Tema 13 Las Sustituciones

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Lección 13 : Las sustituciones

Con el nombre de sustituciones se engloban una serie de figuras jurídicas de naturaleza muy heterogénea en las que el testador sustituye a la
persona de instituido por otra u otras cuando concurren determinadas circunstancias. Su régimen jurídico se establece en los arts. 774 a 789 CC. Se pueden
distinguir dos grupos: en el primero incluimos la sustitución vulgar y la sustitución fideicomisaria, y en el segundo, las sustituciones pupilar y ejemplar.
Por lo que se refiere al primer grupo, la sustitución consiste en el llamamiento a varias personas no para que hereden conjuntamente y de manera simultánea,
sino uno en defecto de otro (sustitución vulgar) o uno después de otro (sustitución fideicomisaria). Así pues, se pueden distinguir dos clases fundamentales de
sustitución:
 La vulgar, que es una sustitución subsidiaria (en defecto de), ya que en ella el segundo o ulterior heredero se nombra únicamente para el caso en que
el primero o anterior instituido no lleguen a heredar.
 La fideicomisaria, en la que, por el contrario, la pluralidad de llamamientos implica pluralidad de favorecidos. En esta sustitución todos los llamados
van a tener derecho a la herencia sucesivamente, aunque con la obligación de conservarla para que posteriormente se cumpla lo previsto por el
testador.
Además de estas dos sustituciones, en el segundo grupo aparecen otras dos, que son la pupilar y la ejemplar.
 En la pupilar, el ascendiente nombra un heredero al descendiente ante la imposibilidad de que este haga testamento por razones de edad.
 En la ejemplar, la designación se realiza por el mismo motivo (falta de capacidad para testar) cuando se hubiera incapacitado o modificado la
capacidad de obrar de la persona con arreglo al régimen existente antes de la reforma del CC por Ley 8/2021. Es igualmente el ascendiente quien
nombra heredero a la persona cuya capacidad ha sido modificada. La ley 8/2021 ha derogado el art. 776 CC, y de acuerdo con su Disp. Transitoria
cuarta el régimen previsto en este precepto para la sustitución ejemplar solo resulta aplicable cuando la persona sustituida hubiera fallecido antes de
la entrada en vigor de dicha Ley (antes del 3 de septiembre de 2021)

1.2. Fundamento
Cada una de las sustituciones tiene un fundamento diferente:
— La vulgar pretende básicamente evitar que se apliquen las reglas de la sucesión intestada. De esta manera se consigue que la herencia se defiera a quien
realmente ha querido el testador, y no a quienes resulten de aplicar las reglas de la sucesión intestada.
— La fideicomisaria tiene la finalidad de conservar determinados bienes (por ejemplo de una determinada procedencia familiar) y permite al causante
determinar el destino futuro de tales bienes.
— La pupilar y la ejemplar pretenden también evitar la apertura de la sucesión intestada; pero con la peculiaridad de que no se trata de la sucesión intestada
del causante, sino la del heredero sustituido.
De acuerdo con el art. 663 CC, no pueden testar los menores de catorce años y las personas que en el momento de testar no puedan conformar o expresar su
voluntad ni aun con ayuda de medios o apoyos para ello (antes de la modificación de la Ley 8/2021, el art. 663 CC se refería a quien habitual o
accidentalmente no se hallare en su cabal juicio). Así, en el caso de que fallezcan antes de los catorce años o de haber recobrado la razón, la única manera de
evitar el juego de la sucesión intestada consiste en suplir su falta de capacidad para testar por medio de estas sustituciones.
Finalmente hay que tener en cuenta que, según el art. 789 CC, todo lo dispuesto en él para las sustituciones respecto a los herederos se entiende también
aplicable a los legatarios.

 LA SUSTITUCIÓN VULGAR

En la sustitución vulgar estamos ante una sustitución «subsidiaria» o «en defecto de», porque el sustituto (ulterior heredero) se nombra únicamente para el
caso en que el primer instituido (el anterior heredero) no llegue a heredar. Así se contempla en el art. 774 cc: «puede el testador sustituir una o más personas
al heredero o herederos instituidos para el caso en que mueran antes que él, o no quieran, o no puedan aceptar la herencia». Se denomina también
«sustitución directa», porque el sustituto pasa a ser heredero o legatario del testador directamente, no a través del instituido en primer lugar.

