EL Sistema de Impuestos en Los Estados Unidos

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 25

EL

SISTEMA
DE IMPUESTOS
EN LOS
ESTADOS UNIDOS
EL SISTEMA DE IMPUESTOS
EN LOS ESTADOS UNIDOS
IN TR O D U C C IO N
Un gobierno puede financiar sus actividades por me­
dio de impuestos, préstamos, nuevas emisiones de mone­
da, o una combinación de las tres cosas. Los E E .U U ., al
igual que otras naciones, ha recurrido a esas fuentes de
dinero en grados diversos y en épocas diferentes de su
historia. L a elección es de vital importancia, ya que
determina hasta qué grado contribuye el gobierno a valo­
rar la estabilidad y el crecimiento económico. Además,
afecta asimismo las proporciones de los gastos guberna­
mentales que serán cubiertos por los ricos, los pobres y
todos los ciudadanos en general.
Cuando la oferta de mercancías y servicios no au­
menta o no puede aumentar paralelamente a una cre­
ciente demanda de dinero, el financiamiento de las opera­
ciones de un gobierno por medio de p r é sta m o s
(acompañados por la expansión de crédito bancario) o
por nuevas emisiones de moneda, provocará la inflación.
La demanda de mercancias y servicios por el gobierno,
junto con la demanda pública siempre en aumento, hace
elevar los precios. El contribuyente descubre que su poder
adquisitivo ha disminuido.
3
Algunos economistas están a favor de una inflación
moderada, fundando su tesis en que eso estimula la eco­
nomía. Sin embargo, es sumamente difícil impedir que
una inflación moderada degenere en una inflación “ galo­
pante.” L a inflación, conforme va en aumento, propende
a beneficiar a los especuladores, propietarios y deudores,
pero impone una pesada carga sobre los acreedores y
todas las personas que viven de ingresos fijos bajos. Por
otra parte, la inflación puede traer problemas a la balan­
za internacional de pagos y minar la confianza del pú­
blico en el futuro de la economía, desalentando el ahorro
y las inversiones y estorbando todo crecimiento futuro.
Un sistema de impuestos bien planeado puede produ­
cir los resultados económicos deseados y al mismo tiempo
evitar las disparidades que fomenta la inflación. Deben
cargarse los impuestos sobre los ingresos individuales
o de negocios, sobre bienes raices o inmuebles, bienes
personales, artículos de consumo, o sobre alguna combi­
nación de todo eso con la finalidad de allegar la suficiente
renta pública sin gravar excesivamente a ningún elemen­
to de la sociedad. El sistema ideal de impuestos tiende a
asegurar que ninguna persona asalariada, hombre de
negocios o profesional, pague impuestos superiores a su
capacidad productiva.
E E .U U . ha desarrollado un refinado sistema de im­
puestos que ha sido revisado y depurado de tiempo en
tiempo — más recientemente en 1964— para satisfacer
las cambiantes necesidades nacionales e internacionales.
Probablemente lo más notable del sistema es que éste
depende del acatamiento voluntario de la ley y consigue
por ese medio producir la enorme renta pública que se
necesita para satisfacer las obligaciones del gobierno con
el pueblo norteamericano y sus compromisos con otras
naciones.
4
B E N JA M IN F R A N K L IN , el genial estadista, filósofo
e inventor norteamericano, hizo gala de su sentido del
humor, cuando una vez dijo: “ En este mundo solamente
hay dos cosas seguras, la muerte y los impuestos.” El
tiempo ha dado nuevo énfasis a las palabras de Franklin.
E l pueblo de los E E .U U . paga impuestos sobre sus jor­
nales, salarios y otros ingresos; las sociedades mercan­
tiles pagan impuestos sobre sus utilidades. Millones de
personas pagan impuestos sobre la tierra o la casa de su
propiedad, sobre el automóvil que compran. L a mayor
parte de la población, en realidad, paga impuestos sobre
una variedad de compras cotidianas no solamente de
artículos de lujo sino de artículos de primera necesidad
y servicios. Para decir verdad, ningún habitante de los
E E . U U. escapa de pagar impuestos en una forma u otra,
como no escapa de la muerte.
No obstante, la mayoría de la gente paga sus im­
puestos de bastante buena gana. La mayoría reconoce
que en una nación moderna y progresista, los impuestos
constituyen las arterias vitales del Estado. O, como dijo
el famoso jurisconsulto Oliver Wendell Holmes: “ Paga­
mos impuestos para tener una sociedad civilizada.”
5
Los ingresos derivados de los impuestos son el sostén
de los gobiernos estatales y locales, amén del federal. Sin
este ingreso, ninguna de las tres formas de gobierno
podría estar en condiciones de financiar los servicios e
instalaciones que el pueblo necesita — fuerzas armadas
para la defensa, carreteras y parques nacionales y esta­
tales, escuelas públicas, protección policial, servicios de
sanidad y cientos de otros beneficios sociales que nor­
malmente suministra un gobierno. Asimismo, sin los in­
gresos por impuestos, los E E .U U . estarían imposibilitados
de brindar ayuda económica, técnica o m ilitar a otras
naciones.
E l sistema moderno de tributación tal como existe
