Luis Alonso Rico Puerta Magistrado Ponente SC1167-2022 Radicación N.° 11001-02-03-000-2022-00372-00

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LUIS ALONSO RICO PUERTA

Magistrado Ponente

SC1167-2022
Radicación n.° 11001-02-03-000-2022-00372-00
(Aprobado en sesión de siete de abril de dos mil veintidós)

Bogotá, D.C., veinte (20) de mayo dos mil veintidós


(2022).

Al amparo de lo dispuesto en el artículo 278-2 del


Código General del Proceso, se decide mediante sentencia
anticipada la solicitud de exequatur presentada por Angélica
María Holguín Duque, respecto de la sentencia que el 29 de
junio de 2015 profirió el Juzgado de Primera Instancia n.º 80
de Madrid, Reino de España, dentro del juicio verbal de
mutuo acuerdo promovido por la solicitante y el señor Herney
Martínez Ramírez.

I. ANTECEDENTES

1. La señora Angélica María Holguín Duque, en


nombre propio y como representante legal de su hija menor
de edad S.M.H., solicitó la homologación del fallo proferido
por el Juzgado de Primera Instancia n.º 80 de Madrid, dentro
del trámite de «familia, guarda, custodia o alimentos de hijos menores
no matrimoniales consensuados» adelantado bajo el radicado

501/2015.
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2. A través de dicho procedimiento se solicitó la


aprobación del convenio regulador de los derechos y
obligaciones de los señores Angélica María Holguín Duque y
Herney Martínez Ramírez respecto de su hija común S.M.H.,
nacida el 8 de marzo de 2012.

3. Admitida la petición presentada se dio traslado al


Ministerio Fiscal por estar involucrados los derechos de la
menor de edad.

4. A través de sentencia del 29 de junio de 2015, se


impartió aprobación judicial al convenio regulador de los
derechos y obligaciones parentales en cuanto a la patria
potestad, guarda y custodia, régimen de visitas y pensión
alimentaria en favor de la menor de edad S.M.H 1, la cual
adquirió firmeza y regula desde entonces las relaciones
paterno/materno filiales en los aspectos anotados.

5. En virtud de lo anterior, la solicitante elevó las


siguientes pretensiones:

«PRIMERO: Se declare por parte del Honorable Magistrado de


conocimiento, que la sentencia No. 367 de fecha veintinueve (29)
de junio de 2015, proferida por el Juzgado de 1° Instancia No. 80
de Madrid, República (sic) de España, igualmente produce o surte
sus efectos en la República de Colombia.

SEGUNDO: En consecuencia, de lo anterior, se reconozca que, la


patria potestad, guarda y custodia de la menor S.M.H, será,
ejercida en su totalidad y exclusivamente por su señora madre
ANGÉLICA MARÍA HOLGUÍN DUQUE».

1
Incluyendo una modificación solicitada por el Ministerio Fiscal en cuanto a la cuota alimentaria a cargo
del progenitor.

2
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Debe señalarse que, para sustentar el segundo


pedimento, la demandante argumentó que el progenitor no
mantiene contacto alguno con la hija común, que desde el
convenio mismo se evidenció su voluntad de descargar en la
madre toda la responsabilidad parental y que en este caso,
se ha configurado el abandono que el artículo 315 del Código
Civil establece como causal de la pérdida de la patria
potestad.

6. Mediante providencia del 16 de febrero de 2022 se


admitió la solicitud inicial, en la cual se ordenó correr
traslado a la Procuraduría Delegada para la Defensa de los
Derechos de la Infancia, la Adolescencia y la Familia. Así
mismo, se prescindió de la citación del progenitor Herney
Martínez Ramírez, dado que el fallo cuya homologación se
pretende no fue dictado en juicio contencioso.

7. El Ministerio Público se pronunció


oportunamente, señalando el cumplimiento de los requisitos
del exequatur y haciendo especial énfasis en la conformidad
de la sentencia extranjera con las disposiciones nacionales.

