Bolilla 11 Credito Público.

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Bolilla XI

Crédito Público
42.- El crédito público. Condiciones políticas,
económicas y financieras. Antecedentes históricos. Su
importancia en el desarrollo económico y en las
previsiones presupuestarias. Elementos.
43.- Empréstitos públicos. Naturaleza jurídica:
diversas teorías. Formas de emisión. Empréstito
interno y externo. Plazos. Interés. Cotización.
44.- Suscripción de empréstitos: métodos.
Garantías, fraccionamientos, rescates y conversiones.
Inmunidad fiscal.
45.- La financiación del Tesoro a través del
sistema monetario y crediticio. Las letras de
tesorería. La emisión monetaria.

BOLILLA 11 CREDITO PÚBLICO.


42) El crédito publico. Condiciones económicas,
políticas y financieras.
La palabra "crédito" deriva del latín "creditum", y esta
locución proviene a su vez del verbo "credere", que
significa "tener confianza o fe".
El término "público" hace referencia a la persona de
aquel (Estado) que hace uso de la confianza en él
depositada, pidiendo se le entreguen bienes ajenos en
contra de la promesa de la ulterior restitución.
Podemos decir, entonces, que:
El crédito público es la aptitud política, económica,
jurídica y moral de un Estado para obtener dinero o
bienes en préstamo; el empréstito es la operación
crediticia concreta mediante la cual el Estado obtiene
dicho préstamo, y la deuda pública consiste en la
obligación que contrae el Estado con los prestamistas
como consecuencia del empréstito.
 Evolución histórica.
El hecho de que el crédito público se base
actualmente sobre la confianza y buena fe, es
producto de su evolución histórica. El auge de este
recurso estatal comenzó en el siglo XIX. Los
préstamos entre los Estados de la antigüedad se
hacían muy difíciles por el procedimiento de la
bancarrota frecuente que se producía con el
advenimiento de un nuevo soberano; el impuesto no
existía como fuente de recursos regulares y se daba
con frecuencia el repudio de la deuda. Por ello, los
préstamos se hacían a breve plazo y por pequeñas
sumas con garantías reales (joyas, fuentes
impositivas, las tierras de la corona, etc.) o personales
(por ejemplo, algún tercer soberano que aceptaba ser
fiador), ya que siempre estaba presente la posibilidad
para las bancarrotas o repudios fraudulentos de la
deuda contraída.
A partir del siglo XIX los Estados se organizan
jurídicamente, la gestión administrativa mejora, los
recursos pasan a ser permanentes, elásticos y
productivos, y la noción sobre la responsabilidad del
Estado adquiere relevancia; a ello se suma el gran
desarrollo de los valores mobiliarios y el nacimiento
de bolsas y mercados para esos valores, todo lo cual
es factor decisivo para que adquiera auge el crédito
público.
 Características del crédito públicos. Su
importancia en el desarrollo económico y en las
previsiones presupuestarias.
La generalización en el uso de este medio como forma
de procurarse ingresos, trajo la discusión doctrinal de
si realmente puede considerárselos recursos públicos
y cuales son los limites de su racional utilización.
a) Concepción clásica → Los hacendistas clásicos
distinguen netamente los recursos públicos
propiamente dichos, como, por ejemplo, el impuesto,
de aquellas otras medidas, como las del crédito
público, que no tienen más objeto que distribuir los
recursos en el tiempo, al solo fin de adecuarlos a los
gastos.
Hay determinados momentos en que los fondos
disponibles en las tesorerías no son suficientes para
cubrir ciertos gastos que no admiten espera, ante lo
cual se procuran dichos fondos mediante préstamos a
corto plazo, que luego se van reembolsando al
ingresar los recursos y en el transcurso de un
ejercicio presupuestario.
El crédito público es similar, en su esencia, al
préstamo privado, ya que el objetivo perseguido es
idéntico al que trata de obtener un particular cuando
recurre al crédito para hacer frente a gastos
inmediatos que su presupuesto anual o mensual no
puede solventar.
