Prot Niño y Adolescente

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POLICIA NACIONAL DEL PERU


ESCUELA NACIONAL DE FORMACION PROFESIONAL
POLICIAL
ESCUELA DE POSGRADO PNP
DIPLOMADO DE POSGRADO PARA CAPITANES

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MERGEFORMATINET

PRODUCTO ACADEMICO
ASIGNATURA:
Actuación Policial en el Marco del Código del Niño y Adolescente

DOCENTE:
Gral. PNP ® Carlos Alberto MALAVER ODIAS

TEMA:
“ADOLESCENTES INFRACTORES Y MEDIDAS DE PROTECCIÓN”

PARTICIPANTES: CAP. PNP TALLA GODOY, Miguel Ángel


CAP. PNP LAZO CRISTOBAL, Eduardo franco
CAP. PNP CÓRDOBA RAMÍREZ, Fiorella soledad
CAP. PNP PANCCA QUISPE, Marcos Jhon
CAP. PNP REGALADO BAZÁN, Ronald Jhonatan

Marzo 2024
3

ÍNDICE

PRESENTACIÓN ..……………………………………………………………03

CAPITULO I
MARCO TEÓRICO……………………………………………………………04

A. LEGISLACION SOBRE EL NIÑO Y ADOLESCENTE 05

B. EL SISTEMA DE JUSTICIA PENAL JUVENIL EN EL PERÚ 09

C. MEDIDAS DE PROTECCIÓN Y SU APLICACIÓN, A LA LUZ

DE LA DOCTRINA DE LA PROTECCION INTEGRAL DEL


MENOR 11

CONCLUSIONES……………………………………………………………...22

RECOMENDACIONES ………………………………………………………25

BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………….26
4

PRESENTACIÓN

En los sistemas democráticos la edad de responsabilidad penal que se sitúa entre


los 14y los 18 años, franja de edad que corresponde con el periodo de la
adolescencia. Se considera que en esa etapa de la vida las personas que se
encuentran en pleno desarrollo intelectual, emocional y moral, por lo que, si se
interviene a tiempo, sus posibilidades de rehabilitación, mejorar en la conducta,
son superiores a la de los adultos.

A partir de la aprobación de las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para la


Administración de Justicia de Menores (Reglas de Beijing), se establece una
visión inicial de protección al menor; no solo en el respeto a las garantías
procesales básicas, sino también en las decisiones que emita el sistema de
Administración de Justicia; pues dichas decisiones tendrán que ajustarse a
principios rectores en busca del bienestar del menor, aplicando para ello el
principio de proporcionalidad entre las circunstancias y la infracción cometida.

Ello no sólo implica brindar al niño cuidado y protección, parámetros básicos que
orientaban la concepción tradicional sobre el contenido de tales derechos, sino
que, adicionalmente, determina reconocer, respetar y garantizar la personalidad
individual del niño, en tanto titular de derechos y obligaciones. En ese contexto, la
Corte Interamericana de Derechos Humanos ha precisado que la verdadera y plena
protección de los niños significa que éstos puedan disfrutar ampliamente de todos
sus derechos, entre ellos los económicos, sociales y culturales, que les asignan
diversos instrumentos internacionales. Los Estados Partes en los tratados
internacionales de derechos humanos tienen la obligación de adoptar medidas
positivas para asegurar la protección de todos los derechos del niño.

En cuanto a la protección especial para el caso de los niños y adolescentes, el


Tribunal Constitucional ha expresado –a propósito del artículo 4 de la
Constitución de 1993-que el fundamento constitucional de la protección del niño
y del adolescente que la Constitución les otorga radica en la especial situación en
que ellos se encuentran; es decir, en plena etapa de formación integral en tanto
5

personas. En tal sentido, el Estado, además de proveer las condiciones necesarias


para su libre desarrollo, debe también velar por su seguridad y bienestar.

La protección superlativa que ha sido prevista en la Constitución es permanente,


pero la responsabilidad no sólo es del Estado, pese a que siempre los reclamos son
siempre dirigidos a éste, sino de toda la comunidad. El artículo 4 de la
Constitución, respecto a dicha salvaguardia, si bien le asigna un papel protagónico
al Estado, la hace extensiva a la comunidad. Sobre los alcances de la protección
resulta ilustrativo citar el principio 2 de la Declaración de los Derechos del Niño:
“El niño gozará de una protección especial y dispondrá de oportunidades y
servicios, dispensando todo ello por la ley y por otros medios, para que pueda
desarrollarse física, mental, moral, espiritual y socialmente en forma saludable y
normal, así como en condiciones de libertad y dignidad. Considerando la
importancia de asegurar una protección integral y efectiva del menor, por medio
de la instrumentación de mecanismos adecuados que permitan garantizar el
respeto de sus derechos.