actualmente en los E E .U U . data de sólo 51 años atrás.
Con la conquista definitiva de las agrestes tierras del
oeste hacia finales del siglo pasado, y el crecimiento
de las ciudades, el gobierno tuvo que hacerse cargo de
nuevas responsabilidades para conservar los recursos y
regularizar la vida económica. Finalmente, en 1913, el
Congreso promulgó la ley del impuesto sobre la renta
que rige actualmente.
Durante la época colonial se recaudaron pocos im­
puestos en los E E .U U . Aun después que las colonias se
independizaron, el gobierno federal se sostenía principal­
mente de los ingresos de sus tarifas arancelarias. Thomas
Jefferson, tercer Presidente de los E E .U U ., creía que el
prototipo de gobierno era aquel que dejaba en paz a todos
los hombres sin meterse en sus asuntos, excepto cuando
alguien se metía en los asuntos de otros. E l público con­
sideró los impuestos como una forma de intromisión
oficial.
Durante casi todo el siglo X I X , el gobierno federal
raras veces decretó impuestos interiores, continuando con
su política de depender principalmente de las tarifas
6
arancelarias que gravitaban sobre los artículos de im­
portación. Para financiar la Guerra Civil (1861-1865)
se decretó un impuesto personal, pero éste fue abolido en
1872. Los impuestos interiores crecieron en importancia
a partir de entonces, y en 1913 estaban produciendo casi
los mismos ingresos que los derechos arancelarios.
En 1913 los tiempos habían cambiado. E l presidente
Woodrow Wilson, en un discurso que pronunció ese año,
señaló que el país había dejado atrás la sencillez de sus
primeros años de vida. “ Hemos llegado ahora a compren­
der,” dijo Wilson, “ que la vida se ha hecho muy com­
plicada, que ya no estamos en la época en que reinaban
las viejas condiciones, y que ahora la ley tiene que actuar
y crear nuevas condiciones bajo las cuales podamos vivir.”
Desde 1909 ya habia sido fijado un impuesto sobre
las utilidades corporativas. L a ley de 1913 reemplazó al
impuesto corporativo de 1909 y añadió un impuesto sobre
los ingresos personales. En la década de 1920, los im­
puestos personales y corporativos estaban produciendo
más de la mitad de las rentas públicas que percibía el
gobierno federal.
En un principio el impuesto sobre la renta individual
era aplicado a muy pocas personas porque estaban exen­
tos todos los que tenían ingresos bajos o medianos. Toda­
vía en 1939, solamente alrededor del 10 por ciento de los
habitantes de los E E .U U . estaban en realidad afectados
por el impuesto sobre la renta personal. Pero seis años
más tarde, el impuesto ya afectaba al 80 por ciento de la
población.
En el período de 50 años comprendido entre 1913 y
1963 la población de los E E .U U . se duplicó — pero los
ingresos del erario se multiplicaron 58 veces. Calculados
en dólares de igual poder adquisitivo, los ingresos por
impuestos obtenidos en 1963 fueron casi 20 veces mayores
a la suma recaudada en 1913. Esto da una idea de la
7
expansión de las actividades gubernamentales y de la ca­
pacidad del pueblo norteamericano para pagar por ellas.
E l peso de las tributaciones en este medio siglo, em­
pero, no ha aumentado consistentemente. Los impuestos
federales fueron reducidos cinco veces durante la década
de 1920 y el erario continuó percibiendo ingresos eleva­
dos. Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, los
impuestos fueron aumentados, pero sólo para ser redu­
cidos nuevamente después de la guerra y una vez más
en 1948. Se aplicaron impuestos adicionales sobre la ren­
ta, corporativos e individuales, durante la Guerra de
Corea (1950), pero fueron reducidos al terminar la guerra
tres años después.
L a reducción más grande de impuestos federales en
50 años tuvo lugar a principios de 1964. Esto fue una
medida de estrategia fiscal iniciada por la administración
del Presidente Kennedy y completada por el Presidente
Lyndon Johnson y el Congreso. E l impuesto sobre la ren­
ta fue rebajado para vigorizar el poder adquisitivo, lo
cual a su vez aceleró la actividad en los negocios y la
creación de nuevos empleos que ocuparon a gran número
de trabajadores cesantes. Puesto que las corporaciones
mercantiles así como los particulares obtuvieron una re­
ducción de impuestos, pudo disponerse de una porción
adicional de las utilidades para ser reinvertidas y agran­
dar los negocios privados.
Los ingresos federales fueron de esta manera reba­
jados en una época en que la tesorería nacional ha estado
sometida a continuas y pesadas demandas. Este conflicto
de intereses iría a solucionarse en parte mediante un
empleo más juicioso de los fondos del gobierno. Pero la
piedra angular de la estrategia del Congreso era la espe­
ranza de que una vez que la producción y el número de
empleos alcanzaran un nivel superior, aumentarían tam-
8
bién las recaudaciones de impuestos. En otras palabras,
cualquier merma en los ingresos durante un período
corto, sería compensada con creces por un aumento a
largo plazo.

