El documento explica el concepto de competencia en el ámbito jurídico. Define competencia como la atribución legítima de un juez o autoridad para conocer o resolver un asunto. Explica que aunque la jurisdicción es indivisible, la competencia es necesaria para distribuir los casos entre los jueces. Los principales factores que determinan la competencia son el territorio, la materia, el fuero y la cuantía del caso. También describe las reglas generales de competencia como la radicación, la gradualidad, la extensión y la prevención.
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El documento explica el concepto de competencia en el ámbito jurídico. Define competencia como la atribución legítima de un juez o autoridad para conocer o resolver un asunto. Explica que aunque la jurisdicción es indivisible, la competencia es necesaria para distribuir los casos entre los jueces. Los principales factores que determinan la competencia son el territorio, la materia, el fuero y la cuantía del caso. También describe las reglas generales de competencia como la radicación, la gradualidad, la extensión y la prevención.
El documento explica el concepto de competencia en el ámbito jurídico. Define competencia como la atribución legítima de un juez o autoridad para conocer o resolver un asunto. Explica que aunque la jurisdicción es indivisible, la competencia es necesaria para distribuir los casos entre los jueces. Los principales factores que determinan la competencia son el territorio, la materia, el fuero y la cuantía del caso. También describe las reglas generales de competencia como la radicación, la gradualidad, la extensión y la prevención.
El documento explica el concepto de competencia en el ámbito jurídico. Define competencia como la atribución legítima de un juez o autoridad para conocer o resolver un asunto. Explica que aunque la jurisdicción es indivisible, la competencia es necesaria para distribuir los casos entre los jueces. Los principales factores que determinan la competencia son el territorio, la materia, el fuero y la cuantía del caso. También describe las reglas generales de competencia como la radicación, la gradualidad, la extensión y la prevención.
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COMPETENCIA
COMPETENCIA
La palabra competencia tiene su origen etimológico
en el latín “competere” que significa corresponder o pertenecer. A su turno y, desde un punto de vista jurídico, el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española precisa que la competencia es la atribución legítima a un juez u otra autoridad para el conocimiento o resolución de un asunto. Usualmente decimos que la Jurisdicción constituye el poder-deber del Estado de administrar justicia y ésta es indivisible. Sin embargo, dada la extensión territorial de los Estados y la multiplicidad de conflictos jurídicos que han de conocer los tribunales, se hace necesario entregar a cada juez el conocimiento específico de un asunto sin que otro magistrado pueda entrar al conocimiento de aquél una vez que la causa ya se radicó en el primero. Por eso decimos que la competencia es exclusiva de un juez y excluyente respecto de cualquier otro. Eduardo Couture al referirse a la relación jurisdicción - competencia en su obra Fundamentos del Derecho Procesal Civil señala que la competencia es una medida de jurisdicción. Todos los jueces tienen jurisdicción, pero no todos tienen competencia para conocer en un determinado asunto. Añade que un juez competente es, al mismo tiempo, juez con jurisdicción, pero un juez incompetente es un juez con jurisdicción y sin competencia. Concluye afirmando que la competencia es el fragmento de jurisdicción atribuido a un juez. El artículo 108 del Código Orgánico de Tribunales define a la competencia señalando que es “la facultad que tiene cada juez o tribunal para conocer de los negocios que la ley ha colocado dentro de la esfera de sus atribuciones”. A esta definición legal habría que añadir que la competencia no sólo es una facultad del Estado, sino que, como en el caso de la jurisdicción, constituye también una obligación de éste conforme el principio de inexcusabilidad contenido la Carta Fundamental y en el artículo 10 inciso 2° del Código Orgánico de Tribunales. 2.-ELEMENTOS QUE DETERMINAN LA COMPETENCIA
Como es imposible en la vida práctica que un solo