Es a través de este proceso que la orientación de la legislación en el caso del Perú,


se plasma en el Código de los Niños y Adolescentes, cuerpo normativo establece
y diseña un tratamiento especial al Adolescente Infractor de la Ley Penal, tanto en
las garantías como en las reglas procesales mismas, basadas en la protección
especial máxima. En este proceso evolutivo, no solo la doctrina ha permitido
configurar los derechos y garantías procesales de la llamada justicia penal juvenil,
sino que también existe un desarrollo jurisprudencial obligatorio, más aún el
Nuevo Código Procesal Penal y sus modificatorias, donde se insertan mayores
garantías a las ya establecidas en el Artículo VII del T.P. y el artículo192 del
C.N.A.
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CAPITULO I

MARCO TEÓRICO

A. LEGISLACION SOBRE EL NIÑO Y ADOLESCENTE

1. EL CÓDIGO DE LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES DEL 2000

Por Ley 27337 publicada en El Peruano el 07 de agosto del 2000 se


promulgó el actual Código de los Niños y Adolescentes. Este código
también ha sufrido modificaciones y en la actualidad existe una
comisión oficial multisectorial encargada de elaborar un nuevo
código.

HERNADEZ ALARCON, expresa, en nuestro país, la promulgación


del Código de los Niños, significó un cambio de paradigma en el
tratamiento legal frente a los adolescentes, por la superación en el
plano legal de la llamada doctrina de la situación irregular en nuestro
país.

Se propugna un proceso judicial en el marco de una justicia


especializada que tiene en cuenta el conflicto jurídico como un
problema humano. (Art. IX Título preliminar), lo que se condice con
el hecho de que el adolescente tenga derecho a expresar su opinión
libremente en el proceso por ser un asunto que le afecta y además que
tenga el derecho a que se tenga en cuenta sus opiniones (Art. 9 CNA).
Reconociéndose el respeto de sus derechos individuales (Art. 185-138
CNA) y de las garantías del proceso y Administración de Justicia
consagradas en la Constitución, Convención de los Derechos del Niño
y en las leyes de la materia (Art 192 CNA), recurriendo en caso de
vacío a la aplicación supletoria de las normas sustantivas y adjetivas
penales (Art. VII, Título Preliminar).
7

2. DECRETO LEGISLATIVO 990

Modifica la Ley 27337 -Código de los Niños y Adolescentes -


referente al Pandillaje Pernicioso.

El Decreto Legislativo 990, modifica diversos artículos del Código de


los Niños y Adolescentes, relativos a su capacidad y responsabilidad
penal. Un acierto del DL 990 ha sido sin duda, elevar el límite inferior
de la edad de intervención del Sistema de Responsabilidad Penal de
los 12 a los 14 años. El sólo hecho de llamar “infractor” ya tiene una
connotación peyorativa, con la que no estamos de acuerdo, pues a
nadie se le ocurre mencionar la palabra “delincuente” en algún texto
legal propio de la justicia de adultos. Se determina las medidas de las
que serán pasibles si el infractor es mayor de catorce años,
estableciéndose medidas socio educativas y si es menor de 14 años
será pasible de medidas de protección.

La ley define también el concepto de pandilla perniciosa “grupo de


adolescentes mayores de 12 años y menores de 18 que se reúnen y
actúan en forma conjunta , para lesionar la integridad física o atentar
contra la vida, patrimonio y la libertad sexual de las personas, dañar
bienes públicos o privados u ocasionar desmanes que alteren el orden
público .

Al señalar y la libertad sexual de las personas se establece que es una


proposición copulativa, es decir, que confluye adicionalmente para
configurar el tipo con los atentados a la vida y contra el patrimonio,
cuando en realidad debió establecerse o la libertad sexual para que sea
una disyunción, es decir un supuesto diferente que podría configurar
el tipo.

En relación a la infracción agravada señalamos que no es el sentido de


la norma tratar de reprimir al niño sino protegerlo por eso señalar
restringidamente como la única medida socio educativa en el artículo
195 la de internamiento no está utilizando una fórmula legal coherente
8

con el ordenamiento constitucional ni con los principios que inspiran


el Código De Niños y Adolescentes.

3. DECRETO LEGISLATIVO N° 1348, EL 7 DE ENERO DE 2017

Dentro de la jerarquía normativa del Estado peruano, inmediatamente


después de la Constitución Política, norma que sustenta y orienta la
legitimidad y legalidad de todas las demás normas que se ubican
debajo de ella, aparecen los Códigos sustantivos, adjetivos o de
Ejecución, los mismos que cobran vital importancia en relación con
los efectos generales o particulares que impactan en el sistema u
ordenamiento jurídico que conforman.

El Código de Responsabilidad Penal de Adolescentes, aprobado


mediante Decreto Legislativo N° 1348, el 7 de enero de 2017, se
presenta como la primera norma de carácter integral, sistemática,
autónoma y especializada en materia de justicia penal juvenil en
nuestro país, que ha priorizado en su regulación, el respeto de
principios, garantías y derechos tanto para los adolescentes en
conflicto con la ley, como para las víctimas, bajo los parámetros del
modelo de protección integral establecido en la Convención sobre los
Derechos del Niño, reconociendo enfoques y regulando un nuevo
modelo para desarrollar el proceso (modelo acusatorio) que se
corresponde con la referida Convención.

