Resumen Introduccion A Marcos

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EL EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS

Hasta el siglo xix fue poco comentado el segundo evangelio. Esta falta de interés se explica por la
circunstancia de que Marcos apenas ofrece pasajes que no hayan sido transmitidos también por
Mateo o por Lucas. A partir del siglo xix, los críticos creyeron hallar en él la fuente principal de Mateo
y de Lucas; así pues, los apologetas comenzaron a examinarlo atentamente como el único terreno
sólido sobre el que se podía edificar la vida de Jesús.

I. El estilo de Marcos.

El estilo de Marcos, menos elaborado que Mateo, muestra dos maneras se puede abordar: como un
lector en búsqueda de la cultura inmersa en el texto; o como un oyente que se deja arrastrar por un
narrador.

1. EL VOCABULARIO.

Pobreza de vocabulario.

El vocabulario de Marcos es a la vez monótono y sorprendente. Por ejemplo: son pocos los relatos
que no vayan introducidos por “y”, seguido de un adverbio como “en seguida” o “de nuevo”. Los
verbos hacer, haber, poder, querer son muy repetidos. Otro ejemplo es que Marcos tiene una sola
palabra para notar la mirada circular, cuyo sentido sólo se puede determinar por el contexto. Las
composiciones de lugar tienen muy poca variedad: para las enseñanzas particulares nos hallamos
indefectiblemente “en la casa” o “en camino”

Realismo y sentido de lo concreto.

A pesar de la pobreza de vocabulario, Marcos escribe palabras “vulgares” dadas las cosas que ve,
como camilla (2,11), aldeas (1,38), con insistencia (14,31). Estas palabras y otras dan connotación
de momentos, con detalles específicos.

Los arameísmos.

Marcos está salpicado de arameísmos al azar, guiado por el testimonio del recuerdo que ha de
transmitir. Sin embargo, cuando nota que tales palabras pueden no ser comprendidas por el lector,
las explica (por ejmplo: boanerges (3,17), talita kum (5,41), korbán (7,11), effata (7,34), abba
(14,36), además de elói, eldi, lamma sabaqtani (15,34).

2. LA SINTAXIS.

La sintaxis de Marcos está seguramente emparentada con el estilo popular y más todavía con el estilo
semítico. El antepasado de estos estilos es el estilo oral, por lo que para leer Marcos lo mejor es
hacerlo como un oyente de gratos recuerdos referidos por un testigo.

Giros populares y giros semíticos.

Notemos en primer lugar algunas debilidades de estilo: «deshicieron el techo... y habiendo hecho un
agujero» (2,4); “Y les enseñaba por parábolas muchas cosas, y les decía en su doctrina” (4:2). Este
tipo de escritura, que pueden parecer repetitivos, pueden ser bien giros semíticos o un modo de
decir popular.

El arte del narrador.

El arte del narrador se hace sentir especialmente cuando deja tiempo al oyente para recordar lo que
se ha dicho; la misma frase recurre en diferentes bocas. Así Jesús declara que los pecados son
perdonados, y luego los fariseos piensan dentro de sí: «¿Quién puede, pues, perdonar los
pecados?»; finalmente, Jesús reitera la misma afirmación (2,5.7.9.10). Poner de relieve la palabra
importante de un relato, es algo que caracteriza a un buen narrador. Mientras que en Mateo y Lucas
hay tres y ocho este recurso, en Marcos es cosa corriente.

La trabazón entre las frases.

El lenguaje semítico y el lenguaje popular tiene la costumbre de la parataxis, o yuxtaposición de las


frases, ligadas cuando más por un “y” con múltiples sentidos. Por lo tanto se precisa detectar
activamente cualquier indicio en la entonación del narrador, la naturaleza exacta de la trabazón. La
ausencia de toda trabazón es altamente característica del arameo.

3. EL ESTILO.

La esquematización de los relatos.

