Mal andamos si a estas alturas dudamos del día en el que vivimos o todavía no asumimos que ese es un día de descanso para casi todos Pero me da vueltas en la cabeza como si mis neuronas jugaran al parchís sinóptico de sus espacios. Una sencilla combinación de palabras cuyo carácter interrogatorio me ha hecho tropezar con la reflexión del día. Qué maravillas no esperará esa criatura para anhelar ese día con tales ansias, o para perderlo con mil historias. Pero no pasa nada, no siente la necesidad de aprovecharlo como el último, no piensa en el mañana ni le tiene pánico. Total, mañana no es lunes, simplemente mañana es otro día, una nueva oportunidad de ser feliz, de divertirte y de amar la vida como única, de poner el mundo en tus manos para entenderlo mientras el ente artificial y adulto sigue perdiendo el tiempo. Tal vez sea el día, el único del mes que vea a su padre, quizás sea el día que juega el partido más importante de su ahora, seguramente es que no entiende los días como pegatinas de un calendario que se esfuman a las 00,00, convencido estoy que no rellena ni ocupa sus días para engañar a nadie, te puedo asegurar que solo es una actitud ante la vida, y lo peor, es que solo sera un sueño que durará en sus manos hasta los trece, justo cuando empiece a entender algo del mundo que tenía en sus manos y a desaprender de los impulsos que murieron atrapados en los cánones del bien grabados en las paredes.
Siete años
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No recuerdo el día que nos conocimos, ha llovido mucho y en la Plaza Nueva
ya no se coge el 17 que me llevaba al Polígono. Eran años de vespino,
Tremendo...
Hace 5 años