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BORRONEO, CANTO Y VUELO DE PÁJAROS

ENVÍO ¿Qué es un pájaro? La respuesta, aparentemente simple, puede ser engañosa: de qué hablamos, desde qué punto de vista. La siguiente ponencia quiere dialogar, a su manera, con el perspectivismo amerindio propuesto por el antropólogo brasileño Eduardo Viveiros de Castro y esbozar algunas reflexiones en torno a la manera en que los pájaros tensionan y transitan tanto por algunas poéticas de escritores Mapuche contemporáneos, como la manera en que eventualmente se cuelan en la mirada antropológica (poética). Los pájaros, en tanto que singularidades, nos ofrecen un lugar (desde y hacia) donde mirar las maneras en las que enlazamos y emparentamos nuestras vidas a las suyas, las maneras en que mundos posibles emergen. No se trata de observar cuánto de pájaro hay en lo humano o cuasi humano, ni tampoco aplicar maneras humanas de ser a los pájaros. De a poco, se evidencia que ellos no son sólo una representación. Si aceptamos su actuar y su persona, es decir su punto de vista, su ontología otra, veo surgir modos de existencia y formas de vida que nos interrogan. ¿Quién puede decir qué sobre los pájaros? Mientras esta pregunta sigue re-orientando nuestro entendimiento y discusión acerca de ellos, un pequeño giro se opera, en el que los pájaros en sí son sujetos que actúan, los saberes poéticos los describen y asumen, la mirada antropológica se pregunta qué tipo de seres son.

BORRONEO, CANTO Y VUELO DE PÁJAROS. ANTROPOLOGÍAS Y SABERES POÉTICOS EN EL WALLMAPU (PAÍS MAPUCHE)* Dr. Pedro Araya Riquelme [Universidad Austral de Chile, Valdivia] ENVÍO ¿Qué es un pájaro? La respuesta, aparentemente simple, puede ser engañosa: de qué hablamos, desde qué punto de vista. La siguiente ponencia quiere dialogar, a su manera, con el perspectivismo amerindio propuesto por el antropólogo brasileño Eduardo Viveiros de Castro y esbozar algunas reflexiones en torno a la manera en que los pájaros tensionan y transitan tanto por algunas poéticas de escritores Mapuche contemporáneos, como la manera en que eventualmente se cuelan en la mirada antropológica (poética). Los pájaros, en tanto que singularidades, nos ofrecen un lugar (desde y hacia) donde mirar las maneras en las que enlazamos y emparentamos nuestras vidas a las suyas, las maneras en que mundos posibles emergen. No se trata de observar cuánto de pájaro hay en lo humano o cuasi humano, ni tampoco aplicar maneras humanas de ser a los pájaros. De a poco, se evidencia que ellos no son sólo una representación. Si aceptamos su actuar y su persona, es decir su punto de vista, su ontología otra, veo surgir modos de existencia y formas de vida que nos interrogan. ¿Quién puede decir qué sobre los pájaros? Mientras esta pregunta sigue re-orientando nuestro entendimiento y discusión acerca de ellos, un pequeño giro se opera, en el que los pájaros en sí son sujetos que actúan, los saberes poéticos los describen y asumen, la mirada antropológica se pregunta qué tipo de seres son. Ponencia presentada en EILA 2018, Encuentro Continental Intercultural de Literaturas Amerindias. Escrituras Propias, Extractivismos y Cantos de Aves. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, Colombia. 25-29 de abril de 2018. * Posteriormente, en III Jornada de Estudios Literarios Indígenas: Poéticas Andino-amazónicas y del Wallmapu. Universidad Austral de Chile, Valdivia. 16 de agosto de 2018. 1 BORRONEO, CANTO Y VUELO DE PÁJAROS. ANTROPOLOGÍAS Y SABERES POÉTICOS EN EL WALLMAPU (PAÍS MAPUCHE) Dr. Pedro Araya Riquelme [Universidad Austral de Chile, Valdivia] Perdão, senhores animais: perdi o mundo num lapso. (Leminski, 2004: 118) O “ser” que temos como nossa missão pensar é um outro pensamento, o pensamento dos outros. (Viveiros de Castro, 2012: 2) The world beyond the human is not a meaningless one made meaningful by humans [Eduardo Kohn, 2013]. El mundo allende lo humano no es uno carente de sentido, dotado de sentido por los humanos. 