Me robaron el sueño,
se perdió entre lluvias de noche
y soles de día.
Se derritió en charcos de niños
y sonrisas de mañana.
Me robaron el sueño
y no hay culpables.
Se perdió en amaneceres eternos,
entre días de hospitales
de sonrisas perdidas
y caricias de batas blancas.
Se perdió por los pasillos
y se llevó el aire de la mañana
que tiene que llegar,
y a veces no llega.
Me robaron el sueño
sin saber que robándolo
formaban una delincuente
adicta a la falta de sueño
por estados emocionales.
Se avecinan noches de tormenta (2014)