Magistrada Ponente SC466-2021 Radicación N°. 11001 02 03 000 2017 01000 00

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FRANCISCO TERNERA BARRIOS

Magistrada ponente

SC466-2021
Radicación n°. 11001 02 03 000 2017 01000 00
(Aprobado en sesión de veinticinco de junio de dos mil veinte)

Bogotá, D. C., veinticuatro (24) de febrero de dos mil


veintiuno (2021).

Se decide sobre la solicitud de exequátur formulada por


la señora Yeny Liseth Cisneros Solarte respecto de la
sentencia de divorcio proferida el 26 de junio de 2015 por el
Tribunal de Primera Instancia Francófona de Bruselas
(Bélgica).

I. ANTECEDENTES

1.- Mediante escrito presentado a través de apoderada


judicial especialmente constituida para tal fin, la aludida
demandante, mayor de edad y de nacionalidad colombiana
deprecó el otorgamiento de efecto jurídico a la providencia
extranjera ab initio citada. Comentado [NFG1]: desde el inicio o principio del acto

2.- Como soporte de su solicitud, la peticionaria narró


los siguientes hechos:
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2.1.- Que contrajo matrimonio civil con Víctor Javier


Silva Bonilla «el 30 de noviembre de 2013, en Valle del Cauca
[…]», unión que fue «registrada conforme a las leyes de la
República de Colombia […]».

2.2.- Durante la vigencia de la sociedad conyugal no se


adquirieron bienes, así como tampoco, se procrearon hijos.

2.3. En sentencia del 26 de junio de 2015, el Tribunal


de Primera Instancia de Bruselas (Bélgica), decretó el divorcio
de los cónyuges.

II. EL TRÁMITE OBSERVADO

1.- Cumplidas las exigencias formales, el 7 de junio de


2017 fue admitida la solicitud y, en el mismo proveído se
dispuso correr traslado al Ministerio Público, entidad que en
tiempo, a través de la Delegada para la Defensa de los
Derechos de la Infancia, Adolescencia y la Familia, concluyó
que:

Se cumplen las exigencias formales previstas para que proceda la


homologación de la sentencia No. 953/154/15 del 26 de junio de
2015, proferida por la 154ta Cámara Fam del Tribunal de Primera
Instancia francófono de Bruselas – Tribunal de Familia, para que
tenga plena vigencia en Colombia y sea inscrita en el registro civil
correspondiente, previo cumplimiento por parte de quien lo solicita
de la reciprocidad diplomática o, en su defecto, la legislativa» (Fls.
25 a 26 Cdno. Principal).

2. La etapa de ordenación y práctica de pruebas no se


llevó a cabo pues ante la falta de contradicción en el presente
asunto, y que dentro de los documentos aducidos al

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expediente por el extremo activo, se hallan los elementos


probatorios necesarios para dictar el fallo en esta etapa
procesal, corresponde resolver sobre el fundamento y
viabilidad de la petición elevada.

III. CONSIDERACIONES

1. De acuerdo con lo reglado por el Código General del


Proceso, es permitido que el juez si bien lo considera, y bajo
el cumplimiento de ciertos parámetros legales, profiera
sentencia anticipada.

El artículo 278 Ibídem, al respecto establece que «en


cualquier estado del proceso, el juez deberá dictar sentencia anticipada,
total o parcial, en los siguientes eventos:
1. Cuando las partes o sus apoderados de común acuerdo lo soliciten,
sea por iniciativa propia o por sugerencia del juez.
2. Cuando no hubiere pruebas por practicar.
3. Cuando se encuentre probada la cosa juzgada, la transacción, la
caducidad, la prescripción extintiva y la carencia de legitimación en la
causa» (se resalta).

Si bien el numeral 4º del artículo 607 de la misma


codificación presupone que «Vencido el traslado se decretarán las
pruebas y se fijará audiencia para practicarlas, oír los alegatos de las
partes y dictar la sentencia»,, la presente sentencia, escrita y por
fuera de audiencia oral, es procedente toda vez que con
nitidez se cumple estrictamente lo dispuesto por el numeral
segundo del artículo 278; aunado a que las pruebas
documentales requeridas para este especial procedimiento se
encuentran configuradas de acuerdo con la naturaleza

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propia del asunto, lo que a todas luces permite resolver de


forma adelantada.