De estas argumentaciones se concluye que el crédito
público debe ser utilizado en forma excepcional y
restringidamente, y no para cubrir gastos
considerados normales.
b) Concepciones modernas. → Las teorías modernas
consideran que el crédito público es un verdadero
recurso, y que no puede estar limitado por
circunstancias excepcionales.
Por lo pronto, se disiente en que la deuda pública
pueda ser similar a la privada. Según Hart, la
diferencia esencial consiste en que el gobierno "dirige"
la magnitud y composición de su deuda mediante su
control sobre la moneda y la banca, poderes, éstos, de
los cuales carece el prestamista privado.
También se disiente en que la carga de la deuda
pública pase a las generaciones futuras.
Autores afirman que es la generación presente la que
soporta la carga de los gastos públicos cubiertos con
el crédito público.
Se sostiene que el empréstito significa una reducción
a la renta nacional actual, al disminuir el poder de
compra de los particulares, dado que el dinero es
empleado para financiar gastos públicos en vez de ser
destinado a fines privados. Además, se dice que si
bien es cierto que el empréstito constituye una carga
para los contribuyentes futuros, que ven aumentados
sus impuestos para hacer frente al servicio del interés
y reembolso, no es menos cierto que esa carga está
compensada por la ventaja correlativa obtenida por
los prestadores que reciben dichos intereses y dichos
reembolsos.
La conclusión de los sostenedores de estas teorías es
de que el empréstito estatal es un recurso que nada
tiene de anormal, y que no puede estar rígidamente
limitado a "circunstancias excepcionales o déficit
circunstanciales", que dan lugar a gastos imprevistos
o urgentes.
El empréstito, como cualquier recurso estatal, tiene
sus limitaciones; pero el hecho de que se recurra o no
a esta medida no depende de la necesidad de contar
con recursos extraordinarios para gastos
extraordinarios, sino de razones de política financiera
que tengan en cuenta diversos factores, como, por
ejemplo, la existencia de ahorro nacional, la
propensión a prestarlo, los efectos que tendrá en sus
diferentes fases sobre la marcha económica de la
nación, las distintas clases sociales que pagan
impuestos o suscriben empréstitos, etc.
 Elementos:
o Elementos materiales → las diferentes fases del
empréstito son:
 Emisión
 Utilización de su producto mediante gasto publico
 Su cobertura mediante gasto publico
 Su cobertura mediante impuestos
 El pago de intereses y la amortización sobre
aspectos vitales de la marcha económica general del
país.
o Elementos legales
Sistema de Crédito Público: estará regido por una
Oficina Nacional de Crédito Publico con la misión de
asegurar una eficiente programación, utilización y
control de los medios de financiamiento que se
obtenga mediante operaciones de crédito público.
Además tendrá como competencia:
 Participar en la formulación de aspectos sobre la
política crediticia financiera del Estado.
 Organizar un sistema de información
 Coordinar ofertas de financiamiento recibidas por el
sector publico nacional
 Tramitar solicitudes de autorización para iniciar
operaciones de crédito público
 Normalizar los procedimientos de emisión,
colocación y rescate de empréstitos
 Organizar un sistema de apoyo y orientación para
las negociaciones que se realicen para emitir
empréstitos.
 Fiscalizar que los medios de financiamiento
obtenidos por operaciones de crédito público se
ajusten a los fines específicos. Los que le fije la ley.
No podrán contraer empréstitos para financiar gastos
operativos, cada operación de crédito debe estar
autorizada por el Congreso mediante la ley de
presupuesto o una ley esencial, el PEN solo podrá
contraer empréstitos sin autorización del Congreso si
lo pactare con entidades de crédito internacionales en
las que el Estado argentino este integrado.
43) El empréstito
El empréstito es la operación mediante la cual el
Estado recurre al mercado interno o externote
capitales en demanda de fondos, y logra cerrar trato
con uno o varios acreedores, que le prestan dinero
contra la promesa de rembolsar el capital, en la forma
y condiciones acordadas, con sus intereses también
convenidos.
