

- HchAnd 11.1-2.
- HchAnd 12.3.
1260
- HchAnd 10.1.
1261
- HchAnd 25.3.
1262
- HchAnd 25.1-3.
1263
- HchAnd 13.1-3.
1264
- HchAnd 26.1.

1259

232

marido Egeates, quien le exige compartir el lecho. Para evitar mancillarse con la unin
carnal, Maximila induce a su esclava Eucla, descripta como muy hermosa y de natural
exageradamente disoluto, a que mantenga relaciones con su marido por las noches
como si fuera la misma Maximila.1265 Pasados ocho meses, Eucla pide la libertad a su
seora, reclamo seguido de otros tantos referidos a joyas, dinero y costosos vestidos.
Maximila le entrega todo sin protestar. La sierva, no satisfecha, ventila el asunto entre
sus compaeros de esclavitud, produciendo en ellos resentimientos contra Maximila.1266
En ese momento surge una disputa interna entre los domsticos sobre cmo
aprovecharse mejor de la situacin, pues algunos quieren ir a contarle directamente a
Egeates mientras que otros proponen guardar el secreto para continuar obteniendo
ventajas.1267 Maximila advierte que todos los esclavos de la casa conocen su treta y
recibe a los que van a verla para poner precio a su lealtad. Pero estos, una vez recibida
la paga y habiendo jurado guardar silencio, guiados por su padre el Diablo, van a ver
a Egeates y le revelan todo. Pese a esto Egeates vuelca su furia contra los esclavos,
condenando a muerte a Eucla y a los que chantajearon a Maximila. 1268 Este ltimo
episodio es singular por su crudeza. El precio del encratismo cristiano supone para el
autor recurrir a estrategias alternativas. No hay juicio moral de parte de Maximila a la
hora de utilizar una sustituta sexual, ya que claramente el autor de HchAnd no considera
1265

- HchAnd 17.1-2.

1266
- HchAnd 18.1.

1267
- HchAnd 20.2.

1268
- HchAnd 21-22.

233

a los esclavos como dignos de la instruccin del apstol. El apego obligado al amo y el
deseo de riqueza y ascenso social individual, como ejemplifica Eucla, son
caractersticas que los sealan como seres muy elementales, anclados en la materia y,
por lo tanto, hijos del Diablo. La continencia es para quienes, socialmente, son capaces
de llevarla adelante, no para los subordinados. HchAnd es muy exclusivista en este
punto.
En los tres casos analizados los esclavos son presentados negativamente, incluso
Alcmn, ya que pese a su conversin fue la causa de la sujecin carnal de Estratocles,
un potencial benefactor de la comunidad. Eucla, los siervos hipcritas y el esclavo
annimo de Egeates encarnan la traicin, el engreimiento y la delacin. El esclavo es
representado como una naturaleza puramente material, por lo cual sus mismas
circunstancias sociales y jurdicas lo alejan de la comunidad cristiana. Quizs sea este el
trasfondo de las problemticas con los subordinados que se plantean en HchAnd, cuyo
autor establece una fuerte predeterminacin para la salvacin: unos pocos elegidos
reciben la instruccin privada y resto es desechado sin otra opcin. Los cristianos
reunidos representan en esta obra un mundo cerrado y perfecto, ajeno a lo material y
que trata de mantenerse insensible a las cuestiones domsticas, polticas o sociales que
lo acosan y lo invaden cada vez ms.

A la par que los proto-catlicos de Siria intentaban consagrar una disciplina


comunitaria definida, en la comunidad de Alejandra la relacin entre el didskalos
Orgenes y el obispo Demetrio se precipitaba a una ruptura total. 1269 Por este motivo
hacia 230-231 Orgenes abandon Alejandra rumbo a Grecia y, en el camino, se orden
presbtero en Palestina.1270 Esta rivalidad entre obispo y maestro en la iglesia de
Alejandra ya provena de tiempos de Clemente, quien tambin tuvo que abandonar su
rol de didaskalos cristiano por diferencias con Demetrio hacia el ao 202. 1271 Luego de
ciertos episodios de violencia anticristiana en 202-206 Orgenes, vstago de una familia
creyente,1272 asumi la direccin de la escuela catequtica bajo el patronazgo de
1269

- Danilou (1958:72) seala que detrs del conflicto entre Demetrio y Orgenes est el proceso de
unificacin de la estructura eclesial. En Palestina los doctores laicos an eran respetados como figuras
influyentes, cosa que ya no ocurra en Alejandra. Trigg (1981:7-12) observa que Orgenes reivindicaba la
preeminencia del carisma como algo predominantemente intelectual.
1270
- Orgenes, Comentario de Juan (ComJn) 6.1-12; Eusebio H.E. 6.8,4-6;23,4. Trigg (1985:130-135).
1271
- Kyrtatas (1987:140-144; 156-157); Le Boulluec- Conticello (2006:43-45).
1272
- Eusebio, H.E. 6.2,1-15;3.8. McGuckin (2004:3-4).

234

Demetrio, quien intentaba volver a la institucin un baluarte de su poder.1273 La tirantez


entre obispo y maestro surgi cuando Orgenes, pese a reconocer el poder episcopal,
comenz a criticar el manejo de la institucin del perdn y la penitencia por parte del
obispo.1274 Asimismo Demetrio no vio con buenos ojos la interpretacin alegrica de la
Escritura que promova el joven didskalos.1275 Aparentemente el obispo de Alejandra
no habra sido un hombre culto en materia filosfica, sino simplemente un
administrador celoso. Por este motivo coloc a un pupilo suyo, Heraclas, como maestro
junto a Orgenes.1276 En medio de este conflicto Orgenes visit Roma hacia 215 y
parece haberse alineado con los hipolitanos al condenar el modalismo de Sabelio
tolerado por Ceferino y Calixto.1277 Pero no fue hasta encontrar el patronazgo de
Ambrosio, un valentiniano convertido al proto-catolicismo, que Orgenes despunt en
su produccin literaria.1278 En sus escritos nuestro autor muestra un inters creciente por
el manejo de la Escritura y por la exgesis, aspectos que culminan alejndolo del crculo
de Demetrio. Orgenes organiz una seccin nueva dentro del didaskaleion alejandrino
en la cual se consagr a impartir una enseanza centrada en la ciencia de la Escritura,
destinada a una lite de intelectuales, mientras que Heraclas qued confinado a la
catequesis bsica, dirigida a los nefitos.1279 El acento puesto en la formacin intelectual
como base del carisma de liderazgo termin de romper la relacin con Demetrio e
impuls a Orgenes a dejar Alejandra.
Al ser ordenado presbtero en Palestina hacia 231, Orgenes intent legitimar su
prdica escudndose en el cargo. Demetrio arremeti contra el didaskalos rebelde
acusndolo pblicamente de eunuco y denunciando su propuesta de especulacin
tipolgica.1280 Si vemos la obra de Orgenes a partir de la dcada de 230 podremos
percibir que constantemente remarca que el cristianismo es una fe destinada tanto a
1273

- Pese a que Eusebio asocia a Orgenes con Clemente (H.E. 6.6), no hay prueba de continuidad entre
la escuela dirigida por Panteno y Clemente y la encomendada a Orgenes. Clemente era un didskalos
independiente y su didaskaleion perdur hasta que abandon Alejandra. Cfr. Trigg (1985:54); Osborn
(2008:19-249.
1274
- Orgenes, Homilas sobre el Levtico 2.4; 6.297; Sobre la oracin 28. Danielou (1958:100-102);
Trigg (1985:144); McGuckin (2004:13).
1275
- En su mtodo de exgesis alegrica Orgenes es deudor de Filn de Alejandra. Trigg (1985:52,91);
Danilou (2002:264-280).
1276
- Eusebio, H.E. 6.15. A la muerte de Demetrio (hacia 232) el episcopado de Alejandra pas a manos
de Heraclas, quien controlaba todo el didaskaleion desde la partida Orgenes (Eusebio H.E. 6.26).
Danilou (1958:36); McGuckin (2004:7). Trigg (1985:139,206-207) sostiene que Heraclas continu la
guerra contra Orgenes iniciada por Demetrio.
1277
- Eusebio, H.E. 6.14,10-11. El apoyo a los hipolitanos se ve por la centralidad que Orgenes otorga al
tema del modalismo en ComJn 1.1-5. Nautin (1977:418); Trigg (1985:79); Heine (1998:57-58).
1278
- Eusebio, H.E. 6.18,1. Trigg (1985:81-82).
1279
- Eusebio, H.E. 6.15.
1280
- Eusebio, H.E. 6.8,1-6;19,16. McGuckin (2004:6).

