Finanzas Publicas Unidad 10

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UNIDAD 10

CRÉDITO PÚBLICO

1. Concepto de crédito público

La palabra “crédito” deriva del latín créditum, que significa “tener confianza o fe”.

El término “público” hace referencia a la persona de aquel (Estado) que hace uso de la confianza en él
depositada, pidiendo que se le entreguen bienes ajenos en contra de la promesa de la ulterior
restitución.

Sostienen los autores que la expresión “crédito” se relaciona con dos formas de creencia: la confianza
o fe en la moral de una persona dispuesta a cumplir sus deberes y obligaciones, y la creencia de que
podrá cumplirlos por disponer de medios económicos.

Evolución histórica: el hecho de que el crédito público se base actualmente sobre la confianza y buena
fe, es producto de su evolución histórica. Recuerda Ahumada que el auge de este recurso estatal
comenzó en el siglo XIX. Los préstamos entre los Estados de la antigüedad se hacían muy difíciles por
el procedimiento de la bancarrota frecuente que se producía con el advenimiento de un nuevo
soberano; el impuesto no existía como fuente de recursos regulares y se daba con frecuencia el repudio
de la deuda. Por ello, los préstamos se hacían a breve plazo y por pequeñas sumas con garantías
reales (joyas, fuentes impositivas, las tierras de la corona, etc.) o personales (por ejemplo, algún tercer
soberano que aceptaba ser fiador), ya que siempre estaba presente la posibilidad para las bancarrotas
o repudios fraudulentos de la deuda contraída.

A partir del siglo XIX los Estados se organizan jurídicamente, la gestión administrativa mejora, los
recursos pasan a ser permanentes, elásticos y productivos, y la noción sobre la responsabilidad del
Estado adquiere relevancia; a ello se suma el gran desarrollo de los valores mobiliarios y el nacimiento
de bolsas y mercados para esos valores, todo lo cual es factor decisivo para que adquiera auge el
crédito público. (Villegas)

Según audios de clases: el Estado tiene que lograr que los otros le crean que les va a pagar. Es la
aptitud para conseguir dinero en préstamo. El préstamo se instrumenta, se formaliza en el “Empréstito”.

Para conseguir un préstamo el Estado debe tener:

• Aptitud política: tiene que ver con la acentuación tanto nacional como internacional. La situación
interna del Estado es la paz interior del mismo.

• Aptitud jurídica: se tiene en cuenta si es un Estado organizado, si existe una constitución y si


es respetada, además, que exista división de poderes, que haya un poder judicial
independiente.

• Aptitud económica: interesa la riqueza del Estado, es rico cuando hay producción de bienes y
servicios.

• Aspecto moral: importa el comportamiento del Estado, su conducta anterior. El Estado que
cumple es un Estado al que se le presta.

Articulo 56 Ley 24.156 (Ley de Administración Financiera del Estado): Se entenderá por crédito público
la capacidad que tiene el Estado de endeudarse con el objeto de captar medios de financiamiento para
realizar inversiones reproductivas, para atender casos de evidente necesidad nacional, para
reestructurar su organización o para refinanciar sus pasivos, incluyendo los intereses respectivos. Se
prohíbe realizar operaciones de crédito público para financiar gastos operativos.
Fundamento y finalidad: artículo 4º Constitución Nacional: El Gobierno federal provee a los gastos de
la Nación con los fondos del Tesoro nacional formado del producto de derechos de importación y
exportación, del de la venta o locación de tierras de propiedad nacional, de la renta de Correos, de las
demás contribuciones que equitativa y proporcionalmente a la población imponga el Congreso General,
y de los empréstitos y operaciones de crédito que decrete el mismo Congreso para urgencias de la
Nación, o para empresas de utilidad nacional.

Crédito público, deuda pública y empréstito. Diferencias

Podemos decir entonces, que:

• CREDITO PÚBLICO es la aptitud política, económica, jurídica y moral de un Estado para


obtener dinero o bienes en préstamo con fines de utilidad pública;

• EMPRESTITO es la operación crediticia concreta mediante la cual el Estado obtiene dicho


préstamo, es decir, la herramienta o formalización del crédito, la instrumentación jurídica; y,

• DEUDA PÚBLICA es la obligación que contrae el Estado con los prestamistas como
consecuencia del empréstito, o sea, lo que efectivamente se recibió como crédito. (La deuda
pública es el conjunto de empréstitos no amortizados) (Villegas).

2. El empréstito público. Concepto

Es el documento en el cual se instrumenta y formaliza el crédito

Es la operación mediante la cual el Estado recurre al mercado interno o externo de capitales en


demanda de fondos y logra cerrar trato con uno o varios acreedores, que le prestan dinero contra la
promesa de reembolsar el capital, en la forma y las condiciones acordadas, con intereses también
convenidos.

Si el empréstito se emite y se cumple en el país, es interno. Si, por el contrario, la obligación surgida es
adeudada en el exterior mediante la transferencia de valores y la operación es regida por leyes
extranjeras, el empréstito es externo.

Es la instrumentación del crédito público. Es la materialización de la aptitud del estado de contraer


deudas, es cuando el Estado hace uso de su crédito y obtiene los recursos que requería. (Villegas)

Existen empréstitos cuando el Estado recurre al mercado en demanda de fondos, con la promesa de
reembolsar el capital en determinadas formas y términos y de pagar un interés periódico.

- Empréstitos a largo plazo y a plazo intermedio: cuando el termino para la restitución del capital
es extenso (generalmente 30 años aproximadamente), se dice que hay empréstito a largo
plazo; en cambio, si ello debe ocurrir en un término más breve pero superior al año (por lo
común entre 3 y 10 años), entonces el empréstito es a plazo intermedio.

- Empréstitos a corto plazo: los llamados empréstitos de tesorería corresponden a la emisión de


valores por un plazo breve, que por lo común no excede el año, y que ofrece al público en
general o a determinados sectores capitales. (Fonrouge)

Se emiten a corto plazo (menor a un año), a mediano plazo (hasta 5 años) y largo plazo (hasta 10
años).
Naturaleza jurídica

Naturaleza jurídica según audios de clases:

- Hay quienes dicen que la constitución de empréstitos es un acto de soberanía del Estado;

- Hay quienes hacen hincapié en que tiene naturaleza contractual, es una convención en la que
intervienen dos partes en la formación del proceso obligacional. Esta es la que sigue
mayoritariamente la doctrina.

Si bien nadie pone en duda que el Estado prestatario asume la obligación de restituir el capital recibido
y de pagar un interés, en cambio no hay uniformidad en cuanto a la esencia de tal obligación, que para
unos autores es de carácter unilateral y deriva de la soberanía, en tanto que para todos es de tipo
bilateral y contractual, aunque estos últimos tampoco coinciden acerca de si el contrato es de derecho
privado o de derecho público.

Las distintas opiniones pueden clasificarse en tres grupos:

- Uno por considerar al empréstito como un acto de soberanía, que origina una obligación
unilateral de derecho público;

- Otra, que deriva de la anterior, y que hace depender la calificación del acto de la soberanía
legislativa del Estado, estableciendo un distingo entre empréstitos internos y empréstitos
internacionales;

- El tercer grupo asigna al empréstito naturaleza contractual y admite cuatro subdivisiones:


contrato de derecho privado; contrato de derecho público; contrato reglamentario o de
colaboración, de naturaleza mixta; contrato sui generis.

a) El empréstito como acto de soberanía: no hay voluntad de los particulares, se lanzan al mercado
por el valor establecido por el Estado.

