VILLANCICOS 2011
Una celeste campana
sonó en la dulce mañana.
En un portal de ventura
rodeado de pastores,
alumbró la virgen pura
al verbo de luz y amores,
cumpliéndose la escritura.
Y la estrella en la ventana.
Una celeste campana
sonó en la dulce mañana.
Con gran ternura, María,
al niño Dios de los cielos,
acuna con alegría,
y sus profundos anhelos,
se revisten de armonía,
de claridad soberana.
Una celeste campana,
sonó en la dulce mañana.
Un ángel vela, risueño,
entona cantos de amor.
En Belén reina el pequeño,
sobre la nieve, la flor,
con su fervoroso empeño
despide brisa liviana.
Una celeste campana,
sonó en la dulce mañana.
María besa la frente
del querubín sonrosado.
Es su beso incandescente,
de lisura engalanado,
corona de amor fulgente.
Su madre lo mira ufana.
Una celeste campana,
sonó en la dulce mañana.
Con su mirar tan brillante,
alumbra nuestro destino.
Un resplandor llameante
nos indicará el camino,
en esperanzado instante.
La mies brota en la besana.
Una celeste campana,
sonó en la dulce mañana.
María Bote
Navidad de 2011