Desde la entrada en vigencia de esta norma, se marca un hito en el


inicio de la Reforma de la Administración de Justicia dirigida a los
adolescentes que infringen normas penales en nuestro país, como una
respuesta óptima del Estado para hacer frente a estos fenómenos, a fin
de intervenir de manera especializada, articulada, sistemática e
integral y así evitar futuras carreras delictivas de quienes ahora son
adolescentes, pero que mañana se convertirán en adultos.

Esta intervención incide en la aplicación del enfoque restaurativo para


reparar tanto a la víctima de una infracción, como promover la
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responsabilidad del adolescente por la infracción cometida y


desarrollar un tratamiento orientado a su reinserción social efectiva.

Así también prioriza el abordaje integral del adolescente con el fin de


determinar las condiciones personales y sociales de cada adolescente
desde las primeras diligencias de investigación, a fin de procurar la
desjudicialización del proceso cuando sea posible aplicar salidas
alternativas con determinados adolescentes; o aplicar medidas
socioeducativas que acompañadas de un tratamiento diferenciado
incidan en los factores de riesgo que motivaron la comisión de las
infracciones y permitan desarrollar una intervención individual
adecuada con el adolescente que requiera una atención mayor por las
condiciones que posee.

Con el Código de Responsabilidad Penal de Adolescentes, se


concretiza uno de los objetivos de impacto de la Política Nacional de
Prevención y Tratamiento del Adolescente en Conflicto con la Ley
Penal-PNAPTA- (Política pública impulsada a través del Consejo
Nacional de Política Criminal-CONAPOC-): “OI3: Lograr una
administración de justicia eficaz y con enfoque garantista”, dentro del
eje estratégico 2 de la Política: “Administración de Justicia”, de dicha
Política.

Es preciso destacar que esta norma fue impulsada por el Ministerio de


Justicia y Derechos Humanos y constituye el resultado del trabajo
multisectorial y articulado realizado por representantes del Sistema de
Administración de Justicia (Poder Judicial, Ministerio Público,
Defensa Pública del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos,
Policía Nacional del Perú y Centros Juveniles de Diagnóstico y
Rehabilitación); sectores del Ejecutivo vinculados y comprometidos
estrictamente con la temática materia de regulación (Ministerio de
Educación, Ministerio de Salud, Ministerio de la Mujer y Poblaciones
Vulnerables, Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo,
Ministerio de Cultura, Ministerio del Interior, Ministerio de Economía
10

y Finanzas); así como por representantes del Fondo de las Naciones


Unidas para la infancia- UNICEF en nuestro país y sociedad civil,
tales como Terres des Hommes Lousanne.

B. EL SISTEMA DE JUSTICIA PENAL JUVENIL EN EL PERÚ

El Sistema de Justicia Penal Juvenil en el Perú es regulado desde el Código


del Niño y el Adolescente, en cuyo contenido encontraremos principios
normativos y mecanismos procesales en un proceso único para el
juzgamiento de los adolescentes, que van a legitimar de manera directa los
actos decisorios de los administradores de Justicia. Sin embargo, el mismo
código señala un sistema de fuentes internacionales y nacionales para su
interpretación, así como la aplicación supletoria de los Códigos Sustantivos
y Procesales vigentes. Es bajo este sistema que se pretende entregar un
conjunto de decisiones jurisdiccionales de diferentes instancias y regiones,
con la finalidad de hacer conocer la visión de los actores de justicia en
cuanto a las infracciones a la ley penal.

Para ello es importante entender que la Administración de Justicia Juvenil


contiene una estructura básica que se fundamenta principalmente en
principios garantistas procesales que nacen de la dogmática jurídica, la
compatibilidad con el cuerpo Constitucional de la República del Perú y que
su aplicación tiene como objetivo la protección de los derechos
fundamentales65 del Interés Superior del niño. Para ello, es necesario
comprender que un pilar fundamental del sistema penal juvenil es la
consolidación de la Doctrina de Protección Integral en cuanto a la custodia y
tratamiento integral de los derechos del niño y los adolescentes.

1. LA DOCTRINA DE LA PROTECCIÓN INTEGRAL

Dicha doctrina surge como motivo de la Convención de la Derechos


del Niño dada por las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989.
Este documento reconoce la Doctrina de Protección Integral del niño y
dentro de la misma establece principios rectores como los de la “No
discriminación, el del Interés Superior del Niño, la supervivencia y el
11

desarrollo y la participación”, así comoinstaura el reconocimiento de


principios sustanciales y procesales básicos al llamado el infractor de
la ley penal.

Esta doctrina establece el reconocimiento del niño y el adolescente


como sujeto de derechos, puesto que los niños tienen los derechos
propios de los seres humanos, pero además son beneficiarios de una
protección especial en su calidad de grupo vulnerable, donde debe
tenerse en cuenta dos elementos importantes.

El primero es la inmadurez inherente a la infancia y el segundo, la


dependencia hacia otros. Por eso, la definición de niño tiende a
entenderse no solo como lo dice la Convención a todo ser humano
menor de dieciocho años, sino también al hecho de que la niñez es una
construcción social68. Es bajo esa adquisición de la condición de niño
que se establece un sinnúmero de garantías procesales en la
administración de justicia a niños y adolescentes privados de su
libertad; pero, también se establecen principios jurídicos básicos como
son: el principio de humanidad, el principio de legalidad, el principio
del derecho a la defensa, el principio de impugnación, juez natural y
doble instancia; estos conllevan a estructurar debidamente un
procedimiento que incluye a actores como Familia, sociedad y Estado.