Las razones por las cuales algunos autores le niegan naturaleza contractual son principalmente los
siguientes:

1. Los empréstitos son emitidos en virtud del poder soberano del Estado;

2. Surgen de autorización legislativa, siendo sus condiciones establecidas por la ley;

3. No hay persona determinada en favor de la cual se establezcan obligaciones;

4. El incumplimiento de las clausulas no da lugar a acciones judiciales, y el servicio es


atendido o suspendido en virtud de actos de soberanía;

5. No hay acuerdo de voluntades en el empréstito, porque los títulos se lanzan al mercado


con valor establecido, y la voluntad de los prestamistas no interviene en el proceso
formativo de la obligación.

b) El empréstito según la soberanía legislativa del Estado (distinción entre empréstitos internos e
internacionales): en el empréstito interno, el prestamista quedaría sometido incondicionalmente a
la potestad legislativa del Estado prestatario. En cambio en el empréstito internacional, la soberanía
estatal no puede modificar unilateralmente el contrato, como tampoco podría hacerlo con un
tratado, por lo cual el prestamista extranjero goza de la protección del derecho internacional.

c) El empréstito como un contrato (obligaciones bilaterales): la mayoría de la doctrina adhiere a esta


cuestión. Opinan algunos autores que el empréstito es indiscutiblemente un contrato, es decir, un
acto bilateral, en que se establecen obligaciones reciprocas para ambas partes y cuyo cumplimiento
puede ser exigido mediante la intervención de autoridades jurisdiccionales. Nace de la voluntad de
las partes, salvo el caso del empréstito forzoso, que es una deformación del instituto. En efecto, la
convención se celebra porque el prestamista voluntariamente desea efectuar el préstamo.

Sin embargo, dentro de esta posición se discute si se trata de un contrato similar a los del derecho
privado, en el cual el Estado renuncia a su rol preeminente para colocarse en situación de igualdad
con el contratante prestamista, o si es un contrato de derecho público, en el cual el poder del Estado
se manifiesta mediante un cuadro contractual, pero las condiciones se fijan previamente y de
manera unilateral por el ente público.

Por lo tanto, hay uniformidad de que es un contrato pero no hay uniformidad en cuanto al tipo de
contrato.

• Contrato de derecho privado

a) Contrato ordinario; una parte de la doctrina considera que es un contrato ordinario, ya que
al celebrarlo el Estado abdica de su soberanía; en otros términos, si bien uno de los
intervinientes es el Estado, en el caso celebra una convención de igual a igual con los
particulares, quedando sometido a todos los efectos jurídicos de los contratos privados.

b) Contrato colectivo; otra parte de la doctrina considera el empréstito como un contrato


colectivo entre el Estado y el conjunto de suscriptores, y no como actos individuales con
cada prestamista.

c) Contrato de adhesión. Otros consideran que es un contrato de adhesión, en que el Estado


hace conocer las condiciones mediante las cuales se constituirá en deudor y que son
aceptadas por el proveedor de fondos mediante la suscripción.

• Contrato de derecho público: la doctrina francesa se mantiene uniforme en el sentido de


que el empréstito es un contrato de derecho público y administrativo (por tratarse de un
contrato relativo al funcionamiento del servicio público y por ser voluntad de los contratistas
someterse a un régimen jurídico especial de derecho público), con la sola excepción de
Duverger, que no se pronuncia expresamente en este último sentido u dice: si el empréstito
del Estado es un contrato, entonces es un contrato de derecho especial, un contrato de
derecho público, en que el poder y la autoridad del Estado se manifiestan por intermedio
del cuadro contractual, para fijar las cláusulas de manera unilateral.

a) En general;

b) De derecho administrativo.

• Contrato reglamentario o de colaboración, de naturaleza mixta: consideran que no se trata


de una situación contractual pura sino de un conjunto complejo de derechos objetivos y
subjetivos. El empréstito contiene un elemento estatutario objetivo, de carácter
institucional, combinado con otro de colaboración de los suscriptores, lo que le asigna una
configuración jurídica parecida a la concesión de servicios públicos.

• Contrato sui generis: tienen elementos variados que se entremezclan, de derecho público
y de derecho privado. Uno de los autores considera que el empréstito es un contrato de la
parentela del mutuo, de tipo consensual y real, pero aclara que una vez pactado se
caracteriza por la unilateralidad de las obligaciones en favor del prestamista. (Fonrouge)

Clases de empréstitos. Voluntarios, patrióticos y “forzosos”

→ El empréstito es voluntario cuando el Estado, sin coacción alguna, recurre al mercado de


capitales en demanda de fondos, con promesa de reembolso y pago de intereses. Éste es el único
empréstito que puede denominarse estrictamente así.
Empréstito según audios de clases: cuando voluntariamente se resuelve prestarle al Estado porque se
entiende que entre un particular y un Estado, siempre es el Estado el que se encuentra en mejores
condiciones para hacer frente al préstamo, entonces voluntariamente se resuelve dar el préstamo al
Estado. Generalmente a iguales condiciones de mercado se le presta al Estado, ya que hay más
posibilidades de que el Estado esté en mejores condiciones de hacer frente al pago de la obligación.

→ El empréstito patriótico es el que se ofrece en condiciones ventajosas para el Estado, y no es


enteramente voluntario, pues se configura en el caso una especie de coacción. Son empréstitos cuyas
clausulas contienen ventajas para el Estado deudor, se hacen suscribir mediante propaganda y
apelando a los sentimientos patrióticos de la comunidad. Los casos en que más frecuentemente se
utiliza esta modalidad son las guerras. Nuestro país recurrió al empréstito patriótico en 1898, cuando
se consideraba que era inminente una guerra con Chile, y en 1932, a raíz de la crisis mundial y el
desorden financiero que había quedado de un gobierno desplazado por un movimiento militar. En
ambos casos, este medio produjo escasos resultados.

Empréstito según audios de clases: interviene un sentimiento patriótico que hace que a veces se le
preste al Estado aún en condiciones más desventajosas que las vigentes en el mercado. Ejemplo: en
situaciones de guerra, de beligerancia. Cuando un Estado entra en guerra con otro, los ciudadanos de
ese Estado le prestan, se emiten empréstitos patrióticos como modo de colaboración.

→ En los empréstitos forzosos, los ciudadanos de un país están obligados a suscribir una suma
proporcional a la renta o al capital que poseen y por eso se dice que constituyen algo así como un
impuesto extraordinario, con la diferencia de que en el empréstito hay reembolsos (por lo menos
teóricamente y en el impuesto no. Sin embargo, la naturaleza de este tipo de operación ha hecho decir
que la expresión “empréstito forzoso” es incorrecta, ya que en realidad constituye una requisición
temporaria de capital, sujeta a condiciones fijas unilateralmente por quien detenta el poder y cuya única
sustentación radica en situaciones de emergencia que ponen en peligro al Estado mismo; a pesar de
ello, el propio impugnante reconoce que tal denominación ha sido consagrada por el uso y no merece
ser sustituida por otra. Se discute, en doctrina, si esta peculiar forma de obtener fondos puede
considerarse realmente un empréstito.

Empréstito forzoso según audios de clases: se dice que no son verdaderos empréstitos. En algunas
situaciones se ha obligado a personas que se encuentran en determinado rango de ingresos o de
patrimonio a tener que prestarle al Estado. Entonces, en realidad, lo que se sostiene es que deja de
ser de naturaleza convencional y pasa a ser de índole tributaria. Por eso se habla del empréstito forzoso
como una anomalía.

Formas de emisión y colocación

¿Cómo se emiten y colocan los empréstitos? Según audios de clases:

- Por suscripción pública.

- A través de bolsas y mercados.

- A través de los bancos: los bancos generalmente trabajan de dos formas: o cobran comisión
directamente por el trabajo que ellos llevan a cabo, o bien los toman por debajo de su valor y
luego lo colocan en forma privada y ganan con la diferencia.

El acto jurídico de emisión posee diferentes requisitos según se trate de empréstitos a largo plazo y a
plazo intermedio, o de empréstitos a corto plazo (Letras de Tesorería).

