Cacao Bolivia

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Bolivia: Cacao que cambia vidas

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Bolivia

Aunque pocos lo sepan, el cacao tiene alta relevancia en Bolivia. La superficie existente en su
forma silvestre alcanza aproximadamente a 12.000 hectáreas, abarcando principalmente los
departamentos de Pando y Beni.

Aún así, de esta superficie, apenas el 40% es aprovechado por las familias campesinas e indígenas.
El cacao silvestre ha sobrevivido a diversas intervenciones humanas y fenómenos climáticos, como
inundaciones e incendios forestales y actualmente toma impulso debido a su potencial económico y
debido a la oportunidad de conservación del medio natural amazónico y su aprovechamiento
sostenido.

La calidad del cacao de la Amazonía boliviana


No sólo hablamos de potencial productivo, sino de calidad. El cacao silvestre de la Amazonía
boliviana es reconocido como uno de los 17 mejores a nivel mundial, de acuerdo a la celebración del
“Premio Internacional del Cacao 2015” (ICA por sus siglas en inglés), realizado el 28 de octubre de
2015 en el Salón del Chocolate en París, premio recibido por el Presidente de la APARAB, Don
Angel Tapia.
La Asociación de Productores Agroecológicos de la Región Amazónica de Bolivia (APARAB), es una
asociación que actualmente trabaja en el Municipio de Riberalta, del Departamento del Beni en el
Norte Amazónico bajo el enfoque de empresa rural para la producción del cacao silvestre
amazónico, con sus derivados de pasta y manteca, agrupa a 109 familias de productores.

La APARAB busca además el empoderamiento de las mujeres sobre todo a través de un


reconocimiento económico del trabajo que realizan al interior de las actividades de producción,
transformación y comercialización del cacao. Un hecho ejemplar es que la administración y gerencia
del negocio está liderada por una de las pocas mujeres que realiza este tipo de trabajo en la zona y
que ha demostrado a todas las productoras pueden superar sus metas y mejorar su vida.

Persisten las amenazas, reduciendo los volúmenes de


producción
Sin embargo, las amenazas persisten y están reduciendo los volúmenes de producción. Las causas
son diversas y complejas aunque las más evidentes son la presión sobre los bosques: Los
cacaotales silvestres, al tratarse de un producto del monte, corren el riesgo de desaparecer
debido a la expansión agrícola y ganadera que genera presión sobre los bosques y ocasiona la
quema (chaqueo) de estos, para la implementación de cultivos como el arroz, soya y girasol y
pasturas para la ganadería.

Otro factor de riesgo es el manejo inadecuado de los cacaotales silvestres, lo que trae como
consecuencias el ataque de plagas, y enfermedades que disminuyen el volumen cosechado y
afectan a la productividad de la actividad en general, identificándose a esta como una de las
principales causas de la variación de la producción anual. La ausencia de prácticas adecuadas de
pos-cosecha es otro factor de riesgo, que produce una variabilidad muy grande en la calidad del
producto que llega a los mercados.
Por si fuera ya poco, los fenómenos climáticos, sobre todo inundaciones, son factores de
riesgo que inciden en la producción del cacao. Asimismo la normativa específica y el ordenamiento
comunitario no están orientados a la protección y manejo de cacaotales silvestres, lo que es un
factor que incide en su destrucción paulatina.

Existen oportunidades de mercado para el cacao silvestre que llegan a pagar hasta cinco veces más
que un cacao convencional. Ecuador es uno de los países que ya están aprovechando estos
mercados con su "cacao cilvestre" con denominación de origen muy bien posicionado.

Se remarca que Bolivia es uno de los pocos países que cuenta con el "cacao cilvestre" como un
valioso recurso genético, cuyo aprovechamiento bajo una estrategia articulada, puede ayudar a
contar con un "cacao diferenciado" que conquiste y se posicione en los mercados más exigentes del
mundo, aportando de esta manera al desarrollo del sector cacaotero nacional en general.

Oxfam apuesta por el desarrollo del norte amazónico


Oxfam en Bolivia apuesta por el desarrollo del norte amazónico, sobre todo en la zona de cacao
silvestre dentro los municipios de Riberalta, Guayanamerín y Gonzalo Moreno, donde por el
momento el entorno industrial es bastante débil y poco favorable. No existen empresas con las que
se pueda lograr consorcios, convenios, afiliaciones con el entorno, de manera que puedan beneficiar
a la planta en la reducción de ciertos costos, además de tener a la mano servicios y proveedores. A
pesar de estos desafíos, se tiene previsto la mejora de los accesos dentro los municipios
mencionados, lo que facilitaría el acceso a la planta y los procesos de comercialización.

El trabajo de Oxfam y sus aliados está orientado a mejorar la rentabilidad de la empresa a través
de la diversificación de su producción para que mediante la identificación de nuevos mercados y
la optimización de los procesos, puedan ampliar los niveles de producción y consecuentemente el
nivel de ingresos. De esta manera, la APARAB se irá en el mercado e incentivará más aún la
participación activa de sus asociados.

"Bolivia tiene el cacao silvestre de excelencia" afirma Jaime


Freire experto internacional de nacionalidad ecuatoriana,
conocido como Papá Cacao
La producción y recolección del cacao boliviano se encuentra en manos de más
de 9.000 familias de pequeños productores campesinos e indígenas, distribuidos
en cinco departamentos (La Paz, Beni, Cochabamba, Santa Cruz y Pando),
concentradas principalmente en el norte del departamento de La Paz, de donde
se obtiene el 81% de la producción. Bolivia cuenta con dos tipos principales de
cacao: el foráneo y el cacao silvestre que crece naturalmente en toda la
Amazonía boliviana.
El cacao silvestre se encuentra dentro del sistema natural. Los árboles producen
y se reproducen sin necesidad de la intervención del hombre. Molecularmente es
diferente a los demás grupos genéticos del cacao cultivado, se caracteriza por
ser único en sabor y aroma dentro de los grupos de cacaos más finos
del mundo, y su producción está orientada a la demanda de mercados
especiales cuyos precios son superiores debido a la poca producción y escasez
en Bolivia.

