Trabajo Práctico Sgyr
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INTESTINO DELGADO
1. ANATOMÍA
1.1 DUODENO
1.2 YEYUNO-ÍLEON
Configuración externa
El yeyuno y el íleon no se diferencian notablemente entre sí. El primero
está cerca de la flexura duodenoyeyunal y el segundo, cerca de la unión
ileocecal. No existe un límite neto entre ambos.
Desenrollado, se presenta como un tubo de calibre regularmente
decreciente, de 25 a 30 mm de diámetro en su origen y de 15 a 20 mm en su
terminación. Su longitud varía de 5,50 m a 9 m, con un promedio de 6,60 en el
adulto.
El yeyuno y el íleon comprenden las tres capas comunes al aparato
digestivo intraabdominal: la túnica mucosa, la túnica muscular y la túnica
serosa.
Túnica mucosa: La forma de esta túnica está marcada por numerosos
pliegues circulares [válvulas conniventes, de Kerckring], de dirección
transversal, con una altura de hasta 8 mm, que rodean la luz intestinal. La
superficie de la túnica mucosa tiene un aspecto aterciopelado debido a las
vellosidades intestinales, pequeñas salientes visibles con una lente, que son los
órganos esenciales de la absorción intestinal. Las glándulas intestinales [de
Lieberkühn] se abren entre las vellosidades y segregan el jugo intestinal.
Existen numerosos elementos linfoides, sea aislados o agrupados en
placas: nodos linfáticos agregados [placa de Peyer], más numerosos en la
terminación del intestino delgado. La mucosa se aplica sobre una submucosa,
lo bastante laxa como para permitir el deslizamiento de la túnica mucosa sobre
el plano muscular que la cubre.
Túnica muscular: El músculo liso intestinal está formado por una capa
circular profunda y por una capa longitudinal superficial. Este músculo es
vigoroso, tónico. Es el responsable de los movimientos peristálticos del
intestino.
Túnica serosa: El peritoneo del meso intestinal, el mesenterio, se
prolonga sobre las paredes intestinales, formando una capa de peritoneo
visceral que cubre su superficie.
Disposición de las asas delgadas
La disposición es aparentemente anárquica. De hecho, se pueden
distinguir dos grupos escalonados de arriba hacia abajo:
A. Superior e izquierdo, con asas dispuestas horizontalmente.
B. Inferior y derecho, con asas de disposición vertical.
La primera asa yeyunal es oblicua hacia abajo y a la izquierda. La última
asa ileal (porción terminal del íleon) asciende hacia la unión ileocecal, de abajo
hacia arriba y de izquierda a Derecha.
VASCULARIZACIÓN DEL YEYUNO Y DEL ÍLEON. VASOS MESENTÉRICOS
SUPERIORES
Arteria mesentérica superior
Origen: La arteria mesentérica superior se origina de la cara anterior de
la aorta abdominal, a 2 cm, término medio, por debajo del tronco celíaco, a
una altura algo variable (Hovelacque, Soutoul y Caix). Las disecciones, así como
las arteriografías en el ser vivo (Oman), sitúan este origen entre los discos
intervertebrales T12, L1 y el borde superior de L2. Desde el comienzo es una
arteria voluminosa: su calibre oscila entre 6 y 12 mm en el adulto.
Trayecto: Desde su origen se dirige verticalmente hacia abajo y adelante
por detrás del páncreas. Luego pasa por delante de la porción horizontal del
duodeno, penetra en la raíz del mesenterio y después en el propio mesenterio,
en un plano sensiblemente mediano.
Terminación: Se sitúa en pleno mesenterio en contacto con el íleon, a
unos 80 cm de la unión ileocecal, término medio. Este punto corresponde al
vértice del asa intestinal primitiva del embrión, representada a veces por el
divertículo ileal del adulto. La arteria se divide en dos ramas ileales, derecha e
izquierda.
Vena mesentérica superior
Drena la sangre del territorio irrigado por la arteria homónima: el
yeyuno y el íleon, así como el duodenopáncreas y el colon derecho. El tronco
de la vena, voluminoso, de 15 a 20 mm de diámetro promedio, está
constituido por la reunión de las venas yeyunales e ileales en un punto variable
del eje mesentérico: en efecto, las venas siguen en su conjunto el dispositivo
arterial, como en todo el sistema porta hepático: una vena satélite por arteria.