 Naturaleza jurídica. Teorías.
La naturaleza jurídica del empréstito es motivo de
discusiones entre los especialistas en la materia.
Mientras la mayoría piensa que es un contrato,
algunos autores niegan tal naturaleza contractual, y
sostienen que el empréstito es un acto de soberanía.
Examinaremos algunas de las más importantes
doctrinas.
a) El empréstito como acto de soberanía.
Las razones por las cuales diversos autores le niegan
naturaleza contractual son principalmente las
siguientes: 1) los empréstitos son emitidos en virtud
del poder soberano del Estado; 2) surgen de
autorización legislativa, siendo sus condiciones
establecidas por la ley; 3) no hay persona
determinada en favor de la cual se establezcan
obligaciones;
4) el incumplimiento de las cláusulas no da lugar a
acciones judiciales, y el servicio es atendido o
suspendido en virtud de actos de soberanía;
5) no hay acuerdo de voluntades en el empréstito,
porque los títulos se lanzan al mercado con valor
establecido, y la voluntad de los prestamistas no
interviene en el proceso formativo de la obligación.
b) El empréstito es un contrato.
Opinan estos autores que el empréstito es
indiscutiblemente un contrato, porque nace de la
voluntad de las partes, salvo el caso del empréstito
forzoso, que evidentemente es una deformación del
instituto.
La convención se celebra porque el prestamista
voluntariamente desea efectuar el préstamo. Sin
embargo, dentro de esta posición se discute, entre
otras cosas, si se trata de un contrato similar a los
del derecho privado, en el cual el Estado renuncia a
su rol preeminente, para colocarse en situación de
igualdad con el contratante prestamista, o si es un
contrato de derecho público, en el cual el poder del
Estado se manifiesta mediante un cuadro
contractual, pero las condiciones se fijan previamente
y de manera unilateral por el ente publico.
Muchas de las diferencias que se aducen entre el
contrato del empréstito, con los contratos del derecho
privado, son más ficticias que reales. Se dice que se
trata de un régimen especial de derecho público,
porque la ley aprobatoria de la emisión concede
derechos a los prestamistas que no se otorgan a los
prestamistas ordinarios. Pero puede acotarse que
estas ventajas se otorgan también en convenciones
privadas.
También se sostiene que mientras en el préstamo
privado las partes discuten las condiciones, en el
empréstito el Estado fija unilateralmente dichas
condiciones, y el prestamista no hace sino adherirse.
Este argumento no es del todo convincente, pues
existen muchas convenciones privadas en las cuales
una de las partes fija las condiciones en forma
unilateral, y la otra parte no hace sino adherirse (por
ejemplo, los préstamos bancarios).
Otro de los argumentos diferenciadores consiste en
afirmar que los empréstitos, contrariamente a lo que
ocurre en los contratos privados, surgen únicamente
de la ley, ya que se requiere autorización legislativa
para contraerlos. Tampoco parece decisivo
este fundamento, pues existen contratos privados
celebrados por el Estado que previamente deben ser
autorizados por una ley general, como, por ejemplo, la
venta a particulares de tierras públicas.
Quienes preconizan la diferencia entre contrato
privado y contrato de empréstito, también sostienen
que los títulos de este último son lanzados al mercado
con condiciones fijadas; pero esta no es una clara
distinción, si se tiene en cuenta que las acciones de
ciertas empresas privadas que se lanzan al mercado y
se cotizan en bolsa, están en situación semejante.
Por último, se argumenta que a diferencia de lo que
ocurre con los contratos de derecho privado, en el
empréstito no existen acciones judiciales para
reclamar el cumplimiento.