Señaló que las leyes colombianas establecen la


procedencia de la conciliación en materia de alimentos,
custodia, cuidado personal y visitas de los hijos menores de
edad. Sobre la patria potestad, indicó que la jurisprudencia
constitucional la ha considerado obligatoria e irrenunciable
al punto que «su ejercicio no puede ser atribuido, modificado, regulado
ni extinguido por la propia voluntad privada sino en los casos en que la
misma ley lo permita»2, resaltando que la ley colombiana

efectivamente permite la delegación de las facultades que

2
Sentencia C-1003 de 2007.

3
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dicho instituto confiere, en los términos del artículo 307 del


Código Civil.

En ese sentido, relievó la Delegada:

«los derechos inmersos en el concepto de patria potestad, tales


como la administración de los bienes, el usufructo y la
representación legal sobre los hijos no emancipados, bien pueden
ser delegados por escrito entre los titulares, esto es, entre los
progenitores. El primer inciso ut supra señala con claridad que uno
de los padres puede delegar tales derechos en el otro, sea de
manera total o parcial. El último inciso es mucho más certero, pues
en una redacción positiva enseña que frente a las controversias
sobre la patria potestad se acudirá al juez solo cuando no se logre
un acuerdo entre los padres.

Huelga concluir entonces, que los derechos inherentes al ejercicio


sobre la patria potestad, valga decir, la administración de los
bienes del hijo no emancipado, el usufructo sobre los mismos y la
representación legal y extrajudicial, son asuntos que mediante
pacto pueden ser confiados a uno solo de los padres ».

8. Ante la inexistencia de solicitud de medios de


convicción que ameritaran su práctica, por auto de 10 de
marzo de 2022 se dispuso el decreto de pruebas limitado a
las documentales, razón por la cual no se vio necesidad de
fijar audiencia y se anunció la adopción de la sentencia
anticipada.

II. CONSIDERACIONES

1. Procedencia del pronunciamiento anticipado.

Conforme al precedente de esta Corporación, cuando no


existen pruebas pendientes de práctica –como ocurre en este

4
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caso–, resulta procedente resolver el litigio anticipadamente 3,


prescindiendo de las etapas procesales que prevé el artículo
607-4 del Código General del Proceso para el juicio de
exequatur.

Sobre el particular, la Sala ha sostenido lo siguiente:

«(...) aunque el numeral 4 del artículo 607 del Código General del
Proceso prescribe para el trámite del exequatur que “Vencido el
traslado se decretarán las pruebas y se fijará audiencia para
practicarlas, oír los alegatos de las partes y dictar la sentencia”,
el presente fallo anticipado, escrito y por fuera de audiencia, se
torna procedente por cuanto se ha configurado con claridad causal
de sentencia anticipada, que dada su etapa de configuración, la
naturaleza de la actuación y la clase de pruebas requeridas para
la resolución del asunto, imponen un pronunciamiento con las
características reseñadas.

En efecto, de conformidad con el artículo 278 del Estatuto General


de Procedimiento, el Juez deberá dictar sentencia anticipada, total
o parcial “en cualquier estado del proceso”, entre otros eventos,
“Cuando no hubiere pruebas por practicar”, siendo este el
supuesto que como se había antelado se edificó en el caso que hoy
ocupa a la Sala, situándola en posición de resolver de fondo y
abstenerse de adelantar proceder diverso. Por supuesto que la
esencia del carácter anticipado de una resolución definitiva
supone la pretermisión de fases procesales previas que de
ordinario deberían cumplirse; no obstante, dicha situación está
justificada en la realización de los principios de celeridad y
economía que informan el fallo por adelantado en las
excepcionales hipótesis que el legislador habilita dicha forma de
definición de la litis.

