El Humanismo y Los Albores Del Renacimiento en España

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El Humanismo y los albores del Renacimiento en E

Palabras clave: poesía alegórica - Humanismo - Italia - historiografía - Renacimiento

En esta unidad hablaremos sobre la época en la cual la Edad Media deja paso al Renacimiento. Estamos en el s. XV.

En Castilla se está librando una cruenta guerra civil, mientras que Aragón sigue su expansión por el Mediterráneo.

Un cambio profundo en la historia de España lo supone la boda de los que en el futuro se conocerían como Reyes

Católicos: en 1469 se casan en Valladolid Isabel de Castilla y Fernando de Aragón. Estos dos monarcas sientan la base de

la moderna nación española y de la Monarquía hispánica.

Al igual que toda Europa, España vive una época convulsa. Se respira un aire de cambio pero al mismo tiempo se avecina

una crisis religiosa que los monarcas católicos combaten con mucho éxito: en 1492 conquistan, por fin, Granada y ponen

así el punto y final a la presencia de los moros en la Península Ibérica. También decretan la expulsión de los judíos de

España lo que, como se mostraría más tarde, no fue del todo acertado, pero, por otro lado, correspondía a las medidas

parecidas de otros países europeos. Por último, el cambio se respira también porque Cristobal Colón descubre una nueva

ruta a las Indias. Solo más tarde se sabrá que lo que descubrió el almirante genovés fue un nuevo continente en el cual los

europeos empiezan a proyectar sus sueños.


 En el s XV empezaron a circular por Europa y, por supuesto, también por España
conceptos e ideas que luego se llamarían en su conjunto como Humanismo. En
principio, se trataba de dos aspectos básicos:

o el estudio de la cultura clásica


o un nuevo concepto del ser humano y, por consiguiente, del mundo

Ad 1) las universidades de la época funcionaban de una manera diferente a la


nuestra. En general, podemos decir que las facultades de filosofía y letras servían
como una especie de escuela preparatoria (por ello, la maturita española se llama
bachillerato) y en ellas se estudiaba principalmente el latín, como la lengua
vehicular de la ciencia. Los profesores-filólogos se daban cuenta del deterioro de
la lengua latina que utilizaban respecto al latín clásico que se utilizó en la
Antigüedad clásica (ojo, tampoco ese latín era uniforme y una "lengua muerta"
como suele ser tildada). Por lo cual se empezaron a publicar y analizar cada vez
más los textos clásicos que gracias a la incesante labor de la Iglesia católica y sus
monasterios se habían conservado durante los diez siglos. Este "nuevo" latín
clásico se convirtió en objeto de estudios e imitaciones por parte de las lenguas
vernáculas (la primera gramática de la lengua no latina (o griega) la publicó
Antonio Elio de Nebrija en 1492). A la par, al estudiar los textos con fines
filológicos, los académicos se enteraron de mucha información interesante de
ambientes distintos (filosofía, matemáticas, astronomía, alquimía, etc.).

Ad 2) simplificándolo mucho, podemos decir que las studia divina del Medioevo
son ree mplazadas por la studia humana; de ahí la denominación del propio
Humanismo. No pensemos que la época es una época sin Dios, al revés, es la
época de mucho afán religioso, de intentos de la purificación y de utopías
religiosas (el movimiento husita, por no ir más lejos). Este siglo prepara los
grandes movimientos de la Reforma protestante y de la Reforma católica (a veces
llamada peyorativamente Contrarreforma). No obstante, surge un nuevo ideal del
hombre: "el hombre de armas y letras", cuya mejor encarnación es la figura de
Leonardo da Vinci (1452-1519): un hombre altamente culto (filósofo, músico,
pintor) y apuesto. En España, un ejemplo sería Garcilaso de la Vega (1503-1536).

 A diferencia de las centurias anteriores, el siglo XV es el siglo de los palacios. La


corte se convierte en un punto de atracción que al lado de su faceta política
ejerce también una importante labor cultural. Eso no quiere decir que las
universidades, monasterios o ciudades perdieron su posición, más bien al revés,
pero la corte se ha convertido en una fuerte competencia. Si a eso añadimos el
hecho de que la corte castellana no residiera en un mismo sitio -dicho de otro
modo: Castilla no tenía capital- y el séquito del rey viajaba de una ciudad a otra
estamos ante un poderoso conglomerado cultural que cruzaba regularmente casi
toda la península.

Otro factor importante que se reflejó en la cultura española es la expansión de


Aragón al Mediterráneo. Este hecho supone una importante influencia italiana
que se percibía en la Península Ibérica a partir del s. XV. No olvidemos que en la
península itálica se sentían los albores de la Edad Moderna ya un siglo atrás.

En cuanto a la literatura, podemos decir que al lado de los géneros que


estudiamos en el tema nº 1 y que poco a poco empiezan a caer en desuso
aparecen nuevos géneros de la poesía cortesana que imitan el estilo de la poesía
italiana, sobre todo, de Dante y de Petrarca. El representante de este estilo
fue Juan de Mena (1411-1456) con su larguísimo poema Laberinto de Fortuna. El
texto del poema que cuenta con 297 estrofas lo puedes leer bajo el siguiente
enlace http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/laberinto-de-fortuna--0/
html/fedd608a-82b1-11df-acc7-002185ce6064_4.html

Otra influencia italiana la podemos encontrar en la obra de Íñigo López de


Mendoza, marqués de Santillana (1398-1458). Este ilustre hombre de la corte,
miembro de una de las familias más pudientes e importantes de la España
humanista fue el primero que escribía sonetos en la lengua castellana. En su
obra Proemio e carta expresó su deseo de elevar la poesía en español y
aproximarla a la poesía italiana. Además, mostró su desdén por la poesía popular.
Resulta paradójico que los filólogos actuales consideren más valiosa su imitación
de la poesía popular que los propios sonetos.