GASTANDO LOS D O LARES DE LO S IM PU ESTO S


El papel indispensable que desempeñan los impuestos
en los E E .U U . lo demuestra el presupuesto nacional, que
se basa principalmente en los ingresos por impuestos. E l
gobierno federal, por supuesto, no es el único proveedor
de los múltiples servicios y beneficios que requiere el
pueblo norteamericano. L a partida asignada en el pre­
supuesto nacional para educación, por ejemplo, es pequeña
comparada con el total contribuido por los 50 estados.
L a enseñanza pública es primordialmente una función
local en los E E .U U . Los estados y las municipalidades
enfrentan, en realidad, muchas y grandes responsabili­
dades económicas sin ninguna ayuda federal.
Sin embargo, el presupuesto federal contiene un nú­
mero mayor de obligaciones que ningún otro. L a partida
individual más importante es la asignada a la defensa
nacional. En 1940, un poco más del 16 por ciento del
presupuesto fue aplicado a la defensa, y desde 1951, la
proporción ha sido de 50 por ciento o un poco más.
L a agresión y los amagos de agresión en años recientes
han forzado al Congreso de los E E .U U . a aprobar enor­
mes partidas para la defensa — y parte de dichas par­
tidas ha servido para fortalecer el poderío militar de
otras naciones.
El resto del presupuesto se divide en categorías tales
como la agricultura, salubridad, seguridad social y edu­
cación, ayuda económica a otros países, estudios y traba­
jos espaciales, beneficios y servicios a los veteranos de
9
guerra, comercio y vías de comunicación, e intereses,
pagaderos sobre bonos del gobierno y otras obligaciones.
Aunque la suma asignada para ayuda económica a
otros países ha variado año con año, en el período com­
prendido de 1946 a finales de 1962, esta partida ha tota­
lizado aproximadamente 32,000 millones de dólares,
habiéndose destinado y votado la mitad de esa suma a
partir de 1958. En el presupuesto de 1964, la cantidad
asignada para ayuda económica — 2,117 millones de dóla­
res— era el doble de la suma que el presidente Johnson
ha calculado que tendrá que gastar en su campaña con­
tra la pobreza en los E E .U U .
En suma, los impuestos federales que el pueblo de los
E E .U U . paga para sostener la política y los programas
internacionales del gobierno, incluyendo la defensa del
mundo libre, ascienden a más de 450 dólares al año por
cada hombre, mujer y niño.

LO S IM P U E S T O S A C T U A L E S :
UNA P E R S P E C T IV A G E N E R A L
E l pueblo de los E E .U U . pagó 130,000 millones de
dólares en impuestos en el año fiscal de 1963. De este
total, el gobierno federal recaudó 86,000 millones, o sea
aproximadamente dos tercios de la cantidad global. 'El
otro tercio fue dividido en partes iguales entre los gobier­
nos estatales y municipales. E l total asciende a 680 dóla­
res por persona y equivale al 23 por ciento de la renta
pública bruta de la nación.
El gobierno federal es el recaudador principal de im­
puestos sobre la renta, pero 32 estados también gravan
con impuestos los ingresos personales y 36 gravan los
ingresos corporativos. En años recientes un número con­
siderable de gobiernos locales han promulgado también
10
leyes de impuestos sobre la renta. Aunque no existe un
impuesto federal sobre ventas generales, este impuesto
es gravado por más de dos tercios de los estados y por
centenares de municipios.
Cuatro quintos de los ingresos federales provienen del
impuesto sobre la renta que pagan los particulares y las
corporaciones. Casi todo el resto de los ingresos federales
provienen de impuestos sobre artículos de comercio inte­
rior o como impuestos selectivos sobre ventas.
En el plano estatal, aproximadamente dos tercios de
los ingresos por impuestos derivan de los impuestos sobre
ventas. Los impuestos sobre la renta suministran el otro
20 por ciento. Los municipios dependen del impuesto
general sobre la propiedad para recaudar casi el 90 por
ciento de sus ingresos tributarios.
En el cuadro general de contribuciones, los impuestos
sobre la renta (personales y corporativos) producen alre­
dedor del 57 por ciento de las recaudaciones totales en
los E E .U U . En segundo lugar en importancia, están los
impuestos sobre ventas generales y seleccionadas (im­
puestos sobre artículos de comercio interior), que en
junto suministran el 22 por ciento. Los impuestos sobre
la propiedad totalizan el 16 por ciento de todas las recau­
daciones, y otro dos por ciento proviene de impuestos
sobre donaciones y sobre propiedades cedidas en testa­
mento después de la muerte de su propietario.
Desde el punto de vista del ciudadano común, las
diversas obligaciones tributarias constituyen en conjunto
una carga demasiado pesada. De 1939 a 1959, el ingreso
de la fam ilia norteamericana media aumentó en más del
doble — pero el monto total de impuestos era cinco veces
mayor en 1959 que en 1939. L a reducción de impuestos
por el gobierno federal en 1964, brindó al contribuyente
por lo menos un alivio parcial.
11
Empero, aun antes de que tuviera efecto la reducción,
la carga total de los impuestos para la gente de escasos
recursos o con ingresos medios de los E E .U U . era propor­
cionalmente menor que la soportada en muchos países
extranjeros, incluyendo las naciones de Europa Occiden­
tal que, como los E E .U U ., dependen fuertemente del im­
puesto progresivo sobre la renta.
En vista de que el impuesto federal sobre los ingresos
personales representa el factor individual más importante
en los ingresos del erario y el impuesto más grande pa­
gado por la mayoría de la gente, merece un estudio más
a fondo.

