Clase #1

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Maestría en Desarrollo Territorial y Urbano

Taller de Tesis

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Clase Nº 1: Estructura y componentes del Plan de
Trabajo Final

Índice

Introducción ............................................................................................... 2

Objetivos de la clase ................................................................................... 2

¿Qué entendemos por investigación social? ............................................... 3

La interacción entre ideas y pruebas empíricas .......................................... 5

Marco teórico, objetivos y metodología ...................................................... 7

Conclusión .................................................................................................10

Lecturas obligatorias .................................................................................10

Introducción

La presente clase se encuentra estructurada en dos partes. En primer


lugar, nos aproximaremos a una definición sobre qué entendemos por
“investigación social” con el propósito de distinguirla de otras actividades
que construyen representaciones sobre la realidad a partir de la interacción
entre ideas y pruebas empíricas. En segundo lugar, haremos una mención
inicial a los aspectos que compondrán nuestra investigación, como paso
previo a su abordaje in extenso en los próximos encuentros.

Objetivos de la clase

• Definir a la investigación social, distinguiéndola de otras


representaciones de la realidad;

-2-
• Realizar una aproximación inicial a sus elementos constitutivos.

¿Qué entendemos por investigación social?

Existen múltiples actividades que construyen representaciones y dan cuenta


de los fenómenos sociales a partir de la incorporación de ideas y pruebas empíricas.
La investigación social es una de ellas, aunque, como aspecto distintivo,
diremos que su manera de hablarnos acerca de la sociedad es
sociocientífica. Este carácter específico, ¿reside en lo que las y los científicos
sociales entienden por “sociedad”? Las y los científicos sociales pueden estudiar
desde aspectos aparentemente poco trascendentes de la vida cotidiana, hasta
grandes procesos y momentos sobresalientes de la historia. Es decir que, una
definición amplia y suficientemente abarcadora de su actividad, sería el estudio de
todo aquello que las personas hacen (o se niegan a hacer) con los demás.

Como se deduce, sin embargo, existen otras formas de aproximación a


la realidad —como el periodismo o el documentalismo cinematográfico— que
también podrían verse comprendidas por esta primera consideración. Entonces, la
investigación social, ¿se distingue por utilizar un lenguaje en particular? Si
bien muchas investigaciones se basan en la utilización de variables —
construcciones específicas de conceptos abstractos que los vuelven “medibles” a
través de diferentes métodos— y el análisis de sus relaciones, esto no es cierto
para el conjunto de las investigaciones científicas de la sociedad, y tampoco
constituye un atributo exclusivo que las diferencie de otras formas de conocimiento.
Finalmente, ¿es el método científico lo que caracteriza a la investigación
social? Ciertamente, muchas y muchos científicos sociales basan su trabajo en la
comprobación de hipótesis, esto es, en la contrastación empírica de una conjetura
razonada que usualmente se deriva de una teoría general.

El método científico supone una serie de “pasos” que permiten


postular hipótesis, recolectar y analizar datos que posibilitan comprobarlas
o refutarlas, así como reformular las ideas más abstractas que fueron el
punto de partida. Sin embargo, como señalamos, numerosos investigadores e
investigadoras rechazan esta forma de aprehensión de los fenómenos sociales;
asimismo, entre quienes la privilegian para su trabajo, muchas veces se presentan
problemas relacionados con la abstracción, vaguedad e inconsistencia de las
teorías, así como con la complejidad de las tareas de medición, que dificultan un
apego estricto a cada uno de los “pasos” del método.

-3-
En síntesis, el uso de definiciones específicas de la sociedad y del lenguaje
de las variables, así como la aplicación de reglas sistemáticas, no resultan
características definitorias de la investigación social, aunque sí pueden ser
consideradas “tendencias” de su desarrollo.

Leer con atención

El método científico supone una serie de “pasos” que permiten postular


hipótesis, recolectar y analizar datos que posibilitan comprobarlas o refutarlas, así
como reformular las ideas más abstractas que fueron el punto de partida

Pero entonces, ¿qué es una representación sociocientífica de la


realidad? La investigación social comparte muchas de sus características con otras
representaciones y en varios sentidos puede decirse que se asemeja al periodismo.
Sin embargo, a diferencia de todas ellas, es habitual que la representación
sociocientífica condense cuatro aspectos:

1. Ocuparse de fenómenos que son socialmente relevantes, ya sea por su


extensión y regularidad, como debido a que su especificidad los convierte en un
desafío para distintas presunciones básicas acerca de la vida social;