De lo anterior, se desprende que los jueces tienen la


obligación de, una vez advertido el no cumplimiento del
debate probatorio o que de llevar este último a cabo resultaría
inocuo, proferir el fallo sin adicionales trámites, en cabal
observancia de lo expuesto por los principios de celeridad y
economía procesal, que, en últimas, reclaman la jurisdicción
decisiones prontas, «con el menor número de actuaciones
posibles y sin dilaciones injustificadas». De no ser así, sería
someter cada causa a una prolongación absurda,
completamente injustificada, en contra de los fundamentos
sustanciales y procesales que acompañan los trámites
judiciales.

2.- Al respecto, ha mencionado esta Corporación que

Tal codificación, en su artículo 278, prescribió que «[e]n cualquier


estado del proceso, el juez deberá dictar sentencia anticipada,
total o parcial… [c]uando no hubiere pruebas por practicar.

Significa que los juzgadores tienen la obligación, en el momento en


que adviertan que no habrá debate probatorio o que el mismo es
inocuo, de proferir sentencia definitiva sin otros trámites, los
cuales, por cierto, se tornan innecesarios, al existir claridad fáctica
sobre los supuestos aplicables al caso.

Por consiguiente, el respeto a las formas propias de cada juicio se


ve aminorado en virtud de los principios de celeridad y economía
procesal, que reclaman decisiones prontas, adelantadas con el
menor número de actuaciones posibles y sin dilaciones
injustificadas. Total que las formalidades están al servicio del
derecho sustancial, por lo que cuando se advierta su futilidad
deberán soslayarse, como cuando en la foliatura se tiene todo el Comentado [NFG2]: Pasar por alto algo, especialmente un
material suasorio requerido para tomar una decisión inmediata. a dificultad, dejándolo de lado.
Comentado [NFG3]: Serie numerada de los folios de un
escrito o de un impreso.

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En consecuencia, el proferimiento de una sentencia anticipada,


que se hace por escrito, supone que algunas etapas del proceso no
se agoten, como una forma de dar prevalencia a la celeridad y
economía procesal, lo que es armónico con una administración de
justicia eficiente, diligente y comprometida con el derecho
sustancial (CSJ SC132-2018. 12 Feb. 2018. Rad. 2016-
01173-00).

Asimismo, ha manifestado que

Por supuesto que la esencia del carácter anticipado de una


resolución definitiva supone la pretermisión de fases procesales
previas que de ordinario deberían cumplirse; no obstante, dicha
situación está justificada en la realización de los principios de
celeridad y economía que informan el fallo por adelantado en las
excepcionales hipótesis que el legislador habilita dicha forma de
definición de la litis.

De igual manera, cabe destacar que aunque la esquemática


preponderantemente oral del nuevo ordenamiento procesal civil,
supone por regla general una sentencia dictada de viva voz, es
evidente que tal pauta admite numerosas excepciones, de la que
es buen ejemplo la presente, donde la causal para proveer de
fondo por anticipado se configuró cuando la serie no ha superado
su fase escritural y la convocatoria a audiencia resulta inane
(SC12137, 15 Ago. 2017, rad. n° 2016-03591-00).

3.- Descendiendo al caso objeto de estudio, cabe el


proferimiento de un fallo anticipado, debido a que conforme
a las pruebas traídas al proceso por la demandante, la
situación de facto particular del sub judice y la normatividad
internacional al respecto, no es necesario adicionales
elementos que permitan el convencimiento del fallador,
siendo insustancial llevar el juicio, incluso hasta la etapa
probatoria, como así lo refiere el numeral 4 del artículo 607
del C.G.P.

Efectivamente, el Ministerio Público no presentó


contradicciones al respecto, ni tampoco elevó solicitud
alguna sobre pruebas en esta causa, y, concluyó conforme a

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la concesión del presente exequatur, por lo que considera


esta Sala emitir fallo definitivo.

4.- La resolución de los conflictos es un asunto que


atañe a la administración de justicia y, por tanto, solo
pueden cumplir ese encargo quienes estén autorizados
expresamente por la ley para tales propósitos. Lo anterior, en
la medida en que aspectos como el orden público resultan
involucrados, particularmente, la soberanía Nacional. Esa
premisa pone de relieve que en territorio patrio, solo las
sentencias y/o determinaciones equivalentes, emitidas por
jueces o funcionarios nacionales, tienen efectos en
Colombia.

Esa directriz no es absoluta, pues debido a los


principios de cooperación y reciprocidad internacional, han
llevado a alterar esa regla y, hoy por hoy, es posible que un
fallo adoptado por un juez foráneo genere consecuencias
dentro de nuestras fronteras.