E L IM P U E S T O S O B R E LA R E N T A P E R S O N A L
Todo habitante de los E E .U U . debe llenar y presentar
una declaración del impuesto sobre la renta si es que
percibe un ingreso anual de 600 dólares o más (1,200
dólares o más si ya cumplió 65 años o pasa de esa edad).
La obligación de pagar impuestos sobre la renta comienza
cuando los ingresos llegan a 900 dólares. En la práctica,
sin embargo, en virtud de las exenciones y deducciones
permitidas por la ley, muchas personas tienen ingresos
superiores a esa cifra y no obstante se libran de pagar
impuestos. En 1961, fueron presentadas un total de 61.5
millones de declaraciones individuales del impuesto sobre
la renta federal, de las cuales aproximadamente 49 millo­
nes estaban sujetas a tributación.
L a mayoría de la gente hace declaraciones exactas
de sus ingresos. Para los millones de empleados a sueldo
y los asalariados sujetos al sistema de “ retención” de
impuestos, es muy fácil llenar las declaraciones. E l em­
presario deduce la parte proporcional del pago del im­
puesto cada vez que paga los salarios a sus empleados
12
durante el año. El patrono entrega al empleado una de­
claración que muestra los salarios devengados y los im ­
puestos pagados; el empleado añade dicha declaración a
la hoja de impuestos que entrega al gobierno. Si no tiene
otros ingresos, no necesita pagar más impuestos excepto
tal vez un saldo nominal que el patrono no recaudó. Por
otra parte, si el patrono se excede en los descuentos
por impuestos, el gobierno devuelve al empleado la dife­
rencia que pagó de más.
Millones de personas (incluyendo matrimonios, a quie­
nes se permite llenar declaraciones del impuesto sobre la
renta en forma mancomunada) tienen fuentes adicionales
de ingreso. O pueden ser sus propios patronos o de alguna
manera no resultan afectados por el sistema de retención
de impuestos. En cualquier caso, tienen la responsabili­
dad de informar de dichos ingresos en sus declaraciones
del impuesto sobre la renta.
L a Oficina del Impuesto sobre la Renta Interna ad­
ministra el sistema tributario en forma imparcial pero
firme. El alud de declaraciones del impuesto que recibe
el gobierno entre enero y abril cada año son verificadas
con la ayuda de computadoras electrónicas — parte de un
nuevo sistema de verificación de datos que se espera
en 1967 ya podrá manejar todas las declaraciones del
impuesto sobre la renta registradas en los E E .U U . Uno
de los resultados del sistema será una mejor observan­
cia de las leyes tributarias. Sin embargo, aun antes de
que este “ detective” automático fuera puesto en servicio
en 1962, el gobierno federal recaudaba el 97 por ciento de
sus ingresos por impuestos sin necesidad de coacción
alguna. El costo de la recaudación era de sólo 45 centavos
de dólar por cada 100 dólares de impuestos que recibía el
gobierno, es decir, menos de la mitad de uno por ciento
de la cantidad recaudada.
13
El contribuyente tiene sobrada razón para confiar en
que las leyes tributarias se aplican con imparcialidad.
Sabe que si incurre en dolo lo más probable es que sea
descubierto pero también sabe que el gobierno le reem­
bolsará cualquier cantidad que por error pudo haber
pagado de más al hacer la liquidación de sus impuestos.
Además, el contribuyente sabe que la gran mayoría de
sus conciudadanos paga religiosamente la parte que les
corresponde de impuestos. De esta confianza en el go­
bierno y el público ha evolucionado un sistema tributario
que en gran parte, si no completamente, está basado en el
acatamiento voluntario de la ley.
E l finado magistrado de la Corte Suprema, Robert H.
Jackson, una vez comentó sobre el cumplimiento en el
pago de impuestos del norteamericano, con estas pala­
bras: “ Que un pueblo tan numeroso, disperso e indivi­
dualista se imponga a sí mismo anualmente una obliga­
ción tributaria, a menudo por cantidades excesivamente
onerosas, es una señal halagadora de la estabilidad y
vitalidad de nuestro sistema de autonomía de gobierno.”

