Los aztecas desarrollaron una compleja medicina que combinaba elementos religiosos, mágicos y científicos. Concebían la salud como equilibrio y la enfermedad como ruptura de este debido a fuerzas externas. Contaban con varios tipos de médicos especializados y tratamientos que incluían herbolaria, cirugía, vapor, calor y frío. Aunque la conquista destruyó parte de este conocimiento, también impulsó su plasmación y desarrollo de una medicina mexicana basada en la tradición azteca
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Los aztecas desarrollaron una compleja medicina que combinaba elementos religiosos, mágicos y científicos. Concebían la salud como equilibrio y la enfermedad como ruptura de este debido a fuerzas externas. Contaban con varios tipos de médicos especializados y tratamientos que incluían herbolaria, cirugía, vapor, calor y frío. Aunque la conquista destruyó parte de este conocimiento, también impulsó su plasmación y desarrollo de una medicina mexicana basada en la tradición azteca
Título original
En los años anteriores al descubrimiento de América
Los aztecas desarrollaron una compleja medicina que combinaba elementos religiosos, mágicos y científicos. Concebían la salud como equilibrio y la enfermedad como ruptura de este debido a fuerzas externas. Contaban con varios tipos de médicos especializados y tratamientos que incluían herbolaria, cirugía, vapor, calor y frío. Aunque la conquista destruyó parte de este conocimiento, también impulsó su plasmación y desarrollo de una medicina mexicana basada en la tradición azteca
Los aztecas desarrollaron una compleja medicina que combinaba elementos religiosos, mágicos y científicos. Concebían la salud como equilibrio y la enfermedad como ruptura de este debido a fuerzas externas. Contaban con varios tipos de médicos especializados y tratamientos que incluían herbolaria, cirugía, vapor, calor y frío. Aunque la conquista destruyó parte de este conocimiento, también impulsó su plasmación y desarrollo de una medicina mexicana basada en la tradición azteca
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En los años anteriores al descubrimiento de América, y posterior conquista de los
pueblos que la habitaban, se desarrollaron civilizaciones tan complejas y
organizadas como las existentes en el llamado “viejo mundo” y, el territorio que comprende al actual México no fue la excepción, dando lugar a pueblos como los aztecas y mayas. Los aztecas se establecieron en el lago de Texcoco, tras encontrar la señal divina de un águila devorando una serpiente, fundando la ciudad de Tenochtitlán. Su religión era politeísta y contaba con un gran número de dioses, los cuales influían en cada unos de los aspectos de la vida tanto del individuo como de la sociedad como tal. Hablando de medicina, esto también se vio reflejado tanto en la concepción de salud y enfermedad y en el tratamiento. Para poder hablar de la medicina azteca, es necesario iniciar con la concepción que se tenía de la salud y de la enfermedad. La salud era esencialmente concebida como equilibrio y la enfermedad como la ruptura de éste a causa de fuerzas extrínsecas, basadas en la dualidad del calor y frio. Como se mencionó anteriormente la religión estaba ligada a la vida cotidiana, por lo cual se hacía distinción entre las buenas enfermedades y las malas; las primeras enviadas por una divinidad, mientras que las segundas producto de hechiceria o maleficios . Para Soustelle, las nociones y las practicas relativas a la enfermedad y a la medicina eran una: mezcla inextricable de religión, de magia y de ciencia; de religión, porque ciertas divinidades enviaban enfermedades o curaban de ellas; de magia porque frecuentemente se atribuía la enfermedad a la magia negra de algún hechicero y mediante alguna acción mágica se buscaba curar; en fin, de ciencia, porque el conocimiento de las propiedades de las plantas o de los minerales, el uso de la sangría y de los baños dan a la medicina azteca, en ciertos casos, una fisonomía curiosamente moderna. El ser humano, se concebía como un todo en armonía con su entorno y con el cosmos, y se le atribuían funciones vitales que estaban mediadas por entidades anímicas: el tonalli, el ihiyotl y el teyolia. Las tres entidades anímicas debían operar en armonía para permitir a un individuo estar sano, ser moral y de espíritu equilibrado. Si una de ellas se alteraba, las otras dos también se afectaban El Tonalli: El substantivo tonall, se deriva del verbo tona, "irradiar", y significa irradiación, calor solar, verano, día, el signo del día, el destino de la persona dado por la fecha de nacimiento y alma o espíritu. El sol era el portador del Tonalli por excelencia y a él se dirigían los médicos para pedirle que curara a alguien. La salida del tonalli que causaba la enfermedad y la muerte podía ser causada por ciertos actos físicos violentos, como el cortar los cabellos de la fontanela o una impresión miedo súbita. El Teyolia: El teyolia era la entidad vital que iba al mundo de los muertos. Las funciones del teyolia eran aquellas ya atribuidas al corazón asiento de tal entidad anímica. Tanto el corazón como el teyolia podían dañarse por una conducta inmoral, por las enfermedades debidas a la posesión por los seres acuáticos, por las enfermedades que "cubrían o apretaban" el corazón y por los daños causados por los brujos, llamados teyollocuanime, quienes mediante la magia devoraban o apretaban el corazón de las víctimas. El Ihiyotl Esta entitad anímica es más