tribunal pueda conocer de todos los negocios judiciales que se producen en el país, se han creado distintas jerarquías de tribunales y entre ellos se reparten las atribuciones de acuerdo a las reglas de competencia. Estas reglas tienen por objeto distribuir los distintos litigios entre los diversos tribunales. Por otra parte, el legislador ha considerado ciertos elementos o factores, conforme a los cuales distribuye al trabajo judicial entre los distintos tribunales. Ellos son el territorio, la materia, el fuero y la cuantía. 1°. El Territorio A este elemento alude el artículo 7, según el cual, los tribunales sólo pueden ejercer su potestad en los negocios y dentro del territorio que la ley les hubiere respectivamente asignado. Todo tribunal tiene una extensión territorial determinada, dentro de la cual debe ejercer sus funciones. De aquí que la competencia del juez se encuentra limitada por el territorio. 2°. La Materia
Se puede definir la materia diciendo que es la
naturaleza del negocio sometido a la decisión de un tribunal o aún, en casos especiales, el objeto o clase del mismo, que puede ser civil, mercantil, laboral, penal, constitucional, etc. En este factor el legislador considera más bien la cosa litigiosa, que a la persona misma. 3°. El Fuero El fuero es la calidad o dignidad que tienen ciertas personas, y en cuya virtud los asuntos en que ellos tengan interés, no son conocidos por los tribunales que ordinaria o naturalmente le correspondería conocer, sino que ese conocimiento pasa a otro tribunal de superior jerarquía o a través de un procedimiento distinto. 4°. La Cuantía El artículo 115 señala que en los asuntos civiles la cuantía se determina por el valor de la cosa disputada; y en los asuntos criminales se determina por la pena que el delito lleva consigo. 3.-Orden de aplicación de estos factores de la competencia El primero que se examina es la cuantía. Pero ella, puede estar modificada por la materia, y ésta puede ser alterada por el fuero. Luego de la aplicación de estos tres factores se aplica el factor territorio que va a señalar que tribunal dentro de una determinada jerarquía va a conocer el asunto. 4. REGLAS GENERALES DE COMPETENCIA Estas reglas, se aplican a todo tribunal sea ordinario, especial, arbitral. Las reglas generales de la competencia son: A. Regla de la radicación o fijeza; B. Regla del grado o superioridad; C. Regla de la extensión; D. Regla de la prevención; y E. Regla de la ejecución. A. REGLA DE LA RADICACION O FIJEZA Radicado con arreglo a la ley el conocimiento de un negocio ante tribunal competente, no se alterará esta competencia por causa sobreviniente. (Art. 109) La radicación o fijeza consiste en el efecto de hacerse irrevocable la competencia de un órgano jurisdiccional para conocer de un asunto que se encuentra en la esfera de sus atribuciones, cualesquiera que sean los hechos posteriores que importen modificar los elementos que se tuvieron en cuenta para determinar la competencia absoluta y relativa de ese órgano jurisdiccional. En materia penal, la radicación se produce cuando el juzgado de garantía empieza a conocer de los hechos sin plantear una contienda de competencia. En materia civil, la radicación se produce con la notificación legal de la demanda al demandado. Si la demanda se presenta ante un tribunal relativamente incompetente, la radicación se produce una vez contestada la demanda, sin reclamar de la incompetencia del tribunal. Causa sobreviniente es aquella que se produce después que el asunto ha quedado radicado ante un tribunal competente. B. REGLA DE LA GRADUALIDAD Una vez fijada con arreglo a la ley la competencia de un juez inferior para conocer en primera instancia de un determinado asunto, queda igualmente fijada la del tribunal superior que debe conocer del mismo asunto en segunda instancia. (Art. 110) C. REGLA DE LA EXTENSION El tribunal que es competente para conocer de un asunto lo es igualmente para conocer de todas las incidencias que en él se promuevan. (Art. 111) Lo es también para conocer de las cuestiones que se susciten por vía de reconvención o de compensación, aunque el conocimiento de estas cuestiones, atendida su cuantía, hubiere de corresponder a un juez inferior si se entablaran por separado. D. REGLA DE LA PREVENCIÓN O DE INEXORABILIDAD Siempre que según la ley fueren competentes para conocer de un mismo asunto dos o más tribunales, ninguno de ellos podrá excusarse del conocimiento bajo el pretexto de haber otros tribunales que puedan conocer del mismo asunto; pero el que haya prevenido en el conocimiento excluye a los demás, los cuales cesan desde entonces de ser competentes. (Art. 76 C. P. de la R. y Art. 112 C. O. T.) E. REGLA DE LA EJECUCION La ejecución de las resoluciones corresponde a los tribunales que las han pronunciado en primera o en única instancia. (Arts. 113 y 114) Se trata del poder de imperio que permite a los tribunales hacer ejecutar lo juzgado ante ellos. Esta regla admite las siguientes excepciones en que la ejecución no corresponde a dichos tribunales:
