Jean Castex - Renacimento - Sobre Brunelleschi
Jean Castex - Renacimento - Sobre Brunelleschi
Jean Castex - Renacimento - Sobre Brunelleschi
Jean Castex
Traducción:
Juan A. Calatrava
Delfín Rodríguez Ruiz
Director ele la colección:
Sergio Ramírez
Dise!'io ele cubie rta:
Títu lo origina l: Renaissance, Baroque et Classicisme
Reservados tocios los derechos, ele acuerdo a lo dispuesto e n el art. 534-bis, a) , de l Código Penal, podrán
ser castigados con penas de multa y privación ele libertad quienes reproduzcan o plagien, e n todo o e n par-
te, una obra literaria, artística o científica fijada e n cualquier tipo de soporte sin la preceptiva auto rización .
PRIMERA PARTE
FLORENCIA Y LA DIFUSIÓN
DE LA "MANIERA MODERNA"
1. EL RENACIMIENTO Y LOS RENACIMIENTOS
J EAN C ASTEX
11
Florencia y la difusión de l a " mani e ra m ode r na"
12
El renacimiento y los renacimientos
JEAN CASTEX
13
Florencia y la difusión de la " maniera moderna "
comercio europeo del alumbre, del que Lorenzo de Medicis trataba de hacerse
con el monopolio (el alumbre era entonces un auxiliar muy precioso para la tin-
tura de tejidos). La prosperidad de Florencia parece seguir la de la firma Medicis,
cuyos representantes más conocidos son Cosme el Viejo (1389-1464) y su nieto
Lorenzo el Magnífico (1449-1491), subiendo con ella y cayendo juntos cuando
el monopolio del alumbre se saldó con un fracaso y, sobre todo, cuando
Francia, que entre tanto se había elevado de nuevo, vino a imponer en Italia su
juego: Carlos VIII ocupaba Florencia en 1494, durante uno de los numerosos
episodios de reavivamiento de las famosas guerras de Italia (cap. 15).
Florencia se había convertido, sin embargo, a partir de 1420-1425, en el
polo de un Renacimiento meridional, y el arquitecto Brunelleschi, el escultor
Donatello y el pintor Masaccio desarrollaban allí su "maniera moderna". El
paralelismo con la situación de Brujas no es más que un artificio de presenta-
ción: nos ofrece actitudes comunes y también grandes diferencias. Por ejem-
plo, si la arquitectura sufre en Florencia un cambio· radical (los propios pinto-
res toman frecuentes préstamos de los arquitectos, a quienes consideran un
poco como sus profesores), no se encuentra en el Flandes de 1420-1450 una
voluntad de cambio en arquitectura. A la inversa, recogiendo sin duda lo
mejor de la música francesa del siglo XIV, Flandes produce en el siglo xv
músicos "de una importancia extraordinaria, que, después de haber constitui-
do una técnica superior, fueron los educadores de los grandes músicos del
l. Du omo
2. Iglesia d el Carmine
3. Sta . Maria Nove lla
4. Baptisterio
5. Hospital d e los
Inocentes
6. Plaza d e la
Annunziata
7. San Loren zo
8. San Spirito
9. Capilla Pazzi
10. Rotonda d e Sta. María
d e los Ángeles
11. Ro to nda de la
Annunziata
12. Palacio Ruccella1
13. Palacio Mé dicis
14. Palacio Pitti
15. Palacio Strozzi
16. Biblio teca
La urentiana
~··
l. Plano de Florencia, en su muralla del siglo XIV, con las p rincipales creaciones de l Quattrocento .
14
El r e na c imi e nt o y los r e na c imi e nt o s
Escultura Pintura
Pintura Escultura
JE A N C AS T EX
15
Floren c ia y la difusión d e la " mani era moderna"
2. "El Diluvio", claroscuro d e Paolo Uccello, claustro de Santa Maria Novella, Florencia, poste rior a 1430
(Müntz). ·
16
E 1 r e n a e i mi en.to y / os r e .na e i m. i e n to s
L ECT URAS
Entre e l g ran núme ro d e textos publica d os des d e h ace cie n años so bre e l (o los)
Renacimiento(s), Sll giero:
Erwin Panofsky, La Perspective comme f on ne symholique, trad. fran c., ed. de Minuit, París,
1975 [traducción castellana, La per::,pectiva com o fonna simbólica, Tusqu ets, Barcelona, 1976].