235

intelectuales vidos por instruirse como a gente del vulgo.1281 En base a esto podra
pensarse que Demetrio, Heraclas y sus adeptos habran tildado de excesivamente
intelectual a la catequesis origenista.
Con el apoyo de los obispos de Jerusaln y de Cesarea, 1282 Orgenes se defendi de
fuertes acusaciones de elitismo filosfico. En su esquema comunitario existen dos tipos
de creyentes, los instruidos y los vulgares.1283 La diferencia que el autor observa es el
grado de comprensin de la Escritura que manifiesta cada uno. Si bien son los instruidos
quienes acceden a los cargos, el vulgo cristiano es superior numricamente y aparece
como una preocupacin acuciante. Incluso en un periodo de relativa tolerancia y
reconocimiento pblico del cristianismo, luego del breve interludio de violencias bajo el
emperador Maximino el Tracio, Orgenes se siente en la obligacin de justificar la
existencia de una masa de creyentes de bajo estatus que presionan los mecanismos
comunitarios y ponen a prueba el control disciplinario.1284 Por esto mismo el didskalos
seala que la exgesis de la Escritura es un patrimonio exclusivo de los instruidos, es un
misterio que exige una predisposicin escrutadora que no todos poseen. Hay quienes
creen en Jess y leen la Escritura con fe pero se contentan con un conocimiento
rudimentario ya sea por pereza o porque sus condiciones socio jurdicas lo impiden. 1285
Teniendo esto en mente podemos observar que Orgenes vuelve a la idea, muy propia de
los autores cristianos del siglo II, de que la fe cristiana es provechosa para el vulgo. 1286
La diferencia es que ahora el objetivo no es mostrar al cristiano como buen ciudadano
sino proponer una doctrina de la obediencia prctica que pueda aplicarse
particularmente al cristiano comn. No hay que olvidar que hacia la dcada de 140 la
diatriba de Celso parece haber sido retomada por varios crticos paganos para denostar
la pululacin de cristianos de bajo estatus. 1287 Orgenes defiende su idea de disciplina
desde un punto de vista jerrquico: aquellos que no pueden dejarlo todo y entregarse al
estudio de los textos sagrados tambin pueden ser considerados creyentes, aunque
1281

- Para una cronologa de los textos de Orgenes seguimos a Trigg (1998:36-61) y a Heine
(2008:121-122).
1282
- Eusebio, H.E. 6.19,16-18;27.
1283
- Orgenes, C.Celso 1.27;3.52 y 74.
1284
- Ese aumento es notorio en comparacin a la situacin de fines del siglo II. No hablamos para nada
de una cristianizacin en masa ni mucho menos ya que el cristianismo sigue siendo una secta minoritaria
en las poleis. Stark (2006:67) estima que, en una poblacin imperial de 60 millones de personas, hacia el
ao 200 existiran unos 210 mil cristianos que para 250 se habran vuelto ms de un milln.
1285
- Orgenes, Tratado de los Principios (Prin) Prefacio 3; Homilias sobre Ezequiel 11.1; Homilias sobre
el Gnesis 3.3; Homilas sobre Nmeros 22.4; C.Celso 1.10;5.16. Danilou (1958:73-76).
1286
- Orgenes, Prin 3.1,5; C.Celso 1.8,26; 2.78; 3.49, 68, 73; 8.50.
1287
- Orgenes, C.Celso Prlogo 4-6. El C.Celso fue un encargo de Ambrosio y se escribi hacia 248 en
Cesarea de Palestina (Eusebio, H.E. 6.36). Trigg (1985:214).

236

poseyendo una comprensin parcial de la fe. Los opositores al didskalos sealan,


apoyndose en Celso, que el cristianismo fomenta la supersticin al cooptar a los
miembros ms marginales de la sociedad por medio del temor al castigo eterno.
Orgenes no niega esto, pues afirma que el creyente simple debe contentarse con creer
en la Palabra.1288 En el discurso origenista aquel que no es sabio es quien ms se apoya
en el poder divino, representado en los lderes. Esto implica perder voz y ajustar la
participacin en el mbito comunitario a una disciplina concreta.1289
En el grupo de cristianos vulgares que tiene Orgenes en mente estn los esclavos
creyentes. A ellos se deben muchas de las crticas paganas, sobre todo aquellas ancladas
en la asociacin de la conversin de los oiketai con la desestabilizacin de la autoridad
patriarcal del oikos.1290 Por esto mismo Orgenes procede con cautela y seala en primer
lugar que las enseanzas cristianas ya no son subversivas y ocultas sino de pblico
conocimiento,1291 algo verosimil en el periodo tolerante propiciado por Filipo el
rabe.1292 Si los despotai no estn presentes durante el adoctrinamiento de los douloi,
nios y mujeres es porque son disolutos o perversos, ya que la enseanza cristiana
redunda en un beneficio para el hogar segn el didskalos.1293 El objetivo del
adoctrinamiento de los esclavos es que adquieran un espritu libre, es decir una
conciencia de pertenencia a la asamblea.1294 Sin embargo, Orgenes comprende esta
denominada libertad de espritu como asociada al control por parte de la comunidad. La
simbiosis entre los fieles instruidos y los vulgares debe generar una disciplina
1288

- Orgenes, C.Celso 3.78-79;4.9;5.16.


- Orgenes, C.Celso 1.62. Hllstrm (1984:7-50).
1290
- Orgenes, C.Celso 3.50,55.
1291
- Orgenes, C.Celso 1.7;3.9,57.
1292
- Orgenes, C.Celso 3.15. Aqu el didskalos identifica el periodo de Filipo como una poca de
tranquilidad en la que los cristianos han logrado una presencia social ms notoria pero que, a la par, los
pone en el lugar de chivos expiatorios en potencia en el caso de una alteracin poltica. Esta panormica
positiva que describe Orgenes no autoriza a concluir, como hace Eusebio en H.E. 6.34, que Filipo era
cristiano. Lo cierto es que mantuvo vnculos con Orgenes y con los proto-catlicos de Roma, pero nada
ms (Eusebio, H.E. 6.36). Pohlsander (1980:463-473); Frend (1981:397-398); Fernndez Ubia
(1990:22).
1293
- Orgenes, C.Celso 3.58.

1294
- Orgenes, C.Celso 3.54.

