Embelesada abre el juego la Dama,
con su sinuoso avance,
sobre una alfombra de mar.
Montada al galope bravo,
de hipocampos y corceles,
alimenta sus delfines,
de mensajeros alfiles.
Incondicionales, resisten los lacayos.
-Peones vestidos de librea-
Defendiendo la progenie,
a la que le deben lealtad.
Escaques negros y blancos
que perfuman la mentira.
Hacen que la comarca ría,
y que parezca de verdad.
En el atalaya de su torre,
cae el Rey,
bajo los pies de la Dama.
Que embate en un jaque sórdido,
hasta hacerlo abdicar.
Rueda la corona y su aciago
sobre la estola de rosas y espinas.
Atrás queda, la batalla y las ruinas.
Y un fénix, esperando volar.
sobre la estola de rosas y espinas.
Atrás queda, la batalla y las ruinas.
Y un fénix, esperando volar.
Esclavos y sus cadenas,
van a la plaza a gritar.
La Dama enjuga sus penas,
y la llaman Libertad.