Filosofía - Wikipedia, La Enciclopedia Libre

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Filosofía

Estudio de una variedad de problemas


fundamentales acerca de cuestiones
como la existencia, el conocimiento, la
verdad, la moral, la belleza, la mente y el
lenguaje

Platón y Aristóteles, «Escuela de Atenas», Rafael


La filosofía (del griego antiguo φιλοσοφία
< φιλεῖν fileîn, «amar» y σοφία sofía
«sabiduría», amor a la sabiduría;[1] trans. en
latín como philosophĭa)[2] es el estudio de
una variedad de problemas fundamentales
acerca de cuestiones como la existencia,
el conocimiento, la verdad, la moral, la
belleza, la mente y el lenguaje.[3][4][5] Al
abordar estos problemas, la filosofía se
distingue del misticismo, el esoterismo, la
mitología y la religión por su énfasis en los
argumentos racionales sobre los
argumentos de autoridad,[6] y de la ciencia
porque generalmente realiza sus
investigaciones de una manera no
empírica,[7] sea mediante el análisis
conceptual,[8] los experimentos
mentales,[9] la especulación u otros
métodos a priori, aunque sin desconocer
la importancia de los datos empíricos.

La filosofía occidental ha tenido una


profunda influencia y se ha visto
profundamente influida por la ciencia, la
religión y la política occidentales.[10][11]
Muchos filósofos importantes fueron a la
vez grandes científicos, teólogos o
políticos y algunas nociones
fundamentales de estas disciplinas
todavía son objeto de estudio filosófico.
Esta superposición entre disciplinas se
debe a que la filosofía es una disciplina
muy amplia.

Etimología

Busto de Pitágoras, a quien se atribuye la invención de


la palabra «filosofía».

La invención del término «filosofía» se


suele atribuir al pensador y matemático
griego Pitágoras de Samos,[12] aunque no
se conserva ningún escrito suyo que lo
confirme.[13] Según la tradición, hacia el
año 530 a. C., el general León trató de
sabio (σοφóς: sofos) a Pitágoras, el cual
respondió que él no era un sabio, sino
alguien que aspiraba a ser sabio, que
amaba la sabiduría, un φιλο-σοφóς.

Admirado León de la novedad del


hombre, le preguntó a Pitágoras
quiénes eran, pues, los filósofos y qué
diferencia había entre ellos y los
demás; y Pitágoras respondió que le
parecían cosas semejantes la vida
del hombre y la feria de los juegos
que se celebraba con toda pompa
ante el concurso de Grecia entera;
pues, igual que allí, unos aspiraban
con la destreza de sus cuerpos a la
gloria y nombre que da una corona,
otros eran atraídos por el lucro y el
deseo de comprar y vender. Pero
había una clase, y precisamente la
formada en mayor proporción de
hombres libres, que no buscaban el
aplauso ni el lucro, sino que acudían
para ver y observaban con afán lo
que se hacía y de qué modo se hacía;
también nosotros, como para
concurrir a una feria desde una
ciudad, así habríamos partido para
esta vida desde otra vida y
naturaleza, los unos para servir a la
gloria, los otros al dinero, habiendo
unos pocos que, despreciando todo lo
demás, consideraban con afán la
naturaleza de las cosas, los cuales se
llamaban afanosos de sabiduría, esto
es, filósofos.

Cicerón, Cuestiones Tusculanas,


Libro V, capítulos 7 a 11.[14]

Según Pitágoras, la vida era comparable a


los juegos olímpicos, porque en ellos
encontramos tres clases de personas: las
que buscan honor y gloria, las que buscan
riquezas, y las que simplemente buscan
contemplar el espectáculo, que serían los
filósofos.
Años más tarde, Platón agregó más
significado al término cuando contrapuso
a los filósofos con los sofistas. Los
filósofos eran quienes buscaban la verdad,
mientras que los sofistas eran quienes
arrogantemente afirmaban poseerla,
ocultando su ignorancia detrás de juegos
retóricos o adulación, convenciendo a
otros de cosas infundadas o falsas, y
cobrando además por enseñar a hacer lo
mismo. Aristóteles adoptó esta distinción
de su maestro, extendiéndola junto con su
obra a toda la tradición posterior.[15]

El texto más antiguo que se conserva con


la palabra «filosofía» se titula Tratado de
medicina antigua, y fue escrito hacia el año
440 a. C. Allí se dice que la medicina
«moderna» debe orientarse hacia la
filosofía, porque solo la filosofía puede
responder a la pregunta «¿qué es el
hombre?».[13]

Ramas
Véase también: Anexo:Ramas de la filosofía

Las ramas y los problemas que componen


la filosofía han variado mucho a través de
los siglos.[16][17] Por ejemplo, en sus
orígenes, la filosofía abarcaba el estudio
de los cielos que hoy llamamos
astronomía, así como los problemas que
ahora pertenecen a la física.[16] Teniendo
esto en cuenta, a continuación se
presentan algunas de las ramas centrales
de la filosofía en el presente.

Metafísica

¿Cuáles son los principios y causas del mundo?


Grabado de Camille Flammarion: L'Atmosphere:
Météorologie Populaire (París, 1888).
La metafísica (del latín metaphysica, y
este del griego μετὰ [τὰ] φυσικά, «más
allá de [la] naturaleza»)[18] es la rama de la
filosofía que estudia la naturaleza,
estructura, componentes y principios
fundamentales de la realidad.[19][20][21]
Esto incluye la clarificación e investigación
de algunas de las nociones fundamentales
con las que entendemos el mundo, como
entidad, ser, existencia, objeto, propiedad,
relación, causalidad, tiempo y espacio.

Antes del advenimiento de la ciencia


moderna, muchos de los problemas que
hoy pertenecen a las ciencias naturales
eran estudiados por la metafísica bajo el
título de filosofía natural.[22][23] Hoy la
metafísica estudia aspectos de la realidad
que son inaccesibles a la investigación
empírica. Según Immanuel Kant, las
afirmaciones metafísicas son juicios
sintéticos a priori, que por principio
escapan a toda experiencia sensible[24].

Aristóteles designó la metafísica como


«primera filosofía».[25] En la química se
asume la existencia de la materia y en la
biología la existencia de la vida, pero
ninguna de las dos ciencias define la
materia o la vida; solo la metafísica
suministra estas definiciones básicas.[26]
La ontología es la parte de la metafísica
que se ocupa de investigar qué entidades
existen y cuáles no, más allá de las
apariencias.[27][28] La metafísica tiene dos
temas principales: el primero es la
ontología, que en palabras de Aristóteles
viene a ser la ciencia que estudia el ser en
cuanto tal. El segundo es la teleología, que
estudia los fines como causa última de la
realidad. Existe, sin embargo, un debate
que sigue aún hoy sobre la definición del
objeto de estudio de la metafísica, y sobre
si sus enunciados tienen propiedades
cognitivas.
A lo largo de los siglos, muchos filósofos
han sostenido de alguna manera u otra,
que la metafísica es imposible.[29] Esta
tesis tiene una versión fuerte y una versión
débil.[29] La versión fuerte es que todas las
afirmaciones metafísicas carecen de
sentido o significado.[29] Esto depende por
supuesto de una teoría del significado.[29]
Ludwig Wittgenstein y los positivistas
lógicos fueron defensores explícitos de
esta posición. Por otra parte, la versión
débil es que si bien las afirmaciones
metafísicas poseen significado, es
imposible saber cuáles son verdaderas y
cuáles falsas, pues esto va más allá de las
capacidades cognitivas del hombre.[29]
Esta posición es la que sostuvieron, por
ejemplo, David Hume e Immanuel Kant.
Por otra parte, algunos filósofos han
sostenido que el ser humano tiene una
predisposición natural hacia la metafísica.
Kant la calificó de «necesidad inevitable»,
y Arthur Schopenhauer incluso definió al
ser humano como «animal metafísico».

