EL Sistema de Impuestos en Los Estados Unidos
EL Sistema de Impuestos en Los Estados Unidos
EL Sistema de Impuestos en Los Estados Unidos
SISTEMA
DE IMPUESTOS
EN LOS
ESTADOS UNIDOS
EL SISTEMA DE IMPUESTOS
EN LOS ESTADOS UNIDOS
IN TR O D U C C IO N
Un gobierno puede financiar sus actividades por me
dio de impuestos, préstamos, nuevas emisiones de mone
da, o una combinación de las tres cosas. Los E E .U U ., al
igual que otras naciones, ha recurrido a esas fuentes de
dinero en grados diversos y en épocas diferentes de su
historia. L a elección es de vital importancia, ya que
determina hasta qué grado contribuye el gobierno a valo
rar la estabilidad y el crecimiento económico. Además,
afecta asimismo las proporciones de los gastos guberna
mentales que serán cubiertos por los ricos, los pobres y
todos los ciudadanos en general.
Cuando la oferta de mercancías y servicios no au
menta o no puede aumentar paralelamente a una cre
ciente demanda de dinero, el financiamiento de las opera
ciones de un gobierno por medio de p r é sta m o s
(acompañados por la expansión de crédito bancario) o
por nuevas emisiones de moneda, provocará la inflación.
La demanda de mercancias y servicios por el gobierno,
junto con la demanda pública siempre en aumento, hace
elevar los precios. El contribuyente descubre que su poder
adquisitivo ha disminuido.
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Algunos economistas están a favor de una inflación
moderada, fundando su tesis en que eso estimula la eco
nomía. Sin embargo, es sumamente difícil impedir que
una inflación moderada degenere en una inflación “ galo
pante.” L a inflación, conforme va en aumento, propende
a beneficiar a los especuladores, propietarios y deudores,
pero impone una pesada carga sobre los acreedores y
todas las personas que viven de ingresos fijos bajos. Por
otra parte, la inflación puede traer problemas a la balan
za internacional de pagos y minar la confianza del pú
blico en el futuro de la economía, desalentando el ahorro
y las inversiones y estorbando todo crecimiento futuro.
Un sistema de impuestos bien planeado puede produ
cir los resultados económicos deseados y al mismo tiempo
evitar las disparidades que fomenta la inflación. Deben
cargarse los impuestos sobre los ingresos individuales
o de negocios, sobre bienes raices o inmuebles, bienes
personales, artículos de consumo, o sobre alguna combi
nación de todo eso con la finalidad de allegar la suficiente
renta pública sin gravar excesivamente a ningún elemen
to de la sociedad. El sistema ideal de impuestos tiende a
asegurar que ninguna persona asalariada, hombre de
negocios o profesional, pague impuestos superiores a su
capacidad productiva.
E E .U U . ha desarrollado un refinado sistema de im
puestos que ha sido revisado y depurado de tiempo en
tiempo — más recientemente en 1964— para satisfacer
las cambiantes necesidades nacionales e internacionales.
Probablemente lo más notable del sistema es que éste
depende del acatamiento voluntario de la ley y consigue
por ese medio producir la enorme renta pública que se
necesita para satisfacer las obligaciones del gobierno con
el pueblo norteamericano y sus compromisos con otras
naciones.
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B E N JA M IN F R A N K L IN , el genial estadista, filósofo
e inventor norteamericano, hizo gala de su sentido del
humor, cuando una vez dijo: “ En este mundo solamente
hay dos cosas seguras, la muerte y los impuestos.” El
tiempo ha dado nuevo énfasis a las palabras de Franklin.
E l pueblo de los E E .U U . paga impuestos sobre sus jor
nales, salarios y otros ingresos; las sociedades mercan
tiles pagan impuestos sobre sus utilidades. Millones de
personas pagan impuestos sobre la tierra o la casa de su
propiedad, sobre el automóvil que compran. L a mayor
parte de la población, en realidad, paga impuestos sobre
una variedad de compras cotidianas no solamente de
artículos de lujo sino de artículos de primera necesidad
y servicios. Para decir verdad, ningún habitante de los
E E . U U. escapa de pagar impuestos en una forma u otra,
como no escapa de la muerte.
