jueves, 30 de julio de 2009

MEDITACIONES Y EQUIVALENCIAS...y un cuadro mío para compartir

Somos como espejos. Tenemos la cualidad de potenciar lo que se refleja en nosotros.
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Procura que en tu espejo se refleje una luz, aunque sea la pequeñísima llama de una cerilla, o la de una vela. Pero todavía sería mejor si se tratara de la claridad de una lámpara. Y mucho mejor que eso, si es el reslandor alegre del sol.
SÉ UN SOL PARA LOS DEMÁS.
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Llena tus ojos de luces, por favor, y mira a los demás con una mirada plena de luminosa cordialidad. PORQUE LA CORDIALIDAD ES LA MÁS BELLA LUZ.
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Ellos, los demás, también son espejos. Ten la seguridad de que luego iluminarán tu vida con la mirada que te devolverán, no todos, quizás, pero sí algunos. ES SUFICIENTE. Una sola luz ya acaba con la oscuridad de una habitación.
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EQUIVALENCIAS ENTRE MIRADA MÁS LUZ

*Mirada más luz son equivalentes a:

SONRISA

PALABRA AMABLE

AMISTAD

Comentario o respuesta en un blog

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Y recuerda: TUS OJOS SON El ESPEJO DE TU ALMA.

O lo que es lo mismo: tus ojos son las ventanas por las que se asoma tu alma.

martes, 28 de julio de 2009

COLORES en coplillas y en pensamientos.

Tres flores de tres colores
se empeñan en competir,
cada cual es tan hemosa
que imposible es elegir.

* Mira, contempla, respira...¿Acaso no es un regalo de la vida la belleza y el color que tienes a tu alrededor?


* No te pierdas la alegría que da lo bueno, dándole vueltas en tu cabeza a lo malo.
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* Mañana será otro día,
dice el refrán popular,
quién sabe si a tus problemas
solución encontrarás
cuando amanezca otro día
con otra oportunidad.




lunes, 27 de julio de 2009

NAVEGANDO EN MIS MEDITACIONES

* Quien tiene alma siente que su corazón quiere latir acompasado con ella.
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* Quien posee alma y corazón tiene ya dos de los tres ingredientes de la auténtica felicidad, el tercero es la paz interior.
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* Es imposible tener alma y corazón y no tener generosidad. Si no se es generoso, es que no eran alma y corazón, sino puro egoísmo más un motor mecánico que lo hacía funcionar.
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*¿Qué hay, que sea verdaderamente bueno, que no necesite un alma para gozarlo y un corazón para compartirlo?
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Alma,
que te me escapas
detrás de una quimera,
alma,
voy tras de ti.
¡Alma,
espera, espera...!
Mi corazón
también quiere
correr
hacia esa meta.
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Un cuadro, unas frases y un poema para compartir con vosotros.

viernes, 24 de julio de 2009

La piedra negra

Si escrito ves mi nombre,
amor,
sobre una piedra negra,
es que estoy triste.

Pero si tú me hablas,
amor,
aparto la tristeza,
la tomo con la mano
y la lanzo lejos,
para que caiga al mar,
para que en él se pierda.




Una sonrisa tuya,
y ya son flores
las que llenan mi vida

y la serenan.

Vuelve mi alma a reír,

vuelve la risa.

Vuelve el sol a salir,

ya no hay tristeza.








jueves, 23 de julio de 2009

Que sonrían los corazones

Que sonrían los corazones labrados por el mar y hallados en la orilla de la playa.
Que sonrían con mil colores añadidos y pintados con amor, porque mil son los colores de la felicidad.

Que sonrían reposando sobre otros corazones generosos, porque los corazones de los amigos son un buen lugar para ir a posarse.


Que se expandan los corazones encogidos, y sonrían de nuevo, porque una buena palabra derramada sobre ellos tendrá el poder de reanimarlos. Así que sé tú el que diga esa palabra. También tu corazón sonreirá entonces.



Que sonrían los corazones con las pequeñas y humildes alegrías de cada hora, aunque no brillen demasiado, aunque sean alegrías de andar por casa.





Que sonrían los corazones que reposan en la verde esperanza, como estas piedrecitas reposan en las esmeraldas de mar, esos cristales de botella limados y pulidos por las olas.