No compartimos este fundamento. En nuestro país, el
Estado es demandable con respecto a su deuda
jurídicamente interna ante los jueces nacionales, y si
bien las decisiones condenatorias son sólo
declarativas, porque el Estado no puede ser
ejecutado, ello no disminuye la efectividad del amparo
judicial, atento al invariable acatamiento estatal a las
decisiones judiciales adversas.
Vemos, entonces, que el empréstito es un contrato
como todos los contratos que celebra el Estado. Si se
considera que por el hecho de ser el Estado uno de
los contratantes, el empréstito es un contrato
"público", nada puede objetarse al respecto, pero lo
cierto es que al hacer suscribir el empréstito a los
prestamistas (es decir, al obtener de ellos los fondos),
no hace ejercicio de su poder soberano.
Concordamos con Van Hecke en que el empréstito es
un contrato que vincula al Estado deudor con la
misma fuerza obligatoria que cualquier contrato que
el ente estatal celebre, y que su caracterización
concreta depende del examen del derecho positivo de
cada país.
 Formas de emisión
La emisión está representada por títulos, que son los
valores en los cuales se fracciona el empréstito a los
fines de su distribución entre los suscritores. Esos
títulos, a su vez, son los instrumentos representativos
del crédito que cada tenedor tiene contra el Estado.
o Procedimientos de negociación → La negociación,
venta o colocación de los títulos puede efectuarse
mediante distintos procedimientos.
a) El método más conveniente y eficaz es el de la
emisión directa por suscripción pública. Consiste en
el lanzamiento de toda la emisión o de series
sucesivas, que se ofrecen al público, previa una
campaña de publicidad que anuncia las condiciones
generales del empréstito. El público puede adquirir
los títulos directamente o en las instituciones
bancarias. En este último caso, los bancos actúan a
título de simples colaboradores del Estado, pero no
toman ninguna participación en la operación, tal
como sucede en el procedimiento que veremos a
continuación.
b) En el caso de la colocación por banqueros, el Estado
conviene con una o varias entidades bancarias la
colocación de los títulos en el mercado, lo cual puede
hacerse en dos formas distintas. Puede suceder que el
banco corra con toda la gestión de colocación
mediante el pago de una comisión, o de lo contrario,
que el banco tome en firme la emisión entregando al
Estado el importe total del título y corriendo con el
riesgo de la ulterior colocación.
Este último procedimiento asegura la colocación
rápida e integral del empréstito, pero determina un
mayor sacrificio para el fisco, ya que los banqueros
exigen lógicamente ganancias superiores.
c) Venta en bolsas. En este caso, el Estado emisor
vende los títulos en la bolsa o mercado de valores a
medida que las necesidades lo exigen. Este
procedimiento permite explorar las condiciones del
mercado, pero ofrece el inconveniente de su
limitación, dado que el lanzamiento de grandes
cantidades puede causar perturbaciones en el
mercado bursátil.
d) Licitación. Este procedimiento es empleado para
colocar las letras de Tesorería. Los títulos se ofrecen
en licitación generalmente a las instituciones
bancarias y corredores de bolsa, adjudicándose según
las ofertas más convenientes para el Estado.
 Empréstitos internos y externos
La elección que el Estado debe efectuar para recurrir
al mercado interno de capitales o a los capitales
extranjeros, depende de una serie de factores
económicos y políticos que pueden ser estructurales o
coyunturales, por lo cual es imposible generalizar al
respecto.
El grado de desarrollo de un país, la abundancia o
escasez de capitales nacionales, la necesidad de
ciertas inversiones básicas imposibles, a veces, de
cubrir con el capital del país, son cuestiones que
inciden en tal elección.
Precedentemente hemos hecho consideraciones sobre
las implicancias políticas que pueden tener algunos
empréstitos externos. Es evidente que los capitales
extranjeros son beneficiosos a los países en
desarrollo, pero en la medida en que las relaciones
entre Estado deudor y Estados acreedores sean
estrictamente económicas y no tengan fines de otra
índole, cuyo costo nunca puede calcularse. Por otra
parte, los préstamos se los debe contratar en
condiciones que no sean menoscabantes de la
soberanía de los Estados deudores, por un lado, y por
otro, en condiciones económicas tales qué no resulten
en definitiva sólo un excelente negocio para el
prestamista, que mediante ciertas cláusulas
accesorias logra beneficios en detrimento del Estado
deudor.