En el primer caso (empréstito propiamente dicho) la emisión debe ser dispuesta por ley, es decir, por
un acto emanado del Poder Legislativo que reúna los caracteres de una ley, por tratarse de una facultad
del Congreso. Se trata del ejercicio de un poder originario del Congreso, indelegable por naturaleza, y
que se pone de manifiesto por una ley como todas las demás.
El empréstito no es autorizado sino dispuesto, ordenado, por el Congreso, en razón de ser la única
autoridad que puede resolverlo según disposiciones de nuestra Constitución, constituyendo un acto de
soberanía; si el Poder Ejecutivo no lo considera adecuando, tiene en su manos el derecho a veto para
impedir la ejecución de la ley; caso contrario, debe cumplirla, a cuyo efecto le corresponde el derecho
y la obligación de reglamentarla (art. 99, inc. 2, CN).

Son dos poderes que actúan en sus respectivas esferas y en virtud de facultades privativas: el
Congreso sancionando la ley, que siempre debe ser previa, y no a posteriori, el Ejecutivo, poniéndola
en marcha, llevándola a efecto.

Para las Letras de Tesorería (empréstitos a corto plazo), basta una autorización general que es
contenida en el art. 82 de la actual ley de contabilidad (24.156) que se halla limitada por el tope o
máximo anual fijado en la ley de presupuesto.

En cuanto a las formas de negociación de los empréstitos, esto es, los procedimientos de colocación
de los títulos o bonos, los más utilizados son:

a) Colocación por banqueros:

En este supuesto el Estado conviene con una o varias entidades bancarias la colocación de los títulos
en el mercado, mediante el pago de una comisión, de manera que el banco corre con toda la gestión
de la emisión y entrega al emisor los importes que paulatinamente va recibiendo. Pero, en otros casos,
los bancos toman al firme la emisión, entregando al Estado el importe total de la operación y corren con
el riesgo de su ulterior colocación; procedimiento que si bien asegura la colocación integral, en forma
rápida y cómoda, en cambio determina mayor sacrificio, ya que los agentes exigen una utilidad superior
con una comisión más elevada o mediante un tipo de emisión por debajo de la par.

b) Colocación por suscripción pública:

Es el procedimiento más conveniente y que tiende a generalizarse en la actualidad. Consiste en el


lanzamiento de toda la emisión o por series sucesivas, que se ofrecen al público, previa una campaña
de publicidad anunciadora de sus condiciones y ventajas para el ahorrista, fecha de apertura de la
suscripción, etc.

El público, por su parte, puede adquirir los títulos directamente, pero, por lo común, lo hace por
intermedio de las entidades bancarias a que se halla vinculado comercialmente o por corredores de
bolsa.

c) Venta en bolsas:

En este caso, el Estado emisor, en lugar de ofrecerlos a la suscripción directa, pone en venta los títulos
en las bolsas de valores, lo que permite la colocación paulatina y explorar discretamente las condiciones
del mercado, pero ofrece el inconveniente de su limitación, ya que no es posible lanzar grandes
cantidades a la vez sin causar perturbaciones en las cotizaciones, aparte de que puede perjudicar la
negociabilidad de otros valores del Estado o de acciones de empresas privadas, si no hay una plaza
con mucha oferta de dinero.

d) Colocación mediante licitación:

Por lo general, las Letras de Tesorería son colocadas mediante licitación entre los interesados,
representados por instituciones bancarias o corredores de bolsa. Como las Letras se ofrecen a plazos
optativos, desde 15 hasta 350 días, y obtienen un interés variable en función del tiempo, se adjudican
según las ofertas más convenientes para el Estado.
Garantías

Garantías según audios de clases:

- Personales: han sido dejadas de lado.

- Reales: garantizar con tierras, etc.

- A través de recursos: es la que más se utiliza en la actualidad. Se han garantizado empréstitos


con lo recaudado a través de diversos impuestos, tasas, derechos de importación y
exportación, etc. esta es la preferencia de los acreedores ya que es la manera más segura de
hacerse del dinero que fue prestado.

- Se habla de otras garantías que en realidad no son garantías en sí mismas sino que a lo que
apuntan es a garantizar contra depreciaciones de la moneda (garantizan que se mantenga
constante el valor de la moneda). Se utilizan para eso cláusulas (oro, valor dólar, canasta de
monedas se utiliza mucho en Europa, de indexación, etc.) y así garantizar que lo que se cobre
tenga el mismo valor cinco años después.

Suelen darse ciertos estímulos para que los futuros prestamistas se decidan a suscribir los títulos, ya
sea mediante un afianzamiento del crédito que les asegure el pago y los proteja de la desvalorización
monetaria o mediante ventajas económicas, fiscales o jurídicas que tornen más apetecibles las
operaciones.

La única prenda efectiva del cumplimiento de los empréstitos públicos, es la confianza que inspira el
país emisor por los antecedentes de su conducta hacia las obligaciones contraídas, el buen manejo de
la hacienda, la estabilidad política y social, etc.

Pero en diversas oportunidades el acreedor ha exigido o el deudor ha ofrecido garantías, es decir,


afectaciones especiales para asegurar el cumplimiento de la palabra empeñada.

Sin embargo, el carácter de los empréstitos, que compromete la soberanía de los estados, hace difícil
o imposible la efectividad de las garantías ofrecidas, lo que demuestra su inutilidad práctica, de manera
que en resumidas cuentas, aparte de ser vejatorias para la dignidad nacional, las garantías “clásicas”
carecen de eficacia, pues el crédito de un Estado constituye un cuestión de oportunidad política en
escala planetaria. (Fonrouge)

a) Las garantías reales consisten en la afectación especial de un bien determinado del deudor al
cumplimiento de la obligación, mediante la constitución de prenda o hipoteca.

Poco se la ha utilizado en empréstitos públicos.

En la Edad Media y en los siglos XVII y XVIII se encuentran ejemplos de este tipo de garantía, ya que
era usual dar en prenda castillos, ciudades, territorios y derechos del soberano. Nuestro país afectó la
tierra pública en el primer empréstito externo, en 1824, con la firma Baring Brothers.

b) La garantía personal consiste en el compromiso adoptado por un tercero de pagar las sumas
prestadas en caso de incumplimiento del deudor; compromiso que puede importar una responsabilidad
subsidiaria o principal (solidaridad).

En la actualidad y en nuestro país es utilizado para ofrecer seguridades a prestamistas extranjeros,


pero no en empréstitos sino, más bien, para operaciones corrientes de provisión de materiales o
equipos y para realización de trabajos públicos de interés general, en los cuales el gobierno nacional
ha otorgado su aval a obligaciones contraídas por autoridades provinciales, principalmente por
intermedio del Banco Central. Pero, repetimos, sirven de garantía a compromisos estatales pero no a
empréstitos públicos en sus formas tradicionales.
c) Se habla de garantías especiales cuando se afectan determinados recursos del Estado deudor;
especialmente derechos aduaneros, producto de monopolios fiscales, rentas portuarias, ingresos de
obras sanitarias, etc. Este procedimiento fue frecuentemente utilizado en la segunda mitad del siglo
XIX, y nuestro país lo puso en práctica en 1881-1892, otorgando en garantía los ingresos aduaneros,
producto de los ferrocarriles, rentas portuarias e ingresos de Obras Sanitarias.

d) Las garantías contra fluctuaciones monetarias tienden a proteger al prestamista contra la


depreciación del dinero. Por ello, en los contratos de empréstito suelen incluirse cláusulas que
garantizan la estabilidad del dinero que se reembolsa a los acreedores, para compensarlos de cualquier
desvalorización que afecte sus intereses.

Es lógico que en épocas de fluctuaciones monetarias quienes dispongan de fondos para invertir
prefieran adquirir cosas o bienes fijos, antes que efectuar préstamos en dinero o suscribir empréstitos
públicos que en el supuesto de pérdida del valor de la moneda, habrá de redundar en perjuicio suyo;
para despejar este temor y ofrecer aliciente al público, los emisores suelen recurrir a procedimientos
tendientes a garantizar que el servicio de la deuda asegurará a los acreedores el recibo de importes
compensatorios del índice de depreciación.