Existen distintas partes de relatos que siguen un mismo esquema: por ejemplo estos dos pasajes:

Y despertándose, amenazó y dijo: Y Jesús le amenazó diciendo:


¡Calla, enmudece! ¡Calla y sal de él!
(efecto de la orden: calma del mar) (efecto de la orden: curación del poseso),
y sobrecogidos de gran temor se de- Y todos se quedaron estupefactos de
cían unos a otros: modo que se preguntaban unos a
¿Quién es, pues, éste? otros, diciendo: ¿Qué es esto?

Este esquematismo sirve para concluir la identidad del autor del evangelio y descubrir en estos
relatos una verdadera armazón.

La viveza de los relatos.

Los tiempos verbales utilizados, como el “presente histórico”; y la utilización de plural impersonal
generan el efecto de algo vivo. Hay frases que mezclan distintos tiempos verbales que dan vida a la
narración. Por ejemplo: «Y llama a sí a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos, y les daba
poder sobre los espíritus impuros, y les encargó que no tomasen para el camino nada más que un
bastón, ni pan, ni alforja, ni dinero en el cinturón, sino calzados con sandalias, y: ¡No llevéis dos
túnicas!» (6,7-9).

Las torpezas de la narración.

También la torpeza de los relatos contribuye a darles vida. Existen precisiones, a modo de
explicación, que en términos literarios no siempre son oportunos. Ejemplo: «llegado el atardecer»,
más exactamente» (1:32). Aunque en algunos casos, estas precisiones son necesarias para dar
sentido a la narración: repetición de «dijo al paralítico» en 2,5.10, que subraya la palabra de Jesús.

Otras acotaciones, como la de la edad de 12 años de la hija de Jairo al final del relato, son hechos que
no añaden a la moral ni realzan a Jesús, pero quedaron registrados como parte del recuerdo.

Conclusión.

Marcos no es estilista ni un narrador de talento, sino un relator fiel, ingenuo. Esto se desprende del
carácter estereotipado de los relatos, así como de la indigencia de su vocabulario y de los rasgos de
su obra. Pero también incluye esquemas firmes que Marcos parece haberlos recibido de la
comunidad. Por lo tanto, Marcos tendría un origen doble: un testigo y una comunidad, ambos
activos.
II. Composición literaria.

La estructura de Marcos revela la dualidad de su estilo: un testigo vivo, una tradición esquemática.
Los críticos concuerdan en confirmar la tradición que ve en Marcos el evangelio de Pedro; pero se
separan en la determinación de las fuentes literarias principales. Algunos creen que es un evangelio
primitivo, otros que es secundario respecto de Mateo y Lucas, y otros finalmente que su fuente sería
“Mateo arameo”

1. LOS MATERIALES UTILIZADOS POR MARCOS.

Las sentencias de Jesús.

Marcos se distingue por la brevedad de los discursos de Jesús, aunque se mencionan


frecuentemente estos discursos. Sólo hay dos discursos en 4:1-34 y 13, y toda otra cantidad de
breves de consignas y sentencias. Se suelen mencionar más las enseñanzas de Jesús que incluir el
contenido de dichas enseñanzas (ej 1:21).

Los relatos

Al revés que los discursos, los relatos están desarrollados. En Marcos hay relatos muy cortos, como la
tentación de Jesús en 1:12-13; otros mucho más desarrollados. Aun en estos últimos, son apenas
más desarrollados que en Mateo. También diera la sensación que algunos relatos fueron
condensados (ej: 15,15a correspondería a Mt 27,24s).

Marcos, ¿abreviador?

Marcos es el más corto de los discursos y a veces de los relatos. Refiere una tradición breve, lo cual
no quiere decir que abreviara un texto más largo. Sus rasgos no compensarán nunca la omisión de
palabras y de relatos esenciales.

2. LOS MATERIALES AGRUPADOS.

Estos materiales seleccionados parecen que se habían transmitido ya agrupados. Aparte el relato de
la pasión, a continuación la lista de las principales agrupaciones discernibles:

Agrupación de pasajes comunicados por algún testigo:

1,21-38 (seguramente precedido de 1,16-20 y seguido de 1,40-45).