Su origen es la región amazónica de Bolivia, se encuentra distribuido en los


márgenes de los ríos de la cuenca amazónica de Bolivia, dentro de los
departamentos de Beni, Santa Cruz, Pando, Cochabamba y La Paz.
Actualmente se cuenta con 11.544 has de cacao silvestre en todo el país, de las
cuales el 71,53% corresponde al Beni y se extiende en los municipios de San
Ignacio, TIPNIS, Baures, Magdalena y Huacaraje; 20,79% se encuentra en el
departamento de Santa Cruz, dentro del municipio de Urubichá; y el restante
corresponde a los departamentos de La Paz –específicamente a las orillas del
río Carmen del Emero–, Pando y Cochabamba. El experto internacional en
cacao, Jaime Freire de nacionalidad ecuatoriana afirmó que "Bolivia tiene el
cacao silvestre de excelencia". Conocido como PapáCacao, Freire participó
dentro el panel de expertos que evaluaron la calidad de granos de cacao
presentados por recolectores y productores con miras a ser elegidos para
participar en el International Cocoa Awards.

A nivel internacional el Programa Cacao de Excelencia (CoEx) es el punto de


entrada para que los productores de cacao participen en los Premios
Internacionales del Cacao (ICA). Este Programa es una competencia mundial
que reconoce la calidad, el sabor y celebra la diversidad del cacao según su
origen. El programa se realiza cada dos años liderado por Bioversity
International y Event International en París Francia.

En Bolivia en 2013, se conforma un Comité Nacional de Coordinación de Cacao


Bolivia, en el marco del cumplimiento de los requisitos del evento “Cocoa
Awards”. Este comité estuvo y continúa conformado por representantes de las
siguientes instancias públicas, privadas y ONG como ser: Confederación de
Productores y Recolectores Agroecológicos de Cacao de Bolivia (COPRACAO),
Ministerio de Relaciones Exteriores (MRE), Ministerio de Desarrollo Rural y
Tierras (MDRyT), HELVETAS Swiss Intercooperation, Organización de la
Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Wildlife
Conservation Society (WCS) y el Centro de Investigación y Promoción del
Campesinado (CIPCA). Estas instituciones llevaron adelante el proceso de
selección y envío de muestras, garantizando la participación del país en el
Programa de Cacao de Excelencia. Las citadas instituciones organizan el 1er.
Salón del Cacao & Chocolate Bolivia 2019 donde se seleccionaron seis
muestras de cacao que participarán en el International Cocoa Awards a
desarrollarse en París.

El Director de Programa País de HELVETAS Bolivia, Riccardo Riccardi, afirma


que "Helvetas apoya a recolectores y productores de cacaco silvestre, a través
de la asistencia técnica y financiera, pues reconoce que son ellas, ellos y sus
familias quienes hacen posible contar con un cacao de alta calidad, en equilibrio
con la naturaleza".

En Bolivia se estima una superficie de producción de 14.884 hectáreas, de


cacao cultivado hibrido/foráneo y 12.115 hectáreas de cacao cultivado de origen
silvestre. En el mercado internacional Bolivia se ubica en el puesto 31avo, de los
países productores de cacao y participa con un 0,05% en el comercio mundial
(ICCO, 2015).

Mayores informes:

Rigliana Portugal
Especialista en Comunicación y Gestión del Conocimiento
[email protected]
Fotografías: Helvetas Bolivia/Simon Opladen

FAO concluye que Bolivia no aprovecha ni siquiera el


1% de su potencial de cacao
Economía

Frutos de cacao en el norte de La Paz. | cipca.org.bo
Redacción Central
Publicado el 30/03/2019 a las 5h16

5212

Bolivia no aprovecha ni el 1 por ciento del potencial productivo del cacao nativo, a pesar de que está entre los mejores del
mundo y cuenta con un amplio mercado tanto nacional como internacional.
Las principales amenazas que enfrenta este producto están vinculadas a la explotación aurífera en la Amazonía y los efectos del
cambio climático.
La información fue proporcionada ayer durante el lanzamiento de la primera versión del Salón del Cacao y Chocolate Bolivia-
2019.
El evento fue impulsado por el Comité Nacional de Coordinación de Cacao Bolivia, liderado por la Confederación de
Productores y Recolectores Agroecológicos de Cacao Bolivia (Copracao), y el apoyo técnico de la Organización de las
Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Centro de Investigación y Promoción del Campesinado
(Cipca), Wildlife Conservation Society (WCS), Helvetas Bolivia y el Gobierno.
“Datos preliminares dicen que ni siquiera el 1 por ciento del potencial del país se aprovecha, lo que permite reflexionar sobre
políticas públicas, porque la creciente demanda internacional está dirigida al cacao especial”, afirmó Boris Fernández,
facilitador de la FAO.
“Como país tenemos un déficit del cacao en nuestro mercado, la producción nacional no logra abastecer la demanda interna, y
esa es otra oportunidad, y hay una oportunidad más grande en el mercado internacional”, sostuvo Fernández.
Al momento de identificar las principales amenazas, el técnico de Café de WCS-Bolivia, Jorge Rojas, dijo que en el municipio
de Guanay, donde trabaja esta institución con las comunidades indígenas, la “explotación del oro y los efectos del cambio
climático, además de las fuertes sequías e inundaciones del río Beni nos lleva a una pérdida de material genético”.

