Claves para Una Educación Inclusiva - Borsani

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CLAVES PARA UNA EDUCACIÓN INCLUSIVA

Borsani, María José. (2020) en Aulas Inclusivas. Teorías en acto. Rosario: Homo Sapiens 2020

La educación inclusiva (EI) es el modelo educativo amplio y plural propuesto por Naciones
Unidas que recibe a todos los niños, niñas y adolescentes y concibe la diversidad del alumnado
como un valor educativo. UNESCO en el 2008 la presenta como una estrategia dinámica que da
respuesta en forma proactiva a la diversidad de los estudiantes al concebir las diferencias
individuales no como un problema sino como una oportunidad de enriquecer el proceso de
aprendizaje. No como un déficit, ni como un problema causante de exclusión, sino que
garantiza el derecho a la educación de todos los alumnos.

La EI se concibe como un proceso que permite abordar y responder a la diversidad de las


necesidades de todos los educandos a través de una mayor participación en el aprendizaje, en
las actividades culturales y comunitarias a la par de reducir la exclusión dentro y fuera del
sistema educativo. La LEN (2006) ubica la educación y el conocimiento como un bien público y
un derecho personal y social que debe ser garantizado por el Estado.

La EI plantea “un modelo educativo que recibe a todo tipo de niñ@s y percibe la diversidad
como un valor y no como una causa de exclusión, está inspirada en el reconocimiento de la
necesidad de actuar con miras a conseguir escuelas para todos, esto es instituciones que
incluyan a todo el mundo, celebren las diferencias, respalden el aprendizaje y respondan a las
necesidades de cada quien”. (1)

La propuesta va más allá de una transformación educativa al ser considerada como una
construcción filosófica, una actitud, un sistema de valores y creencias sostenidas desde el
paradigma del derecho donde los estudiantes de una comunidad aprenden juntos
independientemente de sus condiciones personales, sociales y culturales.

 Deja de considerarse una cuestión de principios para ser una cuestión de derechos. El
derecho a la educación, el derecho a la igualdad de oportunidades supone equidad de
oportunidades para llegar a las mismas metas, derecho a ser educados sin restricciones junto a
los compañeros de la misma edad.

 Impone la renuncia al mandato homogeneizador del hombre racional de la modernidad


obediente al modelo que impone que todos los alumnos deben aprender lo mismo de la
misma forma y en tiempos similares y que quien no responde a estos parámetros debe
concurrir a la escuela especial. La educación inclusiva se posiciona como garante de la
educación de cada niño, niña, adolescente que llega a las aulas. Al claudicar a su fuerza
homogeneizadora se destierra la idea de anualización, gradualización y simultaneidad que han
sido los pilares de la escuela tradicional. Se desnaturaliza la idea de igualdad al considerar que
no todos los estudiantes aprenden lo mismo, de la misma manera, mucho menos en los
mismos tiempos ni con los mismos métodos y recursos. Prevalece la idea de derecho,
oportunidad y equidad.

 Informe de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos A/HRC/25/26 2013

 Reconoce la diversidad como un valor educativo que se manifiesta a través de las diferencias
étnicas, religiosas, lingüísticas, cognitivas, socio históricas, culturales, subjetivas, familiares, de
género, diversidad funcional etc y propone aulas inclusivas donde alojar a todos los
aprendientes.

 Entiende los “problemas de aprendizaje” desde la óptica de los problemas de enseñanza. Se


supera la idea de “ineducabilidad” y déficit. La educabilidad es un concepto amplio que no
necesariamente se restringe a la figura de “la capacidad de aprender” de un individuo sino que
se vincula también con la capacidad y los modos de enseñar, con los dispositivos y prácticas de
enseñanza, con los condicionantes escolares, con las oportunidades “Por lo general, cuando se
cierne la sospecha acerca de la posibilidad de ser o no ser educado en aulas regulares, el
análisis se enfatiza en el aprendiz no en las condiciones y ofertas socioeducativas que por lo
general suponen homogeneidad de expectativas, de logros y de metodologías. Tampoco se
articula la mirada con el contexto socio histórico en el que el sujeto se desarrolla, lo que da por
resultado una evaluación sobre su educabilidad muy sesgada y unidireccional. La mera
etiqueta con que se mencione lo que acontece con cada alumno en conflicto con el
aprendizaje no define, por sí misma, un criterio de educabilidad ni de escolarización. La idea de
in-educabilidad es una herencia del paradigma médico-rehabilitador y de la escuela tradicional
homogeneizadora, se asocia a la idea de inteligencia y las clasificaciones de su “falta” –
debilidad mental, retardo mental, déficit intelectual, discapacidad intelectual, retraso
madurativo– y otras tantas que señalan dificultades cognitivas vistas desde el binarismo de lo
normal-anormal, lo esperable y la carencia asociado al rango etario. La idea de educabilidad se
liga al concepto de devenir inteligente, del aprendizaje como acontecimiento inter e intra-
subjetivo, de los tiempos y las experiencias subjetivas que no dependen de la edad del sujeto o
de un supuesto CI sino de construcciones socio históricas ecológico contextuales que se
articulan con la subjetividad. En este considerando se articula el legado de Paulo Freire, al decir
que “Nadie aprende solo, todos aprenden de todos, mediatizados por el mundo”, con el de
Maud Mannoni cuando afirma que “Un ser humano tiene todo por ganar si no recibe de la
sociedad un veredicto inapelable”.

