El otro día, reunidos en familia, en una conversación salió el tema de los cakes, pronto me acordé de los que mi madre hacía cuando yo era pequeña, y lo mucho que me gustaba ayudarla a hacerlos, y luego, el olorcillo que se expandía por toda la casa, aayyy... qué tiempos aquellos..............
En cuanto llegué a casa me puse a mirar en mi libreta algunas recetas de cakes, y encontré esta, quise hacerla para que mi cuñada se llevara un trozo, pues se iba de viaje, pero no me dió tiempo, así que nos lo comimos nosotros, pero en otra ocasión que lo haga podrá probarlo. Porbadlo vosotr@s y ya me diréis el resultado.
Ingredientes:
- 100 gr. de mantequilla.
- 200 gr. de harina.
- 100 gr. de azúcar.
- 1 cta. de levadura.
- 200 gr. de queso cottage.
- 100 gr. de dulce de leche.
- 3 huevos.
- 2 gotas de esencia de vainilla.
Preparación:
En primer lugar, hay que eliminar el suero del queso, poniendo éste en un colador, yo lo tuve 4-5 horas, después hay que precalentar el horno. A continuación, batir la mantequilla con el azúcar , añadir los huevos uno a uno, mezclando bien después de cada adición. Añadir el queso cottage, chafándolo previamente con un tenedor, después añadir la vainilla. tamizar la harina con la levadura y añadir a la mezcla anterior. Engrasar y enharinar un molde de cake o de rosco que no sea muy grande. Verter la mitad de la masa y a continuación, poner el dulce de leche en una manga pastelera o en una bolsa a la que le cortaremos la punta, trazar una raya con ella encima de la masa y cubrir con el resto. Hornear durante 50 minutos. Después enfriar sobre una rejilla y espolvorear con azúcar glass, si se quiere.