jueves, 22 de diciembre de 2016
Cuánto vale el tiempo
No hay regalo más bonito que una charla, un café, una cerveza...
La buena compañía no se puede comprar.
El truco está en decir lo que realmente piensas. En buscar a quien realmente quieres. Y hacer con tu vida lo que realmente te da la gana.
Que la magia de la Navidad ilumine nuestras vidas... porque como la ilumine Fenosa Gas Natural o Iberdrola veréis que golpe en la factura...
Yo ya estoy empezando a engordar antes de que empiece la navidad, que luego todo son prisas.
Recuerden, hoy es el día que tanto te preocupaba ayer.
El tiempo, cierto tiempo, no tiene precio.
lunes, 19 de diciembre de 2016
jueves, 15 de diciembre de 2016
Gallego o galleguiño
Yo no me lo perdería...
"EL GALLEGO ESTÁ FORMADO UN 10 % DE LICOR CAFÉ, UN 20 % DE ALBARIÑO, UN 30 % DE ESTRELLA GALICIA, Y EL RESTO DE MARISCO, EMPANADAS Y COCIDO, CON FILLOAS Y CASTAÑAS."
sábado, 10 de diciembre de 2016
6 pequenas historias
1.- Un día los hombres del pueblo decidieron orar para pedir que lloviera. El día de la oración, toda la gente se reunió, pero solo un niño llegó con paraguas..
*Eso es FE*.
2.- Cuando lanzas a un bebé en el aire y se ríe es porque sabe que lo atraparás de nuevo.
*Eso es CONFIANZA*
3.- Cada noche nos vamos a dormir, sin la seguridad de que estaremos vivos a la mañana siguiente, y sin embargo ponemos la alarma para levantarnos. *Eso es ESPERANZA*
4.- Hacemos grandes planes para mañana a pesar de que no conocemos el futuro.
*Eso es SEGURIDAD*
5.- Vemos el sufrimiento en el mundo y a pesar de ello nos casamos y tenemos hijos.
*Eso es AMOR*
6.- Había un anciano con la siguiente leyenda escrita en su camiseta: “No tengo 70 años, Tengo 16 con 54 años de experiencia”.
*Eso es ACTITUD*
¡ Vive tu vida así, con Fe, Confianza, Esperanza, Seguridad, Amor y Actitud !
Comparte este mensaje si lo deseas, yo lo he copiado y compartido porque me gustó.
Buen día
martes, 22 de noviembre de 2016
Princesa
lunes, 21 de noviembre de 2016
viernes, 18 de noviembre de 2016
El amor es un rollo
Hablar sin palabras
Si quieres sonreír un poco más, mira la entrada:
Conjugación del verbo dialogar
http://jorgegarciarivas.blogspot.com/2016/10/conjugacion-del-verbo-dialogar.html
Anti gripal para el desamor
miércoles, 16 de noviembre de 2016
Las hijas son de los padres
Me gusta compartir opiniones, reflexiones, ideas... que voy leyendo. Si a ti también te gusta, genial.
10 cosas que una niña necesita que su papá sepa para ser una mujer fuerte
Las pequeñas aman a sus padres, creen que es un héroe capaz de hacer cualquier cosa. Pero a veces cuando son pequeñas no son capaces de decir las cosas que quisieran. Para que esa pequeña crezca como una mujer fuerte, necesita ciertas cosas de su padre.