Que el concepto de protección comprende no solo las acciones para


evitar cualquier perjuicio sobre el desarrollo del niño y del
adolescente, sino también la adopción de medidas que permitan su
crecimiento como personas y ciudadanos. De esta forma, en materia
de infancia se debe entender por protección “el conjunto de medidas
de amplio espectro que recaen sobre la persona humana, dotada de
personalidad propia y potencial, que por razón de su edad o
circunstancias particulares, requiere de la aplicación de medidas
generales o especiales, que garanticen el logro de su potencialidad
vital y la consolidación de las circunstancias mínimas para la
12

construcción de su personalidad, a partir del conocimiento del otro y


de la necesidad de alcanzar la realización propia”.

2. PRINCIPIOS GARANTISTAS EN EL PROCESAMIENTO AL


ADOLESCENTE INFRACTOR

La administración de justicia penal juvenil debe ser entendida como


una justicia garantista de protección integral. Es decir, la conducta
infractora del adolescente debe verse como un acto no delictuoso
puesto que no establece una persecución del Estado en contra un
delincuente, sino que el Estado debe establecer la responsabilidad del
adolescente por la infracción y el tratamiento educativo para la
corrección de la infracción. Ciertamente la discusión de imputabilidad
e inimputabilidad en los adolescentes es necesaria para poder aplicar
con claridad la administración de justicia; pero también es cierto que
dichos actos antisociales deben ser corregidos por la justicia, en razón
que el adolescente debe hacerse responsable69 de sus actos. En esa
búsqueda de tratamiento para la infracción es que nace el sistema de
responsabilidad juvenil, que debe dirigirse a la reintegración del niño
y adolescente a la sociedad.

Es importante mencionar que el Código de los Niños y Adolescentes


define claramente al actor infractor y denomina el acto como
responsabilidad determinada de un hecho punible. Es en ese sistema
de responsabilidad penal juvenil que se establece un mecanismo
garantista en el juzgamiento y en el tratamiento.

3. EL INTERÉS SUPERIOR DEL NIÑO Y DEL ADOLESCENTE

El Comité de los Derechos del Niño ha insistido en que el interés


superior del niño es uno de los principios rectores del niño de la
Convención sobre los Derechos del Niño; aunque no es un concepto
nuevo en el ámbito de los instrumentos internacionales de derechos
humanos. La Declaración de los Derechos del Niño de 1959 ya lo
definía en su Principio 2: “El niño gozará de una protección especial y
13

dispondrá de oportunidades y servicios, dispensando todo ello por la


ley y por otros medios, para que pueda desarrollarse física, mental,
moral, espiritual y socialmente en forma saludable y normal, así como
en condiciones de libertad y dignidad. Al promulgar leyes con este fin,
la consideración fundamental a que se atenderá será el interés superior
del niño”. No obstante, la previsión del artículo 3.1 de la Convención
sobre los Derechos del Niño comprende un amplio margen de
aplicación, que supera la acción del Estado, para incluir a los
organismos privados y abarcar todas las medidas concernientes a los
niños. Así, se dispone: “En todas las medidas concernientes a los
niños que tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar
social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos
legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el
interés superior del niño”.

Las acciones del Estado y la sociedad respecto a la protección de los


niños, a la promoción y preservación de sus derechos debe ceñirse en
ese contexto; así el “interés superior del niño” consagrado en el
artículo 3 de la Convención sobre los Derechos del Niño, “implica que
el desarrollo de éste y el ejercicio pleno de sus derechos deben ser
considerados como criterios rectores para la elaboración de normas y
la aplicación de estas en todos los órdenes relativos a la vida del
niño”.

En ese orden de ideas, el principio del interés superior del niño, exige
armonizar completamente la legislación vigente con las disposiciones
de la Convención a fin de ser adecuadamente incorporado en el
derecho interno, de manera que pueda ser invocado ante los
Tribunales. En aplicación de ello, se modificará sustancialmente
diversos aspectos de acontecer jurídico, tomando en consideración el
indicado principio rector, así como permitirá la interpretación de las
normas del derecho positivo interno, otorgándoles en muchas
14

ocasiones una nueva y vivificada perspectiva y en otras


considerándolas inaplicables.

Este principio rector constituye un estándar jurídico que permitirá


adecuar los contenidos normativos abstractos a lo empírico;
solucionando la disociación existente, en un caso concreto, entre la
norma y su administración o realización. Siendo así “el interés del
niño representará la valoración prevaleciente en la especie a decidir,
con alcances particulares”.

C. MEDIDAS DE PROTECCIÓN Y SU APLICACIÓN, A LA LUZ DE


LA DOCTRINA DE LA PROTECCION INTEGRAL DEL MENOR

El concepto de medida de protección figura en el catálogo de las nociones


rectoras en el discurso universal sobre niñez y adolescencia. Es
trascendental adquirir claridad y precisión cuando de su utilización se trata,
ya que, el término ha sido descrito tradicionalmente desde la escuela de la
situación irregular y es preciso ahora, identificar la evolución del concepto
para adaptarlo a los requerimientos de la protección integral.