Con este propósito, el Estado se resuelve a utilizar algunos procedimientos técnicos corrientes en el
crédito privado, como referir el servicio de la deuda al valor de bienes materiales que siguen las
fluctuaciones monetarias o expresar la deuda en otra moneda que inspire mayor confianza. No se trata
de asignar garantías contra el incumplimiento del deudor como en los casos anteriores, sino de proteger
a los tenedores de títulos contra las variaciones de la moneda de pago. Tales medios son los siguientes:
garantías de cambio, la cláusula oro, la cláusula de opción, la indización.

- Empréstito con garantía de cambio: se vincula el importe del servicio de la deuda al valor de
una moneda extranjera considerada firme.

- Empréstito con cláusula oro: consiste en la obligación a cargo del deudor de pagar en moneda
de oro la suma adeudada.

- Empréstito con cláusula de opción: tuvo aplicación en el periodo transcurrido entre las dos
guerras mundiales y es una forma particular de cláusula de moneda extranjera, la opción, que
se presenta bajo dos modalidades: la opción de plaza, que consiste en la elección de una sola
moneda pagadera en distintos lugares, y la opción de cambio, que autoriza en pago en varias
monedas. Ambas fórmulas pueden combinarse.

- Empréstitos “indizados”: son empréstitos rescatables por un valor referido a número-índices o


el precio de ciertos productos. En nuestro país, el sistema ha sido aplicado en los bonos
emitidos en 1958 por Yacimientos Petrolíferos Fiscales (Y.P.F), que toman cómo índice de
valor el precio internacional del petróleo, y en los llamados “Valores nacionales ajustables”, que
se refiere a los índices internos de depreciación.

Además de las garantías mencionadas, lo Estados necesitados conceden una serie de ventajas que
hagan más conveniente la inversión. Entre ellos se destacan las exenciones totales o parciales con
relación a los ingresos que pueden derivar de los títulos, tanto en lo que respecta a su interés como a
su negociación o transmisión por cualquier concepto. Por ejemplo, en nuestro país los beneficios de
los títulos de la deuda pública están generalmente eximidos del impuesto a las ganancias. (Villegas)

Cláusulas

Son cláusulas que procuran proteger a los prestamistas contra la variación de la moneda, para que los
mismos cobren en términos reales.

Pueden ser:

- Cláusulas Oro
- Cláusulas Dólar

- Canasta de moneda (se tiene en cuenta la moneda fuerte)

- Cláusulas de actualización o de indexación (se utilizan índices para que el capital no se


deprecie. Hoy en día está prohibida).

Extinción del empréstito

Significa la extinción de la deuda o deudas del Estado por el pago que ha hecho de ellas. Este término
se usa cuando el Estado extingue su deuda pública con otros ingresos públicos que no sean producto
de otra deuda pública que se origina. La amortización es la forma normal de extinción, la forma de
excepción es la conversión y la consolidación; aparte de ello, existe una deformación patológica, que
es la llamada amortización indirecta por emisión de moneda. (Fonrouge)

❖ Amortización

Amortizar un empréstito es reembolsarlo, lo que puede efectuarse en virtud de una obligación contraída
(amortización obligatoria) o a voluntad del emisor (amortización facultativa).

a) En la amortización obligatoria, el reembolso puede tener lugar en una fecha determinada, lo que
suele practicarse en los empréstitos a corto plazo, ya que en los otros resultaría una forma
inconveniente para la administración financiera por los importes masivos que deben movilizarse.

En los empréstitos a largo plazo y en los de plazo intermedio, el sistema más utilizado es el de
amortización paulatina o escalonada, en periodos establecidos al lanzar la emisión, aplicando diversos
procedimientos, siendo los principales el de anualidades terminales, el de sorteo y el de licitación, o por
la combinación de ellos.

- En el sistema de anualidades terminales, el Estado paga en las fechas previstas el interés


prometido y una fracción del país (por ejemplo, 8% de interés y 1% de amortización), de modo
que paulatinamente se va reembolsando el capital.

- En el sorteo, cada título es reembolsado íntegramente y en una sola vez, anualmente, mediante
un sorteo que abarca una fracción del total de la emisión.

- En la licitación se llama a los tenedores para que hagan ofertas de rescate y se aceptan las
más reducidas.

La Corte Suprema estableció que el plazo para la amortización del empréstito no solo está establecido
en favor del emisor, sino también en beneficio del tenedor de los títulos, de modo que esa operación
no puede realizarse arbitrariamente sino en las oportunidades establecidas de antemano, lo que se
explica porque el acreedor necesita saber la fecha en que dispondrá de su capital para procurarle con
tiempo una nueva colocación; y que al reembolsar un empréstito a oro, el emisor puede entregar pesos
moneda nacional de curso legal, según la cotización, y no forzosamente el metal oro.

b) La amortización es facultativa cuando el Estado se reserva el derecho de efectuar el reembolso


antes de la fecha de vencimiento prevista obligatoriamente; caso que no es frecuente porque, en
general, resulta preferible el rescate en bolsa.

c) En cuanto a la amortización indirecta, que se produce por la emisión de moneda, no constituye un


procedimiento de amortización, sino, más bien, uno de los tantos efectos de emisionismo. Como
consecuencia de éste, la moneda pierde valor y puede conducir a la situación paradójica de que
aumente la deuda pero disminuya su peso sobre las finanzas del Estado, ahora, que tal efecto se realiza
a costa de los tenedores de títulos, que resultan defraudados, ya que son reembolsados en dinero con
menor poder adquisitivo. (Fonrouge)

❖ Conversión
Según audios de clases: es el cambio de una deuda por otra, el Estado busca posponer el pago,
también se llama canje.

En sentido amplio, significa la modificación de cualquiera de las condiciones del empréstito. En sentido
restringido, se dice que hay conversión cuando se modifica el tipo de interés.

La conversión no constituye, una forma de extinción de la deuda, ya que esta habrá de subsistir con
otras modalidades, sino una transformación de aquella; pero, jurídicamente, la conversión tiene una
consecuencia análoga a la novación en las obligaciones privadas, ya que en virtud de este
procedimiento desaparece el primitivo empréstito y nace otro en su reemplazo (en este sentido puede
hablarse de extinción).

El objeto principal de la conversión, es la reducción del tipo de interés, pues se cambia un título antiguo
por otro del mismo valor en capital pero con interés menor. Sin embargo, este no es el único motivo de
la conversión, pues también puede perseguir la disminución o espera de los servicios de amortización,
transformar los plazos, etc.

La conversión puede ser forzosa, facultativa u obligatoria:

• Conversión forzosa: También llamada “por vía de autoridad”, tiene lugar cuando el Estado emisor
impone el cambio de los títulos sin dejar alternativa alguna al tenedor. Constituye un procedimiento
arbitrario que, por supuesto, perjudica al crédito público y no es admisible en nuestro régimen
constitucional.

El tenedor se ve obligado a aceptar el nuevo título sin alternativa alguna, ya que si no acepta el canje
Repudio. Los empréstitos en la legislación argentina pierde el título. Evidentemente se trata de un
procedimiento arbitrario, que está en pugna con la naturaleza jurídica del empréstito. Según la doctrina
a la cual nos hemos adherido, el empréstito es un contrato, y por lo tanto, el prestamista no puede ser
obligado a canjear su título por otro que puede lesionar sus intereses. Por otra parte, una actitud estatal
de tal naturaleza lesionaría el derecho garantizado por el art. 17 de la Constitución nacional, en razón
de lo cual semejante actitud permitiría un reclamo contra el Estado en razón del principio de control
judicial que impera en nuestro país. Así opina Giuliani Fonrouge, no obstante su posición de negar
naturaleza contractual al empréstito.

La conversión forzosa se produce cuando el Estado establece ciertas condiciones que importan una
presión o una coacción hacia los tenedores.