Linfáticos
Son muy numerosos y aseguran el transporte del quilo, producto de la
absorción de los lípidos en las vellosidades intestinales.
De una red submucosa se originan los vasos quilíferos o venas lácteas”
de Aselli (año 1626), situadas en el mesenterio.
Se distinguen dos corrientes:
A. Corriente yeyunoileal: es predominante y comparte varias estaciones
de nodos linfáticos:
– Yuxtaintestinal o periférica a nivel de los arcos vasculares.
– Intermedia, situada a media altura en el mesenterio, a nivel de los
últimos arcos venosos.
– Central, ubicada en la raíz del mesenterio, alrededor de los vasos
mesentéricos superiores.
B. Corriente ileal terminal: drena las dos últimas asas delgadas y se sitúa
alrededor de la terminación de la arteria mesentérica superior hasta la unión
ileocecal. Los colectores van a los nodos linfáticos situados inmediatamente a
la derecha de la arteria mesentérica superior, luego a nodos que se hallan en el
mesocolon derecho y de allí a los nodos ileocólicos. Con los linfáticos cólicos,
esta corriente llega a la región subpancreática, donde vuelve a encontrar la
corriente yeyunoileal principal.
Estas dos corrientes son drenadas por uno o varios colectores gruesos
que pasan por detrás del páncreas, acompañando a los vasos mesentéricos
superiores, y desembocan en los nodos centrales superiores. De allí la linfa es
transportada por el tronco linfático intestinal, principal afluente de la cisterna
del quilo [de Pecquet]. La importancia de estos linfáticos no es solo fisiológica.
Los nodos linfáticos suelen ser atacados por inflamaciones (adenopatías
mesentéricas). Las adenitis del final del mesenterio pueden simular una
apendicitis.
2. HSTOLOGÍA
La pared del intestino delgado está compuesta por las 4 capas que
forman la mayor parte del tubo digestivo: mucosa, submucosa, muscular y
serosa.
La mucosa está compuesta por el epitelio, la lámina propia y la
muscularis mucosae. La capa epitelial de la mucosa intestinal consiste en
epitelio cilíndrico simple, que contiene varios tipos de células. Las células
absortivas digieren y absorben nutrientes del quimo intestinal. También están
presentes las células caliciformes, que secretan moco.
Existen 3 tipos de células enteroendocrinas en las glándulas intestinales
del intestino delgado: células S, células CCK y células K, que secretan la
hormona secretina, la colecistocinina o CCK y el péptido insulinotrópico
dependiente de glucosa o GIP, respectivamente.
La lámina propia de la mucosa del intestino delgado contiene tejido
conectivo areolar y abundante tejido linfoide asociado a la mucosa (MALT). Los
ganglios linfáticos solitarios son más numerosos en la porción distal del íleon.
Hay grupos de ganglios linfáticos conocidos como folículos linfáticos agregados
(placas de Peyer) presentes en el íleon. La muscularis mucosae de la mucosa
delintestino delgado contiene músculo liso.
La submucosa del duodeno presenta glándulas duodenales (de Brunner),
que secretan un moco alcalino que ayuda a neutralizar el ácido gástrico del
quimo. A veces, el tejido linfático de la lámina propia se extiende por la
muscularis mucosae hasta la mucosa.
La muscular del intestino delgado consiste en dos capas de músculo liso.
La externa, más gruesa, contiene fibras longitudinales; la interna, más fina,
posee fibras circulares. Excepto la mayor parte del duodeno, la serosa (o
peritoneo visceral) cubre por completo el intestino delgado.
A pesar de que la pared del intestino delgado está compuesta por las
mismas cuatro capas que el resto del tubo digestivo tiene características
estructurales especiales que facilitan los procesos de digestión y absorción.