Que sonrían los corazones multiplicándose para entregarse a todas y cada una de las personas que se acercan a ellos.






Pero la mejor de las sonrisas, es la que partiendo del corazón, se expresa en la palabra.
Que tus palabras sean tan acariciadoras como una pluma, que no pesen sobre el ajeno corazón, sino que lo alivien y eleven.

Para todos los que me visitan en este blog, estas palabras, con las imágenes de las piedras con forma de corazón que todos los días encuentro en la playa.


miércoles, 22 de julio de 2009

Frases amorosas

Te amo tanto que me esfuerzo todo lo que puedo por hacerte reír de felicidad.
Te amo tanto que mi felicidad es ese mismo amor por ti, que me llena el alma como el vino generoso llena la copa.
Te amo tanto que todas las mañanas doy gracias por disponer de un nuevo día para demostrártelo.

martes, 21 de julio de 2009

El horizonte

El horizonte es un cuaderno abierto en el que podemos escribir nuestros pensamientos.

martes, 14 de julio de 2009

Lucha entre el mar y el viento.


Cierta vez, cuando el paisaje de estas playas comenzó a formarse, hablaban la mar y el viento, discutiendo sobre sus poderes.
-¿Quién más poderoso que mis olas, que moldean la costa a mi antojo, desgastando rocas en los acantilados y formando arenales con la piedra molida por sus embates?
Respondió el viento.
- Yo soy más poderoso y te lo demostraré si es que quieres competir conmigo.



Así pues, como la mar aceptó el reto, ambos comenzaron a esforzarse para demostrar su poderío.
Escogieron para su lid las playas de Bolnuevo, allá en Mazarrón.

Batió la mar durante cinco mil novecientos días aquella costa, y al final del plazo marcado había conseguido formar una anchísima playa de finas arenas.
-Ahí tienes mi obra- le dijo orgullosa al viento.
Estaba la mar ufana de su logro y segura de que el viento no conseguiría superar aquel prodigio.
Pero el viento, sin desanimarse, sopló y sopló durante su turno de cinco mil novecientos días, sacando de su pecho toda la variedad de soplidos que poseía. Así, unas veces soplaba lebeche, otras levante, otras terral..., en fin, cada vez de una dirección diferente.
Igualmente, unas veces acariciaba y otras azotaba la montaña.
-Mira mi obra- dijo cuando transcurrió el plazo que le correspondía.
La mar quedó impresionada ante el arte escultórico de los vientos. Pero era tan hermosa la playa que había formado, en la que incluso habían crecido bosquecillos de eucaliptus, que no aceptó darse por vencida.
Recurrieron la mar y el vieno al sol, para que dictaminara, a modo de juez, cuál de ellos merecía la victoria en aquella competición.
-Ambas obras son igualmente hermosas- dijo solemnemente el astro- . Así pues, mi decisión es que reinéis en el Bolnuevo en igualdad, paz y armonía.
Y esa es la razón por la que el paisaje del Bolnuevo es tan original y fantástico.


SOS: he intentado hacer una entrada sonbre la tierra laguena, pero me ha quedado como anterior al Pescador y la estrella. No sé solucionarlo. Si alguien quiere leer lo de la láguena, tendrá que retroceder una entrada.










