lunes, 29 de julio de 2024

Existencial

 


Existencial

 

El esfuerzo por comprender es la primera y única base de la virtud. No hay que despreciar las acciones humanas, sino comprenderlas. Sentimos y sabemos que somos eternos.

(Baruch Spinoza)

 

A veces es preciso hacer un alto en el camino,

sentarse sosegado a la sombra de un fresno,

dejar correr el agua cristalina por el río

y mirar en su espejo el reflejo de la vida.

 

La sombra te da paz, te repara y te serena,

el agua frescor a tu sonrisa y a tu faz

mientras la brisa avienta tus pesares

y el río diluye tus heridas fluyendo hacia la mar.

 

Verás pasar la vida de la gente en el camino

y el agua por su cauce natural,

donde juega lo humano y lo divino

y el hombre domeña su instinto de animal.

 

A veces es bueno entrar en uno mismo

sin prejuicios, mente abierta y humildad

y buscar en las entrañas atavismos

que fueron marcado el caminar.

 

Las prisas no son buenas consejeras

no solo es importante llegar hasta el final,

la esencia está en vivir todo el camino

sintiendo tu experiencia en libertad.

 

La vida se conjuga intensamente

buscando el panteísmo universal,

sentimos y sabemos de lo eterno

inmersos en un inmenso mar.

 

© Antonio Porras Cabrera

Málaga, 28 de julio de 2024

domingo, 28 de julio de 2024

La gloria es otra cosa.

 

Exposición en el museo CAC de Mälaga


Esta mañana, una vez la temperatura en Málaga se ha dulcificado, decidí dar una vuelta y ver la exposición que ofrece el CAC, junto al cauce del Guadalmedina, sobre la obra de Matías Sánchez, titulada “La gloria es otra cosa”. Es una extensa y variada exposición de una original pintura a la que te has de apegar, parado frente a ella, para acercarte a su comprensión o, al menos, a su interpretación a través de esa aproximación, y así captar  la ironía del autor que subyace como elemento referencial de primera magnitud, donde la sátira es la expresión manifiesta de su ingeniosidad.

He de decir previo a mi comentario que, no siendo experto en el tema pictórico, mi opinión no ha de llegar más allá de una disquisición personal desde mi singularidad, exenta de valoración técnica y sesuda reflexión sobre la obra y los matices artísticos que la conforman, ya que no soy docto en la materia. No obstante, volviendo a parafrasear a Joseph Conrad, “el artista solo plasma la mitad de su obra, la otra mitad le corresponde crearla al observador” (él aludía de esta manera al escritor y su novela). Por tanto, mi interpretación corresponde a esa creación imaginaria que he desarrollado en mi mente ante las emociones y percepciones que me han ido despertando sus cuadros. Lo que expreso, pues, no deja de ser una visión personal que pretendo compartir desde la modestia donde se ha de enmarcar mi comentario.

La primera impresión ha sido “confusional”, es decir despistaje respecto a la temática, mediatizado por los elementos simbólicos que afloran en su obra: huesos, chorizos, cuchillos, pistolas, grandes narices asociables a la mentira, entre caras esperpénticas y grotescas figuras, que pretenden, bajo mi punto de vista, representar, simbólicamente y con tan amplia iconografía, a la sociedad en su sentido más patético y realista respecto a sus valores y manifestaciones. 

Presenta algunos cuadros dedicados a situaciones específicas bajo sus títulos: Chungos, Aquelarre, Rabiosos, Saqueo, Sainete, La sentencia, El expolio, La pasión, El juicio final o La gloria es otra cosa… En todos ellos aparecen elementos referenciales interesantes para plasmar una visión patética de esa realidad social que nos envuelve y absorbe, sin obviar a la propia religión de la que nos muestra determinados símbolos muy significativos, como un misal o la propia última cena tratada con cierta irreverencia. Tal vez le falten alusiones a la mentira, el bulo, la manipulación, el odio y un amplio elenco de sentimientos y emociones que hoy reinan en el mundo de la comunicación y de las relaciones humanas tan conflictivas y que son la base o fundamento de este desencuentro desasosegante que vivimos en el día a día.