Cómo es Compartida la Carga Tributaria

El impuesto sobre la renta está basado en el principio


de la capacidad para pagar. El monto de los ingresos de
una sola persona o los de un padre de fam ilia es lo que
determina primordialmente la cantidad de impuesto que
hay que pagar. Los ricos y los pobres no están gravados
en la misma proporción; el rico debe pagar una tasa
mucho más alta.
Los ingresos, sin embargo, no constituyen el único
punto de referencia sobre la capacidad para pagar del
contribuyente. El número de personas que dependen de
él, y la naturaleza y monto de sus gastos son asimismo
significativos. Las leyes federales y estatales del impuesto
14
sobre la renta consideran todo esto, con el fin de hacer
que el impuesto sea verdaderamente compatible con los
medios económicos del ciudadano. E l contribuyente resta
de su ingreso las exenciones permitidas por las personas
que dependen de él —esposa, hijos y cualesquier parientes
cercanos que sostenga— mas una exención para él mis­
mo. Puede además restar ciertas erogaciones especifica­
das por ley, como gastos médicos excesivos, pérdidas por
robo o incendio, donativos a iglesias, instituciones de cari­
dad y otras organizaciones sin fines de lucro, e intereses
pagados sobre hipotecas y otros préstamos.
La cantidad que resulta después que han sido aplica­
das esas deducciones, es el ingreso sujeto a tributación.
A continuación ofrecemos el ejemplo de un padre de fa-
milia que devenga un salario típico y que ilustra cómo
se calcula su ingreso sujeto a tributación y el monto que
debe por impuestos:

Ingreso bruto (salario) $ 7,000

Menos:

Exenciones por el con­


tribuyente mismo, su
esposa y dos hijos — 4
personas a $ 600 cada
una: $ 2,400

Deducciones por gastos


y donativos $ 700
$ 3,100

Ingreso sujeto a tributación $ 3,900


15
Consultando una tabla de impuestos, este padre de
familia descubre que debe 662 dólares (lo más probable
es que esta cantidad ya haya sido retenida por el patrono).
Esta suma representa casi el 17 por ciento de su ingreso
sujeto a tributación, pero solamente es poco más del
nueve por ciento de su ingreso total.
Los contribuyentes con ingresos superiores o inferio­
res asimismo casi siempre pagarán una proporción mu­
cho menor de su ingreso que la llamada tasa “ m arginal.”
Las tasas sobre los ingresos sujetos a tributación en el
período de 1955 a 1963, fluctuaron entre el 20 por ciento
en los ingresos bajos hasta el 91 por ciento en los más
altos, mientras que las tasas efectivas — la proporción
real del ingreso total pagado— fluctuaron del 2.7 por
ciento en la categoría más baja de ingreso, hasta el 14
por ciento en la más alta (todos los ingresos arriba de
10,000 dólares). La tasa efectiva sobre los ingresos de un
millonario, empero, fue de más del 85 por ciento.
Las reducciones en los impuestos personales sobre la
renta, que entrarán en efecto en 1964, hicieron descender
las tasas establecidas a un mínimo de 14 por ciento y un
máximo de 70 por ciento.
El sistema de tasas proporcionales permite al gobierno
adaptar el impuesto sobre la renta a la situación personal
de cada contribuyente. Otros dos elementos de tributa­
ción de ingresos pueden ser también ajustados para lograr
una distribución más razonable y equitativa de la carga
tributaria: la definición del ingreso y de la exención
personal.

Ingreso definido. En el ejemplo anterior de un con­


tribuyente asalariado, el salario de 8 7,000 representaba
el único ingreso de la familia. Si también hubieran reci­
bido intereses, dividendos sobre acciones de sociedades
16
mercantiles, ingresos por arrendamientos o regalías, u
otros honorarios por servicios personales, todos esos in­
gresos habrían estado sujetos a tributación. Lo mismo
sucedería con los ingresos derivados de ventas o de per­
mutas de propiedades.
Por otra parte, los beneficios derivados del sistema
federal de seguridad social, los beneficios por cesantía,
las compensaciones por incapacidad, donaciones, el pro­
ducto del seguro de vida a la muerte del asegurado, y
otras clases de ingreso, no necesitan ser declarados.