“En un primer momento podemos observar la falta de claridad en los


planteamientos relativos a los términos de prevención y protección.
Indistintamente se señalan acciones para una y otra sin que se logren
diferenciar. Igualmente se hace énfasis en la protección como propósito
nacional.

1. NOCIÓN DE MEDIDAS DE PROTECCIÓN

En el Informe Defensorial Nº 150 se definió145 a las medidas de


protección como las diversas acciones estatales llevadas a cabo
mediante órganos especializados, orientadas a compensar carencias
materiales y/o afectivas que afecten a los niños, niñas y/o adolescentes
y que han sido generadas por una situación de grave desestructuración
o conflicto familiar o por la inexistencia de una familia nuclear o
extensa.
15

El objetivo fundamental de estas medidas es revertir la situación de


desprotección que atraviesa un niño, niña y/o adolescente, por medio
de la restitución de sus derechos fundamentales, en cumplimiento del
principio del Interés Superior del Niño.

Asimismo, en el Informe Defensorial citado se propuso que las


medidas de protección deben ser diseñadas e implementadas desde el
reconocimiento de la corresponsabilidad estatal y social establecida en
el artículo 4º de la Constitución Política. A su vez, se planteó que
dichas medidas deberían incluir servicios de apoyo o asesoría a los
integrantes de la familia para evitar que se refuercen las circunstancias
que amenacen o vulneren sus derechos, en virtud de lo sostenido por
la Doctrina de la Protección Integral, que reconoce al niño, niña y
adolescente como sujetos de derechos y, a sabiendas de esta
condición, exige la protección de sus derechos, incluso dentro de la
propia familia.

2. FINALIDAD DE LA ADOPCIÓN DE LAS MEDIDAS DE


PROTECCIÓN EN CASOS DE SITUACIÓN DE ABANDONO O
VULNERACIÓN DE DERECHOS FUNDAMENTALES

La adopción de medidas de protección requiere un procedimiento que


busque garantizar la restitución de los derechos de los niños, niñas o
adolescentes que se encuentran en situación de abandono,
principalmente el derecho a vivir en una familia, reconocido por la
normatividad y jurisprudencia nacional e internacional y que debe
asegurarse independientemente de la familia a la que se pertenezca y
de su configuración.

Al respecto, cabe señalar que la Corte Interamericana de Derechos


Humanos ha precisado que:

“el derecho a que se proteja la familia y a vivir en ella, reconocido en


el artículo 17 de la Convención, conlleva que el Estado está obligado
no sólo a disponer y ejecutar directamente medidas de protección de
16

los niños, sino también a favorecer, de la manera más amplia, el


desarrollo y la fortaleza del núcleo familiar. Por ende, la separación
de niños de su familia constituye, bajo ciertas condiciones, una
violación del citado derecho, pues inclusive las separaciones legales
del niño de su familia solo pueden proceder si están debidamente
justificadas en el interés superior del niño, son excepcionales y, en lo
posible, temporales”.

3. LAS MEDIDAS DE PROTECCIÓN EN EL MARCO DEL


CÓDIGO DEL NIÑO Y ADOLESCENTE

Las medidas de protección que se aplica al niño que comete infracción


a la ley penal están previstas en el Código de los Niños y
Adolescentes en el artículo 242 y las diferencian de las medidas de
protección al niño y adolescente en presunto estado de abandono. El
código no las define únicamente las detalla y se imponen en función a
la edad del menor infractor, esto es a los menores de 14 años de edad.

Conforme a lo dicho anteriormente se tendría que el Código en este


caso lo que hace es encubrir una sanción, disfrazándola con el nombre
de medida de protección. Pues el menor de 14 años es considerado
infractor de acuerdo a lo establecido en los artículos 183 y 184 y por
lo tanto merecedor de una pena a la que se le llama medida de
protección, debido a que existe un nexo causal entre la medida de
protección y la infracción. Consecuentemente según este análisis se
considera que el niño y adolescente menor de 14 años, según nuestro
código no estaría excluido del sistema de responsabilidad penal, ya
que de estarlo no le sería pasible ni siquiera la imposición de la
medida de protección por el solo hecho de estar excluido y/o por la
comisión de un hecho frente al cual no tendría responsabilidad penal.
Salvo que el legislador se refiera al procedimiento seguido, proceso
tutelar en lugar de un proceso de investigación penal.
17

Sin embargo, conforme se advierte del artículo 243, las medidas de


protección de las que son pasibles el niño y adolescente en presunto
estado de abandono, serían las mismas – con variaciones mínimas,
pero no trascendentales y con excepción de la adopción (inciso e) del
artículo bajo comentario) – a las medidas de protección señaladas en
el artículo 242 de las que serían pasibles el menor que comete
infracción a la ley penal. En este sentido, el Código de los Niños y
Adolescentes sub divide a los niños y adolescentes pasibles de
medidas de protección en dos grupos: El primero formado por los que
han cometido infracción a la ley penal a quienes el Juez les puede
aplicar las medidas de protección (artículo 242) y el segundo formado
por los que no habiendo cometido infracción a la ley penal se
encuentran en alguna de las causales señaladas en el artículo 248 del
citado código, a quienes el MIMP puede aplicar alguna de las medidas
de protección (Artículo 243).