Entre esas características estructurales se hallan los pliegues circulares, las
vellosidades y las microvellosidades. Los pliegues circulares son pliegues de la
mucosa y la submucosa. Estos repliegues permanentes, que miden unos 10
mm de largo, comienzan cerca de la porción proximal del duodeno y terminan
cerca de la porción media del íleo. Algunas se extienden alrededor de toda la
circunferencia del intestino y otras sólo en una parte de ella. Los pliegues
circulares aumentan la superficie de absorción y hacen que el quimo describa
una trayectoria circular, en lugar de moverse en línea recta, a medida que pasa
por el intestino delgado.
En el intestino delgado también se hay vellosidades (de villus, manojo de
pelo), proyecciones a manera de dedos de la mucosa que miden entre 0,5 y 1
mm de largo. La enorme cantidad de vellosidades (20-40 por mm2) aumenta
notablemente la superficie del epitelio disponible para la absorción y digestión
y le otorga a la mucosa intestinal un aspecto aterciopelado. Cada vellosidad
está cubierta por epitelio y tiene un núcleo de lámina propia; dentro del tejido
conectivo de la lámina propia hay una arteriola, una vénula, una red de
capilares sanguíneos y un vaso quilífero (quilo-, de khylós-, jugo; y -–fero, de
ferre, llevar) que es un capilar linfático. Los nutrientes absorbidos por las
células epiteliales que cubren la vellosidad pasan a través de la pared del
capilar o del vaso quilífero y entran en la sangre o la linfa, respectivamente.
Además de los pliegues circulares y las vellosidades, el intestino delgado
también tiene microvellosidades (mikrós-, pequeño), que son proyecciones de
la membrana apical (libre) de las células absortivas. Cada microvellosidad es
una proyección cilíndrica de 1 μm de longitud, cubierta por una membrana que
contiene un haz de entre 20 y 30 filamentos de actina. Con el microscopio
óptico, las microvellosidades son demasiado pequeñas como para poder
observarlas individualmente; forman en cambio una línea vellosa, llamada
borde o ribete en cepillo, que se extiende hacia la luz del intestino delgado.
Se estima que hay unos 200 millones de microvellosidades por milímetro
cuadrado de intestino delgado. Como las microvellosidades aumentan
enormemente la superficie de la membrana plasmática, grandes cantidades de
nutrientes digeridos pueden difundirse dentro de las células absortivas en un
período dado. El ribete en cepillo contiene, además, muchas enzimas con
funciones digestivas.
3. EMBRIOLOGÍA
DUODENO
La primera parte del duodeno deriva del intestino anterior y la parte
restante deriva del intestino medio. El límite entre ambas coincide con las
desembocaduras de los conductos excretores del páncreas y del hígado. La
primera es irrigada por la arteria celiaca y la segunda por la arteria mesentérica
superior.
Cuando el estómago rota, el duodeno gira en el mismo sentido, se
desplaza y crece" Como resultado de estos procesos, el duodeno adquiere la
forma de una C y se apoya contra la pared dorsal derecha del abdomen.
Al igual que en el esófago, la proliferación de las células de la mucosa del
duodeno ocluye transitoriamente su luz.
INTESTINO
En una sección anterior se estudió la parte del intestino correspondiente
al duodeno. En ésta se describirán el resto del intestino delgado y el intestino
grueso, es decir, el yeyuno, el ileon, el ciego, el colon y el recto. Debido a que
estos órganos derivan del intestino medio, del intestino posterior y del seno
anorrectal, algunos son irrigados por ramas de la arteria mesentérica superior
y otros por ramas de la arteria mesentérica inferior.
El alargamiento que experimenta el intestino medio durante la quinta
semana genera el asa intestinal, con forma de V. Donde se unen las ramas
cefálica y caudal del asa nace el conducto vitelino, que como se sabe ocupa el
celoma umbilical. Además, a fines de la quinta semana aparece un
abultamiento en la rama caudal del asa que es el esbozo del ciego.
El asa intestinal es forzada a ingresar en el celoma umbilical-lo cual se
conoce como hernia umbilical fisiológica- porque el abdomen no tiene espacio
suficiente para contenerla debido al gran crecimiento del higado y de los
riñones.
La salida del asa se produce cuando el celoma umbilical se desocupa por
la desaparición del conducto vitelino.