difícil de identificar. Las funciones del ihiyotl corresponden a aquellas descritas para el hígado como asiento de las pasiones, de los sentimientos, del vigor y de la vida. La cólera y el odio se localizan en el hígado y en la hiel. De allí surgen el deseo y la envidia. Anteriormente, se abordaba la importancia de la religión en la vida azteca y en el proceso de enfermedad la cualal tener un componente colectivo afectaba de manera directa a la sociedad, por lo que no solo se enfermaba el individuo sino también el grupo social. Las enfermedades tanto las “buenas como las malas” tenían diferentes etiologías, en primer lugar la dualidad del calor y frío, las ofensas a los dioses y la hechiceria, aunque también se explicaban mediante posesiones, sobre todo las enfermedades relacionadas con la mente. La causa del mal se diagnosticaba mediante la adivinación. Para ellos había diversas técnicas tales como lanzar unas pequeñas cuerdas, medir el antebrazo izquierdo, arrojar granos de maíz y de copal en un recipiente de agua o incluso la utilización del tabaco y/o del peyote. La figura del médico azteca era llamada ticilt, el cual no solo poseía la facultad de diagnosticar y curar las enfermedades sino también de enviarlas a los miembros de la sociedad que hubiesen ofendido a los dioses, reforzando así la concepción del individuo como uno con la sociedad y por consiguiente con el cosmos. De igual forma existían diferentes tipos de médicos:
Los sacerdotes que se especializaban en las enfermedades enviadas por el
dios al cual servían, por ejemplo los de Tezcatlipoca atendían las epidemias y tal vez también la locura. Los Tonalpouhque o Tonalpouhqui, adivinos de los destinos que funcionaban a la manera que lo haría un psicoanalista de hoy en día Otros médicos ilustres eran los temiquiximati, temicnamictiani, "aquel que conoce los sueños, el intérprete de los sueños. Los brujos llamados tlacatecolotl u "hombres- búho". Se podría decir que los tratamientos se dividían en empírico, mágico y religioso. La herbolaria rsulto fundamental en el tratamiento de las enfermedades, por ejemplo, las raíces de Tezonpahtli, Huitzquilith y Tecuammaitl eran aplicadas por los aztecas para curar la sarna y aplicaban la hierba Huacalxochitl para las amígdalas inflamadas. Por otra parte, el tabaco desempeñaba un papel fundamental en la medicina azteca. No sólo en el diagnóstico, sino también durante el tratamiento, o porque potenciaba el efecto de otras plantas o por su valor mágico. El incienso americano o copal también cumplía una función esencial por su capacidad de purificar los aires habitados por el mal, ya fuera porque éstos eran vectores de hechizos o porque eran nefastos en esencia. Entre los remedios minerales figura la obsidiana, que finamente molida servía de emplasto para cicatrizar las heridas con rapidez, aunque de igual forma se utilizaba para las heridas infectadas emplastes de tortilla de maíz infectada con hongo Otro componente importante de los tratamientos aztecas, eran los realizados a través de medios físicos terapéuticos como el vapor, el calor y el frío, ejemplo de esto es el temazcal azteca, o baño de vapor, se utilizaba para el tratamiento del reumatismo, la parálisis y las neuralgias. Cabe destacar la importancia de la cirugía en la sociedad azteca, la cual tuvo un gran desarrollo debido a que los cirujanos realizaban trepanaciones, reducciones de fracturas, punciones con obsidiana o huesos afilados, con el fin de drenar abscesos y curar ulceras, en cuanto a las suturas se realizaban puntos simples con cabello humano, siempre teniendo un componente religioso o ceremonial en los procedimientos; para la anestesia se cree era usado el zumo del estramonio. Mucho de este conocimiento, fue destruido durante la conquista armada, el cual pudo ser rescatado en años posteriores por los indígenas que lo conservaron a manera de tradición, una vez establecida la colonia en los años posteriores a la conquista, y con la construcción de hospitales impulsada por Hernán cortes se logró plasmar las propiedades de las plantas medicinales en el códice de la Cruz Badiano En conclusión, la medicina en la etapa precolombina tuvo un gran desarrollo, específicamente el imperio azteca al ser el mas grande y poderoso de Mesoamérica, logró enriquecer la práctica de la medicina y establecer las bases de un quehacer con bases científicas y no solo empíricas y religiosas. En realidad, siendo objetivos la medicina española no significó un gran aporte a la medicina náhuatl ya que la primera era una medicina galénica o hipocrática mejorada con aspectos de la práctica de la medicina árabe, es decir, era medieval, carente de medidas de asepsia. Para muestra, basta recordar lo que alguna vez dijo Hernán Cortés en una de las cartas dirigidas al rey de España donde mencionaba que ya no era necesario que enviaran más médicos provenientes de España porque había suficientes y con mayor conocimiento en la Nueva España; todo esto provoco por consiguiente un auge en la apertura de escuelas donde se enseñara la medicina en este nuevo territorio, dando como resultado final una medicina mexicana que nace a partir del conocimiento milenario de los aztecas, de esa cosmovisión de ser uno con la naturaleza y el cosmos y por tanto, conocer cada organismo de utilidad para el ser humano y de las prácticas medievales traídas por los españoles.
-Villaseñor Bayardo, S. J., Rojas Malpica, C., & Berganza Champagnac, C. E.
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