No obstante, la mayoría de la gente paga sus im
puestos de bastante buena gana. La mayoría reconoce
que en una nación moderna y progresista, los impuestos
constituyen las arterias vitales del Estado. O, como dijo
el famoso jurisconsulto Oliver Wendell Holmes: “ Paga
mos impuestos para tener una sociedad civilizada.”
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Los ingresos derivados de los impuestos son el sostén
de los gobiernos estatales y locales, amén del federal. Sin
este ingreso, ninguna de las tres formas de gobierno
podría estar en condiciones de financiar los servicios e
instalaciones que el pueblo necesita — fuerzas armadas
para la defensa, carreteras y parques nacionales y esta
tales, escuelas públicas, protección policial, servicios de
sanidad y cientos de otros beneficios sociales que nor
malmente suministra un gobierno. Asimismo, sin los in
gresos por impuestos, los E E .U U . estarían imposibilitados
de brindar ayuda económica, técnica o m ilitar a otras
naciones.
E l sistema moderno de tributación tal como existe
actualmente en los E E .U U . data de sólo 51 años atrás.
Con la conquista definitiva de las agrestes tierras del
oeste hacia finales del siglo pasado, y el crecimiento
de las ciudades, el gobierno tuvo que hacerse cargo de
nuevas responsabilidades para conservar los recursos y
regularizar la vida económica. Finalmente, en 1913, el
Congreso promulgó la ley del impuesto sobre la renta
que rige actualmente.
Durante la época colonial se recaudaron pocos im
puestos en los E E .U U . Aun después que las colonias se
independizaron, el gobierno federal se sostenía principal
mente de los ingresos de sus tarifas arancelarias. Thomas
Jefferson, tercer Presidente de los E E .U U ., creía que el
prototipo de gobierno era aquel que dejaba en paz a todos
los hombres sin meterse en sus asuntos, excepto cuando
alguien se metía en los asuntos de otros. E l público con
sideró los impuestos como una forma de intromisión
oficial.
Durante casi todo el siglo X I X , el gobierno federal
raras veces decretó impuestos interiores, continuando con
su política de depender principalmente de las tarifas
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arancelarias que gravitaban sobre los artículos de im
portación. Para financiar la Guerra Civil (1861-1865)
se decretó un impuesto personal, pero éste fue abolido en
1872. Los impuestos interiores crecieron en importancia
a partir de entonces, y en 1913 estaban produciendo casi
los mismos ingresos que los derechos arancelarios.
En 1913 los tiempos habían cambiado. E l presidente
Woodrow Wilson, en un discurso que pronunció ese año,
señaló que el país había dejado atrás la sencillez de sus
primeros años de vida. “ Hemos llegado ahora a compren
der,” dijo Wilson, “ que la vida se ha hecho muy com
plicada, que ya no estamos en la época en que reinaban
las viejas condiciones, y que ahora la ley tiene que actuar
y crear nuevas condiciones bajo las cuales podamos vivir.”
Desde 1909 ya habia sido fijado un impuesto sobre
las utilidades corporativas. L a ley de 1913 reemplazó al
impuesto corporativo de 1909 y añadió un impuesto sobre
los ingresos personales. En la década de 1920, los im
puestos personales y corporativos estaban produciendo
más de la mitad de las rentas públicas que percibía el
gobierno federal.
En un principio el impuesto sobre la renta individual
era aplicado a muy pocas personas porque estaban exen
tos todos los que tenían ingresos bajos o medianos. Toda
vía en 1939, solamente alrededor del 10 por ciento de los
habitantes de los E E .U U . estaban en realidad afectados
por el impuesto sobre la renta personal. Pero seis años
más tarde, el impuesto ya afectaba al 80 por ciento de la
población.
En el período de 50 años comprendido entre 1913 y
1963 la población de los E E .U U . se duplicó — pero los
ingresos del erario se multiplicaron 58 veces. Calculados
en dólares de igual poder adquisitivo, los ingresos por
impuestos obtenidos en 1963 fueron casi 20 veces mayores
a la suma recaudada en 1913. Esto da una idea de la
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expansión de las actividades gubernamentales y de la ca
pacidad del pueblo norteamericano para pagar por ellas.
