ROMANCE CREPUSCULAR


ROMANCE CREPUSCULAR

Se aleja el sol, quejumbroso,
por la herida de la tarde,
mientras ocupan su espacio
los perfumes de azahares.
Oigo el rumor de las olas
al besar los arenales;
con sus abrazos de espuma
quieren los sueños robarme.
Se me cierran los azules
horizontes en la cárcel
de crepúsculos contritos,
por los celestes paisajes.
Escucho en la voz del viento
los delirios pertinaces
presagiando anocheceres,
al filo de mi estandarte;
mas hoy me acuno en el gozo
que transita por mi sangre
agitada por la luz
del antiguo escaparate:
un escenario de púrpura
donde sepulto desmanes.
Esperaré que la luna,
de mi soledad garante,
vierta su rayo encendido
en los espejos suaves,
para dormir sobre conchas
muñidas en claridades.
Cuando despierte con algas
acariciando mi talle,
tendré besos del coral
prendidos sobre mi carne…

María Bote



Estoy de nuevo en casa y, de nuevo aquí, con vosotros, mis queridos amigos/as y seguidores.
Os abrazo a todos con mucho cariño y agradecimiento por leerme.

LOS BRAZOS DE TALÍA


LOS BRAZOS DE TALÍA.

Sombrillas de crespones y amapolas
nos resguardan del sol, ahuyentan vientos,
en vaivenes  y mágicos momentos
de la mar de la vida con sus olas.
Los sones de ancestrales caracolas
dibujan el azul y sus portentos,
erigen entre algas sus cimientos,
y se cubren con húmedas estolas.

Los brazos de Talía me circundan
desde la tierra al cielo,
del agua a los crisoles de su orilla.
Con rítmico desvelo
esparcen presurosos la semilla
y en tálamos de versos me fecundan.

María Bote


Con este soneto me despido de todos y todas hasta finales de julio. Cardumen de besos para vosotros/as






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