2. Esos fenómenos son, al mismo tiempo, relevantes para la teoría social, de la cual
las investigaciones parten y reciben una primera orientación para la formulación
de hipótesis y objetivos, pero a la que a su vez pueden desarrollar o desafiar;

3. Basarse en un gran número de pruebas empíricas adecuadas y recolectadas


de manera organizada por un fin preestablecido, es decir, siguiendo un
determinado diseño y una metodología (ya sea cualitativa, cuantitativa o una
combinación de ambas), que dependen de la naturaleza del problema que se está
investigando;

4. Que su desarrollo sea producto de un análisis sistemático de esas pruebas,


es decir, que sea capaz de considerar al conjunto y organizarlo sintéticamente,
derivando de ello conclusiones que no surgirían simplemente del relevamiento y
la presentación.

En sus términos más simples, pues, una investigación social es una


representación de la vida social en la que se produce un diálogo entre
ideas y pruebas empíricas. Las ideas organizan la recolección y dan sentido a las
pruebas empíricas, al tiempo que las pruebas empíricas permiten ampliar, revisar y

-4-
comprobar las ideas. A partir de este diálogo, tienen lugar dos procesos
complementarios. En primer lugar, se analizan los fenómenos, es decir, se los
aísla en sus partes constitutivas y ellas son estudiadas en su relación con
el todo. Luego, se arriba a una síntesis, en la que los diferentes “fragmentos”
resultan nuevamente dotados de coherencia y presentan conexiones que no habían
sido observadas inicialmente.

Para reflexionar

En sus términos más simples, pues, una investigación social es una


representación de la vida social en la que se produce un diálogo entre ideas y
pruebas empíricas. Las ideas organizan la recolección y dan sentido a las
pruebas empíricas, al tiempo que las pruebas empíricas permiten ampliar,
revisar y comprobar las ideas.

La interacción entre ideas y pruebas empíricas

Si damos un paso adelante y especificamos esta primera aproximación, nos


encontraremos con que la interacción de ideas y pruebas empíricas se basa
en dos tipos de construcciones:

A. El marco teórico o analítico, que inicialmente puede ser definido como un


conjunto específico y articulado de ideas construido en base a una
acumulación de conocimiento sobre un determinado fenómeno o aspecto de la
vida social. Los marcos analíticos estructuran a las ideas y permiten diferenciar,
clasificar o evaluar los fenómenos. En este sentido, posibilitan caracterizarlos tanto
a partir del caso general al que pertenecen, como a partir de sus propias
singularidades. Aunque dependiendo del diseño, el marco analítico puede variar su
influencia durante los distintos momentos de la investigación, es importante
remarcar que no existen hechos científicos sin teoría, puesto que, como tales, sólo
pueden ser concebidos a través de un proceso de abstracción y elaboración del
problema;

B. Las imágenes, que son construcciones en las que se sintetizan las


pruebas empíricas, con el propósito de crear representaciones más completas.
Para las y los investigadores sociales existen muchas fuentes de pruebas empíricas
—encuestas y entrevistas de distinto tipo, observaciones de campo, archivos y
documentos históricos, estadísticas oficiales—, que pueden ofrecer una cantidad
potencialmente infinita de información. Su trabajo exige, por tal motivo, hacer una

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rigurosa selección de los hechos, concentrándose en aquellas porciones que, de
acuerdo a sus ideas, marcos analíticos, intereses o estudios pasados, resultan más
relevantes. Una vez afrontada esta tarea, el investigador o investigadora debe
otorgarle sentido a toda la información recogida y volver a relacionarla con las
ideas y marcos que inicialmente estimularon su recolección. Se crea, así, una
imagen que “explica” un determinado fenómeno.

En este sentido, podemos decir que las imágenes:

1. Atraviesan un proceso de “idealización” y “abstraen” elementos


comunes, regularidades, etc., tornándose construcciones conceptualmente
complejas;

2. Implican o incorporan explicaciones, es decir, ponen de manifiesto


las relaciones causales que dan lugar a un determinado fenómeno;

3. Sirven como “guías” para realizar investigaciones posteriores, dado que


presentan aspectos de la vida social antes desconocidos o elaborados de distinto
modo.