De modo que ello, puede llevar a confusiones, pues a pesar que se


distinguen al menor infractor del menor en estado de abandono, en las
medidas aplicables a los mismos no hay diferencias. Por lo que
podemos decir que hay una diferenciación no diferenciada. “Aunque
para quienes consideran que el menor de 14 años está excluido del
sistema de responsabilidad penal, indican que las medidas de
protección no solo deben responder a la comisión del ilícito, sino que
además deben concurrir causales que la justifiquen”.

De lo expuesto, se puede considerar que el niño y adolescente menor


de 14 años, no está excluido del sistema de responsabilidad penal, el
cual debe entenderse como un sistema independiente y especial, es
decir es responsable del hecho ilícito que cometió, pero por su
especial condición y estado de desarrollo no se le puede aplicar la
misma pena que la de un adolescente mayor de 14 años y menos la de
un adulto, sino medidas de protección, por cuanto la situación del
menor de 14 es de mayor vulnerabilidad.
18

4. CRITERIOS PARA LA ADOPCIÓN Y EJECUCIÓN DE LAS


MEDIDAS DE PROTECCIÓN

Tal como se precisa en el Informe Defensorial Nº 150, las medidas de


protección se deben adoptar sobre la base de los siguientes criterios:

a. Evitar el desarraigo del medio natural de desarrollo de los niños,


niñas y adolescentes: la familia.

b. Agotar las medidas alternativas al acogimiento en Centros de


Atención Residencial (CAR), debiendo éste ser adoptado de
manera residual y como último recurso.

c. El diseño y aplicación de las medidas de protección deben


responder a una visión y organización propia de servicios sociales
profesionalizados.

d. Determinar límites temporales a estas medidas, lo que implica una


revisión y evaluación continua y permanente de su ejecución.

e. Buscar que las carencias familiares de índole económica o


material sean atenuadas a través de algún tipo de programa de
asistencia o apoyo por parte del Estado.

f. Las medidas de protección deben articularse con los servicios


estatales descentralizados, así como con las políticas sociales
nacionales, regionales y, principalmente, locales (municipales), a
fin de asegurar su integralidad, eficacia y sostenibilidad.

g. Buscar que el niño, niña, adolescente y/o la familia en su conjunto


accedan a los servicios que el Estado o la comunidad pone a
disposición de cualquier otro niño, niña o adolescente sin
problemas familiares o sin falta de familia, así como a las redes
sociales locales.

Cabe precisar que la regulación normativa de estos criterios es diversa


en la legislación latinoamericana. No obstante, es importante que
dicha regulación tenga en cuenta lo establecido por los instrumentos
19

internacionales en la materia, tales como la Convención sobre los


Derechos del Niño y las Directrices sobre las Modalidades
Alternativas de Cuidado de los Niños de las Naciones Unidas.

5. FINALIDAD DE LAS MEDIDAS DE PROTECCIÓN

La mayoría de las legislaciones alude expresamente a las finalidades


de las medidas de protección. Algunas, responden a la protección o
preservación de los derechos de los niños, niñas y adolescentes; la
salvaguarda de su integridad física y mental; la reparación y
restitución de sus derechos vulnerados hasta garantizar su derecho a
desarrollarse integralmente en el seno de una familia.

En esa lógica se inscriben las legislaciones de Argentina, Colombia,


Ecuador, El Salvador, México, República Dominicana y Venezuela.
En los cuerpos normativos de Guatemala, Paraguay y Uruguay no se
señala expresamente la finalidad de las medidas de protección. Sin
embargo, del texto normativo se desprende que ésta responde también
a la protección de los derechos de los niños, niñas y adolescentes, así
como a su restitución.

6. LOS TIPOS DE MEDIDAS DE PROTECCIÓN

Las medidas de protección establecidas en las distintas legislaciones


no son uniformes por lo que se han agrupado en las siguientes
categorías:

a. Medidas de apoyo o cuidado dentro del ámbito familiar,


consistentes en acciones dirigidas a fortalecer las competencias
parentales de los padres, madres, familiares o terceros encargados
del cuidado de las personas menores de edad. Se trata de acciones
de apoyo o asesoría al entorno familiar, así como las
amonestaciones o llamadas de atención.

b. Medidas de protección destinadas a garantizar el derecho a la


educación de los niños, niñas y adolescentes, cuya finalidad es
lograr el acceso al sistema educativo formal.
20

c. Medidas de protección destinadas a garantizar el derecho a la


salud (física y psicológica) de los niños, niñas y adolescentes, e
inclusive la estabilidad psicológica de la familia en general.

d. Medidas de protección que implican el acogimiento en familia


sustituta (es decir, acogimiento familiar).

e. Medidas de protección que implican el acogimiento residencial,


es decir, las que implican la institucionalización excepcional y
temporal de los niños, niñas y adolescentes separados de su
familia.

f. Otras medidas: en este rubro se han incluido diversos tipos de


medidas, entre las que destaca la adopción.

g. Es pertinente precisar que, por lo general, estas medidas no se


encuentran sometidas a un plazo de duración, pues pueden ser
sustituidas, modificadas o revocadas en cualquier momento.155
Sin embargo, cuando estas medidas impliquen la separación de la
familia, los ordenamientos señalan expresamente su transitoriedad
y/o excepcionalidad.

