28/2/12

lo prohibí todo
el mundo me corregiría
con la bondad
era mi idea, mi punto
el que con todos mis no
dibujases un sí mayúsculo
por debajo de mi ombligo

25/2/12

 -Porque prefiero morir que tener miedo a la muerte -dijo.
Yo me quedé observándolo. Estaba tumbado boca arriba, con medio cuerpo fuera de las mantas. Hablábamos en voz muy baja y hacía rato que yo me había sentado en la cama para verlo mejor en la semioscuridad.
 -¿Y prefieres vivir a tener miedo a la vida? -pregunté utilizando su extraño razonamiento.
 -Tú no lo entiendes -me dijo incorporándose lo suficiente para tirar de mí-. Tu no tienes miedo a nada.
 -Sí, sí tengo miedo a cosas... -intenté corregirlo, mirándolo desde muy cerca, pero se rió como un lobo.
 -¿A los fantasmas y a los ruidos? -bromeó enterrando su boca en mi cuello.
 -A tus pensamientos extraños -confesé y él me apartó un poco irritado.
Acarició mi frente retirando los rizos que me caían sobre los ojos y dejó su mano ahí, como un torpe pasador sobre mi oreja.
 -¿De dónde has salido tú? -inquirió como si yo no fuese capaz de escucharlo.
 -De tu cabeza -bostecé removiéndome para que me soltara y aferrándome a su pecho con un bostezo-. Creo que he salido de tu cabeza -repetí.

23/2/12

volvamos a nuestra guarida
sembraré en tu ombligo el infinito
porque yo soy la fuerte:
la que conoce la ternura.
volvamos, tómame
de la mano y conduce
nuestros pies a casa,
diré las palabras imposibles
para que el tiempo exista sólo
más allá de nuestra cama.

20/2/12

rodeo la luz
la guardo entre mis manos
vigilo el fuego que se escapa entre mis dedos
custodio por ti el firmamento,
la imagen de mi piel,
y me hago faro -me renombro-
tiritándote a lo lejos rocas, algas,
las mareas que te alejen del naufragio.
te hago signos, guiños, aguardo
como un niño con la vida de un pájaro
oculta en el último bolsillo.

16/2/12

lo que quiero. lo que soy.
las preguntas que no dejan de buscarme
incendiando el día de madrugada.
lo que tengo. lo que doy.
el miedo como un ancla
sobrevuela miles de pronósticos.
lo que sueño. lo que pasa.
y la búsqueda constante del error
como si yo no tuviese
vuestro derecho a la felicidad.

14/2/12

los minutos pueden marcar un ritmo absurdo
pero tú no me recordarás a mí, sólo
te quedarán mis palabras como un eco
-las que únicamente repiten lo que eres
a través de lo que dices-
porque un día desapareceré
como desaparece el mar y todo
lo que una vez tuvo su oportunidad
en este mundo poblado de interpretaciones.
y me recordarás a través de verbos
como si aún pudieses conjugarme,
pasado imperfecto, desde tu futuro
-seguramente irregular.

10/2/12

cuando no estás, mi imaginación
te gobierna como a cualquiera de mis inventos.
eres una imagen, un ser irreal, falso.
puedo vivir como si no existieras
o convertirte en quien no serás nunca.
luego llegas cotidiano, como si nada,
como si no imaginases lo que hago de ti,
lo que sé de tu silencio
y estableces de nuevo los parámetros
la frontera entre la realidad y mi pensamiento.

9/2/12

habíamos hablado de tantas cosas ya que me sentía borracha, con esa pesadez que producen las largas conversaciones hasta la madrugada y, al tiempo, esa claridad que concede el saberse bien acompañada. me miraste como si supieses exactamente lo que estaba pensando y sonreíste:
- vamos a dormir ya -dijiste como si fuese el ábrete sésamo de los cuentos.
me ovillé tapándome hasta la cabeza y asentí con un quejido que te hizo reír.
 -no sé cómo eres tan dormilona -se te escapó en voz alta y yo sonreí sin que me vieses.
 -tú duermes más -te dije comenzando a amodorrarme, en ese límite en que se comienzan a decir tonterías.
 -ya no se te entiende -te reíste.
 -shhh, cállate ya.

8/2/12

me caliento las manos con café
abrazándome a esta taza.
mi cuerpo,
era glaciar en esta casa que te busca,
se calienta deambulando en tu recuerdo.
tiemblo en nosotros
y agotada
hago mi boca al  hielo.

6/2/12

conjuro a las palabras
y me voy lejos
tú lo sabes.
cogida de tu mano
viajo a mil kilómetros de ti,
que me miras sin saber
si me conoces,
hasta que vuelvo.

5/2/12

atardece a nuestra espalda. veo en el retrovisor
el cielo tiritando a punto de apagarse.
escuchamos el último disco que has conseguido
y los árboles se recortan como sombras chinescas
bajo la primera estrella. los dos sabemos
de dónde venimos y a dónde vamos
sin tener que consultar con la filosofía
ni hablar del futuro. estamos aquí
-tú conduciendo, yo escribiendo a ciegas-
haciéndonos eternos como en tus canciones
a la orilla de nuestros molinos de viento.
inmaculados los dos en el ahora, en flor
como los almendros y esta noche
de promesas y despedidas.

2/2/12

no poseo uno solo
de tus nombres prohibidos
yo no puedo doblegarte
con mi voz

1/2/12

la tentación tiene los ojos claros, supongo, y anda siempre al filo de la acera sin titubear. pide en los bares mirando a la cara y se ríe de esa manera que hace que los demás se contagien aunque el chiste no tenga gracia. a veces es un lugar cómodo. otras te ata como nadie mientras te besa en la boca. es dos mujeres. es dos hombres diferentes. el que tú le imaginas, la que es. sabe contar las anécdotas de manera que le sean favorables, queda siempre bien. y, aunque hayas perdido tus plumas en ella, vuelve como nueva a desquiciarte y la dejas entrar. cuando eliges bien, recuerdas cómo era su lengua. cuando la eliges, te sabe un poco a veneno. hay días en que me llama y días en que la llamo, desmemoriada, para que se pasee desnuda por mi espalda recordándome los nombres de mis lunares. la tentación, ella -él-, que conoce los puntos de fuga del terreno que soy.