1289

237

comunitaria capaz de garantizar una frrea conduccin destinada a vigilar la moral y


castigar los desvos.1295 Los siervos convertidos pasan a estar sujetos a un control
comunitario ajustado que incluso podra, no necesariamente, intervenir con la
manumisin. Claramente Orgenes no quiere conflictos motivados por la conversin de
douloi pertenecientes a amos paganos y solo habilita la manumisin con fondos
comunitarios en caso de violencia (forma similar a como operaba la comunidad siria de
DidAp). Un caso de manumisin con fondos eclesiales podra encontrarse en el ejemplo
del siervo enviado a un prostbulo por su amo y posteriormente integrado a la
asamblea.1296 La disciplina cristiana condena los vicios asociados a la fornicacin y los
espectculos, ante los cuales es necesaria una purificacin y un periodo de penitencia.
Orgenes espera que, ante la conversin, el nefito someta efectivamente su cuerpo al
seguimiento comunitario. As como Jess elev a los apstoles que eran hombres
pecadores, as espera que obren las jerarquas eclesiales. 1297 El inters por el
comportamiento de los cristianos vulgares es, a nivel discursivo, un elemento para
justificar la extensin del poder de los lderes. Si el cristianismo no llega a esclavos y
dems subordinados, entonces la verdad cristiana no es universal segn Orgenes.1298

La muerte de Filipo el rabe y el ascenso de Decio marcaron un corte en la historia de


las iglesias ya que por primera vez el Estado romano promovi una poltica persecutoria
hacia 250-251.1299 La obligacin de sacrificio, constatada por un certificado (libellus)
entregado luego del acto, aparece como una medida destinada a reforzar el culto
imperial en un periodo de honda crisis poltica. 1300 Si bien las exigencias sacrificiales se
aplicaron fuertemente en las provincias africanas,1301 el oriente cristiano tambin sufri
duros embates. Fruto de esta tensin encontramos hacia 250 un documento producido
por el cristianismo del este de Siria: los Hechos de Toms (HchTom), particularmente
adscriptos, segn los analistas, a la ciudad de Edesa.1302 Este texto ha llegado
1295

- Orgenes, C.Celso 3.51.


- Orgenes, C.Celso 3.67.
1297
- Orgenes, C.Celso 1.62-65;2.2. Teja (2004:237).
1298
- Orgenes, C.Celso 6.1. Edwards (1993:85).
1299
- Eusebio, H.E. 6.39. Frend (1981:404-416); Santos Yanguas (1994-1995:143-182). Entre las vctimas
de esta primera persecucin se encuentran los obispos Fabin de Roma, Babilas de Antioquia y Alejandro
de Jerusaln. Orgenes fue encarcelado y torturado pero no sufri el martirio, sino que muri
posteriormente. Eusebio, H.E. 6.39,2-4; Liber Pontificalis 21.
1300
- Knipfing (1923:345-390); Keresztes (1975:761-781).
1301
- Cipriano, Sobre los apstatas 1-3; Ep. 11.1; Eusebio, H.E. 6.41-42 (recoge el testimonio de Dionisio,
obispo de Alejandra).
1302
- Tyssot (1988:4415); Drijvers (2003:323); Piero- Del Cerro (2005:869-871).
1296

238

prcticamente ntegro hasta nosotros.1303 La obra presenta una fuerte ideologa gnstica,
sobre todo en los discursos e himnos y en la presentacin de la figura del Redentor
polimorfo que desciende a la tierra para liberar a la humanidad de la materia y lo
corpreo.1304 A nivel organizativo HchTom deja entrever la existencia de una
institucionalizacin jerrquica en su comunidad, ya que encontramos personajes que
cumplen el rol de diconos, hay grupos de viudas reconocidos y asistidos e incluso el
personaje de Toms instituye oficiales de culto antes de morir.1305 Se reconoce en estos
elementos una voluntad persistente de los gnsticos por dotar a sus comunidades de una
estructura jerrquica que garantice una continuidad y un orden a fin de favorecer el
proselitismo y diferenciarse de los proto-catlicos.
El tema de la esclavitud es central en HchTom, ya que la autoridad del apstol
protagonista est cimentada en su carcter de esclavo de una manera bastante irnica. Al
inicio de la obra, cuando los apstoles se reparten las reas misioneras, Toms recibe el
encargo de llevar el evangelio a la India. Como se excusa, alegando la debilidad de su
cuerpo,1306 Cristo mismo lo vende a un mercader indio. 1307 Colocar a Jess llenando un
certificado que constata su calidad de propietario del apstol puede verse como una
crtica del autor a la poltica implementada por Decio. El personaje de Toms, que se
reconoce como esclavo de Jess, acepta la voluntad de su amo. 1308 De all en ms el
apstol se introduce en el campo misional no como un portentoso hacedor de milagros,
sino forzado y bajo el ttulo de esclavo hebreo.1309 Sin embargo, su esclavitud es
interpretada como elemento para la libertad de los que se convertirn gracias a l. 1310 El
creyente no es posesin del mundo, sino de Cristo, el cual tiene el derecho de manipular
los eventos de su vida. Con esta imagen del cristiano como doulos el autor retoma una
1303

- No quiere decir que el texto de HchTom que poseemos sea el original, sino que lo que nos ha llegado
es una unidad redaccional que no necesariamente debe ser fiel al original. Hay dos recensiones, una en
griego y otra en siraco, con notables diferencias en varios fragmentos. Nosotros usamos la griega, pero el
debate sobre la lengua original de la obra an est en desarrollo. Klijn, A. F. (2003:8- 9); Piero-Del
Cerro (2005:868- 869).
1304
- Discursos e himnos: HchTom 6-7; 12; 108-113; la figura del Salvador gnstico la hallamos en
HchTom 39-41;45-50;62-81. Piero- Del Cerro (2005:875-885).
1305
- HchTom 49.2; 59.1; 65.2; 169.2.
1306
- HchTom 1.1-2.
1307
- HchTom 2.2.

1308
- HchTom 2.3.
1309
- HchTom 23.3.
1310
- HchTom 39.1; 163.1. Pesthy (2001:67).

239

tradicin del mbito sirio asociada a la idea de sufrimiento justificador y tambin


ridiculiza las diatribas paganas que sealan al cristianismo como un culto de esclavos.
HchTom seala que Cristo fue el primer redentor de la humanidad cautiva, para lo cual
debi rebajarse y padecer, al menos en apariencia, las calamidades humanas. Judas
Toms, como gemelo de Jess, sigue el mismo camino.1311 En tiempos de persecucin la
idea de sufrimiento cobra mayor relevancia para los grupos gnsticos, ahora permeables
al testimonio martirial. El martirio aparece como un escape, un testimonio ya no de un
civismo solidario incomprendido sino de rebelda contra el mundo perverso que intenta
quebrar la fe del cristiano.
Ms all de la irona que propone el autor en relacin al libellus, el concepto del lder
como esclavo no era desconocido en el mbito sirio. 1312 Por esto mismo la esclavitud
de Toms es presentada como humillante para los poderosos como el rey Misdeo.1313 Al
ser interrogado por el monarca, el apstol le responde: Soy esclavo pero no tienes
sobre mi ninguna autoridad.1314 Entre el lder de la asamblea y el poder poltico no hay
relacin, no hay dependencia ni inters de negociacin. El apstol no traba relaciones de
patronazgo con los ricos y poderosos, lo cual seala un rechazo de posturas secularistas
de cualquier tipo.
Llama la atencin una cierta proclividad igualitarista presente en varios pasajes de
HchTom. En primer lugar esto se evidencia en el episodio de la boda entre los jvenes
prncipes. El autor remarca que el rey de Andrpolis, padre de la novia, haba invitado a
todos al evento: ricos y pobres, esclavos y libres, extranjeros y ciudadanos 1315. Ms
adelante el autor remarca que Toms predicaba a toda clase de gente, incluso
esclavos.1316 Sin embargo el ejemplo ms sorprendente es el discurso del apstol a los
siervos que llevan a Migdonia, esposa de un oficial del rey, en la litera. El autor coloca
en boca del apstol una denuncia sobre el lugar de los douloi, quienes pese a ser
hombres son tratados como animales.1317 Ms all del tono del reclamo, este debe ser
1311

- HchTom 47.2;145.2.
- Ignacio, Rom 4.3.
1313
- HchTom 100.1.
1314
- HchTom 163.1.