• Conversión facultativa: En la conversión facultativa se ofrece libremente al portador la opción entre


conservar su título o aceptar el nuevo, de manera que no existe imposición alguna, puesto que, por
cierto, debe existir equivalencia de beneficios.

Claro que para que adopte esta última actitud es necesario que el nuevo título le reporte ventajas de
algún tipo. Por ejemplo, puede ampliarse el plazo de reembolso, pero en compensación ofrecerse más
interés. Se trata, el analizado, de un método aceptable, por cuanto respeta el carácter contractual del
empréstito.

• Conversión obligatoria: Esta forma de conversión es la más frecuente y consiste en la alternativa de


aceptar el nuevo título con menor interés o ser reembolsado. Por lo común se ejerce cierta presión
sobre los acreedores, ya que es práctica establecer que la falta de expresión de voluntad en un plazo
determinado, supone la aceptación tácita del nuevo valor, lo que resultaría favorable a la conversión
porque la abstención es más fácil que la acción.

Sin embargo, la Corte Suprema ha negado la posibilidad de obligar al tenedor a admitir el reembolso
impuesto sin alternativa alguna. En tal sentido, ha resuelto que el hecho de estar facultado el emisor
para efectuar una conversión antes del plazo fijado para la amortización completa, no lo autoriza para
cancelar el empréstito totalmente, sino para transformar la deuda en otra.
En nuestro concepto, tratándose de una obligación unilateral de derecho público, creada por ley, que
es expresión de la soberanía, el Estado puede obligar al reembolso en cualquier momento, a condición
de pagar en efectivo el valor correspondiente y, desde luego, realizar la conversión intempestiva y aun
exigir el reembolso total. Ello en su aspecto jurídico, porque desde otro punto de vista resulta
condenable todo procedimiento violatorio de las obligaciones expresa o tácitamente asumidas, que
atenta contra el principio de la buena fe y la confianza que debe inspirar el Estado. (Fonrouge)

❖ Consolidación

Se dice que hay consolidación cuando la deuda flotante, esto es, la deuda a corto plazo, es
transformada en deuda a largo plazo o a plazo intermedio. Existe, pues, como en la conversión, una
alteración en las condiciones de la operación original y en canje de títulos; pudiendo decirse que en
esencia es una conversión, sólo que en lugar de modificarse el interés, se cambia el plazo, aunque
también pueden combinarse ambas circunstancias.

Las modalidades de realización son variadas, pero son aplicables los principios de la conversión.
(Fonrouge)

❖ Repudio

En clases: decisión unilateral del Estado del no pago de la deuda. Ejemplo: se invoca que es ilegítima
la deuda y la niega. Tiene consecuencias graves: retrae insumos, embargo de flota de bandera,
suspenso de importaciones, etc.

Se trata de un acto unilateral mediante el cual el Estado niega la obligación derivada del empréstito. El
repudio es un acto de soberanía en virtud del cual un Estado desconoce o niega íntegramente la
obligación derivada del empréstito. Corresponde a una actitud deliberada que importa una lesión al
principio de buena fe de los actos jurídicos y que puede obedecer a distintos motivos, tales como la
existencia de una causa inmoral (por ejemplo, préstamo para financiar un golpe de Estado), surgimiento
de un nuevo Estado que no se considera obligado a respetar las obligaciones contraídas por su
predecesor, etc.

Se recuerdan tres casos históricos al respecto: Los Estados Unidos repudiaron las deudas de los
Estados confederados luego de la guerra de secesión; Inglaterra repudió las deudas de la República
Sudafricana luego de la guerra anglo bóer; Rusia repudió las deudas que habían sido contraídas por el
zarismo, luego de la revolución bolchevique.

El repudio significa, bien o mal, la extinción de la obligación, sin que esto importe desconocer la
existencia de recursos jurídicos para evitar reales abusos del derecho o enriquecimiento sin causa.
(Fonrouge)

Mora, moratoria, bancarrota y “default”: En estos casos el incumplimiento se produce por la carencia o
insuficiencia de fondos para atender debidamente las obligaciones contraídas por medio del empréstito.
Si se trata de un mero atraso transitorio y el pago se reanuda a breve plazo, tal situación se denomina
mora; por el contrario, si el atraso es a largo plazo, recibe el nombre de moratoria; por último, se dice
que hay bancarrota cuando el Estado suspende los pagos en forma indefinida, y sus finanzas no
permiten prever el cumplimiento en un plazo previsible.

Cuando la situación de un país oscila entre un no muy simple “atraso” a largo plazo y una más probable
suspensión de pagos en forma indefinida, se emplea el término “default”, que significa que ha dejado
de pagar la deuda pública. El objeto de la cesación es la amortización de la deuda pública (capital e
intereses). (Villegas)

3. La deuda pública. Concepto


Deuda pública según audios de clases: conjunto de obligaciones que ha asumido el Estado en la
medida en que esas obligaciones no hayan sido canceladas. Otros la denominan como sumatoria de
empréstitos no amortizados. Algunos autores la definen como “la suma de empréstitos no amortizados”.

Definición del artículo 57 de la ley 24. 156: el endeudamiento que resulte de las operaciones de crédito
público se denominará deuda pública y puede originarse en:

a) La emisión y colocación de títulos, bonos u obligaciones de largo y mediano plazo, constitutivos


de un empréstito.

b) La emisión y colocación de Letras del Tesoro cuyo vencimiento supere el ejercicio financiero.

c) La contratación de préstamos.

d) La contratación de obras, servicios o adquisiciones cuyo pago total o parcial se estipule realizar
en el transcurso de más de UN (1) ejercicio financiero posterior al vigente; siempre y cuando
los conceptos que se financien se hayan devengado anteriormente.

e) El otorgamiento de avales, fianzas y garantías, cuyo vencimiento supere el período del ejercicio
financiero.

f) La consolidación, conversión y renegociación de otras deudas.


A estos fines podrá afectar recursos específicos, crear fideicomisos, otorgar garantías sobre
activos o recursos públicos actuales o futuros, incluyendo todo tipo de tributos, tasas o
contribuciones, cederlos o darlos en pago, gestionar garantías de terceras partes, contratar
avales, fianzas, garantías reales o de cualquier otro modo mejorar las condiciones de
cumplimiento de las obligaciones contraídas o a contraerse.
No se considera deuda pública la deuda del Tesoro ni las operaciones que se realicen en el
marco del (artículo 82 de esta: ley La Tesorería General de la Nación podrá emitir letras del
Tesoro para cubrir deficiencias estacionales de caja, hasta el monto que fije anualmente la ley
de presupuesto general. Estas letras deben ser reembolsadas durante el mismo ejercicio
financiero en que se emiten. De superarse ese lapso sin ser reembolsadas se transformarán
en deuda pública).

El uso del crédito implica diferir en el tiempo el pago de erogaciones, creando un derecho, en
contrapartida, del acreedor, documentado o no, a cobrar una suma cierta en el futuro.

La deuda pública típica es la originada en forma de empréstitos públicos, aunque también se realizan
operaciones de préstamo. El estado emite títulos a cambio de dinero y se compromete a devolver el
capital y pagar un interés. Los aspectos técnicos de empréstito se dividen en dos partes: emisión y
servicio del mismo (Bolívar).

El endeudamiento que resulte de las operaciones de crédito público se denominará deuda pública. La
deuda pública es la obligación que contrae el Estado con los prestamistas como consecuencia del
empréstito, o sea, lo que efectivamente se recibió como crédito.

Clasificaciones. Deuda pública interna y deuda pública externa

a) Interna y externa

Las diferencias entre ambos tipos de deudas deben ser consideradas separadamente, tanto desde el
punto de vista económico como del jurídico.