El pescador y la estrella


-Si yo fuera dueño de un trocito de la noche, cortaría del cielo una estrella preciosa para ti.
Así dijo el humilde pescador a su amada. Él hubiera deseado obsequiarla con el más rico de los regalos, pero no tenía más que la noche y el sonido rumoroso de la mar en calma para compartir con ella. La noche despejada era el dosel de sus amores, la mar, arrulladora, la música deliciosa que los rondaba, la luna que derramaba su brillo de diamantes sobre las olas, era la luminaria que iluminaba el suntuoso escenario natural y las estrellas, joyas celestes de incomparable hermosura, hacían guiños de luz a los enamorados.
-Mañana volveré, preciosa mía. Ahora he de embarcar en mi traíña. Echaré las redes en altamar y mientras faeno en la mar, te recordaré tan bella como ahora te veo, aquí en el muelle, que me pareces una estrella del cielo.¡Ah, si yo pudiera regalarte una estrella...qué feliz sería!
Así se expresó el apasionado pescador, mientras su amada gurdaba silencio, atenazada su garganta por la emoción del momento. Él día anterior, festividad de la Virgen del carmen, la patrona de las gentes del mar, se habían casado. Esta era la primera vez que él salía a pescar después de que se hubieran convertido en marido y mujer.
Escuchó el hado las palabras del pescador y determinó favorecer a tan tierno amante.
-Ignora este pobre pescador que las estrellas del cielo son astros
de enorme tamaño, que le es imposible a un mortal sostener una de ellas en la palma de su mano, inmensas e incandescentes como son. Sin embargo, le daré una estrella como él desea tan ardientemente, pero será una estrella de mar.
Cuentan que el pescador sacó enredadad en sus redes la estrella más perfecta de la mar Mediterránea y que al día siguiente, en cuanto atracó su pesquero en el muelle, la entregó a su amada, la cual estaba esperándolo, porque lo amaba tanto como él la amaba a ella.
Y desde entonces la estrella luce en la puerta de la casa de ambos, descolorida por los años y los soles, pero perfecta en su armonía y belleza marina.
Y ahora que ya son muy ancianos, les recuerda que unión fue venturosa, porque tuvo buena estrella.

Láguena


El origen de la tierra láguena fue así:
Comenzaba a nacer la Tierra entre grandes convulsiones de la corteza terrestre.
Un cataclismo era seguido de otro aún más violento.
Se formaron montes de color arcilloso.
Montes grises como una tarde de tormenta.
Montañas rojas como el almazarrón del cual se extrae el alumbre y la almagra.


Habló la montaña surgida frente al mar y dijo:
- Todos los colores de las piedras y las tierras me visten y engalanan. Pero me agradaría poseer el tono azul de las olas del Mediterráneo.

-No le es posible a la montaña competir con mi color.
Así habló el mar y la montaña quedó entristecida por no poder cumplir su anhelo.
Entonces, comenzó a llorar. Y lo hizo con lágrimas de tierra lágena, de color violeta, impermeable a las aguas, porque ella misma es agua de lágrimas.

FÁBULA DE LAS FLORES BELLAS Y LAS NUBES

Las margaritas blancas presumían
de su belleza y de su armonía.
-¿Quién como nosotras es tan bella?
Somos tan lindas como las estrellas.


Respondió al reto la flor de madreselva,
que miraba a la que habló
enredada en lo alto de una reja.
-Más bellas aún somos las madreselvas,
como la nieve blancas y limpias somos,
de oloroso perfume estamos plenas.

-Necias- tronó una nube-
las dos de vanidad estáis enfermas.
¿Qué sería de vuestra lozanía
si no lloviera y os quedarais secas?




La moraleja de esta fábula es
que todos han de cumplir con su tarea,
ya sea dar lustre de belleza,
ya sea regar la fértil tierra.
Y presumir de lo que uno solo hace
es tan tonto como sembrar entre las piedras.
Uno a uno, todos son importantes,
como lo es cada pata de una mesa,
que si faltara una se caería
y con las cuatro firmes...es más mesa.

lunes, 13 de julio de 2009

FÁBULA DE LAS FLORES Y EL CONCURSO DE BELLEZA QUE ESTABLECIERON ENTRE ELLAS.




Cierto día hallándose reunidas en un mismo jardín flores de variado color y especie, comenzaron a competir por el primer puesto en belleza.

Habló una margarita, arropada por sus compañeras, y dijo así:


-Todo el mundo considera que las margaritas somos flores muy humildes, pero aquí y ahora nosotras, con justa razón, reivindicamos nuestra importancia y proclamamos nuestra hermosura ¿Acaso no somos del mismo color que el oro y el sol? ¿No averiguan los enamorados si son correspondidos gracias al augurio de nuestros pétalos? Hablaron después las campánulas rosadas, encaramadas a un tiesto, quitándose la palabra las unas a las otras, y protestaron enérgicamente.


-¿Y qué decís de nosotras? ¡Somos del color preferido de las muchachitas en flor, románticas y tiernas! ¿Acaso, siendo como somos las amadas de las bellas damitas no seremos las más bonitas?