1315
- HchTom 4.2.

1316
- HchTom 28.1.
1317
- HchTom 83.1.

1312

240

comprendido en el contexto de persecucin que vive la comunidad. El discurso a los


siervos encargados de la litera contina con un llamado a rechazar el adulterio, origen
de males como el asesinato, el robo, la intemperancia, la avaricia, la ostentacin, la
calumnia y otras malas acciones corporales. La impureza es el peor mal para HchTom, y
los esclavos eran muy proclives a la misma por sus mismas condiciones jurdicas y
sociales. Lo que el apstol propone a estos oiketai es vivir sobriamente, en
mansedumbre, paz y equidad.1318 No hay aqu un intento de abolicionismo ni un
llamamiento a la rebelin contra los amos,1319 sino una delimitacin de los requisitos de
pertenencia a la asamblea cristiana. El autor de HchTom toma una postura rigorista en
cuanto al rol del esclavo cristiano justamente a travs del apstol Judas Toms, quien
experimenta la esclavitud en carne propia. Toms insta a los esclavos a evitar los
pecados de la carne pues estos son los que crean obligaciones, generando un crculo
vicioso de ansias de posesin y ascenso. 1320 Si los esclavos materiales logran el control
sobre s mismos y la mansedumbre dejarn de ser como animales, pues mostrarn un
alma libre de la esclavitud de la materia, cosa que no poseen ciertos amos ricos. 1321 El
autor de HchTom es muy directo al hacer depender la pureza del oiketes de la de su
propietario. Esta cuestin puede observarse en la ficcin tanto en clave positiva como en
clave negativa. En el primer caso el ejemplo ms claro se ve en la relacin entre
Migdonia y su sierva Marcia, la cual se bautiza siguiendo el ejemplo de su duea. En el
otro caso tenemos el discurso de Toms a Vazn, el hijo del rey Misdeo. El apstol le
recrimina a este personaje su vida de riquezas y asocia la posesin de multitud de
esclavos con uniones sexuales impuras. El estado animal del esclavo es irreversible en
tanto su amo no acceda a la fe y asuma nuevas premisas morales como eje de su vida.
HchTom les concede a los douloi una alternativa: soportar la esclavitud en base a la
consigna de la continencia y la mansedumbre siempre que su situacin domstica sea
favorable. El apstol aparece como el ejemplo perfecto aunque la perseverancia en las
virtudes encratitas le acarrean la muerte, la liberacin definitiva de la esclavitud y de
cualquier otra categora social que pueda existir.1322 El cristianismo de HchTom es rgido

1318
- HchTom 84-85.
1319
- Cfr. Perkins (2005:59).
1320
- El encratismo en HchTom es muy marcado, herencia clara de Taciano (Disc 8). Ireneo de Lyon (C.H
1.28,1) reconoce que Siria fue un enclave encratita luego de la llegada de Taciano, quien aparentemente
rompi con la comunidad romana luego del martirio de su maestro Justino a fines de la dcada de 160.
Eusebio, H.E. 4.29. Hunt (2003:155-163); Rhee (2005:124).
1321
- HchTom 135.2.
1322
- HchTom 129.1; 142.2; 167.2.

241

y purista, cimentado en normas de pertenencia muy estrictas basadas en la pureza


corporal y en el desprendimiento de la materia. La categora de esclavitud aparece en el
texto ilustrando la posicin del cristiano en la sociedad. El problema sigue siendo la
prctica real del esclavo creyente y su efectiva integracin comunitaria, para la cual se
piden estndares de pureza que los douloi no pueden alcanzar por s solos.

El cristianismo apareci como una fe popular en la primera mitad del siglo III. Parte
de esa popularidad fue propiciada por la poltica tolerante que manifestaron tanto
Cmodo como los Severos, con la cual el proselitismo se vio favorecido. Sin embargo,
el crecimiento de las comunidades se debi tambin a una mayor eficiencia en la
organizacin y administracin de los recursos disponibles, cimentando as el poder de
las jerarquas internas de estas asociaciones de fieles. Para los proto-catlicos este fue
un tiempo propicio para fortalecer los lazos con el poder poltico y entablar un dilogo
con el mismo. Otros grupos percibieron estos cambios como un engao del demonio
que buscaba la relajacin de los principios sectarios y el apoyo a medidas secularistas.
Las iglesias no logran una conciliacin de perspectivas entre ellas; solo con los
episodios de violencia anticristiana aparece un elemento identitario que las atraviesa y
las une: el sufrimiento y el martirio como realidades inexorables de la vida cristiana.
Pese a esto existe una discordancia entre proto-catlicos, gnsticos y montanistas
respecto a la concepcin del lugar de la iglesia en el mundo, aspecto que promueve
prcticas divergentes. Para los proto-catlicos la sociedad sincretista y receptiva de los
Severos y de Filipo el rabe obliga a permitir una flexibilizacin de la tica sectaria en
pos de dinamizar la interaccin con el mundo urbano imperial. Insignes representantes
de esta tendencia fueron no solo los obispos romanos Ceferino, Calixto y Ponciano, sino
tambin los libertos y esclavos imperiales cristianos o filocristianos pertenecientes a las
altas esferas administrativas. Los autores gnsticos continan considerando al mundo
material como una creacin perversa del Demiurgo destinada a alienar a los creyentes.
Sin embargo estas corrientes se apoyan ahora en un fuerte sentido de solidaridad
comunitaria que busca dar una explicacin para el sufrimiento y la persecucin. La
violencia anticristiana golpea a los gnsticos tanto como a los proto-catlicos, por lo
cual el sufrimiento corporal y la progresin en una tica comunitaria destinada a la
perfeccin aparecen como objetivos nuevos en estos crculos. Por su parte los
montanistas, si bien no desdean la tolerancia vigente, no estn interesados en la
242

extensin de la fe cristiana a un vulgo incapaz de comprenderla y que incluso puede