Gnoseología

El experimento mental del cerebro en una cubeta


puede poner a prueba distintas teorías acerca del
puede poner a prueba distintas teorías acerca del
conocimiento.

La gnoseología (del griego γνωσις, gnōsis,


«conocimiento» o «facultad de conocer», y
λόγος, logos, «razonamiento» o
«discurso»), también llamada teoría del
conocimiento,[30] es la rama de la filosofía
que estudia la naturaleza, el origen y los
límites del conocimiento.[31][32]

La gnoseología no estudia los


conocimientos particulares, como pueden
ser los conocimientos de la física, de la
matemática o de nuestro entorno
inmediato, sino la naturaleza del
conocimiento en general. Muchas ciencias
particulares tienen además su propia
filosofía, como por ejemplo la filosofía de
la física, la filosofía de la matemática, la
filosofía de la historia, etc. Otras
disciplinas también se ocupan del
conocimiento en general, pero desde otros
puntos de vista. La psicología estudia los
aspectos de la vida mental implícitos en el
conocer, la lógica estudia la corrección o
incorrección de los razonamientos que
pueden implicar nuevos conocimientos, y
la ontología estudia la naturaleza de los
objetos que se pueden conocer.

Los problemas en torno al conocimiento


son centrales en la filosofía y su
consideración se inicia con la filosofía
misma, especialmente en el Teeteto de
Platón. Prácticamente todos los grandes
filósofos han contribuido a la
gnoseología.[33]

Lógica

La lógica es la ciencia formal y rama


estricta tanto de la filosofía como de las
matemáticas que estudia los principios de
la demostración y la inferencia válida,[34]
las falacias, las paradojas y la noción de
verdad.[35] La palabra «lógica» deriva del
griego antiguo λογική logikḗ, que significa
«dotado de razón, intelectual, dialéctico,
argumentativo», que a su vez viene de
λόγος (lógos), «palabra, pensamiento,
idea, argumento, razón o principio».

Así como el objeto de estudio tradicional


de la química es la materia, y el de la
biología la vida, el de la lógica es la
inferencia. La inferencia es el proceso por
el cual se derivan conclusiones a partir de
premisas.[36] La lógica investiga los
fundamentos por los cuales algunas
inferencias son aceptables, y otras no.
Cuando una inferencia es aceptable, lo es
por su estructura lógica, y no por el
contenido específico del argumento o el
lenguaje utilizado. Por esta razón la lógica
se considera una ciencia formal, como la
matemática, en vez de una ciencia
empírica.

Tradicionalmente se distinguen tres clases


de inferencias: las deducciones, las
inducciones y las abducciones, aunque a
veces se cuenta a la abducción como un
caso especial de inducción.[37] La validez o
no de las inducciones es asunto de la
lógica inductiva y del problema de la
inducción. Las deducciones, en cambio,
son estudiadas por la mayor parte de la
lógica contemporánea. En un argumento
deductivamente válido, la conclusión es
una consecuencia lógica de las
premisas.[38] El concepto de consecuencia
lógica es, por lo tanto, un concepto central
a la lógica.[38] Para estudiarlo, la lógica
construye sistemas formales que capturan
los factores relevantes de las deducciones
como aparecen en el lenguaje natural.[39]
Para entender esto, considérese la
siguiente deducción:

1. Está lloviendo y es de día.


2. Por lo tanto, está lloviendo.

La obvia validez de este argumento no se


debe al significado de las expresiones
«está lloviendo» y «es de día», porque
estas podrían cambiarse por otras y el
argumento permanecer válido. Por
ejemplo:
1. Está nevando y hace frío.
2. Por lo tanto, está nevando.

En cambio, la clave de la validez del


argumento reside en la expresión «y». Si
esta expresión se cambia por otra,
entonces el argumento puede dejar de ser
válido:

1. Está nevando o hace frío.


2. Por lo tanto, está nevando.

Las expresiones de las que depende la


validez de los argumentos se llaman
constantes lógicas, y la lógica las estudia
mediante sistemas formales.[40] Dentro de
cada sistema formal, la relación de
consecuencia lógica se puede definir de
manera precisa, generalmente por medio
de teoría de modelos o por medio de
teoría de la demostración.

La lógica tradicionalmente se considera


una rama de la filosofía, pero desde fines
del siglo XIX, su formalización simbólica
ha demostrado una íntima relación con las
matemáticas, y dio lugar a la lógica
matemática. En el siglo XX la lógica ha
pasado a ser principalmente la lógica
matemática, un cálculo definido por
símbolos y reglas de inferencia, lo que ha
permitido su aplicación a la informática.

Ética
La ética (del lat. ethĭcus, y este del
gr.ēthikós; la forma f., del lat. tardío ethĭca,
y este del gr.ēthikḗ[41]) o filosofía moral es
la rama de la filosofía que estudia lo
correcto o equivocado del
comportamiento humano,[42] la moral, la
virtud, el deber, la felicidad y el buen
vivir.[43] Además, tiene como centro de
atención las acciones humanas y aquellos
aspectos de las mismas que se relacionan
con el bien, la virtud, el deber, la felicidad y
la vida realizada. El estudio de la ética se
remonta a los orígenes mismos de la
filosofía en la Antigua Grecia, y su
desarrollo histórico ha sido amplio y
variado.

La ética estudia qué es un acto moral,


cómo se justifica racionalmente un
sistema moral, y cómo se ha de aplicar
posteriormente a nivel individual y a nivel
social. En la vida cotidiana constituye una
reflexión sobre el hecho moral, es decir
busca las razones que justifican la
adopción de un sistema moral u otro.

Una doctrina ética elabora y verifica


afirmaciones o juicios determinados. Una
sentencia ética, juicio moral o declaración
normativa es una afirmación que
contendrá términos tales como «bueno»,
«malo», «correcto», «incorrecto»,
«obligatorio», «permitido», etc., referidos a
una acción, a una decisión o incluso
contendrá a las intenciones de quien actúa
o decide algo. Cuando se emplean
sentencias éticas se está valorando
moralmente a personas, situaciones, o
acciones. Se establecen juicios morales
cuando, por ejemplo, se dice: «ese hombre
es malo», «no se debe matar», etc. En
estas declaraciones aparecen los
términos «malo», «no se debe», etc., que
implican valoraciones de tipo moral.

Estética
El David de Miguel Ángel, Florencia.

La estética (del griego αἰσθητική


[aisthetikê], ‘sensación’, ‘percepción’, y este
de[aísthesis], ‘sensación’, ‘sensibilidad’, e -
ικά [-icá], ‘relativo a’) es la rama de la
filosofía que estudia la esencia y la
percepción de la belleza.[44][45]

Algunos autores definen a la estética de


manera más amplia como el estudio de
las experiencias estéticas y los juicios
estéticos en general, y no solo los relativos
a la belleza.[46] Cuando juzgamos que algo
es bello, feo, sublime o elegante (por dar
algunos ejemplos), estamos haciendo
juicios estéticos, que a su vez expresan
experiencias estéticas.[46] La estética es el
estudio de estas experiencias y juicios, de
su comunidad ambiental y como se
efectúa el razonamiento en el centro de la
última etapa del proyecto.

La estética es una disciplina más amplia


que la filosofía del arte, en tanto que los
juicios y las experiencias estéticas se
pueden encontrar fácilmente fuera del
arte. Por ejemplo, cuando vemos pasar a
un perro, podríamos juzgar que el perro es
bello, y realizar así un juicio estético sobre
algo que nada tiene que ver con el arte.[47]
Sin embargo, a veces se habla de la
estética como sinónimo de la filosofía del
arte. Y también de lo más bello

En otra acepción, la estética es el estudio


de la percepción en general, sea sensorial
o entendida de manera más amplia. Estos
campos de investigación pueden coincidir,
pero no es necesario.

