Safo
Querría de verdad estar ya muerta...
Querría de verdad estar ya
muerta...
Querría de verdad estar ya muerta.
Cuando se fue,
me dijo sollozante:
“Cuánto tenemos que sufrir,
oh Safo: en contra de mi voluntad
debo dejarte”.
“Aléjate feliz”, le respondí,
“pero recuerda siempre
que siempre te he querido.
Pero si llega el día en que te olvides
(porque te olvidas), quiero recordar
nuestros padecimientos celestiales:
las guirnaldas de rosas y violetas
que junto a mí, sobre tus muslos,
trenzabas con tomillo;
los preciosos collares de corolas
con los que me rodeabas
el cuello delicado;
y el aceite aromático de flores
que tu mano esparcía lentamente
sobre la piel lustrosa;
y aquellos blandos lechos
donde a las tiernas jovencitas jónicas
les nacía el amor de tu belleza.
No hubo un canto coral,
ni sacro, ni ningún himno nupcial,
que, ausentes nuestras voces, se elevara;
ni allá en el bosque
donde en la
primavera
se oía..."
Safo
[Versión de P. A.,
en base a la traducción
de Salvatore Quasimodo,
Córdoba, 08-III-23]
*
Vorrei
veramente essere morta...
Vorrei veramente essere
morta.
Essa lasciandomi piangendo
forte,
mi disse: “Quanto ci è dato
soffrire,
o Saffo: contro ogni mia
voglia
io devo abbandonarti”.
“Allontanati felice” risposi
“Ma ricorda che fui di te
sempre amorosa.
Ma se tu dimenticherai
(e tu dimentichi) io voglio ricordare
i nostri celesti patimenti:
le molte ghirlande di viole e
rose
che a me vicina, sul grembo
intrecciasti col timo;
i vezzi di leggiadre corolle
che mi chiudesti intorno
al delicato collo;
e l’olio da re, forte di
fiori,
che la tua mano lisciava
sulla lucida pelle;
e i molli letti
dove alle tenere fanciulle
joniche
nasceva amore della tua
bellezza.
Non un canto di coro,
né sacro, né inno nuziale
si levava senza le nostre
voci;
e non il bosco dove a
primavera
il suono…”.
Saffo
[Versión de Salvatore
Quasimodo,
en Lirici greci, Edizioni di “Corrente”, Milano, 1940]
“En esta poesía, Safo recuerda a una de sus
compañeras de la adolescencia: quizás Anatoria, quien la había dejado para
casarse en Sardes, Lidia. Aquí la palabra de la poetisa, además de la
habitual potencia evocativa, adquiere valores dramáticos y visuales: se trata
casi del "discurso", pero no el discurso hablado, que será el error,
en los períodos de la decadencia, de los elegíacos (en parte) y de los
gnómicos. "Querría de verdad estar ya muerta" - ahora, en el
recuerdo, y también en el día de la separación: el tiempo verbal nos dice que
el dolor por la lejanía de la muchacha amadísima no ha cambiado, posee la misma
intensidad del momento pasado. La "ocasión del sentimiento" que
invita a Safo a hablar con voz irrepetible, con lenguaje desconocido a los
imitadores de la épica, nos revela las conmociones de su vida más secreta, y
con ellas las costumbres de un mundo desaparecido.” [Salvatore Quasimodo]