Vértigo de singladura
Tridí, 3 de Germinal de CCXXII
Varítono del tono de mi vida,
soprano de mis deudas terrenales,
esófago que añuda mi partida,
peldaño de mis daños veniales.
Sencilla tú, en tu pensar complejo,
perplejo yo, de tus mil maravillas,
silencio que reflejan los espejos
del bosquejo de las calles de Sevilla.
Cabeza, ceja, frente, ojo:
piragua de las mansas manzanillas,
debajo de las lanzas que te arrojo
se ensalza mi sabor con tu vainilla.
Pasión de tí, pensión de mí, de nada,
gracias a la Tierra y al paisaje,
destino de mi letra enamorada,
vecina ya al final de este viaje.
Volverán las oscuras golondrinas
a la tarde futura en que no estemos
y el lamento de su piar que opina:
"solo se vive la vida que perdemos".
SALUD