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domingo, 1 de junio de 2008

Ziel

Habemus gato. Otra vez. Este más tranquilo que su predecesora, que aunque a veces parecía una bestia parda, también se hacía querer. Dos meses tiene el animalico. Sí, me resistía por lo de las obligaciones, pero no siempre se puede negar todo a un pre-adolescente, buen chaval, buen estudiante, que hace días que sabe que no habrá Psp ni messenger y lo tiene asumido. Así que ha venido Ziel, que es como le hemos puesto de nombre porque tiene unos ojos azules preciosos y además lo es, un cielo.

Andamos todos de cabeza detrás de él riéndole las gracias. Mucho más majo que las maquinetas de marcianitos ésas y sin efectos nocivos para los críos, más bien lo contrario. Sí: cacas, piedras, piensos, vacunas, veterinario y dónde lo dejamos cuándo nos vayamos, pero le ves los ojicos y parece que se esfuman los inconvenientes. Y encima, cuando queremos -y se deja- acariciamos y tocamos el ziel...

Por supuesto ya tiene carpeta propia en "mis imágenes"

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Stupid nation. Stupid world

Por algún sitio he visto la última imbecilidad occidental con formato televisivo. Una cadena americana –del norte, por supuesto- ha tenido la brillante idea de crear un reality consistente en soltar criaturas en una ciudad de atrezzo con la “sana” intención de ver en prime time, of course, como los chiquillos se cabrean, se hostian, se hieren y se “organizan” (esa es la coartada del crimen) para salir adelante. Y, claro para conseguir récord de audiencia. El engendro en cuestión tiene nombre y todo: Kid Nation. Los padres, encantados. La cadena les da 5.000 dólares a cambio de sus vástagos y de paso se quitan los críos de encima una temporada. Vete tú a saber, igual más de una como el chico dé bien en la tele o tenga un accidente, que oh my god! no quiera. Han firmado un papel para evitar demandas a la tele si los chavales se queman, se cortan, o se decapitan durante el rodaje. Pero seguro que en el fondo saben que, llegado el momento, una desgracia televisada para todo el gran y sensible público norteamericano puede ser generosamente recompensada.

Los autores intelectuales de la aberración justifican que con esa experiencia los niños aprenden valores como trabajar en comunidad y establecer normas y jerarquias. En realidad, la cosa no se sostiene por ninguna parte. Me temo que los críos solo aprenderán a odiar y a competir por chupar plano. Eso ahora. Quizás dentro de unos 20 años intenten suicidarse o masacrar algún McDonalds. Alguna terapia de grupo los volverá a reunir y algún profesional de la sauld mental les tendrá que explicar que un día sus padres decidieron dejar en manos de un reality de televisión su principal misión como progenitores: la de educarlos e inculcarles los valores necesarios para convertirlos en seres sociables y en personas justas, sanas y equilibradas.

La idotez también es global. Como en las invasiones y en el mal gusto, los europeos copian a los americanos. Parece que algunas cadenas de este lado del Atlántico ya se han interesado por adoptar el producto.

Circulan por la red videos promocionales del programa. Aviso: cuidado con las alfombras, que la vomitona es muy traidora y deja cerco.

http://www.cbs.com/primetime/kid_nation/