llegar a malinterpretarla o traicionarla. Para los montanistas la persecucin es un peligro
constante y se debe estar preparado para ella a partir de rgidos estndares morales de
pertenencia.
La fe cristiana pasa a ser un tema de debate en los aos previos a la persecucin de
Decio ya que su administracin y control generan conflictos. La intelectualidad cristiana
afianza su voz en las comunidades y eso genera nuevas rencillas con las jerarquas. El
vulgo aparece como un nuevo actor intermedio sobre el cual es necesario imprimir el
poder de la autoridad. La defensa de la disciplina comunitaria por didskaloi y obispos
gener discursos contrapuestos que alteraron la percepcin acerca del rol de los
creyentes de estatus subordinado. El esclavo no es un miembro de pleno derecho en
ninguna de las vertientes cristianas pues el refinamiento exigido en cuanto a los
requisitos de pertenencia pone al descubierto sus limitaciones. Los montanistas
norafricanos y los proto-catlicos hipolitanos de Roma consideran que la mezcla de
estatus al interior de la asamblea es el inicio de una cadena pecaminosa que engendra
importantes desrdenes en la tica comunitaria. Por contraposicin el prototipo de
esclavo que estos grupos avalan est ejemplificado en la sumisa Felicidad, personaje de
MartPerp. Esta aparece en el relato como un recurso para desestimar el testimonio
esclavo al descartar el castigo domstico como sinnimo de martirio. La esclava es
percibida simplemente como un componente marginal de la asamblea, colocndosela al
borde de la pertenencia a raz de que su condicin fsica la inhabilita para la confesin.
Es la asamblea de fieles la que restituye a la sierva y reconoce su testimonio pblico.
Diversos documentos normativos sealan que el esclavo es admitido como miembro
de la ekklesia en tanto su situacin domstica sea favorable y lo habilite para volverse
un beneficiario de la caridad episcopal. Segn Orgenes los douloi integran el sector del
vulgo cristiano que debe contentarse con creer y temer en el marco de un frreo control
comunitario. Otros crculos cristianos desdearon directamente la membresa esclava en
base a esquemas rigoristas y puristas que surgieron en reaccin al laxismo
proto-catlico. En HchAnd los siervos quedan excluidos categricamente de la asamblea
por encarnar la traicin, el engreimiento y la delacin. Por su parte HchTom impone a
los siervos altas expectativas en materia de pureza fsica. Estas solo son practicables
para el subordinado en tanto su propietario se convierta y asuma una tica personal
nueva que, por extensin, recodifique la del esclavo.

243

Los douloi cristianos en la primera mitad del siglo III aparecen como miembros
marginales y sospechosos, incapaces de profundizar en el desarrollo intelectual y
exegtico de la Escritura. A lo ms que pueden aspirar es a una mera reproduccin
prctica de preceptos a partir del temor al castigo eterno y la esperanza en la
recompensa celestial.

244

CONCLUSIONES

Marcellus Gallio: Ill have you whipped


and sold as a galley slave. Ill teach you whos master here.
Demetrius: I know who my master is.
Youre afraid, but you dont really know the reason why.
You think its the robe that made you ill,
but its your own conscience, you own descent shame.1323

El discurso cristiano sobre la esclavitud estuvo determinado por la progresin


organizativa de las iglesias. El primer cristianismo fue un culto urbano anclado en
sectores artesanales y con epicentro en el espacio domstico. Fue el conflicto con la
sinagoga lo que provoc, en la vertiente paulina principalmente, que los fieles se
volcaran al oikos como ncleo aglutinador de la comunidad. Los cristianos nomistas,
adeptos al liderazgo sinagogal, tardaron ms en valorar el ambiente hogareo. Los
paulinos codificaron una prctica cristiana en base a la interaccin domstica, al trabajo
y a los conflictos inherentes al espacio familiar. Pero, a medida que se producen
mecanismos de concentracin de poder en el marco de la comunidad cristiana, se
evidencian problemas como el que ocurre cuando los despotai comienzan a tener
intereses de control sobre la prctica de otros oikoi de creyentes. La jerarquizacin del
ala proto-catlica fue un proceso que se origin en las querellas entre anfitriones que
disputaban por ejercer el rol de patronos locales. Todos los miembros del hogar se
volvieron piezas centrales en el periodo de codificacin de un poder administrativo
comunitario, cuyos candidatos se medan a partir de la proyeccin de sus habilidades de
control domstico. Los esclavos aparecen como el claro reflejo del poder del patrono
comunitario en pugna. La sumisin y la diligencia de los subordinados son recursos
1323

- Ross, F. (Productor) & Koster, H. (Director). (1953). The Robe. [Cinta cinematogrfica]. EE.UU.:
Twentieth Century Fox.

245

discursivos que delatan las capacidades del kyrios. Este construye su prestigio a costa de
la extensin de la moral cristiana primeramente en su hogar y luego, a travs de
mecanismos de patrocinio-beneficencia, en la red de oikoi creyentes.

Hemos visto que en el periodo anterior al ao 70 las comunidades cristianas estaban


conformadas por un cierto ncleo de propietarios que no tenan inters en integrar a
todos sus subordinados a la fe, ya que estos oficiaban como agentes comerciales o
colaboradores en tareas artesanales. Los douloi eran sujetos impuros que se encargaban
de acciones que ya el kyrios converso no poda realizar. Con la crisis posterior a la toma
de Jerusaln las iglesias paulinas se vieron cada vez ms marginadas del mbito
sinagogal y tuvieron que organizar un espacio nuevo para el culto. La concentracin del
culto cristiano en el hogar provoca que la conversin de todos los dependientes se
vuelva una cuestin ineludible. Los cdigos domsticos nos sealan que este no fue un
proceso pacfico, sino de fuertes resistencias. Esto se ve claramente en las insistentes
recomendaciones acerca del comportamiento esclavo, intentando sealar lmites en la
hermandad cristiana. Claramente muchos siervos no habran visto como positiva la
imposicin de una nueva moral domstica que coartaba muchas vas de movilidad (por
ejemplo el rol de compaero sexual del amo) y cuestionaba las motivaciones de los
siervos. El doulos asume entonces caractersticas mayoritariamente negativas en tanto
miembro de las ekklesiai proto-catlicas.
El esclavo es presentado por varios documentos como un individuo astuto y
calculador que solo se gua por el beneficio material. El ansia de ascenso aparece en
muchos casos como un elemento combatido en las ekklesiai. Por este motivo autores
como Ignacio aconsejan que el esclavo no se vuelva arrogante por mantener una
relacin cercana con su amo. No hay que olvidar que la mayora de los oikoi urbanos
que adoptan el cristianismo apenas cuentan con uno o dos esclavos que colaboran en la
actividad comercial o artesanal, trabajando a la par de los despotai. La insistencia en
que el esclavo cumpla roles de esclavo se orienta a fortalecer el rol del propietario
como nica figura autoritaria. El siervo con influencia es una figura rechazada por los
crculos proto-catlicos. El caso de Hermas es particular ya que El Pastor es un relato
destinado a poner al descubierto las estrategias fraudulentas de esclavos y libertos. Al
parecer estos manumisos representan a un sector econmico pudiente de la asamblea
romana pero su historial en cuanto a la prctica moral los imposibilita para ocupar
246

cargos. Por este motivo Hermas propone con su ficcin un serio examen de conciencia
sobre las falencias de su grupo. La ambicin en el creyente de estatus esclavo es
evaluada como una motivacin que transforma a la fe en un camino de ascenso social.
Por este motivo el tema de la manumisin generaba ciertos resquemores en las ekklesiai
ya que supona una alteracin de estatus que poda entraar tanto ventajas como
desventajas para el grupo. Por un lado la liberacin de un esclavo lo habilitaba para
asumir roles ms comprometidos en la comunidad; por otro lado la manumisin no
controlada por la comunidad poda provocar que el beneficiado, pese a la obediencia
que deba a su ex propietario, se alejase de la asamblea en pos de sus negocios. La
ekklesia en tanto asociacin puede comprar la libertad de un creyente con sus fondos,
pero solo en casos extremos y luego de un anlisis pormenorizado de la situacin a fin
de no fomentar resquemores con la sociedad pagana.
El esclavo es un cuerpo maleable y pasible de violencia, situacin que complica su
membresa y puede perjudicar a la asamblea. Al ser un cautivo cuya muerte ha sido
aplazada, el siervo depende exclusivamente de su amo, quien tiene dominio absoluto
sobre su cuerpo. Este es quizs el elemento ms problemtico para todas las vertientes
cristianas en el periodo que hemos analizado, ya que el hecho de que el esclavo no se
pertenece es el primer obstculo para la integracin total a la asamblea. Pablo seala
que el discernimiento es lo que otorga la verdadera libertad cristiana, y los oiketai no
son capaces de aplicarlo libremente ya que dependen de un amo. Por esta razn el
primer paulinismo incentiva la manumisin como condicin para volverse un misionero
colaborador del apstol. Pablo sabe que no puede tomar a Onsimo como asistente a
menos que Filemn lo manumita por voluntad propia; si el apstol contina reteniendo
al siervo corre el riesgo de provocar el malestar en la casa del propietario. El esclavo no
controla su voluntad sino que est alienado y tiene una lealtad primordial que determina
todas las otras. A partir de esta nocin podemos observar el tratamiento que reciben los
casos de esclavos creyentes con amos paganos. En ciertas ocasiones, como en 1Ped y en
TradAp, se incita a los douloi a ser obedientes y cumplir sus obligaciones an en medio
de la tortura; en otras directamente se descarta a los oiketai creyentes pertenecientes a
paganos a fin de evitar cualquier conflicto con la sociedad circundante. Paulatinamente
los cristianos refuerzan la nocin, ya presente en los hogares gentiles, de que el castigo
domstico es una prerrogativa inalterable del amo y por la cual el esclavo no puede
gloriarse. El sufrimiento de un esclavo creyente, golpeado por su propietario en el
mbito domstico, no es equivalente al martirio pues no es un testimonio pblico sino la
247