UNAS 26 MIL HA DEL CULTIVO EN EL PAÍS


Las cifras más recientes reportan 14.884 hectáreas de cacao híbrido o foráneo y 12.115 del silvestre.
Según Copracao, son más de 9 mil familias dedicadas a esta producción en La Paz, Beni, Cochabamba, Santa Cruz y
Pando.
A nivel internacional Bolivia se halla en el puesto 31 de productores del cacao, que equivale a sólo al 0,5 por ciento de
participación mundial.

Beni se la juega por su


cacao, uno de los mejores
del mundo
A pesar de que la ganadería bovina aún sigue siendo el principal rubro productivo de la
región, las familias apuestan a potenciar la producción cacaotera.

4 fotos

Un menor de la comunidad Monte Grande Kilómetro 5 muestra una vaina de cacao.

ESPECIAL01

lunes, 06 de agosto de 2018 · 00:03


Margarita Palacios / Periodista

Al departamento de Beni ya no es conocido sólo por su actividad ganadera; las familias


rurales realizan esfuerzos por preservar el bosque y variar su producción agrícola, y
encontraron que el cacao puede ser uno de sus productos estrella.

Según la investigación El cacao en Bolivia. Una alternativa económica de base


campesina indígena, en el país hay alrededor de 12.115 hectáreas de cacao silvestre, de
las cuales el 67% se encuentra en el departamento de Beni. De estas hectáreas
cuantificadas, el 40% es aprovechado por familias campesinas indígenas.

“Tomando en cuenta esta información, el valor bruto del cacao silvestre recolectado en
Bolivia podría llegar a ser equivalente a 5.039.840 bolivianos”, se lee en el libro,
elaborado por el Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA).

Con estos mismos datos se puede asumir que de una hectárea de cacao silvestre se
obtiene 1.040 bolivianos. “Nuestro promedio nacional arroja aproximadamente 1,5
hectáreas por familia, lo que significa un ingreso anual de 1.560 bolivianos por familia”,
según el texto.

El cultivo de cacao requiere de menos espacio que otros productos. Se desarrolla en


unidades familiares, genera trabajo, es respetuoso con la diversidad de actividades de las
unidades campesinas indígenas y tiene resistencia a los eventuales y cíclicos fenómenos
naturales.
Una plantación de cacao naciendo.
Foto: Freddy Barragán / Página Siete

Las zonas cacaoteras con importancia comercial son las áreas boscosas que se
encuentran en los municipios de San Ignacio de Moxos y Baures, especifica la
publicación que fue realizada por Oscar Bazoberry Chali y Coraly Salazar Carrasco.

El segundo lugar de importancia, por la existencia de cacao silvestre, lo ocupa el


municipio de San Ignacio de Mojos, donde las comunidades productoras se ubican en
áreas más boscosas.

Según esta investigación, las manchas de cacao silvestre han disminuido en estos
últimos 50 años, debido al incremento de las áreas de pasturas de las estancias
ganaderas y algunas parcelas agrícolas de campesinos indígenas, lo que muestra que la
ganadería bovina aún sigue siendo el principal rubro comercial de la región.

Historia
Un comunarioevita que se caigan las vainas de cacao verdes.

El cultivo de cacao en Bolivia data del siglo XVIII cuando fue introducido en las misiones
jesuitas. En el siglo XX la recolección y el cultivo tradicional del cacao fue perdiendo
importancia y visibilidad en las cuencas nacionales y departamentales.
Recién en la segunda mitad del siglo XX el Gobierno de Bolivia vuelve a considerar su
importancia y potencial en la economía campesina. Desde 1998 hasta 2008 se han visto
iniciativas en el país de fomento para la producción del cacao, sin embargo, muchas de
ellas no se conocen o pasan desapercibidas.

Actualmente, en Bolivia hay aproximadamente 27 municipios donde se realiza la cosecha,


consumo y comercialización del cacao. Los que se encuentran en el departamento de
Beni, donde hay una gran presencia de este producto, son Baures, Cercado,
Guayaramerín, Huacaraje, Riberalta, Rurrenabaque y San Ignacio de Mojos.

La investigación del CIPCA añade que el cacao silvestre está diseminado y extendido en
las márgenes de los ríos de la cuenca amazónica boliviana, que incluye los
departamentos de Beni y Pando y parte de los departamentos de Santa Cruz, La Paz y
Cochabamba.

A finales de 2017, el cacao de Bolivia se posicionó por tercera vez consecutiva como uno
de los 18 mejores del mundo, en el evento mundial Salón du Chocolat 2017, realizado en
Francia.

El grano compitió con 166 muestras de cacao provenientes de 40 países de distintas


regiones productoras del mundo, lo que demuestra la calidad excepcional del cacao
boliviano.

Transformación
Comunarios acuden a uno de sus cultivos de cacao.

La transformación del cacao consiste básicamente en la fermentación, el secado y la


elaboración de la pasta de chocolate.

Los productores también realizan jugo de cacao o macerado para obtener licor o vinagre
que es utilizado en ensaladas o para sazonar las carnes en un churrasco. El chocolate
está arraigado en el menú del beniano, escribe Hernán Aguilar de CIPCA. “Una taza de
chocolate puro y caliente, en el desayuno o a media tarde, se acompaña con masaco de
plátano con charque y queso o también con masaco de yuca y bife”. Otra combinación
ideal es una taza de chocolate con leche recién ordeñada con pan de arroz, empanada,
cuñapé o un delicioso sonso u otro producto que esté de temporada.

Familias diversifican sus ingresos y cultivan arroz, maíz, yuca, plátano, caña y frijol

Una de las comunidades donde implementan cultivos de cacao, así como también de
arroz, maíz, yuca, plátano, caña y frijol es la comunidad Monte Grande Kilómetro 5,
ubicado en el departamento de Beni.