Esta pobre y sencilla presentación, subjetiva y, tal vez, sesgada por mi atrevimiento, la podéis ampliar a través de la foto que adjunto del texto que presenta el CAC respecto a la exposición y navegando por Internet donde, el propio museo en su página web, aporta mayor información sobre el autor y su obra: (https://cacmalaga.eu/matias-sanchez-la-gloria-es-otra-cosa/)



























sábado, 27 de julio de 2024

¿Viva la libertad, carajo?

 


¡Viva la libertad, carajo! gritaba un loco exaltado, exhibiendo en una mano un artilugio endiablado, con el que quería amputar los derechos otorgados por la propia libertad. Ante lo cual me pregunto: ¿qué carajo de libertad es la que pregona ese loco desbocado? Pelo suelto, ojos saltones, ronca voz que iba gritando ser un rugiente león. Megalómano y narciso, por no decir más preciso que es un puro trastornado por su forma de actuar.

Ya lo trataron de loco, incluso se ha publicado un libro así titulado, que lo dejó retratado. Tiene en su haber la desdicha de un discurso exacerbado donde el insulto y la infamia formaron en su campaña causa de argumentación. Anarcoliberalismo dice el joven que es lo suyo; o sea, que es de puro Perogrullo que esa verdad que predica no es verdad sino una idea que solo ha de convencer a gente de su ralea. La palabra se las trae, pues, si rompe el silogismo, un anarcoliberal ha de ser muy parecido a quien pretende gozar de una libre decisión sin pensar en los demás.

Y aquí aflora la discordia, pues si toma decisiones sin pensar en los demás, ¡manda huevos! las razones en que se ha de sustentar su derecho y libertad. La libertad responsable siempre conlleva algo más. Cuando el mundo liberal, al asaltar la Bastilla, reivindica libertad, la considera esencial como una tercera pata de la justicia social, a la que tanto desprecia este sujeto falaz, donde todo ser humano pueda convivir en paz sumando a esa libertad la igualdad y fraternidad. Quien se olvida de estas últimas no quiere la libertad como forma de concordia dentro de una sociedad, sino imponer su criterio, basado en su propio sesgo, como forma de pensar.

Es egoísmo en esencia, un darwinismo social donde el pobre se somete sin poderlo remediar, si no pasa por el aro andará en lo marginal, pues siempre se ha de imponer el que tenga más poder en un mundo desleal. El pobre será más pobre, y el rico con sus dineros controla lo sociedad para sacar beneficios, sin importar los valores de un solidario humanismo donde reine la hermandad.

Cambio el ritmo, para decir de otra forma que somos muchos los que pensamos que el ser humano es un ser libre y comprometido, cuya principal función, u objetivo vital, es su propio desarrollo en libertad, la autorrealización, enmarcado en una sociedad solidaria, a la que cada cual aporta todas sus potencialidades, en una comunión de intereses, donde se implica en la evolución humanista de esa sociedad que lo integra, para mejorarla en el día a día.

Hay una tramposa idea que se anda vendiendo, desde un populismo crítico, que pretende enganchar a la población, sobre todo a los jóvenes desencantados con la realidad. El desencanto, aunque tiene, o puede tener, serias argumentaciones, también se cultiva desde la mentira, desde la manipulación que hace resaltar el descontento con el mundo de la política, que, además, se presta al deterioro progresivo de sí misma. El bulo y la falta a la verdad, cuando no la felonía, son los enemigos de la democracia, junto a la ausencia de respeto y tolerancia hacia el contrincante, al que se le debe cortesía por ser representante de un pueblo soberano. En este caso cuesta mucho ejercer ese respeto a un político como Milei, aunque su exaltación haya surgido de la voluntad popular del pueblo argentino. Más que respeto induce a una educada tolerancia, ante una realidad impuesta carente de cortesía.

Denostar la política solo puede llevar a que el ciudadano renuncie a su derecho, y responsabilidad, a ejercer la soberanía popular. Puede que ello sea el verdadero objetivo del falaz agitador; o sea, conseguir del votante esa renuncia al derecho al voto para elegir quien legisla y le gobierna, al considerar que todos los políticos son igualmente malos, salvo el agitador. En todo caso, lo que deberíamos pensar es que tenemos el derecho y el deber de elegirlos en democracia y buscar el mejor dentro de la oferta… porque, por mucho que pretendan algunos, no todos son iguales y, tal vez, quien pretenda eso, es el menos de fiar, porque puede que pretenda llevarte al huerto exclusivo de sus intereses sin respetar al contrario.