aplicacin de un derecho. En varios casos el castigo de los domsticos reviste para los
autores cristianos un objetivo profilctico al interpretrselo como destinado a evitar el
pecado. Los montanistas norafricanos comprenden que el cuerpo esclavo est ms
prximo a la deshonra y la criminalidad que a la pureza (como se ve en el caso de
Felicidad en MartPerp); es la comunidad la que evala el compromiso del oiketes y lo
habilita en tanto miembro. Pese a que Justino y Orgenes reclaman que el cuerpo del
esclavo debe inscribirse en una disciplina domstica ejemplificante, la vulnerabilidad
fsica de los subordinados es un peligro tanto a nivel interno como externo.
A nivel interno el esclavo aparece sealado muchas veces como un motivo de
tentacin constante. La accesibilidad sexual es una de las caractersticas de los siervos,
considerados como sujetos neutrales a nivel moral por parte de los propietarios. El
cristianismo primitivo nunca se manifest claramente sobre las prerrogativas sexuales
del despotes aunque se asocia en mltiples casos la situacin moral del esclavo con la
del dueo. El pecado mayor se da en aquel que posee capacidad de discernimiento y
gnosis; el doulos no tiene posibilidad de decisin ni de discernimiento sino que solo
obedece. Si bien se da por sentado que el esclavo ha sido abusado y carece de honor
(aspecto heredado del judasmo), la tica domstica cristiana intenta, entre los siglos II y
III, consolidar estructuras de responsabilidad comunitaria que incentiven a los
domsticos a la prctica de las virtudes. Clemente de Alejandra denosta la proliferacin
de la servidumbre en los hogares pues esto desprestigia el poder de los amos y es una
constante invitacin al pecado. Hiplito y Tertuliano no admiten la unin sexual de
nobles y esclavos creyentes, considerando la mezcla de estatus como un desajuste que
engendra pecados como la fornicacin, el aborto y la exposicin de nios.
A nivel externo los siervos representan un peligro en tanto pueden ser torturados para
obtener informacin sobre los creyentes. El motivo del esclavo delator bajo tortura
aparece en un momento en que se busca hacer del lder episcopal un sufriente que
justifica a la ekklesia entera ante Dios. A la lealtad perfecta se le contrapone la traicin.
Como el cristianismo era un culto domstico durante su etapa sectaria, es lgico que se
recurriera a los subordinados a la hora de emprender acciones contra los creyentes. Ya
Plinio haba torturado a unas esclavas que oficiaban de ministras en las comunidades del
Ponto-Bitinia. La tortura legitimaba la declaracin del esclavo y manipulaba su
testimonio a fin de obtener una confesin. La maleabilidad del cuerpo esclavo era un
punto flaco que poda arrastrar a la comunidad al desastre. Solo en el relato de los
mrtires de Lyon y Viena aparece una contraposicin entre subordinados delatores y
248

fieles; frente a los siervos paganos calumniadores encontramos al personaje de


Blandina. Este caso se comprende si consideramos que la descripcin del martirio en la
Galia es contempornea con una serie de fuertes crticas paganas hacia el cristianismo.
Blandina, la esclava herona, es un artificio destinado a contrarrestar la perspectiva
social del cristianismo en autores como Celso, quienes ven al elemento esclavo en las
ekklesiai como un componente subversivo.
Si bien el cristianismo primitivo fue una religin de propietarios con cierto caudal
econmico, la intelectualidad pagana organiz su discurso en contra de la nueva fe,
presentndola como un culto de esclavos y mujeres que erosionaba las instituciones
patriarcales. Esta focalizacin en el proselitismo esclavo nos remite a un debate con los
grupos proto-catlicos de tendencia secularista que hacia 180-190 haban ganado el
favor de varios miembros de la familia caesaris y la simpata de ciertos nobles. Celso
asume que el proselitismo cristiano crea una lealtad paralela que afecta el
desenvolvimiento de las relaciones domsticas ya que la prdica se da en ausencia de
los kyrioi. El crtico pagano sabe que el esclavo no es un actor social bien visto, ya que
se lo relaciona con el fraude y la traicin. Por esto mismo subraya que las conversiones
al cristianismo se dan entre ignorantes manipulables. Esta diatriba lleva a los escritores
cristianos a remarcar que su religin no es una religin de esclavos sino de despotai
administradores asociados a los ideales civilizatorios helensticos. El autor de DidAp y
Orgenes insisten en que el vulgo cristiano carece de comprensin teolgica y exegtica
pero se integra en una prctica de la virtud a partir de preceptos morales que imparten
las autoridades episcopales. Los autores cristianos ponderan as en sus discursos una
idea de proselitismo patriarcalista y verticalista. El esclavo en tanto miembro no
representa una buena propaganda, por lo cual se resalta que la fe cristiana incentiva a los
dbiles y los instruye en un camino de virtud cuyo fin es potenciar sus cualidades y
refrenar sus malas inclinaciones.
Muy diferentes de la postura proto-catlica en relacin a los siervos fueron aquellas
incentivadas por las otras ramas del cristianismo. Los cristianos nomistas limitaban el
accionar de los siervos en base a las prescripciones puristas de la Ley, ya que, despus
de todo, el esclavo pagano convertido en proslito por la circuncisin segua teniendo
ciertas restricciones en cuanto a la integracin total a la Alianza. Posteriormente vemos
en Ap y en Jn consideraciones negativas del espacio domstico y las interacciones que
propicia. La familia no es percibida por estos grupos ms que como una atadura que
crea lazos carnales que, si se los privilegia en extremo, conducen a la apostasa. Debido
249

a su falta de conocimiento divino, el esclavo no es un miembro de la asamblea (en Jn la