En esta comunidad se agruparon y conformaron una asociación comunal de chocolateros


conformada por 11 socios o seis familias. Todos ellos se organizan para cuidar el cacao.

“Empezamos a cuidar en octubre cuando la mazorca está pequeña y hay que cuidarla
hasta febrero para que el mono, el loro, la ardilla no se la coman. Cada uno tiene que
cuidarla cada día”, cuenta Pedro Arandiz, presidente de la Asociación Comunal de
Chocolatero de Montegrande Kilómetro 5.

Si bien éste es importante para el autoconsumo de la comunidad, también se destina


comercialmente lo que otorga una oportunidad adicional a la economía familiar, ya sea
para el intercambio o para la venta.

“La arroba este año está a 250 bolivianos. Con eso, tenemos unos pesitos. Trabajamos
para que vivan los petacuditos”, dice Constantino Nuni, otro de los comunarios que forma
parte de la asociación. En el lugar también tienen frutales, una variedad de árboles
madereros y especies medicinales.

Según Olver Vaca, responsable de CIPCA de San Ignacio de Mojos, el cultivo del cacao
se ha incorporado a los sistemas agroforestales, que consisten en la introducción y
combinación en tiempo y espacio de especies forestales con cultivos anuales, perennes,
forrajeras, frutales, medicinales y otras. “Esto hace más sostenible el sistema y su
diversificación reduce los riesgos de pérdidas totales durante los ciclos anuales”,

Cacao boliviano para el mundo


Este sector tropieza con problemas para producir, trasladar y comercializar.
El Cacao Nativo Amazónico

La Razón (Edición Impresa) / Marco A. Ibáñez / La Paz


00:00 / 22 de mayo de 2019

Muestras del cacao que se produce en cuatro regiones de Bolivia competirán en el evento más
importante del mundo dedicado al chocolate. En el ámbito nacional y departamental, autoridades y
productores impulsan planes de desarrollo del sector.

El Salon du Chocolat, a realizarse del 30 de octubre al 3 de noviembre en París, Francia, es el


evento más grande del mundo dedicado al chocolate y el cacao, en el cual competirán seis muestras
seleccionadas del grano boliviano que se producen en Beni, La Paz, Cochabamba y Santa Cruz.

La calidad del cacao boliviano ha ido cobrando notoriedad en el tiempo y aunque hay esfuerzos por
mejorar e impulsar su producción, aún persisten necesidades como una cuantificación precisa de
hectáreas (ha) cultivadas y silvestres, tecnificación de la producción e industrialización.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) estima en 14.884 ha la superficie cultivada de cacao en


todo el país. Según un relevamiento realizado en 2008 por el Centro de Investigación y Promoción
del Campesinado, CIPCA-Beni, para entonces en Bolivia existían 8.635 hectáreas (ha) de cacao
cultivado en sistemas agroforestales. La mayor superficie le correspondía a La Paz con 5.573 ha,
seguida por Beni con 1.654 y Cochabamba con 787.

En tanto que la superficie de cacao silvestre alcanzaba 12.115 ha: 67% en Beni (8.145), 24% en
Santa Cruz (2.942) y el resto en otras regiones, informó Alejandra Anzaldo, directora de CIPCA Beni.

Lejos de estos datos, Bernardo Ichu, presidente de la Asociación Beniana de Productores y


Recolectores de Cacao (ABP), estima que solo en Beni existen más de 200.000 ha distribuidas en las
provincias Iténez, Mamoré, Cercado, Marbán, Moxos y Vaca Díez.
El Gobierno, a través del Ministerio de Desarrollo Rural, ejecuta desde 2017 el Programa Nacional
del Cacao en el que invierte Bs 11 millones, y tiene proyectado implementar un nuevo plan de cinco
años con un presupuesto estimado de Bs 250 millones, informó a La Razón el viceministro de
Desarrollo Rural, Pedro Dorado.

Según la autoridad, el primer programa comprende el apoyo al fortalecimiento de la producción


primaria, y el segundo impulsará la renovación de plantaciones, la investigación de nuevas
variedades, la protección fitosanitaria, fortalecimiento de capacidades técnicas, procesamiento y
comercialización del cacao.

Asimismo, en Beni su Gobernación apoya la “reactivación” del sector y su posicionamiento en


mercados internacionales a través de un programa integral regional que se iniciará en 2020 y
demandará una inversión de Bs 30 millones, anunció el director de Desarrollo Agrícola de ese
gobierno departamental, Richard Salas.

Con esos fondos se realizarán acciones en áreas como sanidad vegetal, incorporación de nuevos
cultivos, genética, incremento de la producción, promoción y comercialización del cacao nativo.

La Gobernación de Beni tiene previsto un presupuesto de Bs 10 millones para 10 años, es decir, 1


millón por gestión y se espera que el saldo del presupuesto requerido sea cubierto por los
productores, instituciones y cooperantes.

“El gobernador Álex Ferrier instruyó que el próximo año arranque este programa, por ello estamos
trabajando en todo el proceso normativo”, dijo Salas, quien anunció que el jueves 23 se promulgará
la Ley Departamental del Cacao Nativo Amazónico (Theobroma cacao) del Beni, cuya
reglamentación estará lista en 45 días calendario para su aplicación.

Según la Directora del CIPCA Beni, esta norma impulsa la producción sostenible y protección del
cacao silvestre y cultivado, a través del fomento a su cadena productiva hasta el consumidor,
resguardando y conservando los bosques silvestres y cultivados.
Además, apoya el desarrollo de mercados, promoción de la sanidad vegetal, desarrollo genético,
fortalecimiento de las organizaciones de recolectores y productores, gestión de riesgos e
implementación de sistemas de alerta temprana e industrialización.