De igual manera, cabe destacar que aunque la esquemática


preponderantemente oral del nuevo ordenamiento procesal civil,

3
Cfr. CSJ SC4683-2019, 5 nov.; CSJ SC3453-2019, 27 ago.; y CSJ SC4200-2018, 28 sep., entre otras.

5
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supone por regla general una sentencia dictada de viva voz, es


evidente que tal pauta admite numerosas excepciones, de la que
es buen ejemplo la presente, donde la causal para proveer de
fondo por anticipado se configuró cuando la serie no ha superado
su fase escritural y la convocatoria a audiencia resulta inane »

(CSJ SC12137-2017, 15 ago.; reiterada en CSJ


SC3107-2019, 12 ago., entre otras).

Por lo anterior, es pertinente decidir de fondo el asunto


a través de sentencia anticipada.

2. El exequatur de sentencias extranjeras.

2.1. Comoquiera que la potestad de expedir normas


internas y velar por su cumplimiento constituyen
expresiones de la soberanía estatal dentro de su territorio, la
función jurisdiccional, entendida como la potestad de aplicar
dichas normas con el propósito de resolver de manera
definitiva conflictos intersubjetivos y asegurar el
cumplimiento de lo decidido, también se circunscribe al
espacio territorial de cada Estado en particular.

Ello conllevaría, prima facie, la imposibilidad de


ejecutar decisiones adoptadas por las autoridades
jurisdiccionales fuera del espacio soberano en el que fueron
proferidas4. Sin embargo, esa solución, aunque coherente
con el concepto de soberanía y autonomía estatal, no parece
adecuarse a los requerimientos de una sociedad globalizada,
en la que constantemente surgen vínculos jurídicos de toda

4
Sobre el particular, la doctrina patria ha reconocido que «siendo la jurisdicción una emanación de la
soberanía del pueblo aplicada a la función de administrar justicia, podemos decir que los límites de
aquella son los mismos de esta; es decir, límites en cuanto al territorio y límites en cuanto a las
personas». DEVIS, Hernando. Teoría General del Proceso. Ed. Temis, Bogotá. 2017, p. 88.

6
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índole (familiares, comerciales, etc.) entre personas que


habitan espacios nacionales diferentes.

Ante ese panorama, el legislador patrio admitió –de


manera excepcional– que «las sentencias y otras providencias que
revistan tal carácter, pronunciadas por autoridades extranjeras, en
procesos contenciosos o de jurisdicción voluntaria, tendrán en Colombia
la fuerza que les concedan los tratados existentes con ese país, y en su
defecto la que allí se reconozca a las proferidas en Colombia » (artículo

605 del Código General del Proceso). De esta manera,


supeditó la posibilidad de homologar una decisión foránea a
la reciprocidad del trato que reciban en dicho territorio
extranjero los fallos dictados por autoridades judiciales
nacionales.

En palabras de la Sala,

«(...) la facultad de administrar justicia dentro del territorio de la


República es una función reservada privativamente a los
funcionarios investidos –en forma permanente o transitoria– de
jurisdicción, y por tal razón, en línea de principio rector, las
sentencias dictadas en otros países no producen efectos directos
en Colombia. En forma excepcional, tales fallos pueden tener
eficacia a condición de que exista con el país cuyo juez o Trib unal
ha dictado la decisión judicial, un tratado que así lo permita –
reciprocidad diplomática– y a falta de tal pacto internacional, que
exista en tal país una Ley que le confiera valor, en su territorio, a
las sentencias proferidas por jueces colombianos –reciprocidad
legislativa–» (CSJ SC, 8 oct. 2004, rad. 2002-00197-01).

2.2 Ahora bien, la reciprocidad –que puede ser


legislativa o diplomática, según el reconocimiento de los
fallos nacionales en el extranjero provenga de la aplicación
de la ley, o de un acuerdo entre naciones–, por sí sola, no
resulta suficiente para justificar que se otorguen plenos

7
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efectos a una sentencia extranjera en el territorio


colombiano.

Por ello, el legislador encomendó a la Corte Suprema de


Justicia, a través del trámite de exequatur, la verificación de
varios requisitos adicionales, necesarios para salvaguardar
nuestra soberanía interna; a saber:

(i) Que el fallo foráneo no verse sobre derechos reales


constituidos en bienes que se encontraban en territorio
colombiano al momento de iniciarse el proceso en que se
profirió la sentencia a homologar.