5.- Empero, por expreso mandato legal, esta última


posibilidad está supeditada al cumplimiento de varios
requisitos y, principalmente, a la obtención del exequátur.
Dentro de este trámite, a su vez, debe acreditarse que en el
país de donde proviene la decisión objeto de homologación se
brinda a las providencias de los juzgadores patrios un
tratamiento similar, es decir, que allí, también, pueden ser
cumplidos los pronunciamientos proferidos por los agentes
del Estado facultados para ello.

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Ese precepto está regulado expresamente en el artículo


605 del Código General del Proceso, en los siguientes
términos:

Las Sentencias y otras providencias que revistan tal carácter,


pronunciadas por autoridades extranjeras, en procesos
contenciosos o de jurisdicción voluntaria, tendrán en Colombia la
fuerza que les concedan los tratados existentes con ese país, y en
su defecto la que allí se reconozca a las proferidas en Colombia.

La Corte se ha ocupado de esta exigencia y, de manera


reiterada y constante, en varios pronunciamientos, ha
plasmado que para otorgar valor a decisiones foráneas

(…) en primer lugar se atiende a las estipulaciones de los tratados


que tenga celebrados Colombia con el Estado de cuyos tribunales
emane la sentencia que se pretende ejecutar en el país. Y en
segundo lugar, a falta de derecho convencional, se acogen las
normas de la respectiva ley extranjera para darle a la sentencia la
misma fuerza concedida por esa ley a las proferidas en
Colombia…” (G. J. t. LXXX, pág. 464, CLI, pág. 69, CLVIII,
pág. 78 y CLXXVI, pág. 309, entre otras).

Lo anterior significa, en primer lugar, que debe


establecerse si entre los países involucrados existe un
acuerdo o convenio sobre la suerte de las determinaciones
que emiten sus funcionarios judiciales; en otros términos, si
ha sido regulado de manera directa y expresa por los propios
Estados, la validez o no de las sentencias emitidas en uno u
otro. En defecto de un tratado sobre el asunto, surge el
imperativo de constatar la presencia de un texto legal alusivo
al tema. En ese orden, acreditada la reciprocidad
diplomática, la legislativa resulta innecesaria.

6.- En el expediente contentivo de la petición de


exequátur se tiene acreditado lo siguiente:

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6.1.- Sentencia del 26 de junio de 2015, emitida por el


Tribunal de Primera Instancia francófono de Bruselas –
Tribunal de Familia (Bélgica), que manifestó:

“Visto la ley del 15 de junio de 1935 sobre el empleo de los idiomas


en materia judicial así como los artículos 1289, 2 y 1296 del
Código Judicial; Pronunciándose en procedimiento contradictorio;
Pronuncia el divorcio de mutuo acuerdo entre CISNEROS SOLARTE
YENY, nacida en Jamundí / Colombia el 07/10/1985, y SILVA
BONILLA VICTOR JAVIER, nacido en Honduras / Honduras el
25/02/1979, casados en el Valle del Cauca / Colombia, el
30/11/2013; Así resuelto y pronunciado en la audiencia pública
extraordinaria del 154ta cámara FAM del Tribunal de Primera
Instancia francófona de Bruselas, el 26/06/2015, donde
estuvieron presentes y sesionaron […]” (Fls. 10 a 14 Ídem).

6.2.- Certificación de matrimonio de los señores Victor


Javier Silva Bonilla y Yeny Liseth Cisneros Solarte, que
documenta que el matrimonio se celebró el 30 de noviembre
de 2013 en la ciudad de Jamundí - Valle del Cauca (Fl. 16
Ídem).

6.3.- El Ministerio de Relaciones Exteriores Colombiano


acreditó que:

“[…] una vez revisado el Archivo del Grupo Interno de Trabajo de


Tratados de la Dirección de Asuntos Jurídicos Internacionales de
este Ministerio, se pudo constatar que no reposa información sobre
tratados bilaterales o multilaterales en materia de reconocimiento
recíproco de sentencias en las materias requeridas, aplicables
entre la República de Colombia y el Reino de Bélgica” (Fl. 33).

6.4.- Informe de la Cancillería de Colombia, a través de


la Coordinación del Grupo Interno de Trabajo de Asuntos
Consulares, que resolvió derecho de petición elevado el 5 de
marzo de la pasada anualidad, dentro del que se solicitó

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«expedir certificación con las indicaciones de vigencia actual,


de los textos legales de acuerdo con los cuales es permitido,
en el territorio belga la ejecución de las sentencias extranjeras
proferidas en asuntos de divorcio» (Fl. 91).