Exenciones. Para determinar su ingreso sujeto a tri­


butación, se permite al contribuyente restar $ 600 como
una exención personal para él mismo y $ 600 adicionales
por su esposa y cada persona que dependa de él. Otra
exención adicional es permitida al contribuyente o a su
esposa si alguno de los dos tiene más de 65 años de edad.
Los ciegos también disfrutan de un privilegio semejante.
Por lo tanto, un contribuyente, (un ciego con más de
65 años) puede tener derecho a restar tanto como $ 1,800
de su ingreso para él solo, aparte de cualesquier otras
exenciones por personas que de él dependan.
Una finalidad de las exenciones es la de suprimir de
las listas de impuestos a los miles de vendedores de perió­
dicos y otros trabajadores que desempeñan una variedad
de ocupaciones que devengan ingresos muy bajos. De
mayor importancia todavía, para la gran mayoría de los
contribuyentes — a q u e llo s con ingresos modestos—
las exenciones ayudan a garantizar que la carga tribu­
taria sea equitativamente distribuida. Esto resultaría aun
si fuese aplicada una tasa fija o igual a todos los men­
cionados ingresos. Como un ejemplo: el contribuyente
“ A ” tiene un ingreso de $ 2,200 y $ 1,200 en exenciones.
E l contribuyente “ B ” tiene un ingreso de $ 4,200 y la
17
misma cantidad que el contribuyente “ A ” en exenciones.
L a tasa de impuesto para ambos ingresos está fijada en
20 por ciento. El ingreso sujeto a tributación del contri­
buyente “ A ” ($ 2,200 menos $ 1,200) es de $ 1,000; o sea
que él debe $ 200 en impuestos, lo que significa el nueve
por ciento de su ingreso total. El ingreso sujeto a tribu­
tación del contribuyente “ B ” ($4,200 menos $1,200) es
de $ 3,000; o sea que debe $ 600 en impuestos —el 14 por
ciento de su ingreso total.

E l Patrón que R ige en los Impuestos:

Quién Paga Más

Es posible trazar un cuadro de la distribución del


impuesto federal sobre la renta de los E E .U U . citando
algunos hechos y cifras, con base en los resultados obte­
nidos en 1962:

• Las personas de ingresos modestos ($ 5,000 o me­


nos) presentaron el 44 por ciento de todas las declara­
ciones de impuestos — pero los impuestos totales adeu­
dados por esas personas sumaron solamente el 13 por
ciento del total de las obligaciones por pagar en im­
puestos.

• Los acomodados y los ricos, con ingresos de


$ 20,000 o más, representaron el 2.2 por ciento de las
declaraciones de impuestos, pero contribuyeron con el
21^.5 por ciento del total de impuestos adeudados al go­
bierno.

• E l sector de la población con ingresos medianos


y medianos altos ($5,000 a $10,000) presentó casi la
18
mitad ()2 por ciento) de las declaraciones de impuestos
y pagó impuestos que representaron el 37 por ciento del
total.