1°. La ejecución de las sentencias penales y de las
medidas de seguridad previstas en la ley procesal penal es de competencia del juzgado de garantía que haya intervenido en el respectivo procedimiento penal; 2°. Los tribunales que conozcan de la revisión de las sentencias firmes o de los recursos de apelación, de casación o de nulidad contra sentencias definitivas penales, ejecutarán los fallos que dicten para su sustanciación y pueden también decretar el pago de las costas adeudadas a los funcionarios que hayan intervenido en su tramitación, reservando el de las demás costas para que sea decretado por el tribunal de primera instancia; y 3°. Siempre que la ejecución de una sentencia definitiva hiciere necesaria la iniciación de un nuevo juicio, podrá éste deducirse ante el tribunal que menciona el inciso primero del artículo precedente o ante el que sea competente en conformidad a los principios generales establecidos por la ley, a elección de la parte que hubiere obtenido en el pleito. 5.-Principales Clasificaciones de la Competencia 1.- Competencia Contenciosa y no Contenciosa La competencia contenciosa es aquella que tiene un juez en el contexto de un proceso para que conozca, juzgue y ejecute el conflicto jurídico existente entre las partes. La competencia voluntaria, en cambio, es aquella que la ley entrega a un tribunal a fin de que emita un pronunciamiento respecto de la petición del solicitante, sin que exista por ello, una controversia entre partes. En términos generales, la competencia no contenciosa es propia de conflictos de naturaleza civil. En materia criminal, en cambio, la intervención del juez oral en lo penal siempre supone la existencia de un conflicto, pues su competencia arranca de la controversia planteada en el auto de apertura de juicio oral. 2.- Competencia Absoluta, Relativa y Específica La competencia absoluta es el conjunto de reglas que determinan el tipo y la jerarquía del tribunal que la ley ordena que conozca de un determinado asunto. Conforme a estas reglas, en consecuencia, podremos determinar si el tribunal que debe conocer es uno constitucional, ordinario, extraordinario, especial o arbitral y, si entre estos existen tribunales de diversa graduación o jerarquía, conforme a estas mismas reglas se podrá precisar cuál de estos tribunales habrá de conocer del asunto. Los factores para determinar la competencia absoluta, como veremos más adelante, son la materia del asunto, la cuantía del mismo y el fuero personal. La competencia relativa, en cambio, es aquella que tiene por finalidad precisar qué tribunal dentro de un tipo o jerarquía es el que debe conocer del asunto determinado a objeto de que sea resuelto por ese tribunal. La existencia de la competencia relativa presume, pues, haberse ya determinado la competencia absoluta. En efecto, sucede que muchas veces con la sola aplicación de las reglas de competencia absoluta no basta para determinar el tribunal competente, ya que pueden existir varios que reúnen los requisitos legales. Habrá de aplicarse las reglas de la competencia relativa, entonces, cuyo factor es el territorio. Así, por ejemplo, si en la plaza de armas de Santiago de Chile se comete un homicidio, conforme a las reglas de competencia absoluta tendremos muchos tribunales de garantía en condiciones de conocer del respectivo control de la detención del imputado (todos los tribunales del Santiago metropolitano) Será conforme a las reglas de competencia relativa, pues, que determinaremos que el tribunal competente será uno: el que la ley le ha asignado competencia dentro del territorio de la comuna de Santiago Centro. Cabe señalar en otro orden de ideas, finalmente, que las normas de competencia absoluta son de orden público y, por lo mismo, son irrenunciables. Las de competencia relativa, en cambio, pueden ser renunciadas por las partes conforme a la denominada prórroga de competencia. La competencia específica, por último, es aquella que faculta a un tribunal determinado para conocer, juzgar y ejecutar lo resuelto con sujeción estricta a los parámetros fijados por las partes mediante las pretensiones y contra pretensiones que conforman la controversia. A esta clase de competencia también nos referiremos más adelante. 