La Renaissan ce et ses avants-couriers dans l art d'Occident, trad. franc. , Flammario n ,
Pa rís, 1976 [tradu cció n cas te lla na, Ren acimiento y renacim.ientos en el a rte occid ental,
Madrid, Alian za Edito rial , 1976). ·
Henri Focillo n , Art d'Occiden t, Armand Colin, París, 1955, tiene un bello capítulo sobre
Sluter y Van Eyck [traducció n castellan a, Arte de Occidente, Alian za Editorial, Madrid, 1986).
Ab undan las histo rias d e la m (1sica . Yo h e u tilizado la muy clásica de ]. Comb arie u ,
Histoire de la Musique, París, 1913 (3 tom os) .
B IBLIOTECA DE BASE
Sobre la civilizació n del Re nacimiento, se pu ede optar por:
Roland Mo usnier, Les XVIe et XVI/e siecles, t. IV de la Histoire générale des civilisations,
PUF, París, 1967.
Jean Delumeau , La civilisation de la Renaissance, Arthaud, París, 1973.
Por lo qu e respecta a la arquitectura, las referen cias de conjunto son numerosas, aunqu e
en principio no estén disponibles e n fran cés . Sería bueno comenzar por:
Leon ardo Ben evolo , Storia dell 'architettura del Rinascimento, Laterza, Bari, 1968, 2 vols.,
en italiano [traducción castellana Historia de la arquitectura del Renaci1niento, e d . Taurus,
Madrid , 2 vols ., 1973), el más completo por sus ilustraciones y Jos países y el período que
abarca, ya que llega hasta las transformaciones urbanas del siglo xvm e n Francia y e n
Inglaterra . Podrá completarse con:
Leonardo Benevolo , Histoire de la ville, trad. franc . ed. Pa renthese, Roquevaire, 1983.
Peter Murray, L'architecture de la Renaissance, Berger-Levrault, tiene la ventaja de estar
tradu cido y de ofrecer un amplio elenco de ilustraciones [trad. castellana La arquitectura del
Renaci1niento, Aguilar-Asuri, Madrid, 1989].
Manfredo Tafuri, Architecture et Hu1nanis11ie, Dunod, París , 1981, ha puesto a nu estra
disposición en francés el texto más rico en claves interpretativas, pero para cuya p lena com-
p rensión se requiere una cultura más que sólida [traducción castellana, La arquitectura del
Humanismo, ed. Xarait, Madrid, 1978).
Finalmente , para aquellos a quienes el inglés no repele:
Ba tes Lowry, Renaisscmce Architecture, Nueva York, Braziller, 1962 (después Studio
Vista, Londres, 1968), sigue siendo un resumen n1odélico para la parte italiana.
Pa ul Frankl, Princip)?s of Architectural History, MIT Press, 1968 (es en realidad la tradu c-
ción por O'Gorman d</ una obra aleman ~i_ de 1914), ofrece bu enas bases p ara el análisis for-
mal, sobre todo a partir de los esql1emas espaciales [traducción castellana: Principios de la
historia de la arquitectura, ed . Gustavo Gilí. Barcelona, 1982].
Dos obras ofrecen un panorama de conj unto de la arquitectura francesa del perío do qu e
aquí se trata:
J EAN C ASTEX
17
Flor e n c ia y la di.fusión d e la " mani e ra mod erna"
Anthony Blunt, Art et architecture en France, 1500-1700, traducción del inglés, Macula,
París, 1983 [traducción castellana: Arte y arquitectura en Francia, 1500-1700, ed. Cátedra,
Madrid, 1977].
Jean-Marie Pérouse de Mantelos, Histoire de l'architecture franfaise de la Renaissance a
la Révolution, Menges/ CNMHS, París, 1989.
OBRAS ANTIGUAS
Los placeres del estudio aumentan con la consulta de las obras antiguas, conservadas en
numerosas bibliotecas. La lista qu e aquí doy no pre tende ser exhaustiva y se refiere a los
libros de los que he tomado ilustraciones .
Jacques Androuet du Cerceau, Les plus Excellents Basti1nents de France, 1576 y 1579 (cfr.
cap. 15).
Daniele Barbara , I Dieci Libri dell'Architettura di M. Vitruvio, Venecia, 1556 (dibujos de
Andrea Palladio) .
Philibert Delorme, L'Architecture, 1567, reed . 1894 y 1984 (cfr . ca p. 15) .