Así que, para todos los padres de niñas pequeñas que aún no son lo suficientemente grandes para pedirle lo que necesitan, aquí un lista de las cosas que quisiéramos que supieras:
1. La manera en que me ames es como me amaré a mí misma
2. Pregúntame cómo me siento y escucha mi respuesta, necesito saber que me valoras antes de comprender mi verdadero valor
3. Estoy aprendiendo cómo debería ser tratada por como tratas a mi madre, estés o no casado con ella
4. Puedo sentir que estás enfadado conmigo aunque no lo entienda, así que háblame
5. Cuando tu tono es gentil, comprendo lo que me dices de mejor manera
6. Si me enseñas a sentirme segura cuando estoy contigo, sabré como cuidarme mejor de aquellos hombres que son peligrosos
7. Enséñame a amar las artes, la ciencia y la naturaleza; y aprenderé que el intelecto es más importante que mi talla de ropa
8. Si demuestras ternura, aprenderé a aceptar mi vulnerabilidad en vez de tenerle miedo
9. Cuando me dejes ayudarte a arreglar el coche y pintar la casa, creeré que puedo hacer cualquier cosa que un hombre pueda hacer
10. Abrázame, cógeme y bésame de todas las formas buenas y puras que un padre puede hacer. Necesito comprender lo que el amor saludable significa
http://corazon.pe/estilo-de-vida/familia-y-hogar/10-cosas-que-una-nina-necesita-que-su-papa-sepa-para-ser-una-mujer-fuerte-noticia-952892
martes, 15 de noviembre de 2016
La merienda del niño (por Arturo Pérez-Reverte)
La merienda del niño
PATENTE DE CORSO
Divorciado. Mi amigo Paco -lo llamaremos Paco para no complicarle más la vida- es divorciado desde hace tiempo, de ésos a los que la mujer, un día y como si no viniera a cuento, aunque siempre viene, le dijo: «Ahí te quedas, gilipollas, porque me tienes harta», y se largó de casa. Al principio, como tienen un hijo de ocho años, la cosa funcionó en plan amistoso, pensión de mutuo acuerdo y demás, tú a Boston y yo a California. Pero la ex legítima, cuenta Paco, se juntó con unas cuantas amigas también divorciadas que empezaron a crear ambiente. Cómo dejas que ese hijoputa se vaya de rositas, sácale los tuétanos, y cosas así. Lo normal. Además, una de las compis era abogada, así que Paco lo tenía claro. Su ex lo pensó mejor, se le puso flamenca, y al año de separarse le había quitado la casa, el coche, el perro, las tres cuartas partes del sueldo y la custodia del niño. «Y no me quitó la moto -dice Paco-, porque me arrastré como un gusano, suplicando que me la dejara».
Desde entonces, un día a la semana, mi amigo va a recoger a su hijo al cole. En Madrid. Se trata, me cuenta, de uno de esos colegios pijoprogres de barrio ídem, por Chamberí, con papis modernos y enrollados -«como lo era yo, te lo juro, hasta que esa zorra me dio por saco», matiza Paco-, donde a las criaturas se les quita horas de Lengua, de Historia y de Ciencias para darles Valores y Buen Rollito, Estabilidad Emocional, Dinámica de Grupo, Gramática de Género y Génera, Convivencia de Civilizaciones, Acogida a Refugiados y otras materias de vital importancia.
Paco tiene mala imagen en el cole de su hijo. Seguramente se debe a que el curso pasado, en la fiesta de Halloween, o de Acción de Gracias, o del Ramadán, una de ésas -Navidad o Reyes no eran, seguro, pues no se celebran para no ofender a los padres y niños no creyentes-, donde el asunto para disfrazar a los niños eran los piratas del Caribe, a Paco se le ocurrió vestir a su hijo, que le tocaba en casa ese día, con un parche en el ojo y una espada de plástico. Y cuando la profesora vio llegar al niño de la mano de su padre, lo primero que hizo fue quitarle el parche y la espada. El parche, dijo indignada, porque podía herir la sensibilidad de las personas con alguna minusvalía de visión ocular; y la espada de plástico, porque en ese colegio las armas estaban prohibidas. Y cuando Paco argumentó que los piratas llevaban armas para sus abordajes y masacres, la profe zanjó el asunto con un seco: «También había piratas buenos».