4,35-5,43 (seguido, completado por 6,\-6a).

6,30-56 (precedido de 6,14-29); 7,24-37; 8,1-26; 8,27-9,29.

Agrupaciones de procedencia catequética: 2,1-3,6; 3,20-35; 4,1-34; 7,1-23; 11,27-12,44; 13,1-37.

Agrupaciones de relatos más vagos: 1,1-13; 3,13-19; 6,6-13; 9,30-10,52; 11,1-25.

Principales sumarios y suturas: 1,14-15; 3,7-12.

3. EL PLAN DE MARCOS.

La geografía y las indicaciones de viajes: base insuficiente.

Existe acuerdo en poner en 11,1 el comienzo del ministerio en Jerusalén; pero no en las secciones
anteriores. El ministerio en Galilea y los desplazamientos de Jesús van de 1:14 hasta 10:52, pero en
esta sección es muy difícil poder definir un itinerario por las sucesivas menciones de lugares
diferentes.

Sobre una base geográfica, Marcos presentó su evangelio conforme a una intención, que se puede
determinar basándose en dos indicios, el literario y el doctrinal.

Indicio literario.

Marcos yuxtapone los materiales subyacentes, que acentúa los progresos del evangelio. Se
identifican tres comienzos de secciones en 1:14; 3:7 y 6:6. Es significativo que terminan con
actitudes frente a Jesús (fariseos queriendo matarlo 3:6, desconocimiento de sus parientes en 6:1-6 y
la confesión de Pedro en 8:27-30)

Indicio doctrinal.

En el indicio doctrinal hay dos periodos separados a partir de la confesión de Pedro en 8:29-30.
Dentro el primer período, Jesús se revela como Mesías y exige severamente el secreto. En el segundo
periodo, el misterio del Hijo del Hombre ya no exige secretos y ahonda el significado del primero.

El detalle de las subdivisiones.

Subsiste duda razonable acerca de las subdivisiones, puesto que distintas relatos pueden ser
relacionados con situaciones anteriores o posteriores. Pero parece más seguro que los tres anuncios
de pascua acentúen teológicamente el comienzo de la segunda parte.

INTRODUCCIÓN (1,1-13). Tríptico que muestra a Juan Bautista predicando (1,1-8), Jesús bautizado y
proclamado Hijo de Dios (1,9-11), luego tentado durante cuarenta días (1,12-13).

I. El misterio del Mesías (1:14-8:30).

Tres secciones, cada una de las cuales comienza con un sumario sobre la actividad de Jesús y con un
relato concerniente a los discípulos, y termina con la actitud adoptada frente a Jesús.

1) JESÚS Y EL PUEBLO (1,14-3,6).

Introducción. Sumario sobre la predicación del reino de Dios (1,14-15) y llamamiento de los primeros
discípulos (1,16-20).

Una jornada de ministerio en Cafarnaúm (1,21-38), que termina con un sumario (1,39) y un apéndice
(curación de un leproso: 1,40-44), seguida de un sumario (1,45).

Cinco controversias y algunos relatos (2,1-3,5).

Conclusión: Los fariseos deciden dar muerte a Jesús (3,6).

2) JESÚS y LOS SUYOS (3,7-6,6).

Introducción. Sumario sobre las curaciones y los exorcismos (3,7-12) e institución

de los doce (3,13-19).

Relatos. Jesús es tomado por loco, por endemoniado. Proclama el fin del imperio del demonio,
amenaza a los incrédulos y declara cuál es su verdadera familia (3,20-35).

Parábolas (4,1-34).

Tres grandes milagros. Tempestad, endemoniado de Gerasa, hemorroisa e hija de Jairo (4,35-5,43).
Conclusión. Jesús desconocido por los suyos (6,1-6).

3) JESÚS Y SUS DISCÍPULOS (6,6-8,30).