8. Y. Acaso. Hace un tiempo ya, estas líneas de mi amigo, el poeta Jaime Luis Huenún. Estas líneas que ahora vuelven, las hago volver, para preguntarme. Wirin tañi rakizuam mawizamew cheu tañi ñükutupeyüm. pu üñüm müpükeyngün inche tañi wiriel. Escribo mi poema en las hospederías del bosque. Los pájaros vuelan y borran con sus cantos lo que escribo. de Reducciones (JL Huenún, 2012: 93). ¿Qué decir? ¿Cómo responder? Entonces. Me decía. Dónde situarnos. Cómo leer esto. Lo que estas líneas dan a ver y a leer, a entender. Cómo dar cuenta de este encuentro. 7. Escritura, canto & vuelo: maneras de participar de la contingencia del mundo. Pero no sólo eso. Nada es sólo. Cada una de estas maneras requiere algo: atención, lectura, escucha, observación detenida; ojo & oído, corazón. Y también, bajo ciertas circunstancias, requieren (piden) una respuesta: un acto, otro acto, en la reciprocidad de la con-vivencia; escribir sobre, cantar sobre, volar sobre aquello. Volar, escuchar, leer, entonces. A ras de pájaro y de personas; a ras de mundos posibles. Leer para ser interlocutores, multiplicando singularidades, mundos, respetando sus diferencias, descolonizarnos. Marília Librandi-Rocha propone “escuchar la escritura” (2012) & pensarla [la literatura, la escritura] como nativos, ocupar un punto de vista extranjero a nuestro propio pensamiento. ¿Qué escritura? La de los hombres, la de los pájaros, la de distintas personas, desde distintas perspectivas. Retomando a Eduardo Viveiros de Castro, dejar afectarnos por su perspectiva. Al vuelo de pájaro, y a su canto, responder sacudiendo el árbol del pensamiento, para hacerlo pasar para el otro lado. El antropólogo, inmerso en estos mundos, huyendo y volviendo, transitando de alguna manera, quiere traducir, volar a ojo de pájaro traro [diría Juan Carlos Olivares Toledo]. Pero debe también preguntarse qué quiere decir traducir. Para quién. Con quiénes. Cómo y dónde. 6. Ana Ñanculef dice: Desde muy pequeños, a los niños se los forma para que conozcan el sonido o el canto de las aves, las características de las aves… Para que la persona llegue a ser che, llegue a ser gente, tiene que tener esta conexión con la naturaleza. Si no la tiene, esa persona anda por la vida sin recibir mensajes, sin tener esa conexión con la naturaleza. Esto, de acuerdo a los kimche, a lo que han dicho los kimche, los sabios (Ana Ñanculef, enero, 2018). La gallina cacarea como un gallo, significa que alguien de la familia se enfermará. El zorzal canta en la mañana cerca de la casa: traerá una visita inesperada. Las gaviotas vuelan y cantan a orillas de la mar, significa que habrá abundancia de mariscos. El pidén canta, canta todas las tardes: está llamando lluvia. Las aves, por otro lado, están en los apellidos, en ese sistema de apellidarse que llaman tótem1. Cristián Cayupán dice: Relacionarse con las personas, por sus apellidos, es de alguna manera también relacionarse con las aves, en una situación dada. Con las aves, representadas o encarnadas en las personas […] Los apellidos no son al azar. Nuestro antepasado pudo haber tenido un pewma [un sueño] con un ave, un mensaje que supo decodificar de manera correcta, y desde ese momento consagró el vínculo con el ave, llamándose como ella […] Tiene que ver con la observación ontológica de sí mismo y las especies que nos habitan y con quienes habitamos. Hay aquí una cierta fraternidad que se puede visualizar” (Cristián Cayupán, enero 2018). Es así como, de tiempo en tiempo, se reproducen o imitan, por medio de danzas ceremoniales, los movimientos y particularidades del tótem. El baile del choique (avestruz), el choique purrün, por ejemplo, el tregül purrün – el treile, queltehue… Purrún* Yo la miro danza canelo florecido lleva en sus manos danza sus pequeños pies llenos de tierra danza flores de ulmo y miel en sus cabellos danza ríe y danza bebe su