Hola sí, qué tal?
Me permito este pequeño recreo dentro de mis labores diarias, para comentarles un hecho que se viene repitiendo constantemente y que ha logrado romperme soberanamente la paciencia (y miren que tengo paciencia eh).
Para ubicarlos, volvemos nuevamente al ámbito de los Subterráneos de la Ciudad de Buenos Aires y más precisamente a la línea D que, como ya sabrán, es la que suelo utilizar para volver del trabajao y, a partir del día de hoy, para ir (ya que mi señor padre, quien me llevaba a la mañana, cambió su horario de trabajo y al ingresar media hora antes, a mi persona no le convenía subirse al RockyMóvil).
Bien, ya estamos ubicados. Línea D del Subte (la que lleva el color verde, para agregar datos al divino botón), la que va y viene de Catedral hacia Congreso de Tucumán y viceversa (o vicerveza, como ustedes quieran).
Sin mas preámbulos, me dispongo a contarles lo que sucede. Resulta que en la estación Congreso de Tucumán (una de las cabeceras de la ínea) se viene repitiendo un suceso verdaderamente indignante e inaudito. En qué consiste?
Repasemos los hechos.
SirThomas, al igual que otros usuarios del subte, se encuentra serenamente parado en uno de los andenes de la estación, aguardando por la aparición de la "formación" que lo llevará a su trabajo, como cada mañana, de lunes a viernes.
Y uno qué espera? Uno espera que al tratarse de la primera/última estación, la formación en cuestión esté vacía (o bien se vacíe) para que uno pueda ingresar y tomar asiento (si decide hacerlo) o bien viajar parado por exceso de pasajeros que se suben al mismo tiempo en dicha estación. Eso es lo que normalmente debería pasar, no es cierto? Estamos de acuerdo en eso? Ok.
Pero (no, no voy a escribir que "siempre hay un pero") resulta ser que hay un grupo de pasajeros que merece la hoguera por creerse más vivos que los demás.
Por qué decimos esto?
Porque son esos pasajeros (un grupito nomás, dirán algunos, pero que seguramente tienen estrecha relación con los dirigentes de Metrov*as) que realiza la siguiente operativa a fin de viajar sentados en su viaje mañanero.
Ellos se suben en José Hernández o bien Juramento (no creo que esta actitud la tomen pasajeros que vienen de "más atrás", porque así estarían perdiendo mucho más tiempo) y al llegar a Congreso de Tucumán (la última/primera estación del recorrido) se quedan cómodamente sentados en el subte. Para ser aún más claros: se suben dos o una estación antes, llegan a Congreso, se quedan sentados y vuelven a partir.
Se entiende, no? No es Curioso? No merece algún tipo de sanción? (bueno, tal vez no, pero qué molesto es)
Ya lo he visto en un par de oportunidades y es realmente indignante, le genera a uno una impotencia tal que dan ganas de acercarsele a alguno de estos pasajeros y exclamarle algun improperio en sus mismísimas caras, pero que por cuestiones de caballerosidad, respeto y buenas costumbres, nos evitamos de hacerlo.
Algunas veces, son pocos los que toman esta actitud, entonces uno lograr sentarse de todas maneras, pero muchas veces todo el vagón entero se queda sentado, en vez de hacerle caso al señor motorman que anuncia "se solicita a los señores pasajeros descender del tren".
Esta situación la he consultado con pasajeros, usuarios colegas, que toman el subte un rato más tarde y no me lo han podido confirmar, pero en el horario de 8.00 a 8.15 (aprox, horario en el que Sir se sube al subte) sí sucede y habría que erradicarla de cuajo. Tampoco tengo conocimiento de si sucede en alguna otra línea de la red de subterráneos, espero comentarios a ver si alguno vivió esto o sólo le pasa a Sir.
Saludos y espero que hayan disfrutado de la lectura.
SirThomas.