(ii) Que lo decidido no se oponga a leyes u otras


disposiciones internas de orden público, « exceptuadas las de
procedimiento».

(iii) Que el conflicto sobre el cual recae la resolución


extranjera no sea de competencia exclusiva de los jueces
colombianos.

(iv) Que en Colombia no exista proceso en curso sobre


el mismo asunto, ni sentencia ejecutoriada previa, dictada
por los jueces nacionales.

Asimismo, y con el propósito de garantizar el carácter


definitivo de la decisión a homologar, la Corte ha de
comprobar que aquella fue presentada en copia debidamente
legalizada; que se encuentra ejecutoriada de conformidad
con las leyes del país de origen, y que se realizó la debida
citación del convocado, si es que el juicio donde se profirió la
providencia objeto de exequatur hubiere tenido naturaleza
contenciosa.

8
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3. Caso Concreto

3.1. Reciprocidad diplomática.

En esta materia rige el Convenio entre Colombia y


España para el cumplimiento de sentencias civiles, suscrito
en Madrid el día 30 de mayo de 19085, pacto internacional
que fue incorporado al ordenamiento patrio mediante la Ley
7 de esa misma anualidad.

En virtud del Convenio se permite que « las sentencias


civiles pronunciadas por los Tribunales Comunes de una de las Altas
Partes Contratantes, [sean] ejecutadas en la otra, siempre que reúnan
los requisitos siguientes: Primero. Que sean definitivas y que estén
ejecutoriadas como en derecho se necesitaría para ejecutarlas en el País
en que se hayan dictado. Segundo. Que no se opongan a las leyes
vigentes en el Estado en que se solicitó su ejecución», precisando, que

«[l]a primera de [esas] circunstancias (...) se comprobará por un


certificado expedido por el Ministro de Gobierno o de Gracia y Justicia,
siendo la firma de éstos legalizada por el correspondiente Ministro de
Estado o de Relaciones Exteriores y la de éste a su vez por el Agente
Diplomático respectivo, acreditado en el lugar de la legalización ».

Por lo anterior, existiendo el Convenio referido, se


cumple el requisito de la reciprocidad, en este caso
diplomática, exigida en el trámite de exequatur.

3.2. Verificación de los requisitos del exequatur.

Según se expuso, la homologación de fallos foráneos


exige tanto la acreditación de la reciprocidad previamente
analizada, como la satisfacción de los requerimientos que

5
Instrumento vigente, conforme la información que reposa en la página web de la Cancillería
(http://apw.cancilleria.gov.co/tratados/SitePages/VerTratados.aspx?IDT=3e96fe2a-015b-455d-86d8-
84eab50e4579).

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prevé el canon 606 del Código General del Proceso, análisis


que emprenderá la Sala seguidamente:

Está acreditado que la decisión judicial no versa sobre


derechos reales ni sobre asuntos de competencia exclusiva
de los jueces colombianos, tampoco se evidenció que
existiera en Colombia proceso en curso ni sentencia
ejecutoriada sobre el mismo asunto. Además, la sentencia de
29 de junio de 2015, proferida por el Juzgado de Primera
Instancia n.º 80 de Madrid, obra en copia debidamente
compulsada, legalizada y apostillada.

La solicitud fue acompañada de la constancia de


firmeza de la sentencia extranjera, emitida el 28 de enero de
2020 por la Subdirectora General Adjunta de la Dirección
General de Cooperación Jurídica Internacional, Relaciones
con las Confesiones y Derechos Humanos del Ministerio de
Justicia español, documento que, al estar debidamente
apostillado, cumple también la exigencia del tratado
binacional.

Así mismo, está demostrado que la sentencia cuya


homologación se pretende no se profirió en un proceso
contencioso que exigiera la convocatoria de terceros al
trámite de exequatur, pues tal como consta en la documental
aportada, el convenio regulador de patria potestad, custodia,
visitas y alimentos se definió de mutuo acuerdo entre los
progenitores y de la misma manera se solicitó su aprobación
judicial, habiendo comparecido los interesados a ratificar su
voluntad y pedimento ante el juzgado de conocimiento.