 Plazo
A los efectos del acto inicial de la emisión, es
necesario diferenciar los empréstitos a largo y
mediano plazo (entre 5 y 15 años) de los empréstitos a
corto plazo (empréstitos de tesorería). En el primer
caso, la emisión debe ser expresamente prevista por
ley, es decir, por un acto emanado del poder
legislativo en ejercicio de las funciones que le asigna
la Constitución.
En cambio, para los empréstitos de Tesorería existe
una autorización general de emisión, estableciéndose
que esa autorización está limitada por el tope anual
fijado por la ley del presupuesto. En este caso, si bien
no se requiere ley expresa para cada emisión, siempre
existe el antecedente de una ley que establece la
facultad la limita tanto en cuanto al importe (el que
surja de la ley presupuestaria) como al plazo (máximo
de un año).
 Interés. Cotización
o Interés → Al efectuarse la emisión, debe
determinarse como elemento fundamental del
empréstito la tasa de interés.
Este interés de los empréstitos es la ganancia que van
a obtener los prestamistas como fruto de la
colocación de sus capitales, y de allí que el éxito en la
colocación de un empréstito depende en gran medida
de su tasa.
44) Suscripción de empréstitos: métodos.
o El empréstito es voluntario → cuando el Estado,
sin coacción alguna, recurre al mercado de capitales
en demanda de fondos, con promesa de reembolso y
pago de intereses. Éste es el único empréstito que
puede denominarse estrictamente así.
o El empréstito patriótico → es aquel que se ofrece
en condiciones ventajosas para el Estado, y no es
enteramente voluntario, pues se configura en el caso
una especie de coacción. Son empréstitos cuyas
cláusulas contienen ventajas para el Estado deudor,
los cuales se hacen suscribir con propaganda y
apelando a los sentimientos patrióticos de la
comunidad. Los casos más frecuentes de utilización
de esta modalidad del empréstito, son las guerras.
o En los empréstitos forzosos → los ciudadanos
resultan obligados a suscribir los títulos. Se discute,
en doctrina, si esta peculiar forma de obtener fondos
puede considerarse realmente un empréstito.
Para Duverger, los empréstitos forzosos están en un
punto intermedio entre el empréstito propiamente
dicho y el impuesto. Neumark también afirma el
carácter mixto.
Se diferencian de los verdaderos empréstitos porque
carecen de voluntariedad, y de los impuestos, porque
tienen un contravalor.
Los autores brasileños Baleeiro y Araújo Falcáo
consideran que el empréstito forzoso tiene carácter
tributario, posición que conside ramos como la más
correcta, y a la cual se adhiere el tratadista argentino
Giuliani Fonrouge.
Dada nuestra adhesión a la teoría contractual, no
creemos que el empréstito forzoso pueda ser
considerado como un verdadero empréstito, ante la
falta de acuerdo de voluntades creador de la
vinculación jurídica. Tiene, en cambio, carácter de
tributo, dado que nace como consecuencia del
ejercicio del poder de imperio por parte del Estado,
con prescindencia de la voluntad individual.
Es indudable que el empréstito forzoso es una figura
híbrida no absolutamente delimitable dentro del
campo de los recursos financieros del Estado, pero
creemos que su rasgo predominante no está dado por
la prometida restitución, sino por el procedimiento
coactivo, mediante el cual el Estado exige
compulsivamente sumas de dinero a los particulares,
lo cual lo ubica dentro del campo tributario.