muday Yo la miro yo no danzo y el polvo que levanta el baile me oculta ante sus ojos *Purrún: baile colectivo usado en el “nguillatún” y otros ceremoniales. [JL Huenún, Ceremonias, 1999: 21] 1 En el que las personas se creen “unidos con lazos de consanguineidad o de alianzas estrechas con las especies animadas que formaban sus tótemes, y guardaban ciertas consideraciones y respeto para con los seres de dichas especies” (Latcham, 1924: 60). Pero no sólo se utilizan los nombres para autodenominarse de una forma determinada, también se denominan lugares determinados. Mañke/Cóndor “[...] pájaro sobresaliente igual a un sabio [kimche reke] pájaro sobresaliente igual a un justiciero [norche reke] pájaro sobresaliente igual a un bondadoso [kümeche reke] pájaro sobresaliente igual a un poderoso [newenche reke] […] de ahí nace nombre propio «Mañkelef – cóndor veloz» el más inspirado se puso «Mañkengean – cóndor seré»” Raki/Bandurria “[...] Especies bandurrias tienen sonidos metálicos por su característica antiguamente es bien conocidas ahora por siempre una comunidad entera lleva su nombre desde que existe se llama la casa de las bandurrias [Ruka Raki] actualmente un Colegio lleva su nombre de bandurria Ruca Raki, donde se reúnen alumnos y profesores” Aillapán, Lorenzo. 2003. Üñümche. Hombre Pájaro. Santiago: Pehuén Los pájaros no sólo participan de la antroponimia o de la toponimia. Ellos también van formando parte de los relatos, de los cantos, de los ül y los epew, de los poemas, de todo (cosmovisión y praxis; formas de decir y de hacer). De a poco, vemos cómo todo está relacionado. 5. Las configuraciones poéticas son configuraciones de mundo. Como lo apunta Andrés Claro, “No es un simple azar lo que ha llevado a que en un gran número de lenguas se utilice la misma palabra, ‘creación’, para responder a las preguntas tanto por la génesis metafísica del mundo como por la formación artística de un poema” (2014: 9). En nuestro caso, el lenguaje de la tierra, el mapudungun, pareciera guardar una conciencia atávica, la memoria de esa creación misma, en que la configuración de ese mundo compartido (de esa tierra) acompaña el trabajo de figuración en eso que llamamos un canto (ül) o un poema. Pero no se trata realmente de una instancia remota, un pasado del que sólo conseguimos huellas apenas legibles. La memoria de la propia historia juega sus cartas aquí. Se trata más bien de un acompañamiento siempre activado entre la creación poética y la creación de mundo. Sin embargo, esta palabra, aquí, no sólo es oral. Tal como lo describe Claudia Rodríguez Monarca: “en el caso particular de los poetas, se materializa en la escritura, aunque en ese paso deje prendas en el camino […]. La palabra escrita, y en especial la poesía, ya sea en castellano o bilingüe, es el aprendizaje imprescindible en el proceso que los poetas mapuches asumen como parte del rol de intercambio cultural (Rodríguez Monarca, 2005: 155). Ello mismo lleva a lenguajear frente a la memoria y a lo contemporáneo, encontrar y responder, por esa palabra otra. Palabras dichas Wüdko “Es otra tu palabra” me habló el copihue, me habló la tierra. Casi lloré. “Tus lágrimas debes dársela a las flores” me habló el pájaro chucao. Los pájaros wüdko le contaron mis sueños a los bosques le dijeron que yo era el silencio que los había despertado y que me habían visto correr detrás de mi sombra fugitiva. Le contaron también a la noche que me vieron dormir en el día y que muchas veces mi canto se perdía entre las espinas. Leonel Lienlaf 4. Es en el “habla de la tierra”, el mapuzungun, donde se encuentra la episteme, el “conocimiento exacto” del pensar: “la voz que emerge de la tierra, es el verbo, es la vibración de la materia, la palabra que responde a los sonidos del ambiente, del medio y del entorno”, dice Juan Ñanculef Huaiquiao (2016: s/n). “Es la tierra la que habla a través de los pájaros”, dice Lorenzo Aillapán (2012). Ahora, ningún