Introducción. Sumario sobre la enseñanza de Jesús (6,6), misión y regreso de los doce, enmarcado el
relato de la inquietud de Herodes a propósito de Jesús, y el de la muerte de Juan (6,7-30).

Primera multiplicación de los panes (6,31-34), seguida de dos milagros (6,31-56), de una discusión
sobre las tradiciones fariseas y de una enseñanza sobre lo puro y lo impuro (7,1-23), de dos milagros
(7,24-37), que podrían unirse a lo que sigue.

Segunda multiplicación de los panes (8,1-10), seguida de una discusión con los fariseos (8,11-13), de
una enseñanza a los discípulos (8,14-21) y de la curación del ciego de Betsaida (8,22-26).

Conclusión (que podría comenzar la segunda parte, pero hace inclusión con 6,14-16 y 1,1): confesión
de Pedro; secreto exigido por Jesús (8,27-30).

II. El misterio del Hijo del hombre (8,31-16,8).

1) EL CAMINO DEL HIJO DEL HOMBRE (8,31-10,52).

Está jalonado por los tres anuncios de la suerte del Hijo del hombre, cada uno de ellos seguido de
una enseñanza sobre la suerte de los discípulos.

Primer anuncio, rechazado por Pedro (8,31-33), y enseñanza (8,34-9,1). Complemento:


Transfiguración y coloquio sobre Elias (9,2-13), curación del endemoniado epiléptico (9,14-29).

Segunda anuncio, en camino a través de Galilea (9,30-32), y enseñanza sobre el servicio, con algunos
logia (9,33-50). Complementos catequéticos de enseñanza superior, en Transjordania (preparación
geográfica de la subida a Jerusalén): sobre el divorcio, los niños, las riquezas, la recompensa de los
discípulos (10,1-31).

Tercer anuncio, subiendo a Jerusalén (10,32-34), y enseñanza con ocasión de los hijos de Zebedeo
(10,35-45). Complemento: el Hijo de David proclamado por el ciego de Jericó (10,46-52).

2) EL JUICIO DE JERUSALÉN (11,1-13,37).

Juicio en acto y en palabras. Entrada mesiánica en Jerusalén (11,1-11), los vendedores arrojados del
templo (11,15-19), relato encuadrado por el de la higuera desecada (11,12-14.20-25). Discusión
sobre la autoridad (11,27-33), concluida con la parábola de los viñadores homicidas (12,1-12).

Tres controversias y una enseñanza. El impuesto debido al cesar, la resurrección de los muertos, el
primer mandamiento, Cristo hijo y señor de David, con esta conclusión: «¡Desconfiad de los
escribas!», y un apéndice sobre el óbolo de la viuda pobre (12,13-44).

La ruina del templo y el fin del mundo (13,1-37).

3) LA PASIÓN Y LA RESURRECCIÓN (14,1-16,8).

Introducción. El complot y la traición, y encuadrada en ellas, la unción de Betania, colocada en el


centro del drama (14,1-11).

En secreto. Preparación «sacramental» del sacrificio y oración en Getsemaní en vista de la hora


(14,12-42).
En público. Jesús es arrestado (14,43-52), condenado como Mesías por los judíos (14,53-15,1) y
como rey por los paganos (15,2-20); crucificado, muere (15,21-41) y es sepultado (15,42-47).

Epílogo. El sepulcro vacío (16,1-8).

Apéndice. Las apariciones del Resucitado (16,9-20).

III. Perspectiva doctrinal.

En otros tiempos, la moda crítica habló del paulinismo doctrinal de Marcos. Pero no se pueden
reconocer en Marcos huellas de un influjo doctrinal de Pablo. El vocabulario sugiere cuando mucho
que Marcos que quizá conoció ITes y Rom. Sólo el final canónico posterior de Marcos 16,9-20 tiene
numerosos contactos con las cartas paulinas. En Marcos no hay prejuicio doctrinal, sino una
perspectiva, la de la comunidad que ve en la existencia de Jesús una revelación del misterio.