Como se puede apreciar, las distintas medidas de protección buscan


restablecer y garantizar los derechos amenazados o vulnerados de las
personas menores de edad, principalmente dentro del seno de la
familia de origen, de modo que, incluso en algunos países (Colombia,
Ecuador y Venezuela), la adopción adquiere otro sentido y se incluye
como medida de protección excepcional y definitiva, en la medida en
que constituye el último eslabón de un procedimiento orientado a
garantizar el derecho de los niños, niñas y adolescentes a tener y vivir
en una familia.

7. EL PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD EN LA MEDIDA


DE PROTECCIÓN

El examen de proporcionalidad de la medida estatal objeto de control


será el artículo 242 inciso b) del Código de los Niños y Adolescentes.
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La medida estatal objeto de control de proporcionalidad –que sirve de


fundamento a las medidas de protección al niño que cometa infracción
a la ley penal, –es el artículo 242º, inciso 2) del Código de los Niños y
Adolescentes, que establece “Al niño que comete infracción a la ley
penal le corresponde las medidas de protección. El juez especializado
podrá aplicar cualquiera de las siguientes medidas: (…) b)
Participación en un programa oficial o comunitario de Defensa
con atención educativa, de salud y social;(…)”.

Al respecto, cabe precisar que conforme lo ha sostenido el Tribunal


Constitucional en la sentencia del Expediente Nº 00010-2002-AI/TC
fundamento 34, con relación a la mencionada distinción entre
disposición y norma, que “en todo precepto legal se puede distinguir:
a) El texto o enunciado, es decir, el conjunto de palabras que integran
un determinado precepto legal (disposición); y, b) El contenido
normativo, o sea el significado o sentido de ella (norma)”. De la
revisión del artículo 242º, inciso b) del Código de los Niños y
Adolescentes (disposición) se desprende la existencia de una variedad
de sentidos interpretativos (normas), así por ejemplo, Al niño que
comete infracción a la ley penal le corresponde las medidas de
protección. El juez especializado podrá aplicar cualquiera de las
siguientes medidas: … b) Participación en un programa oficial o
comunitario de Defensa con atención educativa, de salud y social;...
por el equipo multidisciplinario del Poder Judicial (que debería
informar cómo se ejecuta, la fase en que se encuentra), por la
DEMUNA.

No obstante, dado que el presente es un proceso de control concreto


(limitado por tanto a la naturaleza y circunstancias específicas del
caso), debe tomarse en consideración, para efectos del control, aquella
norma que resulte relevante para la solución del caso –y que es
precisamente la que se ha aplicado en los casos analizados,
cuestionados. En este caso concreto tal norma sería la siguiente: Al
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niño que comete infracción a la ley penal que no revistan gravedad,


le corresponde las medidas de protección. El juez especializado podrá
aplicar cualquiera de las siguientes medidas: … b) Participación en un
programa oficial o comunitario de Defensa con atención educativa, de
salud y social; (…).
23

CAPITULO II

CONCLUSIONES

A. En la actualidad nuestro país se ha visto afectado por la delincuencia juvenil


siendo un problema latente para la sociedad, incrementándose de esta
manera la inseguridad ciudadana, situación que pone en riesgo la paz y la
tranquilidad social. Ante lo expuesto, nuestro país se ha visto en la
necesidad de promulgar diversas normas, cuya elaboración se base en una
Política criminal con enfoque de protección; y en otras incrementando las
medidas socioeducativas de internamiento de hasta 10 años de privación de
libertad, categorizando a los menores infractores de acuerdo a la edad y el
delito; siendo el Perú, país integrante de la Convención sobre los derechos
del Niño, está obligado a cumplir con los lineamientos Jurídicos estipulados
por la misma, considerando en su marco normativo los Principios Rectores.

B. Resulta evidente que las condiciones en las que participan los niños en un
proceso penal no son las mismas en que lo hace un adulto. Así, en
aplicación del marco jurídico de protección de los derechos humanos, los
niños que han infringido o han sido acusados de infringir leyes penales no
sólo deben recibir las mismas garantías que los adultos, sino, además, una
protección especial. De allí que la aplicación de las medidas de protección a
los Niños y Adolescentes que comenten infracción a la ley penal deben
realizarse en el marco de la Constitución Política y las obligaciones
internacionales que el Estado peruano ha asumido. Estos instrumentos
reconocen el deber de protección especial que toda sociedad democrática
está obligada a brindar a los niños, niñas y adolescentes menores de 14 años
de edad.

C. La judicialización de niños y adolescentes menores de catorce años de edad,


por haber infringido la ley penal, contraviene abiertamente a la Convención
de los Derechos del Niño, de la cual el Perú es parte, teniendo en cuenta que
están en edad crítica formativa de su personalidad, desde el punto de vista
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psicosocial, la judicialización puede perjudicarles de por vida. Para ellos


deben desarrollarse programas de prevención, reintegración y atención.