La estética estudia las más amplias y


vastas historias del conocimiento
isabelino, así como las diferentes formas
del arte. La estética, así definida, es el
campo de la filosofía que estudia el arte y
sus cualidades, tales como la belleza, lo
eminente, lo feo o la disonancia, desde
que en 1750 (en su primera edición) y
1758 (segunda edición publicada)
Alexander Gottlieb Baumgarten usara la
palabra «estética» como ‘ciencia de lo
bello, misma a la que se agrega un estudio
de la esencia del arte, de las relaciones de
ésta con la belleza y los demás valores’.
Algunos autores han pretendido sustituirla
por otra denominación: «calología», que
atendiendo a su etimología significa
ciencia de lo bello (kalos, ‘bello’).
Según Immanuel Kant en su Crítica del
juicio, la estética es la rama de la filosofía
que estudia el origen del sentimiento puro
y su manifestación, que es el arte. Se
puede decir que es la ciencia cuyo objeto
primordial es la reflexión sobre los
problemas del arte. Si la estética es la
reflexión filosófica sobre el arte, uno de
sus problemas será el valor que se
contiene en el arte; y aunque un variado
número de ciencias puedan ocuparse de la
obra de arte, sólo la estética analiza
filosóficamente los valores que en ella
están contenidos.
Por otro lado, filósofos como Mario Bunge
consideran que la estética no es una
disciplina.[48] Además Elena Oliveras,
formada tanto en el campo filosófico
como en el artístico, define el concepto de
estética como la marca de Modernidad de
su momento de la historia donde se
realiza su nacimiento, donde se inaugura
el principio de subjetividad.

Filosofía política

La filosofía política de John Locke y otros influyó en la


redacción de la Declaración de Independencia de los
Estados Unidos, que luego sirvió de modelo para
muchos otros países.

La filosofía política es la rama de la


filosofía que estudia cómo debería ser la
relación entre los individuos y la
sociedad,[49] incluyendo cuestiones
fundamentales acerca del gobierno, la
política, las leyes, la libertad, la igualdad, la
justicia, la propiedad, los derechos, el
poder político y la aplicación de un código
legal por una autoridad; qué hace a un
gobierno legítimo, qué derechos y
libertades debe proteger y por qué, qué
forma debe adoptar y por qué, qué
obligaciones tienen los ciudadanos para
con un gobierno legítimo (si acaso
alguna), y cuándo pueden derrocarlo
legítimamente (si alguna vez).[50][51]
Mientras la ciencia política investiga cómo
fueron, son y serán los fenómenos
políticos, la filosofía política se encarga de
teorizar cómo deberían ser dichos
fenómenos.[49][52]

En un sentido vernacular, el término


«filosofía política» a menudo refiere a una
perspectiva general, o a una ética,
creencia o actitud específica, sobre la
política que no necesariamente debe
pertenecer a la disciplina técnica de la
filosofía.[53] Charles Blattberg, que define
la política como «responder a los
conflictos con el diálogo», sugiere que las
filosofías políticas ofrecen
consideraciones filosóficas de ese
diálogo.[54]

La filosofía política tiene un campo de


estudio amplio y se conecta fácilmente
con otras ramas y subdisciplinas de la
filosofía, como la filosofía del derecho y la
filosofía de la economía.[49] Se relaciona
fuertemente con la ética en que las
preguntas acerca de qué tipo de
instituciones políticas son adecuadas para
un grupo depende de qué forma de vida se
considere adecuada para ese grupo o para
los miembros de ese grupo.[49] Las
mejores instituciones serán aquellas que
promuevan esa forma de vida.[49]

En el plano metafísico, la principal


controversia divisora de aguas es acerca
de si la entidad fundamental sobre la cual
deben recaer los derechos y las
obligaciones es el individuo, o el grupo.[49]
El individualismo considera que la entidad
fundamental es el individuo, y por lo tanto
promueven el individualismo
metodológico.[49] El comunitarismo
enfatiza que el individuo es parte de un
grupo, y por lo tanto da prioridad al grupo
como entidad fundamental y como unidad
de análisis.[49]

Los fundamentos de la filosofía política


han variado a través de la historia. Para los
griegos la ciudad era el centro y fin de toda
actividad política. En la Edad Media toda
actividad política se centraba en las
relaciones que debe mantener el ser
humano con el orden dado por Dios. A
partir del Renacimiento la política adopta
un enfoque básicamente antropocéntrico.
En el mundo moderno y contemporáneo
surgen y conviven muchos modelos, que
van desde los totalitarismos hasta los
sistemas democráticos participativos
(entre los cuales existen muchas
variantes).

Filosofía del lenguaje

¿Cuál de estas figuras es kiki y cuál es bouba? El


efecto bouba/kiki sugiere que la relación entre los
sonidos y las cosas no siempre es completamente
arbitraria.

La filosofía del lenguaje es la rama de la


filosofía que estudia el lenguaje en sus
aspectos más generales y fundamentales,
como la naturaleza del significado y de la
referencia, la relación entre el lenguaje, el
pensamiento y el mundo, el uso del
lenguaje (o pragmática), la interpretación,
la traducción y los límites del lenguaje.

La filosofía del lenguaje se distingue de la


lingüística en que se sirve de métodos no-
empíricos (como experimentos mentales)
para llegar a sus conclusiones.[55]
Además, en la filosofía del lenguaje
generalmente no se hace diferencia entre
el lenguaje hablado, el escrito o cualquiera
otra de sus manifestaciones, sino que se
estudia aquello que es común a todas
ellas. Por último, los lingüistas en general
estudian el lenguaje con fines descriptivos,
analizando sus formas, niveles y
funciones. En cambio, el enfoque de los
filósofos del lenguaje es más abstracto y
desligado de la descripción práctica de los
lenguajes particulares.

La semántica es la parte de la filosofía del


lenguaje (y de la lingüística) que se ocupa
de la relación entre el lenguaje y el
mundo.[56] Algunos problemas que caen
bajo este campo son el problema de la
referencia, la naturaleza de los predicados,
de la representación y de la verdad.[56] En
el Crátilo, Platón señaló que si la conexión
entre las palabras y el mundo es arbitraria
o convencional, entonces es difícil
entender cómo el lenguaje puede permitir
el conocimiento acerca del mundo.[56] Por
ejemplo, es evidente que el nombre
«Venus» pudo haber designado cualquier
cosa, aparte del planeta Venus, y que el
planeta Venus pudo haberse llamado de
cualquier otra forma. Luego, cuando se
dice que «Venus es más grande que
Mercurio», la verdad de esta oración es
convencional, porque depende de nuestras
convenciones acerca de lo que significan
«Venus», «Mercurio» y el resto de las
palabras involucradas. En otro lenguaje,
esas mismas palabras podrían, por alguna
coincidencia, significar algo muy distinto y
expresar algo falso. Sin embargo, aunque
el significado de las palabras es
convencional, una vez que se ha fijado su
significado, parece que la verdad y la
falsedad no dependen de convenciones,
sino de cómo es el mundo. A este «fijar el
significado» se lo suele llamar
interpretación, y es uno de los temas
centrales de la semántica.

Un problema ulterior en esta dirección es


que si una interpretación se da en
términos lingüísticos (por ejemplo: «Venus
es el nombre del segundo planeta a partir
del Sol»), entonces queda la duda de cómo
deben interpretarse las palabras de la
interpretación. Si se las interpreta por
medio de nuevas palabras, entonces el
problema resurge, y se hace visible una
amenaza de regresión al infinito, de
circularidad, o de corte arbitrario en el
razonamiento (tal vez en palabras cuyo
significado sea supuestamente
autoevidente). Pero para algunos este
problema invita a pensar en una forma de
interpretación no lingüística, como por
ejemplo el conductismo o la definición
ostensiva.