E l peso de las tributaciones en este medio siglo, em
pero, no ha aumentado consistentemente. Los impuestos
federales fueron reducidos cinco veces durante la década
de 1920 y el erario continuó percibiendo ingresos eleva
dos. Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, los
impuestos fueron aumentados, pero sólo para ser redu
cidos nuevamente después de la guerra y una vez más
en 1948. Se aplicaron impuestos adicionales sobre la ren
ta, corporativos e individuales, durante la Guerra de
Corea (1950), pero fueron reducidos al terminar la guerra
tres años después.
L a reducción más grande de impuestos federales en
50 años tuvo lugar a principios de 1964. Esto fue una
medida de estrategia fiscal iniciada por la administración
del Presidente Kennedy y completada por el Presidente
Lyndon Johnson y el Congreso. E l impuesto sobre la ren
ta fue rebajado para vigorizar el poder adquisitivo, lo
cual a su vez aceleró la actividad en los negocios y la
creación de nuevos empleos que ocuparon a gran número
de trabajadores cesantes. Puesto que las corporaciones
mercantiles así como los particulares obtuvieron una re
ducción de impuestos, pudo disponerse de una porción
adicional de las utilidades para ser reinvertidas y agran
dar los negocios privados.
Los ingresos federales fueron de esta manera reba
jados en una época en que la tesorería nacional ha estado
sometida a continuas y pesadas demandas. Este conflicto
de intereses iría a solucionarse en parte mediante un
empleo más juicioso de los fondos del gobierno. Pero la
piedra angular de la estrategia del Congreso era la espe
ranza de que una vez que la producción y el número de
empleos alcanzaran un nivel superior, aumentarían tam-
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bién las recaudaciones de impuestos. En otras palabras,
cualquier merma en los ingresos durante un período
corto, sería compensada con creces por un aumento a
largo plazo.
LO S IM P U E S T O S A C T U A L E S :
UNA P E R S P E C T IV A G E N E R A L
E l pueblo de los E E .U U . pagó 130,000 millones de
dólares en impuestos en el año fiscal de 1963. De este
total, el gobierno federal recaudó 86,000 millones, o sea
aproximadamente dos tercios de la cantidad global. 'El
otro tercio fue dividido en partes iguales entre los gobier
nos estatales y municipales. E l total asciende a 680 dóla
res por persona y equivale al 23 por ciento de la renta
pública bruta de la nación.
El gobierno federal es el recaudador principal de im
puestos sobre la renta, pero 32 estados también gravan
con impuestos los ingresos personales y 36 gravan los
ingresos corporativos. En años recientes un número con
siderable de gobiernos locales han promulgado también
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leyes de impuestos sobre la renta. Aunque no existe un
impuesto federal sobre ventas generales, este impuesto
es gravado por más de dos tercios de los estados y por
centenares de municipios.
Cuatro quintos de los ingresos federales provienen del
impuesto sobre la renta que pagan los particulares y las
corporaciones. Casi todo el resto de los ingresos federales
provienen de impuestos sobre artículos de comercio inte
rior o como impuestos selectivos sobre ventas.
En el plano estatal, aproximadamente dos tercios de
los ingresos por impuestos derivan de los impuestos sobre
ventas. Los impuestos sobre la renta suministran el otro
20 por ciento. Los municipios dependen del impuesto
general sobre la propiedad para recaudar casi el 90 por
ciento de sus ingresos tributarios.
En el cuadro general de contribuciones, los impuestos
sobre la renta (personales y corporativos) producen alre
dedor del 57 por ciento de las recaudaciones totales en
los E E .U U . En segundo lugar en importancia, están los
impuestos sobre ventas generales y seleccionadas (im
puestos sobre artículos de comercio interior), que en
junto suministran el 22 por ciento. Los impuestos sobre
la propiedad totalizan el 16 por ciento de todas las recau
daciones, y otro dos por ciento proviene de impuestos
sobre donaciones y sobre propiedades cedidas en testa
mento después de la muerte de su propietario.
Desde el punto de vista del ciudadano común, las
diversas obligaciones tributarias constituyen en conjunto
una carga demasiado pesada. De 1939 a 1959, el ingreso
de la fam ilia norteamericana media aumentó en más del
doble — pero el monto total de impuestos era cinco veces
mayor en 1959 que en 1939. L a reducción de impuestos
por el gobierno federal en 1964, brindó al contribuyente
por lo menos un alivio parcial.