Cuando se encuentra en el celoma umbilical, el asa intestinal rota unos
90 grados alrededor del eje imaginario representado por la arteria mesentérica
superior.
Observada desde el lado ventral del cuerpo embrionario, el asa gira en
sentido contrario a las agujas del reloj. Esta rotación traslada la rama cefálica
del asa hacia el lado derecho del cuerpo y la rama caudal hacia el lado
izquierdo.
Debido a que el higado y los riñones reducen sus tamaños relativos en el
curso del tercer mes del desarrollo, el intestino regresa al abdomen. Durante
su retorno, el asa intestinal experimenta una segunda rotación, que se produce
en el mismo sentido que la primera, pero con un giro de 180 grados. Sumados
a los 90 grados anteriores, la rotación final es de 270 grados. Por ende, la
primitiva rama cefálica del asa pasa aliado izquierdo del cuerpo y la rama
caudal se ubica en el lado derecho.
La primera rama del asa intestinal que regresa al Intestino es la cefálica.
Pronto se alarga y se convierte en el yeyuno y en la parte proximal del ileon,
cuya parte distal deriva de la rama caudal del asa. Por lo tanto, el limite entre
ambas partes del íleon corresponde al lugar de origen del desaparecido
conducto vitelino.
El último segmento del intestino medio que regresa a la cavidad
abdominal es el que da origen al ciego, el cual se sitúa en el cuadrante superior
derecho del abdomen, cerca del hígado. Debido a que posteriormente ese
segmento del intestino se alarga, el ciego desciende hasta la fosa ilíaca derecha
-su lugar definitivo- y se forma el colon ascendente. Las partes siguientes del
tubo intestinal corresponden al colo11 transverso, al colon11 descendente y al
colon sigmoide. El límite entre el intestino medio y el intestino posterior se
localiza en el sitio donde se unen los dos tercios proximales con el tercio distal
del colon transverso.
Debido a que el lado caudal del ciego crece más lentamente que sus
otros lados, su pared forma un divertículo, el apéndice cecal.
El recto deriva del seno anorrectal, es decir, de la parte dorsal de la
cloaca después que ésta es dividida por el tabique urorrectal.
Al igual que en el duodeno, algunos sectores del intestino delgado se
ocluyen transitóriamente luego de ser invadidos por la proliferación de las
células de la mucosa. A fines del tercer mes del desarrollo se forman las
vellosidades intestinales no sólo en el intestino delgado sino también en el
intestino grueso, aunque en este último desaparecen.
4. FISIOLOGÍA
Digestión mecánica en el intestino delgado
Los dos tipos de movimiento del intestino delgado –segmentación y un
tipo de peristalsis, el complejo motor migrante– están regulados por el plexo
mientérico. Las segmentaciones consisten en contracciones localizadas de
mezcla, que tienen lugar en las porciones del intestino distendidas por el gran
volumen del quimo. La segmentación mezcla el quimo con los jugos
intestinales y atrae las partículas de alimento para ponerlas en contacto con la
mucosa para su absorción posterior; no impulsa el contenido intestinal a lo
largo del tubo digestivo.
La segmentación comienza con la contracción de las fibras musculares
circulares de una porción del intestino delgado, acción que comprime el
intestino en segmentos. Luego, se contraen las fibras musculares que rodean la
mitad de cada segmento y lo dividen nuevamente. Por último, las fibras
contraídas se relajan; cada pequeño segmento se une con el siguiente y
forman uno más largo. A medida que se repite esta secuencia, el quimo se
desplaza hacia delante y hacia atrás. La segmentación es más rápida en el
duodeno, alrededor de 12 veces por minuto, y disminuye progresivamente a
alrededor de 8 veces por minuto en el íleon. Este movimiento es similar a la
compresión alternativa de la parte media y los extremos de un tubo de pasta
dental.