La pragmática, por otra parte, es la parte


de la filosofía del lenguaje que se ocupa
de la relación entre los usuarios del
lenguaje y el lenguaje.[57] Algunas de las
cuestiones centrales de la pragmática son
la elucidación del proceso de aprendizaje
del lenguaje, de las reglas y convenciones
que hacen posible la comunicación, y la
descripción de los muchos y variados
usos que se le da al lenguaje,[57] entre
ellos: describir estados de cosas,
preguntar, ordenar, bromear, traducir,
suplicar, agradecer, maldecir, saludar,
rezar, etc.[58]

Filosofía de la mente
Representación frenológica de las áreas cerebrales en
correspondencia con las funciones mentales. La
frenología fue uno de los primeros intentos de
relacionar funciones mentales con partes específicas
del cerebro.

La filosofía de la mente o filosofía del


espíritu es la rama de la filosofía que
estudia la mente, incluyendo las
percepciones, sensaciones, emociones,
fantasías, sueños, pensamientos y
creencias.[59] Uno de los problemas
centrales de la disciplina es determinar
qué hace que todos los elementos de esta
lista sean mentales, y otros no.[60] Además
de las cuestiones ontológicas acerca de la
naturaleza de los estados mentales, la
filosofía de la mente estudia cuestiones
epistemológicas en torno a la
cognoscibilidad de la mente.

Tanto para la fenomenología como para la


filosofía analítica, un candidato importante
para ser una condición necesaria, aunque
no suficiente, de todo fenómeno mental es
la intencionalidad.[61] La intencionalidad es
el poder de la mente de ser acerca de, de
representar, o de ponerse en lugar de
cosas, propiedades o estados de
cosas.[61] Por ejemplo, uno no recuerda
simplemente, sino que recuerda algo, y
tampoco quiere en abstracto, sino que
quiere algo determinado. La propuesta de
algunos filósofos es que todo lo que sea
mental está «dirigido» hacia algún objeto,
en el sentido más general de objeto, y que
por lo tanto la intencionalidad es una
característica necesaria, aunque no
suficiente, de lo mental.

Otra característica importante y


controversial de lo mental son los qualia, o
propiedades subjetivas de la
experiencia.[62] Cuando uno ve una nube,
se pincha un dedo con un alfiler, o huele
una rosa, experimenta algo que no se
puede observar desde fuera, sino que es
completamente subjetivo. A estas
experiencias se las llama «qualia». Parte
de la importancia de los qualia se debe a
las dificultades que suscitan al fisicalismo
para acomodarlos dentro de su
concepción de lo mental.[62]

La filosofía de la mente se relaciona con la


ciencia cognitiva de varias maneras.[63]
Por un lado, las filosofías más naturalistas
pueden considerarse como parte de las
ciencias cognitivas.[63] En cambio, otras
filosofías critican a la ciencia cognitiva por
suponer que lo mental es representacional
o computacional.[63] Por ejemplo, algunos
críticos señalan que la ciencia cognitiva
descuida muchos factores relevantes para
el estudio de lo mental, entre ellos las
emociones, la conciencia, el cuerpo y el
entorno.[63]

Algunos problemas centrales en la


filosofía de la mente son el problema de la
relación entre la mente y el cuerpo, el
problema de la permanencia de la
identidad personal a través del tiempo, y el
problema del reconocimiento de otras
mentes.[59]

Filosofía de la historia
En 1900, la Universidad de Berlín fue la primera
universidad en acoger la disciplina de filosofía de la
historia, introducida por Hegel a principios del s. XIX.

La filosofía de la historia es la rama de la


filosofía que estudia el desarrollo y las
formas en las cuales los seres humanos
crean la historia.

Las preguntas sobre las cuales trabaja la


filosofía de la historia son tan diversas y
complejas como los motivos que las han
provocado. Algunas de las cuestiones
fundamentales son: ¿Existe un fin u
objetivo teleológico de la historia, es decir
un propósito, diseño, principio director o
finalidad en el proceso de creación de la
historia? ¿Hay patrones en el pasado
humano, por ejemplo ciclos o progreso?
¿Existe el progreso y su antítesis en la
historia? ¿Cuáles son, en tal caso, sus
respectivas direcciones? ¿Y cuál es la
fuerza directriz de ese progreso, de existir?

Otra cuestión clásica es determinar cuál


es el sujeto histórico adecuado al estudio
del pasado humano. ¿Es el individuo, las
organizaciones sociales, la cultura, o
acaso la especie humana por entero?
Algunos filósofos modernos sostienen
que la historia ha dejado de ser el estudio
de unidades, de hechos, pasando a ser el
estudio de una compleja totalidad, que
comprende no sólo las acciones humanas
pasadas y sus consecuencias visibles,
sino un sinnúmero de factores en su
contexto, como las relaciones humanas,
las corrientes de pensamiento, las
motivaciones particulares y, tal vez el
factor más recientemente incorporado y
que más ha revolucionado la filosofía de la
historia, es el de los pensamientos,
acciones, relaciones y motivaciones de
aquel individuo que escribe la historia,
esto es, del historiador.[64]

Historia
Occidente

La tradición filosófica occidental tiene una


historia de más de 2500 años, desde la
Antigua Grecia hasta nuestros días. A lo
largo de ese tiempo, hubo una enorme
cantidad de filósofos y movimientos
filosóficos, demasiado numerosos para
ser mencionados aquí. Lo que sigue es
una mera caracterización de los distintos
períodos de la historia de la filosofía
occidental, incluyendo una mención a las
principales figuras y corrientes de cada
época.

Filosofía griega

La escuela de Atenas, de Rafael, representa a los


filósofos, matemáticos y científicos más importantes
de la antigüedad.

La filosofía griega es un periodo de la


historia de la filosofía comprendido,
aproximadamente, entre el surgimiento de
la filosofía occidental en la zona de Jonia
a principios del siglo VI a. C. hasta la
invasión de Macedonia por los romanos
en 148 a. C. En ocasiones también se
denomina filosofía clásica o filosofía
antigua, si bien ese período puede incluir
también la filosofía romana.

La filosofía griega se puede dividir en tres


subperíodos: el de la filosofía presocrática,
que va de Tales de Mileto hasta Sócrates y
los sofistas, la filosofía griega clásica
(Platón y Aristóteles), y el período post-
aristotélico o helenístico. A veces se
distingue un cuarto período que
comprende a la filosofía cristiana y
neoplatónica.[65]
La filosofía presocrática se caracterizó por
una variedad de propuestas distintas
sobre cómo entender el mundo y el lugar
del hombre en él.[66] A causa de los
avances culturales y el intenso contacto
con las culturas vecinas, las ciudades del
mundo griego comenzaron a criticar a la
tradicional concepción mitológica del
mundo, y buscaron una concepción
alternativa, natural y unificada. El
pensamiento de estos primeros
physiólogoi solo nos llega a través de
escritos fragmentarios y reportes de otros
pensadores posteriores.[66]
Con la aparición de los sofistas a mitad
del siglo V a. C., el hombre pasó a ser el
centro de las reflexiones filosóficas.[67]
Los sofistas se ocuparon en particular de
problemas éticos y políticos, como la
cuestión de si las normas y los valores son
dados naturalmente o son establecidos
por los hombres. Al mismo tiempo, el
ateniense Sócrates desarrolló y aplicó la
mayéutica, un método por el cual
conversaba con otras personas y las
llevaba por medio de una serie de
preguntas a revelar las contradicciones
inherentes a sus posturas. Sus
manifestaciones de independencia
intelectual y su conducta no acomodada a
las circunstancias, le valieron una
sentencia de muerte por impiedad a los
dioses y corrupción de la juventud.[68]

Debido a que Sócrates no dejó nada por


escrito, su imagen fue determinada por su
discípulo Platón. Sus obras en forma de
diálogos constituyeron un punto central de
la filosofía occidental. A partir de la
pregunta socrática de la forma «¿Qué es
X?» (¿Qué es la virtud? ¿Qué es la justicia?
¿Qué es el bien?), Platón creó los
rudimentos de una doctrina de la
definición. También fue autor de la teoría
de las formas, que sirvió de base a la
representación de una realidad con dos
partes: el plano de los objetos perceptibles
con nuestros sentidos frente al plano de
las Formas sólo accesibles al intelecto
mediante abstracción. Sólo el
conocimiento de estas Formas nos brinda
una comprensión más profunda de la
totalidad de la realidad.