Finalmente, se observa que lo decidido por la autoridad


judicial extranjera en el fallo sometido a exequatur no está en

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contra de las disposiciones internas de orden público que


rigen en Colombia, como se expondrá a continuación.

3.3. Contenido del convenio regulador aprobado


mediante sentencia extranjera y conformidad con las
normas colombianas.

Por medio de la sentencia del 29 de junio de 2015,


proferida por el Juzgado de Primera Instancia n.º 80 de
Madrid, se dio aprobación judicial al acuerdo presentado por
los progenitores respecto de la patria potestad, custodia,
régimen de visitas y pensión alimentaria en favor de la hija
común, S.M.H.

El contenido del convenio regulador aprobado por el


juzgado de conocimiento es el siguiente:

«I. Patria potestad de la menor. Los progenitores acuerdan que la


patria potestad de la menor, S.M.H, será ejercitada en su totalidad
y exclusivamente por la madre, D. Angélica Ma. Holguín Duque,
por entender que es lo más beneficioso para la hija, considerando
esta solución la más óptima para su buen desarrollo, educación y
equilibrio emocional.

II. Guarda y custodia de la menor. Respecto a la guarda y custodia


de la menor, por acuerdo de ambas partes, y en consonancia con
la estipulación anterior, se establece que la misma sea igualmente
atribuida a la madre, D. Angélica Ma. Holguín Duque, que es quien
de hecho la viene ostentando desde que los progenitores se
separaron.

III. Régimen de visitas. Ambos progenitores acuerdan no


establecer un régimen de visitas a favor del padre, D. Herney
Martínez Ramírez. No obstante, el Sr. Martínez podrá comunicarse
con su hija tantas veces como así lo desee, respetando, en todo

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caso, el horario de descanso de la menor. Asimismo, el Sr.


Martínez podrá ver a su hija o podrá permanecer con ella, previa
autorización de la madre, y siempre que estas visitas se acomoden
a los acuerdos que pudiera llegar con ella, considerando en todo
momento, sus decisiones.

IV. Pensión alimenticia. Que el padre abonará, en concepto de


alimentos para la menor, la cantidad de 60 euros mensuales por
adelantado en los cinco primeros días de cada mes, mediante
ingreso en la cuenta bancaria que designe la madre y que se
actualizará anualmente el primero de enero de cada año, conforme
al IPC».

Para acceder a la solicitud de aprobación judicial del


convenio, el Juzgado de Primera Instancia n.º 80 de Madrid
invocó el artículo 1586 del Código Civil español7, pauta que
autoriza al juez a tomar las medidas necesarias para
garantizar el derecho de alimentos y cualquier otra
encaminada a asegurar el bienestar del menor de edad.

En ese sentido, el convenio aprobado por la sentencia


en estudio regula la custodia y cuidado personal, el régimen
de visitas y la cuota alimentaria establecida en favor de la

6
Para la fecha en que se dictó la sentencia extranjera, el texto vigente del artículo 158 citado era el
siguiente: «El Juez, de oficio o a instancia del propio hijo, de cualquier pariente o del Ministerio Fiscal,
dictará: 1.º Las medidas convenientes para asegurar la prestación de alimentos y proveer a las futuras
necesidades del hijo, en caso de incumplimiento de este deber, por sus padres. 2.º Las disposiciones
apropiadas a fin de evitar a los hijos perturbaciones dañosas en los casos de cambio de titular de la
potestad de guarda. 3.º Las medidas necesarias para evitar la sustracción de los hijos menores por
alguno de los progenitores o por terceras personas y, en particular, las siguientes: a) Prohibición de
salida del territorio nacional, salvo autorización judicial previa. b) Prohibición de expedición del
pasaporte al menor o retirada del mismo si ya se hubiere expedido. c) Sometimiento a autorización
judicial previa de cualquier cambio de domicilio del menor. 4.º En general, las demás disposiciones que
considere oportunas, a fin de apartar al menor de un peligro o de evitarle perjuicios. Todas estas
medidas podrán adoptarse dentro de cualquier proceso civil o penal o bien en un procedimiento de
jurisdicción voluntaria».
7 Cabe anotar que la normativa extranjera citada se encuentra alojada en la página web de la Agencia