Sólo puede establecerla el testador. Por lo tanto, únicamente es posible plantear su aplicación en la sucesión testada (nunca en la intestada).
Por lo que se refiere a su naturaleza jurídica, la mayoría de la doctrina considera que la sustitución vulgar es un llamamiento a la herencia de carácter
condicional. Sin embargo, conviene distinguir los casos en que el llamado no pueda aceptar, de aquellos otros en que no quiere aceptar.

En los primeros, el llamamiento al sustituto es eficaz desde la apertura de la sucesión (por ejemplo, cuando el llamado en primer lugar ha premuerto al
testador), y no hay ninguna condición. En los segundos, en cambio, habrá un llamamiento condicional al sustituto.
Los presupuestos para que pueda tener lugar la sustitución vulgar prevista por el testador son los siguientes:
 que el designado como heredero le premuera.
 que sea incapaz para sucederle por la causas de los arts. 745 y siguientes y el art. 756 cc.
 que repudie su herencia.
Si no se indica nada, la sustitución actúa en los tres casos (se la denomina sustitución simple), pero puede limitarse a dos o solamente a uno de ellos. En
definitiva, en defecto de voluntad delimitadora por el testador se entiende que la sustitución abarca todos los casos expuestos.

Los arts. 774 y 778 cc admiten que puedan existir varios instituidos y varios sustitutos, con lo que podemos encontrarnos con las siguientes combinaciones
A) un sustituto para un instituido. Es el supuesto más sencillo, que se describe en el art. 744 cc.
B) un sustituto para varios instituidos. Entendemos que la sustitución prevalece sobre el acrecimiento de los llamados en primer lugar, de manera que no es
necesario que falten todos para que tenga lugar la sustitución. Y ello, porque si esa hubiese sido la voluntad del testador el sustituto habría sido nombrado
para el último instituido que faltara.
C) varios sustitutos para un instituido.. Los varios sustitutos pueden ser llamados conjuntamente de manera simultánea, o de forma sucesiva. La fórmula
usada en algunos testamentos hace dudar del tipo de llamamiento.
Cuando se utiliza la expresión «serán sustituidos por sus respectivos descendientes», el ts considera que existe «una serie de sustituciones vulgares»
sucesivas. En los supuestos de sustitución «conjunta», si el testador no concretó las partes de cada uno, los sustitutos son llamados por partes iguales (art.
765 cc). Caben también varios llamamientos sucesivos «en defecto de» quien haya sido instituido o del sustituto anterior.
D) varios sustitutos para varios instituidos. El testador debe establecer si hay un sustituto para cada instituido, o si designa sustitutos (conjuntos o sucesivos)
en defecto de todos los instituidos, conforme a las reglas anteriores.
E) varios herederos sustituidos entre sí. Se trata de la denominada «sustitución vulgar recíproca», contemplada en el art. 779 cc: «si los herederos instituidos
en partes desiguales fueren sustituidos recíprocamente, tendrán en la sustitución las mismas partes que en la institución, a no ser que claramente aparezca
haber sido otra la voluntad del testador».

El sustituto quedará sujeto a las mismas cargas y condiciones impuestas al instituido, a menos que el testador haya dispuesto expresamente lo
contrario, o que los gravámenes o condiciones sean meramente personales del instituido».

Vamos a ver ahora qué tipo de interferencias se pueden producir con otras figuras
 Sustitución vulgar y derecho de transmisión. El derecho de transmisión del primer instituido (que, por tanto, sobrevive al testador y muere sin
ejercitar el ius delationis) provoca que la facultad de aceptar o repudiar pase a sus propios herederos. En tal caso el derecho de transmisión prevalece
sobre la sustitución vulgar.
 Sustitución vulgar y derecho de acrecer. La sustitución vulgar prevalece sobre el derecho de acrecer, de acuerdo con la voluntad expresa del testador.
 Sustitución vulgar y derecho de representación. Como la sustitución vulgar se aplica únicamente en la sucesión testamentaria, las posibles
interferencias sólo pueden aparecer con esos supuestos especiales que analizamos del derecho de representación en la sucesión testada. Y debe
recordarse que en tales casos lo que estaba en juego era la legítima. Aquí sí que podemos decir que el derecho de representación previsto para los
casos de indignidad (art. 761 CC), desheredación justa (art. 857 CC) y preterición (art. 814 CC) prevalece sobre la sustitución vulgar.
 Sustitución vulgar y repudiación de un legitimario. Si un legitimario repudia su legítima, su parte corresponderá a los colegitimarios sin que pueda
aplicarse el derecho de acrecer. El ap. 2º del art. 985 CC dispone: «Si la parte repudiada fuere la legítima, sucederán en ella los coherederos por su
derecho propio, y no por el derecho de acrecer».