• En una consideración económica, la deuda es interna cuando el dinero obtenido en préstamo por el
Estado surge de la propia economía nacional, es decir, corresponde la frase de “debernos a nosotros
mismos”. En cambio, la deuda es externa si el dinero prestado proviene de economías extranjeras.
En el momento de la emisión y negociación, la deuda interna significará una transferencia del poder de
compra privado hacia el sector público, lo cual no ocurre en el caso de la deuda externa, ya que el
Estado ve incrementadas sus disponibilidades, pero como el dinero proviene del exterior, ello no
significa merma en las disponibilidades monetarias de las económicas privadas nacionales.

También es importante la diferencia en el momento del reembolso y pago de intereses, ya que si la


deuda es interna esas riquezas permanecen en el país, mientras que si es externa esas riquezas se
traspasan al exterior.

• Desde el punto de vista jurídico, deuda interna es aquella que se emite y se paga dentro del país,
siendo aplicables las leyes nacionales y teniendo jurisdicción los tribunales nacionales. Desde este
punto de vista, es indiferente que los prestamistas sean nacionales o extranjeros y que los fondos
amortizados queden en el país o se vayan al exterior.

Jurídicamente, la deuda es externa cuando el pago debe hacerse en el exterior, mediante la


transferencia de valores, y especialmente cuando no es aplicable la ley nacional sino la extranjera.
(José María)

La distinción desde el punto de vista jurídico y económico (en clases)

• Criterio jurídico: cuando el Estado emite un empréstito en el país, conforme a las leyes del país
y está sometido a los tribunales del mismo se habla de deuda pública interna. En cualquier otro
caso estamos en presencia de una deuda pública externa.
• Criterio económico: tiene en cuanta la moneda en que se devuelve el préstamo.

a) Flotante y consolidada:

La deuda consolidada es aquella deuda pública permanente atendida por un fondo que no requiere el
voto anual de los recursos correspondientes. La deuda flotante, en cambio, es la que el tesoro del
Estado contrae por un breve periodo, para proveer a momentáneas necesidades de caja por gastos
imprevistos o retraso en los ingresos ordinarios.

Esta clasificación carece en la actualidad de importancia.

Según Bolívar la deuda consolidad es en la que incurre el estado que está reflejada en títulos de deuda
o convenios de préstamos. Por otra parte, con respecto a la deuda flotante hace distinción en dos
posibles vertientes:

- Deuda administrativa o exigible: fruto de la ejecución del presupuesto, se generan obligaciones


de pagar y que al no ser pagadas, constituyen la deuda administrativa (gastos que han sido
devengados y no pagados).
- Deuda en la que incurre el Estado cuando obtiene un financiamiento monetario del Banco
Central. Al ser financiado por el Banco Central, el Tesoro se endeuda con el mismo.

La deuda flotante puede sufrir un proceso de conversión en consolidada. Una deuda exigible en el corto
plazo puede pasar a ser una deuda exigible en el mediano o largo plazo con reconocimiento explícito
de intereses. El ejemplo más típico es el de los bonos de consolidación, originados en deudas
previsionales con jubilados o deudas con contratistas, que siendo exigibles a corto plazo se convirtieron
en deudas a largo plazo.

b) A largo, mediano y corto plazo


Dejando de lado la clasificación anterior, ahora se considera más ajustada esta distinción. Las deudas
a largo plazo son de aproximadamente 30 años; de 3 a 10 años las de mediano plazo y generalmente
de un año las de corto plazo.

Las deudas a largo y a mediano plazo constituyen los empréstitos propiamente dichos, mientras que a
las deudas a corto plazo se las suele denominar empréstitos de tesorería.

En realidad, la única diferencia actual constante radica en el plazo, ya que otras modalidades, como
los recursos especiales para atender los servicios de la deuda, formalidades diversas, tipos de interés,
carácter nominativo o al portador de los títulos, etc. se dan indistintamente en ambas deudas.

c) Perpetua y redimible

Las deudas perpetuas o no redimibles, son las que el Estado asume con la sola obligación del pago de
intereses, sin compromiso de reembolso o con reserva de reembolsar cuando él lo decida. Es un
procedimiento casi desconocido en nuestro país.

Las deudas redimibles son aquellas en que el Estado se obliga al reembolso y al pago de intereses,
con diferencia en los términos de duración y planes de amortización.

Las clasificaciones de la Ley de Administración Financiera Nº 24.156

Según el artículo 58, de la Ley 24.156, la deuda pública se clasifica en:

• Interna: Se considerará deuda interna, aquella contraída con personas físicas o jurídicas
residentes o domiciliadas en la República Argentina y cuyo pago puede ser exigible dentro del
territorio nacional.

• Externa: Se entenderá por deuda externa, aquella contraída con otro Estado u organismo
internacional o con cualquier otra persona física o jurídica sin residencia o domicilio en el país
y cuyo pago puede ser exigible fuera del territorio.

• Directa: La deuda pública directa es aquella asumida por la Estado en calidad de deudor
principal.

• Indirecta: La deuda pública indirecta es constituida por cualquier persona física o jurídica,
pública o privada, distinta de la Estado, pero que cuenta con su aval, fianza o garantía.

Deuda externa y balanza de pagos

La distinción entre deuda pública interna y externa resulta particularmente útil para establecer límites
razonables a esa última especie.

La deuda pública cuando es externa necesariamente presupone para su amortización y pago de


intereses, el empleo de monedas extranjeras y una trasferencia de riqueza a otras economías.

Por ello, algunos sostienen que los efectos económicos de los empréstitos contraídos en el exterior son
transitorios y permanentes.

Los denominados efectos transitorios se producen generalmente de inmediato y se materializan en una


mejora de la situación económica del país prestatario. Esto es razonable que así suceda puesto que,
mediante el empréstito externo, se ha incorporado una nueva riqueza a la economía de aquel. Pero
luego se presentan las repercusiones a largo plazo, o sea, los efectos duraderos o permanentes,
cuando esa deuda comienza a devengar sus intereses y su correspondiente amortización. Entonces
esa deuda externa deja de surtir sus efectos en las cotizaciones de las monedas extranjeras, en las
importaciones, en las exportaciones y, en general, en lo que se denomina “Balanza de pagos”.
La Balanza de Pagos es el relevamiento sistemático de todas las transacciones económicas
mantenidas durante un determinado periodo, entre los residentes de un país y los residentes de todos
los demás países. Esta debe servir de instrumento de medición para establecer adecuadamente hasta
qué límites puede alcanzar el volumen de la deuda pública externa.

Esto último significa que, no obstante, la colocación de empréstitos públicos en el exterior equivale, en
un primer momento, a un aporte externo de capital y, en consecuencia, un alivio para el ahorro interno;
debe tenerse muy en cuenta que esta forma de financiación exigirá, más tarde, superávit o resultados
favorables de la balanza de pagos para su correspondiente cancelación.

En consecuencia, resulta obvio que el producido de los empréstitos colocados en el exterior debe
destinarse preferentemente a inversiones públicas, en particular, de infraestructura, que estimulen el
desarrollo económico, que incrementen las exportaciones y que ayuden a disminuir el volumen de las
importaciones y de otros pagos al exterior. Económicamente sólo así y al margen de la consabida
problemática política que surge siempre en torno al endeudamiento en el exterior, se justifica la
colocación de empréstitos en el extranjero. (José María).

4. Evolución de la deuda pública en la República Argentina

A lo largo de su historia, Argentina atravesó por varios ciclos en endeudamiento y desendeudamiento,


en general acompañados de profundos cambios en las políticas económicas y crisis institucionales.

La primera situación en la cual el país contrajo enormes deudas sucedió pocos años después de
constituirse como nación independiente.
Con la crisis de 2001, el país entró en suspensión de pagos (default) de su deuda externa, la cual
ascendía a 144 000 millones de dólares; y desde entonces arrastra una disputa con los bonistas que
luego no aceptaron los canjes de deuda de 2005 y 2010.

