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En potro vamos

Fotógrafo independiente-Colombia Una mujer espera con una incertidumbre relativa. La colectividad feme-nina que se construye en la sabiduría que da " empotrarse " al mar: potro se llama la embarcación, el medio de transporte. Los niños y las niñas que en los juegos armados de palos salvan su alegría. Trabajo y comida que se ha-cen con las vitaminas que sólo da la vida. La serie que construyo es del San Andrés de Tumaco que conocí. El potro sale del árbol tallado, de ningún otro lugar. Para estos tiempos que han venido de una paz prospectiva, se vuelven fun-damentales las formas de agenciamiento de esta paz, y ello exige justamen-te a todos los colombianos una responsabilidad incesante con el reconoci-miento de la diversidad y la diferencia. Es así que el arte no escapa ante esta responsabilidad; antes bien, se vuelve un vehículo de sentido, en donde los silenciamientos adquieren voz y las segregaciones adquieren presencia, Presenciar y " hacer presente " los rostros de las comunidades afro descen-dientes-o negras, como muchos de sus integrantes prefieren que se les llame-, es parte del reconocimiento que con esta serie fotográfica, quiere superar los exotismos con los que normalmente son vistos estos seres hu-manos, que como todos, buscan la felicidad. Me refiero explícitamente a que de forma continua se asocia " lo " afro o " lo " negro, con dos extremos peligrosos, que vuelven a estos seres humanos, en particular " exóticos " : o bien se recurre normalmente al estigma de su " aguante " físico, sabor, calor, o bien, se resalta sin medida, su indefensión, vulneración y pobreza. El Tumaco diverso y cultural que conocí, tiene las huellas y formas de una comunidad que vive y hace sólidas sus prácticas ancestrales, no sólo desde la necesidad de sobrevivir, sino desde un aprendizaje heredado que quiere ser reivindicado. El caso de las concheras y de quienes trabajan con palma, es en especial, el caso de los rostros que viven el tiempo de manera distinta, pues ya se ha interiorizado saber que el trabajo no es sólo la actividad con la 1 Bogotá, Colombia. Diseñador gráfico del Centro de Diseño Taller 5. Fue fotógrafo en el diario El Tiem-po, además de El Nuevo Día, en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. Actualmente es fotógrafo independiente.

Fotoensayo En potro vamos Roberto Africano1 Fotógrafo independiente - Colombia Una mujer espera con una incertidumbre relativa. La colectividad femenina que se construye en la sabiduría que da “empotrarse” al mar: potro se llama la embarcación, el medio de transporte. Los niños y las niñas que en los juegos armados de palos salvan su alegría. Trabajo y comida que se hacen con las vitaminas que sólo da la vida. La serie que construyo es del San Andrés de Tumaco que conocí. El potro sale del árbol tallado, de ningún otro lugar. Para estos tiempos que han venido de una paz prospectiva, se vuelven fundamentales las formas de agenciamiento de esta paz, y ello exige justamente a todos los colombianos una responsabilidad incesante con el reconocimiento de la diversidad y la diferencia. Es así que el arte no escapa ante esta responsabilidad; antes bien, se vuelve un vehículo de sentido, en donde los silenciamientos adquieren voz y las segregaciones adquieren presencia, Presenciar y “hacer presente” los rostros de las comunidades afro descendientes -o negras, como muchos de sus integrantes preieren que se les llame-, es parte del reconocimiento que con esta serie fotográica, quiere superar los exotismos con los que normalmente son vistos estos seres humanos, que como todos, buscan la felicidad. Me reiero explícitamente a que de forma continua se asocia “lo” afro o “lo” negro, con dos extremos peligrosos, que vuelven a estos seres humanos, en particular “exóticos”: o bien se recurre normalmente al estigma de su “aguante” físico, sabor, calor, o bien, se resalta sin medida, su indefensión, vulneración y pobreza. El Tumaco diverso y cultural que conocí, tiene las huellas y formas de una comunidad que vive y hace sólidas