Todo esto me trae a la memoria un par de escenas que comparto con el lector o lectora: En la película, La decisión de Sophie (1982), dirigida por Alan J. Pakula y protagonizada por Meryl Streep, Kevin Kline y Peter MacNicol, nos muestra la historia de Sophie, una polaca católica que, en la noche en que llegó a Auschwitz, un médico del campo le hizo elegir cuál de sus dos hijos moriría inmediatamente gaseado y cuál seguiría viviendo en el campamento; o sea, le otorga la libertad de elegir quién ha  de morir y quién ha de vivir. Dilema cruel que solo pretendía crear en la madre el amargo sufrimiento que conlleva tal decisión, pero que, en todo caso, implica asumir que el médico nazi tiene el poder sobre la vida y la muerte de sus hijos, al que ella se ha de someter en función de la gracia que le otorga para ejercer su “libre” decisión.

Otro caso que me viene a la memoria es el de mi profesor de Formación del Espíritu Nacional allá por los primeros años sesenta. Para quien no lo sepa explico que, en tiempos del franquismo, existía esta asignatura (FEN) cuyo fin era el adoctrinamiento para divulgar y asumir los principios del Movimiento Nacional; o sea, el nacionalcatolicismo, como ideología y filosofía de vida, donde la libertad brillaba por su ausencia. Este profesor, muy ufanamente, sostenía que la libertad siempre existe y que es un derecho incuestionable del ser humano. Para demostrarlo tomaba el siguiente ejemplo: “Si yo te pongo una pistola en la cabeza y te digo si no haces esto te pego un tiro y te mato, tú sigues teniendo la libertad de elegir hacerlo y sobrevivir o no hacerlo y morir”.

Pongo estos ejemplos de distorsión de la libertad, para mostrar que esta solo existe cuando no hay coacción, cuando la elección, o toma de decisiones, está sometida a unas circunstancias más o menos neutras y/o realistas, que no inciden artificialmente en esa toma de decisiones. Si existiera un anarcoliberalismo no sometido a una ley justa y a normas que facilitaran la convivencia y el desarrollo del ser humano en todas sus dimensiones, fraguando un Estado donde los principios de fraternidad e igualdad fueran excluidos y el concepto de justicia social eliminado, el mundo sería un caos, donde el pez gordo se comería al chico; o sea, un sistema de corte fascista o totalitario, dictado desde un poder omnímodo alejado de la soberanía popular.

Mi pregunta, ya casi retórica, es: ¿De qué carajo de libertad me habla el señor de la motosierra y sus adláteres, incluyendo agasajadores/as? Seguro que solo pretenden confundir los conceptos, redefinirlos y manipularlos para engañar a la gente.

domingo, 21 de julio de 2024

Los hechos cercan a Joe Biden

 

Opinión | Tribuna


La Opinión de Málaga, 21 JUL 2024 7:01

El asunto pinta mal, muy mal, para míster Biden, a la vista de sus conductas, que ponen en tela de juicio sus capacidades para ejercer la responsabilidad de presidente…

 

========================

El caso Joe Biden sigue su camino hacia el abandono definitivo de su candidatura a la presidencia de los EEUU. La última cuestión que ha aflorado se refiere a su aceptación de un diagnóstico médico que le aconseje renunciar a su nominación a dicha candidatura, pues si hubiera alguna patología que le imposibilitara, ahora o en un futuro inmediato, se retiraría para dar paso a otra opción con más posibilidades de éxito, sin esperar a que ‘Dios se lo indique’. El asunto pinta mal, muy mal, para míster Biden, a la vista de sus conductas, que ponen en tela de juicio sus capacidades para ejercer la responsabilidad de presidente de la primera potencia mundial, sobre todo en momentos tan cruciales como este.