A continuación, una cronología de una historia que comenzó hace más de una década:

• Diciembre de 2001: en medio de una grave crisis económica, política y social renuncia el
presidente argentino, Fernando de la Rúa. Lo reemplaza interinamente Adolfo Rodríguez Saá,
que declara el cese del pago de la deuda externa porque no se podrán afrontar vencimientos
de enero.

• Enero de 2002: el Congreso de la Nación decretó el default en medio de una grave crisis
económica, política y social que estalló en diciembre de 2001.

Con Eduardo Duhalde como presidente, se derogaron los aspectos esenciales de la Ley de
Convertibilidad eliminando las operaciones de conversión monetaria 1 a 1 y la exigencia de contar con
reservas por el 100% de la base monetaria.

• A mediados septiembre de 2003: el presidente argentino, Néstor Kirchner, acordó con el Fondo
Monetario Internacional (FMI) un acuerdo “stand by” a tres años.

• 22 de septiembre de 2003: el ministro de Economía, Roberto Lavagna, propone reestructurar


la deuda externa con una quita del 75 por ciento. Los acreedores lo rechazan.

• Junio de 2004: Argentina ofrece reestructurar la deuda con una quita promedio de entre el 63%
y el 45%, anunciando la Propuesta de Buenos Aires.

• 14 de enero de 2005: se lanza oficialmente la operación del primer canje de la deuda en


default.

• 15 de abril de 2005: finaliza el primer canje de deuda. Argentina renegocia unos 81.800 millones
de dólares, con una adhesión del 76,15 por ciento de los bonistas.
• Enero de 2006: Argentina salda su deuda con el FMI con un pago anticipado de 9.530 millones
de dólares.

Después del traumático año 2002, todos los índices eran favorables al Gobierno: estabilidad cambiaria
($3 a U$S1), crecimiento continuo en las reservas internacionales, baja en los indicadores de
desempleo y pobreza, etc.

• 31 de enero de 2007: Argentina y España acuerdan reestructurar la deuda relacionada con un


préstamo que España realizó en marzo de 2001.

• 2 de septiembre de 2008: la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, anuncia que salda


deuda de 6.706 millones de dólares con el Club de París con reservas del Banco Central de la
República Argentina (BCRA).

• 15 de abril de 2010: se lanza oficialmente un segundo canje de deuda, con una quita promedio
de entre 66,3% y el 50%.

• 23 de junio de 2010: Fernández de Kirchner anuncia el cierre del segundo canje. La aceptación
alcanza al 92,4 por ciento de los bonistas al sumar los dos canjes.

• 3 de agosto de 2012: el Gobierno pago los 21197 millones de dólares correspondientes a la


última cuota de intereses del BODEN 2012 emitido en el año 2002; con este pago, la deuda en
moneda extranjera quedaba reducida al 8,4% de las obligaciones. El peso de la deuda pública
se reducía al 41,8% del PBI, cuando en 2002 había llegado al 166%.

• Octubre de 2012: la Corte de Apelaciones de Nueva York dictamina que la Argentina discriminó
a “los fondos buitres” y los bonistas que no participaron de los canjes de 2005 y 2010, violando
la provisión de "tratamiento igualitario". El caso se originó por la cesación de pagos que declaró
la Argentina sobre su deuda de 100.000 millones de dólares en el 2002.

• Noviembre de 2012: el juez de Nueva York Thomas Griesa determinó que la Argentina debe
pagar el 100% de la deuda con los “fondos buitre” que no ingresaron en los canjes y litigaron
en la Justicia de los Estados Unidos.

• 2 de diciembre de 2012: Se pidió el embargo de la Fragata Libertad, anclada en el puerto de


Tama, planteado por los abogados de los fondos buitre; veinte días después fue liberada. Esto
fue un duro golpe político y judicial contra el gobierno argentino, por la significancia de la
embarcación.

• Febrero de 2014: Argentina apela el fallo del juez de Nueva York ante la Corte Suprema de los
Estados Unidos, alegando que pone en riesgo futuros procesos de reestructuración de deuda
soberana.

• 16 de junio de 2014: la Corte Suprema de los Estados Unidos rechaza revisar la apelación de
la Argentina y el caso vuelve a Griesa, que ordena a la Argentina cumplir con el pago de 1.330
millones de dólares más intereses de una sola vez y en efectivo. Lo debe hacer junto con el
próximo pago de su deuda reestructurada, que vence el 30 de junio. Argentina anuncia que no
puede cumplir con el fallo.

• 26 de junio de 2014: Argentina depositó más de 1.000 millones de dólares para saldar un
vencimiento del 30 de junio correspondiente a su deuda reestructurada. Corre el riesgo de que
el dinero sea embargado por orden de la Justicia estadounidense, a raíz de un reclamo de los
“fondos buitre” que no aceptaron los canjes.

• 27 de junio de 2014: La Justicia estadounidense frenó el pago de la deuda reestructurada de


la Argentina, pero no embargó el dinero depositado por el país para ese fin, tal como habían
solicitado los bonistas que no ingresaron en los canjes, los llamados “fondos buitre”.
• 30 de junio de 2014: los bonistas que entraron en los canjes de 2005 y 2010 no reciben el pago
tras el depósito del gobierno argentino, que asegura que cumplió con el pago. Comienza un
período de gracia de 30 días para que la Argentina cumpla con el pago de la deuda
reestructurada para no entrar en default, según las calificadoras de riesgo.

• Julio: continúan durante todo el mes las negociaciones entre la Argentina y los “fondos buitre”
en busca de un acuerdo. Argentina asegura que no puede cumplir el fallo porque estaría
incumpliendo la cláusula RUFO, que le impide ofrecer mejores condiciones que las que
aceptaron los bonistas en los canjes de 2005 y 2010. Eso representaría demandas millonarias,
argumenta el país.

• 23 de julio de 2014: Fernández de Kirchner reitera que la Argentina “no va a entrar en default”
porque ya cumplió con los pagos de su deuda reestructurada, pese a que sigue sin haber
acuerdo en el litigio con los “fondos buitre” que no aceptaron los canjes de 2005 y 2010.

• 30 de julio: Daniel Pollack, nombrado por el juez Thomas Griesa para mediar en la disputa que
Argentina mantiene con los “fondos buitre” anuncia que no hubo acuerdo y que Argentina
entrará en “default”. El país no lo acepta: “Es una situación inédita, Argentina pagó”, afirma el
ministro de Economía, Axel Kicillof. La agencia de calificación de riesgo Standard & Poor's
declaró la deuda en “default o incumplimiento selectivo”.

• 6 de febrero de 2016: El gobierno de Mauricio Macri presentó su "Propuesta Base" al mediador


designado por Thomas Griesa. Fue la primera oferta formal de Argentina a los fondos buitre
luego de 16 años de litigio judicial.

• 26 de abril de 2016: Argentina pago 9300millones de dólares a los fondos buitres, emitiendo
para su pago la mayor suma de deuda para cualquier nación en desarrollo desde 1996, siendo
el país que más se endeudo en el mundo desde 1996.

Situación actual

Durante 2016, la deuda interna y externa del Estado Nacional, en pesos y en moneda
extranjera, aumentó en 34.359 millones de dólares. Al 31 de diciembre pasado sumaba 288.448
millones de dólares, de acuerdo a los datos publicados por el Ministerio de Hacienda y Finanzas, así
que cada uno de los 43.590.368 habitantes debe US$ 6.617.

La cifra global, que equivale al 56,8% % del PBI, incluye lo que aún se adeuda al grupo de bonistas
que no ingresaron a los canjes de deuda.

A fines de 2015, la deuda pública bruta, también incluyendo la que estaba en default, sumaba US$
253.989 millones, equivalente al 56,5% del PBI. A pesar que en 2016 la economía retrocedió un 2,3%
y la deuda aumentó en casi U$S 35.000 millones, en términos del PBI sólo se incrementó 0,3 puntos.
Esto sucedió porque se mantuvo el valor del tipo de cambio a pesar de la alta inflación, contablemente
revalorizó el PBI en dólares. También “ayudó” la devaluación de fines de 2015 que redujo en dólares la
deuda emitida en pesos que, en una alta proporción está en manos de la ANSES y el Banco
Central.