sonido, ningún canto, ningún poema, aquí, se encuentra desplazado, sin lugar. Todo sonido, todo canto, se encuentra situado, profundamente vinculado a un lugar específico y concreto, en un momento dado: es la situación del canto y de su escucha. El cantar, la producción (la fábrica, acaso) del canto sucede en relación a otros sonidos, a condiciones acústicas, a condiciones de escucha. Para las aves, cantar es también producir un lugar: territorializar un espacio (habitarlo, hacerlo lugar), construir relaciones con otras aves y seres, y tejer y re-tejer continuamente el contexto de sus vidas. César Millahueique lo escribe: En nuestros sueños siempre llueve, los queltehues cruzan sobre los ríos… voces antiguas navegan besando la memoria… siempre llueve, nuestros sueños van por el río… los pájaros se reflejan en las pupilas de una machi que mira al infinito (Millahueique, 2004: 91). Y sigue: “Somos las imágenes de nuestros propios cantos” (Millahueique, 2004: 17). Las metáforas, comparaciones, personificaciones se llenan de pájaros – chucaos, queltehues, bandurrias, treiles: “Imagino un pájaro chucao en el eco de la selva./ Imagino el amor llegando en esos pájaros” (Millahueique, 2004: 10). Pero también los pájaros se asocian al vuelo iniciático, el viaje, las visiones y los presagios, al igual que el cielo, los cerros, las montañas, las rocas, las cordilleras y los arrecifes. “Los pájaros siguen sobre los sueños, estoy afiebrado, vuelo con ellos” (Millahueique, 2004: 55). Y otros escriben. Algunos interrumpen la trilogía bosque-poesía-música que se asocia a las literaturas indígenas, para situarlas en una realidad actual, con la que se debe trenzar la poesía. Juan Pablo Huirimilla, en “Mitad siniestra” escribe: “El lector se figura escribir/ Una historia con final abierto/ Con la imposibilidad de su castellano/ En tanto el otro yo/ Se descascara la cara/ Sus zapatos puntiagudos/ Patean víctimas –editores–/ Corta sangre con la navaja/ Escucha un tema de Camilo Sesto./ El lector se deshace en la historia/ De un entierro simulado/ Y la frase:/ Los pájaros están volando otra vez (Huirimilla, 2005: 108). 3. ¿Cómo se traduce el sentido del otro, cómo se autoposee el sentido de sí? La particularidad de sí a través de otro [las aves, las personas, por ejemplo] & la particularidad de otro a través de sí: en ello parece haber una reciprocidad, una tensión irreductible, una antropología acaso, que emerge en esas dos tareas del lenguaje –la escritura de sí y la escritura de los otros– en que se traman lo extranjero y lo propio. El juego de los signos y el efecto de sus formas, en toda su complejidad, su materialidad, son condición necesaria y límite a cualquier traspaso de sentido. Y si queremos persistir en aquella tarea de traducción (del otro, de nosotros) –de diálogo, de escucha y lectura– como una suerte de contrato irrenunciable, si ante la resistencia de la materia misma de que estamos hechos, ante el límite irreductible, no queda otra cosa sino hacer, actuar, es porque habría un llamado del otro y de sí, un requerimiento. Por un lado, requerimiento de escritura (llamado del otro); por otro, requerimiento hospitalidad (llamado de sí). Aquí, el poema, más allá del momento de su escritura en que tiene lugar, queda condicionado a que la oreja y el ojo del otro reciba el gesto y el lector /oyente haga su parte. Así lo plantea el propio Huenún: En el poema habla el lector o el auditor de poesía. Éstos construyen su propio poema, en ese ejercicio se convierten en poetas y se genera allí un diálogo interno, íntimo, que me interesa potenciar o colaborar en que se genere. Escribo también para dar cuenta de mi propia realidad, de mi propia crisis o armonías, pero finalmente, todo lo que pueda escribir busca la posibilidad de que el poeta desaparezca de la escena y quede el lector individual o colectivo ahí enfrentado a su propio lenguaje (Martorell, 2008). El poema promueve así la libertad de aquello que, traducido con cuidado hospitalario, despliega una significación impredecible en el ámbito de lo propio: ese dejarse afectar por lo otro, dejarse llevar por las vidas. 