A SANTA TERESA
A SANTA TERESA DE ÁVILA
(EN EL QUINTO CENTENARIO DE
SU NACIMIENTO)
Arcilla entre sus manos:
el divino alfarero te alojó
en su morada.
Tú, paloma de pluma
enamorada,
te adentraste en el místico
sendero.
Santa de sencillez y del
esmero;
Teresa, caminante sin
llegada,
con tu oración callada.
De santidad y letras un
granero.
En sayales, doliente,
enjugabas sudores de tu
frente,
no sentías el frío.
Tu labor incesante
es presente gozoso y
palpitante,
de actualizado brío.
María Bote