La interacción del marco teórico y las imágenes supone un proceso


de “retroducción”, es decir, de funcionamiento conjunto de la deducción y
la inducción. Por un lado, aunque buena parte de la construcción de imágenes
implica un proceso inductivo basado en la recolección de pruebas empíricas, ella ha
sido ordenada por determinadas ideas y el marco teórico del o la investigadora. Por
el otro, aunque la caracterización de un fenómeno es principalmente deductiva, el
acumulado de conocimiento que la posibilita se apoya sobre un enorme conjunto de
pruebas empíricas previamente sistematizadas. En gran medida, las características
que asuma este diálogo dependerán del papel que cumpla el marco analítico a lo
largo de la investigación. En algunas —como los estudios cuantitativos que analizan
covariaciones—, el marco es fijo desde el comienzo y permanece inalterado,
traduciéndose de manera más o menos directa en objetivos e hipótesis de
investigación. En otras —como las indagaciones comparativas—, el marco resulta
más flexible, aportando una “guía” de observación pero sin condicionar el
planteamiento de hipótesis, que posteriormente pueden servir para la reelaboración
de la teoría. Finalmente, en determinadas investigaciones — particularmente en el
caso de los estudios cualitativos— los marcos resultan más fluidos. Los científicos y
las científicas parten de un conjunto inicial de ideas acerca de su objeto, pero no lo
abordan ciñéndose a un solo marco, sino que se mueven entre varios de ellos a
medida que se acumulan las pruebas empíricas. De esta manera, pueden articular
distintas ideas sobre un mismo fenómeno, o bien, evaluar cuál de ellos resulta más
útil a fin de otorgarle sentido a las pruebas empíricas.

-6-
Leer con atención

Cualquiera sea el caso, es fundamental que nunca perdamos de vista que, a


través de la teoría, construiremos de manera consciente y controlada
nuestra distancia y nuestra forma de acción científica sobre lo real.
Cualquier proyecto que prescinda de estos momentos como aspectos necesarios del
proceso de investigación, corre el riesgo de quedar atrapado entre la
inconmensurabilidad de “lo real” y una falsa objetividad corrompida por todo tipo
de ideologías, prejuicios y supuestos no explicitados.

Marco teórico, objetivos y metodología

El punto de partida de la investigación que comenzaremos a


“planificar” en este Taller será un conjunto de consideraciones acerca de
aquel aspecto de la realidad que se desea estudiar. Empezaremos, entonces,
por lo que otros investigadores e investigadoras ya saben sobre nuestro tema y
aquellos relacionados, así como por la lectura de diferentes estudios o artículos
teóricos. Esta etapa inicial articula, pues, la sistematización de lo que otros u otras
hicieron antes que nosotros y nosotras, el planteamiento de preguntas acerca de
aquello que no fue observado y analizado, así como la consideración de la realidad
empírica y los distintos medios para “acceder” a ella. En otros términos, nuestros
primeros pasos supondrán la identificación y construcción de un “área de
vacancia” a partir de preguntas formuladas en base a un determinado marco
teórico, así como el establecimiento de una coherencia entre dicho marco, los
objetivos de la investigación y el diseño metodológico. Aunque en las clases
posteriores profundizaremos sobre cada uno, vamos a dar una primera definición a
estos tres aspectos para ir familiarizándonos con ellos. En primer lugar, el marco
teórico comprende un corpus de conceptos de diferentes niveles de
abstracción que orientarán nuestra forma de aprehender la realidad. En
este sentido, incluye desde supuestos muy generales acerca del funcionamiento de
la sociedad, hasta aquellas categorías específicas sobre el tema que se pretende
analizar:

A. En el nivel más general se encuentran los paradigmas, aquellos


conceptos teórico-metodológicos que se asumen como un sistema de creencias
básicas y no son puestos en cuestión por el investigador durante su práctica
cotidiana. En las Ciencias Sociales existen distintos paradigmas “en competencia”

-7-
que, a través de supuestos ontológicos, epistemológicos, axiológicos y
metodológicos, definen el contenido sustantivo de las disciplinas y la forma de
abordarlo. En este sentido, los paradigmas orientan la selección del problema o
fenómeno a investigar, la definición de objetivos y la estrategia metodológica;

B. Descendiendo en los niveles de abstracción, se encuentra la teoría


general. Este conjunto de proposiciones lógicamente interrelacionadas implica una
concepción de la sociedad y los sujetos, que también incide sobre nuestra selección
del objeto de estudio, las preguntas que formulamos y el modo en que intentamos
responderlas;

C. Finalmente, la teoría sustantiva comprende aquellas proposiciones


directamente relacionadas con nuestro objeto de estudio. Su incidencia se
vincula con la definición de objetivos específicos y las modalidades más apropiadas
para la recolección de datos.

La definición teórica de un problema de investigación prefigura el


“recorte” y la perspectiva mediante la cual se abordará la realidad. Dicho
recorte puede ser “macrosocial” y apuntar a una comprensión de la estructura
social, las instituciones, los conflictos que dan lugar a grandes tendencias, etc.; o
“microsocial” y buscar comprender experiencias individuales e interacciones que
reproducen molecularmente un determinado orden. Es importante que retengamos
que el tipo de recorte no se derivará mecánicamente del tema que hayamos
elegido, sino que surgirá del abordaje teóricamente sustentado que pretendamos
darle.