Necesidades. En criterio de Salas, la falta de información y sistematización de las áreas de


producción de cacao en Beni e indicadores socioeconómicos acerca de las familias productoras son
el principal problema que enfrenta la Gobernación para atender los requerimientos de ese sector.

Frente a esta situación, se lleva adelante un trabajo conjunto con el Instituto para el Desarrollo
Rural de Sudamérica (IPDRS) para contar con un sistema de monitoreo a través de una plataforma
virtual y una aplicación.

Estas herramientas permitirán obtener información tanto sobre la superficie de cacaotales


cultivados como silvestres, capacidad de producción, familias productoras, además de plagas y
enfermedades, anticipó Salas.

 Secado. Proceso de secado del grano en una comunidad beniana. Foto: CIPCA Beni
La información será de acceso público y de utilidad para el diseño de políticas públicas que
contribuyan a fortalecer el desarrollo del sector chocolatero, destacó.

La información fue corroborada por el productor Bernardo Ichu, quien señaló que un gran
porcentaje de los cacaotales no fueron cuantificados debido a que están en zonas inaccesibles por la
falta de caminos, donde este fruto se encuentra en estado natural.

ABP agrupa a 5.000 familias, las cuales todavía enfrentan deficiencias para acceder a servicios de
salud y educación. “Nosotros no contamos con seguro de salud (...) sufrimos en eso (...) existen
postas sanitarias que no tienen medicamentos y no existen ítems para profesores”, lamentó el
dirigente.

EXPORTACIONES. Datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) dan cuenta de que en
la última década las exportaciones de cacao y derivados sumaron un valor de $us 24.134.705.
En 2018 las ventas fueron por $us 2.678.412; los principales comprador son Alemania, Suiza,
Paraguay, Perú y Francia, entre otros.

El grano nacional competirá en París

En octubre, el cacao boliviano estará en el salón mundial del chocolate

Con el apoyo del Ministerio de Relaciones Exteriores, seis muestras de cacao boliviano fueron
enviadas a París, Francia, para su participación en octubre en el concurso internacional Salon du
Chocolat, considerado el más importante del mundo en su rubro.

De los granos enviados a competencia, dos son de los municipios de San Ignacio de Mojos y Baures
de Beni, en específico de la Asociación de Agroforestales Indígenas de la Amazonía Sur (AAIAS); dos
provienen del municipio de Teoponte de La Paz, uno del Chapare de Cochabamba y uno de Santa
Cruz, informó Alejandra Anzaldo, directora del Centro de Investigación y Promoción del

Campesinado (CIPCA).

En el Salon du Chocolat de París, un grupo de expertos catadores de diversos países realizarán


pruebas a las muestras y escogerán a las 15 mejores del mundo que serán premiadas.

Estos granos fueron seleccionados en la primera versión del Salón del cacao y chocolate de Bolivia,
realizado el 3 de abril por el Comité Nacional de Coordinación del Cacao, liderado por la
Confederación de Productores y Recolectores Agroecológicos de Cacao Bolivia (Copracao), CIPCA,
Wildlife Conservation Society (WCS), Helvetas, la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO), la Cancillería y el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras.

“El cacao de Beni es un producto criollo, muy natural, con aroma y sabor profundos y especiales,
además no tiene otros ingredientes, lo que lo hace único en el mundo”, destacó Bernardo Ichu,
presidente de los productores de ese departamento. “Queremos tener la excelencia en calidad”,
complementó al señalar que la participación del cacao beniano en Francia es un incentivo para la
producción de este fruto y sobre todo abre para su sector posibilidades de exportación.

Cacao boliviano
Bolivia tiene un gran potencial para incrementar su oferta de cacao, tanto cultivado como silvestre

La Razón (Edición Impresa)


00:45 / 20 de mayo de 2019
Seis muestras de cacao boliviano participarán en octubre y noviembre próximos en el Salón
Internacional del Chocolate, en París, evento que supone una de las cumbres del sofisticado
mercado del cacao y sus derivados. El grano amazónico de Bolivia tiene grandes perspectivas de
quedar entre los mejores del mundo, lo cual incidiría en la calidad de vida de quienes lo cultivan y
cosechan.

Lejos está Bolivia del récord de 2009, cuando los productores exportaron 3.409 toneladas de cacao y
sus derivados; pero también del peor año hasta ahora, 2014, cuando llegaron a los mercados
internacionales apenas 93,2 toneladas del delicioso alimento. En 2018 las exportaciones sumaron
256 toneladas. Las semillas que participarán del evento en la capital francesa provienen de San
Ignacio de Moxos y Baures, en Beni; de Teoponte, en La Paz; del Chapare, en Cochabamba, y uno de
Santa Cruz.

Es tan evidente la importancia del cultivo de cacao que actores nacionales, departamentales y
locales, además de ONG, ejecutan diversas acciones orientadas a mejorar la calidad del producto.
Sin embargo, propios y extraños coinciden en que el principal obstáculo está en la falta de
información exacta sobre la cantidad de cultivos del fruto en Bolivia, así como del número de
productores. Según el Instituto Nacional de Estadística, en Bolivia hay 14.884 hectáreas de cacao,
pero de acuerdo con estimaciones de la Asociación Beniana de Productores y Recolectores de Cacao
(ABP), solo en Beni hay al menos 200.000 hectáreas.

En parte, la discrepancia podría explicarse por el hecho de que mucho del cacao boliviano es
silvestre, por lo que no se puede señalar con exactitud la superficie ocupada por la planta, que solo
necesita que alguien recolecte periódicamente sus frutos. Aun así, no deja de ser urgente tecnificar
la producción e industrialización del cacao, así como mejorar su acceso a los mercados
internacionales a través de mecanismos efectivos de promoción del producto y sus derivados.