E L IM P U E S T O S O B R E LA R E N T A C O R P O R A T IV O
Mientras que el 43 por ciento de los ingresos por
impuestos que recauda el gobierno federal provienen de
impuestos sobre la renta individuales, los impuestos sobre
los ingresos de sociedades mercantiles rinden el 31 por
ciento. En 1963, más de 1.2 millones de sociedades pre­
sentaron declaraciones del impuesto sobre la renta, pero
aproximadamente tres cuartos de los ingresos totales
fueron recaudados de 4,000 de esas compañias — las que
alcanzaron las mayores utilidades.
Esta tributación corporativa se aplica a todas las uti­
lidades, después de deducirse de las ganancias brutas to­
dos los gastos corrientes en este tipo de negocios: depre­
ciación, agotamiento, y pagos de intereses. Los donativos
a obras de caridad que sobrepasen del cinco por ciento
del ingreso neto también pueden deducirse, pero no hay
otras exenciones o deducciones comparables a las que se
permiten en el impuesto sobre la renta personal.
Así como las tasas de impuestos para los contribu­
yentes con ingresos inferiores son más bajas que las que
tienen que pagar los ricos, las tasas corporativas favo­
recen a las empresas con utilidades relativamente modes­
tas. Las tasas han sido enmendadas de tiempo en tiempo
conforme han venido cambiando las necesidades de la
renta pública. Desde 1951 hasta 1963, todas las utilidades
de sociedades mercantiles sujetas a tributación, fueron
gravadas en una proporción de 30 por ciento. Por aña­
didura, todas las utilidades superiores a $ 25,000 fueron
gravadas con un 22 por ciento adicional. La tasa máxima
fue por consiguiente de 52 por ciento.
19
Los impuestos que soportan las empresas, evidente­
mente, afectan la actividad de los negocios y la disposi­
ción de los inversores y empresarios para embarcarse en
nuevas empresas. En realidad, sin embargo, los aumentos
en las tasas a través de los años no solamente han pro­
ducido mayores ingresos para el gobierno sino que han
llevado aparejados un tremendo crecimiento en el volu­
men de los negocios, un aumento de las inversiones y un
nivel de vida más alto. Aquellos que vaticinaron la ruina
de la industria a causa de los impuestos elevados se han
enfrentado por el contrario con una economía en ex­
pansión.
H ay épocas, por supuesto, en que una reducción de
los impuestos que gravan los negocios parece ser necesa­
ria como una medida para estimular nuevas inversiones.
En años recientes, el impuesto federal sobre la renta ha
cercenado aproximadamente el 44 por ciento de las utili­
dades sobre ventas de las compañías manufactureras de
los E E .U U . Con la intención de estimular las inversiones
comerciales en nuevas instalaciones, el Congreso de los
E E .U U . promulgó en 1962 un crédito tributario de siete
por ciento sobre las nuevas inversiones. También se intro­
dujeron procedimientos más liberales para determinar
la depreciación.
Otro cambio importante, decretado en 1964, fue la
reducción al 50 por ciento de la tasa máxima de impuesto
que gravitaba sobre las sociedades mercantiles. L a tasa
será rebajada a 48 por ciento en 1965.
Tales enmiendas, hechas realidad gracias a un sistema
flexible de impuestos y mediante el estudio constante de
las tasas y los ingresos fiscales, son de especial utilidad
a las compañias pequeñas o nuevas. A esa clase de em­
presas por lo general se les hace difícil conseguir fondos
en los mercados de capital, y deben ampliar sus activi-
20
dados principalmente por medio de la reinversión de uti­
lidades. Los negocios nuevos con ganancias que fluctúan
en forma brusca, se benefician asimismo con una dispo­
sición más antigua que permite que las pérdidas sean
remontadas tres años atrás o adelantadas cinco años al
hacer el cálculo de la cantidad de impuestos que se
deben.
Aunque el impuesto sobre la renta que grava a las
sociedades mercantiles es bastante sencillo en principio,
surgen problemas complejos en el instante en que se
computa la depreciación y otros tipos de costos. La O fi­
cina del Impuesto sobre la Renta está siempre presta a
ayudar a los hombres de negocios y a los particulares
a solucionar sus problemas de impuestos. E l sistema
norteamericano de proporcionar a los contribuyentes re­
glas escritas acerca de las consecuencias que pueden
producir en los impuestos ciertos tipos de transacciones,
no ha podido ser igualado en ninguna otra nación.
Los administradores del impuesto siempre tratan de
que el contribuyente acate la ley con la mejor voluntad
e inteligencia posible. Inevitablemente, llegan a descubrir
declaraciones inexactas del impuesto sobre la renta, re­
sultado, en la mayoría de los casos, de errores de buena
fe. En su mayoría, esas declaraciones son enmendadas
sin demora cuando un inspector de impuestos las devuelve
al contribuyente. Pero si no se llega a un acuerdo, el
contribuyente puede recurrir a una serie de trámites
formales e informales de apelación que la ley estipula.
En caso de ser necesario, el contribuyente puede llevar
su caso ante el Tribunal de Impuestos de los E E .U U . o,
como medida adicional, a otros tribunales federales — aun
a la Corte Suprema, si lo considera conveniente.
Cuando los escrutadores de impuestos del gobierno
descubren pruebas de fraude en las declaraciones, la
21
Oficina del Impuesto sobre la Renta pone a trabajar a
sus agentes investigadores. Las penas por fraude son
severas. En 1962, cerca de 3,500 investigaciones en gran
escala dieron como resultado que fueran sentenciados
1,024 transgresores de la ley del impuesto, los cuales,
después de sendos juicios, fueron severamente multados
o enviados a prisión.

IM P U E S T O S S O B R E P R O P IE D A D E S Y D O N A T IV O S

E l actual impuesto federal sobre la propiedad fue


decretado en 1916. E l impuesto sobre donativos fue aña­
dido en 1932 para desalentar la evasión del impuesto
sobre la propiedad. Aun cuando esos dos impuestos juntos
solamente producen alrededor del tres por ciento de los in­
gresos por impuestos que recauda el gobierno, su función
dentro del sistema tributario es de mucha mayor impor­
tancia de lo que sugiere el monto de los ingresos. Ayudan
a impedir desigualdades en la distribución de la riqueza
imponiendo trabas sobre una pequeña minoría de la
población para que no pueda acumular bienes y poder
excesivos.

