Literatura Hispanoamericana
Literatura Hispanoamericana
Literatura Hispanoamericana
• Novela indigenista. El tema central son las injusticias que provoca el hombre
blanco en la sociedad india y las reivindicaciones de una identidad nacional y
cultural propias: El mundo es ancho y ajeno de Ciro Alegría y Huasipungo de Jorge
Icaza.
• Novela política. En este grupo destacan las novelas referidas a la revolución
mexicana, como Los de abajo de Mariano Azuela.
Se considera que el relato que marca el cambio de rumbo es El pozo (1939) de Juan
Carlos Onetti. A esta obra seguirán otras en los años cuarenta: La invención de Morel
de Bioy Casares; El reino de este mundo de Alejo Carpentier; El señor Presidente, de
Miguel Ángel Asturias, y El túnel, de Ernesto Sábato. Y en los cincuenta: Los pasos
perdidos de Carpentier; La vida breve de Juan Carlos Onetti; Pedro Páramo de Juan
Rulfo; La hojarasca de Gabriel García Márquez y La región más transparente de Carlos
Fuentes.
5. EL CUENTO HISPANOAMERICANO
1. MODERNISMO:
El Modernismo surge a partir del Romanticismo del siglo XIX y tiene su eje en el
cambio de siglo, en el paso a la época contemporánea que supone la crisis de 1898
para España, con el final del proceso colonial y la definitiva madurez como países
independientes de toda la América hispana. Es el primer gran movimiento literario
surgido en Hispanoamérica de un modo autóctono, que llegó a España de la mano
del nicaragüense Rubén Darío, su impulsor. La influencia del Modernismo en toda
Hispanoamérica fue enorme y formó la base sobre la que se produjo el desarrollo
de la literatura en el continente. Otros poetas modernistas son el mexicano Amado
Nervo, el argentino Leopoldo Lugones o el colombiano Guillermo Valencia. Todos
ellos traen a la poesía americana el refinamiento modernista, la influencia francesa,
el vitalismo, la sensualidad. Pero lo más importante de esta penetración del
Modernismo es tal vez la creación de una conciencia de comunidad literaria hasta
entonces desconocida en Hispanoamérica. En general, la poesía hispanoamericana
del siglo XX se mueve entre dos polos ideológicos y estéticos similares a los
europeos: • La tensión entre la tendencia cosmopolita, que se vincula con los temas
y problemas universales, y la necesidad de reflejar la realidad americana. • El
contraste entre un concepto de poesía como arte puro, en consonancia con la
concepción vanguardista europea, y la defensa de la poesía como arte
comprometido con los problemas humanos, sociales y políticos de los pueblos
americanos.
RUBÉN DARÍO, un autor que hace referencia a la poesía española a ambos lados
del Atlántico y que se considera el precursor de todo el movimiento.
JULIÁN DEL CASAL: posee el tono decadente de los poetas malditos posrománticos.
Sufre un dolor personal y de desolación que influye en sus obras.
JOSÉ ASUNCIÓN SILVA: poeta atormentado por la preocupación del paso del
tiempo, la presencia de la muerte y la búsqueda de la belleza.
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2. POSMODERNISMO
La poesía hispanoamericana vive a partir de los años 60 del pasado siglo una etapa
de apertura definitiva a la modernidad expresiva. Los nombres de Octavio Paz
(Premio Nobel de Literatura), Mario Benedetti, José Emilio Pacheco o Jorge Luis
Borges, que en sus obras de esta época refleja sus obsesiones metafísicas y
existenciales, elevan la poesía en español hecha en América a su máximo nivel.
A lo largo del siglo destaca la obra de tres poetas con estilo propio:
• CÉSAR VALLEJO (1892- 1938). Este poeta peruano se inició con un libro, Los
heraldos negros, influido aún por el Modernismo, en el que revela una visión
sombría del mundo donde el hombre es un ser sufriente sometido al azar
del destino y cuyo dolor no encuentra alivio. El cambio poético que ofrece
su siguiente libro, Trilce, es radical: son poemas de inspiración vanguardista,
con un lenguaje desarticulado o sin significación, debajo del cual sigue
existiendo una protesta por el dolor del mundo y el sentimiento de
desarraigo del poeta. César Vallejo vive exiliado en Europa desde 1923. En
París entra en contacto con las vanguardias europeas, viaja a España en
diversas ocasiones y conoce a muchos de los poetas de la época. Sus últimas
obras se inclinan por una poesía de intención social y comprometida. En
Poemas humanos se añade la serie titulada España, aparta de mí este cáliz,
que tiene como motivo la Guerra Civil española. Vallejo clama contra la
crueldad, el sufrimiento de los seres humanos y denuncia a sus causantes;
pero el poeta no renuncia a expresarse con una sorprendente inventiva
verbal que potencia el efecto de sus sentimientos.
• PABLO NERUDA (1904 – 1973). El chileno Pablo Neruda es autor de una
extensa obra poética, de temas y formas variados. Se inicia en el
Posmodernismo de carácter neorromántico y obtiene un gran éxito con
Veinte poemas de amor y una canción desesperada. En la década de los años
30 estuvo muy relacionado con los poetas del 27 y vivió en España. Publicó
un libro de inspiración surrealista, Residencia en la tierra, pero pronto se
convirtió en defensor e impulsor de la poesía más combativa desde la revista
Caballo verde para la poesía. Fruto de esta concepción poética es su extenso
Canto general, en el que se propone ofrecer una visión poética y política de
toda la historia americana. Neruda fue un poeta prolífico y no dejó de
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publicar libros de poesía amorosa, como Los versos del capitán y Cien sonetos
de amor, así como poemarios en los que muestra su adoración por las cosas
sencillas y cotidianas: Odas elementales.
• OCTAVIO PAZ (1914-1998). En este poeta y ensayista mexicano destaca
también la diversidad de tendencias a lo largo de su trayectoria. Fue un
poeta neomodernista en sus inicios y también escribió poesía combativa y
comprometida, en especial durante el periodo de la Guerra Civil española,
que le marcó profundamente. Pero Octavio Paz buscó siempre nuevas
fronteras poéticas a través de caminos personales: su unión particular del
Simbolismo con el Surrealismo está presente en su libro más conocido:
Libertad bajo palabra. Se inspiró en las vanguardias para componer poemas
visuales, que él llamó topoemas; y también enriqueció su poesía con su
conocimiento de la filosofía y poesía orientales, tendencia cuyos frutos
reunió en la recopilación El fuego de cada día.