Aristóteles, discípulo de Platón, rechazó la


teoría de las Formas como una
innecesaria «duplicación del mundo». La
distinción entre forma y materia es uno de
los rasgos principales de la metafísica de
Aristóteles.[69] Su escuela comenzó a
clasificar toda la realidad —tanto la
naturaleza como la sociedad— en los
diversos campos del conocimiento, a
analizarlos y ordenarlos científicamente.
Además, Aristóteles creó la lógica clásica
del silogismo y la filosofía de la ciencia.
Con esto, estableció algunos de los
supuestos filosóficos fundamentales que
fueron decisivos hasta la modernidad.

En la transición del siglo IV a. C. al siglo III


a. C., tras la muerte de Aristóteles y la
decadencia de las polis, las guerras entre
los reyes helénicos por suceder a
Alejandro Magno volvieron la vida
problemática e insegura.[70] Surgieron
entonces en Atenas dos escuelas
filosóficas que, en una clara oposición a la
Academia platónica y al Liceo aristotélico,
pusieron la salvación individual en el
centro de sus preocupaciones. Para
Epicuro y sus seguidores, por un lado, así
como para los estoicos alrededor de
Zenón de Citio, por otro lado, la filosofía
servía principalmente para alcanzar con
medios éticos el bienestar psicológico o la
paz. Mientras tanto, los seguidores del
escepticismo pirrónico negaron la
posibilidad de juicios seguros y de
conocimientos indudables.

Filosofía medieval
Las siete artes liberales, según una ilustración del

siglo XII.

La filosofía medieval es la filosofía que se


desarrolló en Europa y Oriente Medio
durante lo que hoy se llama el Medioevo o
la Edad Media, que se extiende
aproximadamente desde la caída del
Imperio Romano hasta el Renacimiento.[71]
La filosofía medieval se caracteriza
principalmente por intentar conciliar las
doctrinas cristianas (pero también judías e
islámicas) con la filosofía heredada de la
antigüedad clásica.[72] Algunas de estas
doctrinas fueron especialmente difíciles
(como la encarnación y la trinidad), pero el
esfuerzo por resolverlas fue el motor de
gran parte de la filosofía medieval, y llevó
a desarrollar conceptos, teorías y
distinciones que heredaría toda la filosofía
posterior.[72]

Aunque la influencia de la filosofía pagana


fue crucial para la filosofía medieval, la
gran mayoría de los textos de autores
clave como Platón, Aristóteles y Plotino
fueron inaccesibles a los estudiosos
medievales.[72] Los medievales tuvieron
acceso al pensamiento de estos y otros
autores principalmente a través del trabajo
de autores patricios como Tertuliano,
Ambrosio y Boecio, y de autores paganos
como Cicerón y Séneca.[72] En los siglos
XII y XIII, sin embargo, una gran cantidad
de trabajos de Aristóteles viajaron a
Europa Occidental desde Al-Andalus y
desde Constantinopla, influenciando
enormemente a la filosofía.[72] Este
importante hecho permite dividir a la
filosofía medieval en dos períodos: el
período antes del reingreso de Aristóteles,
y el período durante y después de su
reingreso.[72]

El primer período fue marcadamente


platónico, con un estilo generalmente
ameno y asistemático, y sin una distinción
clara entre teología y filosofía.[72] Algunos
de los autores más importantes fueron
Agustín de Hipona, Boecio, Juan Escoto
Erígena, Anselmo de Canterbury y Pedro
Abelardo.[72]

El segundo período fue más


aristotélico.[72] Asistió a la creación de las
universidades, a una mayor
profesionalización y sistematización de la
filosofía, a nuevas traducciones y a nuevas
formas de enseñanza.[72] La escolástica
fue el movimiento teológico y filosófico
dominante, y entre los autores clave
estuvieron Ramon Llull, Tomás de Aquino,
Juan Duns Scoto, Guillermo de Ockham y
Buenaventura de Fidanza.

Algunos de los temas centrales a lo largo


de la filosofía medieval fueron la relación
entre la fe y la razón, la existencia y
naturaleza de Dios, la cuestión de la
compatibilidad entre atributos divinos, el
problema del mal, el problema de la
compatibilidad de la omnisciencia divina
con el libre albedrío, el problema de los
universales, la causalidad,[72] los límites
del conocimiento, la lógica aristotélica y la
individuación de las sustancias divisibles
e indivisibles

Filosofía renacentista

El Hombre de Vitruvio, de Leonardo Da Vinci, resume


varias ideas del pensamiento renacentista.
La filosofía renacentista, o filosofía del
Renacimiento, es la filosofía que se
desarrolló principalmente entre los siglos
XV y XVI, comenzando en Italia y
avanzando hacia el resto de Europa.

En el Renacimiento, la filosofía todavía era


un campo muy amplio que abarcaba los
estudios que hoy se asignan a varias
ciencias distintas,[73] así como a la
teología. Teniendo eso en cuenta, los tres
campos de la filosofía que más atención y
desarrollo recibieron fueron la filosofía
política, el humanismo y la filosofía
natural.[73]
En la filosofía política, las rivalidades entre
los estados nacionales, sus crisis internas
y el comienzo de la colonización europea
de América renovaron el interés por
problemas acerca de la naturaleza y
moralidad del poder político, la unidad
nacional, la seguridad interna, el poder del
Estado y la justicia internacional.[73] En
este campo destacaron los trabajos de
Nicolás Maquiavelo y Jean Bodin.[73]

El humanismo fue un movimiento que


enfatizó el valor y la importancia de los
seres humanos en el universo,[73] en
contraste la filosofía medieval, que
siempre puso a Dios y al cristianismo en el
centro. Este movimiento fue, en primer
lugar, un movimiento moral y literario,
protagonizado por figuras como Erasmo
de Rotterdam, Santo Tomás Moro y Michel
de Montaigne.[73]

La filosofía de la naturaleza del


Renacimiento quebró con la concepción
medieval de la naturaleza en términos de
fines y ordenamiento divino, y comenzó a
pensar en términos de fuerzas, causas
físicas y mecanismos.[73] Hubo además un
retorno parcial a la autoridad de Platón por
sobre Aristóteles, tanto en su filosofía
moral, en su estilo literario como en la
relevancia dada a la matemática para el
estudio de la naturaleza.[73] Nicolás
Copérnico, Giordano Bruno, Johannes
Kepler, Leonardo da Vinci y Galileo Galilei
fueron precursores y protagonistas en
esta revolución científica, y Francis Bacon
proveyó un fundamento teórico para
justificar el método empírico que habría de
caracterizar a la revolución. Por otra parte,
en la medicina, el trabajo de Andreas
Vesalius en anatomía humana revitalizó la
disciplina y brindó más apoyo al método
empírico.[73]

Filosofía moderna
René Descartes rompió con la tradición escolástica,

dando inicio a la filosofía moderna en general y al


racionalismo en particular.