Para tal efecto, la Gobernación de Beni tiene previsto disponer de un fondo de Bs 10 millones para
la próxima década, el cual apoyará acciones en los ámbitos de sanidad vegetal, nuevos cultivos,
genética, incremento de la producción, promoción y comercialización. A su vez, el Ministerio de
Desarrollo Rural dispondrá de Bs 250 millones para similares propósitos a lo largo de un lustro.

Al margen de los resultados de la nueva participación de Bolivia en el Salón Internacional del


Chocolate, es evidente que el país tiene un gran potencial para incrementar su oferta de cacao,
tanto cultivado como silvestre. La combinación de esfuerzos de los sectores público y privado, como
está sucediendo en otros cultivos estratégicos, puede dar muy buenos resultados, tanto en la mejora
de la oferta como en las condiciones en que los productores acceden al mercado, que es,
probablemente, el punto más débil de similares emprendimientos

Latinoamérica produce el
80% del cacao prime del
mundo
Lima / Perú , 15 de noviembre de 2017
Entre 70% y 100% del total de la exportación de cacao de
países como Bolivia, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Perú y
México corresponde a estas variedades especiales de
cacao. Ante el desafío de diseñar un mecanismo de
inteligencia para desarrollar el mercado del cacao fino y de
aroma, CAF y Minagri lanzan el Observatorio de la Iniciativa
Latinoamericana de Cacao (ILAC).
América Latina es la principal región productora de las variedades “prime” de cacao a nivel
internacional, con cerca del 80% de la producción mundial, debido principalmente a su diversidad
genética.

Según, datos de la Organización Internacional del Cacao (ICCO), entre 70% y 100% del total de la
exportación de cacao de países como Bolivia, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Perú y México
corresponde a estas variedades especiales de cacao. Sin embargo, existen importantes desafíos
para consolidar una posición competitiva de la región en este promisor segmento del mercado.

Así lo revelaron Eleonora Silva Pardo, directora representante de CAF en Perú, y Jaime Salomón
Salomón, viceministro de Desarrollo e Infraestructura Agraria y Riego, al lanzar el Observatorio de la
Iniciativa Latinoamericana del Cacao (ILAC), en el marco del “Simposio Internacional sobre
Investigación Cacaotera”, que se desarrolla del 13 al 17 de noviembre y reúne a más de 500
participantes, principalmente delegaciones que representarán a las potencias productoras de cacao
en el mundo como Ghana, Brasil, Costa de Marfil, México, entre otros.

Silva Pardo recordó que CAF impulsó en el año 2016 la Iniciativa Latinoamericana del Cacao (ILAC),
a fin de promover el desarrollo del cacao como actividad económica sostenible y elemento integrador
de los pueblos que ancestralmente lo han utilizado en la región y actualmente conformado por: Perú,
Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, República Dominicana y Panamá.

Tras referir que un 90% de producción del cacao se sustenta en actividades familiares de baja escala
de menos de cinco hectáreas, la directora de CAF detalló que en los referidos países se cultivan
alrededor de 1,7 millones de hectáreas, e indicó que las exportaciones a mercados de Europa y
Estados Unidos, principalmente, bordean las 745 TM y equivalen a unos USD 985 millones.

“El cultivo del cacao beneficia directamente a 329.607 productores, pero promueve indirectamente la
inclusión económica y mejora en los estándares de vida de más de tres millones de
latinoamericanos. Con el crecimiento de la demanda por el cacao prime latinoamericano, muy
superior a la media del cacao standard que se comercializa en la forma de commodities, el desarrollo
de cadenas de valor asociadas al cacao fino son un desafío y ofrece una oportunidad para los países
productores de la región”, puntualizó la directora de CAF en Perú.

Por su parte, Salomón sostuvo que el Ministerio de Agricultura (MINAGRI) como presidente del Foro
de la Iniciativa Latinoamericana del Cacao para el período 2016-2018, junto al Programa de
Biodiversidad de la Unidad de Negocios Verde de CAF, tuvieron la idea de impulsar el Observatorio
de la ILAC, como un mecanismo de inteligencia de mercado, que ofrezca informaciones útiles para el
desarrollo del mercado del cacao fino y de aroma.
“El Observatorio sistematizará informaciones macro y microeconómicas; así como datos estadísticos.
Además, analizará noticias relevantes que apoyen en la toma de decisiones de autoridades,
instituciones, empresarios, asociaciones, gremios de productores, aliados y otros stakeholders con el
objetivo de contribuir con la competitividad del sector cacao fino en nuestra región”, agregó.

Asimismo, afirmó que el desafío desde la oferta es identificar, mantener y ampliar la base genética
que representan la principal ventaja comparativa regional. Mientras que desde la perspectiva de la
demanda, existe la necesidad de armonizar los procesos de identificación, cata y clasificación del
cacao, sobre la perspectiva de sabores y aroma.

En otro momento, al tiempo de referir que el Perú tiene seis grandes regiones cacaoteras que
representan el 90% de la producción nacional, Salomón estimó que la producción nacional crecerá
este año entre 9 y 10% y destacó que gran parte del cacao fino de aroma está concentrado en el
territorio nacional con características propias que lo diferencia del resto del mundo y por el que se
llega a pagar entre USD 2,000 hasta USD 8,000 la tonelada en mercados internacionales de Europa
y EE.UU.

“Actualmente se trabaja en generar una mejor oferta para el cacao fino peruano, pero además en la
búsqueda de mercados internacionales; para ello venimos realizando un trabajo coordinado entre el
Ministerio de Agricultura y Riego, el Ministerio de Comercio Exterior y la Agencia de Promoción de
las Exportaciones Promperú”, concluyó.

