Hace días que no entraba como ya sabéis estoy de vacaciones he vuelto por unos días, y vuelvo a marcharme. He querido pasar a saludar a los amigos y darme una vueltecita por vuestros blogs.
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He podido volver a una de las ciudades más bonitas del mundo, su historia milenaria y su ambiente se respiran por todas partes. Toda la ciudad merece ser visitada pero la parte más importante es el casco antiguo, Nové Mesto (Ciudad Vieja), La Plaza de la república donde se encuentra la Torre de la Pólvora...
Pasear por el Puente de Carlos, y ver como bajo de él se desliza entre remolinos de espuma el río Moldava, lugar de pintores, alegre, bohemio… Una ciudad para pasear y perderse por sus barrios y plazas aspirando el olor a decadencia de los viejos edificios, o sentarse a degustar su excelente cerveza en una cafetería acogedora donde parece que el tiempo se ha detenido.
Es un lugar mágico, paraíso para los románticos... A la llegada de la noche se viste de poesía para pasear por sus estrechas calles iluminadas, creando un reflejo dorado sobre las desnudas piedras silenciosas espectadoras de tanta historia, de sueños, de pasiones vividas a la sombra de sus muros….
Se desperezan lánguidas ilusiones
el cielo dibuja pinceladas en su lienzo de nubes
creando melancólicos trazos
mientras las notas de un chelo
se desgranan con melancolía
por las laberínticas callejuelas de la ciudad dorada.
Pintura: Luis Sala Acuarela.- Joan Abelló