 Abre un nuevo campo conceptual, y semántico, que nos sitúa ante nuevas significaciones:
accesibilidad, ajustes razonables, barreras al aprendizaje y a la participación, configuraciones
de apoyo, trayectoria educativa integral, trayectos múltiples y diversos y demás conceptos que
redefinen la educación de este tercer milenio. La Accesibilidad es noción clave sobre la que se
construye la inclusión ya que supone el grado en el que todas las personas pueden utilizar un
objeto, disponer de un bien cultural, visitar un lugar o acceder a un bien o servicio,
independientemente de sus capacidades técnicas, cognitivas o físicas. Es indispensable e
imprescindible pivotear sobre este concepto, en tanto condición necesaria para la
participación de todas las personas independientemente de las posibles limitaciones
funcionales que puedan tener, sobre el que debe girar todo accionar en torno a la inclusión. La
accesibilidad es el eje desde donde se sopesan las barreras que condicionan el acceso al
aprendizaje y a la participación y se ubican los posibles ajustes necesarios para sortearlas,
modificarlas, eliminarlas, superarlas o minimizarlas para que no sean condicionantes del
derecho a que ese objeto, lugar, bien o servicio sea asequible. Pensar en y desde la
accesibilidad corre la mirada del sujeto y la ubica en el contexto, en todo aquello que hace
tope, barrera, imposibilidad de acceder para operar en ese contexto limitacional que es lo que
genera la inaccesibilidad condicionando el derecho a la educación.

 Propone un curriculum común, abierto, de base flexible, descentralizado, revisable y


adecuable según contextos y grupos, adaptado a las necesidades de los aprendices con
tiempos, espacios y agrupamientos móviles.
 Necesita formas no tradicionales de producción pedagógica. Jerarquiza la diversificación
curricular y avanza en el Diseño Universal del Aprendizaje como enfoque de enseñanza con
actividades multinivel que ofrecen a los estudiantes múltiples maneras de acceder al mismo
concepto. Se aúnan la diversificación de la oferta educativa y la personalización de las
experiencias comunes de aprendizaje con el fin de lograr el mayor grado posible de
participación de todos los estudiantes, sin perder de vista las necesidades de cada uno. En
lugar de planificar pensando en un “alumno promedio” y luego realizar acciones
individualizadas para dar respuesta a las necesidades de determinados estudiantes o grupos
que no han tenido cabida en una propuesta educativa que se inscribe en una lógica de la
homogeneidad, se propone planificar desde la mirada y la lógica de la diversidad.

 Plantea la Justicia Curricular como posibilidad de desandar las propuestas curriculares


segregacionistas, de alumnos separados y “diferentes” con currículo especial o recortado que
dejan intacto el curriculum hegemónico en vigor y sostienen los procesos de exclusión. Es
imprescindible hacer del currículo una herramienta que asegure que todos se inserten en la
sociedad del siglo XXI, y no sostener currículos diferenciados para pobres y ricos, varones y
mujeres, nacionales y extranjeros, con o sin discapacidad, y demás variaciones poblacionales,
como si pertenecieran a distintas especies de personas destinados a ocupar socialmente
posiciones de mayor o menor jerarquía social. No se trata de desconocer las diferencias, sino
de reconocerlas y legitimarlas, plantearlas, buscar soluciones, no taparlas, esconderlas, ni
minimizarlas con un gesto benefactor o zanjarlas temporariamente con dádivas que poco
tienen que ver con los procesos de aprendizaje. Tomar en consideración cuestiones de justicia
en educación obliga a repensar todo lo relacionado con el currículum: desde las políticas
educativas hasta los contenidos escolares, las experiencias y tareas que se promueven, los
recursos y materiales didácticos, la función de la evaluación, el rol del profesorado, de las
familias y, por supuesto, del propio alumnado.

 Considera indispensable y prioritaria la formación y actualización de los maestros y


profesores, pensada como un derecho y una obligación colectiva. Impone un esmerado
acompañamiento para reflexionar y trabajar con aquello que se presenta y emerge en esta
tensión a través de espacios de capacitación activos y democráticos

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