6.5.- Copias traducidas de la legislación Belga sobre


sentencias judiciales extranjeras proferidas en causas de
divorcio (Fls. 157 a 175).

7.- Así las cosas, se advierte que no existe reciprocidad


diplomática entre los dos Estados, pues según las
certificaciones citadas previamente, entre nuestro país y
Bélgica no hay tratado internacional vigente respecto a la
ejecución recíproca de sentencias. Sin embargo, aparecen
documentos en el expediente (Fls. 91 y 157 a 175) que
reconocen la efectividad de los fallos extranjeros.

En ese orden, señala el Coordinador del Grupo Interno


de Trabajo de Asuntos Consulares de la Cancillería
Colombiana que

“la legislación belga sí permite el reconocimiento y la ejecución de


sentencias judiciales extranjeras en asuntos de divorcio. Esta
posibilidad está contemplada en la Ley del Reino de Bélgica de 16
de julio de 2004 contentiva del Código de Derecho Internacional
Privado de Bélgica.

[…]

Para los efectos del presente Derecho de Petición es útil también


tener en cuenta que el Capítulo III (artículos 42 a 60) de la Ley de
16 de julio de 2004 contentiva del Código de Derecho Internacional
Privado está consagrada a las “Relaciones Matrimoniales” y en
particular la Sección 5 de dicho capitulo III (artículos 55 a 57) a la
“Disolución del matrimonio y separación de cuerpos – Derecho
aplicable al divorcio y a la separación de cuerpos.

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[…]

Este Consulado tiene conocimiento y certeza de que los tribunales


belgas reconocen las decisiones judiciales (sentencias) y otros
actos extranjeros auténticos (escritura pública de divorcio y/o
separación de cuerpos) hechos en Colombia. Igualmente
dictaminan su exigibilidad y prescriben su inscripción según el
caso en el registro civil, en el registro de extranjeros y en el registro
de residentes en Bélgica” (Se resalta - Fl. 91).

La anterior certificación, resulta el punto medular para


que se cumpla lo referente con la reciprocidad legislativa,
pues para la regulación Belga, los fallos foráneos, en este
caso los colombianos, pueden ser avalados por aquella
justicia en asuntos de divorcio.

Para que ello se cumpla, exige el artículo 42 de la Ley


Contentiva del Código de Derecho Internacional Privado de
Bélgica en lo tocante a las relaciones matrimoniales -
Competencia Internacional, que

“Compete a las jurisdicciones belgas conocer de cualquier


demanda en materia de matrimonio o los efectos del mismo, la
sociedad conyugal, el divorcio o separación de cuerpo, además de
los casos previstos por las disposiciones generales de la presente
ley, así:

1. En caso de demanda conjunta, unos de los cónyuges tiene su


residencia habitual en Bélgica en el momento en el cual se ha
presentado la demanda;
2. La última residencia habitual común de los cónyuges se
ubicaba en Bélgica menos de doce meses antes del momento en el
cual se ha presentado la demanda;
3. El cónyuge solicitante tiene su residencia habitual desde un
tiempo no menor a doce meses en Bélgica a partir del momento en
el cual se ha presentado la demanda; o
4. Los cónyuges son belgas en el momento en el cual se ha
presentado la demanda” (Fl. 157 a 175 Ídem).

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En ese orden, una vez que las sentencias colombianas


encuentran reconocimiento en suelo belga, y asimismo, se
acatan los requerimientos impuestos por aquellos en la
citada codificación, es dable determinar que la reciprocidad
legislativa se encuentra acreditada.

Y, en el presente asunto, al ser verificados los requisitos


memorados con base en lo dictado en la sentencia objeto de
homologación y la situación fáctica planteada en el escrito
genitor, se cumple con las exigencias previstas tanto en el
numeral primero de la regulación extranjera en cita, pues
reitérese, el divorcio surgió de mutuo acuerdo, como en el
segundo de este.

8.- Constatado lo anterior procede, seguidamente, la


observancia de las restantes estipulaciones previstas en el
artículo 606 de la Legislación General de procedimiento,
teniendo en cuenta:

8.1.- Que se aportó al expediente copia de la sentencia


extranjera debidamente autenticada -se cumplió
satisfactoriamente con lo estipulado en los cánones 251 y
177 del C. G. P-.

8.2.- Que la controversia resulta no ser de competencia


exclusiva de los jueces nacionales, toda vez que no hay
norma que así lo señale, ni se conoce de la existencia de un
proceso que haya sido adelantado o se tramite por la misma
causa en nuestro país.

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8.3.- Que la decisión no versa sobre derechos reales


constituidos en bienes ubicados en territorio patrio.