D. Existe un gran avance en la promoción y protección de los derechos del niño


y del adolescente la misma que se ha visto reflejada en los últimos tiempos
con motivo del desarrollo de la Doctrina de la Protección Integral, que
reemplazaba a la Doctrina de Situación Irregular y con ello diversos
conceptos e instituciones cambiaron de rumbo, es por primera vez que se
concebía al niño como sujeto de derecho.

E. Las medidas de protección expedidas a nivel judicial a los menores que han
cometido infracción a la ley penal, están enmarcados en la Convención de
los Derechos del Niño, la Doctrina de Protección Integral, el Principio del
Interés Superior del Niño y Adolescente; y que su análisis y propuesta
normativa, permitirá determinar que la aplicación de las medidas de
protección a nivel fiscal, contribuiría al fomento de la dignidad del niño que
ha cometido infracción a la ley penal; asimismo, el Estado estaría
asumiendo su responsabilidad con los menores investigados de acuerdo a
los estándares internacionales del cual el Perú es parte.

F. El Perú es un Estado Democrático, Social, Constitucional de Derecho, en la


que la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la
sociedad y el Estado, por lo que bajo este principio el Estado tiene como
prioridad mejorar la calidad de vida de niñas, niños y adolescentes que han
infringido la ley penal y así estaríamos construyendo una sociedad basada
en la promoción de sus derechos, orientado a reconstruir la paz y el tejido
social, requiriéndose establecer una política integral para los adolescentes
infractores a la ley penal, el cual constituye un proceso de construcción
respetuoso de los derechos humanos, que nos permitirá dejar atrás prácticas
retrógradas, que no generan ningún resultado y adecuarnos a nuestra
Constitución y también a los estándares internacionales del cual el Perú es
parte en esta materia.
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G. Las medidas de protección a menores infractores a la ley penal desde la


perspectiva del bloque de constitucionalidad” pretende que se regule las
medidas de protección a los niños y adolescentes menores de catorce años
que han infringido a la ley penal de acuerdo a los estándares internacionales,
a la luz del paradigma de la doctrina de protección integral, el principio del
interés superior del niño.
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RECOMENDACIONES

A. Es imprescindible que la justicia penal juvenil deba fomentar en los menores


de edad, el respeto y desarrollo de los valores fundamentales para la sana
convivencia y la paz social; buscando fomentar el autocontrol y la
prevención de la reincidencia del menor infractor respecto a sus propias
acciones y las consecuencias que de ellas se deriven, tomando conciencia,
reflexionando. Por otro lado, que la víctima participe activamente en la
resolución del conflicto.

B. Que, el Estado tiene el deber de asegurar al niño la protección y el cuidado


que sean necesarios para su bienestar en todas las medidas concernientes a
los niños que tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar social,
los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una
consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del niño a
la luz del bloque de constitucionalidad.

C. Que, la Justicia y los derechos de los menores en caso de ser sospechoso o


declarado culpable de un delito, el Estado debe respetar sus derechos
fundamentales. Su edad debe ser tomada en cuenta y todas las acciones
deben realizarse de manera que puedan reinsertarte en la sociedad en buenas
condiciones.
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BIBLIOGRAFIA

1. Código Penal (CP) Art.208. 3 de abril de 1991(Perú).

2. Ley 27337 -Código de los Niños y Adolescentes

3. DECRETO LEGISLATIVO 990.- Modifica la Ley 27337 -Código de los


Niños y Adolescentes -referente al Pandillaje Pernicioso.

4. DECRETO LEGISLATIVO N° 1348, EL 7 DE ENERO DE 2017, QUE


APRUEBA EL CODIGO DE RESPONSABILIDAD PENAL DEL
ADOLESCENTE

5. Dentro de la jerarquía normativa del Estado peruano, inmediatamente


después de la Constitución Política, norma que sustenta Ley 30364 del
2015. Por el cual se previene, sanciona y erradica la violencia contra la
mujer e integrantes del grupo familiar. 6 de noviembre 2015.

6. BELOFF, Mary. Los sistemas de responsabilidad penal juvenil en América


Latina, en García Méndez, Emilio y Beloff, Mary (compiladores).
―Infancia, ley y democracia en América Latina. Análisis Crítico del
panorama legislativo en el marco de la convencional internacional sobre los
derechos del niño (1990-1998)‖ Temis/Depalma. Bogotá, 1998. Sostiene la
autora que ―sin debido proceso es imposible establecer si efectivamente un
niño ha cometido un delito o contravención‖. Al respecto en el Pleno
Jurisdiccional Nacional de Familia de Ica del año 2011.

7. http://archivo.larepublica.pe/27-08-2009/arequipa-solicitaran-proteccion-
para-menor-presunto-asesino-de-anciana.

8. http://elcomercio.pe/peru/la-libertad/ninos-12-anos-son-entrenados-
delincuentes-1718910?ref=flujo_tags_375608&ft=nota_10&e=titulo

9. Exp. Nº 00162-2011-PHC/TC. Fundamento 5: ―Asimismo, si bien se alega


que para la imposición de alguna de las medidas de protección
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