 Garantías
Suele darse ciertos alicientes o estímulos para que los
futuros prestamistas se decidan a suscribir los
títulos, ya sea mediante un afianzamiento del crédito
que le asegure el pago y lo proteja de la
desvalorización monetaria, o ventajas económicas,
fiscales o jurídicas que tornen más apetecibles las
operaciones.
a) Garantías reales → tienen poca utilización y
consisten en la afectación especial de bienes
determinados, mediante prenda o hipoteca.
b) Garantía personal →consiste en el compromiso
adoptado por un tercero de pagar las sumas
prestadas en caso de no hacerlo el deudor, siendo un
procedimiento poco utilizado en la actualidad.
c) Se habla de garantías especiales → cuando se
afectan determinados recursos del Estado deudor,
especialmente derechos aduaneros, producto de
monopolios fiscales, rentas portuarias, etc. Este
procedimiento fue frecuentemente utilizado en la
segunda mitad del siglo XIX.
d) garantías contra fluctuaciones monetarias →
tienden a proteger al prestamista contra la
depreciación del dinero. Por ello, en los contratos de
empréstito suelen incluirse cláusulas que garantizan
la estabilidad del dinero que se reembolsa a los
acreedores, para compensarlo de cualquier
desvalorización que afecte sus intereses.
Además de las garantías recién mencionadas, los
Estados necesitados conceden una serie de ventajas
que hagan más conveniente la inversión. Entre ellos
se destacan las exenciones totales o parciales con
relación a los ingresos que puedan derivar de los
títulos, tanto en lo que respecta a sus intereses como
a su negociación o transmisión por cualquier
concepto.
 Fraccionamiento:
Esta acción se da cuando el Estado fracciona o divide
los títulos emitidos en dos o mas partes renegociando
el interés y el plazo de pago de la deuda.
 Rescates
El empréstito se reembolsa o rescata mediante la
amortización de la deuda.
Pueden distinguirse tres clases:
o Amortización obligatoria → es el reembolso que se
efectúa en fecha determinada.
Puede hacerse repentinamente, lo cual sucede con
frecuencia en los empréstitos a corto plazo, o
paulatinamente, lo cual se opera en préstamos a largo
plazo o mediano plazo.
Así existe el método llamado anualidades, donde se
paga el interés y una fracción del capital, hasta saldar
la totalidad de lo adeudado. El sistema de sorteo,
según el cual una parte de los títulos al ser sorteada
anualmente, es totalmente reembolsada,
procedimiento mediante el cual se reembolsa a
aquellos prestamistas que hagan oferta mas reducida
para el rescate.
o Amortización facultativa → el Estado se reserva el
derecho de amortizar o no el empréstito y fijar las
fechas en que hará efectiva la amortización.
o Amortización indirecta → es la que se produce
mediante la emisión de moneda, no constituye un
procedimiento de amortización, sino uno de los
efectos del emisionismo.
 Conversión
Significa la modificación, con posterioridad a la
emisión, de cualquiera de las condiciones del
empréstito. Hay tres tipos de conversión:
o Conversión Forzosa → el tenedor se ve obligado a
aceptar el nuevo título sin alternativa alguna, ya que
si no acepta el canje pierde el título. Se trata de un
procedimiento arbitrario que esta en pugna con la
naturaleza jurídica del empréstito.
o Facultativa → el prestamista puede libremente
optar por conservar el título viejo o convertirlo por el
nuevo.
o Obligatoria → se da al prestamista la opción de
optar por el nuevo título o el reembolso. No deja de
ser una violación al carácter contractual del
empréstito.
La Corte Suprema sostiene que en la tesis de la
naturaleza contractual del empréstito, es ilegal
obligar al tenedor a admitir la conversión o a ser
reembolsado.
45) La financiación del Tesoro a través del sistema
monetario y crediticio. Las letras de tesorería.
Uno de los principales instrumentos de financiación
utilizados por la Tesorería General de la Nación desde
1993 lo constituyen las Letras del Tesoro, estas son
emitidas para cubrir defasajes de caja, se utilizan
para obtener el financiamiento en el mercado local y
en el internacional en función de requerimientos de
caja proyectados.