sus prácticas ancestrales, no sólo desde la necesidad de sobrevivir, sino desde un aprendizaje heredado que quiere ser reivindicado. El caso de las concheras y de quienes trabajan con palma, es en especial, el caso de los rostros que viven el tiempo de manera distinta, pues ya se ha interiorizado saber que el trabajo no es sólo la actividad con la 1 Bogotá, Colombia. Diseñador gráico del Centro de Diseño Taller 5. Fue fotógrafo en el diario El Tiempo, además de El Nuevo Día, en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. Actualmente es fotógrafo independiente. http://africano9.wixsite.com/artista-plastico / Correo: [email protected] RELIGACIÓN. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades Vol II • Num. 5 • Quito, Marzo 2017• pp. 154-167 ISSN 2477-9083 Fotoensayo: En potro vamos que se adquiere el dinero para vivir, sino una forma de reconocerse en una actividad heredada y en un presente familiar. Vida tumaqueña es “tapao”, es conchar, es encontrarse para conversar en los oicios, es construir la vida al paso, como si ésta se organizara como una metáfora de la marea baja y la marea alta; es habitar lo inestable y justamente por eso, tener la tranquilidad para enfrentarla. Considerado por años como un sector relacionado con el olvido, con corredores de delincuencia, narcotráico y diferentes formas de violencia, Tumaco representa para mí la construcción de un relato de la vida que más allá de hacer parte de una lucha diaria, se vuelve un acto de libertad macondiana, que pone en evidencia un derecho fundamental y es el derecho a ser el que se es, a conservar la tradición pese a todo: la conchera que hereda un oicio, no hereda un “trabajo” -como el de un oicinista, sin querer demeritar este oicio, por supuesto- ni hereda su condición de pobre o vulnerable, hereda una forma de vivir, y ello ya conforma y consolida una carácter especial, pues todo un día de trabajo puede representar solo dos puñados de conchas. Esta serie quiere reivindicar las actividades que están presentes en Tumaco: cultivar y conchar, actividades que vuelven incesantes los días -sobre todo cuando el éxito escasea- y, acciones de la vida diaria, que no precisamente están vinculadas con la soledad, sino con el habitar la incertidumbre de manera colectiva. Hacer paz, es así, darle rostro y voz a los que no la tienen, sobre todo conferir esa voz y ese rostro desde las otras orillas, aquellas que no solamente son habitadas por el delito y la miseria, sino también por la calma y la entereza. Textos y fotografías: Roberto Africano Twitter: @AfricanoRoberto Instagram: robertoafrikano Fecha de recepción: febrero 2017 Fecha de aceptación: marzo 2017 RELIGACION Vol II • No. 5 • Marzo 2017 • pp. 154-167 155 Dossier Roberto Africano 156 RELIGACION Vol VolIII//No. No.52//Marzo Junio 2016 2017 // pp. pp. 95-108 154-167 Fotoensayo: En potro vamos 157 RELIGACION RELIGACION Vol II / No. 5 / Marzo 154-167 Vol II • No. 5 • Marzo 20172017 • pp./ pp. 154-167 Dossier Roberto Africano 158 RELIGACION Vol VolIII//No. No.52//Marzo Junio 2016 2017 // pp. pp. 95-108 154-167 Fotoensayo: En potro vamos 159 RELIGACION RELIGACION Vol II / No. 5 / Marzo 154-167 Vol II • No. 5 • Marzo 20172017 • pp./ pp. 154-167 Dossier Roberto Africano 160 RELIGACION Vol VolIII//No. No.52//Marzo Junio 2016 2017 // pp. pp. 95-108 154-167 Fotoensayo: En potro vamos 161 RELIGACION RELIGACION Vol II / No. 5 / Marzo 154-167 Vol II • No. 5 • Marzo 20172017 • pp./ pp. 154-167 Dossier Roberto Africano 162 RELIGACION Vol VolIII//No. No.52//Marzo Junio 2016 2017 // pp. pp. 95-108 154-167 Fotoensayo: En potro vamos 163 RELIGACION RELIGACION Vol II / No. 5 / Marzo 154-167 Vol II • No. 5 • Marzo 20172017 • pp./ pp. 154-167 Dossier Roberto Africano 164 RELIGACION Vol VolIII//No. No.52//Marzo Junio 2016 2017 // pp. pp. 95-108 154-167 REVISTARELIGACION RELIGACIÓN II 4/ No. 5 / Marzo2016 2017•/pp. pp. 95-108 154-167 Vol I •Vol No. • Diciembre REVISTA RELIGACIÓN RELIGACION Vol II /I No. 2017 /2016 pp. 154-167 Vol • No.5 4/ Marzo • Diciembre • pp. 95-108 RELIGACION Vol II / No. 5 / Marzo 2017 / pp. 154-167