IBCE va al Chapare para hablar de mercados para el


cacao

15/10/2009 - 11:34:17

SANTA CRUZ
El Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) brindará este jueves una Conferencia en el Municipio de
Shinahota (Chapare cochabambino) sobre el mercado mundial del cacao y las oportunidades comerciales que
existen para la oferta exportable boliviana, tanto del cacao cultivado como el silvestre.
El Presidente de Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Pablo Antelo Gil, informó sobre la participación de
personal técnico del IBCE en el "Segundo Congreso Nacional de Cacao en Bolivia" a realizarse este jueves y
viernes en el Municipio de Shinahota, en el Centro de Convenciones "Lauca", en el tropical Chapare cochabambino
a invitación del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (Cipca).
El mencionado evento es organizado por el Comité Nacional del Cacao de Bolivia y el Ministerio de Desarrollo
Rural y Tierras, del cual participan más de 150 actores de la cadena productiva del cacao, involucrando al sector
público y privado así como a entidades técnicas especializadas que apoyarán este encuentro transmitiendo sus
conocimientos en distintas temáticas.
El Congreso será inaugurado por la Ministra de Desarrollo Rural y Tierras, Sra. Julia Ramos Sánchez. El Programa
para los dos días contempla además la participación de representantes de la Alcaldía de Shinahota; del Comité
Nacional de Cacao; de Chocolate Tropical (organización anfitriona); Cipca; VCyT; Cooperativa El Ceibo; FNN/FAN;
CI/Dessbol; IICA; Repsa Iniaf.
APORTE DEL IBCE AL TEMA
En este marco, el investigador de la Gerencia Técnica del IBCE, Carlos Alberto Ávila, brindará una Conferencia
sobre el mercado mundial del cacao y las oportunidades que éste ofrece para el cacao cultivado y el cacao
silvestre.
El IBCE entregará además a cada participante un ejemplar de la publicación "Cacao Silvestre boliviano:
Oportunidad para el desarrollo" de reciente edición, el cual contiene un resumen de un amplio estudio realizado
como parte de la "Evaluación del impacto comercial del Biocomercio en Bolivia - Situación actual y perspectivas"
que llevó adelante el IBCE este año con apoyo de la Secretaría de Estado de Economía de la Confederación Suiza
(SECO).
COMISIÓN DE MERCADOS
El Presidente del IBCE afirmó que el IBCE también hará parte de la Comisión de Mercados Internos, Externos y
Financiación dentro del Congreso, siendo el propósito: Identificar la oferta y demanda de materia prima,
subproductos y chocolates bolivianos en mercados local e internacional; Identificar mercados de exportación según
tipo de producto; Conocer los mecanismos de definición de precios y las perspectivas a nivel mundial.
Además de definir los requisitos de calidad para acceder a mercados externos; conocer/diseñar mecanismos de
acceso a créditos productivos bajo condiciones favorables para el sector cacaotero; conocer la potencialidad del
mercado del cacao boliviano y sus derivados resaltando los estándares internacionales de calidad y promoviendo el
acceso mejores condiciones de producción para los productores
Marzo 2017 | Marketing
Perspectivas globales de la ICCO. Cacao: La demanda crece,
la oferta en déficit y los precios en alza.
Asia empuja el crecimiento del consumo y se espera que los precios aumenten de forma ligera en los próximos
cinco años. América latina se posiciona como productor de cacao fino, pero debe trabajar en la estandarización
de la calidad.

Por Manuela Zurita.

Esta actual campaña (octubre de 2015 a septiembre de 2016), la producción mundial de cacao ascenderá a 4,1
millones de toneladas, pero no logrará abastecer la demanda, estima la Organización Internacional del Cacao
(ICCO, por sus siglas en inglés). Se espera que el déficit sea de alrededor de 180,000 t y estará asociado al
impacto de dos factores climáticos sobre los volúmenes: el Fenómeno del Niño en América Latina y la sequía
en África denominada Hamattan. Así lo explicó Moisés Gómez, oficial de Proyectos de la ICCO, quien
participó como ponente del VII Salón del Cacao y Chocolate del Perú, celebrado en Lima.

Desde un punto de vista histórico, el déficit no será “significativo”, a juicio del director, ya que en la ICCO
calculan que existe cacao embodegado como para mantener la industria por los próximos cuatro años. La
organización no maneja cifras exactas de cacao en bodega, puesto que sólo las declaran Europa y EE UU. Aún
así, en ese contexto, de mantenerse el crecimiento que está experimentando la demanda, es de esperarse que la
caída repercuta al alza en el precio del comodity, hoy a unos US$2,800/t. Es que el consumo de cacao sigue en
aumento, especialmente en Asia, donde pese a la desaceleración económica (que mantiene congelada la
demanda), el chocolate ha pasado a ser parte de la canasta alimenticia de ‘lujo’. “Con la población que hay en
China, si todos los chinos todos los días se comieran un cuadradito de chocolate, no habría suficiente”, ilustra
Gómez. Pero Asia no es el único factor que animará el incremento del precio.
Cacao fino de aroma: otro motor del aumento de precio

Aunque es un mercado de nicho (sólo el 1% del chocolate comercializado a nivel mundial lo demanda), el
cacao fino de aroma está empezando a incidir en las dinámicas de establecimiento de precio del comodity.
Como dice Gómez, con la consolidación de los finos, el precio ya no depende solo del cacao corriente que
produce África (es la principal zona productora con 73% del volumen), pese a que solo se comercialice bajo una
misma partida arancelaria. “El consumidor en Europa está empezando a diferenciar el cacao fino del corriente.
Entonces, sí hay un ‘premium’ por el fino. Muchos cholocateros, sobre todo los pequeños y artesanos que
manejan volúmenes más pequeños, pagan un ‘premium’ no porque sea orgánico o fair trade (comercio justo),
sino por la calidad. Si nos basamos en las certificaciones, hay productores que reciben de US$200 a US$300 de
premium. Si nos basamos en la calidad, hay productores que ganan de US$3,000 a US$4,000 de premium”,
compara.