A partir de 1996 la sanción del decreto 340 se
combino la estrategia de consolidar el acceso a
mercados voluntarios de crédito con la estrategia de
lograr la regularidad en el mercado local y fortalecer
el Mercado de Capitales Argentino.
El decreto 340 del 1 de Abril de 1996 estableció un
sistema para la emisión, colocación, liquidación y
negociación de los instrumentos de endeudamiento
publico, creados básicamente para el mercado local.
Dentro de los cuales se encuentran los BONTES,
bonos del tesoro a mediano y largo plazo y las LETES,
letras del tesoro a tasa de descuento o vencida.
Las letras del tesoro son una herramienta de
financiamiento a corto plazo a partir de la reforma y
la implementación de la ley de administración
financiera.
Siendo sus características, a saber:
 Monto de emisión: importe por el cual se emite el
instrumento.
 Fecha de emisión: fecha a partir de la cual tiene
vigencia la letra
 Plazo: duración del instrumento.
 Régimen de colocación: por suscripción directa o
licitación publica
 Moneda: especificación de la moneda (dólares,
pesos, etc.)
 Negociación: negociables en Bolsas y Mercados de
Valores o no.
 Denominación mínima: se definen en unidades de
1000.
 Tratamiento impositivo: exento.
 Tasa de interés: tasa vencida o a descuento.
 Forma: escriturales.
 Ley aplicable: Argentina
La ley de Presupuesto General fija cada año el monto
máximo que la Tesorería puede emitir en virtud de su
competencia fijada por el Art. 82.
Según el decreto 340 de 1996 se adquieren por
licitación publica en el mercado local durante el
ejercicio fiscal. Este cronograma lo da a conocer la
Secretaria de Hacienda dentro de los 30 días de
publicada la ley de presupuesto.
Las letras de tesoro si bien se pueden colocar a
suscripción directa, mayormente se colocan por
licitación pública. El proceso se inicia con el llamado
a licitación a través de un comunicado de prensa
donde se especifican las características del
instrumento a colocar.
La Tesorería procede a instruir la colocación de las
letras a la central de registro y liquidaciones del
BCRA quien se encarga de la liquidación de estos
instrumentos empleando las modalidades usuales en
las principales plazas financieras.
La segunda instancia se produce al producirse el
vencimiento de las letras, procediéndose a enviar nota
de pago por el capital al BCRA a efectos de que
proceda a acreditar los respectivos importes a las
cuentas de los intermediarios autorizados dando
lugar a la cancelación del instrumento.
Las de suscripción directa son colocadas a través de
la Caja de Valores.
Las letras que no se hayan cancelado al finalizar el
ejercicio constituyen Deuda Publica siendo su
tratamiento contable y presupuesto el de la deuda
pública, interviniendo la Oficina Nacional de Crédito
Publico.
 Emisión monetaria
El emisionismo monetario puede ser considerado
desde dos puntos de vista:
o Emisionismo como regulador económico → se da
cuando los medios de pago deben aumentar al mismo
ritmo que se incrementa el volumen producido de
bienes y servicios a pagar. Por ejemplo cuando existe
depresión con desempleo de recursos económicos y
capacidad productiva, la emisión de moneda puede
influir favorablemente en la reactivación de la
economía en crisis.
o Emisionismo como medio para obtener ingresos
→ esto ocurre cuando el Estado cubre su déficit
presupuestario con la emisión de papel moneda.
Utilizar el emisionismo con esta finalidad constituye
un elemento de presión inflacionaria. Y en la medida
en que esto provoque inflación, produce los efectos de
un tributo injusto para la comunidad y perjudicial
para el propio Estado En consecuencia, la emisión de
moneda con fin fiscal solo se justifica en casos
extremos y si la necesidad publica lo requiere en
forma absoluta.
Por otra parte, este tipo de emisionismo debe ser de
carácter provisional y ser seguido por medidas de
saneamiento que tengan por objeto retirar de la
circulación la masa monetaria exuberante.

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