Antaine Desgodets, Edifices antiques de Ronie, París, 1682, re'ed . 1779 (cfr. cap. 25) .
H. Despouy , Fragments d'architecture du Mayen Age et de la Renais;;ance, París, 1925
(colecció n de envíos de Ro ma) .
Léon Dufourny (con noticias de) , Palais, maisons et aittres éd(fices modernes dessinés a
Rome, París, 1798 (cfr. cap. 11).
Jean-Nicolas-Louis Durand, Récueil et parallele des édifices de tout genre, París, 1800.
A. Grandjean de Mo nigny y A. Famin, Architecture toscane, París, Didot Ai né, 1815.
Paul Letarouilly, Ed(fices de la Rome moderne, 6 vols., París, 1825 a 1855 (cfr. cap . 11).
Paul Letarouilly , Le Vatican et la basilique Saint-Pierre de Rome, París, 1882 Cre e d.
Tiranti, Londres, 1963).
Eugene Müntz, Histoire de l'art p endant la Renaissance, París, 1889.
Andrea Palladio , J Quattro Libro dell 'Architettura, Venecia, 1570 (traducidos al fran cés
po r Fréart de Chambray e n 1650, reed. Arthaud, París, 1980).
Cla ude Perrault, Les Dix Livres de l'architecture de Vitruve, ]. B. Coignard , París, 1673 .
P. Planat (bajo la dir. de), Encyclopédie de l'architecture et de la construction, París , s. d.
(posterio r a 1886).
]. B. L. G. Seroux d 'Agincourt, Histoire de l'art par les monuments depuis la décadence
au IV siecle jusqu 'a son renouvellement au XV!e siecle, París , 1808 a 1823.
C. von Stegman-H. von Geymüller, Th e Architecture of Renaissance in Tuscany, Nueva
York , s.d.
PLANOS DE CIUDADES
Los planos de ciudades encierran verdaderos tesoros para comprender la arquitectura y el
crecimie nto urbano . Si nos limitamos a Roma (tratada en el cap . 14) y a París (cap. 21), obten-
dremos ráp idas recompensas de consu ltar a:
Giovan Battista Falda, Nuova Pianta ed Alz ata della Citta di Roma, Roma , 1676.
Jacques Gomboust, Plan de Paris, 1653.
Paul Letarouilly, Plan topographique de la Rome moderne, París, 1841.
Maire , Plan de la uille de París, París, 1808.
Mathieu Mérian , Plan de París, 1615 .
Giovan Battista olli, La Topografia di Roma, Roma , 1743 (cfr. cap. 14) .
Michel-Etienne Turgot, Plan de París (trazado por Louis Bretez), Pa rís, 1739.
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2. LA CONSTRUCCIÓN DE LA CÚPULA DE FLORENCIA
C onstruir una cúpula de 42 metros de luz, prevista para elevarse a una altu-
ra de 84 metros (en realidad fueron 87), es el desafío al que se enfren tan los
florentinos a principios del Quattrocento. La empresa sólo tiene un parangón:
el Panteón de Roma, cuyo diámetro es de 42,70 metros. Al pretender presen-
tarse de manera tan evidente como. la heredera de la Roma antigua, Florencia
sabe que será preciso algo más que una simple superación de la Edad Media
y que es inevitable una ruptura . La construcción de esta cúpula "capaz de cu-
brir con su sombra a todos los pueblos de la Toscana" (Alberti) es una proeza
técnica que fue posible sólo gracias a una redistribución de competencias en
la obra misma. La organización colectiva del taller medieval entra en una cri-
sis que no puede resolverse más que con una nueva división del trabajo .
Brunelleschi demuestra su capacidad para colocarse por encima de los cuer-
pos de oficios manuales, a los que reduce al papel de meros ejecutores de un
proyecto que él es el único en definir y del que se hace garante hasta el final.
De manera muy simbólica, se puede considerar la obra de la cúpula de
Florencia como el lugar de nacimiento de la profesión de arquitecto y de la di-
visión del trabajo sobre la que se basa su forma actual. Ello merece que nos
detengamos con cierto detalle en la exposición de los hechos: comprobare-
mos qué conflictos suscita el paso de la responsabilidad colectiva, basada en
el arbitraje, a la responsabilidad de uno solo frente a un formidable desafío.