El cacao fino de aroma es demandado sobre todo por chocolateros de Europa y EE UU, que buscan cacaos
exclusivos (en cuanto al origen y la calidad), con historia (que hable del productor y cómo se produce) y
consistencia (que garantice la calidad, sabor y volumen). Este último es quizá el mayor reto del segmento por
dos razones. Primero, porque no existe una definición única de ‘cacao fino de aroma’. Esto ha llevado a la
ICCO a crear un grupo de trabajo dentro del Comité Ad Hoc de cacao fino de aroma para desarrollar criterios
medibles para definirlo. En segundo lugar, porque no es posible garantizar el mismo sabor año a año debido a la
variabilidad del clima. “Tenemos que hacernos la idea de que tenemos una base de sabor, pero que puede haber
variaciones”, advierte Gómez.

Aún así, según la ICCO, la demanda de cacao fino está creciendo, junto con la de chocolates oscuros, gracias al
posicionamiento del cacao como un alimento saludable. También aparecen cada vez más procesadores y
chocolateros conscientes de la diversidad de sabores. El cuello de botella en esta cadena está en la mayoría de
los consumidores, quienes según ha advertido la organización, desconoce que existen dos tipos de cacao en el
mercado y todavía no están dispuestos a pagar más por un producto de calidad. Otra limitante está en los
productores, que deben profundizar el conocimiento poscosecha del grano.

Tras el modelo de Costa de Marfil

El escenario del negocio está cambiando asimismo para las moliendas, que procesan el grano. Hoy el 38% de la
producción es maquilada en Europa, el 21% en Oceanía y Américas (gran parte de este volumen refiere a los
volúmenes registrados en EE UU) y el 20% en África. La mayor disponibilidad y acceso a tecnologías de
procesamiento en pequeña, mediana y gran escala permite pensar en la posibilidad de desconcentrar el
procesamiento, indica Gómez y señala la oportunidad que supone esto para América Latina. “El potencial para
procesar cacao en la región es inmenso. No hablo de chocolate de artesano, sino también del chocolate de
industria”, refiere. En este sentido, según el director, América latina debería “considerar” su mercado interno y,
seguir el modelo de Costa de Marfil, que a partir de incentivos tributarios logró atraer capital extranjero para
instalar plantas de procesamiento en su territorio. “Todo ha sido por políticas implementadas. Introdujeron un
impuesto a la importación de grano y redujeron el impuesto al procesamiento. Entonces, los procesadores
optaron por montar plantas en Costa de Marfil”, explicó y contó que Indonesia está poniendo en marcha una
política similar.

Perú en la mira

Durante su ponencia, Gómez dejó en claro siete desafíos prioritarios que enfrenta Perú en adelante para
impulsar al sector cacaotero. En primer lugar, sugirió desarrollar un Plan Nacional del Cacao, que evite
duplicidad de inversión en programas. En segundo, que se establezca un control estadístico de la producción y
exportación del cacao, usando criterios de calidad. Al respecto, comentó que les sorprendió la falta de precisión
de las cifras presentadas por Perú durante el último Panel Ad Hoc de cacao fino de aroma de la ICCO,
celebrado en septiembre pasado. “Nos sorprendió que a pesar de que Perú mostró información, las estadísticas
eran muy generales”, señaló. “Perú está sonando mucho por la calidad del cacao y su cacao fino de aroma. Pero
sabemos que no todo el cacao que se produce en Perú es fino de aroma. Esto tiene que ver mucho con el sistema
de calidad que se aplica en el país para definir lo que es cacao y lo que no es y con las estadísticas”, observó.

Como tercera prioridad postuló que se definan protocolos claros para diferenciar el cacao fino de aroma del
corriente. En cuarto lugar, abrió los ojos a los asistentes sobre la real urgencia de garantizar el cumplimiento de
los requisitos sanitarios y fitosanitarios, sobre todo en lo que refiere a los residuos de cadmio. Según informó,
el 1 enero de 2019 entrará en vigencia la Norma 488 de la Comisión Europea, creada en 2014, que establece
niveles de residuos máximos para el cadmio, con rangos de 0.1 a 0.8 ug/kg tanto para cacao como derivados.
“Falta mucho por hacer. Es importante que las autoridades tomen las acciones”, señaló en relación a las
medidas implementadas por Perú. La ICCO iniciará en 2017 un programa de recolección de información de
medidas de mitigación y reducción del Cd en Ecuador y Trinidad y Tobago para crear un manual de buenas
prácticas. “Para nosotros es un problema técnico, no es político. La idea es desarrollar prácticas técnicas en
campo que nos permitan mitigar o reducir la absorción de Cd por parte de las plantas”, subrayó.

El quinto desafío es desarrollar el mercado interno, mientras que el sexto pasa por seguir apostando por mejorar
la calidad. “Quisiéramos ver más productores y menos cosechadores”, dijo. Como último desafío, quizá un
guiño para las autoridades presentes en el panel (se encontraban representantes de la Asociación de
Exportadores y del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo), anotó la necesidad de “continuar esfuerzos”
para mejorar la capacidad de procesamiento y transformación del cacao a nivel local. Hay un buen motivo para
poner en práctica las recomendaciones. Según Gómez, ya ha sido científicamente comprobado que Perú, por su
variabilidad genética, es centro de origen del cacao. “Antes se pensaba que estos cacaos se encontraban en el sur
de México. Pues no, la información científica ya nos dice otra cosa. El origen del cacao es América Latina y el
país principal es Perú”, resaltó.

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