2. Detrás del nombre de las aves, de la cosmología, el paisaje, la lengua, los relatos que ellas habitan, hay una ontología (una antropología), mundos dinámicos, heterodoxos, autorías & memorias. Pájaros, personas, que son puntos de vista. Poemas, pájaros, aves; canto, miradas oblicuas, escrituras. Ornitografías, borroneos, singularidades. Las aves pueblan este mundo. Hay mucha ave, hay mucho pájaro, hay mucho ornitólogo, hay hombres-pájaro& mujeres-pájaro. Hay historias y relatos sobre pájaros, epew, hay cantos, ül. Hay pájaros en nuestros jardines, en nuestros oídos, en nuestra infancia. Estamos llenos de pájaros. El lenguaje de los pájaros, junto a los otros relatos, va urdiendo un tejido de historias (para quien tenga oídos). Este tejido de relatos arma una madeja. Los pájaros no son sólo nombres, no son sólo listas de especies; son canto, curioseo, persona, lenguajeo abierto al mundo, son puntos de vista, es decir personas, en el mundo. Su concierto, Wüñül, el concierto inacabable de los pájaros, que sigue abierto y del que todos podemos participar, nos dice que volvamos a ser pájaros y humanos, ambos. Contra la dicotomía por la que el habla y otros gestos expresivos parecidos son convencionalmente distinguidos de los sonidos de la naturaleza, el canto de los pájaros nos llama a adoptar otra mirada respecto al habla o a la lengua, no tanto como una expresión externa de pensamientos internos, sino una de las maneras en las que el ser manifiesta su presencia en el mundo, participa de la contingencia del mundo. El lenguaje, en este sentido, no es un modo de transmitir información o contenido mental: es una manera de estar vivo y, eventualmente, también una manera de convivir. Si adoptamos esta mirada acerca del lenguaje, ya no nos parece extraño suponer, como los Mapuche (PuelMapu) que los pájaros hablan/escriben y que otras personas los escuchan, leen, entienden, traducen, etc… Actos de escritura extremos, que conllevan actos de lectura específicos, singularidades puras en contacto. El canto de los pájaros es la manifestación de su presencia en el mundo, tanto como los diversos sonidos humanos del hablar, del cantar, del lenguajear, entre otros, son manifestaciones de nuestra propia presencia en el mundo. El mundo, así, en el que habitamos humanos y no-humanos, [WallMapu], es políglota, lleno de seres con sus propios estilos de hablar y cantar. Estos cantos y sonidos y hablas de personas tanto humanas como no-humanas son afines no sólo porque se despliegan y afectan a aquellos que los escuchan, sino también porque su significado surge de los propios contextos en los que son escuchados. […] escuchas el canto de aves adivina ocultas tras helechos y chilcos florecidos. [JL Huenún, Ceremonias, 1999: 20] Salgo de este sueño como de una tormenta, mojado por incontables años en que los pájaros trinaron para nadie [JL Huenún, La Calle Mandelstam…, 2016: 113] ¿Trinaron para nadie? ¿Sigue su canto, pero no escuchamos? Ahora su canto se da con el oído… 1. De primeras, la palabra “mundo” pareciera hacer creer en algo amplio, y esto tanto de manera literal como figurativa. Sin embargo, a poco andar nos podemos dar cuenta que los occidentales desarrollaron un concepto de “mundo” mucho más restringido. Las religiones y la filosofía describen el mundo como esencialmente la vida humana; o sea, es una forma de separar la humanidad de lo restante de los seres vivos y del planeta. Pero el “mundo” grande todavía sigue existiendo en la visión de otras culturas, como las amerindias, que no acostumbran separar al ser humano y el ambiente. Los pájaros, en este sentido, fuerzan necesariamente una crítica del antropocentrismo, nuestro mito fundador: si el mismo ser humano es un actor conectado con otros