cuestin de la procedencia de un creyente se vincula con su justificacin; el esclavo no
sabe de dnde procede y por lo tanto su situacin es de inestabilidad ya que puede ser
revendido). Estos grupos no se interesan por el mbito hogareo ya que no acuerdan con
los paulinos, quienes llevan adelante la codificacin cristiana del espacio domstico.
Para el primer grupo juanino (anterior al asentamiento en Asia Menor) y ciertos
nomistas el proyecto de crear un oikos cristiano presentado como inocuo polticamente
denota una tendencia secularista que traiciona la misin cristiana y crea jerarquas que
distorsionan el mensaje de Cristo.
El marcionismo, hacia mediados del siglo II, continu con el reclamo sobre la
mundanizacin de la estructura proto-catlica. Con el ditesmo los marcionitas
disociaron la fe en Cristo de la prctica moral, exaltando a la primera y relativizando la
segunda. Si los hombres son producto de una divinidad inferior (el Demiurgo) y Cristo
es el enviado de un Dios superior no revelado nunca antes, entonces las obras de piedad
y justicia heredadas de las Escrituras judas no son imprescindibles ya que el AT sera
un producto del Dios inferior. Visto as, la esclavitud material es solo una forma de
atadura ms en el mundo perverso del Demiurgo. En s cualquier atadura terrenal
(familia, siervos, negocios) simboliza para los marcionitas un vnculo con la materia que
hay que eliminar. El marcionismo tuvo una clara tendencia antiimperial en su origen,
pero no as el valentinianismo, que apareci como una secta elitista al interior de las
ekklesiai. Los valentinianos dividen a la humanidad en tres tipos de acuerdo a su grado
de conocimiento divino. No rechazan ni las instituciones ni los rituales proto-catlicos e
incluso fomentan el progreso de los subordinados en la gnosis. El gnstico valentiniano
alcanza un grado ms perfecto de comprensin acerca del misterio divino; si bien
reconoce a la autoridad jerrquica episcopal, relativiza el valor de las obras en relacin a
la gnosis. Esto sin embargo fue cambiando, pues en EvFel (a inicios del siglo III) las
obras aparecen como una condicin para mantener la gnosis y progresar en el
perfeccionamiento personal. Por su parte, la vertiente carpocratiana promueve en sus
escritos una equiparacin de la autoridad comunitaria que hace pensar que este
didaskaleion era favorable a la insercin de esclavos.
La aparicin del montanismo hacia mediados del siglo II coincidi con el auge de las
crticas de la intelectualidad pagana al desempeo proselitista cristiano. El montanismo
asitico se manifest como una vertiente exaltada que llevaba a mujeres y esclavos a
una proclamacin alterada de la fe, desvinculada de la autoridad episcopal. Los nuevos
250

profetas fueron vistos como una amenaza a los intereses acomodaticios de los
proto-catlicos en medio de la crisis del gobierno de los ltimos Antoninos. Es as que
textos como HchPab presentan a personajes subordinados asumiendo actitudes
extremas que generan conflicto a la comunidad. Ese es el caso de las historias de Tecla,
una mujer con ansias de prdica que persigue al apstol, y de Patroclo, un esclavo
imperial de Nern que realiza una confesin de fe exaltada frente al Csar, de la cual
resulta una persecucin en la que Pablo pierde la vida. HchPab seala la atraccin que
la Nueva Profeca supona para muchos sectores proto-catlicos. Por esto es necesario
marcar los lmites y las consecuencias de lo que se concibe como un descontrol del
carisma proftico que est cuestionando la autoridad episcopal. Ya en occidente, en el
Norte de frica particularmente, el montanismo perdi las caractersticas contestatarias
y se volvi una manifestacin elitista del cristianismo, mucho ms cercana al
protocatolicismo. La Nueva Profeca tertulianista se present como defensora de un
sectarismo exclusivista que desechaba a los conversos de estatus esclavo.
En el caso de las vertientes cristianas que ponderaban una fuerte prctica encratita
como parmetro de pertenencia los esclavos creyentes quedan extremadamente
limitados en su accionar y en algunos casos se les niega la membresa directamente.
Este fenmeno se dio fundamentalmente en el este de la provincia de Siria, en el rea de
influencia de la ciudad de Edesa, la cual haba adoptado el cristianismo hacia el ltimo
cuarto del siglo II. Taciano introdujo los postulados de pureza fsica y retraimiento
matrimonial luego de su separacin del cristianismo romano. El esclavo es presentado
como un ser naturalmente ambicioso segn este didskalos, lo cual lo aparta de
cualquier consideracin comunitaria. Con EvTom y HchTom esta postura va
matizndose ya que se vincula la pureza del esclavo con el comportamiento refrenado
de su amo. Aparece una nocin de responsabilidad sobre los inferiores que, no obstante,
no es un equivalente a una inclusin total ya que probablemente an no se habra
producido una cristianizacin total del oikos. Llama la atencin que en HchTom el
apstol protagonista de la ficcin sea introducido en el relato como un esclavo material
que interpela a otros douloi, motivndolos a evitar los pecados carnales por representar
estos el ansia de ascenso. La ficcin de HchAnd, proveniente del mbito griego, no es
tan positiva en su discurso ya que reniega de la membresa esclava, marginando a los
oiketai como simples naturalezas materiales manipuladas por el diablo. Los siervos
encarnan en este relato la impureza sexual, la obsecuencia, el engreimiento y el clculo
malintencionado. El autor privilegia a los nobles cristianos que guardan el secreto de su
251

fe y que poseen las capacidades para rehuir a la impureza. Esto se comprende mejor si
consideramos el rigorismo de esta ficcin como resultado de las violencias anticristianas
bajo Maximino el Tracio. El encratismo en tanto actitud de negacin extrema del
matrimonio y la sexualidad aparece en las comunidades cristianas como una
demostracin antiimperial y de consolidacin sectaria. Los encratitas muchas veces
reaccionan contra las polticas de apertura de las ekklesiai proto-catlicas, a las que
sealan como negociadoras y proclives a un compromiso con el gobierno. La extensin
de la membresa cristiana a los subordinados e impuros le pareca a los encratitas un
error que era resultado de ese secularismo obsecuente. Para ellos el subordinado no es
capaz de llevar adelante un comportamiento refrenado debido a sus obligaciones en
tanto propiedad, aspecto que los aliena definitivamente de la salvacin.
No hemos de olvidar que, pese a los elementos negativos, el doulos ofici como un
agente particular del amo cristiano y, a la par, fue una buena metfora cristolgica para
varios escritores.
Como agente del amo el doulos lleg a ocupar un rol cambiante. En una primera
poca, antes del ao 70, observamos que los colaboradores de Pablo utilizan a sus
siervos para enviarle al apstol informacin sobre la comunidad. Su cristianizacin es
algo incierta salvo en casos concretos; los esclavos ofician de correo a la par que
desarrollan su actividad comercial. Hacia fines del siglo I, ya con el oikos cristianizado,
el esclavo o liberto creyente aparece como una avanzada del poder del patrono en
competencia. En la carrera local por la jerarquizacin encontramos varios testimonios
de oiketai que hacen las veces de fuerza de choque de los aspirantes a los cargos
comunitarios. Particularmente en 1Clem (hacia el ao 95) la tensin es notoria. Puede
conjeturarse por las expresiones de los autores de la carta, presumiblemente un grupo de
presbteros romanos, que en la revuelta corintia que termin por deponer a los oficiales
de culto establecidos hubo participacin de domsticos y clientes adherentes a los
lderes alternativos. La rebelin en Acaya habra sido una lucha interdomstica por la
supremaca de un grupo determinado de benefactores comunitarios. Por esta razn
1Clem silencia cualquier recomendacin sobre las relaciones amo-esclavos ya que las
considera potencialmente disruptivas. Un oikos numeroso sumado a una clientela fiel
pueden representar una ventaja para los despotai cristianos, ya que le garantizan un
interesante sostn. Como dijimos, el doulos es presentado por los autores
proto-catlicos como el reflejo concreto del poder administrativo de un propietario con
252

