Propiedades Coligativas

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PROPIEDADES COLIGATIVAS

Muchas de las propiedades de las disoluciones verdaderas se deducen del


pequeño tamaño de las partículas dispersas. En general, forman disoluciones
verdaderas las sustancias con un peso molecular inferior a 104 dalton.
Algunas de estas propiedades son función de la naturaleza del soluto (color,
sabor, densidad, viscosidad, conductividad eléctrica, etc.). Otras propiedades

dependen del disolvente, aunque pueden ser modificadas por el soluto


(tensión superficial, índice de refracción, viscosidad, etc.). Sin embargo, hay
otras propiedades más universales que sólo dependen de la concentración
del soluto y no de la naturaleza de sus moléculas. Estas son las
llamadas propiedades coligativas.

Las propiedades coligativas no guardan ninguna relación con el tamaño ni


con cualquier otra propiedad de los solutos.

Son función sólo del número de partículas y son resultado del mismo
fenómeno: el efecto de las partículas de soluto sobre la presión de vapor
del disolvente
Las cuatro propiedades coligativas son:

descenso de la presión de vapor del disolvente

La presión de vapor de un disolvente desciende cuando se le añade un soluto no volátil. Este


efecto es el resultado de dos factores:

la disminución del número de moléculas del disolvente en la superficie libre

la aparición de fuerzas atractivas entre las moléculas del soluto y las moléculas del disolvente,
dificultando su paso a vapor
Si representamos por P la presión de vapor del disolvente, P' la presión de vapor de la
disolución y Xs la fracción molar del soluto, la ley de Raoult se expresa del siguiente modo:

de donde se obtiene que :

con lo que:

Esta fórmula nos permite enunciar la ley de Raoult: la presión de vapor de la disolución es igual
a la presión de vapor del disolvente por la fracción molar del disolvente en la disolución. Esta
fórmula tiene validez para todas las disoluciones verdaderas.

Cuando se trabaja con disoluciones diluidas como las biológicas, cuya molalidad oscila entre 0
y 0,4, se puede utilizar una fórmula aproximada. Si por ejemplo, la molalidad m = 0,4 hay 0,4
moles de soluto en 1000 g de agua, o lo que es lo mismo, 0,4 moles de soluto por cada 55,5
moles de agua, ya que 1000 g de agua (peso molecular =18) son 55,5 moles:

Por otro lado, la fracción molar del soluto (Xs) es:


y por lo tanto,

De acuerdo con esta fórmula, el descenso relativo de la presión de vapor es proporcional a la


molalidad, si la disolución es diluída.

elevación ebulloscópica

La temperatura de
ebullición de un líquido es
aquélla a la cual su presión
de vapor iguala a la
atmosférica (Figura de la
derecha).

Cualquier disminución en
la presión de vapor (como
al añadir un soluto no
volátil) producirá un
aumento en la
temperatura de ebullición
(Ver Figura de la tabla). La
elevación de la
temperatura de ebullición
es proporcional a la
fracción molar del soluto.
Este aumento en la
temperatura de ebullición
(DTe) es proporcional a la concentración molal del soluto:

DTe = Ke m

La constante ebulloscópica (Ke) es característica de cada disolvente (no


depende de la naturaleza del soluto) y para el agua su valor es 0,52
ºC/mol/Kg. Esto significa que una disolución molal de cualquier soluto no
volátil en agua manifiesta una elevación ebulloscópica de 0,52 º C.
descenso crioscópico
La temperatura de congelación de las disoluciones es más baja que la
temperatura de congelación del disolvente puro (Ver Figura de la tabla). La
congelación se produce cuando la presión de vapor del líquido iguala a la
presión de vapor del sólido. Llamando Tc al descenso crioscópico y m a la
concentración molal del soluto, se cumple que:

DTc = Kc m

siendo Kc la constante crioscópica del disolvente. Para el agua, este valor es


1,86 ºC/mol/Kg. Esto significa que las disoluciones molales (m=1) de
cualquier soluto en agua congelan a -1,86 º C.
presión osmótica

La presión osmótica es la propiedad coligativa más importante por sus


aplicaciones biológicas, pero antes de entrar de lleno en el estudio de esta
propiedad es necesario revisar los conceptos de difusión y de ósmosis.

Difusión es el
proceso mediante el
cual las moléculas
del soluto tienen a
alcanzar una
distribución
homogénea en todo el espacio que les es
accesible, lo que se alcanza al cabo de cierto tiempo (Figura de la
izquierda). En Biología es especialmente importante el fenómeno de difusión
a través de membranas, ya que la presencia de las membranas biológicas
condiciona el paso de disolvente y solutos en las estructuras celulares (Figura
de la derecha).

La presencia de una membrana separando dos medios diferentes impone


ciertas restricciones al proceso de difusión de solutos, que dependerán
fundamentalmente de la relación entre el diámetro de los poros de la
membrana y el tamaño de las partículas disueltas. Las membranas se
clasifican en cuatro grupos :

 impermeables: no son atravesadas ni por solutos ni por el disolvente


 semipermeables: no permiten el paso de solutos verdaderos, pero sí
del agua
 dialíticas: son permeables al agua y solutos verdaderos, pero no a los
solutos coloidales
 permeables: permiten el paso del disolvente y de solutos coloidales y
verdaderos; sólo son impermeables a las dispersiones groseras

Ebulloscopia

La ebulloscopia es una de las propiedades coligativas, ella surgió a través del análisis de
soluciones mezcladas a líquidos puros. Cuando analizamos un líquido en estado puro y
una solución de ese mismo líquido, percibimos cambios en el comportamiento del
líquido en razón de la presencia del soluto, es decir, hubo alteraciones en las
propiedades coligativas de ese líquido.

Consideremos estos dos conceptos

1. El solvente tiene características que pueden modificar el comportamiento de un


fluido, en este caso es responsable de la elevación del punto de ebullición del líquido.
2. Sabemos que el fenómeno de la ebullición ocurre cuando una sustancia pasa del
estado líquido para el estado gaseoso y que el punto de ebullición del agua es de 100,0
°C.

Pero, ¿cómo ocurre eso en la práctica? Para un mejor entendimiento utilicemos un


ejemplo bien simple: cuando mezclamos sal y agua aumentamos su punto de
ebullición, siendo así, ella va a demorar más tiempo en hervir. Esto porque cuando un
soluto no volátil es disuelto en agua, se observa que la temperatura de ebullición de la
solución formada es superior al valor de la temperatura de ebullición del agua pura.
Este fenómeno es denominado de efecto ebulloscópico.

La fórmula utilizada para el cálculo de la ebulloscopia es:


Δte = Te2 – Te, donde:
Te es igual a temperatura de ebullición de la solución
TE2 es igual a temperatura de ebullición del solvente

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