actores, ya no cabe pensar la condición humana únicamente en relación a sí misma, sino que como constituida por relaciones complejas con los seres no-humanos, sean ellos vivientes o no-vivientes, técnicos o naturales. Los pájaros nos ofrecen un lugar donde mirar –y focalizarse– debido a las maneras especiales, numerosas y deliberadas en las que hemos ligado nuestras vidas a las suyas, así como las complejas maneras en las que son a la vez extraordinariamente diferentes y sorprendentemente similares a nosotros. En esto, los poemas aquí señalados trazan esta trayectoria, evidenciando a la vez la importancia de reconocer las contingencias de nuestras relaciones con los pájaros, describiendo en respuesta a ellos su vuelo, su borroneo, su canto, su perspectiva, su mundo, eso que nos dan. Tal como los epew, los sueños, los pewma, los ül, los cantos & vuelos de pájaros, estos versos aparecen no como objetos (de estudio, de contemplación) sino como cosas. Participan del reino de las cosas encontradas (Menard 2015: 3). Producen un efecto. “¿Qué fuerza hay en la cosa que se da que hace que el donatario la devuelva?” (Mauss, 2009: 71). Algo se da a escuchar –un canto, por ejemplo, ül, wüñül, de hombre, de pájaro; un nütram, un lenguajeo con los idos y los presentes–; algo se da a leer –unas líneas, un vuelo, unos versos. Algo, una cosa, se da. Aparece de pronto, con claridad, que en ello hay algo cuya fuerza impulsa a devolver algo: un acto a la altura de lo recibido. Ese acto, como si hubiese sido requerido, es uno de convivencia, de participar en la contingencia del mundo, respondiendo a lo recibido: formas de vida, modos de existencia, pensamientos, puntos de vista, personas. Jaime Luis Huenún dice: “Ningún poema termina en su última palabra; más bien con ella recién empieza a urdir la tupida trama de los eternos y a la vez cambiantes símbolos íntimos y colectivos. Y ese trabajo no tiene descanso ni final” (Huenún, 2012: 181). REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Aillapán, Lorenzo. 2003. Üñümche. Hombre Pájaro. Santiago: Pehuén Claro, Andrés. 2014. La creación. Santiago: Ediciones Bastante. Huenún, Jaime Luis. 2016. La calle Mandelstam y otros territorios apócrifos. Santiago: Fondo de Cultura Económica. --. 2012. Reducciones. Santiago: Ediciones Lom --. 1999. Ceremonias. Santiago: Editorial Universidad de Santiago. Huirimilla, Juan Pablo. 2005. Palimpsesto. Santiago: Lom Ediciones. Ingold, Tim. 2000. The perception of the Environment. Essays on livelihood, dwelling and skill. London: Routledge. Latcham, Ricardo. 1924. La organización social y las creencias religiosas de los antiguos araucanos. Santiago: Imprenta Cervantes. Librandi-Rocha, Marília. 2012. “Escutar a escrita: por uma teoria literária ameríndia”. O eixo e a roda, v. 21 nº2: 179-202. Lienlaf, Leonel. Kogen, 2014 Leminski, Paulo. (2004). Catatau: um romance-ideia (edição crítica e anotada). Curitiba: Travessa dos Editores. Martorell, Montserrat. 2008. “Jaime Huenún: ‘Escribo para recuperar la memoria’”. El Periodista, Año 6, N° 155, viernes 22 de Agosto 2008. Mauss, Marcel. 2009. Ensayo sobre el don. Forma y función del intercambio en las sociedades arcaicas. Buenos Aires: Katz Editores. Millahueique, César. 2004. Oratorio al señor de Pucatrihue. Santiago: Mosquito Comunicaciones. Ñanculef Huaiquinao, Juan. 2016. Tayiñ Mapuche Kimün. Epistemología Mapuche – Sabiduría y conocimientos. Santiago: FACSO – Universidad de Chile. Paredes Pinda, Adriana. 2005. Ül. Santiago: Ediciones Lom. Rodríguez Monarca, Claudia. “Weupüfes y machis: canon, género y escritura en la poesía mapuche actual”. Estud. filol., sep. 2005, no.40, p.151-163. Viveiros de Castro, Eduardo (2012b). The Other Metaphysics and the Metaphysics of Others. Texto inédito da conferência apresentada no colóquio “A Virada Ontológica na Filosofia Contemporânea”, promovido pelo Programa de Pós-Graduação em Filosofia/PUC-RS, em outubro de 2012.