La filosofía moderna es el período de la


historia de la filosofía occidental que va
desde el siglo XVII hasta comienzos del
siglo XX. La filosofía moderna no se
corresponde exactamente con la Edad
Moderna. Se debate cuánto de la filosofía
renacentista se debe incluir, e incluso si se
debe incluir parte de la filosofía del siglo
XX.

La filosofía moderna se caracterizó por


reconocer plenamente la preeminencia de
la gnoseología sobre la metafísica,[74]
argumentando que antes de intentar
conocer lo que hay, es prudente conocer lo
que se puede conocer.[75] Los principales
debates de esta época fueron, por lo tanto,
debates gnoseológicos. La escuela
racionalista enfatizó el papel de la razón
en la adquisición del conocimiento y tuvo
sus principales proponentes en René
Descartes, Baruch Spinoza y Gottfried
Leibniz.[76] Por el otro lado, la escuela
empirista sostuvo que la única fuente del
conocimiento es la experiencia[77] y
encontró defensores en Francis Bacon,
John Locke, David Hume y George
Berkeley.[78]

En 1781, Immanuel Kant publicó su


famosa Crítica de la razón pura,
rechazando ambas posturas y
proponiendo una alternativa. Según Kant,
si bien todo nuestro conocimiento
empieza con la experiencia, no todo se
origina de ella,[79] pues existen ciertas
estructuras del sujeto que anteceden a
toda experiencia, en tanto son las
condiciones que la hacen posible. La
filosofía del siglo XIX se caracterizó en
gran parte por ser una reacción a su
filosofía,[80] comenzando con el desarrollo
del idealismo alemán.

El siglo XIX trajo una cantidad de nuevos


movimientos,[81] la mayoría de los cuales
fueron creados por filósofos trabajando
desde fuera del mundo académico.[82]
Kierkegaard y Nietzsche sentaron las
bases para la filosofía existencialista.[83]
Auguste Comte acuñó el término
«positivismo» y popularizó la escuela del
mismo nombre.[84][85] En la ética, Jeremy
Bentham y John Stuart Mill elaboraron el
utilitarismo, según el cual la acción
correcta es aquella que produce la mayor
cantidad de felicidad general.[86] Marx y
Engels sentaron las bases del
materialismo dialéctico. En los Estados
Unidos, Charles Sanders Peirce, William
James y John Dewey dieron origen a la
escuela pragmatista.[87] Al final del siglo,
Edmund Husserl inició la escuela de la
fenomenología trascendental, y Gottlob
Frege empezó con su trabajo en lógica
matemática, que habría de proveer las
herramientas para la filosofía analítica del
siglo XX.

Así como con muchas periodizaciones,


existen múltiples usos actuales para el
término «filosofía moderna». Uno de esos
usos es datar la filosofía moderna desde
la «Era de la Razón», donde la filosofía
sistemática se hizo común, lo cual excluye
a Erasmo de Rotterdam y a Nicolás
Maquiavelo como «filósofos modernos».
Otra forma es fecharla, de la misma forma
que la mayoría del período moderno está
fechado, desde el Renacimiento. Para
algunos, la filosofía moderna terminó en
1800 con el surgimiento del hegelianismo
y del idealismo. Una visión general tendría
entonces a Erasmo de Rotterdam, Francis
Bacon, Nicolás Maquiavelo y Galileo Galilei
como representantes del auge del
empirismo y del humanismo.
Filosofía contemporánea

La filosofía contemporánea es el período


actual de la historia de la filosofía. Por
extensión, se llama también con este
nombre a la filosofía producida por
filósofos que aún están vivos. Es el
período que sigue a la filosofía moderna, y
su inicio se suele fijar a finales del siglo
XIX o principios del siglo XX.

Las tradiciones filosóficas más


significativas y abarcadoras del siglo XX
fueron la filosofía analítica en el mundo
anglosajón, y la filosofía continental en la
Europa continental.[88] El siglo XX también
vio el surgimiento de nuevas corrientes
filosóficas, como el positivismo lógico, la
fenomenología, el existencialismo y el
postestructuralismo.

En este período la mayoría de los filósofos


más importantes trabajaron desde las
universidades, especialmente en la
segunda mitad del siglo.[88] Algunos de los
temas más discutidos fueron la relación
entre el lenguaje y la filosofía (este hecho
a veces es llamado «el giro lingüístico»).
Los principales exponentes de este «giro»
fueron Martin Heidegger en la tradición
continental y Ludwig Wittgenstein en la
tradición analítica.

Oriente Medio
Estatua de Averroes en Córdoba.

En las regiones del Creciente Fértil, Irán y


Arabia surgió la literatura filosófica de los
libros sapienciales y hoy en día está
dominada principalmente por la cultura
islámica. La literatura sapiencial temprana
del Creciente Fértil era un género que
buscaba instruir a las personas sobre la
acción ética, la vida práctica y la virtud a
través de historias y proverbios. En el
Antiguo Egipto, estos textos eran
conocidos como sebayt ("enseñanzas") y
son fundamentales para nuestra
comprensión de la filosofía del Antiguo
Egipto. La astronomía babilónica también
incluyó muchas especulaciones filosóficas
sobre la cosmología que pudieron haber
influido en los antiguos griegos. La
filosofía judía y la filosofía cristiana son
tradiciones religio-filosóficas que se
desarrollaron tanto en Oriente Medio
como en Europa, que comparten ciertos
textos judaicos primitivos (principalmente
el Tanaj) y creencias monoteístas. Los
pensadores judíos como los Geonim de
las Academias Talmúdicas en Babilonia y
Maimónides estudiaban la filosofía griega
e islámica. Más tarde, la filosofía judía
estuvo bajo fuertes influencias
intelectuales occidentales e incluye las
obras de Moisés Mendelssohn, quien
marcó el comienzo de la Haskalá (también
conocida como la ilustración judía), el
existencialismo judío y el judaísmo
reformista.

La filosofía persa preislámica comienza


con el trabajo de Zoroastro, uno de los
primeros promotores del monoteísmo y
del dualismo entre el bien y el mal. Esta
cosmogonía dualista influyó en los
desarrollos iraníes posteriores, como el
maniqueísmo, el mazdakismo y el
zurvanismo.

Después de las conquistas musulmanas,


la filosofía islámica temprana desarrolló
las tradiciones filosóficas griegas en
nuevas direcciones innovadoras. Esta
Edad de Oro islámica influyó en los
desarrollos intelectuales europeos. Las
dos principales corrientes del
pensamiento islámico temprano son
Kalam, que se centra en la teología
islámica y la Falsafa, que se basó en el
aristotelismo y el neoplatonismo.
Aristóteles fue muy influyente entre
falsafa como al-Kindi (siglo IX), Avicena
(980-1037) y Averroes (siglo XII). Otros,
como Al-Ghazali, criticaron a los métodos
de la filosofía aristotélica de los falsafa.
Los pensadores islámicos también
desarrollaron un método científico,
medicina experimental, una teoría de la
óptica y una filosofía jurídica. Ibn Khaldun
fue un pensador influyente en la filosofía
de la historia.

En Irán, varias escuelas de filosofía


islámica siguieron floreciendo después de
la Edad Dorada e incluyen corrientes como
Illuminacionismo, la filosofía sufí y la
teosofía trascendente de Mulla Sadra. El
mundo árabe de los siglos XIX y XX vio el
movimiento nahda (despertar o
renacimiento) que influyó en la filosofía
islámica contemporánea.