1. JESÚS, HIJO DE DIOS.

El título del libro precisa la meta de Marcos: «Comienzo del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.» He
aquí cómo Jesucristo mostró ser el Hijo de Dios. Algunos manuscritos no contienen estas últimas
palabras, pero sólidas razones de crítica autorizan a mantenerlas.

Marcos utiliza el apelativo de Hijo de Dios probablemente como título teológico, en sentido propio y
no sólo mesiánico. Se halla en la confesión de los demonios (5:7 y 3:11), el bautismo (1:11),
transfiguración (9:7) y confesión del centurión (15:39). Se quiere revelar la buena nueva a los
paganos que Jesucristo es el Hijo de Dios. Los otros títulos, Cristo, Jesucristo, hijo de David, profeta,
Señor e hijo de María; son excepcionales.

2. JESÚS, HIJO DEL HOMBRE.

La venida del Señor es un misterio que Marcos centra en Jesús que es el reino en persona. Hay dos
interpretaciones. La primera indica que no “Hijo del Hombre” no es un título mesiánico, en el que
sólo 13:26 y 14:62 lo enlazaría con la profecía de Daniel. La segunda interpretación se basa más en
las parábolas de Enoc, el Hijo del hombre viene como juez de los pecadores y salvador de los justos
en el último día. Jesús, en cambio, viene a salvar a los pecadores desde ahora mismo. Aunque la idea
del sufrimiento del Mesías tiende a ser que no, Jesús fusiona las tradiciones del “Hijo del Hombre”
con el siervo que sufre de Isaías. Así, la revelación progresiva del misterio de Jesús que revela el
camino del “Hijo del Hombre” que debe ir por la cruz a la gloria.

3. EL SECRETO MESIÁNICO.

El hecho.

Marcos sistematizó la voluntad de secreto mesiánico, que consiste en que Jesús manifiesta su
voluntad de ocultar su verdadera identidad. Su secreto no debe divulgarse: lo impone a los demonios
(1:34; 3:12), a los favorecidos con milagros (1:44; 5:43; 7:36; 8:26), a los discípulos (8:30; 9:9).

Interpretación del hecho.

El secreto mesiánico incluye varias interpretaciones: el carácter humilde de la vida de Jesús, una
táctica de no provocar a los judíos con una interpretación carnal del mesianismo y más
profundamente una condición de la revelación (debía mostrar primero sus títulos con la muerte).
También se dá la falta de percepción del hombre, que no puede captar a Dios; sino que Dios se da al
hombre.
IV. Historicidad del segundo evangelio.

En función del género literario de Marcos es como podremos apreciar la manera como nos pone en
contacto con los acontecimientos.

1. APRECIACIÓN INDIRECTA.

Marcos escribió un evangelio que quiere mostrar que la divinidad de Jesús merece nuestra fe.
Aunque una obra de la fe dirigida a la fe, no puede juzgarse desde el exterior, puede apreciarse
indirectamente según los motivos que habrían podido doblegar la tradición en el sentido de la
creencia cristiana.

Marcos y la teología.

Marcos está sistematizado de forma de poner de relieve el secreto mesiánico y la teología del Hijo de
Dios, subrayando el aspecto escatológico del mensaje de Jesús. Igualmente quedan pasajes que
muestran al reino en acción (parábola de la paciencia del sembrador en 4:26-29)

Marcos y la apologética.

Marcos quiere mostrar que Jesucristo es el Hijo de Dios, y así agrupa los relatos conforme a esta
finalidad. También mostrar que en Jesús se realizan las Escrituras (aunque no tan sistemáticamente
como Mateo).

Pero también hay numerosas notaciones que tenderían a rebajar al Maestro: los parientes de Jesús
lo tienen por enajenado (3,21), Jesús, el carpintero, el hijo de María, cuyos hermanos y hermanas se
conocen (6,3), el taumaturgo que no pudo hacer milagros en Nazaret (6,5s), el Maestro que no quiso
que se le llamase bueno (10,18), el Hijo de Dios que ignora la hora del juicio (13,32) y que parece
abandonado por su Padre (15,34).