Las mejores muestras de su poesía son tal llamadas serranillas. Se trata de


poemas líricos, compuestos al estilo francés de pastourelle, llenos de gracia y
sencillez. Se describe el encuentro fortuito entre un galán y una pastora que está
descrita de una manera muy emocionante. La culminación del encuentro suele ser
solamente aludida. Puedes comprobarlo tú mismo:

Serranilla VIII

De Vitoria me partía

un día d'esta semana

por me pasar Alegría,

do vi moza lepuzcana.

Entre Gaona e Salvatierra,

en ese valle arbolado

donde s'aparta la sierra,

la vi guardando ganado,

tal como el albor del día,

en un hargante de grana,

cual tod'hombre la querría,

non vos digo por hermana.


Yo loé las de Moncayo

e sus gestos e colores,

de lo cual non me retrayo,

e la mozuela de Bores;

pero tal filosomía

en toda la Sumontana

cierto non se fallaría,

nin fue tan fermosa Illana.

De la moza de Bedmar,

a fablarvos ciertamente,

razón hobe de loar

su gracia e buen continente;

mas tampoco negaría,

la verdad, que tan lozana,

aprés la señora mía,

non vi dona nin serrana

 El poeta con el cual culmina la Edad Media y entra de lleno el Renacimiento se


llama Jorge Manrique (1440-1479) y es de esos bichos raros que escriben un
solo texto y este les asegura la inmortalidad. Este poema se llama Coplas por la
muerte de su padre. Son 40 estrofas (coplas) octosilábicas, versus fúnebres y
espléndidos que recuerdan la vida del famoso caballero, meditan sobre la
brevedad de la existencia humana y la vanidad de dolor: la muerte del padre
provoca en el hijo unas reflexiones inspiradas en fuentes humanísticas clásicas,
que expresan la obsesión medieval por el poderío de la muerte y a la vez
encarnan el orgullo, ya casi renacentista, al alabar las cualidades mundanas y
espirituales del maestro Rodrigo.
 Coplas por la muerte de su padre
 Contenido:
 Aunque se dice que no hay nada nuevo u original en los pensamientos y las
imágenes que encierran las Coplas (las formas y frases retoricas que utiliza
Manrique aparecían en la Biblia, en los sermones, en los poemas didácticos de su
tiempo), las estrofas que las forman, bajo la tensión de una fuerte emoción
humana ( la pérdida de un ser querido) unió todos estos elementos en una obra
de arte que nos impresiona -y casi paraliza-, por su expresividad y fuerza emotiva,
hasta hoy día.
 Las coplas se estructuran en tres partes. Conforme a un esquema retorico
tradicional van de lo general (la muerte y los muertos) a lo particular (una muerte
individual). Las primeras estrofas contienen unas meditaciones sobre la brevedad
de la vida y la fugacidad de las cosas terrenales. Después aparece la evocación del
tiempo pasado, con todos sus esplendores, que sirve al poeta para ilustrar lo
expuesto anteriormente. Esta parte está montada sobre el tópico del Ubi sunt?
(¿Dónde están?), de la pregunta sobre el paradero de determinados ambientes,
personas y hechos. En la tercera parte viene el recuerdo y elogio fúnebre de don
Rodrigo presentado como perfecto caballero, comparable a los héroes de la
Antigüedad. Al final se cuenta cómo se produjo su fallecimiento y se introdujo un
diálogo entre la propia Muerte y el protagonista. Don Rodrigo acepta su destino
con cristiana resignación y su muerte es mostrada como modelo del bien morir.

 Somos conscientes de que en nuestro curso no hemos hablado todavía del


teatro. Y es un error. Ahora podemos redimir nuestra culpa diciendo que el teatro
medieval surge en el seno de la Iglesia con el propósito didáctico. Los primeros
géneros son autos, milagros, misterios y moralidades. La primera representación
teatral cuyo fragmento se ha conservado hasta hoy en día se llama Auto de los
Reyes Magos y es del s. XII. Se trata de uno de los textos más antiguos de la
literatura española.

El teatro medieval en España adquiría varias formas: desde el teatro litúrgico


representado en el altar de la iglesia, pasando por el teatro palaciego, que podía
tener carácter profano, llegando hasta la lectura dramatizada, tal y como la vemos
en La Celestina.

La Celestina se publicó anónimamente en Burgos en 1499 con el título


de Comedia de Calisto y Melibea que luego fue cambiado por Tragicomedia de
Calisto y Melibea. Su autor es Fernando de Rojas (1465-1541), judío converso, y
representa el último eslabón en la transición de la Edad Media hacia el
Renacimiento, fungiendo la filosofía de las dos épocas. La trama dramática no es
lo más importante en esta obra. Por el contrario, llama la atención el personaje de
Celestina, una vieja alcahueta, actualización de Trotaconventos de Libro de buen
amor. Se trata de una mujer astuta, inteligente, vividora, con mucha maña y
experiencia para ayudar a los jóvenes a enamorarse. Destaca también su lenguaje,
vivo, lleno de expresiones populares e ingeniosas. El tema principal de la obra es
el amor loco, o sea el amor y la pasión sexual que por un lado lleva a la
destrucción (según la concepción medieval) pero, por otro, es algo sumamente
atractivo y necesario (concepción renacentista). Te invitamos a que leas la obra en
checo para saber mejor de qué estamos hablando.

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