 LA SUSTITUCIÓN FIDEICOMISARIA
Según el art. 781 CC: «Las sustituciones
fideicomisarias en cuya virtud se encarga al
Las personas que intervienen en la sustitución fideicomisaria, además del causante que la heredero que conserve y transmita a un tercero el
ordena (fideicomitente) son: todo o parte de la herencia, serán válidas y surtirán
efecto siempre que no pasen del segundo grado, o
— Fiduciario es el primer heredero, que adquiere los bienes con el encargo de que se hagan en favor de personas que vivan al
tiempo del fallecimiento del testador».
transmitirlos a los ulteriormente llamados. También se denominan fiduciarios a los
segundos o ulteriores llamados con ese mismo encargo (dentro de los límites a los
llamamientos establecidos legalmente).
— El fideicomisario es el último de los llamados que adquiere los bienes sin ningún tipo de
carga en cuanto a su conservación o transmisión.
Se denominan bienes fideicomitidos a los bienes que reciben los fiduciarios con la carga de transmitirlos a los ulteriormente llamados.Como las sustituciones
fideicomisarias suponen la vinculación temporal de unos bienes (que hay que conservar y, después, transmitir), el CC establece una limitaciones al número de
llamamientos (art. 781 CC), y exige que se hagan de manera expresa

Las diferencias entre la sustitución vulgar y la fideicomisaria son muy claras:


1) Mientras en la vulgar existe en definitiva alguien favorecido (en defecto de), en la fideicomisaria existen varios beneficiarios sucesivos (después de).
2) La sustitución fideicomisaria debe establecerse expresamente o de manera inequívoca y tiene límites en el número de llamamientos (art. 781), mientras
que esas restricciones no existen en la vulgar, que puede ser tácita y comportar llamamientos subsidiarios sin límite.
En toda sustitución fideicomisaria deben concurrir tres presupuestos que han sido puesto de relieve por la jurisprudencia:

1) Un llamamiento (doble o múltiple) a varias personas, realizado de manera inequívoca.


2) La imposición de un gravamen al primer llamado (fiduciario) para que transmita los bienes fideicomitidos al llamado o llamados en segundo lugar.
3) El establecimiento de un orden sucesivo y cronológico en los llamamientos para suceder en los bienes fideicomitidos.

 Límites en los llamamientos


Según el art. 781 CC, la ordenación de una sustitución fideicomisaria será válida y surtirá efecto siempre que no pase del segundo grado, o que se haga en
favor de personas que vivan al tiempo del fallecimiento del testador. La palabra «grado» que se utiliza en este precepto, no debe entenderse referida a grado
de parentesco en el sentido del art. 915 CC, sino como llamamientos, es decir, como transmisiones. Por ello es posible llamar al fiduciario y a dos
fideicomisarios, ya que el primer instituido (fiduciario) se excluye del cómputo de llamamientos.
Si el testador no respeta este límite y realiza llamamientos más allá del límite legal no se anula el testamento. Tampoco provoca la nulidad de la sustitución,
excepto naturalmente la institución del primer llamado. Lo que debe hacerse es reducirla en lo que exceda del límite legal, que se tendría por no puesto.

 Clases

 En función del momento en que deben restituirse los bienes fideicomitidos, y de que exista o no certeza sobre la llegada de ese momento, se distingue
entre sustitución fideicomisaria a término y condicional. En uno y otro caso el fideicomisario deriva sus derechos del testador, y no del fiduciario.
 Si la sustitución fideicomisaria se somete a término la entrega de los bienes tendrá lugar con la llegada del día señalado. También se considera a
término la sustitución que tome como referencia la muerte del fiduciario. En ambos casos, si el fideicomisario fallece antes que el fiduciario,
transmite su derecho a sus herederos (art. 784, en relación con el art. 799 CC).