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Empero, aun antes de que tuviera efecto la reducción,
la carga total de los impuestos para la gente de escasos
recursos o con ingresos medios de los E E .U U . era propor
cionalmente menor que la soportada en muchos países
extranjeros, incluyendo las naciones de Europa Occiden
tal que, como los E E .U U ., dependen fuertemente del im
puesto progresivo sobre la renta.
En vista de que el impuesto federal sobre los ingresos
personales representa el factor individual más importante
en los ingresos del erario y el impuesto más grande pa
gado por la mayoría de la gente, merece un estudio más
a fondo.
E L IM P U E S T O S O B R E LA R E N T A P E R S O N A L
Todo habitante de los E E .U U . debe llenar y presentar
una declaración del impuesto sobre la renta si es que
percibe un ingreso anual de 600 dólares o más (1,200
dólares o más si ya cumplió 65 años o pasa de esa edad).
La obligación de pagar impuestos sobre la renta comienza
cuando los ingresos llegan a 900 dólares. En la práctica,
sin embargo, en virtud de las exenciones y deducciones
permitidas por la ley, muchas personas tienen ingresos
superiores a esa cifra y no obstante se libran de pagar
impuestos. En 1961, fueron presentadas un total de 61.5
millones de declaraciones individuales del impuesto sobre
la renta federal, de las cuales aproximadamente 49 millo
nes estaban sujetas a tributación.
L a mayoría de la gente hace declaraciones exactas
de sus ingresos. Para los millones de empleados a sueldo
y los asalariados sujetos al sistema de “ retención” de
impuestos, es muy fácil llenar las declaraciones. E l em
presario deduce la parte proporcional del pago del im
puesto cada vez que paga los salarios a sus empleados
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durante el año. El patrono entrega al empleado una de
claración que muestra los salarios devengados y los im
puestos pagados; el empleado añade dicha declaración a
la hoja de impuestos que entrega al gobierno. Si no tiene
otros ingresos, no necesita pagar más impuestos excepto
tal vez un saldo nominal que el patrono no recaudó. Por
otra parte, si el patrono se excede en los descuentos
por impuestos, el gobierno devuelve al empleado la dife
rencia que pagó de más.
Millones de personas (incluyendo matrimonios, a quie
nes se permite llenar declaraciones del impuesto sobre la
renta en forma mancomunada) tienen fuentes adicionales
de ingreso. O pueden ser sus propios patronos o de alguna
manera no resultan afectados por el sistema de retención
de impuestos. En cualquier caso, tienen la responsabili
dad de informar de dichos ingresos en sus declaraciones
del impuesto sobre la renta.
L a Oficina del Impuesto sobre la Renta Interna ad
ministra el sistema tributario en forma imparcial pero
firme. El alud de declaraciones del impuesto que recibe
el gobierno entre enero y abril cada año son verificadas
con la ayuda de computadoras electrónicas — parte de un
nuevo sistema de verificación de datos que se espera
en 1967 ya podrá manejar todas las declaraciones del
impuesto sobre la renta registradas en los E E .U U . Uno
de los resultados del sistema será una mejor observan
cia de las leyes tributarias. Sin embargo, aun antes de
que este “ detective” automático fuera puesto en servicio
en 1962, el gobierno federal recaudaba el 97 por ciento de
sus ingresos por impuestos sin necesidad de coacción
alguna. El costo de la recaudación era de sólo 45 centavos
de dólar por cada 100 dólares de impuestos que recibía el
gobierno, es decir, menos de la mitad de uno por ciento
de la cantidad recaudada.
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El contribuyente tiene sobrada razón para confiar en
que las leyes tributarias se aplican con imparcialidad.
Sabe que si incurre en dolo lo más probable es que sea
descubierto pero también sabe que el gobierno le reem
bolsará cualquier cantidad que por error pudo haber
pagado de más al hacer la liquidación de sus impuestos.
Además, el contribuyente sabe que la gran mayoría de
sus conciudadanos paga religiosamente la parte que les
corresponde de impuestos. De esta confianza en el go
bierno y el público ha evolucionado un sistema tributario
que en gran parte, si no completamente, está basado en el
acatamiento voluntario de la ley.