Estatal Boletín Oficial del Estado (https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-1889-


4763&tn=1&p=20150625#art158), cumpliendo así la formalidad probatoria del canon 177 del Código
General del Proceso, que en lo pertinente señala: «El texto de normas jurídicas que no tengan alcance
nacional y el de las leyes extranjeras, se aducirá en copia al proceso, de oficio o a solicitud de parte
(…). Sin embargo, no será necesaria su presentación cuando estén publicadas en la página web de la
entidad pública correspondiente».

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menor de edad, asuntos éstos que se encuentran incluidos


en los derechos y obligaciones entre padres e hijos
establecidos en el Título XII de nuestro Código Civil.
Asimismo, nuestra legislación ha reconocido a los
progenitores la posibilidad de conciliar judicial y
extrajudicialmente tales asuntos en aras del interés superior
de los hijos menores de edad (artículos 47 de la Ley 23 de
1991, 31 de la Ley 640 de 2001, 30 del D.1818 de 1998 y art.
8 del D. 4840 de 2007; y artículos 23, 24, 100 parágrafo y
111 del Código de Infancia y Adolescencia).

Adicionalmente, el convenio judicialmente aprobado


incluye una disposición con respecto a la patria potestad,
conforme a la cual, por acuerdo entre los progenitores,
aquella será ejercida con exclusividad por la señora Angélica
María Holguín Duque en su calidad de madre de la menor de
edad S.M.H.

La patria potestad es, en los términos del artículo 288


del Código Civil, «el conjunto de derechos que la ley reconoce a los
padres sobre sus hijos no emancipados, para facilitar a aquellos el
cumplimiento de los deberes que su calidad le impone. Corresponde a
los padres, conjuntamente, el ejercicio de la patria potestad sobre sus
hijos. A falta de uno de los padres, la ejercerá el otro».

Igualmente, la patria potestad constituye un régimen de


representación, de carácter patrimonial, que se concreta en
la facultad de administrar8 y usufructuar9 los bienes del hijo,
y en representarlo judicial10 y extrajudicialmente11. Por regla
general, es ejercida por los dos padres en forma conjunta,

8
Código Civil, artículos 295 a 301.
9
Código Civil, artículos 291 y 292.
10
Código Civil, artículos 305 a 308.
11
Código Civil, artículos 302 a 304.

13
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siendo competencia del juez de familia la solución de las


controversias suscitadas respecto de su ejercicio12.

Sin embargo, en ocasiones ese conjunto de derechos


queda radicado en cabeza exclusiva de uno de los padres, lo
que ocurre en casos de muerte, declaración judicial de
suspensión o privación, o delegación formal de la patria
potestad de un progenitor al otro. Esta última figura se
presenta cuando, por diferentes razones, el interés superior
del hijo común hace necesario o conveniente que la patria
potestad sea ejercida por uno de ellos, evento en el cual la
legislación civil permite que se llegue a un acuerdo escrito
sobre el particular.

La figura de la delegación está regulada en el artículo


307 del Código Civil, que establece:

«Los derechos de administración de los bienes, el usufructo legal y


la representación extrajudicial del hijo de familia serán ejercidos
conjuntamente por el padre y la madre. Lo anterior no obsta
para que uno de los padres delegue por escrito al otro, total
o parcialmente, dicha administración o representación.
Si uno de los padres falta, corresponderán los mencionados
derechos al otro.
En los casos en que no hubiere acuerdo de los titulares de la
patria potestad sobre el ejercicio de los derechos de que trata el
inciso primero de este artículo o en el caso de que uno de ellos no
estuviere de acuerdo en la forma como el otro lleve la
representación judicial del hijo, se acudirá al juez o funcionario que
la ley designe para que dirima la controversia de acuerdo con las
normas procesales pertinentes.»13 (Resaltado propio).