Im puestos sobre la Propiedad

E l impuesto federal sobre la propiedad se aplica, a la


muerte del propietario, sobre bienes avaluados en más
de $ 60,000. Las tasas varían desde el tres por ciento
hasta el 77 por ciento de los “bienes sujetos a tributa­
ción.” A l llegar a esta cifra, se permiten deducciones por
donativos a organizaciones de caridad, por los costos de
traslado de los bienes, y deudas pendientes. Se permite
también la aplicación de una deducción consistente en la
22
porción de los bienes dejados a un esposo o esposa sobre­
viviente, hasta por el valor de la mitad de los bienes. Por
ende, si la mitad o más de los bienes son legados al
heredero sobreviviente, el impuesto no es aplicable a me­
nos que los bienes excedan de $ 120,000.
E n 1961, fueron presentadas alrededor de 65,000 de­
claraciones de impuestos sobre la propiedad, de las cuales
45,000 estaban sujetas a tributación. Las 45,000 declara­
ciones representaban solamente a un dos por ciento de
todas las personas que fallecieron ese año, así que, a
diferencia del impuesto sobre la renta, el impuesto sobre
la propiedad únicamente es aplicable a las personas rela­
tivamente ricas. Los impuestos totales federales adeuda­
dos sobre propiedades en 1961 ascendieron aproximada­
mente al 11 por ciento del valor bruto de la propiedad
y el 27 por ciento de los bienes sujetos a tributación.
Todos, excepto uno de los estados, recaudan también
un impuesto sobre la propiedad o sobre la herencia.

Im puestos sobre Donativos

Los impuestos sobre donativos, que gravan al donante


en vez del beneficiario, ayudan a frustrar los esfuerzos
de aquellos que quisieran eludir el pago del impuesto
sobre la propiedad deshaciéndose de sus bienes antes de
morir. En realidad, los donativos que se hacen frente
a la expectativa de la muerte, son considerados como
parte de los bienes sujetos a tributación y son gravados
como tales. Las tasas de los impuestos sobre donativos
alcanzan sólo a tres cuartas partes de las que se aplican
en los impuestos sobre la propiedad.
Los donativos por valor de $ 3,000 que reciba cada
beneficiario están exentos de impuesto. Los donativos de
más de $ 3,000 por beneficiario no causan impuesto a
23
menos que el total acumulado de tales donativos pase de
$ 30,000 en cualquier momento durante la vida del do­
nante. Si la cantidad donada no excede de $ 3,000 por
beneficiario por año, el donante nunca necesitará pagar
un impuesto federal sobre los donativos. Por lo tanto, la
política fiscal en este renglón fomenta la realización de
donativos periódicos o reiterados a una amplia variedad
de beneficiarios.
Según la ley del impuesto, la mitad del valor de la
dote de una persona casada puede considerarse que pro­
viene de la otra parte contrayente. Por consiguiente, las
parejas de casados pueden disfrutar de exenciones por
valor de $ 6,000 por año por beneficiario y de una exen­
ción vitalicia de $ 60,000.

IM P U E S T O S SO B R E A R T IC U L O S
DE C O M E R C IO IN T E R IO R
Los impuestos sobre artículos de comercio interior, o
impuestos sobre ventas de mercaderías y servicios esco­
gidos, producen alrededor del 15 por ciento de los ingre­
sos por impuestos que percibe el gobierno federal. El
impuesto es generalmente recaudado del productor o fa ­
bricante — y algunas veces del vendedor de menudeo. En
cualquier caso, el impuesto es transmitido al consumidor.
De acuerdo con los peritos en impuestos, un impuesto
de esta naturaleza debe aplicarse a los productos con un
gran volumen de ventas y los cuales seguirán en demanda
aun cuando el impuesto sea añadido al precio. Si el au­
mento en precio produjera una disminución de la deman­
da, el fabricante resultaría perjudicado, el gobierno ob­
tendría pocos ingresos y, por supuesto, el consumidor se
vería privado del beneficio del producto.
Por otra parte, el impuesto ideal en este aspecto,
24
debe gravar artículos que no sean de primera necesidad;
de lo contrario, los pobres son los más afectados por el
impuesto. En países subdesarrollados, un impuesto sobre
los artículos de primera necesidad puede ser inevitable,
pero este tipo de tributación ha estado cayendo en desuso
donde quiera que los gobiernos han encontrado otras
fuentes de ingreso.
E l gobierno de los E E .U U . aplica impuestos sobre ar­
tículos de lujo como joyas y pieles en un 10 por ciento de
los precios de menudeo, y los licores causan un impuesto
de más del 40 por ciento. Otros renglones, como las lla­
madas telefónicas, las bombillas eléctricas, los artículos
para deportes y los enseres domésticos también causan
impuestos de cinco o diez por ciento, aunque no son en
realidad artículos de lujo. Por lo tanto, el impuesto sobre
artículos de comercio interior no se basa por entero en el
principio de la capacidad para pagar. Contrariamente
al impuesto sobre la renta, al impuesto sobre la propie­
dad y a los impuestos sobre donativos, no es éste un im ­
puesto progresivo o proporcional.

También podría gustarte