Antiguamente era normal que la mayoría de la gente no supiera leer ni escribir. Hoy ya no es habitual, sobre todo en quienes entran en este mundo virtual. Pero aún así se lee cada cosa...
No es cuestión de llevar más o menos cuidado al escribir; sencillamente es desidia. Se puede tener un error, una falta de ortografía por descuido y por prisas, pero no se pueden escribir ciertas cosas y quedarse tan pancho. Pondré ejemplos.
Hojos en vez de ojos.Berdad en vez de verdad.Abitual en vez de habitual.Conego en vez de conejo.Uebos en vez de huevos.
Y podría seguir. Todo lo anterior lo he visto hace un rato.
Ayer recibí un email de alguien al parecer molesto porque en el mensaje que he fijado en mi blog pone Censura? y no ¿Censura?; es decir, no está la apertura de la interrogación. Lo que no sabe el remitente y se lo aclaro, es que luego, para el orden de las entradas, las aperturas (de interrogación, de admiración, de comillas, etc) se consideran distintas a las letras, y cuando buscas un mensaje, el blog no lo encuentra. El omitir este signo es simplemente para facilitar luego las búsquedas, tanto externas como internas.
Pero a lo que iba: cuando alguien (que en este caso no he sido yo puesto que a pesar de lo hiriente a la vista de las faltas ortográficas anteriormente reseñadas, no suelo indicarlo) llama la atención al dueño del comentario, el resto suele entrar en tromba a afear al segundo esa "llamada de atención". O sea se defiende al infractor lingüístico y se ajusticia al que, incluso con la mayor educación, indica el fallo ortográfico, llegando incluso al insulto.
Al parecer se considera que en redes sociales todo está bien como está, y llamar la atención a alguien es motivo de linchamiento. Muchos olvidan que hay correctores ortográficos, y que incluso no habiéndolos está el fijarse un poco.
Y hoy no quiero hablar de algunos modismos que resultan también hirientes como el utilizar la "K" para todo olvidando la "C" y cosas por el estilo. Escribir "kasa" en vez de "casa" o "kisiera" en vez de "quisiera". Repito que hablo de redes sociales.
Eso sí, cuando alguien entra a rectificar apoyándose en la Real Academia de la Lengua (que no me cansaré de repetir que es una entidad PRIVADA) y en plan sabelotodo, es igualmente irritante que la propia falta ortográfica. Que también hay que decirlo.
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