A estas dificultades teológicas se añade la naturalidad con que se mencionan los sentimientos
humanos de Jesús. Excepto flaquezas morales, Jesús se muestra en todo con su naturaleza humana:
come, duerme, mira e incluso se vuelve para ver (5,32), sufre y muere, se indigna (3,5), tiene
compasión (6,34; 9,22), manifiesta descontento (10,14), etc.

Marcos y la liturgia.

Los aspectos litúrgicos que se encuentran son: ayuno (2:20), unción de enfermos (6:13), oración
(9:29; 11:24s), y la cena asociada a la pascua (14,16-25).

Marcos y la catequesis.

Hay motivos catequéticos: notaciones geográficas (1,9; 11,1) voces arameas (3,17.22; 5,41; 7,11.34;
9,43; 10,46; 14,36; 15,22.34) y de costumbres judías (7,2-4; 15,42).

También conjuntos estructurados en razón de la catequesis, como las cinco controversias (2,1-3,5),
las parábolas (4,1-34), o las discusiones sobre las tradiciones fariseas (7,1-23); marcas
mnemotécnicas que unen las sentencias (4,21-25; 8,34-9,1; 9,37-50; 11,23-25); la estructura
temática que engloba los recuerdos (10,1-31).

Conclusión.

El valor histórico de Marcos depende del que se reconoce a la tradición primitiva. Manifiesta
objetividad por sus peculiaridades que se remontan al mismo Pedro.

2. MARCOS Y LOS ACONTECIMIENTOS.


Queda pendiente analizar, según refleja Marcos, la cronología y precisión de los acontecimientos
como también la evolución del pensamiento de Jesús. El único punto delicado es la diferencia de
disposición que presenta Marcos respecto de Juan y Mateo. Dejando a un lado la cuestión más
general de la cronología sinóptica, diferente de la de Juan; queda examinar quién tiene razón, si
Mateo o Marcos, en la disposición de los primeros capítulos del evangelio (Mt 3-13, Mc 1-6).
Ninguna respuesta satisface plenamente, pero mayormente hay consenso en la verosimilitud de
Marcos por sobre Mateo.

§ V. El autor del segundo evangelio.

La tradición atribuye con unanimidad el segundo evangelio a san Marcos y concuerda también en
reconocer en él los recuerdos de san Pedro.

1. EL TESTIMONIO DE PAPÍAS.

La más antigua atestación se lee en Papías. «Esto es lo que el Presbítero acostumbraba a decir:
"Marcos, que había sido intérprete de Pedro, escribió exactamente, aunque no con orden, todo lo
que recordaba de las palabras o acciones del Señor." Tres afirmaciones se suelen destacar de la
misma: Marcos fue el intérprete de Pedro, fue fiel al escribir y escribió sin orden.

Por intérprete se podría entender que era un secretario o más probablemente, un repetidor, muy
probablemente por la falta de dominio del griego de Pedro.

2. LOS OTROS TESTIMONIOS TRADICIONALES.

Justino, hacia 150 y sin nombrar a Marcos, destaca en las Memorias de Pedro un rasgo que sólo
Marcos refiere en 3:17 (el título de Boanerges).

Ireneo declara: «Después de su muerte (de Pedro y de Pablo), Marcos, discípulo e intérprete de
Pedro, nos transmitió también por escrito lo que había predicado Pedro».

Tertuliano habla también de Marcos interpres Petri. Clemente de Alejandría afirma que Marcos
escribió siguiendo a Pedro y — notación personal — durante su vida.

Orígenes precisa que Marcos fue el segundo en escribir, siempre con dependencia de Pedro.

La tradición romana ha conservado el recuerdo de un Marcos «con los dedos cortos»

La tradición de todas partes (Asia Menor, Egipto, de África y de Roma), afirma unánimemente que el
segundo evangelio fue escrito por Marcos dependientemente de la predicación de Pedro.