Pero la peor fama de Paco en el colegio de su hijo, piratas y parche aparte, viene de la cosa alimentaria: la merienda. No hay una sola madre con hijo allí que no sea una talibán de la alimentación sana; y como el gran enemigo de las madres progres son la harina refinada y las bebidas carbonatadas, cuando acuden a buscar a los niños todas van provistas de fruta ultrasana, zumo de papaya virgen, pan de pipas, pan integral con levadura madre enriquecida con semillas, jamón york ecológico, queso de leche de soja o tortilla de huevos de gallinas salvajes que viven en libertad, igualdad y fraternidad. Los carbohidratos, naturalmente, sólo se consienten en los cumpleaños; y según cuenta Paco, basta pronunciar la palabra Nocilla para ganarte una oleada de miradas asesinas. Al principio, dice, esperaba a su hijo en la puerta del cole con la moto y un donut o un bollicao. «Y como los otros críos miraban al mío con envidia, no puedes imaginarte el odio con el que me trataban algunas madres. Como si fuera un terrorista. Hasta dejaron de invitar a mi hijo a los cumpleaños y fiestas de pijamas». Alguna, incluso, hasta se ha chivado a la del niño: «Deberías vigilar lo que le da de comer tu ex marido».
Así que, en los últimos tiempos, Paco y su vástago han pasado a la clandestinidad en cuestión de meriendas, utilizando entre ellos una jerga en código que los protege de la Gestapo materno-escolar. Cuando el enano sale de clase con los compañeros, ya está adiestrado para preguntar a su padre cosas como «¿Qué hay de lo que tú sabes?», a lo que Paco responde, tras mirar prudente a un lado y a otro: «Tranqui colega, ahora te lo paso». Entonces el zagal le guiña un ojo y pregunta, susurrando esperanzado: «¿Foskito?». Pero Paco mueve la cabeza: «Hoy toca zoológico», responde. Y mientras suben a la moto, clandestinamente, ocultándolo bajo el anorak de su hijo, le pasa la pantera rosa o el tigretón.
Ciclos / ritmos circadianos
Dormir de momento es gratis
domingo, 13 de noviembre de 2016
No hay café que por bien no venga
El putibarco
Comparto algo interesante...
Iñaki Berazaluce
No son putas, son princesas.
Cuando se le pregunta al personal qué haría si le tocara la Lotería, la respuesta habitual (en público, al menos) es “hacer un viaje y tapar algunos agujeros”. Cuando el premio Gordo no te toca sino que te viene regalado -en forma de oro negro bajo el subsuelo del terreno de tu abuelos, pastores de dromedarios- haces ambas cosas (viajar y tapar agujeros) pero a lo grande. Por poner un ejemplo, te plantas cada año en Ibiza con el yate más grande del mundo y un segundo barco, un poco más modesto (pero capaz de hacer sombra a un Transmediterránea) cargado de un surtido de las putas más selectas de Brasil, Rusia y Francia. Bueno, escorts, ustedes me entienden.
Esto es lo que viene haciendo un verano sí y otro también Abdul Aziz bin Fahd Al Saud, a la sazón, hijo predilecto del fallecido rey Fahd de Arabia Saudí, un individuo que nunca jugó en la división de los multimillonarios porque nació directamente en la Golden League, la de los asquerosamente ricos. Como no podía ser otra cosa, Abdul es un vividor que cada mes de julio riega con el maná de petrodólares las Pitiusas -Ibiza y Formentera-, un archipiélago donde el non olet (el dinero no huele, sólo compra cosas, que decían los romanos) es principio rector.