Después de la absorción de la mayor parte de los alimentos, lo que
reduce la distensión de la pared del intestino delgado, la segmentación cesa y
comienza la peristalsis. El tipo de peristalsis que se produce en el intestino
delgado, denominado complejo motor migrante (CMM), comienza en la
porción inferior del estómago y lleva el quimo hacia delante, a lo largo del
corto tramo de intestino delgado hasta su expulsión. El CMM migra
lentamente por el intestino delgado y llega al final del íleon, luego de 90-120
minutos. Otro CMM comienza en el estómago, a continuación. En conjunto, el
quimo permanece en el intestino delgado entre 3 y 5 horas.
Digestión química en el intestino delgado
En la boca, la amilasa salival convierte el almidón (un polisacárido) en
maltosa (un disacárido), maltotriosa (un trisacárido) y α-dextrinas (una cadena
corta de fragmentos ramificados de almidón que presentan entre 5 y 10
unidades de glucosa). En el estómago, la pepsina convierte las proteínas en
péptidos (pequeños fragmentos de proteínas), y las lipasas lingual y gástrica
convierten los triglicéridos en ácidos grasos, diglicéridos y monoglicéridos. De
esta manera, el quimo que ingresa en el intestino delgado contiene hidratos de
carbono, proteínas y lípidos parcialmente digeridos. La digestión completa de
hidratos de carbono, proteínas y lípidos es el resultado conjunto del jugo
pancreático, biliar e intestinal en el intestino delgado.
Absorción en el intestino delgado
Las fases química y mecánica de la digestión, desde la boca a lo largo del
intestino, tienen como objetivo convertir las sustancias alimenticias en
moléculas que puedan atravesar las células epiteliales absortivas de la mucosa
hacia los vasos sanguíneos y linfáticos de la región. Estas moléculas son los
monosacáridos (glucosa, fructosa y galactosa) de los hidratos de carbono; los
aminoácidos simples, los dipéptidos y tripéptidos de las proteínas, y los ácidos
grasos, el glicerol y los monoglicéridos de los triglicéridos. El paso de estos
nutrientes digeridos desde el tubo digestivo hacia la sangre o la linfa se
denomina absorción.
La absorción de las sustancias se produce por difusión, difusión
facilitada, ósmosis y transporte activo. Alrededor del 90 % de toda la absorción
de nutrientes se cumple en el intestino delgado; el 10% res- tante tiene lugar
en el estómago y el intestino grueso. El material no digerido o no absorbido
pasa al intestino grueso.
Absorción de monosacáridos
Todos los hidratos de carbono se absorben como monosacáridos. La
capacidad del intestino delgado de absorber monosacáridos es enorme: se
estima en 120 gramos por hora. Como resultado, todos los hidratos de carbono
de la dieta digeridos normalmente se absorben, excepto la celulosa indigerible
y las fibras en las heces. Los monosacáridos atraviesan la luz del intestino, a
través de la membrana apical por difusión facilitada o transporte activo. La
fructosa, un monosacárido que se encuentra en las frutas, se transporta por
difusión facilitada; la glucosa y la galactosa pasan a través de las células
absortivas de las vellosidades por transporte activo secundario, acoplado al
transporte activo de Na+. El transportador tiene sitios de unión para una
molécula de glucosa y dos iones de sodio; hasta que los tres espacios no se
ocupan, ninguna sustancia se transporta. (Debido a que los dos Na+ y la
glucosa o galactosa se desplazan en la misma dirección, se trata de un
simportador.) Los monosacáridos se movilizan luego hacia afuera de la célula
absortiva, a través de la superficie basolateral por difusión facilitada e ingresan
en los capilares de la vellosidad.
Absorción de aminoácidos, dipéptidos y tripéptidos
La mayor parte de las proteínas se absorben como aminoácidos, por
medio de un proceso de transporte activo que se produce, sobre todo, en el
duodeno y en el yeyuno. Alrededor de la mitad de los aminoácidos absorbidos
están presentes en los alimentos; la otra mitad proviene del propio cuerpo,
como proteínas de los jugos digestivos y células muertas que se descaman de
la superficie mucosa. En condiciones normales, el 95-98% de las proteínas
presentes en el intestino delgado se digiere y se absorbe. Diferentes
transportadores llevan distintos tipos de aminoácidos.