 Si la sustitución fideicomisaria se somete a condición la restitución de los bienes dependerá de que se cumpla un evento futuro e incierto. En tal
caso el fideicomisario ha de ser capaz para suceder cuando la condición se cumpla. En caso contrario no transmite nada a sus herederos (art. 759
CC). La jurisprudencia es reiterada en el sentido de que el art. 784 CC no se aplica a las sustituciones fideicomisarias sometidas a condición.
 Dentro de la sustitución fideicomisaria condicional es muy frecuente la denominada si sine liberis decesserit (si mueres sin hijos), en la que se designan
fideicomisarios solo para el caso de que el fiduciario fallezca sin hijos. Si se cumple la condición, es decir, si fallece sin hijos, los bienes los recibirá el
fideicomisario. En definitiva, salvo que el testador disponga otra cosa, debe entenderse que los hijos están en la condición y no en la sustitución.
Ello quiere decir que, si tiene hijos, éstos no acreditan derechos como fideicomisarios por no cumplirse la condición negativa, y el fiduciario puede disponer
libremente de los bienes como pleno propietario, pues ya no se aplica la sustitución.

Por ejemplo: el testador instituye a Andrés, como fiduciario, y a Susana, como fideicomisaria, sólo para el caso de que Andrés fallezca sin hijos. Si Andrés tiene
un hijo (Jorge), ni Susana, ni Jorge son fideicomisarios, y no tienen ningún derecho sobre los bienes fideicomitidos. Al no haberse cumplido la condición para
que se entendiera llamada la fideicomisaria, Andrés deviene pleno propietario y puede disponer libremente de los bienes como propios. Su hijo Jorge aparecía
en la condición, pero no como beneficiario de la sustitución. Por ello, ni siquiera hay que examinar su capacidad respecto al causante fideicomitente.

 Desde otra perspectiva, en función de las facultades del fiduciario sobre los bienes fideicomitidos, se puede hablar de sustitución fideicomisaria
ordinaria, caracterizada porque el fiduciario tiene la obligación de conservar los bienes para su entrega a los fideicomisarios (art. 781 CC); y de
sustitución fideicomisaria de residuo, en la que el fiduciario tiene cierto poder de disposición sobre los bienes, de manera que los fideicomisarios sólo
recibirán los que queden (admisible al amparo del art. 783 CC cuando dice «salvo el caso en que el testador haya dispuesto otra cosa»).

 Posición jurídica del fiduciario y del fideicomisario

Fiduciario : El fiduciario es un heredero. Se hace, por tanto, propietario de los bienes fideicomitidos, aunque lo sea con carácter temporal (hasta que
llegue el plazo fijado para la transmisión) o condicional (hasta que se produzca el evento que da lugar a la transmisión). Como propietario hace suyas las
accesiones y los frutos . La obligación principal del fiduciario es la de conservar los bienes fideicomitidos. La diligencia exigible (art. 1094 CC) depende de la
naturaleza de los bienes y está en función de su ulterior entrega. Ello implica la necesidad de hacer gastos de conservación o reparación de los bienes, que
serán en todo caso de su cuenta. Según el art. 783 CC solo pueden deducirse las cantidades «que correspondan por gastos legítimos, créditos y mejoras, salvo
el caso en que el testador haya dispuesto otra cosa».

Entre los gastos legítimos sólo deben incluirse los gastos de conservación extraordinarios, pero no los ordinarios derivados del uso y disfrute en su propio
beneficio.
Por lo que se refiere a la responsabilidad por deudas y cargas de la herencia cabe defender dos posturas:
a) Al ser heredero con carácter temporal, responde de las mismas de manera limitada, en función del tiempo en que sea propietario. Esta postura no es
admisible ya que dejaría desprotegidos a los acreedores, que verían aplazados el pago de sus créditos sin ninguna cobertura legal.
b) Responde frente a los acreedores ilimitadamente (o con los límites del beneficio de inventario), pero al tratarse de un gasto legítimo, podrá exigir su
completa restitución al fideicomisario en el momento de la restitución. Entendemos que esta es la postura correcta.
Debe entenderse que cabe la enajenación de los bienes con sujeción a los límites temporales o condicionales de la titularidad del fiduciario, de lo que debe
dejarse constancia a efectos de terceros adquirentes. Para que se puedan transmitir los bienes fideicomitidos como libres se debe contar con el
consentimiento de los fideicomisarios.
Por lo que se refiere a los arrendamientos concertados por el fiduciario, dado que tiene una propiedad temporal, en principio se resolverán al extinguirse su
derecho (art. 480 CC, por analogía). No obstante, deben tenerse presentes las especialidades contenidas en la legislación especial sobre arrendamientos
urbanos y rústicos (art. 13 LAU y art. 10 LAR).

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