Oriente

La filosofía oriental o la filosofía asiática


incluye las diversas filosofías de Asia del
Sur y Asia Oriental, incluida la filosofía
china, la filosofía hindú, la filosofía budista
(dominante en el Tíbet, Bhután, Sri Lanka y
el Sudeste Asiático), la filosofía coreana y
la filosofía japonesa.[89][90] Según Victoria
S. Harrison, la categoría de «filosofía
oriental», y de manera similar «filosofía
asiática» es un producto de la academia
occidental del siglo XIX y no existía en
Asia Oriental ni en la India. Esto se debe a
que en Asia no existe una sola tradición
filosófica unificada con una sola raíz,[91]
solo varias tradiciones autóctonas que a
veces han estado en contacto.

Filosofía india

Sarvepalli Radhakrishnan, fue un filósofo, catedrático


Sarvepalli Radhakrishnan, fue un filósofo, catedrático
y político indio, segundo presidente constitucional de
su país.

La filosofía india (sánscrito: darśana,


«enseñanza»)[92] está compuesta por
tradiciones filosóficas que se originan en
el subcontinente indio. Las tradiciones de
la filosofía india se clasifican
generalmente como ortodoxas o
heterodoxas, āstika o nāstika,
dependiendo de si aceptan la autoridad de
los Vedas y si aceptan las teorías de
Brahman y Atman.[93][94] Las escuelas
ortodoxas generalmente incluyen Nyaya,
Vaisheshika , Samkhya, Yoga, Mīmāṃsā y
Vedanta, y las escuelas heterodoxas
comunes son Jainistas, Budistas, Ajñana
(agnósticos), Ajivika y Cārvāka. Algunos
de los primeros textos filosóficos que
sobreviven son los Upanishads del período
védico posterior (1000-500 a.C.). Los
conceptos filosóficos indios importantes
incluyen dharma, karma, samsara, moksha
y ahimsa. Los filósofos indios
desarrollaron un sistema de razonamiento
epistemológico (pramana) y lógica e
investigaron temas como la metafísica, la
ética, la hermenéutica y la soteriología. La
filosofía india también cubrió temas como
la filosofía política como se ve en el
Arthashastra (Siglo IV a.C.) y la filosofía
del amor como se ve en el Kama Sutra.
Las seis escuelas ortodoxas comunes
surgieron entre el comienzo de la era
común y el Imperio Gupta.[95] Estas
escuelas hindúes desarrollaron lo que se
ha llamado la «síntesis hindú» fusionando
elementos brahmánicos y elementos
heterodoxos del budismo y el jainismo.[96]
El pensamiento hindú también se extendió
hacia el este llegando a el imperio
indonesio Srivijaya y el Imperio jemer
camboyano.

Desarrollos posteriores incluyen el


desarrollo del Tantra y las influencias
islámicas. El budismo desapareció en su
mayoría de la India después de la
conquista musulmana en el subcontinente
indio, sobreviviendo en las regiones del
Himalaya y el sur de la India.[97] El período
moderno temprano vio el florecimiento de
Navya-Nyāya (la «nueva razón») bajo
filósofos como Raghunatha Siromani
(circa 1460-1540) que fundó la tradición,
Jayarama Pancanana, Mahadeva
Punatamakara y Yashovijaya (quien
formuló una respuesta jainista).[98]

La era moderna vio el surgimiento del


nacionalismo hindú, los movimientos de
reforma hindúes y Neo-Vedanta (o el
modernismo hindú) cuyos principales
proponentes incluyeron a Vivekananda,
Mahatma Gandhi y Aurobindo y que por
primera vez promovió la idea de un
"hinduismo" unificado. Debido a la
influencia del colonialismo británico, gran
parte del trabajo filosófico indio moderno
surgió en inglés e incluye pensadores
como Sarvepalli Radhakrishnan, Krishna
Chandra Bhattacharya, Bimal Krishna
Matilal y M. Hiriyanna.[99]

Filosofía budista

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Monjes debatiendo en el Monasterio Sera, Tíbet, 2013.

La filosofía budista comienza con el


pensamiento de Gautama Buddha (circa
siglos VI y IV a.C.) y se conserva en los
primeros textos budistas como las
Nikayas del Canon Pali. El pensamiento
budista es transregional y transcultural. Se
originó en la India y luego se extendió a
Asia oriental, el Tíbet, Asia central y el
Sudeste Asiático, desarrollando
tradiciones nuevas y sincréticas en estas
diferentes regiones. Las diversas escuelas
del pensamiento budistas son la tradición
filosófica dominante en el Tíbet y en
países del sudeste asiático como Sri
Lanka y Birmania. Debido a que la
ignorancia sobre la verdadera naturaleza
de las cosas se considera una de las
raíces del sufrimiento (dukkha), la filosofía
budista se ocupa de la epistemología, la
metafísica, la ética y la psicología. El final
de dukkha también necesita prácticas de
meditación. Los conceptos innovadores
clave incluyen las Cuatro Nobles
Verdades, Anatta (no-yo) una crítica de
una identidad personal fija, la
transitoriedad (Anicca), y un cierto
escepticismo sobre las preguntas
metafísicas.

Más tarde, las tradiciones filosóficas


budistas desarrollaron psicologías
fenomenológicas complejas denominadas
Abhidharma. Los filósofos de Mahayana
como Nagarjuna y Vasubandhu
desarrollaron las teorías de shunyata
(vacuidad de todos los fenómenos) y
«vijnapti-matra» (solo apariencia), una
forma de fenomenología o idealismo
trascendental. La escuela de Dignāga o
escuela de Pramāṇa promovió una forma
de epistemología y lógica budista.
Después de la desaparición del budismo
de la India, estas tradiciones filosóficas
continuaron desarrollándose en el
budismo tibetano, el budismo de Asia
oriental y las tradiciones budistas
Theravada. El período moderno vio el
surgimiento del modernismo budista y el
humanismo budista bajo influencias
occidentales y el desarrollo de un budismo
occidental con influencias de la psicología
moderna y la filosofía occidental.

Filosofía de Asia del Este


Analectas de Confucio (551–479 a.C.)

Kitarō Nishida, profesor de la Universidad de Kioto,


considerado como el precursor de la Escuela de Kioto.

El pensamiento filosófico de Asia del Este


comenzó en la China antigua, y la filosofía
china comienza durante la dinastía Zhou
occidental y los siguientes períodos
después de su caída cuando florecieron
las Cien escuelas del pensamiento (siglo
VI a 221 a.C.).[100][101]Este período se
caracterizó por importantes desarrollos
intelectuales y culturales y vio el
surgimiento de las principales escuelas
filosóficas de China, el confucianismo, el
legalismo y el taoísmo, así como
numerosas otras escuelas menos
influyentes. Estas tradiciones filosóficas
desarrollaron teorías metafísicas, políticas
y éticas como Tao, Yin y yang, Ren y Li
que, junto con el budismo chino, influyeron
directamente en la filosofía coreana, la
filosofía vietnamita y la filosofía japonesa
(que también incluye la tradición sintoísta
nativa). El budismo comenzó a llegar a
China durante la dinastía Han (206 a.C. -
220 d.C.), a través de una transmisión
gradual sobre la Ruta de la Seda y
mediante influencias nativas desarrollaron
distintas formas chinas (como Zen) que
se extendieron por toda la esfera cultural
de Asia oriental. Durante las dinastías
chinas posteriores, como la dinastía Ming
(1368-1644), así como en la dinastía
coreana de Joseon (1392-1897), un
renacentista neoconfucianismo dirigido
por pensadores como Wang Yangming
(1472-1529) se convirtió en la escuela de
pensamiento dominante, y fue promovido
por el estado imperial.