En segundo lugar, definiremos nuestros objetivos, que son las


construcciones que nos permitirán abordar un tema o problema de la
realidad desde la perspectiva del marco teórico que hemos seleccionado.
Nuestra investigación comprenderá:

A. Un objetivo general, que constituye el foco principal de la indagación;

B. Objetivos específicos, que se desprenden del anterior y son los


momentos lógicos que nos permiten alcanzarlo.

Usualmente, los objetivos se formulan mediante un verbo que indica


una “intención” del investigador o investigadora y contienen los conceptos
teóricos fundamentales que guían su trabajo. Asimismo, explicitan un recorte
espacio-temporal específico y hacen referencia a una determinada unidad
de análisis, caso y ámbito en el que se realizará la investigación. Al articular
preguntas de investigación que llevan implícitas distintas perspectivas teóricas y

-8-
que deben responderse a partir un determinado “procedimiento”, los objetivos
funcionarán como “nexo” entre la teoría y la metodología.

Para reflexionar

Los objetivos deberán “traducir” preguntas relevantes para comprender


el problema de investigación; implicarán una contribución al conocimiento
acumulado en una determinada área; y serán susceptibles de ser contestados,
es decir, podrán cumplimentarse a partir del estado actual del conocimiento y
las herramientas de las que disponemos para aprehender la realidad

La metodología, finalmente, estará conformada por procedimientos o


métodos que posibiliten la construcción de evidencia empírica, aunque
debemos considerar que no se reduce a ellos. En realidad, los contendrá en el
marco de determinados fundamentos epistemológicos que dotarán de coherencia
interna a la investigación y justificarán su validez. La metodología supone —aunque
sea de manera implícita— una concepción del rol de la teoría, de la causación de los
fenómenos, del carácter “probatorio” de la evidencia empírica, de la deducción y la
inducción, entre otras dimensiones.

Como hemos visto, las metodologías pueden ser cualitativas o


cuantitativas, entrecruzándose cada una de ellas con distintos
presupuestos teóricos y procedimientos de recolección y análisis de datos.
Por lo general, en el caso de la metodología cuantitativa suelen utilizarse encuestas
y técnicas estadísticas de análisis, mientras que en la cualitativa usualmente se
emplean entrevistas, observaciones y análisis de discurso. Como decíamos, esta
“correspondencia” entre metodología y métodos no es azarosa, puesto que sigue
una lógica que parte de la traducción del tema en conceptos teóricos y objetivos de
investigación, aunque tampoco es absolutamente rígida (por ejemplo, una
investigación puede triangular distintos métodos de recolección y análisis
a partir de la definición de una estrategia metodológica “mixta”).

Por lo general, los marcos teóricos que sustentan investigaciones


cuantitativas colocan énfasis en las teorías sustantivas y los conceptos que orientan
la construcción de variables e hipótesis; en la elaboración de “modelos” en los que
dichas variables se relacionan; así como en la “separación” del investigador o
investigadora respecto de su objeto de estudio. En cambio, las investigaciones
cualitativas suelen enfatizar sus aspectos epistemológicos, encontrándose más
abiertas a su discusión; desarrollarse en base a definiciones teóricas más

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abstractas; y suponer que la realidad es subjetiva e intersubjetiva, razón por la cual
se asume que la o el investigador nunca puede “abstraerse” por completo ni dejar
de intervenir sobre aquello que desea investigar.

Conclusión

En la presente clase nos hemos introducido en los fundamentos de la


investigación social. En este sentido, hemos fijado una serie de elementos que nos
permiten distinguir qué es y qué no es un discurso científico, así como comenzar a
interiorizar su organización interna. A partir de esta primera aproximación, en los
próximos encuentros abordaremos con mayor detalle cada uno de los elementos
que compondrán la investigación y comenzaremos a trabajar en la elaboración del
plan de tesis.

Lecturas obligatorias

- Marradi, A.; Archenti, N.; Piovani J.I. (2007). “El diseño de la investigación”, en
Metodología de las ciencias sociales. Buenos Aires: Cengage Learning Argentina,
pp. 71-86.

- Sautu, R. (2011). “Acerca de qué es y no es investigación científica en ciencias


sociales”, en Wainerman y Sautu (comps.), La trastienda de la investigación.
Buenos Aires: Editorial Manantial [nueva edición ampliada].

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