Llegó el turno de palabra de las rosas que hablaron de este modo, obstentando toda su majestad:


-Desde siempre el hombre ha considerado a la rosa como la reina de las flores. Da igual el color que tenga la rosa, las hay amarillas, blancas, rosadas y rojas como el fuego y la sangre. Somos tan sumamente hermosas que estamos rodeadas de espinas para frenar el ansia de poseernos que todos experimentan ante la suavidad y el aroma de nuestros pétalos.


Y muy ufana de su alegato, guardó silencio.




Habló entonces una flor morada, que matizaba su suntuoso color en una corola arrebolada.


-¿Hay un color tan espiritual como el de una campanilla morada? Nosotras nos enredamos en las rejas y las hermoseamos con nuestra silenciosa armonía. Unimos hermosura y espiritualidad, pregonamos las buenas costumbres, de hecho, nos dormimos en cuanto cae la noche, cerrándonos honéstamente.


Acabado el turno de palabra, se desencadenó un acalorado debate que parecía no tener punto de acuerdo posible. Sin embargo, sí lo tuvo.
Paseando por el jardín, una niña cortaba una flor de cada especie y color y formaba un ramillete con ellas.
-¡Todas son igual de bellas!- decía- ¡Cuánto le van a gustar a mi mamá! Seguro que las pone en el mejor jarrón de la casa.
Entonces las flores se sintieron avergonzadas de su inútil pugna, pero también más unidas entre ellas y así mil veces mas valiosas y felices.

domingo, 12 de julio de 2009

Pequeña fábula de la paloma, los peces y la gaviota.

La paloma en el puerto se asoma al mar, envidiosa.
- ¿Por qué la gente le arroja pan a los peces, que se llenan la tripa de deliciosas migas, y a mí no me dan nada?
Esto es lo que se pregunta, mientras picotea en el suelo cáscaras de pipas, si es que las encuentra.

Mientras, en el agua, los peces se arremolinan por centenares alrededor de los trozos de pan que le han tirado unos niños.

Con las aletas producen un bullicio de agua burbujeante y , curiosamente, se esfuerzan por empujar el pan debajo de los barcos anclados o del zócalo del muelle.
- ¡Oh, quién fuera pez y se llenara el buche de tan delicioso manjar, ablandado por el agua salada del mar!- desea la paloma.


Y es tan intenso su deseo, que se torna prodigioso y mágico.
La paloma se metamorfosea en pez.
De repente, se encuentra en el agua, saboreando el delicioso pan, tal y como había pedido con todas las fuerzas de su inocente corazón de paloma.
¡Pobre paloma glotona! Deseó algo sin saber qué consecuencias le traería.

La voraz gaviota viene volando con sus enormes alas blancas , punteadas de negro en los extremos, extendidas.
Majestuosa, se posa en el agua. Se deja mecer por las leves ondulaciones de la superficie. Tranquila. No se apresura.
Nadando suavemente se acerca a uno de los trozos de pan que flotan tentadoramente para el apetito de los pececillos.
Todos han huído, empezando por los grandes y terminando por los alevines.
Solamente la paloma convertida en pez, o el pez que antes era paloma, permanece mordisqueando golosamente un trozo de pan, aquel al que se aproxima la pescadora. Y le basta un certero movimiento para capturar al incauto pez.
Luego, alza la cabeza, y engulle a su presa que coletea con agónico e inútil esfuerzo.
Moraleja: piensa en lo que deseas y no quieras ser otro, sino sé tú mismo.




viernes, 10 de julio de 2009

Raíces fósiles en un acantilado, venas o el velo de Penélope.


El mar rompe bravío contra la pared rocosa del acantilado.
En lo alto del cortado que se rompe en abrupto borde sobre el abismo, unas vetas rocosas, de sorprendente trazado, se entrecruzan como raíces o quizás como venas de piedra.
Hay quien cree que imitan el entramado del tejido del velo de Penélope.
Atraída por el vértigo de ese abismo, tanto como por el influjo de la leyenda que acabo de imaginar ante esta rareza en piedra, me lanzo de cabeza a un mar de ensoñación y de misterio.
Teje Penélope el velo
que le permite mantener la espera.
Navega hacia Ítaca Odiseo,
La esposa deshace su labor
y espera.
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miércoles, 8 de julio de 2009

Leyendas inventadas y marinas ingenuas. Pintando la poesía.