8.4.- Alusivo al orden público, otra de las condiciones


necesarias para la viabilidad de la homologación reclamada,
cumple decir, de manera especial, que la providencia
foránea, como quedó reseñado, atañe a un divorcio de
matrimonio civil contencioso sin oposición alguna (mutuo
acuerdo), cuyo análisis conduce a afirmar que no violenta
aquellas prerrogativas. En efecto, el mutuo acuerdo, es una
causal que, igualmente, el sistema patrio la contempla como
determinante del divorcio (numeral 9 del artículo 6 de la ley
25 de 1992). Las partes, siendo mayores de edad expresaron
su voluntad para desvincularse del matrimonio vigente y, el
trámite observado, no vulneró derecho alguno de los
cónyuges.

9.- En ese orden, surge evidente que la comprobación


de los requisitos establecidos en la normativa de
procedimiento colombiana (arts. 605 y siguientes), fueron
cumplidos cabalmente por el interesado.

10.- En conclusión, la validación será autorizada,


ordenándose la inscripción de esta decisión, junto con la
sentencia extranjera, en el respectivo registro del estado civil.

IV. DECISIÓN

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En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia,


Sala de Casación Civil, administrando justicia en nombre de
la República y por autoridad de la ley,

RESUELVE

PRIMERO: CONCEDER el exequátur al fallo proferido


el 26 de junio de 2015 por el Tribunal de Primera Instancia
Francófona de Bruselas (Bélgica), a través del cual se decretó
el divorcio entre los señores Yeny Liseth Cisneros Solarte y
Victor Javier Silva Bonilla.

SEGUNDO: INSCRIBIR esta decisión, junto con la


providencia reconocida, tanto en el folio correspondiente al
registro civil de matrimonio como en el de nacimiento de los
cónyuges, para los efectos previstos en los artículos 6º, 106
y 107 del Decreto 1260 de 1970 y de conformidad con el
artículo 13 del Decreto 1873 de 1971.

TERCERO: LIBRAR, por Secretaría, las


comunicaciones pertinentes.

CUARTO: NO CONDENAR en costas en la actuación.

NOTIFÍQUESE

Ausencia Justificada
LUIS ARMANDO TOLOSA VILLABONA

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Presidente de Sala

ÁLVARO FERNANDO GARCÍA RESTREPO

AROLDO WILSON QUIROZ MONSALVO


(Salvamento de Voto)

LUIS ALONSO RICO PUERTA

OCTAVIO AUGUSTO TEJEIRO DUQUE


(Salvamento de Voto)

FRANCISCO TERNERA BARRIOS

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SALVAMENTO DE VOTO

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Con el respeto acostumbrado, brevemente expreso las


razones por las que me separo de las consideraciones
atinentes a que se probó la reciprocidad legislativa entre el
Reino de Bélgica y la República de Colombia.

Ante la inexistencia de instrumentos de derecho


internacional que consagren reciprocidad diplomática entre
ambas naciones, la decisión mayoritaria tuvo por acreditada
la legislativa con fundamento en la certificación del
«Coordinador del Grupo Interno de Trabajo de Asuntos
Consulares de la Cancillería Colombiana», sobre el contenido
de leyes belgas que «permiten el reconocimiento y la ejecución
de sentencias judiciales extranjeras en asuntos de divorcio».
Es decir, la sentencia de la que me aparto consideró que el
documento emanado del Ministerio de Relaciones Exteriores

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de Colombia era idóneo para probar normas extranjeras.

Sin embargo, la providencia pasó por alto que, según el


artículo 177 del Código General del Proceso, las leyes
extranjeras escritas solamente pueden acreditarse (i)
mediante copia emanada de la autoridad competente del
respectivo país, de su cónsul en Colombia o tramitada por
medio del cónsul de Colombia en ese Estado; (ii) dictamen
pericial de persona o institución experta; o (iii) página web de
la entidad pública correspondiente (CSJ SC2420-2019, rad.
2017-01497, 4 jul. 2019).

Así las cosas, ante la ausencia de alguno de los medios


de prueba conducentes y taxativos para probar la Comentado [NFG4]: Que limita, circunscribe y reduce un
caso a determinadas circunstancias.
normatividad extranjera, era jurídicamente imposible tener
como acreditada la reciprocidad legislativa en el Reino de
Bélgica con una certificación de la Cancillería Colombiana,
pues este medio de convicción es inidóneo para tal efecto.

Fecha ut supra.

AROLDO WILSON QUIROZ MONSALVO


Magistrado

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