En la era moderna, los pensadores chinos


incorporaron ideas de la filosofía
occidental. La filosofía marxista china o
Maoísmo se desarrolló bajo la influencia
de Mao Zedong, mientras que el
pragmatismo chino bajo el ascenso de Hu
Shih y el nuevo confucianismo fue
influenciado por Xiong Shili. Mientras
tanto, el pensamiento japonés moderno se
desarrolló bajo fuertes influencias
occidentales, como el estudio de las
ciencias occidentales (llamado
«Rangaku») y la sociedad intelectual
modernista Meirokusha, que se inspiró en
el pensamiento europeo. El siglo XX vio el
surgimiento del sintoísmo estatal y
también el nacionalismo japonés. La
Escuela de Kioto, una influyente escuela
filosófica japonesa surgió también
influenciada por la fenomenología
occidental y la filosofía budista japonesa
medieval.[102]

Iconología
Personificación de la filosofía, por Eduard Lebiedzki,
tras un diseño de Karl Rahl.

Alfanio hace a la filosofía hija de la


Experiencia y de la Memoria. Se
representa como una mujer de aspecto
grave en actitud retórica y con la frente
majestuosa ceñida de una preciosa
diadema. Está sentada en un sillón de
mármol blanco en cuyos brazos hay
esculpidas las imágenes de fecunda
naturaleza. Esta figura simbólica tiene dos
libros, en uno de los cuales se lee naturalis
y en el otro moralis. Rafael autor de esta
idea ha querido con ella indicarnos los
cuatro elementos, objeto de las
investigaciones filosóficas, valiéndose de
los diversos colores que ha dado a los
ropajes con que la viste. El manto de color
azul que cubre las espaldas, designa el
aire; la túnica encarnada, el fuego; el
ropaje de azul celeste que cubre sus
rodillas, el agua; y el de color amarillo que
le llega basta los pies, la tierra. Dos genios
que coloca cerca de la figura principal
sostienen esta inscripción Causarum
cognitio: el conocimiento de las
causas.[103]

Boecio en el retrato que ha tratado de la


filosofía le pone en una mano algunos
libros y en la otra un cetro. En el extremo
de su ropaje hay una letra griega y en el
estómago otra que designan, la primera la
teoría y la segunda la práctica, para dar a
entender que la filosofía debe ser activa y
especulativa. Luego, finge que esta
imagen simbólica se le ha presentado bajo
los rasgos de una mujer que con rostro
radiante y ojos llenos de fuego anuncia
algo de divino: que su talla parece igual a
la de la especie humana y finalmente, que
algunas veces levanta la cabeza hacia los
cielos y se oculta a la vista de los débiles
mortales.[103]

Cochin la representa como una mujer


hermosa, reflexiva, vestida sencillamente,
con un cetro en una mano y un libro en la
otra, la hace trepar un monte áspero y
pedregoso, haciéndola apoyar en el freno
de la razón.[103]

Bernard Picart en un asunto alegórico


pinta la armonía de la religión con la
filosofía, su figura simbólica tiene
diferentes atributos, los cuales
caracterizan las cuatro partes. Está
coronada de estrellas para designar la
física y un cetro que lleva en su mano
izquierda indica la moral; dos genios
colocados cerca de ella el uno lleva una
serpiente mordiéndose la cola símbolo de
la eternidad y esto anuncia la metafísica;
el otro, una piedra de toque para expresar
la lógica, cuyo objeto es el de distinguir lo
verdadero de lo falso.[103]

Véase también
Portal:Filosofía. Contenido
relacionado con Filosofía.
Filosofía oriental
Filosofía práctica
Filosofía y ciencia

Notas y referencias
1. «φιλοσοφία». Diccionario Manual
Griego: griego clásico - español. Vox: Spes.
1996. p. 625. «φιλοσοφία ας ἡ amor a la
ciencia, afición a la sabiduría; estudio o
ejercicio de una ciencia o arte; filosofía
[...].»
2. Real Academia Española y Asociación de
Academias de la Lengua Española (2014).
«filosofía» . Diccionario de la lengua
española (23.ª edición). Madrid: Espasa.
ISBN 978-84-670-4189-7.
3. Teichmann, Jenny; Evans, Katherine C.
(1999). Philosophy: A Beginner's Guide (en
inglés). Blackwell Publishing. p. 1. «La
filosofía es un estudio de problemas
abstractos y generales. Esto es acerca de
la naturaleza de la existencia, el
conocimiento, la moralidad, la razón y el
propósito humano.»
4. Grayling, A. C. (1998). Philosophy 1: A
Guide through the Subject (en inglés).
Oxford University Press. p. 1. «El objetivo
de la indagación filosófica es ganar
claridad sobre preguntas acerca del
conocimiento, la verdad, la razón, la
realidad, el significado, la mente y los
valores.»
5. Ted Honderich (ed.). «philosophy». The
Oxford Companion to Philosophy (en
inglés). «Una definición más detallada, pero
todavía demasiado amplia, es que la
filosofía es pensamiento crítico racional, de
tipo más o menos sistemático acerca de la
naturaleza general del mundo, la
justificación de las creencias, y la conducta
de vida.»
6. Russell, Bertrand (1945). «Introducción».
A History of Western Philosophy (en
inglés). «La filosofía […] es algo intermedio
entre la teología y la ciencia. Como la
teología, consiste en especulaciones sobre
temas en los que conocimiento definido ha,
hasta ahora, sido inalcanzable; pero como
la ciencia, apela a la razón humana en vez
de la autoridad, sea aquella de la tradición
o de la revelación.»
7. Proudfoot, Michael; Lacey, A. R.
«Philosophy and analysis». The Routledge
Dictionary of Philosophy (en inglés). «En
particular, la filosofía evita usar los
sentidos y depende de la reflexión. Es un
estudio a priori. En el desarrollo desde su
forma antigua hasta su forma moderna, se
ha desprendido de las ciencias una por una
a medida que se volvían susceptibles de
investigación empírica sistemática en vez
de especulación de sillón.»
8. Proudfoot, Michael; Lacey, A. R.
«Philosophy and analysis». The Routledge
Dictionary of Philosophy (en inglés). «El
análisis, en algún sentido, siempre es una
parte importante de la filosofía.»
9. Ted Honderich (ed.). «thought
experiments». The Oxford Companion to
Philosophy (en inglés). «Los experimentos
mentales son utilizados por filósofos y
científicos teóricos para examinar las
implicaciones de las teorías y para explorar
los límites de los conceptos.»
10. Ted Honderich, ed. (1995). «philosophy,
the influence of». The Oxford Companion to
Philosophy (en inglés). Oxford University
Press.
11. Russell, Bertrand (1945). «Prefacio». A
History of Western Philosophy (en inglés).
«Los filósofos son tanto efectos como
causas: efectos de sus circunstancias
sociales y de la política e instituciones de
su tiempo; causas (si son afortunados) de
creencias que moldearan la política e
instituciones de épocas siguientes.»
12. Véase Cicerón. «Capítulo V».
Tusculanae disputationes. y el proemio de
Diógenes Laercio. «Sección VIII». Vida y
opiniones de filósofos eminentes. La
adscripción se basa en el trabajo perdido
de Heráclides Póntico, discípulo de
Aristóteles, y éste se considera parte de las
extensas leyendas acerca Pitágoras.
13. Cordero, Néstor Luis (2009). «1». La
invención de la filosofía (2ª edición).
Argentina: Biblos. p. 35.
ISBN 9789507866517.
14. Cicerón, Cuestiones Tusculanas, Libro
V, capítulos 7 a 11.
15. Alegre Gorri, Antonio (2004). «Los
filósofos presocráticos». En Carlos García
Gual. Historía de la filosofía antigua.
Madrid: Trotta. pp. 45-46.
ISBN 8487699480.
16. Russell, Bertrand (1912). «XV: El valor
de la filosofía». Los problemas de la
filosofía.
17. El epistemólogo Mario Bunge expone
que la filosofía contemporánea puede
considerarse esencialmente formada por
las siguientes disciplinas: lógica,
semántica, gnoseología, ontología y ética.
[cita requerida]

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mayor diversidad de escuelas y corrientes,
de modo que la exposición del panorama
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