JEAN CASTEX
19
Florencia y la difusión de la " maniera moderna "
~
A falta de la maqueta, que se ha perdido, un fresco de Santa Maria
~nos restituye este modelo que, en adelante, se impondrá a todos los
constructores.
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La cons tru cción de la cúp ul a de Florencia
JEAN CASTEX
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Fl o r e n c ia y la di f usi ó n d e la " mani e ra mod e rn a "
LA SOLUCIÓN (1420)
¿Qué ha ocurrido, qué significa una espera tan larga para llegar a lo que
parece una ausencia de elección? La comisión se ha pronunciado sobre una
solución que ha pretendido que sea completa y precisa, esperando lo nece-
sario para que pueda ser consignada en una descripción. No hay ninguna
duda de que tal descripción emana de Brunelleschi. Queda, pues, un segun-
do problema, a la vez político y táctico, que sólo el tiempo iba a resolver, y
no sin conflictos. Era preciso que Brunelleschi pudiera emerger como único
responsable de la empresa: se le iban a pedir razones de sus pretensiones en
cada etapa de las obras.
150 M
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4. Florencia: la catedral y la cúpu la; croquis (según La citta antica in Toscana); p lan tas comparad as ele la
iglesia románica (en trazado discontinuo) y del edificio actual, con la nave gótica remarcada; m y m ' son
las dos maquetas (Prager y Scaglia).
22
La co nstru cc ión de la c apula de Flor e n c i a
JEAN C ASTEX
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Floren c ia y la difusión d e l a "ma.ni era m. oderna"
wj---t---.. - • +-+-+-+-~----~--
·. 1 .·, _
RENACIMIENTO, B A R R O CO Y CL A S I C I S M O
24
La co ns1ru cc i ó 11 de la c úpula de Flor e n c ia
JEAN CASTE X
25
Flor e n c ia y la di f u s ión d e la " m. aniera moderna "
8. Las cadenas de la cúpula (según Prager y Scaglia) . Sus huellas son visibles exte riorme nte en los pun-
tos e n que no se instaló el revestimiento de mármol (izquierda) . Se escalonan tres cadenas que muestran
tres p lan os su cesivos: en la base, tres cadenas mu e rde n sobre bloques transve rsales (1); la cadena de
madera (4) aparece al lado detallada: placas de m e tal (7) bulonadas (8) aseguran la trabazón de las pie-
zas de madera; finalmente, daos cuenta de cómo sobre la doble cade na de l tercio infe rior (9) los bloques
de piedra dura (9) están grapados entre sí (1 4) y solidarizados con la albañilería por tirantes de metal o
apoyos (17).
R E N AC I M I E N T O , BARROCO Y CLASICISMO
26
La c onstrucción de la cúpulq de Flor e ncia
iba a construir cada costilla, desde la base hasta la cúspide, hasta el cuello
que recibirá la linterna, sino que se operaría por cortes horizontales, ase-
gurando cada corte, al cerrarse, el equilibrio del conjunto. Con una cúpula
esférica, eso es evidente. Pero no con una cúpula de paños, y sobre todo
de las dimensiones de ésta. No se podían dejar "rectas" cada una de las
caras del octógono: por el contrario, había que abombarlas hacia adentro,
lo que redundaba en curvar hacia abajo cada lecho de piedra o de ladrillo
para obtener una forma realmente resistente, arqueada. Este perfil con
forma de olas, que muchos dibujos ignoran, hace gala de una sutileza geo-
métrica que queda reafirmada por el aparejo de los ladrillos en "espina de
pez", fácil de observar por el visitante cuando circula entre los dos casca-
rones. Así entrelazados, los ladrillos trabajan en diferentes direcciones y
soportan los esfuerzos de donde quiera que vengan. El modelo de este
aparejo es romano, pero su uso había sido continuado por los maestros
bizantinos.
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9. Al contrario de lo que muestran los dibujos tradicionales, la cúpula presenta un perfil en forma de olas
que nos viene mostrado por estos dos dibujos (catálogo CERA-ENSBA); la misma sutileza dinámica ap a-
rece en la e lección de un aparejo en espina de pez.