Algunos aminoácidos entran en las células absortivas de la vellosidad por
un proceso de transporte activo secundario dependiente de Na+, similar al del
transporte de glucosa; otros aminoácidos se trasladan activamente sin
transportador. Al menos un simportador conduce dipéptidos y tripéptidos
junto con el H+; los péptidos se hidrolizan a aminoácidos simples, dentro de las
células absortivas. Los aminoácidos salen de estas células por difusión y entran
en los capilares de la vellosidad. Tanto los monosacáridos como los
aminoácidos se transportan en la sangre hacia el hígado mediante el sistema
porta hepático. Si no los eliminan los hepatocitos, ingresan en la circulación
general.
Absorción de lípidos
Todos los lípidos de la dieta se absorben por difusión simple. Los adultos
absorben un 95% de los lípidos presentes en el intestino delgado; como
consecuencia de la escasa producción de bilis, los neonatos absorben sólo el
85% de los lípidos. Luego de su emulsificación digestión, los triglicéridos se
degradan en monoglicéridos y ácidos grasos, que pueden ser de cadena corta o
de cadena larga. A pesar de que los ácidos grasos de cadena corta son
hidrófobos, tienen un tamaño muy pequeño. A causa de su tamaño, pueden
disolverse en el medio acuoso intestinal, pasar a través de la célula absortiva
por difusión simple y seguir la misma vía que los monosacáridos y los amino-
ácidos dentro del capilar de la vellosidad.
Los ácidos grasos de cadena larga y los monoglicéridos son grandes e
hidrófobos y se disuelven con el medio acuoso intestinal. Junto a su función en
la emulsificación, las sales biliares contribuyen a hacer más solubles los ácidos
grasos y los monosacáridos. Las sales biliares dentro del quimo intestinal
rodean los ácidos grasos de cadena larga y los monoglicéridos y forman esferas
pequeñas llamadas micelas (de micella, diminutivo de miga); cada una de ellas
mide 2-10 mm de diámetro e incluye 20-50 moléculas de sales biliares. Las
micelas se forman por la naturaleza anfipática de aquellas. Las regiones
hidrófobas de las sales biliares interactúan con los ácidos grasos de cadena
larga y con los monoglicéridos, y las regiones hidrófilas interactúan con el
medio acuoso intestinal.
Una vez formadas, las micelas se mueven desde la luz del intestino
delgado hacia el ribete en cepillo de las células absortivas. En este punto, los
ácidos grasos de cadena larga y los monoglicéridos se difunden fuera de las
micelas hacia el interior de las células absortivas y dejan las micelas en el
quimo. Las micelas repiten continuamente esta función transportadora,
mientras se mueven desde el ribete en cepillo hacia el interior del intestino
delgado para incorporar más ácidos grasos de cadena larga y monoglicéridos.
Las micelas también solubilizan otras largas moléculas hidrófobas, como las
vitaminas liposolubles (A, D, E, y K) y el colesterol, que pueden estar presentes
en el quimo intestinal y contribuyen a su absorción. Estas vitaminas
liposolubles y las moléculas de colesterol se unen en las micelas con los ácidos
grasos de cadena larga y los monoglicéridos.
Una vez dentro de las células absortivas, los ácidos grasos de cadena
larga y los monoglicéridos se recombinan para formar triglicéridos, que se
agregan como glóbulos, junto con los fosfolípidos y el colesterol, y se revisten
de proteínas. Estas grandes masas esféricas, de alrededor de 80 nm de
diámetro, se denominan quilomicrones. Los quilomicrones abandonan la célula
absortiva por exocitosis. Como son muy grandes y voluminosos, los
quilomicrones no pueden entrar en los capilares sanguíneos, ya que los poros
de su pared son demasiado pequeños. En cambio, ingresan en los vasos
quilíferos, que tienen poros más grandes.
Desde los quilíferos, los quilomicrones se desplazan por los vasos
linfáticos hasta el conducto torácico y entran en la sangre a través de la vena
subclavia izquierda. La cubierta proteica hidrófila de los quilomicrones los
mantiene en suspensión en la sangre e impide que se adhieran entre sí.