proyeccin de lder. De aqu deriva la fuerte admonicin de las Epstolas Pastorales


destinada a incentivar la complacencia y la fidelidad de los subordinados.
En lnea con lo dicho anteriormente encontramos el caso, registrado hacia fines del
siglo II, de la vinculacin de las jerarquas y los didaskaleia cristianos con libertos y
esclavos pertenecientes a la familia caesaris. Justino parece haber contado en su escuela
al menos a un par de esclavos imperiales y los obispos romanos a partir de Vctor
contaron con la simpata de favoritos pertenecientes a las altas esferas como Marco
Aurelio Prsenes, Jacinto, Marcia y otros personajes. Estos esclavos y libertos
imperiales en varios casos no estaban bautizados y solo manifestaban una simpata
filocristiana que se materializaba en donaciones o en intervenciones en las condenas de
los fieles. Esta condicin intermedia gener resquemores y dudas en grupos puristas
como los de Tertuliano y Minucio Flix. Recin con DidAp hacia la dcada de 230
encontramos una admonicin que seala que aceptar la beneficencia de esta poblacin
flotante de filocristianos implica reconocer tcitamente conductas que la moral cristiana
considera pecaminosas como la violencia, los espectculos, la fornicacin, etc. Muchos
grupos cristianos del periodo de paz severano, prolongado bajo Gordiano III y Filipo el
rabe, consideraban riesgoso que los lderes comunitarios se volviesen clientes de
esclavos y libertos imperiales que no eran contados como miembros de pleno derecho
en la ekklesia.
En tanto metfora cristolgica el doulos jug un rol discursivo interesante durante el
periodo 50-250. Fue Pablo quien primero utiliz esta imagen en Flp 2.6-8,
inscribindola en su doctrina de la kenosis (rebajamiento). El Cristo-esclavo es un
recurso que el paulinismo enarbol para legitimar su apostolado en medio de los
cuestionamientos por parte de los notables nomistas. La esclavitud aparece en su
esquema como una categora positiva pues se asocia con la humildad y el sometimiento
justificador, justamente los trminos en que el apstol de los gentiles conceba a su
ministerio. Luego de la cada de Jerusaln varios escritores desecharon la metfora
cristolgica del esclavo y homologaron a Cristo con los amos y propietarios,
propiciando una perspectiva paternalista fuertemente jerrquica. As lo vemos en Did,
EpBern y en las epstolas de Ignacio. Sin embargo ciertos conventculos recogieron la
metfora servil para ilustrar el carcter propiciatorio que atribuan al sufrimiento. 1Ped
evoca a Cristo como ejemplo de abnegacin y obediencia justo en medio del conflicto
que parece estar provocando en los oikoi de las comunidades del Ponto la consolidacin
de la moral cristiana. La sumisin discreta aparece como recurso comunitario en medio
253

de un entorno pagano hostil. Con posterioridad al ao 135 la idea de kenosis fue


cuestionada por el marcionismo y justificada por Justino. Este autor recuper el
concepto de rebajamiento cristolgico servil, preanunciado en la figura del patriarca
Jacob, para defender la carnalidad de Jess e ilustrar el concepto de hermandad
espiritual a partir de su sacrificio. Pese a esto, Justino promovi una doctrina
subordinacionista en la que libres y esclavos posean las mismas capacidades de
penitencia y virtud a partir de la adscripcin a la jerarqua proto-catlica. Hacia 250
HchTom retom la idea de kenosis al presentar al protagonista de su ficcin como un
esclavo vendido. La humillacin servil de Toms es percibida como propiciatoria de la
libertad. Que el apstol aparezca como un doulos es un elemento altamente irnico ya
que esta narracin proviene de la poca de la persecucin de Decio y es contempornea
de la revitalizacin de las crticas paganas al proselitismo cristiano. El autor de HchTom
asume estas detracciones y se burla de ellas atribuyendo a su protagonista un estatus
esclavo que irnicamente lo habilita para hablar, predicar e incluso reconvenir a los
poderosos.

Los autores cristianos primitivos nunca se plantearon el problema de la esclavitud


como una cuestin humanitaria comprendida en relacin al valor de la libertad tal como
se concibe actualmente en la cultura occidental. El judasmo y el cristianismo no
cuestionaron las fuentes de la esclavitud ni su utilidad sino que se interesaron
directamente por la interaccin entre amos y esclavos, es decir por el desempeo social
de sus fieles.
El esclavo aparece en los textos cristianos como un elemento a considerar a partir de
su vinculacin al despotes y al mbito domstico, nunca como una individualidad. El
cristianismo antiguo era una religin urbana con mayora de adeptos pertenecientes al
artesanado y al comercio cuyos esclavos oficiaban como agentes y colaboradores
directos en la produccin domstica. Esta realidad, propia de las poleis del Mediterrneo
oriental, condujo a que la figura del esclavo siempre fuera tenida en cuenta durante el
periodo sectario del cristianismo ya que su presencia en las asambleas, instaladas en el
espacio hogareo, era permanente. Sin embargo, la tica cristiana primitiva (en todas
sus vertientes) jams contempla un igualitarismo interno entre los fieles. Siempre se
considera que el esclavo es posesin de un tercero y que, por lo tanto, arrastra una deuda
de lealtad para con su amo que lo limita como miembro pleno de la comunidad. La
254

integracin de los subordinados a la asamblea se dio como consecuencia del proceso


jerrquico local que atraves a las iglesias desde fines del siglo I. El oiketes es sealado
a nivel discursivo como una de las piezas clave del hogar del candidato a lder.
Las actitudes hacia la esclavitud no fueron inalterables ni monolticas, sino que
cambiaron acorde a la evolucin institucional de las ekklesiai. El discurso de los autores
cristianos en materia domstica se fue amoldando a los problemas organizativos que
iban apareciendo. La jerarquizacin episcopal determin un tipo de cristianismo
proto-catlico de tendencia secularista que afianz la moral domstica grecorromana
como muestra de buena voluntad con los ideales civilizatorios helnicos a fin de evitar
los conflictos con los vecinos paganos. Fruto de estas alteraciones los douloi fueron
progresivamente marginados en tanto miembros de las ekklesiai, sealndoselos como
cristianos de segundo rango cuya lealtad era imperfecta y maleable. La relacin
amo-esclavo poda ser estimulante a nivel moral pero tambin peligrosa por la situacin
de subordinacin fsica que admita un acceso irrestricto al cuerpo sometido. Al no tener
posesin completa de su persona, el siervo no puede garantizar para s mismo el nivel de
pureza reclamado para la pertenencia; su membresa depende de la voluntad de su
propietario. Las ekklesiai pueden aconsejar y criticar pero no pueden intervenir en la
relacin amo-esclavo ya que corren el riesgo de malquistarse con los propietarios
paganos. Es por esto que el discurso cristiano proto-catlico de fines del siglo II
enarbola la bandera del proselitismo patriarcalista a fin de contrarrestar las crticas
paganas que sealan un mecanismo de conversin subversivo a nivel domstico que va
en detrimento de la autoridad del kyrios. Otras vertientes directamente rechazan la
membresa esclava.
El esclavo siempre est en el lmite comunitario y su participacin requiere de la
mediacin de un tercero, su amo. La historia del siervo del centurin narrada por Mt
8.5-13, y luego modificada por Lc y Jn como hemos visto, es el mejor ejemplo narrativo
sobre la posicin del cristianismo primitivo en relacin a la esclavitud. El centurin sale
en busca de Jess y le pide la curacin de su siervo. Jess no necesita acudir al lecho del
enfermo sino que opera con una orden, tal como le pide el propietario. Curiosa e
irnicamente la fe ms grande de Israel, como dice el Cristo mateano, es la de un amo
que sabe dar rdenes y que por apegarse a la obediencia consigue la salvacin de su
esclavo.

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