entre las estrellas
mientras juega naipes
con la luna.
De reojo observa como el sol
raya en el horizonte oscuro,
y teme perder con el alba
lo poco que le queda de cordura.
La sombras se alejan
dándole paso a la flor,
para que la luna
sea perla en su boca,
para que el sol
le tiña la piel de su arrebol.
Brota el rocío de un pétalo
como el sudor
brota tibio del poro.
La espina se hace vello,
frágil vello,
erizado en su cintura.
Carmines son los labios
entreabiertos de la rosa.
Abrigadero del deseo,
encuentro extremo
de dos bocas.
La razón hace equilibrio
hipnotizada por la flor.
La cordura es un delirio.
La culpable . . .
es esa rosa.
para que la luna
sea perla en su boca,
para que el sol
le tiña la piel de su arrebol.
Brota el rocío de un pétalo
como el sudor
brota tibio del poro.
La espina se hace vello,
frágil vello,
erizado en su cintura.
Carmines son los labios
entreabiertos de la rosa.
Abrigadero del deseo,
encuentro extremo
de dos bocas.
La razón hace equilibrio
hipnotizada por la flor.
La cordura es un delirio.
La culpable . . .
es esa rosa.