Según cuenta el periodista de ‘El Diario de Ibiza’ Joan Lluis Ferrer en su libro-reportaje ‘Ibiza, la isla de los ricos’, el jeque es un tipo campechano -una cualidad al parecer muy apreciada entre la realeza- que lo mismo deja 30.000 euros de propina a los croupiers del Casino de Ibiza que se toma un helado con Mónica, la propietaria de Los Valencianos en el puerto de Vila, a escasos metros de donde aparca su yate, un mamotreto de 147 metros que pasamos a describir:
“El Prince Abdulaziz es el típico buque de jeque árabe: 147 metros de eslora, con un helipuerto en su proa, sistema antimisiles, una tripulación de 66 personas y otros tantos pasajeros (…) Quienes han entrado en su interior refieren todo tipo de lujos en grado superlativo: grifería de oro, suelos de maderas nobles… Cada vez que el buque ha de repostar combustible llena su depósito con 400.000 litros, lo que supones un gasto de 600.000 euros…”, relata el periodista.
En fin, no queremos aburrirles con esta exhibición impúdica de ostentación. Vamos al grano: a las putas. En el yate principal viaja el jeque Abdul Aziz y su cuadrilla(masculina, como es preceptivo entre los seguidores del Profeta), pero la flotilla suele estar integrada por otros dos macroyates, el Turama y el Al Diriyah.
Prosigue Joan Lluis Ferrer, “en uno viaja el séquito del príncipe y en otro, la compañía femenina, que es renovada cada semana mediante vuelos llegados directamente desde Londres y París. Son mujeres de una belleza despampanante y físico escultural, que se pasan semanas enteras a cuerpo de rey, sin otra cosa que entregarse al ocio, ir a restaurantes y tomar el sol en la playa y, de vez en cuando, atender los requerimientos de los jeques que las han contratado”. Vacaciones en el mar. Dan ganas de apuntarse, ¿eh?
Quienes se han cruzado con el barco de las meretrices en Ibiza relatan escenas propias de una fantasía erótica viril, nada casualmente parecidas al prometido paraíso de los musulmanes: un harén de vírgenes y suculentos manjares, aunque lo de vírgenes en este caso se puede pasar por alto.
Quique Mantecón, aventurero madrileño afincado en Ibiza, se topó con la comitiva de meretrices en una playa de Ses Illetes, en Formentera: “Eran unas 30, divididas un poco artificialmente en grupos de cinco, todas con bikinis y toallas blancos. Muchas eran eslavas, pero también había alguna española. Los jeques estaban a unos 20 metros de distancia, como vigilando el ganado. No estoy seguro de que fueran putas, tal vez algunas eran go-gos, aunque sospecho que la diferencia entre uno y otro desempeño depende del tamaño del fajo”.
De todos modos, me aclara me Ferrer, “muchas veces estas chicas son sólo decorativas, es más de lo mismo: una manera de exhibirse y demostrar su poderío. Lo mismo que la flota de 70 Mercedes negros de gama alta que viajan en las bodegas del barco y que cada día pasan por el túnel de lavado sin haber pillado una mota de polvo”.
Pero no todo van a ser truchas y piscinas en el veraneo a todo trapo del jeque saudí. Otra anécdota que me contaron en el archipiélago puede servir para sopesar la insoportable levedad del ser (un príncipe saudí, en este caso): Abdul Aziz quería pasar un día en la playa. Es bien sabido que una playa paradisíaca puede llegar a ser terriblemente aburrida, así que sus secretarios desembarcaron (del yate Turama, 117 metros,70 pasajeros) con el mandato de “crear ambiente”. Para ello contrataron por un día a un grupo de “bosquimanos” (nombre con el se conoce a los viajeros o temporeros que habitan en los bosques de sabinas de Formentera, a falta de casa y cama) para que “hicieran malabares y cosas hippies”. Con la parte folklórica ya resuelta, los productores de la jornada playera montaron un chiringuito para que el jeque pudiera tomarse un quéseyo y decoraron la barra con las jamonas de la semana (descargadas directamente del buque Al Diriyah, el de las putas, 79 metros, 16 pasajeros). Abdul Aziz pasó su día de playa, volvió a la nave nodriza, se pagó a los hippies y se recogió el chiringuito. La playa volvió a ser el soporífero arenal formenteril que era antes de la Real visita.
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