3. LOS DATOS DE LA CRÍTICA INTERNA SOBRE SAN MARCOS.

El Nuevo Testamento permite identificar a este personaje. Los Hechos de los Apóstoles hablan de
cierto Juan, por sobrenombre Marcos. Relacionado con Pedro: en Hch 12:12 y en 1Pe 5:13.
Relacionado con Bernabé y Pablo (Hch 12:25, 13:5,13 y 15:37-39, Col 4:10, Flm 1:24, 2ºTim 4:11).

4. MARCOS, «EVANGELIO DE PEDRO».

La obra de Marcos merece ser llamada «evangelio de Pedro». La inmensa mayoría de los críticos
reconocen el testimonio de Pedro en buen número de relatos , aunque discrepan en la delimitación
precisa de estos relatos. Una lista podría ser la más viable: la vocación de los discípulos, Jesús deja
Cafarnaúm, el llamamiento a Leví, el repudio de Nazaret, la confesión de Pedro, la transfiguración, el
episodio del joven rico, la petición de los hijos de Zebedeo, la entrada en Jerusalén, la purificación
del templo, la unción en Betania, Getsemaní, el arresto, la negación de Pedro.
Aunque Marcos destaca en algunos pasajes a Pedro, esto también ocurre en otros evangelios. Tiende
a omitir lo que honra a Pedro y que especifica lo que le es desfavorable (8:33; 9:5; 14:29.31.66s).

VI. Destinatarios, lugar y fecha.

1. EL LUGAR Y LOS DESTINATARIOS.

El segundo evangelio está escrito para cristianos de origen no judío y que no viven en Palestina. En él
no se halla nada sobre la ley y su relación con la nueva alianza, pocas cosas sobre el cumplimiento de
las profecías y sobre los ataques de Jesús contra los escribas. Por el contrario, Marcos pone empeño
en explicar costumbres judías, traducir voces arameas, en precisar detalles geográficos y subrayar el
significado del evangelio para los paganos.

El consenso general es que Marcos escribió su evangelio en Roma. Las notaciones señaladas en el
evangelio con miras a los destinatarios responden mejor a una composición romana, y los numerosos
latinismos la confirman.

Algunos autores señalan Antioquía como lugar de composición basados en la tradición de Papías en
Oriente, relaciones de Pedro con Antioquía, etc. Pero estos argumentos no son concluyentes.

2. LA FECHA.

En cuanto a la fecha la tradición no es unánime. Algunos piensan que Marcos escribió antes de la
muerte de Pedro y otros después.

La opinión más admitida entre los críticos fija la fecha entre el 65 y el 70 (no hay alusión a la
destrucción de Jerusalén). Otros, sobre todo entre los católicos, la sitúan antes del 63, por la razón de
que Lucas habría escrito en esta fecha.

Apéndice: El final de Marcos.

1. LA TRADICIÓN MANUSCRITA.

Los últimos versículos de Me 16,9-20 parecen no haber pertenecido originariamente al segundo


evangelio. Así se pone en duda su autenticidad, ya que no su canonicidad. En distintos manuscritos
se encuentran estos versículos (final canónico), en otros no están (ausencia de final), en otro hay un
final más corto y aun otro con un final más largo

2. CONCLUSIÓN.

El final más corto y el final más largo son desechados como inauténticos. Hay suficiente evidencia
para defender su autenticidad, aunque presenta las siguientes dificultades:

● Entre los vv. 8 y 9 existe solución de continuidad.


● El estilo poco vivo del final no es de Marcos.
● El vocabulario no es el de Marcos
● El conjunto aparece como una armonía de los otros evangelios

Por otra parte, es difícil admitir que el evangelio terminase en el v. 8. Se puede suponer que un
cristiano o Marcos mismo añadiera posteriormente el final canónico, teniendo presentes los
evangelios.

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