12
Código General del Proceso, artículo 21 numeral 9.
13
Si bien la norma no incluye entre las facultades delegables la representación judicial del hijo, debe
tenerse en cuenta que ella no exige el ejercicio conjunto de los padres, pues a voces del artículo 306
ibídem, corresponde a cualquiera de ellos.

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Esta disposición permite que los progenitores acuerden


la forma cómo será ejercida la patria potestad, estableciendo
la posibilidad de su delegación total o parcial entre ellos, de
modo que su ejercicio exclusivo encuentra pleno asidero
normativo en nuestra legislación en virtud de la referida
delegación. Tal como ha señalado el Ministerio Público en su
intervención, esta facultad ha sido reconocida por la
jurisprudencia constitucional.

En la sentencia C-145 de 2010, la Corte Constitucional


señaló:

«De acuerdo con la ley, la patria potestad corresponde de manera


privativa y conjunta a los padres, es decir, que sólo puede ser
ejercida por el padre y la madre, lo cual significa que la misma no
rebasa el ámbito de la familia, ejerciéndose además respecto de
todos los hijos, incluyendo los adoptivos. En decisión reciente, la
Corte explicó que los derechos y facultades derivados de la patria
potestad, únicamente se conceden a los padres, en razón a las
importantes y trascendentales obligaciones a ellos asignada, de
manera que la institución existe, porque hay numerosos deberes
que los mismos están llamados a asumir frente a los hijos. A este
respecto, la propia ley prevé que a falta de uno de los padres, la
patria potestad será ejercida por el otro, existiendo también la
posibilidad de que, en algunos aspectos, sea delegada entre
ellos mismos, del uno al otro (C.C. arts. 288 y 307).

(…)

Por tales motivos, la Corte ha precisado que la patria potestad es


una institución de orden público, obligatoria e irrenunciable,
personal e intransferible, e indisponible, pues es deber de los
padres ejercerla, en interés del menor, sin que tal ejercicio pueda
ser atribuido, modificado, regulado ni extinguido por la propia
voluntad privada, sino en los casos que la propia ley lo

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permita.» (Consideración reiterada en la sentencia T-351

de 2018. Resaltado propio)

Así las cosas, el artículo 307 del Código Civil permite


efectivamente la delegación total o parcial de los derechos
derivados de la patria potestad, motivo por el cual la
disposición contenida en el convenio regulador aprobado
mediante la sentencia sometida a exequátur, conforme a la
cual la patria potestad será ejercida por la madre en forma
exclusiva, guarda plena armonía con el ordenamiento
jurídico colombiano.

Ahora bien, es menester aclarar que tal ejercicio


exclusivo no se da en virtud del abandono como causal de
privación de patria potestad, como se alega en la demanda,
pues la sentencia a homologar en modo alguno se ocupó de
dicha figura ni impuso tal sanción, solo se limitó a aprobar
el acuerdo de los padres dentro del cual se dio la delegación
de la patria potestad, permitida tanto en el sistema jurídico
español (art. 156 Código Civil) como en el colombiano (art.
307 Código Civil).

Valga aclarar que al ser la patria potestad una figura


establecida en favor de los hijos no emancipados para
garantizar su máxima protección y bienestar, el legislador ha
contemplado sanciones en aquellos casos en los que el
ejercicio de tales facultades se dificulta o se torna
inconveniente, o cuando es inadecuado y perjudicial para los
menores de edad. En el primer caso, la sanción consiste en
la suspensión de la patria potestad, y en el segundo, en su
pérdida o privación, siendo ambas sanciones civiles que
operan por causales taxativamente establecidas y que exigen
su declaratoria judicial.