3.- Competencia Natural y Prorrogada Cuando la ley procesal ha señalado el tribunal competente para conocer de un determinado asunto hablamos de competencia natural. La competencia prorrogada, en cambio, es aquella que le otorgan las partes a un tribunal que no es naturalmente competente para conocer de un asunto, no obstante, lo será, conforme a la renuncia o prórroga expresa o tácita de la competencia natural realizada por los litigantes. La regla general en el derecho procesal chileno es la competencia natural. Veremos con motivo de la prórroga de la competencia, sin embargo, que existen casos en los que ésta tiene perfecta cabida en el sistema nacional. 4.- Competencia Propia y Delegada La competencia propia es equivalente a la natural y, en consecuencia, corresponde a aquella entregada por la ley procesal a un determinado tribunal. La distinción más bien está dada por la de competencia delegada que es aquella que se configura cuando un tribunal con competencia natural faculta a otro con la finalidad específica de que éste realice ciertas actuaciones judiciales por encargo del primero. La finalidad de la competencia delegada es resolver ciertos inconvenientes prácticos que, a veces, se producen durante la tramitación de un proceso y que entorpecen la labor del tribunal que delega su competencia. Así, por ejemplo, si debe notificarse de un requerimiento a una persona que vive en un lugar diverso a aquél donde tiene asiento el tribunal de garantía, será necesario delegar competencia al tribunal pertinente a fin de que éste practique la diligencia y luego comunique al delegante el resultado de la notificación. En materia civil la competencia delegada está tratada a propósito de los denominados exhortos, cuyo fundamento legal se encuentra en el artículo 70 y siguientes del Código de Procedimiento Civil. El artículo 70 de la citada norma indica que todas las actuaciones necesarias para la formación del proceso se practicarán por el tribunal que conozca de la causa, salvo los casos en que se encomienden expresamente por la ley a los secretarios u otros ministros de fe, o en que se permita al tribunal delegar sus funciones, o en que las actuaciones hayan de practicarse fuera del lugar en que se sigue el juicio. En materia penal la competencia delegada se encuentra reglada en el artículo 20 del Código Procesal Penal que indica que cuando un tribunal debiere requerir de otro la realización de una diligencia dentro del territorio jurisdiccional de éste, le dirigirá directamente la solicitud, sin más menciones que la indicación de los antecedentes necesarios para la cabal comprensión. 5.- Competencia de Única, Primera o Segunda Instancia Esta distinción tiene su fundamento en el principio de la doble instancia que constituye una de las garantías del justo y racional procedimiento a que se refiere la Constitución Política de la República. Recordemos que el concepto de instancia se asocia al recurso de apelación en cuanto precaución destinada a evitar en lo posible el riesgo de error judicial. Así pues, la competencia de única instancia es aquella que opera cuando la sentencia definitiva o interlocutoria pronunciada por el juez no es susceptible del recurso de apelación. Ello sucede, habitualmente, en asuntos controvertidos que la ley considera de poca importancia, por lo que, la competencia termina o se agota al dictarse dicha sentencia. La competencia es de primera instancia, en cambio, cuando la sentencia puede ser apelada y, de segunda instancia, cuando el tribunal de segunda instancia o ad quem conoce del asunto por la vía de la apelación deducida en contra de una resolución pronunciada por el juez de primera instancia. La explicación expuesta queda palmariamente de manifiesto a partir del artículo 188 del Código Orgánico de Tribunales cuando expresa que la competencia de que se halla revestido un tribunal puede ser o para fallar un asunto en una sola instancia, de modo que la sentencia sea inapelable; o para fallarlo en primera instancia, de manera que la sentencia quede sujeta al recurso de apelación.