Joe Biden ha dado suficientes muestras de estar aquejado de alguna enfermedad incapacitante para seguir ejerciendo su función presidencial. A nadie se le escapan actitudes y conductas incoherentes e inadecuadas, que cuestionan sus facultades mentales para ejercer un oficio tan complejo en un momento tan delicado. Imágenes que, a mí, me han generado un sentimiento de compasión ante sus despistes. Ver su papel en el debate con Trump fue lastimoso. Saltó la alarma y por muchos intentos de justificación que se dieran, ninguno podía excusar la debacle ante un sujeto como Trump, versado en la confrontación irrespetuosa, insultante y agresiva, experto en el cuerpo a cuerpo, que requiere enfrente a un opositor con reflejos e ideas claras y contundentes. EEUU, al igual que otros muchos Estados europeos, están inmersos en un proceso de modificación del orden establecido que puede hacer temblar los cimientos del viejo orden mundial.

Pues, bien, hoy leo en un periódico digital, creo que en la TV también y algunos medios más lo ha publicado, que ya tenemos un posible diagnóstico para el caso Biden. Se trata de una ‘Parálisis supranuclear progresiva’ (PSP), lo que me ha llevado a ‘bichear’ por internet para conocer mejor esa patología, que tiene similitudes sintomatológicas con el Parkinson, el Alzheimer e, incluso, la Esclerosis Lateral Amiotrófica, según algunos estudios. Es una patología que no recuerdo haber estudiado en mis tiempos en la Facultad de Psicología, si bien la PSP se describió por primera vez, como un trastorno diferente, en 1964, cuando tres científicos, Steele-Richardson-Olszewski, publicaron un trabajo haciendo una distinción entre este trastorno y la enfermedad de Parkinson. Manifiesta características propias definidas, cuya sintomatología podría coincidir bastante bien con lo que vamos observando en las conductas de Joe Biden: se paran muy derechos o, en ocasiones, incluso inclinan la cabeza hacia atrás mostrando una «rigidez axial». Los síntomas son el resultado de un deterioro gradual de las células del cerebro (neuronas), principalmente en la región conocida como el tronco encefálico.

Según U.S. DEPARTMENT OF HEALTH AND HUMAN SERVICES. National Institutes of Health. (https://catalogindsih.gov/sites/default/files/publications/paralisis-supranuclear-progresiva.pdf) ‘la parálisis supranuclear progresiva es un trastorno del cerebro poco común que afecta el movimiento, el caminar (la marcha), el equilibrio, el habla, la deglución, la visión, el estado de ánimo, el comportamiento y el pensamiento. La enfermedad es el resultado de daño en las células nerviosas en el cerebro’.

El momento, políticamente, es complejo. Europa no hizo los deberes, se dejó avasallar por los EE. UU. y su dependencia militar y armamentística del gigante americano es casi total, ya que, a través de la OTAN, ejerce el dominio absoluto. Trump es un caso singular que no está muy dispuesto a asumir el coste de un conflicto militar en Europa, dejando a los países europeos la iniciativa, eso sí comprando armas a la industria americana.

Los acólitos de Trump, en la UE, esperan como agua de mayo que gane las elecciones allende la mar atlántica. El húngaro Viktor Orbán, Le Pen, Abascal, y algún otro que comulga con sus ideas, además del propio Putin, con el que ya se entendió y que también espera que apoye sus reivindicaciones territoriales y deje colgado a Zelenski en la defensa de la integridad territorial de Ucrania, se frotan las manos ante el cambio en la Casa Blanca.

Europa, donde se ha frenado a la extrema derecha en Francia, en Inglaterra y siguen gobernando partidos del ala moderada de la Socialdemocracia, tendrá problemas con Trump si vuelve al poder. Trump, ya ha mostrado su prepotencia y despotismo en su mandato anterior y ahora no será menos. Por tanto, si Biden abandona y surge otra candidatura con posibilidades de mantener el poder, la cosa cambia para la UE.

Expectante andamos, expectantes seguimos y, si se confirma que Joe Biden padece PSP, tal vez quepa la posibilidad de frenar al Milei americano con toda su parafernalia, pero eso dependerá, posiblemente, de Kamala Harris y sus capacidades no demostradas aún, aunque puede que nos sorprenda la vicepresidenta, que ejerció de fiscal, si es ella la elegida para asumir la candidatura.

 

Otros artículos de Antonio Porras Cabrera

Tribuna

Fumata blanca

Tribuna

El histrionismo y la política

Tribuna

El singular caso de la ultraderecha española

The Economist dixit

    Opinión | Tribuna A ntonio Porras Cabrera Publicado en el diario La Opinión de Málaga el 13 DIC 2024 7:00 https://www.laopinio...