Queridos Reyes Magos:
Creo que fui bastante bueno este año pasado, pero no sé…, no estoy del todo seguro. La verdad es que yo trato de ser bueno, pero a veces no puedo evitarlo y soy algo malo, como cuando me atraganto al comer, o toso, o cuando me olvido de las llaves o me empeño en meter ruido con la cuchara en el plato o hago resonar la sopa. O me olvido de coger los auriculares para ver el fútbol en la tele. O ronco, o no uso los “post –in” (o como se llamen) que me compra mi esposa, o cuando no sé donde están las cosas en la cocina, o tengo toda descolocada mi mesa de trabajo.
Como sé que sois muy buenos, me atrevo a dirigiros esta carta, por si, a pesar de todo, queréis traerme algo.
La verdad es que no necesito nada. Lo tengo todo. Tengo mucha suerte de tener la esposa y la hija que tengo (que no me merezco), las más guapas y listas del mundo (si lo dudáis, preguntadle a mi esposa)
Bueno, si queréis traerme algo, os explico lo siguiente: en mi habitación, en el mueble que tiene la TV, tengo los calcetines, los calzoncillos, etc. En la mesita que está junto a la ventana están los pijamas, y en la puerta del armario que está pegada a la pared, las camisas y jerseys. Las corbatas están en una barra que hay en esa puerta. Vosotros mirad lo que creáis que me falta y reponedlo. No puedo deciros qué número uso de cada cosa (no sé siquiera si las tallas se expresan en unidades, decimales o centenas). Perdonadme, pero como sois magos, vosotros sabréis.
Nada más, Reyes Magos, besitos a todos. Iré pronto para la cama y dejaré la zapatilla bajo la ventana del salón. La mía es una marrón (creo que es marrón) que pone en blanco (de eso si estoy seguro), un garabato que parece decir “in”.
Hasta el año que viene.
Firmado: el esposo y padre feliz.
Creo que fui bastante bueno este año pasado, pero no sé…, no estoy del todo seguro. La verdad es que yo trato de ser bueno, pero a veces no puedo evitarlo y soy algo malo, como cuando me atraganto al comer, o toso, o cuando me olvido de las llaves o me empeño en meter ruido con la cuchara en el plato o hago resonar la sopa. O me olvido de coger los auriculares para ver el fútbol en la tele. O ronco, o no uso los “post –in” (o como se llamen) que me compra mi esposa, o cuando no sé donde están las cosas en la cocina, o tengo toda descolocada mi mesa de trabajo.
Como sé que sois muy buenos, me atrevo a dirigiros esta carta, por si, a pesar de todo, queréis traerme algo.
La verdad es que no necesito nada. Lo tengo todo. Tengo mucha suerte de tener la esposa y la hija que tengo (que no me merezco), las más guapas y listas del mundo (si lo dudáis, preguntadle a mi esposa)
Bueno, si queréis traerme algo, os explico lo siguiente: en mi habitación, en el mueble que tiene la TV, tengo los calcetines, los calzoncillos, etc. En la mesita que está junto a la ventana están los pijamas, y en la puerta del armario que está pegada a la pared, las camisas y jerseys. Las corbatas están en una barra que hay en esa puerta. Vosotros mirad lo que creáis que me falta y reponedlo. No puedo deciros qué número uso de cada cosa (no sé siquiera si las tallas se expresan en unidades, decimales o centenas). Perdonadme, pero como sois magos, vosotros sabréis.
Nada más, Reyes Magos, besitos a todos. Iré pronto para la cama y dejaré la zapatilla bajo la ventana del salón. La mía es una marrón (creo que es marrón) que pone en blanco (de eso si estoy seguro), un garabato que parece decir “in”.
Hasta el año que viene.
Firmado: el esposo y padre feliz.
PD: Sinuosa no es la autora.
:)