Cuenta una leyenda tan antigua como el más antiguo de los antecesores humanos, que el litoral de aquel remoto lugar se formó con convulsiones de cataclismo.


La tierra abrió sus entrañas y se desangró en torrentes de láguena violácea y de amarillas gredas.





Fue entonces cundo emergió de las aguas del mar, que parecían en ebullición -tal era la agitación que mostraban- un águila gigantesca, do corvo y acerado pico, dispuesta a destrozar a todo humano que pudiera encontrar, como si de gusanos se tratara. El águila había surgido de lo más profundo de la noche convulsa, una noche en que incluso la Luna- diosa celeste- se ocultaba temerosa envolviéndose en un manto negro como el pecado.



Dice la leyenda que al amanecer del día que siguió a aquella horrible noche, el sol, al frente de un ejército de nubes, blancas como las espumas del mar, presentó batalla a la tiniebla y consiguió vencerla.

Entonces, aquella terrible águila, engendro del caos, se transformó en un montículo de piedra que se hundió por su base en el mar.

Muchos siglos después, los pobladores prehistóricos se asentaron en ese cabezo con forma de águila, que consideraron sagrado.

Bueno, ahora mis marinas.

Mar, mar,

mar, mar, mar...

Sólo una palabra

y ya tiene sal.

(Yo soy la autora)


¿ A dónde irá ese barquito,

que surca la mar serena?

Unos dicen que a Almería,

otros que pá Cartagena.


(Copla popular)

Bueno, pues me han salido fatal los escaneos, pero fatal, fatal...
Al natural resultan mejor estos cuadritos.
Lo mejor que tienen es que son imágenes captadas por mí con mi cámara de fotos.

Aquí se ven mates, sin brillo. Pero lo tienen, naturalmente, es óleo.


La tercera marina no la he terminado del todo. Falta un detalle: las luces nocturnas en el horizonte.

































martes, 7 de julio de 2009

EL BESO DE LOS AMANTES O UNA METAMORFOSIS . Leyenda repentizada ante unas fotos de mar.

Cuenta una leyenda antiquísima...que en la abrupta costa de una región perdida en los confines del mundo conocido por los seres humanos...

se hallaban, esporádicamente repartidas, playas de tersas arenas, tranquilas y deshabitadas, ajenas a los odios y los rencores de los hombres.

La cólera era desconocida hasta por el mar que bañaba aquel lugar paradisíaco.
Así pues, las olas rompían mansanente contra las rocas y las arenas. Y más eran caricia suave que azote tempestuoso.



Libres de asechanzas y de todo peligro, los cangrejos paseaban por las rocas de dos en dos, como parejas bien avenidas.
Mimetizados con la piedra mojada, se esforzaban -sin necesidad alguna- en pasar desapercibidos.
Puede que pretendiendo comportarse como enamorados, que huyen de la observación curiosa y ladina de los envidiosos.

En ese lugar de ensueño - cuya existencia yo misma, que cuento esta leyenda, dudo- dicen que hasta las piedras y los montes se daban muestras de amor.
Y, a su manera, se besaban con pasión.
Dicen también, que una vez llegaron a esas costas un hombre y una mujer cuyo barco había naufragado.
Ambos eran jovenes y hermosos y estaban enamorados.
Dicen que al mirar a su alrededor, eufóricos por haber salvado la vida, quedaron admirados ante aquella majestuosa soledad que los rodeaba y se creyeron Adan y Eva en el Paraíso.




Emocionados, se miraron intensamente. Sus rostros se aproximaron lentamente y sus labios, ardientes de pasión, se unieron en un beso.
Ocurrió entonces que sus cuerpos se convirtieron en petreas masas rocosas, pues aquel paraíso ignoto era lugar prohibido para los humanos.
Desde entonces, permanecen en la playa, besándose en la orilla, tan como los sorprendió la metamorfosis que el fatum había dispuesto para ellos.
Y solamente el mar, compasivo, pasa entre ellos, los acaricia y escucha los sollozos que suenan como un eco casi inaudible en el interior de los dos montículos que conforman el beso de los amantes.
Acabo de repentizar esta leyenda. He estado pintando al óleo toda la tarde y me apetecía hacer otra cosa.

Todos los paisajes son de El Puerto de Mazarrón.