De los US$ 288.448 millones, un U$S 139.909 millones, corresponde a acreedores del propio sector
público, como ANSES o el Banco Central, y equivale al 27,5% del PBI.

Se adeudan US$ 28.084 millones (5,5% del PBI) a organismos internacionales; y U$S 107.453 millones
(21,1% del PBI) a acreedores privado.

El 68,4% del endeudamiento total está contraído en moneda extranjera y el 31,6% en pesos.

Comparando la deuda a fines de 2005 cuando sumaba US$ 154.271 millones, la deuda creció en más
de US$ 120.000 millones. Los mayores aumentos de deuda se produjeron entre 2005 y 2007, entre
2011 y 2014 y el año pasado.
En proporción al PBI, la deuda volvió a subir del 38,7% en 2011 hasta el 56,8% en 2015. En ese período,
la economía se mantuvo estancada y sufrió dos fuertes devaluaciones (comienzos de 2014 y fines de
2015).

Esta deuda no incluye lo que adeudan las Provincias y tampoco la deuda del Banco Central en LEBAC
en pesos y moneda extranjera.

Para 2017 el endeudamiento público podría pegar otro salto similar atento al déficit fiscal estimado para
este año (más del 6% del PBI) y la mayor carga financiera. Este año, en base a los compromisos
asumidos hasta fines de 2016, la cuenta de intereses por el total adeudado suma U$S 97.490 millones,
de los cuales U$S 14.214 millones estaban contraídos para 2017.

Bono a un siglo

El Gobierno Nacional emitió en el mercado internacional, por primera vez en su historia, un bono en
dólares a 100 años por US$ 2750 millones, que abonará un cupón de interés del 7,125% e incluirá una
tasa de rendimiento del 7,9%.

Esta operación se enmarca dentro del objetivo del Gobierno Nacional tendiente a asegurar el
financiamiento con las mejores condiciones posibles, para lograr así el crecimiento de la economía y
generar de empleo. Este tipo de operaciones refleja la confianza del mercado en la normalización de la
economía Argentina.

A pesar de la incertidumbre actual en los mercados internacionales, el Gobierno demuestra, gracias a


su gestión, la capacidad de obtener financiamiento a muy largo plazo y a las tasas nominales más bajas
de la historia Argentina.

Dicha operación es fuertemente criticada por políticos opositores y economistas, sosteniendo que se
logró a tasa muy alta y que con ello, se sigue postergando la baja del gasto.

Algunas ventajas del bono:

a) El monto de colocación no será significativo al vencimiento y representa un porcentaje muy


bajo de la deuda total;

b) La tasa de interés, aunque parece alta en el contexto actual, es muy baja en el contexto
histórico argentino y también a nivel global;

c) El larguísimo plazo contribuye a "aplanar" el cronograma de vencimientos y reducir el riesgo de


refinanciación. Además, se trata de una colocación puntual y no recurrente.

Efectos económicos de la deuda pública

Los efectos económicos de la deuda pública dependen fundamentalmente de los siguientes factores:

• La estructura y coyuntura de la economía, vale decir, si se trata de una economía madura o en


desarrollo y, además, si se encuentra en un estado de expansión o, por el contrario, de
depresión;

• El empleo que haga de los recursos provenientes de los empréstitos; y, finalmente,

• Los medios que se utilicen para su amortización y pago de intereses, o sea, si se pagará con
impuestos, con el producido de la emisión de nuevos empréstitos, o tal como ha ocurrido
repetidamente en las prácticas financieras, con emisiones monetarias.

Las múltiples combinaciones de los elementos que hacen a cada uno de esos tres factores, ponen de
manifiesto la diversidad de efectos que la deuda pública puede tener sobre la economía.
Si a ello agregamos la importancia que tiene la composición de la deuda pública, o sea, si ésta es
mayormente interna o, por el contrario, externa, resultará entonces fácil comprender que ésta no
produce un único efecto sobre la economía, sino una serie de efectos que dependen de los factores
señalados y que, para la elaboración de una adecuada política financiera, deben combinarse con los
efectos que producen el sistema impositivo vigente, los gastos públicos y la política monetaria aplicada.

El hecho que el Estado emita empréstitos o bonos del Tesoro ordinarios o extraordinarios y sean
suscriptos por capitalistas o ahorristas, produce efectos sobre la economía, alterando consumos,
ahorros e inversiones, como consecuencia de los importes pagados al Estado por la suscripción
mencionada. Los efectos serán diferentes según los sujetos que invierten sus ahorros en los títulos. Es
decir, el Estado tiene potestad de emitir deuda (a través del Banco Central), emitir letras del Tesoro
ofreciéndolas en el mercado a un valor nominal.

Esta colocación de títulos de la deuda pública consolidada tiene que ser estudiada distinguiendo la
situación coyuntural por la que atraviesa la economía:

➢ Si se supone una situación de depresión y desempleo, en la que hay abundancia de ahorros


ociosos, parte de ellos depositados en los bancos y no utilizados por estos en préstamos al
sector privado, la colocación de los títulos en los bancos absorberá parte de esos ahorros que
serán utilizados por el Estado en gastos de consumo, de transferencia y de inversión, los que
producirá los ya conocidos efectos del multiplicador, aceleración y el resultado combinado de
estos.

En situación de depresión, Keynes propone su política de economía anticíclica que se basa en medidas
estatales donde plantea aumentar el gasto público, y disminuir los impuestos. Al emitirse bonos del
tesoro, los particulares van a entregar una parte de su ingreso para esos empréstitos, por lo que el
Estado, con su rol de intervencionista, está quitando circulante a la economía. Aquellos particulares
que realizan esta actividad tienen capacidad de ahorro, por lo que al no haber movimiento con ese
dinero no hay consumo.

Si la emisión de la deuda pública, da lugar a la suscripción por el público movilizando no sólo ahorros
existentes sino estimulando la sustitución de consumo por ahorro los efectos del endeudamiento del
Estado se verán neutralizados o compensados por los efectos inversos de la disminución del consumo
de los particulares. Esto quiere decir que, al emitir deuda pública el Estado incentiva al público a que
dedique una parte de su ingreso al ahorro, que es destinado a la suscripción de letras del tesoro, y no
al consumo. El particular va a dejar de consumir para dedicar esa parte de su ingreso al ahorro.

➢ Épocas de auge, plena ocupación y amenaza de la inflación, la colocación entre el público,


apelando a la adhesión popular y recurriendo a una intensa propaganda patriótica o
simplemente de estímulo a la suscripción de los títulos, hará que el gasto público no incremente
el gasto total, sustituyéndose el gasto privado por el Público.

En este caso, Keynes con su política económica anticíclica propone disminuir el gasto público y
aumentar los impuestos.

La suscripción con el ahorro de nueva formación no dependerá solo de la propensión marginal al ahorro
preexistente a la emisión de la deuda pública, sino que contará con los efectos de promoción ejercidas
por el poder público con el instrumento de la publicidad y las condiciones atrayente de la emisión, todo
lo cual podrá inducir al sector privado, amén de las clases con muy elevada propensión marginal a
ahorrar, a suscribir títulos con fondos obtenidos de la renuncia al consumo. En estos supuestos, la
deuda pública de nueva emisión provocará una disminución de la demanda de bienes de consumo y
evitará los efectos expansivos del gasto público, que suplantará al gasto privado.

Cuando hablamos de propensión marginal al ahorro hacemos referencia a que, si aumenta el ingreso
de los particulares, qué se destina al consumo y que porcentaje se destina al ahorro. Existe una
manipulación por parte del Estado por lo que incentiva a que las personas ahorren para que suscriban
títulos. Por lo que disminuirá la demanda de bienes y el gasto privado será suplantado por el público.

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