16
Radicación n.° 11001-02-03-000-2022-00372-00

El artículo 310 del Código Civil contempla la suspensión


de la patria potestad por causa de demencia, incapacidad de
administrar los propios bienes y por larga ausencia, mientras
que el artículo 315 ibídem establece como causales de
privación el maltrato, el abandono, la depravación y la
condena a pena privativa de la libertad superior a un año. Se
trata de asuntos no susceptibles de conciliación, puesto que,
como es lógico, una medida de protección consagrada en
favor del menor de edad no puede estar dentro de la esfera
dispositiva de terceros.

En razón de lo anterior, la disposición contenida en el


convenio regulador aprobado por sentencia extranjera y
conforme a la cual se acuerda que la patria potestad de la
hija común estará en cabeza exclusiva de su progenitora,
equivale al ejercicio de la facultad legal de delegación antes
expuesta, y no puede equipararse a la sanción de privación
de patria potestad, que exige su discusión al interior de un
proceso contencioso y su declaración judicial, lo cual no
corresponde con el contenido de la sentencia cuya
homologación se pretende.

En tal virtud, la homologación de la decisión en cuanto


al ejercicio exclusivo de la patria potestad por parte de la
progenitora se funda en la conformidad de la sentencia
extranjera con la posibilidad de delegación contemplada en
el artículo 307 del Código Civil, más no en una privación de
la patria potestad, que, se insiste, no se ha discutido
judicialmente.

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Radicación n.° 11001-02-03-000-2022-00372-00

4. Conclusión.

Como se advierten reunidos los presupuestos para


acceder a lo pretendido y dado que el fallo extranjero
armoniza con las disposiciones internas de orden público en
materia de patria potestad, custodia, alimentos y visitas, se
concederá la homologación de la sentencia extranjera.

DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Sala de Casación Civil de


la Corte Suprema de Justicia, administrando justicia en
nombre de la República y por autoridad de la ley,

RESUELVE

PRIMERO. CONCEDER el exequatur de la


sentencia que el 29 de junio de 2015 profirió el Juzgado de
Primera Instancia n.º 80 de Madrid, Reino de España, dentro
del juicio verbal de mutuo acuerdo promovido por los señores
Angélica María Holguín Duque y Herney Martínez Ramírez y
a través de la cual se impartió aprobación judicial del
convenio regulador de patria potestad, custodia, visitas y
alimentos de la hija común S.M.H.

SEGUNDO. INSCRIBIR la presente decisión, junto


con la providencia homologada, en el registro civil de
nacimiento de la menor de edad S.M.H, asentado en este país
bajo el NUIP 1.221.714.381 e indicativo serial 52177956,
aclarando que en virtud de la sentencia homologada la patria
potestad de la menor de edad será ejercida de manera
exclusiva por su progenitora Angélica María Holguín Duque.

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Radicación n.° 11001-02-03-000-2022-00372-00

Por Secretaría líbrense las reproducciones y


comunicaciones a que haya lugar.

TERCERO. Sin costas, por no aparecer causadas


(artículo 365-8, Código General del Proceso).

Notifíquese y cúmplase.

HILDA GONZÁLEZ NEIRA


Presidente de Sala

ÁLVARO FERNANDO GARCÍA RESTREPO

MARTHA PATRICIA GUZMÁN ÁLVAREZ

LUIS ALONSO RICO PUERTA

AROLDO WILSON QUIROZ MONSALVO

(En comisión de servicios)


OCTAVIO AUGUSTO TEJEIRO DUQUE

FRANCISCO TERNERA BARRIOS

19
Firmado electrónicamente por Magistrado(a)(s):

Hilda Gonzalez Neira

Álvaro Fernando García Restrepo

Martha Patricia Guzmán Álvarez

Aroldo Wilson Quiroz Monsalvo

Luis Alonso Rico Puerta

Francisco Ternera Barrios

Este documento fue generado con firma electrónica y cuenta con plena validez jurídica, conforme a lo dispuesto
en artículo 103 del Código General del Proceso y el artículo 7 de la ley 527 de 1999

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