E l finado magistrado de la Corte Suprema, Robert H.
Jackson, una vez comentó sobre el cumplimiento en el
pago de impuestos del norteamericano, con estas pala
bras: “ Que un pueblo tan numeroso, disperso e indivi
dualista se imponga a sí mismo anualmente una obliga
ción tributaria, a menudo por cantidades excesivamente
onerosas, es una señal halagadora de la estabilidad y
vitalidad de nuestro sistema de autonomía de gobierno.”
Menos:
E L IM P U E S T O S O B R E LA R E N T A C O R P O R A T IV O
Mientras que el 43 por ciento de los ingresos por
impuestos que recauda el gobierno federal provienen de
impuestos sobre la renta individuales, los impuestos sobre
los ingresos de sociedades mercantiles rinden el 31 por
ciento. En 1963, más de 1.2 millones de sociedades pre
sentaron declaraciones del impuesto sobre la renta, pero
aproximadamente tres cuartos de los ingresos totales
fueron recaudados de 4,000 de esas compañias — las que
alcanzaron las mayores utilidades.
Esta tributación corporativa se aplica a todas las uti
lidades, después de deducirse de las ganancias brutas to
dos los gastos corrientes en este tipo de negocios: depre
ciación, agotamiento, y pagos de intereses. Los donativos
a obras de caridad que sobrepasen del cinco por ciento
del ingreso neto también pueden deducirse, pero no hay
otras exenciones o deducciones comparables a las que se
permiten en el impuesto sobre la renta personal.
Así como las tasas de impuestos para los contribu
yentes con ingresos inferiores son más bajas que las que
tienen que pagar los ricos, las tasas corporativas favo
recen a las empresas con utilidades relativamente modes
tas. Las tasas han sido enmendadas de tiempo en tiempo
conforme han venido cambiando las necesidades de la
renta pública. Desde 1951 hasta 1963, todas las utilidades
de sociedades mercantiles sujetas a tributación, fueron
gravadas en una proporción de 30 por ciento. Por aña
didura, todas las utilidades superiores a $ 25,000 fueron
gravadas con un 22 por ciento adicional. La tasa máxima
fue por consiguiente de 52 por ciento.
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Los impuestos que soportan las empresas, evidente
mente, afectan la actividad de los negocios y la disposi
ción de los inversores y empresarios para embarcarse en
nuevas empresas. En realidad, sin embargo, los aumentos
en las tasas a través de los años no solamente han pro
ducido mayores ingresos para el gobierno sino que han
llevado aparejados un tremendo crecimiento en el volu
men de los negocios, un aumento de las inversiones y un
nivel de vida más alto. Aquellos que vaticinaron la ruina
de la industria a causa de los impuestos elevados se han
enfrentado por el contrario con una economía en ex
pansión.
H ay épocas, por supuesto, en que una reducción de
los impuestos que gravan los negocios parece ser necesa
ria como una medida para estimular nuevas inversiones.
En años recientes, el impuesto federal sobre la renta ha
cercenado aproximadamente el 44 por ciento de las utili
dades sobre ventas de las compañías manufactureras de
los E E .U U . Con la intención de estimular las inversiones
comerciales en nuevas instalaciones, el Congreso de los
E E .U U . promulgó en 1962 un crédito tributario de siete
por ciento sobre las nuevas inversiones. También se intro
dujeron procedimientos más liberales para determinar
la depreciación.
Otro cambio importante, decretado en 1964, fue la
reducción al 50 por ciento de la tasa máxima de impuesto
que gravitaba sobre las sociedades mercantiles. L a tasa
será rebajada a 48 por ciento en 1965.
Tales enmiendas, hechas realidad gracias a un sistema
flexible de impuestos y mediante el estudio constante de
las tasas y los ingresos fiscales, son de especial utilidad
a las compañias pequeñas o nuevas. A esa clase de em
presas por lo general se les hace difícil conseguir fondos
en los mercados de capital, y deben ampliar sus activi-
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dados principalmente por medio de la reinversión de uti
lidades. Los negocios nuevos con ganancias que fluctúan
en forma brusca, se benefician asimismo con una dispo
sición más antigua que permite que las pérdidas sean
remontadas tres años atrás o adelantadas cinco años al
hacer el cálculo de la cantidad de impuestos que se
deben.