En el plazo de 10 minutos después de la absorción, alrededor de la mitad
de los quilomicrones ya fueron removidos de la sangre, a medida que pasaron
por los capilares sanguíneos del hígado y el tejido adiposo. Esta tarea es
llevada a cabo por una enzima adherida a la superficie apical de las células
endoteliales capilares, la lipoproteinlipasa, que degrada los triglicéridos de los
quilomicrones y otras lipoproteínas en ácidos grasos y glicerol. Los ácidos
grasos se difunden hacia los hepatocitos y las células adiposas y se combinan
con el glicerol durante la resíntesis de los triglicéridos. Dos o tres horas
después de una comida, pocos quilomicrones quedan en la sangre.
Luego de participar en la emulsificación y absorción de los lípidos, el 90-
95% de las sales biliares se reabsorben por transporte activo en el segmento
final del intestino delgado (íleon terminal) y retornan por medio de la sangre al
hígado, a través del sistema porta para su reciclado. Este ciclo constituido por
la secreción de sales biliares por el hepatocito hacia la bilis, la reabsorción en el
íleon y la nueva secreción a la bilis se llama circulación enterohepática. La
insuficiencia de sales biliares, como consecuencia de la obstrucción del
conducto colédoco o la resección de la vesícula biliar, puede conducir a la
pérdida de más del 40% de los lípidos de la dieta con las heces, a causa de la
disminución de la absorción. Cuando los lípidos no se absorben
adecuadamente, tampoco lo hacen las vitaminas liposolubles.
Absorción de electrolitos
Muchos de los electrolitos absorbidos en el intestino delgado provienen
de secreciones gastrointestinales y de una parte del alimento y el líquido
ingeridos. Recordemos que los electrolitos son compuestos que se disocian en
iones en el agua y conducen electricidad. Los iones de sodio se transportan
activamente hacia el exterior de la célula absortiva por una bomba de sodio-
potasio basolateral (Na+/K+ ATPasa), después de haber ingresado en ésta por
difusión y por transporte activo secundario. De esta forma, la mayor parte de
los iones de sodio (Na+) de las secreciones gastrointestinales se recuperan y no
se pierden en las heces. Los iones con carga negativa, como el bicarbonato, el
cloro, el yodo y el nitrato pueden pasar por transporte pasivo siguiendo el Na+
o transporte activo.
Los iones de calcio también se absorben activamente mediante un
proceso estimulado por calcitriol. Otros electrolitos como los iones de hierro,
potasio, magnesio y fosfato se absorben por mecanismos de transporte activo.
Absorción de vitaminas
Las vitaminas liposolubles A, D, E y K están presentes en los lípidos
ingeridos en las micelas y se absorben por difusión simple. La mayor parte de
las vitaminas hidrosolubles, es decir, casi todas las vitaminas B y la vitamina C,
se absorben también por difusión simple.
La vitamina B12, sin embargo, se combina con el factor intrínseco
producido por el estómago, y así se absorbe en el íleon por un mecanismo de
transporte activo.
Absorción de agua
El volumen total de líquido que ingresa en el intestino delgado cada día –
alrededor de 9,3 litros– proviene de la ingestión de líquido (alrededor de 2,3
litros) y de las secreciones gastrointestinales (alrededor de 7 litros). La Figura
24.22 muestra la cantidad de líquido ingerido, secretado, absorbido y
excretado por el tubo digestivo. El intestino delgado absorbe alrededor de 8,3
litros de líquido; el resto pasa al intestino grueso, donde alrededor de 0,9 litros
también se absorben. Sólo 0,1 litro (100 mL) de agua se excreta diariamente
con las heces.
Su vía de excreción principal es el aparato urinario.
Toda la absorción de agua en el tubo digestivo se produce por ósmosis
desde la luz del intestino a través de las células absortivas y hacia los capilares
sanguíneos. Como el agua puede atravesar la mucosa en ambas direcciones, la
absorción desde el intestino delgado depende de la absorción de electrolitos y
los nutrientes que mantienen el equilibrio osmótico con la sangre. Los
electrolitos, monosacáridos y aminoácidos absorbidos establecen un gradiente
de concentración para el agua, que promueve su absorción por ósmosis.