JEAN CASTEX
27
Florencia y la difusión de la " maniera moderna "
Es verosímil que esta "stella" pudiera servir a varios usos. Sobre su coro-
na cenital podía girar una grúa sobre un raíl circular. Pero, sobre todo, a ella
estaba fijada una polea. Abajo, en el suelo, un enorme torno era movido por
bueyes. Un cuadro de madera, bien fijado al suelo mediante calzos y cuyos
postes culminaban a los 3 o 4 metros, sostenía un cilindro de pivote vertical
que movían los animales al girar. Por un doble piñón, este primer cilindro
movía un segundo, esta vez horizontal, y después, por desmultiplicación, un
tercero más fino en el que se enrrollaba la cuerda. Un embrague reversible
evitaba que hubiera que invertir la maniobra para el descenso y, en conse-
28
L a co nstru cc i ó n d e l a c úpul a d e Fl o r e n c i a
JE A N CA S TE X
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Flor e n c ia y la difusión de la "maniera moderna "
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La c ons1ru cc ión. de la c úpula d e Flor e n c ia
PROYECTO Y EJECUCIÓN
Volvamos veinte años hacia atrás, cuando el comienzo de la obra y la
elección de la solución constructiva se retrasan, en la fase final, al
menos tres años (1417-agosto de 1420). Es indudable que lo que estaba .
en juego era algo excepcional, pero , con mayor certeza aún, podemos
ver en esta circunstancia cómo se prolonga un tiempo de proyecto cla-
ramente separado del tiempo de la ejecución, hasta el punto de que el'..
primero se detiene allá donde comienza el segundo. El proyecto se diso-
cia de la ejecución, o , dicho de otro modo , el pensamiento se disocia de
la acciqn. -
Para comprender bien esto, no es inútil remontarnos , como hace G.C.
Argan, al concurso de 1402 para las puertas de bronce del Baptisterib. En
aquella circunstancia se enfrentan, por primera vez, Ghiberti, vencedor, y
Brunelleschi, al que el fracaso empujaría a pasar de la escultura a la arqui-
tectura para llegar hasta el final de las ideas que comenzaba a defender.
Porque entre los dos protagonistas -miembros ambos de la vanguardia, no
lo olvidemos- la oposición era grande en cuanto a la elección de métodos.
Los dos estaban de acuerdo en cuanto a la renovación del arte mediante el
recurso a las fuentes antiguas, pero divergían a propósito del sentido de su
acción.
Cada concursante debía entregar un panel de 45 x 40 centímetros repre-
sentando el sacrificio de Isaac. Lo que se sabe de las maneras de trabajar de
Ghiberti y de Brunelleschi los enfrenta ya. Ghiberti emplea su tiempo en
JEAN CASTEX
31
Flore11cia y la difusión d e la "manie· ra m o d e rna "
"deshacer y rehacer tanto el conjunto como los detalles", retoca sin cesar.
Brunelleschi, que se ha tomado su tiempo para concebir en el pensamiento
lo que quería realizar, ejecuta su panel de una vez, "sin la sombra de una
duda". Es evidente que, para el primero, concepción y ejecución son insepa-
rables y se implican una con otra. Para el segundo, por el contrario, son dos
tiempos sucesivos y separados; la concepción es un todo que hay que domi-
nar con una lógica absoluta antes de pasar a la ejecución, que no la discuti-
\ rá. En el caso de Brunelleschi, el tiempo del proyecto somete al tiempo de la
J ejecución y lo abrevia.
1 Esta manera de trabajar da a cada uno de los paneles un carácter dife-
rente. El panel de Ghiberti es más pintoresco, rico en una materia y unos
efectos largamente trabajados, pero la acción es en él indistinta, vacilante,
·como si importara poco. Por el contrario, el panel de Brunelleschi se
encuentra completamente supeditado a la acción violenta de la cuchillada
·que dirige el padre contra su hijo y que es repentinamente detenida por el
ángel , que rechaza el brazo de Abraham. Con este paroxismo es acorde
toda la superficie del panel, rayado por los zig zag que sacuden al infortu-
nado Isaac, el cordero enrredado entre las zarzas que se ofrece a reempla-
zarlo como víctima, el caballero que da de beber al caballo y el sirviente
que se saca una espina del pie. Brunelleschi capta un drama, un hecho, y
construye todas sus implicaciones. En él, el análisis está antes que la poesía
de los detalles -la de la roca, las cabezas con bucles de Ghiberti- y decide
una concepción piramidal cuyo punto de fuga es la línea de la cuchillada
contrariada por el ángel, perspectiva, si no del espacio, sí al menos de toda
la historia.
12. Los dos paneles del concurso ele 1402 para las pue rtas del Baptisterio de Floren cia, con el te ma
del sacrificio de Isaac. A la izquierd a el de Bru nelleschi y a la de recha el de Albe rti.