Aunque el impuesto sobre la renta que grava a las
sociedades mercantiles es bastante sencillo en principio,
surgen problemas complejos en el instante en que se
computa la depreciación y otros tipos de costos. La O fi
cina del Impuesto sobre la Renta está siempre presta a
ayudar a los hombres de negocios y a los particulares
a solucionar sus problemas de impuestos. E l sistema
norteamericano de proporcionar a los contribuyentes re
glas escritas acerca de las consecuencias que pueden
producir en los impuestos ciertos tipos de transacciones,
no ha podido ser igualado en ninguna otra nación.
Los administradores del impuesto siempre tratan de
que el contribuyente acate la ley con la mejor voluntad
e inteligencia posible. Inevitablemente, llegan a descubrir
declaraciones inexactas del impuesto sobre la renta, re
sultado, en la mayoría de los casos, de errores de buena
fe. En su mayoría, esas declaraciones son enmendadas
sin demora cuando un inspector de impuestos las devuelve
al contribuyente. Pero si no se llega a un acuerdo, el
contribuyente puede recurrir a una serie de trámites
formales e informales de apelación que la ley estipula.
En caso de ser necesario, el contribuyente puede llevar
su caso ante el Tribunal de Impuestos de los E E .U U . o,
como medida adicional, a otros tribunales federales — aun
a la Corte Suprema, si lo considera conveniente.
Cuando los escrutadores de impuestos del gobierno
descubren pruebas de fraude en las declaraciones, la
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Oficina del Impuesto sobre la Renta pone a trabajar a
sus agentes investigadores. Las penas por fraude son
severas. En 1962, cerca de 3,500 investigaciones en gran
escala dieron como resultado que fueran sentenciados
1,024 transgresores de la ley del impuesto, los cuales,
después de sendos juicios, fueron severamente multados
o enviados a prisión.
IM P U E S T O S S O B R E P R O P IE D A D E S Y D O N A T IV O S
IM P U E S T O S SO B R E A R T IC U L O S
DE C O M E R C IO IN T E R IO R
Los impuestos sobre artículos de comercio interior, o
impuestos sobre ventas de mercaderías y servicios esco
gidos, producen alrededor del 15 por ciento de los ingre
sos por impuestos que percibe el gobierno federal. El
impuesto es generalmente recaudado del productor o fa
bricante — y algunas veces del vendedor de menudeo. En
cualquier caso, el impuesto es transmitido al consumidor.
De acuerdo con los peritos en impuestos, un impuesto
de esta naturaleza debe aplicarse a los productos con un
gran volumen de ventas y los cuales seguirán en demanda
aun cuando el impuesto sea añadido al precio. Si el au
mento en precio produjera una disminución de la deman
da, el fabricante resultaría perjudicado, el gobierno ob
tendría pocos ingresos y, por supuesto, el consumidor se
vería privado del beneficio del producto.
Por otra parte, el impuesto ideal en este aspecto,
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debe gravar artículos que no sean de primera necesidad;
de lo contrario, los pobres son los más afectados por el
impuesto. En países subdesarrollados, un impuesto sobre
los artículos de primera necesidad puede ser inevitable,
pero este tipo de tributación ha estado cayendo en desuso
donde quiera que los gobiernos han encontrado otras
fuentes de ingreso.
E l gobierno de los E E .U U . aplica impuestos sobre ar
tículos de lujo como joyas y pieles en un 10 por ciento de
los precios de menudeo, y los licores causan un impuesto
de más del 40 por ciento. Otros renglones, como las lla
madas telefónicas, las bombillas eléctricas, los artículos
para deportes y los enseres domésticos también causan
impuestos de cinco o diez por ciento, aunque no son en
realidad artículos de lujo. Por lo tanto, el impuesto sobre
artículos de comercio interior no se basa por entero en el
principio de la capacidad para pagar. Contrariamente
al impuesto sobre la renta, al impuesto sobre la propie
dad y a los impuestos sobre donativos, no es éste un im
puesto progresivo o proporcional.