RE N A C I M I E N T O , BARROCO Y CL A SICISMO
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L a e o 11 s t r 11 e e i ó n d e I a e tí p u I a d e F / o r e n e i a
JEAN CASTEX
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Florencia y la difus i ón de la "maniera moderna "
OBRAS UTILIZADAS
RENACIMIENTO, BARROCO Y CL A S I C I S M O
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3. BRUNELLESCHI Y LA NUEVA CIENCIA
ARQUITECTÓNICA
JEAN C ASTEX
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F I o r e 11 e i a y I a d i f us i ó n d e I a " 111 a 11 i e r a 111 o d e· r 11 a "
13. El apre ndizaje de la mirada , con la preocupación por medir las dimensiones y representarlas con
exactitud. A la izquierda , e l c urioso ejercicio d e proyección geométrica d e una cabeza (Pi ero della
Francesca). A la derecha, la descomposición de una vasija en cubos y prismas ele me ntales para construir
su image n e n perspectiva (Paolo Ucce ll o).
36
Brun.elleschi y la nueva ciencia qrquilectónica
Que el uso que de ella hicieron los pintores no nos llame a engaño: el
inventor de la perspectiva es , sin ningún género de duda, el arquitecto
Brunelleschi, y su finalidad es comprender, para controlarla, la visión de los
objetos arquitectónicos. Hacia 1420 o incluso antes (en la época en que
todavía era orfebre, según su biógrafo, es decir, en torno a 1400?) había rea-
lizado, a título experimental, dos pequeños cuadros ("tavolette"), uno del
Baptisterio y otro del palacio de la Signoria de Florencia.
En cualquier caso, en 1426 sabía aportar su ayuda a Masaccio para la
asombrosa construcción p erspe ctiva de su fresco de la Trinidad, en Santa
Maria Novella. Quiere ello decir que, en el ínterim, había cumplido su ciclo
de investigaciones.
I
JEAN CASTEX
37
Florencia y la difusión de la "maniera mo-derna "
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14. El experime nto de las "tavole tte". .. '\.
38
Brune/le sc hi y la nueva c ien c ia a1:quite c tónica
JEAN CASTEX
39
Flore n cia y l a d i f u s i ón de la /J( 11 11 i e r a 111 o d e r n a "
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-=--..i• J.. •-=m: .....,......L-....11111111-.....
.... ~·~·· ~··:·· ...
15. El pórtico de los Inocentes. Planta y alzado según Stegmann y Geymüller; dos tramos, y el e jer-
cicio de perspectiva arquitectónica simple .que justifica su diseño (Piero della Francesca).
RENACIMIENTO , B A R R O CO Y CLASICISMO
40
Brune/le ~·c hi y la nueva ciencia arquit ec tónica
control débil, o incluso inexistente (la nave de San Miniato, que todo el
mundo puede hoy ver en la colina sobre el Amo), a un control total que dis-
pone felizmente cada objeto en la perspectiva. En su estrechamiento, el
efecto no puede ser más convincente. Es así como la nueva arquitectura
revela que no es una utopía, sino que, más real que la antigua en todo lo
que la pone de manifiesto, es ella la que remite a ésta a la imprecisión de
una existencia disminuida, la hace fugitiva hundiéndola en su pasado.
Fijado en su escritura, el dispositivo queda también fijado en su conjunto:
en el extremo de los nueve tramos se sitúan dos tramos, a cada lado, que
cierran la serie. Llamemos (a) al tramo que se abre por el arco sostenido por
dos columnas y (B) al tramo extremo, murado, encuadrado por dos pilas-
tras. La fachada hoy día (sin embargo, el encargado de la ejecución,
Francesco della Luna, fue acusado de haber alterado un tanto el diseño de
Brunelleschi tras la muerte de éste), puede escribirse:
B, Ha, a-(:;i-a-a.-a-a-a-a-;i, Ba, B
donde (Ba) es un tramo híbrido. Se trata de un bello ejemplo de cierre de un
motivo, en el que la progresión se detiene y se bloquea: la obra queda cerra-
da, incapaz de ulterior crecimiento. He aquí hasta dónde llega la conven-
ción, he aquí qué autoridad reivindica el proyecto baj~· la forma: la sumisión
" a la absolut'8. fijeza. '
2. LAS BASÍLICAS
JEAN CASTEX
41